sábado, 18 de junio de 2016

La crisis económica está vinculada a 260.000 muertos más por cáncer. Investigadores de Harvard calculan la factura mortal de la recesión en los países de la OCDE.

El colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y la caída del banco de inversión Lehman Brothers en 2008 aparecen en paralelo a la muerte por cáncer de decenas de miles de personas a miles de kilómetros de allí, en la Unión Europea. La crisis económica global, desencadenada por la crisis financiera estadounidense, está asociada a al menos 260.000 fallecimientos por cáncer que no habrían ocurrido sin la recesión, 160.000 de ellos en la UE, según una estimación publicada hoy en la revista médica The Lancet. Esta presunta factura mortal de la crisis se reduce al periodo 2008-2010 y a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por lo que no incluye a gigantes como China e India.

El nuevo estudio, realizado por científicos de universidades como Harvard, Oxford y el Colegio Imperial de Londres, sugiere que “el desempleo y el gasto público en salud están significativamente asociados con la mortalidad por cáncer”. El análisis emplea datos de 70 países con unos 2.000 millones de habitantes, de entre 1990 y 2010, tomados de la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.

Los resultados muestran que un 1% de aumento en el desempleo de un país está asociado a 0,37 muertes adicionales por todos los tipos de cáncer analizados por cada 100.000 personas. El trabajo también relaciona un recorte del 1% en gasto público en sanidad como porcentaje del PIB con 0,0053 muertes adicionales por cada 100.000 habitantes.

“Una limitación de nuestro estudio es que no podemos probar que haya causa y efecto, más bien demostramos una asociación entre la crisis económica y la mortalidad por cáncer”, reconoce a Materia el médico Mahiben Maruthappu, investigador del Colegio Imperial de Londres y uno de los principales autores del estudio. Maruthappu, de 27 años, es además asesor del responsable del Servicio Nacional de Salud inglés, por lo que influye en el destino de 100.000 millones de libras destinadas al gasto sanitario.

Los autores defienden que existe un vínculo causal porque, en países sin cobertura sanitaria universal, el acceso a la sanidad puede depender de tener un empleo. “Sin trabajo, los pacientes pueden ser diagnosticados tarde y recibir un peor tratamiento o recibirlo con retraso”, subraya en un comunicado Rifat Atun, experto en salud pública de la Universidad de Harvard. “España no sufrió muertes adicionales durante la crisis económica y creemos que esto se debe, principalmente, a la alta accesibilidad de su sistema de salud”, aplaude Maruthappu.

En EE UU, donde todavía hay más de 35 millones de personas sin cobertura sanitaria, los científicos calculan que se produjeron 18.000 muertes adicionales por cáncer entre 2008 y 2010. En México, casi 4.000 fallecimientos más. Para el equipo de Maruthappu, sus resultados son “un argumento sólido a favor de la cobertura sanitaria universal”. Los países peor parados son aquellos con economías frágiles y sin cobertura global, como Malta, Kuwait y Polonia. Solo 75 de 194 países analizados tienen una legislación que promete una cobertura sanitaria universal.

El epidemiólogo Miquel Porta, catedrático de salud pública de la Universidad Autónoma de Barcelona, aplaude el nuevo trabajo, aunque cree que “es probable que incluso subestime el impacto” de la crisis. El estudio, subraya Porta, se centra más en la atención médica (diagnóstico y tratamiento del cáncer) que en la prevención primaria, la que actúa sobre las causas.

“Muchos estudios, y la simple vivencia cotidiana, indican que con la recesión se han resentido gravemente las políticas públicas y privadas de control de los factores ambientales, laborales, alimentarios y sociales que más cáncer causan”, explica el epidemiólogo. “Además de las condiciones de vida, pueden haber empeorado algunos hábitos individuales que también desempeñan un papel en la aparición de muchos cánceres, como el tabaquismo (por ejemplo, por la precariedad laboral y las angustias económicas), la alimentación y la actividad física, ya que es más difícil pagar un gimnasio”, añade Porta.

“Tanto en España como en Italia hemos descrito que aumenta el número de exfumadores que vuelven a fumar. Y lo atribuimos a la crisis”, coincide Esteve Fernández, investigador del Instituto Catalán de Oncología y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología.

http://elpais.com/elpais/2016/05/24/ciencia/1464113124_099317.html?rel=lom

Leopoldo Espuny, abogado de obreros

Higinio Polo
Topoexpress

A veces, los días de primavera nos traen la sacudida de las emociones imprevistas, crueles, que nos arrebatan una parte de la vida compartida y nos dejan las sombras del desasosiego irremediable pero también de los días luminosos que siguen derramando el recuerdo de las luchas obreras bajo el franquismo, de esa larga marcha proletaria que, desde la Comuna, siguió en la revolución bolchevique, en la lucha antifascista, en la construcción de una cultura democrática que nos hiciera mejores y en el universo fraterno en que germinó el fruto delicado de la libertad. Ha muerto Leopoldo Espuny, cargado de esa dignidad de las luchas obreras, de la costumbre ardiente de acompañar todas las causas justas, como si él mismo nos dijera de su vida: este libro termina aquí.

Leopoldo Espuny, nacido en 1940, ingresó en el PSUC, el partido de los comunistas catalanes, en los tiempos duros del franquismo, en los años sesenta, con veintitrés años, cuando las detenciones y las torturas en las comisarías de la policía política eran la moneda común utilizada por los esbirros de la dictadura para intentar detener las manos cálidas de la libertad. Fue detenido en numerosas ocasiones, enviado cuatro veces a la cárcel, juzgado por los tribunales indignos al servicio de un régimen siniestro. Espuny fue un dirigente estudiantil comunista mientras estuvo en la universidad, siempre dispuesto a derribar los muros del miedo, siempre presente en todas las iniciativas de lucha contra la dictadura que se tejían en esa Barcelona de los años sesenta que quería dejar atrás los años de terror y sangre de los correajes falangistas y empezar a construir la libertad. En la celebración del 1º de Mayo de 1967 (por poner un ejemplo entre tantos), el PSUC y las nacientes comisiones obreras convocaron a una manifestación en Torre Baró, en el distrito obrero barcelonés de Nou Barris. En la manifestación fueron detenidas más de cien personas, Leopoldo Espuny entre ellas: fue maltratado en comisaría, y juzgado dos años después ante el TOP, el Tribunal de Orden Público franquista, siendo defendido por Solé Barberá. Esa defensa fue recordada durante mucho tiempo: Espuny había declarado (como estrategia de defensa, siguiendo la consigna del PSUC de que “había que negar la evidencia”) que había tenido conocimiento en París de la manifestación convocada por Comisiones Obreras leyendo el diario Le Monde, extremo que el fiscal franquista pretendió desmontar, encontrándose con que Solé Barberá esgrimió ante el tribunal que él también era lector de ese diario francés y que incluso había guardado esa noticia: abrió una carpeta y simuló traducir de un inexistente recorte de periódico, deteniéndose ante la supuesta dificultad del texto, y concluyendo: “Los obreros se reunirán en Barcelona, en Torre Baró.” El veterano Solé Barberá llegaría a ser el abogado que más detenidos defendió ante el Tribunal de Orden Público franquista.

Esos fueron los medios, la escuela, en donde creció Leopoldo Espuny: en la memoria de los vencidos en la guerra civil, como era el propio Solé Barberá; en los relatos de la resistencia obrera ante la ignominia, en la paciente y constante lucha de los humillados por recuperar la libertad, por reservar el fuego del socialismo perseguido, en la esperanza republicana que esparcían los hombres y mujeres comunistas que eran capaces de enfrentarse al odio y a las prisiones. Espuny también sería encarcelado: en la prisión Modelo durante las protestas por el consejo de guerra de Burgos, y en Carabanchel, en varias ocasiones.

Después de terminar la universidad, ya abogado, Espuny trabajó en el bufete de Luis Salvadores, acudiendo a todos los casos que necesitaban asesoramiento, ayuda, defensa jurídica, aconsejando en convenios y en luchas obreras, construyendo las palabras que los obreros pugnaban por hacer llegar a los empresarios sin escrúpulos y a los tribunales franquistas, escribiendo recursos, horadando códigos, examinado las leyes fascistas para encontrar el temblor de la justicia. A veces, directamente; en otras ocasiones, a través de la colaboración con los demás abogados del PSUC, en todas las grandes huelgas bajo el franquismo estuvo presente Espuny, en la de la Maquinista Terrestre y Marítima, en Harry Walker, en SEAT, en la Térmica, en el Baix Llobregat; llevando las palabras del PSUC, de las Comisiones Obreras. Hoy puede parecer increíble, pero en los años de plomo del fascismo, sólo tres despachos de abogados de Barcelona aceptaban defender a obreros: los de Antoni Cuenca, Francesc Casares y Josep Solé Barberá. Leopoldo Espuny pertenecía a esa estirpe: de entre los miles de abogados, sólo los más dignos, los más valientes, aceptaron la razón y la dignidad frente al dinero y la posición social.

Durante el estado de excepción de 1969, en las protestas por el consejo de guerra de Burgos, en las manifestaciones por la detención de los dirigentes de Comisiones Obreras y en el proceso 1.001, en la solidaridad con los trabajadores chilenos ante el golpe de Estado de Pinochet, en el aliento a la revolución de los claveles portuguesa, en la solidaridad con Vietnam, en la formación de la Assemblea de Catalunya y de la Junta Democrática, en los días tristes de la matanza de los abogados de Atocha, en todos esos momentos estuvo presente Espuny, porque siempre fue uno de los nuestros.

Ya en la transición política tras la dictadura, Espuny participó en la creación del gabinete jurídico de las Comisiones Obreras de Barcelona, que, más tarde, se convertiría en el gabinete de la CONC, la Comissió Obrera Nacional de Catalunya, y del que llegó a ser responsable, donde recalaron la mayor parte de los abogados que habían encabezado la resistencia al franquismo. Aquellos abogados trabajaron noche y día para horadar los muros del fascismo. Espuny fue amigo, compañero, camarada de otros inolvidables letrados que siempre estuvieron al servicio de los trabajadores, como Josep Solé Barberá o Luis Salvadores, que supieron tejer la red de la solidaridad en los tiempos sombríos del fascismo, como Ascensió Solé, Lola Hurtado, Rafael Senra, Enric Leira, Albert Fina, Conchita Fernández, Montse Comas, Montserrat Avilés, y tantos otros.

