domingo, 7 de febrero de 2021

_- De fingir intimidad a enamorarse

_- En su primera cita en una pequeña cena de Rosh Hashaná, la Dra. Margaret Soper y Jason Kessler tardaron una fracción de segundo para actuar como si ya fueran pareja. No pasó mucho tiempo antes de que no fingieran

Fue unos días antes de Rosh Hashaná, y la Dra. Margaret Swenson Soper de repente se encontró sin planes. Ella acababa de enterarse de que las entradas que pensaba que tenía para asistir a los servicios se habían roto y sentía lástima por sí misma.

“Tuve una pequeña fiesta de compasión por mí misma”, dijo el Dra. Soper, de 41 años. “Y luego, a la mañana siguiente, me desperté y pensé: "¿Sabes qué? Voy a pensar en algo".

Se puso en contacto con un grupo de Facebook de otras madres médicas divorciadas y terminó conectándose con una mujer cuyo novio en ese momento, Sandy Climan, organizaba una cena de Rosh Hashana en Los Ángeles, donde vive la Dra. Soper. Después de intercambiar números, el Sr. Climan la invitó a cenar. Como nunca lo había conocido a él ni a su novia, la Dra. Soper buscó el nombre del Sr. Climan en Google y se asustó cuando supo que era un conocido productor de Hollywood.

“De repente me sentí realmente intimidada y pensé: "Espera un minuto, ahora voy a estar en este gran evento elegante de Rosh Hashaná, y voy a ser la médico nerd allí y voy a estar tan fuera de lugar, de lugar", dijo el Dra. Soper, que es una oncóloga de radiación en el Centro Médico Kaiser Permanente de Los Ángeles. "Y luego pensé en este tipo, Jason".

La Dra. Soper y Jason Alon Kessler coincidieron en la aplicación de citas con la Liga en agosto de 2018. Habían pasado las últimas semanas enviando mensajes, pero aún no habían intercambiado números de teléfono. El Sr. Kessler es un guionista que actualmente está trabajando en una próxima serie limitada para Apple Studios, y la Dra. Soper pensó que podría disfrutar de la cena, que al menos sería una primera cita memorable.

Sin que la Dra. Soper lo supiera, el Sr. Kessler, quien se había mudado recientemente a Los Ángeles, tampoco tenía planes para Rosh Hashaná. No iba a poder pasar las vacaciones con su familia en la costa este, y estaba en medio de su propia fiesta de lástima cuando ella mencionó la cena. Él sugirió que él fuera su cita, y la noche siguiente se presentó en su casa con un ramo de flores.

Cuando llegaron a la cena, se dieron cuenta de que lo que habían pensado que sería un gran evento era una comida íntima para las siete. Todos los demás en la mesa eran familiares o amigos cercanos, y la Dra. Soper y el Sr. Kessler tomaron una decisión en una fracción de segundo de fingir que ya eran pareja, para tratar de detener algo de la incomodidad. A medida que avanzaba la noche, se unieron por su secreto compartido y se conocieron a través de sus compañeros de mesa.

"Fingir intimidad era la manera perfecta de permitir que la intimidad real creciera", dijo la Dra. Soper. "Al fingir que nos conocíamos ..." "Nunca nos detuvimos", intervino Kessler, de 40 años.

Pronto estuvieron pasando gran parte de su tiempo libre juntos, y unos cinco meses después de comenzar a salir, el Dra. Soper le presentó al Sr. Kessler a su hijo de 5 años, Eli Zipser. "He estado esperando toda mi vida para encontrar a alguien de quien realmente pudiera enamorarme", dijo Kessler. “Solo los más afortunados entre nosotros pueden encontrar su felicidad para siempre, la persona con la que han estado soñando. Y es una inmensa riqueza que la mía viniera con un hijo tan increíble".

En noviembre de 2019, el Sr. Kessler le propuso matrimonio a la Dra. Soper en una ruta de senderismo cerca del Observatorio Griffith. Era un sendero que recorría a menudo cuando se mudó a Los Ángeles para perseguir su sueño de escribir guiones.

“Se sentaba en ese lugar con vista a la ciudad y se preguntaba qué le deparaba el futuro”, dijo la Dra. Soper. Ahora, dos años después, estaba de vuelta en el mismo lugar, esta vez con la Dra. Soper, que estaba embarazada del primer hijo de la pareja.

El 26 de abril de 2020, la pareja tuvo una versión moderna de una ceremonia de diezaim, una antigua ceremonia de compromiso judía, donde se leyeron los votos y se prestaron sus anillos de boda. El rabino Nicole Guzik, del templo Sinai en Los Ángeles, dirigió la ceremonia de forma remota. La Dra. Soper dio a luz a su hijo, Jordan Kessler, un mes después.

La pareja había planeado esperar hasta después de la pandemia para tener una gran boda, pero a medida que pasaban los meses, finalmente optaron por casarse en una ceremonia íntima con solo ellos dos y sus hijos.

Se casaron el 29 de diciembre, en la misma ruta de senderismo cerca del Observatorio Griffith. La jueza Judith Meyer de la Corte Superior del Condado de Los Ángeles ofició, mientras sus hijos, Eli y Jordan, observaban.

¿En cuanto a su anfitrión de Rosh Hashaná, el Sr. Climan?

"Hemos estado en dos cenas de Acción de Gracias con él, una de las cuales le dijimos que estaba embarazada", dijo Kessler. "Se ha convertido en una relación especial para nosotros".

https://www.nytimes.com/2021/01/29/style/from-feigning-intimacy-to-falling-in-love.html?surface=most-popular&fellback=false&req_id=940130796&algo=bandit-all-surfaces-decay-decay-02&variant=2_bandit-all-surfaces-decay-decay-02&imp_id=887609455&action=click&module=Most%20Popular&pgtype=Homepage

P. D.: Este artículo me trae a la memoria a William James, cuando lo estudiamos en clase de filosofía en bachillerato. Aquello de "no lloras porque estás triste, sino que estás triste porque lloras". Aquí sería: No te comportas como un enamorado porque la amas, sino que la amas porque te comportas como un enamorado. O también, si os comportáis como enamorados terminaréis enamorados,... Para enamorarse hay que actuar como enamorados... 

Lejos de la filosofía idealista alemana. Es el estado lo que lleva al comportamiento y no el comportamiento el que lleva al estado. 

Dicho de otra forma, comportarte como un enamorado sin estarlo, es un teatro no una realidad, estás fingiendo, actuando, no sintiendo un verdadero amor romántico. Sin duda, en nuestro mundo actual, da para mucho diálogo,...


William James (1842-1919) es el precursor del Funcionalismo (sinónimo de Psicología norteamericana para muchos), este enfoque se centra en el propósito y función de los procesos mentales, interesándose en la dimensión pragmática de la mente. Escribió “Principios de Psicología” (1890) es una de las grandes obras de esta ciencia. Él sin embargo se definía como filósofo por eso se dice de él que fue "psicólogo a pesar de sí mismo".

De sus postulados, el que suscitó y suscita mayor investigación y controversia fue su “teoría de la emoción”. En el artículo titulado “ What is an emotion?” (1884) afirma que la emoción es consecuencia de los cambios fisiológicos y no un antecedente o causa de los mismos. Esto fue realmente innovador ya que hasta entonces se creía que los cambios corporales son consecuencia de los sentimientos.

Postuló:
“Para el sentido común, cuando perdemos nuestra fortuna nos sentimos abatidos y lloramos; si tropezamos con un oso, temblamos y echamos a correr; si un rival nos insulta, nos encolerizamos y golpeamos. La hipótesis que defendemos considera incorrecto este orden; sostiene que uno de los estados de ánimo no es inmediatamente inducido por el otro, sino que entre los dos se interponen los cambios corporales y que la tesis más racional es la de decir que estamos tristes porque lloramos, irritados porque reñimos, medrosos porque temblamos, y no en orden inverso […..] sin los estados corporales consecutivos a la percepción, esta última sería un mero estado cognoscitivo, pálida incolora, desprovista de calor emocional” (“Principios de Psicología” 1890, pág. 1068)...

En cualquier caso ya sabes “Sonríe porque te sentirás alegre”. Dicho de otro modo. Estás alegre porque sonríe y no es que sonrías porque estés alegre.

sábado, 6 de febrero de 2021

Por qué va a ser declarada nula de pleno derecho la sentencia del procés.

He venido sosteniendo desde siempre que la sentencia del Tribunal Supremo (TS) contra los ex miembros del Govern y los ex miembros de la Mesa del Parlament acabaría siendo declarada nula de pleno derecho por vulneración de derechos fundamentales. Cada día que pasa, más convencido estoy de que será así.

En buena lógica jurídica, debería ser el Tribunal Constitucional el que adoptara tal decisión en la sentencia sobre el recurso de amparo que se ha interpuesto contra la sentencia del TS. En el caso de que no lo haga, acabará haciéndolo el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), porque los derechos fundamentales de la Constitución Española también están reconocidos en el Convenio Europeo de Derechos Humanos.

Para poner todas las cartas encima de la mesa, quiero dejar claro que, en mi opinión, los acontecimientos que tuvieron lugar en Catalunya en los meses de septiembre y octubre de 2017 nunca debieron acabar en los tribunales, sino que debió darse una respuesta de naturaleza política a los mismos. La integración de Catalunya en el Estado, como la de cualquier otra nacionalidad o región únicamente puede ser resuelta políticamente mediante la participación de órganos legitimados democráticamente de manera directa. Así es como está diseñado el proceso en la Constitución Española sin que se contemple la intervención del Tribunal Constitucional y, por supuesto, de ningún órgano judicial. Sin la STC 31/2010 no estaríamos donde estamos.

Pero, una vez, que, tras la aplicación del artículo 155 de la Constitución, se descartó la respuesta política y se optó por la respuesta judicial, se tenía que haber aplicado lo previsto en el ordenamiento jurídico español, que, como vamos a ver a continuación, es de una claridad meridiana.

