El presupuesto del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), el ente del que dependen todos los hospitales y centros de salud de la región, aumentó en 2012 la partida destinada a conciertos con clínicas privadas —“asistencia con medios ajenos”— en un 55%. Mientras el presupuesto inicial dedicado a atender los pagos por las operaciones y las estancias que se derivan a la privada fue de 627,7 millones de euros, diferentes modificaciones de crédito durante el año llevaron a un presupuesto final de 972,8 millones de euros. Es decir, que las cuentas del Sermas se desviaron al alza sobre lo previsto 345,2 millones, según recoge la memoria de 2012 del ente, aún no publicada pero repartida a los miembros del consejo de administración hace unas semanas.
Este incremento del 55% es, con diferencia, el mayor de los últimos años. La Consejería de Sanidad asegura que parte de ese aumento se explica por la entrada en funcionamiento del hospital Rey Juan Carlos de Móstoles, de gestión privada, inaugurado en marzo de 2012. El centro estaba presupuestado en la Consejería de Sanidad durante su construcción, pero al abrir se pasó al Sermas mediante una modificación presupuestaria, explicó un portavoz de Sanidad. El hospital de Móstoles aparecía en los presupuestos iniciales de la Consejería de Sanidad, con 71,4 millones, en programa 703 Infraestructuras y equipamientos sanitarios. La diferencia entre los 345,2 millones de incremento total y los 71,4 millones de este centro se explica, añade Sanidad, por el plan de pago a proveedores puesto en marcha el año pasado, que permitió abonar facturas pendientes de ejercicios anteriores.
Acceder al detalle de la ejecución presupuestaria del Sermas es tarea imposible. Las cuentas del ente no se fiscalizan en el parlamento regional, algo que ha motivado críticas y plantones de los diputados de la oposición durante años. Cuatro de cada diez euros del presupuesto regional eluden el control parlamentario, puesto que el Gobierno regional no entrega a la cámara la liquidación anual (solo se envía a la intervención general y a la Cámara de Cuentas, y no es de consulta pública). El consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty, y también el presidente, Ignacio González, prometieron hace unos meses que a partir de ahora —previsiblemente con las cuentas de 2013— la Asamblea sí recibirá la liquidación del presupuesto del Sermas.
El pago de la abultada deuda que acumulaba la sanidad madrileña distorsionó las cuentas en 2012. El presupuesto inicial del Sermas era de 6.882,8 millones, a los que durante el año se añadieron 2.582,7 millones en modificaciones, es decir, un 37,5% de incremento. El pago de la deuda supuso 1.733 millones de euros.
“Parte de los problemas económicos que padece el Sistema Nacional de Salud se deben a la mala gestión realizada durante años. Una mala gestión amparada en la opacidad y en asignar, con crisis económica o sin ella, partidas de gasto significativamente inferiores a las reales”, afirma el portavoz de Sanidad de UPyD, Enrique Normand. "Es posible que el dato de los conciertos este afectado por el plan de pago a proveedores del 2012, pero como no conocemos qué gastos se han asignado a dicha partida en cada año, la impresión es que el gobierno de la Comunidad de Madrid tiende a ocultar el gasto destinado a estos conciertos y el año pasado afloró lo gastado en ejercicios anteriores", añade.
Fuente: El País.
lunes, 12 de agosto de 2013
Sanidad aumentó el presupuesto para los conciertos con clínicas privadas un 55%. Las cuentas se desviaron al alza 345 millones de euros durante el año 2012
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domingo, 11 de agosto de 2013
Ada Colau: “En España puedes ser un mafioso y disfrutar de reconocimieno oficial”
Líder del movimiento antidesahucios e impulsora de los escraches contra políticos
Esta catalana se ha convertido en la activista más famosa y contundente de los últimos tiempos
"Un, dos, tres, ¡fuerte!”. Levantar la reja del local de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Barcelona, cuyo sistema eléctrico se ha estropeado, ha sido mi acto solidario de hoy. Solidario con su portavoz, Ada Colau, que quizá no habría podido sola porque pesa un quintal, pero en el fondo interesado, porque quiero ver dónde opera una de las organizaciones sociales más activas y exitosas de este país. Superada la prueba, entramos en una amplia lonja con aires de garaje en la que se reparten unas cuantas mesas con sus ordenadores y sus sillas de oficina. Todo es espartano y con pinta de segunda mano, como supongo corresponde a un movimiento de base.
Colau se sienta y, en cuanto empiezo a preguntar, sale de su boca un discurso tan torrencial que dan ganas de unirse a la lucha o, si estás en el otro lado de la barricada, de rendirse y entregarse. Esta barcelonesa de 39 años es la voz pública de muchas personas que han estado o están a punto de ser desahuciadas de sus hogares por no poder pagar su deuda con los bancos, y que se han unido para pelear. Su defensa de acciones tan polémicas como los escraches la ha convertido en favorita de unos medios y en punching ball de otros. En esperanza blanca de muchos progresistas… y en bestia negra del Partido Popular, algunos de cuyos dirigentes no dudaron en relacionarla con el terrorismo en un inútil intento de mermar su popularidad.
P. ¿Es usted ETA?
R. Evidentemente, no. Tener que decirlo demuestra ya el nivel político de nuestro país y de nuestro Gobierno. Es ridículo.
P. Vayamos entonces con asuntos más serios. La plataforma de la que es portavoz se enfrenta a un problema crónico, la vivienda, y a un drama, los desahucios. ¿Algún país lo está haciendo bien en este terreno?
R. Nadie lo está haciendo perfecto, pero no hay otro país que lo haga tan mal como España. Es un ejemplo negativo ante el mundo. Vienen medios de comunicación ultraliberales y se escandalizan: lo nuestro no se entiende ni desde esa ideología. Si excluyes a millones de personas del sistema de por vida, generas economía sumergida y ningún incentivo para retomar la actividad económica.
P. ¿Algún caso le ha tocado especialmente?
R. Todos, porque, a diferencia de lo que quiere hacernos creer el PP, no hay unos casos más graves que otros: en todos hay vulnerabilidad extrema. La pérdida de vivienda rompe familias y te desestructura emocionalmente. Aunque consigamos cambiar la ley y resolver los casos que nos están llegando, habrá una generación traumatizada.
P. ¿Cómo responde la gente cuando logran parar su desahucio?
R. Responden ya no con agradecimiento, sino con implicación. Independientemente de lo que consiga de las Administraciones, la plataforma ya ha ganado. La gente llega con la autoestima por los suelos, encuentran apoyo y después tienen más ganas de ayudar a otros. Es un proceso que casi todo el mundo explica como un renacer: el paso de afectado a activista. Es lo más bonito que he visto en mi vida.
P. ¿No son responsables los individuos de haberse entrampado al firmar hipotecas enormes?
R. Ellos no rehúyen su parte de responsabilidad. ¿Qué entendió la gente y qué le explicaron en el banco cuando firmaba? Que el banco tasaba el piso y decía que valía, por ejemplo, 300.000 euros, y que por eso a ti te dejaban 250.000, 300.000 o más. Entonces el banco te decía: “Tranquilo, si no puedes pagar, vendes la vivienda y no pasa nada”. Ni el banco, ni la inmobiliaria, ni el notario, ni la Administración pública explicaron que podías perder la vivienda y quedarte con una deuda de por vida. Si lo hubieran explicado, mucha gente no se habría hipotecado. Los bancos redactaron contratos plagados de cláusulas abusivas, engañaron y estafaron. Es increíble que no estén pasando cosas más graves en este país, es de escándalo.
P. ¿Cómo son sus negociaciones con las entidades financieras? Porque para ellas esta situación también es un problema... Ver más,... Fuente: El País.
Esta catalana se ha convertido en la activista más famosa y contundente de los últimos tiempos
"Un, dos, tres, ¡fuerte!”. Levantar la reja del local de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Barcelona, cuyo sistema eléctrico se ha estropeado, ha sido mi acto solidario de hoy. Solidario con su portavoz, Ada Colau, que quizá no habría podido sola porque pesa un quintal, pero en el fondo interesado, porque quiero ver dónde opera una de las organizaciones sociales más activas y exitosas de este país. Superada la prueba, entramos en una amplia lonja con aires de garaje en la que se reparten unas cuantas mesas con sus ordenadores y sus sillas de oficina. Todo es espartano y con pinta de segunda mano, como supongo corresponde a un movimiento de base.
Colau se sienta y, en cuanto empiezo a preguntar, sale de su boca un discurso tan torrencial que dan ganas de unirse a la lucha o, si estás en el otro lado de la barricada, de rendirse y entregarse. Esta barcelonesa de 39 años es la voz pública de muchas personas que han estado o están a punto de ser desahuciadas de sus hogares por no poder pagar su deuda con los bancos, y que se han unido para pelear. Su defensa de acciones tan polémicas como los escraches la ha convertido en favorita de unos medios y en punching ball de otros. En esperanza blanca de muchos progresistas… y en bestia negra del Partido Popular, algunos de cuyos dirigentes no dudaron en relacionarla con el terrorismo en un inútil intento de mermar su popularidad.
P. ¿Es usted ETA?
R. Evidentemente, no. Tener que decirlo demuestra ya el nivel político de nuestro país y de nuestro Gobierno. Es ridículo.
P. Vayamos entonces con asuntos más serios. La plataforma de la que es portavoz se enfrenta a un problema crónico, la vivienda, y a un drama, los desahucios. ¿Algún país lo está haciendo bien en este terreno?
R. Nadie lo está haciendo perfecto, pero no hay otro país que lo haga tan mal como España. Es un ejemplo negativo ante el mundo. Vienen medios de comunicación ultraliberales y se escandalizan: lo nuestro no se entiende ni desde esa ideología. Si excluyes a millones de personas del sistema de por vida, generas economía sumergida y ningún incentivo para retomar la actividad económica.
P. ¿Algún caso le ha tocado especialmente?
R. Todos, porque, a diferencia de lo que quiere hacernos creer el PP, no hay unos casos más graves que otros: en todos hay vulnerabilidad extrema. La pérdida de vivienda rompe familias y te desestructura emocionalmente. Aunque consigamos cambiar la ley y resolver los casos que nos están llegando, habrá una generación traumatizada.
P. ¿Cómo responde la gente cuando logran parar su desahucio?
R. Responden ya no con agradecimiento, sino con implicación. Independientemente de lo que consiga de las Administraciones, la plataforma ya ha ganado. La gente llega con la autoestima por los suelos, encuentran apoyo y después tienen más ganas de ayudar a otros. Es un proceso que casi todo el mundo explica como un renacer: el paso de afectado a activista. Es lo más bonito que he visto en mi vida.
P. ¿No son responsables los individuos de haberse entrampado al firmar hipotecas enormes?
R. Ellos no rehúyen su parte de responsabilidad. ¿Qué entendió la gente y qué le explicaron en el banco cuando firmaba? Que el banco tasaba el piso y decía que valía, por ejemplo, 300.000 euros, y que por eso a ti te dejaban 250.000, 300.000 o más. Entonces el banco te decía: “Tranquilo, si no puedes pagar, vendes la vivienda y no pasa nada”. Ni el banco, ni la inmobiliaria, ni el notario, ni la Administración pública explicaron que podías perder la vivienda y quedarte con una deuda de por vida. Si lo hubieran explicado, mucha gente no se habría hipotecado. Los bancos redactaron contratos plagados de cláusulas abusivas, engañaron y estafaron. Es increíble que no estén pasando cosas más graves en este país, es de escándalo.
P. ¿Cómo son sus negociaciones con las entidades financieras? Porque para ellas esta situación también es un problema... Ver más,... Fuente: El País.
El amor de madre es bueno para el cerebro del niño
Los niños que reciben más cariño durante su etapa escolar -y previa- desarrollan un hipocampo más grande y tienen menos síntomas de depresión. Estas son las conclusiones de un estudio publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences Early Edition y que confirma lo que intuitivamente todos sabíamos: no hay nada como el "amor de madre".
Aunque muchos trabajos han demostrado las consecuencias de crecer en un ambiente cariñoso sobre el éxito escolar y otros factores psicosociales, este es el primero que muestra el efecto directo sobre el cerebro. Concretamente, los investigadores observaron que los niños criados con afecto desarrollaban un hipocampo casi diez veces mayor que los que no habían tenido tanta suerte. Este órgano se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje, así como con mecanismos de respuesta al estrés, por lo que es importante su correcto desarrollo a edades tempranas.
"El estudio tiene una gran implicación sobre la salud pública y sugiere que debemos de prestar más atención a la forma en la que los padres crían a sus hijos" indican los autores. Tanto en la escuela como en su ambiente familiar es importante el cariño alrededor de los pequeños. "Como sociedad, debemos hacer lo que podamos para fomentar estas habilidades ya que está claro que los cuidados paternos tienen un impacto muy grande en el desarrollo posterior de los niños", apuntan los investigadores.
Sólo con amor no basta, además de una buena alimentación, hay que aplicar unas pautas para educar adecuadamente. Ver aquí pautas para educar.
Fuente: Revista Muy Interesante
Aunque muchos trabajos han demostrado las consecuencias de crecer en un ambiente cariñoso sobre el éxito escolar y otros factores psicosociales, este es el primero que muestra el efecto directo sobre el cerebro. Concretamente, los investigadores observaron que los niños criados con afecto desarrollaban un hipocampo casi diez veces mayor que los que no habían tenido tanta suerte. Este órgano se relaciona con procesos de memoria y aprendizaje, así como con mecanismos de respuesta al estrés, por lo que es importante su correcto desarrollo a edades tempranas.
"El estudio tiene una gran implicación sobre la salud pública y sugiere que debemos de prestar más atención a la forma en la que los padres crían a sus hijos" indican los autores. Tanto en la escuela como en su ambiente familiar es importante el cariño alrededor de los pequeños. "Como sociedad, debemos hacer lo que podamos para fomentar estas habilidades ya que está claro que los cuidados paternos tienen un impacto muy grande en el desarrollo posterior de los niños", apuntan los investigadores.
Sólo con amor no basta, además de una buena alimentación, hay que aplicar unas pautas para educar adecuadamente. Ver aquí pautas para educar.
Fuente: Revista Muy Interesante
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Lo que necesitas para ser feliz
Sensaciones, personas, afectos, armonía… Si tuviéramos que elegir, las emociones estarían antes que los bienes materiales
Imagínese que le han ofrecido el proyecto de su vida… no importa si es personal, laboral o de cualquier otro tipo. Es un proyecto que ni puede ni desea rechazar. Se tiene que marchar muy lejos y le conceden diez deseos para convencerle. Usted puede llevarse diez cosas, lugares, experiencias… Diez hábitos, elementos u objetos a los que no querría renunciar bajo ningún concepto. ¿Preparado para viajar, preparado para hacer esta elección? Se trata de diez imprescindibles en su vida para ser feliz en su nuevo destino y con su nueva historia. ¿Qué se llevaría?
A pesar de que con esta pregunta todo el mundo empieza a fantasear, al final la elección del decálogo es muy similar para todos. Lo que la mayoría de las personas dicen necesitar para ser felices es más básico y más fácil de obtener de lo que imaginamos. Nadie elige al final un coche de superlujo ni a una mujer u hombre espectacularmente atractivos.
La familia. Sobre todo la familia inmediata, esa que convive con usted: sus hijos, su pareja, su compañero de piso, el padre o madre que admira o la abuela que tanto adora. Personas con las que comparte miedos, alegrías, decisiones, que están para dar apoyo y seguridad. Acompañantes con los que se puede estar en silencio sin que el silencio parezca incómodo. Su núcleo.
Sus amigos. A quienes confía sus secretos, sus inquietudes, y con quien abre su alma. Los que le dan la mano para tirar de usted cuando está en lo más hondo y los que se alegran de forma sincera de sus éxitos. Amigos que le quieren de verdad, sin envidia y sin rencor.
Su trabajo. El trabajo es un lugar en el que uno se siente productivo, aporta ideas, participa, resuelve problemas, se relaciona con gente. El trabajo, bien gestionado y bien dirigido, es una fuente de placer. De hecho, uno de los principales motivos por los que las personas deciden trasladarse de ciudad y distanciarse de su gente. Si eligieron su dedicación por vocación, a pesar de las quejas, el esfuerzo, los horarios o la rutina, si tuvieran que viajar lejos, querrían llevarse el concepto “desempeñar una profesión”.
Sus libros, su música, las fotos y todo lo que le identifica y con lo que se ha sentido en armonía durante su vida. La cultura es ocio, es crecimiento personal, es disfrute, es fluir. Es una seña de identidad. La literatura y la música provocan un potente chorro de emociones, le hacen sentir vivo, le evocan recuerdos de la infancia, del momento en el que se enamoró e incluso de cuando sufrió.
Hay libros de los que no se desprendería jamás, cedés que volvería a comprar cada vez que los perdiera, fotos que le provocan sonrisas… Ese material que de vez en cuando desempolvamos para revivir, para sentir la nostalgia y el paso del tiempo y recuperar esas sensaciones que nos dejaron huella en el alma.
“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” (Benjamín Franklin)
El estilo de vida. Las actividades que le hacen sentir de forma plena, como ir al cine, practicar deporte, pasear, jugar al fútbol, quedar con amigos, su manera de cuidarse, etcétera. El estilo de vida está relacionado con elecciones que ha ido haciendo a lo largo de su existencia y que la experiencia le dice que le sientan bien, tanto a nivel de salud como de ánimo.
El Baúl de los recuerdos. Lugares especiales que fueron formando la memoria de la vida, la de las experiencias tristes, románticas, apasionadas, salvajes, irascibles. En este baúl no hay tangibles, hay momentos: una cena en la que tomó una decisión importante, una mirada, el amigo que le traicionó, una pelea que no olvida, la cara emocionada de su hijo, el agradecimiento hacia la gente que le ha hecho bien en su vida… En el baúl también se lleva la experiencia, la formación y todo lo que ha ido aprendiendo de la vida.
El baúl condiciona mucho su carácter. Las personas que guardan más momentos felices que tristes tienden a estar en paz y en equilibrio. Mientras que las personas que miran atrás y se centran en los agravios, en las deslealtades o en sus errores se sienten irascibles y con la idea de que la vida les debe una.
Los animales domésticos. Para las personas que comparten su vida con uno, forma parte de su familia. No los abandonarían ni los dejarían fuera del proyecto.
Las emociones, las risas, el llanto, la pena, la frustración, la alegría. Ni el baúl de los recuerdos ni la lectura ni las fotos ni la música tendrían sentido si no generaran emociones. Las emociones nos hacen sentir vivos. Huimos de la rutina aburrida, la que nos convierte en autómatas, la rutina que nos pinta el alma de gris. Las personas buscan agitarse, enamorarse, sentir mariposas, ilusionarse, porque las emociones son nuestro motor.
