Acudí este fin de semana a Toluca, Estado de México, a una conferencia sobre la crisis del capitalismo organizada por el Partido del Trabajo, y conocí al doctor Ernst.
Ernst es un intelectual en serio. Médico anestesiólogo del Vestre Viken Hospital Trust, en Korngbesrg, Noruega. Neurobiólogo y científico social, ha realizado investigaciones en Teoría de la Complejidad asociadas a la medicina y las ciencias sociales. Además, es consejero científico del Partido de la Izquierda Socialista de Noruega. O sea, el sujeto sabe de lo que habla.
En su ponencia, Ernst dijo que el pensamiento de derecha tiene una explicación neurocientífica. El contexto social actual es el caldo de cultivo para esto. Internet literalmente bombardea con mierda los cerebros de las personas. La llamada “shitstorm” –término urbano para describir una serie de cosas que van aparentemente bien, pero que, al realizarse, terminan horrendamente mal–, dejan cosas (selfies, memes, chats, fotos y videos cualesquiera) que desaparecen rápido y dejan frustración. Las redes sociales están plagadas de pseudoargumentación, generan egoísmo y con ellas es fácil burlarse de asuntos realmente serios, como una tragedia humana, un acto de corrupción política, y la lucha de un grupo de personas por sus derechos. Y lo más peligroso de todo: generan miedo. Y el miedo es la materia prima de la derecha.
Quería saber más, y entonces me lancé a conversar con él.
–Ernst, ¿por qué tiene tanto éxito la derecha hoy en día?
–Los medios de información han cambiado, particularmente internet. Pero también la forma de educación, de movimiento, esto provoca que nuestra mente cambie, que tengamos dificultades de concentrarnos y de aceptar o entender argumentos. Esto es explotado por la derecha porque se especializa por utilizar el miedo. Saben lo que están haciendo. Están utilizando el miedo social.
–¿Pero por qué funciona tanto?
–El miedo, la confusión. Es un hecho que, cuando eres confundido, tu cerebro no logra argumentar. El cerebro es fácil de convencer con imágenes, con palabras simples. Por ejemplo, las grandes tiendas hacen grandes laberintos donde las personas no encuentren la salida. Es una estrategia. Porque cuando eres confundido no tienes fuerza mental para no comprar cosas. Es una técnica; es fácil confundir a la gente. Es la estrategia: aumentar el miedo, aumentar la confusión y así saben que la gente va a apuntar hacia la derecha. Es una estrategia clásica fascista.
–¿Qué opinas de Trump? ¿Por qué, a pesar de tantas críticas, todos los días, el tipo sigue vigente?
–Trump y sus partidarios saben exactamente qué están haciendo. Trump psicológicamente es un hombre viejo que teme a la muerte. Es una estructura típica de la derecha. Ellos temen a la muerte más que los de la izquierda. Y cuando temes a la muerte, cuando tienes miedo, tu método para sobrevivir es la agresividad. Y esos instintos son provocados. En los mitines de Trump, quienes están ahí, la mayoría son hombres son un poco más viejos y también son hombres o mujeres que tienen una alimentación que no es buena, y sus funciones en el cerebro no funcionan claramente. Esta es una estrategia que se ha construido y sus especialistas trabajan en eso.
¿Y qué hacer?
Según el doctor Gernot Ernst, la izquierda (yo más bien me considero un anarquista clásico, pero igual aplica) tiene en sus manos la más vieja de sus armas: la organización social; que, dadas las circunstancias, sigue siendo la más efectiva. “Porque la organización social disminuye el miedo”
En la izquierda –apunta– , no hay un camino tan fácil como en la derecha. “La izquierda argumenta. Pero hemos olvidado la organización. Y para la organización necesitamos más tiempo. Hemos perdido a los trabajadores donde no tenemos sindicatos, y ahí debe haber compañeros que sufran y luchen con ellos. Esa es nuestra fuerza. Cuando estamos ayudándoles en las cosas pequeñas, van a escuchar y van a recordar qué es los más importante y van a luchar también. “
Ernst ofrece lo siguiente que, he titulado: “Consejos del doctor Gernot Ernst para evitar que la gente apoye a la derecha, y sí apoye a la izquierda:
EJEMPLIFICA CON GENTE NORMAL.
Explica los problemas y argumenta con base a experiencias de gente común, con la cual tu audiencia se sienta identificada.
MENOS DISCURSOS, MÁS PREGUNTAS.
Evita imponer tus ideas. Pregunta, para que la gente descubra la verdad por ella misma.
UTILIZA EJEMPLOS HISTÓRICOS.
La gente no tiene consciencia histórica. Recuérdales lo que ha pasado, para que no cometan los mismos errores, y recuerden los éxitos antiguos.
LA DERECHA MANIPULA, LA IZQUIERDA ORGANIZA.
Es válido si utilizas algunos métodos de la derecha, como usar imágenes y definiciones. Pero no te olvides de lo más importante: la organización social es la clave.
Ernst explica la propia experiencia del Partido de la Izquierda Socialista de Noruega y la razón de su éxito, al ocupar hasta el 10 por ciento de las preferencias electorales en el país.
“En Noruega tenemos la misma lucha contra el neoliberalismo y la organización sindical es muy fuerte, todavía. En algunas áreas, el 90% de los trabajadores están organizados y esto es único en Europa. Pero también al otro lado tenemos un movimiento populista de derecha que es igualmente fuerte, casi el 20 por ciento. Es una lucha muy importante. Es particular para nosotros el SV (“Sosialistisk Venstreparti”, nombre en noruego del Partido) tenemos tres principios generales: el juicio social, el medio ambiente y el feminismo. Eso es muy importante para nuestra lucha. Porque cuando somos capaces de convencer a las mujeres, y las mujeres no son amigas de los populistas de derecha y trabajamos con ellas, juntos, es uno de los métodos con los cuales podemos ganar”.
Nos despedimos con un par de fotos y un buen saludo. Yo, con la esperanza de verlo de nuevo un día y aprender más.
Fuente:
https://albertobuitre.com/2016/09/06/gernot-ernst-alberto-buitre-sosialistisk-venstreparti-por-que-diablos-la-gente-apoya-a-la-derecha-un-medico-noruego-tiene-la-respuesta/
domingo, 18 de septiembre de 2016
sábado, 17 de septiembre de 2016
Angela Davis: “Raza, género y clase son elementos entrelazados”. Hablamos con la histórica activista e investigadora sobre feminismo, racismo y sistema penitenciario.
Maria Colera entrevista a Angela Davis, filósofa, profesora de Historia de la Conciencia en la Universidad de California, histórica dirigente del Partido Comunista de EE.UU., ex miembro de las Panteras Negras e investigadora especializada en feminismo, marxismo, abolicionismo del sistema penitenciario, teoría crítica y estudios afroamericanos.
En el ensayo '¿Están las prisiones obsoletas?' (Democracia de la abolición. Prisiones, racismo y violencia. Editorial Trotta 2016), hablas del encarcelamiento masivo de los pobres y de los migrantes ilegales. El capitalismo considera a estas personas como seres prescindibles pero los utiliza como mano de obra esclavizada barata al mismo tiempo que los convierte en consumidores cautivos del excedente de producción, excedente que se sitúa en el origen mismo de una crisis económica que, la vez, genera pobreza y migración, en un bucle perfecto. ¿Observas algún paralelismo entre estas políticas de encarcelamiento y el proceso desarrollado durante la transición del feudalismo al capitalismo, en el que millones de personas fueron expulsadas de las tierras que hasta entonces habían sido su medio de reproducción y fueron forzadas a la esclavitud del salario?
Ciertamente, existen paralelismos entre ambas épocas, pero lo que quizá es más importante es constatar que también hay diferencias considerables entre los dos períodos. En la transición del capitalismo al feudalismo, tal como Marx la describió, los cercamientos y otros procesos de desposesión privaron a la gente de las tierras que constituían su fuente de subsistencia y, de manera simultánea, generaron una clase de personas a quienes no les quedó nada más que su fuerza de trabajo. Así, pues, se convirtieron en la mano de obra necesaria para que el capitalismo naciente pudiera incrementar su riqueza. Aquellas personas fueron liberadas de los constreñimientos del feudalismo, pero se vieron forzadas a cambiar una forma de opresión por otra.
Si bien es cierto que suele resultar inútil hacer un ranking de las diferentes formas de opresión, se puede afirmar que, a pesar de que el capitalismo depende total y absolutamente de la explotación, el hecho de dejar atrás la esclavitud y el feudalismo supuso cierto grado de progreso. Algunos trabajadores al menos encontraron su camino hacia el empleo, por degradante que fuera y siga siendo el trabajo.
Por otra parte, el complejo penitenciario industrial global es ciertamente rentable, pero su rentabilidad reside en las tecnologías destinadas a relegar ingentes cantidades de personas a unas vidas marginales, improductivas y cargadas de violencia. El encarcelamiento masivo de personas negras, de color e inmigrantes en EE UU, Australia y partes de Europa, junto con la persistencia de un racismo y una xenofobia estructurales, son prueba del fracaso absoluto del capitalismo global a la hora de responder a las necesidades de personas reales en todo el mundo.
Se podría argumentar, igualmente, que ello también es la prueba más convincente de la necesidad de concebir un sistema socioeconómico más allá del capitalismo. Así, pues, el movimiento abolicionista contemporáneo, en su llamamiento a desmantelar el complejo penitenciario industrial, se presenta como un movimiento anticapitalista que exige igualdad racial, puestos de trabajo con salarios vivibles, vivienda asequible, sanidad y educación gratuitas y justicia medioambiental para todos los seres vivos.
Abogas por la justicia restaurativa, en lugar de la punitiva. ¿Cómo se restauran la desigualdad y la injusticia causadas por el proceso de acumulación primitiva que conforman la base del capitalismo? En otras palabras, ¿qué forma tendría una justicia restauradora destinada a reparar el 'pecado original' de explotación y acumulación que se encuentra en el origen de las desigualdades de redistribución de nuestras sociedades?
Efectivamente, a menudo he utilizado el término 'justicia restauradora', junto con otros, como 'justicia reparadora' y 'justicia transformadora', como alternativas a la justicia punitiva o retributiva. De hecho, prefiero el término 'justicia transformadora', ya que no presupone la existencia de un estado ideal que sea necesario restaurar.
Respondiendo a tu pregunta, me gustaría destacar la importancia de la memoria histórica, especialmente en cuanto a la necesidad que hay hoy en día de un análisis explícitamente anticapitalista. "La llamada acumulación originaria" es uno de los capítulos más importantes de El capital, precisamente porque desenmascara la expropiación, injusticia y violencia que marcaron el inicio del capitalismo y que, aunque pudiera parecer que ya no es así, siguen en el centro del proceso capitalista. A finales del siglo XX, el complejo penitenciario industrial comienza a mostrar el grado en que las sociedades capitalistas continúan basándose en ideologías racistas y coloniales a la hora de fabricar tecnologías de violencia, reflejo, a su vez, de la violencia histórica ligada a la esclavitud y a la colonización.
Has hablado de nuestra problemática reacción automatizada con que a menudo respondemos al crimen y al delito, recurriendo a las instituciones jurídico-policiales, en vez de diseñar soluciones desde dentro de la comunidad. En el caso concreto de la violencia sexual, abogas por la autodefensa, lo cual nos lleva al tema de las mujeres y la violencia. En '¿Están las prisiones obsoletas?' haces referencia a la «necesidad de cuestionar las premisas imperantes según las cuales la única relación posible entre las mujeres y la violencia implica que las mujeres sean víctimas». ¿Qué opinas del uso disuasorio y disciplinandor de la violencia feminista como mecanismo dirigido a defendernos a nosotras mismas? ¿Qué es la autodefensa feminista para ti?
Siempre he tenido un cuidado especial en la manera en que utilizo el término 'violencia'. Como estudiosa de la teoría crítica, siempre me recuerdo a mí misma que las herramientas conceptuales que decido utilizar podrían estar haciendo un trabajo que, en realidad, contraviene lo que pretendo expresar. Así, pues, trato de no equiparar 'autodefensa' y 'violencia contra el agresor'. Y mi apuesta por la formación en autodefensa se inserta en un contexto más amplio, basado en un análisis que vincula la violencia misógina con los sistemas de dominación de raza, género y clase, dentro de una estrategia que pretende purgar nuestras sociedades de toda forma de explotación y violencia.
En 'Mujeres, raza y clase' (Akal, 2004) desmontas el mito del violador negro y explicas que «fue una invención claramente política», propaganda construida con el fin de consolidar y justificar los linchamientos, como método de 'contrainsurgencia' destinado a evitar que los negros alcanzaran sus derechos. El pasado fin de año asistimos al despliegue de este mismo mito en Colonia, en este caso en los cuerpos de hombres "de apariencia árabe o norteafricana", en un nuevo ejemplo de 'purple washing' o utilización de una supuesta defensa de las mujeres para criminalizar a los solicitantes de asilo y a los residentes ilegales, de una manera que parece estar lanzando el mensaje de que "a nuestras mujeres sólo las podemos violar nosotros". ¿Cómo interpretas esta utilización de los derechos de las mujeres (velo, violador negro, opresión de las mujeres afganas ...) para otras cruzadas?
En su libro 'Arrested Justice: Black Women, Violence, and America's Prison Nation' [La justicia bajo arresto: mujeres negras, violencia y la nación prisión de América], Beth Richie expone los peligros de confiar en tecnologías de criminalización como supuestas soluciones a los problemas de la violencia de género. Su argumento es que el movimiento antiviolencia predominante en EE UU dio un giro peligrosamente equivocado cuando comenzó a apoyar la represión policial y el encarcelamiento como principales estrategias destinadas a proteger a las «mujeres» de la violencia masculina. Era fácilmente previsible que quienes más estarían el punto de mira de estas iniciativas destinadas a garantizar la seguridad de las «mujeres» serían los hombres de comunidades ya sometidas a una hipervigilancia de la policía y que ya contribuían de manera desproporcionada al incremento de la población penitenciaria.
Resulta, sin embargo, que el uso generalizado de la categoría 'mujer' escondía una racialización clandestina operativa dentro de esta categoría, según la cual 'mujeres' en realidad significaba 'mujeres blancas' o, aún más concretamente, 'mujeres blancas acomodadas'.
El caso de Colonia y el discurso sobre el violador árabe, que pretende consolidar aún más las representaciones colonialistas de los hombres árabes como agresores sexuales, nos recuerdan la importancia de las teorías y prácticas feministas que cuestionan la instrumentalización racista de los 'derechos de las mujeres' y enfatizan la interseccionalidad de las luchas por la justicia social.
En las últimas décadas, hemos experimentado lo que Nancy Fraser define como "desacoplamiento de las llamadas 'políticas identitarias' de las políticas de clase", en lo que se ha convertido en una lucha por el reconocimiento, en lugar de por la redistribución, con un desplazamiento del sujeto colectivo hacia uno individual(ista). Tú, en cambio, siempre has defendido las 'comunidades de lucha', al considerar que "las comunidades son siempre proyectos políticos". ¿Qué opinas sobre las políticas identitarias y cuáles son, en tu opinión, las luchas y los proyectos políticos que deberían situarse en el centro, en la actual era de hegemonía neoliberal?
Lo que encuentro más problemático de las políticas identitarias es la manera en que las identidades muy a menudo se naturalizan y no son consideradas como un producto de la lucha política, de modo que no se sitúan en relación con las luchas de clase y antirracistas.
Recientemente, el movimiento trans, por ejemplo, se ha convertido en un importante territorio donde luchar por la justicia. Con todo, hay una diferencia fundamental entre las representaciones dominantes de las cuestiones trans, que habitualmente hacen hincapié en la identidad individual, y los movimientos trans interseccionales, que consideran que tanto la raza como la clase son elementos fundamentales en las luchas de las personas trans. En vez de centrarse en el derecho de la persona a 'ser' él mismo, ella misma, o ell@ mism@, estos movimientos trans afrontan la violencia estructural (en manos de la policía, la prisión, el sistema sanitario, el sistema de la vivienda, el ámbito laboral, etc.) que las mujeres trans de color tienen más probabilidades de experimentar que ningún otro grupo de la sociedad. En otras palabras, luchan por unas transformaciones radicales de nuestras sociedades en contraposición a la asimilación en un estado de cosas determinado e inamovible.
Continuando con el tema de la identidad, por lo que dices sobre la interseccionalidad, entiendo que apuestas por una confluencia de luchas (Ferguson, Palestina), más que por una conjunción de identidades diferentes, diversas y múltiples, en un momento en que gran parte de las defensoras de las políticas interseccionales afirman y naturalizan las identidades, en vez de cuestionarlas, ignorando a menudo el contexto material e histórico que rodea estas identidades. ¿Cómo entiendes la interseccionalidad y en qué términos resulta productiva hoy en día?
El concepto de interseccionalidad, tal como yo la entiendo, tiene una genealogía muy interesante, que se remonta al menos al período de finales de los años 1960 y principios de los 1970. Como ahora no puedo entrar en gran detalle, me limitaré a mencionar alguno de los elementos fundamentales que me gustaría destacar: la creación de la organización Alianza de Mujeres Negras, como respuesta a la voluntad de plantear un debate sobre cuestiones de género dentro del Comité de Coordinación Estudiantil No Violento (SNCC), principal organización juvenil del Movimiento por la Libertad del Sur.
La Alianza planteaba que no era posible entender el racismo en toda su complejidad sin incorporar un análisis del sexismo y, para sustentar esta tesis, en 1970 Fran Beale escribió un artículo que tuvo gran difusión, titulado "Double Jeopardy: To Be Black and Female" [Riesgo doble: ser negra y mujer]. Poco después de la publicación del artículo, de resultas del hecho de tener conocimiento de luchas como las de las mujeres puertorriqueñas contra la esterilización forzosa, la Alianza de Mujeres Negras se convirtió en Alianza de Mujeres del Tercer Mundo y publicó un periódico titulado Triple Jeopardy, en referencia al racismo, el sexismo y el imperialismo. Aquello implicaba una militancia sobre el terreno que abordaba de manera simultánea el racismo, la misoginia y la guerra imperialista.
Es con el espíritu de aquellos esfuerzos intelectuales orgánicos de comprender las categorías de raza, género y clase como elementos conectados, entrelazados y entrecruzados que entiendo actualmente los conceptos feministas de interseccionalidad.
