sábado, 19 de febrero de 2022

_- Tongo, tongo o tonto, tonto

_- En época de elecciones los políticos casi se muestran serviles con los votantes. Todo son halagos, promesas, parabienes y sonrisas. La cercanía es constante en mítines, reuniones y encuentros de todo tipo. Necesitan hablar con el pueblo, necesitan al pueblo. Van corriendo detrás de los electores y las electoras para pedirles el voto. Lo hemos visto estos días durante la campaña electoral por la presidencia de la Comunidad de Castilla y León, mi querida tierra.

“Si te he visto, no me acuerdo”, dirán algunos bajo cuerda. Los halagos se vuelven desprecios, las promesas se olvidan, los parabienes desapareen y la cercanía se transforma por arte de magia en lejanía y olvido. Ahora ya están atrincherados en sus despachos y hace falta pedir audiencia para que te escuchen durante unos minutos.

Es cierto que no se puede generalizar. Yo no lo hago, al menos. No digo que todos los políticos sean iguales y, mucho menos, que todos los políticos sean malos. Defiendo con rotundidad la buena voluntad de muchas personas que se dedican a la política. Cuando no se manifiesta esa bondad hay que denunciarlo públicamente.

Hemos visto un caso de olvido de los intereses de los ciudadanos y ciudadanas en el proceso de votación de la Ley de Reforma Laboral. Es que no se ha hablado de la ley. De si es buena o de si es mala, de si es beneficiosa para la ciudadanía o no. De si es buena para el país o no. Y por qué. Lo que se ha hecho es convertir la ley en un arma arrojadiza contra el adversario político. Y los apoyos no se han producido por modificaciones o mejoras del texto legal sino por la concesión de prebendas a cambio del sí.

Los motivos de la oposición para rechazarla no se han basado en el análisis de la ley. Ni los de los socios de gobierno, salvo el PNV. Se han ignorado los beneficios que reporta su articulado y las consecuencias positivas que su aprobación suponía para la llegada de fondos europeos.

¿Qué importancia tenían los trabajadores y las trabajadoras, los empresarios y las empresarias? Porque ellos veían la bondad de la ley, aunque fuese mejorable. ¿Qué valor le daban a los acuerdos alcanzados por los sindicatos y la patronal? ¿Qué importancia tenían los que durante el período electoral eran tan necesarios como votantes? Lo que importa es machacar al gobierno, es destruir a Sánchez, es echar de la Moncloa a los socialistas y a los comunistas, a los independentistas y a los etarras. Les pedíamos a estos que abandonasen la vía armada y que abrazasen la vía política pero, cuando lo han hecho, siguen siendo igual de malditos. Se trataba de dar una patada a Sánchez en el culo de los trabajadores y las trabajadoras. Que sufran.

No podía creer lo que veía. Me tenía que frotar los ojos ante la pantalla del televisor para dar crédito a lo que estaba pasando en el Congreso de los Diputados.

Se trataba de votar la Ley de Reforma Laboral que habían pactado (oh, milagro) los sindicatos y la patronal. Un acuerdo importante ya que la ley en vigor se había aprobado con el rechazo de los sindicatos, en un momento de mayoría absoluta del Partido Popular. Era muy conveniente que se aprobase la Ley porque de ello dependía, como he dicho, la recepción de importantes fondos europeos.

La aritmética parlamentaria, después de negociaciones interminables, auguraba una votación ajustada: 176 síes y 173 noes. Si no había imprevistos, errores, deserciones, compra o venta de votos. Existían algunos temores. Porque dos diputados de UPN (Unión del Pueblo Navarro), los señores Sergio Sayas y Carlos García Adanero, decían que iban a votar sí por disciplina de voto, pero que su postura personal era de rechazo. ¿Cómo se pudieron fiar de ellos?

Se procede a la votación presencial a cuyos votos habría que añadir los votos que se que se habían emitido de forma telemática. Catorce votos exactamente.

Al hacer el recuento, la presidenta del Congreso, Meritxel Batet, comete un error y da por rechazada la Ley con el consiguiente alborozo, los intensos aplausos y el jolgorio de la derecha. ¿Qué es lo que aplaudían? ¿Que no se produjesen las mejoras para los trabajadores y las trabajadoras? ¿Descalificar el acuerdo social? ¿Que no llegasen los fondos europeos? Cuesta explicar tanta alegría.

Segundos después la presidenta anuncia: “Me informan los servicios de la Cámara que la Ley ha sido aprobada por 175 votos a favor y 174 en contra”. Y ahora los aplausos y el regocijo eran de los partidos del gobierno de coalición y de todos los que habían votado favorablemente. Mientras tanto, los diputados de la derecha gritaban: ¡tongo, tongo, tongo!, aunque creo que deberían haber dicho, refiriéndose a su distraído diputado:¡tonto, tonto, tonto!

¿Qué había pasado? Dos cosas que habían roto las previsiones de unos y otros.

Los dos diputados de UPN, antes citados, habían roto la disciplina de voto de su partido y, aunque habían dicho durante todo el día que iban a votar que sí, a la hora de la verdad, votaron que no. Ese cambio, del que algunos recelaban, hacía que ganase el no. 174 síes y 175 noes. La operación habría sido perfecta. La maniobra era magistral.

Pero hubo otro hecho insospechado. Un diputado del PP, Alberto Casero, se equivocó a la hora de emitir el voto telemático y en lugar de votar no, votó sí. Con lo cual el resultado era de 175 síes y 174 noes.

Los dos diputados díscolos habían traicionado a su partido ya que habían dicho que acatarían la decisión. Y habían mentido a todo el mundo, principalmente a los partidos del gobierno. Se puede invocar el voto por conciencia en algunos casos. En este, no. No se puede decir que “no le quiero lanzar un salvavidas a Sánchez”, “o no me llevo bien con el jefe de mi partido”, o “no me llamaron por teléfono”, sean cuestiones de conciencia. Ni “yo conozco lo que piensan los electores”, es un argumento que tenga que ver con la ética. Se convirtieron en tránsfugas porque fueron elegidos en listas cerradas y fueron votados por pertenecer a UPN. Es el partido el que tiene que tomar la decisión.

Y ahora vienen las reacciones. El PP, de forma visceral y alocada habla de error informático, luego de error humano subsanable, después de que no habían dejado entrar en el Congreso al Diputado Casero (¡enfermo de gravedad!, que no podía ir a votar, pero sí a reclamar), después de que no se hubiera reunido la mesa del Congreso, luego que era necesaria una comprobación telefónica invocando una norma de 2012 ya caducada, luego hablan de pucherazo, de conspiración, de fraude electoral, de prevaricación de la Presidenta de la Cámara.

Pus bien, no hay una mínima prueba de error informático, no era subsanable el error del diputado porque no se puede votar dos veces, nadie pidió la reunión de la mesa, las puertas del Congreso se cierran preceptivamente desde el inicio al final de la votación, no hubo omisión de llamada para la comprobación del sentido del voto porque esa comprobación ya se hace en el sistema de votación (“Compruebe si el sentido de su voto es correcto”, se dice en el proceso de votación), y nunca antes se ha hecho una llamada desde 2020 ya que había caducado la norma de 2012, ni es posible, cuando se ha votado telemáticamente, volver a votar presencialmente. Se podría hablar de pucherazo o complot si hubo connivencia entre el PP y la mentirosa actitud de los dos diputados de UPN. Si el señor Casero hubiera pulsado el sí, ¿estaríamos hablando de conspiración?

El PP no ha soportado esta rocambolesca derrota. Con la bonita jugada que habían preparado para ganar el partido, se desesperaron porque alguien por torpeza o despiste, metió un gol en propia puerta. Y los goles en propia puerta suben al marcador.

Y ahora vuelvo al comienzo del artículo. ¿Dónde han estado los intereses de los ciudadanos y las ciudadanas del país? ¿Cuándo se ha preocupado la oposición del interés común en esta votación? ¿En quién han pensado los tránsfugas para desobedecer la orden del partido? Si se hubiesen tenido en cuenta los intereses de la ciudanía, esta ley debería haber tenido un respaldo unánime, no digo mayoritario, digo unánime.

Tenemos que ser exigentes. En primer lugar tenemos que informarnos de lo que sucede. Y luego, analizar con rigor esa información, levantar la voz con energía y tomar decisiones racionales y justas a la hora de votar.

El Adarve

viernes, 18 de febrero de 2022

_- El divorcio es duro. Así puedes ayudar a quien atraviesa uno.

_- Hay varias maneras de mostrar tu apoyo a los amigos que están pasando por una separación, desde grandes gestos hasta pequeños actos de amabilidad.


Enfrentarse a un divorcio, a veces, es una sorpresa
Mette Harrison, una novelista que también trabaja en el sector financiero, recibió una desagradable sorpresa en 2020 cuando su marido de 30 años le pidió el divorcio. Harrison, madre de seis hijos, calcula que, entre los que dejaron de hablarle y los que expresaron su opinión sobre la ruptura, también perdió a la mitad de sus amigos.

Según un estudio de 2013 dirigido por Rose McDermott, académica de la Universidad de Brown, si las personas de tu red social cercana se divorcian, el riesgo de que tu matrimonio termine aumenta de manera considerable. En parte, esto puede explicar por qué quienes se encuentran en crisis matrimoniales se ven abandonados por las personas más cercanas y queridas. Sin embargo, la desaparición de los seres queridos también puede deberse a que simplemente no saben cómo ayudar.

Además de la pérdida de su matrimonio, perder a los amigos fue casi demasiado, dice Harrison, que ahora tiene 51 años. No obstante, cuando los que se quedaron a su lado le ofrecieron ayuda, también quedó desconcertada. “No sabía qué necesitaba, ni siquiera cuando la gente me lo preguntaba”, aseguró.

Un cuestionario guía  ¿Crees
que debes divorciarte? Hazte estas 11 preguntas primero

La importante ayuda de los amigos y la familia
Una amiga le ofreció un lugar donde dormir hasta que pudiera encontrar un departamento; otro la guio gentilmente para que hiciera una evaluación honesta de su situación financiera. Una tercera persona le envió mensajes de texto todos los días durante un año, un simple intercambio que, según Harrison, la ayudó a calmar el pánico de los primeros meses. Su hermano mayor, Mark Ivie, estableció un pago mensual recurrente para la renta y la comida, además de una lista de artículos deseados en Amazon, que compartió con otros miembros de la familia.

“De ninguna manera lo habría logrado sin su ayuda”, comentó Harrison.

Los expertos dicen que hay muchas maneras de ayudar a quienes se ven afectados por la vergüenza, la conmoción y el pánico económico de una separación o un divorcio, desde grandes gestos hasta pequeños actos de amabilidad.

Escuchar… una y otra vez
Aunque a menudo se asume que quienes se encuentran en una separación inicial necesitan espacio, Ashley Mead, una psicoterapeuta que trabaja en Nueva York y que se especializa en divorcios, recomienda la conexión. No obstante, escuchar y atender esas situaciones requiere delicadeza.

