sábado, 17 de febrero de 2018

_- ¿El éxito proviene principalmente del talento, el trabajo duro o la suerte?

_- ¿Proviene de talento, trabajo duro ... o suerte?

En una manifestación de campaña en Roanoke, Virginia, antes de las elecciones de 2012, el presidente Barack Obama opinó: "Si tuvo éxito, alguien a lo largo del camino le brindó ayuda". Hubo un gran maestro en algún lugar de tu vida ... Alguien invirtió en caminos y puentes. Si tienes un negocio, no construiste eso. Alguien más hizo que eso suceda ".

Aunque Obama estaba haciendo una observación más amplia sobre el poder de la acción colectiva, como la construcción de represas, redes eléctricas e Internet, las cabezas conservadoras explotaron en el sentimiento final. "¡Sí construí eso!" Es una respuesta comprensible con la que me puedo relacionar. Investigo mis libros, edito mi revista, enseño mis cursos y escribo estas columnas (esta es mi número 200 consecutivo para Scientific American). Si no los hago suceden, nadie más lo hará. Pero luego comencé a pensar como científico social en el papel de las circunstancias y la suerte en cómo resultan las vidas. Es una experiencia aleccionadora darse cuenta de cuántas variables están fuera de nuestro control:

La suerte de haber nacido en primer lugar -la relación entre la cantidad de personas que pudieron haber nacido y los que realmente lo fueron- es incalculablemente grande, sin mencionar la suerte de haber nacido en un país occidental con un sistema político estable, una solida economía y una infraestructura sólida (carreteras y puentes) en lugar de, por ejemplo, en una casta inferior en la India, o en Siria devastada por la guerra, o en la anárquica Somalia.

La suerte de tener padres cariñosos y afectuosos que te criaron en un vecindario seguro y en un entorno saludable, te proporcionaron una educación de bachillerato de alta calidad y te inculcaron los valores de la responsabilidad personal. Si tuvieron éxito financiero, eso es una ventaja adicional porque un predictor clave del poder adquisitivo de alguien es el de sus padres. La suerte de asistir a una universidad donde asistieron profesores o mentores buenos o inspiradores que lo guiaron a su vocación, junto con una fuerte cohorte de compañeros para desafiarlo y apoyarlo, seguido de encontrar un trabajo bien remunerado o una carrera profesional que coincida con su educación talentos e intereses

La suerte de haber nacido en un momento de la historia en que tus aptitudes y pasiones particulares encajan con las del espíritu de la época. ¿Los cofundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin estarían entre las personas más ricas y exitosas del mundo si hubieran nacido en 1873 en lugar de 1973? Ambos son brillantes y trabajadores, por lo que probablemente hubieran tenido éxito en cualquier siglo, ¿pero con el equivalente de casi $ 45 mil millones cada uno? No parece probable.

¿Qué hay de la inteligencia y el trabajo duro? Sin duda, importan tanto como la suerte. Sí, pero décadas de datos de genética conductual nos dicen que al menos la mitad de la inteligencia es hereditaria, como lo es tener una personalidad alta en apertura a la experiencia, escrupulosidad y la necesidad de alcanzar logros, todos factores que ayudan a moldear el éxito. Los componentes no genéticos de la aptitud, la escrupulosidad y la ambición también importan, por supuesto, pero la mayoría de esas variables ambientales y culturales fueron provistas por otros o por circunstancias que usted no creó. Si te levantas por la mañana lleno de energía y vigor, saltas por la puerta y al mundo para tomar tu foto, no eliges ser de esa manera. Luego está el problema de las personas übersmart, (muy inteligentes) creativas y trabajadoras que nunca prosperan, por lo que obviamente existen factores adicionales que determinan los resultados de la vida, como la mala suerte ... y malas elecciones.

La voluntad, también, debe ser considerada en cualquier evaluación de los resultados de la vida, en el sentido de conocer sus fortalezas y debilidades y seleccionar caminos con más probabilidades de producir el efecto deseado. Puede tomar conciencia de las variables de influencia internas y externas en su vida, y consciente de cómo responde a ellas, y luego hacer los ajustes correspondientes, sin importar cuán restrictivos sean los grados de libertad.

Si los dados cósmicos rodaban a tu favor, ¿cómo te sentirías? El orgullo modesto en el trabajo duro de uno no es vicio, pero la arrogancia jactanciosa de la buena fortuna de uno no es virtud, por lo que debes cultivar la gratitud. ¿Qué pasa si has tenido mala suerte en la vida? Debería haber consuelo en el hecho de que los estudios demuestran que lo importante a largo plazo no es tanto el éxito como la vida con sentido. Y ese es el resultado de tener familiares y amigos, establecer objetivos a largo plazo, enfrentar los desafíos con coraje y convicción, y ser sincero consigo mismo.

Este artículo fue publicado originalmente con el título "¿Cuál es el secreto del éxito?"
Michael Shermer is publisher of Skeptic magazine (www.skeptic.com) and a Presidential Fellow at Chapman University. His new book is Heavens on Earth: The Scientific Search for the Afterlife, Immortality, and Utopia (Henry Holt, 2018).

https://www.scientificamerican.com/article/does-success-come-mostly-from-talent-hard-work-mdash-or-luck/

Todos los Marx que hay en Marx. Nuevos ensayos y reediciones constatan el interés por el legado del autor de 'El capital'

Desde el inicio de la crisis, en 2008, el interés por Marx y la tradición intelectual que contribuyó a fundar ha crecido de una manera vertiginosa. Como señala Constantino Bértolo con agudeza en la introducción de Llamando a las puertas de la revolución, no se trata de un reflejo inevitable de la recesión económica. De hecho, en la anterior crisis global de acumulación, la de los años setenta del siglo pasado, se produjo más bien el fenómeno contrario: un desplazamiento hacia la derecha de los intereses intelectuales mayoritarios. El retorno de Marx forma parte del turbulento ciclo político que vivimos y de un ambiente de reivindicación de la extensión de los límites de la democracia y de cuestionamiento de su relación con el mercado.

Y como en otras ocasiones en las que se ha reactivado el legado de Marx, hoy se vuelve a plantear la necesidad de lidiar con las peculiaridades textuales de sus escritos canónicos y con su fijación crítica. No son problemas técnicos ni menores. La obra de Marx no es un edificio diseñado según un plan maestro, sino, a veces casi literalmente, un yacimiento arqueológico con diferentes estratos que incluyen materiales de intervención ligados a circunstancias históricas coyunturales, apuntes personales, ensayos fallidos o textos que no fueron pensados para su publicación. Por eso, la extensa serie de antologías y selecciones de sus escritos que se han publicado desde hace más de un siglo constituye un valioso repertorio de interpretaciones. Leer a Marx es siempre decidir qué Marx leer, y toda recepción de su herencia es una especie de antología implícita.

Llamando a las puertas de la revolución presenta una amplia selección de escritos cuyo criterio de organización es eminentemente político, antes que científico o filosófico (“Leer a Marx pide hacerlo desde el horizonte de la revolución”, escribe Bértolo). No es el único itinerario posible, pero desde luego es uno indiscutible y en cualquier caso se trata de una antología muy completa que proporciona una visión panorámica y profunda —ni mucho menos sólo introductoria— de la obra de Marx. La selección está organizada como una narración que utiliza textos extractados en secuencias cortas y ágiles “para contar una historia protagonizada por aquel revolucionario que se llamaba Karl Marx”. El resultado es muy vigoroso y consigue ahorrar al lector buena parte del Marx más plúmbeo sin perder rigor. El volumen se completa con una generosa introducción que proporciona un amplio contexto histórico y claves teóricas de lectura de algunos de los aspectos más controvertidos de la teoría marxista.

La complejidad de la traducción de las obras originales de Marx ha hecho que a menudo los editores se limiten a reimprimir sin grandes modificaciones versiones de hace décadas. También porque en el entorno académico actual, obsesionado con el rendimiento a corto plazo y los índices de impacto, es casi inimaginable que un especialista dedique varios años de su vida a una tarea crucial pero lenta, difícil y oscura como es la traducción crítica de textos clásicos. Por eso, en el caso de El capital, la mejor versión castellana disponible sigue siendo la de Pedro Scarón, publicada por primera vez en 1975: es la más legible y la que tiene un aparato crítico más completo. Hasta ahora, su principal problema era editorial. La impresión era de mala calidad y la obra estaba organizada en ocho volúmenes con las notas y los índices muy desperdigados. Para colmo, tenía una encuadernación infame que al menor descuido convertía el libro en un surtidor de hojas. Por fin, Siglo XXI se ha decidido a revisar a fondo la edición original y se han corregido la mayor parte de los defectos de diseño. El resultado es muy bueno. La obra se presenta ahora reunida en los tres libros originales, con todo el aparato de notas colocado en su lugar mediante una maquetación generosa que no escatima papel.

Por supuesto, el interés contemporáneo por Marx también se está plasmando en obras teóricas que tratan de actualizar y renovar su pensamiento. El filósofo Anselm Jappe, cuyos trabajos está dando a conocer en nuestro país la editorial Pepitas de Calabaza, es el autor de una recepción muy potente y original de la obra de Marx en la que el llamado “fetichismo de la mercancía” y el análisis de los aspectos simbólicos de la sociedad de mercado ocupan un lugar cardinal. Tomando como punto de partida la “crítica del valor” que a finales de los años ochenta desarrollaron teóricos como Robert Kurz y Moishe Postone, Las aventuras de la mercancía propone un análisis de la crisis contemporánea no como una fase de un proceso cíclico de contracciones y expansiones económicas, sino como el desenlace definitivo de tensiones sistémicas irresolubles ancladas en la incompatibilidad del capitalismo con la constitución antropológica del ser humano. Jappe logra romper con el ambiente autorreferencial de buena parte de la marxología contemporánea para proponer una crítica del trabajo asalariado y la sociedad de mercado desde un entorno intelectual amplio y sugerente que aspira a pensar nuevas formas de vida social más amigables.

‘Llamando a las puertas de la revolución’. Karl Marx. Edición de Constantino Bértolo. Debolsillo, 2017. 928 páginas. 13,95 euros.

‘El capital’. Karl Marx. Traducción de Pedro Scarón. Siglo XXI, 2017. 2.776 páginas. 90 euros.

‘Las aventuras de la mercancía’. Anselm Jappe. Traducción de Diego L. Sanromán. Pepitas de Calabaza, 2016. 304 páginas. 21 euros.

https://elpais.com/cultura/2017/10/11/babelia/1507741874_068036.html?rel=str_articulo#1517153344121

viernes, 16 de febrero de 2018

_- ¿Realidad o ficción? La recuperación económica en manos de una minoría.


Viento Sur

Al iniciarse el cuarto trimestre del año 2011, un grupo de ciudadanos americanos, en principio muy pequeño, inició el movimiento Occupy Wall Street, que seguía las coordenadas de los movimientos de indignados que habían crecido como setas en muchas partes del mundo. Seguramente fue el intelectual anarquista David Graever, presente allí, el que puso en circulación el afortunado lema “¡Somos el 99%!, aludiendo al inmenso porcentaje de la población que se sentía explotado por el 1 % restante. Una diferencia muy significativa entre esos movimientos protagonizados fundamentalmente por jóvenes (aunque no sólo) y otros que surgieron en el pasado, de raíz obrerista, es que para establecer la comparación, los de ahora no sólo se fijan en las condiciones de vida de la parte baja y media dela población, sino también en la de las clases altas: en las del 1 %.

La gente que está en la cúspide de la escala social es tan inmensamente rica (lo que gana y lo que posee) que se ha convertido en los “nuevos invisibles” de la actual situación: no quieren aparecer en público ni hacer ostentación de su riqueza para no ser objeto de la indignación de la gente.

