viernes, 28 de febrero de 2025

La catadura y la caradura de Abascal y los nuevos fascistas

Nunca hubo tanta falsedad, cinismo, inmoralidad y falta de ideales como los que sostienen al fascismo del siglo XXI,

La justificación que el líder de Vox ha hecho en el Congreso de los Diputados de los aranceles que pretende imponer el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es un ejemplo más de su falta de vergüenza e inmoralidad.


Dice Abascal que, si llegaran a establecerse impuestos a las exportaciones españoles, sería «por culpa» de Pedro Sánchez, puesto que se deberían a que este «no cae bien» a Trump.

La poca vergüenza de Abascal se demuestra incluso si esa fuese la verdadera razón que mueve al presidente estadounidense. ¿Cómo un líder político puede considerar en su sano juicio y apoyar al máximo responsable de una potencia mundial que toma decisiones que ponen en jaque al comercio mundial, no sólo a España, en función de que los presidentes de otras naciones le caigan bien o no? Y, sobre todo, cuando sus decisiones afectan a los ingresos y patrimonio de millones de sus compatriotas.

Lo cierto, sin embargo, es que esa no es la razón auténtica de los aranceles y Abascal lo sabe perfectamente. El propio Trump ha confirmado que impondrá aranceles sobre productos procedentes de Argentina, cuyo presidente es socio, amigo y debe caerle perfectamente. E Italia, de imponerse sobre la Unión Europea, tampoco se vería libre de ellos.

Abascal no sólo es un irresponsable si apoya a quien él mismo presenta como un loco que gobierna su país en función de sus querencias. Es un mentiroso cuando justifica los aranceles por la razón que no aduce ni quien los impone.

Según uno de los documentos programáticos de Vox (100 medidas para la España Viva), este partido está en contra del «dirigismo fiscal» y de impuestos que puedan «erosionar la competencia económica», y sostiene que el «sistema fiscal no puede convertirse en un lastre para el crecimiento económico y la creación de empleo». Esto es justamente lo que va a producir en España (en otros muchos países y en los propios Estados Unidos) la política arancelaria de Trump. A pesar de ello, Abascal no ha puesto objeción alguna a sus amenazas y las justifica.

Abascal y su partido, como Trump y todos los fascistas del siglo XXI, se proclaman liberales y defensores del libre mercado y la competencia, aunque sólo cuando eso sirve para eliminar derechos sociales y protección a los desfavorecidos; acaban con ellos para dar ayudas a oligarcas multimillonarios. Por eso les parece bien que Donald Trump se salte a la torera todos los principios que los propios liberales han establecido siempre como los que deben gobernar la política económica que salvaguarda los mercados, la competencia y la eficiencia.

Abascal y su partido se presentan como los grandes defensores de la moralidad y el orden, pero defienden a personajes como Elon Musk de quien se ha escrito en The Wall Street Journal que consume LSD, cocaína, éxtasis y hongos psicodélicos, a menudo en fiestas sexuales privadas en todo el mundo, donde los asistentes firman acuerdos de confidencialidad o entregan sus teléfonos para entrar. Les parece correcto que Donald Trump acabe con la ley que prohíbe cometer delitos de soborno y otras prácticas corruptas a las grandes empresas y bancos estadounidenses (como Goldman Sachs y JPMorgan Chase que fueron condenadas por ello). O les cae bien el propio Trump, condenado en firme por 34 delitos, varios de ellos por maltrato y abuso sexual y difamación a mujeres.

Abascal y su partido se consideran patriotas y los defensores más auténticos de España, pero desprecian, insultan y odian a los españoles que no pensamos como ellos. Son patriotas de pacotilla que descuartizan a su Patria, los peores nacionalistas que no aman ni defienden a España. La rompen en mil pedazos.

Los nuevos fascistas tienen más dinero y han acumulado más poder que los del siglo XX y por eso son posiblemente más peligrosos. Entre otras cosas y principalmente, porque están dispuestos a boicotear cualquier avance que pueda frenar la amenaza más grande que se cierne sobre la vida en el planeta, el cambio climático. Y, como acaban de mostrar cuando hablan de Gaza, porque desprecian el derecho a la vida de los seres humanos. Ni siquiera tienen su grandilocuencia y pomposidad. Hitler mató a millones de personas para construir un imperio. Trump, seguido de vasallos como Abascal, dice estar dispuesto a llevar a cabo una limpieza étnica y asesinar a palestinos inocentes para construir complejos residenciales. Son, eso sí, tan fanfarrones y acomplejados (basta ver a Abascal de puntillas para salir más elevado en las fotos) como el viejo führer asesino o Franco. El psicoanalista austríaco Alfred Adler analizó bien ese tipo de personalidades: “Cuanto mayor es el sentimiento de inferioridad que se ha experimentado, más poderoso es el afán de conquista y más violenta la agitación emocional”.

jueves, 27 de febrero de 2025

4 consejos de expertos para ganar confianza y destacarse en un nuevo empleo

Empezar un nuevo trabajo siempre genera muchas expectativas. Es el comienzo de un viaje lleno de posibilidades y crecimiento profesional.

Pero junto con el entusiasmo por una nueva oportunidad también viene la ansiedad y el miedo al fracaso.

Surge una pregunta común: "¿Podré manejarlo?".

Según la psicóloga organizacional Renata Burgo, sentirse inseguro es natural incluso para profesionales con años de experiencia.

"Todo el mundo siente esto cuando sale de su zona de confort y empieza a lidiar con algo desconocido, sobre lo que no tiene control", afirma.

Si bien la inseguridad forma parte de estos momentos de transición, es fundamental no dejar que este sentimiento se convierta en un instrumento de autosabotaje y lleve a los profesionales a dudar de sus propias capacidades.

Una de las formas de evitar eso es recordar los motivos que te llevaron a ese puesto y lo que tienes para ofrecer. Es una estrategia que parece simple, pero que ayuda a tener más confianza, según la especialista en desarrollo profesional Simone Bortoletto, de la Facultad ESEG en Brasil.

"El autoconocimiento en esos momentos es muy importante. Entiende tu valor, tu trayectoria, lo que te trajo hasta ahí. Y recuerda que si estás en ese espacio es porque tienes competencia y la gente cree en tu trabajo", afirma.

Según expertos entrevistados por BBC News Brasil, adaptarse a un nuevo trabajo lleva alrededor de tres meses. Durante este periodo es importante tener paciencia para no frustrarse y poner en práctica otras actitudes que ayuden a crear más confianza en tu trabajo para destacar.

En esta nota te compartimos algunos consejos.

1. Comprender la cultura de la empresa

Conocer bien la empresa, las personas y la cultura laboral es uno de los primeros pasos para generar confianza, afirma Renata Burgo.

La cultura organizacional refleja los valores y prácticas compartidas por una compañía, funcionando casi como una "guía invisible" para el comportamiento de los empleados.

Expertos consultados por BBC News Brasil afirman que adaptarse a un nuevo trabajo puede tomar alrededor de tres meses. "Cuando conoces esta dinámica, resulta más fácil adaptarte y entender lo que se espera de ti", destaca la psicóloga.

Según Burgo, la mejor manera de entender la cultura de un lugar es hablar con las personas que allí trabajan y observar cómo interactúan. Por lo tanto, practicar la escucha y la observación activas es fundamental para cualquiera que inicie un nuevo trabajo.

"Habla con la gente y escucha lo que tienen que decir. Muestra interés, pide un café, pregunta por la empresa. Nadie mejor que los compañeros de trabajo para ayudarte a entender la cultura de ese espacio", destaca.

2. Pida ayuda y esté abierto a aprender

Es muy común que, al iniciar un nuevo trabajo, un profesional tenga dudas sobre determinadas actividades o incluso el funcionamiento de la empresa. No dude en preguntar.

Pedir ayuda también forma parte del proceso de generación de confianza y demuestra que el profesional está abierto al aprendizaje.

"Muchas personas piensan que al pedir ayuda están mostrando debilidad, cuando es todo lo contrario, demuestran que tienen humildad. A nadie le gusta tratar con un profesional 'sabelotodo'", destaca Bortoletto.

Una de las peores actitudes que puede tener un trabajador, según Bortoletto, es pretender tener conocimientos sobre algo que no conoce.

Además, la persona se crea un problema, que puede culminar en ataques de ansiedad e inseguridad, porque corre el riesgo de realizar una tarea de manera inadecuada y perturbar a todo el equipo. Por tanto, es necesario saber comunicar.

"Si te piden hacer algo que nunca has hecho o no sabes, di abiertamente que nunca lo has hecho y que no tienes mucho control sobre el tema, pero que estudiarás y buscarás apoyo. No saber no es un problema, el problema no es decir que no sabes", comenta.

Las expertas destacan que señalar problemas de la empresa sin contar con las personas que llevan más tiempo que tú trabajando puede parecer arrogante.

Burgo también destaca la importancia de tratar los errores como parte del proceso para no permitir que minen la confianza en el trabajo.

"Nadie se despierta con ganas de cometer errores, pero los cometemos porque somos seres humanos. Y la gente espera que cometas errores, especialmente cuando empiezas en un nuevo trabajo".

3. Solicite comentarios sobre su trabajo y ofrezca ayuda

Durante este tiempo de adaptación, el profesional está siendo observado por los directivos. Por eso, en lugar de esperar a que la gente diga lo que piensa de tu trabajo, busca retroalimentación para saber si estás cumpliendo con las expectativas y si hay algo que puedas mejorar.

"Hablamos mucho de protagonismo en el ámbito laboral. Y eso significa ir tras la información y no esperar a que la gente acuda a ti. Destacan los que toman la iniciativa", recomienda Burgo.

La psicóloga también destaca el valor de ir más allá de la simple realización de tareas. Esto no significa, sin embargo, sobrecargarse con exigencias o hacer el trabajo de otros, sino analizar formas de contribuir al equipo y a los compañeros de trabajo.

"Cuando ayudas a un compañero con tu experiencia, le traes información que no tiene, un contacto o una idea, estás yendo más allá, y haciendo un poco más de lo que se espera de ti. La gente valora este tipo de actitudes, y genera más confianza", afirma.

4. Busque protagonismo, pero tenga cuidado de no parecer arrogante

A nadie le gusta ese alumno que en el aula es excesivamente participativo. O esa persona que, en cualquier oportunidad, sólo quiere hablar de sí misma o de las experiencias que ha vivido.

Situaciones como esta también ocurren en el ámbito laboral, donde los profesionales, cuando intentan destacar, pueden parecer arrogantes.

Si tienes alguna duda, pregunta. Pedir ayuda forma parte del proceso de generar confianza. "Algunas personas, en un intento de demostrar su valor, ya proponen cambios, señalando cuellos de botella. Y esto muchas veces no funciona bien, porque das una imagen de alguien que quiere enseñar", destaca Burgo.

Según Bortoletto, no hay problema en proponer mejoras en el trabajo, y utilizar la propia experiencia a la hora de presentar una solución. Sin embargo, es necesario escuchar a las personas que llevan más tiempo en ese entorno e incluirlas en las discusiones.

