miércoles, 28 de junio de 2017

Aprender a ser feliz de nuevo tras una pérdida.


 La boda se aproximaba, la de mi hijo. Los eventos familiares importantes causan revuelo, como cuando llega la primavera a un lago: nunca se sabe qué saldrá a la superficie. En mi familia perdimos a mi esposo hace tres años y medio, de manera repentina —pensamos que fue a causa de un aneurisma—, y todos tuvimos que lidiar con emociones que fluctuaban de una manera atroz.
Durante el primer año de la muerte de David sentía como si todavía anduviera muy cerca de nosotros. Mi hija de diez años podía preguntar qué diría papá de esto o aquello y yo respondía sin chistar. Todavía escucho su voz. A lo largo de ese primer año, vi la famosa pintura de Chagall titulada El paseo, en la que el artista sostiene la mano de su mujer mientras ella flota por encima de él, a su alcance, y justo así me sentía.

Mi esposo estaba en otro plano y, sin embargo, lo suficientemente cerca como para que yo estirara la mano y lo tocara. Tras el aniversario de su muerte, el día después del 14 de febrero, casi sentí cómo se iba. Fue como si pasara a otra esfera, tal como enseña el misticismo judío. Los que se han ido están y no están entre nosotros al mismo tiempo.

Que las ‘vidas perfectas’ de Facebook no te depriman
Lo sentí en mis entrañas. Y mi cuerpo respondió: de inmediato me enfermé de neumonía (no ayudó que hubiera pasado aquel día de invierno tan frío dando vueltas en el cementerio, buscando su tumba entre la nieve espesa).

En cierto sentido, la neumonía me hizo bien. Me dio una excusa para detenerme y descansar, cosa que muchas veces los dolientes no se permiten hacer. Mis amigos y familiares estuvieron prestos a ayudarme; creo que en algún momento hubo siete distintos tipos de sopa en mi refrigerador. Sin embargo, ya no podía escuchar la voz de mi amado tan fácil ni tan claramente. Parecía que yo misma me encontraba entre la vida y la muerte. Pero teníamos una hija, aún pequeña: no había opción, tenía que volver a este lado de la vida. La vida nos da un empujón por la espalda, como un pasajero malhumorado que viaja a nuestro lado.

Poco después de eso, mi hijo se comprometió. Nada habría hecho a David más feliz. En la fiesta de compromiso, un evento sorpresa que nos provocó una gran felicidad, me mantuve atenta a mi alrededor, con la vaga esperanza de que apareciera en la puerta. No creo haber sido la única. Amigos y familiares nos felicitaron y muchos de ellos lloraban. Eran lágrimas de felicidad… no, no solo eran eso.

Yo también conocí a alguien (mi suegra preguntó: “¿Ya estás saliendo con alguien? Y de no ser así, ¿por qué?”). No era solo alguien, se trataba de alguien tierno y amable, considerado, guapo y gentil, que también había perdido a su cónyuge cuatro años antes. Compartíamos lo que él llamaba “un amor casi irracional” por la música… y una herida. Ambos habíamos estado felizmente casados por más de 30 años. Sabíamos cómo estar con otra persona; algo sabíamos sobre amar y ser amados. De repente, la vida se llenó de dicha de nuevo y de sustancia y aventuras. Cambió todo y, al mismo tiempo, todo seguía igual.

Estábamos felices de nuevo, casi con frivolidad. Sin embargo, aquel dolor, aquella nostalgia por el ser querido al que hemos perdido, nunca desaparece. Y así, dando tumbos en un mundo que ha probado no ser de fiar, debemos encontrar nuestro propio equilibrio. Y no es fácil, porque el duelo no tiene horarios ni instrucciones. En un momento, una anda dando brincos, en éxtasis, y al siguiente agacha la mirada, como si acabara de caer a un precipicio y agitara los pies a tontas y a locas, igual que el Coyote del Correcaminos en plena caída. Y no hay forma de saber qué será lo que nos hará caer al precipicio.

Hace poco, estaba en la despedida de soltera de la hija de un amigo, también viudo, una ocasión bella y feliz, en la que abundaban las jóvenes de vestidos floreados. Alguien puso la canción de Sting “Fields of Gold” y volví a ver a mi amigo. Su rostro cambió de repente: se le llenaron los ojos de lágrimas.

You’ll remember me when the west wind moves / Upon the fields of barley / You’ll forget the sun in his jealous sky / As we walk in fields of gold ...
(Te acordarás de mí cuando el viento del oeste se mueva/ sobre los campos de cebada/ olvidarás el sol en su celoso cielo/ mientras caminamos en campos de oro...)

Su esposa habría reconocido a todas esas hermosas jóvenes de vestidos floreados; podría haber saludado a cada una por su nombre. Habría caminado con la novia, su hija, entre sus brazos; recordaría con ella las noches de preocupación, de ir y venir por la casa, y también las victorias diarias. Habría estado ahí.

El matrimonio de mi hijo se acercaba. Yo estaba encantada con su prometida y era una ocasión que esperaba con anhelo, con la mayor alegría… y con algo de temor.

Sin importar qué tan gloriosa y plena fuera la boda, sabía que todos sentiríamos una gran ausencia… desolación, a decir verdad.

David, quien se desvivía por hacer felices a aquellos que amaba, no estaría ahí para hacer el brindis, además de que era uno de los mejores oradores que se puedan imaginar. Sin fallar, creaba los que mi hijo llamaba “momentos Kodak”. Estaría con los brazos extendidos y los ojos azules radiantes; sería David, el hombre de familia en todo su esplendor.

Era imposible, impensable, que no estuviera presente para aportar la calidez de su presencia que iba más allá de la vida.

Me tocaría a mí, la vacilante y reservada, hacer el brindis y, nuevamente, encontrar la delgada línea que divide la alegría de la tristeza. Había que ser honesta. Para honrar a David sin deshonrar la dulzura de la ocasión, justo cuando todos comenzábamos a salir adelante.

 Sabía que David gritaría. Incluso sin que escuchara su voz tan claramente en mi cabeza, lo sabía. Es el clásico brindis judío, la vieja historia, aquella que celebra el cuerpo y la sangre, la unión, la velocidad del tiempo, el increíble regalo de ser, a esos dos jóvenes que se aman, ahora y por la eternidad.

¡L’chaim! ¡Por la vida! A la vida.

Liz Rosenberg es profesora de creación literaria en la Universidad Estatal de Nueva York (SUNY) en Binghamton, y poeta y autora, más recientemente, de la novela "Beauty and Attention".

https://www.nytimes.com/es/2017/05/22/aprender-a-ser-feliz-nuevo-perdida/

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martes, 27 de junio de 2017

Las claves del éxito de las universidades catalanas. Los campus resaltan su capacidad de atraer a profesionales de excelencia y el polo científico que los rodea.

No hay receta para el éxito que tenga un solo ingrediente.
Tampoco para despuntar en los ranking de universidades. En todo caso, dicen los implicados, hay un cúmulo de factores. “Aunque estas clasificaciones hay que mirarlas con cuidado porque subes y bajas con facilidad”, matiza Margarita Arboix, rectora de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), una de las instituciones mejor posicionadas en el informe de la Fundación Cyd (Conocimiento y Desarrollo). No hay parámetro en el que no se cuele, entre los primeros puestos, alguna universidad catalana, especialmente las que se levantan alrededor del área metropolitana de Barcelona: la UAB, la Pompeu Fabra (UPF) y la Universidad de Barcelona (UB). Su secreto, dicen, una mezcla de capacidad de atracción de talento, internacionalización y, sobre todo, calidad docente.

Las tres tienen en común el ecosistema empresarial, científico y tecnológico que las rodea. “El sistema se ve favorecido por un entorno de altísimo desarrollo, donde es más fácil el fenómeno de la colaboración. Tener un entorno rico en oportunidades, ayuda”, apunta Màrius Rodriguez, vicerrector de Relaciones Institucionales de la UAB. “Tenemos poca transferencia de conocimiento pero tenemos buena ciencia, que es la condición para avanzar y tener buena transferencia”, agrega Jaume Casals, rector de la UPF. También cuentan con mecanismos para sortear la rigidez en la contratación docente y atraer talento. “Nuestro secreto es el espíritu de renovación, la juventud y la lucha contra la telaraña normativa. Hemos desarrollado un sistema que nos ha permitido reclutar personas de otros entornos, personas consagradas a la universidad y a la investigación”, sostiene Casals. Por ejemplo, convocatorias de la Generalitat como las de investigadores ICREA para fichar talentos docentes que, por restricciones burocráticas o económicas, no podrían entrar en la rueda del profesorado con plaza fija.

Tener a los mejores docentes y cuidarlos supone un efecto llamada al talento. “El hecho de tener un buen nivel de docencia le da prestigio a tu facultad, atraes estudiantes buenos y eso es tener el talento garantizado”, sintetiza Arboix, que aboga por cuidar a profesores e investigadores y facilitarles el trabajo. “Hay que invertir en personal de apoyo para ayudarlos en sus investigaciones. La burocracia es impresionante. Hay que cuidar el talento y darle instrumentos para hacer su trabajo más fácil”, señala la rectora.

Evaluación trimestral
La última arista del triángulo del éxito es la internacionalización. “Las conexiones internacionales, la tradición de movilidad de ir y recibir gente ayuda a tejer redes internas para investigación y captar talento”, apunta Ernest Pons, portavoz de la UB. “Tenemos una clarísima vocación internacional. Los referentes más potentes los encuentras en contextos amplios”, apostilla Martínez.

