Mostrando entradas con la etiqueta NYT. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta NYT. Mostrar todas las entradas

martes, 3 de enero de 2023

¿Por qué Harvard, la NASA y Stanford todavía enaltecen su pasado nazi?

OPINIÓN ENSAYO INVITADO ¿Por qué Harvard, la NASA y Stanford todavía enaltecen su pasado nazi?
Alfried Krupp, a la izquierda, en 1957. Krupp operaba sus fábricas con trabajo esclavo de internos de campos de concentración.Credit...Bettmann/Getty Images

Por Lev Golinkin

Golinkin es autor del libro de memorias A Backpack, a Bear and Eight Crates of Vodka.

Este año, la Universidad de Harvard dio a conocer un informe sobre la historia de cómo la universidad se benefició de la esclavitud. “Creo que tenemos la responsabilidad moral de hacer todo lo posible para atender los persistentes efectos corrosivos de esas prácticas históricas en las personas, en Harvard y en nuestra sociedad”, escribió Lawrence Bacow, presidente de la universidad, en una carta abierta a la comunidad. El estudio fue anunciado como un ajuste de cuentas esperado desde hace mucho entre una institución de élite y su oscuro pasado.

 Sin embargo, su papel en la trata de esclavos en Estados Unidos solo supone un aspecto del pasado de la universidad. Harvard todavía tiene una beca y una cátedra que llevan el nombre de Alfried Krupp, un criminal de guerra nazi cuyo imperio industrial utilizó cerca de 100.000 trabajadores forzados.

Harvard no está sola: desde la NASA hasta la Universidad de Stanford, pasando por el ejército de Estados Unidos, las instituciones estadounidenses siguen reconociendo —y a veces incluso celebrando— a antiguos nazis de alto perfil.

Las personas homenajeadas no son guardianes poco conocidos del Holocausto que lograron eludir a los funcionarios de inmigración; algunas de ellas son figuras históricas cuya relación con Estados Unidos ha sido ampliamente documentada, incluso en los bien investigados tomos de Eric Lichtblau y Annie Jacobsen.

Las instituciones que blanquean el pasado nazi de hombres cuyos nombres adornan los programas de Harvard y Stanford, parte del Centro Espacial John F. Kennedy de la NASA y múltiples lugares en Huntsville, Alabama, suelen hacerlo mediante el engaño por omisión, es decir, borrando la historia al omitir o dejar de lado hechos inconvenientes.

¿Cómo fue que Estados Unidos pasó de luchar contra el mal del nazismo a alabar a exnazis? Comenzó con el fin de la luna de miel entre Moscú y Occidente en tiempos de guerra. Con Alemania dividida y derrotada, la Unión Soviética de Iósif Stalin se convirtió rápidamente en el mayor enemigo de Estados Unidos. Washington necesitaba tecnología para competir con el Kremlin y una Alemania Occidental solvente que sirviera de baluarte contra el comunismo que se extendía por Europa. Los exnazis ofrecían una experiencia tentadora. Así que, mientras un puñado de figuras prominentes del Tercer Reich fueron ahorcadas en Núremberg, muchos otros vieron cómo sus pasados tóxicos se limpiaban al convertirse en socios y aliados en la Guerra Fría.

En la década de 1960, con la carrera espacial ya en marcha, Wernher von Braun, exoficial de las SS, se reunió con presidentes estadounidenses y fue presentado por los medios de comunicación como un genio de las matemáticas que trabajaba para llevar a Estados Unidos a la Luna. En otras palabras: no solo lo contratamos, sino que lo convertimos en un héroe.

Poco menos de 30 años después de la guerra, apenas hubo sorpresa cuando se anunció que la Universidad de Harvard recibiría 2 millones de dólares (cerca de 12 millones de dólares en la actualidad, ajustados a la inflación) de la Fundación Alfried Krupp von Bohlen und Halbach. Era 1974, y los fondos se utilizaron para crear la Cátedra de Estudios Europeos de la Fundación Krupp, así como la Beca de Investigación de Disertación de la Fundación Krupp.

Alfried Krupp era un magnate industrial y fue condenado por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Núremberg. Su empresa tenía una fábrica construida por esclavos en Auschwitz y sometió a casi 100.000 personas a trabajos forzados, incluyendo a prisioneros de guerra, presos de campos de concentración y niños. Cuando Harvard aceptó el dinero de Krupp, The Harvard Crimson publicó una carta en la que afirmaba que “pocos nombres son más honrados en los anales del asesinato en masa y el genocidio que el de Krupp”. (En 1951, la sentencia de Krupp fue conmutada y salió de prisión).

Los sitios web de la beca y la cátedra de Krupp en la Universidad de Harvard no dicen nada de que su homónimo sea un criminal de guerra convicto.

La Fundación Krupp también auspicia el Programa de Prácticas Krupp para Estudiantes de la Universidad de Stanford en Alemania, anunciado como un “programa único y prestigioso”. El hecho de que Krupp fue un criminal de guerra solo se menciona una vez en la página web del programa.

Sin embargo, la reinserción de Krupp palidece en comparación con el encubrimiento descarado por parte de Estados Unidos de Von Braun y Kurt Debus, dos de los científicos del Tercer Reich responsables de proporcionarle a Hitler el mortífero misil balístico V-2. El V-2 fue construido por prisioneros de campos de concentración que trabajaban en condiciones abominables en el infame complejo subterráneo alemán cerca del campo Dora-Mittelbau. Al menos 10.000 personas esclavizadas murieron en el proceso de fabricación de estos cohetes; los soldados estadounidenses que liberaron el campo de concentración se sintieron asqueados cuando descubrieron una escalofriante meseta repleta de cadáveres demacrados.

No obstante, la pertenencia de Von Braun y Debus al Partido Nazi no impidió que recibieran ofertas de trabajo a través del infame programa de Washington Operación Paperclip, que reclutaba a antiguos científicos nazis para trabajar en Estados Unidos.

Von Braun acabó mudándose a Huntsville, que se convirtió en un centro de la incipiente industria espacial estadounidense. En la actualidad, la ciudad y sus alrededores albergan varios santuarios dedicados al antiguo nazi: su nombre se encuentra en una sala de investigación de la Universidad de Alabama en Huntsville, un centro de artes escénicas y un planetario.

“Wernher von Braun y su equipo de científicos espaciales transformaron Huntsville, Alabama, conocida en la década de los cincuenta como la ‘capital mundial del berro’, en un centro tecnológico que hoy alberga el segundo parque de investigación más grande de Estados Unidos”, proclama la sección “Sobre nosotros” del Centro Espacial y de Cohetes de EE. U.U., un museo afiliado al Instituto Smithsoniano y sede del famoso programa Space Camp, o Campamento Espacial. (Una portavoz del centro dijo: “Estamos en un proceso de remodelación de las páginas del Campamento Espacial afiliadas al sitio web del Centro Espacial”, y que el centro tiene la intención de proporcionar contexto adicional).

Mientras tanto, Von Braun es alabado prácticamente en todo momento: en el sitio web del Campamento Espacial, en la página de historia de la escuela de la Universidad de Alabama en Huntsville, en la descripción de la Beca Dr. Wernher von Braun, incluso en un discurso pronunciado en 2019 por Robert Altenkirch, entonces presidente de la universidad, en ninguno de los cuales se menciona a los nazis o el trabajo esclavo. (La escuela sí tiene una página web sobre cohetería y trabajo esclavo que menciona a Von Braun).

En cuanto al centro de artes escénicas Von Braun Center, un portavoz de la ciudad de Huntsville dijo que hay “un esfuerzo en curso para proporcionar un mayor contexto histórico e información” en el sitio web del centro. Pero ¿cuánto se tarda en corregir esa información?

La impresión que uno se lleva de estas historias asépticas es que este hombre se materializó de la nada, sin un pasado discernible, como una Mary Poppins astrofísica que había venido a enseñar a los habitantes de Huntsville a fabricar cohetes.

Parece que es menos común constatar un pasado nazi que ignorarlo. Tal es el caso del complejo de visitantes del Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida, que alberga el Centro de Conferencias Dr. Kurt H. Debus. En la biografía oficial de la NASA sobre Debus solo hay un párrafo breve y ambiguo sobre su vida en Alemania. El 24 de junio, la directora del Centro Espacial Kennedy, Janet Petro, aceptó el Premio Dr. Kurt H. Debus del Comité del Club Espacial Nacional de Florida; el sitio web de la NASA que celebraba el evento hacía referencia a los logros astronómicos de Debus, sin mencionar nada sobre su pertenencia a las SS y su íntima participación en la construcción del V-2.

Quizá el ejemplo más asombroso de blanqueo nazi proceda del Redstone Arsenal, una base del ejército estadounidense cerca de Huntsville, que tiene un complejo de edificios que lleva el nombre de Von Braun. En la sección de historia del arsenal aparecen decenas de fotografías de Von Braun, mientras que en su biografía se dice que fue “empleado del Departamento de Artillería Alemán” y que fue el director técnico del centro donde se desarrolló el V-2. No se menciona cómo el Tercer Reich utilizó el V-2 para desatar el infierno entre la población civil.

Aunque nuestro ejército se está ocupando poco a poco de sus numerosos homenajes a la Confederación, todavía tiene que atender de manera adecuada su enaltecimiento de un hombre que construyó armas para Hitler. Es inconcebible que instituciones como el ejército, la NASA y las principales universidades persistan en insultar el sacrificio de miles de soldados estadounidenses al celebrar abiertamente a fabricantes de armas nazis.

Lev Golinkin es autor del libro de memorias A Backpack, a Bear and Eight Crates of Vodka.


El pasado nazi que algunas dinastías empresariales no quieren reconocer

miércoles, 18 de mayo de 2022

_- Estrategias para lidiar con tu soledad


_- ¿Te sientes solo? Hay muchos en la misma situación. Aquí algunas ideas que pueden ayudar.


Las órdenes de quedarnos en casa han afectado en especial a quienes viven solos.

Afia Ofori-Mensa, de 39 años, vive sola desde hace dieciséis años, y durante nueve de ellos dio clases en Oberlin College, en el área rural de Ohio, donde tenía un círculo social reducido. En agosto pasado se mudó a Nueva Jersey para asumir el cargo de directora del programa de becarios presidenciales de la Universidad de Princeton, que otorga recursos para estudios de doctorado, incluidos algunos universitarios originarios de poblaciones poco representadas en el sector académico. Según comentó, por fin sentía que tenía una vida social satisfactoria, después de restablecer contacto con exalumnos de Oberlin y sus familiares en el área y haberse acostumbrado a tomar el tren para asistir a eventos en ciudades cercanas. Por desgracia, sobrevino el brote de coronavirus, algo que acentuó su sensación de aislamiento.

“Lo más difícil es cuando pienso que ni siquiera sé cuándo podré volver a tocar a otro ser humano”, compartió. Puesto que no tiene mascotas ni pareja, ni siquiera una planta, comentó que se siente muy muy sola. “Algunas veces siento como si estuviera desapareciendo”.

Julianne Holt-Lunstad, profesora de Psicología y Neurociencia en la Universidad Brigham Young, quien se especializa en el estudio de la soledad, explicó que la conexión social es una necesidad biológica para el ser humano. “Somos seres sociales y nuestros cuerpos responden cuando no tenemos proximidad con otros”, aseveró. Así que la nueva normalidad provocada por la COVID-19 “es una situación difícil, pues necesitamos mantener la conexión social aunque estemos separados físicamente”, abundó.

Holt-Lunstad descubrió que la soledad puede tener consecuencias muy graves. Uno de sus estudios reveló que la falta de cualquier tipo de conexión social constituye un factor de riesgo de mortalidad, comparable a fumar hasta quince cigarrillos al día. Otro estudio mostró que la soledad aumenta en un 26 por ciento el riesgo de muerte a edad más temprana. También observó que el riesgo de muerte debido al aislamiento social, la soledad y el hecho de vivir por nuestra cuenta supera al asociado con la obesidad, la actividad física y la contaminación del aire.

