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jueves, 3 de marzo de 2022

Las consecuencias económicas de la guerra

Cualquier guerra es un fracaso de la civilización, de la humanidad como un todo. Sea cual sea su causa, es la expresión de los rasgos más animales y brutales de los seres humanos. Ni siquiera cuando se gana para combatir un mal, la agresión o el terror infringidos antes por el otro deja de ser una derrota para todos.

Partiendo de ese principio, incluso asumiendo como yo asumo que la guerra no puede ser el instrumento y que la paz (por muy imperfecta que sea) no es tan solo un objetivo, sino el camino; es decir, que la guerra y la violencia son un mal en sí mismos y sin excusa, cabe preguntarse, sin embargo, sobre sus efectos más concretos sobre la economía.

Hay muchos estudios que han tratado de responder a esta cuestión con datos y análisis científicos de los muchos conflictos bélicos que se han producido, sobre todo, en el último siglo y medio. Voy a comentar muy brevemente las consecuencias que se han observado con carácter general y las que a mi juicio pueden derivarse de la que acaba de iniciar Rusia.

Aunque pueda sorprender o doler, sabemos que las guerras tienen efectos económicos que pueden considerarse positivos. Entre ellos, el aumento del gasto agregado, el de los estados en armamento, infraestructuras, transportes, etc. y el de las empresas en inversión para suministrar a los ejércitos los bienes y servicios que necesitan. También intensifican la innovación y el progreso tecnológico, pues obligan a disponer de nuevos procedimientos y técnicas para el combate que luego suelen pasar a la vida civil. Como consecuencia de ello, suele incrementarse el empleo y todo eso hace que las economías tengan un motor adicional que pueda contribuir a sacarlas de crisis profundas y a iniciar periodos de posterior expansión, como ocurrió con la segunda guerra mundial. Incluso se suele señalar que esta última tuvo como efecto positivo una masiva incorporación de las mujeres a empleos remunerados y de alta responsabilidad.

Como el Producto Interior Bruto suma el valor monetario de la fabricación y comercio de armas y de toda la producción adicional que genera una guerra, pero no resta el valor de las muertes ni de la destrucción que provoca, el efecto neto (desde el punto de vista de este indicador), puede ser considerado positivo.

Sin embargo, hay que tener en cuenta también que las guerras siempre suponen un coste muy elevado que hay que financiar, bien mediante impuestos o generando una deuda que al final hay que pagar. Y hay que señalar, además, que esos beneficios quizá se pueden conseguir sin necesidad de la destrucción que llevan consigo. Es decir, las guerras no solo tienen costes directos o explícitos (monetarios, materiales, humanos…) sino también costes de oportunidad que reflejan lo que se podría haber hecho o conseguido si los recursos dedicados a matarse unos a otros se hubieran dedicado a otras actividades.

Además de costes materiales, financieros o de oportunidad, las guerras también suelen llevar consigo inflación porque destruyen o bloquean las fuentes de suministro y dan un gran protagonismo a las industrias o empresas con mayor poder de mercado; e igualmente disminuyen el consumo familiar y producen empobrecimiento por pérdida de ingresos reales y patrimonios. Y ocurre también a menudo que parte del empleo generado en los momentos del conflicto se pierde cuando este acaba y disminuye la inyección extraordinaria de gasto.

Por otro lado, sabemos que las guerras producen esos efectos principalmente sobre los países en conflicto pero también se puede comprobar que tienen otros externos, es decir, sobre otras naciones e incluso sobre todo el planeta, dado el alto grado de interconexión que suele darse en las relaciones económicas contemporáneas o porque producen graves daños ambientales.

Y todo ello va unido al evidente efecto depresivo sobre la actividad económica que siempre llevan consigo el miedo, la incertidumbre, la inseguridad y la escasez de recursos, por no hablar del que provocan el odio y el afán de venganza y la violencia que suelen traer consigo y que a menudo perduran una vez concluidos los conflictos.

Finalmente, no se puede olvidar tampoco que una paz mal construida tiene efectos económicos tan graves o más que la propia guerra. Es sabido, por ejemplo, que las reparaciones o sanciones que los aliados impusieron a Alemania tras la primera guerra mundial provocaron una crisis económica tremenda a la que se respondió con medidas de austeridad que generaron la desesperación y sed de venganza de donde brotó el nazismo.

En resumen, me atrevería a decir que la inmensa mayoría de los estudios que se han hecho sobre las consecuencias económicas de las guerras tienden a señalar que sus costes o efectos negativos son casi siempre mayores que los beneficios que puedan producir. Y solo sabiendo esto con carácter general, ya se puede deducir que la guerra que se acaba de iniciar va a tener un impacto negativo no solo sobre las economías de Rusia y Ucrania sino sobre las de muchos otros países.

Pero, además, creo que se pueden señalar consecuencias más concretas, algunas de carácter más inmediato y otras de más largo alcance, todas las cuales dependerán del tiempo que dure el conflicto entre Rusia y Ucrania y de la respuesta que den los demás países.

Incluso si la guerra no concluye inmediatamente y prosigue, al menos durante algunas semanas, lo más probable es que aumenten considerablemente los precios de la energía, principalmente del petróleo y del gas, así como los de algunas materias primas de gran impacto en la cesta de la compra y la industria, como el trigo, el maíz, la cebada o la soja, además de varios metales básicos en la automoción, la construcción o la electrónica. Se estima que, como media, entre un 20% y un 40%.

Actualmente, alrededor de la tercera parte del consumo de petróleo y de gas de la Unión Europea procede de Rusia y este país aporta un porcentaje muy importante de productos como el níquel, paladio, amoníaco, potasa, platino, la de fosfatos, acero, cobre… Parece, pues, inevitable que las sanciones que le impongan se vuelvan sobre los demás países y especialmente los europeos en forma de escasez, de subida de precios o de ambas cosas a la vez

La mayoría de los dirigentes financieros que se están pronunciando sobre los efectos del conflicto en Estados Unidos señalaban que, si sólo se traducía en amenazas e incidentes aislados, no debía tener efectos macroeconómicos estimables en su país y que, por tanto, la Reserva Federal podría seguir su plan de subida de tipo en marzo. Siendo este el mejor escenario, tendría, sin embargo, un impacto recesivo en cadena en otras economías y, en especial, en las de la Unión Europea. Se coincide, sin embargo, en que una guerra abierta quizá pudiera evitar esa medida, muy negativa, pues la inflación no es de demanda sino de oferta y subiendo los tipos de interés solo se conseguiría adelantar la entrada en una nueva fase de caída de la actividad.

En resumen, la guerra que acaba de empezar presenta una paradoja esencial desde el punto de vista económico que, posiblemente, sea la que ha incitado a Rusia a comenzarla: cuanto mayores sean las sanciones, más coste tendrán que soportar los países que las impongan, así que Putin pudiera haber pensado que no estarán dispuestos a llevarlas muy lejos o imponerlas por mucho tiempo. Mientras que, cuanto más leves sean, más posibilidades tendrá Rusia de ganar una guerra que, para ella, sí que tendrá un efecto neto muy positivo, no solo en términos políticos y estratégicos, sino también económicos.

Eso es lo que podría llevar a suponer que la estrategia de occidente ante esta de Rusia no sea la de implicarse militarmente en la guerra, lo que supondría de facto un conflicto mundial, ni tampoco la de establecer sanciones definitivamente contundentes o decisivas, sino obligar a Rusia a mantener un conflicto largo y económica y políticamente costoso, para debilitar el régimen de Putin. Un objetivo básico para Estados Unidos, a quien realmente no le preocupa Rusia sino que este país se eche en brazos de China que es su enemigo principal, política y económicamente.

Pero si la guerra se alarga, sus efectos económicos también serían de más largo alcance y acelerados: el bloqueo de suministros y la subida de precios agudizarán los problemas de logística y abastecimiento que ya ha provocado la pandemia, reforzando quizá la demanda de seguridad y las tendencias retroglobalizadoras; habrá una escalada de gasto militar con efectos desiguales en las diferentes economías pero con grandes costes de oportunidad en todas ellas; obligará a replantear las estrategias de transición hacia economías verdes y digitalizadas; y va a generar graves problemas financieros derivados de la deuda y del nuevo freno a la actividad que se producirá en un contexto en el que nadie sabe a ciencia cierta cuáles son las mejores políticas para lograr estabilidad y equilibrio económicos; se intensificarán los procesos de innovación tecnológica y financiera.

Finalmente, y como ocurre siempre que hay guerra, los más pobres pagaran en mayor medida todas su peores consecuencias; mientras que nadie sabrá como podrá terminar un tipo de desastre bélico que -como todos los de nuestra época- cada vez tiene más posibilidades de convertirse en un auténtico holocausto global.

https://juantorreslopez.com/las-consecuencias-economicos-de-la-guerra/

lunes, 28 de febrero de 2022

_- ¡No a la guerra!


_- La situación de extrema tensión política y militar gestada en Europa a lo largo de los últimos meses, ha desembocado en una intervención militar rusa en Ucrania que pone en grave peligro la paz en nuestro continente.

Las razones aducidas por las partes en litigio, Rusia y los países miembros de la OTAN, para defender sus posturas ─seguridad, soberanía, libertad, etc.─ y el enquistamiento e inamovilidad de sus posiciones, recuerdan momentos históricos previos al desencadenamiento de graves conflictos con terribles consecuencias económicas y humanas para millones de personas.

Esto no podemos aceptarlo

La población europea está siendo arrastrada a participar en un juego geopolítico en el que no tiene nada que ganar. Son los grandes poderes económicos, como de costumbre, los que pretenden sacar provecho del enfrentamiento.

Se han difundido bulos como los tantas veces oídos sobre las intenciones del adversario y los medios se han encargado de agitar los ánimos de la población para prepararla anímicamente a lo que se daba por hecho: la inevitabilidad de la violencia guerrera.

Sin menospreciar otros enfoques que ayudan a entender el actual conflicto como uno más de los que enfrentan a las potencias entre sí a causa de sus intereses geopolíticos y económicos contrapuestos, desde Attac queremos poner el acento en la gravedad de las consecuencias más directas e inmediatas del choque militar. Por un lado, el incremento del poder y beneficios de la industria armamentista y energética-especulativa, síntesis ambas del actual factótum grandes-fondos-de-inversión. Por otro, el sufrimiento y empobrecimiento del grueso de la ciudadanía afectada, que sufrirá con el estallido de la guerra, además de graves pérdidas humanas, la destrucción habitacional y un encarecimiento salvaje de todos los bienes y servicios dependientes de los precios de la energía. Basta recordar cómo han quedado los países que han experimentado guerras “liberadoras”.

Lo que la situación actual reclama con urgencia es oponerse, de la forma más unitaria y contundente posible, a esta deriva militar del conflicto, de graves consecuencias para el sistema-mundo en el que vivimos. Tiempo habrá para proponer los términos por dónde ha de transitar la solución diplomática y negociada del conflicto.

El uso de la fuerza debe desterrarse absolutamente y para siempre de las relaciones internacionales. Attac España y su Consejo Científico animan a los movimientos sociales españoles y europeos a sumarse a una necesaria y urgente movilización ciudadana por el NO A LA GUERRA.

25/02/2022

PRIMEROS FIRMANTES QUE SUSCRIBEN ESTA DECLARACIÓN:

Agustí Colom Cabau. Economista. Profesor de Teoría Económica de la Universidad de Barcelona. Integrante del Consejo Científico de Attac España.