Tecnología. Hay personas que, por trabajo o por diversión, le dedican muchas horas al día, que, bien gestionadas, han colaborado para que tenga una vida más fácil. Es cierto que le pueden esclavizar y provocar la sensación de tener que vivir deprisa, dando respuestas inmediatas a todo, pero a pesar de sus inconvenientes, pocas son las personas que hoy rechazarían los avances tecnológicos.
La ciencia, la medicina, los descubrimientos, la ingeniería, la inteligencia… todo lo que al ser humano le ha permitido avanzar, descubrir e investigar. Estas disciplinas son una fuente de superación para la humanidad. Nadie quiere dejar atrás los grandes avances que permiten vivir en un mundo más cómodo, confortable y seguro.
¿Y a usted qué le falta para ser feliz? ¿Coincide con el decálogo? Sea cual sea el déficit, tiene arreglo. Porque este decálogo, excepto el tener trabajo, no depende de la crisis. Depende de su valentía, de tomar decisiones, de orientarse hacia lo que se disfruta en lugar de hacia lo que resta. Está al alcance de casi todos los que disfrutamos del privilegio del primer mundo. Somos nosotros quienes tenemos que plantarle cara a la vida y envalentonarnos.
Diversos estudios científicos han demostrado que las personas son mucho más felices con las experiencias que con los bienes materiales. Lo material pierde valor nada más adquirirlo, pero la huella que dejan las emociones fruto de las experiencias perdura en el tiempo, en la memoria. Y recordando una vivencia podemos volver a experimentar lo que sentimos sin tener que repetirlo.
Empiece por decidir qué punto del decálogo le gustaría potenciar o tener en el caso de que no lo posea, y defina cómo quiere satisfacerlo. Tener experiencia con los puntos del decálogo depende en gran parte de nosotros mismos. Elegimos a nuestras parejas, decidimos tener hijos, escogemos a los amigos, formamos nuestro estilo de vida, decidimos recordar un agravio u olvidarlo, disfrutamos con nuestros hobbies, damos valor a los avances, nos fascinamos con una obra de arte o nos recreamos en la lectura. A pesar de que el valor del dinero es importante, en el decálogo no es determinante para ser feliz.
Lo de pedir un deseo y que se elija "que me toque la primitiva” es más utópico que real. Cuando nos vemos en la tesitura de tener que elegir con criterio y de verdad, su atención está puesta en lo importante. Las personas felices lo son no porque tengan más que otros, sino porque ponen su atención en lo que tiene sentido.
“La felicidad es interior, no exterior; por tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos” (Henry van Dyke)
Entrenarse para ser feliz es entrenarse para vivir, o viceversa. Lo uno lleva a lo otro. Pero entendiendo este concepto en toda su envergadura, existir para soñar y para recrearnos en lo que suma. Nadie firma un contrato ni promete pasar por un calvario para ser dichoso. No hay mejor paraíso que el que generamos a nuestro alrededor. La vida es un lugar para disfrutar, para rodearse de buena gente, para sacar lo mejor que lleva dentro, para compartir, para ser bondadoso; en definitiva, para ser persona. ¿A qué espera? Hoy es un buen día para ser feliz.
Una canción
- "El sitio de mi recreo", de Antonio Vega.
Una película
- "Como agua para chocolate", de Alfonso Arau.
Una frase y un libro
- "Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos", en 'El principito', de Antoine de Sant-Exupéry.
Fuente: El País.
Imagínese que le han ofrecido el proyecto de su vida… no importa si es personal, laboral o de cualquier otro tipo. Es un proyecto que ni puede ni desea rechazar. Se tiene que marchar muy lejos y le conceden diez deseos para convencerle. Usted puede llevarse diez cosas, lugares, experiencias… Diez hábitos, elementos u objetos a los que no querría renunciar bajo ningún concepto. ¿Preparado para viajar, preparado para hacer esta elección? Se trata de diez imprescindibles en su vida para ser feliz en su nuevo destino y con su nueva historia. ¿Qué se llevaría?
A pesar de que con esta pregunta todo el mundo empieza a fantasear, al final la elección del decálogo es muy similar para todos. Lo que la mayoría de las personas dicen necesitar para ser felices es más básico y más fácil de obtener de lo que imaginamos. Nadie elige al final un coche de superlujo ni a una mujer u hombre espectacularmente atractivos.
La familia. Sobre todo la familia inmediata, esa que convive con usted: sus hijos, su pareja, su compañero de piso, el padre o madre que admira o la abuela que tanto adora. Personas con las que comparte miedos, alegrías, decisiones, que están para dar apoyo y seguridad. Acompañantes con los que se puede estar en silencio sin que el silencio parezca incómodo. Su núcleo.
Sus amigos. A quienes confía sus secretos, sus inquietudes, y con quien abre su alma. Los que le dan la mano para tirar de usted cuando está en lo más hondo y los que se alegran de forma sincera de sus éxitos. Amigos que le quieren de verdad, sin envidia y sin rencor.
Su trabajo. El trabajo es un lugar en el que uno se siente productivo, aporta ideas, participa, resuelve problemas, se relaciona con gente. El trabajo, bien gestionado y bien dirigido, es una fuente de placer. De hecho, uno de los principales motivos por los que las personas deciden trasladarse de ciudad y distanciarse de su gente. Si eligieron su dedicación por vocación, a pesar de las quejas, el esfuerzo, los horarios o la rutina, si tuvieran que viajar lejos, querrían llevarse el concepto “desempeñar una profesión”.
Sus libros, su música, las fotos y todo lo que le identifica y con lo que se ha sentido en armonía durante su vida. La cultura es ocio, es crecimiento personal, es disfrute, es fluir. Es una seña de identidad. La literatura y la música provocan un potente chorro de emociones, le hacen sentir vivo, le evocan recuerdos de la infancia, del momento en el que se enamoró e incluso de cuando sufrió.
Hay libros de los que no se desprendería jamás, cedés que volvería a comprar cada vez que los perdiera, fotos que le provocan sonrisas… Ese material que de vez en cuando desempolvamos para revivir, para sentir la nostalgia y el paso del tiempo y recuperar esas sensaciones que nos dejaron huella en el alma.
“La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días” (Benjamín Franklin)
El estilo de vida. Las actividades que le hacen sentir de forma plena, como ir al cine, practicar deporte, pasear, jugar al fútbol, quedar con amigos, su manera de cuidarse, etcétera. El estilo de vida está relacionado con elecciones que ha ido haciendo a lo largo de su existencia y que la experiencia le dice que le sientan bien, tanto a nivel de salud como de ánimo.
El Baúl de los recuerdos. Lugares especiales que fueron formando la memoria de la vida, la de las experiencias tristes, románticas, apasionadas, salvajes, irascibles. En este baúl no hay tangibles, hay momentos: una cena en la que tomó una decisión importante, una mirada, el amigo que le traicionó, una pelea que no olvida, la cara emocionada de su hijo, el agradecimiento hacia la gente que le ha hecho bien en su vida… En el baúl también se lleva la experiencia, la formación y todo lo que ha ido aprendiendo de la vida.
El baúl condiciona mucho su carácter. Las personas que guardan más momentos felices que tristes tienden a estar en paz y en equilibrio. Mientras que las personas que miran atrás y se centran en los agravios, en las deslealtades o en sus errores se sienten irascibles y con la idea de que la vida les debe una.
Los animales domésticos. Para las personas que comparten su vida con uno, forma parte de su familia. No los abandonarían ni los dejarían fuera del proyecto.
Las emociones, las risas, el llanto, la pena, la frustración, la alegría. Ni el baúl de los recuerdos ni la lectura ni las fotos ni la música tendrían sentido si no generaran emociones. Las emociones nos hacen sentir vivos. Huimos de la rutina aburrida, la que nos convierte en autómatas, la rutina que nos pinta el alma de gris. Las personas buscan agitarse, enamorarse, sentir mariposas, ilusionarse, porque las emociones son nuestro motor.
Tecnología. Hay personas que, por trabajo o por diversión, le dedican muchas horas al día, que, bien gestionadas, han colaborado para que tenga una vida más fácil. Es cierto que le pueden esclavizar y provocar la sensación de tener que vivir deprisa, dando respuestas inmediatas a todo, pero a pesar de sus inconvenientes, pocas son las personas que hoy rechazarían los avances tecnológicos.
La ciencia, la medicina, los descubrimientos, la ingeniería, la inteligencia… todo lo que al ser humano le ha permitido avanzar, descubrir e investigar. Estas disciplinas son una fuente de superación para la humanidad. Nadie quiere dejar atrás los grandes avances que permiten vivir en un mundo más cómodo, confortable y seguro.
¿Y a usted qué le falta para ser feliz? ¿Coincide con el decálogo? Sea cual sea el déficit, tiene arreglo. Porque este decálogo, excepto el tener trabajo, no depende de la crisis. Depende de su valentía, de tomar decisiones, de orientarse hacia lo que se disfruta en lugar de hacia lo que resta. Está al alcance de casi todos los que disfrutamos del privilegio del primer mundo. Somos nosotros quienes tenemos que plantarle cara a la vida y envalentonarnos.
Diversos estudios científicos han demostrado que las personas son mucho más felices con las experiencias que con los bienes materiales. Lo material pierde valor nada más adquirirlo, pero la huella que dejan las emociones fruto de las experiencias perdura en el tiempo, en la memoria. Y recordando una vivencia podemos volver a experimentar lo que sentimos sin tener que repetirlo.
Empiece por decidir qué punto del decálogo le gustaría potenciar o tener en el caso de que no lo posea, y defina cómo quiere satisfacerlo. Tener experiencia con los puntos del decálogo depende en gran parte de nosotros mismos. Elegimos a nuestras parejas, decidimos tener hijos, escogemos a los amigos, formamos nuestro estilo de vida, decidimos recordar un agravio u olvidarlo, disfrutamos con nuestros hobbies, damos valor a los avances, nos fascinamos con una obra de arte o nos recreamos en la lectura. A pesar de que el valor del dinero es importante, en el decálogo no es determinante para ser feliz.
Lo de pedir un deseo y que se elija "que me toque la primitiva” es más utópico que real. Cuando nos vemos en la tesitura de tener que elegir con criterio y de verdad, su atención está puesta en lo importante. Las personas felices lo son no porque tengan más que otros, sino porque ponen su atención en lo que tiene sentido.
“La felicidad es interior, no exterior; por tanto, no depende de lo que tenemos, sino de lo que somos” (Henry van Dyke)
Entrenarse para ser feliz es entrenarse para vivir, o viceversa. Lo uno lleva a lo otro. Pero entendiendo este concepto en toda su envergadura, existir para soñar y para recrearnos en lo que suma. Nadie firma un contrato ni promete pasar por un calvario para ser dichoso. No hay mejor paraíso que el que generamos a nuestro alrededor. La vida es un lugar para disfrutar, para rodearse de buena gente, para sacar lo mejor que lleva dentro, para compartir, para ser bondadoso; en definitiva, para ser persona. ¿A qué espera? Hoy es un buen día para ser feliz.
Una canción
- "El sitio de mi recreo", de Antonio Vega.
Una película
- "Como agua para chocolate", de Alfonso Arau.
Una frase y un libro
- "Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos", en 'El principito', de Antoine de Sant-Exupéry.
Fuente: El País.
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sábado, 10 de agosto de 2013
Masterchef por tres centímetros. Juan Manuel Sánchez se presentó al concurso que ganó animado por su hermano, que quedó fuera de los ‘castings’ de míster España por no llegar a medir 1,90
Tres centímetros. Una pequeña distancia. Pero fue clave para que Juan Manuel Sánchez pasase de ser un perfecto desconocido que trabajaba esporádicamente de camarero en un pueblo en el corazón del desierto almeriense llamado Albox, a convertirse en el primer ganador del concurso Masterchef España, en un famoso de la tele de 25 años que ahora va por la calle con gafas de sol y gorra y que el pasado lunes preparaba un ajoblanco en la cocina de su casa. Son exactamente los tres centímetros que van de 1,87 a 1,90 metros de altura, los mismos que descartaron a su hermano Félix de los cástings de míster España en 2009. La frustración de uno fue el impulso a la fama del otro...
Antes existió una mujer. Se llamaba Emilia Gea. Era de Cantoria (el pueblo de al lado) y falleció hace tres años dejando en esta familia un gran legado culinario.
Después de su madre, es Juan Manuel el que más ha asimilado la destreza de su abuela, que durante gran parte de su vida cocinó para unos marqueses franceses en París. “A mí me mandaron de vuelta aquí con unos familiares a los 17 años antes de que me echara novio”, se ríe Juani, mientras Juan Manuel —que asegura no haber conseguido nunca “ese sabor del pisto” de su abuela— termina de darle el punto a la carne en el mostrador de una cocina americana embaldosada con aire andaluz. ... seguir aquí en El País.
Banderas se 'traga' el programa
Banderas con Pepe Rodríguez en la presentación de la gala Starlite.
Antonio Banderas podía estar rodando en Rusia, pero no se perdía ni un programa de Masterchef. Así que cuando le sugirieron hace un mes que podría contar con los jueces del programa televisivo del año para su cena de gala a la americana —la que desde hace años promueve en Marbella con fines benéficos dentro del Starlite Festival— no lo dudó. —
¡¿Pero cómo se te ocurrió echar a Clara?! Era fantástica.
Le espetó a Pepe Rodríguez, el cocinero del Bohío (una estrella Michelin), que ejercía un poco de juez de jueces en el concurso de la primera cadena de TVE.
Y así fue como se cerró el asunto. Y mientras Clara trabaja ya en el restaurante de ese juez gastronómico en Illescas, Rodríguez elabora junto a sus compañeros del jurado, Jordi Cruz (ABaC Restaurant & Hotel de Barcelona ) y Samantha Vallejo-Nájera (catering Samantha de España) el menú de esta cena de celebrities de 800 a 1.000 euros el cubierto. “No es una cuestión de si la cena lo vale o no, es el motivo, las ONG que apadrina Antonio Banderas —la parroquia de su pueblo, Cáritas, o las que sean— las que se beneficiarán de lo recaudado en este evento y las que merecen ese precio”, comentaba el chef.
Un máximo de 500 comensales, entre los que se encuentran por supuesto el anfitrión y su esposa, Melanie Griffith, y Alejandro Sanz, Marta Sánchez, Valeria Mazza, Miguel Bosé, Arantxa Sánchez Vicario... se sentarán a la mesa con sus mejores galas el próximo sábado por la noche en Marbella.
Aparte de unas tapas de pa amb tomaca (crujiente de fuet y caldo bebible de tomate) y carcamusa (“carne de magro entomatá”, en palabras del cocinero), el primer plato será un ajoblanco de coco y sandía con el toque del Bohío porque la receta es de Pepe Rodríguez. El segundo corre de la cuenta de Jordi Cruz. Y consistirá en una carrillera de ternera con naranja y setas cocinada a baja temperatura. Y el toque dulce del postre lo pondrá Samantha con un crujiente de chocolate y helado. ¿El veredicto? El domingo.
Antes existió una mujer. Se llamaba Emilia Gea. Era de Cantoria (el pueblo de al lado) y falleció hace tres años dejando en esta familia un gran legado culinario.
Después de su madre, es Juan Manuel el que más ha asimilado la destreza de su abuela, que durante gran parte de su vida cocinó para unos marqueses franceses en París. “A mí me mandaron de vuelta aquí con unos familiares a los 17 años antes de que me echara novio”, se ríe Juani, mientras Juan Manuel —que asegura no haber conseguido nunca “ese sabor del pisto” de su abuela— termina de darle el punto a la carne en el mostrador de una cocina americana embaldosada con aire andaluz. ... seguir aquí en El País.
Banderas se 'traga' el programa
Banderas con Pepe Rodríguez en la presentación de la gala Starlite.
Antonio Banderas podía estar rodando en Rusia, pero no se perdía ni un programa de Masterchef. Así que cuando le sugirieron hace un mes que podría contar con los jueces del programa televisivo del año para su cena de gala a la americana —la que desde hace años promueve en Marbella con fines benéficos dentro del Starlite Festival— no lo dudó. —
¡¿Pero cómo se te ocurrió echar a Clara?! Era fantástica.
Le espetó a Pepe Rodríguez, el cocinero del Bohío (una estrella Michelin), que ejercía un poco de juez de jueces en el concurso de la primera cadena de TVE.
Y así fue como se cerró el asunto. Y mientras Clara trabaja ya en el restaurante de ese juez gastronómico en Illescas, Rodríguez elabora junto a sus compañeros del jurado, Jordi Cruz (ABaC Restaurant & Hotel de Barcelona ) y Samantha Vallejo-Nájera (catering Samantha de España) el menú de esta cena de celebrities de 800 a 1.000 euros el cubierto. “No es una cuestión de si la cena lo vale o no, es el motivo, las ONG que apadrina Antonio Banderas —la parroquia de su pueblo, Cáritas, o las que sean— las que se beneficiarán de lo recaudado en este evento y las que merecen ese precio”, comentaba el chef.
Un máximo de 500 comensales, entre los que se encuentran por supuesto el anfitrión y su esposa, Melanie Griffith, y Alejandro Sanz, Marta Sánchez, Valeria Mazza, Miguel Bosé, Arantxa Sánchez Vicario... se sentarán a la mesa con sus mejores galas el próximo sábado por la noche en Marbella.
Aparte de unas tapas de pa amb tomaca (crujiente de fuet y caldo bebible de tomate) y carcamusa (“carne de magro entomatá”, en palabras del cocinero), el primer plato será un ajoblanco de coco y sandía con el toque del Bohío porque la receta es de Pepe Rodríguez. El segundo corre de la cuenta de Jordi Cruz. Y consistirá en una carrillera de ternera con naranja y setas cocinada a baja temperatura. Y el toque dulce del postre lo pondrá Samantha con un crujiente de chocolate y helado. ¿El veredicto? El domingo.
viernes, 9 de agosto de 2013
La intervención de Rajoy
“Me equivoqué, lo lamento, pero fue así. Me equivoqué en mantener la confianza en alguien que ahora sabemos que no la merecía”. Si el señor Rajoy, en lugar de presidente del Gobierno de España, fuera el director general de una empresa privada y hubiera dicho esto ante su junta de accionistas debería haber presentado a continuación su dimisión porque, de no hacerlo, los accionistas le hubieran cesado de inmediato.
El señor Rajoy, respecto a las declaraciones del señor Bárcenas, dijo que son “una ingente colección de falsedades, como demostrará la justicia con el tiempo”. ¿Y si la justicia demuestra lo contrario? Hasta ahora, ya se han demostrado una serie de cosas que, no hace mucho, eran indemostrables según él: ¿recuerdan aquello de “nadie podrá probar que no son inocentes” refiriéndose a Bárcenas y Galeote?
