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miércoles, 12 de diciembre de 2018

_- El abecedario de Toni Morrison

_- Revue Ballast El Salto

De la b de Beloved —su novela más conocida— a la z de Zigzag. Una introducción al pensamiento de Toni Morrison a través de sus artículos, entrevistas en prensa y conferencias.

Toni Morrison

Toni Morrison en una lectura de su obra.

Una docena de novelas, numerosos ensayos, dos obras de teatro y algunos libros de literatura juvenil: Toni Morrison, hija de una familia obrera y antigua profesora de literatura en New Jersey, disecciona desde comienzos de los años 70 el “lenguaje de la opresión”. Comenzando por el que sufren los afroamericanos. Decidida, como afirma, a “neutralizar el racismo mezquino, a destruir la obsesión ordinaria, fácil y accesible por el color de la piel”, Morrison no se ha dejado de preguntar por las raíces y la organización social de su país. “Tengo 87 años y voy a sobrevivir a Donald Trump”, afirmó riendo la primavera pasada.

‘Beloved’: “La novela ofrece un vasto páramo controlado, una ocasión para ser y volverse el Otro. El extranjero. Con compasión, lucidez y el riesgo de un examen de consciencia. En esta repetición, para mí como autora, la joven Beloved, la que atormenta, es el Otro último, quien reivindica, para siempre reivindica un beso”.

(El origen de los otros)

Cantidad: “Para mí, la literatura incluye esta cantidad increíble de historias escritas por gente que, a través de la escritura, se sacudían el yugo de la esclavitud y entraban en el mundo de la libertad. No conozco en la historia de la humanidad otro pueblo que haya meditado, escrito y publicado tanto sobre su propia situación”.

(Entrevista con Pierre Bourdieu, octubre 1994)

Color: “Lo que me ha interesado es que en aquella época también llegaban a suelo americano empleados domésticos blancos. Estos domésticos eran en realidad esclavos, al igual que los esclavos negros. Pero es preciso interesarse por las condiciones en las que estos esclavos blancos llegaban: muchos de ellos morían durante el trayecto o bien cuando llegaban, y su servidumbre podía ser transmitida a sus mujeres e hijos. Estos esclavos blancos trabajan codo a codo con los esclavos negros en las plantaciones de tabaco. La sola diferencia entre ellos era la siguiente: los blancos podían escaparse y confundirse entre la multitud, mientras que los negros no podían hacerlo a causa de su color de piel. Esos tiempos son los verdaderos comienzos de este país”.

Entrevista publicada en L’Express, septiembre 2009) Definir: “Astuto, pero Maestro de Escuela le azotó de todos modos para mostrarle que las definiciones pertenecen a los definidores, no a los definidos”.

(Beloved)

Esclavitud: “Sin duda, estaba universalmente claro —para los vendedores como para aquellos que vendían— que la esclavitud era una condición inhumana, aunque rentable. Aquellos que vendían no querían, sin duda, volverse esclavos. Muy a menudo, aquellos que compraban se suicidaban para evitar esta condición. Entonces, ¿cómo funcionaba? Uno de los medios por los que las naciones podían tolerar la degradación que suponía la esclavitud era el recurso a la fuerza bruta. Otro consistía en embellecerla”.

(El origen de los otros)

Estadounidense: “Los mecanismos culturales por los cuales uno se vuelve estadounidense son claramente comprensibles. Un ciudadano de Italia o de Rusia emigrado a los Estados Unidos conserva en gran medida, o al menos en parte, la lengua y las costumbres de su país de origen. Pero si desea ser americano —ser reconocido en cuanto tal y encontrar realmente su lugar— debe volverse algo inimaginable en su país: debe volverse blanco”.

(El origen de los otros)

Fond: “No quedará nada de Fond (la pasarela sobre el río ya ha desaparecido), pero quizás puede ser bueno, ya que no era realmente una ciudad, solamente un barrio donde, cuando el tiempo era sereno, la gente del valle podía escuchar a veces cantar o tocar el banjo, y si sucedía que algún hombre del valle tenía algún asunto que hacer en las colinas allá arriba —cobrar un alquiler o la prima de un seguro— podía ver alguna mujer de piel oscura ejecutar algunos pasos de cakewalk,improvisar un black bottom, mover las caderas al ritmo de una armónica. […] La gente de color que la miraba reía y se frotaba las rodillas y el hombre del valle no tenía ningún problema en oír la risa sin reparar en el dolor humano que se encontraba en algún lugar bajo los párpados, en algún lugar bajo los paños de la cabeza, los sombreros de fieltro ligero, en la palma de las manos, tras las solapas usadas, en algún lugar en la curva de los tendones”.

(Sula)

Gente: “Escribir novelas es hacer aparecer a la gente ordinaria que no aparece en los libros de historia”.

(Entrevista en Téléréma, agosto 2012)

Inhumano: “Por muy fascinante que sea la ignominia de esos episodios de violencia, la cuestión que se revela, creo yo, mucho más reveladora que la severidad del castigo, es la de saber quién es esa gente. Qué encarnizamiento ponen en definir al esclavo como inhumano, salvaje, cuando la definición de lo inhumano describe en realidad considerablemente a aquel que castiga”.

(El origen de los otros)

Jazz: “También ha estado esta mina inagotable de canciones, de letras, de cantos espirituales, que era y que seguirá siendo por siempre la voz del jazz. Esta forma de poesía me habló inmediatamente”.

(Entrevista con Pierre Bourdieu, octubre 1994)

Liberar: “Liberarse era una cosa, reivindicar la propiedad de ese yo liberado era otra”.

(Beloved)

Minoría: “Siendo una minoría, a la vez como casta y como clase, vivíamos en los dobladillos de la vida, luchando contra nuestra debilidad y peleando para agarrarnos, o para escalar sin ayuda, en los grandes pliegues del vestido”.

(Ojos azules)

Mirada: “Oponer el poder negro a la dominación blanca continuaba siendo una forma de ser prisionero de la mirada del otro”.
(Entrevista para Psychologies, 2012)

Negro: “No me bastó más de una hora después de que la sacaran de entre mis piernas para comprender que algo no iba bien. Que no iba bien en absoluto. Me daba tanto miedo de tan negra que era. Negra como la noche, negra como el Sudán. Yo soy de piel clara, con un hermoso cabello, lo que llaman una mulata de tonos rubios, y el padre de Lula Ann también. Nadie en mi familia se acerca a este color”.
(Una bendición)

Odio: “Es el odio el que produce este efecto. Él consume todo, salvo a él mismo, sea cual sea vuestro sufrimiento, vuestro rostro se vuelve exactamente el mismo que el de vuestro enemigo”. (Love)

Ojos: “Desde hace algún tiempo, Pecola se decía que si sus ojos —sus ojos, que retenían las imágenes y sabían lo que podían ver— hubieran sido diferentes, es decir bellos, ella misma habría sido diferente. Tenía bellos dientes y una nariz menos grande y aplanada que las de ciertas chicas reputadas de lindas. Si ella hubiera sido diferente, bella quizás, Cholly habría quizás sido diferente también, y Mrs. Breedlove. Se habría dicho quizás: mira, esta Pecola de ojos tan bonitos. No debemos hacer ninguna grosería delante de ojos tan bellos. Cada noche, sin faltar, rezaba para tener los ojos azules”.
Ojos azules)

Olvidar: “Su pasado había sido parecido a su presente –intolerable–, y como ella no ignoraba que la muerte era cualquier cosa menos el olvido, utilizaba la poca energía que le quedaba para meditar sobre los colores”.

(Beloved)

Política: “Mis libros no responden únicamente a preocupaciones estéticas, así como tampoco exclusivamente a preocupaciones políticas. Pienso que, para poder ser tomado en serio, el arte debe hacer las dos cosas a la vez”.

(Entrevista con Pierre Bourdieu, octubre 1994)

Secuestrar: “Examino de nuevo la palabra ‘esclavo’ para hacerla íntima. Sobre todo, no quería que fuese una palabra anodina. […] Quería que el lector fuera secuestrado, sin memoria literaria, sin estar preparado para ello, exactamente como el esclavo. Los dos se enfrentaban a la urgente necesidad, y no podían contar más que con su buena voluntad y su participación. El lector debía ser despojado de la misma manera, y aprender por acumulación”.
(Entrevista con Toni Morrison, AFRAM newsletter, 1990)

Siglo XX: “Permitidme citar solamente algunos de los linchamientos que tuvieron lugar en el siglo XX: Ed Johnson, 1906 (linchado en el puente de Walnut Street, en Chattanooga, Tennesse, por una multitud que entró a la fuerza en la prisión donde estaba convicto, después de que fuera suspendida la pena de muerte que pesaba sobre él). Laura y D. L. Nelson, 1911 (madre e hija acusadas de asesinato, secuestradas en su celda y ahorcadas en un puente ferroviario a proximidad de Okemah, Oklahoma). Elias Clayton, Elmer Jackson e Isaac McGhie, 1920 (tres empleados de circo acusados de violación sin pruebas, linchados en Duluth, Minnesota, sin que sus asesinos sufrieran ninguna sanción). Raymond Gunn, 1931 (acusado de violación y asesinato, rociado con gasolina y quemado hasta morir por una multitud en Maryville, Missouri). Cordie Cheek, 1933 (linchado y mutilado por una multitud en Maury, Tennesse, tras haber sido puesto en libertad por una falsa acusación de violación). Booker Spicely, 1944 (abatido por un conductor de autobús en Durham, Carolina del Norte, tras haberse negado a sentarse al fondo del autobús). Maceo Snipes, 1946 (sacado de su casa en el condado de Taylor, Georgia, y abatido por haber votado en las primarias demócratas de Georgia; un cartel pegado en el muro de una iglesia negra de la localidad decía “El primer negro en haber votado no volverá a votar nunca más”). Lamar Smith, 1955 (figura del movimiento por los derechos civiles, abatido sobre el césped del tribunal del condado de Lincoln, en Brookshaven, Mississippi). Emmett Till, 1955 (a la edad de 14 años fue golpeado y abatido en Money, Mississippi, después de haber, según se decía, intentado ligar con una mujer blanca, que confesó haber mentido sobre esto en un primer momento)”. (El origen de los otros) Soledad: “Hay una soledad en la que uno se puede acunar. Los brazos cruzados rodeando las rodillas, nos mantenemos, nos agarramos, y este movimiento, a diferencia del de un barco, apacigua y calma al solitario que se acuna. Es una soledad interior, que envuelve como una piel. Luego hay una soledad vagabunda, independiente. Los pasos de esta otra soledad, seca e invasiva, parecen venir de algún lugar lejano”. (Beloved) Tom: “Harriet Beecher Stowe no escribió La cabaña del tío Tom para que Tom, Chloe ni nadie de entre los negros lo leyeran. Los lectores de su época eran blancos, necesitados de este embellecimiento, que querían o podían saborear”. (El origen de los otros)

Universal: “Esta investigación ficticia [acerca del libro Le regard du roi, de Camara laye] sobre las percepciones limitadas de una cultura nos permite ver la raza desaparecer de la experiencia que un occidental tiene de África cuando no hay el respaldo, protección o consignas de parte de Europa. Ella nos permite redescubrir o imaginar de nuevo el efecto que produce ser marginal, ignorado, superfluo, extranjero, de no escuchar nunca su nombre en boca de otros; de ser privado de historia o de representación, de ser una fuerza de trabajo vendida o explotada en el interés de una familia, de un hábil empresario o de un régimen local. En otras palabras: de volverse un esclavo negro. Es un encuentro perturbador que puede ayudarnos a hacer frente a las presiones y a las fuerzas desestabilizadoras del recorrido de los pueblos a través del mundo. A las presiones que pueden hacer que nos aferremos a nuestra propia cultura, a nuestra propia lengua, rechazando las de los demás. Hacernos clasificar el mal según la última moda, hacernos legislar, expulsar, conformarnos, purgar y dar crédito a las fantasías y a la imaginación. Sobre todo, estas presiones pueden hacernos negar al extranjero que hay en nosotros y resistir a muerte al carácter universal de la humanidad”.
(El origen de los otros).