A ojos del alumno, la excelencia del sistema catalán lo resume Joan Carles Rodríguez, estudiante de tercer curso de Derecho en la UPF. “Hay tres elementos que marcan la diferencia en la UPF. Primero, la calidad docente, pues la mayoría son profesores que tienen experiencias profesionales, no solo docentes. Segundo, el modelo de la UPF está basado en seminarios y evaluación trimestral, que hacen que practiquemos en grupos reducidos los conocimientos adquiridos de teoría y que seamos más constantes. Y tercero, la internacionalización: uno de cada tres alumnos hace una estancia fuera de la universidad”, concluye. Joan Carles terminará la carrera el año que viene en la Universidad Católica de Milán.

http://ccaa.elpais.com/ccaa/2017/05/19/catalunya/1495178078_176609.html

lunes, 26 de junio de 2017

El diagrama de Angus Maddison. Prueba de cargo contra el capitalismo


El diagrama de Angus Maddison: prueba de cargo contra el ...
Sobre estas líneas se muestra la evolución porcentual del PIB para los grandes territorios del planeta entre los años 1 y 2000 según los datos recopilados por el economista inglés Angus Maddison (1926-2010). El gráfico se presenta aquí con escala temporal lineal, y no logarítmica como suele ser habitual, con el fin de poner de manifiesto de forma más clara el carácter excepcional de lo ocurrido a partir del siglo XVIII. Probablemente no exista una imagen que refleje mejor la catástrofe global que supuso la onda expansiva del capitalismo industrial y la opresión colonial a él ligada.

En la figura puede verse que durante muchos siglos las áreas más pujantes fueron China y la India. Europa incrementa su importancia a partir del siglo XII, pero con una posición subordinada respecto a los gigantes asiáticos hasta hace muy poco. La India fue la primera víctima de la debacle y comenzó a desplomarse ya en el siglo XVIII, cuando el imperio Mogol, que había traído una relativa prosperidad al país, inició su declive para dar paso progresivamente a un dominio inglés que destruyó su tejido industrial y lo relegó a la producción de materias primas para la metrópoli. La incorporación de la India al capitalismo se saldó con hambrunas que dejaron decenas de millones de víctimas en la era victoriana, y el descenso siguió en el siglo XX hasta tocar fondo. Sólo tras la independencia se evidencia una débil recuperación, que no se ha de olvidar que llega de la mano de la inserción en la economía global de grandes masas de población en condiciones de cuasi-esclavitud.

El caso de China es ligeramente diferente. Allí, la producción logra mantenerse hasta bien entrado el siglo XIX. En esa época, la dinastía Qing en el poder veía con preocupación el sistema que los británicos habían encontrado para comerciar en el rico y enormemente atractivo mercado chino, que no era otro que la introducción en el país del opio que estaban produciendo en la India, barato y en grandes cantidades. Cuando las autoridades chinas prohibieron este tráfico, que atentaba gravemente contra la salud y las condiciones de vida de la población, la respuesta británica fueron las guerras del opio (1839-42 y 1856-60), que ganadas por ellos supusieron la sumisión colonial de China y el derrumbe de su economía con un ritmo aún mayor que el de la India. Como no podía ser de otra manera, la caída de estos dos gigantes propició la consolidación de Europa como potencia productiva y un ascenso imparable de los Estados Unidos.

Es interesante observar cómo tras su mínimo a mediados del siglo XX, India y China emprenden una subida que es mucho más clara en el caso de China. Como Noam Chomsky recordaba en una ocasión, India y China aportan, de alguna forma, un experimento de evolución de dos economías a partir de una base igualmente desastrosa durante varios decenios y con un modelo de producción capitalista en un caso y centralizada en el otro. El hecho de que con todos sus errores y crímenes, el experimento chino se haya saldado con menos muertes por hambre y con mayores tasas de crecimiento viene a mostrar lo mismo que aprendieron en los años 90 los ciudadanos de la Unión Soviética con su triste experiencia, que por malos que fueran los regímenes de socialismo real, el capitalismo se las arregla casi siempre para ser considerablemente peor.

Angus Maddison dedicó su vida a escudriñar en los documentos del pasado las huellas de la actividad económica, y fue capaz de sintetizar sus estudios en gráficas que muestran la historia del mundo en unas pocas líneas coloreadas. Estos datos, amplia y reverentemente citados en las publicaciones del pensamiento único, se quiere que demuestren sólo la superioridad productiva del capitalismo. Sin embargo, es importante señalar también que esta supremacía se basa únicamente en la rapiña y la imposición bélica, santificadas por una monstruosa cobertura ideológica. Cuando somos conscientes de esto, las curvas de Angus Maddison se convierten en una prueba de cargo decisiva contra la más perniciosa de las doctrinas criminales que ha conocido la historia.

Blog del autor: http://www.jesusaller.com/

https://youtu.be/dy34qpyXnXE

_--Escandalosas auditorías del caso Banco Popular. PwC le fabricó siempre informes “limpios”; y el de Deloitte, con holgado margen, sigue secreto.

_--¿Cómo en un año el valor de un banco (el Popular) se reduce de 6.000 millones a 1.300? ¿Cómo, en un día, el de su intervención (7 de junio) de 1.300 millones a cero?

El valor es el precio que alguien esté dispuesto a pagar por el banco. Varía. Se dispone de aproximaciones, el valor contable en libros, el de capitalización bursátil… Oscila. Lo detalla Salvador Arancibia (El valor de la franquicia, Expansión, 19/6/2017). Los grandes responsables del derrumbe de valor de junio a junio son los gestores (Ángel Ron y Emilio Saracho). Quien debe explicar el colapso entre 1.300 y cero son los entes públicos (JUR, FROB,  Banco de EspañaMinisterio de Economía).

En medio, la supervisión privada, la firma de auditoría. Añade en este caso incompetencia y/o conflicto de interés a su ya escandalosa trayectoria. Que replantea su utilidad real.

Una de las big four,  PwC, auditaba sin interrupción al Popular desde los 90incluido el período 2008-2010 en que el hoy ministro de Economía, Luis de Guindosdirigió su departamento de sector financiero en España. Ni PwC ni el oficial Instituto de Contabilidad (ICAC, que depende del ministro Guindos) han explicado aún por qué la auditora cerró el examen sobre 2016 sin salvedades (¡como siempre!) y al poco indicó en abril que había que ajustarlo en 694 millones de euros. Se redobló la inestabilidad bursátil del banco.

Ese quiebro sucedió en la ultimísima fase de la vida de la entidad. Como había ocurrido con  Viajes Marsans, de Gerardo Díaz Ferráno como su competidora Deloitte actuó en el caso Bankia: en el postrer minuto. La firma refuerza así su carácter de sospechosa habitual.

PwC auditó al Banesto de Mario Conde sin hallar rarezas. Asesoró la venta de las 3.000 viviendas sociales madrileñas que Ignacio González y Ana Botella vendieron a Goldman Sachs y otros fondos buitre. Su grupo mundial aconsejó a las multinacionales que eludieron impuestos a través del Luxleaks. Y pagará 38 millones (y nueve millones de multa) tras pactar con el fiscal anticorrupción para evitar la cárcel a un puñado de sus socios por delito fiscal contra el IRPF y Sociedades. Gente fiable.

También debe ser ultra-fiable Deloitte, que auditó —con informes "limpios"— a todas las cajas de ahorros que luego quebraron. Y que se superó en el caso Bankiaal ser multada con 12 millones de euros por el ICAC (ratificados por Guindos), por actuar de modo incompatible al hacer un doblete innoble: elaborar las cuentas de la entidad y luego auditarlas.

Su socio-director de Servicios Financieros, Francisco Celma, sigue imputado judicialmente, por no apreciar fraude en las cuentas del ejercicio clave de 2011 (salida a Bolsa). Tras el escándalo, los otros grandes despidieron a Deloitte. Santander emigró a PWC; BBVA, a KPMG; Bankia, a Ernst & Young y CaixaBank, a PwC (pero desde 2018).

Esta es la firma de auditoría cuyo informe (escandalosamente aún secreto) empleó la Junta Única de Resolución para reducir a cero el capital del Popular. Calculaba un agujero patrimonial de 2.000 a 8.200 millones, según si el escenario fuese normal o estresado, esa holgada minucia de multiplicar por cuatro.

Lo genial es que se las creen.

http://economia.elpais.com/economia/2017/06/21/actualidad/1498052156_360284.html

Mas información.
"Las resoluciones de bancos no se hacen para salvar accionistas y bonistas”

domingo, 25 de junio de 2017

EL ESTRELLA MICHELÍN MÁS BARATO DE EUROPA

Se llama Nova, está en Ourense y tiene un menú degustación de 30 euros. ¿El secreto? Producto local y de temporada, una cocina coherente y unos chefs con los pies en la tierra.

Cuando te gusta comer y frecuentes restaurantes hay dos palabras que te provocan a la vez placer y bastante dolor (en la cartera): estrellas Michelin. Por un lado, asociamos la alta cocina a una factura igual de alta, y por otro su sostenibilidad económica está constantemente cuestionada. El mismo Pepe Rodríguez comentaba recientemente a raíz de la polémica sobre los stagiers que sin ellos muchos de esos negocios “lo pasarían muy mal” por los gastos que suponen el personal y la materia prima. Pero en Ourense hay un pequeño local galardonado con una de esas codiciadas estrellas que desmonta todas estas teorías a base de producto de proximidad, humildad y un ejercicio constante de no despegar los pies de la tierra.

