Uno de los movimientos sociales más importantes que ha ocurrido en EEUU, que ha pasado desapercibido en los mayores medios de información españoles, ha sido el movimiento de los trabajadores de los establecimientos de comidas baratas (como McDonalds), conocidos como fast food , demandando un incremento salarial, para alcanzar lo que llaman un ”salario digno”. Estos trabajadores están entre los peor pagados en EEUU. Se considera, erróneamente, que la mayoría de estos trabajadores son gente joven, estudiantes la mayoría, que no trabajan por mucho tiempo en esos establecimientos.
Esta percepción, sin embargo, está equivocada. Dos de los expertos más importantes de EEUU en temas del mercado laboral, John Schmitt y Janelle Jones, han documentado que dicha percepción corresponde solo a un treinta por ciento de los trabajadores de tal sector. La mayoría son trabajadores adultos, que están estancados en su vida laboral en tales puestos de trabajo, que se pagan a nueve dólares por hora, solo ligeramente por encima del salario mínimo legal (7,25 dólares). Y como Schmitt y Jones muestran, estos salarios tan bajos están convirtiéndose en los salarios de grandes sectores del mercado laboral de EEUU. Son los tipos de salarios (low-paid jobs) que están creciendo más rápidamente en EEUU. Y la expresión “estancados” refleja el hecho de que no se estén creando trabajos mejor pagados que permitan a estos trabajadores realizar tareas mejor retribuidas. En realidad, la mitad de los empleados que tienen títulos universitarios indican que el trabajo que realizan no requiere los estudios universitarios que tienen.
Dos argumentos que se han dado para explicar este fenómeno han sido, por un lado, la introducción de avanzada tecnología en el proceso del trabajo que, supuestamente, lo simplifica, convirtiendo al trabajador (incluso al empleado cualificado con educación universitaria) en una pieza de una máquina o de un proceso automatizado. Otro argumento es la falta de articulación ( mismatch ) entre el sistema educativo y formativo, por un lado, y las necesidades del mundo empresarial por el otro. Ahora bien, ninguno de estos dos argumentos puede explicar la enorme polarización social y salarial, ni la enorme concentración de las rentas en EEUU (que, como en otros países, incluyendo España) ha estado ocurriendo.
La enorme concentración de las rentas
Como bien decía Mark Weisbrot en su artículo “Fast Food Workers are Fighting for the Majority of U.S. Employees”. Newsday (del cual extraigo la mayoría de estos datos), el 1% de la población de renta superior, con mayor capacidad adquisitiva, ha pasado de tener el 10% de toda la renta nacional en el año 1980 al 22,4% en el año 2012. Ello quiere decir que el aumento de la riqueza consecuencia del aumento de la productividad no se ha distribuido equitativamente, sino que se ha ido concentrando en las rentas superiores, que derivan gran parte de sus ingresos de la propiedad del capital. Es decir, los capitalistas (término casi abandonado en la narrativa mediática por considerarse “anticuado”) han visto sus rentas incrementadas a costa de las rentas del trabajo. Una situación idéntica ha ocurrido en España. En otras palabras, los salarios han ido bajando y los beneficios han ido subiendo tanto en EEUU como en España. Por primera vez desde la instauración de la democracia en España, las rentas derivadas del capital son mayores que las derivadas del mundo del trabajo.
Uno de los factores que ha facilitado esta realidad ha sido el estancamiento del salario mínimo legal. De hecho, si este salario en EEUU hubiera crecido de la misma manera que ha crecido la productividad y la inflación, el salario mínimo en EEUU debería ser de 17 dólares por hora en lugar de los 7,25 actuales. Y este estancamiento salarial se debe primordialmente a factores políticos, es decir, al debilitamiento de los sindicatos y fortalecimiento de la patronal. La evidencia es abrumadora en este sentido.
Una situación idéntica ocurre en España. Todas las reformas laborales que se presentaron con el supuesto objetivo de crear empleo, tenían, en realidad, el propósito de bajar los salarios mediante la destrucción de empleo, creando desempleo, el mejor instrumento que la patronal tiene para atemorizar a los sindicatos y al mercado del trabajo y forzarles a que acepten lo que debería ser inaceptable (una consecuencia de lo cual ha sido el espectacular crecimiento del endeudamiento de la población, tema que he desarrollado en otros artículos). Se olvida con excesiva frecuencia que la tasa de desempleo es una variable más política que económica. El desempleo es el arma que utiliza el mundo del capital para debilitar y atemorizar al mundo del trabajo. De ahí que las políticas actuales (que deliberadamente están destruyendo empleo) sean parte de un proyecto político que está logrando sus objetivos.
Por eso la respuesta a la bajada de salarios y al desempleo que la facilita, debería ser más política que económica: la movilización política en contra del desempleo, la precariedad y bajos salarios. Puesto que la mayoría de la ciudadanía deriva sus ingresos del trabajo, este movimiento social en EEUU de los “low-paid workers” ha sido enormemente popular (de lo cual tampoco se ha informado a la ciudadanía en España), forzando a la patronal a ceder a estas demandas e incrementar sus salarios. Ello determinó que los sindicatos del país (AFL-CIO) tomaran nota y en su último Congreso en Los Ángeles concluyeran que el futuro de los sindicatos dependería de sus alianzas con los movimientos sociales, estableciendo un abanico (rainbow) popular de carácter reformista que (consecuencia del gran debilitamiento de las izquierdas políticas en EEUU) pudiera convertirse en una especie de “ Solidarnos” a la americana. Existe hoy una gran agitación social en EEUU (que se desconoce también en España) que ofrece un gran potencial para el futuro en aquel país.
Fuente: Vicenç Navarro. (Cuadro: Tarde de sol en el Alcazar de Sevilla. Acuarela de Sorolla)
viernes, 8 de noviembre de 2013
jueves, 7 de noviembre de 2013
Luis Cernuda: el futuro es hoy. Tal día como hoy de 1963 fallecía en México el poeta de la Generación del 27
El autor de 'La realidad y el deseo' es uno de los más importantes del español del siglo XX
Esta es una mirada sobre sus claves poéticas y su legado literario
Incómodo en su tiempo, sintiéndose poco comprendido en su ética y su obra, Luis Cernuda necesitó apoyarse en los poetas y los lectores del porvenir. La confesión de esta necesidad sostiene una de sus composiciones decisivas, A un poeta futuro, escrita en Glasgow en 1941 y recogida en el libro Como quien espera el alba(1947). Lo importante del poema no reside en las quejas, el lamento sobre su falta de encaje en una realidad hostil: “Disgusto a unos por frío y a otros por raro”. Una sociedad represiva y homófoba, un carácter muy difícil y las rencillas generacionales ayudan a situar la protesta continua de Cernuda, en la que se mezclan con frecuencia su marcado anticapitalismo, su fragilidad sentimental y una extrema susceptibilidad literaria.
Pero lo importante del poema apunta en otra dirección: el proceso creativo que define su poética, sobre todo a partir del exilio en la cultura anglosajona. Cernuda había escrito en su Himno a la tristeza que “viven y mueren a solas los poetas”. De manera que ese poeta futuro para el que escribe en 1941 es también y ante todo su lector, la persona que puede entender y darle vida a sus propios versos. En la creación aparece reconocida la figura del lector como algo más que una ensoñación. No una estrategia barata y vanidosa para imaginar en el futuro la gloria que niegan los contemporáneos, sino una presencia real a la hora de la composición. El poeta piensa en su lector ideal, esbozo de su propia conciencia, para darle objetividad a sus sentimientos. Cernuda confiesa que busca la sombra de su alma “para aprender en ella a ordenar mi pasión / según nueva medida”. Y borra en parte su propia identidad para hallarla luego, “conforme a mi deseo, en tu memoria”. El hecho poético necesita, pues, tanto del lector como del autor para realizarse. Hace falta borrarse un poco para hacer habitable un espacio común.
Estas consideraciones, muy raras en la poesía española de su tiempo, tienen consecuencias de peso en la obra de Cernuda y en la evolución de nuestra lírica. Resumo los aspectos más significativos de este terremoto. Primero: la poesía no es un ejercicio expresivo de la interioridad de un autor, sometido solo a su propia sinceridad inmaculada. Segundo: el poema es un espacio público, objetivo y su dimensión depende de que sea habitado y vivido por el lector. Tercero: más que expresar lo que se siente, trabajar un poema significa crear los efectos necesarios en el texto para que el lector haga suya la experiencia. Cuarto: más que espectáculos de ingenio y retórica, se vuelve fundamental en el taller la capacidad de imaginar el lenguaje y la estructura que permiten la presencia viva del lector. Estos son los principios de la elaboración, los esfuerzos para acoplar formas y contenidos. Esta unidad lírica imprescindible no surge de una verdad expresiva espontánea, sino de una escritura calculada y convertida en ética, en imaginación moral.
La obra de Luis Cernuda, recogida bajo el título de La realidad y el deseo, es amplia y atravesó de manera personal los ciclos de su tiempo a través de la poesía pura, el surrealismo, la invocación neorromántica y la apuesta por un realismo más seco, según la calificación acertada de Jaime Gil de Biedma. Es lógico que la presencia de Luis Cernuda se extienda por muchos matices y corrientes literarias que pueden ir del esteticismo a la poesía cívica, de los decorados sensuales a la rebeldía de una conciencia íntima, tan orgullosa de su diferencia como de su solidaridad.
La realidad y el deseo, es amplia y atravesó de manera personal los ciclos de su tiempo a través de la poesía pura, el surrealismo, la invocación neorromántica y la apuesta por un realismo más seco,
Creo que la herencia más viva de Cernuda fue recogida por poetas como Francisco Brines y Jaime Gil de Biedma en el homenaje que le dedicó la revista La caña gris en 1962. Comprendiendo la nueva dinámica que surgía de composiciones como Un poeta futuro, advirtieron en el ejemplo de Cernuda la necesidad de objetivar la propia experiencia en el poema, de convertirla en una escritura meditada y capaz de provocar efectos de vida.
Esta objetivación sirve para ordenar en el texto las pasiones del autor y del lector y, al mismo tiempo, para ofrecer una alternativa ética a la realidad injusta del mundo. Como escribió en el poema Mozart de Desolación de la Quimera (1963): “Da esta música al mundo forma, orden, justicia, / nobleza y hermosura”. Y como afirmó en 1936, otro poema del mismo libro dedicado a un luchador republicano, la dignidad de la conciencia individual es imprescindible “como testigo irrefutable / de toda la nobleza humana”. Son lecciones muy vivas de su poesía, ahora que uno de sus enemigos más poderosos, el capitalismo, extrema la destrucción de las conciencias individuales y de los espacios públicos. El futuro es hoy.
Cincuenta años después de su muerte, hay pocas dudas de que Luis Cernuda es uno de los nombres más grandes de la poesía en lengua española. En realidad, es una opinión que ya estableció Federico García Lorca en abril de 1936 con motivo de la primera edición de La realidad y el deseo, en el discurso que pronunció en un banquete-homenaje muy concurrido. A Cernuda no le calmaron esos elogios sinceros. Tampoco le calmarían hoy los nuestros, porque la fama de Juan Ramón, Salinas, Alberti y el propio García Lorca… Pero ese es otro cantar.
Fuente: El País. (Foto: De izquierda a derecha: Vitín Cortezo, Blanca Pelegrín, Luis Cernuda, Carmen García Lasgoity, Manuel Altolaguirre y Carmen García Antón, en Valencia en 1937. / BIBLIOTECA NACIONAL(EL PAÍS))
Canción de Serrat basada en un poema homónimo de Cernuda: http://www.poesi.as/lc31100.htm
miércoles, 6 de noviembre de 2013
El pesado cargamento de las "mujeres mula" en Melilla
Todos los días, miles de mujeres deben llevar pesados cargamentos de mercancías para sobrevivir en el enclave español de Melilla.
Ellas son conocidas como las mujeres mulas. Todos los días llevan sobre sus espaldas pesadas cargas entre la frontera de España y Marruecos en el norte de África.
Melilla es un importante punto de entrada de mercancía y si las mujeres pueden llevarlas sin ningún tipo de ayuda, entonces no pagan impuestos.
Muy temprano una polvareda rodea la valla de seis metros que separa a Melilla de Marruecos debido a la frenética actividad de quienes preparan las mercancías para cruzar la frontera.
Hay miles de personas y el ruido es ensordecedor, una cacofonía de motores y gritos. En esas bolsas enormes llevan ropa de segunda mano, telas, artículos para el hogar y de higiene personal, todo destinado al mercado marroquí y mucho más allá.
Mujeres mula en Melilla, norte de África Este pesado trabajo es el único sustento que tienen estas mujeres cabezas de hogar para sobrevivir.
Los paquetes están por todos lados, envueltos en tela de saco y atados con cintas y cuerdas. Bajo ellos, ocultas por una carga que las dobla en tamaño, las mujeres "cargadoras".
Esta actividad comercial tiene lugar a diario en el barrio Chino, un cruce fronterizo sólo para peatones. Mientras una mujer pueda físicamente acarrear la carga, se clasifica como equipaje personal, así que Marruecos lo deja entrar sin impuestos.
Las mujeres tienen el derecho a visitar Melilla porque viven en la provincia marroquí de Nador, pero no pueden residir en el territorio español.
clic clic
Lea también: Los extranjeros esclavizados y la bonanza brasileña
De Nador a Melilla
Latifa se forma en una de las ruidosas filas que forman cientos de mujeres. Pone en el suelo su carga, 60 kilogramos de ropa usada. Por transportarlos va a recibir US$4.
Lleva en este trabajo 24 años, pero no es algo que disfrute.
"Tengo una familia que alimentar", explica. "Tengo cuatro hijos y no tengo marido para que me ayude, me divorcié de él porque me pegaba".
En cuanto la fila se mueve hacia adelante, ella desaparece en el mar de las mercaderías.
Son muchas las cargadoras divorciadas, madres solteras que tienen que hacerse cargo de su familia como Latifa.
(Mapa de Melilla, enclave de España en Marruecos)
Para mujeres como ella, la vida es difícil en la tradicional sociedad marroquí. Muchas veces, el de cargadoras es el único trabajo que consiguen. Algunas hacen hasta tres o cuatro viajes al día, desde el barrio Chino a Marruecos, con hasta 80 kilos a sus espaldas.
Con la vida a cuestas
Lo que ganan depende de lo que puedan cargar. Además, muchas se quejan de que tienen que sobornar a los guardias marroquíes.
En Melilla hay un debate público acerca de si se debería seguir permitiendo que esta actividad comercial continúe tal como está.
"Estas son mujeres que arriesgan su vida, nos han tocado muertes a consecuencia de la dureza física del trabajo. Se hace en condiciones de semiesclavitud", dice Emilio Guerra, del partido Unión Progreso y Democracia.
"Lo que nos gustaría es que trabajen bajo condiciones que no sean tan precarias", agrega.
Guerra considera que Melilla debe cambiar su modelo económico y ser menos dependiente del comercio, en lo que no está de acuerdo Jose María López, asesor en negocios del gobierno local.
"Hay consecuencias muy positivas en la actividad comercial. Para algunas porteadoras es la única posibilidad de ganarse la vida. Por supuesto que es un trabajo muy duro, pero algunas ganan más de la media de los trabajadores marroquíes", afirma.
España en el norte de África
Ceuta y Melilla, zonas de Europa en el norte de África, forman parte de España desde hace 500 años. Madrid dice que los enclaves urbanos son parte integral del país. Estos limitan con Marruecos, que a través de sus líderes afirma que es una posesión de origen colonial y reclama soberanía sobre ellos.
Los enclaves están protegidos con mallas, con el propósito de detener la inmigración ilegal. Pero Ceuta y Melilla continúan siendo un escalón para llegar a España.
El turismo es un importante generador de recursos con las mercancías libres de impuestos que atraen a miles de visitantes. Y los beneficios que da el comercio a otros miles de marroquíes y sus familias –los que venden la mercancía en sus tiendas o las exportan a países más al sur– son enormes.
López estima que este comercio informal supone más de US$400 millones para Melilla, a lo que se refiere como ingreso "atípico". Otros lo llaman "contrabando" que creen que mueve hasta el doble.
De vuelta al barrio Chino, el ambiente se torna medio histérico, las puertas de la frontera cierran a mediodía, así que empieza a crecer la presión para ir a Marruecos y volver para la próxima consigna.
"Está un poco tranquilo hoy", comenta Arturo Ortega, guardia civil (policía militarizada) encargado de mantener el orden y evitar las avalanchas humanas.
"Si vinieras todos los días, empezarías a pensar que esto es normal, pero no lo es".
No muy lejos, Hasna se apoya en una barrera, sin carga en sus espaldas. Frente a ella, un grupo de hombres jóvenes están cargados hasta el tope.
"Están ocupando nuestro lugar", se queja. Tradicionalmente quienes cargaban eran mujeres, ahora tienen la competencia de jóvenes desempleados, y Hasna tiene problemas para atravesar la multitud y tomar su paquete.
