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domingo, 24 de enero de 2016

Sonrisa del Destino

Susana Díaz se ha sometido a dos sesiones de investidura y a la tercera fue la vencida. Artur Mas no logró consagrar su candidatura en primera y segunda votación y antes de convocar elecciones se apartó para encumbrar a Carles Puigdemont, a quien Mariano Rajoy confesó, en la mañana del jueves 2, a través del Puigdemont impostor del programa El matí i la mare que el va parir, que estaba tramando algo o contemplaba varios escenarios:
-Esta semana está el Rey con las consultas, según cómo quede este asunto, porque claro, yo no sé cómo va a quedar este asunto, yo creo que el lunes 25 le puedo llamar y según cómo estemos, si hay investidura, si no la hay... ya fijamos una fecha. Yo tengo la agenda muy libre, con lo cual la podemos fijar [la entrevista que le está solicitando] en 24-48 horas.

La agenda muy libre ¡i tant!. ¡Y tanto!, que dirían los catalanes.
Rajoy le estaba dando una primicia a Carles Pérez, el falso Puigdemont. "Según como estemos, si hay investidura, si no la hay...", le confía el presidente del Gobierno en funciones.

Lo que para el rey Felipe era una hoja de ruta clara, que Rajoy debía ser el primero en intentar la investidura por ser la fuerza más votada, para Rajoy no lo era. O, al menos, no era la única.

La mente de Rajoy discurría así en paralelo a otros acontecimientos cuyo desarrollo afloraría el viernes 22.

El primero, por orden de aparición, sería la dimisión del subsecretario de Presidencia, Fernando Ramos, el conocido como número tres de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, por el primer escándalo en una empresa pública, Acuamed, después de que el secretario de Estado de Medio Ambiente, Pablo Saavedra, anunciara, como primera reacción del Gobierno, una auditoría de la gestión, el 20 de enero. De pedir una auditoría, algo que evoca aquellas auditorías fallidas que anunció María Dolores de Cospedal tras la publicación de los papeles de Bárcenas en este periódico, a la renuncia de Ramos sugiere que algo debió pasar en La Moncloa.

Y, cómo no, el segundo ha sido el intento de adueñarse anticipadamente del protagonismo de la investidura por parte de Pablo Iglesias con lo que he llamado la operación Sonrisa del Destino, tras la reunión con el Rey en Zarzuela, de continuidad y en línea con el impacto que ya consiguiera Podemos en la sesión de constitución del Parlamento, el pasado 13 de enero.

En passant, un tercer hecho del viernes 22 ha sido la imputación del Partido Popular como tal persona jurídica en calidad de investigado en la causa reabierta por orden de la Audiencia de Madrid sobre la destrucción de los discos duros de los ordenadores del ex tesorero del partido Luis Bárcenas, un caso en el que el juzgado de instrucción perdió misteriosamente el material que le había enviado el juez Pablo Ruz desde el juzgado central de instrucción número 5 de la Audiencia Nacional.

Golpe al parlamentarismo
Rajoy, pues, conforme a lo que, muy relajado y hasta con cierta marcha, ya confesaba al falso Puigdemont, tramaba no ser Susana Díaz o Artur Mas, esto es, no quería llegar a la sesión de investidura sabiendo que cosecharía el no.

Una sesión que iba a versar en gran parte, cómo no, sobre la corrupción del PP. No de la corrupción pasada sino de la corrupción viva, nueva, en tiempo real, con el caso Acuamed, y la imputación en el caso de los ordenadores.

Con el 44,6% de los votos y 186 escaños, Rajoy gobernó a golpe de decreto, contra el 55,4% de los votos, y ocupó todas las instituciones de poder de este país. Con el 28% y 123 escaños, quiere seguir haciendo lo mismo, esta vez contra el 72% de los votos. En el lenguaje y mensaje de Rajoy "la gente" lo que quiere es que gobierne Rajoy.

La "gente de este país" es... el 28% que le ha votado. Los demás, el 72%, pertenecen a categorías diversas. Débiles, separatistas, independentistas, rojos, populistas, bolivarianos, traidores a la Patria, agentes de gobiernos extranjeros financiados para destruir España.

Horas antes de decir que no se sometería a la investidura, Rajoy nos prometió por boca del vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maillo, que haría una "propuesta generosa". El propietario del cortijo, evocación si se quiere de Los santos inocentes la novela de Miguel Delibes llevada a la gran pantalla por Mario Camús (escena), va a hacer una oferta "generosa".

Resumamos: si durante la X Legislatura Rajoy controla todos los resortes del poder y se coloca por encima del Parlamento y del control de los partidos, apoyándose cuando es menester en el Ministerio del Interior, en el comienzo de la XI acaba de dar un golpe al régimen parlamentario y una bofetada al rey Felipe, a su encargo para intentar formar gobierno.

¿Por qué?
Porque el encargo debe llevar a la persona en quien recae a intentarlo, a hacer las negociaciones, a formalizar "la oferta generosa", para someterse a la investidura. Como Susana. Como Artur.

Pero Rajoy juega al bonapartismo. Está por encima de las instituciones y de los partidos, como si siguiera con sus 44,6% y los 186 escaños. Y también se sigue sirviendo de los archivos del Ministerio del Interior y de la Policía, si es necesario, para mantener a raya a sus enemigos. Es él a quien "la gente" quiere.

Rajoy aprovecha la nueva incursión de Pablo Iglesias para mantenerse por encima. Con su verónica a la investidura, pretende colocar al PSOE en el centro de la crisis política poselectoral del 20 de diciembre. Si ya con 186 escaños gobernaba por encima del Parlamento, con 123 pretende más de lo mismo. Deserta, pues. De momento.

El espectáculo de Iglesias
Pedro Sánchez viaja a Lisboa el 7 de enero para dar la señal de lo que va a buscar después del previsible intento de Rajoy. Un gobierno a la portuguesa. ¿En qué consiste? En un gobierno apoyado por las formaciones de izquierda, el Partido Comunista y el Bloco de Esquerda, principalmente. El primer ministro socialista luso António Costa (en la imagen con el líder socialista) forma gobierno tras suscribir un pacto para terminar con la política de austeridad. Los citados partidos le apoyan sin entrar al gobierno monocolor.

Los resultados de las elecciones en España han supuesto un golpe muy duro para el bipartidismo del PP y del PSOE. Para el PP porque ya no puede asegurar su supervivencia en el poder (pasa con 7.215.752 de votos del 44,6 al 28,7% de los votos, de 186 a 123 escaños, y tiene en su mercado un competidor, Ciudadanos, con 3.500.541 el 13,9% y 40 escaños.

Para el PSOE porque no solo no ha logrado capitalizar el cuatrienio negro de la pauperización y la corrupción del PP en el gobierno sino que vuelve a caer y queda a 400.000 votos de su rival de izquierda. Podemos capitaliza las pérdidas de los socialistas, pero no al punto de superar al PSOE a la primera. Podemos y sus confluencias obtuvieron un 20,6% con 5.130.283 votos y 69 escaños, quedándose a 400.496 votos y 21 escaños del PSOE con sus 5.530.779 votos, el 22% y 90 escaños.

Con todo, Pablo Iglesias intenta arrebatar ahora a Pedro Sánchez, de cara a la investidura, el liderazgo de una salida a la portuguesa, el liderazgo que las urnas le han negado a la primera por algo más de 400.000 votos si se suman todas las confluencias (Podemos, En Comú Podem, Compromís-Podem-És el Moment y En Marea).

Eso es la operación Sonrisa del Destino, el mensaje con la que ningún partido con ánimo real de pacto se ofrecería a formar un gobierno de coalición, ideada por Iglesias y su equipo.
"Que [Sánchez] sea presidente es una sonrisa del destino que siempre tendrá que agradecer", dijo Iglesias.
Alfred Hitchcock se inventó el Mcguffin, un truco cualquiera, irrelevante, para hacer avanzar el suspense de su narración cinematográfica. El ataque y desprecio de Sánchez al invocar la sonrisa del destino que le ha echado en cara Iglesias no es un Mcguffin para hacer avanzar la película sino una de las pistas que delata la insolvencia de la coartada. En línea, por otra parte, con la afirmación de Iglesias del 24 de diciembre pasado: "Si Sánchez no manda hablaré con Susana Díaz o con el Comité Federal..."

¿Cómo puede ser Iglesias vicepresidente de alguien al que le está perdonando la vida simplemente por estar ahí? ¿No le está tratando como al personaje de Being there (Estar ahí), Chance Gardiner, la novela de Kosinski?

Iglesias y Sánchez eran los invitados, el pasado jueves por la noche, del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, en una cena en la Casa de Cantabria, Madrid, para celebrar el día de la región del día viernes. Ambos tenían audiencia con el rey Felipe al día siguiente, viernes. Sánchez sabía que iría Iglesias y este que Sánchez estaría allí. Sánchez acudió según lo convenido. Pero Iglesias no dio señales de vida. En su lugar asistió el general Julio Rodríguez, que mantiene una relación personal con el presidente de Cantabria.

Iglesias, pues, quería evitar todo contacto con Sánchez antes de detonar la operación Sonrisa del Destino.

El líder de Podemos, por tanto, organiza la operación como un mecanismo de relojería. Mientras Sánchez se entera por el rey Felipe de lo que Iglesias le acaba de proponer, el líder de Podemos comparece ante los medios de comunicación y anticipa la oferta. Pero, además, cuida todas las apariencias. Se presenta con su equipo de ministrables. Y él el primero. Se ofrece como vicepresidente.

Su programa supone, a grandes trazos, un retroceso en materia de exigencias. Se ha tenido que ajustar a la negativa sobre los cuatro grupos parlamentarios. Ya no plantea el referéndum vinculante para Cataluña. Sin embargo, consigue el impacto que desea al sorprender con su propuesta a Pedro Sánchez reunido con el monarca. Si Sánchez y el PSOE no quieren este gobierno de izquierdas que les ofrezco, viene a decir, que dejen gobernar al PP o que se convoquen nuevas elecciones.

Y en estas dos alternativas, razona, el PSOE se fractura. Para Iglesias al PSOE le quedaría elegir la opción de cómo prefiere morir: en un gobierno de coalición, dejando gobernar al PP (opción que Alfonso Guerra considera la más probable) o en nuevas elecciones a las que Podemos concurriría después de quitar, al ser rechazado el gobierno de coalición, la careta socialdemócrata al PSOE.

Sánchez y el PSOE en el centro
Mariano Rajoy coge la propuesta de Pablo Iglesias y la transforma en la pinza, aquella célebre operación de 1995, que más allá de las intenciones de unos y de otros, opera como un mecanismo de presión de Izquierda Unida, por un lado, y el PP por el otro, sobre el PSOE y el gobierno de Felipe González. Si en la crisis de 1993-1996, el Gobierno del PSOE se encuentra en el centro de la tormenta, ahora Rajoy pretende colocar al PSOE de la oposición en el centro de la crisis política.

Iglesias ha hecho su exhibición. Rajoy le ha seguido y se ha colocado por encima. Le toca, pues, jugar a Sánchez.

Si Rajoy ha dado un paso al costado, reservándose su momento, Sánchez dispone de cartas.

Rajoy ha dicho que quería la gran coalición. No ha sido capaz ya no de conseguirla. Ha confesado ser incapaz ni siquiera de intentarlo. Porque como ha dicho al falso Puigdemont contaba con mucho tiempo libre. Tiempo que no ha llenado con negociaciones sino con planes conspirativos.

