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miércoles, 31 de diciembre de 2014

La educación exige emociones. El fenómeno es imparable. Los nuevos tiempos exigen desarrollar las capacidades innatas de los niños y cambiar las consignas académicas.

¿Estamos educando a las nuevas generaciones para vivir en un mundo que ya no existe? El sistema pedagógico parece haberse estancado en la era industrial en la que fue diseñado. La consigna respecto al colegio ha venido insistiendo en que hay que “estudiar mucho”, “sacar buenas notas” y, posteriormente, “obtener un título universitario”. Y eso es lo que muchos han procurado hacer. Se creyó que, una vez finalizada la etapa de estudiantes, habría un “empleo fijo” con un “salario estable”.

Pero dado que la realidad laboral ha cambiado, estas consignas académicas han dejado de ser válidas. De hecho, se han convertido en un obstáculo que limita las posibilidades profesionales. Y es que las escuelas públicas se crearon en el siglo XIX para convertir a campesinos analfabetos en obreros dóciles, adaptándolos a la función mecánica que iban a desempeñar en las fábricas. Tal como apunta el experto mundial en educación Ken Robinson, “los centros de enseñanza secundaria contemporáneos siguen teniendo muchos paralelismos con las cadenas de montaje, la división del trabajo y la producción en serie impulsadas por Frederick Taylor y Henry Ford”.

Si bien la fórmula pedagógica actual permite que los estudiantes aprendan a leer, escribir y hacer cálculos matemáticos, “la escuela mata nuestra creatividad”. A lo largo del proceso formativo, la gran mayoría pierde la conexión con esta facultad, marginando por completo el espíritu emprendedor. Y como consecuencia, se empiezan a seguir los dictados marcados por la mayoría, un ruido que impide escuchar la propia voz interior.

La voz de los adolescentes

“Desde muy pequeño tuve que interrumpir mi educación para empezar a ir a la escuela” Gabriel García Márquez

Cada vez más adolescentes sienten que el colegio no les aporta nada útil ni práctico para afrontar los problemas de la vida cotidiana. En vez de plantearles preguntas para que piensen por sí mismos, se limitan a darles respuestas pensadas por otros, tratando de que los alumnos amolden su pensamiento y su comportamiento al canon determinado por el orden social establecido.

Del mismo modo que la era industrial creó su propia escuela, la era del conocimiento emergente requiere de un nuevo tipo de colegio. Básicamente porque la educación industrial ha quedado desfasada. Sin embargo, actúa como un enfermo terminal que niega su propia enfermedad. Ahogada por la burocracia, la evolución del sistema educativo público llevará mucho tiempo en completarse. Según Robinson, “ahora mismo sigue estando compuesto por tres subsistemas principales:
-el plan de estudios (lo que el sistema escolar espera que el alumno aprenda),
-la pedagogía (el método mediante el cual el colegio ayuda a los estudiantes a hacerlo) y
-la evaluación, que vendría a ser el proceso de medir lo bien que lo están haciendo”.

La mayoría de los movimientos de reforma se centran en el plan de estudios y en la evaluación. Sin embargo, “la educación no necesita que la reformen, sino que la transformen”, concluye este experto. En vez de estandarizar la educación, en la era del conocimiento va a tender a personalizarse. Esencialmente porque uno de los objetivos es que los chavales descubran por sí mismos sus dones y cualidades individuales, así como lo que verdaderamente les apasiona.

En el marco de este nuevo paradigma educativo está emergiendo con fuerza la “educación emocional”. Se trata de un conjunto de enseñanzas, reflexiones, dinámicas, metodologías y herramientas de autoconocimiento diseñadas para potenciar la inteligencia emocional. Es decir, el proceso mental por medio del cual los niños y jóvenes puedan resolver sus problemas y conflictos emocionales por sí mismos, sin intermediarios de ningún tipo.

La base pedagógica de esta educación en auge está inspirada en el trabajo de grandes visionarios del siglo XX como Rudolf Steiner, María Montessori u Ovide Decroly. Todos ellos comparten la visión de que el ser humano nace con un potencial por desarrollar. Y que la función principal del educador es acompañar a los niños en su proceso de aprendizaje, evolución y madurez emocional. En esta misma línea se sitúan los programas de la educación lenta, libre y viva que están consolidándose como propuestas pedagógicas alternativas dentro del sistema. Eso sí, el gran referente del siglo XXI sigue siendo la escuela pública de Finlandia, país que lidera el ranking elaborado por el informe PISA.
¿Para qué sirve?

“Educar no consiste en llenar un vaso vacío, sino en encender un fuego latente” Lao Tsé

La educación emocional está comprometida con promover entre los jóvenes una serie de valores que permitan a los chavales descubrir su propio valor, pudiendo así aportar lo mejor de sí mismos al servicio de la sociedad. Entre estos destacan:

Autoconocimiento. Conocerse a uno mismo es el camino que conduce a saber cuáles son las limitaciones y potencialidades de cada uno, y permite convertirse en la mejor versión de uno mismo.

Responsabilidad. Cada uno de nosotros es la causa de su sufrimiento y de su felicidad. Asumir la responsabilidad de hacerse cargo de uno mismo en el plano emocional y económico es lo que permite alcanzar la madurez como seres humanos y realizar el propósito de vida que se persiga.

Autoestima. El mundo no se ve como es, sino como es cada uno de quienes lo observan. De ahí que amarse a uno mismo resulte fundamental para construir una percepción más sabia y objetiva de los demás y de la vida, nutriendo el corazón de confianza y valentía para seguir un propio camino.

Felicidad. La felicidad es la verdadera naturaleza del ser humano. No tiene nada que ver con lo que se tiene, con lo que se hace ni con lo que se consigue. Es un estado interno que florece de forma natural cuando se logra recuperar el contacto con la auténtica esencia de cada uno.

Amor. En la medida que se aprende a ser feliz por uno mismo, de forma natural se empieza a amar a los demás tal como son y a aceptar a la vida tal como es. Así, amar es sinónimo de tolerancia, respeto, compasión, amabilidad y, en definitiva, dar lo mejor de nosotros mismos en cada momento y frente a cualquier situación.

Talento. Todos tenemos un potencial y un talento innato por desarrollar. El centro de la cuestión consiste en atrevernos a escuchar la voz interior, la cual, al ponerla en acción, se convierte en nuestra auténtica vocación. Es decir, aquellas cualidades, fortalezas, ­habilidades y capacidades que permiten emprender una profesión útil, creativa y con sentido.

Bien común. Las personas que han pasado por un profundo proceso de autoconocimiento se las reconoce porque orientan sus motivaciones, decisiones y acciones al bien común de la sociedad. Es decir, aquello que hace a uno mismo y que además hace bien al conjunto de la sociedad, tanto en la forma de ganar como de gastar dinero.

En vez de seguir condicionando y limitando la mente de las nuevas generaciones, algún día –a lo largo de esta era– los colegios harán algo revolucionario: educar. De forma natural, los niños se convertirán en jóvenes con autoestima y confianza en sí mismos. Y estos se volverán adultos conscientes, maduros, responsables y libres, con una noción muy clara de quiénes son y cuál es su propósito en la vida. El rediseño y la transformación del sistema educativo son, sin duda alguna, unos de los grandes desafíos contemporáneos. Que se hagan realidad depende de que padres y educadores se conviertan en el cambio que quieren ver en la educación.

Fuente: El País semanal. http://elpais.com/elpais/2014/12/12/eps/1418401341_900515.html

jueves, 18 de diciembre de 2014

Educar en Tiempos de Incertidumbre. Excelente Conferencia de Danilo Martucelli, profesor de la U. de La Sorbona

Conferencia de Danilo Martucelli, titulada "Educar en tiempos de incertidumbre", en el marco del 4º congreso de la Confederación de Movimientos de Renovación Pedagógica. Lleida, 23 de noviembre del 2014, a la que tuve el placer y el honor de asistir.

Educar en tiempos de incertidumbre from ACTE on Vimeo.

jueves, 11 de diciembre de 2014

Richard Gerver, asesor y experto en educación. “¿Por qué estudiamos asignaturas? Es una manera ridícula de parcelar el conocimiento”

“Los padres acabarán cuestionando las escuelas. La educación colaborativa ganará peso”

Richard Gerver (Londres, 1969) era un director de escuela más hasta que se puso al frente de la Grange Primary School, una de las peores de Reino Unido. Dos años después, el colegio se situó entre los primeros del país y se ponía como ejemplo de innovación en todo el mundo. Gerver se dedica hoy a asesorar escuelas a través de The International Curriculum Foundation, de la que es cofundador. También recorre el orbe hablando de su modelo de educación, basado en crear contextos reales en los que se mezclen varias disciplinas. Fue uno de los ponentes estrella del Congreso de Mentes Brillantes, organizado la semana pasada en Madrid por Ser Creativos.

Si le dieran plenos poderes para cambiar el sistema educativo de su país, ¿qué haría?
Empezaría por formular la pregunta fundamental: qué tipo de seres humanos queremos que sean nuestros hijos cuando hayan completado su educación. En esta discusión implicaría a educadores, pero también a emprendedores sociales, empresarios, ONG, líderes de pensamiento y, solo si fuera imprescindible, a políticos [risas]. Creo en el antiguo proverbio africano que dice que hace falta todo un pueblo para educar a un solo niño.

