viernes, 13 de febrero de 2015

El juego del gallina. Esperemos que el BCE defienda las democracias y no sea el cobrador de Alemania

El Banco Central Europeo anunció el miércoles que no va a seguir aceptando la deuda pública griega como garantía para los préstamos. Se da la circunstancia de que esta medida es más simbólica que significativa. Aun así, está claro que se acerca la hora de la verdad. Y es la hora de la verdad no solo para Grecia, sino para toda Europa (y, en particular, para el banco central, que puede que pronto tenga que decidir para quién trabaja en realidad).

En esencia, la situación actual podría resumirse con el diálogo siguiente:

Alemania a Grecia: Bonito sistema bancario. Sería una lástima si le ocurriese algo.

Grecia a Alemania: ¿Ah, sí? Pues a nosotros no nos gustaría nada que vuestra flamante y bonita Unión Europea acabase hecha añicos.

O, si prefieren la versión más formal, Alemania exige a Grecia que siga esforzándose por devolver todo lo que debe imponiendo unas medidas de austeridad extremadamente duras. La amenaza implícita, si Grecia se niega, es que el banco central suprimirá la ayuda que presta a los bancos griegos, que es lo que parecía la medida tomada el miércoles, aunque no lo era. Y eso causaría estragos en una economía griega ya muy maltrecha.

in embargo, cerrarle el grifo a Grecia supondría un riesgo enorme, no solo para la economía de Europa, sino para todo el proyecto europeo, 60 años de esfuerzos por consolidar la paz y la democracia mediante la prosperidad compartida. Es probable que la quiebra de la banca griega provocase la salida de Grecia del euro y la vuelta a su propia moneda; y si tan siquiera un solo país dejase el euro, los inversores ya sabrían que el grandioso diseño de la moneda europea es reversible y estarían prevenidos.

Más allá de eso, el caos de Grecia podría alimentar unas fuerzas políticas siniestras cuya influencia ha estado creciendo a medida que la Segunda Gran Depresión europea ha seguido avanzando. Tras una tensa reunión con su homólogo alemán, el nuevo ministro de Economía griego no dudó en jugar la baza de la década de 1930. “El nazismo”, declaraba, “está asomando su fea cabeza en Grecia” (una referencia a Amanecer Dorado, el partido (no del todo neo) nazi que es ahora el tercero más votado en el Parlamento griego).

Lo que tenemos aquí es, en definitiva, un enfrentamiento muy peligroso. Esto no es la diplomacia que conocemos; esto es el juego de la gallina, con dos camiones cargados de dinamita yendo a toda velocidad en dirección opuesta por una estrecha carretera de montaña, sin que ninguno esté dispuesto a echarse a un lado. Y todo esto está sucediendo dentro de la Unión Europea, que se supone que es —de hecho, lo ha sido hasta ahora— una institución que fomenta la cooperación productiva.

¿Cómo ha llegado Europa a esto? ¿Y cómo va a terminar este juego?

Como muchísimas crisis, la nueva crisis griega tiene su origen, en última instancia, en la complacencia política. Es la clase de cosas que pasan cuando los políticos les dicen a los votantes lo que quieren oír, hacen promesas que no pueden cumplir y luego no son capaces de enfrentarse a la realidad y tomar esas decisiones difíciles que han estado fingiendo que se pueden evitar. Me refiero, por supuesto, a Angela Merkel, la canciller alemana, y a sus aliados.

Es cierto que Grecia se metió ella solita en un lío al endeudarse de forma irresponsable (aunque este endeudamiento irresponsable no habría sido posible sin unos préstamos irresponsables). Y Grecia ha pagado un precio terrible por esa irresponsabilidad. Pero, si miramos hacia el futuro, ¿cuánto puede seguir aguantando Grecia? Está claro que no puede devolver todo lo que debe; esto resulta evidente para cualquiera que haga las cuentas.

Por desgracia, los políticos alemanes nunca les han explicado esas cuentas a sus votantes. En vez de eso, han optado por el camino cómodo: dar lecciones de moral sobre la irresponsabilidad de los deudores, afirmar que las deudas deben pagarse y se pagarán hasta el último céntimo, dar pábulo a los estereotipos sobre los holgazanes europeos del sur. Y ahora que el electorado griego por fin ha dicho que ya no puede aguantar más, los funcionarios alemanes se limitan a repetir las mismas frases de siempre.

A lo mejor los alemanes se figuran que pueden repetirse los acontecimientos de 2010, cuando el banco central coaccionó a Irlanda para que aceptase un programa de austeridad amenazándola con cerrarle el grifo a su sistema bancario. Pero es poco probable que eso funcione contra un Gobierno que ha visto los daños causados por la austeridad y que ha sido elegido porque ha prometido reparar dicho daño.

Además, sigue habiendo motivos para esperar que el Banco Central Europeo se niegue a cooperar.

El miércoles, el banco central hizo una declaración que sonaba como un severo castigo a Grecia, pero no lo era, porque dejaba abierto el canal de ayuda a los bancos griegos que de verdad importa: la ayuda de urgencia en caso de crisis de liquidez (ELA, por sus siglas en inglés). Así que fue más una llamada de atención que otra cosa, y se podría decir que la llamada iba dirigida tanto a Alemania como a Grecia.

¿Y qué pasa si los alemanes hacen oídos sordos? En ese caso, podemos esperar que el banco central adopte una postura firme y declare que su verdadera función consiste en hacer todo lo posible por salvaguardar la economía de Europa y las instituciones democráticas (no actuar como el cobrador de deudas de Alemania). Como he dicho, nos acercamos rápidamente a la hora de la verdad.
Paul Krugman es profesor de Economía de la Universidad de Princeton y Nobel de Economía de 2008.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/06/actualidad/1423232453_319306.html

jueves, 12 de febrero de 2015

Un relato griego sobre moralidad. Si Europa dice “no” a los votantes, está afirmando que la democracia no sirve para nada

Cuando la crisis del euro comenzó hace media década, los economistas keynesianos predijeron que la austeridad que se imponía a Grecia y a los demás países en crisis sería un fracaso. Predijeron que la austeridad ahogaría el crecimiento y aumentaría el desempleo —y que incluso fracasaría en su propósito de reducir la relación deuda-PIB—. Otros economistas, en la Comisión Europea, el Banco Central Europeo, y en algunas universidades; hablaron de contracciones expansivas. Incluso el Fondo Monetario Internacional sostuvo que las contracciones, como por ejemplo los recortes en el gasto público, eran solamente eso, políticas contractivas.

Nosotros casi ya no necesitábamos de pruebas adicionales. La austeridad había fallado de manera repetitiva: desde cuando se la usó hace ya bastante tiempo atrás durante la administración del presidente estadounidense Herbert Hoover —en dicha ocasión, la austeridad convirtió un desplome del mercado bursátil en la Gran Depresión— hasta cuando se la impuso en la forma de “programas” del FMI implementados en Asia Oriental y en América Latina durante las últimas décadas. Y, a pesar de todo, cuando Grecia se metió en problemas, de nuevo se intentó usarla.

En su gran mayoría, Grecia siguió las medidas dictadas por la troika (la Comisión Europea, el BCE y el FMI): convirtió un déficit presupuestario primario en un superávit primario. Sin embargo y de manera previsible la contracción del gasto público ha sido devastadora: 25% de desempleo, una caída del 22% en el PIB desde el año 2009, y un aumento del 35% en la relación deuda-PIB. Y ahora, con la abrumadora victoria en las elecciones de Syriza, el partido anti-austeridad, los votantes griegos han declarado que se hartaron de la situación.

Entonces, ¿qué se debe hacer? En primer lugar, seamos claros: se podría culpar a Grecia por sus problemas si fuese el único país donde la medicina de la troika hubiese sido un completo y triste fracaso. Sin embargo, España tenía un superávit y un ratio bajo de deuda antes de la crisis y también acabó en una depresión. No es tan necesaria una reforma estructural dentro de Grecia y España, en comparación con lo necesaria que sí es una reforma estructural en el diseño de la eurozona y un replanteamiento de los fundamentos de los marcos de políticas que han llevado al mal desempeño de la unión monetaria.

Grecia también nos ha recordado una vez más la magnitud de la necesidad que tiene el mundo de contar con un marco de reestructuración de la deuda. La deuda excesiva no causó solamente la crisis del año 2008, sino que también causó la crisis del Este de Asia en la década de 1990 y la crisis de América Latina en la década de 1980. En la actualidad, continúa causando sufrimientos indecibles en EE UU, donde millones de propietarios de viviendas han perdido sus hogares y, en la actualidad, la deuda amenaza a millones más de personas en Polonia y en otros lugares a consecuencia de que dichas personas pactaron préstamos en francos suizos.

Si se toma en cuenta la cantidad de angustia que provoca la deuda excesiva, uno podría preguntarse por qué las personas y los países se han puesto, repetidamente, en dicha situación. Al fin de cuentas, esas deudas son contratos —es decir, son acuerdos voluntarios—, así que los acreedores son tan responsables de dichas deudas como lo son los deudores. De hecho, podría decirse que los acreedores son aún más responsables: por lo general, estos acreedores son instituciones financieras sofisticadas, mientras que los prestatarios con frecuencia están en mucha menor sintonía con las vicisitudes del mercado y los riesgos asociados a los diferentes acuerdos contractuales. De hecho, sabemos que los bancos estadounidenses en realidad se aprovechaban de sus prestatarios, usufructuando su falta de sofisticación financiera.

Cada país (avanzado) se ha dado cuenta de que para hacer funcionar el capitalismo se requiere otorgar a las personas un nuevo comienzo. Las prisiones de deudores del siglo XIX fueron un fracaso —por inhumanas y porque realmente no ayudaban a garantizar el pago. Lo que sí ayudó fue brindar mejores incentivos para que realicen buenos créditos. Esto se logró al hacer que los acreedores fuesen más responsables de las consecuencias de sus decisiones.