Cuanto menos se los vea o se hable de ellos, mejor. En ocasiones se analizan las distancias entre lo que se gana, pero no tanto entre lo que se posee. Sin embargo, tener patrimonio es imprescindible para la calidad de la vida y el bienestar, ya que se puede acudir a él en estados de necesidad o para acceder a nuevas rentas; el patrimonio es, además, hereditario y contribuye a perpetuar la desigualdad a través de generaciones.

En los países occidentales -en los que tuvieron más presencia los movimientos de los indignados- tan significativo era el análisis de las situaciones de pobreza absoluta y pobreza relativa, como de la desigualdad: lo que separa crecientemente a unos ciudadanos de otros.

El informe de Oxfam aporta datos muy significativos de esta distinta realidad social en un país como España:

• Mientras el 10 % más pobre ha visto disminuir un 17 % su participación en la renta nacional durante la década de la Gran Recesión (años 2007 a 2016), el 10 % más rico la ha visto incrementada en un 5 %. Y el 1 % de la cima, en un 9 %.
> • El 10 % más rico concentra más de la mitad de la riqueza total del país (un 53,8 %); más que el 90 % restante. El 1 % de ricos entre los ricos posee la cuarta parte de la riqueza, casi el mismo porcentaje que el 70 %.

• En el último año contabilizado, de 2016 a 2017, el 1 % más rico capturó el 40 % de toda la riqueza creada mientras el 50 % más pobre apenas consiguió repartirse un 7 % de ese crecimiento.

Durante los últimos años, la mayor parte de los informes que Oxfam ha presentado en el Foro de Davos han estado sumergidos en los efectos de la Gran Recesión y sus consecuencias sobre el empobrecimiento, la desigualdad, la precarización estructural, la reducción de la protección social y el aumento de la desconfianza ciudadana frente a las respuestas políticas tradicionales.

Desde hace ya casi cuatro años, España ha salido de la Gran Recesión y está experimentando porcentajes de crecimiento muy notables. Y sin embargo, una parte amplia de la población no lo nota: con el crecimiento económico no ha revertido la redistribución negativa de la renta, la riqueza, el poder económico y el poder político (gobernar para las élites). La recuperación está siendo tan asimétrica como la propia crisis económica, seguramente porque la gestión de la recuperación está siendo tan desequilibrada como lo fue la Gran Recesión.

Nuestro país se ha de enfrentar a datos como los siguientes:

• Más de 10 millones de ciudadanos (el 22,3 % de la población total) tienen rentas que se sitúan por debajo del umbral de la pobreza. Entre ellos, casi el 29 % de los menores de 16 años.

• España es el tercer país más desigual de la Unión Europea, sólo por detrás de Rumanía y Bulgaria y empatado con Lituania. Es el país en el que más ha crecido la desigualdad durante la década perdida (2007-2016).

• En la recuperación (desde 2013 a 2016), 29 de cada 100 euros provenientes del crecimiento han ido a parar al 10 % de los ciudadanos con las rentas más altas. Sólo ocho de cada 100 euros han quedado en manos del 10 % más pobre. La recuperación económica ha favorecido cuatro veces más a los más ricos que a los más pobres.

• Desde el primer trimestre del año 2012 la productividad por hora trabajada ha crecido 10 veces más que el salario por hora trabajada. Las mejoras de la productividad se han destinado en buena medida a privilegiar el crecimiento de las rentas del capital, mientras que la masa salarial se ha estancado desde el año 2008.

• Casi el 14 % de la población ocupada son personas que a pesar de tener un empleo no logran salir de la pobreza. El 58 % de ellas son mujeres.

Esta es la cara oculta de la prosperidad; aquella que es difícil encontrar en los discursos del poder. Los silencios sociales son una de las trampas del sistema y por ello conviene descorrer sus cerrojos como hace una vez más el informe de Oxfam. La desigualdad de oportunidades se está convirtiendo en estructural no sólo en la crisis sino también en la recuperación, de tal manera que los beneficios del crecimiento van a parar a las manos de quienes ya viven holgadamente; éstos multiplican sus oportunidades de acceso a servicios, educación y formación, herramientas y canales de elusión fiscal y acumulación de los espacios económicos y políticos. El bienestar de los jóvenes depende cada vez más de la renta y la riqueza de sus antecesores que de sus propios esfuerzos, peligroso, dice la historia.

En la España de 2018 se cumple a rajatabla en trilema de Stiglitz:

1) los mercados no son eficientes (y el desiderátum de mercado ineficiente es el laboral);

2) la política, como es su función, no logra corregir los fallos de los mercados;

3) el sistema económico (la economía de mercado) y el sistema político (la democracia) están sometidos a la tensión extraordinaria de una desafección ciudadana creciente.

De esto es de lo que hay que hablar. Lo demás es añadido.

Índice del dossier:

1. Una recuperación desigual

La desigualdad, la trastienda de la recuperación económica

La pobreza es la otra cara de la riqueza

La desigualdad en la riqueza

Percepción de la desigualdad
2. Fragilidad salarial en la recuperación económica

Salarios menguantes en una economía en expansión

Las ganancias de productividad van a parar a manos de unos pocos

3. Desigualdad salarial

El abanico salarial que no se corrige trabajadores y trabajadoras vulnerables

Externalizando la desigualdad

4. Un sistema fiscal que no redistribuye

5. Conclusiones y recomendaciones

Leer el informe completo: https://oxfamintermon.s3.amazonaws.com/sites/default/files/documentos/files/recuperacion-economica-una-minoria.pdf

Fuente: http://www.vientosur.info/spip.php?article13429

jueves, 15 de febrero de 2018

Cincuenta años después de su muerte quizá sea el momento de escuchar de verdad. Los padecimientos de África y el verdadero Martin Luther King al que quieren que olvidemos.

El 15 de enero millones de estadounidenses conmemoraron el Día de Martin Luther King. Los medios de comunicación repitieron muchas veces su famoso discurso, “I Have a Dream” [Tengo un sueño] para recordar el mal del racismo, que está resucitando de forma extremadamente acusada en la sociedad estadounidense. Pero esa es la única versión de Martin Luther King que se permite emitir, al menos en un entorno correcto. El otro King, más revolucionario, radical y global, debe permanecer oculto a la vista.

Exactamente un año antes de ser asesinado, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King pronunció un discurso verdaderamente mordaz que no desafió solamente al aparato de Estado encarnado por la jerarquía liberal que pretendía ser su aliada. Se titulaba “Beyond Vietnam” [Más allá de Vietnam].

“Debemos parar ya”, afirmó con su voz atronadora. “Hablo como hijo de Dios y hermano de los pobres que sufren de Vietnam. Hablo por aquellos a quienes se les están arrasando sus tierras, cuyas casas se están destruyendo y su cultura minando”. A continuación añadió estas palabras que alarmaron mucho a quienes pretendían desligar la campaña contra la guerra de la propia lucha de Martin Luther King: “Hablo de y por los pobres de Estados Unidos que pagan el doble precio de unas esperanzas perdidas en casa y de la muerte y la corrupción en Vietnam.”

A diferencia de su más famoso discurso “I Have a Dream”, pronunciado en la “Marcha sobre Washington” de 1963, “Beyond Vietnam” traspasó los límites de lo aceptable para el Estados Unidos “liberal” y llegó a un terreno totalmente nuevo en el que los valores de Martin Luther King contra la guerra y de solidaridad global estaban indisolublemente unidos a la lucha contra el racismo y la pobreza en casa.

Aquel día la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos se liberó valientemente de los confines del excepcionalismo estadounidense para unirse a un movimiento mundial de luchas contra el racismo, el colonialismo y la guerra.

Como era de esperar, el discurso de Martin Luther King irritó a muchos miembros de las comunidades blancas que estaban directa o indirectamente afiliadas a la clase dirigente de Washington.

Solo tres días después del discurso el New York Times lo rebatía en su editorial: “No existen respuestas simples a la guerra en Vietnam o a la injusticia racial en este país. Relacionar estos extremadamente complejos problemas no llevará a solucionarlos sino a crear una mayor confusión”.

De hecho, no había “confusión” alguna sino una claridad y coherencia completas. Por decirlo de una manera absolutamente clara, los valores de los derechos humanos no se pueden seccionar y aislar unos de otros.

Con todo, lo que alarmó a los llamados liberales es la talla intelectual y la conciencia del movimiento de los derechos civiles en aquel momento. Estaba lo suficientemente maduro como para impulsar una mayor integración entre todas las luchas.

Un Martin Luther King más vehemente y empoderado, y que entonces solo tenía 38 años, parecía haber entendido plenamente la relación entre la opresión de los pobres, los negros estadounidenses en casa, y la opresión de los campesinos pobres vietnamitas en el extranjero. Todos ellos eran víctimas de lo que denominó el “trío gigante del racismo, el materialismo extremo y el militarismo”.

En aquel momento y lugar Martin Luther King había plasmado una idea revolucionaria y aterradora que pudo haber contribuido a su asesinato un año después ya que muchos de sus aliados fuera de las comunidades negras empezaron a renegar de él.

Pero un pasaje en particular me dio que pensar mientras reflexionaba acerca de la terrible situación de los millones de personas refugiadas y pobres obligadas a abandonar sus hogares en África y Oriente Medio debido a las guerras, la corrupción y la miseria extrema.

“Una verdadera revolución de los valores pronto hará que nos cuestionemos la imparcialidad y justicia de muchas de nuestras políticas pasadas y presentes”, afirmó. “Por una parte, estamos llamados actuar. Un día tendremos que darnos cuenta de que todo el Camino a Jericó se debe transformar de modo que no se robe y se golpee constantemente a los hombres y las mujeres mientras viajan por la carretera de la vida”.

La metáfora de la carretera (a la salvación, la libertad y la seguridad) era particularmente emotiva y premonitora.

Si Martin Luther King estuviera vivo sin duda habría considerado a las personas refugiadas como una prioridad fundamental de su “revolución de valores”.

África en particular está siendo saqueada. Se están sacando de continente decenas de miles de millones de dólares, mientras se venden como esclavos a hombres y mujeres negros, en Libia y otros lugares.

Libia fue destrozada por la guerra encabezada por la OTAN que dejó al país sin gobierno. La guerra en Libia encauzó enormes cantidades de armamento a los países africanos vecinos, lo que llevó a nuevas guerras o resucitó antiguos conflictos.

Según la ONU, en Libia hay aproximadamente 700.000 refugiados africanos que sueñan con llegar a Europa, la cual alimentó el conflicto en Libia y no ha asumido responsabilidad alguna por la crisis.

La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) informó de que en los nueve primeros meses de 2017 habían muerto 2.550 refugiados y emigrantes tratando de llegar a Europa desde la costa libia. Una de cada 50 personas que se embarcan en ese viaje muere en ese trágico “Camino a Jericó”.

Viajan a pesar de conocer el riesgo porque permanecer en Libia o volver a casa podría suponer una suerte mucho peor.

Mientras las noticias hablan de “mercados de esclavos”, en Israel el Ministerio de Inmigración del país ofrece lucrativos empleos para “localizar, detener y controlar” a refugiados africanos, todos los cuales están siendo expulsados del país y enviados a otras regiones peligrosas.

En Estados Unidos el gobierno y los medios de comunicación explotan de forma selectiva el legado del Martin Luther King, aunque se comportan de una manera absolutamente contraria a los verdaderos valores de este noble hombre.

El ejército estadounidense está expandiendo sus operaciones por África más rápidamente que en ninguna otra parte del mundo. Esto significa más armas, más inestabilidad política, golpes de Estado, guerras y posiblemente más millones de hombres, mujeres y niños pobres a los que se obliga a huir, a menudo hacia su propia muerte.

Tal como lo presentan los medios dominantes, el legado de Martin Luther King se ha transformado en una manera de encubrir un sistema racista, militarista y materialista a pesar de que el propio Martin Luther King defiende exactamente lo contrario.

