sábado, 27 de mayo de 2023

Un deseo no es un derecho

El extraordinario caso de la actriz española Ana Obregón ha puesto sobre el tapete el fenómeno de la gestación subrogada (un eufemismo, tramposo como lo son todos), también conocido como vientre de alquiler, expresión que describe con mayor precisión el hecho al que se refiere.

Al parecer, su hijo Alejandro Lequio Obregón, una semana antes de morir, dejó un testamento ológrafo en el que manifestaba su voluntad de convertirse en padre, a través de la donación de semen y la colaboración de una mujer que prestase su óvulo y su vientre para la gestación.

La argucia de viajar a un país en el que es legal la gestación subrogada tendría fácil solución si no existiese la posibilidad de inscribir a la nueva criatura en un país que la prohíbe. Una vez más, hecha la ley, hecha la trampa. Una cosa es la legalidad y otra, a veces muy diferente, es la ética del proceder humano.

Como en España está prohibida la gestación subrogada, la actriz acudió a Miami, primero para firmar el contrato mediante el pago de una importante cantidad (he leído que Ana Obregón pagó 170000 euros, aunque no toda la cantidad sería para la mujer gestante) y luego para recoger a la niña a la que ha puesto los nombres de Ana Sandra y los apellidos Lequio Obregón. Esta niña es nieta biológica de Ana ya que el embrión gestado se ha fecundado con esperma de su hijo, fallecido de cáncer a la edad de veinticinco años y, a la vez, hija por el contrato firmado por la actriz con la madre gestante.

He leído mucho, para escribir este artículo. He conocido los argumentos de algunas feministas clásicas (Amelia Valcárcel, por ejemplo, reconocida filósofa y escritora) sobre su postura contraria a la gestación subrogada. Dice Amelia que no hay ni un solo resquicio argumental que, desde el pensamiento feminista, justifique esta práctica. Con sus palabras textuales: “Todos los argumentos que buscan dar legitimidad social a este fenómeno se basan en la división cuerpo-mente, y lo que tenemos es un cuerpo que ha favorecido la existencia de otro, pero no la afiliación del mismo. Esa madre es madre solo del cuerpo, y ni si quiera de todo él, porque la intención de dar vida a otra persona ni siquiera es suya”.

He leído también, aunque sin mucho detenimiento el libro inconcluso que dejó escrito Alex Lequio y que ha completado su madre Ana Obregón. El idilio de amor materno filial entre este hijo único fallecido y su madre, coronado por el dramático fallecimiento, no justifica, a mi juicio, la iniciativa del encargo. Una vez más hay que recordar que el fin no justifica éticamente los medios.

Hay en el caso cuestiones legales, éticas, económicas, psicológicas y sociales. No todo lo que técnicamente se puede hacer es legal y ético hacerlo. Por otra parte, todo tiene consecuencias para las personas interesadas y para la sociedad en general. Hay prácticas más racionales que otras. Hay prácticas más éticas que otras.

No hay que desdeñar las dimensiones publicitarias del caso. La niña ya ha sido portada de varias revistas. Y lo será en el futuro. Ya se habla del bautizo de la niña, antes del regreso de ambas a España. También ha sido portada de revistas, curiosamente, la madre gestante. Todo es negocio.

En esta historia existen cuestiones decisivas relacionadas con, al menos, seis personas: el donante, la que contrata, la gestante, el marido de la gestante, la niña y el abuelo a la fuerza. Y al hilo de la historia se han involucrado los medios de comunicación y la sociedad entera. Durante unos días ha sido el tema de conversación de toda la ciudadanía.

Cuando crezca esa niña, ¿qué pensará de su popularidad? Le tendrán que contar la verdad. Habrá que explicarle que su padre estaba muerto antes de que ella naciera y que su madre biológica la gestó en un país remoto por un puñado de dinero.

La también actriz española Anabel Alonso ha dicho que se trata de una niña comprada y vendida. Comprada a la madre gestante y vendida a la revista Hola en la que ha aparecido a los pocos días de nacer.

¿Cuáles son los motivos que llevan a una mujer a la decisión de buscar a otra mujer para que geste a una criatura? En el caso de Ana Obregón ella ha dicho que fue una promesa que le hizo a su hijo, pero también que de esa forma ya nunca estaría sola y que a través de la niña podría abrazar a su hijo. Creo que debemos tener hijos para hacerlos felices, no para que ellos nos hagan felices a nosotros. Un hijo no está para hacer felices a los padres sino para que los padres le hagan feliz.

En España es ilegal practicar la gestación subrogada. No faltan argumentos. El cuerpo de la mujer no se comprar ni alquilar. De ahí la decisión de Ana Obregón de viajar a un país donde es legal.

Existe también en este caso el problema de la edad de la que ha de convertirse en su madre. Ana Obregón tiene 68 años. En el caso de la adopción no se pueden tener más de 45. Se entiende que una edad tardía hace, por la ley de la vida, que esa criatura se quede huérfana demasiado pronto y que la persona de edad pueda no estar en condiciones de relacionarse con la niña (y luego con la adolescente) de una forma satisfactoria. El abismo generacional es difícil de saltar.

¿Cómo no plantear el problema de que la mujer que acepta la gestación y pasa nueve meses con el feto dentro de su cuerpo, prescinda luego de su presencia y de su cuidado? Lo ha firmado, sí. Lo ha querido hacer así. Pero, ¿esa voluntariedad es plena cuando está tan mediatizada por la necesidad?

Creo que la mejor solución para una persona o una pareja (del tipo que sea) que quiere tener un hijo es la adopción. Hay muchos niños necesitados de amor y de cuidado. Por eso sería deseable que los trámites de la adopción no fuesen tan largos y tan complejos.

¿Qué pasa en el caso de que haya un embarazo en cuya evolución se detecta una deformación o una discapacidad y la persona que ha hecho la demanda no quiere que siga adelante? ¿Tiene la obligación la madre gestante de abortar?

Creo que hacen falta muchos estudios sobre este proceso, sobre las repercusiones psicológicas de todas las personas que intervienen en él, especialmente de la mujer gestante, el bebé traído a este mundo y la persona que lo ha contratado.

No cabe la menor duda de que se trata de una transacción comercial que cosifica al bebé, que se convierte en una mercancía. La gestación subrogada es otra forma de dominación y de explotación de la mujer. Si la madre gestante no tuviera necesidad de dinero, no se produciría el hecho en la inmensa mayoría de los casos. Está claro que se trata de una explotación del cuerpo de la mujer. Hay quien plantea como aceptable la gestación altruista, es decir en la que no haya compensación económica. Estoy seguro de que, de ser así, disminuiría el fenómeno porque está muy claro que la inmensa mayoría de las mujeres gestantes han asumido esa tarea por la necesidad económica que están sufriendo. Pero, de todos modos, la naturaleza del fenómeno sería la misma: habría entonces un alquiler gratuito del vientre. ¿Cambia algo esencial ese condicionante? Creo que no.

No se puede hacer todo lo que se desea en nombre de la libertad. Creo que ni la mujer gestante ni la proponente (o el proponente) pueden comerciar con el bebé que se concibe, se gesta y al que se da a luz.

Con palabras de Amelia Valcárcel: ‘Mi cuerpo es mío’ es un eslogan, afortunado por cierto, pero no es un fundamento de derecho. No puedes decir mi cuerpo es mío para quedarte con el de otra persona. Lo más terrible que ocurre en este submundo que muchas personas quieren crear es querer utilizar el más hermoso de los nombres, que es el de la libertad, para avalar semejante asunto. Eso es lo más repugnante”. 

El Adarve.

viernes, 26 de mayo de 2023

Elecciones el 28 de mayo. «Si no sirve para nada y todos son iguales, ¿para qué voy a votar?»

He oído la expresión con la que titulo este artículo docenas de veces, pero nunca en boca de alguien rico o con ideas de derechas. No digo que no haya ricos que digan eso, sino que a quien yo oigo decir que no vale la pena ir a votar es a gente que vive al día o malvive o que no es de derechas.

Los datos estadísticos indican claramente que no es una simple percepción mía, subjetiva. En mi tierra, Andalucía, la abstención en los barrios más pobres fue unos quince puntos más alta que la media en las últimas elecciones autonómicas y unos treinta por encima de la registrada en los barrios más ricos. En algunas mesas electorales de barrios pobres, la abstención fue del 90%. Si se toma el conjunto nacional, las diferencias son aún mayores, en los territorios y barrios más pobres puede haber el doble de abstención que en los más ricos.

¿Acaso son los pobres más listos y se dan cuenta de que votar no sirve para nada, mientras que los ricos son más ingenuos y votan en mayor proporción, a pesar de su inutilidad?

No parece que vayan por ahí las cosas. La evidencia histórica demuestra que el disfrute de cualquiera de nuestros derechos, políticos, laborales, ciudadanos… depende de quién gobierne. Se adelanta cuando gobiernan unos y se atrasa cuando lo hacen otros. Los gobiernos no son neutrales.

Poner a unos partidos u otros en los gobiernos sirve para que se reconozcan o no derechos como el del divorcio, el aborto, la negociación colectiva, el salario mínimo, o para que se disfrute en mayor o menor medida de la libertad de expresión, del derecho a la vivienda, a pensiones dignas o a la salud universal, entre otros.

Quien dispone de buena información, sabe qué le interesa y tiene influencia y poder (directamente o por delegación) está siempre interesado en que llegue al gobierno quien crea que más le conviene. Es decir, no renunciará nunca a votar. Sólo quien no es consciente de en qué medida tan grande le afecta que gobiernen unos u otros, renunciará al poder que le proporciona el voto. Un poder, desde luego, que no lo puede todo por sí solo pero que sí es una condición sine qua non, sin el que es imposible que se puedan defender los intereses propios en nuestras sociedades.

Eso explica que haya quien esté interesado en transmitir a quien está menos informado la idea de que votar no vale para nada, tratando de desmotivar su voto y haciendo que, justamente los más desheredados, quienes más necesitarían llevar a los gobiernos a quien pudiera defenderlos, sean justamente los que menos voten.


Por otro lado, también oigo muchas veces decir que no vale la pena votar a quienes se precian de saber muy bien lo que pasa, de estar bien informados y de no dejarse engañar: «son todos iguales», suelen decir.
Pero ¿son todos iguales, realmente?

Entre personas más a la izquierda suele oírse que el PSOE es igual que el PP, que Felipe González era de derechas, Zapatero un traidor y Sánchez un vendido a Estados Unidos.

No se puede negar que, en multitud de ocasiones, el PSOE ha tomado medidas idénticas a las que adopta la derecha, que votan juntos muchísimas iniciativas y que se a menudo se ponen de acuerdo para frenar otras que vienen de su izquierda. Eso es innegable, pero ¿son lo mismo?

Si Felipe González era de derechas, ¿cómo es posible que la derecha política, económica, mediática y religiosa se movilizara como se movilizó para atacarle y exigir que dejara el gobierno, al margen del resultado de las urnas? ¿O es que ya no nos acordamos lo que hacía la derecha y el PP en concreto cuando González presidía el gobierno?

¿La derecha habría tomado las medidas de avance social que se tomaron en los gobiernos socialistas? ¿No fue precisamente la derecha quien recurría constantemente las medidas más progresistas que tomaban? Ni siquiera en materia económica o fiscal, generalmente en manos de socialistas más liberales, se puede decir con objetividad que los gobiernos del PSOE hayan hecho lo mismo que han hecho los del PP. Mucho menos, y por muy conservadora que haya podido ser en estos campos, en materia sanitaria, educativa, laboral o de derechos de ciudadanía. ¿Y acaso el PSOE manipula, incumple la Constitución y boicotea las instituciones para protegerse y mantener sus privilegios, tal y como está haciendo ahora el PP?