Albert Recio Andreu. Economista. Exprofesor de Economía Aplicada. Universidad Autónoma de Barcelona. Integrante del Consejo Científico de Attac España.

Alicia García Ruiz. Filósofa y socióloga. Profesora de Filosofía en la Universidad Carlos III de Madrid. Integrante del Consejo Científico de Attac España.
Y 42 firmas más.

https://www.sinpermiso.info/textos/no-a-la-guerra

viernes, 25 de febrero de 2022

Rusia invade Ucrania: lo que sabemos hasta ahora

Putin ha lanzado en la madrugada de este jueves una ofensiva contra Ucrania, una acción que ha suscitado ya la condena internacional

Esto es lo que sabemos hasta ahora.

El presidente ruso, Vladímir Putin, ha lanzado una ofensiva militar contra Ucrania esta madrugada. "He tomado la decisión de iniciar una operación militar especial", ha dicho en una declaración televisada poco antes de las 3:00 GMT –4.00, hora peninsular española– . El objetivo, ha defendido el mandatario ruso, es "desmilitarizar y desnazificar" Ucrania y "proteger a las personas que han sido objeto de intimidación y genocidio por parte del régimen de Kiev durante ocho años". Tanto Ucrania, como la UE, la OTAN y EEUU, desmienten este genocidio, del que Putin no ha mostrado pruebas en su alocución televisada. "No tenemos planes de ocupar territorios ucranianos", ha dicho Putin. Sin embargo, ante las repetidas advertencias de países como EEUU sobre un ataque "inminente", Moscú había negado hasta ahora tener planes para invadir Ucrania.

Los líderes de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk en el Donbás, al este de Ucrania, habían dado este miércoles un paso que allanaba el camino a una confrontación militar reclamando ayuda al Kremlin "para repeler la agresión de las Fuerzas Armadas de Ucrania y así evitar víctimas civiles y prevenir una catástrofe humana". Putin ha justificado la operación por esta solicitud. Este lunes, había reconocido la independencia de ambos territorios, controlados por separatistas prorusos, firmó un tratado de cooperación militar con ellos y había dado órdenes para enviar tropas para el "mantenimiento de la paz" en el Donbás. Esta zona vive un conflicto armado desde abril de 2014 entre las milicias prorusas y el Ejército ucraniano, que, según la ONU, ha causado más de 14.000 muertos. Se considera que la acción rusa ha terminado de enterrar los acuerdos de Minsk, el frágil proceso de paz para el mantenimiento del alto el fuego en el Donbás.

El Gobierno ucraniano ha activado la ley marcial en todo el país y ha asegurado que Ucrania se "defenderá" de la "invasión a gran escala desde múltiples direcciones" que ha lanzado Rusia y "ganará". El presidente Volodímir Zelenski ha anunciado que su país rompe relaciones diplomáticas con Moscú tras la agresión militar y ha asegurado que el "enemigo ha sufrido graves pérdidas y sufrirá aún más". Anteriormente, el presidente ordenó al Ejército causar "las mayores pérdidas posibles al invasor". El mandatario, informa Reuters, ha dicho que se darán armas a quien esté dispuesto a luchar. El ministerio de Exteriores ucraniano ha asegurado en un tuit a las 12:08 hora local que la situación "está bajo control". A las 15:31, las fuerzas armadas han informado de que seguía habiendo fuertes batallas a lo largo de toda la línea de contacto en el Donbas, pero no "se permitió ningún" avance ruso. "El mundo puede y debe detener a Putin. El momento de actuar es ahora", ha dicho el ministro de Exteriores, Dmitro Kuleba.

Ucrania ha informado al menos 40 muertos y varias decenas de heridos, según Alexéi Arestóvich, asesor presidencial, quien no ha especificado si entre las víctimas hay civiles, según informa la agencia AP.

Según las autoridades ucranianas, la oleada inicial de ataques parece incluir misiles de crucero, artillería y ataques aéreos que han golpeado la infraestructura militar y las posiciones fronterizas, incluidas las bases aéreas, recoge The Guardian. El Ministerio de Defensa ruso ha afirmado más tarde haber "neutralizado" las bases aéreas y las defensas aéreas de Ucrania. "La infraestructura de las bases aéreas del Ejército ucraniano está fuera de servicio", dice en un comunicado citado por la agencia Interfax.

La mayoría de los ataques aéreos se han concentrado en el este, pero también se ha informado de ataques en el oeste de Ucrania, incluidas las ciudades de Lutsk e Ivano-Frankivsk. También se ha informado de que las tropas rusas estaban cruzando la frontera al este de Járkov y de que estaban entrando en Ucrania desde Crimea, anexionada por Rusia en 2014, lo que sugiere un ataque a tres bandas desde el norte, el sur y el este, según informa The Guardian. Los separatistas apoyados por Rusia han lanzado ataques en las regiones escindidas de Lugansk y Donetsk, que reclaman pero solo controlan parcialmente, según informan los medios estatales rusos. El alcance total de la operación militar no está claro aún.

Se han escuchado explosiones cerca de las principales ciudades ucranianas, incluida la capital, Kiev, Mariúpol y Járkov, según las crónicas de periodistas de medios internacionales que se encuentran en el país. Este jueves se han formado atascos en la capital, donde viven tres millones de personas. También hay imágenes de ciudadanos buscando refugio en estaciones y colas para autobuses, cajeros automáticos y gasolina. Ucrania es un país de más de 600.000 kilómetros cuadrados y con una población de cerca de 44 millones de personas. Aunque lo reclaman, los separatistas no controlan todas las regiones de Donetsk y Lugansk, al este, sino aproximadamente un tercio, unos 16.000 kilómetros cuadrados, según algunas estimaciones. Ucrania, que es el país de menores ingresos de Europa, comparte frontera con Rusia (este), Bielorrusia (norte), Moldavia, Hungría, Eslovaquia, Polonia y Rumania (oeste) y limita con el mar Negro.

Ya hay informaciones de personas que empiezan a huir de sus hogares buscando seguridad. El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, ha advertido de que las consecuencias humanitarias para la población civil "serán devastadoras". "En la guerra no hay vencedores, sino incontables vidas que quedarán destrozadas". Acnur explica que está trabajando con los gobiernos de los países vecinos, "pidiendo que mantengan las fronteras abiertas para aquellas personas que buscan seguridad y protección" y que ha intensificado sus operaciones y reforzado su capacidad en Ucrania y en los países limítrofes.

El Servicio de Fronteras de Ucrania ha asegurado que militares de Bielorrusia han ayudado a Rusia durante unos ataques que "sufrió la frontera estatal ucraniana" esta madrugada. Los ataques de tropas rusas "con ayuda de Bielorrusia" han tenido lugar con artillería, equipos pesados y armas de tiro, señala este órgano en un comunicado publicado en Facebook. El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, ha dicho en una reunión con militares, citada por la agencia oficial Belta, que las tropas de su país no "tienen ninguna participación en esta operación" lanzada por Rusia en Ucrania. El servicio de fronteras ucraniano ha asegurado que las tropas rusas han cruzado el punto fronterizo de Vilcha, en la región de Kiev, a 50 kilómetros de la frontera con Bielorrusia.

Ucrania ha ordenado el cierre de su espacio aéreo para vuelos civiles tras el inicio de la operación militar de Rusia en el país. Y Rusia cierra el espacio aéreo a las aeronaves civiles desde el jueves en su frontera occidental con Ucrania y Bielorrusia, según un aviso emitido por las autoridades de aviación rusas, informa EFE. La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), en respuesta "al conflicto en desarrollo en Ucrania", ha pedido a los operadores aéreos evitar zonas del espacio aéreo de Ucrania, Rusia, Moldavia y Bielorrusia por "alto riesgo".

El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha afirmado que Europa vive "el peor momento desde el fin de Segunda Guerra Mundial". Junto a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentará a los líderes europeos un nuevo paquete de sanciones. "Estamos viviendo una agresión sin precedentes", ha afirmado Von der Leyen, "cuyo objetivo es la inestabilidad en Europea y del orden mundial". La primera ronda de sanciones de la UE ha afectado a un total de 23 personalidades, cuatro empresas y 351 diputados de la Duma, sancionados en la primera ronda europea de respuesta a Rusia. Los jefes de Estado y de Gobierno han anunciado "medidas más restrictivas" por "la agresión sin precedentes" de Rusia. Informa Andrés Gil.

El primer ministro británico, Boris Johnson, ha asegurado que "Occidente no se quedará a la espera" mientras Rusia ataca Ucrania, en una conversación con Zelenski. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha acusado al líder ruso de lanzar un ataque "no provocado e injustificado" contra Ucrania y de apostar por una "guerra premeditada" que provocará una "catastrófica pérdida de vidas y sufrimiento".

La OTAN ha anunciado que reforzará su flanco oriental –con mayor presencia en los países próximos a Ucrania y a Rusia, como los países bálticos, además de Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía, Bulgaria y el Mar Negro– sin desplegar tropas dentro de Ucrania. Los países occidentales habían dejado ya claro en los últimos meses que no enviarán tropas de combate a Ucrania. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha pedido a Rusia que retire sus fuerzas de Ucrania y que elija "el camino de la diplomacia". Este viernes se celebrará una cumbre virtual de líderes de la OTAN después de que vayas aliados hayan manifestado varios aliados sentirse amenazados. Informa Andrés Gil.

"Presidente Putin, en nombre de la humanidad, llévese sus tropas de vuelta a Rusia. Este conflicto debe terminar ahora", ha pedido el secretario general de la ONU, António Guterres, que ha asegurado que "esta guerra no tiene ningún sentido". "Este es el momento más triste de mi mandato como secretario general de Naciones Unidas", ha declarado Guterres al término de una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad, que él mismo había abierto pidiendo al presidente ruso que no lanzase una ofensiva en Ucrania.

Tras reunirse el Consejo de Seguridad Nacional presidido por Felipe VI, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, ha exigido a Putin el cese de las hostilidades sobre Ucrania y ha advertido de que sus acciones "no pueden quedar impunes". Por ahora el Ejecutivo solo habla de las sanciones sobre Rusia a expensas de la reunión extraordinaria del Consejo Europeo para estudiar la respuesta a lo que Sánchez ha denominado una "violación flagrante" de legalidad internacional. Informa Irene Castro.

Amnistía Internacional (AI) ha pedido que se respete "sin fisuras" el derecho internacional de derechos humanos y el derecho humanitario, y ha asegurado que seguirá de cerca la situación para denunciar las violaciones "por todas las partes". "Nuestros peores temores se han hecho realidad. Tras semanas de escalada, ha comenzado una invasión rusa que probablemente tendrá las consecuencias más horribles para las vidas humanas y los derechos humanos", ha declarado la secretaria general, Agnès Callamard. "Deben protegerse las vidas, los hogares y las infraestructuras de los civiles; no deben producirse ataques indiscriminados ni el uso de armas prohibidas, como las municiones de racimo". Este artículo está en permanente actualización.

https://www.eldiario.es/internacional/rusia-invade-ucrania-ahora_1_8777001.html

Más en El País.

viernes, 12 de marzo de 2021

_- Reseña de Historia secreta de la bomba atómica, de Peter Watson, Barcelona: Crítica 2020, traducción de Amado Diéguez Rodríguez. Secretos desvelados.