Vender: “Has visto, dijo Jeri. Lo negro se vende. Es la materia prima más en boga del mundo civilizado. Las blancas, incluso las chicas color café con leche, tienen que desnudarse para obtener este tipo de atención”.
(Una bendición)

Woolf: “De Virginia Woolf, lo que amo es el uso que hace de la lengua, esta economía de la lengua. De Faulkner lo que me gusta es exactamente lo contrario, una suerte de abundancia, la repetición de las cosas”.

(Entrevista, “Toni Morrison, la memoria en herencia (1/5)” en France Culture, 2012)

Zigzag: “Había dejado su corbata. La de zigzags amarillos en diagonal sobre un fondo azul marino. Colgada en la puerta del armario, la punta hacia abajo, esperaba tranquila y pacientemente el retorno de Jude. ¿Es posible que se haya marchado si su corbata sigue aquí? Se acordará de ella y volverá, y entonces ella… uh. Ella podrá… decírselo. Sentarse tranquilamente y decírselo. Pero Jude, tú me conocías. Después de todos estos días, de todos estos años, tú me conocías. Mis maneras de hacer las cosas, mis manos, los pliegues de mi vientre, aquella vez en que quisimos destetar a Mickey y aquella otra en que el propietario dijo… y tú dijiste… y yo lloré, Jude. Tú me conocías, tú me escuchabas hablar por la noche, me oías en el baño y te burlabas de mi vieja faja usada y yo me reía porque yo también te conocía, Jude. ¿Cómo has podido abandonarme si me conocías?”.
(Sula)

Traducido por Pablo Lapuente Tiana.

Fuente:

https://www.elsaltodiario.com/pensamiento/el-abecedario-de-toni-morrison

domingo, 28 de octubre de 2018

Prostitución & Explotación sexual “Las prostitutas no nacen de un repollo, nacen de la pobreza”

Entrevista con Alika Kinan, la primera mujer en el mundo en ganar un fallo contra el Estado argentino y los proxenetas que la explotaron sexualmente durante 16 años. Habla del impacto de la prostitución como la suma de todas las violencias de género.

Han pasado seis años desde que Alika Kinan escapó de la prostitución y todavía dice que sus dolores son muy hondos. Conversando con ella es difícil imaginar algún rastro de debilidad. Alika es hoy una de las activistas más reconocidas del mundo contra la trata y la explotación sexual.

Lea también:  De putas, feminismo y violencias​

Durante 16 años fue víctima de explotación sexual en un bar de Tierra del Fuego (Argentina) al que llegó engañada. Y su caso es recordado en los estrados judiciales porque es la primera sobreviviente de trata que ganó un fallo contra los proxenetas, y el Estado ordenó una indemnización “como forma de reparación por los derechos violados”.

En esta entrevista conversamos sobre su vida y activismo, la razón por la que ha venido a Colombia para hablar de su experiencia como sobreviviente de explotación sexual con magistrados y funcionarios, a propósito del debate que se adelanta en la Corte Constitucional para saber cómo se debe regular el uso del suelo de los prostíbulos.

¿Por qué para usted la prostitución no se puede desligar de la explotación sexual y la trata?

Permanentemente la gente busca establecer que son diferentes, y sí son diferentes, pero uno es responsable del otro. Sin prostitución no existiría explotación sexual ni trata y las conexiones que hay entre una y otra son muy fuertes.

¿Por qué vino a Colombia a hablar de estos temas?

He venido a Colombia a propósito del debate que se está dando en la Corte Constitucional y otras entidades del Estado para contar mi experiencia. La prostitución es una de las peores formas de violencia de género que sufren principalmente mujeres y niñas. Entonces, el debate para mí no es si reglamentamos o no la prostitución.

¿Cómo llegó usted a la prostitución?

Yo llegué a Tierra del Fuego, Argentina, captada primero por varios proxenetas porque estaba en una situación de extrema vulnerabilidad. Y cuando hablo de eso hablo de hambre, de miseria. No es algo ficticio o filosófico. A mí me dijeron que iba a la inauguración de un bar, un boliche, pero yo no tenía idea de qué tenía que hacer. ¿Por qué no cree que la prostitución es un trabajo?

Las putas no nacen de un repollo, nacen de la pobreza. ¿Qué Gobierno admitiría que yo siendo pobre dijera: ya vengo, voy a vender mi hígado, lo hago bajo mi consentimiento y necesito alimentar a mis hijos? ¿Por qué si no podemos vender las córneas, ni el hígado, ni los pulmones sí podemos vender nuestras vaginas? ¿Por qué son exclusivas de las mujeres?

¿Se puede hablar de decisión consentida en la prostitución?

No, además, no se trata de decisiones, sino de opciones reales, de circunstancias, se trata de que cuando te penetran más de 30 hombres por día no tienes deseo ni placer, porque quedas anulada. Por eso es que las mujeres que están en prostitución se alcoholizan y drogan, porque necesitan salir de sus cuerpos, porque es sano salir de ese cuerpo mientras está siendo violado. El hombre no paga por sexo, paga por poder, paga para limpiar la culpa después de saber que ha violado. El pago por sexo limpia la consciencia.

Lea también: "No queremos derechos laborales en la prostitución, queremos derechos humanos": Claudia Quintero

¿Cómo recuerda esos días cuando llegó a Tierra del Fuego?

Recuerdo que cuando llegué a Tierra del Fuego lo primero que hicieron fue llevarme a la Policía provincial. Allí me tomaron huellas dactilares, me tomaron datos, se acercaron muchos policías a verme. Yo pensaba en ese momento que eran muy amables. Pero luego entendí que en realidad ellos estaban viendo en qué condiciones estaba mi cuerpo para ser abordado.

¿Tenía controles sanitarios?

Sí, en el municipio de Ushuaia me generaron una libreta sanitaria. Así como los controles que se les hacen a las vacas o a los chanchos para el consumo humano. A mí me hacían un hisopado vaginal cada mes y un análisis de sangre, cada tres meses. Vos podés decir: “Bueno la estaban cuidando”. Pero no. No estaban cuidando mi salud, estaban cuidando la salud de los puteros, de quienes consumen sexo, para que no se enfermen, para que no contraigan un bicho y lo lleven a sus hogares. Porque quien consume prostitución no es una bestia inhumana.

¿Cómo eran los hombres que compraban sexo en Tierra del Fuego?

Eran como cualquiera de los hombres que están sentados alrededor nuestro. Eran los padres de familia, los ejecutivos, los empresarios, los que están en los barcos pesqueros, los que trabajan el campo, los que están en las minas, los militares, los médicos, los jueces, los fiscales, quienes toman decisiones importantes en el país.

¿Siente que hubiera llegado a la prostitución sin engaños?

No sé, porque realmente vos te ponés a pensar, ¿si no me hubieran engañado hubiese dejado de ir? Me hubiese quedado en mi casa, pasando hambre, con mi hermana, abandonada por mis padres. No sé, quizás por el coraje de haber sido violada con cinco años, con ocho, con 14, como me pasó a mí, ¿no hubieras ido tú también? Además, era fácil pensar que de todas maneras los hombres te iban a violar. No sé.

¿Hoy, en la orilla del activismo, interpela a los hombres que pagan por sexo?

Sí, a menudo. Y conozco a varios que se justifican diciendo: “Ay, pero si yo las quiero ayudar”. Yo les respondo como le he dicho a quienes hablan así de las venezolanas que han llegado migrando a Colombia: “Si vos la querés ayudar, dale trabajo; no le metas la pija en la boca, no le metas la pija en la vagina ni en el ano”.

¿Qué más se puede hacer para cambiar esa realidad de miles de mujeres en esa situación?

Los Estados deben reconocer y reparar esas vidas rotas por la explotación sexual. El Estado tiene la obligación de reconocer y reparar el daño, como sucedió en mi caso. Deben ayudar a dar un trabajo real y genuino, para que estas mujeres y niñas puedan fortalecerse y cortar de una buena vez con la explotación sexual, porque es común que las madres, las tías, las abuelas han estado en diferentes formas de explotación sexual y al no resolver su situación terminan condenando a sus propias hijas a la misma cadena de violencia. También se deben hacer campañas que muevan cambios culturales para que se desaliente la compra de sexo.

Fuente:
https://colombia2020.elespectador.com/pais/las-putas-no-nacen-de-un-repollo-nacen-de-la-pobreza

miércoles, 5 de septiembre de 2018

La esclavitud moderna, también en España

El informe nos pone un cero en las actuaciones relativas a las cadenas de suministro que rodean estos crímenes, algo que es muy importante para combatir la esclavitud

"Las penas son de nosotros, las ganancias son ajenas"


Corea del Norte tiene el mayor problema de esclavitud moderna del mundo EFE

El pasado mes de julio se presentó un informe sobre la esclavitud en nuestro planeta que pasó prácticamente desapercibido en los medios de comunicación españoles. Lo ha realizado la Fundación Free Walk en colaboración con la Organización Internacional de Trabajo y, a pesar de las limitaciones de cálculo que el propio informe analiza, está considerado como la aproximación más certera a este crimen. Un crimen que muchos creerían extinguido y del que apenas se habla pero que se comete día a día casi a nuestro lado.

