sábado, 13 de mayo de 2023

_ - Dosier sobre Mandela


Nelson Mandela en su primer viaje a Estados 

_- Nelson Mandela: Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta que siempre es el momento de hacer las cosas bien. Discurso del Nobel Nelson Mandela

“Su Majestad el Rey, Su Alteza Real, Honorable Primer Ministro, señora Gro Brundtland, ministros, parlamentarios y embajadores, Señores Miembros del Comité Noruego del Nobel, miembro laureado, Sr. FW de Klerk, distinguidos invitados, amigos, señoras y señores:

Estoy verdaderamente honrado de estar aquí hoy para recibir el Premio Nobel de la Paz de este año.

Extiendo mi más sincero agradecimiento al Comité Nobel noruego por elevarnos a la condición de un ganador del Premio Nobel de la Paz. También me gustaría aprovechar esta oportunidad para felicitar a mi compatriota y compañero de premio, el Presidente del Estado F.W. de Klerk, en su recepción de este alto honor.

Juntos, nos unimos a dos distinguidos sudafricanos, el difunto Jefe Albert Luthuli y Su Gracia el arzobispo Desmond Tutu, a cuyas contribuciones a la lucha pacífica contra el perverso sistema del apartheid pagó homenaje merecido al otorgarles el Premio Nobel de la Paz. No voy a ser presuntuoso por nuestra parte si añadimos también, entre nuestros predecesores, el nombre de otro ganador del Premio Nobel de la Paz, el fallecido estadista e internacional afroamericano, el reverendo Martin Luther King Jr.

Él también luchó y murió en el esfuerzo de hacer una contribución para la justa solución de los mismos grandes temas actuales a los que hemos tenido que enfrentarnos como sudafricanos.

Hablamos aquí de la impugnación de las dicotomías de la guerra y la paz, la violencia y la no violencia, el racismo y la dignidad humana, la opresión y la represión y la libertad y los derechos humanos, la pobreza y la miseria.

Estamos aquí hoy nada más que como representante de los millones de nuestra gente que se atrevieron a levantarse contra un sistema social cuya esencia misma es la guerra, la violencia, el racismo, la opresión, la represión y el empobrecimiento de todo un pueblo. También estoy aquí hoy como representante de los millones de personas en todo el mundo, el movimiento anti – apartheid, los gobiernos y las organizaciones que se unieron con nosotros, no para luchar contra Sudáfrica como país o cualquiera de sus pueblos, sino para oponerse un sistema inhumano y para un rápido fin del crimen del apartheid contra la humanidad.

Estos innumerables seres humanos, tanto dentro como fuera de nuestro país, tuvieron la nobleza de espíritu para estar en el camino contra la tiranía y la injusticia, sin buscar ganancia egoísta. Reconocieron que un ataque contra uno es un ataque contra todos y por lo tanto actuaron juntos en defensa de la justicia y la decencia humana común.

Debido a su valentía y persistencia durante muchos años, podemos, hoy en día, incluso fijar las fechas en las que toda la humanidad se unirá para celebrar una de las victorias humanas sobresalientes de nuestro siglo.

Cuando llegue ese momento, veremos, en conjunto, como se regocijan en una victoria común sobre el racismo, el apartheid y el gobierno de la minoría blanca.

Ese triunfo llevará finalmente a su fin una historia de 500 años de AFC de los metales nobles y piedras preciosas que se apoyan en las entrañas de la tierra africana que pisamos las huellas de nuestros antepasados. Será y debe medirse por la felicidad y el bienestar de los niños, a la vez los ciudadanos más vulnerables de cualquier sociedad y el más grande de nuestros tesoros.

Los niños tienen que, por fin, jugar en la sabana abierta, ya no torturados por los dolores del hambre o devastados por la enfermedad o amenazados con el flagelo de la ignorancia, el abuso sexual y el abuso, y ya no se requieren para participar en actos cuya gravedad excede las demandas de su corta edad.

Frente a esta distinguida audiencia, nos comprometemos a una nueva Sudáfrica en la búsqueda incesante de los fines establecidos en la Declaración Mundial sobre la Supervivencia, la Protección y el Desarrollo del Niño.

La recompensa de la que hemos hablado, también se debe medir por la felicidad y el bienestar de las madres y los padres de estos niños, que deben caminar por la tierra sin miedo a ser robados, matados por el beneficio político o material, o escupidos porque son mendigos. Ellos también deben ser relevados de la pesada carga de la desesperación que llevan en sus corazones, nacido de hambre, falta de vivienda y el de

El valor de ese regalo para todos los que han sufrido debe ser medido por la felicidad y el bienestar de todos los habitantes de nuestro país, que han derribado las paredes inhumanas que los dividen.

Estas grandes masas han dado la espalda al grave insulto de la dignidad humana que describe a algunos como jefes y otras personas como sirvientes, y transforma cada uno en un depredador cuya supervivencia dependía de la destrucción del otro.

El valor de la recompensa compartida debe medirse por la paz gozosa que triunfará, porque la humanidad común que une tanto a blancos como a negros en una sola raza humana, le han dicho a cada uno de nosotros que todos hemos de vivir como los niños del paraíso.

Por lo tanto vamos a vivir, porque habremos creado una sociedad que reconoce que todas las personas nacen iguales, con cada derecho en igual medida a la vida, a la libertad, la prosperidad, los derechos humanos y el buen gobierno.

Tal sociedad no debe permitir de nuevo que deba haber presos de conciencia, o que los derechos humanos de cualquier persona sean violados. Tampoco debe nunca suceder que una vez más los caminos hacia el cambio pacífico sean bloqueados por usurpadores que pretenden tomar el poder de la gente, en pos de sus propios fines innobles.

En relación con estas cuestiones, hacemos un llamamiento a los que gobiernan Birmania para que liberen a nuestro compañero laureado con el Premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, y nos comprometemos a ella y a los que ella representa en un diálogo serio, en beneficio de todo el pueblo de Birmania.

Oramos para que aquellos que tienen el poder de hacerlo, sin más demora, permitan que ella utilice sus talentos y energías para el bien de la gente de su país y de la humanidad en su conjunto. Lejos de la caída áspera y de la política de nuestro propio país, me gustaría aprovechar esta oportunidad para formar parte del Comité Nobel noruego y rendir homenaje a mi premio conjunta, el Sr. FW de Klerk. Él tuvo el coraje de admitir que un terrible error se había hecho en nuestro país y la gente a través de la imposición del sistema de apartheid. Él tuvo la visión de entender y aceptar que todo el pueblo de Sudáfrica debe, a través de negociaciones y de los participantes en pie de igualdad en el proceso, así como determinar lo que quieren hacer con su futuro.

Pero todavía hay algunos dentro de nuestro país que erróneamente creen que pueden hacer una contribución a la causa de la justicia y de la paz por el apego a las consignas que se han demostrado para deletrear nada más que desastres.

Sigue siendo nuestra esperanza de que estos también serán bendecidos con la razón suficiente para darse cuenta de que la historia no se puede negar y que la nueva sociedad no se puede crear mediante la reproducción del pasado repugnante, sin embargo refinado o seductoramente re envasado.

Vivimos con la esperanza de que como ella lucha para rehacer a sí misma, Sudáfrica será como un microcosmos del nuevo mundo que está luchando para nacer.

Este debe ser un mundo de democracia y respeto de los derechos humanos, un mundo liberado de los horrores de la pobreza, el hambre, la privación y la ignorancia, aliviado de la amenaza y el azote de las guerras civiles y la agresión externa y sin la carga de la gran tragedia de millones forzada a convertirse en refugiados.

Los procesos en los que Sudáfrica y el sur de África en su conjunto ha sido contratada, hacen señas y nos instan a todos los que nos tomamos esta marea en pleamar y hacen de esta región un ejemplo vivo de lo que todas las personas de conciencia les gustaría que el mundo fuera.

No creemos que este Premio Nobel de la Paz pretenda ser un elogio de los asuntos que le han pasado y pasan.

Oímos las voces que dicen que se trata de una apelación de todos los que, en todo el universo, buscaba poner fin al sistema de apartheid.

Nosotros atenderemos su llamada, le dedicaremos lo que queda de nuestra vida con el uso de la experiencia única y dolorosa de nuestro país para demostrar, en la práctica, que la condición normal de la existencia humana es la democracia, la justicia, la paz, el no-racismo, el no-sexismo, la prosperidad para todos, un medio ambiente sano y la igualdad y la solidaridad entre los pueblos. 

Movido por esa apelación e inspirado por la eminencia que ha lanzado sobre nosotros, nos comprometemos a que nosotros también haremos todo lo posible para contribuir a la renovación de nuestro mundo para que nadie, en el futuro, sea descrito como los condenados de la tierra.

Que nunca se diga por las generaciones futuras que la indiferencia, el cinismo y el egoísmo nos hizo fallar para vivir de acuerdo con los ideales de humanismo que el Premio Nobel de la Paz encapsula en los esfuerzos de todos nosotros, y demostrar a Martin Luther King Jr haber estado en lo correcto cuando dijo que la humanidad ya no puede estar trágicamente unida a la medianoche sin estrellas del racismo y la guerra.

Hagamos que los esfuerzos de todos nosotros, demuestren que él no era un simple soñador cuando hablaba de que la belleza de una verdadera fraternidad y la paz es más preciosa que los diamantes o la plata o el oro.

¡Dejad que una nueva era amanezca! Gracias.”

Rosa Parks

El 1° de diciembre de 1955, Rosa Parks se hizo famosa por negarse a darle su asiento en el autobús a un pasajero blanco en Montgomery, Alabama, hecho que dio inicio al actual movimiento por los derechos civiles. El lunes 4 de febrero se cumplieron cien años de su nacimiento. En 2005, Rosa falleció a los 92 años de edad y gran parte de los medios la describieron como una costurera cansada, no como una persona problemática. Pero los medios se equivocaron. Rosa Parks era una rebelde de primera categoría.

La catedrática Jeanne Theoharis derriba el mito de la apacible costurera, en su nuevo libro “The rebellious life of Mrs. Rosa Parks” (La vida rebelde de Rosa Parks). Theoharis me dijo: “Se trata de la historia de una vida de activismo, la historia de una vida que ella misma describiría como ‘rebelde’ y que comienza décadas antes del histórico incidente del autobús y se prolonga décadas después”.

Rosa Parks nació en Tuskegee, Alabama y le enseñaron que tenía derecho a ser respetada y a exigir ese respeto. Las leyes de Jim Crow estaban muy arraigadas en aquel entonces y la segregación se aplicaba en forma violenta. En Pine Level, Alabama, donde vivía Parks, los niños blancos iban a la escuela en autobús, mientras que los niños afroestadounidenses debían caminar. Rosa Parks recordó: “Ese era un modo de vida. No teníamos otra alternativa más que aceptar lo que era la costumbre. El autobús fue una de las primeras cosas que me hizo ver que había un mundo para negros y otro para blancos”.

En la última etapa de su adolescencia Rosa conoció a Raymond Parks, con quien se casó. Raymond, el primer activista que Rosa conoció, era miembro de la filial de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP , por sus siglas en inglés) en Montgomery y cuando Rosa se enteró de que las mujeres podían participar en las reuniones, asistió a una y fue elegida secretaria de la filial en su primera reunión.

Fue allí donde Rosa conoció a E.D. Nixon, un dirigente obrero revolucionario con quien trabajó. En 1955 Rosa pudo asistir a la escuela Highlander Folk en Tennessee, un lugar de encuentro de activistas (blancos y negros) comprometidos a superar la segregación donde se desarrollaban estrategias y tácticas de resistencia no violenta. Fue allí donde Pete Seeger y otros músicos escribieron la canción “We shall overcome” que luego se convirtió en el himno del movimiento por los derechos civiles.

Rosa Parks regresó a Montgomery y volvió a trabajar como costurera. El 1° de diciembre de 1955, luego de salir del trabajo, tomó el autobús hacia su casa. “El conductor dijo que si me negaba a dar mi asiento, iba a tener que llamar a la policía. Y le dije ‘Llámela’”, afirmó Parks en una entrevista con Radio Pacífica en abril de 1956. “Había llegado el momento, después de haber sido maltratada hasta un punto que ya no podía tolerar”. Su arresto aquel día provocó el boicot a los autobuses de la ciudad de Montgomery, que duró más de un año. El boicot fue encabezado por un joven que acababa de instalarse en la ciudad: el Dr. Martin Luther King Jr., en cuyo lanzamiento participó Rosa Parks. Durante el boicot, alrededor de 50.000 afroestadounidenses viajaban juntos en sus automóviles, utilizaban vehículos de la iglesia, tomaban taxis de propietarios afroestadounidenses y caminaban. La medida perjudicó los negocios de los blancos y el sistema de transporte público. Parks y otros activistas interpusieron un recurso judicial contra la segregación y en junio de 1956 un tribunal federal declaró la inconstitucionalidad de la segregación en los autobuses.

Los Parks se mudaron a Detroit. Rosa continuó con su activismo, reaccionó frente a los disturbios de Detroit de 1967, consultó a miembros del movimiento “Black Power”, como Stokely Carmichael, y se opuso a la guerra de Vietnam. La historiadora Theoharis señala que el mayor héroe de Parks era Malcolm X.

“Sentía un gran respeto por King, pero decía que Malcolm X era su héroe personal. La disposición de Malcolm X para hablar sobre el liberalismo del norte y la hipocresía del norte, su temprana oposición a la guerra de Vietnam, todas esas cosas eran muy cercanas a su postura política”.

En la década de 1980, Rosa Parks luchó contra el apartheid y se sumó a las protestas frente a la embajada de Sudáfrica en Washington D.C.

Cuando Parks conoció a Nelson Mandela, después de que fuera liberado, Mandela le dijo: “Ud. me dio ánimo todos esos años en prisión”.

Rosa Parks fue la primera mujer estadounidense en ser enterrada en la rotonda del Capitolio. Cuando murió, me apuré para llegar a Washington D.C. a cubrir su funeral; allí encontré a una joven estudiante universitaria y le pregunté por qué estaba ahí junto a cientos de personas escuchando el funeral a través de los parlantes. La joven dijo con orgullo: “Les escribí a mis profesores para avisarles que hoy no asistiría a clase. Hoy voy a aprender algo importante”. Tenemos mucho que aprender de Rosa Parks. De hecho, ella y otras jóvenes se habían negado a dar sus asientos en el autobús antes del 1° de diciembre de 1955. Nunca se sabe cuándo llegará ese momento mágico.

El próximo 4 de febrero la oficina de Correos de Estados Unidos emitirá una estampilla denominada ‘Rosa Parks Forever’ (Por siempre, Rosa Parks), una muestra de la marca indeleble que dejó su activismo.

Rosa Parks no era ninguna costurera cansada. Como ella misma dijo en referencia a la valiente decisión que tomó: “Si había algo de lo que estaba cansada era de ceder”. “No tenía miedo. Había decidido que de una vez por todas tenía que saber qué derechos tenía como ser humano y como ciudadana, incluso en Montgomery, Alabama”.

Denis Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.

© 2013 Amy Goodman

Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 750 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 400 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

Texto en inglés traducido por Mercedes Camps. Edición: Gabriela Díaz Cortez y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2013/2/1/por_siempre_rosa_parks_la_mujer_que_dio_inicio_al_movimiento_contra_la_segregacin Amy Goodman. Democracy Now!

_--La luz de Nelson Mandela

_--Después de 27 años en la cárcel y ser elegido en 1994 presidente electo de Sudáfrica, Nelson Mandela compartió con el mundo entero uno de sus poemas favoritos, escrito por Marianne Williamson:

“Nuestro temor más profundo no es que seamos inadecuados.

Nuestro temor más profundo es que somos excesivamente poderosos.

Es nuestra luz, y no nuestra oscuridad, la que nos atemoriza.

