viernes, 16 de mayo de 2014

Entrevista al historiador Giaime Pala sobre la situación política italiana (I) “Monti fue el encargado de llevar a cabo el programa que el BCE presentó a Berlusconi en la carta de agosto de 2011”

Salvador López Arnal
El Viejo Topo

Giaime Pala es un historiador italiano afincado en Barcelona desde hace más de un década y es miembro de los consejos de redacción de las revistas mientras tanto y Segle XX. Revista catalana d’història. Su tesis doctoral, “Teoría, práctica militante y cultura política del PSUC (1968-1977)”, fue dirigida por el profesor y filósofo Francisco Fernández Buey.

-Me gustaría preguntarte sobre la siempre compleja situación política italiana. Antes de entrar en lo más reciente, para situarnos mejor, déjame ubicarme en la dimisión de Berlusconi. ¿Quién hizo dimitir a Berlusconi? ¿Fueron acaso los escándalos judiciales los que lo acorralaron?
-Vaya por delante que, de momento, nadie parece conocer toda la verdad acerca de lo ocurrió en 2011. Nos faltan demasiados datos para ello. De modo que yo tampoco tengo un cuadro orgánico de los acontecimientos que llevaron a la dimisión de Silvio Berlusconi en noviembre de 2011. Sólo los historiadores del futuro podrán reconstruir esta historia con la debida exhaustividad. Aún así, soy de la opinión de que, a la luz de lo que sabemos, un relato coherente de los hechos debería incluir algunos puntos de análisis.

-Adelante con ellos.
-El primero es el desgaste de Berlusconi y de su gobierno: a partir de mediados de 2010, la prensa empezó a publicar las primeras noticias sobre la vida sexual de Il Cavaliere y algunos casos de presunta corrupción económica que afectaron su imagen social; y a partir de 2011, la sintonía entre los ministros de su gobierno ya no era tan buena como antes. El ejemplo más evidente es el del otrora todopoderoso Ministro de Economía, Giulio Tremonti, quien empujaba para “mantener las cuentas en orden” ante un panorama económico potencialmente inestable. Eso significaba aumentar los impuestos y recortar el gasto público, algo a lo que Berlusconi no estaba dispuesto a acceder de ninguna manera. El resultado fue un conflicto entre los dos que se resolvió con la visible pérdida de influencia de Tremonti, un político harto apreciado en los ambientes internacionales.
Un segundo factor a tener en cuenta es la mala relación que Berlusconi mantenía con Nicolas Sarkozy y Angela Merkel. Esto es algo del que los periódicos hablaron bastante en aquellos meses y que era una suerte de secreto a voces. Berlusconi era un político ciertamente populista y pintoresco, pero demasiado imprevisible y, en parte, incontrolable para el eje “París-Berlín”. Cuando dimitió como presidente del gobierno italiano, ni Merkel ni Sarkozy ocultaron su satisfacción. Esta mala relación debió de empeorar si es cierta la noticia que dio el economista alemán Hans-Werner Sinn el año pasado de que, en otoño de 2011, Berlusconi empezó a negociar la salida de Italia del euro para hacer frente a la crisis.

-¡Lo ignoraba! ...

-Se ha hablado en algún momento de golpe de Estado refiriéndose a la situación política italiana. Incluso Chomsky, si no recuerdo mal, ha usado esta expresión. ¿Es exagerado hablar en estos términos? ¿De qué golpe de estado se está hablando exactamente?

-Digamos que fue una operación que no tuvo ninguna legitimidad democrática real y que amplios sectores de la izquierda no entendieron en su momento. Recordemos que el día de la dimisión de Berlusconi se formaron en la calle concentraciones de personas que descorcharon el champán y festejaron lo sucedido. Il Manifesto hasta llegó a decir que la izquierda tenía que “besar el sapo”. Evidentemente, no se enteraron de que Italia acababa de ser comisariada de facto por la UE y el BCE, y que estaba a punto de entrar en un túnel lleno de recortes sociales impuestos desde arriba. Y que, con Monti, se iniciaba una dinámica política en que la soberanía popular iba a contar muy poco a la hora de conformar el gobierno del país, como demuestra el hecho de que Matteo Renzi es el tercer presidente del gobierno (después de Monti y Enrico Letta) que no ha sido elegido por la ciudadanía. Si es cierto, como lo es, que Berlusconi fue un desastroso presidente del gobierno pero con legitimidad democrática, entonces podemos decir que hemos pasado de Guatemala a Guatepeor.

-¿Y por qué crees que la izquierda no se enteró de algo que, tal como tú lo cuentas ahora, parece bastante elemental?

-Insisto en que, cuando hablo de “izquierda”, me refiero a su mayor parte y a una tendencia general, porque hubo voces dentro de ella que, desde el primer momento, no aceptaron lo que estaba ocurriendo. Pues bien, me da que estos amplios sectores de la izquierda, tras tantos años de antiberlusconismo militante, cayeron en la trampa de aceptar el final de Il Cavaliere aunque fuera de forma no democrática. Y también que se creyeron que el país estaba realmente al borde de la bancarrota pese a la evidencia de que eso era imposible, en tanto que ello hubiera significado la salida obligada de Italia del euro y, por ende, la crisis general del sistema del euro. Igual que en agosto de 2012, Mario Draghi habría actuado con contundencia si hubiese advertido el peligro de ruptura del euro.
Fuente, El Viejo Topo.

jueves, 15 de mayo de 2014

Pierre Lemaitre retrata la brutalidad de la Guerra del 14. Ve la luz la versión en español de ‘Nos vemos allá arriba’, el fenómeno literario del año en Francia

Como puñal entrando en mantequilla blanda, la primera frase dice así: “Todos los que pensaban que aquella guerra acabaría pronto habían muerto hacía mucho tiempo. Precisamente a causa de la guerra”.

Detrás siguen 564 páginas (443 en la versión española) que no son sino la justificación de esa frase terrible, el resumen urgente de una barbarie. Justificación vertiginosa, brillante y literariamente multiforme, incrustada en el cruce de caminos de la tragedia, el esperpento, la picaresca, el romanticismo, el chispazo sicologista, el humor negro, el sálvese quien pueda, la confesión íntima y el novelón clásico del XIX. Hay algo difícilmente perceptible a primera vista en la escritura de Pierre Lemaitre (París, 1951), algo que luego parecerá evidente pero que el lector atrapa solo cuando ya lleva bien avanzado el relato de Nos vemos allá arriba: sí, es posible obrar el milagro, es posible que una novela descomunal en muchos sentidos reúna en sus líneas una ilimitada ambición literaria y una irrenunciable vocación de hacerla comprensible.

Con las sospechas y la mala prensa que despierta la palabra comprensible según entre quién, cuando de hablar de literatura, de arte o de cine se trata...

Este espejo de la relación fraterno/tumultuosa entre dos soldados franceses supervivientes de la Primera Guerra Mundial (editada en español por Salamandra), le dio a Lemaitre el 4 de noviembre el premio Goncourt, la más alta recompensa de las letras francesas y un pasaporte a la gloria editorial que suele garantizar ventas del orden de los 300.000 ejemplares. Pero Au revoir là-haut ha superado ya de largo el medio millón, convirtiéndose en un auténtico fenómeno editorial en Francia.

Recostado en el saloncito de su casa de Courbevoie (un barrio residencial situado al oeste de París) desde donde se ve, enfrente y al fondo la Torre Eiffel, a la derecha los rascacielos de La Défense y a la izquierda, a lo lejos, como una manta extendida, París entero, Pierre Lemaitre trata de hilar las que considera posibles razones de este pelotazo editorial: “En Francia, la huella de la Primera Guerra Mundial es un poco el equivalente de lo que en España es la huella de la Guerra Civil, por el peso que ambas tienen en el inconsciente colectivo; la Gran Guerra está en el origen de lo que hoy es la clase política francesa, y también de lo que es Europa…”...

Más en El País.



El pacifismo que contrarrestó al entusiasmo bélico
A la actitud encendida y ardorosa que muchos adoptaron ante la guerra se le opuso el antibelicismo de varios intelectuales de la época. El escritor Heinrich Mann publicó el ensayo Zola en 1915, criticando el militarismo alemán y acusando a capitalistas e industriales de azuzar el conflicto. Su texto le valdrá una ruptura con su hermano Thomas, que apoyó la guerra (trató de alistarse al principio) y contestó en un libro de más de 400 páginas, Consideraciones de un apolítico.

Aún dentro del ámbito germánico, el escritor austriaco Karl Kraus llama "carnaval trágico" al conflicto y denuncia tanto a los intelectuales como a la prensa, a quienes atribuye parte de responsabilidad en el inicio de las hostilidades. A lo largo de la guerra da conferencias a favor de la paz y escribe su obra maestra Los últimos días de la humanidad, sátira despiadada sobre aquellos años.

El poeta rumano Tristan Tzara, también se posicionó en contra del enfrentamiento, antes de dejar su país para marcharse a Suiza y alumbrar el Dadaísmo. En Rusia, inspirado por el pacifismo de Tolstoi, del que fue secretario, Valentin Bulgakov hizo un llamamiento a la paz, publicando "todos somos hermanos". Mientras que la socióloga estadounidense Jane Addams, que después sería Premio Nobel de la Paz, fundó la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Otro Nobel, en esta ocasión de Literatura, el francés Romain Rolland permanece en Suiza para evitar la censura de guerra en sus textos, denunciando tanto a Francia como a Alemania.