_- Lo básico de esta nota: si tienen algún interés por lo sucedido en Los Álamos, seguramente el proyecto político-científico-militar más importante y decisivo de nuestra historia, no se pierdan este ensayo novelado.
Historia secreta de la bomba atómica: Cómo se llegó a construir un arma que no se necesitaba (Memoria Crítica) de [Peter Watson, Amado Diéguez]
Su tema: la historia secreta de la fabricación de la bomba atómica. Su estructura: prólogo, primera parte: “De incógnito. Klaus Fuchs y Niels Bohr” (un capítulo), segunda parte: “Sobreestimar a los alemanes” (quince capítulos), tercera parte: “Vidas paralelas. Klaus Fuchs y Niels Bohr” (ocho capítulos), cuarta parte: “Subestimar a los rusos” (dos capítulos), agradecimientos, notas e índice analítico. Una de las tesis centrales de Watson: “tanto los estadounidenses como los franceses, los alemanes y los británicos cometieron una serie de errores cruciales y contaron una larga serie de mentiras con el resultado de que el mundo entró dando traspiés, o directamente metiendo la pata en la era nuclear, cuando, para colmo, era del todo innecesario” (p. 15).

Historia secreta de la bomba atómica: Cómo se llegó a construir un arma que no se necesitaba eBook: Watson, Peter, Diéguez Rodríguez, Amado: Amazon.es: Tienda Kindle

Peter Watson, autor muy prolífico, trece libros en su haber hasta este momento (Ideas. Historia intelectual de la Humanidad, La gran divergencia, La edad de la nada, Convergencias,…) es historiador y periodista. Se nota. Su Historia secreta… es una excelente historia (periodística) de la ciencia escrita desde una perspectiva marcadamente política, una historia que puede leerse (seguramente esa ha sido la pretensión del autor) casi como una novela policiaca. Si la coges, no la dejas. Te atrapa. Sarah Robey lo expresó así en una reseña publicada en Nature: “Obra meticulosa y con una narrativa que atrapa al lector, bien documentada y en la que diplomacia, ciencia y biografías se dan la mano para contarnos un momento histórico que aún necesitaba que le arrojaran luz”.

Acertado juicio a pesar de las palabras iniciales que abren el ensayo generan alguna zozobra: “Es posible que en toda la historia de la humanidad ninguna idea haya tenido consecuencias más inmediatas y trascendentales que el célebre descubrimiento de Albert Einstein de que E = mc2, esto es, que la materia y la energía son, básicamente, aspectos distintos de un mismo fenómeno. Einstein publicó su teoría de la energía nuclear en mayo de 1905 y la estuvo puliendo y perfeccionando -con ayuda- hasta que en 1917, en mitad de la primera guerra mundial, quedó perfilada del todo. Veintiocho años después -es decir, al cabo de una sola generación-, el 6 y el 9 de agosto de 1945, la destrucción de Hiroshima y Nagasaki con sendas bombas atómicas pondría fin a la segunda guerra mundial». Llamar ‘teoría de la energía nuclear’ a la teoría de la relatividad restringida (la de 1917, es la teoría general) es tan tendencioso como la afirmación ‘la estuvo puliendo y perfeccionando’. El salto científico y tecnológico de lo que pasó en esos años hasta el lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki parece irrelevante. Exagerando un poco, Watson parece sugerir que Einstein acabó con la segunda guerra mundial con el bagaje de su teoría de 1917. La famosísima ecuación que cita abre la puerta a la existencia y posible uso de una energía nueva y descomunal. Pero, sabido es, que ese camino no lo transitó Einstein (que se dedicó a la cosmología y no a la física cuántica, salvo en el caso del efecto fotoeléctrico de 1905). Hay mucha ciencia y mucha tecnología absolutamente no einsteinianas entre la ecuación de marras (sabiamente comentada y matizada por Álvaro de Rújula) y la bomba atómica.

Sería descortés por mi parte que les revelara (spoiler lo llaman ahora) detalles de la trama atómico-militar descrita por Watson. Sólo les puedo copiar las palabras (algo inexactas) que pueden leer en al contraportada: “Peter Watson, el gran historiador intelectual del siglo XX, nos muestra cómo surgió, y cómo fue desechada por los científicos, la idea de construir un arma nuclear y cómo un pequeño grupo de conspiradores, asentados en el poder, tomó por su cuenta, tal como lo revelan los documento desclasificados en estos últimos años, la decisión de construir y emplear la bomba atómica, que nadie quería realmente y que no era necesaria, contra lo que se dice, para acabar la segunda guerra mundial. El libro de Watson, escrito con su habitual garra narrativa, no solo desvela un pasado desconocido sino que ilumina un presente sujeto todavía a la amenaza nuclear”. No es exacto que toda la comunidad científica rechazara la idea de la construcción de un arma nuclear; tampoco lo es que nadie la quisiera realmente. Watson refuta ambas afirmaciones. Añado: la gran mayoría de las observaciones que se han hecho desde posiciones críticas sobre el proyecto Manhattan no andaban desencaminadas, en absoluto. Se quedaron cortas en muchos aspectos.

Algunos comentarios complementarios (me dejo mucho en el tintero) para incrementar su interés:

1. Todo lo que se ha dicho sobre la grandeza científica y, remarco, política-diplomática de Niels Bohr se ha quedado corto. Un científico concernido que vio mucho más allá que otros en esta historia.

2. Si recuerdan el encuentro Bohr-Heisenberg y la obra de teatro Copenhague de Michael Frayn, la aproximación y la reconstrucción crítica de Watson no les decepcionará.

3. Werner Heisenberg, no solo fue uno de los grandes científicos del siglo XX sino probablemente entre los tres más grandes (Nobel en 1932, a los 31 años) y uno de los grandes físicos-filósofos, comentó años después que si en 1939 un puñado de físicos se hubiera negado a seguir investigando la posibilidad de fabricar armas nucleares, los políticos no habrían podido seguir adelante y la carrera atómica se habría truncado. No está claro que esa afirmación contrafáctica no fuera una forma de autojustificarse (contra el descomunal ego teoricista de Heisenberg, Pauli comentó en una ocasión que “no resultaba difícil imaginar a Heisenberg declarando: “Yo soy capaz de pintar tan bien como Tiziano. Mirad: [un rectángulo, el marco de un cuadro, en blanco]. ¡Sólo faltan los detalles técnicos!”, p. 119).

4. Watson señala que las últimas investigaciones demuestran también que la decisión final de usar la bomba estuvo finalmente en mano de un número reducido de personas. Algunas de ellas se esforzaron por ocultar sus verdaderos motivos. En público defendían lo que tocaba defender (y que fue ampliamente publicitado en revistas con fuerte penetración cultural popular como Reader’s Digest): el lanzamiento de las bombas se había hecho para salvar la vida de muchos norteamericanos y japoneses. Pero no fue eso.

5. Todo lo que han pensado del militarismo y ceguera política del general Leslie Groves, el responsable militar del Proyecto, estaba en lo cierto o se quedaba corto. Sin asomo de autocrítica y sosteniendo barbaridades muchos años después de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki.

6. Sin olvidar ni pretender justificar desde luego la criminal política represiva del estalinismo, no fue Stalin el malo-malísimo de esta película. Watson lo muestra por activa y por pasiva, y cita una afirmación del líder soviético que sigue siendo verdadera en nuestro hoy: “No es fácil pensar en las armas atómicas sin pensar al mismo en el fin del mundo”.

7. Klaus Fuchs es, con diferencia, el científico concernido más interesante de toda esta historia, a la altura de Bohr. Merecería nuestro máximo reconocimiento. Está en el corazón de esta historia donde “se encuentran dos personas, Niels Bohr y Klaus Fuchs, que, cada uno desde un punto de partida muy distinto, anticiparon que la bomba amenazaría con cambiar el mundo de la posguerra [¡y no para bien!] y no se quedaron de brazos cruzados. Uno no consiguió nada, pero el otro sí” (p. 15).

8. Tampoco Szilárd es un personaje menor en la narración de Watson.
No pasen por alto las notas. Hay apuntes y reflexiones interesantes en ellas, todas ellas ubicadas (erróneamente en mi opinión; mejor hubiera sido después de cada capítulo) al final del libro.

El índice analítico es magnífico, extraordinario, de enorme utilidad. A imitarlo.

Watson abre con unas palabras de J. Robert Oppenheimer que explican el comportamiento, la hybris (pensemos por ejemplo, en la actitud de Feynman el día del lanzamiento y en sus reflexiones posteriores), de una buena parte de la comunidad científica, engañada por las autoridades militares y políticas, congregada en Los Álamos: “Cuando te encuentras con algo técnicamente factible, sigues adelante. Luego ya entras en debates, pero solo cuando técnicamente el experimento ha dado sus frutos. Eso es lo que ocurrió con la bomba atómica”.

Un libro a releer, apto para seminarios y para discusiones sobre epistemología y política de la ciencia. Sobre este punto por ejemplo: “En el verano de 1942, los Aliados no tenían ninguna necesidad de embarcarse en la fabricación del arma nuclear, no si el motivo principal para hacerlo era contrarrestar la amenaza nazi, porque, en ese terreno, los nazis no representaban ninguna amenaza”. Pero, en realidad, no fueron los nazis, ya vencidos, ni los japoneses los destinatarios de la bomba.

Fuente: El Viejo Topo, enero de 2021
Por Salvador López Arnal.

jueves, 11 de febrero de 2021

El legado de la alcaldesa María Domínguez y una generación de mujeres que se abrió paso entre el machismo y las bombas

Fuentes: Público [Foto: Recepción de Unión Republicana Femenina a las alcaldesas de la provincia de Madrid, marzo de 1933. En el centro, Clara Campoamor. — Incluida en la obra Mujeres en los gobiernos locales]

La obra ‘Mujeres en los Gobiernos locales’ repasa la participación de las féminas en la política local desde la dictadura de Primo de Rivera hasta la democracia. La primera mujer elegida democráticamente fue Catalina San Martín López, alcaldesa de Rivas durante la II República.

– «¿No les importa a ustedes que les mande una mujer?»

– No (…) Y además esta vale por bastantes hombres»

Esta conversación fue recogida en octubre de 1932 en el diario Ahora. El periodista había acudido hasta el pueblo de Gallur, en Zaragoza, para preguntar a los vecinos y vecinas por la llegada a la alcaldía de María Domínguez, la primera mujer en ocupar el puesto de alcaldesa durante la II República. La respuesta, como se aprecia, es contundente.

Domínguez había sido elegida alcaldesa de Gallur el 29 de julio de 1932. Pero no tras unas elecciones. El Gobierno republicano la había elegido para tratar de normalizar la situación en la localidad zaragozana donde el Gobierno municipal, que había salido de las urnas del 12 de abril de 1931, había dimitido en bloque. Su nombramiento supuso que Domínguez se convirtiera en la primera mujer en alcanzar la condición de alcaldesa durante la II República y su objetivo, tal y como explicaba ella misma, era el de «pacificar los espíritus».

