martes, 10 de febrero de 2015

"Saber vivir" resucita el debate de la pseudociencia en la televisión pública. La presencia de terapias alternativas y de reclamos poco rigurosos provoca una queja de 17 colectivos y medio millar de firmas contra "La Mañana de La 1" y RTVE.

"No estamos jugando a la salud. En Twitter, que escuchen bien lo que decimos y que no especulen tonterías, que aquí somos muy serios", decía recientemente en antena Mariló Montero, conductora de La mañana de La 1, en respuesta a las críticas que ha recibido su programa por proponer terapias sin respaldo científico en su espacio de salud. "En Saber Vivir no se inventa nada", añadía a la defensiva Montero, después de aludir a "los chavales de Twitter" (a partir del 1:10:00).

La presentadora se refería a una campaña organizada con la ayuda de las redes sociales para demandar a RTVE explicaciones sobre estos mensajes carentes de rigor científico que se incluyen en el espacio, que ven alrededor de 300.000 personas cada mañana. El detonante, un programa en el que Montero decía que "el aroma de limón puede prevenir el cáncer". Para muchos activistas contra la difusión de mensajes pseudocientíficos, fue la gota que colmó el vaso.

Más allá de los populares patinazos de la presentadora, como cuando aseguró que no se podía descartar que el alma se trasplante junto a los órganos, en el programa se recomienda el uso de remedios homeopáticos, una terapia alternativa que no ha probado mayor capacidad curativa que el simple efecto del placebo (como asegura el Ministerio de Sanidad). Y es habitual que se promocionen otros productos, técnicas y dietas con escaso respaldo científico, según denuncian los críticos del programa. Desde RTVE se asegura que el espacio no tiene ningún acuerdo con empresas del sector para promocionar productos de ningún tipo.

El lunes 26 de enero, el Defensor del Espectador de RTVE tenía en su bandeja de entrada una queja respaldada por más de medio millar de firmas y 17 colectivos de promoción de la ciencia que exigían una investigación sobre los mensajes de esta sección de salud que, a lo largo de 3.900 emisiones con consejos de salud valiosos, ha ido deslizando otros no tan rigurosos. "El lanzar afirmaciones no sustentadas en evidencias a un público que no tiene por qué estar formado en ciencia lleva a la confusión y al riesgo de equivocación. El hacerlo todos los días lleva a la confusión completa", aseguraba esta protesta que reclamaba una respuesta de la cadena sobre la línea general seguida por el programa.

El programa defiende que las críticas son minoritarias y que todos los reclamos se apoyan en la ciencia Desde la dirección del mismo responden que se trata de "una corriente minoritaria de usuarios interesados en descalificar" y que todos los mensajes que aparecen en esta sección se limitan "a contenidos difundidos en medios de referencia nacional e internacional, basados en estudios o investigaciones publicados en revistas científicas", algo que entraría en contradicción con la recomendación de homeopatía, por ejemplo. Sobre estos remedios, la dirección del programa asegura que se alude a ellos "de una forma excepcional y muy esporádica" y que "es un hecho incuestionable que los produtos homeopáticos están a disposición en las farmacias para su venta libre".

Sobre expresiones como que "el aroma del limón puede prevenir el cáncer", el programa explica que en este tipo de formato televisivo resulta natural el uso de un lenguaje que tienda a la divulgación y a la vulgarización: "Ese tono, informal o coloquial, puede conllevar el empleo de algún recurso sensacional para reclamar la atención sobre el objeto de la información", defienden. Hoy, Montero ha festejado la repercusión de sus palabras sobre el limón y el cáncer, resaltando que tienen respaldo en una investigación científica, aunque lo que muestra es una web de noticias.

Aunque el Defensor, Ángel Nodal, se comprometió de inmediato a responder a la queja colectiva, lo cierto es que en su último programa únicamente se respondió a una protesta de otro espectador a propósito de la homeopatía, despachado en un minuto asegurando que es un producto que "está en la calle". Por este motivo, el impulsor de la queja, Isidoro Martínez, considera que "es evidente que RTVE apoya la pseudociencia". "Si ante nuestras protestas nada se hace, es que están de acuerdo con esta línea que pone en riesgo la salud de los espectadores", asegura, haciendo referencia a otros casos previos ocurridos en el ente público como cuando se aseguraba que el wi-fi daña la salud en otro programa, El escarabajo verde.

Como protesta, el colectivo impulsado por Martínez ha lanzado una nueva petición de firmas en la red: "Las pseudociencias son un engaño (no son ni complementarias ni alternativas a la Medicina) y carecen de efectividad comprobada, y pueden hacer que alguien abandone por creer en ellas un tratamiento médico de verdad", denuncian.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/02/05/ciencia/1423136592_637562.html
Página sobre seudociencias aquí.

lunes, 9 de febrero de 2015

La esperanza griega. Fecha límite, coacción y ultimatums significa que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio.

Hace 54 años, en su discurso inaugural como presidente, el presidente John F. Kennedy declaró: "No negociemos nunca partiendo del miedo. Pero no tengamos nunca miedo de negociar". No eran las frases más elevadas de aquel breve discurso, pero estaban entre las más importantes. Pues le mostraban a la Unión Soviética, de forma deliberada e inequívoca, que podría concluirse la Guerra Fría sin llegar a una conflagración y que el mundo no tiene que vivir siempre entre bravuconerías y amenazas ni bajo la sombra de la guerra nuclear.

Hoy se enfrenta Europa a negociaciones sobre la deuda y la depresión. Por un lado estará el joven gobierno de Grecia. Del otro, los poderes financieros de Europa y del mundo. Hoy, como entonces, no puede esquivarse la cuestión del miedo.

Los poderes europeos se guardan tres bazas para cuando empiecen las negociaciones. En primer lugar, Grecia tiene deudas que vencen este año y que no puede pagar. En segundo lugar, los bancos griegos dependen de la provisión urgente de liquidez del Banco Central Europeo, que se les podría retirar. En tercer lugar, la flexibilización cuantitativa le otorga al BCE una manera nueva de aislar al resto de Europa de las agonías de Grecia. Si Europa quisiera, estas bazas pueden utilizarse para aplicar una política de amenazas, con el fin de mantener la austeridad, los desahucios y la penuria de Grecia.

Se huelen las amenazas. El diario The Daily Telegraph resumió la reunión de ministros de finanzas de la UE el 26 de enero: "La eurozona ha descartado el perdón de la deuda a Grecia y ha advertido de que su nuevo gobierno de coalición antiausteridad debe cumplir todos los acuerdos del pasado…" El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró ante los oligarcas de Davos que Grecia debe "tomar medidas para que continúe la recuperación económica". Y eso significa "respetar sus compromisos anteriores y que el nuevo gobierno quede vinculado por los logros de la reforma". O, como dijo el ministro alemán de Finanzas en diciembre pasado: "Unas nuevas elecciones no cambian nada".

Para los griegos, estos comentarios deben de ser una broma cruel: ¿Qué recuperación económica? ¿Qué logros? Si las elecciones no cambian nada, ¿para qué molestarse en celebrarlas? Y, por supuesto, la premisa de que han de "respetar sus compromisos anteriores" no es más que terquedad dogmática. Lo que Syriza puso de manifiesto, sobre todo, es lo incontestable de que tienen que cambiar esas fracasadas medidas políticas.

El primer ministro británico, David Cameron, resumió el punto de vista griego con velada ironía británica: "Lo que las elecciones griegas mostrarán también es que hay algunas señales de aviso en la economía global, eurozona incluida". Bueno, sí. Cuando fracasan las medidas políticas, entra en declive la economía. Los griegos no son los únicos en contemplar al fracaso delante de sus ojos.

Tal como informaba el Telegraph, hay dos cuestiones: los acuerdos y la deuda. Respecto a la primera, Grecia propone hoy recuperar el rumbo de su destino. Se ha probado el experimento de control de la Troika. Y conocemos los resultados. Se promulgarán nuevas medidas políticas destinadas a ayudar a los indigentes y a los más vulnerables, a estabilizar la economía y a fomentar la recuperación. El pasado historial de Grecia no es bueno, eso no lo discute nadie. Pero el severo diktat que vino a continuación ha sido un desastre.

La cuestión detrás de la quita es solo parcialmente una cuestión de recursos. La alternativa de "prolongar y fingir" resulta, al fin y al cabo, una forma de transferencia fiscal. El problema estriba en que la práctica amontona deuda sobre deuda, y esta es la palanca que mantiene al país tutelado, siempre en situación de mendigar. Una quita es el medio de volver a la autonomía de la política. La forma y las condiciones precisas son, en parte, aquello de lo que trata la negociación.

Unas conversaciones con pronta fecha límite, coacción y ultimatums probablemente significaría que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio. Si la decisión es ésa, entonces el peso de la Historia caerá sobre quienes la tomaron, incluyendo el caos que pueda derivarse de ello.

¿Qué capacidad de maniobra tiene Grecia? Evidentemente, no mucha; las armas pesadas están del otro lado. Pero hay algo. El primer ministro Tsipras y su equipo pueden presentar su defensa de la razón sin amenazas de ninguna clase. En ese caso, el gesto correcto y moral por la otra parte consistiría en desechar sus tres bazas y, por encima de todo, dejar espacio fiscal y garantizar la estabilidad financiera griega mientras se llevan a cabo las conversaciones.

Si es esto lo que ocurre, pueden seguir adelante las negociaciones formales. Sobre esta cuestión, los comentarios de la canciller Merkel han sido de lo más suaves. Posiblemente entienda que las opciones determinarán –muy pronto– el futuro de Europa.