"Si formas parte de un equipo y ves que tienes la posibilidad de optimizar una tarea, una buena idea es buscar a la gente para ver qué piensan, si tienen otras sugerencias y juntos preparar una propuesta. De esta manera la gente se siente respetada y se actúa con humildad, que es muy importante para generar confianza", destaca.

miércoles, 26 de febrero de 2025

Dolor, mucha pena y rabia seca

Cuando era pequeño y vivía en Jaén, debía tener siete u ocho años, entre los niños que entonces eran mis amigos y vecinos se decía que cerca de nuestra casa vivían «los judíos», un matrimonio a quien, según ordenaban los mayores, no se debía visitar. Eran años en los que la dictadura consideraba que los comunistas, masones y judíos eran los enemigos de España.

Un día, el mejor de mis amigos de entonces y yo nos acercamos al piso donde vivían «los judíos». Se había corrido la voz de que tenían televisión, un aparato que ninguno de nosotros había visto nunca, y allí nos presentamos. Nos abrieron sin preguntar y nos acomodaron. Ahora creo que sabían perfectamente a lo que íbamos porque nada más entrar y sin apenas decirnos nada nos sentaron justo enfrente de la pantalla. No recuerdo con precisión qué fue lo que vi la primera vez que contemplé un televisor. Juraría que era una película «del Oeste», como se decía entonces. Con nitidez, sólo recuerdo que, para disimular el blanco y negro, tenía una especie de hoja de plástico que le daba algunos tonos que podrían pasar por coloridos. No recuerdo las imágenes porque dediqué preferentemente mi atención a tratar de descubrir en qué se diferenciaban esas personas, «los judíos», de nosotros o de mis padres y demás conocidos de entonces. Naturalmente, no encontré disparidad alguna, salvando que el marido llevaba lo que más tarde supe que era la kipá. Mi memoria no me da para recordar su color, como tampoco sus facciones, ni las de su mujer. Permanece en mi mente, eso sí, su sonrisa de agrado y acogedora.

Se que fuimos varios días más, pero sólo conservo bien el recuerdo del primero. Y me viene ahora también a la memoria que, por aquellos días, el gran amigo que me había acompañado a casa de «los judíos» me dejó de hablar durante bastante tiempo porque mantuve una breve conversación en el parque con un chico gitano que jugueteaba entre nosotros con su bicicleta. «Con los gitanos no se habla», me dijo, y yo no le hice caso. Pronto fue también cuando descubrí que había algo peor que ser judío en la España patriótica y católica de mi infancia. Y pronto comencé a ser libre y a llevar mi vida por donde yo creía que debía ir y no por donde se me dijera. Una conducta que me ha dado algún que otro disgusto pero que repetiría mil veces, si mil veces volviese a nacer.

Más tarde, conocí, no sabría decir si más a través de novelas que por libros de historia, el devenir doloroso del pueblo judío, los avatares trágicos de su expulsión en España, la persecución en tantos lugares y, por fin, el Holocausto.

Todo eso, el haber comprobado desde pequeño que no había razón alguna para demonizar a quien generosamente me ofrecía su casa y lo que pude aprender de tantos otros testimonios, me llevó a sentir siempre un afecto especial por el pueblo judío, admiración por su herencia de esfuerzo y tesón, y un respeto singular por el dolor acumulado por tantas generaciones perseguidas y asesinadas.

Durante muchos años, cuando pensaba en ese pueblo me venían a la mente frases como la que leí, no se bien cuándo, de Santiago Kovadloff, un gran filósofo argentino: «Pertenezco a un pueblo y a una cultura que no se ha resignado a darle la última palabra al dolor y ha convertido sus pesares en materia de esperanza». O en el testimonio de Mauricio Wiesenthal: «La cultura judía no es un gueto sino un firmamento de fe y de vida, de oración, de memoria y de libertad (…). El judaísmo es el fundamento de la civilización europea».

En los últimos años y sobre todo desde sus crímenes recientes contra el pueblo palestino, contemplo a Israel y al pueblo judío de otro modo. ¿Qué diferencia hay entre lo que hace su gobierno en Gaza y lo que el nazismo hizo con millones de judíos inocentes? ¿Cómo puede llevar a cabo una auténtica limpieza étnica con otro pueblo el que tantas persecuciones ha sufrido? ¿Cómo puede generar tanto dolor injusto el pueblo que tanto ha llorado sufriendo injusticias?

Cada declaración de Netanyahu o sus aliados sube de tono respecto a la anterior. A un crimen sigue otro más inhumano, detrás de cada agresión viene otra más sangrante. ¿Cómo es posible que se haya producido esa mutación?

¿Dormirán serenos su sueño eterno los judíos víctimas inocentes del nazismo cuando sepan que el pueblo al que con orgullo pertenecieron lleva a cabo un genocidio en suelo palestino, lleno ahora, como entonces, de la sangre inocente de miles de mujeres, hombres y menores?

Siento dolor y pena. Y rabia también. No sólo cuando oigo a Netanyahu bramar de odio y a Donald Trump decir que expulsará a los palestinos de su tierra para construir hoteles y residencias de lujo, sino aún más cuando retruena en mis oídos el silencio cobarde y cómplice de tantas autoridades y líderes mundiales. Sin el cual, no estaría ocurriendo lo que ocurre.

Publiqué el año pasado un libro que titulé Para que haya futuro con el que quería transmitir esperanza y mi íntima y fuerte convicción en que la bondad y la inteligencia de los seres humanos permite construir un mundo de libertades y en paz.

No puedo negar que al levantarme cada día pienso en lo difícil que me resulta mantener ese convencimiento. Pero no me voy a dejar vencer. No voy a arrodillarme ante el mal, ni me va a doblegar la inhumanidad. Es verdad que puedo hacer muy poco, casi nada; sólo, si acaso, no callarme y unirme a quienes no se callan. Y no me callaré. Hago lo poco puedo, transmitir a quien quiera leerme mi demanda, mi grito doloroso, aunque siempre esperanzado: ¡Dejen ya de matar y abandonen la violencia como único lenguaje! ¡Basta ya!

Juan Torres López

martes, 25 de febrero de 2025

La receta del pastel de ‘kabrarroka’ de Juan Mari Arzak en 1971 y ha dado la vuelta al mundo.

La receta del pastel de ‘kabrarroka’

Ingredientes

Para el pastel

Medio kilo de 'kabrarroka' en crudo, sin cabeza
8 huevos
¼ litro de nata líquida
¼ litro de salsa de tomate
una zanahoria
1 puerro
perejil
sal
pimienta

Para la salsa mahonesa

Un litro de aceite de cacahuete
Dos huevos enteros
Una cucharada de vinagre de Jerez
Sal

Instrucciones

1. Elaboración del pastel

Se cuece la 'kabrarroka' con el puerro, la zanahoria y la sal. Cuando está suficientemente cocida para quitarle las espinas, se quitan estas y la piel; se desmenuza y se desmiga.

2. Aparte se montan los huevos (yemas y claras) a punto de tortilla e inmediatamente se añade la nata, la salsa de tomate y el pescado que hemos reservado

3. Se vierte en un molde de litro y medio rectangular, previamente untado con mantequilla y pan rallado

4. Se cuece a baño maría en el horno (temperatura: 225º) durante una hora y cuarto

5. Una vez frío, se desmolda y se sirve acompañado de una salsa mahonesa

6. Elaboración de la salsa mahonesa

Se ponen en un recipiente adecuado los huevos con el vinagre y algo de sal

7. Se bate y se va añadiendo poco a poco el aceite para que se vaya emulsionando

8. Se obtendrá una mayonesa de tono más blanco que lo normal.

lunes, 24 de febrero de 2025

Ni paz ni prosperidad con Franco: las mentiras del manifiesto firmado por Tejero en apoyo al dictador, una a una.

El texto lanzado por la Plataforma 2025 hace apología de la dictadura y está plagado de mitos, entre ellos que Franco creó la Seguridad Social o que dirigió un Estado “honrado y eficaz”, y de vacíos intencionados: nada menciona de la hambruna española ni de la feroz represión que buscó el exterminio de la izquierda.

Si un ser que no fuera de este mundo y nunca hubiera hablado con nadie quisiera saber algo de España y leyera el manifiesto Ni olvidamos ni callamos pensaría que España fue durante la dictadura franquista un lugar envidiable para vivir. Y Franco el mejor gobernante que ha tenido nunca. Calcando la retórica y la propaganda que el régimen desplegó para intentar limpiar su imagen, el texto define a Franco como un “hombre bueno” que trajo la “paz y la prosperidad”, propició “la reconciliación” entre españoles, “salvó” al país y propulsó la economía española hasta cotas casi milagrosas.

Sin embargo, el texto, suscrito por un centenar de personas entre las que están los nietos del dictador o el golpista Antonio Tejero, es un conglomerado de vacíos interesados y de los principales mitos que el franquismo edificó sobre sí mismo. El escrito, impulsado por la Plataforma 2025, hace apología de la dictadura y celebra el triunfo de los sublevados en la que llama la “Cruzada de Liberación” –en referencia a la Guerra Civil y sin nombrar el golpe de Estado– y, por supuesto, obvia lo que supuso el régimen en términos de derechos humanos. Estas son algunas de sus mentiras:

La “paz” de Franco
Define el manifiesto al dictador como un “cristiano ejemplar”, pero nada dice de la maquinaria de terror que diseñó el régimen desde el principio con el único objetivo de exterminar a la izquierda y a todo aquello que sonara a República. No nombra los fusilamientos, la suspensión de garantías constitucionales, la persecución extrajudicial o el castigo sistemático que generalizó la dictadura. “Siempre se basó en la división de la comunidad nacional entre vencedores y vencidos, no hubo paz ni reconciliación”, explica el historiador Nicolás Sesma, autor de Ni una, ni grande, ni libre (Crítica).

Tampoco cita los 300 campos de concentración que creó el franquismo por toda España o los 270.000 presos que estaban en 1940 encerrados en cárceles en condiciones inhumanas. Para los firmantes, no existieron los más de 100.000 trabajadores forzados, ni las decenas de miles de enterrados en cunetas y fosas sin permitirles a sus familias despedirse o darles un entierro digno, muchos de los cuales siguen hoy desaparecidos. Tampoco les importa el casi medio millón de exiliados contabilizados en marzo de 1939 o el control moral y social que impuso el franquismo en casi todos los ámbitos, por nombrar solo algunas de sus consecuencias.

Un Estado “honrado, austero y eficaz”
El manifiesto atribuye a Franco haber levantado una “España en ruinas” y convertirlo en un país próspero. Nada más lejos de la realidad. Son muchos los historiadores y economistas que han definido la gestión económica de la dictadura como “un absoluto desastre y un fracaso”, en palabras del catedrático Carlos Barciela, autor de Con Franco vivíamos mejor (Catarata). El experto asegura que fue “uno de los periodos más duros y negros de nuestra historia” provocado por la política autárquica que Franco impuso en su primera etapa, lo que causó el hundimiento de la economía.

