lunes, 13 de septiembre de 2010

Articulo sobre las razones de la Huelga General del 29 de septiembre

Malditos trabajadores. Leerlo aquí. Y aquí los instrumentos conseguidos por los trabajadores para defender sus intereses. Y mientras ¿qué dicen los sindicatos corpotativos?

De lo que no se habla sobre la crisis

De todas las explicaciones del origen de la crisis mundial actual, la más generalizada es la que la atribuye a la crisis financiera que ha creado una enorme inestabilidad del sistema financiero, en la que los mercados financieros, extremadamente cautelosos por el temor de salir quemados, no están ofreciendo crédito o no compran deuda externa. En parte, esto es cierto. Pero esta situación es un síntoma de un problema mayor, no la causa. Ésta es la enorme concentración y polarización de las rentas, un tema tabú que no se discute y que no aparece en los medios. Pero, a no ser que se actúe en corregirla, poco se adelantará en la resolución de la crisis. Veamos los datos.
En el año 1928, el año en que se inició la Gran Depresión en EEUU, un 1% de la población estadounidense recibía el 24% de toda la renta nacional. En 2007, año en el que se inicio la crisis en EEUU, el 1% de la población recibía también un 24% de toda la renta nacional. Este porcentaje descendió marcadamente con las reformas del New Deal, que fueron continuadas con las reformas realizadas después de la II Guerra Mundial, y con las reformas de la Great Society, alcanzando un 9% en los años setenta. A partir de entonces se inició la respuesta del capital (que había estado a la defensiva durante todo aquel periodo) a través de las políticas neoliberales del Presidente Reagan. Tales políticas (que fueron seguidas por Bush senior, Clinton y Bush hijo) revertieron aquella concentración alcanzando, de nuevo, un 24% en 2007. ¿Por qué esta concentración es un problema?
El hecho de que haya tal concentración de las rentas implica que disminuye el porcentaje de la renta que va a la mayoría de la población (clase trabajadora y clases medias) y ello como consecuencia de que el crecimiento de la productividad no se distribuye equitativamente. En lugar de repercutir en mejorar los salarios, tanto individuales como colectivos (es decir, el gasto en protección social y estado del bienestar), tal incremento de la productividad beneficia primordialmente a las rentas del capital que crecen en una proporción, sin precedentes. Del 1980 al 2005, el 80% del incremento de la renta en EEUU se desplazó al 1% de la población. Ello creó las condiciones para las crisis. La disminución de las rentas del trabajo significó el empobrecimiento de la gran mayoría de la población, creando un grave problema de demanda. La población no tenía la suficiente capacidad adquisitiva que le permitiera comprar y, con ello, estimular la economía. Esta pérdida de la capacidad adquisitiva se resolvió temporalmente mediante el crédito y de ahí el enorme endeudamiento, también facilitado por los bajos intereses del capital, necesario para mantener la demanda.
Pero llegó un momento (año 2007) en que aquella manera de mantener la demanda se interrumpió. ¿Por qué? Ahí está la otra cara de la moneda, es decir, de la enorme concentración de las rentas y de la riqueza. Cuando esta concentración ocurre se dan las bases que se creen burbujas especulativas. Si la gente puede ir comprando sus viviendas, sin requerir grandes endeudamientos, las casas se irán construyendo en la medida que haya demanda para tales viviendas. Pero, cuando hay un desfase entre la productividad y la distribución de las ganancias de este aumento de productividad, el capital, que encuentra mayor rentabilidad en actividades especulativas que en las actividades de la economía productiva (consecuencia de la baja demanda de productos y servicios), invertirá en actividades especulativas, como las inmobiliarias, bajando a su vez los intereses bancarios para estimular la demanda de viviendas. Pero así se alcanza un desequilibrio entre la cantidad de viviendas y su precio (enormemente inflado) por una parte, y la capacidad de compra por la otra, que explica que llegue un momento en que la burbuja explota. ¿Y por qué explotó en 2007? Pues, porque la banca, que había estado invirtiendo, además de en actividades inmobiliarias, en otros instrumentos especulativos, se vio que había alcanzado sus límites especulativos. No podía continuar un sistema basado primordialmente en especulación, facilitado por unas políticas desreguladoras de la banca que le permitió hacer lo que quería. Y así se colapsó, afectando a todo el sistema financiero.
El sistema bancario europeo, centrado en la banca alemana, tuvo, y continúa teniendo, un problema gravísimo. Además de estar contaminada con productos tóxicos derivados de su conexión con la banca estadounidense, ha prestado mucho dinero a los bancos españoles y griegos, habiendo también comprado mucha deuda pública de éstos y otros países, que ahora no pueden recuperar. De ahí que la banca de los países centrales (Alemania y Francia principalmente) dejaran de prestar dinero, con lo que se creó el colapso del sistema financiero, originando un gravísimo problema. No sólo debido a la falta de crédito (que también) sino porque las burbujas crean una riqueza artificial (es decir el país se cree más rico de lo que es) y cuando explotan crean un problema enorme de demanda. Las personas están súper-endeudadas y no pueden pagar sus hipotecas.
... Existe en nuestro país un excesivo desfase entre salarios y precios del consumo, que explica el enorme endeudamiento. Los países más desiguales en la UE-15 (los PIGS: Portugal, Irlanda, Grecia y Spain) son los que están más endeudados (tanto privada como públicamente). Y ello se debe precisamente a lo bajos que son los salarios tanto los individuales como los colectivos (es decir, el estado del bienestar). No es de extrañar, pues, que sean los países más afectados por la crisis.
La solución es fácil de ver. Una gran redistribución de la riqueza (con recuperación de las políticas fiscales progresistas) y un gran aumento del gasto público que permita sustituir la demanda que se ha perdido y así estimular la economía y crear empleo en áreas como los servicios públicos del estado del bienestar, que están subfinanciadas. Que sea fácil de ver no quiere decir que se haga, ya que la enorme concentración de las rentas y de la propiedad determina una enorme influencia política que condiciona el comportamiento de los gobiernos, y muy en particular de los países, como España, en que las desigualdades son enormes y la influencia del poder económico en las instituciones políticas es desmesurada. Véase la resistencia del gobierno Zapatero, que no se atreve a recuperar la progresividad fiscal, subiendo los impuestos a los ricos. No tienen el valor político de tomar medidas impopulares entre los que más tienen. Y ahí está parte del problema. Articulo de Vicenc Navarro, leer más.

La obra de Maurice Herbert Dobb



Mediados los años treinta, y tras haber pasado una temporada en Gran Bretaña, le preguntaron a Michal Kalecki su opinión sobre los ingleses. Kalecki respondió que sólo había conocido dos verdaderos gentlemen en Inglaterra, y que uno de ellos era comunista y el otro italiano. El italiano, incidentalmente, era Piero Sraffa. El comunista era Maurice Herbert Dobb, de cuya muerte, el 17 de agosto, nos han informado unas escuetas líneas en este periódico.

Dobb era un caballero, en efecto, pero esto no le impidió ser un militante del Partido Comunista durante medio siglo, ni adquirir reputación mundial como uno de los principales economistas marxistas. Su dilatada presencia en Cambridge, donde realizó sus estudios,y ejerció la mayor parte de su docencia (era fellow del Trinity College), fue sin duda uno de los elementos fundamentales de su reconocimiento ínternacional como un gran economista. Fue también motivo de que se convirtiera, en palabras de Paul Sweezy, en una demostración viviente de que las contradicciones se dan en la realidad y no sólo en la mente humana. Dobb consiguió ser simultáneamente un economista marxista y un miembro activo de la escuela de Cambridge.

La amplitud de su obra hace difícil trazar un panorama de sus escritos, pero sería posible quizás agruparlos en torno a una serie de temas. Con la excepción de Salarios ( 1927), obra de carácter excepcionalmente monográfico, los escritos de Dobb podrían catalogarse en tres apartados fundamentales: teoría económica, problemas del socialismo e historia del desarrollo capitalista.

La publicación, en 1946, de Estudios sobre el desarrollo del capitalismo, provocó una polémica (recogida bajo el título La transición del feudalismo al capitalismo), en la que participaron economistas e historiadores (Sweezy, Hilton, Lefebvre, Hill, Takahashi y_el propio Dobb),sobre el problema crucial de los factores determinantes de la transición. Dobb regresaría sobre el tema en unas conferencias de 1962 (publicadas en el, volumen Ensayos sobre capitalismo, desarrollo y planificación). La polémica y los problemas que suscitó siguen sorprendentemente actuales hoy día y constituyen un punto de referencia ineludible para cualquier debate en profundidad sobre la transición entre dos modos de producción distintos.

Militancia
Al escribir sobre problemas del socialismo Dobb tiene una faceta indudablemente militante, que se refleja en textos como Argumentos sobre el socialismo o El nuevo socialismo, que cumplen sobre todo una función propagandística. Es interesante observar cómo, pese a que El nuevo socialismo está fechado en 1970, Dobb se limita a formular una crítica del excesivo centralismo de la planificación soviética tradicional, en un marco próximo al de las propuestas de reforma que se generalizan en los países del Este. Pero no llega a cuestionar la institucionalidad política de estos países, pese a que la primavera de Praga había puesto en primer plano precisamente este problema tan sólo dos años antes. Y pese, sobre todo, a que es difícil imaginar algo más incompatible con su propio temperamento de académico de Cambridge que una dictadura de partido único.

