Enric Llopis
“Los teatros de lo bélico. Violencia, memoria, identidad y sociedad de masas”. Éste es el título de uno de los talleres insertos en el IV Encuentro de Jóvenes Investigadores en Historia Contemporánea, organizado por la Facultat de Geografia i Història de Valencia entre el 10 y el 13 de septiembre. Once investigadores han presentado ponencias al citado taller, que pueden consultarse, como todas las del Encuentro, en http://valencia2013.net/ (apartado “comunicaciones”).
En “El teatro como arma de combate durante la Guerra Civil en la España nacional (Valladolid, 1936-1939), la historia Nelly Álvarez, de la Universidad de Valladolid, ha destacado el contexto en el que se representan las obras teatrales. “Durante la Guerra Civil española el teatro se utilizó en los dos bandos como arma de combate mediante la puesta en escena de obras de urgencia, destinadas al adoctrinamiento de la población”. En Valladolid, ciudad emplazada en la España “nacional”, se estrenaron veinte obras de alto contenido ideológico, sobre todo comedias de escasa calidad, que buscaban denigrar al enemigo, hacer apología del ideario de los sublevados y provocar la exaltación de los espectadores, resume la investigadora.
El franquismo “revisó” la Historia de España y proclamó su versión oficial, sus mitos fundacionales y su exégesis imperial. La historiadora María del Pilar Loranca ha estudiado, dentro de esa línea de investigación, la imagen de la Guerra de Independencia española durante el franquismo, sobre todo en el cine y el cómic. Resume que la imagen que se da del conflicto bélico es “escasamente fidedigna; lo que se busca es crear mitos y mostrar la concepción histórica que desde el estado se quería”. Agrega que dos de los episodios más repetidos son los sucesos del Dos de Mayo (“se representa un pueblo en armas que se levanta y defiende contra el enemigo exterior, que en el caso del franquismo era el comunismo”) o los guerrilleros, a los que no se identifica con bandoleros, sino como a personas valerosas que defienden la patria y la unidad de España.
En la ponencia “España en lucha contra la revolución”, el historiador Pablo Gómez Nogales, de la Universidad de Zaragoza, analiza las imágenes del discurso contrarrevolucionario. Así, la noción de “orden” durante la Guerra Civil negaba que los conflictos obedecieran a situaciones de injusticia y desigualdad. ¿Y la revolución? “se presentaba –según Pablo Gómez- como el producto de una influencia exterior corruptora” que destruía el “orden” allí donde triunfaba. De hecho, para el franquismo la revolución suponía la destrucción de las bases de la civilización, religión, propiedad y familia, que quedaban unidas en la Nación Española. En todo esto no era original el estado español: “Existía una larga tradición contrarrevolucionaria europea que se remontaba a la revolución francesa, o incluso a la inglesa; en España este discurso se había revitalizado desde la proclamación de la Segunda República”, sintetiza el historiador.
Por otra parte, David Veiga, de la Universidade de Santiago de Compostela, ha presentado una ponencia sobre la Hermandad Provincial de la División Azul de Alicante, analizada a través de su boletín “Blau Division”. Ésta célula provincial de veteranos, una de las más representativas de las hermandades, se creó a mediados de los años 50 con tres objetivos básicos: la organización de actos conmemorativos; la camaradería y el socorro mutuo entre los veteranos; y procurar el enaltecimiento moral y político de los excombatientes. El boletín “Blau Division” da eco a las actividades del grupo, desde el socorro social a las viudas y madres de los “caídos”, a las ayudas en general que se preste a los divisionarios; también se presenta la publicación como nexo de unión entre los miembros de la Hermandad.
Igor Barrenetxea, de la Universidad del País Vasco, ha centrado su comunicación en el conflicto palestino a través del cine de ficción, con el análisis de tres películas: “Caminar sobre las aguas”; “Los limoneros” y “Una botella en el mar de Gaza”. Tras un detenido estudio de los filmes, el investigador los califica como “antibelicistas” y concluye que denuncian la “mutua incomprensión” entre las sociedades israelí y palestina.
Abundando en el campo del audiovisual, la historiadora Eloísa Zamorano ha expuesto su análisis de la película “Tres cantos a Lenin”, de Dziga Vertov. Avanza que comenzó a rodarse mucho antes de su estreno y se realizó con trozos de película que Vertov y su grupo habían grabado y recopilado durante el periodo revolucionario. “El documental se encargó para el décimo aniversario del fallecimiento de Lenin, durante el periodo más duro y represivo de Stalin, que hizo lo imposible para desvirtuar y machacar, literalmente, la idea original del cineasta”, contextualiza la investigadora.
Otra de las ponencias presentadas es “La violencia y la creación de la realidad libertaria durante la Guerra Civil (julio de 1936-mayo de 1937), a cargo de José Manuel Lafoz. El historiador subraya la fuerte carga simbólica de la violencia en “la construcción de la realidad libertaria”. Destaca en su comunicación, asimismo, “la conquista de la calle como espacio donde implantar su soberanía y desde el que iniciar la construcción de ese nuevo mundo, y el culto al caído o recuerdo a los mártires que cayeron por la revolución”. Se trata, por lo demás, de procesos que pudieron apreciarse especialmente en los primeros meses de guerra y, sobre todo, en la ciudad de Barcelona, según el historiador.
Por otra parte, la investigadora Ximena Machado ha negado en su ponencia la idea, extendida desde la década de los sesenta del siglo XX (por la repercusión del juicio de Adolf Eichmann en Israel), de que los judíos no opusieron resistencia al exterminio nazi, es más, se sostenía habitualmente, los judíos se habrían dirigido a las cámaras de gas o a los campos de concentración “como ovejas al matadero”. Para miles de judíos confinados en guetos (la historiadora se centra en los casos de Varsovia y Lodz, 1939-1942), “la continuidad de su comunidad se convirtió en un reto y en un objetivo central”. “Unos decidieron registrar los acontecimientos del gueto y reunir documentación para la posteridad, otros participaron en actividades educativas y culturales y otros muchos en actividades de ayuda social; todos de forma clandestina y poniendo en riesgo su propia vida”, sostiene la investigadora.
En “1936-1939. La movilización militar del ejército sublevado en Galicia”, Francisco J. Leira-Castiñeira, de la Universidade de Santiago de Compostela, niega la idea de una Galicia leal a los sublevados. ¿Por qué razón? El ejército denominado “nacional” reclutó en Galicia, durante los tres años que duró el conflicto, a todos los jóvenes comprendidos entre los 18 y 35 años. “Una movilización forzosa que provocó que esta generación tuviera que participar en la construcción del nuevo régimen franquista; la no incorporación a filas estaba penada por el Código de Justicia Militar y a lo largo del conflicto se intensificaron las medidas en contra de los prófugos del ejército”, explica Francisco J. Leira-Castiñeira.
Por último, Miguel Ángel Melero, de la Universidad de Málaga, ha abordado en su ponencia la participación ciudadana durante la Guerra Civil, la ocupación del ejército “nacional” y los procesos de represión en el municipio de Antequera. Subraya el historiador que la represión genera, por un lado, “el rechazo de una parte de la población sobre la que el Régimen desarrolla sus planes de aniquilamiento”; pero también el apoyo de otra, “que se convierte en agente de la represión y partícipe de la misma”. Melero detalla la implicación en las diferentes formas de violencia y control social por parte de quienes se suman a las filas falangistas, o de quienes, junto a Guardia Civil, Falange, Alcaldía o la Iglesia, participan en delaciones de “responsabilidad republicana”, o de quienes toman parte en los procesos incoados por los tribunales militares en Antequera, a partir de 1937. Pero también en la represión del “día a día”, en la materialización de su venganza por daños físicos o económicos sufridos, o como forma de mostrar adhesión al Nuevo Estado.
domingo, 15 de septiembre de 2013
Recordar a Salvador Allende
Mario Amorós
La madrugada del 5 de septiembre de 1970 Salvador Allende salió al balcón del viejo caserón que la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) tenía en la Alameda, frente a la Biblioteca Nacional. Con un modesto micrófono habló a las miles de personas que festejaban la victoria de la Unidad Popular en la principal arteria de Santiago, en una noche constelada que la izquierda había anhelado durante todo el siglo XX. Pronunció un discurso emocionante en el que rindió homenaje a la dura historia del movimiento popular, ensalzó el pluralismo de las fuerzas sociales y políticas que sustentaban su candidatura y prometió que sería leal a la confianza que el pueblo había depositado en él.
No había un lugar más simbólico para dirigir sus primeras palabras al país como futuro Presidente de Chile, porque su bautismo de fuego se produjo precisamente en la Universidad de Chile en la segunda mitad de los años 20, cuando llegó a Santiago para estudiar Medicina, tras cumplir el servicio militar de manera voluntaria. Elegido presidente del Centro de Alumnos de su Facultad, en 1931 participó activamente, como miembro del Grupo Avance (su primera experiencia militante), en las épicas luchas que condujeron a la caída de la dictadura del coronel Carlos Ibáñez y durante un breve periodo fue vicepresidente de la FECh. Un año después, tomó parte en la efímera República Socialista de junio de 1932, lo que le costó varias semanas de cárcel y ser procesado por una corte marcial. En el funeral de su padre, en septiembre de aquel año, prometió dedicar su vida a “la lucha social”.
Descendiente, por vía paterna, de una familia que tuvo un papel destacado en la lucha por la independencia nacional en los albores del siglo XIX y después en la pugna por la democratización del país desde las filas del Partido Radical y la masonería (con el ejemplo luminoso de su abuelo Ramón Allende Padín), hijo de un abogado que terminó sus días como notario de Valparaíso, Salvador Allende Gossens (Santiago de Chile, 26 de junio de 1908) asumió desde muy joven un compromiso social y político inusual en un muchacho de su clase social. Frente a la caricatura del pije Allende, siempre vestido de manera elegante, que tantas veces dibujaron sus adversarios (y algunos de sus compañeros), resplandece su temprana participación en talleres de alfabetización de las clases populares tanto en el Liceo Eduardo de la Barra del puerto como en la FECh y también su colaboración solidaria en consultorios médicos vinculados a los sindicatos anarquistas en Santiago (por la huella labrada en su conciencia por el carpintero libertario Juan Demarchi en 1922) y al Partido Socialista en Valparaíso.
1933 marcó el rubicón en su trayectoria al tomar parte en la fundación del Partido Socialista en Valparaíso. Su ascenso fue verdaderamente meteórico: secretario regional del PS desde 1935, vicepresidente del Frente Popular en Valparaíso desde 1936, elegido diputado en marzo de 1937, responsable local de la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda que llevó al histórico triunfo del 25 de octubre de 1938 y subsecretario general del PS desde diciembre de este año. Y el 28 de septiembre de 1939 Aguirre Cerda le designó ministro de Salubridad cuando tan solo contaba con 31 años. Su trabajo durante dos años y medio al frente de esta importante responsabilidad muestra muy bien su personalidad política: su capacidad para diagnosticar los grandes problemas nacionales, explicarlos de manera pedagógica (como aquella exposición sobre la vivienda frente al aristocrático Club de la Unión, en la Alameda, en 1940) y señalar las soluciones legislativas y ejecutivas para corregirlos (como la emblemática reforma de la Ley 4.054 que suscribió el 11 de junio de 1941 y que terminaría alumbrando el Servicio Nacional de Salud en 1952).
También en los años 40 su trayectoria fue especialmente meritoria. Entre enero de 1943 y agosto de 1944, le correspondió ocupar (por única vez en su vida) la secretaría general del Partido Socialista, en un contexto muy influido por la II Guerra Mundial. En 1945, fue elegido senador por primera vez. En 1947 y 1948, se distanció del sector anticomunista del socialismo y criticó firmemente la persecución del Partido Comunista por el Gobierno de Gabriel González Videla, estigmatizado para siempre como traidor por Pablo Neruda en Canto general. Y cuando la mayor parte de sus compañeros apostó por la opción populista de Ibáñez para la contienda presidencial de 1952, supo reagrupar junto a los comunistas en el Frente del Pueblo a las fuerzas de izquierda que apostaron por un camino singular en el contexto de la guerra fría. Elegido candidato presidencial, Allende recorrió por primera vez todo el país, “de Arica a Magallanes” como acostumbraba a decir, con la dedicación y la fe de un misionero. Volodia Teitelboim, Jaime Suárez Bastidas o Carmen Lazo le acompañaron en la campaña de 1952 y dejaron sus testimonios de su tenacidad y su confianza en la posibilidad de transformar Chile a partir de la formación de un potente movimiento político y social.
En 1958, ya con el socialismo reunificado y la izquierda fortalecida en el Frente de Acción Popular (FRAP), quedó a 33.000 votos de La Moneda y fue el candidato más votado por el electorado masculino. Algunas irregularidades en el escrutinio y la inopinada aparición de un curioso personaje, el “cura de Catapilco”, le privaron de la victoria, que correspondió al derechista Jorge Alessandri.
En febrero de 1959, mientras se encontraba con su esposa, Hortensia Bussi, en Caracas para asistir a la toma de posesión de su amigo Rómulo Betancourt, decidió viajar a Cuba y allí conoció a los principales dirigentes de la Revolución que cambió la historia continental y endureció el clima de la guerra fría en América Latina por la respuesta de Washington. Amigo y compañero de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara, fue un firme defensor de la Cuba socialista.
En 1964, la batalla presidencial le enfrentó con un viejo amigo, el democratacristiano Eduardo Frei Montalva, pero también con la CIA y el Gobierno de Lyndon Johnson, que financió una increíble campaña de propaganda anticomunista que ya había dado resultado en Italia en 1948. Su tercera derrota no le indujo ni a moderar sus posiciones políticas, ni tampoco a aceptar el estruendoso proceso de radicalización (retórica) de su partido, con el Congreso de Chillán de 1967 como punto de partida.
Muy pronto advirtió de las limitaciones del programa reformista de la Democracia Cristiana y de la hipocresía de la “Revolución en Libertad”. La creación del MAPU por los dirigentes más consecuentes de la DC y la masacre de la Pampa Irigoin en 1969 le dieron la razón. La fundación de la Unidad Popular en octubre de aquel año reafirmó su correcto análisis político: por primera vez, junto con la izquierda marxista confluían fuerzas tradicionalmente centristas (Partido Radical), de inspiración cristiana (el MAPU) y otros sectores (API y PSD). La campaña para la batalla presidencial de 1970, con la explosión del movimiento muralista y de la Nueva Canción Chilena, la movilización de los trabajadores y de nuevos actores, como los pobladores, alumbró un inmenso movimiento popular que abrió las puertas de la Historia aquel inolvidable 4 de septiembre de 1970.
Después vinieron sesenta días de una tensión política extrema, en los que la derecha, el freísmo, el poder económico (con el emblemático viaje de Agustín Edwards, propietario de El Mercurio, a Washington el 14 de septiembre) y el Gobierno de Nixon, la ITT y la CIA conspiraron para impedir la investidura de Allende por el Congreso Pleno. Fracasaron porque la Democracia Cristiana estaba dirigida por su tendencia progresista y las Fuerzas Armadas encabezadas por un general ejemplar, René Schneider, asesinado por la ultraderecha y la CIA.
El 3 de noviembre, Salvador Allende se terció la banda presidencial y se inició uno de los procesos políticos que mayor esperanza despertaron en el siglo XX. Un periodo lleno de dificultades, también –obviamente- de errores de la Unidad Popular, pero en el que sobre todo brillan los inmensos logros del Gobierno presidido por Allende y del pueblo chileno: la nacionalización del cobre, la reforma agraria y la erradicación del latifundio, la creación del Área de Propiedad Social y la participación de los trabajadores, una política internacional no alineada y verdaderamente ejemplar, un proyecto cultural inigualado en la historia nacional (Quimantú, el Tren de la Cultura, el crecimiento y apertura a los obreros de la Universidad Técnica del Estado) y un programa de medidas sociales muy completo (con el medio litro de leche como expresión cotidiana de eso bello cartel creado por los artistas plásticos de la UP: “La felicidad de Chile empieza por sus niños”). Y sobre todo el desarrollo verdaderamente conmovedor de la conciencia revolucionaria del pueblo, su alegría y su permanente movilización en defensa del camino al socialismo “en democracia, pluralismo y libertad”.
Salvador Allende representa ante la humanidad aquel proyecto político, aquellos años inolvidables… incluso para quienes no los vivimos. Aquel tiempo de las cerezas, similar al cantado en la bella canción de la Comuna de París, un siglo antes.
Han transcurrido ya 40 años y Chile enfrenta grandes desafíos para conquistar una verdadera democracia. La huella dolorosa del cruento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 no desaparece de esta angosta y extensa franja encajada entre la cordillera andina y el imponente océano Pacífico. El reto es construir una nueva mayoría política nacional que aglutine a todas las fuerzas democráticas para superar el modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura militar y avanzar hacia un país con más igualdad y justicia social. Una nueva Constitución, la renacionalización del cobre, la derogación de la legislación laboral pinochetista, el respeto al medio ambiente, el reconocimiento de los pueblos indígenas, el fin del lucro en la educación y la salud, una ley electoral justa… El horizonte democrático se ensancha hacia las Grandes Alamedas.
Y en este camino vivirá siempre la memoria de Salvador Allende. De aquel muchacho que conversaba y jugaba al ajedrez con el viejo Demarchi en su modesto taller de carpintería, del militante del Grupo Avance, del fundador del Partido Socialista, del médico con profunda vocación social, del masón orgulloso de sus antepasados, del diputado, ministro y senador, del candidato presidencial que unió a la izquierda y de aquel inmenso y hermoso movimiento popular que abrió con él las puertas de la Historia una noche constelada de septiembre de 1970.
Recordar a Allende exige ir más allá de la inmensa tragedia del 11 de septiembre de 1973 (y después), de su heroica muerte en La Moneda. Recordar a Allende es recorrer su apasionante trayectoria política y la historia de la izquierda chilena en el siglo XX. Recordar a Allende invita a pensar y recrear el socialismo en el siglo XXI.
- Mario Amorós, historiador y periodista, acaba de publicar, en Chile y España, Allende. La biografía (Ediciones B). http://www.edicionesb.com/catalogo/libro/allende-biografia_2844.HTML
- Entrevista en el diario Información de Alicante: http://www.diarioinformacion.com/cultura/2013/09/11/chile-da-lecciones-espana-saldar/1413853.html
La madrugada del 5 de septiembre de 1970 Salvador Allende salió al balcón del viejo caserón que la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECh) tenía en la Alameda, frente a la Biblioteca Nacional. Con un modesto micrófono habló a las miles de personas que festejaban la victoria de la Unidad Popular en la principal arteria de Santiago, en una noche constelada que la izquierda había anhelado durante todo el siglo XX. Pronunció un discurso emocionante en el que rindió homenaje a la dura historia del movimiento popular, ensalzó el pluralismo de las fuerzas sociales y políticas que sustentaban su candidatura y prometió que sería leal a la confianza que el pueblo había depositado en él.
No había un lugar más simbólico para dirigir sus primeras palabras al país como futuro Presidente de Chile, porque su bautismo de fuego se produjo precisamente en la Universidad de Chile en la segunda mitad de los años 20, cuando llegó a Santiago para estudiar Medicina, tras cumplir el servicio militar de manera voluntaria. Elegido presidente del Centro de Alumnos de su Facultad, en 1931 participó activamente, como miembro del Grupo Avance (su primera experiencia militante), en las épicas luchas que condujeron a la caída de la dictadura del coronel Carlos Ibáñez y durante un breve periodo fue vicepresidente de la FECh. Un año después, tomó parte en la efímera República Socialista de junio de 1932, lo que le costó varias semanas de cárcel y ser procesado por una corte marcial. En el funeral de su padre, en septiembre de aquel año, prometió dedicar su vida a “la lucha social”.
