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jueves, 20 de septiembre de 2018

El PP respondió a la ONU que “la voluntad de reconciliación” solo sería posible “a través del olvido, la amnesia y el perdón”. El relator especial de Naciones Unidas sobre los crímenes del franquismo: “O se juzga a sus responsables o se extraditan”

La Marea


“Mi más absoluta solidaridad con las víctimas”. Con esas palabras comenzaba su intervención en la Sala Constitucional del Congreso de los Diputados el argentino Fabián Salvioli, relator especial de Naciones Unidas para la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y la garantía de no repetición. Invitado por el intergrupo de Memoria Histórica de las Cortes y apoyado por Unidos Podemos, PNV, ERC, PdeCat y Compromís, Salvioli abordó la situación de impunidad de los crímenes de la dictadura franquista y de la Guerra Civil.

El relator, muy crítico con la Administración española, ha planteado que “si quienes están a cargo de las funciones del Estado” no cumplen con sus obligaciones jurídicas, “¿para qué están?”. “No sé qué otra señal” necesitan, añadió. Y aseguró que la falta de soluciones no parte de un problema de Derecho: “Lo que ha faltado es voluntad política”.

Ya en 2014, su antecesor en el cargo, el colombiano Pablo de Greiff, emitió un informe donde instaba a España a reparar a las víctimas del franquismo. La respuesta no se hizo esperar. En septiembre, tal y como ha revelado este martes el relator, el gobierno del PP indicó lo siguiente: que “la voluntad de reconciliación” solo sería posible “a través del olvido, la amnesia y el perdón”. Unas declaraciones que, para el relator, “marcan un profundo desprecio por las víctimas”.

Al año siguiente, Salvioli advirtió a España ante el Comité de Derechos Humanos que debía “derogar la Ley de Amnistía, investigar, juzgar y condenar a los responsables”, ya que si cada país interpreta el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos como quiere “entonces no hay estándares internacionales de Derechos Humanos”. Ese mismo año, recuerda el relator, el Consejo de Ministros, entonces presidido por Mariano Rajoy, rechazó las extradiciones de una veintena de imputados por la justicia argentina. Tras tacharlo de surrealista, ha instado al ejecutivo de Pedro Sánchez a modificar esa directriz por considerarla “jurídicamente insostenible, además de apuntar a dos únicas vías de actuación posible: “o se juzgan o se extraditan”. Para lo primero, es fundamental actuar sobre la Ley de Amnistía, “incompatible con todo el andamiaje jurídico internacional”. Si no es suprimida, cree que “igual no debería ser tenida en cuenta” porque “sus efectos jurídicos son nulos”, afirmó. Sin embargo, durante la intervención de los distintos grupos políticos, el representante socialista se mostró contrario a esa petición por “todo lo que conlleva” y por lo que “en su día significó”.

Pide exhumar de una vez a las víctimas y rechaza la reconciliación. Asimismo, considera importante la decisión de exhumar del Valle de los Caídos los restos de Franco, pero mantiene que debe ser “complementado por otras cosas” porque sigue “revictimizando a las víctimas”, aludiendo a la simbología que profesa el mausoleo. Sobre la situación de las miles de personas que aún continúan en cunetas, ha insistido en que “la gente se está muriendo, y quiere morirse en paz”, así como tener “un lugar para llevarles una flor a un familiar; poder hacer el duelo”, ante lo que cuestiona “el grado de humanidad” de quienes hacen oídos sordos a estas demandas. A su juicio, “si el Estado fue capaz de hacer desaparecer una persona, tiene que ser capaz de decirle dónde está”.

Por otra parte, Fabián Salvioli rechaza el concepto de reconciliación de una víctima con su torturador. Una palabra cuyo sentido, señala, “se ha mal utilizado”, y que será objeto de su próximo informe, previsto para el año que viene. Para él, reconciliación es “la recuperación de la confianza de la sociedad en el Estado”, solo posible “a través de la restauración de la justicia”. “Cualquier otra interpretación es absolutamente perversa”. “Otra cosa es el perdón individual”. 

Fuente: http://www.lamarea.com/2018/09/18/relator-naciones-unidas-crimenes-franquistas/

lunes, 3 de septiembre de 2018

Una lectura del Museo de la clase obrera de Juan Carlos Mestre

Nueva Tribuna


Las minúsculas son un tributo a la memoria, a la historia, a la conciencia, a la conciencia de la memoria histórica.

Solo una vez sucede, cualquier cosa, toda cosa, incluso la claridad sin ninguna cosa de la conciencia clara de las cosas. Porque los obreros en el museo son formas muertas, entre las que pasean los carneros del orbe de los iguales, las patatas podridas bajo la tierra. No hay pájaros en los museos, pero aún habitan los graneros, ese lugar donde los trinos no tienen mayúsculas, sino una necesidad escalada en el tono de las armonías. Así son las páginas de este libro, una creciente armonía necesaria en el corazón del coraje y la esperanza.

Las minúsculas son un tributo a la memoria, a la historia, a la conciencia, a la conciencia de la memoria histórica. No hay primera línea en nada, no hay punto y seguido que justifique el olvido; no hay punto y aparte que quiebre hasta el trauma la rialidad de la solidaridad. En momentos, dos puntos, signos de admiración, rastros y quizá gestos de una conciencia individual que se reconoce en este paseo entre las ideas heridas de muerte como una sanadora, una voz y una palabra política pensando una ontología de lo inenarrable, o quizá, una ontología de los suicidas, desde el suicidio de Dios en Mainländer hasta Rothko, o a ese otro suicidio advenido por la coherencia y el compromiso a manos de otros, ellos sí asesinos de la más alta inteligencia y del más profundo amor a la vida de Lorca y Pasolini [1]. Y resaltados en negrita que llaman al entusiasmo del sujeto moral y no a la alienación histérica que jamás se cuestionará la naturaleza de la palabra.

Así es la vuelta al otro, despojada y sin fronteras, una teodicea óntica donde narrar y matar el mal, recontar el Génesis, volver para clausurar el comienzo del más allá en el Libro de Daniel, que no antes estuvo en el judaísmo; volver al rapto y arrebatamiento del Libro de Ezequiel; que el Apocalipsis, donde se hable del reino de la tierra y no de los cielos, sea el inicio; pensar en Juan de Patmos, isla seca y árida y azotada por el viento, como un hacedor de esperanza, un artesano de tesuras para vivir esta vida y no otra, nunca otra, jamás mesiánica.

Las páginas nos sumergen, nos alojan en la maquinaria del reloj hebreo de lo inconsciente, donde la conciencia es culpa si no es olvido, y Mestre venera la memoria, la memoria judía de su nombre, que es la palabra que el Órbigo bautiza para ser la voz de los desheredados. Mestre, el más judío de las letras hispanas, ajusta en este libro cuentas de su conciencia, lava lo que de miserable pueda imaginar en su estirpe, se reconoce en el libro abierto, que al modo de Jabès le devuelve la imagen del pensamiento por el ser o la nada. Sus metáforas del pensar caminan como enloquecidas por las calles de una Roma antigua. Creo que ya de niño se sintió expulsado de Jerusalén y no se convirtió al señor su Dios, buscó la Ciudad de los Hombres que los aedos cantan, se convirtió en uno de ellos, en uno de los extraviados, de los exploradores licios y sármatas que bebieron las aguas del Éufrates.

Entregar un texto sin reglas es darlo a la conciencia del otro, si el otro en su lucidez piensa lo que fue pensado solo en la conciencia de otro que ha comprendido el salto peligroso del pensamiento hacia lo ilícito e inmoral: volver a pensar lo impensado, sabiendo que la razón [2] no bendice el silencio de los cobardes, ni perdona a quienes por su inteligencia no descienden al territorio del dolor, para luchar contra los idealistas y los metafísicos, estos que dicen pervivir en todos los abismos puros y sin transformación. De algún modo, este libro, vuelve a decir el decir olvidado a posta, que la metafísica, en esos abismos de los que dice salir indemne, resurgió como un monstruo que asoló Europa y tiene el poder de metamorfearse en mercado, todopoderoso, en información, omnisciente, en sistema de dominio y explotación, eterno, en Dios de un Dios que repugna a la razón y a nuestra estructura inconsciente desde los tiempos de Ezequiel.

En las nubes no hay ovejas, en las nubes Sócrates no se ve a sí mismo y la conciencia no nace como el árbitro retórico de los actos; pero no perduró Aristófanes ni su risa lírica en la Filosofía, sino el maestro de Platón, él mismo, diciéndonos que el amor y el conocimiento jamás unirían lo que por derecho natural somos, hijos de la Sofofilia [3], herederos de la primera mirada homínida a las estrellas, descendientes de las armonías y no de la destrucción de la fe en el miedo. Los números no fueron palabra hasta Newton, pero antes, aún resuenan, los gritos de Bruno en la hoguera dogmática de las ideas. Ahí murieron los números de la igualdad, el lenguaje preciso de la equidad. El cadalso de Giordano es el origen de la poesía tras el oscurantismo religioso. Sus cenizas moldearon el cuerpo de los místicos, ese último refugio del sentimiento religioso para mantener la esperanza de religarnos a la tierra.

Y de nuevo Filosofía y Poesía deben maridar sus límites para la supervivencia de los seres. Ante la historia de la miserabilidad solo los expulsados del platonismo y de la ciudad canónica, dicen…, lejos de la visión del panóptico totalitario. Europa galopa con los jinetes del Apocalipsis, es la yunta del horror, y el auriga, aún muerto, ase las riendas y fustiga con la historia. Los poetas son los que no aman la esclavitud, quienes detendrán el carro de Dios. Son tan pocos…

Y escribe sobre los pentagramas de la turbulencia mítica, como lo haría Baudelaire, sin el derecho a despreciar el presente, con la ironía heroica de viajar a través del desierto de los hombres, un asceta en los límites del lenguaje cuestionando el poder de una ontología que ha desterrado a los malditos y a los suicidas, que crea engolados bufones ante el trabajo. Mientras el límite del escritor es la impaciencia de la crítica, el ethosfilosófico. El mito en la modernidad es una reacción peligrosa y nacionalista al oscuro poder de la razón [4]: ¿Y si la técnica desaforada del totalitarismo no fue la culminación de la razón, sino la radicalización del miedo que late en el origen traumático del mito? Todos recordamos que la ciencia mitificada y su suerte de humanismos sin dolor o conciencia, nos llevo a la ruina de la clase obrera y a la decadencia cívica de la Filosofía y la cultura. Mestre escribe para responder a Adorno, a mucha distancia de miles de respuestas que adoptaron el lenguaje travestido del poder y que en ellas se perpetua obscenamente. ¿Cuándo entenderán algunos que el yo no es una voz para la poesía, ni un narrador que necesitemos porque no crea posibilidades sino que las agosta como el infierno a la vida?

En todo poeta se da una Ontología del presente, mirada desde la negra espalda del tiempo que diría Shakespeare. Por esto, quizá, esta visita al museo de la clase obrera, al límite histórico de la actualidad. Quizá el poeta futuro sea capaz de hablar sin la duración del tiempo, sin la memoria, quizá todo su hoy sea ayer. Puedo pensarlo, pero no imaginar sus versos. Leo este libro al límite, porque soy un lector en la marca, en la tierra de nadie de las fronteras que frecuentan los poetas y jamás pisan los vendedores de cosmética literaria.

Hacer lívidas las formas de la clase obrera, pasear entre los fantasmas de la propia conciencia, anclados en las riberas de la historia, en la patria de una nación sin palabras, donde solo hechos techados por las manos y el heno de las noches de verano protege de la inclemencia del olvido, es donde la crítica al judeocristianismo se convierte en la lucha de clases: negación de la identidad entre culpa y conciencia o negar que sea su origen, porque la culpa es una desrealización de la personalidad.

Prendido para siempre lo perdido a lo inconsciente, se consuma el olvido y la pérdida de todas las tierras extranjeras. La salida del museo da al cementerio, si es que no son la misma cosa, como en los antiguos templos en los que se oficiaba en una lengua desconocida, que no es otra que el útero del saber, la lengua desconocida, no el templo. Porque el lenguaje no es el santuario de la alienación ni Mestre uno de sus oficiantes.

Las palabras no tienen dirección, para Mestre son églogas en sí mismas que desmienten el sentido del arte y cómo este se ha convertido en el laberinto de los rebeldes [5], hecho de argumentos escolásticos y cuyas puertas de salida son metafísicas todas, y de clase, y todos sabemos qué puerta se abre al trabajador en tiempos que uncen religión y poder en la conciencia [6]: devoración y obediencia. No puede haber deseo de otro nacer ni de otro tiempo, Mestre, solo este camino único, porque se nace una única vez, y esperar las hogueras de San Juan para abandonar esta vida sin demasiada oscuridad.