El desarrollo de la economía soviética desde 1917 (1948) constituye en realidad la continuación y ampliación de una obra veinte años anterior. La versión española está realizada sobre la edición puesta al día en 1966. Pero quizá las obras de Dobb sobre problemas del socialismo que posean un mayor interés sustancial sean los artículos sobre cálculo económico en una economía socialista y sobre problemas teóricos de la planificación.

En estos escritos la obra de Dobb recupera su aspecto más teórico. Junto con Economía política y capitalismo (1937) y Economía del bienestar y economía del socialismo (1969), constituyen las principales obras de Dobb como crítico e historiador de la teoría económica, hasta la aparición, en 1973, de su libro Teorías del valory la distribución desde Adam Smith. Es en este libro (probablemente su obra teórica más importante) donde es posible ver a Dobb con más claridad como una contradicción viviente.

Teorías es una discusión de las doctrinas económicas a la luz de la obra de Sraffa Producción de mercancías por medio de mercancías (1960). Esto supone un intento de mostrar la posible armonía de la tradición marxista y de la tradición ricardiana recuperada por Sraffa, intento ciertamente audaz, pero que sólo parece viable gracias a la insólita rapidez con la que Dobb pasa a través de la teoría, del valor trabajo de Marx.

Libro crucial
La publicación de Teorías pasó prácticamente desapercibida en España, aunque esto sólo puede parecer extraño a quien no sepa que, diez años después de la aparición de la edición castellana del libro de Sraffa, son legión los economistas que ignoran su misma existencia. Sin embargo, Teorías es un libro crucial, pues pocas personas como, Dobb (que colaboró con Sraffa en la preparación de la edición de las obras y correspondencia de David Ricardo) estaban en condiciones de comprender la importancia del neorricardianismo como crítica definitiva de la teoría económica neoclásica, a la vez que su in compatibilidad, al menos en apariencia, con la teoría marxiana del valor trabajo. En Inglaterra, la opción entre neorricardianismo y marxismo ha dividido a los economistas que podríamos llamar radicales, cuyas posturas oscilan entre el neorricardianismo ortodoxo de Nell hasta el marxismo no menos ortodoxo de Rowthorn, pasando por el singular eclecticismo de Hodgson. La vi veza y la importancia de la discusión evidencian la gravedad de la pérdida que, para el marxismo y la teoría económica en general, supone la desaparición de Maurice Dobb.

https://elpais.com/diario/1976/09/12/cultura/211327210_850215.html

sábado, 11 de septiembre de 2010

Con el agua de todos, el gran negocio privado

Las eléctricas pagan menos de 20 millones al Gobierno por el caudal de los ríos, con el que ganan 1.000 millones - Como en el caso de la nuclear, crece el debate para revisar su retribución
Los ríos son milagrosos. Se sabía que traían riqueza y belleza, pero lo que consiguen con ellos las eléctricas va mucho más allá. El Ministerio de Medio Ambiente ha recabado entre todas sus confederaciones hidrográficas los datos -dispersos y opacos- sobre cuánto le pagan las eléctricas por usar el agua para producir electricidad. El recuento da como resultado que por usar el agua, por ley un bien público y sin dueño, las eléctricas pagan entre 10 y 20 millones de euros al año al Gobierno, según fuentes del Ejecutivo. Con ese caudal producen electricidad que, a su vez, las eléctricas cobran al precio de mercado. De media, en los últimos años han conseguido alrededor de 1.000 millones anuales de beneficios con este sistema.
El Ministerio de Medio Ambiente considera que esta desproporción es excesiva y busca fórmulas para cobrar algo a las eléctricas. El secretario de Estado del Agua, Josep Puxeu, advierte: "Las empresas eléctricas no pueden seguir al margen del debate de la gestión del agua ni de los costes de esta". El sistema de fijación de precios de la electricidad es singular. Las empresas van ofertando la electricidad en función de la demanda de cada momento. Las eléctricas primero aportan la nuclear, que no puede variar su potencia, todas las renovables entran por ley y, si hay agua en los embalses, la hidráulica. Lo que falta se completa con carbón y gas, que son más caros, y al final todas cobran el precio más alto.
El resultado es que la hidroeléctrica -sin apenas costes y con presas construidas hace décadas- se cobra al precio del gas. Si el gas sube en los mercados internacionales, suben los beneficios de las presas. Los expertos bautizan este fenómeno como "beneficios caídos del cielo" (del inglés, windfall profits).
La Comisión Nacional de la Energía alertó del efecto perverso del sistema en 2008, pero solo la crisis, con la necesidad del Estado de recaudar más y de contener la desbocada tarifa eléctrica, ha abierto el melón de la regulación. Según la metodología de la CNE, el sector obtuvo 1.111 millones de beneficios extra en 2008 y 647 en 2009. La cantidad varía en función de la cantidad de lluvia y del precio del gas, que fija el del mercado. En los primeros ocho meses de este año, mucho más lluvioso, la cantidad ronda los 900 millones.
Medio Ambiente ha revisado los cánones de las presas sobre las que las eléctricas operan en forma de concesión. La inmensa mayoría son embalses construidos en los años cuarenta y cincuenta y con concesiones de hasta 75 años. "No pagan el agua. La cantidad que abonan de canon es mínima", resumen fuentes del Ejecutivo, que citan favores de los gobiernos franquistas hacia las eléctricas. La primera gran concesión que caducará lo hará en 2024, según estas fuentes.
La Secretaría de Estado de Agua ha estudiado fórmulas para recuperar concesiones, pero legalmente, según afirman las fuentes consultadas, es prácticamente imposible...
La patronal eléctrica, Unesa, discrepa radicalmente. Sostiene que las centrales hidroeléctricas "no se amortizan nunca". Da igual que fueran construidas hace décadas, da igual que el combustible -en este caso el agua- sea virtualmente gratuito y da igual que cobren el kilovatio al mismo precio que una central de gas recién construida y que importa desde Argelia el combustible. "Las centrales hidráulicas y nucleares no están amortizadas. De hecho, les queda más de un 40% de vida útil económicamente restante",... Leer más aquí.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Eduardo Galeano en Madrid.

...P. En Venezuela, Argentina, Bolivia, Ecuador, los Gobiernos andan a la gresca con los medios de comunicación...
R. Las generalizaciones corresponden a una visión de nuestra realidad, la latinoamericana o del sur del mundo, que el norte tiene. Los débiles, cada vez que intentan expresarse o caminar con sus piernas, resultan peligrosos. El patriotismo es legítimo en el norte del mundo y en el sur se convierte en populismo o, peor todavía, terrorismo. Las noticias son muy manipuladas, dependen de los ojos que las ven o el oído que las escucha. La huelga de hambre de los indios mapuches en Chile ocupa poco o ningún espacio en los medios que más influencia tienen, y una huelga de hambre en Venezuela o Cuba merece la primera plana. ¿Quiénes son los terroristas? ¿Son piratas los que asaltan los barcos o los que pescan violando las leyes y los límites?
P. El presidente venezolano, Hugo Chávez, es uno de los que andan enzarzados con la prensa ¿Tenemos veredicto con él?
R. Hay una demonización de Chávez. Antes Cuba era la mala de la película, ahora ya no tanto. Pero siempre hay algún malo. Sin malo, la película no se puede hacer. Y si no hay gente peligrosa, ¿qué hacemos con los gastos militares? El mundo tiene que defenderse. El mundo tiene una economía de guerra funcionando y necesita enemigos. Si no existen los fabrica. No siempre los diablos son diablos y los ángeles, ángeles. Es un escándalo que hoy, cada minuto, se dediquen tres millones de dólares en gastos militares, nombre artístico de los gastos criminales. Y eso necesita enemigos. En el teatro del bien y del mal, a veces son intercambiables como pasó con Sadam Husein, un santo de Occidente que se convirtió en Satanás. Leer más aquí.

jueves, 9 de septiembre de 2010

La vitamina B puede prevenir el Alzheimer (BBC)