¿Lo que dicen los dirigentes socialistas, ni siquiera sus «barones» más conservadores, es lo mismo que dicen Ayuso o Aznar? ¿Es acaso lo mismo lo que proponen en materia económica, social o de derechos en general el PSOE, Izquierda Unida y Podemos? ¿Seguro que estos últimos dicen y hacen lo mismo que PP o Vox?

¿Son iguales el PP, un partido con multitud de dirigentes y cargos públicos condenados por corrupción y financiación ilegal, que Podemos, en más de veinte ocasiones absuelto de acusaciones de esto último o con causas simplemente archivadas?

Es verdad que ha habido casos de corrupción incluso en Izquierda Unida y supongo que en Podemos, pero ¿en la misma proporción? Es muy fácil poner los nombres y los números sobre la mesa y comprobar que no es así, de ninguna manera. Incluso en el caso del PSOE, donde los ha habido en mayor número, la realidad es incomparable con la del PP. Ninguno de sus presidentes o gobiernos ha batido el récord de Aznar: de sus catorce ministros, doce resultaron imputados, implicados en tramas o en escándalos de sobresueldos y alguno incluso encarcelado. Y eso por no hablar de quién se hace rico y quién no en la política.

¿Son la misma cosa los partidos que defienden o no condenan la dictadura franquista y su legado y quienes la sufrieron?

Los partidos y los políticos no son lo mismo. Es una evidencia que unos proponen leyes y medidas que otros recurren o derogan; a unos los financian gratis los bancos y grandes empresas y otros renuncian incluso a préstamos bancarios; y es fácil comprobar que la beligerancia, la exigencia y la crítica que hacen los medios de comunicación a unos partidos y otros no son las mismas en los mismos supuestos. Ni tampoco la difusión que dan a sus propuestas o escándalos.

Solo quien vea el mundo en blanco y negro, es decir, como no es en realidad, puede decir que PSOE, PP, Vox, Izquierda Unida o Podemos son lo mismo y que sus dirigentes se comportan de la misma forma.

Es verdad que cualquier persona de esas que no suelen ir a votar porque piensan que no vale la pena y que todos son lo mismo podrían tener otras razones para no hacerlo. La democracia de partidos es muy imperfecta y los partidos son una fuente constante de frustración porque incumplen promesas, hacen en muchas ocasiones lo contrario de lo que dicen y se olvidan a menudo de quien los vota. Pero, incluso así, se pierde mucho más no votando que yendo a votar a pesar de todo ello.

De hecho, esa idea de inutilidad y de rechazo, esa visión en negativo de la política se siembra a propósito porque se busca la abstención de quienes, por su situación económica, más necesitan gobiernos de izquierdas. La polarización, la zafiedad, la divulgación constante de bulos y mentiras… se promueven para eso. Aunque tampoco podemos engañarnos. Desgraciadamente, son los propios partidos de izquierdas (unos más que otros, también es verdad) quienes dan pie a que su electorado se abstenga en tan gran medida. Primero, porque no tienen una estrategia específica de acercamiento a la población que los necesita y se comportan como aparatos ajenos a la gente normal y corriente. Segundo, porque generan ellos mismos el desafecto y la lejanía cuando se empeñan en magnificar con malas formas las diferencias y los encontronazos entre sí, en lugar de subrayar lo que los une y la cooperación. Y, sobre todo, porque no se empeñan en poner en pie espacios de participación, organización y movilización que proporcionen poder real a la ciudadanía, sin el cual no se pueden llevar a cabo desde los gobiernos sus promesas más decisivas.

El próximo domingo tenemos una nueva oportunidad de mostrar si nos dejamos engañar una vez más o no; si nos dejamos llevar por el desaliento y el negativismo que tan sutilmente propagan la derecha y sus medios de comunicación, o si vamos a votar por quien, más o menos imperfectamente, sabemos que son los únicos que pueden defender los intereses de la que gente que menos tiene.


_- Hospitales y residencias como negocio financiero: más muertes y más gasto innecesario

_- La derecha española se empeña en hablar de ETA en campaña electoral, como si siguiera poniendo bombas, para que no se hable de los auténticos problemas de España. Por ejemplo, de lo que está pasando y va a pasar en los hospitales y las residencias de mayores en los que se está dejando que penetren cada día más los fondos de inversión llamados en inglés «private equity«.

Estos últimos son capitales que adquieren paquetes mayoritarios de empresas para hacerse con su control con el fin de venderlas en un plazo de entre cinco y diez años. Para ello, se recurre casi siempre al mismo procedimiento: se impone una nueva estrategia de dirección orientada a aumentar los ingresos y recortar al máximo los costes; se endeuda a la empresa, muchas veces con el propio fondo y con el solo objetivo de repartir dividendos más elevados; y se venden sus activos (edificios, locales, instalaciones…) incluso también al fondo, el cual cobra luego por alquilarlos a la empresa.

Lo característico de esta inversión es esa forma de gestión orientada a conseguir el máximo beneficio a corto plazo y, sobre todo, que está orientada a venderla en un plazo de tiempo muy corto. Es decir, no se invierte para consolidar una empresa y desarrollar aún más su actividad, sino para «ensillarlas con montañas de deuda y luego exprimirlas como si fueran naranjas”, en palabras de Bill Pascrell, presidente del Subcomité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes sobre Supervisión de Estados Unidos.

En su inicio, esta inversión se realizaba sobre todo tipo de empresas (fue la causante, por ejemplo, de la quiebra de la conocida tienda de juguetes ToysRUs) pero últimamente se están centrando en el sector de la salud y los cuidados, de modo que sus efectos son mucho más relevantes social y personalmente.

Aunque la presencia de estos fondos es relativamente reciente y su actividad es muy opaca, ya se dispone de multitud de investigaciones académicas, parlamentarias o de organizaciones profesionales que proporcionan evidencias abrumadoras sobre las consecuencias que tienen sobre la gestión de las empresas que capturan y, sobre todo, sobre la salud y las condiciones de vida de las personas.

Voy a resumir brevemente lo que sabemos que ha ocurrido en otros países para hacernos una idea de lo que va a pasar en España cuando se consolide la tendencia que ya ha comenzado a darse.

En el caso de las residencias, se puede decir, en general, que las que son propiedad de estos fondos generan peores resultados por «anteponer las ganancias a las personas», tal y como dice una Hoja Informativa de la Presidencia de Estados Unidos.

La American Medical Association descubrió que las personas que están en residencias propiedad de estos fondos tienen más probabilidades de acudir a urgencias o de ser hospitalizas por causas que podrían haber sido evitadas con una mejor atención. Y, sin embargo, que estas residencias salen más caras que el resto. Prácticamente lo mismo descubrió otro estudio de la Universidad de Pensilvania.

Un documento de trabajo de diversos académicos publicado en el National Bureau Of Economic Research en 2021 mostró que la gestión de este tipo de capital aumentó la probabilidad de muerte durante la estancia y los 90 días siguientes en un 10% y la prescripción de medicamentos antipsicóticos en un 50%; disminuyó las horas de personal de enfermería de primera línea y la movilidad de los residentes, y el gasto de los contribuyentes por residente en un 11%.

Otro estudio demostró que la tasa de infección por COVID-19 y la tasa de mortalidad de los hogares de personas mayores en residencias propiedad de estos fondos fue entre un 30 % y un 40 %, respectivamente, más elevada que en el conjunto de las residencias en Estados Unidos.

Un informe del Instituto Veblen ha demostrado que «la toma de control de grupos de residencias de ancianos va acompañada de reorganizaciones y arreglos financieros, que parecen sobre todo destinados a preparar una reventa rápida y no a establecer un modelo económico viable diseñado para el largo plazo»

En relación con la gestión de hospitales completos o de servicios concretos, las evidencias también son abrumadoras:

– La American Medical Association ha demostrado que los pacientes pagaron más cuando los servicios que se proporcionan están controlados por este tipo de capitales o que los médicos atendieron a más pacientes, lo que indica utilización innecesaria de servicios para aumentar los ingresos. Se ha comprobado que esto último ocurre incluso en el caso de la odontología infantil financiarizada, un servicio en el que en Estados Unidos se han detectado prácticas sin anestesia para incrementar beneficios, o que se califica a nacimientos normales como de emergencia para cobrar más.

– Para aumentar beneficios se reduce la oferta de servicios con menos margen y eso ha hecho, en concreto, que los private equity hayan cerrado hospitales rurales en Estados Unidos); se recorta personal; y se sustituyen a profesionales médicos por otros de menor formación, lo cual se ha demostrado que incrementa el gasto y la probabilidad de tener que volver a ser tratados.

– En los hospitales y servicios gestionados por estos fondos hubo mayor escasez de medios como mascarillas, ventiladores en la pandemia.

– Una investigación de la Universidad de Berkeley muestra que estos capitales ni siquiera mejoran la medicina privada suministrada por el mercado puesto que «amplifican y aceleran la concentración y las prácticas anticompetitivas». Y concluye que «este negocio es fundamentalmente incompatible con un sistema de salud estable y competitivo que sirva a los pacientes y promueva la salud y el bienestar de la población».

– En Estados Unidos, las llamadas «facturas sorpresa» que suponen gastos imprevistos y fraudulentos asociadas a los servicios de salud propiedad de estos fondos se han extendido tanto que hasta el presidente Trump dijo que estaba decidido a terminar con ellas.

– En multitud de casos se ha comprobado que estos servicios están asociados a comportamientos fraudulentos. Sólo para hacer frente a reclamaciones por presentación de facturas al gobierno estos fondos han gastado 500 millones de dólares desde 2013.

– Una fuente tan poco sospechosa de radicalismo como la revista Forbes asociaba a estos fondos con «recortes draconianos para apoyar al personal y/o intercambiar médicos por otros profesionales menos costosos como enfermeras», «presionar a los médicos para que brinden más atención médica (a menudo innecesaria)»; o «aumentar los precios sabiendo que las aseguradoras no tendrán más remedio que aceptar».

Es normal que la adquisición de hospitales completos, residencias o servicios concretos por este tipo de capitales tenga efectos como los que acabo de señalar (entre otros que es imposible señalar en un texto limitado como este). Se trata de inversiones que, como he dicho, no se llevan a cabo para consolidar la actividad en la que se invierte, sino para obtener altísimos beneficios al venderlas al poco tiempo y, mientras tanto, utilizando el control de la gestión para extraer todo tipo de rentas de la empresa adquirida. Es un procedimiento destructor de empresas, pues las deja exhaustas, endeudadas y con cargas inasumibles a medio y largo plazo y por ello muchas de ellas terminan quebrando. Pero, lógicamente, todo esto es mucho peor cuando lo que adquieren estos capitales son servicios sanitarios y de cuidados, hospitales o residencias de mayores. Como dice un amplio estudio realizado por Public Citizen también en Estados Unidos sobre su actividad en estos campos, de lo que estamos hablando es de «la diferencia entre la vida y la muerte».

Es un proceso que en España ha comenzado a darse y que va a extenderse cada día más, tal y como han mostrado, entre otros, el libro de Manuel Rico ¡Vergüenza! El escándalo de las residencias, o los artículos de Juan Pedro Velázquez-Gaztelu, El gran negocio de las residencias, y los aparecidos en Infolibre.