Rimbaud y el elogio del mal, o la conciencia en los que vinieron después, determinante, de que la vida es la poesía y un libro una biografía no escrita, solo lo que emerge aquilatado tras muchas vidas. Los que escriben son en medio de los que viven y los que no. Escribir es una amargura necesaria, el peso de la lucidez de quienes tienen una parte de sí en la realidad y otra no se sabe dónde. Se escribe para unos y se anhela el reconocimiento de los otros. Pero hay otro camino, vivir, tal vez escribir, y desaparecer entre la multitud llevando en el alma la biblioteca de los libros paganos: el verdadero talento es soportar ese peso y aliviarlo en los encuentros pasajeros. Solos y sin destino, así deberían ser los poetas. Pero hay tantas noches sin candelas en la poesía de ahora y del ahora, tanto solipsista pagado de sí mismo que no advierte la vaciedad esencial de su existencia, hay tan poca idea del tiempo en que se vive y tanta necesidad de aparecer en él como fantasmas entre las páginas de libros innecesarios…, que este libro cobra la importancia del compromiso necesario que revele a tanto impostor ante sí mismo. Porque un poeta no es solo un escritor más, sino el riesgo de la evolución en el pensamiento, la ruptura y la crítica, no solo la consabida retahíla del saber cosmético y los cenáculos del amiguismo. Es preferible que dejen de escribir y vivan a continuar destruyendo a quienes escriben para que otros vivan. Basta ya de esa autoayuda europeizada, de la cultura de píldoras [7] para dormir. Mestre ha comprendido y nos lo ofrece en este libro, que es un obrero, un amanuense que construye puentes y los mundos que los puentes unen, alguien que conserva la nostalgia cívica del bien y es sensible al mal.

Frente a otros poetas, prefiero los que desaparecen [8]. El flujo de la conciencia es el de la lucha, la forma directa de acabar con el deber por el deber, la única manera de querer haber nacido. Y lo dice Mestre: antologías repletas de payasos.

El cartero no llama dos veces, no para el deseo ni la muerte, sí para la miseria del obrero, que jamás entenderá cómo puede occidente hablar del sentimiento trágico de la vida con la frivolidad de quien no se atiene a la experiencia cotidiana de la supervivencia, lo hace con una sistematicidad sospechosa, ¿quién no sabe que es un perro del amo, esperando comer en su escudilla las sobras para los esclavos y el resentimiento de su verdad inconfesable?

Y sí, el lenguaje no sé, pero los pensadores sí son la raíz -me abstendré de decir espiritual, o esencial, substancial, ontológica, metafísica, eidética o idealista, fenomenológica, e incluso ilustrada-, son los custodios que no vieron tras su muerte el saqueo de los túmulos donde yacían las narraciones. Siempre han saqueado las tumbas de los poetas.

¿Habrá descubierto Mestre el hilo para entrar en el laberinto de la historia, toda, que nuestro inconsciente hila, o, este museo es el de los vencidos y muertos luchando contra el vacío de las emociones? O, mejor, ¿podrá Mestre, él cuyo mundo es el símbolo que golpea con un martillo el yunque del hambre, sobrevivir a la industria del símbolo? ¿De qué milagros se rodeará?

Existirá y será el fin de las palabras vacías, bien lo sabemos, un día un tiempo de quietud, la aldea del apoyo mutuo, pero habrán debido pasar todos los poetas por el tiempo [9], como maestros de la antigua Grecia. Cuando todos sean poetas que no escriben y hablan…, en estancias decoradas por muralistas mexicanos, donde todos gravitan fuera de sí, ajenos a su idéntico, con esperanza al recordar el estruendo de la gloria.

Inconsciente y cultura, referencias de uno y otra, uno y todos, una y todas. Y recuerda a Mandelstam, a su rumor del tiempo dantesco [10], a su muerte en el nacimiento del totalitarismo, y Mestre pregunta dónde está, y así pregunta por todas las victimas, para hacer justicia histórica a la memoria. En el Museo de la clase obrera hay una sola tumba, sin palabras o símbolos, sin fecha, pero todos [11] sabemos que ahí está Dios. Es por eso que el lenguaje se rompe, que el verbo pasa a ser un nombre que devora la univocidad impuesta por las democracias técnicas. Mestre ha soterrado su voz bajo la conciencia de su voz, ha primado en este libro el fruto de la intrahistoria de su voz frente al mercadeo repetitivo de la identidad de un escritor: sus imágenes pugnan por ser aforismos de una arqueología del saber [12]. Él siempre será él, pero su voz transmigra a la frontera de su tiempo, y esperará, como Giovanni Drogo ante el desierto de los tártaros [13], sabiendo que lo que se extiende ante él es un tiempo que no le pertenecerá aunque haya ayudado a construirlo.

En los mapas de la inocencia los lugares de ceniza son lo que queda del poder fálico, también se reconocen los asentamientos que llamaban políticos. Los mapas y los museos son panteones cinéreos de la topología humana, de sus testimonios. Y se advierte que no están realizados para ubicar ni para orientarse. En ellos escuchas los grillos de Mallarmé y no la amargura que rezuma, la humedad de la lágrima en la caverna platónica: ahí el origen del llanto sin luz. Porque la gran marcha no requiere de la voluntad, del esfuerzo, sino de la cifra incógnita del judío, de su luna y luz sobre los extintos y los grafos más antiguos del Egeo. Porque todo es de los desconocidos hasta que nada es, salvo el renacer de la oscuridad en la aporía de vivir. Cómo no recordar justo ahora el grito herido del español: la conciencia en llamas de la museística.

Hay políticos que son poetas y expulsarán a Platón de nuestras ciudades. Pero volverán sus huestes cristianizadas en la culpa para categorizar lo inaceptable del dolor y el daño; legiones de resentidos que jamás comprenderán la paradoja del andrógino: timoneles de ciénaga. Espero que a su regreso se adentren con sed en las salinas y coman yeso y anhelen el agua dulce de los poetas, espero que no vuelvan a vencer y reinen en los campos de concentración en que convierten la existencia. Espero la lucha de la clase obrera, del trabajador [14] contra el mito racional y técnico del totalitarismo, y espero que al leer el libro te detengas en cada uno de los nombres, desde Leizer Mekler o Kadia Molodowsky hasta Ernst Thälmann o Benjamin Péret entre tantos que Mestre nombra y están entre las líneas de su índice.

Este libro es un alegato contra la muerte, dictado en voz alta en el museo de los moribundos, es un texto para arengar a los vencidos sobre el valor de abolir la propiedad de la muerte. Y es sobre todas las cosas un ejercicio de respeto, no al hambre, sino al portador del hambre, porque de un único pan vive el ser humano, que va de su trabajo a su boca. Hay que acabar con las mentiras de la Escolástica y entrar en la belleza de las tinieblas. Solo así se dará el vínculo que propone Mestre en este libro: decirte a ti en el otro, o a través del otro, sin miedo. Es la exigencia ética de abolir la propiedad privada sobre lo necesario a la vida.

Notas:

[1] Me pregunto en qué listas de la ignominia estará Mestre y cuántos habrán firmado su muerte cívica. Y cuántos lo leerán para acomodar sus conciencias estéticas a la fruición salvadora de la identidad. Un poeta no debe ser admirado, sino venido como un golpe al ser de la quietud.

[2] Esta crítica al liberal que fue, en quien no cupo la conciencia de clase ni el conocimiento de la muerte de Dios, ahoga para siempre la deriva poética de nuestro tiempo a la nadería de un yo que, por incomprendido y maltratado, por desconocido, cuando no por ignorancia que no debiera permitírsele a un escritor, aborda el decir vacío y falsamente estético. El yo cosmético que llena los anaqueles de la dispersión mercantil y mediática de la literatura cibernética, no es la voz ni el cuerpo de los ismosque son en Mestre. Su yo conoce la filosofía que lo parió. La razón, desde las señales que Tales le dejó en la carne, nunca pudo ser sin pathos. Todas las ideas, todas, son la pasión secreta del poeta, no las palabras, ni los ritmos, ni las metáforas que rozan el muro de las sombras, las ideas, y entre ellas las heroínas, aquellas que batallan en el territorio líquido del sentido.

[3] Conocimiento del amor.

[4] Räzonieren. Término de las Críticas kantianas: la razón no persigue otro fin que ella misma. Como diría Foucault, razonar para razonar.

[5] Es un lugar para la caza por divertimento del poder, y los trofeos cinegéticos son los pensadores. Nada le produce más placer que matar ideas. Lo terrible es que necesita de otros pensadores para preparar el terreno y el tiro fácil. Y todos sabemos que la tierra de batida preferida es la educación, el coto que han ido preparando para predar las conciencias antes de su mediodía, y que así jamás comprendan qué es un museo, qué es la clase obrera, qué será la lucha…

[6] Es el tiempo de la civilización, cimentado y cimentada sobre miedo y violencia. Es duro, pero ni la Ilustración ni sus más loables epígonos han conseguido que el siguiente paso de nuestra historia supere esa alianza de dolor. Quizá Nietzsche, quizá saberlo le llevo a escapar de su conciencia, quizá por eso Foucault analiza la locura…

[7] Czeslaw Milosz, El pensamiento cautivo: “Sólo hacia mediados del siglo XX empezaron los habitantes de muchos países europeos a adquirir conciencia —por lo general, con bastante desagrado— de que su suerte podía depender de las obras sabias de los filósofos, por muy incomprensibles y absurdas que parecieran al hombre medio. Se dieron cuenta que su pan, su trabajo, sus vidas privadas, estaban ligadas a las decisiones que recayeran en una lucha sobre principios a los que, hasta ese momento, nunca habían prestado la menor atención.”

[8] Los que no están enfermos de identidad ni buscan argumentalmente la culpa como ejes o elementos, inconscientes, de su voz. Todo en el capitalismo y el neoliberalismo destila culpa, y todo el que es así alienado sufre y es separado de la estirpe lírica. El mal es que algunos lo vomitan, enfermos, creyendo que hacen literatura.

[9] No sé si habrá un número finito de almas. Sí sé que hay uno de poetas.

[10] Quien cruza la puerta del infierno de Dante lo hace con esperanza…

[11]Este todos, es todos de unos pocos.

[12] Michel Foucault.

[13] Dino Buzzati.

[14] Ernst Jünger. 

Fuente:

https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/lectura-museo-clase-obrera-jcmestre/20180813131909154791.html

lunes, 13 de agosto de 2018

Muere Pedro Alcorisa, uno de los últimos guerrilleros republicanos. El fallecido era hijo de un desaparecido de la dictadura cuyos restos fueron recuperados de una fosa común tras la oposición del PP de Rita Barberá.

Pedro Alcorisa, de 97 años, antiguo combatiente de la Agrupación Guerrillera de Levante y Aragón (AGLA), falleció este sábado en Valencia. "Tuvo una vida muy triste, como todos los hermanos, pero al final logró su sueño, enterrar los restos de nuestro padre, Teófilo, junto a los de mi madre, Maximina, en el cementerio de Burjassot", ha señalado a este diario su hermana Pilar. "Empezamos cinco hermanos la búsqueda de la tumba y luego el proceso para la exhumación de los restos y acabamos solo dos, Felisa, que tiene 84 y yo que soy la pequeña", ha agregado Pilar.

El 16 de abril de 1947 la Guardia Civil detuvo a Teófilo Alcorisa en su casa, en Las Higueruelas, una aldea de Santa Cruz de Moya (Cuenca), localidad colindante con la provincia de Valencia. Buscaban al mayor de sus hijos, Pedro, pero no lo encontraron porque estaba en las montañas. Era un maqui, un guerrillero republicano. Pilar apenas tenía seis años de edad cuando se llevaron a su padre. Teófilo fue torturado durante semanas, y, finalmente, ahorcado, con los propios cordones de sus zapatos, en el cuartel de Arrancapins, en Valencia, según el Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica.

Pedro y sus hermanos tardaron más de 20 años en saber que su padre yacía en una fosa común del cementerio. Y más de 70 en poder enterrarlo. En 2007 Pedro Alcorisa, con 86 años, solicitaba la apertura de una fosa común en el cementerio de Valencia y exhumar los restos de su padre. Algo que no permitió en aquella época la entonces alcaldesa, la popular Rita Barberá. El caso anduvo por los tribunales durante ocho años y el Sindíc de Greuges de la Generalitat apremió a Barberá para que cumpliera con la Ley de la Memoria Histórica.