“Los divorciados están perdiendo a la persona con la que más han estado conectados en toda su vida”, explicó Mead mediante un correo electrónico. “A menudo están desesperados y sienten una vergüenza increíble”.

“Preséntate”, agregó Mead, quien recomienda abstenerse de ofrecer consejos, sugerencias o cualquier frase que pueda expresar algo así como “te lo dije”. 

Si no sabes qué decir, intenta esto: “Sé que no puedo solucionarlo, pero estoy aquí para ayudarte”, aconsejó. “Tenemos una tendencia a querer arreglar las situaciones negativas que viven nuestros amigos, pero intentar animar a alguien a menudo lo que busca es calmar nuestra propia incomodidad y no ayuda a quienes necesitan aliviar las emociones difíciles”.

Erika Anne Englund, mediadora de divorcios que trabaja en Sacramento, California, dice que debemos “ser el tipo de oyente que ayuda a la gente a llegar a sus propias conclusiones: Asegúrate de que tu amigo tenga un lugar donde desahogarse, llorar, reír y pensar en voz alta”.

“No dejes de invitar a tus amigos divorciados a fiestas solo porque estén sin una pareja, y llámalos en época de festividades incluso años después de que el divorcio haya terminado”, dijo Englund.

Cuando Amy Armstrong, terapeuta familiar en Columbus, Ohio, pasó por su propio divorcio, encontrar amigos que pudieran escucharla sin convertir su historia en un drama —o en un chisme— fue un salvavidas. “Una persona que te apoya, que te ayuda a visualizarte en un próximo capítulo alegre, no alguien que te insta a quejarte o a quedarte en actitud de víctima”, dijo.

Stéphane Jutras, que vive en Canadá y presenta el podcast Divorced Dad Diaries, se divorció en 2018. Cuando habló del tema con sus amigos, notó que se volvieron más cercanos y se abrieron a temas de la relación que antes habían mantenido guardados. “A medida que les hacía confidencias, se sentían seguros para hablar de sus problemas matrimoniales”, dijo Jutras.

Un Equipo de apoyo
A la hora de buscar un equipo de apoyo, Susan Pease Gadoua, terapeuta del condado de Sonoma, California, que también dirige grupos de apoyo para divorciados, recomienda recurrir a personas que no tengan miedo a los sentimientos fuertes o al tiempo que pueda llevar procesarlos. “La gente tiene un ancho de banda de dos a cuatro meses para lidiar con el dolor ajeno, pero recuperarse del divorcio en menos de seis meses se considera muy pronto”, aseguró.

Para aquellos que cuestionan sus habilidades de conversación, ser un buen oyente no requiere charlar sin parar. Ver una película juntos puede ser muy reconfortante, al igual que hablar mientras caminan. “No hables mal de nadie, no trates de animar demasiado ni intentes resolver problemas”, señaló Abby Medcalf, psicóloga en Berkeley, California, y fundadora del podcast Relationships Made Easy.

“Conéctate con el sentimiento, no con la situación”, comentó Medcalf. “Pregunta, ¿Qué es lo que te pone más triste, más enojado, más temeroso?”.

“Entonces, escucha bien, con toda tu atención”, agregó.

Ofrecer ayuda, o simplemente validar
El divorcio a menudo significa que conducir un auto compartido, pagar las cuentas y muchos otros requisitos de la vida diaria ahora recaen sobre una sola persona, no sobre dos.

“El divorcio es una gran transformación en la vida. Ayudar con detalles puede tener un impacto duradero”, opinó Mandy Walker, asesora de divorcios y mediadora en Boulder, Colorado.

¿Estás buscando formas creativas de ofrecer apoyo? Considera qué habilidades sociales podrías tener. ¿Puedes cuidar niños una noche a la semana? ¿Puedes editar un currículum? ¿Sabes algo sobre reparación de automóviles? ¿Eres habilidoso? Si no puedes ofrecer tus propias habilidades, quizá sea útil crear una lista de personas que sabes que pueden ayudar.

Los sentimientos de dolor y pérdida después de una separación o divorcio son parte normal del proceso de curación. Hay una línea de tiempo para la recuperación del divorcio, comentó Medcalf, y hacer un seguimiento de los cambios graduales en los sentimientos puede ser útil si un amigo o familiar divorciado está demasiado angustiado como para ver que mejora. “Lo más generoso que puedes hacer es dejar de lado tu propio miedo a los sentimientos fuertes y alejar poco a poco a las personas de la desesperación”, señaló.

Cuando Shawna Hein, de 37 años, finalizó su divorcio en 2020, dijo que los amigos que no impusieron sus sentimientos sobre la situación fueron sus salvadores. “Me encantó cuando le dije a la gente que me estaba divorciando y dijeron: ‘Genial’”, dijo Hein, una diseñadora principal de Ad Hoc que vive en Nevada City, California. “Para mí eso fue un reconocimiento de que estaba siendo valiente y de que la vida iba a mejorar”.

Pease dijo que “la terminología en torno al divorcio gira en torno al fracaso, pero a veces es una victoria que puede ayudar a la gente a hacer el cambio necesario. Permitir las emociones negativas a lo largo del viaje allana el camino para las emociones positivas en el futuro”.

El dinero puede ayudar, más de lo que piensas
El impacto económico de casi todos los divorcios golpea fuerte; los estudios muestran que los ingresos muchas veces decrecen, sobre todo para las mujeres. Los detalles sobre la manutención del cónyuge y de los hijos tardan meses y a veces años en resolverse. Incluso si se otorga, no hay garantía de que se tendrán esos pagos. Según un informe del censo de Estados Unidos de 2018, menos de la mitad de los padres con custodia a los que se les debe manutención infantil reciben lo que se les otorga, y hay pocos recursos para la mayoría en estas situaciones.

Sydney Petite se divorció en julio de 2018 con tres hijos, entre ellos mellizos de 3 meses. Ahora es la única progenitora con la custodia, se le concedió que su exmarido le pagara la manutención, pero no recibió ningún pago durante casi tres años.

“Aprendí —de forma torpe y rápida— a pedir ayuda”, afirmó Petite, de 30 años, que dirige una empresa de relaciones públicas en Mobile, Alabama. Una amiga le prestó dinero para contratar a un abogado, un colegio privado le ofreció la colegiatura gratuita de su hijo mayor y una niñera que había contratado para ayudar con los niños aplazó el pago hasta que Petite se recuperó económicamente. Desde que se divorció, la ex ama de casa pagó todos sus préstamos. “Hoy en día, estoy donde estoy gracias a un apoyo inesperado”, concluyó.

​​Otras vías de apoyo pueden ser reunir a los amigos para pagar unas horas de un abogado u organizar el reparto de comidas. “Puede llevar años volver a una situación financiera estable”, dijo Alex Beattie, cofundadora de Divide and Thrive, una herramienta financiera descargable para ayudar con el divorcio. “Llevar unas comidas o unas entradas de cine puede aligerar el ánimo de alguien sin que cueste mucho”.

https://www.nytimes.com/es/2022/02/05/espanol/ayuda-divorcio.html

Preguntas antes del matrimonio.

jueves, 17 de febrero de 2022

Isaac Rosa gana el premio Biblioteca Breve de novela con una picaresca antidistópica que imagina otro mundo posible


‘Lugar seguro’ retrata con ironía a tres generaciones de una familia que se aprovecha de las grietas del sistema en su beneficio.

Isaac Rosa ha ganado este lunes el 64º premio Biblioteca Breve con Lugar seguro, una novela que retrata con ironía a una familia de picaros en un escenario social que se prepara para el apocalipsis. “Un retrato genial de tres generaciones de granujas de una misma familia que se aprovechan de las grietas del sistema en su propio beneficio”, ha destacado el jurado. El premio que convoca y dota con 30.000 euros la editorial Seix Barral, uno de los más importantes del panorama literario en español, ha distinguido la obra de Rosa entre 858 manuscritos en un acto en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona.

“Desde aquí, en línea recta hacia el sudoeste, podría llegar a mi casa avanzando bajo tierra”, comienza la obra de Rosa (Sevilla, 48 años), que expone un día en la vida de Segismundo García, un comercial venido a menos que cree haber encontrado el negocio que lo sacará de su crítica situación: la construcción y venta de búnkeres low-cost dirigidos a las clases más humildes. Esto cuando la construcción de refugios entre la clase alta se ha convertido en una tendencia para protegerse de futuros desastres. El lugar seguro al que alude el título es el nombre de la empresa y aquello que ofrece su protagonista: “un sálvese quien pueda”, en palabras del autor, en medio de la obsesión por el fin del mundo y la creciente mercantilización del miedo y la inseguridad.

El padre del protagonista, que lleva el mismo nombre, acaba de salir de la cárcel por un fraude con una red de clínicas dentales; y el hijo, Segis, recurre a la tecnología para crear negocios que se aprovechan de los vacíos legales. “Los tres Segismundos vienen de abajo y se estrellan una y otra vez, los llamamos pillos; pero cuando triunfan los consideramos emprendedores, modelos de éxito”, reflexiona el autor. Rosa mantiene que su protagonista, un tipo cínico, irónico y descreído, es sin embargo un personaje “imprescindible” para aquello que intenta transmitir con su novela: “Un futuro en el que, sin haber desaparecido los actuales problemas, sí se abre paso una posible alternativa que no conduce al abismo”.

Este es el desafío de la obra: “Ser capaz de imaginar otro futuro”; de aquí que se despliegue de fondo un movimiento ciudadano que plantea una alternativa a la visión escéptica del protagonista. Pero hay que ser cautelosos, sugiere Rosa: “Quería contar esa posibilidad desde los ojos de alguien descreído porque es la manera de no caer en la idealización o ingenuidad, y la forma de mostrar las limitaciones de cualquier intento de cambio”.

Isaac Rosa, que ha hecho referencia durante la presentación a algunas influencias como la del relato El nadador, de John Cheever, ha publicado nueve novelas y ha ganado importantes premios, como el Rómulo Gallegos, el de la Fundación José Manuel Lara o el Premio Andalucía de la Crítica. Lugar seguro, considera su autor, es su novela “más divertida”: “Se puede leer como una comedia amarga, que son las que me gustan”, ha comentado.

El objetivo del premio Biblioteca Breve desde su fundación, en 1958, ha sido estimular “una auténtica vocación renovadora”, así como abordar “la problemática literaria y humana estrictamente de nuestro tiempo”, según dejó sentado en su primer veredicto el editor Carlos Barral. Lugar seguro, que estará en librerías desde el 9 de marzo, ha sido distinguida por un jurado conformado por Pere Gimferrer, Benjamín Prado, Elena Ramírez, Andrea Stefanoni y Juan Manuel Gil, el último galardonado, con la obra Trigo limpio. El Biblioteca Breve tiene una amplia tradición en el panorama literario en español. Ha reconocido a autores como Juan Marsé, Gioconda Belli, Carlos Fuentes o al Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, cuya obra, La ciudad y los perros, obtuvo el premio en 1962, y fue determinante en el desarrollo del boom latinoamericano.

https://elpais.com/noticias/premio-biblioteca-breve/

miércoles, 16 de febrero de 2022

Hacia una crisis de misiles nucleares en Europa.