En Londres, el filósofo Bertrand Russell fue expulsado del Trinity College de la Universidad de Cambridge, donde daba clases, debido a la expresión de su pacifismo. Incluso llegó a ser encarcelado durante seis meses por este motivo. Éstos son algunos de los personajes destacados que rechazaron la contienda y denunciaron un belicismo que entre otras cosas condujo a más de 16 millones de muertos. (Fuente: eldiario.es)

Y no podemos olvidar a Jean Jaurès.
20 artículos para entender la I guerra mundial.

Senderos de gloria.
El 2 de julio de 1934, el escritor Humphrey Cobb leyó un suelto en The New York Times que decía: “Los franceses absuelven a cinco fusilados por amotinamiento en 1915. Dos de sus viudas reciben una indemnización de un franco cada una”. Investigó y descubrió que no había habido tal amotinamiento: tras el fracaso de la toma de una colina en Souain, el general Réveilhac ordenó que cinco cabos del Regimiento 136, elegidos al azar, fueran fusilados “para dar ejemplo a la tropa”. En 1935, Cobb publicó Senderos de gloria, una novela nacida de la indignación y el conocimiento. Fue uno de los primeros voluntarios americanos en partir al frente occidental y luchó en la batalla de Amiens, donde fue herido y gaseado. El texto tiene a ratos un aire desmañado, como si hubiera sido escrito a gran velocidad, para escupir el recuerdo de todo aquel horror, pero sin duda sabe de lo que habla. Habla de la implacable máquina bélica, habla de la farsa del consejo de guerra, habla de lo que pasa en las trincheras y en los cuerpos. Un veterano le dice a un soldado bisoño: “Cuando los hombres se asustan, todo en su interior se solidifica. Las funciones se interrumpen. Las secreciones se secan. Cuando un obús viene hacia ti contienes todo, hasta la respiración. Por eso esas caras parecen grises. La piel se seca. Los ojos están vidriosos por falta de sueño. Cada vez que un hombre sale de la primera línea, en su interior parece romperse el resorte de un reloj”.

En su momento, Senderos de gloria pasó casi inadvertida. Tampoco funcionó su adaptación al teatro, a cargo de Sidney Howard: al público de Broadway, por lo visto, no le apeteció que le recordaran todo aquello. Howard, que había escrito el guion de Lo que el viento se llevó, dijo: “Hollywood tiene la sagrada obligación de llevar esta novela al cine”.

Por aquellos años, un niño llamado Stanley Kubrick leyó la novela, y quizás se le quedaron grabados párrafos tan cinematográficamente precisos como este: “El sable cayó con un destello. La descarga resonó con estruendo, salió escupido el humo y 36 hombros retrocedieron al unísono. El humo se dispersó hacia los lados y desapareció. Los cuerpos rígidos de los postes comenzaron a relajarse casi imperceptiblemente”. En 1957, tras el rechazo de varios estudios, Kubrick logró llevar la novela al cine gracias al apoyo de Kirk Douglas y United Artists. En Francia no se estrenó hasta 1975. En España, hasta 1986, once años después de la muerte de Franco: los militares de ambos países, al parecer, consideraron que su contenido era problemático.

La editorial Capitán Swing ha publicado Senderos de gloria, en traducción de Ricardo García Pérez y con un prólogo iluminador de David Simon, el creador de The Wire, donde, entre otras cosas, dice que gracias a la contención del estilo de Cobb la historia gana en lucidez y cólera. Acabo de leer el libro y creo que puede sumarse a la lista de textos clave sobre los horrores de la guerra, una lista en la que yo colocaría (aunque hace tiempo que no las visito) Catch 22, de Joseph Heller; Imán, de Ramon J. Sender; Los desnudos y los muertos, de Norman Mailer; La forja de un rebelde, de Arturo Barea; Las cosas que llevaban los hombres que lucharon, de Tim O’Brien, y Despachos de guerra, de Michael Kerr. Hay muchas más: el tema, por desgracia, no se agota.

Fuente: El País.

El mito de Galípoli.

La riqueza oculta de los millonarios alimenta la desigualdad. BBC Mundo

Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y diversas estimaciones privadas reconocen que la desigualdad ha aumentado significativamente, pero se quedan asombrosamente cortos en su cálculo.

En 2006 la ONU halló que el 1% más rico del planeta poseía un 39,9% de la riqueza global, mucho más que lo que le tocaba al 95% de la población mundial.

En 2011, desde el sector privado, el "Global Wealth Report" (Estudio Global de la Riqueza) del Credit Suisse Research Institute halló que el 10% más rico tenía el 84% de la riqueza mientras que la mitad más pobre solo un 1%.

En los últimos años ha habido una explosión de estudios dedicados al tema, la mayoría con el nombre de "Global Wealth Report" que da un total de 236 millones de entradas cuando se lo busca en Google.

El tema está tan en el candelero que un libro de 650 páginas poblado de estadísticas sobre la desigualdad en los últimos tres siglos, "Capital in the 21st Century", del francés Thomas Piketty, se convirtió en un best seller en Estados Unidos.

Sin embargo, según James S. Henry, ex economista jefe de la consultora McKinsey y profesor del Centro para la Inversión Internacional Sostenible de la Universidad de Columbia, tanto los cálculos de Piketty como los de organismos mundiales y privados subestiman la verdadera desigualdad mundial.

"Hay unos US$21 millones de millones ocultos en paraísos fiscales. Esta riqueza está en manos de una pequeña élite y no forma parte de las mediciones. El error de Piketty y de otras mediciones es que no valoran este factor que tiene un fuerte impacto en la desigualdad", indicó Herny a BBC Mundo.

Midiendo la desigualdad
Las mediciones sobre ingresos se establecen fundamentalmente a partir de las declaraciones impositivas, es decir, la riqueza registrada por el fisco.

En base a estas declaraciones se puede construir el coeficiente Gini que mide la desigualdad.

Este coeficiente va de 0 (igualdad total) a 1 (desigualdad absoluta).

En países con una estructura social más igualitaria como los escandinavos, el coeficiente es de 0,25. En países más desiguales, como algunas naciones africanas, alcanza el 0,6.

El estudio de Henry sobre la riqueza oculta ("The Price off shore revisited") muestra las limitaciones de esta comparación cuando solo se toman en cuenta los datos visibles.

"La mitad de los US$21 millones de millones en depósitos en paraísos fiscales está en manos de las 91.000 personas más ricas del mundo, un 0,001% de la población mundial, que controla una tercera parte de toda la riqueza mundial. Esto nos permite calcular también que unas 8,4 millones de personas, es decir, un 0,14% de la población tiene el 51 % de la riqueza mundial", indicó Henry a BBC Mundo.

Los países con más desigualdad
El informe de Henry, basado en datos oficiales de cada país, de los Bancos Centrales mundiales (el Bank of International Settlements), el FMI y el Banco Mundial, analiza 139 países, la mayoría de ingresos medios-bajos.

Entre los 10 con mayor fuga de capitales en valores del 2010 se encuentran China, Rusia, México, Arabia Saudita, Malasia, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Venezuela, Qatar y Nigeria.

El impacto concreto que tienen sobre el cálculo de la desigualdad es claramente visible en un estudio específico sobre Argentina, "Fuga de Capitales III (2002-2012)", que halló un aumento del coeficiente Gini de 0,42 a 0,48 puntos una vez que se contabilizaban los fondos fugados a paraísos fiscales.

Uno de los coautores de la investigación, el economista Jorge Gaggero, explicó a la BBC el impacto económico-social de este proceso.

"Si aceptamos que el stock fugado alcanza los US$400 mil millones de dólares, equivalente a 15 veces el nivel de reservas del Banco Central, el coeficiente de desigualdad salta de 0,42 a 0,48. Muchos piensan que en realidad la suma es aún mayor si se toman en cuenta las manipulaciones contables de empresas multinacionales y otros factores. Pero aún si nos limitamos a la cifra más 'conservadora', vemos que el salto que da la medición de la desigualdad neutraliza todos los avances logrados en una mejor distribución del ingreso por el crecimiento económico y las fuertes políticas sociales del período 2003-2010", indicó a BBC Mundo Gaggero.

El investigador, que es miembro fundador del capítulo de la ONG Justicia Fiscal en América Latina, señaló que en la región se visualiza un salto comparable en el coeficiente Gini de desigualdad cuando se toma en cuenta esta riqueza oculta.

"Aún sin contar la fuga de capitales América Latina es la región con el más alto nivel de inequidad del mundo. Contabilizando además esta fuga, la región confirma con creces ese triste privilegio", señala Gaggero.

La paradoja "americana"
Un ejemplo de este proceso en países ricos es la llamada "paradoja americana", analizada por Sam Pizzigati, del Institute for Policy Studies de Washington.

"Esta paradoja es la profunda desconexión que hay entre los datos que tenemos sobre la desigualdad de ingresos y desigualdad de riqueza. La de ingresos nos dice que ha habido un enorme crecimiento de la desigualdad entre los más ricos y el resto. Pero cuando analizamos la desigualdad de riqueza, vemos que la diferencia es ínfima", señaló a BBC Mundo Pizzigati.

Los datos más exhaustivos sobre ingresos salariales en Estados Unidos provienen de los estudios de Thomas Piketty y Emmanuel Saez que muestran que los del 1% más rico se duplicaron entre 1980 y 2010 mientras que los del 0,1% se triplicaron y cuadruplicaron.

Pero si uno mide la desigualdad de riqueza (el patrimonio de una persona, incluyendo depósitos, acciones, inmuebles, etc), se ve que en 1983 el 1% más rico tenía un 33,8% mientras que en 2009 tenía un 35,6%: el incremento de la desigualdad a este nivel es marginal.

