viernes, 24 de marzo de 2023

Adiós al apocalipsis. El Gobierno arrolló argumentalmente a sus censores y fortaleció su alianza parlamentaria

El Gobierno ganó. Arrolló argumentalmente a sus censores. Su alianza parlamentaria se fortificó. Este certificado lo extendió ayer Cuca Gamarra (PP). Perifrásticamente, pero por duplicado. Al decir que la moción no está “condenando al fracaso” a la actual legislatura, sino que “va a generar el efecto contrario”. Y al lamentar que el “Gobierno en descomposición” haya obtenido “una tregua”. Así que, adiós a la presunción de Apocalipsis. Y es que el mal insultado sanchismo ha desarticulado el argumentario de la oposición. Ha exhibido una potente maquinaria en el debate. Ha soldado fracturas internas. Ha construido un marco de propuesta electoral común. Y ha afianzado la división de las derechas. Aunque todo eso, con cautelas: ni de forma definitiva, ni irreversible, ni erga omnes, ante todos.

Al carecer de propuestas alternativas conjuntas y sólidas, el arsenal argumental de las derechas se desequilibra, se erosiona y tiende a amortizarse. La insistencia unívoca en los reveses y torpezas gubernamentales recientes (fricciones en la coalición progresista, desastres de la ley del solo sí es sí, barroquismo retórico del socio menor) tiene límites. Cuando no incorpora siquiera un atisbo de condescendencia a sus éxitos contrastables (datos económicos, reforma de pensiones, apoyo de la UE en energía y cambios sociales…), y cuando deletrea la crítica destructiva como desautorización jeremíaca tipo señorita Rottenmeier, provoca la fatiga ante lo manido. Hipertrofiando una presunta “apoteosis de la mala gestión” del Gobierno, probablemente se enajena a segmentos de esa “mayoría moderada” de la que se reclama centuriona. Aunque el emperador esté Ausente, paseando por embajadas, igual que su predecesor Mariano Rajoy se fue de copas al perder otra moción de censura. ¿Qué maldición incubaron los jefes de ese partido para afrontarlas?

Eso habría sido distinto si la implacable maquinaria de la coalición hubiese fallado: algo previamente nada descartable dada su tensión ambiental interna. El partido de dobles jugado por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz supo generar sorpresa (en vez de cansancio), al cubrir distintos ángulos: un presidente y una vicepresidenta; un hombre y una mujer; un socialista y una izquierdista (¡y de tradición comunista, como el candidato!). Y solidez: ambos reivindicaron los resultados económicos (especialidad del candidato) y sociales de la acción de gobierno. Uno plasmó la dualidad entre esta y la gestión anterior conservadora ante crisis parecidas, “socialdemocratismo” versus “neoliberalismo”, dijo: hay dos salidas contrapuestas, solidaria o austeritaria. La otra reivindicó la Constitución como mandataria y pared maestra del Estado de bienestar y su recuperación (reforma laboral, IMV, SMI…), algo más bello (y sedante) en quien procede de la izquierda de la izquierda.

Así soldaron fisuras internas, saldaron o suavizaron algunas inquietudes ciudadanas (muy graves) y confortaron a sus seguidores. De modo que la imputación de ser “uno de los gobiernos más caóticos, cainitas e inestables” de la inefable y huérfana Gamarra se estrelló ante un muro de datos: tres años de presupuestos consecutivos; 200 leyes reformistas, alguna con errores, las más de ambición estructural; paz social en asuntos divisivos, y apoyo de la Unión Europea, con un Ejecutivo de mayoría conservadora, a sus proyectos principales.

La doble jornada se cerró con la dispersión de las derechas, pese a su tronco común y su ausencia de proyecto alternativo conocido: las propuestas del candidato fueron ralas, curiosas (Gibraltar, carbón); retrógradas (criminalización de la inmigración, cosificación de la mujer solo como agente de natalidad); y la acertada, reformar la ley electoral, no lo es por el motivo aducido (esterilizar a los nacionalistas), sino para decapar el poder excesivo de las cúpulas de los partidos. Fue la armata Brancaleone. Le votó Vox, pero sin entusiasmo. Y el candidato no aplaudió a sus patrocinadores y les regañó en la cuestión esencial de su negacionismo climático. El PP se abstuvo, desplomado en la irrelevancia y en el desprecio a una iniciativa contemplada en la Constitución, aunque ejecutada de forma disparatada. Y se esforzó en no irritar a los ultras, cuánto centrismo. La buena de Inés Arrimadas, sombra de Ciudadanos, la erró en todo: criticó al Ausente por no encabezar la moción, cuando aún se espera a que ella lo hiciese en Cataluña cuando ganó; y desbordó a Vox y al candidato por “cuestionar la nación española”, al defender que es una “nación de naciones”, un acierto evidente de Ramón Tamames, quien lo clavó en lo accesorio, aunque moleste a Sánchez: los discursos del Gobierno son largos, prolijos, pétreos. Algo es algo.

Cómo salir de un coche hundiéndose: consejos para salvar la vida

Si el coche comienza a hundirse en el agua, actuar rápido es clave, pues los primeros 60 segundos son decisivos.

Pasos para salir de un coche hundiéndose

1. Si se cae al agua desde cierta altura es importante minimizar el impacto colocando las manos sobre los extremos laterales del volante, en la posición horaria 9.15. De ese modo, si el airbag del conductor se dispara los brazos no golpearán en la cara por la fuerza de la explosión.

2. Hay que intentar conservar la calma y no sucumbir al pánico: bloquea mentalmente, agota con rapidez y hace consumir mucho oxígeno. Conviene pensar con calma en lo que se debe hacer, recordar los pasos siguientes y salir del coche cuanto antes, a ser posible en los primeros 30 o 60 segundos, que son cruciales.

3. Normalmente el vehículo tarda unos instantes antes de hundirse (entre 30 segundos y 2 minutos). Se debe aprovechar este tiempo para desabrocharse el cinturón y encargarse de que los demás pasajeros hagan lo mismo. Si hay niños, lo mejor es desabrochar antes a los mayores para que ayuden a liberar a los pequeños y pasar a estos al asiento delantero.

4. Si todavía se puede, lo mejor es abrir la puerta para salir. Por el contrario, no hay que intentarlo si el coche está ya medio sumergido: la presión del agua lo impedirá.

5. Abrir cuanto antes las ventanillas para que vaya entrando agua poco a poco. Si son eléctricas, el mecanismo funcionará todavía hasta unos tres minutos después de estar el coche en el agua. Y si ya no funcionan habrá que romperlas con algún objeto contundente (no está demás llevar en la guantera un pequeño martillo de emergencia con cuchilla especial para cortar cinturones). También se pueden romper extendiendo las piernas y golpeando el centro del vidrio con los dos pies con mucha fuerza. No hay que intentarlo con el parabrisas, ya que es mucho más resistente que las laterales. Si no se consigue, hay que esperar a que el coche se vaya llenando de agua para equilibrar la presión y poder abrir las puertas.

6. En el momento de abrirlas habrá que hacerlo con fuerza, ya que la fricción del agua puede seguir ofreciendo cierta resistencia. Inspirar aire, ayudar antes a salir a los más pequeños y nadar hacia la superficie, siguiendo siempre las burbujas para no perder la orientación. Es conveniente quitarse los zapatos y la ropa de abrigo que impidan nadar con soltura.

https://motor.elpais.com/conducir/como-salir-de-un-coche-hundiendose-consejos-para-salvar-la-vida/

jueves, 23 de marzo de 2023

Antes de mandarle a la guillotina, Robespierre le dijo a Danton: “Te quiero más que nunca y hasta la muerte” La única carta conocida entre dos figuras claves de la Revolución francesa, que acabaron enfrentadas, es vendida a un particular. Veinte historiadores piden su regreso al dominio público

La única carta conocida entre dos figuras claves de la Revolución francesa, que acabaron enfrentadas, es vendida a un particular. Veinte historiadores piden su regreso al dominio público

Georges-Jacques Danton (izquierda) y Maximilien Robespierre.
Antes de mandarle a la guillotina, Robespierre le dijo a Danton: “Te quiero más que nunca y hasta la muerte” La única carta conocida entre dos figuras claves de la Revolución francesa, que acabaron enfrentadas, es vendida a un particular. Veinte historiadores piden su regreso al dominio público.En plena Revolución Francesa, en una época marcada por las turbulencias y los sobresaltos políticos, Maximilien Robespierre le escribió una carta a su amigo e incondicional compañero de lucha, Georges Jacques Danton. “Te quiero más que nunca y hasta la muerte”, le dijo, un año antes de mandarlo a la guillotina. En la misiva, fechada en París el 15 de febrero de 1793, el líder revolucionario quiso expresarle su apoyo tras la muerte de su esposa y de su hijo. Pero al mismo tiempo, le instaba a no abandonar el combate revolucionario. El escrito, el único de este tipo, ha sido subastado a un coleccionista privado por 218.750 euros. Un grupo de historiadores, escritores y políticos piden que regrese al dominio público. La misiva contiene apenas unas líneas, pero ilustra la relación de amistad entre dos figuras emblemáticas de la Revolución francesa, antes de que estallara su rivalidad. Apenas unas semanas antes, el monarca Luis XVI había sido ejecutado en el cadalso instalado en la plaza de la Revolución, la actual plaza de la Concordia. Francia había entrado en el periodo del terror revolucionario, que pretendía defender a la incipiente nación de cualquier enemigo exterior o interior. El país entero estaba sumido en grandes transformaciones políticas y sociales.
La carta manuscrita de Robespierre a Danton.
En su carta, Robespierre le dice a Danton: “Te quiero más que nunca y hasta la muerte. En ese momento soy tú mismo”. A inicios de 1793, su amigo y aliado se encuentra en Bélgica, donde recibe la noticia de la muerte de su esposa, Gabrielle, mientras dio a luz a su cuarto hijo, también fallecido. “Lloremos juntos nuestros amigos”, continúa el revolucionario, antes de añadir el fragmento siguiente: “(...) hagamos sentir pronto los efectos de nuestro profundo dolor sobre los tiranos que son autores de nuestras desgracias públicas y nuestras desgracias privadas”.

En esa época, Danton y Robespierre, dos abogados, habían sido elegidos como diputados por París de la Convención Nacional, la principal institución de la Primera República. Juegan un papel clave en el nuevo ordenamiento político. Su amistad, sin embargo, se fracturará y romperá poco después. En abril de 1794, Danton será enviado por su amigo a la guillotina por oponerse a la política de Terror que él mismo contribuyó a establecer. Los hermanos de lucha se transforman en enemigos. Y el emblemático dúo inspirará a numerosos autores a posteriori, como Victor Hugo o Alexandre Dumas en el siglo XIX.

Fragmento de la historia francesa
“La carta puede interpretarse como una prueba de la sensibilidad de Robespierre, que no era en absoluto un tirano y un monstruo frío, como se le ha retratado”, analiza el historiador Loris Chavanette, quien escribió un artículo en el diario Le Figaro alertando sobre la venta de la misiva. “Pero al mismo tiempo, es la prueba de que el Terror empujaba al baño de sangre hasta el punto de eliminar a sus propios amigos”, explica por teléfono. Chavanette es autor de un libro sobre la historia de los dos líderes revolucionarios y de otros sobre la Revolución.

La carta de Robespierre fue adjudicada el 12 de marzo en una casa de subastas en Versalles, la ciudad donde estalló la Revolución, y pertenece actualmente a un coleccionista privado. En su descripción, la casa de subastas recuerda que es la única escrita por el líder revolucionario a Danton que ha sido conservada. No existe ningún otro rastro epistolar entre ambos hombres, salvo otra misiva escrita por Danton en agosto de 1792.