“Ahora, empecemos”, concluía en su discurso contra la guerra. “Ahora, volvamos a dedicarnos a la larga y amarga, aunque hermosa, lucha por un mundo nuevo”.

Cincuenta años después de su muerte quizá sea el momento de escuchar de verdad.


Fuente: http://www.counterpunch.org/2018/01/26/the-trials-of-africa-and-the-real-dr-king-they-want-us-to-forget/

Muere Josefina Samper, fundadora del Movimiento Democrático de Mujeres.

Samper, nacida en 1927, comenzó a militar en las Juventudes Socialistas a los 12 años y dos años más tarde se afilió al Partido Comunista


La compañera del sindicalista Marcelino Camacho, Josefina Samper, ha fallecido en la noche del martes en Madrid a los 90 años de edad, según ha informado CCOO. "Esta noche ha fallecido Josefina Samper, compañera de vida y lucha de Marcelino Camacho, que la tierra te sea leve. DEP", ha escrito el sindicato en su cuenta de Twitter.

Samper, nacida en el municipio almeriense de Fondón en 1927, comenzó a militar en las Juventudes Socialistas a los 12 años y dos años más tarde se afilió al Partido Comunista de España gracias a un hermano de Santiago Carrillo, al que conoció durante su infancia en Orán (Argelia), a donde tuvo que emigrar con su familia en busca de trabajo.

Militante de CCOO, Josefina Samper tuvo desde bien pequeña vocación por la lucha obrera y contribuyó con sus actividades al asociacionismo femenino. Impulsó en 1965 el Movimiento Democrático de Mujeres —germen del movimiento femeninista—, que tenía por objetivo ayudar a mejorar las condiciones de los presos políticos.

Como militante del PCE, Samper participó en la distribución de la clandestina España Popular y trabajó de manera ingente en favor de los inmigrantes y los presos políticos.

Tras la muerte de Marcelino, Samper, que fue galardonada con la Medalla de Andalucía 2016, siguió difundiendo el mensaje de su esposo en charlas y conferencias para que las nuevas generaciones continúen luchando por los derechos de los trabajadores.

"Lo único que quería Marcelino era el bienestar del ser humano desde que nace hasta que muere, luchando y pensando que nada se regala y que todo hay que conquistarlo. Y para conquistarlo, hay que prepararse", afirmaba Josefina en un vídeo elaborado por CCOO cuando fue premiada con la Medalla de Andalucía.

Compañera de Marcelino Camacho
Un día de 1944, el Partido Comunista pidió a Josefina que preparara un aperitivo para tres presos que se habían escapado de un campo de concentración. Uno de ellos era Marcelino Camacho. Se casó con el fundador y primer secretario general de CCOO en diciembre de 1948, y permaneció a su lado hasta el fallecimiento de Marcelino en octubre de 2010. Tuvieron dos hijos, Yenia y Marcel.

Josefina, Marcelino y sus dos hijos regresaron del exilio en 1957 y se instalaron en el madrileño barrio de Carabanchel. Ella misma contó en alguna ocasión que eligió ese barrio por su proximidad a la cárcel, intuyendo el futuro que le esperaba a su marido.

Tras varias entradas y salidas de prisión en años posteriores, Marcelino Camacho fue procesado en el llamado Proceso 1001 en 1973, por el que toda la dirección de CCOO fue condenada a prisión. A Marcelino le cayeron 20 años.

En 1975, los condenados fueron indultados por el rey Juan Carlos y Josefina y Marcelino pudieron vivir su vida y su lucha en favor de los trabajadores fuera de la clandestinidad.

"Ejemplo de lucha por la justicia social"
Las reacciones por el fallecimiento de Samper en la esfera pública no han dejado de producirse durante todo el día. Así, el PSOE, el Partido Comunista de España e Izquierda Unida han alabado la figura de la sindicalista por haber sido un "ejemplo" en la lucha por la clase trabajadora.

Así, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha expresado en Twitter que Samper fue "una mujer valiente, sencilla y un referente en la lucha por los valores democráticos y la libertad", y ha trasladado sus condolencias por su muerte a familiares y amigos.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, por su parte ha expresado su pesar, recordando que la sindicalista fue un ejemplo de "lucha por la justicia social". "Nos deja sus 90 años de rebeldía e inconformismo tejiendo libertades", agregó Díaz.

UGT, por su lado, ha traslalado en su perfil en la red social su "profundo pesar" por la muerte de Josefina Samper, "mujer valiente, luchadora incansable y compañera de vida y luchas de Marcelino Camacho". El sindicato de Pepe Álvarez ha enviado su cariño a la familia de Samper y a los compañeros de CCOO por su pérdida.

El PCE, por su parte, ha colgado un tuit en el que habla de la "camarada" Josefina Samper como un "ejemplo de lucha en favor de la clase trabajadora" y un "ejemplo de dignidad". Desde IU han destacado que, tras la muerte de Samper, "quedará eternamente su ejemplo de lucha y compromiso por la clase trabajadora".

"Hoy se nos ha ido una mujer maravillosa. Una de esas mujeres valientes y sencillas que, con su lucha, trajeron la democracia. Hasta siempre Josefina Samper. No permitiremos que tu nombre se borre de la historia", señala IU en la cuenta oficial del equipo de Memoria Democrática y Proceso Constituyente.

Asimismo, la portavoz de Podemos, Irene Montero, ha destacado en las redes sociales que Josefina Samper "entregó manos, cuerpo e infinito amor a la vida para defender la justicia, la libertad, la democracia, nuestros derechos". "Hasta siempre, compañera. Con tu ejemplo", ha finalizado su mensaje, en el que aparecen un par de fotos de la viuda de Marcelino Camacho.

Desde CCOO han recordado a Semper con una imagen junto al que fue su marido y fundador del sindicato, Marcelino Camacho. La organización sindical ha concluido su mensaje con un "que la tierra te sea leve", una frase que se ha repetido en las distintas condolencias que distintos políticos están escribiendo en las redes sociales.

 Fuente: http://www.infolibre.es/noticias/politica/2018/02/13/muere_josefina_samper_fundadora_del_movimiento_democratico_mujeres_75199_1012.html

miércoles, 14 de febrero de 2018

La revolución de las ideas. Es una película con combates dialécticos en el lugar de las escenas de acción.

Cuando, en I’m Not Your Negro, Raoul Peck rescataba las palabras de James Baldwin para darles nueva vida, su intención no era tanto la de preservar la memoria de la lucha por los derechos civiles (que también), sino comprobar cómo resonaban las palabras del escritor sobre las imágenes de un presente que sigue siendo el escenario de una encarnizada lucha. Allí eran las armas del documental las que le permitían levantar un discurso propio a partir de la resurrección de un discurso ajeno. En El joven Karl Marx, el marco se adapta a las exigencias convencionales y eminentemente didácticas del biopic, pero el cineasta demuestra que, incluso en un género derivado de una tradición literaria nacida al servicio de la construcción de una identidad burguesa en el siglo XVIII, es posible hacer la revolución… aunque sea dentro de un orden.

El Like a Rolling Stone de Bob Dylan acompaña, en los créditos finales de El joven Karl Marx, un montaje de imágenes que levanta acta de la perenne vigencia del pensamiento del filósofo alemán. La lucha de clases era y es una realidad, aunque el recuerdo de las derivas que pervirtieron la pureza de la utopía comunista a lo largo del siglo XX –siempre en la agenda de esa doctrina del miedo que el orden neoliberal suministra con metódica regularidad- tenga atenazado a un proletariado al que la revolución le empieza a parecer casi un extravío malsonante. Peck no es marxista –el compromiso político de quien fue ministro de cultura en Haití durante dos años se inscribe en el ámbito del nacionalismo anti-imperialista-, pero tiene claro que de Karl Marx no le interesan ni la estatua conmemorativa, ni la figura de cera, sino la energía de ese momento vital en el que, con la complicidad de Engels, entraron en combustión unas ideas capaces de transformar el mundo.

El joven Karl Marx es, así, una película de ideas en movimiento, con combates dialécticos en el lugar de las escenas de acción y un especial cuidado en reivindicar lo privado como zona de experimentación de nuevas maneras de amar, vivir e imaginar futuros colectivos. Guionista de Jacques Rivette y veterano de la etapa maoísta de Cahiers du Cinéma, el co-guionista Pascal Bonitzer ayuda a Peck a sintetizar y condensar largos procesos ideológicos en un trabajo que muchos han subestimado por su vocación clásica, sin apreciar la sostenida inteligencia de sus decisiones narrativas.

EL JOVEN KARL MARX
Dirección: Raoul Peck.
Intérpretes: August Diehl, Stefan Konarske, Vicky Krieps, Olivier Gourmet.
Género: biopic. Alemania, 2017
Duración: 118 minutos.
https://elpais.com/cultura/2018/01/18/actualidad/1516300822_351464.html

martes, 13 de febrero de 2018

Berlín conjura los monstruos del racismo con ‘I Am Not Your Negro.’ Raoul Peck protagoniza el festival de cine con su documental nominado al Oscar y con ‘El joven Karl Marx’.

"La historia no es el pasado, es el presente", decía el pensador afroamericano James Baldwin, y el cineasta que ha llevado sus reflexiones a la pantalla, Raoul Peck, lo cree sin dudarlo. Peck es el hombre del momento ("No sé si eso es bueno, no calculé este doble estreno, porque llevo una década con ambos largometrajes"): candidato al Oscar dentro de 10 días al mejor documental con I Am Not Your Negro, en la Berlinale se puede ver en Panorama documental este filme basado en los textos de Remember this House, el libro que Baldwin empezó en 1979, y en Berlinale Special se proyecta El joven Karl Marx, su último trabajo en ficción. "Ambos son filmes muy cercanos a mí. Cuando entré en la universidad leí a Baldwin y de golpe descubrí que alguien escribía para los jóvenes negros, y les decía cuál era su lugar en la sociedad y cómo poder cambiarlo. Desde luego no te lo contaba Hollywood, cuyas historias me sonaban a muy lejanas. Y después vine a estudiar a Alemania, y descubrí a Marx de una manera nada dogmática, sí muy académica, que me ayudó a entender la importancia del debate".

Pero, ¿por qué ahora llaman la atención ambos largos? "Porque vivimos un momento de confusión. Se han perdido las ideologías, la ciencia, los números..., solo hay espacio para la opinión, y valen por igual la de un científico que la de un chaval que a duras penas acabó sus estudios y hoy es presidente". Nacido en Puerto Príncipe en 1953, Peck estudió y vivió por medio mundo antes de dedicarse al cine. Su The Man by the Shore (1993) fue la primera película caribeña en competir en Cannes. Durante 1996 y 1997 fue ministro de Cultura de su país, y dejó la política para volver al cine. Hoy reside en Francia. Con su documental ha recuperado también la figura de James Baldwin (1924-1987), el gran intelectual afroamericano del siglo XX, el hombre que analizó y diseccionó el racismo y la discriminación sexual en EE UU. En I Am Not Your Negro (que se estrena en España el 31 de marzo) Samuel L. Jackson ha puesto voz -imitando el especial deje del escritor- a sus textos, mientras en pantalla se ven entrevistas con Baldwin algunas de sus conferencias e imágenes de aquellos años y de la actualidad. Más que un documental, es una espléndida película ensayo. "La clarividencia de Baldwin fue increíble, porque gira el espejo y nos lo pone delante de todos. Tú eres el problema, el peor de tus monstruos, no hay inocentes. Matan personas en tu nombre, conquistan países en tu nombre. Tu coche, tu casa, tu comida tiene un precio. El capitalismo produce riqueza para unos pocos y pobreza para el resto, y sin embargo todos vivimos juntos. Eso es dialéctica marxista, sí".

