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martes, 23 de mayo de 2017

Liberales: Defienden el mercado, (sobre todo sus mercados) pero no la libertad.



La última salida de la política de Esperanza Aguirre permite reflexionar también sobre el sentido y el significado real que tiene el liberalismo económico contemporáneo, y no sólo en nuestro país.

Esperanza Aguirre, y quienes la han rodeado, se presentaba a sí misma como la expresión de la política liberal más auténtica, como una Thatcher española capaz de darle la vuelta a la sociedad y a la ideología dominantes. Y a su alrededor se han cobijado en los años en que ha estado en el poder los liberales más preclaros de la vida social española, intelectuales, catedráticos, inversores, grandes empresarios y jóvenes delfines, todos ellos predicadores de la “libertad de mercado” y enemigos acérrimos de todo tipo de intervencionismo público y estatal (del cual, por cierto, obtienen buenas rentas la inmensa mayoría de ellos).

Los seguidores de Esperanza Aguirre y ella misma han sido los más vibrantes defensores del mercado como mecanismo supremo de solución de todos los problemas económicos. Y lo curioso es que esa defensa exacerbada del mercado se ha conseguido equiparar (es verdad que no sólo en España y en el entorno de Esperanza Aguirre) con la defensa de lo eficiente, de la máxima competencia y, lo que todavía resulta más increíble, de la libertad. En contra de esa retórica liberal que entroniza al mercado, lo que el gobierno de una liberal como Esperanza Aguirre ha supuesto en la práctica está bien claro: una conspiración constante para disponer del poder público suficiente que permita acumular la mayor cantidad posible de riqueza pública en manos privadas. Una conspiración a veces tan enfermiza y acentuada que ha terminado convirtiéndose, según se va descubriendo, en el origen de una auténtica organización criminal dirigida a vaciar a manos llenas las arcas del Estado.

La eficiencia de las políticas liberales que ha llevado a cabo Esperanza Aguirre está igualmente clara cuando se comprueba que las privatizaciones efectuadas sólo han servido para poner recursos hasta entonces públicos en manos privadas, pero no para generar menores costes o más eficiencia. La privatización de amplios sectores de la sanidad o la educación no ha creado servicios mejores, más eficientes, más transparentes o más baratos, sino que, por el contrario, ha generado mayor gasto, aunque, eso sí, ahora destinado a colmar los bolsillos privados. Y es normal que eso haya sido lo que ha ocurrido porque la identificación automática entre mercado y competencia, eficiencia o libertad no es sino un gran mito sin ningún fundamento objetivo o científico.

Defender el mercado sin ningún otro matiz, como suelen hacer los liberales, es una simpleza porque en realidad no existe “el” mercado. Mercados hay muchos, con naturaleza y efectos muy variados, y para que se pueda decir que un mercado es plenamente eficiente o mejor que una buena decisión pública, a la hora de asignar recursos, deben darse una serie de condiciones y requisitos muy estrictos (por ejemplo, información perfecta y gratuita a disposición de todos los sujetos, plena homogeneidad de los productos y ausencia total de barreras de entrada a los mercados) que es casi, por no decir que totalmente, imposible que se den en la realidad.

La competencia, lejos de ser una condición innata o consustancial a los mercados, es desgraciadamente lo primero que se quiebra cuando los mercados se pone a funcionar si éstos no están convenientemente regulados, es decir, si no hay un buen anillo de derechos de propiedad que proteja a los mercados de sí mismos, de las fuerzas auto destructoras que genera el afán de lucro desmedido, la concentración de la riqueza y la vía libre para los más poderosos, condiciones que son las que suelen predominar en los mercados contemporáneos. No hay forma posible de hacer que los mercados se acerquen al ideal de la eficiencia y la competencia que no sea la de una buena regulación, el establecimiento de un adecuado sistema de normas. Y eso sólo puede garantizarse justamente cuando hay un Estado que funciona correctamente y, sobre todo, no sometido a los dictados del propio poder de mercado del que disponen quienes tienen privilegios en su seno. ¿Acaso privatizar para destinar más recursos, más servicios o más obras, más negocio, a los grandes promotores y constructores que dominan en condiciones de oligopolio el mercado tiene algo que ver con la competencia perfecta y con la mayor eficiencia? Debilitar al Estado, como hacen los liberales cuando gobiernan, es lo contrario de lo que se precisa para fortalecer la competencia y la eficiencia, y justo lo que desean quienes ya tienen gran poder de mercado para aumentarlo.

Los mercados de hoy día, los que han contribuido a diseñar y a proteger las políticas liberales de nuestro tiempo, son mucho más imperfectos que nunca y, por tanto, más ineficientes. Es una quimera, por no decir que un miserable engaño, decir que en ellos predominan la competencia o que sólo allí es donde la eficiencia va a alcanzar su máxima expresión. Ocurre todo lo contrario: lo que han conseguido las políticas liberales como las que han puesto en marcha los gobiernos de la liberal Esperanza Aguirre ha sido erradicar todavía más la competencia, oligopolizar los mercados y hacerlos, en consecuencia, mucho más ineficientes, y mucho más onerosos para la inmensa mayoría la población.

Pero si hay un mito singularmente exagerado en relación con el liberalismo es el que hace creer que al defender los mercados se defiende la libertad en su sentido prístino, en su más auténtica expresión. Es un mito porque lo que hacen las políticas liberales con el pretexto de dar libertad a los mercados es simplemente aumentar la de quienes los dominan en su exclusivo beneficio. La libertad en el mercado es una auténtica quimera cuando los derechos, o quizá mejor dicho los poderes de apropiación están definidos de una manera tan desigual y asimétrica como hoy día lo están. En las condiciones de funcionamiento de los mercados que imponen las políticas liberales, que en España no son otras que las que benefician a las más grandes empresas, la libertad que puede alcanzarse solo es la misma que Anatole France decía irónicamente que proporcionaba el derecho en nuestras sociedades: “La Ley -decía-, en su magnífica ecuanimidad, prohíbe, tanto al rico como al pobre, dormir bajo los puentes, mendigar por las calles y robar pan”.

De hecho, la paradoja más grande que tienen los mercados es que, incluso si se dieran las condiciones que les permitieran ser completamente eficientes con carácter general, es decir, en todos los ámbitos de la economía, se necesitaría una autoridad central, o hablando en plata un dictador, que distribuyera satisfactoriamente la renta.

La razón es sencilla y la explico con más detalle en mi libro Economía para no dejarse engañar por los economistas (Ediciones Deusto): de ser eficientes (lo que ya de por sí es dudoso), los mercados solo lo serían logrando que los sujetos económicos adquieran los bienes y servicios en su uso más valioso o más barato. Pero es evidente que para que los sujetos puedan adquirir (eficientemente) esos bienes y servicios deben de haber dispuesto ya de ingresos. Y también lo es que, una vez adquiridos los bienes, la distribución de esos ingresos ya es diferente a como lo era antes del intercambio realizado. Por tanto, para que se pueda decir que los intercambios llevados a cabo en los mercados proporcionan a todos los sujetos (a la sociedad en general) la máxima satisfacción o bienestar, es imprescindible que todos los sujetos estén satisfechos con la distribución de la riqueza inicial y con la resultante. Y como esa satisfacción no la puede dar por definición el mercado ha de darla una autoridad central, el dictador. Un significativo detalle que se le olvida mencionar a los liberales cuando nos quieren hacer creer que al defender el mercado defienden la libertad.

Mercado y libertad son dos conceptos que, en realidad, no tienen por qué coincidir y que, en las condiciones de mercados imperfectos que crean las políticas liberales, es cuando menos coinciden. Los liberales defienden el mercado que les conviene a los grandes oligopolios pero de esa forma no defienden ni la competencia, ni la eficiencia ni, por supuesto, la libertad.

Fuente:
http://www.juantorreslopez.com/liberales-defienden-el-mercado-pero-no-la-libertad/#more-7858

domingo, 21 de mayo de 2017

Entrevista a Henri Sterdyniak, especialista francés en sistemas de jubilación. “El plan es bajar un 20 % las pensiones”

"El sistema francés que Macron quiere reformar es generoso. Los jubilados franceses tienen el mismo nivel de vida que el conjunto de la población, entre ellos hay pocos pobres, muchos menos que en Alemania"

PARÍS - En Francia todavía hay grandes centros de estudios económicos independientes del interés privado. Casi una rareza europea. Creado en 1981 por el gobierno y vinculado a la universidad, el Observatorio Francés de Coyunturas Económicas (OFCE) es uno de ellos. El economista Henri Sterdyniak es director de departamento del OFCE y uno de los mayores especialistas en sistemas de jubilación. En esta entrevista explica el funcionamiento del sistema francés y las propuestas para su reforma.

P- ¿Cuál es la especificidad del sistema de pensiones francés en el contexto europeo?
Que es completamente público y relativamente generoso, porque los jubilados tienen más o menos el mismo nivel de vida que el conjunto de la población y entre ellos hay un nivel de pobreza muy bajo. La peculiaridad de Francia para los trabajadores del sector privado es que hay un régimen general al que si se le suman los regimenes complementarios decididos por sindicatos y patronal en acuerdos de empresa, que son igualmente públicos y obligatorios, hace que, en general, las pensiones de jubilación sean satisfactorias.

P-¿Qué diferencia con los alemanes?
Que en Francia el nivel de vida de los jubilados es el mismo que el resto de la población mientras que en Alemania son mucho más pobres, con un nivel de vida que representa el 80% del resto de la población. Desde las reformas Hartz (2002, aplicadas entre 2003 y 2005 en la llamada "Agenda 2010" del canciller Schröder) se desarrolló un sistema privado, por capitalización, mientras que Francia se ha mantenido en un sistema completamente público y social.

P- ¿Esa diferencia explicaría la insistencia alemana en recuperar todas las deudas bancarias, porque, entre otras cosas, esas deudas contienen los dineros de las capitalizaciones de las pensiones que se invirtieron en ciertas aventuras…?
Sí, los franceses no pusieron las pensiones en el mercado financiero…

P- Además, hay otra tendencia demográfica…
Los franceses tienen dos niños por mujer por lo que tenemos una degradación demográfica mucho menor que otros países europeos como España y Alemania. Por eso tenemos una perspectiva de jubilación mejor que otros.

P- ¿O sea, que ese sistema que usted califica de "generoso" es, además, sostenible?
El sistema de pensiones tiene que adaptarse, en parte, a la evolución demográfica, pero además hay una opción social que consiste en decir cuánto hay que hacer pagar a los activos para pagar las pensiones. Cuando la población se mantiene estable es más fácil que cuando disminuye y en el caso francés se puede continuar pagando sin problemas. La opción social consiste en decidir que hay que continuar pagando para que la gente viva satisfactoriamente cuando se jubila.