Tiene un hijo y un marido enfermo, está embarazada de seis meses, pero toma su carga sin miramientos. Nada la detiene.
"Si hago un viaje hoy, me van a pagar 5 ó 6 euros (US$6,8 o US$8,2)", dice. "Si pudiera encontrar otro trabajo, limpiando casas o cocinando, no haría esto. Pero de momento, no tengo otra opción".
clic
Lea también: Restaveks, los pequeños esclavos de Haití
"Lo odio, pero lo necesito. "Portadora en Melilla María es una de las "mujeres mula". Ella tiene cáncer de seno y una pierna lastimada.
También mirando a los hombres está María, que llama la atención porque tiene que apoyarse en una muleta.
No es usual en las cargadoras, pero María habla algo de español y explica que se lesionó la pierna al caerse mientras hacía fila. También tiene cáncer de mama.
Llevaba toda la mañana en el barrio Chino, pero cuando vio el caos y del desorden se dio cuenta de que no se sentía en condiciones de trabajar. Regresará a su casa sin haber hecho nada de dinero.
Ella vive justo al otro lado de la frontera con Melilla, en Beni Enzar. Su casa tiene dos habitaciones y las comparte con sus tres hijas. No tiene agua corriente, pero el vecino le permite recoger agua de su grifo.
María estuvo casada y trabajó como camarera, pero hace cuatro años su vida comenzó a desmoronarse. Después de que le diagnosticaran el cáncer, su marido la dejó. Ya estaba embarazada de su hija menor.
"El médico dijo que iba a perder al bebé con el tratamiento, pero nació viva, así que la llamé Malak, que significa ángel".
Mientras habla, sus dos hijas mayores escuchan. Ninguna va a la escuela, se quedan en casa cuidando de su hermana mientras su madre va al barrio Chino. Se preocupan por ella.
"Esta no es la primera vez que se lesiona la pierna. El doctor le dijo que ella no debe cargar nada pesado", dice Ikram, una de las hijas de María. "Ella solo trabaja en eso para que nosotras podamos comer".
A María la atormenta la idea de que sus hijas también acaben como cargadoras. "Sería mejor para ellas que se casaran, este trabajo es peligroso y no hay dignidad en él. Lo odio, pero lo necesito".
Y luego Sanaa, de 13 años, pone una pequeña patineta en la mesa. María sonríe. Eso la ayudará a llevar con más facilidad la carga de mañana.
Ceuta y Melilla,
Zonas de Europa en el norte de África, forman parte de España desde hace 500 años. Madrid dice que los enclaves urbanos son parte integral del país. Estos limitan con Marruecos, que a través de sus líderes afirma que es una posesión de origen colonial y reclama soberanía sobre ellos.
Los enclaves están protegidos con mallas, con el propósito de detener la inmigración ilegal. Pero Ceuta y Melilla continúan siendo un escalón para llegar a España.
El turismo es un importante generador de recursos con las mercancías libres de impuestos que atraen a miles de visitantes. Fuente: BBC.
Más: Cuáles son los mejores países para ser mujer
Ellas son conocidas como las mujeres mulas. Todos los días llevan sobre sus espaldas pesadas cargas entre la frontera de España y Marruecos en el norte de África.
Melilla es un importante punto de entrada de mercancía y si las mujeres pueden llevarlas sin ningún tipo de ayuda, entonces no pagan impuestos.
Muy temprano una polvareda rodea la valla de seis metros que separa a Melilla de Marruecos debido a la frenética actividad de quienes preparan las mercancías para cruzar la frontera.
Hay miles de personas y el ruido es ensordecedor, una cacofonía de motores y gritos. En esas bolsas enormes llevan ropa de segunda mano, telas, artículos para el hogar y de higiene personal, todo destinado al mercado marroquí y mucho más allá.
Mujeres mula en Melilla, norte de África Este pesado trabajo es el único sustento que tienen estas mujeres cabezas de hogar para sobrevivir.
Los paquetes están por todos lados, envueltos en tela de saco y atados con cintas y cuerdas. Bajo ellos, ocultas por una carga que las dobla en tamaño, las mujeres "cargadoras".
Esta actividad comercial tiene lugar a diario en el barrio Chino, un cruce fronterizo sólo para peatones. Mientras una mujer pueda físicamente acarrear la carga, se clasifica como equipaje personal, así que Marruecos lo deja entrar sin impuestos.
Las mujeres tienen el derecho a visitar Melilla porque viven en la provincia marroquí de Nador, pero no pueden residir en el territorio español.
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De Nador a Melilla
Latifa se forma en una de las ruidosas filas que forman cientos de mujeres. Pone en el suelo su carga, 60 kilogramos de ropa usada. Por transportarlos va a recibir US$4.
Lleva en este trabajo 24 años, pero no es algo que disfrute.
"Tengo una familia que alimentar", explica. "Tengo cuatro hijos y no tengo marido para que me ayude, me divorcié de él porque me pegaba".
En cuanto la fila se mueve hacia adelante, ella desaparece en el mar de las mercaderías.
Son muchas las cargadoras divorciadas, madres solteras que tienen que hacerse cargo de su familia como Latifa.
(Mapa de Melilla, enclave de España en Marruecos)
Para mujeres como ella, la vida es difícil en la tradicional sociedad marroquí. Muchas veces, el de cargadoras es el único trabajo que consiguen. Algunas hacen hasta tres o cuatro viajes al día, desde el barrio Chino a Marruecos, con hasta 80 kilos a sus espaldas.
Con la vida a cuestas
Lo que ganan depende de lo que puedan cargar. Además, muchas se quejan de que tienen que sobornar a los guardias marroquíes.
En Melilla hay un debate público acerca de si se debería seguir permitiendo que esta actividad comercial continúe tal como está.
"Estas son mujeres que arriesgan su vida, nos han tocado muertes a consecuencia de la dureza física del trabajo. Se hace en condiciones de semiesclavitud", dice Emilio Guerra, del partido Unión Progreso y Democracia.
"Lo que nos gustaría es que trabajen bajo condiciones que no sean tan precarias", agrega.
Guerra considera que Melilla debe cambiar su modelo económico y ser menos dependiente del comercio, en lo que no está de acuerdo Jose María López, asesor en negocios del gobierno local.
"Hay consecuencias muy positivas en la actividad comercial. Para algunas porteadoras es la única posibilidad de ganarse la vida. Por supuesto que es un trabajo muy duro, pero algunas ganan más de la media de los trabajadores marroquíes", afirma.
España en el norte de África
Ceuta y Melilla, zonas de Europa en el norte de África, forman parte de España desde hace 500 años. Madrid dice que los enclaves urbanos son parte integral del país. Estos limitan con Marruecos, que a través de sus líderes afirma que es una posesión de origen colonial y reclama soberanía sobre ellos.
Los enclaves están protegidos con mallas, con el propósito de detener la inmigración ilegal. Pero Ceuta y Melilla continúan siendo un escalón para llegar a España.
El turismo es un importante generador de recursos con las mercancías libres de impuestos que atraen a miles de visitantes. Y los beneficios que da el comercio a otros miles de marroquíes y sus familias –los que venden la mercancía en sus tiendas o las exportan a países más al sur– son enormes.
López estima que este comercio informal supone más de US$400 millones para Melilla, a lo que se refiere como ingreso "atípico". Otros lo llaman "contrabando" que creen que mueve hasta el doble.
De vuelta al barrio Chino, el ambiente se torna medio histérico, las puertas de la frontera cierran a mediodía, así que empieza a crecer la presión para ir a Marruecos y volver para la próxima consigna.
"Está un poco tranquilo hoy", comenta Arturo Ortega, guardia civil (policía militarizada) encargado de mantener el orden y evitar las avalanchas humanas.
"Si vinieras todos los días, empezarías a pensar que esto es normal, pero no lo es".
No muy lejos, Hasna se apoya en una barrera, sin carga en sus espaldas. Frente a ella, un grupo de hombres jóvenes están cargados hasta el tope.
"Están ocupando nuestro lugar", se queja. Tradicionalmente quienes cargaban eran mujeres, ahora tienen la competencia de jóvenes desempleados, y Hasna tiene problemas para atravesar la multitud y tomar su paquete.
Tiene un hijo y un marido enfermo, está embarazada de seis meses, pero toma su carga sin miramientos. Nada la detiene.
"Si hago un viaje hoy, me van a pagar 5 ó 6 euros (US$6,8 o US$8,2)", dice. "Si pudiera encontrar otro trabajo, limpiando casas o cocinando, no haría esto. Pero de momento, no tengo otra opción".
clic
Lea también: Restaveks, los pequeños esclavos de Haití
"Lo odio, pero lo necesito. "Portadora en Melilla María es una de las "mujeres mula". Ella tiene cáncer de seno y una pierna lastimada.
También mirando a los hombres está María, que llama la atención porque tiene que apoyarse en una muleta.
No es usual en las cargadoras, pero María habla algo de español y explica que se lesionó la pierna al caerse mientras hacía fila. También tiene cáncer de mama.
Llevaba toda la mañana en el barrio Chino, pero cuando vio el caos y del desorden se dio cuenta de que no se sentía en condiciones de trabajar. Regresará a su casa sin haber hecho nada de dinero.
Ella vive justo al otro lado de la frontera con Melilla, en Beni Enzar. Su casa tiene dos habitaciones y las comparte con sus tres hijas. No tiene agua corriente, pero el vecino le permite recoger agua de su grifo.
María estuvo casada y trabajó como camarera, pero hace cuatro años su vida comenzó a desmoronarse. Después de que le diagnosticaran el cáncer, su marido la dejó. Ya estaba embarazada de su hija menor.
"El médico dijo que iba a perder al bebé con el tratamiento, pero nació viva, así que la llamé Malak, que significa ángel".
Mientras habla, sus dos hijas mayores escuchan. Ninguna va a la escuela, se quedan en casa cuidando de su hermana mientras su madre va al barrio Chino. Se preocupan por ella.
"Esta no es la primera vez que se lesiona la pierna. El doctor le dijo que ella no debe cargar nada pesado", dice Ikram, una de las hijas de María. "Ella solo trabaja en eso para que nosotras podamos comer".
A María la atormenta la idea de que sus hijas también acaben como cargadoras. "Sería mejor para ellas que se casaran, este trabajo es peligroso y no hay dignidad en él. Lo odio, pero lo necesito".
Y luego Sanaa, de 13 años, pone una pequeña patineta en la mesa. María sonríe. Eso la ayudará a llevar con más facilidad la carga de mañana.
Ceuta y Melilla,
Zonas de Europa en el norte de África, forman parte de España desde hace 500 años. Madrid dice que los enclaves urbanos son parte integral del país. Estos limitan con Marruecos, que a través de sus líderes afirma que es una posesión de origen colonial y reclama soberanía sobre ellos.
Los enclaves están protegidos con mallas, con el propósito de detener la inmigración ilegal. Pero Ceuta y Melilla continúan siendo un escalón para llegar a España.
El turismo es un importante generador de recursos con las mercancías libres de impuestos que atraen a miles de visitantes. Fuente: BBC.
Más: Cuáles son los mejores países para ser mujer
martes, 5 de noviembre de 2013
lunes, 4 de noviembre de 2013
¿Por qué la educación española no llega nunca al consenso?
Edmundo Fayanás Escuer
El profesor Francisco Imbermón dice “legislar en educación siempre genera debate y controversia, y ese debería ser el camino hacia el consenso”.
Esto siempre ha sido así y nunca ha sido posible un consenso mínimo en educación ¿Por qué no es posible el acuerdo en España y sí en otros países? Desde mi punto de vista, esto proviene desde los inicios de la llamada “modélica transición política”, cuando no se consideró a la educación como un objetivo central de futuro para el país y se cuidó muy mucho, de que los distintos sectores educativos siguieran con los privilegios obtenidos en la época franquista. De aquellos tiempos, provienen estos lodos educativos actuales. Veamos algunos aspectos.
Todos los gobiernos democráticos han intentado plasmar sus ideas en leyes educativas, así ya llevamos siete reformas. En todas ellas, hay varios factores que las unen, por un lado la falta de medios económicos y por el otro la falta de consenso en todas ellas. Mientras que nuestra sociedad no considere la educación como un elemento imprescindible y fundamental en nuestro futuro, los políticos de turno no se sentirán presionados a hacer de la educación un objetivo para lograr avances sociales.
Nunca la financiación educativa en nuestro país ha tenido estándares europeos, con una inversión educativa sobre un 25% menos de la que tiene los países europeos de nuestro entorno. Cuando peor va la financiación educativa es con el Partido Popular y mejora algo con los socialistas, pero siempre muy alejado de los niveles europeos.
Otro aspecto muy importante, que sigue lastrando nuestro nivel educativo, es la herencia que el franquismo ha dejado en la sociedad, donde la educación sólo era valorada como sistema de adoctrinamiento y de control social y nunca tuvo como objetivo la creación de ciudadanos y hombres libres, eso sigue pesando como una losa en nuestro sistema educativo.
Un factor para mi muy relevante ha sido el papel muy negativo de la Iglesia española en nuestra educación. Evidentemente es una afirmación muy fuerte y que levantará ampollas, pero la realidad es la que es. Muchos dirán que la Iglesia ha jugado un papel muy importante en nuestra educación. Es cierto que han pasado miles de españoles por sus aulas, pero el papel de la iglesia española ha supuesto un freno increíble en los avances educativos de nuestro país y lo vemos claramente y de forma diáfana con la ley Wert, donde lo más reaccionario de su doctrina es la que se está imponiendo para vergüenza del PP y de todos aquellos que vemos la educación como un futuro para el país. Hay dos aspectos que determinan este papel negativo de la Iglesia en educación:
La iglesia siempre ha considerado la educación como un lugar de adoctrinamiento ideológico, donde imponer su modelo social que le asegure un dominio sobre amplias capas de la población española.
La educación privada supone un negocio económico nada desdeñable, en el curso 2011-2012 se calculan que los beneficios económicos de esta red educativa rondan los 500 millones de euros, además de otros privilegios, como son las concesiones de suelo, selección del alumnado, poco control sobre actividades extraescolares etc…..
Hoy en día desde mi punto de vista hay un factor fundamental que impide cualquier consenso educativo, éste no es otro que el Concordato vigente Iglesia/Estado. Dicho Concordato es la muestra de la dejación y sumisión del Estado a la Iglesia, siendo claramente anticonstitucional pero estos partidos que tanto defienden la Constitución para determinadas cosas, se olvidan de denunciarlo y ahí coinciden nuevamente el PP y el PSOE para vergüenza de ambos.
El primer elemento, para que pueda hacer posible un consenso educativo pasa por el fin del concordato actual vigente entre Iglesia y Estado.
El segundo elemento es considerar a la educación pública como la única que garantiza la educación y la cohesión social del país, yendo a un sistema educativo dual, parecido al que hay mayoritariamente se tiene en Europa, es decir, una educación pública de calidad y bien financiada, con un sector privado sin ningún apoyo del Estado.
Esto se pudo hacer en los inicios de la Transición sin grandes problemas. Sin embargo, no se hizo por la cobardía del Partido Socialista con Felipe González a la cabeza. Este proceso de modificación de la educación concertada habrá que hacerlo poco a poco y en un largo periodo de tiempo, salvando grandes dificultades como son las laborales, sociales etc, que generará la desaparición de los conciertos educativos con la privada. Como en gran parte de Europa seguirá existiendo una educación privada, pero pagada exclusivamente por los padres que quieran ir a ella.
Con este proceso solucionaríamos muchos de los problemas e impedimentos existentes hoy en día al hacer desaparecer los componentes, ideológicos, económicos y de control social.
Este país presenta un retraso histórico a casi todos los niveles, que provienen de dos instituciones, que han sido el soporte institucional del poder de las clases dominantes: la iglesia y la monarquía. Ninguna de las dos han aceptado cambio alguno, siempre han asumido los principios más reaccionarios de los distintos movimientos reformadores y progresistas, que se han ido produciendo en Europa y el mundo, es decir, siempre han estado con la involución.
La iglesia debe dedicarse exclusivamente a su labor pastoral dejando de intervenir en la política del país, pues es esta participación y el apoyo y el compromiso con la derecha más rancia de este país es, impide cualquier avance en consensos educativos.
Debemos hacer que la Iglesia se retire del campo educativo como única forma de que nuestra educación mejore, es así de simple.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/opinion/edmundo-fayanas-escuer/educacion-espanola-no-llega-nunca-consenso/20131103182604097977.html
El profesor Francisco Imbermón dice “legislar en educación siempre genera debate y controversia, y ese debería ser el camino hacia el consenso”.
Esto siempre ha sido así y nunca ha sido posible un consenso mínimo en educación ¿Por qué no es posible el acuerdo en España y sí en otros países? Desde mi punto de vista, esto proviene desde los inicios de la llamada “modélica transición política”, cuando no se consideró a la educación como un objetivo central de futuro para el país y se cuidó muy mucho, de que los distintos sectores educativos siguieran con los privilegios obtenidos en la época franquista. De aquellos tiempos, provienen estos lodos educativos actuales. Veamos algunos aspectos.
