El consejero de Sanidad madrileño, Javier Fernández-Lasquetty (Madrid, 1966), ha conseguido algo inaudito: poner de acuerdo a buena parte de la comunidad sanitaria madrileña en contra de su reforma, que incluye privatizar la gestión de seis hospitales y de 27 centros de salud.
Asegura que no dará marcha atrás, por más huelgas o protestas que hagan los médicos. Y defiende que la gestión privada es más eficiente.
Pregunta. ¿Realmente cree que los profesionales sanitarios mienten a la población cuando explican por qué están en huelga?
Respuesta. Cualquiera que en este momento le diga a la población que la sanidad se vende, se privatiza, que va a dejar de ser gratuita y se va a cobrar está mintiendo a sabiendas.
P. Pero sí se privatiza la gestión de los hospitales.
R. No, privatizar consistiría en vender los hospitales y darlos al sector privado para que los administrara como le pareciera conveniente. Nosotros lo que hacemos es externalizar la gestión, es decir, de un hospital público de titularidad pública.
P. En el diccionario de la RAE externalizar no existe y privatizar significa exactamente lo mismo de lo que estamos hablando. ¿Por qué no le gusta ese verbo?
R. Porque induce a confusión, a pensar que van a pasar a ser hospitales privados. Van a seguir siendo hospitales públicos.
P. Eso la gente lo sabe, ¿no?
R. En estos momentos se está queriendo que la gente piense que la sanidad va a ser privada. Basta ver los eslóganes de las manifestaciones o las pancartas. No va a pasar a ser sanidad privada. Es pública, eso sí, encomendada para su gestión a una sociedad concesionaria.
P. Eso es lo que le critica la comunidad sanitaria. La tiene a toda en contra, empezando por el Colegio de Médicos, las sociedades científicas... ¿Sigue creyendo que todos están equivocados y ustedes tienen razón?
R. No voy a juzgar las motivaciones ni las razones que les llevan a adoptar esa actitud. Sí digo que el ámbito sanitario, como cualquier organización grande, es muy inercial. Hay un componente de resistencia o de inercia frente al cambio. Yo lo que sé es cuál es mi responsabilidad y la del Gobierno. Si para el año que viene tenemos 530 millones de euros menos en el presupuesto, queremos seguir teniendo asistencia sanitaria de la máxima calidad, evidentemente con las reglas de universalidad, gratuidad, equidad, tenemos que trabajar de una manera distinta.
P. Parte de la base de que la sanidad pública y sus funcionarios son ineficientes. Pero usted es su jefe. ¿No es eso admitir su fracaso como gestor?
R. Las nóminas de cualquier empleado público están llenas de complementos que nacieron para incentivar o premiar el trabajo de excelencia y que se convirtieron muy inmediatamente en complementos lineales e iguales para todos. Y eso ha pasado durante décadas y en un partido y otro. La gestión pública tiene una rigidez que tiene que ver con la necesaria reforma de la función pública en España, pero eso es otra cuestión.
P. Hace un mes que oposición y prensa le piden estudios independientes o datos económicos que justifiquen que el modelo que ha elegido es más eficiente y de mayor calidad. ¿Los tiene? ¿Por qué no los hace públicos?
R. Sí, sí, sí, y los tenemos que hacer públicos. Hoy mismo se ha presentado un estudio de una consultora [Iasist] que compara resultados de los hospitales de gestión directa e indirecta, y da unos resultados muy similares a los que nosotros hemos obtenido. Que los indicadores de calidad asistencial son muy similares, o idénticos. Y el coste presupuestario es sensiblemente inferior.
P. ¿Por qué ha puesto en marcha una reforma de este calado sin consultar a los profesionales?
R. Sobre muchas de las cuestiones incluidas en el plan habíamos ido hablando a lo largo de los últimos dos años. Luego llega un momento, en verano, en que se comunica a la Comunidad de Madrid que tiene 1.000 millones de euros menos y que el límite de déficit es del 0,8%, lo que obliga a hacer un ajuste de 2.700 millones. Y eso tiene consecuencias.
P. Hoy mismo [por ayer] le han entregado casi un millón de firmas contra la reforma. ¿Va a escuchar? ¿Hay marcha atrás?
R. Yo escucho siempre. Lo que se está pidiendo al Gobierno regional es que no haga nada, es que teniendo un presupuesto inferior, queriendo mantener el nivel de calidad, que hagamos como Zapatero, o sea, como si no pasara nada, hasta dejar que esto se hunda, que es lo que él hizo con España. Eso yo no lo voy a hacer, porque me parecería una irresponsabilidad.
P. Si lee la petición, verá que lo que le están pidiendo es que retire el plan de medidas…
R. O sea, que no haga nada.
P. … y discuta con los profesionales antes de tomar otras medidas consensuadas.
R. Esas otras medidas… A mí me encantará conocer cualquier propuesta que me hagan de reducción de costes, manteniendo la calidad y las características del sistema. Cualquier persona, no me hacen falta 900.000, con que me venga uno con una propuesta la estudiaré con el mayor interés.
P. Entonces podría retirar el plan a la espera de hablar con…
R. En absoluto, en absoluto.
P. ¿Dónde está la negociación entonces?
R. Si es que no hay negociación posible. La negociación consiste en que vamos a hablar sobre cómo algo se puede hacer o aplicar. Le recuerdo que nosotros somos el Gobierno apoyado por un 53% de los madrileños.
P. En su programa electoral no hablaban de privatizar la gestión de los hospitales públicos.
R. No, pero en nuestro programa tampoco había una previsión de que se nos fuera a reducir la financiación autonómica en 1.000 millones de euros.
P. ¿Le ha molestado la respuesta del Gobierno central a su anuncio del euro por receta, más agresiva que con Cataluña?
R. Bueno, no me ha molestado. Hubiese preferido otra, desde luego. Lo que me parece es que tenemos una situación presupuestaria que nos obliga a tomar medidas como el euro por receta, que pensamos que entra absolutamente dentro de nuestras competencias. La tasa no es tanto recaudatoria como disuasoria.
P. Por primera vez un Gobierno del PP cierra un hospital, el Instituto de Cardiología.
R. No, no es un hospital, es una unidad asistencial que procedía de la Escuela Nacional de Estudio del Tórax. Estaba haciendo una tarea de apoyo, no tenía población de referencia y creemos que será más eficaz integrándola en el Hospital Clínico.
P. La Consejería lo considera hospital [modificó la página web oficial para eliminar la palabra hospital días después de que se conociera su cierre] en todas sus publicaciones.
R. No estamos hablando de un hospital. Leer más en El País.
domingo, 2 de diciembre de 2012
miércoles, 28 de noviembre de 2012
Un camino propio. Hay una confluencia de opiniones sobre la posibilidad de que Francia sea el próximo rompeolas
Cuando Mitterrand ganó las presidenciales a principios de los años ochenta inició una vía propia de política económica que condujo a Francia a la quiebra. A los pocos meses hubo de rectificar. Treinta años después, con un mundo mucho más globalizado, ¿se va a consentir al socialista Hollande tener su propia senda de austeridad, distinta de la que impulsan las fuerzas conservadoras que dominan en Europa y, sobre todo, en la cada vez más hegemónica Alemania?
¿Qué diferencia la austeridad socialdemócrata de la austeridad autoritaria vigente hasta ahora? Primero, el ritmo: los socialistas franceses son partidarios de ampliar los plazos de la consolidación fiscal y no dar lugar a compulsiones sociales como las que están viviendo Grecia, Portugal o España. Segundo, entienden que tienen menos efectos recesivos las subidas de impuestos (bien dirigidas, mayores para los que más ganan o poseen) que las reducciones de gasto público que van dejando atrás a los perdedores de la crisis. Tercero, son más partidarios de que las reformas estructurales que haya que hacer (fundamentalmente la del mercado de trabajo, en busca de una mayor flexibilidad del mismo a cambio de una mayor seguridad para los trabajadores: la célebre flexiseguridad nórdica) sean pactadas por los agentes. La plasmación de estas características está en el Pacto de Competitividad presentado por Hollande hace poco más de dos semanas.
A tal pacto no le han dado el plazo de rigor para saber si funcionará. En los últimos días ha confluido todo tipo de declaraciones, procedentes de Bruselas y de Berlín; publicaciones como la portada del semanario anglosajón The Economist; decisiones como la rebaja de calificación de la agencia Moody’s (que se une a la anterior, de Standard & Poor’s), etcétera, que concluyen que los problemas estructurales de la economía francesa (falta de competitividad, rigidez de algunos mercados, tamaño de su sector público...) y los coyunturales (anemia en el crecimiento, aumento del paro...) la convierten en el próximo eslabón más débil de la cadena europea, tras España e Italia. No será ese el único problema del Gobierno francés. También por su izquierda política y sindical (y en el interior del propio Partido Socialista) se han alzado voces contra algo que a los españoles nos resulta muy familiar: la contradicción entre el programa electoral y las prácticas adoptadas o anunciadas por Hollande. La diferencia es que este no tiene la mayoría parlamentaria holgada de Rajoy, sobre todo en el Senado, para adoptar la política económica que estime conveniente.
Además, la resistencia en la calle a los cambios que se consideran redistributivos en sentido inverso suele ser muy fuerte. Por ello, hay quien piensa que la rebaja de la calificación del riesgo —muy agresiva para la grandeur francesa— puede ser de utilidad al Ejecutivo francés para hacer pedagogía con sus ciudadanos. Leer más en El País
¿Qué diferencia la austeridad socialdemócrata de la austeridad autoritaria vigente hasta ahora? Primero, el ritmo: los socialistas franceses son partidarios de ampliar los plazos de la consolidación fiscal y no dar lugar a compulsiones sociales como las que están viviendo Grecia, Portugal o España. Segundo, entienden que tienen menos efectos recesivos las subidas de impuestos (bien dirigidas, mayores para los que más ganan o poseen) que las reducciones de gasto público que van dejando atrás a los perdedores de la crisis. Tercero, son más partidarios de que las reformas estructurales que haya que hacer (fundamentalmente la del mercado de trabajo, en busca de una mayor flexibilidad del mismo a cambio de una mayor seguridad para los trabajadores: la célebre flexiseguridad nórdica) sean pactadas por los agentes. La plasmación de estas características está en el Pacto de Competitividad presentado por Hollande hace poco más de dos semanas.
A tal pacto no le han dado el plazo de rigor para saber si funcionará. En los últimos días ha confluido todo tipo de declaraciones, procedentes de Bruselas y de Berlín; publicaciones como la portada del semanario anglosajón The Economist; decisiones como la rebaja de calificación de la agencia Moody’s (que se une a la anterior, de Standard & Poor’s), etcétera, que concluyen que los problemas estructurales de la economía francesa (falta de competitividad, rigidez de algunos mercados, tamaño de su sector público...) y los coyunturales (anemia en el crecimiento, aumento del paro...) la convierten en el próximo eslabón más débil de la cadena europea, tras España e Italia. No será ese el único problema del Gobierno francés. También por su izquierda política y sindical (y en el interior del propio Partido Socialista) se han alzado voces contra algo que a los españoles nos resulta muy familiar: la contradicción entre el programa electoral y las prácticas adoptadas o anunciadas por Hollande. La diferencia es que este no tiene la mayoría parlamentaria holgada de Rajoy, sobre todo en el Senado, para adoptar la política económica que estime conveniente.
Además, la resistencia en la calle a los cambios que se consideran redistributivos en sentido inverso suele ser muy fuerte. Por ello, hay quien piensa que la rebaja de la calificación del riesgo —muy agresiva para la grandeur francesa— puede ser de utilidad al Ejecutivo francés para hacer pedagogía con sus ciudadanos. Leer más en El País
martes, 27 de noviembre de 2012
ELVIRA MÉNDEZ, PROFESORA DE DERECHO EN LA UNIVERSIDAD DE ISLANDIA “Moriremos diciendo a los nietos que no confíen en los bancos”
Que una islandesa recomiende hablar con una española para entender algunas de las cosas que han pasado desde que el cuento de hadas en el que vivía su país se derrumbase en octubre de 2008 por un batacazo financiero no parece muy real. Pero lo es y sin elfos de por medio. “Yo que tú”, sugería la diputada Birgitta Jónsdóttir en un café del centro de Reikiavik durante una charla mantenida en febrero, “preguntaba a la española Elvira Méndez, todo el mundo la conoce, es una referencia”. Y tanto. Ella sola —o casi— llevó al Tribunal Supremo islandés a sellar la inconstitucionalidad de la cláusula que ligaba los préstamos contratados a la moneda extranjera, una de las tretas de los vikingos financieros que más apretó la soga a los ciudadanos —especialmente a los hipotecados— tras la quiebra de sus bancos y el derrumbe de la corona. Profesora de Derecho en la Universidad de Islandia, Méndez, tras 11 años de residencia en la capital de Islandia, dedicó el verano pasado a tratar de desmigar las claves de la crisis, con un aderezo muy personal: su vivencia y el referente español. “Al principio no tenía muy claro lo del libro”, relata en conversación telefónica, “pero vi que había muchos medios interesados, que no solo querían un titular, sino que querían comprender”. Y se puso a ello. El resultado tiene título: La revolución de los vikingos (Editorial Planeta).
Pregunta. ¿Puede España fijarse aún en el espejo de la crisis islandesa?
Respuesta. Sí y no. La realidad es compleja. Se puede aprender muchísimo de nuestros errores y aciertos. El sistema económico y político de Islandia, aunque es un país pequeño, es similar al español, pero las diferencias vienen de la pertenencia de España a la UE, zona euro y Unión Económica y Monetaria. Se puede aprender que la política de austeridad por sí sola no funciona. [El premio Nobel de Economía Joseph] Stiglitz lo repite frecuentemente. En Islandia hubo recortes racionales, coordinando los tiempos. Tuvimos suerte de que la crisis fuera en octubre de 2008, porque así con todo lo recaudado durante el año, el presupuesto para el siguiente no fue austero. Además, el Gobierno de centroizquierda ha intentado preservar el Estado de bienestar nórdico. Eso creó un colchón. Hubo una moratoria de dos años a los desahucios, más general que en España. No fue una moratoria para todos porque pesaba el control del FMI: si uno demostraba dificultades, que había asumido una deuda de buena fe, una situación familiar concreta…
No hubo prácticamente desahucios en dos años. En 2010, cuando se iba a acabar la moratoria, hubo una gran manifestación y se amplió, pero ya se ha terminado. Los desahucios han comenzado y volvemos a tener un problema.
P. ¿Qué recetas han funcionado?
R. El Estado declaró la quiebra de los tres bancos principales, levantó otros tres nuevos y en los ordenadores creó depósitos bancarios para los residentes con el montante que hubieran tenido. Además se impuso un control de capitales exhaustivo que aún existe. No se saca el dinero del país que no esté ligado a la economía real. Ahora bien, si uno se tiene que operar en el extranjero o enviar dinero a un familiar enfermo, por supuesto que te dan permiso. Si hay operaciones de bienes y servicios, compraventa, sí; pero capital por capital, no.
P. ¿Le podría servir esto a España?
R. La UE ya está tomando nota. Los acreedores, los inversores tienen que sufrir las pérdidas, pero no se pueden trasladar al contribuyente o a la clase media. La pertenencia a la zona euro está siendo muy perjudicial para España porque no da libertad a su política monetaria y fiscal.
P. Es decir, la clave es trasladar el primer impacto de la crisis a los acreedores.
R. Lo primero es ir al origen del problema: una deuda irreal desligada de la actividad económica. En Islandia, según la investigación del Parlamento, lo que provocó la bancarrota no fue la deuda de particulares, no fue que alguien se comprara una pantalla plana, un coche o una casa. El 80% de la deuda estaba en manos de otros bancos, de amigos o de los mismos propietarios [de las entidades financieras] para la compraventa de empresas en el extranjero a cuatro veces su precio. En España también hay deuda privada, de empresas y familias, pero imagino que hay mucha deuda de la construcción. Habría que determinar qué deuda se puede pagar, qué deuda es moral que la sociedad ayude a pagar y cuál no. El derecho de la vivienda obligaría a que la sociedad asistiese a una familia que se ha endeudado de buena fe para la compra de su residencia. Y como en Islandia, habría que imponer un control de capitales para que el dinero no salga. Si no, se crea una fuga de capitales. Lo que se ha hecho en Islandia se puede hacer, pero a escala europea.
P. ¿Cómo logró Islandia recuperarse en algo más de tres años?
R. Se ha recuperado la economía de lo real. Los recortes han sido escalonados, se ha procurado un ajuste fiscal y presupuestario para no provocar pobreza y exclusión social, aunque también se ha producido, pero se intentó evitar. La clave es el no rescate indiscriminado de los bancos, que ha librado a Islandia del destino de Grecia, Irlanda o España. Se ha librado de una deuda externa. Y la interna, la de los bancos, que ha asumido el Estado, se ha podido asumir porque Islandia no tenía un gran déficit. Además con el corralito [control de capitales] no se saca el dinero del país, circula, circula y circula como si fuera una partida de la oca. Y hay que tener en cuenta que el IVA es de un 25,5%. Al mismo tiempo se ha ayudado mucho a los tres sectores que han provocado la llegada de divisas masiva: pesca, aluminio y turismo. La importación de productos de lujo, a la que los islandeses eran asiduos, desciende. Dejas de importar, exportas, equilibras la balanza comercial, el dinero circula y, como la banca no está dedicada a la especulación, se centra en sus clientes. El criterio de territorialidad, Islandia primero, es lo que está levantando el país, pero eso va en contra del mercando interior europeo. Es la política económica de nosotros primero y luego también.
P. ¿Hay vikingos en España como los que llevaron a Islandia al colapso financiero?
R. Los llamamos los vikingos expansivos: son unas 40 personas, empresarios muy agresivos, muy jóvenes, todos hombres de entre 30 y 50 años, que se fueron a Estados Unidos e importaron el modelo de negocio de casino. En España también ha habido una élite que ha caído en lo mismo, pero, claro, son 46 millones de habitantes. Hasta que no haya una investigación no se pueden poner nombres y apellidos.
P. Pese a las cifras, toda una generación en Islandia está marcada por la crisis.
R. La factura que ha pasado la crisis es inolvidable. Nos moriremos diciéndoles a los nietos que no confíen en los bancos. Nos ha dejado muy marcados. Los peor parados han sido los jóvenes que habían puesto todos sus ahorros en un primer piso, y como la deuda estaba indexada en moneda extranjera, ahora deben una casa y media. Muchos han abandonado el país, han dado las llaves y malvendido la casa. Esta gente no va a olvidar que les han privado de su futuro. En Islandia nacen unos 5.000 bebés al año. En dos años, se han marchado 20.000 personas, de ellas, 10.000 islandeses. Se han perdido dos generaciones, aunque ahora empiezan a regresar. Los mayores de 60 años, que perdieron sus ahorros, también están marcados. ¿Quién tira del país? Los que se han quedado, los que tienen entre 40 y 60 años. Pero los islandeses no se quejan en público. Son un pueblo que mira hacia delante, hacia tiempos mejores. Esa factura también está llegando a España. De El País.
Pregunta. ¿Puede España fijarse aún en el espejo de la crisis islandesa?