P-¿Cuáles son las propuestas de cambio del sistema francés en esta campaña?
En Francia la edad de jubilación es de 62 años y para tenerla plena hay que haber trabajado 42 años. Le Pen, como antes Mélenchon, dice que hay que volver al sistema de 60 años tras 40 de trabajo, lo que es muy caro. El candidato de derechas, Fillon, decía que había que pasar rápido a la jubilación a los 65 años. El programa de Macron es reemplazar el actual sistema de cotizaciones por un sistema nacional de puntos. Es la reforma que se hizo en Italia y en Suecia. Se considera que acumulas un patrimonio y al jubilarte se valora tu esperanza de vida según tu fecha de nacimiento y se te da una pensión acorde al valor que acumulas. Se parece a un sistema por capitalización, pero es una capitalización nacional. Es una gran reforma para unificar el sistema. El problema es que hay un periodo transitorio muy complicado de administrar, porque si tienes 50 años has cotizado 25 en un sistema y hay que recalcular tus derechos en otro sistema. Además en el sistema francés hay muchos dispositivos llamados "de solidaridad" que dan derechos a las mujeres que tienen hijos, a los parados, a los enfermos, derechos suplementarios a quienes tuvieron salarios bajos, a los que comenzaron a trabajar muy jóvenes y a quienes tuvieron condiciones de trabajo particularmente duras… Así que hay que replantear todo eso, y ese es el motivo por el que Macron dice que habrá que pensarlo durante 5 años.

P-¿Es socialmente regresivo?
Seguramente sí, porque los mecanismos de solidaridad desaparecerán. Además, cuando llegas a los 60 años, tu esperanza de vida no es la misma si has sido obrero o cuadro. Eso se borra y se considera que a los 60 todos pueden seguir trabajando y si quieres jubilarte tendrás una pensión miserable por lo que hay un riesgo de que sea injusto.

P- Si el actual sistema con tantos matices funciona bien ¿Por qué cambiarlo?
Porque es caro y la idea es ahorrar con las pensiones. Supone el 15% del PIB, es decir más caro que en Alemania (11%), y que en España (11,5%). En Italia supone el 16,5% del PIB. La solución propuesta es bajar el nivel de las pensiones y de los salarios para ser más competitivos.

P-¿Cuál es la exigencia de la UE a este modelo francés?
Quieren que bajemos las pensiones alrededor de un 20% y que aumentemos la edad de jubilación a los 65 años y luego estirarla hasta los 67. Bajar el nivel de las pensiones para bajar las cotizaciones de las empresas a efectos de competitividad. No quieren que aumentemos las cotizaciones.

P-¿Está eso reflejado en el programa de Macron?
Sí, porque aunque él se mantiene en la jubilación a los 62 años, al pasar a su sistema de cuenta nacional, como poco a poco la gente llegará a la jubilación con una esperanza de vida mayor, eso hará bajar automáticamente el nivel de las pensiones. Como en Suecia,  se le dirá a la gente: puedes optar por jubilarte entre los 60 y los 70 años. Pero si lo haces a los 60 te dicen que tienes una esperanza de vida de 28 años, así que tu pensión será muy baja y si la quieres alta tienes que trabajar hasta los 65 o 70 años.  Es un sistema que obliga a la gente a elegir el momento de jubilarse.

P- Macron habla también del "seguro de paro universal" ¿Qué quiere decir?
Actualmente el seguro de paro (en general el 57% del sueldo) está gestionado por sindicatos y patronal. Las empresas cotizan un 4% y los trabajadores un 2,4%. Solo los asalariados tienen derecho. Macron quiere nacionalizar el subsidio de paro y extenderlo a los autónomos. Quiere suprimir el 2,4% de los trabajadores y reemplazarlo por un impuesto del 1,7% para todo el mundo. El problema es que ya no serán los agentes sociales quienes gestionaran la seguridad social, lo que no gusta a los sindicatos, y que no se sabe cómo será gestionado todo eso.

P – La gran propuesta social de Macron es la eliminación del impuesto sobre la vivienda "para el 80% de los franceses".
Macron quiere suprimir el impuesto sobre las fortunas (ISF) y reducir fuertemente los impuestos sobre la renta del capital. Para compensar eso, propone suprimir el impuesto de vivienda para el 80% de la población. Es verdad que ese impuesto es socialmente injusto, pero eliminarlo dañará mucho a los ayuntamientos, que viven de él. Sería mejor reducir los impuestos inmobiliarios, que en Francia son muy altos, y aumentar el IRPF. En lugar de eso se focaliza el impuesto sobre la vivienda para compensar el gran vector de su programa.

Fuente:
http://lirelactu.fr/source/la-vanguardia/573e598c-5c84-4a80-bc94-56521f567c3f

viernes, 19 de mayo de 2017

Feminismos & Clases sociales. Hay distintas clases sociales entre las mujeres. Y por lo tanto diferentes feminismos.

Este artículo se refiere a las diferencias por clase social que existen entre las mujeres y sus implicaciones en el desarrollo de políticas públicas relevantes para las mujeres (y para los hombres).

Entre los hombres, la manera de expresar su machismo (la manera de oprimir a la mujer) depende, en gran parte, de la clase social del que lo manifiesta. Naturalmente que hay puntos y comportamientos comunes, pero siempre, o casi siempre, la clase social del hombre define muy marcadamente cómo se expresa tal machismo. No es, pues, de extrañar que lo mismo ocurra entre las mujeres (en un comportamiento precisamente opuesto al machismo).

La bienvenida concienciación de las mujeres, como colectivo social, de la necesidad de conseguir los mismos derechos que los hombres, también viene marcada de una manera muy palpable por la clase social a la que la mujer pertenece o representa. De ahí la pluralidad de movimientos feministas. Quedó ello claro hace varios días en un hecho que adquiría gran visibilidad mediática en EEUU, y que ocurrió en la Harvard University, el centro académico con más recursos, más rico y más poderoso de EEUU. Tal universidad tiene 37.000 millones en endowment (es decir, en propiedad sobre la cual generar ingresos).

Las matrículas de los estudiantes son una parte muy minúscula de sus ingresos y, con tal propiedad, se ha convertido en uno de los centros de fondos de inversión más importantes del país. El hecho que sea un centro educativo es una actividad más que le da nombre, pero la mayoría de sus fondos se obtienen a través de las inversiones de su endowment. La riqueza de recursos es, pues, su característica principal. Dicha universidad es también donde parte de la élite de EE.UU. se educa, se socializa y configura su manera de pensar mediante los valores que tal universidad promueve. En EE.UU., es conocido que la cultura de tal centro es predominantemente conservadora y liberal (“liberal” en el sentido europeo de la palabra, pues la palabra “liberal” en EE.UU. quiere decir socialdemócrata o socialista, de los cuales hay muy pocos en Harvard.

Por cierto, el hecho que los corresponsables de los medios de información españoles parezcan no darse cuenta de esta diferencia en la utilización del término “liberal”, crea una confusión enorme en la audiencia de tales rotativos). El conservadurismo de Harvard aparece en todas sus dimensiones, incluyendo en su escasa sensibilidad hacia las poblaciones vulnerables y discriminadas, como afroamericanos, latinos y mujeres.

Ahora bien, en 1977 tomaron la decisión de intentar parecer más modernos y se abrieron lentamente a afroamericanos (procedentes, sin embargo, de escuelas privadas de élite, como fue el caso del estudiante Obama, que llegó a ser presidente del país), más tarde a latinos y, últimamente, a mujeres. Harvard quiere parecer moderna y feminista. Ahora bien, su conservadurismo y liberalismo estructural permanece y es marcado, apareciendo cuando uno menos se lo espera, como ocurrió recientemente cuando el que había sido ministro de Hacienda de la Administración Clinton, el señor Larry Summers fue nombrado, por el Executive Board de tal universidad, presidente de la Universidad.

En una entrevista, dicho señor Summers dijo que el hecho de que no hubiera más mujeres que fueran catedráticas en disciplinas científicas como física o química, se debía –según él- a razones biológicas, es decir, que las mujeres no eran hábiles para tales ciencias.

El feminismo de la clase de renta alta y mediana-alta
El escándalo que tales declaraciones crearon fue mayúsculo, de manera que el Executive Board de la Universidad rápidamente indicó que nombraría a una mujer como Presidenta, lo cual, por fin ocurrió. Se nombró como Presidenta a la Dra. Drew Faust, que era, además de ser mujer, una conocida feminista entre la comunidad científica que había animado a las mujeres (de su clase social, de renta alta y mediana-alta) a aspirar a lugares de alto poder institucional, rompiendo así con el monopolio del hombre en las estructuras de poder. Tal nombramiento fue celebrado prácticamente por la mayoría de las asociaciones feministas de EE.UU.

El feminismo popular
Ahora bien, hubo algunas mujeres de Harvard que no lo han celebrado. No eran ni profesoras, ni estudiantes, sino trabajadoras. Eran las mujeres de limpieza de la Universidad de Harvard (concretamente del hotel que tiene Harvard en su terreno, de siete pisos y cuarenta habitaciones, gestionado por la compañía Hilton Hotels & Resorts). Este hotel es uno de los más exitosos de Boston (los cuales, todos ellos, dependen primordialmente de la clientela provista por sus vinculados al mundo académico de tal ciudad). Tal hotel el año pasado consiguió uno de los mayores beneficios en el sector hotelero de la ciudad. Pero, a pesar de tal riqueza, las mujeres de la limpieza del hotel (la gran mayoría de ellas latinas) se encontraban entre las peor pagadas del sector, con mayor número de habitaciones a limpiar por día y mayor número de accidentes. Durante más de tres años tales mujeres han estado intentando sindicalizarse, pues, de conseguirlo, podrían defenderse colectivamente y negociar sus salarios, beneficios sociales y condiciones de trabajo.

Harvard, incluyendo su presidenta feminista, se ha opuesto durante muchos años. Y a pesar de las peticiones de las trabajadoras, muchas feministas de gran renombre en EE.UU., figuras del establishment político-mediático del país, ignoraron estas peticiones. En un interesante artículo en la revista The Nation, Sarah Lemand y Rebecca Rojas han detallado la enorme y heroica lucha de estas trabajadoras para conseguir que Harvard aceptara que pudieran sindicalizarse. Y las trabajadoras de limpieza descubrieron que hay tantos feminismos como clases sociales existen en EEUU. Y que las feministas del establishment político-académico-mediático estadounidense, no representaban los intereses de la mayoría de las mujeres que no pertenecen a tales clases pudientes y adineradas.

El conflicto entre estas dos clases (las clases de renta alta y mediana-alta, por un lado, y la clase trabajadora, por el otro) apareció también en la definición de sus intereses. La realidad es que la integración de las primeras en las estructuras de poder era y es irrelevante para la mujer de las clases populares. Y ello apareció también claramente en las últimas elecciones a la Presidencia de aquel país. El hecho de que la candidata a la presidencia del Partido Demócrata intentara movilizar a las mujeres presentándose como la candidata feminista es un ejemplo de ello. La gran mayoría de las mujeres de clase trabajadora no le votaron; apoyaron a Trump que, junto con el candidato socialista, apeló al voto de clase, incluyendo un discurso y unos temas de clara aceptación y atractivo para las clases populares. Clase social, después de todo, continúa siendo una variable clave para entender lo que pasa a nuestro alrededor, no solo en el mundo del hombre, sino también en el mundo de la mujer.

