jueves, 27 de abril de 2017

_--Las mejores rutas en bici por Europa

_--Más de 20.000 kilómetros de vías, carriles y senderos acondicionados atraviesan Europa a lo largo de 15 itinerarios ciclistas de largo recorrido, agrupados bajo el proyecto EuroVelo, que en 2020 pretende alcanzar los 70.000 kilómetros. De momento, la red cuenta con 15 rutas señalizadas (aunque no en su totalidad) y alejadas de las grandes carreteras; la última, la EuroVelo 17, a lo largo del río Ródano, entre Suiza y Francia. Otros proyectos, similares en concepto y longitud a EuroVelo, son el estadounidense East Coast Greenway, que recorre la costa este de EE UU a lo largo de 4.667 kilómetros, o el canadiense Trans-Canada Trail, con 18.000 kilómetros de tramos acondicionados entre el Atlántico y el Pacífico.

Francia
La región francesa del Loira, en el centro del país, ofrece a los amantes del cicloturismo una ruta que suma ya 800 kilómetros de vías señalizadas para hacer en bici, aprovechando carriles especiales, caminos de tierra y pequeñas carreteras locales con poco tráfico. El viaje, desde Cuffy hasta el estuario atlántico del río Loira, forma parte del tramo francés de la ruta EuroVelo 6, que llega hasta el mar Negro, y discurre por un paisaje de suaves perfiles entre bosques y castillos. La web Loire à vélo facilita toda la información necesaria para completarla, con mapas de las etapas e información sobre alojamientos (casas rurales, campings y hoteles) donde se dan facilidades a los que viajan en bici, como el servicio de reparaciones.

La ascensión al Puerto del Tourmalet, una de las etapas más duras del Tour de Francia, atrae a ciclistas de todo el mundo a la región de Midi-Pyrénées. Las oficinas locales de turismo ofrecen fotos de recuerdo de la llegada a lo alto del puerto, carnets de ciclista sellados al completar un determinado recorrido y bicicletas eléctricas para aquellos que necesitan una pequeña ayuda en el ascenso. Una alternativa sin cuestas: la vía verde del Canal des Deux Mers, 800 kilómetros de paisajes bucólicos entre Montpelier y Burdeos.

Holanda
Con más bicicletas (18 millones) que habitantes (16,7 millones), más de 32.000 kilómetros de carriles bici y un paisaje formado por grandes llanuras casi sin cuestas, Holanda es perfecta para unas vacaciones sobre dos ruedas. En las oficinas de turismo de Ámsterdam y otras ciudades holandesas se pueden adquirir mapas detallados de los itinerarios. Los hay desde una jornada de duración hasta una semana, como el que circunvala el Zuiderzee, el mar interior de Holanda, una senda de 388 kilómetros entre diques, plantaciones de tulipanes y preciosos pueblos de pescadores. La web de Turismo de Holanda cuenta con un planificador de rutas en bicicleta.

Dinamarca
Con más de 12.000 kilómetros de carriles bicis, pocos relieves y distancias cortas, Dinamarca es otro paraíso para los ciclistas. Su capital, Copenhague, ha hecho de la conciencia ecológica su bandera, y de la bicicleta, su principal medio de transporte (el 36% de sus habitantes se desplazan a diario en bici).

Centroeuropa
Entre los itinerarios más largos y sugerentes para recorrer a ritmo de pedal está la Ruta Ciclista del Danubio, un conjunto de caminos y carriles bici de casi 3.000 kilómetros que atraviesa cinco países (Alemania, Austria, Hungría, Rumanía y Serbia), desde la Selva Negra (Alemania) hasta la desembocadura en el mar Negro (Rumanía), entre lagos, abruptos castillos, ciudades de cuento y bosques salvajes. El tramo austriaco, 250 kilómetros de carril bici entre Passau y Viena, discurre por terreno llano y es el que más servicios ofrece al cicloturista: talleres de reparación, oficinas de turismo y zonas de descanso a lo largo de toda la ruta; albergues y casas rurales a precios económicos que además se ocupan de transportar el equipaje entre las diferentes etapas, y un tren con vagón de carga para bicicletas que enlaza a diario y en ambos sentidos ambas ciudades.

La ruta ciclista del Danubio en Serbia forma parte de la EuroVelo 6, que conecta el Atlántico con el Mar Negro. Dos lecturas muy recomendables para los descansos entre las etapas: Entre los bosques y el agua, de Patrick Leigh Fermor, y El Danubio, de Claudio Magris. La oficina alemana de turismo publica el catálogo Discovering Germany by bike, con información sobre medio centenar de ciclo rutas de largo recorrido, entre ellas la que sigue el curso alemán del Danubio, de 600 kilómetros.

Noruega y Finlandia
El verano brinda la oportunidad de recorrer los fiordos noruegos en bicicleta de montaña. Una de las rutas más populares es la Rallarvegen, de 80 kilómetros, en paralelo a la línea ferroviaria de Oslo a Bergen. Abierta a los ciclistas desde mediados de julio hasta finales de septiembre, se puede completar en dos o tres días. La red Cyclist Welcome de Cycling Norway tiene ofertas de alojamiento. Abierta solo en verano, la Ruta del Archipiélago de Turku conecta, a través de puentes y ferries, cientos de islas de la costa suroeste de Finlandia en un recorrido de casi 250 kilómetros que se puede hacer en bicicleta.

España
Por España discurren tres de las rutas del proyecto EuroVeloLa  EuroVelo 1 (EV1), o Ruta Costera del Atlántico, transcurre entre Cabo Norte (Noruega) y Sagres (Portugal). Su tramo español va desde Irún (Guipúzcoa) hasta Ayamonte (Huelva), siguiendo a su paso por Extremadura el trazado de la antigua Vía de la PlataLa  EV3 enlaza a través de antiguos caminos de peregrinación la ciudad de Trondheim, en Noruega, y Santiago de Compostela, mientras que la  EV8 o Ruta Mediterránea,  comunica Cádiz con Atenas.

El programa Vías Verdes, vías férreas en desuso que han sido recuperadas para los amantes del paseo, suma ya más de 2.000 kilómetros y sigue creciendo, ahora integrado en la red de  Caminos Naturales del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Magrama). Su proyecto más ambicioso es la vía verde que unirá el Cantábrico y el Mediterráneo a lo largo del antiguo corredor ferroviario, de 732 kilómetros, que unía Santander y Valencia.

El Anillo Ciclista de Asturias, una ruta circular de 165 kilómetros y ocho etapas por los concejos de Morcín, Riosa, Lena, Aller y Mieres, forma parte de un proyecto de desarrollo rural financiado por el Eje Leader, en el que colaboran casas rurales y empresas de la comarca de la montaña central asturiana. Espubike es una ruta de 146 kilómetros para bicicleta de montaña por el parque regional de Sierra Espuña, en Murcia. Por los alrededores de Madrid se extiende una red de carriles bici y senderos para ciclistas que permite explorar lugares como el parque regional del Sureste, a lo largo de una ruta circular de 63 kilómetros que llega hasta San Martín de la Vega por bosques de ribera y acantilados de yeso horadados de túneles, a largo de la línea de trincheras y fortines del frente del Jarama.

Recomendaciones
Para hacer cicloturismo no se requiere una preparación física especial, aunque sí que es importante la elección de la bicicleta. Las de montaña no son las más apropiadas para largas marchas por terreno llano; para este fin existen bicis especiales de cicloturismo, con ruedas más grandes y un cuadro alto que permite pedalear en posición erguida sin fatigar la espalda. Indispensable llevar un kit anti pinchazos, bomba para inflar las ruedas, cantimplora, casco y un chubasquero, por si llueve. Y para que el viaje sea más confortable, un pantalón culotte acolchado (lo sé por experiencia, las rozaduras escuecen mucho). En algunas rutas ni siquiera hay que cargar con la bici desde casa: en las oficinas de turismo locales informan sobre los puntos de alquiler más cercano y proporcionan mapas y guías de los itinerarios. Foto: JUSTIN LEWIS

http://elpais.com/elpais/2016/04/05/viajero_astuto/1459833720_145983.html?rel=mas

miércoles, 26 de abril de 2017

No me llames letrasado. No hay carreras con más salidas que otras, aún menos en un mercado laboral tan enclenque.

