domingo, 24 de octubre de 2021

_- Endogamia: la pandemia de la Universidad española

_- Por Susana Vega González | 19/10/2021 | Conocimiento Libre

Fuentes: huffingtonpost.es
No son pocos los casos de candidatos que se quedaron fuera de un proceso selectivo porque la plaza ya estaba pre-adjudicada a un favorito.

Imaginemos que una universidad española rechaza a un candidato en un concurso u oposición por el mero hecho de ser mujer. Ahora imaginemos que el rechazo es motivado por su orientación sexual. ¿Qué ocurriría? ¿Qué repercusión tendría ese hecho? Con toda seguridad se produciría una clamorosa condena y reivindicación desde diversos ámbitos: político, social, gubernamental, sindical, etc. La repercusión y reprobación global sería enorme.

Imaginemos ahora que una universidad española rechaza a un candidato por el mero hecho de no ser amigo o discípulo o pariente de determinada persona. Es decir, el rechazo no se produce en este caso ni por género ni por orientación sexual del candidato sino por sus contactos y amistades o relaciones. ¿Qué ocurriría? ¿Habría la misma condena y reivindicaciones? ¿Tendría la misma repercusión que los supuestos anteriores?

Según el diccionario de la Real Academia Española, la “actitud social de rechazo a la incorporación de miembros ajenos al propio grupo o institución” se denomina “endogamia”. Y este es uno de los mayores males de la universidad española en general. No son pocos los casos de candidatos que se quedaron fuera de un proceso selectivo para plazas de docente-investigador universitario porque la plaza ya estaba pre-adjudicada a un candidato favorito, y favorecido por lazos de amistad o parentesco o similares. Y no son pocos los casos aparecidos en prensa y otros medios. Cuando esto ocurre, los principios constitucionales de igualdad, mérito y capacidad en el acceso al empleo público—así como el derecho a un evaluador imparcial― quedan arrinconados y se elige al candidato no por ser el mejor sino por ser el más amigo o el más pariente, aunque haya otros candidatos mejores. 

Este fenómeno discurre por muchas de nuestras universidades sin que haya un clamor social, ni sindical, sin que se ponga el grito en el cielo por parte de las autoridades universitarias ni desde el ámbito político ni gubernamental. Hay una especie de normalización de la endogamia (=rechazo) y una suerte de aceptación encubierta que hace que en casos de rechazo de este tipo, no se ponga el grito en el cielo sino que las víctimas han de gritar solas, sabiendo que muchas veces el suyo es un grito en el desierto.

La palabra clave es el “rechazo” que, en el caso de la endogamia, se implementa generalmente mediante mala praxis, amaños de plazas y un despliegue de recursos reprobables que aseguran la plaza a un determinado candidato. En ocasiones se ve cierta confusión respecto al concepto de endogamia. Que un doctor trabaje en la misma universidad donde se doctoró nada tiene que ver con endogamia, si ese doctor logró su plaza en juego limpio, transparente y respetando los dictados constitucionales. Solo faltaba que a un candidato que resulte ser el mejor y de mejor currículum se le rechazara por haberse doctorado en esa universidad. (Hacer tal cosa sería un error y de ningún modo evitaría los amaños de plazas, pues la picaresca en este sentido es bien conocida en algunos casos reales en nuestro país).

Las consecuencias del fenómeno endogámico son varias y van en diversas direcciones:

1) Al no contratar al mejor candidato sino al más amigo, la calidad docente e investigadora merma y se tiende no a la excelencia sino a la mediocridad.

2) Los estudiantes padecen esa menor calidad en sus docentes, que sería más elevada si se contrataran a los mejores candidatos.

3) El gasto de dinero público que se produce en batallas judiciales por parte de las universidades enrocadas en defender lo indefendible (cuando se producen irregularidades en la adjudicación de plazas), lo pagan los contribuyentes con sus impuestos.

4) La salud mental de los docentes e investigadores que son víctimas de este fenómeno es otra consecuencia, especialmente silenciada, de la que no se habla. Ansiedad, angustia, estrés, depresión y otras dolencias son padecidas en silencio por las víctimas, mientras la rueda de un sistema lastrado continúa.


¿Dónde está la ética y los valores?
Se habla mucho de un solo valor, el de la igualdad de género, y se implementan asignaturas con la coletilla “perspectiva de género” mientras se obvian totalmente otros valores fundamentales. Parece como si valores como la ética y la justicia no fueran importantes. Cultivemos la igualdad de género pero olvidémonos de la igualdad en el acceso al empleo público, olvidémonos de cultivar la ética, la justicia.

Este no es el camino. No lo es. Alguien concienciado en igualdad de género pero carente de ética, de principios, y del sentido de la justicia no es precisamente un ejemplo a seguir. ¿Se pueden cambiar las cosas en la universidad española en lo tocante a la endogamia y la mala praxis asociada? Por supuesto que sí. Pero falta voluntad, no solo por parte de la clase política sino por parte de las propias autoridades universitarias. Tal vez falta valentía para defender lo éticamente correcto. ¿Para cuándo materias con “perspectiva de ética”? Disertar desde tribunas universitarias sobre un solo valor y olvidarse del resto de valores, siendo en algunos casos consentidor, partícipe y cómplice de procesos endogámicos antagónicos a la excelencia académica y humana, es no ver el bosque. Es volar bajo, por el peso del lastre. Ese no es el camino. Ni ese es el espejo en el que deberían mirarse los jóvenes de nuestra sociedad. 

Fuente: https://www.huffingtonpost.es/entry/endogamia-la-pandemia-de-la-universidad_es_616945cde4b0931431fbf9e1?ujgc 

 * Susana Vega González es filóloga y profesora de la Universidad de Oviedo.

sábado, 23 de octubre de 2021

_- Lo principal y lo accesorio en el caso del diputado Alberto Rodríguez.

_- La pena principal quedaría cumplida en el momento en que se hiciera el ingreso de los 450 euros y, en consecuencia, una vez extinguida la pena principal quedaría extinguida también la pena accesoria
— El caso inédito de Alberto Rodríguez pone a prueba la ley electoral y desata un lío político en el Congreso


La pena de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo es una pena EXCLUSIVAMENTE accesoria. Nadie puede ser condenado exclusivamente a la pena de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo. La pena de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo exige como presupuesto la condena por un delito principal a la que se anuda dicha pena accesoria.

Va de suyo que entre la pena principal y la pena accesoria hay una relación de dependencia. La pena accesoria no puede proyectarse nunca más allá del cumplimiento de la pena principal. En consecuencia, el cumplimiento de la pena principal conlleva el de la pena accesoria.

Viene a cuento esta introducción del oficio dirigido por el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo (TS) a la presidenta del Congreso de los Diputados para que le "informe sobre la fecha de inicio de cumplimiento de la pena de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo" por parte del diputado del Grupo Parlamentario de Unidas-Podemos Alberto Rodríguez.

Como el lector sin duda sabe, Alberto Rodríguez fue condenado por el TS por haber dado una patada en la rodilla a un miembro de la Policía Nacional en 2014 en el curso de una manifestación contra la Ley Wert. El TS le impuso como pena principal 45 días de privación de libertad sustituibles por el pago de una multa de 450 euros y, como pena accesoria, la inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo.

En la redacción actual del Código Penal la sustitución de la privación de libertad de 45 días por el pago de una multa no es potestativa, sino obligatoria. El TS no podía imponer el ingreso en prisión al diputado canario durante 45 días, sino que tenía que sustituir la pena privativa de libertad por la multa.

Quiere decirse, pues, que la pena principal quedaría cumplida en el momento en que se hiciera el ingreso de los 450 euros y que, en consecuencia, una vez extinguida la pena principal quedaría extinguida también la pena accesoria.

Desconozco si Alberto Rodríguez ha pagado o no la multa. Pero si la ha pagado y ha acreditado dicho pago ante la Presidencia del Congreso de los Diputados, bastará con que la Presidenta comunique esta circunstancia al Presidente de la Sala Segunda del TS para dar cumplimiento al requerimiento que le ha dirigido.

Con la pena principal impuesta por el TS Alberto Rodríguez no ha estado privado de libertad ni un solo minuto. Y no lo ha estado porque el legislador así lo ha dispuesto taxativamente, privando al juez o tribunal de la discrecionalidad para optar por la privación de libertad o la multa. El legislador no ha querido que, en ningún caso, el juez o tribunal pudiera ordenar el ingreso en prisión de un ciudadano durante 45 días. La condena principal expresada en este caso en días de privación de libertad es simplemente una regla de cálculo para determinar el importe de la multa. El juez o tribunal no impone en este caso una pena privativa de libertad, sino una sanción económica que tiene que ser calculada con la unidad de medida que supone el importe asignado a un día de privación de libertad.

Formalmente el TS ha impuesto una pena privativa de libertad. Materialmente ha impuesto una multa para cuyo cálculo se ha servido del importe asignado a un día de privación de libertad como unidad de cuenta. No podía hacerlo de otra manera, ya que tiene que respetar el principio de interdicción de la arbitrariedad del artículo 9.3 de la Constitución, que no le permite fijar a su libre arbitrio la regla de cálculo para la imposición de la multa. El importe de la multa, que es la pena principal, tiene que estar fijado de una manera objetiva y razonable. Para ello hay que contar con una unidad de cuenta indiscutida. Eso es lo que supone el día de privación de libertad.

Con el pago de la multa queda extinguida la pena principal y, con ello, también la accesoria. Javier Pérez Royo.

viernes, 22 de octubre de 2021

Cuál fue el decisivo rol de las mujeres en la Revolución francesa (y el trágico final que sufrieron algunas de ellas)

 

Los Días de Octubre o La Marcha de Octubre, cuando las mujeres marcharon hasta el palacio de Versalles.

"Maté a un hombre para salvar a 100.000", fue lo que supuestamente dijo Charlotte Corday durante su juicio por el espantoso asesinato del revolucionario Jean-Paul Marat.

Desilusionada por la dirección radical y violenta que estaba tomando el grupo Montagnard, del cual Marat era uno de los líderes, Corday se coló dentro de su casa el 13 de julio de 1793.

Sorprendió a Marat mientras este trabajaba en su bañera y le clavó un cuchillo en el pecho, matándolo instantáneamente.

Su acto de violencia, inmortalizado en la pintura de Jacques-Louis David La muerte de Marat es uno de los más infames del período, ocasionó fuertes reacciones que se propagaron por París y cambió la percepción de las capacidades de las mujeres.

Pero Corday no fue de ninguna forma la única mujer que aprovechó la Revolución francesa como una oportunidad para la acción.

Salones y sociedades
Antes de la revolución, a los ojos de muchos pensadores de la Ilustración, las diferencias biológicas marcaban a las mujeres como seres inferiores a los hombres en el orden natural.

Se esperaba que las mujeres se sometieran a sus padres y maridos.

"La muerte de Marat" del pintor Jacques-Louis David, una de las obras más conocidas del período de la Revolución Francesa.

Y aunque algunas mentes de la época, incluido el filósofo Jean-Jacques Rousseau, pensaban que las mujeres debían tener derecho a una educación, esta debería centrarse en cuidar y educar a los niños ya que las mujeres se diferenciaban de los hombres en sus "derechos naturales".