Las consecuencias de la debilidad del feminismo popular
Y esto ocurre también en España. La evidencia científica existente muestra claramente que, en España, aquellos servicios del Estado del bienestar que están menos desarrollados son precisamente los servicios de ayuda a las familias, tales como las escuelas de infancia –mal llamadas guarderías en nuestro país- y los servicios domiciliarios a las personas con dependencia. El déficit en el desarrollo de tales servicios en este país es enorme. Y en España cuando decimos “familia” queremos decir mujer. Es la mujer la que lleva la mayor carga de responsabilidades familiares. El contraste de los países del sur de Europa (donde las derechas han sido históricamente muy fuertes) con el norte (donde las izquierdas han sido históricamente muy fuertes) es abrumador. En Suecia, por ejemplo, el número de horas semanales dedicadas a las tareas familiares por parte de la mujer es de 26. El hombre, 22.

En España, la proporción es de 42 versus 8. Ahí radica el escasísimo desarrollo de los servicios de ayuda a las familias en el sur de Europa, con un coste humano enorme. La mujer española tiene tres veces más de enfermedades debidas al estrés que el hombre. Y la mujer más afectada es la de clase trabajadora que no tiene servicios privados como la de clase pudiente (la sirvienta), que puede ayudarla. De ahí que la mayoría de encuestas muestren que, además de mejor condiciones de trabajo y mejores salarios, las demandas más comunes por parte de las mujeres de las clases populares son las dirigidas a conseguir estos servicios.

Es urgente que los partidos políticos que están enraizados en las clases populares y que se consideren al servicio de dichas clases protagonicen y lideren la universalización de tales servicios en España. España (incluyendo Catalunya) necesita mayor concienciación de las necesidades de las mujeres pertenecientes a las clases populares. La evidencia de ello es abrumadora. Así de claro.

Fuente:
http://www.attac.es/2017/04/16/hay-distintas-clases-sociales-entre-las-mujeres-y-por-lo-tanto-diferentes-feminismos/

_--Materniqué?

_--Le compra ($) los óvulos a una ucraniana para que su bebé sea ario (rubia/o y alta/o con ojos claros, aunque él es moreno y bajito). Le alquila ($) el cuerpo a una hindú para que la gestación le salga barata.

Le paga ($) a una ecuatoriana para que críe al bebé porque como trabaja mucho no puede criarlo (y ella como trabaja para él tampoco puede criar a sus hijos)

Tres madres y ninguna con derechos. Tres mujeres de países pobres que ponen en riesgo su salud y su vida para "ayudar" y "hacer realidad los sueños" de los habitantes del primer mundo. Lo llaman "generosidad", pero es "necesidad". Las ricas no venden sus cuerpos.

El bebé pertenece al que pone la plata ($), pero tiene que ser un producto perfecto. Si sale con sindrome de Down, enfermedades graves o malformaciones, lo rechaza, se lo deja a la hindú que lo tuvo 9 meses en su vientre (ahora si se le considera madre) y reclama a la granja de madres que le devuelvan el dinero.

Así funcionan el patriarcado y el capitalismo juntos: las mujeres pobres y sus cuerpos al servicio de los deseos de los ricos. Compran, alquilan, pagan, plata y dinero, dinero y dinero. Y luego hablan de derechos en lugar de deseos y de solidaridad y altruismo? Bellas palabras que no se corresponden para nada con la realidad. Sirven para camuflar la realidad, para disfrazarla y ocultarla. Pero la realidad es tozuda, aparece y reaparece cuando surge una imperfección, un defecto, una inconveniencia...

Basta de historias y de cuentos,... basta de dinero!!! Hasta cuando van a seguir tratándonos de engañar?
Mueren millones de niños pobres de hambre. Por qué no adoptan uno y así lo salvan de la muerte segura y terrible,...

#NoCompresAdopta
#NoExplotesNiComerciesConMujeres
#StopComercioConBebés
#MachismoDuele
#CapitalismoPatriarcal
#NoSomosVasijas

Coral Herrera Gómez
30 de abril a las 14:57 ·

jueves, 18 de mayo de 2017

Qué es microaprendizaje y por qué esta técnica que hace que los segundos cuenten está cada vez más de moda.

¿Estás esperando a que se descargue un video o a que te respondan un mensaje? ¿Qué tal si puedes hacer algo de provecho en esos micromomentos? ¿Tal vez aprender una lengua?


La crónica es cuando menos curiosa. Siempre nos han contado que el comunismo acaba con la libertad y con muchas mas cosas que por sabido no es necesario describir. Sin embargo aquí nos muestran lo contrario; mujeres libres en un país como la India, donde hace poco nos describían la existencia terrible que llevaban las viudas en una ciudad a donde eran apartadas, por hablar solo de un aspecto. Y la variable que he encontrado, al menos yo, es únicamente el tipo de gobierno. Después decimos, porque nos dicen, que todos los políticos son iguales. ¿No habrá un interés en hacérnoslo creer? Sí, para que nos de igual todo y no ejerzamos nuestros derechos, comenzando por el de votación y siguiendo por el de reunión, asociación y expresión... Empiezo a sospechar que hay mucha manipulación en tantas cosas... como el cuento de la perfección de la empresa privada y los Bancos modelos de ella, a "liberalizar" (¡QUÉ PALABRA TAN BONITA!) y ahora resulta que no saben, ni lo que tienen, ni lo que deben... ¿¡dónde está esa perfección?¡¡ Que tengáis un buen día y mucha fe y esperanza para cambiar... a mejor. (BBC)

http://www.bbc.com/mundo/noticias-39746825

Cuatro hermanos de 110, 109, 103 y 101 años iluminan los genes de la longevidad. Un proyecto que estudia el ADN de personas centenarias busca retrasar el envejecimiento.

"¿Nadie te ha recomendado que dejes de fumar?", le preguntó en Nueva York el médico Nir Barzilai a Helen Kahn. “Sí, claro, pero los cuatro médicos que me recomendaron dejar de fumar han muerto”, respondió ella. Kahn, a la que todos llamaban Happy (Feliz), fumó durante casi 95 años. Falleció, tras una vida saludable, pocas semanas antes de cumplir 110 años.

Su hermano, Irving Kahn, fue una leyenda de Wall Street. Empezó a trabajar en la Bolsa de Nueva York poco antes del Crac de 1929. Y siguió yendo a trabajar como analista financiero hasta poco antes de su muerte, en 2015, a la edad de 109 años. Antes murieron su hermano Peter, a los 103, y su hermana Lee, a los 101.

“Los hermanos Kahn demuestran que tenemos la capacidad como especie de vivir hasta los 110 años de manera saludable. Los cuatro tuvieron salud hasta el final de su vida. Y también muestran que existe un factor genético”, explica Barzilai, director del Instituto para la Investigación del Envejecimiento de la Escuela de Medicina Albert Einstein, en Nueva York.

Barzilai, nacido en Haifa (Israel) en 1955, tuvo una juventud movida, como médico del Ejército israelí. Participó en 1976 en una misión de rescate de 102 judíos secuestrados por palestinos en el aeropuerto de Entebbe (Uganda), trabajó en un campo de refugiados durante la Guerra de Camboya hasta 1980 y ayudó a levantar una aldea en la tierra de los zulúes, en Sudáfrica, en 1983.

Ahora, Barzilai dirige el Proyecto de los Genes de la Longevidad, un ambicioso estudio para investigar el material genético de 670 personas que han vivido alrededor de 100 años o más. Todos son judíos asquenazíes, una población históricamente homogénea que constituye un laboratorio perfecto para estudiar su genética. El trabajo arrancó en 1998. La mayoría, como los hermanos Kahn, ya ha muerto. Pero su ADN sigue hablando.

“El 60% de nuestros hombres centenarios y el 30% de nuestras mujeres fumaron durante un largo periodo de tiempo. Casi el 50% eran obesos durante su vida y menos del 50% hacían ejercicio. No hacen nada saludable. Tienen genes que los protegen. Y los tenemos que encontrar”, proclama Barzilai, de paso por Madrid para inaugurar el Congreso Interdisciplinar de Genética Humana, invitado por la Fundación Instituto Roche.

Los hermanos Kahn, relata, tenían una mutación en un gen asociada a niveles más altos de colesterol bueno. “Y hay más proporción de personas con esta mutación entre los centenarios que en cualquier otro rango de edad”, señala el médico israelí. Las personas que presentan esta mutación tienen, además, menos probabilidades de sufrir alzhéimer.

El 60% de los hombres centenarios y el 30% de las mujeres fumaron durante un largo periodo de tiempo: sus genes, aparentemente, los protegen

En el congreso de Madrid, el médico israelí adelantó un nuevo hallazgo. “Los ponis viven más que el resto de los caballos. Y los perros pequeños viven más que los grandes. Yo pensaba que esto no iba a ocurrir en los humanos, pero estaba equivocado. Más de la mitad de mis centenarios no tienen una actividad correcta de la hormona del crecimiento, por varias razones”, detalla. Sus resultados, afirma, se publicarán próximamente en la revista especializada Science Advances.

Estos mecanismos son más habituales en las mujeres. “Una cantidad baja de hormona del crecimiento las protege de morir. Incluso las mujeres de 100 años, si tienen muy poca hormona del crecimiento, vivirán el doble de tiempo más que las mujeres de 100 años con niveles más altos”, subraya Barzilai.

Al final de este verano, el médico pretende comenzar un ensayo clínico que será revolucionario si confirma sus sospechas. La hipótesis de Barzilai, como la de muchos expertos, es que las enfermedades asociadas al envejecimiento —como el cáncer, el alzhéimer, los ataques cerebrales y los problemas cardiovasculares— se pueden retrasar en bloque.

Barzilai cree que un fármaco, la metformina, retrasará en bloque las enfermedades del envejecimiento

El ensayo, que costará 70 millones de dólares, reclutará a 3.000 personas de entre 65 y 80 años. La mitad de ellas tomará metformina, un fármaco muy utilizado para controlar la cantidad de azúcar en sangre en pacientes con diabetes tipo 2. Pero, en este caso, nadie tiene diabetes. La otra mitad de los participantes no tomará nada.

El equipo de Barzilai cree que la metformina retrasará las enfermedades del envejecimiento respecto al grupo de control. Pruebas en animales y datos epidemiológicos en humanos asocian la metformina a una mayor longevidad y a menos casos de cáncer, alzhéimer y enfermedades cardiovasculares.

El ensayo clínico, según reconoce Barzilai, además de una prueba de concepto en realidad es una excusa. En la actualidad, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) evalúa los fármacos y los aprueba para una determinada indicación, pero no posee ninguna indicación para el retraso en bloque de las enfermedades asociadas al envejecimiento. Si la metformina funciona, siendo un fármaco genérico y barato cuya seguridad está sobradamente demostrada, la FDA abrirá la puerta a ensayos con otros fármacos más prometedores contra el envejecimiento, pero con mayores riesgos, como la rapamicina.