Respuesta. Sí y no. La realidad es compleja. Se puede aprender muchísimo de nuestros errores y aciertos. El sistema económico y político de Islandia, aunque es un país pequeño, es similar al español, pero las diferencias vienen de la pertenencia de España a la UE, zona euro y Unión Económica y Monetaria. Se puede aprender que la política de austeridad por sí sola no funciona. [El premio Nobel de Economía Joseph] Stiglitz lo repite frecuentemente. En Islandia hubo recortes racionales, coordinando los tiempos. Tuvimos suerte de que la crisis fuera en octubre de 2008, porque así con todo lo recaudado durante el año, el presupuesto para el siguiente no fue austero. Además, el Gobierno de centroizquierda ha intentado preservar el Estado de bienestar nórdico. Eso creó un colchón. Hubo una moratoria de dos años a los desahucios, más general que en España. No fue una moratoria para todos porque pesaba el control del FMI: si uno demostraba dificultades, que había asumido una deuda de buena fe, una situación familiar concreta…
No hubo prácticamente desahucios en dos años. En 2010, cuando se iba a acabar la moratoria, hubo una gran manifestación y se amplió, pero ya se ha terminado. Los desahucios han comenzado y volvemos a tener un problema.
P. ¿Qué recetas han funcionado?
R. El Estado declaró la quiebra de los tres bancos principales, levantó otros tres nuevos y en los ordenadores creó depósitos bancarios para los residentes con el montante que hubieran tenido. Además se impuso un control de capitales exhaustivo que aún existe. No se saca el dinero del país que no esté ligado a la economía real. Ahora bien, si uno se tiene que operar en el extranjero o enviar dinero a un familiar enfermo, por supuesto que te dan permiso. Si hay operaciones de bienes y servicios, compraventa, sí; pero capital por capital, no.
P. ¿Le podría servir esto a España?
R. La UE ya está tomando nota. Los acreedores, los inversores tienen que sufrir las pérdidas, pero no se pueden trasladar al contribuyente o a la clase media. La pertenencia a la zona euro está siendo muy perjudicial para España porque no da libertad a su política monetaria y fiscal.
P. Es decir, la clave es trasladar el primer impacto de la crisis a los acreedores.
R. Lo primero es ir al origen del problema: una deuda irreal desligada de la actividad económica. En Islandia, según la investigación del Parlamento, lo que provocó la bancarrota no fue la deuda de particulares, no fue que alguien se comprara una pantalla plana, un coche o una casa. El 80% de la deuda estaba en manos de otros bancos, de amigos o de los mismos propietarios [de las entidades financieras] para la compraventa de empresas en el extranjero a cuatro veces su precio. En España también hay deuda privada, de empresas y familias, pero imagino que hay mucha deuda de la construcción. Habría que determinar qué deuda se puede pagar, qué deuda es moral que la sociedad ayude a pagar y cuál no. El derecho de la vivienda obligaría a que la sociedad asistiese a una familia que se ha endeudado de buena fe para la compra de su residencia. Y como en Islandia, habría que imponer un control de capitales para que el dinero no salga. Si no, se crea una fuga de capitales. Lo que se ha hecho en Islandia se puede hacer, pero a escala europea.
P. ¿Cómo logró Islandia recuperarse en algo más de tres años?
R. Se ha recuperado la economía de lo real. Los recortes han sido escalonados, se ha procurado un ajuste fiscal y presupuestario para no provocar pobreza y exclusión social, aunque también se ha producido, pero se intentó evitar. La clave es el no rescate indiscriminado de los bancos, que ha librado a Islandia del destino de Grecia, Irlanda o España. Se ha librado de una deuda externa. Y la interna, la de los bancos, que ha asumido el Estado, se ha podido asumir porque Islandia no tenía un gran déficit. Además con el corralito [control de capitales] no se saca el dinero del país, circula, circula y circula como si fuera una partida de la oca. Y hay que tener en cuenta que el IVA es de un 25,5%. Al mismo tiempo se ha ayudado mucho a los tres sectores que han provocado la llegada de divisas masiva: pesca, aluminio y turismo. La importación de productos de lujo, a la que los islandeses eran asiduos, desciende. Dejas de importar, exportas, equilibras la balanza comercial, el dinero circula y, como la banca no está dedicada a la especulación, se centra en sus clientes. El criterio de territorialidad, Islandia primero, es lo que está levantando el país, pero eso va en contra del mercando interior europeo. Es la política económica de nosotros primero y luego también.
P. ¿Hay vikingos en España como los que llevaron a Islandia al colapso financiero?
R. Los llamamos los vikingos expansivos: son unas 40 personas, empresarios muy agresivos, muy jóvenes, todos hombres de entre 30 y 50 años, que se fueron a Estados Unidos e importaron el modelo de negocio de casino. En España también ha habido una élite que ha caído en lo mismo, pero, claro, son 46 millones de habitantes. Hasta que no haya una investigación no se pueden poner nombres y apellidos.
P. Pese a las cifras, toda una generación en Islandia está marcada por la crisis.
R. La factura que ha pasado la crisis es inolvidable. Nos moriremos diciéndoles a los nietos que no confíen en los bancos. Nos ha dejado muy marcados. Los peor parados han sido los jóvenes que habían puesto todos sus ahorros en un primer piso, y como la deuda estaba indexada en moneda extranjera, ahora deben una casa y media. Muchos han abandonado el país, han dado las llaves y malvendido la casa. Esta gente no va a olvidar que les han privado de su futuro. En Islandia nacen unos 5.000 bebés al año. En dos años, se han marchado 20.000 personas, de ellas, 10.000 islandeses. Se han perdido dos generaciones, aunque ahora empiezan a regresar. Los mayores de 60 años, que perdieron sus ahorros, también están marcados. ¿Quién tira del país? Los que se han quedado, los que tienen entre 40 y 60 años. Pero los islandeses no se quejan en público. Son un pueblo que mira hacia delante, hacia tiempos mejores. Esa factura también está llegando a España. De El País.
viernes, 23 de noviembre de 2012
Quique Dacosta y Eneko Atxa, tres estrellas en la lotería Michelin
“Hay muchos dos estrellas en España que son indiscutibles tres estrellas”. Así piensa Quique Dacosta y mucha gente más en el sector gastronómico. Otra vez una nueva edición de la famosa guía roja de origen francés deja sorpresas y decepciones. El cocinero extremeño afincado en Levante no se puede quejar, pues ha logrado por fin el sueño triestelar, el que coloca en el podio nacional y, sobre todo, internacional a un restaurante. Dacosta vive un momento dulce en el espacio de Dénia que lleva su nombre, “con más de un 50% de visitantes extranjeros” y acaba de abrir otro restaurante de alta gama en Valencia. El se olía que algo bueno llegaba. Este año recibió muchas visitas de inspectores y el director internacional de Michelin, Michael Ellis, se interesó por él durante el 25º aniversario de Ducasse en Mónaco. “Creo que han entendido el esfuerzo y nuestros logros en Dénia”, resume satisfecho Dacosta.
También ha logrado el brillo triple el vizcaíno Eneko Atxa —al que se le soltaron las lágrimas de emoción—, cuyo Azurmendi se convierte en el único tres estrellas de su provincia. El chef vasco renovó con fuerte acento ecológico y un espectacular huerto hace nueve meses su espacio gastronómico de Larrabetzu, junto al aeropuerto de Bilbao, y el restaurante inicial, por el que logró dos estrellas en 2010, tiene formato prêt-à-porter.
Madrid, la ciudad anfitriona de la noche de las estrellas, no se ha llevado las cotizadas tres. Otro año sin ellas. A pesar de que los responsables de la edición española de Michelin dicen que “en Madrid hay mucho banquillo”. Las quinielas apuntaban a Óscar Velasco, que vuela solo con personalidad en Santceloni sobre el terreno legado por Santi Santamaria. Las apuestas no acertaron, pero el chef estaba contento y contaba con el apoyo de Regina Santamaría, hija de su maestro, fallecido en 2011. Los que sí pueden estar satisfechos son los profesionales catalanes, triunfadores de la guía 2013 con ocho galardonados. La Enoteca, con Paco Pérez al frente, y Moments, con Raül Balam, hijo de Carme Ruscalleda en los fogones, son los dos únicos dos estrellas nuevos de esta edición. Ambos están en hoteles (Arts y Mandarin Oriental), lo que confirma el tirón de las apuestas gastronómicas en estos establecimientos. Y Barcelona logra además revalidar su japonesismo culinario con una estrella para Dos Palillos y otra para el sushi bar Koy Shunka..., seguir leyendo en El País
También ha logrado el brillo triple el vizcaíno Eneko Atxa —al que se le soltaron las lágrimas de emoción—, cuyo Azurmendi se convierte en el único tres estrellas de su provincia. El chef vasco renovó con fuerte acento ecológico y un espectacular huerto hace nueve meses su espacio gastronómico de Larrabetzu, junto al aeropuerto de Bilbao, y el restaurante inicial, por el que logró dos estrellas en 2010, tiene formato prêt-à-porter.
Madrid, la ciudad anfitriona de la noche de las estrellas, no se ha llevado las cotizadas tres. Otro año sin ellas. A pesar de que los responsables de la edición española de Michelin dicen que “en Madrid hay mucho banquillo”. Las quinielas apuntaban a Óscar Velasco, que vuela solo con personalidad en Santceloni sobre el terreno legado por Santi Santamaria. Las apuestas no acertaron, pero el chef estaba contento y contaba con el apoyo de Regina Santamaría, hija de su maestro, fallecido en 2011. Los que sí pueden estar satisfechos son los profesionales catalanes, triunfadores de la guía 2013 con ocho galardonados. La Enoteca, con Paco Pérez al frente, y Moments, con Raül Balam, hijo de Carme Ruscalleda en los fogones, son los dos únicos dos estrellas nuevos de esta edición. Ambos están en hoteles (Arts y Mandarin Oriental), lo que confirma el tirón de las apuestas gastronómicas en estos establecimientos. Y Barcelona logra además revalidar su japonesismo culinario con una estrella para Dos Palillos y otra para el sushi bar Koy Shunka..., seguir leyendo en El País
jueves, 22 de noviembre de 2012
Se dispara la pobreza infantil en España
La crisis se ceba con los más necesitados de protección y es ahí, al analizar el impacto sobre sus vidas, donde encontraremos un buen indicador de la intensidad de la violencia de esta crisis. Una violencia estructural, silente, aparentemente neutra en la selección de sus objetivos pero certeramente eficaz en su impacto sobre los de siempre, los más desprotegidos.
Nadie más necesitado de protección que un niño y, por tanto, nada más cruel que negarles el futuro. Esa contradicción en los términos que es el grito angustiado de decenas de miles de jóvenes de este país, “somos una juventud sin futuro”, se hace aún más obscena cuando la pueden convertir en propia los niños y niñas que ni siquiera han llegado a jóvenes: “somos una niñez sin futuro”.
Y es que, en este país, la pobreza infantil ha aumentado un 45% desde que comenzó la crisis. En estos momentos, la tasa de pobreza infantil llega al 27,2% de la población, es decir, más de 2.226.000 niños y niñas malviven bajo el umbral de la pobreza. ¿Puede ser de otra manera cuando el número de hogares con niños con todos sus miembros adultos que se encuentran sin trabajo creció un 120% tan sólo en los primeros cuatro años de la crisis? ¿Sabemos el drama que esconden las puertas de cada uno de esos hogares? Algo podemos imaginar: son hogares en los que no se pueden cubrir las necesidades de alimentación, de vestimenta, de calefacción, las escolares, incluso de vivienda y, como el empleo ni está ni se le espera y las políticas sociales están en fase de desmantelamiento, el problema se va enquistando: según Unicef, la pobreza crónica, es decir, aquellos que llevan tres de los últimos cuatro años bajo el umbral de la pobreza ha aumentado en un 53% en tres años.
Familias sin futuro; jóvenes sin futuro; niños sin futuro. Ese es nuestro futuro. Y lo más grave de todo, lo que revuelve más las entrañas, es saber que acabar con eso tiene un precio. Que sabemos cuánto cuesta erradicarlo, acabar con ello, lograr que la infancia vuelva a tener futuro. Y lo que cuesta es, evidentemente, mucho menos de lo que nos está costando rescatar a bancos e instituciones financieras, culpables parciales de esta crisis que hace engordar, cada día, las cifras de la pobreza infantil.
Bastaría con 26.000 millones de euros para resolver ese problema. Con ese dinero podríamos conseguir que ningún niño se fuera a la cama sin cenar; que todos pudieran vestirse adecuadamente; que vivieran en hogares que cumplieran condiciones de salubridad y habitabilidad dignas; que pudieran acudir a la escuela; que no experimentaran en carne propia las desigualdades heredadas y todos tuvieran, desde el inicio de sus vidas, igualdad de oportunidades con independencia de dónde y de quién nacieron. En definitiva, con ese dinero podríamos conseguir que el capitalismo salvaje no las convirtiera en el eslabón más débil de una cadena que, a la búsqueda del plusvalor, tensa hasta quebrarlo por su parte más tierna.
Que toleremos que el sistema en el que vivimos permita expoliarle la infancia a millones de niñas y niños de este país es la prueba más evidente de que, camino de la modernidad, hemos llegado a la barbarie.
Alberto Montero Soler (@amonterosoler) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y presidente de la Fundación CEPS. Acaba de publicar junto a Juan Pablo Mateo el libro "Las finanzas y la crisis del euro: colapso de la Eurozona", en Editorial Popular. Puedes leer otros textos suyos en su blog La Otra Economía.
Nadie más necesitado de protección que un niño y, por tanto, nada más cruel que negarles el futuro. Esa contradicción en los términos que es el grito angustiado de decenas de miles de jóvenes de este país, “somos una juventud sin futuro”, se hace aún más obscena cuando la pueden convertir en propia los niños y niñas que ni siquiera han llegado a jóvenes: “somos una niñez sin futuro”.
Y es que, en este país, la pobreza infantil ha aumentado un 45% desde que comenzó la crisis. En estos momentos, la tasa de pobreza infantil llega al 27,2% de la población, es decir, más de 2.226.000 niños y niñas malviven bajo el umbral de la pobreza. ¿Puede ser de otra manera cuando el número de hogares con niños con todos sus miembros adultos que se encuentran sin trabajo creció un 120% tan sólo en los primeros cuatro años de la crisis? ¿Sabemos el drama que esconden las puertas de cada uno de esos hogares? Algo podemos imaginar: son hogares en los que no se pueden cubrir las necesidades de alimentación, de vestimenta, de calefacción, las escolares, incluso de vivienda y, como el empleo ni está ni se le espera y las políticas sociales están en fase de desmantelamiento, el problema se va enquistando: según Unicef, la pobreza crónica, es decir, aquellos que llevan tres de los últimos cuatro años bajo el umbral de la pobreza ha aumentado en un 53% en tres años.
Familias sin futuro; jóvenes sin futuro; niños sin futuro. Ese es nuestro futuro. Y lo más grave de todo, lo que revuelve más las entrañas, es saber que acabar con eso tiene un precio. Que sabemos cuánto cuesta erradicarlo, acabar con ello, lograr que la infancia vuelva a tener futuro. Y lo que cuesta es, evidentemente, mucho menos de lo que nos está costando rescatar a bancos e instituciones financieras, culpables parciales de esta crisis que hace engordar, cada día, las cifras de la pobreza infantil.
Bastaría con 26.000 millones de euros para resolver ese problema. Con ese dinero podríamos conseguir que ningún niño se fuera a la cama sin cenar; que todos pudieran vestirse adecuadamente; que vivieran en hogares que cumplieran condiciones de salubridad y habitabilidad dignas; que pudieran acudir a la escuela; que no experimentaran en carne propia las desigualdades heredadas y todos tuvieran, desde el inicio de sus vidas, igualdad de oportunidades con independencia de dónde y de quién nacieron. En definitiva, con ese dinero podríamos conseguir que el capitalismo salvaje no las convirtiera en el eslabón más débil de una cadena que, a la búsqueda del plusvalor, tensa hasta quebrarlo por su parte más tierna.
Que toleremos que el sistema en el que vivimos permita expoliarle la infancia a millones de niñas y niños de este país es la prueba más evidente de que, camino de la modernidad, hemos llegado a la barbarie.
Alberto Montero Soler (@amonterosoler) es profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Málaga y presidente de la Fundación CEPS. Acaba de publicar junto a Juan Pablo Mateo el libro "Las finanzas y la crisis del euro: colapso de la Eurozona", en Editorial Popular. Puedes leer otros textos suyos en su blog La Otra Economía.
miércoles, 21 de noviembre de 2012
Lo que tienen en común negociar la liberación de un rehén y pedir un ascenso
Hace poco el presidente francés Francois Hollande pidió a un grupo de secuestradores que liberen a los rehenes cautivos en la región de Sahel en África occidental.
En octubre, después de ocho meses de negociaciones, un buque griego y su tripulación de 21 personas, cautivas por piratas somalíes, fueron liberados una vez realizado el pago de rescate estimado en millones de dólares.
El tipo de negociación requerida para conseguir la liberación de rehenes es costosa y requiere de entrenamiento profundo.
Pero según George Kohlrieser, un antiguo negociador de liberación de rehenes para la policía estadounidense, ese entrenamiento también ofrece lecciones para situaciones menos mortíferas en el mundo laboral.
Dice que un empleado debe estar tranquilo y convincente cuando habla con su jefe, especialmente cuando discute algo como un aumento de sueldo.
Kohlrieser vive en Suiza, donde es profesor de liderazgo en la escuela de negocios IMD en Lausana. Él mismo fue rehén, una vez en una sala de emergencia, otra en su oficina y dos veces en la casa de alguien más. "Estaba haciendo trabajo especializado con la policía, tratando de reducir la tasa de homicidio en los hogares", señala.
Afinidad
Asegura que lo principal en esas situaciones es mostrar algún grado de afinidad.
"El hecho que un negociador pueda mostrar algo de afinidad, incluso con un secuestrador, le permite al cerebro desconectarse y dedicarse a resolver problemas y encontrar oportunidades", indica.
"Una persona que ha tomado un rehén siempre está motivada por una pérdida, y si uno entiende ese pérdida y lo que ellos anticipan, entonces uno tiene el poder de ejercer influencia sobre ellos".
Kohlrieser dice que uno debe entrar en la mente del secuestrador y crear una conexión emocional.
"El acto de mostrar interés dispara en el cerebro el deseo de cooperar y colaborar", dice.
Al hablar de la primera vez que fue tomado como rehén, dice que tardó 30 minutos tomar el control de la situación después de preguntarle al secuestrador cómo quería que sus hijos lo recordaran.
Indefensión
Kohlrieser dice que puede usarse lo aprendido en esas situaciones extremas en otros contextos, por ejemplo en el mundo laboral en momentos donde se necesita negociar.
"La mayoría de las personas se sienten indefensas ante un jefe, un colega, una situación, un equipo, o en su vida personal, por eso los principios de la negociación de rehenes son aplicables en otras situaciones", asegura.
Es difícil equiparar una negociación en donde alguien quiere matarlo a uno, con una petición de alza de salario a su jefe.
Pero el académico lo ve así.
"Cuando uno negocia un aumento salarial, lo primero es saber cuáles son las necesidades del jefe. ¿Es justo, está siendo razonable, puede crear una relación y ayudarle a entender porqué usted cree que se merece el aumento?", dice Kohlrieser.
El experto nuevamente insiste en la necesidad de sentir empatía.
Sin embargo, añade que cerca de 80% de las personas no confían en su superior, y es crucial pensar en términos que sean justos para toda la organización.
"Cuando la gente piensa que algo es justo, van a crear una actitud más positiva, y las investigaciones muestran que cuando esas personas están motivadas por valores como contribuir al equipo, haciendo algo, lo que sea, para hacer del mundo un sitio mejor, van a a ser los que mejor se desempeñan".
"La mayoría de los líderes están usando amenazas de manipulación o tácticas coercitivas para hacer que la gente se desenvuelva a un nivel más alto y las motivaciones como bonificaciones o dinero no van a llevar a un desempeño sostenido.