Sánchez ha anunciado una ronda de contactos con varias fuerzas políticas. Tanto con Podemos como con Ciudadanos.

Tomemos solo para ilustrar la política del PP el caso de Ciudadanos.
Si tan partidario era Rajoy de boquilla a favor de un gobierno PP, Ciudadanos y PSOE, el líder del PP, confesada su incapacidad al punto de frustrar el encargo del rey Felipe, ¿no debería el PP abstenerse ante un gobierno minoritario del PSOE apoyado, llegado el caso y solo a efectos de hipótesis, por Ciudadanos? Sería lo que yo he llamado el pasado mes de septiembre la Pequeña Gran Coalición.

Y ¿con Podemos?
Si Podemos está dispuesto a formar un gobierno de izquierdas hay que discutir, como pasa con toda propuesta, incluso una lanzada de manera provocadora, las condiciones. Iglesias ha presentado su programa máximo. Una variable es el gobierno de coalición de izquierdas entre PSOE, Podemos e Izquierda Unida, con apoyos del PNV, por ejemplo. Pero no es la única. Un gobierno socialista apoyado en investidura y en programa sin coalición, a la portuguesa, es otra variante. Ciudadanos, ¿qué papel podría desempeñar si por ejemplo el programa a suscribir le satisface?

Y si la oportunidad de Sánchez no conduce a buen puerto, es decir, la formación de gobierno, vamos a una tercera fase. Rajoy aspira a que si se verifica el fracaso de Sánchez, le pongan el balón en la linea de penalti. Y se puede encontrar, si la procesión que él espera que vaya por dentro en el PSOE en realidad va dentro del PP, con una situación en la que él no satisface a su partido como candidato por su incapacidad de recabar apoyos ni... como nuevo cabeza de cartel electoral.

Han pasado algo más de un mes desde las elecciones del 20-D. La aceleración política es tal que parece una eternidad. Pero en apenas un mes se ha constituido el Parlamento, el rey Felipe ha concluido su primera ronda de contactos y el hombre al que se le ha confiado la tarea de formar gobierno ha declinado sin siquiera intentarlo.

Cabe recordar que José María Aznar consiguió, con 156 escaños, el acuerdo para formar gobierno en el día 54 desde las elecciones del 3 de marzo de 1996 y formalizó la investidura en el día 63.

Mientras, la política y la vida continúan. Los escándalos de corrupción no son cosas del pasado.
Y a Acuamed el primer escándalo en toda regla que protagoniza una empresa pública puede seguirle, quizá por lo del agua, otro no menos relevante en la empresa Canal de Isabel II, la empresa hidráulica de gestión pública dependiente de la Comunidad de Madrid, sobre la cual se desarrollan desde hace tiempo investigaciones sigilosas en relación a algunas de sus filiales.
http://politica.elpais.com/politica/2012/05/31/actualidad/1338484360_581201.html
Fuente:
http://blogs.elpais.com/analitica/2016/01/susana-d%C3%ADaz-se-ha-sometido-a-dos-sesiones-de-investidura-y-a-la-tercera-fue-la-vencida-artur-mas-no-lo.html




miércoles, 13 de enero de 2016

El coco

“Los hombres nacen bajo el yugo, y, criados y educados después en la servidumbre, sin mirar más allá, se acomodan a vivir tal y como han nacido; sin pensar disponer de otro bien ni de otro derecho que aquellos que han encontrado, aceptan la situación en que han nacido como condición natural.”
                                                                 Étienne de La Boétie, Sobre la servidumbre voluntaria, 1548.

Algunos de los cientos de miles de españoles que vivimos en el extranjero hemos vuelto a casa para votar en las elecciones y el horizonte que hemos encontrado en provincias es desolador. Los partidos de siempre, los del “si usted lo dice… señorito” de Delibes, han arrasado en regiones asoladas por el paro, la pobreza y la emigración, como si todo lo que nos pasase fuera un castigo a nuestra particularidad endémica. Ninguna estadística ni encuesta señala una buena situación económica, social o política, ningún ciudadano siente que su territorio prospera. En los pueblos pequeños doblan a diario las campanas y las calles principales de las capitales extremeñas están plagadas de “Se traspasa”, con miles de jóvenes preparándose oposiciones que no se convocarán con el mismo ímpetu que antes se rezaba a San Antonio. Vivimos en una constante decadencia soportada sólo por la expectativa de un milagro, en forma de lotería o de oposición, un cruce del destino que nos garantice la supervivencia en la mediocridad cotidiana. Sin embargo, elección tras elección, elegimos a los mismos gobernantes, a nuestros “señoritos”, movidos por un secreto afán sociológico de perpetuar en el poder al cacique sin valorar su gestión.

Desde fuera las cosas se ven bastante claras: gobiernos corruptos e inmorales sin ningún aprecio por el estado ni por la ciudadanía llevan años repartiéndose cargos y prebendas. Estos partidos-mafia, aplaudidos y refrendados electoralmente cada cuatro años por una ciudadanía complaciente: “lo que usted diga, señorito…”, han puesto a su servicio todo el poder de las instituciones para vender y arruinar el país en nombre de un nacionalismo mal entendido, resignificado en la órbita de las narrativas hasta el punto de identificar la patria con intereses privados. A partir de complejos sistemas imaginarios proyectados por los medios de comunicación –que subsisten a veces por la “generosidad” de partido o por el interés de grupos de poder en el control de la opinión-, han inoculado el mensaje de la no alternativa o de la seriedad de estado frente a la inexperiencia o el peligro.

Cánovas arriba y Cánovas abajo, no hay conversación en la que se haya justificado el voto a PPSOE a partir de la gestión, sino que la sombra de Podemos ha actuado como agente movilizador. Estos días he escuchado barbaridades que no superan la condición de falacia, pero por su fortaleza ejemplarizante construyen modelos dicotómicos. Dos señores decían que por la ley electoral Podemos había tenido más diputados de los que le correspondían, que lo “habían oído”; otros, que Podemos iba a expropiarnos las casas; en la pescadería unas señoras hablaban que el “coletas” iba a quitar las pensiones; y unos jóvenes “habían leído” que unas mujeres de Podemos habían profanado una iglesia y habían introducido en su vagina Formas Consagradas. Como sabrán, todas estas informaciones son falsas, pero atemorizan más si cabe a una sociedad precarizada. Que tenga que aclarar el alcalde de Valencia que no va a prohibir la paella desmintiendo una noticia dice mucho de nuestra cultura política y nutre las memorias del cine nacional, de Berlanga a Cuerda. La lectura codifica los mensajes políticos en la prensa y de esta forma defender el referéndum en Cataluña equivale a pedir su independencia; cobrar el IBI a la Iglesia se transforma con el teléfono “escacharrao” en la quema de conventos y la violación de monjas, “que lo he oído o lo he escuchado, señorito…”; subir impuestos a las grandes fortunas se convierte en quitar las pensiones y expropiar casas; y así hasta un sinfín de disparates que culminan en el aquelarre de podemitas desnudas y hombres con coleta copulando con el diablo las noches de luna llena. Un jefe de mesa me comentó asombrado: “pues estuve con una de interventora de Podemos y era maja y pacífica, una cosa muy extraña…” Si alguno de los “¿está bien, señorito?” se hubiera preocupado al menos de informarse comprobaría atónito que Podemos lo conforman principalmente personas de mediana edad, médicos, profesores y funcionarios, con presencia también importante de jóvenes de alta cualificación académica, ciudadanos con experiencia en asociaciones sociales e incluso cristianos de base. Pero no importa, porque la maquinaría mediática ha funcionado y más en provincias que languidecen a la espera.

No he vivido la guerra civil, pero estos días he comprendido aquel lamento de Max Aub en Campo de los Almendros. Y ahora sé que estos optimistas –no sólo de Podemos-, buscadores del bien común, desinteresados y justos, “son lo mejor de España”, los únicos que de verdad se han alzado sin fuerzas contra una economía que mata, insolidaria y esclavista, y contra una clase política que del poder ha hecho opresión y de la responsabilidad, corrupción. “Por la sola justicia, cada uno a su modo, como han podido, sin que les importara su comodidad, su familia, su dinero”, lo han intentado con dignidad. Éstos, “no lo olvides”, imperfectos y contradictorios, son “lo mejor de España.” Una España maltrecha y decente que volverá por mera inercia generacional, aunque seamos en provincias los últimos en verla aparecer.

  in Artículo

domingo, 3 de enero de 2016

Sobre España, Grecia, Italia y nuestros planes para un movimiento europeo destinado a democratizar la UE. Entrevista

Yanis Varoufakis 

26/12/2015. (En Sin Permiso)

La entrevista trata de las elecciones españolas, lo último de la interminable depresión de Grecia y, lo que es más importante, el anuncio del movimiento (¡que no partido!) [el titular de L´Espresso reza: “En febrero lanzo mi partido”. N. del t.] paneuropeo que se lanzará en febrero con un orden del día sencillo pero radical de democratización de la UE. YV

En primer lugar, nos gustaría escuchar sus comentarios acerca del resultado de las elecciones en España.

La oposición de nuestro gobierno de Syriza al fracasado programa de la Troika quedó aplastada el verano pasado y el primer ministro Tsipras se vio obligado a aceptar un nuevo préstamo que todo elmundo sabe que es una catástrofe. Por una razón: darles una lección a los españoles y disuadirles de votar a Podemos. Considerando este contexto, Podemos lo ha hecho muy pero que muy bien en estas elecciones. Tal como comenté tras conocer los resultados, supone un pequeño paso en la buena dirección. Un pequeño paso que puede convertirse en una gran línea de falla necesaria para hacer añicos la negación de la crisis en la eurozona y el desprecio de la Troika por la democracia.

¿Se debe el éxito de Podemos a la desconfianza de la gente hacia el sistema de partidos o estamos asistiendo al triunfo del populismo?
Podemos no es un partido populista. El populismo se pone de manifiesto cuando se promete toda clase de cosas a toda clase de gente. No, Podemos comenzó como partido de protesta y se está desarrollando como un partido que va a intentar una nueva política, en la que la política de relaciones públicas y sed de poder deje paso a un discurso de apertura.

¿Se convertirá Podemos en Syriza? ¿Traicionará las promesas hechas a sus votantes?
Espero que no, pero tenemos que ver si Podemos tiene esa oportunidad. Lo digo porque, para llegar a ese momento de la verdad, Podemos debe primero formar gobierno, algo que no puede hacer dados los resultados electorales. La gran pregunta es ahora: ¿entraría Podemos en una coalición aceptando concesiones fundamentales para fieles del Eurogrupo como el PSOE?

¿Podría resumir lo que ha hecho el gobierno Tsipras en estos tres meses de gobierno? ¿Cuáles son, por ejemplo, las peores leyes aprobadas y qué es lo que debilitará todavía más a la economía griega?
El principal efecto adverso se deriva del anuncio mismo, el pasado julio, de los contenidos del nuevo ‘acuerdo’: el increíble nivel de austeridad anunciado para los próximos cinco años, el aumento de impuestos ligado a ello (sobre todo del IVA), la ausencia de cualquier compromiso creíble de un alivio de la deuda serio y la pura y simple realidad de que los bancos seguirán siendo incapaces de prestar a empresas rentables (dado que sus préstamos con saldo en mora no los gestionará eficazmente un banco malo público), todo esto en conjunto significa una cosa: que ningún inversor serio invertirá cantidades considerables en una economía condenada a decrecer como resultado de estos fracasos.