Barzilai, conocido por sus colegas por empalmar un chiste con otro, es optimista respecto al futuro. En el congreso de Madrid, arrancó su charla contando el caso de un hombre de 100 años que fue a hacerse un seguro de vida. “No hacemos pólizas a personas de 100 años”, le informaron. “¿Cómo que no? Mi madre se acaba de hacer un seguro de vida aquí”, respondió. Tras pedirle disculpas, los empleados de la aseguradora le citaron para que firmara los papeles el siguiente martes. “El martes no puedo. Se casa mi abuelo”, lamentó el hombre de 100 años. “¿Su abuelo?”, exclamaron los trabajadores. “Sí, él no quería, pero sus padres le han presionado”, contestó el centenario.

http://elpais.com/elpais/2017/04/28/ciencia/1493394455_199979.html

miércoles, 17 de mayo de 2017

Elogio del bistrot

Gregorio Morán
La Vanguardia

Como un cruasán parisino a las nueve de la mañana, crujiente y cálido, se me quedó entre las manos un libro. Cien páginas escritas en estado de gracia y gozo, memorables. Recién salido del horno. Marc Augé ha editado en castellano (editorial Gallo Nero) la que yo creo su parcela más íntima, la evocación de los bistrots parisinos, ahora que él es ya algo mayor (Poitiers, 1935) y conserva la memoria proustiana de sus años mozos, aparcando su papel académico de antropólogo y presidente de la Escuela de Altos Estudios durante diez años (1985-1995).

Me encerré en mi habitación de hotel hasta terminarlo, en la ansiedad de que no se acabara nunca, algo que me ha sucedido lamentablemente pocas veces en mi vida y que recuerdo en otro caso, memorable, con las memorias de infancia de don Ramón Carande, el historiador, cuya gracia y gloria leí en una edición más ajada que los banqueros de Carlos V, que encontré en una desvencijada tienda de objetos horrendos en la singular villa de Aguilar de Campoo, en la Castilla profunda con aroma de galletas.

Marc Augé va desgranando con brillantez las historias de los bistrots parisinos. Preñadas de apuntes, reseñas, comentarios sobre la importancia que tuvieron para la cultura francesa los bistrots, y no porque los frecuentaran Sartre o Aragon, sino porque la ciudadanía los hizo suyos. Ese lugar que es más que una taberna y menos que un restaurante, pero donde lo sustancial resulta la comodidad, el compañerismo efímero, el recurso a una vida urbana intensa donde los únicos oasis para gente común o vistosa, amiga o desconocida, está en tomarse algo en un sitio acogedor. Evito repetirlo porque no lograría ni un pálido reflejo de lo que Augé va descargando a vuelapluma, en conocedor, entre ironías y evocaciones.

¡Qué delicia de libro! Cuando alguien escribe una cosa así, está de más la Escuela de Altos Estudios y le bastaría con esto para ser recordado y añorado. El tipo aquel que nos hizo felices una tarde calurosa en un modesto hotel del Madrid de toda la vida.

El bistrot está ligado a un mundo pequeñoburgués sin ninguna conciencia de clase, sencillamente gente común, o ilustre, que tiene en el bistrot su lugar de encuentro, su momento menos feliz que comparte con unos parroquianos que ni siquiera le conocen de nada pero para quienes es un compa con el que se toma un vino, o incluso un plato sólido que siempre está escrito con tiza en una pizarra que se renueva cada día.

Nosotros no tenemos esa historia. Lo nuestro fue la tasca, la taberna –el PSOE se fundó en una de ellas–, y ahí cabe reconocer que Madrid y Barcelona, siendo paralelas, fueron diferentes. Ahora que proliferan en Barcelona las bodegas, tantos años abandonadas, somos conscientes del esnobismo, la cocina de alta gama, el diseño. ¡A Barcelona la envenenó el diseño! ¡Oh, qué tiempos! Madrid conservó, en parte, ese aire de poblachón manchego, que calificó Cela, un señorito frustrado que llegó demasiado tarde a descubrir la exquisitez que no fuera un puticlub y un escritor voraz por encima de sus pretensiones.

Aquellas tascas de la Barcelona que yo conocí hace cuarenta años fenecieron porque no eran modernas. Recuerdo los desayunos de tenedor en lo más parecido a un bistrot de Gran Vía, casi esquina con paseo de Gràcia. ¿Bar Estación se llamaba? A los paletos que llegábamos de Madrid nos fascinaba. Apearse del tren y un desayuno a la antigua. Durante muchos años en los setenta frecuentaba un chiringuito que no llegaba a tasca, sin mesas, sólo barra, en el cruce de la avenida Madrid con plaza del Centre, donde desayunaba a partir de las siete de la mañana la más sabrosa tortilla de calabacín que recuerdo.

Siempre fue un tema de disenso entre el gran Rafael Chirbes y yo, el valor de las barras de taberna. Él las adoraba, podía pasarse horas charlando en la barra, mientras que a mí, siguiendo una tradición del norte, que Cunqueiro convertiría en leyenda, me son incómodas apenas pasan quince minutos. En Madrid existe un lugar para los lugareños madrugadores –calle San Onofre– donde se pueden desayunar las tortillas de patata más deliciosas, templadas, si se llega a tiempo y bajo un nombre tan de fiesta zarzuelera como La Austríaca, pero sería un equivalente humilde de un bistrot a la española; no hay mesas más que adosadas a la pared o con esas sillas para jirafas, pero con una dueña que sí mantiene el halo de haberse dedicado a la clientela toda su vida. “Hace mucho que usted no viene por aquí”. Sin comentarios. El café, ristretto, a la italiana.

Lo más parecido a un bistrot madrileño-barcelonés que yo conozco es Casa Sacha –Botillería y Fogón Sacha–, un pequeño restaurante, poco más de diez mesas, que frecuento desde los años setenta, cuando los dueños llegaron de Sitges. Él, vasco y publicitario, y ella cocinera. No creo que haya en Madrid restaurante más digno y menos pretencioso, haciendo la cocina que se va perdiendo, fuera de las mariconadas de las espumas y el pesado del camarero explicándote, con grosería inaudita, que interrumpe la conversación para detallarte la composición del artefacto que debes comerte, guía Michelin, dos estrellas. Oiga, ¿tienen mollejas, riñones, sesos…? Como si se tratara de una ofensa. Imagino el gesto de Sacha, el heredero, ante tamaña frivolidad.

En Madrid es obligado, quizá por costumbre, servir una copa, aunque sea de vino de tropa, y añadir una tapa. Yo recuerdo cuando en la calle Embajadores o en Legazpi el aditamento era un pajarito frito. ¡Un pajarito! Qué dirán las niñas cuyos padres y abuelos siguen comiendo a sus empleados como si fueran pájaros a los que ni siquiera fríen. El bocado de pajarito, entero, en la boca es una delicia que hubo de eliminarse porque se hubiera acabado con la especie, no con el placer.

Gracias a la migración latinoamericana Barcelona no se ha perdido la cocina de casquería. Recuerdo visitar la Boqueria, ese museo de la destrucción del gran comercio barcelonés, buscando lengua, callos o riñones. Ahora hay un auténtico aluvión que supera aquel complejo de clases medias establecidas, o como se recordaba en las carnicerías de mi infancia: “Deme un filete muy fino, lo más delgado que pueda, porque si no mi hija no lo quiere comer; le da asco”. ¡A su bolsillo, señora!

Por eso, entre otras cosas no tenemos bistrots. Los obreros iban a las tascas y los señoritos a los cafés; había gente en mi Oviedo natal que se pasaba la tarde entera en el Café Peñalba consumiendo un café con leche, “poco cargado, porque me afecta mucho a los nervios”. Seis, ocho horas de café con leche. Con el tiempo cerraron. Eso no hay economía que lo soporte.

Somos hijos del hambre y la hidalguía, que no se come, pero se consume. Gracias, Marc Augé, por este libro que para nosotros es como un vademécum del pasado que la gente aceptó, como un misal sin salmos. Cuando algún historiador tonto, que abundan como los hongos, recuerda que los obreros en Catalunya comían arroz los jueves, me quedo perplejo de esta generación formada en la botifarra amb seques o el cocido madrileño de pobre –caldo, garbanzos y pescuezo de gallina–. Los obreros durante muchos años detestaban el arroz porque era alimento para los pollos. Mi abuelo materno, maestro armero, decía entre trago y trago de vinazo de León: “El arroz pa’ las pitas (gallinas), y las pitas pa’ mí”.


http://www.lavanguardia.com/opinion/20170422/421939524160/elogio-del-bistrot.html

martes, 16 de mayo de 2017

_--Terry McMillan: “No voy a pedir disculpas por ser inteligente”. La gran escritora del empoderamiento vuelve con una novela sobre el derecho a cambiar de carril

_--Hay personas que pueden transformar el mundo, o al menos empujar en alguna dirección que lo hace más interesante. Terry McMillan, una escritora que ha acumulado millones de lectores en todo el mundo y que ha visto llevados al cine y televisión sus mayores éxitos, es una de ellas. Su estilo fresco y cargado de humor ha pintado el mundo de la amistad, los amores frustrados y los posibles, el racismo de alta y baja intensidad hasta convertirla en la escritora del empoderamiento, capaz de acompañar a las mujeres (a las negras y a todas) en su batalla por hablar en voz alta y propia en Estados Unidos. McMillan acaba de publicar en España su nueva novela, Casi me olvido de ti (Adn), y recibe a EL PAÍS en el corazón de Pasadena (Los Ángeles), donde se desenvuelve como si fuera la reina natural de un reino de otro mundo. Su mundo.

Entra McMillan en el restaurante elegido y cada soldado del ejército de camareros que va saliendo al paso recibe su halago, su comentario emocionado sobre sus pendientes, sus rastas o su corte de pelo. Es torrencial y contundente, una persona enérgica que ha sumado ya 65 años desde que nació en una familia humilde en Port Huron (Michigan), que ha sabido conectar con generaciones de americanos encadenando best sellers y que acumula también enfados sonoros que alienta sin tapujos en público: contra Donald Trump, contra los racistas y machistas en general, contra los cánones de belleza delgada o contra el New York Times por intentar etiquetar su literatura. Vamos por partes.

Pregunta. ¿Cómo elige a sus personajes?
Respuesta. Mis personajes son vulnerables, como nosotros. Elijo a gente que hace malas elecciones, que tiene cierta intranquilidad ante su vida pero eso no significa que no nos gusten. Aunque no son brillantes tampoco son idiotas, simplemente están asustados, como la mayoría de nosotros, y lo que intento es que acepten que si no son capaces de tomar una decisión, aunque sea un pequeño paso hacia adelante, sus problemas irán a peor.