En un determinado momento, el señor Rajoy recordó a los diputados socialistas que su partido había tenido también un caso similar, el de Luis Roldán. Quizá haya olvidado que, en aquella ocasión, dimitió Antoni Asunción, el ministro del Interior que había nombrado al señor Roldán; o quizá es que no quiere recordarlo.— Antonio Calvete. Getafe. Madrid. Cartas al director El País.
El señor Rajoy, respecto a las declaraciones del señor Bárcenas, dijo que son “una ingente colección de falsedades, como demostrará la justicia con el tiempo”. ¿Y si la justicia demuestra lo contrario? Hasta ahora, ya se han demostrado una serie de cosas que, no hace mucho, eran indemostrables según él: ¿recuerdan aquello de “nadie podrá probar que no son inocentes” refiriéndose a Bárcenas y Galeote?
En un determinado momento, el señor Rajoy recordó a los diputados socialistas que su partido había tenido también un caso similar, el de Luis Roldán. Quizá haya olvidado que, en aquella ocasión, dimitió Antoni Asunción, el ministro del Interior que había nombrado al señor Roldán; o quizá es que no quiere recordarlo.— Antonio Calvete. Getafe. Madrid. Cartas al director El País.
El exministro alemán que participó en la creación del euro pide su ruptura por conducir al "desastre"
Oskar Lafontaine, el exministro de Finanzas alemán que lanzó el euro, ha reclamado una ruptura de la moneda única con el objetivo de que el sur de Europa pueda recuperarse, advirtiendo que el curso actual está "llevando al desastre".
"La situación económica está empeorando mes a mes, y el desempleo ha alcanzado un nivel que pone las estructuras democráticas cada vez más en duda", señala Lafontaine figura emblemática del Partido Socialdemócrata y, más recientemente, del partido La Izquierda en declaraciones que recoge The Telegraph.
"Los alemanes aún no se han dado cuenta de que el sur de Europa, incluido Francia, se verán obligados por su miseria actual a luchar contra la hegemonía alemana, tarde o temprano", ha señalado.
Lafontaine ha escrito en la web del grupo parlamentario Die Linke (La Izquierda), que la canciller Angela Merkel "se despertará de su sueño autosuficiente" una vez los países en dificultades se unan para forzar un cambio en la política de la crisis a expensas de Alemania.
Su predicción parece haberse confirmado después de que este fin de semana el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, proclamara el fin de la austeridad, después de que la Comisión Europea diese a Francia y a España dos años más, hasta 2016, para reducir el déficit público por debajo del 3%.
"Es algo decisivo; un giro para la historia del proyecto europeo desde el inicio del euro", declaró el ministro en una entrevista a la cadena de radio francesa Europe 1. "Hemos sido testigos del final de una cierta forma de austeridad y el final del dogma de la austeridad", añadió.
Lafonatine asegura que respala la Unión Económica y Monetaria, pero no cree que sea sostenible. "Las esperanzas de que la creación del euro forzarían un comportamiento económico racional en todos lados fueron en vano", sentencia.
Fuente: elEconomista.es
"La situación económica está empeorando mes a mes, y el desempleo ha alcanzado un nivel que pone las estructuras democráticas cada vez más en duda", señala Lafontaine figura emblemática del Partido Socialdemócrata y, más recientemente, del partido La Izquierda en declaraciones que recoge The Telegraph.
"Los alemanes aún no se han dado cuenta de que el sur de Europa, incluido Francia, se verán obligados por su miseria actual a luchar contra la hegemonía alemana, tarde o temprano", ha señalado.
Lafontaine ha escrito en la web del grupo parlamentario Die Linke (La Izquierda), que la canciller Angela Merkel "se despertará de su sueño autosuficiente" una vez los países en dificultades se unan para forzar un cambio en la política de la crisis a expensas de Alemania.
Su predicción parece haberse confirmado después de que este fin de semana el ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici, proclamara el fin de la austeridad, después de que la Comisión Europea diese a Francia y a España dos años más, hasta 2016, para reducir el déficit público por debajo del 3%.
"Es algo decisivo; un giro para la historia del proyecto europeo desde el inicio del euro", declaró el ministro en una entrevista a la cadena de radio francesa Europe 1. "Hemos sido testigos del final de una cierta forma de austeridad y el final del dogma de la austeridad", añadió.
Lafonatine asegura que respala la Unión Económica y Monetaria, pero no cree que sea sostenible. "Las esperanzas de que la creación del euro forzarían un comportamiento económico racional en todos lados fueron en vano", sentencia.
Fuente: elEconomista.es
jueves, 8 de agosto de 2013
Turismo, los países más visitados.
Los 10 países más visitados por turistas extranjeros
Francia (83 millones)
Estados Unidos (67 millones)
China (57,7 millones)
España (57,7 millones)
Italia (46,4 millones)
Turquía (35,7 millones)
Alemania (30,4 millones)
Reino Unido (29,3 millones)
Rusia (25,7 millones)
Malasia (25 millones)
Fuente: Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas
Las 10 ciudades más visitadas
Bangkok (15,98 millones)
Londres (15,96 millones)
París (13,92 millones)
Singapur (11,75 millones)
Nueva York (11,52 millones)
Estambul (10,37 millones)
Dubái (9,89 millones)
Kuala Lumpur (9,2 millones)
Hong Kong (8,72 millones)
Barcelona (8,41 millones)
Fuente: Índice de ciudades más visitadas de Mastercard BBC.
Francia (83 millones)
Estados Unidos (67 millones)
China (57,7 millones)
España (57,7 millones)
Italia (46,4 millones)
Turquía (35,7 millones)
Alemania (30,4 millones)
Reino Unido (29,3 millones)
Rusia (25,7 millones)
Malasia (25 millones)
Fuente: Organización Mundial del Turismo de Naciones Unidas
Las 10 ciudades más visitadas
Bangkok (15,98 millones)
Londres (15,96 millones)
París (13,92 millones)
Singapur (11,75 millones)
Nueva York (11,52 millones)
Estambul (10,37 millones)
Dubái (9,89 millones)
Kuala Lumpur (9,2 millones)
Hong Kong (8,72 millones)
Barcelona (8,41 millones)
Fuente: Índice de ciudades más visitadas de Mastercard BBC.
miércoles, 7 de agosto de 2013
La evolución castiga a los egoístas. Melissa Hogenboom. BBC
El egoísmo no aporta ninguna ventaja evolutiva.
Al contrario, ser colaborador compensa a largo plazo
Esta es la idea que sugiere una nueva investigación, y que desafía teorías anteriores que indicaban justo lo contrario.
Un equipo de científicos analizó un modelo del "dilema del prisionero", un problema fundamental de la teoría de juegos, que es el estudio matemático de las estrategias en procesos de decisión.
Los investigadores sostienen que su trabajo, publicado en la revista Nature Communications, muestra que la especie humana se habría extinguido si sólo exhibiera características egoístas.
La teoría de los juegos plantea escenarios con situaciones de conflicto o cooperación. Esto permite a los científicos desentrañar complejas estrategias de decisión y establecer por qué emergen cierto tipo de comportamientos entre los individuos.
Prisión o libertad
Humanos y animales no sobrevivirían siendo egoístas en un entorno cooperativo, dicen los científicos.
Un equipo de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, usó el modelo del dilema del prisionero, en el que dos sospechosos que son interrogados en celdas separadas deben decidir si traicionar o no al otro.
En este modelo se ofrece a cada persona la libertad a cambio de delatar al otro, lo que hará que sea encarcelado por seis meses.
Sin embargo, esto ocurrirá sólo si el oponente elige no delatar.
Si los dos "prisioneros" eligen confesar (traición), los dos deberán pasar tres meses en prisión, pero si los dos deciden no hablar (cooperación) los dos obtendrán una pena de sólo un mes de cárcel.
El matemático estadounidense John Nash demostró que la estrategia óptima para el dilema del prisionero es no cooperar.
"Durante muchos años mucha gente se ha preguntado por qué, si Nash está en lo correcto, vemos cooperación en el reino animal, en los humanos y en el mundo de los microbios", dice Christoph Adami, autor del estudio e investigador de la Universidad Estatal de Michigan.
Extinción por maldad
La respuesta, según Adami, es que no se ha tenido en cuenta la comunicación.
Para evolucionar, la cooperación es clave.
"Los dos prisioneros interrogados no pueden hablar entre ellos. Si lo hicieran, harían un pacto y estarían en libertad en un mes. Pero si no se comunican entre ellos, se ven tentados a delatarse", explica el investigador.
"Ser mezquino puede dar ventajas en el corto plazo, pero ciertamente no a largo plazo. Nos extinguiríamos."
Estos hallazgos contradicen los de un estudio de 2012 que sostiene que las personas egoístas sacan ventaja de compañeros más cooperativos.
¿EL GEN EGOÍSTA?
En 1974, Richard Dawkins publicó su visión de la teoría de la selección natural de Darwin centrada en los genes.
Dawkins sostiene que no son los grupos u organismos los que se adaptan para evolucionar, sino los genes individuales y que el cuerpo de cada ser vivo es una máquina de supervivencia para sus genes.
Andrew Coleman, de la Universidad de Leicester, explica que este nuevo estudio sugiere que la cooperación ayuda a que un grupo evolucione, pero no contradice la teoría evolutiva del gen egoísta.
En todo caso, dice Coleman, ayuda a que sobrevivan los genes egoístas al obtener las ventajas de habitar grupos cooperativos.
Denominada "estrategia mezquina y egoísta", se basa en que el participante conozca previamente la decisión de su oponente y adapte la suya en consecuencia.
Pero en un entorno evolutivo, conocer la decisión de un oponente no representaría una ventaja por mucho tiempo, ya que éste desarrollaría el mismo mecanismo de reconocimiento para conocer al otro, explica Adami.
Esto es exactamente lo que su equipo observó: que cualquier ventaja obtenida de la traición tiene una vida corta.
En su trabajo utilizaron un poderoso modelo computarizado para analizar cientos de miles de juegos, simulando un intercambio simple de acciones que tuvieron en cuenta comunicaciones previas.
"Lo que modelamos en la computadora eran cosas muy generales, decisiones entre dos comportamientos diferentes. Las llamamos cooperación y traición. Pero en el mundo animal hay toda clase de comportamientos que son binarios, por ejemplo volar o pelear", le dijo Adami a la BBC.
"Es casi como lo que tuvimos durante la Guerra Fría, una carrera armamentística. Pero estas carreras armamentísticas ocurren todo el tiempo en la biología evolutiva."
Y al final, según el investigador, prevalecen los grupos más colaboradores.
Insectos sociales
A propósito de este nuevo estudio, Adrew Coleman, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, opina que "pone freno a las interpretaciones excesivamente entusiastas" de la anterior teoría, que proponía la ventaja de las estrategias manipulativas y egoístas.
"Incluso a Darwin desconcertaba la cooperación que se observa en la naturaleza. Estaba particularmente fascinado por los insectos sociales", explica Coleman.
"Uno puede pensar que la selección natural debe favorecer a los individuos que son explotadores y egoístas, pero de hecho, después de décadas de investigación, sabemos que esta es una visión de las cosas muy simplificada, sobre todo si tenemos en cuenta la teoría del gen egoísta en la evolución."
"No son los individuos los que deben sobrevivir, sino los genes, y los genes utilizan organismos individuales – animales o humanos– como vehículos para propagarse", agrega el científico.
Síguenos en Twitter @bbc_ciencia. BBC ciencias
Esta es la idea que sugiere una nueva investigación, y que desafía teorías anteriores que indicaban justo lo contrario.
Un equipo de científicos analizó un modelo del "dilema del prisionero", un problema fundamental de la teoría de juegos, que es el estudio matemático de las estrategias en procesos de decisión.
Los investigadores sostienen que su trabajo, publicado en la revista Nature Communications, muestra que la especie humana se habría extinguido si sólo exhibiera características egoístas.
La teoría de los juegos plantea escenarios con situaciones de conflicto o cooperación. Esto permite a los científicos desentrañar complejas estrategias de decisión y establecer por qué emergen cierto tipo de comportamientos entre los individuos.
Prisión o libertad
Humanos y animales no sobrevivirían siendo egoístas en un entorno cooperativo, dicen los científicos.
Un equipo de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, usó el modelo del dilema del prisionero, en el que dos sospechosos que son interrogados en celdas separadas deben decidir si traicionar o no al otro.
En este modelo se ofrece a cada persona la libertad a cambio de delatar al otro, lo que hará que sea encarcelado por seis meses.
Sin embargo, esto ocurrirá sólo si el oponente elige no delatar.
Si los dos "prisioneros" eligen confesar (traición), los dos deberán pasar tres meses en prisión, pero si los dos deciden no hablar (cooperación) los dos obtendrán una pena de sólo un mes de cárcel.
El matemático estadounidense John Nash demostró que la estrategia óptima para el dilema del prisionero es no cooperar.
"Durante muchos años mucha gente se ha preguntado por qué, si Nash está en lo correcto, vemos cooperación en el reino animal, en los humanos y en el mundo de los microbios", dice Christoph Adami, autor del estudio e investigador de la Universidad Estatal de Michigan.
Extinción por maldad
La respuesta, según Adami, es que no se ha tenido en cuenta la comunicación.
Para evolucionar, la cooperación es clave.
"Los dos prisioneros interrogados no pueden hablar entre ellos. Si lo hicieran, harían un pacto y estarían en libertad en un mes. Pero si no se comunican entre ellos, se ven tentados a delatarse", explica el investigador.
"Ser mezquino puede dar ventajas en el corto plazo, pero ciertamente no a largo plazo. Nos extinguiríamos."
Estos hallazgos contradicen los de un estudio de 2012 que sostiene que las personas egoístas sacan ventaja de compañeros más cooperativos.
¿EL GEN EGOÍSTA?
En 1974, Richard Dawkins publicó su visión de la teoría de la selección natural de Darwin centrada en los genes.
Dawkins sostiene que no son los grupos u organismos los que se adaptan para evolucionar, sino los genes individuales y que el cuerpo de cada ser vivo es una máquina de supervivencia para sus genes.
Andrew Coleman, de la Universidad de Leicester, explica que este nuevo estudio sugiere que la cooperación ayuda a que un grupo evolucione, pero no contradice la teoría evolutiva del gen egoísta.
En todo caso, dice Coleman, ayuda a que sobrevivan los genes egoístas al obtener las ventajas de habitar grupos cooperativos.
Denominada "estrategia mezquina y egoísta", se basa en que el participante conozca previamente la decisión de su oponente y adapte la suya en consecuencia.
Pero en un entorno evolutivo, conocer la decisión de un oponente no representaría una ventaja por mucho tiempo, ya que éste desarrollaría el mismo mecanismo de reconocimiento para conocer al otro, explica Adami.
Esto es exactamente lo que su equipo observó: que cualquier ventaja obtenida de la traición tiene una vida corta.
En su trabajo utilizaron un poderoso modelo computarizado para analizar cientos de miles de juegos, simulando un intercambio simple de acciones que tuvieron en cuenta comunicaciones previas.
"Lo que modelamos en la computadora eran cosas muy generales, decisiones entre dos comportamientos diferentes. Las llamamos cooperación y traición. Pero en el mundo animal hay toda clase de comportamientos que son binarios, por ejemplo volar o pelear", le dijo Adami a la BBC.
"Es casi como lo que tuvimos durante la Guerra Fría, una carrera armamentística. Pero estas carreras armamentísticas ocurren todo el tiempo en la biología evolutiva."
Y al final, según el investigador, prevalecen los grupos más colaboradores.
Insectos sociales
A propósito de este nuevo estudio, Adrew Coleman, de la Universidad de Leicester en el Reino Unido, opina que "pone freno a las interpretaciones excesivamente entusiastas" de la anterior teoría, que proponía la ventaja de las estrategias manipulativas y egoístas.
"Incluso a Darwin desconcertaba la cooperación que se observa en la naturaleza. Estaba particularmente fascinado por los insectos sociales", explica Coleman.
"Uno puede pensar que la selección natural debe favorecer a los individuos que son explotadores y egoístas, pero de hecho, después de décadas de investigación, sabemos que esta es una visión de las cosas muy simplificada, sobre todo si tenemos en cuenta la teoría del gen egoísta en la evolución."
"No son los individuos los que deben sobrevivir, sino los genes, y los genes utilizan organismos individuales – animales o humanos– como vehículos para propagarse", agrega el científico.
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La alta cocina busca un ‘plan B’. Chefs estelares combaten la crisis con propuestas a precios razonables
Una nueva ola de profesionales apuesta por reforzar la clase media de los restaurantes
ANA PANTALEONI / ROSA RIVAS
“Comer razonablemente bien en un ambiente agradable por un precio justo”. No parece demasiado pedir. ¿O sí? En la última década, ese tiempo en que España vivió peligrosamente sumida en burbujas de los más diversos ámbitos de la vida, quizá también se hinchó la de la gastronomía. Al menos, en sus precios. O eso piensa Joan Roca, titular en Girona de El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo, y que ha mamado de los fogones caseros en el local de sus padres: “Es evidente que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en muchos aspectos y también en este”.
Roca no está solo en sus teorías ni en sus prácticas; la filosofía Celler la ofrece adaptada en rocadillos (anguila ahumada con teriyaki, rabo de buey al vino tinto, escalivada...) y tapas (sardinas fritas con limón y albahaca, chips de alcachofa, patatas bravas, croquetas...) en Roca Bar, dentro del hotel barcelonés OMM. Es solo otra prueba de que algo está cambiado en el mundo de los restaurantes punteros, que ensayan fórmulas nuevas para adaptarse a los tiempos con otro tipo de negocio, para otros públicos y otros bolsillos... menguados por cinco años de crisis en España.
Bien lo sabe Fermí Puig. Acaba de abrir un local en Barcelona tras cerrar el Drolma, su lujoso restaurante de hotel. El precio medio de su nueva aventura son 35 euros. En la carta, platos como la bullabesa de pescado de roca, el canalón de aguacate con cangrejo real y el bacalao con romesco y patatas. El local incluye un reservado bautizado como Les Corts, en honor al viejo estadio del Barça, con una barandilla original del palco presidencial. “Es más un proyecto de vida que un proyecto gastronómico”.
En efecto, hay mucho de disyuntiva vital en esta tendencia. Si la tozuda realidad económica y social nos ha empujado a todos a darnos de bruces con la posibilidad de un plan B, también ha sido así con los cocineros de éxito. Es el caso de Xavier Pellicer y su nueva apuesta por una gastronomía menos superflua, más directa y que no maltrate la calidad. El cocinero, que fue el alma de Can Fabes desde que falleciese repentinamente Santi Santamaria en 2011, dejó el pasado enero la dirección del restaurante (que cierra el 31 de agosto por decisión de la familia ante su “inviabilidad económica”).