El informe lleva por título The 2018 Global Slavery Index (puede leerse completo aquí ) y en él se define la esclavitud moderna como un concepto amplio que incluye las situaciones en las que una persona, mediante amenazas, violencia, coacción, abuso de poder o engaño, le quita a otra su libertad para controlar su cuerpo, para elegir o rechazar un determinado empleo o para dejar de trabajar. Todo lo cual puede manifiestarse bajo formas diferentes: explotación sexual, trabajos forzados, tráfico laboral de adultos y de niños y niñas, niños soldados, matrimonios infantiles y de adultos obligados, esclavitud por deudas o la llamada esclavitud por descendencia, cuando una persona está condenada a permanecer en una de estas situaciones porque sus ancestros lo estuvieron.

El informe calcula que en todo el planeta hay 40,3 millones de personas en estas situaciones, de las cuales el 71% del total son mujeres y niñas, 10 millones son niños y niñas, 24,9 millones empleadas en trabajos forzados, 15,4 millones son esposas forzadas, y 4,8 millones son personas explotadas sexualmente.

No obstante, el informe advierte de que esas cifras están subestimadas con toda probabilidad porque es prácticamente imposible registrar todos los casos de esclavitud que se producen en el mundo (téngase en cuenta que sólo en la prostitución hay entre 40 y 43 millones en el mundo, según la prestigiosa Fondation Scelles ). Eso sucede, por ejemplo, con los que están relacionados con el tráfico o secuestro de personas para quitarles sus órganos y venderlos después para trasplantes (la Organización Mundial de la Salud calcula que se vende ilegalmente un órgano humano a la hora o que el 8% de los que se trasplantan en todo el mundo son de origen ilegal). También es casi imposible determinar el número exacto de niños alistados en ejércitos o la esclavitud laboral y familiar en algunos países de Oriente Medio, en donde se sabe que se concentran millones de trabajadores en condiciones de esclavitud, pero de muy difícil estudio por la falta de transparencia y de libertades que suele darse en esos países. Y también son especialmente difíciles de registrar los matrimonios forzados.

Según el informe, los países donde hay mayor prevalencia de estos tipos de moderna esclavitud son Corea del Norte, Eritrea, Burundi, República Centroafricana, Afganistán, Mauritania, Sudán, Pakistán, Camboya e Irán. Y los que tienen el mayor número de personas esclavas (el 60% del total) son India (7,9 millones), China (3,8 millones), Pakistán (3,2 millones), Corea del Norte (2,6 millones), Nigeria (1,38 millones), Irán (1,28 millones), Indonesia (1,2 millones), República Democrática del Congo (1 millón), Rusia (0,79 millones) y Filipinas (0,78 millones).

Pero el descubrimiento más relevante del informe quizá sea que la esclavitud no se registra solamente en los países de menor desarrollo, sino que se produce también en los más ricos. En Estados Unidos hay 403.000 personas esclavas, 167.000 en Alemania, 136.000 en Reino Unido y 1,3 millones en el conjunto de los 28 países de la Unión Europea.

Es cierto que la mayoría de estos países ricos son los que están adoptando medidas más eficaces para combatir las distintas formas de la esclavitud moderna pero también que aún presentan muchas lagunas en cuanto a protección y que en los últimos años han establecido políticas migratorias más duras y menos proteccionistas que se pueden reflejar pronto en el aumento de la esclavitud en su seno. En todo caso, el informe denuncia que algunos países con alta renta per capita (Qatar, Singapur, Arabia Saudita, Emiratos Arabes Unidos) han tomado medidas muy limitadas para hacerle frente. Y resulta especialmente terrible que en muchos casos sean los propios Estados quienes recurren al trabajo forzoso en centros públicos. Algo que no sólo ocurre en países "malditos", como Corea, sino también en Estados Unidos, Rusia o China.

Y también es muy relevante que sean los países más ricos los que en mayor medida se benefician de la esclavitud, no sólo por la que hay dentro de sus fronteras, sino porque cada año importan los bienes y servicios para cuya producción se esclaviza a millones de personas por valor de unos 354.000 millones dólares.

El informe sitúa a España en el lugar 124 de los 167 países estudiados, lo que significa que está entre los mejores en cuanto al número de personas esclavas, pero peor de lo que nos correspondería si se exigiera correlación entre nivel de riqueza y ausencia de esclavitud. Entre nosotros hay 105.000 personas esclavas, sólo el 2,27% del total de la población, pero un número absoluto muy elevado que nos debería avergonzar y obligarnos a actuar. Sobre todo, sabiendo que nuestra tasa de vulnerabilidad o peligro de caer en esclavitud es mucho mayor, el 12,8% según el informe.

Es cierto, por un lado, que somos el séptimo país en cuanto a mejores y más eficaces medidas contra este crimen y ejemplares en algunas industrias en donde se concentra un gran número de personas esclavas, como la pesca: de los 20 principales países pesqueros España es el único en donde no se han reportado casos de abuso o tráfico laboral en los últimos cinco años. Y también que obtenemos buena nota en la ayuda que prestamos a los afectados, en la persecución judicial de estos crímenes y en las medidas que adoptamos para abordar el riesgo, pero el informe nos pone un cero en las actuaciones relativas a las cadenas de suministro que rodean estos crímenes, algo que es muy importante para combatir la esclavitud. El gobierno central y los autonómicos deberían hacer frente con más eficacia a estos problemas, sobre todo ahora que se agravan los problemas migratorios que tan vinculados están con las mafias criminales que hay detrás de la esclavitud. Un drama terrible que, como demuestra este informe, no ha desparecido ni mucho menos en nuestros días y ni siquiera en países como el nuestro o en los más ricos aún del resto de Europa.

Juan Torres López es economista, miembro del Consejo Científico de Attac España y catedrático de Economía aplicada en la Universidad de Sevilla.

@JUANTORRESLOPEZ 

Fuente:
https://www.eldiario.es/andalucia/desdeelsur/esclavitud-moderna-Espana_6_810228972.html

lunes, 6 de agosto de 2018

Condena las crueldades del comunismo, pero no olvides el terrible historial del capitalismo.

eldiario.es

La derecha denuncia los horrores del estalinismo y oculta la miseria humana sobre la que se construyó su modelo económico favorito.

Un fantasma se cierne sobre los medios de comunicación británicos: el fantasma de las opiniones negativas sobre el capitalismo. Desde que la escritora Ash Sarkar pronunció las palabras "¡soy comunista, idiota!" en una cadena de televisión, la derecha se retuerce horrorizada. La rapidez con que los analistas han salido a responder al comentario improvisado de Sarkar es profundamente reveladora.

Desde que hace un año Jeremy Corbyn arrebató la mayoría a los conservadores, la derecha está aterrada al sentir que está perdiendo la guerra ideológica. El accidental rescate de Sarkar de la visión del comunismo de Marx –una sociedad sin Estado, sin clases, en la que la mayoría de la humanidad se haya librado del trabajo asalariado– como contraposición al totalitarismo estalinista hizo que la revista Elle declarara que Sarkar es "literalmente comunista y literalmente nuestra heroína".  The Telegraph reflexionó: "El comunismo mató a millones de personas. ¿Por qué es guay llevarlo en una camiseta?" A su vez, según la opinión de Douglas Murray de the Spectator, Sarkar no es mejor que una fascista.

No me malinterpretéis: los regímenes que tomaron el nombre de "comunistas" –desde Stalin a Pol Pot– cometieron crímenes monstruosos e inenarrables. Pero para la derecha, un resurgimiento del interés en la visión del comunismo marxista anterior al estalinismo es el ejemplo más sorprendente y escalofriante del propio colapso de su supremacía ideológica: "comunismo" es sinónimo de millones de muertes y nada más que eso. Por el contrario, presentan al capitalismo como una máquina de prosperidad humana, sin culpa ni sangre.

La historia del capitalismo es algo más complicada que eso. Si queréis leer una efusiva alabanza al capitalismo, la encontraréis en el Manifiesto comunista de Marx y Engels: el dinamismo revolucionario de los capitalistas, escribieron, había creado "maravillas que superan a las pirámides de Egipto, los acueductos romanos y las catedrales góticas". Pero el capitalismo es un sistema económico manchado con la sangre de innumerables millones de personas.

Por supuesto que eso no es una excusa para los horrores del estalinismo: el modelo totalitario que creó y exportó el régimen de Stalin le quitó a millones de personas su libertad y en muchos casos también su vida. De igual forma, no debemos olvidar las millones de vidas que se perdieron en la China maoísta por los asesinatos y la hambruna. Aun así, la lista de crímenes del comunismo no ayuda a los campeones del capitalismo tanto como ellos quisieran.

Según el Libro negro del comunismo, un nada respetable punto de referencia para la derecha, casi cien millones de vidas humanas perecieron a manos de los autodenominados regímenes "comunistas", la mayoría víctimas de Mao Zedong en China. El economista Amartya Sen, ganador del premio Nobel, señala que entre 23 y  30 millones de personas murieron como consecuencia de las catastróficas  medidas del Gran Salto Adelante de Mao, a fines de los años 50 y principios de los 60.

Pero Sen también destacó en un artículo de 2006 que a mediados del siglo XX China e India tenían la misma esperanza de vida, unos 40 años. Tras la revolución china, la cifra cambió drásticamente. En 1979, la China maoísta tenía una esperanza de vida de 68 años, 28 más que la India capitalista.

El exceso de mortalidad en la India capitalista en relación a la China comunista se estima en la horrorosa cifra de cuatro millones de vidas humanas al año. ¿Entonces por qué India no se estudia como un caso de la naturaleza homicida del capitalismo?

Desde un comienzo, el capitalismo se construyó sobre los cadáveres de millones de personas. Desde el siglo XVII en adelante, el tráfico de esclavos a través del Océano Atlántico se convirtió en un pilar del capitalismo emergente. Mucha de la riqueza de Londres, Bristol y Liverpool –que fue alguna vez el mayor puerto de esclavos de Europa– nació del trabajo de los africanos esclavizados.

El capital acumulado gracias a la esclavitud –en las plantaciones de tabaco, algodón y azúcar– dio pie a la revolución industrial en Manchester y Lancashire, y muchos bancos pueden actualmente rastrear en la esclavitud el origen de sus fortunas. 

Incluso cuando el comercio internacional de esclavos comenzó a decaer, el dinero sangriento del colonialismo enriqueció al capitalismo occidental. India fue durante mucho tiempo una colonia del Reino Unido, la potencia capitalista más eminente del mundo: como estudia Mike Davis en su libro Los holocaustos del fin de la era victoriana, unos 35 millones de indios murieron en una hambruna evitable, mientras que Reino Unido se llevaba del país millones de toneladas de trigo.

India fue la gallina de los huevos de oro del capitalismo británico, convirtiéndose en la mayor fuente de beneficios del país a fines del siglo XIX. Occidente está construido sobre la riqueza que robó a aquellos que sometió con un costo humano inmenso.