Baldwin no se permitió ser pesimista, a pesar de que asesinaran a sus tres héroes morales, Malcom X, Martin Luther King junior y Medgar Evers, antes de que cumplieran 40 años: "Hay que seguir luchando, sobreviviendo", asegura el director dictando palabras del pensador. "No dejo que me pongan etiquetas. Como hago cine complejo, ¿no puedo dirigir Scary movie 4? Todos somos ciudadanos y queremos vivir en democracia. Fenomenal, pues la democracia hay que lucharla día a día, posees una responsabilidad. Todo el que te diga que es apolítico, miente, porque con esa actitud adormece a la sociedad, y eso ya es una acción. Debemos abandonar nuestros sofás, apagar la tele y deja de ser consumidores. Baldwin ya dijo que la industria del entretenimiento era el nuevo narcótico. Y no conoció la telerrealidad". Reniega de su poder de cineasta, pero... "Tomo decisiones, escojo qué temas filmar, me arriesgo, como Lubumba o El joven Karl Marx, historias que no entiendo que antes no las hubieran rodado. Como director te dan un revólver con seis balas, y tienes que estar muy seguro de cuándo disparas. La industria no siempre estará para ti, y el artista debe llegar a la mayor audiencia posible".

Como Peck, Baldwin sufrió una conmoción de adolescente. "Querías ser un vaquero como Gary Cooper, y resulta que al salir a la calle eras el indio", cuenta desde el siglo XX el escritor. Como Peck, Baldwin encontró almas gemelas por el camino, como la dramaturga Lorraine Hansberry, autora de Un lunar en el sol. "En su caso ella falleció con 35 años. Algunos de mis maestros están vivos, como Agnieszka Holland; otros como Krzysztof Kieslowski ya desaparecieron". Baldwin escarba, busca razones psicológicas para el racismo: ahí está la necesidad del blanco de contar con el negro como chivo expiatorio de los males que aquejan la sociedad. "La historia necesita tiempo para cambiar. Cierto, pero es que nada ha cambiado, como demuestran los fundamentalismos, o que tú recibas un sueldo y eso sitúe tu lugar en el capitalismo. Es curioso: el mundo occidental es una minoría con respeto al resto del planeta, pero como imperio lo ha colonizado. Por el bien de la humanidad deben de desaparecer los imperios".

En I Am Not Your Negro aparece de refilón Barack Obama. "Porque ha sido una breve aparición, y la Historia es enorme. Y como dice Baldwin, no es importante si va a haber -hoy ya sabemos que lo ha habido- un presidente negro, lo fundamental es de qué país ha sido presidente". Lo mismo piensa de los próximos Oscar. "Conozco a mis compañeros de carrera. No puedes llamarlo competición, porque eso significa atadura y control. ¿Qué ahora hay más negros? ¿Y? Es una ilusión. Allí no se toman decisiones, el problema está dentro de la industria, en quién aprueba los proyectos, y son ejecutivos hombres blancos de 35 a 55 años. El poder está en la estructura, y a veces logras colarte. Acuérdate de la pistola con seis balas. Incluso como periodista, no las desaproveches".

https://elpais.com/cultura/2017/02/16/actualidad/1487259424_927584.html

lunes, 12 de febrero de 2018

El terrible precio de Stalingrado. El papel de las mujeres fue decisivo en la mayor batalla de la Segunda Guerra Mundial, que tuvo lugar hace 75 años. Vasili Grossman comparó la destrucción de la ciudad con las ruinas de Pompeya.

Han pasado 75 años desde el final de la que seguramente fue la mayor batalla de la Segunda Guerra Mundial, 75 años desde el momento en el que los rusos, sus aliados y millones de personas de todo el mundo dieron un suspiro de alivio colectivo. Todos habían seguido las informaciones de Stalingrado con angustia y de forma compulsiva, habían perdido el ánimo cuando parecía que la suerte de la ciudad pendía de un hilo y se habían alegrado cuando llegaban buenas noticias. El aterrador e imparable avance de los Ejércitos de Hitler por toda Europa desde 1939 se había detenido. El precio fue la destrucción de una bella ciudad a orillas del Volga.

De camino hacia la ciudad sitiada, en agosto de 1942, el escritor Vasili Grossman, que más tarde ensalzaría la heroica lucha por la defensa de Stalingrado, notó repetidamente y con gran tristeza la carga tan inmensa que recaía sobre las mujeres. Con todos los hombres incorporados al Ejército, ellas tenían que arreglárselas como pudieran. Trabajaban en las fábricas, conducían tractores y criaban solas a sus hijos. No tenían a nadie en quien apoyarse. Las llamaban cada vez más para cubrir los huecos dejados por las terribles pérdidas del primer año de guerra. Empezaron a asumir funciones que habían sido masculinas. La espantosa catástrofe les endureció el corazón.

“¡Hurra, hurra, hurra! Los alemanes están totalmente destruidos, los prisioneros de guerra marchan en largas filas. Da asco verlos. Llenos de mocos, harapientos, congelados. ¡Son la escoria!”, escribió una joven de Stalingrado en su diario el 3 de febrero de 1943. Se refería a los soldados y oficiales del Sexto Ejército de la Wehrmacht, que se habían rendido el día anterior. Unos 100.000 prisioneros, de los que solo sobrevivió la mitad. Iban en fila e intentaban mantenerse cerca de los guardias o en el centro de la columna para estar más o menos a salvo de los civiles. Los alemanes capturados ofrecían una imagen patética: muertos de hambre, congelados y enfermos, envueltos en mantas para calentarse. Los guardias, en venganza por las atrocidades germanas, pegaban un tiro a los que no tenían fuerza suficiente para andar. Y las mujeres, los viejos y los niños del lugar se colocaban a los lados de la carretera para intentar quitarles las mantas, arrojarles piedras, empujarlos, darles patadas y escupirlos a la cara. Después de medio año de una batalla que se había cobrado más de un millón de vidas de soldados y civiles, no les quedaba compasión.

El objetivo de la ofensiva alemana en Stalingrado era cortar las comunicaciones entre las regiones centrales de la Unión Soviética y el Cáucaso y establecer una cabeza de puente desde la que invadir la región y sus yacimientos de petróleo. El ataque duró desde mediados de julio hasta mediados de noviembre de 1942, y se paró a un precio terrible para la URSS. Mientras los soldados defendían la ciudad, los habitantes y cientos de miles de refugiados llegados de otras regiones quedaron abandonados a su suerte. Anna Aratskaya, que vivía en Stalingrado, escribió el 27 de septiembre: “Nuestra casa se ha quemado, igual que nuestra ropa, que habíamos enterrado en el patio. No tenemos ropa ni zapatos, no tenemos un techo bajo el que refugiarnos. ¿Cuándo terminará esta pesadilla?”.

La ciudad había quedado convertida en un “gigantesco campo de ruinas” por los bombardeos masivos de los alemanes, en particular el del 23 de agosto. Quedaban en pie algunas casas con las ventanas rotas, algunas paredes, o una chimenea. Numerosos soldados “que nunca más se levantarían yacían en los patios y en las calles, centenares de ellos, incluso miles, nadie los contaba. La gente vagaba entre las ruinas en busca de comida o de algo que pudiera servirles”. Vasili Grossman comparó esta ciudad espectral con Pompeya, pero con la diferencia de que en medio del caos quedaron almas vivientes, cientos de miles de ellas. Los civiles también lucharon brutalmente en Stalingrado, no por su país, sino por su propia vida y la de sus hijos.

Sin techo alguno, con las casas destruidas por las bombas o el fuego, no tenían más remedio que intentar encontrar hueco en un barco para atravesar el Volga. ¿Cuántos murieron en la orilla mientras esperaban la oportunidad de cruzar, cuántos se ahogaron en el río después de que un proyectil alcanzara su embarcación? Otros preferían no intentarlo. Se volvió habitual vivir en agujeros excavados en la pared de un barranco. Muchos lo hicieron en las orillas escarpadas del Volga, desde donde presenciaban las aterradoras escenas en el agua. A medida que avanzaban los alemanes, hasta que el frente llegó casi al río, la gente tuvo que abandonar también esos agujeros. ¿Cómo subsistieron durante los meses que duró la batalla? Muchos murieron por las balas de los francotiradores alemanes mientras intentaban hacerse con cereal quemado del silo destruido. Otros arriesgaron sus vidas para robarlo del Molino ­Gerhardt, protegido por soldados soviéticos. “Cuando se acabó el cereal, comimos barro”, recordaba un superviviente.

¿Tal vez el propio Stalin, o alguno de sus colaboradores, ordenó que se prohibiera la evacuación de civiles? ¿Existió verdaderamente esa orden o, como en tantos otros lugares, fue sencillamente que no había suficientes recursos para evacuar a la población porque el rápido avance alemán les pilló por sorpresa? Se dice que sí había una orden implícita de Stalin de mantener a los civiles en la ciudad para que los soldados, muchos de los cuales eran de allí, lucharan con más pasión para proteger a sus familias.

Es cierto que muchos soldados habían sido reclutados en la ciudad y sus alrededores poco antes de la batalla o incluso una vez empezada. A medida que se desarrollaban los combates, muchos adolescentes entraron a trabajar en las fábricas militares y se incorporaron, de forma oficial o extraoficial, al Ejército. Entre ellos había muchas chicas. Aunque todavía no tuvieran edad de alistarse, estaban deseando contribuir a la lucha y a acelerar el fin de la pesadilla. Además, el Ejército ofrecía ciertas esperanzas de mejor alimentación para unos civiles muertos de hambre.

Durante un par de semanas, Alexandra ­Mashkova vio cómo, cada madrugada a las cuatro, jóvenes reclutas subían la ladera desde el Volga, atravesaban el barranco en el que su familia había excavado su vivienda y desaparecían en dirección a Mamáyev Kurgán, una colina que domina Stalingrado. Le parecían asustados y muy jóvenes; en realidad, habían nacido en 1924 y tenían casi la misma edad que ella. La mayoría nunca regresó, pero a algunos sí los vio más tarde, heridos, volviendo a pie o a rastras. Poco a poco, las adolescentes empezaron a ayudar a esos soldados heridos, a vendarles las heridas o llevarlos en camillas improvisadas hasta el río. Alexandra, que tenía 17 años, se unió al departamento médico de una unidad militar y cruzó al otro lado del Volga. Aprendió deprisa, y pronto estaba ayudando al cirujano. Al principio pasaba mucho miedo cuando tenía que sostener a un soldado durante la operación “mientras le amputaban una pierna o le abrían un brazo hasta el hueso”, pero “una se acostumbra a todo”. Muy pronto, las jóvenes enfermeras comían sin preocuparse allí mismo, en el quirófano improvisado. “Teníamos un pedazo de pan en el bolsillo, así que nos limpiábamos la sangre de las manos en la bata blanca, sacábamos el pan y nos lo metíamos en la boca”.

La conductora Angelina Kolo­bushhenko supo que había eludido la muerte cuando unas fiebres tifoideas la apartaron del 1077º Regimiento Antiaéreo, formado casi exclusivamente por mujeres, la mayoría, adolescentes. Después de disparar contra los aviones que bombardeaban Stalingrado, las jóvenes debían volver los cañones contra los carros de combate que habían conseguido llegar hasta la fábrica de tractores de la ciudad. Murieron casi todas, incluidas las encargadas de los teléfonos, las cocineras y las enfermeras. Solo sobrevivieron unas pocas.