Sin embargo, a medida que la revolución se extendió por Francia, trayendo ideales de igualdad y fraternidad, las mujeres encontraron formas de participar en todos los aspectos.

Hubo quienes vieron la oportunidad de promover los derechos de las mujeres junto con los de los hombres franceses, como la activista y escritora Olympe de Gouges.

En 1791, de Gouges declaró que "la mujer nace libre y vive en igualdad de derechos con el hombre".

Había mujeres, como Marie-Jeanne Roland y Germaine de Staël, conocidas como sallonières, que organizaban salones donde se fomentaban las ideas revolucionarias y se negociaba el poder político.

Y por supuesto, hubo mujeres que tomaron las armas.
En octubre de 1789, cuando la escasez de harina y el hambre en París generaban un descontento que se convertiría en ira, las mujeres estaban en el centro de la vorágine.

La marcha a Versalles
La ira por la creciente escasez de alimentos llevó a miles de personas a enfrentarse al rey en persona.

Las mujeres desempeñaron un papel fundamental en un evento conocido como los Días de Octubre o la Marcha de Octubre, que impulsó la primera etapa de la revolución hacia un nuevo equilibrio de poder.

En la mañana del 5 de octubre de 1789, muchas mujeres parisinas se manifestaban por el precio del pan en París.

La harina escaseaba y había una sensación cada vez mayor de que se les negaba la comida a los pobres a propósito.

También hubo rumores de que la noche anterior el rey Luis XVI había entretenido a los oficiales con un espléndido banquete.

Pronto, a las manifestantes se les unieron otras mujeres de los mercados cercanos o de la creciente turba que rodeaba al Hôtel de Ville (ayuntamiento) y que había saqueado la armería de la ciudad. 

Los números aumentaron aún más con otros agitadores que buscaban una reforma política. Y un grupo de hasta 7.000 personas marchó más de 19 kilómetros hasta el sur de Versalles para presentar demandas al rey.

Las conversaciones tuvieron lugar durante toda la noche. Aunque en las primeras horas del 6 de octubre algunos alborotadores lograron acceder al palacio para buscar los aposentos de la reina.

La insurrección fue sofocada rápidamente por las tropas del rey, pero la situación siguió siendo tensa, y el Marqués de Lafayette convención a Luis XVI para que se dirigiera a los manifestantes que todavía estaban surgiendo alrededor del palacio.

La violencia cesó cuando el Rey dijo que él y su familia abandonarían su opulento palacio y se mudarían a París. Una vez allí, estarían bajo el control de la gente.

La Marcha de Octubre demostró el poder y la capacidad de la gente común, el tercer estado o tercer estamento , y lo que es más importante, las mujeres de París.

Louis XVI dejó el Palacio de Versalles junto con el resto de la familia real debido a los sucesos de octubre de 1789.

Mismos derechos
También hubo quienes solicitaron al gobierno derechos más particulares.

En marzo de 1792, Pauline Léon se dirigió a la Asamblea Legislativa en nombre de las mujeres parisinas para sugerir que se formara una milicia femenina para defender sus hogares en medio de una creciente violencia contrarrevolucionaria.

Aunque fue finalmente rechazada, su petición fue firmada por más de 300 mujeres.

Léon no era ajena a la lucha armada. Había marchado a la Bastilla en julio de 1789 llevando su propia pica.

Pero al igual que con otras mujeres, la participación de Léon no se limitó a disturbios y manifestaciones.

En 1793, junto con la actriz Claire Lacombe, fundó la Sociedad de Mujeres Republicanas Revolucionarias, una organización de corta duración que presionó por el derecho de las mujeres a contribuir a la revolución.

El Club Patriótico de Mujeres, una de las muchas sociedades conformadas por mujeres durante la Revolución Francesa.

No fue de ninguna forma la única sociedad de ese tipo, ya que los clubes sociales y los salones revolucionarios se convirtieron en centros importantes, aunque con misiones distintas.

Por ejemplo, aunque se recuerda con razón a Marie-Jeanne Roland como una mujer influyente de la revolución, no era una defensora de los derechos políticos de las mujeres ya que sentía que todavía eran más afectivas en sus roles domésticos y detestaba el comportamiento radical de los sans-culottes (la mayoría de la gente de clase trabajadora de París).

También estaban las que hoy podríamos llamar "aliados masculinos", como el intelectual y aristócrata Marie-Jean Caritat, Marqués de Condorcet.

En julio de 1790 publicó un artículo en un periódico en el que sostenía que los millones de mujeres de Francia debían gozar de los mismos derechos que los hombres.

El artículo causó sensación al abordar el sentimiento al abordar el sentimiento generalizado de que las mujeres no poseían a misma capacidad que los hombres para la racionalidad o el sentido de la justicia.

Al contrario, Condorcet desafió a los críticos a "mostrar una diferencia natural entre hombres y mujeres en las que legítimamente podría basarse en la exclusión".

A su vez, el artículo de Condorcet inspiró al Círculo Social, uno de los clubes sociales más progresistas de la París revolucionaria, que lanzó una campaña por los derechos de la mujer entre 1790 y 1791.

Olympe de Gouges, fue la autora de la "Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadana".

Ambiciones obstaculizadas
Pero el periodo de la revolución que le dio a las mujeres ese sentido de progreso social no duraría mucho.

A pesar de su presencia en el centro de muchas facciones y salones, la opinión predominante seguía siendo que las mujeres podían servir mejor a la causa actuando como "madres republicanas", responsables de enseñar a sus hijos a honrar y amar a la República y apoyar a la nueva sociedad que estaba siendo tallada.

Una y otra vez, los críticos insistieron en que la naturaleza determinaba roles diferentes para hombres y mujeres.

Estas divisiones y objetivos divergentes, tanto entre individuos como entre clases de mujeres, y reflejados en e movimiento en general, obstaculizaron cualquier posibilidad de progreso real.

En mayo de 1793, las mujeres fueron desterradas de los procedimientos gubernamentales y poco después se les prohibió formar asambleas políticas.

El asesinato por Corday de Marat en julio se convirtió en un punto de inflexión para el gobierno revolucionario. Y en octubre de 1793, todos los clubes de mujeres fueron prohibidos.

La cuestión de si la Revolución francesa promovió los derechos de las mujeres sigue siendo un tema polémico entre los historiadores de hoy.

Se otorgaron algunos derechos sociales a las mujeres: las nuevas leyes de sucesión, por ejemplo, significan que, independientemente del género, los hijos pueden heredar la riqueza de los padres por igual.

Marie-Jeanne Roland llegó a tener peso político en la Francia revolucionaria.

Hubo otro paso adelante para la condición jurídica de las madres solteras y sus hijos. Mientras que una nueva ley permitió otorgar igualdad de condiciones para hombres y mujeres en el divorcio.

Pero cuando Napoleón llegó al poder, los ideales de la "maternidad republicana" perseveraron.

Aunque la revolución fue sin duda una época de gran debate sobre el estatus y los derechos de las mujeres de todas las clases sociales, la revolución no cambió mucho en términos de su capacidad para contribuir a una democracia francesa.

Y aunque la revolución tuvo efectos prolongados, no puede verse como un contribuyente directo al sufragio femenino en Francia, un derecho que no recibirían sino hasta 1945.

El precio que pagaron
Tres mujeres terminaron pagando el precio máximo por sus actividades políticas.

Olympe de Gouges
La escritora y activista nació como Marie Gouze, hija de un carnicero autodidacta del sur de Francia. Ella fue en gran parte responsable de la introducción de los derechos de las mujeres a la causa revolucionaria.

Dirigiendo su folleto "Declaración de los derechos de la mujer y de la ciudadanía" a la reina María Antonieta en 1791, Gouze se convirtió en una voz unificadora para las mujeres.

Sus escritos, junto con su relación con el grupo político Girondino, fue también su sentencia de muerte. Fue denunciada como "antinatural" y guillotinada durante El Terror en 1793.

Marie-Jeanne Roland
Fue escritora y anfitriona de un salón burgués clave de París en el que se gestaron por primera vez los ideales revolucionarios.

Obtuvo influencia en el gobierno cuando su esposo, Jean-Marie Roland, se convirtió en Ministro del Interior bajo Luis XVI en 1792.

Ayudó a redactar muchos discursos gubernamentales, incluida una carta de su esposo que criticaba al rey.

Los Roland continuaron ejerciendo su poder e influencia en el centro de la facción girondina.

Marie-Jeanne fue arrestada en mayo de 1793 en lugar de su esposo, quien había huido por temor a su propia detención.

Fue ejecutada por guillotina en noviembre de ese año. Sus últimas palabras fueron "¡Oh, libertad! ¡Qué crímenes se cometen en tu nombre!"

Charlotte Corday, responsable del asesinato de Marat.
Una aristócrata menor, Corday estuvo involucrada en la revolución desde sus primeros días, asistiendo a reuniones políticas e inspirándose en las ideas de la facción girondina.

Sintió que la facción Montagnard era demasiado radical y quería salvar la revolución eliminando a su líder Jean-Paul Marat.

El asesinato de Marat mientras se bañaba fue un punto de inflexión infame en cómo se veían a las mujeres en la revolución.

Corday fue guillotinada en 1793 y sigue siendo un símbolo de las acciones de las mujeres durante el tumulto que se extendió por Francia. 

 *Elinor Evans es la editora digital interina de HistoryExtra.com. Ella encarga y escribe artículos de historia para el sitio web y entrevista regularmente a historiadores para el galardonado podcast History Extra.

jueves, 21 de octubre de 2021

Teoría de las cuerdas: cómo comprender el Universo partiendo de las matemáticas de la música de Pitágoras

                            

Desde que los humanos existimos hemos mirado las estrellas y nos hemos preguntado cómo llegaron allí y qué hay más allá de ellas.

Los científicos durante mucho tiempo han estado buscado una teoría simple que explique cómo funciona el Universo.

Una teoría del todo.
Muchas teorías han sido probadas y hasta ahora ninguna no ha logrado explicar completamente lo que vemos en nuestro Universo.
Pero hay una idea particularmente atractiva que algunos físicos teóricos piensan que podría ser la correcta: la teoría de cuerdas.
La teoría de cuerdas es finita. No explota, no colapsa sobre sí misma. Por eso creemos en ella. Otras teorías colapsan, explotan, pero la teoría de cuerdas no", le dijo a la BBC el renombrado físico teórico Michio Kaku.

Kaku ha pasado décadas lidiando con -e intentando responder- algunas de las preguntas más importantes que existen

"¿Qué pasó antes del Big Bang? ¿Hay otros universos? ¿Qué hay al otro lado de la creación? ¿O al otro lado de un agujero negro? ¿Son posibles los agujeros de gusano (o puente de Einstein-Rosen) o las dimensiones más altas? ¿Vivimos en un multiverso?".

Michio Kaku, físico teórico.
"Todas esas preguntas no pueden ser respondidas usando nuestra comprensión actual".

Cuando el doctor Kaku habla de "nuestra comprensión actual", se refiere a nuestras mejores teorías actuales sobre la forma en que funciona el Universo.

