sábado, 21 de junio de 2014

El gen mutado que protege el corazón. Alteraciones en el APOC3 reducen los triglicéridos y disminuyen un 40% el riesgo de infarto

De forma independiente y por caminos distintos, dos grupos de investigadores –uno estadounidense, otro danés- han rastreado el ADN de miles de pacientes hasta dar con el gen APOC3 y llegar a una misma conclusión: las mutaciones en este gen protegen el corazón y las arterias. Las alteraciones detectadas no solo reducen significativamente los niveles de triglicéridos –un tipo de grasa que circula por la sangre cuyo exceso se asocia a lesiones vasculares-, sino que disminuyen el riesgo de sufrir lesiones coronarias (infartos, ictus) hasta en un 40%, como publican en el New England Journal of Medicine.

En las sociedades occidentales, estas enfermedades son la principal causa de muerte, en buena medida, por la mala alimentación y el estilo de vida. En España, el 30% de los fallecimientos se deben a procesos cardiovasculares, por encima de la suma de los tumores. Buena parte de la responsabilidad es del colesterol malo (LDL, lipoproteínas de baja densidad), al adherirse a las paredes de las arterias, endurecerlas y estrecharlas. Aunque existe una familia de fármacos, las estatinas, que se ha mostrado eficaz a la hora de combatir estas grasas.

Sin embargo, frente a los triglicéridos –otro de los agentes causantes de arterioesclerosis-, los fármacos existentes (fibratos, niacina, ácidos grasos omega 3) no han alcanzado el mismo nivel de resultados. Solo ayudan moderadamente a reducir los niveles en sangre y no aportan beneficios sensibles en cuanto a paliar el riesgo cardiovascular. Por ello, estos dos trabajos han despertado el interés entre los investigadores y médicos que velan por la buena salud de las arterias.
...
El gen APOC3 es especialmente activo en el hígado, donde produce una proteína (la apolipoproteína C3) que transporta los triglicéridos a través de la corriente sanguínea hasta su destino. Al llegar a los tejidos, estos lípidos se degradan y se transforman en ácidos grasos, es decir, en energía. Este proceso es posible gracias a una enzima. El problema es que la apolipoproteína anula la actividad enzimática, por lo que, si abunda, los triglicéridos no se metabolizan, se acumulan en la sangre y lesionan las arterias.

El trabajo de los científicos de la Universidad de Pensilvania y del Hospital General de Massachusetts analizó los exomas (la parte más activa del genoma, la que fabrica proteínas) de 4.000 personas en busca de mutaciones que se pudieran asociar con los niveles de triglicéridos en la sangre. Tras un complejo proceso de selección y descarte, los investigadores advirtieron que cuatro mutaciones diferentes en el APOC3 no solo comprometían la fabricación de la proteína, sino que se relacionaban con una caída del 40% de la tasa de triglicéridos. Mientras la presencia habitual ronda los 150 miligramos por decilitro, entre estas personas la cifra bajaba hasta los 85. La mutación les ayudaba a tener poca apolipoproteína C3.

Una vez comprobado que cambios en las bases (las letras que componen el alfabeto genético accttgga…) del gen APOC3 se traducen en un menor nivel de triglicéridos quedaba por determinar si, además, estas personas eran menos sensibles a desarrollar enfermedades cardiovasculares. A partir de 110.000 muestras de pacientes, los investigadores estadounidenses analizaron los perfiles genéticos y compararon aquellos que tenían las mutaciones identificadas con sus historiales clínicos. El resultado fue que la alteración genética se asociaba a una caída del 40% de la posibilidad de tener un infarto, ictus, isquemia crónica y el resto de lesiones coronarias.

Este es el aspecto que más destaca Civeira del trabajo: evidenciar que la reducción de los niveles de la apolipoproteína C-3 en sangre se traduce en una mejora de la salud del paciente, lo que no sucede con los medicamentos que se usan hasta ahora para tratar el exceso de triglicéridos.
“A partir de nuestros hallazgos, podemos predecir que si bajamos los triglicéridos mediante la inhibición del gen APOC3 habrá una reducción del riesgo de patología coronaria”

MÁS INFORMACIÓN

Fuente: El País. http://sociedad.elpais.com/sociedad/2014/06/19/actualidad/1403191139_284139.html

viernes, 20 de junio de 2014

No solo las becas Fulbright

El artículo del domingo 15 de junio La vida después de una Fulbright nos refiere la apertura de horizontes y posibilidades formativas, entonces para nosotros insospechadas, que hallaron y absorbieron aquellos becarios y cómo ha influido en su vida profesional y personal y en la de los que se han formado en su entorno.

Una experiencia similar se dio entre los médicos, un buen número de los cuales hicieron su formación en Estados Unidos (realicé mi formación durante cinco años en hospitales universitarios de Filadelfia y conozco el proceso). Ejemplos notables serían el cardiólogo Valentín Fuster o el cirujano ortopédico Miguel Cabanela, llamado para operar al rey Juan Carlos, entre otros. Muchos volvieron aportando ideas y maneras de hacer que, junto con los esfuerzos de colegas formados aquí, han determinado los importantes avances de la medicina española en los últimos 30 años, colocándola en una posición notable en el panorama mundial (sobre todo si se considera de dónde partíamos). Otros científicos y profesionales han recorrido experiencias formativas paralelas.

Recoger y analizar la influencia que colectivamente este grupo haya podido tener en la modernización científica y técnica del país proporcionaría claves tanto para una mejor comprensión de ese proceso como para una planificación más eficiente de la formación en el futuro.— . Alicante 17 JUN 2014 -  Catedrático de Medicina y reumatólogo,

Basta ya. “Nos hemos acostumbrado a la esclavitud femenina y echo de menos un movimiento mundial”

Un amigo que, por otra parte, es un encanto, me dijo el otro día que la India goza de un estado espiritual superior a Occidente; que nosotros estamos en el tercer chacra, que es el ego, y los indios en el cuarto, que es el amor universal.

Me dejó atónita porque demuestra hasta qué punto somos capaces de no ver los horrores que se cometen contra las mujeres. Llevamos mucho tiempo sabiendo de los atroces asesinatos sexistas de la India. Por citar los más recientes: una muchacha ultrajada y luego obligada a beber ácido, y dos niñas violadas en grupo y después colgadas de un árbol.

Comentario ante esto de un ministro del Gobierno indio: “La violación es un crimen social que algunas veces está bien y algunas veces está mal”. Puro amor universal. Claro que también llevamos toda la vida sabiendo (y olvidando) las monstruosidades que cometen todos los días los talibanes; los tres millones de niñas cuyo clítoris es rebanado cada año; las muertas de Ciudad Juárez; los millones de feminicidios, mujeres lapidadas, azotadas, torturadas, ultrajadas, abrasadas con ácido, quemadas vivas. O secuestradas, como las niñas de Nigeria.

¿Pero qué demonios nos pasa? ¿Cómo podemos asistir a estas brutalidades e ignorarlas? “Nos hemos acostumbrado a la esclavitud femenina y echo de menos un movimiento mundial”, me dice Paco Cuéllar, secretario general de Proyecto Gran Simio. Y lo compara con el movimiento antiesclavista de hace 150 años, cuando los ingleses abordaban y liberaban barcos de negreros.