Ya era el siglo XX cuando Europa comenzó a importar los horrores masivos que antes había impuesto a otros. La Gran Depresión –que sigue siendo la peor crisis capitalista– ayudó a crear las condiciones de descontento popular que llevó al ascenso del nazismo. En los primeros tiempos del régimen nazi, las grandes empresas, temerosas del poder de la izquierda alemana, pactaron con el nacionalsocialismo, ya que veían a los nazis como un instrumento contundente con el que atacar tanto al comunismo como al sindicalismo.

Las empresas alemanas hicieron grandes donaciones a los nazis, tanto antes como después de su ascenso al poder, entre ellas el conglomerado industrial IG Farben y Krupp. Muchas empresas se beneficiaron del trabajo esclavo y del Holocausto nazi, incluyendo a IBM BMW, el Deutsche Bank y el Grupo Schaeffler.

Es posible creer apasionadamente en el capitalismo, o simplemente resignarse a que es el único sistema viable, pero también hay que reconocer que tiene sus sombras oscuras y sus complicidades con episodios sangrientos de la historia de la humanidad. Por supuesto que el suprimir la noción de que existe una alternativa al capitalismo –una que se apoya en valores y principios diferentes– cumple una función política útil.

Hace mucho que la izquierda radical y democrática repudia la pesadilla del totalitarismo y ha reflexionado mucho sobre por qué sucedió. Pero muchos de los defensores irredentos del capitalismo no han podido analizar su propio pasado: políticos e historiadores respetables todavía defienden al colonialismo, a pesar de sus grotescos horrores. No es justo atacar a los socialistas democráticos del siglo XXI utilizando los días más oscuros del totalitarismo del siglo XX.

Aspirar a un mundo con abundancia material, libre del Estado y basado en la cooperación no lo convierte a uno en un asesino totalitario. Incluso si piensas que eso no podría llegar a pasar jamás, eso no significa que uno deba rendirse al fundamentalismo del mercado, mucho menos cuando el cambio climático –causado por un orden económico insostenible– amenaza con desatar el caos en nuestro planeta. Una nueva sociedad más justa y más democrática está esperando a nacer, una que rompa definitivamente con todos los fallidos sistemas del pasado.

Fuente original:
https://www.eldiario.es/theguardian/crueldades-comunismo-capitalismo-historial-horroroso_0_797220612.html

Traducido por Lucía Balducci
Ver video del dialogo entre Sarkar y Jones:
https://www.youtube.com/watch?v=-H4J7nNazO0&feature=youtu.be

martes, 17 de julio de 2018

La esclavitud fue y es una de las principales fuentes de riqueza

Javier Cortines
Rebelión

Cuando los españoles llegaron a América había unos 70 millones de habitantes. Un siglo y medio después la población se redujo a los 3,5 millones. Debido a la progresiva falta de mano de obra en los campos de la muerte, los españoles -y en mayor medida los ingleses-, se volcaron al comercio de esclavos negros.

Ese fenómeno, con esas cifras, lo explica muy bien Eduardo Galeano en “Las venas abiertas de América Latina”, obra a mi juicio imprescindible para conocer un poco qué pasó a ambas orillas del océano, convertido durante siglos en un inmenso Mar Mediterráneo donde se arrojaba por la borda a todo esclavo que dejaba de “ser explotable”, para saciar el hambre de los tiburones (sinónimo, cada vez más vigente, de mercaderes).

En general la mayoría de los pueblos europeos participaron, por etapas, en el genocidio (americanos nativos y negros africanos). Esos crímenes contra la Humanidad -que no se enseñan en las escuelas- están tan empapados de sangre que tardarán Eras en secarse. En limpiarse, nunca.

Gracias al comercio de esclavos negros el marqués de Comillas se convirtió en uno de los hombres más ricos del mundo. Eso explica, entre otras cosas, que la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no quiera en su urbe ninguna estatua de ese aristócrata que, sin duda, contribuyó económicamente al esplendor de “la ciudad condal”.

Los mercaderes y la nobleza inglesa contribuyeron en gran medida al auge del imperio británico con el lucrativo comercio de esclavos negros, a los que se marcaba con hierro candente en el pecho, cual ganado, con las iniciales de su propietario.

En los campos de caucho, algodón, etc., los terratenientes europeos empleaban mano de obra esclava que trabajaba jornadas infernales y sin apenas comida. Millones morían agotados, sus mujeres eran violadas diariamente, los que huían eran cazados y sentenciados al látigo y la horca.

Leopoldo II de Bélgica (1835-1908) fue uno de los mayores genocidas de la Historia. En el Congo Belga -que fue literalmente propiedad suya desde finales del siglo XIX a principios del XX- murieron en los campos de caucho y en las minas alrededor de diez millones de esclavos (las cifras varían según los historiadores), es decir el 40% de la población de aquel entonces.

Como las plantaciones de caucho se encontraban en zonas silvestres los esclavos del Rey -que disponía de una legión de sicarios a su servicio- tenían que trepar a los árboles. Para que pudieran hacer su tarea se les quitaban las cadenas durante la jornada laboral y, para asegurarse de que no escaparan, se retenía como rehenes a sus mujeres e hijos.

En el caso de que optaran por la fuga se procedía a la amputación de manos y/o pies de su familia, independientemente de que fueran menores o niños. Bajo el reinado de Leopoldo II se registraron amputaciones y violaciones masivas de mujeres y menores, así como el exterminio completo de poblados donde se daban brotes de rebeldía.

Leopoldo II, que prácticamente se hizo con el monopolio mundial de caucho, amasó con el genocidio una inmensa fortuna sin tener que rendir cuentas a nadie. En 1906, presionado por la ONU, vendió “su propiedad” al Estado belga. El Congo no conseguiría su independencia hasta 1960.

Desde que “se abolió el trafico humano” los mercaderes encontraron otra alternativa para hacerse ricos, gracias a la globalización y a la deslocalización, y, en vez de explotar a negros y negras encadenadas, trasladaron sus centros de producción a los países del Tercer Mundo, a fábricas donde los menores y los débiles trabajan en infrahumanas condiciones de semiesclavitud.

¿No podríamos devolver un poquito de la riqueza que saqueamos a los migrantes que huyen de la hambruna y de las guerras? ¿Acaso somos tan miserables que sólo nos interesa “la memoria histórica” como un lujo cultural para hacer política en nuestro barrio?

El racismo -como sabemos todos- (por libros o por instinto) es económico. Somos racistas con los pobres, no con los ricos. Nadie expulsa a los jeques que amarran sus yates palacio en la Costa Azul. El problema de fondo (el de los migrantes) es abrumador, un espejo de lo que fuimos o somos. Mientras la revolución no se haga en serio y no construyamos un sistema económico internacional justo, seguiremos poniendo parches y dando palos de ciego.

Blog del autor:
http://www.nilo-homerico.es/

martes, 22 de mayo de 2018

“Las formas modernas de esclavitud tienen sus raíces en la dominación del Imperio español sobre los indígenas”. Entrevista a Andrés Reséndez, historiador.

CTXT (Contexto y Acción)


En su libro The Other Slavery, Reséndez, mexicano afincado en California, desgrana la historia de la esclavitud, sus raíces económicas desde el desembarco de Colón en La Española en 1492

Estados Unidos abolió por ley la esclavitud en 1865, con la aprobación de la decimotercera enmienda constitucional. Lo hizo tras una guerra civil en la que las oligarquías sureñas pelearon hasta la extenuación por el mantenimiento del trabajo forzoso. Pero, según detalla el historiador Andrés Reséndez, hubo en el continente americano otra esclavitud, taciturna y olvidada, que precedió a la de los negros traídos de África, y sobrevivió con mucho a la abolición de la misma: la de los indígenas americanos a manos de los colonos españoles. En su libro The Other Slavery, Reséndez, mexicano afincado en California, desgrana la historia de la esclavitud, sus raíces económicas desde el desembarco de Colón en La Española en 1492, y la sorprendente pugna que desató entre los intereses empresariales de todo el Imperio, desde Chile a Filipinas, y una Corona incapaz de hacer valer su autoridad ante estos. Reséndez, nominado por su trabajo al prestigioso Premio Nacional del Libro, rescata del silencio las vidas de cinco millones de esclavos en su propia tierra, las triquiñuelas legales que permitieron cuatrocientos años de sometimiento, y el inacabable mercado que los devoró.

Uno de los aspectos más interesantes que plantea es la cuestión de la visibilidad. Cuando uno habla de esclavitud en América, se piensa siempre en los esclavos africanos. Pero como demuestra su libro, la presencia de esclavos indígenas no es algo anecdótico. Habla de cinco millones de esclavos, desde el desembarco de Colón hasta el siglo XIX. ¿A qué se debe esa invisibilidad?

Bueno, esa es una muy buena pregunta. Por un lado, se debe a la documentación. En el caso de los africanos tenemos documentos muy buenos, primero porque la esclavitud de africanos era legal, y segundo, porque tienen que cruzar el Atlántico, por lo que se puede consultar toda la documentación portuaria. En el caso de los nativos americanos, tenemos menciones más o menos vagas sobre expediciones para traer a esclavos. A pesar de que no tenemos una documentación exacta, sabemos que éste fenómeno ocurrió en todas partes de la actual América Latina y que se mantuvo esto desde el siglo XVI hasta el siglo XIX, como mencionas. El segundo problema es quizá la dispersión. Muchos de los esclavos africanos iban a plantaciones muy visibles, donde había concentraciones importantes. En el caso de los esclavos indios hay una dispersión muy notable. Cuando pones todas las regiones en un listado, te das cuenta de la magnitud del fenómeno.

Por seguir con esa comparación, usted señala que los nativos americanos sufrieron una merma en su población incluso mayor en términos relativos que los africanos durante el período de la esclavitud. La historia oficial a ambos lados del Atlántico culpa de esa merma a las enfermedades que portaban los europeos. ¿Es eso cierto?

La respuesta contundente a esa pregunta es probable que nunca la vayamos a saber. De entrada, porque no sabemos exactamente cuál es el número de nativos americanos que había en 1492. Pero lo que sí podemos ver es la dinámica poblacional en las primeras tierras colonizadas por los españoles. Y conocemos el trabajo de demógrafos como Massimo Livi Bacci, quien estudia sobre todo la viruela, que es la que supuestamente mata a un mayor número de indígenas. Y sin embargo, la viruela no llegó inmediatamente al nuevo mundo porque el viaje desde España hasta el Caribe en el siglo XVI tardaba cuatro o cinco semanas. Alguien que hubiera sido infectado se hubiera muerto en tránsito. Las primeras menciones innegables de viruela son de 1518, veintiséis años después de la llegada de Colón. Y sin embargo, antes de 1518 tenemos indicios muy claros de que la población de la isla Española va en franco declive y no lo podemos atribuir a la viruela. La documentación que tenemos es muy clara en el sentido de que las guerras iniciales, la falta de comida y la explotación en las minas de oro fueron responsables de esa merma inicial, antes de que tengamos indicios de viruela. Es un caso importante para entender los otros factores, los humanos, que llevaron a la despoblación en este caso del Caribe.