En los días del golpe de Estado de Tejero, cuando tantos personajes políticos relevantes de esos años se ocultaron ante el temor del retorno a la dictadura, Espuny estuvo en los locales de Comisiones Obreras de la calle Padilla, colaborando con la organización de la huelga general que se había convocado, dispuesto a enfrentarse de nuevo al fascismo, mientras los tanques de la infamia recorrían las calles de Valencia, la extrema derecha patrullaba por ciudades españolas, y, en Barcelona, un Jordi Pujol pendiente de la televisión, exigía la desconvocatoria de la huelga general convocada por Comisiones Obreras para combatir al golpe con el peregrino argumento de que, si el golpe militar triunfaba, la huelga habría sido inútil, y, si fracasaba, la convocatoria se revelaría inadecuada.

En Viejo tango en carnaval, libro que Espuny publicó en 2013, se encuentran los días de la dictadura y de la transición que él vivió en primera línea, intentando examinar las huellas de los errores y recuperando el recuerdo de los días mutilados por el fascismo. Con las palabras de Neruda, Espuny fue “adversario del malvado y muro del frenético”; fue un militante comunista durante toda su vida, un miembro de la internacional, un abogado solidario de los humildes, un hombre empeñado en cerrar el callejón de las miserias.

Hasta siempre.

Fuente: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/leopoldo-espuny-abogado-de-obreros/

viernes, 17 de junio de 2016

Empleo para los más frágiles. La desocupación crónica afecta a cerca de tres millones de personas en España.

La crisis ha intensificado en España una tendencia de largo recorrido e inaceptables consecuencias: la progresiva expulsión del trabajo de los adultos menos cualificados. Un problema que está adquiriendo perfiles crónicos y que es la causa principal de la preocupante evolución del riesgo de pobreza. El aumento en la desigualdad de rentas durante la crisis procede básica y precisamente del alarmante aumento en la no ocupación de ese colectivo. Los riesgos sociales para los trabajadores con bajos salarios no tienen parangón con los riesgos de pobreza y de carencia material severa que se derivan de la desocupación prolongada o crónica.

Este es un de los peores resultados del anómalo funcionamiento del mercado de trabajo. Casi la mitad de los últimos treinta años España ha mantenido tasas de paro superiores al 20%; solo cuatro años tasas de menos de 10%. El convulso devenir del empleo en función de los ciclos económicos es incomparable con la evolución laboral de los países de nuestro entorno.

Aunque tan deficiente funcionamiento puede afectar a todos los niveles educativos en diferentes momentos de la biografía laboral, se da una clara preponderancia de la forma en la que perjudica —durante toda su trayectoria vital— a los “menos cualificados”. Los importantes incrementos de nivel de estudios no han logrado cambiar este proceso. Cada nivel de estudios ha sido sustituido, en periodos cada vez más cortos, por el inmediato superior en la proporción de “desocupados”.

Este problema es menos visible en el largo plazo entre las mujeres. Su constante incremento de participación laboral durante el último medio siglo encubre en parte lo que entre los varones es una evidencia palmaria: los adultos menos cualificados se han visto progresivamente expulsados del empleo, incluso en la fase que debería ser la más activa de su biografía laboral, hasta casi cronificar esa expulsión. En cada recesión, su pérdida de empleo ha resultado más acusada, y se ha ido acumulando porque las fases alcistas posteriores sólo han logrado recuperar la mitad de lo perdido. Por tal camino, en 2013, la mitad de los varones españoles autóctonos con estudios primarios llegó a estar sin empleo en la cima de su vida laboral (entre 35 y 54 años).

Urge recuperar su ocupación. Bajo un supuesto moderado, el colectivo recuperable alcanzaría a tres millones de personas potencialmente empleables. Ese colectivo es prioritario porque tiene las menores opciones alternativas al empleo. Además, tienen más probabilidades de pertenecer a hogares con hijos que sufren las más duras consecuencias derivadas de la pobreza de sus padres. No es suficiente “mejorar su empleabilidad”, es imprescindible conseguir su vuelta al empleo.

No puede obviarse que la opción de recualificar a los adultos con desocupación crónica tiene serias limitaciones: por un lado, esta tarea es lenta y costosa, dificultada por las reconocidas insuficiencias del sistema español de formación de desempleados; por otro lado, es posible que esa recualificación mejore algo las condiciones de competencia con otros colectivos, pero resulta poco probable que pueda solucionar el problema de desocupación de los “menos cualificados”.

La progresiva cronificación en la desocupación parece indicar que hay un notorio problema de inadecuación entre su productividad y los costes laborales de su cada vez más improbable contratación. Si no se actúa sobre estos costes, su desocupación será creciente e irreversible.

Dejando aparte los salarios, a los que la crisis ha sometido a un intenso proceso de ajuste en el que ha influido la reforma laboral, hay varios ámbitos de actuación para la capacidad reguladora del Estado: las subvenciones directas, las rebajas del IRPF, las exenciones o bonificaciones de la cotización a la Seguridad Social y la compatibilidad salarial complementaria con el empleo de algunas prestaciones sociales.

Cualquiera de estas políticas presenta problemas de incentivos perversos, porque no es razonable ni eficiente recompensar la descualificación. Por ello, es imprescindible elaborar unos criterios claros de demarcación que se centren en ese objetivo de “recuperación” de unos trabajadores que, habiéndolo sido, han sufrido la tragedia de no haberse preparado para un momento y una sociedad que no supieron ver a tiempo.

Las experiencias en la utilización de las subvenciones directas al empleo no las hace recomendables. El difícil rigor en su aplicación, su tendencia a generar efectos “no queridos” y sus serios problemas de demarcación desaconsejan esta vía.

La opción de una subvención controlada fiscalmente a través del IRPF tendría que tomar la forma de “impuestos negativos”, ya que el IRPF de estos contratos es ya muy bajo.

La vía de importantes rebajas de las cotizaciones a la seguridad Social para los trabajos de menor cualificación parece la más sencilla de aplicar, como ha demostrado la actual carencia de 500€ de cotización para los contratos indefinidos. La demarcación de estas rebajas al objetivo específico de “recuperación”, obligaría a restringirlas a desocupados que ya hubieran cotizado antes y con un tiempo largo de desempleo. La duración de esa cotización anterior tendría que depender de una función que podría tomar en cuenta los estudios y la edad para su cálculo.

La mejora del complejo y disperso sistema de garantía de mínimos es muy necesaria. Ese sistema alcanza ya un volumen de gasto considerable. Las prestaciones no-contributivas por desempleo rondan los 8.000 millones de euros anuales. Son prestaciones predominantemente “pasivas”, con pocos efectos en el logro de empleo. Sin mayor dificultad ni incremento de coste, varias de esas prestaciones se podrían hacer compatibles con un salario, más intensamente para los hogares con menores. Esa compatibilidad habría que promoverla mediante incentivos que la hiciesen atractiva tanto para los empleados como para los empleadores. Su prolongación durante el tiempo en el que esas prestaciones hubiesen podido estar vigentes, de no haber encontrado empleo, serviría de único criterio de demarcación. Recursos que ahora solo palian las carencias económicas de los parados, contribuirían a mejorar su vida.

La recuperación para el empleo de los menos cualificados es el objetivo más urgente para un verdadero rescate social. La mejora del sistema de mínimos es necesaria, pero no puede resolver un problema de esta magnitud en la participación laboral de adultos. Y hay algo mucho más importante: la ocupación no es solo un medio para obtener rentas; es también una fuente imprescindible de dignidad y de motivación para la mejora de las propias capacidades, una fuente de estabilidad y de regulación cotidiana de la vida en los hogares, y el medio más eficiente y humano que se conoce de equilibrar derechos y deberes sociales de los ciudadanos.

Luis Garrido y Rodolfo Gutiérrez son catedráticos de Sociología y autores del documento El urgente rescate social: recuperar el empleo de los menos cualificados, del Círculo Cívico de Opinión.

http://elpais.com/elpais/2016/04/29/opinion/1461942035_603683.html

Agárrame ese telescopio. Una severa lección de astronomía práctica con Júpiter y sus satélites.

Jacinto Antón


Desde muy niño me ha obsesionado desentrañar los secretos del universo y a menudo, como Tales de Mileto, he caído en una zanja por mirar el cielo. Ajeno incluso a los rudimentos del pensamiento científico y pendiente aún la física de bachillerato, mi relación con el cosmos y sus arcanos es que ni de becario de Aristarco. Pero me sigo esforzando. Aún me empeño en entender los capítulos de astronomía de mi ajada Introducción a la ciencia, de Asimov (Plaza & Janés, 1973), y en dilucidar lo del dichoso paralaje. El otro día pensé que quizá es que ese libro está obsoleto y que hoy el universo se explica de manera más asequible. Así que compré Siete breves lecciones de física,de Carlo Rovelli (Anagrama, 2016), que es mucho más moderno, y breve. Pero leí: "Si la teoría de la gravedad cuántica de bucles es correcta, la materia no puede realmente colapsar en un punto infinitesimal. Porque no existen puntos infinitesimales: existen solamente regiones finitas de espacio". Estábamos en las mismas, o peor.

