_- La última oleada internacional de revisión de la historia colonial, que, partiendo de movilizaciones norteamericanas, se ha traducido, entre otras cosas, en el derribo y pintarrajeo de las estatuas de numerosos próceres, ha movido a la revista The New York Review of Books a exhumar la reseña crítica de un libro importante de Andrés Reséndez, que se editó en 2016. El libro, del que ya dimos cuenta en su día [https://www.sinpermiso.info/textos/indios-y-negros-esclavos-en-el-nuevo-...], se publicó además en versión castellana el año pasado. SP.
The Other Slavery: The Uncovered Story of Indian Enslavement in America, de Andrés Reséndez [Houghton, Mifflin Harcourt 2016]. [La otra esclavitud: Historia oculta del esclavismo indígena, Ed. Grano de sal, 2019]
El mercado europeo de esclavos africanos, que se inició con un cargamento de negros mauritanos desembarcados en Portugal en 1441, y el explorador Cristóbal Colón, nacido en Génova diez años antes, estuvieron estrechamente vinculados. La consiguiente Era de los Descubrimientos, con su expansión de los imperios y la explotación de los recursos del Nuevo Mundo, se vio acompañada de la captura y el trabajo forzado de seres humanos, empezando por los nativos americanos.
Valorar esa oportunidad comercial le aconteció de modo natural a un emprendedor como Colón, lo mismo que la presión de sus patrocinadores sobre él para que encontrara metales preciosos y las contradictorias preocupaciones de su religión, tanto para proteger como para convertir a sus paganos. El día después de que Colón desembarcara en 1492 en una isla de las actuales Bahamas y viera a sus isleños taínos, escribió que “con cincuenta hombres podrían haber sometido a todos y haberles obligado a hacer todo lo que desearan”. Pronto el comercio africano comenzó a cambiar la vida de España; en cien años, la mayoría de las familias de las ciudades poseían uno o más sirvientes negros, más del 7 % de Sevilla era negro, y una nueva categoría social de mulatos de mezcla racial se sumó a los escalones inferiores de una escalera social codificada por colores.
A Colón le gustaron los indígenas taínos, “afectuosos y sin malicia”, de habla arawak. Juzgó a los hombres, altos, apuestos y buenos agricultores, a las mujeres, atractivas, semidesnudas, y aparentemente disponibles. A cambio de cuentas de cristal, cascabeles y estrafalarias capas rojas, los marinos recibieron hilo de algodón, cotorras y alimentos de los huertos de los nativos. El pescado y la fruta frescas eran abundantes. El centelleo de los adornos que llevaban los nativos prometía oro, y éstos sabían supuestamente dónde encontrar más. Aparte de algún estallido, no hubo hostilidades graves. Colón regresó a Barcelona con seis indígenas taínos que desfilaron como curiosidades, no como esclavos, ante el rey Fernando y la reina Isabel.
Al año siguiente, Colón llevó diecisiete barcos de los que descendieron 1.500 potenciales colonos a las playas del Caribe. Cuando se quedaron, degeneraron las relaciones con los indios. Lo que pronto se impuso fue “la otra esclavitud”, que el historiador Andrés Reséndez, del campus de Davis de la Universidad de California, discute en su síntesis del último medio siglo de investigación académica sobre el esclavizamiento del indio norteamericano. Vino primero la exigencia de los mineros de cavar buscando oro. Los taínos de fácil trato se convirtieron en bateadores de oro que trabajaban bajo capataces españoles.
Los españoles explotaron asimismo las formas de servidumbre humana que ya existían en las islas. Los caribes de las Antillas Menores, una tribu más agresiva, realizaban regularmente incursiones entre los taínos, comiéndose supuestamente a los hombres, pero conservando a modo de séquito a mujeres y niños. Una discriminación semejante basada en edad y género prevalecería a lo largo de los siguientes cuatrociemtos años de servidumbre de unos indios por otros. Tal como lo formularon Bonnie Martin y James Brooks en su antología Linking the Histories of Slavery: North America and Its Borderlands [Vínculos de las Historias de la Esclavitud: América del Norte y sus tierras fronterizas]:
“América del Norte era un inmenso y palpitante mapa de de comercio, incursiones y reasentamientos. Ya se tratara de esos sistemas anteriores o posteriores al contacto con los indígenas, colonos europeos o nacionales norteamericanos, se desarrollaron en matrices culturales complejas en las que el poder social y de la riqueza económica creado al recurrir a la esclavitud se demostró indivisible. Los sistemas esclavistas indígenas y euro-norteamericanos evolucionaron e innovaron como respuesta unos de otros”.
Contra los taínos que se resistían a los españoles se abalanzaban los perros, y eran destripados por espadas, quemados en la hoguera, pisoteados por caballos, atrocidades “a las que ninguna crónica podría hacer justicia”, escribió Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los derechos de los indios, en 1542. Contra los caribes, los españoles tuvieron más dificultades, librando batallas campales, pero capturando también cientos de esclavos. Colón navegó de vuelta a casa de su segundo viaje con más de un millar de cautivos destinados a las subastas de esclavos en Cádiz (muchos murieron en el camino y sus cuerpos se lanzaron por la borda). Contemplaba un mercado futuro para el oro, especias, algodón del Nuevo Mundo, y “tantos esclavos como Vuestras Majestades ordenen hacer, de entre aquellos que son idólatras”, cuyas ventas podrían financiar posteriores expediciones.
Así se convirtió el descubridor del Nuevo Mundo en su primer traficante humano, un negocio suplementario emprendido por la mayoría de los conquistadores del Nuevo Mundo hasta que, a mediados del siglo XVII, España se opuso oficialmente a la esclavitud. Y la visión de Colón de un “cruce de vuelta del Atlántico” se desmoronó cuando los clientes españoles prefirieron a los sirvientes africanos. Los indios eran más caros de adquirir, no eran lo bastante dóciles, eran más difíciles de adiestrar, poco fiables a lo largo de los años y susceptibles a la nostalgia del hogar, a marearse en el mar, y a las enfermedades europeas. Entre otros obstáculos se contaban los recelos de la iglesia y las autoridades reales, lo que puede explicar el énfasis de Colón en “idólatras” como los caribes, cuyo estatus como “enemigos” y caníbales les hacían más idóneos legalmente para ser esclavizados.
Los indios sufrieron a causa del exceso de trabajo en los lechos auríferos, así como debido a los patógenos extraños para los que no tenían anticuerpos, y por causa del hambre como resultado del exceso de actividad cazadora y la falta de cultivo agrícola. En el curso de dos generaciones, la población indígena caribeña se enfrentó a un “declive cataclísmico”. En la isla de La Española, de una población indígena estimada en 300.000 personas, quedaban sólo 11.000 taínos vivos para 1517. En diez años, seiscientas aldeas o más quedaron vacías.
Pero aun mientras se procedía a la limpieza étnica del Caribe de sus habitantes originarios, un caso de mala conciencia sacudió Iberia. Tuvo sus orígenes en la ambivalencia del rey Fernando y la reina Isabel acerca de cómo tratar a los indios. En la primavera de 1495, sólo cuatro días después de que las regias personas aconsejaran a su obispo a cargo de los asuntos exteriores [Rodrigo Jiménez de Cisneros] que los esclavos “se venderían más fácilmente en Andalucía que en otros lugares”, ordenaron que se detuviera todo esclavizamiento humano hasta que la Iglesia les informará de “si podemos venderlos o no”. La indignación fue más evidente en la polémica de Las Casas, que había emigrado a las islas en 1502. Había sido propietario de esclavos para renunciar luego a esta práctica en 1515. Después de tomar sus votos como fraile dominico, contribuyó a impulsar las Leyes Nuevas de Indias por medio del sistema legal español en 1542. Los intereses esclavistas recurrieron a una sucesión de estrategias verbales para justificar y conservar el trabajo indio que no era libre. En fecha tan temprana como 1503, las tribus designadas como “caníbales” se convirtieron en presa vulnerable, al igual que los prisioneros tomados en “guerras justas”. Catalogados en lo sucesivo, de esclavos de guerra, se les marcó en las mejillas con una “G”. Servidumbre era lo que les esperaba automáticamente a cualquiera de los desventurados indios, conocidos como esclavos de rescate, a los que los esclavizadores españoles habían liberado de otros indios que ya les habían esclavizado; la letra “R” se les marcaba a fuego en el rostro.
En 1502, el nuevo gobernador de La Hispañola, Nicolás de Ovando, recurrió a una vieja práctica feudal para asegurarse el control sobre los cuerpos de los trabajadores. Para retener a los mineros indígenas, pero controlar la crueldad incontrolada, Ovando otorgó a los colonizadores prominentes concesiones de tierras (encomiendas) que incluía derechos de tributo y trabajo de los indios que ya residían allí. Aunque todavía vasallos, seguían siendo nominalmente libres de “propiedad”. Podían residir en sus propias aldeas, estaban teóricamente protegidos de la depredación sexual y la venta secundaria , y se suponía que recibían instrucción religiosa y una compensación en especie de un peso de oro al año, beneficios que con frecuencia se ignoraban. En los dos siglos siguientes, el sistema de la encomienda y otras formas locales de trabajo no libre se utilizaron para crear una mano de obra india esclavizada a lo largo y ancho de México, Florida, el Sudoeste norteamericano, y así hasta las Filipinas.
La historia del esclavizamiento de los nativos americanos que cuenta Reséndez se confunde con la enrevesada interacción de los sistemas indígenas e importados de servidumbre humana. Pese a su afirmación de que descubre “la otra esclavitud”, cuando habla de las demás formas de servidumbre impuestas a los indios, no llega a reconocer que no existía institución monolítica alguna semejante a esa “peculiar” y transatlántica que quedaría identificada con el Sur norteamericano, que importaba africanos vendidos como mercancías. Hasta la distinción que establecen varios investigadores académicos entre esas “sociedades esclavistas” y “sociedades con esclavos” (dependiendo de si el trabajo esclavo era o no esencial para la generalidad de la economía) se aplica sólo en parte a las situaciones enormemente complejas y hondamente localistas de los indios norteamericanos esclavizados. Pues éstas mezclaban una vertiginosa variedad de prácticas acostumbradas con sistemas coloniales para mantener una mano de obra indígena forzosa. Si Reséndez afirma abarcar toda a tragedia de la esclavitud india “a lo largo y ancho de América del Norte”, no distingue entre los diferentes sistemas coloniales de servidumbre india — que hacían posible los aliados indios de los colonizadores — que existieron bajo los regímenes inglés, francés y holandés.
Durante el siglo XVII, mientras algunos españoles seguían suscitando la pregunta de la moralidad de la esclavitud, se abrieron minas de plata en el norte de México y se incrementó la demanda de mano de obra india. Este auge iba a requerir más trabajadores que los campos de oro caribeños y duraría bastante más tiempo. Ahora el esfuerzo físico pasó de cribar la superficie o cavar trincheras de poca profundidad a abrir pozos decenas de metros por debajo del suelo. Más rentable que el oro, la plata era también más penosa de extraer. Los mineros cavaban, cargaban y arrastraban rocas en una obscuridad casi completas a veces durante días. En torno a la actual Zacatecas, se levantaron montañas enteras del mineral gris-negro.
Para satisfacer la creciente demanda de mano de obra, el esclavizamiento español e indio se expandió más allá del Sudoeste norteamericano, mandando a las minas esclavos pueblo y comanches, y capturando esclavos de los desafiantes chichimecas del norte de México a lo largo de campañas especialmente violentas entre las décadas de 1540 y 1580. Desde principios del siglo XVI hasta la primera década del XIX, se extrajo doce veces más plata de más de cuatrocientas minas repartidas por todo México que oro durante toda la Fiebre del Oro californiana.
En Parral, un centro de minería de plata en el sur de Chihuahua, que era en 1640 la ciudad más grande al norte del Trópico de Cáncer, más de siete mil obreros descendían diariamente a los pozos, la mayoría de ellos nativos esclavizados de lugares tan lejanos como Nuevo México, que pronto se convirtió en “poco más que un centro de suministro para Parral”. Después de que se instituyera en 1573 el sistema dirigido por el Estado para reclutar forzosamente trabajo indio en las minas de plata latinoamericanas, siguió en funcionamiento durante 250 años y una media de diez mil indios al año de más de doscientas comunidades indígenas.
Conforme Reséndez desplaza su relato al continente mexicano, sin embargo, uno se ve obligado a hacer otra pregunta a un autor que afirma haber “descubierto” el arco panorámico de la esclavitud india. ¿No deberíamos saber más de la historia de estos esclavos indios de indios de los que fue testigo Colón y que se volvieron esenciales para llevar trabajadores a las minas mexicanas, a los hogares de Nuevo México, o a sus propias aldeas indígenas? A lo largo y ancho de las Américas precolombinas, los cautivos menores de edad y femeninos de guerras intertribales se convertían de manera rutinaria en trabajadores domésticos que llevaban a cabo tareas del hogar. Algunos fueron repatriados mediante rescate físico o económico, en tanto que muchos continuaron como servidumbre el resto de su vida. Pero unos cuantos acabaron absorbidos en los asentamientos que los albergaban mediante formas de parentesco imaginario, tales como la adopción ceremonial o, más corrientemente, por medio del matrimonio.
Entre las culturas indias de los valles del Missisipi que elevaban montículos, , esos prisioneros de guerra formaban una clase marginal como de siervos. Esta civilización se derrumbó en el siglo XIII y las tribus que las sucedieron conocidas como choctaw, cheroquis, creek, y otras, perpetuaron la práctica de la servidumbre; las partidas de guerreros cheroquis proveían las reservas de cada aldea de atsi nahsai, o “el que es propiedad”. La costumbre continuó a lo largo de la Norteamérica indígena, donde se prefería generalmente mujeres en edad fértil y varones preadolescentes. Sus esposos y padres eran más corrientemente asesinados. Reséndez apenas menciona la posterior participación de esas mismas tribus en la “peculiar institución” del hombre blanco basada en la raza. Compraban y vendían esclavos afroamericanos para trabajar sus plantaciones propiedad de indios. Una vez que estalló la Guerra Civil se produjo una ruptura dolorosamente divisiva de las naciones indias sureñas entre aliadas de los confederados y de la Unión.
Como en el caso de la depredación de los taínos a manos de los caribes, no era inusual que tribus más fuertes se cebaran en víctimas perennes. En el sudeste, los chickasaws tomaban regularmente esclavos de los choctaws; en la Gran Cuenca, los utes robaban mujeres y niños de los paiutes (y luego comerciaban con ellos con hogares mormones que estaban encantados de pagar por ellos); en California, los modoc del noreste acosaban regularmente a los cercanos atsugewi, mientras los mojave que habitaban junto al río Colorado llevaban a cabo incursiones rutinarias entre los chemehuevi del lugar. Estas relaciones entre presas y predadores podían extenderse durante generaciones. Sólo entre los órdenes jerárquicos de la costa del noroeste, aparentemente, se trataba tradicionalmente a los esclavos como mercancías, que podían comprarse, ser objeto de comercio o entregadas como regalo.
Indirectamente, los españoles contribuyeron a instigar el siguiente incremento del tráfico humano a lo largo del oeste norteamericano. Sus caballos — criados en el norte de Nuevo México, y luego robados o intercambiados hacia el norte después de finales del siglo XVIII— hicieron posible una revolución ecuestre a lo largo y ancho de las llanuras. Las relaciones entre unas cuantas tribus indios cambiaron de modo drástico, conforme los pueblos cazadores y recolectores de a pie se transformaban gracias a los caballos en veloces nómadas que se volvieron dependientes de los búfalos y acosaban a sus vecinos. En la cultura popular norteamericana blanca, las culturas ecuestres se presentarían como estereotipos de los espectáculos del Salvaje Oeste y las pantallas cinematográficas, vestidos con sus tocados, viviendo en sus tipis y ululando con sus gritos de guerra. Entre ellos figuraban los comanches de las llanuras meridionales y los utes de las tierras fronterizas de la Gran Cuenca.
Para mediados del siglo XVIII, la máquina militar comanche había puesto freno al expansionismo español. Sus regimientos de caballería, de quinientos o más jinetes disciplinados, llevaban a cabo viajes de ochocientas millas en dirección norte hasta el río Arkansas, y en dirección sur hasta distancias a unos cientos de millas de Ciudad de México. Los esclavos que arrancaban a apaches, indios pueblo y navajos e convirtieron en la moneda principal ens tratos de negocios con con mexicanos, novomexicanos y norteamericanos. En improvisadas subastas y en encrucijadas establecidas se vendían esclavos indígenas norteamericanos, mexicanos y anglos, algunos sometidos sucesivamente a nuevos amos. Hasta que los conquistó el gobierno norteamericano, los comanches dominaron más de un cuarto de millas cuadradas de las zonas fronterizas norteamericanas y mexicanas.
Reséndez argumenta las continuidades de este tráfico inhumano hasta el mismo presente. Pero esta brusca transición al presente tras la derrota de los comanches sólo refuerza nuestra sensación de que su esfuerzo ha sido excesivamente ambicioso y frágilmente concebido, como si lograr la síntesis prometida en un tema tan complejo y persistente le hubiera abrumado sencilla (y comprensiblemente). Su tratamiento de las prácticas multinacionales de la esclavitud del periodo colonial es desigual y parece quitarse importancia a las ubicuas tradiciones de esclavizamiento de los nativos a manos de nativos.
Reséndez estima holgadamente que entre unos 2,5 y 5 millones de indios quedaron atrapados en esta “otra esclavitud”, en la que el trabajo excesivo y el abuso físico contribuyeron sin duda al descenso en un 90 % de la población india de América del Norte entre los días de Colón y 1900. Pero en cierto modo poco de ese tormento se transmite con viveza en La otra esclavitud. Se nos dice que los navajos llamaron “Tiempo del Temor” a la década de 1860, cuando el conjunto de la tribu se vio acosada por el encarcelamiento en el sur de Nuevo México. Aparte de ese atisbo del impacto emocional colectivo del lado de las víctimas, se nos ofrecen pocos testimonios que reflejen la inquietud y el terror que hay detrás de los muchos resúmenes de Reséndez del sufrimiento humano, dislocaciones tribales, vidas furtivas en fuga, y derechos de nacimiento perdidos para siempre.
Una sensación más convincente de la discriminación y el odio raciales que impulsaron y perpetuaron los sistemas de esclavitud debatidos en el libro de Reséndez proviene incluso de una película melodramática como es The Searchers [Centauros del desierto] (1956), de John Ford, mientras que los terrores de sobrevivir en el Oeste del siglo XVIII entre bandas itinerantes de despiadados cazadores de esclavos quedan mejor evocados en la obra maestra granguiñolesca de Blood Meridian [Meridiano de sangre] (1985). Leyendo el relato de Reséndez, se aguarda en vano algo similar al tranquilo comentario de Rebecca West en Black Lamb and Grey Falcon (1941), su crónica de las animosidades multiétnicas yugoslavas: “A veces resulta muy difícil señalar la diferencia entre la historia y el olor de una mofeta”.
Peter Nabokov antropólogo y escritor, especialista en las culturas indígenas de Norteamérica, es profesor de UCLA, la Universidad de California en Los Ángeles.