¿Qué forma tomaría su sistema?
Trataría de potenciar el desarrollo de las habilidades naturales de aprendizaje de los niños. Creo que los pequeños son aprendices avezados, tienen una increíble curiosidad natural. La mayor parte de conocimientos que adquiere una persona, como identificar las entonaciones vocales o interpretar expresiones faciales, acontece antes de que llegue al colegio. El actual sistema, que consiste en llevarles a unas aulas, inyectarles información y devolverles a sus casas, es insuficiente. El punto clave es cómo desarrollar y nutrir sus talentos naturales. Deben ser alumnos activos, no pasivos.

¿Qué competencias debe adquirir un alumno del siglo XXI?
Las esenciales son la colaboración, la solución de problemas, el espíritu emprendedor, perseguir intereses propios, tener espíritu crítico y desafiar las convenciones. El sistema debe preparar a los jóvenes para que se adapten a un mundo en constate cambio, para que sean más lanzados e independientes, que tengan más control sobre sus vidas y colaboren entre ellos para encontrar soluciones a los problemas.

¿Cambiaría, entonces, las asignaturas habituales?
¿Se ha preguntado alguna vez por qué estudiamos en base a asignaturas? Es una manera ridícula de compartimentar el conocimiento. El mundo real no funciona así. Habría que diseñar la manera en que la experiencia y el conocimiento de cada materia estuviesen mejor integrados. Los niños se desenvuelven mejor en entornos multitarea. Cuando juegan a las consultas médicas usan conocimientos de lengua, matemáticas y ciencias a la vez. Si el aprendizaje tiene lugar en ambientes ricos en contextos, nadie quedará realmente desconectado. Es importante que el componente experiencial gane peso frente al académico, que ahora mismo monopoliza la enseñanza.

¿Cómo encajan en este modelo los deberes y los exámenes?
Estamos en un punto en el que todo el mundo coincide en que necesitamos innovar y remodelar el sistema educativo, pero al mismo tiempo no dejamos de evaluar su rendimiento en base a métricas del siglo XIX. ¡Es ridículo! No me malinterprete: por supuesto que hay que evaluar continuamente el progreso de cada niño. Sería indicado medir el rendimiento también en función de cuán bien se desenvuelven los estudiantes en los valores y conocimientos trabajados, de cómo relacionan habilidades con intereses y de qué propósitos insertan en cada actuación.

¿Cuánto tiempo llevaría completar este cambio de modelo?
Yo soy optimista, porque los niños son colaborativos por naturaleza y las nuevas tecnologías son, en mi opinión, muy buenas para su desarrollo. Cuando yo era pequeño, la idea de poder hablar con un niño ruso parecía ridícula. Hoy mi hijo juega y se comunica con niños de todo el globo con su consola. Creo que dentro de no mucho los padres desafiarán la propia idea de llevar a sus hijos a la escuela, apostando por modelos de educación colaborativa y online. Puede que las escuelas se queden obsoletas antes de lo que creemos. Nuestros hijos son unos consumidores muchísimo más complejos de lo que nosotros éramos a su edad. También son mucho más incontrolables. Hoy en día, si no les gusta algo, lo cambian.
Fuente: http://cincodias.com/cincodias/2014/11/21/sentidos/1416590076_394799.html
Más: Roger Schank: “Lo que nos enseñan en la escuela no nos sirve en la vida real”

jueves, 20 de noviembre de 2014

15 cortometrajes para educar en valores

El cine ha llevado a la gran pantalla muchas películas en las que se tratan temas relacionados con el mundo de la educación, aquí te presentamos 15 cortometrajes para educar en valores. Con ellos, el alumnado reflexionará sobre la amistad, la solidaridad, el trabajo en equipo, el respeto a las personas. - Para ver los videos tan solo da click sobre el título de cada cortometraje.

1. Cuerdas: El guionista y director Pedro Solís García dirige esta pequeña obra de arte que ha sido reconocida recientemente con el Premio Goya 2014 al Mejor Cortometraje de Animación. La ternura, la amistad, la inocencia o la generosidad son algunos de los valores tratados.

2. El vendedor de humo: Este corto animado plantea diferentes cuestiones alrededor de las cuales los alumnos tienen la oportunidad de reflexionar: el consumismo, la picaresca, cómo en ocasiones le damos demasiada importancia a las apariencias…

3. El hombre orquesta: La factoría de animación Pixar es la autora de este cortometraje (también de animación) cuya trama recoge la importancia de trabajar en grupo. Asimismo, refleja que las rivalidades no siempre son buenas, en especial cuando son llevadas al extremo y esto implica dañar al resto de compañeros.

4. El viaje de Said: Coke Riobóo dirigió en 2006 este cortometraje musical de animación hecho con plastilina. En él se plantea el problema de la inmigración, y también quiere educar en valores como la solidaridad.

5. Pipas: Avalada por diferentes premios y conocimientos, Pipas refleja la importancia de aprender y muestra el fracaso escolar de la sociedad a través de la mirada de dos chicas jóvenes.

6. La flor más grande del mundo: El cortometraje "La flor más grande del mundo" está basado en un cuento escrito por el Premio Nobel de Literatura José Saramago. Se da la circunstancia de que este corto (elaborado con la técnica stop-motion) cuenta con la colaboración del propio Saramago que pone voz a la historia que se cuenta y, además, tiene su propio personaje. En ella se hace un llamamiento a la solidaridad y las relaciones humanas, en un mundo donde la falta de ideales, el egoísmo o el individualismo prevalecen por encima de otros sentimientos.

7. El Circo de las Mariposas: Interesante propuesta que, seguramente, llamará la atención de los estudiantes. Valores como el respeto o la dignidad son tratados en este cortometraje que también plantea otros miedos y temores a los que todos (en alguna que otra ocasión) hemos tenido que hacer frente: la necesidad de sentirse aceptados por los demás, romper con las barreras que muchas veces nos ponemos nosotros mismos y que nos impiden alcanzar nuestros deseos…

8.El Cazo de Lorenzo: Educar en la diversidad. Éste es el mensaje que transmite el cortometraje "El Cazo de Lorenzo", una propuesta basada en el cuento de la escritora Isabelle Carrier: relata la vida de Lorenzo, un niño de corta edad y diferente a los demás que un día descubre que las personas buenas también existen. El cazo de color rojo que siempre le acompaña representa las dificultades y los obstáculos a vencer.

9. Por cuatro esquinitas de nada: El mensaje que transmite es similar al que arroja ‘El Cazo de Lorenzo’: aceptar a las personas que, por un motivo u otro, son diferentes a nosotros. Hay que ser tolerantes y solidarias con ellas e integrarlas en nuestro ambiente, no cambiar su forma o manera de ser. En este caso, sus protagonistas no son personas sino figuras geométricas; en concreto, un cuadrado y varios círculos.

10. The Lost Thing: En 2011 esta cinta consiguió el Oscar al mejor corto animado. Es una llamada de atención al estilo de vida que llevamos y que, muchas veces, no nos deja ver lo que le ocurre a las personas que tenemos alrededor, sus problemas…

11. Destiny: El corto de animación Destiny es obra de cuatro alumnos de la escuela francesa Bellecour Ecoles d’art: Fabien Weibel, Sandrine Wurster, Victor Debatisse y Manuel Alligné. Visualmente resulta exquisito y la historia plantea varias cuestiones como el paso del tiempo, la posibilidad de cambiar nuestro destino, la rutina del día a día, las obsesiones que podemos llegar a tener y que nos impiden avanzar… A much@s os recordará a la película protagonizada por Bill Murray ‘Atrapado en el tiempo’.

12. No abuses. Es mejor no ser un guais: Se trata de un cortometraje que quiere enseñar que hay que respetar siempre a las personas y aceptarlas como son. Asimismo, nos recuerda que no tenemos que cambiar nuestra forma de ser para que los demás nos acepten.

13. Un Conte: Apenas tiene una duración de dos minutos y no tiene diálogos hablados. Un Conte es un cortometraje (también de animación) que relata el drama social de la violencia en el ámbito doméstico a través de una caballero enmascarado que sale al rescate de una mujer joven.

14. Corto The Moon (La Luna). Este corto de la factoría Pixar relata la vida de un niño de corta edad que tiene que empezar a madurar antes de lo que cree. Un día empezará a trabajar con su padre y su abuelo; a partir de ese momento deberá elegir si quiere seguir los pasos de la familia o forjar su propio destino.

15. Presto: Es otro de los cortos de animación de los estudio Pixar que, en esta ocasión, trata los problemas que se derivan del exceso de ego con un toque de humor y de ingenio.

Fuente: Educación 3.0
http://www.educacionyculturaaz.com/educacion/15-cortometrajes-para-educar-en-valores/

miércoles, 29 de octubre de 2014

«Seguimos pensando que uno es culpable de su propia pobreza» Suzanna Jansen.

Un libro indaga en un capítulo oculto de la historia, un experimento de reeducación de pobres que comenzó en 1823 en una ciudad de Holanda.
Suzanna Jansen. Periodista y escritora.