Todos los gobiernos democráticos han intentado plasmar sus ideas en leyes educativas, así ya llevamos siete reformas. En todas ellas, hay varios factores que las unen, por un lado la falta de medios económicos y por el otro la falta de consenso en todas ellas. Mientras que nuestra sociedad no considere la educación como un elemento imprescindible y fundamental en nuestro futuro, los políticos de turno no se sentirán presionados a hacer de la educación un objetivo para lograr avances sociales.
Nunca la financiación educativa en nuestro país ha tenido estándares europeos, con una inversión educativa sobre un 25% menos de la que tiene los países europeos de nuestro entorno. Cuando peor va la financiación educativa es con el Partido Popular y mejora algo con los socialistas, pero siempre muy alejado de los niveles europeos.
Otro aspecto muy importante, que sigue lastrando nuestro nivel educativo, es la herencia que el franquismo ha dejado en la sociedad, donde la educación sólo era valorada como sistema de adoctrinamiento y de control social y nunca tuvo como objetivo la creación de ciudadanos y hombres libres, eso sigue pesando como una losa en nuestro sistema educativo.
Un factor para mi muy relevante ha sido el papel muy negativo de la Iglesia española en nuestra educación. Evidentemente es una afirmación muy fuerte y que levantará ampollas, pero la realidad es la que es. Muchos dirán que la Iglesia ha jugado un papel muy importante en nuestra educación. Es cierto que han pasado miles de españoles por sus aulas, pero el papel de la iglesia española ha supuesto un freno increíble en los avances educativos de nuestro país y lo vemos claramente y de forma diáfana con la ley Wert, donde lo más reaccionario de su doctrina es la que se está imponiendo para vergüenza del PP y de todos aquellos que vemos la educación como un futuro para el país. Hay dos aspectos que determinan este papel negativo de la Iglesia en educación:
La iglesia siempre ha considerado la educación como un lugar de adoctrinamiento ideológico, donde imponer su modelo social que le asegure un dominio sobre amplias capas de la población española.
La educación privada supone un negocio económico nada desdeñable, en el curso 2011-2012 se calculan que los beneficios económicos de esta red educativa rondan los 500 millones de euros, además de otros privilegios, como son las concesiones de suelo, selección del alumnado, poco control sobre actividades extraescolares etc…..
Hoy en día desde mi punto de vista hay un factor fundamental que impide cualquier consenso educativo, éste no es otro que el Concordato vigente Iglesia/Estado. Dicho Concordato es la muestra de la dejación y sumisión del Estado a la Iglesia, siendo claramente anticonstitucional pero estos partidos que tanto defienden la Constitución para determinadas cosas, se olvidan de denunciarlo y ahí coinciden nuevamente el PP y el PSOE para vergüenza de ambos.
El primer elemento, para que pueda hacer posible un consenso educativo pasa por el fin del concordato actual vigente entre Iglesia y Estado.
El segundo elemento es considerar a la educación pública como la única que garantiza la educación y la cohesión social del país, yendo a un sistema educativo dual, parecido al que hay mayoritariamente se tiene en Europa, es decir, una educación pública de calidad y bien financiada, con un sector privado sin ningún apoyo del Estado.
Esto se pudo hacer en los inicios de la Transición sin grandes problemas. Sin embargo, no se hizo por la cobardía del Partido Socialista con Felipe González a la cabeza. Este proceso de modificación de la educación concertada habrá que hacerlo poco a poco y en un largo periodo de tiempo, salvando grandes dificultades como son las laborales, sociales etc, que generará la desaparición de los conciertos educativos con la privada. Como en gran parte de Europa seguirá existiendo una educación privada, pero pagada exclusivamente por los padres que quieran ir a ella.
Con este proceso solucionaríamos muchos de los problemas e impedimentos existentes hoy en día al hacer desaparecer los componentes, ideológicos, económicos y de control social.
Este país presenta un retraso histórico a casi todos los niveles, que provienen de dos instituciones, que han sido el soporte institucional del poder de las clases dominantes: la iglesia y la monarquía. Ninguna de las dos han aceptado cambio alguno, siempre han asumido los principios más reaccionarios de los distintos movimientos reformadores y progresistas, que se han ido produciendo en Europa y el mundo, es decir, siempre han estado con la involución.
La iglesia debe dedicarse exclusivamente a su labor pastoral dejando de intervenir en la política del país, pues es esta participación y el apoyo y el compromiso con la derecha más rancia de este país es, impide cualquier avance en consensos educativos.
Debemos hacer que la Iglesia se retire del campo educativo como única forma de que nuestra educación mejore, es así de simple.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/opinion/edmundo-fayanas-escuer/educacion-espanola-no-llega-nunca-consenso/20131103182604097977.html
La irrazonable eficacia de las matemáticas. Los científicos llevan cuatro siglos admirados por como esta disciplina ayuda a comprender los mecanismos de la naturaleza
¿Quién se atreverá a poner límites al ingenio de los hombres? GALILEO GALILEI.
“La irrazonable eficacia de las matemáticas”, lo ha llamado Mario Livio, uno de los astrofísicos que controlan el telescopio espacial Hubble desde el campus de Baltimore de la Universidad Johns Hopkins. Los físicos, y desde luego los matemáticos, llevan cuatro siglos admirados por la “irrazonable eficacia de las matemáticas”, no ya para describir los mecanismos de la naturaleza con precisión, sino para comprenderlos en toda su profundidad, para capturar su esencia y predecir sus operaciones venideras.
Fue Galileo quien primero percibió que la naturaleza habla en el lenguaje de las matemáticas: que sin las matemáticas no hay comprensión verdadera de los procesos prolijos y aparentemente contradictorios del mundo. Y fue un matemático genial, Isaac Newton, quien recogió ese guante y formuló la primera combinación de ecuaciones para describir —o mejor, para comprender en profundidad— el movimiento de los objetos bajo la acción de las fuerzas, y la esencia geométrica que tienen en común la caída de una manzana, la órbita de la Luna y los movimientos caprichosos de los planetas en el cielo crepuscular. Fue la primera de las grandes unificaciones de la ciencia, y la que marcó el camino para el resto.
Newton, al menos, tuvo que inventar las matemáticas adecuadas para describir el movimiento de los objetos y la gravedad del Sol y la Tierra: el cálculo diferencial, una rama de las matemáticas que trata con las cosas que varían en el tiempo, como el movimiento de Marte a lo largo de su órbita elíptica. Pero también es cierto que el cálculo diferencial fue inventado por Leibniz de forma independiente y simultánea, y sin que su motivación fuera entender la astronomía de la época ni las leyes del movimiento. Desde tiempos de los griegos —y antes— las matemáticas han narrado una historia de progreso gradual o acumulativo, y puede interpretarse que el conocimiento matemático estaba maduro en tiempos de Newton para el desarrollo del cálculo diferencial. (Curso aquí)
En todo caso, muchos matemáticos, tal vez la mayoría, tienden a ver su disciplina como un cuerpo de conocimiento con vida propia, una especie de organismo virtual que, si es tratado con disciplina intelectual e inteligencia creativa —pocas lo son tanto como la inteligencia de los matemáticos, pese a la torpe y paupérrima percepción general—, produce verdaderos avances en el conocimiento del mundo, avances que no podrían derivarse de la simple observación del mundo natural, o que solo lo serían tras largos y tortuosos laberintos aplastados por masas de datos que nadie sabe cómo interpretar durante décadas o siglos.
La historia de la ciencia ofrece muchos ejemplos de este tipo, pero es improbable que haya uno mejor que el de Einstein. Poco después de formular en 1905 la relatividad especial —el espacio y el tiempo se pueden contraer o estirar, la velocidad de la luz es una constante de la naturaleza, E=mc2—, Einstein dio con la clave física para generalizar su teoría: mientras una persona se precipita al espacio en caída libre, no siente su aceleración. El término técnico para esta percepción se llama principio de equivalencia, y dice que estar sometido a una aceleración, por ejemplo en un ascensor, es físicamente equivalente estar sometido a la gravedad, por ejemplo la de la Tierra.
Einstein sabía que en esa simple idea se hallaba el germen de lo que 10 años después se convertiría en su mayor aportación a la ciencia: la relatividad general, la gran teoría actual sobre el tiempo, el espacio y la gravedad, la teoría que obligó a corregir a Newton y el fundamento de la cosmología moderna. Pero Einstein, en 1906, no conocía las matemáticas necesarias para formalizar ese problema monumental. Tuvo que ser su amigo Marcel Grossman, el mejor matemático de su clase, quien le señalara el camino: las innovadoras geometrías que un genio matemático, el discípulo de Gauss, Bernhard Riemann, había desarrollado 60 años antes sin saber nada del espacio-tiempo relativista.
¿Matemáticas con vida propia? El lector juzgará. Y el contraste con la realidad tendrá siempre la última palabra.
Fuente: El País.
Arquímedes
“La irrazonable eficacia de las matemáticas”, lo ha llamado Mario Livio, uno de los astrofísicos que controlan el telescopio espacial Hubble desde el campus de Baltimore de la Universidad Johns Hopkins. Los físicos, y desde luego los matemáticos, llevan cuatro siglos admirados por la “irrazonable eficacia de las matemáticas”, no ya para describir los mecanismos de la naturaleza con precisión, sino para comprenderlos en toda su profundidad, para capturar su esencia y predecir sus operaciones venideras.
Fue Galileo quien primero percibió que la naturaleza habla en el lenguaje de las matemáticas: que sin las matemáticas no hay comprensión verdadera de los procesos prolijos y aparentemente contradictorios del mundo. Y fue un matemático genial, Isaac Newton, quien recogió ese guante y formuló la primera combinación de ecuaciones para describir —o mejor, para comprender en profundidad— el movimiento de los objetos bajo la acción de las fuerzas, y la esencia geométrica que tienen en común la caída de una manzana, la órbita de la Luna y los movimientos caprichosos de los planetas en el cielo crepuscular. Fue la primera de las grandes unificaciones de la ciencia, y la que marcó el camino para el resto.
Newton, al menos, tuvo que inventar las matemáticas adecuadas para describir el movimiento de los objetos y la gravedad del Sol y la Tierra: el cálculo diferencial, una rama de las matemáticas que trata con las cosas que varían en el tiempo, como el movimiento de Marte a lo largo de su órbita elíptica. Pero también es cierto que el cálculo diferencial fue inventado por Leibniz de forma independiente y simultánea, y sin que su motivación fuera entender la astronomía de la época ni las leyes del movimiento. Desde tiempos de los griegos —y antes— las matemáticas han narrado una historia de progreso gradual o acumulativo, y puede interpretarse que el conocimiento matemático estaba maduro en tiempos de Newton para el desarrollo del cálculo diferencial. (Curso aquí)
En todo caso, muchos matemáticos, tal vez la mayoría, tienden a ver su disciplina como un cuerpo de conocimiento con vida propia, una especie de organismo virtual que, si es tratado con disciplina intelectual e inteligencia creativa —pocas lo son tanto como la inteligencia de los matemáticos, pese a la torpe y paupérrima percepción general—, produce verdaderos avances en el conocimiento del mundo, avances que no podrían derivarse de la simple observación del mundo natural, o que solo lo serían tras largos y tortuosos laberintos aplastados por masas de datos que nadie sabe cómo interpretar durante décadas o siglos.
La historia de la ciencia ofrece muchos ejemplos de este tipo, pero es improbable que haya uno mejor que el de Einstein. Poco después de formular en 1905 la relatividad especial —el espacio y el tiempo se pueden contraer o estirar, la velocidad de la luz es una constante de la naturaleza, E=mc2—, Einstein dio con la clave física para generalizar su teoría: mientras una persona se precipita al espacio en caída libre, no siente su aceleración. El término técnico para esta percepción se llama principio de equivalencia, y dice que estar sometido a una aceleración, por ejemplo en un ascensor, es físicamente equivalente estar sometido a la gravedad, por ejemplo la de la Tierra.
Einstein sabía que en esa simple idea se hallaba el germen de lo que 10 años después se convertiría en su mayor aportación a la ciencia: la relatividad general, la gran teoría actual sobre el tiempo, el espacio y la gravedad, la teoría que obligó a corregir a Newton y el fundamento de la cosmología moderna. Pero Einstein, en 1906, no conocía las matemáticas necesarias para formalizar ese problema monumental. Tuvo que ser su amigo Marcel Grossman, el mejor matemático de su clase, quien le señalara el camino: las innovadoras geometrías que un genio matemático, el discípulo de Gauss, Bernhard Riemann, había desarrollado 60 años antes sin saber nada del espacio-tiempo relativista.
¿Matemáticas con vida propia? El lector juzgará. Y el contraste con la realidad tendrá siempre la última palabra.
Fuente: El País.
Arquímedes
Un viaje a los fundamentos del mundo moderno
Los científicos no atisban el alcance de sus experimentos pero saben de su potencial práctico
La comprensión de la naturaleza siempre augura grandes transformaciones
Einstein se apoyó en su amigo Grossman para formular su teoría.
Pocas noticias científicas han alcanzado el impacto del reciente descubrimiento del bosón de Higgs en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) junto a Ginebra, tal vez lo más parecido a una catedral que ha producido la ciencia moderna. Mueve a la sorpresa que un hallazgo de esta naturaleza, relativo al más oscuro y abstruso rincón de la ya de por sí oscura y abstrusa mecánica cuántica, consiga una repercusión pública de tal magnitud, aunque es cierto que todo parece haber conspirado en este caso para violar los preceptos del periodismo o incluso del sentido común.
Para empezar, el LHC es la mayor y más compleja máquina construida jamás, o “uno de los grandes hitos de la ingeniería humana”, en palabras de sus constructores del CERN, o Laboratorio Europeo de Física de Partículas. Situada en un túnel subterráneo de 27 kilómetros de perímetro bajo la frontera francosuiza, cuenta con los más avanzados instrumentos y detectores; 10.000 científicos de 100 países están implicados en su diseño y construcción y tiene un presupuesto cercano a los 7.500 millones de euros. Cuando se emplea la expresión Gran Ciencia, esto es exactamente lo que uno tiene en la cabeza.
Y eso no es todo, desde luego. Esta prodigiosa pieza de ingeniería se concibió para permitir a la comunidad internacional de físicos poner a prueba los ingredientes más fundamentales de sus teorías sobre el mundo subatómico, y uno de ellos era el bosón de Higgs cuya existencia se ha confirmado este mismo año, no mucho después de que la mayor máquina construida por la humanidad superara sus previsibles problemas de rodaje. El hallazgo de la partícula de Higgs puede considerarse uno de los mayores éxitos de la ciencia experimental de todos los tiempos, y así lo ha entendido la academia sueca al conceder el último premio Nobel de Física a François Englert y Peter Higgs, dos de los teóricos que propusieron su existencia en los años sesenta. Todos los ingredientes de una gran noticia están ahí, y esto explica en retrospectiva el impacto mediático de la noticia.
Hay sin embargo una pregunta que se hace cualquier miembro informado del público, que aparece en todos los foros y que posee toda la lógica si se tienen en cuenta los 10 años que ha llevado construir el LHC, los 10.000 científicos que han intervenido y los 7.500 millones de euros asignados al proyecto: ¿para qué sirve esto? ¿Cuál es la utilidad del celebérrimo bosón de Higgs? ¿Cómo piensan los científicos devolver semejante inversión a la sociedad que la ha financiado con sus impuestos? Es una buena pregunta, y una que resulta condenadamente difícil de responder. Y sin embargo, por paradójico que resulte, no es una pregunta que preocupe demasiado a los científicos.
Porque los científicos no saben cuáles son las consecuencias prácticas del bosón de Higgs. Pero saben que serán enormes, porque eso es lo que se desprende de la no muy larga historia de la ciencia. La comprensión profunda de la naturaleza es siempre el prólogo de un conjunto de aplicaciones prácticas que ni siquiera los descubridores de un fenómeno suelen intuir. Pero que siempre tienen escondido en su núcleo el potencial para transformar el mundo de forma radical: las claves del progreso, la receta del futuro. Basta echar un vistazo a la historia de la ciencia para comprobarlo una y otra vez.
Tomen a Newton, el genio británico que fundó la ciencia moderna: no solo sus principios fundamentales, sino también sus modos y sus estrategias, el estilo y la pericia que los científicos siguen usando tres siglos después. Newton se sintió obsesionado desde chaval por unos cuantos enigmas que habían planteado dos gigantes de las generaciones anteriores a la suya: las elegantes curvas elípticas que describían los planetas en su armoniosa órbita alrededor del Sol, tal y como había descubierto Kepler; y el extraño comportamiento de los objetos sometidos a la gravedad de la Tierra que, contra toda intuición —y contra el conocimiento milenario recibido de las ingeniosas ocurrencias de Aristóteles— había demostrado experimentalmente Galileo unas décadas antes.