Aún le iba dando vueltas al bucle cuando el sábado, la Noche de los Museos en Barcelona, me di un inesperado baño de astronomía. Hacía una noche magnífica y tras visitar las exposiciones de Cosmocaixa me dirigí al bar de la terraza del museo en busca de una copa que me ayudara a saciar mi sed de ciencia. Me topé entonces con la Noche de los Telescopios, una simpática propuesta de observación de astros. Yo soy un fan de las estrellas, pero literario, todo lo que ignoro de gravitaciones, quarks y radiaciones de fondo, lo sé en cambio de los nombres de las constelaciones y sus leyendas. Sé, por ejemplo, que si cuando cae una estrella fugaz te frotas una espinilla esta se va. Mis estrellas favoritas son las Pléyades, "The Starry Seven", como las llamaba Keats en Endymion, las siete hermanas azules hijas de Atlas o las siete palomas, que brillan junto a la constelación de Tauro aunque en esa preciosa nubecilla, ese enjambre, ese racimo solar que forman, solo aprecias bien a simple vista seis. Se cuenta -aunque nos es muy científico- que la séptima, Mérope, brilla menos porque, a diferencia de sus hermanas, en vez de montárselo con un dios se lo hizo con un mortal y está avergonzada por ello.

Este conocimiento no me libró de la cola, junto a un inquietante letrero digno del autoestopista galáctico que rezaba: "Si se acaba el mundo luego no te quejes". Pero al cabo de un rato ya estaba en la orilla de la noche cósmica que diría el bueno de Carl Sagan admirando en una gran pantalla conectada a un telescopio un objeto brillante espectacular. "Es júpiter", estableció un señor a mi lado. Qué bonito, comenté, ¿y esos puntitos alrededor? "Son cuatro de sus satélites, Calisto, Europa, Io y Ganimedes". Empecé a decir algo sobre la magnificencia de la visión y el silencio de los espacios infinitos, pensando que lo de Ganimedes me había aumentado la sed, cuando el individuo, que lucía barba de sabio, puso en mis manos una regla de plástico pequeñita. "Aquí no estamos para simples contemplaciones estéticas, haga algo útil, mida cómo se van moviendo los satélites". Obedecí sintiéndome un zángano cósmico, y traté de congraciarme señalando que pronto la luna llena estaría en el centro del cielo irradiando su plateada hermosura y que precisamente Endimión y Selene…. "Venga, venga, a lo suyo, trabájeme hombre. En mala hora la luna llena, no es buena para observar ni siquiera a ella misma, no hay contrastes”.

Me pasé un buen rato allí vigilado de cerca por Pere Closes, que así se llamaba el erudito instructor, y midiendo los satélites jupiterinos en medio de la noche. Al cabo de un rato me sustituyó otro visitante. Sentado al fin con mi copa y curiosamente satisfecho, incluso feliz, abrí el libro de Rovelli y lo entendí todo: “Aquí en el límite de lo que sabemos, en contacto con el océano de cuanto no sabemos, brillan el misterio del mundo, la belleza del mundo, y nos dejan sin aliento”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/05/24/actualidad/1464105757_574336.html

jueves, 16 de junio de 2016

XXXI Edición de la Universidad de la Paz.

CURSO DE VERANO 2016:

LAS CONSECUENCIAS DE LOS CONFLICTOS
Del 7 al 13 de julio en el Centro Borja de Sant Cugat
Si el año pasado nos planteábamos cuáles eran las dinámicas que mueven los conflictos, a la edición de este año intentaremos estudiar sus consecuencias y entender sus especificidades a través de casos concretos.
Lugar:
Centro Borja de Sant Cugat
Calle de Llaceres, 30,
08173 Sant Cugat del Vallés, Barcelona
935 90 80 85 -
 - Consulta el mapa 

Cómo llegar:
- Ferrocarriles de la Generalidad de Cataluña, parada Sant Cugat.
- Para llegar al Centro Borja desde la estación de FGC de Sant Cugat puede tomar el bus L8(consulta horarios)  desde la misma estación o también se puede llegar caminando (aprox. 15 minutos.)

 Folleto del curso  (pdf 183.96KB)

“La palabra desigualdad sigue dando miedo”. Martin Ravallion, exdirector del Departamento de Investigación del Banco Mundial, ahonda en un nuevo libro sobre el acercamiento político a la pobreza.

El economista e investigador australiano Martin Ravallion ha dedicado su carrera a estudiar las estructuras económicas que hay detrás de la pobreza.
El último trabajo del exdirector del Departamento de Investigación del Banco Mundial es un manual que ahonda en esta cuestión. Para Ravallion, la conexión es obvia, pero asegura que aún hace falta comprender mejor cómo sin la economía no se puede erradicar la pobreza. Si no se entiende el desafío al que se enfrentan los ciudadanos más desfavorecidos, las políticas sociales que pretenden ayudarlos pueden condenarlos a permanecer en el último eslabón de la sociedad. Ravallion acaba de recibir el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Cooperación al Desarrollo, que recogerá el martes 21 de junio en Madrid.

Pregunta. Afirma que los economistas no saben lo bastante sobre la pobreza, ¿qué aspecto es el menos entendido?
Respuesta. La pobreza no ha recibido suficiente atención. Yo sabía que la economía me ayudaría a entenderla, pero la mayoría de los economistas no se interesan por este asunto. Uno de los mayores errores es la visión de que los pobres no saben lo que es mejor para ellos, y culparlos de su situación. Esas personas están constantemente tomando decisiones difíciles que afectan a sus familias, a sus hijos. Tanto los medios de comunicación como los políticos deben tener más respeto hacia ellos, porque si no se les respeta se pueden cometer muchos errores que lleven a implementar políticas que les fuercen a hacer cosas que no les favorecen y que, incluso, pueden resultar en un empeoramiento de su situación. Otro error mayúsculo es pensar que la lucha contra la desigualdad y la pobreza tendrá inevitablemente un coste en el crecimiento económico. Esto suele ser una excusa para no tomar medidas.

P. ¿Se sigue aceptando la pobreza como parte inevi­table del sistema económico?
R. Hace 200 años se consideraba que la pobreza era necesaria. Hoy nos hemos dado cuenta de que, por lo menos en el caso de la pobreza extrema, se puede erradicar. Ocurrió en Europa Occidental y en EE UU. El crecimiento económico fue importante, pero iba acompañado de seguridad, de reducción de riesgo y de una serie de políticas sociales que apuntalan esa economía, como la educación y la igualdad de oportunidades. Pero en la actualidad, en la mayoría de los países, ricos y pobres, la desigualdad es demasiado alta. Las personas pobres tienen tantas ideas como las ricas, solo que no pueden financiarlas: es la desigualdad lo que obstaculiza sus oportunidades económicas.

P. En su trabajo se refiere a que el extremo más pobre de la economía cada vez es más “pegajoso”. ¿Qué consecuencias tiene esto en la lucha contra la pobreza?
R. En los 100 años que se tardó en erradicar la pobreza extrema en Europa Occidental y EE UU ocurrieron dos cosas: cada vez había menos personas viviendo por debajo de ese umbral, y el límite inferior se elevaba. Ahora, en los países en vías de desarrollo el progreso ocurre de una forma más rápida pero no afecta a los más pobres. La única explicación es que en el pasado las políticas sociales fueron más efectivas a la hora de llegar a los pobres, y eso es una cuestión de capacidad administrativa y de voluntad política. Deberíamos aprender de países como los escandinavos: hay que empezar aplicando políticas sociales universales que afecten a toda la sociedad.

P. ¿Cómo convencería a quienes creen que los pobres son responsables de su situación de que las políticas sociales universales son necesarias?
R. Es necesario entender las situaciones límite a las que se enfrentan las personas y el contexto en el que viven. Los políticos desconocen lo que es vivir en la pobreza. Los economistas hablan en términos abstractos, pero deberían ver lo que realmente implica, para internalizar los problemas que acarrea. Si hicieran esto empatizarían mucho más y serían menos proclives a culpar a los pobres de sus problemas. Nadie puede creer que la pobreza, en cualquier parte del mundo, sea culpa de quien la padece. Pero siempre hay quien encuentra una excepción y lo utiliza como arma política. Estoy convencido de que las sociedades son fundamentalmente progresistas y avanzan.

P. ¿Por qué sigue habiendo pobreza en países tan ricos como EE UU?
R. Es pobreza pero tiene estándares distintos; la línea que marca el umbral es 12 veces más elevada que en África. Según se desarrolla una economía, también lo hace su definición de pobreza. La trayectoria de crecimiento económico en EE UU hasta 1980 contribuyó enormemente a la reducción de este índice, pero a finales de los setenta se estancó. Hubo un cambio deliberado durante la Administración de Reagan para invertir menos dinero en áreas como la educación. Cada vez era más difícil que un niño pobre pudiera seguir estudiando, lo que disparó la desigualdad. El crecimiento sólo afectó a la parte más alta del espectro económico, dejó atrás a los desfavorecidos, y entonces empezamos a ver un estancamiento en la lucha contra la pobreza.

P. ¿Considera que EE UU no ha hecho lo bastante?
R. No se han implementado suficientes medidas sociales para luchar contra la pobreza. En EE UU descubrieron muy tarde, a finales de los noventa, que si combinas todas las políticas sociales acabas con una tasa de impuestos elevadísima que grava a las personas más desfavorecidas. Esto quiere decir que aunque logren una nueva fuente de ingresos, pierden todo beneficio por los impuestos. Es lo que se llama la trampa de la pobreza: destruye los incentivos para que los más pobres escapen de su situación por sus propios medios. Las políticas sociales inteligentes son las que construyen esos incentivos. Pero debemos tener cuidado de no caer en el paternalismo, asegurarnos de que pensamos en esto desde la perspectiva de una persona sin medios, no desde la de un político que se dedica a hacer juicios de lo que debería o no hacer la gente.

P. ¿Cuál es el mayor obstáculo en la lucha contra la pobreza?
R. El desafío está en la desigualdad, no todo el mundo ve que la brecha es demasiado grande. Aunque aumenta el número de políticos que se da cuenta de que el elevado índice de desigualdad está destruyendo oportunidades económicas, que ven que la clase media se queda atrás y que no reducimos los índices de pobreza; sobre esto no hay todavía un consenso. La palabra desigualdad sigue dando miedo, mientras que pobreza no. Una de las cosas que se pueden hacer es desmontar el término y sacar a la luz aspectos específicos en materia de educación y salud. Si decimos que la diferencia en la esperanza de vida entre ricos y pobres en EE UU es de 15 años, la desigualdad queda retratada en términos que van más allá de riqueza o dinero. Quizá esto ayude a que el término asuste menos.