Mientras se incuban los mayores peligros militares, nos arrullan con los desmanes de Putin

“Cuando le señalan la Luna, el necio mira el dedo", reza la conocida máxima atribuida a Confucio. Su contenido es muy simple: ajenos a lo crucial, nos centramos en tonterías. Y lo crucial es el enorme peligro de repetir en Europa algo parecido a una “crisis de los misiles de Caribe” de 1962, ahora con Ucrania en el centro.

Desde hace años la potencia militar más fuerte y agresiva del mundo, Estados Unidos, está rodeando militarmente a Rusia y a China. Como esos dos países son grandes potencias nucleares de vocación imperial, los peligros de la operación son obvios para cualquiera con sentido común. No lo hay en Bruselas, ni en las mentes de nuestros disciplinados políticos, expertos y periodistas “atlantistas”.

Una buena muestra es la respuesta del redomado irresponsable secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a los tímidos coqueteos de algunos socialdemócratas alemanes de que convendría acabar con la presencia de las armas nucleares de Estados Unidos en suelo alemán: “Por supuesto, Alemania puede decidir si deja de albergar armas nucleares, pero la alternativa es que acabaríamos teniéndolas en otros países de Europa, más al este de Alemania”.

Utilizando una “lógica poscolonial” y reclamando su “esfera de interés vital”, Rusia se considera “legitimada para controlar esa área y los países postsoviéticos europeos que no pueden elegir otro destino” ni “emanciparse de la condición geopolítica que les impone Moscú”, señala Carmen Claudín, analista del CIDOB. “No puede haber un Yalta.2”, dice el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell. “Es la propia política del Kremlin la que ha antagonizado a sus vecinos postsoviéticos, multiplicando los sentimientos antirrusos”, sentencia Claudín. Pero esta última verdad cambia poco lo esencial.

Negando el “derecho” de Rusia a oponerse a la ampliación de una alianza militar hostil junto a sus fronteras, Washington y sus defensores atlantistas europeos, ignoran doscientos años de la propia historia de Estados Unidos, reclamando e imponiendo su esfera de influencia en el hemisferio occidental. Claro que Ucrania, o Georgia, tienen derecho a pedir su ingreso en la OTAN y el estacionamiento de bases y armas en su territorio. En 1962, también la República de Cuba tenía derecho a reclamar el estacionamiento de misiles soviéticos a 170 kilómetros de territorio estadounidense. Washington se había ganado a pulso el “sentimiento antiamericano” de todo el subcontinente con sus invasiones, golpes de estado e implacable dominio del que Cuba había conseguido liberarse. Y por supuesto, también la URSS, amenazada por misiles nucleares estacionados en Turquía, tenía derecho a estacionarlos en Cuba. Pero es que en aquel caso, como en el actual, no era una cuestión de derechos, sino de medir las consecuencias. Como ahora la situación en Europa, la crisis de los misiles de Cuba fue extremadamente peligrosa. Estados Unidos advirtió que el asunto era casus belli: llevando hasta el extremo aquellos derechos, se habría destruido el planeta. Como dice con raro buen sentido Jack Matlock, ex embajador de Estados Unidos en Moscú, “como nuestro Congreso nunca aprobó una ley de la gravedad, ¿podemos ignorarla?”.

Ante esta situación, los políticos, expertos y periodistas “atlantistas” europeos, prefieren mirar el dedo: la “agresividad” de Putin y los nefastos abusos, fechorías y crímenes del régimen ruso. No son tonterías para los rusos que algún día deberán resolverlas, pero sí lo son para nosotros, en la situación concreta y actual que nos afecta.

Es obvio que existe una relación entre la política exterior rusa y la política interior del régimen ruso. La amenaza exterior tiene una gran funcionalidad para acallar a la oposición como “agente extranjero”, incluida la barbaridad cometida con la sociedad “Memorial”, por ejemplo. Pero es que, ¿acaso esa relación solo existe en Rusia? En Estados Unidos observamos incluso una relación aún más decisiva entre la economía, el dictado del complejo militar industrial sobre las decisiones del Congreso, y la política exterior de guerra eterna. Los misiles contra Sudan intentaron resolver el “caso Lewinski”, la leyenda de la intervención rusa en las elecciones de Estados Unidos ha sido arma en la pelea interna que divide al establishment norteamericano en un ambiente de manifiesto macartismo. Los atentados del 11 de septiembre neoyorquino se usaron para desencadenar una nueva catástrofe alrededor de los recursos de Irak… No solo hay disidentes, y tortura, en China y Rusia, ahí están Guantánamo y Assange, y también hay “agentes extranjeros” entre nosotros.

Bajo cada video que el canal ruso de televisión RT sube en YouTube, aparece el mensaje: “RT está financiada, total o parcialmente por la administración pública rusa”. “Medio controlado por el estado de Rusia”, reza el mensaje que sale en la página de RT en Instagram, propiedad de Facebook y que podría aplicarse exactamente igual a la Deutsche Welle, Voice of America, BBC, etc., etc. La versión alemana de RT, el único canal en el que los críticos de la ampliación de la OTAN podían expresarse y que cuestionaba la versión atlantista de la “revolución ucraniana” de 2014, los claroscuros del caso Skripal o los dudosos ataques con gas venenoso atribuidos a el Assad en Siria, ha resultado ser demasiado efectiva (quinto puesto en el ámbito “noticias” y “política” entre los canales vistos en Alemania) y se le ha negado la licencia de emisión, con lo que se limita a la transmisión por satélite. En septiembre el canal de video de RT-Alemania, que tenía más de 600.000 abonados y registraba más de 547 millones de consultas, fue borrado de YouTube. Mientras en Occidente, las democracias de baja intensidad no cesan de perder sustancia, los monopolios digitales de Estados Unidos, directamente sometidos al Big Brother de la NSA y otros servicios, como demostró Snowden, nos protegen así ante la propaganda rusa con el paternal mensaje: “Esta no es la propaganda que deberías consumir, consume la buena: CNN/ BBC/MSNBC, etc.” y nuestros periodistas y expertos nos arrullan mirando el dedo de los desmanes de Putin.

Tras ser ignorada durante décadas, Rusia ha presentado propuestas de acuerdos bilaterales con garantías de seguridad firmes, lejos de las promesas que no se cumplieron a lo largo de los últimos treinta años. Garantías de que Ucrania no ingresará en la OTAN, y que no se colocarán armas contra ella en su entorno inmediato.

“Esperamos conversaciones constructivas con un resultado final claro en los términos que garanticen una seguridad igual para todos” “Han llegado hasta el umbral de nuestra casa. ¿Creen que somos tan ilusos como para ignorar las amenazas planteadas a Rusia?. Ese es el problema: simplemente ya no tenemos terreno para retroceder”, ha dicho.

El sujeto de su reclamación no es la Unión Europea, ni la OTAN, sino que se ha dirigido directamente a quien manda en este asunto: Estados Unidos. Quiere acuerdos bilaterales con Washingtion y en segundo término con Berlín y París. El 21 de diciembre, el presidente ruso habló con el nuevo canciller alemán, Olaf Scholz, y con el presidente francés, Emmanuel Macron. La apuesta de Rusia es enérgica. Entre el 10 y el 13 de enero tendrán lugar las conversaciones, ¿qué pasará si no llegan a buen puerto?

Ante el Colegio del Ministerio Ruso de Defensa, una audiencia de generalotes, Putin dijo a finales de diciembre que si las conversaciones no logran resultados, Rusia adoptará “medidas militares apropiadas” de respuesta. Nuestros papagayos se preguntan por el contenido de tales “medidas”y han lanzado la voz de alerta ante la fantasmagórica “invasión de Ucrania”, un escenario fuera de toda realidad. La respuesta del Kremlin será otra: el despliegue de misiles nucleares tácticos en Bielorrusia y Kaliningrado. Con su estupidez, la Unión Europea regresa al continente a los principios de los ochenta, la crisis de los euromisiles. La unilateral retirada de Estados Unidos del acuerdo INF ha hecho posible esta locura.

No habrá seguridad europea que no sea común e integre los intereses de todos los países europeos, no la habrá sin Rusia, y desde luego no la habrá contra Rusia. Pese a los esfuerzos de nuestros políticos, expertos y periodistas.

Rafael Poch de Feliu

[Fuente: Ctxt]

martes, 15 de febrero de 2022

_- La mayoría de investidura resulta imprescindible.

_- El resultado de la votación del jueves pone de manifiesto de manera inequívoca que, con la composición actual del Congreso de los Diputados, no hay mayoría alternativa a la mayoría de investidura.

— El Congreso aprueba por un voto la reforma laboral tras el viraje de los diputados de UPN y el error de uno del PP.

El hecho diferencial de esta legislatura ha sido y continúa siendo la negativa de las derechas españolas a aceptar la “legitimidad” del Gobierno presidido por Pedro Sánchez. Esto no ha ocurrido en ninguna de las legislaturas anteriores. Ni siquiera en la de 2004 con José Luis Rodríguez Zapatero. El PP afirmó de manera reiterada que el PSOE llegaba a la presidencia del Gobierno por el uso indebido que había hecho del atentado terrorista de Atocha del 11M, pero no llegó nunca a negar la legitimidad de su mandato. En esta sí.

Por esta razón los tres partidos de la derecha española intentaron, en primer lugar, impedir que Pedro Sánchez fuera investido presidente del Gobierno. El lector recordará muy probablemente la intervención de Inés Arrimadas en el Congreso instando a que hubiera algún “valiente” en el grupo parlamentario socialista que repitiera el “tamayazo”. Y también recordará que el diputado de Teruel Existe tuvo que ser protegido policialmente el día previo a la investidura ante las amenazas dirigidas contra él.

Una vez investido presidente, los partidos de las derechas españolas intentaron aprovechar la emergencia sanitaria generada por la COVID-19 para derribar el Gobierno y casi llegaron a conseguirlo en mayo de 2020, en la convalidación de la tercera prórroga del estado de alarma.

La convalidación del real decreto ley sobre la reforma laboral ha sido la tercera ocasión en que, esta vez solamente PP y VOX, han intentado poner fin a la legislatura, al hacer fracasar la aprobación de la medida más decisiva para la continuidad del Gobierno. A diferencia de las anteriores ocasiones, en esta no ha sido la acción del Gobierno la que ha frustrado la operación de acoso y derribo, sino que ha sido el error de un diputado del PP el que la ha hecho fracasar.

El resultado de la votación del pasado jueves pone de manifiesto de manera inequívoca que, con la composición actual del Congreso de los Diputados, no hay mayoría alternativa a la mayoría de investidura. No hay mayoría de gobierno con Ciudadanos. Ciudadanos suma muchos menos votos de los que resta. Y además, lo hace con un discurso en el que insulta gravemente a los partidos que contribuyeron a la investidura de Pedro Sánchez, primero con la moción de censura en 2018 y después con la investidura en 2020. El discurso de Inés Arrimadas anunciando su voto a favor de la convalidación del real decreto ley sobre la reforma laboral fue un ataque brutal a ERC, Bildu y PNV.

