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miércoles, 27 de diciembre de 2017

La represión económica del Franquismo. Otra represión cruel y en gran parte desconocida por los españoles. Profesor de Secundaria. Zaragoza, Cándido Marquesán Millán.

Es lamentable que una parte de la sociedad española ignore los crímenes del franquismo o le resultan irrelevantes. Hay razones. En la enseñanza de los colegios e institutos, períodos claves de nuestra Historia del siglo XX como la II República, la Guerra Civil y la dictadura franquista reciben un tratamiento escaso. El profesor Enrique Javier Díez Gutiérrez en el artículo Educando la memoria de las jóvenes generaciones: el olvido escolar de la II República y de la barbarie franquista, nos dice que en el documental Los campos del silencio sobre los presos republicanos, la última parte se grababa en el Instituto de Secundaria de Fabero del Bierzo (León), por lo que preguntó a un grupo de alumnos/as sobre el campo de concentración que había estado ubicado en su pueblo, donde hubo un batallón de unos 250 presos republicanos, de 1939 a 1947, trabajando como esclavos para una empresa privada (Minas Moro) y extrayendo carbón en las minas del Bierzo. La existencia de tal campo la desconocían, y eso que algunos de sus abuelos habían estado ahí presos. Hay muchos responsables de este olvido lamentable. Veremos algunos en estas líneas.

En esa filosofía del olvido, el vicesecretario general de Comunicación del Partido Popular, Pablo Casado, espetó: «Hay que olvidar la Historia», justo el 20-N, cuando se conmemora el aniversario de la muerte de Franco. ¡Qué obsesión con olvidar nuestra Historia! Lo grave es que ese pensar y sentir están muy extendidos en una parte importante de la sociedad española. Hace unos días lo pude comprobar: un señor aducía encolerizado “Ya está bien de sacar la mierda”, cuando alguien le argumentaba de la necesidad de enterrar dignamente a muchos de los republicanos asesinados y que permanecen en las cunetas. Hoy mismo acabo de leer un artículo excelente y pleno de valores éticos, que me parece muy oportuno, del profesor de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, Juan Manuel Aragües, con un título muy explícito España no es Argentina, donde nos señala, no hace falta excesivo comentario para poner de manifiesto la distancia que existe entre España y Argentina. Allí, el dolor de las víctimas es recompensado con justicia reparadora; aquí, al dolor de las víctimas se añade la imposición del silencio.

Es de dominio común, salvo para algunos olvidadizos y desconocedores del auténtico significado de una democracia, que la dictadura de Franco ejerció una represión brutal sobre todos aquellos que lucharon en el bando republicano. Esta represión que supuso exilio, cárcel, torturas y muertes para cientos de miles de españoles, ha sido estudiada en gran parte por algunos historiadores valientes. En Aragón tenemos un buen ejemplo en el libro El pasado oculto: Fascismo en Aragón (1936-1939) publicado en 1992, dirigido por Julián Casanova, con las historiadoras Ángela Cenarro, Julita Cifuentes, Mª Pilar Maluenda y Mª Pilar Salomón, donde pudimos conocer por primera vez y que supuso un aldabonazo en muchas mentes adormecidas, un listado de muchos aragoneses asesinados por el fascismo. Puedo contar la anécdota de cómo se le arrasaban los ojos a un amigo, cuando le presté este libro, y pudo leer por primera vez escrito el nombre de su padre asesinado por los fascistas.

Ha existido otro tipo de represión económica, prácticamente desconocida para gran parte de la sociedad española. Hoy podemos conocerla en Aragón también gracias al libro Pagar culpas. La represión económica en Aragón (1936-1945) de 2014 dirigido por Julián Casanova y Ángela Cenarro, y de los jóvenes historiadores Estefanía Langarita, Nacho Moreno e Irene Murillo.

Sancionar económicamente a los vencidos tuvo cobertura legal y respondía a un plan sistematizado con objetivos concretos. El Decreto 108 de 13 de septiembre de 1936 de la Junta de Defensa Nacional declara la ilegalidad de todos los partidos políticos que integraban el Frente Popular y se inician las incautaciones de todos sus bienes. Luego, el Decreto de 12 de noviembre de 1936, por el que se deja sin validez y se incautan las pesetas republicanas, el llamado «dinero rojo», dejando a las familias en la más absoluta ruina. Unos meses después el Decreto-Ley de 10 de enero de 1937 puso en marcha la Comisión Central de Bienes Incautados, encargada de confiscar los bienes de fortuna de los republicanos de los territorios conquistados.

Quiero reflejar esta represión económica, impuesta a los republicanos “Rojos” en Híjar, pueblo de la provincia de Teruel. Las grandes síntesis históricas no podrían realizarse sin investigaciones de historia local, comarcal o regional. Para ello me he servido del Libro de Actas Municipales. La conquista del pueblo por las tropas fascistas fue en marzo de 1938, después de haber sometido a la población a unos dramáticos bombardeos por la Legión Cóndor.

En el Pleno municipal de 24 de abril de 1938 se decidió que debían juntarse en un local los colchones y las máquinas recuperadas en Híjar a los rojos huidos, por ser estos objetos de difícil asignación para su dueño, ser de primera necesidad y muy codiciados por todos. En el Pleno de 8 de mayo de 1938 decidieron recoger todas las máquinas, trillos, arados, atalajes de labranza y demás enseres que estaban abandonados por los rojos en las eras, fincas y torres de este término municipal y depositarlos en un local de la carretera propiedad de un terrateniente. Del mismo modo acordaron colocar en la puerta de los pajares de los huidos rojos de esta localidad un letrero que dijera: "Incautado por el Ayuntamiento y prohibida la entrada a toda persona no autorizada por el mismo”, procediéndose a su cierre. A su vez cualquier vecino que quisiera paja de estos pajares debía pagar 5 pesetas por viaje al Ayuntamiento. En el Pleno de 1 de mayo de 1938 se tomó la decisión de repartir los objetos recuperados, en primer lugar a los familiares de los fusilados (al inicio de la guerra los hubo en la localidad por parte de las columnas anarquistas) y pobres de solemnidad; y después a aquellos individuos que, a juicio del Ayuntamiento, por su conducta política durante el actual movimiento fueran más acreedores de obtener beneficios de dicho reparto, acordando se hiciera relación de los bienes entregados a cada uno y nombrar para ello a un concejal, al alguacil y al secretario. En el Pleno de 15 de mayo de 1938, se leyó por parte del Alcalde el contenido de la Ley inserta en el Boletín Oficial de la provincia de Zaragoza nº 108, (durante unos meses estuvo dependiendo Híjar de la administración de Zaragoza) sobre recuperación agrícola de los productos de la tierra de aquellas fincas abandonadas por los rojos de la localidad, por la cual se debía constituir una Comisión, integrada por el Alcalde como Presidente, un Secretario que será el del Ayuntamiento; y, como vocales, un representante de F.E.T. y de las J.O.N.S., un agricultor y un práctico de campo nombrado por el Ayuntamiento. En el Pleno del 11 de septiembre de 1938 se aprobó que se debía pagar, a partir del 1º de octubre próximo, por los actuales inquilinos, el alquiler de la casa que habitasen y que había sido abandonada por individuos rojos de esta villa, cuyo alquiler sería impuesto por una Comisión del Ayuntamiento, que revisaría el estado actual en que se encontrase cada uno de los edificios expresados; debían hacer lo mismo con los pajares de los rojos. En el Pleno de 22 de mayo de 1938 se adjudicó al vecino José Pitarque Pina, tras haberlo solicitado, el borrico del rojo huido Francisco Monzón Gómez.

Los rojos, también pagaron con su trabajo gratuito. El 11 de septiembre de 1938 el Ayuntamiento decidió que la limpieza y arreglo de los locales de las escuelas de párvulos del edificio de las hermanas de San Vicente de Paúl de esta villa, se hiciera con cargo al presupuesto municipal, a fin de que pudieran dar clase, y que, a ser posible, se emplease gente roja para proceder a la limpieza de toda la casa de las monjas, sita en la calle Otal, no pagando cantidad alguna a estas gentes. El 23 de octubre de 1938 se decidió que la leña que el Ayuntamiento facilita para la cocina de Auxilio Social de esta villa, la trajeran del Pinar los individuos clasificados como no afectos al Glorioso Movimiento Nacional de esta villa.

El 26 de marzo de 1939 se decidió que la limpieza de los solares particulares de los escombros producidos por la aviación (la franquista) la llevasen a cabo los rojos. El 9 de abril de 1939 para la construcción del Monumento a los Caídos se decidió que debían presentarse a trabajar los rojos durante 15 días, quedando además a elección del Ayuntamiento el poder mandar a dichos individuos mayor número de días en la limpieza de la localidad, si lo estimaba necesario.

Los rojos pagaron a su vez con su dinero. En el Pleno de 11 de septiembre de 1938 el Ayuntamiento decidió abrir una cuenta corriente en el Banco de Crédito de esta localidad, a nombre del Ayuntamiento con el nombre de "Retenidos", con todo el dinero incautado a los rojos, como desafectos al Régimen que acaudilla el Generalísimo Franco, y pronto en el Pleno de 11 de diciembre de 1938 decidieron que de ese dinero retenido a los rojos, se arreglase el local de la escuela de párvulos, tres dormitorios y una cocina de las monjas de San Vicente de Paúl. De la misma cuenta en el Pleno de 16 de abril de 1939, se aprobó asignar 1100 pesetas para arreglar la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor.

También los rojos perdieron sus puestos de trabajo. Joaquín Losilla Gómez, Voz Pública; Felipe Castañer García, guardián de la cárcel de partido; Joaquín Turón Turón, enterrador en el cementerio católico municipal; José Muñoz Pérez, encargado de las aguas públicas; y Pascual Monzón Carrillo, caminero de la huerta.

Todo este entramado legislativo citado anteriormente y aplicado en Híjar, convergió en la Ley de Responsabilidades Políticas de 9 de febrero de 1939, promulgada tras la caída del frente catalán y con el inminente triunfo definitivo de la guerra. Todo este castigo económico iba dirigido a reforzar las arcas del franquismo a costa de los considerados culpables de la guerra, y a neutralizar cualquier futura reorganización de los adversarios

Siguiendo el artículo La legalización del expolio: la represión económica franquista de Víctor Peñalver Guirao, todas las personas que se mostraron a favor del sistema republicano o habían participado en él, desde 1934 y especialmente durante el gobierno del Frente Popular, o simplemente aquellas que mostraron pasividad ante la irrupción del «Glorioso Alzamiento Nacional», fueron las víctimas de esta ley represora. La Ley vulnera principios jurídicos básicos. Entre ellos, la retroactividad: una ley promulgada en 1939 condena la actividad política –contraria a los valores de una «nueva España» que aún no existía– desempeñada a partir del 1 de octubre de 1934. La ley consideraba delictivos hechos que en el momento de producirse eran legales, rompiendo el principio de nulle crime nulle poena sine lege. Además la gran mayoría de los acusados por responsabilidades políticas habían sido condenados ya por la jurisdicción militar por los mismos hechos, vulnerando el principio jurídico non bis in ídem. Por último, a este entramado judicial fraudulento le siguen aspectos tales como la extensión de la responsabilidad penal a personas muertas, a menores de edad, exiliados, ausentes y desaparecidos, o la transmisión «a modo de herencia» de las sanciones económicas a los familiares en el caso de haber fallecido/desaparecido el condenado.

En la página del Rolde de Estudios Aragoneses, que participó en la edición del libro Pagar culpas ya citado, podemos consultar el listado por orden alfabético de las 13.422 víctimas de la represión económica en Aragón. Me referiré a algunas. A Ramón Acín, pintor, escultor y humorista gráfico, cuyo asesinato fue particularmente avieso y cruel, se había ocultado provisionalmente en su propio domicilio, pero un día oyó cómo una patrulla fascista había entrado en el piso y maltrataba a su mujer, Conchita Monrás; Acín salió espontáneamente a defenderla y fue detenido, sacado a empellones de su casa y fusilado al poco en las tapias del cementerio de Huesca. Diecisiete días después le ocurría lo mismo a su mujer, sin otra responsabilidad política que haberlo sido. Ya muerto se le impuso una multa de 20.000 pesetas por sentencia de 20-7-1938. A Odón de Buen y del Cos, naturalista español que destacó como fundador de la oceanografía español y que marchó al exilio, una multa de 10.000 pesetas. A Antonio Plano, alcalde socialista de Uncastillo (Zaragoza), torturado brutalmente antes de morir y fusilado el 5 de octubre de 1936, una multa de 25.000 pesetas por sentencia de 28-10-1937, que al no poder ser pagada por su esposa le fueron confiscados su vivienda y todos sus enseres. A José Ignacio Mantecón nombrado gobernador de Aragón en 1937 por el gobierno de la República, que se exilió a Méjico, una multa de 10 millones de pesetas por sentencia de 26-10-1938. Termino con Bernardo Aladrén, socialista y ugetista, concejal del Ayuntamiento de Zaragoza durante la II República fue asesinado el 9 de agosto de 1936. Incluso muerto, las autoridades franquistas le sometieron a un juicio en 1941, a través del Tribunal Regional de Responsabilidades Políticas de Zaragoza para averiguar su comportamiento político con el objetivo de arrebatarle si tenía algún patrimonio. Su viuda rozando la miseria y sobreviviendo haciendo faenas por las casas, fue requerida sin contemplaciones varias veces a declarar ante el tribunal. Su expediente fue sobreseído por insolvencia.

Como señaló Xavier Domenech, que también es historiador, en la Comisión Constitucional del 8 de marzo pasado, el Tribunal de Responsabilidades Políticas provocó la mayor transferencia de rentas desde la desamortización de Mendizábal en la historia de España. Y mientras en los partidos políticos —y ahí reside el problema— ha habido varias leyes con las que se les ha restituido el patrimonio o se les ha indemnizado, nunca se ha planteado indemnizar también a las familias expoliadas en este periodo.

 http://www.nuevatribuna.es/opinion/candido-marquesan-millan/represion-economica-franquismo-otra-represion-cruel-gran-parte-desconocida-espanoles/20171216103048146370.html?1513511614339

domingo, 26 de noviembre de 2017

Antonio José vuelve a la vida 81 años después. Se estrena la versión musical completa de la ópera que compuso el músico burgalés, fusilado en 1936.

La ciudad de Burgos ha logrado abrir por fin este domingo una caja de música que llevaba cerrada 81 años. La Orquesta Sinfónica de Burgos y un coro formado por integrantes de distintas corales de la ciudad han estrenado en versión instrumental y vocal completa, ante 1.371 espectadores que han llenado el nuevo Auditorio, la ópera El mozo de mulas, compuesta por Antonio José, el músico burgalés fusilado en 1936 a la edad de 33 años por los sublevados contra la República. Ha quedado saldada así una deuda histórica.

La desidia de las instituciones había mantenido hasta ahora en silencio esta magna composición lírica en tres actos. Antonio José trabajó en ella durante años hasta que fue encarcelado en el penal de la ciudad sin acusación concreta, sin juicio, y condenado a muerte sin sentencia.

Los nudos en la garganta y las lágrimas de muchos de los espectadores han acompañado a la emotiva interpretación, dirigida por el titular de la orquesta, Javier Castro. Una ovación de seis minutos con vítores a la soprano burgalesa Alicia Amo, al tenor canario Francisco Corujo y a la mezzosoprano Raquel Rodríguez, también nacida en Burgos, han dado paso a una impresionante interpretación como propina del Himno a Castilla, obra también de Antonio José, que gran parte del público ha escuchado puesto en pie.

Algunos fragmentos de El mozo de mulas se habían interpretado años atrás en distintos lugares de España y del mundo (por ejemplo, a cargo de la Filarmónica de Dresde en 2010, en un concierto celebrado en Múnich), pero nunca se mostró entera la obra, inacabada por culpa de las balas que asesinaron a su autor. En efecto, Antonio José no alcanzó a completar unos 35 minutos de orquestación en el segundo acto, que dura unos 70 minutos; y la Junta de Castilla y León encargó ese trabajo en 1986 al también burgalés Alejandro Yagüe —fallecido el pasado agosto—, que logró terminar la ópera basándose en la reducción para piano —que sí estaba completa— y en un conocimiento profundo del autor y de sus creaciones.