«No se ponían el traje de domingo ni los zapatos. Les agradaba salir a pasear, pero querían ir por su cuenta y sin vigilancia, lo que obviamente no podíamos permitir». Este comienzo, que bien podría ser de una novela de Orwell o Huxley, es el de una historia real, la de un experimento de reeducación al que estuvieron sometidos centenares de miles de familias durante los siglos XIX y XX, entre ellas cinco generaciones de antepasados de Suzanna Jansen, autora de 'El paraíso de los pobres'. Un ensayo en el que la autora documenta y muestra sus investigaciones sobre lo que comenzó siendo una colonia de mendigos creada en el pueblecito holandés de Veenhuizen en 1823 hasta las viviendas protegidas construidas en Amsterdam en el siglo XX. Lo que comenzó siendo una idea con buenas intenciones para acabar con la pobreza y elevar a las clases más bajas acabó convirtiéndose en una condena a cadena perpetua para no salir jamás de la miseria.

-¿Cómo comenzó su investigación acerca de este hecho tan poco conocido?
-Un día encontré un recordatorio de funeral de mi bisabuela, Helena Gibjen. Al mostrárselo a mi madre ella suspiró: '¡Pobre mujer! Nació protestante y se casó con un católico, por lo que quedó separada de su legado cultural y fue desheredada'. Una explicación perfecta para el origen de la pobreza de nuestra familia que a la par despertó en mí cierta curiosidad. Así que decidí investigar sobre mi bisabuela y, al requerir su certificado de nacimiento, vi que había nacido no en el pueblecito de Norg que ponía en su recordatorio, sino en el Hospicio Número Tres de Veenhuizen. ¿Un hospicio? Algo no encajaba, así que seguí indagando hasta descubrir los experimentos sociales que narro en el libro.

-Gran parte de su familia formó parte de esos experimentos. ¿Cómo comenzaron?
-Tras las guerras napoleónicas se generó mucha pobreza, sobre todo en Holanda, y muchas tierras del norte se quedaron sin nadie que las cultivase. Un general llamado Johhanes van den Bosch ideó un plan: ¿por qué no emplear a los pobres y de paso darles disciplina, 'civilizarles', para que dejaran de ser pobres? Así mandó construir en aquellas tierras tres grandes hospicios a modo de cuarteles para alojar a unas 3.000 personas. Durante aquel proceso de 'civilización' se separó a los padres de sus hijos para educar a ambos por separado y hasta que los adultos no demostraron ser eficientes no tenían derecho a volver a reunir a la familia, de otro modo habría que reeducar a los pequeños. Era el director de todo aquello quien sabía perfectamente lo que era mejor para todos y quien aplicaba una disciplina militar: les decía lo que comer, cuándo hacerlo. Nadie tenía poder de decidir nada sobre su vida. Mucha gente de la que fue voluntariamente descubrió después que no podía irse cuando quería. Y aún estamos en el momento en el que todo se hacía con las mejores intenciones, pero ya sabemos que el infierno está lleno de buenas intenciones.

-Con esas condiciones la integración después sería casi imposible...
-Claro, primero porque durante años a esas gentes no les dejaron decidir sobre nada de su vida y carecían de las herramientas para volver a una vida normal. Después, porque el mundo exterior señalaba a los que salían de aquellos hospicios, había un estigma asociado. Aquellas personas solo eran pobres que habían tenido mala suerte, pero la sociedad ya no les daba trabajo, era como si hubieran estado en una cárcel.
-¿Ha cambiado la visión que se tiene de los pobres hoy?
-No tan radicalmente, muchos desprecian a la gente desfavorecida y estos siguen llevando su estigma. La pobreza avergüenza y eso es algo que como sociedad seguimos creyendo. Además, se piensa que en parte es culpa de uno, que uno es culpable de su propia pobreza. Por eso creo que este libro también habla acerca de lo que pasa hoy en día.

-De hecho, sigue habiendo intentos para ayudarles que no parecen funcionar.
-Efectivamente. Aunque son más inteligentes, los que diseñan esas políticas siguen pensando que ellos saben lo que necesitan los pobres, pero nadie les incluye en el proceso de toma de decisiones, no se les toma en cuenta. Es una de las actitudes que no ha cambiado. Hay una cita de Orhan Pamuk que me parece muy importante: «¡No somos tontos! ¡Solo somos pobres! Tenemos derecho a que se distingan las dos cosas».
-Que las ayudas se vean como un favor y no como un derecho, ¿cree que perpetúa en parte el problema?
-Absolutamente, y eso es lo que yo he visto en toda la historia de mi familia, independientemente del periodo o del tipo de programa en el que estuvieran. Siempre eran dependientes y debían estar agradecidos y esa actitud del pobre se transfiere de generación en generación, aunque ya no seas pobre. Sientes que no vales nada, lo sé porque a mí me ha pasado.

-Cuando la Unión Europea concede ayudas parece que sucede lo mismo, el país que las necesita también se siente culpable, ¿no?
-Efectivamente, es que es exactamente lo mismo. Y la gente que concede el dinero decide qué debería pasar con ese país, con su política y con el objetivo del gasto de su dinero.

-Ahora es usted asesora para estos temas de su Gobierno. ¿Alguna idea?
-Está claro que yo no tengo la solución, pero debemos observar ciertos puntos.

-Uno es cómo se pasa la pobreza de una generación a otra, porque si creces en un entorno pobre no tienes la sensación de que el mundo te pertenece, tienes baja autoestima y no confías en ti mismo, y eso es algo que te confirma el mundo exterior.

-Otro es tener en cuenta que solucionar la pobreza lleva mucho mucho tiempo y cuando se diseñan políticas para erradicarla son programas a como mucho cinco años vista y si no funcionan se dan por no válidos, se piensa que la gente no quiere dejar de ser pobre. Y eso no es así.

-También es importante identificar que hay una gran brecha entre la gente que diseña esas políticas y los pobres y sus necesidades reales, y eso hay que tenerlo muy presente. Hay que hablar con ellos y saber qué necesitan, tomarlos en serio, involucrarles en el proceso y dejarles que tomen las riendas de su vida.

Fuente: http://www.laverdad.es/alicante/culturas/libros/201410/27/seguimos-pensando-culpable-propia-20141027004244-v.html

viernes, 12 de septiembre de 2014

El arte de educar

Son padres y profesores. imparten conocimientos en casa y en el aula. Ante el convulso panorama de la enseñanza, los docentes nos dan sus claves para fomentar el aprendizaje.

Alba tiene 14 años y es hija de Lucía Martín-Retortillo, profesora de secundaria, a quien ha intentado convencer de que el Holocausto nunca existió. “Me costó meses quitarle la idea de la cabeza; había leído muchos artículos en Internet donde se aseguraba que todo era mentira, y para ella ahí está la verdad suprema”. Lucía tuvo que recurrir a la historia familiar para neutralizar la confusión: “Tenemos una tía abuela superviviente del exterminio”.

Esta profesora bilingüe, que comparte plaza con otra colega, se ha ido al paro en junio (en verano los interinos como ella han sido despedidos), y volverá a ser contratada en septiembre. “Intento no quejarme demasiado, porque hay quien comparte cuartos de plaza, pero nos están convirtiendo en jornaleros de la educación”, se lamenta esta nieta y bisnieta de profesores, cuyos apellidos se fusionaron a principios del siglo XX para perpetuar una saga de maestros en Extremadura.

La de Lucía es solo una de las historias que subyacen tras los compromisos de contención del gasto público del Gobierno. El Ejecutivo español ha asegurado ante la Unión Europea que el presupuesto de Educación –el 5% del PIB en 2011– se reducirá al 3,9% en 2015. “El Ministerio de Educación se acoge al argumento del umbral de inversión. Es decir, que una vez alcanzado un nivel de recursos, una reducción no va a repercutir en el alumnado”, explica el sociólogo José Saturnino Martínez García, que cree que los recortes no se notarán en un curso. “Los veremos dentro de un decenio, en los chicos que hoy tienen siete y ocho años”. Esa es la edad del hijo mayor (y también alumno) de Diego Bragado, profesor de educación física. “En clase es extraordinario, pero en casa se vuelve más rebelde”, admite su padre, que ha encontrado en el deporte un arma para educar.

Cada vez que se publica un informe PISA (Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes), la opinión pública acaba con la impresión de que España sigue a la cola de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). El informe PISA 2012 asegura que uno de cada seis alumnos no sabe interpretar una factura, lo que supone que cinco sí pueden hacerlo. Pero, por algún motivo, esto no es lo que se destaca. Cada nueva edición del estudio es una bofetada a la autoestima y una nueva razón para fustigarse: “¡Menudo desastre!”.

Pero hasta a los evaluadores de PISA les sorprende el discurso que tenemos sobre nosotros mismos. “Somos peritos expertos en desanimarnos”. Lo dice Ángel Gabilondo, que fue ministro de Educación entre 2009 y 2011. “En otros países se hace una lectura enfocada a mejorar lo que hay, pero aquí buscamos lo que no va bien y lo utilizamos para justificar nuestras posturas. En lugar de evaluar para mejorar parece que se evalúa para tener razón”.