Descendiente, por vía paterna, de una familia que tuvo un papel destacado en la lucha por la independencia nacional en los albores del siglo XIX y después en la pugna por la democratización del país desde las filas del Partido Radical y la masonería (con el ejemplo luminoso de su abuelo Ramón Allende Padín), hijo de un abogado que terminó sus días como notario de Valparaíso, Salvador Allende Gossens (Santiago de Chile, 26 de junio de 1908) asumió desde muy joven un compromiso social y político inusual en un muchacho de su clase social. Frente a la caricatura del pije Allende, siempre vestido de manera elegante, que tantas veces dibujaron sus adversarios (y algunos de sus compañeros), resplandece su temprana participación en talleres de alfabetización de las clases populares tanto en el Liceo Eduardo de la Barra del puerto como en la FECh y también su colaboración solidaria en consultorios médicos vinculados a los sindicatos anarquistas en Santiago (por la huella labrada en su conciencia por el carpintero libertario Juan Demarchi en 1922) y al Partido Socialista en Valparaíso.
1933 marcó el rubicón en su trayectoria al tomar parte en la fundación del Partido Socialista en Valparaíso. Su ascenso fue verdaderamente meteórico: secretario regional del PS desde 1935, vicepresidente del Frente Popular en Valparaíso desde 1936, elegido diputado en marzo de 1937, responsable local de la campaña presidencial de Pedro Aguirre Cerda que llevó al histórico triunfo del 25 de octubre de 1938 y subsecretario general del PS desde diciembre de este año. Y el 28 de septiembre de 1939 Aguirre Cerda le designó ministro de Salubridad cuando tan solo contaba con 31 años. Su trabajo durante dos años y medio al frente de esta importante responsabilidad muestra muy bien su personalidad política: su capacidad para diagnosticar los grandes problemas nacionales, explicarlos de manera pedagógica (como aquella exposición sobre la vivienda frente al aristocrático Club de la Unión, en la Alameda, en 1940) y señalar las soluciones legislativas y ejecutivas para corregirlos (como la emblemática reforma de la Ley 4.054 que suscribió el 11 de junio de 1941 y que terminaría alumbrando el Servicio Nacional de Salud en 1952).
También en los años 40 su trayectoria fue especialmente meritoria. Entre enero de 1943 y agosto de 1944, le correspondió ocupar (por única vez en su vida) la secretaría general del Partido Socialista, en un contexto muy influido por la II Guerra Mundial. En 1945, fue elegido senador por primera vez. En 1947 y 1948, se distanció del sector anticomunista del socialismo y criticó firmemente la persecución del Partido Comunista por el Gobierno de Gabriel González Videla, estigmatizado para siempre como traidor por Pablo Neruda en Canto general. Y cuando la mayor parte de sus compañeros apostó por la opción populista de Ibáñez para la contienda presidencial de 1952, supo reagrupar junto a los comunistas en el Frente del Pueblo a las fuerzas de izquierda que apostaron por un camino singular en el contexto de la guerra fría. Elegido candidato presidencial, Allende recorrió por primera vez todo el país, “de Arica a Magallanes” como acostumbraba a decir, con la dedicación y la fe de un misionero. Volodia Teitelboim, Jaime Suárez Bastidas o Carmen Lazo le acompañaron en la campaña de 1952 y dejaron sus testimonios de su tenacidad y su confianza en la posibilidad de transformar Chile a partir de la formación de un potente movimiento político y social.
En 1958, ya con el socialismo reunificado y la izquierda fortalecida en el Frente de Acción Popular (FRAP), quedó a 33.000 votos de La Moneda y fue el candidato más votado por el electorado masculino. Algunas irregularidades en el escrutinio y la inopinada aparición de un curioso personaje, el “cura de Catapilco”, le privaron de la victoria, que correspondió al derechista Jorge Alessandri.
En febrero de 1959, mientras se encontraba con su esposa, Hortensia Bussi, en Caracas para asistir a la toma de posesión de su amigo Rómulo Betancourt, decidió viajar a Cuba y allí conoció a los principales dirigentes de la Revolución que cambió la historia continental y endureció el clima de la guerra fría en América Latina por la respuesta de Washington. Amigo y compañero de Fidel Castro y de Ernesto Che Guevara, fue un firme defensor de la Cuba socialista.
En 1964, la batalla presidencial le enfrentó con un viejo amigo, el democratacristiano Eduardo Frei Montalva, pero también con la CIA y el Gobierno de Lyndon Johnson, que financió una increíble campaña de propaganda anticomunista que ya había dado resultado en Italia en 1948. Su tercera derrota no le indujo ni a moderar sus posiciones políticas, ni tampoco a aceptar el estruendoso proceso de radicalización (retórica) de su partido, con el Congreso de Chillán de 1967 como punto de partida.
Muy pronto advirtió de las limitaciones del programa reformista de la Democracia Cristiana y de la hipocresía de la “Revolución en Libertad”. La creación del MAPU por los dirigentes más consecuentes de la DC y la masacre de la Pampa Irigoin en 1969 le dieron la razón. La fundación de la Unidad Popular en octubre de aquel año reafirmó su correcto análisis político: por primera vez, junto con la izquierda marxista confluían fuerzas tradicionalmente centristas (Partido Radical), de inspiración cristiana (el MAPU) y otros sectores (API y PSD). La campaña para la batalla presidencial de 1970, con la explosión del movimiento muralista y de la Nueva Canción Chilena, la movilización de los trabajadores y de nuevos actores, como los pobladores, alumbró un inmenso movimiento popular que abrió las puertas de la Historia aquel inolvidable 4 de septiembre de 1970.
Después vinieron sesenta días de una tensión política extrema, en los que la derecha, el freísmo, el poder económico (con el emblemático viaje de Agustín Edwards, propietario de El Mercurio, a Washington el 14 de septiembre) y el Gobierno de Nixon, la ITT y la CIA conspiraron para impedir la investidura de Allende por el Congreso Pleno. Fracasaron porque la Democracia Cristiana estaba dirigida por su tendencia progresista y las Fuerzas Armadas encabezadas por un general ejemplar, René Schneider, asesinado por la ultraderecha y la CIA.
El 3 de noviembre, Salvador Allende se terció la banda presidencial y se inició uno de los procesos políticos que mayor esperanza despertaron en el siglo XX. Un periodo lleno de dificultades, también –obviamente- de errores de la Unidad Popular, pero en el que sobre todo brillan los inmensos logros del Gobierno presidido por Allende y del pueblo chileno: la nacionalización del cobre, la reforma agraria y la erradicación del latifundio, la creación del Área de Propiedad Social y la participación de los trabajadores, una política internacional no alineada y verdaderamente ejemplar, un proyecto cultural inigualado en la historia nacional (Quimantú, el Tren de la Cultura, el crecimiento y apertura a los obreros de la Universidad Técnica del Estado) y un programa de medidas sociales muy completo (con el medio litro de leche como expresión cotidiana de eso bello cartel creado por los artistas plásticos de la UP: “La felicidad de Chile empieza por sus niños”). Y sobre todo el desarrollo verdaderamente conmovedor de la conciencia revolucionaria del pueblo, su alegría y su permanente movilización en defensa del camino al socialismo “en democracia, pluralismo y libertad”.
Salvador Allende representa ante la humanidad aquel proyecto político, aquellos años inolvidables… incluso para quienes no los vivimos. Aquel tiempo de las cerezas, similar al cantado en la bella canción de la Comuna de París, un siglo antes.
Han transcurrido ya 40 años y Chile enfrenta grandes desafíos para conquistar una verdadera democracia. La huella dolorosa del cruento golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 no desaparece de esta angosta y extensa franja encajada entre la cordillera andina y el imponente océano Pacífico. El reto es construir una nueva mayoría política nacional que aglutine a todas las fuerzas democráticas para superar el modelo neoliberal impuesto a sangre y fuego por la dictadura militar y avanzar hacia un país con más igualdad y justicia social. Una nueva Constitución, la renacionalización del cobre, la derogación de la legislación laboral pinochetista, el respeto al medio ambiente, el reconocimiento de los pueblos indígenas, el fin del lucro en la educación y la salud, una ley electoral justa… El horizonte democrático se ensancha hacia las Grandes Alamedas.
Y en este camino vivirá siempre la memoria de Salvador Allende. De aquel muchacho que conversaba y jugaba al ajedrez con el viejo Demarchi en su modesto taller de carpintería, del militante del Grupo Avance, del fundador del Partido Socialista, del médico con profunda vocación social, del masón orgulloso de sus antepasados, del diputado, ministro y senador, del candidato presidencial que unió a la izquierda y de aquel inmenso y hermoso movimiento popular que abrió con él las puertas de la Historia una noche constelada de septiembre de 1970.
Recordar a Allende exige ir más allá de la inmensa tragedia del 11 de septiembre de 1973 (y después), de su heroica muerte en La Moneda. Recordar a Allende es recorrer su apasionante trayectoria política y la historia de la izquierda chilena en el siglo XX. Recordar a Allende invita a pensar y recrear el socialismo en el siglo XXI.
- Mario Amorós, historiador y periodista, acaba de publicar, en Chile y España, Allende. La biografía (Ediciones B). http://www.edicionesb.com/catalogo/libro/allende-biografia_2844.HTML
- Entrevista en el diario Información de Alicante: http://www.diarioinformacion.com/cultura/2013/09/11/chile-da-lecciones-espana-saldar/1413853.html
"Allende contribuyó a restituir la dignidad perdida del lenguaje político". Eduardo Galeano en el cierre del I Foro Internacional Antifascista en Caracas
Aporrea / VTV
“Allende no mentía cuando advirtió desde el Palacio de La Moneda: Yo de aquí no salgo vivo (…) Era un hombre de honor”, recuerda el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Durante el cierre del Foro Internacional Antifascista en el Teatro Nacional, tras conmemorar los 40 años del golpe de Estado en Chile, el escritor asegura que “yo sé que el honor es un producto raro de encontrar, pero él contribuyó mucho a restituir la dignidad, la dignidad perdida del lenguaje político”.
Galeano habla de la importancia del legado que deja el presidente Salvador Allende que contiene un mensaje de honestidad y valentía.
“Creo que nos dejó unas cuantas herencias importantes, todas referidas a la valentía, al coraje y la dignidad. (…) Nos enseñó que el lenguaje es sagrado, que la palabra humana puede ser sagrada y que a ella nos debemos; y por eso hay que ser muy cuidadoso en lo que se dice para no romper la difícil identidad que se logra en algunos casos excepcionales entre lo que se dice y lo que se hace”, manifiesta.
El intelectual uruguayo expresa que “estamos acostumbrados a divorciar las palabras de los actos, que rara vez se juntan, y cuando se encuentran las palabras y los hechos ni siquiera se saludan porque no se conocen”.
Explica que en el caso de Allende hubo una identidad perfecta entre lo que decía y lo que hacía, “y esa fue su mejor herencia, esa recuperación de la dignidad del lenguaje”.
El literato trae a colación una frase del Líder chileno, a la que denomina autoprofética: “Vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir”; e indica que este pensamiento define muy bien la calidad humana de un hombre excepcional que “restituyó a la democracia el prestigio de las palabras secuestradas por los políticos mentirosos que han arruinado el lenguaje de tanto mentir”.
Ver aquí un resumen de las conferencias celebradas en Venezuela.
TeleSURtv.net - Especiais - Antifascista Meeting
Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/n236248.html
“Allende no mentía cuando advirtió desde el Palacio de La Moneda: Yo de aquí no salgo vivo (…) Era un hombre de honor”, recuerda el escritor uruguayo Eduardo Galeano.
Durante el cierre del Foro Internacional Antifascista en el Teatro Nacional, tras conmemorar los 40 años del golpe de Estado en Chile, el escritor asegura que “yo sé que el honor es un producto raro de encontrar, pero él contribuyó mucho a restituir la dignidad, la dignidad perdida del lenguaje político”.
Galeano habla de la importancia del legado que deja el presidente Salvador Allende que contiene un mensaje de honestidad y valentía.
“Creo que nos dejó unas cuantas herencias importantes, todas referidas a la valentía, al coraje y la dignidad. (…) Nos enseñó que el lenguaje es sagrado, que la palabra humana puede ser sagrada y que a ella nos debemos; y por eso hay que ser muy cuidadoso en lo que se dice para no romper la difícil identidad que se logra en algunos casos excepcionales entre lo que se dice y lo que se hace”, manifiesta.
El intelectual uruguayo expresa que “estamos acostumbrados a divorciar las palabras de los actos, que rara vez se juntan, y cuando se encuentran las palabras y los hechos ni siquiera se saludan porque no se conocen”.
Explica que en el caso de Allende hubo una identidad perfecta entre lo que decía y lo que hacía, “y esa fue su mejor herencia, esa recuperación de la dignidad del lenguaje”.
El literato trae a colación una frase del Líder chileno, a la que denomina autoprofética: “Vale la pena morir por todo aquello sin lo cual no vale la pena vivir”; e indica que este pensamiento define muy bien la calidad humana de un hombre excepcional que “restituyó a la democracia el prestigio de las palabras secuestradas por los políticos mentirosos que han arruinado el lenguaje de tanto mentir”.
Ver aquí un resumen de las conferencias celebradas en Venezuela.
TeleSURtv.net - Especiais - Antifascista Meeting
Fuente: http://www.aporrea.org/actualidad/n236248.html
Cero en expresión oral. El tropezón olímpico reaviva el debate sobre las "dotes" de los españoles para exponer en público
La oratoria no es un don, es un arte que se aprende
El 7 de julio de 2005, el día después de que Londres fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2012, la prensa internacional solo hablaba de una cosa: la brillante presentación de la candidatura británica, que culminó con un emocionante discurso del atleta Sebastian Coe ovacionado por los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI). El día que Coe ganó el oro, titulaba el diario The Guardian. “Poderoso”, “memorable”, “de tono perfecto, con la pasión de un deportista y la exactitud de un político”, escribían los cronistas. Algunos incluso aseguraban que fue ese discurso el que dio la victoria final a la capital inglesa sobre París, teniendo en cuenta que esta partía como favorita y que Londres había estado a punto de retirarse unos meses antes por su mala imagen. Madrid, en aquella ocasión, quedó eliminada en la tercera votación, tras Moscú y Nueva York.
Hace justo una semana, Madrid volvió a presentarse ante los miembros del COI con la esperanza de organizar los Juegos de 2020. Y, al día siguiente, la prensa y las redes sociales solo hablaban de una cosa: la deslucida presentación de la candidatura, especialmente la intervención en inglés de la alcaldesa Ana Botella. Los analistas han atribuido esta nueva derrota de Madrid a otros factores, como la economía y el dopaje, pero algunas preguntas han quedado en el aire. ¿Cuánto contribuyó la fallida presentación final a que Madrid no pasara ni siquiera a la segunda votación? ¿Tienen los españoles menos habilidades que otros países para hablar en público?
“No somos ni mejores ni peores. Pero tenemos un déficit estructural, originado por la escasa importancia que da nuestro sistema educativo a la oratoria o la dialéctica, que se refleja especialmente en nuestros líderes políticos e institucionales”, opina Antoni Gutierrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político. “Puede haber individuos con más habilidad o carisma que otros, pero nadie nace con dotes de oratoria. Eso hay que aprenderlo. Así como en Francia, Reino Unido, Alemania y EE UU, por ejemplo, los exámenes orales son fundamentales, la tradición educativa española nunca ha puesto el acento en las exposiciones habladas”, explica.
“Tampoco, hasta hace nada, se ha dado importancia al inglés”, prosigue Gutiérrez-Rubí. “En consecuencia, nuestros líderes, que en su mayoría rondan los 50 años, se han visto obligados a superar ese déficit a marchas forzadas, con esfuerzo y muchas horas de entrenamiento. Y el que no lo ha hecho, se le nota”, advierte. “No hay más que ver el nivel de los debates electorales”, apunta.
Gutiérrez-Rubí insiste en que los españoles no son más torpes que otros para hablar en público. “Al contrario, tenemos grandes cualidades. Nos gusta hablar, nuestra cultura nos hace muy sociables y empáticos. Pero la sociabilidad natural no te prepara para hacer una buena exposición o debatir una idea. No se puede confiar en tener un momento genial, hay que trabajárselo como se lo trabajan, por ejemplo, esos americanos que ofrecen auténticos espectáculos con cualquier pequeña presentación que tengan que hacer”.
El déficit educativo en expresión oral preocupa no solo en el entorno político. También en el ámbito universitario. “Los alumnos llegan con un nivel muy bajo porque no han hecho exámenes orales ni han practicado nunca. La mayoría no saben exponer sus ideas y algunos ni siquiera podrían superar una entrevista de trabajo”, asegura Adolfo Lucas, profesor de oratoria en varias universidades y autor del libro El poder de la palabra.
Lucas es además director de la Sociedad de Debate de la Universidad Abat Oliba CEU, que se puso en marcha en el curso 2008-2009 para ayudar a los alumnos a mejorar sus habilidades en expresión, argumentación y debate. “Cada vez hay más sociedades de este tipo en las universidades porque cada vez hay más conciencia del problema. Pero como no es obligatorio participar, solo se apuntan unos pocos interesados. Debería haber una asignatura obligatoria, o al menos obligar a todos los alumnos a hacer exposiciones orales a menudo”, comenta.
Solo hace nueve años que se creó el torneo de debate más antiguo que existe en el ámbito universitario español, el del CEU, que cada año congrega a los principales clubes de debate académicos del país. “Eso da idea de lo retrasados que vamos”, lamenta Lucas. Y advierte: “Es tan importante practicar para hablar en público como entrenarse en el debate. Porque puedes hacer una buena presentación si te la preparas bien, pero de una comparecencia con preguntas, como puede ser una rueda de prensa, no sales bien parado si no practicas el debate”.
Practicar, practicar y practicar. Es el único truco que ofrecen todos los asesores y expertos en comunicación oral. “El ser humano no está preparado naturalmente para hablar en público. Es un hecho atípico, traumático. Por eso surge el miedo. Pero si practicas y entrenas mucho, cuando llegue el momento de enfrentarte a un auditorio la mente estará preparada para reconocer esa situación. Recuerdas que ya lo has hecho antes y sabes que puedes hacerlo. Quizá nunca te acostumbres del todo y siempre quede algo de miedo, pero podrás afrontarlo sin bloquearte. Y con el tiempo incluso, como dicen los actores, empiezas a disfrutar del contacto con el público”, explica Antonella Broglia, organizadora de TEDxMadrid, una jornada de conferencias que se celebra en Madrid a imagen de la que se desarrolla desde hace años en California, con la participación de algunos de los oradores y emprendedores más importantes del mundo.
Clubes para aprender a hablar
En 1924 un grupo de personas fundó en California el primer club Toastmasters. Su objetivo era que sus miembros se reunieran con cierta frecuencia para practicar sus habilidades orales, tanto para aplicarlas en la vida cotidiana como para hablar en público, argumentar en debates o superar una entrevista personal. Aquello fue el germen de una organización internacional no lucrativa que hoy está presente en 122 países, entre ellos España, donde hay 22 clubes repartidos en Madrid, Barcelona, Marbella, Málaga, Alicante, Sevilla, Palma de Mallorca, Valencia y Vitoria.