"La explicación más lógica de esta diferencia es la riqueza oculta en paraísos fiscales. Si no, habría que pensar que esta gente se gasta US$5.000 en cenas cada noche del año. No se puede consumir esa enorme diferencia de dinero. Está en algún lugar", explica Pizzigati.
Fuente, BBC
Thomas PikettyPágina Web oficial de Piketty

Mensajes desmoralizadores

Los mensajes euforizantes del Gobierno a cuenta de la supuesta recuperación tienen en mí el efecto justamente opuesto: me desmoralizan.

Me desmoraliza comprobar que a diario me toman por tonto de baba interpretando y retorciendo hasta lo inverosímil datos estadísticos que dicen claramente lo que parece que dicen: que esto no se arregla y que por la senda elegida no solo no se arreglará en un futuro previsible sino que se está haciendo todo lo posible para hacer irreversible esta caída al precipicio. Sí, me refiero especialmente a las perspectivas para la juventud de este país, que pasan por una mayor dificultad de acceso a la educación, por una incapacidad de proporcionar trabajo a los jóvenes una vez formados en su adecuado nivel de formación —y, en realidad, en cualquier nivel— y por la emigración como única salida posible, con lo que ello implica de renuncia de este país a su futuro.

Y lo que más me desmoraliza es comprobar lo poco que el Gobierno hace al respecto, salvo repetir la melodía del flautista de Hamelin en distintos instrumentos.— Luis José Herrero López. El País Cartas al director.
Seccción Cartas al Director

miércoles, 14 de mayo de 2014

Meter dentro lo que está fuera

Sí, esta es la estrategia madre de la socio-psicología de derechas, el nudo gordiano, como lo llama Fernando Vallespín en su artículo Eppur si muove. Lo es porque mata dos pájaros de un tiro. Cuando resulta que nadie nos explota desde fuera y somos cada una y cada uno de nosotros quienes nos autoexplotamos y, encima, quitamos esta palabra tan fea y hablamos de emprendimiento, motivación, afán competitivo, etcétera (pura charlatanería al servicio de los de siempre), por un lado desaparece el enemigo verdadero: la élite extractiva y asesina y, por otra, se desvirtua una situación colectiva, social, dirigiendo toda la atención al interior del sujeto; desaparece lo común, aquello que, si lo vemos, si lo recuperamos, permite la organización y la lucha contra el verdadero enemigo que, no lo dudemos, por favor, está fuera.

Y, esta verdad es la que se difumina a través de libros de autoayuda y de consejos pseudopsicológicos, dirigidos a las clases medias, y series televisivas para las clases humildes que son pura bazofia, pero que, básicamente están para distraer y desdibujar a los verdaderos autores de la pérdida de nuestras condiciones básicas para desarrollar una vida digna. Así se crea un modus no-operandi de “pensamiento” muy eficaz a la hora de disgregar lo común.

¿Como cortar este nudo gordiano?, pregunta Vallespín. No sé qué es más difícil: si unirnos contra el “alzamiento del capital” (reforma laboral) o practicar el lema “es mucho más lo que nos une que lo que nos separa” en los encuentros varios que nos depare la vida. — Tania Donato Geest. Barcelona. Cartas al Director, El País

martes, 13 de mayo de 2014

Los tribunales frenan a Competencia. La Audiencia Nacional anula parcial o totalmente una decena de resoluciones en 2014. La nueva CNMC cambia de estrategia y reduce drásticamente las multas

Papel mojado en el Jerez y el asfalto

El vino de Jerez se ha librado de ser multado. La CNC sancionó en 2011 a la Federación de Bodegas del Marco de Jerez (Fedejerez) con 300.000 euros por pactar precios de la uva y del mosto de entre 1991 y 2009, junto con otras asociaciones de agricultores y, por primera vez, se consideró responsable de la mala práctica a una administración pública: la Junta de Andalucía. El motivo es que los pactos habían tenido lugar en el Marco de Jerez y en el ámbito de acuerdos sobre Planes de Reconversión sectorial o Planes Estratégicos para el Marco. Esta circunstancia permite a la Audiencia inferir que las empresas infractoras podían tener dudas de que sus prácticas no fuera correctas.

La “reconversión del sector, intervención de dos Administraciones Públicas en el proceso, y actuación clara y directa, hemos de concluir que la recurrente no tuvo la conciencia de que el comportamiento realizado constituía una conducta contraria a la libre competencia, sino, bien al contrario, su comportamiento revela la conciencia de estar actuando dentro de la legalidad; lo que implica ausencia de elemento subjetivo del injusto”, señala el fallo con fecha del pasado febrero. En esta línea, “la conducta enjuiciada es contraria a la libre competencia, pero la sanción impuesta es contraria a Derecho por faltar el elemento subjetivo de la infracción”, concluye.

El caso del llamado cartel del asfalto, que supuso más de 16 millones en multa a una docena de empresas, también se ha llevado un revés judicial. Competencia determinó en noviembre de 2011 que las compañías habían estado “ejecutado el reparto del mercado” en las provincias de León, Burgos y en la Comunidad Autónoma del País Vasco”. Ahora, la Audiencia estima en parte del recurso de Orsa, sancionada con dos millones. La Sala no ve “elementos fácticos para determinar cuál fue el volumen de negocio de la empresa actora en el territorio del cartel del que es responsable”.
Fuente, El País.

lunes, 12 de mayo de 2014

El mundo real en las aulas

No es sólo la economía mundial la que está en crisis, sino la enseñanza de esa economía. Las ideas económicas esparcidas antes y durante la crisis, y los economistas que las concretaron y se las pusieron en bandeja a los políticos, ¿son responsables de la crisis porque por ignorancia no supieron incorporar los factores clave de lo que estaba ocurriendo? 44 asociaciones de estudiantes de Ciencias Económicas de 19 países del mundo acaban de hacer público un llamamiento a favor de una enseñanza pluralista de la economía en la universidad con el objetivo de proporcionar soluciones a los problemas de la sociedad.

Los estudiantes piensan que ha habido un empobrecimiento progresivo de los planes de estudio de la economía durante las dos últimas décadas, y que éstos no sirven para tratar de arreglar algunos de los retos del siglo XXI como la estabilidad financiera, la seguridad alimentaria, el cambio climático, etcétera. Según los firmantes del llamamiento, un plan de estudios completo debe promover una variedad de marcos teóricos, desde los enfoques neoclásicos habitualmente enseñados, hasta los enfoques frecuentemente excluidos tales como la escuela clásica, el poskeynesianismo, los institucionalistas, ecologistas, marxistas, … Nadie tomaría en serio una carrera de Psicología en la que sólo se oyera hablar de Freud, o una carrera de Ciencias Política en la que una y otra vez se analizase el socialismo de Estado.

Con este manifiesto, los estudiantes de Ciencias Económicas conectan con el que hace ya casi tres años se produjo en la Universidad de Harvard. Entonces, los alumnos de Introducción a la Economía, disciplina dada por Greg Mankiw (autor del conocidísimo —y vendidísimo— manual de Macroeconomía y expresidente del Consejo de Asesores Económicos de George W. Bush), abandonaron su clase e hicieron pública una carta dirigida a su profesor: “Hoy estamos abandonando su clase con el fin de expresar nuestro descontento por el sesgo inherente de este curso. Estamos profundamente preocupados por la forma en que este sesgo afecta a los estudiantes, a la universidad y a la sociedad en general (…) Un estudio académico legítimo de la economía debe incluir una discusión crítica de las ventajas e inconvenientes de los diferentes modelos económicos (…) No hay ninguna justificación para la presentación de las teorías económicas de Adam Smith como algo más fundamental o básico que, por ejemplo, la teoría keynesiana”.

Los elitistas harvardianos no se olvidaban de su propia universidad: “Los graduados de Harvard tenemos un papel importante en las instituciones financieras y en la conformación de las políticas públicas en todo el mundo. Si falla la Universidad de Harvard a la hora de equipar a sus estudiantes con una comprensión amplia y crítica de la economía, sus acciones serán susceptibles de perjudicar al sistema financiero mundial. Los últimos cinco años de crisis económica han sido prueba suficiente de ello”.  12 MAY 2014.
Más en El País.
La carta en Attac Madrid, España.

domingo, 11 de mayo de 2014

La cuarta contrarreforma

Aquella nueva España laica, moderna e ilustrada ha sido arrojada al desván de las ilusiones perdidas. Vuelve la ignorancia autosatisfecha que contempla apáticamente la destrucción de la cultura y la dispersión del talento


n medio de una notable ignorancia social y de una absoluta indiferencia política España está arruinando, de nuevo, las posibilidades de construir una comunidad moderna y culta. Cada vez es más evidente que el desastre puede comprometer el futuro a lo largo de décadas, sino de todo el siglo XXI. Me refiero al progresivo deterioro de la cultura y al drástico abandono de programas de investigación científica que tienen su encarnación más evidente en el éxodo de decenas de miles de graduados universitarios. Lo que está en marcha es una auténtica contrarreforma, la última de las que han impedido el acceso a una sociedad con arraigo ilustrado.

Sin embargo, esta nueva contrarreforma, quizá por ingenuos, nos ha sorprendido a muchos de los que pensábamos, hace unos lustros, que, por fin, España avanzaba por la senda de una mentalidad moderna. Aunque aparenten ser muy lejanos no lo son tanto los años en que parecían encauzarse poderosas energías en esta dirección. Pese a las servidumbres políticas de la Transición, no hay duda de que la primera etapa democrática se vio impulsada por las tendencias hegemónicas en la cultura antifranquista, de manera que el modelo que se dibujaba para la nueva España se sustentaba en criterios modernos, laicos, ilustrados, federales y, pese a la aceptación obligada —o casi— de la Monarquía, republicanos. Durante una veintena de años, hasta mediados de los noventa, aquel modelo implicó las complicidades suficientemente fuertes y eficaces como para que, si gustan estas denominaciones, se pueda hablar de una Generación de la Democracia, con una acentuada excelencia en el terreno de la creación y el pensamiento —homologable a lo que en aquellos momentos se realizaba en Europa— y un reforzamiento sin precedentes de la investigación científica.