El otro gran reto es la pobreza relativa. En un periodo de 10 a 40 años podemos haber erradicado la pobreza extrema en casi todo el mundo y eso es algo fantástico, porque es el peor tipo de pobreza. Pero seguirá habiendo pobres y la desigualdad continuará siendo un grandísimo problema.

http://economia.elpais.com/economia/2016/06/09/actualidad/1465484253_626652.html

Los trastos o la vida: cómo organizar y simplificar tu vida en 10 pasos. Francine Jay, autora de 'Menos es más', propone que, por cada nuevo objeto que entre en casa, nos desprendamos de otro similar

"Prefiero una fotografía del gramófono de mi abuela al aparato en sí mismo", señala en declaraciones a Verne Francine Jay, autora de Menos es más. Cómo ordenar, organizar y simplificar tu casa y tu vida, el último superventas de una serie dedicados a conseguir esa (¿imposible?) magia del orden.

Jay cree que con menos cosas podemos ser más felices, y que organizar es prácticamente un imperativo de los tiempos que corren. "Tenemos una vida tan ocupada que nuestras rutinas diarias han de ser más fáciles y eficientes. Cuando no tenemos que bucear en pilas de cosas para encontrar la cartera o las llaves del coche por la mañana nos encontramos más calmados y menos estresados. Sin los trastos, nuestras vidas diarias fluyen más suave y grácilmente".

Conocida como Miss Minimalist (el nombre de su exitoso blog, que echó a andar en 2009), Jay cree que deshacerse de lo innecesario se parece bastante a hacer dieta. Podemos empezar de un día para otro, contar las posesiones como si fueran calorías y pasar hambre, pero lo más probable es que esto fracase. "Desarrollar una actitud minimalista transformará el modo en que tomamos decisiones respecto a los objetos. En vez de ser una solución a corto plazo, se convertirá en un compromiso a largo plazo con un nuevo modo de vida", apunta.

Ordenar o no ordenar, esa es la cuestión. "En nuestras vidas modernas tenemos un montón de cosas. Pero de lo que estamos realmente faltos es de espacio y tiempo. El desorden ocupa espacio y tiempo preciosos en nuestras vidas, ya que tenemos que pasar tiempo limpiando, manteniendo, reparando, organizando y trabajando para pagar por ello. Organizar nos ayuda a dejar espacio para las actividades y la gente que nos importan. Los estudios han mostrado que obtenemos más felicidad de las experiencias que de las posesiones", señala Miss Minimalist.

Jay propone que, por cada nuevo objeto que entre en casa, nos desprendamos de otro similar. Su método es, al menos en apariencia, sencillo: consiste en clasificar todas las pertenencias en tres categorías (útiles, bonitas y con valor sentimental), y seguir lo que la autora llama streamline (optimización, en español), un acrónimo de estos diez pasos para liberarnos del desorden:

1. Siempre hay que volver a empezar. Jay recomienda vaciarlo todo y después recolocar los objetos uno a uno.

2. Trasto, tesoro o traspaso. Clasifica las pertenencias en estas categorías: Trastos, Tesoro y Traspaso. “No tengas nada en casa que no sea útil o que no consideres bonito”, que diría el escritor William Morris.

3. Razón de ser de cada objeto. Tenemos que asegurarnos de que hay una buena razón para que cada objeto forme pare de nuestro hogar.

4. En cada lugar una cosa y cada cosa en su lugar. La autora se refiere a tres espacios: En lo que llama “Círculo Íntimo” se encuentran los objetos de uso habitual; en el “Círculo Externo” los de uso irregular y en “Almacenamiento Profundo” aquellas cosas que se usan menos de una vez al año.

5. Apartarlo todo de las superficies. Las superficies de mesas, camas, mesillas, etc, deben estar siempre despejadas.

6. Módulos. Jay recomienda usar cajas diferentes para subdividir los objetos en módulos y etiquetarlos para no perderlos de vista.

7. Límites. Imprescindibles para mantener el estilo de vida minimalista.

8. Intercambio. Por cada cosa que entra, sale otra de la casa.

9. Nada de ser permisivo: restringe. Reduce, reduce y reduce.

10. El mantenimiento diario. Actitud vigilante para que haya orden y no se acumulen las cosas innecesarias.

Nunca podremos saber, aunque nos lo imaginamos, lo que pensaría de esta nueva moda Einstein, cuya amontonada mesa a menudo se usa como ejemplo de la creatividad que surge del caos. "Yo diría que Einstein era lo suficientemente genial para hacer un gran trabajo a pesar de su caótica mesa. Pero para los que no somos como él, es más probable que el desorden entorpezca; hay demasiadas distracciones. De la misma manera, un espacio limpio tiende a despejar la mente, y nos ayuda para concentrarnos", apunta Jay.

Como nos ocurre a muchos, el desorden digital puede ocasionar tantos o más quebraderos de cabeza que el material. Las recomendaciones de Jay pasan por limitar las cuentas en redes sociales a un máximo de tres y separar claramente los tiempos online y offline. "Por ejemplo, no consultar el correo electrónico en el teléfono cuando estás en el parque con tu hijo", señala. "Optimizar nuestras vidas digitales nos puede aportar mucha serenidad".

Casi tan difícil como contagiar este estilo de vida al resto de ocupantes de la casa (uno de los objetivos de la autora) parece desprenderse de objetos sentimentales al estilo del gramófono de la abuela del que, como señalábamos al principio, Jay conserva el recuerdo fotográfico. "Creo que la mejor manera de lidiar con ellos es ser selectiva", señala la autora. "Por ejemplo: elijo solo un objeto para conmemorar a una persona, experiencia o evento, en lugar de un puñado o una caja. Creo que una versión digital de varios objetos conmemorativos es igual de efectiva. Prefiero recordar mis viajes con fotografías que con una maleta llena de recuerdos".

¿Estamos ante una fenómeno global? Jay cree que sí. "Mi libro se ha traducido ya a 17 lenguajes, así que creo que el interés es definitivamente global. Puede haber alguna diferencia cultural en relación a cuánto es suficiente, pero demasiadas cosas parece ser una epidemia global". Como dejó dicho el famoso poeta japonés Bashō, conocido por sus haikus: "Desde que ardió mi casa veo mejor la luna naciente".

http://verne.elpais.com/verne/2016/05/23/articulo/1464008172_296957.html 

http://verne.elpais.com/verne/2015/11/10/articulo/1447151617_649753.html

miércoles, 15 de junio de 2016

Marina ataca de nuevo. El filósofo ofrece a los partidos una apresurada hoja de ruta para un pacto educativo.

Cuarto Poder

El profesor José Antonio Marina está convocando a partidos políticos con representación parlamentaria a una reunión para que firmen una “hoja de ruta para un pacto educativo”. Lo hace por encargo de la Cátedra Nebrija-Santander en Inteligencia Ejecutiva de la Universidad Elio Antonio de Nebrija. Podemos imaginar lo que opinan tanto el banco como una universidad privada y elitista de un bien común como es la educación pública. Hace seis meses, el propio Marina había reclamado un pacto de estado sobre la educación al alimón con el neoliberal Luis Garicano, dirigente de Ciudadanos y responsable de su  programa económico y educativo.

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No es la primera vez que en plena campaña electoral hace  propuestas en materia educativa. Hay que recordar que antes de las elecciones del 26-J aceptó el encargo del ministerio de Educación del gobierno Rajoy para elaborar un libro blanco de la profesión docente. Era una buena manera de desviar la atención de los problemas de fondo de la educación (recortes y LOMCE) y  responsabilizar al profesorado con un falso debate. Ahora vuelve a la carga con el mismo equipo. Pero vayamos por partes y analicemos las condiciones y la legitimidad de la iniciativa.

Para firmar la hoja de ruta Marina pone unas condiciones que son propuestas-trampa. Plantea que el partido que gobierne tras las elecciones se comprometa, con la ayuda de la oposición, a mantener la LOMCE en vigor mientras no dispongamos de una nueva ley de educación. Algo totalmente inasumible para la mayoría social que ha luchado contra esta disparatada ley y para la amplia mayoría parlamentaria que el 5 de abril de 2016 aprobó su inmediata paralización. Supondría aceptar un marco legal impuesto por un partido que hoy solo representa a uno de cada cuatro electores; y su aplicación mientras no se alcanzase un acuerdo que se negociaría bajo las patas de los caballos y con una posición de fuerza de los conservadores.

Otra condición es que la escuela pública puede desarrollarse, como indica la Constitución, a través de una doble red: pública y concertada. Además de manipular la interpretación de la Constitución Española, pretende dar naturaleza de escuela pública a los centros concertados. La escuela pública es de todos y para todos o no lo es. No lo son los centros que segregan, discriminan y hacen negocio económico, ideológico o religioso con la educación. Aceptar ese planteamiento sería consagrar un modelo que se ha convertido en una una perversión educativa. El resto es retórica. No se dice nada de cómo asegurar la gratuidad o la escuela inclusiva, ni se ponen sobre la mesa asignaturas pendientes como la laicidad. Desde el punto de vista formal propone el viejo modelo de pacto político de “mesa camilla”, sin la participación de la comunidad educativa y de los expertos realmente cualificados que existen y llevan trabajando voluntaria y gratuitamente mucho tiempo.

En cuanto a la legitimidad hay que preguntarse ¿quiénes son la universidad Antonio de Nebrija y José Antonio Marina para convocar y querer pilotar un Libro Blanco para un Pacto Educativo? ¿Qué legitimidad tiene quién apuesta por lo privado? Por más que quiera arrogarse la representación del “núcleo” de “la sociedad civil”, el problema de Marina es que se representa a sí mismo. Y, en todo caso, a una universidad privada que tiene episodios oscuros en su pasado (compra de alumnado y poco rigor en la  selección del profesorado). La postura de Marina no es en absoluto neutral: ha trabajado para el gobierno del PP, coincide con los planteamientos de Ciudadanos y está rodeado de un equipo vinculado a intereses de centros concertados religiosos como la fundación Trilema.