Para Chavanette, el escrito merece estar expuesto en un museo o conservado en los Archivos Nacionales. De hecho, el documento formaba parte de la colección del Museo de Letras y Manuscritos de París hasta su cierre en 2015. Para intentar que regrese al dominio público, impulsó una columna en el diario Le Monde, firmada por más de 20 personalidades. “La preservación de la única carta de Robespierre a Danton es una causa nacional”, escriben. Y hacen hincapié en que la misiva tiene un “carácter histórico inestimable” y contiene un “fragmento de historia del nacimiento de la República”.

Entre los firmantes están el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, pero también escritores como Erik Orsenna, miembro de la Academia francesa, o David Lisnard, el actual alcalde de Cannes, del partido de la derecha opositora. En la columna, lamentan que el Estado no haya ejercido su derecho preferente de compra para adquirir el manuscrito. Hay precedentes. En 2011, el Gobierno logró impedir que unos escritos de Robespierre fueran subastados en Sotheby’s, una venta que había provocado una oleada de indignación y el temor a que los documentos salieran del país. EL PAÍS ha solicitado una reacción al Ministerio de Cultura, pero no ha obtenido respuesta hasta ahora.

En Le Monde, los firmantes recuerdan que Robespierre, a pesar de ser considerado como una figura controvertida por una parte de la historiografía, fue uno de los promotores de la abolición de los privilegios y de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789.

Para Chavanette, la carta no solo ilustra parte de la historia de la legendaria pareja, sino que invita a reflexionar y plantearse preguntas: “Filosóficamente y espiritualmente hablando, ¿es justo sacrificar a un amigo en nombre del interés general?”. La misiva refleja un conflicto entre las emociones privadas y el interés general. Pero su singularidad reside sobre todo en el hecho de que puede interpretarse tanto en defensa como en contra del que era apodado como el “incorruptible”, subrayan los firmantes de la columna.

En la vanguardia del feminismo popular Las intrépidas comuneras de París

Guadalupe Treibel20/03/2023 Feminismos
Fuentes: Página/12 (Argentina) [Imagen: La barricada de la Place Blanche defendida por mujeres al mando de Louis Michel. Créditos: litografía de Héctor Moloch]

Prusia. La guerra resulta un fiasco, Napoleón III termina preso, la cité acaba sitiada, el Imperio se derrumba. Aunque el pueblo se opone a la rendición, el gobierno provisional francés -liderado por Adolphe Thiers- acuerda el armisticio y demanda que los milicianos entreguen sus armas. Es en este contexto que envía a soldados a retirar 271 cañones apostados en la colina de un barrio obrero, Montmartre, el 18 de marzo de 1871.

Sucede al alba, cuando el sol aún no ha despuntado, y son las mujeres las que -camino a comprar pan y leche para sus familias- se topan con la escena: hermanos parisinos se disponen a retirar sigilosamente la artillería, y ellas, con gran coraje, se interponen entre los varones y los cañones que “apuntaban hacia la urbe del lujo y los palacios, de las conjuras monárquicas, de los infames especuladores y de los gobiernos cobardes”, en palabras de la periodista, novelista y revolucionaria André Léo, nom de plume de Léodile Champseix, autora de varias obras sobre la igualdad de derechos. Ni siquiera cuando las tropas reciben la orden de abrir fuego, las mujeres se retiran;  revolucionario: la Comuna de París, de cuyo inicio se están cumpliendo 152 años.

La utopía de este experimento radical de democracia directa duró, como bien se sabe, muy poco tiempo: fueron apenas 72 días en los que miles de personas dieron un paso al frente para participar en la defensa de su proyecto, un gobierno obrero y popular, laico y socialista, que tuvo brutal final, sofocado por el ejército de Versalles en la llamada Semana Sangrienta. Mientras resistió, empero, la Comuna de París impulsó una serie de medidas políticas y sociales de avanzada, aunque -por obvias razones- muchas no llegaran a implementarse en esas fechas. En su programa, figuraba: educación gratuita, laica y obligatoria; suya: la Union des femmes pour la défense de Paris que, desde su creación, postuló que la lucha por la defensa de la Comuna era la lucha por los derechos de las mujeres.

Por otro lado, se hicieron escuchar en clubes políticos -tanto mixtos como femeninos- mostrando sus dotes como elocuentes oradoras, afirmándose en la arena pública. Paule Minck, la mentada André Léo, Jeanne Deroin, Nathalie Lemel, Béatrice Excoffon, Sophie Poirier, Anna Jaclard, entre las ponentes que suelen destacarse, aunque también hubo lavanderas, panaderas, parteras, costureras que intercambiaron ideas durante días de ardientes debates en los que se hablaba sobre cómo reorganizar el trabajo, dar acceso a la educación, entre otras conquistas por alcanzar.

Fuente:
https://www.pagina12.com.ar/531921-las-intrepidas-comuneras-de-paris-vanguardia-del-feminismo-p

MAUTHAUSEN. Horror, solidaridad y coraje: la memoria compartida de los republicanos y judíos en Mauthausen.

El Gobierno presenta la exposición sobre los presos del campo nazi como una vacuna democrática contra los discursos de odio.

Al llegar les quitaban el apellido, la ropa, el pelo de todo el cuerpo. A partir de ese momento, en Mauthausen eran un número y una macabra cuenta atrás hasta la muerte. De las 190.000 personas que pasaron por el campo de concentración nazi y sus anexos, al menos 90.000 murieron. Alrededor de 7.500 —no todos fueron inscritos— de sus presos eran republicanos españoles y de ellos, casi 4.500 no lograron salir de él con vida. Hasta la liberación, en mayo de 1945, por el ejército de EE UU convivieron con miles de judíos en una dramática lucha por la supervivencia, es decir, contra el frío, el hambre, los golpes, los experimentos médicos, las durísimas jornadas de más de 12 horas de trabajo en la cantera. Una exposición en Centro Sefarad-Israel de Madrid recuerda ahora esas memorias compartidas de horror, solidaridad y coraje. La muestra, que podrá verse hasta el 17 de junio, fue inaugurada este miércoles por los ministros de la Presidencia, Félix Bolaños, y Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quienes insistieron en la necesidad de traer los episodios más negros de la historia al presente como vacuna para la intolerancia y los discursos de odio. “Ninguna etapa histórica está exenta de sufrir retrocesos democráticos. Esta exposición nos conmueve y nos recuerda lo que pasó en Europa no hace tanto y lo que puede pasar en Europa si algunos sátrapas como Putin consiguen los objetivos que persiguen”, señaló Bolaños.

De Mauthausen salieron de la mano, convertidos en padre e hijo, un burgalés llamado Saturnino Navazo y un niño llamado Siegfried Meir que había nacido en Fráncfort. El pequeño había llegado al campo con 10 años desde otra sucursal del infierno, Auschwitz, donde habían matado a sus padres, ambos judíos. Navazo, que antes de combatir en el bando republicano en la Guerra Civil había sido futbolista, cuidó de él desde su posición de cierto privilegio; los guardas nazis se aburrían y permitieron organizar una liguilla de fútbol en el campo. Para que los jugadores como Navazo aguantaran más durante los partidos, los apartaron de la cantera y los enviaron a la cocina, lo que les permitía alimentarse y alimentar a otros mejor. La muestra recoge la entrañable historia de afecto entre el republicano y el huérfano, quien en 2015, cinco años antes de morir, explicaba a EL PAÍS: “A él el fútbol le salvó la vida y a mí Navazo me la dio. Si no se hubiera quedado conmigo, habría acabado en la cárcel”.

Fue también en Mauthausen donde se reencontraron, en 1945, tras cinco años de lucha por la supervivencia, Alfonsina Bueno y su marido, Josep Ester. Ella fue trasladada al campo procedente de Ravensbruk con seis mujeres nacidas en España y otra más, la polaca Esther Zilberberg, que se consideraba española porque había resultado herida en Vitoria, combatiendo en las brigadas internacionales junto al bando republicano en la Guerra Civil. Otros presos españoles vigilaron la puerta de los baños para que nadie molestara a Alfonsina y Josep cuando pudieron celebrar que seguían vivos. Ella había sido sometida a un experimento médico por los nazis. Tenía 30 años cuando logró salir vida del infierno, con secuelas de por vida que no impidieron que ambos continuaran su militancia contra el fascismo. La exposición recuerda cómo el matrimonio trabajó para conseguir que el gobierno alemán indemnizara a los deportados y a las viudas de los fallecidos. También Esther Zilberberg se implicó en la asistencia a refugiados tras abandonar el campo y retomar sus estudios de Medicina. Muchos brigadistas internacionales como ella se habían reencontrado en Mauthausen con sus compañeros de trinchera republicana, como Artur London, que en 1949, cuatro después de la liberación del campo, fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores de Checoslovaquia y en 1952, condenado a cadena perpetua por Stalin. Su esposa, Elisabet Ricol, hija de españoles, también había estado presa en los campos de Ravensbrück y Buchenwald. El periodista alemán Erich Kuttner, quien en 1936 se había desplazado a España para cubrir la Guerra Civil, no logró salir con vida de Mauthausen porque lo asesinaron cuando intentaba fugarse en 1942, tres años antes de la liberación.

La mayoría de supervivientes de Mauthausen permaneció en Francia tras recuperar la libertad y veía esporádicamente a sus familiares en encuentros furtivos en la frontera. Algunos decidieron contar a quien quiso oírlo lo que habían visto y vivido, como habían prometido en el campo. Otros prefirieron ahorrar a sus seres queridos los detalles de un horror inimaginable antes del Holocausto.

Un estudio reveló recientemente las lagunas de los jóvenes españoles sobre la Guerra Civil y la dictadura franquista. “La Guerra Civil fue porque el pueblo se rebeló contra Franco”, llegaban a decir algunos. Los encuestados, sin embargo, conocían la segunda guerra mundial y el holocausto mejor que su propia historia, pese a que ambas confluían en lugares como Mauthausen. El historiador Josep Calvet, comisario de la exposición, explica que “hasta hace muy poco” esos contenidos no tenían presencia en las escuelas, pero cree que “todo eso se está revirtiendo por el interés de profesores concienciados con ese déficit”. “Todavía no estamos al nivel al que están los estudiantes de Alemania, que tienen muy interiorizado y muy presente el nazismo y sus consecuencias, pero creo que iniciativas como esta son importantísimas para que eso cambie y para que deje de verse como un asunto partidista”. El Centro Sefarad-Israel organizará visitas guiadas a la exposición para colegios e institutos.

Algunas de las imágenes recogidas en la muestra fueron utilizadas como pruebas en los juicios contra los criminales nazis. Hoy, la ONU recoge también testimonios, imágenes y evidencias en Ucrania de crímenes de guerra cometidos por Putin.

miércoles, 22 de marzo de 2023

Qué ocurre con la banca mundial y cuán preocupante es la situación

Grandes corporaciones financieras en aprietos, bancos centrales que acuden al rescate y alta volatilidad en la bolsa. ¿Te suena de algo?

La situación actual ha llevado a muchos a preguntarse si estamos en el comienzo de una crisis como la desatada en 2008.

Las autoridades políticas y los bancos centrales de Estados Unidos y Europa aseguran que el sistema financiero es sólido y estable.

Sin embargo, en los últimos días hemos visto ráfagas de euforia y pánico entre los inversores que han hecho fluctuar agresivamente las acciones -sobre todo las del sector bancario- en las principales bolsas de valores del mundo.

Entonces, ¿cuán grave es la situación? Y, ¿cómo te puede afectar?

Qué ocurre con los bancos
Con el aval del gobierno suizo, UBS absorbió a Credit Suisse el domingo.

Ambas son grandes corporaciones bancarias con operaciones de inversión en todo el mundo.

UBS compró Credit Suisse por US$3.200 millones de dólares en acciones, menos de un 40% de su valor al cierre del viernes.

La banca suiza es conocida por su estabilidad financiera, por lo que el desplome de Credit Suisse y su matrimonio forzoso con UBS ha causado conmoción dentro y fuera del país europeo.