Antonio José había ofrecido al piano a los burgaleses los primeros pasajes de esa ópera el 18 de julio de 1936 en el Teatro Principal de Burgos, horas antes de que se conociera en la ciudad la noticia de la sublevación militar.

Tras su fusilamiento en octubre de ese año, la figura de este compositor —de quien Maurice Ravel dijo que llegaría a ser el gran músico español del siglo XX—, quedó arrinconada; y su figura olvidada hasta que se recuperó durante la Transición, gracias sobre todo a la labor de investigación y biográfica del musicólogo burgalés Miguel Ángel Palacios (sin relación familiar con el compositor).

Antonio José Martínez Palacios nació en Burgos, estudió en París, dirigió el Orfeón Burgalés, compuso el Himno a Castilla y más de 150 obras para orquesta, coros, piano, guitarra, sextetos…, impartió clases de música en su ciudad y también durante cuatro años en Málaga; fue miembro correspondiente de la Academia de Bellas Artes y obtuvo el premio nacional de música en 1932 por su recopilación de 178 piezas populares burgalesas (trabajo que no fue conocido por el gran público hasta que lo presentó en 1979 el grupo burgalés de música tradicional Orégano, y que no se editó hasta un año después).

Las composiciones del joven Antonio José fueron interpretadas en Madrid por notables orquestas, se conocían y se publicaban en Francia y eran estudiadas en universidades norteamericanas. Algunas de ellas las interpretó el pianista Arthur Rubinstein, y el guitarrista Regino Sainz de la Maza (que fue quien estrenó el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo) llevaba en su repertorio varias de las piezas parra guitarra.

Antonio José se sintió siempre muy vinculado a su tierra, y eso lo muestran algunos de los títulos de sus obras: Sonata castellana, Sinfonía castellana, Danzas castellanas, Danzas burgalesas, Cinco coros castellanos...O las Evocaciones dedicadas al pintor burgalés Marceliano Santamaría. Y, por supuesto, el Himno a Castilla. Pero también compuso una Sonata gallega.

Siempre le acompañaron a Antonio José las críticas favorables y el éxito, también cuando sus obras se estrenaban, por ejemplo, en el teatro Monumental de Madrid, con él al frente de la orquesta. Y con apenas 30 años de edad.

El prestigioso crítico Andrés Ruiz Tarazona escribió en 1981 que las Danzas burgalesas para piano eran dignas de ponerse junto a las mejores Danzas españolas de Granados.

Su Cancionero (Colección de cantos populares burgaleses) supuso una gran sorpresa cuando se conoció, ya en la democracia; entre otros factores porque no se trataba de una recopilación de canciones mojigatas o censurado como algunas de las que le precedieron y algunas de las que le sucedieron, elaboradas por curas y personas de orden, o luego por la Sección Femenina de la Falange. Incluía sin problema canciones picarescas y desvergonzadas, respetando notarialmente lo que el pueblo cantaba. Gran parte de ese cancionero fue grabada y difundida por el sello Guimbarda en 1981, con interpretación del grupo Orégano.

Sin embargo, sigue pendiente la representación escénica de su ópera, basada en un pasaje de El Quijote y cuyo libreto original para diez personajes es obra del leonés Manuel F. Fernández Núñez y del salmantino Lope Mateo.

Y también continúa sin resolverse una tarea más difícil: aún se desconoce dónde reposan los restos de Antonio José; y también los de su hermano Julio, maestro de Pradoluengo y colaborador del Diario de Burgos, fusilado en 1936 como otros 22 maestros de la provincia.

https://elpais.com/cultura/2017/11/13/actualidad/1510572914_942919.html

miércoles, 25 de octubre de 2017

“Querido diario: hoy mataron a tres mujeres en el mercado”. Un libro rescata el dietario oculto durante décadas de Pilar Duaygües, que tenía 15 años cuando bombardearon Barcelona durante la Guerra Civil..

"¡La guerra ha terminado! dice todo el mundo y los periódicos. Ayer se rindió Madrid y aquí en Barcelona no dejaron de tocar las sirenas en señal de alegría...”. Pero el regocijo no era tal en casa de Pilar Duaygües, hija de una familia acomodada y hermana de tres mujeres mayores que ella que salieron al exilio: una había sido enfermera en el frente, otra, miliciana y una tercera, periodista. Todas con estudios e inquietudes artísticas. A Pilar, nacida en la Seu d’Urgell en 1921, le encantaba escribir y lo hizo sin desmayo, día a día desde 1936 a 1940. Al acabar la guerra escondió los diarios en el colchón por temor a los registros —Franco no salía bien parado en sus notas— pero quiso el destino que se conservaran durante décadas. Murió en 1998 y sus hijos leyeron entonces aquellos legajos que describían una vida bajo las bombas, de felicidad con sus compañeros de clase, entre las miserias del racionamiento, los amores tempranos y la inquietud en casa por la suerte de los suyos.

Querido Diario: hoy ha empezado la guerra es el título del libro que se pone a la venta el próximo martes donde Tània Balló y Gonzalo Berger han seleccionado algunos de aquellos cuadernos que la editorial Espasa promociona equiparando el relato al de la niña judía Ana Frank. No son comparables, pero comparten un valor: la mirada prístina de una joven sobre una tragedia inhumana. “El documento aporta la fotografía pura, el relato de cada instante sin voluntad de transformación, porque no está dirigido a nadie, salvo a ella misma. Es un relato inalterado. Están las bombas, pero también la vida que se abre paso, los bailes, las sesiones triples de cine”.

Los diarios describen también la infamia que el régimen franquista tenía reservada a las mujeres. Si las tres hermanas se fueron al exilio, a Pilar no le quedó otra que cumplir con el ideario femenino del nacionalcatolicismo: “Ella completó sus estudios de Magisterio y tenía inquietudes artísticas. En sus notas se detallan las exposiciones que visitaba, el teatro, sus clases primero en una academia y después en el internado del instituto obrero. Sin embargo, su causa cayó del lado de los vencidos y acabó siendo esposa y madre, nunca ejerció de maestra”, cuenta Tània Balló, escritora, directora y productora de cine, que ve en esta historia recién desenterrada del pasado “un peliculón”. “Es un material óptimo para llevar al cine porque la muchacha que lo escribía era una apasionada del cine, hasta 150 películas menciona en el libro y eso confiere a su relato, finalmente, una enorme capacidad visual, describe los acontecimientos con una gran fuerza visual”.

A través de sus notas el lector puede asomarse a las azoteas de Barcelona mientras silbaban las balas de unas ventanas a otra, temblar con las siluetas negras de los aviones y sentir la histeria colectiva de las mujeres que se amontonaban ante el mercado con sus cartillas de racionamiento para que les dieran una botella de lejía, naranjas, harina, con fortuna un poco de pan. La joven Pilar se levantaba a las cinco de la mañana —después de una madrugada en vela corriendo de la casa al refugio cuando sonaban las sirenas— para guardar la cola del abastecimiento doméstico. Pasar frío durante tres horas no garantizaba el producto que se había ido a buscar. “Cada día hay más escasez de carne y demás y hoy contó [mi madre] que en el mercado mataron a tres mujeres. Ya hace día que mueren muchas mujeres por la aglomeración de gente”, escribió el 16 de octubre de 1936.

Sobre estas fotografías descarnadas de lo ya conocido, Berger destaca algunas otras que sirven para romper mitos, como el empleo de las armas por parte de los religiosos: “...Resulta que vivimos al lado de los frailes, de la iglesia y de su imprenta. Los curas con ametralladoras, escopetas y revólveres hacían fuego contra el cuartel que está al lado...”, escribía el 19 de julio de 1936. O el uso del catalán. “Pilar estuvo carteándose con su marido en catalán después de la guerra”. Con él se casó y tuvo dos hijos, los mismos que descubrieron a la muerte de la madre que en la casa se guardaban 10 diarios escritos con una mirada adolescente que llamaba revolución a la guerra que asoló España.

LA HISTORIA DE UN HALLAZGO

¿Cuántas milicianas hubo en la Guerra Civil? No se sabe, pero Tània Balló y Gonzalo Berger tienen en marcha una investigación para censarlas a todas. No es un trabajo fácil, pero es apasionante, porque la miliciana era una figura femenina que la dictadura desterró con esmero. “Representaban lo contrario exactamente de los ideales femeninos franquistas: una mujer que cogía las armas, libremente, para defender una causa política y porque, además ya sabían que lo que se jugaba en aquella contienda iba a influir de forma determinante sobre la igualdad y la libertad que ya muchas ejercían”, explica con pasión Balló.

A la búsqueda de esas milicianas, Tània y Gonzalo encontraron el nombre de Teresa Duaygües y llamaron a los familiares. Respondieron unos sobrinos. En efecto, dijeron, la tía Teresa fue miliciana y luego se exilió. Otra de sus tías, enfermera en el frente y otra, periodista. ¿Y la pequeña? “Mi madre escribió unos diarios”, respondieron. Y los mostraron por primera vez.

https://elpais.com/cultura/2017/10/14/actualidad/1507986210_052822.html

jueves, 3 de agosto de 2017

El oro de Moscú que ‘pagamos’ a Italia. Hace 50 años que España terminó de abonar la deuda contraída con Mussolini durante la Guerra Civil.

Uno de los grandes mitos que alimentó el franquismo fue el del denominado oro de Moscú.

Las reservas fueron utilizadas por el Gobierno de la Segunda República para financiar la Guerra Civil cuando se le cerraron todas las vías de financiación. Los sublevados tuvieron más facilidades: contaron con créditos internacionales, algunos obtenidos en condiciones muy ventajosas, como los recibidos por Mussolini. El 30 de junio de 1967, hace ahora 50 años, la España franquista terminaba de abonar la deuda contraída con Italia, su principal proveedor.

El golpe militar del 17 de julio de 1936 no triunfa y origina una guerra fratricida que durará dos años y medio. Ambos bandos se enfrentan al inconveniente de la financiación. “Franco no va a tener problemas de suministro. La República, en cambio, choca con la política de no intervención y con los sabotajes de la banca francesa y angloamericana”, explica el historiador Ángel Viñas. Las dificultades republicanas para obtener préstamos se solventan con la venta de parte de las reservas de oro al Banco de Francia. Sin embargo, los problemas no desaparecen. En septiembre, con la connivencia de Largo Caballero, el nuevo ministro de Hacienda, Juan Negrín, decide enviar 510 toneladas de oro a la URSS vía Cartagena. El metal será convertido en divisas para comprar medicinas, alimentos y armas en el mercado negro.

España era entonces el cuarto país con más reservas del mundo. No eran lingotes, sino monedas en curso”, explica Viñas. El historiador subraya que la República financia la guerra al contado y que apenas obtiene dos créditos de la URSS, una situación que contrasta con la de su adversario, que se ha asegurado el favor de Italia y Alemania. “La aportación de Italia a la causa fue muy generosa. Franco no disponía de liquidez para pagar, recibe créditos amigables y sin condiciones. Sin la intervención extranjera, el resultado de la guerra hubiese sido muy diferente”, reconoce José Miguel Campo Rizo, autor de La ayuda de Mussolini a Franco durante la Guerra Civil española.

No hay una relación directa entre el fin del oro y el término de la Guerra Civil”, relata Ángel Viñas. Lo que sí parece seguro es que el tesoro español había sido “efectivamente gastado en su totalidad por el Gobierno de la República durante la guerra”, tal y como concluyó Juan Sardá, fundador del Servicio de Estudios del Banco de España, después de analizar los papeles de Negrín, que habían sido recuperados y silenciados por el franquismo tras su muerte, en 1956. Con los documentos en la mano, Viñas determinó que los rusos cobraron por todos los servicios. Los sublevados, sin embargo, apenas hicieron envíos de algunas materias primas a sus proveedores, posponiendo el pago hasta el final del conflicto.

“Franco no va a tener problemas de suministro. La República choca con la política de no intervención”, dice un historiador

Los papeles de Negrín
El periodista Luis Bolín, que también jugó un papel importante en el alquiler del avión que trasladó a Franco a la península, llega a Roma el 21 de julio de 1936 con el encargo de comprar aviones y material bélico. Tras las dudas iniciales de los italianos, el ministro de Asuntos Exteriores, Galeazzo Ciano, atisba garantías de que el golpe puede triunfar y convence a Mussolini para enviar ayuda. Los golpistas abren así una línea de colaboración con Italia que resultará decisiva en el desenlace de la contienda.


La quita de Mussolini
España extinguió unilateralmente las deudas con los alemanes poco antes del desembarco aliado en Normandía. Consideró que la derrota de Hitler estaba cerca y que ya habían pagado lo suficiente. El caso italiano fue diferente. Aunque existía una comisión mixta para negociar la deuda desde finales de 1938, no se firma un acuerdo hasta el 8 de mayo de 1940. “Franco empieza a llorar y Mussolini condona 2.000 millones de liras”, sostiene Viñas. El montante final que refleja el documento es de 5.000 millones de liras (2,5 millones de euros de la época). Para Viñas, no obstante, el coste para la economía española fue bajo porque “la moneda italiana sufrió una gran depreciación tras la II Guerra Mundial”.

El préstamo comenzó a abonarse el 1 de enero de 1943. En total, 25 anualidades con un interés anual inicial del 0,25% que llegaría al 4% en los años finales. Se concluye el 30 de junio de 1967. Campo Rizo es tajante: “Las cifras sirven de poco, hay que extrapolarlas para saber cuánto supondrían hoy”. ¿Y el oro trasladado a Moscú? En 2006, Viñas lo cifra en 5.700 millones de euros de valor actual y aclara que Stalin no sobrefacturó a la República. “La URSS no era una economía de mercado, así que sus ventas se guiaron por los precios internacionales. Quien sí sobrefacturó a la República fue Italia. Como hicieron una quita en la deuda de Franco, lo comido por lo servido”.

https://politica.elpais.com/politica/2017/06/26/diario_de_espana/1498481566_054663.html#comentarios

martes, 4 de julio de 2017

Teatro combativo contra los silencios. Carla Chillida estrena en Tercera Setmana 'Las solidarias', un homenaje a las mujeres libertarias

Sin miedos a crear polémica, llegando al extremo de la provocación, poniendo al espectador cara a cara con temas de los que no se hablan por un olvido, en ocasiones, intencionado. Con el teatro como herramienta artística, la dramaturga y bailarina  Carla Chillida (Valencia, 1985) no duda en hurgar en las heridas y los silencios, con el claro objetivo de despertar mentes y provocar debate. Con una corta pero intensa trayectoria de teatro político y combativo, la directora y actriz ha estrenado en el festival de artes escénicas Tercera Setmana, de Valencia, Las solidarias, la última producción de su compañía, en la que pone el foco en la lucha de las mujeres libertarias durante la Segunda República española y la Guerra Civil. Acompañada en el escenario por Margarida Mateos, Paula Romero y Yarima Osuna, todas ellas procedentes de la danza o de un teatro muy físico, Carla Chillida dirige un poderoso y contundente espectáculo de dos horas, en el que no hay un momento de descanso, con música en directo, movimientos coreográficos y una estudiada puesta escénica con el grafismo artesanal muy presente. Utilizando testimonios, discursos y poemas de mujeres que hicieron del movimiento libertario un grito de lucha,  Las solidarias, escrito por Patricia Pardo, entra de lleno en el mundo femenino.

Este es el sexto montaje de la compañía A tiro hecho, creada en 2011 en Valencia por la propia Carla Chillida junto al grafista Elías Taño. Se estrenaron aquel año con No te salves. Homenaje a Mario Benedetti, un espectáculo “combativo pero amable”, y desde entonces su discurso se ha ido radicalizando de manera deliberada. “Se nos cierran muchas puertas, pero se nos abren otras interesantes como plazas públicas, centros sociales o agrupaciones. Todo es más precario, pero nos mueve la gratificación de hacer el teatro en el que creemos”, asegura Chillida, que la temporada pasada presentó con mucho éxito de público su anterior trabajo, La sección, en el Teatro del Barrio de Madrid.