Los miembros de estos clubes pagan una cuota de 60 euros al año y se reúnen generalmente cada dos semanas para practicar sus discursos. Entre ellos se dan consejos, pero cuentan además con el asesoramiento de profesionales que se ponen a su servicio de manera gratuita. “Cualquier persona puede desarrollar esta habilidad. Lo único que hace falta es repetir y entrenar. Y no desanimarse porque las primeras veces no salga bien”, asegura Harold Zúñiga, uno de esos profesionales que ayudan en los clubes.
Zúñiga, que imparte talleres en empresas a ejecutivos, ofrece cuatro claves para hablar en público: superar la inseguridad, entrenar la voz y el gesto, sintetizar y escuchar al público. “Un truco consiste en grabarse, porque normalmente lo que el orador cree que está pasando es distinto de lo que de verdad está pasando. Puede que crea que habla alto cuando habla bajo o que no se dé cuenta de que va demasiado rápido”.
...la mayoría no sabe cómo hacerlo porque piensan que con la idea basta”, dice. “Pero la idea sola no basta. Hay que saber contarla. Y contarla rápido. Lo primero que les pido a mis alumnos es, de hecho, que me lo cuenten en un minuto, que es el tiempo que normalmente tiene un ejecutivo para escuchar sin interrupciones. Si no le enganchas en ese minuto, estás perdido”.
Más en El País.
(Ilustración tomada de internet, Badajoz.)
El 7 de julio de 2005, el día después de que Londres fuera elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2012, la prensa internacional solo hablaba de una cosa: la brillante presentación de la candidatura británica, que culminó con un emocionante discurso del atleta Sebastian Coe ovacionado por los miembros del Comité Olímpico Internacional (COI). El día que Coe ganó el oro, titulaba el diario The Guardian. “Poderoso”, “memorable”, “de tono perfecto, con la pasión de un deportista y la exactitud de un político”, escribían los cronistas. Algunos incluso aseguraban que fue ese discurso el que dio la victoria final a la capital inglesa sobre París, teniendo en cuenta que esta partía como favorita y que Londres había estado a punto de retirarse unos meses antes por su mala imagen. Madrid, en aquella ocasión, quedó eliminada en la tercera votación, tras Moscú y Nueva York.
Hace justo una semana, Madrid volvió a presentarse ante los miembros del COI con la esperanza de organizar los Juegos de 2020. Y, al día siguiente, la prensa y las redes sociales solo hablaban de una cosa: la deslucida presentación de la candidatura, especialmente la intervención en inglés de la alcaldesa Ana Botella. Los analistas han atribuido esta nueva derrota de Madrid a otros factores, como la economía y el dopaje, pero algunas preguntas han quedado en el aire. ¿Cuánto contribuyó la fallida presentación final a que Madrid no pasara ni siquiera a la segunda votación? ¿Tienen los españoles menos habilidades que otros países para hablar en público?
“No somos ni mejores ni peores. Pero tenemos un déficit estructural, originado por la escasa importancia que da nuestro sistema educativo a la oratoria o la dialéctica, que se refleja especialmente en nuestros líderes políticos e institucionales”, opina Antoni Gutierrez-Rubí, asesor de comunicación y consultor político. “Puede haber individuos con más habilidad o carisma que otros, pero nadie nace con dotes de oratoria. Eso hay que aprenderlo. Así como en Francia, Reino Unido, Alemania y EE UU, por ejemplo, los exámenes orales son fundamentales, la tradición educativa española nunca ha puesto el acento en las exposiciones habladas”, explica.
“Tampoco, hasta hace nada, se ha dado importancia al inglés”, prosigue Gutiérrez-Rubí. “En consecuencia, nuestros líderes, que en su mayoría rondan los 50 años, se han visto obligados a superar ese déficit a marchas forzadas, con esfuerzo y muchas horas de entrenamiento. Y el que no lo ha hecho, se le nota”, advierte. “No hay más que ver el nivel de los debates electorales”, apunta.
Gutiérrez-Rubí insiste en que los españoles no son más torpes que otros para hablar en público. “Al contrario, tenemos grandes cualidades. Nos gusta hablar, nuestra cultura nos hace muy sociables y empáticos. Pero la sociabilidad natural no te prepara para hacer una buena exposición o debatir una idea. No se puede confiar en tener un momento genial, hay que trabajárselo como se lo trabajan, por ejemplo, esos americanos que ofrecen auténticos espectáculos con cualquier pequeña presentación que tengan que hacer”.
El déficit educativo en expresión oral preocupa no solo en el entorno político. También en el ámbito universitario. “Los alumnos llegan con un nivel muy bajo porque no han hecho exámenes orales ni han practicado nunca. La mayoría no saben exponer sus ideas y algunos ni siquiera podrían superar una entrevista de trabajo”, asegura Adolfo Lucas, profesor de oratoria en varias universidades y autor del libro El poder de la palabra.
Lucas es además director de la Sociedad de Debate de la Universidad Abat Oliba CEU, que se puso en marcha en el curso 2008-2009 para ayudar a los alumnos a mejorar sus habilidades en expresión, argumentación y debate. “Cada vez hay más sociedades de este tipo en las universidades porque cada vez hay más conciencia del problema. Pero como no es obligatorio participar, solo se apuntan unos pocos interesados. Debería haber una asignatura obligatoria, o al menos obligar a todos los alumnos a hacer exposiciones orales a menudo”, comenta.
Solo hace nueve años que se creó el torneo de debate más antiguo que existe en el ámbito universitario español, el del CEU, que cada año congrega a los principales clubes de debate académicos del país. “Eso da idea de lo retrasados que vamos”, lamenta Lucas. Y advierte: “Es tan importante practicar para hablar en público como entrenarse en el debate. Porque puedes hacer una buena presentación si te la preparas bien, pero de una comparecencia con preguntas, como puede ser una rueda de prensa, no sales bien parado si no practicas el debate”.
Practicar, practicar y practicar. Es el único truco que ofrecen todos los asesores y expertos en comunicación oral. “El ser humano no está preparado naturalmente para hablar en público. Es un hecho atípico, traumático. Por eso surge el miedo. Pero si practicas y entrenas mucho, cuando llegue el momento de enfrentarte a un auditorio la mente estará preparada para reconocer esa situación. Recuerdas que ya lo has hecho antes y sabes que puedes hacerlo. Quizá nunca te acostumbres del todo y siempre quede algo de miedo, pero podrás afrontarlo sin bloquearte. Y con el tiempo incluso, como dicen los actores, empiezas a disfrutar del contacto con el público”, explica Antonella Broglia, organizadora de TEDxMadrid, una jornada de conferencias que se celebra en Madrid a imagen de la que se desarrolla desde hace años en California, con la participación de algunos de los oradores y emprendedores más importantes del mundo.
Clubes para aprender a hablar
En 1924 un grupo de personas fundó en California el primer club Toastmasters. Su objetivo era que sus miembros se reunieran con cierta frecuencia para practicar sus habilidades orales, tanto para aplicarlas en la vida cotidiana como para hablar en público, argumentar en debates o superar una entrevista personal. Aquello fue el germen de una organización internacional no lucrativa que hoy está presente en 122 países, entre ellos España, donde hay 22 clubes repartidos en Madrid, Barcelona, Marbella, Málaga, Alicante, Sevilla, Palma de Mallorca, Valencia y Vitoria.
Los miembros de estos clubes pagan una cuota de 60 euros al año y se reúnen generalmente cada dos semanas para practicar sus discursos. Entre ellos se dan consejos, pero cuentan además con el asesoramiento de profesionales que se ponen a su servicio de manera gratuita. “Cualquier persona puede desarrollar esta habilidad. Lo único que hace falta es repetir y entrenar. Y no desanimarse porque las primeras veces no salga bien”, asegura Harold Zúñiga, uno de esos profesionales que ayudan en los clubes.
Zúñiga, que imparte talleres en empresas a ejecutivos, ofrece cuatro claves para hablar en público: superar la inseguridad, entrenar la voz y el gesto, sintetizar y escuchar al público. “Un truco consiste en grabarse, porque normalmente lo que el orador cree que está pasando es distinto de lo que de verdad está pasando. Puede que crea que habla alto cuando habla bajo o que no se dé cuenta de que va demasiado rápido”.
...la mayoría no sabe cómo hacerlo porque piensan que con la idea basta”, dice. “Pero la idea sola no basta. Hay que saber contarla. Y contarla rápido. Lo primero que les pido a mis alumnos es, de hecho, que me lo cuenten en un minuto, que es el tiempo que normalmente tiene un ejecutivo para escuchar sin interrupciones. Si no le enganchas en ese minuto, estás perdido”.
Más en El País.
(Ilustración tomada de internet, Badajoz.)
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sábado, 14 de septiembre de 2013
Contradicciones sobre el disco duro de Bárcenas.
Cospedal dijo que Bárcenas no trabajaba para el PP pero se le pagaba la Seguridad Social (aquello de la “simulación en diferido”, ¿recuerdan?).
Los secretarios generales del PP dicen ante el juez, primero, que pueden asegurar que no había contabilidad B y, después, que no tenían ni idea de lo que hacía el tesorero. La dirección del PP dijo que destruyó un disco duro de un ordenador de Bárcenas en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, y el abogado de Cospedal dice ahora que ese disco duro era “de una virginidad total que no contenía absolutamente nada”. Pero... si no tenía datos, ¿cómo lo destruyen en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos?
Por favor, ¡que dejen de tratarnos como imbéciles de una vez!— José Díez. Barcelona. Cartas al director. El País.
Los secretarios generales del PP dicen ante el juez, primero, que pueden asegurar que no había contabilidad B y, después, que no tenían ni idea de lo que hacía el tesorero. La dirección del PP dijo que destruyó un disco duro de un ordenador de Bárcenas en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos, y el abogado de Cospedal dice ahora que ese disco duro era “de una virginidad total que no contenía absolutamente nada”. Pero... si no tenía datos, ¿cómo lo destruyen en cumplimiento de la Ley de Protección de Datos?
Por favor, ¡que dejen de tratarnos como imbéciles de una vez!— José Díez. Barcelona. Cartas al director. El País.
La Columna de Amy Goodman. Kerry, Kissinger y el otro 11 de septiembre
Amy Goodman y Denis Moynihan
Mientras la intervención militar del Presidente Barack Obama en Siria parece haberse postergado por el momento, llama la atención que el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se haya reunido el 11 de septiembre con uno de sus predecesores, Henry Kissinger, supuestamente para hablar de la estrategia de las próximas negociaciones sobre Siria con funcionarios rusos. La reunión entre Kerry y Kissinger y la oposición pública al ataque a Siria, que ambos apoyan, deberían mirarse a través del espejo de lo sucedido el 11 de septiembre, pero de 1973.
Aquel día, hace 40 años, el presidente democráticamente electo de Chile, Salvador Allende, fue derrocado violentamente mediante un golpe de Estado que contó con el apoyo de Estados Unidos. El General Augusto Pinochet asumió el control del país y dio inicio a diecisiete años de un régimen militar de terror, en el que más de 3.000 chilenos fueron asesinados y desaparecidos, alrededor del mismo número de personas que murieron el 11 de septiembre de 2001. Allende, que era socialista, contaba con mucho apoyo popular en su país, pero sus políticas eran el anatema de las élites de Chile y Estados Unidos, por lo que el entonces Presidente estadounidense, Richard Nixon, y su Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, apoyaron el intento de derrocarlo.
El papel que desempeñó Kissinger en la planificación del golpe de Estado en Chile en 1973 queda más claro a medida que pasan los años y surgen nuevos documentos, que el propio Kissinger intentó mantener en secreto. Peter Kornbluh, de la organización sin fines de lucro National Security Archive (Archivo de Seguridad Nacional), ha revelado las pruebas durante años, y recientemente actualizó su libro “Pinochet: los archivos secretos”. Kornbluh me dijo que Kissinger “fue el principal responsable de idear la política para derrocar a Allende e incluso de apoyar a Pinochet y las violaciones de los derechos humanos que ocurrieron durante su régimen”. Afirmó que Kissinger “presionó a Nixon para que asumiera una política agresiva, pero encubierta, para lograr derrocar a Allende, desestabilizar su capacidad de gobernar y generar lo que Kissinger denominó 'un clima golpista'”. Más...
Mientras la intervención militar del Presidente Barack Obama en Siria parece haberse postergado por el momento, llama la atención que el Secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, se haya reunido el 11 de septiembre con uno de sus predecesores, Henry Kissinger, supuestamente para hablar de la estrategia de las próximas negociaciones sobre Siria con funcionarios rusos. La reunión entre Kerry y Kissinger y la oposición pública al ataque a Siria, que ambos apoyan, deberían mirarse a través del espejo de lo sucedido el 11 de septiembre, pero de 1973.
Aquel día, hace 40 años, el presidente democráticamente electo de Chile, Salvador Allende, fue derrocado violentamente mediante un golpe de Estado que contó con el apoyo de Estados Unidos. El General Augusto Pinochet asumió el control del país y dio inicio a diecisiete años de un régimen militar de terror, en el que más de 3.000 chilenos fueron asesinados y desaparecidos, alrededor del mismo número de personas que murieron el 11 de septiembre de 2001. Allende, que era socialista, contaba con mucho apoyo popular en su país, pero sus políticas eran el anatema de las élites de Chile y Estados Unidos, por lo que el entonces Presidente estadounidense, Richard Nixon, y su Secretario de Estado y asesor de seguridad nacional, Henry Kissinger, apoyaron el intento de derrocarlo.
El papel que desempeñó Kissinger en la planificación del golpe de Estado en Chile en 1973 queda más claro a medida que pasan los años y surgen nuevos documentos, que el propio Kissinger intentó mantener en secreto. Peter Kornbluh, de la organización sin fines de lucro National Security Archive (Archivo de Seguridad Nacional), ha revelado las pruebas durante años, y recientemente actualizó su libro “Pinochet: los archivos secretos”. Kornbluh me dijo que Kissinger “fue el principal responsable de idear la política para derrocar a Allende e incluso de apoyar a Pinochet y las violaciones de los derechos humanos que ocurrieron durante su régimen”. Afirmó que Kissinger “presionó a Nixon para que asumiera una política agresiva, pero encubierta, para lograr derrocar a Allende, desestabilizar su capacidad de gobernar y generar lo que Kissinger denominó 'un clima golpista'”. Más...
viernes, 13 de septiembre de 2013
Albert Jacquard, genetista y valedor de las minorías. El popular científico, apóstol del "decrecimiento alegre", era un icono de la izquierda francesa.
Albert Jacquard (Lyon, 1925), un científico y profesor tan prestigioso como popular en Francia, falleció ayer a los 87 años, según anunció su hijo a la agencia France Presse, a causa de una leucemia. Especialista en genética, tardíamente licenciado por la Universidad de Stanford en los años sesenta, Jacquard fue conocido sobre todo por su tenaz compromiso ciudadano, que le llevó a abrazar y abanderar numerosas causas. Fue sucesivamente jipi y pacifista, profesor y experto de la Organización Mundial de la Salud (OMS), defensor de los derechos de las minorías raciales, apóstol del “decrecimiento alegre” y apasionado valedor de los olvidados, especialmente los sin techo, los sin papeles y los menores víctimas de abusos sexuales y violencia.
Nacido en una familia rica de Lyon, el pelirrojo Jacquard estudió en la Universidad Politécnica, la escuela napoleónica que combina la excelencia científica con la tradición humanista, y comenzó a trabajar en 1962 en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos. Era casi cuarentón cuando, según contaba en ese momento, se dio cuenta de que “nadie es eterno” y decidió “no malgastar la vida en cosas ridículas”. Hizo las maletas y se marchó a Stanford (California), donde estudió Genética de las poblaciones. Allí forjó su conciencia política, durante los años de los disturbios raciales, el nacimiento del movimiento jipi y las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.
De vuelta a Francia, Jacquard se doctoró dos veces (en Genética y en Biología Humana) y empezó a escribir libros. En 1978, publicó El elogio de la diferencia, un libro-manifiesto contra las desigualdades. Mientras impartía clases y trabajaba para la OMS, el investigador nunca dejó de desmontar los argumentos pretendidamente científicos de las teorías racistas que sustentaban la política colonial; en 1987, participó como testigo en el proceso judicial contra el jerarca de las SS y de la Gestapo Klaus Barbie, “El Carnicero de Lyon”, que acabaría siendo condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad.
Miembro del Comité Nacional de Ética, Jacquard fue un divulgador muy mediático, aunque sus intervenciones públicas siempre estaban tocadas por la fibra de los verdaderos sabios, la humildad. Uno de sus lemas preferidos era “la verdad no se posee, solo se busca”.
En los años noventa, Albert Jacquard encontró una enorme causa perdida a la que dedicarse: los sin papeles, los sin techo, los gitanos y los niños maltratados y olvidados por el sistema. Cercano al Partido Comunista Francés, combatió con datos y acciones el ascenso de la ultraderecha xenófoba y el nacimiento de la derecha “sin complejos”, y se convirtió en presidente de honor de la asociación Derecho a la Vivienda.
“Es una gran pérdida para nosotros, Albert era una luz”, declaró ayer Jean-Baptiste Eyraud, portavoz de la asociación. “Fue nuestro compañero de viaje desde el principio, desde 1990. Aquel fue su primer combate sobre el terreno, pero siguió con nosotros hasta el final. Siempre estaba disponible, incluso a los 87 años. Sabía cómo dar esperanza a los niños, a los que no tenían techo. Comunicaba mensajes complicados con palabras sencillas”.
La desaparición de Jacquard causó honda emoción en el mundo científico, en el medio asociativo y entre los militantes de la izquierda. Su colega Axel Kahn expresó desde su cuenta en Twitter su reconocimiento a “un hombre valiente y profundamente bueno”. La ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, que el jueves logró que la Asamblea Nacional aprobaba una ley para evitar los precios abusivos de los alquileres, afirmó que el científico “encarnaba la invitación, siempre actual, a reflexionar sobre los desequilibrios de la sociedad, la riqueza de nuestras culturas y la importancia de la educación”.
Harlem Désir, primer secretario del Partido Socialista, subrayó la lucha de Jacquard por los menores víctimas de la violencia sexual contra los menores, y el presidente de la República, François Hollande, emitió un comunicado en el que definió al genetista como un “humanista comprometido que militó incansablemente por los derechos de los más pobres, por su vivienda y su dignidad. Los franceses pierden un sabio, y los más desfavorecidos un ilustre portavoz”, concluyó Hollande.
Fuente: El País
Nacido en una familia rica de Lyon, el pelirrojo Jacquard estudió en la Universidad Politécnica, la escuela napoleónica que combina la excelencia científica con la tradición humanista, y comenzó a trabajar en 1962 en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos. Era casi cuarentón cuando, según contaba en ese momento, se dio cuenta de que “nadie es eterno” y decidió “no malgastar la vida en cosas ridículas”. Hizo las maletas y se marchó a Stanford (California), donde estudió Genética de las poblaciones. Allí forjó su conciencia política, durante los años de los disturbios raciales, el nacimiento del movimiento jipi y las manifestaciones contra la guerra de Vietnam.
De vuelta a Francia, Jacquard se doctoró dos veces (en Genética y en Biología Humana) y empezó a escribir libros. En 1978, publicó El elogio de la diferencia, un libro-manifiesto contra las desigualdades. Mientras impartía clases y trabajaba para la OMS, el investigador nunca dejó de desmontar los argumentos pretendidamente científicos de las teorías racistas que sustentaban la política colonial; en 1987, participó como testigo en el proceso judicial contra el jerarca de las SS y de la Gestapo Klaus Barbie, “El Carnicero de Lyon”, que acabaría siendo condenado a cadena perpetua por crímenes contra la humanidad.
Miembro del Comité Nacional de Ética, Jacquard fue un divulgador muy mediático, aunque sus intervenciones públicas siempre estaban tocadas por la fibra de los verdaderos sabios, la humildad. Uno de sus lemas preferidos era “la verdad no se posee, solo se busca”.