El Fiscal General del Estado, José Manuel Maza, inició las actuaciones inmediatamente después de que el presidente del Gobierno Mariano Rajoy destituyera a los miembros del Govern y disolviera el Parlament. A partir de ese momento, tanto el expresident como los exconsellers pasaban a ser ciudadanos españoles exclusivamente. Dejaban de tener el fuero jurisdiccional que tenían y que obligaba a que la responsabilidad por su actos le fuera exigida ante el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC). La ex presidenta del Parlament, en la medida en que continuaba siendo miembro de la Diputación Permanente, mantenía el fuero jurisdiccional y, por tanto únicamente el TSJC podía entender de su conducta.

Desde el momento en que dejaron de ser presidente y consellers, "el juez ordinario predeterminado por la ley" para entender de sus conductas era la Audiencia Provincial de Barcelona. A ella hubieran tenido que ser dirigidas las querellas contra todos ellos. A partir de la celebración de las elecciones el 20 de diciembre, la Audiencia Provincial de Barcelona tendría que haber declinado la competencia a favor del TSJC, dado que varios de ellos fueron elegidos diputados en tales elecciones y habían recuperado el fuero jurisdiccional.

Por supuesto, la conducta de los presidentes de la Asamblea Nacional de Catalunya (ANC) y de Òmnium Cultural, en cuanto ciudadanos sin más, también tenía que haber sido residenciada inicialmente ante la Audiencia Provincial de Barcelona. El TSJC debería haber instruido la causa y haber dictado en su momento sentencia, contra la cual se podría acudir en casación al TS.

Constitucionalmente este es el orden que se tenía que haber seguido. Es la única manera de respetar el derecho de los querellados al juez ordinario predeterminado por la ley, a un juez imparcial y a la doble instancia.

Nada de esto se hizo. La Fiscalía General del Estado residenció la conducta de los ex miembros del Govern ante la Audiencia Nacional (AN) y la de la ex presidenta del Parlament ante el TS. La AN acabaría declinando la competencia a favor del TS, que se convirtió en juez de primera y única instancia respecto de todos los querellados.

Para justificar su competencia, el TS interpretó de manera invertida el artículo 70 del Estatuto de Autonomía de Catalunya, que establece como norma en su apartado 1 que el TSJC es el órgano ante el que se podrá exigir la responsabilidad penal a los miembros del Govern y del Parlament, añadiendo en el apartado 2 como excepción, que para los actos cometidos fuera de Catalunya la responsabilidad se exigirá ante el TS.

El TS privilegió en su interpretación la excepción sobre la norma, a pesar de que todos los actos de los querellados por los que habían sido acusados por el delito de rebelión habían tenido lugar en Catalunya.

Con ello no solamente contradecía lo dispuesto en el Estatuto de Autonomía, sino que, además, y esto es lo decisivo, hacía una interpretación del mismo no "de conformidad con la Constitución", como es obligado, sino que hizo una interpretación "contraria a la Constitución", en la medida en que se privaba con ella a todos los querellados de los derechos fundamentales ya mencionados. No se hizo la interpretación "más favorable" al ejercicio de los derechos fundamentales, sino la "más lesiva" para tal ejercicio.

Esto es lo que acaba de decidir la justicia belga, como doy por supuesto que el lector ya sabe.

¿Lo acabará decidiendo también el Parlamento Europeo cuando tome la decisión sobre el suplicatorio que le ha sido dirigido por el TS para que le autorice a proceder contra Puigdemont, Comín y Ponsatí? No cabe duda de que los tres parlamentarios catalanes pondrán en conocimiento de sus colegas europeos la decisión de la justicia belga y solicitarán que no se conceda la autorización para que se pueda proceder contra ellos con base en que el TS no es el juez competente para entender de sus conductas y no es competente para solicitar, en consecuencia, autorización para proceder contra ellos.

Ya veremos qué decide el Parlamento Europeo. El Parlamento puede considerar que no es un órgano jurisdiccional y que no tiene por qué entrar en si el TS es el órgano competente para solicitar el suplicatorio o no lo es. Esto puede pasar. O no. Ya lo veremos. Pero, en todo caso, la decisión del Parlamento es recurrible ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) y este sí es un órgano de naturaleza jurisdiccional, que no podrá dejar de dar una respuesta a la alegación de falta de competencia del TS.

Es muy posible que tanto el TEDH, si el Tribunal Constitucional no otorga el amparo, como el TJUE, tengan que pronunciarse sobre la vulneración de los derechos fundamentales de los que fueron condenados por el TS y de los que no han podido serlo, porque el TS no ha conseguido que ni la justicia alemana primero ni la belga después hayan atendido las órdenes de detención y entrega dictadas contra ellos. El TEDH lo hará contra la vulneración de derechos de los que han sido condenados. El TJUE, contra la vulneración de derechos de los que no han sido condenados.

El tiempo de la justicia es el que es. Es mucho el dolor que se ha ocasionado. Es mucha la perturbación que se ha producido en el funcionamiento de las instituciones. Pero, al final, estoy convencido de que la justicia española quedará desautorizada.

Javier Pérez Royo,  Catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Sevilla

Fuente:
https://www.eldiario.es/contracorriente/declarada-nula-pleno-derecho-sentencia-proces_129_6789558.html

viernes, 5 de febrero de 2021

_- Los mitos sobre la paga y el valor. El valor social de tu oficio o profesión.

_- Los mitos sobre la paga y el valor
Este informe se propone romper algunos mitos sobre la remuneración y el valor. El principal de ellos, y el objetivo de la investigación, es mostrar que no existe una relación directa entre las altas recompensas financieras y los buenos resultados sociales. Este no es solo un ejercicio intelectual, tiene grandes implicaciones para la forma en que se estructuran nuestra sociedad y nuestra economía. Los incentivos financieros son muy poderosos y tendemos a derramarlos sobre algunas de las profesiones que son más costosas desde el punto de vista social y ambiental. Esto promueve un comportamiento indeseable, mientras que se desalientan las actividades positivas.

Mito 1: 
La City de Londres es esencial para la economía del Reino Unido
El acceso a la financiación para todos es vital para el funcionamiento de la economía del Reino Unido. Sin embargo, la City de Londres se ha preocupado principalmente por una búsqueda agresiva de ganancias. Esto ha acumulado la peor crisis financiera en un siglo en todas las partes de la economía. Incluso los más cercanos a la ciudad son cada vez más escépticos sobre su valor para la economía del Reino Unido. Según las mejores estimaciones, aporta el 3 por ciento anual en valor agregado en comparación con el 12,5 por ciento del valor agregado aportado por la fabricación.

Mito 2: 
Los trabajos mal pagados crean una escalera para que las personas asciendan; las oportunidades para avanzar están abiertas a todos 
El nivel de desigualdad de ingresos en el Reino Unido significa que las personas con altos ingresos pueden proteger su posición y la de sus hijos comprando educación, activos y ventajas. La escalera que podría ofrecer un camino hacia arriba para aquellos con bajos ingresos es efectivamente eliminada. La única forma de mejorar la igualdad de oportunidades y resultados es acortar la escalera en primer lugar.

Mito 3: 
Las diferencias salariales no importan, siempre que erradiquemos la pobreza 
Por supuesto que la pobreza importa. Pero cada vez más, no son solo los niveles absolutos de pobreza, sino las diferencias entre las personas las que contribuyen a problemas sociales como la delincuencia, la mala salud, el bajo nivel educativo y la adicción. Al centrarnos tanto en mejorar la situación de quienes tienen ingresos muy bajos, hemos ignorado las diferencias que sustentan lo que se ha convertido en una sociedad de dos niveles. ¿Un poco rico?

Mito 4: 
Necesitamos pagar salarios altos para atraer y retener talento en el Reino Unido
Nuestros estudios de casos muestran que los salarios altos no reflejan necesariamente el talento. Incluso si lo hicieran, no está claro si los mejores y más brillantes estarían preparados para desarraigar a sus familias y caminar por todo el mundo por salarios más altos. La evidencia sugiere que los países más igualitarios logran retener su parte justa de innovación y capital cultural.

Mito 5: 
Los trabajadores en trabajos altamente remunerados trabajan más duro 
Las personas que se encuentran en la parte inferior de la escala de distribución de ingresos dedican más tiempo a las responsabilidades domésticas y de cuidado que sus contrapartes altamente remuneradas. También es más probable que tengan más de un trabajo y, para muchos, esa es la única vía para salir de la pobreza. Cuando tenemos esto en cuenta, queda claro que aquellos a los que se les paga menos trabajan tanto (o incluso más) que los que están en mejor situación económica.

Mito 6: 
El sector privado es más eficiente que el sector público 
El trabajo barato no es necesariamente un trabajo eficaz. Este mito de que el sector privado es más eficiente ha motivado el aumento de licitaciones competitivas de servicios públicos a contratistas privados y se ha utilizado para justificar menores costos unitarios (y menores salarios). Sin embargo, a veces se consiguen precios más bajos a costa de la calidad del servicio, lo que sugiere que pagar salarios más altos podría ser más eficiente.

Mito 7: 
Si cobramos impuestos a los ricos, ellos tomarán su dinero y correrán. 
Intuitivamente entendemos que las decisiones sobre si emigrar son mucho más complejas que cuánto ganan las personas. Dependen de una multitud de factores, no solo de las circunstancias económicas, sino también de la familiaridad cultural, el entorno, la proximidad a amigos y familiares y la calidad de los servicios públicos.

Mito 8: 
Los ricos contribuyen más a la sociedad
Los ricos pagan proporcionalmente menos impuestos que los pobres, y muchas de nuestras corrientes impositivas, como el impuesto municipal y el IVA, son muy regresivas. Los ricos incluso dan menos en términos relativos a la caridad que los pobres.