Muchos de los científicos que ahora dejan las universidades españolas emprendieron entonces el camino opuesto para fomentar aquí centros prometedores, que dieron frutos notables en los años inmediatos. Con el cambio de siglo y las nuevas condiciones políticas aquel juego de complicidades intelectuales, procedente de la cultura antifranquista, fue debilitándose progresivamente, hasta el punto de que el ideal ilustrado dejó de estar en el centro del tablero. Los años de la opulencia especulativa no llevaron, para nada, aparejados, años de opulencia cultural. Finalizados aquéllos, e instalados en la hipócritamente llamada austeridad, se pusieron en marcha los mecanismos del desmantelamiento científico y del desprecio por la cultura. Aquella nueva España democrática —laica, moderna, ilustrada— era arrojada al desván de las ilusiones perdidas mientras ocupaban el escenario una debilitada dignidad escéptica y un cada vez más vociferante coro contrarreformista. Es, y ojalá me equivoque, una contrarreforma en toda regla, sucesora y consecuencia, al menos en parte, de otras contrarreformas que jalonan la historia de España, y con las que somos poco dados a confrontarnos críticamente.
Fuente: Rafael Argullol. El País.

sábado, 10 de mayo de 2014

Cómo estudiar gratis en Stanford, Princeton o Berkeley. Estudiar gratis y en línea en una de las universidades más prestigiosas

¿Qué se le ocurre estudiar? ¿Fundamentos de la farmacología, mitología griega y romana, introducción a la ciencia del genoma? ¿Con quién querría estudiar las clases? ¿Profesores de la Universidad de Stanford, Princeton, Berkeley?

Pues bien, si tiene acceso a internet, todo eso lo puede hacer desde su casa gracias a un programa desarrollado en California, Estados Unidos, en colaboración con algunas de las más prestigiosas instituciones del mundo. Y es gratis.

El programa, llamado Coursera, ofrece 36 cursos diseñados por destacados catedráticos de las universidades de Pennsylvania, Michigan, además de las ya mencionadas arriba.

Puertas abiertas
Los fundadores de Coursera son Daphne Koller y Andrew Ng, profesores de informática en la Universidad de Stanford, que habían diseñado tres de sus cursos para acceso público con tanto éxito que decidieron ampliar el proyecto y llegar a una audiencia mundial. "La educación es el gran nivelador. Da conocimiento, habilita y otorga poder a la gente", afirmó la doctora Koller a BBC Mundo. "Stanford tiene profesores espectaculares, así como otras instituciones de igual nivel y queríamos poner sus cursos al alcance de estudiantes en todo el mundo".
Más información en BBC.

 El Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, una de las universidades mejor catalogadas del mundo, busca a alumnos de todo el mundo para que estudien gratuitamente en su primer curso "totalmente automatizado".
El curso de electrónica comenzó en marzo de 2012, gratuito y según la institución es el primero en su clase, ya que puede estudiarse y evaluarse a través de internet. Leer más en BBC
 Coursera 
La universidad virtual donde los títulos son gratis

viernes, 9 de mayo de 2014

El informe PISA. Más de 80 expertos critican en una carta que las famosas evaluaciones internacionales modifican los sistemas educativos solo para salir bien en la foto


¿Están modificando los exámenes de evaluación de PISA las políticas educativas de los países que los celebran? Un total de 83 grandes expertos internacionales —la mayoría estadounidenses y británicos— están convencidos de ello y lo critican en una carta que han hecho llegar al alemán Andreas Schleicher, director del programa de evaluación al que se someten los alumnos de 15 años de 64 países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

“Los Gobiernos, los ministros de educación y los directores de periódicos esperan con ansiedad los resultados de PISA, que son citados como fuente autorizada en muchas declaraciones políticas. Y estos han empezado a tener influencia en las prácticas educativas de muchos países”, se lamentan en la misiva los expertos. “Los Gobiernos están reajustando sus sistemas educativos con la esperanza de mejorar en los ranking. En muchos países la falta de progreso en PISA se relaciona con la crisis y esto está condicionando sus reformas, que se hacen de acuerdo con los preceptos de PISA”, continúan.

Schleicher ha optado por contestarles desde la página de la OCDE  en otra carta abierta en la que defiende lo contrario: “PISA proporciona oportunidades para diseñar una estrategia política, porque muestra otras opciones, perspectivas, al compararse con otros países. Y permite a los políticos, administraciones y organizaciones colaborar fuera de sus fronteras”.
Fuente: El País.
Más sobre Informe Pisa.

jueves, 8 de mayo de 2014

Bruselas augura una recuperación débil y casi sin empleo en España

La previsión de déficit difiere en 20.000 millones de las cifras de Madrid en 2015
Las previsiones de la Comisión agravan la fractura entre el Norte y el Sur de Europa
Frente a la débil evolución de Italia o Francia, augura un sólido crecimiento para Alemania


El entusiasmo del Gobierno sobre la economía española contrasta con el tono sobrio que, una vez más, llega desde Bruselas. La Comisión Europea anunció este lunes una mejoría general en sus pronósticos para España, pero en un tono general mucho más templado, que matiza el acusado optimismo de Madrid. El Ejecutivo europeo vislumbra una recuperación de baja intensidad y sin lo fundamental: prácticamente sin creación de empleo. El PIB crecerá el 1,1% este año y el 2,1% en 2015, según las previsiones de primavera, y la tasa de paro no bajará del 24% el año próximo, con España de nuevo al frente de la eurozona. El Gobierno vaticina más crecimiento para este año (1,2%) y algo menos el próximo (1,8%), y un descenso más acusado del desempleo, hasta el 23,3%.

Las divergencias entre el Ejecutivo comunitario y el español se extienden también al agujero fiscal. La Comisión considera que el déficit público cerrará este ejercicio en el 5,6% del PIB —en línea con los objetivos—, pero repuntará hasta el 6,1% el próximo año, lejos de la meta del 4,2%. De cumplirse esas previsiones —que no contemplan los efectos de una reforma fiscal que todavía no se ha aprobado e incluyen el final de las subidas del IRPF y el IBI— el Gobierno español afrontaría la cita electoral de 2015 con una brecha de 20.000 millones entre su previsión de ingresos y el cálculo comunitario. Además, dejaría una tasa de desempleo superior a la que se encontró a su llegada al poder en noviembre de 2011 y unas cuentas públicas que siguen sin dar los signos de estabilización que desearía la Comisión.

Bruselas valora la reducción del gasto público derivada de la caída del desempleo y la reforma del sistema de pensiones pero, a renglón seguido, detalla en el informe dos factores que podrían incrementar ligeramente el endeudamiento del Estado: la decisión del tribunal de Luxemburgo de declarar ilegal el céntimo sanitario —un recargo sobre las gasolinas para financiar la sanidad—, que podría suponer la devolución de en torno a 1.000 millones de euros según los cálculos de Bruselas, y la tarifa plana de cotizaciones sociales para nuevos contratos indefinidos. Lejos de “salirle gratis a los Presupuestos”, tal y como anunció el Gobierno, esta medida podría lastrar hasta en un 0,1% el déficit de 2014: en torno a 1.000 millones adicionales.
Más en El País.

miércoles, 7 de mayo de 2014

El pánico a Piketty. El nuevo libro del economista francés Thomas Piketty, El capital en el siglo XXI, es un prodigio de rigor y honestidad.

Los conservadores parecen incapaces de elaborar un contraataque a las tesis del economista

Otros libros de economía han sido éxitos de ventas, pero, a diferencia de la mayoría de ellos, la contribución de Piketty contiene una erudición auténtica que puede hacer cambiar la retórica. Y los conservadores están aterrorizados. Por eso, James Pethokoukis, del Instituto Estadounidense de la Empresa, advierte en National Review de que el trabajo de Piketty debe ser rebatido, porque, de lo contrario, “se propagará entre la intelectualidad y remodelará el paisaje político-económico en el que se librarán todas las futuras batallas de las ideas políticas”.

Pues bueno, les deseo buena suerte. Por ahora, lo realmente sorprendente del debate es que la derecha parece incapaz de organizar ninguna clase de contraataque significativo a las tesis de Piketty. En vez de eso, la reacción ha consistido exclusivamente en descalificar; concretamente, en alegar que Piketty es un marxista, y, por tanto, alguien que considera que la desigualdad de ingresos y de riqueza es un asunto importante.

En breve volveré sobre la cuestión de la descalificación. Antes veamos por qué El capital está teniendo tanta repercusión.

Piketty no es ni mucho menos el primer economista en señalar que estamos sufriendo un pronunciado aumento de la desigualdad, y ni siquiera en recalcar el contraste entre el lento crecimiento de los ingresos de la mayoría de la población y el espectacular ascenso de las rentas de las clases altas. Es cierto que Piketty y sus compañeros han añadido una buena dosis de profundidad histórica a nuestros conocimientos, y demostrado que, efectivamente, vivimos una nueva edad dorada. Pero eso hace ya tiempo que lo sabíamos.

