domingo, 4 de octubre de 2015

Quince años y para siempre

José Graziano da Silva
IPS

Los próximos 15 años serán decisivos para el futuro de nuestro planeta. Durante este período, nos enfrentaremos a algunos de los mayores desafíos del siglo XXI, en medio de una transición continua y profunda en la economía global. Somos la primera generación que puede acabar con el hambre y hacer que la seguridad alimentaria y nutricional sea verdaderamente universal. Y tal vez también somos la última generación en condiciones de evitar daños irreversibles provocados por el cambio climático.

 La superación del hambre y la pobreza extrema son los retos más importantes. Hoy en día casi 800 millones de personas no tienen suficiente alimento para comer a pesar de que se produce suficiente comida en el mundo para alimentar a todos. Es evidente que necesitamos soluciones urgentes para superar los cuellos de botella estructurales que impiden que los que padecen hambre tengan acceso a los alimentos.

En otras palabras, la inclusión social debe convertirse en la columna vertebral del desarrollo. Sin embargo, no vamos a lograr ni la inclusión social ni el desarrollo, a menos que nuestras decisiones estén guiadas por la sostenibilidad.

Somos la primera generación que puede acabar con el hambre y hacer que la seguridad alimentaria y nutricional sea verdaderamente universal. Y tal vez también somos la última generación en condiciones de evitar daños irreversibles provocados por el cambio climático.

El marco político necesario para avanzar en la dirección correcta requiere un grado sin precedentes de compromiso político.

Entre el 25 y el 27 de septiembre, en una cumbre en Nueva York, se dio un importante paso en este sentido, cuando la comunidad internacional respaldó los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible, con una agenda ambiciosa para cambiar el mundo para mejor en los próximos 15 años.

Este nuevo pacto global para el futuro incluye crucialmente acabar con la pobreza y el hambre para el año 2030, la mitigación y adaptación al cambio climático y la búsqueda de formas más sostenibles de hacer que la oferta satisfaga a la demanda.

Las decisiones que tomamos como consumidores se han vuelto tan importantes para el futuro como los que tomamos como productores.

Además de los cerca de 800 millones de personas que sufren desnutrición crónica, la malnutrición es también un problema importante con unos dos mil millones de personas que sufren de deficiencias de micronutrientes y 500 millones de personas que sufren de obesidad, esta última una enfermedad que va en aumento en muchos países de ingresos medios y altos.

El mundo que se prevé a través de la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible no es una quimera inalcanzable. No es una utopía; podemos hacerlo realidad.

La solución está en el problema. A medida que la riqueza sigue ganando distancia a la justicia, la supervivencia depende más y más del imperativo de la cooperación.

O construimos un futuro para todos, o no habrá futuro aceptable para nadie. Cualquier duda al respecto palidece ante el éxodo que estamos presenciando, donde los refugiados arriesgan sus vidas en un intento desesperado por encontrar una vida mejor en otro lugar.

Más de 70 por ciento de la inseguridad alimentaria en el mundo se concentra en las zonas rurales de los países pobres y en desarrollo.

Una de las soluciones es reconocer y apoyar el papel que la agricultura familiar a pequeña escala puede desempeñar para lograr hambre cero de una manera sostenible.

Para lograr esto, necesitamos políticas públicas que desarrollen las capacidades de las personas, apoyar la producción, facilitar el acceso al crédito financiero, la tecnología y otros servicios y promover la cooperación internacional.

Para erradicar el hambre y la pobreza debemos empezar por ir más allá de hacer frente a situaciones de emergencia cuando se producen y en su lugar dirigir nuestros esfuerzos a hacer frente a las condiciones que las causan.

El costo del fracaso está claro. Si prevalece enfoque de negocio como el que ha habido hasta ahora, en 2030 todavía tendremos 650 millones de personas que padecerán hambre.

Hemos estimado que para acabar con el hambre para el año 2030 se requieren una combinación de inversiones en protección social y agricultura y desarrollo rural de unos 267.000 millones de dólares. Esto significa alrededor de 160 dólares al año para cada persona que sufre hambre.

Esto es más o menos el precio de un teléfono celular. Se trata de una cantidad relativamente pequeña a pagar con el fin de liberar al mundo del flagelo del hambre y de hacerlo durante nuestras vidas.

José Graziano da Silva, director general de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2015/09/quince-anos-y-para-siempre/

sábado, 3 de octubre de 2015

Carta abierta al Director del Festival Internacional de Cine de Donostia. Excelentes drones y excelentes películas no compensan la violación de los derechos humanos

Palestinarekiko Elkartasun Taldea

De nuevo en esta edición del Zinemaldia comprobamos que, a pesar de anteriores conversaciones con la dirección del festival, nada ha cambiado. No encontramos ninguna película palestina - ni tampoco de israelíes y cineastas de otros países que denuncien la ocupación - pero, como viene siendo habitual, participa una película israelí, Barash , producida por Lama Films y el Israel Film Fund (Fondo de Cine Israelí ). Barash formó parte además del proyecto Jerusalem International Film Lab, recibiendo mención especial el año 2012. Este proyecto está apoyado entre otros por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel.

El Israel Film Fund, coproductor de Barash, es el responsable de promocionar la marca Israel en el cine. Con un presupuesto anual de 6 millones de dólares, Israel Film Fund apoya, ayuda, asesora y financia proyectos cinematográficos seleccionados, incluyendo la comercialización y distribución. Gracias al fondo participan en las competiciones oficiales de los grandes festivales internacionales de cine.

Llamamos marca Israel al cine israelí que, independientemente de las intenciones y opiniones de sus directores, el Estado de Israel utiliza para mantener su fachada democrática y como cortina de humo que oculte sus crímenes. Eyal Sivan (cineasta israelí) nos recuerda en una entrevista reciente como en 2006, Israel comenzó esta campaña para promocionar una visión positiva del país, de tres maneras: la promoción de la llamada cultura progresiva, utilizar figuras públicas como embajadores de buena voluntad y promoción de Tel Aviv como una ciudad acogedora para los homosexuales.

En su discurso en el Festival de Haifa, Shimon Peres, dirigiendose a los cineastas israelíes: "Estados Unidos ha impuesto su cultura a través del cine, vamos a imponer nuestra imagen a través de las películas, es vuestro deber. " Cualquier cineasta que muestra su película en el extranjero bajo la bandera oficial de Israel, de hecho es recuperada con fines de propaganda aunque exprese una visión crítica.

Según Illan Pappe, historiador israelí, está bien documentado actualmente que los artistas, escritores y otros trabajadores de la cultura que solicitan financiación estatal para cubrir el coste de su participación en eventos internacionales, o de sus productos culturales, deben aceptar contribuir a los esfuerzos de propaganda oficial de Israel.

La "marca Israel" contribuye decisivamente a normalizar a Israel, es decir, a que lo veamos y aceptemos como un país democrático y no como al Israel que viola diariamente los derechos humanos, se ríe de la legalidad internacional, boicotea el cine palestino, destruye la cultura palestina incrementa las agresiones a la población palestina y mantiene el bloqueo ilegal y criminal de la franja de Gaza, con total impunidad gracias a la colaboración de los países occidentales.

Según la Convención de Ginebra, las instituciones y los estados están obligados a actuar para que se cumpla la ley internacional y los derechos humanos, pero la mayoría no imponen sanciones a Israel a pesar de sus crímenes contra la humanidad demostrados, y le premian con acuerdos de colaboración.

Por ello, frente a la complicidad de los gobiernos con Israel, la sociedad palestina llamó el año 2005 a impulsar la campaña internacional BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones), que exige el fin de la ocupación militar y del apartheid, y la aplicación de la resolución 194 de la ONU sobre el derecho al retorno de los refugiados.

La dirección del Zinemaldi se opone al boicot, en defensa de la libertad de expresión, pero parece ignorar la absoluta falta de libertad (no sólo de expresión) de la población palestina y el boicot permanente de Israel a la cultura palestina. Algunos ejemplos recientes: EE.UU. e Israel prohíben al cineasta palestino Amer Shomali asistir al estreno de su película, en Nueva York, en el Festival Internacional de Cine de Human Rights Watch. También Israel impide a dos cineastas palestinos presentar sus películas en Suiza, y censuró el Festival internacional de marionetas en Jerusalem

La censura ejercida por Israel afecta también a cineastas israelíes críticos con la ocupación. Las películas de directores como Avi Mograbi o Eyal Sivan no se ven en el país, no se distribuyen en el circuito comercial. Y Haim Bresheeth, cineasta y experto en cine israelí , catedrático de Estudios Culturales y Audiovisuales de la Universidad de East London denunciaba en una entrevista lo que define como “ terrorismo cultural» israelí contra los intelectuales críticos antisionistas. Dicho «terrorismo» se plasma, según Breesheth, en «censura, boicot mediático y editorial, ostracismo académico y otras medidas destinadas a silenciar al intelectual incómodo», aunque ningún intelectual israelí ha sufrido nunca lo que cada palestino está sufriendo: no hemos sido torturados, no hemos sido puestos en prisión por nuestras opiniones... sino que nos hemos visto obligados a irnos. En su caso se ha exiliado en Gran Bretaña , abandonando su puesto de director de la Escuela de Medios, Cine y Estudios Culturales del Sapir College en el Néguev .