En esta situación valen las dos partes del pronunciamiento de Kennedy, bosquejado, por cierto, para él por mi padre. No se debe forzar a que Grecia negocie con miedo. Y Europa, por su parte, no debe tener miedo a negociar, con tranquilidad, sin bravatas ni amenazas, de buena fe.
James K. Galbraith
Social Europe Journal
James K. Galbraith es profesor de la Lyndon B. Johnson School of Public Affairs de la Universidad de Texas (Austin). Entre sus últimos libros, Inequality and Instability: A Study of the World Economy Just Before the Great Crisis (2012) y The End of Normal: The Great Crisis and the Future of Growth (2014). Es coautor con Yanis Varoufakis y Stuart Holland de la Modesta Proposición para la salida de la crisis de la Eurozona.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7707

Auschwitz y la “Ostpolitik” de Bruselas. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

Extraño 70 aniversario el del martes en Auschwitz. Sin Obama ni Putin. Obama prefirió rendir honores al nuevo rey de los decapitadores saudíes, financieros de la yihad global. Putin fue dejado fuera por el conflicto de Ucrania mediante una intriga polaca que retrata la nuevaOstpolitik de la Unión Europea.

Oficialmente no se invitó a nadie, se dice en Varsovia. Pero el Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, sí fue invitado, expresa y solemnemente, cuando la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, visitó Kíev el 19 de enero.

Putín se picó porque no se quiso dar un lugar preponderante al Kremlin en el aniversario, explica Łukasz Adamski en Gazeta Wyborcza, antes de concluir que “la Ucrania democrática que lucha contra la agresión rusa representa mucho mejor los ideales de la coalición antihitleriana que Rusia, que usa la guerra en calidad de instrumento para resolver las diferencias políticas”. “Por eso”, decía, “es bueno que Poroshenko venga a la conmemoración”. “El objetivo era ponérselo difícil precisamente a Putin”, escribe Mijail Fishman en la páginaForbes.ua, reproducida por la prensa de Kíev. Y como acompañamiento toda una serie de jugosas declaraciones.

“Hay una guerra en marcha en el Este de Ucrania y en esta situación sería difícil imaginar invitar al presidente de Rusia”, declaró el ministro de justicia polaco, Cezary Grabarcyk al periódicoRzeczpospolita. Su compañero de exteriores, Grzegorz Schetnya, tuvo la desvergüenza de añadir que Auschwitz no fue liberado por el ejército soviético, sino, “por fuerzas del primer frente ucraniano”.

“Frente” era el término utilizado entonces en la URSS para designar los grandes vectores de la contraofensiva soviética. No tenía la menor relación con la composición étnica de los ejércitos -completamente irrelevante en la URSS de entonces. El “Primer Frente Ucraniano” se había llamado antes “Frente de Briansk” y antes “Frente de Voronezh”.

“Los ucranianos eran mayoría entre quienes liberaron Auschwitz”, insistió Valery Chaliy desde la administración presidencial ucraniana. Por el mismo principio, podrían haber mencionado que también eran ucranianos los 2000 o 3000 matarifes voluntarios de los campos de exterminio, muchos de ellos vinculados al nacionalismo “banderovski”, hoy plenamente rehabilitado, y representado, en el gobierno de Kíev.

Esa rehabilitación quedó expuesta en la mención a la contribución ucraniana en el esfuerzo antinazi que la presidencia ucraniana realizó el mismo día del aniversario, mezclando en una misma categoría a “los participantes ucranianos integrados en el ejército soviético, en el movimiento de liberación ucraniano y en las unidades partisanas soviéticas”. Esa mezcla obvia el hecho histórico de que los segundos combatieron junto con los nazis y fueron inicialmente encuadrados por ellos, que después de eso y tras practicar la masacre sistemática de judíos y polacos, algunos de ellos también volvieron sus armas contra los nazis, y que, en cualquier caso, siempre combatieron al ejército soviético, a las unidades partisanas e incluso a la Armia Krajowa, la resistencia nacional en la órbita del gobierno polaco de preguerra exiliado en Londres.

El Presidente ucraniano se permitió realizar en Auschwitz un paralelo entre su actual conflicto con Rusia y, “los acontecimientos en la Europa de los años treinta”. “No hay duda”, dijo, “de que las ambiciones y el apetito del agresor van mucho más allá de Ucrania”. “Para prevenir la repetición de tragedias similares al holocausto y la Segunda Guerra Mundial, debemos oponernos a la nueva locura imperial y a las nuevas pretensiones de dominio en Europa”, concluyó.

Detrás de todo esto se adivina una clase política mediocre y revisionista con respecto a las realidades de la coalición antihitleriana. Politizar de esta manera el aniversario de la liberación de Auschwitz es algo que roza el sacrilegio político en la actual Europa.

Hay que recordar que la Unión Europea está hoy desarbolada como consecuencia del doble efecto de la política económica alemana y de las ambiciones atlantistas por arrinconar a Rusia con el entusiasta aplauso de los gobiernos de antiguas repúblicas víctimas de Stalin. La política alemana de austeridad a favor de los bancos y la política exterior atlantista son los dos grandes carriles por los que avanza el vector disolvente de la Unión Europea. Sur y Este están conectados: la UE ya está repitiendo en Ucrania las mismas fallidas recetas económicas que han fracasado en el Sur de Europa, advierte la nada sospechosa Friedrich Ebert Stiftung. En un contexto de guerra las consecuencias de esa miopía pueden ser, literalmente, explosivas.

Existe una historia rusa y para hacer política europea no se puede uno regir únicamente por la historia de polacos o bálticos. El legítimo dolor polaco por el sufrimiento a manos rusas, simbolizado por la masacre estalinista de presos polacos en Katyn, margina otras memorias y realidades, como la de las de las masacres de presos rusos en Polonia durante la guerra entre polacos y bolcheviques de 1919-1921 -entre 18.000 y 60.000, según las fuentes- los acuerdos de preguerra entre nazis y polacos para quedarse con trozos de Checoslovaquia (las vergüenzas no se acaban en el pacto Molotov-Ribbentrop), además del hecho histórico de que Polonia no fue solo la eterna víctima de Rusia que tan bien se vende hoy en la Europa atlantista para alentar impulsos de guerra fría, sino también una nación agresora con claras ambiciones territoriales, hacia Ucrania y Rusia.

Aunque la actual guerra de Ucrania es, fundamentalmente, un resultado directo de veinte años de geopolítica atlantista en Europa encaminada a excluir a Rusia del esquema de seguridad continental integrado que se dibujó al concluir la guerra fría, Bruselas insiste en la leyenda de un expansionismo ruso, ignorando que ha colocado a la OTAN cercando todo el entorno ruso y que el Kremlin defiende su última trinchera. De lo que ahora se trata es de continuar con esa Ostpolitik agresiva y disolvente, arrebatándole a Rusia cualquier papel de prestigio en la historia europea. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

El Presidente polaco, Bronislaw Komorowski, planea para el 8 de mayo en Gdansk un nuevo tipo de conmemoración de la Segunda Guerra Mundial: un acto, sin rusos, reservado a miembros de la Unión Europea. La presidencia semestral letona de la UE se ocupará de ello.

En una entrevista con el canal alemán ARD el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, un hombre de Washington como varios de sus ministros -algunos incluso con pasaporte americano- ha condenado ante la televisión alemana “la invasión soviética de Ucrania y Alemania” durante la Segunda Guerra Mundial.

Setenta años después de Auschwitz, ¿pueden realmente estos personajes dar el tono a la Ostpolitik de Bruselas?
Rafael Poch.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=65

domingo, 8 de febrero de 2015

La universidad pública, un bien común

Vera Sacristán.
Las universidades públicas reciben en promedio de su comunidad autónoma algo menos del 69% de sus ingresos corrientes (datos del MEC, año 2012). Este porcentaje tiene gran variabilidad: desde el 58% en Cataluña hasta más del 80% en el País Vasco, la Rioja o Canarias. Los precios y tasas que pagan los estudiantes y sus familias constituyen el 20% de los ingresos corrientes de las universidades, con una variabilidad incluso mayor: por debajo del 10% en las universidades de La Laguna, País Vasco o Cádiz, y hasta el 36% en la de Barcelona o el 37% en la Rey Juan Carlos de Madrid.

Desde el año 2009, la evolución de esas cifras puede calificarse de “histórica”. En algunas comunidades autónomas los recortes se acercan al 40% en términos reales, una vez descontada la inflación, lo que nos retrotrae a más de veinte años atrás. Según un estudio del Observatorio del Sistema Universitario (OSU), cursar algunas carreras cuesta hoy hasta 3 o 4 veces lo que costaba en 2007, justo antes de las últimas reformas universitarias.

Llama la atención que la mayor parte de países europeos sigan una política distinta o incluso opuesta a la española. Y no se trata sólo de los consabidos países nórdicos, donde los estudios universitarios son gratuitos, sino de países y regiones más próximos a nosotros, donde la matrícula es gratuita (Austria o Escocia, entre muchos otros) o requiere tan sólo el pago de una tasa fija (300€ por año en Alemania, 183€ en Francia, por ejemplo). Mientras esto ocurre en Europa, los precios públicos en España llegan a alcanzar los 2.600€ por curso de grado, y los 4.000€ por curso de máster. Además, la inmensa mayoría de países europeos ofrecen o bien becas-salario para compensar la pérdida de ingresos de los jóvenes que optan por estudiar en vez de trabajar (modelo nórdico), o bien desgravaciones fiscales y subsidios para las familias que mantienen a los hijos que estudian en la universidad (modelo centroeuropeo), algo inexistente en España.