Un estudio reciente sugiere que altas dosis de vitamina B puede reducir a la mitad la contracción del cerebro en las personas mayores que experimentan algunos signos de la enfermedad de Alzheimer.
La contracción del cerebro es uno de los síntomas del deterioro cognitivo ligero, que a menudo conduce a la demencia.
Algunos investigadores dicen que esto podría ser el primer paso para encontrar una manera de retrasar la aparición del Alzheimer.
Los expertos dijeron que estos hallazgos son importantes, pero que se necesita más investigación.
El estudio, publicado en la revista Public Library of Science One, examinó a 168 personas mayores que experimentan ciertos niveles de deterioro mental conocido como deterioro cognitivo leve.
Esta condición, marcada por lapsos de memoria leve y problemas de lenguaje, está más allá de lo que pudiera explicarse como el envejecimiento normal y puede ser un precursor de la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia.
La mitad de los voluntarios recibieron una tableta diaria conteniendo niveles de la familia B de vitaminas, como el ácido fólico, B6 y B12 muy por encima de la cantidad diaria recomendada. La otra mitad recibió un placebo.
Después de dos años, la tasa a la que sus cerebros se habían reducido se midió.
El cerebro se encoge en promedio a una tasa de 0,5% al año después de la edad de 60 años. Los cerebros de las personas con deterioro cognitivo leve se encogen el doble de rápido. En los pacientes que sufren Alzheimer la contracción del cerebro es de 2,5% al año.
El equipo de científicos, del Proyecto Oxford para investigar la Memoria y el Envejecimiento (Optima, por sus siglas en inglés), encontró que en promedio, en los que recibieron suplementos de vitamina, la contracción del cerebro disminuyó un 30%. En algunos casos se redujo en más del 50%, haciendo que su atrofia cerebral no fuera peor que la de las personas sin deterioro cognitivo.
Ciertas vitaminas de la familia B, como el ácido fólico, la vitamina B6 y la B12 controlan los niveles de una sustancia conocida como homocisteína en la sangre. Los niveles altos de homocisteína están asociados con una contracción más rápida del cerebro y con la enfermedad de Alzheimer.
Los autores del estudio creen que el efecto de las vitaminas B en los niveles de homocisteína fue el efecto que ayudó a frenar el ritmo de la contracción del cerebro.
El director de la investigación, profesor David Smith, dijo que los resultados fueron más significativos de lo que esperaba.
"Es un efecto mayor de lo que nadie podría haber sospechado", dijo. "Y nos está diciendo algo biológico. "Estas vitaminas están haciendo algo a la estructura del cerebro. Lo están protegiendo, y eso es muy importante porque tenemos que proteger al cerebro para prevenir la enfermedad de Alzheimer " Profesor David Smith, director de la investigación "Estas vitaminas están haciendo algo a la estructura del cerebro. Lo están protegiendo, y eso es muy importante porque tenemos que proteger al cerebro para prevenir la enfermedad de Alzheimer”, explicó.
Dijo que es necesario realizar más investigaciones, para saber si altas dosis de vitaminas B realmente impiden el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en personas que tienen deterioro cognitivo leve.
La organización Alzheimer's Trust, que cofinanció el estudio, también pidió más investigaciones. "Estos son resultados muy importantes. Las vitaminas B empiezan a mostrar una perspectiva en la protección de algunas personas del mal de Alzheimer en la vejez", dijo la directora ejecutiva Rebecca Wood. "Los resultados deben inspirar una gran investigación ampliada para estudiar a la gente que se espera desarrollen el mal de Alzheimer".
El grupo de vitaminas B se encuentra naturalmente en muchos alimentos, incluyendo carne, pescado, huevos y vegetales verdes. Sin embargo, los expertos aconsejan no ingerir más vitamina B de los niveles recomendados a la luz de estos hallazgos.
Chris Kennard, presidente del Consejo de Investigación Médica y de la Junta de Neurociencias y Salud Mental, dijo: "Tenemos que ser cautelosos al recomendar los suplementos como la vitamina B, ya que hay riesgos de salud separados si se toma en altas dosis. Se requiere más investigación antes de poder recomendar el suplemento para el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer". (Jane Hughes, BBC.)
(En la foto, huevos fritos a la mallorquina, con sobrasada, -tomate, cebollas y patatas-)

miércoles, 8 de septiembre de 2010

4. Jueves 26 de agosto, La Habana. Cuba.

En la Habana, si uno pasea y observa atentamente, redescubre cosas importantes que nos habían pasado desapercibidas, después de tanta tecnología como nos han vendido, resulta que existen tecnologías sencillas, ecológicas y eficientes como las que nos presentan en este video y además funcionan prácticamente sin gasto de energía. Veanlo.




3. Miércoles 25 de agosto, La Habana.

El miércoles 25 fui en taxi hasta El Morro, fortaleza situada a la entrada de la bahía de La Habana, desde donde se divisa una bella panorámica de la ciudad.
Destaca el Capitolio y se aprecian multitud de edificios altos que el taxista me iba enumerando. En la misma dirección del Capitolio algo a la izquierda desde nuestra posición y casi dando al mar está la embajada de España, un magnífico edificio, sin duda el mejor edificio de todas las embajadas, que en su mayoría se encuentran en el barrio de Miramar, zona residencial alejada del centro.
Tomé varias fotos de todo el panorama, hacia la derecha se divisa el malecón de unos 7 km de largo y donde se pueden apreciar varios altos edificios, el que más destaca por su altura es un hospital, después hay hoteles y edificios de apartamentos. Para llegar a la fortaleza del Morro, se pasa por un túnel que cruza debajo de la bahía, construido en los años 50 por una empresa francesa. En el paseo por el malecón hacia la Habana Vieja se encuentra un edificio protegido por guardias que es la Oficina de Intereses Norteamericanos. Al lado, hay todo un terreno donde se hacen manifestaciones antiamericanas en los momentos tensos de las relaciones Cuba-USA.

El viaje desde mi hotel en Miramar hasta el Morro, con espera y explicaciones y vuelta a la Habana Vieja cuesta 15 €.

Una vez en la Habana Vieja, entré de nuevo por la Plaza de la Catedral y me dirigí a la Plaza Vieja, donde tomé una cerveza de producción propia en la Taberna "La Muralla" acompañado por una especie de tapa-ración de langosta que costó 4,5 pesos y la jarra de cerveza de 1/2 litro 2 pesos. La cantidad de langosta era abundante, el sabor era soso y le faltaba aliño, aunque ponen como una cucharada de mahonesa. La cuestión es que con ello se "come", pues viene con la típica ensalada de coles, judías verdes y zanahoria y con el bochorno debido a la humedad que hay no se tiene, tampoco, muchas ganas de comer. Después seguí hasta la calle Brasil también llamada del Teniente Rey, que desemboca en la Plaza del Santo Cristo del Buen Viaje, en una de cuyas esquinas -con la calle Bernaza- se encuentra un pequeño restaurante, el Hanoi, donde ponen comida criolla a buen precio, platos a 3.95 a base de cerdo, pollo, pescado o vacuno -ropa vieja, carne de vaca en finos trozos con tomate-. Una cerveza de medio litro nacional cuesta 1.40 €, el mojito 2 € (en la Bodeguita de en Medio cuesta 4€) y una mariscada 12 €, después de comer, tomar una cerveza y escuchar música, continué hasta la plaza del Capitolio, donde tomé un descapotable que me llevó al hotel. El descapotable es incomodo y con el calor que hace más el viento llega uno más cansado al hotel. No hay nada como un buen aire acondicionado,...

¿Y qué hacemos esta noche en La Habana?
(Fuente: El País) En la Casona de Línea (Línea entre D y E), el genial Ray Fernández hace menearse al público con la depurada ironía de sus canciones. Es una noche calurosa y la capital cubana acoge una amplia variedad de expresiones culturales. En apenas unos centenares de metros a la redonda, la calle Línea y la calle 23 acogen conciertos, salas de cine, teatros y espacios musicales al mismo tiempo.

La Habana es una de esas ciudades donde la cultura forma parte fundamental de su rutina. Además de las dos casas de la Música (la de Miramar, en la calle 35 y 20; y la de Centro Habana, en Galiano y Neptuno), los museos, galerías, el universal Ballet Nacional de Alicia Alonso (Parque Central) y el Teatro Nacional (Paseo y 39), son decenas los espacios donde la música, el teatro y otras expresiones artísticas campan en la ciudad a precios muy asequibles, cuando no gratuitos.

El Centro Cultural Bertolt Bretch (13 esquina I) ofrece un sinfín de planes casi a diario en sus dos salas, con un ambiente juvenil; el Pabellón Cuba, en La Rampa (23 entre M y N), ha acogido este verano un festival de música de trovadores; las escalinatas de la Universidad de La Habana es un espacio habitual para conciertos como el que recientemente ofreció el cantante X-Alfonso, igual que la plaza de la calle D, a la altura de Malecón o el parque Villalón de Vedado.

Y así se van hilvanando multitud de eventos en varios rincones de la ciudad donde la afluencia es numerosa. La feria del libro es, probablemente, la máxima expresión en este sentido, donde lo literario se mezcla con lo social, lo musical y, en fin, lo cultural.

Las exposiciones y conferencias de espacios como la Casa de las Américas (Malecón y G) o la Casa del Alba (Línea y D), los grupos teatrales y de ballet que llenan los teatros Raquel Revuelta (Línea y B) o Trianón (Línea entre Paseo y A), los cines que ocupan los dos lados de la carretera desde el Hotel Nacional hasta el imponente cementerio Colón o las salas de teatro de Centro Habana, como Lázaro Peña (San Carlos esquina Peñalver), donde el mes pasado cantó Pablo Milanés –a 30 pesos, un euro, la mejor entrada–, configuran un panorama que desborda los locales más turísticos de la agitada vida cultural de La Habana.