La reclamación del exmagistrado Baltasar Garzón, que presentó en nombre de la familia una denuncia penal para reclamar los restos como prevé la ley de memoria de 2007 hizo sucumbir a la Corporación. "La defensa del juez y el informe que presentó el Grupo de Trabajo de Desapariciones Forzadas de la ONU criticando la actitud municipal fue determinante para que Barberá cambiara de opinión y accediera", ha manifestado a EL PAÍS Matías Alonso, portavoz de la del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica.

"Fue un acoso inhumano, una larguísima lucha con el equipo de Barberá porque tras dar su permiso no quiso sufragar la exhumación. La familia no podía porque ya había devuelto la subvención que obtuvo para hacerla", ha explicado Alonso, que ha descrito a Pedro Alcorisa como un castellano austero, parco en palabras, que se entregaba a las causas. Un antihéroe, uno de los últimos guerrilleros republicanos.

https://elpais.com/politica/2018/07/22/actualidad/1532265374_384973.html

lunes, 30 de abril de 2018

Honrar a los muertos

A veces me parece sentir el peso de nuestros antepasados hundiéndose entre las sombras. Aquellas mujeres y hombres guardan una historia digna del mejor relato.

menudo siento que estos artículos son como una playa en la que las olas depositan objetos venidos del tumulto del mar: nacaradas conchas, algas como flores o un inesperado patito de plástico. Quiero decir que hasta mi mesa, y supongo que hasta la de todos los columnistas, llegan numerosos mensajes que a veces contienen peticiones de ayuda pero que, sobre todo, son historias, relatos, fragmentos de vidas procedentes de un mundo tan vasto como el océano.

Hace unas semanas recibí una carta de papel escrita a mano. La enviaba Laura Savater desde Ciudad Real, y con una letra firme y clara decía lo siguiente: “No sé si esta carta pensada y repensada terminará en tus manos y si te interesará. Soy una mujer de 93 años que vivía en Barcelona cuando era una niña; allí pasé la guerra. Mi madre, como tantos otros, enfermó de tuberculosis y se tuvo que ir a un sanatorio en Castellón de la Plana. Escribía un diario del que he sacado fotocopias de la última parte (por aquello de la memoria histórica) contando su tristísimo viaje de regreso a Barcelona. Si te interesa me lo haces saber”. Le pedí que me lo enviara, claro está: cómo no me va a interesar el ofrecimiento de esta mujer nonagenaria, de esta conmovedora Laura que en los confines de su larga vida mira con amor el diario de su madre y piensa en darlo a conocer al mundo, en rescatarlo de la creciente oscuridad. Que otros puedan llevar en la memoria a la madre muerta, además de ella.

A los pocos días recibí las fotocopias. Son ocho y reproducen, ampliadas, las hojas cuadriculadas de un pequeño cuaderno de espiral. Imagino sus sobadas tapas de cartón azul. E imagino a la mujer joven y enferma que escribe, con una letra muy parecida a la de Laura, angustiadas palabras. “Esta noche pasada he llorado mucho porque me enteré de los bombardeos de Barcelona y pienso que no sé si tengo hijos o no (…) pues hace doce días que estoy aquí y no sé nada de ellos y esto es más de lo que puedo soportar”. Y al día siguiente: “Hoy han bombardeado este pueblo (…) y no cesan de llegar camiones cargados de soldados (…) han echado un bando en el pueblo prohibiendo terminantemente hablar de la guerra y al sanatorio han traído un aviso de que si se oyen sirenas no nos asustemos y que no se enciendan las luces (…) El miedo que tenemos todos no es para descrito” (sic). Hay algo en esas palabras tan sencillas y en la humilde cuadrícula que hace que te sientas transportada allí, a ese hospital de tuberculosos, a esos años de plomo, a la indefensión aterrorizada de quien espera la llegada de las bombas (recordemos Siria, por favor).

La madre, en fin, decide abandonar el sanatorio y regresar a Barcelona. Junto a otras dos enfermas, intenta subir a un camión de soldados. Pasan más de 20 vehículos antes de que un conductor se apiade y las transporte, en un trayecto matador, hasta un pueblo cercano a Villafranca. El lugar está lleno de milicianos voluntarios que van para el frente de Teruel: “Había hombres hasta con el pelo blanco y también jovencitos de 16 y 18 pero todos con un entusiasmo grande”. Hubo más camiones, más penurias. La mujer acabó en Valencia. Ahí termina el diario. Laura dice que murió sola, en 1942, en un hospital de tuberculosos de Murcia. Se llamaba Agustina Ortuño y tenía 45 años.

Honrar a los muertos. Es lo que hace Laura. Y lo que yo hago al contar todo esto. A veces casi me parece sentir el peso de nuestros antepasados sobre los hombros. Esa cadena de mujeres y hombres que fueron niños y crecieron y se sintieron felices y sufrieron; que compartieron comida o que se pelearon; que gozaron del fuego del conocimiento o se pudrieron de odio. Desde que el invento de la escritura nos sacó de la prehistoria hace 6.000 años, sólo ha habido 200 generaciones de humanos (si calculamos 30 años para cada una). Casi me parece verlos, una fila de individuos hundiéndose en las sombras. Ojalá pudiera nombrar a mis 200 antepasados para rescatarlos del olvido. Tantas vidas insignificantes y pequeñas, acumuladas a nuestras espaldas como granos de polvo, y sin embargo para cada una de esas personas su existencia fue enorme, fue un tesoro. Y en verdad lo es. Hermosa y breve vida.
Rosa Montero

https://elpais.com/elpais/2018/03/28/eps/1522250324_580441.html

sábado, 14 de abril de 2018

14 de abril, memoria, verdad, justicia y reparación

Enrique Javier Díez Gutiérrez


El Presidente del Gobierno del Partido Popular, que hace unos días envió a cuatro ministros a cantar a voz en cuello en la calle como novios de la muerte, homenajeó en Argentina a las víctimas de la dictadura de ese país. Lo hace el presidente de un país que tiene todavía a las de nuestra dictadura en las cunetas y acaba de oponerse su partido en el Congreso a exhumar los restos de Franco del Valle de los Caídos, dignificar a las víctimas enterradas allí y convertirlo en un centro nacional de la memoria. Rajoy recorrió en Buenos Aires el Parque de la Memoria y lanzó al río de la Plata una ofrenda floral en honor a los asesinados. El Parque de la Memoria es uno de los denominados “lugares de la memoria”, un espacio público que recuerda a las víctimas del terrorismo de Estado. Contrasta radicalmente con el Valle de los Caídos en España, donde se rinde honor a Francisco Franco y donde permanecen sepultados cientos de restos de represaliados sin identificar y que funciona en la práctica como un monumento al franquismo. Contrasta con Argentina, donde uno de los principales centros ilegales de detención de la dictadura, la Escuela de Mecánica de la Armada, ha sido convertida en un "espacio de memoria" en el que se explican los crímenes cometidos por el gobierno militar, los procesos judiciales, se recogen testimonios de los supervivientes y se organizan visitas en las que personas que estuvieron confinadas allí cuentan su experiencia.

Por eso Argentina es considerada un ejemplo mundial en la recuperación de la memoria histórica y la reivindicación de los derechos de las víctimas de la dictadura militar que asoló el país. Aunque los juicios a las Juntas Militares que condenaron a la cabeza del régimen, tras la recuperación de la democracia, fueron empañados por las posteriores leyes de Punto Final y Obediencia Debida, además de los indultos del gobierno de Carlos Menem, sin embargo, desde 2005 el país se ha embarcado en un proceso de reapertura de las causas judiciales, que ha supuesto la derogación de esas leyes exculpatorias y también de los indultos, juzgando cientos de crímenes de lesa humanidad.

De ahí el contraste con un presidente de un gobierno que escribe en el memorial una pequeña carta donde muestra “mi testimonio de admiración y mi reconocimiento a todos los que dieron su vida por la libertad y los derechos de todos”. Y cuyo silencio pasmoso, cuando un periodista argentino le preguntó qué iba a hacer con las víctimas del franquismo, muestra claramente la política de su partido respecto a la memoria histórica, dado que su partido es heredero del franquismo y se ha negado sistemática y reiteradamente a condenar los crímenes de la dictadura franquista.

Más que por acudir a los lugares de la memoria, Rajoy ha sido criticado por su “hipocresía” al alabar a las víctimas de la dictadura argentina, pero menospreciar, e incluso obviar, a las españolas, recordándole su partida de 0 euros durante muchos años seguidos para memoria histórica en los presupuestos o que el Estado sigua financiando y permitiendo las actividades de la Fundación Francisco Franco.

De hecho, las principales organizaciones de derechos humanos argentinas –Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, CELS y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, entre otros– se han negado a acompañar a Rajoy en su visita, plantándole. Todos estas asociaciones y organismos defensores de los derechos humanos le hicieron llegar una carta en la que le exigían que se juzguen los crímenes cometidos durante el franquismo y que “contribuya a la Memoria, Verdad y Justicia” de las víctimas de la dictadura.

También le reclamaron que “adopte las medidas necesarias” para que “el Estado español extradite” a exfuncionarios y antiguos miembros de las fuerzas de seguridad españoles imputados en la causa que desde hace ocho años encabeza la jueza federal María Servini de Cubría y en la cual aparece el exministro leonés Rodolfo Martín Villa, que ocupó diversos altos cargos a lo largo de los años del régimen dictatorial franquista, investigado por delitos de lesa humanidad por los "sucesos de Vitoria" de 1976, cuando él era ministro de Relaciones Sindicales, en los que la represión policial de una concentración de trabajadores dejó cinco muertos, así como por estar acusado de ser responsable de otros seis asesinatos cometidos en operativos policiales cuando era titular del Ministerio de la Gobernación, cartera entonces encargada de las fuerzas de seguridad del Estado.

Pero el gobierno Rajoy lo ha impedido anulando la legislación española que aplicaba el principio de la jurisdicción internacional para juzgar crímenes de lesa humanidad, por el que España se había convertido en pionera en materia de derechos humanos a nivel internacional.

Todos estos graves hechos, que marcan la política del Partido Popular y del Gobierno Rajoy, han llevado a que el Relator Especial de Naciones Unidas sobre la promoción de la Verdad, la Justicia, la Reparación y las Garantías de No Repetición, se haya pronunciado en 2017 recordándole a España que "el Estado debe atender de forma urgente los reclamos de las víctimas de la guerra civil y del franquismo". El relator señaló como prioridad las exhumaciones, el Valle de los Caídos y la nulidad de las sentencias arbitrarias adoptadas durante la Guerra Civil y el franquismo.

Por eso las asociaciones de memoria histórica seguimos luchando por la verdad, la justicia y la reparación y celebramos cada 14 de abril en el Cementerio de León la memoria, la dignidad, la lucha y los valores por los que dieron su vida tantos luchadores antifranquistas y republicanos que fueron asesinados por la dictadura que el PP se niega siquiera a condenar. Este año además se iniciarán los actos de homenaje en el Campo de Tiro de Puente Castro a las 11 horas, recordando el lugar de la memoria donde fueron asesinados masivamente tantos defensores de la democracia republicana.

El homenaje continuará posteriormente, a las 12 horas, como todos los años en el Cementerio de León, conducido por Eloina Terrón, Coordinadora Provincial de Izquierda Unida de León, donde participarán como ponente principal Maite Mola, Vicepresidenta del Partido de la Izquierda Europea que hará el discurso inicial; a continuación, intervendrá José Sarrión, Procurador en las Cortes de CyL de Izquierda Unida; y posteriormente asumirá la palabra Ana Marcello, diputada nacional de Unidos Podemos. Finalmente tomarán la voz diversos poetas y cantautores que pondrán palabras, música y poesía a la dignidad.

Este acto anual rinde tributo a la memoria de aquellos que fueron represaliados por la defensa de la legalidad republicana y de una sociedad más justa y democrática, sí, pero también es una mirada al futuro compartiendo la lucha y los valores por una República de justicia y dignidad para toda la humanidad que es su legado y nuestro compromiso, transformando el olvido y no-memoria propiciado por la dictadura, en un espacio de impulso para seguir luchando por una tercera república de la justicia social, el trabajo digno y la solidaridad.