El 10 de enero califiqué la reforma laboral como “el momento decisivo de la legislatura” y el 20 expliqué por qué “Ciudadanos no es una opción”. La sesión del Congreso de los Diputados de este pasado jueves 3, en el que se votó la convalidación del real decreto ley sobre la reforma laboral ha venido a confirmar lo que en ambos artículos argumenté.

La primera mitad de la legislatura ha sido muy dura, pero la segunda lo va a ser todavía más. En los próximos meses habrá que hacer frente a la situación del rey emérito, a la comisión de investigación sobre la pederastia en la Iglesia católica, a las inmatriculaciones injustificables de la Iglesia, a lo que pueda decidir el Tribunal de Justicia de la Unión Europea sobre la cuestión prejudicial elevada por el Juez Pablo Llarena, o el Tribunal General de la Unión Europea sobre la inmunidad de Carles Puigdemont, o el conflicto que se pueda suscitar con ocasión de la renovación de los Magistrados del Tribunal Constitucional en el mes de junio por parte del Gobierno y del Consejo General del Poder Judicial “en funciones” desde hace más de mil días…

El Gobierno necesita contar con una mayoría parlamentaria estable, que le permita abordar todos estos problemas, más los que el curso ordinario de los acontecimientos generan, de una manera solvente. Y esa mayoría es la que es. Y no hay otra. No se dan las condiciones para que pueda operar “geometría variable” de ningún tipo, sino para todo lo contrario.

La cohesión de la mayoría parlamentaria no depende exclusivamente del presidente del Gobierno. También los dirigentes de los distintos partidos que constituyen dicha mayoría tienen que asumir su responsabilidad. Pero no es comparable la posición del presidente del Gobierno con la de ningún otro. En el proceso de convalidación del real decreto ley sobre la reforma laboral, estando, como estoy, de acuerdo con que el real decreto ley se tenía que haber convalidado sin más, el presidente del Gobierno tendría que haber previsto una salida que no quebrara la mayoría parlamentaria de investidura. Lo contrario es un suicidio, que el error del parlamentario del PP ha evitado. No es razonable confiar en que eso vuelva a ocurrir.

Esperemos que la lección se haya aprendido. Por todos. Pero, sobre todo, por el presidente del Gobierno. 

lunes, 14 de febrero de 2022

_- No dejéis que los niños vayan a él

_- Alejandro Palomas es un escritor catalán, licenciado en filosofía inglesa por la Universidad de Barcelona, master en Poesía por el New College de San Francisco y traductor en varias editoriales. Ha escrito numerosos libros: “Un país con tu nombre”, “El tiempo que nos une”, “El alma del mundo”… y así hasta 71.También es autor de la trilogía “Una madre”, “Un perro” y “Un amor”, la última de las cuales le valió el premio Nadal en 2018. Tiene ahora 55 años.

Hace unos días, ha agitado la conciencia de la sociedad al desvelar un secreto que ha estado minando su paz interior desde que tenía 8 años. Cuenta Alejandro que un hermano de La Salle, abusó sexualmente de él de forma reiterada y brutal. He oído declaraciones desgarradoras en las que cuenta, con llamativos detalles, los indecentes comportamientos de su educador. Cuesta llamar educador a una persona que se comporta así. Cuesta llamar profesor a un maltratador, a un abusador.

Cuenta Alejandro cómo un día, cuando debía subir al cuarto del religioso, sintió tal reacción de repulsa que los pies le llevaron a la salida del Colegio y luego, después del viaje de tren, en una carrera desesperada, a su casa. No podía dejar de llorar. La madre, que estaba planchando, al verle llorar sin consuelo, le preguntó por el motivo del llanto. Con tanta insistencia que el niño acabó confesando:

El hermano L. me hace cosas y me hace mucho daño… No tardó la madre en entender cuáles eran las cosas que le hacía el religioso. Los abusos se habían producido en el coche, en cuarto del profesor, en la enfermería del campamento… Una y otra vez.

Acudió el padre de Alejandro (que era miembro del AMPA y amigo del profesor L.) al Colegio y allí le pidieron discreción y le aseguraron que no se volverían a repetir los hechos. Es decir, antepusieron la salvaguarda de la imagen del Colegio a la justicia y a la defensa de la dignidad de la víctima. Y dejaron al religioso seguir instalado en una vergonzosa impunidad y en plena libertad para seguir repitiendo sus actuaciones con otras víctimas. Alejandro cuenta que el religioso comenzó, después de la queja del padre, comenzó a ignorarle, aunque hubo un nuevo intento de agresión sexual en los vestuarios, que resultó frustrado porque llegaron otras personas.

Le han preguntado a Alejandro si tenía conocimiento de otros casos como el suyo en el Colegio. Y, con honestidad que le honra, responde que no tenía noticias sobre ello.

Estremece pensar en el dolor de este niño. Y en la vida que ha tenido después. Durante muchos años, según dice, ha estado en terapia para superar el trauma. “Yo me veo como alguien solo. Soy impar y siempre lo seré. No me fío de nadie, ni de mi mejor amigo. No puedo… Vivo en una campana de cristal. Cuando voy a abrazar a un amigo, toco cristal. Después toco al amigo, pero primero, cristal. No sé explicarlo de otra forma”, concluye.

Los hechos tienen unos agravantes demoledores. El primero es la condición religiosa y educativa de quien le destruye para propiciarse unos placeres fugaces y obscenos. La mano que golpea es la que tenía que proteger. La persona que condena es la que tenia que salvar. Abusa de ese niño quien le echa encima pecados mortales que, supuestamente, le conducirán de cabeza al infierno. Es un educador el que destruye todos los cánones del respeto y la dignidad. La antítesis del proceso educativo.

El segundo agravante es que los hechos tienen lugar en el marco de una institución educativa. A la escuela se va para aprender, para convivir, para ser feliz. Pero Alejandro encuentra en esa institución una trampa mortal. Más le valiera no haber acudido nunca a ella.

El tercer agravante es la reiteración de los hechos, ya que no se trata de un abuso aislado. Se trata de un plan elaborado, de la elección cuidadosa de una víctima. Dice Alejandro, en declaraciones al periódico El País: “Desde febrero de 1975 hasta las Navidades de 1976, sufrí abusos por parte del hermano L., del Colegio de La Salle de Premià de Mar (Barcelona)”. La inicial L. es el apellido del acusado, por el que se le conocía popularmente en el colegio. La institución explica que siguió en ese mismo colegio hasta hace algunos años, aunque no aclara hasta cuándo. Ahora tiene 91 años y está retirado en una residencia para religiosos en Cambrils (Tarragona).

Un cuarto agravante es la edad de la víctima que hace que la vulnerabilidad no pueda ser mayor. A esa edad tan plástica esos abusos dejan una huella que, como se ha visto en el caso de Alejandro, permanecen casi medio siglo después. Y durarán toda la vida. Dice Alejandro: “Soy una persona mermada. A los 8 años me convertí en un superviviente”

“El hermano L., además de estar a cargo de la sección de deportes, era profesor de lengua en el Colegio de La Salle de Premià. Era muy querido y muy popular, el típico al que se acercaban todos los niños”, describe Palomas, que llegó al colegio con seis años, cuando su familia se mudó de Barcelona a Vilassar de Mar, a 25 kilómetros de la capital catalana.

“Yo era un niño, dice Alejandro, que lo somatizaba todo. Cuando estaba angustiado en el colegio, que era casi siempre, se me infectaban las amígdalas y tenía unas fiebres brutales. Llamaban a mi familia y me llevaban a casa en coche. ¿Y quién me llevaba? El hermano L.”, recuerda Palomas, que en aquel entonces cursaba 4º de EGB. Durante aquellos trayectos, asegura que el religioso abusaba de él de forma humillante. Me pregunto cómo entregaba al niño a sus padres después de lo que había pasado.

Hay una cuestión que me ha parecido especialmente cruel. Después de consumar sus abusos, le decía: “¿Te das cuenta de lo que me has obligado a hacer?”. Pienso que esa culpabilización era un retorcimiento moral de extremada crueldad. Dice al respecto Alejandro: ”Yo, que no entendía nada, me preguntaba, primero, qué había hecho él, y segundo, qué estaba haciendo yo”.

Me pregunto cómo puede vivir un religioso con esos comportamientos tan opuestos a sus convicciones. Cómo conciliar el sueño, asistir a misa, confesarse una y otra vez, hablar a otros sobre la castidad y el respeto a la dignidad de la persona.

Ha guardado ese secreto toda la vida. Y ahora lo ha contado con toda la crudeza que los hechos exigen. “Pensé que hacía falta una cara con un nombre conocido y una historia que contar”. Para él, la pregunta que suelen escuchar las víctimas, “¿por qué ahora?”, no está bien planteada. La cuestión, afirma, es: “¿por qué no hasta ahora?”. También ha contribuido a hacer estas declaraciones el hecho de haber fallecido su madre. Y haber conocido que la Institución de La Salle no aceptaba de buen grado la investigación sobre los abusos. Dice que fue decisiva la lectura del informe de El País sobre “los abusos en la congregación religiosa de La Salle”.

¿Qué hacer? En primer lugar, resulta imprescindible que las personas que han vivido este horror levanten su voz y denuncien los hechos. No por venganza. Por justicia. Y porque el silencio tiene como efecto inevitable una invitación a que se repetían los hechos impunemente.

En segundo lugar, la Iglesia y las instituciones educativas que de ella dependen tienen que colaborar con la justicia para esclarecer los hechos y, en caso de que se confirme la culpabilidad de alguno de sus miembros, pedir perdón a las víctimas y compensarlas debidamente.

En tercer lugar, la Iglesia tiene que velar para que los profesionales que se dedican a la educación sean personas equilibradas, psicológicamente sanas y, por supuesto, honestas.

A las demás víctimas de abusos sexuales, Alejandro les diría, después de envolverlas en un largo abrazo: “No eres culpable”. Él sintió culpa durante mucho tiempo.

Me ha parecido bien que el presidente del Gobierno haya querido entrevistarse con Alejandro Palomas. Podemos imaginarnos el dolor de las víctimas pero el contacto directo con ellas nos permite vivirlo en otra dimensión. Por otra parte, la víctima, en este caso, se siente escuchada y apoyada. Y pide que lo que prometa el Presidente se haga realidad sin demora.

Para todos aquellos que, desde el seno de la Iglesia, atacan la ideología de género, pienso en el hecho de que estos abusos solo se conocen en religiosos varones. No he conocido en mi vida el caso de una sola religiosa que haya abusado de niños o niñas a su cargo en instituciones educativas. ¿Podrían explicarme por qué?

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2022/02/05/no-dejeis-que-los-ninos-vayan-a-el/

domingo, 13 de febrero de 2022

_- Retórica reaccionaria y vivienda.