En un ciclo de conferencias recientemente celebrado en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona, con el título "La frontera como centro. Zonas de ser y de no ser [migra y colonialidad]", la representante del partido Indigènes de la République Houria Bouteldja afirmó lo siguiente: "No sé quién es blanco, pero la policía francesa lo sabe perfectamente. Nunca se equivoca a la hora de decidir a quién discriminar y a quien apalear". Igualmente, la feminista vasca Itziar Ziga, en una entrevista en Argia, decía que "Soy una mujer porque es así como he sido violentada física, afectiva, económica y simbólicamente... Proclamo que soy mujer, pero no por lo que tengo entre las piernas". En estos dos casos, el sujeto se define políticamente para/desde el locus de opresión y, por tanto, de lucha. En este sentido, ¿qué es para ti ser mujer y qué ser negra?
Ambas categorías se han ensanchado y expandido más allá de cualquier límite que hubiera podido imaginar en anteriores fases de mi vida. De modo que, si pretendiera aferrarme a modos de ser históricos, continuaría sintiéndome obligada a basarme en definiciones políticas del género y la raza en ambos casos, tal y como planteas en tu pregunta, tanto desde el punto de vista de las estructuras de dominación y sus ideologías asociadas como desde el punto de vista de los movimientos colectivos que buscan desmantelar estas estructuras y hacer frente a estas ideologías.
"Siempre he insistido en la prioridad de la práctica radical por encima de la identidad pura y simple"
Al mismo tiempo, siempre he insistido en la prioridad de la práctica radical por encima de la identidad pura y simple. Importa más qué haces para facilitar la transformación radical que cómo te imaginas que eres. Y, claro, como ya he indicado, las categorías de género y raza, al igual que la sexualidad y la clase, sólo son significativas dentro de unas interrelaciones más complejas.
En relación con el panorama político estadounidense, has destacado "el reto de complicar el discurso", en vista de que "la simplificación de la retórica política facilita la adopción de posturas extremistas". En los últimos años, en Europa, hemos sido testigos de la aparición de la autodenominada 'nueva política', que se opone a 'los de arriba', con miras a provocar una 'revolución democrática' por la vía de la 'revolución de las sonrisas'. ¿Qué significa para ti la democracia en esta era del populismo despolitizador y de los significantes vacíos?
Está claro que los que nos situamos a la izquierda en Estados Unidos, y no sólo a la izquierda, sino también en algunos círculos conservadores, asistimos totalmente estupefactos a la creciente influencia de Donald Trump, el cual se está aprovechando la atracción que importantes sectores de las comunidades de clase trabajadora blanca sienten por este tipo de retórica política simplista, extremista y de tendencia fascista. Esto también ocurre con la peligrosa atracción hacia personajes y partidos de extrema derecha que está habiendo en Austria, Francia, Polonia y otros lugares de Europa, crisis masiva de los refugiados —la cual pone de manifiesto el impacto que la historia de esclavitud y colonialismo de Europa sigue teniendo—, ha hecho prosperar el populismo de extrema derecha, alrededor del racismo antinegros y antiinmigrantes, y ha reactivado la islamofobia, con espectáculos que traen a la memoria racismos del pasado.
No será posible hacer frente al populismo de extrema derecha y generar un diálogo sobre futuros democráticos –enfoques sustantivos y transformadores que desplacen el foco político de la representación neoliberal del individuo hacia las necesidades y aspiraciones de las comunidades–, si no somos capaces de construir movimientos potentes contra el racismo y la xenofobia en el mundo.
Angela Davis fue juzgada y declarada inocente por su activismo en las Panteras Negras.
Preguntada por tu posición ante las elecciones presidenciales de EE.UU., recientemente has destacado la necesidad de un partido nuevo. ¿Por qué motivo? ¿Qué tipo de partido tienes en mente? Como ex candidata a la vicepresidencia por el Partido Comunista de EE UU, ¿qué similitudes y qué diferencias con el PC debería tener este partido nuevo? En cuanto a su programa, ¿consideras que sigue vigente el Programa de 10 puntos del Partido de las Panteras Negras? ¿Y cuál sería la base electoral de este nuevo partido?
La política electoral norteamericana lleva muchos años siendo rehén del sistema bipartidista. Tanto el Partido Demócrata como el Republicano están absolutamente encadenados al capitalismo. Necesitamos una estructura política alternativa que no capitule ante las estructuras empresariales, sino que represente, en primer lugar, las necesidades de los trabajadores, de la gente pobre y de las personas de color. Esto es evidente desde hace muchos ciclos electorales, y cuando hace muchos años participé de manera directa en la política electoral, como candidata a la vicepresidencia por el Partido Comunista, fue precisamente para visibilizar esta necesidad de declarar la independencia respecto al sistema bipartidista.
Dada la respuesta que ha obtenido Bernie Sanders, ha quedado claro que hay un número considerable de personas que quieren una alternativa al capitalismo. Cada vez más gente está reflexionando seriamente sobre la necesidad de un partido que represente la clase trabajadora, los movimientos antirracistas, las cuestiones feministas y LGBTQ, las reivindicaciones contra la guerra y la justicia medioambiental.
En cuanto al Partido de las Panteras Negras, está claro que el Programa de 10 puntos está profundamente arraigado en las condiciones históricas de mediados del siglo pasado, pero, al mismo tiempo, todos y cada uno de sus puntos tienen un profundo vínculo con luchas radicales contemporáneas.
Continuando con las Panteras Negras, fueron pioneras en su política de womanism, que puso la lucha por los derechos de las mujeres al mismo nivel que la lucha de clases y racial, apoyó el derecho al aborto, organizó cuidados de niñas y niños durante sus reuniones, fomentó el modelo tradicional africano de familia extensa en contraposición a la familia nuclear burguesa, el diario del partido estuvo dirigido por mujeres, y hasta un 70% de su militancia era femenina. ¿Cómo se logró todo ello, más allá de que los hombres estaban siendo asesinados o encarcelados? ¿Qué lecciones pueden sacar los movimientos de liberación, y especialmente las feministas de estos movimientos, de la experiencia del Partido de las Panteras Negras?
En realidad, no debería sorprendernos excesivamente saber que la mayoría de militantes de las Panteras Negras eran mujeres, de la misma manera que no deberíamos sorprendernos por el papel fundamental que las mujeres jugaron dentro del Movimiento por la Libertad del Sur. Lo que sí resulta sorprendente es que medio siglo más tarde sigamos cautivos de visiones históricamente obsoletas sobre el liderazgo carismático masculino.
Históricamente, los paradigmas asociados al liderazgo de las mujeres –desde Ella Baker hasta Ericka Huggins– han tendido a enfatizar el liderazgo colectivo por encima del individualista. Los jóvenes de los actuales movimientos radicales están priorizando el liderazgo de las mujeres, el liderazgo queer y el liderazgo de las colectividades.
"Resulta sorprendente que sigamos cautivos de visiones históricamente obsoletas sobre el liderazgo carismático masculino"
Como fuiste alumna de Marcuse, me gustaría hacerte una pregunta que él ya planteó en su Un ensayo sobre la liberación: "¿Cómo puede [el individuo] satisfacer sus necesidades sin [ ...] reproducir, a través de sus aspiraciones y satisfacciones, su dependencia de un aparato explotador que, al satisfacer sus necesidades, perpetúa su servidumbre?". En otras palabras, ¿cómo podemos liberarnos de la mercantilización de nuestros sentimientos?
A estas alturas, no estoy segura de si es posible eludir completamente las consecuencias del deseo mercantilizado, ya que es esa la naturaleza del deseo contemporáneo; el capitalismo ha invadido hasta tal punto nuestras vidas interiores que nos resulta extremadamente difícil separar capitalismo y deseo. Sin embargo, creo que sigo la tradición filosófica de Marcuse cuando afirmo que deberíamos tratar de desarrollar una conciencia crítica sobre las maneras en que, en parte, estamos implicados en la propia reproducción del capitalismo, a través de la mercantilización de nuestros sentimientos. Es a través de este tipo de reflexiones negativas que podemos empezar a vislumbrar posibilidades de liberación.
Durante tu visita al País Vasco estuvimos hablando sobre la importancia del arte y la literatura como esferas donde expandir los límites de lo inteligible, desmontar los paradigmas del sentido común hegemónico, confrontar la camisa de fuerza de la verosimilitud, derribar el monopolio de la realidad y traducir, dar forma y ensayar nuestras nociones políticas. ¿Cómo se concreta todo esto?
Especialmente ahora que la posibilidad de liberación parece ser descartada por las mismas luchas políticas que pretenden mostrarnos vías hacia futuros mejores, podemos aprovechar lo que Marcuse llama 'dimensión estética' y Robin Kelley, 'sueños de libertad' o 'imaginación radical'. Lo que el reino del capitalismo ha sofocado completamente es nuestra capacidad colectiva de imaginar una vida que no esté repleta de mercancías. Es por esta razón que necesitamos el arte, la literatura, la música y otras prácticas culturales, para educar nuestra imaginación de manera que consiga liberarse de las restricciones impuestas por la privatización.
Durante aquella visita, te organizaron un concierto de homenaje en Bilbao, donde hiciste mención de una canción preciosa de Nina Simone titulada 'I Wish I Knew How It Would Feel to Be Free' [Ojalá supiera qué se siente al ser libre ], y que dice así: "I wish I could break all the chains holdin' me, I wish I could say all the things that I should say, say 'em loud, say 'em clear for the whole 'round world to hear" [Ojalá pudiera romper todas las cadenas que me retienen, ojalá pudiera decir todo lo que debería decir, decirlo todo bien alto, decirlo para que todo el mundo lo oiga] .¿Qué significa ser libre para ti, y cuáles son las cadenas que tenemos que romper?
Recordé esa canción de Nina Simone no tanto porque quisiera dar a entender que medio siglo o más después yo tenga una respuesta definitiva a la cuestión subyacente a su anhelo de saber qué es sentirse libre, sino más bien porque seguimos rigiéndonos por este deseo de poner nombre y experimentar la libertad. En los EE.UU., este objetivo nos resulta mucho más complicado hoy en día que a mediados del siglo XX. De hecho, parece que, cuanto más nos acercamos a lo que originariamente habíamos imaginado como 'libertad', más nos damos cuenta de que se trata de algo mucho más complicado, de algo con un alcance mucho mayor...
https://www.diagonalperiodico.net/libertades/31326-raza-genero-y-clase-son-elementos-entrelazados.html
viernes, 16 de septiembre de 2016
“Leer mala literatura es como comer comida basura” Elizabeth Strout, premio Pulitzer 2009, publica 'Me llamo Lucy Barton', una novela que exuda vida sobre familia, incomunicación y clasismo.
Es inevitable establecer paralelismos entre Elizabeth Strout (Maine, 1956) y Lucy Barton. Las dos son escritoras, las dos son de provincias y viven en Nueva York, las dos están separadas y vueltas a casar… Pero en este caso, no se puede borrar la línea que separa realidad y ficción porque Strout, premio Pulitzer 2009 por la televisiva Olive Kitteridge, no ha pretendido sumarse a la moda de la autoficción con Me llamo Lucy Barton (Duomo), una deliciosa novela que exuda vida sobre la familia, la incomunicación, el amor imperfecto y, por encima de todo, la humillación y el clasismo.
“Mi padre era científico en la universidad, mi madre profesora de inglés, pero, ¿sabe? durante mucho tiempo tuve trabajos precarios, fui camarera, vendedora de colchones y conocí a mucha gente humilde. Hay muchos pobres en EE UU que no veo representados ni en la literatura ni en otros aspectos de la vida”, explica Strout, de visita en Madrid. “En este caso, quería contar cómo cada pueblo tiene una familia que vive en el ostracismo, así que puse a Lucy a viajar por las diferentes clases sociales de América”.
Nacida en una familia paupérrima de una aldea de Illinois, la protagonista y narradora de este libro es la encarnación del sueño americano. Hija de una costurera y un torturado excombatiente de la II Guerra Mundial, su vida está marcada por una infancia de pobreza y estigmatización. Vivió en un garaje. Sin agua caliente, sin calefacción. Pasaba tanto frío en ese mísero hogar que, acabadas las clases, se quedaba en la escuela aún a riesgo de ser despreciada por sus compañeros: “Vuestra familia da asco”. Y leía. Leía porque los libros le hacían compañía. Y le dieron una beca. Y pudo estudiar en la universidad. Y ahora, ya en los años ochenta, es escritora, tiene dos hijas, lleva una vida acomodada y se recupera en el hospital de una operación de apendicitis que se ha complicado. Su madre se presenta a verla después de años distanciadas. Durante cinco días hablan de sí mismas sin hablar de sí mismas, a través de la vida de otros. O, si se quiere, callan de forma elocuente. Lucy es incapaz de profundizar en su pasado; su madre, como las de aquella generación, de decirle “te quiero”.
"No nací con un talento especial para escribir pero sí para ver y para intuir"
Novelista de urgencias
Podría decirse que la novela, que ha conquistado a miles de lectores en América, nace de la ansiedad. Strout es una novelista de urgencias. No trabaja en orden cronológico. Escribe como quien hace puzles desde que un buen día se percató de que tenía tres horas al día para ella y decidió: “Tres horas, tres páginas”. Y empezó a parir a mano escenas cortas que dejaba esparcidas en su escritorio. “Fue muy interesante, porque descubrí que si trasladaba al papel lo que sentía más urgente en ese momento —la canguro se retrasa, mi marido tiene una aventura—, si era capaz de trasladar esa ansiedad a un personaje, entonces tenía una escena que cobraba vida. Fui haciéndolo un día tras otro y vi que muchas de ellas conectaban entre sí. No necesito tener una trama, porque así al final siempre emerge”.
Strout empezó a escribir con cuatro años, animada por su madre, una escritora frustrada que le compraba libretas para que reflejara en ellas los hitos infantiles de cada día. “No creo que naciera con un talento especial para escribir pero sí para ver e intuir”, dice con humildad. “Tuve que aprender la artesanía de la escritura para expresar eso que veía y sentía”. Aprendió a fuerza de perseverancia y de lecturas. Y no de cualquier cosa: “Para escribir bien es esencial leer buena literatura. Por eso vuelvo siempre a los clásicos: aguantan el paso del tiempo. Leer mala literatura es como comer comida basura”, sentencia.
"La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola y nos vuelve más empáticos"
La Pulitzer de Maine no recuerda haber querido ser otra cosa que escritora. Pero a nadie le interesaba su trabajo y tenía cierta conciencia social. “Así que estudié Derecho, que, a la larga, yo creo que me ha venido bien porque me ha ayudado a frenar la emocionalidad que siempre he chorreado al escribir. El caso es que era una abogada terrible. Pero la carrera me abrió las puertas del departamento de Inglés de la universidad y empecé a dar clases”. Por las noches, seguía escribiendo. “Cada vez que pensaba en rendirme me decía: ‘Si así no funciona, puedo darle una vuelta y reescribirlo de esta otra manera”, cuenta. Y a base de reescribir y reescribir cantó línea a los 43 años cuando logró publicar su primer libro, y bingo cuando conquistó el Pulitzer, que aparte de una inmensa alegría le procuró un “lectorado serio” y fiel.
Su éxito es una literatura comprometida con la vida y enemiga del maniqueísmo que busca la comprensión del otro. “La literatura nos puede hacer más empáticos”, dice Strout. “La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola”. Acompañó a Lucy Barton. Y acompaña también Strout.
UNA ESCRITORA DE RECONOCIMIENTO TARDÍO M. M.
Elizabeth Strout nació y se crió en pequeñas localidades de Maine y vive, desde hace años, en Nueva York. Novelista y escritora de cuentos, estudió Derecho y trabajó de abogada durante seis años antes de dejar el oficio y dedicarse a dar clases en la Universidad. Escribía en sus ratos libres y difundía algunos de sus trabajos en revistas literarias. Hasta los 43 años no logró publicar su primer libro.
Además de Me llamo Lucy Barton (2016), ha firmado las novelas: Amy e Isabelle (1998), Abide With Me (2006), Los hermanos Burgess (2013), que será llevada a la televisión por Robert Redford, y Olive Kitteridge, por la que conquistó el premio Pulitzer en 2009. Esta obra fue convertida en serie por HBO y ganó 8 premios Emmy en 2015
“Mi padre era científico en la universidad, mi madre profesora de inglés, pero, ¿sabe? durante mucho tiempo tuve trabajos precarios, fui camarera, vendedora de colchones y conocí a mucha gente humilde. Hay muchos pobres en EE UU que no veo representados ni en la literatura ni en otros aspectos de la vida”, explica Strout, de visita en Madrid. “En este caso, quería contar cómo cada pueblo tiene una familia que vive en el ostracismo, así que puse a Lucy a viajar por las diferentes clases sociales de América”.
Nacida en una familia paupérrima de una aldea de Illinois, la protagonista y narradora de este libro es la encarnación del sueño americano. Hija de una costurera y un torturado excombatiente de la II Guerra Mundial, su vida está marcada por una infancia de pobreza y estigmatización. Vivió en un garaje. Sin agua caliente, sin calefacción. Pasaba tanto frío en ese mísero hogar que, acabadas las clases, se quedaba en la escuela aún a riesgo de ser despreciada por sus compañeros: “Vuestra familia da asco”. Y leía. Leía porque los libros le hacían compañía. Y le dieron una beca. Y pudo estudiar en la universidad. Y ahora, ya en los años ochenta, es escritora, tiene dos hijas, lleva una vida acomodada y se recupera en el hospital de una operación de apendicitis que se ha complicado. Su madre se presenta a verla después de años distanciadas. Durante cinco días hablan de sí mismas sin hablar de sí mismas, a través de la vida de otros. O, si se quiere, callan de forma elocuente. Lucy es incapaz de profundizar en su pasado; su madre, como las de aquella generación, de decirle “te quiero”.
"No nací con un talento especial para escribir pero sí para ver y para intuir"
Novelista de urgencias
Podría decirse que la novela, que ha conquistado a miles de lectores en América, nace de la ansiedad. Strout es una novelista de urgencias. No trabaja en orden cronológico. Escribe como quien hace puzles desde que un buen día se percató de que tenía tres horas al día para ella y decidió: “Tres horas, tres páginas”. Y empezó a parir a mano escenas cortas que dejaba esparcidas en su escritorio. “Fue muy interesante, porque descubrí que si trasladaba al papel lo que sentía más urgente en ese momento —la canguro se retrasa, mi marido tiene una aventura—, si era capaz de trasladar esa ansiedad a un personaje, entonces tenía una escena que cobraba vida. Fui haciéndolo un día tras otro y vi que muchas de ellas conectaban entre sí. No necesito tener una trama, porque así al final siempre emerge”.