Enrique Javier Díez Gutiérrez. Vicepresidente del Foro por la Memoria de León

sábado, 17 de marzo de 2018

El Guernica Andaluz

El Guernica Andaluz
Rafael Calero
Rebelión

Al activista social y poeta malagueño Paco Doblas lo conocí en Moguer, Huelva, la tierra del genial Juan Ramón Jiménez, en el caluroso verano del año 2016. En aquellos días se celebraba la XVIII Edición de los Encuentros Poéticos Voces del Extremo, que el poeta Antonio Orihuela dirige y coordina cada año en su pueblo natal, auspiciados por la fundación Zenobia y Juan Ramón Jiménez. Durante aquellos días tuve ocasión de charlar alguna que otra vez con Paco y sobre todo, tuve ocasión de escucharlo declamar sus versos, con esa forma tan personal, tan llena de música, tan hermosa, que el poeta malagueño tiene de decirlos. Algunos meses más tarde, a comienzos de octubre de ese mismo año, nos volvimos a juntar una mañana de sábado. Esta vez el lugar era La casa invisible, ese espacio libertario y mágico que está en el corazón mismo de la ciudad de Málaga, a tan solo unos metros del Museo Pablo Picasso de la capital andaluza. Esta vez nos encontrábamos en torno al lema “Poesía y Activismo Social” en unas jornadas que el actor y poeta Alejandro Ruíz Morillas se sacó de su chistera de mago de la palabra poética y donde gente de distinto pelaje (poetas, activistas, trabajadores de la hostelería, de la enseñanza, etc.) nos juntamos a teorizar sobre la relación entre el binomio poesía/activismo social.

Visto con la distancia que da el tiempo, creo que era inevitable que el camino de Paco y el mío se cruzaran en algún momento y en algún lugar. Y es que dedicándonos los dos a esto de la poesía, y además haciéndolo desde los mismos planteamientos ideológicos y estéticos era harto difícil que nuestros destinos no se cruzaran.

Y es que, tanto Paco Doblas como yo, nos movemos por los mismos parámetros estéticos e ideológicos. De esta manera, tanto su poesía como la mía, se pueden encontrar en las mismas antologías, por ej, poemas de ambos se pueden leer en “Disidentes”, la magnífica antología poética de poesía crítica que realizó Alberto García Teresa hace un par de años y los dos hemos tratado, de una manera preferente, el tema de la recuperación de lo que se ha dado en llamar Memoria Histórica en nuestras obras. Yo lo hice con mi libro El llanto, la sangre, el fuego (Relatos y Poemas de la Memoria) y él con su libro El Guernica Andaluz,un libro extraordinario que estos días vuelve a ser reeditado con el añadido de 4 extensos poemas.

El Guernica Andaluz es el trabajo conjunto de tres creadores: Paco doblas, poeta; Leonor Jiménez, directora de La historia del silencio documental que acompaña al libro; y Antonio Zamorano, que se ha encargado de ilustrar los poemas de Doblas. Así pues, El Guernica andaluz es el homenaje de estos tres creadores malagueños a toda aquella gente que en el invierno de 1937 vivió uno de los peores momentos, por cruel, por sanguinario, por inhumano, de toda la contienda civil, cuando miles de mujeres y hombres, niños y niñas, ancianos y ancianas, se vieron obligados a desplazarse, principalmente a pie, desde la ciudad de Málaga, que había sucumbido al ataque y al cerco fascista, hasta la de Almería que aún se mantenía en manos del legítimo gobierno republicano. Como digo, miles de personas se vieron obligados a iniciar un éxodo, a pie, sin comida y sin ropa, sin calzado preparado para tan largo camino, en fin, en las peores condiciones que imaginarse puedan, y encima siendo bombardeados y cañoneados desde el aire y desde el mar por la aviación italiana y por los buques de guerra franquista. Un holocausto en toda regla que, a día de hoy, tenemos la obligación moral de recordarlo para que nunca jamás se vuelva a repetir algo tan criminal como lo que ocurrió en aquellos días aciagos.

Y eso es lo que han hecho tanto Paco Doblas con sus poemas y sus versos, como Leonor Jiménez con su documental y Antonio Zamorano con sus ilustraciones: denunciar que en aquella guerra (y en todas las guerras que han sido, son y serán) la población civil se llevó la peor parte. Y un claro ejemplo de esto es lo que ocurrió en la carretera Málaga-Almería.

Conviene recordar todos estos acontecimientos hoy, en este mismo momento, cuando miles de personas huyen de sus países en guerra, y esperan en las fronteras de esta Unión Europea de los mercaderes y los insolidarios, porque, como digo, sus países son víctimas de guerras que, en la mayoría de las ocasiones, han sido promovidas, auspiciadas y financiadas con el dinero de los contribuyentes europeos o estadounidenses.

Voy a terminar esta breve introducción tomando prestadas unas palabras que el poeta y profesor Miguel Ávila Cabezas escribió a propósito de mi libro El llanto, la sangre, el fuego, y que vienen como anillo al dedo aplicadas a El Guernica andaluz ya que esta gran obra de Paco Doblas “nos restituye limpiamente la voz de la memoria que tanto se ha intentado, y aún hoy, en aras de una torticera conciliación histórica, se intenta cercenar, acallar, hacer abortar para que la verdad, la pura verdad de aquella masacre y represión planificadas nunca salga a la luz desde el fondo letal de las incontables cunetas y fosas comunes, de tantas cárceles, campos de concentración y calabozos que jalonan el dominio del horror y el oprobio.”

Tengo que acabar dando las gracias a Paco, a Leonor, a Antonio, y a todo las mujeres y hombres que han contribuido a poner en pie este proyecto, porque está muy claro que mientras haya personas que sigan luchando porque la capa pesada y negra del olvido no se lo trague todo, aún hay esperanza.

lunes, 1 de enero de 2018

Un documental repasa los crímenes franquistas y pide justicia. En 'Lesa humanitat', una sucesión de afectados por los perjuicios del franquismo echan en falta que las autoridades hayan tomado cartas en el asunto.

Mariano Rajoy, presidente del Gobierno, se preguntaba el pasado 30 de noviembre por qué se le había cambiado el nombre a la calle de Pontevedra dedicada al almirante Salvador Moreno, participante en el golpe de Estado de 1936 y ministro de Marina durante los primeros años del franquismo.

De esta supuesta falta de conocimiento o del querer ignorar la ley de la memoria histórica, del silencio que lleva más de 80 años acompañando a buena parte de los crímenes del franquismo y de la necesidad de difundir esa realidad surge Lesa humanitat, el documental dirigido por Héctor Faver y narrado por el actor Eduard Fernández, que se puede ver en dos salas de cine a partir de hoy en Barcelona y del viernes, en Madrid.

Es una película coral con las voces de Soledad Luque, presidenta de la Asociación Todos los Niños Robados son También mis Niños; Carlos Slepoy, abogado impulsor de una jurisdicción universal que instruyó en Argentina la querella de las víctimas del franquismo; Emilio Silva, fundador de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica; el jurista Baltasar Garzón y José María Chato Galante, preso y torturado durante la dictadura, entre otros. Todos ellas hilan un discurso común sobre las asignaturas pendientes que dejó el paso de la dictadura a la democracia, como los crímenes franquistas. “La Transición fue como si el aparato de Estado franquista pasase por un cristal como un rayo de sol, sin romperlo, sin manchar”, dice Chato Galante, que cifra en unos 140.000 los desaparecidos del franquismo.

Las mismas torturas
Este represaliado del franquismo recuerda que cuando estuvo en Argentina, en la tristemente famosa ESMA (Escuela Mecánica de la Armada), y alguno de los allí torturados le contaba sus experiencias, no podía más que rememorar las palizas y castigos que él recibía en España. Eran muy similares. Una razón más para sostener que la justicia debe ser universal, apunta.

La película repasa conocidos crímenes de lesa humanidad en el mundo, como los cometidos por los comunistas de los Jemeres Rojos en Camboya, y vincula, por ejemplo, el nazismo con el franquismo y las dictaduras latinoamericanas. Además, Soledad Luque sitúa el precedente del robo de recién nacidos en España a la práctica franquista de quitar los hijos a las madres republicanas encarceladas.

https://elpais.com/cultura/2017/12/18/actualidad/1513627148_355524.html

_- Reino de España: Diez años de fracaso de la ley de Memoria Histórica

_- Si hay un hecho que demuestra el fracaso de la llamada Ley de Memoria Histórica es que hoy, cuando se cumplen diez años de su entrada en vigor, el único partido que se niega a modificarla es el que manifestó una oposición frontal y beligerante a su aprobación. El PP, que acusaba en 2007 al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de reabrir heridas y de enfrentar a los españoles con esta iniciativa legislativa, se siente ahora tan cómodo con la Ley que no ha necesitado ni derogarla.

El propio presidente Rajoy se vanagloria públicamente de la estrategia que le ha permitido convertir en papel mojado sus 22 artículos y 11 disposiciones: "Para la Ley de Memoria Histórica la asignación presupuestaria en todos nuestros presupuestos ha sido cero. La media es cero. Fue cero todos los años. Cero".

Los juristas coinciden, no obstante, en que el problema de esta ley va más allá de la falta de voluntad política del gobierno de turno. El magistrado emérito del Tribunal Supremo, José Antonio Martín Pallín, explica a eldiario.es que "la redacción era ambigua y poco clara, pero sobre todo no resolvía el problema de fondo. Ya en el preámbulo se hablaba de reconciliación, de la utilización de métodos violentos para implantar regímenes totalitarios… pero no se culminaba la argumentación. Se hablaba de reconciliación sin querer admitir que lo que se produjo en nuestro país fue un asesinato masivo. Franco, Mola y Queipo de Llano, los tres principales cabecillas de la rebelión, dijeron, hasta por escrito, que su objetivo era exterminar a los disidentes, exterminar a quienes no pensaban como ellos. Hasta que no se admita eso, hasta que no se condene firmemente lo ocurrido y no se recuperen los valores constitucionales republicanos, este país tiene un problema".

Al analizar los datos de estos diez años se comprueba que el principal logro de la Ley ha sido conceder la nacionalidad española a los hijos y nietos del exilio. Gracias a esta medida, cerca de 340.000 descendientes de exiliados republicanos y combatientes de las Brigadas Internacionales han pasado a disponer de un pasaporte español, sin tener por ello que renunciar a la nacionalidad que ostentaran en ese momento. A partir de este único éxito, el resto de medidas se cuentan por fracasos o por tareas inconclusas.

Entre las segundas debemos incluir, en primer lugar, la erradicación de los símbolos franquistas. En los primeros años de aplicación de la Ley, todavía bajo Gobierno socialista, se retiraron más de 3.000 vestigios de la dictadura. El ritmo se ralentizó con la llegada de Rajoy a la Moncloa y pasó a depender, en buena medida, de la voluntad y el color político de ayuntamientos y comunidades autónomas.

Calles, colegios, escudos...
A día de hoy la ley no ha impedido que decenas de ciudades y pueblos conserven calles, escudos y otros monumentos dedicados a destacados miembros de la dictadura. Si nos fijamos únicamente en los nombres de los colegios públicos, según el recuento realizado por eldiario.es, todavía hay más de 80 centros educativos que homenajean a figuras destacadas, y muchas veces sanguinarias, del franquismo.

La ley es tan interpretable que se han dado en estos años situaciones tan kafkianas como que dos juzgados dicten sentencias absolutamente contradictorias: mientras que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León permitió al pueblo de San Leonardo de Yagüe conservar su denominación en recuerdo del tristemente célebre Carnicero de Badajoz, un juzgado de Badajoz obligó al municipio de Guadiana del Caudillo a retirar de su nombre la referencia al dictador (aunque el Ayuntamiento sigue sin dar cumplimiento a la sentencia).

La bienintencionada creación del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca también se ha quedado a medio camino. El archivo que debía reunir todos los fondos documentales relacionados con la Guerra de España y la posterior dictadura carece de los mínimos medios materiales y humanos para realizar eficazmente su trabajo. Diez años después de su creación, los investigadores no solo deben esperar más de seis meses para recibir las copias de los documentos que solicitan en Salamanca, sino que tienen que seguir peregrinando por decenas de archivos militares y civiles en los que se encuentra desperdigada la documentación relacionada con la represión franquista.

Lleno de fracasos
Martín Pallín cree que uno de los grandes puntos negros de la Ley es que haya permitido que las sentencias dictadas por los tribunales franquistas no hayan sido anuladas: "La Ley habla de ilegitimidad, no de nulidad. Es cierto que cualquier chico en la Facultad de Derecho interpretaría que una sentencia dictada por un tribunal ilegítimo es radicalmente nula, pero este país… digamos que es un poco extraño en cuanto a la interpretación de la ley".

El magistrado emérito se extiende: "Por eso el Tribunal Supremo interpretó que no son nulas de pleno derecho. Eso choca con todo lo ocurrido en Alemania e Italia donde no se discute que las sentencias dictadas bajo los regímenes de Mussolini y de Hitler son radicalmente nulas".