Más aún después de que dos bancos estadounidenses se hundieran días antes: Silicon Valley Bank (SVB) y Signature Bank, ambos especializados en el sector tecnológico.

Y, si bien se trata de las mayores quiebras bancarias en EE.UU. desde 2008, ninguno de los dos se acercaba al tamaño de Credit Suisse, uno de los 30 mayores bancos del mundo.

Aunque no han colapsado más entidades aparte de las mencionadas, se encendieron las señales de alerta en los bancos centrales.

Estos anunciaron nuevas medidas para aportarliquidez adicional que garantice el normal funcionamiento de las transacciones financieras.

Solo habían hecho esto dos veces en lo que llevamos de siglo: en la crisis financiera de 2008 y al comienzo de la pandemia.

Su objetivo es reforzar la confianza de la gente y asegurarse de que los bancos aún puedan otorgar préstamos y pagar a los clientes que deseen retirar su dinero.

¿Por qué sucede esto ahora?
Los problemas de Credit Suisse vienen de largo, desde errores en la gestión de riesgos durante años hasta escándalos -como el lavado de dinero- y unas pronunciadas pérdidas el año pasado que dilapidaron los beneficios acumulados en ejercicios anteriores.

Pero la semana pasada fue crucial: el banco se vio involucrado en una repentina espiral descendente pese a la línea de emergencia de US$50.000 millones que le aportó el Banco Nacional de Suiza, y sus clientes comenzaron a transferir sus fondos a otros bancos.

Los dos bancos estadounidenses, por su parte, tenían problemas diferentes.

El desplome de SVB el pasado 9 de marzo dio inicio a la crisis.

Paradójicamente, el activo que ha causado graves problemas a SVB es uno de los considerados más seguros.

Aprovechando los años de bajos tipos de interés, la entidad había comprado masivamente bonos del tesoro de Estados Unidos.

La abrupta subida del precio del dinero decretada en los últimos meses por la Reserva Federal (Fed, el banco central estadounidense) redujo el valor de los bonos.

Y el banco, obligado a adquirir liquidez para garantizar las retiradas de dinero de sus clientes -sobre todo empresas tecnológicas afectadas por la crisis del sector tras la burbuja de 2021-, tuvo que vender buena parte de sus bonos a pérdida y antes de su fecha de vencimiento.

Signature Bank, por su parte, se vio afectado por las recientes caídas en el valor de las criptomonedas.

Los dos bancos estadounidenses descubrieron que sus balances no eran lo suficientemente sólidos para hacer frente a una retirada masiva de depósitos por parte de sus clientes.

Pero hay un factor común que afecta a las tres entidades -incluido Credit Suisse- y al sector bancario en general: el fuerte aumento de los tipos de interés.

En solo un año los tipos de interés en EE.UU. han aumentado del 0,25% al 4,75% actual.

Los bancos centrales de todo el mundo han elevado el precio del dinero para tratar de reducir la imparable inflación, que aumentó a sus mayores niveles en décadas con cifras de doble dígito en muchos países.

Tras años de tipos de interés bajos, este aumento ha provocado todo un shock.

Los bancos que poseen bonos del gobierno -cuyo precio baja cuando suben las tasas de interés- de repente han descubierto que sus activos valen menos.

La subida de tipos "ha golpeado el valor de incluso las inversiones seguras en las que los bancos guardan parte de su dinero. Eso ha asustado a los inversores y ha hecho caer los precios de las acciones de todos los bancos, afectando en mayor grado a los que se consideran más débiles", explicó Simon Jack, editor de finanzas de la BBC.

Las mayores corporaciones bancarias de Wall Street tuvieron que aportar liquidez para el rescate de otro banco especializado en el sector tecnológico, First Republic, con sede en San Francisco.

Y la Reserva Federal admitió que hubo un aumento en los préstamos de emergencia a los bancos de EE.UU. en general.

¿Es una crisis bancaria?
Los analistas coinciden en que hoy no existe el mismo problema que afectó a todo el sistema bancario en 2008.

En aquel momento, bancos de todo el mundo descubrieron repentinamente que estaban expuestos a inversiones fallidas en el mercado inmobiliario de EE.UU.

Eso condujo a enormes rescates gubernamentales, crisis financiera y una recesión económica mundial.

Desde entonces se han impuesto regulaciones para obligar a los bancos a poseer más liquidez y limitar su exposición al riesgo.

La mayoría de los expertos creen que los problemas actuales tendrán un impacto limitado.

"SVB no es Lehman y 2023 no es 2008. Probablemente no estamos viendo una crisis financiera sistémica", opinó en una columna esta semana el premio Nobel de Economía Paul Krugman, en referencia a la devastadora crisis financiera desatada tras la bancarrota del banco estadounidense Lehman Brothers hace 15 años.

Aún así, el mundo de la banca es extremadamente complejo y es difícil identificar las nuevas debilidades del sistema hasta que este se ponga bajo presión, como en la actual situación de elevados tipos de interés y altibajos en la confianza de los inversores.

Además, el nerviosismo sobre la salud de los bancos suele ser contagioso y, si los clientes comienzan a preocuparse por sus depósitos, pueden retirarlos en solo unos segundos en la página web o la aplicación de su banco.

Aun sin producirse el colapso total de la confianza que caracteriza a las crisis financieras, podríamos ver cómo los reguladores endurecen aún más las normas y los bancos se muestran menos dispuestos a prestar dinero.

Eso podría ralentizar la economía global en un momento especialmente delicado, en el que el aumento de los precios está causando una presión extra sobre el bolsillo de los consumidores.

¿Qué pasará con mi dinero?
Al menos en Estados Unidos y en Europa, los ciudadanos no deberían temer por sus ahorros.

Aún en el inusual escenario de que colapsara un banco o una sociedad de crédito hipotecario, existe la protección de depósitos.

El gobierno de EE.UU. garantiza la devolución de todos los depósitos bancarios de hasta US$250.000.

La protección de activos de este país cubre diversos productos, desde cuentas corrientes y de ahorro hasta tarjetas de prepago y certificados de depósito.

En los casos de SVB y Signature Bank, el gobierno de EE.UU. fue un paso más allá y garantizó los depósitos de los clientes en su totalidad, por encima del límite de US$250.000, si bien esto no garantiza que lo vuelva a hacer si cae otro banco en el futuro.

En la Unión Europea la protección de depósitos asciende hasta 100.000 euros (US$107.000) y en Reino Unido 85.000 libras (US$104.000).

Por otro lado, muchos analistas creen que la actual crisis podría tener otras implicaciones no tan negativas.

"Las consecuencias del nerviosismo en el mercado podrían suavizar el impacto del aumento del costo de la vida", indica Dharshini David, corresponsal de comercio mundial de la BBC.

David menciona, en específico, la reducción de los precios del petróleo y el gas que se ha observado durante la turbulencia de las últimas semanas y que aporta un ligero alivio a las billeteras de los consumidores.

Economía y Bancos. Powell, Lagarde, von der Leyen, el FMI… van a equivocarse de nuevo

En mi libro Más difícil todavía (Deusto Ediciones) que está en librerías desde hace un par de semanas demuestro cómo las autoridades económicas se equivocaron y no supieron darse cuenta de lo que realmente estaba sucediendo con las subidas de precios que comenzaron a producirse a lo largo de 2021. Y explico también que más tarde, cuando ya no podían negar que la inflación se había desatado, volvieron a equivocarse a la hora de darle respuesta.

Desde hace poco tiempo, la inflación está entrando en una nueva fase y los mismos que se equivocaron entonces van a equivocarse de nuevo por la misma razón: analizan la situación cegados por un doble sesgo. Uno, resultado de utilizar modelos y teorías que la realidad ha desmentido y otro, consecuencia de su afán por proteger privilegiadamente a las grandes corporaciones y entidades financieras.

En la segunda mitad de 2021, muchos economistas señalábamos que la inflación había despegado y que era peligrosa. Yo mismo escribí en este diario un artículo en julio de 2021 titulado El verdadero peligro de la inflación que se avecina.

Sin embargo, los presidentes de los bancos centrales y los grandes organismos internacionales lo negaban.

Jerome Powell, el de la Reserva Federal de Estados Unidos, aseguró en junio de 2021: «La inflación es transitoria (…) Espero que baje en los próximos meses». En octubre, el Fondo Monetario Internacional decía que la subida de precios «volvería a los niveles registrados antes de la pandemia a mediados de 2022». Christine Lagarde, del Banco Central Europeo, decía en diciembre de ese mismo año: «Tengo la firme convicción de que la inflación caerá en 2022«. Y el gobernador del Banco de España, ya en enero de 2022, afirmó que la inflación en España «se irá moderando en los próximos meses, hasta despedir el año incluso por debajo del 2 %«.

Todos se equivocaron, como explico en mi libro, por las mismas razones: explican el desarrollo de la inflación a corto plazo con teorías que ya no funcionan, le dan respuesta a partir de tesis monetaristas que los hechos han demostrado que no son reales y no contemplan factores que es evidente que están provocando subidas de precios. Por todas esas razones, se limitan a subir los tipos de interés, una terapia que no es útil y que produce mucho daño a empresas y hogares, pero que beneficia a las grandes empresas y a los bancos.

Últimamente, han cambiado algunas circunstancias y la inflación está entrando en una nueva fase, pero las mismas autoridades que antes se equivocaron se están volviendo a equivocar porque no saben apreciar lo que de verdad está ocurriendo y se empeñan en darle, otra vez, el mismo tratamiento inadecuado.

Los canales de suministro y el aprovisionamiento comienzan a desbloquearse, muchos gobiernos han tomado medidas contra la subida de precios energéticos, los iniciales shocks de oferta provocados por la invasión de Ucrania se están diluyendo y los tipos de interés más elevados han reducido la demanda (aunque no como se esperaba, tal y como señalaré enseguida). Todo ello ha permitido que la subida del índice general de precios se hayan moderado.

Sin embargo, la llamada inflación subyacente (la que no tienen en cuenta los precios de la energía, el combustible y los alimentos no elaborados) está subiendo y los bancos centrales interpretan que se trata de un brote más fuerte de inflación al que se debe responder con nuevas subidas de tipos de interés.

Se vuelven a equivocar porque el aumento de la inflación subyacente es un rescoldo de la subida de precios original, porque depende de factores diferentes a los que han causado la registrada hasta ahora y porque responde muy lenta y escasamente a subidas de tipos de interés.

Como ha señalado hace unos días Patrick Artus, director de investigación y estudios del banco francés Natixis (aquí y aquí), la inflación subyacente en Estados Unidos está más influida por los precios inmobiliarios y en Europa por los márgenes empresariales y los costes salariales. Y él mismo muestra que se necesitan seis trimestres para que subidas de tipos de interés produzcan, primero, caídas en el crecimiento, luego en la tasa de paro y, más tarde, en la inflación subyacente. Razón por la cual, dice Artus, el efecto las subidas de tipos iniciadas en marzo de 2021 han tenido un «efecto nulo sobre la inflación subyacente».

Si se quiere frenar la inflación subyacente europea el instrumento que preferentemente hay que utilizar es la política de rentas: determinar qué parte de responsabilidad tienen los márgenes empresariales y los costes salariales en su desencadenamiento y tratar de encontrar un equilibrio que garantice que las empresas no inflacionistas puedan salir adelante sin soportar los costes excesivos que produce la inflación y que los hogares no pierdan capacidad de compra, pues si eso ocurre serán las propias empresas que crean empleo las más perjudicadas, puesto que caerían sus ventas.

Seguir subiendo los tipos de interés reforzará la inflación a corto plazo y sólo va a beneficiar, una vez más, a la banca, al aumentar la deuda de empresas y hogares.

Y, por otro lado, se equivoca también la Comisión Europea si se empeña en comenzar a poner trabas fiscales para que los gobiernos lleven a cabo las inversiones necesarias para resolver el resto de los problemas de oferta que todavía quedan por resolver y que, como también explico en mi libro, tensionan los precios al alza. 