Consideramos, por todo lo anterior, que hay suficientes razones como para que el zinemaldia deje de promocionar la marca Israel. En apoyo a la campaña BDS, solicitamos por tanto, la retirada de Barash, no porque su directora sea israelí, sino por ser una película seleccionada y financiada por el Israel Film Fund (fondo de cine israelí).

En cambio, no pedimos boicot del cortometraje israelí Kav Hebron/Stationed, de la directora israelí Nitzan Zifrut -de la escuela de cine y audiovisuales Sapir College -por considerar que no forma parte de la marca Israel al no recibir financiación directa del Israel Film fund u otras instituciones gubernamentales similares.

Ignorar el cine palestino es también una opción política, no cultural.

La conquista de la felicidad. Paraguay es el país más feliz, según una encuesta. También es uno de los más injustos

La ignorancia es la dicha 

(Thomas Gray, poeta inglés)

La felicidad se ha vuelto una industria. No parece pasar un día sin que algún departamento de gobierno, o universidad, o filósofo, o economista, o bloguero proponga lo que pretende ser un análisis nuevo o un plan práctico para alcanzar el sueño que todos anhelamos. Hagan una búsqueda en Amazon: hay 14.384 libros sobre la conquista de la felicidad.

Pero, ¿qué pasa si la felicidad existe no solo en nuestras mentes o corazones sino en un lugar? ¿Y qué tal si ese lugar es Paraguay? Sí, Paraguay, un país encerrado en el centro geográfico de Sudamérica al que han acudido comunidades alemanas, irlandesas, estadounidenses, australianas, finlandesas desde hace 150 años —o más, si incluimos a los misioneros jesuitas del siglo XVII— convencidos de que aquí descubrirían la utopía; un país que durante los tres últimos años seguidos ha sido, según unas encuestas globales que hace la reputada agencia Gallup, el más feliz de la tierra.

Viajé a Paraguay a ver si daba con el secreto y me encontré con una tierra que parecía tenerlo todo. Prácticamente vacía (siete millones de habitantes; casi dos veces el tamaño de Alemania), la tierra es tan fértil que los mangos se pudren en el suelo, dan aguacates de comer a los cerdos, exportan más carne que Argentina y el agua de sus grandes ríos es tan abundante que no solo supera todas las necesidades agrícolas y humanas sino que, gracias a la represa gigante de Itaipú, dispone de casi diez veces más electricidad renovable —y eterna— de la que requiere su población.

En la teología tradicional indígena, la guaraní, existe el concepto paradisíaco de “la tierra sin mal”.  Pareciera que la hubiesen encontrado. Pero rasqué un poco y vi que a los humanos les quedaba algo por hacer.

Resulta que, en la ausencia de un sistema de justicia remotamente serio, la corrupción permea las instituciones políticas y estatales de arriba abajo, de los jueces a los policías, de los ministros a los funcionarios. Resulta también que los pobres son cada día más pobres y los pocos ricos más ricos, entre ellos el actual presidente y magnate tabacalero Horacio Cartes, que, según me contó uno de sus conocidos, confesó una vez que se metió en la política en parte porque no sabía ya qué hacer con sus  millones.

Pero entonces, si Paraguay es uno de los países más injustos, más corruptos y más desiguales de la tierra, y si estamos casi todos de acuerdo que la injusticia, la corrupción y la desigualdad son los grandes males que nos azotan, ¿por qué sus habitantes dicen que son tan felices?

En primer lugar, como escribió un columnista paraguayo hace un par de semanas, porque “una de las características más connotadas de nuestra idiosincrasia” es “la obcecación”. Con la mirada puesta en la imaginaria tierra sin mal, muchos se niegan a ver el mal real que les rodea. El ejemplo más sorprendente que encontré fue el del héroe patrio, Francisco Solano López, el aniversario de cuya muerte en 1870 es el gran día de fiesta nacional. El autodenominado mariscal López fue un déspota cuyo endiosamiento y tiranía no sería superado por ninguno de los dictadores latinoamericanos que le siguieron. Durante sus ocho años en la presidencia, López ordenó la tortura y ejecución de miles, familiares cercanos incluidos, y condujo a su país a una guerra demencial contra Argentina, Brasil y Uruguay que acabó con el 85% de la población paraguaya, dejando al país sin hombres. Hoy las avenidas principales de Asunción, la capital de Paraguay, llevan el nombre de López y su Lady Macbeth, la no menos siniestra concubina irlandesa del dictador, Elisa Lynch.

La segunda razón por la que los paraguayos creen ser felices es la costumbre que tienen, relacionada con la de no examinar con mucha atención el pasado, de vivir en el momento. Me lo explicó un empresario llamado Víctor González durante un recorrido en coche por la campiña que rodea Asunción. Mientras veía con mis propios ojos la extraordinaria riqueza de la tierra y la aparente serenidad —mate en mano— con la que vivían sus habitantes, González, me dijo que en guaraní, idioma que casi todos los paraguayos hablan, no existe una palabra para “mañana”. La que más que se aproxima al concepto es “Koera”, que significa “si es que amanece”. Lo cual se traduce en una actitud de no agobiarse por lo que pueda pasar en el futuro, mentalidad que González, que hoy es rico pero se crió en una chacra familiar pobre, recuerda con nostalgia.

Comentaban González y otros paraguayos con los que hablé que la infelicidad viene cuando uno genera expectativas que no puede cumplir. Esto mismo lo han demostrado estudios de la Universidad de Harvard, tesis que se demuestra en Paraguay con un dato dramático: cada día se suicida, como promedio, un joven de entre 15 y 25 años. Cada uno de ellos resuelve que mejor que el mañana no amanezca porque, en la gran mayoría de los casos, son gente de familias pobres rurales cuyos padres aspiran a más, que se mezclan —por ejemplo trasladándose a la periferia de Asunción— con jóvenes que poseen camisetas Lacoste, o zapatillas Nike, o teléfonos móviles de última generación. La felicidad de repente consiste en adquirir artefactos previamente innecesarios, ven que no pueden y, corroídos por una envidia lacerante, acaban con sus propias vidas. Está claro que Gallup no entrevistó a este particular sector de la población, como lo es que los que sí entrevistaron han preferido apartar la vista de estas desgracias.

¿Qué lecciones sacar de la experiencia paraguaya?
Que la felicidad es posible si uno cierra los ojos a los inevitables males de la vida, si uno vive en el presente, si uno se conforma con lo esencial para poder vivir y logra el enorme lujo de no tener que preocuparse por el dinero. Pero falta un ingrediente para que Paraguay sea el paraíso terrenal. Antes de que los que viven afligidos por la crisis u otras penas en el resto del mundo sigan los pasos de los soñadores utópicos de antaño sería imprescindible pedir una cosa a la minoría de ricos que gobiernan Paraguay: que instalen el sine qua non de una democracia, el Estado de derecho; que la justicia sea igual para todos. Cuando llegue ese día, sí, vayamos para allá. Todo lo demás lo tienen.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/27/actualidad/1443375480_705884.html?rel=lom

viernes, 2 de octubre de 2015

El gran negocio de Franco con la guerra. El historiador Ángel Viñas desvela en su próximo libro el origen turbio de la fortuna del dictador

Una, grande y rica
Franco hizo fortuna con la Guerra Civil. En su próximo libro, el historiador Ángel Viñas (Madrid, 1941) desvela aspectos desconocidos sobre el origen del patrimonio del dictador, fallecido hace 40 años, que desmontan el mito de su desapego hacia el dinero. Al margen de sus honorarios oficiales, Franco se enriqueció por vías que hoy acabarían ante los tribunales, como la venta de café donado en 1939 por Brasil o una “gratificación mensual” que le pagó la compañía Telefónica.

En La otra cara del Caudillo (Crítica), que se publicará el 22 de septiembre, Viñas desvela que el dictador ingresó en 1940 en una de sus cuentas 7,5 millones de pesetas, que equivalen “más o menos a 85,6 millones de euros de 2010”, por la venta de café que había donado el dictador brasileño Getúlio Vargas. “No veo la razón por la cual Vargas pudiese hacer un donativo a Franco a título personal, de dictador a dictador. Probablemente supondría que su homólogo no iba a beberse el café que pudiera obtenerse con 600 toneladas de granos. Entiendo, pues, que lo más probable es que fuese hecho implícitamente bien al pueblo o al Estado españoles”, sostiene el historiador en la obra. El café era uno de los productos que más escaseaban durante la posguerra y, por tanto, uno de los más demandados en los circuitos ilegales del estraperlo.

Bajo la dirección de Francisco Franco Salgado-Araújo, primo y responsable de la Secretaría de Estado de Franco, el café brasileño se entregó a la Comisaría de Abastecimientos y Transportes, organismo estatal que dependía del Ministerio de Industria y Comercio, para que lo distribuyese a los gobiernos civiles, que se encargaron de venderlo en sus provincias según el precio público marcado por la administración (12,48 pesetas por kilo). Viñas descubrió el importe total de la venta en un documento del archivo del Palacio Real, donde consta que la recaudación total ascendió a 7,5 millones de pesetas, “exactamente el importe que figura en la relación de cuentas del Caudillo cerrada a 31 de agosto de 1940”.