En verdad, se contradicen entre sí y, a veces, hasta dan resultados contradictorios.

La teoría general de la relatividad de Albert Einstein funciona perfectamente bien para las predicciones sobre los movimientos de las estrellas y las galaxias, pero no funciona cuando se aplica al comportamiento de las partículas subatómicas.

La teoría de Einstein explica lo inmenso, pero no lo diminuto.

Por el contrario, la teoría cuántica es genial con los átomos, pero predice que todo el Universo debería colapsar en un agujero negro, lo que claramente no hace porque todavía estamos aquí.

Entonces, ¿encontraremos alguna vez una sola teoría que lo explique todo?
"Hace 2.000 años Pitágoras se hizo la misma pregunta.
"El gran matemático griego pensó que debería haber un principio unificador, un paradigma por el cual resumir la vasta creación que vemos a nuestro alrededor en el Universo que conocemos".

Pitágoras de Samos (c. 570 - c. 495 a.C.)
"Miró a su alrededor y vio una lira.
"Cuando pulsas una cuerda de lira, obtienes una nota. Si tocas otra, obtienes otra nota, y él dijo: '¡Ajá! Las matemáticas de la música son lo suficientemente ricas como para explicar la diversidad de todo lo que vemos a nuestro alrededor'".

"Y sólo recientemente se nos ocurrió una nueva idea basada en la idea pitagórica de la música".

En otras palabras, la teoría de cuerdas. Entonces, ¿Cómo pasamos de las reflexiones musicales de Pitágoras a la física?

El primer puerto de escala sería un acelerador de partículas como el Gran Colisionador de Hadrones en el CERN, donde las partículas diminutas se rompen en pedazos en colisiones de alta energía y luego se estudian detalladamente.

Estos experimentos son la mejor manera de probar teorías sobre cómo funciona el Universo.

Entonces, ¿Qué predice la teoría de cuerdas que veremos?

¿Pura música?
"Ahora creemos que todos esos cientos de partículas subatómicas que obtenemos rompiendo protones en el Gran Colisionador de Hadrones no son más que notas musicales como creía Pitágoras.

"Si tuviéramos un súper microscopio y pudiéramos mirar en un electrón, ¿Qué veríamos? Una banda elástica. Una banda elástica vibratoria".

Por supuesto, Kaku no quiere decir una banda elástica real, sino más bien algo parecido a una banda elástica.

O para decirlo de otra manera, las cuerdas de la teoría de cuerdas y, al igual que las cuerdas de un instrumento musical, si pones algo de energía en ellas, vibran.

"Si vibra de una manera, lo llamamos electrón, si vibra de otra manera, se llama neutrino. Si vibra de otra forma, se llama quark, pero es la misma banda elástica".

Distintas vibraciones, diferentes nombres.
Así que la teoría de cuerdas ofrece una posibilidad tentadora: una explicación para la gran variedad que vemos en el Universo, desde las colisiones de estrellas hasta las colisiones de átomos.

Por supuesto, la teoría de cuerdas es solo eso, una teoría, o una hipótesis, para ser más exactos.

Sus críticos señalan que muchas de sus predicciones son incomprobables, algo que el propio doctor Kaku reconoce.

Sus defensores, sin embargo, la consideran la mejor esperanza de unificar la física.

Kaku incluso cree que la teoría de cuerdas podría explicar el misterio que es la materia oscura.

La materia oscura, según esta teoría, estaría compuesta de cuerdas que vibran a octavas más altas.

"La materia oscura constituye la mayor parte de la materia del Universo. Es invisible y mantiene unidas a las galaxias. Pero, ¿Cómo lo demostramos?

"Creemos que la materia oscura podría ser la próxima octava de la cuerda.

"Si pudieras magnificar todas las partículas que ves alrededor nuestro, veríamos muchas bandas elásticas vibrando a diferentes frecuencias.

"Pero la banda elástica tiene octavas más altas. Eso creemos que es materia oscura".

Si el doctor Kaku tiene razón, la enorme complejidad de todo el Universo podría reducirse a la simple y elegante vibración de cuerdas.

"Creo que algo que la gente debería entender es que la física en el nivel fundamental se vuelve cada vez más simple pero también más poderosa cuanto más profundo vamos.

"El Universo es más simple de lo que pensábamos".


miércoles, 20 de octubre de 2021

MEMORIA HISTÓRICA. Salvioli, relator de la ONU, tras el debate de la ley de memoria: “No es una elección. Es una obligación jurídica internacional”

El experto asegura que España “ha perdido mucho tiempo” y recuerda que las circunstancias de la Transición no son las actuales.

El abogado argentino Fabián Salvioli, de 58 años, es, desde 2018, el relator especial de Naciones Unidas para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición. Un cargo de nombre largo con el que la ONU pretende revisar los mecanismos adoptados en el mundo tras violaciones graves de derechos humanos y hacer recomendaciones. Previamente, Salvioli fue el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, hasta que sustituyó a Pablo de Greiff, quien ha asesorado al Gobierno en la redacción de la nueva ley de memoria democrática. Tras el debate sobre la norma este jueves en el Congreso, comenta a EL PAÍS sus impresiones sobre el caso español, que sigue de cerca.

En primer lugar, Salvioli niega que sea un asunto “ideológico”, como plantea la oposición. “Hay más de 50 países que tienen procesos de justicia transicional. Una persona puede querer olvidar lo que quiera, pero una sociedad no. Esa es la manera, además, de construir el nunca más. Esto no son cuestiones que un Estado puede elegir. Son obligaciones jurídicas que derivan de los compromisos internacionales asumidos. Cuanto más democrático es un Estado más se ajusta a esos compromisos. España ha ratificado el pacto internacional de derechos civiles y políticos, la convención contra la tortura, la convención contra las desapariciones forzadas...”.

España ha perdido mucho tiempo. Las circunstancias de la Transición cambiaron y este tema se podía haber abordado de una manera mucho más clara Fabián Salvioli

El relator rechaza también el argumento de la Transición. “En España está siendo tan difícil porque se ha perdido mucho tiempo y en estos casos el paso del tiempo en vez de mitigar el dolor de las víctimas, lo aumenta. Las circunstancias que dieron lugar a la Transición podían ser razonables entonces, en los años setenta, pero no cuando España ingresa en la UE. Las circunstancias cambiaron y este tema se podía haber abordado de una manera mucho más clara. Siempre hay resistencias, en todo el mundo, y suelen venir de posicionamientos que no valoran de una forma negativa los hechos que se han cometido. Como eso no lo pueden decir, recurren artilugios de otro estilo, como el ‘es mejor no mover las cosas, mejor olvidar...”.

Salvioli cree que la nueva ley tiene tiene “muchas virtudes” y que “durante el debate o más adelante, debe mejorar otros aspectos”. Entre las primeras cita que el Estado asuma la localización de las víctimas en fosas y cunetas, la resignificación de lugares como el Valle de los Caídos, la anulación de condenas “que aún estigmatizan” y la incorporación de “contenidos sobre memoria histórica en los colegios, porque de esa manera se va construyendo una sociedad democrática muy consciente de lo que pasó”. Entre los déficits de la nueva norma, el relator cree que debería “dejar claro que no se puede aplicar una amnistía a la investigación de estos crímenes” y niega, que como plantea la derecha en España, eso sea buscar venganza o revancha: “La aplicación del derecho y la Justicia es precisamente lo contrario a la venganza y los Estados están obligados a promover la rendición de cuentas de crímenes de esta magnitud. En Alemania se está juzgando esta semana a un hombre de 101 años que participó en los campos de concentración nazis y nadie lo ve como una afrenta”. “Estos procesos”, añade, “son difíciles”. “Hace 30 años parecía absolutamente inviable que Argentina, con sus leyes de amnistía, estuviera donde está hoy [se ha juzgado y condenado a decenas de responsables de los crímenes de la dictadura], pero la comunidad internacional empujó y las víctimas nunca bajaron los brazos y cuando eso sucede, al final, en algún momento se abre la puerta”.

El experto insiste en que los estándares internacionales hablan de una reparación “integral” y que para que estos procesos sean exitosos tienen que funcionar todas las patas: la de la justicia, la de la verdad, la memoria... “Por ejemplo, en la Ex Yugoslavia se ha condenado a algunas personas porque allí sí ha habido proceso de rendición de cuentas por hechos aberrantes, pero como falló otro pilar, el de las políticas de memoria, una parte de la población ve a esos condenados como héroes”.

martes, 19 de octubre de 2021

_- Ilegalizar el fascismo. Una Constitución militante como la italiana impide la defensa pública de movimientos neofascistas

_- Las sociedades democráticas tienen dificultades para gestionar los brotes de carácter fascista o neofascista porque a menudo se nutren de la colisión entre el derecho a la libertad de expresión y el derecho igualmente legítimo de la sociedad a protegerse contra movimientos de raíz totalitaria, intolerante y violenta: su objetivo último es sabotear el marco legal democrático. Movimientos de esta naturaleza están volviendo a demostrar su función disruptiva en algunos países occidentales. En buena medida están aprovechando el descontento, la incertidumbre y las dificultades económicas derivadas de la pandemia, a veces escudándose o mezclándose con movimientos antivacuna. El último y preocupante ejemplo se produjo el sábado pasado en Roma. Una manifestación convocada contra la obligatoriedad del pasaporte covid en los centros de trabajo se convirtió en el intento de toma tumultuaria de la sede de la presidencia del Gobierno y el posterior saqueo de la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL), el principal sindicato italiano. La policía ha demostrado la responsabilidad del principal convocante de la marcha, el partido neofascista Forza Nuova, cuya ilegalización se sopesa ahora.

La sombra del fascismo regresa a Italia
La disposición transitoria final 12 de la Constitución italiana (que es militante, al contrario que la española) prohíbe la reconstrucción del Partido Fascista, la formación fundada por Benito Mussolini en 1921 y cuyo destructivo legado figura entre las páginas más negras de la historia de Europa. No se trata solo de una solemne declaración de intenciones para cortar con el pasado fascista, sino de un instrumento de defensa de la democracia que, desde la instauración de la República en 1946, ha demostrado su utilidad. Esa disposición sitúa fuera de la legalidad a todo partido que use la violencia, o la amenaza de violencia, como método político, y excluye igualmente las manifestaciones exteriores de carácter fascista. Eso es lo que ocurrió el pasado fin de semana.

La democracia italiana ha frenado en el pasado otros conatos de resurrección y nostalgia del fascismo. Lo hizo en 1973 con Ordine Nuovo y en 1976 con Avanguardia Nazionale. Casi medio siglo después, vuelve a estar sobre la mesa la disolución de una organización protagonista de numerosas agresiones racistas, actos vandálicos, antisemitismo, ataques contra sedes de periódicos y campañas homófobas, entre otros delitos. Varios militantes han sido procesados de forma individual, pero las pruebas acumuladas desde que la formación neofascista inició su actividad en 1997 evidencian una estrategia de acción incompatible con la pluralidad democrática protegida por la Constitución. Su enmascaramiento entre sectores de la población descontentos con las medidas preventivas contra la pandemia no ha de ser excusa para capitalizar una ideología antidemocrática que encuentra cualquier brecha para regresar a la luz pública, y no solo en Italia.

lunes, 18 de octubre de 2021

_- Los enormes beneficios de las siestas cortas (y cómo aprender a hacerlas sin despertarnos de mal humor)

_- Con jornadas laborales largas y múltiples ocupaciones diarias —unas por obligación y otras por elección propia— no es fácil mantener nuestro nivel de energía de la mañana a la noche.