Ahora bien, en lo que se refiere a determinados ejemplos de legislación ya aprobados (o a punto de serlo), eso se sumará a las fuerzas de la recesión que ya están actuando, y que son: los aumentos del IVA, la exigencia de prepago [fiscal] a las empresas (durante diciembre de 2015) del 100% correspondiente a sus beneficios estimados para 2016, el aumento de las contribuciones a los fondos de pensiones y la prevista reducción de las pensiones.

Hace pocos días, nuestro primer ministro, Renzi, ha acusado a Alemania de no ser el único país que nutre a la UE y de aprovecharse, de hecho, de la crisis griega para hacer negocios como, por ejemplo, la adquisición de catorce aeropuertos del país. En su opinión, ¿son sólo palabras o cree más bien que los países del sur de Europa están listos para formar un conjunto con Renzi a la cabeza destinado a contrarrestar la política de austeridad tan cara a Alemania y los países del norte de Europa?
Espero equivocarme, pero me parece a mí que si el primer ministro Renzi fuera en serio en su oposición a las políticas de Berlín, se habría abstenido en julio de ejercer una presión inhumana sobre el primer ministro Tsipras para que capitulara ante todas las exigencias que ahora, con retraso, encuentra objetables. En el calor de la batalla es cuando se revelan el coraje y las verdaderas intenciones de cada uno.

¿Es usted consciente del fracaso de algunos bancos italianos y de los problemas que han tenido los tenedores de bonos que lo han perdido todo? Si es así, ¿cuál es su opinión?
...seguir aquí.

domingo, 20 de diciembre de 2015

¿Por qué no ha habido nunca pleno empleo en España?

El Captor

Dentro del Título I de la Constitución española -De los derechos y deberes fundamentales-, en el capítulo III -De los principios rectores de la política social y económica-, el Artículo 40.1 indica: “Los poderes públicos promoverán las condiciones favorables para el progreso social y económico y para una distribución de la renta regional y personal más equitativa, en el marco de una política de estabilidad económica. De manera especial realizarán una política orientada al pleno empleo.”

Pero nunca en la historia de la actual Constitución española se ha producido una situación de pleno empleo, resultando posible añadir, inclusive, que ninguna -o casi ninguna- formación política ha planteado recientemente, y ante la gravedad del contexto económico actual (más del 20% de la población activa desempleada), un objetivo programático de pleno empleo y de consecución en el corto plazo.

Cuestión, aunque parezca mentira, en absoluto baladí, ya que los preceptos constitucionales fueron aprobados para establecer su cumplimiento sin que sobre ellos recayese discrecionalidad alguna por parte de los poderes y agentes institucionales.

De ahí que de no observarse una situación de pleno empleo en el actual mercado laboral ello sea debido a que o bien no se ha realizado “de manera especial una política orientada” a la consecución de dicho objetivo, o bien el ejercicio de las funciones ejecutiva, legislativa y judicial ha sido estrepitosamente fraudulento en este sentido, situación ante la cual el actual sistema democrático de España debería de disponer de los pertinentes mecanismos, también constitucionales, para la debida rendición de cuentas ante la soberanía nacional (recuérdese; “reside en el pueblo español”).

Por consiguiente, ¿que por qué no ha habido nunca pleno empleo en España? Lo diremos de nuevo y de todas las únicas formas posibles. Porque los poderes públicos no han realizado de manera especial una política orientada al pleno empleo. Y porque, ahora, o en el instante siguiente en el que usted decida sentarse ante su televisor, cualquiera de los candidatos al próximo gobierno de la nación podrá aparecer disputando una simpática partida de futbolín, al tiempo que le confirma a un graciosillo cantante de rancheras/”periodista” que sí, que esta idea de mostrarse ante la gente así es total no solo porque le humaniza como representante político sino también porque le homogeneiza con el conjunto de los representados.

Será entonces cuando usted piense: “¡Y una mi...!, ¡siguiente candidato, por favor!” Tan solo aquél cuyo sueldo sirva para defender alguno de los artículos más mentirosamente bellos, por el momento, de nuestra Constitución.

Fuente: http://www.elcaptor.com/2015/11/por-que-no-pleno-empleo-espana.html

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Le llaman democracia (en España, incluyendo Catalunya) pero no lo es.

En las últimas elecciones autonómicas en Catalunya, los partidos independentistas consiguieron una mayoría parlamentaria que presentan como prueba de que “tienen un mandato del pueblo catalán” para independizarse y separarse de España, y ello a pesar de que la mayoría del voto expresado en las urnas aquel día no fue para partidos independentistas, sino para partidos no independentistas. Ni que decir tiene que los primeros consiguieron un voto minoritario muy elevado, pero, a pesar de ser muy elevado, no fue la mayoría del pueblo catalán. Tenemos así una situación en la que las opciones políticas hoy mayoritarias en el Parlamento catalán no tienen el apoyo de la mayoría del electorado catalán para alcanzar su principal promesa programática –la independencia de Catalunya-. Su constante énfasis en que sí que tienen un mandato mayoritario no se apoya en lo que los catalanes votaron en aquellas elecciones. En realidad, consiguieron una mayoría parlamentaria como consecuencia de que la ley electoral catalana (que es prácticamente idéntica a la española) es de las menos proporcionales que existen en Europa, realidad que he estado denunciando desde hace tiempo. Tanto en España como en Catalunya, los gobiernos constantemente aplican leyes aduciendo un mandato popular que no se corresponde con los deseos de la mayoría de la población.

Uno de los muchos indicadores del enorme dominio que las fuerzas conservadoras tienen sobre el Estado es precisamente el sesgo antidemocrático de las leyes electorales, que discriminan claramente a favor de unos territorios y de unas clases sociales a costa de otros territorios y otras clases sociales, discriminando a las ciudades (a favor de las zonas rurales) y a la clase trabajadora (a favor de otras clases sociales). Y un ejemplo de ello son las últimas elecciones en Catalunya. La mayoría de los no independentistas reside en las grandes ciudades de Catalunya, y muy en especial en los barrios obreros. Y ahí están las bases del diferencial entre voto y escaños parlamentarios. El punto débil del independentismo es su limitado atractivo entre las clases trabajadoras en Catalunya debido, en parte, a la mayor identificación con España entre estos sectores de la población y también al hecho de que el movimiento independentista está liderado por un gobierno liberal que ha apoyado las medidas (como la reforma laboral y los recortes de gasto público) que han perjudicado con mayor intensidad a las clases populares.

El sesgo de la ley electoral española (y de la catalana) tenía y continúa teniendo el propósito de discriminar a la clase trabajadora

Este sesgo antidemocrático no es casualidad, pues el objetivo de dicha ley electoral fue precisamente este: el de frenar al Partido Comunista (cuya base electoral era mayoritariamente de clase trabajadora), condición que impuso la asamblea del Movimiento Nacional en las últimas etapas de la dictadura antes de disolverse. Tal condición era el establecimiento de una ley electoral que discriminara a las zonas urbanas a costa de favorecer a las zonas rurales, de claro cariz conservador. El hecho de que incluso hoy se requieran casi 49.000 votos para conseguir elegir a un parlamentario en Barcelona, y solo 21.000 votos en Lleida, se debe a esta decisión política. Otro tanto ocurre en el resto de España.

Esta motivación en el diseño de la ley electoral ha sido reconocido por dirigentes de la derecha española que jugaron un papel clave en la Transición, como el Sr. Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón, y el que fue presidente del mayor partido de derechas (que se definía como de centro, como las derechas siempre se han definido en España) durante aquel periodo, el Sr. Leopoldo Calvo Sotelo. Este último, el mismo año de su fallecimiento, subrayó que el diseño de la ley electoral (que se inició en las últimas fases de la dictadura) tuvo como objetivo la intención de frenar la presencia del Partido Comunista en las instituciones que llamaron representativas, forzando un sistema que tuvo poco de representativo.

Una consecuencia de ello es que, como he documentado en varias ocasiones (ver mi artículo “Cuestionando algunos de los análisis que se han hecho sobre las elecciones del 9 de marzo”, El Viejo Topo, julio-agosto 2008), en todas las elecciones generales durante el período democrático desde 1977 a 2008, la suma de votos a partidos de izquierdas en España había dado una cifra superior a los partidos de derechas (excepto en 1977, las primeras elecciones democráticas, en 1979, y en 2000, debido a la enorme abstención). Otros estudios más recientes confirman este análisis de la situación. En un excelente artículo de la ley electoral española aparecido en la revista El Siglo (“Una democracia por mejorar”, 09.11.15) se muestra que la ventaja de los votos de izquierda sobre los votos de derecha fue de más de dos millones y medio en 1982, de casi dos millones y medio en 1986, de menos de dos millones en 1989 y en 1992, de más de un millón en 1996, de menos de dos millones en 2004, y de casi un millón y medio en 2008. A pesar de ello, las izquierdas han gobernado con mayoría parlamentaria solo durante el periodo de 1982 a 1993 y el periodo de 2004 a 2008.

Muchas son las consecuencias de esta realidad, desde el enorme subdesarrollo y subfinanciación del Estado del Bienestar español (ver mi libro El subdesarrollo social de España. Causas y consecuencias, Anagrama, 2006), hasta el enorme fraude fiscal y las regresivas políticas tributarias. Añádase a esta situación de escasa calidad democrática, la escasísima diversidad ideológica de los medios de información que sistemáticamente discriminan a las izquierdas (ver mi artículo “El ‘New York Times’ lleva razón: no existe pluralidad en los medios”, Público, 19.11.15), siendo el gran apoyo de los mayores medios al nuevo partido de derechas Ciudadanos (la esperanza de las derechas) frente a la gran hostilidad hacia el nuevo partido Podemos y hacia IU, un indicador de ello.

Y la escasa proporcionalidad del sistema electoral se ha ido acentuando con añadidos y modificaciones a la ley electoral que hacen más difícil el ejercicio del voto. Un caso claro es la reforma del año 2011 de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (aprobada por el gobierno Zapatero con el apoyo del PP, de CiU y del PNV) que tuvo como consecuencia aumentar la dificultad para votar a los ciudadanos españoles que viven en el extranjero (1.875.272 ciudadanos españoles que viven o están fuera de España del total de 36,5 millones de personas que tienen derecho al voto en España). Es un ejemplo más de clara manipulación mediática del gobierno conservador-neoliberal de la Generalitat de Catalunya, que acusó al gobierno central del partido conservador-neoliberal español de dificultar las votaciones de los catalanes que vivían o estaban en el extranjero, cuando, en realidad, ambos partidos –el español y el catalán- habían dificultado, con la nueva ley, el ejercicio de tal derecho.

Las muy insuficientes reformas del supuesto sistema democrático
La gran mayoría de reformas que se están proponiendo por parte de los partidos políticos se basan en deseados cambios en la gestión de los partidos, lo cual es importante, pero muy insuficiente. Que los partidos políticos españoles (incluyendo los catalanes) son partidos con escasa vocación democrática, queda ilustrado en el estudio Ranking 2015 sobre la calidad democrática de los partidos políticos españoles, que muestra que solo dos partidos (ambos de izquierda), Podemos y el Bloque Nacionalista Gallego, pueden ser considerados como partidos -en términos comparativos con los existentes en el Reino Unido y Alemania- merecedores de ser considerados partidos con democracia interna. Ni que decir tiene que incluso estos dos partidos tienen todavía un largo recorrido para alcanzar los niveles de democracia que deberían exigirse. Pero están claramente en la dirección de alcanzarlo. No así en el resto de partidos.