"Es la actitud de empatía del jefe la que produce un compromiso que se transfiere en un aumento de productividad", asegura. James Melik. BBC
En octubre, después de ocho meses de negociaciones, un buque griego y su tripulación de 21 personas, cautivas por piratas somalíes, fueron liberados una vez realizado el pago de rescate estimado en millones de dólares.
El tipo de negociación requerida para conseguir la liberación de rehenes es costosa y requiere de entrenamiento profundo.
Pero según George Kohlrieser, un antiguo negociador de liberación de rehenes para la policía estadounidense, ese entrenamiento también ofrece lecciones para situaciones menos mortíferas en el mundo laboral.
Dice que un empleado debe estar tranquilo y convincente cuando habla con su jefe, especialmente cuando discute algo como un aumento de sueldo.
Kohlrieser vive en Suiza, donde es profesor de liderazgo en la escuela de negocios IMD en Lausana. Él mismo fue rehén, una vez en una sala de emergencia, otra en su oficina y dos veces en la casa de alguien más. "Estaba haciendo trabajo especializado con la policía, tratando de reducir la tasa de homicidio en los hogares", señala.
Afinidad
Asegura que lo principal en esas situaciones es mostrar algún grado de afinidad.
"El hecho que un negociador pueda mostrar algo de afinidad, incluso con un secuestrador, le permite al cerebro desconectarse y dedicarse a resolver problemas y encontrar oportunidades", indica.
"Una persona que ha tomado un rehén siempre está motivada por una pérdida, y si uno entiende ese pérdida y lo que ellos anticipan, entonces uno tiene el poder de ejercer influencia sobre ellos".
Kohlrieser dice que uno debe entrar en la mente del secuestrador y crear una conexión emocional.
"El acto de mostrar interés dispara en el cerebro el deseo de cooperar y colaborar", dice.
Al hablar de la primera vez que fue tomado como rehén, dice que tardó 30 minutos tomar el control de la situación después de preguntarle al secuestrador cómo quería que sus hijos lo recordaran.
Indefensión
Kohlrieser dice que puede usarse lo aprendido en esas situaciones extremas en otros contextos, por ejemplo en el mundo laboral en momentos donde se necesita negociar.
"La mayoría de las personas se sienten indefensas ante un jefe, un colega, una situación, un equipo, o en su vida personal, por eso los principios de la negociación de rehenes son aplicables en otras situaciones", asegura.
Es difícil equiparar una negociación en donde alguien quiere matarlo a uno, con una petición de alza de salario a su jefe.
Pero el académico lo ve así.
"Cuando uno negocia un aumento salarial, lo primero es saber cuáles son las necesidades del jefe. ¿Es justo, está siendo razonable, puede crear una relación y ayudarle a entender porqué usted cree que se merece el aumento?", dice Kohlrieser.
El experto nuevamente insiste en la necesidad de sentir empatía.
Sin embargo, añade que cerca de 80% de las personas no confían en su superior, y es crucial pensar en términos que sean justos para toda la organización.
"Cuando la gente piensa que algo es justo, van a crear una actitud más positiva, y las investigaciones muestran que cuando esas personas están motivadas por valores como contribuir al equipo, haciendo algo, lo que sea, para hacer del mundo un sitio mejor, van a a ser los que mejor se desempeñan".
"La mayoría de los líderes están usando amenazas de manipulación o tácticas coercitivas para hacer que la gente se desenvuelva a un nivel más alto y las motivaciones como bonificaciones o dinero no van a llevar a un desempeño sostenido.
"Es la actitud de empatía del jefe la que produce un compromiso que se transfiere en un aumento de productividad", asegura. James Melik. BBC
martes, 20 de noviembre de 2012
Callos, 12 restaurantes que bordan la receta madrileña
Los callos, (el menudo en Sevilla o "as tripas" en Oporto), están hechos de despojos, de tripas y estómago, el aparato digestivo de los animales. Es una forma popular de aprovechar lo que en épocas de abundancia se tira. Y, como en tantos casos, la sabiduría popular lo ha convertido en algo sabroso, exquisito,... Sobre todo en Madrid, más aún que en Sevilla, aunque se puede encontrar, con variantes, en toda España. Aquí, algunos sitios de Madrid (y uno de Valencia y otro de Sevilla) donde degustarlos.
1. El Landó Castizos como los que más, no les falta de nada: pata, morro, tripa, chorizo y morcilla ahumada. Todo en la justa proporción y picado menudo, para conseguir una salsa melosa con toque picante de la guindilla cayena. Plaza de Gabriel Miró, 8. Madrid.Teléfono: 913 667 681.
2. La Tasquita de Enfrente Juanjo López Bedmar utiliza callos “negros” y los somete a un lavado exhaustivo. Les añade, pata, morro, lacón, huesos de jamón, pimentón y pimiento choricero. Sin tomate, ni zanahoria. Untuosos, de sabor potente y con mucha personalidad. Un punto canallas. Ballesta, 6. Madrid. Teléfono: 915 325 449.
3. San Mamés Tiernos pero no blandengues, bien guisados y con esas notas picantes que los caracteriza. Fieles a la receta clásica madrileña, su salsa anaranjada y espesa invita a mojar pan. Bravo Murillo, 88. Madrid. Teléfono: 915 345 065
4. Mesón de Doña Filo Dice Julio Reoyo que lo que él prepara no son callos sino que es un guiso de callos. Los cocina de manera atípica. Cuece los callos con verduras y con codillo de jamón. Aparte hace el sofrito y por separado prepara el jamón, el chorizo y la morcilla con especias y pimiento choricero. Al final lo junta todo y el guiso está para mojar y mojar. San Juan, 3. Colmenar de Arroyo. Madrid. Teléfono: 918 651 471
5. Maldonado 14 Son herederos de los famosos callos del restaurante Las Cuatro Estaciones. Siguen la receta madrileña clásica en su versión más burguesa y refinada. Añaden chorizo y morcilla asturiana ahumada. Por cada 8 kilos de callos, 2 morros y 6 manos de ternera. A la salsa no le ponen tomate, parten de un sofrito con ajo, cebolla, harina y pimentón de la Vera. Maldonado, 14. Madrid. Teléfono: 914 355 045
6. Casa Manolo Los propietarios, que son madrileños, llevaron la receta familiar hasta la Comunidad Valenciana. Cortados en tamaño regular, con buena presencia de pata y morro, para que resulten gelatinosos y su toque de cayena. Colorados y sabrosos. Pº Marítimo, 5. Playa de Daimuz. Valencia. Teléfono: 962 818 568
7. Puerta 57 Los callos son uno de los emblemas de su barra. Partidos en trozos menudos y con la salsa bien gelatinosa y colorada. El toque picante y la morcilla ahumada asturiana les dan gracia. Padre Damián, s/n. Madrid. Teléfono: 914 573 361
8. Taberna Viavélez Curiosamente los callos de Paco Ron no llevan morcilla, ni asturiana, ni ninguna, tal vez por eso resultan ligeros. El ingrediente principal es el estómago, poco morro y poca pata. Pimentón dulce y picante. ¡Suculentos! General Perón, 10. Madrid. Teléfono: 915 799 539
9. Lhardy Los preparan según una receta de más de cien años, una de las más apreciadas por los puristas, y se comen con cuchara de plata, todo un logro para tan humilde plato. Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid. Teléfono: 915 222 207
10. La Ancha Cada semana guisan 50 kilos de callos a la manera clásica madrileña. Estómago, pata, morro, pimentón y guindilla entre los ingredientes principales. A la mesa llegan humeantes y suculentos, tanto que invitan a repetir. Zorrilla, 7. Madrid. Teléfono: 914 298 186. Príncipe de Vergara, 204. Madrid. Teléfono: 915 638 977
11. Arzabal Todo en ellos responde al clasicismo menos la cazuela de hierro fundido en que se sirven, que les da un toque moderno y algo “fashion”. Se cortan en trozos grandes y se acompañan de buen embutido (morcilla ahumada). La salsa algo ligera, pero sabrosa. Avenida Menéndez Pelayo, 13. Madrid. Teléfono: 914 095 661.
12. Sal Gorda Siguen la receta tradicional, y mezclan estómago, morro y pata. En el sofrito, ajo, cebolla y pimentón. Los hacen eventualmente y por encargo. Beatriz de Bobadilla, 9. Madrid. Teléfono: 915 539 506
13. Casa Lucio. Para mi gusto riquísimos, con chorizo y morcilla. También sus huevos rotos con patatas están exquisitos. Cava Baja, 32 · Madrid +34 91 3663838 +34 91 3668323.
En Sevilla
14. Casa Carmelo
Calle Gloria, 6
Barrio Santa Cruz
41004 Sevilla
Teléfono 954225332
carmelo@barriosantacruz.com
1. El Landó Castizos como los que más, no les falta de nada: pata, morro, tripa, chorizo y morcilla ahumada. Todo en la justa proporción y picado menudo, para conseguir una salsa melosa con toque picante de la guindilla cayena. Plaza de Gabriel Miró, 8. Madrid.Teléfono: 913 667 681.
2. La Tasquita de Enfrente Juanjo López Bedmar utiliza callos “negros” y los somete a un lavado exhaustivo. Les añade, pata, morro, lacón, huesos de jamón, pimentón y pimiento choricero. Sin tomate, ni zanahoria. Untuosos, de sabor potente y con mucha personalidad. Un punto canallas. Ballesta, 6. Madrid. Teléfono: 915 325 449.
3. San Mamés Tiernos pero no blandengues, bien guisados y con esas notas picantes que los caracteriza. Fieles a la receta clásica madrileña, su salsa anaranjada y espesa invita a mojar pan. Bravo Murillo, 88. Madrid. Teléfono: 915 345 065
4. Mesón de Doña Filo Dice Julio Reoyo que lo que él prepara no son callos sino que es un guiso de callos. Los cocina de manera atípica. Cuece los callos con verduras y con codillo de jamón. Aparte hace el sofrito y por separado prepara el jamón, el chorizo y la morcilla con especias y pimiento choricero. Al final lo junta todo y el guiso está para mojar y mojar. San Juan, 3. Colmenar de Arroyo. Madrid. Teléfono: 918 651 471
5. Maldonado 14 Son herederos de los famosos callos del restaurante Las Cuatro Estaciones. Siguen la receta madrileña clásica en su versión más burguesa y refinada. Añaden chorizo y morcilla asturiana ahumada. Por cada 8 kilos de callos, 2 morros y 6 manos de ternera. A la salsa no le ponen tomate, parten de un sofrito con ajo, cebolla, harina y pimentón de la Vera. Maldonado, 14. Madrid. Teléfono: 914 355 045
6. Casa Manolo Los propietarios, que son madrileños, llevaron la receta familiar hasta la Comunidad Valenciana. Cortados en tamaño regular, con buena presencia de pata y morro, para que resulten gelatinosos y su toque de cayena. Colorados y sabrosos. Pº Marítimo, 5. Playa de Daimuz. Valencia. Teléfono: 962 818 568
7. Puerta 57 Los callos son uno de los emblemas de su barra. Partidos en trozos menudos y con la salsa bien gelatinosa y colorada. El toque picante y la morcilla ahumada asturiana les dan gracia. Padre Damián, s/n. Madrid. Teléfono: 914 573 361
8. Taberna Viavélez Curiosamente los callos de Paco Ron no llevan morcilla, ni asturiana, ni ninguna, tal vez por eso resultan ligeros. El ingrediente principal es el estómago, poco morro y poca pata. Pimentón dulce y picante. ¡Suculentos! General Perón, 10. Madrid. Teléfono: 915 799 539
9. Lhardy Los preparan según una receta de más de cien años, una de las más apreciadas por los puristas, y se comen con cuchara de plata, todo un logro para tan humilde plato. Carrera de San Jerónimo, 8. Madrid. Teléfono: 915 222 207
10. La Ancha Cada semana guisan 50 kilos de callos a la manera clásica madrileña. Estómago, pata, morro, pimentón y guindilla entre los ingredientes principales. A la mesa llegan humeantes y suculentos, tanto que invitan a repetir. Zorrilla, 7. Madrid. Teléfono: 914 298 186. Príncipe de Vergara, 204. Madrid. Teléfono: 915 638 977
11. Arzabal Todo en ellos responde al clasicismo menos la cazuela de hierro fundido en que se sirven, que les da un toque moderno y algo “fashion”. Se cortan en trozos grandes y se acompañan de buen embutido (morcilla ahumada). La salsa algo ligera, pero sabrosa. Avenida Menéndez Pelayo, 13. Madrid. Teléfono: 914 095 661.
12. Sal Gorda Siguen la receta tradicional, y mezclan estómago, morro y pata. En el sofrito, ajo, cebolla y pimentón. Los hacen eventualmente y por encargo. Beatriz de Bobadilla, 9. Madrid. Teléfono: 915 539 506
13. Casa Lucio. Para mi gusto riquísimos, con chorizo y morcilla. También sus huevos rotos con patatas están exquisitos. Cava Baja, 32 · Madrid +34 91 3663838 +34 91 3668323.
En Sevilla
14. Casa Carmelo
Calle Gloria, 6
Barrio Santa Cruz
41004 Sevilla
Teléfono 954225332
carmelo@barriosantacruz.com
lunes, 19 de noviembre de 2012
¡Aquel Tratado de Maastricht!
Es curioso que solo muy poca gente se acuerde ahora del Tratado de Maastricht, cuando es en él donde se encuentra el origen de los problemas que tiene ahora la Unión Europea. A base de muchas mentiras se está haciendo creer a la gente que lo que le sucede a los países que sufren las mayores perturbaciones es que han realizado mucho gasto público social y que eso ha aumentado hasta niveles insoportables el peso de la deuda pública, de donde deducen la exigencia de llevar a cabo políticas de austeridad basadas en el recorte de derechos y prestaciones sociales. La realidad es otra bien distinta: lo que verdaderamente ha hecho que crezca la deuda pública (además del impacto más reciente de la crisis financiera internacional y la subsiguiente caída en los ingresos públicos) no ha sido el incremento del gasto público primario (es decir, el asociado a gastos corrientes o de inversión), sino el dedicado a pagar intereses y la deuda que ha ido siendo necesaria para afrontar la deuda anterior.
Se calcula que los Estados europeos vienen pagando a la Banca privada unos 350.000 millones de euros cada año en concepto de intereses desde que dejaron de ser financiados por sus antiguos Bancos centrales y después por el Banco Central Europeo (Jacques Holbecq y Philippe Derudder, La dette publique, une affaire rentable: A qui profite le systéme?’, Ed. Yves Michel, París, 2009). Esa es, pues, la verdadera losa que ahora lastra a las economías europeas y no en el peso insoportable, como quieren hacer creer, del Estado de Bienestar. No podemos cansarnos de repetir que si los saldos primarios que ha ido teniendo el Estado español desde 1989 se hubieran financiado a un interés del 1% por un Banco central (como es lógico que hubiera sido) el peso de la deuda pública española sería ahora del 14% del PIB y no el 87% actual (Eduardo Garzón Espinosa. Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública: http://eduardogarzon.net/?p=328 ). Esa es la demostración palpable de que son los intereses financieros y no el gasto social el verdadero origen de la deuda, que se quiere combatir a base de recortar derechos y democracia.
Y se olvida ahora que fue el artículo 104 del Tratado de Maastricht el que consagró esa prohibición de que los Bancos centrales financiaran a los gobiernos. Una condición completamente absurda desde el punto de vista económico y financiero, que solo beneficia a la Banca privada, que así ha podido hacer un negocio de dimensiones auténticamente astronómicas: es fácil calcular que gracias a ello los Bancos europeos habrán recibido graciosamente alrededor de unos siete billones de euros desde que se ratificó el Tratado de Maastricht en concepto de intereses. Un dinero, además, que en lugar de haberse dedicado a financiar preferentemente el desarrollo productivo europeo ha sido el que ha alimentado la especulación financiera, la formación de burbujas que al estallar se han llevado por delante a economías enteras y las cuentas multimillonarias que los Bancos europeos mantienen en los paraísos fiscales o que dedican a financiar todo tipo de crímenes y delitos, el tráfico de armas, de personas, de droga o la corrupción política.
Para que eso fuese posible, el Tratado también estableció otra medida igualmente carente de fundamento científico: la independencia de los Bancos centrales que, en realidad, simplemente ha sido el procedimiento que permite que actúen con total libertad al servicio de la Banca privada. Prueba de ello es que la gestión de los Bancos centrales desde que son independientes ha sido la menos exitosa de toda su historia, pues en esta época es cuando se ha producido el mayor número de crisis financieras y los episodios más graves de inestabilidad monetaria. Aunque, eso sí, la mayor distribución de renta a favor de los poderosos gracias a la política de tipos de interés y al manejo de la cantidad de dinero circulante.
Con tal de favorecer a la Banca privada, el Tratado de Maastricht es el responsable original de que los Estados europeos estén maniatados a la hora de hacer política económica, cuyo éxito se basa inexcusablemente en la coordinación constante entre sus diferentes responsables y entre sus diferentes manifestaciones e instrumentos. Y de ahí, desde Maastricht, que sean tan impotentes para controlar lo que ahora se nos está viviendo encima.
También fue ese Tratado el que por primera vez estableció reglas igualmente absurdas de convergencia nominal, que el tiempo se ha encargado de demostrar que eran completamente inútiles para conseguir el equilibrio y la armonía que precisa una unión monetaria para funcionar correctamente y sin generar más problemas que los que resuelve. O las de estabilidad presupuestaria, tan infundadas e injustificadas desde el punto de vista científico, que han sido incumplidas en unas 140 ocasiones por los diferentes Estados. Y cuya perversión se demuestra simplemente preguntándonos en qué situación se encontrarían hoy día los países, ahora más avanzados del mundo, si hubieran estado sometidos a esas normas de estabilidad presupuestaria desde hace 100 o 150 años.
Pero el Tratado de Maastricht no solo fue decisivo por la introducción de estas ataduras económicas y privilegios que condenaron a los pueblos de Europa y a sus diferentes naciones a la situación en la que ahora nos encontramos, sino que igualmente lo fue por la forma tan antidemocrática en la que se ratificó, soslayando el debate social sobre este tipo de aspectos esenciales, o mejor dicho, ocultando a los ciudadanos sus consecuencias, e incluso haciendo trampas a la hora de aprobarlo.
Maastricht fue, por eso, la primera y más clara alerta de que los constructores y beneficiarios de la Europa neoliberal que allí se ponía en marcha no necesitaban democracia, sino todo lo contrario y que, por tanto, con el Tratado comenzaba su desmantelamiento real.
El lado positivo de Maastricht es que demuestra el origen ilegítimo que ha tenido la deuda que injustamente se hace recaer sobre los pueblos europeos. Y, por lo tanto, la primera razón para auditarla en toda Europa y repudiarla cuanto antes. Juan Torres López. Sistema Digital
Se calcula que los Estados europeos vienen pagando a la Banca privada unos 350.000 millones de euros cada año en concepto de intereses desde que dejaron de ser financiados por sus antiguos Bancos centrales y después por el Banco Central Europeo (Jacques Holbecq y Philippe Derudder, La dette publique, une affaire rentable: A qui profite le systéme?’, Ed. Yves Michel, París, 2009). Esa es, pues, la verdadera losa que ahora lastra a las economías europeas y no en el peso insoportable, como quieren hacer creer, del Estado de Bienestar. No podemos cansarnos de repetir que si los saldos primarios que ha ido teniendo el Estado español desde 1989 se hubieran financiado a un interés del 1% por un Banco central (como es lógico que hubiera sido) el peso de la deuda pública española sería ahora del 14% del PIB y no el 87% actual (Eduardo Garzón Espinosa. Situación de las arcas públicas si el estado español no pagara intereses de deuda pública: http://eduardogarzon.net/?p=328 ). Esa es la demostración palpable de que son los intereses financieros y no el gasto social el verdadero origen de la deuda, que se quiere combatir a base de recortar derechos y democracia.