No, la auténtica novedad de El capital es la manera en que echa por tierra el más preciado de los mitos conservadores: el empeño en que vivimos en una meritocracia en la que las grandes fortunas se ganan y son merecidas.

Durante el último par de décadas, la respuesta conservadora a los intentos por hacer del espectacular aumento de las rentas de las clases altas una cuestión política ha comprendido dos líneas defensivas: en primer lugar, negar que a los ricos realmente les vaya tan bien y al resto tan mal como les va, y si esta negación falla, afirmar que el incremento de las rentas de las clases altas es la justa recompensa por los servicios prestados. No les llamen el 1% o los ricos; llámenles “creadores de empleo”.

Pero ¿Cómo se puede defender esto si los ricos obtienen gran parte de sus rentas no de su trabajo, sino de los activos que poseen? ¿Y qué pasa si las grandes riquezas proceden cada vez más de la herencia, y no de la iniciativa empresarial?

Piketty muestra que estas preguntas no son improductivas. Las sociedades occidentales anteriores a la Primera Guerra Mundial efectivamente estaban dominadas por una oligarquía cuya riqueza era heredada, y su libro argumenta de forma convincente que estamos en plena vuelta hacia ese estado de cosas.

Por tanto, ¿Qué tiene que hacer un conservador ante el temor a que este diagnóstico pueda ser utilizado para justificar una mayor presión fiscal sobre los ricos? Podría intentar rebatir a Piketty con argumentos reales; pero hasta ahora no he visto ningún indicio de ello. Antes bien, como decía, todo ha consistido en descalificar.

Supongo que esto no debería resultar sorprendente. He participado en debates sobre la desigualdad durante más de dos décadas y todavía no he visto que los “expertos” conservadores se las arreglen para cuestionar los números sin tropezar con los cordones de sus propios zapatos intelectuales. Porque se diría que, básicamente, los hechos no están de su parte. Al mismo tiempo, acusar de ser un extremista de izquierdas a cualquiera que ponga en duda cualquier aspecto del dogma del libre mercado ha sido un procedimiento habitual de la derecha ya desde que William F. Buckley y otros como él intentaran impedir que se enseñase la teoría económica keynesiana, no demostrando que fuera errónea, sino acusándola de “colectivista”.

Con todo, ha sido impresionante ver a los conservadores, uno tras otro, acusar a Piketty de marxista. Incluso Pethokoukis, que es más refinado que los demás, dice de El capital que es una obra de “marxismo blando”, lo cual solo tiene sentido si la simple mención de la desigualdad de riqueza te convierte en un marxista. (Y a lo mejor así es como lo ven ellos. Hace poco, el exsenador Rick Santorum calificó el término “clase media” de “jerga marxista”, porque, ya saben, en Estados Unidos no tenemos clases sociales)...
Fuente: Paul Krugman, más en El País.
Más en la BBC.
Thomas Piketty. Página Web oficial de Piketty. En ella vienen apuntes de sus clases en ÉCOLE DES HAUTES ÉTUDES EN SCIENCES SOCIALES y las tesis doctorales y trabajos que ha dirigido, así como sus artículos, además, se pueden descargar.

He descargado una denominada Ensayo en Economía de la Educación, (1)  defendida el 8 de junio de 2011, de 337 págs., por Mathieu Valdenaire, muy recomendable para los que nos interesa la educación y la economía. También se puede descargar un trabajo de fin de Master, del mismo autor, donde se pregunta. ¿Las escuelas privadas son más eficaces que las escuelas públicas?  Les écoles privées sont-elles plus efficaces que les écoles publiques? Estimations à partir du panel primaire 1997 » 2003-4 de 67 págs. 
Introducción a su libro ya célebre  El capital en el siglo XXI, en español.

(1) Entre 1900 et 2009, la part de la richesse nationale consacrée chaque année à l’éducation en France est passée de 1% à 6%. En un peu plus d’un siècle, la dépense publique annuelle consacrée à l’éducation a ainsi été multiplié par 90 (en euros constants). Sur la même période, le produit intérieur brut se trouvait multiplié par 15. Les sommes consacrées à l’éducation ont donc crû à un rythme exceptionnellement élevé au cours du 20ème siècle, la progression étant six fois plus rapide que celle de la richesse produite annuellement. L’analyse des séries statistiques révèle que l’essentiel de cet effort d’investissement a été réalisé du début des années 1950 au début des années 1970, où il s’interrompt brutalement. Ce spectaculaire investissement dans l’éducation va de pair avec les réformes radicales du système scolaire qui jalonnent la période.

Traducción:
Entre 1900 y 2009, la proporción de la riqueza nacional dedicada cada año a la educación en Francia aumentó del 1% al 6%. En poco más de un siglo, el gasto público anual dedicado a la educación se ha multiplicado así por 90 (en euros constantes). En el mismo período, el producto interno bruto se multiplicó por 15. Las sumas dedicadas a la educación, por tanto, crecieron a un ritmo excepcionalmente alto durante el siglo XX, siendo el crecimiento seis veces más rápido que el de la riqueza producida anualmente. El análisis de la serie estadística revela que la mayor parte de este esfuerzo de inversión se realizó desde principios de la década de 1950 hasta principios de la de 1970, cuando se detuvo abruptamente. Esta espectacular inversión en educación fue de la mano de las reformas radicales del sistema escolar que marcaron la época.

martes, 6 de mayo de 2014

Una sugerencia

En plena crisis de todos los sistemas, con recortes salvajes en los servicios públicos, empleos de ínfima calidad y jóvenes sin futuro, los sindicatos han vuelto a celebrar el 1 de mayo

A menudo solo apreciamos las cosas cuando las perdemos. En plena crisis de todos los sistemas, con recortes salvajes en los servicios públicos, empleos de ínfima calidad y jóvenes sin futuro, los sindicatos han vuelto a celebrar el 1 de Mayo. Haciendo frente a una campaña de desprestigio a la que no se le ve el fin, asumiendo los errores que les han costado el favor de muchos ciudadanos y la parte que les toca de la desafección general hacia las instituciones, han vuelto a sacar sus banderas a la calle.

Su tenacidad es admirable, pero las viejas fórmulas que se repiten año tras año parecen cada vez más ineficaces, quizás porque nos hallamos en una situación que nunca hemos vivido antes. Las manifestaciones de fuerza, las huelgas, los boicots, surgieron como armas poderosas contra los abusos del capitalismo tradicional, basado en la propiedad de los medios de producción, pero ahora la economía productiva no es la más importante. Han sido los abusos de la economía especulativa los que nos han arruinado, y si los sindicatos no desarrollan instrumentos eficaces para moderar sus excesos, llegará un 1 de Mayo sin banderas en la calle.

No me gustaría verlo, ni asistir al momento en que la gente que ahora los denigra, empiece a echarlos de menos. Por eso, voy a atreverme a hacer una sugerencia. ¿Por qué no cambiar el sentido de la lucha y proponer otra clase de huelgas? En una sociedad como la nuestra, las de consumo, por ejemplo, podrían resultar más impactantes que las tradicionales. Para provocar un colapso reivindicativo en todo el país, ¿no sería más eficaz designar un día de la semana para no echar gasolina o no pagar con tarjetas de crédito? Nadie podría sostener una campaña como esta mejor que los sindicatos. Y a lo mejor me equivoco, pero a lo peor, la inmovilidad desembocará en una parálisis permanente. Ojalá que no.
Fuente:  5 MAY 2014 - El País.

Michael Marmot, La injusticia social provoca problemas de salud y muerte prematura a gran escala

BERTA CHULVI
Michael Marmot ha coordinado el informe “Los determinantes sociales y las desigualdades en materia de salud en Europa”, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2013. Marmot es una autoridad en este campo y dirige el Instituto de Equidad y Salud del University College de Londres. En la presentación del informe en España, Michael Marmot afirmó que el alto desempleo juvenil en nuestro país es una emergencia sanitaria. Sobre esta y otras cuestiones se pronuncia en esta entrevista.

Tal y como expresó usted al inicio del informe final de la OMS, la injusticia social mata a gran escala. Sin embargo, en Europa no pensamos en esos términos, ¿por qué? Nos hemos acostumbrado a pensar en las causas inmediatas de los problemas de salud, como el hábito de fumar, el alcoholismo, los hábitos de alimentación, la falta de ejercicio físico, pero es necesario pensar a otro nivel para determinar el origen de las causas de los problemas de salud, es decir, las circunstancias en las que la gente crece, vive, trabaja y envejece y los factores políticos, sociales y económicos que moldean esas condiciones. Analizados en conjunto, estos factores crean desigualdades de salud que son evitables. Nuestra incapacidad de solucionar esta situación no solo es algo socialmente injusto, sino que además conlleva problemas de salud y la muerte prematura en gran escala.

¿Considera que la actual crisis económica y las políticas de austeridad aplicadas por los gobiernos europeos implican un nuevo escenario de desigualdades en materia de salud en Europa?
Hay evidencias de situaciones pasadas que demuestran que muchas de las consecuencias de las crisis económicas y de las medidas tomadas para controlarlas pueden tener efectos a largo plazo en la salud. Las consecuencias más inmediatas son el desempleo de larga duración, mayor precariedad en el empleo, peores condiciones de trabajo (por ejemplo, contratos de cero horas), la reducción de la protección social y la educación, y otras políticas que afectan las condiciones sociales. En la medida que estos cambios tengan un impacto diferencial en distintos países, en las diferentes regiones de esos países y entre diversos grupos sociales, existen más probabilidades de que se perpetúen las desigualdades y la brecha social en el campo de la salud.