Juan Torres López,

Así es como Finlandia enseña a los chicos a detectar la desinformación.

La alfabetización mediática es parte del plan de estudios nacional desde preescolar. Los estudiantes del país nórdico son de los más resilientes contra la desinformación en Europa.

Una lección habitual que Saara Martikka, una maestra en Hämeenlinna, Finlandia, enseña a sus alumnos consiste en lo siguiente: muestra artículos noticiosos a los estudiantes de octavo grado y juntos, discuten: ¿Cuál es el propósito del artículo? ¿Cómo y cuándo se escribió? ¿Cuáles son las afirmaciones centrales del autor?

“Solo porque es algo bueno o algo agradable no significa que sea verdad o sea válido”, dijo Martikk. En una clase el mes pasado, les mostró a los estudiantes tres vídeos de TikTok y debatieron las motivaciones de los creadores y el efecto que los vídeos tuvieron en ellos.

Su meta, como la de otros docentes en Finlandia, es ayudar a los estudiantes a aprender a identificar la información falsa.

Finlandia se ubicó en el primer lugar de entre 41 países europeos en resiliencia contra la desinformación por quinta vez consecutiva en una encuesta publicada en octubre por el Open Society Institute en Sofía, Bulgaria. Las autoridades afirman que el éxito de Finlandia no es solo el resultado de su sistema educativo sólido, que es uno de los mejores en el mundo, sino que también se debe a un esfuerzo concertado para enseñar a estudiantes sobre noticias falsas. La alfabetización de medios es parte del plan de estudios nacional que comienza desde preescolar.

“Sin importar lo que el maestro esté enseñando, ya sea educación física, matemáticas o lengua, tienes que pensar: ‘Bueno, ¿cómo incorporo estos elementos en mi trabajo con niños y personas jóvenes?’”, dijo Leo Pekkala, director del Instituto Nacional Audiovisual de Finlandia, que supervisa la educación en medios.

Después de Finlandia, los países europeos que obtuvieron las mayores puntuaciones en resiliencia a la desinformación en la encuesta de Open Society Institute fueron Noruega, Dinamarca, Estonia, Irlanda y Suecia. Los países más vulnerables a la desinformación fueron Georgia, Macedonia del Norte, Kosovo, Bosnia y Herzegovina, así como Albania. Los resultados de la encuesta se calcularon con base en calificaciones por libertad de prensa, nivel de confianza en la sociedad y notas en lectura, ciencia y matemáticas.

Estados Unidos no fue incluido en la encuesta, pero otros sondeos muestran que la información engañosa y la desinformación se han vuelto más frecuentes desde 2016 y que la confianza de los estadounidenses en los medios de comunicación está cerca de su punto más bajo. Una encuesta de Gallup, publicada en octubre, descubrió que solo el 34 por ciento de los estadounidenses confiaban en que los medios masivos reportan las noticias completas, de manera precisa y justa, un porcentaje un poco más alto que la cifra más baja registrada por la organización, en 2016. En Finlandia, el 76 por ciento de los habitantes consideran a los periódicos impresos y digitales como confiables, según una encuesta de agosto realizada por IRO Research, una compañía de investigación de mercado, y encargada por un grupo comercial que representa a periódicos finlandeses.

Finlandia tiene ventajas para contrarrestar la desinformación. Su sistema de escuelas públicas se encuentra entre los mejores del mundo. La educación universitaria es gratuita. Hay una gran confianza en el gobierno y Finlandia fue uno de los países europeos menos afectados por la pandemia. Los maestros son figuras muy respetadas.

Los estudiantes vieron vídeos de TikTok como parte de un ejercicio sobre noticias falsas. Credit... Vesa Laitinen para The New York Times

Además de eso, el finés es hablado por alrededor de 5,4 millones de personas. Pekkala señaló que los artículos que contienen falsedades que son escritos por hablantes no nativos pueden, en ocasiones, ser identificados con facilidad debido a errores gramaticales o de sintaxis.

Aunque a los maestros en Finlandia se les exige que enseñen alfabetización de medios, tienen mucha discreción sobre cómo llevar a cabo las lecciones. Martikka, la maestra de secundaria, comentó que les encargaban a los estudiantes que editaran sus propios videos y fotografías para que vieran lo fácil que era manipular la información. Una maestra en Helsinki, Anna Airas, afirma que ella y sus estudiantes buscaron términos como “vacunación” y discutieron cómo funcionaban los algoritmos de búsqueda y por qué los primeros resultados podrían no siempre ser los más confiables. Otros docentes también aseguraron que en los últimos meses, en el contexto de la guerra en Ucrania, usaron sitios informativos rusos y memes como base para la discusión sobre los efectos de la propaganda financiada por el Estado.

Finlandia, que comparte una frontera de alrededor de 1300 kilómetros con Rusia, desarrolló sus objetivos nacionales para educación de medios en 2013 y aceleró su campaña para enseñar a los estudiantes a detectar desinformación en los años siguientes. Päivi Leppänen, una coordinadora de proyecto en la Agencia Nacional para la Educación de Finlandia, una institución gubernamental, aseveró que la amenaza de desinformación rusa en temas como la intención de Finlandia de unirse a la OTAN “no ha cambiado los fundamentos de lo que hacemos, pero nos ha demostrado que este es el momento para el cual nos hemos estado preparando”.

Aunque los adolescentes de la actualidad han crecido con las redes sociales, eso no significa que sepan cómo identificar y protegerse ante vídeos manipulados de políticos o artículos informativos en TikTok. De hecho, un estudio publicado el año pasado en el British Journal of Developmental Psychology encontró que la adolescencia podría ser el momento en el que más se cree en teorías de conspiración. Los autores del estudio anotaron que un factor que contribuye a ello podrían ser las redes sociales, con su influencia sobre las creencias de la gente joven acerca del mundo.

Aun así, el gobierno finlandés señala que los estudiantes son uno de los grupos más fáciles de concienzar. Pekkala aseguró que, ahora que hay programas en marcha dirigidos a los jóvenes, el gobierno utiliza las bibliotecas como centros para enseñar a las personas de mayor edad a identificar información en línea que tiene la intención de engañar.

Martikka y sus alumnos. La alfabetización mediática se enseña en Finlandia desde el preescolarCredit...Vesa Laitinen para The New York Times

Para maestros de cualquier grupo etario, crear lecciones efectivas puede ser un reto. “Es mucho más fácil hablar de literatura, que hemos estado estudiando durante cientos de años”, dijo Mari Uusitalo, una maestra de secundaria y bachillerato en Helsinki.

Ella comienza con lo básico, enseñando a los estudiantes la diferencia entre lo que ven en Instagram y TikTok y lo que leen en los periódicos finlandeses. “Realmente no pueden entender las noticias falsas o la información errónea ni nada si no entienden la relación entre las redes sociales y el periodismo”, dijo.

En los 16 años de Uusitalo como maestra, ha notado una clara disminución en las habilidades de comprensión de lectura, una tendencia que atribuye a que los estudiantes pasan menos tiempo con los libros y más con los juegos y viendo vídeos. Con destrezas de lectura más deficientes y lapsos de atención más cortos, los estudiantes son más vulnerables a creer en noticias falsas o no tener suficiente conocimiento sobre los temas para identificar información engañosa o incorrecta, dijo.

Cuando sus estudiantes hablaban este verano sobre vídeos filtrados que mostraban a la primera ministra de Finlandia, Sanna Marin, bailando y cantando en una fiesta, Uusitalo moderó una discusión sobre cómo las noticias pueden originarse a partir de vídeos que circulan en las redes sociales. Algunos de sus estudiantes habían creído que Marin estaba consumiendo drogas en la fiesta después de ver vídeos en TikTok y Twitter que insinuaban eso. Marin lo negó y más tarde, una prueba de consumo de drogas resultó negativa.

Uusitalo dijo que su meta era enseñar a los estudiantes métodos que pudieran usar para distinguir entre la verdad y la ficción. “No puedo hacer que piensen como yo”, dijo. “Solo tengo que darles las herramientas para que formen sus propias opiniones”.

Jenny Gross es reportera de asignaciones generales. Antes de unirse al Times, cubrió política británica para The Wall Street Journal. @-jgggross

martes, 21 de marzo de 2023

DEPRESIÓN. La ciencia busca nuevos métodos para combatir la depresión: detección precoz de los riesgos y tratamientos individualizados.

El 7,2 % de la población de la UE sufre de depresión crónica y la cifra se multiplica por cuatro en el caso de las mujeres

La depresión es una enfermedad crónica que se caracteriza por un bajo estado de ánimo persistente y, quienes la padecen, tras sufrir un primer episodio que llega a alterar sus vidas cotidianas, suelen tener recaídas. Cerca de la mitad de personas que han pasado por una depresión la padecen más de una vez. A muchos pacientes, esta afección les acompaña de por vida. Solo en la Unión Europea, el 7,2 % de la población sufre de depresión crónica y, en el caso de las mujeres, el riesgo se multiplica por cuatro.

Mientras la comunidad médica y científica trabaja para mantener esta epidemia global bajo control, una de las ideas que va tomando más fuerza es la de detectar de forma temprana a quienes estén en riesgo de sufrir depresión, ya que con ello se protege su salud mental futura.

“Se está haciendo cada vez más patente que un primer episodio de depresión es el desencadenante de un segundo episodio, por lo que desde un punto de vista científico, existe la probabilidad de que al prevenir el primer episodio se evite el siguiente”, explica Eiko Fried, profesor asociado de Psicología en la Universidad de Leiden, en Países Bajos. También es el investigador principal de WARN-D, un proyecto financiado por la UE con el objetivo de predecir quién corre el riesgo de “caer en el pozo” para después crear un programa personalizado para evitarlo. El proyecto empezó en 2021 y se extenderá hasta 2026.

Primeros síntomas
Si bien ya existen programas de prevención, incluidas las intervenciones psicológicas dirigidas a fomentar la resiliencia, estos solo pueden funcionar cuando el riesgo de padecer un episodio depresivo se identifica a tiempo. WARN-D es el primer estudio que intenta desarrollar un sistema fiable de alerta precoz.

Consistirá en una aplicación para teléfonos inteligentes capaz de monitorizar la salud mental de un usuario en tiempo real y de combinar esta información con los datos de su entorno social, psicológico y biológico. El objetivo es detectar el momento en que la persona está llegando a su límite personal, es decir, el momento crítico en el que una acumulación de problemas la ponen en riesgo de derrumbarse. El desarrollo de la aplicación empezará en los próximos dos años. Primero, el equipo investigador tiene que analizar enormes cantidades de datos en busca de rasgos comunes entre las personas propensas a la depresión.

Su objetivo es agrupar a las personas según un complejo conjunto de rasgos, que incluyen la personalidad (por ejemplo, extrovertida frente a introvertida), los factores que han catalizado el desarrollo de su trastorno (como una infancia traumática) y la capacidad innata de una persona para recuperarse de los contratiempos (también conocida como resiliencia). Es probable que los distintos grupos no respondan a la misma intervención, lo que significa que el programa preventivo debe adaptarse a cada grupo para que los resultados sean positivos.

La juventud en riesgo
La muestra del estudio es de 2 .000 estudiantes adultos jóvenes (captados en grupos sucesivos de 500), residentes en los Países Bajos. Las personas de este grupo demográfico se ven desproporcionadamente afectadas por la depresión y, en consecuencia, revisten especial interés para la comunidad investigadora. “Padecer depresión a una edad temprana se asocia a peores resultados clínicos a lo largo de la vida”, afirma Fried. “Muchas personas jóvenes pasarán más del 20 % de su vida en estado de depresión”.