En los años noventa, Albert Jacquard encontró una enorme causa perdida a la que dedicarse: los sin papeles, los sin techo, los gitanos y los niños maltratados y olvidados por el sistema. Cercano al Partido Comunista Francés, combatió con datos y acciones el ascenso de la ultraderecha xenófoba y el nacimiento de la derecha “sin complejos”, y se convirtió en presidente de honor de la asociación Derecho a la Vivienda.
“Es una gran pérdida para nosotros, Albert era una luz”, declaró ayer Jean-Baptiste Eyraud, portavoz de la asociación. “Fue nuestro compañero de viaje desde el principio, desde 1990. Aquel fue su primer combate sobre el terreno, pero siguió con nosotros hasta el final. Siempre estaba disponible, incluso a los 87 años. Sabía cómo dar esperanza a los niños, a los que no tenían techo. Comunicaba mensajes complicados con palabras sencillas”.
La desaparición de Jacquard causó honda emoción en el mundo científico, en el medio asociativo y entre los militantes de la izquierda. Su colega Axel Kahn expresó desde su cuenta en Twitter su reconocimiento a “un hombre valiente y profundamente bueno”. La ministra de Vivienda, la ecologista Cécile Duflot, que el jueves logró que la Asamblea Nacional aprobaba una ley para evitar los precios abusivos de los alquileres, afirmó que el científico “encarnaba la invitación, siempre actual, a reflexionar sobre los desequilibrios de la sociedad, la riqueza de nuestras culturas y la importancia de la educación”.
Harlem Désir, primer secretario del Partido Socialista, subrayó la lucha de Jacquard por los menores víctimas de la violencia sexual contra los menores, y el presidente de la República, François Hollande, emitió un comunicado en el que definió al genetista como un “humanista comprometido que militó incansablemente por los derechos de los más pobres, por su vivienda y su dignidad. Los franceses pierden un sabio, y los más desfavorecidos un ilustre portavoz”, concluyó Hollande.
Fuente: El País
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Albert Jacquard (1925-2013), in memoriam
Salvador López Arnal
"El país perdió hoy [12 de septiembre] a un hombre que, viniendo de las ciencias, abrazó los combates por la igualdad y la justicia", ha señalado en un comunicado el PCF, el Partido Comunista Francés [1]. El genetista, el filósofo, el pensador que siempre apoyó y se declaró públicamente a favor de la elección del esperanto como segunda lengua universal, el consistente defensor de los “sin papeles”, el activo militante ciudadano en múltiples causas, el gran científico e incansable divulgador científico (autor de una treintena de libros) Albert Jacquard,, murió el pasado jueves en su domicilio de París a los 87 años a causa de una leucemia. El ex investigador genetista y presidente de la Universidad París Descartes, Axel Kahn, ha hablado de este hombre "valiente y profundamente bueno", cuyo combate era "la humanidad de los hombres".
Científico de alto nivel, AJ consagró sus estudios a demostrar la falsedad del racismo, a demostrar la infamia científica y poliética de la idea de una supuesta superioridad natural de algunos pueblos sobre otros, así como a la defensa del entorno natural para preservar la vida en el planeta. Activista de la organización antinuclear “Salir de lo Nuclear” hizo esta definición del humanismo crítico: “Tener conciencia de que el mañana existirá y yo puedo ejercer una influencia en él, es lo propio del hombre". En varias de sus obras, así como en sus crónicas regulares para “France Culture”, AJ criticó “los males del capitalismo, causantes de los problemas de la contaminación y el desperdicio y reclamó el acceso a los recursos naturales por igual para todos los pueblos”.
Nacido en Lyon en 1925, en el seno de una familia católica y conservadora acomodada (su padre fue director del Banco de Francia) del Franco Condado, AJ quedó desfigurado a los 9 años de edad en un accidente de coche en el que falleció su hermano. En 1943, obtuvo dos bachilleratos en matemática y filosofía. En 1948, se graduó en ingeniería de fábricas públicas en la Escuela politécnica francesa y se integró en el Instituto francés de estadística. Tres años más tarde, se incorporó a SEITA como ingeniero de organización y de método. Posteriormente trabajó como investigador en el tribunal de cuentas francés y como alto ejecutivo en el ministerio de salud.
En 1966, a los 40 años, se matriculó en Stanford (USA) para especializarse en genética de las poblaciones. Su estancia en la universidad norteamericana, que culminó con sendos doctorados en genética y biología humana, el crítico y rebelde ambiente político norteamericano de los años sesenta, le impulsó a dar un vuelco a su vida: “le llevó a luchar contra la explotación con fines comerciales del genoma humano y comprometerse entre otras causas con el abandono de la energía nuclear, la ecología, los sin papeles y el derecho a la vivienda”.
Su militancia fue fruto de una toma de consciencia tardía, hecho que nunca ocultó. Durante la ocupación nazi de Francia estuvo demasiado concentrado en sus estudios, viviendo, con sus propias palabras, como "un pasajero de la historia". El futuro aliado del Abad Pierre en su defensa de los derechos humanos de los más desfavorecidos, el futuro presidente de honor de la asociación Derecho al Alojamiento (DAL) y cofundador en 1994 de la asociación Droit Devant, se forjó como filósofo tras su regreso de EE.UU. Se convirtió en defensor de un "decrecimiento optimista" capaz de afrontar "la economía triunfante" y los perjuicios del capitalismo, como los derroches y la contaminación”.
En 1968, AJ dirigió el servicio genético de la INED, enseñó en las universidades de París VI, Ginebra (1973-1976) y Lovaina (Bélgica, 1979-1981), colaboró con la OMS de 1973 a 1985, dio cursos en la Accademia di Architettura di Mendrisio Suiza y recibió, entre otros galardones, el grado de oficial de la Legión de Honor. Formando parte del Comité consultivo francés de ética en los años noventa, se opuso rotundamente a la comercialización del genoma humano. En 1987 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Quebec, y, posteriormente, por las universidades de Brunswick y Lovaine-la-Neuve. Fue consejero científico en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos entre 1990 a 1991. En 1992 fue galardonado con el premio literario de la Villa de Ginebra.
En una de sus últimas entrevistas, primavera de 2013, señalaba AJ: “Lo que es seguro es que, llegado a mi edad, uno se pregunta qué significó tal compromiso, tal frase escrita hace decenas de años, que solo ahora percibo tiene sentido o un sentido diferente". Empero, añadía, "no hace falta esperar a los 87 años para hacer este ejercicio".
“La verdad no se posee, solo se busca”. Así rezaba un popular aforismo suyo (Pequeña filosofía para los no filósofos, 1997). AJ no cesó de buscarla, como tampoco cesó en su empeño para ayudar a construir un mundo más justo, más fraternal, más humano, más libre, menos fáustico y más respetuoso con el entorno.
PS: En su libro póstumo sobre la tercera cultura, Francisco Fernández Buey dedica un paso al gran científico francés en los compases iniciales del primer capítulo de su ensayo [3]. Resumo: Por otra parte, señala, “y nos conviene no olvidar la otra parte”, si queremos tener una noción clara y precisa de hasta dónde llega y puede llegar razonablemente la ayuda de las ciencias naturales en la resolución de los problemas éticos-políticos contemporáneos “también es evidente que los científicos en activo necesitan formación humanística”. La ciencia sin más complementos no genera conciencia ético-política. Del saber científico no se deriva directamente, sin mediaciones, la conciencia ciudadana, y “las ciencias de la naturaleza y de la vida dicen poco acerca de las complicadas mediaciones por las que el ser humano pasa de la teoría en sentido propio a la decisión de actuar”, a favor, por ejemplo, de la conservación del medio ambiente, de un modo de producir y de vivir ecológicamente fundamentado, del respeto a la diversidad o de la sostenibilidad ecológica. Viene aquí a cuento, son palabras de FFB, “precisamente porque a partir de ella se puede empezar a generalizar sobre la complicada relación entre ciencia y conciencia, entre teoría y decisión”, una interesante declaración autocrítica del genetista francés Albert Jacquard: “Gracias a la biología, yo, el genetista, creía ayudar a la gente a que viese las cosas más claramente, diciéndoles: Vosotros habláis de raza, pero ¿qué es eso en realidad? Y acto seguido les demostraba que el concepto de raza no se puede definir sin caer en arbitrariedades y ambigüedades [...] En otras palabras: que el concepto de raza carece de fundamento y, consiguientemente, el racismo debe desaparecer. Hace unos años yo habría aceptado de buen grado que, una vez hecha esta afirmación, mi trabajo como científico y como ciudadano había concluido. Hoy no pienso así, pues aunque no haya razas la existencia del racismo es indudable”. En líneas generales, concluye FFB, se podía decir que hay conciencia de la necesidad “de un acercamiento o reconciliación entre ciencias y humanidades desde la década de los sesenta del siglo XX y que el debate provocado por Charles Percy Snow a propósito de lo que él llamó las dos culturas ha sido un elemento central en la difusión de esta conciencia”. Como la preocupación por la cada vez mayor separación de las letras y las ciencias, del humanista y del científico, tiene antecedentes, y particularmente uno importante en el último tercio del siglo XIX en Gran Bretaña, conviene, apunta el autor de La gran perturbación, “dedicar unas palabras a esta otra historia antes de entrar en la polémica suscitada por C.P. Snow ya en el siglo XX”. La historia que nos cuenta FFB a continuación está entre sus grandes momentos.
Notas:
[1] He tomado pie en Miguel Mora, “AJ, genetista y valedor de los más pobres”. El País, 14 de septiembre de 2013, p. 54;
http://www.agenciasinc.es/Multimedia/Fotografias/Muere-el-genetista-y-humanista-frances-Albert-Jacquard-a-los-87-anos y
http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013-09-12/murio-el-genetista-ensayista-y-militante-frances-albert-jacquard_40575/
[2] En 2010 AJ hizo un llamamiento a la "resistencia global" ante la evolución del mundo, dadas las amenazas existentes sobre la humanidad
[3] Francisco Fernández Buey, Por la tercera cultura, Montesinos, Barcelona, en prensa (edición de Jordi Mir Garcia y SLA).
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimi
"El país perdió hoy [12 de septiembre] a un hombre que, viniendo de las ciencias, abrazó los combates por la igualdad y la justicia", ha señalado en un comunicado el PCF, el Partido Comunista Francés [1]. El genetista, el filósofo, el pensador que siempre apoyó y se declaró públicamente a favor de la elección del esperanto como segunda lengua universal, el consistente defensor de los “sin papeles”, el activo militante ciudadano en múltiples causas, el gran científico e incansable divulgador científico (autor de una treintena de libros) Albert Jacquard,, murió el pasado jueves en su domicilio de París a los 87 años a causa de una leucemia. El ex investigador genetista y presidente de la Universidad París Descartes, Axel Kahn, ha hablado de este hombre "valiente y profundamente bueno", cuyo combate era "la humanidad de los hombres".
Científico de alto nivel, AJ consagró sus estudios a demostrar la falsedad del racismo, a demostrar la infamia científica y poliética de la idea de una supuesta superioridad natural de algunos pueblos sobre otros, así como a la defensa del entorno natural para preservar la vida en el planeta. Activista de la organización antinuclear “Salir de lo Nuclear” hizo esta definición del humanismo crítico: “Tener conciencia de que el mañana existirá y yo puedo ejercer una influencia en él, es lo propio del hombre". En varias de sus obras, así como en sus crónicas regulares para “France Culture”, AJ criticó “los males del capitalismo, causantes de los problemas de la contaminación y el desperdicio y reclamó el acceso a los recursos naturales por igual para todos los pueblos”.
Nacido en Lyon en 1925, en el seno de una familia católica y conservadora acomodada (su padre fue director del Banco de Francia) del Franco Condado, AJ quedó desfigurado a los 9 años de edad en un accidente de coche en el que falleció su hermano. En 1943, obtuvo dos bachilleratos en matemática y filosofía. En 1948, se graduó en ingeniería de fábricas públicas en la Escuela politécnica francesa y se integró en el Instituto francés de estadística. Tres años más tarde, se incorporó a SEITA como ingeniero de organización y de método. Posteriormente trabajó como investigador en el tribunal de cuentas francés y como alto ejecutivo en el ministerio de salud.
En 1966, a los 40 años, se matriculó en Stanford (USA) para especializarse en genética de las poblaciones. Su estancia en la universidad norteamericana, que culminó con sendos doctorados en genética y biología humana, el crítico y rebelde ambiente político norteamericano de los años sesenta, le impulsó a dar un vuelco a su vida: “le llevó a luchar contra la explotación con fines comerciales del genoma humano y comprometerse entre otras causas con el abandono de la energía nuclear, la ecología, los sin papeles y el derecho a la vivienda”.
Su militancia fue fruto de una toma de consciencia tardía, hecho que nunca ocultó. Durante la ocupación nazi de Francia estuvo demasiado concentrado en sus estudios, viviendo, con sus propias palabras, como "un pasajero de la historia". El futuro aliado del Abad Pierre en su defensa de los derechos humanos de los más desfavorecidos, el futuro presidente de honor de la asociación Derecho al Alojamiento (DAL) y cofundador en 1994 de la asociación Droit Devant, se forjó como filósofo tras su regreso de EE.UU. Se convirtió en defensor de un "decrecimiento optimista" capaz de afrontar "la economía triunfante" y los perjuicios del capitalismo, como los derroches y la contaminación”.
En 1968, AJ dirigió el servicio genético de la INED, enseñó en las universidades de París VI, Ginebra (1973-1976) y Lovaina (Bélgica, 1979-1981), colaboró con la OMS de 1973 a 1985, dio cursos en la Accademia di Architettura di Mendrisio Suiza y recibió, entre otros galardones, el grado de oficial de la Legión de Honor. Formando parte del Comité consultivo francés de ética en los años noventa, se opuso rotundamente a la comercialización del genoma humano. En 1987 fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de Quebec, y, posteriormente, por las universidades de Brunswick y Lovaine-la-Neuve. Fue consejero científico en el Instituto Nacional de Estudios Demográficos entre 1990 a 1991. En 1992 fue galardonado con el premio literario de la Villa de Ginebra.
En una de sus últimas entrevistas, primavera de 2013, señalaba AJ: “Lo que es seguro es que, llegado a mi edad, uno se pregunta qué significó tal compromiso, tal frase escrita hace decenas de años, que solo ahora percibo tiene sentido o un sentido diferente". Empero, añadía, "no hace falta esperar a los 87 años para hacer este ejercicio".
“La verdad no se posee, solo se busca”. Así rezaba un popular aforismo suyo (Pequeña filosofía para los no filósofos, 1997). AJ no cesó de buscarla, como tampoco cesó en su empeño para ayudar a construir un mundo más justo, más fraternal, más humano, más libre, menos fáustico y más respetuoso con el entorno.
PS: En su libro póstumo sobre la tercera cultura, Francisco Fernández Buey dedica un paso al gran científico francés en los compases iniciales del primer capítulo de su ensayo [3]. Resumo: Por otra parte, señala, “y nos conviene no olvidar la otra parte”, si queremos tener una noción clara y precisa de hasta dónde llega y puede llegar razonablemente la ayuda de las ciencias naturales en la resolución de los problemas éticos-políticos contemporáneos “también es evidente que los científicos en activo necesitan formación humanística”. La ciencia sin más complementos no genera conciencia ético-política. Del saber científico no se deriva directamente, sin mediaciones, la conciencia ciudadana, y “las ciencias de la naturaleza y de la vida dicen poco acerca de las complicadas mediaciones por las que el ser humano pasa de la teoría en sentido propio a la decisión de actuar”, a favor, por ejemplo, de la conservación del medio ambiente, de un modo de producir y de vivir ecológicamente fundamentado, del respeto a la diversidad o de la sostenibilidad ecológica. Viene aquí a cuento, son palabras de FFB, “precisamente porque a partir de ella se puede empezar a generalizar sobre la complicada relación entre ciencia y conciencia, entre teoría y decisión”, una interesante declaración autocrítica del genetista francés Albert Jacquard: “Gracias a la biología, yo, el genetista, creía ayudar a la gente a que viese las cosas más claramente, diciéndoles: Vosotros habláis de raza, pero ¿qué es eso en realidad? Y acto seguido les demostraba que el concepto de raza no se puede definir sin caer en arbitrariedades y ambigüedades [...] En otras palabras: que el concepto de raza carece de fundamento y, consiguientemente, el racismo debe desaparecer. Hace unos años yo habría aceptado de buen grado que, una vez hecha esta afirmación, mi trabajo como científico y como ciudadano había concluido. Hoy no pienso así, pues aunque no haya razas la existencia del racismo es indudable”. En líneas generales, concluye FFB, se podía decir que hay conciencia de la necesidad “de un acercamiento o reconciliación entre ciencias y humanidades desde la década de los sesenta del siglo XX y que el debate provocado por Charles Percy Snow a propósito de lo que él llamó las dos culturas ha sido un elemento central en la difusión de esta conciencia”. Como la preocupación por la cada vez mayor separación de las letras y las ciencias, del humanista y del científico, tiene antecedentes, y particularmente uno importante en el último tercio del siglo XIX en Gran Bretaña, conviene, apunta el autor de La gran perturbación, “dedicar unas palabras a esta otra historia antes de entrar en la polémica suscitada por C.P. Snow ya en el siglo XX”. La historia que nos cuenta FFB a continuación está entre sus grandes momentos.
Notas:
[1] He tomado pie en Miguel Mora, “AJ, genetista y valedor de los más pobres”. El País, 14 de septiembre de 2013, p. 54;
http://www.agenciasinc.es/Multimedia/Fotografias/Muere-el-genetista-y-humanista-frances-Albert-Jacquard-a-los-87-anos y
http://www.elconfidencial.com/ultima-hora-en-vivo/2013-09-12/murio-el-genetista-ensayista-y-militante-frances-albert-jacquard_40575/
[2] En 2010 AJ hizo un llamamiento a la "resistencia global" ante la evolución del mundo, dadas las amenazas existentes sobre la humanidad
[3] Francisco Fernández Buey, Por la tercera cultura, Montesinos, Barcelona, en prensa (edición de Jordi Mir Garcia y SLA).
Salvador López Arnal es miembro del Front Cívic Somos Mayoría y del CEMS (Centre d’Estudis sobre els Movimi
jueves, 12 de septiembre de 2013
La monja que defiende la revolución bolivariana en Cataluña
Anahí Aradas BBC Mundo
Cuando BBC Mundo llegó al monasterio de St. Benet de Montserrat, a las afueras de Barcelona, para entrevistar a la hermana Teresa Forcades, ésta recién terminaba de atender a un grupo de periodistas de una televisora finlandesa.
La plácida vida monástica ha sido últimamente más ajetreada de lo normal para esta monja benedictina que, enfundada en un severo hábito oscuro, defiende a ultranza una reforma política radical en Cataluña inspirada en el Socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez.
Su buzón de correo electrónico colapsa a menudo por el volumen de peticiones de medios y organizaciones que quieren citarse con ella, y así ver brotar de su boca de religiosa palabras como revolución, despenalización del aborto o para saber más sobre última misión: un manifiesto para impulsar una reforma constitucional y la independencia en Cataluña.
Este 11 de septiembre, día de nacional de Cataluña, Forcades participará en los actos reivindicativos que reclaman una consulta electoral sobre la independencia catalana, entre ellos una cadena humana que recorrerá el territorio catalán.
La religiosa fue uno de los fundadores del movimiento social catalán "Procés Constituent" (proceso constituyente, en castellano), que busca un cambio de modelo económico y social.