En el libro cuenta que la colonización elevó a la práctica a lo que ahora entenderíamos como tráfico de seres humanos ¿Con qué se encontraron los conquistadores y qué prácticas desarrollaron?

Antes de la llegada de los españoles, había prácticas de esclavitud en toda América. Estas prácticas se daban en patrones culturales muy circunscritos a distintas regiones. Por ejemplo, en el centro de México lo que tenemos son cautivos que eran sacrificados en las pirámides, como bien sabes. En la zona del actual Nueva York tenemos prácticas de traer cautivos de grupos vecinos para reemplazar a los muertos del propio grupo o para vengarse en caso de guerras. En el Pacífico noreste, lo que tenemos son prácticas de dar cautivos para finalizar matrimonios entre familias de élite de los grupos nativos. Con la llegada de los españoles estas prácticas especializadas se fueron uniformizando, monetizando y comercializando, en un proceso que llevó su tiempo.

Sorprende de su relato el ansia por la esclavización que acompañó el proyecto colonizador desde el principio, incluyendo al propio Colón. ¿Qué se encontró Colón en el Caribe, en particular, y cómo reaccionó a su hallazgo?

Lo que me parece interesante de Colón es, primero, que había visitado San Jorge de la Mina, el dominio portugués en el Golfo de Guinea, un enclave importantísimo desde donde se embarcaban esclavos de África. Colón tenía esa experiencia previa. Y cuando descubrió estas nuevas tierras de América eso fue lo primero que propuso a los reyes españoles como forma de sustentar este proyecto. Hay numerosas cartas que explican que trata de ir más allá con este proyecto, y lo justifica apoyándose en algunas ideas de la época, en el sentido de que las gentes que vivían en las zonas cálidas eran más inteligentes y podrían ser muy adecuados como esclavos.

Usted describe que Colón veía su proyecto como un negocio, y que le pareció que una de las mejores maneras de sacarle beneficio era aprehender esclavos y venderlos.

Exactamente, y esto en el contexto de haber encontrado un poco de oro, pero no demasiado, y de no haber encontrado especias, que era lo que estaba buscando desde el principio. Era una manera de mantener viva su esperanza en el proyecto.

Y, sin embargo, Colón se encontró con dos obstáculos para su proyecto esclavista: por un lado la riqueza natural del propio Caribe, en el sentido de que hacía falta gente, indígenas, para extraer y explotar esas riquezas. Y, por otro, la oposición de la Corona española. ¿En qué se basaba esa oposición? Y, si era tal, ¿cómo pudo persistir la esclavitud en América, contra la voluntad de la más alta esfera del Imperio?

La esclavitud era una institución bien establecida en Europa, especialmente en la Europa Mediterránea, desde antes de las conquistas en América. Se vendían esclavos de las Islas Canarias, de África, de la zona del Mediterráneo del este. Y sin embargo, para que estos fueran legítimamente esclavizados, había que demostrar que eran enemigos del cristianismo y de las coronas europeas. Entonces, en el caso por ejemplo de los africanos, muchos de ellos profesaban el Islam, y era muy fácil demostrar que eran enemigos del cristianismo. En el caso de los indígenas, que eran paganos, esto era más difícil de demostrar y desde luego, demostrar que estaban haciendo una guerra contra España era imposible, porque, bueno [ríe], la realidad era la contraria. En términos legales, era mucho más difícil justificar la esclavitud de los indígenas que la de los africanos. Por otro lado, tenemos figuras extraordinarias, como la Reina Isabel, que desde el principio se opuso. Hubo distintos matices y distintos niveles de oposición a la esclavitud de indígenas, y esto fue variando con el tiempo.

Esa resistencia llevó, en primer término, a una prohibición explícita de la esclavitud, al menos sobre el papel. Pero luego las reglas se fueron relajando, incluyéndose excepciones. ¿Qué consecuencias tuvo ese régimen variable en la manera en la que se desarrolló la esclavitud en América?

Efectivamente, la esclavitud fue permitida en ciertas circunstancias, a principios del siglo XVI. Por ejemplo, en el caso de esclavos que habían sido esclavizados por otros indígenas y que eran vendidos a los españoles, o los que eran caníbales, o los que habían sido obtenidos en “guerras justas”, era legal conseguir y mantenerlos como esclavos. Las excepciones a la regla hicieron que básicamente la prohibición no tuviera mucho efecto, y llevaron a la promulgación de las nuevas leyes que en 1542 prohibieron absolutamente la esclavización de indígenas. Esta era una iniciativa de la Corona muy loable, y muy ambiciosa, pero al mismo tiempo era imposible de hacerlo en el nuevo mundo, porque todos los negocios y toda la actividad económica dependían de la labor de los indígenas. Entonces, la esclavitud de indígenas se volvió clandestina, y se utilizaron eufemismos y todo tipo de fórmulas para mantener la esclavitud de los indios... Sin llamarlo esclavitud.

Otro personaje importante en el relato es Hernán Cortés, a quien describe como un hombre vigoroso, decidido a desarrollar un proyecto basado en la esclavitud. ¿Cuál fue su papel?

Hernán Cortés es efectivamente una figura increíble en términos de su ambición y su vigor, en especial en su actividad económica. Por ejemplo, es uno de los pioneros en el desarrollo de la industria minera en México. Está en mejor posición que nadie para llevar a cabo estos negocios, porque tiene las encomiendas más grandes. Entonces obtiene todo tipo de alimentos de sus indios encomendados, lo cual le permite alimentar a trabajadores. Y los trabajadores que busca para estas minas son esclavos, tanto indígenas como negros, así como algunos trabajadores asalariados. En ese momento, en la década de 1520, 1530, las minas se venden con esclavos, y él es uno de los principales compradores de minas, y se convierte también en uno de los principales dueños de esclavos indios, quizá el mayor de la Nueva España.

El sistema de esclavitud que describe, ya a mediados del siglo XVI, es complejo, con diferentes escalafones, empezando por el rey. Sitúa a un hombre llamado Luis Carvajal en el centro de ese esquema. ¿Quién era y qué papel cumplió? ¿Cómo se fue abriendo camino en ese sistema?

Luis Carvajal de la Cueva es una figura interesantísima, porque formó parte de un sindicato esclavista en la costa oeste de África primero, y de ahí se transfirió a la costa del Golfo de México. Ahí se enfrentaron, en los comienzos de la guerra Chichimeca, grupos del norte de México y los colonos europeos. Desde su origen, surge un debate teológico y moral sobre la forma en que se puede llevar a cabo esta guerra y cuáles van a ser sus límites. La Corona española había prohibido la esclavitud de indios, y surge entonces un sistema donde se da la esclavitud de facto, con castigos, con crímenes… Y Carvajal es un hombre versado en estas lides, que se entrenó en África en esto, y que lleva esta tecnología al norte de México, convirtiéndose en un gran traficante de esclavos.

Al tiempo que se producía esa explosión de la minería, basada en la esclavitud, se dio una suerte de tira y afloja entre la Corona española y los esclavistas, en el que entraron en juego prácticas lobistas que nos recuerdan al presente. ¿En qué se manifestó y a quiénes enfrentó esa disputa? ¿Y cómo es posible que la Corona, insisto, no pudiera hacer valer sus postulados respecto de la prohibición de la esclavitud?

Es muy interesante. La disputa de la que hablas nos deja muy claros los límites del poder de la Corona española en el Nuevo Mundo. Los bandos son muy claros: Felipe IV, por sus escrúpulos morales, inicia una cruzada anti esclavista a lo largo de las Américas y hasta Filipinas. Fue sucedido por su esposa la Reina Mariana y por su hijo Carlos II, El Hechizado.Los tres estaban muy interesados en tratar de mejorar la situación de los indígenas. En contra de ellos tenemos a todos los beneficiarios del trabajo de los indios, en el Nuevo Mundo. Y como bien señalas, hubo distintas trayectorias, en algunos casos, por ejemplo en el Caribe, lo que encontramos es que los oficiales españoles, básicamente, acatan las órdenes que vienen de Madrid, y soportan todas las críticas locales de los que han sido despojados de sus esclavos indios. En otros casos, como en el del norte de México, especialmente en la zona de Sinaloa, tenemos unos oficiales de la corona inicialmente dispuestos a pelear pero que, finalmente, son derrotados por los intereses esclavistas. Y en otros casos, como en el caso de Chile y Filipinas, el peso relativo de los intereses esclavistas es tal que los edictos de la Corona son rechazados muy rápidamente, y las liberaciones de esclavos son muy escasas, si es que las hubo.

Esos intereses esclavistas, ¿tenían a los esclavos para trabajar en las minas? ¿O en sus propias casas?¿Por qué eran tan poderosos?

En todo. En algunos lugares habían minas y los usaban en las minas, muchos de los esclavos los usaban en sus propias casas, en haciendas productoras agrícolas. En el caso de Chile, por ejemplo, a principios del siglo XVII hubo una revuelta por la cual la Corona hizo una excepción y permitió la esclavización de indios por su carácter hostil. Durante gran parte del siglo, la esclavización de indios fue legal y en ese sentido lo que tenemos es toda una serie de mecanismos que vinculan íntimamente al gobierno de Chile con estos intereses esclavistas. De ahí que la oposición a liberar a los esclavos sea mayor que en otras partes.

Según avanza en el tiempo, el libro va trasladando el foco del Sur y el centro de América hacia el Norte ¿Cómo se fue expandiendo la esclavitud, hasta llegar a los actuales Estados Unidos?

Estas minas de plata nunca llegaron hasta lo que ahora es el suroeste de los Estados Unidos. Pero la necesidad de trabajadores en estas minas llevó a los esclavistas a meterse en Nuevo México, a irse hasta California, a irse hasta Texas. También se dio el fenómeno contrario. En el caso de Nuevo México tenemos comerciantes locales que no han encontrado plata y la única manera en la que pueden comerciar con las regiones más ricas, que están al sur, es vendiendo, bien esclavos que ellos mismos llevan a vender a Parral, o bien productos que son hechos con mano de obra esclava. Entonces, por ejemplo, llevan textiles desde Nuevo México hasta Parral, y los hacen con trabajadores indígenas que han capturado en la zona y tienen en talleres. Más allá de la crueldad de ciertos individuos, lo que me parece más importante resaltar es que la razón por la que ellos podían hacer esto es porque había un mercado para todos estos esclavos. Lograban asentarse en zonas donde los indios se congregaban, por ser ricas en términos de pescado y de aves. En el momento en que pueden controlar esa zona, pueden explotar a esta población.

Otra trama en su relato es la historia de los Comanches y cómo la introducción de los caballos y las armas de fuego en su cultura permitió que se convirtieran ellos también en esclavistas en Nuevo México. ¿Hasta qué punto la apertura del mercado esclavista y las tecnologías europeas facilitaron que los indígenas esclavizasen a otros indígenas?