Mito 9: 
Algunos trabajos son más satisfactorios, por lo que requieren un pago menor
La satisfacción laboral está relacionada con varios factores. La autonomía, el control en el lugar de trabajo, los ingresos y el estatus contribuyen a una sensación de satisfacción y realización en el trabajo. Si un salario alto está destinado en parte a compensar el riesgo, el estrés y las largas horas de trabajo, esperaríamos que los trabajos peligrosos sean bien recompensados. La pesca es el trabajo más peligroso en Gran Bretaña, con techadores y andamios también en los primeros lugares de la lista de peligros, y los recolectores de reciclaje de desechos están en el número 18. Sin embargo, en ninguna de estas industrias los trabajadores de base están bien remunerados.

Mito 10: 
Pagar siempre recompensa la rentabilidad subyacente
Cada vez es más evidente que existe una correlación débil entre la remuneración y el desempeño ejecutivo. En 2008, por ejemplo, las principales empresas del Reino Unido perdieron casi un tercio de su valor, mientras que los jefes de estas empresas disfrutaron de un aumento del 10% en sus salarios básicos. Los estudios empíricos han demostrado que los acuerdos salariales están orientados a servir los intereses financieros de los administradores, no de los accionistas.

Conclusiones
Este informe no trata de apuntar a ninguna persona en los trabajos bien remunerados que analiza. Tampoco se trata simplemente de sugerir que las personas con trabajos mal remunerados deberían recibir una remuneración mayor. El punto que estamos planteando es más complejo: que debe haber una relación entre lo que nos pagan y el valor que genera nuestro trabajo para la sociedad.

Necesitamos superar problemas estructurales profundos para actuar sobre las implicaciones de este informe. Muchos de estos se detallaron recientemente en un informe de nef The Great Transition, que traza el cambio de nuestro actual sistema económico basado en el crecimiento a uno más sostenible y equitativo.2 Hay mucho en juego: sin los controles y contrapesos adecuados, creemos que nuestra economía El sistema podría exprimir aquellos aspectos de la vida que las personas más valoran. Necesitamos con urgencia alinear los incentivos con el valor social y ambiental que genera la fuerza laboral.

Fuente:
Y el trabajo original integro en inglés de donde proviene la información nos lo podemos descargar gratis desde aquí, o desde aquí.

En formato PDF, tiene 44 páginas y está colgado en la página Web http://www.neweconomics.org/


En este mismo blog, ya se publicó aquí en esta pagina de 15 de mayo de 2013.

jueves, 4 de febrero de 2021

Jacqueline Novogratz: "Tenemos que encontrar una nueva manera de medir qué es el éxito"

Jacqueline Novogratz dice que la pandemia ha revelado todas las heridas abiertas de los sistemas que no son sostenibles. 

Trabajaba en Wall Street hasta que un día decidió hacer un cambio radical en su vida, tomó un avión y se fue a Ruanda a crear el primer banco de microfinanzas del país.

Ese fue el inicio de una larga carrera que ha llevado a la estadounidense Jacqueline Novogratz a trabajar en algunas de las comunidades más pobres del mundo.

Fundadora y directora ejecutiva del fondo de inversión sin fines de lucro Acumen, ya lleva más de tres décadas dedicada a apoyar proyectos emprendedores.

Autora de libros como "El suéter azul" y "Manifiesto para una revolución moral", Novogratz y su red de socios han implementado innovadores modelos para promover negocios exitosos con impacto social en zonas vulnerables, como el "capital paciente".

BBC Mundo habló con ella en el marco del HAY Festival Cartagena, que se realiza de forma vitual entre el 28 y el 31 de enero.

En la década de 1980 trabajaba en Wall Street y decidió renunciar a su trabajo. ¿Por qué tomó esa decisión?

Trabajaba en el Chase Manhattan Bank y el 90% del tiempo lo pasaba viajando por distintos países del mundo en desarrollo, especialmente en Latinoamérica, en una época donde había dictaduras y una crisis financiera gigantesca.

Quedé cautivada en Brasil con el extraordinario y duro trabajo que hacían las personas de las favelas y la yuxtaposición con nuestro trabajo.

Estábamos cancelando cientos de millones de dólares en préstamos impagos, y movíamos el dinero a cuentas en el extranjero, pero no invertíamos en el país.

Mientras trabajada en América Latina, especialmente en las favelas de Brasil, Novogratz llegó a la conclusión de que la banca no era el lugar para desarrollar su carrera.

Hablé con mi jefe y le dije que quizás sería mejor invertir en las personas de bajos ingresos en las naciones donde operábamos, ya que nos pagarían los préstamos y además haríamos una contribución al país. Pero no funcionó.

Es interesante ver cómo la banca ahora toma estos temas más seriamente. Pero en 1985 era diferente. Entonces me di cuenta de que no sería efectivo promover un cambio desde dentro del sistema bancario y que debía renunciar.

En esa época escuché sobre el trabajo de Muhammad Yunus y sus microcréditos.

Eran los primeros tiempos de las microfinanzas y de acercar la banca a personas de bajos ingresos.

Y ahora he estado haciendo este trabajo por 35 años.

¿Qué lecciones ha aprendido trabajando en el mundo de la pobreza?

La primera lección es que lo opuesto a la pobreza es la dignidad.

Creo que gran parte de esta idea viene del trabajo que hice en Ruanda. Fue ahí donde inicié el primer banco de microfinanzas del país con un pequeño grupo de mujeres líderes.

Cuando se produjo el genocidio en 1994 tuve que enfrentar el hecho de que esas mujeres asumieron distintos roles, incluyendo el de convertirse en perpetradoras del genocidio.

La emprededora social estaba desarrollando un proyecto en Ruanda, cuando ocurrió el Genocidio de 1994.

Esa experiencia me cambió. Aprendí que la pobreza no solo tiene que ver con los ingresos, se trata de dignidad. Se trata de tener la capacidad de contribuir al esfuerzo colectivo.

Aprendí que si vamos a construir un mundo sin pobreza, también tenemos que confrontar nuestro empobrecimiento espiritual y no solo la pobreza material.

Usted habla de dimensión material y moral de la pobreza. ¿No le parece que la dimensión política también es importante?, ¿no le hace falta esa pieza en el rompecabezas?

Creo que todo está conectado. Si la política está divorciada de nuestra humanidad, la gente se vuelve invisible. Cuántas veces nos hemos enfrentado a la invisibilidad de los pobres.

En India, por ejemplo, trabajamos con mujeres de bajos ingresos, en una zona en que los políticos querían trasladar el barrio a otra parte para crear oportunidades para la inversión extranjera, sin ninguna consideración por las personas.

Coronavirus: "La alternativa para los próximos 20 años es una forma sostenible de capitalismo"
A menudo es la corrupción una de las causas que mantiene a las personas en la pobreza. Entonces, es un conjunto de elementos.

La buena noticia es que está en nuestras manos. La pobreza es dignidad y la dignidad depende de un esquema moral más saludable.

Eso significa que nuestros sistemas políticos y económicos también deben inscribirse dentro de ese esquema moral.

Y en el trabajo que ustedes hacen en Acumen, ¿por qué no incorporan campañas para impulsar cambios a nivel macro en la toma de decisiones políticas y económicas?

Es una pregunta que me he hecho toda la vida.
Como emprendedores sociales trabajamos en la construcción de buenos modelos de negocios. En la medida que esos modelos han crecido, hemos hecho alianzas con gobiernos o en algunos casos con empresas.

Estamos agradecidos de los activistas que hacen campañas para que cambien las políticas; nosotros contribuimos con lo que hemos aprendido sobre cómo esas políticas pueden ser implementadas de una manera pragmática.

Entender cuál es nuestro rol y con quién tenemos que hacer alianzas es muy importante.

Jacqueline Novogratz
Hemos apoyado a cerca de 750 líderes emprendedores emergentes en distintos países"
Lo otro que hemos aprendido es que necesitamos liderazgo y no solo modelos de negocios.

Por eso creamos una academia concebida como una escuela para el cambio social.

Desde ahí hemos apoyado a cerca de 750 líderes emprendedores emergentes en distintos países.

Muchos de ellos se han convertido en personas influyentes en sus comunidades y, en algunos casos, se han transformado en funcionarios gubernamentales.

Nuestras empresas y nuestros líderes han ayudado a proveer servicios asequibles en áreas como la salud, educación, energía, agricultura, para cerca de 300 millones de personas de bajos ingresos.

Ganar dinero y descontaminar el planeta: dónde están invirtiendo los que manejan grandes fortunas
Ustedes son una organización sin fines de lucro, pero hay muchos fondos que invierten su capital con la idea de conseguir rentabilidady, al mismo tiempo, contribuir a causas sociales o ambientales. ¿Cómo ve ese tipo de iniciativas?

Aunque somos una organización sin fines de lucro, tenemos tres servicios con fines de lucro bajo nuestra estructura corporativa.

La razón es que hay un amplio espectro de capital que permite que los emprendedores construyan el tipo de empresas que puede crecer y llegar a millones de personas.

Por eso trabajamos con distintos tipos de fondos, como las subvenciones a los proyectos en su etapa inicial, que denominamos "capital paciente", donde los inversores esperan una rentabilidad en el largo plazo, 10 o 15 años.

También trabajamos con fondos filantrópicos y otro tipo de inversiones.

La realidad es que operamos en áreas difíciles hasta llegar a un punto en que podemos decir que es una empresa para invertir en ella.

Novogratz y su red de colaboradores han invertido en proyectos de energía solar en Busia, Kenia.

Por ejemplo, en las zonas posconflicto en Colombia ha habido muy poca inversión. Ahí hay un bajo nivel de habilidades, muy poca infraestructura y casi nada de confianza.

Nosotros hemos trabajado con una asociación de agricultores por muchos años hasta llegar a un punto en que los granjeros tienen su propio plan de negocios, pagan los préstamos y son dueños de su propia empresa.

El problema es que a menudo es muy difícil para las personas de bajos ingresos acumular activos, como puede ser una casa o tener un negocio, que es la manera de construir riqueza.