Fuente:
The New York Review of Books, de 2016
Traducción:Lucas Antón
domingo, 26 de julio de 2020
sábado, 25 de julio de 2020
Leonardo da Vinci: las mil y una maneras en las que el "Hombre de Vitruvio" revela que el artista italiano era un genio
Su tarea era revelar las proporciones geométricas perfectas que gobiernan todo el mundo natural.
Nuestro mundo está lleno de diagramas: representaciones gráficas de todo. Pero hay uno, dibujado en la década de 1480 por uno de los más grandes talentos creativos de la historia, que nos ha fascinado y cautivado durante cientos de años y ahora es parte del tejido de nuestra cultura.
Fue obra de Leonardo da Vinci, y su nombre es el "Hombre de Vitruvio".
Con él, se propuso capturar, a través de la ciencia y el arte -que para él eran una sola cosa- la perfección del cuerpo humano.
Pero en realidad es una respuesta a un antiguo problema arquitectónico sobre las proporciones relativas de edificios y hombres.
La solución de Da Vinci nos dio una visión única del cuerpo humano, obsesivamente simétrica, aparentemente simple, pero extraordinariamente hermosa.
Ver más.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-53090609
viernes, 24 de julio de 2020
La olvidada historia de cómo Venezuela fue cedida por años a una acaudalada familia alemana obsesionada con la búsqueda de El Dorado
Bartolomé Welser, El Viejo, la cabeza de la poderosa familia de banqueros y comerciantes alemanes que colonizó Venezuela por casi dos décadas.
Cuando se habla de las potencias europeas que colonizaron América Latina se suele pensar en España y Portugal.
Pero el Sacro Imperio Romano Germánico -como se conoció hasta el 1800 a la actual Alemania- también tuvo un papel, aunque breve y poco conocido, en la historia de esta región.
Durante 18 años, entre 1528 y 1546, una familia de banqueros y comerciantes alemanes tuvo a su cargo la llamada Provincia de Venezuela, un territorio situado en el norte del actual país caribeño, que acababa de ser descubierto por la corona española.
Se trataba de una transacción económica: la familia en cuestión, los poderosos Welser de Augsburgo, le habían prestado mucho dinero al rey español Carlos I, quien también era emperador del Imperio Romano Germánico (bajo el título de Carlos V).
Fue justamente para obtener este último título, que requería ganar los votos de siete príncipes electores, que el monarca se endeudó fuertemente con algunos banqueros europeos.
Sus principales prestamistas fueron dos familias del sur de Baviera, los Welser y los Fugger (Jakob Fugger). Pero eventualmente los primeros se convirtieron en acreedores de la deuda total, que ascendía a lo que hoy serían unos US$25 millones.
El problema fue que cuando Carlos logró ser nombrado emperador alemán, en 1520, no comenzó a devolver el dinero. Tras años de negociaciones, las partes llegaron a un acuerdo.
En vez de dinero, Bartolomé Welser y su familia recibieron una porción de tierra en el Nuevo Mundo, que podrían explotar para su propio beneficio.
El rey le cedió al banquero alemán la Provincia de Venezuela, que pasó a llamarse Klein-Venedig (Pequeña Venecia, en alemán).
En busca de El Dorado
La región, que también se conoció como Welserland (país Welser) y Welser-Kolonie (Colonia Welser), era de especial interés para esta familia de comerciantes y financieros, ya que en la época muchos estaban convencidos de que allí se encontraba la mítica ciudad de El Dorado, hecha de oro.
La zona que quedó en manos de los alemanes se extendía unos 900 kilómetros, casi desde la actual frontera con Colombia, al oeste, hasta lo que hoy es la ciudad de Barcelona, capital del estado de Anzoátegui, al este.
El acuerdo establecido con la corona era que los Welser fundarían dos ciudades y construirían tres fortalezas, desde las cuales se organizarían las expediciones a la selva para buscar oro.
A cambio, podrían gobernar a gusto: nombrando sus propios gobernadores, usando a los indios como mano de obra forzada y trayendo hasta 4.000 esclavos desde África.
Si bien no tenían que pagar impuestos al rey, se acordó que el monarca se quedaría con un décimo del oro hallado.
Con el fin de encontrar ese tesoro, los Welser nombraron como gobernador de la Provincia de Venezuela al explorador alemán Ambrose von Alfinger, quien ya era representante comercial de los banqueros en la isla de La Española (hoy República Dominicana y Haití).
También enviaron a su colonia a 400 mineros alemanes, que acompañaron a Alfinger en sus expediciones.
El conquistador alemán no encontró El Dorado y tampoco logró hallar las riquezas que anhelaban los Welser.
Sin embargo, sí dejo su huella en la historia de Venezuela: en 1529 fundó Maracaibo, hoy una de las ciudades más importantes del país caribeño.
De mal en peor
Cuando Alfinger falleció en 1533, a causa de una herida producida por una flecha, fue reemplazado por Georg von Speyer, quien no tuvo mejor suerte.
Tras años de expediciones infructuosas, Von Speyer renunció por problemas de salud en 1539 y un año después falleció.
Para entonces, muchos de los colonizadores que habían llegado desde Alemania habían perdido la vida, ya sea a causa de enfermedades locales para los que no estaban inmunizados o en enfrentamientos con los pueblos indígenas.
Pero los Welser no bajaron los brazos. El heredero de la familia, también llamado Bartolomé, como su padre, viajó personalmente a Venezuela en 1540 y se sumó a una larga expedición organizada por el tercer gobernador alemán de la región: Philipp von Hutten, quien ya había explorado la zona junto con Von Speyer.
Por cinco años recorrieron el interior de la provincia.
Ante su ausencia, y cansado de los muchos problemas que había generado tener una colonia alemana en su territorio, el rey Carlos reclamó el derecho de nombrar a un gobernador interino.
Envió a Juan de Carvajal a la capital de la provincia, Santa Ana de Coro.
Cuando los exploradores regresaron, en 1546, Carvajal los capturó y los ejecutó.
El monarca español dio por terminado el acuerdo con los Welser por incumplimiento de contrato.
Así concluyó la principal experiencia colonizadora alemana en América.
https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-53031171
CARLOS V Y SUS BANQUEROS. RAMON CARANDE. Obra fundamental de la historiografía española para conocer el reinado de Carlos V y sobre todo su economía.
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jueves, 23 de julio de 2020
La brutal y casi olvidada "era de los linchamientos" de negros en Estados Unidos
Tras la I Guerra Mundial, los linchamientos repuntaron por la acción de grupos supremacistas como el Ku Klux Klan.
Luther Holbert, un ciudadano afroestadounidense, fue linchado en la localidad de Doddsville (Mississippi) por una multitud que le acusaba de matar a un hacendado blanco. Era el año 1904 y Estados Unidos vivía en plena segregación racial.
Holbert estaba junto a una mujer que se cree era su esposa. Ambos fueron atados a un árbol y obligados a extender sus manos mientras les iban cortando uno a uno los dedos que iban distribuyendo entre la muchedumbre como una suerte de souvenirs.
Luego les cercenaron las orejas, les golpearon y usaron un sacacorchos grande para abrir agujeros en sus cuerpos, sacando grandes trozos de carne. Finalmente fueron lanzados en una hoguera donde murieron quemados.
De esclavos a millonarios: la historia oculta de los primeros negros que hicieron fortuna en Estados Unidos (y en qué la invirtieron)
Quién fue el polémico general Robert E. Lee, cuya estatua está en el centro de las marchas de supremacistas blancos que desataron la violencia en Charlottesville
Mientras eran torturados y asesinados, la multitud de hombres, mujeres y hasta niños blancos que presenciaron su linchamiento comían huevos rellenos y tomaban limonada y whisky con la misma actitud relajada de quien asiste a un paseo campestre.
Más de 4.400 afroestadounidenses fueron linchados en Estados Unidos entre 1877 y 1950, según documentó la Iniciativa para una Justicia Igualitaria (EJI, por sus siglas en inglés).
Esta organización no gubernamental con sede en Alabama realizó un estudio llamado "Linchamientos en Estados Unidos: confrontando el terror racial", en el que hallaron unos 800 casos de muertes de este tipo que no habían sido registradas hasta ahora.
El Monumento Nacional por la Paz y la Justicia fue creado en Montgomery, ciudad que tiene una larga historia vinculada con la esclavitud pero también con las luchas por la justicia racial.
La investigación se centró en 12 estados del sur de Estados Unidos y se enfocó en aquellos casos ejecutados con impunidad, con frecuencia en lugares públicos y a plena luz del día, en comunidades donde existía un sistema de justicia que funcionaba bien, al menos para los blancos.
Así marcó diferencias con los linchamientos que ocurrían en lugares sin ley, o los que afectaban a otras minorías como la asiática o la comunidad de estadounidenses de origen mexicano.
Se trata de un fenómeno de la historia de Estados Unidos sobre el cual poco se habla, pero que a partir del próximo 26 de abril será recordado con la inauguración del Monumento Nacional por la Paz y la Justicia en Montgomery (Alabama).
Trágico espectáculo
Muertes como la de Holbert no eran extrañas durante lo que los historiadores han llamado "la era de los linchamientos", que se extendió hasta mediados del siglo XX, pero que tuvo su apogeo entre 1890 y 1930, según explica Stewart Tolnay, profesor emérito de Sociología en la Universidad de Washington, a BBC Mundo.
Asistentes a un linchamiento de dos afroestadounidenses en Indiana en 1930.
En algunos casos, incluso se llegaban a publicar notas en los periódicos anunciando y convocando a las masas a participar.
"3.000 (personas) quemarán a un negro", rezaba en junio de 1919 un titular del New Orleans State; "John Hartfield será linchado por una muchedumbre de Ellisville a las 5 de la tarde de hoy", se leía en un ejemplar del Daily News de Jackson (Mississippi), de la misma época.
"Los casos en los que los linchamientos eran anunciados en los periódicos son unos pocos, aunque implicaron algunos de los sucesos espantosos con las mayores multitudes. Más frecuentes eran los casos en los que masas pequeñas detenían y linchaban a alguien a quien señalaban de haber presuntamente cometido algún tipo de delito", indica Tolnay, quien ha publicado dos libros y numerosos artículos académicos sobre el tema.
"La mayor parte no eran los linchamientos-espectáculo sino más bien eran cosas rutinarias y silenciosas", agrega.
El hecho de que estas muertes pudieran ser anunciadas en la prensa con anticipación demuestra que no se trataba de acciones impulsivas ejecutadas por una turba enardecida. Pese a ello era muy raro que los linchadores fueran enjuiciados.
Desiguales ante la muerte
Aunque los ciudadanos blancos también fueron objeto de linchamientos, las muertes de afroestadounidenses eran mucho más numerosas. Entre 1882 y 1889, la proporción de víctimas era de 4 negros por cada blanco; entre 1890 y 1900 era de 6 a 1; mientras que a partir de entonces aumentó a 17 a 1.
Aunque los blancos también eran víctimas de linchamientos, su proporción era mucho menor. Tolnay señala que usualmente los blancos que resultaban linchados se encontraban entre los miembros más marginados de su comunidad y que, en todo caso, no eran objeto de las duras torturas a las que podían ser sometidos los negros.
Las causas que podían llevar a un linchamiento también variaban de acuerdo con la raza.
Según el estudio del EJI, el 30% de los afroestadounidenses asesinados por las turbas habían sido acusados de homicidio y 25% por agresión sexual.
"La definición de violación de un negro a una blanca en el Sur era increíblemente amplia y no necesitaba que se alegara el uso de la fuerza porque las instituciones blancas, las leyes y la mayor parte de los blancos rechazaban la idea de que una mujer blanca podía o consentiría voluntariamente tener sexo con un afroestadounidense", señala la EIJ.
Otros centenares de negros perdieron la vida al ser señalados por provocar incendios, por robo o simplemente por "vagancia", hechos por los que —en caso de ser hallados culpables— un tribunal no les habría aplicado la pena de muerte.
Pero había acusaciones aún más triviales.
Según recoge el EIJ, el afroestadounidense Jesse Thornton fue linchado en Luverne (Alabama), en 1940, por referirse a un policía por su nombre sin emplear antes el título de "señor".
Igual suerte corrió en 1916 Jeff Brown en Cedarbluff (Mississippi) por tropezar accidentalmente con una joven blanca mientras corría para alcanzar el tren, así como el soldado Charles Lewis, en 1918, linchado en Hickman (Kentucky) por negarse a vaciar sus bolsillos mientras estaba vistiendo su uniforme militar.
"Los blancos nunca eran linchados por las razones triviales por las que mataban a los negros y usualmente tampoco eran objeto de tortura", señala Tolnay, quien aclara que los casos de violencia extrema contra las víctimas representaban en torno al 10% del total.
Sociedad de castas
La "era de los linchamientos" tuvo su epicentro en los estados del sur de Estados Unidos y se inició en las décadas que siguieron al final de la guerra civil y a la declaración formal del fin de la esclavitud, ocurrida en 1865.
Más de 4.400 afroestadounidenses murieron durante la "era de los linchamientos". Para los investigadores no se trata de una casualidad.
"Después de la guerra civil hubo unos 4 millones de esclavos negros que se convirtieron en personas libres y competían en las economías de los estados sureños con los blancos", señala Tolnay.
"Ellos fueron amenazados hasta que quedaron completamente privados de derechos de participación política en torno al año 1900 y el sur quedó gobernado por el sistema de castas raciales, en el cual había una línea clara que separaba a la "raza blanca superior" de la "raza negra subordinada".
"Los blancos ricos eran la élite y los blancos pobres usaban el linchamiento para reforzar ese sistema de castas raciales y reducir las probabilidades de ascenso social de los negros sureños", agrega.
El experto indica que, aunque casi todas las víctimas habían sido acusadas de algún tipo de falta y, en ocasiones, eran sacados por las turbas de los tribunales o de las cárceles —incluso sin haber sido juzgados—, esto no era un asunto de justicia popular ante un sistema disfuncional.
"Había un sistema penal perfectamente adecuado que podía hacerse cargo de los delincuentes, fueran blancos o negros. El linchamiento de los negros tenía un objetivo distinto: enviar un mensaje muy claro a la comunidad negra de que había límites para su movilidad ascendente", afirma Tolnay.
Tras la abolición de la esclavitud en 1865 se incrementaron los linchamientos y los ataques racistas en contra de los afroestadounidenses.
La EJI destaca que estas muertes no eran el resultado de la acción de unos pocos extremistas, sino que eran actos públicos violentos que implicaban la participación de toda una comunidad y que, en general, eran tolerados por las autoridades y los responsables no enfrentaban ningún tipo de consecuencia legal.
"Los linchamientos eran actos de violencia racial que estaban en el centro de una campaña sistemática de terror que perpetuaba y respaldaba un orden social injusto. Estos linchamientos eran terrorismo", apunta la organización en su informe.
¿Vergüenza o negocios?
Pero, ¿cómo se fue extinguiendo esta práctica?
Los linchamientos fueron una de las causas de la migración masiva de unos 6 millones de afroestadounidenses que entre 1915 y 1970 optaron por mudarse al norte del país, donde se establecieron en guetos.
Esa redistribución de la población redujo la disponibilidad de mano de obra barata en el sur, algo que según Tolnay puede haber convencido a las élites del sur de la necesidad de hacer cambios.
"Los linchamientos se convirtieron en algo vergonzoso para el sur en la medida en que la economía se desarrollaba en esos estados. La élite blanca intentaba atraer capitales foráneos por lo que tenía que cambiar la imagen del sur. Esta era una práctica brutal, espantosa e inhumana que no ayudaba", señala el experto.
Así, el fenómeno se fue extinguiendo paulatinamente pero sin que, según el EIJ, se produjera un proceso de reconciliación a través de la verdad como ha ocurrido en Alemania con el Holocausto o con el apartheid en Sudáfrica.
En 2005, el Senado de Estados Unidos pidió disculpas por no haber aprobado una legislación que prohibiera los linchamientos. "Si yo pregunto: diga el nombre de un afroestadounidense linchado entre 1877 y 1950, la mayor parte de la gente no puede mencionar a nadie. Miles de personas murieron pero no pueden nombrar a una. ¿Por qué? Porque no hemos hablado de esto", dijo Bryan Stevenson, fundador de la EJI, a CNN a propósito de las causas para impulsar la creación del Monumento Nacional por la Paz y la Justicia.
Con el uso de recursos artísticos, esculturas y diseños esperan poner en contexto la historia del terror racial en el país.
Incluirán más de 800 memoriales de acero de dos metros de altura, uno por cada condado de Estados Unidos donde fue linchado un afroestadounidense, en los que estarán grabados los nombres de las víctimas.
Además, dispersos a lo largo del extenso lugar habrá réplicas de cada uno de esos monumentos que la EJI espera entregar a los condados que quieran exhibirlos para recordar en sus propios territorios la oscura historia de los linchamientos.
Para los responsables de la EJI, ver quienes reclaman estos memoriales será un indicador de cuánto se avanza en el camino de la verdad y de la reconciliación.
Ángel Bermúdez (@angelbermudez)
BBC Mundo
https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-43745735
Paseos y casualidades que cambiaron la historia del pensamiento (cual manzana de Newton)
miércoles, 22 de julio de 2020
_- Gazpacho, sin pan. tomato cold soup
_- Nuestra versión de la receta del gazpacho Alvalle
Ingredientes
7 tomates de tamaño medio que huelan a tomate, madurados en rama
2 pimientos rojos de tu zona, que dé gusto verlos
1 pepino de lo más cerca que puedas, que esté compacto
1 cebolla de buena calidad y de proximidad (hay quien no le pone cebolla ni pimiento rojo, sí verde y 100 gr de pan del día anterior)
1 diente de ajo de Cuenca (naturalmente, es un decir, de Badajoz también son buenos)
Además, por cada 930 g de hortalizas trituradas
26 ml de aceite de oliva virgen extra de Jaén o Córdoba
26 ml de vinagre de vino
10 ml de zumo de limón
8 g de sal
Preparación
Hacerles a los tomates un cortecito en forma de cruz en la base y escaldarlos 20 segundos en agua hirviendo. Ponerlos en un bol con agua helada para cortar la cocción, pelarlos, quitar el pedúnculo y trocearlos.
Pelar el pepino, la cebolla y el ajo -sacarle el germen-, quitar el pedúnculo, las semillas y los nervios al pepino y trocearlo todo. Llevar al vaso de la batidora o usar un minipimer y triturar todo muy bien, hasta que consigamos la textura más fina posible. Cuando nos parezca que ya está, darle un par de minutos más.
Cuando lo tengas listo, pésalo o usa una botella de 1,5 l para averiguar la cantidad de batido de hortalizas que tienes, y cuéntalo en gramos o mililitros. Si tienes 1,4 l, tienes 1.400 gr.
Multiplica este número x 26 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de ml de vinagre y aceite que necesitas.
Multiplica este número x 10 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de ml de zumo de limón que necesitas.
Multiplica este número x 8 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de gramos de sal que necesitas. Si no te quieres romper la cabeza: si llenas una botella de un litro y medio, ponle tres cucharadas de aceite, tres de vinagre, dos de limón y una cucharadita bien colmada de sal. Si no tienes una báscula de cocina, recuerda que una cucharada son 15 ml de líquido y una cucharadita de sal entre seis y ocho gramos, depende de lo llena que esté.