Pallín cree que, además de a Italia y Alemania, España debería mirar hacia Argentina: "Allí derogaron parlamentariamente las leyes de Punto Final y de Obediencia Debida que amparaban a los golpistas y a los asesinos. En estos momentos ya hay más de 300 represores en la cárcel. Aquí no propugno unas condenas como esas porque los responsables no viven y no tendría sentido, pero sí es necesaria una ruptura clara y rotunda con la dictadura como la que se ha hecho en Argentina".

En el debe de la ley también hay que anotar con tinta roja su absoluta ineficacia para avanzar en la apertura de las fosas comunes en que siguen yaciendo más de 100.000 demócratas asesinados por el franquismo. Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH), explica la raíz del problema en un artículo publicado en este diario: "La Ley hablaba de que las instituciones tenían que facilitar la búsqueda de desaparecidos, algo contrario a los derechos humanos porque en una democracia no deben facilitarse, sino que deben garantizarse".

Este importante matiz ha hecho que la búsqueda, exhumación e identificación de las víctimas dependa principalmente de los propios familiares y de las asociaciones memorialistas. Miles de hijos de los asesinados se han ido muriendo de viejos, en estos diez años, sin ver cumplido el deseo de recuperar los restos de sus seres queridos.

"Otro de los fracasos –añade Martín Pallín– es la situación del Valle de los Caídos. No saben qué hacer con él". Este problema, según las asociaciones memorialistas, lo creó el propio Gobierno socialista de Zapatero: "Ellos fueron los primeros en incumplir la ley –mantiene Emilio Silva–. Solo al final de la legislatura encargaron un informe sobre el Valle que presentaron poco antes de las elecciones.Estaba diseñado para dejarle la patata caliente al PP y luego poder echarle en cara que no lo llevaba a cabo".

Sea como fuere, la realidad es que 42 años después de la muerte del dictador, su cuerpo y el del fundador del partido fascista español siguen ocupando el lugar de honor en un monumento de diseño y arquitectura fascista en el que se exalta la dictadura. Junto a Franco y a José Antonio yacen miles de combatientes franquistas y un número indeterminado de republicanos que fueron trasladados desde fosas comunes sin el conocimiento ni, obviamente, el consentimiento de sus familiares. Unos familiares a los que se les sigue negando la posibilidad de recuperar los restos de sus seres queridos.

Otro de los puntos que marcaba la Ley y que ha sido incumplido es el de crear un censo de edificaciones y obras realizadas por los prisioneros políticos. En este punto, como en otros, solo el empuje de algunas comunidades autónomas ha permitido avanzar en el reconocimiento de los cientos de miles de esclavos esclavos que explotó el franquismo. La ARMH también recuerda que el texto, en vigor desde hace diez años, ignora otros aspectos fundamentales de la dictadura como fue el papel de la Iglesia, la represión de las mujeres, el robo de bebés, el expolio de los bienes de familias republicanas o la persecución de gais y lesbianas.

Un futuro incierto
El propio PSOE, que lideró la aprobación de la ley, cree que ha llegado el momento de la autocrítica y de la reforma. Odón Elorza reconoce a eldiario.es que "el texto tenía lagunas importantes, cuestiones sin abordar. Vamos con mucho retraso y asumimos nuestra parte de responsabilidad". Los socialistas han presentado una proposición de ley en el Congreso que va mucho más allá del texto aprobado en su día por Zapatero.

En ella sí contemplan, entre otras medidas, la nulidad de las sentencias franquistas, que sea el Estado el que asuma las exhumaciones o la creación de una Comisión de la Verdad. "Nosotros vamos en serio y no nos va a temblar el pulso a la hora de aprobar estas medidas. Otras direcciones políticas del PSOE no creyeron en la conveniencia de pisar el acelerador a fondo, nosotros sí. Ya no hay marcha atrás", afirma Elorza.

El propio diputado socialista es consciente de que su partido tiene en este tema un importante problema de credibilidad. Unidos Podemos y ERC recuerdan que el PSOE tuvo tiempo de aplicar todas estas iniciativas cuando gobernaba y temen que el equipo que lidera Pedro Sánchez acabe reculando como ya hizo Zapatero. Lo mismo creen las asociaciones memorialistas. Emilio Silva recuerda que "poco antes de que Zapatero ganara las elecciones, su número dos, Jesús Caldera, pidió una partida de un millón de euros para hacer pruebas de ADN y así identificar a los desaparecidos de las fosas. Cuando llegaron al Gobierno se olvidaron del tema. El PSOE dice una cosa cuando está en la oposición y la contraria cuando gobierna. Preferimos que se garanticen los derechos humanos cuando se tiene el poder de firma en el Boletín Oficial del Estado".

Como jurista, Martín Pallín no entra en esta disputa y prefiere centrarse en la filosofía que, a su juicio, debe impregnar una futura ley que pretenda paliar los defectos y cubrir las enormes lagunas de la actual: "La ley tiene que partir de una idea clara: el golpe de Estado no puede pervivir, ni ser justificado, ni comprendido, ni alabado por nadie, especialmente por ningún grupo político, sin que ello suponga caer en la ilegalidad".

Carlos Hernández Periodista, escritor y experto en comunicación empresarial y política; autor del libro "Los últimos españoles de Mauthausen". Comenzó su andadura profesional en Antena 3 TV como cronista parlamentario y, posteriormente, como corresponsal de guerra en Kosovo, Palestina, Afganistán e Iraq. Premio Víctor de la Serna al mejor periodista de 2003, concedido por la APM y el Ortega y Gasset de periodismo otorgado a los enviados especiales a Irak.

Fuente:
http://www.eldiario.es/sociedad/simbolos-financiacion-acabado-desmemoria-historica_0_723028328.html

miércoles, 30 de agosto de 2017

_- Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas. España, entre los países con más víctimas de desapariciones forzadas.

_- Público.es

Más de 100.000 víctimas del franquismo y la Guerra Civil continúan en paradero desconocido. Amnistía Internacional recuerda que lejos de buscar mecanismos de reparación, el Gobierno español ni investiga ni deja investigar los crímenes.

"Una noche sacaron a mi madre de casa y se la llevaron mientras mi hermano y yo dormíamos. A mi padre le habían matado un mes antes; hoy sigue enterrado en una fosa común". Antonio Narváez tenía tres años cuando su madre desapareció. Ahora, a sus 83, sigue pidiendo justicia: "A ver si puedo juntarles y darles un entierro digno".

Los padres de Antonio forman parte de un registro fantasma, inexistente. No aparecen en ningún lado ni como víctimas ni como fallecidos. España tiene el dudoso honor de ser uno de los países con más víctimas de desapariciones forzadas. Según Amnistía Internacional, de los más de 114.000 crímenes de derecho internacional cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo y denunciados ante la Justicia, la mayoría corresponden a desapariciones forzadas.

Cifras que, según el investigador de Derecho Penal Internacional de la Universidad de Castilla-La Mancha Miguel Ángel Rodríguez Arias, sitúan a España en segundo lugar en número de desaparecidos, sólo por detrás del régimen de Pol Pot en Camboya. Con motivo del Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, que se conmemora este miércoles, la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha convocado una protesta en Ponferrada a las 19.30 horas para denunciar que "no se puede llamar reconciliación a la decisión de abandonar los cadáveres de más de 100.000 personas asesinadas por los franquistas en las cunetas".

Por su parte, Amnistía presenta también este miércoles la campaña Nada es igual, si alguien desaparece con la que denuncia que en España se sigue privando del derecho a la verdad, la justicia y la reparación a las víctimas. "En los últimos años, al menos cinco mecanismos de Naciones Unidas han constatado y expresado que España ni investiga ni deja investigar los crímenes cometidos durante la Guerra Civil y el franquismo", destaca la ONG en un comunicado.

La organización recuerda que durante una visita a España en 2013, el Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas "se mostró especialmente preocupado por el cierre, archivo, paralización o mínima investigación de cualquier proceso para esclarecer y juzgar estos crímenes e instó al Estado español a investigar de oficio y juzgar todas las desapariciones forzadas, así como a eliminar todos los obstáculos que pudieran impedir dichas investigaciones".

Con el Partido Popular en contra, el Congreso aprobó el pasado mes de mayo una Proposición No de Ley (PNL) con la que se instaba al Gobierno a “revitalizar” el contenido de la ley de la Memoria Histórica de 2007 y que, entre otros aspectos, asumiera las labores de localización y exhumación de fosas e identificación de los cadáveres de víctimas de desaparición forzada. Como todas las PNL, esta tampoco tiene fuerza jurídica.

Amnistía también destaca la querella contra el franquismo interpuesta en 2010 en Argentina y cómo España ha evitado colaborar con la justicia argentina. "En dos oportunidades ha rechazado extraditar a los procesados a Argentina, ha negado información a la justicia de ese país y ha impedido que la jueza argentina María Servini a los 19 acusados, así como la toma de declaración de algunas víctimas y testigos", denuncia la ONG.

Para dar cuenta de los efectos en los familiares de los desaparecidos, la organización ha recurrido a series de ficción para preguntarse qué ocurriría si faltara alguno de sus personajes más emblemáticos, como Marge en Los Simpsons. Dentro sus acciones, Amnistía también ha puesto en marcha una recogida de firmas, que ya suma más de 189.000, para recordar al Gobierno y al ministro de Justicia, Rafael Catalá, en particular que los casos de desaparición forzada siguen vigentes.

Con la campaña, la ONG también quiere poner el foco en otros países como Siria ─75.000 desaparecidos entre 2011 y 2016─ o México, donde, de acuerdo a datos del Gobierno, 32,096 personas se hallaban en paradero desconocido en junio de este mismo año. No son, ni mucho menos, los únicos con cifras alarmantes de desapariciones forzadas. Según datos de la ONU, desde 1980 siguen abiertos 44.159 casos en 91 estados. Sólo entre el 16 de mayo de 2015 y el 18 de mayo de 2016, se registraron 766 nuevos casos en 37 Estados.

Manifestación ante el Congreso
Coincidiendo con el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, las víctimas de bebés robados y adoptados ilegales han convocado una concentración a las 10.30 horas ante el Congreso para reivindicar que su causa se convierta en una "cuestión de Estado" con el propósito de que prime "la verdad, la justicia y la reparación".

En un comunicado, la plataforma "Camino de la Justicia", la asociación AVIDNA y el Observatorio Internacional para la defensa de los Derechos Humanos "Nuevo Ágora", explican que es la segunda concentración que convocan y destacan que la de este miércoles se celebrará tras "un año muy duro", en el que no han dejado de trabajar para lograr que se escuche su voz.

Denuncian que han tenido que "ejercer de detectives privados" para recopilar los documentos sobre sus causas y critican que no sea el Ministerio de Justicia y la Iglesia los que les entreguen documentos relativos a "nacimientos, historias clínicas u otros asuntos". Además, reiterarán su demanda de que se cree un banco de ADN y un censo de afectados y de víctimas, según las diferentes situaciones, entre las que figuran las de bebés robados, falsos biológicos o adopciones ilegales.

Fuente:
http://www.publico.es/espana/dia-internacional-victimas-desapariciones-forzadas-espana-paises-victimas-desapariciones-forzadas.html

sábado, 3 de junio de 2017

Pablo de Greiff, recuerda que el Estado debe atender “de forma urgente” las reclamaciones de las víctimas de la Guerra Civil y del régimen franquista. La ONU respalda la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos.

Cuarto Poder

“No puede justificarse hoy la falta de acción en este ámbito en un Estado de derecho”, ha subrayado Greiff tras pedir al Gobierno español que de cuenta de las medidas adoptadas para dar cumplimiento al informe presentado en 2014


El experto en Justicia Transicional de la ONU, el colombiano Pablo Greiff, ha recordado a España que el Estado debe atender “de forma urgente” los reclamos de las víctimas de la Guerra Civil (1936-1939) y del posterior régimen franquista. “El Estado tiene una obligación de atender los derechos de las víctimas y sus familiares y poner fin al sufrimiento de miles de ellas quienes aún hoy (…) siguen sin saber dónde se encuentran los restos de sus seres queridos”, recalcó ayer Greiff en un comunicado.

Las declaraciones del relator especial de la ONU se producen tras la aprobación el pasado 10 de mayo por el Congreso de los Diputados de España de una proposición no de ley (no vinculante) que pide al Gobierno que impulse la aplicación de Ley de Memoria Histórica (2007) para resarcir a las víctimas del franquismo.