“Las nuevas mujeres libres no tendrán que empezar de nuevo”. Las solidarias es un hermoso recuerdo a todas aquellas mujeres que lucharon durante la República y la Guerra Civil por conquistar derechos en el marco personal, social y profesional. Temas como la maternidad, el amor romántico, la violencia de género o las violaciones van apareciendo a lo largo de esta función. La primera parte está centrada en el relato más personal de las cuatro actrices protagonistas, -“partimos de nosotras mismas y de nuestro relato como mujeres. Hemos reflexionado sobre lo que nos pasa a nosotras en el papel que nos han asignado, de la rabia y las dificultades de ser a día de hoy una mujer y de que te reconozcan en tu trabajo, de cómo la violencia de género está cada día más presente”, explica Carla Chillida-, para poner el foco, en la segunda parte, en las mujeres del movimiento libertario, en aquellas que “nunca deberíamos olvidarlas por lo que han luchado por las generaciones posteriores”. “Lo que consiguieron en muy pocos años fue enorme. Gracias a ellas se aprobó la ley del aborto y muchas cosas más”, añade la directora, enormemente agradecida.

En un gran ejercicio de memoria histórica y tras una exhaustiva investigación sobre la realidad de estas mujeres libres, Las Solidarias saca a escena, en unos caballetes con fotos y nombre, a muchas de aquellas revolucionarias, Sara Berenguer, Yolanda Besteiro, Maria Cambrils y otras, cuyo lema ‘La revolución será feminista o no será’, unas serigrafías que se realizan manualmente al final de la función.

Esta decisión para luchar contra el olvido invade también la obra de Javier Sahuquillo (Valencia, 1982), La capilla de los niños, estrenada también en Tercera Setmana, certamen dirigido por Salva Bolta. En este caso se trata de la obsesión de su autor y director por sacar del silencio el asesinato de las niñas de Alcásser, del que el próximo mes de noviembre se cumplen 25 años. A través de uno de los crímenes más impactantes de la historia de España, en el que tres chicas de 14 y 15 años fueron violadas, torturadas y salvajemente asesinadas en aquella localidad valenciana, y todas las incógnitas que todavía invaden el suceso, La capilla de los niños indaga en la memoria colectiva e individual, a través de un juego, muchas veces cómico, en el que se parte de que toda gran mentira necesita su dosis de verdad. Interpretada por Laura Sanchis y Juan Vera, este montaje de la compañía Perros daneses que combina hechos reales y ficticios, busca, en una narración arriesgada, penetrar en la realidad de un crimen que, más allá del horror, “destruyó la seguridad de la clase media español”. “¿Quién estuvo detrás de todo ello? ¿Hay más implicados que los sujetos juzgados? En ocasiones, se modifica el recuerdo en favor del poder”, se lamenta Sahuquillo.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/06/20/actualidad/1497940251_777294.html

domingo, 2 de julio de 2017

_- Un libro corrige a Pérez-Reverte y su versión "neutral" de la guerra civil para jóvenes.

_«¡Las historias de la guerra suenan tan distintas según
quién las cuenta! Los libros hablan siempre de batallas, de
fuerzas, de armas, de ayuda internacional, de frentes y de todas
esas cosas. Están escritos por los que dirigieron la guerra
o por otros que toman como fuentes los papeles de los que
dirigieron la guerra.
Pero luego hablas con los que la vivieron como soldados
o con los que la sufrieron sin combatir y te cuentan cosas que
parecen tratar de otro tema: es como si la guerra que cuentan
unos y la que cuentan otros fueran guerras distintas».

Severino Pallaruelo, Papeles de la guerra1



-¿Qué fue la llamada guerra civil? Nuestra historia contada a los jóvenes es una réplica a la obra publicada por Arturo Pérez-Reverte que dibuja una guerra entre "hermanos"

- Carlos Fernández y Silvia Casado copian el mismo formato de novela gráfica para rebatir las verdades que "silencia" el novelista con un relato de "víctimas y verdugos"

Arturo Pérez-Reverte vende en La guerra civil contada a los jóvenes una versión, según él, "objetiva" de la historia reciente de España. La guerra española, como un enfrentamiento entre "hermanos". Pero este relato equidistante chirría, según la historiadora Silvia Casado Arenas y el filósofo Carlos Fernández Liria, que han replicado al escritor con su propio libro también en formato cómic: ¿Qué fue la guerra civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes. Porque sí hubo "víctimas y verdugos".

Los autores de la obra replicante explican que Reverte, con su "visión neutral", ahonda en la idea del "todos fueron iguales", "silencia muchas verdades" y peca de falsa "equidistancia".

Y como "es importante no perder la batalla cultural de la memoria histórica", Silvia Casado y Carlos Fernández han editado un libro "idéntico en su forma editorial" al de Reverte pero más completo y crudo en el contenido. ¿Qué fue la guerra civil? (Akal, 2017) tiene la "clara intención", sostienen, de reivindicar con otra memoria colectiva y corregir el "peligroso" escenario dibujado por La guerra civil contada a los jóvenes (Alfaguara, 2015).

Reverte dice que escribe "sin clichés partidarios ni etiquetas fáciles" sobre la "espantosa" guerra que enfrentó "al hermano contra el hermano", según introduce en el prólogo del libro. Con él, asegura querer "evitar que tan desoladora tragedia vuelva a repetirse nunca".

Sin embargo, los autores de la réplica señalan que en realidad está "descontextualizando históricamente las causas políticas", como si la guerra civil fuera "un fenómeno natural inevitable", apunta Casado. "Ser equidistante cuando se trata de víctimas y de verdugos, consiste en identificar a las primeras y señalar a los segundos", remata Fernández.

Cómo narrar los acontecimientos es la diferencia radical entre ambos libros. Las causas del golpe de Estado, los actores que lo ejecutan, la represión y el ejercicio del terror... o la llegada de la democracia, una "decisión personal" del rey Juan Carlos, según Arturo Pérez-Reverte. Con formato calcado de novela gráfica, la obra del novelista está ilustrada por Fernando Vicente y la réplica, por David Ouro.

Este medio ha intentado, sin éxito, obtener declaraciones de Pérez-Reverte sobre la polémica en torno a su libro y la obra que le responde. Analizamos las diferencias entre ambos libros en cinco claves.

Actores y causas del golpe de Estado
Pérez-Reverte describe en su libro un escenario reinado por desórdenes públicos e inestabilidad política, un caldo del que salen soluciones "extremistas" basadas en modelos enfrentados: "la Italia fascista o la Alemania nazi" y "la Rusia comunista". España, abocada a una "confrontación inevitable", vive una sublevación "para instaurar una dictadura militar", pero "las cosas se complicaron por la resistencia".

Carlos Fernández y Silvia Casado difieren en el enfoque. El "problema de fondo" era el "poder electoral" ganado por las "clases populares más pobres". Una situación que las "élites" afrontan apoyando "a grupos sociales violentos" de corte nazi y fascista con el objetivo de finiquitar la democracia. Señalan que Franco, además, tuvo "grandes patrocinadores", Hitler y Mussolini, y mecenas como Juan March.

La "espantosa" guerra civil
Cuenta Reverte que la "tragedia española" fue un campo de "experimentación"para los regímenes enfrentados luego en la Segunda Guerra Mundial. Nazis y fascistas "tomaron partido por las tropas rebeldes". El escritor subraya la intervención soviética "confiando en que una victoria republicana acabaría convirtiendo a España en un país comunista".

Según la réplica editorial, el "relativo fracaso" del golpe de Estado dio paso a la guerra civil. Alemania e Italia acuden "rápidamente" a asistir a los golpistas, coinciden, pero la República acusó la no intervención de los gobiernos occidentales democráticos y la tardía ayuda de la URSS. Aún con la participación de las Brigadas Internacionales, "los dos bandos no estuvieron en pie de igualdad en ningún momento".

Represión, "caos" y terror
Los dos libros coinciden en el "sangriento" inicio de la guerra. España queda cubierta de luto, con paradigmas como Paracuellos del Jarama o las miles de fosas comunes del franquismo. La guerra civil contada a los jóvenes de Reverte subraya las "terribles represalias" rebeldes, como la masacre de Badajoz o el bombardeo nazi de Gernika, y también las "innumerables atrocidades" en zona republicana, caso de las "matanzas" de religiosos.

La diferencia está en un dato crucial: la represión golpista era un plan organizado y en zona gubernamental fue fruto de "grupos incontrolados", como incide la respuesta al cómic del escritor murciano. Los golpistas dejan en cunetas al menos el triple de desaparecidos forzados. La República logró dominar el "caos" mientras los militares fascistas "impusieron el terror" asesinando "a miles de civiles", como también explica Francisco Espinosa en La Columna de la Muerte. Llamaban al "exterminio", dicen Casado y Fernández, que transcriben como muestra fragmentos de discursos y declaraciones de Mola, Franco, Yagüe y Queipo.

Una "férrea" dictadura
La guerra no acabó con la victoria franquista. España vivió una represión "despiadada y sistemática" y el exilio era la única salida para los derrotados y "expuestos a las represalias de los vencedores", cuenta el escritor. Era una "férrea dictadura" dispuesta a aplastar "cualquier resto de libertad y democracia". Pero el régimen, dice más tarde, "se fue suavizando" sin perder nunca su "carácter autoritario".

La guerra duró "40 años más", toda la dictadura, insisten la historiadora y el filósofo. Y el combate, dicen, continuó también para los vencidos: muchos siguieron luchando contra el fascismo en la Segunda Guerra Mundial o luego en la lucha antifranquista que perseguía recobrar las libertades perdidas. La "persecución y castigo" de la dictadura de Franco dejó cifras como los 50.000 ejecutados tras la guerra civil, el centenar de campos de concentración con "medio millón" de presos esclavos o los 30.000 niños robados.

¿La democracia del rey Juan Carlos?
"España se convirtió en una monarquía parlamentaria por decisión personal del rey Juan Carlos". La frase de Arturo Pérez-Reverte es tajante. Franco designó a su "sucesor" y éste "liquidó el régimen franquista", legalizó los partidos políticos y reconcilió la nación. "Devolvió a España la democracia". De un plumazo, según el novelista.

Disienten de esta versión los autores del libro que corrige a Reverte. "Franco había dejado las cosas bien atadas a través de la monarquía", escriben. El príncipe Juan Carlos de Borbón "juró los principios del Movimiento franquista" y el futuro rey "expresó su fidelidad al Caudillo, comprometiéndose a continuar su obra".

El "régimen de terror" y el "adoctrinamiento ideológico" del franquismo tiende sus tentáculos marcando "profundamente a varias generaciones de españoles", refieren Silvia Casado y Carlos Fernández. La "versión revisionista de la guerra civil" es un claro ejemplo en manos de historiadores "neutrales" que crean "una falsa simetría" dibujando "dos bandos", fascista y comunista, que fueron "supuestamente todos culpables". Es la equidistancia que "silencia verdades".

Fuente: http://www.eldiario.es/cultura/libros/guerra-civil-dibujo-Perez-Reverte_0_651985579.HTML

sábado, 1 de julio de 2017

El exilio español de la A a la Z. Un grupo de investigadores publica un monumental diccionario en el que han trabajado durante veinte años y que rescata a los escritores desterrados tras la Guerra Civil.

El “viento sucio de la Historia”, como decía Salinas, los arrojó al otro lado del mundo. Tenían la maleta detrás de la puerta, no compraban muebles en sus casas de desterrados porque eso sería renunciar al regreso a España cuando muriera Franco. Pero Franco no se moría. Y ellos comenzaron a habitar en los cementerios del exilio.

¿Qué fue de los desterrados españoles? ¿Dónde se guarda su memoria? Un grupo de investigadores lleva veinte años trabajando en una obra que es un monumento a esa memoria olvidada y que ahora sale a la luz. El Diccionario Biobibliográfico de los escritores, editoriales y revistas del exilio republicano de 1939, publicado por la editorial sevillana Renacimiento, es la propuesta para viajar por esos recuerdos del exilio intelectual, el atlas de los mapas del destierro. Casi 1.500 entradas que se adentran en la vida y la obra de 1.191 autores españoles que tuvieron que huir de España tras la Guerra Civil.

El libro, que se presentará hoy en el Ayuntamiento de Sevilla con el respaldo del Centro de Estudios Históricos de Andalucía aprovechando el Día de la Memoria, es un trabajo colectivo del Grupo de Estudios del Exilio Literario (GEXEL), adscrito a la Universitat Autònoma de Barcelona. Un total de 102 investigadores que participan en un ambicioso proyecto editorial del que ya han salido interesantes trabajos de rescate de la obra perdida de estos escritores.

Deuda moral
El grupo GEXEL se creó en 1993 para reconstruir la memoria cultural del exilio republicano de 1939. Era un proyecto de intención académica pero que también tenía implicaciones éticas y políticas al considerar que España tenía que saldar una deuda moral con “aquellos españoles que pagaron con el destierro forzoso su fidelidad a la legalidad democrática republicana”, según argumentaban en el manifiesto de creación.

La mayor parte del exilio intelectual no ha sido incorporado de forma natural al patrimonio español. Salvo el caso de los desterrados de primera fila como Luis Cernuda, Rafael Alberti, María Zambrano, Pedro Salinas o Francisco Ayala, el resto vive aún en el exilio puesto que es imposible encontrar sus libros en España, así en el franquismo como en la democracia. “Las obras que mencionamos en el capítulo de Creación debieran ser obras presentes en el catálogo de la Biblioteca Nacional de Madrid a disposición de cualquier lector. Son parte de nuestro patrimonio literario e intelectual, sin cuyo conocimiento nunca estará completa la historia de la cultura”, asegura Manuel Aznar Soler, catedrático de Literatura Española Contemporánea de la Universitat Autònoma de Barcelona, director del GEXEL y coordinador del libro junto al profesor José Ramón López García. “La recuperación de esta biblioteca del exilio y de la historia de nuestro exilio republicano de 1939 debería haber sido un tema prioritario de la política cultural de Estado y sigue siendo una asignatura pendiente”, añade.

Cada entrada del diccionario es un viaje en el tiempo hacia esas biografías del exilio y también un recorrido por la España del destierro, la que crearon los exiliados, como tantas veces relató Max Aub. En México DF se reunían en cafés como el Papillón, en la antigua calle Madero, que les recordaba la Carrera de San Jerónimo de Madrid, o el Ambassadeurs del Paseo de la Reforma que les evocaba el restaurante Lhardy. Con Francisco Ayala se viaja a Buenos Aires: allí frecuentaban los cafés de la Avenida de Mayo, que era como la calle de Alcalá trasplantada al otro lado del mundo.

En los mapas del exilio que ahora se descubren con este diccionario surgen otras ciudades-refugio para aquella España peregrina como París, Toulouse, La Habana, Nueva York, Montevideo o Londres. En Inglaterra, el autor malagueño Salazar Chapela, que llamaban el “tío de Londres”, recibía en La Bretagne, un restaurante en South Kensington y luego se iba a la sala de pintura española de la National Gallery. Así veían pasar el tiempo y la Historia de la que ya no formaban parte.

“Si terrible es el olvido de los exiliados, aún lo ha sido más para las mujeres. En este diccionario aparecen historias sorprendentes como la de Victoria Kent, la política republicana, escondida en un pequeño apartamento con nombre falso en el París de los nazis y cuyo sufrimiento relató en el libro Cuatro años en París; la historia de la poeta Concha Méndez, o de María Lejárraga, que había sido esposa de Gregorio Martínez Sierra y desde el exilio tuvo que reivindicar la autoría de los textos que firmó con el nombre de él.

Algunos de aquellos exiliados se adaptaron sin problemas, o sobrevivieron pero jamás lograron adaptarse, otros idealizaron España hasta confundir sus recuerdos y la realidad, otros murieron antes de regresar a un país que ya no era el que recordaban como subrayó desolado Max Aub en La gallina ciega.

Hay momentos especialmente trágicos al repasar las entradas biográficas de los exiliados que nunca lograron adaptarse como Pedro Garfias al que solían ver platicar con fantasmas en las tabernas de México. Garfias es uno de los símbolos derrotados del exilio con su cátedra de cantinas y emérito del pulque. El poeta se bebió la vida dejando sus versos abandonados en servilletas de las tabernas. Parecía el más alegre, pero fue el que nunca asumió la derrota. Este diccionario cuenta su historia y la de más de un millar de aquellos expulsados a los que al morir, como decía el verso de Juan Rejano, “les hallaron España en el pecho”.