Combinar recintos conocidos como La Zorra y el Cuervo (23 entre N y 0) o El Gato Tuerto (O entre 17 y 19), donde diferentes grupos actúan con vistas al extranjero, con otros lugares donde tomar el pulso al fervor cultural local es imprescindible para conocer esta ciudad desde dentro. Quizá el mayor desafío sea poder enterarse de todas las actividades diseminadas por la ciudad; se soluciona encendiendo la televisión, escuchando la radio y, sobre todo, preguntando.


domingo, 5 de septiembre de 2010

Rebajas de otoño

Si los españoles quieren salir de la crisis, tienen que rebajar los salarios, dicen los economistas. Si los palestinos quieren la paz, tienen que renunciar a la justicia, dice un diplomático laborista israelí. Si los países emergentes quieren prosperar, tienen que olvidarse de los daños al planeta; es decir, que las conquistas sociales, la justicia o la salud del planeta son los verdaderos problemas.
No parece lógico porque si desmantelan la seguridad social, habría una crisis social de dimensiones imprevisibles. Y una paz sin justicia sería pan para hoy y hambre para mañana. Y si rematamos al planeta, vivir será sobrevivir.
Lo realmente llamativo en los tiempos que corren es el abismo entre lo que los hechos dan a entender y lo que les hacemos decir. Juan Goytisolo recordaba aquí recientemente la de sufrimientos que han sido necesarios para entender, por ejemplo, que matar a alguien por una idea, no es defender una doctrina, sino asesinar a un ser humano. Así de simple. El Nobel de Economía, Paul Krugman, daba un paso más en esta guerra hermenéutica cuando analizaba la ofensiva estadounidense contra la seguridad social. Él, que sabe de números, dice que los de los críticos "no cuadran y en realidad su hostilidad no tiene nada que ver con dólares y céntimos, sino más bien con ideología". Sus cuentas son una "contabilidad de mala fe", cercana a "un juego de trilero" o al "timo de la estampita". Si la falsificación de los datos es tan burda, ¿por qué darles tanta importancia? Pues porque muchas personas importantes se lo creen y han empezado a diseñar las políticas de futuro a partir del supuesto de la inviabilidad de la seguridad social.
Aquí hay dos guerras: la de los hechos y la de su interpretación. La decisiva es la segunda. Gracias a la interpretación de la esclavitud hemos podido tener esclavos hasta el siglo XIX. Hace un par de meses el aeropuerto de Lanzarote parecía un lugar de peregrinación para solidarizarse con la causa saharaui de Aminatu Haidar pero hace poco más de un siglo, los católicos parisinos iban después de misa en La Trinité a comprar bolsos de mano hechos con piel de jóvenes africanas. Habíamos decidido que solo valían para eso.
Pues bien, en pleno siglo XXI se hacen políticas en base a ideas que declaran al Estado de bienestar una rémora para la competitividad de la economía, a la justicia un obstáculo para la paz y a la ecología una manía de exaltados. Es verdad que siempre ha habido de esto. Hay que ver los argumentos que usaba Ginés Sepúlveda, contra Las Casas, para justificar la conquista de América: que si la evangelización, que si la superioridad cultural europea, que si la violencia de los nativos. Hoy dan risa, pero durante siglos los españoles nos los hemos creído.
El problema no es la presencia de argumentos abusivos en favor de los poderosos. Lo preocupante es la naturalidad con la que los asumimos. El brío con el que, desde la II Guerra Mundial, se defendió el Estado de bienestar por parte de la socialdemocracia y de la doctrina social de la Iglesia, suena hoy a exceso doctrinario. Es verdad que eran tiempos en los que existía el comunismo y se hablaba de marxismo, con lo que el Estado de bienestar bien podía entenderse como una zona de seguridad en zona capitalista. Lo cierto es que en países demoliberales era un concepto intocable.
Ahora dicen que es caro de mantener, aunque los que saben de cuentas explican que no es cuestión de números sino de ideas. Sabemos muy bien que el poder de las ideas poco tiene que ver con la verdad que contengan. Su poder depende de quienes las apadrinen. Para que una modesta idea se imponga no basta que tenga razón, tiene que cargarse de razones. "Cuántas lágrimas", decía Flaubert, "fueron necesarias para liberar Cartago". Por un momento pensamos que quizá esta vez sí sería posible repensar el sistema. Fue cuando al inicio de la gran crisis, Obama, el presidente, habló de egoísmo y Almunia, desde la Unión Europea, de avaricia, referidos uno y otro al capitalismo financiero. Apuntaban en la buena dirección pero fue un espejismo. El problema, por lo visto, son los sueldos y por ahí van las políticas de los políticos mientras los demás callamos.
Hay un episodio en Primo Levi que viene a cuento. Los nazis han capturado a un prisionero que quería escapar. Deciden colgarle en la plaza del campo ante todos los deportados. Cuando va a subir al patíbulo, arenga a los compañeros: "Ánimo, que yo soy el último". Pero los compañeros bajaron los ojos acobardados. El campo había acabado con su capacidad de resistencia. Claro, aquello era un campo y esto no o eso dicen. En el breve espacio de una generación la crítica ha perdido mansamente su capacidad de decir basta. Leer el artículo de Reyes Mate, en "El País" todo aquí.