Cabe preguntarse si lo que ocurre en nuestro país no es más que el resultado inevitable de una situación económico-financiera adversa. Sin embargo, quienes defienden estas nuevas políticas de financiación universitaria no suelen hacerlo en términos coyunturales, sino con argumentos de fondo. El principal es el de considerar que, puesto que obtener un título universitario permite acceder a trabajos y niveles de renta superiores, quien estudia en la universidad debe pagarse los estudios, pues va a obtener de ellos un beneficio personal. Y es cierto que lo va a obtener. Lo que no es tan claro es que deba pagar por ello a priori, esto es, mientras estudia. Intentaré argumentar por qué es mejor que lo haga a posteriori, mediante un sistema de impuestos progresivo, que permita que devuelva a la sociedad, incluso con creces, lo que de ella ha recibido.

También se aduce que no es justo que paguen lo mismo los ricos que los pobres. Como si no nos costara exactamente lo mismo a todos, ricos y pobres, comprar un kilo de arroz o un televisor. De nuevo, la redistribución de la riqueza conviene hacerla mediante el sistema impositivo, no en el sistema de precios.

Otro argumento frecuente es el de considerar que, puesto que a la universidad acceden mayoritariamente jóvenes de clases medias y altas, no es justo que los contribuyentes les paguen los estudios. Efectivamente, sabemos que a nuestras universidades acceden mucho más los hijos de directivos, profesionales y, en general, trabajadores de oficina, servicios y administración, mientras que los hijos de trabajadores obreros están infrarrepresentados ya que sólo son un 27% de la población universitaria mientras que sus padres conforman el 48% de la población de 40 a 60 años. Pero esto no debería inducirnos a una aceptación resignada de los hechos, sino a actuar para que la situación cambie. Un motivo que explica la baja presencia de estudiantes de origen humilde en nuestras universidades es su necesidad de trabajar y aportar ingresos a sus familias. En estas condiciones, el aumento del precio de la matrícula es un elemento disuasorio añadido.

Por último hay quien piensa que la respuesta a todas estas cuestiones está en mantener precios elevados como los actuales y ofrecer becas o créditos a quienes no puedan permitirse pagarlos. Las becas o, peor aún, los créditos, no resuelven el problema. Aparte de la escasez de sus importes y número, las becas generan incertidumbre ya que un estudiante no sabe a priori si la obtendrá. De los créditos, para qué hablar, en un país en el que las hipotecas son causa de problemas tan graves. ¿En qué condiciones entraría en el mercado de trabajo un recién titulado obligado a devolver un crédito por los estudios cursados? ¿Cómo afrontaría el inicio de una vida personal y familiar independiente? Conocemos demasiado bien las dificultades generadas por el sistema de créditos al estudio en los países que los han implantado, especialmente Estados Unidos y el Reino Unido: endeudamiento no sostenible, disminución drástica de la movilidad estudiantil, retracción de la demanda universitaria por parte de sectores específicos (mujeres y adultos), burbuja crediticia y, finalmente, abandono de los estudios al producirse la crisis financiera y reducirse la concesión de créditos y las expectativas laborales.

Debemos, en cambio, preguntarnos por qué los países de nuestro entorno están optando por una política tan distinta: financiación pública de la universidad, matrículas gratuitas o simbólicas, y ayudas en forma de becas-salario, desgravaciones fiscales y subsidios. Este es el modelo mayoritario en Europa porque promueve la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad. Y la igualdad no es sólo una cuestión de justicia social sino también de eficacia, ya que permite que los mejores accedan a los estudios, y que el país no desperdicie su talento por causas económicas. En otras palabras, frente al beneficio personal que se extrae del estudio, la mayoría de países valoran el beneficio colectivo que obtiene el conjunto de la sociedad. Un beneficio cultural, científico, técnico y profesional que ayuda al bienestar y al progreso del país. Un beneficio económico gracias a quienes, tras haber pasado por la universidad, desarrollan actividades útiles y rentables para empresas e instituciones, tanto privadas como públicas. Y, finalmente, un retorno de la inversión pública a través de los impuestos.

No es posible tratar de financiación universitaria sin mencionar la investigación, puesto que en nuestro país las universidades públicas son su agente principal. La disminución de la financiación de la investigación en España ha sido drástica en estos últimos años (superior al 40%) y nos aleja todavía más de los objetivos declarados en solemnes reuniones de ministros de la UE. Se está hipotecando el futuro de la investigación española y con ello las posibilidades de un cambio de modelo económico del país. Para que la investigación revierta positivamente en la sociedad, se suele argumentar que lo mejor es que sean las empresas las que la orienten y las que la financien. ¿Es eso lo que más conviene a la ciudadanía? Que las empresas (y otras instituciones, no necesariamente con ánimo de lucro) financien parte de la investigación puede ser positivo, pero es imprescindible que la administración pública lo haga en una proporción suficiente. Suficiente para garantizar el avance de la investigación básica, sin la cual no hay investigación aplicada posible. Suficiente para garantizar la independencia y la objetividad de la investigación. Suficiente también para asegurar que se obtengan avances científicos que ayuden a resolver los problemas de la población, con independencia de su rentabilidad económica inmediata.

En conclusión, la actividad docente e investigadora de las universidades públicas beneficia al conjunto de la sociedad. Es un bien común y, por ello, corresponde al poder público garantizar su financiación.
Fuente: SinPermiso.
Vera Sacristán es profesora de matemáticas en la la Universitat Politècnica de Catalunya. Colabora regularmente con SinPermiso en temas de política universitaria.

sábado, 7 de febrero de 2015

Los silencios oficiales. Funciona el "efecto Mateo": al que más tiene se le dará más; al que menos tiene, hasta lo poco que tiene, se le quitará.

Conforme se aleja la larguísima recesión, el debate público va centrándose, como es natural, en las secuelas de largo plazo que dejó aquella y en los costes estructurales para la ciudadanía de una gestión basada exclusivamente en la austeridad asimétrica. El Gobierno está interesado en fijar la atención en la naturaleza de los números macroeconómicos (crecimiento del 1,4% en 2014, creación de 470.000 puestos de trabajo, aumento del comercio al por menor, mejora del índice de confianza empresarial,...) y en patrocinar los "silencios sociales" sobre el resto: aquellos temas sobre los que se procura no hablar o se marginan del discurso oficial, potenciados además por la gigantesco aparato de propaganda de un año electoral.

Un ejemplo notable de ello lo dio el sábado el presidente de Gobierno en Barcelona. Subrayó lo que de bueno hay (la mejora de la coyuntura) y no reconoció el resto de lo que está sucediendo (que era, precisamente, en lo que más incidieron las miles y miles de personas que se manifestaron en Madrid convocadas por Podemos): el brutal deterioro de los servicios sociales públicos en nuestro país. Rajoy dijo no aceptar "la España negra que pintan", cargó contra "los tristes" que van diciendo por ahí "lo mal" que van las cosas, y alabó la calidad de los servicios públicos españoles pidiendo que "no mientan" porque nadie ha "liquidado" la sanidad.

Hace unos días, un notable grupo de intelectuales, encabezados por las filósofas Victoria Camps y Adela Cortina, firmaban un manifiesto titulado "Salvar la sanidad pública" (EL PAÍS del 23 de enero), en el que decían que el Sistema Nacional de Salud español se degrada continuamente, fruto de los recortes indiscriminados y financieramente menguado: escaso de inversiones que actualicen sus instalaciones y dotación tecnológica, despoblándose de profesionales sanitarios, muy mal pagados y en gran parte desmotivados, y con unas listas de espera crecientes que causan la desafección y el éxodo de la clase media. "La sanidad pública en pocos años quedará degradada a un servicio de beneficencia, una medicina para pobres".

Pocos días después, el historiador Santos Juliá ampliaba el foco de la denuncia, desde la sanidad hacia el resto de los servicios públicos ("La devastación de los bienes públicos", EL PAÍS del 26 de enero). El resultado de la crisis en este terreno, acelerado "a partir del retorno del PP al poder", es una amenazante devastación de los bienes públicos que pone fin al periodo de mayor cohesión social vivido por la sociedad española desde que existe como sujeto político. Como consecuencia de este daño provocado, los bienes y servicios emergerán de su ruina como propiedades privadas cuyo acceso por los ciudadanos está en función de su poder adquisitivo. Dice Juliá: "No era bastante la agresión que las clases medias, en sus distintos niveles, han sufrido con la bajada de sus salarios nominales y reales, la masiva pérdida de empleos, los ERE y demás artefactos de liquidación de derechos laborales, que no contentos con todo eso se aplican a dar la última puñalada: si necesitas un médico, hazte un seguro privado; si estás dotado para la ciencia vete al extranjero; si quieres para tu hijo un colegio con un profesorado joven y motivado, págatelo de tu bolsillo. Esto es el mercado, so idiotas, nos dicen los que pretenden protegernos de la devastación que ellos mismos provocan en los bienes públicos".

El deterioro estructural del Estado de Bienestar español y de sus servicios públicos más representativos, evidente para cualquiera que lo utilice, tiene como consecuencia la activación de lo que en sociología se denomina el "efecto Mateo", en alusión al evangelista del mismo nombre en su parábola de los talentos: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no. Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden".

¿Alguien ha observado que algún miembro del Gobierno, del partido que le sustenta, mencione siquiera la extraordinaria potenciación de la desigualdad como efecto de la política económica que ha aplicado en esta legislatura?
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/01/actualidad/1422806131_371568.html

viernes, 6 de febrero de 2015

"Hotel 22". En Silicon Valley, California, los sin-hogar utilizan una linea de autobuses -la 22- que circula durante las 24 horas como refugio durante la noche

Cuando pensamos en Silicon Valley, tendemos a imaginar un mundo de extrema riqueza y oportunidades ilimitadas. ¿Cómo nos olvidamos de las poblaciones que han sido desplazadas o descuidadas por el auge reciente de la  tecnología?.
El aumento de los precios de las propiedades en la zona han creado unos costes de vida insostenibles, especialmente para los pobres. Al mismo tiempo, Silicon Valley carece de suficientes viviendas asequibles y refugios para desamparados.