Nos preguntamos: ¿quién soy yo para ser brillante, magnífico, talentoso y fabuloso?

En realidad, ¿quién eres para no serlo?

Infravalorándote no ayudas al mundo.

No hay nada de instructivo en encogerse para que otras personas no se sientan inseguras cerca de ti.

Esta grandeza de espíritu no se encuentra solo en algunos de nosotros; está en todos.

Y al permitir que brille nuestra propia luz, de forma tácita estamos dando a los demás permiso para hacer lo mismo.

"Al liberarnos de nuestro propio miedo, automáticamente nuestra presencia libera a otros.
La conformidad es el proceso por medio del cual los miembros de un grupo social cambian sus pensamientos, decisiones y comportamientos para encajar con la opinión de la mayoría” (Solomon Asch)

 ...El primer paso para superar el complejo de Solomon consiste en comprender la futilidad de perturbarnos por lo que opine la gente de nosotros. Si lo pensamos detenidamente, tememos destacar por miedo a lo que ciertas personas –movidas por la desazón que les genera su complejo de inferioridad– puedan decir de nosotros para compensar sus carencias y sentirse mejor consigo mismas.

¿Y qué hay de la envidia? ¿Cómo se trasciende? Muy simple: dejando de demonizar el éxito ajeno para comenzar a admirar y aprender de las cualidades y las fortalezas que han permitido a otros alcanzar sus sueños. Si bien lo que codiciamos nos destruye, lo que admiramos nos construye. Esencialmente porque aquello que admiramos en los demás empezamos a cultivarlo en nuestro interior. Por ello, la envidia es un maestro que nos revela los dones y talentos innatos que todavía tenemos por desarrollar. En vez de luchar contra lo externo, utilicémosla para construirnos por dentro. Y en el momento en que superemos colectivamente el complejo de Solomon, posibilitaremos que cada uno aporte –de forma individual– lo mejor de sí mismo a la sociedad

Fuente:

El País.

El Síndrome de Solomon.

Discurso de Nelson Mandela ante el tribunal que lo condeno a prisión perpetua.

NELSON MANDELA 1918-2013

El líder ‘antiapartheid’ compareció el 20 de abril de 1964 ante el Tribunal Supremo de Pretoria y explicó por qué recurrió a la violencia para combatir el racismo. Fue condenado a cadena perpetua. El discurso marcó para siempre su biografía. Estas fueron sus palabras:

Soy el primer acusado. Soy licenciado en arte y he ejercido como abogado en Johannesburgo durante algunos años en colaboración con Oliver Tambo. Soy un prisionero condenado a cinco años por salir del país sin permiso y por incitar a la gente a hacer huelga a finales de mayo de 1961.

De entrada, quiero decir que la insinuación de que la lucha en Sudáfrica esté influida por extranjeros o comunistas es absolutamente falsa. Sea lo que sea lo que he hecho, lo he hecho por mis experiencias en Sudáfrica y mis raíces africanas, de las que me siento orgulloso, y no por lo que cualquier extranjero pueda haber dicho. Durante mi juventud en Transkei, escuché a los ancianos de la tribu contar historias sobre los viejos tiempos. Entre las historias que me narraron se encuentran las de las batallas libradas por nuestros antepasados en defensa de la patria. Los nombres de Dingane y Bambata, Hintsa y Makana, Squngthi y Dalasile, Moshoeshoe y Sekhukhuni, eran elogiados y considerados el orgullo de toda la nación africana. Por entonces yo esperaba que la vida pudiese ofrecerme la oportunidad de servir a mi pueblo y hacer mi humilde contribución a su lucha por la libertad. Algunas de las cosas que se le han dicho al tribunal hasta ahora son ciertas, y otras falsas. No niego, sin embargo, que planeé un sabotaje. No lo hice movido por la imprudencia ni porque sienta ningún amor por la violencia. Lo planeé como consecuencia de una evaluación tranquila y racional de la situación política a la que se había llegado tras muchos años de tiranía, explotación y opresión de mi pueblo por parte de los blancos.

Admito de inmediato que yo fui una de las personas que ayudó a crear Umkhonto we Sizwe [brazo armado del Congreso Nacional Africano]. Niego que Umkhonto fuese responsable de una serie de actos que claramente están al margen de las políticas de la organización y de los que se nos ha acusado. Yo y las demás personas que fundaron la organización pesamos que sin violencia no se abriría ninguna vía para que el pueblo africano venza en su lucha contra el principio de la supremacía blanca. Todas las formas legales de expresar la oposición a este principio habían sido proscritas por ley y nos veíamos en una situación en la que teníamos que elegir entre aceptar un estado permanente de inferioridad o desafiar al Gobierno. Optamos por desafiar la ley. Primero infringimos la ley de un modo que eludía todo recurso a la violencia; cuando se legisló contra esta vía, y a continuación el Gobierno recurrió a una demostración de fuerza para aplastar la oposición a sus políticas, solo entonces decidimos responder a la violencia con violencia.

El Congreso Nacional Africano (ANC, por sus siglas en inglés) se constituyó en 1912 para defender los derechos del pueblo africano, que se habían visto gravemente coartados. Durante 37 años – es decir, hasta 1949 — llevó a cabo una lucha estrictamente constitucional. Pero los Gobiernos blancos se mantuvieron inamovibles y los derechos de los africanos se redujeron en vez de ampliarse. Incluso después de 1949, el ANC seguía decidido a evitar la violencia. En esa época, sin embargo, se tomó la decisión de protestar contra el apartheid mediante manifestaciones pacíficas, aunque ilegales. Más de 8.500 personas fueron a la cárcel. Pero no hubo ni un solo caso de violencia. Yo y 19 compañeros fuimos condenados por organizar la campaña, pero nuestras condenas se suspendieron, principalmente porque el juez consideró que en todo momento se había hecho hincapié en la no violencia y la disciplina.

Durante la campaña de desafío, se aprobaron las leyes de Seguridad Pública y de Enmienda del Código Penal. Estas contemplaban unos castigos más duros por las protestas contra [las] leyes. A pesar de ello, las protestas continuaron y el ANC se mantuvo firme en su política de no violencia. En 1956, 156 miembros destacados de la Alianza del Congreso, entre los que me encontraba, fuimos detenidos. La política no violenta del ANC fue puesta en tela de juicio por el Estado, pero cuando el tribunal emitió su veredicto unos cinco años después, halló que el ANC no tenía una política de violencia.

En 1960 se produjo el tiroteo de Sharpeville, que tuvo como consecuencia la ilegalización del ANC. Mis compañeros y yo, tras meditarlo detenidamente, decidimos que no íbamos a acatar ese decreto. El pueblo africano no formaba parte del Gobierno y no hacía las leyes por las que debía regirse. Creíamos en las palabras de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, que dice que “la voluntad del pueblo será la base de la autoridad del Gobierno” y, para nosotros, aceptar la prohibición equivalía a aceptar que se silenciase a los africanos para siempre. El ANC se negó a disolverse, y, en vez de eso, pasó a la clandestinidad. En 1960, el Gobierno celebró un referéndum que condujo a la instauración de la república. Los africanos, que representaban aproximadamente el 70% de la población, no tenían derecho a votar y ni siquiera se les consultó. Asumí la responsabilidad de organizar la campaña nacional para que la gente se quedara en casa coincidiendo con la declaración de la república. Puesto que todas las huelgas de los africanos son ilegales, la persona que organice dichas huelgas debe evitar ser detenida. Tuve que dejar mi casa y mi familia y mi trabajo para esconderme y evitar que me detuvieran. El quedarse en casa debía ser una manifestación pacífica. Se dieron instrucciones precisas para evitar cualquier brote de violencia.

La respuesta del Gobierno fue aprobar leyes nuevas y más estrictas, movilizar a las fuerzas armadas y enviar mercenarios, vehículos armados y soldados a los municipios segregados en lo que constituyó un alarde de fuerza masivo para intimidar a la gente. El Gobierno había decidido gobernar exclusivamente por la fuerza y esta decisión marcó un punto de inflexión en el camino hacia Umkhonto. ¿Qué debíamos hacer nosotros, los líderes de nuestro pueblo? No teníamos la menor duda de que teníamos que proseguir la lucha. Cualquier otra decisión habría sido una vil rendición. Nuestra duda no era si debíamos luchar, sino la manera de continuar la lucha.

Los miembros del ANC siempre hemos defendido una democracia no racista y nos alejábamos de cualquier acción que pudiese distanciar aún más las razas. Pero la dura realidad era que lo único que había conseguido el pueblo africano tras 50 años de no violencia era una legislación cada vez más represiva y unos derechos cada vez más mermados. Por entonces, la violencia ya se había convertido, de hecho, en un elemento característico de la escena política sudafricana.

Hubo violencia en 1957 cuando a las mujeres de Zccrust se les ordenó que llevasen un pase encima; hubo violencia en 1958 con el sacrificio selectivo del ganado en Sekhukhuneland; hubo violencia en 1959 cuando la gente de Cato Manor protestó por los controles de los pases; hubo violencia en 1960 cuando el Gobierno intentó imponer autoridades bantúes en Pondoland. Cada altercado apuntaba a la inevitable intensificación entre los africanos de la creencia de que la violencia era la única salida; mostraba que un Gobierno que emplea la fuerza para imponer su dominio enseña a los oprimidos a usar la fuerza para oponerse a él. Llegué a la conclusión de que, puesto que la violencia en este país era inevitable, sería poco realista seguir predicando la paz y la no violencia. No me fue fácil llegar a esta conclusión. Solo cuando todo lo demás había fracasado, cuando todas las vías de protesta pacífica se nos habían cerrado, tomamos la decisión de recurrir a formas violentas de lucha política. Lo único que puedo decir es que me sentía moralmente obligado a hacer lo que hice.

Eran posibles cuatro formas de violencia. Está el sabotaje, está la guerra de guerrillas, está el terrorismo y está la revolución abierta. Optamos por adoptar la primera. El sabotaje no conllevaba la pérdida de vidas y era lo que ofrecía más esperanzas para las relaciones interraciales en el futuro. El resentimiento sería el mínimo posible y, si la estrategia daba sus frutos, el Gobierno democrático podría llegar a ser una realidad. El plan inicial se basaba en un análisis pormenorizado de la situación política y económica de nuestro país. Creíamos que Sudáfrica dependía en gran medida del capital extranjero. Pensábamos que la destrucción planificada de centrales eléctricas, y la interrupción de las comunicaciones telefónicas y ferroviarias, ahuyentarían la inversión en el país, lo que empujaría a los votantes a replantearse su postura. Umkhonto llevó a cabo su primera operación el 16 de diciembre de 1961, cuando fueron atacados varios edificios del Gobierno en Johannesburgo, Port Elizabeth y Durban. La selección de los blancos es una prueba de la política a la que me he referido. Si hubiésemos pretendido atentar contra las personas, habríamos seleccionado objetivos en los que se congrega la gente y no edificios vacíos y centrales eléctricas. Los blancos no fueron capaces de responder proponiendo cambios; respondieron a nuestro llamamiento proponiendo los laager, una especie de fortines improvisados. Por el contrario, la respuesta de los africanos fue de ánimo. De repente, volvía a haber esperanza. La gente empezaba a hacer conjeturas sobre cuándo llegaría la libertad.

Pero en Umkhonto sopesábamos la respuesta de los blancos con desasosiego. Se estaban trazando líneas. Los blancos y los negros se estaban pasando a bandos diferentes y la posibilidad de evitar una guerra civil se reducía. Los periódicos blancos publicaban artículos diciendo que el sabotaje se castigaría con la muerte. Si eso era cierto, ¿cómo podíamos seguir manteniendo a los africanos alejados del terrorismo?

Nos sentíamos en el deber de prepararnos para usar la fuerza a fin de defendernos frente a ella. Decidimos por tanto tomar medidas para la posibilidad de una guerra de guerrillas. Todos los blancos pasan por un servicio militar obligatorio, pero a los africanos no se les proporciona ese entrenamiento. Desde nuestro punto de vista, era esencial crear un núcleo de hombres entrenados que fuesen capaces de proporcionar el liderazgo que se necesitaría si estallaba una guerra de guerrillas. ...Seguir leyendo en el enlace de El País.

https://docs.google.com/document/d/1HMZDGpvowDQU47BGAO9SuZLC-sM-YkjxDFxfgXiYcpk/edit?usp=sharing

La guerra de Irak no fue una metedura de pata: fue un crimen

Owen Jones
The Guardian / El Diario

Elogiemos la investigación Chilcot por darle sello oficial a las verdades que siempre hemos sabido, que ya estaban ahí mucho antes de que se abrieran las puertas del infierno.

Hemos visto encubrimientos de las élites en el pasado: del Domingo Sangriento a Hillsborough, las autoridades han conspirado a menudo para esconder la verdad por el interés de los poderosos. Pero esta vez no. La investigación Chilcot se estaba convirtiendo en una forma satírica de referirse a tardar un tiempo ridículamente largo en ejecutar una tarea, pero sir John pasará sin duda a la historia por dictar el veredicto más devastador y exhaustivo sobre un primer ministro moderno.

Los que nos manifestamos en su momento contra el desastre de Irak no podemos reivindicar nada, solo tristeza por no haber conseguido evitar un desastre que robó cientos de miles de vidas, entre ellas las de 179 soldados británicos, y que hirió, traumatizó y desplazó a millones de personas, en un desastre que cultivó extremismo a un nivel catastrófico.

Un legado de Chilcot debería ser animarnos a ser más atrevidos en nuestros desafíos a la autoridad, en ser escépticos con las afirmaciones oficiales, en permanecer firmes contra una agenda agresiva tejida por los medios. "Hay que aprender las lecciones", declararán ahora los defensores de la guerra. No les dejemos irse de rositas. Las lecciones fueron obvias para muchos de nosotros antes de que empezaran a caer las bombas.

Lo que ha hecho Chilcot es ilustrar que las afirmaciones del movimiento contrario a la guerra no eran teorías de la conspiración ni reclamaciones disparatadas o desorbitadas. "Cada vez parece más que tenemos un gobierno que busca un pretexto para la guerra más que la forma de evitarla", dijo el diputado laborista que se oponía a la guerra Alan Simpson varias semanas antes de la invasión. De hecho, como reveló Chilcot, Blair le dijo a George W. Bush en julio de 2002: "Estaré contigo, pase lo que pase".

Esta, como señala Chilcot, no fue una guerra de "último recurso": fue una guerra elegida, desatada "antes de que se agotaran las opciones pacíficas para el desarme". Simpson dijo: "Parece que elaboramos dossieres de engaño masivo, cuyas afirmaciones se tachan de irrisorias casi tan pronto como se publican". Y ahora Chilcot está de acuerdo en que la guerra se basó realmente en "datos de inteligencia y valoraciones deficientes" que no fueron "cuestionadas, y deberían haberse cuestionado". Nelson Mandela era uno de los que, en el periodo previo a la guerra, acusó a Blair y Bush de desautorizar a Naciones Unidas. Mandela queda reivindicado. Como dice Chilcot: "Consideramos que Reino Unido debilitó la autoridad del Consejo de Seguridad".

Hubo muchas advertencias. Un mes antes de la invasión, el senador estadounidense Gary Hart dijo que la guerra aumentaría el riesgo de terrorismo. "Vamos a abrir la caja de Pandora y no estamos preparados para eso en este país", avisó.

Tengamos en cuenta también esta cita de la web contraria a la guerra Dissident Voice un mes antes del conflicto: "Un ataque estadounidense y una posterior ocupación de Irak proporcionarán más motivación –y más facilidades para reclutar– a Al Qaeda y otros grupos terroristas y estimulará un mayor riesgo de terrorismo a largo plazo, ya sea en suelo estadounidense o contra los ciudadanos de este país en el extranjero". No es subestimar a los autores decir que esta fue una afirmación de lo obvio, excepto para los responsables de la guerra y sus acólitos. Pues Chilcot dice: "Blair fue advertido de que una invasión incrementaría la amenaza terrorista de Al Qaeda y otros grupos". 