Muy buena pregunta. Como habíamos dicho, había esclavitud antes de la llegada de los españoles y con esta, algunos indígenas se convirtieron en aliados de los españoles y algunos de ellos participaron en las actividades esclavistas desde el principio, pero siempre subordinados al poder militar español, que tenía caballos y armas de fuego. Cuando estos grupos lograron hacerse con caballos y armas, empezaron a cobrar más fuerza y se hicieron proveedores independientes de esclavos. Es el caso de los Comanches y los Yutas, que básicamente se vuelven depredadores de otros grupos que tienen menos acceso a estos caballos y a estas armas de fuego. Y así es como crean un modo de vida, digamos.

También habla, a través del trabajo de un periodista de investigación estadounidense, de la expansión de la esclavitud en las últimas décadas del siglo XIX en México, mucho después de conseguirse la independencia. ¿Qué descubrió ese periodista?

Se llama John Kenneth Turner, y es un periodista muy ingenioso que va a Yucatán cuando se está viviendo un momento de crisis económica. Haciéndose pasar por un inversionista norteamericano, va a las plantaciones de Neken, de los Yucatecos, le abren las puertas y le platican sobre el sistema de las plantaciones, le enseñan a comprar trabajadores Mayas y en algunos casos indios Yaquis, que han sido traídos desde un extremo del país hasta el otro. Hay esclavos que vienen desde Corea. Y bueno, le dicen que por ese precio puede obligarlos a trabajar, que no pueden salir de su plantación porque están endeudados. Además les daban una cartilla con la fotografía de ese trabajador, así que en caso de que huyera, simplemente, llevaban esta cartilla a las autoridades, que perseguirán al trabajador fugado y se lo regresaban. Se trata de un sistema de esclavización en todo menos en nombre.

En el oeste americano, la esclavitud la lanzaron primero, según cuenta, los rancheros mexicanos, pero luego fue expandida por los estadounidenses hasta la frontera de California. Cuenta también que convivía en el tiempo con la de los negros en el Sur. ¿Qué particularidades tenía cada esclavitud?

La demografía de las dos esclavitudes es bien distinta. En conjunto, los esclavos africanos en su mayoría son adultos y hombres y varones. En el caso de los esclavos indios, en su mayoría son mujeres y niños. En algunas de estas minas había esclavos negros, había esclavos indígenas, había trabajadores, o sea, asalariados indígenas, todos ellos coexistiendo en el mismo lugar. En California, México prohibió la esclavitud de africanos en 1828, entonces para los años treintas o cuarentas no había esclavos. Por lo menos legalmente no se podía tener esclavos africanos; pero sí se podían tener estos peones indígenas, y muchos de los inmigrantes americanos, angloamericanos que llegan a California adoptan este sistema de peonaje que aprendieron de los rancheros mexicanos o que introdujeron ellos mismos. En el caso del sur de Estados Unidos es muy interesante porque, después de la guerra civil, al prohibir la esclavitud en el Sur, los poseedores de esclavos del sur trataron de introducir los mecanismos que se habían introducido en México o en el resto de América Latina durante siglos, que era criminalizar actividades, como por ejemplo la vagancia y de esta manera mantener el control sobre la población afroamericana.

Es de sobra conocido el final de la esclavitud de los negros en América, con el movimiento abolicionista primero y la guerra civil americana después. ¿Cómo terminó el régimen de esclavitud para los indígenas? ¿Qué tumbó a un sistema que, según describe, tuvo en contra desde su origen intereses poderosos, empezando por la propia Corona española?

Sencillamente, decayó hasta casi cero a fines del siglo XIX, principios del siglo XX, por razones económicas. Pero en realidad nunca desapareció. De alguna manera las formas contemporáneas de esclavización y de tráfico tienen sus raíces en este tipo de esclavitud que experimentaron los indios durante cuatrocientos años. Más que hacia la esclavitud de africanos que, de alguna manera es excepcional en el sentido de que hoy por hoy la esclavitud está prohibida, hay que buscarle vueltas a la ley de la misma manera que la prohibición que hizo la Corona en el siglo XVI: hizo que los esclavistas le buscaran la vuelta a la ley. Esa es la conclusión un tanto apabullante de mi libro: esos son los antecedentes del tipo de esclavitud que ha perdurado hasta la fecha.

Fuente:
http://ctxt.es/es/20180404/Politica/18811/Andres-Resendez-entrevista-esclavitud-indigenas-americanos.htm

domingo, 17 de diciembre de 2017

_- La falsa libertad de los empleados de Deliveroo. Con el señuelo de la flexibilidad, las plataformas de distribución de comida y objetos se han convertido en nuevas formas de explotación laboral.

_- El ideal de los nuevos negocios de provisión de servicios es poder atender los pedidos con el mínimo gasto posible en logística. Como la demanda puede ser variable, lo mejor es tener a disposición una legión de portadores para poder utilizar solo los necesarios en cada momento, de modo que los bienes lleguen al cliente just in timey con la menor demora posible. El ideal se completa si esa legión de portadores esta siempre a disposición de la organización pero cobra únicamente por cada servicio que presta y pone además el vehículo, cuyo mantenimiento y amortización corre de su cuenta. Así es como funcionan grandes plataformas de distribución de comida como Deliveroo o UberEats, o de cualquier producto que se pueda necesitar, como Stuart o Glovo, cuyo lema es “lo que quieras cuando quieras”.

Semejante esquema no hubiera sido posible sin la irrupción de la economía digital, que permite poner en contacto a proveedores con clientes a través de Internet. Así es como se han creado esos nuevos negocios que ofrecen llevar a casa a cualquier hora del día o la noche aquello que se pueda necesitar, un nuevo mundo en el que el mayor proveedor de alojamiento hotelero no tiene ni una sola cama y la principal plataforma de transporte ni un solo coche propio. Si se han extendido con tanta rapidez es porque han sabido dar respuesta a la demanda de una sociedad consumista dominada por la cultura de la urgencia. Pero la razón por la que se han convertido en un negocio tan lucrativo es que instauran un modelo empresarial que permite externalizar la mayor parte de los costes del servicio además de los costes sociales.

Estas empresas no tienen empleados, sino autónomos que trabajan para ellos, y por tanto, no tienen que pagar cuotas de la Seguridad Social, ni extras ni vacaciones. Y si sus autónomos enferman o tienen un accidente, es su problema. Por una carambola de la revolución tecnológica, estas plataformas han encontrado la forma de zafarse de esos costosos artilugios de la sociedad disciplinaria, fruto del pacto social, que son el salario mínimo, las normas laborales o los convenios colectivos. Se han convertido en el nuevo paradigma de la sociedad desregulada: todo el beneficio para la empresa, todo el riesgo para el trabajador.

Para ganar legitimidad social, las plataformas de servicios tratan de presentarse como parte de la denominada “economía colaborativa”, pero en la mayor parte de los casos no lo son. Deliveroo o Glovo nada tienen que ver con formas de organización verdaderamente colaborativas como puede ser una cooperativa de trabajadores. Con el señuelo de la libertad y la flexibilidad, los dos grandes valores de la sociedad líquida que definió Zygmunt Bauman, en realidad son nuevas formas de explotación laboral que se aprovechan de que hay mucha gente dispuesta a aceptar esas condiciones porque no tiene otra opción. Libertad y flexibilidad sí, pero ¿a qué precio? En la mayoría de los casos, al precio de estar siempre atados al móvil, sin poder hacer nada más, pendientes de que salga un servicio y si no sale, peor, porque entonces no cobran.

https://elpais.com/elpais/2017/12/04/opinion/1512418010_188682.html

La Inspección de Trabajo rechaza el modelo laboral de Deliveroo

sábado, 9 de septiembre de 2017

Los ‘héroes’ esclavistas del callejero francés. El debate en EE UU sobre las estatuas confederadas salta a Francia, donde aún se honra el pasado colonial.

Es una calle discreta y anodina, de no más de 200 metros, en el distrito XII de París. Hay una lavandería, una agencia bancaria, un concesionario de Peugeot y un hotel de tres estrellas. Si no fuese por el nombre, pasaría desapercibida. Porque la calle, y la estación de metro vecina, llevan el nombre de Jacques François Dugommier (1738-1794), propietario de esclavos en la isla de Guadalupe y "ferviente esclavista, jamás arrepentido", como ha explicado el historiador Marcel Dorigny, coautor del Atlas de las esclavitudes, desde la Antigüedad a nuestros días

El callejero, como las estatuas, es el reflejo de un país, el espejo en el que se proyecta su historia, sus valores, sus traumas. El debate no es exclusivo de Francia. En España, ley de la memoria histórica  ordenó en 2007 la retirada de símbolos y monumentos públicos de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura franquista. Y en Estados Unidos, la retirada de símbolos y estatuas dedicados a personalidades de la Confederación —los estados secesionistas y esclavistas del Sur que lucharon contra la Unión en la Guerra Civil americana, entre 1861 y 1865— ha topado con la reacción, en ocasiones violenta, de partidarios de mantenerlos.

El diario Libération ahondó esta semana en el debate con una portada que proclamaba: "Esclavitud: Francia también tiene sus fantasmas". En un editorial, su director, Laurent Joffrin, señalaba la hipocresía que consiste en mirar la paja en el ojo ajeno, el de los Estados Unidos de Trump, sin ver la viga en el propio, el de los episodios turbios de la historia nacional. "Fue un talentoso general americano quien defendió un gobierno esclavista: por todos los Estados Unidos se derriban las estatuas de Robert E. Lee", escribe Joffrin. "Fue un brillante general francés cuyo gobierno restableció el esclavismo en 1802: nadie sueña con derribar las estatuas de Napoleón Bonaparte".

"La opinión [pública] francesa lleva 15 días apasionándose con las estatuas de esclavistas en Estados Unidos, pero ignora que en Francia nosotros tenemos lo mismo, en peor", dice Louis Georges Tin, presidente del Consejo representativo de las asociaciones negras de Francia (CRAN). "¿Qué país es más racista? ¿El que lo debate? ¿O aquel en el que no hay ningún debate, en el que todo el mundo encuentra normal celebrar a estos personajes?"

Tin cita el caso de Jean-Baptiste Colbert, que fue ministro de Finanzas de Luis XIV y está considerado el inspirador del dirigismo económico que todavía hoy rige las políticas del país. Colbert también fue el artífice del Código negroque en 1685 reguló la esclavitud en las colonias francesas, y, como recuerda Tin, fundó la Compañía francesa de las Indias Orientales. "Y, sin embargo, hay una estatua de Colbert en la Asamblea Nacional. Proclamamos la libertad, la igualdad y la fraternidad, pero celebramos a alguien que era enemigo de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad, alguien que simplemente cometió un crimen contra la humanidad".