Strout empezó a escribir con cuatro años, animada por su madre, una escritora frustrada que le compraba libretas para que reflejara en ellas los hitos infantiles de cada día. “No creo que naciera con un talento especial para escribir pero sí para ver e intuir”, dice con humildad. “Tuve que aprender la artesanía de la escritura para expresar eso que veía y sentía”. Aprendió a fuerza de perseverancia y de lecturas. Y no de cualquier cosa: “Para escribir bien es esencial leer buena literatura. Por eso vuelvo siempre a los clásicos: aguantan el paso del tiempo. Leer mala literatura es como comer comida basura”, sentencia.
"La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola y nos vuelve más empáticos"
La Pulitzer de Maine no recuerda haber querido ser otra cosa que escritora. Pero a nadie le interesaba su trabajo y tenía cierta conciencia social. “Así que estudié Derecho, que, a la larga, yo creo que me ha venido bien porque me ha ayudado a frenar la emocionalidad que siempre he chorreado al escribir. El caso es que era una abogada terrible. Pero la carrera me abrió las puertas del departamento de Inglés de la universidad y empecé a dar clases”. Por las noches, seguía escribiendo. “Cada vez que pensaba en rendirme me decía: ‘Si así no funciona, puedo darle una vuelta y reescribirlo de esta otra manera”, cuenta. Y a base de reescribir y reescribir cantó línea a los 43 años cuando logró publicar su primer libro, y bingo cuando conquistó el Pulitzer, que aparte de una inmensa alegría le procuró un “lectorado serio” y fiel.
Su éxito es una literatura comprometida con la vida y enemiga del maniqueísmo que busca la comprensión del otro. “La literatura nos puede hacer más empáticos”, dice Strout. “La literatura debe hacer que la gente no se sienta sola”. Acompañó a Lucy Barton. Y acompaña también Strout.
UNA ESCRITORA DE RECONOCIMIENTO TARDÍO M. M.
Elizabeth Strout nació y se crió en pequeñas localidades de Maine y vive, desde hace años, en Nueva York. Novelista y escritora de cuentos, estudió Derecho y trabajó de abogada durante seis años antes de dejar el oficio y dedicarse a dar clases en la Universidad. Escribía en sus ratos libres y difundía algunos de sus trabajos en revistas literarias. Hasta los 43 años no logró publicar su primer libro.
Además de Me llamo Lucy Barton (2016), ha firmado las novelas: Amy e Isabelle (1998), Abide With Me (2006), Los hermanos Burgess (2013), que será llevada a la televisión por Robert Redford, y Olive Kitteridge, por la que conquistó el premio Pulitzer en 2009. Esta obra fue convertida en serie por HBO y ganó 8 premios Emmy en 2015
jueves, 15 de septiembre de 2016
China: advertencia preocupante
Editorial de La Jornada (México)
05.09.2016
En su discurso de la reunión cumbre del grupo de las mayores economías del planeta (G-20), inaugurada ayer en la ciudad de Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, advirtió sobre los peligros que enfrenta la economía mundial, la insuficiencia del crecimiento global, la depresión de la demanda y la inversión y la persistente volatilidad de los mercados financieros, y destacó, asimismo, el escaso dinamismo de los intercambios comerciales y el brote de tendencias proteccionistas. Tales factores, indicó el anfitrión de dos decenas de jefes de Estado y de gobierno allí reunidos, colocan la economía mundial en “un punto crítico”. El presidente chino dijo que se ha agotado el impulso generado por la anterior ola de avances tecnológicos, que el envejecimiento de la población constituye una presión sobre la economía y los progresos logrados en materia de regulación no han disipado el riesgo de burbujas financieras como las que estallaron en 2008 y llevaron a la economía del mundo a un estadio cercano a la recesión.
Los señalamientos de Xi tienen tras de sí el peso descomunal y creciente de la economía de su país en el mundo, porque, por su posición como exportador, importador, inversionista, mercado y creciente centro de desarrollo tecnológico sitial, el gigante oriental tiene una percepción privilegiada de las tendencias comerciales, industriales y financieras y de su evolución.
El peligro de una nueva crisis mundial es, hoy, más acuciante que en la década pasada. Debe recordarse que para enfrentar la turbulencia de 2008 muchos gobiernos hicieron ajustes estructurales que significaron pérdida de empleos, beneficios sociales y condiciones de vida, y una nueva crisis encontraría a grandes sectores de la población en situación de extremada vulnerabilidad, y ello no sólo ocurre en países declaradamente pobres o en los que, como el nuestro, suelen ser incluidos por funcionarios financieros internacionales en la categoría de las “economías emergentes”, sino también en la Europa mediterránea –Francia, Italia, España, Grecia– e incluso en Estados Unidos, donde persisten inocultables bolsones de pobreza y marginación. Y un impacto recesivo en tales circunstancias podría multiplicar a su vez los conflictos sociales y los riesgos de ingobernabilidad en diversas naciones. Debiera resultar obvio para los gobernantes que este desafío debería tener como respuesta no los tradicionales “blindajes financieros”, que garantizan la pervivencia de las grandes corporaciones financieras y comerciales, sino una suerte de blindaje social que minimizara los riesgos de una brusca caída en los niveles de vida de la población.
ATTAC España
http://www.attac.es/2016/09/10/china-advertencia-preocupante/
05.09.2016
En su discurso de la reunión cumbre del grupo de las mayores economías del planeta (G-20), inaugurada ayer en la ciudad de Hangzhou, el presidente chino, Xi Jinping, advirtió sobre los peligros que enfrenta la economía mundial, la insuficiencia del crecimiento global, la depresión de la demanda y la inversión y la persistente volatilidad de los mercados financieros, y destacó, asimismo, el escaso dinamismo de los intercambios comerciales y el brote de tendencias proteccionistas. Tales factores, indicó el anfitrión de dos decenas de jefes de Estado y de gobierno allí reunidos, colocan la economía mundial en “un punto crítico”. El presidente chino dijo que se ha agotado el impulso generado por la anterior ola de avances tecnológicos, que el envejecimiento de la población constituye una presión sobre la economía y los progresos logrados en materia de regulación no han disipado el riesgo de burbujas financieras como las que estallaron en 2008 y llevaron a la economía del mundo a un estadio cercano a la recesión.
Los señalamientos de Xi tienen tras de sí el peso descomunal y creciente de la economía de su país en el mundo, porque, por su posición como exportador, importador, inversionista, mercado y creciente centro de desarrollo tecnológico sitial, el gigante oriental tiene una percepción privilegiada de las tendencias comerciales, industriales y financieras y de su evolución.
El peligro de una nueva crisis mundial es, hoy, más acuciante que en la década pasada. Debe recordarse que para enfrentar la turbulencia de 2008 muchos gobiernos hicieron ajustes estructurales que significaron pérdida de empleos, beneficios sociales y condiciones de vida, y una nueva crisis encontraría a grandes sectores de la población en situación de extremada vulnerabilidad, y ello no sólo ocurre en países declaradamente pobres o en los que, como el nuestro, suelen ser incluidos por funcionarios financieros internacionales en la categoría de las “economías emergentes”, sino también en la Europa mediterránea –Francia, Italia, España, Grecia– e incluso en Estados Unidos, donde persisten inocultables bolsones de pobreza y marginación. Y un impacto recesivo en tales circunstancias podría multiplicar a su vez los conflictos sociales y los riesgos de ingobernabilidad en diversas naciones. Debiera resultar obvio para los gobernantes que este desafío debería tener como respuesta no los tradicionales “blindajes financieros”, que garantizan la pervivencia de las grandes corporaciones financieras y comerciales, sino una suerte de blindaje social que minimizara los riesgos de una brusca caída en los niveles de vida de la población.
ATTAC España
http://www.attac.es/2016/09/10/china-advertencia-preocupante/
miércoles, 14 de septiembre de 2016
El matemático que pasó su vida buscando el 0 [cero]. Se publica en español el relato de cómo Amir Aczel encontró el origen del “mayor logro intelectual de la mente humana”
Durante su infancia, Amir Aczel pasó largas temporadas viajando por el Mediterráneo en el crucero del que su padre era capitán. Quedó fascinado por los números actuales cuando los vio girando en las ruletas del casino de Montecarlo. Gracias a esos viajes también conoció de primera mano los numerales griegos y romanos, basados en letras y en los que no existe el cero.
Este número es “el mayor logro intelectual de la mente humana”, argumenta Aczel en su libro En busca del cero: la odisea de un matemático para revelar el origen de los números (Biblioteca Buridán), que se acaba de publicar en español. Por un lado hace posible la aritmética compleja, el manejo de números muy grandes basados en una sencilla estructura cíclica donde el cero funciona como un marcador de posición. No es casualidad, escribe, que los humanos tengamos diez dedos y usemos un sistema de numeración decimal para contar. “Dado que también tenemos diez dedos en los pies, las sociedades primitivas también los utilizaron para contar más allá de 10”, escribe Aczel. Aún quedan vestigios de ello, como la forma en que cuentan los franceses (80 se pronuncia quatre-vingt, cuatro veces veinte). El libro de Aczel, resultado de una investigación de años, es la búsqueda de respuesta a una pregunta aparentemente sencilla: ¿quién inventó el cero?
Hasta hace menos de un siglo se supuso que el cero era un invento europeo o árabe. Aczel piensa que eso se debe en parte a cierto egocentrismo de los occidentales y su desprecio a los expertos que aseguran que en Asia se manejaban conceptos fundamentales de las matemáticas como el cero o el infinito siglos antes que en Europa. De hecho el cero más antiguo conocido es el de Gwalior, en India. Allí, un relieve en el templo de Chatur-Buja deja claro que el recinto tiene “270 hastas (una medida de longitud)”. Todo apunta a que el cero es un invento indio. Pero el edificio data del siglo IX. Como en aquella época hubo un amplio contacto comercial entre el mundo árabe, el europeo y el asiático, la escritura no es lo suficientemente antigua como para demostrar que la cifra se inventó en la India y no en Europa, decían los expertos occidentales. En parte se alimentaban de un sentimiento “anti-oriental” que abundaba la comunidad académica británica en los tiempos de la dominación colonial de la India.
La historia cambió para siempre en 1931, cuando George Coedès, un arqueólogo francés experto en el idioma jemer de Camboya, publicó la traducción de una inscripción en piedra catalogada con el número K-127. La habían encontrado cuatro décadas antes en un templo en el Sambor del río Mekong. La inscripción estaba casi intacta y fechada con la frase: “la era çaka ha llegado al año 605 el quinto día de la luna menguante”. Coedès fue consciente enseguida de que había encontrado algo histórico, pues la fecha correspondía al año 678 de nuestra era. Era el cero más antiguo conocido y la prueba de que esa cifra se había inventado en Asia, escribe Aczel.
Desgraciadamente, ese país fue, décadas después, víctima de los jemeres rojos de Pol Pot, una de las peores dictaduras comunistas de la historia que acabó con una cuarta parte de la población del país. Los jemeres también destruyeron más de 10.000 objetos arqueológicos. Tras su llegada al poder, la piedra K-127 y su valioso contenido quedaron perdidos.
Aczel dedicó varios años a la búsqueda de esa inscripción. También exploró la idea del cero y llegó a la conclusión de que surge de la mezcla de matemáticas, religión y sexo, tres conceptos que en Oriente han convivido durante siglos. El cero puede tener su origen en la nada que buscan los budistas, el Nirvana. Y en los antiguos templos hindúes las matemáticas están presentes en forma de cuadrados perfectos tallados en la piedra que conviven con cientos de esculturas de hombres y mujeres teniendo sexo en todas las posturas imaginables.
Aczel no es el único que mantiene estas conexiones. En su libro también recoge la visión de su amigo Jacob Meskin, doctorado en la Universidad de Princeton (EE UU), y que conecta con otro valor clave del cero: servir de frontera entre los números negativos y los positivos. “Sin vacío no podría haber movimiento; sin el cero no habría números. ¿Nos atrevemos a aventurar la conjetura (a estas alturas obvia) de que el cero es (en cierto modo) el principio del útero, la vagina, y que los números, es decir, las cantidades numéricas, por oposición al cero, son el principio del falo? ¿Acaso la enumeración, la medición, incluso el tic-tac de un contador Geiger o de un dispositivo digital, no son un eco del coito, en el que los números se mueven de un lado a otro en un campo abierto a su ir y venir solo gracias a la bendición de una vacuidad receptiva y envolvente dispuesta a recibirlos?”.
En 2013, tras años de viajes a Tailandia, Laos, Camboya y otros países, después de entrevistarse con traficantes de arte, exploradores, políticos y víctimas de la dictadura de los jemeres, Aczel encontró la inscripción perdida. Estaba en un cochambroso almacén del gobierno camboyano cercano a Angkor Wat, el templo más grande del mundo. La piedra con el grabado era una entre cientos de piezas descatalogadas, almacenadas junto a montones de brazos, piernas y cabezas de estatuas centenarias que los jemeres habían amputado. Cuatro décadas después, Aczel la sacó del olvido. Este resto arqueológico era la prueba, junto a otra similar pero algo posterior encontrada en Indonesia, de que el cero se originó en Oriente, escribe.
Como un Indiana Jones de los números, describe vivamente el momento en el que reencontró la valiosa pieza. “Examiné la parte frontal de aquella losa de piedra de color rojo, y allí estaba; reconocí los numerales jemer: 605. El cero era un punto, el primer cero conocido ¿Era realmente aquel? Lo leí de nuevo. La inscripción era notablemente clara. Me quedé contemplándola, eufórico. Quería tocarla pero no me atrevía. Era una pieza sólida de piedra tallada que había resistido los estragos de trece siglos y seguía siendo tan legible y clara, y con una superficie tan brillante como siempre. Pero a mí me parecía frágil y delicada; tenía la sensación de que era tan valiosa que casi contenía el aliento al respirar para no estropearla. Pensé que tal vez era una especie de espejismo y que si lo tocaba se desvanecería. ¡Había trabajado tanto para encontrarla! Este es el Santo Grial de las matemáticas, me dije. Y lo he encontrado yo”.
Aczel consiguió que el Gobierno camboyano se comprometiera a llevar el objeto al Museo Nacional del país, en Nom Pen, donde sería exhibido con una detallada descripción de su valor escrita por él mismo.
El 26 de noviembre de 2015, a los 65 años, meses después de publicar este libro, y tras haber dedicado buena parte de su carrera a la arqueología de las matemáticas y la divulgación (su libro más famoso es El último teorema de Fermat), Aczel murió de cáncer.
http://elpais.com/elpais/2016/09/09/ciencia/1473436052_073929.html?rel=lom
El relieve del siglo VII con la cifra 605 en idioma jemer destacada
Este número es “el mayor logro intelectual de la mente humana”, argumenta Aczel en su libro En busca del cero: la odisea de un matemático para revelar el origen de los números (Biblioteca Buridán), que se acaba de publicar en español. Por un lado hace posible la aritmética compleja, el manejo de números muy grandes basados en una sencilla estructura cíclica donde el cero funciona como un marcador de posición. No es casualidad, escribe, que los humanos tengamos diez dedos y usemos un sistema de numeración decimal para contar. “Dado que también tenemos diez dedos en los pies, las sociedades primitivas también los utilizaron para contar más allá de 10”, escribe Aczel. Aún quedan vestigios de ello, como la forma en que cuentan los franceses (80 se pronuncia quatre-vingt, cuatro veces veinte). El libro de Aczel, resultado de una investigación de años, es la búsqueda de respuesta a una pregunta aparentemente sencilla: ¿quién inventó el cero?
Hasta hace menos de un siglo se supuso que el cero era un invento europeo o árabe. Aczel piensa que eso se debe en parte a cierto egocentrismo de los occidentales y su desprecio a los expertos que aseguran que en Asia se manejaban conceptos fundamentales de las matemáticas como el cero o el infinito siglos antes que en Europa. De hecho el cero más antiguo conocido es el de Gwalior, en India. Allí, un relieve en el templo de Chatur-Buja deja claro que el recinto tiene “270 hastas (una medida de longitud)”. Todo apunta a que el cero es un invento indio. Pero el edificio data del siglo IX. Como en aquella época hubo un amplio contacto comercial entre el mundo árabe, el europeo y el asiático, la escritura no es lo suficientemente antigua como para demostrar que la cifra se inventó en la India y no en Europa, decían los expertos occidentales. En parte se alimentaban de un sentimiento “anti-oriental” que abundaba la comunidad académica británica en los tiempos de la dominación colonial de la India.
La historia cambió para siempre en 1931, cuando George Coedès, un arqueólogo francés experto en el idioma jemer de Camboya, publicó la traducción de una inscripción en piedra catalogada con el número K-127. La habían encontrado cuatro décadas antes en un templo en el Sambor del río Mekong. La inscripción estaba casi intacta y fechada con la frase: “la era çaka ha llegado al año 605 el quinto día de la luna menguante”. Coedès fue consciente enseguida de que había encontrado algo histórico, pues la fecha correspondía al año 678 de nuestra era. Era el cero más antiguo conocido y la prueba de que esa cifra se había inventado en Asia, escribe Aczel.
Desgraciadamente, ese país fue, décadas después, víctima de los jemeres rojos de Pol Pot, una de las peores dictaduras comunistas de la historia que acabó con una cuarta parte de la población del país. Los jemeres también destruyeron más de 10.000 objetos arqueológicos. Tras su llegada al poder, la piedra K-127 y su valioso contenido quedaron perdidos.
Aczel dedicó varios años a la búsqueda de esa inscripción. También exploró la idea del cero y llegó a la conclusión de que surge de la mezcla de matemáticas, religión y sexo, tres conceptos que en Oriente han convivido durante siglos. El cero puede tener su origen en la nada que buscan los budistas, el Nirvana. Y en los antiguos templos hindúes las matemáticas están presentes en forma de cuadrados perfectos tallados en la piedra que conviven con cientos de esculturas de hombres y mujeres teniendo sexo en todas las posturas imaginables.
Aczel no es el único que mantiene estas conexiones. En su libro también recoge la visión de su amigo Jacob Meskin, doctorado en la Universidad de Princeton (EE UU), y que conecta con otro valor clave del cero: servir de frontera entre los números negativos y los positivos. “Sin vacío no podría haber movimiento; sin el cero no habría números. ¿Nos atrevemos a aventurar la conjetura (a estas alturas obvia) de que el cero es (en cierto modo) el principio del útero, la vagina, y que los números, es decir, las cantidades numéricas, por oposición al cero, son el principio del falo? ¿Acaso la enumeración, la medición, incluso el tic-tac de un contador Geiger o de un dispositivo digital, no son un eco del coito, en el que los números se mueven de un lado a otro en un campo abierto a su ir y venir solo gracias a la bendición de una vacuidad receptiva y envolvente dispuesta a recibirlos?”.