Y se olvida ahora que fue el artículo 104 del Tratado de Maastricht el que consagró esa prohibición de que los Bancos centrales financiaran a los gobiernos. Una condición completamente absurda desde el punto de vista económico y financiero, que solo beneficia a la Banca privada, que así ha podido hacer un negocio de dimensiones auténticamente astronómicas: es fácil calcular que gracias a ello los Bancos europeos habrán recibido graciosamente alrededor de unos siete billones de euros desde que se ratificó el Tratado de Maastricht en concepto de intereses. Un dinero, además, que en lugar de haberse dedicado a financiar preferentemente el desarrollo productivo europeo ha sido el que ha alimentado la especulación financiera, la formación de burbujas que al estallar se han llevado por delante a economías enteras y las cuentas multimillonarias que los Bancos europeos mantienen en los paraísos fiscales o que dedican a financiar todo tipo de crímenes y delitos, el tráfico de armas, de personas, de droga o la corrupción política.
Para que eso fuese posible, el Tratado también estableció otra medida igualmente carente de fundamento científico: la independencia de los Bancos centrales que, en realidad, simplemente ha sido el procedimiento que permite que actúen con total libertad al servicio de la Banca privada. Prueba de ello es que la gestión de los Bancos centrales desde que son independientes ha sido la menos exitosa de toda su historia, pues en esta época es cuando se ha producido el mayor número de crisis financieras y los episodios más graves de inestabilidad monetaria. Aunque, eso sí, la mayor distribución de renta a favor de los poderosos gracias a la política de tipos de interés y al manejo de la cantidad de dinero circulante.
Con tal de favorecer a la Banca privada, el Tratado de Maastricht es el responsable original de que los Estados europeos estén maniatados a la hora de hacer política económica, cuyo éxito se basa inexcusablemente en la coordinación constante entre sus diferentes responsables y entre sus diferentes manifestaciones e instrumentos. Y de ahí, desde Maastricht, que sean tan impotentes para controlar lo que ahora se nos está viviendo encima.
También fue ese Tratado el que por primera vez estableció reglas igualmente absurdas de convergencia nominal, que el tiempo se ha encargado de demostrar que eran completamente inútiles para conseguir el equilibrio y la armonía que precisa una unión monetaria para funcionar correctamente y sin generar más problemas que los que resuelve. O las de estabilidad presupuestaria, tan infundadas e injustificadas desde el punto de vista científico, que han sido incumplidas en unas 140 ocasiones por los diferentes Estados. Y cuya perversión se demuestra simplemente preguntándonos en qué situación se encontrarían hoy día los países, ahora más avanzados del mundo, si hubieran estado sometidos a esas normas de estabilidad presupuestaria desde hace 100 o 150 años.
Pero el Tratado de Maastricht no solo fue decisivo por la introducción de estas ataduras económicas y privilegios que condenaron a los pueblos de Europa y a sus diferentes naciones a la situación en la que ahora nos encontramos, sino que igualmente lo fue por la forma tan antidemocrática en la que se ratificó, soslayando el debate social sobre este tipo de aspectos esenciales, o mejor dicho, ocultando a los ciudadanos sus consecuencias, e incluso haciendo trampas a la hora de aprobarlo.
Maastricht fue, por eso, la primera y más clara alerta de que los constructores y beneficiarios de la Europa neoliberal que allí se ponía en marcha no necesitaban democracia, sino todo lo contrario y que, por tanto, con el Tratado comenzaba su desmantelamiento real.
El lado positivo de Maastricht es que demuestra el origen ilegítimo que ha tenido la deuda que injustamente se hace recaer sobre los pueblos europeos. Y, por lo tanto, la primera razón para auditarla en toda Europa y repudiarla cuanto antes. Juan Torres López. Sistema Digital
sábado, 17 de noviembre de 2012
Los rostros del poder: Jens Weidmann
En el desbarajuste que rodea a la eurocrisis, el alemán Jens Weidmann, presidente del Bundesbank, ocupa un lugar central. Es el más joven presidente que ha tenido nunca esa institución. Nacido en 1968, con 38 años se convirtió en el principal asesor económico de la canciller Angela Merkel y en el 2011 esta le designó para dirigir, con 43 años, el Bundesbank con un sueldo de 400.000 euros anuales.
“Separarme de él se me hace duro, tanto en el terreno profesional como desde el punto de vista personal”, comentó la canciller en febrero del 2011, cuando su asesor fue designado para presidir el Bundesbank. Casi dos años después, Weidmann y su institución se están quedando solos en los debates que acompañan el desbarajuste europeo. ¿Por qué? ¿Quién es y qué tiene este brillante jovencito de fulgurante carrera y aspecto tímido y frágil?
Nació en Solingen (Renania del Norte-Westfalia), en el seno de una familia de clase media. La madre de Weidmann era maestra, y el padre, ingeniero. Al presidente del Bundesbank no le gusta hablar de su vida privada, no existen libros sobre su persona, no pisa los platós de la tele, y la prensa alemana no está particularmente interesada en el cotilleo, así que se sabe poco de su vida personal, de sus aficiones, nada no profesional; sólo que está casado y tiene dos hijos, lo que obliga a conocer su perfil desde su faceta profesional.
Desde que empezó a trabajar en Berlín, en el 2006, alquiló un piso discreto en la plaza Postdam, cerca de la oficina. Cuando podía, no todas las semanas, se iba a ver a la familia, que continuó viviendo en Frankfurt. Cuando uno de sus hijos hizo la primera comunión, Weidmann llegó tarde. Parece que llevó como pudo la relación con la familia durante esa separación por motivos profesionales, que duró hasta su nombramiento en el Bundesbank, que tiene su sede en Frankfurt.
El presidente del Bundesbank es un hombre entregado al trabajo. Discreto, porque en su cargo una palabra de más puede desencadenar terremotos económicos. Afable en el trato con la prensa, carente de vanidad, dicen quienes le conocen, pero al mismo tiempo se muestra como un negociador duro e inflexible.
Estudió Economía en París y Bonn y tuvo dos mentores y un padrino. Sus directores de tesis fueron los profesores Roland Vaubel y Manfred Neumann. Primera sorpresa: cuando fue nombrado presidente del Bundesbank y se preguntó a Vaubel si su discípulo era la persona apropiada para el cargo, respondió con una tajante negativa: “Temo que no está a la altura de la tarea”, dijo. Cuando le pidieron que describiera a su pupilo, añadió: “Es un tecnócrata gris”. Muchos se quedaron pasmados. En cambio, su otro mentor salió en su defensa: “No hay nadie mejor que él”, dijo.
El padrino de Weidmann fue Axel Weber, un profesor de la Universidad de Bonn que fue nombrado presidente del Bundesbank en el 2002. Weber se llevó a Weidmann como director del departamento de política monetaria. Más tarde le hizo vicedirector económico. De allí, recomendado por Weber, pasó a la cancillería, donde Merkel le encargó la dirección de la preparación de sus encuentros con el G-8 y el G-20 en los complicados años del inicio de la crisis.
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) se diseñó a imagen y semejanza del Bundesbank, es decir, como guardián independiente de la estabilidad de precios, el BCE se encuentra con que la eurocrisis y el sentido común le empujan a salirse un poco de ese guión. Al frente del Bundesbank, Weber denunció tal sacrilegio y acabó dimitiendo de su cargo por ese motivo. Pero Weidmann sigue estrictamente los pasos de Weber y se ha convertido en un adversario del presidente del BCE, Mario Draghi, especialmente desde que este dio a conocer en septiembre su programa de compra “ilimitada y condicional” de deuda de países en dificultades.
La moneda europea está en crisis por los altos costes que dejó la crisis financiera, los defectos de nacimiento del euro y toda una serie de problemas nacionales de los países de la eurozona; desde el dumping salarial y el desequilibrio en competitividad entre socios, hasta los embellecidos presupuestos griegos, la corrupción y el clientelismo mediterráneos... Ignorando esos motivos y la interrelación nacional que toda crisis sistémica tiene, la eurocrisis prefirió explicarse a sí misma como un problema de deuda de países meridionales mal administrados. Y Weidmann encaja muy bien con ese esquema que el economista Heiner Ganssmann denomina “Merkelantismus” –o, en latín, furiosa Teutonicorum insania– y que define como “una específica doctrina alemana contemporánea con fuertes connotaciones morales”.
El Bundesbank y su presidente son los máximos representantes de esa doctrina, así que no era casualidad que Weidmann se opusiera a Draghi. Weidmann defiende el papel clásico del BCE con la intransigencia de un Thomas Becket ante Enrique II de Inglaterra, ha reconocido quien fue su mentor, Manfred Neumann.
¿Cuales son las raíces del empecinamiento de Weidmann y su banco? La respuesta obliga a explorar el mundo académico alemán de los años 60, cuando se forjó la ortodoxia económica alemana. El economista alemán más influyente de la posguerra, Herbert Giersch, renegó de la teoría de la demanda de Keynes en la que el Estado tenía mayor credibilidad que el mercado y que había dominado el pensamiento económico desde la crisis del 29, para abrazar un dogmatismo neoliberal. Su centro fue el Instituto de Economía Mundial de Kiel.
“El Instituto de Kiel, el consejo de sabios que asesora al gobierno y el Bundesbank crearon la santísima trinidad que durante casi 40 años dominó el debate económico alemán”, dice el periodista económico Robert von Heusinger, autor de un ensayo sobre Weidmann titulado El impasible. Keynes fue demonizado, y se estableció un particular dogmatismo monetarista. “Quien quisiera llegar a ser algo como economista en Alemania debía adaptarse a las instituciones y ser un poco dogmático”, explica Von Heusinger.
Mientras los esquemas neoliberales eran puestos a prueba por la práctica y daban lugar a las desastrosas experiencias mundiales de los 80 y 90 que aún se pagan hoy en algunos países, en Alemania, la reunificación nacional de 1990 impuso una experiencia completamente diferente, lo que el execonomista jefe del Deutsche Bank Norbert Walter describe como “el mayor programa keynesiano de la historia”: dos billones de euros (un 8% del PIB alemán a lo largo de 25 años, desde 1995 hasta el 2015) gastados en la anexión y absorción de la RDA. Aquello generó cierta alergia al gasto público y al endeudamiento y es mucho más significativo que la siempre citada memoria de la inflación de la República de Weimar. En la época de Weimar, no ya Weidmann, que nació casi 40 años después, ni siquiera su padre había nacido.
En cualquier caso, esa mezcla alemana de dogmatismo académico y alergia empírica al gasto público y las cuentas desmadradas que Weidmann y su institución encarnan, está de capa caída. En el contexto de la crisis, hasta algunos prominentes discípulos del fallecido profesor Giersch han cambiado un poco el chip y apoyan las compras de deuda decididas por el BCE. La santísima trinidad alemana se tambalea, pero Weidmann se mantiene impertérrito.
“Dos de los cinco miembros del consejo de sabios y el director del Instituto de Kiel se han pronunciado a favor de la compra de deuda a corto plazo”, explica Von Heusinger. También la canciller Merkel ha tenido que flexibilizar su postura. Sólo el Bundesbank de Weidmann se opone. Weidmann dice que comprar deuda es una “droga peligrosa”, un factor de inflación y una manera de destruir la disciplina de los países “culpables”. ¿Y el público alemán? Como dijo en cierta ocasión Jacques Delors, “no todos los alemanes creen en Dios, pero todos creen en el Bundesbank”. “Weidmann contra todos”, podría ser el título de la película de la que el jovial presidente del Bundesbank es protagonista.
Rafael Poch. magazinedigital.com
Fuente: http://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/cnt_id/8503
“Separarme de él se me hace duro, tanto en el terreno profesional como desde el punto de vista personal”, comentó la canciller en febrero del 2011, cuando su asesor fue designado para presidir el Bundesbank. Casi dos años después, Weidmann y su institución se están quedando solos en los debates que acompañan el desbarajuste europeo. ¿Por qué? ¿Quién es y qué tiene este brillante jovencito de fulgurante carrera y aspecto tímido y frágil?
Nació en Solingen (Renania del Norte-Westfalia), en el seno de una familia de clase media. La madre de Weidmann era maestra, y el padre, ingeniero. Al presidente del Bundesbank no le gusta hablar de su vida privada, no existen libros sobre su persona, no pisa los platós de la tele, y la prensa alemana no está particularmente interesada en el cotilleo, así que se sabe poco de su vida personal, de sus aficiones, nada no profesional; sólo que está casado y tiene dos hijos, lo que obliga a conocer su perfil desde su faceta profesional.
Desde que empezó a trabajar en Berlín, en el 2006, alquiló un piso discreto en la plaza Postdam, cerca de la oficina. Cuando podía, no todas las semanas, se iba a ver a la familia, que continuó viviendo en Frankfurt. Cuando uno de sus hijos hizo la primera comunión, Weidmann llegó tarde. Parece que llevó como pudo la relación con la familia durante esa separación por motivos profesionales, que duró hasta su nombramiento en el Bundesbank, que tiene su sede en Frankfurt.
El presidente del Bundesbank es un hombre entregado al trabajo. Discreto, porque en su cargo una palabra de más puede desencadenar terremotos económicos. Afable en el trato con la prensa, carente de vanidad, dicen quienes le conocen, pero al mismo tiempo se muestra como un negociador duro e inflexible.
Estudió Economía en París y Bonn y tuvo dos mentores y un padrino. Sus directores de tesis fueron los profesores Roland Vaubel y Manfred Neumann. Primera sorpresa: cuando fue nombrado presidente del Bundesbank y se preguntó a Vaubel si su discípulo era la persona apropiada para el cargo, respondió con una tajante negativa: “Temo que no está a la altura de la tarea”, dijo. Cuando le pidieron que describiera a su pupilo, añadió: “Es un tecnócrata gris”. Muchos se quedaron pasmados. En cambio, su otro mentor salió en su defensa: “No hay nadie mejor que él”, dijo.
El padrino de Weidmann fue Axel Weber, un profesor de la Universidad de Bonn que fue nombrado presidente del Bundesbank en el 2002. Weber se llevó a Weidmann como director del departamento de política monetaria. Más tarde le hizo vicedirector económico. De allí, recomendado por Weber, pasó a la cancillería, donde Merkel le encargó la dirección de la preparación de sus encuentros con el G-8 y el G-20 en los complicados años del inicio de la crisis.
Aunque el Banco Central Europeo (BCE) se diseñó a imagen y semejanza del Bundesbank, es decir, como guardián independiente de la estabilidad de precios, el BCE se encuentra con que la eurocrisis y el sentido común le empujan a salirse un poco de ese guión. Al frente del Bundesbank, Weber denunció tal sacrilegio y acabó dimitiendo de su cargo por ese motivo. Pero Weidmann sigue estrictamente los pasos de Weber y se ha convertido en un adversario del presidente del BCE, Mario Draghi, especialmente desde que este dio a conocer en septiembre su programa de compra “ilimitada y condicional” de deuda de países en dificultades.
La moneda europea está en crisis por los altos costes que dejó la crisis financiera, los defectos de nacimiento del euro y toda una serie de problemas nacionales de los países de la eurozona; desde el dumping salarial y el desequilibrio en competitividad entre socios, hasta los embellecidos presupuestos griegos, la corrupción y el clientelismo mediterráneos... Ignorando esos motivos y la interrelación nacional que toda crisis sistémica tiene, la eurocrisis prefirió explicarse a sí misma como un problema de deuda de países meridionales mal administrados. Y Weidmann encaja muy bien con ese esquema que el economista Heiner Ganssmann denomina “Merkelantismus” –o, en latín, furiosa Teutonicorum insania– y que define como “una específica doctrina alemana contemporánea con fuertes connotaciones morales”.
El Bundesbank y su presidente son los máximos representantes de esa doctrina, así que no era casualidad que Weidmann se opusiera a Draghi. Weidmann defiende el papel clásico del BCE con la intransigencia de un Thomas Becket ante Enrique II de Inglaterra, ha reconocido quien fue su mentor, Manfred Neumann.
¿Cuales son las raíces del empecinamiento de Weidmann y su banco? La respuesta obliga a explorar el mundo académico alemán de los años 60, cuando se forjó la ortodoxia económica alemana. El economista alemán más influyente de la posguerra, Herbert Giersch, renegó de la teoría de la demanda de Keynes en la que el Estado tenía mayor credibilidad que el mercado y que había dominado el pensamiento económico desde la crisis del 29, para abrazar un dogmatismo neoliberal. Su centro fue el Instituto de Economía Mundial de Kiel.
“El Instituto de Kiel, el consejo de sabios que asesora al gobierno y el Bundesbank crearon la santísima trinidad que durante casi 40 años dominó el debate económico alemán”, dice el periodista económico Robert von Heusinger, autor de un ensayo sobre Weidmann titulado El impasible. Keynes fue demonizado, y se estableció un particular dogmatismo monetarista. “Quien quisiera llegar a ser algo como economista en Alemania debía adaptarse a las instituciones y ser un poco dogmático”, explica Von Heusinger.
Mientras los esquemas neoliberales eran puestos a prueba por la práctica y daban lugar a las desastrosas experiencias mundiales de los 80 y 90 que aún se pagan hoy en algunos países, en Alemania, la reunificación nacional de 1990 impuso una experiencia completamente diferente, lo que el execonomista jefe del Deutsche Bank Norbert Walter describe como “el mayor programa keynesiano de la historia”: dos billones de euros (un 8% del PIB alemán a lo largo de 25 años, desde 1995 hasta el 2015) gastados en la anexión y absorción de la RDA. Aquello generó cierta alergia al gasto público y al endeudamiento y es mucho más significativo que la siempre citada memoria de la inflación de la República de Weimar. En la época de Weimar, no ya Weidmann, que nació casi 40 años después, ni siquiera su padre había nacido.
En cualquier caso, esa mezcla alemana de dogmatismo académico y alergia empírica al gasto público y las cuentas desmadradas que Weidmann y su institución encarnan, está de capa caída. En el contexto de la crisis, hasta algunos prominentes discípulos del fallecido profesor Giersch han cambiado un poco el chip y apoyan las compras de deuda decididas por el BCE. La santísima trinidad alemana se tambalea, pero Weidmann se mantiene impertérrito.
“Dos de los cinco miembros del consejo de sabios y el director del Instituto de Kiel se han pronunciado a favor de la compra de deuda a corto plazo”, explica Von Heusinger. También la canciller Merkel ha tenido que flexibilizar su postura. Sólo el Bundesbank de Weidmann se opone. Weidmann dice que comprar deuda es una “droga peligrosa”, un factor de inflación y una manera de destruir la disciplina de los países “culpables”. ¿Y el público alemán? Como dijo en cierta ocasión Jacques Delors, “no todos los alemanes creen en Dios, pero todos creen en el Bundesbank”. “Weidmann contra todos”, podría ser el título de la película de la que el jovial presidente del Bundesbank es protagonista.
Rafael Poch. magazinedigital.com
Fuente: http://www.magazinedigital.com/reportajes/los_reportajes_de_la_semana/reportaje/cnt_id/8503
viernes, 16 de noviembre de 2012
EL DRAMA DE LAS HIPOTECAS ABUSIVAS » Miles de personas exigen en Bilbao el final definitivo de todos los desahucios
Ocho días después de que el suicidio de la exconcejal socialista Amaya Egaña actuase como espoleta de la indignación social, varios miles de personas se han manifiestado esta tarde en Bilbao en contra de los desahucios, de los que han exigido su paralización definitiva, y los recortes sociales y por el derecho a una vivienda digna en una marcha convocada y apoyada por numerosas organizaciones sociales y sindicales.