_- En los debates sobre la reforma laboral y ley de la vivienda hemos visto la reiteración y combinación de viejos argumentos

Siguiendo al sociólogo T. H. Marshall, la humanidad primero conquistó la “ciudadanía civil” con las revoluciones americana y francesa en el siglo XVIII (libertad de expresión, derechos del hombre y del ciudadano). En el siglo siguiente se logró la “ciudadanía política” que reguló la participación ciudadana en el ejercicio del poder político, extendiendo el derecho de voto a grupos cada vez más amplios. En el siglo XX se desarrolló la “ciudadanía social y económica” que suponía el reconocimiento de los derechos sociales como la educación, la salud, el bienestar económico y la vivienda, básicos para la vida de un ser civilizado.

En base a este esquema, el economista Albert O. Hirschman expuso en una relevante conferencia -Doscientos años de retórica reaccionaria: la tesis de la inutilidad, recogida en Vivir como iguales (1996), las duras respuestas a estas tres oleadas progresistas. Explicó cómo frente a estos tres grandes avances aparecieron otras tantas tesis reaccionarias que desmenuza y ridiculiza con sutileza. 

Son las tesis de la perversidad, la inutilidad y la peligrosidad. 

1. La primera sostenía que las políticas públicas tenían un efecto contraproducente porque los programas de bienestar social crearían más y no menos pobreza. 

2. La tesis de la inutilidad afirmaba que todo intento de cambiar algo sería superficial y, por lo tanto, ilusorio “en la medida que las estructuras profundas de la sociedad permanecen completamente intocadas”. 

3. La tesis del peligro aseguraba que la ampliación de derechos que suponía el Estado de bienestar pondría en peligro las conquistas previas en libertad individual.

En los debates actuales sobre la reforma laboral y ley de la vivienda hemos visto la reiteración y combinación de estos viejos argumentos reaccionarios. A pesar de todo, el avance de derechos, con sus vaivenes, es incontestable. Como señala el Boletín 29 de Jueces por la Democracia en su editorial: “¡Eppur si muove! (y, sin embargo, se mueve) Pese al CGPJ, la vivienda, derecho subjetivo”. Sostienen estos jueces que “aunque el Consejo General del Poder Judicial lo rechace, el derecho progresa y cabe admitir un derecho subjetivo a la vivienda”. Admiten que conseguirlo no será sencillo. En la publicación, el magistrado Edmundo Rodríguez Achútegui hace un detallado recorrido de los avances del derecho en la vivienda desde la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), pasando por la legislación europea y española. Subraya los significativos avances a través de la legislación catalana (2007 y 2013); andaluza (2010); castellanomanchega (2011) y, sobre todo, vasca (2015). Unos avances que fueron saboteados por el Gobierno de Mariano Rajoy, que logró que el Tribunal Constitucional redujera alguna de las medidas de las normas catalana y andaluza.

En el boletín, la abogada Verónica Dávalos enfatiza que ante el aumento de los desahucios, la pandemia ha puesto de relieve que “el derecho a la vivienda ha quedado íntimamente ligado con el derecho a la salud”, como señala la Organización Mundial de la Salud. Los desastres a que nos enfrentamos justifican la necesidad de ampliar los derechos. Lo decisivo es exigirlos aunque sea por una minoría.

sábado, 12 de febrero de 2022

¿Y si Vox destruye al PP?

A Vox le basta con sustraerle al PP el suficiente número de votos como para que resulte evidente que el PP no va a poder formar Gobierno. A partir de ese momento el PP iniciará su proceso de descomposición.

— CRÓNICA | Cómo adelantar elecciones sobrado de la vida para acabar luego de los nervios


La extrema derecha acaba imponiendo primero su discurso y después se impone electoralmente. Esto es lo que ha ocurrido en España en el espacio de lo que está a la derecha del PSOE desde el comienzo de la Transición.

En la fase inicial de la Transición parecía imposible que la extrema derecha representada por AP pudiera acabar imponiéndose a UCD. En las elecciones que se celebraron entre 1977 y 1980 la hegemonía de UCD en el espacio a la derecha del PSOE era rotunda. Estamos hablando de una diferencia de 167-168 escaños de UCD frente a 16-10 de AP en las elecciones generales de 1977 y 1979. De una diferencia del 30.63% de UCD en las elecciones municipales de 1979 frente al 2.99 de AP. De una diferencia en las elecciones vascas de 1980 de 8.52% y 6 escaños a favor de UCD, frente a 4.77% y 2 escaños a favor de AP. Y de una diferencia en las elecciones catalanas de 18 escaños de UCD por 0 escaños de AP.

Aunque las elecciones vascas y catalanas se celebraron después de que hubiera tenido lugar el referéndum de ratificación de la iniciativa autonómica del 28 F en Andalucía, en ellas no se notó todavía el impacto del resultado de dicho referéndum. Si lo haría en las elecciones gallegas de 1981, en las que AP obtiene 26 escaños y UCD 26, y en las andaluzas de mayo de 1982 en las que AP obtiene 17 y UCD 15. En las elecciones generales del 28 de octubre de 1982 AP obtendrá 107 escaños y UCD 11. La extrema derecha desplazaba definitivamente al partido de centro en el espacio político a la derecha del PSOE. Acabaría haciéndolo desaparecer, una vez transformado AP en el PP a partir de las elecciones de 1993. Un partido de extrema derecha en sus orígenes se quedaba con el monopolio de toda la representación de la derecha española.

¿Podemos estar asistiendo a un fenómeno parecido? Una vez que Vox está consiguiendo arrastrar al PP a su terreno ideológico, ¿no es razonable pensar que acabará siendo el principal partido de la derecha española también electoralmente? El PP necesita que la sociedad española lo reconozca como un partido de gobierno de España. Vox todavía no lo necesita. A Vox le basta con sustraerle al PP el suficiente número de votos como para que resulte evidente que el PP no va a poder formar Gobierno. A partir de ese momento el PP iniciará su proceso de descomposición. En el inmediato futuro y todavía más mirando un poco más lejos, el PP solo puede sobrevivir si la sociedad española lo reconoce como partido de Gobierno, aunque no lo sea en ese momento. En el momento en el que esa expectativa desaparezca, el PP habrá perdido su razón de ser.

En mi opinión, esto es lo más importante que está en juego en las dos elecciones que se van a celebrar en este 2022: las castellano leonesas este próximo domingo y las andaluzas a finales de la primavera o en el otoño. Si el PP acaba dependiendo de Vox en ambas comunidades, sus posibilidades de convertirse en partido de gobierno en las próximas elecciones generales habrán desparecido casi por completo.

No es un problema de si Casado puede seguir siendo presidente del PP y candidato a la presidencia del Gobierno. Es un problema de las siglas PP. Es el desmoronamiento de la formación política lo que puede estar en juego en estas dos convocatorias electorales. El inicio de un proceso paulatino que desemboca en un derrumbe catastrófico.

De momento está claro que el PP ha abandonado por completo el discurso de Pablo Casado en el debate de la moción de censura que presentó Santiago Abascal. De situar al PP en un terreno completamente distinto del de Vox y anunciar que no tenían nada que ver el uno con el otro, Pablo Casado está teniendo que comerse las palabras que pronunció ese día y volver al espacio ideológico perimetrado por Vox. Este movimiento de ida y vuelta casi sin solución de continuidad se convierte en un camino sin retorno. Quedándose quieto en su sitio Santiago Abascal ha arrastrado al PP a donde quería llevarlo.

Este domingo veremos hacia dónde apunta la representación política de la derecha española.

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viernes, 11 de febrero de 2022

_- "En España la conquista de América se ve como un hito histórico, pero en realidad fue una brutal y sangrienta invasión que debería generar vergüenza"

_- No, al historiador español Antonio Espino López no le gusta hablar de descubrimiento de América ni de conquista de América.

"El verbo invadir es mucho más inequívoco. Implica irrumpir, entrar por la fuerza, así como ocupar anormal e irregularmente un lugar. Y eso es lo que ocurrió en el caso de América", sostiene este catedrático de Historia Moderna en la Universidad Autónoma de Barcelona, especialista en historia de la guerra en la Edad Moderna y en la conquista hispana de América.

Es comprensible que Espino López rehúya los términos conquista o descubrimiento. En "La invasión de América: una historia de violencia y destrucción" -un libro publicado por la editorial Arpa- desvela la cultura del terror empleada por los españoles a la hora de invadir el territorio americano.

Amputaciones de manos, ejecuciones en la hoguera, empalamientos, ahorcamientos, aperreamientos en los que se lanzaban grandes perros de combate contra personas, abusos sexuales contra mujeres y niñas y masacres fueron algunos de los métodos empleados por los españoles para someter a las poblaciones locales, según detalla Espino López en su libro.

BBC Mundo ha hablado con él.

La conquista -o invasión, como usted reclama que se llame- de América, ¿fue realmente una historia de violencia y destrucción?
 
Sí. No fue diferente a cualquier otro proceso de invasión, conquista, sometimiento de un territorio y de los habitantes de ese territorio. A lo largo de la historia siempre ha ocurrido así. Y la invasión y conquista hispana de América no es diferente.

En su libro ofrece muchos y muy documentados ejemplos de la crueldad a la que llegaron los españoles en América. Uno de los métodos que afirma que empleaban contra la población autóctona era la amputación de las manos, y a veces también de las narices y de las orejas. ¿Estaba esa práctica muy extendida?

Sí, fue una práctica muy habitual que ya venía de muy antiguo. Está perfectamente documentado que ya se aplicaba en el imperialismo de la antigua Roma y, desde entonces, se ha empleado.

En las terribles guerras civiles de finales del siglo XX en algunos Estados africanos se cortaba sistemáticamente las manos a los enemigos. Se trata de una práctica típica en aquellas circunstancias o las situaciones en las que se tiene que dominar a grandes grupos de población.

Cuando los efectivos son limitados o cuando todavía no se tiene un control profundo del territorio y de las personas, se emplea el terror para atemorizar a las personas de la forma más contundente posible. En América Latina fue una práctica bastante extendida, se hace mención a ella en muchos textos.

¿Y por qué hacían algo tan abominable?
Los conquistadores con frecuencia cortaban las manos de los habitantes y cauterizaban la herida con aceite hirviendo o con fuego.

Evidentemente, de lo que se trata es que el resto de la comunidad percibiera de manera clara y contundente que el castigo aplicado a esa persona podía extenderse a muchas otras, lo que frenaba su instinto de rebelarse.

Durante el sitio de Cuzco la mutilación de las manos se empleó con mucha asiduidad, ¿verdad?

Sí. Ese fue precisamente un momento muy comprometido, había un grupo muy reducido de españoles que defendían Cuzco, aunque estaban apoyados por unos pocos miles de indios aliados.

Como la presión a la que se sometió a Cuzco en los años 1536 y 1537 fue muy fuerte, cuando los españoles conseguían hacer prisioneros les cortaban las manos para demostrar al resto a lo que se enfrentaban e intentar frenarles.

Pero en el sitio del Cuzco no sólo se cortaron manos a los guerreros enemigos, sino que cuando los conquistadores conseguían atacar alguno de sus campamentos mataban a las familias de los beligerantes, pues los acompañaban en los combates. Recurrían a cualquier tipo de barbaridad con tal de frenar las revueltas contra los intereses españoles.