A nivel internacional, todavía no hemos creado un proceso ordenado para otorgar a los países un nuevo comienzo. Incluso desde antes de la crisis de 2008, las Naciones Unidas, con el apoyo de casi todos los países en desarrollo y emergentes, ha estado tratando de crear un marco de este tipo. Pero EE UU se ha opuesto rotundamente; tal vez quiere volver a instituir las prisiones de deudores para encarcelar a las autoridades de los países excesivamente endeudados (si es así, puede que se estén desocupando espacios en la base de Guantánamo). La idea de restablecer las prisiones de deudores puede parecer descabellada, pero va en sintonía con las actuales ideas sobre riesgo moral y responsabilidad. Existe el temor de que si a Grecia se le permite reestructurar su deuda, dicho país simplemente se meterá nuevamente en problemas, al igual que ocurrirá con otros.

Dichos temores son un disparate. ¿Alguien en su sano juicio cree que algún país estaría dispuesto a atravesar voluntariamente lo que Grecia ha tenido que atravesar, sólo con el objetivo de conseguir ventajas de sus acreedores? Si existiese un riesgo moral, dicho riesgo estaría relacionado a los prestamistas —sobre todo a aquellos en el sector privado— quienes han sido rescatados en repetidas ocasiones. Si Europa ha permitido que estas deudas se desplacen desde el sector privado al sector público —un patrón bien establecido durante el último medio siglo— es Europa, no Grecia, la que debe soportar las consecuencias. De hecho, la difícil situación actual de Grecia, incluyéndose el enorme aumento del ratio de deuda, se debe en gran parte a los programas mal guiados que la troika ha impuesto a este país.

Por lo tanto, lo que es “inmoral” no es la reestructuración de la deuda, sino la ausencia de dicha reestructuración. No hay nada particularmente especial en lo que se refiere a los dilemas que Grecia enfrenta hoy en día; muchos países han estado en la misma posición. Lo que hace que los problemas de Grecia sean más difícil de abordar es la estructura de la eurozona: la unión monetaria implica que los Estados miembros no pueden devaluar su moneda con el objetivo de salir de sus problemas; sin embargo, el mínimo de solidaridad europea que debe acompañar a esta pérdida de flexibilidad en cuanto a la aplicación de políticas simplemente no está presente.

Hace 70 años, al final de la Segunda Mundial, los Aliados reconocieron que ellos debían brindar un nuevo comienzo a Alemania. Entendieron que el ascenso de Hitler tuvo mucho que ver con el desempleo (no con la inflación) que sobrevino a consecuencia de que a finales de la Primera Guerra Mundial se impuso más deuda sobre los hombros de Alemania. Los Aliados no tomaron en cuenta la estupidez asociada a la acumulación de dichas deudas, ni tampoco hablaron sobre los costos que Alemania había impuesto sobre los hombros de los demás. En cambio, no sólo perdonaron las deudas; en los hechos, los Aliados proporcionaron ayuda, y las tropas Aliadas estacionadas en Alemania proporcionaron un estímulo fiscal adicional.

Cuando las empresas entran en quiebra, un canje de deuda por acciones es una solución justa y eficiente. El enfoque análogo para Grecia es convertir sus bonos actuales en bonos vinculados con el PIB. Si a Grecia le va bien, sus acreedores recibirán más del dinero que invirtieron; si no le va bien, recibirán menos. Ambas partes tendrían un incentivo poderoso para aplicar políticas que favorezcan el crecimiento.

Rara vez las elecciones democráticas dan un mensaje tan claro como el que se dio en Grecia. Si Europa le dice no a la demanda de los votantes griegos en cuanto a un cambio de rumbo, está diciendo que la democracia no es de importancia, al menos cuando se trata de asuntos económicos. ¿Por qué simplemente no se anula la democracia, tal como lo hizo Terranova de forma efectiva cuando entró en suspensión de pagos antes de la Segunda Guerra Mundial?

Se tiene la esperanza de que prevalezcan quienes entienden de asuntos económicos relacionados con la deuda y la austeridad, y que también lo hagan aquellos quienes creen en la democracia y los valores humanos. Aún está por verse si serán ellos quienes prevalecerán.
Joseph E. Stiglitz, premio Nobel de Economía, es profesor universitario en la Universidad de Columbia.
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/06/actualidad/1423218521_538836.html

miércoles, 11 de febrero de 2015

Cambiar ‘hombres de negro’ por historiadores. Lo importante no es calcular la deuda, sino las fuerzas que se desencadenan sin nadie pretenderlo

Filósofos e historiadores aconsejan vivamente abandonar la idea de que hay algo liberador en las experiencias extremas, la creencia de que esas situaciones permiten ver la auténtica realidad o verdad. Olvídense, advierte, preocupado, Slavoj Zizek: esa idea lo que suele llevar dentro es el terror.

Así que hagamos caso a filósofos e historiadores y pensemos cómo alejar a Europa de situaciones extremas, cómo impedir que nuestros técnicos, expertos y economistas vuelvan a calcular mal y a lanzarnos alegremente a esas auténticas verdades que tanto les satisfacen. No es posible renegociar deudas, no entra en nuestros cálculos. Quizás, pero lo realmente importante no es eso, sino si esos expertos son capaces de calcular bien lo que son las dinámicas políticas o si están en las nubes numéricas y no saben nada de cómo se complica la historia, de cómo los movimientos producen fuerzas, de la facilidad con la que se malinterpreta lo que el otro piensa y el conjunto de fuerzas que se desencadena sin que nadie lo espere. De lo fácil, y lo estúpido, que es malinterpretar la dinámica griega y pensar que basta con asustarles un poco. De lo torpe y peligroso que puede resultar hacer caso a los presuntuosos técnicos que creen que no pasaría nada si Grecia saliera del euro, porque ahora sí que es perfectamente posible evitar el contagio a otros países.

Un estudio publicado este año en Estados Unidos demuestra que hasta fines de los setenta las menciones a historiadores y a economistas en los medios de comunicación americanos estaban más o menos empatadas. Incluso se sacaban a relucir citas de psicólogos, sociólogos, antropólogos y demógrafos. Pero en los años ochenta del siglo pasado las cosas empezaron a torcerse y para 2011 las diferencias eran ya abismales. Los economistas barrían y los pobres historiadores casi desaparecían.

Afortunadamente, en los últimos tiempos parece que algunos economistas empiezan a fijarse en los historiadores. Lo hace Thomas Piketty, pero también Kenneth Rogoff, que es catedrático de Economía y de Políticas Públicas en la Universidad de Harvard. Rogoff está empeñado en pedir un plan B para Grecia, una idea que parece sacada de los libros de historia de entreguerras. Rogoff, en un artículo publicado en Project Syndicate, insiste en que no se puede ignorar el significado de la victoria de Syriza y mucho menos olvidar que Estados Unidos creyó que no pasaba nada por dejar que cayera Bear Stearns y pocos meses después tenía entre manos la segunda Gran Depresión.

Mejor que sean políticos versados en historia quienes negocien tanto en Grecia como en la Unión Europea. Tiene razón Alexis Tsipras en negarse a negociar con la troika y en pedir hablar directamente con los jefes de Gobierno (algo que, por lo que parece, iba a suceder de todas formas porque el FMI ya no tiene tantas ganas de protagonismo europeo). La troika (técnicos del FMI, BCE y Comisión Europea), con sus hombres de negro, ha actuado, escribe Der Spiegel, como una especie de barrera entre las decisiones de la Unión Europea y los efectos, demoledores, de esas políticas. Mejor que hablen directamente personas que valoren la importancia de no colocar a nadie ante experiencias extremas y que sepan a qué se refiere Yanis Varufakis, el ministro griego de Finanzas, cuando recuerda que cuando regresa a su casa, tras las rondas de fracasadas negociaciones, se encuentra con un partido nazi que es la tercera fuerza política en su país.

Rogoff comprende que también hay que saber calcular la fuerza de las razones y de la intransigencia de los alemanes, pero, tomando en cuenta todo, le parece más sensato preparar un plan B que incluya concesiones para la parte más débil. Y los más débiles, como es evidente, son los griegos. Lamentablemente, no parecen vislumbrarse, por el momento, las alternativas. Más bien centellea en el aire el látigo del Banco Central Europeo, con un Mario Draghi que, a la hora de la verdad, parece dispuesto a demostrar a Alemania, en la espalda de Atenas, que su decisión de comprar bonos soberanos no es un símbolo de ablandamiento. ¿Y qué mejor demostración que golpear duro a los atenienses?
 8 FEB 2015 
http://elpais.com/elpais/2015/02/06/opinion/1423240352_721637.html

Lo que nadie contará hoy sobre Auschwitz

Se cumplen setenta años de la liberación del campo de la muerte de Auschwitz, con toda probabilidad el nombre que evoca lo más cerca que el ser humano ha llegado a estar del mal absoluto en toda su historia. Y ya es decir. Auschwitz, y los otros más de 50 "campos de la muerte" diseminados por toda la Europa ocupada, evocados al unísono con esa sola mención; y ello sin contar los casi 1000 campos de concentración del Tercer Reich, los más de 1150 guetos y todo lo demás.

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, hablar de Auschwitz continúa siendo hoy demasiado difícil, demasiado insuficiente, demasiado sobrecogedor. No hay texto ni palabras suficientes para abarcar lo que fue Auschwitz, y mucho menos en un breve artículo, es verdad.

Pero, con todo, me resulta demasiado inaceptable que incluso en el día que se recuerda el 70 aniversario de Auschwitz y de todo lo que allí sucedió se permita olvidar que Auschwitz fue el mayor campo de trabajo forzado de la Alemania nazi.

Y que Auschwitz fue también "IG Auschwitz". Filial de IG Farben, el gran Cartel empresarial del momento, formado por las empresas Bayer, HOECHST y BASF.

Y no digo el gran Cartel empresarial "alemán", porque eso no sería verdad, no al menos hasta prácticamente diciembre de 1941 y el ataque a Pearl Harbor.