Devolver el batido al vaso o recipiente y añade los aderezos, batiendo un rato más para que emulsione y quede bien integrado. Llevar a la nevera un mínimo de dos horas y el Alvalle-hecho-por-tí ya estará listo para tomar.
El País.
Ingredientes
7 tomates de tamaño medio que huelan a tomate, madurados en rama
2 pimientos rojos de tu zona, que dé gusto verlos
1 pepino de lo más cerca que puedas, que esté compacto
1 cebolla de buena calidad y de proximidad (hay quien no le pone cebolla ni pimiento rojo, sí verde y 100 gr de pan del día anterior)
1 diente de ajo de Cuenca (naturalmente, es un decir, de Badajoz también son buenos)
Además, por cada 930 g de hortalizas trituradas
26 ml de aceite de oliva virgen extra de Jaén o Córdoba
26 ml de vinagre de vino
10 ml de zumo de limón
8 g de sal
Preparación
Hacerles a los tomates un cortecito en forma de cruz en la base y escaldarlos 20 segundos en agua hirviendo. Ponerlos en un bol con agua helada para cortar la cocción, pelarlos, quitar el pedúnculo y trocearlos.
Pelar el pepino, la cebolla y el ajo -sacarle el germen-, quitar el pedúnculo, las semillas y los nervios al pepino y trocearlo todo. Llevar al vaso de la batidora o usar un minipimer y triturar todo muy bien, hasta que consigamos la textura más fina posible. Cuando nos parezca que ya está, darle un par de minutos más.
Cuando lo tengas listo, pésalo o usa una botella de 1,5 l para averiguar la cantidad de batido de hortalizas que tienes, y cuéntalo en gramos o mililitros. Si tienes 1,4 l, tienes 1.400 gr.
Multiplica este número x 26 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de ml de vinagre y aceite que necesitas.
Multiplica este número x 10 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de ml de zumo de limón que necesitas.
Multiplica este número x 8 y después divídelo entre 930: el resultado será la cantidad de gramos de sal que necesitas. Si no te quieres romper la cabeza: si llenas una botella de un litro y medio, ponle tres cucharadas de aceite, tres de vinagre, dos de limón y una cucharadita bien colmada de sal. Si no tienes una báscula de cocina, recuerda que una cucharada son 15 ml de líquido y una cucharadita de sal entre seis y ocho gramos, depende de lo llena que esté.
Devolver el batido al vaso o recipiente y añade los aderezos, batiendo un rato más para que emulsione y quede bien integrado. Llevar a la nevera un mínimo de dos horas y el Alvalle-hecho-por-tí ya estará listo para tomar.
El País.
_- Cómo el estado indio de Kerala ha conseguido aplanar la curva del coronavirus Yadul Krishna 29/05/2020
_- Tras el estallido del virus y debido a la amenazante inminencia de grandes niveles de contagios y pérdidas humanas, el mundo se enfrenta a una parálisis que ha obligado a crear nuevas normas de cuarentena y teletrabajo. Si bien algunas de las principales potencias mundiales han fallado de manera lamentable a la hora de proteger a sus ciudadanos y deshacerse del virus, un pequeño estado en el sur de India se ha convertido en un rayo de esperanza.
El presidente norteamericano Donald Trump, en su discurso sobre el estado de la Unión de 2019 frente a congresistas, senadores, magistrados del Tribunal Supremo y miembros de su gabinete, aseguró estar “alarmado por las demandas de adopción del socialismo”, y añadió: “América fue fundada sobre las ideas de libertad e independencia y no sobre la coacción gubernamental. Hemos nacido libres y permaneceremos libres”. A pesar de que la ignorancia de la que surge la preocupación de Trump sobre el socialismo es visible, su capacidad para comprender la realidad social es exigua, por no mencionar que tales palabras fueron pronunciadas por un multimillonario que, tal como defiende Bernie Sanders, se benefició de 800 millones de dólares en subsidios y recortes fiscales para construir viviendas de lujo en Nueva York. Sin embargo, las consecuencias de la dependencia del capitalismo han comenzado a perseguirle: la falta de un sistema de salud público y de políticas de distribución ha hecho que los EE. UU. superen a China en número de casos confirmado de coronvirus. El libre mercado ha demostrado fallar de forma patética, abandonando a las personas y priorizando los beneficios.
Aquellos países que sostenían que la competencia entre instituciones privadas conducía a una “mayor eficiencia” también han hecho que sus ciudadanos y ciudadanas paguen caro su derecho a la vida, ya que, en los países en vías de desarrollo, el 90% de la población debe hacer frente a gastos médicos exorbitados. El capitalismo ha privado a las personas de su libertad de recurrir a la cuarentena en situaciones como esta y ha transferido ese derecho a la población más rica. La manera en que funcionan los sistemas privados de seguros en tiempos de pandemia ha hecho que muchos países reconsideren la necesidad de contar con instituciones públicas. La necesidad de disponer de un sistema público de salud, así como de un sistema público de atención a las necesidades básicas, se ha revelado imperiosa.
¿Existe algún modelo que se pueda emular?
Quizás el mejor ejemplo de cómo una sociedad debería superar una crisis sean las experiencias del estado indio de Kerala, el cual ha demostrado una gran eficiencia en la lucha contra el virus. Kerala, el estado que había superado una serie de desafíos como grandes inundaciones o el virus Nipah en los últimos dos años, ha demostrado al mundo que disponer de un sistema sanitario público y robusto puede ser de grandísima ayuda en tiempos de necesidad.
En claro contraste con las medidas inadecuadas que tomó el gobierno central indio, dirigido por el partido de extrema derecha Bharatiya Janata o Partido Popular Indio, Kerala se preparaba para el enorme desafío que se avecinaba. Incluso antes de que se declarase su primer caso, las autoridades de este estado hicieron todos los esfuerzos posibles para frenar la expansión del virus, incluyendo la realización de exámenes a los pasajeros de los cuatro aeropuertos internacionales del estado y la formación de un Equipo de Respuesta Rápida que decidiese sobre el aislamiento y el tratamiento de pacientes potencialmente infectados.
Kerala fue capaz de evitar la transmisión del virus de manera bastante eficaz cuando le tocó lidiar con los primeros casos de coronavirus detectados en tres estudiantes de medicina de Wuhan, que recibieron el alta tras dar negativo en dos pruebas. Desde entonces, la capacidad del estado para gestionar la crisis destacó sobre el resto del país. Cuando el virus golpeó por segunda vez, Kerala realizaba ya una vigilancia estricta. Disponía de una sala de control en funcionamiento, con expertos siguiendo los casos sospechosos y confirmados. Doctores y demás personal médico recibieron formación adecuada, y con medidas estrictas como el confinamiento (con las excepciones de acudir a por bienes básicos) y restricciones de movimiento, el número diario de posibles casos en los hospitales empezó a decrecer rápidamente y se dio el alta médica a muchas personas cuyo resultado en las pruebas era negativo. La transmisión en tiempo real de la información recogida resultó muy eficaz, ayudando al gobierno estatal a mantener la situación bajo control y a ganarse la confianza de la gente. El estado de Kerala se encuentra ahora preparado para responder a la expansión del virus.
Evitar la alarma social
El estado de Kerala quiso asegurarse de que la ciudadanía recibía información en tiempo real, incluidos protocolos y consejos de prevención, para evitar que se sembrase alarma social. Realizó ruedas de prensa a diario y hasta lanzó una aplicación móvil que proporcionaba información actualizada. También se priorizó la salud mental de las personas y fueron desplegados más de 140 terapeutas en 14 distritos para proporcionar ayuda psicológica a las personas aisladas y en cuarentena, sabiendo que podrían ser estigmatizados y alienados por el público general. Dada la manera en que Kerala superó el Nipah, las personas emplean términos como cuarentena y aislamiento de manera natural y les han perdido cierto miedo. Habiendo abatido con éxito el Nipah y demostrando ahora su eficacia contra el Covid-19, Kerala ha dado un ejemplo al gobierno central y al resto de Estados de cómo no perder la calma y avanzar con la resolución del problema en caso de que una crisis así suceda.
Implicar a otros departamentos
Durante la etapa de aumento de contagios, los ciudadanos se lanzaron a la compra de material como mascarillas y desinfectantes para manos, lo cual acabó provocando escasez. Esta fue una de las principales preocupaciones para el gobierno y la ciudadanía, pero, una vez más, las autoridades supieron diseñar un plan eficaz para combinar los esfuerzos de otros departamentos en la producción de los materiales necesarios. La empresa estatal de fabricación de fármacos aseguró que podría satisfacer la demanda de desinfectantes. El Departamento estatal de Justicia propuso a los internos de las prisiones fabricar mascarillas, y consiguieron producir 6.000 en apenas dos días. El gobierno también dio instrucciones estrictas para que el departamento no las vendiese al público por encima de un precio estipulado.
Centrarse en las personas
Fue el mismo día en que el Primer Ministro, Narendra Modi, se dirigía al país por primera vez ablandándose con peticiones y mensajes emotivos, que el Ministro-jefe de Kerala, Pinarayi Vijayan, anunció un paquete de alivio de 2.600 millones USD para todo el estado. Desde el reparto de menús gratuitos para los estudiantes de preescolar mientras sus clases eran canceladas, a la instalación de banda ancha o la obligación de quedarse en casa, todas las medidas del gobierno resultaban tener un sentido de finalidad. El gobierno anunció el adelanto del pago de pensiones, créditos a familias vulnerables a través de una comunidad de ayuda vecinal centrada en la mujer, fortaleció las infraestructuras médicas y se aseguró de que las personas no perdían dinero por no poder trabajar.
Asegurar que nadie pase hambre
El gobierno de Kerala anunció también que repartiría alimentos de manera gratuita a todos los ciudadanos, independientemente de su renta, y la apertura de hoteles de bajo coste que cobrarían solo 0,26 USD por menú, junto con la promesa de que todos los bienes básicos y alimentos llegarían a las tiendas. Dando un ejemplo extraordinario, el gobierno comenzó a construir más de 1.000 cocinas por todo el estado para que nadie pasase hambre, todo con precios mínimos. Lo interesante es que también se tomaron medidas para entregar alimentos gratis directamente a las personas que no pudiesen pagarlo durante el periodo de confinamiento, para que así su dignidad no fuese cuestionada por los vecinos.
Cuidar a los trabajadores migrantes
Durante los 21 días de confinamiento en India, este estado meridional dio otra lección a las demás entidades estatales: Kerala reconoció a los trabajadores migrantes como “huéspedes” y abrirá 4.603 campos de socorro para más de 100.000 de aquellos, donde se les proporciona también comida y atención médica. Todo ello en un momento en que los migrantes de otros estados de India son obligados a caminar cientos de kilómetros para volver a sus hogares.
El papel de la sanidad pública
Incluso si comparamos el caso del Kerala con el resto de India, existen algunos factores que hacen que tal efectividad en la respuesta de control haya sido posible solo en este estado. Kerala dispone de un sistema de salud fuerte, con centro de atención primaria por cada 3.95 km, mientras que la media estatal es de 7.3 km. Por eso el gobierno de Kerala es capaz de invertir y dirigir su aparato sanitario de manera eficaz, frente a la inoperancia del gobierno central, que dispone de una cama hospitalaria por cada 1.826 personas, un doctor por cada 11.600 personas y un ventilador por cada 333.333 personas. Lo que es más alarmante es que las estadísticas de test realizados en este pequeño estado suponen el 30% del total del país, mientras que estados como Gujarat o Maharashtra han realizado un número ínfimo de pruebas a su población.
El modelo de Kerala
El gobierno de Kerala planea ahora reclutar a cientos de miles de jóvenes voluntarios del estado para Sannadha Sena, una organización de voluntarios, con el objetivo de proporcionar mano de obra a sus políticas. Así, en cada paso, Kerala ha tomado medidas adecuadas en tiempo y forma para lidiar con la crisis. Con todo, Kerala no solo ha dado ejemplo en esta coyuntura, sino que también se encuentra entre los primeros puestos de toda India en materia de desarrollo humano, mortalidad infantil, alfabetización, transparencia, convivencia, etcétera, comparándose a veces con países desarrollados. También ha conseguido los mejores datos en relación al desarrollo sostenible. La manera en que Kerala ha puesto en práctica su modelo ha merecido los halagos de otros países, y otros estados de India han pedido ayuda para implementarlo.
Una vez hemos señalado todos los datos, lo que tratamos de explicar es que no son solo las habilidades administrativas de Kerala las que han permitido derrotar el virus, sino también la presencia de un sistema público de sanidad y cuidados con la intervención decidida de los mecanismos públicos, dirigidos por un gobierno que se centra en las personas. Si Kerala careciese de un ecosistema de instituciones públicas y, en cambio, continuase privatizada en manos de unos pocos individuos, no hubiera podido superar esta crisis con facilidad.
Yadul Krishna. Escribe sobre economía y política.
Exalumno del Shri Ram College of Commerce de la Universidad de Delhi, es columnista en el British Herald de Londres.
Más aquí.
El presidente norteamericano Donald Trump, en su discurso sobre el estado de la Unión de 2019 frente a congresistas, senadores, magistrados del Tribunal Supremo y miembros de su gabinete, aseguró estar “alarmado por las demandas de adopción del socialismo”, y añadió: “América fue fundada sobre las ideas de libertad e independencia y no sobre la coacción gubernamental. Hemos nacido libres y permaneceremos libres”. A pesar de que la ignorancia de la que surge la preocupación de Trump sobre el socialismo es visible, su capacidad para comprender la realidad social es exigua, por no mencionar que tales palabras fueron pronunciadas por un multimillonario que, tal como defiende Bernie Sanders, se benefició de 800 millones de dólares en subsidios y recortes fiscales para construir viviendas de lujo en Nueva York. Sin embargo, las consecuencias de la dependencia del capitalismo han comenzado a perseguirle: la falta de un sistema de salud público y de políticas de distribución ha hecho que los EE. UU. superen a China en número de casos confirmado de coronvirus. El libre mercado ha demostrado fallar de forma patética, abandonando a las personas y priorizando los beneficios.
Aquellos países que sostenían que la competencia entre instituciones privadas conducía a una “mayor eficiencia” también han hecho que sus ciudadanos y ciudadanas paguen caro su derecho a la vida, ya que, en los países en vías de desarrollo, el 90% de la población debe hacer frente a gastos médicos exorbitados. El capitalismo ha privado a las personas de su libertad de recurrir a la cuarentena en situaciones como esta y ha transferido ese derecho a la población más rica. La manera en que funcionan los sistemas privados de seguros en tiempos de pandemia ha hecho que muchos países reconsideren la necesidad de contar con instituciones públicas. La necesidad de disponer de un sistema público de salud, así como de un sistema público de atención a las necesidades básicas, se ha revelado imperiosa.
¿Existe algún modelo que se pueda emular?
Quizás el mejor ejemplo de cómo una sociedad debería superar una crisis sean las experiencias del estado indio de Kerala, el cual ha demostrado una gran eficiencia en la lucha contra el virus. Kerala, el estado que había superado una serie de desafíos como grandes inundaciones o el virus Nipah en los últimos dos años, ha demostrado al mundo que disponer de un sistema sanitario público y robusto puede ser de grandísima ayuda en tiempos de necesidad.
En claro contraste con las medidas inadecuadas que tomó el gobierno central indio, dirigido por el partido de extrema derecha Bharatiya Janata o Partido Popular Indio, Kerala se preparaba para el enorme desafío que se avecinaba. Incluso antes de que se declarase su primer caso, las autoridades de este estado hicieron todos los esfuerzos posibles para frenar la expansión del virus, incluyendo la realización de exámenes a los pasajeros de los cuatro aeropuertos internacionales del estado y la formación de un Equipo de Respuesta Rápida que decidiese sobre el aislamiento y el tratamiento de pacientes potencialmente infectados.
Kerala fue capaz de evitar la transmisión del virus de manera bastante eficaz cuando le tocó lidiar con los primeros casos de coronavirus detectados en tres estudiantes de medicina de Wuhan, que recibieron el alta tras dar negativo en dos pruebas. Desde entonces, la capacidad del estado para gestionar la crisis destacó sobre el resto del país. Cuando el virus golpeó por segunda vez, Kerala realizaba ya una vigilancia estricta. Disponía de una sala de control en funcionamiento, con expertos siguiendo los casos sospechosos y confirmados. Doctores y demás personal médico recibieron formación adecuada, y con medidas estrictas como el confinamiento (con las excepciones de acudir a por bienes básicos) y restricciones de movimiento, el número diario de posibles casos en los hospitales empezó a decrecer rápidamente y se dio el alta médica a muchas personas cuyo resultado en las pruebas era negativo. La transmisión en tiempo real de la información recogida resultó muy eficaz, ayudando al gobierno estatal a mantener la situación bajo control y a ganarse la confianza de la gente. El estado de Kerala se encuentra ahora preparado para responder a la expansión del virus.
Evitar la alarma social
El estado de Kerala quiso asegurarse de que la ciudadanía recibía información en tiempo real, incluidos protocolos y consejos de prevención, para evitar que se sembrase alarma social. Realizó ruedas de prensa a diario y hasta lanzó una aplicación móvil que proporcionaba información actualizada. También se priorizó la salud mental de las personas y fueron desplegados más de 140 terapeutas en 14 distritos para proporcionar ayuda psicológica a las personas aisladas y en cuarentena, sabiendo que podrían ser estigmatizados y alienados por el público general. Dada la manera en que Kerala superó el Nipah, las personas emplean términos como cuarentena y aislamiento de manera natural y les han perdido cierto miedo. Habiendo abatido con éxito el Nipah y demostrando ahora su eficacia contra el Covid-19, Kerala ha dado un ejemplo al gobierno central y al resto de Estados de cómo no perder la calma y avanzar con la resolución del problema en caso de que una crisis así suceda.
Implicar a otros departamentos
Durante la etapa de aumento de contagios, los ciudadanos se lanzaron a la compra de material como mascarillas y desinfectantes para manos, lo cual acabó provocando escasez. Esta fue una de las principales preocupaciones para el gobierno y la ciudadanía, pero, una vez más, las autoridades supieron diseñar un plan eficaz para combinar los esfuerzos de otros departamentos en la producción de los materiales necesarios. La empresa estatal de fabricación de fármacos aseguró que podría satisfacer la demanda de desinfectantes. El Departamento estatal de Justicia propuso a los internos de las prisiones fabricar mascarillas, y consiguieron producir 6.000 en apenas dos días. El gobierno también dio instrucciones estrictas para que el departamento no las vendiese al público por encima de un precio estipulado.
Centrarse en las personas
Fue el mismo día en que el Primer Ministro, Narendra Modi, se dirigía al país por primera vez ablandándose con peticiones y mensajes emotivos, que el Ministro-jefe de Kerala, Pinarayi Vijayan, anunció un paquete de alivio de 2.600 millones USD para todo el estado. Desde el reparto de menús gratuitos para los estudiantes de preescolar mientras sus clases eran canceladas, a la instalación de banda ancha o la obligación de quedarse en casa, todas las medidas del gobierno resultaban tener un sentido de finalidad. El gobierno anunció el adelanto del pago de pensiones, créditos a familias vulnerables a través de una comunidad de ayuda vecinal centrada en la mujer, fortaleció las infraestructuras médicas y se aseguró de que las personas no perdían dinero por no poder trabajar.