A la corrupción, que el experto define como “elemento intrínseco” al franquismo se sumó un sistema fiscal “injusto” que privilegiaba a las clases poderosas y a la Iglesia y propiciaba el fraude sobre todo de terratenientes y grandes propietarios. “España iba muy por detrás del resto de Europa occidental, entre otras cosas porque tenía un estado muy ineficaz”, añade el historiador Antonio Cazorla. A partir de 1959 A Franco, que al principio se oponía, no le quedó más remedio –a riesgo de entrar en bancarrota– que asumir el Plan de Estabilización, que inauguró el fin de la autarquía y favoreció el crecimiento económico.

La hambruna fue la franquista
Dicen los firmantes que el dictador “tomó las riendas” de un país “con un enorme problema de pobreza y hambre”, pero la realidad es justo la contraria: estos fueron dos efectos de las políticas del régimen. Son conocidos como los años del hambre los que duraron hasta 1952, cuando el sistema de racionamiento impuesto llegó a su fin, pero en algunos años lo que se dio en España fue una auténtica hambruna “en toda regla” frente a la eterna pero incumplida promesa de Franco de “ni un español sin pan”, cuyo consumo precisamente se desplomó.

Barciela aporta algunos datos: de un consumo per cápita de 156 kilos por habitante y año en 1935, en época republicana, se pasó a unos 100 en los 40. Parecido ocurrió con las legumbres, las patatas o el azúcar o los huevos. “Todavía en 1960 el consumo de carne era de 20 kilos por habitantes y año, sensiblemente más bajo que el de 1935, que había alcanzado los 33”, detalla el historiador en el libro. En 1939 el nivel adquisitivo de los españoles era un tercio del que tenían en 1936, justo antes del golpe de Estado.

Industrialización a pesar de Franco
Sí, a partir de 1959 las cosas cambiaron. España cambió su política económica, se abrió al exterior y se sumó “a la ola de prosperidad mundial que propició la industrialización del país”, señala Barciela. Eso a pesar de las reticencias del dictador. Y aun así, todavía el país estaba por detrás de otros países europeos pese a que el manifiesto asegure que Franco convirtió a España “en la novena potencia industrial del planeta”. “Desconozco de dónde se sacan ese dato, lo que sabemos es que antes de la Guerra Civil era la séptima y que el PIB no se recuperó a niveles de 1935 hasta bien entrados los años 50”, afirma Sesma.

“Ni el nivel de carreteras ni de estructura ferroviaria estaba al nivel del resto de Europa, todos los que tuvieron que emigrar se quedaban maravillados de lo que había en países como Alemania o Suiza. Era una modernización todavía muy precaria”, añade el historiador. “El crecimiento fue espectacular, pero no es una excepción ni un milagro. Es similar al que ya otros países habían experimentado hacía 15 años”, apunta Cazorla, que nombra además otros elementos que influyeron como las inversiones extranjeras que habían sido vetadas, la entrada de divisas procedente de la emigración o “el alto grado de explotación laboral” y salarios “bajísimos” sobre el que también se sustentó.

Beneficio para los terratenientes
Sostienen los firmantes del manifiesto que el dictador “modernizó la agricultura”, una afirmación que para Cazorla esconde muchos matices. Antes de los 50 “la agricultura es un desastre” y el franquismo se afana en acabar con la reforma agraria republicana. “Los salarios son bajísimos y los jornaleros y sus familias se mueren de hambre”, asegura el historiador, que explica que a principios de los 50 empieza una modernización “basada en el predominio del capital frente al trabajo”. “Sigue habiendo mucha miseria y la política agraria principal se hace para beneficiar a quienes ya tienen la posesión de la tierra, se refuerza a los grandes terratenientes a costa de unas arcas estatales anémicas”, añade Cazorla, que ha publicado recientemente Los pueblos de Franco (Galaxia Gutenberg).

Más viviendas, pero no suficientes
Al problema de la vivienda se refiere también el manifiesto como si Franco hubiera solucionado el chabolismo y la infravivienda que asolaba el país en aquel momento. “Es rotundamente falso que acabara con ello y precisamente en dictadura nace el movimiento vecinal para hacer frente a todas las carencias que tienen los barrios de migrantes que se han desplazado a las ciudades y que vivían sin servicios, sin aceras, sin alcantarillas…”, asegura Sesma, que pone como ejemplo la historia que cuenta la película El 47, nominada a los Goya.

A partir de los 60 el recién creado Ministerio de la Vivienda dio un impulso a la creación de vivienda social y el régimen levantó miles de casas para rentas bajas en base a diferentes legislaciones que fueron cambiando con el tiempo, pero aun así siguieron siendo insuficientes: “El balance de toda la dictadura en número de viviendas creadas fue igual que el de Reino Unido en un año”, ejemplifica Cazorla. El problema de la vivienda se vio aliviado solo en los últimos años de la dictadura, aunque no resuelto, añade Barciela, que apunta a otro elemento más relacionado con “la reducida dimensión” de las casas construidas y “la mala incluso pésima calidad de las construcciones”.

Trabajadores sin derechos
Aunque el texto, también suscrito por el presidente de Manos Limpias o el juez ya jubilado José Yusty Bastarreche –que obstaculizó la exhumación de Franco del Valle de Cuelgamuros–, asegure que la dictadura intentó “dignificar a los trabajadores españoles”, esta es para Sesma una afirmación “aberrante”. “La desprotección de los trabajadores era bestial, la hora de mano de obra se paga muy barata, no tienen posibilidades de sindicarse ni derecho a huelga”, ejemplifica el historiador de la Universidad Grenoble Alpes (Francia).

Añaden también los firmantes que el de Franco era un “Estado social sin el odio ni el parasitismo de izquierda” –a cuyos representantes, elude el texto, estaba el régimen matando o encarcelando–, pero el gasto social del Estado en relación con el PIB fue muy bajo y creció muy lentamente, según aporta Barciela en su investigación: en 1943 era de tan solo un 2% y en 1966 había subido un poco, pero solo al 3,4%. Por comparar, en 1995, el gasto social del total de administraciones en relación con el PIB alcanzó casi el 26%.

No, Franco no creó la Seguridad Social
Es uno de los mitos más repetidos por quienes todavía reivindican a Franco y no podía faltar en el manifiesto, pero la realidad es que el dictador no puso en marcha el sistema de Seguridad Social tal como hoy lo conocemos. Es más, ya a principios del siglo XX había un sistema de protección social, el Instituto Nacional de Previsión, que fue el antecedente de la Seguridad Social. Lo que hace la dictadura es la Ley de bases de la Seguridad Social en 1963, pero se limita a “uniformizar todo el sistema de seguros y mutuas que existían” que, además, “llega con dos décadas de retraso respecto a lo que tienen en Europa”, esgrime Sesma, que incide en que el sistema tal y como lo conocemos hoy es obra del exministro del PSOE Ernest Lluch y su Ley General de Sanidad de 1986.

Grandes hospitales, pero escasez de inversión
Remarca el manifiesto que el dictador creó “una red de hospitales públicos de los que todavía hoy seguimos beneficiándonos” y es cierto que en dictadura se proyectaron grandes construcciones hospitalarias como la Paz de Madrid o el Hospital de la Fe en Valencia, pero de acuerdo con los historiadores, tras ello, había un importante déficit de inversión en recursos sanitarios y los hospitales “fueron insuficientes” y al finalizar la dictadura el número de camas hospitalarias “era inferior al de países como Portugal o Grecia”, afirma Barciela, que en Con Franco se vivía mejor habla de “pésimas condiciones asistenciales” y “falta de medicinas y productos elementales de higiene o limpieza”.

Tanto es así que tras una visita organizada por la Organización Mundial de la Salud a mediados de los 60, el informe final del catedrático de Medicina Social Fraser Brockington fue contundente: “La salud pública era peor que en muchos países en vías de desarrollo. España, con todos los atributos que atesora, en muchos otros aspectos, propios de un país altamente civilizado, ha fracasado en uno esencial”.

Sí, sí quiso entrar a la Segunda Guerra Mundial
Tampoco es ajeno el manifiesto a otro de los mitos a los que más pábulo han dado los defensores de la dictadura: que Franco, gracias a su habilidad, hizo que España no entrara en la Segunda Guerra Mundial. Pero esto no es verdad. Aliado siempre con las potencias fascistas, el dictador dictó “neutralidad” cuando los aliados declararon la guerra a la Alemania nazi, pero cuando estaba convencido de una posible victoria de Hitler, su intención cambió y mandó al jefe del Alto Estado Mayor del Ejército, el general Juan Vigón, en hacerle a Hitler el ofrecimiento de que España entrara en guerra. “Franco no nos mantuvo al margen, fue Hitler el que no quiso que España entrara, no quiere porque no le interesa lo que le puede aportar la España franquista”, afirma Sesma.

domingo, 23 de febrero de 2025

Aprendizaje. Creer que la inteligencia innata determina el rendimiento educativo: la trampa que perjudica a muchos estudiantes

Atribuir mucha importancia al talento en detrimento de la dedicación y las técnicas de estudio no es coherente con lo que se sabe del funcionamiento del cerebro y limita el progreso de los alumnos.

Camino del colegio, Mar, de 11 años, alumna de la enseñanza pública en Valencia, no se lo piensa mucho antes de responder a la pregunta de por qué cree que algunos de sus compañeros sacan buenas notas y otros malas. “Porque son más inteligentes”. Se trata de una opinión arraigada entre muchos chavales, sus familias y, en menor medida, algunos docentes, que autolimita el progreso académico de los estudiantes, influye en su motivación, y se manifiesta con frecuencia en materias concretas, con afirmaciones como “no valgo para las matemáticas” o “no se me dan bien las lenguas extranjeras”. Y que, a pesar de su extensión, no es muy coherente con lo que la ciencia ha mostrado hasta ahora sobre cómo aprende el cerebro.

“Las habilidades innatas pueden dar ciertas ventajas, pero a la hora de aprender resulta más importante la experiencia”, asegura el psicólogo cognitivo de la educación Héctor Ruiz Martín. Salvo casos especiales, como las personas con trastornos intelectuales graves, prosigue, cualquier puede lograr niveles de competencia entre aceptables y excelentes en cualquier disciplina escolar. “Lo que más influye son otros factores, como la dedicación, las técnicas de estudio, la paciencia, los recursos didácticos y la perseverancia”.

Ruiz Martín, uno de los principales expertos españoles en prácticas de estudio ―investiga cuáles son más efectivas, como la técnica de la evocación, y cuáles aportan pocos beneficios, como releer los apuntes―, director de la International Science Teaching Foundation, y autor, entre otros libros, de Aprendiendo a aprender, matiza, sin embargo, que ello no significa que cualquiera pueda convertirse en el mejor del mundo en un campo simplemente a base de estudiar mucho. Pero sí que con la actitud y las estrategias adecuadas la inmensa mayoría de los estudiantes puede alcanzar resultados buenos o muy buenos, incluso si afrontan dificultades de partida, como la dislexia, que sí pueden requerir un esfuerzo mayor.