Otra ventaja de seleccionar a jóvenes estudiantes es que es más fácil convencerles (con la ayuda de un incentivo en metálico de hasta 90 euros) de que lleven un smartwatch día y noche durante los tres primeros meses del estudio, que durará dos años. El reloj registra la actividad, desde los pasos dados hasta las horas de sueño, y detecta los niveles de estrés mediante un sensor de frecuencia cardiaca.

Además, cuatro veces al día se les hacen preguntas sobre aspectos relativos a cómo se encuentran en ese momento y que se cree que influyen en la depresión. Las preguntas pueden tratar sobre cómo han dormido, cuál es su grado de felicidad o enfado, o qué están haciendo en ese preciso momento. Además, cada domingo se les hacen preguntas más generales sobre ansiedad y depresión; por ejemplo, sobre cuáles han sido los mejores y peores acontecimientos de la semana.

“Nuestro gran objetivo es averiguar qué diferencias existen entre las personas en relación con su respuesta al estrés y en qué se parecen”, afirma el Fried. “Una vez que detectemos los aspectos comunes, podremos empezar a trabajar en sistemas que fortalezcan la resiliencia de la gente”.

¿Por qué esta tristeza?
Los síntomas de la depresión van desde la tristeza intensa, el cansancio y la dificultad para pensar hasta los trastornos del sueño, la pérdida de apetito y la falta de interés por actividades que antes resultaban placenteras.

Casi con toda seguridad, las causas de esta enfermedad se deben a la interacción de muchos factores, algunos biológicos y otros ambientales. Puede que, en cierta medida, los genes también influyan, ya que es más probable que una persona desarrolle una depresión si algún miembro de su familia también la ha padecido. Sin embargo, todo el mundo puede caer en una depresión. Entre los posibles factores desencadenantes figuran el estrés, la pobreza, la enfermedad, los cambios hormonales y los acontecimientos traumáticos, como una infancia difícil o un proceso de duelo.

Si bien algunos estudios demuestran que los fármacos pueden ser de ayuda, ahora mismo, la efectividad de los antidepresivos suele ser cuestión de azar, ya que solo la mitad de los pacientes responden positivamente a su primera prescripción. Acertar con la medicación desde el primer momento tendría un efecto muy positivo tanto en las personas con depresión como en la economía, y aliviaría la presión sobre los profesionales de la medicina.

Talia Cohen Solal es neurocientífica y directora ejecutiva de Genetika+, una empresa israelí que desarrolla herramientas para crear tratamientos personalizados contra la depresión. “Actualmente, nuestra estrategia para encontrar la medicación correcta es la de ensayo y error”, explica. “Como resultado, el 63 % de los pacientes prueba varios fármacos y un tercio no responde al tratamiento después de dos rondas”.

Cerebro en una placa de Petri
En su proyecto RxMine, financiado por la UE, Cohen Solal utiliza un modelo de “cerebro en una placa de Petri” (en el laboratorio, mediante tecnología de células madre, se generan células madre y redes cerebrales humanas a partir de muestras de sangre de los pacientes) para determinar el antidepresivo óptimo para cada paciente.

En investigaciones anteriores, el equipo de la investigadora descubrió cambios celulares específicos denominados “biomarcadores” en el tejido cerebral que están relacionados con la capacidad de respuesta de un paciente a un fármaco determinado. Para que una persona responda de forma positiva a un antidepresivo, deben encontrarse suficientes cambios en los niveles de los biomarcadores correspondientes en los modelos cerebrales generados.

El personal investigador sueña con que algún día a todas las personas con depresión se les realice una prueba para determinar qué fármaco es el más adecuado para ellas. Esto podría reducir en un 43 % los costes sanitarios relacionados con la depresión, lo que supondría un ahorro anual de hasta 6.500 € por paciente.

El equipo está ampliando sus estudios con nuevos fármacos, a la vez que trabaja en formas de hacer más eficientes sus procedimientos de análisis. “Esperamos tener algo que podamos poner en marcha en un plazo de dos años”, afirma Cohen Solal. “Nuestra principal aspiración es tratar de encontrar rápidamente el tratamiento adecuado a cada paciente y que no tengan que pasar por el inaceptable y peligroso proceso de ensayo y error para encontrar su medicación”.

La investigación descrita en este artículo ha sido financiada con fondos de la UE. Artículo publicado originalmente en Horizon, la Revista de Investigación e Innovación de la Unión Europea.

‘Sin novedad en el frente’: el auténtico pacifismo de Erich Maria Remarque.

El escritor alemán mostró los horrores de la Primera Guerra Mundial, pero no dudó en ayudar a los aliados en su lucha contra el nazismo.

En muchas de las grandes películas sobre la Primera Guerra Mundial no aparecen batallas, ni combates, a veces ni siquiera disparos. En 1932, Ernst Lubitsch dirigió Remordimiento, un filme sobre un soldado que, en la posguerra, visita un pueblo alemán para buscar a la familia del último soldado que mató. La gran ilusión (1937), obra maestra de Jean Renoir, trata sobre la relación entre oficiales de diferentes bandos en una prisión; Senderos de gloria (1957), prohibida en España hasta la llegada de la democracia, enseñaba la crueldad de la justicia militar; La vida y nada más (1989), de Bertrand Tavernier, relata la interminable búsqueda de los desaparecidos en Francia.

Todos estos filmes —sobre todo los de Lubitsch y Tavernier— demostraban que las guerras no se acaban cuando dicen los políticos, ni siquiera cuando se silencian las armas, sino que dejan una huella que las sociedades tardan años en quitarse de encima. De hecho, como demuestra la extraordinaria novela de Ignacio Martínez de Pisón Castillos de fuego (Seix Barral), a veces las posguerras son tan violentas como las guerras. Se puede sobrevivir a un conflicto y perderlo todo cuando acaba, como le ocurre a muchos de los personajes de Pisón en el Madrid de los años cuarenta.

Dos de las películas que llegaron a la recta final de los Oscar, la alemana Sin novedad en el frente y la irlandesa Almas en pena en Inisherin son filmes de guerra. En el primer caso, se trata de una nueva versión de uno de los grandes clásicos de la literatura antibelicista, escrito por un veterano del conflicto, Erich Maria Remarque (1898-1970), y publicado en 1929, en pleno auge del nazismo. En su primera parte, el filme muestra cómo el patriotismo enloquecido es capaz de llevar a una sociedad a su destrucción. En la segunda, muestra —a veces con un tono más cercano al videojuego que al cine— los horrores de las trincheras y las batallas. En la película irlandesa, en cambio, la guerra es algo remoto y a la vez muy presente.

Ahora que las batallas han regresado a Europa, resulta muy interesante repasar todo ese arsenal bélico —aunque, en realidad, la guerra nunca se fue muy lejos: Yugoslavia tiñó de sangre el final del siglo XX y, apenas empezado el XXI, Vladímir Putin comenzó en Crimea y luego siguió en el Donbás su ofensiva para destruir Ucrania—. Los expertos todavía debaten sobre los orígenes de la Primera Guerra Mundial —el historiador Christopher Clarke acuñó el concepto de “sonámbulos” para explicar la estupidez de las grandes potencias que avanzaron hacia el abismo sin darse cuenta—, pero sus consecuencias fueron clarísimas: el nazismo, la Segunda Guerra Mundial, el desastre total, el Holocausto… “Los horrores de la Europa del siglo XX nacieron de esta catástrofe que fue, en palabras del historiador estadounidense Fritz Stern, ‘la primera calamidad del siglo XX, la calamidad de la que surgieron todas las demás calamidades”, escribe Clark en Sonámbulos.

Sin novedad en el frente nos enseña a odiar las guerras; pero también nos permite entender que el despotismo debe ser frenado. El pacifismo de pacotilla de los que rechazan armar a Ucrania y quieren entregarle medio país a un tirano que pronto se lanzará por otros territorios y otras víctimas no es el de Remarque, cuyos libros fueron quemados por los nazis, que ejecutaron a su hermana pequeña en 1943 acusada de derrotismo. Desde su exilio estadounidense, él nunca dudó: denunció los crímenes de Hitler y colaboró con los servicios secretos de los Aliados. Odiaba la guerra; pero era consciente de que, si nadie se enfrenta al mal, seguirá avanzando.

lunes, 20 de marzo de 2023

ChatGPT y el método socrático.

La inteligencia artificial se incorporará también al aula, porque ninguna tecnología que sea útil ha dejado de utilizarse

Mientras los docentes se esfuerzan por desarrollar métodos de enseñanza capaces de incorporar las nuevas tecnologías y capturar la atención de unos alumnos cada vez más saturados de estímulos, la tecnología avanza a una velocidad que deja obsoletas las innovaciones antes incluso de que lleguen a implantarse. El pasado 30 de noviembre la compañía Open AI, creada en 2015, lanzó al mundo su ChatGPT, un sistema de inteligencia artificial basado en los modelos neuronales del lenguaje, capaz de hacer de forma autónoma y en cuestión de segundos un resumen perfecto de un informe, traducir un texto, construir un soneto, redactar una noticia o crear un cuento.

Esta nueva herramienta ha generado grandes expectativas. En cinco días logró más de un millón de usuarios y está siendo la gran novedad tecnológica de este año. Las prestaciones que ofrece suponen un salto más disruptivo del que en su momento fueron los motores de búsqueda. El acceso rápido a cualquier información depositada en la red permitió un gran salto en todos los trabajos relacionado con el conocimiento. ChatGPT va más allá. No se limita a ofrecer, como hace Google, una relación de accesos a webs y datos que luego hay que valorar, ordenar, relacionar e interpretar. La propia herramienta hace ese trabajo.

Es cierto que todavía tiene importantes limitaciones, entre ellas que no es capaz de distinguir lo que es verdadero de lo que es falso, si está bien presentado, y que la información que ahora maneja es la producida hasta 2021, pero como recordaba el investigador Michael Wooldridge, del Instituto Alan Turing de Londres, harían falta mil vidas humanas para poder leer todos los textos que tiene introducidos en el sistema. Si en sus primeros pasos ofrece unos resultados tan espectaculares, en un lenguaje tan natural, qué no será cuando tenga acceso a la última información disponible en la red y mejore sus programas de autoaprendizaje.

Todo esto va a tener un impacto enorme en todos los ámbitos relacionados con el conocimiento, pero especialmente en el aula. En los procesos de aprendizaje. Si disponemos de calculadora, ¿para qué aprender a dividir o dedicar tiempo a hacer ejercicios de cálculo? Con el ChatGPT se planteará el mismo viejo dilema, pero aplicado a todo lo que se puede aprender. Hasta ahora, el reto de los docentes era enseñar a los alumnos a buscar en Internet. A discernir entre las fuentes fiables de las que no lo son. A saber interpretar los datos obtenidos y utilizarlos de forma rigurosa y creativa.

Cualquier profesor puede ahora averiguar si el trabajo de un alumno es un mero corta y pega. Basta con hacer una búsqueda en Google para descubrir un plagio. Con ChatGPT va a ser prácticamente imposible discernir de dónde procede la información. Porque todo lo que crea es un trabajo original… hecho a demanda. Y puede utilizar el lenguaje de una forma más precisa, rápida y con más gracia que muchos estudiantes. Y con el tiempo, podrá hacerlo también de forma más creativa.

Todo esto simplifica el acceso a la información, pero complica la enseñanza y el aprendizaje. Al final, la inteligencia artificial se incorporará también al aula, porque ninguna tecnología que sea útil ha dejado de utilizarse. Pero habrá que saber manejarla y es posible que al final del camino, todas estas innovaciones nos conduzcan, paradójicamente, de vuelta a la oralidad. Será la única forma de evaluar. Que el alumno utilice las herramientas que quiera y pueda para buscar la información, pero que sea capaz de explicar el resultado. En persona y de viva voz. Eso llevará a poner más énfasis en la pregunta y en las consecuencias de la respuesta, que en la tecnología. Se trata de incorporar la inteligencia artificial en el aula como una extensión de nuestro cerebro, y utilizar la propia inteligencia, como siempre, para cuestionar las respuestas y resolver los dilemas que se nos presenten. Larga vida al método socrático.

https://elpais.com/sociedad/2023-01-16/chatgpt-y-el-metodo-socratico.html

domingo, 19 de marzo de 2023

_- La isla que reveló la esencia del ser humano. El médico Kári Stefánsson emprendió hace un cuarto de siglo una tarea descomunal: leer el ADN de los habitantes de Islandia en busca de los secretos de la vida y las causas genéticas de las enfermedades.