Cuando se curó del tifus, Angelina fue destinada a otro regimiento antiaéreo. Tenía un aspecto patético después de la enfermedad, fea y esquelética. Las otras chicas la despreciaron y se negaron a dormir en la misma zanja que ella. Decían que podía contagiarlas. Sin embargo, dos semanas después se había recuperado del todo, recibió un uniforme nuevo y, como no había ningún vehículo disponible para ella, empezó a entrenarse para manejar las armas propiamente dichas. Se sintió muy orgullosa cuando su unidad, la 5ª Batería, derribó un avión alemán. Las jóvenes fueron corriendo a la llanura para buscar a la tripulación del aparato, los encontraron y los detuvieron. Los tres alemanes eran muy jóvenes, uno alto y de rostro arrogante y otro más bajo y más agradable, pero Angelina se acordaba sobre todo del tercero, que tenía unas quemaduras terribles y dolores insoportables cuando le encontraron. Nunca olvidó sus grandes ojos azules llenos de sufrimiento.

Las conductoras del frente, siempre de un lado a otro, veían y oían muchas cosas. En noviembre empezó a parecer que la situación estaba cambiando. Había cada vez más prisioneros alemanes, y Angelina sentía lástima tanto por ellos como por los que había visto muertos de frío. Ella y sus camaradas tenían botas nuevas de fieltro y abrigos de piel de cordero. Le daban pena los prisioneros alemanes con sus finos abrigos y unos extraños zapatos de paja por encima de las botas, nada preparados para el crudo invierno ruso. Cuando se anunció que había un gran grupo de soldados alemanes rodeados, Angelina comprendió que no iban a sobrevivir mucho tiempo, con su ropa de verano, casi sin comida, en la ciudad destruida o en la estepa, sin lugar donde refugiarse ni madera para hacer fuego.

Dos contemporáneas de Angelina, las pilotos de combate Lilya Litvyak y Katya Budanova, volaban con su regimiento para impedir que los alemanes arrojasen provisiones a las tropas sitiadas. Las dos habían pilotado aviones deportivos y habían sido instructoras de vuelo antes de la guerra, pero aprendieron más en sus 10 meses en el Ejército que en toda su carrera anterior. Otro piloto recordaba la reac­ción del comandante del regimiento cuando llegaron cuatro mujeres con sus tripulaciones. “Me duele ver a una mujer luchando en la guerra. Me duele y me da vergüenza. ¿Cómo es posible que nosotros, los hombres, no hayamos podido evitar que hagáis un trabajo tan poco femenino?”. Las jóvenes tuvieron que demostrar su habilidad y su empeño. Klava Nechaeva, de 23 años, murió en su primera misión, después de convencer a su jefe de que la dejara participar en la batalla. Las dos audaces mujeres desafiaron a la muerte con numerosas misiones en el infierno de Stalingrado, y sobrevivieron a aquel invierno, pero ambas cayeron en agosto de 1943.

Cuando la batalla de Stalingrado llegó a su fin, cientos de miles de mujeres se habían incorporado al Ejército. El país había perdido a tantos hombres que a las autoridades no les quedó más remedio que utilizar a las mujeres en todas las funciones militares. No existen datos concretos sobre las mujeres que sirvieron, de modo que los cálcu­los varían mucho, desde medio millón hasta casi un millón. El frente se trasladó y las jóvenes que seguían vivas y con buena salud se trasladaron con él. Muchas de las mujeres a las que entrevisté siguieron luchando hasta el final de la guerra y estuvieron en Berlín para celebrar la victoria (muchos soldados estaban convencidos de que Berlín debía quedar reducido a ruinas como los alemanes habían dejado Stalingrado). Siguieron presenciando la muerte y el dolor y perdiendo a sus camaradas. Pero nunca volvieron a vivir una situación tan desesperada como en Stalingrado, nunca volvieron a sentir que les estaban clavando un cuchillo tan adentro que podían perder la guerra.

Lyuba Vinogradova es autora de ‘Las brujas de la noche’ y ‘Ángeles vengadores’ (ambos en Pasado &  Presente). Los testimonios citados en este artículo proceden de entrevistas realizadas por la propia autora y del proyecto ‘Iremenber. Recuerdos de veteranos de la Segunda Guerra Mundial’ (www.iremember.ru).

https://elpais.com/cultura/2018/01/26/babelia/1516972221_680345.html

domingo, 11 de febrero de 2018

_- Cómo hacer razonar a alguien que no está dispuesto a cambiar de opinión. Parece que ser inconvencible es una señal de liderazgo y el resultado es que cada vez hay más líderes dogmáticos. ¿Dónde está la virtud?

_- Si no por una cosa, por otra: religión, política, tradiciones. Siempre aupados por ellos, los dogmáticos —cada vez más numerosos— se escudan tras sus ideas cerrándose a cualquier otra opinión que ataque sus firmes e inamovibles creencias.

En todos los planos, de profundidad y más triviales, siempre habrá un defensor de la tortilla de patata seca que peleará con todas sus armas contra aquel que le ponga cebolla, encontrando una barrera igual de firme al otro lado. Dos polos irreconciliables sin voluntad de hablar, utilizando el "porque lo digo yo" como único argumento.

Ahora, un estudio publicado en Journal of Religion and Health se ha ocupado de analizar los rasgos más íntimos de estas personas inconvencibles, las que sientan cátedra y no atienden a razones, por más que se les rebata con argumentos solventes y la realidad se les imponga.

Conscientes de que la sociedad moderna parece revelarse como una generadora de nuevos perfiles de personas inamovibles, los investigadores de la Case Western Reserve University en Cleveland (Ohio) han tratado de entender los dogmas religiosos y también los no religiosos.

Jared Friedman, coautor del estudio y doctorando en Comportamiento organizacional, explica que "algunas personas religiosas se aferran a determinadas creencias porque estas concuerdan con sus valores morales", y por eso son más tendentes al inmovilismo. Por su parte, los defensores de pensamientos no religiosos son muchas veces incapaces de ver algo positivo en aquello que contradice sus conclusiones.

Friedman establece que en cada caso —el religioso y el no religioso— se activa una red neuronal diferente: mientras las redes empáticas son propias de los pensamientos religiosos, las analíticas serían las que activamos en los temas no religiosos; cada persona elige la más adecuada para cada decisión. Moralidad o lógica pueden ser llevadas al extremo, anulando la posibilidad de abrir la mente a nuevas ideas y corrientes de opinión y convirtiendo al individuo en dogmático.

En la raíz de ambos perfiles, según el psicólogo y director del Centro de Psicología comportamental,Enrique Cervantes, hay un problema de educación: "Nuestro sistema no nos enseña a ser objetivos sino a tomar partido, a vivir en la idea de estás conmigo o contra mí. Por eso los dogmas —aunque son verdades no demostradas— se asumen como ciencia y anulan la capacidad de discusión".

El experto apuesta por encontrar un equilibrio entre la razón y la emoción, tanto en planos religiosos como mundanos, y elevar el nivel de reflexión para "luchar contra la intoxicación general y acabar con cualquier dogmatismo". Esa es, según Cervantes, la receta para los porquelodigoyoistas.

¿Hemos perdido la capacidad de debatir?
"Definitivamente, no. Vivimos en la sociedad que más promueve el diálogo de la Historia", afirma Helena Soleto, directora del Máster en Mediación, negociación y resolución de conflictos de la Universidad Carlos III de Madrid. Pero completa: "Otra cosa es que hoy haya muchos dogmatismos a los que acogerse, porque el sujeto siempre busca diseñar su identidad para formar parte de un grupo. Y lo que está claro es que, para poder hablar, hay que querer hacerlo".

"Cualquiera puede ser convencido, siempre y cuando el punto de encuentro buscado sea razonable y sano", (Helena Soleto, directora del Máster en Mediación, negociación y resolución de conflictos de la Universidad Carlos III de Madrid).

He aquí el quid de la cuestión: intercambiar opiniones y no quedarse únicamente en su exposición. En esta línea, el experto en lenguaje y comunicación Julio García Gómez se muestra más escéptico y recuerda con añoranza aquellos "auténticos debates mediáticos" que Jesús Hermida importó a nuestra televisión en los 90, con el precedente histórico de La Clave, de José Luis Balbín, 10 años atrás.

"Hoy tan solo se expone una batería de opiniones, una detrás de otra, pronunciada por los portavoces de las distintas corrientes que se suben al púlpito sin voluntad de escuchar a los demás", explica García, y continúa: "¿Están entonces resurgiendo los debates, a la vista de lo que vemos en los medios? Sí, pero no con los mismos preceptos".

Aunque no sólo en la tele se cuecen los debates. Barras de bar, ascensores, mesas de restaurante. O paradas de autobús. Cualquier lugar es susceptible de convertirse en un foro en el que… ¿debatir? Resultará complicado hacerlo con personas que, como apunta el estudio, no admiten ninguna oposición a sus ideas. No obstante, para Helena Soleto "cualquiera puede ser convencido, siempre y cuando el punto de encuentro buscado sea razonable y sano".

Cómo negociar con un inconvencible
Sabiendo ya cómo son los porquelodigoyoistas, hay que preguntarse ahora cómo tratar de negociar con ellos. "La opinión que mantienen está ligada a su definición como persona", avanza la experta en negociación Helena Soleto. Las personas inconvencibles consideran que sus ideas no son negociables y que ponerlas en duda supone una amenaza para todo lo que son. Por eso, conviene ir con cuidado.

Con cuidado y practicando la escucha activa. Hay que preguntar al otro cómo se siente para tratar de delimitar los principales puntos de tensión (el objetivo es saber qué es, en concreto, lo que molesta a la otra persona de nuestra opinión). También hay que expresar los sentimientos propios, las necesidades, pero sin enjuiciar al otro. Y todo combinando el lenguaje verbal y el no verbal. No es lo mismo preguntar a alguien cómo se siente mostrando interés por su respuesta con la expresión de la cara que acompañándolo de un gesto insultante como, digamos, una vulgar peineta.

Julio García Gómez aconseja aplicar a los debates las bases de la comunicación: concisión, brevedad y titulares efectivos. "Debemos evitar el ruido con palabras que no conducen a nada y mantener una mirada franca y generosa. Con movimientos pausados, lograremos rebajar el nivel de tensión de las palabras del otro y abriremos la vía del diálogo constructivo".

Sin duda, habrá nudos imposibles de desenredar. No vamos a convencer al vegano de que coma huevos, pero sí de que respete a aquel que disfruta haciéndolo. Se trata de entender que el otro piense de una forma diferente, pero que siempre se podrán encontrar realidades que promuevan la convivencia pacífica. Puntos de encuentro. Líneas comunes.

¿No seré yo el inconvencible?
¿Mejillas sonrojadas? Quizá más de uno se haya visto reflejado en este perfil. Más pistas: "Normalmente, estas personas huyen de los foros en los que saben que van a encontrar opiniones contrarias a las suyas", confirma Soleto. "Se ciñen, como recurso de protección, a leer periódicos o a ver programas que alimentan su postura". Porque lo contrario resulta incómodo.

"Los inconvencibles suelen ser poco humildes y no gustan de reflexionar sobre su postura. Simplemente, la esgrimen", afirma García Gómez. El experto invita a "tomar conciencia de que lo más probable es que el otro pueda completar, enriquecer o modificar para bien mis opiniones".

Y estos consejos son válidos para todos. Para altos y bajos. Para rubios y morenos. Mujeres y hombres. Con ligero seseo o de dicción perfecta. Con flequillo tupido o frente despejada. Después de todo, dicen que hablando se entiende la gente, ¿no?

https://elpais.com/elpais/2017/10/26/buenavida/1509030361_841014.html

sábado, 10 de febrero de 2018

Portugal: Los partidos conservadores y el cannabis medicinal.

Portugal dará un pequeño paso en la humanización del tratamiento de las enfermedades dolorosas. Luego vendrá el tiempo de decidir sobre la legalización del consumo de la marihuana.