Se llama Nova, y sus padres son Julio Sotomayor y Daniel Guzmán. Abrieron hace cuatro años y medio, cuando la prima de riesgo estaba en 600. “Mi primo Dani y yo teníamos cerca de 30 años, estábamos en paro y pensamos que era el momento de decidir si seguíamos trabajando para otros o abríamos algo”, nos cuenta Sotomayor. Ganó lo segundo, y ese “algo” se convirtió en un local en el que caben 28 comensales, un cupo que intentan no cubrir porque la cocina es pequeña y así trabajan más a gusto. En esa cocina ofician actualmente cinco personas, mientras en la sala son “tres entre semana y cuatro los findes, cuando sube la demanda”.

Empezaron a trabajar 15 horas al día, pero nunca habían sido tan felices como con su propio negocio. “Al terminar el servicio teníamos que limpiar dos pilas de platos nosotros solos. Siempre pensábamos que cualquiera que nos viera diría, ‘pobres infelices’, pero nosotros estábamos a reventar de ilusión”, recuerda Julio entre risas. En otro ejercicio de adaptación al medio, empezaron con tres menús de 15, 28 y 42 euros. “Tanto mi primo como veníamos de trabajar en grandes restaurantes con menús merecidamente caros, pero hay que ser consciente de que eso aquí no puede ser”, reflexiona el chef. “Somos cocineros, pero pensamos como empresarios porque queríamos comensales, era cuestión de ir creciendo y adaptándose poco a poco: un menú en Can Roca cuesta 160 euros, y los vale, pero esto es mucho más pequeño, y a nosotros nos gusta que el ourensano venga cada dos semanas, que pueda permitírselo".

En noviembre de 2014, a los dos años justitos de abrir, llegó una inesperada estrella Michelin.“Como te puedes imaginar fue una sorpresa total, porque este es un restaurante muy humilde y estábamos fuera de todas las quinielas”. Sin perder a sus clientes habituales, sí hubo un pequeño cambio en su actitud hacia Nova. “La gente empezó a venir un poco más a celebrar cosas”, recuerda Julio, “así que nos cargamos ese menú y pusimos una fórmula más festiva y parecida a la que hay ahora”. A saber: tienen tres menús llamados Raíces, Nova y Cima que cuestan 30, 45 y 60 euros.

El primero ofrece un snack, cuatro platos principales y dos postres; el segundo sube a dos platos más y el último remata con lamprea -cuando pasé por allí estaba en plena temporada-, kokotxas y una tabla de quesos locales: 12 pases en total. Los tres menús ofrecen maridaje por 20, 25 y 30 euros respectivamente. “Aquí vienen los madrileños en verano y Semana Santa y flipan con los precios. Se quedan locos”, ríe el chef.

¿Cómo se consigue que te salgan los escandallos de un restaurante de alta cocina con estos precios? “Para empezar, en general no trabajamos con proveedores, sino directamente con productores, por un tema de ayudar a generar riqueza en la zona. Por ejemplo, los que nos venden los vinos llegan con los zapatos sucios porque vienen de trabajar la viña, y eso es un rollo especial”, asegura el cocinero. Claro que en esa zona encontrar buen producto es especialmente fácil: les traen las algas de Porto Muiños, el pan, de Cea, verduras, fruta y carne de productores de proximidad y pescado y marisco que llegan todavía moviéndose.

Los vinos también son todos gallegos, y hay representantes de las 5 DO (Monterrei, Rías Baixas, Ribeira Sacra, Ribeiro y Valdeorras). “Eso nos parece muy importante: apostar por lo local permite crear identidad y además ajustar los precios”, remarca Julio. Otra de sus máximas pasa por adaptarse siempre a lo que ofrece la temporada “Cambiamos el menú completamente cada 15 días para ajustarlo lo que ofrece el mercado. Por ejemplo, por el microclima de Ourense en temporada de setas esto es una fiesta, y se convierten -durante los días en los que las hay- casi en protagonistas del menú. Hay que aprovecharlo porque son una delicia”.

El tercer ingrediente de la fórmula del éxito de Nova es seguramente el más difícil de conseguir: la humildad. “Cuando abrimos decidimos que todo lo que teníamos lo íbamos a dedicar a ponerlo en los platos de la gente, no a decorarlo ni hacer grandes obras ni abrir en el local más lujoso de la ciudad con las mejores vistas”, recuerda Sotomayor. Hasta hace unas semanas no tenían ni plancha: trabajaban solo con una cocina de seis fuegos. “Cuando abrimos aprovechamos las sillas, la vajilla y los manteles de la anterior gerencia: las sillas también las hemos cambiado hace dos semanas. Poco, a poco, cada vez que tenemos unos duros, vamos cambiando alguna cosa: somos hijos de la crisis”.

Hablemos de cómo cocinan, que ya va siendo hora. Escogí el menú Nova, el mediano (por aquello de las equidistancias). En el pastel de pescado de roca, mejillones y espárragos estaba todo riquísimo, pero me faltó una ligazón, una salsa o un fondo que le diera unidad al plato. El bimi braseado con papada crujiente y minipuerro no tenía fallo: la papada, además de crujiente por un lado estaba increíblemente melosa por el otro, y las hortalizas refrescaban el conjunto. Los salsifíes con vieira y consomé de vaca no tenían fallo, igual que el foie con huevo cremoso y espuma de champiñones, uno de esos nuevos clásicos que nunca defrauda. El pan estaba como para pedirle matrimonio a quien lo hubiera hecho, especialmente uno típico de la zona con una parte de harina de castañas.

El pescado del día era una merluza con un punto de cocción impecable, con tirabeques y una salsa blanca que creo recordar que llevaba almendra, y la carne de mercado era clásica -con verduritas, ajo confitado y su propio jugo-, pero estaba realmente buena. De postre, caramelo de miel de brezo, menta y limón y crema de chocolate, plátano y crumble: siendo el primero mucho más arriesgado, para mi gusto le faltaba un poco de contraste -más limón, tal vez- y el segundo estaba cremosísimo, en el punto justo de dulce y con un crumble que le daba una agradable resistencia al mordisco. Como no tomé vino, la comida me hubiera salido por unos 50 euros que hubiera dado por más que bien empleados,

Por cierto: en Nova no tienen stagiers “primero porque no somos mediáticos, y segundo porque no hay sitio, y nos molestaríamos”, reflexiona Sotomayor. “Lo que sí tenemos gente que hace el mes de prácticas obligatorio de la escuela de hostelería, y cuando ha habido vacantes más de uno se ha quedado”. ¿No sería bonito que los hijos de la crisis fueran los padres de la prosperidad? Se lo merecen.

Francia: ¿Cómo se puede no ser progresista?

Decididamente, el siglo XVI fue de una creatividad formidable. No sólo se agitó con furor sino que no dejó de inventar conceptos que todavía nos inspiran: Thomas More forjó la utopía en 1516, el alemán Lutero proclamó en 1517 la Reforma, que suponía de hecho una verdadera revolución de los espíritus, y Rabelais hizo nacer la palabra “progreso” en su Tiers Livre en 1546. Hermoso hallazgo del padre de Pantagruel… que nos vuelve en la era Macron como base conceptual del nuevo régimen. Paso a los jóvenes, paso al optimismo y, sobre todo, paso al progresismo, nos dice el presidente ahora elegido, que el 4 de enero, en el Journal du Dimanche, marcaba su territorio ideológico: “Hoy, la verdadera divisoria se sitúa entre progresistas y conservadores. Yo digo: ya hay una casa de progresistas y se llama En Marcha”.

Seamos justos: Emmanuel Macron no pretende haber inventado la etiqueta, que se ha registrado muchas veces. Por parte de Robert Hue, en 2008, con su Movimiento de los Progresistas. En febrero de 2016, Martine Aubry se la disputaba a Manuel Valls con ocasión de la ley El Khomri: “La izquierda moderna, la izquierda progresista, somos nosotros”.

Y además, en Francia los precursores se remontan a muy atrás: Condorcet y Diderot trabajaban para “el progreso de los conocimientos humanos” como herramienta de liberación de los espíritus; Robespierre, a su vez, veía en “el progreso de la razón humana” la causa y el motor de la Revolución Francesa. El progreso encontró inmediatamente a sus enemigos, los reaccionarios, de Joseph de Maistre a Charles Maurras, que estimaban por su parte, que el progreso desligaba al hombre de sus marcos “naturales” –Dios, la Iglesia, el Rey, la familia- y hasta le reducía al rango de animal. Era la época en que la filosofía o política parecía simple: la izquierda estaba a favor de la República, la democracia, el libre albedrío, el progreso; y la derecha, su reflejo invertido. “A lo largo de todo el siglo XIX y de una gran parte del siglo XX, es así cómo se ha definido la izquierda: el progreso técnico de la ciencia y de la industria debía ir de la mano de la mejora de la situación de las clases populares. Durante mucho tiempo, la izquierda ha vivido con esta idea de que el progreso seguía obligadamente el rumbo de la justicia, conforme a la filosofía de la Historia”, recuerda nuestro colaborador Jacques Juilliard, autor de Gauches françaises (Flammarion, 2012).

Deslizamiento del terreno
Evidentemente, el progreso ha conocido desde entonces algunos desgarrones: la Gran Guerra, el exterminio de los judíos por los nazis y las bombas atómicas norteamericanas sobre Japón han devaluado trágicamente sus buenas acciones. Y luego el progresismo cambió de sentido. “Se calificaba como progresistas por parte del PCF a todos los que participaban en la defensa de la URSS frente al campo capitalista”, recuerda el historiador Marc Lazar, autor de Communisme, une passion française. En los años 60, el término designa a “la gente de izquierdas” y lo utilizan los socialistas en su oposición a la derecha y al gaullismo triunfante. Para decirlo a lo Macron, el progresismo era “al mismo tiempo” ¡de izquierda y de extrema izquierda!