La riqueza no se construye solo con ingresos. Y ese problema es parte de un sistema que falla en el capitalismo.

En relación a eso, algunos dueños de grandes empresas y fondos de inversión han dicho que es necesario arreglar el capitalismo, ¿es partidaria de esa idea?

Yo creo que tenemos que reimaginar el capitalismo.

Por demasiado tiempo este sistema ha funcionado bajo la primacía de los accionistas y no se ha hecho cargo de las externalidades que produce, usando términos económicos.

No premiamos a las compañías por sus buenas acciones, como instalarse en áreas difíciles o contratar y apoyar a personas que no han desarrollado habilidades.

Tampoco se toma en cuenta el daño medioambiental que producen nuestras empresas. Eso no es sostenible.

Una de las cosas en que nos hemos enfocado en los últimos 20 años, es medir lo que realmente importa, en vez de medir solamente lo que se puede contar.

Tenemos que reimaginar el capitalismo. Por demasiado tiempo este sistema ha funcionado bajo la primacía de los accionistas" Jacqueline Novogratz
Es fácil medir las ganancias, pero es muy difícil medir el impacto social.

Para cambiar el capitalismo hay que entender las necesidades de todas las partes que participan en un negocio y no solo los accionistas.

Tenemos que pensar a largo plazo. Tenemos que encontrar una nueva manera de medir qué es el éxito. El cambio requiere un ética que reconozca el valor de lo colectivo.

Nosotros vemos los cambios que ocurren con nuestros proyectos cuando a la gente se le paga bien, cuando los empleados tienen oportunidades reales para su crecimiento, cuando las personas pueden tomar sus propias decisiones y pueden crear empresas sostenibles en el largo plazo.

¿Pero cómo va a convencer a las personas con poder económico y político que no tienen esa ética colectiva, que solo están interesados en la rentabilidad de su empresa? Le pregunto porque la ética en los negocios, o el marco moral al que usted hace referencia, es algo a lo que no se puede obligar...

Yo partiría con el creciente número de directores de empresas que quieren hacer cambios, que quieren redefinir el propósito de los negocios, porque el camino que estamos siguiendo ahora no es sostenible para la humanidad.

Lo segundo es mostrarles a ciertas empresas que si siguen por el mismo camino su propio negocio no será viable.

Lo bueno es que hay una nueva generación que no está interesada en trabajar para empresas que dañan el medioambiente, por ejemplo.

Además, el mundo tiene ciertas herramientas para desafiar a esas empresas que no quieren avanzar en el cambio.

Y por otro lado, los clientes están cada vez más interesados en cómo viven las personas que intervienen en la cadena de producción.

En el largo plazo, las empresas sin un propósito más allá de las ganancias, tendrán menos valor y serán menos exitosas.

Entonces las empresas deberían ajustar el rumbo por su propia sobrevivencia, no solo por fines morales...

Sí, por su propia sobrevivencia y porque es lo correcto.

¿Piensa que el aumento de la desigualdad, especialmente ahora durante la pandemia, puede causar una nueva ola de disturbios sociales?

No se trata de si la va a causar o no. La desigualdad ya está provocando disturbios en muchas naciones. Lo hemos visto en Nigeria, Pakistán, India.

Esta pandemia no solo ha dejado en evidencia la gran desigualdad, también ha revelado todas las heridas abiertas de los sistemas que no son sostenibles.

"En el largo plazo las empresas sin un propósito más allá de las ganancias, tendrán menos valor y serán menos exitosas", afirma Novogratz.

Las personas de menores ingresos son las que más se enferman porque viven en espacios hacinados, con acceso limitado a la salud. Y en educación, estamos viendo una generación que quedará aún más atrás.

En las comunidades donde trabajamos, hemos visto cómo la gente se queda sin comida y hemos visto cómo el hacinamiento genera más violencia.

Hay una urgencia de ir más allá de las ideologías y enfocarnos en cómo le podemos dar más al mundo de lo que tomamos de él, como un imperativo moral.

La buena noticia es que como seres humanos somos espíritus emprendedores capaces de resolver problemas.

Durante la pandemia he visto un extraordinario nivel de innovación, con emprendedores en comunidades de bajos ingresos que resuelven sus problemas con lo que sea que tienen a la mano. Yo diría que donde hay oscuridad, al mismo tiempo hay luz. 


Más en este blog.

miércoles, 3 de febrero de 2021

Antonio Gramsci y los intelectuales


En la sociedad capitalista el trabajo se especializa y requiere mayor conocimiento generando que la distinción entre intelectuales y no intelectuales se refiera a la profesionalización.

Durante siglos el intelectual ha ocupado un lugar privilegiado en la sociedad, justamente por eso, su responsabilidad es mayor, aunque en los últimos años, su imagen y papel se ha puesto en entredicho con el surgimiento de las nuevas tecnológicas y el supuesto “fin de las ideologías”. En este panorama, el pensamiento del marxista Antonio Gramsci, adquiere relevancia para el replanteamiento de la función social de los intelectuales, obras como La formación de los intelectuales y Cuadernos de la Cárcel, son referencias indispensables, que, al cumplirse 130 años de su natalicio en Ales, Italia, el 22 de enero de 1891, adquieren vigencia.

Para Gramsci “todos los hombres son intelectuales, pero no todos tienen en la sociedad la fusión de intelectuales”. La formación de los intelectuales responde a las necesidades de los grupos sociales con una función esencial en el mundo de la producción económica. Menciona que todo grupo en el poder necesita producir y reproducir su hegemonía y para ello se vale de los intelectuales, quienes están “encargados de elaborar y difundir mediante los más diversos tipos de organizaciones e instituciones las relaciones económicas, jurídicas, políticas, filosóficas, artísticas, científicas, ideológicas y religiosas”. Son ellos los que construyen la hegemonía, un concepto fundamental en su legado filosófico.

Los intelectuales llevan a cabo la instrumentación del carácter dirigente de la clase dominante, contribuyendo a crear las condiciones políticas e ideológicas que le posibilita conseguir la aceptación de la clase y sectores oprimidos. Pero, al mismo tiempo, son ellos los que construyen las ideas y organizan a los grupos sociales para liberarse de la hegemonía del otro, y, para desarrollar sus propios sistemas hegemónicos. Gramsci habla de dos tipos de intelectuales: el orgánico y el tradicional. No concibe la existencia de intelectuales independientes, ya que según los vínculos que tengan con las distintas categorías actúan a favor de los intereses de una o de otra clase social. No se olvide que en su artículo “Odio a los indiferentes” escribió: “Vivir significa tomar partido […] La indiferencia es apatía, es parasitismo, es cobardía, no es vida. Por eso odio a los indiferentes”.

Los intelectuales orgánicos tienen la función de asimilar y conquistar ideológicamente a los intelectuales tradicionales para beneficio de la clase social que quiere ser dominante y dirigente. Esto con el fin de crear y expandir la hegemonía de la clase que representa, pero además busca evitar que otras clases desarrollen sus propios dirigentes y, en consecuencia, sus proyectos de hegemonía. El intelectual tradicional es aquel que por lo general esta enlazado a una clase que, pudiendo no haber dejado de ser esencial, ya ha sido desplazada de la dirección estatal. Los intelectuales tradicionales tienen experiencia en la organización y dirección política e ideológica de los grupos sociales.

El capitalismo busca incorporar a los tradicionales como intelectuales subordinados y obtener el consenso de los grupos sociales a los que se encuentran ligados. Por ello, la organización de los intelectuales y su consecuente conversión en “educadores nacionales” es, según Antonio Gramsci, una de las necesidades básicas para la lucha contra la hegemonía capitalista.

https://rebelion.org/antonio-gramsci-y-los-intelectuales/

martes, 2 de febrero de 2021

"Filosofar es examinar la vida, cuestionarla, interrogarla, precisamente para poderla vivir humana y cabalmente"


El profesor Eduardo Infante lanza retos filosóficos en redes sociales. "Filosofar es examinar la vida, es un interrogar la vida para poderla vivir humana y cabalmente".

Apenas dos palabras de una alumna llevaron al profesor Eduardo Infante a cambiar radicalmente cómo enseñaba filosofía.

"Su respuesta me destrozó, no supe qué decirle", le relató a BBC Mundo Infante, quien enseña actualmente filosofía en un instituto en Asturias, España.

El docente español revolucionó sus clases, en las que Twitter se vuelve una versión moderna de los mercados públicos de Atenas en los que debatía Sócrates.

Infante plantea en Twitter sus llamados #filoretos, retos filosóficos para la vida cotidiana abiertos no solo a sus alumnos sino a todo el mundo.

BBC Mundo habló con el profesor sobre su nuevo libro, "Filosofía en la calle", y de por qué es crucial recuperar en estos tiempos de pandemia el ejercicio de la filosofía.

En tu libro relatas que las palabras de una alumna te afectaron profundamente. ¿Qué sucedió?

Fue hace unos 20 años, en mi primer año dando clase de filosofía. Acababa de llegar de Perú, donde había estado un año como voluntario en una ONG, y había comenzado a dar clase en un instituto de Sevilla.

Les estaba explicando la metafísica de Aristóteles a un grupo de alumnos de segundo de bachillerato, el año anterior a entrar a la universidad.

Ellos se portaban muy bien, y yo era uno de esos profesores que confundían el respeto con el interés.

Iban anotando todo lo que yo iba explicando en su libreta. Pero había una chica sentada al fondo de la clase, con nada sobre la mesa y su libro guardado en la mochila, que se distraía mirando por la ventana.

Yo seguía dando clase intentando no darle importancia, pero me fui poniendo cada vez más nervioso.

Así que dejé la tiza en la mesa, me acerqué hacia ella, y le pregunté con esa ironía que nos gastamos a veces los profesores y que solo nos hace gracia a nosotros, que qué era eso tan importante que había al otro lado de la ventana y que si sería más interesante que el examen que teníamos la semana que viene.

