lunes, 11 de junio de 2012

Brindis por Adrienne Rich

El si de cada no

Los grandes medios aún tenían sus consignas. No las explicitaban pero alguna decía así: que no admirásemos, que adorásemos el triunfo de quienes ellos reconocen aunque sin preguntar ¿qué hicieron para triunfar, se llevaron a alguien por delante, a quién sirve su triunfo, querríamos que otras personas se les parecieran?

Que no admiremos, que ambicionemos un reconocimiento semejante olvidando la cuestión del para qué usaron lo alcanzado.

Y hoy ha muerto Adrienne Rich, pues aunque murió hace dos meses, el 27 de marzo, parece que muriera hoy mismo en el papel. Has muerto, sin embargo los periódicos impresos españoles no lo dijeron, ni los telediarios. Estabas en internet, como en voz baja una tristeza iba por las redes llevando la noticia. Construimos lugares para tu vida y tu muerte porque haces falta, porque entre tantas voces reconocidas y premiadas a las que no podemos admirar, aprendimos contigo que “de la misma forma que se puede construir mal una metáfora, la historia puede conducir también a deformaciones cuando olvida actos de resistencia y de rebelión, cuando destruye modelos transformadores o cuando sentimentaliza las relaciones de poder”.

Traigo aquí estas palabras de una de tus traductoras, María Soledad Sánchez Gómez: “Adrienne representó en mi vida el impacto incuestionable de un ser humano lúcido y extraordinariamente honesto que me ayudó a ordenar mi pensamiento crítico y, por qué no decirlo también, mi vida personal”.

Traigo versos traducidos por Myriam Díaz Diocaretz:
“Absortas en las galanterías, escuchamos/
las exageradas alabanzas a nuestras mediocridades,/
la indolencia se interpreta como abnegación,/
el descuido en el pensar se denomina intuición,/
se perdona cada traspié,/
nuestro crimen/
sólo consiste en hacer sombra,/
o en romper el molde/
sin vacilar”.

La admiración no aleja ni tampoco impide argumentar, discrepar o compartir. Con la admiración no olvidamos a quienes no tuvieron la palabra pública y son tanto o más necesarias y necesarios que aquélla cuya voz nos concierne hoy que viene la batalla y vendrán golpes. Hoy, cuando de nuevo imaginamos que la vida podría ser espaciosa y sin miedo, redes de apoyo mutuo, suprimir la libertad de explotar para que todas las demás existan, hoy vienen tus versos y abren camino:

“Nadie duerme en este cuarto sin/
el sueño de un lenguaje común”.

Belén Gopegui. Diagonal.

Fuente:
http://www.diagonalperiodico.net/Brindis-por-Adrienne-Rich.html

domingo, 10 de junio de 2012

Rescate: Se consuma el engaño

Primero los gobiernos les crearon las condiciones para que financiaran una burbuja de crédito sin precedentes y con la que han ganado docenas de miles de millones de euros. Dictaron leyes de suelo para que los promotores les pidieran préstamos que financiaran construcciones en todas las esquinas de España, que irían quedándose vacías y sin vender cada vez en mayor número. Aumentaron las facilidades fiscales para promover las ventas y desincentivaron el alquiler y el consumo colectivo de servicios de ocio o residencia.
 Solo de 2000 a 2007, los bancos multiplicaron el crédito total destinado a la actividad productiva por 3,1, el dirigido a la industria por 1,8, el de la construcción por 3,6 y por 9 el dirigido a la actividad inmobiliaria. Y eso que cada vez disponían de menos depósitos para generarlo: en 2000 la banca española recibía 1,43 euros en depósitos por cada euro que concedía a crédito, mientras que en 2007 solo 0,76 euros.
 No contentos con los beneficios que les daba el negocio inmobiliario que condenaba al monocultivo a la economía nacional, impusieron políticas de bajos ingresos y recortes salariales para que las familias y pequeños empresarios vivieran en el filo de la navaja y tuvieran que endeudarse hasta las cejas.
 Pero no contentos con obtener beneficios normales, los bancos utilizaron a sus tasadores para aumentar artificialmente los activos sobre los cuales iban a dar créditos, para así generar más deuda y cobrar comisiones más suculentas y recurrieron a todo tipo de prácticas comerciales predatorias para fomentar el consumo: manejaban a su antojo los índices de referencia, incluían la abusiva cláusula que autoriza al banco a vender el piso en subasta notarial si se produce el impago de la deuda, reclamaban importes elevadísimos por cuentas que creían canceladas, cobraban comisiones leoninas (más que en cualquier otro lugar de Europa) por cualquier cosa, giraban una y otra vez un recibo inatendido por el cliente generando múltiples gastos de reclamación por una misma deuda, embargaban saldos en cuentas corrientes sin respetar lo establecido en la ley... hasta cuatro folios me ocupa el listado de malas prácticas que han recopilado las asociaciones de usuarios, es imposible consignarlas todas aquí. Y eso, por no hablar de las estafas estrella, que han podido suponer un auténtico robo de entre 12.000 y 15.000 millones de euros, si no más, mediante las participaciones preferentes, las cláusulas suelo, etc.
 Mientras sucedía todo esto, las autoridades dejaron hacer, consintieron las tropelías bancarias y permitieron que se inflase la burbuja sin cesar, haciendo oídos sordos a todas las advertencias. El actual Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decía en 2003: "no existe una 'burbuja inmobiliaria' (...) el concepto de burbuja inmobiliaria es una especulación de la oposición que habla insensatamente de la economía de ladrillo y olvida que la construcción es un sector fundamental para la economía del país y en el que trabajan cerca de un millón de personas" (El Mundo 2 de octubre de 2003).
Y el más tarde Ministro de Economía, Pedro Solbes, afirmaría que quienes auguraban el riesgo de recesión por esa causa "no saben nada de economía" (El País, 11 de febrero de 2008). Los dirigentes de uno y otro partido negaban lo que hiciera falta, por muy evidente que fuese para el resto de los españoles, con tal de dejar que los banqueros y los grandes empresarios de la construcción literalmente se forraran a costa de todos los españoles.
 El gobernador del Banco de España que había colocado el PP, Caruana, se pasaba por el arco del triunfo la denuncia de sus inspectores que en 2006 le señalaban formalmente que no se hacía nada frente a un endeudamiento creciente y muy peligroso de la banca española. Pero eso sí, no había declaración suya o más tarde de su sucesor, el socialista Férnandez, en la que no reclamasen moderación salarial y recortes de gasto social. Pero gracias a todo ello, los bancos españoles se convirtieron en los más rentables del universo, justo, eso sí, en la misma medida en que situaban a nuestra economía entre las más vulnerables. 

Cuando estalló la burbuja y ya no se iba a poder disimular lo que había pasado, el inmenso negocio que los bancos habían hecho a costa de la deuda, todos consintieron en disimular. Permitieron que los bancos declarasen en balance los activos dañados a precios de adquisición siendo cómplices así de un engaño descomunal que hirió de muerte la credibilidad de nuestra economía porque, por mucho que Zapatero dijese en septiembre de 2008 -como le dictaban Botín y compañía- que el sistema financiero español era "el más sólido del mundo", los inversores y prestamistas internacionales sabían lo que de verdad había hecho la banca española.
 Los dos grandes partidos, a los que se suman los de los nacionalistas de derechas de Cataluña y el País Vasco, colocaron en las cajas de ahorros a sus amigos y militantes y crearon una red de oligarquías provinciales que alentó la especulación, extendió la corrupción y que comenzó a llevar al desastre a la gran mayoría de las entidades, al convertirlas en clones de los bancos privados, sin tener capacidad real ni naturaleza legal para serlo.
 Y para facilitar la recuperación de los bancos mas grandes y dejarles a ellos todo el mercado consensuaron la ley de cajas que las llevaba a su bancarización forzada, para provocar cuanto antes su caída y el reforzamiento por esa vía de los bancos más grandes... Leer todo aquí en Público, por Juan Torres.

Islandia. Un ejemplo de que no es verdad lo que nos cuentan. Las cosas se pueden hacer de otra manera.

La secuencia de esta crisis comenzó en septiembre de 2008, cuando se nacionalizaron los principales bancos del país; y como consecuencia de ello comenzó el hostigamiento de algunos países, su moneda (la corona islandesa) se desplomó, la Bolsa suspendió toda actividad y el país cayó en bancarrota. En 2009, las protestas sociales lograron la convocatoria a elecciones anticipadas, provocando además la dimisión del primer ministro y de todo su gobierno en bloque. Aunque continuaba la pésima situación económica, mediante una ley se propuso la devolución de la deuda a Gran Bretaña y Holanda mediante el pago de 3500 millones de euros (un tercio del PBI), monto que sería abonado por las familias islandesas durante 15 años con una tasa de interés del 5,5 por ciento anual. En 2010, el pueblo islandés salió a la calle para pedir un plebiscito por esa ley, y el resultado fue un arrasador 93 por ciento de los votos para la opción del no pago de la deuda. Mientras, el gobierno nombró una comisión de investigación para dirimir jurídicamente las responsabilidades políticas de la crisis. Comenzaron las detenciones de decenas de banqueros y altos ejecutivos y consejeros de las entidades financieras. Interpol dictó una orden de detención, y algunos banqueros implicados abandonaron el país. En ese contexto de crisis se eligió una Asamblea para redactar una nueva Constitución que recoja las lecciones aprendidas de la crisis.
Islandia ha atravesado una situación difícil y aún no se ha recuperado totalmente, pero ya no padece ataques a su deuda pública, ni a su moneda, ni a su sector público. Hoy, su economía se va recomponiendo lentamente al crecer un 3 por ciento en 2011 con un desempleo del 7 por ciento, y la perspectiva de aumento del Producto para 2012 es del 2,7 por ciento en una zona económica dominada por la recesión. Pese a esa gestión de la crisis, la mayoría de los islandeses todavía padece los costos de esa debacle, porque se han recortado derechos de su Estado del Bienestar, que era uno de los más avanzados del mundo. Islandia ha conseguido recortar su déficit público (del 13 por ciento en 2008 al 8 por ciento en 2010) y todo ello a costa de medidas nada gratas para la población: han subido considerablemente los impuestos a las personas físicas, los salarios han disminuido un promedio del 12 por ciento y han bajado los gastos sociales.
Más allá de las medidas económicas concretas, Islandia es un caso que demuestra que las cosas se pueden hacer de otra manera que no sea la socialización de los quebrantos de los bancos o la implementación de la receta ortodoxa que proponen los economistas del establishment. Por esos motivos no se habla de Islandia... Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/economia/2-195992-2012-06-09.html (foto de una plaza de Lisboa)

"What we are asking is financial support, and this has absolutely nothing to do with a full bailout," Luis de Guindos, the Spanish economy minister, said.