Según Gabilondo, PISA no es “el criterio definitivo para valorar la educación”. “A la OCDE solo le interesa medir la relación de los estudios con el sistema productivo y la educación es mucho más que eso”. Además, le sorprende el corto tiempo que transcurre entre la publicación del informe y las opiniones apocalípticas: “Pienso: ‘¡pero qué rápido leen!’ Hay que mirarlo despacio para ver las cosas buenas: nuestro sistema es más inclusivo que otros, y escolariza a los niños desde los tres años”, dice el autor de Darse a la lectura (RBA, 2012)...
Fuente: El País Semanal.

sábado, 14 de diciembre de 2013

Educar es crear vínculos. Encuentro del Pricipito con el Zorro. ¿Qué es domesticar?

El Pricipito, A. Saint Exupery

XXI
Entonces apareció el zorro:
-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.
-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.

Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa crear vínculos... "
-¿Crear vínculos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos y no te necesito para nada.
Tampoco tú tienes necesidad de mí y no soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si tú me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...

http://dessinemoiunmouton.org/

petitsprinces.com

fasej.org

lesailesdupetitprince.fr

lepetitmonde.com

lepetitprince.asso.fr


Igor Shamraev, asociación rusa ayuda a niños en dificultades.

jueves, 21 de noviembre de 2013

Conectar con los más pequeños. "La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento"

"Cuando explicamos historias a los niños, además de enseñarles algún concepto, establecemos un fuerte vínculo afectivo" A menudo hablamos a los niños como si fueran adultos. Error. Hay que cambiar el código. Sustituir la explicación conceptual por la narración simbólica, por cuentos e historias. Echarle imaginación. Es eficaz y estimulante.

Cuando mi hija empezaba a leer, un día, libro en mano, me preguntó:
-Papá, ¿qué es generoso?
Se lo intenté explicar lo mejor que pude. Le conté que ser generoso consiste en dar a los demás, en compartir las cosas, en no quererlo todo para ti….
-¿Lo has entendido? -le pregunté.
Al tiempo que corría por el pasillo hacia su habitación, oí que me contestaba:
-Creo que sí.

Pasaron algunas semanas, y una tarde me volvió a preguntar:
-Papá, ¿qué era lo de generoso?
Batalla perdida, pensé. Quizá lo había entendido en su momento, pero evidentemente no lo había interiorizado, y por ello ya no lo recordaba. Probé con otra estrategia: en lugar de insistir con mis explicaciones, le conté una historia. Un ejemplo de generosidad de una persona muy cercana a ella: su abuela. Escuchó atentamente mi relato con los ojos abiertos como platos y con una gran sonrisa en sus labios. Yo noté que esta vez algo se estaba moviendo dentro de ella.

Algunos meses más tarde, volviendo de la escuela me dijo:
-¿Sabes, papá?, hoy en el cole hemos hablado de lo de ser generoso. Y yo les he dicho: "Como mi abuela".
Ahora estaba seguro: no sólo lo había entendido, sino que probablemente lo recordaría para siempre.
Conectando con los niños.
"La distancia más corta entre el hombre y la verdad es un cuento"
(Anthony de Mello)

Como adultos, estamos acostumbrados a comunicarnos mediante explicaciones conceptuales. Un código de comunicación que compartimos y que permite que nos entendamos perfectamente entre nosotros. Lo utilizamos cuando nos comunicamos entre adultos y, por extensión, lo utilizamos también con los niños. Pero la mente infantil es poco receptiva a este código. A los niños les cuesta entrar en el significado de los conceptos, y aunque los pueden entender, difícilmente los recuerdan por mucho tiempo. Las explicaciones conceptuales calan muy poco en sus mentes infantiles, y les llegan muy poco. Por eso nos parece que tenemos que repetirles doscientas veces las cosas para que las asimilen, cuando lo que ocurre es que no les interesa lo que les contamos. Y es que sin darnos cuenta, les hablamos en un código de adultos que los adultos entienden y comparten, pero que a ellos les es completamente ajeno.

Pero comunicarnos con los más pequeños no es difícil. Exige solamente un cambio de código. Hemos de abandonar las explicaciones conceptuales y cambiarlas por la narración simbólica, es decir, las historias, los cuentos, las metáforas, las vivencias, o cualquier otro recurso narrativo que se nos ocurra.

Podemos explicarle a un niño veinte veces la necesidad de comer verduras. Ni le interesará ni lo comprenderá realmente. Pero una buena historia, con un héroe alimentado de verduras (al más puro estilo de Popeye y sus espinacas), le transmitirá perfectamente la idea, y no lo olvidará fácilmente.

El poder de las historias
"La mente es una criatura metafórica" (Michael A. Arbib)
La mente de los niños es especialmente sensible a la fantasía. Y lo que es más importante, como son muy listos, son perfectamente capaces de conectar esta fantasía a su vida real aprendiendo de las historias.

Las historias comunican mucho más que las meras explicaciones. En primer lugar, porque el niño las visualiza, las imagina, las vive. Las hace suyas, atesorándolas y fijándolas en la memoria. En segundo lugar, porque conectan con sus experiencias y con todo lo que ocurre a su alrededor. El niño le da significado a la historia estableciendo precisos paralelismos con su vida. Las historias conectan con vivencias y realidades que son únicas e individuales de cada niño que las recibe. Y en tercer lugar, porque las historias mueven emociones, cosa que difícilmente hace una mera explicación. Mover sentimientos es una clave esencial para fijar el recuerdo. No sólo en los niños, también en los adultos, las cosas que sólo se entienden, se olvidan. Las que además se sienten, se recuerdan para siempre.

Cómo educar y transmitir valores
"Los cuentos son para los niños una parábola de la vida"
(doctor Eduard Estivill)

Los niños se encuentran inmersos en pleno proceso de desarrollo de su personalidad. Es un momento crucial para que entiendan el significado de determinados valores y para que den sentido a sus comportamientos. Es una etapa en la que necesitan información y quieren comprender el significado de muchas cosas que ocurren a su alrededor. Nosotros, como adultos, también nos vemos en la necesidad de explicarles muchas cosas que no son fáciles de explicar.

La separación de los padres de un amigo, la llegada al mundo de un nuevo hermano, un compañero de clase que viene de un país lejano y no habla nuestro idioma, la muerte de un abuelo… Hay mil cosas que vamos a tener que explicar a los niños porque son situaciones que ya están viviendo o que un día les tocará vivir.

A veces no sabemos ni cómo ponernos a ello. Sin embargo, es mucho más fácil de lo que parece. Tenemos que atender a su lógica. Los niños son extremadamente listos. Y tienen una lógica aplastante. El primer día que fuimos a esquiar, mi hijo de cuatro años andaba buscando la tele del telesilla: "¿Los telesillas no son sillas con tele?", me preguntó.

No caiga en la tentación de explicarle que tele significa lejos, que televisión es una visión remota o que telesilla son sillas que te permiten cubrir una cierta distancia. Conecte con su lógica y métase de lleno en su fantasía. Es usted quien ha de ir a su mundo, no traerlos a ellos al nuestro… todavía….

Nos basta con buscar, o inventar, una buena historia. Una historia que haga que el niño se meta en la situación que le queremos contar. Que la viva en su imaginación y la llene de fantasía. Si lo hacemos así, nos daremos cuenta de que las preguntas vienen solas e inmediatamente al término de nuestro relato, prueba de que la historia ha despertado en el niño lo que tenía que despertar.

Van a continuación tres estrategias para conseguir de los niños lo que tanto nos cuesta aplicando nuestro esquema:

1. Cuentos para transmitir afecto.
Cuando explicamos historias a los más pequeños, además de educarles o enseñarles algún concepto (si la historia está pensada para ello), obtenemos un beneficio adicional: establecemos un fuerte vínculo de afectividad. A través de un cuento compartimos con el niño un espacio de fantasía que él aprecia y valora especialmente. Y de alguna manera, nosotros mismos acabamos siendo parte de la historia. Porque el cuento tendrá los matices y la fuerza que le demos a través de nuestra entonación, de nuestra particular manera de contarlo. Eso genera mucha complicidad con los pequeños, que querrán que les repitamos el cuento una y otra vez, exactamente con las mismas palabras, con las mismas inflexiones, sólo para disfrutar del momento.

Es un efecto que, si nos paramos a pensarlo, no nos resulta ajeno. Porque es exactamente igual a lo que nos pasó a nosotros de pequeños con los cuentos de nuestros padres y que esperábamos con impaciencia cada noche.

2. Para mantener el recuerdo.
Es bueno que los pequeños conozcan a sus antepasados, que tengan una historia familiar y que conozcan toda la saga. Es bueno también que recuerden a los que ya nos han dejado y a los que han tenido un papel especial en sus vidas. Todo esto lo podemos contar también con las historias. Historias que haremos a medida y en las que los personajes y los héroes serán estos familiares a los que queremos recordar.

El recuerdo contiene siempre una importante dosis de distorsión. No nos debe preocupar aportar, además, una buena dosis de fantasía. Lo importante es asegurarnos de que lo mantenemos vivo.

3. Para establecer unas reglas.
Otro aspecto fundamental en la comunicación con los niños es el establecimiento de normas o pautas de conducta. También aquí el código que utilicemos será crucial.