Más recientemente, el progresismo ha servido de bote de salvamento durante la gran tempestad ideológica que siguió a la caída del muro de Berlín y luego a la globalización. Manuel Valls, partidario durante mucho tiempo de cambiar el nombre del PS a “Partido Demócrata”, ha adoptado también el progresismo, para dar su adiós a la socialdemocracia de Michel Rocard y blandir la bandera de la República en marcha, con bastantes dificultades. Robert Hue reconoce que le echó el guante al concepto para cubrir su ruptura violenta con el Partido Comunista francés que él mismo había presidido: “He creado una asociación denominada Nuevo Espacio Progresista (NEP). Mi análisis era que las viejas construcciones ideológicas del siglo XX, el comunismo soviético y la socialdemocracia, iban a marchitarse. Hacía falta proceder a una vuelta a la Ilustración”. El NEP se ha convertido en Movimiento de los Progresistas. Su manifiesto define el progresismo como “lo que Péguy decía en su tiempo del socialismo: “Es un sistema de justicia, de verdad, de salud económica y social”. Así la economía y la política tendrán en el futuro que subordinarse al hombre, y no a la inversa”.

Así expresado, dan ganas de decir: “Pero, ¿quién podría estar en contra?” Es la ventaja del concepto: se puede estar contra el socialismo en nombre de la libertad del individuo, puede uno oponerse al liberalismo en nombre de la igualdad entre los hombres. Pero como proclama el refrán popular: “No se puede parar el progreso”.

Son numerosos, sin embargo, los que ven una desviación del sentido: Christian Godin define el progresismo en su Dictionnaire de Philosophie (Fayard) como una concepción humanista de la Historia que comparte con el socialismo y el comunismo valores comunes sin por ello aceptar los presupuestos materialistas del marxismo”. Saca de ello la conclusión de que “el progresismo es bastante de izquierdas, se opone sobre todo al neoliberalismo… [pero] se ha convertido hoy en día en un vocablo compuesto que permite enmascarar la adhesión al social-liberalismo”. Marc-Olivier Padis, director de estudios de Terra Nova -la “fundación progresista” – evoca por su parte “una contraseña, más que un concepto”: “De hecho, es un buen candidato para describir la transgresión de la divisoria izquierda-derecha, para adoptar otras: abierto/cerrado, liberal/antiliberal, progresista/reaccionario, y desde este punto de vista aún más, pues cuando se analiza la semántica del Frente Nacional, llama la atención la utilización del vocabulario en “re”: restaurar, reafirmar, restablecer…”

Nueva frontera
Se aprecia bien el aspecto práctico del concepto: permite trazar un foso entre “nosotros” y “ellos”, designando estos últimos a los conservadores. La gran astucia de Macron hace rugir de rabia a la joven investigadora Laetitia Strauch-Bonart, autora de Vous avez dit conservateur? (éd du Cerf, 2016). “Macron remite a los conservadores al campo de los obscurantistas imbéciles, mientras subraya la superioridad moral de los progresistas de los que se quiere digno representante. Se trata también de dar a entender que los “conservadores” (entiéndase: los retrógrados) se encuentran, contrariamente a la vulgata que no los sitúa más que a la derecha, a la derecha lo mismo que a la izquierda...” El enemigo sería, pues, “de derechas y de izquierdas”: el Frente Nacional por un lado, pero también la CGT cuando se opone a la modernidad de las nuevas relaciones de fuerza sancionadas por la Ley El Khomry. De hecho, el progresismo de hoy se construye en primer lugar contra la izquierda, en este sentido de que combate para empezar a las fuerzas que se agarran a la defensa del Estado social construido tras la II Guerra Mundial y que representa la edad de oro de la socialdemocracia”, analiza Marc Lazar. Salvo que el campo de las fisuras de las fisuras de la sociedad francesa es bastante más grande y complejo, como demostraba nuestro reportaje consagrado a las fracturas francesas (Marianne, del 28 de abril de 2017): el centro contra la periferia, los titulados contra los no titulados, las categorías cómodas con la globalización, y sus víctimas.

Jacques Juilliard, en sus columnas de Marianne, en septiembre de 2016, cuestionaba el proyecto de Emmanuel Macron: “Cuando pretende ponerse a la cabeza de l progreso, olvida decir que es sólo de progreso económico de lo que se trata. ¿Es un progreso desregular todo el mercado de trabajo […] generalizar la precariedad del empleo […] destruir el estatus de la función pública?”.

Jean-François Kahn, partidario de larga data del “centrismo revolucionario” y del rebasamiento de las divisorias, se declara “en desacuerdo total con Macron cuando opone a conservadores y progresistas”: “Yo pienso que todo hombre sensato y equilibrado es conservador y progresista a la vez. El binarismo quiere hacer elegir entre libertad y seguridad, entre apertura y cierre, entre austeridad y laxismo financiero. Es absurdo…”

Habría que ponerle carne rápidamente al progresismo, tal como contempla Pascal Picq en una tribuna publicada por Le Monde al día siguiente de la segunda vuelta de las presidenciales: “se vuelve urgente construir no sólo el centro sino un verdadero partido progresista, empresarial y social con un verdadero proyecto político. […] Esto no puede limitarse a una coalición de circunstancias, so pena de volver a ver constituirse el paisaje irreconciliable izquierda-derecha”.

Para el senador Jean-Oierre Masseret (todavía socialista, pero ¿por cuánto tiempo?), que publica su Manifeste du progressisme (ed. Atlande): “Progresismo, un término que asocia valores, democracia, movimiento, reparto, eficacia, debe permitir transcender el bloqueo en que vivimos...”

Thierry Pech, director de la Fundación Terra Nova y “cercano” a Macron, había comenzado el trabajo en su libro Insoumissions. Portrait de la France qui vient (Seuil, enero 2017). Trata de definir un nuevo contrato social abarcador en torno a la “autonomía”: “El desplazamiento de la personalidad contemporánea pide un desplazamiento igualmente grande del Estado social”, declara a Marianne. Anticipándose en el proceso al liberalismo, afirma: “La política de la autonomía no es una política liberal sino una política social para tiempos liberales”.

Su equivalente de derechas, Dominique Reynié, que dirige la Fondapol, “liberal progresista y europea”, apunta los límites del macronismo: “Desde luego, las dos orientaciones del progresismo, de izquierda y de derecha, pueden eventualmente fusionarse, pero todo esto puede hacerse pedazos sobre dos debates que no se han resuelto durante las presidenciales: la relación con la inmigración y la laicidad, que pueden provocar una ruptura radical entre el país y las élites”.

El riesgo sería pues que el progresismo se convirtiera en la nueva denominación del pensamiento único, una suerte de tapadera puesta sobre la olla hirviendo, desagradable incluso para el gusto de los poderosos, de las aspiraciones populares. Alain Obadia, comunista y presidente de la Fundación Gabriel-Péri, siente ya llegar “Una forma sofisticada de populismo, que justifique la dominación de arriba debajo de la sociedad”. Falta hará, pues, que los franceses nos esforcemos aún más para ser verdaderamente progresistas.

Hervé Nathan es redactor jefe de Economía y Sociedad del semanario francés Marianne. Trabajó anteriormente para La Tribune y Libération, y es autor, junto a Nicolas Prissette, del Journal du Dimanche, del libro Les bobards économiques [Patrañas económicas].

Fuente: Marianne, 19-25 de mayo de 2017 
http://www.sinpermiso.info/textos/francia-como-se-puede-no-ser-progresista

sábado, 24 de junio de 2017

La mancha del nazismo persigue a Associated Press. La agencia analiza su propia cobertura de los hechos en la Alemania nazi en un amplio informe.

Adolf Hitler saluda a unos niños soldado el 19 de marzo de 1945, en la que es la última foto que AP distribuyó del dictador antes de que este se sucidara pocas semanas después.















En 1933 la oficina de Associated Press en Berlín recibió la fotografía de un reportero de Múnich en la que la policía paseaba a un empresario judío en pantalón corto por la ciudad y con un cartel antisemita colgando de su cuello. Las primeras muestras de los horrores del Holocausto empezaban a verse en las calles en imágenes como esas y el jefe de la corresponsalía guardó la instantánea en un cajón. Cuando Nueva York le pidió explicaciones, Louis P. Lochner respondió: "Aborrezco la censura, y me siento fatal por no poder informar de todo lo que sabemos", decía, pero "es más importante permanecer aquí". En el 35, bajo esa misma filosofía, AP cumplió la ley nazi y expulsó a todos los empleados judíos con los que contaban. Se habían resistido dos años.
Associated logró permanecer en Berlín hasta 1941 pese al golpe nazi a la libertad de prensa, pero no le salió gratis. Las facturas que pagó son la columna vertebral de un amplio informe que AP acaba de publicar pasando revista a todo el trabajo que hizo en la Alemania nazi: el paso de la censura a la autocensura, el silencio ante ciertos abusos del Ministerio de propaganda del III Reich o el trabajo de personajes oscuros como Franz Roth, un "ardiente nazi", conocido retratista para la SS, que trabajaba para AP.

Hay capítulos de aquel tiempo que no se habían descubierto hasta ahora. Associated puso en marcha esta investigación a raíz de un artículo que la historiadora alemana Harriet Scharnberg publicó en 2016 bajo el título La A y la P de Propaganda. Associated Press y el fotoperiodismo nazi. En él, la académica concluía que la agencia estadounidense había actuado en complicidad con el régimen para ocultar las atrocidades del nazismo, así como la exterminación de los judíos, y presentar los hechos como si fueran los propios de una guerra convencional. "AP fue la única agencia fotográfica angloamericana -con operaciones a nivel internacional- que mantuvo una subsidiaria abierta después de 1935. AP aceptó las leyes de control de prensa alemanas y por tanto se amoldó al sistema de control de la prensa de la Alemania nazi", señala Scharnberg.