El informe señala que en España más del 40% de los jóvenes menores de 25 años está desempleado, ¿cuáles son en su opinión las consecuencias de esa situación para la salud?
El alto desempleo juvenil en España es una emergencia sanitaria que, si no se ataja, tendrá consecuencias para futuras generaciones. El Gobierno español debe introducir medidas de protección social para evitar el deterioro de la generación joven, que afronta el riesgo de problemas mentales y una tasa de mortalidad más alta. Es urgente promulgar políticas económicas y sociales que posibiliten a estas personas un futuro.

Tras analizar los determinantes sociales de las desigualdades en salud, ¿qué papel le atribuye usted a las condiciones de trabajo?
Las condiciones de trabajo pueden afectar a la salud a través de la exposición directa a agentes físicos, químicos y biológicos peligrosos, de un entorno ergonómico desfavorable y de factores psicosociales que generan estrés. Este último factor incluye los desequilibrios entre las exigencias del trabajo y el control que tienen de estas los individuos, así como el desequilibrio entre el esfuerzo requerido para realizar un trabajo y su recompensa psicológica. También depende de aspectos como deficiencias en la gestión y dirección y de la precariedad. En general existe un gradiente social en todos estos factores que conlleva al empeoramiento de la salud en las ocupaciones de la escala socioeconómica más baja.

El informe final mencionado anteriormente propone mantener o desarrollar servicios de salud que se financien con fondos públicos y sean independientes de los empresarios. ¿Hasta qué punto es importante esa independencia? ¿Puede darnos algunos ejemplos que soporten este razonamiento?
Los empresarios son responsables de las condiciones en el lugar de trabajo, tanto de los aspectos relacionados con la organización del trabajo, la estructura de la dirección como de los contratos y las condiciones de trabajo cotidianas de los trabajadores. En la medida en que cualquiera de estos aspectos tenga un impacto negativo en la salud de los trabajadores en un ámbito concreto, una de las obligaciones de la salud laboral es señalar la responsabilidad del empresario. Para que esta dinámica sea eficaz, requiere de independencia y de una legislación laboral adecuada. La principal evidencia de esta afirmación es el gradiente social de las condiciones adversas de salud y trabajo: los empresarios sufren menos adversidades y los trabajadores de las escalas más bajas se enfrentan a las peores. Por ejemplo, desequilibrios en la demanda y el control, en el esfuerzo y recompensa, exposición a cancerígenos.

El informe subraya la necesidad de alcanzar una mayor coherencia en la acción en todos los sectores y todos los agentes implicados en la salud, ¿puede darnos algún ejemplo de falta de coherencia y sus consecuencias?
Los Ministerios de Sanidad se centran fundamentalmente en el tratamiento de problemas de salud. Tienen muy poca influencia en el impacto sobre la salud del empleo, la reducción de las ayudas sociales y otros determinantes sociales de las condiciones de vida cotidianas. Esa es una muestra clarísima de descoordinación: lo que un ministerio procura el otro lo deshace.

Entre las recomendaciones del informe, ¿puede señalar algunas que sean de especial relevancia en el caso de España?
Lo primero es asegurar a todos los niños y niñas un buen comienzo en la vida. Es especialmente importante que se realicen esfuerzos para mitigar el impacto de las actuales condiciones económicas en la futura salud de los niños y niñas españoles. Se trata fundamentalmente de asegurar condiciones adecuadas de alimentación, educación y un nivel de vida digno en los primeros años de vida. En segundo lugar es necesario reducir el período en el que los jóvenes se ven afectados por el desempleo o la falta de formación adecuada para el futuro. El tercer aspecto es la protección de todos los grupos en situación vulnerable frente a los más duros impactos de las adversidades económicas que atraviesan los países.

1,3 billones al año
El informe de la OMS cifra el coste evitable de las desigualdades en salud en la Unión Europea en 1,3 billones de euros al año. Una cifra que supera el producto interior bruto de todos los países europeos, excepto Alemania (2,6 billones), Gran Bretaña (1,9 billones), Francia (2 billones) e Italia (1,5 billones). Esta cifra es el resultado de calcular los costes de las enfermedades y discapacidades laborales a través de su impacto en la producción más los impuestos dejados de pagar y el coste de los tratamientos adicionales sufragados por las Administraciones públicas. El informe de la OMS plantea que la forma más efectiva de reducir las desigualdades en salud es actuar sobre las condiciones sociales en las que la gente nace, crece, vive, trabaja y envejece. Es decir, los determinantes sociales de la salud.

Según la OMS, una acción eficaz exige políticas públicas que promuevan un adecuado crecimiento en la infancia, mayor calidad de la educación y la formación, un trabajo justo y seguro, calidad del hábitat, adecuada protección social e inclusión social, envejecimiento en condiciones de igualdad, comunidades cohesivas y sistemas universales de salud pública.
Fuente: Por Experiecia.com de CC.OO.

lunes, 5 de mayo de 2014

La Negra en la sala Mercantil. Le acompaña, a la viola, Rosa Escobar .

Esclavos del mundo libre. El clásico sobre la explotación laboral, 'Los filántropos en harapos', se publica en España

"Los filántropos en harapos" de Tressell, entregan su trabajo a los patronos a cambio de migajas

Es extraño que esta novela haya necesitado cien años para ver su versión española. Las razones son varias. Por un lado, era moderna cuando se escribió a principios del siglo XX, y aún sigue siéndolo en cierto modo. Por otro, se resiste a ser considerada meramente una obra de ficción, aunque el tono y el estilo lo sean, quizá no tanto la intención de su autor,  Robert Tressell  (Dublín, 1870-Liverpool, 1911). Puede leerse como un panfleto novelado socialista, y de hecho así lo leyeron Orwell y Allan Sillitoe, quedando fascinado el segundo por “su entusiasmo y patetismo”. Algo de Tressell hay detrás de los relatos de La soledad del corredor de fondo que inauguran la literatura working class inglesa. Esos personajes desesperados para los que ni siquiera la astucia es un verdadero capital son herederos de aquellos filántropos en harapos que con una increíble lucidez, ternura y oficio narrativo, levantó el diestro empapelador Tressell. Si pensamos en las novelas realistas de Galdós en el cambio de siglo nos damos cuenta de que la Inglaterra de ese tiempo era otro planeta. Un lugar en el que el capitalismo había sentado sus reales y donde los trabajadores manuales creían que sus empleadores les estaban haciendo un favor dándoles trabajo. Donde el control de los obreros era tal que debían rellenar unas fichas diarias con las labores realizadas y los tiempos empleados, y no podían perder un segundo ni para comer.

Por eso les llama Tressell “filántropos”: entregaban su trabajo a cambio de migajas a unos patronos que los amenazaban con despedirlos a la mínima distracción, creyendo que ese era el único mundo que Dios tenía reservado para ellos. Con este libro producto de la rabia y de la ilusión de cambio, Tressell se dedicó a tocar unas agudas campanillas para despertarlos de su letargo. Y lo hizo con imágenes elocuentes, agudos diálogos, didácticos razonamientos, personajes de carne y hueso, emociones. Es decir, viene a ser un cóctel del  Manifiesto Comunista y  Das Kapitaltraducido al francés y, luego, por alguien acostumbrado a embellecer molduras y ejecutar trampantojos, vertido por fin al lenguaje de la novela moderna. Un producto bien acabado, la maravilla de un talento desviado. Y olvidado, al menos como autor, aunque sea festejado en las webs del social-comunismo anglosajón.

Un hombre sin apenas formación es capaz de explicar con sencillez la teoría monetaria de Marx (“la gran trampa del dinero”, le llama) y a la vez hacernos ver de una manera clara cómo malvivían los obreros eduardianos en un pueblo de la costa sur de Inglaterra, dejándonos la sensación de que, pese al vuelco de los tiempos y la supuesta caída de muros, la situación no ha cambiado tanto y seguimos siendo filántropos vestidos por Zara. En otras palabras, pobres diablos que ya ni esperan ni creen en revolución alguna. Con el personaje de Owen, pintor escrupuloso y sensible, Tressell trazó un camino a la vez desesperanzado y utópico. Porque esos obreros cuyo destino consiste en “triste esclavitud, hambre, harapos y muerte prematura” no hacen más que ensalzar y votar a quienes les explotan y roban.

Tressell, cuyo verdadero nombre era Noonan, y que trabajó casi una década en Sudáfrica y pretendía llegar a Canadá cuando le sorprendió la muerte, escribió durante dos años esta novela en Hastings, pueblo costero que le sirvió de modelo para Mugsborough. Allí un grupo de pintores y ebanistas son empleados por Rushton & Co para decorar mansiones. Reciben un salario de miseria y además están sometidos a la competencia feroz de las otras empresas del ramo. Abocados a la indigencia, tanto si tienen trabajo como si no, y muchas veces al suicidio, viven inmersos en un sistema perverso cuyos mecanismos son misteriosos e incuestionables. Robert Tressell muestra muy bien el sistema mediante la obra que ejecutan para un rico “haragán” en una casa llamada platónicamente La Caverna. Muestra que Harlow, Easton, Slyme y los demás obedecen al capataz Crass, que a su vez tiene como supervisor al ubicuo Hunter, el cual da cuentas al negrero Rushton. Por suerte para ellos están Owen y Burlington, los cuales se dedican a abrirles los ojos. Les dicen que si el aire y la luz del sol se pudiesen monopolizar, ya se habría hecho y todo el mundo iría por ahí comprando metros de luz o campanas de aire para no morir.