¿De dónde tanto dinero?
El extracto de las cuentas de Franco correspondientes a esa fecha fue difundido por la revista Tiempo en 2010, aunque no se aclaraba el origen de esos 7,5 millones. En ellas se observan salidas de dinero, que el dictador destinaba arbitrariamente a distintas obras o personas, como la reconstrucción del castillo de la Mota o la ampliación de un colegio religioso de las Adoratrices de Valladolid. Lo más sorprendente se encuentra en el capítulo de ingresos, donde consta un “donativo mensual” de 10.000 pesetas de la Compañía Telefónica Nacional, cuyo accionista principal era entonces la empresa estadounidense ITT. La cantidad equivaldría a 11.000 euros actuales, según Viñas. “Políticamente el caso es significativo. Desde antes de la Guerra Civil el Gobierno había tenido relaciones no siempre armoniosas con la ITT. Durante el conflicto, la Compañía Telefónica aseguró el servicio en las dos zonas en que quedó dividido el país, aunque el presidente de la ITT, el conocido y temido coronel Sosthenes Behn, anticomunista furibundo, no tardó en declararse a favor de los sublevados. Terminado el conflicto Franco bloqueó los esfuerzos de la ITT por reanudar sus operaciones en España”, se recoge en la obra.

Viñas no ha logrado averiguar cuándo Telefónica comienza a pagar al dictador ni durante cuánto tiempo lo hace, pero considera “totalmente improbable que actuara al margen de la ITT en este delicado asunto”. “Como es notorio, la nacionalización se retrasó”, añade.

El 31 de agosto de 1940, Franco disponía de 34,30 millones de pesetas en varias cuentas, nutridas en buena parte con aportaciones de simpatizantes de su causa tras la suscripción nacional abierta para financiar la guerra. Aunque Ángel Viñas puntualiza que Franco realizó también donativos y obras con este dinero, barrunta otra finalidad última: “Mis sospechas apuntan hacia la posibilidad de que se quedara con la mayor parte de los fondos acumulados”. En un par de años, afirma, “consiguió una fortuna nada despreciable, en parte gracias a mecanismos hasta ahora no aclarados”.

Su millonario saldo bancario en 1940 resulta sorprendente teniendo en cuenta que su nómina mensual en 1935 era de 2.493 pesetas (desvelada en marzo por EL PAÍS) y que en 1940, ya como Jefe del Estado, percibió 50.000 pesetas en concepto de salario anual. “En cualquier caso, ni ahorrando todos sus emolumentos como jefe del Estado y como capitán general, más la gratificación de Telefónica, es posible que Franco pudiera acumular los saldos bancarios de que disponía en agosto de 1940”, afirma Viñas. “Esta, verosímilmente, no pudo ser otra que la reasignación de donativos”, agrega. “La otra vía de enriquecimiento posible es que Franco se hubiese apropiado de parte de la dotación de la presidencia de Gobierno o de la Jefatura del Estado a partir de 1937. Fuese cuál fuese el origen, me parece inmoral”, explica el autor por teléfono.

A pesar de que en las últimas décadas se ha avanzado notablemente en la investigación histórica sobre la guerra y la dictadura, las finanzas de Franco permanecen aún entre sombras con excepciones como la de Mariano Sánchez Soler en su libro Los Franco S. A. (Oberon, 2003) o el reportaje de Javier Otero en Tiempo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/05/actualidad/1441482173_263106.html

El todoterreno de Hitler

Desde que comenzó la guerra, Franco recibió regalos por admiración de quienes simpatizaban con su “cruzada militar” contra los republicanos y por interés de quienes deseaban buenas relaciones con España. Hitler, a pesar de que le despreciaba, le regaló en enero de 1940, nueve meses después del final de la guerra española, un todoterreno de la marca Daimler-Benz valorado en 33.597,50 marcos de entonces, “casi unos 400.000 euros hoy”, según recoge Ángel Viñas en La otra cara del Caudillo.
En el libro se recuerdan otros jugosos obsequios que agrandaron el patrimonio familiar de Franco como el Pazo de Meirás, antigua residencia de la escritora Emilia Pardo Bazán, comprado en 400.000 pesetas, reunidas por numerosas aportaciones forzosas y algunas voluntarias como la del empresario Pedro Barrié de la Maza. Y también una donación menos conocida realizada por Teresa Amteller Cros el 17 de octubre de 1936, que ofreció su finca en Santa Elena de Agell “en cuanto la provincia de Barcelona fuese liberada”.

Dinero sospechoso

Café. En 1940 Franco tenía en una de sus cuentas 7,5 millones de pesetas (85,6 millones de euros de hoy) por la venta de café donado por el dictador Getúlio Vargas.
Donativo. El dictador recibía un “donativo mensual” de 10.000 pesetas (11.000 euros de hoy) de parte de la Compañía Telefónica Nacional.
Saldo. En agosto de 1940 disponía de 34,30 millones de pesetas en sus cuentas.

JEREMY CORBYN » 15 cosas que aprendimos en el discurso de Corbyn. Ideas de política exterior, economía, estrategia ciudadana y gustos literarios extraídos de la primera intervención del líder laborista.

Todos los ojos de la izquierda europea están puestos en el nuevo líder de la oposición británica, que promete una nueva forma de hacer política, "más honesta y más inclusiva". Jeremy Corbyn, el más izquierdista de cuantos contendían a liderar el Partido Laborista, se hizo con la victoria el pasado 12 de septiembre con un contundente 60% de los votos, pero cuenta con pocos apoyos entre los parlamentarios laboristas. Ayer martes realizó su primera intervención como líder en el Congreso anual del partido.

Estas son 15 ideas que se desprenden de un discurso que duró una hora:

1. Corbyn cree que el Partido Laborista no ha perdido, sino que ha ganado.

Como apunta Jonathan Freedland en The Guardian, durante la hora que duró el discurso de Jeremy Corbyn, el 7 de mayo desapareció de la historia y fue reemplazado por el 12 de septiembre. El Partido Laborista no fue el que cosechó hace cuatro meses su segunda derrota consecutiva, una de las más contundentes de su historia reciente, sino el que hace apenas dos semanas acometió una refundación sin precedentes al movilizar, en torno al propio Corbyn, a un sector de la ciudadanía tradicionalmente desencantado con la política. El líder recurrió a un símil futbolístico para ilustrar la, a su juicio, falta de tino de los columnistas al describir la nueva situación: “Si fueran periodistas deportivos escribiendo sobre un equipo de fútbol, dirían: ‘Han tenido un verano horrible. Tienen 160.000 nuevos seguidores. Han vendido todas las entradas. Los nuevos seguidores son jóvenes y optimistas. No sé cómo este club va a poder sobrevivir a una crisis así”. Lo cierto es que, en el discurso, apenas hubo espacio para reflexionar sobre los motivos que provocaron la derrota electoral en las pasadas elecciones generales.

2. El debate sobre la inmigración y la insistencia en su capacidad de gestionar la economía no están entre sus prioridades.

Los analistas coinciden en que la preocupación por los efectos, culturales y económicos, de la inmigración, así como la desconfianza en la capacidad del equipo de Miliband para gestionar la economía, fueron dos de los factores más importantes por los que una parte del electorado tradicional laborista se decantó por los tories o por el UKIP. Pero Corbyn no mencionó la inmigración, al margen de la crisis de los refugiados, a la que sí se refirió. Tampoco mencionó el déficit, más que de pasada. Y al contrario que en el caso de Miliband, a quien se le echaron encima el año pasado por olvidarse de mencionarlo en su discurso, lo de Corbyn no fue un despiste: directamente no estaba en sus papeles. Por lo que se escuchó en su discurso, su prioridad ahora son las 251.000 personas que votaron por él, más que los que los 11 millones de que votaron en mayo por Cameron.

3. Votará por permanecer en la Unión Europea, pero luchará por cambiarla.

Su posición en el referéndum sobre la permanencia de Reino Unido en la Unión Europea, que se celebrará antes del final de 2017, ha dado mucho que hablar desde su elección como líder. La ambigüedad que ha mostrado históricamente en el asunto fue criticada por amplios sectores de un partido que, en general, apoya con matices el estatu quo. Tanto que, en un intento por acallar las críticas, se vio obligado a declarar, poco después de su elección, que el partido apoyará la permanencia, sea cual sea el acuerdo al que llegue Cameron en sus negociaciones con el resto de Estados miembros. En su discurso de ayer no fue tan explícito. “No hay nada bueno en un primer ministro vagando por Europa intentando regatear los derechos que protegen a nuestros trabajadores”, dijo. “Como decidió nuestro Congreso ayer [por el lunes], nos opondremos a ello y defenderemos una Europa social, una Europa de unidad y solidaridad que defienda esos derechos”.