Estuvo apenas siete meses en el poder hasta que dimitió para dejar paso al nuevo Ayuntamiento, constituido tras la celebración de las elecciones municipales parciales del 23 de abril de 1933. En este breve período de tiempo, Domínguez trató de aplicar las disposiciones republicanas en materia de jornales, llevar a cabo un reparto de tierras entre los jornaleros y crear una bolsa de trabajo para paliar el paro obrero. También mandó construir una escuela local. Era una feminista convencida. «La hora presente es de una gravedad extraordinaria. ¡Despertad mujeres! Haced un esfuerzo supremo y sacudid este letargo!, escribió Domíngez en Vida Nueva, en mayo de 1930.

Sus ideas republicanas y su empuje feminista, sin embargo, la convirtieron en objetivo de las fuerzas franquistas tras el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y el estallido de la Guerra Civil. Su espíritu contradecía el ideal de la mujer sumisa que propugnaba el nacionalcatolicismo. Solo el ejemplo que había dejado era peligroso. Había que borrar su nombre de la Historia. Consciente del peligro que corría, por republicana, por roja y por feminista, Domínguez huyó de Gallur tras el golpe de Estado, pero no sirvió de nada. Fue detenida y fusilada frente a las tapias del cementerio de Fuendejalón (Zaragoza). Era el mes de septiembre de 1936 y los franquistas se llevaban por delante a la primera mujer en ocupar una alcaldía en la II República.

El caso de María Domínguez saltó este domingo a los medios de comunicación. El equipo de arqueólogos de Charata y Arico localizó los restos de una mujer en una fosa del cementerio de Fuendejalón, muy cerca de donde cuenta la memoria popular que había sido fusilada María Domínguez. Francisco Javier Ruiz, director de la exhumación, explica a Público que todavía no hay confirmación genética que permita asegurar que los restos encontrados son de la primera alcaldesa republicana, por lo que habría que esperar a la prueba de ADN para estar 100% seguros. Sin embargo, también explica a que hay indicios que apuntan a que sí. A que es ella. Son varios. Por el lugar donde ha aparecido; porque el cuerpo es claramente el de una mujer, tal y como muestran las peinetas y demás utensilios que acompañan al cuerpo; y porque no hay constancia de otras mujeres en las fosas comunes de este cementerio. La propia vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, alabó la figura de Domínguez tras el hallazgo del equipo encargado de la exhumación en un tuit.

Sin embargo, el caso de María Domínguez no es único. Tampoco excepcional. Domínguez formó parte de una generación de mujeres que se abrió paso a codazos en una sociedad machista y patriarcal, que luchó contra los prejuicios de sus propios compañeros, contra las bombas y rifles de los enemigos y, muchos años después, contra la desmemoria de una democracia que propugnaba el olvido para procurar su supervivencia. María Domínguez fue la primera, pero antes hubo otras muchas que lucharon por abrir el camino. Mujeres como las que, a principios del siglo XX, habían empujado a través de organizaciones tan potentes como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas o la Unión de Mujeres Españolas, y que después, tras el golpe de Estado de 1936, decidieron seguir luchando para defender su libertad y la de toda la sociedad contra la tiranía fascista.

Previamente, también están las siete mujeres que fueron designadas alcaldesas de sus localidades por el dictador Primo de Rivera. Se trata del caso, entre otras, de Matilde Pérez, designada alcaldesa de Cuatretondeta (Alicante) en 1924 o Dolor Codina i Arnau, que presidió el Ayuntamiento de Talladell (Lleida) ese mismo año. La dictadura primorriverista, ante un movimiento feminista pujante, había decidido abrir los municipios a la participación de las mujeres entendiendo que los ayuntamientos eran una especie de «hogar de hogares» o «casa grande», donde las mujeres podían participar como una extensión de las tareas de cuidados que ejercían dentro del hogar, ya fuera en tareas de salud pública, ayuda a los más necesitados o en una buena administración de los recursos.

Foto: María Purificación Gómez González, alcaldesa de A Cañiza (Pontevedra), 1936. — Incluido en la obra ‘Mujeres en los gobierno locales’ por cortesía de María José Bernete Navarro

La obra Mujeres en los gobiernos locales. Alcaldesas y concejalas en la España contemporánea (Editorial Biblioteca Nueva), coordinado por la catedrática Gloria Nielfa Cristóbal, da una buena muestra de la lucha de estas mujeres por su derecho a votar, a ser elegidas, y a participar activamente de la política. Se trata de un libro de investigación centrado exclusivamente en las mujeres que, como María Domínguez, participaron en los ayuntamientos de España durante el siglo XX, una parte de la política que suele quedar en segundo o tercer plano de la Historia, alejada de los grandes titulares y de las grandes biografías que protagonizan las figuras que llegaron hasta el Gobierno o jugaron un papel en el Congreso de los Diputados de la época.

Así, tras la proclamación de la II República fueron decenas y decenas las mujeres que consiguieron llegar al puesto de alcaldesa o concejal en su localidad. Sin embargo, como en el caso de María Domínguez, en un inicio, ocuparon el puesto de manera interina como presidentas de una comisión gestora provisional. Gloria Nielfa explica a Público que la República había ordenado repetir los comicios municipales en todos aquellos ayuntamientos en los que en 1931 no se había podido votar al alcalde porque solo se había presentado una persona al cargo. Mientras tanto, ordenó disolver esos gobiernos municipales y nombrar una comisión gestora formada por un funcionario, un líder sindical y un contribuyente para que se hicieran cargo de los respectivos gobiernos hasta la celebración de nuevas elecciones municipales en 1933.

Fue en este contexto donde decenas de maestras ocuparon las alcaldías de sus pueblos de manera interina hasta la celebración de los citados comicios. «Hay que tener en cuenta que en muchas localidades la única funcionaria era la maestra de la escuela», explica Nielfa. Sólo en la provincia de Zaragoza, por ejemplo, hasta 17 mujeres alcaldesas participaron el 20 de febrero de 1933 en una cena con el Gobernador Civil. De ellas, 16 eran maestras y una propietaria o contribuyente.

Pero hay multitud de ejemplos de este tipo por toda la geografía nacional. Julia Mayoral Márquez (1902-1983) presidió la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Alange (Badajoz) desde el 2 de enero hasta el 9 de mayo de 1933. «Comprendo que cuando la mujer es llamada a realizar una misión de paz y progreso para su pueblo, debe seguir la voz del deber y poner en el cargo gran entusiasmo y amor a España, así como fe en luchar por ella y por la pacificación de los espíritus», escribía.

La maestra Felipa Torrens García también llegó a la alcaldía de Marcilla (Navarra). Victoriana Fernández Calvo ocupó la alcaldía de Lominchar (Toledo) o el caso de Natividad Yarza Planas, en el municipio barcelonés de Bellprat, en la comarca de la Anoia. La lista sigue hasta hacerse interminable en municipios de Madrid, Guipúzcoa, Ciudad Real, Toledo, Palencia, Asturias, Salamanca, Murcia y Santa Cruz de Tenerife.

Foto: Natividad Yarza, alcaldesa de Bellprat (Barcelona) es recibida en la Generalitat por el president Companys. — ANC-Fons Companys Se trató de una experiencia breve. En muchos casos, apenas llegaban a los meses y el margen de maniobra era escaso ya que el presupuesto venía ya dado de la anterior corporación, pero sí permitía mostrar la voluntad de cambio del período republicano y el avance hacia una igualdad que estaba reconocida en la Constitución de 1931, pero que estaba lejos de plasmarse. La República, tal y como explica la catedrática de la Complutense Mirta Núñez, había supuesto una transformación del marco legal que otorgaba a la mujer, por primera vez, una condición de ciudadanía en igualdad de derechos con el hombre. La elección de mujeres para presidir las comisiones gestoras fue una buena muestra de esta voluntad de cambio. «La mujer empieza a ser ciudadana prácticamente a raíz de la II Republica. Hasta ese momento no era más que una especie de adjunta a la dirección. Su ascenso o no dependía de los logros de su marido o padre», apunta.

En ese momento, aunque de manera interina, estaban asumiendo la gestión de ayuntamientos. Y, a diferencia de la época primorriverista, no se trataba únicamente de mujeres ligadas al orden y vinculadas al caciquismo o las fuerzas tradicionales. No. Era un grupo de mujeres plural, variado, que aspiraba a una España diferente. «Había solteras, casadas y viudas, jóvenes y mayores; con ideas políticas definidas o sin ellas. Tenían en común, eso sí, la voluntad de querer cumplir el cometido encargado por el Gobierno de gestionar sus ayuntamientos hasta la celebración de elecciones», explica Gloria Nielfa.

La primera alcaldesa elegida democráticamente
Así se llegó a la celebración de las elecciones municipales del 23 de abril de 1933 en 2.653 municipios del territorio español y que afectaba al 10% del censo electoral. Las primeras mujeres alcaldesas de la II República ya habían dimitido y así llegaba la hora de la primera alcaldesa elegida democráticamente: Catalina San Martín López, en Rivas Vaciamadrid (Madrid), una maestra que había presidido la comisión gestora de la localidad, que decidió presentarse como alcaldesa y que logró la victoria.

«Es el único caso que tenemos localizado de una mujer que después de haber presidido una comisión gestora se presentara a las elecciones de abril de 1933 y fuera revalidada para el cargo por las urnas, y es también la primera alcaldesa elegida en España de la que hemos tenido noticia», escribe Neifa en la obra Mujeres en los gobiernos locales en el capítulo firmado junto a Rosario Ruiz Franco. Asimismo, las autoras explican que no parece que Catalina San Martín representara una opción política concreta sino que «cabe suponer que el apoyo que recibió estuvo basado en su actuación al frente del Ayuntamiento en los meses en que presidió la Comisión Gestora».

Las autoras explican que hay pocos datos que permitan conocer si tras estas elecciones hubo más alcaldesas. Sí conocen el caso de Juana García Rodríguez, que fue elegida concejala en Artenara (Las Palmas) como independiente y poco tiempo después pasó a ocupar la alcaldía. O el ya comentado caso de Natividad Yarza, que consiguió ser reelegida como alcaldesa de Bellprat, en las elecciones municipales catalanas de enero de 1934.

Tras las elecciones generales de febrero de 1936, la victoria del Frente Popular tendrá efecto en la convulsa vida municipal de muchas localidades ya que, como consecuencia, se produjo la reposición de varios ayuntamientos que habían sido destituidos durante el conocido como Bienio Negro. En A Cañiza (Pontevedra), por ejemplo, el 15 de marzo de 1936, los 16 concejales eligieron como alcaldesa de la localidad a Purificación Gómez González, de Izquierda Republicana. Durante su mandato, el Ayuntamiento solicitó la creación de cuatro escuelas, dos de párvulos y otras dos unitarias, para niños y niñas. Su programa de Gobierno constaba de tres ejes: fomento de la enseñanza, mejoras urbanísticas para combatir el paro y medidas simbólicas para recuperar el espíritu inicial de la República. Tras el golpe de Estado del 18 de julio, Purificación fue detenida, encarcelada y condenada a muerte. Afortunadamente, su pena fue conmutada por la de reclusión perpetua, que después también sería reducida. También pertenecía a Izquierda Republicana Guillermina Medrano, que a los 23 años se convirtió en la primera concejala del Ayuntamiento de València. Era febrero de 1936 y estuvo en el cargo hasta febrero de 1937.