La argumentación de Ruiz Martín tiene, por un lado, una base biológica. El cerebro humano se modifica continuamente a partir de las experiencias que tenemos. Una propiedad, llamada neuroplasticidad, que constituye los cimientos del aprendizaje y nuestra principal facultad para adaptarnos al medio, explica. Las células cerebrales modifican continuamente sus conexiones ―llamadas sinapsis―. Y el aprendizaje se produce gracias a la creación de nuevas conexiones o mediante la modificación de las que ya tenemos.

La manera en que nuestro cerebro está, por decirlo así, cableado, en un momento dado, determina qué sabemos y qué podemos hacer, pero aprender consiste precisamente en modificar esos circuitos neuronales existentes, prosigue Ruiz Martín. El desempeño inicial de una persona en una disciplina concreta depende, por tanto, de cómo estén configurados de partida sus circuitos neuronales. “Pero con estudio, práctica y paciencia el cerebro se reconfigura para que seamos mejores en lo que tratamos de aprender”, asegura el psicólogo cognitivo.

Considerar el talento innato la causa principal del éxito o el fracaso educativo tiene consecuencias negativas porque afecta a la motivación. Y es difícil, cree Ana Prades, orientadora en un instituto público de Castellón, exagerar la importancia que la motivación tiene para el rendimiento educativo. “La motivación es el motor de todo aprendizaje, un proceso básico, a partir del cual arranca lo demás”, afirma. “En la motivación por aprender algo influye el interés. Pero hay un factor que es todavía más importante, porque modula el interés, que es la creencia de que puedes aprenderlo, lo que en psicología se llama autoeficacia”, prosigue Ruiz Martín.

Cuando la confianza de un estudiante en que podrá aprender algo es mayor, es más probable no solo que lo intente, sino que persevere, y no se eche atrás cuando cometa los errores que ―por si hacía falta, ha confirmado la investigación neurocientífica― suelen producirse al empezar a aprender algo nuevo.

Identificar bien la causa
La confianza en poder aprender algo se basa, a su vez, en elementos como las experiencias anteriores del estudiante con dicha disciplina, y sobre todo, en la forma en que ha interpretado dichos resultados. A qué considera que se debe un éxito o un fracaso. Si el estudiante suspende una asignatura y lo atribuye a su falta de capacidad ―“no se me dan bien las matemáticas” o “no soy inteligente”―, o a razones sobre las que, incluso si estuviera en lo cierto, no tiene margen de maniobra directo ―como que el examen era muy difícil o que el profesor le tiene manía―, es menos probable que mejore en la siguiente evaluación que si se plantea esforzarse más o estudiar con técnicas más efectivas.

La opinión de que la inteligencia innata es lo que más determina el rendimiento también está muy asentada en buena parte de los buenos estudiantes, dice Ruiz Martín. Una creencia que puede volverse en contra de aquellos que, no habiendo adquirido buenos hábitos de estudio, al llegar a cierto nivel de exigencia ―que con frecuencia coincide con la ESO― comienzan a tener peores resultados. Y si en ese momento, en vez de cambiar su forma de estudiar, siguen atribuyendo los resultados al talento, pueden acabar rebajando su opinión de sí mismos (su autoeficacia) e incluso fracasar.

Al mismo tiempo, un alumno o alumna con baja confianza en sus habilidades consigue unos pequeños éxitos educativos, gracias por ejemplo a elegir mejores técnicas de estudio, sus expectativas en que puede lograr otros retos de aprendizaje aumentarán, lo que puede generar un círculo virtuoso. “Suele decirse que si bien la motivación es importante para el éxito escolar, el éxito escolar es aún más importante para la motivación”, afirma el director de la International Science Teaching Foundation.

Un ejemplo concreto
Eso fue, de alguna forma, lo que le sucedió a Ana, que tiene 13 años y estudia segundo de la ESO en un instituto público valenciano. En quinto de primaria suspendió un examen de matemáticas e interiorizó, dice, “que no era buena” en la asignatura. Tres años después, en cambio, gracias a nuevas técnicas de estudio y a la perseverancia, saca sobresalientes en la materia, y asegura que ya no se pone nerviosa, “o no mucho”, en los exámenes de la asignatura.

Gabriela Spano, que lleva 26 años enseñando y es jefa de estudios en el centro público de Primaria y ESO Aurora Picornell, en el barrio de La Soledad de Palma, afirma que la creencia excesiva en la importancia de las habilidades innatas a la hora de determinar la marcha escolar, está muy generalizada y que, aunque es posible, no es fácil de cambiar. “El primer hándicap que tenemos a la hora de enseñar es que no explicamos a los alumnos cómo se aprende, qué mecanismos se ponen en marcha al aprender. Así que ellos lo atribuyen a las creencias culturales que corren a su alrededor, porque esto también está muy arraigado en las familias. Y creo que una de nuestras misiones es desmontar ese mito. Enseñarles cómo se aprende, porque lo harán más y mejor.”. Para ello, Spano ve necesario actuar en diversos frentes: “Poner en valor el error, por ejemplo, una de las cosas que nos hace aprender. Y el concepto de progreso; que no hay nada que tenga más valor que el que alguien progrese desde su línea base”.

sábado, 22 de febrero de 2025

_- Muerte en la escuela

_- Al menos diez personas han muerto tiroteadas por un hombre que no ha sido identificado en una escuela de adultos en la ciudad sueca de Örebro, situada a 200 kilómetros al oeste de Estocolmo, según ha informado la policía sueca. El agresor también ha perdido la vida. El ataque, que se produjo a las 12.30 horas del pasado día 4, dejó además varios heridos. Fuentes hospitalarias informaron previamente de seis adultos heridos.

La policía ha confirmado que en principio no se sospecha de un móvil terrorista y que el responsable ni estaba fichado ni se le conocía ninguna relación con alguna banda. «Creemos que se trata de un autor solitario», aseguró este responsable policial, que aclaró que la investigación se encuentra «en una fase muy temprana».

El ministro sueco, Ulf Kristersson, ha comparecido a última hora de la tarde junto al ministro de Justicia, Gunnar Strömmer, y ha abierto su rueda de prensa diciendo que es difícil asimilar la magnitud de lo ocurrido. Ha añadido que es el peor tiroteo masivo de la historia de Suecia y que fue un «acto de violencia brutal y letal».

Una de los profesoras, María Pegado, ha descrito el momento en que ella y sus alumnos escaparon mientras se producían los disparos. Contó a la agencia de noticias Reuters que abrió de par en par la puerta de su clase justo después de la hora de comer y gritó a todos que salieran. «Saqué a mis 15 alumnos al pasillo y empezamos a correr», ha explicado. «Entonces oí dos disparos, pero conseguimos salir. Estábamos cerca de la entrada de la escuela». «Vi a gente sacando heridos, primero a uno y luego a otro. Me di cuenta de que era muy grave», ha añadido la docente.

Petter Kraftling, profesor del Campus Risbergska como Pegado, ha narrado que estaba en la escuela cuando oyó los disparos: «Me atrincheré y esperé noticias. Activé una alarma en la aplicación de seguridad y me comuniqué con mis colegas», declaró Petter Kraftling a la página web de un sindicato sueco de profesores.

Estos hechos que siembran la violencia, el terror y la muerte en una escuela nos tienen que hacer pensar en lo que significa el progreso de la sociedad. Esta violencia irracional pone a la comunidad educativa ante el fenómeno de la muerte.

Me sorprende la noticia de la masacre escolar cuando estoy preparando la conferencia de clausura de un Congreso que se celebrará en Madrid los días 2, 3 y 4 de abril del año en curso sobre la Pedagogía de la muerte.

El Congreso está organizado por un grupo de docentes de la Universidad Autónoma de Madrid, coordinados por el profesor Agustín de la Herrán, que lleva más de treinta años investigando sobre la didáctica de la muerte.

No se habla de la muerte en la escuela. Es como si no existiera. Es, sin lugar a dudas, un claro tabú. No se ve en el horizonte vital que algún día llegará para todos el fin de la vida. Sin embargo, en ocasiones, como esta de la escuela de Örebro llega de forma súbita golpeando con dureza nuestras mentes y nuestros corazones.

Al alargarse el tiempo de vida, al hurtarse la presencia de la muerte a los más pequeños, se aleja la necesidad de reflexionar sobre la finitud de la vida.

La muerte es un hecho ineluctable, definitivo, individual, impredecible y único para cada persona. No lo entiende así el hijo de una amiga que, en una conversación familiar sobre el fallecimiento del abuelo de un amigo, se arranca diciendo:

Desde luego, si me muero, yo no aguanto.

Para este niño la muerte es un fenómeno voluntario que consiste en quedarse inmóvil durante un tiempo en un féretro y, después de un tiempo más o menos soportable, volver a jugar al fútbol al patio de la escuela o al parque más próximo a la casa.

La escuela prepara para la vida, para el trabajo, para la socialización exitosa No prepara para la muerte. Ni la propia ni la de los seres queridos o la de otras personas cercanas o alejadas en el espacio.

¿Qué piensan los alumnos y alumnas de cualquier escuela de la muerte de estas once personas que han sido brutalmente asesinadas? ¿Y de la muerte de los niños y las niñas que están muriendo en la franja de Gaza? ¿Y de la muerte de un compañero op un familiar?

Hay muchas formas de vivir, pero una sola de estar muerto. La muerte es un proceso natural y universal que ocurre en todos los seres vivos. Basta haber nacido para tener que morir.

Estoy rodeado de libros sobre la muerte: “Los tópicos de la muerte”, de Carlos Cobo Medina; “El buen morir”, del médico peruano Elmer Huerta; “32 de diciembre”, de José María Cabodevilla; “Morirse es una mierda”, de Juan Carlos Ortega; “Heidegger y un hipopótamo van al cielo. La vida, la muerte y el más allá estudiados con filosofía y mucho humor”, de Klein y McCathcart… Planteo, con la brevedad que exige el espacio de que dispongo, algunas ideas sobre la didáctica de la muerte:

Conviene perder el miedo a la muerte. Dice Machado que la muerte es algo que no debemos temer porque mientras somos no es y cuando la muerte es, ya no somos.

Hay que vivir teniendo presente que ha de llegar la muerte. Es un error convertirse en el cadáver más rico del cementerio.

Es aconsejable practicar la filosofía del carpe diem que tan bien encaja con la conciencia de nuestra finitud.

Creo que es bueno hacer un proyecto de vida con sentido. El mundo ha de ser mejor cuando nos vayamos que cuando llegamos a él.

Pienso que es bueno practicar el humor sobre la muerte. Es una forma de vencer el miedo. Existen muchas historias graciosas relacionadas con la víspera de la muerte, con el momento de morir y con el tiempo de duelo. No me resisto a contar la anécdota del viudo que acude a un periódico para encargar una esquela por el fallecimiento de su mujer.