Marina busca erigirse en protagonista de un supuesto proceso de negociación de un pacto educativo. También intenta sacar del aislamiento al partido que aprobó la LOMCE (PP) o al que se siente cómodo con su filosofía (Ciudadanos). Y de paso, hacer abstracción de las movilizaciones, reflexiones y propuestas en defensa de la escuela pública. Como es una persona inteligente, solo se puede entender su atrevimiento como un jugoso encargo o como el intento de influir políticamente, de ahí las prisas que intenta imponer para antes del 26-J. No hay que separar esta iniciativa del intento del PP de utilizar la educación como un  eje principal de su campaña electoraluna vez creada una base social con los centros concertados.

Si alguien tiene legitimidad para plantear un proceso de esta naturaleza es el centenar de organizaciones que han elaborado el  ‘Documento de bases para una nueva ley educativa’ . El Foro de Sevilla, la Marea Verde, las AMPAS, organizaciones estudiantiles, sindicatos de profesorado, partidos políticos progresistas, plataformas y entidades educativas, movimientos de renovación pedagógica… ellas sí representan la sociedad civil [ver su  Declaración de ilegitimidad de la propuesta de Pacto Educativo de Marina ]. Y han puesto su trabajo, reflexiones y propuestas al servicio de la sociedad para alcanzar un pacto social, político y territorial para una nueva ley. No necesitamos cicerones para esta tarea colectiva.

Como pasó con el llamado libro blanco del profesorado, la arrogante propuesta de Marina quedará en agua de borrajas y en un vano intento de lavar la cara a los responsables del mayor ataque que ha recibido nunca la educación pública. No pude haber pacto educativo que no se construya sobre la base de la derogación de la LOMCE y la reversión de los recortes. Como dice la Comisión permanente de las organizaciones y colectivos que han elaborado el Documento de bases para una nueva ley educativa: es una urgencia para que nuestro sistema educativo no siga creciendo en privatización y en desigualdad y expulsando al alumnado más vulnerable de las aulas.

Fuente:

http://www.cuartopoder.es/laespumaylamarea/2016/06/09/marina-ataca-nuevo/1492

RESILIENCIA EN NIÑOS: 10 consejos para fomentarla

Entendemos por Resiliencia la capacidad del ser humano para afrontar las adversidades de la vida, superarlas y salir fortalecido de la experiencia. No se trata de una capacidad innata que se tiene o no se tiene, sino que es algo que podemos aprender y desarrollar, y que debemos fomentar desde la infancia. Esto no implica que un niño resiliente no experimente dolor o angustia. Todo trauma, pérdida o cambio importante llevará asociado cierto dolor emocional que variará en función de las circunstancias. Se trata de aprender a manejar la situación, sobreponerse a ella, transformarla y salir fortalecido.

A continuación se exponen algunos consejos para desarrollar la resiliencia en los niños:

1. Hacer amigos

Enseña a tu hijo a establecer relaciones con sus iguales, a hacer amigos y mantenerlos. Al mismo tiempo, asegúrate de que tiene una red familiar sólida en la que se siente amparado y aceptado tal y como es. En la escuela, es fundamental prestar atención a los posibles niños aislados y actuar en consecuencia. Las relaciones interpersonales fortalecen la resiliencia en los niños y les dotan del apoyo social necesario para hacer frente a la adversidad.

2. Ayudar a los demás

Ayudar a los demás permite a los niños sentirse valorados y útiles. Pequeños trabajos voluntarios o tareas adecuadas según su edad pueden contribuir a desarrollar esta habilidad.

3. Mantener una rutina

Establecer y seguir una rutina diaria reconforta a los niños y les proporciona seguridad, especialmente a los más pequeños, ya que les permite saber que están cumpliendo correctamente con sus tareas.

4. Descansar

Tener y seguir una rutina es importante, pero también lo es saber cuándo tomarse un descanso y hacer cosas diferentes. Tan importante es estudiar como jugar, divertirse y dar rienda suelta a su creatividad. La clave está en el equilibrio.

5. Cuidarse

Debemos inculcarles desde pequeños la importancia de cuidarse a ellos mismos a través de la alimentación, el deporte, el juego o el descanso. No debemos olvidar que los adultos somos modelos para ellos, por lo que debemos predicar con el ejemplo.

6. Fijarse metas

Ayúdales a que establezcan desde pequeños metas y objetivos razonables en su vida y a que avancen paso a paso hacia ellos. Recibir elogios por sus progresos les permitirá centrar su atención en los logros y desarrollar la percepción de autoeficacia y confianza en sí mismos para salir adelante ante los desafíos de la vida.

7. Fomentar una autoestima positiva

Recuérdale cómo supo lidiar con éxito con las dificultades en el pasado y ayúdale a comprender que los desafíos de la vida le permiten desarrollar el aprendizaje y la fortaleza que necesita para manejar los desafíos futuros. Ayúdale a que aprenda a confiar en sí mismo tomando sus propias decisiones y resolviendo sus problemas. Enséñale a tomarse las cosas con humor y a reírse de sí mismo.

8. Actitud positiva ante la adversidad

Incluso en los momentos más dolorosos, ayúdales a ver las cosas con una perspectiva más amplia y a largo plazo. Los niños tienen dificultades a la hora de imaginar el futuro, pero es importante hacerles ver que la situación actual es pasajera, y que el futuro puede traer cosas muy positivas a sus vidas. Fomentar en ellos una actitud optimista les permitirá focalizarse en el lado bueno de las cosas y a querer seguir adelante incluso en los momentos más duros.

9. Autodescubrimiento y autoconocimiento

Los momentos difíciles brindan la oportunidad a los niños a aprender más sobre sí mismos. Ayúdale a que sea consciente de que la manera que tiene de afrontar la adversidad es una prueba de su fortaleza.

10. Aceptar que el cambio es parte de la vida

Los cambios de prácticamente cualquier tipo pueden ser muy traumáticos para niños y adolescentes. Debemos ayudarles a ver que el cambio forma parte de la vida y que las metas que han demostrado ser inalcanzables puedes sustituirse por otras igualmente válidas.

Fuente consultada: Asociación Americana de Psicología

https://paseandoporlamente.wordpress.com/2016/04/14/resiliencia-en-ninos-10-consejos-para-fomentarla/

martes, 14 de junio de 2016

CIENCIAS BÁSICAS VIII EDICIÓN (2015). STEPHEN HAWKING Y VIATCHESLAV MUKHANOV

Los físicos Stephen Hawking y Viatcheslav Mukhanov son los ganadores del Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ciencias Básicas por descubrir que las galaxias se formaron a partir de perturbaciones cuánticas en el principio del universo.

La materia se agrupa en el universo formando galaxias, cúmulos de galaxias y supercúmulos de galaxias. Esas grandes estructuras de materia llevan creciendo poco más de 13.000 millones de años, es decir, desde que el universo empezó a expandirse en el big bang. Pero ¿cómo empezó el proceso? ¿Por qué empezó a acumularse la materia? A principios de los años ochenta Hawking y Mukhanov, trabajando de forma independiente, dijeron que en el universo recién nacido, fracciones de segundo después de iniciarse la expansión, tuvo que haber fluctuaciones cuánticas que actuaron como semillas de las galaxias. Nadie creía entonces que llegara a ser posible demostrar experimentalmente su existencia, pero han bastado tres décadas para que ocurriera exactamente eso: en 2013 un satélite europeo confirmó plenamente las predicciones.

El físico ruso Mukhanov, actualmente catedrático de Cosmología en la Ludwig-Maximilians Universität de Munich, Alemania, explicó ayer tras recibir la noticia del premio que “ni en sus mejores sueños“ imaginó, al hacer su predicción sobre el efecto de las fluctuaciones cuánticas, que sus predicciones llegarían a ser demostradas experimentalmente.

Mukhanov, con 24 años, publicó su trabajo en 1981, cuando aún era un estudiante de doctorado en el Instituto de Física y Tecnología de Moscú, donde investigaba bajo la influencia de grandes físicos teóricos, entre ellos Yakov Zeldovich –uno de los creadores de la bomba atómica–. “Yo no trabajaba para hacer feliz a los experimentos, trabajaba para hacer feliz a Zeldovich“, dijo ayer Mukhanov en tono de broma, que recuerda no obstante el ambiente de gran libertad científica que se respiraba en ese grupo, aún en el régimen de la Unión Soviética. Mukhanov firmó su trabajo con G. Chibisov, fallecido en 2008.

En los años setenta la cosmología era un área “todavía muy especulativa”, señala Mukhanov. Se sabía que el universo está expandiéndose, y que era muy probable que hubiera estado muy caliente en el pasado. Pero no mucho más. Apenas había datos observacionales, lo que contribuía a que no fuera un área muy importante en la Física. Sin embargo la formación de las galaxias era una de las cuestiones consideradas más relevantes, y también pensaba en ella Stephen Hawking.

En 1982, empleando modelos distintos a los de Mukhanov y Chibisov, Hawking llegó a esencialmente las mismas conclusiones.

Como explica el acta del jurado, “Stephen Hawking y Viatcheslav Mukhanov propusieron que las fluctuaciones cuánticas microscópicas eran el origen de la estructura observable a gran escala del universo. Este planteamiento, ahora validado por las observaciones, es un resultado fundamental en la cosmología“.

Mukhanov “fue el primero,1981, en reconocer que la estructura del universo, incluyendo la formación de las galaxias, podía tener origen cuántico microscópico”, indica el acta. “En 1982, Hawking estudió de manera independiente un escenario para la aceleración cósmica en presencia de fluctuaciones cuánticas, llegando a la misma conclusión“.

Hawking es probablemente más conocido por sus aportaciones fundamentales a la física de los agujeros negros. La predicción de que los agujeros negros no solo absorben materia y energía sino que también emiten la llamada radiación de Hawking también deriva de la aplicación de la teoría cuántica a los agujeros negros, pero carece aún de confirmación experimental.