Asegurar que nadie pase hambre
El gobierno de Kerala anunció también que repartiría alimentos de manera gratuita a todos los ciudadanos, independientemente de su renta, y la apertura de hoteles de bajo coste que cobrarían solo 0,26 USD por menú, junto con la promesa de que todos los bienes básicos y alimentos llegarían a las tiendas. Dando un ejemplo extraordinario, el gobierno comenzó a construir más de 1.000 cocinas por todo el estado para que nadie pasase hambre, todo con precios mínimos. Lo interesante es que también se tomaron medidas para entregar alimentos gratis directamente a las personas que no pudiesen pagarlo durante el periodo de confinamiento, para que así su dignidad no fuese cuestionada por los vecinos.
Cuidar a los trabajadores migrantes
Durante los 21 días de confinamiento en India, este estado meridional dio otra lección a las demás entidades estatales: Kerala reconoció a los trabajadores migrantes como “huéspedes” y abrirá 4.603 campos de socorro para más de 100.000 de aquellos, donde se les proporciona también comida y atención médica. Todo ello en un momento en que los migrantes de otros estados de India son obligados a caminar cientos de kilómetros para volver a sus hogares.
El papel de la sanidad pública
Incluso si comparamos el caso del Kerala con el resto de India, existen algunos factores que hacen que tal efectividad en la respuesta de control haya sido posible solo en este estado. Kerala dispone de un sistema de salud fuerte, con centro de atención primaria por cada 3.95 km, mientras que la media estatal es de 7.3 km. Por eso el gobierno de Kerala es capaz de invertir y dirigir su aparato sanitario de manera eficaz, frente a la inoperancia del gobierno central, que dispone de una cama hospitalaria por cada 1.826 personas, un doctor por cada 11.600 personas y un ventilador por cada 333.333 personas. Lo que es más alarmante es que las estadísticas de test realizados en este pequeño estado suponen el 30% del total del país, mientras que estados como Gujarat o Maharashtra han realizado un número ínfimo de pruebas a su población.
El modelo de Kerala
El gobierno de Kerala planea ahora reclutar a cientos de miles de jóvenes voluntarios del estado para Sannadha Sena, una organización de voluntarios, con el objetivo de proporcionar mano de obra a sus políticas. Así, en cada paso, Kerala ha tomado medidas adecuadas en tiempo y forma para lidiar con la crisis. Con todo, Kerala no solo ha dado ejemplo en esta coyuntura, sino que también se encuentra entre los primeros puestos de toda India en materia de desarrollo humano, mortalidad infantil, alfabetización, transparencia, convivencia, etcétera, comparándose a veces con países desarrollados. También ha conseguido los mejores datos en relación al desarrollo sostenible. La manera en que Kerala ha puesto en práctica su modelo ha merecido los halagos de otros países, y otros estados de India han pedido ayuda para implementarlo.
Una vez hemos señalado todos los datos, lo que tratamos de explicar es que no son solo las habilidades administrativas de Kerala las que han permitido derrotar el virus, sino también la presencia de un sistema público de sanidad y cuidados con la intervención decidida de los mecanismos públicos, dirigidos por un gobierno que se centra en las personas. Si Kerala careciese de un ecosistema de instituciones públicas y, en cambio, continuase privatizada en manos de unos pocos individuos, no hubiera podido superar esta crisis con facilidad.
Yadul Krishna. Escribe sobre economía y política.
Exalumno del Shri Ram College of Commerce de la Universidad de Delhi, es columnista en el British Herald de Londres.
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Un Estado de India con gobierno comunista
El gran éxito de la estrategia contra covid-19 de Kerala
martes, 21 de julio de 2020
_- En la resistencia romana (testimonio de Alfredo Reichlin)
_- Alfredo Reichlin (Barletta, 1925 - Roma 2017) –partisano, periodista, director de L’Unità desde 1958, Secretario regional del PCI en la Puglia y Diputado nacional desde 1968–, presenta en este texto, que traducimos con motivo del veinte aniversario de la muerte de Valentino Gerratana (Scicli, 1919 - Roma, 2000), una semblanza personal del autor de la edición crítica de los Quaderni gramscianos.
Esta reseña se centra no tanto en una producción académica fructífera –si bien, como gustaba de recordar Fernández Buey, significativa más por la paciente e impoluta unidad de rigor y método que por el número de páginas que colma lo escrito– sino en los años en los que Gerratana, alias Santo, ejerció como dirigente clandestino al mando de los Grupos de Acción Patriótica (GAP) que movilizaron, entre otros, al propio Reichlin. En este sentido, se trata de un documento precioso, pues viene a remediar, siquiera tímidamente, la escasez de noticias acerca del Gerratana partisano; escasez consciente, alimentada por una pudorosa reserva –pocas veces las descripciones acerca del carácter de una persona alcanzan un consenso de tal unanimidad como en el caso de Gerratana, circunscritas todas ellas a la constelación semántica de los términos “serio”, “riguroso” y “solitario”– en la que no hicieron mella las condecoraciones (la medalla de plata al valor militar) que, ya en democracia, recibió por los servicios prestados en la lucha contra la bestia fascista.
Con la misma disciplina que combatió a los tedeschi aceptó en los primeros años de la posguerra la petición de Palmiro Togliatti que le llevaría a dirigir, entre 1946 y 1948, el diario La voce della Sicilia, pieza clave en las campañas en favor de la democracia que el PCI llevó a cabo en la isla. Desde allí se desplazará a Turín, en donde colabora con la editorial Einaudi y continúa su labor periodística en L’Unità y Rinascita.
Desde 1972 ostenta la cátedra de historia de la filosofía en Salerno, en la que ejercerá, con una breve interrupción que le lleva a Siena, hasta su jubilación en los años 90. La misma disciplina que caracterizó su militancia se observa en su trabajo intelectual, siendo este una buena prueba de cómo la alta cultura, erudita pero pobre de ornamentos, puede ser puesta al servicio de la causa de los subalternos. Quizás el mayor ejemplo –que en absoluto desmerece sus demás investigaciones e intervenciones– sea el monumental trabajo que supone la realización de la Edición Crítica de los Quaderni del carcere entre 1966 –momento en que recibe el encargo de Franco Ferri, a la sazón Director del Instituto Gramsci de Roma– y 1975.
Sirvan como testimonio –esta vez sí cuantitativo– de su monumental labor las más de mil páginas que abarca el aparato crítico que compone el cuarto volumen de su edición. Si bien ésta supuso un impulso inestimable para los estudios gramscianos, democratizando la posibilidad de una lectura diacrónica que hasta entonces quedaba reservada para los grandísimos conocedores de los Cuadernos como Franco de Felice, Gerratana no dejó de reconocer, si bien poniendo de manifiesto su parcialidad, el valor de la edición precedente, viendo en esta una “operación hegemónica” bifaz, capaz de impregnar la cultura política de la Italia democrática con el legado gramsciano al tiempo que socavaba los tics estalinistas –que tan bien identificó y supo contrastar con el genuino leninismo el propio Gerratana– en el seno del PCI.
Culmen de su trayectoria fue el reconocimiento como primer presidente de la International Gramsci Society, fundada en Formia, con motivo del Congreso Gramsci nel mondo, en 1987. El texto de Reichlin que nos ocupa, “Nella resistenza romana”, constituye el segundo capítulo del compendio Valentino Gerratana “filósofo democrático” (Roma, Carocci, 2011), en el que Guido Liguori y Eleonora Forenza, los editores, recogen las actas de un congreso celebrado en Roma y dedicado a la figura y obra de Gerratana en los 10 años de su muerte [Anxo Garrido].
Recuerdo el día en el que me encontré con Valentino Gerratana. Era el invierno de 1944 en la Roma ocupada por los alemanes. La cita era en un pequeño restaurante cerca de la plaza Fiume. Conservo la impresión de su cara: delgadísimo, con la barba negra mal afeitada que hacía sus ojos más tristes y severos. Pocas palabras y largos silencios. Luigi Pintor y yo éramos niños. Nos habíamos licenciado en el instituto pocos meses antes. Era allí donde alguien nos había dicho que podíamos encontrar al hombre del "centro", esta palabra pronunciada en voz baja y con enorme cautela indicaba el Comando secreto de los comunistas.
Mirando a aquel hombre que me parecía sin edad pensé: por fin, esto va en serio. Valentino se correspondía a la perfección, efectivamente, con la imagen que me había hecho de un jefe comunista, un hombre cuyas órdenes no eran discutibles. Del que uno se podía fiar. Que podía decirnos dónde y cómo empezar a disparar. Y así fue. Alguien –creo que Lucio Lombardo Radice– había garantizado que nosotros tres (Luigi Pintor, Arminio Savioli y yo) éramos nuevos posibles "gappisti" dignos de confianza. Formábamos una célula, es decir, aquella unidad mínima de combate que por razones de seguridad clandestina podía tener relación con el conjunto de la red solo a través de una persona. Aquella persona era Valentino Gerratana, nombre de batalla "Santo". Nuestra tarea era "hacerle la vida imposible al ocupante": estas fueron las directrices generales que recibimos de "Santo" aquel día.
En aquellos meses febriles y estremecedores (al menos para mí) volví a verlo –si no recuerdo mal– quizás solo otra vez. Más tarde en una estupenda jornada de sol en una Roma bulliciosa y vulgar, llena de prostitutas y de contrabandistas, con las calles recorridas por inestables camionetas llenas de gente y por las furgonetas americanas, lo reencontré. El partido (entidad todavía misteriosa para mí) nos había convocado en un gran inmueble de ferroviarios en la avenida Regina Margherita, donde vivía uno de nosotros. Fue allí donde vi por primera vez la cara de aquellos veinte jóvenes desconocidos que habían golpeado severamente a la guarnición alemana de Roma, hasta el atentado de Via Rasella, y la habían obligado a ponerse a la defensiva hasta el punto de fijar el toque de queda a las cinco de la tarde. Éramos los componentes del famoso GAP Central. Un puñado de jóvenes intelectuales, muchos de los cuales llegaron a ser famosos más tarde: Salinari, Calamandrei, Gerratana, Trombadori, Bentivegna, Carla Capponi y otros y otras. Entre ellos estaba también Marisa Musu, que se convirtió en la primera mujer de Gerratana. Era muy escasa la presencia de proletarios.
Aquellos jóvenes no venían de Moscú o del exilio, sino de de las escuelas y de las universidades italianas, y lo que les movía no eran tanto los textos del comunismo (que leímos después), sino un extraño pastiche ideal y cultural que no se reducía al mito soviético y que se había formado en los años treinta. Había nacido en aquellos años un sentimiento nuevo, el antifascismo, que repensaba la gran tradición democrática del historicismo italiano y al mismo tiempo se mezclaba con las experiencias más modernas del siglo XX europeo. Después, a partir del gran cinismo de extranjero en la propia patria à la Prezzolini y del hedonismo dannunziano, nacía una cultura que se llamó del esfuerzo y que mostraba huellas incluso del actualismo "gentiliano".
El mito soviético importaba, naturalmente. Pero si aquellos años treinta fueron tan importantes fue porque nos sucedió de todo: la aparición del fascismo y los espectaculares triunfos de la planificación soviética, la guerra de España y las primeras experiencias socialdemócratas. En definitiva, aquel conjunto de cosas que habían alimentado la llamada "guerra civil europea". Es en aquellos años y en aquel clima cuando las vanguardias juveniles descubrieron el famoso esfuerzo. Así fue también para Valentino.
Él había nacido en Scicli, en Sicilia, en 1919 y tuvo sus primeros contactos con las organización comunista clandestina en 1939, en Salerno, donde frecuentaba el curso de la academia militar. Su compañero de curso era Giaime Pintor, y fue allí donde se conocieron y se hicieron amigos. Giaime, algunos años después, le presentó a Carlo Salinari, fino literato, crítico de arte, alumno de Sapegno, jefe partisano, hombre de una frialdad y lucidez impresionantes.
Creo que allí comenzó el compromiso político de Gerratana: por ello en mi mente conviven aquellos dos jóvenes (Giaime y Valentino). Aunque muy diferentes entre sí, sobre todo por su carácter y su relación con el mundo, con los amigos, con el gusto por la vida, yo creo que sirve para ambos aquel fragmento de la última carta de Giaime al hermano Luigi, que releída hoy me parece de una dramática actualidad: "el camino hacia la política – señalaba Giaime– es un fenómeno que he constatado en muchos de los mejores, parecido a lo que sucede en Alemania cuando se agotó la última generación romántica”._ Y continuaba observando que:
"fenómenos de este tipo se reproducen cada vez que la política deja de ser administración ordinaria y emplea todas las fuerzas de una sociedad para salvarla de una grave enfermedad, para responder a un peligro extremo. Una sociedad moderna se basa sobre una gran variedad de especificaciones, pero puede subsistir únicamente si conserva la posibilidad de abolirlas en un cierto momento para sacrificar todo a una única exigencia revolucionaria. Es este el sentido moral, no técnico, de la movilización: una juventud que no se muestra “disponible”, que se pierde completamente en las diversas técnicas, está en peligro. En un cierto momento los intelectuales deben ser capaces de transferir su experiencia sobre el terreno de la utilidad común, cada uno debe saber asumir su puesto en una organización de combate. […] Esto –añadía Giaime con palabras muy graves– vale sobre todo para Italia. Hablo de Italia no porque la sienta más cerca que Alemania o que América, sino porque los italianos son la parte del género humano con la que me encuentro naturalmente en contacto y sobre la cual puedo actuar más fácilmente.
Los italianos son un pueblo débil, profundamente corrompido por su historia reciente, siempre a punto de ceder a una vileza o a una debilidad. Pero ellos siguen produciendo minorías revolucionarias de primer orden: filósofos y obreros que están a la vanguardia de Europa. Italiana nació del pensamiento de pocos intelectuales: el Risorgimento, episodio excepcional de nuestra historia política, ha sido el esfuerzo de otras minorías para devolver a Europa a un pueblo de africanos y de levantinos. Hoy en ninguna nación civil es tan grande la separación entre las posibilidades vitales y la condición actual: nos toca a nosotros colmar esta separación y declarar el Estado de emergencia"
Si se me permite una nota personal, quisiera decir únicamente que Giaime había sido nuestro hermano mayor, un gran amigo à la Alain Fournier. Por esto no puedo olvidar aquella noche, tristísima del invierno de 1943 cuando Luigi, el hermano, mi compañero de escuela y de pupitre, vino a decirme que había llegado la noticia de la muerte de Giaime, destrozado por una mina en un campo del Alto Volturno mientras trataba de atravesar las líneas enemigas y de unirse a los partisanos. Fue entonces cuando decidimos tomar las armas que habían caído de sus manos. Entramos en los GAP. Y allí, como he dicho, encontramos a nuestro nuevo jefe, Valentino Gerratana. Casi una señal del destino.
Sobre las crónicas de aquella lucha no diré nada. Hay cosas que no recuerdo bien, otras que prefiero olvidar. Yo no soy un héroe y he vivido aquellos meses como una pesadilla, bien consciente del riesgo (que a mí yo joven le parecía insoportable) de acabar en las manos de las SS, en Via Tasso, en una cámara de tortura. Sobre la Resistencia romana hay que decir, ante todo que las condiciones en las que se desarrolló eran particularmente difíciles. Roma no era Turín y ni siquiera Bolonia. No había en la ciudad las grandes fábricas ni en los alrededores el rural emiliano. Roma tras el 8 de septiembre había permanecido aislada. Detenidas las construcciones inmobiliarias y los trabajos públicos, una parte de los empleados estatales empujada al norte, la vida económica paralizada, comenzó a pesar mes a mes el problema del hambre. Muchas familias romanas buscaban refugio en el campo mientras en la ciudad afluían todos aquellos que, en la perspectiva de una liberación considerada inminente, esperaban reconectarse con las regiones meridionales.
La lucha de los patriotas romanos se desarrolla por lo tanto en condiciones muy difíciles, en una ciudad que se encontró en la retaguardia inmediata de un gran campo de batalla en el cual, sobre todo tras el desembarco de Anzio, se concentraba un alto número de aguerridas divisiones alemanas. Las cuales, de hecho, habían transformado la llamada “ciudad abierta” en la base principal de sus operaciones y en el centro de sus comandos, de su abastecimiento, de sus conexiones. También políticamente la Resistencia Romana se desarrolla en condiciones particularmente difíciles, estando todavía vivas las diferencias políticas el seno del propio Comité de liberación nacional y fuera de él.
El gran mérito del PCI fue comprender que contra las maniobras, las intrigas, las discusiones bizantinas, el arma más eficaz era la acción audaz de los patriotas, la osadía de los GAP, la lucha del pueblo romano. Y esta acción avanzó en la ciudad, desde los primeros, tímidos, actos, desde los grandes escritos murales y desde los mítines móviles del 7 de noviembre hasta los ataques contra los centros del enemigo (el hotel Flora y el cine reservado a las tropas alemanas en la plaza Barberini), hasta la gran semana de ataque general inmediatamente después del desembarco de Anzio, cuando se llegó al límite extremo de la preparación de la insurrección. Esta fue detenida en el último momento, por el vuelco de la situación militar y el contraataque alemán en el frente de Anzio.
El movimiento patriótico pagó severamente, con graves y dolorosas pérdidas, el hecho de haberse descubierto con la intensificación de los ataques y en la preparación de la insurrección. Nuestras fuerzas fueron fuertemente golpeadas debido a una traición que llevó al arresto de Calamandrei, de Pintor y de otros por parte de la banda Koch que había hecho de la prisión Jaccarino, entonces en Via Romagna, un lugar de tortura.
A los supervivientes como yo nos fue ordenado reaccionar a cualquier precio. Y lo hicimos. Por suerte se amplió la participación popular en la lucha contra el hambre y las deportaciones (manifestaciones de mujeres en la Avenida del Milizie, manifestaciones por el pan, etc.). Y la lucha continuó cada vez más dura y decidida en los meses sucesivos, antes y después del ataque de los GAP en Via Due Macelli y en Via Rasella.
La huelga del 3 de mayo dio muestras de numerosos episodios la valentía de los patriotas y del amplio consenso; sacó también a relucir las insuficiencias de un movimiento en el cual la vanguardia audaz y restringida, puesta a prueba duramente por los episodios de la lucha, no se apoyaba sobre un amplio movimiento de masas y necesitaba nutrirse continuamente de nuevas energías. Los jefes –como ya he dicho– fueron Valentino Gerratana y Carlo Salinari. Pero no pudimos solos.
Debo recordar que en las Fosse Ardeatine cayeron 335 mártires de la Resistencia romana. Había de todo, generales y soldados, obreros e intelectuales, comunistas y monárquicos, católicos y judíos, dirigentes de partido y simples ciudadanos. Aquella sangre generosa ha bañado la ciudad antigua, secular, y le ha dado nueva vida. Si hoy Roma es una ciudad democrática grande y viva, es porque ha sabido, con el sacrificio y con la lucha en los diez meses de su resistencia, ocupar su puesto en la gran batalla por la libertad y la independencia de Italia.