En 2013, tras años de viajes a Tailandia, Laos, Camboya y otros países, después de entrevistarse con traficantes de arte, exploradores, políticos y víctimas de la dictadura de los jemeres, Aczel encontró la inscripción perdida. Estaba en un cochambroso almacén del gobierno camboyano cercano a Angkor Wat, el templo más grande del mundo. La piedra con el grabado era una entre cientos de piezas descatalogadas, almacenadas junto a montones de brazos, piernas y cabezas de estatuas centenarias que los jemeres habían amputado. Cuatro décadas después, Aczel la sacó del olvido. Este resto arqueológico era la prueba, junto a otra similar pero algo posterior encontrada en Indonesia, de que el cero se originó en Oriente, escribe.
Como un Indiana Jones de los números, describe vivamente el momento en el que reencontró la valiosa pieza. “Examiné la parte frontal de aquella losa de piedra de color rojo, y allí estaba; reconocí los numerales jemer: 605. El cero era un punto, el primer cero conocido ¿Era realmente aquel? Lo leí de nuevo. La inscripción era notablemente clara. Me quedé contemplándola, eufórico. Quería tocarla pero no me atrevía. Era una pieza sólida de piedra tallada que había resistido los estragos de trece siglos y seguía siendo tan legible y clara, y con una superficie tan brillante como siempre. Pero a mí me parecía frágil y delicada; tenía la sensación de que era tan valiosa que casi contenía el aliento al respirar para no estropearla. Pensé que tal vez era una especie de espejismo y que si lo tocaba se desvanecería. ¡Había trabajado tanto para encontrarla! Este es el Santo Grial de las matemáticas, me dije. Y lo he encontrado yo”.
Aczel consiguió que el Gobierno camboyano se comprometiera a llevar el objeto al Museo Nacional del país, en Nom Pen, donde sería exhibido con una detallada descripción de su valor escrita por él mismo.
El 26 de noviembre de 2015, a los 65 años, meses después de publicar este libro, y tras haber dedicado buena parte de su carrera a la arqueología de las matemáticas y la divulgación (su libro más famoso es El último teorema de Fermat), Aczel murió de cáncer.
http://elpais.com/elpais/2016/09/09/ciencia/1473436052_073929.html?rel=lom
El relieve del siglo VII con la cifra 605 en idioma jemer destacada
martes, 13 de septiembre de 2016
Si tu hijo no habla, que baile o haga garabatos. La psicoterapia a través del arte potencia la expresión de los sentimientos y pensamientos de los niños. La danza es el arte que más les ayuda
La terapia a través del arte es un tratamiento que, ya sea mediante las artes plásticas, tales como la pintura, escultura, fotografía, o cualquier expresión corpórea como la danza, mejora la salud emocional de los niños y, en especial, la de los niños con necesidades especiales.
Pintar en un bloc de dibujo, bailar o escribir, son actividades que no solo se usan con fines educativos o de ocio, sino que resultan muy efectivos para aliviar tensiones e incluso como terapias alternativas para niños con algún trauma leve o con algún tipo de discapacidad intelectual o motora. Numerosos estudios señalan que el arte afecta al sistema nervioso autónomo, al equilibrio hormonal y a los neurotransmisores cerebrales, y que produce cambios en la actitud, en el estado emocional y en la percepción del dolor, tanto en niños como en adultos.
Según Mary-Rose Brady directora de la Asociación Británica de terapeutas de arte, los niños tan pequeños no son capaces de ponerle nombre a sus sentimientos. “Las terapias a través del arte pueden proporcionar alivio a niños cuya opción anterior es el llanto o los ataques de ira en respuesta a sentimientos abrumadores”. Los materiales que utilizan, no solo se pueden emplear como herramientas de juego, sino que resultan clave para que puedan expresarse. “Los instrumentos de arte sirven para que los niños puedan exteriorizar sus emociones perturbadoras o confusas, darles forma y que les permita efectuar conexiones entre pensamientos, sentimientos y comportamientos, tal vez por primera vez”, añade la experta.
Un estudio realizado el año pasado por la Universidad de Montana y el Art as Mean for Increasing Confidence (AMIC) concluía que las artes expresivas como la danza, el teatro o la música, aumentan considerablemente la confianza de los niños.
La danza, el arte que más ayuda
Por otro lado, la danza es la expresión artística de la que se obtienen mejores resultados cuando se usa como terapia. La Fundación Psicoballet Maite León, por ejemplo, se creó a raíz de la discapacidad intelectual que padece una de las hijas de Maite, la que fuera fundadora del centro de danza clásica del mismo nombre en Madrid. “Mi madre fundó el centro de danza y aplicó todos sus conocimientos como bailarina a raíz de la discapacidad intelectual de mi hermana”, explica.
Al parecer los médicos no le ofrecían muchas esperanzas en cuanto a calidad de vida. “Mi madre intentó mejorar su motricidad sobre la base de sus conocimientos, a través de la danza. Tras ver la evolución de mi hermana decidió formar un grupo de trabajo formado por artistas, psicólogos y médicos con el fin de que estos avances no se quedaran únicamente en ella, sino que también pudieran beneficiar a otras personas”, explica Gabriella.
La Fundación PsicoBallet forma a actores y bailarines con discapacidades físicas, sensoriales, intelectuales y de desarrollo. Los alumnos reciben su formación desde el punto de vista la creatividad y la innovación. Para ello, partiendo de una formación escénica en danza, teatro, música o maquillaje, utilizan las capacidades de cada alumno y su motivación para ir construyendo su propio camino de aprendizaje. La finalidad de esta formación es, entre otras, la mejora de su calidad de vida y la demostración de sus capacidades a través de los distintos espectáculos que recorren los escenarios. La FPBML apuesta por la integración de cuerpos y mentes diversas como forma de expresión enriquecedora y múltiple y por ello en sus espectáculos buscan la armonía y la fusión de personas muy distintas entre sí.
“Gracias a la danza, se producen mejoras en las habilidades sociales como un mayor autocontrol, autonomía, responsabilidad y capacidad para trabajar en grupo. Con el baile aumentan sus capacidades artísticas, de creación, imaginación o expresión y sus habilidades motrices, de coordinación y de aprendizaje, concluye Gabriela.
Terapia de juego versus terapia de arte
En este tipo de terapias, no es necesario saber dibujar para expresar en un papel lo que llevas dentro, sobre todo los niños. Y es que la terapia infantil se confunde, en ocasiones, con la terapia a través del juego. Los terapeutas de arte que trabajan con niños incluyen actividades basadas en los juegos (muñecos, juguetes, accesorios, etc.…) pero, la toma de arte en el contexto de la terapia es una experiencia un poco diferente del juego, ya que fomenta la creación de un producto tangible.
Diego Rodríguez es maestro de Pedagogía Terapéutica (PT) en el colegio CEIP Joaquín Costa de Alcorcón y utiliza en sus clases herramientas artísticas como el dibujo de láminas de obras de arte. “Los niños dibujan, pintan y colorean para estimular el lenguaje y aumentar sus capacidades de expresión. Aparte de estas técnicas, usamos el juego dramático para trabajar las habilidades sociales, el conocimiento de las emociones y la empatía. En los colegios se usan muchas técnicas artísticas enfocadas tanto al alumnado con necesidades especiales como para todos los niños en general”, nos comenta Diego.
A los niños con habilidades lingüísticas limitadas les resulta más complicado expresar sus sentimientos. De hecho, se puede convertir en una tarea muy complicada. Laura Donis es terapeuta y coordinadora desde hace más de tres años del proyecto Empower Parents, una red de más de 20 familias con niños y niñas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). “El arte es transformador para todos pero sobre todo en aquellos casos en los que se convierte en un medio que facilita la comunicación y la expresión. Buscamos que los niños sean conscientes de su propio proceso de trabajo, que lo disfruten y que la actividad artística sirva para desarrollar sus habilidades sociales, resolver algún tipo de conflicto, etc.…”, comenta Laura.
Para Sandra Gutiérrez, Historiadora del Arte y educadora de museos desde hace más de 10 años, fomentar el arte en la edad temprana permite potenciar el pensamiento creativo, reflexivo y crítico de los niños. “Los niños que realizan actividades artísticas desde la infancia obtienen diversos beneficios físicos y emocionales”. “Con los talleres artísticos, los niños, expresan sus gustos, sentimientos y frustraciones. Es una herramienta idónea de aprendizaje que estimula la capacidad de crear e innovar”, añade.
Actualmente, Sandra trabaja como educadora en el Espacio de la Fundación Telefónica en Madrid donde, en ocasiones, realizan programas para acercar el arte a las personas con dependencia y necesidades especiales. “Estuvimos en las Aulas Hospitalarias del Hospital 12 de Octubre de Madrid, con el objetivo de acercar nuestro Patrimonio Histórico-Tecnológico como un medio posible para subvertir el malestar en bienestar y mejorar la estancia de los niños ingresados. En esta actividad participan familiares y personal hospitalario con el fin de normalizar todo lo que rodea a los niños”, nos explica Sandra.
Son muchas las instituciones que integran en sus programas las terapias a través del arte para niños con o sin problemas. Por ejemplo, el Hospital de la Paz tiene un programa de musicoterapia para niños, la Universidad Autónoma de Madrid cuenta con un máster propio en Musicoterapia. La Once también cuenta con un programa de Musicoterapia para ciegos y en la Universidad de Alcalá ofrecen un programa exclusivo de música para ciegos en el que pasan las partituras a braille.
http://elpais.com/elpais/2016/06/27/actualidad/1467014418_832066.html
Pintar en un bloc de dibujo, bailar o escribir, son actividades que no solo se usan con fines educativos o de ocio, sino que resultan muy efectivos para aliviar tensiones e incluso como terapias alternativas para niños con algún trauma leve o con algún tipo de discapacidad intelectual o motora. Numerosos estudios señalan que el arte afecta al sistema nervioso autónomo, al equilibrio hormonal y a los neurotransmisores cerebrales, y que produce cambios en la actitud, en el estado emocional y en la percepción del dolor, tanto en niños como en adultos.
Según Mary-Rose Brady directora de la Asociación Británica de terapeutas de arte, los niños tan pequeños no son capaces de ponerle nombre a sus sentimientos. “Las terapias a través del arte pueden proporcionar alivio a niños cuya opción anterior es el llanto o los ataques de ira en respuesta a sentimientos abrumadores”. Los materiales que utilizan, no solo se pueden emplear como herramientas de juego, sino que resultan clave para que puedan expresarse. “Los instrumentos de arte sirven para que los niños puedan exteriorizar sus emociones perturbadoras o confusas, darles forma y que les permita efectuar conexiones entre pensamientos, sentimientos y comportamientos, tal vez por primera vez”, añade la experta.
Un estudio realizado el año pasado por la Universidad de Montana y el Art as Mean for Increasing Confidence (AMIC) concluía que las artes expresivas como la danza, el teatro o la música, aumentan considerablemente la confianza de los niños.
La danza, el arte que más ayuda
Por otro lado, la danza es la expresión artística de la que se obtienen mejores resultados cuando se usa como terapia. La Fundación Psicoballet Maite León, por ejemplo, se creó a raíz de la discapacidad intelectual que padece una de las hijas de Maite, la que fuera fundadora del centro de danza clásica del mismo nombre en Madrid. “Mi madre fundó el centro de danza y aplicó todos sus conocimientos como bailarina a raíz de la discapacidad intelectual de mi hermana”, explica.
Al parecer los médicos no le ofrecían muchas esperanzas en cuanto a calidad de vida. “Mi madre intentó mejorar su motricidad sobre la base de sus conocimientos, a través de la danza. Tras ver la evolución de mi hermana decidió formar un grupo de trabajo formado por artistas, psicólogos y médicos con el fin de que estos avances no se quedaran únicamente en ella, sino que también pudieran beneficiar a otras personas”, explica Gabriella.
La Fundación PsicoBallet forma a actores y bailarines con discapacidades físicas, sensoriales, intelectuales y de desarrollo. Los alumnos reciben su formación desde el punto de vista la creatividad y la innovación. Para ello, partiendo de una formación escénica en danza, teatro, música o maquillaje, utilizan las capacidades de cada alumno y su motivación para ir construyendo su propio camino de aprendizaje. La finalidad de esta formación es, entre otras, la mejora de su calidad de vida y la demostración de sus capacidades a través de los distintos espectáculos que recorren los escenarios. La FPBML apuesta por la integración de cuerpos y mentes diversas como forma de expresión enriquecedora y múltiple y por ello en sus espectáculos buscan la armonía y la fusión de personas muy distintas entre sí.
“Gracias a la danza, se producen mejoras en las habilidades sociales como un mayor autocontrol, autonomía, responsabilidad y capacidad para trabajar en grupo. Con el baile aumentan sus capacidades artísticas, de creación, imaginación o expresión y sus habilidades motrices, de coordinación y de aprendizaje, concluye Gabriela.
Terapia de juego versus terapia de arte
En este tipo de terapias, no es necesario saber dibujar para expresar en un papel lo que llevas dentro, sobre todo los niños. Y es que la terapia infantil se confunde, en ocasiones, con la terapia a través del juego. Los terapeutas de arte que trabajan con niños incluyen actividades basadas en los juegos (muñecos, juguetes, accesorios, etc.…) pero, la toma de arte en el contexto de la terapia es una experiencia un poco diferente del juego, ya que fomenta la creación de un producto tangible.
Diego Rodríguez es maestro de Pedagogía Terapéutica (PT) en el colegio CEIP Joaquín Costa de Alcorcón y utiliza en sus clases herramientas artísticas como el dibujo de láminas de obras de arte. “Los niños dibujan, pintan y colorean para estimular el lenguaje y aumentar sus capacidades de expresión. Aparte de estas técnicas, usamos el juego dramático para trabajar las habilidades sociales, el conocimiento de las emociones y la empatía. En los colegios se usan muchas técnicas artísticas enfocadas tanto al alumnado con necesidades especiales como para todos los niños en general”, nos comenta Diego.
A los niños con habilidades lingüísticas limitadas les resulta más complicado expresar sus sentimientos. De hecho, se puede convertir en una tarea muy complicada. Laura Donis es terapeuta y coordinadora desde hace más de tres años del proyecto Empower Parents, una red de más de 20 familias con niños y niñas con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA). “El arte es transformador para todos pero sobre todo en aquellos casos en los que se convierte en un medio que facilita la comunicación y la expresión. Buscamos que los niños sean conscientes de su propio proceso de trabajo, que lo disfruten y que la actividad artística sirva para desarrollar sus habilidades sociales, resolver algún tipo de conflicto, etc.…”, comenta Laura.
Para Sandra Gutiérrez, Historiadora del Arte y educadora de museos desde hace más de 10 años, fomentar el arte en la edad temprana permite potenciar el pensamiento creativo, reflexivo y crítico de los niños. “Los niños que realizan actividades artísticas desde la infancia obtienen diversos beneficios físicos y emocionales”. “Con los talleres artísticos, los niños, expresan sus gustos, sentimientos y frustraciones. Es una herramienta idónea de aprendizaje que estimula la capacidad de crear e innovar”, añade.
Actualmente, Sandra trabaja como educadora en el Espacio de la Fundación Telefónica en Madrid donde, en ocasiones, realizan programas para acercar el arte a las personas con dependencia y necesidades especiales. “Estuvimos en las Aulas Hospitalarias del Hospital 12 de Octubre de Madrid, con el objetivo de acercar nuestro Patrimonio Histórico-Tecnológico como un medio posible para subvertir el malestar en bienestar y mejorar la estancia de los niños ingresados. En esta actividad participan familiares y personal hospitalario con el fin de normalizar todo lo que rodea a los niños”, nos explica Sandra.
Son muchas las instituciones que integran en sus programas las terapias a través del arte para niños con o sin problemas. Por ejemplo, el Hospital de la Paz tiene un programa de musicoterapia para niños, la Universidad Autónoma de Madrid cuenta con un máster propio en Musicoterapia. La Once también cuenta con un programa de Musicoterapia para ciegos y en la Universidad de Alcalá ofrecen un programa exclusivo de música para ciegos en el que pasan las partituras a braille.
http://elpais.com/elpais/2016/06/27/actualidad/1467014418_832066.html
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lunes, 12 de septiembre de 2016
Ni cura ni mártir de la Guerra Civil, era un miliciano comunista
La foto del joven sacerdote que sonríe momentos antes de ser fusilado es una foto icónica de la Guerra Civil, el reverso de la del miliciano caído de Capa. Pero es falsa
Aquella imagen de un sacerdote que sonreía "instantes antes de ser fusilado" por las tropas republicanas el 13 de septiembre de 1936 en Siétamo (Huesca) se convirtió en una foto icónica de la Guerra Civil, el símbolo equivalente para la Iglesia de la del miliciano caído de Robert Capa. Se identificó al apuesto cura de pelo alborotado que encaraba la muerte sin miedo como Martín Martínez Pascual, se imprimió su foto en miles de estampitas, en portadas de libros, se firmaron reconstrucciones de su muerte y su historia llenó páginas y más páginas hagiográficas. Pero todo era un error.
La foto la había hecho el fotoperiodista alemán Hans Gutmann, que castellanizó su nombre como Juan Guzmán al llegar a España con las Brigadas Internacionales y fue autor de otras célebres instantáneas, como la de la miliciana María Ginesta. En 1986, la agencia EFE compró su archivo y en él apareció la imagen, iniciándose entonces su explosiva difusión. Identificado rápidamente como Martín Martínez Pascual, párroco fusilado a los 25 años y beatificado como mártir de la Guerra Civil el 1 de octubre de 1995. Pero algunas voces dudaron desde el principio de la datación y señalaron que Martínez Pascual había muerto en Valdealgorfa, Teruel, mientras que la foto estaba datada en Siétamo, Huesca.
'Live Souls', un libro recién publicado con imágenes nunca antes vistas tomadas por el voluntario inglés Alec Wainman, acaba de confirmar esas dudas. En una de las fotografías que recoge se ve al mismo barbudo 36 días después en el sitio de Huesca, con mono de miliciano y cartuchera al cinto, conversando animadamente con sus compañeros que, por el lugar en el que se encuentran, debían ser milicianos del PSUC y de la centuria Thaelmann, compuesta por comunistas alemanes.
Qué había ocurrido? No es necesario pensar en una falsificación, lo más probable es que el fotógrafo Hans Gutmann se equivocara al datar la foto. Ernest Alós explica en 'El Periódico' que, al consultar a la Agencia EFE, esta última versión les parecía la más probable: "Cada rollo de película de Guzmán iba acompañado de un papelito con algunas indicaciones sobre el contenido del reportaje. Es muy posible que la descripción de una foto se adjudicase a otra del mismo rollo. Aunque en esa fecha y lugar, tras examinar los expedientes de la Causa General de las localidades de los alrededores, no consta ningún asesinato de sacerdote. Quizá Gutmann confundió la situación, o quizá la nota corresponde a otro momento, o al escribirla años más tarde en México la memoria le falló y les complicó la vida a quienes acabaron poniendo orden en su archivo".