Las llamadas leyes de Kepler eran, desde luego, un enigma a la altura de la mente más curiosa. Johannes Kepler formuló sus dos primeras leyes en 1609, basándose en las detalladas observaciones de los movimientos planetarios amasadas pacientemente por el astrónomo danés del siglo XVI Tycho Brahe, de largo las más precisas de la época, y de cualquier época anterior. La primera ley no solo dice que los planetas se mueven alrededor del Sol, confirmando el modelo heliocéntrico de Copérnico, sino también la forma matemática exacta que siguen sus órbitas: no son círculos, sino elipses, unas curvas ya descubiertas en tiempos de Platón, pero en un contexto completamente distinto: junto a las hipérbolas y las parábolas, las elipses forman una especie de aristocracia geométrica: las cónicas, los tres tipos de curvas que pueden resultar de cortar un cono, o de tirar al mar un gorro de bruja. Pero ¿por qué los planetas habrían de moverse en elipses?
La segunda ley planteaba un puzle todavía más impenetrable. Los planetas no se movían con la misma velocidad a lo largo de toda su órbita: aceleraban al acercarse al Sol y se frenaban al alejarse. Y no de cualquier forma: Kepler había sido capaz de cuantificar el efecto con precisión matemática, aunque de un modo realmente chocante: si el planeta estuviera unido al Sol por una cuerda imaginaria, la cuerda barrería la misma área por unidad de tiempo. Y la tercera ley, descubierta por Kepler nueve años después que las dos primeras, no hacía más que rizar el rizo: el tiempo que un planeta tarda en dar la vuelta al Sol —lo que en la Tierra llamamos un año— guarda una sorprendente relación con la distancia del planeta al Sol: el cuadrado del periodo de revolución (el cuadrado de lo que dure el año del planeta en cuestión) varía con el cubo de la distancia del planeta al Sol. Estas relaciones matemáticas son tan chocantes que el propio Kepler se dejó llevar a un delirio geométrico para explicarlas, donde cada planeta ocupaba uno de los llamados sólidos platónicos —cubos, tetraedros, icosaedros y cosas así— en una versión reeditada y hasta mejorada de la armonía de las esferas pitagórica.
Pero ese rompecabezas laberíntico de curvas cónicas, cuadrados, cubos y áreas barridas por unidad de tiempo fue exactamente lo que motivó a Newton al reto enorme de resolverlo. El resultado fue la ciencia moderna y la práctica totalidad de la tecnología de los tres últimos siglos —lo que diferencia nuestro tiempo de un mundo de caballos, floretes y mosquetones—, pero la intención de Newton nunca fue cambiar el mundo ni la forma de pensar sobre el progreso de la humanidad. Su motivación fue entender el mundo: aceptar el desafío de sus enigmas físicos y matemáticos, y adoptar la actitud teórica y experimental adecuada para resolverlo. De ahí venimos. Una vez entendido un proceso, la revolución tecnológica es poco menos que inevitable.
Fuente: El País.
La comprensión de la naturaleza siempre augura grandes transformaciones
Einstein se apoyó en su amigo Grossman para formular su teoría.
Pocas noticias científicas han alcanzado el impacto del reciente descubrimiento del bosón de Higgs en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) junto a Ginebra, tal vez lo más parecido a una catedral que ha producido la ciencia moderna. Mueve a la sorpresa que un hallazgo de esta naturaleza, relativo al más oscuro y abstruso rincón de la ya de por sí oscura y abstrusa mecánica cuántica, consiga una repercusión pública de tal magnitud, aunque es cierto que todo parece haber conspirado en este caso para violar los preceptos del periodismo o incluso del sentido común.
Para empezar, el LHC es la mayor y más compleja máquina construida jamás, o “uno de los grandes hitos de la ingeniería humana”, en palabras de sus constructores del CERN, o Laboratorio Europeo de Física de Partículas. Situada en un túnel subterráneo de 27 kilómetros de perímetro bajo la frontera francosuiza, cuenta con los más avanzados instrumentos y detectores; 10.000 científicos de 100 países están implicados en su diseño y construcción y tiene un presupuesto cercano a los 7.500 millones de euros. Cuando se emplea la expresión Gran Ciencia, esto es exactamente lo que uno tiene en la cabeza.
Y eso no es todo, desde luego. Esta prodigiosa pieza de ingeniería se concibió para permitir a la comunidad internacional de físicos poner a prueba los ingredientes más fundamentales de sus teorías sobre el mundo subatómico, y uno de ellos era el bosón de Higgs cuya existencia se ha confirmado este mismo año, no mucho después de que la mayor máquina construida por la humanidad superara sus previsibles problemas de rodaje. El hallazgo de la partícula de Higgs puede considerarse uno de los mayores éxitos de la ciencia experimental de todos los tiempos, y así lo ha entendido la academia sueca al conceder el último premio Nobel de Física a François Englert y Peter Higgs, dos de los teóricos que propusieron su existencia en los años sesenta. Todos los ingredientes de una gran noticia están ahí, y esto explica en retrospectiva el impacto mediático de la noticia.
Hay sin embargo una pregunta que se hace cualquier miembro informado del público, que aparece en todos los foros y que posee toda la lógica si se tienen en cuenta los 10 años que ha llevado construir el LHC, los 10.000 científicos que han intervenido y los 7.500 millones de euros asignados al proyecto: ¿para qué sirve esto? ¿Cuál es la utilidad del celebérrimo bosón de Higgs? ¿Cómo piensan los científicos devolver semejante inversión a la sociedad que la ha financiado con sus impuestos? Es una buena pregunta, y una que resulta condenadamente difícil de responder. Y sin embargo, por paradójico que resulte, no es una pregunta que preocupe demasiado a los científicos.
Porque los científicos no saben cuáles son las consecuencias prácticas del bosón de Higgs. Pero saben que serán enormes, porque eso es lo que se desprende de la no muy larga historia de la ciencia. La comprensión profunda de la naturaleza es siempre el prólogo de un conjunto de aplicaciones prácticas que ni siquiera los descubridores de un fenómeno suelen intuir. Pero que siempre tienen escondido en su núcleo el potencial para transformar el mundo de forma radical: las claves del progreso, la receta del futuro. Basta echar un vistazo a la historia de la ciencia para comprobarlo una y otra vez.
Tomen a Newton, el genio británico que fundó la ciencia moderna: no solo sus principios fundamentales, sino también sus modos y sus estrategias, el estilo y la pericia que los científicos siguen usando tres siglos después. Newton se sintió obsesionado desde chaval por unos cuantos enigmas que habían planteado dos gigantes de las generaciones anteriores a la suya: las elegantes curvas elípticas que describían los planetas en su armoniosa órbita alrededor del Sol, tal y como había descubierto Kepler; y el extraño comportamiento de los objetos sometidos a la gravedad de la Tierra que, contra toda intuición —y contra el conocimiento milenario recibido de las ingeniosas ocurrencias de Aristóteles— había demostrado experimentalmente Galileo unas décadas antes.
Las llamadas leyes de Kepler eran, desde luego, un enigma a la altura de la mente más curiosa. Johannes Kepler formuló sus dos primeras leyes en 1609, basándose en las detalladas observaciones de los movimientos planetarios amasadas pacientemente por el astrónomo danés del siglo XVI Tycho Brahe, de largo las más precisas de la época, y de cualquier época anterior. La primera ley no solo dice que los planetas se mueven alrededor del Sol, confirmando el modelo heliocéntrico de Copérnico, sino también la forma matemática exacta que siguen sus órbitas: no son círculos, sino elipses, unas curvas ya descubiertas en tiempos de Platón, pero en un contexto completamente distinto: junto a las hipérbolas y las parábolas, las elipses forman una especie de aristocracia geométrica: las cónicas, los tres tipos de curvas que pueden resultar de cortar un cono, o de tirar al mar un gorro de bruja. Pero ¿por qué los planetas habrían de moverse en elipses?
La segunda ley planteaba un puzle todavía más impenetrable. Los planetas no se movían con la misma velocidad a lo largo de toda su órbita: aceleraban al acercarse al Sol y se frenaban al alejarse. Y no de cualquier forma: Kepler había sido capaz de cuantificar el efecto con precisión matemática, aunque de un modo realmente chocante: si el planeta estuviera unido al Sol por una cuerda imaginaria, la cuerda barrería la misma área por unidad de tiempo. Y la tercera ley, descubierta por Kepler nueve años después que las dos primeras, no hacía más que rizar el rizo: el tiempo que un planeta tarda en dar la vuelta al Sol —lo que en la Tierra llamamos un año— guarda una sorprendente relación con la distancia del planeta al Sol: el cuadrado del periodo de revolución (el cuadrado de lo que dure el año del planeta en cuestión) varía con el cubo de la distancia del planeta al Sol. Estas relaciones matemáticas son tan chocantes que el propio Kepler se dejó llevar a un delirio geométrico para explicarlas, donde cada planeta ocupaba uno de los llamados sólidos platónicos —cubos, tetraedros, icosaedros y cosas así— en una versión reeditada y hasta mejorada de la armonía de las esferas pitagórica.
Pero ese rompecabezas laberíntico de curvas cónicas, cuadrados, cubos y áreas barridas por unidad de tiempo fue exactamente lo que motivó a Newton al reto enorme de resolverlo. El resultado fue la ciencia moderna y la práctica totalidad de la tecnología de los tres últimos siglos —lo que diferencia nuestro tiempo de un mundo de caballos, floretes y mosquetones—, pero la intención de Newton nunca fue cambiar el mundo ni la forma de pensar sobre el progreso de la humanidad. Su motivación fue entender el mundo: aceptar el desafío de sus enigmas físicos y matemáticos, y adoptar la actitud teórica y experimental adecuada para resolverlo. De ahí venimos. Una vez entendido un proceso, la revolución tecnológica es poco menos que inevitable.
Fuente: El País.
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Entrevista al Relator de la ONU en medio del debate sobre los servicios audiovisuales
“La concentración de medios lleva a la concentración del poder político”
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Aunque declinó opinar sobre la audiencia en la Corte, el guatemalteco Frank La Rue estuvo en Buenos Aires mientras la discusión sobre la vigencia plena del nuevo régimen audiovisual alcanzaba su punto máximo antes del fallo del tribunal supremo y accedió a exponer su visión sobre el pluralismo en diálogo con Página/12.
Ahora trabaja en un informe sobre el derecho a la verdad clásico, relacionado con la verdad de las violaciones a los derechos humanos, y su relación con el derecho a la verdad como parte del acceso a la información pública. “Hay una derivación”, dijo el guatemalteco Frank La Rue, relator de la ONU para Libertad de Expresión en su visita a la Argentina. “Todos debemos protegernos mutuamente y cualquier ciudadano tiene el deber ético de denunciar violaciones a los derechos humanos, pero en el caso de los funcionarios públicos debería ser obligatorio.” –¿Se puede actualizar la defensa práctica de la libertad de expresión y a la vez preservar principios como los de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa de 1789?
–Los derechos humanos nunca son un regalo del poder, sino el resultado de una conquista popular. La discusión más antigua de los derechos humanos plantea cuándo empezaron. Porque la Declaración Universal de 1948 nos dio fue un instrumento relativamente universal tras el fin de la Segunda Guerra. El mundo quiso reaccionar ante los horrores y las atrocidades y decir: “Ahora estamos en paz”. Numerosos países en América latina, Asia y Africa fueron entrando mucho tiempo después en esa lógica. Y hasta la fecha hay discusiones que están resueltas teóricamente pero que no se han resuelto para algunos Estados en particular, como el relativismo cultural o la libertad de expresión. En Tailandia, por ejemplo, es delito de lesa majestad hablar mal del rey y les dan cinco años por cada expresión. Y para mí fue bien difícil explicarles que no, que el rey puede ser criticado y que el rey puede meter la pata, como otros reyes de otros países más cercanos nos han demostrado. Entonces, la verdad es que los derechos humanos empiezan con los seres humanos y luego está el fenómeno de codificación y sistematización para convertir a los derechos humanos en normas de convivencia. Los derechos inherentes a la persona humana empiezan con la persona humana. Arrancaron cuando el primer homo sapiens se paró en dos pies y caminó erguido y empezó a pensar.
–¿Y cuándo empezó la libertad de expresión?
–Es interesante porque, al leer libros sobre democracia, encontré que hay expresiones de democracia incluso en países a los que no-sotros veíamos como “salvajes”. Por ejemplo, los países escandinavos en la época de los vikingos tenían parlamentos. Con el fuego en el medio, se juntaba la comunidad y hablaba todo el mundo. Y las decisiones eran colectivas. Otra cosa es que después fueran salvajes al hacer la guerra con otros. Hablo para adentro. Es decir que siempre, desde que los colectivos humanos empezaron a vivir como tales, tuvo que haber habido un nivel de entendimiento en la toma de decisiones. Y claro que siempre hubo autoridad y que la autoridad a menudo se impuso por la fuerza sobre los súbditos. Pero la existencia de algún nivel de discusión con algún sector es lo que hacía que las tiranías subieran y bajaran. Siempre hubo héroes de la revolución, rebeldes. Hubo pueblos en los que las mujeres tenían voz. Los celtas que vivían en Inglaterra se rebelaron contra el Imperio Romano dirigidos por una mujer. Y, a pesar de que esa mujer imponía su autoridad como reina, tenía un sistema improvisado de consulta popular con su gente. Cuando uno estudia Derecho empieza con el Código de Hammurabi, porque es la primera versión escrita que se tiene de normatividad, de normas de conducta. Pero probablemente hubo desde mucho antes normas de carácter oral que formaban parte de las tradiciones. Se trataba de una normatividad de convivencia. En muchos casos la gente las equipara con el Derecho Penal porque había “castigos” para el que se salía de las normas. Pero en el fondo, a la vez, muchas normas fueron protegiendo derechos humanos cuando buscaban establecer un nivel de convivencia que obligase al respeto mutuo en el ejercicio de ciertos derechos fundamentales.
–O sea que usted, históricamente, no arroja nada bueno a la basura.
–No, al contrario. Como yo creo en la humanidad, también creo que desde el principio los derechos humanos se basan en la protección de la vida y de todas las expresiones de la vida y de la dignidad del ser humano.
–Definir vida en términos absolutos parece más fácil. Es la no-muerte. ¿Y dignidad?
–Sí, por un lado está la definición por antítesis, pero al mismo tiempo hay que considerar que muchos elementos enriquecen la vitalidad. No es esencial que comas todos los días, pero ciertamente comer todos los días es fundamental. O tomar agua pura. O disponer de agua potable. Por eso es que la cuestión de la vida se va extendiendo. Para comer hay que tener trabajo. Tener trabajo implica otros derechos. Proteger la vida implica proteger la salud, tener agua potable, tener techo. Ahí están la vida y sus extensiones permanentes. La dignidad tuvo siempre más que ver con el hecho de que empezáramos a diferenciarnos como seres humanos. En la humanidad siempre se da una mezcla de lo religioso con lo humano y me da a mí la impresión de que las sociedades más primitivas fueron mucho más religiosas, obviamente, de lo que es la humanidad de hoy. Pero cuando ya hubo un colectivo humano y grupos pensantes, lo que los diferenciaba de manadas de animales era precisamente ese nivel de pensamiento, de entendimiento y de coexistencia. Eso implicaba que había un aprecio distinto del uno por el otro, lo cual suponía entender que el otro tenía la misma dignidad. De alguna forma, la vida física de él valía tanto como la de uno, por lo menos en el núcleo familiar inicial. Por supuesto, no olvidemos que eso es lo que también marcaba las diferencias y permitía a los vencedores esclavizar a los vencidos. Porque esa dignidad probablemente para ellos iba amarrada al ejercicio del poder. Y del poder de control de territorio y del poder militar.
–Ya en la Relatoría, ¿cuál fue la peor experiencia en términos de violación de la libertad de expresión?
–Cuando yo entré la libertad de expresión era de las cosas más complejas. Comencé pensando en que habría consenso de todos. ¿Quién iba a estar en contra de las libertades fundamentales?
–Pensaba que no tendría trabajo.
–(Sonríe.) No. Que sería más fácil de lo que fue. Pero resultó muy complejo y yo complejicé más porque, por ejemplo, los sectores más conservadores insisten en que la libertades fundamentales son sólo individuales. Siempre he rechazado esta visión. La libertad de expresión es un derecho individual, sí: el derecho de buscar información, de crear pensamiento propio y de expresarlo. Pero es también un derecho colectivo y un derecho social. Colectivo, porque uno se puede asociar para recibir información e investigar, o nos podemos asociar para expresarnos y hacer un pronunciamiento colectivo. Social, porque corresponde proteger el derecho de la sociedad de estar informada. Y ahí yo introducía siempre el tema de la ciudadanía, que tiene que participar. La verdadera democracia es la que tiene varios elementos, desde el marco legal hasta la institucionalidad fuerte, la credibilidad, la transparencia... Pero el factor más importante en la existencia de una democracia no es tener un sistema electoral, aunque por supuesto eso sea necesario. El elemento más importante es garantizar la participación ciudadana. Que el ciudadano o la ciudadana puedan decidir si quieren ser candidatos o no, si quieren participar en un partido político o no, si quieren criticar a sus dirigentes o a sus líderes, si quieren expresarse por una política pública, si les satisface o no les satisface, si quieren presentar sus demandas. Ahora, la participación ciudadana está vinculada con estar informado. Por eso incluía también el tema de que ese acceso a la información, que es un derecho social, también está vinculado con la libertad de prensa, con todos los mecanismos sociales de comunicación que son los que trasladan información a la sociedad. De hecho, es el debate que tienen ustedes en la Argentina a partir de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
–¿Y cómo ve el relator nuestro debate?