La manifestación, que ha durado una hora, ha permitido, por ejemplo, ver juntos tras una pancarta a los cuatro principales sindicatos vascos, algo que no han conseguido ni siquiera las huelgas generales contra Mariano Rajoy. "Es la primera vez que ante esta crisis coincidimos todos los sindicatos ante una reivindicación", han reconocido dirigentes de LAB.
La marcha ha partido a las 17.30 del Sagrado Corazón y ha recorrido prácticamente en silencio y sin ningún incidente el centro de la capital vizcaína tras una pancarta en la que se leía "Ni desahucios ni recortes sociales" y "Etxebizitza duina gure eskubidea" ("Vivienda digna, nuestro derecho"). Había sido convocada por seis sindicatos nacionalistas encabezados por ELA y LAB, además de CGT y CNT, junto con más de medio centenar de organizaciones y colectivos sociales. A la convocatoria se habían sumado UGT y CC OO a través de la llamada Cumbre Social Vasca, plataforma de la que forman parte estas centrales y otras organizaciones, como Jueces para la Democracia o la Unión Progresista de Fiscales. También se adhirieron distintas formaciones políticas.
Entre los participantes se encontraban la dirigente de EH Bildu, Laura Mintegi; la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide; el secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado; el dirigente de ELA Mikel Noval, y otros representantes políticos como Maribi Ugarteburu, de la izquierda abertzale, Unai Ziarreta (EA) y Oskar Matute (Alternatiba).
Tras la llegada de la marcha al Ayuntamiento bilbaíno, representantes de los colectivos organizadores han leído un comunicado en euskera y castellano. En el mismo, han recalcado que "los poderes públicos han beneficiado a quienes han hecho negocio con la vivienda, los constructores y la banca", lo que ha convertido el derecho a una vivienda en un bien especulativo. "Éste es el resultado de permitir que bancos y cajas se conviertan en agentes centrales de lo que debería ser un derecho garantizado por el sector público", han destacado.
Los manifestantes critican que "los poderes públicos han beneficiado a quienes han hecho negocio con la vivienda"
Igualmente han acusado a las instituciones de haber aplicado una política de recortes en materia de vivienda y no haber impulsado el alquiler público y la reutilización de viviendas vacías. Por ello, han exigido el reconocimento del derecho de todas las personas a acceder a una vivienda. Del mismo modo, han exigido la paralización de todos los desahucios de manera definitiva. Creación de un instituto público de vivienda y dedicar dinero público a la promoción directa de pisos en alquiler social, han sido otras de las peticiones realizadas.
Etxaide ha recalcado que el Gobierno central ha demostrado su falta de voluntad a la hora poner "barras rojas" a la crisis, ya que el decreto aprobado el pasado jueves "no pone límites a los intereses del capital". La responsable de ELA ha pedido una ley que garantice el derecho a una vivienda digna a todos los ciudadanos.
La manifestación, que ha durado una hora, ha permitido, por ejemplo, ver juntos tras una pancarta a los cuatro principales sindicatos vascos, algo que no han conseguido ni siquiera las huelgas generales contra Mariano Rajoy. "Es la primera vez que ante esta crisis coincidimos todos los sindicatos ante una reivindicación", han reconocido dirigentes de LAB.
La marcha ha partido a las 17.30 del Sagrado Corazón y ha recorrido prácticamente en silencio y sin ningún incidente el centro de la capital vizcaína tras una pancarta en la que se leía "Ni desahucios ni recortes sociales" y "Etxebizitza duina gure eskubidea" ("Vivienda digna, nuestro derecho"). Había sido convocada por seis sindicatos nacionalistas encabezados por ELA y LAB, además de CGT y CNT, junto con más de medio centenar de organizaciones y colectivos sociales. A la convocatoria se habían sumado UGT y CC OO a través de la llamada Cumbre Social Vasca, plataforma de la que forman parte estas centrales y otras organizaciones, como Jueces para la Democracia o la Unión Progresista de Fiscales. También se adhirieron distintas formaciones políticas.
Entre los participantes se encontraban la dirigente de EH Bildu, Laura Mintegi; la secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide; el secretario general de UGT-Euskadi, Dámaso Casado; el dirigente de ELA Mikel Noval, y otros representantes políticos como Maribi Ugarteburu, de la izquierda abertzale, Unai Ziarreta (EA) y Oskar Matute (Alternatiba).
Tras la llegada de la marcha al Ayuntamiento bilbaíno, representantes de los colectivos organizadores han leído un comunicado en euskera y castellano. En el mismo, han recalcado que "los poderes públicos han beneficiado a quienes han hecho negocio con la vivienda, los constructores y la banca", lo que ha convertido el derecho a una vivienda en un bien especulativo. "Éste es el resultado de permitir que bancos y cajas se conviertan en agentes centrales de lo que debería ser un derecho garantizado por el sector público", han destacado.
Los manifestantes critican que "los poderes públicos han beneficiado a quienes han hecho negocio con la vivienda"
Igualmente han acusado a las instituciones de haber aplicado una política de recortes en materia de vivienda y no haber impulsado el alquiler público y la reutilización de viviendas vacías. Por ello, han exigido el reconocimento del derecho de todas las personas a acceder a una vivienda. Del mismo modo, han exigido la paralización de todos los desahucios de manera definitiva. Creación de un instituto público de vivienda y dedicar dinero público a la promoción directa de pisos en alquiler social, han sido otras de las peticiones realizadas.
Etxaide ha recalcado que el Gobierno central ha demostrado su falta de voluntad a la hora poner "barras rojas" a la crisis, ya que el decreto aprobado el pasado jueves "no pone límites a los intereses del capital". La responsable de ELA ha pedido una ley que garantice el derecho a una vivienda digna a todos los ciudadanos.
Máxima presión alemana contra Francia. Con una virulencia inédita, en Berlín se presenta a Francia como el "enfermo de Europa"
El filósofo alemán Ulrich Beck exponía hace unos días los tres hechos del momento. Primero: la situación mundial es tan compleja que nadie sabe cómo desenredarla. Segundo: sin hacer caso de la opinión pública europea, Alemania está aplicando un extremo y violento neoliberalismo que va a ser integrado en la constitución europea vía el llamado pacto fiscal. Y tercero: la política de austeridad alemana no ha registrado éxito alguno y lleva al desastre a países como Grecia, España, Italia y pronto Francia.
Con este panorama, la canciller Merkel tiene una cosa en mente: sus elecciones dentro de un año. Lo decisivo será si Alemania, hoy al borde de la recesión europea, hará agua cuando los alemanes vayan a votar, o si aún flotará.
Como todos los países de Europa, Francia tiene muchos problemas, pero el principal se llama Alemania. El gobierno alemán está presionando para que París adopte contrareformas sociales como las Hartz IV con las que Berlín inició en 2003 el desmonte de su estado social. Pero en Francia hay sindicatos y una sociedad que no puede ignorarse y que en un 62% se opone ala subida del IVA, por ejemplo. No es tan fácil. Por eso el primer ministro francés, Jean Marc Ayrault, vino ayer a Berlín en busca de “comprensión”, dijo. Buenas palabras: "Deseamos una Francia fuerte”, le dijo Merkel. La procesión va por dentro.
La prensa alemana lleva semanas identificando a Francia como el nuevo “enfermo de Europa”, un peligro mayor que el de Grecia y España, se dice. El mensaje es profundamente desestabilizador porque contiene riesgos de profecías que se cumplen por el hecho de enunciarse.
El Presidente Hollande intenta surfear entre unas cuentas más saneadas, más competitividad y cierta tradición republicana francesa que impide maltratar socialmente. Francia continua financiando su deuda a niveles envidiables que sugieren que es vista por los mercados como una apuesta estable, pero la presión teutona amenaza con llevárselo todo por delante. “Es lo que quisieran algunos en el extranjero”, dijo Hollande en su última conferencia de prensa.
Desafiar frontalmente la austeridad alemana significaría arruinar definitivamente el eje franco-alemán, matriz de la Unión Europea. Mientras el gobierno francés se siente responsable de ello, el alemán aprieta los tornillos de un mecanismos destructor y evoca una ilusoria “Europa federal” en la que nadie puede creer en serio.
Sin verdadero proyecto europeo, lo que hay en Alemania es un acomplejado resentimiento histórico antifrancés que está emergiendo con la crisis. Esta es vista como la ocasión de ajustarle las cuentas a un vecino históricamente más sofisticado del que partieron no pocos impulsos europeos liberadores. Las dudas de París sobre la austeridad forman parte de esos impulsos que hay que aniquilar. Como en el pasado, la derecha francesa y buena parte de su prensa, toman partido por Alemania, país que, “se preocupa por el estado de nuestra economía”, señala Les Echos.
Pero cuando Bild se pregunta en portada, “¿Será Francia la próxima Grecia?” no está formulando preocupación, sino más bien un oscuro deseo freudiano. “Nunca había vivido una campaña tan intensa contra Francia”, dice un corresponsal alemán en Bruselas con gran experiencia en París. La vieja Europa asoma en el actual frío franco-alemán. Aunque Merkel y Ayrault lo disimularan ayer en Berlín con buenas palabras. Una cumbre muy especial.
Rafael Poch, La Vanguardia
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20121116/54354538919/maxima-presion-alemana-francia.html
Con este panorama, la canciller Merkel tiene una cosa en mente: sus elecciones dentro de un año. Lo decisivo será si Alemania, hoy al borde de la recesión europea, hará agua cuando los alemanes vayan a votar, o si aún flotará.
Como todos los países de Europa, Francia tiene muchos problemas, pero el principal se llama Alemania. El gobierno alemán está presionando para que París adopte contrareformas sociales como las Hartz IV con las que Berlín inició en 2003 el desmonte de su estado social. Pero en Francia hay sindicatos y una sociedad que no puede ignorarse y que en un 62% se opone ala subida del IVA, por ejemplo. No es tan fácil. Por eso el primer ministro francés, Jean Marc Ayrault, vino ayer a Berlín en busca de “comprensión”, dijo. Buenas palabras: "Deseamos una Francia fuerte”, le dijo Merkel. La procesión va por dentro.
La prensa alemana lleva semanas identificando a Francia como el nuevo “enfermo de Europa”, un peligro mayor que el de Grecia y España, se dice. El mensaje es profundamente desestabilizador porque contiene riesgos de profecías que se cumplen por el hecho de enunciarse.
El Presidente Hollande intenta surfear entre unas cuentas más saneadas, más competitividad y cierta tradición republicana francesa que impide maltratar socialmente. Francia continua financiando su deuda a niveles envidiables que sugieren que es vista por los mercados como una apuesta estable, pero la presión teutona amenaza con llevárselo todo por delante. “Es lo que quisieran algunos en el extranjero”, dijo Hollande en su última conferencia de prensa.
Desafiar frontalmente la austeridad alemana significaría arruinar definitivamente el eje franco-alemán, matriz de la Unión Europea. Mientras el gobierno francés se siente responsable de ello, el alemán aprieta los tornillos de un mecanismos destructor y evoca una ilusoria “Europa federal” en la que nadie puede creer en serio.
Sin verdadero proyecto europeo, lo que hay en Alemania es un acomplejado resentimiento histórico antifrancés que está emergiendo con la crisis. Esta es vista como la ocasión de ajustarle las cuentas a un vecino históricamente más sofisticado del que partieron no pocos impulsos europeos liberadores. Las dudas de París sobre la austeridad forman parte de esos impulsos que hay que aniquilar. Como en el pasado, la derecha francesa y buena parte de su prensa, toman partido por Alemania, país que, “se preocupa por el estado de nuestra economía”, señala Les Echos.
Pero cuando Bild se pregunta en portada, “¿Será Francia la próxima Grecia?” no está formulando preocupación, sino más bien un oscuro deseo freudiano. “Nunca había vivido una campaña tan intensa contra Francia”, dice un corresponsal alemán en Bruselas con gran experiencia en París. La vieja Europa asoma en el actual frío franco-alemán. Aunque Merkel y Ayrault lo disimularan ayer en Berlín con buenas palabras. Una cumbre muy especial.
Rafael Poch, La Vanguardia
Fuente: http://www.lavanguardia.com/internacional/20121116/54354538919/maxima-presion-alemana-francia.html
jueves, 15 de noviembre de 2012
El vino en el embarazo perjudica el cociente intelectual del bebé
Beber uno o dos vasos de vino a la semana durante el embarazo puede afectar el cociente intelectual del bebé, según informa un estudio.
Investigadores de las universidades de Oxford y Bristol, en Reino Unido, estudiaron el cociente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) de más de 4.000 niños y niñas y lo vincularon con el consumo de alcohol de sus madres.
Encontraron que el consumo moderado de seis unidades de alcohol a la semana durante el embarazo afecta el IQ.
Los expertos dicen que el efecto es leve, pero reiteran la necesidad de evitar el alcohol durante el período de gestación.
Estudios anteriores produjeron evidencias inconsistentes y confusas sobre el daño que puede causar el consumo bajo o moderado de alcohol durante el embarazo, en gran parte porque es difícil separar otros factores que pueden influir, como la edad y la educación de la madre. Un estudio de la Universidad de Londres de octubre de 2010, por ejemplo, dijo que el consumo moderado no presentaba ningún riesgo.
Pero esta investigación, presentada en la publicación PLOS One, descartó esta teoría al enfocarse en los cambios en los genes que no están conectados con los efectos sociales o del estilo de vida.
Un estudio diferente
Tal vez la razón por la que tantos estudios han encontrado que el consumo moderado de alcohol no es perjudicial en el embarazo es la siguiente. La mayoría de estudios previos hicieron pruebas de observación, algo que los investigadores creen que puede ser engañoso, porque las madres que beben con moderación durante el embarazo suelen tener una educación avanzada, una dieta adecuada y es poco probable que fumen, todos factores vinculados a un mayor cociente intelectual en niños. Estos factores pudieron haber escondido los efectos negativos del alcohol en los otros estudios.
Un estudio estadounidense publicado en julio encontró que las mujeres con educación y mayor edad tienden más a beber durante el embarazo. Esta investigación utilizó una nueva técnica de análisis enfocada en las variantes genéticas que se modifican por el consumo de alcohol. Como las variaciones genéticas individuales que la gente tiene en su ADN no están conectadas a factores de estilo de vida y sociales, este tipo de estudio evita las posibles alteraciones de los resultados.
Cuando una persona bebe alcohol, las enzimas convierten al etanol en acetaldehído. Las variaciones en los genes que codifican estas enzimas dan lugar a diferencias en la capacidad de una persona para metabolizar el etanol. Los "metabolizadores lentos", por consiguiente, tienen los niveles de alcohol altos durante más tiempo que los "metabolizadores rápidos".
Los científicos creen que la metabolización rápida del etanol evita el desarrollo anormal del cerebro, porque hay una cantidad menor de alcohol que pasa al feto.
A las madres se les pidió que registraran su consumo de alcohol en las distintas etapas del embarazo. Una bebida se estableció como una unidad de alcohol. El estudio encontró que cuatro variaciones genéticas de los genes que metabolizan el alcohol de los niños y sus madres se relacionaron con un menor IQ a la edad de ocho años.
En promedio, el IQ del niño se redujo en casi dos puntos a cuenta de esta modificación genética. Este efecto solo se observó en los hijos de las mujeres que se tomaron entre una y seis bebidas alcohólicas por semana durante el embarazo, y no entre las mujeres que se abstuvieron cuando estaban embarazadas.
El efecto causal no puede ser probado, dijeron los investigadores. Pero la forma como hicieron el estudio sugiere que la exposición al alcohol en el útero fue la causante de las diferencias en el cociente intelectual del niño.
"¿Para qué arriesgarse?"
Ron Gray, de la Universidad de Oxford, dijo que aunque las diferencias son pequeñas también son importantes, porque se ha demostrado que los bajos niveles de IQ están asociados con estar socialmente desfavorecido, tener mala salud e incluso morir joven.
"Corresponde a cada mujer decidir si desea o no beber durante el embarazo; solo queremos aportar las pruebas. "Pero yo recomendaría evitar el alcohol. ¿Para qué correr el riesgo?"
Un portavoz del departamento de Salud dijo que desde el año 2007 su consejo ha sido que las mujeres que están intentando concebir o están embarazadas eviten el alcohol.
Pero Clare Tower, consultora en obstetricia y medicina materno-fetal en el Hospital de Santa María, Manchester, hizo hincapié en que las mujeres que han bebido una que otra copa durante el embarazo no se deberían alarmar demasiado.
"Nuestra recomendación es que la medida más segura es la abstinencia durante el embarazo. El hallazgo de este estudio puede corroborar que éste es sin duda el mejor consejo".
La doctora también señaló que otro estudio reciente no encontró efectos en el IQ a los cinco años de edad. "Es probable, por tanto, que el impacto sea leve y probablemente no se vea en todas las mujeres." Fuente: BBC.
Investigadores de las universidades de Oxford y Bristol, en Reino Unido, estudiaron el cociente intelectual (IQ, por sus siglas en inglés) de más de 4.000 niños y niñas y lo vincularon con el consumo de alcohol de sus madres.
Encontraron que el consumo moderado de seis unidades de alcohol a la semana durante el embarazo afecta el IQ.
Los expertos dicen que el efecto es leve, pero reiteran la necesidad de evitar el alcohol durante el período de gestación.
Estudios anteriores produjeron evidencias inconsistentes y confusas sobre el daño que puede causar el consumo bajo o moderado de alcohol durante el embarazo, en gran parte porque es difícil separar otros factores que pueden influir, como la edad y la educación de la madre. Un estudio de la Universidad de Londres de octubre de 2010, por ejemplo, dijo que el consumo moderado no presentaba ningún riesgo.
Pero esta investigación, presentada en la publicación PLOS One, descartó esta teoría al enfocarse en los cambios en los genes que no están conectados con los efectos sociales o del estilo de vida.
Un estudio diferente
Tal vez la razón por la que tantos estudios han encontrado que el consumo moderado de alcohol no es perjudicial en el embarazo es la siguiente. La mayoría de estudios previos hicieron pruebas de observación, algo que los investigadores creen que puede ser engañoso, porque las madres que beben con moderación durante el embarazo suelen tener una educación avanzada, una dieta adecuada y es poco probable que fumen, todos factores vinculados a un mayor cociente intelectual en niños. Estos factores pudieron haber escondido los efectos negativos del alcohol en los otros estudios.
Un estudio estadounidense publicado en julio encontró que las mujeres con educación y mayor edad tienden más a beber durante el embarazo. Esta investigación utilizó una nueva técnica de análisis enfocada en las variantes genéticas que se modifican por el consumo de alcohol. Como las variaciones genéticas individuales que la gente tiene en su ADN no están conectadas a factores de estilo de vida y sociales, este tipo de estudio evita las posibles alteraciones de los resultados.
Cuando una persona bebe alcohol, las enzimas convierten al etanol en acetaldehído. Las variaciones en los genes que codifican estas enzimas dan lugar a diferencias en la capacidad de una persona para metabolizar el etanol. Los "metabolizadores lentos", por consiguiente, tienen los niveles de alcohol altos durante más tiempo que los "metabolizadores rápidos".
Los científicos creen que la metabolización rápida del etanol evita el desarrollo anormal del cerebro, porque hay una cantidad menor de alcohol que pasa al feto.
A las madres se les pidió que registraran su consumo de alcohol en las distintas etapas del embarazo. Una bebida se estableció como una unidad de alcohol. El estudio encontró que cuatro variaciones genéticas de los genes que metabolizan el alcohol de los niños y sus madres se relacionaron con un menor IQ a la edad de ocho años.
En promedio, el IQ del niño se redujo en casi dos puntos a cuenta de esta modificación genética. Este efecto solo se observó en los hijos de las mujeres que se tomaron entre una y seis bebidas alcohólicas por semana durante el embarazo, y no entre las mujeres que se abstuvieron cuando estaban embarazadas.