miércoles, 25 de agosto de 2010

1. Lunes 23 de agosto, desde La Habana, Cuba

Salimos de Madrid aproximadamente a las 15:20 (pasada la hora indicada de salida 15:05) y a las 16:50 sobrevolamos Lisboa y entramos en el Atlántico, según explicó el piloto volábamos a unos 9.000 m y a algo más de 800 km/h, nos dirigimos al sur de las Azores y de ahí a las Bermudas, cerca de Nassau para llegar a La Habana, Cuba, a la 7:20 hora local, después de unas 10 horas de vuelo.
Previsión que se cumplió. Durante el vuelo (con Air Europa en un Boeing 767-300 de dos motores) ha habido muy poca turbulencia, solo dos inicios en el que se han encendido los indicadores del cinturón, pero nada importante. El vuelo se hace pesado a partir de las 6 horas y muy pesado a partir de las 8 horas. Nos pusieron una, llamada, comida y casi al llegar una merienda (bocadillo de York y queso con una bebida).
El cielo al aterrizaje -perfecto- está muy cubierto, el aeropuerto Internacional José Martí de la Habana tenía una temperatura de 24º C y se apreciaba que había llovido mucho. Pasamos los trámites de entrada sin problemas. Se aprecia organización y seguridad muy alta, para ser un país no desarrollado. Nos esperaba una guía -una mujer muy agradable, culta y bien preparada, sabiendo hacer y conociendo su oficio- de la empresa mayorista y nos llevaron en un autobús (Yutong, de fabricación china) que nos fue repartiendo por los respectivos hoteles a los distintos pasajeros,empezando por la Habana Vieja, el primero el hotel Sevilla. Después los del barrio del Vedado y por último los de Miramar, que es donde está el Panorama, más de una hora en total, pero nos iban describiendo y comentando las distintas zonas y monumentos por los que pasábamos, con lo cual fue como una primera presentación panorámica de la Habana, con especial atención a sus mejores hoteles. Llegué muy tarde a la habitación y me fui a descansar. Se notó la diferencia horaria (jet land). El lunes 23 tomé un taxi hasta la Habana Vieja, 10 pesos convertibles, visité la Plaza de la Catedral, paseé por sus calles, tomé un zumo de mango, un mojito en la Bodeguita del Medio (que tiene una fama a nivel mundial que, en mi opinión, se merece algo menos, por lo pequeña e incomoda, pero goza de la fama que le dejó Ernest Hemingway, Nobel de literatura en 1954, asiduo parroquiano durante sus estancias en la isla) donde tocaba un conjunto cubano, de esos que hay en muchos sitios, y sonaba bien, muy bien como todos los que oí y te hacen recuperar y revivir unos sonidos ya perdidos en nuestros países y que son magníficos. Después de pasear por la calle del Obispo, recorrer su mercadillo de artesanía y comer en "El Patio", en la Plaza de la Catedral, una brocheta de langosta con verduras (calabazas, judías verdes, cebolla, pimientos, zanahoria y patatas) y una salsa algo insípida, con generosos trozos de langosta, parece que toda la cola, una cerveza cubana, Cristal de ½ litro y un café con leche, oyendo música cubana muy bien cantada e interpretada; un teclado, el requinto, el contrabajo, las maracas, y algún que otro instrumento como los palos y timbales como percusión, cantaron: ¡¡Ay Candela!!; Guantanamera; Chan-Chan; Quizás, quizás; El manicero... y muchas más, casi todas conocidas pero casi olvidadas.
Después de volver al hotel para descansar un rato y comprobar que todos los taxis oficiales, incluidos los “coco car” cobraban 10 pesos convertibles, lo que en euros significa algo menos de 10 € (casi un 12% menos) pero caro, pues volver de la Habana, ir al centro otra vez, supone en total 40 euros mal contado al día en transporte, lo cual es muy caro. Con ese dinero se puede comer y cenar abundantemente y bien. Así que traté de informarme de otras vías más baratas, los cubanos no podían pagar eso,... era evidente. ¿Qué tal los autobuses? Desaconsejados, por lo complejo de las líneas, los posibles robos, lo llenos que van, etc., después de mucho hablar, pues no daban soluciones alternativas, me hablaron de los taxis privados, esos modelos antiguos, principalmente americanos, Ford, Chevroles, Cadillac, de los años 60 o menos, con matrícula amarilla que los identifica como coche privado, mientras que los oficiales la tienen azul. Los privados tienen unas claves que solo entienden los cubanos, así se extiende el brazo y desde Miramar, el barrio a 14 km del centro y lleno de embajadas, se les grita, cuando se acercan a la acera, en la Avenida, ¡¡Habana!! y sin llevar nada encima que pudiera delatar fácilmente nuestra condición de turistas; no hablar nada para no descubrirnos, mejor que poco, no llevar libro-guía, ni, por supuesto, la típica cámara, no vestir, en lo posible, ropa muy distinta de la llevada por los cubanos, no poner "cara de turista", y, a pesar de todo, creo con toda seguridad, que se dan cuenta que no somos cubanos, aunque aprecian el esfuerzo, siguen el juego y hacen como que no lo saben. El ruido de esos coches es un poema, sus frenos y frenazos, sus traqueteos a punto de caerse en pedazos,... los cubanos cruzando las calles a su aire, a punto de ser atropellados, la gente en el coche no habla, indican el lugar y después permanecen callados. Te dejan en el Capitolio como parada final. Al volver, se toman cerca del Capitolio también, al inicio del Paseo del Prado, o de Martí, que partiendo del Capitolio baja hasta el Malecón. Total el recorrido cuesta 1 peso, es decir 10 veces menos. Así que de 40 al día se pasa a 4. La vuelta por ese medio la he hecho hoy y la indicación es; séptima, 30, que es la indicación del cruce de calles que queda en Miramar cerca del hotel. Supone una aventura, pero es un método para conocer otras vistas y otras gentes. (No lo utilicé mucho, pues un día me hicieron cambiar de "carro" y no sabía por donde estaba, lo cual unido a que no se hablaba nada me impedía conversar y conocer a las personas que viajábamos juntas, y perdía interés humano, aunque lo siguiera teniendo económico)
Terminé, después de tomar agua en la terraza del H. Inglaterra y escuchar a otro grupo de soneros allí, paseando por el Prado llegué al Malecón y al oscurecer me vine en un Coco-car, que no deja de ser otra aventura también, su motor de 125 cc de una Vespa tienen “más ruidos que nueces”, y sus saltos y giros para evitar los baches, es todo un riesgo, que al final te sale por otros 10 pesos como si hubieses venido en un taxi normal.
Hoy 24, fui al Museo de la Revolución, que estaba en restauración y pintura. Hay algunos documentos y materiales interesantes. Compré en un mercado una botella grande de agua y me vine a la aventura en otro Ford de la década de los 50, a descansar unas horas al hotel.
Conclusiones de estos primeros días:
1. No se puede ir a un hotel lejos del centro pues al final sale muchísimo más caro, casi el doble de caro que le cuesta al que se aloja en el centro. Por lo tanto nada del barrio de Miramar, ni el Panorama, donde me alojé ni el Meliá de esa zona, aunque tengan buenas instalaciones, desde piscina a centros de negocio, parada de taxis, etc., a no ser que vaya uno con la idea de pasarse en la piscina todo el día. En La Habana Vieja, la primitiva ciudad que estaba rodeada de murallas de las que sólo quedan unos metros cerca del puerto, y de calles estrechas trazadas a cordel en direcciones que se cortan a 90º con numerosas plazas muy bellas; la de la Catedral, de San Francisco, la Plaza Vieja, la del Santo Cristo del buen Viaje -donde juegan los niños a las canicas o bolas- y algunas más, tiene casas particulares con aire acondicionado y pequeños hoteles u hostales como el de los Frailes, totalmente recomendables. (comercial@habaguanexhfrailes.co.cu). Si se aloja uno ahí puede ir paseando a casi todos los lugares históricos importantes.

Havana City Guide [Cuba] from julien widmer on Vimeo.


2. En Cuba hace una temperatura entre 24º y 34º grados en verano, aproximadamente, menos en el norte que dan a las aguas del Atlántico, como La Habana, y más en el sur que da a las aguas del Caribe, auténtico caldo caliente. Ahora bien, esas temperaturas para un español del sur, son normales, pero la humedad es lo que no es normal para nosotros, es un clima subtropical. Ha llovido en forma de tormenta tropical, durante una media hora a una hora en total, casi todas las tardes, debido a que esa humedad y calor crea nubes de desarrollo vertical, cúmulos-nímbus, que terminan en tormentas de agua y rayos. La humedad nos hace transpirar y sudamos bastante, siendo la sensación de calor mayor que en España y las ganas de sentarse al fresco y dedicarse sólo a contemplar, muy grandes. Hacer trabajar a los nativos, en esas circunstancias, tuvo que ser, a la fuerza, muy cruel y violento, seguramente por eso desaparecieron, ayudados también por las nuevas enfermedades y después con el tráfico de esclavos, la violencia y el mal trato fue con los negros (en su mayor parte procedentes de la actual Nigeria), pues, de lo contrario, evidentemente, no trabajaban, así que el mal trato y la violencia era un círculo vicioso.
3. Cuba es un país del Caribe y subdesarrollado económicamente. Nosotros, España, pertenecemos al primer mundo, aunque algunos, muchos, al parecer por los comentarios no ya inexactos o erróneos sino impertinentes, oídos a algunos españoles, parezcan olvidarlo. Así que los parámetros para juzgar o comparar a Cuba, no pueden ser igual a los nuestros, sino a lo de los países de su entorno, desde Haití a Honduras, Guatemala, El Salvador, México o Jamaica. A ello hay que agregarle el factor histórico de su origen y evolución, la historia de las invasiones, guerras y matanzas ocurridas en la Isla, junto a la desaparición o genocidio de los indígenas y la cruel trata de esclavos, apoyado en la ideología racista que ha imperado en el Caribe. No deberíamos ignorar tampoco, a pesar de todo, que "UNICEF confirma que Cuba es el único país de América Latina y el Caribe que ha eliminado la desnutrición infantil". La existencia en el mundo en desarrollo de 146 millones de niños menores de cinco años bajos de peso, contrasta con la realidad de los infantes cubanos, reconocidos internacionalmente por estar ajenos a ese mal social. Y la educación es otro logro reconocido mundialmente tanto en calidad de la educación recibida como en extensión y generalización a toda la población de esa educación de buena calidad, lo que se nota en todos los cubanos con los que nos relacionamos, en su conversación y en su trato educado y culto. Curiosamente las evaluaciones internacionales (Tipo Pisa) no registran los logros cubanos, los ignoran y Cuba no suele aparecer en ellas...
Uno de los principales logros de Cuba estaría en la escolarización del 100% de los niños hasta 9º grado, es decir, una educación Primaria y Secundaria universal, pública, gratuita y de calidad.
4. Cuba no deja indiferente a casi nadie. Como ya hemos mostrado en este blog y, desde luego, recomiendo absolutamente el viaje a Cuba, les va a gustar mucho y, sobre todo, su gente. Es lo mejor de Cuba, hablan un español con una cadencia y musicalidad muy dulce, con un vocabulario muy amplio y exacto, conservan palabras que ya hemos olvidado o dejado de usar y que me recordaban a mi abuelo sevillano y son ocurrentes, ingeniosos, simpáticos, muy cultos, agradables, entablan rápidamente conversación y los españoles nos sentimos muy bien acogidos. También te puedes encontrar algo de la típica picaresca española, pero muy leve; a veces, intentan venderte algo y sacar unos pesos de más, no es difícil darse cuenta y puedes decidir hacerle el juego o negarte, no son pesados. Lo que si presencié fue la no correspondencia, ni respeto, por parte de más de algún español, hacia el pueblo cubano, pero bueno "hay gente para todo" y muchos españoles van de "nuevos ricos" en su trato hacia mujeres y hombres cubanos... una pena y que no muestra nada positivo a favor de esos españoles, 
Cuba globalmente es una maravilla y, si te gusta la música, ya no te cuento; encontrarás músicos por todas partes y con muy buena formación, buen trato y seguridad como en ningún país de su entorno, serán unas vacaciones de ensueño, inolvidables, te las recomiendo.
No olvidéis el texto escrito en un pequeño cuadro colgado de una pared alejada del paso, en el aeropuerto de Baracoa, que dice: "Las palabras rendición y derrota están borradas totalmente de nuestra terminología".

Fotos del autor: 1. La Plaza Vieja, en La Habana Vieja. 2. El Malecón -desde un autobús-. 3. El Capitolio desde la calle Brasil de la Habana Vieja. Un patio en la Plaza Vieja.

sábado, 21 de agosto de 2010

"Quien no viaja no conoce el valor de los hombres", reza un proverbio árabe

"Quien no viaja no conoce el valor de los hombres", reza un proverbio árabe que el escritor británico Bruce Chatwin cita en su libro "Los trazos de la canción".
Mañana parto de viaje, algo más de una semana, 10 días para ser exactos. Intentaré, conocer, aprender, disfrutar, informar y colgar fotos del mismo, aunque esto último depende de las conexiones,...

viernes, 20 de agosto de 2010

¿Por qué los matemáticos españoles no ganan medallas Fields?