"Lo que estamos pidiendo es apoyo financiero, y esto no tiene absolutamente nada que ver con un rescate total", dijo Luis de Guindos, el ministro de Economía español. (NYT) Un esquema del proceso y situación económica de la zona euro en el NYT. Spain to Accept Rescue From Europe for Its Ailing Banks
 Responding to increasingly urgent calls from across Europe and the United States, Spain on Saturday agreed to accept a bailout for its cash-starved banks as European finance ministers offered an aid package of up to $125 billion. European leaders hope the promise of such a large package, made in an emergency conference call with Spain, will quell rising financial turmoil ahead of elections in Greece that they fear could further shake world markets. The decision made Spain the fourth and largest European country to agree to accept emergency assistance as part of the continuing debt crisis. The aid offered by countries that use the euro was nearly three times the $46 billion in extra capital the International Monetary Fund said was the minimum that the wobbly Spanish banking sector needed to guard against a deepening of the country’s economic crisis. The announcement of a deal came amid growing fears that instability in Spain could drag down an already sputtering world economy. The decision was the culmination of weeks of a contentious back-and-forth between Spain and its would-be creditors in which it was hard to tell how much of Spain’s resistance to financial help was tactical maneuvering for a better deal and how much a refusal to admit the depth of the banking sector’s troubles. The escalating tension prompted President Obama to push Friday, in unusually explicit terms, for quick European action... Leer más en el NYT. (By RAPHAEL MINDER, NICHOLAS KULISH and PAUL GEITNER MADRID)

sábado, 9 de junio de 2012

España acepta un rescate de hasta 100.000 millones para la banca. Guindos confirma que la ayuda y las condiciones se restringirán al sector financiero. Los fondos europeos se traspasarán al FROB en condiciones "muy favorables"

Ya está. Ha caído la pieza más grande desde que los mercados comenzaron la cacería contra Europa. Primero fue Grecia en mayo de 2010. Le siguieron Irlanda y Portugal. Tras negarlo en incontables ocasiones –la última hace diez días, en boca del propio presidente Mariano Rajoy-, España ha acordado hoy con sus socios europeos una inyección de fondos de hasta 100.000 millones para evitar que quiebre una parte importante de su sector financiero. "El Gobierno español reclama su intención de pedir capitalización europea", ha anunciado esta tarde el ministro de Economía, Luis de Guindos. (De El País)

Del "España va bien" al rescate financiero.
De la época dorada del ladrillo a la ayuda decretada por el Eurogrupo a la banca española. ÁNGELES AFUERA | DOCUMENTOS "SER"
En el New York Time (NYT) de hoy, 10-06-2012, aparece que el rescate de la banca española costará ciento veinticinco mil millones (125.000) de dólares. "Spain to Accept Rescue From Europe for Its Ailing Banks".
La letra pequeña del rescate aquí.
Lo que España necesita, Nuevo libro de V. Navarro, J. Torres y A. Garzón ya disponible en pdf.

Discurso fraudulento

El PP ganó las elecciones con un relato que no se corresponde en absoluto con su acción de Gobierno

Que no es lo mismo ser presidente del Gobierno que ser presidente de un partido es algo que Mariano Rajoy debería haber aprendido desde su investidura el 23 de diciembre del año pasado. Pero no parece que haya sido así. La estrategia de dejar que el paso del tiempo permita encontrar solución a los problemas sin tener que tomar una decisión para resolverlos puede dar resultados en la dirección del partido. Ahí está el caso de Francisco Camps como ejemplo. Pero no parece que pueda dar resultados en la dirección del Estado...

Debería haberlo aprendido. El paso del tiempo no solo no resuelve, sino que agrava el problema. La decisión de posponer la presentación de los Presupuestos Generales del Estado a la fecha de celebración de las elecciones andaluzas, con la finalidad de asegurar de esa manera que Javier Arenas pudiera convertirse en presidente de la Junta de Andalucía, además de no conseguir ese objetivo, supuso una pérdida de prestigio del Gobierno de España en la instancia en que más importa tener prestigio en este momento, en la Unión Europea. ¿Puede alguien sorprenderse de que, después de haber actuado de esa manera, la Comisión Europea rechazara la pretensión del Gobierno de España de ampliar el déficit para este año del 5,4% al 5,8%? Dejar pasar el tiempo pasa factura. De manera tangible e intangible...

Nadie puede respetar a un Gobierno que se niega a investigar una quiebra de la magnitud de la de Bankia y de las que van a venir a continuación. 

...No sé si dejar pasar tiempo acabará siendo positivo para Rato, Blesa, Olivas y demás gestores del PP de las distintas cajas que se fusionaron en Bankia, así como para los gestores de esta última, pero seguro que no lo es para el país y para su Gobierno, cuya credibilidad desciende de manera vertiginosa con esta manera de proceder. Nadie puede respetar a un Gobierno que se niega a investigar una quiebra de la magnitud de la de Bankia y de las que van a venir a continuación. Dentro del país, como ha escrito en estos últimos días Josep Ramoneda, supone una ruptura del contrato social en el que descansa la legitimidad de la acción política. Fuera únicamente puede generar desprecio no solamente hacia el Gobierno, sino, lo que es más grave, hacia el propio país. Subordinar el ejercicio de las funciones que tienen atribuidas las Cortes Generales al interés del partido del Gobierno no puede conducir nada más que a un mayor desprestigio institucional y a una mayor desconfianza en la acción del Estado. Los ciudadanos el pasado 20-N avalaron con su voto el discurso de Mariano Rajoy de que se había perdido mucho tiempo por el Gobierno anterior en hacer frente a la crisis económica. Se prometió que con el nuevo Gobierno no ocurriría lo mismo y que se recuperaría el tiempo perdido. Lo ocurrido en estos más de cinco meses y medio nos indica que no está siendo así. Las elecciones fueron ganadas por el PP con un discurso que no se corresponde en absoluto con lo que está siendo la acción de Gobierno. Ha habido un componente fraudulento muy elevado en la estrategia que llevó a Mariano Rajoy a la presidencia del Gobierno. Cada día resulta más visible.

Ver más aquí en El País, 8 de junio, Javier Pérez Royo

jueves, 7 de junio de 2012

Discurso del Profesor Navarro en los actos de graduación de licenciatura de los estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona, el 25 mayo 2012.

La necesidad de una segunda transición

Queridas Autoridades académicas de la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona y queridos estudiantes de esta facultad que os graduáis hoy en esta Universidad, de la cual me gradué yo hace medio siglo. Os habla entonces una persona de la generación de los años cincuenta y principios de los años sesenta que habla y da la bienvenida a unos nuevos licenciados que espero compartan un proyecto en el que muchas generaciones anteriores hemos estado envueltos. Pero, antes de hablar de este proyecto, permitidme acentuar qué es un honor para mí que me hayáis elegido como vuestro padrino. Según me han dicho, ser padrino me otorga el deber de aconsejaros en la labor que tendréis que realizar a partir de ahora, cuando la población, a través de su Estado, os ha dado la licencia para que la sirváis, poniendo el conocimiento que esta Universidad os ha dado a su disposición. La vocación de servicio es un elemento definitorio de vuestra profesión.

 Un instrumento central de vuestro trabajo es la Ley, así como la colección de intervenciones públicas y privadas, a través de las cuales el Estado ejerce sus funciones normativas y reguladoras. Algunos graduados de esta facultad seréis legisladores, otros seréis administradores del bien público, otros seréis jueces, otros seréis fiscales, otros seréis miembros de tribunales que afectarán de manera muy directa el bienestar y calidad de vida de la población. De ahí vuestra enorme responsabilidad.
Pero hoy os invito a que reflexionéis sobre qué es la Ley, incluyendo en nuestro país el sistema judicial, y si está o no sirviendo a la población. Y veréis que las respuestas a estas preguntas no son muy halagüeñas.

De todas las ramas del Estado, el sistema jurídico es de los que tienen menos prestigio y respeto entre la población que, por cierto, lo financia. Permitidme que subraye esto. Sin infravalorar el sacrificio de vuestros familiares, y muy en particular de vuestros padres y madres –a los cuales quiero saludar y felicitar en este momento feliz de sus vidas- es importante subrayar que es la población la que, a través de los impuestos, os ha financiado estos estudios. Y es también la que financia el sistema judicial. Pues bien, es entre esta población la que, según las últimas encuestas, el sistema judicial es de los servicios menos valorados por la población. Y no sólo por su enorme lentitud –el caso claro de corrupción de Millet en el Palau de la Música es eterno y bochornoso- sino por su sesgo, casi siempre favorable a las estructuras de poder, a costa del ciudadano normal y corriente, que es la que financia el sistema jurídico.

Creo que la evidencia científica avala la tesis de que las leyes, sistemáticamente favorecen más a las estructuras del poder que a las clases populares. Y la gente lo sabe. De ahí su escepticismo hacia la Ley y hacia sus gestores. Y de ahí su escasa valoración. La población es consciente de este sesgo profundamente conservador de la Ley. Ejemplos de este sesgo conservador hay muchos. Si un conductor, por negligencia, atropella y mata a un peatón, es más que probable que termine en la cárcel. Si un empresario, por negligencia, es responsable de la muerte de uno o incluso varios obreros, les aseguro que no irá a la cárcel. A lo sumo recibirá una multa. El caso más reciente es el escándalo de la industrial del amianto. El mundo empresarial era consciente del impacto fatal de tal producto. Consecuencia de su producción, miles de trabajadores han muerto y continúan muriendo. Y ni uno de los empresarios ha ido a prisión. La gente lo sabe, y de ahí su escasa valoración del sistema judicial. Y se podría decir que, por desgracia, esta situación ocurre en muchos países. Pero es particularmente acentuada en el nuestro.