¿Por qué no sucede lo mismo con las mujeres? Paco reclama un grupo de trabajo en la ONU, una Cruz Rosa Internacional, convenios mundiales defendidos por cascos azules.
Tiene razón. Es urgente, esencial.
Hay que hacer algo.

Rosa Montero

Discriminación en la escuela concertada

Hace dos semanas, y despúes de casi 300 currículos enviados, me llamaron finalmente para una entrevista en un colegio concertado de la Comunidad de Madrid. A mis 33 años ya he acumulado casi 10 de experiencia docente en tres países europeos, tanto en la enseñanza universitaria como en la secundaria, lo que me ha permitido, además, hablar y escribir de forma fluida en tres lenguas extranjeras. Sin embargo, nada de esto fue relevante en la entrevista ya que mi entrevistador parecía más interesado en conocer mi vida personal y mis creencias religiosas. Tras más de media hora de interrogatorio mi interlocutor no tuvo inconvenientes en dejar claro que el hecho de tener una hija y no estar casado era un impedimento insalvable para obtener el puesto. El hecho de que esto lo haga una entidad subvencionada con los impuestos de todos me parece, cuando menos, vergonzoso.—  Oporto, Portugal 14 JUN 2014 -.Cartas al director, El País.

jueves, 19 de junio de 2014

PABLO IGLESIAS, LÍDER DE PODEMOS “Defendemos lo bueno del sistema”

Iglesias pide "arrebatar el patriotismo a quienes cierran escuelas"


La vida de Pablo Iglesias ha cambiado. “Esto me ha jodido la vida”, dijo la noche de su éxito electoral. Su tiempo está minutado. Media hora para esta entrevista en su despacho compartido de la facultad de Políticas de la Universidad Complutense de Madrid. Una furgoneta con una parabólica espera turno.

Pregunta. Vio el partido de España con Holanda. ¿Algún comentario al respecto?
Respuesta. Que incluso uno de los mejores equipos del mundo puede tener un mal día y eso no hay que perderlo de vista nunca.

P. Un pronóstico.
R. Me gustaría que ganara la Roja, pero creo que hay mucha competencia y que todo está trabajado para que gane Brasil.

P. En alguna intervención le he oído manifestarse como patriota. ¿Se siente español?
R. Sí, claro que me siento español y entiendo que hay que arrebatar el término patriotismo a los patriotas de pulserita rojigualda que luego venden la soberanía y cierran escuelas y hospitales. Creo que querer a tu país es querer a su gente y respetarla y respetar los servicios sociales y que tengan derecho a decidir sobre cualquier cosa. Creo que ser patriota no es amenazar a nadie porque hable una lengua distinta.

P. Si viviera en Barcelona y tuviera que votar en un referéndum sobre la independencia de Cataluña, ¿qué votaría?
R. Me gustaría que Cataluña se quedara con nosotros, pero no soy catalán y no soy quién para decirle a los catalanes cuál debe ser su futuro.

P. ¿No es Podemos un experimento de laboratorio de unas élites de politólogos?
R. Claro que hemos puesto nuestros conocimientos a trabajar, pero eso no viene de ahora. Hay politólogos que trabajan para Obama o trabajaron para Bush y que dicen qué país hay que bombardear o dónde hay que colocar bases militares. Nosotros pusimos nuestro conocimiento al servicio del cambio, como ocurre con todas las formaciones políticas que cuentan con gente formada en ciencias sociales.

P. El movimiento asambleario no sirve para hacer puentes.
R. Es un argumento peligroso porque se podría extender y decir que la democracia no sirve para que haya hospitales o escuelas públicas y yo creo que sí. Hay que respetar los procedimientos democráticos que no están reñidos con la eficacia y Podemos es un ejemplo de eso. Hemos tenido la campaña electoral más eficaz. Algunos confunden burocracia y eficacia. Confunden que manden más los banqueros que se reúnen con Rajoy que los ciudadanos. Entendemos que la democracia se construye a partir de procedimientos de participación y no debemos tenerles miedo.

P. Pero cada toma de decisiones no puede estar precedida de una asamblea.
R. Es evidente y cualquiera que participe de movimientos asamblearios sabe que hay que dotarse de estructuras...
Más en El País.

Deberes, ¿sí o no?

¿Ayudan a consolidar conocimientos? ¿Sirven para crear hábitos de trabajo?¿Aportan cosas interesantes?
Las opiniones están divididas, pero todas abogan por racionalizarlos

"Tenemos el sistema educativo con más horas lectivas de Europa, y a continuación metemos hasta tres horas más de trabajo en casa… No tiene sentido”, reflexiona Enric Roca, profesor de Pedagogía de la Universidad Autónoma de Barcelona, para entrar en el debate “deberes no, deberes sí” que se ha reabierto con la propuesta del Gobierno francés de prohibirlos en Primaria. Una decisión con la que se alinean algunos pedagogos, al considerar que los niños se sobrecargan en casa con aquello que deberían haber trabajado en la escuela. Y que critica, por ejemplo, la Confederación Católica de Padres de Alumnos (CONCAPA) con el argumento de que esa carga extraescolar “ayuda a crear hábito de trabajo, de orden y superación, estimula el aprendizaje, la responsabilidad y el dominio de destrezas (razonamiento, memoria…); la familia debe implicarse, y, lógicamente, requiere disciplina y esfuerzo”. Roca representa una suerte de término medio. Cree que los deberes pueden ser beneficiosos, crear buenos hábitos, siempre que no se planteen como una prolongación del colegio ni colapsen el tiempo no lectivo del alumno. Suele ocurrir justo al contrario, según lamenta. “Deberes como ampliación o consolidación de aprendizajes del aula, sí; como obligación de hacer lo que no ha dado tiempo o no se ha entendido en la escuela, no”, diferencia la pedagoga Maite Rodríguez Estévez, que hace notar cómo la propia palabra remite a obligación, a “algo chungo”. Estima que no deberían empezar antes de 3º de Primaria, y no ocupar más de una hora diaria, tiempo de lectura incluido; a partir de 6º, hora y media; en Secundaria, “no más de dos horas”, calcula. “Los niños han de ser niños, jugar, tener vida”, enfatiza. Haberse movido antes de sentarse en una mesa, que debe estar en un espacio adecuado, luminoso. “El movimiento es la puerta del aprendizaje”, remacha. Los padres, acompañando, dando confianza, pero nunca adoptando el rol de profesor; potenciando los logros, evitando poner el acento en los objetivos que no se alcanzan.

Lo que, en general, se cuestiona no es tanto la tarea en sí misma como su exceso, su desmesura. Un 32,9% del alumnado navarro de Primaria y Secundaria dedica a ellos un máximo de una hora diaria; el 50,7%, entre hora y media y dos horas y media; el 11,6%, tres y más horas diarias. Son datos del Consejo Escolar de aquella comunidad, que en 2011 elaboró, a instancias del Defensor del Pueblo autonómico, un informe sobre su incidencia en los hogares, con una constatación importante: “Hay un determinado número de alumnos que no disponen de nivel cultural o económico para tener en casa extensas bibliotecas, ordenadores o conexión a Internet. Las tareas para casa las cumplen más y mejor los alumnos favorecidos, creando mayores diferencias formativas entre unos y otros, y ampliando la brecha del estrato cultural entre los alumnos en la sociedad”.