Este video Op-Doc muestra escenas de un autobús público durante la noche que se ha hecho popular en la región para las personas sin hogar. (De acuerdo con un informe del año pasado del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, el 75 por ciento de las más de 7.500 personas sin hogar en el área de Silicon Valley no se encuentran en los refugios, la tasa más alta entre las principales ciudades del país.)

La línea 22 es una ruta de autobús que funciona las 24 horas en el Silicon Valley, viajando entre San José y Palo Alto. Las personas sin hogar pagan la tarifa para viajar en el autobús por la noche a lo largo de su recorrido de hora y media, bajando en cada extremo, y con frecuencia a caballo varias veces de ida y vuelta. La práctica se ha prolongado durante años, y el autobús se conoce coloquialmente como "Hotel 22."

Oí hablar de este fenómeno mientras vivía en Palo Alto como estudiante en la Universidad de Stanford. Fue el contraste con mi imagen de Silicon Valley lo que a mi me hizo que decidiera viajar en el autobús. Lo que en él vi parecía como un microcosmos de los desafíos que enfrenta esta población desposeída. Y a pesar de que su mayoría se mantienen a sí mismo, los que a veces duermen entran en conflicto directo con los viajeros nocturnos que también viajan en el autobús a esas horas.

Filmé en el transcurso de una semana y monté las imágenes para representar una noche en el autobús. Espero que esta película sea una ventana a las desigualdades de esta nación que tan fácilmente pueden pasar desapercibidas.

Este vídeo forma parte de una serie producida por cineastas independientes que han recibido el apoyo de la organización no lucrativa Instituto Sundance.

Elizabeth Lo es una directora de cine de no ficción y candidata al Master MFA en el programa de Cine Documental de la Universidad de Stanford. "Hotel 22" es su primera película en el Festival de Cine de Sundance.

Op-Docs  es un foro de cortos, documentales obstinados, producidos con la latitud creativa de cineastas y artistas independientes. Más información sobre Op-Docs y la forma de presentar a la serie.
Ver el vídeo aquí, en el NYT.
La pobreza y los sin hogar en España.

jueves, 5 de febrero de 2015

Cervantes en Lisboa. Portugal una vez más. El escritor tuvo, entre la primavera de 1581 y la de 1583, con alguna escapada, su inestable y feliz residencia en Portugal

Miguel de Cervantes pasó dos años felices y misteriosos en Portugal. Conoció amores y decepciones. Entre la primavera de 1581 y la de 1583, con alguna escapada, tiene su inestable residencia en Portugal, principalmente en Lisboa. Un periodo de la vida de nuestro genio que todavía sigue siendo una de las páginas menos conocidas, estudiadas, contadas y controvertidas de su aventurera existencia.

Todos los biógrafos hablan de su estancia, como pretendiente en corte, en busca de los favores de Felipe II en los primeros momentos de su reinado portugués. Y todos pasan deprisa sobre los trabajos, los días y las noches de nuestro excautivo en aquella capital del mundo occidental. Años de esplendor y conquistas en una ciudad que vivía entre el contento y el descontento, entre el derroche y el sometimiento, la llegada, más o menos pacífica, de ese nuevo rey que venía de Castilla. El rey Felipe, aconsejado por Cristóbal de Moura, repartió bienes, concedió títulos y ganó con dádivas a sus nuevos cortesanos.

Miguel, con más de treinta años, sin oficio ni beneficio, la familia endeudada a causa del rescate de su cautiverio, un muñón en su mano izquierda –la sola “condecoración” de su paso por Lepanto– y con las honestas pretensiones de ser recompensado, se lanza una vez más al camino. Atrás se queda su complicada familia, sus compañeros de infortunios y toda una grey de pedigüeños que quieren pasar por héroes de batallas navales. Fanfarrones que pululaban por la corte –que sólo tenían de la Naval, o de “nabales”, según Quevedo, el haber comido nabos– toda una turbamulta de vulgares pretendientes con los que el digno y pobre hidalgo Miguel no quería ser confundido. Con todos se tuvo que mezclar en su vida errante. No tardó en darse cuenta de que él “no servía para la corte”. Aunque no dejó de intentarlo.

Se fascinó con la ciudad y sus damas. “Para galas Milán, para amores Lusitania”
Lisboa estaba en cuarentena por la peste. La ciudad enriquecida y dorada por el oro de América, adornada por las telas de Oriente, se preparaba para la llegada del nuevo rey que esperaba en la ciudad de Thomar. Allí, rodeado de sus cortesanos, entre otros Mateo Vázquez, el mejor contacto de Cervantes, el rey se sintió liberado de severidades. Se despojó de su negra ropa, de la severa golilla y se “vistió bizarramente, de ricas telas y alegres colores a la portuguesa”. Se desmelenó el monarca. Cuando llegó a Portugal, las “regatonas y placeras” de la Rua Nova dijeron: “Qué buen rey, qué mal empleado en los castellanos”.

En ese ambiente llegó Miguel. Se fascinó con la ciudad y sus damas. “Para galas Milán, para amores Lusitania”. Pretendía conseguir destino en América o empleo que le permitiese tiempo para sus pasiones poéticas y amorosas. De sus moradores escribe: “Son agradables, son corteses, son liberales y son enamorados porque son discretos; y que la hermosura de sus mujeres admira y enamora”. Algunos creen que allí tuvo a su hija natural Isabel de Saavedra. Otros lo niegan, pero nadie sabe a ciencia cierta qué hizo, cómo vivió y con quién en Lisboa.

Consiguió una misión secreta para Orán y Mostagán por cien escudos que cumplió con celeridad. Regresó a Lisboa para dar cuenta de su misión. Y le perdemos la pista. Su hermano Rodrigo le encuentra en la ciudad antes de partir a las guerras para vencer la oposición al rey en las Azores. El iluso Miguel, “estropeado” para el servicio de la milicia, veterano y excautivo, cree que es hora de que se le concedan favores reales. No fue así, una vez más se le niegan capitanía y empleo. Volverá a Madrid. Comenzará su “profesión” de escritor. Llegarán La Galatea, las poesías y las comedias para los corrales. El dinero siempre le sería ajeno. Y la vida y la literatura le esperaban con nuevas dichas y desdichas. El caballero andante buscaba su destino.
http://elpais.com/elpais/2015/01/26/eps/1422286332_558541.html

miércoles, 4 de febrero de 2015

El Alentejo de Portugal visto por un estadounidense

Lo sorprendente de aterrizar en el aeropuerto de Lisboa es la rapidez, fuimos hacia el sur en un coche, te encuentras transportado al campo profundo en poco tiempo. Llegué en una mañana suave de octubre, quedé allí con mi viejo amigo Martin Earl, y en pocos minutos estaba cruzando el puente Vasco da Gama, el más largo de Europa, una aventura de torres y cables que se extiende como un solo perno de acero arrojada a través de más de 10 kilómetros de la desembocadura del río Tajo. Inmediatamente después se salió de la autovia y se desaceleró en el ensueño, el mundo más viejo del Alentejo (la palabra significa literalmente "más allá del Tajo" o Tajo).

Durante los próximos cinco días disfrutaremos viajando entre pueblos medievales encalados, colinas, fuertes de montaña y una constelación de viñedos impecablemente modernas. Durante mucho tiempo un destino de vacaciones típicamente portuguesas para los viajeros en busca de placeres europeos a precios económicos, el Alentejo está finalmente tomando su valor en la escena internacional, y se está convirtiendo rápidamente en uno de los destinos donde disfrutar de vino más importantes del mundo.

Este hecho tendrá consecuencias tanto positivas como negativas, ya que se ha llegado a descubrir. Mientras tanto, yo estaba allí para degustar los paisajes y la hospitalidad con mi amigo Martin, quien también sería mi guía. A modo de antecedente debo explicar que Martin y yo formamos parte de un grupo de cinco chicos que todos se habían conocido en la universidad, estando en las estrellas golpeados por el sueño de la literatura y se habían quedado en un sueño desde entonces - aunque de alguna manera, inexplicablemente, convirtiéndose de camino hacia la mediana edad. Pero a diferencia del resto de nosotros, Martin, un poeta, se había "hecho nativo," sentó la cabeza con una chica portuguesa local y comenzó una vida vivida en su totalidad - y permanentemente - en otro idioma.

Yo no había estado en Portugal en años, y estaba ansioso por entender un poco más lo que tres décadas de exilio voluntario hace a una persona. El reto, más específicamente, fue reconciliar la calma, con el compañero de pelo gris actualmente sentado a mi lado en un Fiat, zumbando con la antigua cometa de Nueva York en vida nocturna y delfín del poeta John Ashbery, un joven que posee el aplomo para cuando una vez mirar a una hermosa mujer vanidosa en una fiesta y preguntarle: "Disculpe, ¿le importaría darme su número de teléfono si le prometo escribir sobre este cigarrillo y su humo?"

Ahora, a 40 minutos del aeropuerto, estábamos pasando por callejones soleados de plátanos, y más allá, fila tras fila irregular de alcornoques. "A veces llamo a esta área Corktugal a mí mismo", dijo Martin con una risa seca. Los hermosos alcornoques se parecen bastante a un olivo con más hojas claras, y su corteza es cosechada a mano una vez cada 10 años. Los bosques en sí son tanto una fuente de ingresos de gigante para la economía nacional - 60 por ciento del comercio mundial de corcho se origina en Portugal - y uno de los ejemplos de biodiversidad más concentradas en la tierra.