_- El médico Kári Stefánsson emprendió hace un cuarto de siglo una tarea descomunal: leer el ADN de los habitantes de Islandia en busca de los secretos de la vida y las causas genéticas de las enfermedades

Hay un hombre que tiene sangre de casi todos los habitantes de su país almacenada bajo su despacho. Es Kári Stefánsson, un visionario médico islandés de 73 años que, hace un cuarto de siglo, tuvo una ambiciosa idea: utilizar su singular nación natal, una isla volcánica pegada al círculo polar ártico, como gigantesco laboratorio para desentrañar la esencia del ser humano. Más de la mitad de la población, unos 180.000 voluntarios, han acudido durante este tiempo a la llamada de Stefánsson. La empresa que fundó y dirige, deCODE, ha analizado el ADN de todos ellos, revelando miles de variantes genéticas vinculadas a enfermedades comunes, como el cáncer y el alzhéimer. Es lo que el genetista Francis Collins, exdirector de los Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos, llama “el lenguaje de Dios”.

Stefánsson se queda pensativo, reflexionando sobre esa metáfora religiosa, mientras por la ventana entra la extraña luz del sol de Reikiavik. Tras 20 larguísimos segundos de silencio, el médico arranca a hablar. “Tengo mis dificultades con el tipo de Dios en el que cree Francis Collins. Si me encontrase hoy por la calle con ese Dios omnipotente que puede hacer cualquier cosa, probablemente le diría que es un cabrón increíble. ¿Por qué permites que haya guerras? ¿Por qué dejas que mueran niños?”, inquiere con la mirada clavada en el aire, como si realmente estuviera interpelando a un dios presente en la sala.

A unos metros bajo los pies de Stefánsson hay una inmensa cámara frigorífica, a 24 grados bajo cero, en la que brazos robóticos manejan tubitos con las muestras sanguíneas de los 180.000 generosos islandeses que han aceptado ceder su sangre y su historial médico a una empresa privada con ánimo de lucro. Los descubrimientos cosechados desde 1996 —miles de factores de riesgo de enfermedades, pero también algunas claves genéticas de la personalidad humana— se han publicado en las mejores revistas científicas del mundo.

En Reikiavik todo está cerca. A unos minutos caminando desde el despacho de Stefánsson se encuentra el Museo Nacional de Islandia. Un manuscrito milenario relata que los vikingos noruegos se asentaron en la isla a partir del año 874. Cerca de la entrada del museo, bajo una vitrina en el suelo, yace el esqueleto de uno de los primeros pobladores de la isla: un guerrero enterrado con su imponente espada y su caballo. Por los pasillos hay cuernos vikingos para beber, representaciones de criaturas fantásticas y referencias a divinidades olvidadas, como Thor y Odín, que un día atemorizaron a la humanidad y hoy solo demuestran, como dice Stefánsson, que los dioses son inventos humanos.

El genetista español Carles Lalueza, histórico colaborador de deCODE y director del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona, afirma medio en broma que, “por increíble que parezca, todos los islandeses son parientes, más o menos lejanos, de la cantante Björk o de sus propias parejas”. Y no exagera mucho. Unas 10.000 personas —en su mayoría hombres vikingos procedentes de lo que hoy es Noruega y mujeres raptadas en las islas británicas— se asentaron en la isla en apenas seis décadas tras el año 874. Casi todos los islandeses actuales pueden iniciar su árbol genealógico con alguno de aquellos pioneros. Stefánsson, por ejemplo, afirma que desciende de Egill Skallagrímsson, un hombre nacido en el año 910 que fue uno de los grandes poetas islandeses y también uno de los habitantes más feos de la isla, según suele bromear el médico. Esa escasa diversidad genética hace que Islandia sea un lugar ideal para buscar los errores en el ADN que producen las enfermedades humanas.

Stefánsson rumia pensamientos sobre la muerte. Uno de los últimos avances de su empresa es un método para predecir el fallecimiento de una persona en cinco años. Los investigadores hicieron un seguimiento de unos 23.000 islandeses durante 14 años, midiendo sus niveles sanguíneos de miles de proteínas. La nueva herramienta fue capaz de clasificar a personas sexagenarias y septuagenarias en función de su cercanía a la muerte. En el grupo señalado como de alto riesgo, murió el 88% de los participantes. En el de menor riesgo, solo falleció el 1%. El propio Stefánsson reconoce que esta posibilidad de predecir la muerte de una persona es “escalofriante”.

El médico recibe a EL PAÍS tras una visita a sus instalaciones organizada y pagada por Amgen, la farmacéutica estadounidense que en 2012 compró deCODE por unos 320 millones de euros. La empresa islandesa nunca supo convertir sus descubrimientos científicos en dinero y entró en bancarrota en 2009, el año en que todo el país nórdico se hundía en una crisis económica que acabó con decenas de banqueros corruptos condenados a prisión. Stefánsson es un empresario peculiar y controvertido. Habla más de poesía que de negocios. Defiende que un buen científico debe leer al menos medio centenar de novelas al año. “El idioma es la herramienta con la que piensas. Y para poder pensar cosas nuevas necesitas dominar el lenguaje. Tienes que ser un acróbata de las palabras”, argumenta.

Stefánsson cuenta sin rodeos que está muy triste y deprimido. Hace medio año falleció su esposa, con la que convivió 53 años. Todavía está “aprendiendo a vivir sin ella”. El médico, que suele pasar sus vacaciones en España y es un enamorado de poetas como Antonio Machado y Octavio Paz, escribe versos para intentar deshacerse del dolor. Él mismo se hace una pregunta, quizá la más importante de todas, en voz alta: “¿Qué es la vida?”. Y ofrece una respuesta sin lirismo: “La vida son todos los sistemas que se ensamblan a sí mismos, contienen ADN, permiten que ese ADN se copie y facilitan que, sobre la base de esas copias, se formen otros sistemas autoensamblables del mismo tipo”.

A juicio de Stefánsson, eso es todo. El ADN —la molécula con las instrucciones para formar un ser humano a partir de un óvulo fecundado— solo quiere multiplicarse. Es una receta escrita con carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y fósforo, al mando de cada célula humana. “Está claro que el ADN no existe para prestar servicio a los seres vivos. Los seres vivos existen para servir al ADN. La preservación del ADN es el propósito de la vida”, explica con una sonrisa amarga. “No es muy romántico, pero no hay Dios. Y es una pena, porque sería útil tener uno”, añade con sorna.

Stefánsson recuerda un poema que escribió un día de 1996, cuando se replanteó el sentido de la vida tras el nacimiento de la oveja Dolly, el primer mamífero clonado a partir de una célula adulta de otro animal. “Encuentro, perdida en el resplandor de un día soleado, la felicidad de un hombre infeliz, afortunado por ser solamente una única copia de sí mismo. Todo lo demás apesta”, recita con entonación y gestos.

La producción científica de Stefánsson es inabarcable. Ha firmado el 5% de todos los estudios publicados en la revista especializada Nature Genetics en poco más de una década. Sin embargo, la esencia humana es más compleja de lo que imaginó cuando fundó deCODE. En 2003, Stefánsson proclamó que esperaba desarrollar “al menos 10” fármacos a partir de sus descubrimientos de variantes genéticas asociadas a enfermedades. Todavía no existen. “Hay cosas en desarrollo que, espero, llegarán al mercado tarde o temprano”, afirma el médico.

El desafío es descomunal. La comunidad científica sabe desde la década de 1980 que determinadas mutaciones en el ADN, en un gen llamado KRAS, inician el cáncer en millones de personas. Sin embargo, el primer fármaco inhibidor de KRAS llegó a los hospitales el año pasado. El sotorasib, desarrollado por Amgen, inhibe una mutación específica, denominada KRAS G12C, que está implicada en el 13% de los casos de cáncer de pulmón no microcítico, el tumor pulmonar más habitual. El bioquímico Ray Deshaies, vicepresidente científico de Amgen, habló con sinceridad en una rueda de prensa en Reikiavik con motivo de los 25 años de su filial islandesa. “[El retraso de más de tres décadas] no ha sido porque no supiéramos lo que queríamos hacer, que era inhibir KRAS, sino porque no teníamos ni idea de cómo hacerlo”, reconoció.

Stefánsson estira los brazos sobre la mesa. “Es más fácil llevar a un ser humano a la Luna que hacer un fármaco realmente bueno”, reflexiona. “Y, sin embargo, la industria lo consigue”, subraya. El médico recuerda el caso del sida, provocado por un virus que se detectó en 1983 y desde entonces ha matado a más de 36 millones de personas, pero que ya es controlable con una simple pastilla al día. “Eso es excelente, hay que admitirlo. Aunque la industria farmacéutica sea un poco irritante, al menos destaca”, zanja.
La estadounidense Amgen es una de las 15 mayores farmacéuticas del mundo, con un beneficio de unos 7.000 millones de euros el año pasado. Su política de precios ha sido muy polémica en los últimos años. Su fármaco blinatumomab, contra un tipo muy agresivo de leucemia, salió al mercado en Estados Unidos en 2014 por unos 145.000 euros por paciente, convirtiéndose en uno de los medicamentos contra el cáncer más caros del mundo.

El biólogo Robert Bradway, director ejecutivo de Amgen, afirmó en una conferencia en Reikiavik que ni siquiera uno de cada 10 de sus fármacos experimentales, que parecen prometedores en animales, funciona en los ensayos en humanos. “Los ratones son maravillosos. El problema es que son y siempre serán ratones. Y los ratones no son buenísimos para predecir qué pasará en los humanos. Lo que cure la obesidad en ratones puede que no funcione en las personas”, lamentó Bradway. La mayor parte de las variantes genéticas descubiertas por deCODE solo aumentan ligeramente el riesgo de padecer una enfermedad —hay unas 3.000 asociadas a la obesidad—, pero algunas de esas mutaciones pueden desvelar el mecanismo de una patología. Por eso Amgen decidió comprar la empresa islandesa en 2012.

Bradway repite un dato habitual en la industria farmacéutica: engendrar un fármaco requiere unos 15 años y 2.300 millones de euros. Son cifras muy discutidas por algunas organizaciones, como la suiza Iniciativa Medicamentos para Enfermedades Olvidadas, que ha invertido solo 55 millones de euros para desarrollar un fármaco eficaz contra la enfermedad del sueño. El director ejecutivo de Amgen ganó en 2021 más de 20 millones de euros, 166 veces más que el trabajador medio de su empresa, según la información pública de la propia compañía.

Kári Stefánsson admite los claroscuros. “Es evidente que existe un cierto conflicto entre el interés público y el de las empresas privadas con ánimo de lucro que se dedican a desarrollar fármacos. Sin embargo, hay muchos más intereses comunes de lo que se cree”, opina. El médico recuerda que, semanas antes de que la covid obligara a la humanidad a esconderse en sus casas, llamó a la dirección de Amgen para pedir que le dejaran las manos libres para dedicarse a investigar el nuevo coronavirus. “Hazlo, por el amor de Dios”, le respondieron. Sus datos mostraron muy pronto que la mitad de las personas infectadas eran asintomáticas y que los niños apenas enfermaban. Islandia resistió mucho mejor que otros países la terrorífica primera ola de la covid.