¿No sería maravilloso poder, en la mitad del día, apretar el botón de reinicio como si fuésemos una computadora y empezar desde cero, renovados y frescos para seguir con todo lo que aún nos queda por delante?

Ese botón —o al menos un mecanismo que cumple esa misma función— existe: son las siestas cortas que, según un cúmulo cada vez mayor de evidencia científica, son una herramienta valiosa para recuperar el estado de alerta y la energía con la que iniciamos el día.

"El principal beneficio de las siestas breves, es que contrarrestan los efectos fisiológicos que ocurren en (el cuerpo) desde que nos despertamos", le explica a BBC Mundo Guy Meadows, especialista en fisiología del sueño y cofundador de The Sleep School, con sede en Londres.

A partir del momento en que nos despertamos, "comienza a aumentar la adenosina, una sustancia química en el cerebro que es un subproducto del metabolismo".

"Cuanto más tiempo permaneces despierto, más adenosina se va acumulando en tu cerebro, y por ello aumenta la sensación de sueño", dice.

Cuando hacemos una siesta, "reducimos la adenosina, metabolizamos un poco de esta sustancia en nuestro sistema, y eso nos ayuda a incrementar nuestros niveles de energía y a sentirnos más alerta y despiertos", comenta Meadows.

Esto ayuda a "mejorar nuestro estado de ánimo, a reaccionar (a estímulos) más rápidamente, a reducir la posibilidad de cometer errores y a enfocarnos y poner más atención en lo que tenemos que hacer por la tarde".

Los beneficios que destaca Meadows se refieren específicamente a los que aportan las sietas cortas (llamadas en inglés power naps, precisamente por que la energía que brindan), cuya dura oración debe oscilar entre 10 y 20 minutos.

Pero si lo que buscamos es mejorar la memoria, la creatividad, nuestras funciones perceptivas o procesos cognitivos, se requiere una siesta más larga, de hasta 90 minutos, le dice a BBC Mundo Sara Mednick, investigadora del sueño y autora del libro "¡Haz una siesta! Cambia tu vida".

Si estás en la oficina, también puedes buscar la forma de hacer una pausa y cerrar los ojos.

En las siestas más largas —de entre 60 y 90 minutos— entramos en la fase REM (también llamada MOR, siglas en español de movimientos oculares rápidos), y ese sueño profundo es "el mismo tipo del que tenemos durante la noche y por eso conlleva los mismos beneficios", dice la científica que desde hace más de 20 años se dedica a investigar los efectos del sueño.

Entrenarse para dormir la siesta
Dado que encontrar una hora y media en medio del día no está al alcance de todos —a menos que vivamos en un país donde la siesta es parte integral de la cultura, como pueden ser en cierta medida España o Grecia, y los horarios laborales se acomodan a esta— concentremosnos en las siestas cortas.

Según explica Meadows, hacer una siesta corta es como nadar o andar en bicicleta: es decir, es una habilidad que requiere entrenamiento y que, en poco tiempo y sin gran esfuerzo, puede adquirirse.

"Si quieres aprender, pon una alarma para asegurarte de no pasarte de largo. Si practicas todos los días dormir a la misma hora, tu cuerpo incorporará el hábito de asociar esa actividad a un tiempo específico", dice, y añade que demora unos tres meses el pasar de ser "una persona que no puede hacer una siesta a una que lo hace con facilidad".

Lo importante es no forzarse a dormir, sino simplemente acomodarse en la cama, un sillón o un lugar que nos resulte cómodo, oscurecer la habitación o usar una mascarilla para cubrirse los ojos, y tratar de aprovechar ese momento para estar quieto y descansar.

También es recomendable cinco minutos antes de hacer una siesta dejar de mirar el teléfono o leer correos, respirar con calma y quizás beber un poco de agua. En síntesis, relajarnos y ponernos cómodos.

Dormimos sin saberlo
Algunas personas dicen que les resulta imposible dormir 15 minutos en mitad del día porque no se pueden dormir tan fácilmente, pero, según explica Meadows, ocurre que muchas veces nos dormimos sin saber que lo estamos haciendo.

¿Por qué repasamos nuestras preocupaciones antes de dormir?
"Un estudio en el que se dejaba a la gente dormir mientras estaba conectada con electrodos en la cabeza para evaluar en qué fase del sueño se encontraba exactamente, mostró que cuando atravesaban la primera fase, que es muy liviana, y luego se los despertaba y se les preguntaba si habían estado despiertos o dormidos, el 65% decía que despiertos cuando no era así".

"Eso demuestra que no somos muy buenos para darnos cuenta de que estamos durmiendo" en esta fase del sueño, señala el experto.

Pero además, los beneficios no solo se obtienen si nos dormimos sino también del simple hecho de cerrar los ojos por entre 10 y 20 minutos y hacer una pausa.

Esta pausa es buena tanto para los que han dormido bien la noche anterior como para los que no, aunque hay que tener en cuenta que no debemos sobrepasar el tiempo (en el caso de la siesta corta 20 minutos, y en una siesta completa los 90 minutos) si no queremos sentirnos aletargados al despertarnos.

Alternativas
Una recomendación que aparece por distintos sitios de internet sugiere tomar un café antes de hacer una siesta corta, ya que el efecto de la cafeína comienza a sentirse unos 20 minutos después de ingerirla, justo en el momento de despertar.

Mednick no cree que esta sea una buena idea en absoluto.

Para quienes detestan las siestas, hay muchas otras formas de descanso y desconexión por las que pueden optar.

"La idea de la siesta es precisamente reenergizarnos de forma natural. El café por la tarde es increíblemente malo para el sueño", dice la investigadora.

Mednick y sus colegas condujeron un estudio en 2008 en el que compararon el impacto en pruebas de memoria de 200 mg de cafeína (una taza de café) y el de una siesta de entre 60 y 90 minutos,

Mientras que la siesta mejoró en líneas generales el desempeño en estas tareas, la cafeína no tuvo ningún efecto o fue negativo.

Sin embargo, la investigadora notó que aquellas personas que no lograban acostumbrase a la siesta, no obtenían beneficios cognitivos.

"La gente ama a las siestas o las odia", dice.

"Para algunos, las siestas son algo ideal para descansar y empezar de nuevo, pero para otros este es el tipo de descanso equivocado".

Mednick recomienda en este último caso buscar una alternativa como salir a caminar, hacer ejercicio o meditar.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-58868877

domingo, 17 de octubre de 2021

_- Reducir incluso un poco de sal puede tener grandes beneficios para la salud.

_- Para muchos, reducir el sodio en la dieta, aunque sea modestamente, puede tener un impacto enorme en la reducción de la presión arterial.

A veces, cambios aparentemente pequeños en una medición de salud pueden marcar una gran diferencia en el bienestar de las personas. Tal es el caso del efecto sobre la presión arterial del nutriente esencial sodio, la mitad problemática del popular agente aromatizante cloruro de sodio, comúnmente conocido como sal .

La cantidad de sal que las personas pueden consumir se ha visto envuelta en una controversia durante un siglo, y es poco probable que el debate se resuelva pronto. Numerosos estudios de diversa calidad que relacionan la ingesta de sodio y la salud han oscilado el péndulo hacia adelante y hacia atrás, obstaculizando las regulaciones para limitar el sodio en la mayoría de los alimentos preparados comercialmente. Algunas personas son especialmente sensibles a la capacidad del sodio para aumentar la presión arterial, pero dado lo común que ya es la presión arterial alta y lo difícil que es evitar consumir demasiada sal, muchos expertos sostienen que el enfoque más seguro es una reducción general de los niveles de sodio en alimentos preparados y procesados.

Más de 100 millones de estadounidenses tienen presión arterial alta, un trastorno que aumenta el riesgo de ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares y que, para muchas personas, empeora por consumir demasiado sodio. Solo un aumento de cuatro milímetros en la presión arterial, digamos de 130 a 134 milímetros de mercurio, puede poner en peligro la salud de algunas personas, y la presión arterial de aquellos que son especialmente sensibles a la sal puede aumentar en 10 o más milímetros de mercurio en una dieta típica rica en sal. En 2010, un equipo de la Universidad de Stanford estimó que reducir unos 350 miligramos de sodio al día (menos de una sexta parte de una cucharadita) reduciría la presión arterial sistólica en solo 1,25 milímetros de mercurio y evitaría alrededor de un millón de accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos.

Un nuevo estudio realizado en 600 aldeas en la China rural de 20,995 personas que se sabe que enfrentan un alto riesgo de accidente cerebrovascular, demostró que la sustitución de sal de mesa regular por sal reducida en sodio disminuyó significativamente la tasa de eventos cardiovasculares y muertes asociadas durante un seguimiento promedio de menos de cinco años.

La protección ocurrió en hogares que usaban sal de mesa modificada en la que el cloruro de potasio reemplazó al 30 por ciento del cloruro de sodio, aunque no hubo cambios en el uso de otras fuentes ricas en sodio como la salsa de soja y el glutamato monosódico. Quince años antes, un estudio similar entre veteranos de edad avanzada en Taiwán que usaban una sal enriquecida con potasio redujo la mortalidad cardiovascular en un 41 por ciento en menos de tres años.

Actualmente, la cantidad de sodio en la dieta estadounidense típica es más de un tercio más alta que el límite diario de 2,300 miligramos recomendado por la Asociación Estadounidense del Corazón para personas por lo demás sanas, y es más del doble de la cantidad, 1,500 miligramos, según la asociación Considera ideal para personas con hipertensión arterial. El requerimiento fisiológico real de sodio es de solo 220 miligramos al día, por lo que estas cantidades recomendadas brindan un gran margen de seguridad.

La especie humana evolucionó con una dieta muy baja en sodio de 200 a 600 miligramos al día. De hecho, nuestros cuerpos están diseñados para conservar el sodio y eliminar el potasio, lo que explica por qué una dieta alta en sodio puede ser un problema. El cuerpo retiene el exceso de sodio, lo que aumenta las posibilidades de sufrir efectos nocivos.

Antes de la refrigeración, la sal era apreciada por su capacidad para conservar los alimentos y era tan apreciada que se utilizaba como moneda. Ahora, sin embargo, la sal se ha convertido en la bestia negra de los médicos que tratan las enfermedades cardíacas, la hipertensión y las enfermedades renales, entre otros trastornos mortales. Aunque los médicos han sostenido durante mucho tiempo que los estadounidenses deberían consumir menos sal, las ruedas de la acción reguladora giran a un ritmo glacial, y modificar las papilas gustativas de las personas es igualmente un desafío.