Y no sería verdad porque, según el propio informe oficial de la Sección de Investigación Financiera del Gobierno Militar de Ocupación, a las alturas de 1940 del total de las 324.766 acciones que componían el Cartel IG Farben únicamente 35.616 de éstas estaban en manos de personas con residencia en Alemania, mientras que casi el triple de esa cantidad, 86.671 acciones, estaban en manos de inversores de nacionalidad estadounidense, y casi cinco veces más, 166.100 acciones, estaban en manos de ciudadanos suizos.

Es decir, más de un 80% del capital social de IG Farben estaba financiado desde Wall Street y Suiza frente al poco más de un 10% propiamente alemán.

Y esa sería, precisamente, una de las razones determinantes para excluir el procesamiento de los responsables empresariales de IG Farben (hasta 24 altos directivos de la compañía) de los Juicios principales de Núremberg: la dificultad para conseguir dejar fuera de la investigación penal a otros ciudadanos de Estados Unidos, Reino Unido y otros países.

Porque los líderes nazis fueron unos monstruos y unos dementes, por supuesto que sí, pero algún día deberá terminarse de hablar también de la auténtica conspiración de Farben, Krupp y otras grandes empresas mundiales, supuestamente "alemanas" que en nombre de un "beneficio" autoreferencial y fuera de toda sensatez y humanidad, les ensalzaron y financiaron sin límite con más de tres millones de marcos de la época "para que las elecciones de 1933 fuesen las últimas elecciones de la República de Weimar" (von Schnitzler dixit) y poder hacer después "negocios" a satisfacción con el régimen nacionalsocialista aprovechando la "oportunidad de mercado" de la invasión de casi toda Europa así como "instalaciones de trabajo" como Auschwitz...

Porque tal y como señalaría el fiscal Taylor en su "indictment" durante los Juicios posteriores a Núremberg: "IG marchó con la Wehrmacht, concibió, inició y preparó un detallado plan para hacerse al amparo de esta con la industria química de Austria, Checoslovaquia, Polonia, Noruega, Francia, Rusia y otros 18 países".

Y por eso tampoco debería sorprender que tras la derrota del nazismo una de las Leyes del Consejo de Control aliado fuese precisamente la número 9, de 20 de septiembre de 1945, específicamente destinada a disolver el Cartel IG Farben y fundamentada, según las palabras de su propio preámbulo, en la necesidad de “impedir que IG Farben pudiese representar ninguna amenaza futura a sus vecinos o a la paz mundial a través de Alemania".

Y no es que nos cupiese esperar en un día como hoy ningún tipo de comunicado o petición pública de perdón de Bayer, HOECHST o BASF por "IG Auschwitz", empresas éstas que, a diferencia de su matriz Farben, sí continúan hoy existiendo.

Pero sí que considero que "IG Auschwitz" representa un motivo muy real de preocupación acerca de la necesidad de revisar los "límites y controles" del poder corporativo en el mundo actual, y sobre la actual insuficiencia de los instrumentos de Derecho penal internacional ante todo ello. Y que, un día como hoy, resulta demasiado inaceptable, y arriesgado para un futuro que nadie desea ver repetido, que ni siquiera se mencione la fundamental responsabilidad desempeñada por estos otros actores empresariales en el inmenso crimen de Auschwitz.
Miguel Ángel Rodríguez Arias. Abogado. Experto en Derecho penal internacional.

martes, 10 de febrero de 2015

"Saber vivir" resucita el debate de la pseudociencia en la televisión pública. La presencia de terapias alternativas y de reclamos poco rigurosos provoca una queja de 17 colectivos y medio millar de firmas contra "La Mañana de La 1" y RTVE.

"No estamos jugando a la salud. En Twitter, que escuchen bien lo que decimos y que no especulen tonterías, que aquí somos muy serios", decía recientemente en antena Mariló Montero, conductora de La mañana de La 1, en respuesta a las críticas que ha recibido su programa por proponer terapias sin respaldo científico en su espacio de salud. "En Saber Vivir no se inventa nada", añadía a la defensiva Montero, después de aludir a "los chavales de Twitter" (a partir del 1:10:00).

La presentadora se refería a una campaña organizada con la ayuda de las redes sociales para demandar a RTVE explicaciones sobre estos mensajes carentes de rigor científico que se incluyen en el espacio, que ven alrededor de 300.000 personas cada mañana. El detonante, un programa en el que Montero decía que "el aroma de limón puede prevenir el cáncer". Para muchos activistas contra la difusión de mensajes pseudocientíficos, fue la gota que colmó el vaso.

Más allá de los populares patinazos de la presentadora, como cuando aseguró que no se podía descartar que el alma se trasplante junto a los órganos, en el programa se recomienda el uso de remedios homeopáticos, una terapia alternativa que no ha probado mayor capacidad curativa que el simple efecto del placebo (como asegura el Ministerio de Sanidad). Y es habitual que se promocionen otros productos, técnicas y dietas con escaso respaldo científico, según denuncian los críticos del programa. Desde RTVE se asegura que el espacio no tiene ningún acuerdo con empresas del sector para promocionar productos de ningún tipo.

El lunes 26 de enero, el Defensor del Espectador de RTVE tenía en su bandeja de entrada una queja respaldada por más de medio millar de firmas y 17 colectivos de promoción de la ciencia que exigían una investigación sobre los mensajes de esta sección de salud que, a lo largo de 3.900 emisiones con consejos de salud valiosos, ha ido deslizando otros no tan rigurosos. "El lanzar afirmaciones no sustentadas en evidencias a un público que no tiene por qué estar formado en ciencia lleva a la confusión y al riesgo de equivocación. El hacerlo todos los días lleva a la confusión completa", aseguraba esta protesta que reclamaba una respuesta de la cadena sobre la línea general seguida por el programa.

El programa defiende que las críticas son minoritarias y que todos los reclamos se apoyan en la ciencia Desde la dirección del mismo responden que se trata de "una corriente minoritaria de usuarios interesados en descalificar" y que todos los mensajes que aparecen en esta sección se limitan "a contenidos difundidos en medios de referencia nacional e internacional, basados en estudios o investigaciones publicados en revistas científicas", algo que entraría en contradicción con la recomendación de homeopatía, por ejemplo. Sobre estos remedios, la dirección del programa asegura que se alude a ellos "de una forma excepcional y muy esporádica" y que "es un hecho incuestionable que los produtos homeopáticos están a disposición en las farmacias para su venta libre".

Sobre expresiones como que "el aroma del limón puede prevenir el cáncer", el programa explica que en este tipo de formato televisivo resulta natural el uso de un lenguaje que tienda a la divulgación y a la vulgarización: "Ese tono, informal o coloquial, puede conllevar el empleo de algún recurso sensacional para reclamar la atención sobre el objeto de la información", defienden. Hoy, Montero ha festejado la repercusión de sus palabras sobre el limón y el cáncer, resaltando que tienen respaldo en una investigación científica, aunque lo que muestra es una web de noticias.

Aunque el Defensor, Ángel Nodal, se comprometió de inmediato a responder a la queja colectiva, lo cierto es que en su último programa únicamente se respondió a una protesta de otro espectador a propósito de la homeopatía, despachado en un minuto asegurando que es un producto que "está en la calle". Por este motivo, el impulsor de la queja, Isidoro Martínez, considera que "es evidente que RTVE apoya la pseudociencia". "Si ante nuestras protestas nada se hace, es que están de acuerdo con esta línea que pone en riesgo la salud de los espectadores", asegura, haciendo referencia a otros casos previos ocurridos en el ente público como cuando se aseguraba que el wi-fi daña la salud en otro programa, El escarabajo verde.

Como protesta, el colectivo impulsado por Martínez ha lanzado una nueva petición de firmas en la red: "Las pseudociencias son un engaño (no son ni complementarias ni alternativas a la Medicina) y carecen de efectividad comprobada, y pueden hacer que alguien abandone por creer en ellas un tratamiento médico de verdad", denuncian.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/02/05/ciencia/1423136592_637562.html
Página sobre seudociencias aquí.

lunes, 9 de febrero de 2015

La esperanza griega. Fecha límite, coacción y ultimatums significa que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio.

Hace 54 años, en su discurso inaugural como presidente, el presidente John F. Kennedy declaró: "No negociemos nunca partiendo del miedo. Pero no tengamos nunca miedo de negociar". No eran las frases más elevadas de aquel breve discurso, pero estaban entre las más importantes. Pues le mostraban a la Unión Soviética, de forma deliberada e inequívoca, que podría concluirse la Guerra Fría sin llegar a una conflagración y que el mundo no tiene que vivir siempre entre bravuconerías y amenazas ni bajo la sombra de la guerra nuclear.

Hoy se enfrenta Europa a negociaciones sobre la deuda y la depresión. Por un lado estará el joven gobierno de Grecia. Del otro, los poderes financieros de Europa y del mundo. Hoy, como entonces, no puede esquivarse la cuestión del miedo.

Los poderes europeos se guardan tres bazas para cuando empiecen las negociaciones. En primer lugar, Grecia tiene deudas que vencen este año y que no puede pagar. En segundo lugar, los bancos griegos dependen de la provisión urgente de liquidez del Banco Central Europeo, que se les podría retirar. En tercer lugar, la flexibilización cuantitativa le otorga al BCE una manera nueva de aislar al resto de Europa de las agonías de Grecia. Si Europa quisiera, estas bazas pueden utilizarse para aplicar una política de amenazas, con el fin de mantener la austeridad, los desahucios y la penuria de Grecia.

Se huelen las amenazas. El diario The Daily Telegraph resumió la reunión de ministros de finanzas de la UE el 26 de enero: "La eurozona ha descartado el perdón de la deuda a Grecia y ha advertido de que su nuevo gobierno de coalición antiausteridad debe cumplir todos los acuerdos del pasado…" El portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, declaró ante los oligarcas de Davos que Grecia debe "tomar medidas para que continúe la recuperación económica". Y eso significa "respetar sus compromisos anteriores y que el nuevo gobierno quede vinculado por los logros de la reforma". O, como dijo el ministro alemán de Finanzas en diciembre pasado: "Unas nuevas elecciones no cambian nada".