El efecto causal no puede ser probado, dijeron los investigadores. Pero la forma como hicieron el estudio sugiere que la exposición al alcohol en el útero fue la causante de las diferencias en el cociente intelectual del niño.
"¿Para qué arriesgarse?"
Ron Gray, de la Universidad de Oxford, dijo que aunque las diferencias son pequeñas también son importantes, porque se ha demostrado que los bajos niveles de IQ están asociados con estar socialmente desfavorecido, tener mala salud e incluso morir joven.
"Corresponde a cada mujer decidir si desea o no beber durante el embarazo; solo queremos aportar las pruebas. "Pero yo recomendaría evitar el alcohol. ¿Para qué correr el riesgo?"
Un portavoz del departamento de Salud dijo que desde el año 2007 su consejo ha sido que las mujeres que están intentando concebir o están embarazadas eviten el alcohol.
Pero Clare Tower, consultora en obstetricia y medicina materno-fetal en el Hospital de Santa María, Manchester, hizo hincapié en que las mujeres que han bebido una que otra copa durante el embarazo no se deberían alarmar demasiado.
"Nuestra recomendación es que la medida más segura es la abstinencia durante el embarazo. El hallazgo de este estudio puede corroborar que éste es sin duda el mejor consejo".
La doctora también señaló que otro estudio reciente no encontró efectos en el IQ a los cinco años de edad. "Es probable, por tanto, que el impacto sea leve y probablemente no se vea en todas las mujeres." Fuente: BBC.
martes, 13 de noviembre de 2012
Son las matemáticas.
La economía del conocimiento exige una educación sustentada en tres fundamentos: un nivel avanzado en matemática y estadística, una capacidad elevada para escribir un argumento y un nivel avanzado de inglés.
Las elecciones americanas han tenido un ganador inesperado: los modelos estadísticos. Ya en las elecciones de 2008, un bloguero llamado Nate Silver consiguió una leal audiencia desde su blog a base de predicar el evangelio del rigor, la calma y el análisis de los pronósticos electorales por encima de las opiniones basadas en la “intuición” y el “instinto”. Llegado el momento de la elección, su modelo estadístico, que combinaba todos los datos de encuestas existentes para producir un resultado electoral Estado a Estado, consiguió un éxito enorme al predecir los resultados en todos los Estados menos uno. Tras este éxito, el New York Timesle compró el blog y lo instaló en su primera página en Internet durante esta campaña de 2012.
El análisis que ha llevado a cabo Nate Silver en este ciclo ha sido espectacular por lo razonable, valiente, y al final, correcto. Desde hace muchos meses predecía su modelo estadístico una clara, aunque ajustada, victoria de Obama en el Colegio Electoral. Su argumento básico era que lo importante no era la intención de voto nacional (empatada prácticamente), sino la de los Estados, ya que son estos los que participaban en el Colegio Electoral; que había muchas encuestas estatales en los Estados clave (Ohio, sobre todo); y que todas casi sin excepción predecían victorias ajustadas de Obama. Cada encuesta daba una victoria dentro del margen de error, pero cuando se combinaban todas correctamente y se computaba su impacto en el colegio electoral, se llegaba a una predicción con un alto grado de confianza.
Enfurecida, y convencida de que estas elecciones las tenía ganadas, el ala más dura del partido republicano emprendió un durísimo ataque contra Silver, acusándole de ser un manipulador, ocultar los datos, no entender las encuestas, tener una fórmula compleja, tener una fórmula trivialmente sencilla, etcétera. Apoyando estos ataques se encontraban muchos “opinadores profesionales” de izquierda y derecha, acostumbrados a interpretar tendencias desde su sillón, y que veían en peligro su posición ante los avances de este amateur (y muchos otros que seguían tras sus pasos).
Nate Silver respondió siempre a estos ataques con calma, explicando las matemáticas en los términos más sencillos, aclarando lo que sus datos querían y no querían decir e insistiendo en que no era la carrera justita y ajustada hasta el final que los vendedores de periódicos y los republicanos “duros” querían ver, sino que caminábamos hacia una victoria clara de Obama. Sus discusiones entraban en detalle en asuntos como la correlación entre los movimientos de los distintos Estados, la predictibilidad de la participación, la fiabilidad de diferentes tipos de encuesta. Sus enemigos demostraban continuamente su completa ignorancia de los conceptos estadísticos más básicos, en particular la diferencia entre el tamaño del margen de victoria (un par de puntos) y el que este margen sea o no estadísticamente significativo.
El resultado electoral supuso una victoria para Silver aún mayor que la de 2008. No solo acertó el ganador y su margen, sino también el resultado en todos y cada uno de los Estados. Y siempre, eso sí, insistiendo con humildad en que no tenía ningún mérito, que lo único que hacía era fiarse de los datos y no de su instinto.
La victoria de Silver es una anécdota, sí. Pero como en el caso de la evaluación cuantitativa de los jugadores de baseball que describe el periodista Michael Lewis en Moneyball (y que es ahora una película de éxito), refleja la victoria de un mundo nuevo, en el que los que son capaces de entender, interpretar y analizar la información derrotan a los especuladores de salón que no saben leer los datos, pero que saben enrollarse como las persianas sobre todo lo que está bajo el sol. Un mundo en el que gana el argumento no el que más cobra, el más prestigioso, o el jefe, sino cualquiera (incluido el más bajo en la jerarquía o el más joven) que sea capaz de hacer el mejor argumento basado en la evidencia empírica.
La revolución que ya ha tenido lugar en la toma de decisiones en finanzas, en baseball, en marketing (con el análisis masivo de bases de datos de compra) y en la política presidencial americana llegará poco a poco a todas las áreas del conocimiento. Y para beneficiarse de ella, habrá que tener un buen conocimiento de estadística y de matemáticas. Y es que las matemáticas no son solo, como dijo Galileo, el lenguaje en el que Dios escribió el universo, sino que son el lenguaje de los datos y la información en la que estamos inundados. Sin entender modelos matemáticos sencillos, lo que estos pueden predecir y lo que no, los supuestos que requieren, la confianza que merecen, es prácticamente imposible participar activamente en campos aparentemente tan poco matemáticos como la biología, la economía, las finanzas, la contabilidad, la sociología, la ciencia climática, la ciencia política, la medicina (¿cuál es la probabilidad de curación en este caso con quimio, con radio o con cirugía?, ¿de qué depende esta probabilidad?), o el marketing.
Nuestros hijos vivirán en este mundo rico en datos, en el que los trabajos manuales bien pagados habrán desaparecido prácticamente, sustituidos por los robots, y en el que la habilidad principal necesaria para ganarse bien la vida será saber manejar datos, información, símbolos, e ideas. Las máquinas no se manipularán con las manos, sino con un teclado, y los maquinistas tendrán que saber programar. El valor añadido en los procesos productivos estará antes de la fabricación (I+D) y después de esta (servicios), no en la fabricación misma. Las decisiones no se tomarán a partir de intuiciones e instintos, sino a partir de una lectura correcta de la evidencia. Es sorprendente en este sentido que los españoles acepten sin rechistar la estafa que supone la enseñanza secundaria y universitaria que se imparte en demasiados lugares en España, plagada de profesores que imaginan que enseñar consiste en sentarse en una silla a dictar apuntes (¿no conocerán quizás la moderna invención de la fotocopiadora, la impresora, y el correo electrónico?). El debate sobre enseñanza se centra siempre, en cada uno de los interminables procesos de “reforma” en si clase de religión sí o clase no; y si formación del espíritu nacional español, o mejor espíritu nacional catalán o cántabro. Y podemos estar seguros de que los padres protestarán contra cualquier incidente con la comida, que se echarán a la calle ante cualquier subida de tasas, o fallo en la limpieza de las clases.
Pero estamos por escuchar la primera protesta porque a los niños no se les exige suficiente, porque las clases son demasiado blandas, rutinarias, y memorísticas. Estamos por escuchar la primera protesta porque los chicos salen del colegio, con 16 o con 18 años, sin haber adquirido los tres fundamentos claves necesarios para salir adelante en la economía de conocimiento: un nivel avanzado de confianza en el uso de las matemáticas y la estadística; una capacidad elevada para escribir un argumento, no solo correcto gramaticalmente, sino razonado con claridad y convicción; y un nivel avanzado de inglés. No nos engañemos, sin haber adquirido estos tres fundamentos básicos para participar en la economía del conocimiento, es como si los niños no hubieran pisado la escuela desde los 14 años. Y conseguir esta prioridad requiere no solo que los padres se involucren mucho más y que los colegios exijan mucho más, sino también que el modelo educativo cambie, y que exijamos a los Gobiernos, del signo que sea, que sacrifiquen primero el gasto en cualquiera de los otros dos pilares del Estado de bienestar, sanidad y pensiones, si es estrictamente necesario, pero que mantengan por encima de todo la inversión en capital humano, en educación, absolutamente necesaria para asegurar el futuro del país.
Luis Garicano es catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics.
Y algo más, leer aquí.
Las elecciones americanas han tenido un ganador inesperado: los modelos estadísticos. Ya en las elecciones de 2008, un bloguero llamado Nate Silver consiguió una leal audiencia desde su blog a base de predicar el evangelio del rigor, la calma y el análisis de los pronósticos electorales por encima de las opiniones basadas en la “intuición” y el “instinto”. Llegado el momento de la elección, su modelo estadístico, que combinaba todos los datos de encuestas existentes para producir un resultado electoral Estado a Estado, consiguió un éxito enorme al predecir los resultados en todos los Estados menos uno. Tras este éxito, el New York Timesle compró el blog y lo instaló en su primera página en Internet durante esta campaña de 2012.
El análisis que ha llevado a cabo Nate Silver en este ciclo ha sido espectacular por lo razonable, valiente, y al final, correcto. Desde hace muchos meses predecía su modelo estadístico una clara, aunque ajustada, victoria de Obama en el Colegio Electoral. Su argumento básico era que lo importante no era la intención de voto nacional (empatada prácticamente), sino la de los Estados, ya que son estos los que participaban en el Colegio Electoral; que había muchas encuestas estatales en los Estados clave (Ohio, sobre todo); y que todas casi sin excepción predecían victorias ajustadas de Obama. Cada encuesta daba una victoria dentro del margen de error, pero cuando se combinaban todas correctamente y se computaba su impacto en el colegio electoral, se llegaba a una predicción con un alto grado de confianza.
Enfurecida, y convencida de que estas elecciones las tenía ganadas, el ala más dura del partido republicano emprendió un durísimo ataque contra Silver, acusándole de ser un manipulador, ocultar los datos, no entender las encuestas, tener una fórmula compleja, tener una fórmula trivialmente sencilla, etcétera. Apoyando estos ataques se encontraban muchos “opinadores profesionales” de izquierda y derecha, acostumbrados a interpretar tendencias desde su sillón, y que veían en peligro su posición ante los avances de este amateur (y muchos otros que seguían tras sus pasos).
Nate Silver respondió siempre a estos ataques con calma, explicando las matemáticas en los términos más sencillos, aclarando lo que sus datos querían y no querían decir e insistiendo en que no era la carrera justita y ajustada hasta el final que los vendedores de periódicos y los republicanos “duros” querían ver, sino que caminábamos hacia una victoria clara de Obama. Sus discusiones entraban en detalle en asuntos como la correlación entre los movimientos de los distintos Estados, la predictibilidad de la participación, la fiabilidad de diferentes tipos de encuesta. Sus enemigos demostraban continuamente su completa ignorancia de los conceptos estadísticos más básicos, en particular la diferencia entre el tamaño del margen de victoria (un par de puntos) y el que este margen sea o no estadísticamente significativo.
El resultado electoral supuso una victoria para Silver aún mayor que la de 2008. No solo acertó el ganador y su margen, sino también el resultado en todos y cada uno de los Estados. Y siempre, eso sí, insistiendo con humildad en que no tenía ningún mérito, que lo único que hacía era fiarse de los datos y no de su instinto.
La victoria de Silver es una anécdota, sí. Pero como en el caso de la evaluación cuantitativa de los jugadores de baseball que describe el periodista Michael Lewis en Moneyball (y que es ahora una película de éxito), refleja la victoria de un mundo nuevo, en el que los que son capaces de entender, interpretar y analizar la información derrotan a los especuladores de salón que no saben leer los datos, pero que saben enrollarse como las persianas sobre todo lo que está bajo el sol. Un mundo en el que gana el argumento no el que más cobra, el más prestigioso, o el jefe, sino cualquiera (incluido el más bajo en la jerarquía o el más joven) que sea capaz de hacer el mejor argumento basado en la evidencia empírica.
La revolución que ya ha tenido lugar en la toma de decisiones en finanzas, en baseball, en marketing (con el análisis masivo de bases de datos de compra) y en la política presidencial americana llegará poco a poco a todas las áreas del conocimiento. Y para beneficiarse de ella, habrá que tener un buen conocimiento de estadística y de matemáticas. Y es que las matemáticas no son solo, como dijo Galileo, el lenguaje en el que Dios escribió el universo, sino que son el lenguaje de los datos y la información en la que estamos inundados. Sin entender modelos matemáticos sencillos, lo que estos pueden predecir y lo que no, los supuestos que requieren, la confianza que merecen, es prácticamente imposible participar activamente en campos aparentemente tan poco matemáticos como la biología, la economía, las finanzas, la contabilidad, la sociología, la ciencia climática, la ciencia política, la medicina (¿cuál es la probabilidad de curación en este caso con quimio, con radio o con cirugía?, ¿de qué depende esta probabilidad?), o el marketing.
Nuestros hijos vivirán en este mundo rico en datos, en el que los trabajos manuales bien pagados habrán desaparecido prácticamente, sustituidos por los robots, y en el que la habilidad principal necesaria para ganarse bien la vida será saber manejar datos, información, símbolos, e ideas. Las máquinas no se manipularán con las manos, sino con un teclado, y los maquinistas tendrán que saber programar. El valor añadido en los procesos productivos estará antes de la fabricación (I+D) y después de esta (servicios), no en la fabricación misma. Las decisiones no se tomarán a partir de intuiciones e instintos, sino a partir de una lectura correcta de la evidencia. Es sorprendente en este sentido que los españoles acepten sin rechistar la estafa que supone la enseñanza secundaria y universitaria que se imparte en demasiados lugares en España, plagada de profesores que imaginan que enseñar consiste en sentarse en una silla a dictar apuntes (¿no conocerán quizás la moderna invención de la fotocopiadora, la impresora, y el correo electrónico?). El debate sobre enseñanza se centra siempre, en cada uno de los interminables procesos de “reforma” en si clase de religión sí o clase no; y si formación del espíritu nacional español, o mejor espíritu nacional catalán o cántabro. Y podemos estar seguros de que los padres protestarán contra cualquier incidente con la comida, que se echarán a la calle ante cualquier subida de tasas, o fallo en la limpieza de las clases.
Pero estamos por escuchar la primera protesta porque a los niños no se les exige suficiente, porque las clases son demasiado blandas, rutinarias, y memorísticas. Estamos por escuchar la primera protesta porque los chicos salen del colegio, con 16 o con 18 años, sin haber adquirido los tres fundamentos claves necesarios para salir adelante en la economía de conocimiento: un nivel avanzado de confianza en el uso de las matemáticas y la estadística; una capacidad elevada para escribir un argumento, no solo correcto gramaticalmente, sino razonado con claridad y convicción; y un nivel avanzado de inglés. No nos engañemos, sin haber adquirido estos tres fundamentos básicos para participar en la economía del conocimiento, es como si los niños no hubieran pisado la escuela desde los 14 años. Y conseguir esta prioridad requiere no solo que los padres se involucren mucho más y que los colegios exijan mucho más, sino también que el modelo educativo cambie, y que exijamos a los Gobiernos, del signo que sea, que sacrifiquen primero el gasto en cualquiera de los otros dos pilares del Estado de bienestar, sanidad y pensiones, si es estrictamente necesario, pero que mantengan por encima de todo la inversión en capital humano, en educación, absolutamente necesaria para asegurar el futuro del país.
Luis Garicano es catedrático de Economía y Estrategia de la London School of Economics.
Y algo más, leer aquí.
lunes, 12 de noviembre de 2012
La codicia de la banca propició la concesión de hipotecas a insolventes. Las antiguas cajas captaron a extrabajadores de la construcción, ahora en paro
El problema se ha desbordado. Ni los gestores bancarios más pesimistas podían suponer que la locura inmobiliaria, el paro, las malas tasaciones, la ley hipotecaria y la falta de rigor concediendo créditos hipotecarios conducirían a dramas humanos tan terribles en los desahucios como los que se están viendo estos días. Las entidades preparan soluciones para atajar un asunto que les ha golpeado de lleno en su reputación. Algunas admiten ahora que buena parte de los desahuciados de ahora debían haber sido inquilinos de un piso, pero nunca propietarios. Un poco tarde para admitir errores.
Esa locura tiene cifras. Desde el comienzo de la crisis en 2008 se han abierto 350.000 casos de lanzamientos, que es como se denominan judicialmente a los desahucios, aunque solo 172.000 se han ejecutado, según fuentes bancarias. De estos, una parte son primeras residencias, mientras que el resto son viviendas en la playa, en la montaña, garajes, locales comerciales y naves industriales. Quedan 178.000 casos más que están en procedimiento judicial y es sobre los que quiere actuar con urgencia el Gobierno.
Aunque las entidades financieras no son partidarias de detallar cuántos pisos adjudicados acumulan en sus carteras, ya se conocen algunos datos. El banco malo, denominado sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), ha hecho público que recibirá 89.000 viviendas y 13 millones de metros cuadrados de suelo de las antiguas cajas nacionalizadas: Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia.
Pero las cifras de Bankia y de su matriz BFA son peores: acumula 100 millones de metros cuadrados (equivalente a todo el municipio de Las Palmas de Gran Canaria) de suelo improductivo; 45.000 viviendas sin vender y 15.000 locales, garajes... Un patrimonio inmobiliario que es un gigantesco homenaje a la incompetencia y a la falta de prudencia de los anteriores gestores de Caja Madrid y Bancaja.
Los ejecutivos que ahora están al frente de Bankia no lo niegan. Admiten que si no se hubiera “concedido créditos sin control, no se podría haber llegado a esta situación. Ha habido errores claros. La mejor demostración de ello es que la morosidad en el crédito hipotecario en el segmento de los inmigrantes supera el 5% frente al 3% del conjunto del sector”. Una cifra que subirá de forma notable por el incremento del paro y por la duración de la crisis, que ha provocado que haya dos millones de parados que no reciben prestación de desempleo. Precisamente el desempleo es, según la banca, una causa directa de este problema: “En un país con seis millones de parados es normal que mucha gente no pueda pagar sus deudas. Ahí se origina el problema y no ha rebotado a nosotros”, dicen en la banca.
Sin embargo, lo que no admiten con facilidad es que muchos de sus clientes eran trabajadores con contratos temporales a los que se les vendió pisos con créditos que suponían deudas enormes en relación con sus ingresos. Y esto no cumple el manual de las buenas prácticas bancarias, pese a que nadie —ni el Banco de España ni los auditores— lo denunciaron nunca.
En opinión de algún veterano gestor de una antigua caja, que son las entidades que acumulan tienen la peor parte de este problema, estas entidades confundieron su “vocación social con entrar de lleno en el segmento hipotecario de los inmigrantes, así como las clases sociales más populares. Tomaron este camino, ya de por sí arriesgado, sin contar con los sistemas de control de riesgos adecuados. La mezcla ha sido una bomba”.