Ahora bien, otro tema esencial para que el sistema electoral pudiera definirse como democrático, sería conseguir que todo ciudadano tuviera la misma potestad de configurar la gobernanza del país (es decir, conseguir la representatividad proporcional). Esta es una reforma urgente y necesaria y que tendría un enorme impacto en la vida política del país. Pero se requeriría otra reforma igualmente necesaria y urgente, que es el establecimiento de formas de democracia directa, como los referéndums, a todos los niveles del Estado, desde el central, al autonómico y municipal. Y ahí estamos en pañales.

Existe una oposición antidemocrática por parte de los establishments político-mediáticos –lo que se define como la casta- hacia el ejercicio del derecho a decidir a todos los niveles. La oposición a que el pueblo catalán pueda ejercer tal derecho -que la mayoría de la población en Catalunya apoya- es un ejemplo de ello. La derecha española, PP y Ciudadanos, y la dirección del PSOE (de escasa vocación democrática), se oponen a dicho ejercicio. El PP y el PSOE, los máximos beneficiarios del sistema bipartidista, bases del Estado español, han sido los que se han opuesto más a la democratización del Estado. Ambos partidos de baja calidad democrática, se oponen al ejercicio de estas formas de democracia directa, que debilitarían su protagonismo. Y Ciudadanos se opone también, aunque por motivos diferentes. Su oposición al derecho a decidir es porque desea conseguir rentabilidad política de su supuesta defensa de la “unidad de España” (aunque el ejercicio de tal derecho resolvería precisamente las tensiones artificiales creadas por los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, y también por CDC en Catalunya, pues tal deseo mostraría que la voluntad de la mayoría de los catalanes es permanecer en España, desmontando así los argumentos independentistas). Son precisamente estos partidos (PP, PSOE y Ciudadanos) –que Pablo Iglesias ha definido correctamente como el búnquer- los que están incrementando el hastío y frustración en Catalunya hacia el Estado central, aumentando el independentismo.

Esta breve crítica del sistema llamado democrático aparece con plena evidencia en la nula diversidad ideológica que existe en los mayores medios de información (tanto públicos como privados) españoles, instrumentalizados por los poderes económicos y financieros y por los gobiernos, y que no ofrecen la pluralidad, veracidad y rigor que un sistema democrático exige. El artículo del New York Times que ha creado un gran revuelo en España no descubre nada que la mayoría de la población no conociera ya en España, pero que los medios continúan negando. Tanto los medios televisivos como la prensa en papel carecen de credibilidad en España, otro tema que he estado denunciando por mucho tiempo. En el último programa de Salvados, los dirigentes de los medios entrevistados atribuyeron el resultado de una encuesta realizada en Europa (que mostraba que la ciudadanía española era la que desconfiaba más de sus medios) a que los ciudadanos españoles tienen una vocación más crítica que los ciudadanos de otros países. No aceptaron –a pesar de la enorme evidencia de lo contrario- que el problema mayor era la abusiva instrumentalización de los medios por el poder financiero (la banca) con el cual están endeudados, y por los partidos gobernantes. Hoy, tales medios son un enorme obstáculo para el pleno desarrollo democrático de España. En realidad, el programa La Sexta Noche es un programa que –sin quererlo y sin ser su intención- muestra claramente el bajo nivel de democracia existente en España. Lo que se presenta como un debate, es una sarta de insultos, mezquindades, gritos y un largo etcétera (procedentes en su mayoría de los tertulianos de derechas) que muestra muy bien, por desgracia, la escasa calidad democrática existente en España. Así de claro.
Vicenç Navarro. Autor de Ataque a la democracia y al bienestar (Anagrama, 2015)

Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2015/11/23/le-llaman-democracia-en-espana-incluyendo-catalunya-pero-no-lo-es/

Público.es

miércoles, 28 de octubre de 2015

Un tercio de la población española está en riesgo de pobreza. En 2014 se contaron 13,8 millones de personas en riesgo de exclusión social, casi un millón más que en el año anterior

El 29,2% de la población española está en riesgo de pobreza y exclusión social. En total, son 13.704.003 personas, según datos de 2014. Los datos parten del indicador Arope, creado a nivel europeo en el marco de la Estrategia Europa 2020 y elaborados a partir de las cifras del Instituto Nacional de Estadística. Han sido presentados hoy por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN por sus siglas en inglés), una coalición de ONG a nivel europeo que en España tiene presencia en todas las comunidades autónomas.

En dirección contraria a la Estrategia Europa 2020
En 2010, la Unión Europea estableció una estrategia, de cara al año 2010, con objetivos de carácter medioambiental, de innovación tecnológica, de mejora del empleo, de educación y también del seguimiento del indicador de la pobreza.

“El compromiso era reducir en 20 millones el número de personas en riesgo de pobreza y exclusión social en la Unión Europea de cara a 2020 respecto a los datos de 2009”, explica Carlos Susías, presidente de EAPN España. Desde esta plataforma se hace un seguimiento de los avances en cada país. En España, para cumplir con el objetivo, a esta fecha se debería haber reducido el número de personas en riesgo de pobreza en 1,4 o 1,5 millones, explica Susías. Sin embargo, la tendencia va en dirección contraria, con casi un millón de personas más en riesgo de exclusión social en 2014 respecto al año anterior.

“Estamos viendo un proceso de crecimiento económico, mejoran las cifras macroeconómicas, pero mientras vemos cómo empeoran las cifras del indicador Arope”, señala Susías. En España, la tasa de pobreza se sitúa en los 7.961 euros anuales. Las personas con ingresos por debajo de esa cifra son incluidas en el indicador como en riesgo de pobreza, pero también las que tienen ingresos menores a los 332 euros mensuales –pobreza severa–, que son ya 3,2 millones de personas, o las que no tienen ningún tipo de ingreso más allá de las aportaciones y ayudas prestadas desde organizaciones sociales, según señala Juan Carlos Lano, sociólogo encargado del informe, quien apunta que los datos del INE muestran que son ya 740.000 hogares los que no tienen ingresos.

Además, según señalan desde la EAPN, el umbral que delimita la tasa de pobreza ha ido bajando en los últimos años. “Ha habido un empobrecimiento general de la población, por lo que mientras antes el umbral para entrar en el indicador se situaba en los 729 euros mensuales –8.114 anuales–, ahora ha bajado a los 633,4 euros –7.961 euros anuales–.

Menos mayores pobres, más niños pobres
Desde la EAPN apuntan que, si bien la diferencia en cuanto a pobreza respecto a géneros se ha suavizado, mostrando los últimos datos prácticamente las mismas cifras para hombres y mujeres, en el caso de las edades sí se perciben grandes diferencias. Mientras la tasa de pobreza ha bajado a la mitad entre los mayores de 65 años –del 25% al 13%–, la tasa en adultos de entre 30 y 64 años se mantiene en torno al 31% de la población y en el caso de los jóvenes de 16 a 29 años aumentó en 2014 en once puntos, hasta alcanzar al 36,4% de este grupo de edad.

En el caso de la infancia, las cifras también han empeorado, pasando de un índice del 31,9% al 35,4% en 2014. “La pobreza infantil es cualquier cosa menos un supuesto, es una realidad en nuestro país”, ha subrayado Graciela Malgesini, responsable de Asuntos Europeos e Incidencia Política de la EAPN, quien señala también que los hogares monoparentales, mayormente de mujeres con menores a su cargo, son los que presentan una situación más grave, ya que el 53% de ellos están en riesgo de pobreza. También, la nacionalidad es un factor notable: la tasa de pobreza de la población extranjera (55,4%) triplica a la de la población española (18,4%).

Los tres factores del índice Arope
El índice que mide el riesgo de pobreza a nivel europeo se forma a partir de tres factores: desempleo, pobreza y privación material. El Arope incluye a toda persona por cada uno o varios de los tres factores, pero desde la EAPN señalan que el 2,3% de la población del Estado sufre los tres factores de desigualdad. “Se trata de más de un millón de personas que se encuentran en la peor situación económica y social posible”, apuntan.

Por separado, el incremento de la pobreza es el que ha tenido mayor peso en el aumento del índice, ya que además aporta el 75% del peso del indicador. El número de personas en esta situación ha pasado de los 2,8 a los 3,3 millones.

La privación material –personas que no pueden afrontar gastos básicos del día a día, como calentar sus hogares, el consumo de carne o pescado al menos dos veces por semana o gastos imprevistos– también ha aumentado en dos puntos: el 7% de la población –4,4 millones de personas– no puede pagar este tipo de gastos.

El desempleo, y cada vez más, el empleo precario, es otro de los factores. “Este indicador sigue empeorando, aunque se den cifras positivas de recuperación de empleo. Esto puede parecer una contradicción, pero no, porque tenemos un empleo de baja calidad, son empleos de tiempo parcial”, explica Susías. “Sube el número de trabajadores pobres, personas que tienen trabajo, pero aún así no consiguen salir de a pobreza. Siempre se ha dicho que el trabajo es el elemento inclusivo que permite salir de la pobreza, y no está cumpliendo esta función porque es de mala calidad”, continúa. “Si los salarios están por debajo del propio índice de pobreza, difícilmente se va a salir de ésta por mucho empleo que se tenga”.

Norte y sur. La diferencia en las políticas sociales
También señalan las diferencias entre las distintas zonas del Estado. “Hay una línea imaginaria que divide España entre norte y sur. Todo el sur está por encima de la media nacional de pobreza y el norte por debajo”, explica Susías. Así, mientras Ceuta (44,3%), Murcia (37,2%) y Andalucía (33,3%) presentan los números más alarmantes en cuanto a riesgo de pobreza, el País Vasco (10,2%) y Navarra (11,9%) registran los mejores datos. “Son comunidades autónomas en las que se han puesto en marcha políticas de inclusión social”, apunta el presidente de la EAPN.

El segundo país europeo en desigualdad
Durante la presentación de los datos, desde la EAPN también han señalado el incremento de la desigualdad en España, que ha aumentado en dos puntos. “España es uno de los países donde más ha crecido la desigualdad”, señala Susías. A día de hoy, según el informe, el 10% de población con mayores ingresos gana el equivalente a la cuarta parte de toda la riqueza del Estado y 14 veces más que el 10% más pobre.

“El crecimiento económico que muestra el aumento del PIB no es suficiente para reducir la tasa de personas en Arope, como muestra el análisis territorial. La capacidad redistributiva de las políticas sociales tiene que ser priorizada para lograr una mayor cohesión social y equidad en todo el país”, señalan desde la plataforma.

Decálogo frente a las elecciones generales
“Se dice que la lluvia hace que al final todos se mojen, pero estamos viendo que los de arriba se están empapando y los de abajo siguen secos”, sentencia Susías. De cara a las próximas elecciones generales, desde la EAPN han planteado a los partidos políticos diferentes medidas encaminadas a combatir la pobreza y desigualdad económica que pasan por la creación de un sistema estatal de rentas mínimas que supere a los diferentes sistemas regionales, en los que los largos plazos a la hora de recibir la prestación y la “originalidad a la hora de poner condiciones” se presentan como grandes obstáculos; prestaciones universales por hijo, siguiendo el modelo de gran parte de los países europeos, en los que la pobreza infantil presenta números mucho menores a los españoles; y un cambio en el sistema fiscal que suponga una mayor redistribución de la riqueza.