Leo El corazón es un cazador solitario, de Carson McCullers, y pienso que esta pequeña historia situada en una ciudad industrial de Georgia y publicada en 1940 me está contando, a través de una prosa deslumbrante y una gran perspicacia psicológica, la raíz de la herida del racismo en los Estados Unidos y la relación entre dos categorías de pobres, los negros y los blancos. Escucho Strange Fruit, por  Billie Holidaycompuesta en 1939, y siento que en su letra, en sus notas, está contenida la lucha de los derechos civiles y se hace visible el más vergonzoso pecado americano: los linchamientos del  Ku Klux Klan con el aplauso de la buena gente del sur. Veo las fotos sobre la negritud de  Sally Manno leo sus memorias, y agradezco esa sinceridad con la que confiesa que de niña nunca se preguntó por qué la nanny se quedaba en el coche esperando mientras la familia comía en un diner. Leo Americanah, de la nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie, y entiendo al fin por qué una africana se convierte en negra cuando pisa los Estados Unidos. Veo el documental  el documental I Am Not Your Negrosobre el compromiso del novelista James Baldwin con la causa de los derechos civiles, y me acerco a comprender, a través del  Samuel L. Jackson, que presta su voz a los ensayos del escritor de Harlem, qué suponía en los 50 y 60 andar por la vida con la conciencia de que tus actos serán sobreinterpretados o malinterpretados a cuenta del color de tu piel. Y de lo que ahora supone ser negro puedo hacerme una idea leyendo a un honroso heredero de Baldwin, el periodista, Ta-Nehisi Coatescon su ensayo Entre el mundo y yo.

Literatura, música, ensayo, periodismo, fotografía, cine. ¿Cuánto hacen estas artes y estos oficios por que comprendamos mejor a nuestros semejantes, los que nos precedieron y los coetáneos? Según el Ministerio de Educación poco ya que la asignatura de Literatura Universal ha sido retirada del segundo curso de bachillerato para moverla a primero. Segundo es el curso en el que, según los expertos, los alumnos están más preparados, más maduros, para sumergirse en profundidad en las novelas que nos dan una perspectiva amplia del mundo. No importa, fuera entonces de la Selectividad. La idea de que deben prevalecer aquellas materias que tengan una relación directa con el mercado laboral cunde. La impone el ministerio pero la secundamos socialmente. En cuanto hay un estudiante con un expediente brillante se activa, con bastante frecuencia, una alianza entre orientadores, padres y profesores para que el alumno o la alumna no desperdicie sus notas en algo que es como un hobby, que no merece la pena. Aquel viejo dicho de “el que vale, vale, y el que no pa' letras” se ha actualizado: en los institutos el término “letrasado” se ha hecho tristemente popular. Y todo parte de una gran falacia que el profesor de Historia Moderna Fernando Manzano Ledesma se empeña tozudo cada año en desmontar. Porque este joven vicedecano de estudiantes y comunicación de la Facultad de Filosofía y Letras de Oviedo era un cerebrín en sus tiempos de instituto y también sintió la presión de los que pensaban que malgastaría su brillante expediente si se matriculaba en Historia. Hace unos años, Manzano Ledesma comenzó a dar charlas en los centros de enseñanza media de Asturias para explicar a los estudiantes cuáles eran las diferentes ramas dentro de la historia, la filología y la filosofía. Se trataba de un encuentro sumario, informativo, pero fue apreciando que lo que necesitaban aquellos estudiantes era un subidón de una autoestima que, tanto el sistema educativo como algunos compañeros, se esmeraban en que fuera lo más baja posible. Lo que transmite este profesor es que la pasión puede más que las supuestas necesidades del mercado: no hay carreras con más salidas que otras, aún menos en un mercado laboral tan enclenque; actualmente, tiene más peso una voluntad empecinada. Les habla Manzano de lo que supone para el no adocenamiento de la sociedad el espíritu crítico, del valor de la belleza y del arte. Les cuenta cómo los estudiantes de Humanidades son los más preparados para discernir dónde está la verdad y dónde el camelo y cómo serán por lógica los que pongan orden en el caótico contenido audiovisual. De hecho, cuenta, la empresa asturiana Touchvie contrata ya a licenciados en Humanidades como catalogadores de su productos en la red.

Si el Ministerio de Educación está decidido desde hace años a borrar del mapa a los futuros pensadores y creadores, debiéramos nosotros rebelarnos, defender convencidos las materias que tan estrechamente ligadas están a nuestra libertad de pensamiento. El profesor Manzano Ledesma acaba siempre sus charlas con una cita de  Baltasar Gracián"Gastan algunos mucho estudio en averiguar las propiedades de las hierbas: ¡cuánto más importaría conocer las de los hombres, con quienes se ha de vivir o morir!". Y lo que ocurre con las personas entusiastas y trabajadoras es que desatan en ti las ganas de actuar, de convertirte en activista de aquello en lo que tan fervientemente crees.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/21/actualidad/1492782903_418507.html

El agua, Foster Wallace, Marhuenda y la Virgen de los Desamparados

Había que ver cómo nadaba en LaSextaNoche Francisco Marhuenda. En su elemento. Él lo dijo. Es su cadena. Como Onda Cero, como La Razón, su periódico, ¿como el PP? Como el PP. Trabajó con Rajoy, anoche también lo dijo. Da clases, está también en otras tertulias. Es un pez en salsas favorables. Un hombre para todas las estaciones, y es, también, la Virgen de los Desamparados.

Un pez en el agua. Decía Foster Wallace en un texto famosísimo: “Había una vez dos peces jóvenes que iban nadando y se encontraron por casualidad con un pez más viejo que nadaba en dirección contraria; el pez más viejo los saludó con la cabeza y les dijo: ´Buenos días, chicos. ¿Cómo está el agua?` Los dos peces jóvenes siguieron nadando un trecho; por fin uno de ellos miró al otro y le dijo: ´¿Qué demonios es el agua?”

Está tan acostumbrado a burlarse de la realidad que cree que el agua es suya; sus respuestas a Hilario Pino, a Nativel Preciado y al conductor del programa, Iñaki López, quisieron ser de mesa camilla. ¿Qué me dicen, si el agua es mía? El PP, Cristina Cifuentes, Ignacio González, su jefe Mauricio Casals… En ese enjuague él es un buen soldado, como la Virgen de los Desamparados. Llevaba un mamotreto, el que le dio al juez, para que viera que en su periódico la buena amiga de años Cristina Cifuentes había sido una reina. Apabulla Marhuenda con su papel. ¿Y las llamadas telefónicas? Ah, eran para alentar a un amigo desamparado. ¿Y el dinero que le pagaba a Ignacio González como columnista? Ah, también lo encontró desamparado. “No tenía dinero”. Vaya por Dios… y por la Virgen.

Nadaba en el agua del PP: nunca le haría daño a esos amigos. Él abraza a los que caen en desgracia: Tomás Gómez, Ignacio González. Hay que estar a bien con todos, le enseñó Ansón. ¿Y qué talento de columnista tiene Ignacio González? Eso no importa: Marhuenda no dirige un periódico, hace beneficencia. Entonces, dígannos, Marhuenda, le dijo Nativel, a la que el conductor del programa le permitió que se prolongara sólo veinte segundos (“veinte segundos”, que Iñaki tenía una entrevista imprescindible con Jesús Cintora)… Dígannos, Marhuenda, ¿por qué siendo padre de dos hijas es tan duro con una colaboradora de Cifuentes a la que llama zorra y aún peor?

Ah, Marhuenda lo llevaba ensayado, como todo. Como esa frase que ha ensayado ante el espejo con espuma de cinismo: en las redacciones se habla así, “¡dale un baja a ese cabrón!” A qué redacciones irá este hombre, se preguntarán los estudiantes de periodismo.

Estaba en el agua de su cadena, toda la semana él y Casals han estado en el agua de su cadena; la vida, en general, le parece al profesor, al jurista, al historiador Paco, agua en la que puede sobrenadar sin mojarse. Bromeó, more Marhuenda, con su carácter de imputado. “¡Como la Pantoja, jajaja!” Se ríe de su sombra porque él se cree sombra, no se siente parte del agua que baja turbia. Nada, y le dejan nadar. Él no sabe contra qué agua va su corriente ni de qué lado está, en su caso, la Virgen de los Desamparados.

http://elpais.com/elpais/2017/04/23/opinion/1492963703_181256.html?rel=lom

La broma infinita de Shakespeare ¿Qué hace reír al espectador de hoy? El director teatral británico Dan Jemmet explica su experiencia tras abordar a Shakespeare, cuya muerte se conmemora en el Día del Libro

"Unamos toda nuestra fuerza
y toda nuestra dulzura en una bala
que empuje violentamente nuestros placeres
a través de las rejas de la vida”.

Cuando pienso en las comedias de Shakespeare, me vienen a la memoria estas palabras escritas por el poeta metafísico inglés Andrew Marvell (1621-1678). La fuerza y la dulzura, el placer y la violencia están presentes en dos de las obras más famosas de Shakespeare, Noche de Reyes y El sueño de una noche de verano. He dirigido la primera en dos ocasiones, y el año próximo dirigiré la segunda por primera vez.