Los partidos conservadores mostraron en el Parlamento una indignación incontenible: la utilización médica de cannabis, para tratamientos prescriptos por médicos en casos de cáncer u otras patologías en que la droga alivia el sufrimiento, sería un caballo de Troya para promover el uso recreativo de la sustancia. Curioso argumento: para los partidos conservadores es aceptable usar un opiáceo, como la morfina, pero nunca un derivado de cannabis, porque habría un riesgo horrible de que el paciente con dolor crónico o cáncer aprecie el medicamento. Además, el argumento de que los proponentes defienden también el uso recreativo es bizarro: usar ese argumento para rechazar el uso medicinal es como rechazar una propuesta del PCP (Partido Comunista Portugués) sobre el salario mínimo o del CDS (Partido Popular) para el fin del tributo a las plusvalías inmobiliarias sólo porque ambos piensan esto o aquello sobre el IRC (Impuesto a los réditos).

El Bloco (Bloque de Izquierdas) y el PAN (ambientalistas) hicieron bien en separar el uso medicinal del uso recreativo, son materias diferentes. En el primer caso Jorge Sampaio, João Goulão o la Orden de los Médicos dijeron lo esencial: son buenas razones clínicas para usar esos medicamentos en los casos necesarios. El PS hizo bien en apoyar la medida y el PSD en cambiar de posición y aceptar la prescripción médica. Portugal dará por lo tanto un pequeño paso en la humanización del tratamiento de las enfermedades dolorosas.

Vendrá después el tiempo de decidir sobre la legalización del consumo de cannabinoides. Por varias razones que se van imponiendo. La primera y la más importante es que nuestra sociedad trata las drogas de tres formas distintas: están las legales pero sujetas a control médico (los medicamentos), hay legales de venta libre (sólo sometidas a restricciones de edad de los consumidores, como el tabaco y el alcohol) y hay las que quedan en manos de los circuitos del crimen. Ahora bien, la legalidad no es decidida en función de la gravedad de la toxico dependencia, pues el alcohol es la droga más peligrosa, la más usada y además la que tiene más riesgos sociales (violencia contra las mujeres y niños, accidentes de automóviles), sin embargo, nadie pondera su prohibición, porque aumentaría el mal. Por consiguiente, la experiencia indica que el control de las drogas es mejor que su clandestinidad.

La segunda razón para cambiar la política sobre el uso de drogas es terminar con el apoyo al mundo del crimen. Es cierto que ese mundo ya fue el de las grandes potencias imperiales, que impusieron de 1839 a 1842 y de 1856 a 1860 dos guerras contra China para garantizar la venta del opio, fue así como Hong Kong pasó al dominio del Reino Unido, era el puerto de entrada de la droga. La Bayer sintetizó la heroína a partir del opio, vendiéndola a los niños como un medicamento. Y, hasta 1916, como recordaba con gracia el Economist, la revista publicaba la cotización del opio, que era legal. Hoy, la ilegalidad creó un mercado mundial multimillonario y, como recuerda la ONU, dos tercios de la producción mundial del opio son obtenidos de un país bajo ocupación militar estadounidense: Afganistán.

Claro que ahora sabemos más sobre los riesgos de esas drogas y por eso debemos tomar precauciones. Pero sólo se terminará con estos circuitos del crimen si las drogas son controladas por las autoridades de salud, como sucede con el alcohol y los medicamentos: unas deben ser de venta condicionada y otras restringidas a la prescripción médica. Por eso, como recordaba Goulão, que tiene reservas sobre el asunto, la experiencia estadounidense de legalización de la mariguana es reveladora. En Alaska, California, Colorado, Oregón, Massachusetts, Maine, Nevada y Washington, como en Uruguay y otros Estados, el resultado de la legalización de cannabis y sus derivados ha sido demostrativo de cómo la “guerra a las drogas” y el prohibicionismo siempre a favor de Pablo Escobar y sus capangas, como el prohibicionismo del alcohol fue un favor a Al Capone en el siglo pasado.

Francisco Louça catedrático de economía de la Universidad de Lisboa, ex parlamentario y miembro del Bloco de Esquerda, actualmente es Consejero de Estado.

http://www.sinpermiso.info/textos/portugal-los-partidos-conservadores-y-el-cannabis-medicinal

viernes, 9 de febrero de 2018

La bebé que ayuda a prevenir el bullying en una escuela de Canadá.

Naomi tiene solo siete meses, pero tiene un trabajo serio: visita regularmente una clase de niños y niñas de 10 años para enseñarles a ser más cariñosos y menos agresivos.

Como parte de un programa llamado Raíces de Empatía (Roots of Empathy), Noemi y su mamá van a la escuela con regularidad. Relacionarse con alguien más vulnerable, dicen los promotores del proyecto, hace que los niños desarrollen su empatía.

Las clases con bebés de Raíces de Empatía se llevan a cabo en Canadá y en otros siete países. Según los estudios hasta ahora, reducen los casos de acoso y agresión en el año escolar.


http://www.bbc.com/mundo/media-42805107

jueves, 8 de febrero de 2018

_- El lobby español que quiere dejarte sin pensiones

_- A José Piñera le salen los billetes por los ojos. También la desvergüenza. Cuando Chile era un sepulcro de opositores políticos, este acaudalado economista se encargaba de lavarle la cara al régimen genocida de Augusto Pinochet. Su objetivo: demostrarle al mundo que la dictadura podía ser muy feroz a la hora de torturar, pero extremadamente amable a la hora de privatizar. Desde su puesto de ministro de Trabajo, “Pepe” encabezó la reforma de las pensiones efectuada bajo el mando de los militares. Ocurrió en 1980. Desde entonces, jubilarse en Chile es algo así como sacarse un carné de pobre. Sobre todo si eres parte de ese mayoritario sector de la población que no disfruta de unos ingresos tan altos como los de Piñera.

Este exministro pinochetista —y hermano del nuevamente electo presidente de Chile, Sebastián Piñera— es un auténtico ídolo para los amantes de los fondos privados de pensiones a este lado del océano. Desde el BBVA hasta el diario El Mundo, pasando por el Círculo de Empresarios y hasta la Bolsa de Madrid, han adorado en algún momento de su vida al “padre de las pensiones privadas”. Al gurú de las jubilaciones para ricos y la miseria para pobres. Al reinventor de un invento más viejo que la rueda: si tienes muchos billetes de joven, seguirás teniéndolos de viejo. Solo hay que saber cuidarlos.

Los piñeristas españoles están hoy inmersos en una cruzada trascendental: convencer al Gobierno del PP de que la vía buena, la que todo demócrata de mercado debería defender, pasa precisamente por favorecer los fondos privados y, por consiguiente, recortar el sistema público.

En otras palabras, existen actualmente poderosos sectores de las finanzas que buscan una España en la que jubilarse (dignamente) sea solo un privilegio reservado para aquellas y aquellos agraciados que cobran auténticas millonadas. ¿Eres pobre? ¿Sufres la precariedad? Poco importa. Los piñeristas no son una ONG ni tienen compasión. Son ricos y quieren seguir siéndolo. A tu costa.

Hay trampa
El caballo de batalla se llama "fondo de pensiones" y genera todo tipo de lecturas desde el mundo académico. “Es un producto financiero que sirve para el ahorro privado con el objeto de que te sirva de previsión social. Eso sí, depende de tus ahorros. ¿Problema? Si no aportas lo suficiente, no tendrás pensión”, se responde a sí mismo Cristóbal Molina, catedrático de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social en la Universidad de Jaén.

“Es un fondo que recoge dinero y lo invierte en activos financieros. De los rendimientos de esos activos paga un rendimiento a la gente, que puede entenderse como una pensión”, apunta por su parte Albert Recio, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona e integrante del Institut d’Estudis del Treball.

Durante los últimos meses, en medio de malas noticias sobre el futuro de las pensiones públicas, han crecido las suspicacias en torno a los intereses que giran alrededor de esos productos financieros. El escenario es casi idílico: si las jubilaciones de toda la vida corren serio riesgo de fallar mañana, entra dentro de toda lógica que los cotizantes de hoy hagan nuevos cálculos sobre el futuro que les espera. “Es normal que las ciudadanas y ciudadanos de a pie se sientan desconcertados”, señala Borja Suárez, profesor titular de Derecho del Trabajo y Seguridad Social en la Universidad Autónoma de Madrid y autor de El sistema público de pensiones: crisis, reforma y sostenibilidad (Editorial Lex Nova, 2014).

El experto incide en la estrategia del miedo que se ha instalado en torno a este tema. “Ante la perspectiva de recibir una pensión pública bastante inferior a la que está disfrutando hoy mi padre —subraya— es inevitable que considere necesario ir preparándome para compensarlo de alguna manera”.

Por tales motivos, Suárez advierte sobre la clara apuesta por parte del Gobierno del PP de “reducir el tamaño de las pensiones públicas y favorecer a las privadas”. “Se está creando una alarma para convertir la pensión privada en la alternativa a la pensión pública”, añade Cristóbal Molina.

Ahí entra en juego la letra pequeña. Los planes privados de ahorro tienen un tratamiento fiscal diferente, lo que permite a sus clientes desgravar en la Declaración de la Renta. Suena bien, sobre todo si tus ingresos son altos. Sin embargo, no pasa lo mismo si eres parte de esa mayoría que gana poco a cambio de trabajar mucho. “Los planes y fondos de pensiones pueden servir para aquellas personas que tienen un salario elevado. En otras palabras, puede ser razonable si tienes un salario de 30.000 o 40.000 euros anuales, pero resulta que el sueldo más frecuente en España está en torno a los 18.000 euros”, remarca Molina desde Jaén.

El catedrático recurre a los cálculos realizados por los mismísimos bancos para echar luz sobre tanta sombra: “Según las cifras provenientes de las entidades financieras, tienes que dedicar 7.000 euros de tu salario para poder tener acceso a una pensión media. Si tenemos en cuenta la media salarial en España, que incluso es más baja para los jóvenes, deberías dedicar prácticamente un tercio de tu salario al plan de pensiones”. En tal sentido, el también académico Borja Suárez destaca que, en el 75 % de los casos, las aportaciones que se realizan a los fondos de pensiones “no llegan a los 900 euros mensuales”, algo que califica como “una ridiculez de cara a una pensión futura”.

Estas cifras no conmueven a los lobbies financieros que promueven una reforma de las pensiones en España, y no precisamente para salvar a los asalariados pobres de hoy y jubilados aún más pobres de mañana. Mientras el Gobierno de Mariano Rajoy impulsa una serie de medidas para hacer más atractivas las jubilaciones privadas —desde rebajar las comisiones hasta ofrecer la posibilidad de disponer de los fondos acumulados en un plazo de diez años—, los insaciables jefes de la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva y Fondos de Pensiones (Inverco) entienden que esas ideas son insuficientes, por lo que su presidente, Ángel Martínez-Aldama, las ha criticado sin contemplación. Los empresarios del sector quieren más. Mucho más.

La presión también llega desde Unespa, la patronal de las aseguradoras. No en vano, desde sus oficinas se han aireado informes aterradores sobre el futuro que espera a la España pensionista. Su premisa es que mañana habrá más jubilados para repartir menos dinero, por lo que defiende abiertamente la vía privada como antídoto contra esa catástrofe. Aquí también conviene leer la letra pequeña: “Prácticamente todas las grandes aseguradoras tienen una parte que se dedica a la gestión de activos, entre los que se encuentran los fondos de pensiones”, advierte Recio.

En esa línea, la “comisión de expertos” creada hace ahora cuatro años por el Gobierno del PP para analizar el futuro de las pensiones contó con la participación de varios economistas íntimamente ligados a las aseguradoras, lo que en su momento levantó todo tipo de dudas y críticas por parte de los grupos políticos de la oposición. La situación llegó a tal punto que el presidente de dicha comisión “independiente”, Víctor Pérez-Díaz, tuvo que defender públicamente su libertad de actuación. El motivo: distintas informaciones mostraban su nexo de unión con Unespa y, por consiguiente, con los intereses en torno a las jubilaciones privadas.