“La pobreza no es un castigo divino, es consecuencia de las políticas económicas y fiscales de los gobiernos, y hay que trabajar en esa dirección”, concluye Susías.
Fuente: http://www.diagonalperiodico.net/global/28060-tercio-la-poblacion-riesgo-exclusion-social.html
Más, el 1% tiene el 50% de la riqueza mundial.

viernes, 9 de octubre de 2015

Lydie Salvayre: “En Francia se censura todo lo que sea popular”. ÁLEX VICENTE. La autora francesa relata la historia de juventud de su progenitora, exiliada republicana, en ‘No llorar’, ganadora del Goncourt.

Lydie Salvayre (Autainville, Francia, 1946) llevaba años intentando dar forma de novela a la historia vivida por su madre, quien fue una joven catalana tentada por la aventura libertaria en los años previos a la Guerra Civil, cuando se instaló con su hermano anarquista en Barcelona. Allí viviría su primera historia de amor y participó en la efervescencia revolucionaria antes de emigrar a Francia. Lo consiguió al leer Los grandes cementerios bajo la luna, donde el escritor católico y monárquico Georges Bernanos expresa su desazón respecto a las atrocidades cometidas por el bando nacional, al que en un principio dio apoyo y en cuyas tropas combatía su propio hijo. La condena le valdría ser expulsado del partido ultraderechista Acción Francesa.

“Mi madre murió hace siete años, pero nunca me acababa de decidir a contar su historia. La lectura de Bernanos me despertó. Fue como si me dieran un puñetazo”, afirma Salvayre en su domicilio parisino, una casita de dos plantas pegada al cementerio de Père-Lachaise. Del enfrentamiento entre el relato de juventud de su madre y el remordimiento expresado por Bernanos, dos personajes en las antípodas que acaban encontrándose en un terreno común, surgió No llorar (Anagrama), con la que el año pasado ganó el premio Goncourt, el más importante de las letras francesas.

En el libro, la autora reproduce el habla de su madre, una mezcla de español y francés donde no faltan las incorrecciones y barbarismos, y que la autora vincula al frañol, lengua oficial de los cerca de 500.000 exiliados republicanos en el país vecino. Salvayre ha querido dignificarla. “De pequeña me daba vergüenza oír cómo hablaba mi madre, pero ahora me apasiona. Al hacerme mayor entendí que, en lugar de estropear el francés, lo convertía en algo más poético y más divertido”, expresa. “Detrás de mi escritura también se halla una cuestión política. ¿El francés debe seguir siendo una lengua pura, o las palabras surgidas del exilio tienen derecho a introducirse en ella?”. No hace falta preguntarle por qué opción se decanta la autora, consagrada al fin tras publicar veinte novelas respetadas por la crítica y traducidas a una veintena de idiomas.

La autora habla igual que escribe: una palabra en español por cada cuatro en francés. En la traducción al castellano, a cargo de Javier Albiñana, los fragmentos en español han sido transcritos en negrita para que el lector español se haga una idea de esta lengua híbrida, inhabitual en la narrativa francesa, menos abierta al mestizaje que otras tradiciones literarias. Existen numerosos ejemplos de autores que se sirven del spanglish, como Sandra Cisneros o Junot Díaz, sin contar con la literatura poscolonial de la esfera anglosajona, donde la lengua dominante suele aceptar préstamos de la dominada. En francés, en cambio, los casos no abundan. “Es verdad. Francia es un país donde, a partir de la creación de la Academia Francesa en el siglo XVII, se censura todo lo que sea popular, como si fuera una mancha que borrar”, afirma Salvayre. “Frente a la rigidez de ese modelo, lo extranjero es percibido como una amenaza”.

Sin ir más lejos, cuando ganó el Goncourt, el crítico literario Bernand Pivot, presidente del jurado, le dedicó elogios pero apuntó que en el libro había “demasiado español”. “Todavía nos gobierna esa exigencia de hablar como es debido”, responde Salvayre. “A mí me han tildado mil veces de vulgar por introducir tacos en mis novelas”.

Puede que la literatura no haga más que reflejar la rigidez y la exigencia del modelo de integración francés, que requiere una asimilación casi total. El propio nombre de la autora lo revela. Sus padres la llamaron Lidia. En el registro civil, su nombre es Lydie.

La autora tuvo, durante años, sentimientos encontrados respecto a esa herencia familiar. “Hasta las adolescencia, las historias de la guerra me aburrían sobremanera”, reconoce. Salvayre creció en Auterive, pequeña localidad cercana a Toulouse, junto a una comunidad de exiliados en la que “se organizaban grandes comidas, se contaban chistes verdes y nadie se compraba muebles”, porque todo el mundo creía que terminaría volviendo a la patria abandonada. Cuando llegó al colegio, recuerda haber sido ridiculizada por hablar igual que sus padres y equivocarse sistemáticamente con el género de los artículos, ese tic del que todo expatriado nunca se desprende del todo. “Pero ese sentimiento de vergüenza fue un motor. Me afectó al orgullo y me impulsó a demostrar que podía hablar y escribir tan bien como cualquiera”, afirma. A veces, ese absurdo sentimiento de inferioridad vuelve a aparecer. “Lo detecto en las cenas burguesas, donde me veo paralizada por miedo a no tener las maneras adecuadas en la mesa o a decir algo que me deje en evidencia”, admite.

En Francia, su padre trabajó de albañil. Fue un comunista estalinista “hasta el día de su muerte”, que no dudó en abofetear a sus tres hijas si osaban criticar a la Unión Soviética. Si Salvayre prescindió de su apellido de soltera, Arjona, para escribir, fue como rebelión a ese padre autoritario. La protagonista del libro es, sin embargo, su madre. “Quise dejar por escrito las historias que me contaba, más teñidas de alegría que de desgracia. Mi único lamento es que no haya podido ver este éxito. Estaría muy orgullosa, pese a que la literatura le diera totalmente igual. Pero eso me gustaba: era lo opuesto a esos intelectuales de Saint-Germain para quien la literatura es el centro del universo”, sostiene. “En cambio, mi madre siempre estuvo muy orgullosa de que fuera médico”. Salvayre trabajó durante décadas como psiquiatra infantil y juvenil en la periferia de París, donde sus pacientes de origen magrebí y turco hablaban una lengua bastarda emparentada con la de su familia.

Para Salvayre, el Goncourt no era un objetivo en sí. “Muchos de mis escritores favoritos no lo tienen, como Samuel Beckett o Claude Simon. Reconozco que no está nada mal tenerlo, porque el número de tus lectores aumenta increíblemente”, afirma. Tras obtener el premio, No llorar pasó de los 20.000 ejemplares vendidos a más de 400.000. “A la vez, cuando firmo libros, ahora veo en la cola a gente que no viene a comprar una novela, sino una marca. Es algo nuevo para mí, y reconozco que me molesta”, concluye.

Ecos en el presente

Para Salvayre, su novela describe un mundo pasado que resuena en el presente. “Ahí siguen el nacionalismo abyecto, el fanatismo religioso, la cobardía de Europa y el drama del exilio”, dice la autora. “Todos los exilios no son iguales, pero sí expresan el mismo dolor”. A Salvayre también sigue los últimos movimientos en la política española. “Más allá de Podemos como partido, me interesa que surjan movimientos sin líder, manifestaciones formadas por personas de perfiles e intereses distintos”, afirma. “No se trata de esperar una gran revolución que no llegará, sino de actuar de manera concreta y efectiva. No sé qué dará de sí, pero reconozco que me gusta. Reconozco en esos movimientos una forma de libertarismo”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/10/04/actualidad/1443981484_842999.html

lunes, 7 de septiembre de 2015

Así se ha convertido en España la inflación en deflación, por más que traten de ocultarlo

No aumentan. En España los precios no aumentan desde finales del año 2013. Más bien al contrario, disminuyen. Y cuando eso sucede, el concepto económico que define a este hecho estadístico se denomina “deflación”, el término opuesto a la archiconocida “inflación”.

Y no. No es una invención creada por nosotros en el blog: el Instituto Nacional de Estadística -INE- lo ha vuelto a poner de manifiesto con el último dato adelantado de agosto de 2015, donde ha reflejado una contracción interanual del 0,4% en el Índice de Precios al Consumo -IPC- de España.

Pero lo cierto es que cuando en un determinado mercado económico – España, la Zona euro, Japón, etc…- los precios no aumentan con el transcurso del tiempo, eso quiere decir que o bien se encuentran estancados o bien se encuentran en una fase de contracción. ¿Cómo denominarían entonces ustedes a dicha situación? ¿Inflación negativa? ¿Crecimiento de los precios plano? ¿Evolución positiva inversa?

Claro que sí. Empleando la misma lógica, la situación observada en el gráfico inicial para el periodo 2011-2013 no se correspondería con una evolución positiva de los precios, sino con una situación de deflación inversa en España o de descenso extemporáneamente ascendente.

Hablando en serio: entre agosto de 2014 y agosto de 2015, de los trece datos mensuales del IPC publicados por el INE, once de ellos tuvieron signo negativo y dos, tan solo dos, fueron positivos. ¿Por qué tanta resistencia entonces en la prensa económica y generalista para calificar la evolución de los precios en España por su acepción más intuitiva, “deflación”, en lugar de emplear esa extraña referencia lingüística que es “inflación negativa”?

Por varias razones. En primer lugar, porque el Banco Central Europeo -BCE-, que es la máxima autoridad monetaria de la Zona euro, y por lo tanto de España -incluso por encima del BdE-, tiene como principal cometido la estabilización de los precios en una inflación situada en el entorno del 2%. ¿Por qué tiene el BCE un objetivo de inflación del 2% y no otro? Interesante pregunta que reservaremos para otro análisis.

En segundo lugar, porque reconocer que existe deflación en la economía española supone reconocer que se está erosionando la capacidad de recaudación fiscal de la Hacienda Pública, ya que el nivel de facturación de las empresas y por lo tanto de las bases imponibles agregadas de los principales tributos del sector público, es previsible que experimenten también serias dificultades para aumentar.

Y terminamos con una última razón, y no porque no puedan existir múltiples razones más. En una situación de deflación, el agregado macroeconómico por excelencia de una economía, el Producto Interior Bruto -PIB-, a pesar de poder registrar un incremento positivo interanual real por causa de una mayor producción de mercancías, también puede acabar reflejando en última instancia un nivel agregado inferior del PIB nominal respecto al ejercicio anterior. Todo debido a la contracción de los precios, lo cual no sería algo tan problemático, si no fuese porque la deuda pública en porcentaje del PIB nominal ya se aproximaba hacia el entorno del 100% en aquel momento -2011,2012,2013- en que existía inflación, y en que por lo tanto más fácilmente hubiera podido aumentar el PIB nominal.