Mientras tanto, los pueblos blancos seguían llegando, uno tras otro. Paramos para tomar un café en uno de esos en particular de ensueño, con un sol maldito llamado Montemor-o-Novo. En medio de los edificios, bajos en su mayoría, calles desiertas, parecía que había un solo café. Pero, ¿era un café? El cartel por encima de el se leía, Grupo de Pesca Desportiva à Linha de Montemor-o-Novo. Ese era el club de pesca con caña local, explicó Martin, dedicado a la vieja forma, pura del deporte en el que la cuerda se mantiene en las manos, cae hasta el fondo y se sacude para emular al cebo vivo. Estos clubes son por lo general sólo para miembros, pero los lugareños alegres barrigones sentados fuera, inmediatamente nos saludaron.

Un barista emocionado explicó que estaban a punto de celebrar algo extraordinario. El tradicional Cante Alentejano, un cante polifónico cantando únicamente en la región, acababa de ser designado por la Unesco para ser catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Mejor aún, uno de los cantantes estaba ahí y a punto de ser festejado.

Vimos como el camarero presentó al cantante - un hombre de mediana edad distinguible de los otros clientes sólo por su pelo teñido de rubio - con una bandeja con un cubo blanco, aproximadamente del tamaño de un pequeño ladrillo. Cuando le pregunté qué era esto, uno de los viejos muchachos, para diversión de los demás, me gruñó como un cerdo.
"Manteca", dijo Martin simplemente. Yo había vivido en Italia durante años y en Roma a menudo había visto las cintas de tocino envuelto en placas y se consume como una especie de sushi, pero esto era un bloque de grasa gruesa pura, sin adornos, y yo observaba asombrado como el cantante colocó una servilleta en el cuello y comenzó a cortar trozos y luego ellos se dividían en la boca con un gran ruido con los labios.

Bebimos un poco de café deliciosamente amargo, y continuamos nuestro camino. La ruta iba al sureste, en dirección a España, y tomamos caminos secundarios, no los mejores, para disfrutar de nuestro entorno. Con las ventanas abiertas, el pequeño coche zumbaba como una licuadora. Eucaliptos en la carretera desprendían un delicioso olor a través del aire.

Martin y yo atrapados - la frase, por supuesto, significa algo completamente diferente en la era de la conectividad - mientras que los campos labrados de color marron se levantaron y bajaron por las ventanas y, ocasionalmente, una parada de autobús concreto brillaba, con bordes de los característicos colores azul o siena quemada, que proporcionaban un color encantador y brillante al paisaje. A menudo nos quedamos atrapados detrás de artilugios que se parecían a cortadoras de césped equipados con carrocerías rudimentarias. Estos vehículos lentos, son conocidas como "mata-velhos" - la palabra significa "asesinos de personas viejas" - porque sus diminutos motores de 50 centímetros cúbicos no requieren una licencia de conducir para operar y porque a menudo están conducidos - y se estrellan - por ancianos.

"¿Alguna vez te olvidas?", Le pregunté.
"¿Olvido de qué?", ​​Dijo.
"¿Que eres un estadounidense?"
Esbozó una sonrisa vacilante como nos giró de lado en una de las rotondas que parecen interminables que salpican el paisaje. "Es curioso, pero durante mucho tiempo todo lo que quería hacer era pasar como un local. Trabajé el acento y estudié la ropa. Todo se deja a través de los años. Ahora no podría importarme menos. Sin embargo, pienso más ahora en América de lo que nunca antes. Se lo agradezco y blasfemo de ella al mismo tiempo. Loco, ¿no? ¿Tienes hambre? "

Paramos para el almuerzo en una ciudad pequeña llamada Redondo. Una mujer de la localidad, cuando se le preguntó direcciones de un buen restaurante, primero señaló agradablemente por la carretera y luego sin cambiar la expresión comenzó a gritar, de acuerdo con Martin, que éramos contrabandistas internacionales de la droga y se debía ir. "Ignorante", dijo de inmediato "y no miran a los ojos. Ella es el pueblo loco." los gritos de la mujer disminuye en volumen mientras se alejaba y entró en un edificio y regresó cuando ella se asomó por la ventana del segundo piso sin dejar de gritar y nos ordenó, al parecer, que admiramos su gato.

Encontramos mirando un lugar prometedor llamado Porfirio, con una decoración de taberna mediterránea de paredes blancas y techos de vigas. Una bandeja de los sabrosos aperitivos o Entradas típicas en Portugal pay-as-you-go fue colocada pronto en nuestra mesa: aceitunas en vinagre con hierbas, panes, embutidos y dos tipos de queso fresco. El almuerzo en sí comenzó con una sopa de cazón exquisita - el cazón es un tipo de tiburón, de carne blanca y dulce - seguido de un primer plato de algo que se llama arroz de pato, o arroz con pato. Un elemento básico del menú portugués, este plato destila característicamente la sencillez de sus ingredientes en algo que estalla en la lengua como una bomba.

La cocina portuguesa trabaja a través de un proceso de concentración de sabores esenciales reforzadas por ingredientes frescos y no como, en las culturas más ricas, una estratificación múltiple de perfiles de sabor. El arroz de pato es un ejemplo clásico de esta ampliación a través de la reducción. La tapa de huevo al horno encima del arroz estaba salpicado con trozos de tocino asados increíblemente sabroso y chorizo, una salchicha similar al chorizo, ambos proceden de cerdos locales. Hundiendo su tenedor a través de la tapa lanzado un chorro de vapor sabroso, y por debajo el arroz, una carne húmeda, oscura del delicioso pato.

Pero una última palabra sobre el cerdo. Reina sobre los animales en la parte superior de la cadena alimentaria en los menús de Alentejo, que se consumen en todas sus partes hasta casi sus pestañas. La especialidad local es porco preto o cerdo negro, un miembro de la familia de los cerdos alimentados principalmente en las bellotas que caen de los árboles de corcho y se presentan en salchichas, tocino y chuletas y como agente enriquecedor en una variedad de guisos. La intensa profundidad del sabor del animal se debe en parte al peso que en la dieta tiene la bellota, y como un abono, esas bellotas entreveran la carne con el ácido oleico, el mismo ingrediente saludable para el corazón que se encuentra en el aceite de oliva.

Los dos días siguientes se llevará en un fácil ritmo natural de comer, hacer turismo y beber los vinos locales baratos, maravillosamente bien estructurados. Nos alojamos en las hermosas ciudades de la montaña Monsaraz y Marvão. Cada uno de ellos fue construido originalmente como un reducto fortificado contra la invasión de la vecina España y son visible desde los valles que parece una especie de casco de terracota en lo alto de las colinas. A cada uno se llegaba a través de varios kilómetros de curvas, hasta dentro de las paredes gruesas fortificados, cada uno tenía una gama similar de calles empinadas y empedradas, un castillo, un pequeño museo, tiendas, restaurantes y vistas panorámicas.

En el más pequeño, Monzarás, nos alojamos en la inmaculada Casa Pinto, este hotel de tres estrellas cuyas habitaciones estaban todas decoradas con diferentes recordatorios del otrora poderoso imperio colonial portugués. Mi habitación llamada Mombasa y se jactaba de una hermosa decoración morisca-africana, con cuernos retorcidos de cabra montés, techos de madera oscura y un encantador baño gruta de piedra con iluminación personalizada.

Pero fue en la ciudad que lo rodea, por desgracia, que sentí por primera vez el peso de la industria turística que lleva un poco de la chispa indígena. Para decirlo claramente, los restaurantes de estos pueblos de montaña escaparate tendían hacia lo trillado, y los pequeños talleres y tiendas que había entre los callejones parecían llenos principalmente con kitsch.

El personal de servicio que conocí allí eran perfectamente educado, pero daba la impresión - comprensiblemente, tal vez - de haber crecido un poco cansado de la batalla con las oleadas de extranjeros que llegan. Esto fue particularmente notable porque Alentejano tienen una reputación en su propio país para el calor y la sociabilidad. (En cuanto a la fatiga turística, oía un sentimiento similar de amigos de Lisboa en el final del viaje. Su ciudad, que había sido históricamente un poco una barrera contra el viento de los ciclones turísticos que soplan a través del resto de Europa, ahora estaba invadida, dijeron, y a punto de sufrir el mismo destino que Praga.)

Después de dos días de peregrinación en la altitud volvimos a las llanuras y comenzamos siguiendo las indicaciones para "rota dos Vinhos," o la "ruta del vino". Estos pronto nos llevaron a la bodega Adega Mayor, una colección hipermoderna de cubos y voladizos que figura en las colinas y diseñada por el famoso arquitecto portugués Álvaro Siza. Nuestro recorrido por el edificio ingeniosamente construido y probando algunos de los exquisitos vinos.

Pero sería en el almuerzo al día siguiente cuando Portugal podía finalmente ofrecer una verdadera experiencia de comedor de clase mundial y la bebida, que hace que valga la pena volar las siete horas que hay y luego conducir un montón más. Tendría lugar en la Herdade dos Grous, un viñedo gigante y con raíces en un pueblo al sur de Beja, una ciudad que cuenta con un hotel, cuyos servicios no tuvimos tiempo de probar y un restaurante cuyos servicios si conocimos.

En la habitación de techo alto de comedor, con vistas a los viñedos verdes acolchados y un lago artificial, pedimos el menú degustación del chef acompañado de vinos combinados. La comida comenzó con una versión de entradas típicas de lujo, el sabor de cada porción pequeña de carne, queso y vegetales en platos particularizados como los cristales de una ventana de cristal de colores. Una sopa de cazón más ligera que el aire fue seguida por un medallón de ternera con salsa de mostaza, servido con patatas asadas, unos brotes de rábanos y garbanzos tostados.