Para los griegos, estos comentarios deben de ser una broma cruel: ¿Qué recuperación económica? ¿Qué logros? Si las elecciones no cambian nada, ¿para qué molestarse en celebrarlas? Y, por supuesto, la premisa de que han de "respetar sus compromisos anteriores" no es más que terquedad dogmática. Lo que Syriza puso de manifiesto, sobre todo, es lo incontestable de que tienen que cambiar esas fracasadas medidas políticas.

El primer ministro británico, David Cameron, resumió el punto de vista griego con velada ironía británica: "Lo que las elecciones griegas mostrarán también es que hay algunas señales de aviso en la economía global, eurozona incluida". Bueno, sí. Cuando fracasan las medidas políticas, entra en declive la economía. Los griegos no son los únicos en contemplar al fracaso delante de sus ojos.

Tal como informaba el Telegraph, hay dos cuestiones: los acuerdos y la deuda. Respecto a la primera, Grecia propone hoy recuperar el rumbo de su destino. Se ha probado el experimento de control de la Troika. Y conocemos los resultados. Se promulgarán nuevas medidas políticas destinadas a ayudar a los indigentes y a los más vulnerables, a estabilizar la economía y a fomentar la recuperación. El pasado historial de Grecia no es bueno, eso no lo discute nadie. Pero el severo diktat que vino a continuación ha sido un desastre.

La cuestión detrás de la quita es solo parcialmente una cuestión de recursos. La alternativa de "prolongar y fingir" resulta, al fin y al cabo, una forma de transferencia fiscal. El problema estriba en que la práctica amontona deuda sobre deuda, y esta es la palanca que mantiene al país tutelado, siempre en situación de mendigar. Una quita es el medio de volver a la autonomía de la política. La forma y las condiciones precisas son, en parte, aquello de lo que trata la negociación.

Unas conversaciones con pronta fecha límite, coacción y ultimatums probablemente significaría que Europa ha tomado la decisión de impedir un debate real y dinamitar las conversaciones desde un principio. Si la decisión es ésa, entonces el peso de la Historia caerá sobre quienes la tomaron, incluyendo el caos que pueda derivarse de ello.

¿Qué capacidad de maniobra tiene Grecia? Evidentemente, no mucha; las armas pesadas están del otro lado. Pero hay algo. El primer ministro Tsipras y su equipo pueden presentar su defensa de la razón sin amenazas de ninguna clase. En ese caso, el gesto correcto y moral por la otra parte consistiría en desechar sus tres bazas y, por encima de todo, dejar espacio fiscal y garantizar la estabilidad financiera griega mientras se llevan a cabo las conversaciones.

Si es esto lo que ocurre, pueden seguir adelante las negociaciones formales. Sobre esta cuestión, los comentarios de la canciller Merkel han sido de lo más suaves. Posiblemente entienda que las opciones determinarán –muy pronto– el futuro de Europa.

En esta situación valen las dos partes del pronunciamiento de Kennedy, bosquejado, por cierto, para él por mi padre. No se debe forzar a que Grecia negocie con miedo. Y Europa, por su parte, no debe tener miedo a negociar, con tranquilidad, sin bravatas ni amenazas, de buena fe.
James K. Galbraith
Social Europe Journal
James K. Galbraith es profesor de la Lyndon B. Johnson School of Public Affairs de la Universidad de Texas (Austin). Entre sus últimos libros, Inequality and Instability: A Study of the World Economy Just Before the Great Crisis (2012) y The End of Normal: The Great Crisis and the Future of Growth (2014). Es coautor con Yanis Varoufakis y Stuart Holland de la Modesta Proposición para la salida de la crisis de la Eurozona.
Fuente: http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=7707

Auschwitz y la “Ostpolitik” de Bruselas. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

Extraño 70 aniversario el del martes en Auschwitz. Sin Obama ni Putin. Obama prefirió rendir honores al nuevo rey de los decapitadores saudíes, financieros de la yihad global. Putin fue dejado fuera por el conflicto de Ucrania mediante una intriga polaca que retrata la nuevaOstpolitik de la Unión Europea.

Oficialmente no se invitó a nadie, se dice en Varsovia. Pero el Presidente ucraniano, Petro Poroshenko, sí fue invitado, expresa y solemnemente, cuando la primera ministra polaca, Ewa Kopacz, visitó Kíev el 19 de enero.

Putín se picó porque no se quiso dar un lugar preponderante al Kremlin en el aniversario, explica Łukasz Adamski en Gazeta Wyborcza, antes de concluir que “la Ucrania democrática que lucha contra la agresión rusa representa mucho mejor los ideales de la coalición antihitleriana que Rusia, que usa la guerra en calidad de instrumento para resolver las diferencias políticas”. “Por eso”, decía, “es bueno que Poroshenko venga a la conmemoración”. “El objetivo era ponérselo difícil precisamente a Putin”, escribe Mijail Fishman en la páginaForbes.ua, reproducida por la prensa de Kíev. Y como acompañamiento toda una serie de jugosas declaraciones.

“Hay una guerra en marcha en el Este de Ucrania y en esta situación sería difícil imaginar invitar al presidente de Rusia”, declaró el ministro de justicia polaco, Cezary Grabarcyk al periódicoRzeczpospolita. Su compañero de exteriores, Grzegorz Schetnya, tuvo la desvergüenza de añadir que Auschwitz no fue liberado por el ejército soviético, sino, “por fuerzas del primer frente ucraniano”.

“Frente” era el término utilizado entonces en la URSS para designar los grandes vectores de la contraofensiva soviética. No tenía la menor relación con la composición étnica de los ejércitos -completamente irrelevante en la URSS de entonces. El “Primer Frente Ucraniano” se había llamado antes “Frente de Briansk” y antes “Frente de Voronezh”.

“Los ucranianos eran mayoría entre quienes liberaron Auschwitz”, insistió Valery Chaliy desde la administración presidencial ucraniana. Por el mismo principio, podrían haber mencionado que también eran ucranianos los 2000 o 3000 matarifes voluntarios de los campos de exterminio, muchos de ellos vinculados al nacionalismo “banderovski”, hoy plenamente rehabilitado, y representado, en el gobierno de Kíev.

Esa rehabilitación quedó expuesta en la mención a la contribución ucraniana en el esfuerzo antinazi que la presidencia ucraniana realizó el mismo día del aniversario, mezclando en una misma categoría a “los participantes ucranianos integrados en el ejército soviético, en el movimiento de liberación ucraniano y en las unidades partisanas soviéticas”. Esa mezcla obvia el hecho histórico de que los segundos combatieron junto con los nazis y fueron inicialmente encuadrados por ellos, que después de eso y tras practicar la masacre sistemática de judíos y polacos, algunos de ellos también volvieron sus armas contra los nazis, y que, en cualquier caso, siempre combatieron al ejército soviético, a las unidades partisanas e incluso a la Armia Krajowa, la resistencia nacional en la órbita del gobierno polaco de preguerra exiliado en Londres.

El Presidente ucraniano se permitió realizar en Auschwitz un paralelo entre su actual conflicto con Rusia y, “los acontecimientos en la Europa de los años treinta”. “No hay duda”, dijo, “de que las ambiciones y el apetito del agresor van mucho más allá de Ucrania”. “Para prevenir la repetición de tragedias similares al holocausto y la Segunda Guerra Mundial, debemos oponernos a la nueva locura imperial y a las nuevas pretensiones de dominio en Europa”, concluyó.

Detrás de todo esto se adivina una clase política mediocre y revisionista con respecto a las realidades de la coalición antihitleriana. Politizar de esta manera el aniversario de la liberación de Auschwitz es algo que roza el sacrilegio político en la actual Europa.

Hay que recordar que la Unión Europea está hoy desarbolada como consecuencia del doble efecto de la política económica alemana y de las ambiciones atlantistas por arrinconar a Rusia con el entusiasta aplauso de los gobiernos de antiguas repúblicas víctimas de Stalin. La política alemana de austeridad a favor de los bancos y la política exterior atlantista son los dos grandes carriles por los que avanza el vector disolvente de la Unión Europea. Sur y Este están conectados: la UE ya está repitiendo en Ucrania las mismas fallidas recetas económicas que han fracasado en el Sur de Europa, advierte la nada sospechosa Friedrich Ebert Stiftung. En un contexto de guerra las consecuencias de esa miopía pueden ser, literalmente, explosivas.

Existe una historia rusa y para hacer política europea no se puede uno regir únicamente por la historia de polacos o bálticos. El legítimo dolor polaco por el sufrimiento a manos rusas, simbolizado por la masacre estalinista de presos polacos en Katyn, margina otras memorias y realidades, como la de las de las masacres de presos rusos en Polonia durante la guerra entre polacos y bolcheviques de 1919-1921 -entre 18.000 y 60.000, según las fuentes- los acuerdos de preguerra entre nazis y polacos para quedarse con trozos de Checoslovaquia (las vergüenzas no se acaban en el pacto Molotov-Ribbentrop), además del hecho histórico de que Polonia no fue solo la eterna víctima de Rusia que tan bien se vende hoy en la Europa atlantista para alentar impulsos de guerra fría, sino también una nación agresora con claras ambiciones territoriales, hacia Ucrania y Rusia.

Aunque la actual guerra de Ucrania es, fundamentalmente, un resultado directo de veinte años de geopolítica atlantista en Europa encaminada a excluir a Rusia del esquema de seguridad continental integrado que se dibujó al concluir la guerra fría, Bruselas insiste en la leyenda de un expansionismo ruso, ignorando que ha colocado a la OTAN cercando todo el entorno ruso y que el Kremlin defiende su última trinchera. De lo que ahora se trata es de continuar con esa Ostpolitik agresiva y disolvente, arrebatándole a Rusia cualquier papel de prestigio en la historia europea. La misma política que ha pilotado el desastre de Ucrania, se propone ahora expulsar a Rusia de la historia europea

El Presidente polaco, Bronislaw Komorowski, planea para el 8 de mayo en Gdansk un nuevo tipo de conmemoración de la Segunda Guerra Mundial: un acto, sin rusos, reservado a miembros de la Unión Europea. La presidencia semestral letona de la UE se ocupará de ello.