El exprimer ministro aseguró que las terribles consecuencias solo han resultado obvias a posteriori, pero la ONG Christian Aid advirtió de "caos y sufrimiento significativos en Irak mucho después de que hayan acabado los ataques militares". Una agencia de cooperación tenía una previsión mucho mejor que el alto cargo militar que –en una conversación off the record en la que participé en la universidad– aseguró que el 99% de Irak echaría flores a los soldados invasores. Como señala Chilcot, el Gobierno "no tuvo en cuenta la magnitud de la tarea de estabilizar, administrar y reconstruir Irak".

La afirmación irrisoria de Blair es errónea: como indica Chilcot, "las conclusiones a las que llegó Blair tras la invasión no requerían de un conocimiento posterior". Todas las amenazas, desde la intromisión de Irán hasta la actividad de Al Qaeda, "fueron cada una identificadas de forma explícita antes de la invasión". Cuando Robin Cook dimitió del Gobierno antes de la invasión, declaró que "es probable que Irak no tenga armas de destrucción masiva en el sentido del término conocido por todos". Chilcot ha condenado ahora a los servicios de inteligencia por creer lo contrario.

La Campaña por el Desarme Nuclear amenazó con un recurso legal contra el Gobierno en 2002 si emprendía la guerra sin una segunda resolución del Consejo de Seguridad. Varios juristas y Kofi Annan, el entonces secretario general de la ONU, están entre quienes desde entonces han calificado la invasión de ilegal.

El informe original que elaboró el fiscal general de Reino Unido, lord Goldsmith, decía de hecho que una guerra sin segunda resolución sería ilegal, pero Chilcot subraya el hecho de que, cuando Goldsmith hizo posteriormente una comparecencia oral, pareció haber cambiado misteriosamente de opinión.

Puede que la legalidad de la guerra no esté en los cometidos de Chilcot, pero incluso así concluye que el proceso por el que el Gobierno llegó a su base legal "no fue satisfactorio". Sin duda, ahora hay que recurrir la legalidad de esta guerra catastrófica ante los tribunales.

Siempre dijimos que la guerra de Irak estaba basada en mentiras. Leer artículos anteriores a la invasión, como The lies we are told about Iraq de Los Angeles Times, es realmente instructivo. El informe Chilcot no acusa a Blair de mentir. Pero se pone demasiado énfasis en esa cuestión. Blair estaba claramente determinado a ir a la guerra desde mucho antes. Se basaba en pruebas dudosas para su defensa, unas pruebas que otros en aquel momento sabían que eran dudosas. ¿Se engañó a sí mismo, engañó a la sociedad o solo lo conducía la virtud de un complejo mesiánico? Emprendió una guerra con una propuesta arriesgada que muchos en aquella época –incluidos 139 diputados laboristas– sabían que resultaría en desastre. Y eso ya es suficientemente condenatorio.

Elogiemos la investigación Chilcot por darle sello oficial a las verdades que siempre hemos sabido, pero seamos conscientes de que eso es todo lo que ha hecho. Las verdades que ha expuesto ya estaban ahí, mucho antes de que se abrieran las puertas del infierno, como advirtió de que pasaría el secretario general de la Liga Árabe antes de la invasión.

Fue la obviedad de lo que iba a ocurrir lo que creó el mayor movimiento contrario a la guerra de la historia. Fue un movimiento denigrado, en especial por los medios que apoyaron en gran medida las prisas por la guerra. Fue tan perverso que quienes se opusieron o criticaron la guerra –de políticos a directivos de la BBC– fueron quienes perdieron sus trabajos, mientras que Blair desde entonces ha desarrollado su rentable carrera trabajando para dictadores.

Muchos acólitos de esta gran catástrofe siguen mostrando pocos remordimientos o penitencias. Algunos incluso interrumpieron al líder laborista, Jeremy Corbyn –que hizo campaña tanto contra el apoyo británico a Sadam Hussein cuando gaseó a los kurdos en los años 80 como contra la invasión de 2003– mientras pronunciaba este miércoles su respuesta parlamentaria a Chilcot.

Y el horror continúa: los 250 iraquíes asesinados por coches bomba este fin de semana son un recordatorio devastador del caos ante el que Blair debe asumir responsabilidades. No fue una metedura de pata, ni un error, ni una confusión: decida lo que decida la ley, este fue –desde cualquier punto de vista moral– uno de los crímenes más graves de nuestros tiempos. Los responsables estarán condenados para siempre. Después de este miércoles, podemos señalarlos y llamarlos por su nombre.

Traducción de Jaime Sevilla Lorenzo

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/guerra-Irak-error-crimen_0_534746951.html

Saturados de injusticias. Indignados y tocados, así nos sentimos muchos ante la corrupción, la codicia, los recortes… La ira nos moviliza, pero también puede engullirnos si nos enrocamos en ella

Un día en el que un caso de corrupción, de los que ya son cotidianos, había saltado a los periódicos, durante una comida con una elegante y entrañable señora de 85 años. Con su dulce voz dijo: “Yo, gracias a Dios, estoy bien, pero cuando pienso en todas las personas que no tienen nada y veo cómo algunos dirigentes estafan esas cantidades de dinero, entendería que alguna persona desesperada cometiera cualquier tipo de barbaridad”. Sus palabras chocaban con la dulzura de su voz, pero no con la indignación que le hervía por dentro.

En este mismo semanario, días atrás, Rosa Montero confesaba que, pese a que siempre intenta ser mesurada a la hora de escribir, había llamado criminales a los parlamentarios contrarios a la iniciativa legislativa popular que pide la dación en pago en los desahucios. Y, lejos de retirar sus palabras, reafirmaba que lo seguía pensando. Su ira es representativa del sentimiento de muchos ciudadanos. Multiplicada a extremos insufribles en aquellos que se encuentran directamente afectados.

Motivación y emoción son dos palabras que los psicólogos solemos asociar. De hecho, Motivación y emoción es el nombre de una asignatura de la licenciatura de Psicología, el título de una revista científica y de libros sobre el tema. Son dos conceptos que se solapan, que se entrelazan con fuerza. Podríamos decir que la emoción nos activa y la motivación nos dirige. A los homínidos, esta combinación nos ha permitido durante miles de años adaptarnos al medio. Las emociones negativas, como el miedo o la ira, activan una serie de procesos fisiológicos que nos permiten protegernos y defendernos. Esto es, la emoción supone una activación fisiológica que nos motiva o nos empuja a realizar una acción. “Me dio tanta rabia, que no pude más y se lo dije; probablemente si no me hubiera enfadado, no lo habría hecho”, “me calentó y estallé”, “si me enfrío, ya sé que no voy a hacer nada”. A veces necesitamos la rabia para movernos, pero ¿es una condición indispensable?

Los desahucios, los sobres, la codicia, los recortes, los sueldos abultados de muchos políticos… se han convertido en una realidad irrespirable. La ira y el enfado que nos provocan nos empujan a luchar. Nos movilizamos, protestamos, nos manifestamos, surgen iniciativas populares para ayudarnos entre nosotros. Estas acciones tan necesarias están en muchos casos impulsadas por la furia, por ese resentimiento que sentimos por este vergonzoso panorama. ¿Qué pasará si esa serpiente que se enrosca en nuestro estómago sigue siendo la que motive nuestras acciones? Quizá nos comerá a nosotros antes de que podamos cambiar algo.

La vida no es justa y nunca lo ha sido. La falacia de justicia se considera una distorsión cognitiva dentro de la psicología. Una distorsión que se caracteriza por considerar injusto todo lo que no coincide con nuestras creencias o valores. Nos exasperamos, experimentamos arranques de venganza, cuando creemos que el mundo es injusto con nosotros. Es el típico razonamiento de ¿por qué a mí?

Desgastamos la mente intentando entender las barbaridades que suceden a nuestro alrededor para digerirlas mejor. Todo sería más fácil si aprendiéramos a admitir que el mundo está lleno de injusticias y que algunas nos pueden tocar a nosotros. Cargar la mente con porqués incontestables nos consume. Aceptar duele menos. Cuando atravesamos épocas duras y vemos quién nos ayuda y quién no, nos solemos llevar auténticas sorpresas. Suele doler mucho cuando esperas algo de alguien y no ves movimiento alguno. Sin embargo, cuando recolocas a esa persona en otro sitio de tu cerebro, cuando ya sabes de qué palo va, pierde su capacidad de herirte. Si lográramos aceptar cómo es la naturaleza humana, quizá sería más fácil aceptar (que no resignarse) las injusticias. Solo podemos avanzar si sabemos dónde estamos y aceptamos la realidad tal cual es. Intentar ser activos desde la aceptación y no desde el resentimiento.

Cada día se escuchan más historias sobre cómo la dura situación por la que están atravesando muchísimas personas se traduce en un auténtico infierno doméstico. Dentro de las cuatro paredes donde se convive, gritos y menosprecios van golpeando a las parejas, a los niños, a los abuelos. Las emociones negativas se nos desparraman y ya lo están tiñendo todo. Somos animales. No podemos dejar de experimentar emociones. ¿Cómo manejar la rabia, la ira, el resentimiento que provocan las desigualdades que estamos viviendo? 

No todos controlamos igual las emociones. Algunas personas son capaces de ponerlas en un cajón, en una mochila, esto es, les dejan un espacio limitado. No las eliminan; muy al contrario, las reconocen, lloran si hace falta, las explican a algún amigo… Sienten la rabia, la pena… Las miran, no las evitan, no huyen. Los sentimientos que soslayamos se vuelven más borrosos y se desbocan con más facilidad. Si los observamos, sus contornos se van volviendo más nítidos, se concretan.

El resentimiento es una de las emociones más amargas; observarla de cerca para comprobar su inutilidad nos puede ayudar a dejarla atrás. Hace unos meses, durante el coloquio que siguió a una charla en una cárcel catalana, un interno explicó que había vivido ocho años con mucho resentimiento por lo que le había hecho un amigo y también por un incidente relacionado con su exnovia. Contó su corrosiva amargura. “Un día me levanté y vi que aquello no tenía sentido, y se me fue. De repente pasé página con una facilidad venida del cielo…”. El rencor contra los demás solo sirve para devorarnos por dentro, pero los otros se quedan igual. Como muy bien expresó William Shakespeare, “la ira es un veneno que uno toma esperando que muera el otro”. A aquel interno, el día que tuvo la certeza de la inutilidad de ese sentimiento le desapareció el odio incrustado.

Ese interno vivió durante ocho años en dos prisiones: en la real y en la del resentimiento. ¿Cuál es peor de las dos? Al tiempo de abandonar la cárcel, Nelson Mandela declaró: “Al salir y ver toda aquella gente sentí mucha rabia por los 27 años de vida que me habían robado; pero entonces el espíritu de Jesús me dijo: ‘Nelson, cuando estabas en prisión eras libre, ahora que eres libre no te conviertas en tu prisionero”. Mandela vivió 27 años encerrado en la cárcel, aunque no en el resentimiento. La serenidad que logró cultivar fue la que le dio la fuerza para luchar contra las injusticias.

La vergüenza que provocan esas injusticias en quien las oye o lee en los medios de comunicación, la rabia e indefensión en quien las sufre en sus carnes, nos cargan de energía contaminante. Si queremos cambiar el mundo, mejor que nos recarguemos con la energía que proviene de las pequeñas alegrías que nos regala el día. Aunque ahora parecen estar muy escondidas, siguen ahí. “El resentimiento no daña a la persona contra la cual mantiene esta emoción; el resentimiento le está comiendo por dentro a usted” Norman Vincent Peale 

Palabra de sabio

Mahatma Gandhi: “No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores. Recordad que a lo largo de la historia siempre ha habido tiranos y asesinos, y por un tiempo han parecido invencibles. Pero siempre han acabado cayendo. Siempre”.

Martin Luter King: “Nada que un hombre haga lo envilece más que el permitirse caer tan bajo como para odiar a alguien. Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad, y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas”.

Nelson Mandela ha fallecido a la edad de 95 años. Descanse en paz.

Invictus. Este Poema, según Mandela, le ayudó en su duro cautiverio de 27 años.

Fuera de la noche que me cubre, Negra como el abismo de polo a polo, Agradezco a cualquier dios que pudiera existir Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias Ni he gemido ni he gritado. Bajo los golpes del azar Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas Es inminente el Horror de la sombra, Y sin embargo la amenaza de los años Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta, Cuán cargada de castigos la sentencia. Soy el amo de mi destino: Soy el capitán de mi alma.

Texto original inglés Out of the night that covers me, Black as the pit from pole to pole, I thank whatever gods may be For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance I have not winced nor cried aloud. Under the bludgeonings of chance My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears Looms but the Horror of the shade, And yet the menace of the years Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate, How charged with punishments the scroll, I am the master of my fate: I am the captain of my soul.

"Invictus" es un poema breve del poeta inglés William Ernest Henley (1849–1903). Escrito en 1875, fue publicado por primera vez en 1888 en el "Libro de Poemas" del mismo.

Invictus también es una película de 2009 dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, basada en el libro "El Factor Humano" de John Carlin. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. El título tiene su origen en el hecho histórico que Mandela tuvo el poema escrito en una hoja de papel durante su prisión, ayudándole a sobrellevar su encarcelamiento. En la película, Mandela le escribe el poema al capitán de la selección surafricana, Francois Pienaar antes del comienzo del campeonato, si bien en la realidad Mandela le dio un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, "The Man in the Arena".

"The Man in the Arena" es el título del discurso que Theodore Roosevelt dio en La Sorbona en París, Francia, el 23 de abril de 1910. Posteriormente fue reimpreso en su libro Citizenship in a Republic.

El fragmento más notable y famoso del discurso es este:

No es el crítico quien cuenta; ni aquellos que señalan como el hombre fuerte se tambalea, o en qué ocasiones el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece realmente al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, sudor y sangre; al que se esfuerza valientemente, yerra y da un traspié tras otro pues no hay esfuerzo sin error o fallo; a aquel que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías (tibias) y tímidas que no conocen ni la victoria ni el fracaso.

Nelson Mandela dio una copia de este discurso a Francois Pienaar, capitán del equipo de rugby de Sudáfrica, antes del inicio de la Copa de Mundo de Rugby de 1995, aunque en la película Invictus que narra ese hecho, Mandela entrega una copia del poema Invictus de William Ernest Henley.

Referencia del original: http://www.theodore-roosevelt.com/trsorbonnespeech.html

Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Invictus_(poema) 

Página sobre Mandela, http://archives.nelsonmandela.org/home más aquí,  En el NYT

PELÍCULAS – Inside job, de Charles Ferguson. – Cadena perpetua, de Frank Darabont. – Ladrón de bicicletas, de Vittorio de Sica. – Pena de muerte, de Tim Robbins.


LIBROS

Los rostros de la injusticia, de Judith Shklar. Editorial Herder, 2013. Un ensayo que muestra las mil caras de la injusticia y plantea la actitud con que afrontarla.

Solo si nos comprometemos y, mediante procedimientos democráticos, expresamos permanentemente nuestro sentido de la injusticia, conseguiremos que los gobernantes se impliquen en tratar de aminorarla”.

Yo no tenía una creencia específica, excepto que nuestra causa era justa, era muy fuerte y que estaba ganando cada vez más y más apoyo” Nelson Mandela  Fuente: El País Semanal.

Otra manera de hacer política. Mandela demostró que hay otras formas de hacer política.