Así pues, es cierto que el cura Martín Martínez Pascual fue fusilado en la Guerra Civil, pero es imposible que fuera aquel mozo barbado que sonreía a la cámara en la imagen captada por Juan Guzmán. Esa imagen, objeto de tantas plegarias y rezos, es probablemente la de un miliciano comunista.
http://www.elconfidencial.com/cultura/2016-09-06/ni-cura-ni-martir-miliciano-comunista-martin-martinez-pascual_1255883/?utm_campaign=BotoneraWebapp&utm_source=facebook&utm_medium=social
Aquella imagen de un sacerdote que sonreía "instantes antes de ser fusilado" por las tropas republicanas el 13 de septiembre de 1936 en Siétamo (Huesca) se convirtió en una foto icónica de la Guerra Civil, el símbolo equivalente para la Iglesia de la del miliciano caído de Robert Capa. Se identificó al apuesto cura de pelo alborotado que encaraba la muerte sin miedo como Martín Martínez Pascual, se imprimió su foto en miles de estampitas, en portadas de libros, se firmaron reconstrucciones de su muerte y su historia llenó páginas y más páginas hagiográficas. Pero todo era un error.
La foto la había hecho el fotoperiodista alemán Hans Gutmann, que castellanizó su nombre como Juan Guzmán al llegar a España con las Brigadas Internacionales y fue autor de otras célebres instantáneas, como la de la miliciana María Ginesta. En 1986, la agencia EFE compró su archivo y en él apareció la imagen, iniciándose entonces su explosiva difusión. Identificado rápidamente como Martín Martínez Pascual, párroco fusilado a los 25 años y beatificado como mártir de la Guerra Civil el 1 de octubre de 1995. Pero algunas voces dudaron desde el principio de la datación y señalaron que Martínez Pascual había muerto en Valdealgorfa, Teruel, mientras que la foto estaba datada en Siétamo, Huesca.
'Live Souls', un libro recién publicado con imágenes nunca antes vistas tomadas por el voluntario inglés Alec Wainman, acaba de confirmar esas dudas. En una de las fotografías que recoge se ve al mismo barbudo 36 días después en el sitio de Huesca, con mono de miliciano y cartuchera al cinto, conversando animadamente con sus compañeros que, por el lugar en el que se encuentran, debían ser milicianos del PSUC y de la centuria Thaelmann, compuesta por comunistas alemanes.
Qué había ocurrido? No es necesario pensar en una falsificación, lo más probable es que el fotógrafo Hans Gutmann se equivocara al datar la foto. Ernest Alós explica en 'El Periódico' que, al consultar a la Agencia EFE, esta última versión les parecía la más probable: "Cada rollo de película de Guzmán iba acompañado de un papelito con algunas indicaciones sobre el contenido del reportaje. Es muy posible que la descripción de una foto se adjudicase a otra del mismo rollo. Aunque en esa fecha y lugar, tras examinar los expedientes de la Causa General de las localidades de los alrededores, no consta ningún asesinato de sacerdote. Quizá Gutmann confundió la situación, o quizá la nota corresponde a otro momento, o al escribirla años más tarde en México la memoria le falló y les complicó la vida a quienes acabaron poniendo orden en su archivo".
Así pues, es cierto que el cura Martín Martínez Pascual fue fusilado en la Guerra Civil, pero es imposible que fuera aquel mozo barbado que sonreía a la cámara en la imagen captada por Juan Guzmán. Esa imagen, objeto de tantas plegarias y rezos, es probablemente la de un miliciano comunista.
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António Zambujo. “Cantar no es gritar” Hombre de voz extraordinaria, se ha convertido en el gran renovador de la música portuguesa
Lo observo a distancia, mientras desciendo por la Rua das Gaveas bajo el sol ardiente que ha castigado este verano a los lisboetas, poco acostumbrados al calor sin tregua. Lo veo fumándose un cigarrillo, haciendo tiempo entre la comida y nuestro encuentro, y siento una emoción juvenil por encontrarme con alguien que me ha proporcionado esos momentos de alegría íntima que solo la música provoca. António Zambujo, atractivo, de mirada dulce y voz extraordinaria, es el joven que ha renovado la música portuguesa, algo parecido a lo que representara Joao Gilberto para la bossa nova o Chet Baker en el jazz. Ha sido bendecido por Caetano Veloso: "La voz de Zambujo produce escalofríos y hace llorar". En España tiene un público fiel pero aún no tan numeroso como en Europa o Brasil, lo que debería hacernos reflexionar sobre la extraña lejanía entre vecinos. Portugal es destino turístico de numerosos españoles, pero todavía nos cuesta rendirnos a su lengua, que tanta riqueza cultural contiene. Lo pienso un poco avergonzada en este pequeño estudio del Bairro Alto, cuando al celebrarle el buen castellano, me comenta con desarmante naturalidad, "natural, cuando era estudiante viajaba mucho a España".
Lo cierto es que quien escucha a António acude con devoción a sus conciertos, como al último que dio en los Teatros del Canal de Madrid en junio, sufriendo por no poder ver a Portugal en un partido de la Eurocopa, pero feliz al comprobar que ya llena un gran teatro en nuestro país. Su música, fusión delicadísima del fado, los ritmos caboverdianos, la bossa nova y el jazz, posee tanto amor a las raíces como cosmopolitismo, algo habitual en el temperamento portugués.
—"Una gran ventaja para mí es ser del Alentejo, una región donde la cultura se vive de manera práctica; no es algo de lo que se hable en abstracto, sino que se cultiva, se hereda. Mi abuela me enseñaba canciones tradicionales y yo, ya con 5 años, me pegaba a los hombres de los coros alentejanos que cantaban en una taberna cerca de casa, hombres mayores, muchos de ellos jubilados. Yo trataba de acercarme cada vez un poco más hasta que me subieron a un taburete y me dejaron cantar. Luego mis padres me mandaron al Conservatorio para que tuviera una formación clásica. Pero mi manera de interpretar ha ido cambiando porque me gusta dejarme influir. Recuerdo cuando me vine a Lisboa hace 16 años, contratado para un musical sobre Amália Rodrigues, y escuché de pronto un disco de Joao Gilberto. Mi vida cambió, pensé, 'yo quiero cantar como él". Igual me pasó con Chet Baker, el hombre que le enseñó al mundo que cantar no es gritar, que la voz sirve para contar historias, no para hacer una exhibición de virtuosismo. Y luego llegaron Tom Waits, Caetano Veloso o Elis Regina. A mí me gusta valorar la palabra cuando canto, y tengo la suerte de ser de un país de grandes letristas y de sentirlos muy cerca. Yo me grabo en el iPhone una nueva melodía a la guitarra, y a partir de ahí todo rueda. Fue Amália Rodrigues la que comenzó a introducir novedades en nuestra música, cantó a los letristas de fado pero también se atrevió con los clásicos. Y a mí me gusta ese atrevimiento de provocar cierto caos, sin romper de manera radical con las raíces pero dejándome modelar por lo que me apasiona. Sé de dónde vengo, pero también cuánto he cambiado... A veces me preguntan cómo me definiría o en qué sección de música deberían estar mis discos. No lo sé, ni me preocupa".
Añade con una sonrisa: "Soy un cantante portugués".
Justa definición para un hombre elegante, culto, humilde, cosmopolita. Muy portugués. Escuchen su concierto en vivo en el Coliseo dos Recreios en Lisboa. Presiento que será un flechazo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/09/03/actualidad/1472921323_251978.html
Lo cierto es que quien escucha a António acude con devoción a sus conciertos, como al último que dio en los Teatros del Canal de Madrid en junio, sufriendo por no poder ver a Portugal en un partido de la Eurocopa, pero feliz al comprobar que ya llena un gran teatro en nuestro país. Su música, fusión delicadísima del fado, los ritmos caboverdianos, la bossa nova y el jazz, posee tanto amor a las raíces como cosmopolitismo, algo habitual en el temperamento portugués.
—"Una gran ventaja para mí es ser del Alentejo, una región donde la cultura se vive de manera práctica; no es algo de lo que se hable en abstracto, sino que se cultiva, se hereda. Mi abuela me enseñaba canciones tradicionales y yo, ya con 5 años, me pegaba a los hombres de los coros alentejanos que cantaban en una taberna cerca de casa, hombres mayores, muchos de ellos jubilados. Yo trataba de acercarme cada vez un poco más hasta que me subieron a un taburete y me dejaron cantar. Luego mis padres me mandaron al Conservatorio para que tuviera una formación clásica. Pero mi manera de interpretar ha ido cambiando porque me gusta dejarme influir. Recuerdo cuando me vine a Lisboa hace 16 años, contratado para un musical sobre Amália Rodrigues, y escuché de pronto un disco de Joao Gilberto. Mi vida cambió, pensé, 'yo quiero cantar como él". Igual me pasó con Chet Baker, el hombre que le enseñó al mundo que cantar no es gritar, que la voz sirve para contar historias, no para hacer una exhibición de virtuosismo. Y luego llegaron Tom Waits, Caetano Veloso o Elis Regina. A mí me gusta valorar la palabra cuando canto, y tengo la suerte de ser de un país de grandes letristas y de sentirlos muy cerca. Yo me grabo en el iPhone una nueva melodía a la guitarra, y a partir de ahí todo rueda. Fue Amália Rodrigues la que comenzó a introducir novedades en nuestra música, cantó a los letristas de fado pero también se atrevió con los clásicos. Y a mí me gusta ese atrevimiento de provocar cierto caos, sin romper de manera radical con las raíces pero dejándome modelar por lo que me apasiona. Sé de dónde vengo, pero también cuánto he cambiado... A veces me preguntan cómo me definiría o en qué sección de música deberían estar mis discos. No lo sé, ni me preocupa".
Añade con una sonrisa: "Soy un cantante portugués".
Justa definición para un hombre elegante, culto, humilde, cosmopolita. Muy portugués. Escuchen su concierto en vivo en el Coliseo dos Recreios en Lisboa. Presiento que será un flechazo.
http://cultura.elpais.com/cultura/2016/09/03/actualidad/1472921323_251978.html
domingo, 11 de septiembre de 2016
Un capitalismo más humano pide paso. 43.000 compañías pertenecen a la economía social, que emplea a 2,2 millones de personas
¿Cuántas cooperativas han caído durante la crisis? Puede que sea una pregunta irritante. “¿Le respondo con otra ¿cuántas sociedades de capital han caído? Es asombroso que sobre ellas no se ponga el mismo foco”, se queja José María Pérez de Uralde, jurista y presidente del centro de investigación sobre economía social Ciriec. Cooperativas, sociedades laborales, mutualidades, centros especiales de empleo, empresas de inserción, cofradías y algunas fundaciones constituyen un universo económico gigantesco que va unos pasos más atrás del capitalismo más genuino, buscando, además de ganar dinero, otros objetivos sociales. Son cerca de 43.000 en todo el país, y facturan el equivalente al PIB de Galicia (52.541 millones, según los últimos datos de la Agencia Tributaria correspondientes a 2013). De ellas dependen 2,2 millones de puestos de trabajo, la mitad en el campo.
Volviendo a la pregunta inicial. ¿Qué les ha ocurrido? Que entre 2009 y 2014 han perdido 159.000 puestos de trabajo y más de 2.000 organizaciones han desaparecido. “Pero la morbilidad ha sido mucho menor que en el resto del tejido económico”, recalca Pérez. El catedrático de la Universidad de Valencia José Luis Monzón señala con datos de la EPA y del Ministerio de trabajo que en los periodos más duros de la crisis, de 2009 a 2013, en el sector privado los asalariados cayeron un 18,5% y en el sector cooperativo un 8%, diez puntos menos. “Eso pone en evidencia que tienen una mayor resistencia a las crisis. Han hecho ajustes voluntarios tanto de plantilla, a través de pactos, como de reducción de jornada o salario, intentando mantener el máximo del empleo”.
Ignacio Ugalde, director de Recursos Humanos de Fagor Ederlan Tafalla, una cooperativa navarra dedicada a la fabricación de piezas para la automoción, lo ha padecido. “En 2008 nos convertimos en una cooperativa de trabajo asociado. Más de la mitad de los 700 empleados dijimos que sí, y tuvimos que aportar unos 13.000 euros cada uno. Pero después llegó la crisis, y decidimos bajarnos el sueldo un 6,35%. Además ampliamos capital, a razón de 3.000 euros por persona. Afortunadamente nos ha salido bien, pero aquí nadie viene a hacerse rico”.
Grandes sectores económicos del país están copados por el negocio de las cooperativas. El ejemplo de funcionamiento para la mayoría está en Mondragón, la localidad vasca de apenas 22.000 habitantes que es la capital de un grupo de 103 sociedades, con 125 fábricas, una docena de centros de investigación y casi 40.000 socios. Son el pulmón industrial vasco gracias a un ecosistema propio: cuentan con un hospital, una universidad, una mutua y hasta un banco. En 2015 facturaron 11.368 millones de euros, un 2,8% más que el año anterior. Su modelo es complejo pero parte de los principios clásicos del cooperativismo: cada persona, sea directivo o empleado de base, tiene un voto. Todo se decide en asamblea y ningún alto cargo cobra un salario que multiplique por seis el de un puesto más modesto. Por comparar, en las empresas del Ibex-35 el salario más alto llega a multiplicar por 104 el sueldo promedio.
Junto a Mondragón otros siete grupos —la Fundación Espriú (salud), Clade Grup (multisectorial), Unide (alimentación), el Grupo Cooperativo Cajamar (crédito) Atlantis (seguros), Ilunion (multisectorial y el Grupo Gredos San Diego— tienen en nómina a más de 128.000 personas. Otras corporaciones son líderes en su nicho de mercado: en Valencia Anecoop factura 577 millones de euros gracias a comercializar 746.342 millones de toneladas de fruta. En Ourense, Coren, con 6.000 ganaderos asociados, produce huevos, aves y cerdo por valor de 950 millones de euros.
“Nos consideramos ya como un sector económico y social suficientemente importante y reconocido como para tener un espacio propio donde se construyen las políticas públicas. Llevamos tiempo reclamando un lugar en ese diálogo”. Lo pide el presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), Juan Antonio Pedreño, que defiende que es posible un nuevo modelo económico donde las preocupaciones de las personas se tengan algo más en cuenta. “Una de las razones por las que las cooperativas han destruido menos empleo es que hay un mayor compromiso. Son empresas democráticas que no reparten en función del capital aportado, sino en función del tiempo de dedicación de las personas”. Además del caso vasco señala que la cultura de la economía social está muy arraigada en Cataluña, Navarra, Andalucía y desde hace pocos años en Murcia. “Pero si hacemos una radiografía de Europa solo en el sur, Francia, Italia, Portugal y Turquía son intensivas en la creación de empleo cooperativo. En el resto del continente hay cooperativas muy grandes de vivienda, de crédito, de consumo… pero con socios que no son trabajadores”. Pedreño también preside la patronal europea Social Economy Europe (SEE), una institución que ha conseguido que la Eurocámara aprobase el pasado mes de marzo un informe que incluye a este sector en la planificación de las políticas económicas y presupuestarias de la UE dentro de la Estrategia UE 2020. “Apostamos por un plan de acción social que esperamos aprobar en los próximos dos o tres meses”.
Pero el camino hacia el éxito está sembrado de cactus. Ilunion, el conglomerado empresarial de la ONCE compuesto por 90 sociedades, la mayoría centros especiales de empleo, registró unas pérdidas de 1,4 millones en 2015 y tiene una deuda neta de unos 200 millones. Su cifra de negocio el año pasado alcanzó los 723 millones de euros. Alejandro Oñoro, su consejero delegado, cree que la clave está en equilibrar el objetivo social con el económico. “Intentamos ser un grupo sostenible y muy rentable desde el punto de vista social. Trabajamos para revertir los malos datos de últimos de años anteriores. Hemos mejorado en casi 11 millones las pérdidas de 2014”.
El caso Ilunion
El holding ha apostado muy fuerte por el sector hotelero, los servicios industriales —tienen un proyecto con Ford en el que trabajan 1.100 personas—, y son primeros en España en lavandería, con 200 millones de kilos gestionados al año y más de 4.000 trabajadores, el 82% con discapacidad. En el último año han contratado a 1.430 personas hasta alcanzar un total 24.604; el 39% tiene alguna discapacidad. “La rentabilidad social y económica van en paralelo. No puedo llegar al consejo de administración y decir: “Este año nos ha ido bien pero no hemos creado empleo. De hecho, intentamos dar pasos más allá”. En esos pasos está el integrar a colectivos con mayores complicaciones, como el de personas con enfermedades mentales. Ilunion está cerca de conseguir ese equilibrio económico, pero la duda es si habría sido posible construir la marca sin el respaldo de una organización como la ONCE. “Desde luego habría sido difícil, los comienzos son complicados, pero sí, hay instituciones en España que lo han hecho muy bien empezando de cero. Es importante el apoyo de las Administraciones. El que tengamos empresas rentables con personas con discapacidad es absolutamente posible”, cree Oñoro, quien percibe que desde el punto de vista de los clientes está creciendo la sensibilidad hacia ese tipo de iniciativas.
Ese sector económico alternativo al puro capitalismo enfrenta otros problemas. En el balance que publica cada año la Agencia Tributaria, la cuenta agregada de pérdidas y ganancias de empresas encuadradas en la economía social cerraron 2013 con un resultado neto negativo de 343 millones de euros, la mayoría de las pérdidas (195 millones) generadas por las cooperativas. El buenismo conceptual de la economía social choca con un mercado competitivo que genera gigantescas tensiones. La burocratización de las organizaciones, la falsa seguridad de que el puesto de trabajo es para toda la vida —uno de los problemas que sufrió Fagor electrodomésticos antes de su caída— y la escasez de incentivos para ganar competitividad acechan.
“Las cooperativas, si se desvinculan de su finalidad social, pueden morir de éxito”, reflexiona José Luis Monzón, que también dirige el Observatorio Español de Economía Social. “Piense en las teorías del isomorfismo organizativo, que nos dicen que todo cuerpo vivo tiende a adoptar la forma dominante de su entorno para evitar perecer. Según esta teoría, a la larga, o degeneran en estructuras capitalistas puras o mueren… pero la experiencia nos dice que eso no es así”. Pone un ejemplo: “La función del gerente de una cooperativa no es la misma que la del trabajador de a pie. En teoría, ese empleado tendrá una mayor tendencia a maximizar la parte de beneficios que se reparte entre los socios y a disminuir la tasa de inversión, mientras que el director es consciente de que como no haga inversiones, la empresa se irá a pique. Pero los equilibrios funcionan: al final los trabajadores no son tan irresponsables, porque las empresas de la economía social son igualitarias en el mejor sentido de palabra”.