En una entrevista con el canal alemán ARD el primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, un hombre de Washington como varios de sus ministros -algunos incluso con pasaporte americano- ha condenado ante la televisión alemana “la invasión soviética de Ucrania y Alemania” durante la Segunda Guerra Mundial.

Setenta años después de Auschwitz, ¿pueden realmente estos personajes dar el tono a la Ostpolitik de Bruselas?
Rafael Poch.
Fuente: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/?p=65

domingo, 8 de febrero de 2015

La universidad pública, un bien común

Vera Sacristán.
Las universidades públicas reciben en promedio de su comunidad autónoma algo menos del 69% de sus ingresos corrientes (datos del MEC, año 2012). Este porcentaje tiene gran variabilidad: desde el 58% en Cataluña hasta más del 80% en el País Vasco, la Rioja o Canarias. Los precios y tasas que pagan los estudiantes y sus familias constituyen el 20% de los ingresos corrientes de las universidades, con una variabilidad incluso mayor: por debajo del 10% en las universidades de La Laguna, País Vasco o Cádiz, y hasta el 36% en la de Barcelona o el 37% en la Rey Juan Carlos de Madrid.

Desde el año 2009, la evolución de esas cifras puede calificarse de “histórica”. En algunas comunidades autónomas los recortes se acercan al 40% en términos reales, una vez descontada la inflación, lo que nos retrotrae a más de veinte años atrás. Según un estudio del Observatorio del Sistema Universitario (OSU), cursar algunas carreras cuesta hoy hasta 3 o 4 veces lo que costaba en 2007, justo antes de las últimas reformas universitarias.

Llama la atención que la mayor parte de países europeos sigan una política distinta o incluso opuesta a la española. Y no se trata sólo de los consabidos países nórdicos, donde los estudios universitarios son gratuitos, sino de países y regiones más próximos a nosotros, donde la matrícula es gratuita (Austria o Escocia, entre muchos otros) o requiere tan sólo el pago de una tasa fija (300€ por año en Alemania, 183€ en Francia, por ejemplo). Mientras esto ocurre en Europa, los precios públicos en España llegan a alcanzar los 2.600€ por curso de grado, y los 4.000€ por curso de máster. Además, la inmensa mayoría de países europeos ofrecen o bien becas-salario para compensar la pérdida de ingresos de los jóvenes que optan por estudiar en vez de trabajar (modelo nórdico), o bien desgravaciones fiscales y subsidios para las familias que mantienen a los hijos que estudian en la universidad (modelo centroeuropeo), algo inexistente en España.

Cabe preguntarse si lo que ocurre en nuestro país no es más que el resultado inevitable de una situación económico-financiera adversa. Sin embargo, quienes defienden estas nuevas políticas de financiación universitaria no suelen hacerlo en términos coyunturales, sino con argumentos de fondo. El principal es el de considerar que, puesto que obtener un título universitario permite acceder a trabajos y niveles de renta superiores, quien estudia en la universidad debe pagarse los estudios, pues va a obtener de ellos un beneficio personal. Y es cierto que lo va a obtener. Lo que no es tan claro es que deba pagar por ello a priori, esto es, mientras estudia. Intentaré argumentar por qué es mejor que lo haga a posteriori, mediante un sistema de impuestos progresivo, que permita que devuelva a la sociedad, incluso con creces, lo que de ella ha recibido.

También se aduce que no es justo que paguen lo mismo los ricos que los pobres. Como si no nos costara exactamente lo mismo a todos, ricos y pobres, comprar un kilo de arroz o un televisor. De nuevo, la redistribución de la riqueza conviene hacerla mediante el sistema impositivo, no en el sistema de precios.

Otro argumento frecuente es el de considerar que, puesto que a la universidad acceden mayoritariamente jóvenes de clases medias y altas, no es justo que los contribuyentes les paguen los estudios. Efectivamente, sabemos que a nuestras universidades acceden mucho más los hijos de directivos, profesionales y, en general, trabajadores de oficina, servicios y administración, mientras que los hijos de trabajadores obreros están infrarrepresentados ya que sólo son un 27% de la población universitaria mientras que sus padres conforman el 48% de la población de 40 a 60 años. Pero esto no debería inducirnos a una aceptación resignada de los hechos, sino a actuar para que la situación cambie. Un motivo que explica la baja presencia de estudiantes de origen humilde en nuestras universidades es su necesidad de trabajar y aportar ingresos a sus familias. En estas condiciones, el aumento del precio de la matrícula es un elemento disuasorio añadido.

Por último hay quien piensa que la respuesta a todas estas cuestiones está en mantener precios elevados como los actuales y ofrecer becas o créditos a quienes no puedan permitirse pagarlos. Las becas o, peor aún, los créditos, no resuelven el problema. Aparte de la escasez de sus importes y número, las becas generan incertidumbre ya que un estudiante no sabe a priori si la obtendrá. De los créditos, para qué hablar, en un país en el que las hipotecas son causa de problemas tan graves. ¿En qué condiciones entraría en el mercado de trabajo un recién titulado obligado a devolver un crédito por los estudios cursados? ¿Cómo afrontaría el inicio de una vida personal y familiar independiente? Conocemos demasiado bien las dificultades generadas por el sistema de créditos al estudio en los países que los han implantado, especialmente Estados Unidos y el Reino Unido: endeudamiento no sostenible, disminución drástica de la movilidad estudiantil, retracción de la demanda universitaria por parte de sectores específicos (mujeres y adultos), burbuja crediticia y, finalmente, abandono de los estudios al producirse la crisis financiera y reducirse la concesión de créditos y las expectativas laborales.

Debemos, en cambio, preguntarnos por qué los países de nuestro entorno están optando por una política tan distinta: financiación pública de la universidad, matrículas gratuitas o simbólicas, y ayudas en forma de becas-salario, desgravaciones fiscales y subsidios. Este es el modelo mayoritario en Europa porque promueve la igualdad de oportunidades en el acceso a la universidad. Y la igualdad no es sólo una cuestión de justicia social sino también de eficacia, ya que permite que los mejores accedan a los estudios, y que el país no desperdicie su talento por causas económicas. En otras palabras, frente al beneficio personal que se extrae del estudio, la mayoría de países valoran el beneficio colectivo que obtiene el conjunto de la sociedad. Un beneficio cultural, científico, técnico y profesional que ayuda al bienestar y al progreso del país. Un beneficio económico gracias a quienes, tras haber pasado por la universidad, desarrollan actividades útiles y rentables para empresas e instituciones, tanto privadas como públicas. Y, finalmente, un retorno de la inversión pública a través de los impuestos.

No es posible tratar de financiación universitaria sin mencionar la investigación, puesto que en nuestro país las universidades públicas son su agente principal. La disminución de la financiación de la investigación en España ha sido drástica en estos últimos años (superior al 40%) y nos aleja todavía más de los objetivos declarados en solemnes reuniones de ministros de la UE. Se está hipotecando el futuro de la investigación española y con ello las posibilidades de un cambio de modelo económico del país. Para que la investigación revierta positivamente en la sociedad, se suele argumentar que lo mejor es que sean las empresas las que la orienten y las que la financien. ¿Es eso lo que más conviene a la ciudadanía? Que las empresas (y otras instituciones, no necesariamente con ánimo de lucro) financien parte de la investigación puede ser positivo, pero es imprescindible que la administración pública lo haga en una proporción suficiente. Suficiente para garantizar el avance de la investigación básica, sin la cual no hay investigación aplicada posible. Suficiente para garantizar la independencia y la objetividad de la investigación. Suficiente también para asegurar que se obtengan avances científicos que ayuden a resolver los problemas de la población, con independencia de su rentabilidad económica inmediata.

En conclusión, la actividad docente e investigadora de las universidades públicas beneficia al conjunto de la sociedad. Es un bien común y, por ello, corresponde al poder público garantizar su financiación.
Fuente: SinPermiso.
Vera Sacristán es profesora de matemáticas en la la Universitat Politècnica de Catalunya. Colabora regularmente con SinPermiso en temas de política universitaria.

sábado, 7 de febrero de 2015

Los silencios oficiales. Funciona el "efecto Mateo": al que más tiene se le dará más; al que menos tiene, hasta lo poco que tiene, se le quitará.

Conforme se aleja la larguísima recesión, el debate público va centrándose, como es natural, en las secuelas de largo plazo que dejó aquella y en los costes estructurales para la ciudadanía de una gestión basada exclusivamente en la austeridad asimétrica. El Gobierno está interesado en fijar la atención en la naturaleza de los números macroeconómicos (crecimiento del 1,4% en 2014, creación de 470.000 puestos de trabajo, aumento del comercio al por menor, mejora del índice de confianza empresarial,...) y en patrocinar los "silencios sociales" sobre el resto: aquellos temas sobre los que se procura no hablar o se marginan del discurso oficial, potenciados además por la gigantesco aparato de propaganda de un año electoral.

Un ejemplo notable de ello lo dio el sábado el presidente de Gobierno en Barcelona. Subrayó lo que de bueno hay (la mejora de la coyuntura) y no reconoció el resto de lo que está sucediendo (que era, precisamente, en lo que más incidieron las miles y miles de personas que se manifestaron en Madrid convocadas por Podemos): el brutal deterioro de los servicios sociales públicos en nuestro país. Rajoy dijo no aceptar "la España negra que pintan", cargó contra "los tristes" que van diciendo por ahí "lo mal" que van las cosas, y alabó la calidad de los servicios públicos españoles pidiendo que "no mientan" porque nadie ha "liquidado" la sanidad.

Hace unos días, un notable grupo de intelectuales, encabezados por las filósofas Victoria Camps y Adela Cortina, firmaban un manifiesto titulado "Salvar la sanidad pública" (EL PAÍS del 23 de enero), en el que decían que el Sistema Nacional de Salud español se degrada continuamente, fruto de los recortes indiscriminados y financieramente menguado: escaso de inversiones que actualicen sus instalaciones y dotación tecnológica, despoblándose de profesionales sanitarios, muy mal pagados y en gran parte desmotivados, y con unas listas de espera crecientes que causan la desafección y el éxodo de la clase media. "La sanidad pública en pocos años quedará degradada a un servicio de beneficencia, una medicina para pobres".