–La Unesco estableció que la información y los medios de comunicación tienen que operar con pluralidad y diversidad para que un pueblo pueda dar por satisfecho su derecho a estar informado. Tiene que haber diversidad de medios y pluralismo de ideas. Ese fue el avance de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de ustedes. Dice que puede haber medios comerciales, como en cualquier parte del mundo, pero también tiene que haber medios no lucrativos, que pueden ser comunitarios o públicos, al servicio de la población. Y étnicos, porque todo grupo étnico tiene derecho a mantener su idioma, su lenguaje y su cultura, siguiendo los principios de la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos originarios. Además del ejercicio individual y del ejercicio colectivo de los derechos relacionados con la libertad de expresión, hay una tercera forma: ejercerlos como pueblos. Un pueblo tiene derecho a tener una identidad, a expresarla, a defenderla y a reproducirla.
–Usted elogió la LdSCA desde un principio. ¿Sigue haciéndolo cuatro años después de su promulgación?
–Sigo pensando lo mismo. No he querido pronunciarme sobre si se llevaron adelante las políticas derivadas de la LdSCA porque no sé. Pero la LdSCA fue un tremendo avance para América latina porque establece que, efectivamente, todos los sectores de una sociedad, como sectores, deben tener acceso a la propiedad de medios propios de comunicación social. Unos serán medios escritos, y eso no está en la LdSCA. Los medios audiovisuales sí están porque el manejo de las frecuencias electromagnéticas es propio del Estado: son recursos públicos. El Estado debe ser garante de que, en búsqueda del bien común, todos los recursos del Estado se utilizarán primero para el bien común y luego para uso de todo el mundo. Ahí es donde yo creo que hay que democratizar. La falla de todos los medios de comunicación social en todo el mundo, incluyendo América latina, es que progresivamente permitimos que fuera prevaleciendo la visión comercial. Aquel viejo truco de qué funciona mejor, si el Estado o el mercado, incluyendo las supuestas afirmaciones absolutas sobre que el Estado es inútil y no funciona y el mercado sí funciona; aquel truco, digo, es ficticio. El mercado sólo funciona con la lógica de rentabilidad y ganancia, que no es necesariamente la lógica del interés del común de la población. Los medios comerciales siempre jugaron un papel importante. Lo han hecho históricamente los primeros periódicos. Pero sí insisto en que no son sólo esos medios los que deben existir. Esos medios comerciales que fueron iniciados por personas con una verdadera vocación de informadores, de periodistas, se convirtieron en medios comprados por corporaciones financieras porque en el fondo se volvieron grandes inversiones. Entonces se fue perdiendo la vocación de ser periodista y se exacerbó la visión comercial. La noticia quedó deteriorada y se fortalecieron los Rupert Murdoch, los Berlusconi, que buscan vender pero no buscan informar.
–¿Acaso el mayor negocio de Berlusconi es vender?
–Lo que quiere Berlusconi es la concentración. Si no se evitan fenómenos de concentración de medios como el de Berlusconi, esa concentración de medios te lleva inevitablemente a la concentración del poder político. Por ejemplo, en mi país, en Guatemala, la televisión abierta es un monopolio unipersonal de Angel González. El no tiene ambiciones políticas, pero determina presidencias y candidaturas, porque eso lo perpetúa en el ejercicio de su provecho y sus intereses económicos. Asigna el tiempo de televisión a los partidos políticos y a los candidatos que él desea. Y lo hace normalmente con varios de los que cree que son futuros ganadores. Entonces, en el Congreso de la República, es imposible pasar una ley que rompa ese monopolio. La concentración del poder de medios lleva a la concentración del poder político, ya sea en ejercicio directo o no. En el caso de Berlusconi derivó en ejercicio directo del poder. Pero en otros casos es el ejercicio indirecto del poder político. Siempre existe el interés de jugar de titiritero: “Yo quiero ser el que controle la vida política de un país”. Y efectivamente las grandes concentraciones permiten eso.
–Un contraargumento diría que, como el Estado es muy poderoso, puede hacer falta un poder equilibrante para garantizar la diversidad.
–Pero los monopolios de comunicación son malos, sean privados o públicos. Lo digo porque también está mal cuando el Estado lo quiere hacer todo o quiere hacer proselitismo en lugar de servicio público. Que haya de todo: empresas comerciales sin posibilidad de acumular ilimitadamente, el Estado, los medios comunitarios... Hay que discutir cómo se asigna la pauta publicitaria oficial. Fijar criterios es muy complejo aquí y en todo el mundo. El principio es fácil y la fórmula práctica concreta es difícil. Lo que sí es fácil es identificar cuando se da la inversa. En Guatemala un presidente llevó a la quiebra a una revista conservadora pero de calidad crítica, Crónica, quitándole todo anuncio oficial.
–¿Cuáles son las peores violaciones a la libertad de expresión que vio durante su gestión?
–En general, en Corea del Norte es muy difícil contar con un medio comunitario o expresar una opinión crítica. China va abriéndose al mercado liberal y más capitalista pero no fue abriendo el disenso en la misma forma. Un bloguero puede ir preso. Y los países con conflicto armado hacen que la libertad de expresión sea jugarse el físico. Birmania antes, Siria ahora. Lo mismo en países de naturaleza autoritaria como Yemen. Mantener la libertad de expresión implica articular con políticas de prevención.
–Su síntesis sería “más prevención que Código Penal”.
–Ah, por supuesto.... Y más campañas. Hice un informe sobre el discurso del odio, basado en el caso del joven noruego que asesinó a 93 personas, entre ellos muchos niños, porque se oponía a las políticas migratorias. Un Estado tiene que estar alerta ante el racismo y la xenofobia.
–Usted siempre dice “Estado” y no “gobierno”. El Estado, por ejemplo en un país como la Argentina, tiene tres poderes.
–Lo hago a propósito. Me interesa que muchas de estas decisiones no sean del gobierno, sino de la Justicia. Incluso ante fenómenos como el discurso del odio. Le temo a que quienes ejercen el poder político puedan utilizar mecanismos de origen legítimo para otros fines como censurar a la crítica o perpetuarse en el poder. Cuando uno es relator quiere hablar de la promoción y la protección. Pero está la realidad concreta. Ante eso mi posición fue que la libertad de expresión no es la culpable de los males o los discursos peligrosos. Hay que preparar al público para asumir un diálogo sano y limitar las prohibiciones a los mensajes que sí pueden hacer daño: que haya malicia, que haya riesgo de un daño inmediato, que el daño sea de tanta intensidad que ponga en peligro la propia libertad de expresión y que sea inminente y probable dentro de un contexto. Obviamente, un peligro siempre es la incitación al tráfico de niños o la violación de los derechos de la niñez.
–El relator baja a la realidad.
–Inevitablemente. Me pasó con el último informe sobre el Estado, la privacidad y la seguridad nacional. Salió antes del pedido de refugio de Edward Snowden en Rusia. Pero bueno, la función del relator es trasladar los principios de derechos humanos y aplicarlos a momentos históricos y realidades concretas. Defendí el derecho de WikiLeaks de difundir información. ¿Cómo puede ser condenable la publicación de filtraciones si eso es lo que hicieron Bob Woodward y Carl Bernstein en el Wa-shington Post durante el Watergate gracias a Garganta Profunda?
–Eso es WikiLeaks. ¿Y el caso Snowden?
–Snowden reveló además que hay una política de monitoreo permanente y constante que violenta el derecho a la privacidad de extranjeros y de ciudadanos norteamericanos de forma sistemática. La denuncia sobre esa presunta violación de los derechos humanos es legítima y obligaría al Estado a hacer una investigación para determinar quién dio la orden de violentar un derecho.
–La condena a 35 años al soldado Bradley Manning, fuente aparente de WikiLeaks, ¿violó algún derecho?
–La sentencia emitida según el Derecho Procesal Penal Militar violó el principio de proporcionalidad. Sentencias en Europa por delitos similares fallaron penas de hasta siete años. La exorbitancia de la pena apuntó a intimidar. Eso tiene que ver con la libertad de expresión, porque la intimidación es para impedir el ejercicio de un derecho por parte de otras personas.
–¿Cómo sintetizaría una descripción sobre América latina en materia de libertad de expresión?
–Partamos la región en Cono Sur, zona andina, Centroamérica y México y Caribe. Los casos más graves son México y Honduras, no sólo en términos de muertes en general, sino medido en riesgo físico para periodistas. En México, además, o hay monopolio o hay duopolio y la discusión sería si entra a funcionar una tercera cadena de televisión abierta. Mi país, Guatemala, también vive una situación seria en este sentido y en el sentido de reconocimiento de los derechos de grupos étnicos. A tal punto que en Guatemala no existe la categoría de radios comunitarias o étnicas en un país donde más de la mitad de la población proviene de los pueblos originarios.
–En México hubo 70 mil asesinatos en el mandato del presidente Felipe Calderón. Y para Guatemala, si uno hace un cálculo proporcional a la población, puede establecer que fue asesinado el equivalente de un millón y medio de argentinos.
–Fueron 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos. La Comisión de la Verdad de Naciones Unidas estableció que Guatemala es el único país de América latina que sufrió un genocidio en el siglo XX. El general Efraín Ríos Montt fue procesado por genocidio, aunque después la Corte anuló de manera corrupta la parte final del proceso y hay que repetirlo.
–¿Cuál sería el problema en la zona andina?
–Me preocupa mucho la ley de Ecuador, y lo discutí con el propio presidente Rafael Correa. Crea una superintendencia que se convierte en órgano de censura.
–No decide la Justicia, sino el Ejecutivo.
–Claro. En cambio, en el Cono Sur yo felicité la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual argentina y sigo felicitándola. En Uruguay la legislación en debate va muy bien. Ambos casos son mejorables en cuanto a órganos reguladores o a alguna instancia más, pero las dos leyes sientan buenos precedentes en materia de democratización de los medios.
Fuente:
Martín Granovsky
Aunque declinó opinar sobre la audiencia en la Corte, el guatemalteco Frank La Rue estuvo en Buenos Aires mientras la discusión sobre la vigencia plena del nuevo régimen audiovisual alcanzaba su punto máximo antes del fallo del tribunal supremo y accedió a exponer su visión sobre el pluralismo en diálogo con Página/12.
Ahora trabaja en un informe sobre el derecho a la verdad clásico, relacionado con la verdad de las violaciones a los derechos humanos, y su relación con el derecho a la verdad como parte del acceso a la información pública. “Hay una derivación”, dijo el guatemalteco Frank La Rue, relator de la ONU para Libertad de Expresión en su visita a la Argentina. “Todos debemos protegernos mutuamente y cualquier ciudadano tiene el deber ético de denunciar violaciones a los derechos humanos, pero en el caso de los funcionarios públicos debería ser obligatorio.” –¿Se puede actualizar la defensa práctica de la libertad de expresión y a la vez preservar principios como los de libertad, igualdad y fraternidad de la Revolución Francesa de 1789?
–Los derechos humanos nunca son un regalo del poder, sino el resultado de una conquista popular. La discusión más antigua de los derechos humanos plantea cuándo empezaron. Porque la Declaración Universal de 1948 nos dio fue un instrumento relativamente universal tras el fin de la Segunda Guerra. El mundo quiso reaccionar ante los horrores y las atrocidades y decir: “Ahora estamos en paz”. Numerosos países en América latina, Asia y Africa fueron entrando mucho tiempo después en esa lógica. Y hasta la fecha hay discusiones que están resueltas teóricamente pero que no se han resuelto para algunos Estados en particular, como el relativismo cultural o la libertad de expresión. En Tailandia, por ejemplo, es delito de lesa majestad hablar mal del rey y les dan cinco años por cada expresión. Y para mí fue bien difícil explicarles que no, que el rey puede ser criticado y que el rey puede meter la pata, como otros reyes de otros países más cercanos nos han demostrado. Entonces, la verdad es que los derechos humanos empiezan con los seres humanos y luego está el fenómeno de codificación y sistematización para convertir a los derechos humanos en normas de convivencia. Los derechos inherentes a la persona humana empiezan con la persona humana. Arrancaron cuando el primer homo sapiens se paró en dos pies y caminó erguido y empezó a pensar.
–¿Y cuándo empezó la libertad de expresión?
–Es interesante porque, al leer libros sobre democracia, encontré que hay expresiones de democracia incluso en países a los que no-sotros veíamos como “salvajes”. Por ejemplo, los países escandinavos en la época de los vikingos tenían parlamentos. Con el fuego en el medio, se juntaba la comunidad y hablaba todo el mundo. Y las decisiones eran colectivas. Otra cosa es que después fueran salvajes al hacer la guerra con otros. Hablo para adentro. Es decir que siempre, desde que los colectivos humanos empezaron a vivir como tales, tuvo que haber habido un nivel de entendimiento en la toma de decisiones. Y claro que siempre hubo autoridad y que la autoridad a menudo se impuso por la fuerza sobre los súbditos. Pero la existencia de algún nivel de discusión con algún sector es lo que hacía que las tiranías subieran y bajaran. Siempre hubo héroes de la revolución, rebeldes. Hubo pueblos en los que las mujeres tenían voz. Los celtas que vivían en Inglaterra se rebelaron contra el Imperio Romano dirigidos por una mujer. Y, a pesar de que esa mujer imponía su autoridad como reina, tenía un sistema improvisado de consulta popular con su gente. Cuando uno estudia Derecho empieza con el Código de Hammurabi, porque es la primera versión escrita que se tiene de normatividad, de normas de conducta. Pero probablemente hubo desde mucho antes normas de carácter oral que formaban parte de las tradiciones. Se trataba de una normatividad de convivencia. En muchos casos la gente las equipara con el Derecho Penal porque había “castigos” para el que se salía de las normas. Pero en el fondo, a la vez, muchas normas fueron protegiendo derechos humanos cuando buscaban establecer un nivel de convivencia que obligase al respeto mutuo en el ejercicio de ciertos derechos fundamentales.
–O sea que usted, históricamente, no arroja nada bueno a la basura.
–No, al contrario. Como yo creo en la humanidad, también creo que desde el principio los derechos humanos se basan en la protección de la vida y de todas las expresiones de la vida y de la dignidad del ser humano.
–Definir vida en términos absolutos parece más fácil. Es la no-muerte. ¿Y dignidad?
–Sí, por un lado está la definición por antítesis, pero al mismo tiempo hay que considerar que muchos elementos enriquecen la vitalidad. No es esencial que comas todos los días, pero ciertamente comer todos los días es fundamental. O tomar agua pura. O disponer de agua potable. Por eso es que la cuestión de la vida se va extendiendo. Para comer hay que tener trabajo. Tener trabajo implica otros derechos. Proteger la vida implica proteger la salud, tener agua potable, tener techo. Ahí están la vida y sus extensiones permanentes. La dignidad tuvo siempre más que ver con el hecho de que empezáramos a diferenciarnos como seres humanos. En la humanidad siempre se da una mezcla de lo religioso con lo humano y me da a mí la impresión de que las sociedades más primitivas fueron mucho más religiosas, obviamente, de lo que es la humanidad de hoy. Pero cuando ya hubo un colectivo humano y grupos pensantes, lo que los diferenciaba de manadas de animales era precisamente ese nivel de pensamiento, de entendimiento y de coexistencia. Eso implicaba que había un aprecio distinto del uno por el otro, lo cual suponía entender que el otro tenía la misma dignidad. De alguna forma, la vida física de él valía tanto como la de uno, por lo menos en el núcleo familiar inicial. Por supuesto, no olvidemos que eso es lo que también marcaba las diferencias y permitía a los vencedores esclavizar a los vencidos. Porque esa dignidad probablemente para ellos iba amarrada al ejercicio del poder. Y del poder de control de territorio y del poder militar.
–Ya en la Relatoría, ¿cuál fue la peor experiencia en términos de violación de la libertad de expresión?
–Cuando yo entré la libertad de expresión era de las cosas más complejas. Comencé pensando en que habría consenso de todos. ¿Quién iba a estar en contra de las libertades fundamentales?
–Pensaba que no tendría trabajo.