El caso teórico se puede comprobar fácilmente en muchas sociedades laborales y cooperativas que han superado obstáculos gracias al diálogo. Ignacio Ugalde, que además de cooperativista es presidente de Cepes Navarra, parte de ese principio: “Cada uno de los trabajadores hace suyo el negocio, eso es impensable en una sociedad anónima. La participación, el trabajo en equipo, el poder de decisión, las políticas de conciliación, la promoción interna… eso es más fácil en la cultura cooperativa, que las palabras acompañen a los hechos. En Navarra, por ejemplo, la economía social genera el equivalente al 11% del PIB y el 7,5% del empleo privado”, ilustra.
Luis Mari Imaz, director de Mondragon Assembly, que fabrica paneles solares, piezas para la automoción y dispositivos médicos, cuenta que los más de cien socios de su empresa (75 de ellos ingenieros superiores) que puntualmente reciben información sobre la cartera de pedidos, las magnitudes económicas, la marcha de sus filiales o la evolución económica a medio plazo. Durante seis años votaron bajarse un 10% el sueldo para mantener a la cooperativa del grupo, Fagor Electrodomésticos (de la que previamente también habían recibido aportaciones solidarias) y en 2014, durante otro momento de dificultad, renunciaron a una paga. La mayor parte de los beneficios de la sociedad se reinvierten. “Nuestra gran competencia es China, tenemos que ir una generación por delante de ellos y destinar los recursos necesarios para desarrollar nuevos productos. Lo hemos asumido todos. Esto es como el ajedrez, si no te mueves de tu baldosa te comen en un par de movimientos”. En sus filiales en Alemania, Francia, México China y Brasil no hay socios, “el sistema no se entiende”, dice Imaz, pero entre el resto de trabajadores, hasta completar una plantilla de casi 300, reparten el 10% de los beneficios anuales para incentivar el sentimiento de pertenencia a la empresa.
El régimen fiscal, que data de 1991, es otro caballo de batalla. Reconoce beneficios tributarios en el impuesto de sociedades hasta un tipo del 20% (frente al 30% máximo) con una bonificación de hasta el 50% de la cuota resultante. “Es el chocolate del loro”, cree Monzón. “Las cooperativas por la normativa de desgravaciones apenas pueden beneficiarse de las deducciones que tienen las grandes empresas”.
El tamaño importa
Otro de los problemas tiene que ver con el tamaño, ya que la mayoría son microempresas de entre 10 y 12 empleados. Los 426 ganaderos de la láctea Feiraco, por ejemplo, llevan años dándole vueltas a un proyecto de fusión con otras tres organizaciones para producir leche con más rentabilidad (ahora pagan el litro a 24 céntimos). Pero no es fácil. “Hay explotaciones que no tienen relevo generacional, algunas subsisten sin inversiones adecuadas, otras desaparecen. Ojalá se consolide nuestro proyecto de una gran cooperativa. Pero reconozco que somos poco ágiles, para unirnos necesitamos el voto favorable de dos tercios de las asambleas. Aún así, hemos decidido que la empresa resultante no sea una sociedad anónima porque queremos seguir perteneciendo a la economía social. Porque el bienestar no se consigue con más dinero en el bolsillo, sino construyendo algo que perdure”, señala su presidente, José Montes. Las mutualidades, sociedades sin ánimo de lucro que ejercen en el campo de los seguros complementando el sistema de previsión de la Seguridad Social, son otro núcleo duro de la economía social que ve el futuro con cierto optimismo. Han crecido en primas y patrimonio incluso durante los años de plomo de la crisis.
Pedro Muñoz, presidente de la Confederación Española de Mutualidades, busca una explicación en su eficiencia y en su condición de entidades sin ánimo de lucro. “En los fondos de pensiones [privados] las comisiones de gestión llegan a ser del 1,5%, a lo que hay que sumar los costes por depositaría y corretaje. Nosotros, en cambio, tenemos costes bajos”. Y un mercado fiel. Sólo la mutualidad de la abogacía cerró 2015 con un patrimonio de 6.288 millones; le sigue LagunAro, la mutualidad de previsión del grupo Mondragón, con 5.291 millones.
Muñoz cree sin embargo que se le ha hecho juego sucio a la economía social beneficiando a aseguradoras privadas con cambios legislativos. “La actuación de los poderes públicos y los sindicatos no ha sido favorable. Lo único que pedimos es neutralidad, no queremos ninguna ventaja sobre nadie”.
EL FIASCO DE LAS CAJAS
La palabra era adoración. Los representantes de los poderes públicos se deshicieron durante años en elogios sobre la implicación social de las cajas de ahorros, unas instituciones cuyo gobierno estaba supuestamente en manos de impositores, instituciones públicas (desde Ayuntamientos a todo tipo de organizaciones sociales, educativas y culturales), Cámaras de Comercio o en representantes de los propios trabajadores. La base no podía ser mayor. El resto de la historia —desde simples torpezas en la gestión hasta el fraude más descarado en entidades como Caja Madrid o la CAM— es conocido. Sólo resistieron honrosas excepciones, como puede ser La Caixa o Kutxa, hoy transformadas en bancos controlados por sus fundaciones.
“Es innegable que tienen una acción social y un fundamento que se basaba en la devolución al territorio de parte del negocio que generaban”, señala el presidente de la patronal de la economía social Cepes, Antonio Pedreño. “Pero que tuviesen una dotación para obra social no significa que fuesen entidades de economía social”, puntualiza.
Para el catedrático José Luis Monzón, que reconoce que durante casi una década se mantuvo cierta ambigüedad al considerar las cajas como entes de la economía social, “no lo son” porque carecen de funcionamiento democrático. Tampoco las fundaciones lo serían. “Por razones políticas o sociológicas se las considera como parte de la economía social, pero desde un punto de vista de coherencia práctica, intelectual, una fundación no lo es”.
Teorías aparte, lo cierto es que ninguna organización está libre de padecer del virus corrupción. “Hace muchísimo tiempo que no aparecen casos en este sector. ¿Por qué? Porque tienen mecanismos asamblearios donde hay que dar cuenta, donde se introducen variables que condicionan y limitan la capacidad de actuación de las personas. Esas barreras hacen que sea más difícil que se produzcan fraudes o ocultación de documentos”, cree Pedreño. Esa fortaleza y el hecho de que internalicen costes sociales que de otro modo tendrían que ser atendidos por el Estado es el argumento que utiliza la patronal para reclamar más presencia pública y nuevas compensaciones fiscales. “Lo único que hemos conseguido es que entre las medidas firmadas en los pactos para la formación de un nuevo Gobierno, —primero entre PSOE y Ciudadanos y ahora entre PP y Ciudadanos—, figure una sola línea que dice que el próximo Ejecutivo apostará por la reducción de trabas administrativas y el fomento del sector”.
En su carta a los Reyes Magos envidada a los partidos políticos ante la formación, sea cuando sea, de un Gobierno en España, Cepes solicita que las cooperativas y los autónomos formen parte de las mesas de diálogo social. También reclaman que este tipo de empresas no puramente capitalistas sean incluidas en la agenda de políticas públicas vinculadas con el desarrollo económico de España.
http://economia.elpais.com/economia/2016/09/02/actualidad/1472829250_222038.html?rel=lom
Volviendo a la pregunta inicial. ¿Qué les ha ocurrido? Que entre 2009 y 2014 han perdido 159.000 puestos de trabajo y más de 2.000 organizaciones han desaparecido. “Pero la morbilidad ha sido mucho menor que en el resto del tejido económico”, recalca Pérez. El catedrático de la Universidad de Valencia José Luis Monzón señala con datos de la EPA y del Ministerio de trabajo que en los periodos más duros de la crisis, de 2009 a 2013, en el sector privado los asalariados cayeron un 18,5% y en el sector cooperativo un 8%, diez puntos menos. “Eso pone en evidencia que tienen una mayor resistencia a las crisis. Han hecho ajustes voluntarios tanto de plantilla, a través de pactos, como de reducción de jornada o salario, intentando mantener el máximo del empleo”.
Ignacio Ugalde, director de Recursos Humanos de Fagor Ederlan Tafalla, una cooperativa navarra dedicada a la fabricación de piezas para la automoción, lo ha padecido. “En 2008 nos convertimos en una cooperativa de trabajo asociado. Más de la mitad de los 700 empleados dijimos que sí, y tuvimos que aportar unos 13.000 euros cada uno. Pero después llegó la crisis, y decidimos bajarnos el sueldo un 6,35%. Además ampliamos capital, a razón de 3.000 euros por persona. Afortunadamente nos ha salido bien, pero aquí nadie viene a hacerse rico”.
Grandes sectores económicos del país están copados por el negocio de las cooperativas. El ejemplo de funcionamiento para la mayoría está en Mondragón, la localidad vasca de apenas 22.000 habitantes que es la capital de un grupo de 103 sociedades, con 125 fábricas, una docena de centros de investigación y casi 40.000 socios. Son el pulmón industrial vasco gracias a un ecosistema propio: cuentan con un hospital, una universidad, una mutua y hasta un banco. En 2015 facturaron 11.368 millones de euros, un 2,8% más que el año anterior. Su modelo es complejo pero parte de los principios clásicos del cooperativismo: cada persona, sea directivo o empleado de base, tiene un voto. Todo se decide en asamblea y ningún alto cargo cobra un salario que multiplique por seis el de un puesto más modesto. Por comparar, en las empresas del Ibex-35 el salario más alto llega a multiplicar por 104 el sueldo promedio.
Junto a Mondragón otros siete grupos —la Fundación Espriú (salud), Clade Grup (multisectorial), Unide (alimentación), el Grupo Cooperativo Cajamar (crédito) Atlantis (seguros), Ilunion (multisectorial y el Grupo Gredos San Diego— tienen en nómina a más de 128.000 personas. Otras corporaciones son líderes en su nicho de mercado: en Valencia Anecoop factura 577 millones de euros gracias a comercializar 746.342 millones de toneladas de fruta. En Ourense, Coren, con 6.000 ganaderos asociados, produce huevos, aves y cerdo por valor de 950 millones de euros.
“Nos consideramos ya como un sector económico y social suficientemente importante y reconocido como para tener un espacio propio donde se construyen las políticas públicas. Llevamos tiempo reclamando un lugar en ese diálogo”. Lo pide el presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), Juan Antonio Pedreño, que defiende que es posible un nuevo modelo económico donde las preocupaciones de las personas se tengan algo más en cuenta. “Una de las razones por las que las cooperativas han destruido menos empleo es que hay un mayor compromiso. Son empresas democráticas que no reparten en función del capital aportado, sino en función del tiempo de dedicación de las personas”. Además del caso vasco señala que la cultura de la economía social está muy arraigada en Cataluña, Navarra, Andalucía y desde hace pocos años en Murcia. “Pero si hacemos una radiografía de Europa solo en el sur, Francia, Italia, Portugal y Turquía son intensivas en la creación de empleo cooperativo. En el resto del continente hay cooperativas muy grandes de vivienda, de crédito, de consumo… pero con socios que no son trabajadores”. Pedreño también preside la patronal europea Social Economy Europe (SEE), una institución que ha conseguido que la Eurocámara aprobase el pasado mes de marzo un informe que incluye a este sector en la planificación de las políticas económicas y presupuestarias de la UE dentro de la Estrategia UE 2020. “Apostamos por un plan de acción social que esperamos aprobar en los próximos dos o tres meses”.
Pero el camino hacia el éxito está sembrado de cactus. Ilunion, el conglomerado empresarial de la ONCE compuesto por 90 sociedades, la mayoría centros especiales de empleo, registró unas pérdidas de 1,4 millones en 2015 y tiene una deuda neta de unos 200 millones. Su cifra de negocio el año pasado alcanzó los 723 millones de euros. Alejandro Oñoro, su consejero delegado, cree que la clave está en equilibrar el objetivo social con el económico. “Intentamos ser un grupo sostenible y muy rentable desde el punto de vista social. Trabajamos para revertir los malos datos de últimos de años anteriores. Hemos mejorado en casi 11 millones las pérdidas de 2014”.
El caso Ilunion
El holding ha apostado muy fuerte por el sector hotelero, los servicios industriales —tienen un proyecto con Ford en el que trabajan 1.100 personas—, y son primeros en España en lavandería, con 200 millones de kilos gestionados al año y más de 4.000 trabajadores, el 82% con discapacidad. En el último año han contratado a 1.430 personas hasta alcanzar un total 24.604; el 39% tiene alguna discapacidad. “La rentabilidad social y económica van en paralelo. No puedo llegar al consejo de administración y decir: “Este año nos ha ido bien pero no hemos creado empleo. De hecho, intentamos dar pasos más allá”. En esos pasos está el integrar a colectivos con mayores complicaciones, como el de personas con enfermedades mentales. Ilunion está cerca de conseguir ese equilibrio económico, pero la duda es si habría sido posible construir la marca sin el respaldo de una organización como la ONCE. “Desde luego habría sido difícil, los comienzos son complicados, pero sí, hay instituciones en España que lo han hecho muy bien empezando de cero. Es importante el apoyo de las Administraciones. El que tengamos empresas rentables con personas con discapacidad es absolutamente posible”, cree Oñoro, quien percibe que desde el punto de vista de los clientes está creciendo la sensibilidad hacia ese tipo de iniciativas.
Ese sector económico alternativo al puro capitalismo enfrenta otros problemas. En el balance que publica cada año la Agencia Tributaria, la cuenta agregada de pérdidas y ganancias de empresas encuadradas en la economía social cerraron 2013 con un resultado neto negativo de 343 millones de euros, la mayoría de las pérdidas (195 millones) generadas por las cooperativas. El buenismo conceptual de la economía social choca con un mercado competitivo que genera gigantescas tensiones. La burocratización de las organizaciones, la falsa seguridad de que el puesto de trabajo es para toda la vida —uno de los problemas que sufrió Fagor electrodomésticos antes de su caída— y la escasez de incentivos para ganar competitividad acechan.
“Las cooperativas, si se desvinculan de su finalidad social, pueden morir de éxito”, reflexiona José Luis Monzón, que también dirige el Observatorio Español de Economía Social. “Piense en las teorías del isomorfismo organizativo, que nos dicen que todo cuerpo vivo tiende a adoptar la forma dominante de su entorno para evitar perecer. Según esta teoría, a la larga, o degeneran en estructuras capitalistas puras o mueren… pero la experiencia nos dice que eso no es así”. Pone un ejemplo: “La función del gerente de una cooperativa no es la misma que la del trabajador de a pie. En teoría, ese empleado tendrá una mayor tendencia a maximizar la parte de beneficios que se reparte entre los socios y a disminuir la tasa de inversión, mientras que el director es consciente de que como no haga inversiones, la empresa se irá a pique. Pero los equilibrios funcionan: al final los trabajadores no son tan irresponsables, porque las empresas de la economía social son igualitarias en el mejor sentido de palabra”.
El caso teórico se puede comprobar fácilmente en muchas sociedades laborales y cooperativas que han superado obstáculos gracias al diálogo. Ignacio Ugalde, que además de cooperativista es presidente de Cepes Navarra, parte de ese principio: “Cada uno de los trabajadores hace suyo el negocio, eso es impensable en una sociedad anónima. La participación, el trabajo en equipo, el poder de decisión, las políticas de conciliación, la promoción interna… eso es más fácil en la cultura cooperativa, que las palabras acompañen a los hechos. En Navarra, por ejemplo, la economía social genera el equivalente al 11% del PIB y el 7,5% del empleo privado”, ilustra.
Luis Mari Imaz, director de Mondragon Assembly, que fabrica paneles solares, piezas para la automoción y dispositivos médicos, cuenta que los más de cien socios de su empresa (75 de ellos ingenieros superiores) que puntualmente reciben información sobre la cartera de pedidos, las magnitudes económicas, la marcha de sus filiales o la evolución económica a medio plazo. Durante seis años votaron bajarse un 10% el sueldo para mantener a la cooperativa del grupo, Fagor Electrodomésticos (de la que previamente también habían recibido aportaciones solidarias) y en 2014, durante otro momento de dificultad, renunciaron a una paga. La mayor parte de los beneficios de la sociedad se reinvierten. “Nuestra gran competencia es China, tenemos que ir una generación por delante de ellos y destinar los recursos necesarios para desarrollar nuevos productos. Lo hemos asumido todos. Esto es como el ajedrez, si no te mueves de tu baldosa te comen en un par de movimientos”. En sus filiales en Alemania, Francia, México China y Brasil no hay socios, “el sistema no se entiende”, dice Imaz, pero entre el resto de trabajadores, hasta completar una plantilla de casi 300, reparten el 10% de los beneficios anuales para incentivar el sentimiento de pertenencia a la empresa.
El régimen fiscal, que data de 1991, es otro caballo de batalla. Reconoce beneficios tributarios en el impuesto de sociedades hasta un tipo del 20% (frente al 30% máximo) con una bonificación de hasta el 50% de la cuota resultante. “Es el chocolate del loro”, cree Monzón. “Las cooperativas por la normativa de desgravaciones apenas pueden beneficiarse de las deducciones que tienen las grandes empresas”.
El tamaño importa
Otro de los problemas tiene que ver con el tamaño, ya que la mayoría son microempresas de entre 10 y 12 empleados. Los 426 ganaderos de la láctea Feiraco, por ejemplo, llevan años dándole vueltas a un proyecto de fusión con otras tres organizaciones para producir leche con más rentabilidad (ahora pagan el litro a 24 céntimos). Pero no es fácil. “Hay explotaciones que no tienen relevo generacional, algunas subsisten sin inversiones adecuadas, otras desaparecen. Ojalá se consolide nuestro proyecto de una gran cooperativa. Pero reconozco que somos poco ágiles, para unirnos necesitamos el voto favorable de dos tercios de las asambleas. Aún así, hemos decidido que la empresa resultante no sea una sociedad anónima porque queremos seguir perteneciendo a la economía social. Porque el bienestar no se consigue con más dinero en el bolsillo, sino construyendo algo que perdure”, señala su presidente, José Montes. Las mutualidades, sociedades sin ánimo de lucro que ejercen en el campo de los seguros complementando el sistema de previsión de la Seguridad Social, son otro núcleo duro de la economía social que ve el futuro con cierto optimismo. Han crecido en primas y patrimonio incluso durante los años de plomo de la crisis.