Un premio muy especial
El lobby en defensa de los fondos privados cuenta con otro actor de lujo: el think tank Civismo. “España necesita un marco de estabilidad económica y social, cuyas bases se mantengan inalterables frente a los cambios motivados por la alternancia de los partidos políticos”, puede leerse en su manifiesto, disponible en su página web. Al cliquear en “quiénes somos”, aparecen nombres muy característicos de la derecha española: en su staff figuran la exdiputada del PP y actual directora del área Internacional de la fundación FAES Cayetana Álvarez de Toledo, el aristócrata Carlos Espinosa de los Monteros y Bernaldo de Quirós, expresidente de Mercedes Benz y ahora alto comisionado del Gobierno para la Marca España.

En octubre del año pasado, Civismo convocó a sus socios y amigos a la entrega de premios Sociedad Civil 2016. Muchos de los invitados llegaron a bordo de coches incalculablemente caros, pero el principal agasajado llegó en avión. Tuvo que hacer un viaje largo, pero cómodo: no es lo mismo cruzar el Atlántico en los diminutos asientos de clase turista que en esas butacas confortables de primera. El pasajero que viajó hasta Madrid en business para recibir los aplausos del think tank español tenía acento chileno y había trabajado para Pinochet. Su nombre: José Piñera. Su logro: privatizar las pensiones de su país. Su receta: hacerlo también en España.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/pensiones/lobby-espanol-pensiones

miércoles, 7 de febrero de 2018

_- Qué es el “educacionismo”, la sutil forma de discriminación que nos marca desde niños. Melissa Hogenboom, BBC Future

_- El "educacionismo" sostiene que las personas con más educación tienen sesgos implícitos hacia quienes reciben menos educación


La primera vez que Lance Fusarelli puso un pie en un campus universitario, se sintió rodeado de gente que parecía saber más que él sobre sociedad, urbanismo y "todo lo que era diferente".

Él atribuye esas diferencias a su educación. No creció en la pobreza, sino en un pueblo de clase trabajadora de una pequeña zona rural de Pensilvania, Estados Unidos, pero fue el primero de su familia en ir a la universidad.

Su madre se quedó embarazada y tuvo que abandonar la escuela, y su padre trabajó en una mina de carbón desde la adolescencia. Vivió en un entorno en el que pocos estudiaban más allá de la secundaria.

Fusarelli cuenta ahora con una buena educación y es profesor y director de programas de posgrado en la Universidad Estatal de Carolina del Norte.

De vez en cuando, recuerda cómo se sintió en aquellos primeros días, cuando un compañero corrigió de manera inocente su gramática imperfecta: "No pretendía ser ofensivo, éramos buenos amigos, simplemente creció en un ambiente diferente".

Aunque Fusarelli ascendió en el mundo académico a pesar de su pasado, sus experiencias ponen de relieve la división social que existe en la educación.

Quienes tienen menos educación debido a su desventaja social sufren un sutil, pero profundo sesgo.
Un estudio publicado recientemente en el Journal of Experimental Social Psychology (Revista de Psicología Social Experimental) llamó a ese fenómeno "educacionismo" y, por primera vez, halló evidencias inequívocas de lo que Fusarelli y muchos otros llevaban tiempo sospechando: las personas que reciben más educación tienen sesgos implícitos hacia quienes reciben menos.

Y eso tiene consecuencias desafortunadas e indeseadas, que a menudo provienen de la brecha entre ricos y pobres.

"El racismo de la inteligencia"
Es un problema de "nivel social" que crea una división significativa. "Necesita ser abordado", explica Toon Kuppens, de la Universidad de Groningen, Países Bajos.

La idea de que la gente tiene prejuicios hacia quienes recibieron menos educación no es nueva.

En los 80, el sociólogo francés Pierre Bourdieu lo llamó el "racismo de la inteligencia... de la clase dominante", la cual serviría para justificar su posición en la sociedad.

Bourdieu dijo que el sistema educativo fue inventado por las clases dominantes.

La educación también sirve para dividir a la sociedad de muchas maneras. Los niveles educativos más altos están vinculados a mejores ingresos, salud, bienestar y empleo.

El estatus educativo también revela divisiones políticas. Aquellos que tienen calificaciones más bajas, fueron más favorables a la hora de votar que Reino Unido abandonara la Unión Europea, por ejemplo.

 Pese a todo, raramente se confronta el tema, dice Kuppens, aunque existen numerosos estudios sobre prejuicios por género, etnia y edad.

Kuppens y sus colegas hicieron una serie de experimentos. Preguntaron a varias personas cómo se sentían hacia otras, pero también les hicieron preguntas indirectas sobre los trabajos y la formación académica de varios individuos.

Los resultados fueron claros: las personas con un mayor nivel educativo son mejor aceptadas por todos, y además no son "inherentemente más tolerantes" hacia los menos educados, como normalmente se cree, dice Kuppens.

Es más, según el especialista, una de las razones por las que existe sesgo es que el nivel educativo se percibe como algo que la gente puede controlar.

La tiranía de la meritocracia
Los bajos niveles educativos están ligados a la pobreza .Quienes provienen de entornos pobres, rápidamente quedan por detrás de sus compañeros de colegio y muy pocos van a la universidad.

Y está cada vez más claro que hay razones complejas detrás de este fenómeno.

Jennifer Sheehy-Skeffington, de la London School of Economics, Reino Unido, dice que la falta de recursos es "psicológicamente restrictiva".

También sostiene que hay una sensación de estigma y vergüenza que crea una baja autoestima, un patrón que, asegura, es más probable que ocurra en ideologías meritocráticas, donde los logros de los individuos son vistos en base a su inteligencia y trabajo duro.

La pobreza afecta incluso a la toma de decisiones.
"Las habilidades cognitivas que se necesitan para tomar buenas decisiones financieras no están fácilmente disponibles cuando uno se enfrenta el estrés de darse cuenta de que lo está haciendo peor que otros", dice Sheehy-Skeffington.

Eso no significa que los procesos mentales se bloqueen, sino que los individuos se enfocan más en las amenazas del presente que en concentrarse en esa tarea.

En su análisis sobre la psicología de la pobreza, Sheehy-Skeffington descubrió que aquellos con pocos ingresos tienen una menor sensación de control sobre su futuro: "Si piensas que no puedes controlar tu futuro, tiene sentido invertir la poca energía o dinero que tengas en mejorar la situación actual".

Este tipo de trabajos revelan un ciclo difícil de romper.
El buen rendimiento mental se ve afectado cuando enfrentamos dificultades financieras, y cuando existen esas dificultades, la capacidad para planificar el futuro y tomar decisiones importantes también se ve afectada negativamente.

Y eso se refleja en el sistema educativo; quienes viven enfocados en el presente tienen menos incentivos para tener un buen desempeño en la escuela o pensar en educación superior.

Pero un equipo de investigadores fue más allá, argumentando que el sistema educativo está "motivado para mantener el status quo", donde los hijos de padres con alto nivel educativo van a la universidad, y los hijos de quienes recibieron menos educación ingresan a cursos de formación profesional y otros certificados de aprendizaje.

Esto fue mostrado en un estudio de 2017 liderado por el psicólogo Fabrizio Butera, de la Universidad de Lausana, en Suiza. Su equipo demostró que los "examinadores" puntuaban menos a individuos cuando les decían que el alumno provenía de un entorno menos privilegiado.

"Perpetuar el status quo es una forma de mantener el privilegio de esas clases", dice Butera.

"Daños ocultos" y posibles soluciones
Incluso si los individuos de una clase trabajadora llegan a la educación superior, a menudo tienen que "descartar partes originales de su identidad para poder moverse socialmente", explica Erica Southgate, de la Universidad de Newcastle, en Australia.

La investigadora ha estudiado los estigmas a los que se enfrentan los individuos que se convierten en los primeros de su familia en estudiar educación superior, y descubrió que en materias como medicina prevalece la presunción, por parte de los alumnos, de que todos provienen de un entorno social similar.

"No se trata tanto del estigma evidente, sino de los daños ocultos de la clase social que siguen emergiendo".

Pero entonces, ¿qué podría romper la brecha educativa?
Las formas de calificar pueden ser determinantes. El equipo de Butera demostró que entregar a los niños los resultados de los exámenes reduce la motivación.

Y sin puntajes calificados, se reduce también la comparación social, que a menudo afecta al rendimiento, de acuerdo con el trabajo de Sheehy-Skeffington.

Si se aportan comentarios detallados sobre cómo mejorar, en lugar de dar simples notas, uno puede "enfocarse en la evaluación como una herramienta de educación" y no de selección, explica Butera.

En otras palabras, los niños aprenden a ampliar sus conocimientos, en lugar de aprender a superar los exámenes.

"Una solución viable es crear un entorno en donde la evaluación forme parte del proceso de aprendizaje", señala Butera. "Esto parece reducir las desigualdades de género y clase social, y promover una cultura de solidaridad y cooperación".

Para Fusarelli, lo más importante es que tanto padres como profesores esperen lo mejor de los niños a una edad temprana para reforzar la idea de que "pueden hacerlo y ser exitosos".

Pero los sesgos del sistema educativo no van a desaparecer de un día para otro. Es más, la mayoría de nosotros ni siquiera nos daremos cuenta de que existen.

La actitud meritocrática de que quienes trabajan duro tendrán éxito sigue siendo dominante, a pesar de las pruebas que demuestran que hay muchos factores que exceden al control de las personas que pueden obstaculizar su potencial.

Y, por desgracia, son aquellos que están mejor educados —y quienes deberían ser sensibles con la discriminación— quienes pueden beneficiarse —a menudo sin ser conscientes de ello— de la misma desigualdad que contribuyen a crear.

http://www.bbc.com/mundo/vert-fut-42654382
Los alumnos pobres repiten cuatro veces más que los de familias con más recursos.

https://elpais.com/sociedad/2019/12/04/actualidad/1575482923_262875.html

_- Las palabras más difíciles de pronunciar del español: 8, no hispano hablantes lo intentan.

_- ¿Cómo debe pronunciar una palabra como "ronronear" alguien que creció hablando mandarín?

¿Y un australiano esa que parece un trabalenguas, "tejemaneje"?

Quehaceres
Desarrollar
Halagüeño
Sacacorchos
Ronronear
Sanguijuela
Anaranjada
Tejemaneje


El español tiene varios sonidos y combinaciones de letras que para los no hispanohablantes son difíciles de imitar.

BBC Mundo le ha pedido a ocho personas de distintas partes del mundo que pronuncien algunas palabras con los sonidos más difíciles de reproducir para quienes no hablan español.

Gracias por el buen humor a nuestros compañeros del Servicio Mundial de la BBC Gabriel Lorin, Celestina Olulode, Zeyar Phyo, Leyla Najafli, Fernanda Figueiredo, Alistair Kroie, Alice Grenié y ChiChu Liu.

http://www.bbc.com/mundo/media-42824878#

martes, 6 de febrero de 2018

_- "Un vallenato de 350 páginas": la magia que comparten "Cien años de soledad" y el folclor musical más conocido de Colombia.

Cita de Gabriel García Márquez

-"Voy a hacerte una casa en el aire / solamente pa' que vivas tú"- Rafael Escalona, "La Casa en el Aire".

"Cuando Matilde camina / hasta sonríe la sabana" - Leandro Díaz, "Matilde Lina".

"Y llevo una Hamaca Grande / más grande que el cerro e´Maco / Pa´que el pueblo vallenato / meciéndose en ella cante" - Adolfo Pacheco, "La Hamaca Grande".

Podría haber elegido más, pero estos tres fragmentos de canciones vallenatas tradicionales, todas anteriores o de tiempos de Cien años de soledad, dan cuenta de una verdad de a puño: el folclor vallenato, propio de la costa Caribe colombiana donde nació Gabriel García Márquez, ha estado siempre lleno de referencias que bien podrían caber en el ámbito del llamado 'realismo mágico'.