 El descrédito del sistema judicial
¿Por qué? Aquí tenemos que hablar claro. La transición de la dictadura a la democracia se hizo en nuestro país en términos muy favorables a las fuerzas conservadoras que controlaban el aparado del Estado. El mantenimiento de la Monarquía era un síntoma de ello. Y las fuerzas democráticas lideradas por las izquierdas apenas salían de la cárcel o habían vuelto del exilio. No era una relación equilibrada, y ello tuvo muchas consecuencias. Una es lo profundamente conservadoras que son las estructuras de este Estado, incluyendo el sistema jurídico y su cúpula, desde el Tribunal Supremo al Tribunal Constitucional. Hay múltiples indicadores de ello. Desde la negación por parte del Tribunal Constitucional del carácter plurinacional del Estado español al hecho auténticamente bochornoso de que el Tribunal Supremo lleve a los tribunales al único juez en España que se ha atrevido a juzgar los crímenes de aquel régimen dictatorial que dejó en su rastro más de 120.000 asesinados cuyos cuerpos todavía permanecen en lugares desconocidos. El bochorno de esta situación es enorme. Cuando ocurrió esto, el mayor programa de humor de EEUU, Saturday Night Live, hizo un sketch de humor señalando que de la misma manera que Bolivia, un país que no tiene mar, tiene, en cambio un Ministerio de Marina, España tiene un Ministerio de Justicia. El Tribunal Supremo desacreditó enormemente al Estado español, mostrando hasta qué punto ha estado en manos profundamente conservadoras. Hoy en Europa, la existencia de tal Tribunal Supremo es un bochorno. Es impensable que en la mayoría de países democráticos europeos se llevara a los tribunales a un juez que quisiera juzgar los crímenes del nazismo o del fascismo.

 Esta situación, para cualquier persona con sensibilidad democrática, es intolerable. De ahí que vosotros tenéis que ayudar a cambiar esta situación. Es una tarea inmensa la de democratizar España, la de democratizar incluso el sistema jurídico, como parte de la democratización del Estado. Tenéis que ayudar a hacer la Segunda Transición pasando de la democracia muy incompleta que tenemos a una democracia mucho más completa que la ciudadanía se merece. Hay que establecer un sistema judicial al servicio de la población, y muy en especial de las clases populares. Hay que democratizar la ley y la gestión de la ley.

 Pedir democracia hoy es subversivo
 Ahora bien, en España exigir democracia hoy es casi subversivo. Se están aplicando políticas como las de austeridad y de recortes, que no han sido aprobadas por un mandato popular, pues no estaban en los programas electorales de ningún partido. Y muchas de ellas son incluso contrarias a la Constitución. Estos recortes, por cierto, están creando una enorme crisis económica además de social, pues disminuyen la demanda y generan la recesión, en camino de transformarse en depresión.
 En esta lucha me permito aconsejaros que cuestionéis la “sabiduría convencional”. ¿Por qué –debéis preguntaros- el derecho de propiedad del capital es sagrado, mientras el derecho al trabajo y a la vivienda es agua de borrajas? ¿Por qué no se conserva el derecho a la vivienda y en cambio se considera sagrada la propiedad? ¿Por qué se protege tanto a la Banca y tan poco al inquilino desahuciado?

 Y aunque os parezca que la oposición a la democratización del Estado es enorme, sabed que si la causa que defendáis es justa, al final venceréis. Recordad que en esta lucha por la democracia sois continuadores de la lucha de otras generaciones, la de mis padres que perdieron la guerra defendiendo la República y un gobierno democrático, y que fueron brutalmente represaliados por ello, la de los años cincuenta que iniciamos la resistencia pacífica contra la dictadura, la de los años sesenta y setenta, liderada por el mundo obrero que consiguió terminar con aquella dictadura. Y no os olvidéis nunca que, aun cuando el dictador murió en la cama, la dictadura murió en la calle. La agitación social logró tal fin.

 Pero la lucha por la democracia continuó durante el periodo democrático. Y aquí quiero saludar a los movimientos sociales, a los sindicatos y a los partidos políticos discriminados por una ley electoral que les penaliza, y quiero saludar también al movimiento 15-M, que es un aire fresco en este cambio. Sumaros a ellos porque la situación actual, donde los derechos sociales, políticos y laborales están siendo reducidos, vosotros, trabajadores intelectuales que gestionaréis la Ley, tenéis la oportunidad de que el derecho -que es hoy parte del problema- sea parte de la solución. Y ello se hará siempre que apoyéis a los más vulnerables frente a los más poderosos. Defender a los trabajadores, defender a los consumidores, defender a los usuarios de los servicios públicos y privados, defender a la gente normal y corriente que cada vez tiene menos voz.

 Hoy la juventud, vosotros, tenéis enormes retos. El 50% de los jóvenes no encuentran trabajo y derechos elementales como la sanidad, los están eliminando. Una persona joven de más de 26 años ya no tiene cobertura sanitaria garantizada por ley. Estamos volviendo a situaciones que creíamos habíamos ya dejado atrás.

 De ahí que la lucha, y no hay otra manera de decirlo, la lucha por la democracia, por los derechos sociales y por los derechos laborales, por el bienestar del país, son la misma lucha.

Y termino ya, sólo para señalar que en los años cincuenta y sesenta, las facultades de la Universidad de Barcelona que más activas eran en la resistencia antifascista eran la de Medicina y la de Derecho. Os invito a que continuéis la lucha de vuestros antepasados, los estudiantes de derecho de entonces. El país ahora os necesita más que nunca, cuando nuestros derechos están amenazados. Seguro que lo haréis.

Un fuerte abrazo a cada uno de vosotros.

¡Salud! Vicenç Navarro. El Plural.

martes, 5 de junio de 2012

Los españoles no tienen duda: la principal culpa por la situación de Bankia es de su consejo

Los españoles no tienen duda alguna: la principal culpa por la situación a la que ha llegado Bankia (antes Caja Madrid) corresponde a su consejo de administración. Y evalúan la intensidad de esa culpa con un 8,7 (en una escala en la que el máximo teórico —inalcanzable en la práctica— es el 10). Después, en menor medida, aparecen inculpados los últimos dos presidentes de la entidad: Rodrigo Rato (cuya responsabilidad es puntuada con un 8,4) y Miguel Blesa (a quien se carga con un 8,2). No queda muy lejos el propio Banco de España: su culpa in vigilando es tasada por la ciudadanía en un 7,9. Finalmente, y ya más atrás, quedan el PP (7,2) y el PSOE (6,7). Los votantes populares y socialistas coinciden en esencia al evaluar el grado de responsabilidad en este tema del PSOE (6,6 y 6,1, respectivamente), pero difieren fuertemente en cuanto al grado de culpa atribuible al PP, partido gobernante desde antes de la crisis en la comunidad donde la caja tiene su sede principal: 5,9 de responsabilidad según los votantes populares, 7,8 según los socialistas. En todo caso, y de forma casi unánime, los españoles creen que tanto la gestión de los integrantes del consejo de Bankia como la de sus dos últimos presidentes debe ser objeto de investigación judicial. Por otro lado, en proporción de dos a uno (y sin que al respecto haya diferencias llamativas entre votantes de PP y PSOE, los únicos dos partidos para los que, dado el reducido tamaño muestral de este sondeo, contamos con datos con una mínima significación estadística) nuestra ciudadanía se declara partidaria de que el Estado deje quebrar a las entidades que, por su mala gestión, incurran en ese riesgo (garantizando, eso sí, los fondos de los depositantes).

Y por último: los españoles tienden a pensar que una Grecia fuera del euro supondría algo peor incluso para Europa que para la propia Grecia. Y, en proporción de tres a uno, no dudan sobre lo negativo que para nuestro país sería, tanto a corto como a largo plazo, quedar fuera de la moneda común europea. Si hay algo, en todo este conjunto de datos, que pueda llamar la atención es, sencillamente, la enorme serenidad y sensatez que transmiten. La misma, por cierto, con que hasta ahora nuestra ciudadanía está sabiendo hacer frente a una crisis cuyo final no se avizora, para la que nadie parece contar con recetas fiables, y para la que no existe, ni aquí ni fuera, un liderazgo claro. Los españoles -y la ingente cantidad de datos de opinión obtenidos en estos últimos meses lo prueban de forma exhaustiva- no han perdido, en las actuales circunstancias, ni los nervios, ni los modales, ni las virtudes cívicas básicas. Reconocen, con admirable y común sensatez, por encima de sus afinidades ideológicas, donde están las culpas y a quién hay que asignarlas; reclaman explicaciones; y, todo lo más, solicitan algo tan irreprochablemente legítimo y democrático como que las instituciones correspondientes tomen cartas en el asunto. ¿Cómo no admirar tamaño ejemplo de cordura ciudadana en medio de tanto tacticismo, miopía y desconcierto por parte de quienes deberían, en estos tiempos turbios y turbulentos, ejercer ese liderazgo social, moral y político que tan clamorosamente brilla por su ausencia? ¿Cómo no compartir, para el caso de nuestra ciudadanía, el anónimo lamento referido al buen Ruy Díaz: “Dios, qué buen vasallo, si oviesse buen señor”.
JOSÉ JUAN TOHARIA, El País, 2 JUN 2012. José Juan Toharia es presidente de la empresa Metroscopia.

lunes, 4 de junio de 2012

Un libro recoge inéditas escuchas secretas a los prisioneros alemanes. Revelan una sorprendente brutalidad gratuita.