Pedro Muñoz, presidente de la Confederación Española de Mutualidades, busca una explicación en su eficiencia y en su condición de entidades sin ánimo de lucro. “En los fondos de pensiones [privados] las comisiones de gestión llegan a ser del 1,5%, a lo que hay que sumar los costes por depositaría y corretaje. Nosotros, en cambio, tenemos costes bajos”. Y un mercado fiel. Sólo la mutualidad de la abogacía cerró 2015 con un patrimonio de 6.288 millones; le sigue LagunAro, la mutualidad de previsión del grupo Mondragón, con 5.291 millones.
Muñoz cree sin embargo que se le ha hecho juego sucio a la economía social beneficiando a aseguradoras privadas con cambios legislativos. “La actuación de los poderes públicos y los sindicatos no ha sido favorable. Lo único que pedimos es neutralidad, no queremos ninguna ventaja sobre nadie”.
EL FIASCO DE LAS CAJAS
La palabra era adoración. Los representantes de los poderes públicos se deshicieron durante años en elogios sobre la implicación social de las cajas de ahorros, unas instituciones cuyo gobierno estaba supuestamente en manos de impositores, instituciones públicas (desde Ayuntamientos a todo tipo de organizaciones sociales, educativas y culturales), Cámaras de Comercio o en representantes de los propios trabajadores. La base no podía ser mayor. El resto de la historia —desde simples torpezas en la gestión hasta el fraude más descarado en entidades como Caja Madrid o la CAM— es conocido. Sólo resistieron honrosas excepciones, como puede ser La Caixa o Kutxa, hoy transformadas en bancos controlados por sus fundaciones.
“Es innegable que tienen una acción social y un fundamento que se basaba en la devolución al territorio de parte del negocio que generaban”, señala el presidente de la patronal de la economía social Cepes, Antonio Pedreño. “Pero que tuviesen una dotación para obra social no significa que fuesen entidades de economía social”, puntualiza.
Para el catedrático José Luis Monzón, que reconoce que durante casi una década se mantuvo cierta ambigüedad al considerar las cajas como entes de la economía social, “no lo son” porque carecen de funcionamiento democrático. Tampoco las fundaciones lo serían. “Por razones políticas o sociológicas se las considera como parte de la economía social, pero desde un punto de vista de coherencia práctica, intelectual, una fundación no lo es”.
Teorías aparte, lo cierto es que ninguna organización está libre de padecer del virus corrupción. “Hace muchísimo tiempo que no aparecen casos en este sector. ¿Por qué? Porque tienen mecanismos asamblearios donde hay que dar cuenta, donde se introducen variables que condicionan y limitan la capacidad de actuación de las personas. Esas barreras hacen que sea más difícil que se produzcan fraudes o ocultación de documentos”, cree Pedreño. Esa fortaleza y el hecho de que internalicen costes sociales que de otro modo tendrían que ser atendidos por el Estado es el argumento que utiliza la patronal para reclamar más presencia pública y nuevas compensaciones fiscales. “Lo único que hemos conseguido es que entre las medidas firmadas en los pactos para la formación de un nuevo Gobierno, —primero entre PSOE y Ciudadanos y ahora entre PP y Ciudadanos—, figure una sola línea que dice que el próximo Ejecutivo apostará por la reducción de trabas administrativas y el fomento del sector”.
En su carta a los Reyes Magos envidada a los partidos políticos ante la formación, sea cuando sea, de un Gobierno en España, Cepes solicita que las cooperativas y los autónomos formen parte de las mesas de diálogo social. También reclaman que este tipo de empresas no puramente capitalistas sean incluidas en la agenda de políticas públicas vinculadas con el desarrollo económico de España.
http://economia.elpais.com/economia/2016/09/02/actualidad/1472829250_222038.html?rel=lom
“Un puesto de salchichas paga más impuestos que las multinacionales”. El canciller austriaco critica las prácticas fiscales de las grandes corporaciones como Amazon o Starbuks y critica a Irlanda por el caso Apple
El jefe del Gobierno austríaco, el socialdemócrata Christian Kern, ha criticado criticado que cualquier cafetería o puesto de salchichas de Viena pague más impuestos en Austria que multinacionales como Amazon o Starbucks. "Cualquier cafetería vienesa, cualquier puesto de salchichas, paga más impuestos que una empresa multinacional", lamentó Kern en una entrevista que publica este sábado el diario Der Standard.
"Esto se aplica a Starbucks, Amazon y otras compañías", sostuvo. El canciller manifiestó que la cadena de cafeterías Starbucks había pagado en 2014 unos 1.400 euros como impuesto de sociedades, menos que cualquier quiosco de salchichas, según algunas estimaciones.
Kern justificó la decisión de la Comisión Europea de exigir a Apple que pague en Irlanda 13.000 millones de euros por impuesto no liquidados. El canciller austriaco destacó la escasa contribución de estas grandes empresas a las arcas públicas. El Gobierno irlandés anunció el viernes que recurrirá el dictamen de la Comisión, que ha sido también criticado por Apple.
El político socialdemócrata austriaco también reprobó a multinacionales como Google o Facebook, al asegurar que si pagasen más impuestos, el Estado podría ofrecer más ayudas a la prensa escrita para afrontar su actual crisis.
Según Kern, Google tiene un volumen de negocio en Austria de unos 200 millones de euros, mientras que el Facebook es de unos 120 millones, y entre ambas empresas contratan a unas 20 personas.
El canciller criticó que ambas compañías obtuvieran muchos más beneficios por publicidad en Austria pero no pagasen allí ni impuesto de sociedades ni sobre la publicidad. En esta línea, criticó que algunos países de la Unión Europea compiten por bajar el impuesto de sociedades para atraer a estas empresas, lo que daña a otros socios del bloque. "Lo que hace Irlanda, Holanda, Luxemburgo o Malta es insolidario con el resto de la economía europea", concluyó.
Varias multinacionales han sido criticadas por minimizar el pago de impuestos remitiendo la facturación a filiales situadas en otros países que gozan de mejor trato fiscal. Es una práctica habitual de las grandes grupos tecnológicos, muchos de ellos estadounidenses. Aunque esta práctica de elusión fiscal está extendida entre las grandes corporaciones de todo el mundo.
http://economia.elpais.com/economia/2016/09/03/actualidad/1472919626_703236.html
"Esto se aplica a Starbucks, Amazon y otras compañías", sostuvo. El canciller manifiestó que la cadena de cafeterías Starbucks había pagado en 2014 unos 1.400 euros como impuesto de sociedades, menos que cualquier quiosco de salchichas, según algunas estimaciones.
Kern justificó la decisión de la Comisión Europea de exigir a Apple que pague en Irlanda 13.000 millones de euros por impuesto no liquidados. El canciller austriaco destacó la escasa contribución de estas grandes empresas a las arcas públicas. El Gobierno irlandés anunció el viernes que recurrirá el dictamen de la Comisión, que ha sido también criticado por Apple.
El político socialdemócrata austriaco también reprobó a multinacionales como Google o Facebook, al asegurar que si pagasen más impuestos, el Estado podría ofrecer más ayudas a la prensa escrita para afrontar su actual crisis.
Según Kern, Google tiene un volumen de negocio en Austria de unos 200 millones de euros, mientras que el Facebook es de unos 120 millones, y entre ambas empresas contratan a unas 20 personas.
El canciller criticó que ambas compañías obtuvieran muchos más beneficios por publicidad en Austria pero no pagasen allí ni impuesto de sociedades ni sobre la publicidad. En esta línea, criticó que algunos países de la Unión Europea compiten por bajar el impuesto de sociedades para atraer a estas empresas, lo que daña a otros socios del bloque. "Lo que hace Irlanda, Holanda, Luxemburgo o Malta es insolidario con el resto de la economía europea", concluyó.
Varias multinacionales han sido criticadas por minimizar el pago de impuestos remitiendo la facturación a filiales situadas en otros países que gozan de mejor trato fiscal. Es una práctica habitual de las grandes grupos tecnológicos, muchos de ellos estadounidenses. Aunque esta práctica de elusión fiscal está extendida entre las grandes corporaciones de todo el mundo.
http://economia.elpais.com/economia/2016/09/03/actualidad/1472919626_703236.html
sábado, 10 de septiembre de 2016
España ¡Basta ya!
Movimiento Democrático de Mujeres (MDM)
Texto que aborda una reflexión sobre el feminicidio, como denomina el MDN, a los casos de violencia machista que se han dado este verano en España sin que haya una respuesta contundente hacia los mismos.
Emparedada, estrangulada, quemada, acuchillada, disparada, a machetazos y golpetazos… son algunas de las violentas y repugnantes formas de extrema violencia que utilizan los asesinos para acabar con la vida de las mujeres que están cerca de ellos: parejas, ex parejas, novias, hijas, cuñadas, suegras, etc. Una vez más, asistimos perplejas y desgarradas a la espiral asesina de cada verano, en el que todos los días es noticia el asesinato brutal y ruin de una mujer a manos de un hombre.
La violencia contra las mujeres tiene su origen en el seno del núcleo familiar, y la sociedad, la política y la educación no consiguen erradicarla, ni tan siquiera evitarla, porque la violencia contra las mujeres es intrínseca a una sociedad en la que las mujeres experimentan opresión familiar en forma de esclavitud doméstica, debido al papel desigual de la mujer en los trabajos reproductivos y de los cuidados.
Ha triunfado el modelo social capitalista-patriarcal, que se encarga de reproducir el papel de la mujer cuidadora dentro del seno de la familia. Es obvio que, a pesar de los grandes avances en la consecución de derechos por parte de las mujeres y en su emancipación, muchos de ellos gracias a las batallas desarrolladas por el movimiento feminista a lo largo de estos dos últimos siglos, en el fondo no hemos conseguido la igualdad real. Es más, en momentos de profunda crisis económica y de valores como los que estamos sufriendo en la actualidad, parece que el sistema de Justicia, Democracia, Igualdad se esté diluyendo sigilosamente, procediéndose, de ese modo, al vaciado de una sociedad que puede aceptar el asesinato vil de cientos de mujeres cada año y que, mientras tanto, nuestros gobernantes no hagan nada desde las estructuras del Estado y de las comunidades autónomas para evitarlo y erradicarlo.
¿Qué clase de sociedad tolera este feminicidio? ¿Cómo se ha llegado a soportar el dolor de tantos asesinatos? ¿Por qué no se reacciona desde los organismos públicos?.
En la maltrecha e imperfecta Democracia de este país son pocos los pasos que se han dado para crear una sociedad basada en la Justicia Social, en la que todas y todos vivamos con dignidad, y no tengamos que gritar que necesitamos “pan, techo y trabajo”. Son muchos los pasos que se han dado para saquear y aniquilar los servicios públicos; para despojarnos de derechos como trabajadores/as; de tutelar la vida y las decisiones de las mujeres a través de reformas como la de la Ley del Aborto; de despojar a la Educación Pública de su objetivo de ser libre, crítica, coeducativa para la transformación de la realidad; de establecer protocolos de actuación en caso de violencia de género que sólo proponen la autodefensa y la cumplimentación de exhaustivos formularios (todo un insulto para las mujeres que viven esta violencia todos los días). Todas estas contrarreformas desarrolladas en los últimos años son el caldo de cultivo perfecto para la violencia, para la desigualdad, para la insolidaridad.
Pero no vamos a consentir esta deriva socio-económica que nos condena a la muerte, a la pobreza y a la desprotección. Ahora más que nunca necesitamos construir una sociedad basada en la Solidaridad, la Igualdad y la Justicia, en el que las mujeres sean esencial y auténticamente libres. Las mujeres del Movimiento Democrático de Mujeres vamos a luchar por conseguir las sinergias necesarias para plantarle cara a este sistema destructivo, y para ello hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales para conquistar las calles, la sociedad, la política y la economía, y así empiecen a mirarnos a los ojos. Sólo de esta manera conseguiremos cambiar la realidad.
Movimiento Democrático de Mujeres (MDM): Movimiento democrático de las Mujeres participamos mujeres, organizaciones y colectivos de mujeres anticapitalistas y antipatriarcales de todo el estado Español.
https://movimientodemocraticodemujeres.wordpress.com/
Texto que aborda una reflexión sobre el feminicidio, como denomina el MDN, a los casos de violencia machista que se han dado este verano en España sin que haya una respuesta contundente hacia los mismos.
Emparedada, estrangulada, quemada, acuchillada, disparada, a machetazos y golpetazos… son algunas de las violentas y repugnantes formas de extrema violencia que utilizan los asesinos para acabar con la vida de las mujeres que están cerca de ellos: parejas, ex parejas, novias, hijas, cuñadas, suegras, etc. Una vez más, asistimos perplejas y desgarradas a la espiral asesina de cada verano, en el que todos los días es noticia el asesinato brutal y ruin de una mujer a manos de un hombre.
La violencia contra las mujeres tiene su origen en el seno del núcleo familiar, y la sociedad, la política y la educación no consiguen erradicarla, ni tan siquiera evitarla, porque la violencia contra las mujeres es intrínseca a una sociedad en la que las mujeres experimentan opresión familiar en forma de esclavitud doméstica, debido al papel desigual de la mujer en los trabajos reproductivos y de los cuidados.
Ha triunfado el modelo social capitalista-patriarcal, que se encarga de reproducir el papel de la mujer cuidadora dentro del seno de la familia. Es obvio que, a pesar de los grandes avances en la consecución de derechos por parte de las mujeres y en su emancipación, muchos de ellos gracias a las batallas desarrolladas por el movimiento feminista a lo largo de estos dos últimos siglos, en el fondo no hemos conseguido la igualdad real. Es más, en momentos de profunda crisis económica y de valores como los que estamos sufriendo en la actualidad, parece que el sistema de Justicia, Democracia, Igualdad se esté diluyendo sigilosamente, procediéndose, de ese modo, al vaciado de una sociedad que puede aceptar el asesinato vil de cientos de mujeres cada año y que, mientras tanto, nuestros gobernantes no hagan nada desde las estructuras del Estado y de las comunidades autónomas para evitarlo y erradicarlo.
¿Qué clase de sociedad tolera este feminicidio? ¿Cómo se ha llegado a soportar el dolor de tantos asesinatos? ¿Por qué no se reacciona desde los organismos públicos?.
En la maltrecha e imperfecta Democracia de este país son pocos los pasos que se han dado para crear una sociedad basada en la Justicia Social, en la que todas y todos vivamos con dignidad, y no tengamos que gritar que necesitamos “pan, techo y trabajo”. Son muchos los pasos que se han dado para saquear y aniquilar los servicios públicos; para despojarnos de derechos como trabajadores/as; de tutelar la vida y las decisiones de las mujeres a través de reformas como la de la Ley del Aborto; de despojar a la Educación Pública de su objetivo de ser libre, crítica, coeducativa para la transformación de la realidad; de establecer protocolos de actuación en caso de violencia de género que sólo proponen la autodefensa y la cumplimentación de exhaustivos formularios (todo un insulto para las mujeres que viven esta violencia todos los días). Todas estas contrarreformas desarrolladas en los últimos años son el caldo de cultivo perfecto para la violencia, para la desigualdad, para la insolidaridad.
Pero no vamos a consentir esta deriva socio-económica que nos condena a la muerte, a la pobreza y a la desprotección. Ahora más que nunca necesitamos construir una sociedad basada en la Solidaridad, la Igualdad y la Justicia, en el que las mujeres sean esencial y auténticamente libres. Las mujeres del Movimiento Democrático de Mujeres vamos a luchar por conseguir las sinergias necesarias para plantarle cara a este sistema destructivo, y para ello hacemos un llamamiento a todas las fuerzas políticas, sindicales y sociales para conquistar las calles, la sociedad, la política y la economía, y así empiecen a mirarnos a los ojos. Sólo de esta manera conseguiremos cambiar la realidad.
Movimiento Democrático de Mujeres (MDM): Movimiento democrático de las Mujeres participamos mujeres, organizaciones y colectivos de mujeres anticapitalistas y antipatriarcales de todo el estado Español.
https://movimientodemocraticodemujeres.wordpress.com/
Anda, Ken Loach, haz esta película si te atreves
Isaac Rosa
eldiario.es
El negocio turbio de la venta de vivienda protegida a fondos buitres en Madrid: si fuera una película, no nos la creeríamos de tanta brocha gorda como lleva Lo de los fondos buitres y las viviendas protegidas en Madrid, va Ken Loach y hace una película, y saldríamos todos del cine cabeceando y diciendo “no está mal, la intención es buena, pero es una historia maniquea, simplista, pelín demagoga: los malvados capitalistas contra la gente humilde, el especulador sin escrúpulos y los pobrecitos inquilinos. Demasiada brocha gorda, todo muy didáctico”.
Pues es verdad, Ken Loach, no se te ocurra hacer una película sobre la venta de viviendas protegidas en Madrid, porque no se la iba a creer nadie. “Un panfleto anticapitalista”, diría un crítico. Ni los madrileños nos la íbamos a creer. Míranos, lo preocupados que estamos por lo sucias que están las calles (que sí, que lo están), mientras llevamos años oliendo la Mierda con mayúsculas sin alterarnos demasiado.
Pero bueno, por si Ken Loach se queda sin ideas y no le importa arriesgarse con una historia inverosímil de puro verdadera, le paso un resumen del guión:
1-En plena crisis, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad se lían a vender viviendas públicas de alquiler protegido, destinadas a rentas bajas, jóvenes y familias vulnerables.
2-Las viviendas se venden en lotes, muy por debajo de su valor, y en un proceso con todo tipo de irregularidades (aunque esto lo sabremos después).
3-Varios “fondos buitres” se quedan con la mayor parte de viviendas, a la cabeza de ellos Fidere, filial de la compañía inversora Blackstone (que tiene nombre de empresa mala-malísima en una peli de Ken Loach, ¿verdad?). La misma Blackstone que también ha comprado hipotecas de familias a Catalunya Caixa, o que se está haciendo con cada vez más viviendas a precio de saldo, con la única oposición de la PAH.
4-El Ayuntamiento asegura que los inquilinos no notarán ningún cambio, que pueden estar tranquilos.
5-La nueva propietaria, nada más llegar, empieza a joder a los inquilinos (sí, he puesto “joder”, que en las pelis de Ken Loach se la pasan diciendo “fuck esto”, “fuck lo otro”). Les pone todo tipo de trabas, les sube el agua, y por supuesto les aumenta el alquiler en cuanto toca renovar contrato.
6-Empiezan los desahucios. Familia que no puede pagar la nueva renta, a la calle. Pero (atentos, que aquí es cuando el público dirá “anda ya, te has pasado tres pueblos, Ken Loach”) el Ayuntamiento de tapadillo se ocupa de realojar a toda prisa a los desahuciados, para que no le creen problemas al fondo buitre: el casero envía al Ayuntamiento el listado de próximos desahucios, y el consistorio se hace cargo de las familias para ahorrarle el coste social a la empresa.