Los vinos combinados de Herdade dos Grous, comenzaron con un limpio y delicado blanco, para la limpieza del paladar y acompañando a la comida a lo largo de una secuencia que aumentaba la profundidad y complejidad y terminó con un Grous Reserva roja 2011. El efecto neto de esto fue una de las grandes experiencias culinarias de mi vida.

Después, tuve la suerte de hablar con Luís Duarte, el hombre responsable de los extraordinarios vinos que acababan de ponerme borracho. El Sr. Duarte, quien es conocido ampliamente en toda la industria del vino portugués, es el único de los viticultores de Portugal que ha sido nombrado enólogo del año por dos veces y es probablemente la voz más reconocida del vino portugués, tanto en casa como en el extranjero. A los 48 años, habla, con un fuerte acento, Inglés a una velocidad vertiginosa y posee un rostro que, en conjunción con el pelo gris, le da una vaga semejanza con el actor de la antigua "Misión: Imposible", Peter Graves.

"Yo pertenezco a la primera clase que estudia la elaboración del vino en la escuela profesional," dijo. "Mi innovación en particular fue que en lugar de trabajar en el Duero" - región vinícola tradicional de Portugal, más al norte - "Decidí ir hacia el sur para el anónimo Alentejo. Tuve la buena suerte de entrar en el inicio del crecimiento mundial de vino y voy sobre la ola".

Cuando se le preguntó por la diferencia entre el vino portugués y el de otras naciones, el Sr. Duarte no dudó. "Los vinos de Chile y Argentina son demasiado dulces", dijo. ¿Crees que España, ¿crees que la uva tempranillo?. "Bueno, nosotros no usamos las mismas uvas que tienen los demás. Tenemos 315 variedades de uva diferentes, muchas de ellas únicas para nosotros. También hemos tomado muchas uvas francesas y las adoptamos para nuestro propio uso".

Con un gesto de la mano, indicó las gafas en nuestra mesa, todavía llenas de los restos de sus elegantes y deliciosas cosechas, entre ellos varios (de su propio sello) que han aterrizado regularmente en la revista Wine Enthusiast Top 100, y dijo: "¿Quieres un aterciopelado vino bien balanceado y a un buen precio? Piense en Portugal".

Después del almuerzo, crecidos por las dos horas anteriores de comer y beber, caminamos un poco entre los viñedos cercanos. Caía la tarde y, el sol ya bajo en el cielo, en las sombras alargadas, los trabajadores estaban todavía en el tajo del recorte laborioso de las vides. El aire estaba lleno de aromas nostálgicos de tierra y hierba cortada, y mientras caminábamos, me encontré recordando mi propio terreno de exilio en Italia, un lugar donde había pasado un total de ocho años. A diferencia de la región del Alentejo, Italia está largamente acostumbrada a ser un santuario de turismo de todo tipo, y sus tesoros turísticos, tan extraordinario como son, a menudo tienen una especie de sentimiento de recocido, ya que de haber sido visitado tantas veces han estado pulidos y lisos por la experiencia.

Pero Portugal, y en particular la región del Alentejo, dan una impresión totalmente diferente: la de un lugar - ciudades escaparate de montaña aparte - todavía por despertar a su propia importancia mundana, y como resultado, todavía fresco, vivo y chispeante.

Habíamos caminado en un círculo grande y estábamos casi regresando al edificio principal cuando vimos un perro, un golden retriever, deambular y venir a saludarnos. El animal se acercó de inmediato por un gato de corral. En lugar de pelear, los dos se tocaron las narices. "Por aquí," dijo Martin con una sonrisa irónica, "todo el mundo es tan feliz que incluso entre especies enemigas se besan y hacen migas." Nos reímos y se volvió hacia el coche. Habían pasado cinco días en que la suspensión peculiar de la vida real conocida la habíamos cambiado por el viaje por carretera, y ya era hora de volver a casa.

Varias horas más tarde, de vuelta en el aeropuerto de Lisboa, abracé a mi viejo amigo al despedirme para decirle adiós. Me sentí aliviado de haberlo encontrado en paz en su país de adopción. Hay una melancolía esencial en el exilio, una tristeza por las conexiones cortadas con la familia, los hábitos y lo que el poeta Paul Celan llama "fatalismo de sólo una vez" de la lengua materna que puede pesar en aquellos que han hecho la mudanza.

En el caso de Martín, estos déficits se vieron compensados ​​por un buen matrimonio, su inquebrantable devoción a su arte y un país cuyos antiguos caminos le permitían el tipo de concentración que la aceleración de Nueva York estaba casi seguro que le negaba. En el proceso, casualmente, ese país me había ofrecido dos cosas: una visión tranquilizadora en la capacidad de adaptación de la naturaleza humana a través del tiempo, y un recorrido por el accidentado, mágico Alentejo, y con él, algunos de los mejores lugares, donde comer y beber, de mi vida.

SI USTED VA
QUÉ HACER
Rutas del vino de la región del Alentejo pueden ser realizadas por personas dispuestas con un coche de alquiler y un mapa. Para los interesados ​​en viajar de forma organizada, Rutas del Vino de Alentejo pueden adaptar una a sus gustos y presupuesto. Praça Joaquim António de Aguiar, 20, Évora; 35-1-266-746-498; vinhosdoalentejo.pt .

DONDE QUEDARSE
En Évora, la capital de la región del Alentejo, las ofertas de hoteles son abundantes. Una propuesta especialmente buena en relación calidad/precio es el B &  B Hotel , que ofrece habitaciones impecables pequeñas modernas y aparcamiento, a cinco minutos a pie de la plaza principal. Rua do Raimundo, 99, Évora; 35-1-266-240-340.

Si va a viajar en los pueblos de montaña alentejanas, la casa de huéspedes Casa Pinto en Monsaraz ofrece encantadoras habitaciones, decoradas de forma individual y un abundante desayuno. Praça De Nuno Albares Pereira, 10, Monsaraz; 35-1-266-557-076; casapinto.es.

DONDE COMER
En Évora,  El Fialho, Travessa dos Mascarenhas, 16. Café Alentejo ofrece una excelente cocina regional a precios razonables. No hay que perderse: su selección de vinos tintos locales exquisitos. Los platos principales de alrededor de 7 euros (alrededor de $ 1,15 a $ 1,16 para el euro). Rua do Raimundo, 5, Évora; 35-1-266-706-296. En la Plaza de Giraldo, Café Arcada, buen café, té (chá) y la maravillosa pastelería portuguesa, pasteles de nata, queisadas, bolos de arroz, tartas del día, pastas de té, y buenos sandwich variados.
El hotel-restaurante y bodega Herdade dos Grous, a lo largo de la ruta del vino en el corazón de la región del Alentejo, ofrece cocina portuguesa contemporánea de alto vuelo, amplias vistas de los viñedos y la posibilidad de una ruta del vino antes o después de la comida. Alojamiento también hay disponible en el hotel cercano. Albernoa 7800-601, Beja; 35-1-284-96-00-00; herdade-dos-grous.com.
James Rajotte para The New York Time
http://www.nytimes.com/2015/01/18/travel/in-portugal-a-land-finely-aged-like-wine.html?emc=edit_tl_20150117 nl=travel nlid=31217582
 

martes, 3 de febrero de 2015

Los smartphones y los iPads impiden a los niños desarrollar habilidades sociales

Científicos estadounidenses advierten que el uso temprano de tabletas o de smartphones puede perjudicar el desarrollo social y emocional de los niños.

Los niños pequeños que juegan a menudo con smartphones o iPads podrían no desarrollar habilidades sociales como la empatía, la interacción social y la resolución de problemas, sostienen investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, EE.UU., en la revista 'Pediatrics'.

Según los científicos, esto se debe a la reducción de la interacción humana entre los niños y sus padres, que a veces intentan calmar a los menores con estas tecnologías.

El uso de la pantalla interactiva por niños menores de tres años tambien podría afectar al desarrollo de sus habilidades científicas y matemáticas. Actividades prácticas como, por ejemplo, el juego con bloques de construcción ayudaría a desarrollar mejor las habilidades matemáticas que los aparatos electrónicos interactivos, sostienen los científicos.

Lea más: Cómo la tecnología moderna 'enloquece' a los niños
 http://actualidad.rt.com/ciencias/165183-smartphones-ipads-impiden-ninos-desarrollar

Dolores González Ruiz, un corazón superviviente. La abogada laboralista sobrevivió a la matanza de Atocha

Dolores González Ruiz, abogada laboralista y vecinal, sindicalista y presidenta de honor de la Fundación Abogados de Atocha de Comisiones Obreras, ha fallecido en Madrid a los 68 años a consecuencia de un cáncer de pulmón. Estaba casada. No tenía hijos. Sus restos mortales fueron trasladados al cementerio de Tres Cantos (Madrid), donde este domingo será incinerada a las siete de la tarde tras una corta ceremonia civil.

Fue la empleada de hogar que acudía a su domicilio, en la céntrica calle de Arapiles, los martes y los viernes, la que la encontró la mañana del 30 de enero muerta en su cama. También había fallecido su marido José María Zaera, que se encontraba caído en el pasillo. El portero de la finca subió tras ser alertado por la empleada. La policía acudió al domicilio y no encontró nada sospechoso. “Hacía ya bastante tiempo que no salía de su casa ni nada. Tras estar una temporada en Santander, regresó hacia septiembre y ya casi no salía”, reconoció el conserje.

La vida de Dolores González Ruiz, nacida en León en 1946 y asentada en Madrid, en una familia de comerciantes de textiles, ejemplifica las trágicas vicisitudes en las que se desenvolvieron numerosas mujeres como ella, víctima consecutiva de la dictadura franquista y de las secuelas dictatoriales durante la Transición a la democracia.