Por eso es muy urgente que se abra en nuestro país un debate amplio y riguroso y que se exija al gobierno central y a los autonómicos que legislen al respecto; al menos, como se ha comprometido a hacer para frenar los efectos que he mencionado, alguien tan poco sospechoso como el presidente Biden en Estados Unidos. Entre otras cosas, porque los inmensos beneficios que obtienen estos fondos a costa de suministrar peores servicios, de obligarnos a gastar más y provocando muertes innecesarias los pueden conseguir gracias a la opacidad de sus operaciones, a los privilegios fiscales de los que gozan y, en resumidas cuentas, porque, para colmo, se les está ayudando a que hagan todo eso con dinero público.

"Aquí aprendo cosas que no son para niños de mi edad, pero a mí me pone feliz": el centro para niños superdotados más grande de América Latina

Una lección sobre el desarrollo de la inteligencia y los cambios en el cerebro que dieron lugar al lenguaje verbal no parece la materia más habitual para alumnos de 7 años.

Pero en esta escuela se enseña sobre este y muchos otros temas que mantienen estimulados a los niños, quienes levantan la mano sin parar para formular perspicaces preguntas y opinar sobre lo que expone su profesora que, pacientemente, va respondiendo uno a uno.

En el llamado Centro de Atención al Talento (CEDAT), localizado en Ciudad de México, todos sus alumnos tienen un denominador común: ser superdotados. O dicho de otra manera, según la explicación oficial, que cuentan con un coeficiente intelectual superior a 130 puntos.

Aquí, junto a las clases más avanzadas de ciencias, historia o idiomas, los alumnos reciben de maestros superdotados o especialistas otras materias como robótica o conocimientos sobre medicina y primeros auxilios.

Pero igualmente llamativo es ver que los niños están reunidos en las clases no por su edad (que oscilan entre 2,5 y 17 años), sino por su capacidad y desarrollo intelectual.

Esto se debe a que cada uno progresa a su ritmo, pero en promedio, estos alumnos aprenden entre un 30% y 50% más rápido que un niño promedio. Esto les permite que en un solo curso escolar pueden aprobar dos grados… o incluso más.

Aburridos en las otras escuelas
La llegada de los alumnos superdotados a este centro, cuyos responsables lo definen como el más grande de su tipo en América Latina, no siempre es sencillo.

Primero, porque muchas veces resultan difíciles de localizar. A algunos comportamientos frecuentes en estos niños -se distraen en la escuela tradicional porque están aburridos, se muestran hiperactivos…- se responde a veces con diagnósticos equivocados como trastorno por déficit de atención e incluso con fuertes medicaciones como antipsicóticos o antidepresivos.

Para hacerse una idea, se calcula que en torno a un 3% de la población es superdotada, lo que entre los menores de edad de México equivaldría a un millón de niños y adolescentes. Sin embargo, según el CEDAT, en el país no están identificados más de 11.500.

Pero una vez detectados, su llegada a un centro como este con una enseñanza especializada cambia su vida por completo, especialmente al rodearse de personas con sus mismas capacidades con los que conviven sin miedo al rechazo.

"Mi otra escuela era fácil. A mí me gustaba la astronomía pero no me platicaba con mis amigos de eso porque me daba pena. Yo así tan joven… era como ser un 'miniprofesor'", cuenta Alexis Martínez, alumno del CEDAT de 7 años.

"En cambio, aquí aprendo cosas que no son para niños de mi edad, que otros se quedarían como… '¿qué es esto?'. Pero a mí me pone feliz ver estas cosas", agrega.

Los alumnos aprenden algunos conocimientos de medicina en el centro.

Su compañera Mikella Gamborino asiente. "Las otras escuelas eran bien fáciles. Yo me siento aquí, hablo y digo 'ay, ya estoy con los míos'. Sí siento diferencia, me siento mejor y me comunico mejor".

Escuchar a Alexis y Mikella es casi hipnotizante. Una vez pasada la vergüenza inicial, muestran su locuacidad y agudeza mental hablando casi sin parar. Se interrumpen, se complementan, y saltan de un tema a otro sin darse cuenta, con enormes sonrisas contagiosas.

Él nos explica con todo lujo de detalles los entresijos y curiosidades de la tabla periódica de elementos, y nos cuenta qué le gustaría estudiar más sobre el síndrome de Edwards ("una trisomía en el cromosoma 18", explica) para ayudar a quienes ocasiona retrasos graves en el desarrollo. Ella nos sorprende presentándose en chino mandarín, uno de los varios idiomas que estudia.

Alexis es apasionado de las ciencias y conoce multitud de datos sobre la tabla de elementos.

Estereotipo de "ratón de biblioteca" Pero entre tantos temas que dejan en evidencia su mayor nivel intelectual, también hablan de otros que hacen recordar que siguen siendo niños de 7 años.

Conversan sobre anime japonés ("son caricaturas japonesas, como el Chavo del 8 aquí", aclara Alexis) y de chistes que leyeron en un libro. Ambos se emocionan cuando les permiten entrar entre gritos y alboroto a un pequeño supermercado donde se les enseña sobre ahorro y economía doméstica, y Mikella no puede aguantar la risa cuando trata de manejar con más o menos éxito un pequeño robot por control remoto.

Precisamente romper estereotipos sobre los superdotados y subrayar que continúan siendo niños es uno de los objetivos del CEDAT.

"Cuando se habla de niños genio aún pensamos en el típico nerd o ratón de biblioteca desadaptado o estático. Pero este es un prototipo que no suelen cumplir. Tampoco son tradicionalmente los niños que sacan dieces en la escuela, muchas veces porque ya no les interesa", explica Andrew Almazán, docente en el CEDAT e hijo de los directores del centro que fue fundado en 2010.

Él sabe bien de lo que habla porque detectaron que era superdotado con 4 años, cuando ya sabía leer y escribir. Recuerda cuánto se aburría en las clases, que era hiperactivo y que le gustaba mucho moverse, lo que le llevó a sufrir bullying y también le implicaba problemas de conducta y autoridad con los profesores.

Las paredes de la oficina del doctor Almazán están repletas de títulos académicos.

"A veces yo encontraba un error y los cuestionaba. Les decía que eso no estaba bien, que no era exacto. Y después tuve que aprender que no se cuestiona cuando uno tiene 5 años, que a un profesor no le gusta que le digan que está mal", recuerda divertido.

Acabó abandonando la escuela tradicional a los 9 años y ahí empezó una trayectoria académica de infarto. A los 12 empezó a estudiar Psicología y Medicina en la universidad. A sus dos licenciaturas le siguieron seis maestrías y dos doctorados en centros tan prestigiosos como Harvard en Estados Unidos o Oxford en Reino Unido.

Hoy, con solo 28 años y recién casado, continúa estudiando y realizando investigaciones sobre los menores superdotados en México desde el CEDAT.

Este centro no recibe ningún apoyo económico público sino que se financia de manera totalmente privada gracias a los pagos de matrícula y cuotas de los familiares de alumnos, quienes siempre deben tener un coeficiente mínimo de 130 para ser admitidos.

No obstante, en el centro aseguran que los honorarios se pueden personalizar a las capacidades económicas más bajas de las familias con otras modalidades, como una enseñanza de menos horas diaria o asesorías mensuales para aquellos que viven fuera de Ciudad de México.

El doctor Almazán empezó a estudiar Medicina con solo 12 años.

Más niños que niñas
En los estudios del doctor Almazán siempre sale a relucir una realidad que es también visible en los pasillos del CEDAT: la existencia de menos niñas superdotadas que niños .

Almazán afirma que hay factores genéticos que explican esta realidad, ya que para que una niña sea superdotada debe contar con dos progenitores que también lo sean. En el caso de un niño, en cambio, es suficiente con que lo sea solo uno de los padres.

Además, también apunta a que en muchos casos es más difícil encontrar a estas niñas porque "socialmente pueden ser más pasivas, obedecen más que el niño, que choca más y a quien se le acaba haciendo una prueba para ver qué le ocurre. Pero muchas de ellas se mimetizan más con el entorno con tal de ser aceptadas".

Los alumnos también cuentan con una reproducción de supermercado para aprender sobre economía doméstica.

"Por todo esto vemos que hay una discrepancia considerable todavía en cuestiones de género que intentamos cerrar. La brecha no debería ser mayor a seis niños por cuatro niñas, pero en cambio es más fuerte… de siete frente a cuatro, o incluso de ocho frente a dos", asegura el experto.

Cuando a estos niños no se les ofrece una educación adaptada a su realidad, "hay como un proceso de atrofia", compara Almanza. Las capacidades se van perdiendo por falta de uso y hace que estas personas se acaben frustrando o incluso deprimiendo.

El experto reconoce que aún quedan grandes desafíos como concientizar tanto a la sociedad como a las autoridades de que estos niños existen. "Ahora hay más conciencia de que medicarlos no es la solución, pero a veces la presión también hace pensar a algunos padres que darles un tratamiento es más fácil… Hay muchos retos, pero estamos motivados", le dice a BBC Mundo.

Los jóvenes alumnos aprenden sobre algunos misterios de la física cuántica.

Mientras, Alexis y Mikella continúan su formación en el CEDAT y sueñan con su futuro. Él aspira a ser "químico, veterinario o médico". Ella quiere ser astronauta, pero apunta a una ambición aún mayor si cabe.

"Quiero estudiar las células humanas para que muten y tengan características… ¿conoce a Flash, que va súper rápido? El cuerpo humano podría acabar teniendo esas características que vemos en televisión. Muchos van a pensar que eso no es verdad y que estoy loca, pero sí se puede lograr", dice convencida.

Antes de despedirnos, le preguntamos por una frase que les motive y Alexis recita una de Albert Einstein: "La imaginación es más importante que el conocimiento".

"Me inspira porque es como que no importa lo que sepas ahora. Lo que importa es que vas a descubrir cosas, y eso va a ser lo que te va a hacer inteligente", asegura antes de regresar a su aula.

¿Cuál es el perfil de los niños superdotados?
Hiperactividad, que disminuye al presentarse una tarea demandante o de interés.
Aprendizaje rápido.
Distraído (por la hipersensibilidad de los sentidos), aunque con la capacidad de aprendizaje sin prestar atención.
Interviene en conversaciones de adultos, puede comprenderlas y le gusta conversar con gente mayor.
Continuamente arma objetos o estructuras.
Tiende a querer imponer sus reglas.
Sensible en el área emocional.
Tiene baja tolerancia a la frustración, lo que genera una búsqueda incansable por conseguir siempre sus objetivos.


PD.: Hay muchas cuestiones discutibles en este informe. En primer lugar considerar que hay mas niños que niñas de altas capacidades, es una discriminación, injusta y falsa, además, la educación de estos niños no debe ser confiada a un centro privado donde prevalece el dinero de la familia, debe impartirse en centros públicos.y hay muchos matices que marcan diferencias de criterios y falta de fundamentos científicos. Estos niños y niñas son muy valiosos y merecen ser atendidos mucho mejor, la falta de diagnóstico y tratamiento e intervención muestra las carencias e injusticias a los que estos niños son olvidados de la atención justa y necesaria.

jueves, 25 de mayo de 2023

MATEMÁTICAS. Stanislaw Ulam, el matemático que ‘arregló' la bomba H.

El investigador polaco ideó el método de Montecarlo, que permitió mejorar el diseño que se estaba persiguiendo hasta entonces.