Ahora, a lo largo de 163 páginas y unas cuarenta pruebas documentales, el informe de AP examina todo el período que va entre 1933 y 1945 y exculpa a la agencia de colaboracionismo. Sostiene que operó con la "mayor sinceridad e independencia posibles" pensando en la permanencia en el país como bien mayor, aunque admite que algunas situaciones "se manejaron de forma inadecuada", como cuando se calló ante ciertas manipulaciones flagrantes de sus imágenes o se contó con fotógrafos adictos al régimen.

La figura en el centro de todo este retrato es Lochner, jefe de la oficina de Berlín y en 1939 fue galardonado con el Pulitzer de corresponsalía precisamente por su trabajo sobre el régimen. "Incurrieron en ocasiones en la autocensura. En el informe se ve cómo Lochner trataba de sacar las historias, aunque al mismo tiempo trataba de no ser expulsado del país. Ese es el alambre en el que caminaba", explica por teléfono John Daniszewski, vicepresidente de AP.

El mayor hallazgo ha sido la génesis del llamado "Laux Bureau", opina Larry Heinzerling, profesor de periodismo de Columbia y subjefe de internacional de AP, ya jubilado, que ha elaborado el informe con las aportaciones de Herschaft, investigador de la agencia. En 1941, cuando EE UU entra en guerra, el ministro de Propaganda, Helmut Laux, toma el control de la oficina pero llega a un acuerdo para enviar paquetes de fotos censuradas de Alemania a AP -a través de la neutral Lisboa- y recibir a cambio fotografías de EE UU y distribuirlas entre los medios alemanes. Salvo en una ocasión, las imágenes no se alteraban, pero los pies de fotos sí se reescribían en la prensa germana para acomodarse a los intereses nazis.

"Empezamos a investigar en los archivos militares y descubrimos cosas nuevas, cómo Laux se reunió con Lochner en un tren y llegaron al acuerdo a través de la corresponsalía de Lisboa", explica Heinzerling. "También ha sido un descubrimiento toda la correspondencia entre Lochner y Nueva York, sobre qué debían hacer si se declaraba la guerra, si tendrían que cerrar o si habría una manera de seguir informando", agrega.

La historiadora Harriet Schanberg se reafirma en su investigación de 2016. "Ninguno de los resultados presentados en mi artículo están refutados por esta revisión, lo que no implica que AP haga un análisis distinto de esos resultados", señala en un comunicado enviado a EL PAÍS.

Los seis fotógrafos judíos de AP lograron escaparon al Holocausto, cinco emigraron a Estados Unidos (tres montaron su propia agencia fotográfica en Nueva York) y un sexto que fue enviado a Viena. Detenido por la Gestapo acabó sobreviviendo y trabajando como reportero gráfico en la Alemania comunista. Franz Roth, el ardiente nazi, murió en combate en 1943. Tres años antes, cuando estaban ya a punto de echarlos, Lochner escribía a la oficina de Nueva York: "Si recibo favores nunca ha sido por un intercambios de principios, sino simplemente porque he logrado vende a las autoridades que Associated Press es objetivo y neutral, y que ese es un instrumento de información pública tan poderoso que ningún gobierno puede permitirse despreciarlo".

http://cultura.elpais.com/cultura/2017/06/10/actualidad/1497109033_878439.html

ESPAÑA. LA SOMBRA DEL REICH EN LA COBERTURA DE LA GUERRA CIVIL
La influencia de la propaganda nazi también salpica la cobertura de Associated Press durante la Guerra Civil española. Hitler apoyaba a Franco y el relato que acompaña algunas de las fotografías de la agencia lo destila. El 6 de noviembre de 1936 la oficina de AP en Londres envió a a la delegación de Berlín la fotografía de una morgue tras un bombardeo lanzado por fuerzas leales a Franco con la siguiente descripción: “Madrid, 31 de octubre. Bombarderos insurgentes llevaron a cabo el peor ataque aéreo desde el comienzo de la guerra civil. En total, se perdieron 95 vidas. Las bombas cayeron en calles bulliciosas y una alcanzó a una escuela, matando a 70 niños. La foto de AP muestra la imagen de la morgue de Madrid el 31 de octubre, después de un ataque aéreo el día anterior. Esta foto fue emitida por el Ministerio de Estado de Madrid y muestra el resultado de una bombardeo aéreo rebelde en Madrid”.

La oficina de AP en Berlín distribuyó esta imagen con el siguiente texto: “Horrores de la guerra civil. Miles de víctimas inocentes han sido reclamadas por la aterradora Guerra Civil española, en la cual las fuerzas comunistas que manejan los hilos han hundido el país”.

No culpaba directamente a los republicanos de las muertes, pero omitía la autoría rebelde y atribuía la matanza a “los horrores de la Guerra Civil”, cuya responsabilidad era comunista. Cuando un periódico llamado Muenchner Neuesten Nachrichten la publicó, el pie de foto daba otra vuelta de tuerca a los hechos: “Asesinados sin misericordia por los Rojos. Esta horrible imagen muestra por sí misma a las tropas nacionales avanzando en un suburbio de Madrid. Los Rojos habían matado antes a todos los rehenes”.

Gideon Seymour, director de AP en Gran Bretaña, se quejó ante el reportero alemán Rudi Josten, de delegación berlinesa, con copia a Louis Lochner, jefe de la oficina. "Obviamente no podemos asumir la responsabilidad por la distorsión del Muenchner Neuesten Nachrichten, pero en este caso la AP GmbH por sí misma comete una falta más grave que Muenchner", dice. Lochner respondió que, según Josten, "el Ministerio de Propaganda simplemente le ordenó escribirlo".

viernes, 23 de junio de 2017

Corbyn ha recogido el ánimo de un Reino Unido cansado de austeridad.


Jeremy Corbyn ha protagonizado, en un lapso de seis semanas, una espectacular resurrección en los sondeos. El margen de resultados plausibles en las elecciones generales de la próxima semana va desde un modesto avance de los “tories” a un parlamento sin mayoría absoluta, pasando por un gobierno laborista en minoría. En el caso de los dos primeros resultados, Theresa May habrá fracasado en sus propios términos, y tendría que dimitir. Aun cuando, tal como parece probable, no pueda ganar Corbyn de calle, volvería a entrar en el Pasrlamento dirigiendo una oposición masivamente envalentonada. Si el laborismo lograra mayoría, Gran Bretaña se convertiría en la segunda democracia occidental después de Grecia en rechazar el modelo neoliberal desde la izquierda.
El contrraataque de Corbyn es resultado de una sagaz combinación: una hábil economía política, su afabilidad personal y la intrusion accidental de obscuras fuerzas globales en lo que había sido una campaña desvaida y provinciana.

Theresa May tenía mucho a su favor: el ejercicio del cargo, la sorpresa, el drama de su rifirrafe con Jean-Claude Juncker sobre las filtraciones de una cena privada sobre el Brexit, más la necesidad de un gobierno estable durante las negociaciones. El laborismo sabía que tenía que ofrecer algo igualmente llamativo e impresionante, y por primera vez en una generación ha podido.

La regla fiscal de John McDonnell, canciller en la sombra [responsable de Economía de la oposición], que permite préstamos para inversiones de capital pero no para gastos cotidianos, fue ridiculizada como un refrito de la vieja metodología de Ed Balls. “¿Qué hay de radical en eso?”, preguntaron los centristas del laborismo. Iban a descubrirlo.

El compromiso de solicitar un préstamo de 250.000 millones de libras para financiar un estímulo de infraestructuras se vio ahora acrecentado con un programa keynesiano de impuestos y gasto por valor de 49.000 millones anuales. La tradición fiscal laborista siempre ha sido favorable a sajar las rentas medias, por medio del impuesto sobre la renta y el IVA. McDonnell planea en cambio cargar el gravamen fiscal sobre los que más ganan, la riqueza y las grandes empresas. El resultado consistió en una medida medible por parte de cada familia en términos monetarios. Matrículas universitarias gratuitas por valor de 9.000 libras anuales; comidas escolares gratuitas por valor de 9 libras; la retirada de los recortes presupuestarios escolares que solían aproximarse a una media de 100.000 euros anuales en una escuela tipo. Más los cimientos de un sistema nórdico de atención infantil.

El equipo de Corbyn calculó que, en vez de responder a la pregunta “tory” de “¿qué clase de Brexit podemos imponer?” deberían reencuadrar el debate: ¿”en qué clase de país quiere usted vivir?”

Para los “baby boomers” fue como descubrir un viejo disco de vinilo de tus favoritos y darse cuenta de que sonaba mejor que la música de los últimos 20 años. Para las familias con hijos era sencillamente cosa de dinero en el bolsillo.

Si se hubiera encontrado con las adustas denuncias ortodoxas de los economistas del Estado pequeño que dieron forma a las medidas políticas de George Osborne, podría haberse producido una respuesta más dura. Pero Theresa May tampoco es entusiasta de la austeridad: su programa se comprometía a un déficit fiscal hasta 2025 como mínimo.

Luego se produjo la atrocidad de Manchester. Alguna gente del círculo de Corbyn se preguntó si debían desconvocarse las elecciones; parecía como mínimo que la campaña se detendría durante una semana. Lo que cambió esto fue el comportamiento de los tabloides. Aunque May se mantuvo presidencial en su tono, sus aliados de la prensa trataron de mezclar las calumnias ya conocidas contra un Corbyn acusado de blando con el terrorismo republicano [irlandés] con las difamaciones alegando que ha sido blando con el terrorismo islámico, una jugada que encolerizó y vigorizó al medio millón de afiliados laboristas.