También aboga por que se proceda a exhumar los restos del dictador Francisco Franco y a trasladarlos fuera del monumento del Valle de los Caídos, cerca de Madrid. El relator especial de la ONU indicó que la proposición no de ley hace referencia a varias de las recomendaciones pendientes que le había presentado al Gobierno de España en su informe de 2014.

“Las exhumaciones y la identificación de los restos son medidas urgentes necesarias para el esclarecimiento de los hechos y actos importantes que contribuyen a la reparación de las víctimas y sus familiares”, explicó el experto.

Para Greiff, el Valle de los Caídos, por ejemplo, “sigue simbolizado la asimetría de antaño en la memoria colectiva de la guerra y las víctimas, y la más reciente falta de acción del Estado en favor de una memoria más objetiva e incluyente”, censuró.

El experto en derechos humanos señaló que, en su estado actual, el Valle de los Caídos “no proporciona ningún tipo de información para explicar la simbología franquista y fascista”, ni se explica quién fue José Antonio Primo de Rivera, “ni por qué Franco fue inhumado ahí sin ser víctima de la Guerra Civil”, sostuvo.

“Tampoco se explica que el Valle de los Caídos fue construido con el trabajo forzoso de miles de presos políticos bajo condiciones inhumanas, sobre los cuerpos de las casi 34.000 personas que ahí están inhumadas, ni que muchos restos fueron trasladados allí sin consentimiento o conocimiento de sus familiares”, expresó.

Greiff también recordó que la nulidad de las sentencias -incluyendo sentencias de muerte- adoptadas en violación de los principios fundamentales del derecho y del debido proceso durante la Guerra Civil y el franquismo (1939-1975) es otra de las medidas de reparación “pendientes y urgentes”.

“No puede justificarse hoy la falta de acción en este ámbito en un Estado de derecho,” resaltó el experto, quien pidió al Gobierno español que informe sobre las medidas tomadas para dar cumplimiento a las recomendaciones del informe presentado en 2014.

Fuente:
https://www.cuartopoder.es/espana/2017/05/20/la-onu-respalda-la-exhumacion-de-los-restos-de-franco-del-valle-de-los-caidos/

miércoles, 24 de mayo de 2017

Reflexiones para la memoria histórica. El cuidador de huesos.

La otra versión (Interviú)


Santiago Carcas Cuartero, zaragozano de 55 años, es de esas personas que impresionan a primera vista: recio, de blanca cabellera, conversación pausada y marcado acento aragonés; de esas personas que parecen francas desde el principio, que no hablan de lo que ignoran y que brindan una solución para los desastres. Lo suyo es la memoria histórica y una de sus máximas es que las exhumaciones de las víctimas de la represión franquista (las pocas que se siguen haciendo en España) se hagan bien, en condiciones óptimas, con el objetivo único de devolver a las familias los restos de sus fusilados. Es decir, debe primar la identificación, si no no merece la pena exhumar, salvo muy contadas excepciones.

Dice Santiago Carcas, presidente de la Asociación por la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo (ARDF), que muchas veces los trabajos de recuperación de los restos se hacen rematadamente mal, algo que no trasciende, por lo general, a la opinión pública ni siquiera a los familiares de los fusilados.

Al hablar de los desastres de las exhumaciones, no puedo dejar pasar la oportunidad para referirme una vez más a la chapuza de las exhumaciones masivas llevadas a cabo en el cementerio de San Rafael de Málaga, entre 2006 y 2009, un asunto feo y doloroso para miles de familias que no se pudieron llevar a los suyos para enterrarlos en condiciones porque nunca se llegaron a identificar los restos. Con el apoyo de la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Málaga y la Universidad de Málaga, se sacaron de las fosas del cementerio los restos de casi 3.000 represaliados de los cerca de 5.000 que constan inhumados en fosas comunes en el camposanto malagueño. Esos restos fueron depositados en una gran urna, sobre la que se erigió una pirámide a modo de monumento. Según iban sacando los huesos, los fueron acumulando en casetas sin ventilación; muchos quedaron al aire libre, a merced de la lluvia y de los perros. Lo han denunciado personas que estuvieron allí, familiares y voluntarios en los trabajos de exhumación.

Pero volvamos a Santiago Carcas y a su asociación, creada en 2010, y con sede en Castellón, A Coruña y Zaragoza. La ARDF DESAPARECIDOS ha publicado el primer manual con directrices para proceder con garantías en las exhumaciones de restos de fusilados. “Me preparé a conciencia para mejorar el trato que se le daba a los restos mortales de las víctimas del franquismo, que todavía siguen siendo tratados como huesos, sin dignidad. La técnica científica de la que se presume deja mucho que desear. Ver en directo las exhumaciones es para las víctimas del franquismo vivas algo importantísimo, pero ellos desconocen las consecuencias que tiene el que envuelvan a sus familiares con papel de periódico y en plásticos; eso es algo que perjudica por entero el hallazgo de ADN viable para la identificación, que queda contaminado”, me cuenta el presidente de ARDF.

Cuando en 2015 se intentó localizar los restos de Miguel de Cervantes en la Iglesia de las Trinitarias de Madrid, Santiago me hizo una confesión: “Me muero de envidia. Cómo me gustaría que para intervenir en fosas comunes se siguiera el mismo protocolo”. Este experto tiene claro que las cosas se pueden hacer mejor. “No puede haber muertos de primera y muertos de segunda categoría. Para la localización de algunos ilustres españoles, como Cervantes –y a sabiendas de que no se sabía dónde se hallaba–, se usaron todas las protecciones posibles, como no puede ser de otra manera: guantes quirúrgicos, mascarillas, etc. Sin embargo, para las víctimas del franquismo no importa en qué condiciones se extraen los restos, incluso se dejan a la intemperie antes de extraer muestras para las analíticas de ADN”.

El dilema es este: ¿Es preferible exhumar a los fusilados pese a no identificarlos después con tal de sacarlos de las vergonzosas fosas franquistas? Los miembros de ARDF DESAPARECIDOS tienen claro que no, que el objetivo de la exhumación debe ser siempre intentar identificar a quién pertenecen esos restos y devolverlos a los familiares. “Ese es el espíritu de la Memoria Histórica, el de la reposición ­–dice Carcas –. Se ha desvirtuado ese espíritu. Existen algunas asociaciones que exhuman a troche y moche, ofertando cursillos que pagan los voluntarios, recibiendo subvenciones europeas. Son una especie de cazadores de huesos, que no respetan la dignidad de las restos. Estas entidades han llegado a publicar incluso fotos donde se detecta la mala praxis. Eso nos avergüenza y entristece a los que nos dedicamos en serio a esto, a los que llevamos buena parte de nuestra vida luchando por la reparación”.

En 1987 fue abierta la fosa común del cementerio del pueblo zaragozano de Mallén, donde se hallaban tres hermanos de la familia Pérez Matute. Dos años después, en otra exhumación en Pedrola, una localidad cercana, apareció Emilia, hermana de los anteriores. La familia estaba casi al completo. Todos ellos eran hermanos de la abuela de Santiago Carcas, Felisa, esposa del alcalde socialista de Boquiñeni (Zaragoza). “Es una historia muy triste, como la de millones de represaliados, que durante décadas se negaron a hablar, a contar a sus descendientes el horror vivido, perpetuando, a su pesar, el relato de los vencedores. Yo estuve grabando en vídeo a mi tía Mercedes y a mi madre y otros parientes, y así fui recuperando un relato, nuestra historia familiar y un retazo de la historia de España”, dice Carcas.

El otro día Santiago me dejó un mensaje: “No te lo vas a creer, Ana, pero ayer mismo hallé a otro hermano de mi abuela, también fusilado en Mallén: Máximo Pérez Matute. Pero no sé dónde está enterrado, no aparece en ningún papel”. Estaba ilusionado Santiago. Lleva mucho tiempo intentando recomponer esa historia familiar a través de archivos, partidas de nacimiento, de defunción, de bautismo, etc. “Mis tías mayores, las hermanas de mi madre, estuvieron en la cárcel de Torrero (Zaragoza), tendrían 14 y 15 años, les cortaron el pelo al uno. Las hijas pequeñas de mi abuela Felisa, mi madre incluida, han crecido sin poder contar la totalidad de aquella barbarie. Nadie quería hablar, nadie quería preguntar”.

Santiago Carcas es técnico en exhumaciones; ha estudiado, sin llegar a licenciarse, antropología y arqueología y un máster en Genética en la Universidad Complutense de Madrid. Su colaboradora Ángela Piñeiro, secretaria general de la asociación, es además médica genetista. “El secreto del éxito de nuestra asociación es que somos un grupo de técnicos, sabemos lo que hacemos. Hay especialistas con cargos dentro de la asociación, como son Begoña Hermida en Galicia, Mariví Pastor en Aragón, Laura Gil en Castellón, Nuria Martínez en Valencia. Hemos participado, y seguimos haciéndolo, en el asesoramiento de los distintos anteproyectos de Ley autonómicos referentes a Memoria Democrática, ya creados o que lo serán próximamente, como son los casos de Valencia, Castilla la Mancha, Aragón, Gran Canaria y Galicia”.

Desde 2012, la Asociación para la Recuperación de los Desaparecidos en el Franquismo ha participado en una docena de trabajos en fosas comunes en Aragón, La Rioja, Castilla la Mancha y Teruel. Eran los tiempos en los que había dotación presupuestaria para la Ley de la Memoria Histórica. Pese a que el gobierno no pone un euro para exhumaciones, a la ARDF DESAPARECIDOS no le falta el trabajo: “Hemos asesorado al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y al Cabildo, y tenemos pendiente una solicitud de exhumación en el cementerio de la ciudad. También hemos localizado posibles fosas comunes, como la del municipio de El Toro en Castellón; estamos prospectando la zona de los Barrancos de Castellón en busca de evidencias del genocidio franquista. Tenemos investigadas y preparadas para su exhumación tres fosas comunes en Guitiriz (Lugo) y en San Vicente de Fervenzas y Vilarraso en A Coruña, a la espera de que los políticos de turno se dignen a colaborar para poder recuperar a las víctimas del franquismo”.

Queda mucho por hacer. Sirva este pequeño homenaje a los que, como Santiago Carcas, se empeñan en remover la tierra para rescatar del olvido a los que un día desaparecieron por sus ideas democráticas.

Fuente:

http://blogs.interviu.es/laotraversion/2017/05/04/el-cuidador-de-huesos-reflexiones-para-la-memoria-historica/

martes, 24 de enero de 2017

La incómoda memoria de Atocha

Agustín Moreno
Cuarto Poder


Si el eco de su voz se debilita, pereceremos.



Aún era de noche a las 7 de la mañana del 25 de enero de 1977. Varios militantes de las aún ilegales comisiones obreras de la construcción habían quedado frente al hospital Gómez Ulla, cerca del metro de Carabanchel, para repartir panfletos en las obras de la zona. La noticia, que ya recogían las primeras ediciones de los periódicos, fue un mazazo: “Matanza en un despacho de abogados de la calle Atocha”. Los cuatro compañeros conocían bien aquel despacho. En él y en otros de laboralistas les llevaban pleitos por despidos o reclamaciones salariales y les defendían en procesos por actividades antifranquistas ante el Tribunal de Orden Público.

Tras el aturdimiento por la información, la decisión fue rápida, como una manera de conjurar la rabia. Se dirigieron a las obras que pensaban recorrer en el barrio a medio construir de Aluche. En vez de ir dando los boletines de CCOO de la construcción sobre el convenio y las próximas huelgas, fueron informando del crimen. Yo era uno de ellos y nunca olvidaré la respuesta de los trabajadores: se quedaban paralizados ante la información, iban dejando caer las herramientas al suelo y las obras, una tras otra, quedaban paradas. Estas huelgas espontáneas, a iniciativa de un grupo de militantes, ponían de manifiesto el prestigio social de los abogados laboralistas, el nivel de conciencia obrera existente al final del franquismo y las ansias de libertad.

Las consecuencias políticas de aquel atentado realizado por un grupo fascista de la ultraderecha que seguía empeñada en asegurar el franquismo fueron varias. La respuesta de masas que dieron el PCE y CCOO ayudó a dinamizar el proceso democratizador hasta el punto de que, si bien Franco murió en la cama, se podría afirmar que el franquismo murió en la calle en aquella impresionante manifestación de duelo, serenidad y determinación obrera y ciudadana [vídeo, abajo]. En Semana Santa se legalizó el PCE, los sindicatos obreros en vísperas del 1 de Mayo y, en junio, se celebraron elecciones democráticas.