Pellicer trabajó antes en el Ábac, donde logró dos estrellas Michelin. Ahora se pone frente al mar y las palmeras de la Barceloneta con un discurso ecológico y reivindicativo. Es el asesor gastronómico de Barraca, un merendero propiedad de Guido Weinberg, dueño también de los locales de productos ecológicos Wokimarket. El cocinero ha diseñado una carta sencilla para Barraca: buenos arroces con otras opciones como los buñuelos de bacalao excelentes copiados de su suegra y las bombas. “Arroces y pescados. Son conceptos muy básicos, como la paella de verduras ecológicas”, remarca Pellicer.
¿Significa todo esto que se acabó el tiempo de la alta gastronomía? Rotundamente no, subraya Puig. “El precio en los restaurantes de alto nivel nunca ha seguido una regla económica racional. En la mayoría, se maquilla ese apartado para evitar facturas absolutamente excluyentes. ¿Alguien ha escuchado a un cocinero de élite decir que su restaurante era un buen negocio? No, porque no lo es. O sea, que deberían ser más caros aún. Empezando por los alquileres, todo es carísimo en un restaurante de lujo”. Por eso, Puig considera que “es el momento de fortalecer la calidad de la clase media de nuestros restaurantes”.
Y ya se sabe: cuando el dinero salta por la ventana, la única opción posible es que la imaginación entre por la puerta. En ello anda también Fina Puigdevall, el alma de Les Cols. “El momento económico obliga a racionalizar costes y a ofrecer al comensal nuevas propuestas ajustadas a la realidad. Es imprescindible no bajar la calidad, trabajar más y ganar menos”, explica la cocinera desde su local en Olot. Además de sus cuidados menús degustación, en Les Cols celebran hasta el 30 de agosto sus “cenas con estrellas mirando las estrellas”. Juego de culturas y texturas con platos como el huevo fresco del día con mayonesa y atún, costilla de cerdo con melocotón, ratafía y otros productos del paisaje volcánico de La Garrotxa acompañados de un experto en astronomía para saborear el cielo. Puigdevall reivindica la iniciativa: “El objetivo de estas cenas en el pabellón de baño del Tossols es recuperar el placer de la comida campestre en las orillas del río, en plena naturaleza y de disfrutar de las estrellas que ofrece la gastronomía y las del universo cósmico”.
El baño de realidad de la cocina galáctica afecta a todos. Los bajones de público afectan a todos, incluso si te apellidas Adrià. La cosa está floja hasta el viernes y el fin de semana se anima. “Está cambiando la clientela y hay que buscar nuevas fórmulas, en equilibrio entre lo que que pagas y lo que te dan”, opina el cocinero Albert Adrià, embarcado en diversas líneas de restauración en Barcelona (bajo el nombre BCN 5.0) asociado con su hermano Ferran y los también hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias (responsables de Rías de Galicia, Espai Kru y Cañota Casa de Tapas).
La cultura de la tapa es el eje de los proyectos de “alta cocina de barrio” (que estrenaron con éxito en el bar Inopia, ahora llamado Lolita Tapería) y cuyo campo de acción actual es el Paralelo barcelonés: 41º (coctelería-snackería de alta gama), Tickets (tapas creativas), Bodega 1.900 (recién abierta vermutería con oferta de embutidos Joselito, conservas y salazones y aceitunas esferificadas...) y los restaurantes étnicos Pakta (japonés-peruano) y Yauarcán (mexicano de próxima apertura). El alma de elBulli se transparenta inevitablemente en lo que sirven, pero los platos tienen su propia órbita. “Es una cocina más moderna que la de elBulli”, asegura Albert Adrià.
La huella bulliniana también se siente desde hace un año en Cadaqués, con el restaurante Compartir. Iniciativa de los jefes de cocina Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas con ansias de abrir un bar de esencia mediterránea. Raciones en medio de la mesa para picotear entre varios y meter la cuchara. Guisos y arroces junto a propuestas frescas y saludables de cocina de mercado. “Es informal, asequible con un punto moderno”, dice Castro. “La alta gastronomía no se puede acabar. Los grandes restaurantes siguen fuertes y hay un movimiento de una generación de cocineros que aprendió en ellos y que tiene mucha ilusión y ganas de innovar y de adaptarse a las necesidades del público”, dice un optimista Castro. “El nivel general de nuestra cocina está subiendo. Hay propuestas increíbles”.
Variado menú de gastrobares
La 'vermutería' barcelonesa de los Adrià, Bodega 1.900, / MASSIMILIANO MINOCRI
Llámese gastrobar, neotaberna o casa de comidas del siglo XXI, la opción de la tapa y la comida asequible se ha convertido en el plan B de los grandes chefs y la opción hostelera con más posibilidades de éxito para la nueva hornada.
La expansión es regional, pero también de exportación internacional. Paco Roncero, Dani García, Nacho Manzano, Marcos Morán, Sergi Arola o Ramón Freixa son algunos de los nombres de las figuras estelares del firmamento gastronómico lanzadas a la cultura global de la tapa.
La nómina de los chefs del género gastrobarístico es amplia: Albert Adrià y Quique Dacosta (dos de los pioneros), Francis Paniego, Carles Abellán, Albert Raurich, María José Sanromán (y muchos más).
Comida para compartir, pequeños bocados para degustar con los dedos y a precios asequibles (aunque no siempre). La tapa y el pincho son materias de concursos y de entrenamiento en las escuelas culinarias. Se presenta como una opción de futuro para el negocio culinario.
Fuente: El País. (Foto: Rosa, María, Jose y Antonio. De izquierda a derecha, del viaje a Berlín este verano)
ANA PANTALEONI / ROSA RIVAS
“Comer razonablemente bien en un ambiente agradable por un precio justo”. No parece demasiado pedir. ¿O sí? En la última década, ese tiempo en que España vivió peligrosamente sumida en burbujas de los más diversos ámbitos de la vida, quizá también se hinchó la de la gastronomía. Al menos, en sus precios. O eso piensa Joan Roca, titular en Girona de El Celler de Can Roca, el mejor restaurante del mundo, y que ha mamado de los fogones caseros en el local de sus padres: “Es evidente que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades en muchos aspectos y también en este”.
Roca no está solo en sus teorías ni en sus prácticas; la filosofía Celler la ofrece adaptada en rocadillos (anguila ahumada con teriyaki, rabo de buey al vino tinto, escalivada...) y tapas (sardinas fritas con limón y albahaca, chips de alcachofa, patatas bravas, croquetas...) en Roca Bar, dentro del hotel barcelonés OMM. Es solo otra prueba de que algo está cambiado en el mundo de los restaurantes punteros, que ensayan fórmulas nuevas para adaptarse a los tiempos con otro tipo de negocio, para otros públicos y otros bolsillos... menguados por cinco años de crisis en España.
Bien lo sabe Fermí Puig. Acaba de abrir un local en Barcelona tras cerrar el Drolma, su lujoso restaurante de hotel. El precio medio de su nueva aventura son 35 euros. En la carta, platos como la bullabesa de pescado de roca, el canalón de aguacate con cangrejo real y el bacalao con romesco y patatas. El local incluye un reservado bautizado como Les Corts, en honor al viejo estadio del Barça, con una barandilla original del palco presidencial. “Es más un proyecto de vida que un proyecto gastronómico”.
En efecto, hay mucho de disyuntiva vital en esta tendencia. Si la tozuda realidad económica y social nos ha empujado a todos a darnos de bruces con la posibilidad de un plan B, también ha sido así con los cocineros de éxito. Es el caso de Xavier Pellicer y su nueva apuesta por una gastronomía menos superflua, más directa y que no maltrate la calidad. El cocinero, que fue el alma de Can Fabes desde que falleciese repentinamente Santi Santamaria en 2011, dejó el pasado enero la dirección del restaurante (que cierra el 31 de agosto por decisión de la familia ante su “inviabilidad económica”).
Pellicer trabajó antes en el Ábac, donde logró dos estrellas Michelin. Ahora se pone frente al mar y las palmeras de la Barceloneta con un discurso ecológico y reivindicativo. Es el asesor gastronómico de Barraca, un merendero propiedad de Guido Weinberg, dueño también de los locales de productos ecológicos Wokimarket. El cocinero ha diseñado una carta sencilla para Barraca: buenos arroces con otras opciones como los buñuelos de bacalao excelentes copiados de su suegra y las bombas. “Arroces y pescados. Son conceptos muy básicos, como la paella de verduras ecológicas”, remarca Pellicer.
¿Significa todo esto que se acabó el tiempo de la alta gastronomía? Rotundamente no, subraya Puig. “El precio en los restaurantes de alto nivel nunca ha seguido una regla económica racional. En la mayoría, se maquilla ese apartado para evitar facturas absolutamente excluyentes. ¿Alguien ha escuchado a un cocinero de élite decir que su restaurante era un buen negocio? No, porque no lo es. O sea, que deberían ser más caros aún. Empezando por los alquileres, todo es carísimo en un restaurante de lujo”. Por eso, Puig considera que “es el momento de fortalecer la calidad de la clase media de nuestros restaurantes”.
Y ya se sabe: cuando el dinero salta por la ventana, la única opción posible es que la imaginación entre por la puerta. En ello anda también Fina Puigdevall, el alma de Les Cols. “El momento económico obliga a racionalizar costes y a ofrecer al comensal nuevas propuestas ajustadas a la realidad. Es imprescindible no bajar la calidad, trabajar más y ganar menos”, explica la cocinera desde su local en Olot. Además de sus cuidados menús degustación, en Les Cols celebran hasta el 30 de agosto sus “cenas con estrellas mirando las estrellas”. Juego de culturas y texturas con platos como el huevo fresco del día con mayonesa y atún, costilla de cerdo con melocotón, ratafía y otros productos del paisaje volcánico de La Garrotxa acompañados de un experto en astronomía para saborear el cielo. Puigdevall reivindica la iniciativa: “El objetivo de estas cenas en el pabellón de baño del Tossols es recuperar el placer de la comida campestre en las orillas del río, en plena naturaleza y de disfrutar de las estrellas que ofrece la gastronomía y las del universo cósmico”.
El baño de realidad de la cocina galáctica afecta a todos. Los bajones de público afectan a todos, incluso si te apellidas Adrià. La cosa está floja hasta el viernes y el fin de semana se anima. “Está cambiando la clientela y hay que buscar nuevas fórmulas, en equilibrio entre lo que que pagas y lo que te dan”, opina el cocinero Albert Adrià, embarcado en diversas líneas de restauración en Barcelona (bajo el nombre BCN 5.0) asociado con su hermano Ferran y los también hermanos Juan Carlos, Borja y Pedro Iglesias (responsables de Rías de Galicia, Espai Kru y Cañota Casa de Tapas).
La cultura de la tapa es el eje de los proyectos de “alta cocina de barrio” (que estrenaron con éxito en el bar Inopia, ahora llamado Lolita Tapería) y cuyo campo de acción actual es el Paralelo barcelonés: 41º (coctelería-snackería de alta gama), Tickets (tapas creativas), Bodega 1.900 (recién abierta vermutería con oferta de embutidos Joselito, conservas y salazones y aceitunas esferificadas...) y los restaurantes étnicos Pakta (japonés-peruano) y Yauarcán (mexicano de próxima apertura). El alma de elBulli se transparenta inevitablemente en lo que sirven, pero los platos tienen su propia órbita. “Es una cocina más moderna que la de elBulli”, asegura Albert Adrià.
La huella bulliniana también se siente desde hace un año en Cadaqués, con el restaurante Compartir. Iniciativa de los jefes de cocina Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas con ansias de abrir un bar de esencia mediterránea. Raciones en medio de la mesa para picotear entre varios y meter la cuchara. Guisos y arroces junto a propuestas frescas y saludables de cocina de mercado. “Es informal, asequible con un punto moderno”, dice Castro. “La alta gastronomía no se puede acabar. Los grandes restaurantes siguen fuertes y hay un movimiento de una generación de cocineros que aprendió en ellos y que tiene mucha ilusión y ganas de innovar y de adaptarse a las necesidades del público”, dice un optimista Castro. “El nivel general de nuestra cocina está subiendo. Hay propuestas increíbles”.
Variado menú de gastrobares
La 'vermutería' barcelonesa de los Adrià, Bodega 1.900, / MASSIMILIANO MINOCRI
Llámese gastrobar, neotaberna o casa de comidas del siglo XXI, la opción de la tapa y la comida asequible se ha convertido en el plan B de los grandes chefs y la opción hostelera con más posibilidades de éxito para la nueva hornada.
La expansión es regional, pero también de exportación internacional. Paco Roncero, Dani García, Nacho Manzano, Marcos Morán, Sergi Arola o Ramón Freixa son algunos de los nombres de las figuras estelares del firmamento gastronómico lanzadas a la cultura global de la tapa.
La nómina de los chefs del género gastrobarístico es amplia: Albert Adrià y Quique Dacosta (dos de los pioneros), Francis Paniego, Carles Abellán, Albert Raurich, María José Sanromán (y muchos más).
Comida para compartir, pequeños bocados para degustar con los dedos y a precios asequibles (aunque no siempre). La tapa y el pincho son materias de concursos y de entrenamiento en las escuelas culinarias. Se presenta como una opción de futuro para el negocio culinario.
Fuente: El País. (Foto: Rosa, María, Jose y Antonio. De izquierda a derecha, del viaje a Berlín este verano)
“El Estado nos forma y otros países recogen los frutos”. Leticia Díaz, contratada en Harvard después de investigar gratis en Jaén por los recortes
Apenas lleva un mes en la Universidad de Harvard, en Boston (Estados Unidos), pero la joven investigadora Leticia Díaz Beltrán dice que ya echa de menos el jamón y las patatas alioli de su tierra, Jaén. En todo caso, es un recuerdo que da por bueno si se tiene en cuenta cómo era su situación hasta hace poco. Esta experta en biocomputación, que empezó su doctorado hace tres años en el grupo de Biología de sistemas y organismos de la Universidad de Jaén (UJA), llevaba más de un año y medio trabajando gratis porque los recortes cortaron el grifo de la financiación en su investigación sobre la relación entre genética y autismo.
La situación de Díaz, cuya capacidad ensalzan todos sus profesores, no pasó desapercibida en la Unidad de Biología Computacional de la Harvard Medical School, dirigida por el doctor Dennis P. Wall, que ha sido quien le ha ofrecido un contrato de un año que le permitirá finalizar su tesis doctoral. “En principio se firmó un convenio de colaboración entre Harvard y la UJA por el que se facilitaría el intercambio de estudiantes entre ambas instituciones, con una beca de unos 3.000 euros, pero con los recortes todo quedo en palabras”, se lamenta Díaz desde Boston a través de correo electrónico.
Y es que, desde la distancia se adivina un sentimiento de decepción en esta investigadora, forzada a dejar su país: “Es frustrante que el Estado gaste dinero en nuestra formación para que luego sean otros países los que recojan los frutos de nuestro trabajo, es algo sinsentido”, explica. A su juicio, el panorama para los investigadores en España resulta “desolador”. “Recortar en investigación es lo peor que se puede hacer en época de crisis, lo lógico sería que se invirtiera en conocimiento, ciencia, tecnología, innovación, para aumentar la productividad y los valores de exportación. Incentivarla I+D+i en universidades, centros de investigación y empresas es primordial en estos momentos”, resume Leticia Díaz.
De su trabajo en Harvard habla con pasión. “Básicamente, desde el punto de vista molecular, estamos buscando qué genes están implicados en el autismo y su relación con otras enfermedades autoinmunes con el fin de poder detectar posibles dianas terapéuticas y fármacos de aplicación, sobre todo para una intervención temprana sobre la enfermedad”, explica esta investigadora, cuyo sueldo mensual es de unos 2.200 euros. En el curso 2007/08, gracias a un programa de movilidad, ya disfrutó de una estancia en esta universidad estadounidense que le permitió iniciar en Jaén una nueva línea de investigación para aplicar la biología computacional al autismo.
El contrato en Harvard es de un año y después a Díaz le gustaría volver a su tierra, pero lo ve un tanto complicado: “Cuando observo el panorama de la investigación en España me desespero, a mi me gustaría volver a mi universidad y empezar nuevas líneas de investigación, poder poner en practica todo lo que estoy aprendiendo, pero todo dependerá de las oportunidades que encuentre, ojalá la situación cambie. Si no es así, tendré que volver a plantearme irme fuera al leer la tesis”, comenta resignada.
Desde el Grupo de Investigación de Biología de Sistemas de la UJA, coordinado por el profesor Francisco J. Esteban, no se oculta el orgullo por tener a una alumna en un centro tan reputado: “Supone un espaldarazo muy fuerte y un avance muy importante a las investigaciones que se están realizando, tanto por el prestigio que tiene esta universidad y el grupo de investigación con el que se colabora”, indica Esteban. Fuente: El País.
La situación de Díaz, cuya capacidad ensalzan todos sus profesores, no pasó desapercibida en la Unidad de Biología Computacional de la Harvard Medical School, dirigida por el doctor Dennis P. Wall, que ha sido quien le ha ofrecido un contrato de un año que le permitirá finalizar su tesis doctoral. “En principio se firmó un convenio de colaboración entre Harvard y la UJA por el que se facilitaría el intercambio de estudiantes entre ambas instituciones, con una beca de unos 3.000 euros, pero con los recortes todo quedo en palabras”, se lamenta Díaz desde Boston a través de correo electrónico.
Y es que, desde la distancia se adivina un sentimiento de decepción en esta investigadora, forzada a dejar su país: “Es frustrante que el Estado gaste dinero en nuestra formación para que luego sean otros países los que recojan los frutos de nuestro trabajo, es algo sinsentido”, explica. A su juicio, el panorama para los investigadores en España resulta “desolador”. “Recortar en investigación es lo peor que se puede hacer en época de crisis, lo lógico sería que se invirtiera en conocimiento, ciencia, tecnología, innovación, para aumentar la productividad y los valores de exportación. Incentivarla I+D+i en universidades, centros de investigación y empresas es primordial en estos momentos”, resume Leticia Díaz.
De su trabajo en Harvard habla con pasión. “Básicamente, desde el punto de vista molecular, estamos buscando qué genes están implicados en el autismo y su relación con otras enfermedades autoinmunes con el fin de poder detectar posibles dianas terapéuticas y fármacos de aplicación, sobre todo para una intervención temprana sobre la enfermedad”, explica esta investigadora, cuyo sueldo mensual es de unos 2.200 euros. En el curso 2007/08, gracias a un programa de movilidad, ya disfrutó de una estancia en esta universidad estadounidense que le permitió iniciar en Jaén una nueva línea de investigación para aplicar la biología computacional al autismo.