Otras de esas prácticas aterrorizantes que menciona en su libro es el aperreamiento. ¿En qué consistía?

En el aperreamiento se utilizaban perros de combate y, de nuevo, se trata de una práctica muy antigua que probablemente ya se empleaba en la antigua Grecia.

Se trata de utilizar perros de gran tamaño y de gran poder físico, como alanos o mastines, contra las personas. Es una práctica muy, muy terrible. Hay que imaginarse a una persona indefensa, en ocasiones con las manos atadas, que se tiene que enfrentar a un animal o a varios animales ante los ojos del resto de la comunidad.

Esa persona moría despezada en cuestión de minutos, y verlo provocaba un fuerte shock en los que lo presenciaban. Un shock tan terrible que anulaba psicológicamente durante mucho tiempo a los que lo veían, si no para siempre.

Y el mensaje que se buscaba lanzar con los aperreamientos, de nuevo, era que si alguien se portaba mal, iba a acabar siendo ejecutada de esa forma tan horrorosa. Yo me imagino que, después de ver un aperreamiento, las personas se lo pensarían dos veces antes de rebelarse a los españoles.

¿Y era una práctica habitual?
Sí, es una práctica que se menciona en bastantes sitios. Quizás no estaba tan extendida, o no está tan documentada, como otras.

Pero se trata de una práctica tan abominable que hizo reaccionar a la monarquía española de una forma contundente, lo que revela que se utilizaba. En 1541 se publica un Real Decreto en el que se prohíbe que se críen perros con la intención última de ejecutar a las personas.

Se ha llegado a decir que en algunos casos a esos perros se les alimentaba con carne humana, evidentemente, con carne de indio. Es posible que se considerara que los aperreamientos eran útiles en los primeros momentos de invasión, conquista y asentamiento de América.

Pero que una vez que el sistema colonial ya estaba implantado, algunos españoles empezaron a verlo como algo demasiado abominable.

Hubo reacciones de algunos juristas y, sobre todo, de muchos miembros del clero que empezó a decir que ese tipo de prácticas no eran propias de cristianos ni de gente civilizada como los españoles.

En su libro también menciona ejecuciones en la hoguera, indígenas que eran quemados vivos. Fue sobre todo Pizarro el que utilizó esta práctica, pero no fue el único, ¿verdad?

La tortura fue una práctica extendida en la conquista de América

No, se utilizó por parte de muchísima gente, sobre todo al principio de la invasión de América. Era un tipo de ejecución que se reservaba sobre todo para los caciques. Porque si se ejecutaba al jefe de una comunidad, de un territorio, de nuevo se estaba mandando un mensaje muy claro.

Al ver el terrible fin que había tenido una persona de su mismo status, otros caciques dejaban de tener ganas de rebelarse.

Las ejecuciones en la hoguera se emplearon mucho en la conquista de las Antillas, en especial en Santo Domingo. Tanto Pizarro como Cortés las utilizaron en situaciones específicas.

Cortés no dudó, por ejemplo, en quemar vivos a un gran jefe mexica y a algunos de sus correligionarios para demostrarle precisamente a Moctezuma y al resto de la sociedad mexica que no toleraría ninguna revuelta ni acción en contra de los intereses españoles.

También habla de los empalamientos…
Esa práctica no era tan habitual, no he encontrado muchas menciones a ella, aparece sobre todo en algunas crónicas sobre la conquista de Venezuela.

El empalamiento parece ser que se empleaba con el objetivo de denigrar a una persona y que se asocia sobre todo al emperador Manco Inca, quien se levantó contra Pizarro y organizó una revuelta para intentar recuperar Cuzco en 1536-1537.

Manco Inca fue derrotado en esa ocasión y se retiró a un territorio cercano, a Vilcabamba, y desde allí organizó durante muchos años la guerra contra los españoles y sus aliados aborígenes, sobre todo en los pueblos indios huancas. Leyendo a los cronistas, parece ser que era Manco Inca quien utilizaba sistemáticamente los empalamientos.

Pero es obvio que los propios españoles y sus aliados indios también la utilizaban. Yo he localizado empalamientos cometidos muy puntualmente por los españoles en Nueva Granada, Venezuela y Perú.

El empalamiento se podía llevar a cabo con el cuerpo de una persona caída en combate o bien con alguien vivo, yo he encontrado los dos casos.

¿Fueron habituales las masacres en la conquista de América?

Hernán Cortés
Las prácticas como la quema de personas fueron utilizadas por muchos conquistadores como Hernán Cortés

Las masacres tuvieron lugar en determinadas circunstancias y por motivos variados: porque, por ejemplo, uno de los lugartenientes españoles o directamente los grandes caudillos entienden que se tiene que dar un gran escarmiento.

Es el caso de Alonso de Ojeda que, cuando está intentando conquistar Nueva Andalucía, hoy la costa de Colombia, recurre a las masacres, y también tenemos algún ejemplo de masacre en la conquista de Cuba.

Asimismo Cortés emprende masacres muy, muy importantes; por ejemplo en la de la ciudad de Cholula, justo antes de entrar en Ciudad de México.

En la ciudad de Cholula tuvo lugar una masacre que hoy está muy bien documentada en la que pudieron morir entre 2.000 y 6.000 personas.

También cuando Pizarro capturó a Atahualpa en la ciudad de Cajamarca se puede hablar de masacre, hubo una reacción contra el séquito de Atahualpa y se produjeron bastantes muertes. Pero parece que en ese suceso hay determinados cronistas que tratan de limpiar la imagen de Pizarro, porque según su versión de lo sucedido fue el propio Pizarro el que frenó el impulso de su gente de seguir matando, y aun así probablemente murieron varios cientos de personas, quizás miles de personas.

Hay cronistas que dicen que los hombres de Pizarro le pidieron permiso para comenzar a cortar las manos a los enemigos, y que Pizarro les dijo que no, que ya era suficiente, que no era el momento. Por la propia adrenalina que generan estas situaciones de violencia, la gente iba a más y Pizarro los frenó porque era oportuno.

Pero en las crónicas sí que se encuentran pasajes sobre el uso sistemático de matanzas, matanzas de mayor o menor grado, pero matanzas al fin y al cabo. Las hubo en Chile, en Yucatán…

La primera conquista de Yucatán es especialmente terrible, se usaron las matanzas porque había una resistencia fuerte. Hubo grandes pérdidas de vidas humanas en los combates y en las matanzas posteriores a los combates.

Dice usted que también los conquistadores recurrieron a las violaciones de mujeres como arma de guerra para sembrar el terror. Algunas de esas violaciones de mujeres incluso se cometían delante de sus maridos y de sus padres.

En algunas ocasiones así ocurrió, pero son cuestiones mucho más difíciles de documentar, porque en la documentación de la época las mujeres no aparecen al nivel que uno desearía. En la documentación las menciones a las mujeres son bastante escasas.

Y las mujeres aborígenes prácticamente ni aparecen. En todo caso, las que aparecen son las mujeres asociadas con la élite aborigen, que son las que pueden ser objeto de intercambio político, se podían ofrecer al grupo hispano para mantener una buena relación con él.

Algunos testimonios de Bernal Díaz del Castillo y de otros cronistas hablan, en la conquista de México, de que Cortés tuvo que dictar una ordenanza para obligar a sus hombres a seguir una serie de preceptos a la hora de hacer la guerra. Y eso incluía no molestar a las mujeres de los indios aliados, con lo que se dejaba el campo libre para molestar a las mujeres de los enemigos.

Además, una de las formas de compensar a los soldados cuando todavía no se podía repartir un botín en objetos, en oro y plata era permitir hacer esclavos a los varones, que evidentemente tenían un valor, y también hacer esclavas a mujeres, que tenían otro tipo de valor.

Díaz del Castillo recoge, por ejemplo, que la tropa, los participantes en la conquista que no son altos oficiales, se quejaban de que las mujeres esclavizadas más bellas son ojeadas y rápidamente apartadas porque eran para uso y disfrute de la oficialidad, y el resto de las mujeres ya se repartían entre los demás.

Todo eso existió, pero es muy difícil de documentar. Hay algunas voces críticas -algún jurista, algún miembro de la Iglesia- que sí hacen referencia a esas circunstancias, y que son especialmente terribles. Hay autores que han encontrado expedientes de determinados personajes que hoy día consideraríamos directamente pederastas.

¿Por qué todas esas prácticas de las que usted habla no se enseñan en los colegios españoles? ¿Por qué la población española desconoce el nivel de crueldad de los conquistadores de América?

Yo creo que porque todavía somos rehenes de la historia imperial maravillosa, hay de hecho algún autor que ha hablado de la historia sagrada de la conquista de América.

Eso nos viene de la época franquista, el régimen franquista pretendió -y consiguió- desarrollar una historia imperial de la conquista de América, jugando con la baza de que el final del siglo XV y todo el siglo XVI es el gran momento de la monarquía hispánica.

Y, en ese contexto, se consideraba que no se podía ensombrecer un asunto tan trascendente para la historia de la humanidad como es el descubrimiento de América revelando las fórmulas que se utilizaron para esa invasión, conquista y asentamiento.

El franquismo se apropió de la historia de España con fines ideológicos, y ocultó los elementos más terribles que toda invasión, conquista e imperialismo conlleva. Y esa idea perdura hasta hoy.

El rey Felipe VI, que recientemente viajó a Puerto Rico con motivo de los 500 años de la fundación de San Juan de Puerto Rico, sigue con este discurso típico de que España llevó a América la civilización, la cultura, la lengua, la religión, la tecnología y la palabra libertad. Porque encima cuentan cómo los conquistadores se aliaron con algunos grupos aborígenes para luchar contra otros grupos dominantes que los tenían sometidos, y que por lo tanto "liberaron" a esas poblaciones.

¿Y no es verdad?
Liberaron a las élites de esas poblaciones. A aquellos grupos que se aliaron con los españoles y se enfrentaron a los mexicas o a los incas para intentar no estar sometidos a ellos, de vivir mejor en el sentido de no estar sometidos a estos, les fue muy bien. Pero solamente a esas gentes. A todo el resto de sociedades aborígenes les fue terriblemente mal.

Uno de los argumentos a los que recurren los defensores de la conquista de América Latina es que allí hubo mestizaje, mientras que en la América de Norte no lo hubo…

Es cierto que el mestizaje en América Latina es muy alto. Pero es erróneo pensar en ese mestizaje como algo positivo para las dos partes, cuando fue algo más bien impuesto por los españoles.

En el siglo XVI sólo el 20% -el 25% como máximo- de la población española que se asentó en América eran mujeres. El resto eran hombres, casi todos ellos jóvenes. Y si la población española en América Latina estaba formada por un alto porcentaje de hombres jóvenes y el número de mujeres era muy pequeño, es lógico que hubiera mestizaje.

Fue una colonización muy distinta en ese sentido a la que llevó cabo Inglaterra en el siglo XVII y sobre todo en el XVIII en las colonias de Norteamérica, donde las personas que se trasladaron a esos territorios eran con frecuencia familias enteras. Además, por una cuestión de religión y de raza, esa gente no quería mezclarse con los indios, rechazan a los indios.