Las medallas Fields son el galardón más importante que concede la Unión Matemática Internacional (IMU) cada cuatro años desde 1936, el sueño de cualquier matemático. ¿Por qué parecen las Fields concentrarse en algunos países más que en otros? ¿Por qué Francia tiene 11 medallistas Fields -dos, Cèdric Villani y el franco-vietnamita Ngô Bao Châu, anunciados ayer- y España ninguno? ¿Cuál es la receta para la Fields? Estas son impresiones de matemáticos españoles que asisten al Congreso Internacional de Matemáticos ICM2010 en la ciudad india de Hyderabad, donde se han anunciado las Fields.

Nadie esperaba una Fields española: la comunidad matemática española se sabe aún muy lejana de la arraigada tradición francesa. Pero para los jóvenes matemáticos españoles ya es habitual trabajar fuera de España y colaborar con colegas en otros continentes. Investigadores como Pablo Mira e Isabel Fernández, ambos de menos de 35 años y los únicos españoles invitados a presentar sus resultados en el ICM en la India, dicen no sentirse distintos de sus coetáneos franceses o alemanes; la escuela de geometría a la que pertenecen, nacida en la Universidad de Granada, es una referencia en todo el mundo. ¿Despegan definitivamente las matemáticas españolas gracias a ellos?
"Aún nos queda mucho para una Fields", dice Manuel de León, único matemático español en el Comité Ejecutivo de la IMU y que acaba de ser reelegido. "Necesitamos destinar recursos a la investigación y, sobre todo, gestionarlos bien para generar investigación excelente".

Sus colegas están, en general, de acuerdo. Aunque aparezcan discrepancias al especificar cómo se consigue la excelencia. Luis Vega, de la Universidad del País Vasco, apuesta en este sentido por programas de doctorado de gran calidad, destinados específicamente a los jóvenes más brillantes. Y esta es, efectivamente, una queja común: el sistema español prepara a la media, pero descuida la élite. No sabe aprovechar, y estimular, a los mejores.

La falta de tradición histórica, en cualquier caso, no se suple sólo con recursos. "Las matemáticas nacen y se hacen. La ciencia no se improvisa", dice Santos González, de la Real Sociedad Matemática Española (RSME), que en 2011 celebra su centenario. Hacen falta medidas a largo plazo, y entre ellas muchos incluyen "una estructura más flexible que permita atraer a gente buena de fuera", apunta Enrique Fernández Cara, de la Universidad de Sevilla...

Artículo tomado de "El País" 20/08/10. Más aquí.

Leer, además, "Nobel" de matemáticas, Francia se impone. París "puede considerarse ahora el centro de las matemáticas", ha declarado Louis Nirenberg, considerado a sus 95 años uno de los matemáticos vivos más influyentes. Entrevista a la nueva presidenta Ingrid Daubechies aquí.

Y ¿Qué deberíamos hacer para mejorar en matemáticas?

El Museo contra la Guerra de Berlín o Italo Calvino en el “rojo” Wedding

“Quien haya visto un campo de batalla moderno y lo haya sufrido en carne propia o también quien sólo conozca las fotografías de este espanto internacional, fotografías que la mala conciencia de los oficiales y similares laboriosamente quiere ocultar a la opinión pública, quien conozca el amasijo de cuerpos que yacen en las fosas comunes y los horribles muñones de los mutilados sobrevivientes (…): quien no se estremezca ante ello, quien no quiera evitarlo con todos los medios a su alcance, quien no quiera blindar herméticamente a las nuevas generaciones, no es un ser humano, es un patriota”.
Kurt Tucholsky, “Wofür?”, recopilado en Das Grosse Lesebuch, Fischer Verlag, Frankfurt, 2010, pp 303-304

Pocos escritores se han servido tan magistralmente de la fantasía para realizar una crítica de la realidad tan certera y tierna a la vez como Italo Calvino. En su cuento, Un general en la biblioteca, Calvino sitúa en un país imaginario una comisión militar que tiene que investigar si en las bibliotecas nacionales anidan libros que atacan al ejército.

Así, un grupo de generales va a la biblioteca y se pone manos a la obra. Al principio, los militares estudian minuciosamente los libros, intentando localizar eventual propaganda subversiva. Poco a poco, sin embargo, empiezan a cogerle gusto a la lectura, llegando a admirar la elegancia de los autores subversivos. A continuación, perciben que no es sólo buen estilo literario, sino que los ataques al ejército están más que justificados.

Finalizada la misión, redactan su informe. En él, llegan a la conclusión de que en las bibliotecas hay libros que no sólo denigran al ejército y a sus gloriosas gestas, sino también al resto de instituciones nacionales que durante siglos se han considerado sagradas, y que cualquier persona mínimamente informada y honesta no puede menos que darles la razón. Al final, la sinceridad del informe les cuesta el puesto, pero una vez degradados los antiguos militares pueden ir a la biblioteca a seguir estudiando.

Existe un museo en Berlín, que está completamente impregnado de este espíritu de Calvino. Se trata del Museo contra la guerra, ubicado en el “rojo” Wedding, un histórico barrio proletario con una larga historia de combatividad.

Su director, Tommy Spree, es un profesor jubilado de inglés, educación física e historia. Tommy es un hombre fuerte y tranquilo, con una energía interior enorme. A principios de los ochenta, ante el despliegue de misiles con cabezas nucleares por parte de la OTAN en territorio de la RFA, Tommy y un grupo de voluntarios decidieron instalar un museo que recordase a las jóvenes (y no tan jóvenes) generaciones lo que significa una guerra. El museo contra la guerra consta de una sala con documentación, fotografías y objetos de la primera guerra mundial, de un refugio antiaéreo que reproduce aquellos en los que se cobija la población civil ante bombardeos desde el aire y de otra sala con textos de pensadores pacifistas como, Jesús de Nazaret, Gandhi, León Tolstoi, John Ruskin o Carl von Ossietzky.

Este museo es heredero del museo homónimo que fuera fundado también en Wedding por un gran pacifista alemán, Ernst Friedrich, el abuelo de Tommy Spree.

La vida de Friedrich es verdaderamente admirable. Actor de teatro, sus giras por el frente le familiarizan con los horrores de la guerra. Allí se convencerá de que la guerra es una empresa que sólo beneficia a especuladores y a burócratas, mientras que el pueblo es enviado al matadero, por lo que se embarca en una campaña activa anti militarista que le conducirá a la cárcel. Terminada la guerra, Friedrich no cejará en su activismo, que no tardará en despertar las iras de organizaciones paramilitares y de una judicatura intensamente reaccionaria.

En 1933, tras la ascensión de Hitler a la cancillería, Friedrich es arrestado y su museo clausurado. Una ola de protestas internacionales permite su liberación, pero, siendo vigilado muy estrechamente por los nazis, decide exiliarse, primero a Bélgica y luego a Francia, donde se enrolará en la resistencia, desempeñando labores de enlace.

Con la victoria aliada, Friedrich se instala definitivamente en Francia. Allí ingresará en el Partido Socialista e intentará establecer un centro internacional de organizaciones pacifistas, la Isla de la Paz. Friedrich morirá en 1967. Leer más.

Dirección del Museo en español.
Anti-Kriegs-Museum e.V.
Bruesseler Str. 21
D-13353 Berlin
Fon: 0049 030 45 49 01 10
open daily 16.00 - 20.00 (also sundays and holidays)
For group visits call also 0049 030 402 86 91

miércoles, 18 de agosto de 2010

Silencios ominosos, condenas inmisericordes

La Iglesia católica del siglo XX, que legitimó tantas dictaduras y mantuvo en secreto la pederastia de algunos de sus miembros, ha sido implacable con aquellos teólogos de honestidad intachable que se atrevieron a disentir.

Silencios ominosos y condenas inmisericordes. Esa ha sido la actitud del Vaticano y de buena parte de la jerarquía católica durante los últimos 70 años. Silencios ominosos ante masacres y crímenes contra la humanidad y sus responsables. Condenas inmisericordes contra teólogos y teólogas, sacerdotes, obispos, filósofos, escritores -cristianos o no- por ejercer la libertad de expresión y atreverse a disentir; condenas todas ellas contra toda lógica jurídica, que establece que "el pensamiento no delinque". Silencios ominosos sobre personas sanguinarias, ideologías totalitarias y dictaduras militares con las manos manchadas de sangre. Condenas inmisericordes a hombres y mujeres de manos limpias, de honestidad intachable, de ejemplaridad de vida.