El contrato en Harvard es de un año y después a Díaz le gustaría volver a su tierra, pero lo ve un tanto complicado: “Cuando observo el panorama de la investigación en España me desespero, a mi me gustaría volver a mi universidad y empezar nuevas líneas de investigación, poder poner en practica todo lo que estoy aprendiendo, pero todo dependerá de las oportunidades que encuentre, ojalá la situación cambie. Si no es así, tendré que volver a plantearme irme fuera al leer la tesis”, comenta resignada.
Desde el Grupo de Investigación de Biología de Sistemas de la UJA, coordinado por el profesor Francisco J. Esteban, no se oculta el orgullo por tener a una alumna en un centro tan reputado: “Supone un espaldarazo muy fuerte y un avance muy importante a las investigaciones que se están realizando, tanto por el prestigio que tiene esta universidad y el grupo de investigación con el que se colabora”, indica Esteban. Fuente: El País.
martes, 6 de agosto de 2013
Las batallas perdidas. Manuel Vázquez Montabán y otros periodistas de trinchera
Javier Morales. El Diario.es
Se cumple una década de la desaparición del escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán. El autor reivindica su figura y escritura. También recuerda a otros periodistas de trinchera como Pedro Sorela y Manuel Chaves Nogales. Cuando el oficio de periodista se encuentra amenazado por unos medios cada vez más esclavos del dinero y el poder, repasamos a los protagonistas de una época dorada que será difícil recuperar.
Han transcurrido diez años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán y cuando llega el fin de semana aún tengo la inercia de pensar que el lunes me encontraré con su columna en el diario El País, cuando El País era otra cosa. Renovador de la poesía (fue uno de los nueve novísimos de Castellet), de la novela (el auge del género negro en España hubiera sido impensable de no haber existido Pepe Carvalho) y del ensayo (lean su Manifiesto subnormal) sería imposible entender la segunda mitad del siglo XX en España sin el periodista Manuel Vázquez Montalbán. Gracias a Debate tenemos la oportunidad de leer o de releer su obra periodística, desde los inicios en los años sesenta hasta su muerte, que la editorial ha reunido en tres volúmenes: La construcción del columnista (1960-1973), Del humor al desencanto (1974-1986) y Las batallas perdidas (1987-2003). Manuel Vázquez Montalbán concibió el periodismo como una trinchera. Su columna era algo así como un speakers´corner particular. “El periodismo es poder intervenir cuando pasa algo. El periodista reacciona inmediatamente, lo pone por escrito y en poco tiempo está publicado. En las épocas en que no he podido dar mi opinión, he tenido de verdad el mono de participar, un mono que también he sentido cuando he pasado de una sección diaria a una semanal o mensual. Cuando más he disfrutado es cuando he escrito cada día”, explicó en 1992 a la revista Capçalera. Víctima del Franquismo (esa caspa que aún no hemos conseguido eliminar en este país, incluso diría que se ha espesado en los últimos años), dotado de una cultura portentosa, ningún tema le era ajeno al escritor barcelonés. Aunque no siempre estaba de acuerdo con su postura, sus artículos siempre fueron para mí una referencia ineludible y creo que hoy, más que nunca, deberían ser de lectura obligatoria para entender el presente. En 2002, en plena crisis del Prestige, escribe: `Mientras en Europa aseguran estar hartos, hartos de mareas negras, Mariano Rajoy sobrevuela el desastre en helicóptero canturreando negra sombra, negra sombra…”.
Pedro Sorela, otro potente narrador todoterreno, nos habla del oficio de periodista en El sol como disfraz (Alfaguara). Con una prosa certera y con una ironía no exenta de ternura, Sorela nos relata el auge y la caída de un director que llega a un periódico con la aviesa intención de ponerle unas gafas nuevas. Desde hace tiempo La Crónica del Siglo mira la realidad con un ojo vago y la cuenta con el otro, que no anda muy allá. Picasso, el nuevo director, quiere que los periodistas de La Crónica del Siglo observen la realidad con una mirada que se aleje de los tópicos, el cáncer del periodismo y de la literatura. Y para conseguirlo deberá transformar la redacción, un microcosmos donde anidan la vanidad, la envidia, las rencillas sentimentales y la lucha por el poder, aunque sea el de escribir un titular. Un lugar donde se entierran los sueños demasiado pronto porque el tiempo, en los periódicos, corre el doble y envejece el triple.
Sorela sabe bien que, al fin y al cabo, lo que distingue a un buen escritor y a un buen periodista es su mirada. La que tenía Manuel Chaves Nogales. Como redactor de El Heraldo de Madrid, Chaves Nogales inició en agosto de 1928 un viaje en avión por Europa para contar de primera mano y a pie de calle lo que estaba ocurriendo en algunos países, como la Alemania prehitleriana o la Rusia soviética. Los reportajes -ampliados y restauradas las partes amputadas por la censura- se publicaron en forma de libro: La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Lo podemos leer ahora gracias a la editorial Libros del Asteroide, a quien debemos agradecer la reedición de una buena parte de su obra, tanto periodística como literaria.
Ya en el prólogo nos previene el escritor sevillano: “Este libro, de naturaleza exclusivamente periodística, no aumentará en nada el acervo de la cultura contemporánea…El autor, periodista, se ejercita en la técnica para la que se cree más apto, y acepta satisfecho las limitaciones que le impone su oficio, ese oficio que Trotsky llamó, certera y despiadadamente, oficio de “desnatadores de cultura”. El prólogo es un alegato a favor del periodismo que, ya entonces, como hoy mismo, era despreciado por las élites y por la clase media, en un país donde el treinta por ciento de la población era analfabeta. De ahí que la democracia no acabe de cuajar nunca del todo en España.
Lo meritorio de los brillantes reportajes de Chaves Nogales -quien enseguida descubrió las posibilidades que la técnica puede ofrecer al periodista- reside no tanto en que acertara o no en su diagnóstico (“Hoy existe una Alemania republicana que impedirá siempre una recaída en el militarismo”, dice a su paso por el país germano), sino en la verdad que respiran sus palabras, nacidas de la reflexión y del contacto con la vida cotidiana. Un contacto desprejuiciado y sin anteojeras, donde pesa más la comprensión y la empatía humana que el juicio político (impresionante el relato de su encuentro con Ramón Casanellas, asesino de Eduardo Dato). Más que para confirmar sus ideas, Chaves Nogales viaja para descubrir. Y lo que descubre a veces le sorprende.
Valga como ejemplo la síntesis –“seguramente arbitraria”, dice- que este “pequeño burgués” hace de su viaje por la Rusia soviética, diez años después del triunfo bolchevique, cuando Stalin había comenzado a liberarse de sus compañeros de viaje. “Después de haber recorrido Rusia y de haber buscado afanosamente cuanto en pro o en contra de la revolución se ha escrito, yo me atrevo a creer que la postura del hombre auténticamente civilizado no es la de ser comunista o anticomunista, sino la de estar atento al desenvolvimiento de los hechos, pesando y sopesando las responsabilidades de cada uno de los factores que han intervenido en la terrible experiencia que se está haciendo en la carne viva de un pueblo de ciento cuarenta millones de habitantes, sin desechar la posibilidad del alumbramiento de una nueva humanidad, pero sin perder de vista al mismo tiempo que puede haberse errado la senda”.
Creo que en ese “estar atentos” reside la fuerza de su magisterio, lo que debería guiar el trabajo de quienes aún nos asombramos con lo que sucede a nuestro alrededor y sentimos la necesidad de contarlo, de quienes creemos que el periodismo, a pesar de todo, es uno de los oficios más hermosos del mundo y, en ningún caso, una batalla perdida.
¡Nos vemos en septiembre!
Fuente: http://elasombrario.com/2013/08/03/las-batallas-perdidas/
Foto; propia, al paso de la carrera de caballos por delante de la casa de verano de este año.
Se cumple una década de la desaparición del escritor y periodista Manuel Vázquez Montalbán. El autor reivindica su figura y escritura. También recuerda a otros periodistas de trinchera como Pedro Sorela y Manuel Chaves Nogales. Cuando el oficio de periodista se encuentra amenazado por unos medios cada vez más esclavos del dinero y el poder, repasamos a los protagonistas de una época dorada que será difícil recuperar.
Han transcurrido diez años de la muerte de Manuel Vázquez Montalbán y cuando llega el fin de semana aún tengo la inercia de pensar que el lunes me encontraré con su columna en el diario El País, cuando El País era otra cosa. Renovador de la poesía (fue uno de los nueve novísimos de Castellet), de la novela (el auge del género negro en España hubiera sido impensable de no haber existido Pepe Carvalho) y del ensayo (lean su Manifiesto subnormal) sería imposible entender la segunda mitad del siglo XX en España sin el periodista Manuel Vázquez Montalbán. Gracias a Debate tenemos la oportunidad de leer o de releer su obra periodística, desde los inicios en los años sesenta hasta su muerte, que la editorial ha reunido en tres volúmenes: La construcción del columnista (1960-1973), Del humor al desencanto (1974-1986) y Las batallas perdidas (1987-2003). Manuel Vázquez Montalbán concibió el periodismo como una trinchera. Su columna era algo así como un speakers´corner particular. “El periodismo es poder intervenir cuando pasa algo. El periodista reacciona inmediatamente, lo pone por escrito y en poco tiempo está publicado. En las épocas en que no he podido dar mi opinión, he tenido de verdad el mono de participar, un mono que también he sentido cuando he pasado de una sección diaria a una semanal o mensual. Cuando más he disfrutado es cuando he escrito cada día”, explicó en 1992 a la revista Capçalera. Víctima del Franquismo (esa caspa que aún no hemos conseguido eliminar en este país, incluso diría que se ha espesado en los últimos años), dotado de una cultura portentosa, ningún tema le era ajeno al escritor barcelonés. Aunque no siempre estaba de acuerdo con su postura, sus artículos siempre fueron para mí una referencia ineludible y creo que hoy, más que nunca, deberían ser de lectura obligatoria para entender el presente. En 2002, en plena crisis del Prestige, escribe: `Mientras en Europa aseguran estar hartos, hartos de mareas negras, Mariano Rajoy sobrevuela el desastre en helicóptero canturreando negra sombra, negra sombra…”.
Pedro Sorela, otro potente narrador todoterreno, nos habla del oficio de periodista en El sol como disfraz (Alfaguara). Con una prosa certera y con una ironía no exenta de ternura, Sorela nos relata el auge y la caída de un director que llega a un periódico con la aviesa intención de ponerle unas gafas nuevas. Desde hace tiempo La Crónica del Siglo mira la realidad con un ojo vago y la cuenta con el otro, que no anda muy allá. Picasso, el nuevo director, quiere que los periodistas de La Crónica del Siglo observen la realidad con una mirada que se aleje de los tópicos, el cáncer del periodismo y de la literatura. Y para conseguirlo deberá transformar la redacción, un microcosmos donde anidan la vanidad, la envidia, las rencillas sentimentales y la lucha por el poder, aunque sea el de escribir un titular. Un lugar donde se entierran los sueños demasiado pronto porque el tiempo, en los periódicos, corre el doble y envejece el triple.
Sorela sabe bien que, al fin y al cabo, lo que distingue a un buen escritor y a un buen periodista es su mirada. La que tenía Manuel Chaves Nogales. Como redactor de El Heraldo de Madrid, Chaves Nogales inició en agosto de 1928 un viaje en avión por Europa para contar de primera mano y a pie de calle lo que estaba ocurriendo en algunos países, como la Alemania prehitleriana o la Rusia soviética. Los reportajes -ampliados y restauradas las partes amputadas por la censura- se publicaron en forma de libro: La vuelta a Europa en avión. Un pequeño burgués en la Rusia roja. Lo podemos leer ahora gracias a la editorial Libros del Asteroide, a quien debemos agradecer la reedición de una buena parte de su obra, tanto periodística como literaria.
Ya en el prólogo nos previene el escritor sevillano: “Este libro, de naturaleza exclusivamente periodística, no aumentará en nada el acervo de la cultura contemporánea…El autor, periodista, se ejercita en la técnica para la que se cree más apto, y acepta satisfecho las limitaciones que le impone su oficio, ese oficio que Trotsky llamó, certera y despiadadamente, oficio de “desnatadores de cultura”. El prólogo es un alegato a favor del periodismo que, ya entonces, como hoy mismo, era despreciado por las élites y por la clase media, en un país donde el treinta por ciento de la población era analfabeta. De ahí que la democracia no acabe de cuajar nunca del todo en España.
Lo meritorio de los brillantes reportajes de Chaves Nogales -quien enseguida descubrió las posibilidades que la técnica puede ofrecer al periodista- reside no tanto en que acertara o no en su diagnóstico (“Hoy existe una Alemania republicana que impedirá siempre una recaída en el militarismo”, dice a su paso por el país germano), sino en la verdad que respiran sus palabras, nacidas de la reflexión y del contacto con la vida cotidiana. Un contacto desprejuiciado y sin anteojeras, donde pesa más la comprensión y la empatía humana que el juicio político (impresionante el relato de su encuentro con Ramón Casanellas, asesino de Eduardo Dato). Más que para confirmar sus ideas, Chaves Nogales viaja para descubrir. Y lo que descubre a veces le sorprende.
Valga como ejemplo la síntesis –“seguramente arbitraria”, dice- que este “pequeño burgués” hace de su viaje por la Rusia soviética, diez años después del triunfo bolchevique, cuando Stalin había comenzado a liberarse de sus compañeros de viaje. “Después de haber recorrido Rusia y de haber buscado afanosamente cuanto en pro o en contra de la revolución se ha escrito, yo me atrevo a creer que la postura del hombre auténticamente civilizado no es la de ser comunista o anticomunista, sino la de estar atento al desenvolvimiento de los hechos, pesando y sopesando las responsabilidades de cada uno de los factores que han intervenido en la terrible experiencia que se está haciendo en la carne viva de un pueblo de ciento cuarenta millones de habitantes, sin desechar la posibilidad del alumbramiento de una nueva humanidad, pero sin perder de vista al mismo tiempo que puede haberse errado la senda”.
Creo que en ese “estar atentos” reside la fuerza de su magisterio, lo que debería guiar el trabajo de quienes aún nos asombramos con lo que sucede a nuestro alrededor y sentimos la necesidad de contarlo, de quienes creemos que el periodismo, a pesar de todo, es uno de los oficios más hermosos del mundo y, en ningún caso, una batalla perdida.
¡Nos vemos en septiembre!
Fuente: http://elasombrario.com/2013/08/03/las-batallas-perdidas/
Foto; propia, al paso de la carrera de caballos por delante de la casa de verano de este año.
El accidente de tren y una carta de una madre a su hija muerta en dicho accidente.
...se publicaba en un diario gallego una carta de Carolina Besada [1]. Estaba dirigida a su hija fallecida en el accidente de Santiago. También a todos nosotros... y a quien corresponda:
Soy la madre de Carolina Besada Garrido, escribe la señora Garrido, madre de la la joven que falleció a los 18 años en el accidente de tren de Santiago. “Me gustaría hacerles llegar este escrito y les agradecería que le diesen la máxima difusión. Mi hija siempre me dijo que se sentía orgullosa de que fuese una luchadora y sé que no le hubiese gustado que me quedase callada. Esto es en homenaje a ella. A todas aquellas personas que ayudaron a nuestros seres queridos y a nosotros mismos en esos duros momentos quiero decirles que cada uno de sus gestos llenan de calor nuestra alma. Los que se sintieron conmocionados por lo ocurrido han de saber que su empatía nos da fuerza. Todos nos habéis recordado que el mundo está lleno de seres excepcionales. A los que, como nosotros, sienten dolor por su pérdida, les envío un abrazo sincero y todo mi cariño. Pensemos que están en paz y dejemos que el tiempo nos ayude a que su recuerdo nos inunde de amor. Gracias por todos los abrazos, besos y palabras de ánimo sincero que hemos recibido, incluso de personas a las que no conocíamos, anónimas o con "cargos".
Por último, prosigue la madre de la joven fallecida, “quiero dirigirme a los que se creen "importantes" y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes, para "hacerse ver", cuando llevábamos doce horas de angustia, sin saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso pésame porque su cargo o su partido se lo "exigía" (que sepáis que eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones "de arriba" y nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que prefieren "recortar" vidas a tener que renunciar a su coche oficial. Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.
Va por ti, mi niña.”
Se entiende, es comprensible, la referencia al maquinista del tren accidentado.
La anterior es una carta de una mujer luchadora que habla a su hija también luchadora -“va por ti, mi niña”-, una carta en la que habla de seres excepcionales y de otros muchos que desfilan, que simplemente desfilan y posan ante las cámaras...
[1] http://www.farodevigo.es/galicia/2013/07/30/nina/853411.html
Soy la madre de Carolina Besada Garrido, escribe la señora Garrido, madre de la la joven que falleció a los 18 años en el accidente de tren de Santiago. “Me gustaría hacerles llegar este escrito y les agradecería que le diesen la máxima difusión. Mi hija siempre me dijo que se sentía orgullosa de que fuese una luchadora y sé que no le hubiese gustado que me quedase callada. Esto es en homenaje a ella. A todas aquellas personas que ayudaron a nuestros seres queridos y a nosotros mismos en esos duros momentos quiero decirles que cada uno de sus gestos llenan de calor nuestra alma. Los que se sintieron conmocionados por lo ocurrido han de saber que su empatía nos da fuerza. Todos nos habéis recordado que el mundo está lleno de seres excepcionales. A los que, como nosotros, sienten dolor por su pérdida, les envío un abrazo sincero y todo mi cariño. Pensemos que están en paz y dejemos que el tiempo nos ayude a que su recuerdo nos inunde de amor. Gracias por todos los abrazos, besos y palabras de ánimo sincero que hemos recibido, incluso de personas a las que no conocíamos, anónimas o con "cargos".
Por último, prosigue la madre de la joven fallecida, “quiero dirigirme a los que se creen "importantes" y desfilaron ante nuestros ojos para las cámaras, con sus trajes y uniformes, para "hacerse ver", cuando llevábamos doce horas de angustia, sin saber si podríamos volver a abrazar a los nuestros. También al maquinista que, de confirmarse, nos ha destrozado con su irresponsabilidad. A los que vinieron a darnos un falso pésame porque su cargo o su partido se lo "exigía" (que sepáis que eso se transmite; habríais demostrado alguna compasión quedándoos en vuestros lujosos despachos). A los que cedieron a las presiones "de arriba" y nos torturaron prometiendo información que luego no nos daban. A los que prefieren "recortar" vidas a tener que renunciar a su coche oficial. Para deciros que vuestros actos os están pudriendo el corazón, pero que quizá no sea demasiado tarde para que rectifiquéis y colaboréis en hacer de este mundo un lugar en el que lo importante vuelvan a ser las personas.