En esta idea incide la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA), muy crítica con el ­aumento en los últimos años del tiempo que los menores dedican a hacer lo que les manda el docente para casa. Defiende que debería ser formación complementaria, “con apoyo de las bibliotecas, museos, asociaciones y recursos del entorno escolar, con actividades relacionadas con la lectura, la investigación y el uso de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC); deberían poder hacerse sin la ayuda de un adulto”, propone.

Rodríguez Estévez recuerda que la tarea escolar no tendría por qué ser sinónimo de cuadernillo. Debería ser, reforzar la lengua elaborando la lista de la compra, y las matemáticas calculando las medidas para un bizcocho; ir a la biblioteca; leer o resolver dudas delante de Internet. “Desarrollar competencias, no contenidos”, insiste. “Memorizar es bueno, pero cosas significativas, que aporten valor, que sean útiles. Hemos de repensar qué queremos pedirles, qué van a necesitar los alumnos el día de mañana. Si queremos evaluar por competencias, eso es lo que tendríamos que potenciarles, ¿no?”, se pregunta.

Los niños finlandeses no dedican más de media hora diaria a los deberes, en su país no son importantes; los coreanos han de ir a una academia privada después de clase para no perder comba. Así, de manera tan radicalmente opuesta, se lo han planteado los dos modelos educativos más exitosos del mundo. Mientras que en España machacamos mucho para obtener luego unos resultados mediocres. Enric Roca habla de “alumnos secuestrados desde el ámbito académico”. Considera que, como mar de fondo, existe un exceso de contenidos y metodologías mal planteadas, herederas de un sistema que preconiza que todos los alumnos de una misma edad han de ir a la par, sin tener en cuenta que cada cerebro funciona de manera, y a un ritmo, diferentes.

El especialista empieza hablando de deberes y termina reflexionando sobre el sistema educativo. El exceso de los primeros se puede extrapolar y ser considerado un síntoma de que lo segundo no marcha. “La falta de calidad no se compensa con cantidad. Si voy mal en matemáticas, doy más matemáticas… ¡No! Reflexiona sobre cómo estás dando esas matemáticas, porque hacer lo mismo, pero más, llevará al mismo fracaso”, razona. Mientras que CEAPA acusa al sistema educativo de “echar balones fuera”, mandando deberes a casa cuando el problema estriba en que la enseñanza que ofrece es “poco motivadora, poco práctica y alejada de la cultura audiovisual en la que ha crecido el alumnado”; y pide la reforma del currículo educativo “para establecer un sistema educativo de la sociedad del siglo XXI”...
Fuente: El País Semanal

miércoles, 18 de junio de 2014

El exilio por una cuestión de conciencia

Llevo nueve años trabajando como psiquiatra en el Sistema Nacional de Salud, pero por primera vez he tomado conciencia del desamparo en el que viven las personas que se encuentran en una situación de gran fragilidad. Durante esta semana he tenido que abordar un caso de violencia intrafamiliar, la víctima posee un diagnóstico psiquiátrico. En primer lugar, tuve que vivir la frustración de que todos esos recursos que se presupone que existen para casos de violencia son falsos. Las órdenes de alejamiento tardan hasta 72 horas en ser emitidas, los alojamientos de emergencia son escasos y es necesario tener un perfil muy definido, no hay un servicio de acompañamiento a las víctimas para realizar trámites o simplemente para recoger sus efectos personales antes de instalarse en una nueva vivienda.

Resulta vergonzoso comprobar cómo el Estado se gasta millones de euros en campañas para la prevención y la concienciación, pero es incapaz de crear la infraestructura necesaria que garantice una cierta protección. En este momento, me resulta absolutamente comprensible que a pesar de los esfuerzos realizados en apariencia, las víctimas de violencia de género crezcan todos los años...Mi segunda gran frustración se ha producido recientemente. Me resulta profundamente decepcionante formar parte de una sociedad hipócrita, donde todo se camufla bajo discursos basados en lo políticamente correcto. Siempre he ejercido mi profesión desde una idea de cambio y recuperación, pero en este momento me resulta evidente que solo ejerzo un rol de agente de control social. Hace unas semanas el señor Gallardón en su reforma del Código Penal propuso el internamiento prolongado de pacientes psiquiátricos por peligosidad potencial, sin que hayan cometido ningún delito. Ésa va a ser mi función a partir de ahora, la gestión de cadenas perpetuas encubiertas de personas inocentes. Ante todo esto, lo único que puedo decir es que si en momentos me planteé la emigración como una opción económica, hoy me planteo el exilio por una cuestión de conciencia.—   Ciudad Real 16 JUN 2014 - El País

martes, 17 de junio de 2014

Más ciencia supone más riqueza

La falta de recursos es el mayor obstáculo para el país, aseguran empresarios e investigadores
GRÁFICO Gasto en investigación y desarrollo

 En la primavera de 1855, el científico inglés Michael Faraday exponía en una conferencia sus experimentos sobre la electricidad y el magnetismo. Entre el público se encontraba el ministro de Hacienda, William Gladstone, que después se convirtió en primer ministro del Reino Unido. Durante la presentación, Gladstone cuestionó al investigador: “Todo esto es bonito, ¿pero alguna vez encontraremos una aplicación práctica?”. Faraday sin dudarlo respondió: “No hay que preocuparse, algún día el Gobierno cobrará impuestos sobre esto”.

Con esta anécdota, el periodista científico Antonio Calvo soltó un órdago sobre la relación que tienen la ciencia y la economía. “Qué razón tenía Faraday, hoy la electricidad no solo viene bien por los impuestos, sino porque en estos momentos no podíamos dar un solo paso sin ella”, arguyó durante la conferencia “La oportunidad de convertir la ciencia en riqueza”, organizada por la Fundación Botín y EL PAÍS el pasado jueves.

Que un país genere dinero a través de la investigación científica es una tarea ardua, destacó Guillermo Dorronsoro, decano de la Deusto Business School. Y para lograrlo se deben de involucrar todos los actores: políticos, investigadores, empresarios, toda la sociedad, comentó el director del Instituto de Biomedicina de Sevilla, José López Barneo durante su intervención. El objetivo en común debería de ser el progreso de un país, explicó Ricardo Martí Fluxá, presidente de la empresa de ingeniería aeronáutica española, Industria Turbo Propulsores.

Para muestra, Dorronsoro, puso un botón: en Alemania, donde la inversión en I+D+i llega casi al 3% del producto interior bruto (PIB), la tasa de paro es del 5,2%, mientras que en España, en donde el gasto en investigación es de 1,3% del PIB, la tasa de desempleo alcanza el 25%. “No hemos apostado por aquello por lo que debemos apostar”, subrayó.

Ante este señalamiento, Cristina Garmendia Mendizábal, ahora presidenta de Genetrix —firma de soluciones biotecnológicas— y exministra de Ciencia e Innovación entre 2008 y 2011, puso el acento en los logros que ha tenido España. “Hace 15 años emprender en este país era una cuestión de heroicidad. Ahora tenemos calidad en la ciencia”, remachó.
Fuente, El País.

lunes, 16 de junio de 2014

La negación de la desigualdad

Hace algún tiempo publiqué un artículo titulado Los ricos, la derecha y los hechos en el que describía los esfuerzos por negar, obedeciendo a motivos políticos, lo evidente: el fuerte aumento de la desigualdad en Estados Unidos, sobre todo en lo más alto de la escala de ingresos. Probablemente no les sorprenderá oír que he descubierto un montón de malas prácticas estadísticas en las altas esferas.