Siento que el tono alegre y jocoso de las dos obras está atravesado por una melancolía y una sensación de malestar que son un astuto anticipo de las comedias posteriores, más oscuras y misteriosas. Es el mismo sentimiento de euforia y presagio a la vez que escucho en la música de Mozart. El aspecto cómico de Noche de Reyes lo proporcionan sobre todo los personajes de Malvolio y Sir Toby Belch; uno, un puritano narcisista y arrogante, y el otro, un borracho ruin e intrigante. Aunque nos reímos a carcajadas, en mi opinión no existe en toda la obra una escena más triste que el momento en el que Olivia pide a Sir Toby que cuide de Malvolio, del que cree, erróneamente, que se ha vuelto loco. Es verdaderamente asombroso hasta qué punto estos dos personajes se engañan a sí mismos, de tal modo que hacen más cierta que nunca la famosa frase de Puck: “¡Señor, qué tontos son estos mortales!”.

Y, no obstante, ¿no son la ambivalencia (a menudo sexual) y el conflicto lo que crea las mejores farsas? El Orsino de Shakespeare se enamoraba de un joven que interpretaba a una chica que interpretaba a un chico. Al volver a oír la canción de Blur ‘Girls and Boys’ en 2017, me siento inspirado para hacer un montaje radical y transexual de Noche de Reyes. A pesar de las posibilidades cómicas y populares que tiene el hecho de que Titania se enamore de Bottom cuando este se ha transformado en un burro, ¿de verdad son las orejas del animal lo que, en el fondo, interesa al público? Y, al final de la obra, ¿podemos olvidar que la solución de los problemas del cuarteto amoroso se basa en que uno de los amantes continúa bajo la influencia de las drogas?

"La comedia avanza, a través de lo burdo y lo burlesco, hacia una meditación más sutil sobre el dolor del ser humano"

Recuerdo que impartí una clase sobre El sueño de una noche de verano a un grupo de adolescentes ingleses hace 20 años, y la maravillosa improvisación que crearon en torno a la idea de situar la obra en un páramo a las afueras de una gran ciudad. En el mundo que construyeron, Puck era un camello joven y sexualmente ambicioso, y los amantes, un puñado de niños ricos deseosos de pasar una noche lejos de los confines de su existencia burguesa.

También he dirigido La tempestad, quizá la mejor y, a primera vista, la menos divertida de las comedias de Shakespeare. Cuando preparaba los momentos claramente cómicos de la obra con los dos bufones, Trínculo y Stefano, empecé a tener la sensación de que esas escenas podían interpretarse casi como en una astracanada; como si Shakespeare, en cierto modo, hubiera querido mostrarnos los límites de cierto tipo de farsa. Recuerdo que pasé semanas tratando de descubrir algo nuevo y sorprendente con los actores en la escena en la que Trínculo, inconscientemente, se refugia de la tormenta bajo la manta con Calibán, pero, al final, llegué a la conclusión de que la forma de abordarla que habíamos decidido era exactamente la misma que se había utilizado en más de 400 años de representaciones de la obra. Tenía la vaga sensación de que el verdadero elemento cómico se encontraba escondido entre la evocación del mundo sobrenatural y la digna humanidad del buen Lord Gonzalo. A la hora de la verdad, quizá, la comedia avanza, a través de lo burdo y lo burlesco, hacia una meditación más sutil sobre la broma infinita y el infinito dolor de los seres humanos y su mundo.

Empezó a fascinarme la monstruosa “cosa de la oscuridad”, Calibán. Descubrí que era una creación auténticamente divertida y conmovedora; un ser no humano que, sin embargo, logra iluminarnos sobre las complejidades insolubles de la experiencia humana. A diferencia de Malvolio y Sir Toby, las confabulaciones de Calibán tienen una hermosa inocencia. Y, en medio de sus viles payasadas de borracho con Trínculo y Stefano, Shakespeare le ofrece uno de los parlamentos más exquisitos de la obra:

“No temas, la isla está llena de ruidos /
sonidos y músicas dulces, que deleitan y no hieren. /
A veces, mil instrumentos vibrantes /
resuenan en mis oídos, y en ocasiones voces /
que, si me despertara tras un largo sueño, /
me harían volver a dormir; y entonces, dormido, /
soñaría que las nubes se abrían y mostraban riquezas /
que caerían sobre mí, de tal forma que, al despertar, /
lloraría por soñar otra vez”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/20/babelia/1492703258_673531.html?rel=lom

La mujer que destruyó al arrogante vocero de los neonazis

La judía Deborah Lipstadt aplaude la película ‘Negación’, que se estrena hoy en España y que reconstruye el juicio que hundió al famoso historiador revisionista David Irving


Muchas de las escenas de la película Negación, que llega hoy a las pantallas, parecen demasiado buenas para ser ciertas. Pero lo son. Es verdad que el primer encuentro (encontronazo) entre el famoso historiador británico David Irving y su joven colega destinada a convertirse en su némesis, la judía estadounidense Deborah Lipstadt, se produjo en 1994 durante una conferencia de esta en el DeKalb College de Atlanta en la que Irving, desde el público, la retó a gritos a debatir con él y, agitando en el aire un manojo de billetes, ofreció mil dólares a quien pudiera encontar una orden escrita de Hitler para desatar el Holocausto. También es auténtica la escena en que Lipstadt y sus abogados recorren Auschwitz en busca de pruebas del exterminio por gas. Y la es —según ha explicado a este diario la propia Lipstadt— la de la cena en la que importantes miembros de la comunidad hebrea de Londres le piden a la historiadora que no siga en su riña judicial con Irving, “por miedo, no querían ese tipo de publicidad”.

Negación, de Mick Jackson, con Rachel Weisz en el papel de Lipstadt, y Timothy Spall como Irving, es una excelente película de juicios, pero no de cualquier juicio sino de uno que, salvando las muchas distancias, podríamos calificar de tan trascendental y demoledor para el neonazismo como lo fueron otros juicios, los de Nurenberg, contra los nazis originales. El caso David Irving contra Penguin Books y Deborah Lipstadt, paradójicamente iniciado como demanda por libelo de Irving, que recibió como un bumerán un bofetón judicial y moral (y económico: le condujo a la bancarrota) de los que hacen (y valga la palabra) historia, constituye un momento señero, podríamos decir que casi definitivo, en la lucha contra los negadores del Holocausto y los revisionistas de la Historia. No se les ha acallado pero perdieron a su gran y aparentemente respetable paladín, denostado para siempre como tramposo y mentiroso.

Irving (1938), considerado un historiador de empaque (muchos aficionados a la historia militar entonamos el mea culpa por haber comprado en el pasado algunos de sus libros como la biografía de Goering) y reconocido por autoridades tan prestigiosas como Hugh Trevor-Roper y el mismísimo John Keegan, era hasta entonces el principal valedor de las tesis que negaban la responsabilidad de Hitler en la matanza de los judíos e incluso que estos hubieran sido asesinados en Auschwitz en unas cámaras de gas cuya función criminal descartaba (Irving llegó a bromear, lo que da la medida de su catadura, con que en las cámaras de gas de Auschwitz murieron menos mujeres que en el coche de Ted Kennedy).

El filme sigue pormenorizadamente el proceso desde que Irving acusa a Lipstadt en 1996 (paralelamente pleiteó contra la historiadora Gitta Sereny) de perjudicar su buen nombre como historiador y de calificarle como negacionista en su libro Denying the Holocaust (publicado en Gran Bretaña por Penguin), hasta, en 2000, la demoledora sentencia de 333 páginas del juez sir Charles Gray (Alex Jennings), que puso los clavos en el ataúd de la infamia donde han quedado sepultados definitivamente Irving y su reputación.

El director Mick Jackson con la historiadora Deborah Lipstadt en la presentación de 'Negación' en el festival de Roma el pasado octubre. ELISABETTA A. VILLA

Lipstadt, Penguin y sus abogados no lo tenían fáci, como explica la película. Según la ley británica, pese a ser los acusados, eran ellos los que tenían que demostrar que Irving había actuado de mala fe como historiador, lo que significó tener que investigar con lupa los millares de páginas de sus obras (aquí colaboraron decisivamente los conocidos historiadores Richard J. Evans, Peter Longerich y Christopher Browning) y prácticamente tener que probar que el Holocausto sucedió y que las cámaras de gas de Auschwitz sirvieron para su propósito. Una parte del juicio, como muestra dramáticamente la película, hubo de centrarse en la existencia de agujeros en el techo de las cámaras de gas para introducir el Zyklon B.

La sentencia no dejó lugar a dudas: estableció que Irving era un mal historiador, manipulador, negacionista y un racista y antisemita asociado con extremistas de extrema derecha para promover el neonazismo. Prácticamente lo único que consideró el juez que no era verdad fue que tuviera un retrato de Hitler en su mesa.