Va por ti, mi niña.”
Se entiende, es comprensible, la referencia al maquinista del tren accidentado.
La anterior es una carta de una mujer luchadora que habla a su hija también luchadora -“va por ti, mi niña”-, una carta en la que habla de seres excepcionales y de otros muchos que desfilan, que simplemente desfilan y posan ante las cámaras...
[1] http://www.farodevigo.es/galicia/2013/07/30/nina/853411.html
lunes, 5 de agosto de 2013
Los purasangre galopan en Sanlúcar. Las playas del Bajo Guadalquivir, escenario de la carrera de caballos más antigua del país, desde 1845.
Las miles de personas que acudieron este viernes a las playas de Sanlúcar de Barrameda volvieron a sentir el temblor del suelo bajo los cascos de los caballos. Los animales galopaban sobre la arena mojada de la bajamar a orillas del Guadalquivir, con el Coto de Doñana como telón de fondo sobre el que se ponía el sol del ocaso. Es una de esas estampas imprescindibles del verano gaditano que se repite desde hace más de 150 años. Desde 1845, 168 años.
Con el comienzo del primer ciclo de las Carreras de Caballos de Sanlúcar, la competición hípica más antigua de cuantas se celebran en España, se abrió la edición número 168 de esta prueba tan particular. Hasta este domingo, la franja de costa que forman las playas de Bajo de Guía, La Calzada y Las Piletas, acogerá hasta 11 pruebas distintas, a las que acuden lo más granado de turf nacional, tanto en jockeys como en cuadras y monturas. Vienen caballos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Irlanda, Holanda, Portugal, España y algún otro país. El espectáculo es impresionante por el escenario, la hora -la puesta de sol- el paisaje con el río y el mar y el Coto de Doñana enfrente, las miles de personas que acuden, la mayoría en familia, como a una fiesta única de tradición centenaria a la que venían sus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y ahora ellos con sus hijos y nietos. Aparte de la gracia del habla de los andaluces, se ven detalles curiosos como las casetas de apuestas infantiles (20 céntimos máximo) que ya forman parte de la tradición y se apuesta al caballo que pasa primero por una raya en esa zona de la caseta. Han sido declaradas de Interés Turístico Internacional.
Las competiciones se celebran entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, aprovechando los días de las mareas bajas vespertinas que coinciden con fines de semana del mes de agosto. La retirada del agua, en estas playas de la desembocadura del Guadalquivir, permite formar un hipódromo natural en la orilla, sobre la que galopan entre cuatro y 12 purasangre por mangas que recorren distancias que van de los 1.400, 1.600 y hasta los 1.800 metros. El cajón de salida se coloca cercano a Bajo de Guía, y la llegada, en la zona de Las Piletas. Allí es donde la Sociedad Carreras de Caballos de Sanlúcar, organizadora del evento, erige unas carpas que sirven para distintas feria de muestra y de recinto acotado para que los numerosos patrocinadores de las pruebas agasajen a sus invitados. “Es un espectáculo único”, presume el presidente de la sociedad, Rafael Hidalgo.
Pero en el brazo de arena seca, en bañador, tras las mallas de seguridad que coloca la Guardia Civil, es donde se viven con más intensidad las carreras. Allí es donde centenares de niños de la localidad colocan sus casetas de apuestas. Se trata de tenderetes de plástico, madera o cartón, cada vez más elaborados, ya que hay un concurso municipal, donde los niños y adultos pueden apostar céntimos de euro por caballo. Y la tensión es mayor porque el ejemplar que gana no es el que antes llega a la meta, sino el primero que pasa a la altura de la caseta donde se ha apostado. Los debates cuando pasa un grupo apretado de caballos forma también parte de la salsa de esta fiesta.
Por supuesto, al ser una competición dentro del circuito hípico nacional, también hay apuestas oficiales y grandes bolsas para las yeguadas y jinetes vencedores. Este año la organización entregará un total de 150.000 euros en premios en los dos ciclos de carreras. El segundo tendrá lugar los días 16, 17 y 18 de agosto, que será cuando se corran los tres Grandes Premios de esta temporada.
Este fin de semana el Estado y el Ayuntamiento despliegan un dispositivo que integra a unas 200 personas para velar por la seguridad del evento. Se calcula que cada día entre 25.000 y 35.000 aficionados contemplan las competiciones, que este viernes han recibido el premio Andalucía de los Deportes 2012 que concede la Junta. Fuente: El País.Y propia.
Con el comienzo del primer ciclo de las Carreras de Caballos de Sanlúcar, la competición hípica más antigua de cuantas se celebran en España, se abrió la edición número 168 de esta prueba tan particular. Hasta este domingo, la franja de costa que forman las playas de Bajo de Guía, La Calzada y Las Piletas, acogerá hasta 11 pruebas distintas, a las que acuden lo más granado de turf nacional, tanto en jockeys como en cuadras y monturas. Vienen caballos de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Irlanda, Holanda, Portugal, España y algún otro país. El espectáculo es impresionante por el escenario, la hora -la puesta de sol- el paisaje con el río y el mar y el Coto de Doñana enfrente, las miles de personas que acuden, la mayoría en familia, como a una fiesta única de tradición centenaria a la que venían sus abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y ahora ellos con sus hijos y nietos. Aparte de la gracia del habla de los andaluces, se ven detalles curiosos como las casetas de apuestas infantiles (20 céntimos máximo) que ya forman parte de la tradición y se apuesta al caballo que pasa primero por una raya en esa zona de la caseta. Han sido declaradas de Interés Turístico Internacional.
Las competiciones se celebran entre las siete de la tarde y las nueve de la noche, aprovechando los días de las mareas bajas vespertinas que coinciden con fines de semana del mes de agosto. La retirada del agua, en estas playas de la desembocadura del Guadalquivir, permite formar un hipódromo natural en la orilla, sobre la que galopan entre cuatro y 12 purasangre por mangas que recorren distancias que van de los 1.400, 1.600 y hasta los 1.800 metros. El cajón de salida se coloca cercano a Bajo de Guía, y la llegada, en la zona de Las Piletas. Allí es donde la Sociedad Carreras de Caballos de Sanlúcar, organizadora del evento, erige unas carpas que sirven para distintas feria de muestra y de recinto acotado para que los numerosos patrocinadores de las pruebas agasajen a sus invitados. “Es un espectáculo único”, presume el presidente de la sociedad, Rafael Hidalgo.
Pero en el brazo de arena seca, en bañador, tras las mallas de seguridad que coloca la Guardia Civil, es donde se viven con más intensidad las carreras. Allí es donde centenares de niños de la localidad colocan sus casetas de apuestas. Se trata de tenderetes de plástico, madera o cartón, cada vez más elaborados, ya que hay un concurso municipal, donde los niños y adultos pueden apostar céntimos de euro por caballo. Y la tensión es mayor porque el ejemplar que gana no es el que antes llega a la meta, sino el primero que pasa a la altura de la caseta donde se ha apostado. Los debates cuando pasa un grupo apretado de caballos forma también parte de la salsa de esta fiesta.
Por supuesto, al ser una competición dentro del circuito hípico nacional, también hay apuestas oficiales y grandes bolsas para las yeguadas y jinetes vencedores. Este año la organización entregará un total de 150.000 euros en premios en los dos ciclos de carreras. El segundo tendrá lugar los días 16, 17 y 18 de agosto, que será cuando se corran los tres Grandes Premios de esta temporada.
Este fin de semana el Estado y el Ayuntamiento despliegan un dispositivo que integra a unas 200 personas para velar por la seguridad del evento. Se calcula que cada día entre 25.000 y 35.000 aficionados contemplan las competiciones, que este viernes han recibido el premio Andalucía de los Deportes 2012 que concede la Junta. Fuente: El País.Y propia.
El suicidio de la izquierda italiana (1991-2013)
Jordi Córdoba
La izquierda comunista italiana de los años setenta y ochenta, heredera de Antonio Gramsci y de Palmiro Togliatti, fue la más poderosa de toda Europa occidental, con un Partido Comunista (PCI) que, bajo la dirección de Enrico Berlinguer, se aproximaba al 35% de los votos en 1976, mientras el Partido Socialista de Bettino Craxi apenas superaba el 10-15%, y otros grupos socialdemócratas y de la izquierda revolucionaria como Democracia Proletaria estaban también presentes en el Parlamento.
Sin embargo, en 1991, Achille Occhetto, entonces secretario general del PCI, promovió la renuncia al marxismo, la disolución del partido y la creación del nuevo Partido Democrático de la Izquierda (Partito Democratico della Sinistra, PDS), que se integró en el grupo socialista del Parlamento Europeo y en la Internacional Socialista, organismo donde, según Massimo d'Alema, sucesor de Occhetto al frente del partido, se producía "la auténtica innovación de la izquierda" (sic). En la práctica, el PDS cayó en un reformismo más cercano al Partido Laborista de Tony Blair que a la socialdemocracia nórdica o incluso mediterránea, optando por un programa de carácter claramente social-liberal. El PDS dejó de ser una alternativa de transformación social desde la izquierda, como había sido el PCI, para convertirse en una máquina electoral preparada para conquistar, por fin, la mayoría parlamentaria y llegar al gobierno, lo que se produjo durante diferentes periodos a partir de 1996.
No es extraño que, en esta situación, una parte del disuelto PCI no aceptara esta vía y, junto con la Democracia Proletaria y otros grupos menores formara, el mismo año 1991, el Partido de la Refundación Comunista (Rifondazione Comunista), liderado inicialmente por Fausto Bertinotti y Armando Cossutta, que llegaría al 8,5% de votos y 69 diputados en 1996, y encabezaría la fundación del nuevo Partido de la Izquierda Europea.
En 1998, el PDS evolucionó hacia la nueva formación Demócratas de Izquierda (Democratici di Sinistra, DS) acercándose, primero con Walter Veltroni y después con Piero Fassino, a los centristas de Romano Prodi (Democrazia è Libertà - La Margherita), para acabar constituyendo juntos en 2007 el nuevo Partido Democrático (Partito Democratico, PD) que ya no se consideraba ni siquiera de izquierdas, tal y como afirmó el propio Veltroni ("no somos de izquierdas, somos progresistas"). En los últimos tiempos, el PD del recientemente dimitido Pier Luigi Bersani, cada vez más en la línea del Partido Demócrata estadounidense, ya no forma parte de la Internacional Socialista ni del Partido de los Socialistas Europeos, y tan solo se ha integrado en el grupo parlamentario europeo a condición de que adoptara el nombre de Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. El historial del propio Enrico Letta, hasta hace poco vicesecretario del partido y nuevo presidente del gobierno italiano, no es precisamente el de una persona de izquierdas: antiguo miembro de la Democracia Cristina, ex secretario general de los jóvenes del Partido Popular Europeo o ex vicesecretario del Partido Popular Italiano, entre otros cargos. Por tanto, los pactos de gobierno con el centra-derecha de Mario Monti y la derecha pura y dura de Sílvio Berlusconi están muy lejos de ser un acuerdo entre la izquierda, la derecha y el centro, como han afirmado algunos medios, una interpretación que no se ajusta en absoluto a la realidad.
Lamentablemente, la izquierda comunista ha ido sufriendo diferentes rupturas que, junto con los antidemocráticos cambios de la ley electoral por parte de Berlusconi, han provocado su desaparición del arco parlamentario, a pesar de la constitución de diferentes coaliciones como la de La Izquierda (La Sinistra - El Arcobaleno) en 2007, encabezada aún por Bertinotti, o la más reciente de Revolución Civil (Rivoluzione Civile), liderada por Antonio Ingroia y formada por Refundación Comunista, liderada actualmente por Paolo Ferrero, el Partido de los Comunistas, de Oliviero Diliberto, Italia de los Valores, del juez Antonio Di Pietro, los Verdes y otros grupos menores, y que tampoco ha logrado representación parlamentaria, a pesar de obtener más de 750.000 votos. En de la izquierda propiamente dicha, sólo Izquierda, ecología y libertad (Sinistra, ecología e libertà), liderada por Nichi Vendola, ha podido llegar al Parlamento, a pesar de no superar la barrera del 4% los votos, gracias a formar parte de una más que cuestionable coalición con Bersani y el Partido Democrático.
La izquierda comunista italiana de los años setenta y ochenta, heredera de Antonio Gramsci y de Palmiro Togliatti, fue la más poderosa de toda Europa occidental, con un Partido Comunista (PCI) que, bajo la dirección de Enrico Berlinguer, se aproximaba al 35% de los votos en 1976, mientras el Partido Socialista de Bettino Craxi apenas superaba el 10-15%, y otros grupos socialdemócratas y de la izquierda revolucionaria como Democracia Proletaria estaban también presentes en el Parlamento.
Sin embargo, en 1991, Achille Occhetto, entonces secretario general del PCI, promovió la renuncia al marxismo, la disolución del partido y la creación del nuevo Partido Democrático de la Izquierda (Partito Democratico della Sinistra, PDS), que se integró en el grupo socialista del Parlamento Europeo y en la Internacional Socialista, organismo donde, según Massimo d'Alema, sucesor de Occhetto al frente del partido, se producía "la auténtica innovación de la izquierda" (sic). En la práctica, el PDS cayó en un reformismo más cercano al Partido Laborista de Tony Blair que a la socialdemocracia nórdica o incluso mediterránea, optando por un programa de carácter claramente social-liberal. El PDS dejó de ser una alternativa de transformación social desde la izquierda, como había sido el PCI, para convertirse en una máquina electoral preparada para conquistar, por fin, la mayoría parlamentaria y llegar al gobierno, lo que se produjo durante diferentes periodos a partir de 1996.
No es extraño que, en esta situación, una parte del disuelto PCI no aceptara esta vía y, junto con la Democracia Proletaria y otros grupos menores formara, el mismo año 1991, el Partido de la Refundación Comunista (Rifondazione Comunista), liderado inicialmente por Fausto Bertinotti y Armando Cossutta, que llegaría al 8,5% de votos y 69 diputados en 1996, y encabezaría la fundación del nuevo Partido de la Izquierda Europea.
En 1998, el PDS evolucionó hacia la nueva formación Demócratas de Izquierda (Democratici di Sinistra, DS) acercándose, primero con Walter Veltroni y después con Piero Fassino, a los centristas de Romano Prodi (Democrazia è Libertà - La Margherita), para acabar constituyendo juntos en 2007 el nuevo Partido Democrático (Partito Democratico, PD) que ya no se consideraba ni siquiera de izquierdas, tal y como afirmó el propio Veltroni ("no somos de izquierdas, somos progresistas"). En los últimos tiempos, el PD del recientemente dimitido Pier Luigi Bersani, cada vez más en la línea del Partido Demócrata estadounidense, ya no forma parte de la Internacional Socialista ni del Partido de los Socialistas Europeos, y tan solo se ha integrado en el grupo parlamentario europeo a condición de que adoptara el nombre de Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas. El historial del propio Enrico Letta, hasta hace poco vicesecretario del partido y nuevo presidente del gobierno italiano, no es precisamente el de una persona de izquierdas: antiguo miembro de la Democracia Cristina, ex secretario general de los jóvenes del Partido Popular Europeo o ex vicesecretario del Partido Popular Italiano, entre otros cargos. Por tanto, los pactos de gobierno con el centra-derecha de Mario Monti y la derecha pura y dura de Sílvio Berlusconi están muy lejos de ser un acuerdo entre la izquierda, la derecha y el centro, como han afirmado algunos medios, una interpretación que no se ajusta en absoluto a la realidad.
Lamentablemente, la izquierda comunista ha ido sufriendo diferentes rupturas que, junto con los antidemocráticos cambios de la ley electoral por parte de Berlusconi, han provocado su desaparición del arco parlamentario, a pesar de la constitución de diferentes coaliciones como la de La Izquierda (La Sinistra - El Arcobaleno) en 2007, encabezada aún por Bertinotti, o la más reciente de Revolución Civil (Rivoluzione Civile), liderada por Antonio Ingroia y formada por Refundación Comunista, liderada actualmente por Paolo Ferrero, el Partido de los Comunistas, de Oliviero Diliberto, Italia de los Valores, del juez Antonio Di Pietro, los Verdes y otros grupos menores, y que tampoco ha logrado representación parlamentaria, a pesar de obtener más de 750.000 votos. En de la izquierda propiamente dicha, sólo Izquierda, ecología y libertad (Sinistra, ecología e libertà), liderada por Nichi Vendola, ha podido llegar al Parlamento, a pesar de no superar la barrera del 4% los votos, gracias a formar parte de una más que cuestionable coalición con Bersani y el Partido Democrático.
Deuda, austeridad y devastación. Llegó el turno de Europa
Susan George
Transnational Institute (TNI)
Traducido por Beatriz Martínez para Transnational Institute.
Al igual que la peste en el siglo XIV, el azote de la deuda ha ido migrando paulatinamente del Sur al Norte. La Yersinia pestis del siglo XXI no se propaga a través de las ratas infestadas de pulgas, sino del letal fundamentalismo neoliberal, infestado de ideología. Antes, sus adalides tenían nombres como Thatcher o Reagan; ahora suenan más bien a Merkel o Barroso. Pero el mensaje, la mentalidad y la medicina prescrita son básicamente los mismos. La devastación provocada por ambas plagas también es similar. Sin duda, se registran menos muertes relacionadas con la deuda en Europa hoy en día que en África hace tres décadas, pero seguramente se está causando un daño más permanente a lo que en su día fueron las prósperas economías europeas.
Los fieles –y más veteranos– lectores de la revista New Internationalist recordarán la temida expresión ‘ajuste estructural’. ‘Ajuste’ era el eufemismo para el paquete de recetas económicas impuestas por los ricos países acreedores del Norte a otros menos desarrollados en lo que entonces llamábamos ‘el Tercer Mundo’. Una gran parte de estos países había pedido prestado demasiado dinero para demasiados fines improductivos. A veces, los líderes se limitaban a ingresar los créditos en sus cuentas privadas (recordemos a Mobutu o Marcos) y endeudar aún más a sus países. Devolver los préstamos en pesos, reales, cedis u otras ‘monedas raras’ era inaceptable; los acreedores querían dólares, libras esterlinas y marcos alemanes.
Además, los líderes del Sur habían suscrito los préstamos a tipos de interés variable, que al principio eran bajos pero que subieron a niveles astronómicos a partir de 1981, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos puso fin a la era del dinero barato. Cuando países como México amenazaron con no pagar la deuda, cundió el pánico entre los ministros de Economía de los países acreedores, los grandes banqueros y los burócratas internacionales, que se pasaron unos cuantos fines de semanas sin dormir, alimentándose con comida para llevar e improvisando planes de emergencia.