Pocos días después, el historiador Santos Juliá ampliaba el foco de la denuncia, desde la sanidad hacia el resto de los servicios públicos ("La devastación de los bienes públicos", EL PAÍS del 26 de enero). El resultado de la crisis en este terreno, acelerado "a partir del retorno del PP al poder", es una amenazante devastación de los bienes públicos que pone fin al periodo de mayor cohesión social vivido por la sociedad española desde que existe como sujeto político. Como consecuencia de este daño provocado, los bienes y servicios emergerán de su ruina como propiedades privadas cuyo acceso por los ciudadanos está en función de su poder adquisitivo. Dice Juliá: "No era bastante la agresión que las clases medias, en sus distintos niveles, han sufrido con la bajada de sus salarios nominales y reales, la masiva pérdida de empleos, los ERE y demás artefactos de liquidación de derechos laborales, que no contentos con todo eso se aplican a dar la última puñalada: si necesitas un médico, hazte un seguro privado; si estás dotado para la ciencia vete al extranjero; si quieres para tu hijo un colegio con un profesorado joven y motivado, págatelo de tu bolsillo. Esto es el mercado, so idiotas, nos dicen los que pretenden protegernos de la devastación que ellos mismos provocan en los bienes públicos".

El deterioro estructural del Estado de Bienestar español y de sus servicios públicos más representativos, evidente para cualquiera que lo utilice, tiene como consecuencia la activación de lo que en sociología se denomina el "efecto Mateo", en alusión al evangelista del mismo nombre en su parábola de los talentos: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no. Porque al que tiene se le dará más y tendrá en abundancia, pero al que no tiene se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo en parábolas, porque miran y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden".

¿Alguien ha observado que algún miembro del Gobierno, del partido que le sustenta, mencione siquiera la extraordinaria potenciación de la desigualdad como efecto de la política económica que ha aplicado en esta legislatura?
Fuente: http://economia.elpais.com/economia/2015/02/01/actualidad/1422806131_371568.html

viernes, 6 de febrero de 2015

"Hotel 22". En Silicon Valley, California, los sin-hogar utilizan una linea de autobuses -la 22- que circula durante las 24 horas como refugio durante la noche

Cuando pensamos en Silicon Valley, tendemos a imaginar un mundo de extrema riqueza y oportunidades ilimitadas. ¿Cómo nos olvidamos de las poblaciones que han sido desplazadas o descuidadas por el auge reciente de la  tecnología?.
El aumento de los precios de las propiedades en la zona han creado unos costes de vida insostenibles, especialmente para los pobres. Al mismo tiempo, Silicon Valley carece de suficientes viviendas asequibles y refugios para desamparados.

Este video Op-Doc muestra escenas de un autobús público durante la noche que se ha hecho popular en la región para las personas sin hogar. (De acuerdo con un informe del año pasado del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano, el 75 por ciento de las más de 7.500 personas sin hogar en el área de Silicon Valley no se encuentran en los refugios, la tasa más alta entre las principales ciudades del país.)

La línea 22 es una ruta de autobús que funciona las 24 horas en el Silicon Valley, viajando entre San José y Palo Alto. Las personas sin hogar pagan la tarifa para viajar en el autobús por la noche a lo largo de su recorrido de hora y media, bajando en cada extremo, y con frecuencia a caballo varias veces de ida y vuelta. La práctica se ha prolongado durante años, y el autobús se conoce coloquialmente como "Hotel 22."

Oí hablar de este fenómeno mientras vivía en Palo Alto como estudiante en la Universidad de Stanford. Fue el contraste con mi imagen de Silicon Valley lo que a mi me hizo que decidiera viajar en el autobús. Lo que en él vi parecía como un microcosmos de los desafíos que enfrenta esta población desposeída. Y a pesar de que su mayoría se mantienen a sí mismo, los que a veces duermen entran en conflicto directo con los viajeros nocturnos que también viajan en el autobús a esas horas.

Filmé en el transcurso de una semana y monté las imágenes para representar una noche en el autobús. Espero que esta película sea una ventana a las desigualdades de esta nación que tan fácilmente pueden pasar desapercibidas.

Este vídeo forma parte de una serie producida por cineastas independientes que han recibido el apoyo de la organización no lucrativa Instituto Sundance.

Elizabeth Lo es una directora de cine de no ficción y candidata al Master MFA en el programa de Cine Documental de la Universidad de Stanford. "Hotel 22" es su primera película en el Festival de Cine de Sundance.

Op-Docs  es un foro de cortos, documentales obstinados, producidos con la latitud creativa de cineastas y artistas independientes. Más información sobre Op-Docs y la forma de presentar a la serie.
Ver el vídeo aquí, en el NYT.
La pobreza y los sin hogar en España.

jueves, 5 de febrero de 2015

Cervantes en Lisboa. Portugal una vez más. El escritor tuvo, entre la primavera de 1581 y la de 1583, con alguna escapada, su inestable y feliz residencia en Portugal

Miguel de Cervantes pasó dos años felices y misteriosos en Portugal. Conoció amores y decepciones. Entre la primavera de 1581 y la de 1583, con alguna escapada, tiene su inestable residencia en Portugal, principalmente en Lisboa. Un periodo de la vida de nuestro genio que todavía sigue siendo una de las páginas menos conocidas, estudiadas, contadas y controvertidas de su aventurera existencia.

Todos los biógrafos hablan de su estancia, como pretendiente en corte, en busca de los favores de Felipe II en los primeros momentos de su reinado portugués. Y todos pasan deprisa sobre los trabajos, los días y las noches de nuestro excautivo en aquella capital del mundo occidental. Años de esplendor y conquistas en una ciudad que vivía entre el contento y el descontento, entre el derroche y el sometimiento, la llegada, más o menos pacífica, de ese nuevo rey que venía de Castilla. El rey Felipe, aconsejado por Cristóbal de Moura, repartió bienes, concedió títulos y ganó con dádivas a sus nuevos cortesanos.

Miguel, con más de treinta años, sin oficio ni beneficio, la familia endeudada a causa del rescate de su cautiverio, un muñón en su mano izquierda –la sola “condecoración” de su paso por Lepanto– y con las honestas pretensiones de ser recompensado, se lanza una vez más al camino. Atrás se queda su complicada familia, sus compañeros de infortunios y toda una grey de pedigüeños que quieren pasar por héroes de batallas navales. Fanfarrones que pululaban por la corte –que sólo tenían de la Naval, o de “nabales”, según Quevedo, el haber comido nabos– toda una turbamulta de vulgares pretendientes con los que el digno y pobre hidalgo Miguel no quería ser confundido. Con todos se tuvo que mezclar en su vida errante. No tardó en darse cuenta de que él “no servía para la corte”. Aunque no dejó de intentarlo.

Se fascinó con la ciudad y sus damas. “Para galas Milán, para amores Lusitania”
Lisboa estaba en cuarentena por la peste. La ciudad enriquecida y dorada por el oro de América, adornada por las telas de Oriente, se preparaba para la llegada del nuevo rey que esperaba en la ciudad de Thomar. Allí, rodeado de sus cortesanos, entre otros Mateo Vázquez, el mejor contacto de Cervantes, el rey se sintió liberado de severidades. Se despojó de su negra ropa, de la severa golilla y se “vistió bizarramente, de ricas telas y alegres colores a la portuguesa”. Se desmelenó el monarca. Cuando llegó a Portugal, las “regatonas y placeras” de la Rua Nova dijeron: “Qué buen rey, qué mal empleado en los castellanos”.

En ese ambiente llegó Miguel. Se fascinó con la ciudad y sus damas. “Para galas Milán, para amores Lusitania”. Pretendía conseguir destino en América o empleo que le permitiese tiempo para sus pasiones poéticas y amorosas. De sus moradores escribe: “Son agradables, son corteses, son liberales y son enamorados porque son discretos; y que la hermosura de sus mujeres admira y enamora”. Algunos creen que allí tuvo a su hija natural Isabel de Saavedra. Otros lo niegan, pero nadie sabe a ciencia cierta qué hizo, cómo vivió y con quién en Lisboa.

Consiguió una misión secreta para Orán y Mostagán por cien escudos que cumplió con celeridad. Regresó a Lisboa para dar cuenta de su misión. Y le perdemos la pista. Su hermano Rodrigo le encuentra en la ciudad antes de partir a las guerras para vencer la oposición al rey en las Azores. El iluso Miguel, “estropeado” para el servicio de la milicia, veterano y excautivo, cree que es hora de que se le concedan favores reales. No fue así, una vez más se le niegan capitanía y empleo. Volverá a Madrid. Comenzará su “profesión” de escritor. Llegarán La Galatea, las poesías y las comedias para los corrales. El dinero siempre le sería ajeno. Y la vida y la literatura le esperaban con nuevas dichas y desdichas. El caballero andante buscaba su destino.
http://elpais.com/elpais/2015/01/26/eps/1422286332_558541.html

miércoles, 4 de febrero de 2015

El Alentejo de Portugal visto por un estadounidense

Lo sorprendente de aterrizar en el aeropuerto de Lisboa es la rapidez, fuimos hacia el sur en un coche, te encuentras transportado al campo profundo en poco tiempo. Llegué en una mañana suave de octubre, quedé allí con mi viejo amigo Martin Earl, y en pocos minutos estaba cruzando el puente Vasco da Gama, el más largo de Europa, una aventura de torres y cables que se extiende como un solo perno de acero arrojada a través de más de 10 kilómetros de la desembocadura del río Tajo. Inmediatamente después se salió de la autovia y se desaceleró en el ensueño, el mundo más viejo del Alentejo (la palabra significa literalmente "más allá del Tajo" o Tajo).

Durante los próximos cinco días disfrutaremos viajando entre pueblos medievales encalados, colinas, fuertes de montaña y una constelación de viñedos impecablemente modernas. Durante mucho tiempo un destino de vacaciones típicamente portuguesas para los viajeros en busca de placeres europeos a precios económicos, el Alentejo está finalmente tomando su valor en la escena internacional, y se está convirtiendo rápidamente en uno de los destinos donde disfrutar de vino más importantes del mundo.