Entonces fue cuando la chica me respondió con esas dos palabras que me cayeron encima como una bomba de napalm que lo arrasa todo a su paso.

Mi alumna me respondió: "La vida". Y a mí eso me destrozó, no supe que decirle.

¿Qué sentiste en ese momento?
Sentí que sin darme cuenta había convertido mi aula en una caverna.

Estaba tan obsesionado por impartir el programa oficial y prepararlos para la prueba de acceso a la universidad, que había olvidado en qué consistía la filosofía.

Yo me enamoré de la filosofía precisamente con la edad de esa chica, curiosamente cuando mi tutor en el instituto me castigó.

Había pintado "la justicia es una gran mentira" sobre la pared del baño con espray negro, y mi tutor me puso como castigo leer la "Apología de Sócrates" —una obra de Platón que da una versión del discurso que Sócrates pronunció como defensa, ante los tribunales atenienses, en el juicio en el que se le acusó de corromper a la juventud y no creer en los dioses de la polis—, y me alucinó.

La figura de Sócrates y la historia de su juicio y de su muerte me marcaron, y esas dos palabras que dijo mi alumna me hicieron volver hacia atrás y darme cuenta de que había hecho algo tremendo, que era desconectar la filosofía de la vida.

Porque Sócrates avisaba una y otra vez que filosofar es examinar la vida, cuestionarla, interrogarla, precisamente para poderla vivir humana y cabalmente.

Entonces, el hecho de que la vida quedase al otro lado de mi aula a mí me mató.

¿Qué hiciste entonces?
Terminé la clase como pude y estuve todo el día pensando en las dos palabras que me había dicho mi alumna.

Al día siguiente volví a aparecer en clase, y lo que hice fue borrar la pizarra, cerrar los libros e invitar a mis alumnos a salir a la calle.

Fuimos a un pequeño parque que había al lado del instituto, haciendo filosofía a lo aristotélico, dando paseos.

Nos sentamos debajo de un árbol, y ese día la clase me la dieron ellos a mí, porque por primera vez era yo el que cerraba la boca, el que escuchaba.

Simplemente les pregunté cuáles eran los problemas que a ellos les inquietaban, y fui tomando nota en mi libreta de lo que me fueron diciendo.

El nuevo libro de Infante trata muchos de los temas que debate con sus alumnos.

¿Qué temas preocupaban a tus alumnos?
Los temas son los capítulos que salen en el libro: cómo afrontar una ruptura sentimental, cómo superar la muerte de un ser querido, la muerte, el sentido de la vida, la agresividad y la violencia, el aborto, el tema de Dios, de la justicia..

Lo que hice fue "darle la vuelta a la tortilla", dejar que la vida inundase mi aula, y traer a los grandes filósofos de la historia.

Yo les decía a los chicos: "Esas preguntas que vosotros hacéis y que todos nos hacemos son preguntas que han abordado hombres y mujeres a lo largo de la historia. Quizás sus respuestas puedan dar algo de luz, o quizás no, pero en el fondo os toca a vosotros elegir".

La filosofía es más un amor a la pregunta que un amor a la respuesta. La filosofía no es dogma, en la filosofía no hay púlpitos.

Antes de pasar a algunos de los problemas que debates con tus alumnos, háblanos de la figura de Sócrates.

Yo creo que Sócrates fundamentalmente era un ciudadano, quizás como dice Platón el más justo y bueno de todos los ciudadanos de Atenas.

Estamos faltos de modelos de ciudadanía, por eso quiero recuperar la figura de Sócrates en nuestro mundo.

Necesitamos entender que ser ciudadano no es votar cada cuatro años, o delegar nuestras responsabilidades políticas en unos profesionales.

¿Qué es ser ciudadano?
Ser ciudadano es preocuparse del bien común y participar en su construcción.

Hay que encontrar cuál es y separarlo de los intereses de la mayoría, que es algo diferente.

"Y me pregunté, ¿por qué no le doy la vuelta a la tortilla y les meto la clase de filosofía en su mundo, en sus pantallas?"

Hay dos formas de entender la filosofía, creo yo.

Tenemos el modelo de Descartes —contra quien no tengo nada—, que no me gusta mucho. Se encierra en una habitación separado del mundo: "Yo no necesito a nadie, solo voy a encontrar la verdad".

Y luego está la postura socrática, que me parece más acertada: "Necesito a los demás para encontrar qué es lo justo, qué es lo bueno, qué es el bien común".

Y ser ciudadano exige efectivamente desarrollar una serie de capacidades que no son naturales. Nadie nace con la capacidad de debatir, de dialogar, de consensuar, de discernir y de juzgar. Es algo que se aprende y que se necesita practicar.

En la antigua Atenas los gimnasios eran los lugares de crecimiento y de formación, donde los ciudadanos se reunían para cultivar su cuerpo, porque era muy importante estar sano, pero también para ejercitar el espíritu mediante la práctica de la filosofía.

La filosofía era eso: debatir, dialogar, enfrentar los argumentos y tu posición a los demás.

Era pedir a los demás razones de por qué pensaban como pensaban, dejar que los demás nos preguntasen por qué pensábamos como pensábamos.

Es algo muy importante a recuperar, porque es un ejercicio de empatía.

Más ahora con sociedades tan divididas…

Por eso hablo de la importancia de recuperar la práctica filosófica en la cotidianeidad.

Cuando entras en el diálogo filosófico, lo haces queriendo entender cuáles son las razones que esgrime la persona que opina de manera diferente, entendiendo que la persona que opina de manera diferente a mí es mi colaborador.

La sociedad hoy en día está polarizada y enfrentada, y entendemos que una persona que opina de manera diferente a mí es mi enemigo al que hay que combatir.

Y encima nuestra sociedad está profundamente infantilizada, y utilizamos una lógica que me parece perversa y que se nota mucho sobre todo en las redes sociales.

En ellas nos movemos con un principio lógico absurdo: que algo es bueno o justo simplemente porque me gusta, y algo es malo o perverso porque me ofende.

Esto es dejar que las emociones, las más básicas además, ocupen el lugar que tienen que ocupar las ideas, renunciar al juicio ético, racional.

Explícanos más a qué te refieres al decir que la sociedad actual está infantilizada.

El adulto se comporta cada vez más de manera totalmente impulsiva.

Vivimos en una sociedad en la que nos hemos acostumbrado e incluso nos parece bueno satisfacer el deseo cuanto antes mejor.

Lo que nos vende realmente Amazon es tener lo que deseamos ya. Es una actitud totalmente infantil.

Decía Aristóteles que lo que nos hace humanos, lo que nos dignifica, es la capacidad de reflexión.

Es decir, la capacidad que tenemos a diferencia del animal de parar el impulso, de pararnos a pensar y hacernos una pregunta: ¿esto que quiero hacer es lo mejor que puedo hacer?

Volviendo a tus clases, ¿podrías darnos un ejemplo de cómo debates con tus alumnos?

En el primer capítulo del libro lo que planteo es el valor moral de la mentira.

En un principio, si a cualquiera le preguntaras si está bien mentir, rápidamente diría que no.

Pero te pongo un caso que nos podría pasar a cualquiera de nosotros: imagínate que en verano vas de vacaciones a tu pueblo, una noche el alcohol te corre por las venas y te terminas liando con una persona a la que no vuelves a ver el resto de tu vida.

Al día siguiente por la mañana recibes un mensaje de tu pareja y surge una pregunta: ¿qué es lo correcto, lo justo, confesar o callar?

Ahí planteo dos alternativas. Y en ese momento Kant toma la palabra.

Kant sueña con una utopía moral, con el mejor de los mundos posibles, y dice que en ese mundo no cabe la mentira bajo ningún concepto.

Parece que nos tiene convencidos cuando aparece Jeremy Bentham y nos dice que nuestro deber es justo el contrario, que la máxima moral que debería seguir nuestra conducta es algo tan simple como no hacer daño.

Y si evalúas las consecuencias de tu acción, te das cuenta que confesando lo único que vas a hacer es causar daño a todo el mundo.

¿Qué es lo correcto, confesar y decir que te liaste con otra persona una noche, o callar para no hacer daño a tu pareja?

"¿Qué es lo correcto, confesar y decir que te liaste con otra persona una noche, o callar para no hacer daño a tu pareja?"

Y la idea es siempre un amor a la pregunta, no hay resolución.

No hay resolución, ahí esta la clave.

Cuando ya han visto la respuesta de Kant, les planteo el famoso contraejemplo del asesino en la puerta.

Imagínate que estás en tu casa, tocan la puerta y es un amigo tuyo que dice que por favor que lo ocultes porque hay un asesino que lo está persiguiendo.

Vuelven a llamar a la puerta, y en este caso es el asesino que nos pregunta: "¿Está ahí la persona a la que quiero matar?".

Si seguimos a rajatabla el criterio de Kant, lo que tenemos que hacer es no mentir.

Pero el sentido común parece que nos dice que el imperativo categórico de Kant es una auténtica atrocidad.

En el caso de Jeremy Bentham también pongo otro contraejemplo.

Cuando intento convencer al lector que ya está claro, que tenemos que intentar hacer el menor daño posible, le planteo el famoso dilema del tranvía desbocado, de la filósofa norteamericana Philipa Foot, aunque también existe otra versión de la también filósofa Judith Jarvis Thompson.

¿En qué consiste el dilema?

Un tranvía desbocado va a chocar contra cinco trabajadores que están en una vía.

Lo único que puedes hacer es tirar de una palanca para que vaya a la vía de al lado, en la que hay un solo trabajador.

La mayoría de la gente piensa que debemos evitar el mayor mal posible, que es preferible que muera uno a que mueran cinco, y la mayoría elige tirar de la palanca.

Pero Judith Jarvis Thompson va mas allá y nos dice: "Imagínate ahora que el tranvía está desbocado, va a impactar contra cinco trabajadores y tú te encuentras en lo alto de un paso a desnivel y al lado tuyo hay un señor corpulento. La única manera de detener el tren es empujar al señor para que detenga el tren".