¿Qué desea usted poner?, le pregunta el director del periódico

Lo más breve posible, contesta el pesaroso viudo.
Dígame, señor.

Por favor, escriba solamente esto: “Marta muerta”.
El director le sugiere que si el texto es tan breve por el precio, cinco palabras valen igual que dos y que puede añadir lo que desee por el mismo precio.

Entonces escriba lo siguiente: “Marta muerta. Vendo Seat Panda”.

Añadiré algunas cuestiones más que exige una adecuada didáctica de la muerte.

Es saludable visitar algún cementerio, pasear entre las tumbas, ver las lápidas, leer los epitafios…. Nunca olvidaré un epitafio que leí en un cementerio de Georgia: “Te dije que estaba enfermo”. Cuando se lo conté a mi querido y admirado amigo Manuel Alcántara me dijo que era muy parecido a este otro: “Ya te dije que ese médico era un mediocre”.

Creo que es conveniente explicar que la eutanasia está regulada en nuestro país. Cada persona es dueña de su vida. Y tiene derecho a acogerse a la ley.

De la misma manera es necesario trabajar con los jóvenes el riesgo de acabar con la vida mediante el suicidio. Es preciso aprender a superar las dificultades. Y, sobre todo, es absolutamente necesario evitar el bullying que pueda arrastrar a un compañero a una situación límite. Algún día me referí en este espacio a la excelente novela “Por trece razones”, de Jay Asher, que cuenta de una forma original y didáctica el suicidio de una adolescente.

Es imprescindible ayudar a los alumnos y alumnas a superar el duelo por el fallecimiento de un familiar, de un profesor, de un amigo, de un compañero o de una mascota. Recuerdo con emoción la ayuda psicológica que tuvimos que ofrecer a un grupo de niños y niñas de Infantil cuando su maestra Vicky Heras falleció en un accidente de tráfico, siendo yo director de un Colegio sito en Madrid. La muerte ha llamado a la puerta de una escuela de una forma trágica. Existe, pues, por mucho que hurtemos su presencia. La muerte es parte de la vida. Su culminación. No podemos olvidarnos de ella. Habrá que procurar, aunque consideremos que la muerte nunca cortará nuestra vida que, tenemos derecho a tener pleno control del dolor, que necesitamos evitar la angustia, que es deseable expresar de forma clara los sentimientos y que necesitamos tomar la mano de alguien que nos quiere para no morir solos.

Acabo de leer, en este tiempo de reflexión que exige la preparación de mi conferencia, “Las frases robadas, una novela de José Luis Sastre que describe los dos últimos meses de vida de un padre al que acompaña en ese trance postrero su única hija. Aconsejable. Aleccionador.


viernes, 21 de febrero de 2025

Albrecht Weinberg, superviviente de Auschwitz: “Todo puede volver a ser como en los años treinta” .

Albrecht Weinberg superviviente de Auschwitz
Albrecht Weinberg posa en su antigua clase en el monumento conmemorativo de la escuela judía de Leer (Alemania), el pasado 20 de enero.

A los 99 años, y tras haber sobrevivido a tres campos de concentración, este ciudadano decidió devolver la Cruz Federal al Mérito de Alemania tras la sacudida política que provocó la unión de la derecha y la ultraderecha de AfD contra la migración.

Albrecht Weinberg tenía 18 años cuando los nazis lo deportaron a Auschwitz, en 1943. Sobrevivió a tres campos de concentración y finalmente fue liberado en el campo de Bergen-Belsen. Sus padres y casi toda su familia fueron asesinados en el Holocausto. En 2012 regresó junto con su hermana de Estados Unidos a Leer, una pequeña localidad en el norte de Alemania, y desde entonces no ha parado de educar a los estudiantes alemanes sobre lo ocurrido en el pasado, lo que le valió en 2017 la Cruz Federal al Mérito de Alemania. Ahora, a punto de cumplir 100 años, reconoce estar conmocionado por la decisión del líder cristianodemócrata, Friedrich Merz, de aceptar el apoyo de la extrema derecha para intentar sacar adelante un paquete de medidas contra la inmigración. En conversación telefónica con EL PAÍS, desde su casa, alerta del peligro que supone dar espacio a la extrema derecha.

Pregunta. ¿Qué sintió cuando se enteró de la votación en el Parlamento alemán de la Unión Cristianodemócrata (CDU) con los ultras la semana pasada?
Respuesta. Nací en Alemania. Y me costó mucho lidiar con lo que los nazis nos hicieron a los judíos. No puedo olvidar el pasado. Mi familia fue asesinada. ¿Cómo puedo olvidarlo? Y ahora los políticos se han unido a los derechistas, como se les llama, a los nazis y a los extremistas de derecha. Es terrible. Yo viví esa época, toda mi familia fue asesinada por política o por religión, y es increíble que hayamos vuelto a esto. Solo han pasado poco más de 10 años desde que volví a Alemania y hablo con los estudiantes, con los escolares, sobre lo que podría pasar si no tienen cuidado cuando cumplan 18 años y puedan votar. ¿Qué sería de ellos? ¿Qué podría pasar? Si a esa gente les das la mano, te toman el brazo y todo puede volver a ser como en los años treinta.

P. ¿Y qué pensó cuando finalmente el viernes se rechazó el proyecto de ley contra la inmigración a pesar del apoyo de AfD?
R. Pensé que todavía había esperanza, sí. A ver, no es que me vayan a meter en la cárcel, pero es una democracia al borde del colapso. Y en mi libre albedrío me pregunté si quería seguir teniendo la Cruz Federal al Mérito. La recibí en 2017 porque hablo con los jóvenes en las escuelas. Pero ahora creo que no podría llevarla colgada en la chaqueta después de que se comportaran así y cooperaran.

P. Después de anunciar que quiere devolver la Cruz Federal al Mérito, la oficina del presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, se puso en contacto con usted, ¿sabe cuándo se reunirán?
R. No sé cómo funciona. Nunca me había pasado querer devolverla. El presidente federal está fuera del país en un viaje de trabajo y estoy esperando una llamada. Quería hacerme saber que le gustaría hablar conmigo personalmente. Aunque oficialmente no sé cuándo va a tener lugar la conversación. Además, hay que tener en cuenta que tengo una edad en la que no estoy tan en forma como antes. No podría ir a Berlín o no querría ir.

P. ¿Y cree que después de esa conversación todavía va a querer devolverla?
R. Sí, lo tengo decidido. Voy a devolver la Cruz Federal al Mérito, porque los políticos han unido fuerzas con los extremistas de derecha. Y entonces será como con los nacionalsocialistas y Hitler. No en este momento, pero si meten el pie en la puerta, entonces pueden meter después todo el cuerpo.

P. Miles de personas salieron a las calles la pasada semana para protestar contra lo ocurrido en el Bundestag. ¿Cómo vivió estas manifestaciones?
R. Yo sigo saliendo a la calle y hablando con estudiantes y adultos. En este momento hay muchas manifestaciones en Alemania en contra de todo lo ocurrido. Ahora veré lo que tiene que decir el presidente federal Steinmeier.

P. Según los sondeos, AfD se alza segundo en intención de voto en las elecciones del 23 de febrero. ¿Cómo explica que tanta gente lo apoye?
R. No lo he seguido tan de cerca, porque no me interesan las cuestiones políticas. Pero cuando estas cosas salen a la luz, como lo ocurrido en el Bundestag, entonces hay que hablar si no se está de acuerdo. Además, creo que si hoy hubiera elecciones en Alemania la gente se despertaría y no votaría a los extremistas de derecha, como dicen los sondeos. Por supuesto que yo no votaría por ellos. Yo sé cómo era Alemania en 1945, sé cómo es cuando un dictador toma el timón. Es algo terrible. Mucha hambre y asesinatos, y así sucesivamente. Y el mundo de hoy está lleno de guerra, penurias y pobreza. Esas personas no tienen ni un pedazo de pan ni un vaso de agua para beber. Pero se sigue fabricando material de guerra.

P. Sobrevivió a los campos de concentración de Auschwitz, Mittelbau-Dora y Bergen-Belsen. Luego emigró a Estados Unidos con su hermana en 1947 y regresó en 2012. ¿Cómo fue para usted volver a Alemania?
R. Volví por una enfermedad. Tenía conocidos en Alemania que estaban económicamente bien y me dijeron que volviera, que nos ayudarían. Y eso es lo que hicimos. Pero mi hermana murió tres meses después.

P. ¿Y qué sintió cuando regresó a Alemania?
R. Vi que el país tenía una mentalidad completamente diferente y que era un mundo completamente distinto. Alemania ya no es solo alemana. Aquí vuelven a estar representados todo tipo de países diferentes, todo tipo de personas y todo tipo de idiomas. Es una democracia. Pero si bien los nazis fanáticos ya no están en este mundo, sigue habiendo mucho antisemitismo y odio.

P. Usted habla en las escuelas y cuenta sus recuerdos para que algo así no se repita. ¿Qué opinan los estudiantes?
R. Son maravillosos. No pueden entender por sí mismos lo que hicieron sus abuelos en los años treinta.

P. ¿Pero ha visto un cambio en la sociedad alemana en los últimos años?
R. Sí, y por eso les digo a los estudiantes, a los jóvenes de 18 años, que no deben callarse, que no sean tímidos y que hagan lo correcto. De lo contrario, su futuro no será especialmente bueno.

P. ¿Le vienen a la memoria viejos recuerdos cuando ve cómo hablan algunos políticos de los refugiados?
R. Sí, pero en mi caso soy muy exigente con la política, mi experiencia es muy especial. No me interesan políticos concretos.

P. ¿Y cómo se sintió la primera vez que oyó la palabra “remigración”, un concepto que ha incluido ahora oficialmente AfD en su programa electoral, para referirse a una repatriación a gran escala?
R. Que eso era todo. Que eso es lo que quieren los que siguen a los extremistas de derecha. Y claro que me preocupa, pero ¿qué puedo hacer como individuo? Nada. Solo dar mi opinión.

P. ¿Se siente amenazado en Alemania?
R. Sí, todavía hay un cierto porcentaje que es muy hostil.

P. En este contexto, ¿cómo ve el futuro en Alemania?
R. Voy a cumplir 100 años en tres semanas. Ya no pienso en esas cosas.

jueves, 20 de febrero de 2025

Aristóteles no es simplemente el filósofo más importante de todos los tiempos; Aristóteles es el ser humano más importante que haya vivido jamás

Detalle  de retrato del filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.). Pintura de Girolamo Mocetto (1458-1531). Museo Jacquemart André, París

Fuente de la imagen,Getty Images

Pie de foto,El filósofo griego Aristóteles (384-322 a.C.) fue un polímata cuya obra es considerada un pilar fundamental de la cultura occidental.

"Aristóteles no es simplemente el filósofo antiguo más importante, ni simplemente el filósofo más importante de todos los tiempos; Aristóteles es el ser humano más importante que haya vivido jamás".

Eso declaró el filósofo británico John Sellars en un artículo de la revista Antigone previo a la publicación de su libro "Aristotle: Understanding the World's Greatest Philosopher".