En 1942, Estados Unidos, en colaboración con Canadá y Reino Unido, creó el Proyecto Manhattan, con el objetivo de fabricar la bomba atómica antes que las potencias del Eje. En el diseño teórico de la bomba, que se llevó a cabo en el laboratorio secreto de Los Álamos (Nuevo México), participaron muchos científicos europeos que habían emigrado a Estados Unidos huyendo de los nazis. Entre ellos estaba Stanislaw Ulam (nacido un 13 de abril de 1909 y fallecido en 1984), un brillante matemático polaco que contribuiría decisivamente al diseño de la bomba de hidrógeno.

Ulam creció en una familia acomodada en la ciudad de Leópolis (actualmente, en Ucrania), donde se integró en una vibrante comunidad matemática. Sin embargo, la oferta de plazas en las universidades polacas era escasa, lo que, unido a su condición de judío, le llevó a emigrar a América en 1935. Cuatro años más tarde, Alemania invadía Polonia. Toda su familia moriría en el Holocausto, salvo su hermano, que le había acompañado a Estados Unidos.

Ulam intentó alistarse en la aviación americana, pero afortunadamente fue rechazado por sus problemas de visión y continuó trabajando en la universidad hasta 1943, cuando recibió la invitación del físico alemán Hans Bethe para ir a Los Álamos a trabajar en el diseño de la bomba atómica.

La energía atómica se puede obtener de dos maneras: con el proceso de fisión, que consiste en dividir átomos grandes, como el uranio o el plutonio, o con el proceso de fusión, es decir, uniendo átomos pequeños, como el hidrógeno. En ambos casos el proceso comienza con un “encendido” que provoca la división (o unión) de unos pocos átomos, seguido de una “reacción en cadena”, en la que el proceso se extiende al resto de los átomos.

El proceso de fusión es más complicado y libera mucha más energía que el de fisión. Pero el encendido del proceso de fisión se puede llevar a cabo con un explosivo tradicional, mientras que el del proceso de fusión requiere una enorme cantidad de energía, que solo se puede conseguir usando una bomba de fisión. Por tanto, para construir una bomba de fusión es necesario haber obtenido antes la bomba de fisión. Cuando estos procesos se llevan a cabo de golpe, se libera una enorme cantidad de energía y se obtiene una bomba. Se suele llamar “bomba de hidrógeno” a la bomba que emplea el proceso de fusión, reservando el término “bomba atómica” para la bomba que utiliza el proceso de fisión.

En Los Álamos, Ulam se integró en el equipo de Edward Teller, que investigaba el diseño de la bomba de hidrógeno. En julio de 1945 el Proyecto Manhattan probó con éxito la primera bomba atómica y en agosto Hiroshima y Nagasaki fueron arrasadas por las primeras armas nucleares de la historia. La guerra había terminado y la mayoría de los científicos de los Álamos volvieron a sus universidades.

Sin embargo, cuatro años después, Rusia obtuvo su primera bomba atómica y el presidente estadounidense Harry Truman dio entonces prioridad a la construcción de la bomba de hidrógeno. Teller volvió a juntar a su equipo y retomó el proyecto, que dirigía de una manera muy personalista. El trato entre Ulam y Teller fue tenso desde el principio, a lo que no ayudó que el polaco, junto con su colaborador Cornelius Everett, dedicara los seis primeros meses de su estancia a realizar unos cálculos pormenorizados sobre la viabilidad del proyecto de Teller.

Casinos y simulaciones
Para ello, usó un método, ideado por él mismo, que denominó como método de Montecarlo en honor a un tío suyo, que frecuentaba el casino. Consiste en resolver un problema a partir de un gran número de simulaciones. Por ejemplo, para hallar el área de una figura geométrica complicada (para la que no podamos aplicar las fórmulas que aprendimos en la escuela) la solución tradicional es aproximar el área con figuras sencillas, más y más grandes, contenidas en la figura geométrica. El método de Montecarlo, por otro lado, propone tomar primero un cuadrado que contenga a la figura y, después, calcular la probabilidad de que un punto aleatorio del cuadrado esté en la figura ejecutando un gran número de simulaciones. Si, por ejemplo, el cuadrado mide seis metros cuadrados y estimamos que el 33% de los puntos del cuadrado están en la figura, entonces podremos deducir que el área de la figura será aproximadamente dos metros cuadrados.

El método de Montecarlo suele ser mucho más rápido resolviendo problemas que el método tradicional. Aunque no fue el primero en concebir ese método —ya se empleó en el experimento de la aguja de Buffon del siglo XVIII— Ulam fue el primero en comprender el enorme potencial que tendría, gracias a los primeros ordenadores que estaba desarrollando su amigo, el matemático húngaro John Von Neumann. Hoy en día el método sigue usándose: es básico en ciencia e ingeniería y se usa en ámbitos tan dispares como la animación 3D o la biología evolutiva.

Estos resultados, junto con otros que obtuvo con el físico italiano Enrico Fermi, fueron fulminantes: el método de Teller no permitía ni que la reacción en cadena comenzara ni que se mantuviera. Poco después, los cálculos serían repetidos y confirmados con el ordenador MANIAC de Von Neumann. No obstante, en 1951 el mismo Ulam descubrió que, si el hidrógeno era comprimido suficientemente utilizando una bomba atómica, entonces la reacción en cadena funcionaría. Tras incorporar este cambio al diseño de Teller, que recibe el nombre de proceso de Teller-Ulam, el proyecto de la bomba de hidrógeno continuó hasta conseguir la primera explosión en el atolón de Enewetak en 1952. La potencia de esta bomba fue 400 veces mayor que las bombas atómicas que cayeron en Japón en 1945. Los rusos no conseguirían la primera explosión funcional de una bomba de hidrógeno hasta 1955, con el diseño de Sakharov.

La vida de Ulam está recogida en la interesante autobiografía Aventuras de un matemático, que fue llevada al cine en 2020. Ahí expuso su posición respecto a la investigación de armas atómicas: “Al contrario que aquellos que se oponían violentamente a la bomba […], yo nunca tuve dudas sobre los trabajos puramente teóricos. No me parecía inmoral intentar calcular los fenómenos físicos […]. Lo que pensaba es que uno no debe empezar proyectos que conduzcan a la catástrofe. Pero una vez que sabemos que tales posibilidades existen, ¿acaso no es mejor examinar si son reales o no? Un engaño aún mayor es creerse que si tú no lo haces, no se podrá hacer […]”.

Federico Cantero Morán es profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del ICMAT.

https://elpais.com/ciencia/cafe-y-teoremas/2023-04-13/stanislaw-ulam-el-matematico-que-arreglo-la-bomba-h.html

Gramsci predijo este momento de dominación sin hegemonía. Entrevista

Ugo Palheta, sociólogo francés e investigador de la Universidad de Lille, fundador de la revista Contretemps, está especializado en el estudio de la desigualdad y en los últimos años ha trabajado sobre las conexiones entre neofascismo y políticas neoliberales. Le entrevista Filippo Ortona, periodista del diario italiano il manifesto.

En 2018 publicó La possibilité du fascisme: France, la trajectoire du désastre (ed. La Découverte).

Emmanuel Macron está inmerso en una crisis sin precedentes en Francia. Paradójicamente, cuanto más se agrava la crisis, más improbable parece que dé un paso atrás en la reforma de las pensiones. ¿Cómo se explica esta contradicción?

Existe una profunda crisis de legitimidad de las políticas neoliberales, algo que tiene su origen ya hace mucho tiempo, pero que ha alcanzado su punto culminante durante el mandato de Macron. Toda su presidencia se ha visto marcada por movilizaciones muy fuertes: el movimiento contra la Loi Travail de François Hollande (para el que Macron fue ministro de Economía), los “chalecos amarillos” (“gilets jaunes”), las huelgas de 2019 contra el anterior intento de reforma de las pensiones, las refinerías, los hospitales, los movimientos antirracistas y feministas... y, hoy, este movimiento social de amplitud histórica.

El proyecto neoliberal parece haber llegado a ese momento que Gramsci caracterizó como dominación sin hegemonía: ahora se sostiene gracias a la coacción represiva, por un lado, y a la debilidad de la izquierda política y del movimiento social, por otro. Este último es lo suficientemente fuerte como para causar grandes sacudidas a cualquier intento de imponer reformas neoliberales, pero demasiado débil como para lograr su abandono efectivo, por no hablar de la disolución del Parlamento o la dimisión de Macron.

Nos encontramos en un momento intermedio en el que el poder político está debilitado por la oposición social, pero todavía lo suficientemente fuerte como para avanzar. Sin embargo, la cuestión está ahora sobre la mesa, en la agenda del movimiento: la legitimidad de la constitución de la Quinta República, su carácter autoritario y bonapartista.

El carácter autoritario de la Quinta República es uno de los temas centrales que se cuestionan. ¿Por qué Macron ha decidido llevar tan al extremo los mecanismos de la Constitución francesa?

La Constitución de la V República se toma algunas libertades en este sentido con respecto a las normas democráticas, al tratarse de un texto fundamentalmente bonapartista, que otorga un poder desenfrenado al ejecutivo. Desde su entrada en vigor en 1958, Francia no ha sido nunca una democracia liberal normal del tipo al que estamos acostumbrados en Occidente.

El otro aspecto, más general, es el momento que atraviesa el capitalismo: el matrimonio entre democracia y capitalismo era un fenómeno temporal. Este matrimonio se basaba en la unión de las libertades formales y la democracia social, en la limitación (aunque fuera mínima) de la explotación y la garantía de tasas de crecimiento para el capital: la legitimidad del sistema residía en la intersección de estos factores. Ese equilibrio entró en crisis hace décadas, y aún vivimos dentro de esta larga crisis del capitalismo. La imposición de la Constitución Europea en 2005, contra el referéndum en el que los franceses la rechazaron, o el funesto destino reservado a Syriza en 2015, son ejemplos de cómo el capital tiende ahora a emanciparse de la democracia: en primer lugar de la socialdemocracia, pero en este momento también de la democracia política, como estamos viendo en Francia.

La crisis francesa se debe a esta intersección entre la historia institucional del país y la larga crisis del capitalismo, que tiende a emanciparse de los mecanismos democráticos.

En las últimas semanas, una serie de sondeos han mostrado un crecimiento del apoyo a la extrema derecha de Marine Le Pen. ¿Cómo es posible, dada la ausencia total de Rassemblement National (Reagrupamiento Nacional - RN) en el movimiento social?

Una de las razones es que los sondeos se realizan en un momento en el que la mayoría de la gente piensa que este movimiento social tiene pocas posibilidades de ganar la batalla de las pensiones. Para que esta lucha produzca el mayor efecto posible para la izquierda en términos electorales, tendría que desembocar en una victoria. Pero hay otro aspecto: la extrema derecha ofrece hoy una continuidad "razonable" a las políticas neoliberales. En cambio, la izquierda de "ruptura radical" aparece para muchos como algo arriesgado. Una política de ruptura con el neoliberalismo en Francia podría desencadenar una contraofensiva del capital, como ocurrió en Grecia o Sudamérica, y la gente lo tiene en cuenta.

En cambio, la extrema derecha ofrece una forma de continuidad: lo que propone Le Pen no es una ruptura con el neoliberalismo, sino una versión de éste presentada como más razonable, que continuaría algunas políticas intensificando otras. Esto es cierto en materia de seguridad, donde el programa de la RN es totalmente compatible con la evolución racista de la política francesa en las últimas décadas, pero lo es especialmente en política económica. Por ejemplo, en materia de pensiones, Marine Le Pen propone hasta 43 años de cotización y la jubilación a los 60 años sólo para quienes empezaron a trabajar antes de los 20 años: básicamente, una versión algo más moderada de la reforma de Macron.