Me admira que, tantos días después, sigamos pegados a la catarata de las páginas necrológicas de Mandela sin repulsión ni hastío, que es lo que se suele experimentar en este tipo de hemorrágicos ditirambos mortuorios. De Mandela, en cambio, nos interesa todo, desde los magníficos textos de Carlin hasta las imágenes de esa fiesta interminable que está siendo su despedida. La intensidad de nuestro interés nos da la medida de lo muy necesitados que todos estamos de creer en lo que Mandela representa: alguien a quien la adversidad no doblegó, a quien el odio no envenenó, a quien el poder no corrompió. Era un político que honró la política. 

Corren malos tiempos para la democracia. Veo en todo el mundo una crisis en la credibilidad de este sistema, un creciente enojo ante sus abusos evidentes, ante su hipocresía y su cinismo. Nadie parece confiar en los políticos: la frase “todos son iguales” es el lema de moda. Y los únicos que parecen un poco menos iguales, justamente, son los que preconizan las hogueras purificadoras y la mano dura. Quiero decir que veo brotar por doquier la flor negra de la añoranza de la tiranía. Haber nacido en una dictadura me vacunó contra ello, pero el mundo está lleno de ignorantes que, escandalizados por las corruptelas democráticas, creen que los sistemas dictatoriales son más limpios sólo porque son infinitamente más opacos: no sólo la porquería y los abusos no trascienden, sino que además dan respuestas simples a los problemas complejos y luego se encargan de ocultar todo el daño que esa simplificación ha provocado. Yo sigo creyendo, en fin, que la democracia es el sistema menos malo, y que, con todas sus contradicciones, ha permitido mejorar notablemente la situación del mundo. Y también creo que no hay que rendirse y que hay otra manera de hacer política. Lo demostró Mandela. ROSA MONTERO. El País.  Más sobre Mandela en el NYT. Aprenda con el NYT, para centros educativos, vídeo.

Todos somos Mandela
Mandela dibujó un camino, y los demás hemos de consolidar la senda. La tremenda orfandad de líderes, de referentes, de valores, que estamos viviendo nos empuja a exigir a otros lo que nosotros no somos capaces de hacer. Para que Mandela pudiera hacer lo que hizo fue precisa una masa crítica, un número crítico suficiente de personas que respaldara sus pensamientos y sus actos. Y en esa tarea entramos todos. La teoría es fácil: ¿qué diría Mandela en esta situación? ¿Callaría ante este atropello? ¿Qué decisión tomaría en mi comunidad de vecinos? ¿Cómo sería Mandela en mi puesto de trabajo?

La lucha contra la segregación solo ha comenzado, quedan aspectos relevantes pues es patente que hoy, en los albores del tercer milenio, no todos somos iguales ante la ley. Hay hombres y hay mujeres; hay doctoras y hay limpiadoras; hay catedráticas y princesas; hay jueces y excluidos sociales, dependientes y cuidadores, etcétera. Una gran parte de nuestra sociedad se refugia en su colectivo, rechaza al diferente sea cual sea el motivo. Se hace especialmente cruda la segregación entre ricos y pobres. Evidentemente, la igualdad de oportunidades está —como poco— en entredicho.

Los valores asociados a Mandela viven escondidos en cada uno de nosotros. Todos tenemos dentro un trocito de integridad, de generosidad, de tenacidad, de talento. Busquemos esos valores, apliquémoslos todos en la vida diaria y por fuerza surgirá a nuestro alrededor el liderazgo necesario para el entusiasmo, para la esperanza.— Elena Anadón Santafé. Zaragoza, cartas al director. El País.

Reflexión amarga con motivo de la muerte de Mandela
Joaquim Sempere
Mientras tanto electrónico

Llama la atención la doble cara del legado político de Nelson Mandela. Por una parte, la derrota del apartheid y la implantación de un régimen de libertades políticas sin distinciones étnicas —una persona, un voto—, mediante un proceso casi totalmente pacífico y marcado por la altura moral excepcional del principal promotor del proceso: Nelson Mandela. Por otra parte, no sólo la pervivencia de la pobreza y de las desigualdades, sino su acentuación. Salvo la emergencia de una nueva clase media negra, el panorama social sólo ha variado substancialmente para empeorar.

Para entenderlo basta con leer el capítulo 10 de La doctrina del shock, de Naomi Klein. En treinta páginas se condensa convincentemente qué ocurrió para que el programa del CNA con el que éste ganó las elecciones de 1994 quedara completamente anulado en sus facetas económico-sociales. Ese programa se inspiraba en la Carta de la Libertad (Freedom Charter), aprobada en una asamblea de 1955 en Kliptown a la que asistieron unos tres mil activistas y donde se sintetizaban las demandas populares recogidas durante meses por unos 50.000 voluntarios que recorrieron pueblos y ciudades de todo el país. La Carta contenía no sólo el fin del apartheid y la implantación del sufragio universal y los derechos humanos, sino también un programa económico-social de nacionalización de la banca, las minas, los servicios públicos y de distribución de la tierra.

La clave del asunto, según Naomi Klein, está en que las negociaciones a las que se dio más importancia y visibilidad mediática fueron las que tuvieron lugar entre Mandela y De Klerk en torno al modelo político. Mandela logró salirse con la suya e impuso su modelo democrático no racista. Pero mientras tanto, entre bambalinas y lejos de los focos, se cocinaban las decisiones sobre el sistema económico en el clima de hegemonía neoliberal entonces ya imperante en el mundo. Las presiones del FMI, el GATT (luego OMC) y de los movimientos de capitales consiguieron anular todos los proyectos contenidos en la Carta de la Libertad. Veinte años después ni siquiera se han logrado las conquistas en materia de enseñanza y sanidad previstas, y la separación de clases no ha cesado de profundizarse. Naomi Klein subraya la escasa atención que el conjunto de la organización del CNA prestó a aquellas negociaciones. Sólo conociendo cómo se coció aquella peculiar transición puede entenderse la frustración en la que desembocó.

La celebración de la magnanimidad, de la grandeza de alma, que Desmond Tutu atribuye como principal virtud a nuestro héroe, es un espectáculo reconfortante. Indica que todavía hay un terreno moral de confluencia en torno a ciertas conductas políticas —aunque haya que descontar la hipocresía, “ese homenaje que el vicio rinde a la virtud”, de muchos de los que hoy le elogian—. La capacidad para ponerse en el lugar del otro —y en particular cuando el otro ha sido un opresor brutal— y para mostrar una generosidad que acaba suscitando en ese otro el respeto y un cierto nivel de arrepentimiento, son una herencia moral de Nelson Mandela que, por sí sola, tiene un valor incondicional. Nos permite pensar que la humanidad puede alcanzar cimas morales elevadas, y esto por sí solo da sentido a mucho de lo que hacemos, aunque esas cimas convivan con abismos de perversión. Pero inmediatamente después de pensar esto nos embarga de nuevo el espanto de ver hasta qué punto la maldad sigue encontrando vías retorcidas para neutralizar la bondad alcanzada.  Durante los dos primeros años de gobierno del CNA se construyeron más de cien mil viviendas para las personas pobres y se realizaron millones de conexiones en hogares privados con las redes de agua, electricidad y teléfono. Pero abrumado por la deuda y presionado internacionalmente para privatizar esos servicios, el gobierno pronto empezó a subir sus precios. Tras una década de gobierno del CNA, millones de personas han visto interrumpidos sus recién conectados servicios de suministro de agua y electricidad por impago de las facturas. Las minas, la banca y los monopolios que —siguiendo las orientaciones de la Carta de la Libertad asumidas como programa electoral por el CNA— debían ser nacionalizadas, siguieron en manos de las mismas compañías privadas. La propiedad de la tierra estaba en 2006 en un 70% en manos de los mismos propietarios blancos de siempre, que constituían el 10% de la población. Un dato resume la situación sanitaria del país: entre 1990 y 2006 la esperanza de vida de los sudafricanos había descendido en trece años (aunque a los factores sociales haya que añadir la difusión del sida).

La clave de esa evolución fue la tremenda presión a que fue sometido el nuevo gobierno implantado tras las primeras elecciones libres por parte del poder financiero, del país y de fuera, para que aceptara la libertad de movimiento de los capitales, la prohibición de ventajas a la industria nacional, la renuncia a la reforma agraria, el pago de una deuda exterior enorme contraída por los últimos gobiernos del apartheid, pago que dejaba exhaustas las arcas estatales, etc. “Al nuevo gobierno se le dio las llaves de la casa pero no la combinación de la caja fuerte”, dice Klein.

Según los testimonios recogidos por Naomi Klein, los acuerdos políticos arrancados a los blancos por el gobierno del CNA fueron un éxito, pero mientras tanto se imponían compromisos económicos leoninos al nuevo gobierno por parte de la oligarquía blanca del país y las entidades supranacionales. Hasta llegó a remitirse el programa económico del CNA a Harry Oppenheimer (expresidente de las gigantes mineras Anglo-American y De Beers) para que éste diera su visto bueno, tratando de evitar shocks de los mercados.  No es nada fácil juzgar las decisiones de los nuevos dirigentes. Las presiones se ejercían en forma de caída en las bolsas de los valores sudafricanos, huida de capitales y chantajes económicos. Pero además el desenlace de la fuerte tensión social podía llevar a un baño de sangre. Como recuerda uno de los líderes del CNA, William Gumede, Sudáfrica corrió el riesgo real de guerra civil durante todo el periodo de transición. Los pobladores de los townships vivían aterrorizados por bandas armadas del Partido Nacional, la policía seguía practicando matanzas, numerosos dirigentes negros eran asesinados. Chris Hani, un militante joven que muchos veían como el sucesor de Mandela, murió bajo los tiros de un asesino racista.

Estas fueron las circunstancias de aquella particular transición. Si hoy el panorama social de Sudáfrica es el que es, se debe a la interferencia brutal de la oligarquía nacional e internacional del dinero. Los nuevos dirigentes del país no se arriesgaron a resistir por la fuerza, temiendo un baño de sangre. Vivieron, además, en pleno apogeo del neoliberalismo, que les fue impuesto con toda clase de amenazas y chantajes. Esta es la otra parte de la historia, la que no se ha contado, la que pone en evidencia la dictadura del gran capital financiero sobre los pueblos de la Tierra. Todo ello pone en evidencia la hipocresía política y mediática con que se ha manipulado un homenaje más que merecido. No es aventurado pensar que si Mandela hubiera optado por resistir, hoy sería demonizado como terrorista (Thatcher ya le endosó este epíteto en su momento) en vez de celebrado como humanista de gran altura moral.  Fuente: http://www.mientrastanto.org/boletin-120/notas/reflexion-amarga-con-motivo-de-la-muerte-de-mandela 

Nelson Mandela ha fallecido a la edad de 95 años. Descanse en paz.

Invictus. Este Poema, según Mandela, le ayudó en su duro cautiverio de 27 años.

Fuera de la noche que me cubre,
Negra como el abismo de polo a polo,
Agradezco a cualquier dios que pudiera existir
Por mi alma inconquistable.

En las feroces garras de las circunstancias
Ni he gemido ni he gritado.
Bajo los golpes del azar
Mi cabeza sangra, pero no se inclina.

Más allá de este lugar de ira y lágrimas
Es inminente el Horror de la sombra,
Y sin embargo la amenaza de los años
Me encuentra y me encontrará sin miedo.

No importa cuán estrecha sea la puerta,
Cuán cargada de castigos la sentencia.
Soy el amo de mi destino:
Soy el capitán de mi alma.


Texto original inglés

Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance
I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears
Looms but the Horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,
How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.

"Invictus" es un poema breve del poeta inglés William Ernest Henley (1849–1903). Escrito en 1875, fue publicado por primera vez en 1888 en el "Libro de Poemas" del mismo.

Invictus también es una película de 2009 dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Morgan Freeman y Matt Damon, basada en el libro "El Factor Humano" de John Carlin. Trata sobre Nelson Mandela y su uso de la Copa de Mundo de Rugby de 1995 como una oportunidad para unir al país. El título tiene su origen en el hecho histórico que Mandela tuvo el poema escrito en una hoja de papel durante su prisión, ayudándole a sobrellevar su encarcelamiento. En la película, Mandela le escribe el poema al capitán de la selección surafricana, Francois Pienaar antes del comienzo del campeonato, si bien en la realidad Mandela le dio un extracto de un discurso de Theodore Roosevelt, "The Man in the Arena".

"The Man in the Arena" es el título del discurso que Theodore Roosevelt dio en La Sorbona en París, Francia, el 23 de abril de 1910. Posteriormente fue reimpreso en su libro Citizenship in a Republic.  El fragmento más notable y famoso del discurso es este: 

No es el crítico quien cuenta; ni aquellos que señalan como el hombre fuerte se tambalea, o en qué ocasiones el autor de los hechos podría haberlo hecho mejor. El reconocimiento pertenece realmente al hombre que está en la arena, con el rostro desfigurado por el polvo, sudor y sangre; al que se esfuerza valientemente, yerra y da un traspié tras otro pues no hay esfuerzo sin error o fallo; a aquel que realmente se empeña en lograr su cometido; quien conoce grandes entusiasmos, grandes devociones; quien se consagra a una causa digna; quien en el mejor de los casos encuentra al final el triunfo inherente al logro grandioso; y que en el peor de los casos, si fracasa, al menos caerá con la frente bien en alto, de manera que su lugar jamás estará entre aquellas almas frías (tibias) y tímidas que no conocen ni la victoria ni el fracaso.

Nelson Mandela dio una copia de este discurso a Francois Pienaar, capitán del equipo de rugby de Sudáfrica, antes del inicio de la Copa de Mundo de Rugby de 1995, aunque en la película Invictus que narra ese hecho, Mandela entrega una copia del poema Invictus de William Ernest Henley.

Referencia del original: http://www.theodore-roosevelt.com/trsorbonnespeech.html
Fuente:
http://es.wikipedia.org/wiki/Invictus_(poema)

Página sobre Mandela, http://archives.nelsonmandela.org/home más
aquí,
En el NYT

La desigualdad lo corroe todo

Javier Pérez Royo

O hay una rectificación política del proceso de distribución de la riqueza dominado por la acumulación del capital, o simplemente veremos cómo las democracias se van descomponiendo una tras otra

— La desigualdad desciende a mínimos en 14 años y recupera niveles previos al mazazo de la crisis financiera.

Joaquín Estefanía tituló el domingo 30 de abril su tribuna habitual en El País, “Piketty convenció, pero no venció”. El título es sobradamente elocuente. El impacto de la publicación de “El Capital del siglo XXI”, seguido de “Capital e ideología. La economía de las desigualdades. Una breve historia de la igualdad” fue enorme en el terreno del debate intelectual, pero apenas afectó a la toma de decisiones políticas. La tendencia hacia el aumento del desequilibrio en la distribución de la riqueza no se ha visto afectada en los diez años transcurridos desde la publicación del primero de los dos libros de Piketty.

Coincido con el análisis de Estefanía salvo en un punto, en el que, si nos sentáramos a hablar, es más que probable que estuviéramos también de acuerdo. El punto de desacuerdo es su afirmación de que “la desigualdad no es consecuencia de leyes inexorables de la economía, sino de decisiones políticas y estratégicas”.

La desigualdad es una consecuencia inexorable del capital como principio de constitución económica de la sociedad contemporánea. Toda sociedad que descansa en el capital genera inexorablemente desigualdad y desigualdad creciente, ya que la plusvalía para la nueva obtención de plusvalía es la ley que rige de manera inexorable el proceso de acumulación del capital.

Dicho proceso de acumulación es la forma de manifestación de la ley del más fuerte en el modo de producción capitalista. Es una ley que en democracia está sometida siempre al control de decisiones políticas y de normas jurídicas por los órganos constitucionales habilitados para ello. La ley del más fuerte no se expresa nunca en estado puro, es decir, no está nunca exenta de un control de naturaleza político-jurídica.