Es difícil que un niño entienda que debe despertarse a las 7.15, que tiene que estar desayunando a las 7.35 y que a las 8.00 ha que salir hacia la escuela. Se lo podemos repetir cien veces, que no lograremos mucho. Y recordar las normas cada mañana, al tiempo que nos enfadamos porque vamos con retraso, no ayuda mucho. ¿Cómo puede hacerse cargo un niño de lo que significa todo esto? Hacer un juego de todo ello es mucho más efectivo. Marcar en el reloj de la cocina una gran línea roja, jugar a acercarse a la línea, hacer de los últimos minutos unos momentos de máxima expectación y premiar con un punto la victoria, convierte la norma en un reto. Y hará que la recuerden y, sobre todo, la aprendan.

¿Que no estamos muchas veces para juegos? Debemos saber que si recurrimos a la norma explícita y a la bronca, no la acabarán de comprender. Sabrán que les están riñendo, pero no sabrán exactamente por qué, ni qué tienen que hacer para solventarlo. Es cierto que no todas las normas admitirán un juego, pero sí una dosis de fantasía, una metáfora o una pequeña historia. Y es bueno que lo hagamos, porque es su lenguaje, y lo que queremos es que nos entiendan.
FERRAN RAMON-CORTÉS 26 ABR 2009
http://elpais.com/diario/2009/04/26/eps/1240727211_850215.html

lunes, 19 de agosto de 2013

Trucos para tentar a los niños con la comida sana. Salud. BBC Mundo, @bbc_ciencia

"Se ve asqueroso, pero lo intentaré", comenta Ben, de 8 años, mientras inspecciona el pesto que ha hecho con sus compañeros de clase.

Ben participa en un programa escolar de Reino Unido llamado "Vamos a Cocinar".

El enfoque de estos clubes de cocina es hacer que cada elemento del proceso de la preparación de los alimentos sea divertido y experimental. Así que son los niños quienes buscan los ingredientes en la cocina y hablan sobre dónde se almacenan y por qué.

Ellos tocan y huelen los productos antes de empezar. Leen juntos la receta y deciden qué hacer con cada ingrediente.

En el camino se enfrentan a pequeños desafíos; desde poner los residuos en la basura hasta limpiarlo todo.

Lograr que los niños rechacen la comida basura no es una tarea fácil. Que aprendan a cocinar es una buena forma de animarlos a que piensen en la calidad de lo que comen.

Georgia tiene 8 años y acaba de terminar uno de los cursos de cocina.

Ella se entusiasmó con hacer batidos, diseñar sus propios bocadillos y hacer salsas para untar. Ella sabe lo que es saludable.

"Las cosas que crecen en los árboles suelen ser saludables, como las manzanas. Pero a veces también lo es lo que sale de la tierra, las cosas que puedes cultivar", explica.

Loncheras o comedores
Expertos aseguran que el gusto por la buena comida se estimula cuando participan de la preparación.

No hay un consenso sobre la mejor forma de inculcar en los escolares buenos hábitos alimenticios. Mientras algunos expertos consideran que habría que eliminar las loncheras para que sean los colegios quienes diseñen menús sanos, otros insisten que la respuesta está en enseñarles a cocinar desde pequeños.

Henry Dimbleby ha trabajado en varias escuelas de cocina para niños a partir de los dos años. Él recomienda introducirlos en la cocina tan pequeños como se pueda.

"Haz que cocinen. Hay familias en las que durante generaciones cocinar no ha sido una prioridad", dice Dimbleby.

"Algunas personas podrían argumentar que la cocina es algo que se debe aprender en la casa, y que la escuela es para resultados académicos”.

Pero Dimbleby advierte que lo que ocurre hoy en día es que cocinamos menos y la gente se enferma por lo que ingiere.

La clave es la experimentación.
La chef británica Monica Galetti anima a su hija Anais a comer bien al dejarla cocinar lo que quiera con los ingredientes adecuados.

"Mi secreto es conseguir que mi hija elija comer alimentos saludables", admite.

"Las reglas básicas no han cambiado: comer menos de lo malo y más verduras, frutas y alimentos no elaborados, además de mantener las proporciones pequeñas".

La chef agrega que para ella es una cuestión de nutrición, "pero para Anais es sólo una buena diversión. Es tiempo cualitativo. Ella podría estar sentada en el sofá frente al televisor, pero lo que queremos hacer cuando llegamos a casa es esto (cocinar)".

Cometer errores con cuidado
No todo lo que cocinen los niños tiene que ser dulce, involucrarnos en la preparación de las comidas familiares también ayuda.

Henry Dimbleby está de acuerdo con la idea de la experimentación y el riesgo.

"Como chef sigo cometiendo todo tipo de errores y eso hay que celebrarlo. Con la supervisión adecuada es verdaderamente importante tomar riesgos."

Pero con los más pequeños en la cocina, la seguridad también lo es.

"Mi hijo de cinco años manipula cuchillos afilados bajo supervisión. Como el de tres años, se fija en cómo su hermano mayor usa el cuchillo, agarro el cuchillo con él para cortar".

A los menores de 8 años, Henry los anima a cocinar salsas de tomate, huevos revueltos o muslos de pollo con ensalada.

"Entre los 9 y 12, pueden pasar a hacer las albóndigas o boloñesa, y a partir de los 13, pueden realizar cosas más complejas, con múltiples pasos como el pastel de carne; cosas que llevan más tiempo, planificación y reflexión".

Fiona Hamilton-Fairley, fundadora de una escuela de cocina para niños sin fines de lucro en Londres, está convencida de que los postres para hornear no puede ser lo único que se haga con los pequeños.

"Si vas a cocinar con los niños no sólo hagas panqueques y pasteles. Haz mejor una pizza desde cero, una comida familiar. Hacer algo que todos disfruten alrededor de la mesa, que sirva para comunicarse y divertirse".

Sin embargo, ella es cautelosa acerca de la entrega de los cuchillos antes de tiempo.

"En general, es necesario ser prudentes. Desde los 3 hasta los 7 u 8 años no dejamos que se acerquen a las hornillas o utilicen cuchillos afilados".

Aunque concede que quizás uno sin punta sí les deje usar.

¿Tiene algún truco para que sus hijos coman más sano? En su opinión, ¿Qué ha sido lo más difícil? Si quiere compartir su experiencia, hágalo con el formulario a continuación y si tiene fotos de platos que hayan hecho sus hijos también lo puede hacer escribiéndonos a participe@bbc.co.uk

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domingo, 11 de agosto de 2013

El amor de madre es bueno para el cerebro‏ del niño

Los niños que reciben más cariño durante su etapa escolar -y previa- desarrollan un hipocampo más grande y tienen menos síntomas de depresión. Estas son las conclusiones de un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition y que confirma lo que intuitivamente todos sabíamos: no hay nada como el "amor de madre".

Aunque muchos trabajos han demostrado las consecuencias de crecer en un ambiente cariñoso sobre el éxito escolar y otros factores psicosociales, este es el primero que muestra el efecto directo sobre el cerebro. Concretamente, los investigadores observaron que los niños criados con afecto desarrollaban un hipocampo casi diez veces mayor que los que no habían tenido tanta suerte. Este órgano se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje, así como con mecanismos de respuesta al estrés, por lo que es importante su correcto desarrollo a edades tempranas.

"El estudio tiene una gran implicación sobre la salud pública y sugiere que debemos de prestar más atención a la forma en la que los padres crían a sus hijos" indican los autores. Tanto en la escuela como en su ambiente familiar es importante el cariño alrededor de los pequeños. "Como sociedad, debemos hacer lo que podamos para fomentar estas habilidades ya que está claro que los cuidados paternos tienen un impacto muy grande en el desarrollo posterior de los niños", apuntan los investigadores.

Sólo con amor no basta, además de una buena alimentación, hay que aplicar unas pautas para educar adecuadamente. Ver aquí pautas para educar.
Fuente: Revista Muy Interesante

viernes, 2 de agosto de 2013

_- ONG para crear historias. Seis organizaciones ofrecen talleres gratuitos de escritura creativa para escritores juveniles

_- Las edades de los futuros autores oscilan entre los ocho y los dieciocho años

Ella trazó una línea. Él dibujó otra, paralela. Ella volvió a coger el lápiz, y esbozó el comienzo de una flor. Y él lo completó, con todos sus pétalos. Entonces Francesca Frediani se levantó y dejó que su jovencísimo colega siguiera con el trabajo. “Era un niño chino que llevaba cuatro meses en un colegio y sus maestros ni sabían aun si entendía el italiano. Al principio no interactuaba, ni escribía, así que se me ocurrió empezar un dibujo para que él hiciera lo mismo”, cuenta la educadora italiana. El pequeño debió de comprenderle muy bien, ya que Frediani volvió a los 10 minutos y se encontró con una revolución copernicana: “En el papel había casas, personas. Un mundo. Había abierto la caja de Pandora”.

En el fondo, lo hace cada día. La italiana es la responsable de La grande fabbrica delle parole, una suerte de ONG de la escritura creativa que abrió en 2009 en Milán. Y que tiene cinco hermanos esparcidos por Europa, del Ministry of Stories de Londres a VoxPrima en Barcelona, pasando por Berattarministeriet en Estocolmo.