Sus personajes son todo eso y también unos buscadores de soluciones a conflictos que son, como sostiene, “de lo que trata finalmente una novela”. Georgia, la protagonista de Casi me olvido de ti, es una mujer dos veces divorciada y ahora sola tras la marcha de sus hijas que decide repasar los grandes amores de su vida. Como pueden adivinar, no hay pasado que pueda resistir una revisión lógica de decisiones, de abandonos, de enamoramientos o infidelidades incomprensibles a la luz de la razón y, créanme, una vez leído no podrán evitar hacer el suyo propio.

P. ¿Usted lo ha hecho?
R. No, yo nunca he vuelto atrás para analizar a mis amantes, amigos, novios. Yo no me pondría a mí de personaje, eso me parece masturbación literaria, mis personajes deben ser distintos a mí porque es la única manera de que empatice con ellos. Pero me fortalezco gracias a ellos y pensé que si necesitas -como Georgia- saber cómo has llegado a donde has llegado, a un lugar que no te satisface y que quieres cambiar, no puedes excluir del análisis a la gente a la que amaste porque todo es acumulativo. Es un libro sobre cambios en la vida, sobre el riesgo de cambiarlas y el miedo a hacerlo. Y lo básico es que, si no haces daño a nadie ¡cámbialas!

Casi me olvido de ti es un libro sobre cambios de carril en plena madurez, sobre el derecho a probar algo nuevo, a cambiar de opinión y arriesgarse en busca de algo incierto pero más propio. También sobre la lealtad de los amigos. “Empatizas con ellos aunque no te guste lo que hacen. Así son mis personajes”. Y, fundamentalmente, sobre el derecho a encontrar una vocación que ella tiene clara, pero que tantas veces se resiste para tanta gente.

“Yo no elegí la literatura, pero ella me eligió a mí. Yo no fui a la universidad a ser escritora, pero resultó así. Como no elijo las historias y personajes por decisiones académicas, sino que ellos me eligen a mí. Y adoro lo que hago”. McMillan eligió estudiar periodismo en Berkeley (California) tras desechar la literatura en inglés (“la mayoría de lo que se estudiaba era de blancos y yo no me puedo identificar, era aburrido”), pero se inventaba las crónicas y críticas en la revista de la universidad y reconoce que le interesó más ficcionar la realidad que relatarla. “En periodismo hay que decir la verdad y no me gustaba decir la verdad”.

P. ¿Prefiere inventarla?
R. Sí. Mentía escribiendo y me ponían la mejor nota (ríe y asiente), así que me dije: si soy buena mintiendo, adelante. Era más liberador.

Así fue como, huyendo del Periodismo y de la Sociología que también le tentó estudiar, decidió retratar a la gente a su manera: novelando. Llegó Mama y, sobre todo, Esperando un respiro, el gran éxito que la lanzó al estrellato en 1992, con más de tres millones de copias vendidas y llevada al cine por Forest Whitaker con Whitney Houston como protagonista. “La fama te da entrada a algunas cosas, pero hay que hacer lo que quieras hacer porque te guste, no por la fama”.

La fama y ella no siempre han sido buenas amigas. En 2005, el mundo pudo contemplar la ruptura con su marido, Jonathan Plummer, que acudió a las televisiones para anunciar su salida del armario y le exigió un dinero en un conflicto que les llevó a los tribunales. Ella misma acudió dos veces al programa de Oprah y no lo lamenta. “No me arrepiento porque lo que me ocurrió a mí les ha pasado a muchas mujeres y eso les puede ayudar. La primera vez que fui yo estaba enloquecida y quería que el mundo supiera que este joven había violado mi confianza, no porque fuera homosexual, sino por lo que hizo, porque violó mi confianza y me intentó robar el dinero. Y cuatro años después fui porque le había perdonado. Teníamos un acuerdo prenupcial por el que no iba a conseguir más que lo que yo quisiera darle, y él habría conseguido más si no hubiera hecho eso. Ahora somos amigos. No se quedó con mi dinero y la vida no se acaba ahí”.

Este episodio de salida del armario lo ha trasladado a uno de los personajes de la novela, uno de los yernos de Georgia, que curiosamente afronta dos reacciones contrapuestas: recibe la furia y violencia de su mujer y cierta comprensión de su suegra.

P. ¿Son ambas reacciones un compendio de lo que le pasó a usted?
R. Quería ser capaz de decir que el tiempo de cada persona es diferente. El enfado es apropiado para la hija, pero Georgia está más evolucionada y aunque se siente mal por su hija, sabe que no es una elección.

Usted odia las etiquetas, pero estamos de acuerdo en que
podemos llamar a sus libros hace literatura del empoderamiento.
R. Eso es lo que hago, lo sé.

P. ¿Y hemos ganado la batalla? ¿Las mujeres se han empoderado?
R. Ahora al menos nosotras nos definimos y cuidamos, no necesitamos que un hombre nos defina ni nos cuide, tenemos valor, poder, es una forma de pensar diferente. Ahora lo que hagas con tu cuerpo es asunto tuyo y antes no se podía. La película Figuras ocultas (sobre las científicas negras que hicieron posible desde el anonimato en la NASA el viaje a la luna) costó 25 millones y ha recaudado 170 y no porque la gente negra quiera ver la película, sino porque muchas mujeres en general se han dado cuenta de que no les gusta cómo funcionan las cosas, no tenemos que pedir disculpas por ser inteligentes.

P. ¿Y cree que Trump supondrá un paso atrás?
R. No hay vuelta atrás. Las mujeres ya conocemos nuestro poder, nadie nos tiene que decir lo que hacer. Yo tengo 65 años y cuando mi hijo tenía 8 (ahora tiene 32) le dije: “Saúl: no me importa de qué raza sea tu novia, o tu novio, puedes salir con una chica blanca… pero que no sea una mierda”.

McMillan ha luchado siempre por la aceptación del físico, de la diferencia sin condenas y por ello acompaña a generaciones que antes se vieron sojuzgadas: “Yo soy de huesos grandes, nunca seré talla 6 (36 en España) ni quiero serlo, tendré siempre talla 10 o 12 (40 o 42), pero mi línea es saludable, soy diabética desde hace dos años y ahora tengo que hacer más ejercicio. Pero no quiero tratar de parecer que tengo 40 años”.

Esa furia con la que escribe y defiende sus posiciones es la que la ha llevado a criticar frontalmente a medios como The New York Times: “Son racistas, me han catalogado como Trump cataloga a Obama por ser negro. Yo considero que hago literatura, eso les enfada e intentan definirme como chick lit (novelas escritas y dirigidas a mujeres) porque escribo sobre mujeres. ¿Decimos que los hombres escriben sobre hombres? ¿Que los británicos escriben sobre británicos? Piensan así porque son blancos. Pero no necesito que nadie defina mi literatura. Conozco todos esos términos y lo que yo tengo es voz propia. Yo tengo una voz, sé cómo contar una historia y no tengo que pedir disculpas por ello. Si Obama hiciera las cosas que está haciendo Trump, si hubiera puesto un supremacista negro de estratega (por Steve Bannon) o una hija en la Casa Blanca para hacer sus negocios (por Ivanka) ya estaría muerto. Se nos exige más. A las autoras blancas no se les dice que escriben sobre blancas. Yo escribo sobre mujeres, no sobre negritud, porque si te deja un novio te da igual el color, sientes lo mismo que mis personajes negros. Cuando compro un libro no pienso: “voy a comprar un libro de blancos”.

P. ¿Y cómo define Terry McMillan su literatura?
R. Es comedia trágica. Significa que es serio, pero con humor. Hay momentos oscuros y cosas oscuras, pero eso no es suficiente para tumbarte. Pueden pasar cosas trágicas pero como lector no voy a dejarte tirado en el escenario del accidente. Me preocupo por mis personajes y cuando me meto en su piel siento como ellos, no voy a abandonarles.

Por ello se levanta siempre a las cinco de la mañana, para que sus personajes se defiendan solos en su ordenador mientras ella -dice- desaparece tras ellos.

McMillan se despide tras dejar torrentes de críticas a Donald Trump, las mismas que vuelca en Twitter, y halagos entusiastas a quien se cruza en su camino. Y aunque no le gusten las etiquetas, el empoderamiento parece caminar con ella.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/20/actualidad/1492704594_713011.html?rel=lom

lunes, 15 de mayo de 2017

_--La ferocidad del poder del lenguaje para trampear la realidad. La corrupción política y el drama de los refugiados sirve a Miguel del Arco para analizar la manipulación de la palabra en ‘Refugio’.

_--Por obra y arte del lenguaje, en esta función oscura y devastadora nada es lo que parece. Es la corrupción de las palabras lo que vertebra la obra Refugio, escrita y dirigida por Miguel del Arco que se estrena mañana en el Teatro María Guerrero de Madrid hasta el próximo 11 de junio. “El anhelo del corazón siempre inventa mil ficciones que lo arrope”. La frase de Alcestes en el Misántropo de Moliere mece de manera suave pero decidida toda la reflexión que se agolpa en este montaje, en el que Del Arco utiliza la corrupción de los políticos y el drama de los refugiados para lanzar un dardo sobre el poder del lenguaje para trampear la realidad y manipularla.

La inicial inspiración de Teorema de Pasolini sobre cómo una presencia extraña cambia y desestabiliza la vida de una familia ha quedado en lejano referente. Aunque la historia de Refugio se centra en la familia de un político corrupto y una cantante de ópera que se ha quedado sin voz, que acoge en su casa a un refugiado que ha perdido a su mujer y su hijo en la travesía que les traía al sueño europeo, Miguel del Arco (Madrid, 1965) admite que la deriva del texto se ha ido encaminando a cómo cada uno va construyendo su propia historia y narrándose a sí mismo. De cómo el lenguaje se convierte en una fuente de incomunicación y en arma de doble filo. “Cada uno de nosotros nos hacemos nuestro propio refugio con el lenguaje, nos escondemos detrás de las palabras”, asegura Del Arco, tras un ensayo en el María Guerrero, mítico teatro en el que se estrena, y que ha contado en el reparto de la obra con Israel Elejalde, Raúl Prieto, Beatriz Argüello, Carmen Arévalo, Macarena Sanz, María Morales y Huego de la Vega.

Con la bofetada de los casos de corrupción política de esta misma semana en España, la obra parece escrita ayer mismo, con las dimisiones, los encarcelamientos y las asunciones teóricas de responsabilidades. En este caso, como en tantos otros, la realidad ha superado con creces la ficción. “He querido hablar de la corrupción del lenguaje a través de estos políticos, porque quien tiene la palabra tiene el poder, pero también del silencio de este refugiado que se niega a unir palabras porque lo que quiere es morirse. Esa especie de normalidad civilizada, con los discursos inventados por los políticos para los telediarios, en la que vivimos me deshace, me paraliza. Hemos normalizado una manera de hablar que no tiene nada que ver con la compasión. Estamos construyendo un mundo devastador”, se lamenta el autor, que asegura, sin embargo, confiar en el ser humano y en la posibilidad de cambio. De esperanza y empatía, en definitiva.