En español, se llama "Lecciones de Aristóteles: comprender al mayor filósofo de todos los tiempos".

Ambos títulos reflejan lo que motivó a Sellars a escribir el libro: su experiencia como estudiante de filosofía.

"Cuando empecé, era muy consciente de que Aristóteles era una figura importante, pero me parecía muy intimidante. Cada vez que intentaba sumergirme en sus obras, me perdía casi inmediatamente".

No obstante, perseveró y aprendió que "hay que saber leerlo". ¿Cómo? "Lentamente".

Su libro es un abrebocas, que espera nos anime a explorar los escritos del filósofo del IV y III siglo a.C., nos sirva de orientación en el camino, y nos ayude a descubrir cuán brillante es.

Y lo es, pero ¿"el más grande del mundo", "el mayor de todos los tiempos", "el ser humano más importante"?...

"Ese es mi punto de vista, y sé que hay otros académicos que lo compartirían, no todos claro, pero no soy el único que piensa así", le dijo a BBC Mundo.

Sin duda, pero las opiniones claman justificación, particularmente si son las de un respetado experto en saberes como Sellars, profesor de Filosofía en la Universidad Royal Holloway y autor de las aclamadas "Lecciones de estoicismo" y "Lecciones de epicureísmo".

Así que le pedimos que nos convenciera.

Pero antes...

Recordemos sucintamente

Aristóteles forma parte de esa tríada dorada de la filosofía clásica que completan Sócrates y Platón.

Era originario del norte de Grecia, y a los 18 años se fue a estudiar en la Academia de Platón en Atenas donde, durante dos décadas, fue pupilo y luego colega del gran pensador.

Con el tiempo, aunque siempre reconoció cuánto le debía a su maestro, fue distanciándose de sus ideas y desarrollando sus propias opiniones.

"Platón es mi amigo, pero más amiga es la verdad", dijo Aristóteles (en toga azul), refiriéndose a su maestro (en toga roja). Tras la muerte de Platón, dejó Atenas y, tras un tiempo en Asia Menor, se mudó a la isla griega de Lesbos, donde se dedicó a estudiar el mundo natural.

Años después, el rey Filipo de Macedonia lo invitó a volver al norte de Grecia para ser tutor de su hijo Alejandro, quien más tarde sería conocido como Alejandro Magno.

Cuando Filipo fue asesinado mientras Alejandro estaba en su gran campaña por Oriente Medio e India, Aristóteles temió por su seguridad, y regresó a Atenas, donde fundó su propia escuela, el Liceo.

Tenía 50 años. Murió a los 62, dejando una vasta biblioteca, que incluía sus propios y numerosos escritos.

Según la Enciclopedia Británica, las obras de Aristóteles que se conservan, aunque probablemente representan solo una quinta parte de su producción total, suman alrededor de un millón de palabras.

Aunque Sellars acepta que decir que es la persona más importante de todas es una afirmación aparentemente "descabellada, tan grandilocuente que puede parecer una hipérbole escandalosa", la dimensión está de su parte.

"Creo que es el más grande en términos de la escala de su influencia y el impacto que ha tenido.

"Sencillamente, contribuyó tanto a tantas cosas que siguen siendo relevantes hoy en día que ni siquiera no percatamos de que están conectadas con él".

Con el agua hasta las rodillas

Aristóteles no era sólo el prototipo de filósofo sentado en una academia o un palacio de la Antigua Grecia cavilando con la mirada perdida en el infinito.

Como su objeto de estudio era el mundo que lo rodeaba, también solía hacer trabajo de campo, cuenta Sellars.

Aristóteles imaginado en el siglo XIII. Cuando se dedicó a explorar la vida natural, "iba a las playas y, con el agua hasta las rodillas, observaba a los animales, atrapaba insectos, peces, cangrejos y pulpos, y luego los examinaba".

"Hasta entonces, nadie había tratado de estudiar sistemáticamente a los seres vivos".

Así, creó la disciplina de la biología.

Pero ojo, esto no quiere decir que sus conclusiones fueran correctas. De hecho, la mayor parte del conocimiento que derivó de sus observaciones en este campo está obsoleta.

Sin embargo, el que se haya probado que lo que él creyó entender era falso, no devalúa su obra, pues en el meollo de su pensamiento está el que la evidencia triunfa sobre la teoría.

"Toda teoría está abierta a la refutación mediante una observación posterior, dijo más de una vez Aristóteles", subraya Sellars.

Además, lo excepcional es la forma en que buscó conocimiento, que "sentó las bases de la ciencia empírica".

"Reflexionando sobre la naturaleza de la ciencia, se le ocurrió un método para el pensamiento científico, que fue otro avance realmente importante".

Y, mientras "estaba tratando de entender cómo funcionaban los seres vivos, desarrolló un enfoque que luego aplicó en otros campos".

Otras aguas

Por ejemplo: Aristóteles adoptó su metodología del conocimiento en sus estudios sobre política.

Para entenderla, y escribir sobre ella, necesitaba muestras, así que "recopiló copias de todas las constituciones de las diferentes ciudades del antiguo mundo mediterráneo", señala Sellars.

Eso le permitió comparar y analizar las diferentes ciudades y comunidades.

Así como los animales, los diferentes tipos de gobiernos se podían clasificar -monarquías, oligarquías, democracias- y, basándose en información histórica, tener una idea de cuáles florecieron.

Fue un enfoque muy científico que marcó el comienzo de las ciencias sociales.

"La política puede ser un tema acalorado y la gente tiene opiniones fuertes.

"La idea de intentar dar un paso atrás y adoptar este enfoque más científico, recopilando información antes de emitir un juicio, es una forma muy madura de pensar en política que todavía no hemos aprendido del todo", comenta el autor en entrevista con BBC Mundo.

A diferencia de la Académia de Platón, el Liceo de Aristóteles dictaba muchas de conferencias que estaban abiertas al público en general y se impartían de forma gratuita.

Lo mismo hizo cuando exploró la literatura en su obra la Poética.

"Para entender el drama griego, de una manera muy científica, lo desmontó, y pensó en todos los diferentes elementos que contribuyen a su éxito", explica Sellars.

"Examinó la trama, los personajes, la puesta en escena... todo lo que es importante.

"Y, aunque parezca muy obvio ahora, señaló que necesitas un principio que le dé al público una idea de cuál es la situación, luego la acción principal y finalmente una resolución que no deje cabos sueltos, para que sea satisfactoria para la audiencia y se pueda ir con una sensación de plenitud".

Así estableció los elementos básicos de una buena historia, con un análisis que se sigue usando y que además dio a luz la crítica literaria.

Por si fuera poco

Así, resume Sellars, Aristóteles fue "la primera persona que estudió sistemáticamente la política y que pensó en la literatura y en la ciencia de esta manera, e inventó la lógica formal, lo cual es un gran logro por derecho propio".

¿La lógica también?

"Fue el primero que estudió las estructuras del pensamiento racional, inventando en el proceso la lógica formal y articulando claramente por primera vez principios lógicos clave, como la Ley del Tercio Excluido: cualquier proposición solo puede ser verdadera o falsa.

"Esa división binaria es la idea fundamental que subyace al mundo digital".

Además, "Ética Nicomáquea ha sido probablemente el libro más influyente en ética de todos los tiempos", adelanta Sellers.

¿Por qué?

El sistema filosófico y científico de Aristóteles se convirtió en el marco y vehículo tanto de la escolástica cristiana como de la filosofía islámica medieval.

"Por la riqueza y la complejidad de la respuesta que da. No la simplifica. Y reconoce todas las dificultades 
muy reales de tratar de vivir una vida humana.

"Además, aporta su espíritu científico a la materia.

"Primero tenemos que pensar en lo que es un ser humano y cuáles son sus capacidades y habilidades, y luego en lo que significaría ser un buen ser humano que utilizara esas capacidades y habilidades de la mejor manera posible".

Aristóteles creía que más allá de crecer, movernos y reproducirnos, como otros seres vivos, nuestra capacidad distintiva es la de razonar: la gran mayoría de los humanos adultos son seres pensantes... en potencia.

"Citando un ejemplo que a él le gustaba, los ojos sirven para ver; esa es su función. Si alguien tiene ojos pero nunca los abre, estos no llegaran a ser ojos en el sentido más pleno", ilustra Sellars.

En el mismo orden de ideas, "solo somos verdaderamente seres pensantes cuando realmente pensamos".

Al hacerlo ejercemos eso de ser humanos. ¿Y qué es ser un buen humano, entonces?

Sociales, curiosos y racionales

Un buen ser humano es aquel que, por un lado, usa su razón, dice Sellars, y añade que hay varias maneras en que podemos pensar en eso.

"Una forma en la que usamos la razón es controlando los deseos y emociones irracionales que tenemos, evitando que se apoderen de nosotros.

"Es decir, si un ser humano adulto todavía es excesivamente emocional -hace berrinches cuando no se salen con la suya y se comporta como un niño-, podríamos decir que nunca creció realmente, nunca se convirtió realmente en un adulto, ¿verdad?

"Aristóteles también insiste en que somos seres sociales, y por eso tenemos que llevarnos bien con otras personas. Eso es absolutamente fundamental.

"Otra cosa es que piensa que por naturaleza somos curiosos, queremos saber y aprender, y que eso es un instinto humano natural".

"Si queremos florecer y vivir una buena vida, entonces debemos ser sociales, curiosos y racionales", puntualiza Sellars en conversación con BBC Mundo.

Los conceptos aristotélicos continúan arraigados pues "moldeó la manera en que pensamos".

"Sus ideas y conceptos han calado en nuestra forma natural de pensar hasta el punto de volverse imperceptibles".

¿Qué opinas... te convenció el argumento de Sellars?

* Hablamos con John Sellars en el marco del HAY Festival Cartagena, que este año celebra sus 20 años de realización en esa ciudad del Caribe colombiano.


miércoles, 19 de febrero de 2025

Entender si somos amigos por placer o por utilidad y otros consejos del filósofo griego Aristóteles para conservar la amistad.

Aunque la mayoría de las canciones se inspiran en las alegrías y los sinsabores de las relaciones sentimentales, el amor entre amigos puede ser igual de intenso y complicado. Muchas personas luchan por hacer y mantener amistades, y una ruptura con un amigo íntimo puede ser tan dolorosa como una ruptura con una pareja.

A pesar de estos peligros potenciales, los seres humanos siempre han valorado la amistad. Como escribió el filósofo Aristóteles en el siglo IV a.e.c.: "nadie elegiría vivir sin amigos", aunque en su lugar pudiera tener todas las demás cosas buenas.

Aristóteles es conocido sobre todo por su influencia en la ciencia, la política y la estética; es menos conocido por sus escritos sobre la amistad.

Soy estudiosa de la filosofía griega antigua, y cuando hablo de este tema con mis estudiantes se asombran de que un pensador griego del pasado pueda arrojar tanta luz sobre sus propias relaciones. Pero quizá no debería sorprender: la amistad existe desde que existen los seres humanos.