Todas comparten la misma fórmula: un ejército de voluntarios, algunos de ellos escritores de renombre, ofrece talleres gratuitos de creación literaria a miles de jóvenes —sobre todo clases de colegios— de entre ocho y 18 años. Se trata de un antídoto, sostienen desde las cuatro esquinas del continente, contra el dominio imperante de la televisión y un sistema educativo que ha sepultado la creatividad bajo la caza frenética al resultado y al examen. “Nuestra misión es inspirar una nueva nación de contadores de historias en Reino Unido”, reza el lema de Ministry of Stories.

De los pioneros de Fighting words en Irlanda al neonato Buch-Piloten austriaco, cada clase comienza de la misma, irresistible manera. “Les decimos a los niños: ‘Estáis aquí porque creemos que vais a escribir historias maravillosas. En las próximas dos horas lo haréis. Y todas saldrán publicadas”, relata Lucy Macnab, cofundadora de Ministry of Stories junto con el célebre escritor Nick Hornby y Ben Payne. De ahí que lo primero sea una masiva tormenta de ideas a bases de brazos levantados, griterío e imaginación.

Tras el paso del huracán, queda un comienzo de historia. Algo así como “en una isla en el cielo vivía una princesa a la que le gustaba mucho practicar el kárate”, como arranca el cuento que la clase 1ª D de la escuela Pertini Verga de Milán escribió en La grande fabbrica delle parole. Aunque unos párrafos más abajo, tras gusanos que bailan break dancey caracoles hiperrápidos, surge un problema: la princesa se muere de ganas de derrotar al lagarto que hace kung-fu. Ya pero “¿y cómo?”.

“A partir de ahí los niños empiezan a crear el final de la historia, solos o en grupos de dos”, cuenta Roser Ballesteros, encargada de VoxPrima, la representante española de esta lucha continental por la fantasía. En su caso, primero piden a los jóvenes un dibujo que ilustre el epílogo. Y, luego, que conviertan trazos y colores en palabras. La conclusión, que se repite idéntica en los seis países, es un libro impreso por cada pequeño autor. Ya no hay niños tímidos o inseguros. Solo quedan escritores.

“Una vez que les ayudas a arrancar no hay nadie que no haya podido crear su propia historia”, relata Sean Love, responsable de Fighting words. Y no solo: tras un comienzo únicamente literario, la organización irlandesa ha ampliado su frente de batalla. Ahora también trabaja con adultos discapacitados, y sus alumnos producen guiones cinematográficos, periódicos, discos y hasta obras que han llegado al Abbey Theatre de Dublín. Además, lo que empezó con talleres de un solo encuentro ha alcanzado colaboraciones de hasta un año de duración.

De ahí que no sorprenda que Fighting words reciba cinco veces la cantidad de demandas que puede atender. “Vienen escuelas de todo el país, incluso de Irlanda del Norte. De hecho, nos estamos planteando abrir otro centro en Belfast”, asegura Love. La esperanza, en realidad, es llegar más lejos aún, hasta inundar un continente entero de narradores.

“Entre todas las organizaciones queremos crear una asociación a nivel europeo que nos permita también recibir subvenciones de la UE”, defiende Love. El exdirector de Amnistía Internacional en Irlanda fue el primero en creer en este proyecto. En concreto, pelea por las palabras desde enero de 2009. Aunque para el origen auténtico de esta historia hay que volver todavía más atrás en el tiempo.

Érase una vez un famoso novelista irlandés, Roddy Doyle, que en 2007 promocionaba su último libro por EE UU. De paso por San Francisco, su amigo y también escritor Dave Eggers le invitó a conocer su nueva ocurrencia: se llamaba 826 Valencia y era un centro de escritura creativa gratuito para jóvenes. Doyle se quedó fulgurado. “Tenemos que hacer algo parecido en Dublín”, le dijo a su colega Love al regresar.

Así, se pusieron manos a la obra. Y, tras un año de estudio, por fin llegó el debut. Y un acelerón que aún no ha parado: cuatro años después han trabajado con unos 40.000 niños y cuentan con 500 voluntarios —sobre todo escritores y maestros, pero no solo—. “Hay cámaras, ingenieros, técnicos de sonido, cineastas o artistas visuales”, cuenta Love. Por cierto, cualquiera con ganas de ayudar puede apuntarse, siempre y cuando supere una entrevista y sus referencias sean convincentes.

Tras el pistoletazo de salida, Fighting words llamó la atención de varios prosélitos. Y, junto con el futuro de la literatura irlandesa, fue acogiendo extranjeros curiosos. Hornby, Frediani, Ballesteros: todos pasaron por Dublín antes de estrenar su versión autóctona de la idea. Aunque, al trasladar el proyecto a otro país, cada uno ha querido darle su toque distinto.

La organización de Milán, por ejemplo, apuesta sobre todo por las escuelas “con una tasa alta de multiculturalidad”, incluso donde el italiano es para muchos niños L2, es decir segundo idioma. Y la fórmula española, activa desde comienzos de 2011, le da un rol privilegiado a la ilustración a la vez que busca la colaboración de bibliotecas e instituciones culturales locales. En Londres, Ministry of Stories intenta avanzar de la mano de su vecindario. “Es un proyecto muy enfocado hacia el barrio, tenemos un área geográfica cerrada. Queremos juntar la comunidad creativa y profesional que vive por aquí con los niños”, explica Lucy Macnab.

La elección de Ministry of Stories es en parte obligada. Por mucho que las organizaciones sueñen con no tener límites y ser abiertas a todo aprendiz de escritor, los recursos son los que son. “Confiamos en que en los próximos años haya más Ministry of Stories por todo Reino Unido”, asegura Macnab. De hecho, hasta ofrecen cursos de formación para aspirantes imitadores. Mientras, sin embargo, atender a toda la nación sigue siendo una utopía. Sí hay campamentos de verano o iniciativas de un fin de semana dirigidas a cualquiera, pero en general la selección acaba recayendo en unas cuantas escuelas.

Eso sí, los afortunados escogidos jamás abren la cartera. “No pagamos nada ni recibimos dinero. Si cobráramos sería una forma de exclusión e iría en contra de nuestra misión principal. Queremos ayudar sobre todo a quien posiblemente no tenga nunca la opción de intentar escribir algo”, sentencia Love. Y la misma música se repite en los otros rincones del continente, aunque con un matiz. La española VoxPrima sí cobra una cifra “simbólica”, como la define Ballesteros: unos 20 euros por niño. Eso sí, de momento y a la espera de otros métodos de financiación.

Más allá de la solución catalana, cada proyecto busca como puede fondos para mantenerse a flote. La mayoría proceden de privados y fundaciones, tanto que para Fighting words representan casi la totalidad del presupuesto. “No queríamos fondos públicos, para ser libres y llevar el proyecto de la manera que creemos correcta”, agrega Love. Sí cuenta con el apoyo del Gobierno británico Ministry of Stories, que debe a Downing Street un 18% de su presupuesto. Otro 15% la organización londinense lo saca de una tienda que acoge en su sede y donde vende sus creaciones.

Entre ellas, pronto habrá un disco, que saldrá en unos meses con las canciones compuestas por algunos pequeños talentos. En el establecimiento se pueden adquirir también varios dibujos de monstruos. Uno en particular lo ha diseñado un niño del que Lucy Macnab todavía se acuerda. “Vino con su clase y decía que él no podía hacerlo, que era demasiado difícil”. Al final, sin embargo, el pequeño visitaba la tienda cada dos por tres para enseñarles a sus padres y a los maestros la criatura horrible que había sido capaz de concebir.

Otro monstruo, que escupía fuego de la boca, se dirigía una vez a visitar el zoológico de Londres la noche de Halloween. Y se encontró con cuatro fantasmas. Todos juntos decidieron ir a espantar a los animales. Pero esta es otra historia. Fruto, cómo no, de otro pequeño narrador.
(fotos, de El País. Portada de una antología publicada con Fighting words por los estudiantes de la escuela secundaria Newpark de Dublín. La escritora italiana Emanuela Bussolati (centro) participa en un taller de La grande fabbrica delle parole. / THOMAS POLOLI

Se ve como antídoto a un sistema educativo centrado en los resultados
Una vida diferente

Fighting words, en Dublín, fue el proyecto pionero en Europa. Arrancó en enero de 2009, siguiendo el modelo de la organización estadounidense 826 Valencia.
El mismo año nació La grande fabbrica delle parole, en Milán.
En Londres, en 2010, echó a andar Ministry of Stories. El escritor Nick Hornby es uno de sus cofundadores.
Desde principios de 2011 es activa en Barcelona VoxPrima, que ya ha colaborado con más de 700 pequeños escritores.

Berattarministeriet, en Estocolmo, y Buch-piloten, en Viena, son los dos proyectos más recientes. Fuente: El País. Tommaso Koch, 29 de julio 2013.
Enlaces a otras páginas de este blog relacionadas con el tema: escritura y bondad.
Aprender a leer y escribir cambia el cerebro.
El esfuerzo.
Sonríe o muere y el llamado "Pensamiento positivo"
La escritura como terapia, érase una vez un dragón.
Divertirse es recrearse.

10 Pautas para educar.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Federico Mayor Zaragoza llama a “la objeción de conciencia” frente a la LOMCE.