Un ejecutivo describe este círculo vicioso: “El auge inmobiliario necesitó mano de obra intensiva, lo que hizo que efecto llamada en los inmigrantes. Vinieron a España a construir pisos y se les concedió créditos para que los compraran. Con la caída de la construcción se ha hundido todo: ellos han perdido el trabajo y van camino de quedarse sin sus viviendas”.
No solo buscaban clientes los bancos y las cajas, sino también otros intermediarios, como los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) y las sociedades financieras. Ambas fueron, habitualmente, más agresivas que las propias entidades y recolectaron una morosidad escandalosa. Cabe recordar que los tipos de interés estaban en sus niveles más bajos de la historia tras la llegada del euro y, además, la liquidez parecía un maná inagotable. La mezcla de estos dos factores permitió conceder créditos baratos y por enormes cantidades de euros. Buena parte de estos euros, por cierto, de bancos alemanes y franceses.
Una oferta de aquellos tiempos fue la “hipoteca bienvenida”. Era un producto financiero especialmente pensado para los inmigrantes y lo ofrecía, en 2005, la intermediaria financiera CreditServices. Con solo tres meses de trabajo en España, el inmigrante podía acceder a un crédito que cubría el 120% del valor de una vivienda. Todos los gastos y comisiones de gestión quedaban cubiertos y pasaba a ser propietario de un piso en España sin poner un euro. El crédito lo concedían entidades de Estados Unidos. La hipoteca bienvenida conseguía unos 50.000 clientes al año.
Según declaró el presidente de CreditServices, Javier López, a este periódico en 2010, “hay siete millones de hipotecas que, si los bancos no hacen un esfuerzo por refinanciar, van a caer”. Esas son las hipotecas bomba sobre las que ahora pende la espada de Damocles de posibles desahucios o impagos, en el mejor de los casos. Son los mismos préstamos que en octubre de 2007, el número dos del Santander, Alfredo Sáenz, bautizó como “hipotecas subprime. Claro que hay hipotecas subprime en España. Es una cuestión de puro sentido común. Los criterios por los que una hipoteca se considera subprime en los países anglosajones se pueden aplicar perfectamente a España”, afirmó Sáenz. ...
Pero allí estaban los “vicios que todos nos sabemos”, como dijo Sáenz. Un elevado porcentaje del valor (en general, se considera arriesgado un préstamo que cubra más del 80% del valor del bien hipotecado), una tasa de esfuerzo alta (que el comprador tenga que dedicar más del 35% de su renta a pagar los plazos) y las tasaciones “forzadas” que subían los precios. Los desahucios son la mutación más salvaje de estos errores en cadena y las entidades prometen medidas severas para evitar más escándalos. No será fácil. Leer más en El País.
El NYT vuelve a publicar noticias sobre España, esta vez sobre la ola de desahucios.
Esa locura tiene cifras. Desde el comienzo de la crisis en 2008 se han abierto 350.000 casos de lanzamientos, que es como se denominan judicialmente a los desahucios, aunque solo 172.000 se han ejecutado, según fuentes bancarias. De estos, una parte son primeras residencias, mientras que el resto son viviendas en la playa, en la montaña, garajes, locales comerciales y naves industriales. Quedan 178.000 casos más que están en procedimiento judicial y es sobre los que quiere actuar con urgencia el Gobierno.
Aunque las entidades financieras no son partidarias de detallar cuántos pisos adjudicados acumulan en sus carteras, ya se conocen algunos datos. El banco malo, denominado sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), ha hecho público que recibirá 89.000 viviendas y 13 millones de metros cuadrados de suelo de las antiguas cajas nacionalizadas: Bankia, CatalunyaCaixa, Novagalicia y Banco de Valencia.
Pero las cifras de Bankia y de su matriz BFA son peores: acumula 100 millones de metros cuadrados (equivalente a todo el municipio de Las Palmas de Gran Canaria) de suelo improductivo; 45.000 viviendas sin vender y 15.000 locales, garajes... Un patrimonio inmobiliario que es un gigantesco homenaje a la incompetencia y a la falta de prudencia de los anteriores gestores de Caja Madrid y Bancaja.
Los ejecutivos que ahora están al frente de Bankia no lo niegan. Admiten que si no se hubiera “concedido créditos sin control, no se podría haber llegado a esta situación. Ha habido errores claros. La mejor demostración de ello es que la morosidad en el crédito hipotecario en el segmento de los inmigrantes supera el 5% frente al 3% del conjunto del sector”. Una cifra que subirá de forma notable por el incremento del paro y por la duración de la crisis, que ha provocado que haya dos millones de parados que no reciben prestación de desempleo. Precisamente el desempleo es, según la banca, una causa directa de este problema: “En un país con seis millones de parados es normal que mucha gente no pueda pagar sus deudas. Ahí se origina el problema y no ha rebotado a nosotros”, dicen en la banca.
Sin embargo, lo que no admiten con facilidad es que muchos de sus clientes eran trabajadores con contratos temporales a los que se les vendió pisos con créditos que suponían deudas enormes en relación con sus ingresos. Y esto no cumple el manual de las buenas prácticas bancarias, pese a que nadie —ni el Banco de España ni los auditores— lo denunciaron nunca.
En opinión de algún veterano gestor de una antigua caja, que son las entidades que acumulan tienen la peor parte de este problema, estas entidades confundieron su “vocación social con entrar de lleno en el segmento hipotecario de los inmigrantes, así como las clases sociales más populares. Tomaron este camino, ya de por sí arriesgado, sin contar con los sistemas de control de riesgos adecuados. La mezcla ha sido una bomba”.
Un ejecutivo describe este círculo vicioso: “El auge inmobiliario necesitó mano de obra intensiva, lo que hizo que efecto llamada en los inmigrantes. Vinieron a España a construir pisos y se les concedió créditos para que los compraran. Con la caída de la construcción se ha hundido todo: ellos han perdido el trabajo y van camino de quedarse sin sus viviendas”.
No solo buscaban clientes los bancos y las cajas, sino también otros intermediarios, como los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) y las sociedades financieras. Ambas fueron, habitualmente, más agresivas que las propias entidades y recolectaron una morosidad escandalosa. Cabe recordar que los tipos de interés estaban en sus niveles más bajos de la historia tras la llegada del euro y, además, la liquidez parecía un maná inagotable. La mezcla de estos dos factores permitió conceder créditos baratos y por enormes cantidades de euros. Buena parte de estos euros, por cierto, de bancos alemanes y franceses.
Una oferta de aquellos tiempos fue la “hipoteca bienvenida”. Era un producto financiero especialmente pensado para los inmigrantes y lo ofrecía, en 2005, la intermediaria financiera CreditServices. Con solo tres meses de trabajo en España, el inmigrante podía acceder a un crédito que cubría el 120% del valor de una vivienda. Todos los gastos y comisiones de gestión quedaban cubiertos y pasaba a ser propietario de un piso en España sin poner un euro. El crédito lo concedían entidades de Estados Unidos. La hipoteca bienvenida conseguía unos 50.000 clientes al año.
Según declaró el presidente de CreditServices, Javier López, a este periódico en 2010, “hay siete millones de hipotecas que, si los bancos no hacen un esfuerzo por refinanciar, van a caer”. Esas son las hipotecas bomba sobre las que ahora pende la espada de Damocles de posibles desahucios o impagos, en el mejor de los casos. Son los mismos préstamos que en octubre de 2007, el número dos del Santander, Alfredo Sáenz, bautizó como “hipotecas subprime. Claro que hay hipotecas subprime en España. Es una cuestión de puro sentido común. Los criterios por los que una hipoteca se considera subprime en los países anglosajones se pueden aplicar perfectamente a España”, afirmó Sáenz. ...
Pero allí estaban los “vicios que todos nos sabemos”, como dijo Sáenz. Un elevado porcentaje del valor (en general, se considera arriesgado un préstamo que cubra más del 80% del valor del bien hipotecado), una tasa de esfuerzo alta (que el comprador tenga que dedicar más del 35% de su renta a pagar los plazos) y las tasaciones “forzadas” que subían los precios. Los desahucios son la mutación más salvaje de estos errores en cadena y las entidades prometen medidas severas para evitar más escándalos. No será fácil. Leer más en El País.
El NYT vuelve a publicar noticias sobre España, esta vez sobre la ola de desahucios.
El poder de los agentes de influencia aumenta en la política alemana y europea
Berlín cuenta con una red de 5000 lobbystas, gente que pulula alrededor de las instituciones públicas, el gobierno, los ministerios y el Bundestag, promocionando los intereses privados de empresas y sectores. Pueden ser empleados de esas empresas, o “expertos”, o ejecutivos de “agencias de comunicación”, de despachos de abogados y de consultoras que trabajan como mercenarios para esas empresas o sectores, pero el objetivo es común: ¿qué hay de lo nuestro?
Este ejército de traficantes de influencias determina mucho la política, no sólo en Alemania sino en el conjunto de Europa. La palabra inglesa Lobby significa “vestíbulo” y de lo que se trata es de ocupar las antesalas de las instituciones para influirlas.
En Berlín es un fenómeno que va claramente a más, señala la organización Lobby Control, fundada en 2005 para impulsar la transparencia. La organización realiza recorridos turísticos por el centro de Berlín identificando las sedes lobbystas que jalonan el barrio gubernamental, cerca de la cancillería, los ministerios y el edificio del Reichstag sede del parlamento alemán.
Corrupción y política
Transparency International Deutschland, la veterana organización no gubernamental con sede en Berlín, pide que se establezca un “registro obligatorio” de todo este ejército de conseguidores para saber quién es quién. La organización define “corrupción” como, “abuso de un poder delegado en aras del beneficio y la ventaja privada”.
Otros defienden un concepto más amplio que incluye aquellas decisiones políticas con grandes consecuencias económicas y financieras que son adoptadas con el propósito y la voluntad de favorecer intereses particulares o a personas concretas. De acuerdo a esa definición ampliada, el panorama de la corrupción se ensancha considerablemente.
Un ejemplo alemán pero bastante universal es el de la privatización parcial del sistema de pensiones de jubilación. El sistema privado de pensiones es mucho más caro para los ciudadanos que el estatal pero abre suculentas oportunidades de negocio a bancos y compañías de seguros. La jugada entraría dentro de esa definición más amplia de corrupción.
La privatización de las pensiones comenzó a examinarse en Alemania en dos comisiones gubernamentales a partir del año 2002. El presidente y varios miembros de una de esas comisiones, la Comisión Rürup, cuyo objetivo oficial era estudiar la “sostenibilidad del sistema de pensiones”, eran representantes del sector del seguro privado, beneficiario directo del asunto. Walter Riester, entonces ministro de trabajo y presidente de la otra comisión creada con el mismo cometido, se benefició personalmente de la privatización del sistema.
“Expertos independientes”
Los medios de comunicación, que prepararon el terreno a la operación desde los años noventa, agitando el fantasma del cambio demográfico para favorecer la privatización, también fueron un puntal de la operación ¿Inocente?
En los medios de comunicación los lobbystas tienen una presencia muy importante. Los de la organización empresarial alemana Initiative Neue Soziale Marktwirtschaft (INSW) propugnan privatización, desregulación y flexibilización, y han sostenido una campaña contra el salario mínimo. En algunos debates televisivos han llegado a participar hasta tres miembros del INSW en el mismo programa en calidad de “expertos independientes”.
“La gente puede pensar que si tantos expertos coinciden en un mismo punto de vista, es que la tesis que defienden debe ser la correcta”, se lee en una publicación del sindicato Verdi.
Trasvase de influencias
La comunicación entre lobbysmo y política es fluida y reposa sobre una estrecha interrelación. Incluso en Alemania y en la Europa luterana del Norte, con una moral económica mucho más estricta que en el Mediterráneo, lobbystas y políticos alternan su posición con creciente dinamismo, señalaba en septiembre el semanario Der Spiegel. Si entre 1969 y 1982 solo tres ministros alemanes se mudaron a empresas al concluir su función, desde el año 2000 se contabilizan once. En niveles más bajos de la burocracia la cuenta es muy abultada, señalan los estudios y contabilidades con nombres y apellidos realizadas en Alemania.
El ministro de trabajo del SPD Wolfgang Clement, que fue clave en la llamada “flexibilización” del mercado de trabajo potenciando los “minijobs” y el trabajo subcontratado, trabaja hoy para la mayor empresa de subcontratación del país. Su colega de partido y ex canciller Gerhard Schröder, bajo cuya dirección se cerró el negocio de los oleoductos bálticos con la compañía rusa Gazprom, es hoy presidente de la compañía resultante: Nord Stream A.G.
Diferente es la combinación que encarna la nueva senadora de economía de Berlín, Cornelia Yzers. Durante ocho años Yzers fue la mujer del sector farmacéutico en el Bundestag y durante cinco fue secretaria de estado parlamentaria en los ministerios de Angela Merkel y Jürgen Rüttgers con el canciller Kohl. En 2001 logró que el canciller Schröder retirara una ley de su ministra de sanidad Ulla Schmidt que ahorró al sector 500 millones de euros. Su actual nombramiento en el gobierno de Berlín ha dado de qué hablar, pues la capital es el centro del sector farmacéutico nacional que mueve aquí 5600 millones de euros anuales. Bayer y Berlin Chemie se cuentan entre las principales empresas de la ciudad.
Redes y “redes”
En octubre el partido verde criticó el paso al consorcio energético Anbaric de Johannes Kindler, un alto funcionario de la CDU que dirigió hasta principios de año la agencia federal de la red eléctrica. La red eléctrica alemana está en vísperas de enormes y millonarias inversiones relacionadas con la apuesta eólica de la reconversión energética nacional, y Anbaric tiene una gran presencia financiera en esa red. El conocimiento directo de otras redes, las de decisión, y los contactos informales de los altos funcionarios públicos, rentan mucho cuando estos dejan la política.
Michael Glos (CSU), ex ministro de economía de 2005 a 2009 y hoy diputado, es el número dos del Bundestag en ingresos colaterales a su función de diputado: 546.000 euros en la actual legislatura. El número uno es el ex ministro de finanzas y actual candidato socialdemócrata a la cancillería, Peer Steinbrück, un hombre clave en la apertura alemana a los productos financieros y que ha ingresado 1,25 millones de euros desde su escaño de diputado. Ni Glos ni Steinbrück recibirían todo ese dinero, de conferencias, libros y demás, si no hubieran sido ministros y no se les considera “influyentes” y conocedores de las redes de decisión.
Otmar Issinger, ex miembro de la dirección del Bundesbank y del Banco Central Europeo es hoy consejero de Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión con mayores responsabilidades en la crisis financiera. Eso no impide que, en Europa y América, los ex empleados de Goldman Sachs aporten una lista de veinte dirigentes y gestores de primera línea de la actual crisis, incluidos jefes de gobierno en Italia y Grecia y el propio presidente del BCE. La Europa actual y su crisis no se comprenden sin atender a este fenómeno.
En Bruselas aún peor
La situación en la capital de la Europa comunitaria es aún peor que en Berlín. Se estima que hay allí unos 15.000 lobbystas revoloteando alrededor de la toma de decisiones del ejecutivo europeo y su burocracia.
“La industria financiera forma uno de los grupos mejor organizados y disciplinados, puede que sea la fuerza principal en Bruselas”, explica el alemán Wolfgang Hetzer, director del departamento de Inteligencia y Análisis de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF). Es un problema “muy preocupante” y que está lejos de ser únicamente europeo, dice este experto, que cita el caso de Estados Unidos. Y no se trata solo de bancos y de finanzas.
La DG Enterprise, como se llama en Bruselas a la Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea, es un organismo clave. Dos tercios de los grupos no gubernamentales de asesoramiento que rodean a ese organismo están compuestos por lobbystas que defienden intereses de las grandes empresas. Así lo establece el informe que presentó el julio la organización británica Alter-EU (Alliance for Lobbying Transparency and Ethics Regulation), que ha contabilizado 482 consejeros empresariales que asesoran y presionan en áreas claves de la política.
Entre los cometidos de la DG Enterprise figura el fortalecimiento del mercado y la industria, el acceso a materias primas en todo el mundo, el fomento de una economía energéticamente eficiente, el sector espacial y armamentístico, la protección del consumidor, normas alimentarias y medioambientales y otros. En sectores considerados sensibles, como el químico, alimentario, la sanidad y el automóvil, la DG Enterprise emite directivas de ámbito europeo. Frente a los 482 lobbystas empresariales, que representan casi el 60% de los expertos, sólo hay 11 representantes sindicales (1,3%).
Enorme desequilibrio
Los sindicatos no son los únicos en gozar de esa diminuta proporción en el área del asesoramiento. La pequeña y mediana empresa solo cuenta con un 5,2% del total de los representantes no gubernamentales, mientras que las ONGs - entre las que hay de todo, incluidas muchas claramente empresariales- pesan un 7,8%. El mundo académico sin ánimo de lucro tiene una presencia del 14,7% y el sector cooperativista un 0,5%. Como el sector empresarial también está representado a través de organizaciones híbridas, y profusamente también entre los representantes del sector público, su peso real es mucho mayor, señala el estudio. En ese caldo de cultivo, ¿quién puede extrañarse del enorme desequilibrio entre intereses financieros-empresariales por un lado e intereses ciudadanos por el otro que refleja la política europea?
El Parlamento Europeo ha criticado en diversas ocasiones a la Comisión por implicar de forma tan desproporcionada a las grandes empresas en la toma de decisiones, con muy poco éxito.
El aplastante dominio en los grupos de expertos, “otorga a la gran empresa un acceso privilegiado a la hora de influir en la agenda política, mientras otros intereses no disponen de esa ventaja”, dice Yorgos Vassalos, uno de los autores del informe de Alter-EU. “En consecuencia, hay un riesgo muy real de que los lobbystas de la industria se hagan con el control de áreas enteras del quehacer político europeo en detrimento del conjunto de la sociedad”, dice.
Rafael Poch, en la Vanguardia. Fuente: http://www.lavanguardia.com/politica/20121112/54354405217/lobbys-politica-alemania-europa.html
Este ejército de traficantes de influencias determina mucho la política, no sólo en Alemania sino en el conjunto de Europa. La palabra inglesa Lobby significa “vestíbulo” y de lo que se trata es de ocupar las antesalas de las instituciones para influirlas.
En Berlín es un fenómeno que va claramente a más, señala la organización Lobby Control, fundada en 2005 para impulsar la transparencia. La organización realiza recorridos turísticos por el centro de Berlín identificando las sedes lobbystas que jalonan el barrio gubernamental, cerca de la cancillería, los ministerios y el edificio del Reichstag sede del parlamento alemán.
Corrupción y política
Transparency International Deutschland, la veterana organización no gubernamental con sede en Berlín, pide que se establezca un “registro obligatorio” de todo este ejército de conseguidores para saber quién es quién. La organización define “corrupción” como, “abuso de un poder delegado en aras del beneficio y la ventaja privada”.
Otros defienden un concepto más amplio que incluye aquellas decisiones políticas con grandes consecuencias económicas y financieras que son adoptadas con el propósito y la voluntad de favorecer intereses particulares o a personas concretas. De acuerdo a esa definición ampliada, el panorama de la corrupción se ensancha considerablemente.
Un ejemplo alemán pero bastante universal es el de la privatización parcial del sistema de pensiones de jubilación. El sistema privado de pensiones es mucho más caro para los ciudadanos que el estatal pero abre suculentas oportunidades de negocio a bancos y compañías de seguros. La jugada entraría dentro de esa definición más amplia de corrupción.
La privatización de las pensiones comenzó a examinarse en Alemania en dos comisiones gubernamentales a partir del año 2002. El presidente y varios miembros de una de esas comisiones, la Comisión Rürup, cuyo objetivo oficial era estudiar la “sostenibilidad del sistema de pensiones”, eran representantes del sector del seguro privado, beneficiario directo del asunto. Walter Riester, entonces ministro de trabajo y presidente de la otra comisión creada con el mismo cometido, se benefició personalmente de la privatización del sistema.