Francia ha cambiado su callejero en otros momentos de su historia. "El nombre de las calles tiene un valor simbólico muy fuerte", dice el historiador Jean-Claude Bouvier. "Es importante sustituir los que dan una imagen vergonzosa del país. Se ha hecho en repetidas ocasiones".

Bouvier explica que, tras la ocupación nazi, el régimen colaboracionista de Vichy eliminó nombres asociados al republicanismo, como Jaurès, Hugo o Zola. "Fue una verdadera depuración toponímica", resume Bouvier, profesor de la Universidad de Provenza y autor del libro Los nombres de calle explican la ciudad. Al terminar la guerra, se recuperaron los nombres antiguos y algunas calles y avenidas se rebautizaron con héroes de la resistencia. Quedaron calles con el nombre del mariscal Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial y jefe del Estado francés colaboracionista. La última despareció en 2013.

Otro episodio traumático en la historia reciente, la guerra de Argelia, también provoca controversia. En los últimos años varios alcaldes del ultraderechista Frente Nacional han cambiado nombres de calles que conmemoraban los acuerdos de paz que llevaron a la independencia de Argelia y lo han sustituido por el de militares golpistas por su disconformidad con la descolonización, o por fechas que conmemoran matanzas contra franceses.

La idea de borrar a figuras históricas como Colbert del relato nacional no está en la agenda, pero en el mismo París se han retirado nombres de calles, como la rue Richepanse, un general asociado a la represión sanguinaria de esclavos en Guadalupe a finales del siglo XVIII. Se rebautizó como calle del Chevalier-de-Saint-Georges, el Mozart negroun músico de la misma época que era hijo de una esclava. Y, en los puertos de la costa Atlántica de donde partían las naves que participaban en el comercio de esclavos, han surgido iniciativas para retirar los nombres de las calles dedicadas a los negreros locales, y honrar a los esclavos que se rebelaron.

En Burdeos, Karfa Diallo, presidente de la asociación Mémoires  & Partages, propugna una tercera vía entre la supresión de los viejos símbolos y su mantenimiento: añadir paneles explicativos junto a las calles con nombres de negreros; ofrecer contexto en vez de suprimir. "Burdeos era el primer puerto colonial de Francia, la ciudad que más se enriqueció con el esclavismo. Hay entre 15 y 20 calles que honran a estos personajes", dice Diallo. "Desbautizar una calle o desmontar una estatua borra la memoria. Nuestro objetivo no es borrar la memoria, sino preservarla".

https://elpais.com/internacional/2017/08/26/actualidad/1503749312_468166.html

viernes, 9 de junio de 2017

Brasil: El desmembramiento del programa contra la esclavitud más famoso del mundo

El 28 de marzo inspectores federales llevaron a cabo una redada en una remota granja del río Araguaia, que bordea el límite oriental del bosque tropical del Amazonas en Brasil. Descubrieron a una familia de cinco personas, incluido un bebé, que vivían en un cobertizo de ganado con ratas, ranas y murciélagos. Carecían de retrete o agua potable y les habían pagado 550 dólares por dos años de trabajo agrícola. “Nunca imaginé que saldría de esta situación”, le dijo a los investigadores el patriarca de la familia, Luiz Cardoso da Silva, de 69 años. “Pensé que mi vida se terminaba aquí”. El caso lo llevan ahora los fiscales federales, que tienen pensado incoar proceso.

Desde 1995, Brasil ha dispuesto de uno de los programas más celebrados del mundo para el rescate de unos 161.000 esclavos modernos, aproximadamente, y castigar a las empresas que les maltratan. Pero con intereses empresariales estrechamente alineados con el presidente Michel Temer y facciones poderosas en el Congreso brasileño, estas protecciones se están viendo severamente minadas. Muchos elementos clave — una lista negra pública de empresas culpables y leyes laborales que permiten el castigo de grandes empresas por la actuación de contratistas — están amenazados. Se está recortando el número de inspectores federales que llevan a cabo las redadas. Y una proposición de ley intenta cambiar la definición de esclavitud, aboliendo en palabras buena parte de la misma. “Hoy tenemos en Brasil algunas de las leyes más avanzadas del mundo para combatir la esclavitud moderna”, declara a OZY Ronaldo Fleury, fiscal jefe laboral de Brasil. “Pero nos enfrentamos a una regresión de 130 años. Estamos hablando de tratar a la gente como seres humanos”.

Los esclavistas transportaron a casi cinco millones de africanos a Brasil — más de diez veces la cifra de los enviados a los Estados Unidos — desde el siglo XVI y hasta la abolición de la esclavitud en 1888. Desde 1995, equipos itinerantes de inspectores han liberado a casi 50.000 personas, como Cardoso da Silva y su familia, de “condiciones análogas a la esclavitud”, que es la amplia definición legal del país de trabajo forzado, servidumbre por deudas, condiciones degradantes que violan los derechos humanos o trabajo excesivo que pone en peligro la vida o la salud. La esclavitud es absolutamente preponderante en el bosque tropical amazónico, en los ranchos de ganado, en los campos de carbón vegetal y en la deforestación y tala ilegales de la selva. “Las escuadras móviles han sido enormemente eficaces”, declara Ginny Baumann, alto directivo de programas del Fondo para la Libertad, un organismo filantrópico privado dedicado a acabar con la esclavitud. “Pero la ‘lista sucia’ es la que ha puesto a Brazil por delante de cualquier otro país al desincentivar a las empresas”.

Esa lista negra pública de empresas a las que han pescado recurriendo a trabajo esclavo es hoy objeto de repetidos ataques. En diciembre de de 2014, un grupo de presión empresarial persuadió, según se supo, al Tribunal Supremo para que suspendiera la publicación de la lista, que servía para avergonzar a los transgresores y permitía sanciones tales como la retención de préstamos de bancos del Estado. La resolución se produjo tras una petición de la Asociación Brasileña de Promotores Inmobiliarios (Abrainc), que comprende muchas de las grandes empresas de construcción, entre ellas una filial de la macroempresa brasileña Odebrecht, la cual reconoció haber mantenido un programa masivo de sobornos y ha sido condenada asimismo por recurrir a trabajo esclavo. El mes pasado, la empresa se avino a pagar una multa de 9,5 millones de dólares por la forma en que trató a cuatrocientos trabajadores brasileños en la obra de construcción de un ingenio azucarero en Angola.

Ese fallo se anuló en mayo de 2016, pero el Ministerio de Trabajo declinó volver a publicar la lista, pese a que las Naciones Unidas le urgieran a ello. Sólo meses después de acciones legales por parte de fiscales laborales volvió a publicarse de nuevo sólo con 68 nombres. “El Ministerio de Trabajo ocasionó todos los problemas que pudo para evitar la publicación de la lista”, afirma Leonardo Sakamoto, coordinador de Repórter Brasil, una organización no gubernamental que hace campaña para erradicar la esclavitud“. Ahora los bancos públicos que se atenían a la lista ya no saben si es fiable o si seguirá publicándose en el futuro”.

Otro golpe fue el asestado el 31 de marzo, cuando el presidente Temer firmó un proyecto de ley que permite a las compañías subcontratar actividades centrales. El 92 % de los casos de trabajo esclavo implica subcontratación, lo mismo que ocho de cada diez accidentes industriales. La empresa española Zara, la mayor cadena de tiendas de ropa al por menor del mundo, ha reconocido que existía trabajo esclavo en la cadena de suministro que confeccionaba su ropa en Brasil en 2011. Vale, una multinacional brasileña que es la mayor productora del mundo de mineral de hierro, se enfrentaba también a acusaciones de que sus conductores subcontratados en una mina se vieron sometidos a condiciones “desagradables” y obligados a trabajar 23 horas sin parar, con una pausa de sólo 40 minutos.

La nueva ley hará más difícil que los tribunales juzguen responsable a una empresa grande si subcontrata sus actividades centrales a una firma a la que se descubra recurriendo a trabajo esclavo. “Está claro que existe una agenda empresarial detrás de estos cambios” afirma Fleury, el fiscal. “La subcontratación es condición necesaria de la existencia de trabajo esclavo”.

Quienes apoyan la ley, que tendrá efectos de amplio espectro sobre la economía y los derechos de los trabajadores de Brasil, afirman que ayudará reducir los trece millones de desempleados y contribuirá a la competitividad. “En modo alguno crea esta ley problema alguno para los trabajadores”, afirma el patrocinador del proyecto de ley, el diputado federal Laércio Oliveira. “Muy al contrario”.

Otra ley que se debate en el Congreso podría recortar de modo significativo la definición progresista de esclavitud, eliminando la mención de condiciones degradantes que violan los derechos humanos o de exceso de trabajo que amenaza la vida o la salud. Sólo se considerarían esclavitud las situaciones que presenten cautiverio, coacción o castigo.

En enero, un informe del Ministerio Público Federal de Brasil, un organismo de fiscales públicos, declaraba que el cambio representaba “una enorme regresión social, pues se retraía de una concepción moderna del trabajo esclavo, relegándola puramente a la noción clásica de esclavitud como restricción exclusivamente de la libertad física”.

Los inspectores de trabajo de Brasil, un elemento crucial en la lucha contra la esclavitud, también se han visto afectados por la campaña de austeridad que ha barrido el gobierno federal. El Ministerio de Trabajo dispone ahora sólo de cuatro unidades móviles de inspección, frente a las nueve de 2009. El número de esclavos rescatados ha ido también descendiendo constantemente, desde un máximo de 5.999 en 2007 a 749 en 2016, aunque el año pasado registró una prolongada huelga de inspectores. La cifra de inspectores también ha descendido de modo semejante, de 3.142 en 2008 a 2.450 en la actualidad, de acuerdo con el SINAIT, su sindicato nacional. “La lucha contra el trabajo esclavo sufrirá, por supuesto, las repercusiones de una cifra menor de inspectores”, afirma un portavoz.

Los activistas se preguntan cuánta presión más puede aguantar el sistema. “Estamos sufriendo una blitzkrieg de ataques simultáneamente”, dice Sakamoto, el coordinador de la ONG. “Sólo esperamos que podamos llegar a 2018 con la lucha contra la esclavitud todavía en marcha”.

Matt Sandy joven periodista británico formado en la Universidad de Warwick, trabajó como reportero para el dominical The Mail on Sunday. Radicado en Rio de Janeiro desde 2012, colabora frecuentemente con revistas como OZY o Time, y en medios como Al Jazeera America. En Brasil ha investigado casos como la lucha de los indígenas munduruku para preservar sus tierras amazónicas de un proyecto de presa hidroeléctrica, el escándalo de corrupción de la mina de oro de Serra Pelada o el asesinato de más de cincuenta indigentes sin techo en la ciudad de Goiânia.