Otro de los argumentos que esgrimen los defensores de la conquista de América es que fue heroico solo un puñado de hombres pudieran conquistar todos esos territorios. ¿Se consiguió por medio de una crueldad extrema?

Los conquistadores se aliaban con grupos indígenas para poder ganar sus batallas

Por un lado, es cierto que hubo crueldad extrema, violencia extrema y terror, sobre todo en el comienzo, cuando los conquistadores tuvieron que imponerse a la fuerza a grupos humanos mucho más numerosos para poder sobrevivir. Y muchos murieron por el camino.

Pero los conquistadores también se dieron cuenta de que necesitaban aliarse con algunos grupos indios de territorios como México, Perú, etcétera, porque si no la guerra no la iban a ganar nunca. Otra de las falacias que nos ha contado el franquismo es el aspecto heroico de que con muy reducidas huestes se consiguió conquistar todo un continente.

Cortés empezó la conquista de México con 600 hombres y llega a tener 2.200. Pizarro, por su parte, consigue la conquista de Perú con menos de 600 hombres europeos. Lo que hasta hace relativamente poco tiempo no nos habían explicado es que fue absolutamente necesaria la fuerza de los aliados aborígenes para derrotar al imperio Mexica y al imperio Inca.

Sin la ayuda de lo que en las crónicas llaman aliados, auxiliares o indios amigos, es imposible que los españoles hubiesen vencido en esos conflictos.

En sociedades más reducidas como las Antillas pudieron más o menos asentarse con los efectivos hispanos. Y en zonas como lo que hoy es Panamá no lo habrían conseguido si no hubiera sido por el uso masivo del terror. Uno de los primeros en utilizar de manera abundante el aperreamiento del que hablábamos antes fue Núñez de Balboa en la zona del Panamá actual.

Muchos aseguran que murieron muchos más indios a causas de las enfermedades que llevaron españoles que por su violencia. ¿Es verdad?

Se puede decir que sí. Las epidemias y enfermedades desconocidas afectaron tanto a la población aborigen como a los conquistadores, aunque a estos últimos en un grado mucho más reducido, y provocaron en la población local una mortandad que difícilmente con las armas se pudo conseguir.

Pero lo que es importante tener en cuenta es que las enfermedades y epidemias se desataron cuando ya se habían iniciado los conflictos y la guerra, cuando ya se había producido un gran quebranto de la población, cuando ya se había impuesto un sistema colonial que se caracterizaba por explotar, muchas veces hasta la muerte, a las personas…

Es en este contexto de destrucción de una sociedad, de destrucción de una religión y de desestructuración de la vida de las personas cuando llegaron las enfermedades, provocando aún más muertes y más destrucción.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reclama que España pida perdón por la conquista de América, de la invasión de América. ¿Cree que España debería hacerlo?

Quizás el término perdón es un poco excesivo. Yo me conformaría con que desde el Estado español se pidieran disculpas públicamente por buena parte de lo ocurrido hace 500 años, reconociendo que se cometieron excesos típicos de cualquier imperialismo, tanto anterior como posterior.

Los norteamericanos llevaron a cabo masacres contra la población aborigen en el siglo XIX, los británicos cometieron auténticas barbaridades en Australia, los turcos cometieron un genocidio contra los armenios, los alemanes cometieron genocidios en África, Leopoldo II de Bélgica cometió un terrible genocidio en el Congo…

Pero nosotros también hicimos muchas barbaridades. Nosotros, los españoles, no somos mejores ni peores que los demás, nos comportamos exactamente igual que cualquier otro imperialismo.

¿Hubo un genocidio en América Latina por parte de los conquistadores?
Me cuesta emplear la palabra genocidio para el caso de América Latina, porque no hubo voluntad de destrucción y de exterminio como sí la hubo por ejemplo en el Congo para aquellos que no querían trabajar en la extracción del caucho.

El caso español en América Latina fue bastante distinto, aunque las consecuencias de las políticas que se aplicaron allí acabaron como si de un genocidio se hubiese tratado. Pero no es un genocidio como tal, porque no había voluntad de exterminio.

El indio era la mano de obra básica para el sistema colonialista español, si se exterminaba a los indios desaparecía la mano de obra.

Lo que pasa es que el deseo por enriquecerse fue tan brutal que no vacilaron en aplicar una violencia enorme cuando lo consideraron necesario. Sobre todo al principio, cuando los españoles pensaban que los indios eran un bien inagotable. Luego se dieron cuenta de que no, de que eran un bien escaso.

¿Y qué cambiaría si España pidiera perdón?
Yo creo que en el momento en que en América Latina se perciba que hay cierta voluntad por entendernos mejor, por reconocer que se hicieron cosas muy, muy terribles, la presión a la que a veces se somete a la sociedad española desde Latinoamérica se reducirá.

Si España sigue sin reconocer los excesos que se cometieron, la rapiña a la que se sometió a todo un continente, etcétera, es normal que desde determinados ambientes de América Latina si siga reclamando que lo haga.

Se han derribado en América estatuas de Colón, de Fray Junípero Serra... ¿Lo entiende?
Lo entiendo desde el presupuesto de que se cometieron excesos que España nunca ha reconocido. Colón no sólo fue el almirante que descubrió América, es alguien que a partir de 1492 pone en marcha una empresa de venta de esclavos.

Si no se sabe eso, y en España apenas se sabe, difícilmente se puede entender que se derribe una estatua de Colón. Por su parte Junípero Serra era un misionero, y los misioneros en general eran personas con las mejores intenciones del mundo.

De hecho, fueron utilizados por la monarquía hispánica en la segunda mitad del XVII y a lo largo del XVIII como la cara amable de la conquista. Pero inmediatamente detrás de los misioneros y de sus cruces iban las espadas. Desde ese presupuesto, también puedo entender que la estatua de Junípero Serra sea objeto de crítica política.


jueves, 10 de febrero de 2022

'Ulises' de James Joyce: cómo pasó de ser "obscena" y "tonta" a "la mejor novela del siglo XX"


En la primavera de 1921, la librera parisina Sylvia Beach se jactó de sus planes de publicar una novela que consideraba una obra maestra que estaría "clasificada entre los clásicos de la literatura inglesa".

"'Ulises' hará que mi librería sea famosa", escribió sobre la aclamada y desafiante novela de James Joyce, escrita durante siete años en tres ciudades que describen los eventos de un sólo día en Dublín.

Y así fue.
El 2 de febrero de 1922, Beach publicó la primera edición del libro "Ulises", justo a tiempo para el 40 cumpleaños de Joyce.

Estilísticamente denso en partes, cuenta las historias de tres personajes centrales: Stephen Dedalus, Leopold Bloom y su esposa, Molly, y ahora se celebra como uno de los textos más influyentes del mundo.

Fue incluso declarada por un panel de prestigiosos escritores y académicos como la mejor novela escrita en inglés del siglo XX.

Pero no siempre fue así.
'Tontería'
El poeta, dramaturgo y crítico literario británico-estadounidense T.S. Eliot declaró en 1923 que Ulises era "la expresión más importante que ha encontrado la era actual", "de la que ninguno de nosotros puede escapar".

Pero el camino hacia la publicación no fue fácil.

La novela generó controversia y fue rechazada por muchos, incluso algunos miembros de la comunidad literaria.  La librería parisina de Sylvia Beach fue un paraíso para los expatriados estadounidenses durante las décadas de 1920 y 1930.

La destacada escritora vanguardista británica Virginia Woolf describió la novela como una "tontería".

Tras la serialización de algunos pasajes en la revista estadounidense Little Review en 1920, hubo un juicio por obscenidad que concluyó con una multa a los editores y la orden de suspender su publicación. La novela también fue censurada en Reino Unido.

No obstante Beach, propietaria de Shakespeare & Company en la Rue Dupuytren, estaba decidida a publicarla en forma de libro, lo cual hizo, financiándolo en parte con su propio dinero con la promesa de suscriptores.

Al escribir sobre cómo lo logró, contó que tuvo que "apartar cada centavo para pagar" la imprenta del libro.

La decisión de Beach de publicar la convirtió en una "heroína cultural de la vanguardia", señaló Keri Walsh, directora del Instituto de Estudios Irlandeses de la Universidad Fordham de Nueva York.

"Había una sensación de que éste iba a ser uno de los libros que definirían el modernismo, por lo que entendió que se aseguraría su propio lugar en la historia literaria al ser su editora", le dijo Walsh a BBC News NI.  

Sylvia Beach y James Joyce.
Joyce y Beach se conocieron en 1920, poco después de que él se mudara a París.

Hacía tiempo que había dejado Irlanda en un exilio autoimpuesto, y había vivido en Trieste y Zúrich antes de llegar a la capital francesa.

Beach describió ese encuentro como un momento poderoso, contó Walsh.

"Joyce estaba muy cansado en este momento. Había pasado tanto tiempo luchando para terminar de escribir 'Ulises', superar [la Primera Guerra Mundial] y sobrevivir, que sintió que ella podía proporcionarle a él y su familia algún tipo de estabilidad y apoyo".

"Ella era mucho más que una editora: banquera, agente, administradora, amiga de la familia. Durante mucho tiempo esa relación funcionó bien".

Pero luego de disputas sobre los derechos de publicación, la relación entre Joyce y Beach se agrió y esta última finalmente cedió los derechos de la novela, escribe Walsh en "Las cartas de Sylvia Beach".  Una de las primeras ediciones de "Ulises".

La casa editorial Random House publicó "Ulises" en 1934 después de que el año anterior se anulara la prohibición estadounidense de publicación.

Así se comercializó a una audiencia más grande, pero pasaron 20 años antes de que los escritores comenzaran a reconocer su valor, dice John McCourt, profesor de inglés en la Universidad de Macerata en Italia.

Si bien Joyce estaba profundamente frustrado por la recepción que había recibido "Ulises", era implacable, agrega el profesor McCourt.

"No permitía que se cambiara ni una coma para ajustarla más a lo que el público que consideraba aceptable".

Aunque "Ulises" había sido prohibido en Estados Unidos y Reino Unido, nunca lo fue formalmente en la Irlanda natal de Joyce.

Las autoridades irlandesas creían que tan pocos leerían la novela que no necesitaban prohibirla, argumenta McCourt. 
James Joyce y su esposa Nora Barnacle, 1930.

"Joyce era como un forastero que exploraba Irlanda", dice.

"En cuanto a la recepción en su país, los irlandeses se resintieron profundamente porque, desde el exterior, se atrevía a criticar a la Irlanda de 1922, su nacionalismo y los límites de ese Estado cerrado que fue montado y dominado por Iglesia católica".

'La seguridad de la distancia'
El autor tenía una relación enormemente complicada con su país de nacimiento, y viceversa.

Se fue en 1904, cuando tenía poco más de 20 años de edad, e hizo cuatro visitas posteriores, pero después de 1912 nunca más regresó.

Y, sin embargo, sus obras están ambientadas en Irlanda, con Dublín en muchos sentidos como un personaje en sí mismo.  El río Liffey en Dublín, presente en varias obras de Joyce.