EDITORIALES PARA LA SUBSISTENCIA
Este diccionario revisa, supera y amplía la obra mítica que en 1976 editó Taurus y que dirigió José Luis Abellán: El exilio español de 1939, en la que participaron autores desterrados como Manuel Andújar, Aurora de Albornoz, Tuñón de Lara o Juan Marichal. Abordaba el exilio desde la literatura, el teatro, el cine, la ciencia o el pensamiento. Y trataba un elemento fundamental en el que también incide el diccionario: la importancia de las revistas y las editoriales en los países de acogida, fundamentales para la subsistencia con el encargo de traducciones, correcciones, ilustraciones... Es el caso del Fondo de Cultura Económica de México o la bonaerense Losada.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/06/13/actualidad/1497374517_678085.html?rel=lom

sábado, 24 de junio de 2017

La mancha del nazismo persigue a Associated Press. La agencia analiza su propia cobertura de los hechos en la Alemania nazi en un amplio informe.

Adolf Hitler saluda a unos niños soldado el 19 de marzo de 1945, en la que es la última foto que AP distribuyó del dictador antes de que este se sucidara pocas semanas después.















En 1933 la oficina de Associated Press en Berlín recibió la fotografía de un reportero de Múnich en la que la policía paseaba a un empresario judío en pantalón corto por la ciudad y con un cartel antisemita colgando de su cuello. Las primeras muestras de los horrores del Holocausto empezaban a verse en las calles en imágenes como esas y el jefe de la corresponsalía guardó la instantánea en un cajón. Cuando Nueva York le pidió explicaciones, Louis P. Lochner respondió: "Aborrezco la censura, y me siento fatal por no poder informar de todo lo que sabemos", decía, pero "es más importante permanecer aquí". En el 35, bajo esa misma filosofía, AP cumplió la ley nazi y expulsó a todos los empleados judíos con los que contaban. Se habían resistido dos años.
Associated logró permanecer en Berlín hasta 1941 pese al golpe nazi a la libertad de prensa, pero no le salió gratis. Las facturas que pagó son la columna vertebral de un amplio informe que AP acaba de publicar pasando revista a todo el trabajo que hizo en la Alemania nazi: el paso de la censura a la autocensura, el silencio ante ciertos abusos del Ministerio de propaganda del III Reich o el trabajo de personajes oscuros como Franz Roth, un "ardiente nazi", conocido retratista para la SS, que trabajaba para AP.

Hay capítulos de aquel tiempo que no se habían descubierto hasta ahora. Associated puso en marcha esta investigación a raíz de un artículo que la historiadora alemana Harriet Scharnberg publicó en 2016 bajo el título La A y la P de Propaganda. Associated Press y el fotoperiodismo nazi. En él, la académica concluía que la agencia estadounidense había actuado en complicidad con el régimen para ocultar las atrocidades del nazismo, así como la exterminación de los judíos, y presentar los hechos como si fueran los propios de una guerra convencional. "AP fue la única agencia fotográfica angloamericana -con operaciones a nivel internacional- que mantuvo una subsidiaria abierta después de 1935. AP aceptó las leyes de control de prensa alemanas y por tanto se amoldó al sistema de control de la prensa de la Alemania nazi", señala Scharnberg.

Ahora, a lo largo de 163 páginas y unas cuarenta pruebas documentales, el informe de AP examina todo el período que va entre 1933 y 1945 y exculpa a la agencia de colaboracionismo. Sostiene que operó con la "mayor sinceridad e independencia posibles" pensando en la permanencia en el país como bien mayor, aunque admite que algunas situaciones "se manejaron de forma inadecuada", como cuando se calló ante ciertas manipulaciones flagrantes de sus imágenes o se contó con fotógrafos adictos al régimen.

La figura en el centro de todo este retrato es Lochner, jefe de la oficina de Berlín y en 1939 fue galardonado con el Pulitzer de corresponsalía precisamente por su trabajo sobre el régimen. "Incurrieron en ocasiones en la autocensura. En el informe se ve cómo Lochner trataba de sacar las historias, aunque al mismo tiempo trataba de no ser expulsado del país. Ese es el alambre en el que caminaba", explica por teléfono John Daniszewski, vicepresidente de AP.

El mayor hallazgo ha sido la génesis del llamado "Laux Bureau", opina Larry Heinzerling, profesor de periodismo de Columbia y subjefe de internacional de AP, ya jubilado, que ha elaborado el informe con las aportaciones de Herschaft, investigador de la agencia. En 1941, cuando EE UU entra en guerra, el ministro de Propaganda, Helmut Laux, toma el control de la oficina pero llega a un acuerdo para enviar paquetes de fotos censuradas de Alemania a AP -a través de la neutral Lisboa- y recibir a cambio fotografías de EE UU y distribuirlas entre los medios alemanes. Salvo en una ocasión, las imágenes no se alteraban, pero los pies de fotos sí se reescribían en la prensa germana para acomodarse a los intereses nazis.

"Empezamos a investigar en los archivos militares y descubrimos cosas nuevas, cómo Laux se reunió con Lochner en un tren y llegaron al acuerdo a través de la corresponsalía de Lisboa", explica Heinzerling. "También ha sido un descubrimiento toda la correspondencia entre Lochner y Nueva York, sobre qué debían hacer si se declaraba la guerra, si tendrían que cerrar o si habría una manera de seguir informando", agrega.

La historiadora Harriet Schanberg se reafirma en su investigación de 2016. "Ninguno de los resultados presentados en mi artículo están refutados por esta revisión, lo que no implica que AP haga un análisis distinto de esos resultados", señala en un comunicado enviado a EL PAÍS.

Los seis fotógrafos judíos de AP lograron escaparon al Holocausto, cinco emigraron a Estados Unidos (tres montaron su propia agencia fotográfica en Nueva York) y un sexto que fue enviado a Viena. Detenido por la Gestapo acabó sobreviviendo y trabajando como reportero gráfico en la Alemania comunista. Franz Roth, el ardiente nazi, murió en combate en 1943. Tres años antes, cuando estaban ya a punto de echarlos, Lochner escribía a la oficina de Nueva York: "Si recibo favores nunca ha sido por un intercambios de principios, sino simplemente porque he logrado vende a las autoridades que Associated Press es objetivo y neutral, y que ese es un instrumento de información pública tan poderoso que ningún gobierno puede permitirse despreciarlo".

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/06/10/actualidad/1497109033_878439.html

ESPAÑA. LA SOMBRA DEL REICH EN LA COBERTURA DE LA GUERRA CIVIL
La influencia de la propaganda nazi también salpica la cobertura de Associated Press durante la Guerra Civil española. Hitler apoyaba a Franco y el relato que acompaña algunas de las fotografías de la agencia lo destila. El 6 de noviembre de 1936 la oficina de AP en Londres envió a a la delegación de Berlín la fotografía de una morgue tras un bombardeo lanzado por fuerzas leales a Franco con la siguiente descripción: “Madrid, 31 de octubre. Bombarderos insurgentes llevaron a cabo el peor ataque aéreo desde el comienzo de la guerra civil. En total, se perdieron 95 vidas. Las bombas cayeron en calles bulliciosas y una alcanzó a una escuela, matando a 70 niños. La foto de AP muestra la imagen de la morgue de Madrid el 31 de octubre, después de un ataque aéreo el día anterior. Esta foto fue emitida por el Ministerio de Estado de Madrid y muestra el resultado de una bombardeo aéreo rebelde en Madrid”.

La oficina de AP en Berlín distribuyó esta imagen con el siguiente texto: “Horrores de la guerra civil. Miles de víctimas inocentes han sido reclamadas por la aterradora Guerra Civil española, en la cual las fuerzas comunistas que manejan los hilos han hundido el país”.

No culpaba directamente a los republicanos de las muertes, pero omitía la autoría rebelde y atribuía la matanza a “los horrores de la Guerra Civil”, cuya responsabilidad era comunista. Cuando un periódico llamado Muenchner Neuesten Nachrichten la publicó, el pie de foto daba otra vuelta de tuerca a los hechos: “Asesinados sin misericordia por los Rojos. Esta horrible imagen muestra por sí misma a las tropas nacionales avanzando en un suburbio de Madrid. Los Rojos habían matado antes a todos los rehenes”.

Gideon Seymour, director de AP en Gran Bretaña, se quejó ante el reportero alemán Rudi Josten, de delegación berlinesa, con copia a Louis Lochner, jefe de la oficina. "Obviamente no podemos asumir la responsabilidad por la distorsión del Muenchner Neuesten Nachrichten, pero en este caso la AP GmbH por sí misma comete una falta más grave que Muenchner", dice. Lochner respondió que, según Josten, "el Ministerio de Propaganda simplemente le ordenó escribirlo".

sábado, 3 de junio de 2017

Pablo de Greiff, recuerda que el Estado debe atender “de forma urgente” las reclamaciones de las víctimas de la Guerra Civil y del régimen franquista. La ONU respalda la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos.

Cuarto Poder

“No puede justificarse hoy la falta de acción en este ámbito en un Estado de derecho”, ha subrayado Greiff tras pedir al Gobierno español que de cuenta de las medidas adoptadas para dar cumplimiento al informe presentado en 2014


El experto en Justicia Transicional de la ONU, el colombiano Pablo Greiff, ha recordado a España que el Estado debe atender “de forma urgente” los reclamos de las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y del posterior régimen franquista. “El Estado tiene una obligación de atender los derechos de las víctimas y sus familiares y poner fin al sufrimiento de miles de ellas quienes aún hoy (…) siguen sin saber dónde se encuentran los restos de sus seres queridos”, recalcó ayer Greiff en un comunicado.

Las declaraciones del relator especial de la ONU se producen tras la aprobación el pasado 10 de mayo por el Congreso de los Diputados de España de una proposición no de ley (no vinculante) que pide al Gobierno que impulse la aplicación de Ley de Memoria Histórica (2007) para resarcir a las víctimas del franquismo.

También aboga por que se proceda a exhumar los restos del dictador Francisco Franco y a trasladarlos fuera del monumento del Valle de los Caídos, cerca de Madrid. El relator especial de la ONU indicó que la proposición no de ley hace referencia a varias de las recomendaciones pendientes que le había presentado al Gobierno de España en su informe de 2014.

“Las exhumaciones y la identificación de los restos son medidas urgentes necesarias para el esclarecimiento de los hechos y actos importantes que contribuyen a la reparación de las víctimas y sus familiares”, explicó el experto.

Para Greiff, el Valle de los Caídos, por ejemplo, “sigue simbolizado la asimetría de antaño en la memoria colectiva de la guerra y las víctimas, y la más reciente falta de acción del Estado en favor de una memoria más objetiva e incluyente”, censuró.

El experto en derechos humanos señaló que, en su estado actual, el Valle de los Caídos “no proporciona ningún tipo de información para explicar la simbología franquista y fascista”, ni se explica quién fue José Antonio Primo de Rivera, “ni por qué Franco fue inhumado ahí sin ser víctima de la Guerra Civil”, sostuvo.

“Tampoco se explica que el Valle de los Caídos fue construido con el trabajo forzoso de miles de presos políticos bajo condiciones inhumanas, sobre los cuerpos de las casi 34.000 personas que ahí están inhumadas, ni que muchos restos fueron trasladados allí sin consentimiento o conocimiento de sus familiares”, expresó.

Greiff también recordó que la nulidad de las sentencias -incluyendo sentencias de muerte- adoptadas en violación de los principios fundamentales del derecho y del debido proceso durante la Guerra Civil y el franquismo (1939-1975) es otra de las medidas de reparación “pendientes y urgentes”.

“No puede justificarse hoy la falta de acción en este ámbito en un Estado de derecho,” resaltó el experto, quien pidió al Gobierno español que informe sobre las medidas tomadas para dar cumplimiento a las recomendaciones del informe presentado en 2014.

Fuente:
https://www.cuartopoder.es/espana/2017/05/20/la-onu-respalda-la-exhumacion-de-los-restos-de-franco-del-valle-de-los-caidos/

domingo, 21 de mayo de 2017

La Guerra Civil que Pérez-Reverte no te contó.

Alejandro Torrús
Público

El cómic "¿Qué fue la Guerra Civil?", de Carlos Fernández Liria y Silvia Casado Arenas ofrece un relato de vencedores y vencidos que supone una replica al que publicó el escritor murciano el año pasado, que califican de equidistante

Cuentan Silvia Casado Arenas y Carlos Fernández Liria que el libro de Arturo Pérez-Reverte La Guerra Civil contada a los jóvenes (Alfaguara) es una obra que dice cosas "muy ciertas", pero que peca de "equidistante". Critican que el cómic venga a decir únicamente algo así como que la guerra española fue un enfrentamiento entre dos bandos rivales que provocó un enorme sufrimiento. Y así fue. No cabe duda. Pero la Guerra Civil ─dicen Casado Arenas y Fernández Liria─ fue otras muchas cosas también "muy ciertas" que se omiten en el relato de Pérez-Reverte. Este es el motivo por el que se han lanzado a publicar ¿Qué fue la Guerra Civil? Nuestra historia explicada a los jóvenes (Akal).

"Intentamos sacar a la luz algunos aspectos de la guerra que también son ciertos y deben ser tomados en cuenta. Será el lector, por joven que sea, quien tendrá que preocuparse de interpretar qué es, entonces, lo que realmente sucedió", explican los autores en el prólogo de la obra, ilustrada por David Ouro.

Así, lo primero que intentan explicar Silvia Casado y Carlos Fernández es qué y quién está detrás del golpe de Estado. Si bien Pérez-Reverte señala que hay una sublevación militar contra el legítimo Gobierno republicano, Casado y Fernández ponen el énfasis en explicar quién está detrás de los militares.

Explican que "los banqueros y los militares más simpatizantes del fascismo italiano y alemán se aliaron contra la democracia", "recibieron apoyo de la jerarquía de la iglesia" y que estuvieron financiados por Juan March, mayor banquero de España, y por los grandes terratenientes.

Por otro lado, si Pérez-Reverte dibuja la Guerra Civil como una especie de "confrontación inevitable" en "tiempos exaltados", la réplica editada por Akal explica que la causa de fondo es que "los capitalistas comprendieron que la democracia misma era una amenaza para sus intereses económicos y comenzaron a apoyar a partidos y sindicatos de extrema derecha con programas antidemocráticos".

"Hoy, el cine y los libros de texto de historia nos lo pintan como monstruos aberrantes, racistas y genocidas (y, sin duda, lo eran) pero en aquellos tiempos fueron tolerados, apoyados o financiados por las élites económicas europeas", inciden los autores en su texto.

No intervención y una España comunista
Una diferencia radical entre ambos libros es la manera de contar la intervención de las potencias extranjeras en la Guerra Civil y el Comité de No Intervención. Pérez-Reverte cuenta que Francia e Inglaterra "prefirieron mantenerse neutrales", mientras que la Alemania nazi y la Italia fascista "tomaron partido por las tropas rebeldes" y la Rusia soviética intervino activamente "confiando en que una victoria republicana acabaría convirtiendo a España en un país comunista".

La obra ¿Qué fue la Guerra Civil? explica que la participación soviética en la Guerra Civil española se produjo una vez que se comprobó que alemanes e italianos estaban saltándose la no-intervención pactada y que fue menos relevante que la prestada por las potencias nazis. Así, esta obra también explica que EEUU se mantuvo neutral, pero que sus empresas vendieron el petróleo a los militares sublevados vulnerando el contrato firmado con el Gobierno de la República.

Llama la atención, no obstante, la afirmación de Pérez Reverte de que la Rusia comunista creía en una próxima España comunista. Una afirmación difícilmente contrastable. En este aspecto, entra en muchos más detalles la obra editada por Akal que entra a explicar las diferentes posturas dentro de la España republicana sobre la necesidad de defender la República o realizar una revolución.

¿El revisionismo?
La obra de Casado y Fernández Liria denuncia la aparición de historiadores "revisionistas", que se visten de "neutrales". Estos revisionistas se sirven de que en el bando republicano hubiera revolucionarios para mantener que en la Guerra Civil se enfrentaron dos fuerzas igualmente radicales y que solo una minoría luchó por la legalidad del orden republicano, por lo que los dos bandos serían igualmente culpables. La pieza fundamental de esta argumentación es la conocida como Revolución de 1934, que tuvo su epicentro en la cuenca minera asturiana.