¿Qué diferencia a Macron de la extrema derecha, ya que, según usted, esta última mantiene una continuidad con el Gobierno actual?

El ámbito político del discurso de la extrema derecha francesa es el de la Nación Amenazada por los Enemigos, internos y externos. Sobre esto construye su discurso, su intento de hegemonía. Si llega al poder, continuará con las reformas neoliberales, añadiendo además una política de represión contra los movimientos sociales y los sindicatos, un modelo similar al puesto en práctica por Orbán en Hungría, una especie de ordonacionalismo. Al hacerlo, podría restaurar la legitimidad del proyecto neoliberal, bajo los auspicios de políticas cada vez más xenófobas y mediante la construcción sistemática de la figura del Enemigo Interior: ya sean los sindicatos, los movimientos sociales, los ecologistas, los inmigrantes, etc. A diferencia de Macron, la base electoral de Le Pen no la limita a ella en absoluto en este sentido: podrá llegar hasta el final en este proceso, construido sobre una mezcla de nacionalismo reaccionario y políticas neoliberales violentas, tanto en el fondo como en la forma.

Ugo Palheta profesor asociado de la Universidad de Lille y codirector de la revista “Contretemps”. 

Fuente: il manifesto global, 3 de mayo de 2023 
Traducción: Lucas Antón.

miércoles, 24 de mayo de 2023

_- Una canallada anticonstitucional

_- Desde la entrada en vigor de la Constitución no ha habido un solo caso comparable de aplicación de política penal de “reeducación y reinserción” como el protagonizado por los exmilitantes de ETA que fueron condenados en su día. La reacción del PP y Vox pone al descubierto la hipocresía de sus dirigentes.

Quiero dedicar este artículo a Luis R. Aizpeolea, Àngels Barceló, Xavier Vidal Folch y Aimar Bretos, a los que sigo desde siempre, es decir, a unos desde hace muchos años y a otros desde menos porque cada uno de ellos tiene la edad que tiene. Yo soy mayor que todos ellos.

He oído o leído los comentarios que han hecho en la Cadena Ser o en El País a propósito de la reacción producida por la inclusión en las listas electorales de Bildu de 44 candidatos condenados, siete de los cuales lo fueron por delitos con derramamiento de sangre.

Estoy de acuerdo con lo que han dicho o escrito, aunque he echado a faltar un punto que es el que quiero exponer en este artículo.

El artículo 25 de la Constitución reconoce el principio de legalidad penal en unos términos que, visto lo ocurrido, resulta imprescindible reiterar de manera expresa. Tras reconocer el principio en el 25.1, la Constitución añade en el 25.2 lo siguiente: “Las penas privativas de libertad (…) estarán orientadas hacia la reeducación y la reinserción social”.

El constituyente de 1978 rechazó de manera rotunda, haciendo uso del imperativo “estarán orientadas”, que la condena por un acto constitutivo de delito que pueda conllevar la privación de libertad pueda convertirse en “la muerte civil” de la persona condenada. El principio de legalidad penal constitucionalmente reconocido está dirigido a lo contrario: a que la persona condenada pueda ser reeducada y se pueda reinsertar en la sociedad.

Desde la entrada en vigor de la Constitución no ha habido un solo caso comparable de aplicación de política penal orientada a la “reeducación y reinserción” como el protagonizado por los nacionalistas aberzales que militaron en ETA y que fueron condenados en su día a penas privativas de libertad. El éxito de la Constitución ha sido extraordinario. Cuantitativa y cualitativamente.

La renuncia a la lucha armada y a la práctica del terrorismo; la constitución de un partido político, Bildu, cuyos Estatutos pasaron el control del Registro de Partidos del Ministerio de Interior; la disolución de ETA, y una ejecutoria ininterrumpida de participación en el sistema político de manera inequívocamente democrática han sido el mayor homenaje que se le ha hecho a la Constitución desde su entrada en vigor.

Que personas que han luchado contra la democracia española de la forma en que ellos lo han hecho hayan reconocido expresamente que lo que hicieron fue un error, hayan pedido perdón a las víctimas por el daño causado y el dolor infligido y hayan manifestado su voluntad de actuar dentro de la Constitución de la que abominaban, que es lo que la democracia española les ha venido exigiendo desde los años ochenta del siglo pasado, es un éxito gigantesco. Desde hace doce años esa exigencia ha sido aceptada por el nacionalismo aberzale. Es la mejor prueba del éxito del imperativo de la “reeducación y reinserción” querida por el constituyente.

La inclusión de los 44 candidatos condenados por sus conductas como miembros de ETA, tras haber cumplido íntegramente las penas que les fueron impuestas y tras haber transcurrido el tiempo de inhabilitación que conllevaban, es un paso más en la aceptación de la Constitución. No es una falta de respeto a las víctimas, sino todo lo contrario.

La reacción que se ha producido por parte del PP y Vox ha sido una canallada anticonstitucional, que pone al descubierto la hipocresía de sus dirigentes, que no dejan de autocalificarse de constitucionalistas mientras incumplen de manera manifiesta la Constitución. En la renovación del Consejo General del Poder Judicial y en lo que sea.

Es posible, mejor dicho, es seguro que Bildu ha pecado de ingenuidad y no ha explicado a la opinión pública el sentido que tenía la presentación de esas candidaturas antes de formalizarlas. Pero hay que ser muy canalla para reaccionar de la forma en que lo han hecho Alberto Núñez Feijóo, Isabel Díaz Ayuso, Santiago Abascal…

El nacionalismo vasco y catalán forman parte de la Constitución material de España, que no podrá ser gobernada democráticamente sin su concurso. Cuanto más tiempo tarden en reconocerlo las derechas españolas tanto peor nos irá a todos. Pero está claro que, dada la reacción producida en estos días, queda mucho camino por recorrer.

Los nazis de la OTAN

En mayo de 1945, el Institut français d’opinion publique reveló que el 57 por ciento de los franceses entendían que la Unión Soviética había sido la potencia que había derrotado a la Alemania de Hitler. Sólo el 20 por ciento consideraba que se debía a la intervención de Estados Unidos. Para 2004, los franceses pensaban exactamente lo contrario: sólo el 20 por ciento atribuían un rol relevante a los soviéticos y sus 27 millones de muertos.

El caso de los alemanes no es muy distinto. Aunque Alemania enfrentó la historia del nazismo con más coraje y más éxito que lo hicieron los estadounidenses con la esclavitud, la Confederación y la Guerra Civil, también pecó de amnesia programada con respecto al rol jugado por la Unión Soviética en su liberación.

En marzo de 1952, el malo y exaliado de Gran Bretaña y Estados Unidos, Joseph Stalin, le envió a Washington, Paris y Londres una propuesta para resolver la nueva escalada militarista. La propuesta consistía en unificar Alemania, no obligando que la parte occidental se convirtiese al comunismo sino que la Alemania comunista adoptase el sistema de democracia liberal de la Alemania capitalista. A cambio, Stalin proponía el retiro inmediato de todas las fuerzas de ocupación de la nueva Alemania unificada, el establecimiento de un ejército propio, independiente, pero neutral y libre de alianzas. El acuerdo de paz también aliviaría a una Unión Soviética degastada por la guerra y con desventaja militar.

La propuesta fracasó cuando Bonn y Washington aceptaron el regalo de la Alemania comunista pero no lo que demandaba Moscú a cambio, es decir, la neutralidad de la Alemania unificada y el enfriamiento de la escalada armamentista. El Plan A de Occidente era integrar a la Alemania occidental al sistema militar del bloque capitalista antes de cualquier otra negociación. A lo largo de ese año, Stalin envió tres propuestas más, con el mismo resultado.

En los años 80s, los archivos desclasificados mostraron que las propuestas de Stalin iban en serio, pero en 1952 se acusó a Moscú de proponer un imposible con fines propagandísticos. El más que razonable plan de paz del mayor aliado de Occidente contra los nazis pocos años antes, fracasó. El objetivo de Washington, Bonn y Londres era continuar expandiendo su maquinaria militar a cualquier precio. Todo en nombre de la democracia y la libertad.

En 1961, la OTAN nombró al general Adolf Bruno Heusinger como jefe de su poderoso Comité Militar en Washington. Heusinger había sido uno de los más cercanos oficiales de Hitler (el tercero en la línea de mando) que nunca fueron condenados por las potencias vencedoras de Occidente, sino todo lo contrario: como fue el caso de otros miles de nazis menos conocidos, fueron premiados a cambio de su pasión y conocimiento en “la lucha contra el comunismo”. El nombramiento de Heusinger se produjo cuando la Unión Soviética lo reclamó para ser juzgado por sus crímenes de guerra, sobre todo durante la invasión nazi a los países de la Europa del Este y de la misma Rusia a comienzos de la Segunda Guerra Mundial.

Aparte de su nombramiento como jefe militar de la OTAN, Heusinger fue condecorado por Estados Unidos con la medalla Legion of Merit, creada por Franklin D. Roosevelt. Heusinger la colgó junto con la Cruz de Hierro y la Cruz Nazi al Mérito de Guerra, otorgadas por Hitler, entre otros ornamentos que los militares importantes se cuelgan en las fiestas de sociedad. En 1971, Johannes Steinhoff, también honrado con una Cruz de Hierro nazi, fue nombrado jefe militar de la OTAN. Ernst Ferber, condecorado con la Cruz de Hierro fue nombrado jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN en 1973. Karl Schnell también recibió la Cruz de Hierro nazi y también sucedió al General Ferber como como jefe de las Fuerzas Aliadas de la OTAN en Europa Central en 1975. Franz Joseph Schulze también recibió una Cruz de Hierro nazi y fue nombrado jefe de las Fuerzas Aliadas de Europa Central de la OTAN en 1977. Entre otros…

Nada de esto debe sorprender si consideramos que la misma idea de una OTAN había surgido en la Alemania nazi como una forma de alianza con el bloque capitalista contra los soviéticos. Alianza que, a nivel empresarial, político y económico, ya existía mucho antes de que estallara la guerra. Heinrich Himmler, uno de los principales organizadores del ahora llamado Holocausto judío, fue uno de los primeros en proponer esta idea. Reinhard Gehlen, Hans Speidel, Albert Schnez y Johannes Steinhoff, otros de los militares nazis más poderosos, protegidos y premiados por Occidente, tuvieron más suerte y fueron empleados por Washington y la CIA, todos unidos por un nuevo enemigo común (el exaliado en tiempos de guerra) y con un plan claro de alianza militar que se llamó OTAN.

Existían dos razones a la luz del día para la negativa de las potencias occidentales a la propuesta de Stalin de 1952. Como desarrollamos en otros libros, las palabras crean la realidad que creemos es independiente de las palabras. La primara razón era puramente militarista, resumida en lo que el presidente Eisenhower consideró uno de los mayores peligros para la democracia y, en 1961, llamó el “complejo industrial militar”. La segunda razón también procede de las profundidades de la historia: en solo treinta años, la Unión Soviética había realizado una de las proezas económicas y sociales más impresionantes de la historia moderna, todo a pesar de haber sido el país que más sufrió, social y económicamente, en su lucha contra el nazismo.