El más grave de esos silencios fue, sin duda, el de Pío XII ante los seis millones de judíos, gitanos, discapacitados, homosexuales, transexuales, gaseados y llevados a las piras crematorias de los campos de concentración del nazismo. Ya antes, siendo secretario de Estado del Vaticano firmó, en nombre de Pío XI, el Concordato Imperial con la Alemania nazi bajo el Gobierno de Hitler. Ahí comenzó su complicidad con el nazismo. Uno de los intelectuales más madrugadores en la denuncia de tamaño y tan ominoso silencio fue el dramaturgo alemán Hochulth en su obra de teatro El Vicario, estrenada en 1963.
En 1953 Pío XII firmó un Concordato con Franco, legitimando la dictadura, mientras guardaba silencio sobre la represión franquista después de la guerra civil, que costó decenas de miles de muertos.
Un año más tarde hacía lo mismo con el dictador Rafael Trujillo, presidente de la República Dominicana, sin condenar sus abusos de poder y sus crímenes de Estado.

En la década de los cuarenta del siglo pasado, el cardenal Emmanuel Célestin Suhard, arzobispo de París, autorizó a algunos sacerdotes y religiosos a trabajar en las fábricas. El dominico Jacques Loew lo hizo como descargador de barcos en el puerto de Marsella. Monseñor Alfred Ancel, obispo auxiliar de Lyon, fue cura-obrero durante cinco años. La experiencia fue inmortalizada por Gilbert Cesbron en la novela Los santos van al infierno. Pero pronto se frustró. Los sacerdotes obreros fueron acusados de comunistas y subversivos, cuando lo que hacían era dar testimonio del Evangelio entre la clase trabajadora alejada de la Iglesia y descreída, compartiendo su vida y sus penalidades, identificándose con sus luchas, ganando el pan con el sudor de su frente. En vez de hacer oídos sordos a las acusaciones, Pío XII las dio por ciertas y pidió a los sacerdotes que abandonaran el trabajo en las fábricas y se reintegraran en el trabajo pastoral en las parroquias y a los religiosos que se incorporaran a sus comunidades, al tiempo que ordenaba a los obispos franceses que enviaran a los sacerdotes obreros a los conventos para ser "reeducados". 

(de JUAN JOSÉ TAMAYO, 14/08/2010) Leer más

Unos días en Lisboa


En verano, es muy agradable viajar a Lisboa, lo que se ha convertido en una costumbre. El Zoo y el Parque de las Naciones fueron lugares visitado en esta ocasión, para ello utilizamos el metro, linea roja y azul.

















martes, 17 de agosto de 2010

Así montaron la prostitución

La primera modalidad de la explotación sexual infantil y femenina se organizó en nombre de las deidades. Los guardianes de fe sumerios se aprovechaban de sus ingenuas fieles y les exigían placeres corporales a beneficio del templo, reservándose el derecho de pernada. Hoy en Ghana los sacerdotes confiscan a las niñas de las familias pecadoras y endeudadas y tras nombrarlas trokosis “esposas de dios”, les someten a todo tipo de abusos durante años.
En su categoría profana y una vez aparecida la propiedad privada, los hombres acordaron comprar mujeres para tener el derecho exclusivo y vitalicio sobre su cuerpo y alma, y mantener a otras (tras deshonrarlas y acusarlas del exceso libidinoso) para su uso colectivo en régimen de alquiler.
Las religiones semíticas sentenciaron que “la mujer es el reposo del hombre” y legitimaron incluso el acceso gratuito a ellas cuando son “botín de la guerra”. Precisamente, las guerras han sido la principal cantera del negocio del sexo. Con derrotadas, violadas y secuestradas han abarrotado durante siglos harenes y burdeles. Los niños y jóvenes varones tampoco se salvaban: también eran destinados al gozo masculino.
Hoy hay que distinguir entre la prostitución tradicional a pequeña escala, fruto de las desigualdades económicas y la violencia del sistema patriarcal, del tráfico transnacional de seres humanos para la industria de sexo. Este crimen organizado que engulle o escupe a millones de mujeres y niños del mundo para convertirlos en mercancía que, como otra materia prima, circula en un solo sentido, de sur a norte o de este a oeste, resulta más rentable y menos arriesgado que el tráfico de droga, ya que para funcionar sólo necesita de un cuerpo, que además rinde decenas de veces al día.
A sus pies existe toda una tupida red internacional de extorsionadores, transportistas, autoridades corruptas, hostales, clubes y clientes que ahogan las miserias de su vida conyugal en las lágrimas de las esclavas sexuales, quienes han sufrido indecibles torturas. Sin esa demanda, se acabaría el negocio.
Hay que proteger a la prostituida y no a la prostitución. La penalización del reclamo de servicios sexuales y la prohibición de los burdeles y negocios vinculados es un imperativo. ¿Quién cree posible dignificar la esclavitud o llamarla “trabajo”? (Nazanín Amirian, en Público) Más aquí.
Más en la BBC.

lunes, 16 de agosto de 2010

Pensar desde la izquierda

... es cierto que los partidos de izquierda abandonaron las pretensiones de transformar la sociedad y se contentaron con gestionar el tránsito a la democracia. Pero ¿qué más podía hacerse? ¿Cuál era la alternativa? Claro está que yo no tenía entonces respuestas a estas preguntas. Pensaba que, cuando menos, debían haber mantenido un mínimo de aquellos principios por los que muchos hombres y mujeres se habían jugado la libertad, y hasta la vida, en la lucha antifranquista. Es casi seguro que por este camino los comunistas españoles habrían acabado en la decadencia y el olvido, como les ha ocurrido por la vía del compromiso; pero por lo menos lo habrían hecho con cierta dignidad.
Respeto a quienes optaron por dedicarse limpiamente a la tarea de reconstruir una sociedad más libre, aunque me cueste disculparles por ciertas renuncias. Pero ello no me obliga a respetar también a la partida de sinvergüenzas que se dedicaron al travestismo político para sacar provecho: recuérdese, por poner un solo ejemplo, que Aznar pudo armar todo un Gobierno con una partida de rojos reconvertidos que se vendieron a bajo precio.
Como frentepopulista que soy, lo que más me inquieta es la perspectiva de un futuro inmediato en que parece ser que los votos de la mayoría van a devolver el poder a los herederos del franquismo. Y tengo claro que la culpa de que pueda ocurrir esto no será de los votantes. Hace unas semanas Paul Krugman publicó un artículo en el que advertía contra la tentación de criticar a los votantes por su ignorancia. La gente que “tiene cuentas que pagar e hijos que criar”, decía, no puede dedicarse a los estudios y las estadísticas, sino que forma sus opiniones políticas en función de “lo que ven en sus propias vidas y en las vidas de aquellos que les rodean”.
El drama de nuestra izquierda es que no tiene hoy programas que el hombre y la mujer de la calle puedan identificar con sus necesidades de acuerdo con “lo que ven en sus propias vidas”. Como el actual Gobierno de una “izquierda realmente existente” no ha sido capaz de conservar los puestos de trabajo, y recorta los derechos sociales, es comprensible que muchos de los que le votaron reaccionen ahora en su contra, por instinto de supervivencia, y busquen refugio en una derecha que se alimenta de sus miedos y les promete por lo menos estabilidad.
No será hasta después de haberle cedido el poder que descubrirán que han empeorado su suerte, no sólo porque lo propio de la derecha es preservar el beneficio de la gran empresa y recortar el gasto social, sino porque está claro además que la nuestra es incompetente: que no tiene ni una sola idea para hacer frente a los problemas actuales de la sociedad española. ¿Puede haber algo más patético que ver al señor Rajoy pregonando la vieja y desacreditada doctrina del “santo temor al déficit”, que es una garantía segura de una política económica que lleva al descalabro?
La expresión la acuñó hace más de un siglo Echegaray, que fue un buen matemático y un mal hacendista, y que ganó el Premio Nobel de Literatura con engendros como El gran galeoto, un drama en verso que resulta hoy ilegible, pero que puede resultar útil para comprender al PP, cuyas ideas parecen corresponder a aquella época. Y es que nuestra derecha –de Fraga a Rajoy, pasando por las bodas escurialenses de la familia Aznar– es muy, muy antigua.
¿Qué puede hacer la izquierda para evitar el desastre anunciado? Muy poco que pueda resultar efectivo a corto plazo; pero debe aprender que si quiere movilizar en el futuro a unos votantes que cada vez tienen menos fe en un sistema que sólo rinde cuentas una vez cada cuatro años, y encima lo hace mal, como lo demuestra su incapacidad para enfrentarse a la corrupción, ha de proponerles un programa que aborde sus problemas básicos, como son los del trabajo, la vivienda y los servicios sociales, pero que contenga también algo que vaya más allá de ese horizonte de cuatro años en el que viven inmersos nuestros políticos: que se atreva a plantear alguna esperanza de mejora de una sociedad que sigue siendo demasiado desigual y demasiado injusta. Que en lugar de anunciarle que debe resignarse a perder sus derechos, sea capaz de plantearle otros nuevos por los que merezca la pena seguir luchando. Porque cuando se renuncia a cambiar el mundo, se está renegando de lo que ha sido siempre la razón de ser de la izquierda. ...Necesitamos recuperar la esencia misma de lo que los hombres de comienzos del siglo XIX definieron como socialismo, que respondía a un programa de lucha contra los males del capitalismo que les explotaba, para reformularla de acuerdo con lo mucho que hay que combatir de un capitalismo muy distinto, como es el del siglo XXI.
No va a ser una tarea fácil, porque tendremos en contra a la Iglesia, que sigue en su negocio de ofrecer la felicidad en otra vida a cambio de resignación en ésta, y a unos medios de comunicación que están al servicio de sus propietarios y de sus anunciantes en la tarea de moldear la opinión colectiva.
Pero es mucho peor rendirse. (de Josep Fontana, historiador) Leer más