Si seguimos el criterio anterior, salvar el mayor número de vidas posibles, lo que tendríamos que hacer sería empujar al señor corpulento.

Y ahí los alumnos te dicen: "Pero no es lo mismo empujar que tirar de una palanca".

"Vale", les digo. "Si tienes ese escrúpulo moral, no te preocupes".

"El señor corpulento va a estar al lado de una trampilla junto a una palanca, y lo que tienes que hacer es tirar de ella, para que se abra la trampilla y el señor caiga. ¿Qué es lo correcto?".

A través de estas historias trato de demostrar que entender qué es lo bueno, lo justo, hacer el bien, es complicado.

Es difícil y exige una continua reflexión, un continuo diálogo en el que necesitamos de la ayuda de los demás.

¿Es una habilidad que se cultiva?
Sin duda, por eso me gustaría que recuperásemos esa habilidad, ese ejercicio.

Yo digo que la filosofía es el ejercicio del ciudadano,e igual que hay que hacer ejercicio para mantener la salud del cuerpo, tenemos que hacer continuas prácticas para mantener la salud del alma.

Si no hay respiradores para todos los pacientes, ¿quién merece más uno? ¿El hombre de 35 años sano con mayor expectativa de vida, o el señor de 85 que pagó impuestos toda su vida para construir el hospital?

Los problemas que te he planteado nos pueden parecer muy raros.

Pueden decirme, "yo nunca voy a estar en un tranvía", pero circuló hace meses un video que es lo mismo que lo que te acabo de plantear.

En un momento en el que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) estaban a rebosar, el jefe del equipo médico de un hospital de Madrid les decía literalmente a sus doctores: "No tenemos respiradores para todos los pacientes. Hay que decidir quién vive y quién muere".

El criterio que proponía, y yo estoy totalmente en contra, era la esperanza de vida: salvaremos a aquellos que tengan mayor esperanza de vida.

Es, por cierto, lo que se ha hecho en España literalmente: dejar morir a los mayores. Si entra un señor con 85 y un señor con 35 y sano, le pondré el respirador al de 35.

Pero la vida humana tiene valor. La vida humana, lo decía Kant, es precisamente aquello que es digno.

Es decir, lo digno es aquello a lo que no se puede poner ningún tipo de precio.

Y yo podría decir: "¿Quién ha aportado más a la sociedad? ¿Quién ha estado más años de su vida aportando impuestos para pagar este hospital, el de 35 o el de 85? ¿Quién se merece ese respirador?".

Por eso se me ocurrió dejar los capítulos abiertos, para seguir debatiendo, sin dar UNA respuesta. Se dan respuestas.

Al final pongo un código QR para que el lector pase el celular por la página y vaya directamente a un hilo de Twitter en el que puede dialogar con otros y también conmigo.

Decías que otro tema que inquieta a tus alumnos es el de la pérdida de un ser querido. ¿Cómo puede ayudar en este caso la filosofía?

En el libro cuento una historia bonita que me pasó.

Estaba dando clase ya en Asturias, en un colegio, y tenía un alumno al que quería mucho.

Su madre estaba en el hospital enferma de cáncer, y el padre me llamó para decir que ya se estaba muriendo y que avisase al chico para que saliera de clase, y que intentase tranquilizárselo hasta que llegase a recogerlo con el coche.

Fue un shock para mí.

Lo que hice fue subir a mi despacho y sacar un viejo libro de un filósofo estoico que nos enseña precisamente a soportar el dolor, porque también supo lo que es sufrir.

Cogí el "Manual de Epicteto", llevé a mi alumno a mi despacho y le dije que su madre se estaba muriendo, que tenía que ir a despedirse de ella.

Le entregué el libro, le dije que a mí me ayudó mucho cuando tuve que enfrentar la muerte de mi padre y que, bueno, lo quería mucho.

Años después este chico volvió, ya hecho un hombre, a devolverme el libro y me pidió disculpas porque estaba lleno de anotaciones y subrayados.

"Me encanta, pues cada vez que lo lea a partir de ahora es como leerlo contigo", le contesté.

Le pregunté si le había ayudado, y me dijo: "No solo me ayudó, sino que me ha convertido en el médico que soy hoy". Es oncólogo.

En el caso de la muerte de un ser querido, ¿cuáles son los argumentos que debates con tus alumnos?

Hay varios ejercicios que practicaban los estoicos.

Lo primero es prepararse. Nuestros seres queridos son seres vivos, vulnerables y por tanto contingentes. Así que la muerte está presente, aquello que se nos ha dado se nos ha dado durante un tiempo.

Los estoicos reflexionaban mucho acerca de la realidad, y ahí está el problema. Nosotros vivimos, como decía antes, en un mundo que está infantilizado, en que nos gustaría tener unos deseos ficticios, y enfrentar nuestro deseo a la realidad nos puede ayudar a no sufrir.

La segunda idea de Epicteto es que podemos gobernar nuestros pensamientos y ver las cosas de diferentes puntos de vista.

Puedo pensar que la vida me ha arrebatado a mi padre, pero también que la vida me ha dado 20 años, que son muchos años, junto a él. Se trata de cambiar la perspectiva.

También Epicteto habla de ser realista, de entender la verdad de las cosas.

Cuando mi padre murió, a mi hermano menor, como era pequeño, para no enfrentarlo a la muerte lo apartaron. "Que no lo vea".

Y eso es lo que estamos haciendo hoy, apartar la muerte de nuestras vidas. La gente muere sola, muere apartada, no sabemos qué es eso de morir.

Esto es algo que también forma parte de la infantilización de nuestra sociedad.

"La filosofía es más un amor a la pregunta que un amor a la respuesta, la filosofía no es dogma, en la filosofía no hay púlpitos".

¿Cómo surgió la idea de lanzar a tus alumnos "filorretos" o retos de filosofía en twitter?

Andaba un día paseando por la calle con mi compañero de física, porque en nuestro instituto no tenemos patio, y los alumnos estaban en pequeños grupos con sus celulares.

Mi compañero me dijo: "Esta generación es una generación de niños autistas, que están ahí en el momento del recreo y no dialogan, no interactúan".

"Yo creo que te equivocas", le contesté. "Creo que sí que se están comunicando, pero lo hacen a través de una pantalla".

¿Por qué no le doy la vuelta a la tortilla y les meto la clase de filosofía en su mundo, en sus pantallas?, me pregunté entonces.

Me pareció muy interesante Twitter porque la filosofía usa mucho el aforismo y esa red social te obliga a condensar un pensamiento en pocos caracteres.

Empecé así, y se fue metiendo gente que no conocía y me preguntaba si podía participar. Claro, todos podemos aprender de todos, les contestaba.

La cosa fue creciendo y creciendo, y ahora mismo es todo un éxito.

Para terminar, una invitación a los lectores para incorporar la filosofía en sus vidas, para ejercitar esas herramientas.

En el Día Mundial de la Filosofía escribí un artículo en el que decía que lo que estamos viviendo con la pandemia es un momento de crisis.

La palabra crisis viene del griego y significa ruptura: se rompe un viejo mundo, y parece que comienza uno nuevo.

Lo se está produciendo es que nuestras certezas están metamorfoseándose en preguntas. Nos preguntamos cosas como "¿cuándo volveré a ver a mis seres queridos?".

A veces nos llamaban a los filósofos y se nos preguntaba por certezas, pero decía: "Yo estoy igual que tú de acojonado, no soy un ser especial".

Pero la filosofía sí que nos puede enseñar a vivir con la incertidumbre como compañera de viaje. El filósofo entiende que la duda forma parte de la existencia humana. Era una ilusión la certeza.

Yo a veces les digo a mis alumnos: "Chicos, esto no lo sé". Y eso, lo decía Sócrates, es una respuesta intelectualmente muy honesta. Tenemos que aceptar nuestra vulnerabilidad.

Cuando decías que la filosofía nos puede ayudar a vivir con la duda, ¿cómo puede hacerlo?

Podemos empezar entendiendo que los problemas complejos exigen soluciones complejas, evitar caer precisamente en las soluciones simples.

Es preferible decir un no lo sé a decir por ejemplos "cinco cómodos pasos para…". No hay cinco cómodos pasos, no existe, si no todos seríamos felices.

Tenemos problemas políticos muy complejos que exigen soluciones complejas, y la filosofía precisamente a través de la pregunta cuestiona el populismo y las soluciones fáciles.

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Este artículo es parte de la versión digital del Hay Festival Cartagena, un encuentro de escritores y pensadores que se realiza en esa ciudad colombiana del 22 al 31 de enero de 2021

https://www.bbc.com/mundo/noticias-55664858

¿Cómo aplicar las ideas de la filosofía en la vida cotidiana? El filósofo alemán Wolfram Eilenberger te lo explica.  https://www.bbc.com/mundo/noticias-46914172

Qué es el estoicismo, la filosofía de 2.000 años de antigüedad que se usa para sobrevivir al caos.  https://www.bbc.com/mundo/noticias-46587528

Qué enseña el filósofo Michael Sandel, considerado "el profesor más popular del mundo" en Harvard.  https://www.bbc.com/mundo/noticias-44309123

Marina Garcés: "Filosofar siempre ha sido un acto subversivo". 

lunes, 1 de febrero de 2021

La conjura de los necios

Estoy convencida de que la buena gente abunda mucho más, pero actúan en silencio y no llevan cuernos

Es evidente que la maldad existe. Y también existe la estupidez, que para el historiador italiano Carlo Maria Cipolla es más dañina que la maldad. En su celebérrimo libro Allegro ma non troppo, Cipolla desarrollaba su teoría de la estupidez dividiendo a la humanidad en cuatro grupos: los inteligentes, cuyos actos son beneficiosos para ellos mismos y para la colectividad; los incautos, que actúan dañándose a sí mismos y beneficiando a los demás; los malvados, que hacen daño a los demás en beneficio propio, y los estúpidos, que se perjudican a sí mismos y perjudican también a todo el mundo. Yo añadiría dos subcategorías, la del malvado inteligente y la del estúpido malvado, que me parecen aún más peligrosas.