Cómo la industria alimentaria está abordando la sal
Ya en 1979, un grupo asesor encargado por la Administración de Drogas y Alimentos recomendó que se reconsiderara el estado de la sal como “generalmente reconocida como segura”. Pero la agencia solo pidió a la industria alimentaria que redujera voluntariamente la cantidad de sal utilizada en los alimentos comerciales. Ahora, al menos, la cantidad de sodio en los alimentos envasados ​​se ha agregado a las etiquetas nutricionales, lo que brinda a los consumidores una ventaja si se toman el tiempo para comparar marcas antes de dirigirse a la caja.

El problema actual de la sal se analiza a fondo en un excelente libro publicado el año pasado, "Salt Wars, The Battle Over the Biggest Killer in the American Diet", de Michael F. Jacobson, ex director ejecutivo del Center for Science in the Public Interest, un grupo de defensa del consumidor con sede en Washington, DC

Sin esperar un martillo regulatorio, me dijo el Dr. Jacobson, “algunas empresas han hecho un esfuerzo real para reducir la cantidad de sodio en sus productos. Hay muchos trucos que las empresas pueden usar ".

Por ejemplo, en su sopa de tomate enlatada, Campbell's reemplazó una cuarta parte de la sal regular con cloruro de potasio, reduciendo el sodio de 760 a 480 miligramos por taza, sin ningún efecto adverso en la aceptación del consumidor. Nabisco redujo el sodio en Wheat Thins, mi galleta de merienda favorita, de 370 a 180 miligramos la onza, y General Mills redujo el sodio en Wheaties, el cereal con el que crecieron mis hijos, de 370 a 185 miligramos la onza. Para los amantes de las patatas fritas crujientes, echa un vistazo a las patatas fritas de tortilla de col rizada y espinacas de la marca de la tienda CVS Abound, que tienen solo 75 miligramos de sodio la onza (aproximadamente 11 patatas fritas).

Consejos para reducir el consumo de sodio
Las empresas han descubierto que reducir gradualmente el contenido de sodio de sus productos y no hacer fanfarrias al respecto, como no afirmar que son "bajos en sodio", en realidad fomenta la aceptación del consumidor. La mayoría de la gente ni siquiera nota el cambio. Pero es posible que no tenga que esperar a que las empresas hagan el trabajo. Por ejemplo, puede reducir la sal en muchos alimentos enlatados, como los frijoles, enjuagándolos en un colador. O pruebe mi truco de diluir la sal en las sopas enlatadas llenando primero el tazón o la olla con espinacas frescas y otras verduras de cocción rápida o precocidas antes de agregar la sopa y calentarla en el microondas o en una cacerola.

Si espera mejorar su salud reduciendo el sodio, un truco es evitar irse de golpe. Yo y muchos otros hemos descubierto que es relativamente fácil reducir la preferencia por el alto contenido de sal al usar y consumir gradualmente menos. A medida que sus papilas gustativas se adapten, los alimentos con alto contenido de sal que alguna vez disfrutó probablemente tendrán un sabor desagradablemente salado y, por lo tanto, serán fáciles de resistir.

Al cocinar, en lugar de agregar sal al preparar una receta, intente salar el producto terminado, que probablemente complacerá su paladar con considerablemente menos sal. Condimentar los alimentos con jugos cítricos, hojuelas de pimiento picante u otras hierbas y especias picantes puede ser de gran ayuda para compensar la reducción de sal. También puede comer menos pan; como categoría, el pan y otros productos de panadería contribuyen más a la ingesta de sodio de los estadounidenses que cualquier otro alimento.

Pero lo más probable es que una contribución aún mayor provenga de los alimentos preparados en restaurantes, que el Dr. Jacobson llama un campo minado cargado de sal. He notado que al día siguiente de cenar en un restaurante, peso alrededor de dos libras más, no porque haya comido dos libras de comida, sino porque el exceso de sal en lo que comí retiene esa cantidad de agua en mi cuerpo.

En lugar de las regulaciones gubernamentales para limitar el sodio, los consumidores podrían considerar escribir a los productores de sus productos comerciales favoritos y pedirles que consideren reducir la cantidad de sal utilizada.

Jane Brody es columnista de salud personal, puesto que ocupa desde 1976. Ha escrito más de una docena de libros, incluidos los más vendidos, "Jane Brody's Nutrition Book" y "Jane Brody's Good Food Book".

https://www.nytimes.com/2021/10/11/well/eat/salt-blood-pressure.html?action=click&module=Well&pgtype=Homepage&section=Well

sábado, 16 de octubre de 2021

_- Alemania arroja luz sobre las zonas oscuras del romanticismo.

_- Un nuevo museo en Fráncfort da cuenta de la pujanza de este movimiento nacionalista en el país durante el siglo XIX sin pasar por alto el chauvinismo o el antisemitismo de algunos de sus representantes
                                                  
Frankfurt. Fachada del Deutsches Romantik-Museum Inaugaurado en 2021. FOTO: Alexander Paul Englert / Deutsches Romantik-Museum

Una escalera y unas ventanas es todo lo que necesitó el arquitecto alemán Christopher Mäckler (Fráncfort, 1951) para conjurar la idea de lo sublime, eso “que no se puede expresar con palabras”, pero, pese a ello, expresaron Alfred de Musset, Chateaubriand, Victor Hugo, George Sand, Gérard de Nerval, Goethe, Schiller, Friedrich Hölderlin, Novalis, John Keats, Espronceda, Larra y Gustavo Adolfo Bécquer, Mary Shelley, Antero de Quental y Aleksandr Pushkin, por mencionar solo a escritores: como viene a recordar el Museo Alemán del Romanticismo (Deutsches Romantik Museum), inaugurado en Fráncfort en septiembre, 200 años atrás toda Europa era romántica.

Mäckler tenía ante sí la difícil tarea de crear un espacio de exhibición que no desluciese la casa natal de Johann Wolfgang von Goethe (la Goethe-Haus), que se encuentra junto al museo, que no pusiese en peligro la colección, buena parte de ella extremadamente sensible a la luz, y que además fuese lo suficientemente amplio como para dar cuenta de la pujanza y diversidad del movimiento romántico, surgido simultáneamente en el Reino Unido y Alemania a finales del siglo XVIII como reacción a las ideas de la ilustración y el clasicismo.

Nacionalista, con una relación singular y nueva con la naturaleza, liberal en materia de derechos individuales, el romanticismo puso el énfasis en el sentimiento en oposición a la supuesta universalidad de la razón y la ley moral y rechazó los modelos artísticos previos en pos de la originalidad y la libre expresión del artista en tanto “genio” creador y “demiurgo”; antes de ser superado por el positivismo y el impulso empirista, el romanticismo fue entre 1800 y 1850 algo más que una estética: fue un intento de revolucionar las artes, pero también la sociedad, la mirada sobre el paisaje, la experiencia del mundo. 12 millones de euros y cinco años después de que comenzasen las obras, el Museo Alemán del Romanticismo reúne en 1.600 metros cuadrados distribuidos en tres plantas manuscritos de Franz Brentano y Joseph von Eichendorff, pinturas de Caspar David Friedrich y Johann Heinrich Füssli, imágenes de las primeras ediciones de las fábulas de los hermanos Grimm, una gramola que reproduce las lieder de Des Knaben Wunderhorn (El cuerno mágico de la juventud), borradores de Robert Schumann, cartas, partituras, retratos, mapas interactivos de los periplos vitales de los románticos.

En palabras de su directora, Anne Bohnenkamp-Renken, el museo pretende hacer posible nuevas miradas sobre el romanticismo; miradas que, sostiene, no pueden pasar por alto los aspectos más oscuros del periodo, como el chauvinismo y el antisemitismo de algunas de sus principales figuras. Para el experto en literatura alemana Stefan Matuschek, la forma de pensar en el romanticismo fue “durante muchos años muy estrecha en Alemania”, pese a que el país es una de las cunas del movimiento y cuenta con numerosos testimonios materiales de él: un nuevo libro firmado por Bohnenkamp-Renken, Wolfgang Bunzel und Cornelia Ilbrig, que la editorial Reclam publica estas semanas coincidiendo con la inauguración de la pinacoteca en Fráncfort, lista 50 Schatzhäuser der Romantik (tesoros del romanticismo) tan solo en los países de habla alemana, entre ellos la Romantikerhaus de Jena, la Kügelgenhaus de Dresden, los museos dedicados a Ludwig van Beethoven en Bonn y Viena, la Brentano-Haus de Oestrich-Winkel, la Heine-Haus de Hamburgo y la torre de Hölderlin en Tubinga, donde el autor de Hiperión pasó los últimos 36 años de su vida tras haber sido declarado “incurable” a raíz de sus problemas mentales.

Popularidad
La existencia de este medio centenar de pequeños y grandes museos pone de manifiesto la popularidad de la que aún disfrutan este movimiento y sus principales figuras entre el gran público, pero también prueba que el de Fráncfort no es “el primer museo del mundo dedicado al romanticismo”, como afirman sus autoridades. De hecho, la historia del romanticismo es ambigua y de verdades a medias, y las nuevas miradas que el museo aspira a propiciar deberían comenzar por reconocer esto, así como las manipulaciones y falseamientos que son inherentes a la forma en que pensamos en el movimiento romántico; por ejemplo el de la Goethe-Haus, que en realidad es una réplica de 1951 de la casa original, destruida durante los bombardeos aliados de la Segunda Guerra Mundial.

La estetización de la experiencia y la creación de ilusiones exaltadas que se aproximasen, no a la verdad, sino a lo que de ella “no se puede expresar con palabras” fue un elemento central de la estética romántica, y Christopher Mäckler parece haber pensado en ello con detenimiento, ya que su edificio manipula deliberadamente el espacio y la perspectiva consiguiendo los efectos dramáticos que tendió a perseguir el romanticismo: para no empequeñecer la Goethe-Haus, el arquitecto dividió el frente del museo en tres falsas construcciones individuales de dimensiones más reducidas, y creó una escalera bañada en una intensa luz azul que evoca el símbolo romántico por excelencia, la “flor azul”. La escalera parece perderse en las alturas, pero solo consta de 66 escalones que se estrechan progresivamente.

No es fácil exagerar el acierto de Mäckler en la incorporación de elementos de la estética romántica en su concepción del museo, pero también de la historia de Fráncfort, por ejemplo las paredes quemadas de la casa de Goethe y los escombros que, en el vestíbulo, recuerdan los años de la posguerra, cuando la tarea de despejar las calles de las ciudades alemanas en ruinas y utilizar los materiales de derribo para la construcción de nuevas viviendas recayó principalmente en las mujeres sobrevivientes, las Trümmerfrauen.

La inclusión de esos restos apunta directamente a uno de los aspectos más problemáticos del romanticismo, su nacionalismo étnico de “Blut und Boden” (tierra y sangre) y su instrumentalización por parte del nacionalsocialismo, que, según afirmó el germanista Walter A. Berendsohn, llegó incluso a hacer pasar algunas de las obras más populares de Heinrich Heine, que era judío según las leyes raciales del Tercer Reich, como de autor desconocido para no renunciar a su uso.