Del Gerratana filósofo no me corresponde hablar a mí. Era muy estricto pero tenía un sentimiento laico del comunismo. Y creo que esto explica la manera en la que se aproximó a Gramsci y como lo ha leído. Un comunismo que no afirma principios definitivos ni metas últimas, que no se inventa instituciones válidas de una vez por todas. Un comunismo que no se piensa a sí mismo como el fin de la historia. Un movimiento histórico de gran alcance que –como tal– ha fracasado, pero que deja a sus espaldas la necesidad de un horizonte mental capaz de iluminar la lucha de las clases y de las hegemonías a nivel planetario.
Comparto el juicio de Fabio Frosini: Gerratana era un hombre completamente comprometido con la difícil empresa de cuadrar el círculo de la historia (de la experiencia) y de la teoría. Y esto por medio de aquel acto creativo llamado “política”, es decir, por medio de aquel acto que es y sigue siendo realmente “creativo” (es decir, transformador, revolucionario) que es la Gran Política. Y lo es a condición de que consiga evitar reducirse a mera “confirmación” de la teoría tanto como evitar alejarse de los movimientos reales. En definitiva, Lenin y Gramsci, las figuras sobre las que más reflexionó Gerratana, los hombre que han logrado mantenerse a la altura de esta tarea, junto a pocos otros, como Labriola.
Era de verdad un “filósofo democrático”. Un filósofo cuya personalidad –dice el propio Gerratana con Gramsci– no se limita a la propia individualidad física. sino que es más bien “una relación social activa de modificación del ambiente cultural”. Es una relación que, para ser válida, dice Valentino siempre citando a Gramsci, debe permanecer abierta, como la relación activa de ciencia y vida, nunca concluida en la completa perfección de un proceso que ya no tiene necesidad de ser renovado. Porque si es verdad que “todo maestro es siempre un alumno y todo alumno un maestro”_, esto vale no solo y no tanto para las relaciones didácticas habituales como para aquella gran escuela que es la vida en su desarrollo histórico. Desde este punto de vista la teoría gramsciana de la hegemonía no solo adquiere una connotación crucial, sino que alcanza también su mayor expresión.
Alfredo Reichlin Fue partisano, periodista, director de L’Unità desde 1958, Secretario regional del PCI en la Puglia y Diputado nacional desde 1968
Fuente:
"Valentino Gerratana. 'Filósofo democrático'", Roma: Carocci, 2011 (International Gramsci Society - Italia)
Traducción: Anxo Garrido
Esta reseña se centra no tanto en una producción académica fructífera –si bien, como gustaba de recordar Fernández Buey, significativa más por la paciente e impoluta unidad de rigor y método que por el número de páginas que colma lo escrito– sino en los años en los que Gerratana, alias Santo, ejerció como dirigente clandestino al mando de los Grupos de Acción Patriótica (GAP) que movilizaron, entre otros, al propio Reichlin. En este sentido, se trata de un documento precioso, pues viene a remediar, siquiera tímidamente, la escasez de noticias acerca del Gerratana partisano; escasez consciente, alimentada por una pudorosa reserva –pocas veces las descripciones acerca del carácter de una persona alcanzan un consenso de tal unanimidad como en el caso de Gerratana, circunscritas todas ellas a la constelación semántica de los términos “serio”, “riguroso” y “solitario”– en la que no hicieron mella las condecoraciones (la medalla de plata al valor militar) que, ya en democracia, recibió por los servicios prestados en la lucha contra la bestia fascista.
Con la misma disciplina que combatió a los tedeschi aceptó en los primeros años de la posguerra la petición de Palmiro Togliatti que le llevaría a dirigir, entre 1946 y 1948, el diario La voce della Sicilia, pieza clave en las campañas en favor de la democracia que el PCI llevó a cabo en la isla. Desde allí se desplazará a Turín, en donde colabora con la editorial Einaudi y continúa su labor periodística en L’Unità y Rinascita.
Desde 1972 ostenta la cátedra de historia de la filosofía en Salerno, en la que ejercerá, con una breve interrupción que le lleva a Siena, hasta su jubilación en los años 90. La misma disciplina que caracterizó su militancia se observa en su trabajo intelectual, siendo este una buena prueba de cómo la alta cultura, erudita pero pobre de ornamentos, puede ser puesta al servicio de la causa de los subalternos. Quizás el mayor ejemplo –que en absoluto desmerece sus demás investigaciones e intervenciones– sea el monumental trabajo que supone la realización de la Edición Crítica de los Quaderni del carcere entre 1966 –momento en que recibe el encargo de Franco Ferri, a la sazón Director del Instituto Gramsci de Roma– y 1975.
Sirvan como testimonio –esta vez sí cuantitativo– de su monumental labor las más de mil páginas que abarca el aparato crítico que compone el cuarto volumen de su edición. Si bien ésta supuso un impulso inestimable para los estudios gramscianos, democratizando la posibilidad de una lectura diacrónica que hasta entonces quedaba reservada para los grandísimos conocedores de los Cuadernos como Franco de Felice, Gerratana no dejó de reconocer, si bien poniendo de manifiesto su parcialidad, el valor de la edición precedente, viendo en esta una “operación hegemónica” bifaz, capaz de impregnar la cultura política de la Italia democrática con el legado gramsciano al tiempo que socavaba los tics estalinistas –que tan bien identificó y supo contrastar con el genuino leninismo el propio Gerratana– en el seno del PCI.
Culmen de su trayectoria fue el reconocimiento como primer presidente de la International Gramsci Society, fundada en Formia, con motivo del Congreso Gramsci nel mondo, en 1987. El texto de Reichlin que nos ocupa, “Nella resistenza romana”, constituye el segundo capítulo del compendio Valentino Gerratana “filósofo democrático” (Roma, Carocci, 2011), en el que Guido Liguori y Eleonora Forenza, los editores, recogen las actas de un congreso celebrado en Roma y dedicado a la figura y obra de Gerratana en los 10 años de su muerte [Anxo Garrido].
Recuerdo el día en el que me encontré con Valentino Gerratana. Era el invierno de 1944 en la Roma ocupada por los alemanes. La cita era en un pequeño restaurante cerca de la plaza Fiume. Conservo la impresión de su cara: delgadísimo, con la barba negra mal afeitada que hacía sus ojos más tristes y severos. Pocas palabras y largos silencios. Luigi Pintor y yo éramos niños. Nos habíamos licenciado en el instituto pocos meses antes. Era allí donde alguien nos había dicho que podíamos encontrar al hombre del "centro", esta palabra pronunciada en voz baja y con enorme cautela indicaba el Comando secreto de los comunistas.
Mirando a aquel hombre que me parecía sin edad pensé: por fin, esto va en serio. Valentino se correspondía a la perfección, efectivamente, con la imagen que me había hecho de un jefe comunista, un hombre cuyas órdenes no eran discutibles. Del que uno se podía fiar. Que podía decirnos dónde y cómo empezar a disparar. Y así fue. Alguien –creo que Lucio Lombardo Radice– había garantizado que nosotros tres (Luigi Pintor, Arminio Savioli y yo) éramos nuevos posibles "gappisti" dignos de confianza. Formábamos una célula, es decir, aquella unidad mínima de combate que por razones de seguridad clandestina podía tener relación con el conjunto de la red solo a través de una persona. Aquella persona era Valentino Gerratana, nombre de batalla "Santo". Nuestra tarea era "hacerle la vida imposible al ocupante": estas fueron las directrices generales que recibimos de "Santo" aquel día.
En aquellos meses febriles y estremecedores (al menos para mí) volví a verlo –si no recuerdo mal– quizás solo otra vez. Más tarde en una estupenda jornada de sol en una Roma bulliciosa y vulgar, llena de prostitutas y de contrabandistas, con las calles recorridas por inestables camionetas llenas de gente y por las furgonetas americanas, lo reencontré. El partido (entidad todavía misteriosa para mí) nos había convocado en un gran inmueble de ferroviarios en la avenida Regina Margherita, donde vivía uno de nosotros. Fue allí donde vi por primera vez la cara de aquellos veinte jóvenes desconocidos que habían golpeado severamente a la guarnición alemana de Roma, hasta el atentado de Via Rasella, y la habían obligado a ponerse a la defensiva hasta el punto de fijar el toque de queda a las cinco de la tarde. Éramos los componentes del famoso GAP Central. Un puñado de jóvenes intelectuales, muchos de los cuales llegaron a ser famosos más tarde: Salinari, Calamandrei, Gerratana, Trombadori, Bentivegna, Carla Capponi y otros y otras. Entre ellos estaba también Marisa Musu, que se convirtió en la primera mujer de Gerratana. Era muy escasa la presencia de proletarios.
Aquellos jóvenes no venían de Moscú o del exilio, sino de de las escuelas y de las universidades italianas, y lo que les movía no eran tanto los textos del comunismo (que leímos después), sino un extraño pastiche ideal y cultural que no se reducía al mito soviético y que se había formado en los años treinta. Había nacido en aquellos años un sentimiento nuevo, el antifascismo, que repensaba la gran tradición democrática del historicismo italiano y al mismo tiempo se mezclaba con las experiencias más modernas del siglo XX europeo. Después, a partir del gran cinismo de extranjero en la propia patria à la Prezzolini y del hedonismo dannunziano, nacía una cultura que se llamó del esfuerzo y que mostraba huellas incluso del actualismo "gentiliano".
El mito soviético importaba, naturalmente. Pero si aquellos años treinta fueron tan importantes fue porque nos sucedió de todo: la aparición del fascismo y los espectaculares triunfos de la planificación soviética, la guerra de España y las primeras experiencias socialdemócratas. En definitiva, aquel conjunto de cosas que habían alimentado la llamada "guerra civil europea". Es en aquellos años y en aquel clima cuando las vanguardias juveniles descubrieron el famoso esfuerzo. Así fue también para Valentino.
Él había nacido en Scicli, en Sicilia, en 1919 y tuvo sus primeros contactos con las organización comunista clandestina en 1939, en Salerno, donde frecuentaba el curso de la academia militar. Su compañero de curso era Giaime Pintor, y fue allí donde se conocieron y se hicieron amigos. Giaime, algunos años después, le presentó a Carlo Salinari, fino literato, crítico de arte, alumno de Sapegno, jefe partisano, hombre de una frialdad y lucidez impresionantes.
Creo que allí comenzó el compromiso político de Gerratana: por ello en mi mente conviven aquellos dos jóvenes (Giaime y Valentino). Aunque muy diferentes entre sí, sobre todo por su carácter y su relación con el mundo, con los amigos, con el gusto por la vida, yo creo que sirve para ambos aquel fragmento de la última carta de Giaime al hermano Luigi, que releída hoy me parece de una dramática actualidad: "el camino hacia la política – señalaba Giaime– es un fenómeno que he constatado en muchos de los mejores, parecido a lo que sucede en Alemania cuando se agotó la última generación romántica”._ Y continuaba observando que:
"fenómenos de este tipo se reproducen cada vez que la política deja de ser administración ordinaria y emplea todas las fuerzas de una sociedad para salvarla de una grave enfermedad, para responder a un peligro extremo. Una sociedad moderna se basa sobre una gran variedad de especificaciones, pero puede subsistir únicamente si conserva la posibilidad de abolirlas en un cierto momento para sacrificar todo a una única exigencia revolucionaria. Es este el sentido moral, no técnico, de la movilización: una juventud que no se muestra “disponible”, que se pierde completamente en las diversas técnicas, está en peligro. En un cierto momento los intelectuales deben ser capaces de transferir su experiencia sobre el terreno de la utilidad común, cada uno debe saber asumir su puesto en una organización de combate. […] Esto –añadía Giaime con palabras muy graves– vale sobre todo para Italia. Hablo de Italia no porque la sienta más cerca que Alemania o que América, sino porque los italianos son la parte del género humano con la que me encuentro naturalmente en contacto y sobre la cual puedo actuar más fácilmente.
Los italianos son un pueblo débil, profundamente corrompido por su historia reciente, siempre a punto de ceder a una vileza o a una debilidad. Pero ellos siguen produciendo minorías revolucionarias de primer orden: filósofos y obreros que están a la vanguardia de Europa. Italiana nació del pensamiento de pocos intelectuales: el Risorgimento, episodio excepcional de nuestra historia política, ha sido el esfuerzo de otras minorías para devolver a Europa a un pueblo de africanos y de levantinos. Hoy en ninguna nación civil es tan grande la separación entre las posibilidades vitales y la condición actual: nos toca a nosotros colmar esta separación y declarar el Estado de emergencia"
Si se me permite una nota personal, quisiera decir únicamente que Giaime había sido nuestro hermano mayor, un gran amigo à la Alain Fournier. Por esto no puedo olvidar aquella noche, tristísima del invierno de 1943 cuando Luigi, el hermano, mi compañero de escuela y de pupitre, vino a decirme que había llegado la noticia de la muerte de Giaime, destrozado por una mina en un campo del Alto Volturno mientras trataba de atravesar las líneas enemigas y de unirse a los partisanos. Fue entonces cuando decidimos tomar las armas que habían caído de sus manos. Entramos en los GAP. Y allí, como he dicho, encontramos a nuestro nuevo jefe, Valentino Gerratana. Casi una señal del destino.
Sobre las crónicas de aquella lucha no diré nada. Hay cosas que no recuerdo bien, otras que prefiero olvidar. Yo no soy un héroe y he vivido aquellos meses como una pesadilla, bien consciente del riesgo (que a mí yo joven le parecía insoportable) de acabar en las manos de las SS, en Via Tasso, en una cámara de tortura. Sobre la Resistencia romana hay que decir, ante todo que las condiciones en las que se desarrolló eran particularmente difíciles. Roma no era Turín y ni siquiera Bolonia. No había en la ciudad las grandes fábricas ni en los alrededores el rural emiliano. Roma tras el 8 de septiembre había permanecido aislada. Detenidas las construcciones inmobiliarias y los trabajos públicos, una parte de los empleados estatales empujada al norte, la vida económica paralizada, comenzó a pesar mes a mes el problema del hambre. Muchas familias romanas buscaban refugio en el campo mientras en la ciudad afluían todos aquellos que, en la perspectiva de una liberación considerada inminente, esperaban reconectarse con las regiones meridionales.
La lucha de los patriotas romanos se desarrolla por lo tanto en condiciones muy difíciles, en una ciudad que se encontró en la retaguardia inmediata de un gran campo de batalla en el cual, sobre todo tras el desembarco de Anzio, se concentraba un alto número de aguerridas divisiones alemanas. Las cuales, de hecho, habían transformado la llamada “ciudad abierta” en la base principal de sus operaciones y en el centro de sus comandos, de su abastecimiento, de sus conexiones. También políticamente la Resistencia Romana se desarrolla en condiciones particularmente difíciles, estando todavía vivas las diferencias políticas el seno del propio Comité de liberación nacional y fuera de él.
El gran mérito del PCI fue comprender que contra las maniobras, las intrigas, las discusiones bizantinas, el arma más eficaz era la acción audaz de los patriotas, la osadía de los GAP, la lucha del pueblo romano. Y esta acción avanzó en la ciudad, desde los primeros, tímidos, actos, desde los grandes escritos murales y desde los mítines móviles del 7 de noviembre hasta los ataques contra los centros del enemigo (el hotel Flora y el cine reservado a las tropas alemanas en la plaza Barberini), hasta la gran semana de ataque general inmediatamente después del desembarco de Anzio, cuando se llegó al límite extremo de la preparación de la insurrección. Esta fue detenida en el último momento, por el vuelco de la situación militar y el contraataque alemán en el frente de Anzio.
El movimiento patriótico pagó severamente, con graves y dolorosas pérdidas, el hecho de haberse descubierto con la intensificación de los ataques y en la preparación de la insurrección. Nuestras fuerzas fueron fuertemente golpeadas debido a una traición que llevó al arresto de Calamandrei, de Pintor y de otros por parte de la banda Koch que había hecho de la prisión Jaccarino, entonces en Via Romagna, un lugar de tortura.
A los supervivientes como yo nos fue ordenado reaccionar a cualquier precio. Y lo hicimos. Por suerte se amplió la participación popular en la lucha contra el hambre y las deportaciones (manifestaciones de mujeres en la Avenida del Milizie, manifestaciones por el pan, etc.). Y la lucha continuó cada vez más dura y decidida en los meses sucesivos, antes y después del ataque de los GAP en Via Due Macelli y en Via Rasella.
La huelga del 3 de mayo dio muestras de numerosos episodios la valentía de los patriotas y del amplio consenso; sacó también a relucir las insuficiencias de un movimiento en el cual la vanguardia audaz y restringida, puesta a prueba duramente por los episodios de la lucha, no se apoyaba sobre un amplio movimiento de masas y necesitaba nutrirse continuamente de nuevas energías. Los jefes –como ya he dicho– fueron Valentino Gerratana y Carlo Salinari. Pero no pudimos solos.
Debo recordar que en las Fosse Ardeatine cayeron 335 mártires de la Resistencia romana. Había de todo, generales y soldados, obreros e intelectuales, comunistas y monárquicos, católicos y judíos, dirigentes de partido y simples ciudadanos. Aquella sangre generosa ha bañado la ciudad antigua, secular, y le ha dado nueva vida. Si hoy Roma es una ciudad democrática grande y viva, es porque ha sabido, con el sacrificio y con la lucha en los diez meses de su resistencia, ocupar su puesto en la gran batalla por la libertad y la independencia de Italia.
Del Gerratana filósofo no me corresponde hablar a mí. Era muy estricto pero tenía un sentimiento laico del comunismo. Y creo que esto explica la manera en la que se aproximó a Gramsci y como lo ha leído. Un comunismo que no afirma principios definitivos ni metas últimas, que no se inventa instituciones válidas de una vez por todas. Un comunismo que no se piensa a sí mismo como el fin de la historia. Un movimiento histórico de gran alcance que –como tal– ha fracasado, pero que deja a sus espaldas la necesidad de un horizonte mental capaz de iluminar la lucha de las clases y de las hegemonías a nivel planetario.
Comparto el juicio de Fabio Frosini: Gerratana era un hombre completamente comprometido con la difícil empresa de cuadrar el círculo de la historia (de la experiencia) y de la teoría. Y esto por medio de aquel acto creativo llamado “política”, es decir, por medio de aquel acto que es y sigue siendo realmente “creativo” (es decir, transformador, revolucionario) que es la Gran Política. Y lo es a condición de que consiga evitar reducirse a mera “confirmación” de la teoría tanto como evitar alejarse de los movimientos reales. En definitiva, Lenin y Gramsci, las figuras sobre las que más reflexionó Gerratana, los hombre que han logrado mantenerse a la altura de esta tarea, junto a pocos otros, como Labriola.
Era de verdad un “filósofo democrático”. Un filósofo cuya personalidad –dice el propio Gerratana con Gramsci– no se limita a la propia individualidad física. sino que es más bien “una relación social activa de modificación del ambiente cultural”. Es una relación que, para ser válida, dice Valentino siempre citando a Gramsci, debe permanecer abierta, como la relación activa de ciencia y vida, nunca concluida en la completa perfección de un proceso que ya no tiene necesidad de ser renovado. Porque si es verdad que “todo maestro es siempre un alumno y todo alumno un maestro”_, esto vale no solo y no tanto para las relaciones didácticas habituales como para aquella gran escuela que es la vida en su desarrollo histórico. Desde este punto de vista la teoría gramsciana de la hegemonía no solo adquiere una connotación crucial, sino que alcanza también su mayor expresión.