Ahora bien, ese control puede ser un control proclive a acelerar el proceso de acumulación o un control tendente a reducir el resultado de dicho proceso. La ley del más fuerte no puede ser suprimida. La sociedad en que esto ocurriera entraría en un proceso de descomposición. Lo que sí se puede hacer es poner límites al ejercicio de esa ley mediante normas jurídicas resultantes de decisiones políticas democráticamente alcanzadas.

De hecho, es lo que ocurrió desde la década de los treinta del siglo pasado en los Estados Unidos y en los estados democráticamente constituidos en la Europa occidental después de la Segunda Guerra Mundial.

Desde finales de los años setenta del siglo pasado a esa política de limitar la progresión acelerada del proceso de acumulación y de redistribución de la riqueza se pondría fin de manera paulatina pero continuada. El proceso de acumulación del capital se vería favorecido por nuevas normas jurídicas también aprobadas democráticamente. Ello conduciría a un desequilibrio gigantesco que no para de aumentar.

Estamos llegando ya al momento en que ese desequilibrio brutal afecta no solo a los ciudadanos o ciudadanas de manera individualizada, sino que afecta a la democracia como forma política. Si el principio de igualdad en el que descansa la democracia deja de tener credibilidad como fórmula de gestión de las diferencias personales en lo que a la distribución de la riqueza se refiere, es la propia democracia como forma política la que deja de ser creíble.

La desigualdad resultante de un principio de acumulación del capital sin límites aprobados democráticamente es sencillamente insoportable. Se extiende a la esperanza de vida, a la educación, a la vivienda… La desigualdad lo corroe todo. El sentido de pertenencia a una misma comunidad desaparece. El libre desarrollo de la personalidad que es el corolario del principio de igualdad se convierte en un espejismo, que se desvanece al entrar en contacto con la realidad.

Este va a ser el debate de los próximos decenios. O hay una rectificación política del proceso de distribución de la riqueza dominado por la acumulación del capital, o simplemente veremos cómo las democracias se van descomponiendo una tras otra.

Henry Marsh, neurocirujano: “Prepararse para morir tiene mucho que ver con haber tenido una buena vida”.

Este neurocirujano inglés se ha pasado la vida operando tumores cerebrales ajenos. Ahora se enfrenta a su propio cáncer y lo cuenta en su nuevo libro, ‘Al final, asuntos de vida o muerte’

El neurocirujano Henry Marsh (Oxford, 73 años), autor de Ante todo no hagas daño, escribía un libro sobre el cerebro. Pensaba que el suyo, tan activo, no se habría encogido como todos, que terminan teniendo el tamaño de una nuez. “Narcisísticamente me hice un tac para comprobarlo”. Encontró un tumor. Lo cuenta en Al final, asuntos de vida o muerte (Salamandra), que acaba de traducirse al castellano.

Vive solo en Wimbledon, al sur de Londres, en una casa adosada donde lo ha construido casi todo: de las estanterías a la claraboya de la luminosa cocina. También ha plantado la camelia del jardín. En la chimenea arden troncos. “La enciendo cuando viene alguien”, dice. Lleva los pantalones recogidos en los calcetines. “Vengo de la reunión de las ocho en el hospital”. Cuenta que está reseñando un libro de Freud. “No es ciencia, es literatura. Esa es la clave: escribía muy bien”. También que su padre, abogado, lo llevó por primera vez a España a una reunión secreta antifranquista. “Tenía 16 años y me pareció un país muy primitivo”. Todo esto antes de empezar a preguntar. “Soy una persona que sube y baja y he aprendido a aceptarlo”, diagnostica: “Como me dijo un amigo: es imposible sentirse muy optimista y muy pesimista a la vez”. “Me han guiado las emociones, el término psiquiátrico sería ciclotímico. Mi vida ha sido intensa. Por eso he sido neurocirujano. La mayoría de los médicos no quieren ser cirujanos. Y la mayoría de los cirujanos no quieren ser neurocirujanos. Si no te gusta el riesgo, no eliges esta profesión. El riesgo implica la posibilidad de lo mejor, que solo existe, claro, porque existe su contrario”.

En Ante todo no hagas daño asegura que la muerte no es el peor diagnóstico. ¿Lo sigue pensando con cáncer?
Sí. Como neurocirujano puede que salves una vida que esa persona no querría. Es una decisión difícil que tiene que tomar la familia, si consigues encontrarla. La pregunta es: ¿conoce a esta persona lo suficientemente bien para saber si querría vivir en estas condiciones de dependencia? O: ¿queréis a esta persona lo suficiente para cuidarla si ella no puede?
Escribió que, si le diagnosticaran un tumor cerebral, seguramente se suicidaría. No lo ha hecho.

Defiendo el derecho a la eutanasia, que ahora tienen en España y no tenemos aquí. Debemos saber mirarle a los ojos a la muerte. Forma parte de la existencia. Cuando me diagnosticaron el tumor me obsesioné hasta que pensé: tengo 73 años y he tenido una vida difícil, pero larga y buena. Pensé en mis pacientes jóvenes que murieron. Y en sus padres, que nunca los conocerían adultos. El deseo de sobrevivir está en nuestro ADN. El problema es que eso tenía sentido cuando la gente moría con 40 años. Ahora el miedo es convertirse en una carga para quien quieres. Hay tantos tratamientos que se ha convertido en un problema saber cuándo parar.

¿Cuándo parar?
Muchos tratamientos son caros y el sistema público de salud no se los puede permitir. Se venden más pañales para ancianos que para niños. Hace 30 años yo hubiera muerto de cáncer. Ahora moriré con cáncer, pero no de cáncer. El cáncer es, fundamentalmente, una enfermedad de la tercera edad. La probabilidad de tenerlo con 70 años multiplica por mil la de tenerlo con 20. Pero me aterra más la demencia. No soportaría ser un estorbo.

¿Por qué tememos molestar?
No querría que mis hijos me vieran como vi a mi padre a los 96 años. No sabía quién era.
Se convirtió en médico por una crisis vital.
Empecé Ciencias Políticas y Filosofía, pero todo eran análisis verbales, y me fui un año a Ghana como voluntario con curas blancos, católicos. Aunque no soy religioso, esa experiencia me formó. Luego me fui a trabajar de camillero.

Huyó de Oxford por desamor.
Fui muy inmaduro. Me enamoré perdidamente. Me había pasado la adolescencia leyendo poesía y, bueno… fue embarazoso. Era una amiga de la familia que en parte propició mi enamoramiento…

¿Estaba casada?
Sí. Típico de adolescencia. No conseguía salir de mi obsesión. ¡Hasta intenté suicidarme! Sé lo que significa estar locamente enamorado… Y desconfío de la locura. Creo que en las relaciones que funcionan el amor es trabajo. Pero entonces me obsesioné con esa poeta americana tan rígida, Sylvia Plath.

¿Le parece rígida?
Escribía muy bien. Pero era narcisista. Y para mí el narcisismo solo se justifica cuando te lleva a hacer del mundo un lugar mejor.

Un médico.
Bueno… Quise conocer el sufrimiento de verdad, no el que me había invadido la cabeza. Y encontré trabajo en los quirófanos de un hospital al norte de Newcastle. Luego regresé a Oxford, estudié como un poseso y conocí a mi primera mujer, una relación problemática desde el principio.
Vaya.
Aprendió con nuestro divorcio. Se ha convertido en consejera matrimonial. Tuvimos tres hijos. Me echó de casa. No la culpo. Llegaba por la noche, me llamaban del hospital y me tenía que volver a ir. Estaba obsesionado con mis pacientes. Los puse por delante de todo.

¿Por eso no vive con su segunda mujer?
Kate Fox es una antropóloga brillante. Su libro Watching the English es un mega best seller. [Se levanta y me regala una copia]. Las vidas separadas hacen un matrimonio feliz. No vivimos juntos porque tiene la enfermedad de Crohn.

De nuevo el miedo a molestar.
Vivir con una enfermedad crónica es difícil para todos. Como médico me alarmo, como pareja debo respetarlo.
Estudió Medicina sin saber que su bisabuelo materno había sido médico.
Mi madre era alemana y antes de morir decidió dejar por escrito que dejó de hablarse con su familia porque ellos eligieron afiliarse al partido nazi y ella no.

¿Esperamos al final para hacernos las preguntas más importantes?
Prepararse para morir tiene mucho que ver con haber tenido una buena vida. Soy un privilegiado. He amado ser médico y construir mesas de madera. Y eso tiene todo que ver con la suerte que hayas tenido en tu infancia. Es decir, la gente pobre no tiene suerte. Por lo tanto, tenemos la obligación de tratarlos mejor. Como médico es automático, una ética. Para alargar la vida, lo que habría que hacer es mejorar los primeros años.

¿La ignorancia con el propio pasado la llevamos a la historia de nuestro país?
Cuando envejeces te das cuenta de lo poco que has cuestionado lo que has aprendido. Kate me hizo ver que fue la trata de esclavos lo que financió la revolución industrial. De errores como ese derivan muchos problemas actuales. Pero es más fácil sentirse orgulloso que avergonzado, y la reparación histórica es complicada. ¿Dónde te detienes?

¿Qué es una buena muerte?
La que te permite mirar atrás y pensar: he dicho lo que tenía que decir.
Somos incapaces de aceptar la muerte. Como si existiera otra posibilidad…
Nuestra naturaleza nos aparta del dolor. Es irracional preocuparse por algo que, hagas lo que hagas, sucederá. Por eso vivimos en presente.

¿Vivimos en el presente?
Yo lo hago, desde que me diagnosticaron cáncer. También cada vez que me enamoro. Me ha pasado varias veces, pero siempre lo he observado con sospecha. Hay que dejar pasar seis meses para que el sistema hormonal y el cerebro se tranquilicen. Entonces empieza el trabajo. Lo que entendemos por amor es muy egoísta. El amor consiste en hacer feliz a la persona amada.

¿Tiene buena relación con sus hijos?
Arrastraba la culpa de mis ausencias. Tuve problemas con mi hijo William, un gran tipo, solitario, sin hijos. Pero hizo psicoterapia y le fue tan bien como a mí.

¿Por qué fue usted a terapia?
Cuando regresé de África tenía 22 años y no sabía qué hacer con mi vida. No me sostenía solo. Ir al psiquiatra fue como una conversión religiosa. Tras la primera sesión pasé la noche llorando. Al amanecer tenía ojeras, pero lo había llorado todo. William James describe la conversión religiosa como perdón, conocimiento y verdad. No fue el llanto, fue admitir que necesitaba ayuda, encontrarla, aceptar mi fragilidad y abandonar mi enfado. Tienes que ser muy fuerte para asumir tu fragilidad. Es una paradoja, como muchas de las verdades psicológicas.
Su carrera tiene aciertos y errores.
Ante un mal resultado no recuerdas lo que has solucionado. La autocrítica es dolorosa y la gente tiende a evitarla o a destruirse. Se trata de aprender de los errores para crecer. Aprendí, por ejemplo, que no puedo operar escuchando música.

Sus operaciones pueden durar 15 horas.
Son un trabajo de equipo. Un sindicato obligaría a cambiar de médico a las ocho horas. ¿Un paciente querría eso? En un porcentaje altísimo, la médica es una profesión vocacional. Pero la pasión es una opción personal. No se puede esperar esa devoción en la nueva generación de neurocirujanos, el precio personal es alto. Yo prefiero operar con un colega, hacerlo juntos, apoyarnos y poder descansar. La regla de oro de la humanidad es aprender de los errores propios y de los demás. Pero… es raro que todos los médicos cooperen. Hay mucho narcisismo en mi profesión. Para que un comité funcione, se deben abandonar los egos, y en países como Sudán o Ucrania la competencia es económica: solo enseñan a la familia, nadie quiere enseñar a la competencia.

Defiende la duda. ¿A los médicos les permitimos dudar?
Los pacientes quieren certezas y los médicos lidiamos con incertidumbres. Cuando me convertí en paciente sabía que nadie sabe nunca cuánto te queda, salvo si son dos días. Y aun así no pude evitar preguntárselo al oncólogo. Es difícil vivir con la incertidumbre y todos los pacientes oncológicos deben aprender a hacerlo. Intento ser útil: doy clases y voy a Ucrania desde hace 21 años.

¿Por qué empezó a ir?
Tiene que ver con mi padre y su defensa de los derechos humanos. De él aprendí que con un sistema judicial corrupto la democracia no es posible. ¿Y qué hicieron Putin y Yanukóvich? Corromper el sistema judicial.
En Ucrania no enseña solo a curar.
Les aconsejo a los jóvenes médicos a no hablar con prisa. A sentarse aunque la tengan, a mirar a los ojos.

¿Dudó a la hora de contar las historias de sus pacientes?
No. Desde los 12 años escribo un diario. Allí enterré 10 años de mi vida y todavía me avergüenza leer lo tonto que fui. Pero también están allí las historias que me han obsesionado. Cada historia es una persona. Kate lo leyó porque nuestro cortejo fue por escrito: con correos electrónicos. Y me dijo que tenía un libro. La única manera de aprender a ser neurocirujano es operando. Y… cometiendo errores. La experiencia consiste en cometer errores.

“La burocracia cuesta vidas”.
Los problemas fundamentales de la salud pública son el aumento de los pacientes —y de sus años de vida— y el de la tecnología —y su alto precio—. Es necesario encontrar un equilibrio entre la libertad del paciente y la organización médica para intentar sanar. La organización es clave en la guerra de Ucrania. Los rusos obedecen a una jerarquía, no tienen independencia de mando. El ejército ucranio cambió en 2014. Sigue el modelo alemán: los oficiales en el frente pueden tomar decisiones. La medicina es lo mismo: debes dar cierta independencia a los médicos y las enfermeras en las trincheras de la enfermedad. Hace 40 años los médicos tenían demasiada independencia. Hoy estamos en el extremo opuesto. La autonomía es fundamental para ser resolutivo y para preservar tu salud mental: para hacerte cargo de ti mismo.

¿Nos pasamos la vida tratando de reparar lo que hicimos mal?
En neurocirugía es fácil pensar: iba a pasar de todos modos. Debes luchar contra ti mismo para preguntarte: ¿podría haberlo hecho mejor?
¿Cómo lo hace?
Preguntando a los amigos en los que confío. La adulación anula el pensamiento. Cuanto más investigas, más te complicas la vida. Abres una puerta y llegas a un lugar con más puertas. Por lo visto, Freud era muy dogmático y cuando daba conferencias no admitía preguntas. Las preguntas son las puertas.

¿A más chequeos, más enfermedades se encuentran?
Los falsos positivos suceden a diario. Y obedecen a malas prácticas. Esta mañana llegó una mujer a hacerse un tac por un dolor de cabeza. O el médico de familia era un ignorante o era un vago. No puedes ir acumulando rayos X en el cuerpo y en un tac pueden aparecer formas anormales que no se pueden tratar a no ser que se desarrollen. ¿Cómo se lo dices al paciente? No le puedes decir que no tiene nada y a la vez no puede hacer nada por su bulto. Curiosear demasiado tiene consecuencias emocionales: generas una ansiedad que te puede cambiar la vida. Si no necesitas un tac de cerebro, ¡no te lo hagas! Yo, como tantos pacientes oncológicos, vivo ahora en un limbo. Lo único que puedo hacer es no pensar en las revisiones hasta que llega el día. Mi tumor cerebral tenía origen en la próstata y la terapia hormonal es, básicamente, castración. Y no es una cuestión sexual. No es que no te guste cómo está tu cuerpo, tampoco me gustaba antes, es que los músculos se debilitan y eso te afecta. Creí que me sentía infeliz porque tenía cáncer. Me di cuenta de que estaba mal porque no hacía ejercicio. Lo bueno de la terapia hormonal, que es como envejecer rápidamente, es que cuando la terminas es como vivir al revés: ¡rejuvenezco a diario!