El médico islandés, sin embargo, tiene sonoros enemigos. El experto en bioética Henry Greely, director del Centro para el Derecho de las Ciencias de la Vida de la Universidad de Stanford (EE UU), ha cargado públicamente contra la personalidad “desagradable” de Kári Stefánsson y lo ha acusado de aprovecharse de los islandeses sin compartir con ellos sus ganancias. La economista islandesa Svala Gudmundsdottir, en cambio, ha alabado la “conocida generosidad” del fundador de deCODE, por donar caros equipamientos médicos al hospital universitario de Reikiavik y por hacer test masivos de covid a la población sin cobrar un euro.

La empresa islandesa tiene el ADN de familias enteras de la isla. El análisis de estos datos ha revelado sorprendentes claves de la personalidad humana. Stefánsson habla de la “crianza genética”: los genes de los padres, incluidos los que no se transmiten al hijo, marcan el destino de esa persona. Esos genes que tú no tienes influyen en tus notas escolares, en la edad a la que tienes tu primer hijo, en tus niveles de colesterol y en el número de cigarrillos que fumas. “Creo que la libertad está limitadísima en nuestro libre albedrío. Estás genéticamente programado para querer ciertas cosas y para no querer otras”, sentencia Stefánsson. “El libre albedrío es una ilusión”.

Uno de los mejores jugadores de ajedrez de la historia, el estadounidense Bobby Fischer, se mudó a Islandia en 2005 huyendo de las autoridades de su país, que lo perseguían con saña por violar las sanciones contra Yugoslavia al participar en un torneo amistoso en 1992. La fuga a la isla nórdica no fue casual. Fischer era allí un ídolo desde que en 1972 derrotara en el campeonato del mundo de Reikiavik al genio soviético Boris Spassky, en plena Guerra Fría entre Estados Unidos y la URSS. El duelo se vivió en todo el planeta como si fuera una auténtica batalla con bombas atómicas sobre un tablero ajedrezado. Al regresar a Islandia más de tres décadas después, ya enfermo y cerca de la muerte, Bobby Fischer se hizo amigo de Kári Stefánsson.

El gran maestro estadounidense, de 62 años, había perdido por entonces la cabeza, víctima de “una especie de psicosis paranoica”, según recuerda el islandés, y de una obsesión contra los judíos, los negros y las mujeres. Los dos nuevos amigos paseaban por Reikiavik manteniendo, pese a todo, conversaciones que de vez en cuando eran “maravillosas”. El documental islandés Yo y Bobby Fischer (Fridrik Gudmundsson, 2010) muestra algunas de aquellas charlas memorables. En una de ellas, a bordo de un coche en marcha, el ajedrecista arremete contra la investigación genética y la compara con el trabajo de los físicos que hicieron posible la bomba atómica. La discusión, una auténtica clase de filosofía, acabó a gritos, pese a que Stefánsson empezó conciliador.

—Lo que hacemos en mi empresa es, simplemente, intentar descubrir de qué trata la vida, no la manipulamos de ninguna manera.

—Igual que los científicos estaban intentando descubrir de qué trata el átomo y mira a qué ha conducido.

—Ha conducido a un conocimiento más profundo de…

—¡Ha llevado a acumular bombas de hidrógeno!

—Eso no es una consecuencia.

—Sí lo es.

—Es una consecuencia de que hay gente estúpida que se aprovechó de manera malvada. No puedes…

—El…

—¡Escúchame! Si intentas prohibir el descubrimiento de nuevos conocimientos, estarás empezando a controlar el mundo con consecuencias impredecibles. ¡No sabes en qué consisten esos conocimientos hasta que los descubres! ¿Cómo vas a controlar lo que podemos descubrir?

Stefánsson rememora ahora aquellas discusiones. Desde la muerte de Bobby Fischer, en 2008, deCODE ha seguido iluminando los entresijos genéticos del ser humano, gracias a los 180.000 voluntarios de Islandia y a otros dos millones de personas que se han sumado desde otras partes del mundo. Otros países, como el Reino Unido, también se han lanzado ahora a intentar leer de manera masiva el ADN de sus ciudadanos. “El conocimiento en sí mismo nunca es maligno”, insiste Stefánsson. Tras un cuarto de siglo descubriendo diferencias genéticas entre los seres humanos, el médico islandés se queda con una lección aprendida en su remota isla volcánica: “Tenemos que recordar que somos una única especie. Lo que nos separa es mucho menos que lo que nos une. No debemos utilizar la diversidad para discriminarnos unos a otros. Deberíamos celebrar la diversidad humana”.

sábado, 18 de marzo de 2023

Ni todos malos ni todos iguales

Comenzaré el artículo con una historia que luego voy a criticar. Lo advierto para que el lector o lectora no se regodee demasiado en su lectura y en su conclusión. Cuentan que un político muere y va al otro mundo. Al llegar allí le dicen que la norma existente es que tiene que pasar veinticuatro horas en el infierno y otras veinticuatro en el cielo. Y que luego tendrá que decidor dónde quiere pasar la eternidad. Y lo tendrá que decidir con cuidado porque no puede retroceder en la decisión.

Dice que él quiere ir al cielo para toda la eternidad pero le responden que la norma es la norma y que primero tendrá que probar en el cielo y en el infierno durante un tiempo exactamente igual. Le dan a elegir por dónde quiere empezar y dice que mejor por el infierno. Al entrar ve a otros políticos de su partido que pasean con unos trajes elegantes. Tienen rostros juveniles, parecen contentos mientras conversan amigablemente entre risas. El clima es magnífico y todo parece resplandecer. Después de caminar se encuentra con un reluciente campo de golf, en el que echa unos hoyos con una preciosa joven que llega al mismo tiempo.

Pregunta dónde puede comer algo y le dicen que hay un restaurante llamado El Tridente, donde puede elegir manjares exquisitos y vinos de altísimas marcas. No puede estar más feliz. Se acerca con su recién estrenada amiga y piden langosta, caviar y otras viandas exquisitas. Los vinos, tintos, rosados y blancos no pueden ser de mejor calidad.

Después de la comida, les dicen que hay bailes, fiestas y licores a discreción. Van pasando las horas y casi se ha olvidado ya de qué es lo que está haciendo allí. De pronto le avisan de que ha terminado su estancia en el infierno. Lo lamenta, pide quedarse allí definitivamente y le responden taxativamente que no es posible. Entonces recuerda que ahora le toca disfrutar del cielo. Con buen criterio se argumenta que si eso ha sido el infierno, qué no será lo que le espera.

Abren las puertas del cielo y ve unas nubes blancas y esponjosas de diferentes tamaños. No hay nadie, hecho que le sorprende y preocupa. Pensó que, al menos su amiga, estaría en la nueva prueba. Pregunta por ella y le dicen que no vendrá nadie. Le dan un arpa y, sorprendido y enfadado, dice que no sabe tocar y que no tiene ningún sentido musical. Él rechaza la prueba y dice que ya tiene la decisión tomada. No quiere pasar todo ese tiempo, acompañado del arpa y saltando de nube en nube. Dice que ha hecho amistades en el infierno y que quiere volver allí cuanto antes para toda la eternidad. Le dicen que no es posible. Tiene que completar la prueba. Las veinticuatro horas se le hacen eternas. Se aburre como una postra mientras se reafirma en la decisión tomada. No hay comparación.

Cuando le avisan de que ha terminado la segunda estancia, le proponen que elija con sumo cuidado dónde quiere pasar la eternidad Con cuidado porque no hay marcha atrás. Sin dudarlo ni un segundo dice que quiere ir al infierno. Le insisten en que tiene que elegir con mucho cuidado y él se reafirma en lo dicho.

Cuando entra en el infierno se lleva un susto terrible. Están los políticos de su partido, pero ahora visten trajes andrajosos, sus rostros son decrépitos y están buscando comida en la basura. El clima es asfixiante y el olor insoportable. Se dirige al campo de golf para distraer su enfado y para localizar a su amiga. Pero el campo está calcinado. Cuando pregunta por la comida le dicen que tiene que hacer lo que ha visto que hacían sus compañeros de partido: buscar en el basura algo que se pueda llevar a la boca.

Quiere cambiar la decisión y le responden que no es posible, que fue advertido de forma clara reiterada. Tenía que elegir con sumo cuidado porque no se podía cambiar la decisión. Entonces pide formular una enérgica protesta y le aconsejan que vaya a las oficinas del infierno para presentar su queja. Así lo hace.

No hay derecho. Estoy indignado. He pasado ayer veinticuatro horas maravillosas y, ahora, cuando he elegido pasar aquí la eternidad me encuentro con una situación insoportable. ¿Qué ha sucedido?
Muy sencillo, señor, le dicen, es que ayer en el infierno estábamos en campaña electoral.
Es probable que esta historia sea celebrada con risas y aplausos cuando se cuenta en corrillo o en una tertulia. Viene a confirmar esa sospecha de que todos los políticos son falsos y mentirosos.

Siempre es bienvenida la descalificación y la crítica a la clase política.. No caemos en la cuenta de que ese rechazo, esa crítica indiscriminada, esa condena constante y generalizada es profundamente antidemocrática.

Sé que este es un artículo que va contra la corriente, sobre todo en tiempos preelectorales. La corrupción política es tan escandalosa que corremos el peligro de pensar que todos los políticos son corruptos, delincuentes, mentirosos y ladrones. Cuando se dice que todos los políticos son iguales se quiere decir que todos son igual de corruptos. Pues no. Yo pienso que la mayoría, la inmensa mayoría son personas generosas y docentes. Más o menos acertadas, pero decentes.

¿Hay políticos corruptos? Sí, lamentablemente. Pero también hay arquitectos corruptos. Y médicos y profesores y abogados… Pero hay una especial tendencia a la generalización cuando se produce la corrupción en la política. Y es verdad que tiene una especial gravedad cuando se produce en democracia. Porque esas personas están en el cargo porque los ciudadanos y ciudadanas depositamos en ellas nuestra confianza a través del voto.

Creo que es una mala práctica democrática meterlos a todos en el mismo saco y poner fuera la etiqueta de BASURA. Porque no es verdad que todos puedan meterse en un mismo saco. Y menos en ese saco que les hace a todos despreciables.

Ellos mismos inducen a que realicemos esos juicios injustos e inexactos. Porque, cuando la corrupción se produce en el partido adversario, se trata de extender tramposamente la acusación a todos sus militantes y simpatizantes. He oído decir al señor Maroto, a raíz del “caso mediador” que la droga y la prostitución es como una seña de identidad del partido socialista. Porque ha habido algunos (muy pocos) en Canarias y hubo también algunos (muy pocos) en Andalucía que incurrieron en esas prácticas.

Se equivocan cuando se muestran implacables en condenar la corrupción en el partido adversario. Y mucho menos cuando se produce en el propio partido. No caen en la cuenta de que haciendo esas generalizaciones están echando tierra sobre el propio tejado.

¿Hay curas pederastas? Los ha habido y los hay. Pero, ¿sería justo generalizar y mirar a cada persona embutida en una sotana como un malhechor contra la infancia?

Con esto no quiero decir que no haya que perseguir de forma implacable esos casos de corrupción. Ni los disculpo, ni los minusvaloro. Como decía, son especialmente graves en quienes han traicionado la confianza depositada en ellos por la ciudadanía.

Son celebradas las agresiones a los políticos en las tertulias televisivas y en los programas de radio. Qué decir de los bares y de las peluquerías. Tiene el aplauso seguro quien diga algo ingenioso y despectivo sobre ellos.

Son todos unos sinvergüenzas
Son todos iguales
Son todos unos ladrones
Son todos unos corruptos
Son todos unos mentirosos

Es curioso observar el celo apocalíptico de la de la derecha o de la izquierda cuando descubre en el adversario un atisbo o una imputación o una condena de alguno de sus miembros. La furia condenatoria no tiene limites. Incluso se explora para ver si se encuentra un saco de piedras escondido en el pasado de algún contrincante.