La búsqueda por parte de los románticos de una verdad personal, inefable y situada más allá de la evidencia científica, y su sentimentalidad exacerbada resuenan muy especialmente en el clima cultural de este momento. Los nuevos canales de expresión y unas políticas de la identidad basadas en el argumento de que la validez de lo expresado estaría supeditada a la identificación con un género, una raza o un colectivo, así como el individualismo de lo que ya algunos llaman el “giro narcisista” de nuestra sociedad y el cuestionamiento de las políticas públicas en nombre de lo que estas supondrían para las libertades individuales de las que cada persona se considera única merecedora son derivas indeseables de las transformaciones en la concepción del individuo y la sociedad que provocó el romanticismo. Por esa razón deberían ser consideradas parte del legado problemático de ese movimiento junto con su patriotismo recalcitrante, especialmente en boga en nuestros días. Pero esto no es parte, al menos por ahora, de las “nuevas miradas” contempladas por las autoridades del nuevo Museo Alemán del Romanticismo, quizás a la espera, para ello, de tiempos, si no mejores, al menos no tan malos.

https://elpais.com/cultura/2021-10-12/alemania-arroja-luz-sobre-las-zonas-oscuras-del-romanticismo.html

viernes, 15 de octubre de 2021

Premio Nobel de Economía 2021 para David Card, Joshua Angrist y Guido Imbens

                                      

El Premio Nobel de Economía de este año ha sido compartido entre el canadiense David Card, el estadounidense Joshua Angrist y el neerlandés Guido Imbens.

Al anunciarse el galardón este lunes, se indicó que los tres economistas utilizaron experimentos naturales para "responder a importantes preguntas de la sociedad", como cómo entender la conexión entre las políticas económicas y otros eventos.

La mitad del premio se la lleva David Card por su contribución a la economía del trabajo, mientras que la otra la comparten Angrist e Imbens por "sus contribuciones metodológicas al análisis de las relaciones causales".

La ceremonia de entrega será el próximo 10 de diciembre en Estocolmo. El premio, que se dividirán los tres, es de 10 millones de coronas suecas, el equivalente aproximadamente a US$1,1 millones.

La Real Academia Sueca de las Ciencias dijo que los tres habían "reformado completamente el trabajo empírico en las ciencias económicas".

Los estudios de Card sobre cuestiones fundamentales para la sociedad y las contribuciones metodológicas de Angrist e Imbens han demostrado que los experimentos naturales son una rica fuente de conocimientos", afirmó Peter Fredriksson, presidente del Comité de Ciencias Económicas.

"Su investigación ha mejorado sustancialmente nuestra capacidad para responder preguntas causales clave, lo que ha sido de gran beneficio para la sociedad".

Card, por ejemplo, analizó el impacto de los aumentos del salario mínimo en el empleo en el estado de Nueva Jersey, en Estados Unidos.

Sus hallazgos llevaron a los investigadores a revisar su opinión de que tales aumentos siempre deberían conducir a caídas en el empleo.


El más prestigioso
El Nobel de Economía es el último que se entrega anualmente.

Este es el último de los Nobel que se entregan todos los años.

A diferencia del resto, no es uno de los Nobel originales.

Fue creado por el Banco Central de Suecia, Sveriges Riskbank, en 1968. Aún así, es el premio más prestigioso del mundo en el área de Economía.

Los otros premios Nobel fueron establecidos por el testamento de Alfred Nobel en 1895. El año pasado, el premio fue otorgado a los economistas estadounidenses Paul Milgrom y Robert Wilson por las "mejoras en la teoría de subastas e invenciones de nuevos formatos de subastas".

Ellos emplearon la teoría de juegos, que utiliza las matemáticas para estudiar el conflicto en la toma de decisiones, y la estrategia en situaciones sociales, para explorar el comportamiento de los postores, lo que a su vez ayudó a desarrollar formatos para la venta de espacios de aterrizaje de aviones, espectros de radio y comercio de emisiones.

En 2019 le fue entregado a Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer, por su trabajo sobre las causas y remedios de la pobreza.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-58871225

      

La Academia Sueca de las Ciencias ha galardonado este lunes al canadiense David Card (Guelph, 65 años), al estadounidense-israelí Joshua Angrist (Columbus, Ohio, 61 años) y al neerlandés-estadounidense Guido Imbens (Países Bajos, 58 años) con el Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2021, más comúnmente conocido como Premio Nobel de Economía. El jurado reconoce a Card por sus “contribuciones empíricas en el campo de la economía del trabajo”, entre ellas la que rebate la idea generalizada de que una subida del salario mínimo siempre acarrea pérdidas de empleo, y a Angrist y a Imbens por sus “contribuciones metodológicas en el análisis de las relaciones causales”. En los tres casos, además, la Academia valora los avances cosechados en el campo de los llamados experimentos naturales, aquellos que extraen conclusiones de situaciones que surgen en la vida real y que se asemejan a experimentos controlados.

“Muchos de los grandes asuntos en ciencias sociales tienen que ver con las relaciones de causa efecto. ¿Cómo afecta la inmigración a los salarios y los niveles de empleo? ¿Cómo una mayor educación puede afectar al sueldo futuro de una persona?”, se han preguntado los miembros del jurado en la rueda de prensa en la que han anunciado los nombres de los premiados. “Estas cuestiones son difíciles de resolver porque no tenemos nada con qué comparar. Sin embargo, ellos han demostrado que es posible responder a estas preguntas usando experimentos naturales, en los que, bien por sucesos fortuitos, bien por cambios en las políticas, varios grupos de personas reciben un trato diferente”.

A diferencia de en otras disciplinas, como la medicina, los investigadores en economía tienen mucho más difícil llevar a cabo ensayos clínicos controlados y se ven obligados a optar por otras alternativas. Ahí es donde entran en juego los experimentos naturales, que se valen de situaciones de la vida real para estudiar impactos en diferentes variables. Este enfoque, a su vez, ha “revolucionado la investigación empírica”, según el comité de los Nobel. Los estudios de los tres galardonados, profundiza su presidente, Peter Fredriksson, “nos muestran que los experimentos naturales son una rica fuente de conocimiento que ha resultado en un gran beneficio para el conjunto de la sociedad”.

Salario mínimo y mercado de trabajo
En el caso de Card, un habitual en las quinielas de favoritos para el Nobel, la Academia hace especial énfasis en sus trabajos sobre salario mínimo, un asunto de plena actualidad: en los últimos tiempos, varias economías avanzadas, entre ellas España. Las conclusiones de una investigación realizada en el Estado de Nueva Jersey a principios de los noventa “desafiaron las ideas establecidas” al demostrar, entre otras cosas, que los aumentos en el mínimo salarial “no tienen por qué conducir necesariamente a la destrucción de empleo”, como se pensaba hasta entonces. Ese trabajo, escrito a cuatro manos con Alan Krueger, fallecido hace dos años, ha formado parte de la munición argumental de quienes defienden mayores subidas del suelo salarial a ambas orillas del Atlántico.

La huella del economista canadiense, sin embargo, no se queda aquí. El jurado también menciona sus estudios sobre los efectos de la inmigración cubana en la Florida de principios de los ochenta, que demostraron que los sueldos de los nacidos en un determinado país no solo no tienen por qué disminuir tras la llegada de migrantes sino que pueden incluso aumentar. Y que, en sentido contrario, la retribución de los inmigrantes que llegaron primero sí puede verse reducida.

Hombres y estadounidenses
Como es habitual desde que se empezó a entregar el galardón, dos de los tres premiados en la edición 2021 tienen pasaporte estadounidense (Angrist por nacimiento e Imbens por naturalización). Hasta la fecha, más de la mitad de los distinguidos con el Nobel de Economía son nacionales del país norteamericano. Además, los tres dan clases e investigan en universidades de prestigio radicadas en EE UU, otra constante en la historia del premio.

La edición de los Nobel de este año, que echa el cierre con la concesión del galardón de Economía, se ha caracterizado además por la ausencia de mujeres entre los ganadores: solo una lo ha conseguido, la periodista filipina Maria Ressa. En el caso de la disciplina económica, en las más de cinco décadas transcurridas desde su creación, el Nobel solo ha recaído sobre dos mujeres: la estadounidense Elinor Ostrom (que se impuso en 2009) y la francesa Esther Duflo (que lo logró en 2019). El jurado opta cada ejercicio por uno o varios nombres sobre un universo de “entre 250 y 300 candidatos claros”, según las cifras que maneja Hubert Fromlet, profesor de la Universidad Linnaeus (Växjö, Suecia).

Aunque coloquialmente se le conoce como Nobel de Economía, en puridad no se trata de un Nobel como tal. La Economía no figuraba entre las disciplinas originales a las que se concedía anualmente el premio, dado que el propio Alfred Nobel, su impulsor, no la incluyó entre las cinco categorías elegidas: Física, Química, Medicina, Literatura y Paz. Sin embargo, en 1969, casi 70 años después de la primera ceremonia de entrega de los premios, el banco central sueco —considerado el más antiguo del mundo— decidió crearlo, bajo el nombre de Premio del Banco de Suecia en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel, para celebrar su 300º aniversario.

Más allá del indiscutible salto reputacional que supone para los premiados, la distinción está dotada con 10 millones de coronas suecas (casi un millón de euros). La mitad de esa cantidad será para el profesor de la Universidad de Berkeley, que ya recibió en 2014 el Premio Fronteras del Conocimiento de la Fundación BBVA, y la otra mitad se la repartirán entre Angrist e Imbens, que se desempeñan —respectivamente— en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y en la Universidad de Stanford. La ceremonia de entrega se celebrará el 10 de diciembre en Estocolmo.

https://elpais.com/economia/2021-10-11/david-card-joshua-d-angrist-y-guido-w-imbens-ganan-el-premio-nobel-de-economia-2021.html

jueves, 14 de octubre de 2021

_- Día Mundial de la Salud Mental: qué hacer cuando sentimos que no podemos más

_- No puedo más. No sé qué hacer. No consigo levantar cabeza.

Son frases que pronunciamos y escuchamos con relativa frecuencia. Y sin embargo solemos restarle importancia. Una reacción opuesta a la que nos produce escuchar un "Me duele la garganta" o "No puedo girar la muñeca", que nos invitan a visitar de inmediato al médico.

Mientras no dejan de bombardearnos con mensajes sobre la importancia de mantener una dieta adecuada y hacer ejercicio físico para tener un cuerpo sano (con toda la razón del mundo), a la salud mental le hacemos poco caso.

Aunque nos despertemos en mitad de la noche con ataques de ansiedad, o apenas podamos ir a trabajar porque todo se nos hace cuesta arriba, hablar de ello y ponerle remedio aún es un tema tabú.

En España al menos una de cada diez personas ha sido diagnosticada con algún problema de salud mental. Un número que seguramente sea mayor teniendo en cuenta que la mayoría de las veces la gente no suele acudir al médico.

Día Mundial de la Salud Mental
Con el objetivo de concienciar de los problemas de salud mental y erradicar mitos y estigmas en torno a este tema, la Organización Mundial de la Salud conmemora cada 10 de octubre el Día Mundial de la Salud Mental.