¿Qué país tiene la mejor sanidad pública?
El sistema público de salud es un reflejo de la sociedad y la escandinava es rica.
Noruega era pobre hace 100 años.
Invirtieron el dinero del petróleo en mejorar el país. Sus prisiones son auténticos centros de reeducación. Y están acostumbrados a pagar impuestos para mantener sus servicios. Tienen mucha menos inequidad que el resto del mundo. No soy de extrema izquierda, pero creo en la necesidad de poner impuestos a la riqueza.

¿La industria farmacéutica decide cuánto valemos?
No son hermanitos de la caridad, son empresas, y muchos medicamentos contra el cáncer son prohibitivamente caros porque necesitan rentabilizar su inversión. Necesitamos su investigación. Pero ellos no deben olvidar que se benefician de la inversión que los gobiernos hacen en las universidades. Defiendo que no hagan publicidad y abaraten precios.

¿La sanidad privada sobrediagnostica más que la pública?
En el sector privado se sobreestima el riesgo de no operar y se infraestima el de operar. No creo que muchos médicos piensen en hacer dinero. Pero si saben que van a ganarlo con un paciente, tal vez se comportan más amigablemente. Somos así.
Ante todo no hagas daño termina preguntando: ¿qué estás haciendo con el tiempo que te queda?
He puesto en marcha una organización para apoyar cuidados paliativos en Ucrania. Quiero escribir un cuento de hadas para mis nietas. Continúo dando clase en el hospital. Y hago estanterías. Vivo en presente.

viernes, 12 de mayo de 2023

_- BACHILLERATO. OPINIÓN. “Mamá, no sé qué carrera estudiar”: cómo ayudar a tu hijo que cursa Bachillerato a elegir su futuro.

_- Es importante afrontar estos dos años educativos sin prisa, atendiendo a las necesidades personales, emocionales y sociales del adolescente. Cuando se converse con él, hay que evitar los sermones, desaprobar sus opiniones o amenazar.

Alrededor de 700.000 alumnos y alumnas en España que terminan la ESO cursan Bachillerato con la intención de estudiar después en la universidad, según datos de 2022 del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Pero un porcentaje muy alto de este alumnado no sabe aún qué es lo que quiere estudiar. Según un estudio de 2019 de la consultoría Círculo Formación, firma especializada en prestar servicios integrales de marketing, comunicación y consultoría, un 78% de estos estudiantes españoles no tiene claro qué carrera elegirá. Además, el abandono universitario de los estudios de grado en universidades presenciales, entre estudiantes que ingresaron en el curso 2015-16 de nacionalidad española, afecta al 13%, según datos del Ministerio de Universidades en su informe Análisis del abandono de los estudiantes de grado en las universidades presenciales en España. Este documento señala también que entre las y los estudiantes que abandonan, más de la mitad lo hace después del primer año, lo que demuestra que el inicio del grado superior es el momento más delicado de cara a la continuidad en los estudios.

¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos para que accedan con seguridad a la carrera que les gusta y fomentar tanto la implicación como ayudarles en su proceso de desarrollo personal? Con el cambio legislativo se le ha dado más énfasis a la formación integral del alumnado y al desarrollo personal y social en una edad en la que cuidar estos aspectos es algo fundamental. Según la LOMLOE [Ley Orgánica de Educación]: “Es imprescindible la implantación de propuestas pedagógicas que, partiendo de los centros de interés de los alumnos y alumnas y aumentándolos, les permitan construir el conocimiento con autonomía, iniciativa y creatividad desde sus propios aprendizajes y experiencias”.

Muchas veces, padres y madres tienen dudas sobre qué tipo de educación elegir para sus hijos después de la ESO en una época en la que ya están pensando en la toma de decisiones de cara a la universidad, un grado o formación profesional. En este sentido, es normal que haya incertidumbre, pero por experiencia personal, y por las preguntas que me suelen hacer para orientar en la toma de decisiones, siempre respondo lo mismo: “Lo importante es no tener prisa”.

Parece que con 18 años hay que dar el salto, hacerlo todo perfecto, sacar la universidad en cuatro años y entrar en el mercado laboral recién licenciado. Pero más relevante que esto es afianzar una serie de aprendizajes que vayan más allá de una preparación universitaria. En estas edades, nos encontramos con el equilibrio imposible entre la autonomía personal y la dependencia, y es en este camino en el que los progenitores deben servir de apoyo. Obviamente factores como, por ejemplo, el nivel socioeconómico o la necesidad de entrar en una universidad pública van a condicionar la toma de decisiones, pero es crucial que acompañemos y demos espacio entendiendo, además, de dónde venimos.

Hemos pasado a unas cifras récord en cuanto a problemas de salud mental infanto-juvenil pospandemia. Por ejemplo, como se señala en el informe de Unicef Salud mental e infancia en el desarrollo de la covid-19 (2020), uno de cada cinco menores de entre 10 a 19 años padece un problema de salud mental diagnosticado, siendo la ansiedad y la depresión los más comunes en población juvenil y adolescente. Además, según este documento y de acuerdo con los datos de la OMS de 2011, España solamente dedicaba el 5% del gasto total en sanidad pública a la salud mental.

Acompañar, por tanto, desde lo personal, lo social y la salud mental es actualmente un factor de protección y de éxito educativo en una etapa tan importante como Bachillerato, que puede generar mucho estrés y ansiedad en el alumnado de 17 y 18 años. Saber responder a dudas como “mamá, no sé qué estudiar”, “me siento con ansiedad porque no sé qué hacer”, o “mejor lo dejo…” son cuestiones que como padres nos van a preocupar. ¿Cómo podemos afrontarlas?

En primer lugar, hay que mantener la calma y preguntarle si ya han pensado en algo, porque seguro que sí lo ha hecho. No hay que escurrir el bulto y contestar: “Bueno, ya se te pasará”. Después, es fundamental generar alternativas para ver si hay más opciones o, como se suele decir coloquialmente, buscar un plan B. Es además muy enriquecedor que padres e hijos trabajen juntos esta búsqueda de alternativas por varios motivos: tranquiliza y da seguridad saber que puedes hablar del tema con tus padres sin que te digan que lo haces mal, que así no vas a ningún lado o que no vas a llegar a nada en la vida porque no te aclaras. A esto se suma que ser acompañado en este proceso y tener tiempo para pensar ayuda mucho. Por último, porque lo anterior genera confianza y, por lo tanto, ayuda a reducir la ansiedad y los errores que generan la prisa.

¿Hay algo más que los padres puedan hacer? Sí, tenemos que cambiar la forma de hablar. Cuando conversemos con nuestros hijos hay que evitar los sermones, aludir continuamente a normas externas, amenazar, desaprobar o dar lecciones. Básicamente, hay que evitar todo lo que hacemos como adultos cuando hablamos, pues no ponemos el foco de la comunicación en quien escucha (tu hijo o hija) sino en quien habla (tú mismo). Si hablas con tus hijos solamente para que te escuchen, en vez de esforzarte en escucharles, es difícil que les puedas ayudar.

Es fundamental, por tanto, entender Bachillerato como una etapa de desarrollo global tanto a nivel académico, personal y familiar. Y en este sentido, es importante afrontar estos años sin prisa, atendiendo a necesidades personales, emocionales y sociales porque no se trata de hacer todo perfecto, sino de sentirse bien haciéndolo. Hemos de entender que el fracaso no es perder un curso con 18 años porque no sabes qué hacer o tienes dudas, más bien al contrario: el fiasco en esta etapa es no ayudar a quien con 18 años está inmerso en un proceso educativo relevante como rito de paso a la edad adulta.

César de la Hoz es licenciado en Psicopedagogía y experto en mediación y resolución de conflictos escolares y familiares, modificación de conducta y orientación educativa y gestión del cambio.



Luis Caffarelli, el argentino que ganó el “premio Nobel de las matemáticas” explicando cómo se derrite el hielo en un vaso

"El Lionel Messi de las matemáticas".

De esta manera presentaron este miércoles al argentino Luis Caffarelli, investigador de la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.), al anunciarlo como el ganador del Premio Abel 2023, considerado el Nobel de las matemáticas.

"Para mí es un gran halago. Messi tiene un control total de la pelota. En mi caso sería el control de las ecuaciones", le dijo Caffarelli a BBC Mundo horas después de que se conociera que había ganado el importante galardón.

La Academia Noruega de Ciencias y Letras definió el aporte de Caffarelli como "fundamental" para el "desarrollo de las ecuaciones diferenciales parciales", que describen el comportamiento de una gran cantidad de fenómenos naturales, como la expansión del calor o la circulación de los líquidos.

Estas ecuaciones también sirven para explicar fenómenos sociales como el crecimiento de las poblaciones.

Luis Caffarelli se convirtió así en el primer sudamericano en lograr este reconocimiento. Doctor en Matemáticas por la Universidad de Buenos Aires, Caffarelli, de 74 años, salió de Argentina en 1973 para desarrollar su carrera de investigador en distintas instituciones educativas de Estados Unidos.

El matemático habló con BBC Mundo desde su oficina en la Universidad de Texas (EE.UU).

¿Puede explicarnos de forma sencilla en qué consisten las ecuaciones diferenciales a las que ha dedicado su trayectoria como investigador?

Pensemos que matemáticamente tenemos dos dominios, A y B. La ecuación nos permite ver cómo evoluciona A en relación con B, en base a cómo aparece la densidad de una de las dos cantidades.

En ese sentido, podemos ver cómo a medida que aparece la sustancia A, ésta va comiendo a la sustancia B. La ecuación se puede aplicar a muchos casos.

Uno de los ejemplos que se da a su trabajo es la aplicación de estas ecuaciones en el estudio del hielo que se derrite en el agua. ¿De qué se trata?

Imaginemos que tenemos agua en un cubo, al que tiro un pedazo de hielo. La pregunta es cómo va a evolucionar ese pedazo de hielo.

A simple vista, uno sabe que el hielo se va a ir derritiendo, el hielo se va haciendo líquido, se va a ir redondeado, porque las partes del hielo que están con mayor contacto con el agua se descongelan más rápido.

Por lo tanto, uno puede ver la evolución de ese pedazo de hielo que, en contacto con el agua, desaparece. En esta ecuación está el agua y el hielo y la conclusión depende de cómo está dispersa la temperatura y cómo el paso del tiempo incide en el pedazo de hielo.

¿Y como es posible aplicar esta ecuación, por ejemplo, al crecimiento de las poblaciones?
Por ejemplo, si tenemos un segmento de la población con gente blanca y otro de gente negra.

Al principio, la población negra que es minoría vive acurrucada en una parte, pero a medida que va ganando dinero y poder comienza a avanzar sobre el espacio que ocupa la población blanca.

Es una idea general de cómo un objeto A ‑no tenemos por qué darle nombre‑ cambia según un objeto B, que tiene cierta densidad.

¿Cómo nació en usted la curiosidad por las matemáticas?
De niño, mi padres me ayudaban, hasta mi hermana menor. Naturalmente, una vez que uno se envuelve en el tema empieza a querer manejar más. Fui al Colegio Nacional de Buenos Aires, donde eran todos muy dedicados. Después, avancé gracias a la universidad, quería avanzar más en esta ciencia.

¿Qué tienen para usted las matemáticas que le resultan tan fascinantes?
La respuesta no es tan sensacional. Las matemáticas son para mí una cosa importante, así como para cualquier otra persona que trabaja en algo interesante.

Uno termina centrándose en eso y dedicándole tiempo todo el día. Es natural, no es nada excepcional.

¿Tiene preguntas pendientes?
Bueno, siempre tengo tres o cuatro preguntas sobre las que me cuesta avanzar. El conocimiento no es una luz que aparece de inmediato. Para mí, y para mucha gente que hace ciencia, lo importante es hacer aportes que puedan contribuir para otros o para el avance de las ideas.

¿Podría contarnos alguna de esas cuatro preguntas pendientes?
Por ejemplo, una es entender cómo una cantidad sólida se va deshaciendo. También hay temas vinculados al estudio de la presión, cuánta presión se puede formar dentro de un dominio.

Otras preguntas, que son más bien abstractas, que tal vez se escriben solo en un papel, permiten crear ideas nuevas. Por eso siento que vale la pena hacer un esfuerzo para seguir investigando.

jueves, 11 de mayo de 2023

SEGUNDA GUERRA MUNDIAL. Rudolf-Christoph von Gersdorff, el oficial nazi que trató de matar a Hitler hace 80 años.

El suyo fue solo uno de los varios intentos realizados por oficiales del Ejército alemán, y fue uno de los pocos conspiradores que sobrevivieron a la guerra

El 21 de marzo de 1943, hace exactamente 80 años, Rudolf-Christoph von Gersdorff, un oficial del Ejército alemán, dispuesto a morir para liberar a su país de la sombra del nazismo, trató de asesinar a Adolf Hitler. Entre 1943 y 1944, hubo al menos cinco intentos de asesinato en su contra. Este fue el segundo. Aunque su plan fracasó —al igual que los otros— su plan es testimonio de la oposición al nazismo dentro de las líneas militares alemanas, y de la valentía de aquellos que trataron de cambiar el futuro de Alemania.

Gersdorff comenzó su carrera militar en Alemania en 1925, en el 7º Regimiento de Caballería y llegó a ser ayudante de regimiento en Breslau en 1933. En 1938, fue transferido a la Academia de Guerra en Berlín, y formó parte de la ocupación de Sudetenland (zonas de Checoslovaquia que Alemania quería anexar). Posteriormente, en 1939, su unidad fue desplegada durante la invasión de Polonia y actuó como oficial de estado mayor en la ofensiva contra Francia.

Desde 1941, se convirtió en oficial de contrainteligencia del Heeresgruppe Mitte (Grupo de Ejércitos Centro), donde se integró a un grupo de conspiradores que estaban informados sobre los crímenes de guerra en contra de los prisioneros de guerra soviéticos y del asesinato en masa de personas judías por el Einsatzgruppe B (uno de los escuadrones paramilitares de la muerte en la Alemania nazi).

Entre los conspiradores se encontraba Henning von Tresckow, una figura clave de la resistencia del ejército alemán, quien fue reclutado por Friedrich Olbricht, jefe de la oficina, también involucrado en los planes de derrocar a Hitler y de organizar un golpe de Estado, definiendo una estructura clara de cómo se vería el Gobierno después de su muerte.

Originalmente, el plan para asesinar a Hitler iba a ser llevado a cabo por Tresckow bajo la dirección de Olbricht desde Berlín. El 13 de marzo, el dictador visitaría a soldados en el Frente Oriental en Smolensk. Ahí, un grupo de oficiales le dispararían al mismo tiempo después de una señal. Sin embargo, Günther von Kluge, un comandante del Centro le pidió a Tresckow cancelar el plan, señalando que era demasiado pronto y que, al no estar presente Heinrich Himmler (figura clave de la SS, y uno de los hombres más cercanos a Hitler que también buscaban asesinar), existía el riesgo de iniciar una guerra civil entre la SS y el Ejército Alemán.

Al haber fallado, Tresckow intentó otro asesinato colocando una bomba en un avión en el que viajaría Hitler. Sin embargo, esta no fue detonada.

El plan del 21 de marzo
Después del plan fallido de Tresckow, Gersdoff señaló que estaba dispuesto a dar su vida por Alemania en otro intento de asesinato. El 21 de marzo de 1943, Hitler hizo una visita a la Zeughaus de Berlín, una vieja armería donde se guardaban armas soviéticas. Esta visita formaba parte del Heldengedenktag, una fiesta pública en la que se conmemoraba a los caídos en enfrentamientos militares. Al ser tan importante, se esperaba que el dictador pasara bastante tiempo en el lugar, siendo ideal para llevar a cabo otro plan.