El juez dejó en la sentencia una frase fundamental: “Es mi conclusión que ningún historiador objetivo y sincero puede tener seriamente dudas de que hubo cámaras de gas en Auschwitz y de que se las hizo funcionar para asesinar a cientos de miles de judíos”.

“ES RARO VERSE ENCARNADA POR RACHEL WEISZ” “La película me parece muy buena, explica la historia, mi historia, y se ajusta a lo que pasó”, señala Lipstadt (1947), que demuestra ese sentido del humor que, dice, es una de sus mejores virtudes, al preguntarle si le parece que Timothy Spall lo hace mejor que Irving: “Cualquier persona es mejor que David Irving”. Considera que todo el reparto hace un trabajo estupendo y destaca que es “un poco surrealista” verse encarnada por Rachel Weisz. Lipstadt no ha vuelto a ver a Irving, que trató de redimirse tras ser encarcelado en Viena en 2006. “Ni sé que es de él ni me importa, ya lo he tenido demasiados años en mi vida”.

De las licencias de la película apunta que son lógicas para darle más dramatismo, y señala que en realidad no hubo visitas a su habitación por parte de su abogado, Richard Rampton (Tom Wilkinson —que curiosamente al principio tenía que interpretar a Irving—) “y tampoco bebía tanto”.

Lipstadt ha criticado a la administración Trump de “negacionismo blando” y de “desjudeizar” el genocidio nazi. ¿Le cae peor Trump como historiadora o como mujer? “Como estadounidense”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/11/actualidad/1491924498_660058.html?rel=lom

martes, 25 de abril de 2017

25 de abril en Portugal, aniversario de 1974.

--25 de abril de 1974. Portugal.


_--Las mejores rutas en bici de España. Diez recorridos sobre dos ruedas para celebrar el Día Internacional de la bicicleta

_--El Día de la Bicicleta se celebra cada 19 de abril en todo el mundo para promover el uso de este medio de transporte. Lo celebramos con un recorrido por las mejores rutas de España para pedalear.

Una ciclista en la Vía Verde de Ojos Negros, la más larga de España.
Dos ciclistas contemplando el pueblo de Cazorla, en Jaén.
1. Vía Verde de Ojos Negros (de Teruel a Valencia)
La Vía Verde de Ojos Negros, que discurre entre la localidad de Ojos Negros, en la provincia de Teruel, y Sagunto, en la costa valenciana. Con sus 160 kilómetros es (por ahora) la Vía Verde más larga de España y por ello se ha dividido en dos tramos: el primero sigue la línea del ferrocarril minero de Sierra Menera, en el valle del río Palancia; el segundo desciende hasta las huertas valencianas, a orillas del Mediterráneo.

Ruta cicloturista por el Valle de Arán (Pirineo catalán).

2. La Transpirenaica (del Cabo de Higuer al Cabo de Creus)
La Transpirenaica recorre, durante cerca de 800 kilómetros, la vertiente sur de los Pirineos, desde el mar Cantábrico (Cabo de Higuer, Hondarribia, Irún) al mar Mediterráneo (Cabo de Creus, Girona). O viceversa. Fue homologada como Sendero de Gran Recorrido –el GR 11– en 1985, y, desde entonces, sus populares señalizaciones blancas y rojas han guiado a multitud de senderistas de todo el mundo. Esta ruta que discurre por el Pais Vasco, Navarra, Aragón, Andorra y Cataluña tiene también su versión ciclista, tanto de carretera como para bicis de montaña, que discurre al pie de la cordillera y pasa por bellos pueblos pirenaicos y espacios naturales. Una combinación única de paisaje, naturaleza e historia.

Peregrinos en bici entre Rabé de las Calzadas y Hornillos del Camino, en la provincia de Burgos, en el Camino de Santiago.

3. El Camino de Santiago francés
Dicen los expertos que el Camino Francés (el más popular y el de mayor relevancia histórica, con casi 800 kilómetros uniendo Saint Jean de Pied de Port, en Francia, y Santiago de Compostela) es la mejor manera de iniciarse como bicigrino, que es como se conoce popularmente a quienes abordan el Camino de Santiago en bicicleta. Se puede realizar casi en cualquier época del año y permite disfrutar de una enorme riqueza cultural y paisajística. Patrimonio arqueológico, catedrales, monasterios, iglesias, fuentes, cruceros, ventas, hosterías y hospitales para atender al peregrino. Ruta ciclista en el Valle Ambroz (Cáceres), en la Ruta Vía de la Plata.

4. Ruta Vía de la Plata
La  Red de Cooperación de Ciudades en la Ruta de la Platacompuesta por 26 localidades (de Gijón, en Asturias, a Sevilla, en Andalucía) en colaboración con cuatro comunidades autónomas que forman parte de este itinerario que atraviesa el eje sur-norte peninsular, ha creado la web La Ruta en Bici  (también hay disponible una app) con recursos y consejos para ciclistas, tanto de carretera como de BTT: etapas con sus tracks y un pasaporte que acredita que el viajero está recorriendo la Ruta Vía de la Plata (GR175, de nivel alto) y permite beneficiarse de descuentos en empresas colaboradoras.

La ermita mozárabe de Santa Cecilia, en Santibáñez del Val (Burgos), en el Camino del Cid.

5. El Camino del Cid
“Es un itinerario turístico cultural que atraviesa España de noroeste a sureste y sigue las huellas literarias e históricas de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, el famoso caballero medieval del siglo XI”, describe la web de  Camino del Cidque ofrece dos modalidades de rutas para pedalear: cicloturismo o bicicleta de montaña. Para recorrer los lugares y castillos descritos en el Cantar del mío Cid. Unos 1.400 kilómetros de senderos y 2.000 kilómetros de carreteras divididos en rutas tematizadas de entre 50 y 300 kilómetros, y unidas entre sí: El destierro (Burgos-Soria-Guadalajara), Tierras de Frontera (Guadalajara-Zaragoza-Soria), La conquista de Valencia (Teruel-Castellón-Valencia)...

Ciclistas entre molinos en Consuegra (Toledo), en la Ruta del Quijote.

6. La Ruta de Don Quijote (Castilla-La Mancha)
A lo largo de sus 2.500 kilómetros, recorridos en 10 tramos que visitan 148 municipios de las cinco provincias de Castilla-La Mancha, la  Ruta de Don Quijote  pasa por “los principales espacios naturales y culturales de la región”. Vías pecuarias, caminos históricos, riberas fluviales o plataformas ferroviarias en desuso dan acceso a más de 2.000 elementos de interés cultural (está declarada Itinerario Cultural Europeo). Y a mucha naturaleza: turismo ornitológico, dos parques nacionales (Cabañeros y Tablas de Daimiel), seis parques naturales, 12 reservas naturales, seis micro-reservas.

Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
Tramo de la ruta Transandalus que recorre los pueblos de la Alpujarra Granadina.
7. La TransAndalus
Concebida como una especie de vuelta a Andalucía, con visita a sus ocho provincias, desde los paisajes volcánicos de Cabo de Gata, en Almería, a Doñana, en Huelva, la TransAndalus  es un itinerario no señalizado de 2.000 kilómetros para el cicloturismo de alforjas. Algunos tramos coinciden con senderos de Gran Recorrido o Pequeño Recorrido; el 35% de su trazado discurre por zonas naturales protegidas. Es un proyecto puesto en marcha por bikers andaluces que han ido aportando información sobre sus respectivos territorios para construir el mapa de la ruta. Están organizados en torno a una web que ofrece a los viajeros rutómetros, mapas y tracks para GPS.

Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
Paseo a caballo y junto al Canal de Castilla.
8. Canal de Castilla (Castilla y León)
Del proyecto (inconcluso) de llevar el excedente de cereal de Castilla y León hacia los puertos del Cantábrico a través de una red de canales navegables que comenzó a mediados del XVIII solo se construyeron los 207 kilómetros del  Canal de Castillaejemplo notable de ingeniería hidráulica de la España ilustrada, y una de las rutas más frecuentadas por los amantes de la bici. Se puede recorrer también a pie, a caballo, o en un barco turístico. Parte de Alar del Rey hasta Calahorra de Ribas, en Palencia (Ramal Norte), y desde allí a Medina de Rioseco, en Valladolid (Ramal de Campos), o a El Serrón, en Grijota (Palencia), hasta Valladolid (Ramal Sur).

El monasterio de Poblet, en Tarragona, en la Ruta del Císter

9. La Ruta del Cister (Tarragona y Lleida)
Las comarcas del Alt Camp, Conca de Barberà (Tarragona) y el Urgell (Lleida) tienen en común que cada una de ellas alberga un importante monasterio cisterciense: Santes Creus, Poblet y Vallbona de les Monges, respectivamente. El GR 175 enlaza los tres monasterios: 108 kilómetros para los ciclistas, con cuatro variantes en los lugares más complicados. Y ejerce de eje vertebrador de la  Ruta del Cister,  que engloba los 65 municipios de este entorno a caballo entre Tarragona y Lleida y descubre no solo su patrimonio artístico-religioso sino un territorio rico en fiestas y tradiciones, cultura, naturaleza, vinos y cavas, artesanía.