4. Primero cambiará la política, luego cambiará el país.

Corbyn habló casi más del medio que del fin. “He recibido un mandato enorme, un mandato para el cambio”, aseguró. “Lo primero y principal es que se trata de un voto para cambiar la manera en que hacemos política”. Con la ayuda de las redes sociales –“el centro de la comunicación en el futuro”- Corbyn quiere convertir al partido en un “movimiento” que funcione “en cada comunidad y en cada centro de trabajo, no solo en Westminster”.

5. Su relación con determinados medios no va a ser buena, y no le importa.

En su salto oficial del seno del partido al escenario de la política nacional, Corbyn dejó claro que cuenta con las críticas de la prensa y que está dispuesto a sobrellevarlas con humor. Lo demuestra el hecho de que dedicara las primeras líneas de su discurso a reírse de los ataques que ha recibido de los tabloides en los últimos meses, llevándolos al terreno de su nuevo estilo de liderazgo inclusivo y abierto al debate. “Noto que algunos periódicos han desarrollado un interés en mi persona”, dijo. "Según un titular, Jeremy Corbyn celebra la idea de que un asteroide barra de un plumazo la humanidad. Los asteroides son un tema bastante polémico y no es el tipo de asunto que quisiera descartar sin un debate en profundidad en el seno del partido”.

6. No es el mejor redactor de discursos de la historia, ni le adorna la virtud de la concisión.

Su discurso desafió las normas de cualquier manual de oratoria política moderna. Careció de una estructura sólida, de una narrativa atractiva y -prolongándose durante casi una hora- de concisión. Saltó de un tema a otro sin orden aparente ni ritmo. Los más optimistas lo ven como una expresión más de esa nueva forma de hacer política, más honesta, menos efectista. Pero lo peor fue que, como no tardaron en revelar los medios, recurrió al corta y pega: utilizó párrafos enteros de un texto remitido a su equipo hace dos semanas por el escritor y asesor político Richard Heller, que ya se lo había ofrecido antes, sin éxito, a Ed Miliband y a todos los líderes laboristas desde Neil Kinnock. Ojo, no se trata de plagio, ya que el propio autor reconoce que lo envió para que se utilizara en el discurso. Pero dio pie a un glorioso titular a toda página en el conservador Daily Telegraph: “Nueva política, viejo discurso”.

7. No tiene intención de ceder en su posición sobre el desarme nuclear.

El domingo, en el arranque del Congreso, Corbyn sufrió un revés al rechazar el partido someter a votación la posición oficial sobre la renovación del sistema de submarinos nucleares Trident. Se trata del único arsenal nuclear de Reino Unido, y el año próximo el Parlamento deberá pronunciarse sobre su renovación. Se trata de uno de los más espinosos debates en el seno del Partido Laborista, dividido acerca de la necesidad de que el país cuente con un sistema de disuasión nuclear. Corbyn, cuya militancia antinuclear es tan antigua como su carnet del partido, se opone frontalmente, al contrario que algunos miembros destacados de su equipo directo. Ayer insistió en que, en ese asunto, no está dispuesto a ceder: “He sido claro con mi postura sobre un asunto, y creo que me arropa el mandato de mi elección”, dijo. “No creo que gastar 100.000 millones de libras, una cuarta parte de nuestro presupuesto en Defensa, en una nueva generación de armas nucleares sea lo correcto”.

8. Se opone a una intervención en Siria, pero podría apoyarla si cuenta con el respaldo de la ONU.

Corbyn es un pacifista, pero no hasta el punto de renunciar sin matices a cualquier intervención militar. Todo indica que pronto David Cameron llevará al Parlamento su propuesta de extender la acción militar británica contra el Estado Islámico de Irak a Siria. Se trata de otro de los asuntos en que las fracturas en el partido, y en el propio Gobierno en la sombra, son más evidentes. De su discurso y del pronunciado por el portavoz de Exteriores, Hilary Benn, se puede deducir que pueden haber llegado a un compromiso de apoyar los bombardeos en Siria, solo si forma parte de un acuerdo de la ONU. “La respuesta a ese trágico y complejo conflicto no es simplemente arrojar más bombas”, advirtió Corbyn. “Reino Unido necesita un Ejército moderno para mantenernos seguros. Y para liderar misiones humanitarias y de pacificación, trabajando con y fortaleciendo las Naciones Unidas”. Por la noche, en una entrevista con Katherine Viner, directora de The Guardian, John McDonnell, portavoz de economía y principal aliado de Corbyn, optó por que se conceda a los diputados libertad de voto en este asunto. “No hemos llegado a una conclusión clara sobre Siria”, admitió. “Pero tengo que reconocer que en este asunto respeto a la gente que piensa diferente que yo, porque ir o no a la guerra es una decisión moralmente muy exigente”.

9. Va muy en serio con nacionalizar los ferrocarriles.

Horas antes de su discurso, el Congreso respaldó el compromiso de Corbyn de renacionalizar los ferrocarriles británicos. “Fue maravilloso ver cómo el Congreso aprobó nuestro plan de devolver las concesiones privadas a la titularidad pública a medida que vayan expirando”, dijo Corbyn desde el escenario. “La posición del laborismo ahora es conseguir esa red de ferrocarriles completamente integrada y pública que los británicos quieren y necesitan”. Se trata de una decisión que, en repetidas encuestas en los últimos años, comparte la mayoría de los votantes.

10. La crisis de la vivienda es prioritaria.

Lo dijo así de claro: “La política de vivienda es una prioridad absoluta”. “Puede que en ningún otra área el fracaso de los tories haya sido tan completo y dañino para la gente”, añadió, antes de señalar que en la pasada legislatura se construyeron medio millón de viviendas menos de las que se necesitaban. Su propuesta es un ambicioso programa de construcción de más de 100.000 viviendas sociales. Algo que, dijo, podría financiarse con lo que se ahorraría en ayudas al alquiler después de atacar “las rentas exorbitantes” que piden algunos caseros.

11. El viejo socialista conoce los problemas del nuevo mercado laboral.

Corbyn quiso dejar claro que no es un líder anclado en la realidad de las fábricas industriales, sino que comprende los cambios del mercado laboral. “He expresado algunas ideas sobre cómo debemos apoyar a los pequeñas empresas y a los autónomos”, explicó. “Eso es porque uno de cada siete personas en el mercado laboral trabaja para sí misma”. “Ganan menos que otros trabajadores y tienen menos seguridad”, dijo. Anunció que equipararían sus bajas de maternidad y paternidad a las de los trabajadores por cuenta ajena y que ha encargado que se estudien todas las maneras en que se puede ayudar a los autónomos.

12. La austeridad es cosa del pasado.

Siete años, el tiempo que lleva el país soportando las políticas de austeridad, es mucho tiempo en política. Ese es el argumento que utilizó Corbyn para transmitir su mensaje de que la contención en el gasto es cosa del pasado. “La austeridad de los tories es la receta desfasada y fallida del pasado”, aseguró. “Nos corresponde a nosotros, a los laboristas, aportar la alternativa. Cualquier economista dirá que, con los tipos de interés tan bajos, ahora es el momento de la inversión pública en infraestructuras”.

13. Sus preferencias literarias son las que cabría esperar.

El nuevo líder laborista citó a dos escritores en su discurso. La primera, la estadounidense Maya Angelou, poeta, novelista, ensayista y activista por los derechos humanos, que falleció en 2014. Luchó por los derechos de los negros y fue amiga de Martin Luther King y de Malcolm X. El segundo, el nigeriano Ben Okri (Minna, 1959), uno de los escritores vivos más importantes del continente africano. “No puedes controlar todos los eventos que te sucedan, pero puedes decidir que no te empequeñezcan”, citó de la primera. Del segundo, escogió esta frase: “La cosa más auténtica sobre nosotros es nuestra capacidad de crear, de sobreponernos, de perdurar, de transformar, de amar”.

14. La defensa de los derechos humanos debe ser la piedra angular de la política exterior.

El discurso de Corbyn incluyó más temas de política exterior que el que diera su predecesor, Ed Miliband, el año pasado. Entre ellos, una petición a David Cameron para que Reino Unido intervenga con el régimen de Arabia Saudí para salvar a Alí Mohammed al-Nimr, un activista pro democracia saudí condenado a muerte por decapitación y crucifixión por un delito que supuestamente cometió cuando tenía 17 años. “Debemos ser muy claros respecto a lo que defendemos en materia de derechos humanos”, concluyó Corbyn. No pidió disculpas en nombre del partido por la Guerra de Irak, como estaba previsto, pero sí la mencionó: “No ayudó a nuestra seguridad nacional cuando fuimos a la guerra con Irak desafiando a las Naciones Unidos y guiados por documentos falsos”.