La novela tiene un punto dickensiano, cierto contenido de sentimentalismo, y es muy precisa en la caracterización de personajes. Robert Tressell sabe crear atmósfera y empatía. Las mujeres de los obreros, sus hijos, el teatro que se organiza para mostrar el “sistema”, la comilona que tiene lugar en la última parte: todo remite a una “realidad” que es en último término “literaria” y a la vez producto de la experiencia y de ese generoso rasgo anglosajón de dejar testimonio y aviso para navegantes.

Los filántropos en harapos. Robert Tressell.
Traducción de Ricardo García Pérez. Capitán Swing.
Madrid, 2014. 742 páginas. 26 euros.

Fuente:
JOSÉ LUIS DE JUAN, 3 MAY 2014, El País, Babelia.

domingo, 4 de mayo de 2014

Rumiar pensamientos: camino directo a la ansiedad y depresión. BBC Mundo

Darle vueltas una y otra vez a nuestros problemas nos hace más vulnerables a la ansiedad y la depresión, según el mayor estudio sobre estrés efectuado por vía online en Reino Unido.

Si bien los psicólogos dicen que cierta dosis de reflexión tiene consecuencias positivas para nuestra calidad de vida, ofuscarnos en nuestros pensamientos es contraproducente para la salud mental.

La introspección obsesiva es la antesala de la ansiedad y las depresiones, según los resultados de este estudio.

clic El informe fue elaborado por BBC, en colaboración con psicólogos de la Universidad de Liverpool. Revela que dedicar mucho tiempo a rumiar nuestros problemas es un camino directo a la ansiedad y la depresión, las patologías mentales más comunes en Reino Unido, según la organización Mental Health Foundation.

Los profesionales de la salud ya coincidían en que darle demasiadas vueltas a los problemas no nos acerca a su solución.

Esta nueva investigación llega a asegurar que es mayor el impacto psicológico del pensamiento compulsivo que el del propio problema que creemos estar resolviendo.

Un total de 32.827 personas de 172 países participaron en el test. "Hemos descubierto que los individuos que no rumian sus problemas ni se culpan por las experiencias negativas de su vida tienen niveles de depresión mucho menores que las que sí lo hacen", aseguró Peter Kinderman, el profesor de psicología clínica que lideró el estudio.

Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida.

La mente humana es una máquina compleja y existe consenso en que no hay una única causa para la depresión y la ansiedad. Eso sí, algunos factores tienen más impacto que otros.

El estudio mostró que los traumas que más inciden en el desarrollo de una depresión son el abuso sexual o haber sufrido de acoso escolar o "bullying" durante la adolescencia. Le siguen los problemas familiares, la educación, el salario, las relaciones personales, el estatus y la inclusión social.

"Pero estos traumas por sí mismos no fueron la única causa", dice Kinderman. Entre los agentes que agravan esos problemas, rumiar se mostró más nocivo que autoculparse.

Pensamientos en redondo
Tener pensamientos negativos iguales sobre lo mismo una y otra vez es algo bien conocido para Teresa, una mujer que prefiere no dar su nombre real.

Esta mujer de 50 años, originaria de Essex, en Inglaterra, ha abordado sus problemas con esa actitud durante años. Está casada desde hace 20 años y tiene 2 hijos. Como ella, la mayoría de los participantes en este estudio tenían una relación estable.

Pese a tener una vida familiar feliz, no logra controlar los pensamientos negativos.
"Si estoy estresada en el trabajo o en casa estos pensamientos me asaltan y no soy capaz de racionalizarlos. Me enfado conmigo misma por permitir que sean ellos los que controlen mi cabeza y no yo a ellos", dijo Teresa a BBC.

Como Teresa, muchas otras personas luchan con sus problemas mentales diariamente en el mundo. Una de cada cuatro personas sufre algún transtorno mental a lo largo de la vida, según datos de la Organización Mundial para la Salud.

¿Cuál es el impacto de los problemas mentales en el mundo?
Una de cada cuatro personas sufren algún trastorno mental durante su vida.
Es una de las principales causas de discapacidad a nivel global de acuerdo con los datos de la Organización Mundial de la Salud.
Sólo en 2010 las enfermedades mentales tuvieron un coste mundial de US $ 2.5 billones, según el Foro económico mundial.
Los psicólogos han llegado a calificar esta manía de magnificar nuestros problemas reproduciéndolos una y otra vez como una enfermedad mental "silenciosa". Su impacto en nuestra salud es frecuentemente subestimado, pero juega un papel en casi cualquier problema mental, desde el trastorno obsesivo compulsivo a los trastornos de la alimentación.

Un mensaje positivo
Entonces, ¿cuál es la importancia de esta investigación para personas con problemas mentales?
"Es obvio que es sólo un estudio, pero yo creo que nuestra contribución es muy significativa", dice Kinderman. "Para las personas afectadas, da el mensaje de que hay esperanzas para una solución", comenta Ellie Pontin, una psicóloga clínica que estuvo también involucrada en la investigación.

"Es muy duro escuchar que tus problemas están causados por algo que sucedió en el pasado y no puede ser cambiado. Sin embargo, la manera en que piensas sobre ellos es algo que los pacientes pueden controlar", comenta Pontin.

"Es un mensaje muy positivo", refuerza Angela Clow, profesora de psicofisiología en la Universidad de Westminister.

"Ayudar a alguien a afrontar sus procesos de negatividad no es una tarea única de los psicólogos clínicos. No siempre es necesario que los pacientes se sometan a un proceso psicológico muy caro. Otros profesionales de la salud pueden ser entrenados para ofrecer a sus pacientes trucos psicológicos y técnicas que ayuden a cortar la espiral de negatividad", dice Clow.
Fuente: BBC

sábado, 3 de mayo de 2014

Es la vergüenza. Lo que está sustituyendo al despilfarro en España no es el buen gobierno, sino el derroche de injusticia

En un hospital público de España, de cuyo nombre prefiero no acordarme, le han negado atención médica a un niño de dos años. Dicho de otra forma: le exigieron a la madre firmar un papel de pago. El niño tenía fiebre, respiraba con dificultad, vomitaba, lloraba sin cesar. Esto ocurrió en urgencias, el pasado 30 de abril. En la historia hay un dato biográfico, auténtico, que parece introducido por un guionista providencial: el niño había nacido en ese hospital. Vino al mundo allí, en el mismo lugar ahora inaccesible, por una burocracia inepta que anda multiplicando fronteras con verja. Es un niño español, por cuna y DNI. Pero hay otro detalle nuclear en la historia: el niño iba en brazos de su madre, emigrante de Cabo Verde. Habrá quien argumente que lo ocurrido es un daño colateral del control presupuestario. Pero lo que está sustituyendo al despilfarro en España no es el buen gobierno, sino el derroche de injusticia. Una marea de impúdica desigualdad. ¿Cómo van a ser verosímiles los brotes verdes de la economía cuando asistimos diariamente a un bombardeo tóxico que provoca la desfoliación de la verdad? No es el Gobierno de la austeridad lo que cierra la puerta a un niño enfermo. Es el Gobierno de la brutalidad. Pese a la desfoliación, he llegado a esta conclusión histórica después de leer un implacable testimonio científico que se refiere al corazón. Se titula: Lágrimas de vergüenza. Lo firma un médico. El cardiólogo Maximiliano Diego. Cuenta en la web de Salud a diario cómo en el último año se han multiplicado los pacientes que sufren un segundo infarto, más grave, al no poder pagar el tratamiento necesario: más de 100 euros al mes. “O comemos, o tomo las pastillas”, confiesa uno de esos hombres del segundo infarto, trabajador en paro. Así que ya no deberíamos hablar en elecciones ni de política ni de economía: “¡Es la vergüenza, estúpido!”.
Fuente: Manuel Rivas, El País.

viernes, 2 de mayo de 2014

Mario Bunge: “Hoy día la ciencia asusta tanto a la izquierda como a la derecha”

Uno de los pensadores contemporáneos más destacados, reflexiona sobre la educación,la economía, la comunicación e Internet
El premio Príncipe de Asturias de Humanides opina que "la búsqueda de información hace que todo sea más rápido, pero obstaculiza la creatividad y la imaginación"

Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), es “un filósofo de la ciencia curioso”. Estudiante primero de física y luego de filosofía, doctorado con una tesis sobre cinética del electrón relativista, fue profesor en Argentina, de donde emigró por motivos políticos en 1963. Tras pasar tres años dando clase en varios países, en 1965 llegó a Canadá. En la universidad McGill de Montreal enseñó y hoy sigue siendo profesor emérito. Bunge visita Madrid de paso para Génova porque, subraya, “de allí es mi señora”. En Génova pasará dos meses, corrigiendo la versión inglesa de sus memorias: “Voy viendo que hay pasajes muy locales que quiero cambiar. Espero publicarlas en septiembre”.

Serán las memorias de un lúcido testigo del siglo XX, un observador atento de la realidad analizada bajo el prisma materialista que le define, combatiendo las escuelas filosóficas “que no ayudan a buscar la verdad”, las doctrinas que anulan al ser humano y, de paso, las falsas ciencias, de la homeopatía al psicoanálisis, siempre con grandes dosis de razón y de humor. Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y Comunicación en 1982, sus libros están publicados en España por Gedisa y por Laetoli.

Pregunta. ¿Puede haber filosofía fuera de la ciencia?
Respuesta. Puede. La mayor parte de los filósofos no saben nada de ciencia, pero están varios milenos atrasados y no pueden profundizar en cuestiones importantes, que han sido ya respondidas por la ciencia, como por ejemplo qué es la vida, la psique, la justicia…

P. Usted ha dicho que la ciencia y la técnica son los motores del desarrollo ¿Cómo está afectando la crisis a la producción de conocimiento?
R. De una doble manera. Primero se han reducido en casi todas partes los fondos para la investigación y, segundo, hay una crisis ideológica y hoy la ciencia asusta tanto a la izquierda como a la derecha. Antes los únicos enemigos de la ciencia estaban en la derecha; hoy hay muchos izquierdistas que confunden la ciencia con la técnica y creen que es ante todo una herramienta en manos de las grandes empresas.