El trabajo por el que recibe este premio, en cambio “puede considerarse el descubrimiento más importante de los confirmados experimentalmente en la unificación de la física teórica fundamental de partículas con la cosmología“, señala el jurado.

La luz fósil del big bang
La confirmación experimental de la teoría de que las fluctuaciones cuánticas en el universo recién nacido dieron lugar a las galaxias y las demás acumulaciones de materia que hoy vemos en el universo proviene del estudio de la llamada radiación cósmica de fondo de microondas. Esta radiación es una luz que llena todo el cielo, invisible al ojo humano pero detectable con sensores específicos. Los astrofísicos la detectaron por primera vez de modo casual en los años sesenta, y descubrieron que contiene una gran cantidad de información sobre cómo era el universo cuando empezó a expandirse. La mera existencia de esta radiación cósmica de fondo se considera una de las más sólidas pruebas a favor del big bang, y ha sido sobre todo su estudio detallado lo que ha recabado los ansiados datos experimentales en cosmología. Gracias a ello la investigación del origen del universo es hoy un área de gran actividad.

El análisis en profundidad de la radiación de fondo empezó en los años noventa con el satélite COBE, de la NASA. Un tipo de información que los científicos sabían que debía contener la radiación de fondo tenía que ver precisamente con la formación de las galaxías. Si hoy se observan –como efectivamente ocurre- acumulaciones de materia, hay que suponer que en el principio del universo también hubo irregularidades, por muy pequeñas que fueran. Y esas irregularidades debían estar en la radiación de fondo, medibles en forma de variaciones de temperatura.

La predicción de Mukhanov y Hawking indicaba que el origen de esas irregularidades se debía a fluctuaciones cuánticas, y calculaba cómo se traducirían a variaciones de temperatura en la radiación de fondo.

Sin embargo, las medidas de los primeros satélites, aunque consolidaron a grandes rasgos el modelo del big bang, tenían un grado de precisión aún demasiado bajo como para confirmar o desmentir la teoría de Mukhanov y Hawking. Lo que Mukhanov llamó ayer “la palabra final” la puso el satélite Planck, de la Agencia Espacial Europea (ESA), en 2013. Planck midió la temperatura de la radiación de fondo en toda la bóveda celeste con una precisión nunca antes alcanzada –diezmilésimas de grado-, y pudo así detectar regiones donde esa temperatura variaba ligerísimamente. "Planck ha medido exactamente, con una precisión del 99,999999.... %, lo que habíamos predicho", dice emocionado Mukhanov.

“Hoy Zeldovich sería inmensamente feliz“, prosigue, si conociera las medidas realizadas por el satélite Planck.

Mukhanov mostró además su satisfacción por recibir el premio junto a Hawking, a quien admira y con quien tiene una muy buena relación. No fue posible ayer obtener declaraciones del físico británico.

¿Por qué fluctuaciones cuánticas?
Una derivación de la predicción de los galardonados conduce a un aspecto de la teoría del big bang   que aún no se considera demostrado: la inflación. Así llaman los físicos a un brevísimo periodo nada más iniciada la expansión en que el universo creció de forma mucho más rápida a como lo ha seguido haciendo después. Para Mukhanov, la inflación es la mejor manera de explicar que las fluctuaciones cuánticas crecieron hasta dar lugar a las acumulaciones de materia actuales, pero admite que otros apuestan por hipótesis alternativas.

De lo que no hay duda es de que las fluctuaciones cuánticas existieron: sin ellas no hay manera de explicar las variaciones de temperatura medidas por Planck en la radiación de fondo. Ante la pregunta de por qué pensó en ellas cómo origen de las galaxias, Mukhanov responde: “¿Y quién sabe por qué se piensan las cosas?“. Sí explica que las fluctuaciones cuánticas son una conclusión obligada de uno de los principios sobre los que se sustenta toda la mecánica cuántica: el Principio de Incertidumbre de Heisenberg.

Este principio dice que no es posible tener una partícula en reposo absoluto en un punto dado: existe siempre una incertidumbre tanto en su posición como en su velocidad. Aplicado a una distribución homogénea de materia, como la que se supone que constituye el universo en sus primeros momentos, el principio de incertidumbre diría que no podemos localizar simultáneamente la materia y su velocidad y que, como consecuencia de ello, se producirían siempre irregularidades; es decir, las citadas fluctuaciones.

http://www.fbbva.es/TLFU/tlfu/esp/microsites/premios/fronteras/galardonados/2015/ciencias.jsp

Más información en El XL Semanal

¿Austero Aznar? La austeridad neoliberal empieza siempre por los demás, jamás por ellos mismos.

Y va Josemari Aznar y le pega un rapapolvo a Mariano Rajoy por “relajar la corrección del déficit”. Y le instruye a hacer lo contrario: “España debe acelerar el proceso de consolidación fiscal”, reduciendo el gasto público. O como, más claro, dejó escrito: el Gobierno tiene “el deber” de aplicar “políticas de máxima austeridad” (España puede salir de la crisis, Planeta).

Más vale reír que llorar. El incumplidor fiscal, el que vocea que denunciará a Cristóbal Montoro por revelar sus infracciones y sanciones, el amigo de sobrios de lujo como Rupert Murdoch, Bernie Ecclestone, Flavio Briatore, Paco Camps, Jaume Matas, Rita Barberá y la tribu gurtélida-escurialense, dando lecciones de frugalidad. La austeridad neoliberal empieza siempre por los demás, jamás por nosotros mismos.

Pincha Aznar a Mariano con que la bonanza económica de su tiempo se debió a esa política; le replican la vice y Luis de Guindos que ellos lo han hecho mejor. Oculta un factor clave del crecimiento económico bajo el aznarato: su ley del suelo. Fue esa la que disparó desde 1998 la burbuja inmobiliaria, bajo el principio de que todo era urbanizable salvo lo prohibido, y que incubó la Gran Recesión a la española. Pero el máximo austero lo olvida.

Como, generoso, obvió en las 219 páginas de ese libro siquiera mencionar a Rodrigo Rato, quien algo tendría que ver con aquella recuperación. Para nada, el generoso Aznar se autoatribuyó el fugaz mérito: “El milagro soy yo”, declaró a The Wall Street Journal. Modesta frase que “era precisamente lo contrario a cualquier planteamientro egocéntrico”, según nos asegura en El compromiso del poder, su segundo volumen de desmemorias selectivas.

Cuando las invectivas de estilo Rottenmeier atenazan a Mariano, asalta a muchos la compasión de minimizar sus fracasos, la pérdida de un ejercicio presupuestario por culpa de bajar los impuestos para subir los votos, el patético papelón ante Europa para evitar la multa por incumplimiento del déficit... Al fin y al cabo, es un tipo apacible que no suele ofender.

Pero entonces comprueban que les promete en España volver a reducir impuestos y al tiempo escribe a la Comisión asegurando que una vez pasen las elecciones volverá a aplicar recortes; qué digo recortes: “nuevas medidas”. Y se sienten burlados.

http://elpais.com/elpais/2016/05/23/opinion/1464021800_997153.html

lunes, 13 de junio de 2016

4 venenos en una relación de pareja y sus antídotos

El laboratorio de amor. Así se llama el lugar de la Universidad de Washington en el que, durante cuatro décadas, el doctor John Gottman, experto en relaciones, y su equipo han estudiado más de 3.000 parejas.

Gottman afirma que puede predecir con una precisión del 90% si una pareja permanecerá unida o no.
Pero también dice que las parejas pueden salvar sus relaciones mediante la detección de las señales de advertencia y cambiando la forma en que se tratan entre sí.
Es mejor prevenir que curar, después de todo.
Con esto en mente, ¿no es hora de darle a tu relación un chequeo de salud?

Los venenos
El Instituto Gottman ha identificado cuatro problemas potenciales para una relación, a los que llaman "Los cuatro jinetes del Apocalipsis".
Descubre este temible cuarteto.

·Crítica

Te la pasas hablando de ti mismo... ¡eres un egoísta!"

Si criticas a tu pareja, puede sentirse como si estuvieras atacando su personalidad o su naturaleza.
Eso es mucho más perjudicial que una queja o un comentario negativo sueltos.
Además es el más común de los "cuatro jinetes" de alerta.

·Desprecio

"¡Eres una idiota!"

Este es el más fuerte presagio del fracaso de una relación, y usualmente se alimenta de pensamientos negativos guardados por mucho tiempo respecto a la pareja.
Préstale atención a indicios reveladores como el sarcasmo, los insultos, las burlas y la ridiculización.
Aunque parezcan inofensivos, son expresiones que a menudo llevan al conflicto, no a la resolución.
Estar en guardia

"¡No es mi culpa que siempre lleguemos tarde!"

Al sentirse atacado en una relación, la reacción usual es proteger tus sentimientos, ya sea ensimismándose o estallando con ira. Esta autoprotección es un intento de evitar lo que perciben como un ataque.
Mucha gente se pone a la defensiva cuando la critican, pero realmente se trata de una manera de culpar a la pareja.

·La cura del silencio
Al verse incapaz de lidiar con cualquiera de los otros "tres jinetes", tu pareja (o tú) puede responder desconectándose, dando la espalda, pretendiendo estar ocupado o mostrando algún comportamiento obsesivo. Aunque esto evita la confrontación, esta clausura de la comunicación produce el efecto de subir el ritmo cardíaco del corazón a más de 100 latidos por minuto, lo que nos deja físicamente abrumados.

El antídoto

Si tu relación se enfrenta a cualquiera de los portentos de la fatalidad mencionados, Gottman aconseja la adopción de cuatro alternativas que inducen a la intimidad.

·Quéjate sin culpar

Habla sobre tus sentimientos con tu pareja usando declaraciones que incluyan el pronombre "Yo".
En vez de decir: "tú siempre hablas de ti mismo", di: "me siento ignorado; ¿podríamos hablar de cómo me fue a mí hoy?".