Foto: Portada de Crónica de 1932 donde se habla de María Domínguez, la primera alcaldesa republicana

El golpe de Estado del 18 de julio y el aumento de la participación
El golpe de Estado del 18 de julio provocó un desmoronamiento institucional de la República en muchos de sus ayuntamientos y, además, una obligada reconstrucción para sustituir a aquellos concejales que apoyaban el golpe contra la República. Así, el golpe de Estado también provocó que llegaran a la alcaldía de sus localidades mujeres como Joana Matia Borau, del PSUC, que fue elegida alcaldesa de Alpens. Además, el decreto de 4 de enero de 1937 de Largo Caballero estableció la disolución de ayuntamientos y su sustitución por Consejos municipales en los que estuvieran representados los partidos del Frente Popular y las organizaciones sindicales obreras.

Así, en el País Valencià se encuentran numerosos ejemplos de mujeres que dieron un paso adelante para participar en la vida política de sus localidades en el más conflictivo y delicado de los momentos. En Montavernet, en abril de 1937, llega al Consejo Municipal María Carbó Vañó, del PCE. En la misma comarca, la Vall d’ Albaida, Isabel Montagut Monferrer, una mujer socialista ocupaba la alcaldía de Terrateig desde octubre de 1937 hasta el final de la guerra. En Elche (Alicante) la enfermera Matilde García Iborra y Rita García Agulló, del Grupo Femenino Socialista, también entraron a formar parte del Consejo Municipal hasta el final de la guerra. Un año después, en la misma ciudad, también lo harían Gregoria Lozoya Lag y Josefa Pastor Brotons. En la ciudad de Alicante, una joven de 17 años, Marina Olcina González, militante del PCE, ocuparía también un puesto en el Consejo Municipal.

Y así sucedió en gran parte de los municipios del país. En la provincia de Córdoba, por ejemplo, tras los brutales avances de las tropas franquistas, la localidad de Villanueva de Córdoba se había convertido en la capital de la zona republicana y entre su Consejo Municipal se encontraba la concejala María Josefa López Garrido, quien en su participación en septiembre de 1937 en la II Conferencia Nacional de Mujeres Antifascistas explica cómo las brigadas de choque femenino recogían las cosechas en los campos cordobeses bajo el fuego enemigo.

En el Ayuntamiento de Madrid, el golpe de Estado dio lugar a un nuevo Consejo Municipal que supuso la participación de una mujer en el Gobierno municipal. Se trataba de Petronila Maciá Simón, militante del PCE. Durante su discurso en el Cine Monumental en el acto de constitución del Consejo, Petronila hizo referencia a la necesidad de seguir captando a las mujeres que todavía no luchaban contra el fascismo. Después le seguirían en nombramientos municipales otras mujeres como Ángeles Sánchez Flores, Aurora Rodríguez Peral o Josefa Reviejo Pérez. También en esta época, en Barcelona, llega a la Corporación Municipal la primera mujer. Se trata de Dolors Piera, una de la fundadoras de la Federación de Enseñanza de UGT, secretaria General de la Unió de Mujeres de Catalunya y responsable de la Comisión de la Mujer del PSUC. Ocuparía el cargo hasta la caída de la ciudad a manos de las tropas franquistas y se exilió en París, donde pasó cuatro meses en la prisión de Fresnes. detenida por los nazis.

Asesinato, represión y exilio

La participación de la mujer en los Consejos municipales republicanos se extendió hasta el final de la guerra. La llamada al frente de muchos hombres también provocó el aumento en número de mujeres en puestos de representación. Pero la guerra terminó y la represión franquista no iba a permitir que quedara el ejemplo de unas mujeres que no se sometieron al fascismo. El hecho de ocupar un cargo público en la etapa republicana era motivo de represión e, incluso, de muerte.

Se ha explicado antes el caso de María Domínguez, que primero tuvo que huir del pueblo y, finalmente, fue fusilada junto a las tapias del cementerio de Fuentejalón. Pero no fue el único caso. La alcaldesa de Rivas, Catalina San Martín, también sería detenida y encarcelada. Gracias a contactos con autoridades franquistas, San Martín consiguió evitar la muerte, aunque sería inhabilitada de por vida y nunca pudo volver e ejercer el magisterio.

Otras muchas, como fue el caso de Rosa Estruc Espinós, alcaldesa de Vilallonga (València), sufrieron terribles torturas. Estruc estuvo presa en el convento reconvertido en prisión de Santa Clara y en la Prisión Provincial. Fue condenada a 15 años de cárcel, aunque la pena fue conmutada a 12 años de prisión atenuada, ya que quedó inmovilizada de por vida como consecuencia de las torturas.

También fueron condenadas a muerte, aunque sus penas fueron conmutadas por años de prisión, concejalas socialistas como Mercedes Francia Zapatero (Ciudad Real); Severiana Bermúdez García, teniente de alcalde de Torrenueva (Ciudad Real) o Carmen del Río Toral, Peñamellera Baja (Asturias).

Otras muchas mujeres tuvieron que emprender el camino hacia el exilio. Es el caso ya mencionado de Dolor Piera Llobera, que tras pasar por París se marchó a Chile; o Aurèlia Pijoan Querol quien, tras ser concejala en el Ayuntamiento de Lleida, se tuvo que exiliar en México donde continuó su activismo feminista, llegando a ser secretaria de la Unión de Mujeres Españolas en México en 1945.

Borradas de la memoria
La experiencia de las mujeres que participaron en política durante la II República fue completamente borrada durante la dictadura franquista. Prueba de ello, explica Gloria Nielfa, es que cuando en 1967 una mujer fue nombrada para ocupar la alcaldía de Ubidea (Vizcaya), la noticia apareciera repetidamente en la prensa bajo el rótulo de que era la primera vez que ese hecho se producía en España.

La Transición tampoco recuperó la Memoria de estas mujeres. Se recuperaron algunos nombres y trayectorias de figuras importantes femeninas que habían alcanzado posiciones relevantes en la política nacional del momento. Pero la historia de tantas y tantas mujeres que lucharon para abrirse paso entre el machismo y las bombas quedó relegada al olvido.

El domingo, 85 años después de su fusilamiento, se consiguieron recuperar los restos de María Dominguez, la primera alcaldesa de la España republicana. Ahora solo falta poder confirmar el hallazgo con una prueba de ADN. La ocasión parece ideal para recuperar toda una tradición de lucha feminista de más de 100 años.

«Dice mucho de lo que ha sido la Memoria en España y su difícil devenir que hayamos tardado 85 años en recuperar el cuerpo de María Domínguez. Pero también nos indica que caminamos hacia el despertar, que nos vamos sacudiendo miedo y volviendo a situar a estas personas en el lugar de la Historia que les pertenece», sentencia Mirta Núñez.

Fuente:

miércoles, 10 de febrero de 2021

_- “La guerra no es innata para la humanidad, es posible un futuro más pacífico”

_- La investigación de Brian Ferguson sobre los orígenes de la guerra, habiéndose remontado para ello al comienzo de la historia humana y la de nuestros parientes simios más cercanos, sugiere que la guerra no es parte de nuestra evolución.

La guerra y toda su brutalidad llaman la atención y permanecen en la memoria. Los recuerdos de guerras y conquistas tienden a quedarse y ocupar el centro de atención en los registros históricos. Sin embargo, una narrativa centrada en la guerra pinta una imagen incompleta de la historia humana y de su naturaleza. Si bien existe una opinión popular en la comunidad antropológica de que la guerra es una tendencia evolutiva e innata de los humanos, también existe un rechazo a esa teoría. Existe un creciente argumento a favor de una historia humana que antecede por completo a la guerra y señala, además, que la guerra no es innata a la naturaleza humana, sino que es un desarrollo social y cultural que comienza en ciertos lugares concretos del mundo. 

No obstante, una vez que surge la guerra esta tiende a extenderse, tal como explica el antropólogo histórico R. Brian Ferguson, quien ha pasado más de 40 años investigando los orígenes de la guerra. Ferguson, profesor de antropología en la Universidad de Rutgers, señala que la guerra no es lo mismo que la violencia interpersonal, o el homicidio. La guerra implica conflicto armado organizado y un homicidio aprobado por la sociedad y llevado a cabo por miembros de un grupo contra miembros de otro grupo. Ferguson sostiene que la evidencia actual sugiere que la guerra no siempre estuvo presente, sino que comenzó como resultado de cambios sociales, habiendo evidencia de que los orígenes de la guerra aparecen en marcas de tiempo muy variables y en diferentes lugares del mundo. Ferguson estima que los primeros signos de guerra aparecen entre el 10.000 a. C., o hace 12.000 años. ...

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viernes, 29 de enero de 2021

Entrevista a Enrique Javier Díez Gutiérrez, autor de "La asignatura pendiente". «Los estudiantes saben más del nazismo que del franquismo»

El profesor en la facultad de Educación de la Universidad de León revela que casi la mitad de los libros de texto en España no reflejan la represión franquista y señala tergiversación y equidistancia en varios manuales. También desvela la ausencia de referencias a las mujeres republicanas y a la persecución que sufrieron.

Generaciones enteras en España siguen sin conocer bien en qué consistió la represión franquista y cómo fue la lucha contra la dictadura tras la Guerra Civil. ¿Por qué? Esa es la pregunta que se hizo el profesor de la Facultad de Educación de la Universidad de León Enrique Javier Díez y, para hallar respuestas, decidió impulsar con otros profesores universitarios un estudio pormenorizado sobre los libros de texto de secundaria y bachillerato que abordan esa época histórica. Además, él y sus colegas elaboraron una encuesta, entrevistando a 610 profesores y profesoras de Historia de institutos de todo el país sobre su percepción de los contenidos en los manuales.

La conclusión fue clara: «El sistema educativo sigue blanqueando el franquismo demasiado a menudo», señala Díez, autor del libro  La asignatura pendiente,  en el que recopila los hallazgos del estudio, contando los fallos y carencias de muchos libros de texto a la hora de abordar el franquismo. El profesor considera que no basta con analizar, así que elaboró con sus compañeros una propuesta: una serie de unidades didácticas con un enfoque en derechos humanos para ponerlas al servicio de todos los docentes interesados en ofrecer una visión más ajustada y detallada de aquella época.

«Se agotaron las publicadas en papel, nos las han pedido de todas partes, muchas personas dedicadas a la enseñanza las están usando», relata en conversación con elDiario.es. 


Foto: El ensayista y profesor universitario Enrique Javier Díez Gutiérrez, autor de La asignatura pendiente 

Recientemente Díez y la editorial con la que publica, Plaza y Valdés, han mantenido contacto con la Secretaría de Estado de Memoria, a la que han hecho llegar estas unidades  –disponibles en Internet, proponiendo que sean usadas como herramienta educativa en todo el país, ya que desde el Gobierno se había manifestado interés por transmitir el aprendizaje de la memoria democrática en las escuelas.

«No puede tratarse de algo que dependa de la voluntad del profesorado de turno, como ocurre ahora. Debería estar integrado en el currículum, y eso es lo que se ha propuesto a la Secretaría de Estado, que lo tengan todos los departamentos de Historia de todos los institutos de este país. No hemos obtenido respuesta aún. Estamos a la espera», explica el autor de La asignatura pendiente.

El origen del proyecto
Hace unos años Díez y otros profesores universitarios que colaboraban en la realización del documental Los campos del silencio, de Eloína Terrón, acudieron al pueblo berciano de Fabero (León) para preguntar a los chicos y chicas del instituto qué sabían del pasado de sus propias familias.