Susan Pinker, psicóloga y autora del libro The Village Effect, describe la soledad como un sentimiento subjetivo de encontrarte solo contra tu voluntad. Explicó que podemos no estar con nadie y no sentirnos solos y, de igual forma, podemos sentirnos solos aunque estemos rodeados de personas. La soledad nos hace “sentirnos excluidos y sufrir angustia existencial”, subrayó.

La situación es de especial gravedad porque muchos estadounidenses ya se sentían solos antes de la pandemia del coronavirus.

Según una encuesta realizada en enero de 2020 por Cigna a 10.000 estadounidenses mayores de 18 años, el 61 por ciento de los adultos (tres de cada cinco) dijeron sentirse solos. Esa cifra aumentó siete puntos porcentuales con respecto a la registrada en 2018. Ahora que los estadounidenses están en aislamiento físico más estricto debido a las órdenes de quedarse en casa por el coronavirus, la sensación de soledad se ha enfatizado, indicó Doug Nemecek, director médico de Cigna especializado en salud conductual. El estudio de Cigna indica que los factores principales relacionados con la soledad son la falta de apoyo social y un número muy reducido de interacciones sociales significativas; también reveló que quienes trabajan desde casa se sienten más solos que quienes trabajan en una oficina.

“Debido a la COVID-19, esta situación afecta a muchas más personas. Hemos establecido el distanciamiento social. No podemos interactuar ni con amigos ni con vecinos. No podemos visitar a nuestros padres ancianos que se encuentran en asilos”, comentó. “Todos estos factores pueden afectar cómo nos sentimos por la conexión social y la soledad”.

El estudio de Cigna descubrió que el 79 por ciento de las personas entre 18 y 22 años consideraban que estaban solas. En este grupo, quienes más usaban las redes sociales mostraron una mayor probabilidad de decir que se sentían solos, indicó Nemecek, “así que es muy importante aprovechar las redes sociales de manera adecuada para establecer y mantener conexiones significativas con otros”. Por ejemplo, dijo que puede ser más beneficioso tener una conversación por video que leer las noticias en las redes sociales o ver publicaciones de Twitter.

Quienes no tienen ningún contacto social ni ningún tipo de apoyo social pueden correr un mayor riesgo de caer en depresión, afirmó Lisa Cox, trabajadora social clínica con licencia y profesora de Trabajo Social y Gerontología en la Universidad Stockton. Sin embargo, señala que si esas personas aplican el autocuidado pueden estar bien. Pueden incluir prácticas como participar en grupos de apoyo en línea, yoga y estiramientos, llevar un diario de gratitud, practicar atención plena y sumergirse en actividades creativas como dibujar y escuchar música.

Cox reconoció que puede ser difícil reunir la energía necesaria para intentar algo nuevo cuando te sientes solo, pero afirmó que vale la pena intentarlo. Pinker dijo que, si no podemos estar con alguien, tener una conversación por video es la segunda mejor opción, y también podemos intentar cualquier actividad que imite la reciprocidad de las interacciones reales o compartir la experiencia de todos “ponerle atención a la misma actividad al mismo tiempo”.

Es una época ideal para tomar el teléfono y hablar con amigos y familiares con quienes no hemos tenido contacto desde hace tiempo, señaló. Tan solo salir y caminar alrededor de la cuadra puede ayudarnos a reproducir la rutina de nuestro día, como cuando íbamos al trabajo o a una cafetería, pues crea oportunidades para “ver a las personas de manera casual”, dijo Pinker. Además, tanto Pinker como Cox concuerdan en que aplicaciones como Houseparty, que nos permite participar virtualmente en actividades como juegos con amigos, o Netflix Party, donde podemos ver películas con amigos que no están con nosotros, pueden ser un buen medio para tener conexión social.

Este periodo resulta ser especialmente difícil para los adultos mayores. Un informe realizado en 2020 por las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina de Estados Unidos reveló que casi la mitad de los adultos de 60 años y mayores dicen sentirse solos. Lisa Marsh Ryerson, presidenta de la Fundación AARP, cita hallazgos que muestran que más de 42 millones de estadounidenses, equivalentes a un tercio de la población mayor de 45 años, se sentían solos antes del brote de coronavirus y afirma que esas cifras van en aumento en la situación actual. En su opinión, los adultos mayores deberían hacer un “inventario de amigos”, una lista que contenga, para empezar, a su círculo de amigos más cercanos y a sus vecinos, y que la vayan ampliando con antiguos compañeros de trabajo y escuela. “Nos cuesta trabajo dar el primer paso, pero es importante buscar a las personas”, dijo.

Así mismo, recomendó que los demás llamemos cada día por lo menos a un adulto mayor que pueda estar en riesgo de sentirse solo para preguntar cómo está y escuchar su respuesta. Otra forma de ayudar podría ser ofrecernos a explicarles cómo organizar conversaciones virtuales con sus amigos y familiares.

Ofori-Mensa ha comenzado a obligarse a lidiar con sus sentimientos de soledad durante este tiempo difícil, para lo cual intenta conectarse más con su entorno. Ha comenzado a escuchar las grabaciones de música clásica y jazz con piano que pone el vecino del piso de abajo por las noches. Otro vecino ha estado cocinando con ajo más seguido. “Me gusta detenerme en el pasillo y respirar profundo cada vez que salgo a caminar”.

Las caminatas diarias le permiten compartir espacio con otras personas, aunque sea a la distancia. “Ya que no puedo tocar a nadie, me he hecho más consciente de los detalles sensoriales que me recuerdan que no estoy sola”.

https://www.nytimes.com/es/2020/04/29/espanol/estilos-de-vida/soledad-cuarentena-encierro.html 

sábado, 30 de abril de 2022

El pasado nazi que algunas dinastías empresariales no quieren reconocer

Por David de Jong, NYT.

Fue reportero de Bloomberg News y autor de Nazi Billionaires: The Dark History of Germany’s Wealthiest Dynasties, del cual se adaptó este ensayo.

La columna vertebral de la economía alemana actual es la industria automotriz. Esto no solo se debe a que representa alrededor del 10 por ciento del PIB; marcas como Porsche, Mercedes, BMW y Volkswagen son reconocidas en todo el mundo como símbolos del ingenio y la excelencia de Alemania en el sector industrial. Estas empresas invierten millones en mercadotecnia y publicidad para sustentar esa imagen. Invierten menos dinero y energía en hablar sobre sus orígenes.

El éxito de estas corporaciones se remonta directamente a los nazis: Ferdinand Porsche convenció a Hitler de poner en marcha las operaciones de Volkswagen. Su hijo, Ferry Porsche, quien hizo crecer a la empresa, se ofreció voluntariamente como oficial de las SS. Herbert Quandt, quien convirtió a BMW en lo que es hoy, cometió crímenes de guerra. También Friedrich Flick, quien llegó a liderar Daimler-Benz. A diferencia de Quandt, Flick fue sentenciado en Núremberg.

No es que este sea un secreto en la Alemania moderna, pero sí se ignora con despreocupación. Estos titanes de la industria, los hombres que desempeñaron un papel central en el desarrollo del “milagro económico” del país después de la guerra, en general siguen siendo alabados y celebrados por su visión empresarial, no por sus actos bélicos. Edificios, fundaciones y premios llevan sus nombres. En un país que es tan elogiado por su cultura de remembranza y arrepentimiento, el reconocimiento honesto y transparente de los actos en tiempos de guerra de algunas de las familias alemanas más adineradas sigue siendo, en el mejor de los casos, una acotación. Pero las cuentas no estarán del todo ajustadas sino hasta que estas empresas —y Alemania— sean más explícitas sobre el pasado nazi de sus patriarcas.

He escrito sobre estas familias desde hace una década; primero, como periodista de Bloomberg News, luego, como autor de un libro sobre las dinastías empresariales alemanas y sus historias relacionadas con el Tercer Reich. He indagado en cientos de documentos históricos y estudios académicos, así como en memorias y autobiografías. He hablado con historiadores y visitado archivos dentro y fuera de las fronteras alemanas. Y mis descubrimientos me han asombrado.

Veamos primero a los Quandt. En la actualidad, dos de los herederos de la familia tienen un patrimonio neto de unos 38.000 millones de dólares, controlan BMW, Mini y Rolls-Royce y tienen participaciones considerables en las industrias química y tecnológica. Los patriarcas de la familia, Günther Quandt y su hijo Herbert Quandt, fueron miembros del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán y sometieron hasta a 57.500 personas a trabajo esclavo y forzoso en sus fábricas, donde se producían armas y baterías para la iniciativa bélica alemana. Günther Quandt adquirió empresas de judíos que fueron obligados a vender sus negocios a precios inferiores a los del mercado y de otros cuyas propiedades fueron incautadas luego de que Alemania ocupara sus países. Herbert Quandt ayudó con al menos dos de estas adquisiciones sospechosas y también supervisó la planificación, la construcción y el desmantelamiento de un subcampo de concentración que jamás se finalizó en Polonia.

Tras el fin de la guerra, los Quandt fueron “desnazificados” en un proceso jurídico malogrado durante la posguerra en Alemania, cuando la mayoría de los perpetradores del Holocausto eludieron el castigo por sus crímenes. En 1960, cinco años después de heredar una fortuna de su padre, Herbert Quandt salvó a BMW de la quiebra. Se convirtió en el accionista mayoritario de la empresa y comenzó a reconstruirla. Hoy en día, dos de sus hijos, Stefan Quandt y Susanne Klatten, forman parte de la familia más rica de Alemania, con un control casi mayoritario de BMW. Los hermanos gestionan sus fortunas desde una ciudad cerca de Fráncfort en un edificio que lleva el nombre de su abuelo.

Los Quandt de la actualidad no pueden alegar que desconocen las acciones de su padre y su abuelo. La información que acabo de mencionar se incluye en un estudio de 2011 que encargó la dinastía Quandt cuatro años después de que un documental crítico que apareció en la televisión expuso parte de la implicación de la familia en el Tercer Reich. Pese a haber ordenado el estudio, que fue realizado por un historiador y un equipo de investigadores, al parecer los herederos de la BMW prefieren seguir con su vida como si no se supiera nada.

En la única entrevista que ofreció en respuesta a los hallazgos de la investigación, Stefan Quandt describió el distanciamiento que la familia tomó de su padre y su abuelo como un conflicto necesario pero “enorme y doloroso”. Aun así, el nombre de Günther Quandt sigue plasmado en sus oficinas centrales y Stefan Quandt concede un premio anual de periodismo que lleva el nombre de su padre. Stefan Quandt afirmó creer que el “trabajo de toda la vida” de su padre lo ameritaba.

En la entrevista, Stefan Quandt declaró que, para la familia, los objetivos principales del estudio eran “la apertura y la transparencia”. Pero durante una década más, el sitio web de Herbert Quandt Media Prize mostró una biografía de su homónimo que no mencionaba sus actividades durante la época nazi, excepto por el momento en que se unió al consejo administrativo de la empresa de baterías de su padre en 1940.

Eso no cambió sino hasta finales de octubre de 2021, más de una década después de que se realizó el estudio, pero, muy evidentemente, a pocos meses de que yo cuestionara a la familia al respecto. Ahora, una biografía ampliada menciona parte de los hallazgos del estudio, como la responsabilidad que tuvo Herbert Quandt en la contratación de personal en las fábricas de baterías de Berlín, donde personas fueron sometidas a trabajo esclavo y forzoso. Pero aún omite la participación de Herbert Quandt en el proyecto del subcampo de concentración, el uso que hizo de prisioneros de guerra en su propiedad privada y su contribución a la adquisición de compañías que fueron arrebatadas de empresarios judíos.

En 2016, la rama filantrópica de BMW se consolidó con el nombre BMW Foundation Herbert Quandt. Ahora es una organización benéfica de categoría mundial, con alrededor de 150 millones de dólares en activos, que apoya causas de sustentabilidad e inversiones de impacto. Stefan Quandt y Klatten se cuentan entre sus donantes fundadores. Si tomamos la información del sitio web de la fundación, la biografía entera de Herbert Quandt se resume a un solo acto: “Garantizó la independencia” de BMW. El lema de la organización benéfica es promover el “liderazgo responsable” e inspirar a “líderes de todo el mundo a trabajar para desarrollar un futuro más pacífico, justo y sustentable”.