Cuando en enero de 1969, bajo el franquismo, estaba a punto de casarse con su compañero Enrique Ruano, estudiante de Derecho como ella y con ella también miembro del Frente Obrero del clandestino Frente de Liberación Popular, él murió asesinado, precipitado por una escalera, durante la inspección policial, a la que fue conducido por la fuerza, de un piso de la calle Príncipe de Vergara donde se alojaban unos amigos de ambos.

“Al conocer la muerte de su novio, Dolores perdió el conocimiento y cayó en una profunda depresión que le impidió asistir al entierro de su amado”, cuenta su amigo el abogado y ex alto cargo del Ministerio de Defensa Francisco Javier García Fernández. Años después, Dolores logró rehacer su vida sentimental y emprendió una relación con el abogado Javier Sauquillo, con el que se casaría en 1973. Juntos compartieron un despacho laboralista en la calle del General Oráa, hasta que la dirección del Partido Comunista de España, a la que se habían integrado los dos, decidió unificar en un gran despacho, en la calle del Españoleto, numerosos otros bufetes de letrados comunistas y sindicalistas dedicados a la defensa de los trabajadores y de las organizaciones vecinales y ciudadanas, especialidad ésta que tanto Dolores como Javier adoptaron tras su etapa inicial propiamente laboralista como letrados de Comisiones Obreras.

Precisamente en una reunión de la célula de abogados de barrios celebrada el 24 de enero de 1977 en el bufete de letrados de Comisiones Obreras ubicado en la calle de Atocha, 55, irrumpió violentamente un comando armado de ultraderechistas, entre los que se hallaba un guardaespaldas de Blas Piñar, líder del partido fascista Fuerza Nueva, que tras empujar a la pared de la sala que ocupaban a una decena de los reunidos, los ametralló a mansalva. Javier Sauquillo, así como los abogados Enrique Valdelvira, Serafín Holgado y Luis Javier Benavides, además del empleado represaliado de Telefónica Ángel Rodríguez Leal, murieron en unas horas y cuatro personas más resultaron heridas de diversa consideración: Lola González Ruiz, Alejandro Ruiz Huerta, Miguel Saravia y Luis Ramos Pardo. Aquel atentado implicó uno de los episodios más dramáticos y de mayor tensión, por su carácter provocador, en la Transición.

En aquel atentado Lola González Ruiz, como la conocían sus compañeros, recibió en el maxilar impactos de bala, con lesiones que le dejaron daños permanentes y por las que necesitó intervenciones quirúrgicas consecutivas.

Amante de la lectura, del cine y de los viajes, “volcada en la amistad”, como reconocen sus allegados, Dolores González Ruiz llevó con enorme entereza, signada por intermitentes fases de melancolía, los tres dramas que sufrió en carne propia y también en su corazón, doblemente asesinado, a consecuencia del carácter represivo del franquismo y de la larga sombra que su dictadura dejó en España también a lo largo de la Transición. Tras aquel segundo trance, ella trabajó en un gabinete de urbanismo del PCE en Madrid, luego en varios despachos laboralistas de Comisiones Obreras, en Santander, y se jubiló hace cuatro años.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/02/01/actualidad/1422748247_495889.html.
Más aquí: El corazón helado en enero.
Y aquí: María Dolores, una víctima del fascismo.

lunes, 2 de febrero de 2015

Grecia pone a prueba a Europa. Para poder hacer lo correcto, el continente debe dejar de sustituir análisis por moralización

En los cinco años que han transcurrido desde que empezó la crisis del euro, la lucidez ha escaseado considerablemente. Pero esa falta de claridad tiene que acabar ya. Los últimos acontecimientos de Grecia suponen un desafío crucial para Europa: ¿es capaz de dejar atrás los mitos y la moralización, y afrontar la realidad de una forma que respete los valores esenciales del continente? En caso contrario, todo el proyecto europeo -el intento de consolidar la paz y la democracia mediante una prosperidad compartida- sufrirá un golpe terrible, tal vez mortal.

Hablemos primero de esos mitos: mucha gente parece creer que los préstamos que Atenas ha recibido desde que estalló la crisis han servido para financiar el gasto griego.

La realidad, sin embargo, es que la inmensa mayoría del dinero prestado a Grecia se ha utilizado simplemente para pagar los intereses y el principal de la deuda. De hecho, a lo largo de los dos últimos años, una cantidad superior al total enviado a Grecia se ha reciclado de esta manera: el Gobierno griego obtiene más ingresos que lo que gasta en cosas que no son intereses, y entrega los fondos adicionales a sus acreedores.

O, por simplificar las cosas un poco más de la cuenta, se podría pensar que la política europea supone un rescate económico no para Grecia, sino para los bancos de los países acreedores, y que el Gobierno griego simplemente actúa como intermediario (mientras que a los ciudadanos griegos, que han visto caer en picado su nivel de vida, se les exige que hagan aún más sacrificios para que ellos también puedan aportar fondos a ese rescate).

Una manera de ver las exigencias del recién elegido Gobierno griego es que este quiere que se reduzca la cuantía de esa aportación. Nadie habla de que Grecia gaste más de lo que ingresa; lo único que se discute es la posibilidad de gastar menos en intereses y más en cosas como la sanidad y las ayudas a los indigentes. Y al hacerlo, la consecuencia añadida sería que se reduciría enormemente la tasa de paro griega, del 25 %.

¿Pero no tiene Grecia la obligación de pagar las deudas que su propio Gobierno decidió contraer? Ahí es donde entra en juego la moralización.

Es cierto que Grecia (o, para ser más exacto, el Gobierno de centroderecha que gobernó el país entre 2004 y 2009) tomó prestadas de manera voluntaria unas sumas enormes de dinero. Sin embargo, también es verdad que los bancos de Alemania y del resto del mundo le prestaron a Grecia todo ese dinero de manera voluntaria. En condiciones normales, sería de esperar que las dos partes responsables de ese error de juicio pagasen por él. Pero las entidades crediticias privadas han sido, en gran medida, rescatadas (a pesar del “recorte” de sus demandas en 2012). Mientras tanto, se espera que Grecia siga pagando.

Ahora bien, la verdad es que nadie cree que Grecia pueda pagar todo lo que debe. De modo que ¿por qué no admitir esa realidad y reducir los pagos hasta un nivel que no imponga a los ciudadanos un sufrimiento eterno? ¿Acaso el objetivo es que Grecia sirva de ejemplo para otros prestatarios? Si es así, ¿cómo se compatibiliza eso con los valores de la que, supuestamente, es una comunidad de países democráticos y soberanos?

La pregunta sobre los valores cobra aún más fuerza cuando se tiene en cuenta la razón por la que los acreedores de Grecia siguen teniendo poder. Si se tratase solo de un problema de financiación pública, Grecia podría declararse en quiebra sin más; no se le concederían más préstamos, pero también dejaría de pagar las deudas que ahora tiene y su liquidez mejoraría claramente.

El problema de Grecia, sin embargo, es la fragilidad de sus bancos, que actualmente (como los bancos de toda la eurozona) tienen acceso al crédito del Banco Central Europeo. Si se cierra ese crédito, el sistema bancario griego probablemente se vendría abajo en medio del pánico bancario. Por tanto, mientras siga en el euro, Grecia necesita de la buena voluntad del banco central, que a su vez depende de la actitud de Alemania y otros países acreedores.

Pero piensen en la forma en que eso influye en la negociación de la deuda. ¿De verdad está Alemania dispuesta a decirle a otra democracia europea comunitaria: “Paga, o destruiremos tu sistema bancario”?

Y piensen en lo que pasaría si el nuevo Gobierno griego —que, después de todo, ha sido elegido por prometer que va a acabar con la austeridad— no diese su brazo a torcer. Es muy probable que ese camino condujese a una salida forzada de Grecia del euro, con consecuencias económicas y políticas que podrían ser desastrosas para Europa en su conjunto.

Desde un punto de vista objetivo, resolver esta situación no debería ser difícil. Aunque nadie lo sepa, el hecho es que Grecia ha avanzado mucho en la recuperación de su competitividad; los sueldos y los costes han caído en picado, de modo que, en estos momentos, la austeridad es el principal lastre que tiene la economía. Así que lo que hace falta es sencillo: dejar que Grecia tenga unos superávits más pequeños, pero aun así positivos, lo cual mitigaría el sufrimiento griego y permitiría al nuevo Gobierno proclamar su éxito, con lo que se aplacarían las fuerzas antidemocráticas que aguardan entre bastidores. Entretanto, el coste para los contribuyentes de los países acreedores —que nunca van a recuperar el importe total de la deuda— sería mínimo.

Sin embargo, para poder hacer lo correcto sería necesario que otros europeos, los alemanes en concreto, se olvidasen de los mitos egoístas y dejasen de sustituir el análisis por la moralización.

¿Podrán hacerlo? Pronto lo veremos.
Paul Krugman es premio Nobel de Economía y profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/01/30/actualidad/1422644469_751276.html

Los que alimentan el hambre. Martín Caparrós edita en España su último y demoledor libro -titulado 'El Hambre'-, en el que desentraña por qué 805 millones de personas no tienen qué comer.

La especulación es una de las causas, como desvela este extracto de unos de los capítulos

La transformación de la comida en un medio de especulación financiera ya lleva más de veinte años. Pero nadie pareció notarlo demasiado hasta 2008. Ese año, la gran banca sufrió lo que muchos llamaron "la tormenta perfecta": una crisis que afectó al mismo tiempo a las acciones, las hipotecas, el comercio internacional. Todo se caía: el dinero estaba a la intemperie, no encontraba refugio. Tras unos días de desconcierto muchos de esos capitales se guarecieron en la cueva que les pareció más amigable: la Bolsa de Chicago y sus materias primas. En 2003, las inversiones en commodities [materias primas] alimentarias importaban unos 13.000 millones de dólares; en 2008 llegaron a 317.000 millones. Y los precios, por supuesto, se dispararon.