El objetivo era, a cualquier precio, evitar el mal ejemplo del éxito ajeno. Aunque la propaganda de “los medios libres” insistieran en lo contrario, la inteligencia de los países occidentales no veían ninguna posibilidad de alguna invasión militar soviética. Que Stalin confirmase dichos informes con una propuesta que apuntaba a reducir la tensión belicista del mundo capitalista era inaceptable.

Cuando la Unión Soviética cometió suicidio en 1991 (en condiciones mucho peores, Cuba mantuvo su sistema comunista), Rusia cayó en una crisis económica y social al mejor estilo capitalista, empeorando casi todos los indicadores sociales; una especie de regreso a la Rusia zarista, pero los poderosos medios lo vendieron como una “salida de la crisis” festejando la apertura de un gigante McDonald’s en Moscú como símbolo de libertad y de alimentación democrática.

Toda esta historia, como otros casos, fue olvidada. Según Stephane Grimaldi, director del Museo Caen Memorial: “En 1945, el gran aliado era Stalin y la Unión Soviética; su papel estaba absolutamente claro para los franceses”. Pero el efecto Guerra Fría y la masiva propaganda cultural de Hollywood, el mayor creador de mitos modernos del siglo XX, dio vuelta el juicio sobre un hecho relevante del pasado. Lo mismo hizo Hollywood con la mitificación de la guerra contra México en 1845 con películas como The Alamo. Lo mismo con el lavado moral del rol de la Confederación en la Guerra Civil. Más recientemente, lo mismo hizo con la invención de un triunfo moral (similar al del Sur durante la “reconstrucción”) en la Guerra de Vietnam con innumerables películas, aparte de libros, del apoyo de una prensa funcional y un periodismo mayoritariamente obediente.

Ahora que Rusia no es más comunista, queda clara la paranoia calvinista por mantener al resto de la humanidad bajo control moral y productivo, a cualquier precio y en nombre de la libertad y la democracia.


martes, 23 de mayo de 2023

Ya está bien de juego sucio.

La integración de la izquierda abertzale en el sistema político español se está haciendo de una manera que no tiene parangón en ningún otro país europeo. Ni siquiera en Irlanda.

Me imagino que muchos de los lectores de elDiario.es saben que Arnaldo Otegi fue condenado por la Audiencia Nacional a seis años, que la sentencia fue confirmada por el Tribunal Supremo y que el Tribunal Constitucional no le otorgó el amparo en el recurso que interpuso contra las sentencias dictadas por dichos tribunales.

Arnaldo Otegi ingresó en prisión y permaneció en ella seis años. Había interpuesto un recurso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) por falta de imparcialidad de la presidenta de la Sala de la Audiencia Nacional que lo condenó, recurso que acabó siendo estimado positivamente por el TEDH, anulando, en consecuencia, las sentencias dictadas contra él. Pero dicho recurso europeo llegó cuando Otegi ya había cumplido por completo la pena impuesta. Estuvo seis años en la cárcel sin que su presunción de inocencia hubiera sido destruida de manera constitucionalmente correcta.

En este momento la Sala de lo Penal está intentado poner en marcha una estratagema no para revisar la sentencia dictada con vulneración de un derecho fundamental tan esencial como es el derecho a un juez imparcial, que es lo que se impone tras la sentencia del TEDH, sino para repetir el juicio en la Audiencia Nacional con un tribunal distinto. Todavía está por ver si esa estratagema progresa o si, por el contrario, es frenada por la reacción frente a la misma por parte de la defensa de Otegi.

El interrogante se impone: ¿Es no sólo jurídicamente, sino también éticamente aceptable que la presidenta de la Sala de la Audiencia Nacional y los demás magistrados de dicha Sala, así como los magistrados de la Sala del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, hayan continuado ejerciendo la función jurisdiccional sin haber recibido el más mínimo reproche por una conducta injustificable, mientras que se pone en cuestión la idoneidad de Otegi para poder ser candidato en unas elecciones por haber sido miembro de ETA? ¿Han pedido perdón no ya a Otegi, sino al conjunto de la sociedad española por su conducta anticonstitucional y por el desprestigio que ha supuesto dicha conducta para el Estado de Derecho español?

E insisto, están intentando poner en marcha un nuevo proceso de manera anticonstitucional para condenar a Otegi tras haber pasado en prisión los seis años a los que fue condenado. Dejo que cada lector califique esa conducta de la manera que le parezca apropiado.

A los miembros del nacionalismo abertzale se les ha aplicado la ley penal, incluso más allá de lo que la Constitución permite. Y sin embargo, desde que se constituyó Bildu, no ha habido ni una sola conducta antijurídica posterior de los miembros de la dirección de dicho partido que haya podido ser perseguida ante los tribunales de justicia. ¿Qué ocurriría con la dirección del PP si se le aplicara la vara de medir que se le ha aplicado y se pretende seguir aplicando a los miembros de la dirección y a la militancia de Bildu?

La integración de la izquierda abertzale en el sistema político español se está haciendo de una manera que no tiene parangón en ningún otro país europeo. Ni siquiera en Irlanda. El dolor generado por el terrorismo de ETA ha sido inmenso. Pero quienes lo generaron han pagado por ello y siguen pagando. Y para poder integrarse en el sistema político y participar en los procesos electorales han tenido que cumplir previamente las penas a las que fueron condenados y haber pasado el tiempo de inhabilitación que dichas penas conllevaban. No ha habido ninguno que no haya pagado la deuda contraída con la sociedad española en su totalidad. Ninguno. ¿Se puede decir lo mismo de quienes practicaron terrorismo desde el Estado? Y también generaron mucho dolor.

Ya está bien de juego sucio.

Pienso, luego estoy soltera

Las relaciones entre hombres y mujeres están cargadas de trampas. La cultura nos ha obligado a desempeñar papeles que casi siempre han sido discriminatorios para la mujer. Así, el soltero ha sido el símbolo de la astucia inteligente. (¿Por qué Dios es soltero?, se pregunta Barreca en un libro al que luego haré referencia). Todos hemos oído hablar de los solteros de oro. Y todos conocemos el refrán “solterón y cuarentón, qué suerte tienes, cabrón”. Sin embargo, de la solterona (he aquí otro agravio manifestado en el lenguaje) se hacen bromas sarcásticas. “Esa se queda para vestir santos”. O, como se decía de la novicia que iba a profesar: “Se casa con Dios porque no hay Dios que se case con ella”.

Las bromas nos desvelan el machismo subyacente en la cultura. Cómo pesan los prejuicios: si el varón ha tenido muchas relaciones antes de casarse es considerado un don juan, si las ha tenido ella, es una casquivana. Si él tiene una infidelidad ya casado es que ha echado una cana al aire, si la infiel es ella es una ramera. Y ya se observa aquí una visión de las relaciones contempladas desde el patriarcado.

Se cuenta que en tiempos en que las solteras vivían con sonrojo el hecho de que ningún varón hubiera puesto sus ojos en ellas, una novia llegó al altar con todo el boato de la ceremonia nupcial. El sacerdote le preguntó al contrayente si quería a su novia. Contestó con entusiasmo y convencimiento que sí. Luego le preguntó a ella y, para, asombro de todos, respondió que no. Se volvió a los asistentes y explicó el por qué de esa negativa contundente: “Todos habéis sido testigos. Que nadie diga luego que no me he casado porque nadie me ha pretendido”. Es la historia inversa a aquel anuncio por palabras de una novia despechada: “Cambio traje de novia sin estrenar por pistola en buen uso”.

Hay en el imaginario conservador un patrón único y cerrado, como si solo hubiera relaciones heterosexuales. Y no es así. Hay múltiples formas de relaciones, de parejas y de familias.

Hace años leí un libro de Regina Barreca al que he hecho referencia más arriba. Se titula “Maridos perfectos…y otros cuentos”. En él analiza las relaciones entre hombres y mujeres. Unas relaciones que frecuentemente están presididas por estereotipos, dominio, celos, engaños, intereses, control, posesión… Unas relaciones que demasiadas veces están alejadas de la igualdad, el respeto, lo lógica y la justicia… El problema es que se atribuye muchas veces a la naturaleza lo que es fruto exclusivo de la cultura. La raíz de muchas desigualdades procede de la confusión de lo que es sexo (características biológicas) con lo que es género (características culturales). Qué interesante libro “No está en los genes”, de Lewontin, Rose y Kamin. Las mujeres no son de un planeta distinto, son, eso sí, de los barrios más pobres de nuestro planeta.

En una viñeta de Forges se ve a una mujer abrumada por las tareas domésticas que se dirige a su niña diciendo: “Hija, no te cases nunca con un marido”. Y es que a la mujer le ha correspondido realizar muchas tareas ingratas en ese reparto poco equitativo que ha venido marcado por los estereotipos sociales, por los intereses sexistas y por los privilegios del patriarcado.

La diferencia de edad, las tareas domésticas, los estereotipos sobre la sexualidad, el cuidado de los hijos, la conciliación laboral… condicionan las relaciones. Hay quien piensa que existe una media naranja que hay que buscar desesperadamente para estar entero o entera, hay quien no sabe que el príncipe azul destiñe, hay quien piensa que solo mejorará su autoestima si tiene muchos pretendientes, hay quien cree que todas las soluciones están en otra persona, incluso las minúsculas. Shely Winters cuenta que en cierta ocasión se alojó en una habitación de un hotel de Filadelfia “tan fría, que estuve a punto de casarme”.

La mujer ha de ser elegida (en realidad, la mujer elige al hombre que la elige a ella), no debe tomar la iniciativa en las relaciones, renuncia al trabajo para atender al hogar y a los hijos, atiende la casa además de acudir al trabajo, se deja guiar por el amor romántico que favorece la violencia de género, se angustia por el envejecimiento, debe mostrarse siempre atractiva, acepta la masculinidad hegemónica, se dedica al cuidado de sus mayores, practica la “ley del agrado “, de la que habla Amelia Valcárcel.

Las relaciones interpersonales son muy complejas. El matrimonio consiste en hacer de dos personalidades una sola. El problema es que no se dice la de quién. Esa relación complicada conduce a comentarios como el de una mujer que, al ser preguntada si su marido era religioso contentó: “Sí, sí, muchísimo. Se cree que es Dios”.

Muchas parejas se rompen (el divorcio es una de las mejores formas de reciclar a los maridos) porque la vida en pareja es difícil (jamás me siento más casado que los domingos, decía un marido hastiado de la convivencia), pero, sobre todo, porque afortunadamente la mujer tiene hoy posibilidades de defenderse por sí misma, de tener independencia económica, de romper las etiquetas que la sociedad había fabricado para ella. La directora francesa J. Bellon filmó hace años una película titulada “La mujer de Juan”. Es la historia de una mujer casada que cuando deja de serlo, ya no es lo único que era: la mujer de Juan., El trabajo era el de Juan, los amigos eran los de Juan, las vacaciones eran las de Juan, los viajes eran los de Juan… Ahora, como no está Juan, ya no es nada.

El humor sarcástico se ceba en las relaciones con la pareja. Existe una forma de tratar las relaciones que se basa en el desprecio y en la descalificación. Basta repasar el catálogo de chistes para detectar el más burdo sexismo. Decía Hanry Youngman: “¿Sabes lo que significa llegar a casa por la noche y encontrar una mujer que te da un poco de amor, un poco de afecto y un poco de ternura? Significa que te has equivocado de casa”. Por cierto, todos esos chistes pueden cambiar de protagonista sin que se modifique el significado.

Voy a hacer referencia a un hermoso e importante libro sobre estas cuestiones. Me refiero a la obra “Amarte. Pensar el amor en el siglo XXI”, escrito por mis queridas Chis Oliveira y Amada Traba.