BMW y sus accionistas mayoritarios, Quandt y Klatten, no están solos en su revisionismo. En 2019, la Ferry Porsche Foundation anunció que otorgaría la primera cátedra de Historia Corporativa de Alemania en la Universidad de Stuttgart. La empresa Porsche creó la fundación en 2018, 70 años después de que Ferry Porsche diseñó su primer auto deportivo. “Enfrentar nuestra historia es un compromiso de tiempo completo”, escribió el presidente de la organización benéfica en una declaración. “Este es precisamente el tipo de reflexión crítica que la Ferry Porsche Foundation quiere promover, porque: para saber a dónde vas, debes saber de dónde vienes”.

Podría haber comenzado más cerca de casa. La fundación lleva el nombre de un hombre que, de manera voluntaria, solicitó trabajo en las SS en 1938, fue contratado como oficial en 1941 y mintió al respecto por el resto de su vida. Durante la mayor parte de la guerra, Porsche estuvo ocupado con la administración de la empresa Porsche en Stuttgart, que explotó a cientos de trabajadores forzados. Como el director ejecutivo de Porsche en las décadas de la posguerra, se rodeó de personas que tenían puestos de alto rango en las SS.

En su autobiografía de 1976, Porsche ofreció un recuento histórico tergiversado, repleto de declaraciones antisemitas, sobre el cofundador judío de Porsche, Adolf Rosenberger. Incluso acusó a Rosenberger de extorsión luego de que se vio obligado a huir de la Alemania nazi. La verdad fue que, en 1935, Ferry Porsche recibió las acciones de la empresa que le correspondían a Rosenberger luego de que su padre, Ferdinand Porsche, y su cuñado, Anton Piëch, compraron las acciones del cofundador, a un precio muy inferior al del mercado.

Hoy, Porsche no solo auspicia cátedras o fabrica autos deportivos. Junto con sus primos, los Piëch, los Porsche controlan el Grupo Volkswagen, que incluye a Audi, Bentley, Lamborghini, Seat, Skoda y Volkswagen. El patrimonio neto combinado del clan Porsche-Piëch se valúa en unos 20.000 millones de dólares. Ahora se preparan para escindir a Porsche del Grupo Volkswagen y cotizarla en bolsa, en la que se perfila para ser una de las ofertas públicas iniciales más grandes de 2022.

Los Porsche nunca han mencionado en público las actividades que sus patriarcas perpetraron durante el régimen nazi. Y Ferry Porsche no fue el único implicado: Ferdinand Porsche, quien diseñó el Volkswagen, dirigió la fábrica de Volkswagen durante la guerra junto con Piëch. Ahí, decenas de miles de personas fueron explotadas en condiciones forzosas y de esclavitud para producir armas en masa.

La Ferry Porsche Foundation auspició la cátedra de la Universidad de Stuttgart porque, en 2017, los miembros de su Departamento de Historia publicaron un estudio financiado por la empresa sobre los orígenes de Porsche en la era nazi. Sin embargo, tal parece que el estudio omitió algo muy importante: por algún motivo, la investigación no incluyó ningún documento personal de Rosenberger. El estudio también describió de manera errónea cómo se dio la venta de las acciones de Rosenberger. Cuanto más analicé el estudio, más comenzó a revelarse como una fachada parcial en vez de un recuento íntegro.

Luego tenemos a los Flick. Friedrich Flick controló uno de los conglomerados de acero, carbón y armamento más grandes de Alemania durante el régimen nazi. En 1947, fue sentenciado a siete años de cárcel por crímenes de guerra y de lesa humanidad. En su juicio en Núremberg, fue declarado culpable de hacer uso de trabajo esclavo y forzoso, brindar apoyo económico a las SS y saquear una fábrica de acero. Tras su liberación anticipada en 1950, reconstruyó su conglomerado y se convirtió en el accionista mayoritario de Daimler-Benz, otrora el mayor fabricante de automóviles en Alemania. En 1985, Deutsche Bank adquirió el conglomerado de Flick, con lo cual sus descendientes se volvieron multimillonarios.

En la actualidad, una rama de la dinastía Flick valuada en alrededor de 4000 millones de dólares administra una fundación privada en Düsseldorf bautizada con el nombre de su patriarca. La fundación —que tiene un puesto en el consejo administrativo de una de las universidades más prestigiosas de Alemania y destina fondos a causas educativas, médicas y culturales, sobre todo en Alemania y Austria— sigue llevando el nombre de un criminal de guerra convicto en cuyas fábricas y minas decenas de miles de personas trabajaron en condiciones forzadas o de esclavitud, incluidos miles de judíos. Pero si revisas el sitio web de la fundación, jamás te enterarías del pasado sombrío de la fortuna de los Flick.

¿Cómo es posible que tres de las familias empresariales más poderosas de Alemania, así como sus compañías y sus organizaciones benéficas, estén tan desconectadas de la cultura de remembranza tan elogiada del país?

Cuando le pregunté a Jörg Appelhans, el vocero de años de Stefan Quandt y Klatten, acerca de su decisión de bautizar sus oficinas centrales y su premio para medios con el nombre de su padre y su abuelo, me envió un correo electrónico que decía: “No creemos que cambiar los nombres de calles, lugares o instituciones sea una manera responsable de lidiar con las figuras históricas”, porque hacerlo “impide que haya una exposición consciente del papel que tuvieron en la historia y más bien fomenta el olvido”.

Esta contorsión es desvergonzada a un nivel muy específico. Estas familias no exponen la historia sangrienta detrás de sus fortunas excepto, en ocasiones, en estudios encargados, redactados en un denso alemán académico y cuyos hallazgos luego se excluyen al describir el legado de la familia en internet. Ni siquiera enfrentan su pasado de manera honesta. De hecho, hacen lo contrario: conmemoran a sus patriarcas sin mencionar sus actos durante la era nazi.

Los representantes de los multimillonarios Flick se rehusaron a ofrecer comentarios cuando me comuniqué con la oficina de la familia. Cuando pregunté por qué no había una biografía de Ferry Porsche en el sitio web de la fundación que lleva su nombre, Sebastian Rudolph, el presidente de la fundación, respondió que se está “examinando en qué medida también debería representarse esto en el sitio web de la fundación” y agregó que “contemplamos el trabajo de toda la vida de Ferry Porsche desde una perspectiva diferenciada”.

Durante décadas, la cultura de remembranza ha sido un componente central de la sociedad alemana. En todas las ciudades y pueblos alemanes encontrarás los Stolpersteine, cubos de latón y concreto con nombres y fechas de muerte y nacimiento de las víctimas de la persecución nazi. Hay monumentos, grandes y pequeños, por todas partes. En las cafeterías, desde Berlín hasta Fráncfort y desde Hamburgo hasta Múnich, se escuchan conversaciones a diario sobre la culpa y la expiación colectivas. Son diálogos reflexivos, matizados y, sobre todo, conscientes.

No obstante, este movimiento encaminado a enfrentar el pasado, por algún motivo, no está llegando a muchos de los magnates más venerados de Alemania y sus historias turbias. Cuanto más tiempo dedicaba a aprender sobre estas dinastías empresariales y sus mancillados pasados, fortunas y empresas, además de su deseo de ignorar o encubrir el grado de implicación de sus patriarcas en el Tercer Reich, más comencé a dudar sobre la verdadera profundidad, sinceridad y durabilidad de esta cultura de remembranza en Alemania.

La industria automotriz es un arquetipo alemán por excelencia, es esencial no solo para la economía del país, sino también para su identidad. ¿Acaso repudiar a estos magnates sería un rechazo de la identidad nacional? ¿Acaso debemos alabar a estos hombres porque siguen siendo símbolos poderosos del resurgimiento y el poder económico alemanes? ¿Celebrar el éxito comercial sigue siendo más importante en Alemania que reconocer los crímenes contra la humanidad? ¿O será que la respuesta real es más simple? Quizá el país está en deuda con unos cuantos multimillonarios y sus empresas globales, que están más interesados en proteger sus reputaciones —y sus fortunas— que en hacer frente al pasado.

David de Jong (@davidthejong) es el autor de Nazi Billionaires: The Dark History of Germany’s Wealthiest Dynasties, del cual se adaptó este ensayo.

https://www.nytimes.com/es/2022/04/20/espanol/opinion/fortunas-nazi-bmw-porsche.html

jueves, 27 de enero de 2022

_- ¿Por qué me tiembla el párpado? Y qué hacer para detenerlo.


_- P: Hay veces que el párpado me tiembla durante varios días… incluso semanas. Es algo incómodo y molesto. ¿Qué hago para que deje de hacerlo? ¿Debo preocuparme?
 
Aunque los espasmos de los párpados son molestos, “pocas veces son síntoma de algo grave”, señaló Stephanie Erwin, optometrista del Instituto Oftalmológico Cole de la Clínica Cleveland.

El espasmo ocular más común consiste en una serie de contracciones musculares llamada mioquimia palpebral, la cual provoca temblores involuntarios e intermitentes en el párpado, casi siempre en el inferior.

Erwin añadió que solo un párpado se ve afectado en cada ocasión porque la contracción se origina en el músculo que está alrededor del ojo y no en el nervio que controla el reflejo del parpadeo, el cual manda el mismo mensaje a ambos ojos de manera simultánea.

Los espasmos pueden durar desde algunas horas hasta días o meses.

“Si el espasmo persiste durante un periodo largo o va acompañado de otros síntomas, sería bueno acudir con un oftalmólogo para que lleve a cabo una revisión y estar seguros de que no está ocurriendo ninguna otra cosa”, comentó.

Si el temblor se extiende a otros músculos del rostro o si vemos que ambos ojos se contraen al mismo tiempo, quizá se trate de un problema más grave. Otras señales de alerta pueden ser que el párpado se caiga o que el ojo se ponga rojo.

Pero si es un solo párpado el que se contrae, casi siempre se trata de un caso benigno (y a menudo exasperante) de mioquimia palpebral.

En cuanto a la causa por la que sucede, “nadie sabe con exactitud por qué”, dijo Alice Lorch, una oftalmóloga del hospital Massachusetts Eye and Ear en Boston.

En ocasiones, por ejemplo, esto se origina debido a una pequeña irritación provocada por un lente de contacto que roza contra el párpado, afirmó.

No obstante, los especialistas señalan que lo que casi siempre provoca el temblor del párpado es el estrés, la falta de sueño o el consumo excesivo de cafeína. Otro causante es el ojo seco, un padecimiento común entre las personas que pasan la mayor parte del día mirando la pantalla. Los estudios han demostrado que parpadeamos menos cuando estamos viendo las pantallas de los dispositivos digitales, lo cual hace que sintamos los ojos secos.

Lorch aseguró que no existe ninguna solución rápida para la mioquimia palpebral una vez que esta se manifiesta. Pero las lágrimas artificiales, unas gotas que lubrican el ojo, son una buena ayuda. Lo ideal es elegir unas gotas que no contengan conservadores químicos, ya que a veces estos pueden irritar los ojos. También se recomienda masajear los ojos al ducharse o ponerles un paño caliente húmedo antes de irse a dormir, cosa que ayudará a relajar los músculos y a dilatar las glándulas de los bordes de los párpados. Esto hace que haya una mayor circulación de aceite en los ojos y que las lágrimas no se evaporen tan rápido.

Otras medidas preventivas incluyen descansar más y reducir el estrés.

“Los espasmos son una señal de que el cuerpo te está pidiendo que bajes tu ritmo”, dijo Raj Maturi, portavoz de la Academia Estadounidense de Oftalmología.

Reducir el consumo de cafeína también puede evitar los temblores palpebrales debido a que la cafeína en grandes cantidades en ocasiones provoca que los músculos se tensen. Según Lorch, no hay ningún problema si se toman una o dos tazas de café al día.