He aquí, pues, tres lecciones sobre el tema que Aristóteles aún puede enseñarnos.

1. La amistad es recíproca y reconocida

La primera lección procede de la definición que da Aristóteles de la amistad: buena voluntad recíproca y reconocida. A diferencia de la paternidad o la hermandad, la amistad sólo existe si es reconocida por ambas partes. Como dice Aristóteles:

"Conviene, pues, que el uno al otro se tengan buena voluntad y se deseen todo bien, y que esto lo entienda el uno del otro, y esto por alguna de las razones que están dichas".

Aristóteles ilustra este punto con un ejemplo temprano de una relación parasocial: un tipo de relación unilateral en la que alguien desarrolla sentimientos amistosos hacia, e incluso siente que conoce a, una figura pública.

Hoy en día, con las redes sociales, es más difícil distinguir las amistades de las relaciones parasociales. Aristóteles ofrece este ejemplo: un aficionado puede desearle lo mejor a un deportista y sentirse emocionalmente implicado en su éxito. Pero como el atleta no corresponde ni reconoce esta buena voluntad, no son amigos.

Esto es tan cierto hoy como lo era en tiempos de Aristóteles. Piense que ni siquiera puede ser amigo de alguien en Facebook a menos que acepte su solicitud de amistad. En cambio, se puede ser seguidor de alguien en las redes sociales sin que lo reconozca.

Sin embargo, hoy en día quizá sea más difícil distinguir las amistades de las relaciones parasociales. Cuando los creadores de contenidos comparten detalles sobre su vida personal, sus seguidores pueden desarrollar una sensación unilateral de intimidad.

Saben cosas sobre el creador que, antes de la llegada de las redes sociales, sólo habría conocido un amigo íntimo.

El creador a su vez puede sentir buena voluntad hacia sus seguidores, pero eso no es amistad. La buena voluntad no es genuinamente recíproca si una parte la siente hacia un individuo mientras que la otra la siente hacia un grupo. De este modo, la definición de amistad de Aristóteles aporta claridad a una situación singularmente moderna.

2. Tres tipos de amistad

A continuación, Aristóteles distingue tres tipos de amistad: la amistad basada en la utilidad, la amistad basada en el placer y la amistad basada en el carácter. Cada una surge de lo que se valora en el amigo: su utilidad, el placer de su compañía o su buen carácter.

Que una amistad sea utilitaria no significa que sea menos valiosa.

Aunque la amistad basada en el carácter es la forma más elevada, sólo se pueden tener unos pocos amigos íntimos. Lleva mucho tiempo conocer el carácter de alguien y hay que pasar mucho tiempo juntos para mantener una amistad así.

Como el tiempo es un recurso limitado, la mayoría de las amistades se basarán en el placer o la utilidad.

A veces mis alumnos protestan porque las relaciones utilitarias no son realmente amistades. ¿Cómo pueden ser amigas dos personas que se utilizan mutuamente? Sin embargo, cuando ambas partes entienden su amistad de la misma manera, no se están explotando sino beneficiando mutuamente.

Como explica Aristóteles, "las diferencias entre amigos surgen con más frecuencia cuando la naturaleza de su amistad no es la que ellos creen que es".

Si su compañera de estudios cree que queda con ella porque disfruta de su compañía, mientras que en realidad queda con ella porque es buena explicando cálculo, puede sentirse herida.

Pero si los dos entienden que quedan para que usted pueda mejorar su nota en cálculo y ella su nota en redacción de textos, pueden desarrollar buena voluntad y respeto mutuos gracias a las fortalezas de cada uno.

De hecho, la naturaleza limitada de una amistad utilitaria puede ser precisamente lo que la hace beneficiosa. Pensemos en una forma contemporánea de amistad útil: el grupo de apoyo entre iguales.

La amistad es como estar en forma, dice Aristóteles.

Dado que sólo se puede tener un pequeño número de amistades basadas en el carácter de la gente, muchas personas que sufren traumas o luchan contra enfermedades crónicas no tienen amigos íntimos que estén pasando por estas experiencias.

Los miembros de un grupo de apoyo están en una posición única para ayudarse mutuamente, aunque tengan valores y creencias personales muy diferentes. Estas diferencias pueden significar que las amistades nunca lleguen a basarse en el carácter; sin embargo, los miembros del grupo pueden sentir buena voluntad los unos por los otros.

En resumen, la segunda lección de Aristóteles es que hay un lugar para cada tipo de amistad, y que una amistad funciona cuando existe una comprensión compartida de su origen.

3. La amistad es como estar en forma

Por último, Aristóteles tiene algo valioso que decir sobre lo que hace que las amistades duren. Afirma que la amistad es un estado o disposición que debe mantenerse mediante la actividad: así como la forma física se mantiene haciendo ejercicio regularmente, la amistad se mantiene haciendo cosas juntos.

¿Qué ocurre, entonces, cuando usted y su amigo no pueden dedicarse a actividades juntos? Aristóteles escribe:

"Los amigos que … se separan no son activamente amigos, pero tienen la disposición de serlo. Pues la separación no destruye absolutamente la amistad, aunque impide su ejercicio activo. Sin embargo, si la ausencia se prolonga, parece provocar el olvido del propio sentimiento amistoso".
La investigación contemporánea lo corrobora: la amistad puede persistir incluso sin actividades en común, pero si esto se prolonga demasiado, la amistad se desvanecerá. Podría parecer que el argumento de Aristóteles ha perdido relevancia, ya que las tecnologías de la comunicación -desde el correo postal hasta FaceTime- han hecho posible mantener amistades a grandes distancias.

Pero aunque la separación física ya no suponga el fin de una amistad, la lección de Aristóteles sigue siendo cierta.

Las investigaciones demuestran que, a pesar de la tecnología, las personas que redujeron sus actividades durante el primer año de la pandemia de covid-19 experimentaron una disminución correspondiente en la calidad de sus amistades.

Hoy en día, al igual que en la antigua Atenas, los amigos deben mantenerse realizando actividades juntos.

Aristóteles no podría haber imaginado la tecnología actual, la aparición de grupos de apoyo en línea o los tipos de relaciones parasociales que posibilitan las redes sociales. Sin embargo, a pesar de todo lo que ha cambiado el mundo, sus escritos sobre la amistad siguen siendo vigentes.

*Emily Katz es profesora asociada de Filosofía griega antigua, Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos.

martes, 18 de febrero de 2025

Un auto del Supremo que plantea una crisis constitucional

El Tribunal Supremo no puede autoatribuirse la competencia de juzgar la forma en que han ejercido la jurisdicción constitucional los magistrados que integran el Tribunal Constitucional

— Malestar en el Constitucional por un auto del Supremo que insinúa la posibilidad de investigar penalmente a sus magistrados.

Doy por supuesto que el lector sabe que la Sala de lo Penal de la Audiencia Provincial de Sevilla condenó a los expresidentes de la Junta de Andalucía Manuel Chaves y José Antonio Griñán y a varios consejeros y altos funcionarios, por varios delitos como consecuencia de la inclusión en los proyectos de ley de presupuestos de la Comunidad Autónoma de Andalucía, durante algo más de diez años, de una partida destinada a sufragar el coste de unos expedientes de regulación de empleo (ERE).

A pesar de que fue el Parlamento y no el Consejo de Gobierno el que aprobó la partida presupuestaria, la Sala de la Audiencia Provincial de Sevilla estimó que el expresidente Manuel Chaves había cometido el delito de prevaricación administrativa y que el expresidente José Antonio Griñán, además del delito de prevaricación, había cometido también el de malversación. (Me limito a estas dos condenas por razones de espacio). Dicha sentencia sería confirmada por el Tribunal Supremo, si bien en el caso de la condena por malversación hubo dos votos particulares contrarios a la misma.

Agotada la via judicial, se interpuso recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, que lo estimó parcialmente por vulneración del derecho a la legalidad penal, devolviendo la causa a la Sala de la Audiencia de Sevilla para que dicte una nueva sentencia sin vulneración de dicho derecho fundamental. Todavía no ha sido dictada.

Con la sentencia del Tribunal Constitucional el asunto de los ERE parecía quedar cerrado. Pero HazteOir y Vox han considerado que no era así, ya que, en su opinión, los magistrados del Tribunal Constitucional que habían dictado dicha sentencia habían cometido un delito de prevaricación y activaron una querella contra ellos ante la Sala Segunda del Tribunal Supremo.

Esta querella es la que ha sido resuelta mediante el AUTO de 28/11/2024 por la Sala de lo Penal del Supremo.

En la parte dispositiva de dicho Auto la Sala en su apartado 2º decide “inadmitir la querella interpuesta por la representación de la asociación HazteOir.org, y la interpuesta en nombre y representación del Partido Político Vox, por no ser los hechos constitutivos de ilícito penal alguno, decretándose el archivo de las actuaciones”. Pero en el apartado 1º decide “declarar la competencia de esta Sala Segunda para el conocimiento y decisión de las querellas interpuestas contra los Excmos. Sres. y Sras. Presidente y Magistrados del Tribunal Constitucional D. Casiano…”

El segundo apartado de la parte dispositiva no plantea ningún problema, pero el primero sí, ya que en ella la Sala Segunda del TS se autoatribuye la competencia para juzgar a los magistrados que dictaron la sentencia de amparo sobre los ERE con una vulneración manifiesta de la Constitución y de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional.

De la Constitución, porque en el artículo 123.1 se dispone que: “El Tribunal Supremo… es el órgano jurisdiccional superior en todos los órdenes, salvo en lo dispuesto en materia de garantías constitucionales”. En lo que se refiere a los derechos fundamentales susceptibles de ser protegidos, una vez agotada la vía judicial, por el recurso de amparo, no es el TS, sino el TC el que tiene la última palabra. La sentencia de amparo no es revisable por ningún órgano jurisdiccional español, aunque sí podría serlo por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Esta no susceptibilidad de revisión por nadie figura en el artículo 4 de la LOTC en su apartado dos: “Las resoluciones del Tribunal Constitucional no podrán ser enjuiciadas por ningún órgano jurisdiccional del Estado”. A este precepto hay que añadir que, de acuerdo con lo previsto en el artículo 22 de la LOTC, los Magistrados “no podrán ser perseguidos por las opiniones expresadas en el ejercicio de sus funciones”.

La LOTC configura una inviolabilidad para los magistrados del TC en el ejercicio de la “jurisdicción constitucional”, es decir, en todas las decisiones que adopten en los asuntos que la Constitución y la LOTC le atribuyen competencia, que es, por definición, exclusiva y excluyente.

La inviolabilidad de los magistrados se circunscribe exclusivamente al ejercicio de la jurisdicción constitucional, pero a todo el ejercicio de esa función.

Si un magistrado conduce sin casco o si ejerce violencia de género, es claro que se le puede exigir responsabilidad penal. O por cualquier otra conducta constitutiva de otro delito, así como también se le puede exigir responsabilidad civil por dolo (art. 23.1 LOTC).