“Expertos independientes”
Los medios de comunicación, que prepararon el terreno a la operación desde los años noventa, agitando el fantasma del cambio demográfico para favorecer la privatización, también fueron un puntal de la operación ¿Inocente?
En los medios de comunicación los lobbystas tienen una presencia muy importante. Los de la organización empresarial alemana Initiative Neue Soziale Marktwirtschaft (INSW) propugnan privatización, desregulación y flexibilización, y han sostenido una campaña contra el salario mínimo. En algunos debates televisivos han llegado a participar hasta tres miembros del INSW en el mismo programa en calidad de “expertos independientes”.
“La gente puede pensar que si tantos expertos coinciden en un mismo punto de vista, es que la tesis que defienden debe ser la correcta”, se lee en una publicación del sindicato Verdi.
Trasvase de influencias
La comunicación entre lobbysmo y política es fluida y reposa sobre una estrecha interrelación. Incluso en Alemania y en la Europa luterana del Norte, con una moral económica mucho más estricta que en el Mediterráneo, lobbystas y políticos alternan su posición con creciente dinamismo, señalaba en septiembre el semanario Der Spiegel. Si entre 1969 y 1982 solo tres ministros alemanes se mudaron a empresas al concluir su función, desde el año 2000 se contabilizan once. En niveles más bajos de la burocracia la cuenta es muy abultada, señalan los estudios y contabilidades con nombres y apellidos realizadas en Alemania.
El ministro de trabajo del SPD Wolfgang Clement, que fue clave en la llamada “flexibilización” del mercado de trabajo potenciando los “minijobs” y el trabajo subcontratado, trabaja hoy para la mayor empresa de subcontratación del país. Su colega de partido y ex canciller Gerhard Schröder, bajo cuya dirección se cerró el negocio de los oleoductos bálticos con la compañía rusa Gazprom, es hoy presidente de la compañía resultante: Nord Stream A.G.
Diferente es la combinación que encarna la nueva senadora de economía de Berlín, Cornelia Yzers. Durante ocho años Yzers fue la mujer del sector farmacéutico en el Bundestag y durante cinco fue secretaria de estado parlamentaria en los ministerios de Angela Merkel y Jürgen Rüttgers con el canciller Kohl. En 2001 logró que el canciller Schröder retirara una ley de su ministra de sanidad Ulla Schmidt que ahorró al sector 500 millones de euros. Su actual nombramiento en el gobierno de Berlín ha dado de qué hablar, pues la capital es el centro del sector farmacéutico nacional que mueve aquí 5600 millones de euros anuales. Bayer y Berlin Chemie se cuentan entre las principales empresas de la ciudad.
Redes y “redes”
En octubre el partido verde criticó el paso al consorcio energético Anbaric de Johannes Kindler, un alto funcionario de la CDU que dirigió hasta principios de año la agencia federal de la red eléctrica. La red eléctrica alemana está en vísperas de enormes y millonarias inversiones relacionadas con la apuesta eólica de la reconversión energética nacional, y Anbaric tiene una gran presencia financiera en esa red. El conocimiento directo de otras redes, las de decisión, y los contactos informales de los altos funcionarios públicos, rentan mucho cuando estos dejan la política.
Michael Glos (CSU), ex ministro de economía de 2005 a 2009 y hoy diputado, es el número dos del Bundestag en ingresos colaterales a su función de diputado: 546.000 euros en la actual legislatura. El número uno es el ex ministro de finanzas y actual candidato socialdemócrata a la cancillería, Peer Steinbrück, un hombre clave en la apertura alemana a los productos financieros y que ha ingresado 1,25 millones de euros desde su escaño de diputado. Ni Glos ni Steinbrück recibirían todo ese dinero, de conferencias, libros y demás, si no hubieran sido ministros y no se les considera “influyentes” y conocedores de las redes de decisión.
Otmar Issinger, ex miembro de la dirección del Bundesbank y del Banco Central Europeo es hoy consejero de Goldman Sachs, uno de los bancos de inversión con mayores responsabilidades en la crisis financiera. Eso no impide que, en Europa y América, los ex empleados de Goldman Sachs aporten una lista de veinte dirigentes y gestores de primera línea de la actual crisis, incluidos jefes de gobierno en Italia y Grecia y el propio presidente del BCE. La Europa actual y su crisis no se comprenden sin atender a este fenómeno.
En Bruselas aún peor
La situación en la capital de la Europa comunitaria es aún peor que en Berlín. Se estima que hay allí unos 15.000 lobbystas revoloteando alrededor de la toma de decisiones del ejecutivo europeo y su burocracia.
“La industria financiera forma uno de los grupos mejor organizados y disciplinados, puede que sea la fuerza principal en Bruselas”, explica el alemán Wolfgang Hetzer, director del departamento de Inteligencia y Análisis de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF). Es un problema “muy preocupante” y que está lejos de ser únicamente europeo, dice este experto, que cita el caso de Estados Unidos. Y no se trata solo de bancos y de finanzas.
La DG Enterprise, como se llama en Bruselas a la Dirección General de Empresa e Industria de la Comisión Europea, es un organismo clave. Dos tercios de los grupos no gubernamentales de asesoramiento que rodean a ese organismo están compuestos por lobbystas que defienden intereses de las grandes empresas. Así lo establece el informe que presentó el julio la organización británica Alter-EU (Alliance for Lobbying Transparency and Ethics Regulation), que ha contabilizado 482 consejeros empresariales que asesoran y presionan en áreas claves de la política.
Entre los cometidos de la DG Enterprise figura el fortalecimiento del mercado y la industria, el acceso a materias primas en todo el mundo, el fomento de una economía energéticamente eficiente, el sector espacial y armamentístico, la protección del consumidor, normas alimentarias y medioambientales y otros. En sectores considerados sensibles, como el químico, alimentario, la sanidad y el automóvil, la DG Enterprise emite directivas de ámbito europeo. Frente a los 482 lobbystas empresariales, que representan casi el 60% de los expertos, sólo hay 11 representantes sindicales (1,3%).
Enorme desequilibrio
Los sindicatos no son los únicos en gozar de esa diminuta proporción en el área del asesoramiento. La pequeña y mediana empresa solo cuenta con un 5,2% del total de los representantes no gubernamentales, mientras que las ONGs - entre las que hay de todo, incluidas muchas claramente empresariales- pesan un 7,8%. El mundo académico sin ánimo de lucro tiene una presencia del 14,7% y el sector cooperativista un 0,5%. Como el sector empresarial también está representado a través de organizaciones híbridas, y profusamente también entre los representantes del sector público, su peso real es mucho mayor, señala el estudio. En ese caldo de cultivo, ¿quién puede extrañarse del enorme desequilibrio entre intereses financieros-empresariales por un lado e intereses ciudadanos por el otro que refleja la política europea?
El Parlamento Europeo ha criticado en diversas ocasiones a la Comisión por implicar de forma tan desproporcionada a las grandes empresas en la toma de decisiones, con muy poco éxito.
El aplastante dominio en los grupos de expertos, “otorga a la gran empresa un acceso privilegiado a la hora de influir en la agenda política, mientras otros intereses no disponen de esa ventaja”, dice Yorgos Vassalos, uno de los autores del informe de Alter-EU. “En consecuencia, hay un riesgo muy real de que los lobbystas de la industria se hagan con el control de áreas enteras del quehacer político europeo en detrimento del conjunto de la sociedad”, dice.
Rafael Poch, en la Vanguardia. Fuente: http://www.lavanguardia.com/politica/20121112/54354405217/lobbys-politica-alemania-europa.html
domingo, 11 de noviembre de 2012
Vicenc Navarro y Juan Torres López, hablan en una entrevista de la 2 de tve, sobre la llamada crisis económica y la publicación de su último libro.
El catedrático de Ciencias Políticas de Barcelona Vicenç Navarro y el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, Juan Torres, acaban de publicar el libro: “Los amos del mundo. Las armas del terrorismo financiero”.
Y los profesores aportan datos: La burbuja inmobiliaria española se produjo porque la banca privada se aprovechó de ese endeudamiento, y en esa banca destaca (en el estado español) la banca alemana que colocó en los años de la burbuja inmobiliaria 200 mil millones de euros. La banca alemana alimentó la especulación en España. El banco alemán tiene gran influencia en el BCE y por tanto defiende sus intereses. Dice Navarro que el Banco Central Europeo no es un Banco Central público, sino que actúa como el lobby de la banca privada. No compra deuda pública. Presta dinero al 1% a la privada y la privada lo vende a un 6%. Por eso los profesores Navarro y Torres hablan de una deuda ilegítima.
Juan Torres señala que si desde 1989 el BCE hubiera financiado directamente la deuda, hoy la deuda sería del 14% del PIB, la banca privada presionó para que ganar dinero como intermediario a costa la deuda, y en estos momento la deuda es el 90% del PIB español. No es cierto que la deuda sea pública sea el resultado del despilfarro, del tópico “hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, ni de los gastos en la sanidad y educación. El problema es el fraude fiscal y los intereses de la deuda. En su libro los profesores Navarro y Torres defienden que la banca y las grandes fortunas son los amos del mundo. Y apuntan como hecho clave la fusión de la banca comercial y la banca de inversión. EN USA había una ley que separaba las 2 actividades. Con Clinton se abolió esa ley. La banca tomó el ahorro en lugar de darlo a actividades productivas, lo dio a actividades especulativas, creció una bola de dinero.
De 1945 a 1970 casi no hubo crisis financiera, porque había controles de capitales, había supervisores. A partir de los años 70 y 80 del siglo XX desaparecen los controles y ha habido más de 100 crisis financieras distintas.
Para Todos la 2 - Entrevista: Vicenç Navarro y Juan Torres
vídeo de la entrevista en la 2 de rtve.
En las trincheras psiquiátricas. Un documental sobre un manicomio en Santiago, que revolucionó el trato a los enfermos durante el franquismo, triunfa en el reputado festival de Copenhague
Dos años de investigación sobre un tema espinoso, una escasa subvención pública de 16.000 euros exprimida al máximo y con poca experiencia en el séptimo arte más allá de la coordinación de un pequeño cineclub en Santiago de Compostela. Así han rodado su primera película los directores gallegos Pablo Cayuela y Xan Gómez, debutantes de 28 y 30 años, el documental Fóra (Fuera), sobre la vida en un hospital psiquiátrico gallego durante los últimos días del franquismo. Los pocos que, hasta ahora, habían oído hablar de la película seguramente compartían apellidos con sus impulsores. Desde esta semana, serán algunos más: el Festival Internacional de Documental de Copenhague (CPH:DOX), convertido en referencia ineludible en el circuito europeo, la acaba de proyectar entre aplausos en el marco de su exquisita programación.
“Estás para que te metan en Conxo”, se escucha decir a veces en Galicia a los propietarios de una salud mental tirando a frágil. La expresión se refiere al barrio compostelano donde se ubicó el primer manicomio gallego, inaugurado en 1885 en los contornos del monasterio local. Casi un siglo después, a mediados de los años setenta, se adentró en una profunda etapa de reforma del tratamiento psiquiátrico al paciente, conducida por un grupo de médicos asturianos poco partidarios de la camisa de fuerza y el cóctel de químicos como metodología obligatoria. Aplicaron una política activa para promover las altas y mejorar su alimentación. Experimentaron con una convivencia mixta entre hombres y mujeres. Y hasta permitieron que los enfermos se expresaran a través del arte y la música, como revelan las imágenes reproducidas en el documental, donde los internos aparecen bailando muñeiras como si fueran himnos punk
Hasta que el régimen, moribundo pero todavía implacable, descubrió el desbarajuste y decidió despedir en bloque a sus responsables. “Lo curioso es que la reforma fuera promovida por las autoridades franquistas para practicar un lavado de cara del centro, que acarreaba muy mala fama por la manera en que trataban a sus pacientes. Pero se les acabó escapando de las manos”, explica Cayuela. Pese a la purga, la reforma de Conxo sentaría las bases de la renovación de la psiquiatría en España. No es casualidad que algunos de los médicos del centro firmaran el capítulo relativo al tratamiento psiquiátrico de la Ley de Sanidad de 1986, que estableció un cambio definitivo en sus usos y costumbres.
Fóra no es un simple documental de bustos parlantes. Se retroalimenta de una extensa variedad de fuentes —de recortes de diario a películas en ocho milímetros, pasando por los testimonios de antiguos médicos y trabajadores del centro, así como del diario personal de uno de los internos, digno de los escritos de un poeta beat— que configuran una narración sugerente y fragmentada, en la que transparenta la voluntad de reflexionar sobre la memoria histórica. “Si nos interesó ese lugar, supuestamente incomunicado de su entorno, es porque su contexto acabó penetrando en él. En el resto de la sociedad se percibía la misma voluntad de cambio”, dice Cayuela. “Conxo demuestra que no existe ningún espacio ajeno a las transformaciones sociales, a los procesos históricos y a la lucha de clases”, le secunda Gómez.
Víctimas del desamparo institucional, los directores decidieron mandar la cinta a Copenhague, conscientes del prestigio adquirido por el certamen en sus diez años de existencia. “Nos interesó enseguida por su búsqueda formal, su inteligencia y su madurez, impropia de un par de debutantes”, explica el programador del festival, Niklas Engstrøm. La cita cierra hoy su décima edición en pleno crecimiento y con un descubrimiento mayúsculo: The Act of Killing, ganadora del premio principal de esta edición, en la que antiguos asesinos de comunistas a cuenta del gobierno indonesio deciden rodar una película para recrear sus crímenes, con una falta de rubor escalofriante.
“Existe una mirada paternalista respecto al espectador, que se decidan sus gustos por él. ¿Quién ha decidido que una película como la nuestra no puede encontrar su público?”, explica Gómez sobre su estreno en el exilio danés. Otro cineasta gallego con proyección internacional, Oliver Laxe, también ha acudido a Copenhague para buscar financiación para Las mimosas, su segundo largometraje tras Todos vós sodes capitáns, que ganó el premio de la crítica en Cannes. Dos años más tarde, se encuentra en punto muerto. “No hay que caer en el lamento. Pero pensaba que todo iba a ser más fácil, que las instituciones serían más lúcidas. El problema no es de talento, sino de olfato”, opina Laxe, de 30 años. “Están consiguiendo poner en peligro el relevo”. A ratos, se diría que la cordura abunda más en Conxo que en otros lugares.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/11/10/actualidad/1352570256_069093.html
“Estás para que te metan en Conxo”, se escucha decir a veces en Galicia a los propietarios de una salud mental tirando a frágil. La expresión se refiere al barrio compostelano donde se ubicó el primer manicomio gallego, inaugurado en 1885 en los contornos del monasterio local. Casi un siglo después, a mediados de los años setenta, se adentró en una profunda etapa de reforma del tratamiento psiquiátrico al paciente, conducida por un grupo de médicos asturianos poco partidarios de la camisa de fuerza y el cóctel de químicos como metodología obligatoria. Aplicaron una política activa para promover las altas y mejorar su alimentación. Experimentaron con una convivencia mixta entre hombres y mujeres. Y hasta permitieron que los enfermos se expresaran a través del arte y la música, como revelan las imágenes reproducidas en el documental, donde los internos aparecen bailando muñeiras como si fueran himnos punk
Hasta que el régimen, moribundo pero todavía implacable, descubrió el desbarajuste y decidió despedir en bloque a sus responsables. “Lo curioso es que la reforma fuera promovida por las autoridades franquistas para practicar un lavado de cara del centro, que acarreaba muy mala fama por la manera en que trataban a sus pacientes. Pero se les acabó escapando de las manos”, explica Cayuela. Pese a la purga, la reforma de Conxo sentaría las bases de la renovación de la psiquiatría en España. No es casualidad que algunos de los médicos del centro firmaran el capítulo relativo al tratamiento psiquiátrico de la Ley de Sanidad de 1986, que estableció un cambio definitivo en sus usos y costumbres.
Fóra no es un simple documental de bustos parlantes. Se retroalimenta de una extensa variedad de fuentes —de recortes de diario a películas en ocho milímetros, pasando por los testimonios de antiguos médicos y trabajadores del centro, así como del diario personal de uno de los internos, digno de los escritos de un poeta beat— que configuran una narración sugerente y fragmentada, en la que transparenta la voluntad de reflexionar sobre la memoria histórica. “Si nos interesó ese lugar, supuestamente incomunicado de su entorno, es porque su contexto acabó penetrando en él. En el resto de la sociedad se percibía la misma voluntad de cambio”, dice Cayuela. “Conxo demuestra que no existe ningún espacio ajeno a las transformaciones sociales, a los procesos históricos y a la lucha de clases”, le secunda Gómez.
Víctimas del desamparo institucional, los directores decidieron mandar la cinta a Copenhague, conscientes del prestigio adquirido por el certamen en sus diez años de existencia. “Nos interesó enseguida por su búsqueda formal, su inteligencia y su madurez, impropia de un par de debutantes”, explica el programador del festival, Niklas Engstrøm. La cita cierra hoy su décima edición en pleno crecimiento y con un descubrimiento mayúsculo: The Act of Killing, ganadora del premio principal de esta edición, en la que antiguos asesinos de comunistas a cuenta del gobierno indonesio deciden rodar una película para recrear sus crímenes, con una falta de rubor escalofriante.
“Existe una mirada paternalista respecto al espectador, que se decidan sus gustos por él. ¿Quién ha decidido que una película como la nuestra no puede encontrar su público?”, explica Gómez sobre su estreno en el exilio danés. Otro cineasta gallego con proyección internacional, Oliver Laxe, también ha acudido a Copenhague para buscar financiación para Las mimosas, su segundo largometraje tras Todos vós sodes capitáns, que ganó el premio de la crítica en Cannes. Dos años más tarde, se encuentra en punto muerto. “No hay que caer en el lamento. Pero pensaba que todo iba a ser más fácil, que las instituciones serían más lúcidas. El problema no es de talento, sino de olfato”, opina Laxe, de 30 años. “Están consiguiendo poner en peligro el relevo”. A ratos, se diría que la cordura abunda más en Conxo que en otros lugares.
Fuente: http://cultura.elpais.com/cultura/2012/11/10/actualidad/1352570256_069093.html
Militares portugueses protestan por recortes en los presupuestos
La protesta de militares es inusual, pero como a todos los sectores, les afecta la crisis.
Miles de miembros de las fuerzas armadas de Portugal protagonizaron una manifestación en Lisboa, en protesta por recortes en su presupuesto del próximo año.
Las reducciones en el presupuesto de Defensa, impuestas como parte de un programa de austeridad gubernamental, afectarán los pagos y las condiciones del personal en servicio activo.
Los militares también están molestos por la paralización de las promociones de oficiales.
En Portugal hay restricciones a las manifestaciones de integrantes de las fuerzas armadas, aunque la marcha fue disciplinada y tranquila.
Hace diez días, el parlamento portugués aprobó un borrador de presupuesto, que busca cumplir con los términos de un rescate internacional.
Miles de miembros de las fuerzas armadas de Portugal protagonizaron una manifestación en Lisboa, en protesta por recortes en su presupuesto del próximo año.
Las reducciones en el presupuesto de Defensa, impuestas como parte de un programa de austeridad gubernamental, afectarán los pagos y las condiciones del personal en servicio activo.
Los militares también están molestos por la paralización de las promociones de oficiales.
En Portugal hay restricciones a las manifestaciones de integrantes de las fuerzas armadas, aunque la marcha fue disciplinada y tranquila.
Hace diez días, el parlamento portugués aprobó un borrador de presupuesto, que busca cumplir con los términos de un rescate internacional.
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