Pero, ¿quién es esta monja que ha sacudido la escena política catalana?
Fenómeno viral
Forcades se dio a conocer en un video en YouTube, difundido en catalán, castellano e inglés.
Doctora en medicina y máster en Teología protestante por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Forcades se dio a conocer al público español en 2009, con un video en internet llamado "Campanas contra la gripe A".
Rodado en el mismo convento y colgado en YouTube, el video recibió más de un millón de visitas. En él criticaba a la Organización Mundial de la Salud y las compañías farmacéuticas por promover una vacuna que calificó de riesgo para la salud pública.
Sus declaraciones desataron airadas críticas por parte de miembros de la comunidad médica, como también lo hicieron sus incendiarias opiniones contra la penalización del aborto, declaraciones públicas a las que el Vaticano respondió con una carta pidiendo explicaciones.
Una república catalana
Forcades no cree que su condición de religiosa sea incongruente con su activismo político.
Hoy, aprovecha el atractivo de sus pocos pelos en la lengua para defender un manifiesto, que escribió junto al economista de cabecera del movimiento de los 'Indignados' Arcadi Oliveres. Un documento base para fundar un movimiento que reclame la independencia y un cambio constitucional para Cataluña.
La reforma constitucional , aseguran, es esencial para que entre otras cosas se pueda nacionalizar la banca, las compañías energéticas, frenar las privatizaciones o defender el derecho de las personas a decidir sobre su propio cuerpo.
Con su activismo político, Forcades genera opiniones encontradas. Algunos no entienden que un miembro de la Iglesia Católica destaque como abanderada de lo que consideran extrema izquierda.
Otros, más allá de tierras catalanas, la llaman "separatista" por sus proclamas catalanistas. Aunque más que catalanismo, subraya, lo que propone es una fórmula republicana e independiente para Cataluña extrapolable a otras autonomías de España.
Su decisión de meterse en política, recuerda sentada en el jardín del convento, tampoco fue recibida con júbilo por todos los integrantes de su orden.
"En mi entorno monástico no pensamos todas igual, y antes de que yo participara en esta propuesta política pública tuvimos una reunión. Hubo hermanas que dijeron de ninguna manera te presentes como candidata, otras que dijeron: esto es estupendo".
"Sin embargo, sí salió un apoyo para que esta credibilidad transversal que tengo la pusiéramos al servicio de un proceso pacífico, democrático, pero contundente".
"Mecanismo perverso"
Forcades reside en el monasterio de St. Benet de Montserrat que pertenece a la orden benedictina.
En un contexto de crisis económica, Forcades no deja títere con cabeza. Critica lo que llama una "alianza del poder político con el poder económico", a una Iglesia Católica "caduca" y a una deuda pública que tilda de "ilegítima".
"Lo que pido", dice respecto a este último punto, "es una auditoría seria, como hizo Rafael Correa en Ecuador, que se distribuyan las responsabilidades correctamente".
"Yo creo que en Europa nos ocurre algo que podríamos llamar un mecanismo neocolonial, no de Europa hacia los países de Latinoamérica, sino del norte de Europa hacia el sur. Es decir, con una deuda que genera unos intereses de un porcentaje del producto interior bruto tan alto como para que el país quede mermado en su potencialidad de desarrollo".
Monja y revolucionaria
Que la llamen revolucionaria no le importa, dice. "Si por revolución se entiende un cambio radical. Entiendo que en el momento en que vivimos no puede ser un cambio en el sistema, sino un cambio de las reglas de juego que hay, ya que en este momento es imposible hacer prevalecer las necesidades de la mayoría".
Su concepto de revolución bebe de los preceptos de teología de la liberación, la regla de San Benito y lo que dice son las enseñanzas del socialismo bolivariano en América Latina.
El manifiesto de Forcades reclama la independencia y una nueva constitución para Cataluña.
"Mi experiencia única ha sido visitar Venezuela. La visité en 2007 por primera vez y mi impacto inmediato fue lo que llamo la subjetividad política: personas que tenían un perfil marginal (…), pero que hablaban desde una posición de convencimiento de que su opinión valía para algo".
"Estuve tres veces más y es lo que yo creí bueno. Eso en Europa nos hace falta urgentemente, esa conciencia de que el sujeto político es una persona de la calle".
Sin embargo, confiesa, no comparte ese "discurso único" que afirma vio a muchos defender en la Venezuela de Hugo Chávez y recuerda el pasaje sobre la Torre de Babel del Génesis de la Biblia, donde según la religiosa se demuestra que "Dios está en contra de la uniformidad".
"Desde el principio hay que potenciar la diversidad y hacer que este proyecto constituyente cuente con gente de distintas opciones políticas, potencie la originalidad de cada cual en su mismo proyecto político".
La fuerza del evangelio
Cuando no atiende a periodistas, sus plegarias o escritos académicos, Teresa Forcades se la pasa de plaza en plaza, asistiendo a asambleas populares y ofreciendo discursos, o cruza el mundo para impartir conferencias. Aunque no siempre encuentra las puertas abiertas, incluso las de la Iglesia.
A principios de agosto, por ejemplo, el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, suspendió un seminario que Forcades iba a ofrecer en la Conferencia de Superiores y Superiores Mayores de Religiosos en Perú, para "velar por la recta doctrina en su jurisdicción", dijo en un comunicado.
"Por la parte que toca la Iglesia", admite Forcades, "es cierto que la Iglesia católica tiene estructuras caducas, pero tiene la fuerza del Evangelio, que eso para mí no está caduco. Lo entiendo como un motor para una mejora social y personal, y un don para el mundo".
Ya sea por la fuerza del Evangelio o sus conocidas dotes oratorias, Forcades ya ha reunido 40.000 firmas para respaldar a un movimiento que pretende más adelante crear una candidatura unitaria para las próximas elecciones parlamentarias de Cataluña, en 2016.
Sobre su futuro en política, dice mientras se despide de nosotros, se lo toma como algo transitorio. "Entiendo mi vivencia actual como una excepción. Quizás esté más activa en un ámbito público por unos años y quizás luego me retire".
Cuando BBC Mundo llegó al monasterio de St. Benet de Montserrat, a las afueras de Barcelona, para entrevistar a la hermana Teresa Forcades, ésta recién terminaba de atender a un grupo de periodistas de una televisora finlandesa.
La plácida vida monástica ha sido últimamente más ajetreada de lo normal para esta monja benedictina que, enfundada en un severo hábito oscuro, defiende a ultranza una reforma política radical en Cataluña inspirada en el Socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez.
Su buzón de correo electrónico colapsa a menudo por el volumen de peticiones de medios y organizaciones que quieren citarse con ella, y así ver brotar de su boca de religiosa palabras como revolución, despenalización del aborto o para saber más sobre última misión: un manifiesto para impulsar una reforma constitucional y la independencia en Cataluña.
Este 11 de septiembre, día de nacional de Cataluña, Forcades participará en los actos reivindicativos que reclaman una consulta electoral sobre la independencia catalana, entre ellos una cadena humana que recorrerá el territorio catalán.
La religiosa fue uno de los fundadores del movimiento social catalán "Procés Constituent" (proceso constituyente, en castellano), que busca un cambio de modelo económico y social.
Pero, ¿quién es esta monja que ha sacudido la escena política catalana?
Fenómeno viral
Forcades se dio a conocer en un video en YouTube, difundido en catalán, castellano e inglés.
Doctora en medicina y máster en Teología protestante por la Universidad de Harvard, en Estados Unidos, Forcades se dio a conocer al público español en 2009, con un video en internet llamado "Campanas contra la gripe A".
Rodado en el mismo convento y colgado en YouTube, el video recibió más de un millón de visitas. En él criticaba a la Organización Mundial de la Salud y las compañías farmacéuticas por promover una vacuna que calificó de riesgo para la salud pública.
Sus declaraciones desataron airadas críticas por parte de miembros de la comunidad médica, como también lo hicieron sus incendiarias opiniones contra la penalización del aborto, declaraciones públicas a las que el Vaticano respondió con una carta pidiendo explicaciones.
Una república catalana
Forcades no cree que su condición de religiosa sea incongruente con su activismo político.
Hoy, aprovecha el atractivo de sus pocos pelos en la lengua para defender un manifiesto, que escribió junto al economista de cabecera del movimiento de los 'Indignados' Arcadi Oliveres. Un documento base para fundar un movimiento que reclame la independencia y un cambio constitucional para Cataluña.
La reforma constitucional , aseguran, es esencial para que entre otras cosas se pueda nacionalizar la banca, las compañías energéticas, frenar las privatizaciones o defender el derecho de las personas a decidir sobre su propio cuerpo.
Con su activismo político, Forcades genera opiniones encontradas. Algunos no entienden que un miembro de la Iglesia Católica destaque como abanderada de lo que consideran extrema izquierda.
Otros, más allá de tierras catalanas, la llaman "separatista" por sus proclamas catalanistas. Aunque más que catalanismo, subraya, lo que propone es una fórmula republicana e independiente para Cataluña extrapolable a otras autonomías de España.
Su decisión de meterse en política, recuerda sentada en el jardín del convento, tampoco fue recibida con júbilo por todos los integrantes de su orden.
"En mi entorno monástico no pensamos todas igual, y antes de que yo participara en esta propuesta política pública tuvimos una reunión. Hubo hermanas que dijeron de ninguna manera te presentes como candidata, otras que dijeron: esto es estupendo".
"Sin embargo, sí salió un apoyo para que esta credibilidad transversal que tengo la pusiéramos al servicio de un proceso pacífico, democrático, pero contundente".
"Mecanismo perverso"
Forcades reside en el monasterio de St. Benet de Montserrat que pertenece a la orden benedictina.
En un contexto de crisis económica, Forcades no deja títere con cabeza. Critica lo que llama una "alianza del poder político con el poder económico", a una Iglesia Católica "caduca" y a una deuda pública que tilda de "ilegítima".
"Lo que pido", dice respecto a este último punto, "es una auditoría seria, como hizo Rafael Correa en Ecuador, que se distribuyan las responsabilidades correctamente".
"Yo creo que en Europa nos ocurre algo que podríamos llamar un mecanismo neocolonial, no de Europa hacia los países de Latinoamérica, sino del norte de Europa hacia el sur. Es decir, con una deuda que genera unos intereses de un porcentaje del producto interior bruto tan alto como para que el país quede mermado en su potencialidad de desarrollo".
Monja y revolucionaria
Que la llamen revolucionaria no le importa, dice. "Si por revolución se entiende un cambio radical. Entiendo que en el momento en que vivimos no puede ser un cambio en el sistema, sino un cambio de las reglas de juego que hay, ya que en este momento es imposible hacer prevalecer las necesidades de la mayoría".
Su concepto de revolución bebe de los preceptos de teología de la liberación, la regla de San Benito y lo que dice son las enseñanzas del socialismo bolivariano en América Latina.
El manifiesto de Forcades reclama la independencia y una nueva constitución para Cataluña.
"Mi experiencia única ha sido visitar Venezuela. La visité en 2007 por primera vez y mi impacto inmediato fue lo que llamo la subjetividad política: personas que tenían un perfil marginal (…), pero que hablaban desde una posición de convencimiento de que su opinión valía para algo".
"Estuve tres veces más y es lo que yo creí bueno. Eso en Europa nos hace falta urgentemente, esa conciencia de que el sujeto político es una persona de la calle".
Sin embargo, confiesa, no comparte ese "discurso único" que afirma vio a muchos defender en la Venezuela de Hugo Chávez y recuerda el pasaje sobre la Torre de Babel del Génesis de la Biblia, donde según la religiosa se demuestra que "Dios está en contra de la uniformidad".
"Desde el principio hay que potenciar la diversidad y hacer que este proyecto constituyente cuente con gente de distintas opciones políticas, potencie la originalidad de cada cual en su mismo proyecto político".
La fuerza del evangelio
Cuando no atiende a periodistas, sus plegarias o escritos académicos, Teresa Forcades se la pasa de plaza en plaza, asistiendo a asambleas populares y ofreciendo discursos, o cruza el mundo para impartir conferencias. Aunque no siempre encuentra las puertas abiertas, incluso las de la Iglesia.
A principios de agosto, por ejemplo, el cardenal de Lima, Juan Luis Cipriani, suspendió un seminario que Forcades iba a ofrecer en la Conferencia de Superiores y Superiores Mayores de Religiosos en Perú, para "velar por la recta doctrina en su jurisdicción", dijo en un comunicado.
"Por la parte que toca la Iglesia", admite Forcades, "es cierto que la Iglesia católica tiene estructuras caducas, pero tiene la fuerza del Evangelio, que eso para mí no está caduco. Lo entiendo como un motor para una mejora social y personal, y un don para el mundo".
Ya sea por la fuerza del Evangelio o sus conocidas dotes oratorias, Forcades ya ha reunido 40.000 firmas para respaldar a un movimiento que pretende más adelante crear una candidatura unitaria para las próximas elecciones parlamentarias de Cataluña, en 2016.
Sobre su futuro en política, dice mientras se despide de nosotros, se lo toma como algo transitorio. "Entiendo mi vivencia actual como una excepción. Quizás esté más activa en un ámbito público por unos años y quizás luego me retire".
La Ley de Protección de Datos evidencia las mentiras del PP sobre el ordenador de Bárcenas
El PP ha mentido (para variar) afirmando que la Ley de Protección de Datos obliga a borrar y formatear los ordenadores una vez que el usuario los devuelve a la empresa. Y en base a ese pretexto destruyeron las pruebas obrantes en el ordenador del honrado Luis Bárcenas.
Sin embargo, esta ley “impide expresamente borrar cualquier información que pueda ser necesaria para una investigación policial en curso”. Y así lo ha destacado Ofelia Tejerina, abogada de la Asociación de Internautas (AI) y experta en protección de datos.
De hecho, como señala la misma fuente “en la ley de protección de Datos viene que ante una investigación criminal esa información tiene que quedar guardada en la empresa a disposición de las autoridades. La empresa está obligada por ley a guardar la información que pueda tener en ese ordenador, no se puede entregar a otro empleado”.
En esta línea “una cosa es destruir información y otra es bloquear información”. El bloqueo de la información implica que como empresario no la puedo utilizar, pero que debo tenerla ahí guardada, a efectos legales o administrativos”, continúa la letrada.
ESA INFORMACIÓN DEBE MANTENERSE A DISPOSICIÓN DE HACIENDA DURANTE CINCO AÑOS
Como bien señala la abogada: “la a actividad de Bárcenas no se ve sólo afectada por la Ley de Protección de Datos, sino que hay otras normas que exigen conservar esa información”. Así, el trabajo de Bárcenas como tesorero debe estar a disposición de Hacienda durante cinco años de igual modo que el PP debería guardar la información contenida en su ordenador a efectos del Tribunal de Cuentas.
En este sentido, la experta en protección de datos muestra que el argumento del PP “no tienen ningún sentido. Es una actividad demasiado específica como para permitirse el lujo de aplicar la Ley de Protección de Datos con esa libre interpretación. Una cosa es destrucción y otra es el bloqueo de la información”.
De igual modo, la especialista ha destacado que ni siquiera es el procedimiento que normalmente se lleva a cabo, pues en caso de despido “lo normal es que se elimine la información personal que este señor crea que le puede afectar y que quiera eliminar pero que se haga una copia de seguridad de la información como tal antes de resetear el ordenador”.
NI TAN SIQUIERA HAN SEGUIDO EL PROCEDIMIENTO NORMAL
Resulta de igual modo patéticamente sospechoso que la banda organizada de Rajoy y Cospedal ni tan siquiera han seguido el procedimiento habitual. “Si una empresa estuviera obligada a eliminar toda información del ordenador, se arriesgaría a perder información valiosa para la compañía, porque eliminarlo todo puede suponer terminar con proyectos en los que se haya estada trabajando y que tenga información importante para la empresa a efectos comerciales e industriales”, explica la abogada Tejerina.
Una vez más, las bocas embusteras de la derecha española vuelven a vomitar mentiras. De cualquier modo, la actuación del PP no debe extrañarnos. A fin de cuentas, borrar las pruebas es el procedimiento habitual de los criminales.
Gustavo Vidal Manzanares, es abogado y Jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de la Administración
Sin embargo, esta ley “impide expresamente borrar cualquier información que pueda ser necesaria para una investigación policial en curso”. Y así lo ha destacado Ofelia Tejerina, abogada de la Asociación de Internautas (AI) y experta en protección de datos.
De hecho, como señala la misma fuente “en la ley de protección de Datos viene que ante una investigación criminal esa información tiene que quedar guardada en la empresa a disposición de las autoridades. La empresa está obligada por ley a guardar la información que pueda tener en ese ordenador, no se puede entregar a otro empleado”.
En esta línea “una cosa es destruir información y otra es bloquear información”. El bloqueo de la información implica que como empresario no la puedo utilizar, pero que debo tenerla ahí guardada, a efectos legales o administrativos”, continúa la letrada.
ESA INFORMACIÓN DEBE MANTENERSE A DISPOSICIÓN DE HACIENDA DURANTE CINCO AÑOS
Como bien señala la abogada: “la a actividad de Bárcenas no se ve sólo afectada por la Ley de Protección de Datos, sino que hay otras normas que exigen conservar esa información”. Así, el trabajo de Bárcenas como tesorero debe estar a disposición de Hacienda durante cinco años de igual modo que el PP debería guardar la información contenida en su ordenador a efectos del Tribunal de Cuentas.
En este sentido, la experta en protección de datos muestra que el argumento del PP “no tienen ningún sentido. Es una actividad demasiado específica como para permitirse el lujo de aplicar la Ley de Protección de Datos con esa libre interpretación. Una cosa es destrucción y otra es el bloqueo de la información”.
De igual modo, la especialista ha destacado que ni siquiera es el procedimiento que normalmente se lleva a cabo, pues en caso de despido “lo normal es que se elimine la información personal que este señor crea que le puede afectar y que quiera eliminar pero que se haga una copia de seguridad de la información como tal antes de resetear el ordenador”.
NI TAN SIQUIERA HAN SEGUIDO EL PROCEDIMIENTO NORMAL
Resulta de igual modo patéticamente sospechoso que la banda organizada de Rajoy y Cospedal ni tan siquiera han seguido el procedimiento habitual. “Si una empresa estuviera obligada a eliminar toda información del ordenador, se arriesgaría a perder información valiosa para la compañía, porque eliminarlo todo puede suponer terminar con proyectos en los que se haya estada trabajando y que tenga información importante para la empresa a efectos comerciales e industriales”, explica la abogada Tejerina.
Una vez más, las bocas embusteras de la derecha española vuelven a vomitar mentiras. De cualquier modo, la actuación del PP no debe extrañarnos. A fin de cuentas, borrar las pruebas es el procedimiento habitual de los criminales.
Gustavo Vidal Manzanares, es abogado y Jurista del Cuerpo Superior de Técnicos de la Administración
De lo que no se habla sobre Siria
Vicenç Navarro
Público.es
Para entender qué está pasando en Siria hay que entender qué está pasando en EEUU, lo cual no es fácil en España debido a la insuficiente y/o sesgada cobertura por parte de los medios de información españoles (con algunas excepciones) de la realidad de aquel país. Hoy EEUU está viviendo un momento de gran conflictividad cuya resolución marcará el país por muchos años. Por un lado, estamos viendo la aplicación de unas políticas de recortes de gasto público sin precedentes, recortes que se están justificando por la supuesta necesidad de reducir lo que se considera un excesivo nivel de déficit público. A fin de alcanzar la disminución de este déficit, se están recortando de una manera radical servicios del escasamente financiado Estado del Bienestar estadounidense, afectando especialmente a los servicios y transferencias públicas a las poblaciones más vulnerables, tales como el programa Food Stamps (vales alimentarios) que los Estados proveen en bases discrecionales y asistenciales a la población pobre que no tiene fondos para comprar alimentos y que el propio gobierno federal (su Departamento de Agricultura) define como “food insecure”, que quiere decir, como señala en lenguaje más accesible el The New York Times, “personas que tienen hambre” (“On the Edge of Poverty; at the Center of a Debate” 05.09.13. p. A3), y que son 49 millones de ciudadanos y residentes estadounidenses que representan nada menos que un 16,4% de la población de EEUU (véase el informe Food Insecurity Survey. Department of Agriculture. US Federal Government. 2012).