Así mataban los soldados de Hitler

“Me lo cargaba todo: autobuses en las calles, trenes de civiles. Teníamos órdenes de machacar las ciudades. Yo disparaba contra todos y cada uno de los ciclistas”. Así se despachaba el suboficial Fischer, piloto derribado de un caza Messerschmitt 109 en mayo de 1942 en una conversación con un colega en un centro de internamiento de prisioneros británico sin saber que estaba siendo oído por sus captores. “Hicimos algo muy bonito con el Heinkel 112”, explicaba otro aviador a un camarada en las mismas circunstancias y en tono jocoso. “Le instalamos un cañón delante. Luego volábamos sobre las calles a baja altura y cuando nos cruzábamos con coches encendíamos las luces y ellos se pensaban que tenían delante otro coche. Y entonces hacíamos fuego con el cañón”. “Reventamos un transporte de niños”, comenta creyéndose en la intimidad el marinero Solm, tripulante de un submarino. “Un transporte infantil… para nosotros fue todo un placer”. “En Italia, a cada lugar al que llegábamos, el teniente escogía al azar 20 hombres”, narra el cabo Sommer del regimiento blindado de granaderos número 29. “Todos para el mercado, se acercaba uno con tres ametralladoras –rrr…¡rum!- y todos tiesos. Así es como se hacía”. Sommer y su interlocutor, Bender, del comando de intervención número 20 de la Marina (una unidad especial de nadadores de combate con fama de duros), ríen a gusto…

Son algunos de los muchos testimonios terribles recogidos por los aliados en el marco de un programa de escuchas secretas sin precedentes que arrojó un material escalofriante sobre la forma de luchar y sobre todo de matar del Ejército alemán en la II Guerra Mundial. Ese conjunto de documentación inédito en buena parte ha sido diseccionado y estudiado ahora por dos investigadores alemanes, Sönke Neitzel, catedrático de historia moderna, y Harald Welter, psicólogo, ambos miembros del instituto de ciencias culturales de Essen, que han recogido su trabajo en el libro Soldaten (2011), recién publicado en España bajo el título
Soldados del Tercer Reich, testimonios de lucha, muerte y crimen (Crítica, 2012).

Reventamos un transporte infantil, para nosotros fue un placer
Durante la II Guerra Mundial, Gran Bretaña y EE UU retuvieron a cerca de un millón de prisioneros alemanes (en las filas de la Wehrmacht combatieron 17 millones de soldados). De ellos varios millares fueron llevados a campos especiales preparados al efecto y sometidos a pormenorizadas escuchas. Cabe imaginar que a algunos de los oyentes les habrá costado mantener la frialdad profesional cuando oían por ejemplo explicar cómo el sargento primero berlinés Müller, tirador de precisión, se cargaba sistemáticamente en Francia a las mujeres que se acercaban con ramos de flores a los soldados liberadores aliados.

El Centro de Interrogación Detallada de los Servicios Combinados (CSDIC) británico levantó 16.960 actas de lo escuchado a escondidas a los soldados alemanes que suman cerca de 50.000 páginas, mientras que los estadounidenses también extrajeron mucho material de 3.298 prisioneros cuidadosamente seleccionados de la Wehrmacht y las Waffen-SS y recluidos en Fort Hunt, Virginia. La diversidad de los espiados es completa, con todos los currículos militares imaginables, desde soldados ordinarios, de tropa corriente, hasta generales. Los miembros de las unidades de combate y particularmente de los submarinos y de la Luftwaffe están especialmente representados.

Los prisioneros hablaban con total libertad entre ellos sin tener ni idea de que estaban siendo escuchados. Para animarlos, se introducía entre los cautivos a agentes, exiliados y prisioneros dispuestos a colaborar. Pero los mejores resultados se consiguieron colocando juntos a prisioneros de rangos similares y de la misma arma. Se pirraban los tíos por contarse unos a otros sus experiencias, sus vivencias de combate y los detalles técnicos de sus útiles de guerra, ya fueran aeroplanos, tanques, submarinos o morteros.

Neitzel se topó con los expedientes en el Archivo Nacional británico
Con las escuchas, los aliados pudieron formarse una idea muy exacta del estado, la moral y la táctica de todos los ámbitos del Ejército alemán así como de detalles técnicos de su armamento. Lo que no imaginaban los servicios secretos es que más de medio siglo después, los historiadores y psicólogos iban a encontrar un filón dorado –o más bien gris pánzer- en esa documentación. Neitzel se topó con los antiguos expedientes en el Archivo Nacional británico. “Había actas y más actas”, dice en el prólogo de su libro. “Quedé absorbido por la lectura de las conversaciones y me sentí transportado de inmediato al mundo interior de la guerra”. Lo que más le sorprendió, dice, “fue la franqueza con la que hablaban de luchar, matar y morir”.

Autores como Joanna Bourke (An intimate history of killing, 1999) o Samuel Hynes (The soldier’s tale, 1997) ya nos habían mostrado qué fácil y hasta placentero puede ser matar para el soldado. Y Wolfram Wette había revelado la culpabilidad homicida y criminal del Ejército regular alemán destripando el mito de una Wehrmacht limpia en contraposición a unas SS que se habrían encargado de las tareas sucias y de perpetrar los asesinatos en la II Guerra mundial (La Wehrmacht, Crítica, 2006). Pero Neitzel y Welter van más allá en su forma de exponer y analizar el impulso violento de los soldados del III Reich.

Probablemente lo más perturbador de las escuchas es constatar que para matar no hacía falta estar especialmente adoctrinado ideológicamente ni embrutecido por la experiencia bélica. En los testimonios se oye a los militares explayarse sobre acciones terriblemente violentas de una gratuidad absoluta, llevadas a cabo en situaciones en las que no estaban sometidos a ningún estrés y cuando no llevaban suficiente tiempo luchando como para haberse librado de la capa de civilización que supuestamente impide cometer actos así. Son ya extremadamente violentos de entrada, sin necesidad de ninguna introducción en la barbarie. Tipos que ni siquiera son especialmente nazis. Es como para perder la fe en el ser humano. “El acto de matar a otros y la violencia extrema pertenecen a la vida cotidiana del narrador y de sus interlocutores”, señala Welter. “No son nada extraordinario y hablan sobre ello durante horas al igual que hablan de aviones, bombas, ciudades, paisajes y mujeres”.

El libro aprovecha el material para diseccionar el ejército alemán
“Para mí, lanzar bombas se ha convertido en una necesidad”, dice un teniente de la Luftwaffe en una de las escuchas. “Emociona de lo lindo, es un sentimiento fantástico. Es tan bonito como cargarse a alguien a tiros”. En otra conversación, un aviador comparte el placer de cazar soldados solitarios desde su aparato “y también gente común”, que “corría como loca en zigzag”. El piloto llevaba solo cuatro días de campaña de Polonia y ya sentía gusto al matar por el simple hecho de hacerlo, con indiferencia de a quién alcanzaba. “Violencia autotélica”, la denominan Neitzel y Welter, matar por matar. Experimentar la sensación de ejercer ese último poder total, y sin castigo. “Esa clase de violencia no requiere de causa ni motivo”.

“Macho, ¡no sabes lo que me llegué a reír”, dice otro aviador que hacía saltar casas por los aires. Y otro: “Abatimos cuatro aviones de pasajeros”. “¿Íban armados?”. “Nones”. El teniente Hans Hartigs, del escuadrón de cazas 26, sobre un vuelo en el sur de Inglaterra: “Nos cargamos a mujeres y niños de cochecitos”. “Los dejamos a todos tiesos, secos. Hombres, mujeres, niños, los sacamos de la cama a todos”, cuenta el cabo paracaidista Büsing de sus acciones en Francia tras la invasión de los aliados. A veces se esgrimen motivos de una irrelevancia atroz: “A un francés le pegué un tiro por detrás. Iba en bicicleta”. “¿Te quería capturar?”. “Ni por asomo. Era que yo quería la bicicleta”.

Es un universal de la guerra el no necesitar motivos para matar
Soldados del Tercer Reich aprovecha el material de las escuchas para realizar una disección extraordinaria del Ejército alemán –desde el sistema de condecoraciones al trato a los prisioneros, la violencia sexual o las Waffen-SS, sin olvidar la participación de las unidades militares regulares en el genocidio judío o la diferencia de moral entre las diferentes armas-. La fe en Hitler –al que los soldados caracterizan con rasgos similares a los de una estrella del pop actual (!), la falta en general de conciencia entre las tropas de que se estuviera llevando a cabo una guerra racial como machacaba la propaganda, la importancia en cambio del grupo y la camaradería, el respeto que se daba a conceptos como el valor, la dureza y la disciplina y ¡al trabajo bien hecho!, o el juicio que se hace en las conversaciones de mandos como Rommel (“valiente, intrépido” pero “sin escrúpulos”), son algunas de las materias que examinan los autores.

Neitzel y Welter, que aportan ejemplos de militares de otras contiendas y sostienen que es un universal de la guerra que el soldado no necesita motivos para matar (“los motivos son indiferentes”, “mata porque es su función”), citan en el capítulo final el elocuente testimonio de un soldado alemán Willy Peter Reese, que cayó en la II Guerra Mundial. “El hecho de que fuéramos soldados bastaba para justificar los crímenes y las depravaciones y bastaba como base de una existencia en el infierno”.

PD.: Estas descripciones son uno más de los ejemplos concretos en que pueden conducir las guerras, los hombres hacen caso omiso de los valores humanitarios y justifican con el pretexto de "la guerra" cualquier crimen y barbaridad.