Este hecho tendrá consecuencias tanto positivas como negativas, ya que se ha llegado a descubrir. Mientras tanto, yo estaba allí para degustar los paisajes y la hospitalidad con mi amigo Martin, quien también sería mi guía. A modo de antecedente debo explicar que Martin y yo formamos parte de un grupo de cinco chicos que todos se habían conocido en la universidad, estando en las estrellas golpeados por el sueño de la literatura y se habían quedado en un sueño desde entonces - aunque de alguna manera, inexplicablemente, convirtiéndose de camino hacia la mediana edad. Pero a diferencia del resto de nosotros, Martin, un poeta, se había "hecho nativo," sentó la cabeza con una chica portuguesa local y comenzó una vida vivida en su totalidad - y permanentemente - en otro idioma.

Yo no había estado en Portugal en años, y estaba ansioso por entender un poco más lo que tres décadas de exilio voluntario hace a una persona. El reto, más específicamente, fue reconciliar la calma, con el compañero de pelo gris actualmente sentado a mi lado en un Fiat, zumbando con la antigua cometa de Nueva York en vida nocturna y delfín del poeta John Ashbery, un joven que posee el aplomo para cuando una vez mirar a una hermosa mujer vanidosa en una fiesta y preguntarle: "Disculpe, ¿le importaría darme su número de teléfono si le prometo escribir sobre este cigarrillo y su humo?"

Ahora, a 40 minutos del aeropuerto, estábamos pasando por callejones soleados de plátanos, y más allá, fila tras fila irregular de alcornoques. "A veces llamo a esta área Corktugal a mí mismo", dijo Martin con una risa seca. Los hermosos alcornoques se parecen bastante a un olivo con más hojas claras, y su corteza es cosechada a mano una vez cada 10 años. Los bosques en sí son tanto una fuente de ingresos de gigante para la economía nacional - 60 por ciento del comercio mundial de corcho se origina en Portugal - y uno de los ejemplos de biodiversidad más concentradas en la tierra.

Mientras tanto, los pueblos blancos seguían llegando, uno tras otro. Paramos para tomar un café en uno de esos en particular de ensueño, con un sol maldito llamado Montemor-o-Novo. En medio de los edificios, bajos en su mayoría, calles desiertas, parecía que había un solo café. Pero, ¿era un café? El cartel por encima de el se leía, Grupo de Pesca Desportiva à Linha de Montemor-o-Novo. Ese era el club de pesca con caña local, explicó Martin, dedicado a la vieja forma, pura del deporte en el que la cuerda se mantiene en las manos, cae hasta el fondo y se sacude para emular al cebo vivo. Estos clubes son por lo general sólo para miembros, pero los lugareños alegres barrigones sentados fuera, inmediatamente nos saludaron.

Un barista emocionado explicó que estaban a punto de celebrar algo extraordinario. El tradicional Cante Alentejano, un cante polifónico cantando únicamente en la región, acababa de ser designado por la Unesco para ser catalogado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Mejor aún, uno de los cantantes estaba ahí y a punto de ser festejado.

Vimos como el camarero presentó al cantante - un hombre de mediana edad distinguible de los otros clientes sólo por su pelo teñido de rubio - con una bandeja con un cubo blanco, aproximadamente del tamaño de un pequeño ladrillo. Cuando le pregunté qué era esto, uno de los viejos muchachos, para diversión de los demás, me gruñó como un cerdo.
"Manteca", dijo Martin simplemente. Yo había vivido en Italia durante años y en Roma a menudo había visto las cintas de tocino envuelto en placas y se consume como una especie de sushi, pero esto era un bloque de grasa gruesa pura, sin adornos, y yo observaba asombrado como el cantante colocó una servilleta en el cuello y comenzó a cortar trozos y luego ellos se dividían en la boca con un gran ruido con los labios.

Bebimos un poco de café deliciosamente amargo, y continuamos nuestro camino. La ruta iba al sureste, en dirección a España, y tomamos caminos secundarios, no los mejores, para disfrutar de nuestro entorno. Con las ventanas abiertas, el pequeño coche zumbaba como una licuadora. Eucaliptos en la carretera desprendían un delicioso olor a través del aire.

Martin y yo atrapados - la frase, por supuesto, significa algo completamente diferente en la era de la conectividad - mientras que los campos labrados de color marron se levantaron y bajaron por las ventanas y, ocasionalmente, una parada de autobús concreto brillaba, con bordes de los característicos colores azul o siena quemada, que proporcionaban un color encantador y brillante al paisaje. A menudo nos quedamos atrapados detrás de artilugios que se parecían a cortadoras de césped equipados con carrocerías rudimentarias. Estos vehículos lentos, son conocidas como "mata-velhos" - la palabra significa "asesinos de personas viejas" - porque sus diminutos motores de 50 centímetros cúbicos no requieren una licencia de conducir para operar y porque a menudo están conducidos - y se estrellan - por ancianos.

"¿Alguna vez te olvidas?", Le pregunté.
"¿Olvido de qué?", ​​Dijo.
"¿Que eres un estadounidense?"
Esbozó una sonrisa vacilante como nos giró de lado en una de las rotondas que parecen interminables que salpican el paisaje. "Es curioso, pero durante mucho tiempo todo lo que quería hacer era pasar como un local. Trabajé el acento y estudié la ropa. Todo se deja a través de los años. Ahora no podría importarme menos. Sin embargo, pienso más ahora en América de lo que nunca antes. Se lo agradezco y blasfemo de ella al mismo tiempo. Loco, ¿no? ¿Tienes hambre? "

Paramos para el almuerzo en una ciudad pequeña llamada Redondo. Una mujer de la localidad, cuando se le preguntó direcciones de un buen restaurante, primero señaló agradablemente por la carretera y luego sin cambiar la expresión comenzó a gritar, de acuerdo con Martin, que éramos contrabandistas internacionales de la droga y se debía ir. "Ignorante", dijo de inmediato "y no miran a los ojos. Ella es el pueblo loco." los gritos de la mujer disminuye en volumen mientras se alejaba y entró en un edificio y regresó cuando ella se asomó por la ventana del segundo piso sin dejar de gritar y nos ordenó, al parecer, que admiramos su gato.

Encontramos mirando un lugar prometedor llamado Porfirio, con una decoración de taberna mediterránea de paredes blancas y techos de vigas. Una bandeja de los sabrosos aperitivos o Entradas típicas en Portugal pay-as-you-go fue colocada pronto en nuestra mesa: aceitunas en vinagre con hierbas, panes, embutidos y dos tipos de queso fresco. El almuerzo en sí comenzó con una sopa de cazón exquisita - el cazón es un tipo de tiburón, de carne blanca y dulce - seguido de un primer plato de algo que se llama arroz de pato, o arroz con pato. Un elemento básico del menú portugués, este plato destila característicamente la sencillez de sus ingredientes en algo que estalla en la lengua como una bomba.

La cocina portuguesa trabaja a través de un proceso de concentración de sabores esenciales reforzadas por ingredientes frescos y no como, en las culturas más ricas, una estratificación múltiple de perfiles de sabor. El arroz de pato es un ejemplo clásico de esta ampliación a través de la reducción. La tapa de huevo al horno encima del arroz estaba salpicado con trozos de tocino asados increíblemente sabroso y chorizo, una salchicha similar al chorizo, ambos proceden de cerdos locales. Hundiendo su tenedor a través de la tapa lanzado un chorro de vapor sabroso, y por debajo el arroz, una carne húmeda, oscura del delicioso pato.

Pero una última palabra sobre el cerdo. Reina sobre los animales en la parte superior de la cadena alimentaria en los menús de Alentejo, que se consumen en todas sus partes hasta casi sus pestañas. La especialidad local es porco preto o cerdo negro, un miembro de la familia de los cerdos alimentados principalmente en las bellotas que caen de los árboles de corcho y se presentan en salchichas, tocino y chuletas y como agente enriquecedor en una variedad de guisos. La intensa profundidad del sabor del animal se debe en parte al peso que en la dieta tiene la bellota, y como un abono, esas bellotas entreveran la carne con el ácido oleico, el mismo ingrediente saludable para el corazón que se encuentra en el aceite de oliva.

Los dos días siguientes se llevará en un fácil ritmo natural de comer, hacer turismo y beber los vinos locales baratos, maravillosamente bien estructurados. Nos alojamos en las hermosas ciudades de la montaña Monsaraz y Marvão. Cada uno de ellos fue construido originalmente como un reducto fortificado contra la invasión de la vecina España y son visible desde los valles que parece una especie de casco de terracota en lo alto de las colinas. A cada uno se llegaba a través de varios kilómetros de curvas, hasta dentro de las paredes gruesas fortificados, cada uno tenía una gama similar de calles empinadas y empedradas, un castillo, un pequeño museo, tiendas, restaurantes y vistas panorámicas.

En el más pequeño, Monzarás, nos alojamos en la inmaculada Casa Pinto, este hotel de tres estrellas cuyas habitaciones estaban todas decoradas con diferentes recordatorios del otrora poderoso imperio colonial portugués. Mi habitación llamada Mombasa y se jactaba de una hermosa decoración morisca-africana, con cuernos retorcidos de cabra montés, techos de madera oscura y un encantador baño gruta de piedra con iluminación personalizada.

Pero fue en la ciudad que lo rodea, por desgracia, que sentí por primera vez el peso de la industria turística que lleva un poco de la chispa indígena. Para decirlo claramente, los restaurantes de estos pueblos de montaña escaparate tendían hacia lo trillado, y los pequeños talleres y tiendas que había entre los callejones parecían llenos principalmente con kitsch.

El personal de servicio que conocí allí eran perfectamente educado, pero daba la impresión - comprensiblemente, tal vez - de haber crecido un poco cansado de la batalla con las oleadas de extranjeros que llegan. Esto fue particularmente notable porque Alentejano tienen una reputación en su propio país para el calor y la sociabilidad. (En cuanto a la fatiga turística, oía un sentimiento similar de amigos de Lisboa en el final del viaje. Su ciudad, que había sido históricamente un poco una barrera contra el viento de los ciclones turísticos que soplan a través del resto de Europa, ahora estaba invadida, dijeron, y a punto de sufrir el mismo destino que Praga.)