Pero el atentado también cuestiona el modelo canónico de transición idealizada por el supuesto consenso, hasta el punto de poder pensar que fue una transición acordada con una pistola en la sien, en la que hubo casi 600 muertos por la violencia política e institucional. Lo cierto es que las fuerzas democráticas se vieron sometidas al chantaje de la violencia y a tener que decidir entre una democracia de baja intensidad o el alargamiento del proceso de conquista de las libertades.

Atocha ha sido un espejo que quemaba a muchos políticos. Alejandro Ruiz-Huerta, sobreviviente de los atentados de Atocha, tituló su libro, escrito 25 años después de los hechos,  La memoria incómodaSeñalaba que era “un título acaso inquietante, pero que es referencia de todo lo que significaron aquellos hechos en el umbral de la transición”. En el epílogo señalaba: “25 años después podemos decir que hemos pasado de la memoria silenciada a la memoria germinada”. Parece que así ha sido, pero hay que seguir regando estos brotes que van germinando para que no vuelvan a quedar relegados al silencio y al olvido.

La memoria es un compromiso ético.
Hay que reivindicar el uso público de la historia, que diría Jürgen Habermas, para devolver la memoria histórica a los escenarios de la vida social, y uno de ellos es la escuela. Por ello nos metimos con el tema de Atocha en las aulas. Junto con mi amigo Javier Soria, realizamos una experiencia con motivo del 30 aniversario con el alumnado de 4º de ESO del instituto Salvador Allende de Fuenlabrada. Investigamos lo sucedido, proyectamos “Siete días de enero”, de Juan Antonio Bardem, recorrimos los lugares de los hechos (Atocha 55, El abrazo de Juan Genovés en Antón Martín, Sindicato vertical, Salesas, Fundación Abogados de Atocha). El colofón fue un encuentro con Alejandro Ruiz-Huerta y la elaboración un vídeo de 50 minutos, que aún sigo usando para tratar nuestra Historia reciente. Abordamos la transición acercándonos a los hechos con objetividad, que no con neutralidad, para formar ciudadanos conscientes, críticos y comprometidos con la mejora de su sociedad, no mera mano de obra para el mercado. También organizamos un curso de formación sobre memoria histórica con otros institutos de Fuenlabrada en el que íbamos a presentar la experiencia. Pero fue prohibido por el gobierno de Esperanza Aguirre.

Esta prohibición fue una auténtica vergüenza que nos obligó a realizar el curso al margen de la administración educativa. Y un ejemplo más de las resistencias de la derecha a esta cuestión. Son numerosos los incumplimientos de la Ley de Memoria Histórica e incluso la burla a los familiares de las víctimas, como hizo el desvergonzado Rafael Hernando. Lo más reciente es  la negativa del alcalde del PP de Casasimarro (Cuenca) a colocar una placa en un parque con el nombre de una de las víctimas de Atocha, Ángel Rodríguez Leal, natural del pueblo. Su argumento no puede ser más peregrino: “No herir sensibilidades”. Es lo que he dado en llamar el negacionismo del Partido Popular.

Estas resistencias reflejan la textura moral de la derecha.
Lo que dijo Juan Gelman al recibir el premio Cervantes sintetiza lo que significa su actitud:

“Dicen que no hay que remover el pasado, que no hay que tener ojos en la nuca, que hay que mirar adelante y no encarnizarse en reabrir viejas heridas. Están perfectamente equivocados. Las heridas aún no están cerradas. Laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido ciudadano (…) Y sospecho que no pocos de quienes preconizan la destitución del pasado en general, en realidad quieren la destitución de su pasado en particular”.

Gelman sabía bien de lo que hablaba, pues su hija, su hijo y su nuera fueron secuestrados y asesinados por la dictadura argentina, y tuvo la suerte de recuperar una nieta robada. De ahí su empeño, como el de muchos, en defender que la memoria es una forma inevitable de justicia.

Fuente:
http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2017/01/18/1796/1796

Más: Salce Elvira ¡Hace ya 40 años del asesinato de los abogados de Atocha!
http://www.nuevatribuna.es/articulo/sociedad/hace-40-anos-asesinato-abogados-atocha/20170119152619135792.html

domingo, 27 de noviembre de 2016

Juan Diego Botto: “Marcos Ana era lo que este país debería haber sido”. Cientos de personas despiden al poeta que pasó 23 años en las cárceles franquistas

Fueron tantos, que no cabían todos. Muchos aguardaron bajo la lluvia su turno para poder despedirse. El auditorio madrileño Marcelino Camacho se ha llenado esta tarde de gente que quería o admiraba a Marcos Ana, el preso político que más tiempo pasó en las cárceles franquistas, 23 años. Falleció el pasado jueves, ya cumplidos los 96, y pese a su avanzada edad, uno de los comentarios más repetidos en el homenaje de esta tarde ha sido la sorpresa que les había causado su muerte. El líder de Comisiones Obreras, Ignacio Fernández Toxo, ha recordado que el poeta era el último en irse de todas las manifestaciones. "Pensábamos que era eterno", ha dicho el secretario general del Partido Comunista, José Luis Centella. En el centro del escenario, cubrían el ataúd de Marcos Ana dos banderas: la republicana y la roja.

Juan Diego Botto ha recitado, muy emocionado, el poema que da título a la autobiografía de Marcos Ana, Decidme cómo es un árbol. "Es un hombre que permitió que este país pudiera mirarse a la cara y sostenerse la mirada. Porque él es lo que este país debería haber sido", ha añadido el actor de origen argentino.

Marcos Ana se hizo poeta en la cárcel. Escribía en el revés del plato de la comida y se apañaba para sacar sus poemas de prisión con la ayuda de un guardia o haciendo que otro preso que iba a salir en libertad memorizara los versos. Poetas en el exilio, como Rafael Alberti, y el comité de ayuda a los presos ayudaron a difundir su obra. Cuando salió de la cárcel, en 1961, dedicó todos sus años de libertad a homenajear a sus compañeros presos, especialmente, a los que no lograron salir de la cárcel porque murieron antes de hambre, de frío o fueron ejecutados por el Régimen.

La cantautora Lucía Sócam ha intepretado durante el homenaje un poema que Blas de Otero compuso para Marcos Ana cuando el poeta cumplió 22 años entre rejas.

El ex fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo ha leído sobre el escenario fragmentos de este discurso del poeta: "Conocí, como tantos compañeros, la pérdida de la libertad. Sufrí la tortura, viví al borde de la muerte... podía haberme convertido en una bestia, pero al contrario, mi experiencia personal me llevó a la conclusión de que nunca sería capaz de ejercer la violencia contra nadie precisamente porque la he sufrido. La única venganza a la que yo aspiro es ver triunfando algún día los nobles ideales por los que yo he luchado y por los que miles de demócratas antifranquistas perdieron su vida o su libertad".

Uno de los momentos más emotivos ha sido cuando el hijo del poeta ha recitado, junto al ataúd de su padre, sus versos. "El mejor homenaje que le puedo hacer es leer un poema suyo. Los he leído muchas veces, pero creo que él nunca me oyó". Durante una entrevista con este diario, Marcos Ana explicaba que el peor momento de su vida en prisión eran los días de visita, cuando veía a sus compañeros presos abrazar a sus niños. "A mí se me caían las lágrimas pensando que yo nunca iba a tener eso. Mi hijo ha sido, sin ninguna duda, el amor de mi vida", decía. Fue Vida Sender, hija de unos anarquistas aragoneses, la mujer que le permitió cumplir el sueño de ser padre tras salir en libertad, en 1961. Hoy, en el auditorio Marcelino Camacho, apretaba emocionada la mano de su hijo, que también se llama Marcos, y es documentalista.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, se acercaron durante el día al auditorio para despedir al poeta. Durante el homenaje, esta tarde, dirigentes del Partido Comunista han incluido referencias a Fidel Castro, fallecido este viernes. Entre el público había militantes del Partido Comunista, de Izquierda Unida y representantes del mundo de la cultura, como Luis García Montero o Almudena Grandes. La actriz Pilar Bardem, también muy emocionada, recordaba así al poeta: "Su corazón era su casa y la tenía abierta a todos. Marcos no ha muerto, sois todos vosotros, todos los jóvenes que tenéis que seguir luchando contra las injusticias, para que ningún viejecito muera de frío".

Alberto Garzón, de Izquierda Unida, ha alabado la poesía militante de Marcos Ana, y ha lamentado que haya jóvenes que no conozcan su vida y obra. El poeta dedicó precisamente su último libro, escrito en 2013, en el contexto de la crisis económica, "a la juventud". Su título: Vale la pena luchar.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/11/26/actualidad/1480185432_869998.html

“A Marcos Ana”

¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?
Quevedo

No hablo por hablar. Escribo
hablando sencillamente:
como en un cantar de amigo.

Nãzim, Marcos, Lina Odena,
Nina van Zandt, compañeros,
en la libertad más bella.

La libertad del que forja
un pueblo libre: Miguel
Hernández cavó la aurora.

¡Ah de la vida! Preguntas
a tientas: «el mar», «el campo»…
Las olas se han vuelto mudas.

Veintidós años… Decidme
cómo es un árbol. Quién silba
arriba en el aire libre.

Quién me recuerda. Quién llama
desde el fondo de una mina.
Espaciosa y triste España.

La libertad por el suelo.
Tú la levantas, la apoyas
en el hombro del obrero.

El olivo y las espigas
te dan la mano, se pasan,
brisa a brisa, la consigna.

Como en un cantar de amigo,
escribo lo que me dictan
la fábrica y el olivo.

Blas de Otero

De: “Que trata de España” – 1960-1964 Recogido en “Blas de Otero – Obra Completa” – 1935 – 1977 Ed. Galaxia Gutenberg – 2013©

Blas de Otero Muñoz nació en Bilbao, el 15 de marzo de 1916.
Miembro de la llamada Generación de los 50′, fue uno de los principales representantes de la poesía social o la conocida como poesía desarraigada, fruto de los tiempos duros que le tocó vivir, la guerra civil española y la terrible dictadura franquista.
Fue un duro opositor de la dictadura franquista, que vio nacer, crecer y morir, lucha que fue constante hasta el final de su vida. Anheló y cantó la democracia durante 40 años, aunque no llegó a ver completamente realizado su sueño, murió en Majadahonda, Madrid el 29 de junio de 1979.

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Marcos Ana, comentó que estando en prisión, le llegó desde fuera el sonido de una melodía que le gustó especialmente, cuando salió la buscó y al fin un día díó con ella; resultó ser Candilejas de Charles Chaplin. Aquí la tenéis.

martes, 23 de agosto de 2016

El genocidio franquista según el profesor Daniel Feierstein. "Parte del objetivo de la Transición fue que no se transformara el orden que levantó el genocidio franquista"

Daniel Feierstein es uno de los mayores expertos en el estudio y análisis de las prácticas genocidas que asolaron al mundo en el siglo XX.

Daniel Feierstein es sociólogo y doctor en Ciencias Sociales por la Universidad de Buenos Aires. Se desempeña como profesor titular de la cátedra Análisis de las Prácticas Sociales Genocidas en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos A., y como director del Centro de Estudios sobre Genocidio y de la Maestría en Diversidad Cultural, ambos en la Universidad Nacional de Tres de Febrero. Es experto independiente por las Naciones Unidas para la elaboración de las Bases de un Plan Nacional de Derechos Humanos argentino.- CHRISTIAN GONZÁLEZ

MADRID.- Describir la trayectoria profesional de Daniel Feierstein (Buenos Aires, Argentina, 1967) ocuparía más líneas que paciencia tiene el lector para leer cargos, títulos y publicaciones varias. Una manera breve de resumir la importancia del personaje pasa por señalar que Feierstein es uno de los mayores expertos en el estudio y explicación de las prácticas genocidas que asolaron al mundo durante el siglo XX.

Recibe a Público antes de participar en una mesa redonda en la librería Traficantes de Sueños de Madrid sobre los crímenes de la dictadura franquista. Antes de llegar a la capital de España ha ofrecido conferencias en Londres, Atenas y Barcelona, entre otros lugares. La conversación con Fierstein, no obstante, corre el riesgo de derivar en complejos conceptos y referencias a tratados internacionales y/o convenciones de las Naciones Unidas. Es un riesgo.

El objetivo de la entrevista, sin embargo, pasa por aclarar conceptos básicos y fundamentales para conocer más y mejor la historia reciente de España.