Pero en el ejercicio de la jurisdicción constitucional no se le puede exigir responsabilidad de ningún tipo, porque sus resoluciones no pueden ser enjuiciadas por ningún otro órgano jurisdiccional del Estado.

El TS no puede autoatribuirse la competencia de juzgar la forma en que han ejercido la jurisdicción constitucional los magistrados que integran el TC y, por lo tanto, el apartado primero de la parte dispositiva del Auto de 28/11/2024 es nulo de pleno de derecho.

En mi opinión el TC debería deliberar sobre el tema y dictar una resolución en la que, en defensa de la Constitución y de la LOTC, declare dicha nulidad. Así lo prevé el artículo 4, uno de la LOTC: “El Tribunal Constitucional delimitará el ámbito de su jurisdicción y adoptará cuantas medidas sean necesarias para preservarla, incluyendo la declaración de nulidad de aquellos actos o resoluciones que la menoscaben: asimismo apreciar de oficio o a instancia de parte su competencia o incompetencia”.

Puede hacerlo de oficio, aunque, en mi opinión, la Abogacía del Estado y el Ministerio Fiscal deberían dirigirse al TC para que lo hiciera. El tema es de tal envergadura constitucional que no estaría de más un cierre de filas de todos los órganos constitucionales concernidos.

lunes, 17 de febrero de 2025

_- Rosa Jové, psicóloga: “Consolar a un bebé que llora no malcría, refuerza el vínculo con los padres”

Rosa Jové Llorar Bebé
_- Rosa Jové, psicóloga, defiende que dejar llorar a un bebé para enseñarle a dormir no es la solución y puede generar consecuencias negativas en su desarrollo emocional.
La experta sostiene que ignorar el llanto y las situaciones de estrés en los primeros años de vida, entre los 0 y los 5 años, puede generar secuelas permanentes e insiste en la importancia de dar consuelo y abrazar al pequeño

Pocas cosas resultan tan frustrantes como intentar calmar a un bebé que no deja de llorar, especialmente al final de un día agotador. En medio del ritmo frenético de la vida actual, padres y madres, cansados y llenos de dudas, se enfrentan a un dilema que sigue generando debate: consolarle o no. Numerosos estudios han analizado los perjuicios que puede tener en la vida emocional de los más pequeños el hecho de dejarlos llorar sin atenderlos. Uno de ellos es el publicado por la Asociación Española de Pediatría en 2007 y titulado Cuídame: una guía para padres y madres, donde se destaca la importancia de responder al llanto del bebé, subrayando la relevancia de atender las necesidades emocionales y físicas desde los primeros meses de vida.

La psicóloga Rosa Jové Montanyola (Lleida, 63 años), licenciada en Psicología por la Universidad Autónoma de Barcelona, especializada en psicología clínica infantil y juvenil, así como en psicopediatría, respalda esta idea. En su primer libro, Dormir sin lágrimas (La Esfera de los Libros, 2006), éxito de ventas traducido a varios idiomas, Jové defiende que dejar llorar a un bebé para enseñarle a dormir no es la solución y puede generar consecuencias negativas en su desarrollo emocional. La también académica, Premio Nacional de Psicología 2022 José Luis Pinillos en la categoría Una vida dedicada a la Psicología, lo tiene claro: lo único que necesitan los padres para sobrellevar el llanto es tiempo.

PREGUNTA. ¿Se sabe por qué llora un bebé?
RESPUESTA. Evidentemente porque está sufriendo. Pero no todos los llantos son iguales. Es importante diferenciar entre el de la risa, el de la tristeza y, sobre todo, el del miedo. Este último ocurre, por ejemplo, cuando dejamos a un niño solo en una habitación oscura. El del sufrimiento es el lloro que hace más daño. Y es precisamente el malestar, el miedo y no el llanto en sí mismo, lo que traumatiza.

P. ¿Cuáles son las principales consecuencias emocionales de dejar llorar a un bebé?
R. El llanto del miedo, si no se atiende, provoca muchas secuelas. Entre los 0 y los 3 o 4 años, el pánico se manifiesta siempre con berrinches, especialmente cuando experimentan terror. Esto puede provocar efectos emocionales significativos, entre los que se encuentran la ansiedad o el estrés crónico, algunos rasgos depresivos, el síndrome de estrés postraumático y la consecuencia más grave y común: la indefensión aprendida. Esta se produce cuando el bebé aprende a “tirar la toalla” ante situaciones que lo superan, cuando ve que algo le sobrepasa y se vence. Lo preocupante es que esta condición puede quedarse para siempre y, ya en la edad adulta, tener consecuencias serias, como sentir miedo ante cosas aparentemente sencillas o cotidianas como pedir un aumento de sueldo, contradecir a una pareja o ser especialmente susceptible.

P. ¿Qué se les está enseñando a los bebés cuando se les ignora o se minimiza sus lágrimas?
R. Que no son válidos para nosotros, que son de segunda, que no son prioritarios. Es como si se les dijera: “No me importas” y él siente que no merece la atención de sus padres. Y eso, para cualquier ser humano, es una de las sensaciones más dolorosas. Desde los inicios de la humanidad, ser ignorado o excluido ha sido una de las peores amenazas. En las comunidades primitivas, como las de los neandertales y cromañones, ser repudiado por el grupo significaba quedarse sin protección, algo que casi siempre llevaba a la muerte. Incluso en la antigua Grecia, el ostracismo, es decir, ser apartado de la comunidad, era una de las condenas más severas. Si esta sensación de rechazo resulta devastadora para un adulto, imagina lo que significa para un bebé… Ignorar su necesidad de atención equivale a transmitirle que no tiene valor, y ese mensaje puede afectar profundamente su desarrollo emocional.

El llanto del miedo en los bebés, si no se atiende, provoca secuelas. El pánico se manifiesta con berrinches, especialmente si experimentan terror.

P. ¿Qué opina de los métodos del doctor Richard Ferber, médico y director del Centro de Trastornos del Sueño Pediátrico del Children’s Hospital Boston, y del doctor Eduard Estivill, fundador de la Clínica del Sueño Estivill, médico neurofisiólogo y pediatra, que defienden que hay que enseñar al bebé a dormirse por sí solo, sin ayudas externas? Y además recomiendan no acudir cuando el niño llora.
R. El doctor Ferber observó que cuando un niño llora, eventualmente deja de hacerlo. Pero esto no ocurre porque el problema se resuelva o porque el niño aprenda algo positivo, sino porque se cansa. Llorar agota, es un esfuerzo físico y emocional que termina por rendir al niño. Sinceramente, lo que hicieron fue utilizar esa parte perjudicial del llanto como una herramienta, convirtiéndola en un negocio. Es como usar el efecto negativo de un medicamento para fines recreativos.

P. ¿Qué ocurre en el cerebro de un bebé cuando no recibe consuelo?
R. Su cerebro entra en estado de alerta y se activa la adrenalina, que anula temporalmente el área del lenguaje y colapsa la amígdala, responsable de las emociones. Al mismo tiempo, el aumento del cortisol, la hormona del estrés, puede dañar neuronas y afectar su desarrollo. Para compensar este proceso químico, el cerebro segrega serotonina, un neurotransmisor que ayuda a que el niño se calme y, en algunos casos, deje de llorar. Sin embargo, esto no significa que aprenda a dormir, sino que su cerebro utiliza este mecanismo químico para reducir el estrés de manera forzada, como una especie de autodroga.

P. ¿Qué papel juega el cortisol en este proceso?
R. Aumenta de manera considerable, lo cual es especialmente preocupante porque, en niveles elevados, puede destruir neuronas y afectar el desarrollo cerebral del niño.

P. ¿Cómo afecta el estrés al desarrollo de su cerebro?
R. Si buscamos criar niños inteligentes y emocionalmente estables, no podemos ignorar que el estrés prolongado daña el cerebro y puede incluso matar neuronas.

P. ¿Es un problema cultural?
R. En parte, sí. En los países nórdicos, normalmente las madres tienen un año de baja maternal que pueden alargar hasta los dos años. En esos países, este tipo de prácticas se reduce considerablemente porque las madres no tienen la presión de ir a trabajar o madrugar, y les permite estar más tranquilas. En España, lamentablemente, estamos muy lejos de esa realidad.

P. Pero mientras no cambian las cosas… ¿Qué consejo les daría a los padres?
R. Creo que debemos advertir a los padres sobre cómo gestionar su tiempo. Muchas familias se esfuerzan en ahorrar para montar una habitación perfecta, comprar una cuna, ropa y demás, pero mi consejo es claro: los padres deben ahorrar para conseguir más tiempo, ahorrar para poder reducir la jornada laboral o las vacaciones. El bebé no va a notar si la cuna es de segunda mano, pero sí va a notar la presencia de sus progenitores. Hay que dejar claro que criar a un hijo implica dedicarle mucho tiempo, y eso debe ser una prioridad.

Criar a un hijo implica dedicarle mucho tiempo, y eso debe ser una prioridad.

P. Y si a pesar de tener tiempo el bebé llora… ¿Cómo se debe actuar?
R. Los padres deben mantener la calma, ya que perder los nervios solo empeora la situación. Cuando un crío llora mucho, puede entrar en estado de shock, lo que hace que sea aún más difícil calmarlo. En estos casos, el consuelo es la única solución porque cuando le dejas en una habitación solo, no saben dónde están ni lo que va a pasar después y eso le aterroriza. El contacto físico, como abrazar y tocar al bebé, es clave.

P. ¿Y esto no es malcriarles?
R. La creencia de que consolar al bebé lo malcría es un mito. Si vemos a una persona adulta llorar, lo natural es consolarla, ¿por qué habría de ser diferente con un bebé? Consolar no malcría, al contrario, refuerza el vínculo y la seguridad emocional.

P. ¿Y si el pequeño te hace chantaje emocional?
R. Un niño menor de dos años no tiene esa capacidad porque aún no desarrolla lo que se llama teoría de la mente. No sabe lo que tú piensas o sientes, simplemente actúa según sus necesidades inmediatas. Es cierto que prueba cosas, como tirar una pelota repetidamente para explorar los límites, pero no lo hace con maldad. No te está tomando el pelo, sencillamente quiere saber, como son nuestras reacciones, si aquello está bien o mal, y lo prueba de diversas formas para ver si siempre reaccionamos del mismo modo.

P. ¿Cuándo hay que poner límites?
R. Cada familia debe establecer sus propias líneas rojas, que son las normas básicas que no se deben cruzar. Por ejemplo, en algunas familias no se permite gritar ni pegar, mientras que otras tendrán reglas diferentes. Es importante tener límites claros que respeten tanto a los niños como a los adultos.

P. Si se deja que un bebé llore, ¿podría padecer problemas del sueño en el futuro?
R. En medicina y psicología no se puede decir nunca ni siempre. Sin embargo, el impacto de dejarlos sin consuelo puede ser profundo, pero debo confesar que los psicólogos sin pastillas hacemos maravillas. Somos la prueba viviente de que todas las cosas tienen solución.