Tampoco les sorprenderá saber que casi nada ha cambiado. Los sospechosos de rigor no solo siguen negando la evidencia, sino que insisten en desplegar los mismos argumentos desprestigiados: la desigualdad no está aumentado realmente; bueno, vale, sí está aumentando, pero da igual porque tenemos mucha movilidad social; en cualquier caso, es buena, y cualquiera que insinúe que es un problema es un marxista.

Lo que quizá les sorprenda es en qué año publiqué el artículo: 1992.

Lo cual me lleva a la última escaramuza intelectual, provocada por un artículo de Chris Giles, redactor jefe de economía de The Financial Times, arremetiendo contra la credibilidad del libro éxito de ventas de Thomas Piketty, titulado El capital en el siglo XXI. Giles afirma que el trabajo de Piketty comete “una serie de errores que distorsionan sus descubrimientos”, y que, de hecho, no hay pruebas claras de que la concentración de la riqueza esté aumentando. Y como casi todos los que hemos seguido estas controversias durante años, me dije: “Ya estamos otra vez”.

Como era de esperar, Giles no ha salido bien parado del debate subsiguiente. Los supuestos errores eran en realidad la clase de ajustes de datos normal en cualquier investigación basada en diferentes fuentes. Y la afirmación crucial de que no hay ninguna tendencia clara a una mayor concentración de la riqueza descansaba en una falacia conocida, una comparación de peras con manzanas de la cual los expertos han advertido hace tiempo, y que yo identifiqué en el mencionado artículo de 1992.

Con todo, la negación de la desigualdad persiste, prácticamente por las mismas razones por las que persiste la negación del cambio climático: hay grupos poderosos muy interesados en negar los hechos, o cuando menos en crear una sombra de duda. De hecho, pueden estar seguros de que la afirmación de que “todos los números de Piketty están equivocados” se repetirá hasta el infinito aunque se derrumbe rápidamente al ser sometida a escrutinio.

Dicho sea de paso, no estoy acusando a Giles de ser un sicario de la plutocracia, a pesar de que haya algunos autoproclamados expertos que se ajusten a esa definición. Y no hay nadie cuyo trabajo esté más allá de toda crítica. Pero cuando se trata de asuntos con carga política, los detractores del consenso tienen que ser conscientes de sí mismos; tienen que preguntarse si de verdad buscan la honestidad intelectual o si lo que están haciendo en realidad es actuar como duendes de la preocupación, desacreditadores profesionales de los credos liberales. (Por extraño que parezca, en la derecha no hay duendes que desacrediten los credos conservadores. Es curioso cómo funciona la cosa).
Fuente Paul Krugman, El País.
Thomas PikettyPágina Web oficial de Piketty

domingo, 15 de junio de 2014

El libro y su precio, en todos los eslabones de su cadena de valor. Qué papel cumple cada uno de los agentes de la cadena de valor del libro y qué porcentaje de su precio corresponde a cada uno

“Cuando tengas algo que decir, dilo; cuando no, también. Escribe siempre”, este es el primer punto del famoso decálogo del escritor de Augusto Monterroso. Y muchos lo siguen. Solo en España hay unos 4.000 autores en la Asociación Colegial de Escritores (ACE).

La gran mayoría lo hace por amor al arte, o a sí mismos, pero no porque de ello vayan a vivir. Aunque muchos sueñen con lograrlo. Pero son ellos, los autores, quienes se quedan con el menor porcentaje de lo que cuesta un libro: alrededor del 10% (los que más venden, o considerados más prestigiosos, logran un porcentaje más alto). El resto se distribuye entre editor, distribuidor y librero que corren con los gastos de hacerlo llegar al lector. Y cada vez son menos los beneficios, no solo por el descenso en la facturación (en seis años ha caído casi un 40%), sino también por la piratería: se calcula que cada año se dejan de ingresar por ella unos 300 millones de euros.

Cada día en España se registran 220 títulos de libros (80.206, el año pasado). De todos ellos se vendieron unos 170 millones de ejemplares, a una media de 14 euros por libro. Páginas y páginas escritas por no se sabe cuántos autores, en realidad. “La gran mayoría son profesionales (profesores, periodistas, abogados, médicos...)”, cuenta Rogelio Blanco, presidente de ACE. Pocos, añade, son capaces de vivir de modo constante y permanente de su quehacer creativo. En los últimos años, reconoce, “son conocidos casos de retirarse, tras un éxito, de la tarea que les aportaba recursos y que se han visto obligados a volver a ella. Los medios escritos y visuales han sido complemento o sostén para numerosos escritores”.

El primer libro data de hace unos 3.500 años: la Epopeya de Gilgamesh, narración sumeria escrita en tablillas de arcilla. Después, llegaron los rollos de papiro, los códices y en 1440 Gutenberg creó la imprenta moderna y con ella el libro impreso como, más o menos, lo conocemos hasta hoy. Ahora el libro vive su quinta mutación al diversificarse en electrónico (cuyas posibilidades técnicas y creativas apenas ha empezado). Y, por si fuera poco, emerge y se extiende un nuevo mundo: la autoedición.
Puedes ver AQUÍ el proceso creativo y de producción de un libro y su precio.
Fuente: El País

sábado, 14 de junio de 2014

Matemáticas y Física, la carrera con la nota de corte más alta: un 13,04 sobre 14. Hasta 900 de los 2.500 grados que se ofertan este año solo exige 5 puntos para acceder

Con un 13,04 sobre el máximo de 14 puntos, el doble grado de Matemáticas y Física en la Universidad Complutense de Madrid se ha impuesto como la carrera con la nota de corte más alta en 2013, es decir, la calificación mínima con la que se podrá matricular un alumno este curso. Le siguen Física y Matemáticas (también doble grado, aunque enunciado en distinto orden) en la Universidad Autónoma de Barcelona, con un 12,9, y Relaciones Internacionales y Periodismo (doble grado de nuevo), en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, con un 12,89. Esta última es la única titulación de letras que figura en el top ten de carreras con la nota de corte más alta este año. Los dobles grados —en los que se cursan dos de las antiguas licenciaturas a la vez, generalmente en seis años— han irrumpido con fuerza en los primeros puestos de las carreras con mayores exigencias académicas, que dominan las titulaciones de ciencias. Con una calificación de solo 5 puntos (sobre 14) es posible, no obstante, acceder hasta a 900 grados de los 2.500 que se ofertan este curso, un 36% del total.

Medicina continúa, en todo caso, liderando —como es habitual— el ranking de las mayores notas de corte: entre las 20 carreras con más calificación exigida, 12 son estudios de Medicina. Ingresar en esta carrera requiere, como mínimo, un 11,73, que pide la Universidad de Lleida. Entre las 10 primeras hay cuatro Medicinas —en la Universidad de Málaga (12,62), en la Universidad Complutense (12,57), en la Autónoma de Madrid (12,55), y en la Universidad de Castilla- La Mancha (12,55)—; además de Biotecnología en la Universidad de Salamanca, que pide un 12,7; y Física y Matemáticas, en la Universidad de Barcelona (12,55) y en la Universidad de Sevilla (12,53).