Pero no queremos resistirnos a una cuarta última razón; porque la devaluación del yuan chino, que en la práctica supone el abaratamiento de las mercancías enviadas por China al resto del mundo, podría forzar aún más a la baja la actual deflación española, agravando el conjunto de problemas recientemente explicados. ¿O quizás no y al mantenerse los precios planos las grandes corporaciones españolas seguirían ensanchando sus márgenes empresariales?
Fuente: http://www.elcaptor.com/2015/08/asi-espana-inflacion-en-deflacion.html

Krugman cuestiona el objetivo del 2% de inflación establecido por el BCE

EFE
El premio Nobel de Economía considera que las metas deben ser superiores para crecer. Alerta del riesgo de deflación en un foro donde participa Draghi

viernes, 4 de septiembre de 2015

España y Grecia, líderes económicos europeos en construcción



Eslovenia, España y Grecia lideraron en 2014, por este orden, el crecimiento económico de Europa en el sector de la construcción, al alcanzar tasas de variación positivas respecto al ejercicio 2013 del 19,5%, 17,5% y 15,5%, respectivamente, según datos de la oficina estadística Eurostat.

El porcentaje de variación conjunto de la economía de la Eurozona en dicho sector se situó en un exiguo 1,6%, y otros estados miembros europeos, como Francia o Italia, terminaron el ejercicio con cifras de variación negativas del -3,1% o -7%, respectivamente.

Se trata del primer año en el caso de Grecia, y del segundo en el de España, en que ambos países experimentan incrementos estadísticos del índice de producción en construcción, tras los consabidos periodos negativos consignados entre 2007 y 2012 y entre 2009 y 2013 de las economías española y helena, respectivamente.


Nunca se había alcanzado, no obstante, un crecimiento tan pronunciado en España del índice de producción en construcción, ni siquiera durante la época de la expansión inmobiliaria, cuando el máximo alcanzado por este indicador anotó una variación positiva del 10,9% en el año 2005, tal y como se puede observar en el segundo de los gráficos.

Llama la atención, también, la distinta evolución de la construcción en la economía europea si se atiende a los patrones de comportamiento económico en cada uno de los estados miembros de la Zona euro. Así, sorprende que en el año 2011, Estonia o Alemania experimentaran alzas en los índices del sector del 27,3% y 7,8%, respectivamente, al mismo tiempo que Grecia, Eslovenia o España -los tres países que encabezaron el ranking de crecimiento en 2014- anotaran en aquel idéntico ejercicio contracciones del 41,3%, 24,8% y 19,7%, cada uno de ellos.

Fuente: http://www.elcaptor.com/2015/08/espana-grecia-crecimiento-economico-europa-construccion.html

lunes, 29 de junio de 2015

Así éramos y así somos: 10 grandes cambios en España desde 1985 Hace 30 años en España solo había dos canales de televisión, el paro ya estaba por encima de la media europea y la población extranjera se limitaba al 0,63%. 30º ANIVERSARIO DE LA FIRMA DE LA ADHESIÓN DE ESPAÑA A LA UE

El 12 de junio de 1985 España firmó el tratado de adhesión a la Unión Europea. La integración española en la UE tuvo lugar el 1 de enero de 1986. Han pasado 30 años desde aquella España, que contaba con una población de 38 473.418 personas por los 47.691.772 de la actualidad. Entonces solo había dos canales de televisión, las selecciones de fútbol y de baloncesto solo soñaban con el éxito

Crecimiento del PIB: a la caza de la media europea

Al concluir 1986, el primer año completo que España formó parte de la UE, el PIB per cápita español se situaba en el 73,2% del de la unión, formada entonces por 12 países. En 1995, con 15 integrantes en la UE, el PIB por habitante español alcanzó el 78,4% y siguió creciendo hasta alcanzar en 2007 su máximo, el 102,8%, en una Europa extendida a 27 países. A partir de ese año la crisis económica fue erosionando esa cifra, que se situó en el 94,5% en 2014.


Una población más envejecida

En 1985 los mayores de 64 años eran 11,9 de la población total. En 2014, el porcentaje se había elevado al 18,11%, según el INE. En estos 30 años hemos envejecido siete años de promedio. La edad media de los hombres españoles era de 33,6 años en 1985, en 2014 de 40,8. Las mujeres han pasado de 36,3 a 43,3. El índice de envejecimiento, el porcentaje de población mayor de 64 años respecto de los menores de 15, se ha disparado: del 47% al 112%. La tasa de natalidad también se ha reducido notablemente: del 11,95 por mil hasta el 9,1 en 2013, último año del que el INE ofrece datos.

El eterno problema del paro

La tasa de paro en España siempre se ha situado durante estos 30 años por encima de la del conjunto de la UE, aunque con muchas fluctuaciones. En 1986 era del 17,4%, frente al 10,7% de la unión. En 2005 ambas cifran casi coincidieron, en torno al 9% de la población activa. Tras marcar un punto de inflexión en 2007, el desempleo en España se disparó hasta situarse en el 26,1% en 2012, bastante más del doble que la tasa del conjunto de la UE. En 2014 se moderó el paro en España pero el porcentaje de desempleados siguió muy por encima del europeo: 24,5% frente a 10,2%.


Inmigración: de emisores a receptores

Desde los años 70 España ha pasado de ser un país que generaba emigración a ser uno que recibe un gran flujo. Durante el año 86 se registraron en España a 241.971 extranjeros (un 0,63%) de la población. Según los últimos datos, de 2014, la proporción ha subido al 10,7% (4.925.089). El mayor número de inmigrantes procede de países como Rumania, Marruecos, Ecuador, China y reino Unido. España ocupa desde finales de 2014 el décimo puesto en la lista de países que más inmigrantes tienen. De países de la UE solo está superada por Alemania, Francia y Reino Unido.

El inicio de la ley del aborto

El 12 de junio de 1985, fecha de la firma del Tratado de Adhesión a la Comunidad Europea, en España aún no se había aprobado la ley del aborto. Fue unas semanas después, el 5 de julio y solo se despenalizó en tres supuestos: violación, grave riesgo para la salud física o psíquica de la madre y malformaciones del feto. En 2010 la norma cambió para convertirse una ley de plazos: se despenalizó durante las primeras 14 semanas del embarazo, ampliable a 22 en caso de graves riesgos para la salud de la madre o del feto. En 2012 el entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, anunció su intención de reformar la ley, pero en septiembre de 2014 el Gobierno de Rajoy retiró el proyecto. El 3 de julio de 2005 entró en vigor otra norma que provocó la reacción de los sectores más conservadores: la ley del matrimonio homosexual. Ese mismo año se casaron en España 1.275 parejas, un 1,06% del total de matrimonios celebrados. El número ha ido creciendo hasta situarse en unos 3.800 anuales, más del 2% del total.

La revolución de Erasmus

Las tres décadas en las que España ha compartido camino con la Unión Europea también han sido las de la explosión del programa Erasmus EuRopean Community Action Scheme for the Mobility of University Students (Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios) de movilidad de estudiantes. Los jóvenes españoles, 30 años después, son mucho más cosmopolitas, hablan más idiomas y han estado expuestos a otras culturas. Las cifras del éxito del Erasmus hablan por sí solas: de los 95 estudiantes pioneros en el curso académico 1987/1988 a los 39.249 participantes en el 2012/2013, según los últimos datos del Ministerio de Educación del Gobierno de España. Ya en el curso 1988/1989 hubo un incremento del 1018,9% en el número de estudiantes que hicieron las maletas hacia otro país europeo. Italia es el destino más buscado por los estudiantes españoles (18,92%), seguido de Alemania (12,58%), Reino Unido (10,64%), y Francia (11,58%). España sigue siendo el principal receptor de estudiantes españoles (casi 40.000 en 2012/2013, según datos de la Comisión Europea).

De lo analógico a lo digital

La tecnología ha supuesto una revolución en las tres décadas de España en la UE. En 1985 los españoles vivían en un mundo analógico, los datos de 2014 del INE (Instituto Nacional de Estadística) reflejan esa transformación radical. En 2014, de acuerdo con el INE, un 74% de los hogares españoles tiene conexión a Internet (casi 11,9 millones de total de los españoles); un 76,2% de los ciudadanos se ha conectado para buscar alguna información o navegar en los últimos tres meses; las compras por Internet las han realizado en los últimos tres meses el 27,5%. El 77,1% de los usuarios de Internet accede a través del teléfono móvil. El 74,8% de los hogares españoles con al menos un miembro de 16 a 74 años dispone de un ordenador. 96,4% tiene teléfono móvil y 99, 2, televisión. Las redes sociales triunfan entre los entretenimientos de los españoles, de los cuales declaran haberlas usado en los tres últimos meses desde que se realizó la encuesta el 67,1%. Otro dato curioso que tiene que ver con la forma en que nos identificamos: el 47,9% de la población declara disponer de DNI electrónico.

Del récord de tabaquismo a un país sin humo

En 1985, España era el país de Europa donde más se fumaba. En 2006 entró en vigor la ley que permitía elegir a los locales entre ser espacios para fumadores o no: la gran mayoría, un 95%, permitió el tabaco. A partir del 2 de enero de 2011 fumar se vetó en todos los locales de ocio: la anterior imagen nublada que ofrecían restaurantes, bares y discotecas desapareció y España dio ahí otro salto cualitativo en sus costumbres. De un país permisivo, España adoptó una de las leyes más restrictivas, con permiso de Estados Unidos. Un último informe indica que en 2012 el consumo de cigarrillos mata a 60.500 personas cada año. En 1998, el 36% de los mayores de 16 años fumaba a diario. En 2012, último año con datos, la cifra se reducía a un 24% de fumadores. Sin embargo, en 1998 se estimaron unas 55.600 muertes por el tabaquismo en España, unas 5.000 menos que ahora.

Una selección con base española

Por entonces, las selecciones de fútbol y baloncesto tan solo soñaban con llegar a una final. 1986 fue testigo de dos acontecimientos que marcaron las bases de los éxitos que llegarían más tarde con el cambio de siglo. En baloncesto, España fue anfitriona del Mundial, en la que quedó quinta (todavía estaba la URSS y no había tantos equipos europeos) tras la fiebre por este deporte que provocó la medalla de plata de los JJ OO de Los Ángeles. Para España supuso el reto de organizar una competición que ampliaba sus participantes a 24 equipos y las sedes a siete. Otro desafío fue acoger los Campeonatos del Mundo de natación. En fútbol, el Mundial tuvo lugar en México y allí España llegó hasta cuartos de final con una selección en la que los 30 convocados jugaban todos en clubes españoles. En la selección de 2015, y en la que desde 2008 acumula trofeos, hay jugadores que participan en las ligas de Inglaterra, Italia y Alemania. En fútbol también fue el año en que el Barcelona perdió su segunda final de la Copa de Europa, en Sevilla ante el Steaua de Bucarest (Rumania). En 2015 ya ha conseguido su quinta. El club sí que consiguió hace 30 años la Recopa de Europa de baloncesto y la de balonmano.

Solo dos canales de televisión

En la televisión por entonces solo existían las dos cadenas de Televisión Española. Se estrenaron programas como A vista de pájaro, Buenos días (con José Antonio Martínez Soler), Documentos TV, De jueves a jueves (con Mercedes Milá) o El domingo es nuestro (con Natalia Millán). Hoy en día las dos cadenas de TVE están acompañadas por cuatro emisoras privadas, cadenas autonómicas y decenas de canales internacionales, muchos de ellos con su rama española correspondiente. En el cine, los espectadores que visitaron las salas en 1986 vieron películas españolas (producidas con anterioridad de entrar en la UE) como Mambrú se fue a la guerra y El viaje a ninguna parte, ambas de Fernando Fernán Gómez, Tiempo de silencio, de Vicente Aranda, Los presuntos, de Mariano Ozores, Matador, de Pedro Almodóvar (la gran triunfadora en taquilla ese año), El año de las luces, de Fernando Trueba o El amor brujo, de Carlos Saura. Los tres últimos siguen estrenando películas 30 años después, junto a nuevos nombres como Fernando Franco, Mar Coll o Kike Maíllo. http://politica.elpais.com/politica/2015/06/11/actualidad/1434049790_197630.html?rel=lom

sábado, 13 de junio de 2015

La izquierda española recupera poder en los ayuntamientos. Carmena, elegida nueva alcaldesa de Madrid. Colau, nueva alcandesa de Barcelona

El PSOE y las candidaturas ligadas a Podemos pactan alianzas. Los socialistas gobernarán en 16 capitales, el PP en 17, la izquierda en 6.