¿Pero qué se considera enfermedad mental?
Una definición podría ser aquellas alteraciones de tipo emocional, cognitivo y/o de comportamiento en las cuales se ven afectadas las emociones, la motivación, la cognición, la conciencia, la conducta, la percepción, la sensación, el aprendizaje o el lenguaje.

Esto hace que a las personas que padecen enfermedades mentales les sea difícil adaptarse al entorno cultural y social en el que viven, con el sufrimiento que eso conlleva.

Se han catalogado diversas enfermedades mentales, como por ejemplo la esquizofrenia, los trastornos psicóticos o el trastorno de déficit de atención e hiperactividad (por nombrar algunas), con origen y neurobiología totalmente diferentes.

De todas ellas, la que más incidencia tiene en todo el mundo es sin duda la depresión.

A nivel global existen aproximadamente 350 millones de personas que padecen depresión, de las cuales un gran número son mujeres.

Según los últimos estudios, el número de mujeres que sufren depresión es más del doble que el de hombres, aunque aún se ignora por qué esto es así.

¿Qué es la depresión y qué ocurre en un cerebro deprimido? Seguramente en más de una ocasión hemos pensado que estábamos deprimidos cuando hemos atravesado algún momento vital difícil.

Pero la depresión es algo diferente a los cambios normales de estado de ánimo o a periodos cortos de tristeza desencadenados por acontecimientos puntuales.

La depresión es un trastorno mental que se caracteriza por la presencia persistente de tristeza y una pérdida de interés en actividades que las personas normalmente disfrutan, acompañadas de una incapacidad para llevar a cabo las actividades diarias.

Todo ello durante un periodo prolongado de tiempo.

¿Pero por qué estamos o podemos llegar a estar deprimidos? Los mecanismos exactos son aún desconocidos. Lo que sí sabemos es que los niveles de serotonina parecen estar desregulados en los pacientes con depresión.

En una región del cerebro conocida como corteza prefrontal (situada entre la frente y la sien, más o menos) contamos con una población de neuronas que liberan serotonina.

Esta molécula se produce por la acción de unas enzimas llamadas TPH que transforman el aminoácido triptófano (el aminoácido "de la felicidad", según algunos anuncios comerciales) en serotonina.

Cuando los niveles de serotonina disminuyen, aumenta la probabilidad de episodios depresivos.

Así lo muestran varios estudios en los que, mediante reducción directa de triptófano o bloqueando las enzimas que lo transforman, descendió el nivel de serotonina y aumentó la frecuencia con la que se producían nuevos episodios depresivos en pacientes que ya padecían depresión y estaban siendo medicados.

Estos no son los únicos indicios de que la serotonina es importante en los procesos depresivos.

Los fármacos tradicionales como el Prozac basan su acción en impedir que la serotonina se reabsorba por las neuronas en el cerebro. Esto hace que los niveles de este neurotransmisor aumenten y los pacientes mejoren con el tratamiento.

Pese a que parece clara la implicación de la serotonina en los procesos depresivos, algunos pacientes no responden a los tratamientos.

Eso hace sospechar la existencia de otros mecanismos que puedan generar depresión. Además, tampoco se tiene muy claro por qué se ven alterados los niveles de este neurotransmisor.

Qué herramientas tenemos y cuáles vienen de camino
Aunque la depresión es una enfermedad cada vez más presente en la sociedad, hay buenas noticias. Incluso los casos más severos de depresión pueden ser tratados. Dado el origen cíclico de las depresiones, un tratamiento temprano puede ayudar a que no haya episodios recurrentes.

Hoy en día existen diferentes tratamientos farmacológicos como son el Prozac, Celexa y Paxil que funcionan inhibiendo selectivamente la reabsorción de serotonina.

Generalmente dan buenos resultados, aunque a veces tiene efectos secundarios no deseados, dejan de funcionar o, simplemente, no funcionan desde el principio.

Como alternativa, se ha retomado la investigación de psicodélicos clásicos como la psilocibina, la mescalina o el LSD para el tratamiento de depresiones. Ya antes de los 70 se sugirió que estas sustancias químicas podrían tener utilidad para tratar depresiones o ansiedad profunda.

En un estudio reciente en humanos se vio que los pacientes tratados con psilocibina tuvieron unos beneficios hasta cuatro veces mayores que los antidepresivos tradicionales.

Además, más de la mitad de los casos fueron considerados en remisión, dejando de estar clasificados como depresivos.

Estos progresos han hecho que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) iniciase en 2019 ensayos clínicos para testar los efectos de la psilocibina en los tratamientos contra la depresión, ya que los mecanismos terapéuticos son diferentes de los utilizados por los fármacos clásicos.

Otra alternativa recién publicada es la estimulación cerebral profunda, mediante la cual se han bloqueado patrones de actividad característicos de depresión en una paciente obteniéndose resultados muy prometedores.

Prevenir, aún mejor que curar
Tanto los fármacos clásicos como los experimentales tienen como objetivo el tratamiento y no la prevención de la depresión.

Para su prevención, tanto la terapia cognitiva conductual como la meditación han demostrado ser de gran ayuda para mantener una buena salud mental.

Mediante la ayuda de psicólogos profesionales, estas terapias ayudan a tomar conciencia de pensamientos irracionales o negativos, a visualizar situaciones de estrés con mayor claridad y responder a ellas de forma más efectiva.

Así que, queridos lectores, seamos conscientes del impacto de las enfermedades mentales en nuestra salud y en la de nuestros seres queridos. Y actuemos tanto para prevenirlas (si somos afortunados) como para tratarlas (si las padecemos).

Dejemos de estigmatizar el ir al psicólogo o al psiquiatra. Porque del mismo modo que consideramos normal acudir al médico cuando nos duele una pierna, también es normal e imprescindible acudir a especialistas ante un problema de salud mental.

* Juan Pérez Fernández es Investigador Ramón y Cajal, CINBIO, Universida de de Vigo.
* Roberto de la Torre Martínez es Departamento de Neurociencias, Karolinska Institutet.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-58858688

miércoles, 13 de octubre de 2021

_- Lo que mató a la lucha de obreros por la justicia social

_- En 1998, el novio de Shannon Mulcahy la golpeó tan brutalmente que los fiscales de Indiana decidieron presentar cargos. Se escondió en un armario en lugar de obedecer la citación para testificar en la corte. ¿Cómo podría ayudar a condenar al hombre que le puso un techo sobre la cabeza? ¿Sobre la cabeza de su hijo? Finalmente, ella lo dejó. Shannon, una mujer blanca de unos 20 años, consiguió el dinero y la confianza para emprender su propio trabajo en una fábrica. Trabajó en una planta de rodamientos en Indianápolis durante 17 años, y se convirtió en la primera mujer en operar los hornos, uno de los trabajos más peligrosos y mejor pagados en la fábrica.

Conocí a Shannon en 2017 , poco después de que sus jefes anunciaran que Rexnord, la fábrica de rodamientos donde trabajaba, cerraría y se mudaría a México y Texas. La seguí durante siete meses mientras la planta cerraba a su alrededor, viéndola agonizar sobre si debía capacitar a su reemplazo mexicano o apoyar a su sindicato y negarse. También seguí a dos de sus compañeros de trabajo: Wally, un ensamblador de rodamientos Black que soñaba con abrir su propio negocio de barbacoas, y John, un representante sindical blanco que aspiraba a comprar una casa para reemplazar la que había perdido en una bancarrota.

Una de las conclusiones más importantes de la experiencia fue que algunas de las batallas más importantes en la lucha por la justicia social tuvieron lugar en las fábricas, no en los campus universitarios. Para muchos estadounidenses sin títulos universitarios, que representan dos tercios de los adultos en el país, el movimiento sindical, el movimiento por los derechos civiles y el movimiento de liberación de la mujer se redujeron en gran medida a una cosa: acceso a trabajos bien pagados en las fábricas.

Shannon había experimentado más abusos y acoso sexual en el lugar de trabajo que nadie que yo conociera. Sin embargo, no se había sentido atraída por #MeToo ni por la candidatura presidencial de Hillary Clinton. Para Shannon, la liberación de la mujer significaba tener derecho a los mismos trabajos que tenían los hombres en la fábrica. Firmó su nombre en la hoja de licitación para convertirse en operadora de tratamientos térmicos, aunque ninguna mujer había trabajado antes en ese departamento. Los operadores de tratamiento térmico eran un grupo de élite, como los guerreros samuráis y los Navy SEAL. Trabajaron con gases explosivos. Los hombres que se suponía que debían entrenar a Shannon intentaron que la despidieran. "El tratamiento térmico no es para mujeres", dijo una.

Ella insistió. Los operadores de tratamiento térmico ganaban $ 25 por hora, más dinero del que ella había ganado en su vida. No iba a permitir que los hombres la alejaran. Ella no estaba por encima de usar su sexualidad a su favor. Coqueteó con el presidente del sindicato y vistió camisas reveladoras en el departamento de tratamiento térmico. "¿Estoy mostrando demasiado escote?" ella preguntaría. Prestó especial atención a Stan Settles, un hombre mucho mayor que sabía cómo hacer funcionar todos los hornos. Si su camisa se desabrochaba mientras se inclinaba, exponiendo la parte superior de su trasero, Shannon emitía una advertencia solemne: "El crack mata, Stan".

Al final, Stan la tomó bajo su protección y le enseñó todo sobre los hornos que había que saber. Cuando conocí a Shannon, ella era la veterana a cargo de capacitar a los nuevos operadores de tratamiento térmico. Se enorgullecía del hecho de que no dependía de un hombre, ni siquiera, y quizás especialmente, del tío Sam.

El feminismo de Shannon se sintió radicalmente diferente del movimiento de liberación de la mujer con el que crecí. El movimiento que conocía se inspiró en “The Feminine Mystique” de Betty Friedan, el innovador tratado feminista de la segunda ola que hablaba del vacío y el aburrimiento de las amas de casa acomodadas. Ese movimiento se centró en gran medida en romper los techos de cristal en el mundo de cuello blanco: la primera mujer en servir en la Corte Suprema (Sandra Day O'Connor, 1981); la primera mujer secretaria de estado (Madeleine Albright, 1997).

Pero las mujeres de bajos ingresos, especialmente las mujeres negras, siempre han trabajado, no por aburrimiento sino por necesidad. Sus luchas, que la historiadora laboral Dorothy Sue Cobble ha llamado " el otro movimiento de mujeres ", obtuvieron mucha menos cobertura de los medios. ¿Quién sabe el nombre de la primera minera de carbón? ¿Cuántos conocen el nombre completo de "Mother Jones", la intrépida organizadora sindical que alguna vez fue etiquetada como "la mujer más peligrosa de Estados Unidos" porque legiones de mineros dejaron sus elecciones a sus órdenes? (Era Mary Harris Jones).

No fue hasta 1964 que la ley consagró protecciones en el lugar de trabajo contra la discriminación por motivos de sexo y raza. Las mujeres fueron agregadas a la Ley de Derechos Civiles en el último minuto, una píldora venenosa destinada a arruinar sus posibilidades. Pero el proyecto de ley fue aprobado, cambiando el curso de la historia. El porcentaje de mujeres trabajadoras aumentó a 61 por ciento en 2000 desde 43 por ciento en 1970. De 1976 a 1998, el número de mujeres víctimas de homicidios de parejas íntimas disminuyó en un promedio de 1 por ciento por año. (El número de hombres víctimas de homicidio de pareja íntima se redujo aún más abruptamente).