15. Tiene cuatro años y medio para concretar sus políticas. ¿O no?

Corbyn quiso convertir las discrepancias que arrastra el partido en una fortaleza de su liderazgo. Todas las sensibilidades, dijo, tienen cabida en la “nueva política” que promete. “No creo que nadie ostente el monopolio de la sabiduría. Todos tenemos ideas y una visión de cómo las cosas pueden ser mejores. Quiero un debate abierto en nuestro partido y en nuestro movimiento. Escucharé a todo el mundo porque creo firmemente en que el liderazgo consiste en escuchar”. Quien viniera a Brighton buscando concreción en las posturas, tendrá que esperar. Este ha sido su discurso de presentación como líder, defienden algunos, y tiene por delante cuatro congresos más para concretar hasta las elecciones generales de 2020. Pero otros argumentan que, por mucho que el debate y la pluralidad sean la nueva tónica, el partido necesita aclarar sus posturas con urgencia en al menos dos asuntos -la decisión sobre bombardear Siria y la decisión sobre la renovación de Trident- y deberá tener listo un programa para un año 2016 con elecciones en dos plazas cruciales para el laborismo: la alcaldía de Londres y el Parlamento escocés.
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/30/actualidad/1443625949_221873.html?rel=lom

jueves, 1 de octubre de 2015

Julian Treasure: Cómo hablar de forma que la gente te quiera oír


El magisterio, el profesorado, la orientación y en general las relaciones humanas se ejercen, en su mayor parte mediante la palabra, mediante el habla. Por ello es importante que cuidemos nuestra expresión y perfeccionemos constantemente nuestra forma de hablar, nuestro diálogo, nuestro discurso. Si esta charla os sirve de algo en vuestra profesión o vida cotidiana, me alegraría mucho. Gracias por vuestra atención.

La industria del armamento nuclear se adueña del dinero del contribuyente. Privatizar el Apocalipsis

El complejo corporativo nuclear
Introducción de Tom Engelhardt
 
Han dirigido las empresas más rentables de la historia y, para decirlo sin rodeos, están destruyendo el planeta. En el pasado, dada la obsesión estadounidense con los terroristas, yo los llamaba “terraristas”. Me refiero, por supuesto, a los CEO de las empresas de la Gran Energía (Big Oil), quienes en estos años han hecho lo indecible para encontrar nuevas formas de explotar todas las reservas imaginables de combustibles fósiles de la Tierra y colocarlas en la atmósfera en la forma de dióxido de carbono. Hay una cosa que es cierta: tal como una vez lo hicieron los más altos ejecutivos de la industria tabacalera, la del plomo y la de los productos a base de asbestos, ellos saben qué significa esa fuente de enormes ingresos para el resto de nosotros –eche el lector una mirada a la estación de los incendios de este año en el oeste de la América del Norte– y nuestros hijos y nietos. Si usted piensa que ahora mismo el mundo está viviendo los mayores desplazamientos de refugiados, sólo espere hasta que las sequías sean aún más extremas y que aumente la inundación de las zonas costeras.

Lo escribí en 2013: “Convenientemente, con estas tres industrias, los resultados negativos llegan después de años o incluso décadas de la exposición; de ese modo resulta difícil establecer la conexión entre causa y efecto. Cada una de las industrias sabía que esa conexión existía. Cada una de ellas utilizaba esa desconexión temporal para protegerse. Una diferencia: si usted fuera un ejecutivo de la industria del tabaco, o del plomo, o del amianto, tendría la posibilidad de evitar que sus hijos y nietos estuvieran expuestos a su producto. En el largo plazo, esa posibilidad no existe cuando hablamos de los combustibles fósiles y el dióxido de carbono, ya que todos vivimos en el mismo planeta (a pesar de que también es cierto que quienes gozan de una buena situación económica en las zonas templadas de la Tierra tienen menos probabilidades de ser los primeros en sufrir las consecuencias)”.

Increíblemente, como Richard Krushnic y Jonathan Alan King lo dejan en claro hoy, los beneficios económicos buscados por una segunda tanda de altos ejecutivos están igualmente estrechamente vinculados con la posibilidad de destruir el planeta (al menos en su carácter de entorno habitable para el ser humano y muchas otras especies) y la eventual muerte de decenas de millones de personas. Esos ejecutivos son los que dirigen las empresas que desarrollan, mantienen y modernizan nuestro arsenal nuclear; al igual que con las empresas del sector de la energía, ellos utilizan sus grupos de presión y su dinero para conseguir más de los mismo en Washington. Algún día, mirando hacia atrás, los historiadores (si todavía existen) sin duda pensarán que las actividades de ambos grupos son ejemplos de la suprema criminalidad.

* * *

Cómo es que la industria del armamento nuclear se queda con los dólares de los impuestos
Imagine usted un momento un auténtico absurdo: en alguna parte de Estados Unidos las muy rentables operaciones de un conjunto de grandes empresas se basarían en la posibilidad de que más pronto que tarde sus vecinos sean destruidos, y usted y todos sus vecinos fueran aniquilados. Y no solo usted y sus vecinos, sino también otras personas y sus vecinos en todo el planeta. ¿Qué pensaría usted de semejantes empresas, de semejante proyecto, de los enormes beneficios económicos que obtendrían de esa manera?

De hecho, esas empresas realmente existen. Son las de la industria del armamento nuclear y se ocupan del vasto arsenal de armamento –capaz de destruir el mundo– en manos del Pentágono. Con esa actividad consiguen extraordinarios beneficios económicos, viven una vida confortable en nuestro propio barrio y desempeñan un activo papel en la política de Washington. La mayor parte de los estadounidenses saben muy poco o nada de ellos ni de sus ingresos a pesar de que el trabajo que realizan es al servicio de un futuro apocalíptico casi imposible de imaginar.

A algo tan extraño agregue usted otra cosa improbable. Las armas nucleares han estado en los titulares durante años; aun así, durante este período toda la atención ha estado centrada en un país que no posee ni una bomba nuclear y, al menos por lo que puede decirnos la inteligencia de Estados Unidos, en realidad no ha dado señales de estar construyendo una. Por supuesto, estamos hablando de Irán. Por otra parte, prácticamente nunca aparecen en las noticias los absolutamente reales arsenales nucleares que podrían hacer estragos en la Tierra, sobre todo nuestro enorme arsenal y el de nuestro antiguo enemigo, Rusia.

En el reciente debate sobre si el acuerdo nuclear con Irán del presidente Obama evitará que ese país desarrolle alguna vez armas atómicas, usted puede buscar y rebuscar para encontrar alguna auténtica discusión sobre el arsenal nuclear de Estados Unidos, a pesar de que el Bulletin of the Atomic Scientists estima que consta de 4.700 ojivas nucleares activas. Esto incluye una variedad de artefactos como bombas aéreas, misiles basados en tierra y misiles embarcados en submarinos. Si, por ejemplo, un solo submarino del tipo Ohio –la Armada de EEUU dispone de 14 de ellos, equipados con misiles nucleares– lanzara sus 24 misiles Trident, cada uno de ellos portador de 12 cabezas nucleares de un megatón a las que se puede asignar blancos independientes, las principales ciudades del país alcanzado –en cualquier lugar del mundo– podrían ser arrasadas y morirían millones de personas.

Ciertamente, las explosiones y los incendios que se producirían enviarían a la atmósfera tanto humo y tantas partículas en suspensión que el resultado sería un “invierno nuclear”, lo que ocasionaría una hambruna de alcance mundial y la muerte posible de cientos de millones de personas, entre ellas estadounidenses (independientemente del sitio dónde se hayan disparado los misiles). Aun así, como lo cuenta el clásico libro del doctor Seuss, habría que agregar: “eso no es todo; oh no, eso no es todo”. En este momento, la administración Obama tiene planes para gastar hasta un billón de dólares [ha leído bien: un 10 seguido de 11 ceros, o 1011, en la jerga de los matemáticos] en los próximos 30 años para modernizar y mejorar las fuerzas nucleares de Estados Unidos.

Dado que el actual arsenal de EEUU representa –en el ‘lenguaje’ de los militares– una “sobrecapacidad de exterminación”, es decir, podría destruir muchos planetas del tamaño de la Tierra– ningunos de los dólares adicionales del contribuyente aumentará perceptiblemente la capacidad de “disuadir” ni la seguridad. Para aumentar la seguridad nacional en las próximas décadas –si es que acaso eso importa algo–, la precisión para dar en el blanco de unos misiles que matan a toda criatura viviente en un radio de unos cuantos kilómetros se ha reducido de 500 a 300 metros. Si semejante “modernización” no tiene ninguna importancia militar, ¿para qué aumentar el gasto en las armas nucleares?

Hay un aspecto importante de las apuestas por un Estados Unidos nuclear que por lo general no se menciona en este país: la corporación que constituye la industria de las armas nucleares. Aun así, la presión que esta corporación es capaz de ejercer en favor del gasto cada vez mayor está completamente subestimada en lo que se supone debería ser el “debate” de la cuestión.

La privatización del desarrollo de las armas nucleares
Empieza con este hecho tan sencillo: la producción, el mantenimiento y la modernización de las armas nucleares son fuente de siderales beneficios económicos para lo que, en esencia, es un cártel. Por supuesto, como tal no se enfrenta con competencia alguna de la industria de otros países, ya que el arsenal nuclear de Estados Unidos del que estamos hablando y los contratos ofrecidos por el gobierno están exentos de cualquier auditoría con la excusa de la seguridad nacional. Más aún, el modelo de negocio utilizado es el de “coste más margen”, que significa que aunque el coste final exceda al precio original ofertado, el contratista tiene garantizado un porcentaje por encima del coste de fabricación. Los altos beneficios están efectivamente garantizados y no importan la ineficiencia ni los márgenes por encima de lo presupuestado en que el proyecto pueda incurrir. En otras palabras, no hay la menor posibilidad de que el contratista pierda dinero, con todo lo ineficiente que pueda ser (lo más lejano que pueda imaginarse del modelo de producción de libre mercado defendido por las corporaciones).