Es evidente que lo más importante es impedir la guerra y mantener la paz y el diálogo entre los países. A ello se oponen todos los que se benefician de las ventas de armas, el robo y el apoderarse de las riquezas de los países sin importarles los daños, crímenes, muertes y sufrimientos que causen con sus conductas. El hecho de mantener su impunidad alimenta sus comportamientos. La paz con la verdad, la justicia y la reparación necesitan defensores bien informados y tribunales universales, independientes y justos que actúen con rapidez y ejemplaridad.

domingo, 3 de junio de 2012

¿Por qué no amaina la crisis? La crisis sigue porque en Europa no hay quien tenga el poder para contenerla

¿Por qué sigue agudizándose y extendiéndose la crisis económica europea? ¿Ignorancia? ¿Demasiado poder concentrado en pocas manos? ¿O será, quizás, todo lo contrario: que los que deben tomar las decisiones necesarias no tienen el poder para hacerlo?
Creo que es una diabólica combinación de estos tres factores. Ignorancia. Está claro que ni entre los Gobiernos ni entre los expertos hay acuerdo acerca de qué hacer. El debate entre los defensores de la austeridad y quienes proponen gastar más para estimular el crecimiento de la economía domina los titulares. A medida que la crisis arrecia, este debate se transforma en un torneo de frases hechas y afirmaciones superficiales. Después de todo, la austeridad no suele ser una opción entre varias. Los pobres no viven austeramente porque, después de pensárselo bien, decidieran que prefieren ser frugales y no manirrotos. Así, para muchos países —y familias— la austeridad es una feroz e ineludible realidad. Por otro lado, imponerle más austeridad a quienes ya no pueden vivir con lo poco que tienen tampoco es una opción válida. En todo caso, el debate sigue y la seguridad con la cual los más renombrados economistas ofrecen sus recomendaciones contrasta con la validez de sus pronósticos e interpretaciones antes y durante la crisis. Andrew Lo, un economista del MIT, acaba de publicar en el prestigioso Journal of Economic Literature una reseña de los 21 libros que más resonancia han tenido en los debates sobre la crisis. Su conclusión: “De este amplio y contradictorio conjunto de interpretaciones no emerge una narrativa única; la gran variedad de conclusiones… enfatiza la desesperada necesidad que tienen los economistas profesionales de ponerse de acuerdo sobre una base de datos común de la cual puedan construir inferencias y narrativas más precisas”.

En otras palabras, si los mejores economistas ni siquiera se pueden poner de acuerdo sobre cuáles son los hechos y datos relevantes para explicar la crisis, no debe sorprendernos que tampoco estén de acuerdo acerca de qué hacer para salir de ella. Pero no se dan por aludidos. Esta crisis ha revelado que la arrogancia intelectual es uno de los riesgos ocupacionales de practicar la economía como profesión.

Mucho poder en pocas manos. Por otro lado, también es obvio que la crisis no es solo económica y que las contradicciones y desacuerdos entre los expertos no bastan para explicar lo que está sucediendo. La política tiene mucho que ver con lo que está pasando, y hablar de política es hablar de poder. Hay protagonistas de este drama que, aunque no tienen el poder para solucionar la crisis, tienen el poder de vetar las iniciativas ajenas que no les convienen y así truncar el juego. La canciller alemana, Angela Merkel, por ejemplo, es uno de estos protagonistas con enorme poder de veto. Alemania podría estimular más su economía y apoyar otras medidas que ayuden al resto de Europa a salir de la crisis. La venta en los mercados mundiales de un bono único emitido por Europa es un buen ejemplo de iniciativas válidas que hasta ahora han sido frenadas por Alemania. Estos eurobonos tendrían la garantía colectiva de todo el continente, lo que disminuiría su prima de riesgo y los pagos que deben hacer los países más atribulados por la crisis —y que más dependen del crédito del extranjero—. Pero en estos tiempos el poder no solo se concentra en algunos países y líderes. Los financieros que tienen la capacidad de mover grandes volúmenes de capital de un país a otro también son protagonistas importantes del drama europeo. Si bien no pueden imponer políticas, sí pueden vetar decisiones o limitar las opciones de los Gobiernos.

Poco poder en muchas manos. Por otro lado, un paradójico y contradictorio aspecto del poder en estos tiempos es su escasez, precariedad y transitoriedad. Aún los más poderosos se encuentran con inmensas limitaciones para ejercer el poder. Y además lo pierden con inusitada frecuencia, siendo reemplazados por rivales, colegas o sorprendentes contendientes que aparecen súbitamente. Angela Merkel no puede hacer todo lo que le gustaría y sus opciones son restringidas por una miríada de micropoderes que, si bien no tienen la fuerza de imponer sus deseos, sí tienen cómo limitar a los más poderosos. Ni siquiera los líderes de las finanzas pueden hoy dormir tranquilos suponiendo que sus cargos e instituciones están a salvo de la turbulencia en la que vivimos. En el mundo de hoy, el poder está muy fragmentado y la crisis europea es la evidencia más clara de esta tendencia. Incluso quienes más poder tienen solo pueden influir sobre su evolución de manera tenue e indirecta. La crisis sigue porque en Europa no hay quien tenga el poder para contenerla. Por ahora. MOISÉS NAÍM en El País, 2 JUN 2012

viernes, 1 de junio de 2012

Bankia, la pieza principal del problema financiero en España

Con diez millones de clientes y 400.000 accionistas Bankia, la cuarta entidad bancaria de España, tiene en vilo a la economía del país por sus activos tóxicos, heredados del boom inmobiliario, y porque el gobierno de Mariano Rajoy ha subrayado que aportará todo el dinero público necesario para su rescate.
 Este viernes Bankia le pidió al gobierno una inyección de US$24.000 millones, lo que sería el mayor rescate bancario en la historia de ese país. Esto se produce unas semanas después de que el gobierno inyectara US$6.000 millones para rescatar al banco. También el viernes, las acciones de Bankia fueron suspendidas en la Bolsa de Madrid mientras un equipo contratado por el Estado desarrolla un plan de reestructuración. Parcialmente nacionalizada hace unas semanas, la entidad no sólo arrastra los males de la burbuja inmobiliaria como otros bancos españoles sino que además su rescate coincide con los severos recortes que aplica el gobierno en sectores sensibles como la salud y la educación. Después de semanas convulsas para la entidad (su presidente, Rodrigo Rato, renunció y luego se anunció la necesidad de la intervención del gobierno para sanear las cuentas de Bankia), sus acciones han ido cayendo ante la incertidumbre en torno a si será rescatado o no. Tanto el banco como el gobierno se mueven cautelosamente porque un descalabro tendría consecuencias en todo el sistema financiero español.
 Pero ¿cuál es la importancia de Bankia en el rompecabezas de la crisis en España? BBC Mundo se lo explica en estas claves.
El tamaño del banco en el sistema financiero español
Bankia surgió en 2010 como consecuencia del proceso de reestructuración del sistema financiero español promovido por el Banco de España. De esta manera se unieron siete entidades: Caja Madrid, Bancaja, La Caja de Canarias, Caixa Laietana, Caja Rioja, Caja Ávila y Caja Segovia. Bankia tiene 10 millones de clientes, unos activos totales de unos US$342.000 millones y un valor patrimonial de unos US$15.000 millones. Actualmente es la cuarta entidad bancaria de España.
¿Cómo llegó a esta situación?
Los analistas calculan que Bankia tiene unos US$40.000 millones de activos en dificultades, derivados del llamado boom del ladrillo. "Seguramente es el banco más expuesto de los grandes bancos de España a los préstamos del boom inmobiliario. Los otros grandes bancos no están tan expuestos como Bankia", explicó a la BBC Santiago Carbó, profesor de economía de la Universidad de Granada. Bankia no se escapa a la herencia de los créditos inmobiliarios que afectan a otras entidades españolas. El Banco de España, en su último Informe sobre la Estabilidad Financiera, señala que los bancos ibéricos poseen créditos inmobiliarios y de la construcción "problemáticos" por valor de US$234.000 millones, equivalentes a más del 17% del PIB español. "Esos créditos son la herencia envenenada de un boom constructor e inmobiliario por el que se edificaron cinco millones de casas nuevas entre 1997 y 2007, el doble del aumento de hogares en España en ese período", señala el especialista de economía de la BBC, Robert Peston. "Tan malos son esos créditos que los bancos están dando por hecho que solo recuperarán la mitad o menos de lo que prestaron", apunta Peston.
¿Cuál es la solución que propone el gobierno?
Después de la renuncia del presidente de Bankia, Rodrigo Rato, el gobierno anunció una inyección de US$12.500 millones a la entidad desde el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), creado en 2009 para gestionar los procesos de reestructuración de entidades de crédito. Nuevas formas artísticas de protestas, ver vídeo.
Uno de sus problemas es que el fondo cuenta con US$11.000 millones y las ayudas iniciales que requiere Bankia superan los US$18.000 millones. No obstante, el gobierno ha subrayado que aportará todo el dinero necesario. La polémica en las calles españolas es que mientras el gobierno recorta recursos de sectores como la salud y la educación, abre el grifo de forma incondicional para reflotar los bancos. El FROB se financia en su mayoría con dineros públicos.
¿Qué pasa si el rescate sale mal?
Aunque los otros grandes bancos españoles, como el Santander o el BBVA, no están tan expuestos a los préstamos inmobiliarios, una quiebra de Bankia no sólo afectaría a todo el sistema financiero español sino al crecimiento económico y la creación de empleo, señalan los analistas. Existen temores de que si el valor de las acciones de Bankia se hunde a causa del rescate, los ahorristas podrían dejarse llevar por la ansiedad y comenzar a retirar en masa sus depósitos, debilitando aún más el banco. No obstante, existe un sistema de protección al ahorrista, por el cual su dinero está garantizado hasta un monto máximo, que en el caso español es de unos US$127.000. "Los mercados están tensos y temerosos sobre la situación en España y sobre todo quieren saber de dónde sacará dinero el gobierno para ayudarles", comentó Santiago Carbó.  (Una niña de 12 años nos explica la cuestión de la deuda y los Bancos, claro y bien.)

A la coyuntura hay que sumarle los altos intereses que está pagando el gobierno por la deuda española y la caída del precio de las acciones de bancos como Bankia. Robert Peston subraya que el escenario español recuerda al irlandés que al final de una fuerte crisis por una crisis inmobiliaria similar, tuvo que recurrir a las fondos de rescate europeos. "La gran pregunta que se deben hacer España y la eurozona es si el país ibérico es una versión gigante de Irlanda, país que nacionalizó sus bancos para tapar su agujero financiero con dinero de los contribuyentes. ¿Será suficiente el dinero de los contribuyentes españoles para salvar a los bancos del país?", detalla Peston. BBC. Noticias de Grecia

Fórmulas matemáticas en economía

La fórmula matemática acusada de destruir la economía mundial. Tim Hartford BBC

Algunos culpan a la ecuación Scholes-Black de precipitar la crisis económica global.