«Fabero fue un pueblo con esclavos del franquismo, represaliados a los que pusieron a trabajar en un campo de concentración en la mina. Nos llamó la atención que, cuando preguntamos, de los 21 estudiantes que había en la clase solo una sabía algo de aquello, y no porque se lo hubieran contado en la escuela o instituto. Lo llamativo es que casi todos habían tenido abuelos o bisabuelos represaliados, era la historia de su propia familia lo que desconocían», cuenta.

Los profesores organizaron entonces una visita al lugar donde familiares de esos alumnos habían sido forzados a trabajar como esclavos. «Fue una experiencia única, un aprendizaje no solo intelectual, sino también emocional. Lo emocional es fundamental para ponerse en la piel del otro y empatizar. Por eso países como Alemania o Argentina organizan habitualmente visitas a lugares de memoria: son experiencias a través de las cuales se puede comprender mucho mejor lo que supuso la represión de las dictaduras», explica.

Poco tiempo después de aquello Enrique Javier Díaz proyectó en una de sus clases el documental El silencio de otros, en el que se aborda la represión franquista y la búsqueda de personas desaparecidas. «Resultó una especie de epifanía para ellos, muchos reaccionaron diciendo: ‘Nos han robado parte de nuestra historia’, porque hasta ese momento desconocían este pasado que explica tanto nuestro presente», señala.

Fue entonces cuando la idea de escribir las unidades didácticas y el libro La asignatura pendiente tomó forma. «La falta de conocimiento provoca generaciones de desmemoriados, que desconocen no solo la represión franquista, sino la lucha por la democracia o la presencia de los maquis. La mayoría de la población solo tiene contacto con la historia académica en la escuela. Si esto no se aborda en los colegios e institutos, se perpetúa la ignorancia. Los estudiantes saben mucho más del nazismo que del franquismo», reflexiona.

La represión contra las mujeres, ausente
Foto: mujeres rapadas y humilladas por la represión franquista en Oropesa, Toledo. Fondos de la Biblioteca Nacional Española.

Uno de los fallos que ha detectado el estudio detallado en La asignatura pendiente es que «la represión franquista contra las mujeres está completamente ausente de los libros de texto», explica durante la entrevista con elDiario.es:

¿En qué consistió esa represión contra las mujeres?
Se les rapaba el pelo: para el franquismo el pelo largo era el símbolo de la cultura de la feminidad, quitárselo equivalía a robarles la identidad, la feminidad. Eran obligadas a ingerir aceite de ricino, que provocaba diarreas constantes, y las paseaban por las calles en esa situación. Se les aplicaba violencia sexual, se las violaba. Eran castigos destinados específicamente a ellas. Pretendían volverlas a poner en lo que consideraban que era su lugar. Ellas habían logrado derechos, reivindicado libertades, y querían ponerlas «en su sitio», atarlas a la pata de la cama. Muchas, además, recibieron castigos por ser esposas, hermanas, familia o amigas de los republicanos.

Se usaban además otros castigos específicos que trataban de atentar contra su rol reproductivo, castigos vinculados a la maternidad. Separaban a las madres de sus hijos en las cárceles y se inició el robo de bebés para darlos en adopción a familias cercanas al régimen, para que fueran educados con familias de bien, porque sino, serían infectados con el ‘gen rojo’.

En definitiva, se las castigaba por ser rojas, por ser mujeres y por haber roto moldes y estereotipos. El objetivo era volverlas a colocar en un papel subordinado. El cuerpo de las mujeres fue usado como campo de batalla, para la humillación constante, muchas veces con el objetivo de vencer a los parientes masculinos ausentes. Y todo eso no aparece en ningún libro de texto, está absolutamente invisibilizado.

Además de la represión franquista contra las mujeres, han identificado ustedes otros temas tabú que no suelen ser abordados en los libros de texto.

Eso es permanente. Por ejemplo, el papel de la Iglesia católica. El texto de la editorial Vicens Vives de cuarto de la ESO, que quizá es el que más se implica y detalla, dice literalmente que «esa represión fue llevada a cabo con el consentimiento de los grupos sociales que respaldaban el alzamiento y en ocasiones con el apoyo de la propia Iglesia». ¿Cómo que «en ocasiones»? Todos los obispos, excepto el de Pamplona, firmaron una carta en la que respaldaban el franquismo y además iban denunciando a la gente, eran ellos los que recibían la denuncia para que luego se aplicara castigo y se torturara a los señalados.

El papel legitimador de la Iglesia en el proceso de represión sistemática fue bendecido por la jerarquía católica. Sin embargo, esto solo se menciona en la mitad de los libros de 4º de la ESO y de 2º de Bachillerato. Anaya, por ejemplo, señala en su libro de 2º de Bachillerato: «La jerarquía eclesiástica estuvo al tanto de la represión oficiada por los ganadores, eligió muchas veces el silencio o la justificación de los excesos pretextando un bien mayor». Es como una especie de blanqueamiento. Sin embargo, no es que estuviera al tanto, es que fue una de las de las protagonistas fundamentales de la represión.

La editorial Laberinto va más allá y dice que la Iglesia «apenas tuvo otra opción». ¿Cómo que «apenas tuvo otra opción»?. Lo justifica diciendo que «en la zona republicana se desencadenó una persecución indiscriminada e incontrolada contra el clero católico». Es como volver a retomar toda la historiografía del fascismo y plasmarla en los libros de texto. Ha habido una Transición y cuarenta años de democracia, no se puede seguir manteniendo la ideología franquista en los libros de texto que están estudiando chicos y chicas del siglo XXI.

En el libro también menciona otros asuntos que no aparecen en los manuales. La lucha antifranquista es otro tabú. O el enriquecimiento de familias franquistas a costa de las republicanas expoliadas, o la implicación activa de una parte de la sociedad civil que se sentía vencedora, o la triple represión dirigida contra las mujeres, una represión que estuvo organizada de forma sistemática.

En La asignatura pendiente expone equidistancias presentes en muchos libros de texto aún. En algunos hay incluso falsedades… Sí. Hay muchos libros que buscan equiparar, hacer un paralelismo entre golpistas y defensores de la democracia, y para ello hablan de los «desmanes de ambos bandos». Algunos afirman que «uno y otro lado provocaron las mismas víctimas», mintiendo, porque para empezar los golpistas ejercieron durante cuarenta años una represión sistemática, legal y además con carácter retroactivo. Hay un libro, de la editorial Bruño, que señala que «en el territorio republicano se desarrolló el terror rojo, muy turbulento contra la Iglesia y contra los partidarios de los sublevados, y en la zona nacional se impuso más sistematizado el terror blanco, que represalió y fusiló a numerosas personas fieles a la República». Es decir, presenta el modelo de los dos terrores. Esto es el relato del franquismo trasladado a libros de texto. Se sigue blanqueando de alguna forma la dictadura. Otro de los aspectos preocupantes es la invisibilidad y la minimización que se hace de la represión franquista. Solo la mitad de los manuales hacen referencia a la represión franquista a pesar de que duró cuarenta años.

Algunos textos hacen referencia a los paseos, pero si preguntas a los alumnos muchos no saben de las cunetas, ni de las fosas, ni de la represión sistemática. Tampoco se habla de la persecución que se ejerció contra familiares o amigos de republicanos. Varios libros de texto que sí mencionan la represión lo hacen definiéndola como una persecución política o una limitación de libertades y, por tanto, minimizándola. Bruño, la más escandalosa, se limita a decir que «las autoridades regularon la vida pública y privada». ¿Esa fue toda la represión?

Algunas editoriales, como Vicens Vives, han empezado a incorporar más referencias, afortunadamente. Pero en muchos casos siguen siendo aún pequeños apuntes, no abundan en ello. Dicen que la represión se institucionalizó y que fue sistemática, pero no la describen, lo dejan ahí, es insuficiente, se limitan a términos muy abstractos.

¿Qué han encontrado en las encuestas realizadas al profesorado?
Que los obstáculos son numerosos. Cuento una anécdota muy gráfica. Un profesor de Filosofía comparó en una clase de segundo de Bachillerato la Biblia con un libro de Harry Potter, con la voluntad de indicar que no era científico, sino una creación literaria. Pues bien, dos alumnos le denunciaron a la dirección. La dirección exigió al profesor que pidiera perdón. Lo interesante es el argumento que ofreció la jefa de estudios, que era profesora de Historia, y quien dijo: «Esto es como cuando yo llego a la época de la Guerra Civil, paso de puntillas por el tema y no entro mucho porque hay alumnos de los dos bandos, hay que ser equilibrado en la docencia».

Ese argumento de esa profesora es como comparar a las víctimas con el victimario, al violador con la violada, es una equidistancia que está muy presente en muchos libros de texto. Hay muchos profesores que no llegan a explicar la época del franquismo porque el temario comienza por la Prehistoria. Otros llegan pero optan por pasar de puntillas, excepto los más comprometidos. Hay muchos que aún conciben que sigue habiendo una guerra fratricida, que hay que mirar hacia delante sin abordar el asunto porque culpan por igual a los golpistas y a los defensores de la democracia. Es una cultura educativa preocupante.

¿Qué consecuencias tiene esta falta de conocimiento en materia de memoria histórica en nuestra sociedad? 
Muchas. Empezamos a analizar los libros porque los textos escolares siguen dominando el currículum, los libros ayudan a construir el imaginario colectivo de las futuras generaciones, la percepción del pasado, presente y futuro. Hemos visto que esto ha generado una desmemoria brutal. Esto me choca, porque en países como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Argentina o la propia Polonia se abordan estos temas, se visitan lugares de memoria.

Las dictaduras siempre usan el olvido para imponer su visión de la historia y por eso la democracia es la garante y la responsable del recuerdo y la memoria que se lega a las futuras generaciones. Si un solo alumno o alumna acaba sus estudios obligatorios sin conocer lo que fue la represión franquista para varias generaciones, entre las que estuvieron en muchos casos sus propias familias, estamos ante una tragedia en pleno siglo XXI.

Y si además han cursado Bachillerato y no saben que actualmente hay una generación de nietos y de nietas que luchan para recuperar la memoria y la dignidad de estas generaciones de represaliados y que reclaman verdad, justicia, reparación, es que algo estamos haciendo muy mal en el sistema educativo. Porque el derecho a saber creo que es algo que debe ser desarrollado por todos los centros educativos y en todos los libros de texto escolares, al margen de la editorial que sea, al margen de que sea un centro educativo público, privado o concertado. Es un deber, el deber de la verdad.

¿Qué aprendizaje se puede extraer de todo esto?
Hay quienes dicen que no hay que remover el pasado ni reabrir heridas. Están equivocados: el deber de memoria está plasmado en el derecho internacional y en los derechos humanos. Reyes Mate, a quien entrevistamos mucho para nuestros documentales, lo dice muy bien: las heridas no están cerradas y su único tratamiento es la verdad, la justicia y la reparación. Juan Gelman, el poeta argentino, decía que no pocos de quienes preconizan el olvido del pasado en realidad persiguen el olvido de su pasado particular. Herederos del franquismo, cuando dicen eso, en el fondo lo que quieren es que se olvide su pasado particular.