Por otro lado, el Presidente Obama está pidiendo la aprobación del Congreso de EEUU para llevar a cabo un acto de intervención militar contra el gobierno de Siria, aduciendo que dicho gobierno ha cometido un acto (la utilización de armas químicas en un conflicto armado) que debería ser penalizado. No sancionarlo implicaría -según el Presidente Obama- una pérdida de credibilidad, no solo de EEUU, sino de la comunidad internacional, pues tanto el gobierno de EEUU como la comunidad internacional se habían comprometido en varios tratados internacionales a no autorizar tales armas en los frentes de batalla. En la reciente reunión del G-20, el Presidente Obama señaló que “gasear gente inocente con armas químicas, incluso contra niños, es algo que nosotros no hacemos y que no debemos permitir” (Financial Times, 7 de septiembre de 2013, p. 4)
¿Qué credibilidad tienen los argumentos utilizados para justificar el bombardeo de Siria?
Tales argumentos aducidos por la Administración Obama, sin embargo, tienen escasa credibilidad. En realidad, el gobierno federal de EEUU ha sido uno de los gobiernos que ha utilizado con más frecuencia armamento químico (y biológico) en los frentes de batalla. El caso más notorio fue la utilización por parte de las Fuerzas Armadas de EEUU en Vietnam, Laos y Camboya de 45 millones de litros del Agente Naranja (una dioxina altamente tóxica), afectando a más de medio millón de personas (matándolas o hiriéndolas y deformándolas) entre las poblaciones bombardeadas en Vietnam, Camboya y Laos. Todavía hoy, y como secuela de aquellos bombardeos, existe un gran número de nacimientos de infantes con enormes deformidades entre las poblaciones de aquellos países expuestas a tal arma química, que continúa en el suelo de más de cuatro millones de acres de esos territorios.
El gobierno federal de EEUU ha utilizado también, además de armas químicas, armas bacteriológicas (también prohibidas en los tratados internacionales) en contra de varios países en América Latina (incluyendo Cuba, causa de la epidemia de dengue en 1981, que mató a 188 personas, incluyendo 88 niños). E incluso, más recientemente, el caso más notorio de utilización masiva de armas químicas fue el que llevó a cabo el gobierno iraquí (liderado entonces por Saddam Hussein) contra Irán, utilización con pleno conocimiento y apoyo del gobierno federal de EEUU, que apoyaba al dictador iraquí en aquel conflicto (ver Jeffrey St. Clair “Germ War: The U.S. Record”, CounterPunch. 03.09.13). Y el mismo gobierno federal de EEUU tiene, entre sus aliados, algunos de los mayores violadores de derechos humanos hoy en el mundo, tales como Arabia Saudí, que tiene un enorme arsenal de armas químicas que, según varias cadenas de información, han sido proveídas a los extremistas islámicos, en la oposición al dictador sirio (ver Eric Draitser “Debunking Obama’s Chemical Weapons Case Against the Syrian Government” CounterPunch Sept.02, 2013), los cuales poseen ese tipo de armas como ha indicado también Carla del Ponte, miembro de la Comisión Internacional de Investigación de las Naciones Unidas para investigar casos anteriores de utilización de armas químicas en Siria, que ha señalado la posesión y utilización de tales armas en el pasado por los rebeldes (ver David Lindorff “While House Document Proving Syria’s Guilt does not pass Small text” CounterPunch, Sep.3, 2013). En realidad, dichas armas han sido utilizadas por los dos lados del conflicto en Siria.
Ni que decir tiene que la utilización de tales armas debe denunciarse y condenarse, sin ser selectivos y discriminatorios en tal denuncia (como es el caso notorio de Bernard Henri Levi, el filósofo francés que ha adquirido gran notoriedad por su oportunismo y selectiva denuncia de la utilización de esas armas, sin nunca haber hecho la denuncia de su utilización por parte de los gobiernos estadounidense o europeos, incluyendo el estado francés (tal y como señala Diana Johnstone en su artículo “France’s Philosopher Bombardier: No War for Bernard Henri Levi”, Counter Punch, Sept. 3. 2013).
¿Por qué ahora y no antes?
Que hay que penalizar la utilización de ese armamento en cualquier parte del mundo y por cualquier estado es un punto sobre el cual existe bastante acuerdo internacional. Pero, ¿por qué ahora y no antes? ¿Y por qué EEUU y no otros países? Y, ¿por qué no hacerlo a través de otros medios no militares o incluso, en caso de que fueran militares ¿por qué el gobierno federal de EEUU y no otros? Para contestar a estas preguntas, hay que entender, como dije antes, la situación de EEUU y los momentos históricos que este país está viviendo, lo cual raramente se hace en los medios. Veamos los datos.
Hoy EEUU está en un momento de profunda crisis, habiéndose acentuado todavía más la deslegitimación del establishment financiero, económico, y político de aquel país a partir del periodo de imposición de medidas sumamente impopulares sin ningún mandato popular. La enorme influencia del establishment financiero y económico (lo que en EEUU se llama la Corporate Class) en la vida política y mediática del país y el impacto sumamente impopular de las políticas públicas realizadas por las instituciones llamadas representativas han creado un rechazo generalizado hacia esos establishments. Hoy, desde la Seguridad Social (el sistema de pensiones públicas) hasta los servicios públicos del Estado del Bienestar están en peligro. Nunca antes el Estado del Bienestar estadounidense había estado tan amenazado como ahora (una situación que también ocurre en la Unión Europea y que alcanza dimensiones extremas en España). Los recortes en las áreas sociales son enormes y, tal y como he indicado anteriormente, el Congreso acaba de aprobar un recorte de 40.000 millones de dólares al programa Food Stamps que alimenta a casi uno de cada tres niños en EEUU (20 millones de niños asistidos). Estos recortes van acompañados de intervenciones públicas que benefician enormemente a la Corporate Class y a las rentas superiores del país, habiendo alcanzado unos niveles de desigualdad sin precedentes desde principios del siglo XX, al inicio de la Gran Depresión. Hoy, una persona del decil superior de renta en EEUU vive quince años más que una persona del decil inferior (en España son diez años y en el promedio de la Unión Europea de los Quince son siete años).
La Corporate Class y su complejo militar industrial
Un eje central de la Corporate Class, que es enormemente poderoso (tal y como ya alertó en su día el General Eisenhower, más tarde Presidente del país), es el complejo militar industrial. La voz más crítica de este complejo fue Martin Luther King, que lo había denunciado como el gran defensor de la Corporate Class de EEUU y que, para realizar su misión, consumía enormes recursos a costa de empobrecer el escasamente financiado estado del bienestar del país. Consume el 20% del presupuesto federal (718.000 millones de dólares), de los cuales 159.000 millones han sido gastados en las guerras de Irak y Afganistán (esta cifra no incluye los beneficios sociales de los veteranos de las guerras y otros servicios militares, cifra que alcanza otros 127.000 millones). El gobierno federal de EEUU gasta más en sus Fuerzas Armadas que la suma en gastos militares de los 13 países que le siguen después por nivel de gasto militar. Es una inversión enorme, que se debe al poder de la industria armamentística. Más de 350.000 millones de dólares fueron a contratos por equipamiento y mantenimiento de material militar consumido en Irak y Afganistán (estos datos proceden de Brad Plumer, “ America's staggering Defense Budget in Charts ”, The Washington Post January 7, 2013). Es un gasto público enorme que configura la economía de EEUU y gran parte de sus políticas públicas. En realidad (según los cálculos de Dean Baker y David Rosnick del Center for Economic and Policy Research de Washington), más del 26% del déficit público del estado federal se debe al gasto en las intervenciones militares de Afganistán e Irak, así como el pago de otras intervenciones que han estado ocurriendo a una frecuencia de un conflicto cada tres años en los últimos treinta años.
Y este gran poder deriva de su función que es la de defender globalmente y mundialmente los intereses primordialmente de la Corporate Class de aquel país. Todo este gasto público se realiza a costa de un enorme sacrificio del bienestar de las propias clases populares de EEUU (como denunció Martin Luther King, tal como indico en mi artículo “Lo que no se dijo sobre Martin Luther King”, Público, 3 de septiembre de 2013). No existe plena conciencia fuera de EEUU de que las clases populares de este país son las primeras víctimas de tal “sistema imperial”, tal y como lo definió Martin Luther King. Hoy, a la vez que se están reduciendo los fondos alimentarios para la población pobre, se están haciendo preparativos militares que costarán más de 1000 millones de dólares.
La enorme crisis de legitimidad del sistema político estadounidense
El enorme descrédito de la Corporate Class, de sus instituciones representativas (la mayoría de fondos que los políticos se gastan en sus campañas proceden de miembros de tal clase social, situación legalizada por la Corte Suprema de EEUU), acentuado por la gran crisis actual, donde el estándar de vida de las familias estadounidenses ha ido disminuyendo en los últimos treinta años (y muy marcadamente en estos años de crisis), explica el creciente hartazgo de la población hacia las instituciones políticas. Ya antes de que apareciera Siria en el horizonte, el Stimson Center publicó en mayo una encuesta en la que se pedía la opinión de los ciudadanos sobre su percepción y deseos sobre el gasto militar. La gran mayoría de la ciudadanía quería una reducción radical del gasto militar mucho más acentuada que cualquier propuesta hecha en el Congreso o por la Casa Blanca. En realidad, ya en respuesta a este enfado generalizado y hartazgo de guerras, la Administración Obama había hecho propuestas (consideradas muy insuficientes por la mayoría de la población) de bajar tal gasto, habiéndolo reducido en los últimos años.
El bombardeo de Siria, sin embargo, costará, según cálculos iniciales, más de 1.000 millones de dólares (lo cual ha incrementado inmediatamente, tal y como informó el Boston Herald (31 Agosto 2013), el valor de las acciones –que estaban bajando– de las empresas productoras de material militar tales como General Dynamics, Boeing, BAE Systems, Raytheon y muchas otras). Mientras, como indiqué en el párrafo anterior, el mismo gobierno federal está recortando fondos para alimentar a niños que pasan hambre.
La llamada a la intervención militar en Siria
El argumento aducido por la Administración Obama para bombardear Siria –la penalización al gobierno Asad por el empleo de armas químicas- carece, como he dicho antes, de credibilidad, pues tales armas se han utilizado anteriormente en el conflicto sirio, por ambas partes, tal y como documentó la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su investigación de la situación en Siria así como en muchos otros conflictos llevados a cabo por EEUU (como en Vietnam), o por sus aliados, como Israel en 2009, en su represión de la población palestina de Gaza (tal y como ha denunciado Amnistía Internacional y señalado Chris Hedges, jefe de la oficina del Middle East del The New York Times (ver la entrevista en mi blog www.vnavarro.org)), o, como he indicado anteriormente, por los aliados de EEUU, como el entonces aliado Saddam Hussein en su lucha contra Irán en 1988. En realidad, la historia de EEUU está llena de casos de utilización de armas biológicas y químicas, tanto por su gobierno como por sus aliados.
¿Cuál es, entonces, el motivo real para iniciar tal bombardeo de Siria? Hay varios motivos, todos ellos relacionados con la situación en EEUU. La pérdida de legitimidad del establishment de aquel país es enorme y se encuentra en una situación muy defensiva, acorralada. Siente que tiene que hacer algo, tanto en el interior como en el exterior del país. El Medio Oriente (de enorme importancia estratégica para el establishment estadounidense y europeo) está en una situación volcánica, en la que EEUU está perdiendo el control. Hoy esta zona del mundo es un volcán que está explotando.
Para aquel establishment de EEUU y europeo, Irán es el centro del mal, que quiere decir que puede afectar más negativamente sus intereses. La alianza Siria-Irán, apoyada por Rusia, representa una amenaza a la hegemonía de EEUU en aquella zona. Y últimamente parecía que el dictador Asad en su lucha contra los rebeldes podría prevalecer y ganar en aquel conflicto. De ahí que se intente ahora aprovechar el incidente de las armas químicas para atacar y debilitar a tal gobierno. Este es el objetivo de tal intervención: intentar recuperar tal hegemonía que está perdiendo el gobierno federal de EEUU (y de Europa), tanto en el exterior como en el interior.
Y una de las primeras movilizaciones en contra de esta recuperación del dominio procede precisamente de las clases populares de EEUU. Para el Presidente Obama, tal decisión de bombardear Siria le significará un enorme coste político. Como muy bien ha señalado el que fue Ministro de Trabajo del gobierno Clinton, Robert Reich (ver Robert Reich “Obama’s Political Capital And the Slippery Stone of Syria”), tal intervención, que le iría muy bien al establishment estadounidense para desviar la atención del país hacia el exterior, (en un momento de grandes tensiones dentro del país), le debilitará enormemente, independientemente de que sea o no aprobada por el Congreso de EEUU (una institución que sólo goza de un 15% de apoyo popular, precisamente por percibirse por parte de la población estar instrumentalizada por la Corporate America). Es probable que la Cámara Baja del Congreso (la menos alejada de la población) vote en contra debido al enorme enfado que la población ha mostrado a la mayoría de congresistas en sus distritos. Han sido precisamente las bases del Partido Demócrata (el movimiento sindical, el movimiento de derechos civiles, el movimiento feminista y el ecológico progresista) las que se han opuesto más a tal bombardeo. Y hoy, la movilización popular contra tal intervención (que está bombardeando el Congreso con llamadas y mensajes contra la intervención militar) está generalizada. Pero el establishment estadounidense está movilizándose a través de los medios de información para que el Congreso autorice tal intervención.
Hoy, la población recibe constantemente mensajes que la credibilidad del país está en juego, indicando que el rechazo se leerá como una negación por parte del pueblo estadounidense a continuar liderando las fuerzas que representan la democracia y la libertad, un mensaje que se ha repetido continuamente para defender dictaduras y regímenes feudales (y que van desde Arabia Saudí y Qatar a Honduras y antes Haití) que han estado oprimiendo precisamente la libertad y la democracia.
Ocurra lo que ocurra, se inicia una nueva etapa en EEUU (incluso en caso de que la Cámara Baja apoyara la intervención), donde la población, y muy en particular las clases populares, están hartas de las guerras e intervenciones del gobierno de EEUU para defender lo que Martin Luther King llamaba el “rol imperial” de la Corporate Class, que está perdiendo muy rápidamente su apoyo popular. Y este es el punto clave que marcará claramente un cambio importante en la historia de EEUU (y creo que también del mundo).
Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/09/10/de-lo-que-no-se-habla-sobre-siria/
Para entender qué está pasando en Siria hay que entender qué está pasando en EEUU, lo cual no es fácil en España debido a la insuficiente y/o sesgada cobertura por parte de los medios de información españoles (con algunas excepciones) de la realidad de aquel país. Hoy EEUU está viviendo un momento de gran conflictividad cuya resolución marcará el país por muchos años. Por un lado, estamos viendo la aplicación de unas políticas de recortes de gasto público sin precedentes, recortes que se están justificando por la supuesta necesidad de reducir lo que se considera un excesivo nivel de déficit público. A fin de alcanzar la disminución de este déficit, se están recortando de una manera radical servicios del escasamente financiado Estado del Bienestar estadounidense, afectando especialmente a los servicios y transferencias públicas a las poblaciones más vulnerables, tales como el programa Food Stamps (vales alimentarios) que los Estados proveen en bases discrecionales y asistenciales a la población pobre que no tiene fondos para comprar alimentos y que el propio gobierno federal (su Departamento de Agricultura) define como “food insecure”, que quiere decir, como señala en lenguaje más accesible el The New York Times, “personas que tienen hambre” (“On the Edge of Poverty; at the Center of a Debate” 05.09.13. p. A3), y que son 49 millones de ciudadanos y residentes estadounidenses que representan nada menos que un 16,4% de la población de EEUU (véase el informe Food Insecurity Survey. Department of Agriculture. US Federal Government. 2012).
Por otro lado, el Presidente Obama está pidiendo la aprobación del Congreso de EEUU para llevar a cabo un acto de intervención militar contra el gobierno de Siria, aduciendo que dicho gobierno ha cometido un acto (la utilización de armas químicas en un conflicto armado) que debería ser penalizado. No sancionarlo implicaría -según el Presidente Obama- una pérdida de credibilidad, no solo de EEUU, sino de la comunidad internacional, pues tanto el gobierno de EEUU como la comunidad internacional se habían comprometido en varios tratados internacionales a no autorizar tales armas en los frentes de batalla. En la reciente reunión del G-20, el Presidente Obama señaló que “gasear gente inocente con armas químicas, incluso contra niños, es algo que nosotros no hacemos y que no debemos permitir” (Financial Times, 7 de septiembre de 2013, p. 4)
¿Qué credibilidad tienen los argumentos utilizados para justificar el bombardeo de Siria?
Tales argumentos aducidos por la Administración Obama, sin embargo, tienen escasa credibilidad. En realidad, el gobierno federal de EEUU ha sido uno de los gobiernos que ha utilizado con más frecuencia armamento químico (y biológico) en los frentes de batalla. El caso más notorio fue la utilización por parte de las Fuerzas Armadas de EEUU en Vietnam, Laos y Camboya de 45 millones de litros del Agente Naranja (una dioxina altamente tóxica), afectando a más de medio millón de personas (matándolas o hiriéndolas y deformándolas) entre las poblaciones bombardeadas en Vietnam, Camboya y Laos. Todavía hoy, y como secuela de aquellos bombardeos, existe un gran número de nacimientos de infantes con enormes deformidades entre las poblaciones de aquellos países expuestas a tal arma química, que continúa en el suelo de más de cuatro millones de acres de esos territorios.
El gobierno federal de EEUU ha utilizado también, además de armas químicas, armas bacteriológicas (también prohibidas en los tratados internacionales) en contra de varios países en América Latina (incluyendo Cuba, causa de la epidemia de dengue en 1981, que mató a 188 personas, incluyendo 88 niños). E incluso, más recientemente, el caso más notorio de utilización masiva de armas químicas fue el que llevó a cabo el gobierno iraquí (liderado entonces por Saddam Hussein) contra Irán, utilización con pleno conocimiento y apoyo del gobierno federal de EEUU, que apoyaba al dictador iraquí en aquel conflicto (ver Jeffrey St. Clair “Germ War: The U.S. Record”, CounterPunch. 03.09.13). Y el mismo gobierno federal de EEUU tiene, entre sus aliados, algunos de los mayores violadores de derechos humanos hoy en el mundo, tales como Arabia Saudí, que tiene un enorme arsenal de armas químicas que, según varias cadenas de información, han sido proveídas a los extremistas islámicos, en la oposición al dictador sirio (ver Eric Draitser “Debunking Obama’s Chemical Weapons Case Against the Syrian Government” CounterPunch Sept.02, 2013), los cuales poseen ese tipo de armas como ha indicado también Carla del Ponte, miembro de la Comisión Internacional de Investigación de las Naciones Unidas para investigar casos anteriores de utilización de armas químicas en Siria, que ha señalado la posesión y utilización de tales armas en el pasado por los rebeldes (ver David Lindorff “While House Document Proving Syria’s Guilt does not pass Small text” CounterPunch, Sep.3, 2013). En realidad, dichas armas han sido utilizadas por los dos lados del conflicto en Siria.