Plus ça change, plus c’est la même chose.* Pasadas unas décadas, aún se suceden las reuniones de crisis, esta vez en Bruselas y, pese a algunas variaciones, la respuesta es idéntica: solo consigues un rescate si te comprometes a seguir una serie de estrictas exigencias. En su día, estas se hacían eco del neoliberal ‘consenso de Washington’; ahora se denominan, más acertadamente, ‘paquetes de austeridad’, pero ambas requieren las mismas medidas. Firme aquí, por favor, con sangre.
Para el Sur, los contratos rezaban: ‘Limiten la producción de alimentos y dedíquense a cultivos comerciales rentables. Privaticen las empresas estatales y abran actividades lucrativas a las compañías transnacionales extranjeras, sobre todo en el sector de las materias primas y las industrias extractivas, la silvicultura y la pesca. Reduzcan drásticamente el crédito, y eliminen los subsidios y las prestaciones sociales. Presenten propuestas para el pago de la salud y la educación. Economicen y obtengan divisas fuertes a través del comercio. Su principal responsabilidad es para con los acreedores, no para con su pueblo’.
Ahora llegó el turno de Europa. A los países del sur de Europa y a Irlanda no se les deja de repetir: ‘Han estado viviendo por encima de sus posibilidades. Ahora les toca pagar’. Los Gobiernos aceptan órdenes dócilmente y sus ciudadanos y ciudadanas suelen asumir que deben pagar la deuda de inmediato porque la deuda de un Estado soberano es exactamente igual que la deuda de una familia. Pero no lo es; un Gobierno acumula deuda emitiendo bonos en los mercados financieros. Esos bonos son adquiridos fundamentalmente por inversores institucionales, como bancos, que reciben un pago anual de intereses: bajo cuando el riesgo de impago es bajo y alto cuando dicho riesgo también lo es. Es totalmente normal, deseable e incluso necesario que un país tenga una deuda que plantee cero problemas y que genere muchos beneficios si el dinero se invierte con prudencia y a largo plazo en actividades productivas como educación, salud, prestaciones sociales, infraestructuras sólidas y similares.
En efecto, cuanto mayor es el porcentaje de gasto público en el presupuesto de un Gobierno, más elevado es el nivel de vida y más empleos se crean, incluido en el sector privado. Esta norma se ha visto confirmada sin falta desde que se apuntó a la correlación entre la inversión pública y el bienestar nacional por primera vez, a fines del siglo XIX.
Lógicamente, el dinero prestado también se puede derrochar y gastar sin ton ni son, y los beneficios pueden repartirse injustamente. La gran diferencia entre el presupuesto de una familia y el de un Estado es que los Estados no desaparecen sin más, como una compañía en bancarrota. Las inversiones productivas y bien gestionadas que se financian con el dinero que toman prestado los Gobiernos deberían entenderse, en general, como algo bueno.
Los números mágicos
En 1992, los países europeos votaron ciegamente ‘sí’ al Tratado de Maastricht, que debido a la insistencia de Alemania incluía dos números mágicos: el 3 y el 60. Nunca dejes que tu déficit presupuestario supere el tres por ciento; nunca contraigas una deuda pública que supere el 60 por ciento de tu producto interior bruto ( PIB ).** ¿Por qué no el 2 o el 4 por ciento, o el 55 y el 65? Nadie lo sabe, salvo quizá algún vetusto burócrata que andaba por allí, pero estos números se han convertido en las Tablas de la Ley.
En 2010, dos famosos economistas anunciaron que, por encima del 90 por ciento del PIB , la deuda acarrearía problemas a un país y su PIB se contraería. Es algo que suena lógico porque el pago de los intereses se comería un porcentaje mayor del presupuesto. Sin embargo, en abril de 2013, un estudiante de doctorado norteamericano intentó replicar sus resultados y se encontró con que no podía. Usando las mismas cifras, obtenía un resultado positivo para el PIB, que aún seguiría aumentando en más de un dos por ciento al año. El tándem de economistas famosos –y ahora también avergonzados– tuvo que admitir que había sido víctima del Excel y que habían colocado mal una coma.
Incluso el Fondo Monetario Internacional ha confesado errores parecidos, esta vez sobre el tema de los recortes y las medidas de austeridad. Ahora sabemos –porque el Fondo ha sido lo bastante sincero como para explicárnoslo–, que los recortes perjudicarían al PIB dos o tres veces más de lo previsto en un principio. Europa debería tomárselo con calma, dice el FMI y no ‘conducir la economía pisando el freno’. El límite mágico del 60 por ciento del PIB en la deuda es ahora más sagrado que el límite del tres por ciento para el déficit; las políticas, sin embargo, siguen siendo las mismas, ya que los halcones neoliberales aprovechan cualquier atisbo de prueba dudosa que parezca promover su causa.
Nos enfrentamos a dos preguntas básicas. La primera sería por qué aumentó la deuda de los países europeos de forma tan pronunciada después de que estallara la crisis en 2007. En apenas cuatro años, entre 2006 y 2010, la deuda se disparó en más de un 75 por ciento en Gran Bretaña y Grecia, un 59 por ciento en España y una cifra récord del 276 por ciento en Irlanda, donde el Gobierno anunció que se haría responsable de todas las deudas de todos los bancos privados del país. El pueblo irlandés, por lo tanto, asumiría la falta de responsabilidad de los banqueros irlandeses. Gran Bretaña hizo lo mismo, aunque en menor medida. Los beneficios se privatizan y las pérdidas se socializan.
Así pues, los ciudadanos y las ciudadanas deben pagar por la austeridad, mientras que los banqueros y otros inversores que adquirieron los bonos del país o productos financieros tóxicos no aportan nada. Después de la crisis de 2007, el PIB de los países europeos cayó un promedio del cinco por ciento y los Gobiernos tuvieron que compensar. El incremento de los fracasos empresariales y el desempleo masivo significaban también más gastos para los Gobiernos justo en el momento en que estaban recaudando menos a través de los impuestos.
La nueva moralidad
El estancamiento económico sale caro. El aumento de los gastos y la bajada de los ingresos se traduce en una única respuesta: solicitar más préstamos. Rescatar a los bancos y asumir las consecuencias de la crisis que estos crearon son el principal motivo de la crisis de la deuda y, por lo tanto, de la dura austeridad que se impone hoy en día. La gente no estaba ‘viviendo por encima de sus posibilidades’, pero es evidente que el lema de la nueva moralidad es ‘castiguemos a los inocentes y recompensemos a los culpables’.
Esto no es una defensa de las políticas ineptas ni corruptas, como las que permitieron que se inflara la burbuja inmobiliaria en España o que la clase política griega contratara a un gran número de nuevos funcionarios después de cada elección. Los griegos tienen un presupuesto militar hinchado y se niegan, inexcusablemente, a gravar a los grandes magnates navieros y a la Iglesia, la mayor titular de propiedades del país. Pero si la bañera pierde agua y la pintura del salón se está cayendo, ¿qué haces? ¿Quemas toda la casa o arreglas las tuberías y vuelves a pintar?
Las consecuencias humanas de la austeridad son ineludibles y bien conocidas: los jubilados rebuscan en los contenedores de basura a mitad de mes esperando encontrar algo que llevarse a la boca; los y las jóvenes de talento y con formación de Italia, Portugal y España huyen de su país mientras la tasa de desempleo para su grupo de edad alcanza el 50 por ciento; a las familias se les impone una carga insoportable; la violencia contra las mujeres aumenta con el incremento de la pobreza y la angustia; los hospitales carecen de fármacos básicos y de personal; las escuelas y los servicios públicos se deterioran o desaparecen. A la naturaleza también se le pasa factura: no se invierte nada en revertir la crisis climática ni en poner fin a la destrucción del medio ambiente. Es demasiado caro. Como sucede con todo lo demás, ahora no nos lo podemos permitir.
Conocemos bien las repercusiones, el resultado de lo que la canciller alemana Angela Merkel denomina políticas de ‘austeridad expansionista’. Según esta teoría neoliberal, los mercados ‘se tranquilizarán’ con políticas estrictas y volverán a invertir en los países disciplinados. Pero esto no ha sucedido. Y por todo el sur de Europa están empezando a aparecer imágenes de Merkel decoradas con esvásticas.
Muchos alemanes piensan que están ayudando a Grecia y quieren dejar de hacerlo. En realidad, casi todo el dinero del rescate está siguiendo un circuito cerrado: las aportaciones de los Gobiernos de la UE realizadas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad se han vuelto a canalizar a través del Banco Central y los bancos privados de Grecia hacia bancos británicos, alemanes y franceses que habían adquirido eurobonos griegos para obtener un rendimiento más alto. Sería más sencillo entregar el dinero de los contribuyentes europeos directamente a los bancos, si no fuera porque los contribuyentes podrían darse cuenta del truco. ¿Por qué montar un drama psicológico en torno al dos por ciento (Grecia) o al 0,4 por ciento (Chipre) de la economía europea? Un cínico podría contestar: ‘Muy sencillo. Para asegurar la reelección de la señora Merkel en septiembre’.
La segunda pregunta básica es por qué seguimos aplicando políticas que son perjudiciales y no funcionan. Esta catástrofe de creación propia puede verse desde dos puntos de vista. Economistas laureados y de renombre como Paul Krugman o Joseph Stiglitz opinan que los líderes europeos sufren de encefalograma plano, muestran una total ignorancia en materia de economía y están abocados a un innecesario suicidio económico. Otros analistas apuntan que los recortes se ajustan perfectamente a los deseos de entidades como la Mesa Redonda Europea de Industriales y BusinessEurope: recortar salarios y prestaciones, debilitar a los sindicatos, privatizar todo lo que se ponga a tiro, etcétera. A medida que han ido aumentando las desigualdades, a las elites no les ha ido nada mal. En estos momentos, hay más ‘particulares con un elevado patrimonio neto’ y con una fortuna colectiva mucho mayor que en el punto álgido de la crisis en 2008. Hace cinco años, se contabilizan en todo el mundo 8,6 millones de particulares de este tipo, con una liquidez conjunta valorada en 39 billones de dólares estadounidenses. Hoy en día, este grupo llega a los 11 millones de personas, con activos por valor de 42 billones de dólares. Las pequeñas empresas caen en tropel, pero las grandes compañías disponen de ingentes sumas de efectivo y están sacando el mayor partido posible de los paraísos fiscales. No ven ningún motivo para dejarlo ahí.
Esta crisis no está afectando a todo el mundo y los líderes europeos no son más necios que sus homólogos en otros países. Si que están, no obstante, totalmente sometidos a los deseos de las grandes finanzas y las grandes corporaciones. Sin duda, la ideología neoliberal desempeña un papel clave en su programa, pero sirve especialmente para emitir densas cortinas de humo y falsas explicaciones y justificaciones, con el fin de que las personas crean que ‘no hay alternativa’. No es cierto: los bancos se podrían haber socializado y transformado en servicios públicos, del mismo modo que cualquier otro organismo que funciona con dinero público. Se podrían haber cerrado los paraísos fiscales, aplicado impuestos a las transacciones financieras y adoptado muchas otras medidas. Pero estas propuestas, a ojos del neoliberalismo, son una herejía (aunque 11 países de la eurozona empezarán a gravar las transacciones financieras a partir de 2014).
Soy una ferviente europea y deseo que Europa prospere, pero esto no es Europa. En contra de nuestra voluntad, se nos ha arrastrado a una guerra de clases. La única respuesta que le queda a la ciudadanía está en el conocimiento y la unidad. Lo que ha impuesto el 1 por ciento puede ser revocado por el 99 por ciento. Pero más vale que nos demos prisa: el tiempo se está agotando.
* ‘Cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.’
** La deuda pública es dinero que un Gobierno debe en forma de préstamos obtenidos en los mercados financieros más que mediante otras modalidades de empréstito. Fuente: http://www.tni.org/es/article/deuda-austeridad-y-devastacion
Transnational Institute (TNI)
Traducido por Beatriz Martínez para Transnational Institute.
Al igual que la peste en el siglo XIV, el azote de la deuda ha ido migrando paulatinamente del Sur al Norte. La Yersinia pestis del siglo XXI no se propaga a través de las ratas infestadas de pulgas, sino del letal fundamentalismo neoliberal, infestado de ideología. Antes, sus adalides tenían nombres como Thatcher o Reagan; ahora suenan más bien a Merkel o Barroso. Pero el mensaje, la mentalidad y la medicina prescrita son básicamente los mismos. La devastación provocada por ambas plagas también es similar. Sin duda, se registran menos muertes relacionadas con la deuda en Europa hoy en día que en África hace tres décadas, pero seguramente se está causando un daño más permanente a lo que en su día fueron las prósperas economías europeas.
Los fieles –y más veteranos– lectores de la revista New Internationalist recordarán la temida expresión ‘ajuste estructural’. ‘Ajuste’ era el eufemismo para el paquete de recetas económicas impuestas por los ricos países acreedores del Norte a otros menos desarrollados en lo que entonces llamábamos ‘el Tercer Mundo’. Una gran parte de estos países había pedido prestado demasiado dinero para demasiados fines improductivos. A veces, los líderes se limitaban a ingresar los créditos en sus cuentas privadas (recordemos a Mobutu o Marcos) y endeudar aún más a sus países. Devolver los préstamos en pesos, reales, cedis u otras ‘monedas raras’ era inaceptable; los acreedores querían dólares, libras esterlinas y marcos alemanes.
Además, los líderes del Sur habían suscrito los préstamos a tipos de interés variable, que al principio eran bajos pero que subieron a niveles astronómicos a partir de 1981, cuando la Reserva Federal de los Estados Unidos puso fin a la era del dinero barato. Cuando países como México amenazaron con no pagar la deuda, cundió el pánico entre los ministros de Economía de los países acreedores, los grandes banqueros y los burócratas internacionales, que se pasaron unos cuantos fines de semanas sin dormir, alimentándose con comida para llevar e improvisando planes de emergencia.
Plus ça change, plus c’est la même chose.* Pasadas unas décadas, aún se suceden las reuniones de crisis, esta vez en Bruselas y, pese a algunas variaciones, la respuesta es idéntica: solo consigues un rescate si te comprometes a seguir una serie de estrictas exigencias. En su día, estas se hacían eco del neoliberal ‘consenso de Washington’; ahora se denominan, más acertadamente, ‘paquetes de austeridad’, pero ambas requieren las mismas medidas. Firme aquí, por favor, con sangre.
Para el Sur, los contratos rezaban: ‘Limiten la producción de alimentos y dedíquense a cultivos comerciales rentables. Privaticen las empresas estatales y abran actividades lucrativas a las compañías transnacionales extranjeras, sobre todo en el sector de las materias primas y las industrias extractivas, la silvicultura y la pesca. Reduzcan drásticamente el crédito, y eliminen los subsidios y las prestaciones sociales. Presenten propuestas para el pago de la salud y la educación. Economicen y obtengan divisas fuertes a través del comercio. Su principal responsabilidad es para con los acreedores, no para con su pueblo’.
Ahora llegó el turno de Europa. A los países del sur de Europa y a Irlanda no se les deja de repetir: ‘Han estado viviendo por encima de sus posibilidades. Ahora les toca pagar’. Los Gobiernos aceptan órdenes dócilmente y sus ciudadanos y ciudadanas suelen asumir que deben pagar la deuda de inmediato porque la deuda de un Estado soberano es exactamente igual que la deuda de una familia. Pero no lo es; un Gobierno acumula deuda emitiendo bonos en los mercados financieros. Esos bonos son adquiridos fundamentalmente por inversores institucionales, como bancos, que reciben un pago anual de intereses: bajo cuando el riesgo de impago es bajo y alto cuando dicho riesgo también lo es. Es totalmente normal, deseable e incluso necesario que un país tenga una deuda que plantee cero problemas y que genere muchos beneficios si el dinero se invierte con prudencia y a largo plazo en actividades productivas como educación, salud, prestaciones sociales, infraestructuras sólidas y similares.
En efecto, cuanto mayor es el porcentaje de gasto público en el presupuesto de un Gobierno, más elevado es el nivel de vida y más empleos se crean, incluido en el sector privado. Esta norma se ha visto confirmada sin falta desde que se apuntó a la correlación entre la inversión pública y el bienestar nacional por primera vez, a fines del siglo XIX.
Lógicamente, el dinero prestado también se puede derrochar y gastar sin ton ni son, y los beneficios pueden repartirse injustamente. La gran diferencia entre el presupuesto de una familia y el de un Estado es que los Estados no desaparecen sin más, como una compañía en bancarrota. Las inversiones productivas y bien gestionadas que se financian con el dinero que toman prestado los Gobiernos deberían entenderse, en general, como algo bueno.
Los números mágicos
En 1992, los países europeos votaron ciegamente ‘sí’ al Tratado de Maastricht, que debido a la insistencia de Alemania incluía dos números mágicos: el 3 y el 60. Nunca dejes que tu déficit presupuestario supere el tres por ciento; nunca contraigas una deuda pública que supere el 60 por ciento de tu producto interior bruto ( PIB ).** ¿Por qué no el 2 o el 4 por ciento, o el 55 y el 65? Nadie lo sabe, salvo quizá algún vetusto burócrata que andaba por allí, pero estos números se han convertido en las Tablas de la Ley.
En 2010, dos famosos economistas anunciaron que, por encima del 90 por ciento del PIB , la deuda acarrearía problemas a un país y su PIB se contraería. Es algo que suena lógico porque el pago de los intereses se comería un porcentaje mayor del presupuesto. Sin embargo, en abril de 2013, un estudiante de doctorado norteamericano intentó replicar sus resultados y se encontró con que no podía. Usando las mismas cifras, obtenía un resultado positivo para el PIB, que aún seguiría aumentando en más de un dos por ciento al año. El tándem de economistas famosos –y ahora también avergonzados– tuvo que admitir que había sido víctima del Excel y que habían colocado mal una coma.
Incluso el Fondo Monetario Internacional ha confesado errores parecidos, esta vez sobre el tema de los recortes y las medidas de austeridad. Ahora sabemos –porque el Fondo ha sido lo bastante sincero como para explicárnoslo–, que los recortes perjudicarían al PIB dos o tres veces más de lo previsto en un principio. Europa debería tomárselo con calma, dice el FMI y no ‘conducir la economía pisando el freno’. El límite mágico del 60 por ciento del PIB en la deuda es ahora más sagrado que el límite del tres por ciento para el déficit; las políticas, sin embargo, siguen siendo las mismas, ya que los halcones neoliberales aprovechan cualquier atisbo de prueba dudosa que parezca promover su causa.