Mientras tanto, la decisión de May de prescindir de 19.000 policías cuando es elevada e imprevisible la amenaza de terrorismo ha suscitado preguntas respecto a su capacidad de juicio y la sensatez de la austeridad en un momento de inestabilidad geopolítica.

El desafío de Corbyn en esta última semana de campaña estriba en romper la barrera del 40%. Quienes le respaldaban creyeron siempre que una agenda radical de izquierdas contribuiría a devolver al laborismo al objetivo del 35 %, y aun más allá, de la época de Ed Miliband.

El problema se cifra entonces en cómo atraer al centro político. El Reino Unido no es un país de izquierdas, es un país que cree en la equidad que ya está harto de austeridad. Un país dividido que busca una historia en torno a la cual unificarse.

Corbyn debe comprometerse a gobernar desde el centro, incluyendo a pesos pesados de las facciones centristas que se negaron a formar parte de su gabinete en la sombra. Ha declarado que los gobiernos de Escocia, Gales e Irlanda del Norte tendrán un papel institucional en las negociaciones del Brexit, pero tiene que ir más allá.

El líder laborista debería dar señales de que formaría un gobierno con apoyo interpartidario en el Parlamento, como mínimo de los Verdes y los partidos nacionalistas progresistas. Eso no sería una “coalición del caos”, siguiendo la frase de May. Más bien, se trata de lo que cualquier líder tory pro-globalista habría buscado: una máquina de crear consenso acerca de qué clase de país queremos.

Paul Mason editor de economía de Channel 4 News. Su libro "Postcapitalism: A guide to our Future", ha sido publicado por Penguin en 2015. Ha sido uno de los asesores de Jeremy Corbyn en esta campaña.
Fuente: Financial Times, 5 de junio de 2017 Traducción: Lucas Antón

http://www.sinpermiso.info/textos/corbyn-ha-recogido-el-animo-de-un-reino-unido-cansado-de-austeridad

jueves, 22 de junio de 2017

Ofensiva contra la ciencia

Desde el tribunal eclesiástico que juzgó a Galileo para hacerle desistir de sus conclusiones experimentales, la ciencia lleva más de cuatro siglos dándose de bofetadas con los señores del lado oscuro. Visto desde hoy, cuesta imaginar por qué las teorías de Copérnico, Kepler y el propio Galileo no fueron aceptadas de inmediato por su inmenso poder explicativo. Como decía el astrofísico Carl Sagan: “Me pregunto cómo es que apenas ninguna religión ha mirado a la ciencia y ha concluido: ‘¡Esto es mejor que lo nuestro! ¡El universo es mucho mayor de lo que dijeron nuestros profetas, más sutil y elegante!”.

Sagan, un inteligente físico y genial divulgador, dedicó media actividad profesional a la búsqueda de vida inteligente en la galaxia y la otra mitad a mejorar la inteligencia de los terrícolas. Luchar contra la irracionalidad es una función importante de la divulgación científica. Otro campeón de esa contienda ha sido Richard Dawkins, centrado sobre todo en desarmar a los creacionistas, con libros enteros dedicados a derribar la idea de Dios y campañas de autobuses ateos que ríete tú de los buses de la trama y de la vulva. De entre todas las irracionalidades habidas y por haber, la religión ha sido tradicionalmente el enemigo número uno del avance científico.

Por ejemplo, Dawkins desarrolló en los años ochenta un argumento chispeante contra el “diseñador inteligente” de los nuevos creacionistas, que deducen la existencia de Dios a partir de la complejidad de sus criaturas. Pero un diseñador inteligente, aduce Dawkins, debe ser aún más complejo que las criaturas a las que pretende dar explicación, luego no les da ninguna. Es un razonamiento brillante, a la altura de su autor.

El problema con todo esto, naturalmente, es que un individuo irracional no atiende a razones. Las personas religiosas se basan en la fe, no en el argumento. Y este mismo es el problema con las otras religiones, las creencias modernas que han sustituido la catequesis por una serie de credos laicos, como la fe en la madre naturaleza, el repudio a la tecnología opresora y los hechos alternativos que emanan de la Casa Blanca como versículos del Evangelio. Los meros argumentos racionales no van a parar esto. No lo han hecho nunca, y no lo van a hacer ahora.

“Os metéis con la homeopatía cuando no le ha hecho nada a nadie”, decía un whatsapp que circulaba el otro día. No sé quién es su autor, pero tiene una exquisita mala uva. La homeopatía, en efecto, no le ha hecho nada a nadie, ni podría hacérselo. Un producto homeopático, según los textos fundacionales de esta sandez, no es más que agua pura y cristalina, con algo de cloro si sale del grifo. Esta religión moderna consiste en diluir una sustancia dañina en tantos órdenes de magnitud que al final no puede quedar una sola molécula de ella. Es increíble que una idea tan estúpida se haya generalizado de tal forma. Pero así es (véase artícu­lo adjunto).

La homeopatía no es más que una estafa. Una cuestión más grave, por supuesto, es que el chamán convenza al paciente de que tiene que dejar su tratamiento médico para abrazar el elixir fraudulento. Ahí muere gente, y los tribunales pueden actuar. Pero, cuando no se llega a esos extremos, o no muy frecuentemente, los productos homeopáticos seguirán gozando de una estantería vistosa en la farmacia. Es avalar una estafa, pero los políticos parecen estar acostumbrados a esa práctica, a juzgar por sus (nulas) iniciativas para erradicarla. Fácil: la mayoría de los españoles creen en la homeopatía, y no están los tiempos para perder votos.

El rechazo a las vacunas es a la vez más complicado y más grave. Hace décadas que los abogados de colmillo más aguzado aguardan apostados a la salida de los hospitales norteamericanos a que salgan los familiares de los pacientes que han muerto. Una vacuna puede proteger al 80% o al 90% de quienes la reciben, y eso deja un margen jugoso del 10% o el 20% al que los letrados pueden agarrarse para plantear una demanda. Contra el médico, contra el hospital o contra la empresa farmacéutica que ha descubierto la vacuna.

Si nada de eso funciona, el abogado siempre puede aducir cualquier falacia que circule por la Red o sus alcantarillas, como por ejemplo que la vacuna que le han puesto a tu hijo causa autismo. Es mentira, y de la peor clase —ignorante e interesada—, pero ha causado unos daños profundos al sistema global de salud. En los años 2000, estas prácticas de leguleyos llegaron a vaciar a Estados Unidos de las firmas farmacéuticas que, como Pasteur o Glaxo, habían apostado por las vacunas. Esto fue un desastre que todavía no hemos superado del todo.

La esperanza media de vida de los países occidentales se duplicó en el siglo XX (de los 45 a los 90, redondeando un poco) debido a las tres patas esenciales de la lucha contra la infección: el alcantarillado, los antibióticos y las vacunas (hoy habría que añadir los condones, seguramente). Las zonas deprimidas de África y Asia siguen necesitando esos avances, contra las enfermedades antiguas y contra las que puedan surgir, y sin la investigación privada no parece posible.

Además, los gestores de la salud pública coinciden en que sin medicina preventiva no hay futuro. La esperanza media de vida occidental sigue aumentando a un ritmo lento pero constante de un par de años por década, pero la razón principal es la mejora en el tratamiento del infarto (que sigue siendo el gran matarife en el mundo desarrollado, por encima de todos los cánceres juntos). Esos sistemas son caros e imperfectos, pues rara vez devuelven al paciente su calidad de vida anterior. El sistema sanitario actual, sea público o privado, no es sostenible. Hay que apostar a fondo por la medicina preventiva.

Y las vacunas son medicina preventiva por definición. Se las pinchas a la población de riesgo y evitas que desarrollen unas enfermedades que, de haberse producido, habrían supuesto un tormento para el paciente y una sangría para los presupuestos sanitarios. Las artimañas jurídicas de los tiburones significarán a la larga un horrible aumento del gasto público y un estorbo para el avance de la investigación biomédica. Es obvio que los políticos pueden hacer mucho para animar a la Big Pharma a investigar en vacunas. También lo es que no está en su agenda de prioridades.

Lo que hasta ahora está salvando a estos abogados, y a los padres que se niegan a vacunar a sus hijos, de un buen embrollo civil o incluso penal es un efecto estadístico bien conocido de los epidemiólogos. Frenar la propagación de un virus no requiere vacunar a toda la población. Basta con vacunar a tres de cada cuatro. Lo que haga el cuarto individuo da igual a efectos epidemiológicos. Así que los hijos de los antivacunas están protegidos contra las principales enfermedades infecciosas gracias a los demás padres, los que sí vacunan a sus hijos. Puede parecer una paradoja, pero no son más que matemáticas.

El rechazo a los alimentos transgénicos (*) —otra de las religiones de nuestro tiempo— plantea cuestiones aún más complejas e interesantes que el creacionismo, los pseudofármacos y las vacunas. Es curioso que una humilde semilla sea más importante que Dios padre, pero así son las cosas.

La mayor parte de la gente cree que hay una polémica científica sobre la seguridad para la salud de los transgénicos. No la hay. Todos los científicos y biotecnólogos de plantas coinciden en que los transgénicos son seguros para la salud, y también para el medio ambiente. Si llevan décadas investigando en ellos es porque, además de haber descartado esos riesgos, están convencidos de que los transgénicos son el mejor modo de incrementar el contenido de vitamina A del arroz — la base de la alimentación de media Asia, pobre en ese compuesto esencial—, crear variedades de las principales plantas de cultivo tropicales que sean resistentes a la sequía, y que por tanto gasten menos agua, ralentizar la oxidación que arruina la fruta, para una gestión más eficaz y sostenible de muchas plagas, sobre todo las enfermedades virales que arruinan las cosechas de varios países africanos, en fin.