Pero la Ley de derechos civiles no beneficia a todas las mujeres por igual. De lejos, quienes obtuvieron las mayores recompensas fueron las mujeres blancas con educación universitaria que se unieron al mundo profesional, que se enriquecieron con los cambios económicos que arrasaron con los trabajos de sus hermanas obreras. Hoy en día, las mujeres bien educadas, que tienden a estar casadas con hombres bien educados, se encuentran en la cima de la pirámide financiera del país.
Las luchas de las mujeres obreras contra un sistema de segregación ocupacional - llamado "Jane Crow" en el libro de Nancy MacLean "La libertad no es suficiente: la apertura del lugar de trabajo estadounidense" - continuaron contra los vientos en contra de los desafíos económicos. Por ejemplo, en 1969, una trabajadora siderúrgica de Chicago llamada Alice Peurala tuvo que presentar una demanda para conseguir un trabajo que le había sido asignado a un hombre con menos antigüedad. Ella ganó y se convirtió en presidenta del local de Steelworkers. Pero en los años que siguieron, la industria del acero colapsó. Finalmente, su planta cerró definitivamente.

En 2016, alrededor de tres millones de mujeres estadounidenses trabajaban en la industria manufacturera, un número mucho mayor que el que trabajaba como abogadas o financieras. Sin embargo, las necesidades urgentes de las mujeres obreras de cuidado infantil de calidad, licencia médica remunerada y horarios de trabajo más flexibles rara vez llegaron a la conversación nacional, tal vez porque las mujeres profesionales que establecieron la agenda ya disfrutaban de esos beneficios.

Gran parte del debate sobre el sexismo y los derechos de las mujeres se centra en cómo negociar los salarios como un hombre y conseguir que más mujeres participen en los directorios corporativos. Mientras tanto, las obreras siguen luchando por encontrar trabajos que paguen 25 dólares la hora. Y Estados Unidos sigue siendo uno de los únicos países sin una ley federal que exija la licencia de maternidad remunerada .

Para Wally, el hombre negro al que seguí, el mayor éxito del movimiento por los derechos civiles fue que los negros tuvieron la oportunidad de conseguir mejores trabajos en la fábrica. A los negros se les había prohibido operar máquinas, desde tractores hasta máquinas de escribir, hasta bien entrado el siglo XX, según “El trabajo estadounidense: cuatro siglos de trabajo en blanco y negro”, de Jacqueline Jones.

El tío de Wally, Hulan, logró que lo contrataran en la planta de rodamientos a principios de la década de 1960, con la ayuda de la NAACP. Pero, como todos los demás negros allí, le habían asignado un trabajo de conserje. Hulan se quejó ante el delegado del sindicato. “Hay tantos trabajos en este edificio”, respondió el mayordomo. "Si toma uno, eso significa que nuestros yernos o nuestro yerno o nuestro sobrino no pueden tenerlo". El día después de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, Hulan le pidió a su jefe la oportunidad de operar una máquina. El jefe, que era conocido por ser duro pero justo, lo envió al departamento de molienda. Pero el hombre blanco asignado para entrenarlo se negó siquiera a hablar con él. Hulan tuvo que aprender observando desde lejos.

Finalmente, Hulan descubrió cómo hacer el trabajo. A lo largo de los años, se ganó a sus compañeros de trabajo blancos y fue ascendido a capataz, el primer (y último) hombre negro en ocupar ese puesto en la planta.

Para la generación del tío Hulan, las batallas de los obreros por la justicia social fueron un gran éxito. Hoy en día, los pisos de las fábricas tienden a estar mucho más integrados racialmente que los directorios corporativos que los dirigen. Pero, en muchos sentidos, el progreso fue de corta duración. Tan pronto como los trabajadores negros comenzaron a conseguir buenos trabajos en las fábricas, las fábricas comenzaron a mudarse.

Cuando la generación de Wally alcanzó la mayoría de edad, varias de las fábricas más grandes de Indianápolis habían cerrado. Muchos de los chicos del barrio de Wally encontraron trabajo en la esquina vendiendo droga. Más del 10 por ciento de los niños negros en el vecindario de Wally terminaron en prisión cuando eran adultos. Wally también cumplió condena en prisión. “Estaba encerrado”, les dijo a sus compañeros de trabajo. "Tengo la suerte de tener este trabajo".

En muchos sentidos, el declive de la manufactura estadounidense golpeó con más fuerza a los negros. Según un estudio de 2018 sobre el impacto del empleo manufacturero en los estadounidenses blancos y negros desde 1960 hasta 2010, la disminución en la manufactura contribuyó a un aumento general del 12 por ciento en la brecha salarial racial para los hombres.

Cuando se sigue de cerca una fábrica agonizante, es fácil ver cómo la globalización dejó a un grupo cada vez mayor de personas compitiendo por un grupo cada vez menor de buenos trabajos fabriles. La acción afirmativa se vuelve más tensa a medida que los buenos trabajos escasean y desaparecen.

Incluso para John, el hombre blanco al que seguí, las fábricas eran lugares de importantes protestas sociales. Si un jefe sancionaba a un trabajador por negarse a usar anteojos de seguridad, John pensaba que todos los demás trabajadores deberían quitarse los anteojos de seguridad y arrojarlos al suelo, lo que obligaría al gerente a traer de vuelta al trabajador disciplinado o cerrar toda la línea de montaje.

John era un sindicalista acérrimo que provenía de una larga línea de sindicalistas. Su abuelo y bisabuelo habían sido mineros del carbón. Su suegro había sido trabajador del automóvil. Para John, las fábricas eran lugares donde la clase trabajadora libraba batallas campales con la empresa por salarios más altos y jornadas laborales más cortas. Rastreó su identidad hasta los mineros y trabajadores siderúrgicos que habían sido golpeados, arrestados e incluso asesinados por exigir una jornada laboral de ocho horas y un día libre cada semana. Es por eso que nada se quedó en el buche de John como la frase "privilegio blanco". Las palabras implicaban que a su pueblo se le había entregado una vida de clase media simplemente porque eran blancos. En la mente de John, a su gente no se le había dado dignidad, tiempo libre, condiciones de trabajo más seguras o salarios decentes solo por ser blancos;

Después de que los patrones anunciaron que la fábrica cerraría, él caminó por la planta instando a sus compañeros de trabajo a que se negaran a capacitar a sus reemplazos mexicanos, en un último esfuerzo por mantener la fábrica en Indianápolis. Mientras continuaba el cierre en Rexnord, John predicó sobre la necesidad de solidaridad entre los trabajadores.

“Si lo quieren, luchen por ello”, les dijo a sus hermanos y hermanas sindicales sobre su planta condenada. "Pelearé contigo".

Comencé a entender por qué los trabajadores blancos tendían a ver el cierre de la fábrica y la elección de Donald Trump de manera diferente a sus compañeros negros. En el transcurso de una década, John había visto cómo su salario se hundía de $ 28 la hora a $ 25 la hora a $ 23 la hora. Después del cierre de la planta, luchó por conseguir un trabajo que pagara 17 dólares la hora. Su decreciente poder adquisitivo no se había visto atenuado por el progreso social, como la elección de un presidente negro. Al contrario, su posición social había decaído. Los directores ejecutivos blancos ricos enviaron trabajos manuales a México. Pero cuando los trabajadores manuales se quejaron de ello, las personas con educación universitaria los descartaron como xenófobos y racistas.

Es posible que los hombres blancos de clase trabajadora en la planta de rodamientos no quisieran compartir sus trabajos con los negros y las mujeres. Pero lo habían hecho. Y ahora que los negros y las mujeres trabajaban junto a ellos en la fábrica, los trabajos de todos se estaban mudando a México. Era más de lo que podían soportar muchos trabajadores blancos. Un hombre blanco en la planta renunció y se alejó de más de $ 10,000 en indemnización por despido simplemente porque no podía soportar ver a un mexicano aprender su trabajo. “Es deprimente ver que no tienes futuro”, me dijo. Uno de los mejores amigos de John se ofreció como voluntario para entrenar. "No te odio, pero odio lo que estás haciendo", le dijo John. Nunca volvieron a hablar.

Los representantes sindicales, casi todos blancos, vieron entrenar a sus reemplazos como un pecado moral, similar a cruzar un piquete. Pero muchos trabajadores y mujeres negros no estuvieron de acuerdo. Después de todo, no hacía tanto tiempo que los hombres blancos se habían negado a entrenarlos . Los trabajadores negros no habían olvidado cómo el sindicato había tratado a sus padres y tíos. Muchos consideraron racista la negativa a formar a los mexicanos. Los entrenadores que menos se disculpaban eran negros.

El anuncio del cierre de la fábrica, la elección de Donald Trump y la llegada de reemplazos mexicanos a la planta se produjo en el lapso de tres meses, en 2016, desatando una mezcla tóxica de esperanza, rabia y desesperación. En los años que han pasado desde entonces, los trabajadores se dispersaron como semillas quebradizas, tratando de comenzar de nuevo sus vidas.

Los economistas predijeron que obtendrían nuevos trabajos, incluso mejores trabajos que los que tenían antes. Algunos lo hicieron. Pero la mayoría de los trabajadores a los que hice seguimiento terminaron ganando alrededor de $ 10 por hora menos de lo que habían estado ganando. Uno inició una empresa de exterminio de chinches. Otro se unió al Ejército. Otro vendió todo lo que tenía y compró un billete de ida a Filipinas, decidido a hacer que la globalización funcionara a su favor, por una vez. Wally progresó con su negocio de barbacoas, hasta que se produjo una tragedia imprevisible. John estaba angustiado sobre si volver a ser obrero siderúrgico o aceptar un trabajo en un hospital que no tenía sindicato. Shannon permaneció sin trabajo durante mucho tiempo, lo que la hizo sentir miserable. La vieja fábrica siguió apareciendo en sus sueños durante años.

Por supuesto, para cada historia como la de Shannon, hay una historia sobre una mujer en la India, China o México que tiene un trabajo ahora, y más independencia financiera, debido a una nueva fábrica. La globalización y la justicia social tienen muchos lados.

Pero esos trabajadores extranjeros no votan en las elecciones estadounidenses. El destino de nuestra democracia no depende de ellos como depende de votantes como Shannon, Wally y John. El experimento estadounidense se está desmoronando. La única forma de volver a unirlo es que los tomadores de decisiones en este país, casi todos los cuales tienen títulos universitarios, se vuelvan a conectar con los de la clase trabajadora, que constituyen la mayoría de los votantes.

Por Farah Stockman
La Sra. Stockman es miembro del consejo editorial. Este ensayo es una adaptación de su próximo libro, "American Made: What Happens to People When Work Disappears". NYT

https://www.nytimes.com/2021/10/07/opinion/globalization-work-trump-social-justice.html?action=click&module=Well&pgtype=Homepage&section=Sunday%20Review%20%20Opinion