Dos ciclistas contemplando el paisaje en Tarifa (Cádiz).

10. Proyecto EuroVelo: Europa en bici
El  Proyecto EuroVelo (EV), que está previsto que quede completo para 2020, engloba 15 rutas ciclistas de larga distancia para conectar y cohesionar Europa. Tres de ellas se adentran en territorio español: la EV1 o Ruta Costera del Atlántico entra por Irún (Guipúzcoa) y llega a Ayamonte (Huelva), por el trazado de la antigua Vía de la Plata, para continuar por la costa portuguesa. La EV3 enlaza caminos de peregrinación entre Noruega y Santiago de Compostela. La EV8, la Ruta Mediterránea, parte de Atenas (Grecia) y discurre paralela a la costa hasta tocar aguas atlánticas en Cádiz.

http://elviajero.elpais.com/elviajero/2017/04/18/actualidad/1492530170_186925.html

Incertidumbre

La física ha sido algo así como la diosa Kali del siglo XX, venerada y temida, capaz de todos los milagros y de todos los crímenes. Y la responsabilidad, la inconsciencia o los retortijones de conciencia de los sabios dedicados a cultivarla han brindado dramas argumentales a incontables obras literarias de las últimas décadas. Mi pobre erudición sería incapaz de enumerarlas, aunque fuese de modo incompleto. De mi adolescencia recuerdo dos piezas dramáticas que me impresionaron, una Los físicos de Friedrich Dürrenmatt, que transcurre en un manicomio dónde tres locos que creen ser Einstein, Newton y Moebius -y no lo son, pero tampoco están locos- se enfrentan y combaten por la posesión de un secreto aniquilador, socialmente más demente que cualquier demencia privada; otra, El caso Oppenheimer de Heinar Kipphardt, sobre los tormentos morales del inventor de la bomba atómica, que a mediados de los años sesenta representó el Piccolo Teatro de Milán bajo la dirección del gran Giorgio Strehler. Mucho más reciente pero girando también en torno a un tema apocalíptico semejante puedo mencionar la intrigante novela En busca de Klingsor, del mexicano Jorge Volpi. Y tantas más, entre las que no podemos descartar las tan populares historias del genéro de espionaje o ciencia-ficción centradas en la figura del "sabio enloquecido".

Hace pocos meses apareció en Francia una de las piezas más interesantes que he leído de este vasto y redundante mosaico literario: Le principe (El principio), de Jérôme Ferrari, editado por Actes Sud. De ese autor, uno de los novelistas actuales más destacables de su país, hay traducidas al español la novela con que ganó el premio Goncourt, El sermón sobre la caída de Roma (Random House) y una anterior, Donde dejé mi alma (Demipage), ambas absolutamente recomendables. En El principio, un joven aspirante a filósofo —y como tal atribulado y poco seguro de sí mismo— se obsesiona con la trayectoria vital de Werner Heisenberg, genial desde que en su juventud acuñó su celebérrimo "principio de incertidumbre" (¡que estupendo oxímoron!) que desconcertó a sus maestros, para después sentar las bases de la mecánica cuántica, lo que le valió el premio Nobel de Física a los treinta y un años. Su obra se gesta durante el ascenso del nazismo, en competencia o colaboración con la generación excepcional de los Einstein, Louis de Broglie, Max Planck, Niels Bohr, Schrödinger, Paul Dirac, Carl Friedrich von Weizsäcker, Otto Hahn, etc… Los jerarcas nazis les presionaron para conseguir la bomba atómica que les hubiera dado la victoria y que finalmente consiguió Oppenheimer en Estados Unidos. Algunos se escabulleron de patronos tan peligrosos pero otros, como Heisenberg, se dejaron querer, no por ideología nacionalsocialista sino para poder seguir investigando tranquilamente. Después de la guerra, recluidos por los vencedores, algunos sintieron culpabilidad por haber sido cómplices, pero otros no entendían que es lo que se les reprochaba a ellos, que sólo habían seguido con su trabajo: poner al descubierto la íntima belleza objetiva del universo.

El principio de incertidumbre de Heisenberg, en física cuántica, dice que no se puede conocer al mismo tiempo la posición y la velocidad de una partícula elemental. De modo semejante, el sabio no logra conocer la conjunción de su situación histórica y el vértigo acelerado de sus descubrimientos. Y quizá tampoco ninguno de nosotros sepa determinar juntamente dónde está y a dónde va en este mundo hermoso y atroz.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/04/actualidad/1430759210_681187.html

Cruzada (?) contra la República

«Todavía rodaba hacia Cartagena el coche en el que Alfonso XIII se dirigía al destierro, cuando, sustrayéndose al clamor popular que se elevaba por calles y plazas, campos y ciudades, los hombres más impacientes, que veían escapárseles el poder político de las manos, pensaban ya en la necesidad de una contrarrevolución que se opusiera a las decisiones expresadas por el sufragio universal», escribe Manuel Tuñón de Lara (Historia 16, Extra III de junio de 1977). El cardenal Segura llegó a insinuar la conveniencia de derrocar al gobierno mediante la lucha armada.

La tarde del 14 de abril, representantes de las «grandes familias» se reunieron en casa de Guadalhorce, ex-ministro de la Dictadura y directivo de Unión Monárquica (Calvo Sotelo, Ramiro de Maeztu y José Antonio Primo de Rivera entre otros), porque «algo hay que hacer», para impedir que la República tenga una vida en paz y derrocarla. Luca de Tena, el conde de Gamazo, Urquijo, Gabriel Maura y el duque de Hornachuelos, obtienen la autorización de constituir un Circulo Monárquico (quienes provocaron los acontecimientos del 10 mayo de 1931) y alquilar un piso en la calle de Alcalá. Junto a la aristocracia, financieros, militares, políticos del antiguo régimen y representantes de los grupos fascistas, cuyas acciones violentas ya se dejaban notar por Madrid.

La jerarquía eclesiástica, que no había visto con simpatía el cambio de régimen, no podía faltar a esta fiesta. El primado Cardenal Segura, se lanzó a elogiar a la monarquía y al rey, amenazando a la República. No se trataba de monarquía o república y aceptar o no la nueva legalidad, sino de crear Acción Nacional (AN), para la propaganda y actuación política, bajo el lema de «Religión, Familia, Orden, Trabajo y Propiedad». El Vaticano ordenó que los católicos apoyaran a la coalición decididamente. En AN coexistían quienes, como Gil Robles, optaban por la vía legal, la contrarrevolución desde dentro y quienes, como Goicoechea y el conde de Vallellano, preferían la vía violenta y la asociación para conquistar el poder.

En Valladolid, de la mano de Onésimo Redondo, surgieron las «Juntas Castellanas de Acción Hispánica», que se fusionarían después con el grupo de Ledesma en Madrid, creando las JONS (Juntas de Ofensiva Nacional-Sindicalista). Falange Española, de ideología fascista y nacionalsindicalista, se fundó el 29 de octubre de 1933, por José Antonio, primogénito del dictador Miguel Primo de Rivera, quien ya había actuado contra la Primera República. Como capitán general de Madrid, disolvió el Gobierno en 1874, tras el golpe de Estado de Martínez Campos en Sagunto.

El 9 de diciembre de 1931 se aprobó la Constitución y como jefe del Estado se eligió a Alcalá Zamora. El Gobierno, con base parlamentaria republicana de izquierda, con colaboración socialista, estuvo presidido por Manuel Azaña. Desde un principio se vio la necesidad de aprobar una ley para la reforma agraria, que contó con la drástica oposición de la derecha, dándose una aparente contradicción. La «Unión Económica», declaraba en sus bases: «El fundamento básico de la riqueza nacional lo constituyen sus producciones agrícola, forestal y ganadera». La Falange hablaban siempre del agro y no de la industria y Onésimo quería salvar a España desde la rural Castilla. En defensa de sus privilegios ancestrales se opusieron a toda reforma novedosa.

La derecha sentía la nostalgia de la «dialéctica de los sables» y la de los puños y de las pistolas (discurso de José Antonio Primo de Rivera, en el acto de fundación de Falange Española. Teatro de la Comedia de Madrid). Prefería la violencia a los debates en el Parlamento. Había quienes estimaban que un buen golpe de Estado valía más que millones de votos. Los partidarios de la acción violenta se reagrupaban y España se encontró ante una serie de conspiraciones militares.