No todos los días ocurre que alguien formula una ecuación que puede transformar el mundo. Pero a veces sí ocurre, y el mundo no siempre cambia para bien. Algunos creen que la fórmula Black-Scholes y sus derivadas ayudó a generar el caos en el mundo financiero.
La fórmula se escribió por primera vez en los primeros años de la década de 1970, pero su historia comienza muchos años antes, en el mercado de arroz de Dojima en el siglo XVII en Japón, donde se escribían contratos de futuros para los comerciantes del arroz. Un contrato de futuros simple dice que una persona acordará comprar arroz de otra persona en un año, a un precio que acuerdan al momento de la firma.

En el siglo XX, la Bolsa de Comercio de Chicago era el lugar para que los comerciantes negociaran no sólo futuros sino contratos de opciones. Un ejemplo de esto último es un contrato en el que se acuerda comprar arroz en cualquier momento durante un año, a un precio convenido con la firma, pero que es opcional.

Es posible imaginarse por qué uno de estos contratos puede ser útil. Si alguien tiene una cadena grande de restaurantes de hamburguesas, pero no sabe cuánta carne necesitará comprar el próximo año -y está nervioso de que el precio pueda subir- entonces lo único que tiene que hacer es comprar unas opciones en carne.

Pero eso genera un problema: ¿Cuánto debería estar pagando por esas opciones? ¿Cuánto valen? Es precisamente ahí donde puede ayudar la fórmula revolucionaria Black-Scholes.

El precio de una hamburguesa
"El problema que trata de solucionar es definir el valor del derecho, pero no de la obligación, para comprar un activo particular a un precio específico, dentro de un periodo determinado o al final de él", dice Myron Scholes, profesor de finanzas de la Facultad de Negocios de la Universidad de Stanford, en Estados Unidos, y -por supuesto- coinventor de la fórmula Black-Scholes.

La llegada de los sistemas cuantitativos transformó a Wall Street.
Una parte del rompecabezas era la pregunta del riesgo: el valor de una opción para comprar carne a un precio, digamos, de US$2 por un kilo depende del precio de la carne y cómo ese precio se está moviendo.

Pero la conexión entre el precio de la carne y el valor de la opción de la carne no varía de una manera sencilla. Depende de lo probable que sea la utilización de la acción. Eso, a su vez, depende del precio de la opción y del precio de la carne. Todas las variables parecen estar enredadas de manera impenetrable.

Scholes trabajó en el problema con su colega, Fischer Black, y descubrió que si alguien tiene el portafolio de carne correcto, además de las opciones para comprar y vender carne, esa persona tiene un portafolio excelente y totalmente sin riesgos. Como ya conoce el precio de la carne y el precio de los activos libres de riesgo, si mira la diferencia entre ellos puede calcular el precio de esas opciones de carne. Esa es la idea básica. Los detalles son excesivamente complicados.

En la tienda de dulces
El método Black-Scholes resultó ser una forma no sólo para calcular el valor de las opciones sino también todo tipo de activos financieros.

"Éramos como niños en un almacén de dulces, en el sentido que describíamos opciones en todos lados, las opciones estaban presentes en todo lo que hacíamos en la vida", dice Scholes.

Pero Black y Scholes no eran los únicos niños en la tienda de dulces, dice Ian Stewart, cuyo libro argumenta que la Black-Scholes fue una invención peligrosa.

"Lo que hizo la ecuación fue darles a todos la confianza para comerciar con opciones y, de manera muy rápida, con unas opciones financieras mucho más complicadas, que se conocen como derivadas financieras", dice.

Pero a medida que los bancos y fondos de cobertura se basaron cada vez más en sus ecuaciones, se hicieron más y más vulnerables a los errores o simplificaciones en las matemáticas.

"La ecuación se basa en la idea de que los grandes movimientos son en realidad muy, muy raros. El problema es que los mercados reales tienen estos grandes cambios mucho más a menudo de lo que este modelo predice", dice Stewart. "Y el otro problema es que todo el mundo está siguiendo los mismos principios matemáticos, por lo que todos vamos a obtener la misma respuesta."

La llegada de los genios
¿La culpa fue de las matemáticas?
Ian Stewart afirma que la ecuación Black-Scholes cambió el mundo. ¿Pero realmente cree que las matemáticas causaron la crisis financiera?

"Fue el abuso de su ecuación lo que causó el problema, y yo no creo que se puede culpar a los inventores de una ecuación, si alguien viene y lo utiliza mal", dice.

Black-Scholes cambió la cultura de Wall Street, que pasó de ser un lugar donde las personas comerciaban con base en el sentido común, experiencia e intuición, a un lugar donde la computadora decía sí o no.

Pero en realidad, ¿es justo culpar a Black-Scholes por lo que siguió?

"La tecnología Black-Scholes tiene reglas y requisitos muy específicos”, dice Scholes.

"Esta tecnología atrajo o hizo que los bancos de inversión contrataran a personas que tenían habilidades cuantitativas o matemáticas. Eso lo acepto. A continuación, desarrollaron productos y tecnologías propias."

No todas las tecnologías posteriores, dice Scholes, eran lo suficientemente buenas. "[Algunas] tenía supuestos equivocados, o utilizaban datos de forma incorrecta para calibrar sus modelos, o las personas que utilizaban los modelos no sabían cómo hacerlo".

Scholes argumenta que no hay vuelta atrás. "La cuestión fundamental es que las tecnologías cuantitativas en las finanzas sobrevivirán y crecerán, y seguirán evolucionando con el tiempo", dice.

El trabajo de Scholes había inspirado a una generación de genios matemáticos de Wall Street, y en la década de 1990, él ya era un jugador en el mundo de las finanzas, como socio de un fondo de cobertura llamado Long-Term Capital Management.

"La idea de esta empresa era que iba a basar sus transacciones en principios matemáticos, tales como la ecuación de Black-Scholes. Y realmente fue un éxito sorprendente, al comienzo", dice Stewart. "Fue superando a las compañías tradicionales muy notablemente y todo se veía bien."

Pero no terminó bien. Long-Term Capital Management se encontró, entre otras cosas, con la crisis financiera rusa. La empresa perdió US$ 4 mil millones en el curso de seis semanas. Fue rescatada por un consorcio de bancos que habían sido reunidos por la Reserva Federal. Y -en el momento– se convirtió en una noticia muy, muy grande. Todo esto sucedía en agosto y septiembre de 1998, menos de un año después de Scholes había sido galardonado con el premio Nobel.

Lecciones
Stewart dice que las lecciones del caso Long-Term Capital Management son evidentes. "Se demostró la peligrosidad de este tipo de transacciones basadas en algoritmos si no se vigilaban algunos de los indicadores que las personas más convencionales utilizaban", dice. "Ellos [Long-Term Capital Management] se comprometieron a seguir adelante con el sistema que tenían. Y salió mal."

Scholes dice que eso no es lo que sucedió en absoluto. "No tuvo nada que ver con las ecuaciones y nada que ver con los modelos", dice. "Yo no estaba manejando la empresa, permítanme ser muy claro al respecto. No existía la capacidad para soportar el choque que se produjo en el mercado en el verano y otoño de finales de 1998. Así que fue sólo una cuestión de la asunción de riesgos. No fue una cuestión de modelos".

Esto es algo que la gente se sigue discutiendo una década después.

¿Fue el colapso de Long-Term Capital Management el fracaso de los métodos matemáticos para las finanzas o, como dice Scholes, fue simplemente un caso de operadores financieros que tomaron demasiado riesgo en contra de los mejores juicios de los expertos matemáticos?

Diez años después de Long-Term Capital Management, Lehman Brothers se derrumbó. Y el debate sobre Black-Scholes es ahora un debate más amplio sobre el papel de las ecuaciones matemáticas en las finanzas. BBC Sábado, 28 de abril de 2012.
MÁS SOBRE ALGORITMOS MATEMÁTICOS

miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Quiénes lo están impidiendo? Los bancos deben ser los más interesados en que se cree una comisión sobre la crisis no solo de Bankia, sino del sistema

Los primeros interesados en que se cree en España una comisión parlamentaria que investigue qué ha sucedido, no solo en el caso Bankia, sino en la crisis del sistema financiero español, deberían ser los propios bancos, que están sometidos a una permanente sospecha por parte de los ciudadanos y que corren el riesgo de aislarse cada día más de la sociedad, por muchas campañas de publicidad que algunos de ellos hayan decidido lanzar en las últimas semanas. España necesita recuperar credibilidad ante los mercados, se nos dice, y para ello se convoca a auditores extranjeros (corroborando, por lo que se ve, la ineficacia de las auditorias del Banco de España, un gesto de difícil digestión). Sea como sea, tienen razón quienes nos advierten de que es imperioso recuperar la confianza de los inversores extranjeros. Pero también lo es que los ciudadanos recuperemos confianza en nuestro país y eso no es posible si no se nos proporcionan explicaciones extensas y documentadas sobre qué ha ocurrido. Dejar eso en manos de Goldman Sachs sería un síntoma de que nos hemos vuelto completamente locos. No se trata simplemente de saber cuánto dinero deberá prestar o invertir el Estado para sanear el sistema sino, sobre todo, dónde estuvieron los fallos de ese sistema, que impidió que se reaccionara antes y qué se puede hacer para impedir que suceda algo semejante en el futuro. Esta última parte es, probablemente, la que más echa atrás a las entidades financieras a la hora de someterse a una comisión semejante, partidarias como son de la menor regulación posible de sus actividades, pero, aun así, deberían pensar en el coste interno que está teniendo para todo el sistema la inexistencia de una comisión parecida. Además, es algo que nos merecemos por el simple hecho de ser ciudadanos de una democracia, como se lo merecieron los británicos o los norteamericanos. En Estados Unidos se puso en marcha en 2010 una Comisión de Investigación sobre la Crisis Económica, que emitió un largo informe en 2011, y aun hoy, el Comité de Banca del Senado sigue convocando en audiencia a cuanto responsable de institución financiera, organismo regulador o personalidad de la vida política o académica considera necesario para vigilar el desarrollo de los acontecimientos. Esta misma semana llamó al responsable de JP Morgan Chase, Jamie Dimon, para que explique las pérdidas de 1.500 millones de euros provocados por una operación arriesgada. Nos merecemos la creación de esa comisión. De hecho, es inconcebible que todavía no hayan pasado por el Congreso o por el Senado decenas de personas implicadas de una forma u otra en esta crisis. Ya no se trata solo de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se decida a hacer más apariciones públicas en los momentos en los que su ausencia resulta más angustiosa, sino de algo todavía más serio: de que el Parlamento tenga el papel que le corresponde, no solo como legislador sino como vehículo para que los ciudadanos dispongan de la información necesaria para valorar los acontecimientos. Conste que para cumplir ese papel, habría que preparar concienzudamente las sesiones de audiencia y no incurrir en espantosos precedentes... SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ, El País, 20 MAY 2012