Pienso en todo esto tras leer en EL PAÍS el reportaje de Amanda Mars y Pablo Guimón sobre los asaltantes al Congreso de Estados Unidos. Una colección de humanos tan deprimente, demencial, mostrenca y penosa que, si llego a ver a unos tipos así en una película, inmediatamente hubiera condenado el filme por su exageración, por su esquematismo, por cargar las tintas de manera sectaria pintando unos personajes tan imposibles. E imposibles son, eso desde luego; imposibles de tratar y de entender. Pero reales.

Está arrasando el mundo una tormenta fatal de necedad con una capacidad destructiva mayor que mil Filomenas. Y esto me recuerda nuevamente a Cipolla, cuya primera ley fundamental de la estupidez (“siempre e inevitablemente cualquiera de nosotros subestima el número de individuos estúpidos en circulación”) me parece una de las perlas del conocimiento humano. Los mentecatos, en fin, se multiplican últimamente como conejos. Todos ellos son desesperantes y dañinos, pero aun así supongo que hay diferencia entre aquellos que simplemente creen que la nieve es una falsificación perpetrada por el Estado y que puedes quemarla con un mechero, como piensan (bueno, pensar no parece el verbo más adecuado, se diría que las almejas piensan más que ellos) los descerebrados de QAnon, y aquellos que además salen a asaltar el Congreso armados con pistolas eléctricas, llevando bridas policiales para atar, pateando cristales, defecando en pasillos y rompiendo la cabeza de guardias con extintores. Los segundos, aparte de ser unos majaderos colosales, son lo que se dice mala gente. Narcisos, egocéntricos, megalomaniacos, violentos, asociales. Personas que odian al prójimo.

La maldad de los imbéciles, en fin, resulta especialmente deprimente porque parece imposible defenderse de ella, dado que cualquier razonamiento rebotará en la vacía caverna de sus cráneos. Pero quiero creer que su florecimiento es coyuntural. Andan muy crecidos en el mundo porque consiguieron colocar al malvado estúpido de Trump en la presidencia del imperio. Los conspiroparanoicos hablan del Deep State (el Estado profundo) como el ente maligno que cubre sus aceras con nieve de plástico, pero creo que nosotros podríamos hablar con mucha más propiedad de la conjura de los necios que hemos padecido estos últimos años. Ahora han perdido una batalla importante y hay herramientas políticas para desactivarlos.

Y mientras tanto, para contrarrestar la desolación que produce la abundancia de tanto imbécil feroz, podemos pensar en toda esa gente buena que rara vez sale en los periódicos. Los sanitarios con las caras destrozadas por los equipos de protección en las largas horas de lucha contra el virus. Las enfermeras de asistencia domiciliaria que se lanzaron a la calle en mitad de la nevada para no desatender a sus pacientes. Las cuidadoras de ancianos, la mayoría inmigrantes con sueldos míseros, que hicieron lo mismo, heroicamente, para no abandonar a sus viejos. Esto ahora, en los momentos críticos. Pero siempre, además, esa dependienta que llega a su casa en el extrarradio a las diez de la noche, tras dos horas de trayecto y un día de trabajo aniquilante, y que antes de entrar en su piso pasa por el del vecino enfermo para prepararle la cena; o ese jubilado que cuida a los hijos de su vecina para que pueda ir a trabajar. Una multitud de personas generosas combatiendo con su luz las tinieblas del mundo. Estoy convencida de que la buena gente abunda mucho más, pero actúan en silencio y no llevan cuernos. Malvados estúpidos, rendíos.

Rosa Montero, El País
 

domingo, 31 de enero de 2021

¡Eres un animal! Sobre perros y otros animales amigos del hombre,

Es curioso que utilicemos expresiones como “eres un animal”, “eres un cerdo, “eres un burro”, “eres una bestia”… para insultar, descalificar o despreciar a un ser humano, sin pensar que también nosotros somos animales, sin pensar, por otra parte, que ese animal no ha hecho nunca daño a nadie intencionadamente. Si observamos atentamente los comportamientos de personas y animales, el verdadero insulto sería decirle a un animal irracional: Eres una persona, eres un político, eres un catedrático, eres un periodista, eres una abogada, eres un juez…

Los animales se comportan con más espontaneidad, nobleza y autenticidad que los seres humanos. Con menos crueldad, desde luego. Con ninguna malicia. Ojalá nos comportásemos como ellos. Recuerdo un poema en el que se cuenta que algunos monos (el mono es un animal arborícola que habita sobre todo en los árboles genealógicos), viendo desde un árbol cómo los hombres se pelean y se matan entre sí, se niegan a aceptar que seres tan sanguinarios y crueles sean descendientes suyos. “Qué vergüenza para nuestra especie”, concluyen. Al fin al cabo, como dice Steinbeck, el hombre es el único animal de la creación que bebe sin tener sed, que come sin tener hambre y que habla sin tener nada que decir.

Los animales piensan, sueñan y sufren. Su dolor tiene las dimensiones del planeta. Los niños aplastan lagartijas para ver cómo se mueve el rabo de forma autónoma, una vez separado del resto del cuerpo, la familia abre las puertas del coche y abandona al perro a su suerte, los toreros clavan hierros punzantes en los lomos del toro y acaban matándolo entre vítores y olés, se organizan peleas de perros y de gallos para diversión y juego de los espectadores, los gastrónomos pelan vivos a algunos animales para que la vianda tenga más sabor, los cazadores degüellan vivas a las presas para que las pieles tengan más esplendor, los científicos experimentan en animales con genes y con virus, los ganaderos separan a las crías de sus madres, se sacrifican animales para fabricar abrigos de pieles, los vecinos del pueblo mantienen la costumbre de arrojar entre risas un burro o una cabra desde lo alto del campanario de la iglesia parroquial… ¿Por qué tanto dolor? ¿Por qué tanta crueldad? ¿Por qué tanta insensibilidad? ¿Por qué tantas trampas?

– “Vamos a pescar juntos”, le dijo el pescador a la mosca mientras la colocaba de cebo en el anzuelo.

Las personas admiran las grandes dotes de los animales pero saben que aun más admirable es la inteligencia humana, capaz de imaginar a un perro jugando al póker:

– Tu perro es muy listo, le dijo Aristóteles a Platón, ya que sabe jugar a las cartas.

– No es tan listo como parece, matizó Platón: siempre que le llegan buenas cartas, mueve el rabo.

Un mundo en el que los animales son maltratados no es un mundo habitable para los seres humanos. Porque esa crueldad que se ceba en seres indefensos muestra la dureza de nuestro corazón. Y de un corazón duro no pueden brotar sentimientos nobles y hermosos. “El hombre es un lobo para el hombre”, decimos. Con lo cual el hombre le da una patada al hombre en el trasero del lobo.

Un ornitólogo desconocido dijo : “Si los hombres no los apedrearan, hubiera sido pájaro. Mas si no los apedrearan, hubiera sido hombre”. Si fuéramos más amorosos, más cuidadosos, más amables con los animales, contribuiríamos a mejorar este mundo nuestro.

Mi amiga Lola Alcántara vota una y otra vez al PACMA (Partido Animalista contra el Maltrato Animal), partido político español que trabaja por los derechos de los animales, la defensa del medio ambiente y la justicia social. Lola tiene en su casa cinco perros y tres gatos, a los que quiere y cuida con desvelo. He visto su indignación ante la crueldad humana que sacrifica cada año más de 50000 galgos en España, esos perros de usar y tirar. Me ha explicado con pasión la necesidad de que la ley sea más severa con el maltrato de animales. Si todos fuésemos como Lola Alcántara, el mundo sería mucho mejor.

Mis abuelos paternos tenían un perro llamado Fiel (notable redundancia). Recuerdo que un verano pasó tres días sin aparecer por casa. Lo encontraron hambriento, sediento y extenuado, vigilando un saco de trigo que se había caído del carro en el que se transportaba la carga al silo. La vida por el cuidado de un bien del amo.

Los animales han sido una extraordinaria compañía en los meses de confinamiento. Al terminar el primero, se hizo célebre la burra Baldomera en la localidad malagueña de El Borge, sita en la Axarquía, a unos treinta kilómetros de la capital. El reencuentro con el amo, Ismael Fernández, después de dos meses de ausencia, fue tan emotivo, que la grabación del encuentro ha dado la vuelta al mundo. Conmueve escuchar los rebuznos de la burra y ver las lágrimas de su dueño.

En un estanque del Monasterio de El Escorial hay un precioso cisne blanco que se acerca con rapidez al jardinero Raúl, cada vez que este aparece en la orilla. Es hermoso ver cómo interactúan en una relación cómplice, a través de gestos y sonidos.

Nosotros tenemos una pequeña perra llamada Miluca. Su nombre recoge la primera sílaba de los nombres de cada uno de los moradores de la casa: Miguel, Lourdes y Carla. Es lista, cariñosa y disciplinada. Miluca nos humaniza, nos une, nos hace más sensibles, nos hace mejores. Carla dice:

Una de las cosas más valiosas que habéis hecho por mí es comprar a Miluca.

¿Cómo no emocionarse ante la mirada insondable de un perro el día que ha muerto su amo?, ¿cómo no asombrarse ante la tristeza de una larga ausencia, como le sucedió a Miluca cuando Carla asistió a un curso de quince días en Alemania?