El vallenato clásico, que precede a Gabo y su obra, presenta dentro de sus características el haber recurrido de manera espontánea a imágenes fantásticas y situaciones irreales, como si se tratara de algo perfectamente lógico y posible.

Ya lo dijo el propio Premio Nobel en una cita que le ha dado la vuelta al mundo sin que quizás muchos -sobre todo fuera de Colombia- entiendan a cabalidad su dimensión y alcance: "Cien años de soledad no es más que un vallenato de 350 páginas".

Pero, ¿por qué el vallenato? Sabido es que entre la primera música que Gabo escuchó de niño en su pueblo natal de Aracataca, además de otros ritmos caribes, estuvo una forma de vallenato primitivo interpretado por juglares en acordeón -su instrumento principal- relatando historias cotidianas y llevando mensajes de pueblo en pueblo como lo hicieron sus primeros exponentes, en su mayoría campesinos de cultivos y vaquería... justamente el tipo de gente que habitó Macondo en sus inicios.

Lo que hermana al vallenato con su más importante novela es que la cumbia y otros ritmos, comparativamente menos ricos en texto y vuelo literario, no cultivan en igual grado la riqueza narrativa que distingue al canto vallenato clásico, y que lo convierte en lo más parecido a un relato costumbrista en música.

Recordando justamente su niñez, García Márquez describe así el impacto que en particular le produjo este folclor (en un libro de entrevistas recopiladas entre otros por Juan Gustavo Cobo Borda):

"Sin lugar a dudas, creo que mis influencias, sobre todo, en Colombia, son extraliterarias. Creo que más que cualquier otro libro, lo que me abrió los ojos fue la música, los cantos vallenatos [...] Me llamaba la atención, sobre todo, la forma como ellos contaban, como relataban un hecho, una historia [...] Con mucha naturalidad [...] Esos vallenatos narraban como mi abuela".

Magia y leyenda vallenata
Que desde sus inicios el vallenato teje su suerte con la magia es algo que queda claro al conocer sobre su propio origen, cubierto de leyenda. Una leyenda muy vallenata.

Cuentan que el mismo diablo, quizás celoso del éxito que empezaba a tener esta música de acordeón en aquellos parajes y queriendo hacerla suya, se fue en busca de su creador, cuyo nombre la tradición identifica tan solo como 'Francisco el Hombre' (investigaciones modernas apuntan a que en efecto existió hace mucho tiempo un virtuoso intérprete de nombre Francisco Moscote Guerra).

Según la leyenda, al encontrarlo el diablo lo desafió a un duelo de acordeones para ver quién tocaba mejor, y luego de varias horas de cerrado enfrentamiento, a Francisco el Hombre le llegó una genial ocurrencia: ejecutar el Credo al revés, siempre con su acordeón terciado al pecho. ¡Solo así logró salir victorioso del lance!

Por cierto, Cien años de soledad se refiere en ocasiones a la influencia del vallenato en la región y en particular a la figura de Francisco el Hombre, cuyas proezas en el acordeón trata de emular Aureliano Segundo, uno de los tantos Buendías, la familia central en esta legendaria saga, quien ha caído cautivado por su magia:

"[Aureliano Segundo] Pasaba las tardes en el patio, aprendiendo a tocar acordeón, contra las protestas de Úrsula, que en aquel tiempo había prohibido la música en la casa a causa de los lutos, y que además menospreciaba el acordeón como un instrumento propio de los vagabundos herederos de Francisco el Hombre. Sin embargo, Aureliano Segundo llegó a ser un virtuoso del acordeón y siguió siéndolo después de que se casó y tuvo hijos y fue uno de los hombres más respetados de Macondo".

Nótese cómo Gabo se vale de Úrsula, el centro del mundo macondiano, para hacer un profundo comentario según el cual el vallenato, originado en música de campesinos y hecho suyo por la servidumbre en grandes haciendas, era en sus inicios socialmente despreciado.

En fin, la gran leyenda vallenata, incluyendo otras historias como la de Francisco el Hombre, y Cien años de soledad, son en esencia la misma cosa: relatos cotidianos, a veces marcados de epopeyas, del pueblo caribe colombiano, matizadas con importantes dosis de realismo mágico.

No extraña, pues, que la novela sea contada por un solo narrador, casi de manera lineal de comienzo a fin, sin recurrir a mayores trucos en el uso del tiempo, ni a historias paralelas que se suceden en distintas épocas y que se van intercalando ante los ojos del lector.

Personajes de Cien años de soledad y el vallenato
Además de la música de acordeón y sus historias, el vínculo entre Gabo y este folclor quedó sellado para siempre gracias a la entrañable amistad que tejió, hacia mitades del siglo XX, con Rafael Escalona, quien habría de convertirse en el mejor compositor de aquel vallenato clásico.

Nacidos ambos en 1927, en pueblos no muy lejanos, solo separados por la gran Sierra Nevada de Santa Marta, de jóvenes recorrieron juntos la región y compartieron su amor por aquella mítica tierra Caribe.

Tan cercana fue aquella amistad que Gabo, al regalarle al ya para entonces célebre compositor una copia de 'Cien Años de Soledad', le escribió de puño y letra: "A Rafael Escalona, la persona que más admiro en el mundo".

Hablando del estilo de vida en el Caribe, se recordará cómo el coronel Aureliano Buendía, personaje principal en la magna obra de Gabo, tuvo 17 hijos, todos con mujeres distintas.

Así, varios son los otros personajes que igualmente engendran descendencia ilegítima en el libro. Y es que no es del todo extraño en la región, pese a que la sociedad siente encima el tradicional peso de la Iglesia Católica, que el hombre goce de especial libertad para "tener amores con otras", sus "queridas", y de conservar así hogares por fuera del matrimonio, con hijos incluidos.

El vallenato, que hace gala de un muy amplio grado de picaresca, propio de sus gentes desenfadadas y parranderas (o fiesteras), recoge esta suerte de "permisividad" en canciones como 'La Celosa', de Sergio Moya Molina...

Cuando salga de mi casa / Y me demore por la calle / No te preocupes, Juanita / Porque tu muy bien lo sabes / Que me gusta la parranda / Y tengo muchas amistades / Y si acaso no regreso por la tarde / Volveré al siguiente día en la mañanita / Si me encuentro alguna amiga / Que me brinde su cariño / Yo le digo que la quiero / Pero no es con toda el alma / Solamente yo le presto / el corazón por un ratico / Todos esos son amores pasajeros / y a mi casa vuelvo siempre completico / Negra no me celes tanto / Déjame gozar la vida / Tu conmigo vives resentida / Pero yo te alegro con mi canto / etc...

Peleas de gallos y aparecidos
Las peleas de gallos, para mostrar otro ejemplo de los paralelos entre el vallenato y Cien años de soledad, son eventos de singular importancia en la obra garciamarquina, dado que hacen parte integral de la cultura de la costa del Caribe colombiano.

De ahí que compositores vallenatos hayan usado a estos aguerridos animales como sinónimo de sus dotes combativas y sus proezas musicales, aunque también, desde luego, como símbolo de su voracidad sexual.

Los ejemplos de este tipo de canciones abundan. Baste con recordar a "El gallo viejo" de Emiliano Zuleta, fundador de una gran estirpe de cultores vallenatos, que no tiene reparos en usar el lenguaje y las imágenes de las galleras para referirse a un duelo de acordeones que sostuvo con su propio hermano menor.

"Una tarde en Villanueva / se quiso Toño lucir conmigo / pero a veces me imagino / que eso es la gente que lo aconseja / Díganmele a Toño, a Toño mi hermano/ que yo soy muy gallo / y él está muy pollo / [...] La pelea de gallo viejo / eso se debe de respetar / porque es pelea sin afán.

Vamos con un último ejemplo de vallenato que guarda relación y es tema recurrente, también, en Cien años de soledad, como lo es en toda la región del Caribe. Nos referimos a la manía que tienen los muertos, pese a haber partido de este mundo, de continuar haciendo apariciones e interactuar con los vivos, para reclamarles cosas, para prevenirlos, para brindarles a veces consuelo, como si se tratase de lo más natural.

El reconocido acordeonero y compositor Calixto Ochoa escribió, en los años ´60, un vallenato denominado 'El muerto borracho', que -de nuevo- podría tranquilamente haber aparecido por las calles de Macondo...

En la esquina 'e la calle Serra / Sale un muerto pero borracho / Él le pide un beso a las hembras / Y a los hombres les pide un trago / Vean qué muerto tan misterioso / Que en el mundo nunca se ha visto / Porque en vez de pedir responso / Lo que pide es ron y besito / [...] Me paré en el médio 'e la calle / A rezarle un Padrenuestro / Y el descaro que tuvo el muerto / 'E preguntarme donde era el baile / etc.

Integración cultural en el vallenato y en Cien años de soledad.
Sin el ánimo de hacer un complejo análisis socio-cultural de la región donde se desenvuelve la novela, el vallenato es el producto de la integración de distintos elementos que se encontraron, principalmente, en el noreste de Colombia.

Allí han coexistido las etnias que configuran el ADN del país, y que están representadas en distintos porcentajes, según cada zona: el blanco de origen europeo; el negro de origen africano, y el indígena local, representado por diferentes tribus autóctonas, sin olvidar todas sus diferentes combinaciones, producto del mestizaje que se dio desde tiempos de la Colonia.

Así como estas etnias se dan cita en la novela de Gabo, a través del complejo tejido social y cultural que se va creando en Macondo, que pasa de villa a urbe con el paso del tiempo, esta mezcla racial también se ve reflejada en los instrumentos principales del vallenato: el acordeón europeo; la caja -o tamborcito africano- y la guacharaca indígena -o raspa-, hecha de caña local.

Estos instrumentos, a los cuales se suman el cantante y otras voces, tradicionalmente interpretadas por los propios instrumentistas, han dado origen a los cuatro ritmos -o aires-, que distinguen al vallenato, a saber -yendo del más lento al más rápido: el son, con su bien marcado ritmo en dos tiempos cadenciosos; el paseo, el más popular y de gran fluidez y versatilidad; el merengue, con su sabor pícaro por su paso veloz y saltico caprichoso, y finalmente la puya, una orgía fiestera de versos cortos, velocidad vertiginosa y depurado virtuosismo en la ejecución de todos los intérpretes.

De Europa y América
En Cien años de soledad encuentro a veces el sabor europeo -aquel que representa el acordeón- en las instituciones que los Buendía intentan establecer en Macondo, y en la manera en que se relacionan con el mundo político externo, lo mismo con los gitanos de Melquiades y otros visitantes.

Creo que es innegable que en la novela se siente más presente el elemento africano. En la descripción de las fiestas y las bacanales tan espléndidas como prolongadas que se dan en Macondo, al mejor estilo del Caribe, donde la síncopa musical, ese veneno por su contra-ritmo, reina soberana, dándole sabor a todo cuanto toca.

Pero a veces también está la presencia indígena, aunque tal vez en menor medida, en algunos personajes que salpican con su sabiduría ancestral todos sus razonamientos y conductas.

Todo libro de gran literatura crea su propio mundo y su propia atmósfera.
Para mí, Cien años de soledad, con la descripción de sus gentes y aquel entorno geográfico de Macondo, con su calor sofocante y su vegetación exuberante, propia del Caribe colombiano, con sus personajes legendarios, producto del mestizaje, se nutre en gran medida del universo del vallenato y de su cadencia y de su sabor.

'El mágico fluir de la obra va emulando a su paso, se me antoja, cualquiera de los aires vallenatos, según lo requiera la magistral pluma de Gabo. Creo ver que a veces sus páginas se transforman en paseo, a veces en son, a veces en merengue, sin olvidar la esplendorosa puya que es el final de la novela.


http://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-38678370