Es Refugio una obra con la que el autor confiesa que, por primera vez, ha amordazado intencionadamente al director. Uno de los responsables del nuevo Teatro Pavón Kamikaze y creador de importantes montajes teatrales como La función por hacer, Hamlet, Misántropo o La violación de Lucrecia, Del Arco asegura que hasta ahora decía de sí mismo que era un director que escribía. Todo ha cambiado con Refugio. “Ya no me intranquiliza la idea de ser autor. Un director quiere siempre saber cómo suceden las cosas, cómo se va a poner este texto en escena, pero con esta obra comenzamos los ensayos sin saber siquiera como se iban a resolver algunos asuntos claves. Nunca he sido tan libre y tan imaginativo como autor”. Libre e imaginativo como ese enorme y hermoso cubo de cristal que acoge este montaje. Un cubo que es refugio pero también cárcel. Una pecera, una jaula, un lugar de encuentro a la vista de todos.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/26/actualidad/1493215507_203688.html

En esta interpretación de una vieja canción francesa, C'est Si Bon, por parte de Jolie Môme, con un arreglo de jazz fusión, nos sorprende por sus atractivos, su ritmo, su armonía, su melodía, su encanto, su "charme", su amplia sonrisa, sus suaves gestos, su mirada cómplice y coqueta, una buena parte de sus armas de mujer, una interpretación encantadora, maravillosa por su sencillez y optimismo, todo "tan bien" que al oírla sale uno a la calle lleno de alegría y ganas de vivir, en esta primavera tan hermosa... clik y ampliar la pantalla para disfrutar.

domingo, 14 de mayo de 2017

_--Más de cien artículos científicos retirados por fraude son una llamada de atención: o cambiamos el sistema o tendremos problemas.

_--Más de cien papers acaban de ser retractados de la revista Tumor Biology después de que se descubriera que los autores fingieron el proceso de revisión de pares. No es un hecho aislado: el año pasado cayeron otros 58 artículos científicos de los que 25 fueron de la misma revista.

Pero, siendo sinceros, esto es solo una gota en el océano de problemas que arrastra la ciencia contemporánea. Hoy las debilidades del sistema de publicación científica afectan a la investigación del cáncer, pero si no buscamos una solución pronto las consecuencias pueden ser mucho más graves.

La plaga de los artículos retractados
Basta con echar un ojo a Retraction Watch para ver que cada día se retractan numerosos artículos por todo el mundo. Distinguir entre fraudes, malas prácticas y errores se está convirtiendo en todo un problema. Los ánimos están tan caldeados que muchos investigadores llegan a decir abiertamente que tienen miedo de que un error se convierta en su 'tumba profesional'.

Este caso es llamativo no solo por el número de artículos, sino por la forma en que lo han hecho. Para publicar un artículo científico se tiene que pasar por una 'revisión de pares' anónima. Es decir, el texto se envía a otros expertos del área para que vean si está bien hecho, si es interesante y si es novedoso. El problema es que las revisiones de artículos están mal gestionadas.

El sistema se basa en tener a superexpertos trabajando sin remuneración para revistas que suelen ganar mucho dinero. Algo que, quién lo iba a decir, no funciona todo lo bien que nos gustaría. En los últimos años, los investigadores pueden sugerir revisores para un trabajo concreto. Esto es así porque el nivel técnico de muchas de las investigaciones es tan alto que solo hay un grupo reducido de especialistas con suficientes conocimientos para revisar el trabajo; pero también porque las revistas están muy desesperadas por encontrar revisores.

El misterioso caso del revisor fantasma
Lo curioso del caso no es que se haya creado un cártel o un colegio invisible. Es decir, no se trata de un grupo de investigadores que 'trapicheaban' con las revisiones de sus propios artículos. El fraude ha consistido, directamente, en inventarse investigadores que no existían, con correos y cargos falsos en universidades de todo el mundo.

Como explicaba la editora de la revista Research Integrity and Peer Review Elizabeth Wager en Ars Technica, los revisores falsos "sabían cómo eran las revisiones y las hacían plausibles". Sin embargo, no fueron plausibles en todo el proceso de revisión.

Tanto es así que los pillaron por puntuales. Las revisiones habituales no suelen llegar en fecha y suelen retrasar todo el proceso de publicación científica. Los revisores falsos, en cambio, siempre eran puntuales. Algo demasiado bueno para ser verdad.

La profesionalización del fraude
Según la investigación, el problema ha ido creciendo porque el fraude se ha 'profesionalizado'. Según parece, el origen del problema no está solo en los investigadores, sino en algunos servicios que usan de forma asidua los grupos de investigación que no son angloparlantantes.

Según parece, hay ciertas empresas de traducción y de servicios editoriales que habían convertido la revisión fraudulenta en un servicio más. Muchas veces sin que ni los investigadores lo supieran.

Ante las sospechas, Springer, la antigua editora de la revista, decidió hacer un análisis más completo de todo lo que estaba pasando en la revista. Ahí descubrieron nuevos revisores falsos y, por ahora, han caído 107 papers.

Un problema de fondo
Hace unos días, Marcus Banks en Slate defendía que necesitábamos un GitHub para la investigación académica. Es una reflexión que se enmarca en un problema que viene de largo: el paper (el artículo científico) ha sido, durante siglos, una de las vías más exitosas para comunicar ciencia. En las últimas décadas, ha dejado atrás a libros y monográficos.

Sin embargo, es un sistema demasiado estático y poco versátil. Como decía Banks, el lamentable y fraudulento estudio de Wakefield en el que relacionaba vacunas y autismo se publicó en 1998. Pero, aunque se supo casi de inmediato que era falso, Lancet, la revista que lo publicó, solo lo retractó completamente en 2010.

Daniel Lakens, profesor de psicología experimental en la Universidad Tecnológica de Eindhoven y uno de los 'activistas de la replicabilidad' más conocidos de los últimos años, fue mucho más allá. Para él, ha llegado el momento en que las entradas de un blog tienen más calidad científica que muchos artículos científicos. Lakens lo tiene claro: son más abiertos, más dinámicos, más innovadores y se corrigen mejor.

Lakens siempre está a mitad de camino entre el argumento interesante y la boutade, pero sin duda ahí hay un problema importante. Todo el sistema de la ciencia contemporánea se fundamenta sobre una base bibliométrica que atraviesa serios problemas, pero que, como podemos ver, no sabemos cómo solucionar. Los próximos años van a ser fundamentales... y muy divertidos.

Javier Jiménez Editor de ciencia de las revistas electrónicas Xataka y Magnet.
Fuente:
https://m.xataka.com/investigacion/mas-de-cien-articulos-cientificos-retirados-por-fraude-son-una-llamada-de-atencion-o-cambiamos-el-sistema-o-tendremos-problemas

Periodismo de ficción en Yemen

El periodismo en este país ha alcanzado tal grado de perfección que basta una palabra para resumirlo: Marhuenda. Lo imputaron el jueves y lo desimputaron el martes. La justicia de marcha atrás también requiere de un léxico con caja de cambios. Primero se investiga a un señor y luego se lo desinvestiga. Por en medio nos enteramos que, en la intimidad de la conversación telefónica, el director de La Razón llamaba “zorra” a la presidenta de la Comunidad de Madrid y “puta” a su directora de comunicación. Quién iba a decirnos que detrás de la prosa razonable y adhesiva de Marhuenda se ocultaba un poeta. Sucede que hablaba mediante metáforas, suponemos que es lo que ha querido decir el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, cuando explica en su auto del martes que ni Marhuenda ni Casals “habrían conseguido” coaccionar a Cristina Cifuentes. Según las grabaciones que se hicieron pública, conseguirlo no: sólo lo habrían intentado.

“¿Con qué cara me presentaría ante mis alumnos de Derecho si fuera verdad lo que se me imputa?” se pregunta Marhuenda. Más que con una cara, podría presentarse con una portada de su periódico, una al azar, porque La Razón cuenta con algunas de las portadas más fastuosas del arte posmoderno. Entre ellas, todavía recuerdo una de Aznar vestido de portero y parando un penalti, otra con Tsipras abierto de brazos titulada con increíble ingenio “Desgrecia” (“los helenos se lanzan al abismo populista” rezaba debajo) y otra de un militar ruso listo para zamparse una hamburguesa y abriendo una bocaza donde se veía hasta el esófago (titular: “Putin traga”). La semana pasada tuvieron el cuajo, en medio de la tormenta de mierda que afectaba al país y a su propio periódico, de abrir con la crisis política en Venezuela.

Gracias a una prensa omnívora y a una ciudadanía rumiante, en España la gente está mucho mejor informada de lo que sucede en el país caribeño que de lo que sucede en el propio. Desde los tiempos de Chávez, Venezuela es el mantra informativo con el que muchos periódicos e informativos, no sólo La Razón, distraen al personal de las cacicadas, putiferios y latrocinios que asolan la geografía patria. Es cierto que en los últimos tiempos la situación en Caracas roza la catástrofe, con manifestaciones diarias, brotes de violencia callejera y casi una treintena de muertos en disturbios. Al lado de este desastre, es cierto que el saqueo del Canal de Isabel II y la podredumbre de las instituciones españolas pasan a segundo plano, pero da la casualidad de que los periódicos españoles no se imprimen en Caracas.

Si de verdad les importaran las vidas humanas en calidad de algo más que de maniobra de distracción, todos los días desayunaríamos con postales de la guerra civil en Yemen, un país en estado de sitio desde hace dos años, bombardeado por los amigos saudíes con apoyo logístico y militar y beneplácito de Estados Unidos y de un montón de potencias occidentales, entre ellas, España. El conflicto en Yemen ha alcanzado la categoría de hecatombe, con una alarma internacional pregonada por la ONU que advierte que puede desembocar en la mayor catástrofe humanitaria de la historia: siete millones de personas están a punto de morir de hambre. Un niño muere cada diez minutos en Yemen pero ¿a quién le importa?

Fuente:
http://blogs.publico.es/davidtorres/2017/04/28/periodismo-de-ficcion-en-yemen/

_--Castelao

Resultado de imagen de dibujos de Castelao _--Castelao ―escritor, artista y "padre de la patria" gallega― fue deportado (desterrado) a Badajoz en noviembre de 1934 por órdenes de Lerroux y allí estuvo hasta septiembre de 1935. Durante su estancia escribió una serie de artículos titulada “Verbas de chumbo” (“Palabras de plomo”). No fue grato su paso por Badajoz ni dejó buena impresión Extremadura en su ánimo:
Estou na Siberia hespañola e n'unha vella cibdade amurallada que parece de cartón. Todo eiquí é pura escenografia e puro finximento. Queren ser andaluces e nótaselle que non-o son. Queren cantar flamengo e parecen de Lalín. Moito porco, algúns ricos, moitedume de famentos... Eu estou eiquí; pero non estou. (Carta de Castelao a Xoaquin Lorenzo, 14-XII-1934)

Hoy en Santiago de Compostela, en la iglesia de Santo Domingo de Bonaval, en el Panteón de Gallegos Ilustres, he visitado su tumba. Había una corona reciente.