No obstante, Fernández Liria y Casado Arenas recuerdan en su obra que "el llamamiento a la insurrección por parte de la izquierda tuvo que ver con la llegada al gobierno de ministros fascistas que admiraban a Hitler y Mussolini". Asimismo, también denuncian que la "simetría" que buscan el revisionismo es "completamente falsa" ya que "los comunistas y los socialistas lucharon por la legalidad democrática, ganaron las elecciones y fue entonces cuando se produjo el golpe de Estado, con la ayuda de los nazis y los fascistas italianos".

"Los partidarios del golpe de Estado, los que lo apoyaron y lo financiaron, eran las élites más ricas del país, dispuestas a aliarse con Mussolini y con Hitler, las mismas que luego sostuvieron la criminal dictadura de Franco durante 40 años. Los protagonistas de los intentos revolucionarios eran las clases populares, inmersas por aquel entonces en una pobreza terrible, obreros y campesinos que luchaban por un poco de justicia social", explican.

De la represión incontrolada a la organizada
Un matiz nada desdeñable que diferencia radicalmente ambas obras es el énfasis que se dedica a esclarecer que la represión del bando sublevado estuvo organizada, controlada y alentada por los dirigentes del golpe de Estado, mientras que la vivida en la parte controlada por el Gobierno republicano se debe al "desorden y a elementos incontrolados" y que las autoridades republicanas, con Azaña a la cabeza, hicieron reiteradas llamadas al orden social.

Así, Pérez-Reverte da buena cuenta en su libro, en el capítulo dedicado a "las atrocidades", de que "en los dos lados se sucedieron las denuncias, los encarcelamientos y las ejecuciones" y hay que esperar hasta el capitulo de la represión republicana para leer que la diferencia entre las represalias franquistas y las republicanas es que las primeras estaban organizadas desde los altos mandos. Casado y Fernández, por su parte, inciden con mucha más fuerza en el hecho de que el Gobierno republicano trató en todo momento de dominar el caos y poner fin a los "ajusticiamientos y venganzas personales".

Un básico más completo
Carlos Férnandez y Silvia Casado incluyen en su edición para jóvenes de la Guerra Civil un buen número de temáticas que apenas sí son mencionadas en el libro de Pérez Reverte. Un ejemplo de ello es el papel de los intelectuales. Si en el caso de Pérez-Reverte se limita a recordar el ¡Viva la Muerte! de Millán Astray a Unamuno y los asesinatos de García Lorca y Muñoz Seca, la obra de Akal dedica un capítulo entero para incluir los casos de mujeres como María Zambrano, Clara Campoamor o Ernest Hemingway.

No obstante, no es el único ejemplo. El libro ¿Qué fue la Guerra Civil? incluye las diferencias en la política cultural de ambos lados, da más información sobre las Brigadas Internacionales y compara con mucho más detalle el protagonismo de las mujeres y la lucha feminista. Así, Pérez-Reverte escribe que los abusos a mujeres fueron más frecuentes en la zona sublevada y que los avances para la mujer que había traído la República fueron eliminados en el franquismo.

Por su parte, Casado y Fernández Liria reconocen el papel de la mujer durante los primeros compases de batalla también como miliciana y prestan una especial atención a mujeres notables como Federica Monseny, ministra de Sanidad en 1936 que defendió el derecho al aborto y llegó a desarrollar un proyecto para su legalización. También recuerda que el ideal femenino del franquismo es el de "servir de perfecto complemento del hombre".

Fuente:
http://www.publico.es/politica/guerra-civil-perez-reverte.html

viernes, 7 de abril de 2017

A 80 años de Jarama, recordando al internacionalista irlandés Charlie Donnelly.




28-02-2017

José Antonio Gutiérrez D.

Hace exactamente 80 años, un día como hoy, terminaba uno de los enfrentamientos más cruentos de la Revolución Española, (?) la Batalla de Jarama. Se calcula que en total unas 17.000 personas perdieron la vida, 10.000 de ellos combatientes del bando republicano que lucharon hasta la última gota de su sangre para frenar el avance de las hordas fascistas de Franco, respaldadas por Hitler y Mussolini. De esos combatientes, 2500 eran internacionalistas que venían de distintos puntos del planeta para contribuir a una lucha que bien lo entendieron, era global. Uno de ellos, era el joven Charlie Donnelly (Cathal Ó Donnghaile en irlandés), poeta, socialista, republicano, muerto a la tierna edad de 22 años.

Charlie Donnelly nació el 10 de Julio de 1914 en un pequeño poblado rural en el condado de Tyrone, en el Norte de Irlanda, llamado Killybrackey, cerca de Dungannon. La rebelión corre profunda en las venas de ese territorio que eventualmente, en las décadas de 1980-1990, se convertiría en el corazón de la resistencia republicana en contra de la ocupación británica. Nació en una familia de siete hermanos, su padre era un pequeño comerciante. A temprana edad, Charlie se acercó a las letras. Estudiaba en la escuela de los Hermanos Cristianos en Dundalk, condado de Louth, cuando comenzó a colaborar en la revista Our Boys (Nuestros Muchachos) de los Hermanos.

Un año después de la muerte de su madre, acaecida en 1927, Donnelly llega a vivir a Dublín con su familia, en los sobrepoblados barrios populares del área de Mountjoy Square, donde las paupérrimas condiciones de vida que tuvo que presenciar, así como el contacto con miembros del ala izquierda del Ejército Republicano Irlandés (IRA) y del grupo socialista Saor Éire (Irlanda Libre), lo convirtieron en un rebelde, lo que le valió ser expulsado del colegio católico al que asistía. Después de haberse iniciado en el oficio de carpintería, logró entrar a hacer estudios universitarios en Historia, Irlandés, Inglés y Lógica, en UCD en 1931. Destacó como un prometedor poeta juvenil en diversas publicaciones literarias estudiantiles. Su actividad política, lo hicieron alejarse de sus estudios, a participar en numerosas actividades de agitación obrera y a enfrentarse a los Blueshirts (camisas azules) en interminables luchas callejeras. En 1934 participó en la formación del Congreso Republicano, que agruparía a los sectores socialistas del antiguo IRA, encabezados por Frank Ryan, George Gilmore y Peadar O’Donnell (cuyo nombre hoy es reivindicado por el Foro Socialista Republicano Peadar O’Donnell). Ahí Donnelly utilizó sus dotes literarias para contribuir en el periódico, llegando por sus dotes como organizador a integrar el Comité Ejecutivo Nacional de esta organización. En esta organización Donnelly también se enamoró de otra militante republicana, Cora Hughes. Luego de un breve período en la cárcel, en 1935 terminó por irse a Londres donde trabajó con la sección londinense del Congreso Republicano.

Dos años más tarde, convencido de que, como decía el anarquista español Buenaventura Durruti, “al fascismo no se le discute, se le destruye”, es que terminó junto a muchos de sus compañeros del Congreso Republicano uniéndose a las filas republicanas españolas para derrotar la sublevación fascista del general Franco. Otros irlandeses también llegaron a tierras ibéricas, los Camisas Azules, para apoyar al fascismo, liderados por Eoin O’Duffy –no debemos jamás olvidar que esta rama fascista en la política irlandesa, fue una de las vertientes que llevaron a la conformación del actual partido de gobierno de la República de Irlanda, Fine Gael. Donnelly había peleado con ellos en Irlanda, y siguió peleando con ellos en tierras ibéricas. Se unió en Enero de 1937 a la Columna Connolly que reunía a los combatientes republicanos irlandeses, comandados por Frank Ryan, columna adscrita a la XV Brigada “Abraham Lincoln”.

El 27 de Febrero, Donnelly participa en un ataque frontal hacia las posiciones fascistas en el Cerro Pingarrón, donde, según él mismo dijo, “hasta los olivos sangran”: ahí fue alcanzado tres veces por el fuego enemigo. Su cuerpo, recuperado por su camarada Peter O’Connor, terminó en una fosa común de combatientes republicanos internacionalistas. Hasta en su muerte, fue uno con sus compañeros de lucha.

En su memoria el grupo Amigos de las Brigadas Internacionales de Irlanda (FIBI), con el apoyo del Foro Republicano Socialista “Peadar O’Donnell”, realizaron un homenaje a este luchador, y a través de él, a los innumerables combatientes por la libertad y a la causa por la que vivieron y en muchos casos, murieron. El acto se realizó en Dungannon los días 24 y 25 de Febrero. Fue una ocasión para aprender, reflexionar, juntarse, recordar y explorar la historia mirando hacia el futuro. El primer día Feargal Mac Bhloscaidh y Tommy McKearney hicieron un recuento de la historia del movimiento obrero y del republicanismo de izquierda en Tyrone. El segundo día, se depositaron flores en el memorial a Charlie Donnelly en Killybrackey, para luego tener unas presentaciones sobre la vida de Charlie Donnelly, discusiones sobre el imperialismo en el siglo XXI a cargo de Eddie Glackin, Declan Bree y Patricia Campbell, discusiones sobre la construcción de una nueva república a cargo de Ciarán Perry, Thomas Pringle y la conocida luchadora de Derry, Bernadette McAliskey. Entre los invitados, tuvimos la oportunidad también de contar con la presencia de dos compañeros venidos desde Madrid para la ocasión: José Manuel Castro, del ayuntamiento de Rivas Vaciamadrid, y Severiano Montero, de la Junta de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI). Ambos compañeros, en sus intervenciones, recordaron la relevancia de la lucha internacionalista ante un mundo cada vez más globalizado. Su presencia, fue testimonio de esa solidaridad que no conoce de fronteras. La jornada cerró con un video documental sobre los crímenes de Tony Blair presentado por el parlamentario británico George Galloway.

En vista al avance de la ultra-derecha en todo el territorio europeo, en medio de una creciente intolerancia que se traduce en seres humanos ahogados en el Mare Nostrum (Mediterráneo), de una islamofobia galopante que el fétido espectro del fascismo utiliza para darse aires de respetabilidad nuevamente, el ejemplo enternecedor de hombres y mujeres como Charlie Donnelly, que lo arriesgaron y lo dieron todo para frenar la pesadilla fascista en seco resuena como un poderoso eco y su ejemplo los hace aparecer ante la historia como gigantes. Aunque los tiempos sean otros, los principios que los animaron y que nos siguen animando, son los mismos. Nunca antes creo que el ejercicio de la memoria ha sido tan necesario como lo es ahora.

jueves, 16 de febrero de 2017

80 aniversario de la “Carretera de la Muerte” Málaga-Almería el mayor genocidio de la Guerra Civil española

Tras la derrota republicana en la guerra civil española miles de refugiados tuvieron que cruzar los Pirineos en “la retirada” para poner a salvo sus vidas. Entre estos se encontraba un grupo de supervivientes de la “carretera de la muerte Málaga-Almería” que tuvieron que huir de Málaga cuando el ejército franquista tomó la ciudad en el año 1937. Lo perdieron todo; su patria, sus casas, su patrimonio, su familia, sus raíces. Se convirtieron en seres malditos que llevaban marcada en el rostro la derrota. Un humillante estigma que hasta hoy los persigue. El gobierno francés les dio “bienvenida” confinándolos en campos de internamiento que era el lugar que se merecían los indeseables “rojos comunistas”. Hoy en día van quedando pocos supervivientes de “la carretera de la muerte” que es considerado por los historiadores uno de las más espantosos genocidios de la guerra civil española.

Se apaga la luz de los últimos testigos que en ese entonces eran apenas unos niños y que hoy ya son casi centenarios. Esos niños escaparon junto a sus padres y familiares esquivando la implacable persecución a que los sometían los fascistas. No sabían qué pecado habían cometido pero la verdad es que en ese juego ellos eran los malos, y los malos deben sufrir un escarmiento.(1)

Aquellas familias republicanas españolas que se refugiaron en Francia pronto se vieron sorprendidas por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. La maldición los perseguía sin darles tregua. La Alemania Nazi usando todo su poderío bélico invadió Francia que cayó casi sin presentar resistencia. Los “rojos” españoles tuvieron (?) que esconderse y pasar a la clandestinidad pues como enemigos de Franco se les consideraba “peligrosos terroristas”. Muchos tuvieron que unirse a las filas de la resistencia; mientras otros cayeron prisioneros a manos de los colaboracionistas de Vichy y la Gestapo. Como castigo los deportaron a los campos de concentración alemanes o fueron devueltos a España donde les esperaba el pelotón de fusilamiento. Por tercera vez las víctimas de la “carretera de la muerte” tenían que escapar del monstruo del fascismo. Muchos de ellos cumplieron heroicas misiones en las filas de la resistencia o en las unidades de guerrilleros españoles ansiosos por cobrarse la venganza (sería luchar por la justicia) y derrotar a Hitler, el padrino de Franco.

Tras la victoria aliada en la Segunda Guerra mundial increíblemente el Caudillo recibió el respaldo de las potencias aliadas. Se iniciaba la guerra Fría y por este motivo se convirtió en una ficha clave para combatir el expansionismo soviético. Los republicanos querían regresar a España y volver a tomar las armas para liberarla del yugo fascista pero fueron traicionados. Ahora tenían que asumir el estatus de exiliados y adaptarse a las leyes de la república francesa. Empezando por fijar residencia, encontrar trabajo y formar una familia. El propio gobierno francés les prohibió intervenir en política además de coartarles el derecho a la libertad de expresión. Seguían siendo “rojos comunistas” elementos muy peligrosos para la seguridad de Francia.

El día 7 de febrero del 2017 se van a cumplir los 80 años del trágico suceso de la “carretera de la muerte Málaga-Almería”. Aunque quedan pocos supervivientes, serán los hijos, sus nietos y familiares más cercanos, junto a las asociaciones de memoria histórica o de derechos humanos y la ciudadanía en general quienes les rindan un sentido homenaje.

La realidad es que pasan los años, las víctimas mueren y tan solo quedan sus testimonios orales, escritos o gráficos como un reclamo póstumo para que algún día se haga justicia. Están decepcionados al saber que van a morir sin que se les recompense moral y materialmente tanto sufrimiento. Resignados piensan que quizás en el más allá la justicia divina castigue a los culpables.

Este es el caso de doña Margarita Roldán González que en ese entonces tenía 12 años tuvo que huir de Málaga junto a su familia a raíz de la toma de la ciudad por las tropas franquistas.

La revolución popular perdió la guerra y el fascismo se alzó con la victoria. Hitler perdió la guerra pero Franco la ganó y vio cumplido el sueño del Fuhrer, su padrino. Un caso único pues increíblemente el caudillo, que se había declarado adalid del anticomunismo, se mantuvo en el poder gracias a la Guerra Fría.

Tras la muerte del dictador se respetó su última voluntad testamentaria y los ciudadanos tuvieron que asumir el papel de súbditos y rendirle pleitesía al rey Juan Carlos I por la gracia de Dios (y de Franco) La bandera rojigualda y la Marcha Real que ayer fueron los símbolo de la España una, grande y libre, hoy son los símbolos imperecederos del reino de España.

Los supervivientes de la “carretera de la muerte” han tenido que callar, mascullar en silencio su derrota. La represión franquista en Málaga -como en casi toda España- fue muy dura y desalmada; estaba prohibido hablar de estos temas en voz alta; ni mucho menos denunciarlos o reclamar a la autoridad competente. Ellos formaban parte de esa morralla de rojos (no entiendo el autocalificativo) traidores y tenían que asumir las consecuencias. Hoy bajo la hégira de esta democracia monárquica -en la que supuestamente imperan las libertades y el estado de derecho- continúan siendo invisibles y discriminados. Solamente con la aprobación de la ley de Memoria Histórica en el 2007 les ha devuelto el alma al cuerpo. Ahora al menos pueden exigir sus derechos, y hablar alto y fuerte señalando a los culpables. Lo que más duele es que a la fuerza se haya impuesto la impunidad.