El 8 de agosto de 1932, un número determinado de militares se reunieron para organizar la «Sanjurgada». Sanjurjo se encarga de Sevilla, Vareta de Cádiz, Ponte de Valladolid y Sainz de Lerin de Navarra. El bando militar del general decía: «Queda declarado el estado de guerra en toda la región andaluza, con las consecuencias que dicho estado lleva consigo. Como Capitán General de Andalucía, asumo el mando concentrado en mi autoridad de todos los poderes. Así como Dios me permitió llevar al Ejército español a la Victoria en los campos africanos, ahorrando el derramamiento de sangre moza, confío en que también hoy me será permitido, con mi actitud, llevar la tranquilidad a muchos hogares humildes, y la paz a todos los Espíritus. ¡Viva España Única e inmortal!»

En Madrid, el general Fernández Pérez sacó a la calle las fuerzas de la remonta y los regimientos acantonados en Alcalá. En el plan de los conspiradores se preveía que las columnas del sur y del norte caerían sobre Madrid. Con el pueblo al margen, ocurrió lo que tenía que ocurrir: un fracasó estrepitoso al fallar los conspiradores. Sanjurjo y sus correligionarios fueron detenidos a las seis de la mañana en la barrida Isla Chica de Huelva, por una pareja de guardias civiles, que reconoció al general, que huía vestido de paisano. Precisamente ahora, el Gobierno del PP, ha enterrado al general golpista en Melilla, con honores militares y en secreto.

En las elecciones de noviembre de 1933, pacíficos y violentos de la derecha se unieron en un solo frente para obtener mayor número de diputados. La izquierda se presentó fragmentada, dando comienzo una nueva etapa que, momentáneamente, separaría más a las dos corrientes de derecha. La CEDA y sus amigos declararan su «acatamiento leal al Poder público» y se abrió un período de apoyo condicionado a los gobiernos de centro-derecha de Lerroux y Samper. La extrema derecha, mientras tanto, continuó preparándose para tomar el poder mediante un golpe de fuerza.

Mussolini recibió al general Barrera, a Goicoechea y a los carlistas Olazábal y Lizarza. Firmaron un acuerdo según el cual Italia ayudaría a monárquicos y tradicionalistas a derribar el régimen republicano y sustituirlo por una regencia que prepararía la instauración de la monarquía corporativa y orgánica. El acuerdo preveía la entrega a la ultraderecha española de 20.000 fusiles, 20.000 granadas, 200 ametralladoras y un millón y medio de pesetas. Desde entonces, jóvenes tradicionalistas fueron enviados a Italia para instruirse en el manejo de las armas.

Calvo Sotelo abrigaba la idea de reunir a la extrema derecha en un bloque nacional en defensa de la patria. Primo de Rivera va a Alemania y celebra una «larga entrevista con Hitler» y vuelve entusiasmado. En aquel invierno se había constituido la Unión Militar Española, que, aunque sin militares de máxima graduación, mantiene contacto con los generales Goded y Mola. La UME mantenía posiciones de extrema derecha.

El talante agresivo de las escuadras de Falange se generaliza. Asaltan la Casa del Pueblo de Cuatro Caminos, el Fomento de las Artes de Madrid y una exposición en el Ateneo. Es asesinada la joven socialista Juanita Rico y el joven comunista Joaquín de Grado, cuyo entierro constituyó una demostración impresionante de obreros y de jóvenes. Se decía que los socialistas preparaban la revolución, cuando lo que preparaban era la defensa de la legitimidad republicana, frente al asalto fascista, como había ocurrido en Italia y Alemania. El «búnker» mientras tanto se preparaba para la guerra.

Febrero de 1936 significó para la derecha el fracaso de la «vía legal», con fuertes críticas a Gil Robles. La extrema derecha preconizó desde un principio el empleo de la violencia y la utilizó en cuanto le fue posible sin apoyarse en un movimiento de masas. Se trataba de organizaciones totalitarias, con programas totalitarios, en constante relación con el extranjero, del que recibían ayuda financiera. Se sirvieron de la religión como doctrina, y predicaban el derecho a la sublevación, que llegó el 18 de julio.

El 16 de febrero de 1936, el Frente Popular ganó las elecciones, que serían las últimas que se celebrarían durante la Segunda República. El Frente Popular constituía una nueva fórmula de alianza de las fuerzas de la izquierda, tras las derrotas sufridas en Europa y la llegada de Hitler al poder.

La derecha reaccionaria, financiera y terrateniente, parte del ejército, el fascismo y la iglesia Católica se pusieron en contra del pueblo y en contra de la República, que pretendía dignificar la historia. La sin razón no tenía otro argumento y fuerza que la negación de la democracia.

@caval100 Otros artículos sobre la República en este mes de Abril:

En abril republicano, hablemos de la Primera
Madrid republicano; los sucesos de mayo del 31
La República es posible

_-¡Agua va!!

_-El agua del Canal de Isabel II, que beben y con la que se lavan la cara los madrileños se ha convertido en un fétido albañal político.

El 17 de julio de 1834, bajo el calor escalfado del verano se expandía una epidemia de cólera en Madrid. De pronto se corrió la voz de que las muertes se debían a los clérigos que habían envenenado el agua de las fuentes públicas, y el pueblo asaltó conventos e iglesias y en solo 12 horas mató a 73 curas y frailes a garrotazos y puñaladas. Lo escribe Galdós.

Acababa de morir Fernando VII, el felón, y España rota en banderías se preparaba para la matanza general de la primera guerra carlista.

Por los salones de Madrid se paseaba entonces un joven de patillas románticas, que ha pasado por ser el creador del periodismo moderno, Mariano José de Larra, quien después de denunciar, criticar y zaherir en vano los vicios de la política acabó pegándose un tiro. Todo el año es carnaval, escribió Larra, espejo de inconformismo e independencia, en el que siempre desde entonces han tratado de reflejarse los mejores periodistas.

Hoy, aquel carnaval perdura bajo distintas formas. Las fuentes de Madrid no han sido envenenadas por los clérigos, pero el agua del Canal de Isabel II, que beben y con la que se lavan la cara los madrileños, se ha convertido en un fétido albañal político.

En España no hay cólera, pero hay cabreo, una epidemia más expansiva. El carnaval de Larra continúa, y si bien el pueblo no se levanta airado a matar curas, que nada tienen que ver en el asunto, sigue votando una y otra vez a gobernantes corruptos con una entrega de borregos.

En la Comunidad de Madrid se ha dado un hecho milagroso: se trataba de un prostíbulo en el que la única virgen era el ama. El agua del canal baja muy turbia y muchos ciudadanos, como Pilatos, con ella se lavan las manos, pero nada podrá salvarnos de esta epidemia si a través de las urnas no echamos del Gobierno a esta gente a patadas, sin tener que pegarnos un tiro como Larra.


http://elpais.com/elpais/2017/04/21/opinion/1492771020_905600.html

lunes, 24 de abril de 2017

Ciencia poética. Lucrecio es el Newton, el Einstein y el Carl Sagan de Roma. Su obra 'De la naturaleza' conserva intacta toda su actualidad.

El libro De la naturaleza ha recorrido más de dos milenios estableciendo una relación fuerte con cada época. Esta edición de Acantilado —muy bella y muy útil— ofrece el original latino de Lucrecio y una de sus mejores traducciones, realizada por Eduard Valentí Fiol. Un libro bilingüe es un instrumento de gran precisión. Este incluye además dos acercamientos contemporáneos: la introducción de Valentí y la presentación de Stephen Greenblatt, muy distintas a pesar de su proximidad. Valentí, heredero de una tradición gloriosa, representa el ideal de la filología moderna a mediados del XX: fijar el texto latino, traducirlo y comentarlo de modo riguroso. Greenblatt traza una semblanza breve y seductora, síntesis de la cultura posmoderna: intérprete libérrimo, relaciona, conecta y sabe llegar, more americano, al gran público, cosa vista con desconfianza por la filología tradicional europea. Su modelo general de una cultura poética encuentra aquí una aplicación perfecta a la ciencia.

El De rerum natura ha sido el clásico preferido por la izquierda moderna. Ateos, materialistas e ilustrados vieron en Lucrecio a uno de los suyos. Lo ejemplifican algunos de sus traductores, como el revolucionario Marchena, el republicano Gil-Albert o el ácrata García Calvo. Greenblatt lo encaja bien en la izquierda posmoderna: su Lucrecio es pacifista, ecologista y tan antiimperialista que resulta incluso antirromano (algo difícil de conciliar con el inolvidable principio de la obra). Por supuesto, también perfila un Lucrecio anticristiano, al superponerle el troquel bipolar de Estados Unidos. Si solo existen creacionistas y darwinistas, Lucrecio cae, con toda razón, del lado de estos últimos, pues explica la desaparición de especies por la supervivencia de los más aptos y es enemigo acérrimo de las religiones. Pero la cuestión requiere algunos matices: en realidad el cristianismo llegó después y fue él el antilucreciano (por antiepicúreo). Otros poetas epicúreos, como Virgilio y Horacio, han gozado de gran aceptación por parte del cristianismo europeo. Existe, por otra parte, una tradición minoritaria de cristianos epicúreos, explorada por Michel Onfray. Y lo esencial: la divinidad está muy presente en el libro. Es una divinidad propia de un filósofo y de un poeta. También de un científico. No es desde luego un Dios religioso. Pero eso es algo que la ciencia actual parece haber dejado en el pasado. Actualísimo es el análisis que hace Lucrecio de la divinización de la Tierra, pues a la vez la desmitifica y la tolera.