domingo, 15 de agosto de 2010

Apostasía

... Lo que me gusta del verano es que, con la modorra, se reduce la actividad social y uno se encuentra, de repente, con bastante tiempo para leer. Acabo de terminar, con algo de retraso, el ensayo que publicó Umberto Eco sobre la fealdad (Historia de la fealdad, Lumen 2007) y, más allá de los méritos que pueda tener el texto, me ha llamado la atención el que no ha quedado resaltado con suficiente fuerza algo que para mí es una evidencia: que se puede considerar al conjunto del arte contemporáneo, con muy pocas excepciones, como una apología de la fealdad.
Lo que supone el arte contemporáneo es, básicamente, una inversión radical de valores estéticos; un repetir, con las brujas de Macbeth, lo que es feo es bello, lo que es bello es feo (la frase también se cita en el libro). Si alguien tiene alguna duda, no tiene más que entrar en cualquier museo consagrado al arte contemporáneo y hacerse esta pregunta: ¿cuántas de las obras aquí presentes puedo considerar realmente bellas?
Eso nos llevaría a un cuestionamiento sobre la propia noción de belleza que todos los defensores de lo contemporáneo retorcerán hasta convertirla en su contrario. Pero no, no valen bellezas convulsas, ni tampoco bellezas diferentes. Por una vez me refiero sencillamente a ese ideal clásico, forjado por valores como la armonía, la simetría y la economía de medios, que siempre ha guiado al buen gusto. Y la respuesta, si uno es sincero consigo mismo, será finalmente: muy pocas o prácticamente ninguna.
...No pretendo hacer valoraciones, sino establecer una evidencia: que hoy en día el sentido de la belleza está prácticamente ausente de la producción de la mayoría de los artistas.
Una vez aclarado esto, uno puede echar un vistazo a su alrededor y constatar que el panorama es absolutamente desolador. La transgresión, que puede ser una virtud cuando la norma impera, acaba siendo mera tontería y mero sinsentido cuando se convierte en la norma. Y para constatar que es así, no hace falta irse muy lejos. Casi todos los artistas en cualquier coloquio repiten hoy en día el credo posmoderno: que hay que alejarse de los cánones clásicos; que el rol del creador es innovar y romper tabúes.
Pero, ¿qué queda por hacer de nuevo, que no se haya intentado ya mil veces? ¿Y qué tabúes quedan por romper que no hayan sido rotos? La respuesta, una vez más, es que prácticamente ninguno. Y yo, que por otra parte soy el primero en defender que el arte debe ser un territorio de libertad absoluta, me encuentro últimamente hastiado y aburrido por esta imperante normativa artística que nos impele a ser cuanto más asquerosos y más hirientes y transgresores mejor.
En definitiva, creo que ha llegado el momento de cambiar de rumbo. Yo no sé si lo podré hacer, y seguramente la mayor parte de la gente que ha crecido conmigo en este caldo ideológico/estético finisecular tampoco; y desde luego no animaré a quien tenga el odio metido en el cuerpo a no dar rienda suelta a sus pulsiones más destructivas, si eso le ayuda como terapia (el arte, a fin de cuentas, tiene que estar al servicio en primer lugar de los artistas). Pero sí animo a los creadores jóvenes a tomar conciencia de la nueva situación y a posicionarse, con pleno conocimiento de causa, en el panorama actual. Y sobre todo, en unos momentos como estos, a no repetir como papagayos las cada vez más manidas premisas posmodernas.
Antes de escribir una Historia de la fealdad, Eco escribió una Historia de la belleza. Y estoy convencido de que, al final de sus días, hasta un posmoderno incorregible como él, cuando mire atrás preferirá recordar todo lo que encontró hermoso, y no todas las fealdades contemporáneas. Leer más. José Ángel Mañas, Babelia 14/08/2010

viernes, 13 de agosto de 2010

El error de la austeridad

Este artículo cuestiona los argumentos que se están utilizando para reducir el gasto público (incluido el gasto público social), mostrando que no existe evidencia científica que apoye los supuestos sobre los cuales se construyen tales argumentos. El artículo también detalla políticas públicas propuestas por el prestigioso Center for Economic and Policy Research de Washington, DC para salir de la crisis en España, alternativas a las existentes. Leer más aquí.

La movilidad entre clases se ha estancado en España desde los años sesenta

El origen familiar es aún determinante y los cambios son de corto alcance.
Sergio acaba de cumplir 32 años. Cada mañana coge la bicicleta para llegar a su trabajo en la Universidad Centroeuropea, en Budapest. Es investigador, uno de los pocos que trabaja en Europa en el campo de la pobreza energética. Largo camino desde que terminó la carrera de Ciencias Ambientales en la Universidad de Alcalá. Pero más largo aún desde que su abuelo se marchara a trabajar en una fábrica de Baviera de gastarbeiter -como llamaban los alemanes a los jornaleros extranjeros- y su padre comenzara de ayudante de fontanero a los 14 años, mientras vivía en el Pozo del Tío Raimundo, un barrio madrileño de chabolas que acogió a muchos emigrantes que venían a buscarse la vida desde toda España.
Una sociedad abierta es aquella sociedad ideal en la que los orígenes de los padres no determinan el destino de sus hijos. La historia de Sergio podría ser un ejemplo del camino hacia este horizonte final. Pero la realidad es diferente. En España, las posibilidades de remontar de clase social son las mismas que durante la industrialización de los sesenta, según una reciente investigación de los sociólogos Ildefonso Marqués y Manuel Herrera, publicada en el último número de la revista del Centro de Investigaciones Sociológicas. Se trata del tercer gran estudio sobre la cuestión que se hace en el ámbito nacional y el primero que se centra en las generaciones que adquirieron su madurez laboral desde 1965 en adelante.
A pesar de los profundos cambios estructurales de las últimas décadas -paso de una sociedad agrícola a una industrial y luego a otra posindustrial- no hay un mayor grado de apertura: "Por supuesto que en la España de hoy en día hay un mayor número de directivos y funcionarios y menos campesinos y obreros que en la mitad del siglo XX. Pero, si en los ochenta había cuatro plazas de directivos, estas venían ocupadas por tres hijos de las élites y solo una por alguien de una clase más baja. Ahora hay ocho plazas y la relación es de seis a dos; en este sentido España es un país inmóvil, no ha aumentado la igualdad", explica Marqués.
En las antípodas de Sergio se encuentra Julián, que también tiene 32 años. Su padre dejó los abruptos barrancos de una zona agrícola de Tenerife para mudarse a La Laguna a buscar un futuro mejor. Ahí terminó de asalariado en una empresa de seguros y viviendo en uno de los barrios obreros de la ciudad. Julián, que acabó la secundaria, pasa ahora los días intentando lidiar con la crisis y trabajando de forma precaria en la compraventa de repuestos de coche. Su situación académica y laboral es muy similar a la de sus padres, como le ocurre al 32,9% de los españoles. "Si no tienes estudios universitarios no hay nada que hacer. Llevo trabajando desde los 16 años porque mis padres no podían pagarme nada y 15 años después las perspectivas son iguales o peores", según Julián...
La situación en España se encuentra en el entorno de la media europea, según la European Social Survey sobre el periodo 2002-2006. Mejor que Italia o Portugal. Pero aún lejos de los países escandinavos o Gran Bretaña. En este último país, por ejemplo, la posibilidad de que el hijo de un obrero poco cualificado llegue a ser directivo es mayor que la que tiene el hijo de un trabajador español. "En España se produce un ejemplo marcado de lo que Max Weber llama cierre de clase. Las élites intentan mantener sus privilegios subiendo los requisitos para entrar en ellas", dice Marqués...

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Desde Budapest, Sergio no cree que su éxito profesional se deba exclusivamente a una cuestión de esfuerzo personal. Los procesos sociales y políticos que ocurrieron en el Pozo de Tío Raimundo cambiaron la vida de su familia: la llegada en los años cincuenta del cura José María Llanos, que luego fundó la Escuela Profesional 1º de Mayo, permitió que mucha gente sin recursos pudiera estudiar. De ayudante de fontanero, su padre pasó a trabajar en una pequeña imprenta y consiguió sacarse allí el graduado escolar. "Gracias a eso, mi padre no fue albañil, sino trabajador cualificado y a largo plazo yo también he salido beneficiado", relata Sergio. Para él, lo que ocurrió en su barrio durante los años sesenta y setenta fue mucho más allá de lo económico: "La educación siempre fue fundamental. Pero además, se formó un capital social y cultural para que la gente tuviera un aprecio por todo lo que va más allá de lo material e inmediato"... "La búsqueda de los intereses personales tiene mucho más sentido cuando se expresa dentro de la lucha de los derechos colectivos".
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