–(Sonríe.) No. Que sería más fácil de lo que fue. Pero resultó muy complejo y yo complejicé más porque, por ejemplo, los sectores más conservadores insisten en que la libertades fundamentales son sólo individuales. Siempre he rechazado esta visión. La libertad de expresión es un derecho individual, sí: el derecho de buscar información, de crear pensamiento propio y de expresarlo. Pero es también un derecho colectivo y un derecho social. Colectivo, porque uno se puede asociar para recibir información e investigar, o nos podemos asociar para expresarnos y hacer un pronunciamiento colectivo. Social, porque corresponde proteger el derecho de la sociedad de estar informada. Y ahí yo introducía siempre el tema de la ciudadanía, que tiene que participar. La verdadera democracia es la que tiene varios elementos, desde el marco legal hasta la institucionalidad fuerte, la credibilidad, la transparencia... Pero el factor más importante en la existencia de una democracia no es tener un sistema electoral, aunque por supuesto eso sea necesario. El elemento más importante es garantizar la participación ciudadana. Que el ciudadano o la ciudadana puedan decidir si quieren ser candidatos o no, si quieren participar en un partido político o no, si quieren criticar a sus dirigentes o a sus líderes, si quieren expresarse por una política pública, si les satisface o no les satisface, si quieren presentar sus demandas. Ahora, la participación ciudadana está vinculada con estar informado. Por eso incluía también el tema de que ese acceso a la información, que es un derecho social, también está vinculado con la libertad de prensa, con todos los mecanismos sociales de comunicación que son los que trasladan información a la sociedad. De hecho, es el debate que tienen ustedes en la Argentina a partir de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
–¿Y cómo ve el relator nuestro debate?
–La Unesco estableció que la información y los medios de comunicación tienen que operar con pluralidad y diversidad para que un pueblo pueda dar por satisfecho su derecho a estar informado. Tiene que haber diversidad de medios y pluralismo de ideas. Ese fue el avance de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de ustedes. Dice que puede haber medios comerciales, como en cualquier parte del mundo, pero también tiene que haber medios no lucrativos, que pueden ser comunitarios o públicos, al servicio de la población. Y étnicos, porque todo grupo étnico tiene derecho a mantener su idioma, su lenguaje y su cultura, siguiendo los principios de la Declaración de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos originarios. Además del ejercicio individual y del ejercicio colectivo de los derechos relacionados con la libertad de expresión, hay una tercera forma: ejercerlos como pueblos. Un pueblo tiene derecho a tener una identidad, a expresarla, a defenderla y a reproducirla.
–Usted elogió la LdSCA desde un principio. ¿Sigue haciéndolo cuatro años después de su promulgación?
–Sigo pensando lo mismo. No he querido pronunciarme sobre si se llevaron adelante las políticas derivadas de la LdSCA porque no sé. Pero la LdSCA fue un tremendo avance para América latina porque establece que, efectivamente, todos los sectores de una sociedad, como sectores, deben tener acceso a la propiedad de medios propios de comunicación social. Unos serán medios escritos, y eso no está en la LdSCA. Los medios audiovisuales sí están porque el manejo de las frecuencias electromagnéticas es propio del Estado: son recursos públicos. El Estado debe ser garante de que, en búsqueda del bien común, todos los recursos del Estado se utilizarán primero para el bien común y luego para uso de todo el mundo. Ahí es donde yo creo que hay que democratizar. La falla de todos los medios de comunicación social en todo el mundo, incluyendo América latina, es que progresivamente permitimos que fuera prevaleciendo la visión comercial. Aquel viejo truco de qué funciona mejor, si el Estado o el mercado, incluyendo las supuestas afirmaciones absolutas sobre que el Estado es inútil y no funciona y el mercado sí funciona; aquel truco, digo, es ficticio. El mercado sólo funciona con la lógica de rentabilidad y ganancia, que no es necesariamente la lógica del interés del común de la población. Los medios comerciales siempre jugaron un papel importante. Lo han hecho históricamente los primeros periódicos. Pero sí insisto en que no son sólo esos medios los que deben existir. Esos medios comerciales que fueron iniciados por personas con una verdadera vocación de informadores, de periodistas, se convirtieron en medios comprados por corporaciones financieras porque en el fondo se volvieron grandes inversiones. Entonces se fue perdiendo la vocación de ser periodista y se exacerbó la visión comercial. La noticia quedó deteriorada y se fortalecieron los Rupert Murdoch, los Berlusconi, que buscan vender pero no buscan informar.
–¿Acaso el mayor negocio de Berlusconi es vender?
–Lo que quiere Berlusconi es la concentración. Si no se evitan fenómenos de concentración de medios como el de Berlusconi, esa concentración de medios te lleva inevitablemente a la concentración del poder político. Por ejemplo, en mi país, en Guatemala, la televisión abierta es un monopolio unipersonal de Angel González. El no tiene ambiciones políticas, pero determina presidencias y candidaturas, porque eso lo perpetúa en el ejercicio de su provecho y sus intereses económicos. Asigna el tiempo de televisión a los partidos políticos y a los candidatos que él desea. Y lo hace normalmente con varios de los que cree que son futuros ganadores. Entonces, en el Congreso de la República, es imposible pasar una ley que rompa ese monopolio. La concentración del poder de medios lleva a la concentración del poder político, ya sea en ejercicio directo o no. En el caso de Berlusconi derivó en ejercicio directo del poder. Pero en otros casos es el ejercicio indirecto del poder político. Siempre existe el interés de jugar de titiritero: “Yo quiero ser el que controle la vida política de un país”. Y efectivamente las grandes concentraciones permiten eso.
–Un contraargumento diría que, como el Estado es muy poderoso, puede hacer falta un poder equilibrante para garantizar la diversidad.
–Pero los monopolios de comunicación son malos, sean privados o públicos. Lo digo porque también está mal cuando el Estado lo quiere hacer todo o quiere hacer proselitismo en lugar de servicio público. Que haya de todo: empresas comerciales sin posibilidad de acumular ilimitadamente, el Estado, los medios comunitarios... Hay que discutir cómo se asigna la pauta publicitaria oficial. Fijar criterios es muy complejo aquí y en todo el mundo. El principio es fácil y la fórmula práctica concreta es difícil. Lo que sí es fácil es identificar cuando se da la inversa. En Guatemala un presidente llevó a la quiebra a una revista conservadora pero de calidad crítica, Crónica, quitándole todo anuncio oficial.
–¿Cuáles son las peores violaciones a la libertad de expresión que vio durante su gestión?
–En general, en Corea del Norte es muy difícil contar con un medio comunitario o expresar una opinión crítica. China va abriéndose al mercado liberal y más capitalista pero no fue abriendo el disenso en la misma forma. Un bloguero puede ir preso. Y los países con conflicto armado hacen que la libertad de expresión sea jugarse el físico. Birmania antes, Siria ahora. Lo mismo en países de naturaleza autoritaria como Yemen. Mantener la libertad de expresión implica articular con políticas de prevención.
–Su síntesis sería “más prevención que Código Penal”.
–Ah, por supuesto.... Y más campañas. Hice un informe sobre el discurso del odio, basado en el caso del joven noruego que asesinó a 93 personas, entre ellos muchos niños, porque se oponía a las políticas migratorias. Un Estado tiene que estar alerta ante el racismo y la xenofobia.
–Usted siempre dice “Estado” y no “gobierno”. El Estado, por ejemplo en un país como la Argentina, tiene tres poderes.
–Lo hago a propósito. Me interesa que muchas de estas decisiones no sean del gobierno, sino de la Justicia. Incluso ante fenómenos como el discurso del odio. Le temo a que quienes ejercen el poder político puedan utilizar mecanismos de origen legítimo para otros fines como censurar a la crítica o perpetuarse en el poder. Cuando uno es relator quiere hablar de la promoción y la protección. Pero está la realidad concreta. Ante eso mi posición fue que la libertad de expresión no es la culpable de los males o los discursos peligrosos. Hay que preparar al público para asumir un diálogo sano y limitar las prohibiciones a los mensajes que sí pueden hacer daño: que haya malicia, que haya riesgo de un daño inmediato, que el daño sea de tanta intensidad que ponga en peligro la propia libertad de expresión y que sea inminente y probable dentro de un contexto. Obviamente, un peligro siempre es la incitación al tráfico de niños o la violación de los derechos de la niñez.
–El relator baja a la realidad.
–Inevitablemente. Me pasó con el último informe sobre el Estado, la privacidad y la seguridad nacional. Salió antes del pedido de refugio de Edward Snowden en Rusia. Pero bueno, la función del relator es trasladar los principios de derechos humanos y aplicarlos a momentos históricos y realidades concretas. Defendí el derecho de WikiLeaks de difundir información. ¿Cómo puede ser condenable la publicación de filtraciones si eso es lo que hicieron Bob Woodward y Carl Bernstein en el Wa-shington Post durante el Watergate gracias a Garganta Profunda?
–Eso es WikiLeaks. ¿Y el caso Snowden?
–Snowden reveló además que hay una política de monitoreo permanente y constante que violenta el derecho a la privacidad de extranjeros y de ciudadanos norteamericanos de forma sistemática. La denuncia sobre esa presunta violación de los derechos humanos es legítima y obligaría al Estado a hacer una investigación para determinar quién dio la orden de violentar un derecho.
–La condena a 35 años al soldado Bradley Manning, fuente aparente de WikiLeaks, ¿violó algún derecho?
–La sentencia emitida según el Derecho Procesal Penal Militar violó el principio de proporcionalidad. Sentencias en Europa por delitos similares fallaron penas de hasta siete años. La exorbitancia de la pena apuntó a intimidar. Eso tiene que ver con la libertad de expresión, porque la intimidación es para impedir el ejercicio de un derecho por parte de otras personas.
–¿Cómo sintetizaría una descripción sobre América latina en materia de libertad de expresión?
–Partamos la región en Cono Sur, zona andina, Centroamérica y México y Caribe. Los casos más graves son México y Honduras, no sólo en términos de muertes en general, sino medido en riesgo físico para periodistas. En México, además, o hay monopolio o hay duopolio y la discusión sería si entra a funcionar una tercera cadena de televisión abierta. Mi país, Guatemala, también vive una situación seria en este sentido y en el sentido de reconocimiento de los derechos de grupos étnicos. A tal punto que en Guatemala no existe la categoría de radios comunitarias o étnicas en un país donde más de la mitad de la población proviene de los pueblos originarios.
–En México hubo 70 mil asesinatos en el mandato del presidente Felipe Calderón. Y para Guatemala, si uno hace un cálculo proporcional a la población, puede establecer que fue asesinado el equivalente de un millón y medio de argentinos.
–Fueron 200 mil muertos y 45 mil desaparecidos. La Comisión de la Verdad de Naciones Unidas estableció que Guatemala es el único país de América latina que sufrió un genocidio en el siglo XX. El general Efraín Ríos Montt fue procesado por genocidio, aunque después la Corte anuló de manera corrupta la parte final del proceso y hay que repetirlo.
–¿Cuál sería el problema en la zona andina?
–Me preocupa mucho la ley de Ecuador, y lo discutí con el propio presidente Rafael Correa. Crea una superintendencia que se convierte en órgano de censura.
–No decide la Justicia, sino el Ejecutivo.
–Claro. En cambio, en el Cono Sur yo felicité la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual argentina y sigo felicitándola. En Uruguay la legislación en debate va muy bien. Ambos casos son mejorables en cuanto a órganos reguladores o a alguna instancia más, pero las dos leyes sientan buenos precedentes en materia de democratización de los medios.
Fuente:
domingo, 3 de noviembre de 2013
Entrevista a Susan George, presidenta del Transnational Institut “Van a por la democracia”
María Rodríguez Bajo, Público.es
Lo promulga en cada conferencia: “Hay que dejar de ser tan educados y decirles a los políticos de la austeridad que estamos más que indignados”. La presidenta de la junta del ‘think tank’ Transnational Institute charla con Números Rojos sobre Europa, la crisis y cómo pasar a la acción.
Pocas personas disfrutan tanto como Susan George (Ohio, 1934) de desnudar el cinismo de las grandes corporaciones y los gobiernos al servicio del capital. George, quien no se despeina al declarar que no es economista sino activista y voz incómoda para las injusticias, retó a los poderosos con su blasfemo “Informe Lugano” que, junto con otros 13 títulos de los que es autora, sigue su lema de “estudia al rico, el pobre ya sabe qué va mal”.
Los líderes europeos han invocado la austeridad como el ‘hada madrina’ que solventará los problemas financieros. ¿Qué le parece esa tendencia?
¡Que no es nada más que una fantasía! Los alemanes lo llaman “austeridad expansiva”, algo totalmente absurdo porque, obviamente, la austeridad no puede conducir a una economía al crecimiento. Pero no creo que ese sea el problema esencial.
¿Cuál sería entonces?
Creo que hay un grupo, compuesto por el BusinessEurope, la Mesa Redonda Europea de Industriales y los mercados financieros, que ha decidido rejuvenecer el capitalismo deshaciéndose de muchas de las leyes y protecciones de los trabajadores, cosas por las que el modelo europeo y la gente han luchado durante décadas. Así que, si los dirigentes no hacen nada, seguirán yendo en la misma dirección. Por eso, hablar de crecimiento e inversión no nos beneficia, ya que puede que haya inversiones, pero estarán dedicadas más que nada a productos financieros. Quienes mueven los hilos de los mercados quieren libertad total y, hasta ahora, han sabido conservarla. Supongo que ya habrán empezado a especular sobre Grecia, porque lo que está pasando allí es totalmente desconocido. No veo cómo van a solucionarlo y solo espero que puedan hacerlo sin demasiadas pérdidas, y sin tener que recurrir a un ‘divorcio’ de Europa. Eso, además de arrastrar a otros gobiernos, podría repetir en la propia Grecia otra ‘Dictadura de los Coroneles’, cuando el ejército tomó el mando –en 1967– y, con él, los fascistas. ¿Quién sabe? Cosas así son de esperar, sobre todo después de ver a Aurora Dorada –partido de ultraderecha– en el Parlamento… Es un momento muy duro.
¿Puede llegar ese punto en el que los políticos supriman la democracia para sacar adelante las reformas que planean?
Está claro que van a por la democracia, a por los derechos humanos, a por todo lo que los trabajadores han conseguido. Va a ser un fascismo moderado o duro. Ahí es adonde nos quieren llevar si es necesario y si nosotros se lo permitimos. ¿Han prohibido ya las manifestaciones en España?
Aún no, pero quieren reformar el código penal para que la resistencia pacífica pueda ser penada con dos años de cárcel.
Bueno, eso es claramente un paso más hacia el fascismo. Si la resistencia pacífica se castiga con dos años de cárcel, estamos ante una clara violación de los derechos humanos. Incluso podría ser anticonstitucional, al menos en Estados Unidos o Francia.
¿Estamos probando ahora en Europa las recetas neocolonialistas que en los 70 y 80 aplicaron el FMI y el Banco Mundial en América Latina y África?
Pero no es la única razón por la que el sur tiene problemas, aunque es totalmente cierto que llevan sometidos a ajustes estructurales desde los 80. Se les obligó a aceptar programas de austeridad, mediante los cuales colegios y hospitales dejaron de ser gratis; tuvieron que exportar en lugar de concentrarse en la economía y producción locales; tuvieron que ganar dinero para pagar su deuda, ya que nadie, excepto el FMI, quería prestarles. Estamos básicamente ante la misma historia en la que los inocentes pagan y los culpables no. La diferencia es que en este caso en Europa se parte de una posición mucho más favorable que la del sur. Es una historia muy conocida, con la única diferencia de que ahora no hace falta encubrir nada y pueden llegar mucho más lejos debido a la crisis, porque la gente está asustada, porque los gobiernos no sirven para nada, porque los mercados financieros tienen tantísimo poder ahora mismo que pueden hacer lo que quieran, a no ser que les paremos los pies.
Pero, ¿cómo?
Quién sabe, quizás la única forma sea mediante una huelga general que dure semanas. Tal vez la política que llevamos –o llevo– haciendo durante años no sirva para nada. No sé, pero nos encontramos ante un momento muy serio.
Internet ha jugado un papel crucial en los movimientos sociales, ¿deberíamos tenerlo más en cuenta como herramienta?
Creo que cuando haya eventos importantes tendríamos que organizar acciones de soporte en los demás países. Tenemos que reforzar el sentido de ser europeo. Así, si hay una gran acción, debería haber un comité que informe a todo el mundo y otro que recoja ideas y cosas que se pueden hacer como, por ejemplo, reuniones delante del banco nacional de cada país y acciones mediáticas. No hace falta que haya miles de personas, pueden ser simplemente flashmobs, pero tienen que mostrar que sabemos lo que está pasando; informar a la población y decirles: “Mirad, todos somos europeos, estamos unidos”. Esto de coger aviones, como hago yo, para ir a las conferencias, no puede hacerlo todo el mundo. La gente tiene un trabajo y no puede permitírselo, por eso debemos contar con un sistema con el que podamos mostrar nuestra solidaridad con otra gente desde nuestros países.
¿Y eso se puede hacer eficientemente desde internet?
Es una buena herramienta, pero también creo que la gente solo es capaz de darse cuenta de lo que quiere cuando se encuentra cara a cara con los otros. Solo pueden programarse demandas en internet con gente a la que conoces muy bien, no con grupos enormes, y creo que la democracia directa no permite conseguir ninguna demanda cuando se aplica en grandes grupos como, por ejemplo, los ‘indignados’, u Occupy, en los que todo el mundo puede hablar y durante el tiempo que quiera.