Y las ciencias ganan a las letras. En el top 20 solo figura una carrera de letras (Relaciones Internacionales y Periodismo) y entre las 50 primeras apenas aparecen ocho grados de letras. Son Criminología y Derecho, con un 12,27, en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid; Publicidad, Relaciones Públicas y Marketing, también en la Rey Juan Carlos (12,17); Filosofía Política y Economía, en la Universidad Carlos III de Madrid (12,01); Traducción e Interpretación, en la Universidad de Granada (12,01); y Derecho y Administración de Empresas, en la Carlos III (11,92).

Solo los estudiantes más brillantes podrán escoger estos estudios, pero los no tan avezados tendrán un amplio catálogo a elegir. Apenas un 10,34% de las titulaciones piden más de 10 puntos. La nota media es, de hecho, un 6,791, y por debajo de ella todavía se puede acceder hasta a 1.488 carreras...
Más en El País.

viernes, 13 de junio de 2014

Los niños que toman leche materna se portan mejor

Los niños que son amamantados durante al menos cuatro meses después de nacer desarrollan menos problemas de comportamiento que aquellos que son alimentados con leche artificial, según un estudio llevado a cabo por diversas universidades de Reino Unido. Los resultados de la investigación, en la que participaron más de 10.000 madres e hijos, fueron publicados en la revista Archivos de las Enfermedades en la Infancia (Archives of Disease in Childhood). Aunque las causas de estas diferencias no están del todo claras, los autores indican que podría deberse a los componentes de la leche materna, que "contiene altas cantidades de ácidos grasos polinsaturados esenciales, factores de crecimiento y hormonas que juegan un importante papel en el desarrollo del cerebro y del sistema nervioso central" de los niños. Otra posible explicación que señalan los investigadores es que "el acto de amamantar crea una relación especial entre la madre y su bebé (…) que puede influir en el posterior comportamiento del niño". Estudios anteriores ya habían asociado la lactancia materna con diversos beneficios para los niños, como una menor incidencia de infecciones o un menor grado de obesidad en años posteriores... Más en la BBC.

jueves, 12 de junio de 2014

El “marxismo” como opio de los sedicentes marxistas: Carta abierta de una keynesiana a un marxista ortodoxo

El texto de Joan Robinson que a continuación se reproduce fue originalmente publicado por estudiantes de izquierda de Oxford en 1953. Es una estupenda polémica, políticamente amistosa, pero analíticamente demoledora, con un marxista ortodoxo de la época (que típicamente confundía la ciencia con la pasión del escoliasta). La señora Robinson ha sido una de las más grandes economistas del siglo XX, y su texto, lleno de vigor y claridad mental, no ha perdido un ápice de actualidad; al contrario. Hace poco se cumplió el 40 aniversario de su muerte. Valga esta publicación para recordarla y recomendarla calurosamente ahora que la crisis del capitalismo ha permitido que vuelva a sacar cabeza el pensamiento económico-científico serio, es decir, ni acríticamente apologético de lo existente, ni limitado “críticamente” a puras labores escoliásticas. SP
Le prevengo: le va a resultar a usted muy arduo seguir esta carta. Y no porque –eso espero— sea muy difícil –no le importunaré con fórmulas algebraicas, ni con curvas de indiferencia—, sino porque le considerará tan desconcertante que no sabrá usted como tomársela... Leer más aquí.

lunes, 9 de junio de 2014

Educación preescolar y primeros años de vida

Los primeros años son un determinante clave de la salud. El Marmot Review reconoció esto en su objetivo político prioritario - 'Dar a cada niño el mejor comienzo en la vida "- que es fundamental para reducir las desigualdades de salud en todo el ciclo de vida, y otras desigualdades sociales y económicas en toda la vida. Las bases para prácticamente todos los aspectos del desarrollo humano - física, intelectual y emocional - se establecen en la primera infancia. Lo que sucede durante estos primeros años (a partir de la matriz) tiene efectos de por vida en muchos aspectos de la salud y el bienestar - de la obesidad, enfermedades del corazón y la salud mental, para el logro educativo y el estatus económico.

Las desigualdades en la educación y las habilidades también afectan a la salud física y mental, así como los ingresos, el empleo y la calidad de vida. Para lograr la equidad desde el inicio, la inversión en los primeros años es crucial. Sin embargo, la reducción de las desigualdades en todo el gradiente también requiere un compromiso sostenido con los niños y jóvenes a través del apoyo continuo de la familia, la educación, la formación y el empleo.

Los intentos de reducir el gradiente social de competencias y cualificaciones deben involucrar el trabajo de colaboración que involucra a las escuelas, las familias y las comunidades. Aquí usted puede encontrar ejemplos de actividades, programas e informes que se centran en los primeros años, dentro de la familia, los entornos educativos, comunitarios y de salud. Estos estudios de casos a menudo toman un enfoque holístico intersectoriales y varían de programas previos al nacimiento de una variedad de intervenciones centradas en los años escolares.
Fuente: UCL (University College London, Institute of Health Equity)

domingo, 8 de junio de 2014

Las depresiones aumentan casi un 20% en la crisis, según expertos en salud pública. Estar en paro o tener dificultades para pagar la hipoteca, los factores de riesgo más influyentes

La crisis económica pasa factura a la salud mental de las personas. La Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS) ha sido la última comunidad científica en unirse a las voces que alertan de un incremento de los trastornos mentales derivado de la situación económica. Expertos en salud pública han constatado esta mañana en la presentación del informe SESPAS 2014 Crisis económica y salud, que los trastornos depresivos en España han aumentado un 19,4% entre 2006 y 2010. Según el estudio, elaborado por más de medio centenar de investigadores, estar desempleado o tener un familiar en paro “constituyen el factor de riesgo más importante para este aumento”. Las personas con dificultades para pagar la hipoteca también tienen un 11% más de posibilidades de sufrir trastornos mentales que la población en general. Además de un aumento de los trastornos depresivos, el estudio, que ha empleado datos del informe IMPACT sobre la prevalencia de trastornos mentales en atención primaria en España antes y después de la crisis (2006-2010), ha revelado un incremento del 10,8% en las personas que padecen distimia y de un 4,6% en los casos de dependencia de alcohol. “Los resultados obtenidos antes y durante la crisis económica indican que aumentaron de manera significativa los trastornos del estado de ánimo, los de ansiedad y el abuso de alcohol”, ha explicado Inma Cortès-Franch, editora del informe. Más en El País.

sábado, 7 de junio de 2014

La generación robada

Si todavía hay alguien que no alcance a interpretar bien qué ha significado la gran crisis para la sociedad española, y cuáles son sus legados más destructivos, se ruega que vaya a ver a la mayor brevedad posible la estremecedora película de Jaime Rosales Hermosa juventud. La trama es muy sencilla: dos jóvenes, de tan solo 20 años, viven en la España de hoy y tratan de sobrevivir de cualquier modo. Sus limitados recursos y la falta de un trabajo que buscan con avidez les impiden avanzar como les gustaría. Ninguno de los dos tiene grandes ambiciones y no las tienen porque no albergan apenas esperanzas. No poseen el mínimo proyecto cotidiano.