Alfredo Reichlin Fue partisano, periodista, director de L’Unità desde 1958, Secretario regional del PCI en la Puglia y Diputado nacional desde 1968
Fuente:
"Valentino Gerratana. 'Filósofo democrático'", Roma: Carocci, 2011 (International Gramsci Society - Italia)
Traducción: Anxo Garrido
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lunes, 20 de julio de 2020
El idioma del amor. James Rhodes
Las expresiones dicen mucho de una cultura y su gente. El español tiene, por ejemplo, las que exaltan la alegría de la vida y la empatía. "Como dar a luz". Una maravilla.
Lo maravilloso de aprender un idioma nuevo y zambullirse en una cultura nueva es que las cosas que parecen vulgares y corrientes para el lugareño a mí me resultan poco menos que milagrosas. A lo mejor les hace gracia la ingenuidad infantil del extranjero al que casi le da un jamacuco la primera vez que prueba un churro o ante su primera sobremesa con amigos, pero para mí son una gozada los nuevos descubrimientos que hago cada día en España y que son como chutes de vitaminas directos al alma.
De todas las cosas que me encantan de España, y la lista es larga hasta decir basta, el idioma es lo que más me alucina. Las palabras mismas son como pequeños milagros y podría escribir un diccionario con todas mis favoritas, pero últimamente he descubierto algunas expresiones que me han dejado con la boca abierta de admiración y me han ayudado a ver las cosas de una manera totalmente diferente. Me parece de lo más inspirador.
Hay expresiones que a lo mejor salen de manera automática e inconsciente cuando las llevas oyendo desde el día en que naciste, pero para alguien que acaba de llegar como yo suponen un bofetón en toda la cara. Por ejemplo, “dar a luz”. Tomado literalmente, significa que te entregan a la luz en el momento mismo en que inicias tu camino vital. Como en esa escena de El rey león en la que ofrecen al cachorro al cielo y al universo como celebración de la vida. Alzamos nuestros bebés a la luz del mundo para que les dé la bienvenida y sean objeto de celebración. Convierte la lucha sangrienta, dolorosa y agónica que supone traer un niño al mundo en lo que realmente es: algo verdaderamente heroico. Un acontecimiento en el que cada niño nace capacitado para lograr algo grandioso.
O “consultar con la almohada”. En vez de “pensar en ello mientras duermes” como hacemos en Inglaterra, en España se pide consejo a la almohada. Qué hermosura de expresión. Qué consuelo, qué dulzura. Una oportunidad de permitir durante el reposo de nuestra mente cansada que fuerzas naturales que escapan a nuestra imaginación nos sirvan de inspiración y guía y nos den consejos tranquilizadores.
O cuando se muere alguien cercano, en vez del más bien insulso “lamento tu pérdida”, en España se dice “te acompaño en el sentimiento”. ¿Hay alguna lengua en el mundo que exprese mejor la empatía? ¿Una manera mejor de expresar unión en el dolor? Es una celebración de compañerismo, ternura y comprensión; una metáfora que expresa a la perfección lo que es España, donde, aun cuando la división parezca endémica en estos momentos, subyace un sólido sentido de comunidad, amor y sintonía.
Lo reconozco, a lo mejor da la impresión de que España me ha cegado un poco. Quizás el enamoramiento se me note demasiado. Pero, la verdad…, me importa un rábano. —eps
https://elpais.com/elpais/2020/07/13/eps/1594657865_508816.html
P. D. : Sin duda es un excelente artículo para el comienzo de un curso en español.
Lo maravilloso de aprender un idioma nuevo y zambullirse en una cultura nueva es que las cosas que parecen vulgares y corrientes para el lugareño a mí me resultan poco menos que milagrosas. A lo mejor les hace gracia la ingenuidad infantil del extranjero al que casi le da un jamacuco la primera vez que prueba un churro o ante su primera sobremesa con amigos, pero para mí son una gozada los nuevos descubrimientos que hago cada día en España y que son como chutes de vitaminas directos al alma.
De todas las cosas que me encantan de España, y la lista es larga hasta decir basta, el idioma es lo que más me alucina. Las palabras mismas son como pequeños milagros y podría escribir un diccionario con todas mis favoritas, pero últimamente he descubierto algunas expresiones que me han dejado con la boca abierta de admiración y me han ayudado a ver las cosas de una manera totalmente diferente. Me parece de lo más inspirador.
Hay expresiones que a lo mejor salen de manera automática e inconsciente cuando las llevas oyendo desde el día en que naciste, pero para alguien que acaba de llegar como yo suponen un bofetón en toda la cara. Por ejemplo, “dar a luz”. Tomado literalmente, significa que te entregan a la luz en el momento mismo en que inicias tu camino vital. Como en esa escena de El rey león en la que ofrecen al cachorro al cielo y al universo como celebración de la vida. Alzamos nuestros bebés a la luz del mundo para que les dé la bienvenida y sean objeto de celebración. Convierte la lucha sangrienta, dolorosa y agónica que supone traer un niño al mundo en lo que realmente es: algo verdaderamente heroico. Un acontecimiento en el que cada niño nace capacitado para lograr algo grandioso.
O “consultar con la almohada”. En vez de “pensar en ello mientras duermes” como hacemos en Inglaterra, en España se pide consejo a la almohada. Qué hermosura de expresión. Qué consuelo, qué dulzura. Una oportunidad de permitir durante el reposo de nuestra mente cansada que fuerzas naturales que escapan a nuestra imaginación nos sirvan de inspiración y guía y nos den consejos tranquilizadores.
O cuando se muere alguien cercano, en vez del más bien insulso “lamento tu pérdida”, en España se dice “te acompaño en el sentimiento”. ¿Hay alguna lengua en el mundo que exprese mejor la empatía? ¿Una manera mejor de expresar unión en el dolor? Es una celebración de compañerismo, ternura y comprensión; una metáfora que expresa a la perfección lo que es España, donde, aun cuando la división parezca endémica en estos momentos, subyace un sólido sentido de comunidad, amor y sintonía.
Lo reconozco, a lo mejor da la impresión de que España me ha cegado un poco. Quizás el enamoramiento se me note demasiado. Pero, la verdad…, me importa un rábano. —eps
https://elpais.com/elpais/2020/07/13/eps/1594657865_508816.html
P. D. : Sin duda es un excelente artículo para el comienzo de un curso en español.
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domingo, 19 de julio de 2020
Qué reveló el experimento sobre la inteligencia más grande del mundo.
Dr. Michael Mosley y Dra. Hannah Fry
BBC Horizon
17 mayo 2020
Con la inteligencia no sólo se nace sino que se hace.
¿Qué ganas y qué pierdes con la edad? ¿Te está volviendo estúpido tu teléfono inteligente? ¿Puedes hacer algo para mantener tus habilidades mentales e incluso para mejorarlas?
Cuando se trata de medir la inteligencia, hay muchas habilidades que entran en juego, desde la resolución de problemas y las habilidades ligadas a las relaciones espaciales, hasta la conciencia emocional y la memoria de trabajo.
Pero, no importa cómo lo desgloses, una cosa está clara: la inteligencia importa.
Las personas que obtienen buenos resultados en las pruebas de inteligencia tienden, en promedio, a vivir más, envejecer mejor y tienen más probabilidades de alcanzar el éxito académico y profesional.
La buena noticia es que cada vez más investigaciones indican que la inteligencia no es fija.
Aunque hasta hace unos años se creía que nacíamos con todas las células cerebrales que tendríamos, y que a partir de la 5ª década de vida todo iba cuesta abajo, ahora sabemos que no es cierto.
Somos plásticos
Tecnologías como las imágenes por resonancia magnética (IRM) y la Magnetoencefalografía (MEG) nos han permitido ver por dentro cerebros vivos y observar cómo funcionan de una manera que no era posible hace una década.
Esta investigación ha arrojado luz sobre algo que los científicos llaman "neuroplasticidad": la idea de que nuestros cerebros continúan cambiando y que nuevas células cerebrales crecen y seguimos estableciendo nuevas conexiones cerebrales a lo largo de nuestras vidas.
El cerebro es más plástico de lo que se pensaba.
Además, ahora sabemos mucho más sobre la medida en que estos cambios están influenciados por el mundo que nos rodea, y hasta por las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana.
Eso nos presenta la tentadora posibilidad de que tenemos más control sobre nuestros cerebros y nuestra capacidad cognitiva de lo que creíamos.
Por eso es tan importante comprender cómo funciona nuestra inteligencia, qué factores la afectan y cómo es posible mejorarla.
A prueba
Con eso en mente, en enero de 2020, la BBC publicó en su sitio online un test de inteligencia ideado con el doctor Adam Hampshire del Imperial College de Londres e invitó al público a participar.
Y el público respondió... y sigue respondiendo: más de un cuarto de millón de personas contestaron algunas preguntas sobre ellas mismas y luego se pusieron a prueba, con actividades que a veces parecen juegos.
"¡Es un número fenomenal de personas!", exclamó Hampshire. "Es el equivalente de unas 125.000 horas de pruebas, o más de 14 años".
Esas cifras permiten tener una visión sobre cómo distintos tipos de inteligencia humana están relacionados con variables como estilo de vida, personalidad y, particularmente único en este estudio, el uso de tecnología.
Los científicos del Imperial College de Londres están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
Las más de 250.000 respuestas que llegaron -convirtiendo a esta prueba en la más grande de su tipo- y las que seguirán llegando contribuirán a una importante investigación científica, que ayudará a los científicos del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College de Londres a comprender cómo nuestro comportamiento y estilo de vida están afectando nuestra inteligencia.
Con datos recopilados hasta ahora, la prueba ha revelado algunos hallazgos inesperados.
Antes de contártelos, unos puntos para tener en cuenta:
Esta no es una prueba de cociente intelectual, ya que los científicos están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
El público que respondió es mayoritariamente británico.
¿Quién es mejor para resolver problemas?
Esta es una de las pruebas: tienes que crear la forma que está a la derecha en gris, eliminando secciones de las que aparecen de colores a la izquierda. Si eliminas una de abajo y queda un vacío, la que está encima, cae.
Cuando se trata de habilidades para resolver problemas, descubrimos que los que dijeron que les gustaba comer frutas y verduras obtuvieron mejores resultados en esta prueba.
Claro que no se sabe aún si las frutas y verduras nos hacen más listos o si la gente más lista sencillamente elige alimentarse con comidas sanas.
Pero el factor más importante que afectó la capacidad de resolución de problemas fue la edad.
Envejecer puede aportar sabiduría, pero lamentablemente no te hace más agudo. Los veinteañeros obtuvieron los mejores resultados en este aspecto de la prueba, y los puntajes disminuyeron dramáticamente en los participantes mayores.
Además, descubrimos que la memoria de trabajo, la inteligencia espacial y la atención alcanzan su punto máximo en alrededor de los 20 años y decaen después de eso.
Y es que, con el pasar de los años, nuestros cerebros literalmente empiezan a funcionar a paso cada vez más lento.
¿Sabías que...
Cuando se trata de inteligencia, el tamaño del cerebro no parece ser un factor definitivo
Al parecer, los individuos que tienen más materia gris tienen una capacidad cognitiva un poco más alta.
Pero la investigación muestra que la materia blanca es crucial para la rapidez de pensamiento. Es la que alberga todas las conexiones entre las áreas del cerebro.
Se llaman vías neuronales y cada uno de nosotros tiene cientos de millones de ellas en el cerebro; de juntar sólo las tuyas, le darían 4 veces la vuelta al mundo.
Están aisladas por una sustancia grasosa que se llama mielina.
Como cualquier máquina: con el tiempo, se oxida.
Todo esto nos lo explicó el doctor Simon Cox, uno de los expertos de la Universidad de Edimburgo, que han estado estudiando miles de cerebros y encontrado que una de las características de los cerebros de la gente inteligente son mejores conexiones.
La velocidad de procesamiento depende de cuán bien aisladas están esas conexiones.
A medida que envejecemos, esa capa de mielina se adelgaza y la comunicación entre las neuronas se ralentiza, pues las señales no se transmiten tan fluida ni tan velozmente y puede haber interferencia de conexiones vecinas, explica el profesor Alan Gow, de Heriot-Watt University.
"Otro proceso que notamos es el llamado atrofia, el encogimiento general del volumen del cerebro a medida que envejecemos".
¿Nada qué hacer?
Probablemente sí. Mira cuán diferente es la masa cerebral entre las dos personas que aparecen en esta imagen que nos trajo Gow. Ambas tienen la misma edad.
Dos cerebros de personas de la misma edad: el cerebro de la de la izquierda se ha encogido más.
"No parece ser inevitable: el nivel de atrofia y de daño en la materia blanca varía entre personas. Lo que queremos entender es cuáles son los factores en el estilo de vida o conducta que marcan la diferencia".
Una pista puede estar escondida precisamente en los tests de cociente de inteligencia.
A pesar de ser a menudo criticados, una de sus ventajas es que se han estado haciendo durante mucho tiempo, así que revelan cambios, como que el CI de los niños británicos ha aumentado tanto desde 1938 que han tenido que recalibrar las pruebas más de una vez.
¿La razón? Hay mucho debate al respecto, pues tanto ha cambiado: mejor alimentación, mejor educación.
Pero hay un detalle intrigante. Durante todo el siglo XX, no hubo más que aumento. Al llegar al siglo XXI, en muchos lugares la curva se quedó congelada y en algunos, empezó a declinar.
Un estudio en particular en Noruega que muestra que han perdido 7 puntos de CI por generación entre los nacidos después de 1975. Nadie sabe aún por qué.
Hay algo que sabemos que ha cambiado...
Lo que sí sabemos es que ha habido un gran cambio en nuestro estilo de vida en las últimas décadas.
¿Qué nos está haciendo la tecnología?
Nuestros científicos estaban particularmente interesados en el impacto que nuestro creciente uso de la tecnología está teniendo en la memoria, las habilidades espaciales y otras áreas de la cognición.
Le pedimos a la gente que nos dijera qué dispositivos usan, qué hacen con ellos y con qué frecuencia lo hacen.
Analizamos aspectos como la búsqueda en internet, el uso de las redes sociales, el juego en línea y las compras en la red.
Para nuestra sorpresa, no había un vínculo claro entre la capacidad intelectual y el tipo de tecnología utilizada ni la cantidad de tiempo empleado en ella.
Excepto en un área...
Cuanto más tiempo pasan las personas jugando juegos de computadora, mejor puntuación tenían en las pruebas de memoria de trabajo espacial (tu capacidad de recordar dónde están las cosas, como las llaves del auto), atención y razonamiento verbal.
En este caso, la edad efectiva no fue tomada en cuenta, así que no se trata de jóvenes y viejos, sino de un muy claro vínculo con el juego.
Entre los participantes en la prueba de memoria de trabajo espacial, la puntuación más alta fue para los que más pasaban tiempo jugando por computador.
Uno de nuestros hallazgos más sorprendentes fue que los juegos realmente pueden mejorar uno de los componentes clave de la inteligencia: la memoria de trabajo, la capacidad para mantener temporalmente activa información para utilizarla en diferentes actividades cognitivas como comprender o pensar.
"Cualquiera que ido a algún lado a hacer algo y olvidado para qué fue al llegar, sabe de qué estamos hablando", señala la doctora Louise Nicholls, de la Universidad de Strathclyde.
Fue notable que las personas que juegan por computador obtuvieron mejores puntuación en esas pruebas que las que hacen entrenamiento mental, lo que indica que esos juegos pueden ser un pasatiempo más valioso para aquellos que desean mejorar sus habilidades cognitivas.
Cabe anotar que estudios controlados sobre la relación positiva entre la cantidad de juego y ese aspecto de la inteligencia han arrojado resultados consistentes con el de la BBC, señaló Nicholls.
¿Importa cuál es el juego?
"Los resultados más confiables hablan particularmente los videojuegos de mucha acción, aquellos que involucran navegar en distintos ambientes, encontrar objetivos visuales y tomar decisiones rápidas. Pero incluso hasta juegos de acertijos espaciales, como Tetris, son beneficiosos".
"Sin embargo, necesitamos hacer más investigación, por ejemplo sobre cuál es el número óptimo de horas de juego, pues a veces la afición afecta las horas de sueño y de ejercicio, y deja de ser un beneficio", subraya la doctora.
Las redes mentales
Hubo otro vínculo fuerte... e inquietante, y fue entre aquellos que usan internet de manera excesiva y obsesiva (por ejemplo, revisar repetidamente los teléfonos inteligentes en la cama) y aquellos que se sienten ansiosos y estresados. Eso fue particularmente notable entre los más jóvenes.
La línea amarilla muestra como la "adicción a internet" es más común entre jóvenes... nada sorprendente. Lo preocupante es que la línea azul muestra el nivel de ansiedad de los participantes, y es muy similar.
Es una de las pruebas más claras hasta ahora de que el uso excesivo de la tecnología puede tener un impacto negativo en la salud mental.
Aunque ese vínculo nunca había sido hallado a una escala tan grande, "hay muchas investigaciones que indican que el uso excesivo de internet está asociado con mala salud mental, particularmente en adolescentes y jóvenes", señaló el doctor Lee Smith, de Anglia Ruskin University.
"Se debe en parte a que las redes alientan comparaciones a veces con metas imposibles. Además, nos permiten cuantificar nuestro éxito social. Esas dos cosas pueden estar aumentando los niveles de estrés".
Así que dedicarle menos tiempo a las redes sociales es mejor para la salud mental.
Malas noticias para los perezosos
Hay evidencia intrigante de algo más que podemos hacer para maximizar nuestro poder cerebral.
Al parecer, ser fuerte y estar en forma es bueno para el cerebro.
En la Universidad de Gales del Sur, han estado haciendo pruebas Stroop antes, durante y después de que la gente haga ejercicio. Las pruebas Stroop evalúan cuán pronto nuestro cerebro procesa una discordancia en la información.
Es más sencillo de lo que suena: mientras los voluntarios pedalean en una bicicleta estática, ven unas palabras que aparecen en una pantalla.
Son nombres de colores, solo que están en otro color -la palabra "verde", escrita en letras rojas-, y tienen que apretar un botón del color que dice la palabra.
Aunque esté escrita en color rosa, tienes que responder "azul".
"Hemos encontrado que la función cognitiva -la agilidad mental- mejora mientras estás haciendo ejercicio", contó el doctor Damien Bailey.
"Sabemos que como le está llegando más sangre al cerebro -más combustible: oxígeno y glucosa- hay más apoyo a varias áreas de funciones cognitivas".
Eso ocurre gracias a un truco de nuestros cuerpos.
El ejercicio incrementa los niveles de óxido de nitrógeno en la sangre, un elemento químico que relaja los vasos sanguíneos y facilita el flujo de sangre.
Pero además, el ejercicio ayuda al cerebro aumentando la cantidad del Factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC, que es una especie de fertilizador para las neuronas.
"Si estás produciendo y desarrollando más células y conexiones cerebrales, la toma de decisiones, la memoria, el raciocinio... todo mejora". Según las investigaciones de la Universidad de Gales del Sur, entre más intensamente te ejercites mejor, pero incluso una vigorosa caminata dobla las cantidades de esos químicos en el cerebro.
¿Cómo nos afecta el género?