¿Qué reflexión final hace sobre esta equidistancia y esta falta de conocimiento que hay aún sobre la II República, el golpe de Estado del 36, la guerra y la dictadura?
Los historiadores advierten de que la incomprensión nace fatalmente de la ignorancia del pasado. No se puede construir un futuro con un pasado basado en la impunidad. Por eso para ser demócrata hay que ser antifascista. No se puede seguir blanqueando el fascismo, como se hace demasiado a menudo en el sistema educativo. No hay neutralidad ni equidistancia posible entre el fascismo y la democracia.

Fuente:
https://www.eldiario.es/sociedad/estudiantes-nazismo-franquismo_128_6768997.html

sábado, 22 de junio de 2019

La guerra de Bolton

Rafael Poch de Feliu
Blog personal

El demente belicista que dirige el Consejo de Seguridad Nacional en Washington siempre ha batallado por cargarse todos los acuerdos importantes de nuestro nuclearizado mundo

¿Se acuerdan de Sheldon Adelson? El multimillonario de los casinos y padrino de Netanyahu quería abrir en 2012 el “Eurovegas” en Barcelona. Tras la explosión de la burbuja inmobiliaria, Artur Mas se entrevistó con él en la ciudad condal en un intento de apuntalar la economía política convergente posterior al 3% y con ella lo que llamaba el “eje Massachusetts-Barcelona-Tel Aviv”. Aquella genial jugada queda para la patética historia del “procés”, pero de lo que hoy se trata es de algo serio: de los “Altos de Trump”.

El Informed Comment de Juan Cole dice que Adelson, quinta fortuna de Estados Unidos, fue quien presionó a Donald Trump para colocar en un alto cargo al criminal demente John Bolton. Se trata de empujar a Estados Unidos a una guerra con Irán que cubra el flanco oriental de la expansión israelí proclamada por Netanyahu: anexionarse Cisjordania. “Irán es el único país que continua oponiéndose activamente a la lenta limpieza étnica de los territorios palestinos ocupados, y Adelson y su cachorro Netanyahu buscaban un gran matón para romperle las piernas a Irán”, dice el portal de Cole. Ese matón es Trump, y Netanyahu ya le ha honrado estos días bautizando como “Ramat Trump” (Altos de Trump) uno de los 33 asentamientos judíos de los altos del Golán arrebatados a Siria en 1967, oficialmente anexionados por Israel en 1981 y que Trump reconoció como israelíes, contra todo derecho internacional, el pasado 25 de mayo.

Decir que Bolton es un criminal demente no es un capricho retórico. El hombre que el millonario Adelson colocó al frente del Consejo de Seguridad Nacional, es un loco belicista empeñado en cargarse todos los acuerdos de nuestro mundo nuclear. Comenzó con el acuerdo antimisiles balísticos (ABM, en inglés) alcanzado en 1972 por Nixon y Brezhnev. Batalló con éxito contra el acuerdo entre Clinton y los norcoreanos, y ha sido puntal de la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán de 2015 firmado por Obama. Últimamente se ha cargado el acuerdo sobre fuerzas nucleares intermedias (tácticas) INF firmado por Reagan y Gorbachov, lo que incrementa el riesgo de una guerra nuclear en Europa, y ayudado por su colega Mike Pompeo apunta claramente contra el acuerdo sobre armas nucleares estratégicas (START) que debería ser renovado con Rusia en 2021. Bolton es el tipo que el pasado abril proclamó en Florida, “para que todos lo oigan”, que “la doctrina Monroe está viva y en forma”. Corrigiendo así la afirmación de 2013 del presidente Obama ante la Organización de Estados Americanos de que “la era de la doctrina Monroe ha pasado”. Pues bien, este personaje junto con Pompeo es quien está pilotando lo que la web israelí Maariv Online anuncia como “asalto táctico” contra Irán, es decir una guerra.

Este asalto ya tuvo su ruptura diplomática con la retirada unilateral del acuerdo nuclear de 2015 que estaba bien encarrilado, según la ONU y todos los demás firmantes, y está lanzando estos días los habituales pretextos de guerra en forma de sabotajes en puertos del Golfo Pérsico (14 de mayo) y extraños ataques a petroleros como el del 13 de junio, que coincidieron con la visita del primer ministro japonés Shinzo Abe a Teherán, de la misma forma en que aquel atentado químico de Siria coincidió con la llegada a Damasco de una delegación de la ONU para supervisar la destrucción del arsenal químico de Bashar el-Assad. Todo con un gran perfume a incidente del Golfo de Tonkín.

Según Nathalie Tocci , la consejera jefa de la desvalida representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Federica Mogherini, el pilotaje de Bolton de la extrema presión ejercida sobre Irán indica que Trump no controla la situación. “Quizás debería cambiar a su consejero de seguridad nacional”, que le empuja hacia un insensato cambio de régimen en Irán que se sume a los desastres de la guerra interminable iniciada por Washington tras el 11-S y que en 18 años ha producido varios millones de muertos, de refugiados y un sinfín de problemas.

Que los militares toreen a los presidentes en Estados Unidos es algo que ya vimos en Siria, cuando bombardearon instalaciones rusas para reventar acuerdos de cooperación militar alcanzados por John Kerry con Moscú, tal como explicó el propio secretario de Estado al abandonar el cargo. Si sucedió con Obama, ¿por qué no con Trump?

La denuncia de Bolton de que Irán ha incrementado su presión militar en Irak y Siria, ha sido desmentida por el jefe militar británico en Irak, Chris Ghika: “no ha habido un aumento en la amenaza proveniente de las fuerzas apoyadas por Irán en Siria e Irak”, dijo para desesperación de los americanos. Paralelamente, 76 generales y embajadores retirados publicaron una carta a Trump en la que se dice que, “la guerra con Irán ya sea consciente o por error de cálculo, tendrá repercusiones dramáticas en un Oriente Medio ya desestabilizado y arrastrará a Estados Unidos a otro conflicto armado con un inmenso coste financiero, humano y geopolítico”.

Sea como sea, la voluntad de los halcones de la Casa Blanca por cambiar el régimen en Irán, no es una línea del gusto de muchos jefes militares de Estados Unidos, que, cómo los generales y embajadores retirados, auguran más caos como resultado. Su argumento es que los verdaderos adversarios no son países como Irán, cuya capacidad militar es escasa, sino Rusia y China, países que aprovecharon el caos de estos 18 años para modernizar sus fuerzas, con miras a “erosionar de forma significativa la ventaja americana en tecnología moderna”, en palabras del entonces Secretario de Defensa, Jim Mattis, partidario de reorientar el esfuerzo hacia la competición entre grandes potencias en lugar de concentrarse en el llamado “terrorismo”.

Según el analista Michael T. Klare, actualmente hay en Estados Unidos dos proyectos de guerra, el de Bolton y el de la Marina y los 750.000 millones de dólares del presupuesto previsto para el año que viene están comprometidos con el segundo proyecto. El Pentágono se inclina más hacia la doctrina enunciada en marzo por el actual secretario de defensa interino Patrick Shanahan. “Disuadir o derrotar la agresión de una gran potencia es un desafío fundamentalmente diferente que los conflictos regionales implicando a estados gamberros y organizaciones extremistas violentas que hemos afrontado en los últimos 25 años”, dice Shanahan. De todo esto, Klare, deduce que habrá fuertes reticencias del Pentágono a la “guerra de Bolton”, por considerar que distrae el esfuerzo del principal escenario: un pulso en el Mar de China Meridional, donde las tensiones ya revisten carácter semanal, el proyecto de la Marina.

El objetivo militar chino es convencer a los militares americanos que en un conflicto regional y limitado allá, las fuerzas aeronavales de Estados Unidos saldrían perdiendo y que por tanto es preferible no intentarlo. El de los americanos es destruir la capacidad china en los sistemas de armas conocidos como A2/AD (Anti Access/Area Denial), la versión moderna de una muralla china de misiles y recursos electrónicos y espaciales para cegar al adversario, hundir sus barcos, derribar sus aviones e impedir su agresión.

Quizá sea esta división de opiniones y proyectos dentro del establishment de la desgraciada guerra eterna de Estados Unidos, el único dato positivo de esta dramática hora cuando los tambores de guerra redoblan alrededor de Irán.

Publicado en Ctxt

Fuente:
https://rafaelpoch.com/2019/06/19/la-guerra-de-bolton/#more-305

domingo, 21 de abril de 2019

_- Toda guerra es una guerra contra los niños

_- Kathy Kelly
Counterpunch

Traducido del inglés para Rebelión por J. M.

En los Estados Unidos, todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad y las inmensas consecuencias de la guerra, mientras desarrollamos, almacenamos, vendemos y usamos armas espantosas. El número de niños asesinados está aumentando.

A las 9:30 de la mañana del 26 de marzo, la entrada a un hospital rural en el noroeste de Yemen, que cuenta con el apoyo de Save the Children, estaba llena de pacientes que esperaban ser atendidos y los empleados llegaban al trabajo. De repente, los misiles de un ataque aéreo golpearon el hospital y mataron a siete personas, cuatro de ellas niños.

Jason Lee, de Save the Children, dijo a The New York Times que la coalición liderada por Arabia Saudita, ahora en su quinto año de guerra en Yemen, conocía las coordenadas del hospital y podría haber evitado el ataque. Llamó a lo que sucedió "una grave violación del derecho humanitario".

El día anterior, Save the Children informó de que los ataques aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Arabia Saudita mataron al menos a 226 niños yemeníes e hirieron a 217 más en los últimos doce meses. "De estos niños", señaló el informe, "210 estaban dentro o cerca de una casa cuando sus vidas fueron destrozadas por bombas que habían sido vendidas a la coalición por gobiernos extranjeros".

El año pasado, un análisis publicado por Save the Children estimó que 85.000 niños menores de cinco años probablemente murieron de inanición o enfermedad desde la escalada de la guerra en Yemen de la coalición liderada por Arabia Saudita en 2015.

"Los niños que mueren de esta manera sufren enormemente a medida que las funciones de sus órganos vitales se desaceleran y finalmente se detienen", dijo Tamer Kirolos, Directora en Yemende Save the Children. “Sus sistemas inmunológicos son tan débiles que son más propensos a las infecciones y son incapaces de llorar por falta de fuerzas. Los padres tienen que presenciar cómo sus hijos se van consumiendo, incapaces de hacer nada por ellos”. Kirolos y otros que han informado continuamente sobre la guerra en Yemen creen que estas muertes son totalmente prevenibles. Exigen una suspensión inmediata de la venta de armas a todas las partes en conflicto, el fin de los bloqueos que impiden la distribución de alimentos, combustible y ayuda humanitaria y la aplicación de una presión diplomática total para poner fin a la guerra.

Estados Unidos, un importante partidario de la coalición liderada por Arabia Saudita, ha sido culpable de matar a pacientes inocentes y trabajadores de hospitales al bombardear un hospital. El 3 de octubre de 2015, los ataques aéreos de los Estados Unidos destruyeron un hospital de Médicos Sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, y mataron a 42 personas. "Los pacientes se quemaron en sus camas", informó MSF, "el personal médico fue decapitado y perdió extremidades, y otros recibieron disparos desde el aire mientras huían del edificio en llamas".

Más recientemente, el 23 de marzo de 2019, ocho niños se encontraban entre los catorce civiles afganos muertos por un ataque aéreo estadounidense también cerca de Kunduz.