Cuarenta y cinco organizaciones se reúnen en Madrid para leer un manifiesto en contra de la reforma educativa de José Ignacio Wert

Ayer se reunieron en la Universidad Complutense de Madrid más de 45 organizaciones –entre promotores, colaboradores y adhesiones- para la lectura de un manifiesto contra la ley de educación LOMCE. El evento estuvo presidido por Federico Mayor Zaragoza, exdirector general de la UNESCO, quien hizo un llamamiento a la “objeción de conciencia” de una ley que, según señalan los promotores del evento, es antidemocrática y segregadora. Por Marta Lorenzo.

La plataforma Stop Ley Wert reunió en el Paraninfo de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid a más de 45 organizaciones –entre promotores, colaboradores y adhesiones- para la lectura de un manifiesto contra la ley de educación LOMCE.

El pasado 21 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobaba el anteproyecto de esta ley de reforma educativa, a la que se oponen frontalmente numerosos colectivos de ciudadanos y organizaciones, que la consideran una ley antidemocrática y segregadora.

Ya a finales de septiembre, la asociación Ciudadan@s por la Educación Pública, uno de los promotores del acto celebrado ayer en la Complutense, denunciaba el carácter profundamente antidemocrático de esta ley, tanto en su proceso de elaboración (realizado a espaldas de la comunidad educativa, de los grupos sociales y políticos, y de las Comunidades Autónomas), como en la organización de los centros docentes, que pasarán a tener direcciones nombradas a dedo por la Administración, que por tanto tendrá poderes absolutos en la gestión de los mismos.

El acto de ayer estuvo presidido por Federico Mayor Zaragoza que, entre otros cargos, ha sido director General de la Unesco entre 1987 y 1999 o Vicepresidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Desde 2000 preside la Fundación para una Cultura de Paz y en 2005 fue designado copresidente del Grupo de Alto Nivel para la Alianza de Civilizaciones.

En su intervención, Mayor Zaragoza hizo un llamamiento a la “objeción de conciencia a la nueva ley de educación”, LOMCE, a la que calificó como una “ley de rodillo”. Además, señaló que “en virtud de la democracia genuina hay que negarse a la imposición".

Mayor Zaragoza calificó asimismo como "censura" al hecho de que informes como el de la OECD y el de Pisa, que son instituciones económicas orientadas a competidores, califiquen el rendimiento académico.


Manifiesto “Paremos la Ley Wert”

El anteproyecto de Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) que nos ha presentado recientemente el Gobierno supone un grave atentado al modelo de educación pública que tan laboriosamente se ha ido construyendo en nuestro país, ya que, entre otros aspectos:

- Vulnera la igualdad de oportunidades

- Excluye al alumnado con mayores dificultades de aprendizaje

- Permite o promueve la separación por sexos, creencias y procedencia

- Atenta contra la profesionalidad de profesoras y profesores

- Desatiende las necesidades de las personas y nos somete al dictado de empresas y banqueros

- No garantiza la educación de una ciudadanía, sino de trabajadoras y trabajadores

- Suprime la democracia participativa

- Ignora las diferencias autonómicas y vulnera sus competencias

- Desprecia los principios y criterios que han permitido avanzar en educación en nuestro país

La comunidad educativa, los ciudadanos y ciudadanas, exigimos la retirada del anteproyecto de la LOMCE, y reclamamos la elaboración de una ley que nazca del diálogo y el acuerdo de todas las partes implicadas, ya que solo así podrá gozar de garantías de estabilidad, tal y como sucede en otros países de nuestro entorno, y cumplir la función social que debe tener la educación.
Fuente: http://www.tendencias21.net/Federico-Mayor-Zaragoza-llama-a-la-objecion-de-conciencia-frente-a-la-LOMCE_a14538.html
Más en El País aquí.
La Iglesia gana la reforma educativa y la nota de religión puntuará para la selectividad -es decir para acceder a la Universidad- y obtener beca.

Ver otro vídeo aquí.
La LOMCE e IU, aquí.

Aquí 12 razones del catedrático Jurjo Torres Santomé Uni. de la Coruña: 19 de mayo de 2013 11:22
12 razones para decir NO a la LOMCE

Una ley sin justificación. No se acompaña de análisis rigurosos acerca del sistema educativo vigente; de sus puntos fuertes y débiles y, por tanto del porqué de las medidas que sería más conveniente proponer a debate para mejorarlo.

Una ley partidista. Se da por sentado que se comparten los prejuicios que el PP tiene acerca de lo que acontece en las aulas y, por tanto son estos los que guían las medidas que se pretenden imponer con rango de Ley. Se trata de educar exclusivamente según las concepciones ideológicas del PP.

Una ley muy conservadora. Se sustituye el ideal de educar ciudadanas y ciudadanos por el de mano de obra para el mercado laboral. Lo que explica que, entre otras cosas, se elimine la educación para la ciudadanía y se sustituya por un adoctrinamiento en el que “se eliminan del currículum todos los temas conflictivos”, según expresión del propio José Ignacio Wert, o sea, se impide una educación reflexiva y crítica.

Una ley neoliberal, destinada a mercantilizar aún más el sistema educativo y a reorientar los objetivos de la educación para ponerlos al servicio de las reglas del mercado neoliberal. Numerosas medidas que contempla la ley tienen como finalidad encubierta promover mayores cotas de privatización del sistema educativo. Es también una ley que trata de justificar los recortes económicos con los que el PP viene castigando al sistema educativo: recorte en la partida destinada a becas, a la par que endurece los requisitos que debe cumplir cada estudiante para acceder a una beca; recortes en las plantilllas de profesorado, en los recursos destinados a los centros;incremento de las ratio profesorado - alumnado, ...

Una ley cínica, con un discurso que trata de desviar las miradas y culpar al sistema educativo de males que son consecuencia de un mundo empresarial ineficiente y de unos mercados financieros corruptos. No es justo que el texto del anteproyecto de LOMCE comience con un párrafo tan mercantilista, asumiendo como prioridad de la educación la promoción de la competitividad de la economía y el nivel de prosperidad de un país. Obsesionando a los centros educativos con una educación para “competir con éxito en la arena internacional” (pág. 1).¿Dónde están los datos que digan que hay empresas que tuvieron que cerrar o no abrirse porque no encontraban aquí personal con la suficiente cualificación profesional? Por el contrario estamos a la cabeza de Europa en cuanto a jóvenes trabajando con sobrecualificación.

Una ley clasista. Se refuerza la segregación por clase social y etnia a partir de los catorce años, al rebajar la comprehensividad a los 14 años de edad, al igual que la LEG de 1970. Segregadora también por estimular a los centros a especializarse curricularmente (centros bilingües, de excelencia, ...); por no asegurar la etapa 0-3 de Educación Infantil como educadora, convirtiéndola en asistencial. Es clasista, pues se recurre a un peligroso concepto de “talento”, intentando culpar a la genética del clasismo y racismo que caracteriza a nuestra sociedad; ignorando que los intereses, capacidades y destrezas humanas son el resultado del contexto y de las condiciones en el que las personas vivimos. Es, por tanto, una ley destinada a expulsar del sistema al alumnado de los grupos sociales más desfavorecidos, cuyos “talentos” se les hará ver que no son los adecuados y pertinentes.

Una ley sexista, al permitir colegios segregados por sexo, aduciendo una declaración de la UNESCO de 1960 e ignorando convenciones posteriores aprobadas por la ONU y sentencias del tribunal constitucional.

Una ley recentralizadora, pues se recortan fuertemente las competencias de las Comunidades Autónomas. Una característica que subraya también el ideario absolutamente centralista del Partido Popular.
Seguir aquí.
Jurjo Torres Santomé. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar (Universidad de A Coruña) y socio de Ciudadan@s por la Educación Pública.

jueves, 16 de mayo de 2013

Diez pautas para educar

La mayoría de los padres consideran que educar es una tarea difícil, si se me permite, yo diría compleja más que difícil.

La educación del comportamiento de los hijos exige, sobre todo, perseverancia, persistencia y unas técnicas básicas de disciplina

Menos obligaciones y más ilusiones, más entusiasmo.

Carloooos! Que te he dicho que te duches, te sientes a la mesa y recojas tu cuarto… ¡YA! No entiendo por qué no me haces caso a la primera, siempre tengo que gritarte y ni por esas, me tienes hartísima. Cuando venga tu padre, se lo digo. Me desesperas. Si es que no puedo contigo, un día de estos te voy a dar un bofetón”.

Después de esta escena, algunas madres se van y dan un portazo, incluso las hay que lloran de desesperación. No entienden que su hijo no haga lo que se le pide a la primera. La explicación que dan es que el niño es (muy) desobediente, malo, y que no hay nada que hacer por conseguir la paz en casa. Terminan por juzgarse como malas madres e ineficaces y que no sirven en la educación de sus hijos.

En la escena podemos destacar varios errores para que Carlos no obedezca:
-Dar voces,
-Impartir órdenes contradictorias,
-Declararse vencida al comunicarle que ha perdido la batalla -o ha tirado la toalla-
-Y mostrarse impotente (“puedes conmigo, me desesperas”)
-Por fin al amenazarle con hablar con su padre le muestra que su autoridad es nula.