En el caso del rechazo irracional a los transgénicos, los grandes responsables han sido los grupos ecologistas, con especial mención a Greenpeace, que lleva décadas poniéndolos entre sus tres o cuatro líneas estratégicas, a la altura de los residuos nucleares o el cambio climático. “Los ecologistas se oponen a los transgénicos porque tienen la panza llena”, me dijo en una entrevista el padre de la revolución verde, Norman Borlaug.

Tenía razón. Greenpeace ha conseguido intoxicar (ideológicamente) a la población occidental, y que Europa tenga una legislación absurda y retrógrada sobre los transgénicos. En el fondo eso da igual. Los países que verdaderamente los necesitan, como China y varios de África tropical, llevan años investigando en sus propios transgénicos. El largo brazo de Greenpeace no llega allí. Malo para la contaminación, bueno para la ciencia.

El negacionismo climático no es muy distinto de las religiones anteriores. Todas consisten en cegarse a la evidencia, inventar una realidad paralela e infectar a la mayor parte posible de la población con ella. Todas acabarán fracasando —la realidad es tozuda—, pero nadie sabe cuándo. Nuestro cerebro no está hecho para el pensamiento científico: pensar así nos cuesta Dios y ayuda, y poca gente está dispuesta a esa tortura. Habrá que inventar algo.

http://elpais.com/elpais/2017/06/16/ciencia/1497616571_649155.html

(*) La cuestión de los transgénicos no es tan sencilla como aquí se introduce y da por sentado. Son el resultado de una manipulación genética, cuyo uso no está suficientemente estudiado y cuyas consecuencias desconocemos a medio y largo plazo. Se saben varias cosas que no son neutrales: Son propiedad privada y patentadas de multinacionales cuyo único objetivo no es el bien común y su difusión gratuita "para todos", sino el enriquecimiento y el adueñarse del mercado para especular, dominarlo y seguir aumentando las ganancias. Lo trabajan como monopolio, lo cual dista de ser ciencia, es simple economía especulativa. La sola presencia de las semillas en los campos contamina a otras semillas genéticamente durante la polinización, con lo cual su extensión no es fácil de controlar y las consecuencias de ello son en su mayor parte desconocidas.

La impresión, en este caso, es que junto a otros temas claros, se mete de soslayo esta cuestión de los transgénicos, como si fuese solamente una cuestión puramente científica, cuando es un tema controvertido y con claros objetivos económicos y político de dominio del mercado agrícola y alimentario.

El precio de la incultura científica

Michael Bublé

When marimba rhythms start to play
Dance with me, make me sway
Like a lazy ocean hugs the shore
Hold me close, sway me more
Like a flower bending in the breeze
Bend with me, sway with ease
When we dance you have a way with me
Stay with me, sway with me
Other dancers may be on the floor
Dear, but my eyes will see only you
Only you have that magic technique
When we sway I go weak
I can hear the sounds of violins
Long before it begins
Make me thrill as only you know how
Sway me smooth, sway me now
Other dancers may be on the floor
Dear, but my eyes will see only you
Only you have that magic technique
When we sway I go weak
I can hear the sounds of violins
Long before it begins
Make me thrill as only you know how
Sway me smooth, sway me now

miércoles, 21 de junio de 2017

_- Irene Montero recita de la A a la Z 65 casos de corrupción del PP en 85 segundos.