Una de nuestras pruebas analizó la capacidad de las personas para leer correctamente las emociones en una variedad de caras.
Descubrimos que quienes obtuvieron mejores resultados en esta prueba de inteligencia emocional tienen hermanos y/o hermanas, y también las que comparten sus vidas con gatos y/o perros.
Aunque no existe una diferencia general en la inteligencia entre los diferentes géneros, cuando se trata de nuestra inteligencia emocional, las mujeres obtuvieron mejores puntuaciones que los hombres y que aquellos que se identificaron como 'otro'.
En las pruebas de habilidad espacial y resolución de problemas, los hombres obtuvieron mejores calificaciones que las mujeres y los otros.
Hay que subrayar que las diferencias fueron pequeñas, y hay mucho debate sobre si se deben principalmente a la naturaleza o la crianza.
Un análisis reciente de muchos estudios diferentes concluyó que las diferencias en la capacidad espacial tienden a aparecer en la edad escolar, lo que hace pensar que son en gran medida el resultado de la presión social y su impacto en cosas como la selección de juguetes.
Varios estudios muestran que los estereotipos claramente siguen existiendo y que pueden tener un efecto significativo en ciertas pruebas de inteligencia.
¿Se puede hacer algo para contrarrestar sus efectos?
"Hay un estudio muy bueno en el que tomaron a un grupo de niñas cuyas habilidades espaciales no eran tan buenas y las alentaron a jugar Tetris intensamente durante tres meses", cuenta la neurocientífica Gina Rippon.
"Las partes del cerebro que apuntalan el desempeño espacial cambiaron sutilmente". Regiones de la corteza se volvieron más gruesas y otras partes, más activas.
"Así que podemos mostrar cómo una parte y una función específica del cerebro puede responder a entrenamiento y cambiar conductas".
Quizás los hombres también pueden revertir sus deficiencias en la inteligencia emocional.
¿Y qué pasa a medida que envejecemos?
Las personas que obtuvieron mejores puntuaciones en inteligencia verbal fueron las que leen mucho. Los que comen más frutas y verduras también obtuvieron buenos resultados.
Esta fue una de las habilidades cognitivas más afectadas por el estilo de vida.
Y lo más interesante fue cómo las habilidades verbales varían según la edad.
Mientras que todas las demás habilidades cognitivas disminuyeron con la edad, la capacidad verbal aumentó dramáticamente, ¡alcanzando su punto máximo a los 70 y 80 años!
Este pico que se extiende hasta los años 70 y 80 es un nuevo hallazgo interesante. Estudios anteriores habían encontrado que se llegaba a la cima en los años 50 y 60 y luego disminuía.
"La habilidad verbal es un ejemplo de inteligencia cristalizada -explica el doctor Smith-, las habilidades que acumulamos a través del aprendizaje y la experiencia, que seguimos desarrollando y podemos retener hasta la vejez".
Y en Escocia tienen una pista de cómo podemos asegurarnos de que así sea.
El miércoles 4 de junio de 1947, los niños de 10 y 11 años que iban al colegio en todo el país tuvieron una examen de inteligencia. Décadas más tarde, académicos de la Universidad de Edimburgo se los encontraron en los archivos.
Entusiasmados, buscaron a esos niños -ahora de 70 años de edad- para que volvieran a hacer el mismo examen, con la idea de analizar los resultados y buscar las claves para el envejecimiento exitoso.
Y así fue.
Un grupo de los niños que hicieron el examen en 1947, lo volvieron a hacer 6 décadas después. A algunos les fue mejor de viejos que de niños.
El profesor Ian Dearry comparó los resultados y, para entender por qué los cerebros de algunos habían envejecido mejor que el de otros, los sometió a otras pruebas, incluyendo perfiles genéticos y detallados cuestionarios sobre sus estilos de vida.
"Hay una pequeña contribución de ciertos factores genéticos pero la más grande es el estilo de vida", dice Dearry.
Su investigación mostró que aquellos que se mantuvieron consistentemente activos física y mentalmente tenían mejor destreza de raciocinio. Eso también es cierto sobre aquellos que aprendieron otro idioma.
"Ciertamente hay cada vez más evidencia de que aprender o involucrarse con algo nuevo ayuda a reforzar o a crear nuevas conexiones. De hecho, aprender otro idioma a cualquier edad puede ser beneficioso", señala Alan Gow.
Tras revisar tantos estudios, ¿cuál sería su principal consejo para mantener el cerebro joven?
"La actividad física es la que consistentemente aparece como la más beneficiosa, pero no debemos olvidar las conexiones sociales: no estar solo es importante para la salud mental".
Antes de irnos, vale la pena recordar que hay cosas que este tipo de pruebas no pueden medir, como la personalidad.
Y la característica más importante de la personalidad en este contexto es el esmero. Los estudios indican que puede compensar cualquier deficiencia.
¡Así que a hacer ejercicio mientras juegas por computador algún videojuego en ruso!
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52637903
Más:
BBC Horizon
17 mayo 2020
Con la inteligencia no sólo se nace sino que se hace.
¿Qué ganas y qué pierdes con la edad? ¿Te está volviendo estúpido tu teléfono inteligente? ¿Puedes hacer algo para mantener tus habilidades mentales e incluso para mejorarlas?
Cuando se trata de medir la inteligencia, hay muchas habilidades que entran en juego, desde la resolución de problemas y las habilidades ligadas a las relaciones espaciales, hasta la conciencia emocional y la memoria de trabajo.
Pero, no importa cómo lo desgloses, una cosa está clara: la inteligencia importa.
Las personas que obtienen buenos resultados en las pruebas de inteligencia tienden, en promedio, a vivir más, envejecer mejor y tienen más probabilidades de alcanzar el éxito académico y profesional.
La buena noticia es que cada vez más investigaciones indican que la inteligencia no es fija.
Aunque hasta hace unos años se creía que nacíamos con todas las células cerebrales que tendríamos, y que a partir de la 5ª década de vida todo iba cuesta abajo, ahora sabemos que no es cierto.
Somos plásticos
Tecnologías como las imágenes por resonancia magnética (IRM) y la Magnetoencefalografía (MEG) nos han permitido ver por dentro cerebros vivos y observar cómo funcionan de una manera que no era posible hace una década.
Esta investigación ha arrojado luz sobre algo que los científicos llaman "neuroplasticidad": la idea de que nuestros cerebros continúan cambiando y que nuevas células cerebrales crecen y seguimos estableciendo nuevas conexiones cerebrales a lo largo de nuestras vidas.
El cerebro es más plástico de lo que se pensaba.
Además, ahora sabemos mucho más sobre la medida en que estos cambios están influenciados por el mundo que nos rodea, y hasta por las decisiones que tomamos en nuestra vida cotidiana.
Eso nos presenta la tentadora posibilidad de que tenemos más control sobre nuestros cerebros y nuestra capacidad cognitiva de lo que creíamos.
Por eso es tan importante comprender cómo funciona nuestra inteligencia, qué factores la afectan y cómo es posible mejorarla.
A prueba
Con eso en mente, en enero de 2020, la BBC publicó en su sitio online un test de inteligencia ideado con el doctor Adam Hampshire del Imperial College de Londres e invitó al público a participar.
Y el público respondió... y sigue respondiendo: más de un cuarto de millón de personas contestaron algunas preguntas sobre ellas mismas y luego se pusieron a prueba, con actividades que a veces parecen juegos.
"¡Es un número fenomenal de personas!", exclamó Hampshire. "Es el equivalente de unas 125.000 horas de pruebas, o más de 14 años".
Esas cifras permiten tener una visión sobre cómo distintos tipos de inteligencia humana están relacionados con variables como estilo de vida, personalidad y, particularmente único en este estudio, el uso de tecnología.
Los científicos del Imperial College de Londres están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
Las más de 250.000 respuestas que llegaron -convirtiendo a esta prueba en la más grande de su tipo- y las que seguirán llegando contribuirán a una importante investigación científica, que ayudará a los científicos del Departamento de Ciencias del Cerebro del Imperial College de Londres a comprender cómo nuestro comportamiento y estilo de vida están afectando nuestra inteligencia.
Con datos recopilados hasta ahora, la prueba ha revelado algunos hallazgos inesperados.
Antes de contártelos, unos puntos para tener en cuenta:
Esta no es una prueba de cociente intelectual, ya que los científicos están midiendo el rendimiento en diferentes aspectos de la inteligencia que se relacionan con sistemas cerebrales específicos.
El público que respondió es mayoritariamente británico.
¿Quién es mejor para resolver problemas?
Esta es una de las pruebas: tienes que crear la forma que está a la derecha en gris, eliminando secciones de las que aparecen de colores a la izquierda. Si eliminas una de abajo y queda un vacío, la que está encima, cae.
Cuando se trata de habilidades para resolver problemas, descubrimos que los que dijeron que les gustaba comer frutas y verduras obtuvieron mejores resultados en esta prueba.
Claro que no se sabe aún si las frutas y verduras nos hacen más listos o si la gente más lista sencillamente elige alimentarse con comidas sanas.
Pero el factor más importante que afectó la capacidad de resolución de problemas fue la edad.
Envejecer puede aportar sabiduría, pero lamentablemente no te hace más agudo. Los veinteañeros obtuvieron los mejores resultados en este aspecto de la prueba, y los puntajes disminuyeron dramáticamente en los participantes mayores.
Además, descubrimos que la memoria de trabajo, la inteligencia espacial y la atención alcanzan su punto máximo en alrededor de los 20 años y decaen después de eso.
Y es que, con el pasar de los años, nuestros cerebros literalmente empiezan a funcionar a paso cada vez más lento.
¿Sabías que...
Cuando se trata de inteligencia, el tamaño del cerebro no parece ser un factor definitivo
Al parecer, los individuos que tienen más materia gris tienen una capacidad cognitiva un poco más alta.
Pero la investigación muestra que la materia blanca es crucial para la rapidez de pensamiento. Es la que alberga todas las conexiones entre las áreas del cerebro.
Se llaman vías neuronales y cada uno de nosotros tiene cientos de millones de ellas en el cerebro; de juntar sólo las tuyas, le darían 4 veces la vuelta al mundo.
Están aisladas por una sustancia grasosa que se llama mielina.
Como cualquier máquina: con el tiempo, se oxida.
Todo esto nos lo explicó el doctor Simon Cox, uno de los expertos de la Universidad de Edimburgo, que han estado estudiando miles de cerebros y encontrado que una de las características de los cerebros de la gente inteligente son mejores conexiones.
La velocidad de procesamiento depende de cuán bien aisladas están esas conexiones.
A medida que envejecemos, esa capa de mielina se adelgaza y la comunicación entre las neuronas se ralentiza, pues las señales no se transmiten tan fluida ni tan velozmente y puede haber interferencia de conexiones vecinas, explica el profesor Alan Gow, de Heriot-Watt University.
"Otro proceso que notamos es el llamado atrofia, el encogimiento general del volumen del cerebro a medida que envejecemos".
¿Nada qué hacer?
Probablemente sí. Mira cuán diferente es la masa cerebral entre las dos personas que aparecen en esta imagen que nos trajo Gow. Ambas tienen la misma edad.
Dos cerebros de personas de la misma edad: el cerebro de la de la izquierda se ha encogido más.
"No parece ser inevitable: el nivel de atrofia y de daño en la materia blanca varía entre personas. Lo que queremos entender es cuáles son los factores en el estilo de vida o conducta que marcan la diferencia".
Una pista puede estar escondida precisamente en los tests de cociente de inteligencia.
A pesar de ser a menudo criticados, una de sus ventajas es que se han estado haciendo durante mucho tiempo, así que revelan cambios, como que el CI de los niños británicos ha aumentado tanto desde 1938 que han tenido que recalibrar las pruebas más de una vez.
¿La razón? Hay mucho debate al respecto, pues tanto ha cambiado: mejor alimentación, mejor educación.
Pero hay un detalle intrigante. Durante todo el siglo XX, no hubo más que aumento. Al llegar al siglo XXI, en muchos lugares la curva se quedó congelada y en algunos, empezó a declinar.
Un estudio en particular en Noruega que muestra que han perdido 7 puntos de CI por generación entre los nacidos después de 1975. Nadie sabe aún por qué.
Hay algo que sabemos que ha cambiado...
Lo que sí sabemos es que ha habido un gran cambio en nuestro estilo de vida en las últimas décadas.
¿Qué nos está haciendo la tecnología?
Nuestros científicos estaban particularmente interesados en el impacto que nuestro creciente uso de la tecnología está teniendo en la memoria, las habilidades espaciales y otras áreas de la cognición.
Le pedimos a la gente que nos dijera qué dispositivos usan, qué hacen con ellos y con qué frecuencia lo hacen.
Analizamos aspectos como la búsqueda en internet, el uso de las redes sociales, el juego en línea y las compras en la red.
Para nuestra sorpresa, no había un vínculo claro entre la capacidad intelectual y el tipo de tecnología utilizada ni la cantidad de tiempo empleado en ella.
Excepto en un área...
Cuanto más tiempo pasan las personas jugando juegos de computadora, mejor puntuación tenían en las pruebas de memoria de trabajo espacial (tu capacidad de recordar dónde están las cosas, como las llaves del auto), atención y razonamiento verbal.
En este caso, la edad efectiva no fue tomada en cuenta, así que no se trata de jóvenes y viejos, sino de un muy claro vínculo con el juego.
Entre los participantes en la prueba de memoria de trabajo espacial, la puntuación más alta fue para los que más pasaban tiempo jugando por computador.
Uno de nuestros hallazgos más sorprendentes fue que los juegos realmente pueden mejorar uno de los componentes clave de la inteligencia: la memoria de trabajo, la capacidad para mantener temporalmente activa información para utilizarla en diferentes actividades cognitivas como comprender o pensar.
"Cualquiera que ido a algún lado a hacer algo y olvidado para qué fue al llegar, sabe de qué estamos hablando", señala la doctora Louise Nicholls, de la Universidad de Strathclyde.
Fue notable que las personas que juegan por computador obtuvieron mejores puntuación en esas pruebas que las que hacen entrenamiento mental, lo que indica que esos juegos pueden ser un pasatiempo más valioso para aquellos que desean mejorar sus habilidades cognitivas.
Cabe anotar que estudios controlados sobre la relación positiva entre la cantidad de juego y ese aspecto de la inteligencia han arrojado resultados consistentes con el de la BBC, señaló Nicholls.
¿Importa cuál es el juego?
"Los resultados más confiables hablan particularmente los videojuegos de mucha acción, aquellos que involucran navegar en distintos ambientes, encontrar objetivos visuales y tomar decisiones rápidas. Pero incluso hasta juegos de acertijos espaciales, como Tetris, son beneficiosos".
"Sin embargo, necesitamos hacer más investigación, por ejemplo sobre cuál es el número óptimo de horas de juego, pues a veces la afición afecta las horas de sueño y de ejercicio, y deja de ser un beneficio", subraya la doctora.
Las redes mentales
Hubo otro vínculo fuerte... e inquietante, y fue entre aquellos que usan internet de manera excesiva y obsesiva (por ejemplo, revisar repetidamente los teléfonos inteligentes en la cama) y aquellos que se sienten ansiosos y estresados. Eso fue particularmente notable entre los más jóvenes.
La línea amarilla muestra como la "adicción a internet" es más común entre jóvenes... nada sorprendente. Lo preocupante es que la línea azul muestra el nivel de ansiedad de los participantes, y es muy similar.
Es una de las pruebas más claras hasta ahora de que el uso excesivo de la tecnología puede tener un impacto negativo en la salud mental.
Aunque ese vínculo nunca había sido hallado a una escala tan grande, "hay muchas investigaciones que indican que el uso excesivo de internet está asociado con mala salud mental, particularmente en adolescentes y jóvenes", señaló el doctor Lee Smith, de Anglia Ruskin University.
"Se debe en parte a que las redes alientan comparaciones a veces con metas imposibles. Además, nos permiten cuantificar nuestro éxito social. Esas dos cosas pueden estar aumentando los niveles de estrés".
Así que dedicarle menos tiempo a las redes sociales es mejor para la salud mental.
Malas noticias para los perezosos
Hay evidencia intrigante de algo más que podemos hacer para maximizar nuestro poder cerebral.
Al parecer, ser fuerte y estar en forma es bueno para el cerebro.
En la Universidad de Gales del Sur, han estado haciendo pruebas Stroop antes, durante y después de que la gente haga ejercicio. Las pruebas Stroop evalúan cuán pronto nuestro cerebro procesa una discordancia en la información.
Es más sencillo de lo que suena: mientras los voluntarios pedalean en una bicicleta estática, ven unas palabras que aparecen en una pantalla.
Son nombres de colores, solo que están en otro color -la palabra "verde", escrita en letras rojas-, y tienen que apretar un botón del color que dice la palabra.
Aunque esté escrita en color rosa, tienes que responder "azul".
"Hemos encontrado que la función cognitiva -la agilidad mental- mejora mientras estás haciendo ejercicio", contó el doctor Damien Bailey.
"Sabemos que como le está llegando más sangre al cerebro -más combustible: oxígeno y glucosa- hay más apoyo a varias áreas de funciones cognitivas".
Eso ocurre gracias a un truco de nuestros cuerpos.
El ejercicio incrementa los niveles de óxido de nitrógeno en la sangre, un elemento químico que relaja los vasos sanguíneos y facilita el flujo de sangre.
Pero además, el ejercicio ayuda al cerebro aumentando la cantidad del Factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC, que es una especie de fertilizador para las neuronas.
"Si estás produciendo y desarrollando más células y conexiones cerebrales, la toma de decisiones, la memoria, el raciocinio... todo mejora". Según las investigaciones de la Universidad de Gales del Sur, entre más intensamente te ejercites mejor, pero incluso una vigorosa caminata dobla las cantidades de esos químicos en el cerebro.
¿Cómo nos afecta el género?
Una de nuestras pruebas analizó la capacidad de las personas para leer correctamente las emociones en una variedad de caras.
Descubrimos que quienes obtuvieron mejores resultados en esta prueba de inteligencia emocional tienen hermanos y/o hermanas, y también las que comparten sus vidas con gatos y/o perros.
Aunque no existe una diferencia general en la inteligencia entre los diferentes géneros, cuando se trata de nuestra inteligencia emocional, las mujeres obtuvieron mejores puntuaciones que los hombres y que aquellos que se identificaron como 'otro'.
En las pruebas de habilidad espacial y resolución de problemas, los hombres obtuvieron mejores calificaciones que las mujeres y los otros.
Hay que subrayar que las diferencias fueron pequeñas, y hay mucho debate sobre si se deben principalmente a la naturaleza o la crianza.
Un análisis reciente de muchos estudios diferentes concluyó que las diferencias en la capacidad espacial tienden a aparecer en la edad escolar, lo que hace pensar que son en gran medida el resultado de la presión social y su impacto en cosas como la selección de juguetes.
Varios estudios muestran que los estereotipos claramente siguen existiendo y que pueden tener un efecto significativo en ciertas pruebas de inteligencia.
¿Se puede hacer algo para contrarrestar sus efectos?
"Hay un estudio muy bueno en el que tomaron a un grupo de niñas cuyas habilidades espaciales no eran tan buenas y las alentaron a jugar Tetris intensamente durante tres meses", cuenta la neurocientífica Gina Rippon.