La izquierda ha consumado sin apenas sobresaltos el histórico vuelco en el poder municipal como consecuencia de las elecciones del pasado 24 de mayo. El nuevo ciclo político arranca en 8.122 ayuntamientos en toda España, sin incidentes y con el resultado de mayoría de capitales de provincia gobernadas por partidos de la izquierda.

En todas las capitales en las que era posible un acuerdo entre el PSOE y las candidaturas de movimientos ciudadanos vinculados a Podemos se ha cumplido el pacto para elegir alcaldes de la izquierda. “El PSOE nos ha apoyado y en el futuro podremos seguir colaborando”, resumió Pablo Iglesias, líder de Podemos.

En Oviedo estuvo a punto de romperse el pacto por falta de acuerdo previo en Gijón pero, finalmente, la candidatura de Podemos apoyó al socialista Wenceslao López. Si hubo excepción en los acuerdos de la izquierda en Cuenca donde el PP se hizo con la alcaldía por la falta de acuerdo entre PSOE e Izquierda Unida.

Y en todas las capitales en las que Ciudadanos podía decidir el color del gobierno municipal lo ha hecho a favor del PP y para amortiguar la enorme pérdida de poder de los populares. Uno de los pocos sobresaltos, precisamente, se produjo en Almería donde estaba previsto hasta ayer que Ciudadanos apoyara al PSOE pero, finalmente, su abstención dio también este ayuntamiento al PP y Luis Rogelio Rodríguez-Comendador repetirá como alcalde, aunque sin mayoría absoluta.

Los nuevos ayuntamientos más llamativos son los de Madrid con Manuela Carmena y Ada Colau en Barcelona, simbolizando un cambio que en esos casos tienen como protagonistas a movimientos ciudadanos y candidaturas populares que han obtenido el apoyo del PSOE en la elección de los alcaldes. Las dos mujeres son el símbolo del cambio político que los nuevos partidos pretenden prolongar a las generales y que se inició hace poco más de un año con la irrupción de Podemos en la vida política española.

“Queremos gobernar escuchando, que nos llamen por el nombre de pila”, aseguró Carmena en presencia de dirigentes de Podemos como Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y el líder de Equo Juan López de Uralde, formaciones que apoyaron su candidatura.

El PP, pensando en las elecciones generales, reaccionó a la histórica jornada lamentando que no se permita gobernar a la lista más votada, que es la suya en la inmensa mayoría de los casos, y acusando al PSOE de haberse radicalizado para pactar con la izquierda extrema para desalojar a los populares de las instituciones. Su objetivo es movilizar a los suyos con el rechazo al poder de la izquierda. Mariano Rajoy escribió un significativo tuit por la tarde: "Enhorabuena a los concejales del @PPopular. Mi apoyo a los que aun ganando no han podido ser alcaldes por pactos excéntricos y sectarios".

El PP tiene 19 alcaldes de capitales de provincia, frente a 43 que logró en las anteriores municipales. Desde ayer, los populares gobernarán en Málaga, Murcia, Ourense, León, Salamanca, Ávila, Palencia, Cáceres, Badajoz, Granada Jaén, Albacete, Almería, Cuenca, Teruel, Guadalajara, Logroño, Burgos y Santander. Ciudadanos ha mitigado la pérdida de poder del PP al ayudarle a gobernar en cinco: Guadalajara, Granada, Jaén, Almería y Burgos.

El PSOE pasa de gobernar en nueve capitales a gobernar en 17: Lugo, Valladolid, Segovia, Toledo, Ciudad Real, Córdoba, Sevilla, Huelva, Alicante, Castellón, Lleida, Huesca, Soria, Palma de Mallorca, Oviedo, Tarragona y Las Palmas. Todos ellos los gobierna con acuerdos a dos o tres con las candidaturas vinculadas a Podemos y con otros partidos de izquierda, salvo en Soria donde tiene mayoría absoluta. Solo en algún caso como Valladolid el nuevo alcalde socialista, Óscar Puente, lo hará en coalición con la candidatura ligada a Izquierda Unida. En el resto de casos serán gobiernos en minoría. En Palma de Mallorca el acuerdo con MÈS consiste en alternar dos años cada partido al frente del ayuntamiento, pero de momento ha tomado posesión el candidato socialista.

La novedad de la toma de posesión de nuevos alcaldes han sido las cinco capitales en las que hay alcaldes de candidaturas procedentes de movimientos ciudadanas y que han tenido el voto del PSOE en la investidura. Son Madrid con Manuela Carmena, Barcelona con Ada Colau, Zaragoza con Pedro Santisteve, A Coruña con Xulio Ferreiro y Cádiz con José María González.

Se suma también Valencia donde el alcalde elegido es Joan Ribó de Compromís, así mismo apoyado por los partidos de la izquierda. Otro caso singular es el de Zamora, donde gobernará Francisco Guarido de IU, tras años de hegemonía absoluta del PP.

El cambio pone fin al poder de alcaldes históricos del PP como Rita Barberá en Valencia, Javier León de la Riva en Valladolid y Teófila Martínez en Cádiz, entre otros. Y supone el paso a un incierto futuro de oposición municipal a candidatos notorios como Esperanza Aguirre en Madrid.

En las próximas semanas serán investidos los presidentes autonómicos en lo que también se percibirá un vuelco territorial y un retroceso del poder del PP.

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Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2015/06/13/actualidad/1434184191_318317.html

martes, 14 de abril de 2015

Los planes de los países ricos contra el calentamiento son insuficientes. La ONU recibe los objetivos de recorte de emisiones ante la cumbre de París

Un total de 32 países desarrollados, que son responsables de casi el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero del mundo industrializado, han presentado ya sus planes a Naciones Unidas para mitigar el cambio climático, de cara al acuerdo internacional que se quiere alcanzar en la cumbre de París a finales de este año. El objetivo establecido por los científicos para evitar el umbral climático de peligro —aumento de la temperatura media del planeta en dos grados centígrados— sería una reducción de entre el 40% y el 70% de las emisiones globales, hacia mediados de siglo, respecto a 2010. Esto significa que los países desarrollados, en conjunto, deben reducir sus emisiones entre el 80% y el 90% (respecto a 1990), hacia 2050. Y el objetivo que debería salir de París, para que sea efectivo a partir de 2020, todavía esta lejos.

La UE, “actuando en conjunto” los 28 países que la integran, está dispuesta a reducir un 40% sus emisiones en 2030, respecto al nivel de 1990, según ha comunicado a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC, en sus siglas en inglés). Mientras, EE UU, en su comunicación del pasado martes, se fija una reducción del 26% al 28% — “esforzándose por el 28%”— en 2025, pero respecto a sus emisiones de 2005, y hay que tener en cuenta que en esa fecha eran un 16% superiores a las de 1990. “Podemos lograr este objetivo utilizando las leyes que ya están publicadas y estará establecido cuando el presidente deje el cargo”, declaró Brian C. Deese, asesor de Obama para cambio climático, según informó The New York Times...
Fuente:
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/04/02/actualidad/1427998941_442269.html


España tendrá que contener sus gases difusos en un 25% o 30%

Aunque la Unión Europea ha presentado ante Naciones Unidas un objetivo colectivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de un 40% en 2030, sobre el nivel de 1990, aún no se ha realizado todo el reparto interno del compromiso entre los 28 países, según informa la Oficina Española de Cambio Climático (Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente). “Hay distintos criterios y aún no sabemos cómo se hará el reparto definitivo”, añade.

Pero hay que tener en cuenta que la UE aborda el problema con dos grandes sectores diferenciados: las emisiones difusas, es decir, las del transporte, la edificación, etcétera, y las generadas en las industrias y plantas energéticas. “El reparto [pendiente de las emisiones entre los 28 países de la UE], en todo caso, es en los sectores difusos y “según estimaciones de la OCDE, a España le puede corresponder un objetivo de reducción de entre el 25% y el 30% de las emisiones difusas en 2030 respecto a 2005”, señalan fuentes de Medio Ambiente.

Los sectores energético e industrial están regulados en la UE en el Sistema de Comercio de Emisiones (ETS), por el que se asigna a las plantas una cantidad de gases máxima y pueden completar su cumplimiento comprando derechos en el mercado de emisiones.

“El objetivo [el 40% de reducción] será asumido colectivamente por la UE, de la manera que sea más efectiva respecto al coste, con reducciones en los sectores ETS y no-ETS sumando el 43% y el 30% sobre 2005, respectivamente”, dice el documento aprobado por el Consejo Europeo en octubre de 2014. “Todos los países miembros participarán en este esfuerzo, equilibrando consideraciones de ecuanimidad y solidaridad”.

En el Protocolo de Kioto, cada uno de los entonces 15 países de la UE, incluida España, se comprometió a reducir sus emisiones en un 8% en 2008-2012 respecto a 1990. Pero el objetivo colectivo se repartió entre los países atendiendo a sus situaciones concretas, de manera que muchos de ellos aceptaron (siempre dentro de la UE) asumir mayores compromisos que ese 8%, de manera que otros pudieron aumentar sus emisiones. Así España cumplía con Kioto.

Para el período 2013-2020, la UE mantiene el objetivo de reducir las emisiones en un 20% sobre el nivel de 2005 y, en el reparto de las difusas, España tiene asignada una caída del 10%. En cuanto al ETS, para este mismo período, más de 11.000 plantas energéticas e industriales, así como compañías aéreas, están incluidas en el sistema, cubriendo el 45% de las emisiones de la UE.

domingo, 5 de abril de 2015

Los costes del nazismo alemán para Grecia (y para España)

Para entender la crisis existente en la Unión Europea, ayuda el conocer la que ocurrió en los años treinta en Europa,

Y como ambas crisis han afectado la relación de Alemania -el centro del sistema económico europeo- con la periferia, centrándonos en este artículo en Grecia, y con algunas notas también de la relación de Alemania con España en ambos periodos históricos.

En Alemania, la primera crisis, generada en parte por la enorme deuda pública acumulada, resultado de las exigencias de los países vencedores de la I Guerra Mundial de que este país pagara las reparaciones por los daños infligidos a los países enemigos durante el conflicto bélico, determinó la elección de un gobierno Nazi liderado por Hitler. La enorme austeridad de gasto público, con los grandes recortes realizados con el objetivo de pagar la deuda, y las reformas del mercado laboral que contribuyeron al crecimiento del desempleo generado por aquellos recortes, causaron un rechazo de la población hacia los partidos que impusieron tales medidas y llevaron a la primera elección de un gobierno Nazi en Europa. Hay que recordar que el nazismo alcanzó el poder en Alemania por la vía democrática (1) debido a su atractivo electoral (y también a la división de las izquierdas, concretamente entre el Partido Socialdemócrata y el Partido Comunista).