También es importante mantenerse hidratado y llevar una dieta balanceada que incluya alimentos altos en potasio (las papas, los plátanos y las lentejas son una fuente importante de este mineral), magnesio (que encontramos en los vegetales de hojas verdes, los granos integrales, los frijoles, las nueces y el pescado) y calcio (presente en los productos lácteos, las sardinas, los vegetales de hojas verde oscuro o los cereales fortificados para el desayuno), ya que tal vez los espasmos se originen por la deficiencia de estos minerales.

Hay quienes dicen que el agua tónica sirve para aliviar el temblor de los párpados porque contiene una pequeña cantidad de quinina, que es un medicamento aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por su sigla en inglés) para tratar la malaria y que también ha sido usada, sin que este uso esté aprobado, para aliviar los calambres nocturnos en las piernas, algo que la FDA afirma que no es ni seguro ni eficaz. No existen pruebas científicas de que el agua tónica evite o mitigue las contracciones de los párpados.

De manera excepcional, los médicos inyectan una cantidad pequeña de bótox en el músculo orbicular que está alrededor de los párpados a fin de detener los espasmos, pero esto “solo se practica en casos graves”, dijo Erwin.

Los especialistas aseguran que, por lo general, la mioquimia palpebral desaparece sola sin que haga falta que intervengan los médicos. A la mayoría de los pacientes les basta con descansar, tomar medidas para reducir el estrés, lubricar el ojo y esperar a que pase.

Christina Caron es reportera de la sección Well, y cubre la salud mental y la intersección de la cultura y los cuidados de salud. Antes fue reportera de crianza, reportera de temas generales y correctora de estilo en el Times.

NYT.
https://www.nytimes.com/es/2022/01/01/espanol/temblor-ojo-parpado.html#:~:text=No%20obstante%2C%20los%20especialistas%20se%C3%B1alan,del%20d%C3%ADa%20mirando%20la%20pantalla.

miércoles, 13 de octubre de 2021

_- Lo que mató a la lucha de obreros por la justicia social

_- En 1998, el novio de Shannon Mulcahy la golpeó tan brutalmente que los fiscales de Indiana decidieron presentar cargos. Se escondió en un armario en lugar de obedecer la citación para testificar en la corte. ¿Cómo podría ayudar a condenar al hombre que le puso un techo sobre la cabeza? ¿Sobre la cabeza de su hijo? Finalmente, ella lo dejó. Shannon, una mujer blanca de unos 20 años, consiguió el dinero y la confianza para emprender su propio trabajo en una fábrica. Trabajó en una planta de rodamientos en Indianápolis durante 17 años, y se convirtió en la primera mujer en operar los hornos, uno de los trabajos más peligrosos y mejor pagados en la fábrica.

Conocí a Shannon en 2017 , poco después de que sus jefes anunciaran que Rexnord, la fábrica de rodamientos donde trabajaba, cerraría y se mudaría a México y Texas. La seguí durante siete meses mientras la planta cerraba a su alrededor, viéndola agonizar sobre si debía capacitar a su reemplazo mexicano o apoyar a su sindicato y negarse. También seguí a dos de sus compañeros de trabajo: Wally, un ensamblador de rodamientos Black que soñaba con abrir su propio negocio de barbacoas, y John, un representante sindical blanco que aspiraba a comprar una casa para reemplazar la que había perdido en una bancarrota.

Una de las conclusiones más importantes de la experiencia fue que algunas de las batallas más importantes en la lucha por la justicia social tuvieron lugar en las fábricas, no en los campus universitarios. Para muchos estadounidenses sin títulos universitarios, que representan dos tercios de los adultos en el país, el movimiento sindical, el movimiento por los derechos civiles y el movimiento de liberación de la mujer se redujeron en gran medida a una cosa: acceso a trabajos bien pagados en las fábricas.

Shannon había experimentado más abusos y acoso sexual en el lugar de trabajo que nadie que yo conociera. Sin embargo, no se había sentido atraída por #MeToo ni por la candidatura presidencial de Hillary Clinton. Para Shannon, la liberación de la mujer significaba tener derecho a los mismos trabajos que tenían los hombres en la fábrica. Firmó su nombre en la hoja de licitación para convertirse en operadora de tratamientos térmicos, aunque ninguna mujer había trabajado antes en ese departamento. Los operadores de tratamiento térmico eran un grupo de élite, como los guerreros samuráis y los Navy SEAL. Trabajaron con gases explosivos. Los hombres que se suponía que debían entrenar a Shannon intentaron que la despidieran. "El tratamiento térmico no es para mujeres", dijo una.

Ella insistió. Los operadores de tratamiento térmico ganaban $ 25 por hora, más dinero del que ella había ganado en su vida. No iba a permitir que los hombres la alejaran. Ella no estaba por encima de usar su sexualidad a su favor. Coqueteó con el presidente del sindicato y vistió camisas reveladoras en el departamento de tratamiento térmico. "¿Estoy mostrando demasiado escote?" ella preguntaría. Prestó especial atención a Stan Settles, un hombre mucho mayor que sabía cómo hacer funcionar todos los hornos. Si su camisa se desabrochaba mientras se inclinaba, exponiendo la parte superior de su trasero, Shannon emitía una advertencia solemne: "El crack mata, Stan".

Al final, Stan la tomó bajo su protección y le enseñó todo sobre los hornos que había que saber. Cuando conocí a Shannon, ella era la veterana a cargo de capacitar a los nuevos operadores de tratamiento térmico. Se enorgullecía del hecho de que no dependía de un hombre, ni siquiera, y quizás especialmente, del tío Sam.

El feminismo de Shannon se sintió radicalmente diferente del movimiento de liberación de la mujer con el que crecí. El movimiento que conocía se inspiró en “The Feminine Mystique” de Betty Friedan, el innovador tratado feminista de la segunda ola que hablaba del vacío y el aburrimiento de las amas de casa acomodadas. Ese movimiento se centró en gran medida en romper los techos de cristal en el mundo de cuello blanco: la primera mujer en servir en la Corte Suprema (Sandra Day O'Connor, 1981); la primera mujer secretaria de estado (Madeleine Albright, 1997).

Pero las mujeres de bajos ingresos, especialmente las mujeres negras, siempre han trabajado, no por aburrimiento sino por necesidad. Sus luchas, que la historiadora laboral Dorothy Sue Cobble ha llamado " el otro movimiento de mujeres ", obtuvieron mucha menos cobertura de los medios. ¿Quién sabe el nombre de la primera minera de carbón? ¿Cuántos conocen el nombre completo de "Mother Jones", la intrépida organizadora sindical que alguna vez fue etiquetada como "la mujer más peligrosa de Estados Unidos" porque legiones de mineros dejaron sus elecciones a sus órdenes? (Era Mary Harris Jones).

No fue hasta 1964 que la ley consagró protecciones en el lugar de trabajo contra la discriminación por motivos de sexo y raza. Las mujeres fueron agregadas a la Ley de Derechos Civiles en el último minuto, una píldora venenosa destinada a arruinar sus posibilidades. Pero el proyecto de ley fue aprobado, cambiando el curso de la historia. El porcentaje de mujeres trabajadoras aumentó a 61 por ciento en 2000 desde 43 por ciento en 1970. De 1976 a 1998, el número de mujeres víctimas de homicidios de parejas íntimas disminuyó en un promedio de 1 por ciento por año. (El número de hombres víctimas de homicidio de pareja íntima se redujo aún más abruptamente).

Pero la Ley de derechos civiles no beneficia a todas las mujeres por igual. De lejos, quienes obtuvieron las mayores recompensas fueron las mujeres blancas con educación universitaria que se unieron al mundo profesional, que se enriquecieron con los cambios económicos que arrasaron con los trabajos de sus hermanas obreras. Hoy en día, las mujeres bien educadas, que tienden a estar casadas con hombres bien educados, se encuentran en la cima de la pirámide financiera del país.
Las luchas de las mujeres obreras contra un sistema de segregación ocupacional - llamado "Jane Crow" en el libro de Nancy MacLean "La libertad no es suficiente: la apertura del lugar de trabajo estadounidense" - continuaron contra los vientos en contra de los desafíos económicos. Por ejemplo, en 1969, una trabajadora siderúrgica de Chicago llamada Alice Peurala tuvo que presentar una demanda para conseguir un trabajo que le había sido asignado a un hombre con menos antigüedad. Ella ganó y se convirtió en presidenta del local de Steelworkers. Pero en los años que siguieron, la industria del acero colapsó. Finalmente, su planta cerró definitivamente.

En 2016, alrededor de tres millones de mujeres estadounidenses trabajaban en la industria manufacturera, un número mucho mayor que el que trabajaba como abogadas o financieras. Sin embargo, las necesidades urgentes de las mujeres obreras de cuidado infantil de calidad, licencia médica remunerada y horarios de trabajo más flexibles rara vez llegaron a la conversación nacional, tal vez porque las mujeres profesionales que establecieron la agenda ya disfrutaban de esos beneficios.

Gran parte del debate sobre el sexismo y los derechos de las mujeres se centra en cómo negociar los salarios como un hombre y conseguir que más mujeres participen en los directorios corporativos. Mientras tanto, las obreras siguen luchando por encontrar trabajos que paguen 25 dólares la hora. Y Estados Unidos sigue siendo uno de los únicos países sin una ley federal que exija la licencia de maternidad remunerada .

Para Wally, el hombre negro al que seguí, el mayor éxito del movimiento por los derechos civiles fue que los negros tuvieron la oportunidad de conseguir mejores trabajos en la fábrica. A los negros se les había prohibido operar máquinas, desde tractores hasta máquinas de escribir, hasta bien entrado el siglo XX, según “El trabajo estadounidense: cuatro siglos de trabajo en blanco y negro”, de Jacqueline Jones.

El tío de Wally, Hulan, logró que lo contrataran en la planta de rodamientos a principios de la década de 1960, con la ayuda de la NAACP. Pero, como todos los demás negros allí, le habían asignado un trabajo de conserje. Hulan se quejó ante el delegado del sindicato. “Hay tantos trabajos en este edificio”, respondió el mayordomo. "Si toma uno, eso significa que nuestros yernos o nuestro yerno o nuestro sobrino no pueden tenerlo". El día después de la aprobación de la Ley de Derechos Civiles de 1964, Hulan le pidió a su jefe la oportunidad de operar una máquina. El jefe, que era conocido por ser duro pero justo, lo envió al departamento de molienda. Pero el hombre blanco asignado para entrenarlo se negó siquiera a hablar con él. Hulan tuvo que aprender observando desde lejos.

Finalmente, Hulan descubrió cómo hacer el trabajo. A lo largo de los años, se ganó a sus compañeros de trabajo blancos y fue ascendido a capataz, el primer (y último) hombre negro en ocupar ese puesto en la planta.

Para la generación del tío Hulan, las batallas de los obreros por la justicia social fueron un gran éxito. Hoy en día, los pisos de las fábricas tienden a estar mucho más integrados racialmente que los directorios corporativos que los dirigen. Pero, en muchos sentidos, el progreso fue de corta duración. Tan pronto como los trabajadores negros comenzaron a conseguir buenos trabajos en las fábricas, las fábricas comenzaron a mudarse.

Cuando la generación de Wally alcanzó la mayoría de edad, varias de las fábricas más grandes de Indianápolis habían cerrado. Muchos de los chicos del barrio de Wally encontraron trabajo en la esquina vendiendo droga. Más del 10 por ciento de los niños negros en el vecindario de Wally terminaron en prisión cuando eran adultos. Wally también cumplió condena en prisión. “Estaba encerrado”, les dijo a sus compañeros de trabajo. "Tengo la suerte de tener este trabajo".

En muchos sentidos, el declive de la manufactura estadounidense golpeó con más fuerza a los negros. Según un estudio de 2018 sobre el impacto del empleo manufacturero en los estadounidenses blancos y negros desde 1960 hasta 2010, la disminución en la manufactura contribuyó a un aumento general del 12 por ciento en la brecha salarial racial para los hombres.