Ni que decir tiene que la utilización de tales armas debe denunciarse y condenarse, sin ser selectivos y discriminatorios en tal denuncia (como es el caso notorio de Bernard Henri Levi, el filósofo francés que ha adquirido gran notoriedad por su oportunismo y selectiva denuncia de la utilización de esas armas, sin nunca haber hecho la denuncia de su utilización por parte de los gobiernos estadounidense o europeos, incluyendo el estado francés (tal y como señala Diana Johnstone en su artículo “France’s Philosopher Bombardier: No War for Bernard Henri Levi”, Counter Punch, Sept. 3. 2013).
¿Por qué ahora y no antes?
Que hay que penalizar la utilización de ese armamento en cualquier parte del mundo y por cualquier estado es un punto sobre el cual existe bastante acuerdo internacional. Pero, ¿por qué ahora y no antes? ¿Y por qué EEUU y no otros países? Y, ¿por qué no hacerlo a través de otros medios no militares o incluso, en caso de que fueran militares ¿por qué el gobierno federal de EEUU y no otros? Para contestar a estas preguntas, hay que entender, como dije antes, la situación de EEUU y los momentos históricos que este país está viviendo, lo cual raramente se hace en los medios. Veamos los datos.
Hoy EEUU está en un momento de profunda crisis, habiéndose acentuado todavía más la deslegitimación del establishment financiero, económico, y político de aquel país a partir del periodo de imposición de medidas sumamente impopulares sin ningún mandato popular. La enorme influencia del establishment financiero y económico (lo que en EEUU se llama la Corporate Class) en la vida política y mediática del país y el impacto sumamente impopular de las políticas públicas realizadas por las instituciones llamadas representativas han creado un rechazo generalizado hacia esos establishments. Hoy, desde la Seguridad Social (el sistema de pensiones públicas) hasta los servicios públicos del Estado del Bienestar están en peligro. Nunca antes el Estado del Bienestar estadounidense había estado tan amenazado como ahora (una situación que también ocurre en la Unión Europea y que alcanza dimensiones extremas en España). Los recortes en las áreas sociales son enormes y, tal y como he indicado anteriormente, el Congreso acaba de aprobar un recorte de 40.000 millones de dólares al programa Food Stamps que alimenta a casi uno de cada tres niños en EEUU (20 millones de niños asistidos). Estos recortes van acompañados de intervenciones públicas que benefician enormemente a la Corporate Class y a las rentas superiores del país, habiendo alcanzado unos niveles de desigualdad sin precedentes desde principios del siglo XX, al inicio de la Gran Depresión. Hoy, una persona del decil superior de renta en EEUU vive quince años más que una persona del decil inferior (en España son diez años y en el promedio de la Unión Europea de los Quince son siete años).
La Corporate Class y su complejo militar industrial
Un eje central de la Corporate Class, que es enormemente poderoso (tal y como ya alertó en su día el General Eisenhower, más tarde Presidente del país), es el complejo militar industrial. La voz más crítica de este complejo fue Martin Luther King, que lo había denunciado como el gran defensor de la Corporate Class de EEUU y que, para realizar su misión, consumía enormes recursos a costa de empobrecer el escasamente financiado estado del bienestar del país. Consume el 20% del presupuesto federal (718.000 millones de dólares), de los cuales 159.000 millones han sido gastados en las guerras de Irak y Afganistán (esta cifra no incluye los beneficios sociales de los veteranos de las guerras y otros servicios militares, cifra que alcanza otros 127.000 millones). El gobierno federal de EEUU gasta más en sus Fuerzas Armadas que la suma en gastos militares de los 13 países que le siguen después por nivel de gasto militar. Es una inversión enorme, que se debe al poder de la industria armamentística. Más de 350.000 millones de dólares fueron a contratos por equipamiento y mantenimiento de material militar consumido en Irak y Afganistán (estos datos proceden de Brad Plumer, “ America's staggering Defense Budget in Charts ”, The Washington Post January 7, 2013). Es un gasto público enorme que configura la economía de EEUU y gran parte de sus políticas públicas. En realidad (según los cálculos de Dean Baker y David Rosnick del Center for Economic and Policy Research de Washington), más del 26% del déficit público del estado federal se debe al gasto en las intervenciones militares de Afganistán e Irak, así como el pago de otras intervenciones que han estado ocurriendo a una frecuencia de un conflicto cada tres años en los últimos treinta años.
Y este gran poder deriva de su función que es la de defender globalmente y mundialmente los intereses primordialmente de la Corporate Class de aquel país. Todo este gasto público se realiza a costa de un enorme sacrificio del bienestar de las propias clases populares de EEUU (como denunció Martin Luther King, tal como indico en mi artículo “Lo que no se dijo sobre Martin Luther King”, Público, 3 de septiembre de 2013). No existe plena conciencia fuera de EEUU de que las clases populares de este país son las primeras víctimas de tal “sistema imperial”, tal y como lo definió Martin Luther King. Hoy, a la vez que se están reduciendo los fondos alimentarios para la población pobre, se están haciendo preparativos militares que costarán más de 1000 millones de dólares.
La enorme crisis de legitimidad del sistema político estadounidense
El enorme descrédito de la Corporate Class, de sus instituciones representativas (la mayoría de fondos que los políticos se gastan en sus campañas proceden de miembros de tal clase social, situación legalizada por la Corte Suprema de EEUU), acentuado por la gran crisis actual, donde el estándar de vida de las familias estadounidenses ha ido disminuyendo en los últimos treinta años (y muy marcadamente en estos años de crisis), explica el creciente hartazgo de la población hacia las instituciones políticas. Ya antes de que apareciera Siria en el horizonte, el Stimson Center publicó en mayo una encuesta en la que se pedía la opinión de los ciudadanos sobre su percepción y deseos sobre el gasto militar. La gran mayoría de la ciudadanía quería una reducción radical del gasto militar mucho más acentuada que cualquier propuesta hecha en el Congreso o por la Casa Blanca. En realidad, ya en respuesta a este enfado generalizado y hartazgo de guerras, la Administración Obama había hecho propuestas (consideradas muy insuficientes por la mayoría de la población) de bajar tal gasto, habiéndolo reducido en los últimos años.
El bombardeo de Siria, sin embargo, costará, según cálculos iniciales, más de 1.000 millones de dólares (lo cual ha incrementado inmediatamente, tal y como informó el Boston Herald (31 Agosto 2013), el valor de las acciones –que estaban bajando– de las empresas productoras de material militar tales como General Dynamics, Boeing, BAE Systems, Raytheon y muchas otras). Mientras, como indiqué en el párrafo anterior, el mismo gobierno federal está recortando fondos para alimentar a niños que pasan hambre.
La llamada a la intervención militar en Siria
El argumento aducido por la Administración Obama para bombardear Siria –la penalización al gobierno Asad por el empleo de armas químicas- carece, como he dicho antes, de credibilidad, pues tales armas se han utilizado anteriormente en el conflicto sirio, por ambas partes, tal y como documentó la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en su investigación de la situación en Siria así como en muchos otros conflictos llevados a cabo por EEUU (como en Vietnam), o por sus aliados, como Israel en 2009, en su represión de la población palestina de Gaza (tal y como ha denunciado Amnistía Internacional y señalado Chris Hedges, jefe de la oficina del Middle East del The New York Times (ver la entrevista en mi blog www.vnavarro.org)), o, como he indicado anteriormente, por los aliados de EEUU, como el entonces aliado Saddam Hussein en su lucha contra Irán en 1988. En realidad, la historia de EEUU está llena de casos de utilización de armas biológicas y químicas, tanto por su gobierno como por sus aliados.
¿Cuál es, entonces, el motivo real para iniciar tal bombardeo de Siria? Hay varios motivos, todos ellos relacionados con la situación en EEUU. La pérdida de legitimidad del establishment de aquel país es enorme y se encuentra en una situación muy defensiva, acorralada. Siente que tiene que hacer algo, tanto en el interior como en el exterior del país. El Medio Oriente (de enorme importancia estratégica para el establishment estadounidense y europeo) está en una situación volcánica, en la que EEUU está perdiendo el control. Hoy esta zona del mundo es un volcán que está explotando.
Para aquel establishment de EEUU y europeo, Irán es el centro del mal, que quiere decir que puede afectar más negativamente sus intereses. La alianza Siria-Irán, apoyada por Rusia, representa una amenaza a la hegemonía de EEUU en aquella zona. Y últimamente parecía que el dictador Asad en su lucha contra los rebeldes podría prevalecer y ganar en aquel conflicto. De ahí que se intente ahora aprovechar el incidente de las armas químicas para atacar y debilitar a tal gobierno. Este es el objetivo de tal intervención: intentar recuperar tal hegemonía que está perdiendo el gobierno federal de EEUU (y de Europa), tanto en el exterior como en el interior.
Y una de las primeras movilizaciones en contra de esta recuperación del dominio procede precisamente de las clases populares de EEUU. Para el Presidente Obama, tal decisión de bombardear Siria le significará un enorme coste político. Como muy bien ha señalado el que fue Ministro de Trabajo del gobierno Clinton, Robert Reich (ver Robert Reich “Obama’s Political Capital And the Slippery Stone of Syria”), tal intervención, que le iría muy bien al establishment estadounidense para desviar la atención del país hacia el exterior, (en un momento de grandes tensiones dentro del país), le debilitará enormemente, independientemente de que sea o no aprobada por el Congreso de EEUU (una institución que sólo goza de un 15% de apoyo popular, precisamente por percibirse por parte de la población estar instrumentalizada por la Corporate America). Es probable que la Cámara Baja del Congreso (la menos alejada de la población) vote en contra debido al enorme enfado que la población ha mostrado a la mayoría de congresistas en sus distritos. Han sido precisamente las bases del Partido Demócrata (el movimiento sindical, el movimiento de derechos civiles, el movimiento feminista y el ecológico progresista) las que se han opuesto más a tal bombardeo. Y hoy, la movilización popular contra tal intervención (que está bombardeando el Congreso con llamadas y mensajes contra la intervención militar) está generalizada. Pero el establishment estadounidense está movilizándose a través de los medios de información para que el Congreso autorice tal intervención.
Hoy, la población recibe constantemente mensajes que la credibilidad del país está en juego, indicando que el rechazo se leerá como una negación por parte del pueblo estadounidense a continuar liderando las fuerzas que representan la democracia y la libertad, un mensaje que se ha repetido continuamente para defender dictaduras y regímenes feudales (y que van desde Arabia Saudí y Qatar a Honduras y antes Haití) que han estado oprimiendo precisamente la libertad y la democracia.
Ocurra lo que ocurra, se inicia una nueva etapa en EEUU (incluso en caso de que la Cámara Baja apoyara la intervención), donde la población, y muy en particular las clases populares, están hartas de las guerras e intervenciones del gobierno de EEUU para defender lo que Martin Luther King llamaba el “rol imperial” de la Corporate Class, que está perdiendo muy rápidamente su apoyo popular. Y este es el punto clave que marcará claramente un cambio importante en la historia de EEUU (y creo que también del mundo).
Fuente: http://blogs.publico.es/vicenc-navarro/2013/09/10/de-lo-que-no-se-habla-sobre-siria/
Documental sobre el golpe de estado de los militares en Chile el 11-S de 1973.
Extrait de « La Spirale » d'Armand Mattelard from Le Monde diplomatique on Vimeo.
Le 17 septembre, à 19 heures, une projection spéciale de « La Spirale » est organisée par « Le Monde diplomatique » et Galatée films, en présence d'Armand Mattelard, Ignacio Ramonet et Jacques Perrin. A la Maison de l'Amérique Latine, 217 Boulevard Saint-Germain, Paris, VIIe. Entrée gratuite, sur réservation par email : reservationlaspirale@gmail.com (dans la limite des places disponibles).
miércoles, 11 de septiembre de 2013
El 96% rechaza la participación española en un ataque a Siria sin la ONU
El Partido Socialista reclama la comparecencia de Mariano Rajoy en el Congreso para que aclare la postura de su Gobierno
Según un estudio de Metroscopia, la inmensa mayoría de los españoles (96%) rechaza la participación de las Fuerzas Armadas en un ataque al régimen de Bachar el Asad sin autorización del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Tras semanas de silencio y ambigüedad, el Gobierno español fijó su posición el pasado viernes, tras la cumbre del G-20 celebrada en San Petesburgo (Rusia). Entonces 11 países, encabezados por EE UU y entre los que se encuentra España, emitieron un comunicado en el que llaman a una “fuerte respuesta internacional” al ataque con armas químicas perpetrado en las afueras de Damasco el pasado 21 de agosto, y en el que Washington considera probado que el régimen de Bachar el Asad asesinó a 1.429 civiles. Desde el comienzo de la guerra civil siria, en marzo de 2011, han muerto más de 100.000 personas.
El Grupo Socialista quiere que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca este mismo jueves en el pleno del Congreso para explicar su posición ante la crisis siria. El secretario general del PSOE,Alfredo Pérez Rubalcaba, aseguró ayer que Rajoy “tiene miedo a la verdad y eso es lo peor para un presidente del Gobierno”. Rubalcaba aseguró que le cuesta acostumbrarse a que Rajoy dé una rueda de prensa —como la que ofreció en San Peterbusgo al término del G-20— y no diga que “está firmando o cerrando un acuerdo de esa naturaleza” con EE UU. Si Zapatero hubiese actuado así, “no puede aterrizar en Madrid, se hubiera tenido que quedar en Lisboa”, ironizó.
El PSOE no apoyará un ataque contra Siria porque, a su juicio, es “un error que no resuelve los problemas”. Según Rubalcaba, el régimen de Asad es merecedor de un castigo, pero este debe ser “diplomático, comercial y político”, no militar.
Por su parte, el portavoz del PP en la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso, José María Beneyto, reconoció a Europa Press que, en aplicación de la Ley de Defensa Nacional de 2005, las Fuerzas Armadas no pueden intervenir en el exterior “si no hay hay una autorización de los organismos internacionales”; en primer lugar de la ONU, pero también de la OTAN o la UE. “En este caso, no tenemos ninguno de los tres, por ello”, agregó, “mientras no exista esa autorización, el marco legal en el que se mueve el Gobierno está fijado”.
Más en El País.
martes, 10 de septiembre de 2013
Una joven de Murcia entrega su bebé a la asistencia social. Volveremos a los tornos?
Una joven, en Murcia, entra a la consulta de atención directa de los servicios sociales locales, deja a su bebé en su canastilla y con varias mudas de repuesto sobre la mesa y dice, con cara avergonzada, que no tiene recursos para mantenerlo. “Cuídenlo bien”. Y se va. La escena se produjo hace pocos meses. La relata José Manuel Ramírez, presidente de la Asociación Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales. “En 30 años de carrera nunca había conocido esto”, asegura.
Los profesionales empiezan a alertar de que situaciones como esta son cada vez más comunes. El caso de unos padres que el pasado junio dejaron a sus hijos en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo), aduciendo carencias económicas, abrió un escenario repleto de interrogantes. Cuando unos padres no pueden mantener a sus hijos, ¿qué deben hacer? ¿Están los servicios sociales y los poderes públicos preparados para actuar cuando la pobreza aprieta hasta este límite? ¿Es lo mismo dejar a unos niños abandonados en la calle que entregarlos a una institución pública?
Consuelo Madrigal, fiscal coordinadora de menores, responde con rotundidad: “No es lo mismo ni mucho menos”. Independientemente del motivo. Lo primero, explica, es un delito, “porque pone en peligro al menor, incluso su vida”. Eduardo Esteban, ex fiscal provincial de Madrid, tampoco duda: “Es distinto dejar a unos niños en una institución pública o incluso en una iglesia, donde sabes que van a estar atendidos, que dejarlos en un parque”, dice. “Puede haber un incumplimiento de las obligaciones. Pero para que haya delito tienen que dejarlos solos, en una situación de riesgo. Ese es el matiz”, apunta. “No se culpa a los padres porque no hay dolo, no hay mala intención, sino una situación de pobreza”, explica Madrigal. “Pero cuando la situación pasa de riesgo a desamparo, porque al niño le falta sustento material o moral, la Administración asume la tutela”, detalla la fiscal. A partir de ahí, “se investiga y se intenta apoyar a la familia para evitar la separación”.
Sanidad redujo un 65% el plan que incluye la atención de emergencia
Ramírez añade que la Administración “debe tener en cuenta la actitud de los padres, si han pedido ayuda y no han dejado de atender a los niños pese a la miseria” antes de asumir su tutela y separar al menor de su familia. Almudena Escorial, portavoz de Save the Children, cree que “no se debería llegar a esa situación”. Pero la realidad es compleja.
Todos los agentes implicados en este tipo de procesos sostienen que la pobreza nunca puede ser el único motivo para que unos padres pierdan la tutela de sus hijos, ni tampoco para impedir que puedan recuperarla. Así lo aseguran el Ministerio de Sanidad, los servicios sociales, la Fiscalía de Menores, las ONG y el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Este último, con una sentencia reciente en la que condenaba a España a indemnizar a una madre por separarla de su hija solo por su precaria situación económica. Tras presentarse con la niña en los servicios sociales de Motril (Granada) para pedir “trabajo, comida y alojamiento”, la pequeña fue trasladada a un centro de menores, la declararon en desamparo e impulsaron su acogimiento preadoptivo en una familia.
Lo prioritario, dicen los expertos, es sacar a las familias de la miseria. “La ley prioriza la protección del menor, pero apoyando a los hogares para que no se produzca el desamparo. La retirada tiene que ser solo porque haya un riesgo muy elevado”, detalla Idelfonso Sánchez, técnico de protección de menores en Almería. Marta Arias, responsable de políticas de infancia de Unicef, añade: “Unos padres sin recursos no son malos padres. Hay que ayudar a las familias porque es donde mejor están los pequeños, salvo que haya malos tratos”.
Pero la crisis no perdona y 2,2 millones de niños viven, según un informe de Unicef de 2012, en hogares por debajo del umbral de la pobreza en España (con menos de 16.400 euros anuales para dos adultos y dos menores). La Guía para las Ayudas Sociales para la Familia 2013, publicada por el Ministerio de Sanidad, prevé distintas prestaciones para colectivos en riesgo, como las rentas mínimas de inserción, los centros de acogida para “personas, familias o grupos carentes de un medio adecuado”, y recursos para personas sin hogar de “alojamiento, alimentación, vestido e higiene”.
Socorrer a las familias sería más barato que retirar al menor de su casa
Esta es la teoría. Pero en la práctica, los recursos para reflotar a las familias han pasado por la tijera, desde las becas de comedor en colegios hasta las ayudas de emergencia. Esta última, además, llega con un retraso de hasta ocho meses en algunas autonomías. En este sentido, la asociación que preside Ramírez denuncia la situación de “desamparo de las familias”. Lo que, según esta organización, supone una vuelta al modelo de la beneficencia. “En vez de recibir una ayuda de la Administración, la gente se ve abocada a salir en la televisión, dar lástima y que un alma caritativa les asista”, se queja Ramírez. “Conocí a dos inmigrantes con tres hijos. Él trabajaba en la construcción y se quedó en paro. A la madre le diagnosticaron esquizofrenia. Cuando fueron a pedir ayuda a ella le dio un brote psicótico y él, abrumado, huyó. Los pequeños pasaron a protección de menores. Pero esto no hubiera pasado si hubieran tenido un salario social y ayuda psicológica. El padre hubiera tenido un colchón para mantener a la familia y no sentirse desbordado”, relata.