Son parte de la generación robada, de esos casi 900.000 jóvenes sin empleo en nuestro país (el 16% de todos los de la UE) que están bloqueados e impedidos de la normalidad. Para estos jóvenes en desempleo, además del hecho en sí mismo es muy importante el impacto social negativo que tiene estar inactivo porque la inserción en el mercado de trabajo representa uno de los hitos cruciales en su incorporación a la vida adulta y en su integración o no como miembros de pleno derecho en la sociedad.

En Hermosa juventud la realidad supera a la ficción. Contaba en estas mismas páginas Carlos Boyero (Crónica de la intemperie, EL PAÍS del 30 de mayo) cómo se ha pasado de Los lunes al sol, de Fernando León —parados entre los 30 y los 50 años, que sabían lo que es una nómina y cobrar todos los meses durante una larga etapa de su existencia, hasta que les llegó la reconversión industrial— hasta esta juventud que todo lo más tiene un contrato por horas y sin salario mínimo (las dos entradas al cine para ver la película, 17 euros, cuestan más de lo que cobra el protagonista en una larga jornada laboral; parafraseando a Sastre, todos somos casta respecto a otros). La irónica hermosa juventud es la de aquellos que nunca han tenido un trabajo continuado y están llegando a la sospecha o a la certidumbre cotidiana de que jamás dispondrán de un contrato digno o ni siquiera indigno.

Hay que recomendar también esta película al presidente de Gobierno y a sus ministros, que ya vuelven a lanzar las campanas al vuelo por las cifras del paro registrado del mes de mayo, "desconocidas en mucho tiempo", y que se harán públicas mañana, aunque el Gobierno ya haya privatizado su tendencia dentro de su intensa campaña de propaganda sobre la recuperación. Mal síntoma para la calidad de la democracia. Con realidades como las del paro juvenil (más del doble de la media) no se puede banalizar la recuperación económica ni cantar demasiado alto el "España va mejor".

La última Encuesta de Condiciones de Vida ha proporcionado datos muy concretos de la situación: el 17% de los hogares españoles manifestaba llegar a fin de mes con "mucha dificultad", el 41% de los hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos, el 45,8% de los hogares no puede permitirse irse de vacaciones fuera de casa al menos una semana al año, o el 9,3% de esos hogares tiene retrasos en los pagos a la hora de abonar gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, electricidad, comunidad...), etcétera. Estas son las tendencias profundas de la sociedad española, más allá de los cambios de la coyuntura.

Las mejores aportaciones para explicar lo que ha pasado en el mundo en el último septenio las está haciendo el cine. Desde Enron, los tipos que estafaron a América (que explica los antecedentes de la Gran Recesión) hasta la oscarizada Inside job, sobre las complicidades obtenidas por los golfos apandadores, pasando por los filmes que recrean la caída y posterior rescate del sistema financiero (Malas noticias, Los últimos días de Lehman Brothers, El Capital, La doctrina del shock o Margin Call) o los relacionados sobre las consecuencias sociales de tanta tropelía (Las nieves del Kilimanjaro, Gente en sitios —del español Juan Cabestany—, The Company Men, Indignados, o la estupenda 15M. Libre te quiero, de Basilio Martín Patino), etcétera A todas ellas se les une ahora Hermosa juventud.
Joaquín Estefanía. El País.

viernes, 6 de junio de 2014

Como antes de la Revolución Francesa. Los ricos siempre quisieron serlo más, pero no precisaron que el resto fuera muy pobre

Según la OCDE, quienes constituyen el 1% más rico en España acumulan el 8% de la totalidad de las rentas. Si aquí hay unos 45 millones de habitantes, eso significa que unos 450.000 individuos se reparten el 8% de los beneficios globales. Pero no se apuren: la cosa es mucho más llamativa en otros lugares, sobre todo en los Estados Unidos, donde ese 1% acapara hasta el 20% del total. En 1981 “sólo” poseía en torno al 8% de la riqueza, así que ya ven lo bien que le han ido los negocios en los últimos treinta años (o las especulaciones, o quién sabe si la progresiva explotación de sus empleados). Por su parte, en el Reino Unido el famoso 1% ha pasado de atesorar el 6,7% a casi el 13% en el mismo periodo, y algo parecido sucede en el Canadá y en Alemania. Respecto al crecimiento, la OCDE alerta: desde 1975, el 47% del total fue para ese 1% en los Estados Unidos; el 37% en el Canadá; en Australia y el Reino Unido el 20%. En España, “sólo” el 10% del crecimiento fue para el dichoso 1%, mientras que, si ampliamos al 10% más acaudalado, éste se llevó el 20%. Con la crisis, avisa la OCDE, el nuestro es uno de los países en que la desigualdad más ha aumentado.

Ante semejante situación, uno diría que lo que les tocaría a los más ricos del mundo sería: a) no llamar mucho la atención, y menos aún alardear de su exuberancia; b) hacerse “perdonar” sus fortunas, sobre todo los que no las hayan obtenido limpiamente y sin perjudicar a nadie (también los hay así, desde luego: basten como ejemplo los deportistas, que no son culpables de que millones de personas estén dispuestas a verlos evolucionar en una cancha o en un estadio; es más, su virtuosismo trae beneficios a muchos otros individuos); c) no quejarse de los impuestos que han de pagar (muy pocos, proporcionalmente, en la mayoría de los países); d) no mostrarse nunca despreciativos hacia los menos favorecidos, sino, por el contrario, respetuosos al máximo; e) no pedir “más” de nada, en concreto aplausos.

Quienes lean las columnas del Premio Nobel de Economía Paul Krugman estarán al tanto de que los millonarios estadounidenses (con excepciones) suelen hacer exactamente lo puesto. No sólo quieren ganar más, y pagar menos impuestos; no sólo se quejan de los enormes gastos que conlleva el tren de vida al que se han obligado a sí mismos, sino que además exigen admiración, gratitud y afecto del resto de la población, y no toleran una crítica. Se consideran “benefactores”, “creadores de empleo”, “impulsores de la economía”, y por tanto dignos de toda alabanza. (Puede ser, pero callan que se benefician e impulsan principalmente a sí mismos.) Y da la impresión de que no les basta con incrementar las ganancias, sino que necesitan que otros no las obtengan, para así poder lucir más ellos. Esto último es novedoso, al menos desde que yo tengo memoria. Debió de ser así antes de la Revolución Francesa, tras la cual empezó a procurarse no subrayar las diferencias y que el grueso de los habitantes fueran mejorando sus condiciones. Los ricos siempre quisieron serlo más, pero no precisaron que el resto fuera muy pobre, ni desde luego aspiraron a ser venerados por éste.