¿Considera el decrecimiento como una alternativa viable?
Tiene buenas ideas pero, al igual que todos estos programas que dicen “yo sé qué es lo mejor para la sociedad y para el futuro, voy a contártelo y tienes que hacerlo”, no me parece el mejor punto de vista. Algunas cosas tienen que crecer, otras no y otras tienen que detenerse. Yo apoyo la economía de estado estable, que Herman Daly explicó muy bien en los 80, por lo que no necesito otra doctrina económica y los decrecentistas viven en un mundo bucólico, creen que podemos volver atrás y criar gallinas. Le tengo mucho cariño a algunos de sus defensores, como Serge Latouche, a quien conozco desde hace años, y creo que algunas de sus ideas son buenas, pero también pienso que muchas cosas tienen que crecer: el conocimiento y la ciencia, la democracia en la economía, etc.
Un estudio del Credit Suisse Institute dice que en 2050 el 70% de la población vivirá en ciudades. ¿Es sostenible esa perspectiva de vida?
Bueno, ya estamos al 50% y, a no ser que se tome una decisión consciente de proteger la agricultura local y detener el crecimiento de los enormes latifundios de monocultivos, la respuesta es que sí, que vamos a comer menos y peor, que casi todos lo haremos, aunque habrá mercados de lujo para la gente que pueda permitírselo. El proyecto de Bill Gates para África –que promueve el monocultivo de soja– va a echar a montones de pequeños agricultores de sus tierras que, probablemente, emigren a las afueras de las ciudades. En Estados Unidos ya hace mucho tiempo que se está echando a los agricultores y hoy solo un 2% de la población se dedica a trabajar la tierra. Lo mismo ha pasado en México, Indonesia, India, etc., a causa de la ‘Revolución verde’ –que fomenta el monocultivo–. Y lo mismo va a pasar en África, donde los agricultores van a tener que realizar grandes inversiones, con lo que solo los más prósperos sobrevivirán. Se han realizado algunos experimentos interesantes, como en Brasil, para intentar organizar enormes ciudades como São Paulo. Pero creo que decir que la gente vivirá en las ciudades es una forma de simplificar las cosas demasiado. La gente va a vivir en poblados chabolistas y habrá cantidades enormes de pobres. Los disturbios que se produjeron en 2008 debido a la subida del precio de la comida sucedieron en 30 países distintos porque se importa demasiada comida. Y estos disturbios, que estaban por todas partes, no sucedieron en las ciudades, sino en las afueras de las mismas, donde la gente es pobre y no puede pagar alimentos más caros.
Stephen King se sumó a Warren Buffet, el multimillonario que pidió a la Hacienda estadounidense que le subieran los impuestos. ¿Son necesarias más voces como estas que, dentro de los grupos de ricos, piden una mejor distribución de la riqueza?
Desde 1980 se han ido rebajando los impuestos a quienes más ganan. Se trata de una transferencia de valor, de riqueza, de abajo a arriba. No se aplican los mismos impuestos a los ingresos financieros que a los salarios y el trabajo. Si trabajas, recibes un salario por el que tendrás que pagar unos impuestos a un porcentaje determinado en Estados Unidos, pero si te dedicas a las inversiones, lo que haces es sentarte delante del ordenador, después vendes unas acciones y pagas menos impuestos por esos ingresos que por tu salario. Por eso la gente que, como Warren Buffet, saca su dinero del dinero, no paga los mismos impuestos que la gente que saca su dinero de su salario, trabajando de nueve a seis. Y todo esto forma parte del mismo patrón.
¿Ha llegado el momento de dejar de ser tan políticamente correctos con los responsables de todo esto?
Evidentemente, hay que controlar la parte violenta, pero realmente tenemos que estar más enfadados y decir lo que está pasando sin tapujos. Y cada vez que esta gente nos diga que la austeridad puede ayudar a crear empleo, simplemente tenemos que decirles que eso no son más que tonterías. Tenemos que manifestarnos, dejar muy clara nuestra posición. Los ‘indignados’ españoles forman parte de este movimiento, aunque no han dejado muy claro qué es lo que quieren, pero también entiendo que muchos son muy jóvenes, que para muchos de ellos esta es la primera vez que participan en algo y hay que darles un tiempo.
Sin embargo, en España el movimiento 15M ha pasado a la acción en cuestiones concretas. Por ejemplo, ha evitado numerosos desahucios.
Muy bien, es el tipo de acción que estoy recomendando. Pero, dejando claro que no soy una experta en todo, no creo que los ‘indignados’ contasen con una lista, algo como: “Mira, estas son las diez cosas que queremos y las queremos ya”.
Fuente: http://blogs.publico.es/numeros-rojos/2013/10/30/susan-george-van-a-por-la-democracia/
Foto: Porto, marcha por el puente contra los recortes. BBC.
Lo promulga en cada conferencia: “Hay que dejar de ser tan educados y decirles a los políticos de la austeridad que estamos más que indignados”. La presidenta de la junta del ‘think tank’ Transnational Institute charla con Números Rojos sobre Europa, la crisis y cómo pasar a la acción.
Pocas personas disfrutan tanto como Susan George (Ohio, 1934) de desnudar el cinismo de las grandes corporaciones y los gobiernos al servicio del capital. George, quien no se despeina al declarar que no es economista sino activista y voz incómoda para las injusticias, retó a los poderosos con su blasfemo “Informe Lugano” que, junto con otros 13 títulos de los que es autora, sigue su lema de “estudia al rico, el pobre ya sabe qué va mal”.
Los líderes europeos han invocado la austeridad como el ‘hada madrina’ que solventará los problemas financieros. ¿Qué le parece esa tendencia?
¡Que no es nada más que una fantasía! Los alemanes lo llaman “austeridad expansiva”, algo totalmente absurdo porque, obviamente, la austeridad no puede conducir a una economía al crecimiento. Pero no creo que ese sea el problema esencial.
¿Cuál sería entonces?
Creo que hay un grupo, compuesto por el BusinessEurope, la Mesa Redonda Europea de Industriales y los mercados financieros, que ha decidido rejuvenecer el capitalismo deshaciéndose de muchas de las leyes y protecciones de los trabajadores, cosas por las que el modelo europeo y la gente han luchado durante décadas. Así que, si los dirigentes no hacen nada, seguirán yendo en la misma dirección. Por eso, hablar de crecimiento e inversión no nos beneficia, ya que puede que haya inversiones, pero estarán dedicadas más que nada a productos financieros. Quienes mueven los hilos de los mercados quieren libertad total y, hasta ahora, han sabido conservarla. Supongo que ya habrán empezado a especular sobre Grecia, porque lo que está pasando allí es totalmente desconocido. No veo cómo van a solucionarlo y solo espero que puedan hacerlo sin demasiadas pérdidas, y sin tener que recurrir a un ‘divorcio’ de Europa. Eso, además de arrastrar a otros gobiernos, podría repetir en la propia Grecia otra ‘Dictadura de los Coroneles’, cuando el ejército tomó el mando –en 1967– y, con él, los fascistas. ¿Quién sabe? Cosas así son de esperar, sobre todo después de ver a Aurora Dorada –partido de ultraderecha– en el Parlamento… Es un momento muy duro.
¿Puede llegar ese punto en el que los políticos supriman la democracia para sacar adelante las reformas que planean?
Está claro que van a por la democracia, a por los derechos humanos, a por todo lo que los trabajadores han conseguido. Va a ser un fascismo moderado o duro. Ahí es adonde nos quieren llevar si es necesario y si nosotros se lo permitimos. ¿Han prohibido ya las manifestaciones en España?
Aún no, pero quieren reformar el código penal para que la resistencia pacífica pueda ser penada con dos años de cárcel.
Bueno, eso es claramente un paso más hacia el fascismo. Si la resistencia pacífica se castiga con dos años de cárcel, estamos ante una clara violación de los derechos humanos. Incluso podría ser anticonstitucional, al menos en Estados Unidos o Francia.
¿Estamos probando ahora en Europa las recetas neocolonialistas que en los 70 y 80 aplicaron el FMI y el Banco Mundial en América Latina y África?
Pero no es la única razón por la que el sur tiene problemas, aunque es totalmente cierto que llevan sometidos a ajustes estructurales desde los 80. Se les obligó a aceptar programas de austeridad, mediante los cuales colegios y hospitales dejaron de ser gratis; tuvieron que exportar en lugar de concentrarse en la economía y producción locales; tuvieron que ganar dinero para pagar su deuda, ya que nadie, excepto el FMI, quería prestarles. Estamos básicamente ante la misma historia en la que los inocentes pagan y los culpables no. La diferencia es que en este caso en Europa se parte de una posición mucho más favorable que la del sur. Es una historia muy conocida, con la única diferencia de que ahora no hace falta encubrir nada y pueden llegar mucho más lejos debido a la crisis, porque la gente está asustada, porque los gobiernos no sirven para nada, porque los mercados financieros tienen tantísimo poder ahora mismo que pueden hacer lo que quieran, a no ser que les paremos los pies.
Pero, ¿cómo?
Quién sabe, quizás la única forma sea mediante una huelga general que dure semanas. Tal vez la política que llevamos –o llevo– haciendo durante años no sirva para nada. No sé, pero nos encontramos ante un momento muy serio.
Internet ha jugado un papel crucial en los movimientos sociales, ¿deberíamos tenerlo más en cuenta como herramienta?
Creo que cuando haya eventos importantes tendríamos que organizar acciones de soporte en los demás países. Tenemos que reforzar el sentido de ser europeo. Así, si hay una gran acción, debería haber un comité que informe a todo el mundo y otro que recoja ideas y cosas que se pueden hacer como, por ejemplo, reuniones delante del banco nacional de cada país y acciones mediáticas. No hace falta que haya miles de personas, pueden ser simplemente flashmobs, pero tienen que mostrar que sabemos lo que está pasando; informar a la población y decirles: “Mirad, todos somos europeos, estamos unidos”. Esto de coger aviones, como hago yo, para ir a las conferencias, no puede hacerlo todo el mundo. La gente tiene un trabajo y no puede permitírselo, por eso debemos contar con un sistema con el que podamos mostrar nuestra solidaridad con otra gente desde nuestros países.
¿Y eso se puede hacer eficientemente desde internet?
Es una buena herramienta, pero también creo que la gente solo es capaz de darse cuenta de lo que quiere cuando se encuentra cara a cara con los otros. Solo pueden programarse demandas en internet con gente a la que conoces muy bien, no con grupos enormes, y creo que la democracia directa no permite conseguir ninguna demanda cuando se aplica en grandes grupos como, por ejemplo, los ‘indignados’, u Occupy, en los que todo el mundo puede hablar y durante el tiempo que quiera.
¿Considera el decrecimiento como una alternativa viable?
Tiene buenas ideas pero, al igual que todos estos programas que dicen “yo sé qué es lo mejor para la sociedad y para el futuro, voy a contártelo y tienes que hacerlo”, no me parece el mejor punto de vista. Algunas cosas tienen que crecer, otras no y otras tienen que detenerse. Yo apoyo la economía de estado estable, que Herman Daly explicó muy bien en los 80, por lo que no necesito otra doctrina económica y los decrecentistas viven en un mundo bucólico, creen que podemos volver atrás y criar gallinas. Le tengo mucho cariño a algunos de sus defensores, como Serge Latouche, a quien conozco desde hace años, y creo que algunas de sus ideas son buenas, pero también pienso que muchas cosas tienen que crecer: el conocimiento y la ciencia, la democracia en la economía, etc.
Un estudio del Credit Suisse Institute dice que en 2050 el 70% de la población vivirá en ciudades. ¿Es sostenible esa perspectiva de vida?
Bueno, ya estamos al 50% y, a no ser que se tome una decisión consciente de proteger la agricultura local y detener el crecimiento de los enormes latifundios de monocultivos, la respuesta es que sí, que vamos a comer menos y peor, que casi todos lo haremos, aunque habrá mercados de lujo para la gente que pueda permitírselo. El proyecto de Bill Gates para África –que promueve el monocultivo de soja– va a echar a montones de pequeños agricultores de sus tierras que, probablemente, emigren a las afueras de las ciudades. En Estados Unidos ya hace mucho tiempo que se está echando a los agricultores y hoy solo un 2% de la población se dedica a trabajar la tierra. Lo mismo ha pasado en México, Indonesia, India, etc., a causa de la ‘Revolución verde’ –que fomenta el monocultivo–. Y lo mismo va a pasar en África, donde los agricultores van a tener que realizar grandes inversiones, con lo que solo los más prósperos sobrevivirán. Se han realizado algunos experimentos interesantes, como en Brasil, para intentar organizar enormes ciudades como São Paulo. Pero creo que decir que la gente vivirá en las ciudades es una forma de simplificar las cosas demasiado. La gente va a vivir en poblados chabolistas y habrá cantidades enormes de pobres. Los disturbios que se produjeron en 2008 debido a la subida del precio de la comida sucedieron en 30 países distintos porque se importa demasiada comida. Y estos disturbios, que estaban por todas partes, no sucedieron en las ciudades, sino en las afueras de las mismas, donde la gente es pobre y no puede pagar alimentos más caros.
Stephen King se sumó a Warren Buffet, el multimillonario que pidió a la Hacienda estadounidense que le subieran los impuestos. ¿Son necesarias más voces como estas que, dentro de los grupos de ricos, piden una mejor distribución de la riqueza?
Desde 1980 se han ido rebajando los impuestos a quienes más ganan. Se trata de una transferencia de valor, de riqueza, de abajo a arriba. No se aplican los mismos impuestos a los ingresos financieros que a los salarios y el trabajo. Si trabajas, recibes un salario por el que tendrás que pagar unos impuestos a un porcentaje determinado en Estados Unidos, pero si te dedicas a las inversiones, lo que haces es sentarte delante del ordenador, después vendes unas acciones y pagas menos impuestos por esos ingresos que por tu salario. Por eso la gente que, como Warren Buffet, saca su dinero del dinero, no paga los mismos impuestos que la gente que saca su dinero de su salario, trabajando de nueve a seis. Y todo esto forma parte del mismo patrón.
¿Ha llegado el momento de dejar de ser tan políticamente correctos con los responsables de todo esto?
Evidentemente, hay que controlar la parte violenta, pero realmente tenemos que estar más enfadados y decir lo que está pasando sin tapujos. Y cada vez que esta gente nos diga que la austeridad puede ayudar a crear empleo, simplemente tenemos que decirles que eso no son más que tonterías. Tenemos que manifestarnos, dejar muy clara nuestra posición. Los ‘indignados’ españoles forman parte de este movimiento, aunque no han dejado muy claro qué es lo que quieren, pero también entiendo que muchos son muy jóvenes, que para muchos de ellos esta es la primera vez que participan en algo y hay que darles un tiempo.
Sin embargo, en España el movimiento 15M ha pasado a la acción en cuestiones concretas. Por ejemplo, ha evitado numerosos desahucios.
Muy bien, es el tipo de acción que estoy recomendando. Pero, dejando claro que no soy una experta en todo, no creo que los ‘indignados’ contasen con una lista, algo como: “Mira, estas son las diez cosas que queremos y las queremos ya”.
Fuente: http://blogs.publico.es/numeros-rojos/2013/10/30/susan-george-van-a-por-la-democracia/
Foto: Porto, marcha por el puente contra los recortes. BBC.
sábado, 2 de noviembre de 2013
El rostro de la mujer en el arte.
Mulher - Arte e Pintura from marilza on Vimeo.
rosto da mulher através de 500 anos de arte... VALE A PENA VER!
viernes, 1 de noviembre de 2013
Cumplir los propios sueños. Recuperar los deseos más profundos de nuestra infancia es una poderosa motivación y un acto de justicia hacia nosotros mismos.
En el paso de la infancia enterramos bajo las obligaciones muchos sueños. La madurez viene acompañada casi siempre del temido “baño de realidad”. El futuro, que para el niño tenía un horizonte casi infinito de posibilidades, se puede estrechar hasta convertirse en una vía de sentido único. Frases como “qué le vas a hacer” o “la vida es así” certifican el fin de las ilusiones para pasar a un mundo de certezas totalmente previsible. Sin embargo, ¿es esa la clase de existencia que queremos vivir?
Este artículo es una invitación a rescatar los sueños que dejamos atrás, algunos de los cuales están reclamando un sitio en nuestra vida adulta para volver a sentirnos nosotros mismos.
Cuando se habla de sueños casi inalcanzables, a menudo se cita el caso de Lou Holtz, quien a mediados de la década de los sesenta se encontró en una situación crítica. Tenía 28 años, acababa de perder su empleo, no tenía un céntimo y su mujer estaba embarazada de ocho meses.