La mayoría de padres ve la tarea de educar como algo (muy) difícil, acepto y considero que es una labor compleja y con frutos a medio y largo plazo, (son muy raros que se produzcan a corto plazo o de forma inmediata) esto sin duda, normalmente dependerá más de nuestros hábitos y ejemplos de actuación y comportamiento el que lo transformemos en algo difícil. Y, sobre todo, si anticipa todo lo que puede fallar, que su hijo no estudiará, se relacionará con amigos que le "perjudiquen", no comerá bien… esto le desesperará y caerá en la profecía autocumplida "no sirvo o no soy buena madre y es lo que veo".

Lo más importante en la educación es, además del amorestablecer unas reglas razonables que no se salte ni usted. Trabaje para que se cumplan desde edad temprana. A partir de los seis meses los niños entienden muchas cosas; no se expresan, pero empiezan a diferenciar entre “esto sí se puede hacer y esto no”.

No trate de educar de un día para otro, a un chaval de 15 años al que lleva consintiendo todo ese tiempo, será bastante tarde y por ello más difícil. Educar es un proceso, un camino o método, no solo una meta.

Cuanto antes sepan sus hijos que hay normas, que los premios van asociados al cumplimiento de responsabilidades, que todos tienen que colaborar, antes conseguirá tener hijos educados, responsables y con autonomía.

Ser padre para el profesor Frank MaCourt  es más duro que ser profesor, pues esta es una tarea pasajera, temporal. "Ser padre es algo que dura todos los días, durante todo el día y todo el tiempo."

La mejor prevención en educación es la intervención temprana. Los padres, sobre todo, los primerizos, están incluso asustados ante la enorme responsabilidad que se les viene encima. Muchos padres se quejan de que "los niños no vienen con un manual bajo el brazo", pero si siguen "estas reglas básicas", seguramente le allanarán el camino que supone la compleja labor de educar.

Primero. Volumen y tono de voz conversacionales. La entonación tiene mucha importancia, es lo primero que entiende un bebé. Usar su nombre con el tono adecuado nos facilita la mitad de la tarea. Conseguir que le hagan caso no es cuestión de hablar alto, modular bien la voz, su volumen, su tono, el énfasis que ponemos es fundamental, si usamos bien la voz, una madre o una maestra tiene hecho la mitad del camino, por el contrario la inadecuada utilización de la voz crea, desobediencia, desorden, incumplimiento y mal clima para educar en el respeto mutuo, el bienestar y la felicidad que mejora el aprendizaje, las actitudes y valores. El poder está más que en lo que se dice, en el tono y las consecuencias que conllevará no hacerlo a la primera, en la coherencia y en ser muy disciplinado con las rutinas. Si quiere que sus hijos le respeten, empiece por respetarles a ellos. Nadie quiere obedecer a alguien que no se muestra seguro y relajado.

Segundo. No dé órdenes contradictorias. Si le dice a su hijo que se duche, que recoja su cuarto y que se siente a la mesa, sin indicarle el orden, igual lo bloquea. Dígale lo primero que tiene que hacer, y cuando haya finalizado, lo segundo. Si su hijo tiene edad para memorizar varias órdenes, enuméreselas, dígale cuál es su prioridad. No espere que él la sepa, porque tiene las suyas propias.

Tercero. Imaginación. Humor. Haga un concurso por semana para que jueguen “a hacer lo que deben”; puede ser sobre cualquier comportamiento a corregir. Los domingos lo puede anunciar: “A partir de mañana, se celebra el fantástico concurso de ‘Quién tiene la dentadura más limpia’. Las bases son estas: limpiarse los dientes tres veces al día y pasar revista. Las puntuaciones de papá y mías se sumarán, y el viernes anunciaremos ganador”. Si quiere que los niños se lo tomen en serio, haga lo mismo. Y tenga paciencia, hasta que se convierta en rutina necesita tiempo. El juego y el humor -muy importante el sentido del humor y la alegría- genera un ambiente relajado en el que apetece más aprender y obedecer.

5 consejos para que tus hijos colaboren en las tareas de casa.

Cuarto. No quiera modificar en su hijo/a todo lo que le molesta de una vez y menos de forma inmediata. Si se pasa el día diciéndole lo que hace mal, terminará por cargarse su autoestima. Elija una conducta a modificar y céntrese en ella siguiendo las pautas de este artículo. Cuando lo consiga, siga con otra.

Quinto. Cuando corrija o muestre su enfado con ellos, no los ningunee, ni ridiculice, ni haga juicios de valor. Si lo hace, terminarán por comportarse conforme a las expectativas que se han puesto en ellos y les afectará a la autoestima. Es mejor decir: “No me gusta ver tu cuarto desordenado; por favor, guarda los juguetes en las cajas”, a decirles: “Eres un guarro, qué asco de dormitorio”. No consiga que se cumpla la profecía autocumplida. Si les transmite que no confía en ellos y que no espera nada, puede que se cumpla.

Sexto. Sea constante. Aquello muy importante, basta con que lo argumente una vez, no busque más razonamientos porque su hijo no los necesita. Simplemente busca ganar tiempo para no hacer lo que debe. Dígale: “Esto no es negociable; cuanto antes empieces, antes podrás disfrutar de lo que más te gusta”. Negocie lo que sea negociable y no siente precedente con lo que no lo es. En los casos más complejos de conductas desafiantes ver estas orientaciones y la técnica de los tres cestos, aquí y, además, la relación positiva entre educación de la inteligencia emocional y disminución de la agresividad en la página del Equipo de Orientación Badajoz-2. Educación emocional, cómo hacerlo.

Séptimo. Paciencia y calma. Las personas que transmiten con paciencia son más creíbles y generan un ambiente cálido y relajado. Cuando introduce cambios en la manera de educar, al principio los niños reaccionan con incertidumbre: “¿Qué significa que mi madre/padre ahora están calmados y no me gritan?”. Deles tiempo, necesitan acostumbrarse a esta nueva forma de comunicarse. Los gritos crean un mal clima propicio a no obedecer que a su vez generan más gritos...

Octavo. No se contradiga con su pareja. Los niños tienen que saber que la filosofía y la escala de valores parten de los dos. Si no, estarán chantajeando a uno y a otro, fomentando el engaño para conseguir lo que quieren. Terminará por tener muchas discusiones con su pareja por eso. No se descalifiquen, ni ridiculicen, ni contradigan delante de ellos. Todo aquello en lo que no estén de acuerdo, háblenlo en la intimidad y dialoguen y negocien, hasta llegar a acuerdos comunes que mantendrán y cumplirán sin excusa.

Noveno. Nunca levante los castigos. Si bien hay que decir que no se debe castigar en pleno enfado pues después vemos las cosas de otra manera y tendemos a perdonar. Es preferible pensarlo bien y considerar que el tiempo para un niño va muy lento, mucho más que para nosotros, y cuanto más pequeños esta regla es más importante, una hora a los cinco años es mucho tiempo. Preferible es aplazarlo, pero que sea efectivo y lo cumpla, que imponer uno muy duro fruto de la ira y que luego levantará convirtiéndose en alguien a quien se puede chantajear. Dígale: “Esto merece un castigo, ya te diré qué va a pasar”. Sin dejar tampoco pasar mucho tiempo, el suficiente para que reflexionemos bien.

Décimo. Siempre es mejor el refuerzo que el castigo. Significa prestar atención a lo que hace bien, cualquier cambio, y decírselo alabándolo. Si continuamente centra la atención en lo que hace mal y le corrige y se enfada, su hijo aprenderá que esta es la manera de llamar su atención. Todo lo que se refuerza, se repite. Al niño le gusta que sus padres estén orgullosos de él, pero tiene que decirle de qué se siente usted orgulloso, porque él no lo va a adivinar. Educar en positivo I: alternativas al no

Recuerde lo más fundamental: hasta la adolescencia, no hay figuras más importantes que los padres. Si trata de educar en una dirección, pero se comporta en otra, será inútil. Los hijos copian, son esponjas. Educar con acciones, con el ejemplo, tiene mucho más impacto que con palabras.

A veces buenos padres pueden tener malos hijo, no siempre hay que culparse por ello. Ver aquí en español

“Educad a los niños, y no tendréis que castigar a los hombres” (Pitágoras)

Lecciones con arte
La película
– "El club de los poetas muertos", del director Peter Weir.

Las frases
– “Tan solo por la educación puede el hombre llegar a ser hombre. El hombre no es más que lo que la educación hace de él”,  (Inmanuel Kant).
“El propósito de la educación es lograr que los niños quieran hacer lo que deben hacer” (Howard Gardner).

Canciones
– "Lecciones de urbanidad", con ironía de lo que no se debe hacer, de Serrat.

Hoy puede ser un gran día
https://youtu.be/-KPcE0qTdNM
 
De vez en cuando la vida

Algunos casos excepcionalmente difíciles, de niños más violentos y sin empatía, el llamado "Síndrome del Emperador".  Más sobre este síndrome aquí.

También existen programas de éxito en el proceso de ayudar a controlar las emociones, principalmente agresivas en adolescentes, mediante escritura creativa.
También puede ayudar a crear historias escritas.
Y no olvide que educar es principalmente crear, divertirse, re-crearse. El juego, la bondad, la compasión y el sentido del humor son fundamentales para el aprendizaje y la empatía, para educar.

Fuentes: El País. Aportaciones varias y de experiencias propias, como maestro, psicólogo y padre de 4 hijos (2 mujeres y 2 hombres) y 8 nietos muy diferentes.