"Las partes del cerebro que apuntalan el desempeño espacial cambiaron sutilmente". Regiones de la corteza se volvieron más gruesas y otras partes, más activas.
"Así que podemos mostrar cómo una parte y una función específica del cerebro puede responder a entrenamiento y cambiar conductas".
Quizás los hombres también pueden revertir sus deficiencias en la inteligencia emocional.
¿Y qué pasa a medida que envejecemos?
Las personas que obtuvieron mejores puntuaciones en inteligencia verbal fueron las que leen mucho. Los que comen más frutas y verduras también obtuvieron buenos resultados.
Esta fue una de las habilidades cognitivas más afectadas por el estilo de vida.
Y lo más interesante fue cómo las habilidades verbales varían según la edad.
Mientras que todas las demás habilidades cognitivas disminuyeron con la edad, la capacidad verbal aumentó dramáticamente, ¡alcanzando su punto máximo a los 70 y 80 años!
Este pico que se extiende hasta los años 70 y 80 es un nuevo hallazgo interesante. Estudios anteriores habían encontrado que se llegaba a la cima en los años 50 y 60 y luego disminuía.
"La habilidad verbal es un ejemplo de inteligencia cristalizada -explica el doctor Smith-, las habilidades que acumulamos a través del aprendizaje y la experiencia, que seguimos desarrollando y podemos retener hasta la vejez".
Y en Escocia tienen una pista de cómo podemos asegurarnos de que así sea.
El miércoles 4 de junio de 1947, los niños de 10 y 11 años que iban al colegio en todo el país tuvieron una examen de inteligencia. Décadas más tarde, académicos de la Universidad de Edimburgo se los encontraron en los archivos.
Entusiasmados, buscaron a esos niños -ahora de 70 años de edad- para que volvieran a hacer el mismo examen, con la idea de analizar los resultados y buscar las claves para el envejecimiento exitoso.
Y así fue.
Un grupo de los niños que hicieron el examen en 1947, lo volvieron a hacer 6 décadas después. A algunos les fue mejor de viejos que de niños.
El profesor Ian Dearry comparó los resultados y, para entender por qué los cerebros de algunos habían envejecido mejor que el de otros, los sometió a otras pruebas, incluyendo perfiles genéticos y detallados cuestionarios sobre sus estilos de vida.
"Hay una pequeña contribución de ciertos factores genéticos pero la más grande es el estilo de vida", dice Dearry.
Su investigación mostró que aquellos que se mantuvieron consistentemente activos física y mentalmente tenían mejor destreza de raciocinio. Eso también es cierto sobre aquellos que aprendieron otro idioma.
"Ciertamente hay cada vez más evidencia de que aprender o involucrarse con algo nuevo ayuda a reforzar o a crear nuevas conexiones. De hecho, aprender otro idioma a cualquier edad puede ser beneficioso", señala Alan Gow.
Tras revisar tantos estudios, ¿cuál sería su principal consejo para mantener el cerebro joven?
"La actividad física es la que consistentemente aparece como la más beneficiosa, pero no debemos olvidar las conexiones sociales: no estar solo es importante para la salud mental".
Antes de irnos, vale la pena recordar que hay cosas que este tipo de pruebas no pueden medir, como la personalidad.
Y la característica más importante de la personalidad en este contexto es el esmero. Los estudios indican que puede compensar cualquier deficiencia.
¡Así que a hacer ejercicio mientras juegas por computador algún videojuego en ruso!
Fuente:
https://www.bbc.com/mundo/noticias-52637903
Más:
Qué es la inteligencia, qué tan importante es y por qué no deberías decirle a nadie que es inteligente
12 marzo 2018
Fraude científico con respecto a los estudios de inteligencia: https://verdecoloresperanza.blogspot.com/2017/05/cyril-burt-un-ejemplo-paradigmatico-de.html
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sábado, 18 de julio de 2020
El pueblo de Trisquitrasque
Miguel Ángel Santos Guerra, tomado de su blog El Adarve.
Soy padrino de pila de Alejandro Pérez Díaz, hijo de mis entrañables amigos Tere y Darío. Aquel pequeñajo que puse bajo las aguas bautismales en la parroquia de Madridejos, un pueblo a cien kilómetros de la capital, se ha convertido, como por arte de magia, en un flamante arquitecto de carrera y en un magnífico profesor de matemáticas de un Colegio de Collado Villalba (Madrid). Disfruta de la paternidad de dos hijos y, a la vez, de la enseñanza que vive cada vez más apasionadamente.
Pues bien, a mi ahijado le conté un cuento en siete capítulos, correspondientes a los siete primeros cumpleaños de su vida. Le hice entrega del primer capítulo cuando nació y, los otros seis, le fueron llegando a sus padres por correo el día de su cumpleaños. Ellos se encargaban de releer primero lo ya enviado y de leerle el nuevo avance de la historia. Al final le hicieron entrega del cuento completo cuando terminaron los envíos y la historia llegó a su fin. Acabo de encontrarme con una copia del texto íntegro que escribí para Alejandro (entonces escribía yo en una máquina Olivetti, que aún conservo) y voy a compartirlo ahora con mis lectores y lectoras. No solo por la idea del regalo que entonces le hice a mi ahijado en años consecutivos sino por la contundencia del contenido, que es un crítica tan sencilla como feroz del capitalismo.
El título del cuento que le escribí a Alejandro es el que figura al comienzo de este artículo: “El pueblo de Trisquitrasque”. Está inspirado en un pequeño libro de Edward Bellamy , titulado “El Mercado”, libro que compré y leí cuando, en plena dictadura, estaba prohibido. Ese libro contenía también otro título, “Miseria de los zapatos”, de George Orwel. Ese pequeño libro, un folleto más bien, tenía solo unas cuarenta páginas y formaba parte de una colección titulada “Se hace camino al andar”. De lo directo y escueto de ambos relatos alegóricos cabe sacar una conclusión: el socialismo es sencillo, se explica fácilmente y está en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Edward Bellamy (1850-1898), periodista y novelista norteamericano, vivió solo, como se verá por las fechas indicadas, 48 años y falleció víctima de una tuberculosis. Fundó y dirigió en 1980 el periódico “Daily News”, en el que publicó la mayor parte de sus narraciones.
Bellamy fue un socialista convencido que escribió una famosa novela titulada “Looking Backward: 2000-1987. Un hombre de clase alta de 1987 se despierta en el año 2000 tras un trance hipnótico y se encuentra en una utopía socialista. Eric Fromm dice de esa obra “que es uno de los pocos libros que crearon un movimiento de masas de carácter político casi inmediatamente después de su aparición”. El éxito de esta novela fue enorme e influyó en muchos intelectuales de la época. En Estados Unidos surgieron “Bellamy Clubs” por todas partes, en los que se discutían y propagaban las ideas del libro. La novela inspiró también la creación de varias comunidades utópicas.
El libro “El Mercado” corresponde al capítulo XXIII del libro de Bellamy titulado “Igualdad”, que fue publicado en 1987, un año antes de morir. El título de ese capítulo es el siguiente: “El cuento del agua o la parábola del depósito de agua”.
Volvamos al cuento. Trisquitrasque es un pueblo de tierra muy seca, cuyos habitantes padecen los gravísimos problemas que acarrea la falta de agua. Algunos llegan a morir de sed. Su principal quehacer cada día es buscar los manantiales que remedien sus males.
Entre los habitantes de Trisquitrasque hay algunos más sagaces y perversos. Han logrado acumular agua y no la comparten con los demás. Los llaman los capitalistas. Quienes no tienen agua se la piden y los capitalistas dicen que cómo van a dársela para quedar ellos sumidos en la necesidad.
Entonces, aparecen unos grandes manantiales de agua. Inmediatamente los capitalistas adquieren la propiedad, construyen un gran depósito al que llaman El Mercado, y organizan el trabajo de los habitantes para que, con cubos, vayan llevando agua de los manantiales a ese depósito. Por cada cubo que llevan reciben un céntimo pero, para comprar un cubo de agua, tienen que pagar dos céntimos.
Llevan tantos cubos de agua, que el depósito se llena a rebosar. Y tienen que paralizar el trabajo, de modo que los habitantes no disponen de dinero para comprar agua y los capitalistas ven que sus beneficios empiezan a disminuir.
Entonces salen a anunciar su producto para que otras personas de otros lugares vengan a comprar agua. A ese fenómeno lo llaman publicidad.
No tienen agua para beber precisamente porque hay exceso de agua. Entonces dicen los capitalistas: Tenemos una crisis económica. Movidos por la necesidad de dar agua a sus hijos y a sus hijas los habitantes de Trisquitrasque se amotinan cerca del depósito y entonces, los capitalistas, para protegerlo eligen a los más fuertes, los arman con palos y flechas y, por un pago de dinero que les permite comprar agua, protegen el depósito de aquellos que habían sido hasta ese día sus vecinos.
La necesidad de agua se hace cada día más imperiosa. Entonces los capitalistas se reúnen para solventar la crisis. Y deciden hacer en sus jardines fuentes ornamentales, surtidores de agua y piscinas para su recreo. De ese modo, el deposito se va vaciando y vuelven a dar trabajo a los habitantes del pueblo. El negocio es el negocio, dicen.
Pasado el tiempo, el depósito vuelve a llenarse. Hay que detener el transporte de agua. Y la gente vuelve a quedarse sin dinero para comprar un bien que tanto necesitan. Algunos están a punto de morir de sed. Los capitalistas se apiadan del pueblo y permiten que se acerquen al depósito para que otros asalariados les mojen los labios con unas gotas de agua. A ese proceso de alivio le llamaban caridad.
Ante la nueva crisis, los capitalistas contratan a unos adivinos para que estudien ese indescifrable problema: porque sobra agua, falta agua. Los adivinos, después de estudiar el problema dicen al pueblo que la causa de la crisis son unas manchas que han aparecido en el sol. Indignados, los vecinos, los apedrean y tienen que huir. Los capitalistas llaman luego a unos sacerdotes para que interpreten lo que sucede y busquen la solución. Y estos les dicen que no tienen por qué preocuparse. Porque después de esta corta vida irán a otra en la que habrá impresionantes caudales de agua en los que podrán refrescarse y de los que podrán beber hasta saciare. También a los sacerdotes les tiran piedras y les hacer huir atemorizados.
Llegan entonces unos revolucionarios que les explican lo que está pasando. Les dicen a los habitantes de Trisqutrasque que los manantiales están en la naturaleza y que la naturaleza es de todos. Les explican que ese agua que tanto necesitan es agua que también les pertenece a ellos. Les invitan a rebelarse contra la avaricia y el egoísmo de los capitalistas.
El pueblo se amotina, luchan contra los vigilantes que defendían el depósito y los vencen. Y exigen a los capitalistas que termine el proceso de explotación que han montado. Se apoderan también de los manantiales y organizan entre todos un sistema de reparto del agua, de modo que nadie en Trisquitrasque volvió a tener sed, ni hambre, ni frío nunca más. Y todo hombre decía a su compañero: “Mi hermano”. Y toda mujer decía a su compañera: “Mi hermana”.
El final feliz no es un añadido mío. Forma parte del texto de Bellamy. He seguido la línea argumental y he tratado de mantener en el relato el espíritu de la obra original. De hecho, termina así: “Porque unos con otros eran como hermanos y hermanas que vivían juntos en unidad”. Siempre que recuerdo el cuento que dediqué a mi ahijado Alejandro me pregunto por los caminos que nos pueden llevar a una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, más compasiva, más libre y más fraterna. En estos tiempos de pandemia, me lo pregunto con más inquietud y con más intensidad.
Soy padrino de pila de Alejandro Pérez Díaz, hijo de mis entrañables amigos Tere y Darío. Aquel pequeñajo que puse bajo las aguas bautismales en la parroquia de Madridejos, un pueblo a cien kilómetros de la capital, se ha convertido, como por arte de magia, en un flamante arquitecto de carrera y en un magnífico profesor de matemáticas de un Colegio de Collado Villalba (Madrid). Disfruta de la paternidad de dos hijos y, a la vez, de la enseñanza que vive cada vez más apasionadamente.
Pues bien, a mi ahijado le conté un cuento en siete capítulos, correspondientes a los siete primeros cumpleaños de su vida. Le hice entrega del primer capítulo cuando nació y, los otros seis, le fueron llegando a sus padres por correo el día de su cumpleaños. Ellos se encargaban de releer primero lo ya enviado y de leerle el nuevo avance de la historia. Al final le hicieron entrega del cuento completo cuando terminaron los envíos y la historia llegó a su fin. Acabo de encontrarme con una copia del texto íntegro que escribí para Alejandro (entonces escribía yo en una máquina Olivetti, que aún conservo) y voy a compartirlo ahora con mis lectores y lectoras. No solo por la idea del regalo que entonces le hice a mi ahijado en años consecutivos sino por la contundencia del contenido, que es un crítica tan sencilla como feroz del capitalismo.
El título del cuento que le escribí a Alejandro es el que figura al comienzo de este artículo: “El pueblo de Trisquitrasque”. Está inspirado en un pequeño libro de Edward Bellamy , titulado “El Mercado”, libro que compré y leí cuando, en plena dictadura, estaba prohibido. Ese libro contenía también otro título, “Miseria de los zapatos”, de George Orwel. Ese pequeño libro, un folleto más bien, tenía solo unas cuarenta páginas y formaba parte de una colección titulada “Se hace camino al andar”. De lo directo y escueto de ambos relatos alegóricos cabe sacar una conclusión: el socialismo es sencillo, se explica fácilmente y está en todos los ámbitos de la vida de las personas.
Edward Bellamy (1850-1898), periodista y novelista norteamericano, vivió solo, como se verá por las fechas indicadas, 48 años y falleció víctima de una tuberculosis. Fundó y dirigió en 1980 el periódico “Daily News”, en el que publicó la mayor parte de sus narraciones.
Bellamy fue un socialista convencido que escribió una famosa novela titulada “Looking Backward: 2000-1987. Un hombre de clase alta de 1987 se despierta en el año 2000 tras un trance hipnótico y se encuentra en una utopía socialista. Eric Fromm dice de esa obra “que es uno de los pocos libros que crearon un movimiento de masas de carácter político casi inmediatamente después de su aparición”. El éxito de esta novela fue enorme e influyó en muchos intelectuales de la época. En Estados Unidos surgieron “Bellamy Clubs” por todas partes, en los que se discutían y propagaban las ideas del libro. La novela inspiró también la creación de varias comunidades utópicas.
El libro “El Mercado” corresponde al capítulo XXIII del libro de Bellamy titulado “Igualdad”, que fue publicado en 1987, un año antes de morir. El título de ese capítulo es el siguiente: “El cuento del agua o la parábola del depósito de agua”.
Volvamos al cuento. Trisquitrasque es un pueblo de tierra muy seca, cuyos habitantes padecen los gravísimos problemas que acarrea la falta de agua. Algunos llegan a morir de sed. Su principal quehacer cada día es buscar los manantiales que remedien sus males.
Entre los habitantes de Trisquitrasque hay algunos más sagaces y perversos. Han logrado acumular agua y no la comparten con los demás. Los llaman los capitalistas. Quienes no tienen agua se la piden y los capitalistas dicen que cómo van a dársela para quedar ellos sumidos en la necesidad.
Entonces, aparecen unos grandes manantiales de agua. Inmediatamente los capitalistas adquieren la propiedad, construyen un gran depósito al que llaman El Mercado, y organizan el trabajo de los habitantes para que, con cubos, vayan llevando agua de los manantiales a ese depósito. Por cada cubo que llevan reciben un céntimo pero, para comprar un cubo de agua, tienen que pagar dos céntimos.
Llevan tantos cubos de agua, que el depósito se llena a rebosar. Y tienen que paralizar el trabajo, de modo que los habitantes no disponen de dinero para comprar agua y los capitalistas ven que sus beneficios empiezan a disminuir.
Entonces salen a anunciar su producto para que otras personas de otros lugares vengan a comprar agua. A ese fenómeno lo llaman publicidad.
No tienen agua para beber precisamente porque hay exceso de agua. Entonces dicen los capitalistas: Tenemos una crisis económica. Movidos por la necesidad de dar agua a sus hijos y a sus hijas los habitantes de Trisquitrasque se amotinan cerca del depósito y entonces, los capitalistas, para protegerlo eligen a los más fuertes, los arman con palos y flechas y, por un pago de dinero que les permite comprar agua, protegen el depósito de aquellos que habían sido hasta ese día sus vecinos.
La necesidad de agua se hace cada día más imperiosa. Entonces los capitalistas se reúnen para solventar la crisis. Y deciden hacer en sus jardines fuentes ornamentales, surtidores de agua y piscinas para su recreo. De ese modo, el deposito se va vaciando y vuelven a dar trabajo a los habitantes del pueblo. El negocio es el negocio, dicen.
Pasado el tiempo, el depósito vuelve a llenarse. Hay que detener el transporte de agua. Y la gente vuelve a quedarse sin dinero para comprar un bien que tanto necesitan. Algunos están a punto de morir de sed. Los capitalistas se apiadan del pueblo y permiten que se acerquen al depósito para que otros asalariados les mojen los labios con unas gotas de agua. A ese proceso de alivio le llamaban caridad.
Ante la nueva crisis, los capitalistas contratan a unos adivinos para que estudien ese indescifrable problema: porque sobra agua, falta agua. Los adivinos, después de estudiar el problema dicen al pueblo que la causa de la crisis son unas manchas que han aparecido en el sol. Indignados, los vecinos, los apedrean y tienen que huir. Los capitalistas llaman luego a unos sacerdotes para que interpreten lo que sucede y busquen la solución. Y estos les dicen que no tienen por qué preocuparse. Porque después de esta corta vida irán a otra en la que habrá impresionantes caudales de agua en los que podrán refrescarse y de los que podrán beber hasta saciare. También a los sacerdotes les tiran piedras y les hacer huir atemorizados.
Llegan entonces unos revolucionarios que les explican lo que está pasando. Les dicen a los habitantes de Trisqutrasque que los manantiales están en la naturaleza y que la naturaleza es de todos. Les explican que ese agua que tanto necesitan es agua que también les pertenece a ellos. Les invitan a rebelarse contra la avaricia y el egoísmo de los capitalistas.
El pueblo se amotina, luchan contra los vigilantes que defendían el depósito y los vencen. Y exigen a los capitalistas que termine el proceso de explotación que han montado. Se apoderan también de los manantiales y organizan entre todos un sistema de reparto del agua, de modo que nadie en Trisquitrasque volvió a tener sed, ni hambre, ni frío nunca más. Y todo hombre decía a su compañero: “Mi hermano”. Y toda mujer decía a su compañera: “Mi hermana”.
El final feliz no es un añadido mío. Forma parte del texto de Bellamy. He seguido la línea argumental y he tratado de mantener en el relato el espíritu de la obra original. De hecho, termina así: “Porque unos con otros eran como hermanos y hermanas que vivían juntos en unidad”. Siempre que recuerdo el cuento que dediqué a mi ahijado Alejandro me pregunto por los caminos que nos pueden llevar a una sociedad más justa, más equitativa, más solidaria, más compasiva, más libre y más fraterna. En estos tiempos de pandemia, me lo pregunto con más inquietud y con más intensidad.
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