Las atrocidades de la guerra se acumulan horriblemente. Nosotros en los Estados Unidos todavía no nos hemos dado cuenta de la inutilidad ni de las inmensas consecuencias de la guerra. Continuamos desarrollando, almacenando, vendiendo y usando armas horribles. Nos robamos a nosotros mismos y a otros los recursos necesarios para satisfacer las necesidades humanas, incluida la lucha contra las terribles realidades del cambio climático.

Debemos prestar atención a las palabras y acciones de Eglantyne Jebb, fundadora de Save the Children hace un siglo. En respuesta al bloqueo británico de la posguerra de Alemania y Europa del Este, Jebb participó en un grupo que intentaba entregar alimentos y suministros médicos a los niños que se morían de hambre.

Eglantyne Jebb

En Trafalgar Square, en Londres, distribuyó un folleto que mostraba a los niños demacrados y declaraba: "Nuestro bloqueo ha causado esto, millones de niños mueren de hambre". Fue arrestada, procesada, condenada y multada. Pero el juez del caso se conmovió por su compromiso con los niños y pagó la multa. Su generosidad fue la primera donación a Save the Children.

"Toda guerra", dijo Jebb, "es una guerra contra los niños.

Kathy Kelly es coordinadora de Voces para la No Violencia Creativa y ha trabajado en estrecha colaboración con los Jóvenes Voluntarios Afganos por la Paz. Es autora de Other Lands Have Dreams, publicado por CounterPunch / AK Press. Puede ser contactada en: Kathy@vcnv.org

Fuente:
https://www.counterpunch.org/2019/03/29/every-war-is-a-war-against-children/

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar a la autora, a l traductora y Rebelión.org como fuente de la traducción.

sábado, 12 de enero de 2019

_- Congo, el país de la herida eterna. Las minas de coltán, el preciado mineral que nutre la tecnología de todo el mundo, son escenario de todo tipo de abuso

_- La Vanguardia viaja al este de República Democrática de Congo a la raíz de un conflicto que amenaza con estallar de nuevo. El próximo diciembre, el país celebra elecciones para despedir a Joseph Kabila, quien se ha resistido a dejar el poder que ostenta desde 2001. En medio de un estado de represión, corrupción y violencia, Congo ha entrado en combustión. En esta serie de reportajes, los abusos en una mina de coltán, mineral que nutre la tecnología de occidente, la inocencia perdida en una atestada cárcel de menores de Goma o los horrores cometidos por niños soldado muestran algunas de las consecuencias de una guerra sin fin. Pero frente a la desesperanza y el silencio, algunos congoleses han dado un paso al frente: la bondad del doctor Mukwege, que cura gratis a mujeres violadas o el valor de reporteras o ciberactivistas hacen frente a una injusticia enquistada en la conciencia internacional en pleno siglo XXI. Congo, la eterna herida olvidada de África, busca cambiar su futuro.

– No hay otra opción, señor. No hay otra.

Las nubes chispean gotas finas, la bruma tiñe de gris las montañas y sólo se percibe la silueta de quienes ascienden la colina. Se oye el chapoteo de pasos en el barro. Son las seis de la mañana, sopla una brisa suave y la escena rememora trincheras de una época pasada. Pero aquí las bayonetas no cortan el aire ni huele a pólvora húmeda, de los hombros sólo sobresalen picos y palas. Las dos únicas armas de fuego son las de dos guardias que siguen al grupo con un kalashnikov al cuello. Después de atravesar un riachuelo y remontar el lecho chocolateado de un río seco, se alcanza un prado verde con un tajo seco en la mitad: la mina de coltán de Numbi. Encaramados al agujero, decenas de hombres picotean la pared terrosa. Bienfait Byabuze, de 25 años, apoya su bota derecha en el perfil metálico de su pala, clavada en la tierra. Antes de iniciar su jornada laboral –durará hasta que se ponga el sol, 13 euros a la semana–, habla de sus dos hijos y de que pronto quizás ahorre suficiente para enviarlos a la escuela. “Espero que dios ayude”. Bienfait se encoge de hombros cuando le pregunto si sabe para qué sirve el coltán que busca día tras día –un conector en dispositivos electrónicos que permite reducir el tamaño de las baterías y aumentar su eficiencia–, dice que le da igual y se repite.

Los trabajadores cobran 13 euros a la semana por duras y largas jornadas de trabajo (Xavier Aldekoa) – No hay otra opción, señor. No hay otra.

No hay otra que trabajar como un esclavo, se entiende. Que ver morir sepultados a compañeros y huir aterrorizado si un grupo rebelde ataca la mina, se entiende. Que morir pobre por el maldito coltán, se entiende. No hay otra opción.

La guerra en República Democrática del Congo es una herida sin cicatrizar. Desde el fin de la II Guerra Mundial, ningún conflicto ha sido más mortífero, y sólo entre los años de las dos guerras declaradas, entre 1998 y 2003, murieron entre uno y cinco millones de personas —disculpen la imprecisión, pero nadie se detuvo a contar los cadáveres—; por dar perspectiva: en siete años de contienda en Siria ha muerto medio millón de civiles. Pero la guerra dormida de Congo amenaza de nuevo con hacer estallar por los aires el corazón de África. El país, envuelto en un estado de violencia y desgobierno en el este desde hace 15 años, celebra en diciembre unas elecciones angustiosas. Aunque el mandato de Joseph Kabila, en el poder desde hace 17 años, debía acabar en 2016, el presidente se aferró al cargo hasta el pasado 8 de agosto cuando anunció que no se presentará a los comicios y propuso como candidato a su delfín, el ex viceprimer ministro y encargado de Interior, Emmanuel Ramazani Shadary. Kabila abrió la puerta a un escenario inédito en la historia del país: una transición pacífica en una nación donde el poder siempre ha sido tomado con sangre. Pocos creen que ocurra el milagro. Durante meses, las fuerzas de seguridad han reprimido y asesinado a manifestantes que pedían la salida de Kabila. Yves Makwambala conoce bien el castigo por alzar la voz. Miembro de los movimientos ciberactivistas Filimbi y Lucha, pasó 17 meses encarcelado por criticar al gobierno. Makwambala deja enfriarse un café sobre la mesa en su exilio belga mientras explica por qué, pese al riesgo, no piensa rendirse ahora. “Nuestra lucha es contra el sistema, no contra Kabila, aunque él forme parte. Cuando pagamos impuestos y no hay electricidad en las calles o reina la inseguridad … ¿dónde va nuestro dinero?. Si Kabila sale del poder y nada cambia ¿de qué sirve?”.

Cada extracción del preciado material es un motivo de alegría para los mineros (Xavier Aldekoa)
El sistema del que habla Makwambala está decidido a defender sus privilegios. Hace dos semanas, negaron la entrada al país al popular opositor Moïse Katumbi para evitar que pudiera presentar su candidatura. El poder en Congo es coto privado: una investigación de la organización Congo Research Group desveló que la familia Kabila tiene la propiedad o participaciones en más de 80 empresas, además de 100 permisos de extracción de oro y diamantes o más de 70.000 hectáreas de tierras.

En el bar del hotel Orchids Safari Club de Bukavu, la periodista de investigación y directora del diario Le Souverain, Solange Lusiku Nsimir, diagnosticaba hace unos meses un futuro oscuro. “Hay mucho nerviosismo en la frontera y han encontrado tumbas en el cementerio llenas de armas enterradas. La lucha por el poder en Congo puede desencadenar otra guerra terrible”.

Historia trágica
Entre 1998 y el 2003, el conflicto del Congo se cobró la vida de entre 1 y 5 millones de personas

Para desentrañar cuándo Congo empezó a desmoronarse podríamos recordar la codicia depredadora en época precolonial de los reyes de Kongo, partícipes en la trata esclavista junto a árabes y europeos, podríamos apuntar a la rapacidad despiadada del rey belga Leopoldo II en su cortijo congolés o señalar la Guerra Fría cuando EE.UU. colocó al tirano Mobutu en el poder como tapón antisoviético. Podríamos no ir tan atrás: la guerra abierta de finales de los 90 empezó tras el genocidio en la vecina Ruanda y desencadenó la caída del Zaire de Mobutu ante tropas rebeldes lideradas por Laurent-Désirée Kabila, el antiguo guerrillero amigo del Che, a quien apoyaban soldados ugandeses y ruandeses. Podríamos rememorar el horror de después, cuando Kabila rompió con sus aliados y el país se hundió en una guerra mundial africana en la que participaron Zimbabwe, Angola, Namibia, Chad o Libia. Podríamos describir como, ya con Joseph Kabila en el poder tras el asesinato de su padre en 2001, el este del país quedó a merced del robo de grupos armados, políticos corruptos y multinacionales sin escrúpulos. La muerte en Congo, ayer y hoy, yace siempre sobre un mismo lecho dorado: uno de los subsuelos más ricos del mundo, atiborrado de oro, coltán, cobalto, estaño, cobre o diamantes. El caos y la violencia son la forma de perpetuar un sistema erigido para el pillaje. Según un informe de la oenegé Global Witness, uno de cada cinco dólares de los beneficios mineros del país se pierde por la corrupción o la mala administración. La violencia también es rentable: de las 1.088 minas artesanales en el este, en un 54% había presencia de grupos armados.

El mineral que extraen, el coltán, sirve para reducir el tamaño de las baterías y aumentar su eficiencia en los dispositivos electrónicos

El mineral que extraen, el coltán, sirve para reducir el tamaño de las baterías y aumentar su eficiencia en los dispositivos electrónicos (Xavier Aldekoa)

Sadiki Salomon forma parte sin saberlo de ese engranaje de abuso. Es el último eslabón. Tiene quince años y desde hace dos trabaja en la mina de oro de Gokombe-Rubaya, en el territorio de Masisi. Viste una camiseta de tirantes con dibujos de billete de dólar y nunca se quita unas botas de caucho negras. No es por gusto: no tiene nada más. Sadiki es una pieza codiciada porque por su estatura puede colarse por túneles estrechos, no tiene miedo —o juicio— para meterse por agujeros mortales y cobra la mitad.

Sadiki sirve además de alivio para la conciencia de Occidente. Primero Estados Unidos y después la Unión Europea establecieron regulaciones para exigir a las empresas tecnológicas o de joyería que tracen el origen de los minerales que utilizan —de Congo salen hacia Asia y allí se perdía la pista de su procedencia— y asegurarse que son extraídos de minas sin la presencia de grupos armados o de trabajo infantil. Sadiki, y su silencio, permite crear la ilusión de que así ocurre: oficialmente la mina de Gokombe es una mina verde, limpia de violencia y sin niños-mineros. Hasta que nadie mira. “Por la noche —explica— somos unos 20 niños en cada agujero. Excavamos, ponemos las piedras en sacos y dos hombres los suben con cuerdas. Si vas lento, te pegan con un látigo”. Cuando se produce un derrumbe y quedan niños atrapados, los dueños de la mina amenazan a los supervivientes para que no digan nada y abandonan a los demás allí abajo porque si piden ayuda u organizan un rescate se descubre la trampa. “Si dices algo, te matan”. Sadiki dice que regresa a la mina porque quiere ir a la escuela. Si le pagan y no le roban al salir, dice, gana 1’5 euros al día. Intenta ahorrar. Hace ocho años que no va al colegio.

Aunque las minas tienen prohibido que trabajen los niños, los envían por la noche (Xavier Aldekoa)