La educación pública y otros derechos

...La enseñanza pública, tanto la primaria, como la secundaria y superior, fue una victoria descomunal de las clases populares contra esta dictadura mercantil. Lo que ahí se está jugando no es sólo, como a veces se dice, la desmantelación del Estado del Bienestar, porque no se trata de un asunto de “bienestar”. El sistema de instrucción pública representa algo mucho más importante: gracias a él, la sociedad ha gozado de una fortaleza que salvaguarda del mercado un espacio para la verdad y, por ello mismo, para la justicia. Se trata de una institución en la que por definición hay que decir la verdad, ya sea, en primaria, al hablar del cuadrado de la hipotenusa, en secundaria, donde hay que decir cosas objetivas sobre la revolución francesa o incluso sobre la guerra civil española, o en la educación superior, donde, como dijo Humboldt, el maestro ya ni siquiera está al servicio del alumno, sino que ambos, maestro y alumno, están al servicio de la verdad. Esta institución fortificada para la objetividad, para la verdad, para el saber libre y desinteresado, está siendo asaltada y destruida. Con ello, la ciudadanía perderá la única brújula que puede orientarnos políticamente hacia la justicia.

¿Qué habría que contarle hoy a los niños? 

Me temo que los niños de hoy tienen por delante un futuro nada esperanzador. Siento tener que decirlo así, porque tengo hijos de distintas edades. El primer paso es transmitirles la sensación de que el mundo no es así de forma inevitable. Que hay otros mundos posibles. Luego, hay que proporcionar instrumentos teóricos para empezar a entender lo que está pasando y lo que puede pasar. Si no, todo se vuelve irremediable y fatal. Y la desesperación nunca ha sido nada buena cuando llega la adolescencia. No quisiera que para mis hijos el futuro consistiera en ingresar en un mundo de maras, guettos y delincuencia. Y tampoco que se vieran indefensos ante la voracidad de un mercado laboral demente. Pero sobre todo, es imposible querer para nuestros hijos el mundo que se avecina, porque es feo, injusto y suicida... Carlos Fernández Liria (Leer toda la Entrevista por Julia Gutiérrez)

lunes, 28 de mayo de 2012

El sentido cotidiano de la Historia

If you don't have that sense of how things have changed in the past, it would be very easy to despair about the present," says Anthony Arnove, co-editor, along with Howard Zinn, of Voices of a People's History of the United States. in that book, Arnove helped organize the words of historical figures, rebels and visionaries—readings that keenly showed how voices from the past can and do speak directly to the present.

"Si usted no tiene una idea de cómo las cosas han cambiado en el pasado, sería muy fácil sentir desesperación ante el presente", dice Anthony Arnove, co-editor, junto con Howard Zinn, de Voces de la Historia del Pueblo de los Estados Unidos. en ese libro, Arnove ayudó a organizar las palabras de personajes históricos, los rebeldes y visionarios en lecturas que mostraban cuan profundamente las voces del pasado pueden hablarnos directamente en el presente.
Más sobre la esperanza en este blog.

EL DRAMA DE LAS CUENTAS PÚBLICAS. La realidad desborda los planes de Rajoy. Nadie se anima ya a descartar nada en una situación que empeora cada día.

Si había un plan, ya no queda ni rastro de él. Todas las previsiones del Gobierno se han visto desbordadas. Hace solo unas pocas semanas, Mariano Rajoy prometía que no habría dinero público para los bancos. Solo en Bankia entrarán 23.500 millones. El lunes, la aportación extra iba a ser de 7.000 millones, según Luis De Guindos. El viernes a mediodía, la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría decía que sería un préstamo y no quería cuantificarlo. El viernes por la tarde esa cantidad llegaba a 19.000 millones. Y ayer José Ignacio Goirigolzarri explicó que nada de préstamo: es una entrada de capital, no se devuelve nada, el Estado invierte en Bankia, y solo si sale muy bien recuperará su dinero, el de todos los contribuyentes. Si hay algo a lo que le teme el Gobierno es a la sensación de improvisación. Es una de las cosas que mataron a José Luis Rodríguez Zapatero, analizan. Pero en privado varios miembros del Ejecutivo admiten que la situación se ha vuelto absolutamente imprevisible. Que todo cambia por horas. Y que aunque en público se trate de ofrecer una imagen de normalidad, en privado ya nadie se anima a descartar ningún escenario. El más evidente de todos ellos es el de la entrada de dinero europeo en los bancos españoles. Rajoy insiste en rechazarlo —“a fecha de hoy”, aclaró el miércoles en París— y Alfredo Pérez Rubalcaba, con el que se reunió tres horas el viernes, en pleno momento crítico, le respalda en ese rechazo. Ambos entienden que en este momento sería una intervención e implicaría una desconfianza definitiva de los inversores en España y someterse a las durísimas condiciones que han sufrido otros países. Las pensiones y el seguro de desempleo en sus actuales condiciones serían sin duda dos asuntos en cuestión. Sin embargo, aunque Rajoy se niegue a plantearlo ni siquiera en privado, el asunto está encima de la mesa del Gobierno. Todos quieren evitarlo, y se está haciendo de todo,... Seguir leyendo. CARLOS E. CUÉ, El País, Madrid 26 MAY 2012

jueves, 24 de mayo de 2012

Lo que no se dice de por qué Merkel continúa aferrada a las políticas de austeridad

Las políticas de austeridad que el gobierno alemán presidido por la canciller Angela Merkel está imponiendo a los países periféricos de la Eurozona, llamados en el mundo anglosajón Gipsy (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia) les está llevando a un desastre (no hay otra manera de definirlo). Gran número de economistas han estado subrayando este hecho (aunque tal número ha sido muy reducido en España), mostrando que la gran recesión que tales países están sufriendo se debe primordialmente a tales políticas de austeridad. En realidad, la extensión de tal desastre puede incluso llegar a afectar a la propia economía alemana. Una manera sería imposibilitando que los países periféricos pudieran pagar sus deudas, tanto privadas como públicas, a los bancos alemanes. Ha sido el propio Ministro de Finanzas del gobierno Merkel el que ha alertado de que el colapso de la economía griega y su salida del euro tendrían un efecto muy negativo para el sistema financiero europeo, centrado en la banca alemana.En realidad, un objetivo clave de las políticas de austeridad impuestas por la administración Merkel a los países periféricos y a sus gobiernos es forzarles a que paguen lo que deben a los bancos alemanes. De continuar estas políticas de austeridad, la propia banca alemana puede quedar afectada muy negativamente. Tal realidad es ignorada por aquellos columnistas de los mayores medios de difusión que, un tanto frívolamente, sostienen que el gobierno Merkel quiere “expulsar” a Grecia del euro.

Ahora bien, la persistencia de las políticas de austeridad, a pesar del riesgo que ello suponga para la banca alemana, tiene también grandes beneficios para ésta. Es decir, la enorme crisis de los países periféricos está beneficiando a la banca alemana y al Estado alemán que, bajo el gobierno Merkel, está muy influenciado por, no sólo la banca, sino también por los sectores industriales exportadores alemanes que crecientemente exportan a países fuera de la zona euro. Así, los bonos del Estado alemán, frente a la gran crisis de confianza de los mercados (ayudada por las políticas del BCE que contribuyen a crear tal desconfianza, con el consiguiente aumento de los intereses de la deuda pública), se convierten en un depósito de seguridad, estando altamente solicitados. Existe así un flujo de capitales hacia el sistema financiero alemán, resultado de la crisis de los países periféricos de la Eurozona.

Un tanto semejante ocurre en el sector industrial. Como señala el economista alemán Frank Hoffer, el deterioro de la industria automovilística de los países periféricos, como Fiat, afecta positivamente a la industria automovilística alemana, como Wolkswagen. De ahí que las políticas de austeridad contribuyen al enorme dominio del capital financiero e industrial alemán y del Estado alemán, lo cual, a la larga, tendrá un coste político elevado, pues tal dominio se está estableciendo a costa de los demás países que están resistiendo tales imposiciones. El caso de Grecia es un ejemplo de ello. De ahí el renacimiento de los nacionalismos, tanto alemán como anti-alemán, que pueden romper la propia Unión Europea. No es la viabilidad del euro, sino la viabilidad de la Unión Europea la que está siendo cuestionada por tales políticas de austeridad, pues la promoción de tales políticas está diluyendo muy rápidamente la cultura (que siempre fue muy limitada) de cohesión europea, siendo sustituida por la cultura de los nacionalismos que determinó la I y la II Guerras Mundiales, y que la Unión Europea intentaba prevenir.