Esos beneficios tan bien protegidos y las empresas que se los embolsan se han convertido en el factor principal de la promoción del desarrollo del armamento nuclear, deteriorando así cualquier esfuerzo realizado en pro del desarme nuclear. Ciertamente, parte de este proceso debería ser conocido ya que es un extensión de la clásica fórmula del Pentágono descrita tan sorprendentemente por el economista industrial Seimour Melman, de la Universidad de Columbia, en sus libros y artículos; una perversa fórmula que producía martillos de 436 dólares y cafeteras de 6.322 dólares.

Dados el proceso y los beneficios obtenidos, los contratistas del sector armamento tienen un gran interés en que la opinión pública estadounidense viva una intensa sensación de peligro e inseguridad (aunque sean ellos mismos la principal fuente de ese peligro e inseguridad). Recientemente, la Campaña Internacional de Abolición de las Armas Nucleares (ICAN, por sus siglas en inglés) publicó un sorprendente informe, Don’t Bank on the Bomb [No financie la Bomba], en el que se dio la lista de los principales contratistas corporativos y sus inversores, es decir, quienes recogerán esos inmensos beneficios procedentes de la próxima modernización del arsenal nuclear.

Sin embargo, gracias a la opacidad de la seguridad nacional con que se cubren los programas de armas nucleares de Estados Unidos, el público no dispone de una auténtica auditoría de los contratos de esas empresas. No obstante, los beneficios obtenidos gracias a las armas nucleares de al menos las más importante corporaciones ahora pueden ser rastreadas. En el sector de vectores de artefactos nucleares –aviones de bombardeo, misiles y submarinos– hay una cantidad de nombres conocidos: Boeing, Northrop, Grumman, General Dynamics, GenCorp Aerojet, Huntington Ingalls y Lockheed Martin. En otros sectores, como el de diseño y producción de las armas nucleares, los nombres que están en lo más alto de la lista son algo menos conocidos: Babcock & Wilcox, Bechtel, Honeywell International y URS Corporation. Cuando pasamos al reglón de los ensayos y el mantenimiento de armas nucleares, entre los contratistas están Aecom, Flour, Jacobs Engineering y SAIC; y entre las firmas de los sistemas de selección de blancos y de guía están Alliant Techsystems y Rockwell Collins.

Algunos pequeños ejemplos de contratos: en 2014, a Babcock & Wilcox se le asignaron 76,8 millones de dólares para trabajar en la mejora de los submarinos de la clase Ohio. En enero de 2013, a General Dynamics Boat Division se le adjudicó un contrato de 4,6 millones de dólares para diseñar y desarrollar un submarino disuasorio estratégico de nueva generación. Es posible encontrar más información de contratos corporativos relacionados con armas nucleares en el informe ICAN, que también da los nombres de bancos y otras instituciones de inversión y financiación vinculadas con las corporaciones del armamento nuclear.

Muchos estadounidenses ignoran que buena parte de la responsabilidad del desarrollo, producción y mantenimiento de las armas nucleares no está confiada al Pentágono sino al Departamente de Energía (DOE, por sus siglas en inglés), que gasta más en armas nucleares que en el desarrollo de fuentes sostenibles de energía. Para el proyecto nuclear del DOE son claves los laboratorios federales donde se diseñan, construyen y prueban los artefactos nucleares. Entre ellos están el Sandia National Laboratory de Albuquerque, New Mexico; el Los Alamos National Laboratory (LANL) de Los Alamos, New Mexico; y los Livermore National Laboratories de Livermore, California. Estos, a su vez, reflejan una constante en los asuntos de la seguridad nacional: los llamados sitios GOCO (propiedad del gobierno pero operados por contratistas privados). En los laboratorios, este sistema representa una delegación en las corporaciones de las políticas de disuasión nuclear y otras estrategias vinculadas a estas armas. Mediante contratos con URS, Babcock & Wilcox, la Universidad de California y Bechtel, los laboratorios de armas nucleares están en gran medida privatizados. Solo el contrato del LANL llega a los 14.000 millones de dólares. Del mismo modo, la instalación nuclear de Savannah River, de Aiken, South California, donde se fabrican cabezas nucleares, está dirigida conjuntamente por Flour, Honeywell International y Huntington Ingalls. Su contrato con el DOE, que funcionará durante todo 2016 llega a los 8.000 millones de dólares. En otras palabras, en estos años en los que hemos visto el crecimiento de la corporación bélica y una significativa privatización de las fuerzas armadas y la comunidad de la inteligencia de Estados Unidos, en el mundo del armamento nuclear se ha ido dando un proceso similar.

Además de los contratistas nucleares de primera línea hay cientos de subcontratistas, algunos de los cuales dependen de la subcontratación para la mayor parte de sus negocios. Cualquiera de ellos puede tener entre 100 y varios centenares de empleados trabajando en componentes especiales o en sistemas; con su peso en las comunidades locales, estos subcontratistas ayudan a empujar los programas de modernización nuclear mediante sus representantes en el Congreso.

Una de las razones de que la rentabilidad del armamento nuclear sea tan extremadamente alta es que la Administración Nacional de la Seguridad Nuclear (NNSA, por sus siglas en inglés) del Departamento de Energía, responsable del desarrollo y la operación de las instalaciones de armas nucleares del DOE, no supervisa a los subcontratistas, lo que a su vez dificulta el control de los contratistas de primera línea. Por ejemplo, cuando el Proyecto de Supervisión Gubernamental presentó una solicitud de información sobre Babcock & Wilcox, el subcontratista encargado de la seguridad en el complejo nuclear Y-12 de Oak Ridge, Tennessee, la NNSA respondió que no tenía información acerca de ese contratista. En ese entonces, B&W estaba a cargo de la construcción de una instalación de procesamiento de uranio en Y-12. A su vez, B & W subcontrataba las labores de diseño a otras cuatro firmas y no se ocupó de fusionarlas ni de supervisarlas. Esto dio lugar a un diseño impracticable, que solo fue desechado después de que los subcontratistas recibieran 600 millones de dólares algo inservible. El caso de Oak Ridge, en el pasado mayo, a su vez, puso en marcha un informe de la Oficina de Responsabilidad Gubernamental para el Congreso que señalaba que esos problemas eran algo endémico en las instalaciones de armas nucleares del DOE.

Los lobbyistas nucleares
Los dólares provenientes de los impuestos federales gastados en el mantenimiento y desarrollo de armamento nuclear son un componente importante del presupuesto de Estados Unidos. A pesar de que es difícil precisarlo, las sumas gastadas rondan los cientos de miles de millones de dólares. En 2005, la Oficina de Responsabilidad Gubernamental informó de que cuando se trata del costo del sector nuclear ni siquiera el Pentágono tiene cifras exactas; tampoco existe algún tipo de presupuesto separado que responda al renglón de las armas nucleares. El análisis de los presupuestos del Pentágono y del Departamento de la Energía, de la Administración Nacional de la Seguridad Nacional (NNSA), como el de la información extraída de la documentación del Congreso acerca de esta cuestión sugieren que, entre 2015 y 2018, Estados Unidos gastará por lo menos 179.000 millones de dólares para mantener la tríada nuclear actual –misiles, bombarderos y submarinos– y las armas nucleares asociadas a ella, en tanto comienza el proceso de desarrollo de sus reemplazos de próxima generación. La Oficina del Presupuesto del Congreso proyecta que el costo de las fuerzas nucleares en el período 2015-2024 será de 348.000 millones de dólares –es decir 35.000 millones por año–, de los cuales el Pentágono gastará 227.000 millones de dólares y el departamento de Energía 121.000 millones.

De hecho, en realidad el precio del mantenimiento y desarrollo del arsenal nuclear es mucho mayor que cualquiera de esas estimaciones. Si bien esos guarismos incluyen la mayor parte del costo directo de las armas nucleares y los sistemas estratégicos de lanzamiento como los misiles y submarinos, así como la mayoría de los costos del personal militar responsable de mantener, operar y ejecutar las misiones, no incluyen muchos otros gastos, entre ellos los derivados de la retirada del servicio de las armas caducadas y del de deshacerse del material declarado inservible. Tampoco incluyen las pensiones ni el costo de los cuidados médicos asociados con el retiro de sus operadores.

En 2012, un informe de una comisión de alto nivel dirigida por el ex visepresidente del Estado Mayor Conjunto, general James Cartwright concluyó que “no se ha presentado ninguna razón sensata en favor del uso de las armas nucleares para solucionar ninguno de los principales problemas que enfrentamos en el siglo XXI [entre ellos] amenazas de países fuera de la ley, estados fallidos, proliferación [sic], conflictos regionales, terrorismo, ciberguerra, crimen organizado, trafico de drogas, desplazamientos de refugiados por conflictos armados, epidemias o cambio climático. De hecho, en última instancia podría decirse que antes bien se han convertido en parte del problema que en alguna solución”.