7-Aparecen los primeros héroes, esos luchadores anónimos que siempre salen en las pelis de Loach: vecinos, inquilinos de viviendas ex-protegidas, que se organizan para denunciar lo que está pasando y llevar su lucha a los tribunales.
8-Los malos son desenmascarados por fin: los vecinos se organizan para resistir, el nuevo Ayuntamiento (gobernado por una abuelita entrañable y un puñado de perroflautas, qué me dices a eso, Ken) investiga lo sucedido y saca a la luz las irregularidades; la Cámara de Cuentas confirma lo que todos sospechaban (y los espectadores ya habíamos adivinado en el minuto uno): que fondos buitres y políticos estaban compinchados, que el proceso fue turbio, y que el negocio ha sido redondo, con c omisiones sospechosas y plusvalías a lo grande. A cambio, dejan una bomba de relojería para años.
9-Ahora viene el momento dramático, ese en que se nos encogerá el corazón: una mujer, Arancha Mejías, que se convirtió en portavoz espontánea de los afectados, que acusó a Fidere de ser, no buitre, sino hiena (“se comen la carroña financiera y se ríen de los vecinos”), sufre las consecuencias de su lucha: la empresa propietaria la echa de su casa, sin opción a seguir de alquiler. A la calle, tienes un mes para recoger tus cosas.
Ya ven, todo inverosímil, todo de brocha gorda. Todo real. Me falta rematar la historia, no sé si darle un final ilusionante, en el que se hace justicia, los culpables pagan y una ola de solidaridad arropa a Arancha (esta semana celebra Junta de Accionistas el fondo, lo digo por si alguien quiere pasarse a saludar); o un final pesimista en que los de siempre se salen con la suya y seguimos quejándonos de lo sucio que está Madrid, pero suciedad de la otra.
eldiario.es
El negocio turbio de la venta de vivienda protegida a fondos buitres en Madrid: si fuera una película, no nos la creeríamos de tanta brocha gorda como lleva Lo de los fondos buitres y las viviendas protegidas en Madrid, va Ken Loach y hace una película, y saldríamos todos del cine cabeceando y diciendo “no está mal, la intención es buena, pero es una historia maniquea, simplista, pelín demagoga: los malvados capitalistas contra la gente humilde, el especulador sin escrúpulos y los pobrecitos inquilinos. Demasiada brocha gorda, todo muy didáctico”.
Pues es verdad, Ken Loach, no se te ocurra hacer una película sobre la venta de viviendas protegidas en Madrid, porque no se la iba a creer nadie. “Un panfleto anticapitalista”, diría un crítico. Ni los madrileños nos la íbamos a creer. Míranos, lo preocupados que estamos por lo sucias que están las calles (que sí, que lo están), mientras llevamos años oliendo la Mierda con mayúsculas sin alterarnos demasiado.
Pero bueno, por si Ken Loach se queda sin ideas y no le importa arriesgarse con una historia inverosímil de puro verdadera, le paso un resumen del guión:
1-En plena crisis, el Ayuntamiento de Madrid y la Comunidad se lían a vender viviendas públicas de alquiler protegido, destinadas a rentas bajas, jóvenes y familias vulnerables.
2-Las viviendas se venden en lotes, muy por debajo de su valor, y en un proceso con todo tipo de irregularidades (aunque esto lo sabremos después).
3-Varios “fondos buitres” se quedan con la mayor parte de viviendas, a la cabeza de ellos Fidere, filial de la compañía inversora Blackstone (que tiene nombre de empresa mala-malísima en una peli de Ken Loach, ¿verdad?). La misma Blackstone que también ha comprado hipotecas de familias a Catalunya Caixa, o que se está haciendo con cada vez más viviendas a precio de saldo, con la única oposición de la PAH.
4-El Ayuntamiento asegura que los inquilinos no notarán ningún cambio, que pueden estar tranquilos.
5-La nueva propietaria, nada más llegar, empieza a joder a los inquilinos (sí, he puesto “joder”, que en las pelis de Ken Loach se la pasan diciendo “fuck esto”, “fuck lo otro”). Les pone todo tipo de trabas, les sube el agua, y por supuesto les aumenta el alquiler en cuanto toca renovar contrato.
6-Empiezan los desahucios. Familia que no puede pagar la nueva renta, a la calle. Pero (atentos, que aquí es cuando el público dirá “anda ya, te has pasado tres pueblos, Ken Loach”) el Ayuntamiento de tapadillo se ocupa de realojar a toda prisa a los desahuciados, para que no le creen problemas al fondo buitre: el casero envía al Ayuntamiento el listado de próximos desahucios, y el consistorio se hace cargo de las familias para ahorrarle el coste social a la empresa.
7-Aparecen los primeros héroes, esos luchadores anónimos que siempre salen en las pelis de Loach: vecinos, inquilinos de viviendas ex-protegidas, que se organizan para denunciar lo que está pasando y llevar su lucha a los tribunales.
8-Los malos son desenmascarados por fin: los vecinos se organizan para resistir, el nuevo Ayuntamiento (gobernado por una abuelita entrañable y un puñado de perroflautas, qué me dices a eso, Ken) investiga lo sucedido y saca a la luz las irregularidades; la Cámara de Cuentas confirma lo que todos sospechaban (y los espectadores ya habíamos adivinado en el minuto uno): que fondos buitres y políticos estaban compinchados, que el proceso fue turbio, y que el negocio ha sido redondo, con c omisiones sospechosas y plusvalías a lo grande. A cambio, dejan una bomba de relojería para años.
9-Ahora viene el momento dramático, ese en que se nos encogerá el corazón: una mujer, Arancha Mejías, que se convirtió en portavoz espontánea de los afectados, que acusó a Fidere de ser, no buitre, sino hiena (“se comen la carroña financiera y se ríen de los vecinos”), sufre las consecuencias de su lucha: la empresa propietaria la echa de su casa, sin opción a seguir de alquiler. A la calle, tienes un mes para recoger tus cosas.
Ya ven, todo inverosímil, todo de brocha gorda. Todo real. Me falta rematar la historia, no sé si darle un final ilusionante, en el que se hace justicia, los culpables pagan y una ola de solidaridad arropa a Arancha (esta semana celebra Junta de Accionistas el fondo, lo digo por si alguien quiere pasarse a saludar); o un final pesimista en que los de siempre se salen con la suya y seguimos quejándonos de lo sucio que está Madrid, pero suciedad de la otra.
Lee íntegra la condena a Ana Botella y siete ex altos cargos por malvender pisos públicos.
viernes, 9 de septiembre de 2016
Entrevista al cineasta Miguel Ángel Rosales, director de "Gurumbé, canciones de tu memoria negra". "España, con Portugal, es la que inicia la trata de esclavos"
El documental "Gurumbé, canciones de tu memoria negra" muestra a Sevilla como uno de los primeros destinos de los esclavos negros raptados en África y la influencia que esta población tuvo en la cultura andaluza.
Desde el siglo XV, personas negras raptadas en África fueron sometidas a la esclavitud. El largo episodio de la esclavitud negra en América es de sobra conocido y documentado, sin embargo, no es tan conocido que fue Andalucía uno de los primeros sitios a donde fueron llevadas muchas de estas personas. El documental 'Gurumbé, canciones de tu memoria negra', dirigido por el antropólogo y cineasta jerezano Miguel Ángel Rosales y producida por Intermedia, documenta el paso de la población esclava negra por Andalucía y su influencia en la cultura.
Hablamos con Miguel Ángel Rosales.
-Suena raro relacionar la esclavitud negra con Andalucía y, sin embargo, los primeros negros que fueron raptados de África para ser utilizados como esclavos sirvieron en Sevilla, ya desde el siglo XV.
¿Por qué esta amnesia?
-Hay varias cuestiones. Parece que todo el tema de la trata comienza en un momento concreto, a finales de siglo XV. Ya antes había habido esclavos en Europa, pero no de esta manera tan sistemática, como un valor de mercancía y con unos volúmenes tan tremendos. Lo que también cambia es el área geográfica de esos esclavos: antes había muchos africanos, pero también eslavos, prisioneros de guerra. Fueron los portugueses los que comienzan y los españoles fueron rápidamente a la zaga, desembarcando esclavos en el puerto de Sevilla. La historia no es sólo que fuera anterior a la trata atlántica, sino que todo el negocio se estaba haciendo desde territorio ibérico. Parte de ellos se llevaron a América, pero muchos se quedaron. No estamos hablando sólo de que fue debido a la gran demanda americana de mano de obra, sino que fue primero la demanda en Andalucía, y después en el resto de España. Sevilla se convirtió en un gran puerto esclavista, y después también Barcelona o Cádiz.
Sevilla, con la importancia que tomó con el comercio con las colonias americanas, se convirtió en una gran metrópoli. Comenzó a haber diferencia con la trata de plantación, aquí había cierta interacción con la población esclava, lo que no quita que se le diera un trato cruel y vejatorio. Hubo también muchos matrimonios mixtos, y de ahí se derivó una importancia cultural muy fuerte y se terminó formando una población afroandaluza. Ahora ya es marginal, pero hay algunas figuras afroandaluzas que llegaron a ser importantes.
Toda esta investigación está ahora surgiendo. La esclavitud en España se ha estudiado desde los 50, pero con unos estereotipos, viendo a la esclavitud como un objeto de ostentación o de lujo. Después se desmontó esa teoría y se comenzó a estudiar la interacción cultural. En Sevilla en el siglo XVI y XVII podía haber entre un 10 y 15% de población negra y mestiza, eso tuvo que tener una influencia fortísima. Donde se puede ver bastante a nivel de archivo es en el tema de las cofradías. Muchas de las primeras cofradías religiosas estaban formadas por negros esclavos. Hay arzobispos que forman estas hermandades y el esclavo las toma porque le permitía una visibilidad social y un lugar de reunión donde hacer comunidad, siendo una población totalmente marginada e invisibilizada. Comienzan a tener influencia en la música, Igual que muchos pueblos de África que tienen en la música y danza sus grandes expresiones artísticas, aquí, todos los principales bailes que surgen en la Península Ibérica vienen de los esclavos negros, como el cumbé [baile del preflamenco]. Se ve una relación con las colonias americanas y a formarse un sincretismo musical. Cuando nace el flamenco ya en el siglo XIX, arrastrando mucho de esto, haciendo síntesis de la música popular y creando casi la primera música moderna de Europa, lo hace con esos elementos, con un factor africano importantísimo. Por otra parte, en Sevilla hay actualmente una hermandad que se llama Los Negritos, y no mucha gente sabe que se llama así porque fue una hermandad de negros, y es la hermandad más antigua de Sevilla. Llegó un momento en el que se formó una lucha política y de grupos étnicos alrededor de las hermandades, y las clases altas lograron arrebatar ese sitio principal que tenían las hermandades de esclavos, y muchas de ellas desaparecieron. Había hermandades de esclavos en todos los sitios donde había población negra, como Cádiz o Jerez.
La población esclava negra tuvo gran protagonismo en las hermandades y cofradías sevillanas.
-¿Cómo ha sido trabajar en este documental, de qué fuentes te has servido?
-Yo he hecho la parte documentalista, he tirado de información de Arturo Morgado, Isidoro Moreno entre otros. Investigadores que ya llevan tiempo con este tipo de temas y dándole también otro enfoque más moderno que el que había en los años 50. Me he dedicado a reunir informaciones. A parte de que el tema me parecía fascinante, me sorprendía que no tuviera una repercusión más importante, que no hubiera nada a nivel divulgativo sobre esto. En España siempre se ha querido borrar todo lo relacionado con el genocidio y su papel en la trata de esclavos. España, con Portugal, es la que inicia la trata de esclavos, da el pistoletazo de salida y los holandeses e ingleses copiaron el modelo. Y aunque la esclavitud llega hasta el siglo XIX, España fue el último país en abolirla y hunde sus raíces hasta los años 60 con el franquismo, cuando se independizó Guinea Ecuatorial. Lo que es interesante del tema de la esclavitud, no como hecho histórico, es que creó un sistema productivo que llegó hasta donde justo se pudo porque la comunidad internacional tiraba de las orejas a España para que lo abandonara, y ha producido también toda una serie de estereotipos sobre el africano que aún hoy sigue viva y se proyecta sobre el fenómeno de la inmigración,
Un nuevo bar de tapas en Madrid con influencias de todo el mundo
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Los pequeños platos de KultO, uno de los nuevos y cada vez más numerosos bares de tapas en la calle Ibiza, en el barrio del Retiro, en Madrid, reflejan una tendencia popular de los restaurantes españoles: después de años de gastronomía molecular, ahora está de moda una cocina más reconocible.
En el menú se reconocen influencias mexicana, asiática, italiana y mediterránea, pero el restaurante, que abrió en diciembre, está lejos de reinventar la tradición de las tapas. Gonzalo Bosque, uno de los propietarios, dijo: “Queremos ofrecer gastronomía conocida pero hacerla más divertida y contemporánea al añadir toques étnicos”, dijo
Bosque maneja las operaciones del negocio mientras los otros dos propietarios, Laura López Campo y José Fuentes, que son esposos, están a cargo de la cocina. La pareja, de Madrid, también dirige restaurantes en la provincia de Cádiz, al sureste de España, y han trabajado en restaurantes en el extranjero; llevaron a casa lo que aprendieron en países como Italia y China.
Durante una visita reciente, lo primero en su desfile de tapas para compartir fue un tazón de hummus espolvoreado de semillas de calabaza y cebollín, que sirven gratis. Después llegó una ensalada digna de publicar en Instagram, con hojas púrpuras de chicoria roja, calabacín en rebanadas delgadas, así como espárrago verde y blanco; oculta, un bola suave de burrata salpicada con aceite de trufa negra hecho en casa. La primavera respiraba en ese plato.
A continuación, dos tapas deslumbrantes: carpaccio de pulpo con una guarnición de elote frito, yuca en trozos y una salsa de vino blanco con ajo, así como una ensalada de papa y aderezo de manzana con rodajas de manzana verde.
Sin embargo, mis favoritas fueron las tapas de atún, con un pez de alta calidad proveniente de Malta y el sur de España, servidos en preparaciones inspiradas en el sureste de Asia y México. Satay de atún —trozos de lomo en brocheta sobre una cama crujiente de corazones de lechuga orejona— acompañado de menta fresca, cilantro y hojas de albahaca con una salsa picante de cacahuete. Lo más enérgico fue el dúo de tacos, un nido de buche de atún en trozos, piña, cebolla, cilantro, tomates y habanero, todo desbordando de unas canastas de tortilla horneada.
Italia fue representada de una manera más tradicional: un tazón generoso de pasta en espiral con pesto y salsa de tomate, una tapa reconfortante por excelencia.
La dulzura es bienvenida después de estos relámpagos de sabor, y llegó con un pastel de chocolate denso servido con sorbete de frambuesa y rociado de una cálida salsa de caramelo.
El comedor del segundo piso ofrece una atmósfera más discreta: la entrada alegre y sus tres mesas comunes son la mejor elección para disfrutar el ambiente más apropiado para una experiencia clásica de tapas.
KultO: Calle Ibiza 4. Teléfono: +34 911 733 053; página web: kulto.es. El precio de una cena para dos, sin bebidas ni propina, es aproximadamente de 55 euros (61 dólares).
http://www.nytimes.com/es/2016/09/06/un-bar-de-tapas-en-madrid-con-influencias-de-todo-el-mundo/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
Los pequeños platos de KultO, uno de los nuevos y cada vez más numerosos bares de tapas en la calle Ibiza, en el barrio del Retiro, en Madrid, reflejan una tendencia popular de los restaurantes españoles: después de años de gastronomía molecular, ahora está de moda una cocina más reconocible.
En el menú se reconocen influencias mexicana, asiática, italiana y mediterránea, pero el restaurante, que abrió en diciembre, está lejos de reinventar la tradición de las tapas. Gonzalo Bosque, uno de los propietarios, dijo: “Queremos ofrecer gastronomía conocida pero hacerla más divertida y contemporánea al añadir toques étnicos”, dijo
Bosque maneja las operaciones del negocio mientras los otros dos propietarios, Laura López Campo y José Fuentes, que son esposos, están a cargo de la cocina. La pareja, de Madrid, también dirige restaurantes en la provincia de Cádiz, al sureste de España, y han trabajado en restaurantes en el extranjero; llevaron a casa lo que aprendieron en países como Italia y China.
Durante una visita reciente, lo primero en su desfile de tapas para compartir fue un tazón de hummus espolvoreado de semillas de calabaza y cebollín, que sirven gratis. Después llegó una ensalada digna de publicar en Instagram, con hojas púrpuras de chicoria roja, calabacín en rebanadas delgadas, así como espárrago verde y blanco; oculta, un bola suave de burrata salpicada con aceite de trufa negra hecho en casa. La primavera respiraba en ese plato.
A continuación, dos tapas deslumbrantes: carpaccio de pulpo con una guarnición de elote frito, yuca en trozos y una salsa de vino blanco con ajo, así como una ensalada de papa y aderezo de manzana con rodajas de manzana verde.
Sin embargo, mis favoritas fueron las tapas de atún, con un pez de alta calidad proveniente de Malta y el sur de España, servidos en preparaciones inspiradas en el sureste de Asia y México. Satay de atún —trozos de lomo en brocheta sobre una cama crujiente de corazones de lechuga orejona— acompañado de menta fresca, cilantro y hojas de albahaca con una salsa picante de cacahuete. Lo más enérgico fue el dúo de tacos, un nido de buche de atún en trozos, piña, cebolla, cilantro, tomates y habanero, todo desbordando de unas canastas de tortilla horneada.
Italia fue representada de una manera más tradicional: un tazón generoso de pasta en espiral con pesto y salsa de tomate, una tapa reconfortante por excelencia.
La dulzura es bienvenida después de estos relámpagos de sabor, y llegó con un pastel de chocolate denso servido con sorbete de frambuesa y rociado de una cálida salsa de caramelo.
El comedor del segundo piso ofrece una atmósfera más discreta: la entrada alegre y sus tres mesas comunes son la mejor elección para disfrutar el ambiente más apropiado para una experiencia clásica de tapas.
KultO: Calle Ibiza 4. Teléfono: +34 911 733 053; página web: kulto.es. El precio de una cena para dos, sin bebidas ni propina, es aproximadamente de 55 euros (61 dólares).
http://www.nytimes.com/es/2016/09/06/un-bar-de-tapas-en-madrid-con-influencias-de-todo-el-mundo/?smid=fb-espanol&smtyp=cur
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