Cuando se sigue de cerca una fábrica agonizante, es fácil ver cómo la globalización dejó a un grupo cada vez mayor de personas compitiendo por un grupo cada vez menor de buenos trabajos fabriles. La acción afirmativa se vuelve más tensa a medida que los buenos trabajos escasean y desaparecen.

Incluso para John, el hombre blanco al que seguí, las fábricas eran lugares de importantes protestas sociales. Si un jefe sancionaba a un trabajador por negarse a usar anteojos de seguridad, John pensaba que todos los demás trabajadores deberían quitarse los anteojos de seguridad y arrojarlos al suelo, lo que obligaría al gerente a traer de vuelta al trabajador disciplinado o cerrar toda la línea de montaje.

John era un sindicalista acérrimo que provenía de una larga línea de sindicalistas. Su abuelo y bisabuelo habían sido mineros del carbón. Su suegro había sido trabajador del automóvil. Para John, las fábricas eran lugares donde la clase trabajadora libraba batallas campales con la empresa por salarios más altos y jornadas laborales más cortas. Rastreó su identidad hasta los mineros y trabajadores siderúrgicos que habían sido golpeados, arrestados e incluso asesinados por exigir una jornada laboral de ocho horas y un día libre cada semana. Es por eso que nada se quedó en el buche de John como la frase "privilegio blanco". Las palabras implicaban que a su pueblo se le había entregado una vida de clase media simplemente porque eran blancos. En la mente de John, a su gente no se le había dado dignidad, tiempo libre, condiciones de trabajo más seguras o salarios decentes solo por ser blancos;

Después de que los patrones anunciaron que la fábrica cerraría, él caminó por la planta instando a sus compañeros de trabajo a que se negaran a capacitar a sus reemplazos mexicanos, en un último esfuerzo por mantener la fábrica en Indianápolis. Mientras continuaba el cierre en Rexnord, John predicó sobre la necesidad de solidaridad entre los trabajadores.

“Si lo quieren, luchen por ello”, les dijo a sus hermanos y hermanas sindicales sobre su planta condenada. "Pelearé contigo".

Comencé a entender por qué los trabajadores blancos tendían a ver el cierre de la fábrica y la elección de Donald Trump de manera diferente a sus compañeros negros. En el transcurso de una década, John había visto cómo su salario se hundía de $ 28 la hora a $ 25 la hora a $ 23 la hora. Después del cierre de la planta, luchó por conseguir un trabajo que pagara 17 dólares la hora. Su decreciente poder adquisitivo no se había visto atenuado por el progreso social, como la elección de un presidente negro. Al contrario, su posición social había decaído. Los directores ejecutivos blancos ricos enviaron trabajos manuales a México. Pero cuando los trabajadores manuales se quejaron de ello, las personas con educación universitaria los descartaron como xenófobos y racistas.

Es posible que los hombres blancos de clase trabajadora en la planta de rodamientos no quisieran compartir sus trabajos con los negros y las mujeres. Pero lo habían hecho. Y ahora que los negros y las mujeres trabajaban junto a ellos en la fábrica, los trabajos de todos se estaban mudando a México. Era más de lo que podían soportar muchos trabajadores blancos. Un hombre blanco en la planta renunció y se alejó de más de $ 10,000 en indemnización por despido simplemente porque no podía soportar ver a un mexicano aprender su trabajo. “Es deprimente ver que no tienes futuro”, me dijo. Uno de los mejores amigos de John se ofreció como voluntario para entrenar. "No te odio, pero odio lo que estás haciendo", le dijo John. Nunca volvieron a hablar.

Los representantes sindicales, casi todos blancos, vieron entrenar a sus reemplazos como un pecado moral, similar a cruzar un piquete. Pero muchos trabajadores y mujeres negros no estuvieron de acuerdo. Después de todo, no hacía tanto tiempo que los hombres blancos se habían negado a entrenarlos . Los trabajadores negros no habían olvidado cómo el sindicato había tratado a sus padres y tíos. Muchos consideraron racista la negativa a formar a los mexicanos. Los entrenadores que menos se disculpaban eran negros.

El anuncio del cierre de la fábrica, la elección de Donald Trump y la llegada de reemplazos mexicanos a la planta se produjo en el lapso de tres meses, en 2016, desatando una mezcla tóxica de esperanza, rabia y desesperación. En los años que han pasado desde entonces, los trabajadores se dispersaron como semillas quebradizas, tratando de comenzar de nuevo sus vidas.

Los economistas predijeron que obtendrían nuevos trabajos, incluso mejores trabajos que los que tenían antes. Algunos lo hicieron. Pero la mayoría de los trabajadores a los que hice seguimiento terminaron ganando alrededor de $ 10 por hora menos de lo que habían estado ganando. Uno inició una empresa de exterminio de chinches. Otro se unió al Ejército. Otro vendió todo lo que tenía y compró un billete de ida a Filipinas, decidido a hacer que la globalización funcionara a su favor, por una vez. Wally progresó con su negocio de barbacoas, hasta que se produjo una tragedia imprevisible. John estaba angustiado sobre si volver a ser obrero siderúrgico o aceptar un trabajo en un hospital que no tenía sindicato. Shannon permaneció sin trabajo durante mucho tiempo, lo que la hizo sentir miserable. La vieja fábrica siguió apareciendo en sus sueños durante años.

Por supuesto, para cada historia como la de Shannon, hay una historia sobre una mujer en la India, China o México que tiene un trabajo ahora, y más independencia financiera, debido a una nueva fábrica. La globalización y la justicia social tienen muchos lados.

Pero esos trabajadores extranjeros no votan en las elecciones estadounidenses. El destino de nuestra democracia no depende de ellos como depende de votantes como Shannon, Wally y John. El experimento estadounidense se está desmoronando. La única forma de volver a unirlo es que los tomadores de decisiones en este país, casi todos los cuales tienen títulos universitarios, se vuelvan a conectar con los de la clase trabajadora, que constituyen la mayoría de los votantes.

Por Farah Stockman
La Sra. Stockman es miembro del consejo editorial. Este ensayo es una adaptación de su próximo libro, "American Made: What Happens to People When Work Disappears". NYT

https://www.nytimes.com/2021/10/07/opinion/globalization-work-trump-social-justice.html?action=click&module=Well&pgtype=Homepage&section=Sunday%20Review%20%20Opinion

martes, 14 de septiembre de 2021

_- España no es Finlandia, pero puede sacar a sus estudiantes de la mediocridad

_- Por David Jiménez
Es escritor y periodista. Su libro más reciente es El director. NYT

MADRID — Parciales, finales, globales, orales, escritos, de recuperación, control, reválida… La escuela española ama los exámenes por encima de todas las cosas. Un estudiante pasa por cientos de pruebas antes de graduarse y enfrentarse —oh, sorpresa— a un nuevo examen. En la Evaluación para el Acceso a la Universidad (EvAU), un maratón de un par de días para acceder a la educación superior, un mal día puede truncar sueños profesionales y enviar al médico vocacional a estudiar periodismo. ¿Pasaste el corte? Estás de suerte: empiezan otros cuatro años de interminables exámenes.

La obsesión nacional por los exámenes es parte de un sistema educativo roto y anclado en el pasado. La octava ley educativa en cuatro décadas, que empieza a implementarse con el nuevo curso, no servirá para arreglarlo. La norma pretende restar rigidez y añadir innovación, pero le falta ambición y nace condenada por falta de consenso.

España no necesita más reformas, sino una revolución total del sistema educativo.

El modelo de evaluación de los estudiantes puede resultar anecdótico, pero es un buen lugar por donde empezar. Los exámenes actuales se han mostrado inútiles para dotar a los estudiantes de los conocimientos necesarios, prepararlos para un mercado laboral moderno o inculcarles la cultura del esfuerzo que reclaman padres y profesores. Se limitan a amargar la experiencia escolar, desmotivar a los estudiantes y envenenar su relación con los docentes, sometidos a una carga de trabajo que podrían emplear en promover la innovación, la creatividad o el pensamiento crítico.

Toda esa práctica examinadora no ha logrado evitar que los estudiantes suspendan masivamente unos tests que se han convertido en comida rápida de materias que se vomitan y olvidan, según la apta descripción de la doctora en Economía por la Universidad de Yale Caterina Calsamiglia. Detrás de esa fascinación por las notas hay una idea perniciosa: el empeño en decirle a un buen número de estudiantes que están fracasando, cuando son los responsables educativos los que llevan décadas haciéndolo.

España tiene el segundo mayor índice de abandono escolar de la Unión Europea, solo por detrás de Malta. El porcentaje de alumnos que repiten curso antes de los 15 años es alrededor de 25 puntos mayor que en el Reino Unido o Finlandia. Y, sin embargo, siguen siendo varias las voces que reclaman más dureza como solución a los problemas de la educación.

¿Qué tiene que pasar para que nos demos cuenta de que más exámenes, deberes y suspensos no hacen mejor un sistema educativo? No se trata de recordar a los estudiantes para qué no sirven, sino de buscar sus talentos individuales y potenciarlos.

La exigencia, la disciplina y el respeto a los profesores, desaparecido de las aulas, deben ser recuperadas en un entorno motivador. Los críticos con el sistema español llevan años apuntando a Finlandia como solución. Pero aun siendo el país nórdico un ejemplo de éxito, con una estrategia innovadora que va desde una evaluación personalizada al diseño de sus escuelas, no hace falta irse tan lejos para encontrar inspiración en la transformación educativa.

Portugal, sin apenas hacer ruido, ha renovado su modelo y dado la vuelta a los malos resultados que sus estudiantes solían lograr en los informes que comparan la educación de diferentes países, donde ahora destacan favorablemente. Los portugueses son una mejor guía, además, porque sus problemas eran parecidos a los nuestros hoy: un sistema de evaluación demasiado punitivo, un acercamiento homogéneo de la educación, un profesorado desmotivado —se invirtió en formación y se les dio más autonomía—, un currículo demasiado amplio y, para algunos, desactualizado…

La nueva ley aprobada por el gobierno español tiene carencias y sin duda es mejorable, pero da un vuelco hacia un aprendizaje menos memorístico y más ajustado a las necesidades actuales. El nuevo currículo busca sustituir una acumulación de datos fácilmente accesibles en internet por la capacidad de utilizar y analizar toda esa información de forma práctica. Ofrece más libertad a los centros para decidir su camino, añade una necesaria asignatura de Valores Cívicos y Éticos y establece nuevos métodos, muchas veces explicados de forma ambigua o aderezados con dosis de corrección política (como el caso de las matemáticas con “perspectiva de género”) que no aportan nada.

Las propuestas del gobierno han sido ridiculizadas, unas veces con razón y otras injustamente, por la oposición. Cualquier iniciativa educativa, desde hace años, se convierte inmediatamente en una pelea ideológica. Los partidos políticos, incapaces de llegar a un pacto, imponen su modelo nada más llegar al poder, generando discontinuidad y confusión en padres, alumnos y profesores. Pagan esa polarización los estudiantes, que asisten al interminable debate sobre si la religión debe contar para las notas, mientras se les hurtan conocimientos clave en nuevas tecnologías, debate público, inglés o capacidad de análisis del mundo en el que viven.

La Unión Europea considera que se necesitan doce años para que las medidas educativas empiecen a tener efecto. La disfuncionalidad de la política española, con un parlamento fragmentado en 16 partidos, sumado a que esos plazos no reportan inmediatos beneficios electorales a los partidos, desincentivan los acuerdos y retrasan los cambios. Y, sin embargo, no tenemos tiempo que perder. Cada retraso supone una nueva condena a la precariedad para otra generación de jóvenes españoles atrapados en un círculo vicioso de fracaso escolar, empleos inestables, casi siempre ligados a los servicios y el turismo, y falta de proyecto de futuro.

La revolución educativa no tiene por qué implicar la total erradicación de exámenes y tareas, que pueden servir para valorar el momento en el que se encuentran los alumnos. Pero pruebas como la que ahora da acceso a la universidad se han convertido en un obstáculo. Muchas escuelas abandonan novedosos y exitosos programas de aprendizaje utilizados en primaria para preparar a los alumnos para la EvAU, cuyo porcentaje de aprobados es erróneamente empleado para valorar los centros.