¿Qué es un genocidio? ¿Cometió el franquismo un genocidio en España? ¿Repercute en la actualidad española aquel genocidio?
Sin duda. En los dos sentidos: en el sociológico y en el jurídico. En el sociológico, el eje del genocidio es la destrucción de la identidad de un pueblo y creo que está muy claro que en el caso español se buscó destruir la identidad del pueblo español. Y en el sentido jurídico del término también se puede decir que existió un genocidio porque la Convención sobre Genocidio de la ONU incluye la intención de la destrucción parcial de un grupo nacional. Y aún cuando no deja claro si el grupo nacional puede ser el mismo entre los perpetradores y las víctimas, y está abierto a interpretación, creo que en el caso español es absolutamente interpretable que el objetivo del franquismo fue destruir parcialmente el grupo nacional español. Querían transformar España a través del terror.

La Convención sobre el genocidio señala que se trata de la destrucción total o parcial de un "grupo nacional, étnico, racial o religioso". Hay quien interpreta que en España no hubo genocidio porque se trata de una lucha fratricida entre miembros de un mismo grupo nacional.

Exacto. Esa es la discusión. Pero la idea de que hay dos grupos es la idea del genocida. Todos los genocidios siempre se implementaron para transformar al propio grupo. El nazismo pretendió transformar Alemania y después transformar a Europa. Y convencer a la población de que había determinados grupos que no formaban parte del grupo nacional. Y esto fue lo que sucedió en España. Los genocidas planteaban que los rojos no formaban parte del grupo y por eso tenían que ser expulsados, erradicados. Todos los genocidios son intentos de transformar al propio grupo.

El Gobierno español y la Justicia han dicho que en España no hubo genocidio. Y ante esta posición parece que estamos ante el eterno debate de dos posturas enfrentadas y sin una verdad.

¿Cómo explicar que sí hubo un genocidio?
El Gobierno español impide la discusión. Para decir que sí o que no hubo un genocidio hay que abrir las causas y un Tribunal tiene que analizar las evidencias, escuchar a los testigos, que pueda tomar pruebas históricas del caso y luego, analizando la Convención sobre Genocidio, dirimir si lo hubo o si no lo hubo. Cuando alguien impide la discusión no está diciendo que no hubo genocidio sino que lo que está diciendo es que no se puede discutir el asunto.

¿El genocidio es sólo el asesinato de miles de personas?
"Los genocidas planteaban que los rojos no formaban parte del grupo y, por eso tenían que ser expulsados, erradicados". El genocidio es principalmente la matanza de miembros del grupo pero tiene cinco acciones:

1. La matanza;

2. El sometimiento del grupo a condiciones que provoquen su destrucción;

3. Las lesiones al grupo tanto físicas como psíquicas;

4. Impedir los nacimientos dentro del grupo; y

5. Transferir los hijos del grupo que sufre la represión al otro grupo que la aplica.

En España se han dado las cinco acciones. Hay genocidios, condenados, que sólo han implementado dos o tres de estas acciones. España implementó los cinco ejes de la Convención de la ONU. Por eso, la decisión de la Audiencia Nacional contraviene toda la normativa internacional. Habría que revisarla y ponerlo a discusión con juristas internacionales.

Un argumento habitual es que la izquierda también cometió asesinatos y que, por tanto, también habría cometido un genocidio. La gran diferencia es el control del monopolio de la violencia. Esto es: quién tiene la capacidad de llevar a cabo determinadas acciones organizadas sistemáticamente. En estos casos, hay dos cuestiones a analizar.

1. La primera es si había un aparato de poder con la capacidad de monopolio de la violencia para implementar esas acciones genocidas.

2. En segundo término, tener en cuenta el riesgo que implica equiparar las acciones de quienes llevan a cabo un plan sistemático de destrucción de quienes resisten ese plan sistemático de destrucción.

Esta equivalencia es muy dañina para la sociedad porque pone en un plano de igualdad lo que de ninguna manera puede ser igual.

En España lo que había era un gobierno democrático elegido por la población con su determinado porcentaje de votos y una oposición, que disentía de este Gobierno y apostaba por otra opción política con un determinado porcentaje de voto. En esta situación, hubo un golpe de Estado militar que a través de la violencia y el terror intenta destruir esa experiencia política. Estas dos situaciones no son equivalentes. Lo que no quiere decir que no tenga que ser revisado políticamente, moralmente, las acciones de la República española o de determinados grupos de izquierdas que defendían a la República. Creo que sí merece ser revisado, pero que la Justicia no es el lugar, pero sí un debate político que puede ser enriquecedor.

¿Se puede afirmar, sin ninguna duda, de que las élites militares y políticas que prepararon el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 tenían un "plan sistemático de destrucción" del adversario?
Sin duda. Está muy claro. Es un trabajo de la Justicia el comenzar a revisar documentos militares del franquismo y comenzar a abrirlos a la discusión para ver el papel que tuvo el terror en esta transformación social que acometieron. Dice que el objetivo de un genocidio es eliminar la identidad de un pueblo e imponerle la identidad de las élites.

¿España sufre aún los efectos de ese genocidio de hace 80 años y de la imposición de la identidad de la élite al pueblo?
España es uno de los casos paradigmático donde se siente el efecto en la actualidad. Todo genocidio tiene sus niveles de efectividad y de logros, pero me parece que el caso español destaca por la imposibilidad de abrir la discusión. España y Turquía son los dos casos donde fue más difícil abrir una discusión colectiva. No sólo jurídica. Sino incluso una discusión social y política sobre lo que ocurrió. Esto tiene que ver con varios efectos: lo extensa de la dictadura franquista, que atravesó a varias generaciones. El otro elemento que no se tomó en cuenta suficientemente es la importancia de la apropiación sistemática de menores que se calcula en no menos de 30.000 casos. Es inconcebible. En Argentina hubo alrededor de 500 y se considera una barbaridad. Esto es importante porque atraviesa con el terror a toda la segunda generación. De tener siempre la duda con el origen. Es un elemento fundamental para entender el silencio de la Transición. La mayoría de los casos históricos logran determinados efectos pero cuando termina el régimen que lo implementó comienzan a abrirse discusiones a veces con la posibilidad de plantear acciones jurídicas.

"España tiene una gran oportunidad ante sí para poner en cuestión todo ese proceso de la Transición"

En España hasta los 90 no se abrieron con cierta fuerza los debates sobre el pasado. Tenemos 20 años de Transición con una especie de pacto de silencio particularmente emblemático. Es algo para revisar en el presente y plantearse cuáles fueron los elementos del caso español que generaron tanto nivel de silencio y aún hoy tanta insistencia en que no hay que mirar para atrás, en que la Transición debe ser rescatada, que fue el modo de pacificar el país... Estas peticiones consisten en asumir los objetivos de los genocidas muchos años después y dentro de un un régimen muy distinto de lo que fue el régimen genocida.

¿Una de las consecuencias es que esas mismas élites pueden seguir en una situación de poder privilegiada que se ganó con las armas durante la Guerra Civil?
Sí. Pero el poder no es sólo seguir gobernando. Se trata de que la transformación de la sociedad no se toca. En ningún nivel. En general, podríamos decir que ha sido difícil tocar las transformaciones de la sociedad después de un proceso genocida. Parte del objetivo de la Transición fue que no fuera transformado el orden económico, que no fuera transformada la Justicia, el orden político... que los cimientos que levantó el genocidio a través del terror no se puedan discutir.
Y eso está en la base de la idea de la reconciliación.

Siempre plantean la reconciliación en los términos del genocida, que no se pueda tocar o cuestionar nada de lo que el genocidio construyó. Este es el desafío fundamental para la sociedad española: el revisar toda la estructura concebida por las autoridades genocidas.

Un ejemplo: cuando finaliza la dictadura de Argentina los organismos de derechos humanos señalaron que había que dar de baja a todos los jueces, a todos los funcionarios que habían trabajado en relaciones exteriores avalando al gobierno militar. A toda la estructura del Estado que habían participado en el genocidio. Esto implicaba poner en cuestión el aparato y el presidente, que era Alfonsín, dijo que no había suficientes jueces para nombrar si había que sustituir a los jueces que habían colaborado. La respuesta de los organismos de derechos humanos fue muy sólida. Les dijo que cualquier estudiante, cualquier abogado joven sería infinitamente mejor que un juez que había desarrollado su acción durante un genocidio. Este es el gran desafío para cualquier sociedad tras un proceso genocida.

Ahora se habla mucho de cambio político, ¿es necesario revisar nuestro pasado para poder cambiar España?
España tiene una gran oportunidad ante sí para poner en cuestión todo ese proceso de Transición. La pregunta es si esa oportunidad va a ser aprovechada o no. Si este nuevo proceso lo que va a hacer es simplemente cambiar algunos discursos y sostener esa estructura de impunidad y esa estructura política construida por el terror o si se va a animar a abrir la discusión y a ponerlo en cuestión. Ese es el gran desafío de España en el presente. Puede ser una oportunidad. La estructura política española ha comenzado a estar en jaque y la pregunta es si habrá fuerza política para ponerla realmente en cuestión. Ese es el desafío del presente. "Apelan a ese terror. La pregunta es si ese terror seguirá siendo efectivo o no cuarenta años después del fin del régimen de terror"

Desde el Partido Popular están lanzando el mensaje de que cuidado que vienen los rojos, los comunistas, los radicales, en definitiva. ¿Esto tiene que ver con aquel genocidio fundacional del que habla?
Claro. Es apelar a ese terror. La pregunta es si ese terror seguirá siendo efectivo o no cuarenta años después del fin del régimen de terror. Hay dos generaciones, como mínimo, actuando más. Este es el gran desafío.

Apelan al terror de hace 80 años, pero, ¿será efectivo aún?
La trampa sería si esos sectores políticos que reciben los ataques quisieran desprenderse de esa actuación y tratar de pactar con los autores ideológicos de ese proceso genocida para demostrar que no son disruptivos y que no van a llevar a cabo ninguna transformación ni a poner en cuestión el orden político de la Transición.

En España, para las víctimas de la dictadura y las asociaciones memorialistas, Argentina es una referencia. No sólo porque ha abierto la única causa judicial que investiga a la dictadura de Franco sino porque están revisando y juzgando su propio pasado.

¿Qué está pasando ahora con este proceso con el Gobierno de Macri?
 El Gobierno de Macri es un retroceso en Argentina e implica un intento de destruir algunas conquistas de la última década. No obstante, en este campo precisamente, las conquistas no han sido realizadas por un gobierno y sí por una lucha social. Por tanto, les resulta más difícil revertirlo. Ha habido un desmantelamiento de algunas áreas específicas o el intento de reponer a algunos represores en puestos públicos, pero no ha sido Macri el único. El jefe del Ejército del gobierno anterior tenía vínculos con el régimen genocida también. Me resulta llamativo, en el buen sentido, pese al retroceso que implica el gobierno de Macri, que no se ha puesto en cuestión el proceso de juzgamiento porque tiene un nivel de apoyo popular que implicaría un desgaste importante. "El Gobierno de Macri es un retroceso en Argentina e implica un intento de destruir algunas conquistas de la última década"

¿Macri tiene vínculos con la élite golpista?
Macri tiene relaciones con sectores vinculados, más que con los golpistas, con los sectores económicos que estuvieron detrás del proceso genocida sosteniéndolo, participando en algunos casos directamente y beneficiándose de ese proceso. No sólo tiene vínculos sino que él mismo es el hijo de un empresario que se hace millonario en los negocios estatales con la dictadura militar.

A largo plazo, ¿está planteando el macrismo una batalla por la memoria?
Sí. Justo. Y es una estrategia más inteligente. En lugar de avalar la impunidad y asumir la defensa directo de los represores, lo cual implicaría un costo político altísimo, lo que está haciendo es retrotraer la discusión a comienzos de los años 80 e intentar reinstalar la teoría de los dos demonios. Es lo mismo que sucede en España: plantean que la memoria debe ser completa y que es cierto que hubo hechos muy graves de los represores pero que también habría que revisar los hechos cometidos por los grupos de izquierdas. La política del macrismo tiende a eso. A la igualación de las víctimas y los victimarios. Esto es algo que tiene mucha fuerza en España y que era absolutamente marginal en Argentina y que ahora comienza a cobrar fuerza gracias al apoyo gubernamental.

Entiendo que es una estrategia que busca captar a los más jóvenes. A los que no vivieron la dictadura. Absolutamente. Lo que buscan es esta igualación con mucho trabajo 'periodístico', sin sustento histórico, que busca distorsionar la historia con esta igualación. Esto ha sido bastante fuerte durante los últimos tres o cuatro años en Argentina. Es decir, antes del triunfo del Gobierno de Macri. Hay una verdadera campaña de bombardeo a la población con el intento de equiparar.

http://www.publico.es/politica/genocidio-espanol-transicion-franquista.html