Después de dos días de peregrinación en la altitud volvimos a las llanuras y comenzamos siguiendo las indicaciones para "rota dos Vinhos," o la "ruta del vino". Estos pronto nos llevaron a la bodega Adega Mayor, una colección hipermoderna de cubos y voladizos que figura en las colinas y diseñada por el famoso arquitecto portugués Álvaro Siza. Nuestro recorrido por el edificio ingeniosamente construido y probando algunos de los exquisitos vinos.

Pero sería en el almuerzo al día siguiente cuando Portugal podía finalmente ofrecer una verdadera experiencia de comedor de clase mundial y la bebida, que hace que valga la pena volar las siete horas que hay y luego conducir un montón más. Tendría lugar en la Herdade dos Grous, un viñedo gigante y con raíces en un pueblo al sur de Beja, una ciudad que cuenta con un hotel, cuyos servicios no tuvimos tiempo de probar y un restaurante cuyos servicios si conocimos.

En la habitación de techo alto de comedor, con vistas a los viñedos verdes acolchados y un lago artificial, pedimos el menú degustación del chef acompañado de vinos combinados. La comida comenzó con una versión de entradas típicas de lujo, el sabor de cada porción pequeña de carne, queso y vegetales en platos particularizados como los cristales de una ventana de cristal de colores. Una sopa de cazón más ligera que el aire fue seguida por un medallón de ternera con salsa de mostaza, servido con patatas asadas, unos brotes de rábanos y garbanzos tostados.

Los vinos combinados de Herdade dos Grous, comenzaron con un limpio y delicado blanco, para la limpieza del paladar y acompañando a la comida a lo largo de una secuencia que aumentaba la profundidad y complejidad y terminó con un Grous Reserva roja 2011. El efecto neto de esto fue una de las grandes experiencias culinarias de mi vida.

Después, tuve la suerte de hablar con Luís Duarte, el hombre responsable de los extraordinarios vinos que acababan de ponerme borracho. El Sr. Duarte, quien es conocido ampliamente en toda la industria del vino portugués, es el único de los viticultores de Portugal que ha sido nombrado enólogo del año por dos veces y es probablemente la voz más reconocida del vino portugués, tanto en casa como en el extranjero. A los 48 años, habla, con un fuerte acento, Inglés a una velocidad vertiginosa y posee un rostro que, en conjunción con el pelo gris, le da una vaga semejanza con el actor de la antigua "Misión: Imposible", Peter Graves.

"Yo pertenezco a la primera clase que estudia la elaboración del vino en la escuela profesional," dijo. "Mi innovación en particular fue que en lugar de trabajar en el Duero" - región vinícola tradicional de Portugal, más al norte - "Decidí ir hacia el sur para el anónimo Alentejo. Tuve la buena suerte de entrar en el inicio del crecimiento mundial de vino y voy sobre la ola".

Cuando se le preguntó por la diferencia entre el vino portugués y el de otras naciones, el Sr. Duarte no dudó. "Los vinos de Chile y Argentina son demasiado dulces", dijo. ¿Crees que España, ¿crees que la uva tempranillo?. "Bueno, nosotros no usamos las mismas uvas que tienen los demás. Tenemos 315 variedades de uva diferentes, muchas de ellas únicas para nosotros. También hemos tomado muchas uvas francesas y las adoptamos para nuestro propio uso".

Con un gesto de la mano, indicó las gafas en nuestra mesa, todavía llenas de los restos de sus elegantes y deliciosas cosechas, entre ellos varios (de su propio sello) que han aterrizado regularmente en la revista Wine Enthusiast Top 100, y dijo: "¿Quieres un aterciopelado vino bien balanceado y a un buen precio? Piense en Portugal".

Después del almuerzo, crecidos por las dos horas anteriores de comer y beber, caminamos un poco entre los viñedos cercanos. Caía la tarde y, el sol ya bajo en el cielo, en las sombras alargadas, los trabajadores estaban todavía en el tajo del recorte laborioso de las vides. El aire estaba lleno de aromas nostálgicos de tierra y hierba cortada, y mientras caminábamos, me encontré recordando mi propio terreno de exilio en Italia, un lugar donde había pasado un total de ocho años. A diferencia de la región del Alentejo, Italia está largamente acostumbrada a ser un santuario de turismo de todo tipo, y sus tesoros turísticos, tan extraordinario como son, a menudo tienen una especie de sentimiento de recocido, ya que de haber sido visitado tantas veces han estado pulidos y lisos por la experiencia.

Pero Portugal, y en particular la región del Alentejo, dan una impresión totalmente diferente: la de un lugar - ciudades escaparate de montaña aparte - todavía por despertar a su propia importancia mundana, y como resultado, todavía fresco, vivo y chispeante.

Habíamos caminado en un círculo grande y estábamos casi regresando al edificio principal cuando vimos un perro, un golden retriever, deambular y venir a saludarnos. El animal se acercó de inmediato por un gato de corral. En lugar de pelear, los dos se tocaron las narices. "Por aquí," dijo Martin con una sonrisa irónica, "todo el mundo es tan feliz que incluso entre especies enemigas se besan y hacen migas." Nos reímos y se volvió hacia el coche. Habían pasado cinco días en que la suspensión peculiar de la vida real conocida la habíamos cambiado por el viaje por carretera, y ya era hora de volver a casa.

Varias horas más tarde, de vuelta en el aeropuerto de Lisboa, abracé a mi viejo amigo al despedirme para decirle adiós. Me sentí aliviado de haberlo encontrado en paz en su país de adopción. Hay una melancolía esencial en el exilio, una tristeza por las conexiones cortadas con la familia, los hábitos y lo que el poeta Paul Celan llama "fatalismo de sólo una vez" de la lengua materna que puede pesar en aquellos que han hecho la mudanza.

En el caso de Martín, estos déficits se vieron compensados ​​por un buen matrimonio, su inquebrantable devoción a su arte y un país cuyos antiguos caminos le permitían el tipo de concentración que la aceleración de Nueva York estaba casi seguro que le negaba. En el proceso, casualmente, ese país me había ofrecido dos cosas: una visión tranquilizadora en la capacidad de adaptación de la naturaleza humana a través del tiempo, y un recorrido por el accidentado, mágico Alentejo, y con él, algunos de los mejores lugares, donde comer y beber, de mi vida.

SI USTED VA
QUÉ HACER
Rutas del vino de la región del Alentejo pueden ser realizadas por personas dispuestas con un coche de alquiler y un mapa. Para los interesados ​​en viajar de forma organizada, Rutas del Vino de Alentejo pueden adaptar una a sus gustos y presupuesto. Praça Joaquim António de Aguiar, 20, Évora; 35-1-266-746-498; vinhosdoalentejo.pt .

DONDE QUEDARSE
En Évora, la capital de la región del Alentejo, las ofertas de hoteles son abundantes. Una propuesta especialmente buena en relación calidad/precio es el B &  B Hotel , que ofrece habitaciones impecables pequeñas modernas y aparcamiento, a cinco minutos a pie de la plaza principal. Rua do Raimundo, 99, Évora; 35-1-266-240-340.

Si va a viajar en los pueblos de montaña alentejanas, la casa de huéspedes Casa Pinto en Monsaraz ofrece encantadoras habitaciones, decoradas de forma individual y un abundante desayuno. Praça De Nuno Albares Pereira, 10, Monsaraz; 35-1-266-557-076; casapinto.es.

DONDE COMER
En Évora,  El Fialho, Travessa dos Mascarenhas, 16. Café Alentejo ofrece una excelente cocina regional a precios razonables. No hay que perderse: su selección de vinos tintos locales exquisitos. Los platos principales de alrededor de 7 euros (alrededor de $ 1,15 a $ 1,16 para el euro). Rua do Raimundo, 5, Évora; 35-1-266-706-296. En la Plaza de Giraldo, Café Arcada, buen café, té (chá) y la maravillosa pastelería portuguesa, pasteles de nata, queisadas, bolos de arroz, tartas del día, pastas de té, y buenos sandwich variados.
El hotel-restaurante y bodega Herdade dos Grous, a lo largo de la ruta del vino en el corazón de la región del Alentejo, ofrece cocina portuguesa contemporánea de alto vuelo, amplias vistas de los viñedos y la posibilidad de una ruta del vino antes o después de la comida. Alojamiento también hay disponible en el hotel cercano. Albernoa 7800-601, Beja; 35-1-284-96-00-00; herdade-dos-grous.com.
James Rajotte para The New York Time
http://www.nytimes.com/2015/01/18/travel/in-portugal-a-land-finely-aged-like-wine.html?emc=edit_tl_20150117 nl=travel nlid=31217582
 

martes, 3 de febrero de 2015

Los smartphones y los iPads impiden a los niños desarrollar habilidades sociales

Científicos estadounidenses advierten que el uso temprano de tabletas o de smartphones puede perjudicar el desarrollo social y emocional de los niños.

Los niños pequeños que juegan a menudo con smartphones o iPads podrían no desarrollar habilidades sociales como la empatía, la interacción social y la resolución de problemas, sostienen investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Boston, EE.UU., en la revista 'Pediatrics'.

Según los científicos, esto se debe a la reducción de la interacción humana entre los niños y sus padres, que a veces intentan calmar a los menores con estas tecnologías.

El uso de la pantalla interactiva por niños menores de tres años tambien podría afectar al desarrollo de sus habilidades científicas y matemáticas. Actividades prácticas como, por ejemplo, el juego con bloques de construcción ayudaría a desarrollar mejor las habilidades matemáticas que los aparatos electrónicos interactivos, sostienen los científicos.

Lea más: Cómo la tecnología moderna 'enloquece' a los niños
 http://actualidad.rt.com/ciencias/165183-smartphones-ipads-impiden-ninos-desarrollar