La supresión de este y otros muchos exámenes innecesarios sería un primer paso, pero insuficiente. Terminar con la mediocridad en la que están instalados los alumnos obligará a apoyar y formar continuamente a los profesores, renovar de forma más ambiciosa el currículo escolar, acabar con la cultura de la repetición de curso, erradicar la endogamia en institutos y universidades y liberar a los centros de corsés educativos que impiden la innovación.

El objetivo debe ser acabar con una cultura que se explica mejor con la anécdota que me relató un estudiante universitario de ingeniería. El profesor llegó un día con una sonrisa entre los labios y anunció satisfecho que solo uno de los alumnos había aprobado. ¿No se daba cuenta de que el que había fracasado era él? 

David Jiménez (@DavidJimenezTW) es escritor y periodista de España. Su libro más reciente es El director. 

sábado, 10 de abril de 2021

La hermana André celebró su 117 cumpleaños en el sur de Francia, con la tarta Alaska.

Por Dorie Greenspan
31 de marzo de 2021

Cuando leí que la hermana André celebró su 117 cumpleaños en el sur de Francia, aplaudí de alegría. Cuando leí lo que almorzó, llamé a mi amiga Zoë François. La hermana André, que fue institutriz en París antes de comprometerse con las Hermanas de la Caridad, nació en 1904 y sobrevivió a la pandemia de 1918, dos guerras mundiales y un ataque de Covid. Vivió las administraciones de 18 presidentes franceses y bebe una copa de vino todos los días. Para su cumpleaños, tuvo más de uno. La comida de celebración, servida en la residencia asistida donde vive, comenzó con Oporto e incluyó foie gras con higos asados, capón con boletus, un plato de queso, vino y una copa de champán, por supuesto. Pero fue el postre lo más glamoroso, y fue lo que me envió a Zoë: el almuerzo de cumpleaños de la hermana André terminó con una tortilla norvégienne, una tortilla noruega o lo que llamamos alaska horneada. La tarta de helado envuelta en merengue flambeado es uno de sus postres favoritos. También es uno de los de Zoë.

Zoë es pastelera, presentadora de una serie de televisión, autora de libros de cocina y una mujer que sabe cómo manejar un soplete. Encantada de saber que ella y quizás la persona más vieja de Europa comparten un afecto por el mismo dulce, Zoë apenas me dejó terminar antes de proclamar: "¡Trae de vuelta el Alaska horneado!" y comenzó a marcar las razones por las que el clásico merece una reaparición: es hermoso, elegante y dramático: un postre llameante llama la atención; es fácil de hacer; es conveniente, se puede hacer con anticipación; tiene helado (suficiente dicho); tiene merengue, que es lo mismo que decir que tiene magia; se ve hermosa entera e igual de hermosa en rodajas; es cremoso y helado por dentro, malvavisco por todas partes y cálido en los bordes. La belleza está incorporada en el merengue y tiene el mejor ingrediente en cualquier receta: sorpresa. El helado horneado se equilibra al borde de la improbabilidad. En otras palabras, es perfecto.

Inspirada por el amor de la hermana André por la Alaska horneada y su longevidad (es demasiado imaginar el postre como la clave para una larga vida, pero es muy tentador), Zoë sugirió un cumpleaños de Alaska horneado en su honor.

El pastel está hecho con helado de arándanos, vainilla y fresa (azul, blanco y rojo son los colores de la bandera francesa). Puede ser hecho en casa o comprado en la tienda, lo cual no es un compromiso. Si está usando helado casero, puede esparcirlo en el molde para pan, su molde para el postre, directamente de la mantequera. Si lo que obtuviste vino del congelador, córtalo en trozos, conviértelo en un tazón y búscalo con una cuchara de madera o una espátula flexible resistente. Golpee y machaque y papilla, y no importa cuán satisfactorio se sienta, deténgase cuando esté lo suficientemente suave para esparcirse. Vas a congelar cada capa y no querrás perder la textura del helado antes de volver a meterlo en el congelador. Si desea que el helado de arándanos sea de un azul más verdadero, mezcle un poco de polvo de arándano liofilizado para obtener el color que desea. (El colorante para alimentos también funciona; incluso puede usarlo para colorear helado de vainilla si no puede encontrar arándanos). El helado de vainilla se tritura con coco rallado para darle sabor y masticar y otra sopa de sorpresa. La capa final, el helado de fresa, es dos veces más alta que las demás (tiene un aspecto estupendo) y se llena de bayas frescas. También puede tomar algo de coloración. Termine con un cojín de bizcochos, luego congele.

Ahora, la mejor parte. Una vez que hayas calentado las claras de huevo y el azúcar y las hayas batido hasta obtener picos brillantes y rígidos, desmolda la barra de helado y alisa, unta o agita el merengue sobre la torta. Tradicionalmente, el merengue en la parte superior se extiende en espesos remolinos o se canaliza en patrones prístinos, pero no es así como lo hace Zoë. Agarra pequeñas gotas del merengue brillante, las coloca en el pastel y luego tira del merengue con los dedos en picos y puntas, lo quiera o no, asimétrico, salvaje y maravilloso.

Sé que dije que el merengue era la mejor parte, pero el flameado es bastante espectacular. Para dorar las espigas y los husos, caliente un poco de licor en una sartén, enciéndalo y vierta el licor ardiente sobre el pastel congelado, o llévelo con un soplete (un soplete de cocina pequeño y fácil de manejar es ideal). Cuando cesan los aplausos, lo único que queda es servir champán y brindar por la hermana André. Es lo que Zoë y yo haremos todos los años.

Receta: Alaska al horno de cumpleaños
Dorie Greenspan es columnista de Eat para la revista. Ha ganado cinco premios James Beard. Su nuevo libro de cocina, "Horneando con Dorie: dulce, salado y simple", se publicará en octubre.

NYT.  

martes, 30 de marzo de 2021

Aprender a amar a una madrastra a través del lenguaje de las flores. Me encantó el arduo trabajo, el olor de la tierra removida mientras plantaba una semilla y aprender de ella cómo cultivar una planta a lo largo de su ciclo de vida.

El día que conocí a Carole, estaba decidido a odiarla.

Es difícil abrazar a una madrastra, más difícil aún seguir adaptándose si tu padre, como el mío, se casó muchas veces. Carole fue su quinta esposa; su matrimonio le otorgó el ingrato título de mi cuarta madrastra.

Tenía 22 años. Mi madre había sido la primera esposa de mi padre. Al contrario de Carole, mamá era una mujer frágil que se encerraba en su habitación para escribir y nunca salía de casa sin aretes y sombrero. Cuando tenía 7 años, mis padres se divorciaron y papá nos dejó en Nueva York para mudarse a California. Mientras mamá nos crió a mi hermana y a mí, él se convirtió en el director fundador del Museo de Arte de Berkeley. Se casó y se divorció tres veces más. Cuando me gradué de la escuela secundaria, entre las esposas No. 3 y No. 4, me llamó, "Ven a la universidad en California".

No era el reencuentro de padre e hija que había imaginado. Un desfile constante de sus novias fluyó por nuestras vidas. Cuando llegó Carole, estaba harta de que las mujeres se mudaran a su casa con sus gatos y muebles acogedores, queriendo ser mi "amiga". Tan pronto como su relación con papá se derrumbaba, desaparecían, junto con cualquier apariencia de amistad.

Las esposas anteriores de papá habían renovado la cocina. Carole se concentró en el patio delantero lleno de rocas donde papá y yo habíamos intentado cultivar agave y planta de hielo. "Las plantas de hielo atraen babosas y caracoles", declaró mientras arrancaba las flores rosa neón. "Podemos hacerlo mejor."

Carole tenía que ver con la renovación. Se ofreció como voluntaria para la Comisión de Parques y Recreación de Berkeley. Ella dirigió un proyecto de cuencas hidrográficas cuya misión era reabrir arroyos y arroyos que se encuentran debajo de las calles de la ciudad de Berkeley. No quería ser otro proyecto de restauración.

Estaba acostumbrada a correr salvajemente. Mi padre tenía reglas laxas. La mayoría de los fines de semana, antes de que papá se casara con Carole, conducía dos horas hacia el norte, con mi grupo de amigos de la Universidad de Santa Cruz, donde asistí a la universidad, hasta su casa en las colinas de Berkeley. Bebimos su vino y festejamos en su sala de estar. Mientras no interfiriera con su vida amorosa, no le importaba si me desmayaba en el sofá. A Carole no le gustó este arreglo. Quería que la llamara antes de llegar. Ella quería que yo "estuviera a salvo" cuando salía por la noche.

"No eres mi madre", espeté. Lo último que quería era que me cuidara alguien de quien estaba segura que pronto se iría.

"No, pero soy tu madrastra, y ahora estás es mi casa", respondió Carole con calma.

Era su hogar y lo transformó. Después de graduarme de la universidad, me fui por un año al extranjero. Cuando regresé, el patio delantero yermo estaba adornado con enredaderas de buganvillas y árboles de flores princesa, un árbol de hoja perenne subtropical con flores de color púrpura oscuro tan suaves como el terciopelo. Donde una vez la planta de hielo fluorescente había luchado por echar raíces, florecieron lanzas de lavanda perfumada, tomillo lanudo y rastros de romero. En la cena, Carole me envió afuera con unas tijeras de podar a cortar cebolletas para la ensalada. No pude evitar estar impresionada.

Tres años después de casados, mucho más allá de la época en que las esposas anteriores, frustradas con el mujeriego de papá, habían desaparecido, Carole se quedó. Cuando se enojaba, salía a dar un paseo, pero siempre regresaba. Triste, desanimada, pero no derrotada. Mientras la veía mantenerse firme sin importar el caos que mi padre le lanzara, mi resentimiento contra ella se desvaneció. Reconocí la angustia de ser tentada y luego ignorada por mi padre.

Un día me encontró llorando sentada en los escalones de la entrada. Acababa de romper con un novio infiel. "¿Cómo puedes soportarlo?" Sollocé, queriendo decir infidelidad.

"A veces no puedo", admitió Carole. Luego me entregó una paleta. "Cavar. Ayudará." Tenía una caja de especies de tulipanes para plantar. "No son tan llamativos como los tulipanes híbridos", dijo, colocando un bulbo en la tierra. “Pero son confiables. Todos los años regresan y se multiplican ”.

Para entonces, vivía en San Francisco, trabajando como recepcionista. Odiaba contestar un teléfono en una oficina congestionada. La jardinería con Carole se convirtió en mi liberación de fin de semana. Me encantó el arduo trabajo, el olor de la tierra removida mientras plantaba una semilla y aprender de Carole cómo cuidar una planta a lo largo de su ciclo de vida.

Después de que Carole comenzó un negocio de jardinería y se dio cuenta de que yo era inmune al roble venenoso, me convertí en su persona a quien acudir para limpiar propiedades. Me compró unas tijeras de podar y un cinturón de jardinería para llevar alrededor de mi cintura con bolsas para mis herramientas. Subiendo y bajando por las laderas de Berkeley, me pavoneé junto a Carole con botas pesadas mientras recitaba los nombres botánicos de cada planta que encontrábamos. Rosemary era del género Salvia. La lavanda era la fácil Latinate Lavandula, y el glorioso árbol de la flor de la princesa era Tibouchina urvilleana. "Es originario de Brasil". dijo Carole, "pero le va bien aquí".

“¿Por qué te preocupas por saber todos los nombres?" pregunté.

Se detuvo junto a un Helleborus adornado con flores color burdeos. “Me sentía sola”, dijo. “Pero una vez que aprendí los nombres de las plantas, dondequiera que fuera, reconocía cosas que sabía. Vi amigos".