Hace pocos años, unas declaraciones como las recientes de la Presidenta del Círculo de Empresarios, Mónica de Oriol, habrían sido inimaginables. Ojo, lo inimaginable no es que sujetos como ella pensaran así, o incluso lo dijeran en sus cenas, en privado y entre pares; lo inconcebible habría sido que alguien privilegiado hablara en público de cualesquiera otros en tono tan despectivo e insultante, y protestara por tener que abonar el salario mínimo (bajísimo en España) a quienes “no valen pa nada”. Oriol, recuerdan, puso a caldo a los jóvenes que abandonaron sus estudios para trabajar en la construcción durante la burbuja inmobiliaria, porque al ganar “1.000, 1.500 euros al mes” (para tales matados, según ella, una fortuna), los viernes y sábados se creían “los reyes del mambo” y ligaban mucho. Oriol omitió que sus colegas y representados, los empresarios, eran quienes tentaban y convencían a esos jóvenes, quienes los inducían a dejar los estudios. Y olvidó, asimismo, que algunos de éstos se verían forzados a traer un sueldo a su hogar si todos los miembros de su familia estaban en paro, por ejemplo. Pero aunque todos esos “inútiles” hubieran interrumpido su educación para bailotear en las pistas con sus dinerales (¡1.000, 1.500 euros!) … Cierto que nadie les puso una pistola en la sien para que aceptaran, como tampoco al resto de la población para que solicitara créditos a los bancos para cualquier chorrada (una comunión o un viaje al Caribe). Pero todos sabemos que tanto los empresarios de la construcción como los banqueros instigaron y persuadieron (a menudo mintiendo) a los chicos a convertirse en paletas y a la gente a entramparse. Ahora la culpa es sólo de los ignorantes incautos; de los tentados y nunca de los tentadores; de los corrompidos y no de los corruptores; de los pardillos y no de los pícaros. Ya digo: hace pocos años unas declaraciones así no habrían sido posibles, por la sencilla razón de que Mónica de Oriol y sus equivalentes habrían temido por sus puestos y por su imagen. Y, que yo sepa, esa señora no ha sido destituida ni ninguno de sus iguales le ha retirado el saludo. Eso es lo más preocupante: que la chulería y el desdén de los ricos no les pase factura. (Ojo, es lo más preocupante para ellos mismos, y no se dan cuenta.) Más o menos como antes de la Revolución Francesa.
Fuente: JAVIER MARÍAS 18 MAY 2014 -El País Semanal.

jueves, 5 de junio de 2014

“Cuanto más apática esté la gente más estallará la violencia”. Irvine Welsh, arremete contra la crisis sociopolítica en ‘Skagboys’, precuela de su famosa ‘Trainspotting’, uno de los libros de la Feria

“Te verde; cualquiera”, dice tras apurar un vaso de agua. No es la bebida que uno espera de este hombre corpulento bajo su camiseta negra, brazos tatuados, cabeza rapada, de habla cerrada casi como su boca, comisuras de los labios grabando su rostro hacia abajo. Menos aún si se sabe que es Irvine Welsh, el autor de Trainspotting (1993), retrato de esa simbiosis letal que fue el thatcherismo con el azote de una heroína que estalló de la nada en la Escocia de los años 80. Una instantánea que tuvo secuela, Porno (2002), y también precuela, Skagboys (Chicos de la heroína, en argot, 2012), que ahora llega a España (Anagrama).

“La policía sigue aporreando a los piquetes que quedan como si fueran crías de foca (…) Pienso que hemos perdido y se avecinan tiempos crudos”, escribe Mark Renton (jovencísimo Ewan McGregor en la adaptación al cine que Dany Boyle hizo de Trainspotting en 1996) en su diario de rehabilitación de drogadicto recordando su apaleada presencia junto a su padre en la huelga de mineros de Orgreave y que marca el inicio de una novela que narra la introducción en la heroína de su pandilla, pero con un componente sociopolítico más fuerte que en las dos entregas anteriores. “Quería explicar cómo los personajes de Trainspotting habían llegado hasta ahí, pero deseaba complementar las voces y las circunstancias familiares dando un pequeño sorbo al tema político”.
Más en El País.

España figura a la cabeza de la UE en privatización de la escuela. Es el segundo país, tras Bélgica, con menos alumnos en aulas públicas

El capital privado avanza de forma moderada en los sistemas educativos


Hay un debate que no ha centrado la campaña de las elecciones del 25-M y que influye, sin embargo, en el tipo de educación que reciben los jóvenes europeos: ¿en manos de quién está la enseñanza? En la respuesta a esa pregunta, España se aparta de sus colegas de la UE. Es el segundo país con más alumnos en aulas concertadas (privadas subvencionadas) o completamente privadas, solo tras Bélgica, y se sitúa hasta 22 puntos por encima de la media —en el caso de primaria— en el porcentaje de estudiantes que se educan en centros bajo una gestión o capital privados. La privatización, aunque minoritaria en Europa salvo excepciones, como España, ha avanzado en la última década, y un temor inquieta a los sindicatos europeos: la educación, alertan, puede no quedar excluida del futuro Tratado de Libre Comercio entre la UE y Estados Unidos, que se negocia con poca publicidad. La Confederación Europea de Sindicatos (ETUC, por sus siglas en inglés) reclama la “salvaguarda” de la educación de esos “intentos liberalizadores”. Les preocupa que se abra (más) la mano al negocio con el servicio público. A otros no les parece una mala idea.

Un 32% de los alumnos españoles de primaria aprenden en la escuela concertada o privada (un 68% en la pública), un porcentaje que baja ligeramente en secundaria, bachillerato y FP (ver gráfico), según los últimos datos de la OCDE, de 2011. La controversia sobre el modelo educativo ha vuelto a ponerse encima de la mesa en España, después de que el Gobierno de la Comunidad de Madrid, del PP,  impusiera en abril en dos municipios (Parla y Rivas) los primeros colegios concertados religiosos, pese a la oposición de sus Ayuntamientos, en manos del PSOE e IU, respectivamente.

Lo cierto es que, en la media de los países europeos, los escolares cursan primaria muy mayoritariamente en la enseñanza pública (un 90%, frente a un 10% en las otras opciones) al igual que en secundaria. Bélgica y España se desmarcan de esa tendencia, junto con Holanda, que también ha tenido una fuerte tradición histórica de educación privada concertada.La OCDE precisa que sus datos sobre este país están en desarrollo y hay que remontarse a 2004 para encontrar una estadística de Eurostat que sitúa el peso de la concertada en algo más del 70%. En la no obligatoria, a partir de bachillerato, la proporción de privada en la media de la UE resulta algo mayor (17%), pero, en todo caso, los estudiantes en aulas públicas no bajan del 80%. ¿Por qué España es diferente?

“En los años ochenta, el régimen de conciertos se entiende como una apuesta por la universalización de la educación, porque no había oferta suficiente. Muchos pensaron que era algo coyuntural, pero con el paso de los años tanto los Gobiernos del PP como del PSOE han seguido apostando por este modelo”, apunta Antonio Olmedo, profesor de Política Educativa de la Universidad de Roehampton (Londres) y del Instituto de Educación londinense.

El Ejecutivo socialista reguló entonces los conciertos para ordenar las subvenciones que desde los sesenta venía recibiendo la Iglesia para crear colegios. La libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos, recogida en la Constitución, ha sido, por otro lado, esgrimida siempre por los conservadores para defender a las escuelas católicas.

La Iglesia ha estado históricamente detrás de la educación concertada y privada de España —también en el caso de Bélgica, donde la fuerte influencia eclesial y el apoyo de las fuerzas políticas liberales a la educación privada explican su tradicional apuesta por este modelo—, pero hace algunos años grandes fondos de inversión han entrado a aprovechar parte del pastel. “Como Dinamia, con más de 5.000 alumnos en sus colegios Laude”, señala Olmedo, quien también cita a Cognita, “el mayor grupo británico de educación privada, que tiene el respaldo de la familia propietaria de la cadena de ropa C&A”.