Nos enfrentamos a dos preguntas básicas. La primera sería por qué aumentó la deuda de los países europeos de forma tan pronunciada después de que estallara la crisis en 2007. En apenas cuatro años, entre 2006 y 2010, la deuda se disparó en más de un 75 por ciento en Gran Bretaña y Grecia, un 59 por ciento en España y una cifra récord del 276 por ciento en Irlanda, donde el Gobierno anunció que se haría responsable de todas las deudas de todos los bancos privados del país. El pueblo irlandés, por lo tanto, asumiría la falta de responsabilidad de los banqueros irlandeses. Gran Bretaña hizo lo mismo, aunque en menor medida. Los beneficios se privatizan y las pérdidas se socializan.
Así pues, los ciudadanos y las ciudadanas deben pagar por la austeridad, mientras que los banqueros y otros inversores que adquirieron los bonos del país o productos financieros tóxicos no aportan nada. Después de la crisis de 2007, el PIB de los países europeos cayó un promedio del cinco por ciento y los Gobiernos tuvieron que compensar. El incremento de los fracasos empresariales y el desempleo masivo significaban también más gastos para los Gobiernos justo en el momento en que estaban recaudando menos a través de los impuestos.
La nueva moralidad
El estancamiento económico sale caro. El aumento de los gastos y la bajada de los ingresos se traduce en una única respuesta: solicitar más préstamos. Rescatar a los bancos y asumir las consecuencias de la crisis que estos crearon son el principal motivo de la crisis de la deuda y, por lo tanto, de la dura austeridad que se impone hoy en día. La gente no estaba ‘viviendo por encima de sus posibilidades’, pero es evidente que el lema de la nueva moralidad es ‘castiguemos a los inocentes y recompensemos a los culpables’.
Esto no es una defensa de las políticas ineptas ni corruptas, como las que permitieron que se inflara la burbuja inmobiliaria en España o que la clase política griega contratara a un gran número de nuevos funcionarios después de cada elección. Los griegos tienen un presupuesto militar hinchado y se niegan, inexcusablemente, a gravar a los grandes magnates navieros y a la Iglesia, la mayor titular de propiedades del país. Pero si la bañera pierde agua y la pintura del salón se está cayendo, ¿qué haces? ¿Quemas toda la casa o arreglas las tuberías y vuelves a pintar?
Las consecuencias humanas de la austeridad son ineludibles y bien conocidas: los jubilados rebuscan en los contenedores de basura a mitad de mes esperando encontrar algo que llevarse a la boca; los y las jóvenes de talento y con formación de Italia, Portugal y España huyen de su país mientras la tasa de desempleo para su grupo de edad alcanza el 50 por ciento; a las familias se les impone una carga insoportable; la violencia contra las mujeres aumenta con el incremento de la pobreza y la angustia; los hospitales carecen de fármacos básicos y de personal; las escuelas y los servicios públicos se deterioran o desaparecen. A la naturaleza también se le pasa factura: no se invierte nada en revertir la crisis climática ni en poner fin a la destrucción del medio ambiente. Es demasiado caro. Como sucede con todo lo demás, ahora no nos lo podemos permitir.
Conocemos bien las repercusiones, el resultado de lo que la canciller alemana Angela Merkel denomina políticas de ‘austeridad expansionista’. Según esta teoría neoliberal, los mercados ‘se tranquilizarán’ con políticas estrictas y volverán a invertir en los países disciplinados. Pero esto no ha sucedido. Y por todo el sur de Europa están empezando a aparecer imágenes de Merkel decoradas con esvásticas.
Muchos alemanes piensan que están ayudando a Grecia y quieren dejar de hacerlo. En realidad, casi todo el dinero del rescate está siguiendo un circuito cerrado: las aportaciones de los Gobiernos de la UE realizadas a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad se han vuelto a canalizar a través del Banco Central y los bancos privados de Grecia hacia bancos británicos, alemanes y franceses que habían adquirido eurobonos griegos para obtener un rendimiento más alto. Sería más sencillo entregar el dinero de los contribuyentes europeos directamente a los bancos, si no fuera porque los contribuyentes podrían darse cuenta del truco. ¿Por qué montar un drama psicológico en torno al dos por ciento (Grecia) o al 0,4 por ciento (Chipre) de la economía europea? Un cínico podría contestar: ‘Muy sencillo. Para asegurar la reelección de la señora Merkel en septiembre’.
La segunda pregunta básica es por qué seguimos aplicando políticas que son perjudiciales y no funcionan. Esta catástrofe de creación propia puede verse desde dos puntos de vista. Economistas laureados y de renombre como Paul Krugman o Joseph Stiglitz opinan que los líderes europeos sufren de encefalograma plano, muestran una total ignorancia en materia de economía y están abocados a un innecesario suicidio económico. Otros analistas apuntan que los recortes se ajustan perfectamente a los deseos de entidades como la Mesa Redonda Europea de Industriales y BusinessEurope: recortar salarios y prestaciones, debilitar a los sindicatos, privatizar todo lo que se ponga a tiro, etcétera. A medida que han ido aumentando las desigualdades, a las elites no les ha ido nada mal. En estos momentos, hay más ‘particulares con un elevado patrimonio neto’ y con una fortuna colectiva mucho mayor que en el punto álgido de la crisis en 2008. Hace cinco años, se contabilizan en todo el mundo 8,6 millones de particulares de este tipo, con una liquidez conjunta valorada en 39 billones de dólares estadounidenses. Hoy en día, este grupo llega a los 11 millones de personas, con activos por valor de 42 billones de dólares. Las pequeñas empresas caen en tropel, pero las grandes compañías disponen de ingentes sumas de efectivo y están sacando el mayor partido posible de los paraísos fiscales. No ven ningún motivo para dejarlo ahí.
Esta crisis no está afectando a todo el mundo y los líderes europeos no son más necios que sus homólogos en otros países. Si que están, no obstante, totalmente sometidos a los deseos de las grandes finanzas y las grandes corporaciones. Sin duda, la ideología neoliberal desempeña un papel clave en su programa, pero sirve especialmente para emitir densas cortinas de humo y falsas explicaciones y justificaciones, con el fin de que las personas crean que ‘no hay alternativa’. No es cierto: los bancos se podrían haber socializado y transformado en servicios públicos, del mismo modo que cualquier otro organismo que funciona con dinero público. Se podrían haber cerrado los paraísos fiscales, aplicado impuestos a las transacciones financieras y adoptado muchas otras medidas. Pero estas propuestas, a ojos del neoliberalismo, son una herejía (aunque 11 países de la eurozona empezarán a gravar las transacciones financieras a partir de 2014).
Soy una ferviente europea y deseo que Europa prospere, pero esto no es Europa. En contra de nuestra voluntad, se nos ha arrastrado a una guerra de clases. La única respuesta que le queda a la ciudadanía está en el conocimiento y la unidad. Lo que ha impuesto el 1 por ciento puede ser revocado por el 99 por ciento. Pero más vale que nos demos prisa: el tiempo se está agotando.
* ‘Cuanto más cambian las cosas, más permanecen igual.’
** La deuda pública es dinero que un Gobierno debe en forma de préstamos obtenidos en los mercados financieros más que mediante otras modalidades de empréstito. Fuente: http://www.tni.org/es/article/deuda-austeridad-y-devastacion
domingo, 4 de agosto de 2013
Divertirse es re-crearse. El juego es fundamental para el aprendizaje y la empatía
Si somos capaces de recuperarlo, encontraremos el camino del desarrollo personal y el bienestar emocional
Hasta hace muy poco, un adulto con tendencia a tomarse las cosas como cuando nos divertíamos de niños estaba mal visto, siendo acusado de irresponsable e inmaduro. Las cosas han cambiado. Los estudios científicos avalan las propiedades de las actividades lúdicas y su repercusión positiva en el desarrollo personal, tanto a nivel emocional como creativo. Incluso se ha acuñado el término “déficit de juego” para aquellas personas que debido a las rutinas, las responsabilidades y el ambiente laboral sufren por no poder jugar sin otra finalidad que la diversión. Esta actitud es la manera más eficaz de combatir el estrés, de entrar en armonía con nosotros mismos y de liberarnos de las tensiones, dejando lugar a la recreación. Y es que hacerlo es re-crearse, es decir, evolucionar y recargarse de energía.
Pero no solo se han detectado estos efectos positivos en las personas, también se han estudiado los beneficios en las empresas que lo incluyen como parte de sus políticas. Hoy día, las empresas modernas y adaptadas a la competitividad del mercado saben de la importancia de generar un ambiente de trabajo que no esté reñido con la diversión y el entretenimiento. Conseguirlo es poder contar con una plantilla motivada, inspirada y capaz de generar ideas que aporten la innovación y la creatividad.
Todos sabemos jugar porque todos hemos crecido haciéndolo. El secreto está en recordar de qué manera lo hacíamos; dejarse y abandonarse a una actividad que no tenga otra finalidad que la actividad misma. Hagamos la prueba. Levantemos por un momento la mirada de este artículo y busquemos a nuestro alrededor un objeto que empieza, por ejemplo, por la letra P. Sin más. Solo eso.
Nos hemos conectado con el entorno de una manera nueva y creativa. Incluso puede que nos hayamos fijado en objetos que de otra manera hubieran pasado inadvertidos.
Hemos enfocado nuestra atención para descubrir qué hay a nuestro alrededor que empiece con la P.
Hemos usado el pensamiento lógico tratando simplemente de nombrar las cosas que nos rodean.
Si el pensamiento lógico no ha dado resultado, habremos pasado al pensamiento lateral. Es decir, tal vez hemos visto un balón de fútbol y lo hemos descartado, pero tal vez luego nos hemos dado cuenta de que al balón también se le llama pelota. Pensamiento lateral en todo su esplendor.
Hemos sentido la satisfacción de haber resuelto el pequeño desafío, lo que nos ha producido, aunque sea fugazmente, un placer infantil indescriptible.
Todas estas cosas han sucedido en menos de medio minuto con un entretenimiento de lo más simple. No hemos competido contra nadie. Por un instante, hemos jugado, nos hemos re-creado. Imaginemos si llevamos esta actitud a todos los ámbitos de nuestra vida…
Podemos estar corriendo el maratón de Nueva York y estar divirtiéndonos, disfrutando alegremente del ambiente y de la autosuperación. Pero también podemos sufrir por ver cómo nos adelantan otros corredores. Nos podemos tomar el maratón como un divertimento o como una competición. Y es que jugar no es una actividad concreta, es una actitud.
Stuart Brown y Christopher Vaughan en su libro ¡A jugar! definen el juego como aquello que hacemos para divertirnos de forma voluntaria. Es agradable por sí mismo, y entretenido y absorbente. Nos ayuda a improvisar, porque dentro de sus parámetros se producen siempre situaciones inesperadas que nos desafían. Además, es algo que deseamos siempre, debido al placer que nos produce. A los aficionados a los maratones les gusta participar en ellos. Simplemente. No hay más explicación que esa. Nosotros podemos tomarnos cualquier actividad de la vida con la actitud del juego o con la de la pugna. Paradójicamente, seremos mucho más competitivos si en lugar de combatir nos divertimos.
Brown y Vaughan nos explican el proceso que seguimos durante el juego, descrito por Scott Eberle, historiador de esta materia:
Anticipación, espera ansiosa, preguntándonos qué ocurrirá, llenos de curiosidad. Sorpresa ante un descubrimiento, una nueva sensación o idea, o un cambio de perspectiva. Placer ante una nueva situación que nos abre nuevas posibilidades en el esquema del juego. Comprensión en la adquisición de un nuevo conocimiento de una nueva faceta que tal vez desconocíamos. Fuerza como la reconfortante sensación de haber superado el desafío o habernos enfrentado a él. Estos pasos hacen que una actitud de juego ante cualquier actividad de la vida nos produzca un placer y un bienestar muy superior, ya sea en nuestro trabajo, ya sea en una salida con nuestra pareja o un domingo de lluvia con nuestros hijos.
Si buscamos en Internet “oficinas google suiza”, veremos unas fotografías espectaculares y nos preguntaremos si se trata de un lugar de trabajo o de un parque infantil. ¡Hasta veremos un tobogán! ¡Y unas hamacas! Sí, efectivamente, en las oficinas de Google en Suiza hay toboganes, hamacas, billares y acuario. Todo para crear un espacio que invite a la creatividad y a la innovación.
Desde sus inicios, la empresa más famosa de la Red ha impulsado un ambiente de juego en todas sus sedes, llevándolo hasta las últimas consecuencias, como por ejemplo permitir a sus trabajadores que dediquen un 20% de su tiempo laboral a actividades que les diviertan y les motiven, tengan o no tengan que ver con su trabajo. La apuesta les ha salido redonda, y rentable. Y es que, por ejemplo, el popular Google Maps nació de un trabajador que invirtió ese tiempo de recreo, de re-creación, en crear esta tecnología.
Hasta hace muy poco, un adulto con tendencia a tomarse las cosas como cuando nos divertíamos de niños estaba mal visto, siendo acusado de irresponsable e inmaduro. Las cosas han cambiado. Los estudios científicos avalan las propiedades de las actividades lúdicas y su repercusión positiva en el desarrollo personal, tanto a nivel emocional como creativo. Incluso se ha acuñado el término “déficit de juego” para aquellas personas que debido a las rutinas, las responsabilidades y el ambiente laboral sufren por no poder jugar sin otra finalidad que la diversión. Esta actitud es la manera más eficaz de combatir el estrés, de entrar en armonía con nosotros mismos y de liberarnos de las tensiones, dejando lugar a la recreación. Y es que hacerlo es re-crearse, es decir, evolucionar y recargarse de energía.
Pero no solo se han detectado estos efectos positivos en las personas, también se han estudiado los beneficios en las empresas que lo incluyen como parte de sus políticas. Hoy día, las empresas modernas y adaptadas a la competitividad del mercado saben de la importancia de generar un ambiente de trabajo que no esté reñido con la diversión y el entretenimiento. Conseguirlo es poder contar con una plantilla motivada, inspirada y capaz de generar ideas que aporten la innovación y la creatividad.
Todos sabemos jugar porque todos hemos crecido haciéndolo. El secreto está en recordar de qué manera lo hacíamos; dejarse y abandonarse a una actividad que no tenga otra finalidad que la actividad misma. Hagamos la prueba. Levantemos por un momento la mirada de este artículo y busquemos a nuestro alrededor un objeto que empieza, por ejemplo, por la letra P. Sin más. Solo eso.
El sabio no compite, por eso no puede ser vencido”
(Proverbio taoísta)
Bien. Aquellos que se hayan sumado al pequeño juego verán que no les ha llevado más de medio minuto encontrar la solución, y sin embargo, en ese breve espacio de tiempo han pasado cosas maravillosas: Hemos superado la vergüenza que nos produce jugar a algo tan infantil, rompiendo la barrera que nos separa del niño que llevamos dentro y del que aún tenemos muchas cosas que aprender. Incluso hemos empezado a hacerlo con media sonrisa de satisfacción en los labios.Nos hemos conectado con el entorno de una manera nueva y creativa. Incluso puede que nos hayamos fijado en objetos que de otra manera hubieran pasado inadvertidos.
Hemos enfocado nuestra atención para descubrir qué hay a nuestro alrededor que empiece con la P.
Hemos usado el pensamiento lógico tratando simplemente de nombrar las cosas que nos rodean.
Si el pensamiento lógico no ha dado resultado, habremos pasado al pensamiento lateral. Es decir, tal vez hemos visto un balón de fútbol y lo hemos descartado, pero tal vez luego nos hemos dado cuenta de que al balón también se le llama pelota. Pensamiento lateral en todo su esplendor.
Hemos sentido la satisfacción de haber resuelto el pequeño desafío, lo que nos ha producido, aunque sea fugazmente, un placer infantil indescriptible.
Todas estas cosas han sucedido en menos de medio minuto con un entretenimiento de lo más simple. No hemos competido contra nadie. Por un instante, hemos jugado, nos hemos re-creado. Imaginemos si llevamos esta actitud a todos los ámbitos de nuestra vida…
Podemos estar corriendo el maratón de Nueva York y estar divirtiéndonos, disfrutando alegremente del ambiente y de la autosuperación. Pero también podemos sufrir por ver cómo nos adelantan otros corredores. Nos podemos tomar el maratón como un divertimento o como una competición. Y es que jugar no es una actividad concreta, es una actitud.
Stuart Brown y Christopher Vaughan en su libro ¡A jugar! definen el juego como aquello que hacemos para divertirnos de forma voluntaria. Es agradable por sí mismo, y entretenido y absorbente. Nos ayuda a improvisar, porque dentro de sus parámetros se producen siempre situaciones inesperadas que nos desafían. Además, es algo que deseamos siempre, debido al placer que nos produce. A los aficionados a los maratones les gusta participar en ellos. Simplemente. No hay más explicación que esa. Nosotros podemos tomarnos cualquier actividad de la vida con la actitud del juego o con la de la pugna. Paradójicamente, seremos mucho más competitivos si en lugar de combatir nos divertimos.
Brown y Vaughan nos explican el proceso que seguimos durante el juego, descrito por Scott Eberle, historiador de esta materia:
Anticipación, espera ansiosa, preguntándonos qué ocurrirá, llenos de curiosidad. Sorpresa ante un descubrimiento, una nueva sensación o idea, o un cambio de perspectiva. Placer ante una nueva situación que nos abre nuevas posibilidades en el esquema del juego. Comprensión en la adquisición de un nuevo conocimiento de una nueva faceta que tal vez desconocíamos. Fuerza como la reconfortante sensación de haber superado el desafío o habernos enfrentado a él. Estos pasos hacen que una actitud de juego ante cualquier actividad de la vida nos produzca un placer y un bienestar muy superior, ya sea en nuestro trabajo, ya sea en una salida con nuestra pareja o un domingo de lluvia con nuestros hijos.
Si buscamos en Internet “oficinas google suiza”, veremos unas fotografías espectaculares y nos preguntaremos si se trata de un lugar de trabajo o de un parque infantil. ¡Hasta veremos un tobogán! ¡Y unas hamacas! Sí, efectivamente, en las oficinas de Google en Suiza hay toboganes, hamacas, billares y acuario. Todo para crear un espacio que invite a la creatividad y a la innovación.
Desde sus inicios, la empresa más famosa de la Red ha impulsado un ambiente de juego en todas sus sedes, llevándolo hasta las últimas consecuencias, como por ejemplo permitir a sus trabajadores que dediquen un 20% de su tiempo laboral a actividades que les diviertan y les motiven, tengan o no tengan que ver con su trabajo. La apuesta les ha salido redonda, y rentable. Y es que, por ejemplo, el popular Google Maps nació de un trabajador que invirtió ese tiempo de recreo, de re-creación, en crear esta tecnología.
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