Quizá lo más crudo es que el genocidio de la Carretera de la Muerte -como sucedió con otros tantos- se intentó ocultar o borrar por completo de la memoria. El régimen franquista no quería asumir la responsabilidad de un crimen tan abyecto. Como católicos se negaban a admitir que habían faltado al quinto mandamiento (“no matarás”). Un holocausto en el que también estaban involucrados el nazismo y el fascismo italiano en una clara intervención de potencias extranjeras -que pretendían mantener en secreto-. Y lo mismo pasó con los republicanos que por vergüenza prefirieron pasar página pues negaron la ayuda urgente que las milicias populares demandaban. Málaga fue abandonada a su suerte pues era un foco muy importante del anarcosindicalismo. Los comunistas y socialistas, y, especialmente, los consejeros rusos nos deseaban que triunfara la revolución popular en Málaga. (Esto es una afirmación muy rotunda que necesita hechos y datos que lo confirmen)

La Amicale des Republicains Espagnols de Midi Pyrénées, y la Amicale des Anciens Guerrilleros Espagnols en France realizan todos los años el día los 6 de junio un acto de homenaje a los republicanos españoles que combatieron en las filas de la resistencia francesa en la Segunda Guerra mundial. Algunos de los cuales fueron detenidos por la Gestapo y los servicios secretos del régimen de Vichy y deportados a los campos de exterminio en Alemania.

En el pueblo de Prayols cerca de Foix (ciudad liberada por la Tercera Brigada de los guerrilleros españoles al mando del comandante Robert el 19 de agosto de 1944) existe un monumento a su memoria de los Guerrilleros Españoles ante el que se le iba a rendir un sentido homenaje con motivo del 70 aniversario de la derrota del nazismo. En la ceremonia participaron autoridades civiles y militares de la república francesa y representantes de la Generalitat de Catalunya.

Los veteranos de las Amicales del sur de Francia aprovechan estas conmemoraciones para matar la saudade o la nostalgia. La mayoría de los asistentes son familiares de los republicanos que participaron guerra (civil) de España y después engrosaron las filas de la resistencia en la Segunda Guerra Mundial.

Al concluir la ceremonia había convocada en la sala de reuniones del ayuntamiento un almuerzo de fraternidad (la mayoría son personas mayores pues parece que a los jóvenes poco les interesa estos temas) en el que suelen degustar la clásica paella, tortillas, chorizo, jamón, vino o sangría. Y a los postres los camaradas interpretan a coro las canciones más famosas de la Guerra Civil como “¡Ay, Carmela!” “a las barricadas”, “anda jaleo”, “el puente de los franceses” o “si me quieres escribir". Es la mejor manera de levantar la moral y compartir unos instantes de júbilo en una época tan falta de compromiso revolucionario. Al menos durante la dictadura franquista había un gran entusiasmo por derribar el régimen y los republicanos españoles exiliados en Francia convocaban grandes manifestaciones antifranquistas.

Fue allí precisamente donde encontré al matrimonio de François y Annie Galy y al señor Antonio Martín, todos originarios de Málaga. El señor Antonio Martín me explicó compungido que era un hijo de la “carretera de la muerte” y que llegó a Francia cruzando los Pirineos a los tres años de edad junto al grueso de su familia. Antes de cruzar la frontera por Puigcerdá una bomba lanzada desde un avión fascista mató a su madre que se encontraba embarazada. Y ya uno se puede imaginar el desconsuelo y el abatimiento de esta familia que jamás logró conciliar la paz en su espíritu. Mientras tomaba largas copas de vino sollozaba desconsolado. Y no es para menos. Antes de acabar la reunión de fraternidad la señora Annie Galy me confesó que ella también era hija de una superviviente de la “carretera de la muerte Málaga-Almería”. Este fue un sangriento episodio acaecido en 1937 cuando la población civil de Málaga aterrorizada ante el avance de las tropas fascistas al mando de Queipo de Llano huyeron despavoridas rumbo a Almería.

La señora Annie me dijo que su madre a pesar de ser ya mayor tenía una prodigiosa memoria y era capaz de narrar todos los detalles de la “desbandá”. Yo le contesté que no sabía de qué se trataba esa “carretera de la muerte”, que desconocía por completo la historia (a pesar de ser hijo de familia malagueña que emigró a Colombia) Esto es algo que me impactó fuertemente; primero por mi ignorancia sobre el tema y segundo porque ningún familiar mío me lo había contado. Así que le pedí a la señora que, por favor, me pusieran en contacto con su madre a ver si la podía entrevistar. Es lamentable que apenas se conozca en España este monstruoso crimen que incluso en la misma ciudad de Málaga muchos lo ignoran.

El señor Martín seguía tomando largos tragos de vino mientras me narraba pasajes de la tragedia de la “carretera de la muerte” que le había relatado su padre. Él no se acordaba de nada pues era tan solo un bebé de apenas 8 meses que llevaba su madre envuelto en una manta para protegerlo de la lluvia de fuego y metralla. Pero en sus ojos de niño de dos años y medio lleva grabada la espantosa muerte de su madre embrazada en un bombardeo fascista. Un demoledor trauma que ha destrozado su existencia.

Muchas de las víctimas han decidido callar, intentando olvidar los trágicos hechos pues el dolor les apuñala el corazón. Además de perder sus seres queridos, les robaron sus propiedades y expoliaron su patrimonio. Es decir les destrozaron por completo su existencia. Condenados al destierro intentaron rehacer sus vidas primero en Barcelona y después en Francia -país al que tuvieron que huir tras la ofensiva de ejército nacional sobre Cataluña-.

Don Antonio prefiere no hablar más, está amargado y toma otro largo trago de vino tal vez para anestesiar sus cuitas. -Voy a cumplir 80 años y yo ya no creo en nada, ni en nadie. Nos han derrotado y este es nuestro castigo- me dice en voz baja. Bueno, yo lo respeto y no insisto más con mis preguntas. Entonces Monsieur François Galy se levanta de la mesa y me entrega una tarjeta con el teléfono de la señora Margarita Roldán González, “la niña de la carretera de la muerte” que reside en Blagnac cerca de Toulouse. -Llámala que ella te contará muchas cosas. Y acto seguido se despide de mí con un fuerte apretón de manos.

Después de varios días me comuniqué con Doña Margarita por teléfono y amablemente me dio una cita en su casa para que charláramos sobre la “carretera de la muerte”

Blagnac es una ciudad situada a pocos kilómetros de Toulouse donde se encuentran las instalaciones de Airbus. A la hora convenida me presenté en la residencia de doña Margarita situada en la calle Allée de Layrac, Este es un pequeño condominio en el que residen muchos trabajadores de Airbus. Toqué la puerta de su casa y me abrió una señora mayor, bajita y de cabello rubio que aparentaba tener unos 80 años. Yo le pregunté si era Margarita Roldan y ella me respondió afirmativamente. -Hemos sufrido mucho pero estamos vivos. Otros miles no pueden decir lo mismo. -Tenía entonces 12 años y ahora tengo 92. Entramos en su casa y me hace sentar en su sala. Entonces sin más preámbulos comienzo el interrogatorio de turno; en principio cargado de preguntas superficiales para ir rompiendo el hielo. De antemano sabemos que tendrá que revivir unos recuerdos bastante desagradables y turbadores.

Por lo tanto dejo mi papel de entrevistador y asumo el de psicoanalista porque es necesario hacer una regresión en el tiempo y desenterrar de su inconsciente esos recuerdos que permanecen congelados en su memoria.

Doña Margarita en ese tiempo era una niña que vivía junto a sus padres y hermanos en el camino de Churriana. Perteneciente a una familia de clase media ya que su padre contaba con un trabajo estable administrando las propiedades de unos ingleses en la Costa del Sol. Ella estudió en un colegio privado de monjas donde, como es de suponer, recibió una educación muy religiosa que hacia especial énfasis en materias tales como coser y rezar (Ese era el papel reservado a las mujeres) Se podría decir que era una privilegiada teniendo en cuenta la situación de pobreza y marginalidad que afectaba a la inmensa mayoría de la sociedad malagueña. Y es que estamos hablando de una época de gran convulsión social en España donde se producía continuos choques entre las diferentes facciones políticas. Una violenta pugna entre los partidos de izquierdas (socialistas, comunistas) la derecha de la CEDA, (falangistas, los monárquicos) y los anarquistas.

Margarita Roldán a pesar de ser todavía una niña ya era consciente de las fatigas y estrecheces que afectaban a la clase obrera y trabajadora. Málaga vivía un proceso prerrevolucionario pues el pueblo estaba decidido a superar las viejas lacras medievales y emanciparse de los poderes fácticos (la iglesia católica, los militares, los banqueros y la burguesía). La clase obrera y el campesinado reclamaban un mayor compromiso al gobierno de la II República para derrumbar las estructuras de una sociedad feudal que se eternizaba. El lumpen proletariado (?) y anarcosindicalistas pretendían destronar la democracia burguesa representada por el centralismo madrileño. De ahí que una de sus reivindicaciones fuera la autodeterminación y la independencia andaluza.

En las elecciones generales del 1936 el FP (Frente Popular) a raíz de los pactos forjados por los partidos progresistas obtiene el 60% de los votos y mayoría absoluta, la derecha del CEDA no logró su objetivo de frenar a las fuerzas de izquierda y tuvo que conformarse con 88 escaños. Una victoria que daba alas a las facciones más radicales del socialismo y el comunismo que propugnaban la dictadura del proletariado, la colectivización de la economía y la abolición de la propiedad privada. Es decir, acrecentar la lucha de clases al mejor estilo de los bolcheviques.

En España corría el rumor de que los militares más reaccionarios preparaban un golpe de estado. Esto no era ninguna noticia nueva pues desde hacía meses que se estaba esperando. Además hubo muchos amagos de sublevación militar -como el caso de la Sanjurjada en 1932 (las continuas asonadas estaban a la orden del día) Los generales Mola (el director), Sanjurjo, Yagüe, Franco y Cabanellas descaradamente conspiraban sin mayores objeciones contra el legítimo gobierno de la república. Buena parte de la derecha, los burgueses, los aristócratas, los empresarios, banqueros e industriales, y el clero que apoyaban no solo moral, sino materialmente la cruzada redentora. Porque había que salvar a España del "caos y la anarquía" en que estaba sumida. Los golpistas eran conscientes que si querían tener éxito debían aplicar los métodos más crueles y sanguinarios.

Métodos genocidas que el ejército español había aplicado en las colonias de Cuba, Puerto Rico, Filipinas o el protectorado español de Marruecos para combatir a la insurgencia.

Había llegado la hora de cortarle la cabeza a esa hidra del marxismo que amenazaba devorar a la santa madre España.

El 18 de julio del 36 los traidores iniciaron el levantamiento en las guarniciones militares del protectorado español de Marruecos. Acto seguido las masas populares en todos los pueblos y ciudades de España se lanzaron a las calles en defensa de la República y de la legalidad democrática. Al grito de ¡Armas para el pueblo! y ¡Poder popular! fueron tomando las posiciones de vanguardia para hacer frente a la sublevación militar

Málaga no fue la excepción pues al romperse el orden constitucional los obreros y trabajadores comenzaron a organizar las milicias populares. A nadie tomó por sorpresa el golpe y una clara prueba de ello es que las JSU ya se habían concentrado con días de antelación en sus locales listos para entrar en combate. El 18 de julio y días posteriores se desató la histeria colectiva en la ciudad. Los milicianos eufóricos disparaban las armas al aire anunciando el comienzo de la revolución proletaria. Hombres mujeres, jóvenes y hasta niños se ofrecían como voluntarios para empuñar las armas o ejercer funciones de intendencia. La lucha de clases al rojo vivo, la colectivización y le pronto advenimiento de la dictadura del proletariado. Doña Margarita recuerda perfectamente como Málaga se movilizaba dispuesta a derramar hasta la última gota de sangre en defensa de la revolución.

El levantamiento en Málaga fracasó porque los altos mandos del ejército, la Guardia Civil o Guardias de Asalto se mantuvieron a la espera de cómo se desarrollaban los acontecimientos y no reaccionaron a tiempo. Entonces los obreros, los proletarios, los trabajadores tomaron los cuarteles y se hicieron con las armas El pueblo enfurecido atacó las casas de la oligarquía, asaltaron sus propiedades, las industrias y empresas ansiosos por tomar el poder contra la casta explotadora y defender la legalidad republicana.

Cada uno de los partidos políticos, los socialistas, comunista, los sindicalista CNT- FAI (que firmarían un pacto con la UGT) las juventudes socialistas, la Unión Republicana se implicaban por liderar la defensa contra la insurrección. Tenían claro que debían superar las viejas rencillas que los separaban, por ello debían unirse en esos momentos tan críticos. Para proteger la revolución (? la legalidad republicana) se organizó el Comité de Salud Pública y los Tribunales Populares. Se instituyó por ley la colectivización y la abolición de la propiedad privada, las teorías del socialismo utópico y del anarquismo libertario. Hombres y mujeres trabajadoras codo con codo, sin el prejuicio patriarcal. Reivindicar el papel de la mujer y sus derechos. Con las armas en la mano en la defensa del poder popular. Aunque muchas de esas armas eran obsoletas y hasta inservibles todo lo (pretendía) suplía su gran entusiasmo y la más alta moral. Desde luego que estaban dispuestos a combatir en primera línea de fuego.

Porque había que agudizar las contradicciones, acelerar el fragor de la lucha de clases e intimidar a los señores feudales; los oligarcas, aristócratas, al clero y los terratenientes que pretendían perpetuar sus privilegios. El lumpen proletariado ocupaba el escalón más bajo de la sociedad sometidos a la más vil servidumbre. Un proceso de emancipación al que la República se había negado a secundar. Como es el caso de la tímida Reforma Agraria.

Se sospechaba que las unidades de África sublevadas como la Legión y los Regulares podrían desembarcar en cualquier momento en Algeciras (ciudad controlada por los fascistas al mando del Coronel Coco Rodríguez). Como así sucedió cuando la flota franquista rompió el bloqueo impuesto por los republicanos en las aguas del estrecho de Gibraltar. Ahora Málaga estaba en el punto de mira por su posición estratégica en el Mediterráneo occidental.

Los golpistas contaban con la inestimable ayuda de Hitler y Mussolini. Con los Junker-52 de la Luftwaffen se realiza el puente aéreo (el primero de la historia) para trasportar desde el protectorado de Marruecos a la península unos cuantos a miles de soldados. Las tropas nacionales desembarcan en Sevilla y se ponen a disposición del General Queipo de Llano que asume el mando del Ejército del Sur. Se da entonces comienzo a la “nueva reconquista” igual a la epopeya de don Pelayo en Covadonga –forjador de la “nación española”- A finales del año 36 los rebeldes avanzan imparables tomando infinidad de pueblos de la provincia de Sevilla y Córdoba y se acercan peligrosamente a Málaga. Ciudad en la que se va a desarrollar uno de los capítulos más dramáticos y más sangrientos de la guerra.

Al romperse el frente de la provincia de Sevilla y de Córdoba la población civil compuesta en su gran mayoría por campesinos, peones y jornaleros que huyen despavoridos con dirección a Málaga. Son miles y miles de desplazados que buscan asilo en una ciudad que no tiene capacidad suficiente para enfrentar tamaña tragedia humanitaria. Faltan refugios, medicinas y centros hospitalarios. (alimentos e intendencia)

El hambre azota Málaga, se multiplican las restricciones; no hay electricidad, ni gasolina, ni víveres. “Málaga la roja” estaba rodeada por tierra mar y aire.

El general Queipo de Llano -jefe de del ejército del Sur- desde los micrófonos de Radio Sevilla pronunciaba incendiarios discursos cuyo fin no era otro que aterrorizar a los pueblos y ciudades que se negaban a someterse: “Españoles, el ejército con su movimiento arrollador y victorioso ha de acabar en breve con el anarquismo, el marxismo y todas esas doctrinas criminales asentadas en los engañados campesinos de Andalucía. Estamos decididos a aplicar la ley con firmeza inexorable. Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río ¡id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros. ¡Sí, canalla Roja de Málaga! Esperen a que llegue allí dentro de diez días. Me sentaré en un café de la calle Larios, bebiendo cerveza, y por cada sorbo mío, caeréis diez. Habría que poner un cartel con la inscripción de “aquí existió Mérida” (?) Sabed que no voy a dejar con vida un solo habitante.