“Nosotros no estamos en contra de la concertada o la privada, pero sí de que se privatice lo público para beneficiar a algunos”, arguye Sergio Gutiérrez, eurodiputado socialista. El PP no ha atendido a este periódico por problemas de agenda de sus europarlamentarios, pero los Cuadernos de Pensamiento Político de la fundación FAES, su laboratorio de ideas, defienden las alternativas a la pública. “Los centros de iniciativa privada han demostrado tener más demanda que los centros públicos, son más baratos para el contribuyente y en promedio ofrecen una mejor calidad de la enseñanza”, dice uno de sus artículos.

...Jorge Calero, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona. “No podemos decir que haya una ola general privatizadora en Europa, pero en algunos países sí hay una ofensiva en ese sentido, como en Reino Unido y Suecia”, apostilla este experto.

De los dos casos citados por este catedrático, el de Suecia resulta especialmente llamativo. La privatización de la escuela monopoliza el debate político de cara a las elecciones generales del próximo septiembre. “Es la conversación favorita de los profesores a la hora del café, sobre todo por cómo ha bajado el nivel de los estudiantes que llegan a la universidad, especialmente en matemáticas”, confiesa el profesor de Pedagogía de la Universidad sueca de Boras Ramón Garrote.

Un Gobierno liberal conservador introdujo en los noventa las escuelas privadas financiadas con dinero público. En la última década, el país nórdico ha pasado de tener solo un 2,6% de alumnos en educación concertada en bachillerato a un 17%. Y la evolución de los resultados de Suecia en PISA resulta significativa: el batacazo ha sido considerable. En 2000, Suecia obtenía resultados en matemáticas, lectura y ciencias por encima de la media de la OCDE (y de España). En el último examen internacional, el de 2012, ha perdido 34 puntos en matemáticas, 27 puntos en ciencias y 23 en lectura, de forma que el país nórdico ha pasado a quedar por debajo de la media en todas las disciplinas, e incluso de España, que le ha sacado ocho puntos en matemáticas, 11 en ciencias y cinco en lectura.

“No creo que la privatización esté relacionada con los resultados de Suecia en PISA”, asegura Ulf P. Lundgren, exdirector de la Agencia Nacional de Educación sueca. A la hora de evaluar la reforma que permitió la gestión privada de los colegios, Lundgren no obvia, sin embargo, que “han aumentado las diferencias entre las escuelas”, que “los centros independientes tienen profesores peor formados que los del sistema público” , y que hay “casos en los que el propietario ha hecho fortuna con los impuestos de los ciudadanos y otros en los que los colegios han tenido problemas financieros y han cerrado, provocando una pérdida de un año de estudio a los alumnos”, según explica por escrito a EL PAÍS. La quiebra de los colegios John Bauer, de gestión privada, que dejó en la calle a casi 3.000 alumnos (fueron recolocados), ha impactado a la sociedad sueca.

La profesora emérita de la Universidad de Uppsala Ulla Riis sí relaciona ambos fenómenos. “Los alumnos con mejor nivel sociocultural han ido a las escuelas concertadas, y los de peor estatus a las públicas”, explica. “Eso ha provocado la pérdida del llamado efecto del compañero de pupitre, según el cual se ha estudiado que los alumnos de mejor rendimiento académico ayudan a mejorar los resultados de todo el grupo, y las expectativas de padres y tutores sobre el grupo también motivan que todos eleven su rendimiento”, abunda...

“La segregación educativa y cultural es un efecto clásico de estos sistemas”, destaca Olmedo. “En general, los sistemas segregadores obtienen peores resultados que los generales. Suele aumentar el rendimiento de una parte de la sociedad, pero no del conjunto”, explica. “Y ahí entra la apuesta política. ¿Quién nos interesa que obtenga buenos resultados?”, se pregunta.
Fuente: El País.

miércoles, 4 de junio de 2014

John K. Galbraith. “El emperador desnudo de Europa es la austeridad”. El economista sostiene que la Comisión debe dar “esperanza al proyecto europeo”

Uno de sus alumnos dijo una vez que el legado de su padre, el prestigioso economista John K. Galbraith, fue “la sospecha del pensador de que el emperador anda desnudo”. James K. Galbraith (Gary, EE UU, 1952), también pertenece a esa casta de críticos. Sorprende, sin embargo, cuando se le inquiere sobre quién es el emperador. La respuesta no es Merkel. Ni Rehn. Tampoco Draghi. “El emperador desnudo de Europa es la austeridad”, dice con rotundidad. Cuando se le pregunta si los políticos son, pues, los responsables de que el soberano no tenga vestimenta, vuelve a mover la cabeza de un lado al otro. “Se debería retroceder a Milton Friedman y Friedrich von Hayek”, sostiene con firmeza. “No suelo hacer a los políticos responsables de situaciones que ellos se han encontrado”, matiza.

Galbraith, profesor de la Escuela Lyndon B. Johnson y la Universidad de Texas, ha recalado en Barcelona invitado por Iniciativa per Catalunya para explicar una proposición para la Unión Europea que ha elaborado junto a los economistas Yanis Varoufakis y el exparlamentario británico Stuart Holland, quien en el momento de esta conversación trabaja con su portátil en otra mesa de la sala. “No tengo ninguna posición en las elecciones europeas, pero acudo y hablo cuando mis amigos me lo piden”, aclara. En ese documento, bautizado como “modesta propuesta”, los economistas piden a la Comisión Europea mecanismos para mutualizar la deuda y realizar gasto productivo, pero también para crear un fondo para la población más vulnerable del continente. “Debe dar estabilidad de ingresos y también esperanza para el futuro del proyecto europeo”.

La propuesta es “modesta”, dice, porque no requiere de reformas constitucionales. “Solo necesita un cambio de mentalidad”, asegura mientras da otro sorbo al café y pregunta por enésima vez si se puede bajar la música del salón. Y esa nueva forma de concebir la Unión Europea, dice, llegará tarde o temprano. “En cierto modo será inevitable cuando se produzca una dura negociación entre los países deudores y los acreedores”. Pese al pragmatismo, el profesor parte del diagnóstico de que las políticas adoptadas hasta ahora en la Unión Europea han fracasado. “Soy siempre pesimista con la esperanza de equivocarme”, asevera.

A Galbraith se le iluminan los ojos cuando se le plantea si, como en el caso de la Reserva Federal, el Banco Central Europeo debería incluir entre sus objetivos la creación de empleo. Asiente: la institución norteamericana es menos dogmática. “Yo estaba en el comité de la Cámara de los Representantes y organicé las primeras audiencias regulares de política monetaria. Es un trabajo interesante para un veinteañero”, explica. Esa comisión se encargó de la modificación de la carta de la institución en 1977 para incorporar los objetivos de pleno empleo y estabilidad de precios dentro de su misión. “La redacción de ese pasaje en particular me toco a mí, eso salió de mi pequeña pluma, en la primera etapa de mi carrera. Es interesante cuando algunos de tus mayores logros son cosas que hiciste cuando tenías 20 años, hace 40”. Casi al final de la conversación, la música del salón por fin se detiene. “¿Ves? Es posible cambiar las cosas”, bromea. La paz solo dura un instante. Al cabo de cinco segundos la música vuelve a sonar.
Fuente: El País.