El nazismo sacó a Alemania de la crisis económica mediante la militarización de su economía (keynesianismo militar) y al expolio de los países periféricos, incluyendo Grecia. La ocupación de Grecia (1941-1945) fue de las más brutales que hayan existido en Europa. Aquel periodo se caracterizó por un sinfín de atrocidades. Pueblos y ciudades fueron testigos de aquellas brutalidades. Mousiotitsa (153 hombres, mujeres y niños), Kommeno (317 hombres, mujeres y niños, donde incluso 30 niños de menos de un año fueron asesinados y 38 personas fueron quemadas vivas en su casa), Kondomari (60 asesinados), Kardanos (más de 180), Distomo (214 muertos), y así una larga lista. Más de 460 poblaciones fueron destruidas y más de 130.000 civiles fueron asesinados, además, de más de 60.000 judíos que representaban la mayoría de la población judía en Grecia. El sacrificio humano fue enorme. Y la represión estaba encaminada a sostener una enorme explotación y latrocinio. En realidad, el III Reich robó el equivalente en moneda alemana de 475 millones de marcos, que significaría en moneda actual 95.000 millones de euros. Ante esta situación, ¿cómo puede pedírsele a las clases populares, que fueron las que sufrieron en mayor medida la represión, que olviden esta etapa de su vida? (ver Conn Hallinan: “Greece: Memory and Debt”, Znet Magazine, 18.03.15, de donde extraigo la mayoría de datos de este artículo).

Y lo que es importante subrayar es que los responsables de tanta brutalidad, los militares que dirigieron los asesinatos, el expolio y el latrocinio, recibieron sanciones menores en Alemania, muy por debajo de lo que la población griega exigía. El General Hubert Lanz, que dirigió una de las divisiones responsables de tales atropellos, pasó solo tres años en prisión, llegando luego a ser asesor en temas de seguridad del Partido Liberal alemán. La tolerancia, cuando no complicidad, de los gobiernos occidentales (que ayudaron más tarde a las derechas griegas –que anteriormente habían colaborado con el nazismo- a derrotar a las milicias antinazis en lo que se llamó la Guerra Civil) con los dirigentes nazis, es también conocida y recordada. Los gobiernos occidentales, que se presentaban y autodefinían como democráticos, ayudaron, como también pasó en España, a que se mantuvieran las mismas estructuras oligárquicas que han mantenido a Grecia en la pobreza y en la miseria por tantos años. En la Alemania Oriental (bajo ocupación soviética), sin embargo, los militares nazis sufrieron penas mayores. El General Karl von Le Suire (el carnicero de Kalavryta) fue capturado por la Unión Soviética y murió en un campo de concentración en 1954, y el General Friedrich Wilhelm Müller (que ordenó las masacres de Viannos) fue ejecutado por los propios griegos en 1947.

Las supuestas reparaciones del gobierno alemán
El gobierno alemán nunca ha aceptado la demanda del gobierno griego de pagarle 677.000 millones de euros para compensar todos los daños causados en su ocupación devolviendo, además, los recursos –incluyendo el dinero del Banco Central griego- que habían robado las tropas alemanas. Solo en 1960 el gobierno alemán pagó 115 millones de marcos alemanes, una cantidad insignificante a la luz del daño causado. Durante el periodo en que Alemania estaba dividida, la postura del gobierno alemán era la de que no podía hablarse de pago por reparaciones hasta que hubiera de nuevo una Alemania unida. Y cuando la hubo (en 1990), el argumento fue de que ya habían pasado muchos años, y que ya se le habían pagado a Grecia los 115 millones de marcos alemanes. ¿Cómo puede pedírsele al pueblo griego que se olvide de su enorme sacrificio y de los recursos que le robaron?

Ver estas demandas que está haciendo el gobierno Syriza como mera táctica de negociación con el gobierno alemán en la renovación del segundo rescate (aprobado por el gobierno anterior) es trivializar el significado de la ocupación nazi en Alemania y el enorme sufrimiento y pobreza que esta impuso al pueblo griego. El gobierno Syriza es el primer gobierno progresista y de izquierdas, claramente representante de las clases que sufrieron más la represión nazi, y es de justicia que una de las primeras reivindicaciones sea recuperar la memoria histórica de los vencidos y exigir reparaciones. Ver esa reivindicación como mera táctica de negociación con Alemania, como los mayores medios de comunicación españoles lo han presentado, es desconocer la historia de Grecia y de Europa, lo cual, por cierto, es muy común entre tales medios.

La doble moralidad de los países llamados democráticos
Es importante destacar también, además de la enorme insensibilidad del gobierno alemán hacia tal sufrimiento, el contraste entre como se resolvía el gran problema de la deuda pública que el gobierno alemán debía a los aliados después de la II Guerra Mundial, y lo que el gobierno alemán ha intentado imponer al gobierno griego en el pago de su deuda a los bancos alemanes (entre otros) que prestaron dinero a Grecia (para muchos proyectos que, por cierto, les originaron grandes beneficios, sin que beneficiaron en nada o en muy poco a las clases populares griegas). Los aliados en 1953 (en el Tratado de Londres) le perdonaron al Estado alemán el 50% de toda la deuda, condicionando además su pago a la existencia de un crecimiento económico que facilitara tal pago, precisamente la misma petición que está ahora haciendo el gobierno Syriza. El gobierno alemán se ha opuesto duramente a que se tratara a Grecia como se les trató a ellos en su momento. Syriza pedía las mismas condiciones, y fue el gobierno alemán el que dirigió la oposición a que tal propuesta incluso fuera considerada. ¿Cómo se le puede pedir al pueblo griego que no mire al pasado para resolver el futuro? Esta petición tiene dimensiones de cinismo. Las declaraciones del portavoz de la Canciller Merkel de que “Grecia debería concentrarse en temas actuales, mirando el futuro” es de una enorme insensibilidad, preñada de cinismo. La Sra. Merkel ignora u oculta que gran parte de los problemas existentes en Grecia se basan en lo que ocurrió en el pasado.

El nazismo y su influencia en España
La petición de la Sra. Merkel es semejante a la petición de las derechas españolas, hoy dirigidas por el Sr. Rajoy (el gran aliado de la Sra. Merkel), herederas de los que vencieron la mal llamada Guerra Civil (pues fue un golpe de Estado que venció como consecuencia de la ayuda militar del gobierno Nazi alemán e impuso una de las dictaduras más brutales que hayan existido en Europa), pidiendo a las víctimas de aquel genocidio que se olviden del pasado, mirando solo al futuro. Se ha intentado por todos los medios hacerle olvidar al pueblo español que en España hubo un golpe militar dirigido por el Ejército y por el Partido Fascista (junto con la Iglesia) que inició cuarenta años de una enorme represión (España es, después de Camboya uno de los países que tiene un mayor porcentaje de personas asesinadas y desaparecidas por motivos políticos), imponiendo un enorme subdesarrollo económico, social y cultural del país. Y nunca debería olvidarse que la victoria del golpe militar nunca hubiera existido sin la ayuda de la Alemania nazi. El gobierno nazi jugó un papel clave en garantizar la superioridad militar de los golpistas españoles. Y fueron las estructuras de poder dominantes del Estado español las que –como he mostrado en mis escritos- han sido responsables de la enorme pobreza del Estado español, de su carácter eminentemente represivo, con escasa conciencia social, y muy poco redistributivo, altamente corrupto y poco sensible a su plurinacionalidad (ver mi libro El Subdesarrollo Social de España: causas y consecuencias). Aparecieron cambios, sobre todo en su etapa después de la Transición democrática, pero debido al gran desequilibrio que hubo en el periodo de la Transición entre las derechas –que controlaban al Estado y la gran mayoría de los medios- y las izquierdas –que lideraron las fuerzas democráticas- la democracia fue muy limitada. Y como consecuencia, el Estado español continúa teniendo estas mismas características. España y Grecia tienen el mayor número de policías y agentes del orden por cada 10.000 habitantes, y el menor número de adultos trabajando en su Estado del Bienestar, las mayores tasas de fraude fiscal y corrupción, y el gasto público social más bajo.

Otra Europa, otra Alemania, otra Grecia y otra España (y otra Catalunya) son posibles.
La situación actual en Europa es el resultado de una alianza entre los establishments financieros, económicos y políticos que gobiernan la vida política, financiera y económica (y mediática) de la Eurozona, frente a las clases populares de tales países, mayores recipientes de las políticas de austeridad y reformas laborales que se están imponiendo a la población sin ningún mandato popular, a costa de un enorme coste humano. Lo que se requiere es una alianza de fuerzas políticas y movimientos sociales que se opongan a tales políticas, para desarrollar otra Europa que cambie la relación centro-periferia que está dañando tanto a las clases populares de la periferia como también del centro.

En este aspecto hay que saludar y aplaudir el apoyo que la izquierda alemana que, en representación de la clase trabajadora alemana (cuyas condiciones se han deteriorado considerablemente con las medidas adoptadas de los gobiernos Schröder y Merkel) han aprobado la petición del gobierno Syriza de que el gobierno alemán pague al gobierno griego las reparaciones debidas a este pueblo. Este signo de solidaridad es el mejor indicador de la posibilidad de establecer alianzas transnacionales, impidiendo y dificultando que el establishment alemán pueda utilizar tópicos casi racistas (como que los pensionistas alemanes están pagando las vacaciones de los trabajadores griegos que, además, son vagos), que reproducen los medios de mayor difusión alemanes. Hay que evitar presentar el conflicto actual como el conflicto entre el pueblo alemán por un lado, y el español y griego por otro. Verlo y presentarlo de esta manera es dificultar enormemente la necesaria alianza para construir otra Europa. El conflicto es entre las minorías financieras, económicas, políticas y mediáticas que dominan y gobiernan la gran mayoría de países de la Eurozona por un lado, y las clases populares de tales países por el otro, que están dañando el bienestar y calidad de vida de todas ellas. El elevado nivel de deterioro del mercado de trabajo alemán es un claro ejemplo de ello. El “éxito exportador alemán”, como bien ha documentado Oskar Lafontaine (que fue en su día Ministro de Finanzas del gobierno Schröder), se basa precisamente en unos salarios que están muy por debajo de lo que deberían, forzando una situación de competitividad entre los países de la Eurozona para que bajen los salarios. Mientras tanto, se le dice al trabajador alemán que el problema se debe al obrero griego que es poco disciplinado en su trabajo. Y así los medios del establishment alemán, con una narrativa incluso racista, como durante el nazismo, ofenden diariamente al obrero griego (y al alemán).

De ahí la urgencia de que se redescubran en los análisis políticos categorías de análisis olvidados desde hace bastante tiempo (como la existencia de clases y de conflicto entre ellas, que existen en cada país) que permitan establecer alianzas transnacionales de las clases populares que impidan que se utilicen narrativas orientadas a dividirlas.
Vicenç Navarro.
Catedrático de Ciencias Políticas y Políticas Públicas. Universidad Pompeu Fabra. Público.es

Fuente original:
http://www.caffereggio.net/2015/03/24/los-costes-del-nazismo-aleman-para-grecia-y-para-espana-de-vicenc-navarro-en-publico/

(1) Ver aquí más detalladamente como impusieron a Hitler las clases dominantes de Alemania.

También se puede documentar en el libro de Enzo Collotti. La Alemania Nazi. Alianza Ed. 1972.