Carole podría haber parecido tan robusta como el tronco de un árbol. De hecho, estaba plagada de las mismas inseguridades que me atormentaban. En esa nueva casa, con una hijastra contenciosa y un marido impulsivo, a menudo estaba enojada. Estaba sola y perdida. Las plantas eran sus señales en un paisaje extraño. La consolaron y le ayudaron a orientarse y navegar. Los eléboros de floración temprana significaban que había llegado la primavera; una Tibouchina púrpura indicaba que el clima era templado; y aunque un Agave floreciente presagiaba la desaparición de la planta, también significaba que la suculenta se había preparado para la muerte al propagar "cachorros" en su base.

A diferencia de Carole, nunca más volví a elegir a un compañero infiel como mi padre, pero estoy agradecida de que el compromiso de Carole con nosotros perdurará. Ella era la Tulipa confiable, la especie de tulipán en nuestra tumultuosa vida hogareña. Ella no era solo mi cuarta madrastra; ella fue mi última madrastra, su matrimonio con papá duró 36 años. Ahora está muerto y Carole sufre de Alzheimer en etapa tardía, la misma enfermedad que acabó con la vida de mi madre en 2010. Sin embargo, Carole persiste.

Separada por este último año debido al Covid, finalmente pude visitarla nuevamente. La llevé en silla de ruedas por las calles de Berkeley. Aunque Carole ya no recordaba los nombres de sus amadas plantas, yo sí. Inclinándome, le acerqué una ramita de romero a la nariz. “Salvia rosmarinus,” dije. Inhalando, sonrió al reconocerlo. 

Gabrielle Selz es escritora, crítica de arte y autora de las memorias "Unstill Life" y la próxima biografía "Light on Fire". NYT.

domingo, 21 de febrero de 2021

_- El caso del donante de esperma en serie. Un hombre, cientos de niños y una pregunta candente: ¿Por qué?

_- En 2015, Vanessa van Ewijk, una carpintera de los Países Bajos, decidió que quería tener un hijo. Tenía 34 años y era soltera, así que, como muchas mujeres, buscó un donante de esperma.

Consideró concebir a través de una clínica de fertilidad, pero el costo era prohibitivo para ella. En cambio, encontró un candidato ideal a través de un sitio web llamado Desire for a Child, uno de un número creciente de mercados de esperma en línea que conectan a los donantes candidatos directamente con los destinatarios potenciales. La Sra. Van Ewijk se sintió atraída por un perfil en particular, el de Jonathan Jacob Meijer, un músico holandés de unos 30 años.

El Sr. Meijer era guapo, con ojos azules y una melena de cabello rubio rizado. A la Sra. Van Ewijk le gustó lo genuino que parecía. “Hablé con él por teléfono y parecía amable, amable y de buen comportamiento”, dijo. “Le gustaba la música y hablaba de sus pensamientos sobre la vida. No se mostró fuerte en ningún sentido. Parecía el chico de al lado ".

Aproximadamente un mes después, después de algunos intercambios, ella y el Sr. Meijer acordaron encontrarse en la Estación Central, un concurrido centro ferroviario en La Haya. Él le proporcionó su esperma y, a cambio, ella le pagó 165 euros, unos 200 dólares, y cubrió sus gastos de viaje. Meses después dio a luz a una hija, su primer hijo y, según le dijo Meijer, el octavo. (El Sr. Meijer se negó a ser entrevistado para este artículo, pero respondió algunas preguntas por correo electrónico y declaró que no concedió permiso para que se publicara su nombre).

En 2017, cuando decidió volver a concebir, se acercó una vez más al Sr. Meijer. Una vez más se reunió con ella y, por una tarifa igualmente modesta, le proporcionó un recipiente con su semen; una vez más quedó embarazada y dio a luz a un niño.

Incluso antes, sin embargo, la Sra. Van Ewijk se había enterado de algunas noticias inquietantes. Se había conectado en Facebook con otra madre soltera que también había utilizado al Sr.Meijer como donante y que le dijo que, según una investigación realizada en 2017 por el Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte de Holanda, él había tenido al menos 102 hijos. en los Países Bajos a través de numerosas clínicas de fertilidad, un recuento que no incluía sus donaciones privadas a través de sitios web.

La Sra. Van Ewijk quería que sus hijos fueran hermanos completos, por lo que todavía quería que el Sr. Meijer fuera el donante. No obstante, estaba alarmada. Holanda es un país pequeño, hogar de 17 millones de personas; Cuantos más medios hermanos hay en la población que se desconocen entre sí, mayores son las probabilidades de que dos de ellos se reúnan sin saberlo y engendren sus propios hijos, niños con un mayor riesgo de tener defectos hereditarios.

Furiosa, la Sra. Van Ewijk se enfrentó al Sr. Meijer. Admitió que había tenido al menos 175 hijos y admitió que podría haber más.

“Dijo: 'Solo estoy ayudando a las mujeres a hacer realidad su mayor deseo'”, recordó la Sra. Van Ewijk. “Dije: '¡Ya no ayudas! ¿Cómo les digo a mis hijos que posiblemente podrían tener 300 hermanos? "

Vanessa van Ewijk y sus dos hijos en Lisserbroek, Holanda. "¿Cómo les digo a mis hijos que posiblemente podrían tener 300 hermanos?" Ella dijo. Credit ... Ilvy Njiokiktjien para The New York Times

El primer hijo de la fertilización in vitro nació en 1978, y en las décadas posteriores, la donación de esperma se ha convertido en un próspero negocio mundial, ya que las clínicas de fertilidad, los bancos de esperma y los donantes privados han buscado satisfacer la demanda de los padres ansiosos por concebir.

Sin embargo, como industria, está mal regulada. Un mosaico de leyes aborda aparentemente quién puede donar, dónde y con qué frecuencia, en parte para evitar la introducción o amplificación de discapacidades genéticas en una población. En Alemania, un donante de una clínica de esperma no puede tener más de 15 hijos; en el Reino Unido, el límite es de 10 familias con hijos ilimitados. En los Países Bajos, la ley holandesa prohíbe la donación de forma anónima, y ​​las pautas no vinculantes limitan a los donantes de clínicas a 25 niños y a donar en más de una clínica del país. En los Estados Unidos no hay límites legales, solo pautas de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva: 25 niños por donante en una población de 800.000

La regulación es aún más escasa a nivel internacional. Hay poco que impida que un donante de esperma realice una donación en clínicas de países distintos al suyo, o en agencias globales como Cryos International, la clínica de esperma más grande del mundo, en Dinamarca, que envía semen a más de 100 países.

"No hay nada en los EE. UU. Ni en ningún otro lugar que impida que un donante realice una donación en más de un banco de esperma", dijo Wendy Kramer, cofundadora y directora ejecutiva del Donor Sibling Registry, una organización de los Estados Unidos que apoya familias. "Los bancos de esperma afirman que le preguntan al donante si han donado en otro lugar, pero nadie sabe si realmente lo hacen".

Y pocas o ninguna ley gobiernan las donaciones privadas, del tipo que la Sra. Van Ewijk y el Sr. Meijer organizaron a través de Internet. A través de estas brechas, han surgido varios casos de donantes que han engendrado decenas de hijos o más, y de hijos adultos que han descubierto, a menudo a través de las redes sociales, que no solo tienen un puñado de medios hermanos, sino decenas de ellos.

En 2019, la Dutch Donor Child Foundation, un grupo de defensa que facilita el apoyo legal y emocional para las personas concebidas por donantes y sus familias y ayuda a buscar parientes biológicos, determinado a través de pruebas de ADN que el Dr. Jan Karbaat, un especialista en fertilidad que murió en 2017, había engendrado en secreto al menos 68 hijos, nacidos de mujeres que visitaron su clínica cerca de Rotterdam.

Se cree que al menos un donante de esperma en los Países Bajos, conocido como Louis, tiene más de 200 crías, muchas de las cuales no se conocen entre sí. Hace seis años, Ivo van Halen, un holandés I.T. consultor, se enteró de que estaba entre ellos. Desde entonces, ha logrado conectarse directamente con 42 de sus medios hermanos.

"Ha sido un shock aprender a integrar a 42 hermanos y hermanas en su vida", dijo Van Halen en una entrevista. “No hay libros sobre cómo hacer eso. Nuestro grupo ya tiene 70 niños conocidos y recibe nuevos cada mes".

Algunos de sus medios hermanos se han encontrado varias veces en Tinder, la aplicación de citas. Un medio hermano, Jordy Willekens, que vive en La Haya, emparejado en línea con cuatro medias hermanas. “Una vez, le di un golpe a una hermana y ella me golpeó a mí al mismo tiempo”, dijo Willekens.

El grupo mantiene una lista de posibles hermanos a quienes consultar antes de ir a una cita. El Sr. Willekens, que ahora está en una relación, dijo que había sido muy cuidadoso al salir con alguien: "Ahora tengo un ojo muy entrenado".

"Es peligroso para los niños"
Algunos donantes de esperma, como el Dr. Karbaat, donan subrepticia e ilegalmente, dejando que sus identidades y la escala de su actividad sean descubiertas muchos años después por su descendencia, a menudo como una sorpresa.

Otros donantes son abiertamente derrochadores. Ari Nagel, profesor de matemáticas en Nueva York, dona exclusivamente en línea y directamente con los destinatarios; ha sido apodado el "donante objetivo" porque a veces se encuentra con mujeres en lugares públicos, como las tiendas Target, para entregar su esperma. Le dijo a The New York Times que tenía 76 hijos biológicos. Simon Watson, un donante del Reino Unido que actualiza regularmente su sitio de Facebook con fotos de su descendencia, le dijo a la BBC en 2016 que tenía al menos 800 hijos en todo el mundo.

El Sr. Meijer parece haber adoptado ambos enfoques, registrándose en más clínicas de las recomendadas y, al mismo tiempo, donando en forma privada.

En 2017, después de enfrentarse al Sr. Meijer, la Sra. Van Ewijk notificó a la Fundación Holandesa de Donantes para Niños que tenía muchos más hijos de los que había revelado inicialmente y que había estado donando esperma en varias clínicas. El grupo ya lo conocía, de otras madres con la misma denuncia.

La fundación pronto determinó que el Sr. Meijer había engendrado en forma privada al menos 80 niños en los Países Bajos, además de los 102 que el Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte había identificado a través de 11 clínicas en el país. El gobierno ordenó a todas las clínicas de esperma holandesas que dejaran de usar el semen del Sr. Meijer.

(Debido a las leyes de privacidad holandesas, el gobierno no ha nombrado públicamente al Sr. Meijer como el donante en cuestión. Sin embargo, en un correo electrónico a The Times, un portavoz del Ministerio de Salud confirmó su identidad. “Los donantes deben firmar un acuerdo con su clínica que no donan esperma en otras clínicas ", escribió Gerrit-Jan KleinJan." El donante de esperma sobre el que está escribiendo también hizo este acuerdo. Sin embargo, donó en más bancos de esperma dando como resultado 102 bebés ").

Posteriormente, la Sra. Van Ewijk se hizo amiga de otras dos madres holandesas que habían utilizado al Sr. Meijer como donante. Los dos trabajaron juntos en el mismo preescolar y se dieron cuenta de que compartían el mismo donante después de notar que sus hijos, ambos de 9 años, se parecían.

Las dos mujeres, que solicitaron el anonimato para proteger la privacidad de sus hijos, dijeron que a su vez conocían a varios sus mujeres en su ciudad, Almere, que había utilizado al Sr. Meijer como donante. Una madre expresó su preocupación de que algunos de estos medios hermanos pudieran encontrarse accidentalmente y tener una relación.

"Es repugnante y quiero que se detenga", dijo. “Es peligroso para los niños. Hay más hermanos y hermanas en Almere, y pueden enamorarse. No es bueno."

Tim Bueter, un abogado de los Países Bajos que representó a las familias en el caso del Dr. Karbaat, dijo que había sido contactado por 12 madres que habían usado el esperma del Sr. Meijer. Querían saber si había alguna acción legal que pudieran emprender contra él. Bueter dijo que era muy poco lo que podían hacer, ya que no se aplicaban leyes.