Fuente: OZY, 28 de abril de 2017
Traducción: Lucas Antón

http://www.sinpermiso.info/textos/brasil-el-desmembramiento-del-programa-contra-la-esclavitud-mas-famoso-del-mundo

jueves, 4 de mayo de 2017

_--ULTIMAS NOTICIAS DEL MACHISMO. Legalizar la subrogación de la maternidad (dicho más claro; que los ricos puedan alquilar los vientres) desembocará en la explotación de las mujeres pobres, que no podrán elegir con libertad.

_--LA MAYORÍA de las españolas de edades comprendidas entre los 20 y los 35 años no pueden tener hijos aunque lo deseen. Están en las condiciones óptimas para concebir, gestar y parir hijos sanos, con todas las garantías para su propia salud y la de sus bebés, pero el sistema no se lo permite. Muchas mujeres jóvenes son madres frustradas, sometidas a una variedad específicamente machista de la violencia que ejerce el mercado laboral contra los españoles de su edad. No tienen empleo o trabajan en condiciones precarias, con becas o contratos temporales que no les renovarán en el caso de que cometan la osadía de quedarse embarazadas. No tienen casa propia, ni perspectivas de independizarse, y saben que, en sus condiciones, la maternidad es una heroicidad que empieza en la cola del paro. Nadie tiene derecho a exigirles que sean heroínas.

En un país donde las bajas tasas de natalidad se perfilan como uno de los peligros del futuro, esta situación podría revertirse, o al menos paliarse, con políticas feministas. Legislando contra la brecha salarial, aprobando un permiso de paternidad obligatorio e intransferible, penalizando la discriminación laboral de las mujeres fértiles. Pero estas medidas, con las que, de boquilla, están de acuerdo todos los políticos, no se han llegado a proponer ni forman parte del programa de ningún partido. Podría parecer sorprendente que, en esta situación, se desarrolle una campaña a favor de la regulación de la maternidad subrogada. Podría parecerlo, pero no lo es.

Las mujeres siempre han gestado y parido hijos para que otros se los quiten. Antiguamente, era frecuente que las criadas embarazadas de sus señores se vieran forzadas a entregar a sus hijos e hijas a las señoras de la casa donde servían. En la posguerra, se les robaban a las presas políticas para regalárselos a buenas familias franquistas. Más adelante, el robo de niños y niñas se convirtió en un negocio. Esto forma parte de nuestra tradición, tanto como el mito de la libre elección integrará la tradición de nuestros descendientes. Quizás por eso, los comités de bioética que impiden que la clonación de seres humanos, siendo técnicamente posible, sea legal no se han preocupado por la dignidad de las personas a quienes ahora se pretende convertir en ganado de cría. ¿No son humanas? Sí, pero son mujeres.

La preocupación por el mal uso que pueda hacerse de los clones humanos no se aplica en este caso. Los partidarios de la maternidad subrogada alegan que su legislación impedirá una contraprestación económica y que las madres subrogadas decidirán libremente. Pero, con la autoridad que me otorga haber gestado y parido hijos, opino que la libre elección no existe. A mí, que he pasado por ese proceso, me resulta inconcebible que una mujer decida afrontarlo libremente, con o sin dinero de por medio, porque conviene recordar que el dinero no es la única moneda susceptible de comprar la voluntad de una persona. Y no estoy en condiciones de negar que puedan existir casos excepcionales, pero sí estoy segura de que legalizar la subrogación desembocará, inevitablemente, en la explotación de mujeres pobres, que venderán su fertilidad porque no podrán elegir con libertad. Cualquier elección entre la pobreza y un embarazo subrogado no puede considerarse de ninguna manera una elección libre. Espero que los expertos en bioética estén de acuerdo conmigo al menos en eso.

Con independencia del origen del espermatozoide y el óvulo fecundado, el vínculo entre una mujer gestante y el bebé que durante nueve meses forma parte de sí misma es tan profundo que negarlo me parece, como mínimo, un acto de ignorancia y, como máximo, un derroche de cinismo. Los hijos son de las mujeres que los gestan y los paren. Son suyos en sentido literal, puesto que no existirían sin ellas, porque han formado parte de su propio cuerpo y de él han nacido. Cualquier ley que otorgue más valor a un contrato, con contraprestación económica o sin ella, que a la voluntad de la madre de un bebé sería una ley injusta. Y algo más. Su aprobación abriría la puerta a una nueva variedad del machismo, un nuevo camino para ejercer violencia sobre las mujeres.

Tal vez no lo parezca, pero así es.

No es un derecho, y no se puede invocar como tal, que yo pueda alquilar por gusto los vientres de mujeres pobres. Pues ¿cuántas ricas consienten en embarazarse para otros u otras?
Disfrazar lo que es una necesidad, como acto de libertad, es no sólo un fraude, sino un abuso, una forma encubierta de vuelta a la esclavitud. El capitalismo quiere mercantilizar todo aunque sea camuflando su objetivo.

http://elpaissemanal.elpais.com/columna/almudena-grandes-noticias-del-machismo/

viernes, 9 de septiembre de 2016

Entrevista al cineasta Miguel Ángel Rosales, director de "Gurumbé, canciones de tu memoria negra". "España, con Portugal, es la que inicia la trata de esclavos"



El documental "Gurumbé, canciones de tu memoria negra" muestra a Sevilla como uno de los primeros destinos de los esclavos negros raptados en África y la influencia que esta población tuvo en la cultura andaluza.

Desde el siglo XV, personas negras raptadas en África fueron sometidas a la esclavitud. El largo episodio de la esclavitud negra en América es de sobra conocido y documentado, sin embargo, no es tan conocido que fue Andalucía uno de los primeros sitios a donde fueron llevadas muchas de estas personas. El documental 'Gurumbé, canciones de tu memoria negra', dirigido por el antropólogo y cineasta jerezano Miguel Ángel Rosales y producida por Intermedia, documenta el paso de la población esclava negra por Andalucía y su influencia en la cultura.

Hablamos con Miguel Ángel Rosales.
-Suena raro relacionar la esclavitud negra con Andalucía y, sin embargo, los primeros negros que fueron raptados de África para ser utilizados como esclavos sirvieron en Sevilla, ya desde el siglo XV.
¿Por qué esta amnesia?
-Hay varias cuestiones. Parece que todo el tema de la trata comienza en un momento concreto, a finales de siglo XV. Ya antes había habido esclavos en Europa, pero no de esta manera tan sistemática, como un valor de mercancía y con unos volúmenes tan tremendos. Lo que también cambia es el área geográfica de esos esclavos: antes había muchos africanos, pero también eslavos, prisioneros de guerra. Fueron los portugueses los que comienzan y los españoles fueron rápidamente a la zaga, desembarcando esclavos en el puerto de Sevilla. La historia no es sólo que fuera anterior a la trata atlántica, sino que todo el negocio se estaba haciendo desde territorio ibérico. Parte de ellos se llevaron a América, pero muchos se quedaron. No estamos hablando sólo de que fue debido a la gran demanda americana de mano de obra, sino que fue primero la demanda en Andalucía, y después en el resto de España. Sevilla se convirtió en un gran puerto esclavista, y después también Barcelona o Cádiz.

Sevilla, con la importancia que tomó con el comercio con las colonias americanas, se convirtió en una gran metrópoli. Comenzó a haber diferencia con la trata de plantación, aquí había cierta interacción con la población esclava, lo que no quita que se le diera un trato cruel y vejatorio. Hubo también muchos matrimonios mixtos, y de ahí se derivó una importancia cultural muy fuerte y se terminó formando una población afroandaluza. Ahora ya es marginal, pero hay algunas figuras afroandaluzas que llegaron a ser importantes.

Toda esta investigación está ahora surgiendo. La esclavitud en España se ha estudiado desde los 50, pero con unos estereotipos, viendo a la esclavitud como un objeto de ostentación o de lujo. Después se desmontó esa teoría y se comenzó a estudiar la interacción cultural. En Sevilla en el siglo XVI y XVII podía haber entre un 10 y 15% de población negra y mestiza, eso tuvo que tener una influencia fortísima. Donde se puede ver bastante a nivel de archivo es en el tema de las cofradías. Muchas de las primeras cofradías religiosas estaban formadas por negros esclavos. Hay arzobispos que forman estas hermandades y el esclavo las toma porque le permitía una visibilidad social y un lugar de reunión donde hacer comunidad, siendo una población totalmente marginada e invisibilizada. Comienzan a tener influencia en la música, Igual que muchos pueblos de África que tienen en la música y danza sus grandes expresiones artísticas, aquí, todos los principales bailes que surgen en la Península Ibérica vienen de los esclavos negros, como el cumbé [baile del preflamenco]. Se ve una relación con las colonias americanas y a formarse un sincretismo musical. Cuando nace el flamenco ya en el siglo XIX, arrastrando mucho de esto, haciendo síntesis de la música popular y creando casi la primera música moderna de Europa, lo hace con esos elementos, con un factor africano importantísimo. Por otra parte, en Sevilla hay actualmente una hermandad que se llama Los Negritos, y no mucha gente sabe que se llama así porque fue una hermandad de negros, y es la hermandad más antigua de Sevilla. Llegó un momento en el que se formó una lucha política y de grupos étnicos alrededor de las hermandades, y las clases altas lograron arrebatar ese sitio principal que tenían las hermandades de esclavos, y muchas de ellas desaparecieron. Había hermandades de esclavos en todos los sitios donde había población negra, como Cádiz o Jerez.

La población esclava negra tuvo gran protagonismo en las hermandades y cofradías sevillanas.

-¿Cómo ha sido trabajar en este documental, de qué fuentes te has servido?
-Yo he hecho la parte documentalista, he tirado de información de Arturo Morgado, Isidoro Moreno entre otros. Investigadores que ya llevan tiempo con este tipo de temas y dándole también otro enfoque más moderno que el que había en los años 50. Me he dedicado a reunir informaciones. A parte de que el tema me parecía fascinante, me sorprendía que no tuviera una repercusión más importante, que no hubiera nada a nivel divulgativo sobre esto. En España siempre se ha querido borrar todo lo relacionado con el genocidio y su papel en la trata de esclavos. España, con Portugal, es la que inicia la trata de esclavos, da el pistoletazo de salida y los holandeses e ingleses copiaron el modelo. Y aunque la esclavitud llega hasta el siglo XIX, España fue el último país en abolirla y hunde sus raíces hasta los años 60 con el franquismo, cuando se independizó Guinea Ecuatorial. Lo que es interesante del tema de la esclavitud, no como hecho histórico, es que creó un sistema productivo que llegó hasta donde justo se pudo porque la comunidad internacional tiraba de las orejas a España para que lo abandonara, y ha producido también toda una serie de estereotipos sobre el africano que aún hoy sigue viva y se proyecta sobre el fenómeno de la inmigración,