·Cultura del respeto

Piensa positivamente sobre tu pareja, concentrándote en sus características positivas.

Demuestra aprecio y afecto. El respeto es indispensable.
Cambia el "eres estúpido" por "me siento orgulloso de la forma en la que manejaste esa situación".

·Asume la responsabilidad

Incluso si no estás de acuerdo con tu pareja, escúchala y asume algo de la responsabilidad.
Di: "debí haberme apurado", en vez de "es tu culpa que siempre lleguemos tarde".

·Cálmate

Tómate 20 minutos para reducir tu ritmo cardíaco antes de empezar a discutir.
En cambio de ignorar o cerrarte a tu pareja, lee un libro o sal a caminar.
Y luego, vuelve a conversar.

No te angusties

Hablar no es lo mismo que comunicar y "a menudo nadie nos enseña cómo comunicarnos, ni en la escuela ni en casa", señala Peter Saddlington, psicólogo de Relate UK, una organización que lleva 70 años ofreciendo apoyo a parejas.
"La asesoría puede ayudar a desarrollar la habilidad de comunicarte mejor", agrega.
Además, ofrece tres consejos. Y el primero es...

·Pide que te aconsejen
El mero hecho de hablar con alguien que no forme parte de la relación puede ayudar.
Si no te gusta hablar mucho, trata de dibujar lo que sientes o piensas.

·Prográmate
 Aparta un tiempo cada semana para "comunicación de pareja". Establece reglas básicas. No interrumpas ni des soluciones, más bien empatiza con tu pareja.

 ·Busca soluciones
 Si avances amorosos de tu pareja te dejan frío, podrías estar albergando ira y resentimiento acumulado. En lugar de evitar este aspecto de su relación, habla de tus sentimientos.

Fuente: http://www.bbc.com/mundo/noticias/2016/03/160302_cuan_buena_es_tu_relacion_finde_dv

domingo, 12 de junio de 2016

"I, Daniel Blake" y la lucha por otro mundo mejor

“Otro mundo es posible y necesario”
Ken Loach

Palabras de Ken Loach al recibir la Palma de Oro en el LXIX Festival de Cine de Cannes:

“Recibir la Palma de Oro resulta algo curioso, pues hay que recordar que los personajes que han inspirado esta película (“I, Daniel Blake”) son los pobres de la quinta potencia mundial, que es Gran Bretaña. Hacer cine es una cosa formidable y, como vemos esta tarde, muy importante. El cine hace que viva nuestra imaginación, aporta al mundo el sueño, pero nos presenta el verdadero mundo en el que vivimos. Pero ese mundo se encuentra en una situación peligrosa.

“Estamos en el filo de un proyecto de austeridad, que se dirige con ideas que llamamos neoliberales que amenazan con llevarnos a la catástrofe. Estas prácticas han provocado la miseria de millones de personas, de Grecia a Portugal, con una pequeña minoría que se enriquece de manera vergonzosa. El cine es portador de numerosas tradiciones, y una de ellas es la de presentar un cine de protesta, un cine que antepone al pueblo frente a los poderosos, y espero que esa tradición se mantenga. Nos acercamos a periodos de desesperación, de los que la extrema derecha puede aprovecharse. Algunos de nosotros somos lo bastante mayores para recordar lo que eso pudo suponer. Por eso, debemos decir que hay otra cosa posible, que otro mundo es posible y necesario”.

Cannes, 22 de mayo de 2016

Franca, digna y brutalmente conmovedora
Peter Bradshaw

Con esta película — tal vez la última de las suyas, y tal vez, no —, Ken Loach se constituye todavía más en John Bunyan del cine británico contemporáneo. Sobre la base de la investigación y las entrevistas realizadas por el guionista Paul Laverty, esta película cuesta la historia imaginada de Daniel Blake, viudo de mediana edad del noreste [de Inglaterra] que no puede trabajar ni recibir prestaciones después de un infarto casi fatal, y la historia se cuenta con una llaneza pura y feroz: sin adornos, sin disculpas, hasta sin desarrollo. La película de Loach es una ofensa a las reglas tácitamente aceptadas del buen gusto sofisticado: sutiliza, ironía y oblicuidad. La película no es objetiva y acaso Loach y Laverty subscriben la máxima de Churchill de negarse a ser neutral entre la brigada de bomberos y el fuego.

Ken Loach insistirá en comportarse como si hubiera de verdad algo malo de un modo apremiante, y que no deberíamos o no tenemos que acostumbrarnos a los bancos de alimentos como una realidad de la vida; lo retrata todo como algo respecto a lo cual podríamos de verdad hacer alguna cosa en el mundo real, por oposición a lo que supone invocar la injusticia como gesto estético, o como ingrediente que dé sabor a una ficción realista social moderna. Hay muchos que están encantados de reconocer el valor de películas como ésta si se localizan en el mundo en vías de desarrollo, mostrando a gente solidaria que trata de conservar su dignidad mientras pasa hambre. Pero si eso mismo se desarrolla en la Gran Bretaña moderna se desecha con un encogimiento avergonzado igualmente estridente o amedrentador, como si pasar hambre fuera imposible para los británicos que no son unos gandules.

I, Daniel Blake, tiene, desde luego, errores, y estaría por reconocerlo. Hay un par de escenas muy grandes, probablemente demasiado, y se veía venir cómo iba a acabar veinte minutos antes de que terminara la película. Sería un error etiquetar este estilo de austero, por supuesto. Pero tiene pasión y franqueza e idealismo, y magníficas interpretaciones, en un estilo que no es de actor, del cómico monologuista Dave Johns, en el papel de Daniel Blake, y de Hayley Squires como Katie, la madre soltera de Londres, a la que reubican en una vivienda municipal de Newcastle, donde el coste de la vida es más barato.

Desde el principio mismo, Blake se encuentra en una tormenta perfecta de infortunio burocrático. Ha sobrevivido a un paro cardíaco y su especialista del NHS le dice que debe descansar y no tratar de trabajar a destajo como carpintero. Pero de modo catastrófico, se presenta como si estuviera bastante bien; carece del ingenio o de la astucia para ofrecer al funcionariado el relato más pesimista posible de su dolencia, y de hecho pone instintivamente la mejor cara. Una valoración por parte de un funcionario que va marcando las casillas del Departamento de Trabajo y Pensiones decide que no tiene derecho a subsidio de enfermedad.

El círculo vicioso resultante concluye que sus únicos ingresos sólo pueden provenir de su asignación como demandante de empleo, que únicamente puede ganarse si le ven buscando trabajo agotadoramente y asistiendo a talleres sobre cómo hacer un currículo; este hombre jovialmente abierto, nada reflexivo, es ingenuamente honesto acerca de su intención de evitar el trabajo debido a su salud, de manera que se le etiqueta de modo humillante de gorrón. Todo tiene que solicitarse por vía digital, pero Blake carece de ordenador, de teléfono inteligente, de Internet, y es incompetente de forma vergonzante a la hora de usar los terminales de su biblioteca pública, que se cae o se cuelga cuando llega al final del formulario, de manera que tiene que volver a empezar.

Su única amiga es Katie, la madre soltera de sangre caliente de la que Daniel se hace amigo, convirtiéndose en una figura amable, como de abuelo, para sus dos niños. Aunque es inocente como un niño cuando se trata de la Red, demuestra que puede arreglar su destartalado piso y les da diestros consejos para mantenerlo todo lo cálido que sea posible. En realidad, le gusta hacer trabajos.

La fría y dura gravedad del Centro de Empleo, con su plana iluminación y sus cubículos separados de aglomerado pintado pone un barniz brutal sobre muchas escenas. Lo mismo vale en el caso del lenguaje. Los funcionarios tienen la espeluznante costumbre de desactivar todas las quejas, ya sea cara a cara o por teléfono, insistiendo en que ellos no son los que deciden: es todo responsabilidad “del que toma las decisiones”, como si fuera una sola persona: “responsable” es jerga burocrática casi risiblemente torpe, que tiene también algo distintivamente orwelliano en ello.

Y luego está la escena clave: el afrentoso momento del banco de alimentos, cuando la desdichada y orgullosa Katie soporta una indecible humillación, que resulta casi insufriblemente conmovedora. La escena es una evocación brutal, insensible de a qué cosas impensables puede llevar el hambre. Escribió Dickens en Bleak House que “lo que son los pobres para los pobres es poco conocido, salvo para ellos y para Dios”. Esta película interviene en el desordenado y desagradable mundo de la pobreza con la intención secular de hacernos ver lo que verdaderamente está pasando, y en un país próspero, además. I, Daniel Blake es una película con una dignidad propia feroz y sencilla.

Ken Loach (1936) es el mayor de los cineastas políticamente comprometidos del realismo social británico.

http://www.sinpermiso.info/textos/i-daniel-blake-y-la-lucha-por-otro-mundo-mejor

El inglés Ken Loach gana su segunda Palma de Oro por ‘I, Daniel Blake’

Un grande del cine europeo, el inglés Ken Loach, para una Palma de Oro que premia su calidad artística y su constante llamada de atención sobre las cuestiones más humanas en un siglo XXI digital. El jurado presidido por el cineasta australiano George Miller ha decidido entregar el premio a la mejor película del festival de Cannes I, Daniel Blake, en la que era 12ª participación en la Sección Oficial de Loach, que ya ganó en 2006 con El viento que agita la cebada. En teoría, el realizador se iba a retirar con su anterior película, pero fue una falsa alarma. Aplausos y ovación para un drama escrito de nuevo por Paul Laverty, que cruza dos historias, la de un carpintero recién salido de un infarto, que intenta que el sistema nacional de salud le dé una pensión ante la imposibilidad, certificada medicamente, de volver al tajo. Por otro, una joven madre con dos hijos, que roza la catástrofe vital a punto de caer en la miseria. En el escenario comentó: “Vengo al festival porque es fundamental para la supervivencia del cine. Por favor, resistid”.