Analistas nada sospechosos de izquierdismo calculaban que esa cantidad de dinero era quince veces mayor que el tamaño del mercado agrícola mundial: especulación pura y dura. El Gobierno norteamericano desviaba cientos de miles de millones de dólares hacia los bancos "para salvar el sistema financiero" y buena parte de ese dinero no encontraba mejor inversión que la comida de los otros.

Ahora en la Bolsa de Chicago se negocia cada año una cantidad de trigo igual a cincuenta veces la producción mundial de trigo. Digo: aquí, cada grano de maíz que hay en el mundo se compra y se vende —ni se compra ni se vende, se simula cincuenta veces—. Dicho de otro modo: la especulación con el trigo mueve cincuenta veces más dinero que la producción de trigo.

El gran invento de estos mercados es que el que quiere vender algo no precisa tenerlo: se venden promesas, compromisos, vaguedades escritas en la pantalla de una computadora. Y los que saben hacerlo ganan, en ese ejercicio de ficción, fortunas.

Y los que no saben contratan programadores de computación. Más de la mitad del dinero de las Bolsas del mundo rico está en manos del HFT (High Frecuency Trading), la forma más extrema de especulación algorítmica o automatizada. Son muchos nombres para algo muy complicado y muy simple: supercomputadoras que realizan millones de operaciones que duran segundos o milisegundos; compran, venden, compran, venden, compran, venden sin parar aprovechando diferencias de cotización ínfimas que, en semejantes cantidades, se transforman en montañas de dinero. Son máquinas que operan mucho más rápido que cualquier persona, autónomas de cualquier persona. Me impresiona que los dueños de la plata pongan tanta plata en las manos —llamémosles manos— de unas máquinas que podrían despistarse y cuyo despiste podría costarles auténticas fortunas: que tengan tal confianza en la técnica o, quizá, tal avidez.

Los HFT son la especulación más pura: máquinas que sólo sirven para ganar plata con más plata. Son operaciones que nadie hace sobre contratos que no están hechos para ser cumplidos acerca de mercaderías que nunca nadie verá. La ficción más rentable.

La máquina giraba a mil por hora. Aquel día, 6 de abril de 2008, una tonelada de trigo había llegado a costar 440 dólares. Era increíble; sólo cinco años antes costaba tres veces menos: alrededor de 125. Los cereales, que se habían mantenido en valores nominales constantes —que habían, por lo tanto, bajado sus precios— durante más de dos décadas, empezaron a trepar durante el año 2006, pero en los primeros meses de 2007 su ascenso se había vuelto incontenible: en mayo, el trigo pasó los 200 dólares por tonelada, en agosto los 300, los 400 en enero; lo mismo sucedía con los demás granos.

Y, como dicen los negociantes, el mercado alimentario tiene una "baja elasticidad". Es su forma de decir que, pase lo que pase con la oferta, la demanda no puede cambiar tanto: que, si los precios suben mucho, se puede postergar la compra de un coche o de una zapatilla, pero muy poca gente acepta de buena gana postergar la compra de su almuerzo.

El aumento no tenía, por supuesto, una causa exclusiva. Una de ellas fue el aumento extraordinario del precio del petróleo, que en esos días de abril bordeaba los 130 dólares por barril, el doble que 12 meses antes. El petróleo es tan importante para la producción agropecuaria que un ensayista político inglés, John N. Gray, dijo hace poco que "la agricultura intensiva es extraer comida del petróleo". Se refería, entre otras cosas, a ese cálculo tan cacareado que dice que producir una caloría de comida cuesta siete calorías de combustibles fósiles.

El precio del petróleo influye en el precio de los alimentos de varias maneras. Los alimentos incluyen en su costo una parte significativa de combustible: en su producción —por las máquinas rurales y porque la mayoría de los abonos y pesticidas contienen alguna forma de petróleo—, en su transporte, en su almacenamiento, en su distribución. Pero, además, el aumento del precio del petróleo le dio más entidad todavía a los famosos agrocombustibles.

Empezaron llamándolos biocombustibles; últimamente, grupos críticos insisten en que el prefijo "bio" les presta una pátina de honorabilidad ecológica que no merecen —y postulan que los llamemos agrocombustibles—. Parece que lo agro no está tan cotizado como lo bio en la conciencia cool. Pero hay gente que paga mucha plata para conseguirles buena prensa: en el año 2000 el mundo produjo 17.000 millones de litros de etanol; en 2013, cinco veces más: 85.000 millones. Y nueve de cada diez litros se consumieron en Estados Unidos y Brasil. (...)

Y es otra forma de usar los alimentos para no alimentar.
Y un negocio de primera para muchos.
El agrocombustible es la penúltima respuesta a la superproducción de granos que complica desde hace décadas a la agricultura norteamericana. En el último medio siglo las técnicas agrarias mejoraron como nunca, los subsidios a los granjeros aumentaron muchísimo, y sus explotaciones consiguieron rendimientos inéditos: no sabían qué hacer con tanto maíz, con tanto trigo. En la segunda mitad del siglo XX Estados Unidos se enfrentó a un problema con pocos antecedentes en la historia de la humanidad: la superproducción de alimentos. Parece un chiste que ése fuera el problema del mayor productor de comida de un mundo donde falta comida.

Entre otros efectos, la superproducción mantuvo muy bajos los precios de la comida durante un largo periodo. Uno de los primeros usos de ese excedente fue político: la exportación, bajo capa de ayuda, de grandes cantidades de grano. Ya hablaremos del programa Food for Peace. (...)

Después vendrían otros usos: jarabes de maíz —gran endulzador de la industria alimentaria—, detergentes, textiles y, últimamente, el agrocombustible.

El etanol norteamericano está hecho de maíz. Estados Unidos produce el 35 por ciento del maíz del mundo, más de 350 millones de toneladas al año. Una ley federal, la Renewable Fuel Standard, dice que el 40 por ciento de ese grano debe ser usado para llenar los tanques de los coches. Es casi un sexto del consumo mundial de uno de los alimentos más consumidos del mundo. Con los 170 kilos de maíz que se necesitan para llenar un tanque de etanol-85, un chico zambio o mexicano o bengalí puede sobrevivir un año entero. Un tanque, un chico, un año. Y se llenan, cada año, casi 900 millones de tanques.

El agrocombustible que usan los coches estadounidenses alcanzaría para que todos los hambrientos del mundo recibieran medio kilo de maíz por día.

El Gobierno americano no sólo obliga a usar el maíz para empujar coches; también entrega a quienes lo hacen miles de millones de dólares en subsidios. (...) El aumento de la demanda de maíz producida por el etanol es responsable de un porcentaje importante —que nadie puede definir con precisión— del aumento del precio de los alimentos.

Un ejemplo: muchos granjeros del Medio Oeste americano dejaron de cultivar el maíz blanco que vendían, entre otros, a México – para pasarse al amarillo que se usa para hacer etanol. Entonces los precios de la harina se duplicaron o incluso triplicaron en México y miles de personas salieron a la calle. Lo llamaron la revuelta de las tortillas.

En Guatemala no salieron. En Guatemala la mitad de los chicos están malnutridos. Hace veinte años Guatemala producía casi todo el maíz que consumía. Pero en los noventas empezaron a llegar los excedentes americanos, baratísimos por los subsidios que recibían en su país, y los campesinos locales no pudieron competir con esos precios. En una década la producción local había disminuido una tercera parte.

En esos días, muchos campesinos tuvieron que vender sus tierras a empresas que ahora plantan palmeras para hacer aceite y etanol, caña para azúcar y etanol. Y los que pudieron seguir cultivando las suyas encontraron más y más dificultades: amenazas armadas para que las vendan, propietarios que prefieren dejar de alquilarles las suyas para trabajar con las grandes compañías, grandes plantaciones que se llevan el agua o la envenenan con sus químicos.

El problema se agudizó en los años siguientes: los americanos empezaron a usar su maíz para hacer etanol y los precios subieron, y subieron más con los grandes aumentos que precedieron a la crisis de 2008. Ahora, en las tortillerías guatemaltecas, un quetzal – unos 15 centavos de dólar– compra cuatro tortillas; hace cinco años compraba ocho. Y los huevos triplicaron su precio porque los pollos también comen maíz.
Son ejemplos.
Pero no creo que nadie lo haga para perjudicar a nadie. Quiero decir: no es que las autoridades y los lobbies y los productores agrícolas americanos quieran hambrear a los chicos guatemaltecos. Sólo quieren mejorar sus ventas y sus precios, depender menos del petróleo, cuidar el medio ambiente – y eso produce ciertos efectos secundarios: sucede, qué se le va a hacer.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/01/22/planeta_futuro/1421944033_312472.html

El Hambre, de Martín Caparrós (Buenos Aires, 1957), se publica en España el 28 de enero. Editorial Planeta, 624 páginas. 24,90 euros, versión impresa; 14,99 euros, versión electrónica. 

Por qué hice este libro
Martín Caparrós. / SAÚL RUIZ
Lo hice porque, en algún momento, creí que no podía no hacerlo. Pero escribir El Hambre fue, probablemente, el trabajo más difícil que encaré en mi vida. De la Bolsa de Chicago a las fábricas de Bangladesh, de los hospitales de Níger a los basurales de Buenos Aires, de la guerra civil de Sur Sudán a las explotaciones chinas en Madagascar, del moritorio de la Madre Teresa de Calcuta a los morideros suburbanos de Mumbai, me pasé años recorriendo la geografía del hambre para contar y analizar la mayor vergüenza de nuestra civilización: que cientos de millones de personas no coman lo suficiente en un planeta que produce alimento de sobra para todos.

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