José María Lama

sábado, 13 de mayo de 2017

_--El malismo

_--Ser del montón no es tan difícil, basta con dejarse llevar por la nomenclatura en uso. ¡Pero mira cómo beben los peces en el río!

Si usted desea formar parte de cualquiera de las corrientes de pensamiento dominantes y pasar unas Navidades tranquilas, finja que no se ha preguntado todavía quién facilitó las bombas y los Kaláshnikov a los yihadistas de la masacre de París. Haga como que no sabe que los ministros de Defensa de este lado venden al otro las armas con las que luego nos liquidan. Aparente que ignora también de dónde le llega la financiación al terrorismo, no sea que aparezca en la conversación algún país amigo, de los que nos regalan automóviles deportivos que se mueren de risa en el garaje patrio porque consumen mucho y no hay forma de revenderlos. Olvídese de lo que ha leído en los papeles de Wikileaks o en los libros de la historia reciente, y que pone al descubierto las conexiones entre el bien y el mal. Apúntese, como el portavoz del PP, al pensamiento débil y hable de los malos, sin matices, de manera que nadie le pueda acusar de buenismo retrógrado.

Ha llegado la hora del malismo progresista. Sea usted malo para pasar inadvertido en la cena de Nochebuena. Cuando salga a la conversación la guerra de Irak para señalar las diferencias entre lo de entonces y lo de ahora, no se le ocurra insinuar que los bombardeos sobre Bagdad fueron un acto de terrorismo puro y duro, cuyos responsables gozan de libertad y se forran dando conferencias magistrales sobre la paz. No nombre la palabra “crimen”, diga que aquello fue un “error”. La diferencia entre crimen y error, aunque la cantidad de muertos entre la población civil sea la misma, resulta productiva desde el punto de vista intelectual y afectivo. Ser del montón no es tan difícil, basta con dejarse llevar por la nomenclatura en uso. ¡Pero mira cómo beben los peces en el río! 

http://elpais.com/elpais/2015/11/26/opinion/1448556400_048704.html

jueves, 11 de mayo de 2017

La utopía socialista que no pudo ser. Un investigador reconstruye la historia del proyecto de falansterio de Cádiz, que estuvo a punto de erigirse en un idílico paraje

"Si el edén de los habitantes fuera posible, sólo se encontraría en el sitio en el que se pretende formar esa población”. La comisión de la Diputación Provincial de Cádiz se dejó llevar por el entusiasmo en su dictamen y respondió así al proyecto que nacía de una clara utopía. En 1841, un grupo de intelectuales gaditanos se propuso con ahínco crear un falansterio, es decir una comunidad rural autosuficiente inspirada en el socialismo utópico del francés Charles Fourier, del siglo XIX. Tenían el lugar, llamado Tempul, un paradisíaco entorno natural cercano a Jerez de la Frontera; disponían del capital e incluso llegaron a perfilar los planos. Tan solo restaba el sí de las instituciones. Pero, como buen edén, se quedó en eso: en un paraíso inalcanzable. El proyecto de falansterio acabó en un cajón. Hubo alguna otra experiencia como esta en España, por ejemplo la colonia de Santa Eulalia, en Alicante, de finales del XIX, declarada bien de interés cultural.

Pablo Martínez Cousinou, investigador, fotógrafo y profesor en el centro adscrito a la Universidad de Sevilla EUSA, se ha propuesto desempolvar el recuerdo de esta quimera gaditana y ha puesto en marcha la investigación Utopía Tempul. “Me llamó la atención el potencial que tenía el proyecto y que llegara a convertirse en la propuesta más consolidada de socialismo utópico que hubo en España”, relata el investigador. Así surgió el acercamiento de Martínez Cousinou a la idea del político liberal exaltado Joaquín Abreu y Orta (1782-1851).

Tras ser uno de los diputados que, en el Trienio Liberal (entre 1820 y 1823), defendió la vuelta de la Constitución de 1812, Abreu sufrió 11 años de exilio. En su periplo por Europa, conoció durante junio y julio el falansterio de Condé-sur-Vesgre, la propuesta piloto de comunidad del propio Fourier. “Proponía una sociedad de vida en armonía y trabajo comunitario, una utopía de lo doméstico, pacífica y libertaria. Era un replanteamiento de la vida, vista como un todo relacionado”, relata Martínez. Fourier planteaba una apuesta por la ruralidad, donde “todo tenía una lógica numérica y cuantitativa, muy positivista”, continúa el fotógrafo. El falansterio ideal no debía incluir más de 1.800 personas, 400 familias, y una extensión no mayor a la legua cuadrada (algo más de 23 kilómetros cuadrados).



Cuando Abreu regresó a Cádiz, se rodeó de una élite intelectual que le apoyó en su deseo de importar las ideas de Fourier. Uno de ellos fue Manuel Sagrario de Beloy, hombre con recursos económicos que acabó firmando la propuesta de creación de la comunidad societaria en un lugar poco habitado en la Sierra de Cádiz, con una ubicación que no era casual. La alta pluviosidad de la zona propicia la riqueza natural y contaba con un manantial que ya surtía de agua fresca al acueducto romano de Tempul. Parecía el sitio ideal para materializar las precursoras ideas de Fourier sobre “ecologismo, cooperativismo y feminismo”, señala Martínez.

Un sueño inconcluso
Sagrario de Beloy entregó el proyecto a la Diputación de Cádiz el 10 de diciembre de 1841. En un primer informe favorable la institución provincial no ahorra halagos: “El terreno que se solicita es adecuado para recibir las mejoras que le quiere dar la mano del hombre cuanto que en él puede muy bien aclimatarse el azafrán, el arroz, la caña dulce, el lino, el trigo y demás cereales”. Con ese beneplácito, De Beloy entrega una segunda versión de la propuesta en febrero de 1842.

En su idea, aparecen planos del falansterio, con una edificación principal y otras más pequeñas a su alrededor. De Beloy incluso determina que para “formar la asociación personal, agrícola e industrial de los pobladores capitalistas, podrá abrirse una suscripción pública” y plantea que el coste total de levantarlo sería de 20 millones de reales.

“Sin embargo, hasta aquí hemos llegado. No existe constancia de qué pasó para que no se hiciese. Probablemente, el proyecto encontró el desinterés del Consejo Jerezano que veía la cesión de los terrenos como una fragmentación de su término municipal”, detalla Martínez. Abreu, casado con una adinerada sobrina suya, 24 años más joven que él, acabó sus días como administrador de loterías en Algeciras. Sagrario de Beloy terminó invirtiendo en la industria minera.

Ahora, Pablo Martínez rescata del olvido la idea de Abreu para realizar un trabajo en Internet (fotografías, texto y sonido) titulado Utopía Tempul. El proyecto ya puede verse en la web y se convertirá en una exposición para la primavera de 2018. El investigador enlaza conceptos como el tiempo, la utopía, la memoria o el horizonte con ese falansterio frustrado. Como el propio Martínez aclara en el portal, su pretensión no es más que “caminar tras las huellas de esta iniciativa, explorar el lugar elegido: un manantial del mismo nombre, y descubrir la memoria compartida del agua como bien común”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/04/12/actualidad/1491987377_210061.html

miércoles, 10 de mayo de 2017

Entrevista a José Herrera Plaza sobre Accidente nuclear en Palomares. Consecuencias (1966-2016)

“La Duquesa Roja fue la única persona en aquellos duros momentos que intentó desmontar la historia oficial y amparó, asesoró y ayudó a los vecinos”


José Herrera Plaza (Almería, 1955) cursó estudios de Economía en la Universidad de Valencia. Técnico Superior en Imagen y sonido, trabaja actualmente, como cámara operador, en Canal Sur TV. Desde 1985 ha seguido de cerca todo lo relacionado con el accidente nuclear de Palomares. En 2003 fue coautor y coorganizador del libro y exposición en el Centro Andaluz de Fotografía ”Operación Flecha Rota. Accidente nuclear en Palomares”. Posteriormente dirigió el largometraje documental homónimo (2007).

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Estábamos en este punto. Citas una carta del 20 de diciembre de 1966 dirigida nada menos que al dictador golpista y fascista. ¿Qué carta es esa? ¿Quiénes la firmaron? ¿A quién iba dirigida? ¿La escribió la Duquesa roja?

JH.- Luisa Isabel probó todas las posibilidades que le permitía el estrecho margen normativo del Régimen. En realidad esa fue la primera de las dos cartas dirigidas al Dictador, 28 días antes de la manifestación. En ella los 267 firmantes le solicitaban, de la manera más respetuosa posible, que las rebajas, hechas caprichosamente a nuestras peticiones, sean justificadas por profesionales; así como la expedición de certificados de descontaminación de tierras y cosechas; certificados personales de no estar contaminados y copias de los análisis realizados a las personas, tierras y productos agrícolas. Silencio del Dictador. ¿Qué valor podría tener para él una pequeña comunidad perdida en la profundidad esquinera del país.

¿Hizo declaraciones públicas críticas sobre lo sucedido? ¿Cómo reaccionó el gobierno?

JH.- Lo que más les preocupaba a las autoridades era la prensa extranjera, que la nacional se hallaba sojuzgada. La Duquesa, por su rango y relaciones tenía numerosos contactos en las corresponsalías de los más importantes rotativos. En aquellos meses realizó numerosas entrevistas a medios de otros países. El Gobierno no podía impedir esas entrevistas porque intentaba aparentar una libertad, inexistente para sus súbditos.

Hablas de una novela, “La base”. ¿De qué iba? ¿Se llegó a publicar?

JH.- Cuando colisionaron las dos aeronaves por encima del cielo de Palomares, la Duquesa estaba escribiendo «La Base», sobre el alto coste social que tuvo la implantación de la Base de Rota, las arbitrariedades institucionales y el pago de “injustiprecios” en las expropiaciones. Creo que fue publicado por una editorial parisina en 1970.

¿Se la jugó realmente?

JH.- Los hechos demuestran que se la jugó, y ello le supuso un alto coste. En la entrevista que le realizamos para el documental se expresó, como era característico en ella, de manera inequívoca: yo, lo que hice, lo hice porque me dio la gana, lo sopesé y consideré que me merecía la pena, punto. Si de algo soy responsable es de mis actos .

¿Siguió comprometida con todo aquello durante mucho tiempo?

JH.- No cabe duda de ello. Cuando salió de la cárcel por la defensa de los palomareños, publicó la novela «La Huelga». El mismo Tribunal de Orden Público, de infausta memoria, que la había condenado anteriormente volvió a condenarla, pero en rebeldía, porque decidió exiliarse antes a Francia.

¿Escribió, publicó algún libro o artículo sobre lo sucedido?

JH.- Publicó en entregas semanales lo vivido en Palomares y su periodo en la cárcel en la prensa nacional, previa censura claro. De igual manera, intentó sacar su libro: «Palomares. Memoria» (1968), pero los censores lo mutilaron y decidió dejarlo para más adelante. Tendría que esperar al nuevo milenio para ver la luz en la editorial de la UNED.