“El amor está considerado como esencial en las mujeres precisamente porque pueden ser madres, como si fueran seres amorosos por naturaleza. Amor y sexualidad están ligados, tanto en la dimensión erótica como en la procreadora materna, porque la sexualidad es una vía para el amor y el cuidado es una ética ligada a su carácter femenino esencial como madres. Así la maternidad se constituye como una consecuencia del cautiverio, se vive como un mandato”.

Y poco más adelante: “Para la antropología feminista actual, en el modelo amoroso construido por el patriarcado las mujeres necesitan amar y ser amadas para dar sentido a sus vidas, para sentirse completas”.

La pareja es uno de los frentes en los que la justicia tiene cuestiones pendientes de gran importancia. Esta es una gran revolución ética pendiente. Está en todos los rincones del planeta y llega a los rincones más recónditos de cada corazón. En muchos hogares existen malos tratos, abusos sexuales, tiranía del afecto, trampas sórdidas, chantajes afectivos, hijos indeseados o hijos deseados por motivos espurios, hijos como campo de batalla…

La iglesia católica sigue diciendo que la grandeza de la mujeres es la maternidad cuando no dice algo parecido del hombre, sigue situando en la ámbito familiar su principal aportación a la sociedad, sigue exigiendo a la mujer unas virtudes que en el hombre apenas si tienen importancia, sigue condenando el aborto, sigue defendiendo una sola forma de matrimonio y el amor para toda la vida, sigue uniendo sexualidad y maternidad, sigue condenando la homosexualidad como enfermedad y pecado… Y ahí siguen los señores obispos, gobernando la vida amorosa y sexual de las mujeres. Hace unos años escribí en esta sección un artículo dirigido a la jerarquía eclesiástica. Se titulaba así: “Salgan de la cama de la gente”.

Los dos últimos capítulos de “Amarte” están dedicados a un tema crucial. Me refiero a la educación. El penúltimo se titula “Educamos para mal amar” y el último “Claves para bien amar”. No puedo elegir un mejor punto final que esta frase de Chis y Amada:

“Educar en el amor hoy pasa por hacer una reflexión crítica constante con el fin de comprender las relaciones amorosas y sus implicaciones para que se impregnen de dignidad y de justicia”.

lunes, 22 de mayo de 2023

HISTORIA. Decenas de cadáveres de niños delatan la crueldad de la explotación infantil durante la Revolución Industrial.

El estudio de huesos y dientes del siglo XIX hallados en Inglaterra muestra que los menores sufrieron castigos físicos, retraso en el desarrollo y malnutrición.

La historia la contó como nadie Charles Dickens en obras como Oliver Twist o Grandes Esperanzas: un niño huérfano que crece en un entorno tan hostil como el de los inicios de la Revolución Industrial en la Inglaterra del siglo XIX, espoleado por el hambre y la miseria. Ahora, un grupo de científicos ha analizado los restos de decenas de niños usando modernas técnicas forenses, confirmando la historia contada por el escritor. La mayoría de ellos crecieron y murieron desnutridos. El desarrollo de los que tenían 12 años se correspondía con el de chicos de ocho. Hay varios con lesiones óseas compatibles con los castigos físicos. La realidad era aún más dura que la narrada por el maestro del realismo social. Mientras sus personajes crecen, se hacen mayores y tienen un final relativamente feliz, muchos de este estudio publicado en la revista científica PLoS ONE no llegaron a superar la adolescencia.

Hace unos años, la construcción de un museo local junto a la iglesia de Fewston (en la comarca de Washburn, en el centro de Inglaterra) obligó a desenterrar buena parte del antiguo cementerio. Para ello contrataron a una empresa especializada en excavaciones arqueológicas. No tenían ni idea de lo que se iban a encontrar. “Mi empresa, York Osteoarchaeology, se encargó del análisis osteológico de los esqueletos, determinando la edad, el sexo y las patologías de las personas enterradas en Fewston”, cuenta la arqueóloga de la Universidad de York y coautora del estudio, Malin Holst. “Fue durante este análisis esquelético inicial cuando se hizo evidente que había muchos adolescentes, que no suelen ser muy comunes en los cementerios”, añade. En las necrópolis actuales, la mayoría de los enterramientos son de personas mayores. En el pasado, antes de los avances de la medicina moderna y la protección social, el patrón era diferente: junto a los mayores, también había muchas tumbas de recién nacidos y niños de corta edad que alguna enfermedad se llevó por delante. Pero en Fewston, 54 de los 154 cuerpos recuperados de la primera mitad del siglo XIX eran de chicos y chicas de entre siete y 20 años. Un patrón tan anómalo obligaba a profundizar en esta historia.

El sufrimiento encoge el cerebro de los niños para siempre
El estudio osteológico permitió a los científicos determinar cuánto sufrieron estos niños. La mayoría tenían una edad (determinada por la dentadura) que no se correspondía con la estimada según la longitud y estado de desarrollo de sus huesos (que se usa hoy, por ejemplo, para ponerle edad a los inmigrantes). Por ejemplo, el individuo identificado como SK 331, tendría entre 12 y 14 años según sus dientes, pero los huesos se corresponde con los de un pequeño de no más de ocho años. La niña SK 262 murió entre los 16 y 18 años, pero sus huesos, sin la característica que indica el fin del crecimiento óseo (fusión epifisaria), se corresponden con los de una pequeña de 10 años si su desarrollo hubiera sido normal. La desnutrición la confirmaron con el escaso crecimiento (hipoplasia) que encontraron en sus dientes. Esta patología del esmalte, caracterizada por un desarrollo incompleto del mismo, generalmente se produce en la niñez provocada por una escasa alimentación y acumulación de enfermedades. Este tipo de estrés a edades tempranas también afecta al desarrollo del cerebro, como han demostrado estudios con niños de los orfanatos de la Rumania del dictador Ceaucescu.

“Algunos de los niños sufrían de raquitismo y escorbuto. Podemos diagnosticar estas condiciones porque dejan huellas en los huesos”, dice la bioarqueóloga de la Universidad de Durham y primera autora del estudio, Rebecca Gowland. Una de estas huellas es la falta de vitaminas, tan esenciales en esta fase del desarrollo infantil. “Para la deficiencia de vitamina D, se trata de cierta inclinación de los huesos largos y otros cambios. Para la de vitamina C, generalmente se manifiesta en forma de lesiones porosas en ciertas partes del esqueleto”, añade.

Alimentación pobre
Para confirmar la desnutrición, los investigadores volvieron a los isótopos, pero esta vez los de carbono y nitrógeno. Las diferencias de proporción del isótopo nitrógeno-15 y del carbono-13 permiten saber el peso relativo de las proteínas de origen animal y vegetal en la dieta. Los bajos niveles de esta ratio que encontraron en casi todos los jóvenes contrastan con los mayores niveles observados en los enterrados identificados como locales. Esto indicaría que murieron después de muchos años de una alimentación pobre o nula en carnes o alimentos derivados de animales, como los lácteos.

El análisis osteológico de los niños mostró, como escriben los autores, que "sus sufrimientos y privaciones estaban escritos en sus esqueletos". Los arqueólogos de York llevaron los restos al laboratorio de bioarqueología de sus colegas de la Universidad de Durham. Entre ambos, usaron sofisticadas técnicas forenses para analizar todos los cuerpos. Muchos de los mayores enterrados y un niño de corta edad estaban identificados gracias a sus lápidas o las placas que se colocaban en los ataúdes. Pero los jóvenes estaban en tumbas sin nombre. Pudieron determinar su edad al morir gracias al desarrollo de su dentadura, pero otra cosa era saber quienes eran y de dónde venían. Una de las pocas herramientas para conocer el origen de una persona de origen desconocido es extraer las proteínas presentes en el esmalte dental y analizar la ratio de distintos elementos químicos presentes. Dos de los más fructíferos son los isótopos (variaciones de un mismo elemento según el número de neutrones) de estroncio y oxígeno.

“A medida que desarrollamos nuestros dientes, las proporciones químicas de estroncio y oxígeno dentro de ellos reflejan la geología local y el agua que bebemos”, dice Gowland. “Supimos que los esqueletos no eran locales porque los valores de isótopos de estroncio y oxígeno eran muy diferentes de los observados en los dientes de individuos que se sabía que eran oriundos de la región. En cambio, para muchos de los niños eran coincidentes con el área de Londres y alrededores”, añade.

Huérfanos trasladados
Durante los inicios de la Revolución Industrial, finales del XVIII y primera parte del XIX, hubo una gran migración desde el campo a las ciudades industriales como Leeds o Manchester. Pero también se produjo en sentido contrario, desde los barrios más pobres de Londres o Liverpool, en especial de niños, a las zonas rurales donde se asentaban muchas factorías, sobre todo industria textil. En los alrededores de Fewston, había cinco, con la más grande, West House Mill, dedicada al hilado de lino y algodón.

En los archivos del pueblo se han encontrado varios indenture, unos contratos entre los patrones de West House y niños huérfanos (o abandonados por sus padres) procedentes de hospicios de Londres. Estos documentos obligaban a los pequeños a trabajar a cambio de cama, comida y educación hasta los 21 años o, en el caso de las niñas, hasta que se casaran. Estos asilos eran lo que en el mundo anglosajón llamaban workhouse. No se trataba de orfanatos al estilo hispánico, que daban cobijo. En realidad lo hacían a cambio de trabajar. Oliver Twist empieza su historia en uno de estos workhouse.

La imagen que pinta esta investigación coincide con las memorias del reverendo Robert Collyer, hijo de huérfanos que también fueron aprendices, que trabajó entre los 8 y los 14 años en West House: “Llamaban a las 6 de la mañana y salíamos a las 8 de la noche con una hora para comer y descansar. Y si teníamos la oportunidad de sentarnos unos momentos en los que el supervisor no estaba delante para castigar nuestros pequeños hombros con su correa de cuero [...] y el resultado de todo esto fue que los niños más débiles quedaron tan lisiados que el recuerdo de sus extremidades retorcidas todavía arroja una luz bastante siniestra para mí sobre las Sagradas Escrituras”, recuerda en un fragmento recuperado por los autores de esta investigación.

“Los restos de Fewston han sido los únicos excavados en un cementerio rural en el norte de Inglaterra y, por lo tanto, son inusuales”, responde Gowland al preguntarle si la historia de estos niños es anecdótica o representativa de los inicios de la Revolución Industrial. “Pero hay muchos cementerios rurales como el Fewston. Sin embargo, rara vez se excavan porque esto solo ocurre si se va a urbanizar”, añade. Dos datos pueden enmarcar el alcance del drama: estadísticas oficiales mencionadas en el estudio cifran en 195.000 los niños de 5 a 14 años que pasaron por alguno de los hospicios parroquiales en 1803. Y en 1845, en el sector del algodón, el 45% de los trabajadores tenían menos de 18 años. En cuanto a los pequeños de Fewston, una vez que los huesos de los niños contaron a los científicos lo que habían sufrido, los volvieron a enterrar debidamente, y su historia se conserva en el Washburn Heritage Centre.

_- Juan Torres: “La independencia de los bancos centrales se ha demostrado inútil y es antidemocrática”

_- “Es un mito que el capitalismo actual sea una economía de libre mercado con competencia. Las grandes empresas capturan a los gobiernos y a los reguladores para que las protejan”, señala el catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Sevilla, que ha publicado un nuevo libro: 'Más difícil todavía' Análisis — Los bancos centrales solo saben provocar recesiones.