Gersdorff era el guía de la visita de Hitler a la Zeughaus. Previamente, el oficial había obtenido explosivos, los cuales colocó en los bolsillos de su abrigo, y los activó para una detonación en 10 minutos. Su plan era arrojarse sobre Hitler en un abrazo que resultaría en una explosión que los mataría a ambos, y posiblemente a otros de los asistentes, entre los que estaban Heinrich Himmer, Hermann Göring, Wilhelm Keitel y Karl Dönitz, todos cercanos a Hitler.

Sin embargo, el líder nazi pasó rápido por el museo, en menos de 10 minutos, lo que impidió que se pudiera realizar el ataque. Gersdorff se quedó con las bombas, y las logró desactivar de último momento. Posteriormente, fue enviado al Frente Oriental para evitar sospechas.

Gersdorff también obtuvo explosivos que después serían usados por otro conspirador, Claus Schenk Graf von Sauffenberg, para otro intento de asesinato.

El oficial fue uno de los pocos conspiradores que sobrevivió la guerra. Otros fueron presos y torturados. Gracias a su silencio, Gersdorff evitó ser arrestado y ejecutado.

Después de la guerra
Al terminar la guerra, Gersdoff participó en la División Histórica del Ejército de Estados Unidos, donde generales alemanes escribieron estudios operacionales de la Segunda Guerra Mundial.

Siendo considerado un traidor por algunos oficiales, fue rechazado de la Bundeswehr, las fuerzas armadas de Alemania Occidental, lo que impidió que pudiera continuar con su carrera militar.

Dedicó su vida a la beneficencia en la Orden de St. John, una rama de una orden militar católica, fundando una organización humanitaria que hasta 2017 tenía 37.000 voluntarios activos y más de 1,3 millones de miembros registrados.

Aunque la visión sobre Gersdorff ha sido positiva debido a su involucramiento en la oposición a Hitler, en años recientes su imagen ha sido revaluada. El historiador Joannes Huerter, del Instituto de Historia Contemporánea de Múnich, resalta que al inicio muchos de los conspiradores estaban informados de los primeros asesinatos en masa, colaborando en ellos, ya que esos crímenes parecerían menos horribles si se sopesaban con la oportunidad de vencer a la Unión Soviética. Una vez que notaron que el riesgo militar no valió la pena y que los asesinatos se convirtieron en genocidio, reconsideraron su postura.

https://elpais.com/internacional/2023-03-21/rudolf-christoph-von-gersdorff-el-oficial-nazi-que-trato-de-matar-a-hitler-hace-80-anos.html

EDUCACIÓN. TRIBUNA. Diseño Universal para el Aprendizaje, o por qué entender la educación de otra manera.

El DUA es una aportación crucial frente a la injusticia social de todos los tipos de barrera de partida que han sufrido históricamente muchos alumnos por motivos como su origen, discapacidad o lengua.

En la isla donde vivo hay un sendero de los sentidos: un recorrido natural en un parque rural, rodeado de laurisilva y construido en la mayor parte de su recorrido también para personas con movilidad reducida, además de otras diversidades.

Pero no solo eso: en el sendero de los sentidos la experiencia de aprender se vuelve plena. Se invita al visitante a escuchar el sonido de la naturaleza, palpar la corteza del tronco de los árboles y leer en distintos lenguajes los significados que resuenan en este incomparable paraje enclavado en el corazón insular.

Allí voy en ocasiones con mis hijos y, cada uno, con sus particularidades, reconoce el haz y el envés de cada segmento de pequeñas existencias vivas, tejidos de lo que llamamos biodiversidad. Y eso es lo importante: que cada uno lo experimenta de forma plena en su diferencia.

En una determinada forma de entender el mundo, muchas de estas diferencias se han quedado fuera de la comprensión y expresión de lo que nos rodea: en el acceso a bienes, servicios, recursos, cultura u órganos de poder. Y también de las posibilidades de aprendizaje.

Lejos de esa perspectiva inclusiva de la vida también se quedaba, hace más de sesenta años, la niña afroamericana Ruby Bridges. Imagino que muchos conocen su caso: con apenas seis años, desafió los privilegios de una parte del planeta al comenzar a ir a una escuela para blancos. En una entrevista concedida muchas décadas después al medio británico BBC, declaró lo siguiente al referirse a una de sus maestras en aquel nuevo colegio, la Sra. Henry: “Lo primero que pensé fue, ‘¡Es blanca!’, porque nunca había tenido una profesora blanca y no sabía qué esperar.”

El Diseño Universal para el Aprendizaje es una aportación crucial a la injusticia social que ha supuesto la segregación, la invisibilización o la exclusión a lo largo de la historia, en razón de origen, discapacidad, barrera idiomática o cualquier otra condición de partida. No es una metodología, una técnica, una herramienta o un instrumento: es una forma de entender nuestras relaciones humanas, sociales, educativas y culturales alineada con los derechos humanos. Por eso, su introducción en la Lomloe está más que justificada, más allá del supuesto “dirigismo” metodológico, en donde muchos han querido encasillar las nuevas propuestas pedagógicas vigentes en materia de inclusión.

El DUA, las siglas con las que ya se conoce popularmente, viene anticipado en cierto modo desde el artículo 2 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad —aprobada hace casi 20 años e incorporada al ordenamiento jurídico español—. Ahí ya se habla de “diseño de productos, entornos, programas y servicios que puedan utilizar todas las personas, en la mayor medida posible, sin necesidad de adaptación ni diseño especializado”. Nihil novum sub sole, por lo tanto.
Dentro del contexto educativo, esta arquitectura escolar tampoco es novedosa. Si nos paramos a pensar, podemos encontrar signos de ella en muchos de los intentos que siempre realizamos para elaborar nuestros planteamientos didácticos o unidades de aprendizaje, de forma que lleguen a una mayor cantidad de alumnado y se incrementen sus posibilidades de éxito. Recuerdo, así, que durante lo peor de la pandemia ajustamos nuestros diseños a las dramáticas realidades emergentes. Intentamos, durante ese tiempo que nos sigue erizando la piel al removerlo, buscar muchas formas de presentar, representar o transmitir la información a nuestros chicos y chicas, así como de recibirla a través de múltiples formatos y soportes. Rompimos los límites ayudados por una desbordante digitalización en el tiempo en el que, de forma paradójica, más limitados nos hemos sentido en nuestra historia reciente.

En concreto, recuerdo que, en mis clases de Lengua, varié las formas de entrega de trabajos para, por ejemplo, evaluar la expresión oral. Una alumna con rasgos TEA, sin ir más lejos, se decantaba por no presentar sus exposiciones en vídeos, sino a través de podcast, con resultados muy buenos. Con un alumno migrante con escaso dominio del español, un curso después, trabajé la exposición oral en grupo a partir de obras literarias de su país, en su idioma, mientras utilizaba traductores digitales y los compañeros de su grupo le servían de soporte. Nadie en esos momentos me decía que ahí se anticipaban algunos principios del diseño universal pero, sin embargo, con estos sencillos gestos no se quedaron atrás. En cierta forma, estaba contribuyendo a universalizar el acceso a un derecho: el derecho a aprender.

El DUA no es un “negocio” para algunos, como se han llegado a referir algunos al hablar de él. Es una nueva forma de entender la educación que aglutina derechos, objetivos y principios vinculados al desarrollo y a los avances de nuestro tiempo, con el fin de rescatar a colectivos excluidos o segregados a lo largo de la historia. Da respuesta a la gran incógnita de esa educación inclusiva real que muchos ansiamos, al reformular el paradigma de calidad educativa según la noción de igualdad de oportunidades tal y como la entiende Naciones Unidas.

Tampoco es un “invento”, ni una pseudociencia: es un reto para transformar en la escuela lo que ya ha ido cambiando desde hace décadas en otras actividades humanas, sociales, laborales y culturales cercanas a nuestros entornos. Es una intervención sobre el medio y el engranaje, en este caso, curricular, lo que nos lleva a hablar de la necesidad de universalidad el diseño, como mantiene el National Center on Universal Design for Learning, “a través de propuestas flexibles que pueden personalizarse y ajustarse a las necesidades individuales”. Ese es su sentido.

El diseño de la enseñanza de manera universal ha sido aplicado con éxito desde hace años en contextos como, por ejemplo, New Brunswick, provincia canadiense que centra su modelo de inclusión total en el principio de la enseñanza diferenciada, un andamiaje multinivel que ofrece oportunidades de aprendizaje variadas en función de los perfiles de cada estudiante.

¿Qué queda mucho por recorrer para alcanzar etapas avanzadas en ese “sendero de los sentidos” que es el DUA? Claro que sí. Trabajar en el marco de la “ecología de la equidad” (así se refieren autores como Ainscow o Goldrick a la inclusión educativa) no es fácil, y más en un panorama complejo y de gran sobrecarga para los docentes. Pero, cuando sintamos que todo se hace cuesta arriba o cuando digamos que sí, que sabemos el qué, pero no el cómo, miremos a nuestro alrededor en nuestras aulas y pensemos cuántos pueden acceder al aprendizaje como experiencia plena y cuántos no por razones que les son ajenas, lo que los lleva a permanecer invisibles como la niña Ruby Bridges. Invisibles solo porque alguien, una vez, entendió la educación de otra manera.

miércoles, 10 de mayo de 2023

Qué son las "horas doradas" después de sufrir una experiencia traumática y por qué son importantes

Cuando estalló la invasión rusa a gran escala el 24 de febrero de 2022, Iryna Frankova, una médica y psicóloga clínica que trabajaba en la Universidad Médica Nacional de Bogomolets en Kyiv, sabía que tenía que actuar rápido.

Necesitaba comprobar que sus seres queridos estaban bien y que ella no corría un peligro inminente. Se preguntó también si debía marcharse y en ese caso, a dónde.

Pero había otra pregunta urgente. Ucrania pronto enfrentaría una crisis de salud mental y, por su experiencia con conflictos anteriores, sabía que esto era algo que se dejaría de lado precisamente cuando la ayuda podría tener un mayor impacto: justo al principio.

Después de un trauma, hay una ventana de oportunidad conocida como las "horas doradas", un período crítico en que las medidas para proteger la salud mental pueden limitar el daño a largo plazo, como minimizar el riesgo de sufrir trastorno de estrés postraumático (TEPT), ansiedad y depresión.

"La idea es que necesitamos llegar a la gente en una etapa muy temprana después de la exposición al trauma, para poder prevenir consecuencias en la salud mental", le dice Frankova a BBC Future.

Por una lado, esto puede parecer de sentido común: un momento particularmente bueno para ofrecer consuelo a alguien es cuando está conmovido por el shock.

Pero la evidencia muestra que estos pequeños gestos de apoyo -algo tan simple como recordarle a alguien que no está solo- reduce el riesgo de desarrollar condiciones que permanecen por años.

Ventana de oportunidad
"Hay algunas cosas que podemos hacer en las horas doradas que pueden causar daño y aumentar el riesgo de desarrollar TEPT, y, al mismo tiempo, hay otras cosas que podemos hacer que pueden reducir ese riesgo", señala Frankova.

El término "horas doradas" se refiere a las primeras horas hasta alrededor de tres días después de una experiencia traumática, una fase crucial en la consolidación de la memoria.

"Es una ventana de oportunidad cuando la memoria a corto plazo puede no convertirse en una memoria a largo plazo", explica Frankova. "Nuestra tarea consistió en decirle a la gente exactamente qué sería dañino y qué sería beneficioso".

La pregunta es, cuando todo un país está bajo sitio, su infraestructura es un blanco, y el movimiento al aire libre es peligroso o imposible, ¿cómo brindas esta información esencial antes de que se acabe esa fase?

Toda la población de Ucrania se enfrenta a una dura prueba de salud mental.

Para los trabajadores de salud mental en la línea de frente hay dos fases cruciales de ayuda temprana. La primera es la directamente comparable con los primeros auxilios físicos, dice Agatha Abboud, encargada de salud mental y apoyo psicosocial del Comité Internacional de la Cruz Roja en Kyiv.

"Es el triaje de personas que necesitan hablar con alguien solo para calmarse, solo para sentirse conectados, para recordar el entorno y quiénes están a su alrededor", explica Abboud. "Porque este es el período en el que las personas se sienten más agitadas o más ansiosas".

Después de estos primeros auxilios psicológicos viene la fase de "intervención temprana", señala Abboud. "Es similar a cualquier condición médica: cuanto antes la trates, menos probable será que se torne compleja en el futuro".

"Si la ignoras, puede convertirse en algo más serio. Y aquí en Ucrania no estamos hablando de una persona pasando por una situación. Es toda una población la que atraviesa la misma situación".

Llegar temprano a aquellos que más necesitan una intervención temprana -comunidades aisladas en la línea de frente del conflicto- es un desafío. En el caso de Ucrania, hay muchas personas mayores y familias, a veces sin hijos, y algunas personas cuyos trabajos hacen que no hayan podido o querido irse.

Dada su proximidad con la violencia, incluso sus familiares no pueden ir a visitarlos.

"Hemos entrenado voluntarios, psicólogos que van a visitar comunidades, especialmente en la línea de fuego. Así que ahí es donde vamos, los visitamos y simplemente vemos cómo están", dice Abboud.

Herramientas digitales
Reforzar el sentido de comunidad es una de las estrategias más efectivas. "Hacemos sesiones grupales, donde la gente puede expresar sus pensamientos y sentimientos", relata Abboud. "Aprenden el uno del otro, y crean una conexión".

El trauma físico de la guerra ha dejado una marca permanente en muchos, pero el impacto en la salud mental es severo aunque menos evidente.

Pero llegar en persona hasta estas comunidades aisladas puede ser un desafío logístico, sobre todo de forma rápida para brindar apoyo dentro de la ventana de las "horas doradas".

Una forma rápida y accesible, señala Frankova, es usando herramientas digitales.

Cuando estalló la guerra, Frankova había estado trabajando desde hace varios años con Artem Lezin, un especialista en computación y desarrollador de aplicaciones, que también se había desempeñado como viceministro de cultura y políticas de información de Ucrania, y con Sophiia Lahutina, médica y psicoterapeuta en Kyiv.

En ese momento, los tres se enfrentaron con situaciones personales extremadamente complejas. Aún así, decidieron lanzar su último proyecto.

Habían estado desarrollando una aplicación basada en evidencia llamada "Friend. First Aid", para brindar de forma rápida y accesible ayuda en temas de salud mental después de un trauma, a través de un bot de charla (o chatbot) en el servicio de mensajería Telegram.

Lezin, fundador de la aplicación, había estado trabajando en ello desde el comienzo de la pandemia de covid-19. Cuando comenzaron a caer bombas sobre Kyiv y otras partes del país, el equipo decidió que era hora de lanzar el proyecto. Al día seguiente, el 25 de febrero, se activó el chatbot en Ucrania.

Cuando la gente accedía al chatbot, se les preguntaba primero si estaban en riesgo imediato de sufrir heridas o violencia física. Luego, los usuarios recibían información basada en evidencia y recomendaciones sobre qué hacer y qué no.

Al abrir la aplicación y elegir el idioma (ucraniano, ruso o inglés), y tras agregar información básica, el chatbot pregunta por tu nivel de estrés, luego pregunta si estás en una situación segura y tienes acceso a agua y comida.

Luego siguen preguntas referidas al aislamiento y la soledad, lo cual es algo muy común entre las personas que han sufrido experiencias traumáticas.

En las primeras horas después del trauma, un influyente metaanálisis de 68 estudios sobre los predictores de TEPT encontró que buscar ayuda y establecer comunicación con personas significativas reduce el riesgo de desarrollar esta condición.

Evidencia clínica mostró también que brindar orientación en la nueva situación y retomar la rutina en la medida de los posible también ayuda.

El Comité Internacional de la Cruz Roja lleva a cabo talleres en toda Ucrania para crear un sentido de comunidad y resiliencia.