_- El discurso de Irene Montero contra la corrupción, en el debate sobre la moción de censura de Unidos Podemos a Mariano Rajoy, ha tenido uno de los puntos más llamativos cuando ha recitado, casi en orden alfabético, 65 casos de corrupción en los que ha sido investigado el PP. Le ha llevado 85 segundos, 1:25 minutos.
Montero ha comenzado por los casos más recientes y llamativos, como la trama Gürtel y la Púnica, para luego repasar en orden alfabético otras tramas. Aunque la mayoría eran de los últimos años, ha citado algunas que se remontan a los años 90. No todas atañen solo a políticos del Partido Popular. Estas son las que ha nombrado, con enlace a las noticias publicadas sobre ellas en EL PAÍS.
1. Gürtel. Una investigación que comenzó en 2008 y en cuyo juicio tendrá que declarar Rajoy como testigo.
2. Púnica. El caso en el que está implicado Francisco Granados, antiguo ‘número 2’ del PP en la Comunidad de Madrid.
3. Lezo. Operación contra el desvío de fondos en la empresa pública del Canal de Isabel II, que supuso el arresto de Ignacio González, expresidente de la Comunidad de Madrid, y la dimisión de Esperanza Aguirre de todos sus cargos políticos.
4. Acuamed. Este caso supone la investigación de seis personas vinculadas a la gestión de una compañía dependiente del Ministerio de Agricultura. El alcalde de Algeciras y senador del PP José Ignacio Landaluce mantuvo conversaciones con el presunto cabecilla de la trama, Arcadio Mateo, para acelerar la adjudicación de unas obras.
5. Nóos. Se condenó al expresidente de Baleares Jaime Matas a 3 años y 8 meses de cárcel.
6. Andratx. Supuso el paso por la cárcel de varios dirigentes del PP en Baleares.
7. Arena. Tras la tragedia del Madrid Arena, que supuso la muerte de cinco personas en 2012, se criticó la actitud de la entonces alcaldesa Ana Botella. Siete personas acabaron en la cárcel (ningún alto cargo del PP entre ellas).
8. Auditorio. Juzga la corrupción en torno a la construcción de un auditorio en Puerto Lumbreras, donde era alcalde Pedro Antonio Sánchez, quien tuvo que dimitir recientemente como presidente de Murcia.
9. Baltar. Se condenó a José Luis Baltar por haber enchufado en la Diputación de Ourense que presidía a 104 personas durante las semanas previas al congreso provincial del PP que ganó su hijo, en 2010. Este hijo, José Manuel Baltar, está siendo investigado por haber ofrecido un empleo a cambio de sexo.
10. Bárcenas. Investigación a Luis Bárcenas, extesorero del PP y responsable de su caja B.
11. Biblioteca. Supuso la compra de facturas falsas creadas para enmascarar las comisiones pagadas al alcalde y al teniente de Urbanismo de Librilla (Murcia). Tuvo segunda parte.
13. Bon Sosec. Un cementerio de lujo que se construyó los años 90 con inversión del Gobierno de Baleares.
14. Bomsai. Un nuevo caso de corrupción en Baleares, en el que un empresario conseguía contratos públicos a empresas privadas a cambio de comisiones ilegales.
15. Brugal. Caso de tráfico de influencias y adjudicaciones de contratos públicos en Alicante. Está inculpada Sonia Castedo, exalcaldesa de la ciudad.
16. Caballo de Troya. Este entramado adquiría empresas con problemas económicos a precios muy bajos para posteriormente descapitalizar sus activos y evitar así que pudieran ser empleados para pagar a sus acreedores. Entre los implicados está Ángel de Cabo, testaferro del expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán.
17. Camps. Aquí se puede leer una cronología de este caso ligado a la trama Gürtel que implicó al expresidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, que fue declarado no culpable.
18. Campeón. 13 acusados en la investigación de una trama que supuestamente defraudaba subvenciones públicas en Galicia y en la que han sido inculpados varios ex altos cargos del Gobierno de Alberto Núñez Feijóo.
19. Carioca. Un caso de trata de mujeres y prostitución ilegal en el que estaban implicados agentes de la Policía Nacional, de la Guardia Civil y de la Policía Local de Lugo.
20. Carmelitas. Luis Fernando Cartagena Travesedo, ex consejero de Obras Públicas en el primer Gobierno de Eduardo Zaplana, ingresó en prisión en 2008 para cumplir una condena de cuatro años por quedarse con 49.000 euros donados por unas religiosas de las Hermanas Carmelitas al Ayuntamiento de Orihuela.
21. Castellano. Según esta investigación, Serafín Castellano, exdelegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, habría recibido 163.736 euros de la trama del fuego, un presunto cártel de empresas del sector de la extinción de incendios forestales que trucó concursos públicos en siete comunidades autónomas y del Ejecutivo.
22. Catis. Una red en Cádiz, Canarias y Badajoz se dedicaba a falsificar diplomas y certificados oficiales cobrando por títulos y cursillos sin ofrecer formación alguna. Los títulos los emitía un sindicato en Cádiz y los validaban organismos oficiales, incluido el Gobierno de Canarias.
23. Ciudad del Golf. En 2012, la Audiencia absolvió al alcalde de Las Navas del Marqués, el popular Gerardo Pérez; al secretario municipal, Carlos de Vega, y al promotor Francisco Gómez, El Paloma, que habían impulsado una urbanización en un pinar protegido y que fue declarada ilegal.
24. Caso de la construcción. En 1994 se inhabilitó al exalcalde de Burgos, José María Peña San Martín, por la concesión irregular de licencias municipales.
25. Caso del lino. El Supremo absolvió en 2008 a los 18 acusados de estafa en el cobro de subvenciones europeas en el sector del lino textil.
26. El Robledillo. El exalcalde de la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, Domingo Aranda, del PP, fue imputado en 2013 por un supuesto delito de tráfico de influencias en relación con la promoción urbanística de El Roblecillo.
27. Emarsa. En el llamado “saqueo” de la planta depuradora de Valencia está implicado el exdirigente del PP Enrique Crespo, que se enfrenta a una posible condena de 14 años de cárcel.
28. Caso Eólico Canarias. Se trata de una red de favores entre funcionarios, políticos y empresarios para hacerse con concesiones de instalación de aerogeneradores en Canarias.
29. Faycan. La exalcaldesa de Telde (Gran Canaria) se enfrenta a una pena de prisión de cinco años por malversación, fraude y falsedad en esta trama en la que había otros concejales y técnicos municipales del PP implicados.
30. Fitur. Los cabecillas de la trama Gürtel Francisco CorreaPablo Crespo y Álvaro Pérez, El Bigotes fueron condenados a 13 años de cárcel a cada uno por amañar contratos de la Feria de Turismo (Fitur) convocados por la Generalitat valenciana. Hubo otros 8 condenados.
31. Funeraria. En 2008 se condenó al exconcejal del PP Luis María Huete a dos años y un día de inhabilitación por el delito de prevaricación en el caso Funeraria, en el que se juzgó la privatización irregular de la Empresa Mixta de Servicio Funerarios del Ayuntamiento de Madrid en 1992.
33. Ibatur. Un caso de desvío de fondos y amaños desde el Instituto Balear de Turismo por el que también se imputó a Matas.
34. Imelsa. El principal acusado de esta trama de corrupción y cobro de comisiones ilegales es Alfonso Rus Terol, alcalde de Xàtiva entre 1995 y 2015, y presidente de la diputación de Valencia entre 2007 y 2015.
35. Inestur. Una trama de contratos y financiación ilegal que supuso la expulsión de Unión Mallorquina del Gobierno de Baleares en 2010. Este partido era el heredero de la UCD en las islas y apoyaba al Gobierno de Francesc Antich, del PSOE.
36. Lasarte. Una docena de cargos políticos y de altos funcionarios de Castilla y León habían estado usando sus cargos públicos para crear empresas, a veces a nombre de sus familiares, y pedirse autorización a sí mismos para instalar placas solares, aprovechando las primas que entonces se pagaban a la producción de energía fotovoltaica.
38. Madeja. Un caso de cobro de comisiones a cambio de contratos en Andalucía, Extremadura, Aragón, Comunidad Valenciana, Cataluña, Canarias y Madrid, además del Ministerio de Fomento, los ayuntamientos de Sevilla, Algeciras (Cádiz) y La Carolina (Jaén) y la empresa pública Adif. Hay 96 imputados.
39. Marchelo. El juez imputa cinco delitos al concejal de Urbanismo de la localidad granadina de Alhendín, Manuel Fernández, del PP: prevaricación, prevaricación urbanística, cohecho, fraude y exacciones ilegales y alteración de precios en concurso público.
40. Mercamadrid. El Ayuntamiento de Madrid elevó ante la fiscalía un informe jurídico sobre un presunto delito de malversación de caudales públicos en Mercamadrid durante la época en la que Concepción Dancausa, actual delegada del Gobierno en Madrid, presidía el consejo de administración de esta sociedad pública.
41. Caso Naseiro. Caso de financiación ilegal del Partido Popular y de enriquecimiento de algunos de los implicados. Se conoció poco después de que José María Aznar fuera nombrado presidente del partido en 1989.
42. Novo Carthago. Un caso de supuesta corrupción urbanística en la recalificación de terrenos cercanos al Mar Menor (Murcia).
43. Ópera. Es la supuesta malversación de 1,2 millones de euros para crear un teatro de la ópera en Palma diseñado por Santiago Calatrava que jamás se construyó. Jaume Matas está inculpado. Forma parte del caso Palma Arena (ver más abajo).
44. Orquesta. Dos alcaldes del PP, el de Fisterra y de Mazaricos, y uno del PSOE, el de Corcubión, encabezan la lista de 26 políticos, funcionarios y constructores gallegos inculpados de participar en una trama de cobro de comisiones a cambio de la concesión de obras públicas y de desviar de dinero destinado a la organización de fiestas locales.
45. Over Marketing. Empresa balear que organizaba eventos gracias a contratos obtenidos de forma irregular y que también está señalada como señalada como una de las vías de financiación irregular del PP madrileño en el caso Púnica.
46. Palma Arena. Caso de corrupción en el que está imputado el expresidente balear Jaume Matas.
48. Piscina. Un caso de adjudicación ilegal ocurrido en 2011 en Málaga. Manuel Díaz, concejal de Urbanismo del PP, adjudicó la construcción de una piscina municipal a un amigo de su familia.
49. Pokémon. Es una trama de corrupción repartida por Galicia y que ha salpicado también a otras comunidades como Murcia. Se destapó en 2014. Entre los implicados se encuentra el exalcalde de Lugo José Clemente López Orozco, que recibía pagos mensuales de 2.000 euros de la sociedad de empresas de mantenimiento Vendex.
50. Porto. Enrique Porto, Director de Urbanismo de Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2006, fue denunciado por Anticorrupción en 2007 por tráfico de influencias y negociaciones prohibidas con funcionarios. Junto al exalcalde de Villanueva de la Cañada Luis Partida, facilitaron un pelotazo urbanístico con el que se obtuvieron unas plusvalías de 4´6 millones de euros
51. Rasputín. Este caso se produjo en 2004, cuando un alto cargo del ejecutivo del gobierno de Baleares cargó a las arcas públicas seis entradas a un club de alterne en Moscú, Rusia.
52. Scala. Un caso en el que se desviaron cerca de cinco millones de euros de fondos públicos entre 2003 y 2007, y más de dos millones en presuntos sobornos en el Partido Popular de Ibiza. El principal imputado fue el exconseller balear José Juan Cardona, que ingresó en prisión en 2013.
53. Taula. Las supuestas prácticas corruptas de decenas de cargos del Partido Popular valenciano e instituciones y entidades controladas por este partido. Todavía no está cerrado y siguen apareciendo nuevas vías de financiación irregular vinculadas a la trama. Fue el primer caso de corrupción del PP Valenciano que llevó a los tribunales a la fallecida Rita Barberá.
54. Terra Natura Benidorm. Se refiere a un caso de irregularidad de pagos de 2011, cuando la Generalitat Valenciana aceptó que el parque temático Terra Natura de Benidorm pagara el alquiler anual del terreno, de 1,2 millones de euros, con entradas del parque. El PP Valenciano rechazó una comisión de investigación por este pago por considerarlo “claro y transpartente”.
55. Torres de Calatrava. Fue un pago de 15 millones del gobierno de la Generalitat Valenciana (con Francisco Camps de Presidente) al arquitecto Santiago Calatrava por unas torres que nunca se construyeron. Aquí la noticia. Fue denunciado en 2011 por varios diputados autonómicos de Esquerra Unida, pero la Fiscalía Provincial de Valencia archivó la denuncia.
56. Torrevieja. Se refiere al caso de corrupción en esta ciudad alicantina que llevó a la cárcel en 2014 a Pedro Ángel Hernández, exalcalde del municipio y exdiputado autonómico del PP. Adjudicó, en 2004, el mayor contrato del Ayuntamiento de Torrevieja: el servicio de basura por 96 millones de euros.
57. Tótem. También conocido como Caso Totana, un caso de corrupción urbanística por el que el exalcade de esta localidad murciana (Juan Morales) pretendía obtener 3 millones de euros de comisiones por el Plan General de Ordenación Urbana. Se destapó en 2008 y tuvo como momento culminante 2014, cuando Morales se entregó a la justicia tras ocho días huido.
58. Troya. Un caso que llevó a la suspensión en 2012 de Juan Martín Serón, por aquel entonces alcalde de Alhaurín el Grande (Málaga), por cobrar 13 sobornos a cambio de actos propios de su cargo. Regresó a su la alcaldía tras cumplir su condena.
59. Túnel de Sóller. Caso de adjudicación irregular en Mallorca, iniciado en 1995. Por la adjudicación, un empresario pagó 50 millones de pesetas al PP Balear, que se usaroin para financiar sus campañas electorales.
60. Turismo Joven. El Consorcio de Turismo Joven en Baleares es una empresa pública que llegó a malversar cerca de tres millones de euros durante el gobierno de Jaume Matas. El caso fue destapado en 2008.
61. Umbra. Todo lo publicado en EL PAÍS sobre este caso de corrupción urbanística en Murcia, que tuvo en 2010 y por el que fueron imputados, entre otros, el Secretario Regional del PP Miguel Ángel Cámara, que por aquel entonces era también alcalde de la ciudad.
62. Uniformes. Un caso por el que fueron imputados 17 ediles del Ayuntamiento de Rota en 2014, incluidos la por aquel entonces alcaldesa, Eva Corrales. Se les investigó por comprar con dinero público uniformes a la empresa del exalcalde, Lorenzo Sánchez, del partido independiente Roteños Unidos.
63. Zeta. Una trama empresarial para defraudar subvenciones públicas a cursos de empleo. Fue destapada en 2014 en Galicia y alcanzó a amigos cercanos del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo. El principal imputado fue Gerardo Crespo, militante del PP
64. Caso Parques Eólicos. Es el nombre con el que se conoce el proceso a Rafael Delgado Núñez, alto cargo de la Junta de Castilla y León entre 1995 y 2011 y hombre clave en las autorizaciones de parques eólicos en la Comunidad, por las que recibió comisiones ilegales desde Suiza.
65. Cooperación. También conocido como Caso Blasco por tener al portavoz del PP en la Cortes Valencianas Rafael Blasco como principal imputado. Se produjo en la Comunidad Valenciana entre 2008 y 2010, con Francisco Camps de presidente de la Generalitat.
http://verne.elpais.com/verne/2017/06/13/articulo/1497357773_974257.html