Los animales forman parte de nuestro mundo y de nuestra cultura. Nunca podremos olvidar al loro de Flaubert, al cuervo de Poe, al cisne de Saint Säens, al albatros de Baudelaire, a las moscas de Sartre, a la ballena de Herman Melville, al águila de Tenysson, al escarabajo de Kafka, al mastín de Baskeville…

Los humanos hemos escrito innumerables fábulas protagonizadas por animales de las que, didácticamente, extraemos moralejas, pero conocemos muy poco sobre su mundo interior. No debemos olvidar que de todo lo que ocurre en el mundo solo tenemos visiones humanas. No nos solemos acercar a los animales con respeto, con ternura, con curiosidad. Recuerdo haber leído con emoción el hermoso libro del etólogo y premio Nobel Konrad Lorenz, titulado “El anillo del rey Salomón”. Con qué finura, con qué rigor, con qué interés observa, estudia y describe las costumbres y las emociones de los animales.

¿Cómo nos ven los animales a nosotros?, ¿Cómo nos observan y nos interpretan? Bien pudiera suceder que los gorriones se rieran de nosotros al ver un espantapájaros. Es una señal inequívoca de que allí hay comida para ellos.

No me gusta volcar sobre los animales visiones antropomórficas. No me gustan esas películas en las que los animales hablan como si fueran humanos. Les atribuimos gratuitamente nuestras cualidades: el gallo es arrogante, el lobo es rapaz, el camaleón es hipócrita, el león es valiente, la hormiga es trabajadora, la cigarra es holgazana, la hiena es cruel (por cierto, la hiena duerme al raso, se alimenta de carroña y hace el amor una vez al años, ¿de qué diablos se ríe?).

También tiene aquí presencia la educación. En la escuela y en la casa. De forma coherente y coordinada. A una amiga de mi hija le mandaron del colegio una carta porque había aplastado cruelmente una lagartija en el patio. No sabían que en la casa de la niña había una sala con animales disecados, piezas de caza mayor de su padre.

Los animales: magníficos compañeros de viaje. Lord Byron escribió sobre la tumba de su perro: “Aquí yacen los restos de un ser que poseyó la fuerza sin la insolencia, el valor sin la ferocidad y la belleza sin la vanidad”. Es probable que el tamaño de la lápida no diera para más. 

sábado, 30 de enero de 2021

_- 4 preguntas clave que pueden ayudarte a dejar de procrastinar

_- Imagínate que pudieras volverte más saludable, más rico y sentirte menos estresado con unas pocas acciones diarias.

No requeriría un gran sacrificio de tu parte, pero a lo largo de los años, tu vida personal y profesional mejoraría enormemente de muchas maneras.

Para muchos, la procrastinación es la principal barrera que les impide hacer un cambio positivo.

Los procrastinadores crónicos tienen menos probabilidades de tener un empleo permanente, y aquellos que tienen trabajo, tienen un ingreso muy reducido, y ganan bastante menos que sus colegas más proactivos.

Los procrastinadores también tienen dificultad para encontrar tiempo para hacer ejercicio, ya que siempre posponen la actividad física para otro día.

Y, gracias al caos generalizado que surge de evadir constantemente tareas importantes, tienden a sufrir niveles de ansiedad altos.

El resultado es un riesgo elevado de enfermedades crónicas, incluida la enfermedad cardiovascular.

Pero esto no tiene por qué ser así, según una investigación de vanguardia de Jason Wessel.

Como parte de su doctorado en la Universidad Griffith en Queensland (Australia), Wessel desarrolló un sistema de cuatro "puntos para reflexionar" (o preguntas) simples, que se centran en las raíces psicológicas del problema.

Hazte estas preguntas con regularidad y te resultará mucho más fácil resistirte a las tentadoras distracciones, lo cual te permitirá concentrarte en las cosas que realmente importan en tu vida.

Teoría de la motivación temporal
La técnica de Wessel está inspirada en la teoría de la motivación temporal, que propone cuatro causas interrelacionadas de la procrastinación.

La primera es la "expectativa": subestimamos nuestras posibilidades de hacer bien la tarea, lo que reduce nuestra motivación general.

La segunda es nuestra "sensibilidad a la demora": muchos de nosotros no reconocemos adecuadamente en qué medida nuestras tácticas dilatorias actuales afectarán las posibilidades de completar la tarea a tiempo.

En tercer lugar, no apreciamos el "valor" de la tarea y los beneficios de realizarla a tiempo, lo que significa que priorizamos nuestro placer inmediato por sobre las consecuencias a largo plazo.

Finalmente, Wessel argumenta que carecemos de la "metacognición" básica -la autoconciencia y la capacidad de pensar analíticamente sobre nuestro propio pensamiento- que nos permitiría identificar las formas en que podríamos resistir estos comportamientos y volver a encaminarnos.

Estudios sobre procrastinadores crónicos han proporcionado una buena evidencia de la teoría de la motivación temporal, pero los posibles antídotos para estos problemas han sido hasta ahora, lamentablemente, poco investigados.

"Sencillamente, todavía no hay muchos estudios", dice Wendelien van Eerde de la Universidad de Ámsterdam, quien realizó un metaanálisis de las intervenciones disponibles en 2018.

En su estudio, Van Eerde descubrió que la terapia cognitivo-conductual (TCC) era el único método existente con beneficios confiables.

Durante las sesiones de TCC, un terapeuta profesional ayudará a su cliente a hablar sobre los pensamientos, emociones y acciones que están limitando su productividad.

"Tratas de reconocer qué estás haciendo mal, y de adaptar tus comportamientos a formas más funcionales de lidiar con las cosas", dice Van Eerde.

Sin embargo, por más eficaz que pueda ser, la TCC en persona consume relativamente mucho tiempo y es cara de realizar, lo cual dificulta su implementación en masa.

Esto llevó a Wessel a preguntarse si sería posible ofrecer una alternativa más rápida y económica.

Las cuatro preguntas para pensar
Después de considerarlo cuidadosamente, Wessel decidió resumir los principios de la teoría de la motivación temporal en cuatro simples indicaciones, que piden a las personas que consideren lo siguiente:

¿Cómo lograría una persona exitosa completar la meta?
¿Cómo te sentirías si no haces la tarea que se requiere?
¿Cuál es el paso siguiente inmediato que necesitas hacer?
Si pudieras hacer una cosa para cumplir con tu objetivo a tiempo, ¿Cuál sería?


El entorno universitario proporcionó el medio perfecto para probar el método.

Primero, Wessel reclutó a más de 100 estudiantes universitarios que debían entregar una tarea escrita, que valía un tercio de su calificación final.

La mezcla tentadora: la novedosa fórmula para dejar de procrastinar las cosas que odias hacer 

Para medir su progreso, a todos los estudiantes se les enviaron mensajes de texto regulares, pidiéndoles que estimen su progreso general para completar la tarea (del 0% al 100%).

También se les pidió a los participantes que reflexionaran sobre los puntos enumerados anteriormente en varios momentos a lo largo de las dos semanas.

Una de las preguntas sobre la cual podemos reflexionar es cómo una persona exitosa lograría cumplir con la tarea o la meta.

Wessel esperaba que el reflexionar sobre estas preguntas produjera los mismos cambios en el pensamiento que generalmente se logran durante la terapia en persona, pero en ráfagas mucho más breves.

"Es una réplica de algunos de los elementos de una sesión de coaching o terapia", dice, "pero es como una 'microdosis'".

Cuando Wessel comparó la información sobre el progreso de los participantes en el transcurso de las dos semanas, descubrió que aquellos que contemplaban los cuatro puntos de reflexión tenían muchas más probabilidades de ponerse al día con el trabajo a tiempo, en lugar de posponer la tarea hasta el final de la quincena.

En otras palabras, esto había logrado reducir significativamente la procrastinación.

Los beneficios no fueron inmediatos; Wessel dice que los estudiantes necesitaron considerar las distintas preguntas varias veces antes de comenzar a actuar, un fenómeno que describe como un "efecto durmiente".

"Hay pocas ocasiones en las que puedes decirle a la aplicación (que enviaba recordatorios a los participantes) que sabes exactamente lo que necesitas hacer, pero luego no lo haces", dice.

Es de esperar que los recordatorios hayan irritado a los estudiantes, pero la mayoría informó que habían aprendido mucho de la experiencia. "Dijeron que deberíamos hacer esto para cada curso que tienen".

Enfoque "prometedor"
Van Eerde está impresionada con los resultados y se muestra optimista sobre la practicidad de la intervención. "Creo que es uno de los enfoques más prometedores", dice.

Muchos jóvenes empiezan a estudiar para sus exámenes a último momento.

Wessel ya ha diseñado una aplicación para ayudar a las personas a mejorar su dieta que sigue principios similares y se pregunta si, sin importar nuestros objetivos, todos podríamos beneficiarnos de considerar regularmente estas preguntas para reflexionar.

Si quieres aplicar esto tú mismo, podrías considerar poner un par de recordatorios diarios en tu calendario en línea para asegurarse de que realmente te tomes el tiempo para reflexionar sobre los cuatro puntos.

"Si notas que siempre está posponiendo cosas, podría ser una buena forma de controlar tu comportamiento".

Lo importante, dice, es cuestionarse con regularidad qué objetivos realmente valoras y verificar si los estás priorizando lo suficiente.

Luego, deberías encontrar formas de dividir tu tarea en partes más pequeñas, antes de tomar medidas apenas puedas.

Esto puede crear una especie de impulso, dice, que te hará menos susceptible a la procrastinación a medida que avanzas (en tu tarea).

El trabajo de Wessel se suma a un número creciente de investigaciones que muestran cómo los breves momentos de autorreflexión pueden generar grandes dividendos.

Un poco de concentración, al parecer, puede ser de gran ayuda para aumentar tu perseverancia, organización y eficiencia, de modo que tengas más tiempo para dedicarlo a las cosas que realmente importan.

Estas pocas preguntas o puntos para reflexionar puede que sean el secreto de una vida más feliz y saludable.

*David Robson es autor del libro "The Intelligence Trap: Revolutionise Your Thinking and Make Wiser Decisions". ("La trampa de la inteligencia: revolucione su pensamiento y tome decisiones más sabias".)