Lógicamente, para el conjunto de las corporaciones implicadas en los programas nucleares de Estados Unidos, esto carece de importancia. De hecho, mantienen en activo elaboradas operaciones de lobbying para apoyar la continuación de contratos de fabricación de armas nucleares, En un estudio de 2012 realizado para el Centro de Política Internacional, Bombs vs. Budgets: Inside the Nuclear Weapons Lobby, William Hartung y Christine Anderson informaron de que, en relación con las elecciones de ese año, los 14 principales contratistas donaron cerca de tres millones de dólares directamente a los legisladores del Congreso. No debe sorprender que la mitad de esta suma fuera a parar a los miembros de las cuatro comisiones o subcomisiones claves que controlan el gasto destinado a las armas nucleares.

En 2015, la industria de la defensa movilizó un pequeño ejército de por lo menos 718 lobbyistas y repartió más de 67 millones de dólares para presionar en el Congreso para conseguir incrementos en el gasto relacionado con las armas. Entre los principales contribuyentes estaban las corporaciones con importantes contratos para armas nucleares, entre ellos Lockheed Martin, Boeing y General Dynamics. Estas presiones pro-nucleares se vieron ayudadas por contribuciones y presión por parte de las empresas relacionadas con los misiles y los aviones que, en principio, no son del ramo nuclear. Sin embargo, algunos de los sistemas que producen estas empresas son de uso dual (convencional y nuclear), es decir, un vigoroso programa de armamento nuclear amplía su mercado potencial.

La presión continua de los legisladores republicanos para recortar los programas sociales en Estados Unidos es un mecanismo decisivo para asegurar la disponibilidad de fondos federales provenientes de los impuestos para que sean destinados a los lucrativos contratos militares. Para los 35.000 millones de dólares anuales o más que el contribuyente estadounidense pondrá en ese armamento satisfaciendo así los mezquinos intereses de un reducido número de empresas, el beneficio es el miedo a un futuro apocalíptico. Después de todo, a diferencia de los grupos de presión del resto de corporaciones, el de las armas nucleares (y del mismo modo los dólares del contribuyente de EEUU) pone en riesgo de rápida extinción la vida en la Tierra, ya sea por la destrucción directa producida por un holocausto atómico o por la drástica reducción de la luz solar que llega a la superficie terrestre como consecuencia de una especie de invierno nuclear que seguiría a un enfrentamiento nuclear. De momento, el complejo de las corporaciones nucleares está escondido entre nosotros, sus asignaciones presupuestarias y fondos blindados contra el escrutinio público y sus proyectos apenas percibidos. Esta es la fórmula para el desastre.

Jonathan Alan King es profesor de biología molecular en MIT y presidente de la Comisión por la Abolición Nuclear de la organización Peace Action de Massachusetts.

Richard Krushnic fue gerente de préstamos inmobiliarios y analista de contratos de vivienda y negocios del Departamento de Desarrollo Barrial de Boston. Hoy día está trabajando en desarrollo comunitario en América latina.

Fuente: 

Ángel Viñas: “Franco se apropió de dinero que no iba dirigido a él”

El historiador desvela en "La cara oculta del Caudillo" algunas operaciones turbias que enriquecieron al dictador en la guerra.



El nuevo libro del economista, diplomático e historiador Ángel Viñas (Madrid, 1941) saca a la luz aspectos de Franco que han permanecido entre sombras, a pesar de que el dictador falleció hace cuatro décadas. Uno de ellos es su fascinación por el nazismo: “Franco queda deslumbrado por la capacidad militar alemana, pero es un camaleón que cambia con el entorno político. Primero pronazi, luego proaliado y después proamericano; lo importante era conservar el poder”, explica a EL PAÍS.

Lo más controvertido de la obra es la información que ofrece sobre el origen de la sorprendente fortuna que Franco tenía al final de la guerra, de la que no había rastro en 1936. Viñas afirma que los 34 millones de pesetas que el dictador poseía en cuentas personales en agosto de 1940 no proceden de su sueldo. “Era imposible que hubiese ahorrado 34 millones en cuatro años”, sostiene. “Evidentemente, una parte le llega de donativos que se entregan a una suscripción nacional”, indica.

En La otra cara del Caudillo (Crítica), que será presentado en un acto público el 20 de noviembre, cuando se cumplen 40 años de la muerte de Franco, el historiador documenta una operación comercial con café que reportó al jefe del Estado 7,5 millones de pesetas en 1940. El producto había sido donado a España por el dictador brasileño Getúlio Vargas y Franco usó el aparato estatal para distribuirlo, venderlo, cobrarlo e ingresar el dinero en su cuenta corriente. “Francamente, creo que fue un corrupto, se apropió de dinero que no iba dirigido a él, aunque desde el punto de vista jurídico no hizo nada ilegal, porque él era el Derecho”, destaca el historiador.

Viñas ha investigado las leyes reservadas aprobadas durante la dictadura, una práctica que situaba en el más absoluto limbo jurídico a los españoles, sujetos a normas que ni siquiera sabían que existían. “Con ellas en la mano, Franco podía hacer literalmente lo que le viniera en gana”.

En el libro, Viñas se pregunta si su ejemplo y su práctica alentó la corrupción entre los mandos militares, tras constatar que envía a sus generales miles de cigarrillos o café: “No se trataba de pacotillas. Por conseguir cigarrillos norteamericanos la gente podía dejarse llevar a actos irracionales”.
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/28/actualidad/1443442667_099472.html

Los 10 mejores momentos matemáticos de ‘Los Simpson’. Profesores españoles utilizan la serie estadounidense para enseñar matemáticas.

Hace 25 años, habría sido difícil predecir a qué se iban a dedicar J. Stewart Burns, Al Jean y Ken Keeler, los tres matemáticos por Harvard (EE UU); y David X. Cohen y Jeff Westbrook, ambos físicos por la misma universidad. Los cinco son guionistas de Los Simpson, una sátira del modo de vida estadounidense nacida en 1989 que se ha convertido en una de las series televisivas más exitosas de la historia. “La cantidad de cuestiones matemáticas que aparecen en Los Simpson tiende a infinito”, explica Marta Martín, de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Oviedo. Ella y otros colegas, como Abel Martín, profesor de Matemáticas en un instituto de Oviedo, imparten talleres sobre Los Simpson a niños y adolescentes de centros de enseñanza en Asturias. “Salen encantados”, resume Marta Martín, que colabora con la Real Sociedad Matemática Española en la divulgación de esta ciencia. Estos son algunos de los momentos matemáticos protagonizados por los personajes amarillos.

La cama de faquir de la probabilidad
En un capítulo, Marge Simpson decide llevar a su familia al Museo de Ciencia. Allí, Bart y Lisa Simpson contemplan un tablero de Galton, un dispositivo formado por un tablero vertical perforado con clavos, como la cama de un faquir, por el que caen pelotas. El aparato, concebido por el inventor británico Francis Galton a finales del siglo XIX, genera una serie de sucesos aleatorios: cada bola tiene la mitad de probabilidades de caer a un lado o al otro de cada clavo. Al soltar una pelota, es imposible saber dónde caerá. Sin embargo, al dejar caer muchas bolas, se puede predecir con precisión dónde terminará la mayoría: forman una curva de campana.

El tablero de Galton preside la Sala de la Probabilidad del Museo de Ciencia, en la que un vídeo del matemático francés Blaise Pascal, del siglo XVII, instruye a los Simpson: "Ah, hola. Soy Blaise Pascal, el inventor de la teoría de la probabilidad. ¿Cuáles eran las probabilidades de conoceros aquí? Excelentes, diría yo”, comenta tras tirar una moneda al aire. “Mi amiga la Ardilla Tonta está a punto de comprar un billete de lotería. Ardilla Tonta, ¿conoces la probabilidad de ganar la lotería? Bueno, ..es más probable que te atropelle un coche. O que te alcance un rayo. O que te asesine un conocido. Si has comprendido la probabilidad, nunca jugarás a la lotería".

El teorema garabateado en un libro
En 1637, el matemático francés Pierre de Fermat garabateó en el margen de uno de sus libros uno de los teoremas más famosos de la historia. Decía que la igualdad xn + yn = zn es imposible si n es un número entero mayor que 2 y las tres letras son números enteros positivos. “He encontrado una demostración realmente admirable, pero el margen del libro es muy pequeño para ponerla”, presumía. Así que el llamado Último Teorema de Fermat estuvo más de 350 años sin demostrarse, hasta que el matemático británico Andrew Wiles anunció en 1995 la resolución del acertijo que había derrotado a sus mejores colegas durante siglos.

Ese mismo año, Homer Simpson aparecía en un capítulo deambulando por otra dimensión, rodeado por la expresión 178212 + 184112 = 192212 , “un contra ejemplo que echaba por tierra el Teorema de Fermat”, en palabras de Marta Martín. Aparentemente, si se hacía la suma en una calculadora normal, Homer tumbaba a Fermat, pero no. “¿Dónde estaba el truco? En que la calculadora redondea, produciendo una engañosa apariencia de igualdad”, explica Martín.