Eugenio Entreambasaguas de Unión Republicana era el alcalde de Málaga. Tenía fama de ser un hombre honesto y justo e incluso ayudó a muchas familias derechistas a evadirse. Se le atribuye la célebre frase: “Dejad que entren los fascistas que la revolución los absorberá”. Tras la toma de Málaga por los nacionales valientemente se mantuvo en su despacho pensando que por ocupar tan alto cargo sería respetado. Pero de inmediato fue detenido y enviado a prisión. Al cabo de un par de meses se le sometió a un juicio sumarísimo y condenado a muerte por decisión del fiscal Carlos Arias Navarro-mejor conocido como el “carnicero de Málaga”

Doña Margarita recuerda perfectamente las alocuciones radiofónicas de Queipo de Llano pues su padre tenía una radio y la familia entera toda las tardes se sentaba en la sala a escuchar las noticias. En la cabeza se le han quedado grabadas las palabras de aquel siniestro general que prometía un horrible escarnio al pueblo de Málaga. ¡Canalla roja de Málaga, id preparando las mortajas! ¡Rendíos y entregad las armas!. Esas palabras los ponían a temblar de espanto. Sobre todo, cuando nombraba a su tío Miguel de Haro que participaba en los comités de resistencia.

Las noticias no podían ser más preocupantes pues los frentes republicanos en las provincias de Córdoba y Sevilla se derrumbaban ante el implacable avance de los sublevados.

Málaga en ese entonces tendría unos 190.000 habitantes- a los que había que sumar 50.000 refugiados de los pueblos aledaños y de otras provincias andaluzas. Las milicias populares compuestas por unos 30.000 efectivos al mando del coronel Villalba se aprestaban a enfrentar al ejército nacional construyendo bunkers, trincheras y barricadas. Todos los partidos políticos a pesar de sus diferencias tenían que unirse codo con codo en la defensa de la ciudad que iba a ser sometida a un cerco implacable.

A su favor contaban con la abrupta geografía malagueña que les ofrecía una ventaja adicional. Pero carecían de armamento en condiciones; les faltaban ametralladoras, fusiles modernos, morteros o artillería pesada, ni defensa antiaérea y menos una aviación que neutralice los bombardeos de las escuadrillas de aviones enemigos. Y como si fuera poco carecían de reservas de municiones.

Málaga llevaba meses bombardeada por la aviación franquista con el propósito de debilitar la resistencia y desmoralizarlos. Los cuarteles, polvorines y depósitos de combustible eran los principales objetivos a batir. Doña Margarita narra cuando al escuchar las campanadas de las iglesias toda la familia buscaba protección en los refugios antiaéreos improvisados en el sótano del edificio donde residían. Cuando terminaba el raid de castigo ella salía a comprobar lo que había pasado y se encontraba con un panorama dantesco: casas y edificios demolidos donde los socorristas intentaban sacar a los sobrevivientes y retirar a los muertos, Esta carnicería contra la población civil desata el odio y la venganza y comienza la persecución a los más destacados miembros de la alta sociedad y los señoritos de la derecha. Quienes caen en manos de los milicianos son conducidos de inmediato al paredón de fusilamiento.

En los montes de Málaga se despliegan más de 15.000 legionarios del Corpo Truppe Voluntarie o Camisas Negras -enviados expresamente por el duce Mussolini- al mando del general Mario Roatta- Traen unidades mecanizadas, tanques, vehículos ligeros, lanzallamas y artillería pesada. Procedente de Fuengirola se aproximan las seis columnas del coronel Borbón, Duque de Sevilla, con 10.000 Regulares del ejercito de Marruecos y 500 jinetes de la caballería de Tetuán, tiradores de Sidi Ifni (gleba musulmana obligada a enrolarse en las filas de los colonialistas españoles), los legionarios del Tercio, tropas de élite fascista apoyados por la Legión Cóndor y la Aviazione Legionaria Italiana (67-100 aviones) en una operación coordinada por Franco, Mario Roatta y Queipo de Llano.

La gente se estremece de espanto pues corre el rumor de que están a punto de entrar en la ciudad los Regulares Marroquíes que tienen fama de carniceros y violadores ¡ya vienen las bestias! ¡Ya vienen los moros! saben que los pasarán a cuchillo tal y como lo dijo Queipo del Llano por la radio. “¡Voy a hacer un cocido de patatas con todos los del Perchel!

La población civil presa del pánico se lanza al caótico éxodo (lo bautizaron como “desbandá” o “espantá” como si se tratara de una manada de potros desbocados) El Coronel Villalba, jefe militar de Málaga, lanza la orden de evacuar la ciudad. Con sus unidades se dirige a Nerja para consolidar las posiciones y preparar un “arrollador contraataque”. En su apresurada huida deja una maleta en su oficina en la que se encuentra escondida la mano incorrupta de Santa Teresa -que le han entregado las religiosas de las Carmelitas Descalzas de Ronda para que la ponga a buen recaudo. Reliquia que recuperan los soldados del Coronel Borbón, duque de Sevilla, que se la ofrecen de presente a Franco. El Caudillo la adopta como un fetiche protector que lo acompañará hasta su lecho de muerte (cuando el anciano dictador estaba agonizando en el hospital de la Paz pidió que se la trajeran a ver si se obraba un milagro). El poder sobrenatural y milagroso de la mano de la santa iba a guiar al Caudillo en la sabia conducción de la patria.

Desde el Ministerio de la Guerra en Madrid ordenan a Villalba que regrese a su puesto en Málaga. Pero se niega aduciendo que todo esfuerzo es inútil pues la plaza ya ha sido tomada. Málaga se derrumba entre estertores de espanto.

Las cañoneras Cánovas del Castillo y Canalejas entran al puerto y finiquitan la conquista de la ciudad. Los fascistas desembarcan y entran a bayoneta calada a cobrarse el botín de guerra. No hay apenas resistencia, solo un puñado de valientes permanecen en las trincheras a pecho descubierto y casi sin munición. Tenían que defender con sus vidas los derechos conquistados por la clase obrera y trabajadora. De esta forma se escribe la última página de la utopía revolucionaria de “Málaga la roja”.

Ya están marchando los fascistas con sus banderas y estandartes por el paseo de la Alameda y la calle Larios, Las tropas italianas o camisas negras se abren paso dando vivas a Mussolini y a Franco. El duque de Sevilla a la grupa de su brioso corcel encabeza los batallones de falangistas y Regulares.

Los barrios populares no tardaron en desocuparse y en medio del caos intentan llevarse sus pertenencias; las cosas de mayor valor se las echan a los hombros o a lomos de caballos, mulas o burros; los más pudientes en carros y camiones o coches que se apresuran a salir de la ciudad para emprender el camino con dirección a Almería.

La caída de Málaga fue fruto de una traición (?) pues se les denegó auxilio a sus defensores que exhaustos agotaron hasta la última bala, El gobierno central no les envío las armas, las municiones o las tropas de refuerzo que solicitaban con desesperación (2)

Mezclados con los civiles marchan también los milicianos desertores y todos los que temen ser represaliados como políticos, sindicalistas, o simpatizantes del FP. Dos batallones comunistas y otro de anarquistas cubren la retirada.(3) Llegan noticias de que los nacionales han ocupado Vélez y bloquean el paso a Almería. Se teme una sangrienta celada. La marabunta se abre camino; hileras e hileras de seres ensombrecidos en cuyos rostros desencajados reflejan la desesperación y angustia, una masa humana indefensa, pegados los unos a los otros como corderos que llevan al matadero, Pasan también camiones atestados de gente, coches, y bestias de carga o carretas. Los novios de la muerte les pisan los talones. Caminaban de noche para no ser localizados por los barcos y los aviones y duermen por el día escondidos entre los riscos y peñascos para atenuar las inclemencias climatológicas. Presas del hambre se alimentaban de caña de azúcar o higos chumbos y para calmar la sed tuvieron hasta que beberse el agua del mar.

Se calculan que entre 100.000 a 150.000 personas -según diversas fuentes- escaparon de Málaga (Aunque lo cierto es que el éxodo comenzó con semanas de anticipación) No solo se cuentan los residentes de la capital y sus alrededores, sino también los desplazados de otros pueblos de la propia provincia de Málaga, de Sevilla o de Córdoba.

Astutamente el régimen franquista intentó culpabilizar al ejército republicano del holocausto aduciendo que “los bandidos rojos se mezclaron con la población civil utilizándola de escudos humanos”. Lo mismo sucedió en el bombardeo de Guernica cuando los franquistas acusaron a los gudaris vascos de haber quemado la ciudad “la tea incendiaria es la de los que trataron de quemar vivos a los defensores del Alcázar de Toledo” (4)

Doña Margarita revive con claridad ese momento en que su madre le dice que tienen que partir.-ocultándole la extrema gravedad de la situación- Entonces se pone unos zapatitos de charol y el vestido dominguero y sale apresurada junto a los 15 miembros de su familia; padre, madre, hermana, abuela, tíos y primos. Ellos pensaban que todo este maremágnum pronto se calmaría así que su padre se las arregló para permanecer un par de días en un hotel en las afueras de Málaga. Era impensable que ellos abandonaran su casa con todas sus pertenencias. Se fueron con lo puesto sin imaginar siquiera que iban a pasar 80 años de ausencia. Vídeo: https://youtu.be/xaLdDUjXpkY

Legionarios del Tercio, "los novios de la muerte" sedientos de sangre allanaban las casas y lo edificios en busca de la “canalla roja”, los Regulares yihadistas (Franco les prometió el paraíso) con sus cuchillos afilados se preparaban a degollar a esos ateos y apóstatas que ofendían a Jesucristo (su amado profeta) ¡que vienen los moros! La gente gritaba y corrían como almas que lleva el diablo. Las palabras de Queipo de Llano (el pionero del terrorismo mediático) retumbaban en su cerebro: “Nuestros valientes legionarios y regulares han enseñado a los rojos lo que es ser hombres. De paso, también a las mujeres de los rojos, que ahora por fin han conocido hombres de verdad y no castrados milicianos”

El 7 de febrero de 1937 los Nacionales emiten un parte de guerra extraordinario: “siendo las 7 horas 30 minutos nuestras tropas atraviesan el Guadalmedina. El enemigo derrotado huye en desbandada en dirección a Motril perseguidos por nuestros valientes soldados”

Una masa humana indefensa que marchan apretujados los unos contra los otros para darse protección; pálidos, resignados y con la cabeza gacha barruntan la derrota. Solo se escucha como arrastran los pies levantando el polvo de los caminos al compás de un mantra fúnebre que estremece el alma.

El Baleares y el Canarias disparan sus baterías a discreción apuntando hacia la costa del Mediterráneo por donde transita un hormiguero de personas. Caen los proyectiles entre la multitud dejando cuerpos despedazados de hombres mujeres y niños, pues la muerte no hace distinciones. Los obuses golpean la ladera de la montaña y desprenden enormes peñascos que aplastan a los inocentes. Doña Margarita se tapa los oídos para no escuchar sus gemidos y lamentos. Esas dantescas escenas no se las puede quitar de la cabeza. Sobre todo, el olor de la sangre que es penetrante y provoca nauseas. Luego las nubes de moscas amortajaran los cadáveres para que los ampare la luz perpetua. Y la muchedumbre sale corriendo despavorida en busca de un sitio donde guarecerse y esquivar las bombas. En la caravana vienen también viejos que se apoyan en bastones, ciegos con sus lazarillos, paralíticos en silla de ruedas, niños tiernos y bebes en el regazo de sus madres. Es demasiado sufrimiento el que padecen y lo peor es que nadie les presta ayuda. En el cielo no solo los persiguen los aviones sino también los cuervos, bandadas de cuervos ansiosos por darles el beso de la muerte una vez que caigan de bruces al suelo. ¿Dónde están los refuerzos que prometió enviar el gobierno republicano? ¿y las armas? ¿y las unidades de refresco? Fusilados contra ese paredón en que se han convertido los montes de Málaga y del que no pueden escapar por lo agreste de la geografía. ¡Ya vienen los moros bajando por Granada! Un soldado desenfunda su cuchillo y se degüella antes de caer en manos de las hienas fascistas. Algunas personas no pueden resistir la carnicería y prefieren regresar a Málaga donde son detenidos, encarcelados y, en la mayoría de los casos, fusilados bajo la acusación de “auxilio a la rebelión”.

La oficialidad y la marinería del Canarias se entretienen practicando el “tiro al rojo” y cada vez que dan en el blanco celebran sus hazañas. De repente se escucha un silbido seco y un obús que impacta estruendosamente muy cerca de donde se encuentra la familia de Margarita Roldán dejando varios muertos y heridos desparramados por el suelo. Un trozo de metralla le ha quitado la cabeza a una niña que llevaba su madre en hombros. Una escena provoca escalofríos cuando ella la narra con toda su crudeza. La mujer chillando se niega a soltar el cuerpecito decapitado de su hijita que se sumerge en un charco de sangre. ¿Cómo es posible aguantar tanta ignominia? Son recuerdos muy traumáticos y doña Margarita balbucea y se queda en silencio como si estuviera viendo a esa hermosa niña allí martirizada en la sala de su casa. Todo es tan real que se echa las manos a la cabeza y entre sollozos grita: ¡que injusticia!

Las víctimas y sus familiares resignados no paran de darse golpes en el pecho, o cabezazos contra el muro de las lamentaciones. Los embarga la impotencia al comprobar que todos esos crímenes han quedado completamente impunes. Algo que nos deja estupefactos. No es Guernica la ciudad mártir vasca, es la “carretera de la muerte” que representa 10 o 20 Guernicas y a la que su hijo predilecto Picasso nunca le dedicó ni un mísero garabato.(5)

La contrarrevolución ha triunfado y se inicia una brutal represión contra los milicianos y los simpatizantes de izquierda. A la menor sospecha son detenidos. Los fascistas tomaron 10.000 prisioneros muchos de los cuales serán condenados al cadalso por los tribunales especiales.

Doña Margarita no puede creer que hayan pasado ya 80 años, 80 años desde que la expulsaron para siempre junto a toda su familia de la tierra que la vio nacer. Se dice fácil pero son décadas y décadas de desarraigo. Primero como refugiada en Barcelona, luego como exiliada en Francia y ahora como ciudadana francesa. Porque se vio obligada a echar raíces en tierra extraña; se casó con otro refugiado republicano y formó un hogar. A la fuerza asumió su destino en un intento por integrase en la sociedad de acogida. Pero ella a pesar de los 80 años de extrañamiento sigue siendo andaluza hasta la médula. Tan solo hay que escuchar su marcado acento malagueño. ¿ustedes querían regresar a Málaga? -Le pregunto- Imposible. Su casa fue destruida por los bombardeos y si su familia hubiera vuelto seguramente que los habrían represaliado. Al menos se salvaron de soportar cuarenta años de férrea dictadura franquista. –Un verdadero viacrucis que al menos se quitaron de encima. Poco le importa la actualidad y realidad española, hasta el punto que ignora que el alcalde de Málaga es Francisco de la Torre, perteneciente al PP y que ocupó el cargo de presidente de la Diputación Provincial de Málaga durante el último período franquista, Por lo tanto también es cómplice de la masacre de la “Carretera de la Muerte” pues juró los principios fundamentales del Movimiento. Jamás este individuo ha expresado en público una condena por tan execrable crimen. Tampoco doña Margarita sabe que muchos sevillanos consideran a Queipo del Llano un héroe (el caudillo le impuso la Gran Cruz laureada de San Fernando en el pecho) y que está enterrado en una capilla en el santuario de la Virgen de la Macarena en Sevilla. (Virgen que lleva una cinta con su nombre) Al escuchar estas revelaciones inclina la cabeza y se tapa la cara con las manos -¡lo que hay que ver! si este sinvergüenza no es más que un vil asesino, ¡un vil asesino…!

La señora Margarita hace gestos como imitando con sus manos el vuelo de los aviones que vienen volando entre las nubes preparados a lanzarse en picado cual feroces águilas metálicas. ¿Cuántos han caído? Ni se sabe ¿quién los va a contar? si no son más que la canalla roja que merecen ser aplastada como chinches. Quién va a echar de menos a esos ignorantes “catetos” (como los llaman despectivamente los señoritos) miserables obreros y campesinos que no vale ni una perra gorda. Nada de nada, sus cuerpos quedan allí tendidos en la carretera hasta que vengan los buitres, los perros o las ratas a darse el festín en ese macabro banquete. Una carnicería en la que se mezclan los trozos de animales y de seres humanos. ¿Tal vez un alma caritativa se atreva a enterrarlos en una fosa común o tirarlos al mar para borrar las huellas de tanta infamia?