De ahí que figuras alemanas que han mostrado su compromiso con el proyecto europeo, tales como los ex cancilleres del gobierno alemán Helmut Schmidt y Helmut Kohl, hayan criticado a la canciller alemana por anteponer los intereses empresariales alemanes por encima del proyecto europeo, pudiéndolo destruir. No ocurrirá una III Guerra Mundial, pero sí que podría ocurrir que la UE y no sólo el euro, desapareciera. Pero no sería la desaparición del euro (en contra de lo que se dice, no está en peligro su supervivencia) la que destruiría la Unión Europea, sino que sería la desaparición de la UE la que crearía la desaparición del euro.
Vicenç Navarro. Público.
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/5233/lo-que-no-se-dice-sobre-el-por-que-merkel-continua-aferrada-a-las-politicas-de-austeridad/

miércoles, 23 de mayo de 2012

España atrapada por las mentiras -y las deudas- de la banca, ese es el gran problema.

Desde los primeros momentos de la crisis sorprendió que nuestras autoridades afirmaran que los bancos españoles eran los más solventes del mundo, que estaban, decía Zapatero, en Liga de Campeones. Era chocante que los nuestros tuviesen tan buena salud cuando la inmensa mayoría de la banca mundial estaba literalmente quebrada. Se decía que era debido al magnífico papel de supervisión desempeñado por el Banco de España, pero eso tampoco casaba con las denuncias de pasividad que habían hecho pocos años atrás sus inspectores ante el gobernador Caruana y el Ministro Solbes. Y, desde luego, con el hecho evidente que cualquiera conocía, por muy poco experto que fuese en temas financieros: la salvaje financiación que nuestra banca había realizado a una de las mayores burbujas inmobiliarias de la historia.

¿Cómo era posible que no les hubiera dejado créditos sin cobrar cuando todo se vino abajo? ¿Cómo se explicaba que no tuviese problemas un sistema bancario que en 2007 solo recibía 0,76 euros en depósitos por cada euro de crédito que concedía (casi la mitad de lo que recibía en 2000, 1,43 euros)? ¿Cómo podía creerse que estaba, o que podría mantenerse en Liga de Campeones un sistema bancario que en ese mismo periodo había multiplicado por nueve el crédito a una actividad inmobiliaria que se estaba volatilizando, y que había pasado de recibir 78.000 millones de euros de financiación interbancaria europea a 428.000 millones, también entre 2000 y 2007? ¿Cómo se podía creer que no tenía problemas o que no los tendría pronto un conjunto de bancos que había financiado miles de préstamos hipotecarios a más del 100% del valor de la vivienda (en época de subida artificial de precios) o de préstamos a empresas también a más del 100% del valor de la inversión?

Y, sobre todo, ¿cómo podía creerse que estaban en buena situación si a la hora de la verdad habían dejado de dar créditos a las empresas y consumidores, dejando así que se hundiera nuestra economía? La respuesta a estas paradojas es esencial para comprender lo que ha ocurrido en España y lo que nos va a suceder muy pronto.

Los banqueros tienen un poder extraordinario en Europa, en donde hacen y deshacen normas a su antojo, pero los españoles tienen en nuestro país una influencia política, mediática y social incluso mucho mayor que en otros lugares. Perdonan desde hace años los créditos a los partidos políticos, dominan la política editorial de los medios, influyen en las universidades y mantienen contratados a docenas de investigadores que difunden las tesis que les convienen. Así, no les debió resultar difícil convencer a los principales líderes políticos y de opinión de que su situación era buena. Sobre todo, cuando podían disimularla gracias a los cambios contables aprobados por la Comisión Europea, precisamente a instancias de la patronal bancaria. En particular, la “mentira piadosa”, como la califica el catedrático de Contabilidad Oriol Amat, que les permitía seguir valorando los activos dañados a su precio de adquisición y no al mucho menor del mercado en el momento de la valoración.

Esos trucos contables, las inyecciones de liquidez que los grandes bancos españoles recibieron en otros países y las demás ayudas que les dio el Estado permitieron manipular y disimular su situación patrimonial hasta el punto de aparecer como los más rentables del mundo. Lo dicho: Liga de Campeones. Pero la realidad era otra y mucha gente lo sabía. Los bancos, todos, y no solo las cajas, estaban tocados del ala y en el fondo de sus balances había un deterioro estructural gravísimo como consecuencia de la crisis del ladrillo que ellos mismos habían provocado facilitando el endeudamiento explosivo de toda la economía. Un deterioro que tenía dos caras: la acumulación de activos (títulos de préstamos y créditos y propiedades inmobiliarias) que ya no tenían ni mucho menos el valor que se les asignaba, y unas deudas con otros bancos extranjeros que sí seguían valiendo lo que inicialmente se había registrado: muchos cientos de miles de millones.

Si se hubiese puesto en claro esta circunstancia a medida que iban apareciendo activos con pérdida de valor, los bancos españoles se tendrían que haber ido declarando en quiebra porque las provisiones de las que tan orgullosos estaban los reguladores del Banco de España eran totalmente insuficientes. Y para evitar esa situación (que los banqueros sabían -o debían saber- ya en 2007 que antes o después se iba a producir) lo que trataron de hacer fue ganar tiempo para ir creando las condiciones que les permitieran finalmente quedarse con todo el mercado. Gracias a su gran poder político consiguieron que el PP y el PSOE asumieran una estrategia de reforma que poco a poco iba a permitirles que recobrasen el dominio de la situación y el equilibrio patrimonial. Se trataría de ir quitando de en medio a las cajas de ahorros, a quienes era mucho más fácil hacerlas culpables de todo lo que había ocurrido, en gran parte con razón, por la lamentable gestión de los políticos responsables de sus órganos rectores (aunque en realidad se debía a que habían dejado de ser auténticas cajas de ahorros para convertirse en clones de los bancos privados).

Si casi la mitad de los operadores del mercado que competían con los grandes bancos privados desaparecían o eran poco a poco absorbidos, los dos, tres o cuatro mayores de estos últimos quedarían reforzados sin necesidad de mostrar su insolvencia ni de pagar por sus irresponsabilidades. De este modo y a base de recibir ayudas del Estado, como ahora, es como ha ido evolucionando siempre el sector bancario español, cada vez más concentrado.

Pero la intranquilidad y los problemas han empezado a agravarse por lo que era previsible que sucediera: el proceso de fagocitación del mercado como estrategia para salvar a la gran banca privada sin que se le vean sus vergüenzas es muy lento, inseguro y a veces, como ha ocurrido con Bankia, incluso escandaloso. Además, hay que tener en cuenta que el partido no solo se juega en campo nacional. ¿Se iban a conformar los acreedores europeos de la banca española con esta estrategia? ¿Estarían dispuestos a esperar? ¿Se van a arriesgar sabiendo que la política de austeridad va a deprimir por largo tiempo a nuestra economía y que eso va a acelerar el deterioro patrimonial de los bancos españoles y a dificultar el pago de su propia deuda?

Hasta ahora, los banqueros españoles han conseguido que todos nos creamos su gran mentira. O, al menos, que actuemos como si nos la creyésemos (porque basta hablar con responsables políticos y directivos económicos de cualquier ideología o tendencia política para oír a muchos de ellos decir que el rescate es inevitable por el gran agujero de los bancos). El gobierno de Zapatero se limitó a seguir el protocolo marcado por la gran banca incluso en los detalles más pequeños, desde el indulto final al decreto de vergonzosos nuevos privilegios aprobado también estando su gobierno ya en funciones. Pero el de Rajoy ha querido mover ficha jugando a mostrar la verdadera situación de la banca y está precipitando las cosas, porque su estrategia de reformas en unidosis y muy improvisadas solo ha servido para mostrar que la del sector financiero es mucho peor que la que se venía diciendo, y para hacerla quizá ya indisimulable. Ahora solo queda saber lo que ocurrirá tras la auditoría solicitada y que, como todas, proporcionará resultados “por encargo”. Solicitar una evaluación objetiva a Oliver Wyman (que se “equivocó” cuando auditó a los bancos irlandeses considerándolos ejemplares poco antes de que tuvieran que ser nacionalizados, o que fue una de las garantes de los derivados de las hipotecas sub prime como productos muy seguros) es como es como pedir auxilio en el naufragio a quien no sabe nadar.

Así que para qué nos vamos a engañar: aunque la gente normal y corriente no sepamos el final, las autoridades ya lo han negociado porque en cuestión de banca nadie da puntada sin hilo. Pueden ocurrir dos cosas. O bien que hayan acordado ya que se siga mareando la perdiz porque las autoridades europeas (que posiblemente sepan la magnitud real del agujero) admiten que el rescate sería impagable para España y que quizá levantaría una auténtica polvareda social. O bien que se concluya que hasta aquí hemos llegado y que hay que tirar por fin de la manta que cubre las miserias de los bancos españoles.

Me parece a mí que esto último va a ser lo más probable porque, al fin y al cabo, los bancos españoles y extranjeros serían los beneficiados. Los auditores, como tantas veces, serán los que se encarguen de hacer la representación necesaria para que todo se nos presente de la forma más fácil de asumir.

Y aquí es donde estamos. Botín y compañía han dejado atrapada a España a base de irresponsabilidades y de mentiras. Van a terminar obligando a que España, como le ocurriera a Irlanda, tenga que asumir su rescate; haciendo que éste -que en realidad es la recapitalización de lo que los banqueros irresponsables han perdido jugando en el casino- se presente como la salvación de España; y obligando a que los españoles tengamos que sufrir nuevos recortes en derechos sociales y bienestar para que los ellos nos sigan gobernando y obteniendo beneficios a nuestra costa.

Espero y deseo, sin embargo, que las cosas no terminen ahí y que los banqueros no puedan respirar tranquilos en ese momento, como si se hubieran acabado entonces sus problemas. Lo espero y deseo en la confianza de un buen número de españoles, ojalá su gran mayoría, sean dignos y patriotas y que no perdonen a quienes han arrastrado a España a la ruina a base de mentiras para salvar sus privilegios políticos y económicos.
Juan Torres López. Público.
Fuente: http://blogs.publico.es/dominiopublico/5236/espana-atrapada-por-las-mentiras-de-la-banca/