Con una calculadora más potente, el resultado es este:

178212 + 184112 = 2541210258614589176288669958142428526657

192212 = 2541210259314801410819278649643651567616

A partir de la décima cifra, el número cambia. Fermat gana a Homer.

Un mensaje codificado
En el capítulo Homer al cubo, el padre de la familia intenta huir de sus cuñadas Patty y Selma y detrás de un armario salta a una tercera dimensión. Allí se encuentra con un mensaje codificado: 46 72 69 6E 6B 20 72 75 6C 65 73 21. Los profesores Marta Martín y Abel Martín, con la ayuda de su colega Ángel Aguirre, han descifrado esta secuencia de números y letras. Se trata de una notación hexadecimal, un sistema vinculado a la informática que utiliza como base el número 16. El mensaje emplea los numerales del 0 al 9 y las letras de la A a la F. La A equivale al decimal 10; la B, al 11; y así sucesivamente hasta la F. Cada pareja de números representa un caracter en ASCII, un código para el intercambio de información también habitual en los sistemas informáticos.

Con estos datos, el mensaje oculto se puede traducir como: Frink rules!, “Frink manda”, en castellano. El profesor Frink es el científico de Springfield y sus alocados inventos aparecen de manera recurrente en la serie. “Si colocamos Frink rules! en un buscador de internet, esta expresión nos manda directamente a una página web que nos va a describir quién es el profesor Frink, sus andanzas, inventos y apariciones en los diferentes capítulos de Los Simpson”, descubre Martín.

Números narcisistas
Otro de los guiños matemáticos de Los Simpson aparece en un capítulo de la temporada 17, emitida en 2006. Homer debe adivinar la cantidad de asistentes a un partido de béisbol. Le dan tres opciones: 8191, 8128 y 8208. “Todos estos números son notables desde algún punto de vista”, recordaba Claudio Horacio Sánchez, profesor de Física de la Universidad de Flores (Argentina), en un artículo en la revista matemática Números. 8191 es igual a 213 – 1 y, por lo tanto, es uno de los llamados primos de Mersenne. Estos números son primos (solo se pueden dividir por 1 y por sí mismos) y además responden a la forma 2n – 1. Solo se conocen 48 primos de Mersenne. El más alto es 257885161 − 1 se descubrió en 2013.

Otro de los números que ve Homer es el 8128, el cuarto de los llamados números perfectos, iguales a la suma de sus divisores. 8128 = 1 + 2 + 4 + 8 + 16 + 32 + 64 + 127 + 254 + 508 + 1016 + 2032 + 4064. Los tres primeros números perfectos son el 6, el 28 y el 496, detalla Sánchez.

Finalmente, 8208 es uno de los números narcisistas, aquellos iguales a la suma de cada uno de sus dígitos elevados a n, siendo n la cantidad de cifras del número. Por ejemplo, 153 es un número narcisista de tercer orden, ya que 13 + 53+ 33 = 1 + 125 +27 = 153. El 8208 es un número narcisista de cuarto orden y es una rareza. Apenas se conocen tres números de este tipo.

Monos escribiendo libros

En el episodio "Última salida a Springfield", de 1993, Homer es elegido presidente del sindicato de la central nuclear de Springfield. El señor Burns, propietario de la planta atómica, le invita a su mansión para ganárselo. En el caserón, Homer ve una habitación con mil monos aporreando mil máquinas de escribir. Burns le explica que los animales escribirán la mejor novela de la historia. El argumento hace referencia a un problema manejado desde hace un siglo en el cálculo de probabilidades. Claudio Horacio Sánchez recuerda uno de sus enunciados más conocidos: si un millón de monos teclearan al azar en un millón de máquinas de escribir, al cabo de un millón de años habrían escrito todas las obras de Shakespeare. “Este problema fue realmente llevado a la práctica en julio de 2003, con un programa que simulaba la acción de los monos. Más de un año después, el programa produjo un pequeño fragmento, de veinticuatro letras, de Enrique IV”, escribía en su artículo en la revista Números.

Más poderosas que las balas
En un capítulo de la temporada 14, Edna Krabappel, profesora de la escuela de Springfield, es candidata al título de Maestra del Año. El ganador es un tal Julio Estudiante, “un profesor de matemáticas que enseñó a jóvenes pandilleros que las ecuaciones diferenciales son más poderosas que las balas”.
El profesor boliviano Jaime Escalante.
El personaje homenajea a Jaime Escalante (1930-2010), un profesor boliviano de Física y Matemáticas que emigró a EEUU en 1964. Su país de acogida no reconoció sus títulos y tuvo que empezar de cero, limpiando un restaurante mientras estudiaba inglés. Al cabo de los años, Escalante volvió a dar clase en una escuela de un barrio pobre de Los Ángeles y, en un entorno de violencia y drogas, consiguió que muchos de sus alumnos se entusiasmaran por las matemáticas. En 1988, el entonces presidente de EEUU, Ronald Reagan, le entregó la Medalla Presidencial a la Excelencia en Educación.

El bosón de Higgs
En la temporada 10 aparece uno de los momentos científicos más conocidos de Los Simpson. Homer escribe con una tiza en una pizarra una ecuación que predice aproximadamente la masa del bosón de Higgs, una partícula elemental buscada desde 1964 que otorgaría la masa al resto de las partículas que componen el átomo. El capítulo se emitió en 1998, casi 15 años antes de que los físicos  detectaran por primera vez la partícula en el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), un anillo subterráneo de 27 kilómetros de circunferencia construido en la frontera entre Francia y Suiza. “El orden de magnitud para la masa del Higgs es correcta, pero solo el orden de magnitud”, matiza  Alberto Casas, investigador del Instituto de Física Teórica, en Madrid. “La fórmula de Homer da 309 GeV (los GeV son las unidades que usamos los físicos para medir masas elementales). El valor real de la masa del bosón de Higgs es 125 GeV, así que Homer se pasó un poco”, explica.

“Es un poco más grande que el bosón de Higgs aislado por los físicos del CERN, pero tiene el mérito de que se hizo 14 años antes. No le demos más vueltas ni busquemos el rigor matemático. Se trata de un guiño que, en manos de Homer, resulta paradójico e impensable”, resalta Martín. En la misma pizarra, añade, aparece otro contra ejemplo del Último Teorema de Fermat (398712 + 436512 = 447212) y “la demostración de cómo se puede transformar una rosquilla en una esfera, topología pura”.

El número más grande con nombre conocido
Un niño de 9 años, sobrino del matemático estadounidense Edward Kasner, bautizó gúgol (googol en inglés) a un número extraordinariamente grande imaginado por su tío: 10100, un 1 seguido de 100 ceros. En Springfield, el pueblo de los Simpson, los cines se llaman Googolplex.

“Si tenemos en cuenta que plex es sala en inglés, podría ser que esa fuera la razón por la que los cines de Springfield llevan por nombre Googolplex. Pero no, en la serie se da un paso más, Googolplex es el número más grande con nombre conocido hasta esa fecha (10 elevado a googol o  10googol )”, detalla Martín.

“Nos imaginamos que los guionistas estarán pensando en diseñar unas nuevas salas en Shelbyville, pueblo vecino y rival de Springfield, que se llamen Googolduplex, con 10 elevado a googolplex salas (10googolplex) el nuevo número con nombre más grande”.

La Capilla Sixtina de las matemáticas
Para muchos matemáticos, la Capilla Sixtina de su disciplina es la identidad de Euler. Formulada como  e + 1 = 0, aparece en varios capítulos de Los Simpson. En palabras de Martín, relaciona “cinco imprescindibles números, como símbolo de lo que la inteligencia humana es capaz de descubrir”. El número e, cuyo valor aproximado es 2,71828 seguido de infinitos dígitos, es el número más importante del análisis matemático. Aparece en lugares inesperados, como las ecuaciones para datar restos arqueológicos con carbono 14.

El número pi (3,141592653…) es el rey de la geometría.
No solo sirve para calcular el perímetro de una circunferencia: el geólogo Hans-Henrik Stølum, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), descubrió en 1996 que la relación entre el doble de la longitud total de un río y la distancia en línea recta entre su nacimiento y su desembocadura es de aproximadamente 3,14. El número i (raíz cuadrada de -1) es el más relevante del álgebra. “Y 0 y 1 son las bases de la aritmética por ser los elementos neutros, respectivamente de la adición y la multiplicación”, remacha Martín.

Multiplícate por cero
La frase matemática más conocida de Los Simpson es una invención de la responsable de la traducción para la versión española, María José Aguirre de Cárcer. En el idioma original, Bart dice “eat my shorts”, literalmente “cómete mis calzones”, pero con el sentido de “desaparece”. Multiplicar algo por cero es, precisamente, hacerlo desaparecer. En Sudamérica, subraya Martín, no reconocen esta expresión de Bart.

http://elpais.com/elpais/2015/04/30/ciencia/1430420317_959498.html?rel=lom