“Fue sorprendente escuchar que algo como esto está sucediendo”, dijo Bueter. “Los niños son las víctimas en este caso. Hay que hacer algo para detenerlo. Lo único que pueden hacer estas mujeres es ir al público y esperar que todos en el mundo sepan que no deben usar a este hombre como donante de esperma".

13 países o más
Joëlle de Boer, voluntaria y persona de contacto internacional de la Dutch Donor Child Foundation, ha estado siguiendo la actividad del Sr. Meijer. Según su investigación, ha estado viajando por Europa, Escandinavia y Ucrania durante varios años, donando esperma desde 2007 en varias clínicas y de forma privada en Internet.

“Hace dos semanas fui a donar en Kiev a la clínica Biotexcom”, escribió en Facebook en junio de 2017, refiriéndose al Centro BioTexCom para la Reproducción Humana en Ucrania, que utiliza esperma donado para la fertilización in vitro y la subrogación. “La señora a la que ayudé usó una donante de óvulos de Ucrania que será fertilizada con mi esperma. ¡Debo decir que esta fue una de las mejores experiencias que tuve con las clínicas! "

La Sra. De Boer también ha estado tabulando la presencia en línea del Sr. Meijer, incluso en ocho sitios web privados de donaciones en Alemania, Italia y los Países Bajos. En un sitio, se anunció a sí mismo como un "donante vikingo musical" rubio. Compartió con The Times capturas de pantalla de sitios de donación privados en los que un donante con la foto del Sr. Meijer acompañaba nombres falsos, incluidos "Lukas" y "Martijn". Cuando se le pidió que comentara, Meijer dijo en un correo electrónico: "Nunca he donado con nombres falsos".

Además, el Sr. Meijer se ha registrado en al menos un banco de esperma internacional, Cryos, que no establece un límite general sobre la cantidad de hijos que puede generar un donante, aunque afirma adherirse a los límites establecidos por cada país al que dona. Aún así, con cada banco exportando a decenas de países, un solo donante podría potencialmente producir cientos o incluso miles de niños en todo el mundo.

Además, a diferencia de los bancos de esperma de los Países Bajos, que prohíben la donación anónima, los bancos de esperma internacionales suelen registrar a los donantes con un alias o un número. Además, confían en los clientes para informar voluntariamente los nacimientos de sus hijos cuando realizan un seguimiento de la descendencia de los donantes de esperma, y ​​esa cuenta no siempre es precisa. Y no existe un registro internacional de donantes de esperma, por lo que un receptor no tiene una manera fácil de saber dónde más podría haber donado su donante o cuántos medios hermanos podrían tener sus hijos.

La Sra. De Boer dijo que ha estado en contacto con madres que han tenido hijos del Sr. Meijer en Australia, Italia, Serbia, Ucrania, Alemania, Polonia, Hungría, Suiza, Rumania, Dinamarca, Suecia, México y Estados Unidos. Varias estuvieron en contacto con las dos madres holandesas que son amigas de la Sra. Van Ewijk y confirmaron sus relatos con esta reportera.

Una mujer alemana le dijo a The Times que adquirió el esperma del Sr. Meijer a través de Cryos; aunque donó bajo un alias, ella pudo averiguar su nombre real. En 2019 recibió una carta de Cryos notificándole que su donante “había donado en países fuera de Dinamarca, incumpliendo así el contrato que tenía con Cryos para donar exclusivamente a nuestro banco de esperma”.

La carta agregó: "Esto significa que el donante supuestamente ha logrado más embarazos que los embarazos registrados en nuestro sistema". La empresa también notificó a las autoridades sanitarias danesas, decía la carta, y dejó de distribuir su semen.

En un correo electrónico, el Sr. Meijer dijo que no recordaba que le dijeran que tenía prohibido donar en otras clínicas: “Las clínicas hicieron exámenes intensivos de salud y genética y entrevistas y los pasé todos, pero no recuerdo claramente este procedimiento para decir nada. sobre eso". En un segundo correo electrónico, dijo: "No había acuerdos estrictos entre los bancos de esperma (hasta hace poco) para verificar si los donantes no habían estado donando en otros lugares".

Peter Reeslev, director ejecutivo de Cryos, solicitó comentarios, insistió en que un donante de Cryos no podría haberse inscrito sin conocer la cláusula de exclusividad. "NO", escribió en un correo electrónico. "Los donantes firman y se comprometen en términos contractuales a no donar en ningún otro establecimiento de tejidos que no sea Cryos antes y se comprometen a no donar esperma a otros bancos de esperma / centros de tejidos en el futuro".

Añadió: “En un nivel general, Cryos disasoci se alimenta de cualquier forma de donación de esperma en serie debido a la importancia de no exceder las cuotas nacionales de embarazo ”en cada país al que envían esperma.

Es imposible decir exactamente cuántos hijos donantes tiene el Sr. Meijer en todo el mundo. Pero Ties van der Meer, director de la Dutch Donor Child Foundation, y sus colegas han calculado que si el patrón conocido de donación clínica y privada del Sr. Meijer fuera un indicador, el número podría ascender a varios cientos, incluso a 1.000.

En un correo electrónico, el Sr. Meijer rechazó esa conclusión. "Tengo aproximadamente 250 hijos", dijo. “Las suposiciones de 1.000 son ridículas. Estoy decepcionado por la obsesión de los números. Me convertí en donante no por números, sino por amor para ayudar a los padres a realizar su sueño. No puedo entender cómo alguien solo puede concentrarse en números y ver a mis hijos donantes como un número".

Creando barreras legales
Para combatir el problema de los donantes en serie, los funcionarios de los Países Bajos están implementando varias medidas, incluida la creación de un registro central de donantes de esperma, para evitar que los hombres donen en varias clínicas al mismo tiempo, dijo la Dra. Monique H. Mochtar, presidenta del Grupo de Interés Especial en Donación de Gametos. Además, debido al Sr. Meijer, se espera que el límite recomendado de 25 niños por donante en las clínicas de esperma se convierta en ley esta primavera, restringiendo un donante a 12 madres a nivel nacional.

Pero los desafíos y lagunas siguen existiendo a nivel internacional. "La falta de órganos reguladores y legislativos para la industria internacional de la fertilidad permite a las empresas reclamar y hacer lo que quieran", dijo el Sr. van der Meer, de la Dutch Donor Child Foundation. "Necesitamos legislación internacional y ayuda para todas las familias que se han visto afectadas por las acciones de donantes como este hombre".

El tema de la donación de esperma en serie también ha sido reconocido en otros países. Christina Motejl, abogada en Berlín, es miembro de Donor Offspring Europe, una red de organizaciones de adultos concebidos por donantes en Europa. Dijo que el grupo estaba preocupado por los donantes que viajan por Europa tratando de engendrar tantos hijos como sea posible.

"Es un poco repugnante de una manera narcisista", dijo. “Ninguna persona cuerda querría 100 hijos o más. La gran pregunta es ¿por qué? Estos hombres quieren la confirmación de que son un gran tipo y que todos los quieren".

Judith Daar, quien dirige el comité de ética de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva, dijo que aunque a menudo existe una renuencia a regular la reproducción asistida más estrictamente que la concepción natural, podría ser apropiado en casos extremos, incluido el del Sr. Meijer, imponer límites en el número de descendientes que puede tener cualquier donante.

Señaló que los hombres que donan a través de las redes sociales, evitando el papeleo de un banco de esperma o de un médico, podrían terminar sorprendidos por consecuencias legales devastadoras.

"Los donantes deben saber que, según la ley estatal, pueden ser considerados padres legales de cualquier descendencia resultante", dijo la Sra. Daar, quien también es decana de la Facultad de Derecho de Chase de la Universidad de Northern Kentucky y autora de "The New Eugenics: Mejora selectiva en una era de tecnologías reproductivas”. También alentó a las mujeres a verificar la salud del donante y las pruebas genéticas a través de expertos calificados, en lugar de confiar en la palabra del donante.

El estilo de vida del donante
¿Qué impulsa a un donante de esperma a donar tan abundantemente?
En 2013, un artículo de la revista Donor Sibling Registry identificó tres motivos principales, al menos para los donantes promedio: dinero, generosidad y el deseo de transmitir su ADN.

"Creo que hay que fijarse en el número 3, transmitir sus genes para tener hijos", dijo Kramer, directora ejecutiva del registro. “¿Es parte del ADN de algunos hombres hacer esto? ¿Qué hace que un hombre done durante seis años? ¿Diez años? Si cada donación puede crear entre 4 y 24 niños, ellos pueden hacer los cálculos. ¿Por qué no lo pensarían dos veces? "

La compensación financiera por la donación en algunos países es bastante escasa, pero algunos donantes han forjado un estilo de vida al aceptar una tarifa nominal a cambio de los gastos de viaje para conocer a los destinatarios en persona.

El Sr. Nagel, que tiene 45 años y es soltero, dijo que las mujeres lo habían llevado por todo el mundo en busca de su esperma, incluso a Israel, el sudeste asiático, Ghana y Filipinas. Cuando este reportero lo contactó, el Sr. Nagel se estaba preparando para volar a México para ayudar con una inseminación, luego a Florida, Maryland y Virginia, para reunirse con algunos de sus hijos en su cumpleaños.

Meijer también ha viajado a menudo y muy lejos, incluso a Argentina, China, Nueva Zelanda y Australia, según su perfil de donante en Cryos.

El perfil, bajo el alias requerido, señala que después de la universidad trabajó como profesor de ciencias sociales en la escuela secundaria y ahora "está trabajando con criptomonedas en una empresa de desarrollo y comercio". Sus puntos fuertes incluyen "mi optimismo y mi carácter siempre alegre". Sus debilidades: “Como soy un soñador, siempre necesito concentrarme en hacer las cosas de la manera correcta porque si no las hago, me olvido de hacerlas. A veces necesito mucho tiempo para reflexionar porque tengo un carácter sensible".

Como muchos donantes, el Sr. Meijer dijo que sus intenciones eran caritativas, ayudar a las personas que querían formar una familia. “La demanda sigue siendo enorme y la cantidad de donantes capaces es baja”, dijo en un correo electrónico.

El Sr. Nagel ofreció un sentimiento similar. "Me encanta tener hijos", dijo. "Es bueno ayudar a que crezcan tantas familias hermosas, y ver lo felices que son y cuánto amor circulan".

Pero el señor van der Meer, que es donante concibe y ha donado esperma, dijo que algunos donantes parecían estar involucrados casi en una competencia para ver quién podía engendrar más hijos.

En un correo electrónico, el Sr. Meijer dijo: “Sé que la gente me está juzgando rápidamente o piensa que doy por razones narcisistas. Pero soy bastante realista sobre mí mismo y no pienso demasiado en mí mismo. (Prefiero ser honesto conmigo mismo y ver mis defectos y mi lado bueno). Pero lo que me motiva como donante es hacer algo realmente grande con solo un poco de ayuda, el aprecio de los destinatarios y los cálidos sentimientos y recuerdos que comparto con los niños y los destinatarios”.

Los sentimientos cálidos no son necesariamente mutuos. Una madre en Australia que compró el esperma del Sr. Meijer a través de Cryos y tuvo un hijo dijo que estaba preocupada por la cantidad de hijos que resultó tener. (Ella pidió que no se usara su nombre, por razones de privacidad). Ella y otras 50 madres que usaron su esperma han formado un grupo, Moms on a Mission, para tratar de que deje de donar.

Su objetivo es conectarse con tantos otros padres como sea posible, para averiguar el verdadero número de descendientes que ha producido, para que sus hijos puedan contactarse entre sí a medida que crecen. Muchas de las madres se preguntan cómo sus hijos podrán alguna vez tener una relación con su padre biológico cuando él tiene tantos otros hijos. El grupo también aboga por la creación de una base de datos internacional de donantes de esperma.

“De esa manera, estos hombres no pueden simplemente donar cuando quieran y crear a todos estos niños en el mundo sin que los padres siquiera lo consientan”, dijo la madre australiana. "No puedo imaginar lo que pensará nuestro hijo cuando se entere".

Fuente: NYT.