El Coronel Borbón, duque de Sevilla, expresó exultante: “hemos venido en nombre de España a salvar esta ciudad del yugo rojo por la gloria de Dios y del Caudillo”

Las Almas en pena huyen despavoridas y lo único que piensan es en acortar lo más rápidamente posible los 219 kilómetros que los separan de Almería (una de las pocas ciudades andaluzas que se mantienen fieles a la república) Es una carrera de fondo en la que los más débiles son eliminados. Los viejos, los enfermos son los primeros en doblar las rodillas y caer rendidos, un bebé intenta calmar su hambre mamando leche del seno de una madre muerta. Es el apocalipsis: de entre la multitud surge una mujer enloquecida que se tira desde un acantilado para ahogarse en el mar, un hombre dispara su pistola y mata a su familia para luego pegarse un tiro en la sien.

La larga hilera de fugitivos se extiende por kilómetros y kilómetros, parece más bien una procesión de espectros. Como decía doña Margarita ¿Dónde está Dios, ese Dios todopoderoso al que tanto le rezaba en el colegio de las monjitas?

Nadie tiene piedad de ellos, nadie oye sus suplicas. Levantan los brazos al cielo implorando clemencia y la única respuesta son más bombardeos y ametrallamientos. Tan solo son unos pobres campesinos, jornaleros, obreros, proletarios ¿quién va a reclamar por ellos? ¿Cuántos han muerto? ¿3000, 5000, 8000?

La orden emitida por el bando fascista era bien clara: “Aniquilar sin concesiones todas las personas que se encontraban en el territorio”

La Andalucía rural también sufrió un desgarrador genocidio. Los fascistas eliminaron la mala hierba del campo, es decir, aquellos campesinos y jornaleros que reclamaban “tierra y libertad”. Facciosos anarquistas, socialistas, comunistas que pretendían expropiar la tierra a los terratenientes. De esta forma se aniquiló la revolución campesina vinculada al comunal y la colectivización de la economía

A la altura de Nerja son detenidos aproximadamente 10.000 fugados por las Camisas Negras italianas que de inmediato les obligan a regresar a Málaga. A partir de ese instante la carretera queda cortada.

Hasta hace poco años en el cementerio de San Rafael los familiares de los represaliados no se atrevían ni a colocar una cruz sobre la fosa común donde se encontraban enterrados los restos de sus seres queridos. Todavía tiene miedo que venga la Guardia Civil a tomarles declaración. El terror se ha inoculado en su sangre y les han colocado un bozal para que permanezcan callados. Les toca rezar al difunto encerrados en sus casas, encenderle velitas a la foto amarillenta de su padre, de su madre, del abuelo o del hijo y rezar un responso por su alma. Rezar en silencio, claro, no vaya a ser que alguien se entere de que en la familia hay uno de esos rojos de la antiespaña.

Los aviones alemanes e italianos van y vienen en constantes oleadas decididos a cumplir la sentencia bíblica. Y lanzan su lluvia de fuego inmisericorde como la que destruyó las ciudades malditas de Sodoma y Gomorra. No hay duda que han ofendido a Dios padre todopoderoso y deben pagar su tributo en Sangre. El olor putrefacto que emana de los cadáveres mutilados y las vísceras en descomposición es insoportable. Es el olor de la muerte que perfuma la carretera de la muerte. La procesión es incesante, un interminable gentío en el que hay hasta ciegos, paralíticos en silla de ruedas, huérfanos, viudas, niños que berrean o perros que ladran.

Las caravanas cruzan por Torre del Mar, Vélez-Málaga, Nerja, Almuñécar, Motril, Adra, llevan cinco o seis días de viaje, una semana para los más lentos, todos allí empujados por esa ola gigantesca de seres humanos, de animales, burros, mulas, caballos, cabras, carretas, coches que transitan por esa carretera de gravilla que muele la suela de los zapatos, de las alpargatas, de las sandalias de esparto. Muchos llegan a su destino descalzos, con los pies hinchados cubiertos de llagas y ampollas. Los más viejos ya no aguantan más las fatigas agonizan abrazados a sus deudos.

El llanto de los niños no cesa, ¡mamá! ¡papá! Los alaridos de las madres que pierden sus hijos: ¡Ay Juanito! ¡Ay Joselito! ¡Ay Pepita! No hay caso, y, muy a su pesar, deben continuar la marcha pues las tropas fascistas les pisan los talones. Y todo el mundo se aprietan fuertemente las manos para sentir el calor de sus seres queridos que es lo única luz que los guía.

Carlos Arias Navarro de FE de las JONS, primer marqués de Arias Navarro y grande de España, espía infiltrado en sitio de Málaga, fiscal militar franquista que se encargó de los juicios sumarísimos y de firmar las condenas a muerte. El último Presidente de Gobierno. Se ha demostrado fehacientemente que entre los años 1937 y 1957 el número de víctimas de la represión franquista sobrepasó los 17.000. Muchos de los cuales sufrieron torturas antes de ser enviados al paredón de fusilamiento. La prueba palpable de este demencial holocausto es la fosa común existente en el cementerio de San Rafael donde están enterradas 4.571 víctimas. Esta es una de las mayores fosas comunes de toda Europa occidental.

Antes de que se construyera en el cementerio de San Rafael el memorial en forma de pirámide en honor a las víctimas de la represión franquista, sus deudos con sigilo dejaban pequeñas cruces con sus nombres señalando el lugar donde estaban enterrados. Con mucho sigilo quiere decir que todavía tienen miedo a que los identifiquen como parientes de un “rojo “despreciable.

Pero no podemos quedarnos en lo superficial y lo anecdótico, así que debemos aplicar las técnicas del psicoanálisis para realizar una regresión y obtener una confesión lo más cercana a la realidad. Aunque parezca mentira a pesar de haber pasado tantos años mucha gente prefiere permanecer en silencio. No quieren hablar por si acaso les puede pasar algo a ellos o a sus familiares.

Como es el caso de la propia hermana menor de Margarita Roldan, también superviviente de la “carretera de la muerte”, que desde hace décadas se encuentra en tratamiento psiquiátrico. Sin saber muy bien el por qué se echa a llorar, se encierra en sí misma, no quiere que le hablen de España, ni de Málaga. La “carretera de la muerte” la mató en vida. ¡80 años de tortura psíquica! ¿Cuántos otros están en las mismas circunstancias? Muchas víctimas perdieron la cabeza, sufrieron un tremendo shock y están traumatizadas, les golpea los problemas mentales; depresión, intentos de suicidio, angustia existencial o pérdida de la estima.

Los historiadores en base a los testimonios de los supervivientes y a los documentos encontrados en los archivos cifraban entre 100.000 y 150.000 personas las que escaparon de Málaga. Pero ahora según nuevas investigaciones llevadas a cabo por Andrés Fernández y Maribel Brenes (descritas en su libro “Éxodo Málaga a Almería”) su número podría elevarse a más de 300.000.

Uno de los pocos que se acercaron a socorrer a las víctimas del holocausto fue el médico canadiense Norman Bethune que a bordo de una camioneta de la Cruz Roja llegó a prestarles los primeros auxilios. Según cuenta este doctor el sufrimiento de los heridos era tan atroz que las raciones de morfina se agotaron. También sucedió lo mismo con las bolsas de sangre para hacer las trasfusiones. En un vano intento por salvar a los heridos que presentaban terribles traumatismos improvisó un quirófano en el que iba cortando con un serrucho los miembros desgarrados por la metralla. El Dr. Bethune fue un fiel testigo del genocidio que narra a la perfección en su libro titulado: “el crimen de la carretera de Málaga a Almería”. En las que se incluyen fotografías de su ayudante Hazen Sise.

La caravana cuando se acercaba a algún pueblo se encontraba con las puertas de las casas cerradas a cal y canto. Nadie quería verlos, ni hablarles, ni mucho menos ofrecerles siquiera un plato de comida. Aterrorizados preferían mantenerse al margen antes de que los acusaran de simpatizar con los comunistas. Algo que indudablemente podría costarle la vida.

La ciudad de Almería, que en esa época tendría unos 55.000 habitantes, en unos cuantos días casi que triplicó su población Los refugiados agotados por la extenuante marcha buscaban la plazas, los parques o cualquier rincón para descansar.

La muchedumbre reclamaba a los vecinos que tuvieran piedad y les dieran algo de comer. La gente les tiraba mendrugos de pan, les daban cantaros de agua o mantas para cobijarse del frío. Llegaban harapientos, con los pies molidos y la moral por los suelos. Al cabo de unos días hacinados en unas improvisadas barracas por la falta de limpieza empezaron a atacarlos las plagas de piojos, chinches y garrapatas. Algo que los torturaba más que los propios bombardeos. Pero allí no acababa su viaje puesto que la situación en Almería era igualmente muy tensa a causa de los bombardeos de la aviación nazi. Así que no tuvieron más remedio que dirigirse hacía Levante y Cataluña en busca de un lugar de asilo donde paliar su miseria.

Balbino Santos Oliveira, obispo de Málaga, pronunció un emocionante tedeum solemne de agradecimiento al glorioso ejército nacional por haber liberado Málaga del “ateísmo dictatorial” Se hicieron presentes en la catedral las autoridades civiles y militares que de rodillas comulgaron demostrando así su inmenso amor por Dios. El obispo con un hisopo asperjó con agua bendita la tierra mancillada por la “canalla roja”.

Es necesario señalar públicamente a los culpables, dar los nombres y apellidos de los que cometieron este horripilante genocidio. Porque estamos hablando de la mayor matanza de la Guerra Civil y no puede banalizarse o convertirse en una mera anécdota de las tertulias. No podemos ser tolerantes con este crimen de lesa humanidad, pues aunque los responsables estén todos muertos, sus cómplices y descendientes aún viven y gozan de todos los privilegios.

Vamos a ser imparciales y pensar que el Rey Juan Carlos –que juró los principios fundamentales del movimiento- desconocía por completo el prontuario criminal del franquismo. Porque de lo contrario también se convertiría en cómplice.

Durante la dictadura franquista estaba prohibido hablar de ciertos temas referentes a la Guerra Civil. La única versión oficial pertenecía al bando vencedor.

Lo demás eran calumnias inventadas por los “rojos” para desacreditar al glorioso Movimiento Nacional. A tal grado llegó la tensión que la cúpula militar amenazó con boicotear el proceso de transición democrática. “Recordad que si hay mártires son los nuestros; los de Paracuellos o los del Cuartel de la Montaña”

Lo cierto es que poco le importa al pueblo malagueño lo ocurrido en la “carretera de la muerte” Se ha aplicado la filosofía de: “Hay que dejar que sanen las heridas para que no nos envenene el rencor”. Se ha impuesto por ley la amnesia colectiva. En las últimas elecciones municipales la ciudadanía votó mayoritariamente por la derecha del PP. Es decir, los herederos del franquismo: familias acaudaladas, empresarios, banqueros e industriales que en muchos casos gozan de los bienes y el patrimonio expoliado a las víctimas de la “carretera de la muerte”.

Doña Margarita me hace un gesto con la mano para dar por finalizada la entrevista. Ya está bien de desenterrar el pasado y ahora prefiere regresar al presente: Monsieur, c’est suffisant. Je suis très fatigué.

El Rey Felipe VI, Capitán General de los ejércitos, no se cansa de repetir en sus discursos que condena los actos de terrorismo y que defiende la paz y la justicia. Cumplidamente todos los viernes santos la Legión saca el Cristo de la Buena Muerte en andas aplaudidos por miles de personas que se congregan en la Semana Santa malagueña. Los novios de la muerte soberbios marcan el paso mientras en las fosas comunes los cadáveres se retuercen de rabia. La estatua del marqués de Larios -que tras la proclamación de II Republica acabó en el fondo de las aguas del puerto- preside una de las plazas más emblemáticas de la ciudad como símbolo del infinito poder de la aristocracia y la oligarquía.

En el año 2008 el juez Garzón imputó -vía Audiencia Nacional- a 35 altos cargos del franquismo, que se rebelaron contra el orden constitucional, por crímenes contra la humanidad, exterminio sistemático y desaparición forzada cometidos en la Guerra Civil. Garzón fue acusado de prevaricación (dictar una resolución a sabiendas que es contraria a derecho) y juzgado por el Tribunal Supremo. El fiscal del reino de España calificó un disparate abrir una causa general contra el franquismo cuando los hechos están prescritos y perdonados por la Ley de Amnistía de 1977. Como epílogo el poder judicial suspende a Garzón por investigar los crímenes del franquismo.

 “Nosotros considerábamos que la pieza capital de esta política de reconciliación nacional tenía que ser la amnistía ¿Cómo podríamos reconciliarnos los que nos habíamos estado matando unos a los otros, si no borrábamos ese pasado de una vez para siempre?”
--Marcelino Camacho, Partido Comunista de España. Ponente de la Ley de Amnistía 1977.
 La ley de Amnistía es contraria al derecho internacional.
 El crimen de la “carretera de la muerte” aún no ha prescrito.

Carlos de Urabá

Notas:
(1) No suele ocurrir con frecuencia, al contrario, y estos republicanos eran buenos, muy buenos y por eso sufrieron la persecución y la injusticia de los auténticos malvados.
(2) Madrid se defendía también con grandes dificultades y pocas armas, con el frente en la Casa de Campo. Ante esta situación no es fácil retirar del frente para enviar a Málaga, ni tropas, ni armas, de las que carecían y necesitaban para su defensa.
(3) Esos dos batallones de unos y el otro, ¿de dónde salen? del pueblo. Fue el pueblo llano el que dio la vida por la República, son gente que no vienen de ninguna parte, como en Madrid se formó el V Regimiento para defender la República, no llegaron de fuera. Aunque las Brigadas Internacionales supusieron una gran ayuda.
(4) No considero pertinente traer a colación estas citas, que son patrañas de los autollamados nacionales: ellos siempre han mentido y Guernica, que ya está suficientemente estudiado es un ejemplo de esa cadenas de mentiras, que comienza con negarlo, sigue con acusar a los republicanos, continua con acusar a los alemanes desde el extranjero, cuando los aviones no tenían para ello suficiente radio de acción. Cuando, a fuerza de pruebas, aceptan que fue la legión Condor, continúan negando que fuesen ellos -los sublevados- los que dieron las órdenes.
(5) Picasso, que vivía en París desconocía el suceso como le ocurrió a la inmensa mayoría de españoles, así que la acusación me parece no solo gratuita sino que carece de fundamentos. No quisiera ver en ello una nota mas de su anticomunismo burdo, lo que se deja ver a lo largo de todo el artículo. Es fácil, no cuesta nada acusar al gobierno de la República de su falta de ayuda a Málaga, para ello tenemos que ignorar las necesidades de ayuda que tenían en Madrid, quién les ayudaba a ellos, ¿les sobraban hombres, armamento y munición? Ignorar que uno de los principales problemas de la República fue siempre la falta de municiones, armamento y hombre preparados. estas palabras despiertan más la desunión que la unión, otra de las necesidades del frente republicano.

Este artículo lo he colgado a pesar de sus sesgos, como gesto de amplitud de visión y posible crítica sobre nuestra guerra en defensa de la República, pues es un ejemplo de los errores e insuficiencias que tanto se dieron en aquel entonces. Estos hechos los desconocía, en la poca y mala historia que se estudiaba en el bachillerato nunca se llegaba a la República, por lo tanto era imposible conocerlos. Ha sido en 2016 con una conferencia sobre ellos y algunos artículos cuando he conocido de su existencia. No sabemos de historia y la mayor parte de lo que sabemos son mentiras, deformaciones, medias verdades, leyendas. Las (des)informaciones sobre el bombardeo de Gernika es un buen ejemplo de lo que hemos recibido como "historias", y seguimos oyendo repetir en multitud de ocasiones y lugares.

Más sobre el tema en Norman Bethune, el médico canadiense que vino a España y fue con su ambulancia a Almería para ayudar a las victimas de la carretera Málaga-Almería.