¿No había que tener mucho, pero que mucho coraje para siendo mujer y duquesa tomar el compromiso que tomó?

JH.- En aquel tiempo la mujer nacía imbuida por el determinismo que marcaban los angostos márgenes de su rol social; en un guión cerrado elaborado por molleras más cerradas aún. Resulta indiscutible que ella se valió de su estatus de noble, en un tiempo, en un país, todavía jalonado por vetustos ecos feudales y caciquiles. Pero, aunque pudiera moverse con una laxitud mayor que el resto de la ciudadanía o gozar de ciertas exoneraciones valoradas como excentricidades, el defender a los pequeñísimos, atrasadísimos y humildísimos agricultores de Palomares, como los definió Emilio Romero, director del diario «Pueblo», e ir en contra del país valedor del Dictador, supuso la transgresión de los invisibles límites de su rango y figura, con la puesta en marcha del aparato represor del Régimen.

¿Hemos sido suficientemente justos son su papel, con su figura, con el reconocimiento a su actitud? Finalizas así este apartado. “Cumplidos el medio siglo, que sepamos, aún no se le ha reconocido su labor en Palomares ni Villaricos”. ¿No deberíamos hacerlo? ¿A qué esperamos?

JH.-Una de las obligaciones y al mismo tiempo ventaja del investigador histórico consiste en la ecuanimidad, por encima de prejuicios, filias o fobias personales e ideología. Conocer con detalle su relación con los damnificados, la férrea integridad con que se comportó con ellos y consigo misma, ha sido una de las mejores y gratas sorpresas con la que me he topado en la reconstrucción de lo sucedido. Por ello, cuando hace más de un año se presentó el libro, volví a desdoblarme, no sé si de manera esquizoide, en la figura de D. Alonso Quijano. Presenté y sostuve frente al Ayto. de Cuevas del Almanzora, la asignación de una calle principal con el nombre con que era conocida allí: Duquesa de Medina Sidonia. El que no se haya producido tal acción desde el advenimiento de nuestra democracia, se me antoja como un desalentador acto de amnesia e ingratitud, a la que tendemos tan frecuentemente los humanos.

Por defender a los palomareños de los abusos de los EEUU y España, la Duquesa fue condenada a un año de prisión menor. En repetidas ocasiones le ofrecieron infructuosamente la libertad previo arrepentimiento público. En la foto aparece con dos compañeras reclusas en la prisión de Alcalá. (Foto: Colecc. Luisa I. Álvarez).

Se te intuye muy emocionado, muy próximo al ejemplo y la figura de esta luchadora. ¿Es el caso?

JH.- Es que fue la única persona en aquellos duros momentos, nadie más, que intentó desmontar la historia oficial, amparó, asesoró y ayudó a los vecinos empleando sus energías, seguridad personal, hacienda y libertad, en contraposición con el régimen y la sociedad de su tiempo, que la vilipendió y apodó, a pesar de su independencia política, la «Duquesa Roja».

Unas palabras finales de recuerdo, de homenaje si quieres.

JH. Uno de los guardias civiles nacidos en la zona, J. M. Fernández Agüera, partícipe en los operativos relacionados con la Duquesa, con la perspectiva del tiempo transcurrido nos confesó en 2003: Nos llevaba por el camino de la amargura. (...) Se le hizo sufrir mucho, pero ella hizo sufrir más, porque era inaguantable. Pensábamos que era protagonismo, pero luchaba solamente por los intereses de los agricultores. Yo a esa señora, en vistas de todo lo que vi allí, le hubiese puesto un monumento.

En la cárcel se le ofreció repetidamente la libertad a cambio de mostrar su arrepentimiento, pero siguió penando porque se mantuvo firme a sus ideas. Persona de ley, de inquebrantable lealtad consigo misma, rara avis en tiempos de codicia y descrédito, donde el mito de Fausto a precios de saldo nos acosa y anega, sumidos en una crisis de valores de incierto futuro. Su fortaleza de espíritu y coherencia se nos muestran como modelo ideal frente a la inmundicia de espíritu. A pesar de la represión que sufría en sus carnes, llegó a bromear con la insólita situación histórica que se dio entonces: el título más antiguo de España en el trullo y el más nuevo, el príncipe, jurando los fueros...”.

Gracias. Seguimos en breve. Ya nos falta menos.

_- Autismo. Los padres son la mejor terapia para tratar el autismo. Por primera vez, una terapia dirigida exclusivamente a formar a los progenitores demuestra mejoras a largo plazo en niños con este trastorno.

_- Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, 21 de cada 10.000 niños que nacen en el mundo lo hacen con trastorno del espectro autista. Y la cifra no deja de aumentar. Este trastorno neurológico se caracteriza por un déficit en la interacción social y en España afecta 1 de cada 100 nacimientos. Pero no todo son malas noticias. Por primera vez un tratamiento ha demostrado ser capaz de mejorar a largo plazo los síntomas y conducta de los niños afectados.

En este nuevo tratamiento, no se usaron fármacos para tratar los niños. Tampoco se les sometió a ninguna terapia. La intención de los investigadores era otra: formar a los padres para que pudieran mejorar las habilidades sociales de sus hijos por ellos mismos.

El estudio, publicado a finales de 2016 por la prestigiosa revista The Lancet, es la investigación más exhaustiva realizada hasta la fecha sobre este trastorno. A pesar de que no supone la curación total, ofrece un potencial enorme para el control de sus síntomas. La intervención consistió en grabar a los niños jugando en presencia de sus padres dos veces al mes durante seis meses. Luego, un especialista revisaba los vídeos con los progenitores y les ofrecía pautas que debían usar cada día durante media hora, concienciándoles sobre la necesidad de reciprocar los gestos y palabras del niño en lugar de juzgar su comportamiento.

El protocolo constaba de seis fases:
1. En primer lugar, los padres crearon espacios de atención compartida con el niño.

2. En una segunda etapa, utilizaron respuestas centradas en el interés del pequeño y evitaron cualquier comentario en forma de demanda.

3. Posteriormente, adaptaron su lenguaje a las competencias lingüísticas del niño para facilitar su comprensión.

4. En una cuarta fase, consolidaron la comprensión verbal del niño usando rimas repetitivas, frases frecuentes y juegos habituales.

5. En la quinta etapa, emplearon pausas o cometieron errores intencionados en su lenguaje para que fuera el niño quien los corrigiera, potenciando así sus funciones comunicativas.

6. En la última fase de consolidación, trabajaron para expandir y enriquecer el vocabulario del niño.

Resultados muy prometedores a largo plazo
Durante los primeros doce meses, los investigadores ya detectaron mejoras, pero la verdadera sorpresa llegó en la visita de seguimiento al cabo de seis años. Mientras que en el grupo control la proporción de niños con autismo severo había aumentado del 50% al 63%, en el grupo de familias que recibieron la formación el porcentaje se redujo del 55% al 46%.

Durante ese tiempo la comunicación tanto con sus padres como con otros niños mejoró significativamente, así como la frecuencia e intensidad de sus conductas. Aunque no es una cura, los resultados son extraordinariamente esperanzadores. Hasta ahora no existían evidencias de que una intervención temprana pudiera ser realmente efectiva a largo plazo. Se trata de sembrar esperanza en un campo donde apenas había ninguna.

Todos los expertos coinciden en señalar que para que este tipo de intervenciones sean efectivas deben iniciarse lo antes posible, ya que durante los primeros años de vida el cerebro del bebé presenta mayor plasticidad neuronal y los síntomas no son tan severos. El problema es que los padres no empiezan a detectar los primeros síntomas de autismo hasta los 12 o 18 meses de vida. Quizás les sorprenda que el niño no haga contacto visual o no reaccione cuando les vea, pero el desconocimiento y la falta de sospecha suelen retrasar el diagnóstico hasta los 4 años de edad.

Sin embargo, un reciente estudio publicado por Nature sugiere que hay evidencias cerebrales incluso antes del primer año de vida. Usando escáneres, los investigadores fueron capaces de predecir el futuro desarrollo del trastorno con un 80% de exactitud. Este novedoso método permitirá empezar la terapia antes del primer año de vida, cuando los síntomas todavía no se han manifestado plenamente, para conseguir mejores resultados.

Tecnología de Google para encontrar el origen del autismo
Aunque se sospecha que varios factores ambientales pueden afectar el desarrollo del feto, en la actualidad las principales vías de investigación se siguen centrando en las causas genéticas.

Un estudio publicado el pasado mes de marzo y que ha contado con la colaboración de Verily, la división de ciencias de la salud de Google, arrojó luz sobre la enorme heterogeneidad del autismo e identificó hasta 18 nuevas variaciones genéticas vinculadas a un mayor riesgo.

De esta manera, se abre la posibilidad de dividir el trastorno en distintas categorías que puedan ser diagnosticadas y tratadas según sus necesidades individuales. La mayoría de estos nuevos genes identificados también son potenciales dianas terapéuticas, lo que significa que podrían diseñarse fármacos que corrigieran dicha alteración.

Todos estos descubrimientos ayudan a explicar una enfermedad demasiado desconocida. Esta falta de información incluso llevó a especular con la posibilidad de que las vacunas provocaran autismo, a pesar de que un estudio de 2015 realizado en más de 95.000 niños concluyó que no era así. La controversia la inició una investigación publicada en 1998 que finalmente resultó un fraude: la revista retiró el estudio y su autor fue expulsado del Colegio de Médicos Británico.

Nuevas terapias biológicas
Uno los tratamientos más prometedores, que se está estudiando como apoyo a la terapia conductual de los padres, es el trasplante fecal, ya que las últimas evidencias científicas sugieren la existencia de una relación entre la flora intestinal y el autismo. En un un pequeño estudio publicado este mismo año en la revista Microbiome se logró reducir en un 25 por ciento los síntomas sociales reemplazando las bacterias intestinales de niños con autismo por bacterias de personas sanas.

Esta teoría se apoya en varias investigaciones previas donde se descubrió que los niños con autismo tienen menor variedad microbiana en su sistema gastrointestinal, quizás provocada por el uso masivo de antibióticos durante sus primeros años de vida.

Estas nuevas aproximaciones terapéuticas refuerzan tanto la importancia de la microbiota intestinal como el papel de los padres en el manejo de este trastorno, y permiten soñar a pacientes y familiares con un futuro más esperanzador.

Pau Navarro, especialista en inteligencia social y autor de la web Habilidad Social, portal on line especializado en habilidades sociales en lengua española y cuenta con más de 300.000 visitantes mensuales. Su misión es fomentar el desarrollo de las habilidades comunicativas mediante recursos avalados científicamente. Está dirigido por Pau Navarro, postgraduado en inteligencia emocional y experto en psicología social.

http://elpais.com/elpais/2017/05/09/mamas_papas/1494307198_602006.html

Cómo saber si mi hijo tiene autismo