“Quienes toman las grandes decisiones económicas se están equivocando una vez más a la hora de prevenir los problemas, de reconocer su naturaleza y, como consecuencia de ello, cuando toman decisiones para tratar de resolverlos”. Juan Torres (Granada, 1954), catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de Sevilla, vuelve a poner el dedo en la llaga sobre las decisiones cortoplacistas de la economía más ortodoxa. En su nuevo libro 'Más difícil todavía' (Editorial Deusto), Torres explica que los orígenes de la inflación que golpea a la economía tiene más que ver con problemas mucho más profundos -el cambio climático, el desorbitado papel de las finanzas, una globalización que ya no aporta soluciones, el enorme tamaño de la deuda y la desigualdad- que no se arreglan con decisiones a corto plazo como la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales.

Usted explica que en su libro que la inflación no es el principal problema económico, sino que hay un conjunto mayor de amenazas mucho más graves. Sin embargo, la respuesta generalizada es volver a recetas del pasado para intentar solucionar los problemas mediante una política económica restrictiva. ¿Tiene sentido este incremento tan rápido de los tipos de interés como han hecho los bancos centrales?¿A qué responde?

Responde a una visión ideológica de los bancos centrales, que la experiencia y los datos han demostrado que es errónea: no soluciona los problemas de inflación cuando ésta se produce por circunstancias estructurales y de oferta. Responde a la idea que tienen los bancos centrales de que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario y que lo que hay que hacer es reducir la demanda y el poder de compra. La experiencia también nos ha demostrado que la respuesta de subir los tipos de interés no ha sido buena porque la inflación subyacente no ha disminuido y han provocado un problema financiero grandísimo.

Entonces nos deberíamos plantear la autonomía de los bancos centrales o, dicho de otra manera, habría que replantear su objetivo de guardianes de la inflación.

Que haya dos autoridades, como son el Gobierno y el Banco Central, actuando con problemas que son concomitantes es un absurdo que atenta contra el sentido común. Primero, como hemos visto en los meses anteriores, el BCE ha estado tratando de restringir el gasto mientras que los gobiernos lo han ido aumentando. No hay nadie en su sano juicio que pueda entenderlo. En segundo lugar, la independencia de los bancos centrales se ha demostrado inútil para combatir los problemas para los que fueron creados. Por ejemplo, estamos viviendo la etapa más grande de la historia de inestabilidad financiera. Tampoco la independencia de los bancos centrales ha permitido que anticipen correctamente la inflación y que le den una respuesta adecuada.

Además, por definición, la independencia de los bancos centrales equivale a constituir un poder no democrático que socava la base del Estado democrático moderno. La independencia de los bancos centrales se ha demostrado inútil y es antidemocrática.

Hasta el Banco de España ha avisado de que los márgenes de las empresas están funcionando como un estímulo evidente de la inflación, es decir, ya no es cuestión de salarios. ¿Existe alguna fórmula para frenar los beneficios tan exagerados de las empresas?

Debería haber mecanismos en situaciones normales, pero ahora en tiempos complejos es más difícil. Debería haber información más transparente, más fidedigna, sobre cómo se forman los precios en los mercados. Además, debería haber autoridades que verdaderamente combatieran las restricciones de la competencia que imponen las grandes empresas con su poder de mercado. Por otro lado, se deberían desarrollar políticas fiscales que supusieran un desincentivo a la obtención de márgenes muy altos. También una negociación colectiva que permitiera un reparto más equitativo del incremento de productividad. Si todos estos elementos funcionasen sí que se puede evitar que las grandes empresas con poder de mercado contribuyan como lo están haciendo a generar inflación.

También es necesaria una nueva regulación en algunos mercados específicos, como en en el caso de la electricidad. Durante muchos meses hemos estado sufriendo una presión originaria de los precios que luego se ha ido transmitiendo al resto de sectores. Y esto responde a una regulación diseñada para mantener los privilegios del oligopolio de las eléctricas.

Cuando la inflación se concentra en productos como los alimentos, ¿se debería tener mecanismos que reordenaran los precios, aunque sea de forma temporal?

Hacer negocio con el derecho humano básico de la alimentación es una inmoralidad, aunque sea legítimo y esté justificado. Es bueno que haya iniciativa privada, como es natural, en el suministro de bienes básicos y de alimentación, pero de ahí a permitir que haya un poder de mercado excesivo que impone restricciones artificiales y subidas de precios innecesarias hay un abismo. Los poderes públicos tienen el imperativo moral de garantizar el derecho humano básico a la alimentación y a la satisfacción de las necesidades primarias. Y también que la estabilidad económica no se ponga en peligro por una presión del oligopolio en esos mercados. La intervención pública en esos casos no es que esté justificada, es que es un imperativo moral. Además, desde el punto de vista económico es una cuestión esencial puesto que se trata de subidas de precios que tienen un efecto de arrastre extraordinariamente grave para el conjunto de la economía.

Usted propone la necesidad de alcanzar pactos de rentas y de reparto de las ganancias y la productividad, pero en nuestro país, por poner un ejemplo, la CEOE ha tardado meses en sentarse en la mesa de la negociación colectiva. Lo que usted en su libro comenta como “resistencia feroz”.

Desgraciadamente, el sector empresarial en España, tan importante en la economía, es un sector empresarial acostumbrado a dar pelotazos, a vivir de las rentas y de la influencia política. La patronal CEOE está contaminada, tiene unas propuestas ideológicas primitivas y equivocadas, que le hacen muchísimo daño a la inmensa mayoría de las empresas. La CEOE no representan los intereses del conjunto de las empresas españolas, sino los intereses de empresas muy grandes que tienen poder de mercado y que viven de aprovecharse de otras empresas. Si la CEOE fuera verdaderamente la defensora de los intereses del conjunto de las empresas no permitiría que las grandes compañías del Ibex se salten la ley y tengan una deuda tan grande con sus proveedores; o estaría reclamando límites a los privilegios de la banca que impone una serie de costes innecesarios a la mayoría de las empresas. Uno de los problemas de España es que la patronal es primitiva, reaccionaria ideológicamente y esclava de las grandes empresas, que son un freno para la innovación y la productividad.

Uno de los problemas de España es que la patronal es primitiva, reaccionaria ideológicamente y esclava de las grandes empresas, que son un freno para la innovación y la productividad

Cada crisis el sistema aporta como solución la desaparición de ciertas empresas de manera que el mercado queda cada vez en menos manos (ocurrió con las cajas en la anterior crisis financiera), al final se impone la destrucción creativa como el costo normal de hacer negocios aunque provoque un sufrimiento.

Lo más contrario al capitalismo de nuestros días es la competencia en su sentido estricto y auténtico. Las grandes empresas lo que buscan es acabar con la competencia y lograr posiciones de dominio de mercado, conseguir establecer oligopolios ejerciendo su influencia política, mediática y cultural. Es un mito que el capitalismo actual sea una economía de libre mercado con competencia. Las grandes empresas capturan a los gobiernos y a los reguladores para que las protejan. Las grandes empresas no saben vivir sin la protección del Estado, sin el privilegio político, lo acabamos de ver ahora en esta crisis bancaria. Frente a esta situación la única manera de responder es que la ciudadanía se dé cuenta y que el conjunto del empresariado, que se juega su patrimonio día a día y que no disfruta de esos privilegios, reaccione.

Usted avisa de un riesgo real de colapso económico por el cambio climático, las finanzas especulativas, una deuda en crecimiento acelerado y la desigualdad, que al entrar en conjunción pueden provocar un desastre. ¿Hay solución? ¿los objetivos 2030 van en la adecuada dirección?

Multitud de organismos internacionales independientes, muchos de ellos conservadores, están diciendo lo que hay que hacer frente a estos problemas estructurales desde hace muchos años. Lo que pasa es que no hay voluntad política y predomina el interés privado. Frente al cambio climático, el fondo BlackRock cambió su estrategia de inversión para hacer políticas favorables a la lucha contra el cambio climático. Un año después, cuando aparece la posibilidad de ganar más dinero se olvidan de esos objetivos. Prima la maximización del beneficio.

Los problemas grandísimos que tenemos hoy día en nuestro planeta -el cambio climático, el desorbitado papel de las finanzas, una globalización que ya no aporta soluciones, el enorme tamaño de la deuda y la desigualdad- son el resultado de desnaturalizar la propia economía capitalista y darle una prioridad absolutamente injustificada a la búsqueda del beneficio por encima de cualquier otro objetivo.

Hace falta equilibrio y ver que es necesario avanzar para conseguir otros fines. No hay voluntad política ni capacidad suficiente para enfrentarse al poder que han acumulado las grandes organizaciones empresariales. Ya lo vimos en la última crisis bancaria, que fue el resultado de que los grandes bancos del mundo lograron que los gobiernos establecieran una regulación que provocó la crisis. Ganan más dinero así, pero recurrentemente provocan problemas. No hay dificultad en saber lo que hay que hacer, el problema es tener el poder suficiente para llevar a cabo las medidas.

No hay voluntad política ni capacidad suficiente para enfrentarse al poder que han acumulado las grandes organizaciones empresariales

Llevamos con tensiones recurrentes desde la crisis del petróleo de 1973 y parece que no hemos aprendido nada.

De la crisis del 73 nació un cambio de civilización, fue el germen de la revolución conservadora. Se aprendió, claro que se hizo, pero fueron los grandes capitales los que pusieron en marcha una estrategia que mantienen hoy para priorizar los beneficios. Pero han volcado tanto la carga hacia un lado que la economía que así no puede funcionar. Lo lamentable es que solamente las grandes empresas aprendieron lo que tenían que hacer para ganar más dinero, pero parece que no se ha aprendido demasiado en otro ámbito para tratar de imponer otras lógicas.

Con la invasión de Ucrania por parte de Rusia parece que vamos a un nuevo mundo de bloques. No parece que haya un proyecto que tenga visos de convertirse en hegemónico. ¿Cree que vamos camino de acabar con la globalización? Que se va a cumplir la premisa de la fragmentación económica y comercial del mundo en bloques?
En el plano geoestratégico se va a ir a una dinámica más multipolar. En el plano económico, el poder de Estados Unidos empieza a tener contrapesos. No creo que se vaya a producir una globalización completa, pero lo que sí está ocurriendo es que las propias empresas globalizadas han comprobado que la lógica dominante en estos años les puede proporcionar un enorme beneficio, pero a costa de tener que soportar una incertidumbre, enormes riesgos y una casi nula resiliencia ante shocks y los impactos imprevistos. Hay miles de empresas que se están replanteando la lógica de la globalización, y están definiendo una política de localización y de estrategias comerciales, quizá menos rentables, pero más seguras y más sostenibles a la larga.

Por eso creo que España puede tener una posición bastante favorable. Espero que nuestro gobierno sea capaz de hacer las cosas bien y aprovechar esta coyuntura, porque puede ser muy favorable para una economía como la nuestra.

¿En qué sentido puede ser más favorable para España?
Se está produciendo una relocalización de mucho capital, que está tratando de encontrar nuevas ubicaciones. España tiene recursos que en estos momentos son estratégicamente muy importantes y una posición internacional que puede ser muy valiosa: vamos a sufrir menos deterioro de la economía productiva que Alemania. Tenemos una buena expectativa por delante de la que podemos obtener ventaja en los próximos años. Otra cosa es que la confrontación política permanente y absolutamente carente de sentido ponga en peligro esta posición.