Es este uno de los libros mayores del paganismo grecolatino, hecho de una refinada naturalidad cultural. Sin ella, corremos el riesgo de no ver. Por ejemplo: al describir los avatares del texto (que desde el primer momento ha estado al borde de desaparecer varias veces) el propio Greenblatt incurre en una suerte de providencialismo cultural, al retratar a Poggio (el humanista del Renacimiento que salvó el texto) como “el agente por medio del cual sucedió algo importante”. ¿No presupone esta frase una suerte de Providencia, muy contraria, por cierto, al epicureísmo?

Como todos los clásicos, Lucrecio es irreductible a una época o a una ideología, incluso a las suyas. Por eso está a disposición de todos los que han ido llegando a él.

También es un gran liberador. Libera de los fanatismos religiosos, pero también (atención) de las servidumbres del sexo. Como todos los epicúreos, predica un raro ascetismo. Tanto, que lo que este libro científico contiene es una suerte de evangelio de Epicuro, ensalzándolo como a un hombre sagrado. Esta tendencia del racionalismo científico a convertirse en escuela, secta o cuasi-religión es muy interesante. El hecho de que se diera ya en la Antigüedad, y precisamente entre los seguidores del más enemigo de los fanatismos, debería servirnos de aviso.

La ciencia moderna debe mucho a Lucrecio: la biología darwinista, la psicología, como ha visto David Konstan, y, sobre todo, la física: su admirable hipótesis atomista se ha visto confirmada hace solo unas décadas. Paradójicamente (aquí los físicos deberían ayudar a los filólogos) es probable que átomos no sea ya la mejor traducción para las partículas elementales, cuyos movimientos —“batallas y escaramuzas, escuadrón contra escuadrón”— se parecen más a los de los protones.

Poesía, filosofía y ciencia discurren aquí simultáneas. El lector contemporáneo puede disfrutar una cuarta faceta: la de narrador magistral. Poeta del cosmos, Lucrecio es el Newton, el Einstein y el Carl Sagan de Roma. ¿Qué prevalece? La poesía, en la Antigüedad. La ciencia, ahora. Lucrecio transmite una visión general de las cosas (filosófica) con un lenguaje creativo, bello y preciso (es decir, poético) para dar una explicación científica de una realidad que también es bella. En nuestra época la ciencia ha sometido a la filosofía y ha eclipsado a la poesía. Por eso, una traducción en prosa como esta tiene la eficacia de llegar a los científicos, a los filósofos y al gran público.

Como poeta, Lucrecio da voz a la naturaleza. Aborda la imperfección del mundo. Es un entusiasta, “agotado por la larga carrera de la vida”. Usa metáforas (“murallas que rodean el vasto mundo”) y un idioma muy rico (“esplendorosas mieses y ufanos viñedos”). Afronta el amor y la muerte. Emplea mitos. Y a veces incurre en una ingenuidad preciosa. Por ejemplo, cuando afirma que el sol, la luna y las estrellas son exactamente del tamaño que las vemos.

De la naturaleza es uno de los textos más vigentes de la antigüedad. Se encuentra —verdadero prodigio— en las bibliotecas de letras y en las de ciencias. Pensando en Lucrecio, Virgilio llamó afortunado al que conoce las causas de las cosas.

De rerum natura / De la naturaleza. Lucrecio. Prólogo de Stephen Greenblatt. Traducción, prólogo y notas de Eduard Valentí Fiol. Acantilado. Barcelona, 2013. 608 páginas. 33 euros

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/08/07/actualidad/1375886296_322245.html

domingo, 23 de abril de 2017

_--Alberto Garzón: el ‘predicador’ comunista Garzón emprende una gira para divulgar la ideología al cumplirse 100 años de la Revolución Rusa

_--¿Qué es ser comunista hoy? La pregunta la formula Alberto Garzón, líder de Izquierda Unida. Su respuesta es objeto de una gira de conferencias que el político está realizando por todo el país con una acogida interesante. Su propósito es dotar de un nuevo significado al “denostado” comunismo que augura que será blanco de nuevos ataques este año en el que se cumplen importantes aniversarios del movimiento: 2017 es el centenario de la Revolución Rusa, el 150º aniversario de la publicación de El Capital de Karl Marx, el 80º aniversario de la muerte de Antonio Gramsci… Y, en España, el 40º aniversario de la legalización del Partido Comunista, cuya efeméride fue el pasado 9 de abril. Y persisten los recelos. “Parece que los comunistas matamos gatitos por las noches”, ironiza en sus charlas. En tiempos de Instagram, Garzón, a sus 31 años, defiende que el comunismo no está reñido con la modernidad y ejerce de predicador—él prefiere “divulgador”— del mismo. “Se puede ser comunista y tener un iPhone”, reivindica.

El político quiere, en primer lugar, poner en valor la palabra comunista, aunque “lo fácil” sea rehuirla. “Esa es una opción legítima, pero no es nuestra opción, porque el lenguaje es ideología”, explica en sus conferencias bajo el título de Cómo ser comunista hoy, que ha pronunciado ya en varias provincias andaluzas, Extremadura y Madrid (una de las más multitudinarias, en la Universidad Complutense, donde acudió más de un millar de personas), y con las que va a seguir recorriendo España. “El comunismo es una forma de ver el mundo, unas gafas que te pones. Que dice que la desigualdad no es justa y además es evitable”, enfatiza en las charlas, en las que repasa la historia del marxismo, con leves críticas, como el abandono de la lucha de las mujeres.

¿Solo eso? “En el nombre del comunismo se han cometido crímenes”, reconoce Garzón en conversación con EL PAÍS. “Pero de la misma forma que sería injusto decir que Jesucristo fue responsable de la muerte en la hoguera de Giordano Bruno, lo sería echarle al marxismo la culpa de un comportamiento que es histórico y que tiene sus sombras”, argumenta. El coportavoz de Unidos Podemos en el Congreso admite que “uno de los errores fue abandonar su raíz republicana, que es la que permite defender la libertad de expresión, los sistemas pluripartidistas, la democracia procedimental” y eso, según el político, “no ha existido o lo ha hecho con muy poca intensidad en los llamados países del socialismo real”, dice sobre los regímenes totalitarios comunistas.

Con el PCE de Santiago Carrillo, cuyo papel en la Transición fue clave para el paso pacífico de la dictadura a la democracia, siempre ha sido muy crítico por “moderarse”. “La posición política de Carrillo y el eurocomunismo solo nos ha traído males”, incidió el pasado febrero en Córdoba. “Recordaréis que Carrillo ordenaba retirar las banderas republicanas en los mítines. La lógica que imperaba era la moderación”. Garzón critica que el PCE abandonara el leninismo y cree que se “institucionalizó”, aunque también reconoce que se hizo “lo que se pudo”. El líder de IU, donde se integra el PCE, apuesta por superar ambas organizaciones en un nuevo “espacio político” con Podemos y otras formaciones, una posición a la que se opone un sector del partido, como el que representa Gaspar Llamazares. Con Podemos forma una coalición electoral y parlamentaria de la que desaparecieron sus siglas.

¿Qué objetivos políticos tiene un comunista del año 2017? Se resumen en “transformar la sociedad para que no esté regida por el principio de la ganancia” y, en la práctica, asegurar una educación y sanidad totalmente públicas, la nacionalización de las grandes empresas, como las energéticas, y el derecho a la vivienda y el trabajo garantizados por el Estado, explica el diputado. “Nosotros no somos contrarios a la propiedad privada personal, sí de los grandes medios de producción”, aclara.