P. ¿Aprenderemos algo de esta crisis?
R. Los golpes no enseñan nada, no creo que aprendamos de esta crisis, sobre todo si los gobiernos siguen pidiendo consejo a los economistas que contribuyeron a crearla, a los partidarios de políticas sin regulación.

P. Usted ha dicho que la técnica, a diferencia de la ciencia básica pero a semejanza de la ideología, no siempre es moralmente neutral ni por lo tanto socialmente imparcial. ¿Cuál es su juicio global sobre la actual expansión de las tecnologías de la información y sus aplicaciones?
R. Todo avance técnico tiene aspectos positivos y negativos, desde el teléfono celular al iPad, que han facilitado la adquisición de información pero están destruyendo la sociedad, que se está aislando cada vez más. Están teniendo un efecto desolador, por ejemplo se leen menos libros cada vez. Antes los estudiantes dedicaban 25 horas semanales a estudiar, pero ahora ya son 15 y dentro de unos años serán 10 o 5. Las bibliotecas están vacías.
Más en El País.

miércoles, 30 de abril de 2014

Fuster: “El paciente que no se cuide podrá ser rechazado por el sistema” Solo un 20% de los enfermos intervenidos controlan cuatro factores de riesgo un año después

Las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte en España, pero su prevención no está resultando nada fácil. Y ello no sucede porque no se sepa qué hay que hacer.

En un curso magistral que ha dado en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo, Valentín Fuster, director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), resumió en siete los factores de riesgo (tabaco, colesterol, hipertensión, diabetes, sedentarismo, obesidad y edad) y, no sin cierto desánimo, admitió que los ensayos muestran que “solo los profesionales y los obsesivos” parecen dispuestos a cambiar sus hábitos. Ante una “epidemia silenciosa” que “la gente no se cree”, puede llegar a suceder que “el paciente sea rechazado por los sistemas sanitarios”, advirtió. Algo que ya empieza a barajarse en países como Reino Unido o Suecia, añadió.

Los ensayos empiezan a mostrar esta impermeabilidad de los pacientes a los consejos médicos. Por ejemplo, en una revisión de estudios hecha con personas que ya han tenido un infarto, publicada en abril, Fuster y otros investigadores constataron que un año después del suceso, solo el 20% había conseguido controlar cuatro de los factores (se medía tabaquismo, colesterol, hipertensión y azúcar).

Y si esto sucede entre quienes ya le han visto las orejas al alobo, la idea de que quienes se consideran impunes cambien sus hábitos le parece al cardiólogo una entelequia. “No queremos creer lo que nos está ocurriendo. No va a haber un cambio de hábitos, porque la población no se cree vulnerable. Por eso hay una epidemia”, dijo Fuster. En la misma línea de reconocer una situación peligrosa, Fuster fue tajante: "No me digan que en España se sigue la dieta mediterránea".

Aunque todavía no hay datos, la misma idea subyace en el estudio Focus 1 que está realizando el equipo del investigador. Su objetivo es medir por qué las personas que han tenido un accidente cardiaco o cerebrovascular no toman la medicación que evitaría una recaída. El tratamiento básico es, en principio, sencillo: tres pastillas –anticoagulante, antihipertensión y anticolesterol-. La evidencia de que el cumplimiento terapéutico (lo que se denomina adherencia) es escaso llevó al CNIC, en colaboración con laboratorios Ferrer, que colaboraron en la preparación del encuentro de Santander al que fue invitado EL PAÍS, a desarrollar la polypill, una píldora que incluye los tres compuestos en un solo comprimido. “No se trata de ponerlos todos juntos”, advirtió Fuster. La idea es facilitar que se siga el tratamiento, y que sea más barato –“hemos aprendido que lo que encarece el medicamento es la distribución”, dijo el médico-. La polypill, de momento, está permitida en siete países latinoamericanos. Se espera que el año que viene se apruebe en Europa, y que al siguiente esté también en EE UU.

Esta idea de una pastilla a dosis fijas contradice uno de los principios que parecen regir la nueva medicina: los tratamientos personalizados, admitió Fuster. De alguna manera, las enfermedades cardiovasculares son algo “difuso” y, por lo que dijo el médico, de momento escapan a las nuevas tendencias: ni la genética como factor predictivo, ni el uso de células madre ni los tratamientos individualizados han demostrado de momento una gran utilidad. Sigue habiendo que acudir a la anatomía y la fisiología clásicas.

En la misma línea, Fuster defendió el uso de los nuevos anticoagulantes que se dan a dosis única y no hay que regularlos en función de analíticas periódicas a los pacientes. Es un debate que en España enciende a los especialistas entre defensores del Sintrom y los del Dabigratán. El problema de este último, más nuevo y cómodo para el paciente, es, por un lado, su precio. De hacho los médicos de primaria acaban de emitir un comunicado protestando porque no les dejan recetarlos en todas las comunidades. Por otro, que hay que ser muy riguroso con los horarios ya que si no hay riesgo de sobredosis, admitió Fuster. Por eso él, que tiene a sus pacientes en EE UU, es claro: a los que usen los anticoagulantes antiguos y les va bien, que sigan con ellos; a los nuevos pacientes, que empiecen con los nuevos. Si pueden pagárselo, algo que en países con sistemas de sanidad privados es muy importante...
Fuente: El País.

El rector de la Complutense: “El futuro de la Universidad pública está en entredicho”. El responsable del mayor centro presencial de España alerta de la "asfixia" de los campus

La Complutense ha perdido 300 profesores en tres años y otros 90 se irían fuera este año
Hasta el 15% de sus grupos de investigación se ha quedado sin financiación
El comunicado de los rectores

"Asfixia" es la palabra que define el estado actual de las universidades españolas, según ha expresado esta mañana el rector de la Universidad Complutense de Madrid, José Carrillo,  en la lectura de un comunicado consensuado entre los 50 campus públicos y 25 privados del país en el que exigen al Gobierno que revoque los recortes que les ahogan. El responsable del mayor centro presencial del país, con 78.000 alumnos, ha alertado de que el efecto de los ajustes tardará "años" en revertirse —"Lo que hemos invertido en 30 años lo tiramos por la borda con cuatro años de desinversión"— y ha advertido de que la viabilidad de los centros se complica mucho si no se toman medidas: "El futuro de la Universidad pública está en entredicho".

El rector de la Complutense ha detallado con las cifras de su propio campus el impacto de esas “medidas excepcionales” que rechaza el comunicado. Medidas que llegaron a través de los recortes presupuestarios (unos 1.200 millones desde 2009) y de cambios normativos que han favorecido un aumento inédito del precio de las matrículas universitarias y el endurecimiento de los criterios académicos para acceder a una beca. En su centro, los efectos se traducen en pérdida de profesores, de alumnos y de equipos y líneas de investigación.

La Complutense ha perdido 300 profesores doctores en los últimos tres años, y otros 90 están al borde de quedarse fuera este año, porque la tasa de reposición (del 10%, solo se cubre una de cada diez bajas) impide que se les estabilice. "La formación de todos estos docentes ha costado 30 millones de dinero público, es dinero que se va por la alcantarilla", se ha quejado Carrillo. La pérdida de estos 90 doctores puede suponer, ha dicho, que tengan que "plantear el cierre de departamentos o incluso de titulaciones".

Menos profesores y también menos alumnos. El campus madrileño ha perdido hasta un 20% de estudiantes de máster en los dos últimos años, ha contado el rector, y 800.000 créditos matriculados menos en el mismo periodo, lo que equivale a que cada estudiante ha dejado de matricularse de una asignatura (60 créditos son un curso completo de media). La subida de tasas, especialmente intensa en Madrid, está detrás de la caída de alumnos— el coste medio de las matrículas de grado ha subido hasta un 65% en dos cursos—. "Muchos de los que hoy somos profesores en esta Universidad no podríamos haber estudiado con estos precios", se ha lamentado el rector.

La investigación del centro universitario más grande de España también se ha resentido con fuerza. De los 570 grupos de investigación, entre el 10 % y el 15% se ha quedado sin financiación, "lo que supone paralización de laboratorios y de líneas de investigación", explica el vicerrector de Investigación del campus, Francisco Tirado. "Esto afecta también a la temática de las investigaciones, las más costosas, las relacionadas con la química, la física o la salud, que necesitan más material, consumibles, etcétera, y que son las más afectadas", añade. "Los equipos de investigación no tienen relevo, los departamentos tampoco, ¿quién va a dar clase dentro de cinco años?", se ha quejado el rector. "Esto va a tener un coste para este país", ha alertado Carrillo, que ha recordado que la investigación en España "está soportada en un 66% por las universidades"...

"Nos están vapuleando año tras año", se ha lamentado el rector, para quien la postura del Gobierno —el Ministerio de Educación ya dijo ayer que no tiene intención de revertir la situación— es una "opción política" y no solo una cuestión de dinero. "Se habla de meter 5.000 millones para rescatar las radiales, ¿para eso hay dinero y no para la Universidad?".

Los rectores de todas las universidades españolas han escenificado esta mañana con la lectura simultánea del comunicado en sus campus su rechazo a los recortes y la exigencia al Ejecutivo de que dé marcha atrás en unas medidas que atacan a "la equidad".
Fuente: El País.