El veterano realizador catalán Juanjo Giménez (Barcelona, 1963), con larga carrera como cortometrajista y productor ha ganado la Palma de Oro con Timecode, una historia misteriosa entre dos vigilantes, hombre y mujer, de un aparcamiento subterráneo. Cuando ella acaba su jornada laboral, empieza la de él. Y viceversa. Jornada tras jornada. Hasta que un día ella descubre la pasión de él, lo que hace en esas largas noche de aburrimiento. Giménez recordó al recoger el premio a Luis Buñuel, el otro único español con Palma de Oro (por Viridiana). Sobre cómo había llegado hasta Cannes, días antes había contado: “Me gusta explorar mundos que sienta lejísimos, y aquí ha sido en la danza. Me gusta poner ciertas situaciones en el sitio inadecuado, que le choque al público. El aparcamiento le da un plus a la relación de la pareja. He hecho y he visto cortos toda mi vida, y sé que como creador debes huir de los clichés”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/05/22/actualidad/1463939568_892845.html

El mapa que muestra el origen de los alimentos que comemos

Mapa de origen de cultivos del mundoNo todos los frijoles vienen de América Latina.


Tampoco los cocos o los mangos.
Este mapa muestra el origen de más de 150 cultivos clave para la alimentación de distintas regiones.
Es el resultado de un trabajo publicado en la revista Proceedings of the Royal Society que indica que muchos de los vegetales y frutas utilizados en platos tradicionales regionales en realidad provienen de otras partes del mundo.
La investigación fue realizada por un equipo internacional de científicos, coordinado por el Centro Internacional de Agricultura Tropical, con base en Colombia.
Los expertos evaluaron la dieta y producción de cultivos de 177 países que representan el 98% de la población mundial.

http://www.bbc.com/mundo/noticias-36479831?post_id=10201684103420114_10201928384486988#_=_

sábado, 11 de junio de 2016

La memoria no basta en la universidad de los genios (?). Entre los 11.820 estudiantes de grado de Cambridge solo hay 45 españoles. Dos de ellos cuentan cómo consiguieron entrar

La filosofía de la  Universidad de Cambridge se puede resumir en una frase: Think outside the box; en español, piensa fuera de lo convencional. Aquí la memorización no sirve para aprobar exámenes. Es la capacidad analítica del alumno y su propia investigación lo que se valora. Por eso, no es raro escuchar una noche cualquiera en pubs como The Eagle a dos estudiantes debatir acaloradamente sobre ciencia con unos apuntes por delante. Cerca de ellos, un cartel informa de que en esa mesa se hizo público el descubrimiento del ADN en 1953.

Ese afán por potenciar el pensamiento crítico está presente desde las pruebas de admisión a la universidad. Se necesita un nueve de media en  bachillerato, pero una vez superada esa criba, es la habilidad para resolver problemas lo que abre las puertas del campus británico.

El estudiante cordobés Rogelio Luque tuvo que enfrentarse en la entrevista de ingreso a una pregunta que no estaba escrita en ningún libro: cómo afectaría un virus ficticio a los diferentes grupos de población. “Ese supuesto no formaba parte del temario de bachillerato. Querían ver mi capacidad para llegar a conclusiones interesantes a partir de unos datos”, cuenta Luque una mañana de finales de mayo frente a King’s College. Estamos en una de las residencias de estudiantes más populares de las 31 que conforman el campus. Es su tercer año en Cambridge y a mediados de junio se graduará en Filosofía de las Ciencias con 22 años.

Cuando se pasea por Cambridge uno tiene la sensación de estar en un decorado, en una especie de cuento donde todo está perfectamente cuidado. Todos los edificios son de la misma altura, la hierba se recorta cada día y los estudiantes van de un sitio a otro con sus libros colocados en las cestas de sus bicicletas. Parece que todo estuviera hecho para reflexionar sin distracciones.

El campus se expande por toda la ciudad. Se puede llegar a cualquier sitio andando y por el camino ver la ventana de la habitación de Darwin, el manzano de Newton y no es raro cruzarse con Stephen Hawking. Es como si el peso de la historia obligara a los alumnos a querer parecerse a todos los genios que han pasado por Cambridge. De allí han salido 92 premios Nobel

“No me preocupa el futuro. Aquí nos enseñan a trabajar duro y a conseguir cualquier meta que nos propongamos”. El 99% de los alumnos de Cambridge se gradúa, de ellos el 91% encuentra trabajo en los seis meses posteriores a la graduación. A la alta tasa de inserción laboral se suma el prestigio que le otorgan algunos de sus ex pupilos, entre ellos John Harvard, el primer benefactor de la Universidad de Harvardque posteriormente tomó su apellido.

Cambridge, fundada en 1209, es la segunda universidad pública más antigua de Reino Unido por detrás de Oxford. Está considerada la cuarta mejor universidad del mundo, según el  World University Ranking 2015-2016 de  The Timesy el tercer ecosistema universitario más innovador después de  Stanford y el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Sus estándares de excelencia hacen complicado el acceso. De las 16.431 solicitudes que recibió el pasado curso de 120 países, el 80% pasaron a la fase de entrevista y 3.449 estudiantes fueron admitidos, un 21% del total. Una media de cinco académicos deciden sobre cada una de las candidaturas.

Entre los 11.820 alumnos de grado de esta universidad, solo 45 son españoles. “El estudio es muy intenso, tenemos que entregar dos o tres ensayos por semana. Esa es una de las cosas que miran en la entrevista, no solo buscan genios, sino gente trabajadora que pueda aguantar ese ritmo”, cuenta Luque, que estudió bachillerato en un colegio británico de Córdoba. El llamado personal statatement, un escrito de unos dos folios en los que el aspirante explica por qué quiere estudiar esa carrera en Cambridge es otro de los puntos cruciales. "No solo vale con ser bueno, quieren saber que eres un apasionado y eso también hay que demostrarlo en la entrevista", añade Luque.

¿Qué diferencia a Cambridge de otras universidades? Los alumnos de grado tienen prohibido trabajar. El sistema está diseñado para que los estudiantes concentren toda su energía en la labor académica y para ello disponen de una sólida red de apoyo. Durante toda la carrera tienen asignado un director de estudios que les ayuda a escoger las asignaturas y les asesora en su trayectoria. También un tutor con el que pueden consultar cualquier cuestión que se salga del ámbito académico. La figura del supervisor es otra de las distinciones, un profesor que se reúne con grupos de cuatro alumnos después de cada clase magistral para resolver sus dudas y profundizar en la materia. Tienen unas cinco por semana.

“La ventaja es que nadie se queda atrás. Es un método basado en la enseñanza personalizada y si aparece algún problema se detecta muy pronto y se actúa”, cuenta Paloma González, profesora de Neurociencia en Cambridge.

Otra de sus peculiaridades es su sistema de evaluación. Los estudiantes se lo juegan todo en los exámenes finales, en los que no ponen su nombre y se identifican con un número. Los profesores corrigen las pruebas de forma aleatoria y nunca saben si están corrigiendo o no a sus alumnos. Es su forma de asegurar que la evaluación sea objetiva, sin importar si el estudiante tiene mayor afinidad con el docente o si sus comentarios en clase son o no ingeniosos. “Aunque los ensayos que entregan durante el curso no cuentan para la nota final, si no siguen el ritmo de trabajo es improbable que superen el examen con buena nota”, explica Ángeles Carreres, profesora de lengua española en la universidad británica.

Como la mayoría de universidades públicas en Reino Unido, el coste de la matrícula es de 9.000 libras al año (11.500 euros), a las que se suman otras 8.500 (10.800 euros) para cubrir los costes del college -todos los estudiantes están obligados a residir en uno- y la manutención. Los alumnos europeos con rentas familiares por debajo de 54.600 euros al año pueden solicitar ayudas a la universidad de hasta 4.500 euros. Cambridge destinó destinó un total de 7,6 millones de euros en el curso 2014-2015  en becas para 2.200 alumnos de grado.

El catalán Roc Fargas, alumno de segundo del grado de Música de 20 años, es uno de los perceptores de esa ayuda. “Lo mejor de estudiar aquí es que todo está centrado en el alumno. Quieren que aprendamos y no que memoricemos”, cuenta sentado en el escritorio de su habitación un día antes de uno de sus exámenes. Sus apuntes son muy distintos a los de sus colegas en España. Los textos son producto de sus investigaciones y sus consultas a más de una veintena de libros de la biblioteca.

Fargas estudió bachillerato en una escuela de Bristol y su nota media fue sobresaliente. "Haber estudiado en el sistema británico es un aliciente para ser admitido en Cambridge porque la enseñanza permite profundizar mucho más en las áreas que te interesan", explica. Él cursó tres asignaturas: matemáticas, física y música. Quiere ser director de orquesta.

En su entrevista le presentaron una partitura y le preguntaron para qué instrumento había sido compuesta. “La respuesta obvia era piano, pero supe que la partitura era barroca, y en esa época solo existía el clavecín”. Fargas dio en el clavo.

PASOS PARA SOLICITAR PLAZA
“Si eres brillante, entusiasta y tienes talento académico, Cambridge podría ser para ti”, se lee en la web de la universidad. La fecha límite para solicitar plaza para cursar un grado es el 15 de octubre. Es imprescindible tener una nota media de bachillerato de nueve como mínimo y haber obtenido al menos un nueve en dos asignaturas relacionadas con la especialidad que se quiere cursar en Cambridge.

La solicitud se presenta cuando el alumno está cursando segundo de Bachillerato y se adjuntan las notas obtenidas en primero y su previsión de las de segundo.

Estos son los pasos a seguir:
Elegir uno de los 29 grados que ofrece la universidad y uno de los 31 college (residencias de estudiantes). Realizar la inscripción a través de la web ucas.

Cumplimentar toda la documentación requerida por Cambridge: el personal statement (un escrito de por qué se quiere cursar ese grado), las cartas de recomendación de los profesores, etc.

Si el candidato es preseleccionado, será convocado a la fase de entrevista.

La universidad le comunicará si ha sido aceptado.
Guía para estudiar un grado en Reino Unido

http://economia.elpais.com/economia/2016/06/01/actualidad/1464788603_229862.html