Es por eso por lo que los comunistas hoy no incurren en contradicciones por tener el último iPhone, por ejemplo: él tiene uno. “Tenemos que vivir con el ejemplo pero eso no significa odio hacia a lo material. El comunismo se plantea como superación del capitalismo, no como paso a una sociedad primitiva”. El líder de IU afirma que en Unidos Podemos hay “muchos comunistas”, pero los hay más cómodos en otras etiquetas. Él prefiere decir que es comunista a que es de izquierdas. En sus conferencias, de acento académico, recuerda: “El marxismo no es la llave que abre todas las puertas, sino una luz que nos permite entender mejor la realidad”

http://politica.elpais.com/politica/2017/04/11/actualidad/1491940134_079836.html?rel=lom

Más opiniones sobre Podemos.
http://politica.elpais.com/politica/2016/11/24/actualidad/1480011497_610254.html?rel=mas

Un "poco" del ataque que no cesa.
https://www.rebelion.org/noticia.php?id=226285

Discurso de Eduárdo Mendoza en el Cervantes

He sido y sigo siendo un fiel lector de Cervantes y, como es lógico, un asiduo lector del Quijote. Con mucha frecuencia acudo a sus páginas como quien visita a un buen amigo, a sabiendas de que siempre pasará un rato agradable y enriquecedor. Y así es: con cada relectura el libro mejora y, de paso, mejora el lector. Pero en mi memoria quedan cuatro lecturas cabales del Quijote.

Lo leí por primera vez por obligación, en la escuela. A los que hicimos preuniversitario el año académico de 1959/60 nos tocó leer y comentar el Quijote, tanto a los que habíamos optado por el bachillerato de letras como por el de ciencias. A diferencia de lo que ocurre hoy, en la enseñanza de aquella época prevalecía la educación humanística, en detrimento del conocimiento científico, de conformidad con el lema entonces vigente: que inventen ellos. (…)

En la clase de Literatura nos enseñaban algunas cosas que luego no me han servido de mucho, pero que me gustó aprender y me gusta recordar. Por ejemplo, la diferencia entre sinécdoque, metonimia y epanadiplosis. O que un soneto es una composición de catorce versos a la que siempre le sobran diez.

Y allí, contra aquel fiero rebaño compuesto por treinta adolescentes sin chicas que era la clase del Hermano Anselmo, arremetió lanza en ristre don Alonso Quijano el Bueno, no sé si en la edición de Riquer o en la de Zamora Vicente para la lectura, y en la desmesurada edición de Rodríguez Marín para los que íbamos por nota. Porque de esto hace mucho y mi amigo el Profesor don Francisco Rico aún no había alcanzado el uso de razón.

La verdad es que don Quijote y Sancho no fueron bien recibidos. Nuestra imaginación literaria se nutría de El Coyote y Hazañas Bélicas y las sesiones dobles del cine de barrio eran nuestro Shangri-La. Pero el Siglo de Oro, francamente, no.

Hay que decir, en nuestro descargo, que en aquellos años, que Juan Marsé llamó de incienso y plomo, la figura de don Quijote había sido secuestrada por la retórica oficial para convertirla en el arquetipo de nuestra raza y el adalid de un imperio de fanfarria y cartón piedra. (…)

La lectura del Quijote fue un bálsamo y una revelación. De Cervantes aprendí que se podía cualquier cosa: relatar una acción, plantear una situación, describir un paisaje, transcribir un diálogo, intercalar un discurso o hacer un comentario, sin forzar la prosa, con claridad, sencillez, musicalidad y elegancia. (…)

Leí el Quijote de cabo a rabo por segunda vez una década más tarde. Yo ya era lo que en tiempos de Cervantes se llamaba un bachiller, quizá un licenciado, lo que hoy se llama un joven cualificado, y lo que en todas las épocas se ha llamado un tonto.

Llevaba el pelo revuelto y lucía un fiero bigote. Era ignorante, inexperto y pretencioso. Pero no había perdido el entusiasmo. Seguía escribiendo con perseverancia, todavía con pasos aún inciertos, en busca de una voz propia.

Como tenía otros modelos literarios, de mayor graduación alcohólica, por decirlo de algún modo, (como Dostoievski, Kafka, Proust y Joyce), en esa ocasión me atrajo sobre todo el Caballero de la Triste Figura, su tenacidad y su arrojo. Porque, salvando todas las distancias, yo aspiraba a lo mismo que don Alonso Quijano: correr mundo, tener amores imposibles y deshacer entuertos.

Algo conseguí de lo primero; en lo segundo me llevé bastantes chascos, y en lugar de deshacer entuertos, causé algunos, más por irreflexión que por mala voluntad. (…)

La tercera vez que leí el Quijote ya era, al menos nominalmente, lo que nuestro código civil llama “un buen padre de familia”.

Cuando emprendí esta nueva lectura del Quijote no tenía motivos de queja.

Como don Quijote, había recibido algunos palos, ni muchos ni muy fuertes. Como Sancho Panza, me había apeado muchas veces del burro. Pero había conseguido publicar algunos libros que habían recibido un trato benévolo de la crítica y una buena acogida del público. Hago un paréntesis para decir que, sin quitarme el mérito que me pueda corresponder, mucho debo al apoyo y, sobre todo, al cariño de algunas personas. Y creo que sería injusto silenciar, a este respecto, la contribución especial de dos personas a mi carrera literaria. Una es Pere Gimferrer, que me dio la primera oportunidad y es mi editor vitalicio y mi amigo incondicional. La otra es, por supuesto, Carmen Balcells, cuya ausencia empaña la alegría de este acto. (…)

Lo que descubrí en la lectura de madurez fue que había otro tipo de humor en la obra de Cervantes. Un humor que no está tanto en las situaciones ni en los diálogos, como en la mirada del autor sobre el mundo. Un humor que camina en paralelo al relato y que reclama la complicidad entre el autor y el lector. Una vez establecido el vínculo, pase lo que pase y se diga lo que se diga, el humor lo impregna todo y todo lo transforma.

Es precisamente el Quijote el que crea e impone este tipo de relación secreta.

Una relación que se establece por medio del libro, pero fuera del libro, y que a partir de ese momento constituirá la esencia de lo que denominamos la novela moderna. Una forma de escritura en la cual el lector no disfruta tanto de la intriga propia del relato como de la compañía de la persona que lo ha escrito.

Aunque raro es el año en que no vuelva a picotear en el Quijote, con la única finalidad de pasar un rato agradable y levantarme el ánimo, lo cierto es que no lo había vuelto a releer de un tirón, hasta que la cordial e inesperada llamada del señor Ministro me notificó que me había sido concedido este premio (…).

En esta ocasión seguía y sigo estando, en términos generales, satisfecho de la vida. De nada me puedo quejar e incluso ha mejorado mi estado de salud: antes padecía pequeños desarreglos impropios de mi edad y ahora estos desarreglos se han vuelto propios de mi edad.

Sin embargo, cuando se lee el Quijote, uno nunca sabe lo que le puede pasar.

En lecturas anteriores yo había seguido al caballero y a su escudero tratando de adivinar la dirección que llevaba su peregrinaje. Esta vez, y sin que en ello interviniera de ningún modo la melancolía, me encontré acompañando al caballero en su camino de vuelta a un lugar de la Mancha cuyo nombre nunca hemos olvidado, aunque a menudo lo hayamos intentado. (…)

Todo personaje de ficción es transversal. Va de lector en lector, sin detenerse en ninguno. Eso mismo hace don Quijote. Exceptuando a Sancho, todos los personajes del libro están donde Dios los puso. Don Quijote es lo contario: va de paso y atraviesa fugazmente por sus vidas. Generalmente les causa un pequeño trastorno, pero les paga con creces. Sin la incidencia atropellada de don Quijote, hidalgos, venteros, labriegos, curas y mozas del partido reposarían en la fosa común de la antropología cultural. Gracias a don Quijote hoy están aquí, con nosotros, tan reales como nosotros mismos y, en algunos casos, quizás un poco más.

Ésta es, a mi juicio, la función de la ficción. No dar noticia de unos hechos, sino dar vida a lo que, de otro modo, acabaría convertido en mero dato, en prototipo y en estadística. Por eso la novela cuenta las cosas de un modo ameno, aunque no necesariamente fácil: para que las personas, a lo largo del tiempo, la consuman y la recuerden sin pensar, como los insectos que polinizan sin saber que lo hacen.

Recalco estas cosas bien sabidas porque vivimos tiempos confusos e inciertos. (…)

La incertidumbre y la confusión a las que yo me refiero son de otro tipo. Un cambio radical que afecta al conocimiento a la cultura, a las relaciones humanas, en definitiva, a nuestra manera de estar en el mundo. Pero al decir esto no pretendo ser alarmista. Este cambio está ahí, pero no tiene por qué ser nocivo, ni brusco, ni traumático.

En este sentido, ahora que los dos vamos de vuelta a casa, me gustaría discrepar de don Quijote cuando afirma que no hay pájaros en los nidos de antaño. Sí que los hay, pero son otros pájaros.
(…)

Y aquí termino, repitiendo lo que dije al principio. Que recojo este premio con profunda gratitud y alegría, y que seguiré siendo el que siempre he sido: Eduardo Mendoza, de profesión, sus labores.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/20/actualidad/1492693992_528797.html