Santiago Agustín, psicólogo con experiencia en centros de menores de Madrid, asegura que el trabajo con las familias “es muy pobre”. “La inversión en centros de protección es desmesurada (la estancia de cada menor puede costar hasta 4.000 euros al mes), y en los barrios no se percibe el trabajo con las familias”, afirma.
“La Administración se tiene que adaptar”, reconoce la fiscal coordinadora de menores. “Con la crisis se ha elevado el nivel de marginación y se ha incrementado la demanda de protección. Los servicios sociales y las entidades de protección a la infancia están desbordados, tanto en recursos materiales como profesionales”, afirma. “Las intenciones de la Administración son buenas sobre el papel, pero tienen que estar dotadas económicamente, con profesionales e infraestructuras”, reclama Ramírez. Denuncia que el plan concertado de servicios sociales de Sanidad, en el que se incluyen las ayudas de emergencia, se ha reducido un 65% en los dos últimos años. Las autonomías también han metido la tijera, algunas más que otras. En el País Vasco una de cada 13,5 personas recibe una renta mínima de inserción (cuando se agotan el paro y los subsidios); en Murcia lo hacen una de cada 316 y perciben, además, una cuantía mucho menor.
La miseria suele traer otros problemas, que son los que se aducen para retirar la tutela Cuando la ayuda no llega, ¿qué deben hacer los padres sin recursos? Gustavo García, director del albergue social de Zaragoza, el primero que habilitó módulos para familias en España, subraya: “Lo correcto es solicitar la guarda voluntaria de los niños. Los padres tienen que pedir la guarda a los servicios sociales cuando no pueden hacerse cargo de sus hijos, por motivos económicos u otro tipo de circunstancias. La Administración se hace cargo temporalmente de ellos, y los padres no pierden la patria potestad”.
Esta modalidad de ayuda con los hijos ha descendido desde 2006. Ese año había 9.598 menores en guarda, frente a 4.537 en 2011. La bajada tiene una doble explicación, según García: la salida de inmigrantes del país y el temor de algunos padres a acudir a los servicios sociales a solicitar auxilio porque creen que les van a arrebatar a sus niños. “Algunos pasan hambre por temor a pedir ayuda”, dice. Recuerda que una paciente de un hospital en Zaragoza fue pillada echando la comida al bolso. Cuando los profesionales le preguntaron por qué, ella respondió: “Mi hijo pasa hambre en casa”. García quiere desmontar el mito: “Esa imagen de que vamos retirando niños es falsa”.
José Luis Calvo, vicepresidente de Prodeni, entidad defensora de los derechos de los niños, discrepa. Afirma que en ocasiones sí se producen retiradas de niños por situación de pobreza. “Es evidente que este factor no aparece como único fundamento de ninguna retirada de niños. Tampoco como motivo para que los padres no los puedan recuperar. Pero subyace más o menos explícito en no pocos informes”, afirma. La miseria suele estar acompañada de otros problemas de salud, emocionales o inestabilidad en la vivienda, según Calvo. “Estas circunstancias son las que se alegan como agravantes para quitarles la tutela”, asevera. Y una vez retirada, en su opinión, “no se promueve la reagrupación”. “Para recuperar a los hijos casi hay que pasar una oposición”, ejemplifica.
2,2 millones de niños viven en hogares bajo el umbral de la pobreza en España
En la memoria de Calvo hay muchos ejemplos. Su organización defendió recientemente a una madre que pasó siete años visitando a sus hijos, bajo la tutela de la Junta de Andalucía, una hora al mes. “En ese tiempo su situación económica y personal cambió. Pero tenía la etiqueta de que ‘no era colaboradora’ y no se los devolvían”, relata. Al final, con intermediación de Prodeni, recuperó a los pequeños.
Santiago Agustín opina que “los niños acogidos deberían relacionarse con sus familiares de origen diariamente”. En la mayoría de las regiones, las visitas son, por defecto, de una hora al mes. “Esto solo puede calificarse como maltrato institucional”, asevera. El psicólogo no ve lógico que, salvo que existan malos tratos o riesgo grave, se restrinjan los encuentros y el sistema sea tan rígido para la recuperación.
Con todo, la actuación de la Administración tendrá que adaptarse a una casuística que aumenta con la crisis: padres que no tienen qué llevar a la boca de sus hijos. “Y entender que las situaciones, con el tiempo, cambian”, zanja Calvo.
Los profesionales empiezan a alertar de que situaciones como esta son cada vez más comunes. El caso de unos padres que el pasado junio dejaron a sus hijos en el Ayuntamiento de Talavera de la Reina (Toledo), aduciendo carencias económicas, abrió un escenario repleto de interrogantes. Cuando unos padres no pueden mantener a sus hijos, ¿qué deben hacer? ¿Están los servicios sociales y los poderes públicos preparados para actuar cuando la pobreza aprieta hasta este límite? ¿Es lo mismo dejar a unos niños abandonados en la calle que entregarlos a una institución pública?
Consuelo Madrigal, fiscal coordinadora de menores, responde con rotundidad: “No es lo mismo ni mucho menos”. Independientemente del motivo. Lo primero, explica, es un delito, “porque pone en peligro al menor, incluso su vida”. Eduardo Esteban, ex fiscal provincial de Madrid, tampoco duda: “Es distinto dejar a unos niños en una institución pública o incluso en una iglesia, donde sabes que van a estar atendidos, que dejarlos en un parque”, dice. “Puede haber un incumplimiento de las obligaciones. Pero para que haya delito tienen que dejarlos solos, en una situación de riesgo. Ese es el matiz”, apunta. “No se culpa a los padres porque no hay dolo, no hay mala intención, sino una situación de pobreza”, explica Madrigal. “Pero cuando la situación pasa de riesgo a desamparo, porque al niño le falta sustento material o moral, la Administración asume la tutela”, detalla la fiscal. A partir de ahí, “se investiga y se intenta apoyar a la familia para evitar la separación”.
Sanidad redujo un 65% el plan que incluye la atención de emergencia
Ramírez añade que la Administración “debe tener en cuenta la actitud de los padres, si han pedido ayuda y no han dejado de atender a los niños pese a la miseria” antes de asumir su tutela y separar al menor de su familia. Almudena Escorial, portavoz de Save the Children, cree que “no se debería llegar a esa situación”. Pero la realidad es compleja.
Todos los agentes implicados en este tipo de procesos sostienen que la pobreza nunca puede ser el único motivo para que unos padres pierdan la tutela de sus hijos, ni tampoco para impedir que puedan recuperarla. Así lo aseguran el Ministerio de Sanidad, los servicios sociales, la Fiscalía de Menores, las ONG y el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Este último, con una sentencia reciente en la que condenaba a España a indemnizar a una madre por separarla de su hija solo por su precaria situación económica. Tras presentarse con la niña en los servicios sociales de Motril (Granada) para pedir “trabajo, comida y alojamiento”, la pequeña fue trasladada a un centro de menores, la declararon en desamparo e impulsaron su acogimiento preadoptivo en una familia.
Lo prioritario, dicen los expertos, es sacar a las familias de la miseria. “La ley prioriza la protección del menor, pero apoyando a los hogares para que no se produzca el desamparo. La retirada tiene que ser solo porque haya un riesgo muy elevado”, detalla Idelfonso Sánchez, técnico de protección de menores en Almería. Marta Arias, responsable de políticas de infancia de Unicef, añade: “Unos padres sin recursos no son malos padres. Hay que ayudar a las familias porque es donde mejor están los pequeños, salvo que haya malos tratos”.
Pero la crisis no perdona y 2,2 millones de niños viven, según un informe de Unicef de 2012, en hogares por debajo del umbral de la pobreza en España (con menos de 16.400 euros anuales para dos adultos y dos menores). La Guía para las Ayudas Sociales para la Familia 2013, publicada por el Ministerio de Sanidad, prevé distintas prestaciones para colectivos en riesgo, como las rentas mínimas de inserción, los centros de acogida para “personas, familias o grupos carentes de un medio adecuado”, y recursos para personas sin hogar de “alojamiento, alimentación, vestido e higiene”.
Socorrer a las familias sería más barato que retirar al menor de su casa
Esta es la teoría. Pero en la práctica, los recursos para reflotar a las familias han pasado por la tijera, desde las becas de comedor en colegios hasta las ayudas de emergencia. Esta última, además, llega con un retraso de hasta ocho meses en algunas autonomías. En este sentido, la asociación que preside Ramírez denuncia la situación de “desamparo de las familias”. Lo que, según esta organización, supone una vuelta al modelo de la beneficencia. “En vez de recibir una ayuda de la Administración, la gente se ve abocada a salir en la televisión, dar lástima y que un alma caritativa les asista”, se queja Ramírez. “Conocí a dos inmigrantes con tres hijos. Él trabajaba en la construcción y se quedó en paro. A la madre le diagnosticaron esquizofrenia. Cuando fueron a pedir ayuda a ella le dio un brote psicótico y él, abrumado, huyó. Los pequeños pasaron a protección de menores. Pero esto no hubiera pasado si hubieran tenido un salario social y ayuda psicológica. El padre hubiera tenido un colchón para mantener a la familia y no sentirse desbordado”, relata.
Santiago Agustín, psicólogo con experiencia en centros de menores de Madrid, asegura que el trabajo con las familias “es muy pobre”. “La inversión en centros de protección es desmesurada (la estancia de cada menor puede costar hasta 4.000 euros al mes), y en los barrios no se percibe el trabajo con las familias”, afirma.
“La Administración se tiene que adaptar”, reconoce la fiscal coordinadora de menores. “Con la crisis se ha elevado el nivel de marginación y se ha incrementado la demanda de protección. Los servicios sociales y las entidades de protección a la infancia están desbordados, tanto en recursos materiales como profesionales”, afirma. “Las intenciones de la Administración son buenas sobre el papel, pero tienen que estar dotadas económicamente, con profesionales e infraestructuras”, reclama Ramírez. Denuncia que el plan concertado de servicios sociales de Sanidad, en el que se incluyen las ayudas de emergencia, se ha reducido un 65% en los dos últimos años. Las autonomías también han metido la tijera, algunas más que otras. En el País Vasco una de cada 13,5 personas recibe una renta mínima de inserción (cuando se agotan el paro y los subsidios); en Murcia lo hacen una de cada 316 y perciben, además, una cuantía mucho menor.
La miseria suele traer otros problemas, que son los que se aducen para retirar la tutela Cuando la ayuda no llega, ¿qué deben hacer los padres sin recursos? Gustavo García, director del albergue social de Zaragoza, el primero que habilitó módulos para familias en España, subraya: “Lo correcto es solicitar la guarda voluntaria de los niños. Los padres tienen que pedir la guarda a los servicios sociales cuando no pueden hacerse cargo de sus hijos, por motivos económicos u otro tipo de circunstancias. La Administración se hace cargo temporalmente de ellos, y los padres no pierden la patria potestad”.
Esta modalidad de ayuda con los hijos ha descendido desde 2006. Ese año había 9.598 menores en guarda, frente a 4.537 en 2011. La bajada tiene una doble explicación, según García: la salida de inmigrantes del país y el temor de algunos padres a acudir a los servicios sociales a solicitar auxilio porque creen que les van a arrebatar a sus niños. “Algunos pasan hambre por temor a pedir ayuda”, dice. Recuerda que una paciente de un hospital en Zaragoza fue pillada echando la comida al bolso. Cuando los profesionales le preguntaron por qué, ella respondió: “Mi hijo pasa hambre en casa”. García quiere desmontar el mito: “Esa imagen de que vamos retirando niños es falsa”.
José Luis Calvo, vicepresidente de Prodeni, entidad defensora de los derechos de los niños, discrepa. Afirma que en ocasiones sí se producen retiradas de niños por situación de pobreza. “Es evidente que este factor no aparece como único fundamento de ninguna retirada de niños. Tampoco como motivo para que los padres no los puedan recuperar. Pero subyace más o menos explícito en no pocos informes”, afirma. La miseria suele estar acompañada de otros problemas de salud, emocionales o inestabilidad en la vivienda, según Calvo. “Estas circunstancias son las que se alegan como agravantes para quitarles la tutela”, asevera. Y una vez retirada, en su opinión, “no se promueve la reagrupación”. “Para recuperar a los hijos casi hay que pasar una oposición”, ejemplifica.
2,2 millones de niños viven en hogares bajo el umbral de la pobreza en España
En la memoria de Calvo hay muchos ejemplos. Su organización defendió recientemente a una madre que pasó siete años visitando a sus hijos, bajo la tutela de la Junta de Andalucía, una hora al mes. “En ese tiempo su situación económica y personal cambió. Pero tenía la etiqueta de que ‘no era colaboradora’ y no se los devolvían”, relata. Al final, con intermediación de Prodeni, recuperó a los pequeños.
Santiago Agustín opina que “los niños acogidos deberían relacionarse con sus familiares de origen diariamente”. En la mayoría de las regiones, las visitas son, por defecto, de una hora al mes. “Esto solo puede calificarse como maltrato institucional”, asevera. El psicólogo no ve lógico que, salvo que existan malos tratos o riesgo grave, se restrinjan los encuentros y el sistema sea tan rígido para la recuperación.
Con todo, la actuación de la Administración tendrá que adaptarse a una casuística que aumenta con la crisis: padres que no tienen qué llevar a la boca de sus hijos. “Y entender que las situaciones, con el tiempo, cambian”, zanja Calvo.
Fuente: El País.
lunes, 9 de septiembre de 2013
Se reedita "A Short History of the Spanish Civil War" del historiador JULIÁN CASANOVA,
Se reedita "A Short History of the Spanish Civil War" del historiador JULIÁN CASANOVA, la versión original en inglés que sacó después Crítica en España con el título de "España partida en dos".
Que se reedite un libro sobre la guerra civil en inglés, unos meses después de salir, significa que ese acontecimiento sigue atrayendo el interés de miles de personas en todo el mundo, porque no hay mejor escenario que la España de los años treinta para examinar los conflictos sociales y las luchas políticas que marcaron el siglo XX.
Por estas tierras, sin embargo, muchos fomentan la ignorancia sobre él, lo ocultan y recurren a su sonsonete preferido: "¿otro libro sobre la guerra civil"? Mejor Viriato. Julián Casanova dixit.
A Short History of the Spanish Civil War The years of the Spanish Civil War filled twentieth-century Spain with hope, frustration and drama. Not only did it pit countryman against countryman, and neighbour against neighbour, but from 1936-39 this bitterly contended struggle sucked in competing and seemingly atavistic forces that were soon to rage across the face of Europe, and then the rest of the world: nationalism and republicanism; communism and fascism; anarchism and monarchism; anti-clerical reformism and aristocratic Catholic conservatism.
The ‘Guerra Civil’ is of enduring interest precisely because it represents much more than just a regional contest for power and governmental legitimacy. It has come to be seen as a seedbed for the titanic political struggles and larger social upheavals that scarred the entire twentieth century. In elegant and accessible prose, Julian Casanova tells the gripping story of these years of anguish and trauma, which hit the country with a force hitherto unknown at any time in Spain’s history. Charting the most significant events and battles alongside the main players in the tragedy, he provides answers to some of the pressing questions (such as the roots and extent of anticlerical violence) that have been asked in the seventy years that have passed since the painful defeat of the Second Republic.
Que se reedite un libro sobre la guerra civil en inglés, unos meses después de salir, significa que ese acontecimiento sigue atrayendo el interés de miles de personas en todo el mundo, porque no hay mejor escenario que la España de los años treinta para examinar los conflictos sociales y las luchas políticas que marcaron el siglo XX.
Por estas tierras, sin embargo, muchos fomentan la ignorancia sobre él, lo ocultan y recurren a su sonsonete preferido: "¿otro libro sobre la guerra civil"? Mejor Viriato. Julián Casanova dixit.
A Short History of the Spanish Civil War The years of the Spanish Civil War filled twentieth-century Spain with hope, frustration and drama. Not only did it pit countryman against countryman, and neighbour against neighbour, but from 1936-39 this bitterly contended struggle sucked in competing and seemingly atavistic forces that were soon to rage across the face of Europe, and then the rest of the world: nationalism and republicanism; communism and fascism; anarchism and monarchism; anti-clerical reformism and aristocratic Catholic conservatism.
The ‘Guerra Civil’ is of enduring interest precisely because it represents much more than just a regional contest for power and governmental legitimacy. It has come to be seen as a seedbed for the titanic political struggles and larger social upheavals that scarred the entire twentieth century. In elegant and accessible prose, Julian Casanova tells the gripping story of these years of anguish and trauma, which hit the country with a force hitherto unknown at any time in Spain’s history. Charting the most significant events and battles alongside the main players in the tragedy, he provides answers to some of the pressing questions (such as the roots and extent of anticlerical violence) that have been asked in the seventy years that have passed since the painful defeat of the Second Republic.
Lo que no puede ser visto debe ser mostrado. (That which cannot be seen must be shown) -
Contempla aquí el vídeo en este enlace: http://vimeo.com/34218157
Lo que no puede ser visto debe ser mostrado. Es un documental sobre la memoria de la Transición construido a partir de ciertas producciones del cine militante que contradicen las imágenes oficiales que han elaborado nuestra memoria del final del franquismo y del inicio de la democracia.
"Desde el deber de la memoria", en palabras de Primo Levi, María Ruido aborda la construcción de la memoria histórica del estado español, pero su aproximación no se basa en los testimonios registrados, sino en la constatación de la falta de imágenes sobre determinados acontecimientos o problemáticas.
La oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pilay, ha pedido al Estado español la derogación de la ley de amnistía de 1977 porque incumple la normativa internacional en materia de derechos humanos. "España está obligada, bajo la ley internacional, a investigar las graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidas las cometidas durante el régimen de Franco, y a procesar y castigar a los responsables si todavía están vivos", ha afirmado el portavoz de Pillay, Rupert Colville, durante una rueda de prensa en Ginebra.
Además, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, existe un deber hacia las víctimas, que tienen "derecho de reparación". Colville ha recordado que, conforme a una recomendación de 2009 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, "España debe derogar su ley de amnistía, puesto que no es conforme con las leyes internacionales de derechos humanos". Dicha recomendación, elaborada por 18 expertos de la organización internacional, toma como base el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político, ratificado por el Estado español en 1985.
Lo que no puede ser visto debe ser mostrado. Es un documental sobre la memoria de la Transición construido a partir de ciertas producciones del cine militante que contradicen las imágenes oficiales que han elaborado nuestra memoria del final del franquismo y del inicio de la democracia.
"Desde el deber de la memoria", en palabras de Primo Levi, María Ruido aborda la construcción de la memoria histórica del estado español, pero su aproximación no se basa en los testimonios registrados, sino en la constatación de la falta de imágenes sobre determinados acontecimientos o problemáticas.
La oficina de la Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pilay, ha pedido al Estado español la derogación de la ley de amnistía de 1977 porque incumple la normativa internacional en materia de derechos humanos. "España está obligada, bajo la ley internacional, a investigar las graves violaciones de los Derechos Humanos, incluidas las cometidas durante el régimen de Franco, y a procesar y castigar a los responsables si todavía están vivos", ha afirmado el portavoz de Pillay, Rupert Colville, durante una rueda de prensa en Ginebra.
Además, según la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, existe un deber hacia las víctimas, que tienen "derecho de reparación". Colville ha recordado que, conforme a una recomendación de 2009 de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, "España debe derogar su ley de amnistía, puesto que no es conforme con las leyes internacionales de derechos humanos". Dicha recomendación, elaborada por 18 expertos de la organización internacional, toma como base el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Político, ratificado por el Estado español en 1985.
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