En lugar de venirse abajo y lamentar su mala suerte, este estadounidense se sentó a la mesa del comedor para redactar una lista con sus deseos más desmesurados e improbables. Ni corto ni perezoso, llegó a anotar 107 metas tan ambiciosas como cenar en la Casa Blanca, conocer al Papa, ser el entrenador de su equipo favorito de fútbol americano, aparecer en el magacín televisivo The tonight show...
Tras completar una lista que parecía un catálogo de locuras, Lou Holtz pasó a la siguiente fase y se propuso lo siguiente: “Una vez has escrito todo lo que quieres conseguir en la vida, asegúrate de que cada día haces algo concreto para cumplir al menos uno de esos sueños”.
Para asombro de muchos, los cuatro propósitos “casi imposibles” que hemos enumerado los llegó a cumplir, junto con muchos más. Él alcanzó su sueño americano gracias a un hecho evidente y, al mismo tiempo, obviado: muchas cosas nunca llegan a suceder porque nadie se atreve a intentarlas.
Algo así sucede con las grandes metas que pudimos tener de niños y que de adultos nos parecen ingenuas. Son de tal envergadura, que les asignamos la etiqueta de “imposibles”. Sin embargo, alguien acabará siendo astronauta o dirigiendo la Filarmónica de Berlín.
Tanto en la época de la pluma y el bolígrafo como en la era digital, las palabras escritas tienen una fuerza superior al pensamiento, que nos seduce por unos instantes y luego se va diluyendo. El solo hecho de anotar un propósito en un papel o en un archivo de Word hace que nuestro inconsciente sepa en todo momento que el objetivo sigue ahí.
En su libro ¡Escríbalo y hágalo realidad!, Henriette Anne Klauser propone que escribamos nuestro propio guion vital a partir de las metas que queremos conquistar. Según esta autora, no se trata de hacer una lista que nos haga sentir culpables si no cumplimos ninguno de los puntos. Lo esencial al escribir los propios sueños es que podemos identificarlos y empezamos a verlos posibles.
Estos son algunos de los consejos que brinda en su manual:
Escribir nuestros objetivos sin temer que sean demasiados, ni excesivamente grandes. El solo hecho de haberlos plasmado en el papel hará que estemos más atentos a las oportunidades y posibilidades.
Fijar prioridades. Klauser recomienda ordenar las metas por importancia, a la vez que nos preguntamos por qué el deseo que ocupa el primer lugar está allí. Entender nuestros deseos también nos ayuda a materializarlos.
Soñar cerca del agua. Por extraño que parezca, se ha comprobado que la creatividad “fluye” mejor cuando estamos al aire libre, así que la autora recomienda abandonar la silla y airearnos.
Escalonar los logros. Alcanzar una meta, por pequeña que sea, nos dará impulso para la siguiente.
Hay hábitos negativos que desactivan nuestros propósitos más profundos. Sin duda, el más poderoso es el miedo al fracaso. Muchos proyectos que podrían realizarse se quedan en estado embrionario por temor al batacazo que sufriríamos si las cosas no saliesen bien. A su vez, este miedo está fundamentado en varios prejuicios e ideas preconcebidas:
Fracasar en el pasado nos autoconvence de que lo mismo nos espera en próximos intentos.
Nos preocupa la opinión de los demás si nos atrevemos a llevar adelante un gran proyecto. ¿Pensarán que somos demasiado ambiciosos?
Creemos que los grandes sueños son patrimonio de personas mucho más capacitadas que nosotros.
En ese sentido, a veces la mejor manera de cumplir un sueño es detectar y eliminar los cortafuegos que ponemos para que pueda desplegarse.
En uno de los vídeos más célebres de la era YouTube, el profesor universitario Randy Pausch anunciaba ante sus alumnos que a sus 46 años estaba sentenciado de muerte debido a un cáncer incurable.
Sobre esta charla en la Universidad Carnegie Mellon, que dio la vuelta al mundo y se convertiría en el libro La última lección, Pausch aseguró que la había pronunciado sobre todo para sus tres hijos pequeños, a los que no vería crecer. Y en ella dio las siguientes claves:
Debemos creer que todo es posible, nunca hay que perder esa visión.
Si no puedes alcanzar tus sueños, lograrás ya mucho intentando alcanzarlos. Los muros que nos frenan en nuestro camino están allí por una razón: sirven para saber cuánto queremos lograr nuestros sueños.
Nunca permitas que la diversión y el asombro te abandonen.
Antes de llevar a cabo cualquier sueño debes decidir entre ser una persona positiva o negativa.
Jamás subestimes la importancia de hacer las cosas de forma divertida.
Muestra gratitud a los demás.
No te quejes, eso nunca ayuda a hacer realidad tus sueños.
Trabaja duro para alcanzar todo lo que quieres.
La experiencia es aquello que te queda cuando no obtienes lo que deseabas.
Tenemos la misión de poner en nuestro horizonte aquello que un día iluminó nuestro corazón y entregarnos a la tarea de lograrlo. La vida pondrá lo demás.
Vida en estado puro.
Un libro
– La última lección, de Randy Pausch (DeBolsillo). En Estados Unidos existe la tradición de que los profesores den una “última lección” explicando qué harían si supieran que pronto van a morir. El autor de esta charla padecía cáncer terminal en el momento de hablar sobre cómo alcanzar los sueños de la infancia. No es una conferencia sobre la muerte, sino sobre la vida en estado puro.
Una película
– Billy Elliot, de Stephen Daldry. Esta emotiva historia tiene como protagonista al hijo de un minero que, con solo 11 años, decide ser bailarín en un entorno hostil. Curiosamente, esta película logró que muchos adolescentes británicos cambiaran el fútbol por la danza.
Un disco
– This silence kills, de Dillon (BPitch Control). Esta joven estrella radicada en Berlín emigró de Brasil con su madre a la edad de cuatro años. En 2011 cumplió el sueño de grabar su único disco hasta la fecha.
"Llena el papel con cada latido de tu corazón”. William Wordsworth
"La mejor manera de hacer realidad tus sueños es despertar”. Paul Valéry.
"La sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”. William Faulkner
Este artículo es una invitación a rescatar los sueños que dejamos atrás, algunos de los cuales están reclamando un sitio en nuestra vida adulta para volver a sentirnos nosotros mismos.
Cuando se habla de sueños casi inalcanzables, a menudo se cita el caso de Lou Holtz, quien a mediados de la década de los sesenta se encontró en una situación crítica. Tenía 28 años, acababa de perder su empleo, no tenía un céntimo y su mujer estaba embarazada de ocho meses.
En lugar de venirse abajo y lamentar su mala suerte, este estadounidense se sentó a la mesa del comedor para redactar una lista con sus deseos más desmesurados e improbables. Ni corto ni perezoso, llegó a anotar 107 metas tan ambiciosas como cenar en la Casa Blanca, conocer al Papa, ser el entrenador de su equipo favorito de fútbol americano, aparecer en el magacín televisivo The tonight show...
Tras completar una lista que parecía un catálogo de locuras, Lou Holtz pasó a la siguiente fase y se propuso lo siguiente: “Una vez has escrito todo lo que quieres conseguir en la vida, asegúrate de que cada día haces algo concreto para cumplir al menos uno de esos sueños”.
Para asombro de muchos, los cuatro propósitos “casi imposibles” que hemos enumerado los llegó a cumplir, junto con muchos más. Él alcanzó su sueño americano gracias a un hecho evidente y, al mismo tiempo, obviado: muchas cosas nunca llegan a suceder porque nadie se atreve a intentarlas.
Algo así sucede con las grandes metas que pudimos tener de niños y que de adultos nos parecen ingenuas. Son de tal envergadura, que les asignamos la etiqueta de “imposibles”. Sin embargo, alguien acabará siendo astronauta o dirigiendo la Filarmónica de Berlín.
Tanto en la época de la pluma y el bolígrafo como en la era digital, las palabras escritas tienen una fuerza superior al pensamiento, que nos seduce por unos instantes y luego se va diluyendo. El solo hecho de anotar un propósito en un papel o en un archivo de Word hace que nuestro inconsciente sepa en todo momento que el objetivo sigue ahí.
En su libro ¡Escríbalo y hágalo realidad!, Henriette Anne Klauser propone que escribamos nuestro propio guion vital a partir de las metas que queremos conquistar. Según esta autora, no se trata de hacer una lista que nos haga sentir culpables si no cumplimos ninguno de los puntos. Lo esencial al escribir los propios sueños es que podemos identificarlos y empezamos a verlos posibles.
Estos son algunos de los consejos que brinda en su manual:
Escribir nuestros objetivos sin temer que sean demasiados, ni excesivamente grandes. El solo hecho de haberlos plasmado en el papel hará que estemos más atentos a las oportunidades y posibilidades.
Fijar prioridades. Klauser recomienda ordenar las metas por importancia, a la vez que nos preguntamos por qué el deseo que ocupa el primer lugar está allí. Entender nuestros deseos también nos ayuda a materializarlos.
Soñar cerca del agua. Por extraño que parezca, se ha comprobado que la creatividad “fluye” mejor cuando estamos al aire libre, así que la autora recomienda abandonar la silla y airearnos.
Escalonar los logros. Alcanzar una meta, por pequeña que sea, nos dará impulso para la siguiente.
Hay hábitos negativos que desactivan nuestros propósitos más profundos. Sin duda, el más poderoso es el miedo al fracaso. Muchos proyectos que podrían realizarse se quedan en estado embrionario por temor al batacazo que sufriríamos si las cosas no saliesen bien. A su vez, este miedo está fundamentado en varios prejuicios e ideas preconcebidas:
Fracasar en el pasado nos autoconvence de que lo mismo nos espera en próximos intentos.
Nos preocupa la opinión de los demás si nos atrevemos a llevar adelante un gran proyecto. ¿Pensarán que somos demasiado ambiciosos?
Creemos que los grandes sueños son patrimonio de personas mucho más capacitadas que nosotros.
En ese sentido, a veces la mejor manera de cumplir un sueño es detectar y eliminar los cortafuegos que ponemos para que pueda desplegarse.
En uno de los vídeos más célebres de la era YouTube, el profesor universitario Randy Pausch anunciaba ante sus alumnos que a sus 46 años estaba sentenciado de muerte debido a un cáncer incurable.
Sobre esta charla en la Universidad Carnegie Mellon, que dio la vuelta al mundo y se convertiría en el libro La última lección, Pausch aseguró que la había pronunciado sobre todo para sus tres hijos pequeños, a los que no vería crecer. Y en ella dio las siguientes claves:
Debemos creer que todo es posible, nunca hay que perder esa visión.
Si no puedes alcanzar tus sueños, lograrás ya mucho intentando alcanzarlos. Los muros que nos frenan en nuestro camino están allí por una razón: sirven para saber cuánto queremos lograr nuestros sueños.
Nunca permitas que la diversión y el asombro te abandonen.
Antes de llevar a cabo cualquier sueño debes decidir entre ser una persona positiva o negativa.
Jamás subestimes la importancia de hacer las cosas de forma divertida.
Muestra gratitud a los demás.
No te quejes, eso nunca ayuda a hacer realidad tus sueños.
Trabaja duro para alcanzar todo lo que quieres.
La experiencia es aquello que te queda cuando no obtienes lo que deseabas.
Tenemos la misión de poner en nuestro horizonte aquello que un día iluminó nuestro corazón y entregarnos a la tarea de lograrlo. La vida pondrá lo demás.
Vida en estado puro.
Un libro
– La última lección, de Randy Pausch (DeBolsillo). En Estados Unidos existe la tradición de que los profesores den una “última lección” explicando qué harían si supieran que pronto van a morir. El autor de esta charla padecía cáncer terminal en el momento de hablar sobre cómo alcanzar los sueños de la infancia. No es una conferencia sobre la muerte, sino sobre la vida en estado puro.
Una película
– Billy Elliot, de Stephen Daldry. Esta emotiva historia tiene como protagonista al hijo de un minero que, con solo 11 años, decide ser bailarín en un entorno hostil. Curiosamente, esta película logró que muchos adolescentes británicos cambiaran el fútbol por la danza.
Un disco
– This silence kills, de Dillon (BPitch Control). Esta joven estrella radicada en Berlín emigró de Brasil con su madre a la edad de cuatro años. En 2011 cumplió el sueño de grabar su único disco hasta la fecha.
"Llena el papel con cada latido de tu corazón”. William Wordsworth
"La mejor manera de hacer realidad tus sueños es despertar”. Paul Valéry.
"La sabiduría suprema es tener sueños lo bastante grandes para no perderlos de vista mientras se persiguen”. William Faulkner
jueves, 31 de octubre de 2013
miércoles, 30 de octubre de 2013
Vinicius de Moraes e Toquinho
http://www.youtube.com/watch?v=aNrf7GqY-5Q&feature=share&list=RD02lUj7p5S_FZk
Declaración de Lisboa. Responsabilidad y Justicia para Iraq
Iraqsolidaridad
Miembros de la Red Internacional antiOcupación (IAON) venidos de Portugal, Argelia, Bélgica, Francia, Iraq, Jordania, Holanda, España, Suiza, Suecia y Reino Unido, y pertenecientes a diversas organizaciones se reunieron en Lisboa, del 11 al 13 de octubre para debatir sobre la situación de Iraq y su futuro. ...
La política del actual régimen se basa en la venganza y en la división sectaria e impulsa los actos de terrorismo contra la población civil para evitar así que Iraq recobre su soberanía tras décadas de sanciones, guerra y ocupación. La Red Internacional AntiOcupación (IAON) reitera su posición expresada en la Declaración Le Feyt de 2008: “[…] Es evidente que Iraq no puede recobrar su unidad, su integridad territorial y una estabilidad duradera hasta que su soberanía esté garantizada. […]Todos los vecinos de Iraq deberían reconocer que la estabilidad en Iraq sirve a sus propios intereses y deberían comprometerse a no interferir en sus asuntos internos.” El pueblo de Iraq rechaza el sectarismo y la división.
Miembros de la Red Internacional antiOcupación (IAON) venidos de Portugal, Argelia, Bélgica, Francia, Iraq, Jordania, Holanda, España, Suiza, Suecia y Reino Unido, y pertenecientes a diversas organizaciones se reunieron en Lisboa, del 11 al 13 de octubre para debatir sobre la situación de Iraq y su futuro. ...
La política del actual régimen se basa en la venganza y en la división sectaria e impulsa los actos de terrorismo contra la población civil para evitar así que Iraq recobre su soberanía tras décadas de sanciones, guerra y ocupación. La Red Internacional AntiOcupación (IAON) reitera su posición expresada en la Declaración Le Feyt de 2008: “[…] Es evidente que Iraq no puede recobrar su unidad, su integridad territorial y una estabilidad duradera hasta que su soberanía esté garantizada. […]Todos los vecinos de Iraq deberían reconocer que la estabilidad en Iraq sirve a sus propios intereses y deberían comprometerse a no interferir en sus asuntos internos.” El pueblo de Iraq rechaza el sectarismo y la división.
Nuestro plan de acción
Para la próxima etapa, nuestros principales objetivos son:
- Movilizar la conciencia internacional sobre la situación de Iraq y apoyar la abolición de los restos políticos de la ocupación
- Intensificar las exigencias de Responsabilidad y Justicia para Iraq
- Aumentar la cooperación entre las fuerzas solidarias y el pueblo iraquí para aliviar el sufrimiento de las víctimas de la guerra y la ocupación de Iraq
Entre todas las acciones que se apoyan, en el próximo período la IAON se centrará en:
1. Continuar difundiendo e intercambiando información sobre la resistencia popular al sectarismo y sobre las continuas violaciones de los derechos humanos en Iraq.
2. La coordinación de los esfuerzos para presionar tanto a parlamentarios nacionales como europeos para que animen a los gobiernos y a los cuerpos de Naciones Unidas con la finalidad de que de manera contundente se opongan a la sistemática y generalizada violación de los derechos humanos perpetrada por las autoridades iraquíes, especialmente la aplicación de la pena de muerte, y para que apoyen las importantes recomendaciones del informe publicado por el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas*, que incluye la vuelta a Iraq de un relator para que siga de cerca el respeto a los derechos humanos allí.
3. Trabajar en la planificación de una estrategia legal para detener a todos aquellos responsables de los crímenes en Iraq y para exigir compensaciones para sus víctimas.
4. Actuar para que se lleven a cabo investigaciones independientes internacionales sobre el uso de distintas armas en Iraq y el incremento en el número de malformaciones congénitas en Faluya, Basora y otros lugares, y sobre el uso del territorio iraquí como un basurero de peligrosas sustancias químicas y radioactivas.
5. Llevar a cabo diferentes proyectos de cooperación entre los distintos grupos nacionales de la IAON y las organizaciones iraquíes para ayudar a los más afectados por el conflicto en Iraq.
La Red Internacional antiOcupación anima a todas las fuerzas de paz a que se unan en este trabajo por Iraq.
Lisboa, 13 de octubre de 2013
*Véase el documento de Naciones Unidas “ Truth, justice and reparations for Iraq ”
Fuente original: http://www.iraqsolidaridad.org/2013/10/declaracion-de-lisboa-responsabilidad-y-justicia-para-iraq/
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