Joyce quería cambiar Irlanda transformando la forma en que los irlandeses se veían a sí mismos, argumenta el profesor McCourt.

"Estaba muy conectado con Irlanda. Sabía que no iba a hacer amigos a través de sus libros, no podría haberlo hecho si se hubiera quedado en Irlanda".

"Tuvo que hacerlo desde lo que él llamó 'la seguridad de la distancia' en su novela cómica 'Finnegans Wake'".

Sin embargo, hubo algunos que reconocieron la importancia de Joyce, apunta el profesor McCourt.

Entre ellos el ministro del gobierno irlandés, Desmond Fitzgerald, quien lo visitó en París y propuso que fuera nominado para el Premio Nobel de Literatura.

Pero, en general, la hostilidad hacia Joyce continuó hasta su muerte en 1941 en Zúrich, al punto de que no hubo representación oficial irlandesa en su funeral.  Escultura de James Joyce que está detrás de su tumba en el cementerio de Fluntern en Zúrich.

Fanáticos
La marea de la opinión tardó mucho en cambiar.

El primer Bloomsday —una celebración que tiene lugar cada 16 de junio, que es el día de 1904 en el que transcurre la novela—, se celebró en 1954.

El nombre del evento viene del personaje central de Ulises Leopold Bloom, cuya vida y los pensamientos desde las 8 de la mañana hasta las primeras horas de la mañana siguiente son el tema de la novela.

Anualmente, los entusiastas se disfrazan como los personajes de la obra o al menos con ropa del estilo de la época.

Muchos toman el mismo desayuno que Bloom ese mañana —que incluye hígado y riñones asados en mantequilla, tostadas y, por supuesto, una taza de té— y, si están en Dublín, peregrinan a los distintos lugares de la novela, o asisten a charlas o representaciones.  La farmacia Sweny, donde el protagonista de Ulises compra una medicina y jabón de limón, se ha mantenido intacta.

En junio de 1962, el Museo James Joyce fue inaugurado por Beach en la Torre Martello en el suburbio de Sandycove, al sur de Dublín.

En 1982 se organizaron eventos en el país para conmemorar el centenario del nacimiento de Joyce.

Un informe de The New York Times sobre la "celebración nacional" del día reflejó el cambio en la opinión pública.

"En su centenario, Dublín honra al Joyce que alguna vez despreció", decía su titular.

Ahora, cien años después de la publicación de "Ulises", Joyce es reverenciado en casa y en el extranjero.

Desafiante
Ese cambio en las actitudes ha sido tan radical que McCourt argumenta que Joyce se ha convertido en un "producto de consumo, en muchos sentidos anulando, borrando con aerógrafo, el hecho de que gran parte de lo que escribe sobre Irlanda es negativo".

"No veo nada de malo en que la gente se disfrace, pero no convirtamos a Joyce en algo inofensivo", opina McCourt, autor de "Consumiendo Joyce: 100 años de Ulises en Irlanda".  Fanáticos de la novela se disfrazan para celebrar Bloomsday cada año.

"Su libro tiene ese filo cortante. Te obliga a buscar un equilibrio. Su novela no debería ser un vehículo para la nostalgia de un Dublín mágico del pasado en el que todos vestían trajes eduardianos y se divertían".

"Joyce retrata un Dublín muy diferente, muy pobre e introvertido".

Irlanda apenas ahora está aprendiendo a lidiar con ese legado, argumentan algunos expertos.

"[Ulises] no estaba realmente en el dominio público, estaba en el dominio de los académicos, de una élite", explica Darina Gallagher, directora del Centro James Joyce en Dublín.

"Realmente no conocíamos a los personajes de la novela. Sólo los estamos conociendo ahora, explorando y encontrando un legado en ellos, lo cual es fascinante".

Una exploración que definitivamente vale la pena, asegura el escritor irlandés Colm Tóibín.  "Joyce toma una epopeya, la 'Odisea' de Homero, y la torna ordinaria. Y al hacerlo, crea una enorme cantidad de energía alrededor de un día común y corriente, en el que varias personas se encuentran o se evitan en Dublín.

"Hay tanto de lo que llamamos 'vida' en el libro y cosas que reconocemos, que hace del libro uno increíblemente humano, en el sentido de que sus dimensiones son las nuestras.

"Es una novela para este momento y está teniendo su centenario como documento vivo. Quien lo lee sabe que trata cuestiones realmente grandes que aún nos preocupan".

Aunque muchos que aseguran haberlo leído, comenta Tóibín, realmente no lo han hecho: "Ulises"tiene la reputación de ser una lectura desafiante y, a veces, impenetrable.

Consejos para leer "Ulises"
"Aférrate al ahora, al aquí, a través del cual el futuro se sumerge en el pasado", es la cita de "Ulises" en este cartel en Dublín.  

De Darina Gallagher, Centro James Joyce, Dublín
No le tengas miedo.
Lee "Retrato del artista adolescente", pues puede ayudarte con los personajes.

Del escritor Colm Tóibín
Hay una gran cantidad de escritura crítica sobre "Ulises", y lo mejor con la mayor parte es no leerla, porque realmente está escrita para especialistas o para académicos.
Penguin publicó un libro del crítico Terrence Killeen que está lleno de conocimiento pero escrito de manera muy clara. Además, le encanta la novela y esa admiración es contagiosa. Killleen te lleva a través del libro de una manera que creo que buena para abordar esta obra: episodio por episodio y durante un largo invierno.

De John McCourt, Universidad de Macerata, Italia
Nadie está completamente preparado para leer el libro.
Si sabes algo de música, será de gran ayuda.
Si sabes algo sobre Irlanda y su historia, ayuda.
No intentes leerlo demasiado rápido.
Léelo en voz alta, ya que cobra vida.

De Dan Mulhall, embajador de Irlanda a EE.UU.
Cuanto más he profundizado en él, más lo he disfrutado.
Si estás en busca una lectura fácil, no es para ti.
Es desafiante, pero vale la pena, porque tiene una gran profundidad.
Si descubres que un episodio es demasiado difícil, no te desanimes y sigue adelante.
Esta no es una novela de detectives en la que tienes que obtener las pistas en el capítulo 3 para poder leer el capítulo 4.

De Keri Walsh, Instituto de Estudios Irlandeses, Universidad de Fordham, Nueva York
Forma un grupo de lectura. Cobra vida si lo lees junto con otros.
Léelo y detente en pasajes cortos a la vez.
Tómatelo con calma.

miércoles, 9 de febrero de 2022

_- Zarpazos del azar.

_- Hubo un antes y un después. Cuando el Congreso se liberó, los compañeros ovacionaron a Laína. Él se echó a llorar. | Columna de Rosa Montero. 

La muerte de Francisco Laína el pasado 7 de enero me ha catapultado mentalmente a la terrible noche del golpe del 23 de febrero de 1981. Voy a explicar la situación un poco porque creo que muchos jóvenes apenas saben nada de aquel trauma (normal: ha pasado mucho tiempo). Laína era a la sazón el director de la Seguridad del Estado. Pertenecía a la UCD, el partido de centro de Adolfo Suárez , y cuando el golpista Tejero tomó a tiros el Congreso (con el Gobierno dentro) fue la autoridad civil con más alto rango que había en el exterior . Durante las 18 lentísimas horas que duró el secuestro, Laína fue el presidente del Gobierno en funciones. Tenía 45 años. Poco después, en diciembre de 1982, abandonó la política y llevó una vida rigurosamente privada: ni siquiera sé a qué se dedicó. desapareció del mundo y de mi memoria. Pero la noticia de su muerte me hizo revivir aquellas horas agónicas, sus palabras en televisión, su presencia serena y tranquilizadora. Recuerdo la gratitud que sentí en esos momentos tan amargos ante su entereza. Yo diría que actuó muy bien en unas circunstancias endemoniadas. Preparando este artículo he encontrado una magnífica entrevista que le hizo José Luis Barbería en El País en 2011. Merece la pena leerla y ha aumentado mi admiración por ese hombre discreto.

Amigos periodistas que lo conocían de antes de que se marchara me cuentan que era un buen tipo con claras ambiciones políticas, cosa evidente por su biografía: había sido gobernador civil de León, Las Palmas y Zaragoza. Pero curiosamente, lo dejó todo después de aquella noche interminable. Aún más: después de haberlo hecho genial aquella noche. Eso es lo que me fascina: el quiebro que da su vida. 

Me pregunto que le pudo pasar por la cabeza, en qué pensó, cómo se sintió, qué verdad profunda vio para dar ese giro de 180 grados. ¿O la revelación vino después , tras el aterrizaje en la nueva realidad política? La inmensa mayoría de los individuos vivimos por fortuna existencia vulgares, pero hay unos cuantos a los que el azar pega un zarpazo. Son personas cuyas vicisitudes parecen sacadas de una tragedia griega: de pronto, de forma inesperada, se les viene encima un destino heroico o quizás maldito, un vendaval que exigirá de ellos respuestas sobrehumanas. 

Y supongo que, tras haber estado en el ojo del huracán, no pueden volver a mirar el mundo del mismo modo. 

A veces la arremetida del azar es tan brutal que las vidas se desbaratan para siempre. Pienso, por ejemplo, en Claude Eatherly, piloto de las Fuerzas Aéreas de Estados. Tenía 26 años cuando, el 6 de agosto de 1945, le tocó hacer el vuelo de reconocimiento sobre Hiroshima para escoger el blanco de la bomba atómica. 

Pasó por encima de la población, fijó las coordenadas y le dio luz verde al bombardero Enola Gay. Eatherly creía haber señalado un puente, pero se equivocó un kilómetro y la bomba cayó en mitad de la ciudad. Podría haber sido otro piloto el elegido, pero fue él: podrían haberlo derribado las baterías antiaéreas japonesas, pero sobrevivió; podría no haber confundido el blanco, pero lo hizo. Cosa que por cierto no tuvo la menor importancia: la bomba de Hiroshima generó una ola de calor  de más de 4000 grados C en un radio de de cuatro kilómetros y medio, así que atinar con el puente daba igual. El primer día fallecieron entre 50.000 y 100.000 personas (luego murieron muchas más). 

Cuando Eatherly regresó a Estados Unidos y fue recibido con desfiles y serpentinas, se rompió. Entró a robar en una tienda a punta de pistola y se marchó sin llevarse el dinero; buscaba castigo. Le diagnosticaron una enfermedad mental y fue internado a la fuerza en psiquiátrico. 

Su pacifismo beligerante empeoró las cosas "Para la mayoría mi rebelión contra la guerra es una forma de locura". Hay un curioso libro, El Piloto de Hiroshima, que recoge sus conversaciones con el filósofo vienés Günther Anders. Fue, en fin, un hombre atropellado por un destino. 

Obviamente no fue lo mismo con Francisco Laína, pero para el también hay un antes y un después. Por cierto que Barbería cuenta en la entrevista que cuando se liberó el Congreso, los compañeros de la Comisión de Gobierno ovacionaron a Laína, y que el calmado y sobrio director de Seguridad se echó a llorar.