Se da a entender que si lo hace el adversario es diferente, más grave, más alevoso, más perverso, más despreciable, más condenable. Si lo hacen los otros es distinto. Y ese juicio severísimo es especialmente acentuado en época de elecciones. Como si alguien fuera más decente en la medida que denuncia y condena el hecho delictivo de los demás. Ayudémosles a ser honestos. No solo condenando la corrupción. También y, sobre todo, reconociendo su honradez.

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2023/03/11/ni-todos-malos-ni-todos-iguales-2/

viernes, 17 de marzo de 2023

PROFESORADO. Matthew Kraft, investigador: “Si no cambiamos lo que los profesores hacen dentro del aula, las leyes no cambiarán nada”.

El profesor de la Universidad de Brown, uno de los referentes en el estudio de la carrera docente en EE UU, defiende las tutorías individuales y la necesidad de valorar y promover el desarrollo de los profesionales de la educación.

Matthew Kraft (St. Louis, Missouri, 41 años) comenzó a trabajar como profesor de secundaria en California poco después de graduarse en Relaciones Internacionales en Stanford. Fue en esa época, mientras desarrollaba un programa que el director de un instituto de Berkeley le había encargado para enganchar a adolescentes en riesgo de abandono escolar —“Fue un reto enorme y mis alumnos me enseñaron un montón”—, cuando decidió que quería contribuir a mejorar el sistema educativo en su conjunto. Hoy, doctorado en Análisis Cuantitativo de Política Educativa por la Universidad de Harvard, profesor asociado de Educación y Economía en la Universidad de Brown, con su experiencia al hombro como maestro de a pie y sindicalista, es uno de los investigadores de referencia sobre la profesión docente en Estados Unidos. También sobre los programas de tutorías individualizadas como los que está financiando el Gobierno de Joe Biden para recuperar las pérdidas de aprendizaje causadas durante la pandemia de covid. Kraft se ha tomado un año sabático en Brown para viajar a España como investigador visitante en la Universidad Carlos III y el Centro de Política Económica de la escuela de negocios Esade (EsadeEcPol), donde este jueves ofrecerá una de las conferencias del encuentro anual del think tank en Madrid.

Pregunta. ¿A qué se refiere cuando habla de tutorías?
Respuesta. Me refiero básicamente a instrucción individual. Hay un mercado privado enorme para este tipo de clases particulares. También en Estados Unidos. Es un mercado de unos 6.000 millones de dólares al año [algo más de 5.600 millones de euros]. Hay muchísima demanda. Y también mucha base científica que demuestra que su eficacia es enorme, mucho mayor que casi cualquier otra intervención que se haya medido en escuelas de primaria y de secundaria. Así que la idea es buscar la manera de ofrecerlo en la escuela pública, es decir, de dar a los alumnos más instrucción personalizada y de democratizar el acceso a este tipo de enseñanza. La idea es ofrecer clases dedicadas totalmente a esta instrucción individual o en grupos muy pequeños, nunca más de cuatro, porque si no se empieza a acercar demasiado a un aula, con sus dinámicas y sus necesidades.

P. Estamos hablando, entonces, de tutorías que se integrarían dentro del horario lectivo, no de refuerzos extraescolares después de las clases.
R. Eso es. Y es muy importante hacerlo de esa forma porque cuando se ofrecen fuera de la jornada escolar surgen bastantes barreras: unos alumnos tienen dificultades con el transporte si tienen que ir a otro centro, o tienen problemas de acceso a internet si tienen que utilizar algún recurso online… Además, se trata de un programa que creo que no solo puede ser un apoyo académico, sino socioemocional, por el hecho de que cada alumno pueda tener a alguien que le conozca, que le apoye y le ayude a atravesar su camino escolar.

P. Pero para eso harían falta muchos, muchos profesores.
R. Claro, sería un programa intensivo a nivel humano y, desde luego, si estamos pensando en aplicarlo en la escuela pública, deberíamos tener una oferta más allá de los profesores. Pero si, como yo propongo, queremos además que sea sostenible a largo plazo, tampoco podemos hacerlo solo a base de voluntarios [así se está haciendo en muchos de los programas que están poniendo en EE UU]. Por ejemplo, podrían ejercer como tutores universitarios en prácticas que estén cursando carreras de Educación, lo que les daría un montón de experiencia con los alumnos. También se podrían establecer programas de alumnos voluntarios de secundaria que trabajasen con alumnos de primaria, obviamente con formación y apoyo… Yo veo la figura de los tutores como un portfolio de posibles perfiles: universitarios en prácticas, alumnos de secundaria voluntarios, profesores jubilados, voluntarios de asociaciones, pero también, como un perfil específico dentro de la carrera docente. Porque no queremos tutores que cambien cada semana; la idea es establecer una relación personal que se mantenga a lo largo de un trimestre, de un curso entero. La base de esta intervención es esa relación.

P. ¿Sería entonces una especie de evolución y desarrollo del sistema de desdobles?
R. Algo así. Yo veo las tutorías como una versión avanzada de un sistema educativo. Creo que podemos complementar la enseñanza con grupos de instrucción más personalizada que ayuden a los alumnos a superar sus dificultades, pero también que alivie a los docentes de la carga continua de trabajar solo, aislado, con una clase de 30 alumnos.

P. Precisamente, usted ha estudiado en profundidad la situación de la profesión docente en EE UU. ¿Cómo la describiría?
R. Se ha producido un auge y una caída de la profesión docente a lo largo de cinco décadas y ahora mismo está en su nivel más bajo. Y no es algo que haya ocurrido de repente, después de la pandemia; la caída comenzó en torno a 2010 y las consecuencias se pueden ver, por ejemplo, en la disminución de interés en la carrera de las nuevas generaciones. Solo el 37% de los padres dicen que les gustaría que sus hijos fueran profesores, un 50% menos que hace 12 años. Pero eso es solo una parte del problema, el de los profesores del futuro. Los que ya están trabajando manifiestan unos niveles de satisfacción bajísimos y unos niveles altísimos de burn-out [el síndrome del profesor quemado]. Esto ha provocado un nivel creciente de rotación y abandono, que impide el desarrollo profesional de los profesores y perjudica el aprendizaje del alumnado.

P. Y ¿cómo se arregla eso? Porque supongo es una cuestión de dinero, pero no solo.
R. Cuando hablas con los docentes, enseguida te das cuenta de que nadie ha elegido esa profesión para hacerse rico, sino porque le encanta trabajar con los jóvenes y porque quiere cambiar el mundo y contribuir a su comunidad. Pero, al mismo tiempo, tienen que poder vivir dignamente. Y en Estados Unidos, en algunos Estados, a los profesores se les está expulsando de la clase media; se ven obligados a tener un segundo empleo simplemente para poder pagar un piso compartido. En EE UU tenemos que aumentar los sueldos de los docentes. Eso es así. Punto. Pero eso no va a cambiar el sistema. Debemos pagarles más, pero no a todos igual. La carrera docente es demasiado plana —una característica que desincentiva a muchos jóvenes— y creo que debemos asociar los sueldos a distintas etapas de la profesión, con profesores formadores, profesores que estén con un pie en la escuela y otro en la universidad, investigando, desarrollando currículos, apoyando a sus colegas… Hay puestos que sí tienen ciertos aumentos de sueldo, pero no conllevan ningún otro reconocimiento fuera del sistema…

P. En España ha habido intentos, desde hace más de tres décadas, por establecer una carrera docente de ese estilo, con unos escalones y una progresión que tenga que ver con los puestos, los perfiles, los méritos… Pero Administraciones y maestros nunca han logrado ponerse de acuerdo. ¿Cómo se conjugan las legítimas reclamaciones laborales con la necesidad de mejorar el sistema?
R. Creo que los propios profesores tienen la oportunidad de pilotar ellos mismos el desarrollo de su profesión y cambiarlo desde dentro. Pero, cuando no se les valora, no tienen más opción que centrarse en aumentos de sueldos iguales para todos, sin ninguna consideración a las características de cada puesto. Yo creo que a veces lo que pasa es que los administradores, los políticos ven que hay una necesidad de mejorar el sistema, pero no se toman la molestia de sentarse con los profesores para abrir un diálogo sobre la manera de avanzar con ellos, no en su contra. Entonces, las políticas se les caen encima. Pero si los docentes se pusieran a la cabeza de la mejora proponiendo un sistema de evaluación y acompañamiento, eso les daría argumentos para reclamar mejoras salariales e incentivos que consigan atraer y mantener a los mejores dentro de la profesión.

P. Entonces, ¿cree que es necesario evaluar a los profesores?
R. En cualquier profesión existe alguna forma de evaluación. Pero medir la calidad de un profesor, hacerlo bien, de una forma rigurosa, es costoso, porque necesitas muchos elementos de valoración. Idealmente, el director, los compañeros y alguien externo a la escuela les observarían trabajar en el aula y analizarían su práctica docente. Pero en Estados Unidos nos concentramos sobre todo en la idea de que hay malos profesores y, por tanto, hay que medir su desempeño para localizarlos y despedirles. Y no digo que esta sea la única razón de la pérdida de atractivo de la profesión, pero es una de ellas. Además, parece que hemos olvidado que es un trabajo muy difícil. Es un reto enorme convertirse en un profesor eficaz. Hay dos vías ideológicas para el proceso de rendición de cuentas: mejorar el profesorado despidiendo a los peores y reemplazándolos, o mejorando el trabajo de la gran mayoría, de los que no se les da tan bien y de los que ya son buenos, que pueden llegar a ser buenísimos. Obviamente, hay que garantizar unos mínimos, pero por eso mismo, en lugar de defender a todos con independencia de su desempeño, los sindicatos podrían ser los encargados de mantener ese nivel mínimo, promoviendo una cultura de mejora continua y con ello, además, pueden evitar las políticas de evaluación externa.

P. Ahora que se ha iniciado de nuevo un proceso para establecer una carrera docente en España. ¿Qué lecciones se pueden aprender del caso estadounidense?
R. Una lección clave es que la implantación de una política es lo más importante para lograr su éxito. Podemos escribir una ley preciosa, pero si la implantamos de una manera desequilibrada o meramente burocrática, no va a cambiar la forma de enseñar. Y si no cambiamos lo que los profesores están haciendo de verdad dentro del aula, las leyes no cambiarán nada. Y para tener éxito hay que involucrar a los profesores. No digo que, si están en contra de una ley, debamos pararla, lo que digo es que hay que tener en cuenta sus propuestas de cómo llevar a cabo las reformas. Otra idea es que las condiciones laborales no solo impactan en la atracción o no de nuevos docentes, sino en la efectividad y eficacia de los que ya están trabajando. Un profesor no es un robot, capaz de ofrecer la misma enseñanza en cualquier contexto. Obviamente, el salario es importante, pero hay bastantes posibilidades de mejorar las condiciones laborales por otras vías. Las infraestructuras, por ejemplo, son importantes y también el número de alumnos por aula, pero nuestras investigaciones han demostrado que lo que más valoran los profesores son cuestiones como el liderazgo del director, la cooperación y la confianza entre los compañeros, el tiempo para planear su currículo y reunirse en equipos o el apoyo de otros perfiles como psicólogos y trabajadores sociales.

P. En España también se ha hablado mucho de descentralización educativa y de autonomía de los centros. En su opinión, ¿cuáles son las bondades y los problemas de un sistema tan descentralizado como el estadounidense?
R. Por un lado, es bastante difícil lograr el mismo nivel de rigor en la consecución del currículo, debido a la independencia de las escuelas y su distancia con las políticas a nivel federal. Es realmente difícil generalizar políticas que han funcionado a nivel local. Pero, por otro lado, esa independencia permite a los mejores directores y profesores innovar y generar nuevas ideas; es increíble lo que pueden hacer cuando no tienen limitaciones y barreras. Sin embargo, de nuevo, un sistema tan descentralizado hace difícil replicar esas buenas prácticas.