La aplicación le informa a los usuarios lo importante que es la comunicación con los seres queridos como "arma" para luchar contra las consecuencias del estrés. "Durante la comunicación podrás sentir la cercancía con esta gente y el apoyo psicológico. Recuerda esto: esta gente te ama y quiere que te sientas bien", dice la aplicación en sus mensajes.

Auge 
Otras acciones bien intencionadas, en cambio, como las sesiones informativas que incluyen recordar los eventos traumáticos, no son tan efectivas en estas horas y pueden de hecho ser dañinas.

"Nuestro chatbot recomienda enfáticamente no participar en sesiones informativas o grupales", explica Frankova. Revivir los recuerdos puede reforzarlos a medida que pasan de la memoria a corto plazo a la de largo plazo, dice.

Estas recomendaciones rápidamente empezaron a compartirse a través de los celulares en Ucrania en la primavera de 2022. A las pocas semanas de lanzarse, el chatbot tenía 40.000 usuarios.

"Creo que nuestro producto se hizo tan popular porque lo lanzamos el segundo día desde que empezó la guerra, cuando todavía había un vacío y nadie estaba diciendo nada sobre la salud mental", señala Frankova.

"Es obvio por qué. La gente está en shock. Cuida de su salud física, pero al mismo tiempo necesita una guía de cómo lidiar con un ataque de pánico mientras está sentada en un refugio durante un ataque con misiles".

A un año de la guerra, la aplicación alcanzó los 81.000 usuarios, y el servicio se está expandiendo y ahora ofrece una conversación con profesionales de salud mental. Pronto el servicio también estará disponible en WhatsApp.

Conexión en persona
Puede que el chatbot sea la intervención más accesible de forma inmediata, pero, para algunos, la conexión en persona es particularmente importante.

Esta es el área de especialización de Nathalie Robelot-Timtchenko, una profesional de salud mental experta en terapia de artes expresivas basada en Cambridge, Massachusets, que vivió en Kyv entre 2014 y 2021.

"Cuando empezó la invasión (....) fue realmente muy difícil saber cómo ayudar y qué, de hecho, tendría impacto", dice Robelot-Timtchenko.

Ella hizo un llamado al día siguiente para buscar profesionales de salud mental que estuviesen dispuestos a donar su tiempo brindando apoyo a la gente en ucrania. Llamó a esta inicitiva First Aid of the Soul (Primeros auxilios del alma) y a la semana contaba con 450 personas que se ofrecieron como voluntarios de distintas partes del mundo.

"Ese fue uno de nuestros primeros proyectos (...). Teníamos un equipo bastante grande trabajando simplemente en recoger material", dice.

Por ejemplo, el equipo juntó información sobre cómo calmar a los niños cuando se está en un ambiente estresante como un refugio antibombas, con información sobre cómo mantener un contacto físico tranquilizador y el uso de frases y palabras simples para discutir la situación y los sentimientos.

Para las primeras semanas de 2022, First Aid of the Soul comenzó a ofrecer grupos de apoyo en una escuela en la que había trabajado Robelot-Timtchenko. "Para abril, estábamos ofreciendo entrenamiento a diferentes profesionales de salud mental en Ucrania"

Uno de sus primeros objetivos fueron los primeros auxilios psicológicos, seguidos de terapias de movimiento y relajación como yoga, antes de centrarse en otras áreas.

Brindar apoyo en persona ha sido crucial para apoyar la resistencia ucraniana. "Recientemente hemos estado en Ucrania. Pude hacer un taller con niños que son desplazados internos", explica Robelot-Timtchenko.

"Estos niños han pasado por un infierno, pero todavía tienen una sonrisa en el rostro. Todavía hablan de sus superhéroes y el taller se centró en encontrar fuerza interior y en desarrollar resiliencia. Eso es lo que tratamos de hacer, traer un poquito de esperanza", agrega.

Híbrido
First Aid of the Soul hace ahora unos 45 talleres por mes, virtualmente y en persona, y ha logrado llegar a cerca de 6.000 personas a través de sus grupos de apoyo, talleres y entrenamientos. Todo eso con un presupuesto de unos pocos miles de dólares, dice Hanna Scott, directora de operaciones de la organización.

"98% de la gente que participa en nuestros talleres dice que quiere volver", comenta. "Es una cifra muy buena".

Scott cree que la naturaleza híbrida de la organización (virtual y en persona) ha jugado un rol clave en esto. "Significa que tenemos acceso a una red internacional con algunos de los mejores profesionales del mundo y, si la gente no tiene una buena conexión a internet, la podemos ver donde sea que esté".

Ahora que pasó un año desde el comienzo de la guerra, los desafíos de salud mental en Ucrania siguen evolucionando. Esto sirve para mostrar cuán vital es brindar no solo primeros auxilios físicos a aquellos atrapados en situaciones traumáticas sino atender también sus necesidades psicológicas.

Además de intervenir en las horas doradas después de una instancia traumática, el desafío es cada vez más brindar apoyo que pueda ayudar a la gente a superar el trauma crónico y prolongado de la guerra.

Los niños que han sobrevivido a la guerra pueden haber "pasado por un infierno", pero también son capaces de una resiliencia extraordinaria si reciben el apoyo adecuado.

"Ahora, cuando hablo contigo, se escuchan sirenas afueras", dice Abboud. "En cuanto suena una sirena, la gente se preocupa por saber si su hijo en el jardín de infantes está bien. Si su esposo, que está en la línea de frente, está bien".

En esas situaciones, recordar prestarle atención a tu propia salud mental en el largo plazo es un desafío constante. Tomar en cuenta el apoyo al propio personal de la organización es una parte integral de la misión, dice Abboud, que a menudo intercambia sus servicios con otras organizaciones profesionales con las que trabajan en la zona.

"La realidad es que nadie está listo para procesar realmente lo que está pasando", dice Robelot-Timtchenko. "La guerra sigue ocurriendo. Por eso, todos los días la seguridad del equipo se ve amenazada".

"Creo que el procesamiento (de esta información) ocurrirá mucho más tarde, cuando la guerra...". Robelot-Timtchenko se detiene y sonríe. "Cuando Ucrania gane".

martes, 9 de mayo de 2023

_- Cómo mantener fuerte y en forma un cuerpo que envejece.

_- La disminución de la fuerza muscular y ósea empieza antes de lo que imaginas. Crea un hábito de entrenamiento inteligente ahora.

Cuando somos jóvenes, el ejercicio nos permite correr una carrera después de trasnochar o surfear en la nieve con una dieta a base de Doritos. Pero a medida que envejecemos, estar en forma se vuelve mucho más importante, ya que aumenta nuestros niveles de energía, previene lesiones y mantiene ágil nuestra mente.

El envejecimiento hace que los músculos pierdan masa, la densidad ósea disminuya y las articulaciones se vuelvan más rígidas, lo que afecta al equilibrio, la coordinación y la fuerza. Al mismo tiempo, los cambios hormonales y la inflamación persistente de bajo nivel pueden preparar el terreno para enfermedades crónicas como el cáncer, enfermedades cardiovasculares y la diabetes.

Y los cambios empiezan antes de lo que uno piensa. Los músculos comienzan a encogerse a los 30 años y continúan su espiral descendente en la mediana edad, llegando a perder hasta el 25 por ciento de su masa máxima a los 60 años.

Pero hay esperanza: el ejercicio puede frenar la pérdida muscular, el deterioro cognitivo y la fatiga. “Nunca es demasiado tarde ni demasiado pronto para empezar a hacer ejercicio”, afirmó Chhanda Dutta, gerontóloga del Instituto Nacional del Envejecimiento.

Sin embargo, no puedes empezar así como así a levantar 70 kilos en el gimnasio. Empieza poco a poco, experimenta y aumenta la intensidad de manera gradual.

Los expertos sugieren ejercicios que se enfoquen en una o más de cuatro categorías de la condición física, que se deterioran con la edad: flexibilidad, equilibrio, resistencia y fuerza. Preservar la función en estos ámbitos puede evitar lesiones y discapacidades y mantenerte activo e independiente durante más tiempo.

Según Brian Feeley, jefe de medicina deportiva de la Universidad de California en San Francisco, no hay un ejercicio que funcione como una fórmula mágica para prevenir el envejecimiento. A continuación, cinco movimientos, dirigidos a diferentes zonas del cuerpo, que puedes probar.

Fortalece el tren inferior: sentadillas y escaleras
Diane Butts, actriz y modelo neoyorquina de 60 años, sube escaleras para mantenerse en forma. “Los días que no voy al gimnasio o no doy mis 10.000 pasos, me siento un poco mal”, dice Butts.Credit...Nicholas Sansone para The New York Times

Una de las formas más sencillas y eficaces de fortalecer la parte inferior del cuerpo es la sentadilla. Es importante mantener el trasero detrás de ti y los pies lo más paralelos posible.Credit...Nicholas Sansone para The New York Times

Durante el ejercicio, “podría haber lesiones cuando estás cansado y tus músculos no pueden reaccionar con tanta rapidez”, afirmó Feeley. Las sentadillas ayudan a prevenir esta fatiga al fortalecer los músculos grandes del tren inferior, a la vez que mueven varias articulaciones al mismo tiempo, lo cual mejora la resistencia general, así como el equilibrio y la coordinación.

Feeley sugiere hacer tres series de 10 a 15 sentadillas cuatro veces por semana. Para mejorar el equilibrio, hazlas con un pie o con los dos sobre una almohada. O, para centrarte en la fuerza, haz sentadillas sujetando pesos libres, cerca del pecho para empezar o extendidos delante de ti para trabajar más el tronco.

Si no te gustan las sentadillas, pero quieres fortalecer los mismos grupos musculares, intenta subir escaleras, un ejercicio que se puede adaptar a distintos niveles de condición física, según Maria Fiatarone Singh, geriatra de la Universidad de Sídney. Empieza subiendo y bajando las escaleras y poco a poco aumenta la velocidad o usa pesas en los tobillos.

Para aumentar la dificultad, sube las escaleras saltando sobre uno o dos pies, agarrándote al pasamanos si es necesario por seguridad. “Saltar es un movimiento de fuerza para los extensores de la cadera y la rodilla”, similar al entrenamiento de fuerza de los ejercicios de salto de caja, explica Fiatarone Singh. Si tienes poco tiempo, conviértelo en un ejercicio de alta intensidad, con cuatro series de cuatro minutos de esfuerzo de alta intensidad, descansando tres minutos entre series, cuatro veces por semana.

¿No dispones ni siquiera de ese tiempo? “Incluso cuatro minutos, cuatro días a la semana, mejoran significativamente la capacidad aeróbica”, afirma Fiatarone Singh.

Aumenta tu ritmo cardíaco con una caminata nórdica
La marcha nórdica utiliza la parte superior del cuerpo para impulsar el cuerpo hacia delante. Es importante mantener los brazos rectos y los bastones inclinados hacia atrás para que empujen a cada paso.Credit...Nicholas Sansone para The New York Times

A Michael Schaefer, médico de rehabilitación física de los Hospitales Universitarios en Cleveland y aficionado al esquí de campo traviesa, le encantan las caminatas o marchas nórdicas: un ejercicio para el que necesitas bastones ergonómicos que nos hacen realizar los mismos movimientos; no tiene que haber nieve.

“La caminata nórdica no tiene comparación como ejercicio aeróbico porque no solo se usan los principales grupos musculares de las piernas y las caderas, sino también el tronco, los hombros y los brazos”, explicó Schaefer. Este ejercicio reduce la presión arterial y mejora el consumo de oxígeno del cuerpo. Y cuando se recorren colinas o terrenos irregulares, se fortalecen los tobillos y se pone a prueba el sistema vestibular, un sistema sensorial alojado en el oído interno que mejora el equilibrio y la coordinación.

“Comienza con 15 a 20 minutos, tres veces a la semana y aumenta a una hora”, aconsejó Schaefer.

Tal vez te lleve algún tiempo acostumbrarte al movimiento básico —caminar con los bastones para impulsar el movimiento—, pero los videos en internet o unirte a algún grupo de caminata nórdica de tu localidad pueden ayudarte a empezar. La clave está en balancear los brazos como si fueran péndulos de un reloj, manteniendo los codos relativamente rectos, colocando el bastón detrás de ti y empujando a medida que avanza la pierna contraria.

Gillian Stewart, directora del programa de Nordic Walking UK, recomienda comprar bastones de marcha nórdica, ya que están inclinados hacia la posición que se adopta durante el ejercicio. En caso de apuro, Schaefer dice que “los bastones normales sirven”, pero no los de esquí.

Entrena el tren superior: cuélgate
No es necesario que hagas dominadas para que saques provecho de una barra de dominadas. Colgarse durante un minuto puede ser una buena forma de fortalecer el agarre y los brazosCredit...Nicholas Sansone para The New York Times

Si fuera por la kinesióloga Katy Bowman, el propósito de Año Nuevo de todo el mundo incluiría un recorrido por el pasamanos o las barras. “Es un movimiento tan primario y utiliza todas estas partes de nuestro tren superior” que de otro modo no se utilizan muy a menudo, comentó Bowman.

Colgarse de una barra horizontal fortalece el agarre de las manos y la movilidad de los hombros, así como el abdomen, además de estirar el tren superior, desde el pecho hasta la columna y los antebrazos.

Como sucede con cualquier ejercicio, lo mejor es ir poco a poco: empieza colgándote de una barra con los pies apoyados en una caja o una silla para que los músculos que no están acostumbrados a soportar una carga se acostumbren a aguantar cierta tensión. A partir de ahí, pasa a una suspensión activa, en la que los omóplatos se contraigan y desciendan (como si estuvieras a punto de empezar una dominada), el tronco y los brazos estén en tensión y las manos estén separadas al ancho de los hombros.

Balancéate levemente de adelante hacia atrás o de derecha a izquierda para trabajar aún más todos los músculos del abdomen y la columna vertebral. O mezcla tu agarre —con las manos mirando hacia afuera o hacia ti o una y una— para trabajar diferentes músculos. Un agarre con la mano viendo hacia afuera, por ejemplo, carga más los bíceps que un agarre viendo hacia adentro, que trabaja los dorsales.

Y no necesitas equipo sofisticado para colgarte. Bowman sugirió crear una estación para colgarse en tu casa con una “barra de puerta para dominadas de 20 dólares que no requiere mucho para instalarse”. Comentó que desde que instaló la suya, ha notado un aumento radical en la fuerza de su tren inferior y su agarre, lo cual está relacionado con una disminución de la mortalidad cardiovascular y por cualquier causa. Un poco da para mucho: empieza con ejercicios de 20 segundos, dos veces al día, hasta llegar a un minuto completo.

“La mejor forma de progresar es realizar ejercicios de suspensión cortos y frecuentes distribuidos a lo largo del día”, afirma Bowman. Una vez que te sientas cómodo estando colgado durante un minuto, Bowman recomienda hacer entre ocho y 10, con una hora de descanso entre ellas. Estos descansos también dan tiempo a la piel de las manos para adaptarse.

Fortalece el tronco y las caderas con un deslizador
Las planchas son una forma sencilla de fortalecer el tronco. Para aumentar la dificultad, sube las rodillas hacia el pecho. ¿Lo quieres más difícil?: utiliza deslizadores bajo los pies.Credit...Nicholas Sansone para The New York Times

Si trabajas en una oficina o en un escritorio, tanto tiempo sentado puede afectar los flexores de la cadera, los músculos que te ayudan a doblar las rodillas hacia la cintura y a estabilizar la columna vertebral. Además, encorvarse sobre el escritorio acorta los músculos del pecho y alarga los de la espalda, lo que contribuye a la aparición del cuello de texto, o de escritor, que es una distensión muscular y debilidad de la parte inferior del cuello, los hombros y la parte superior de la espalda.

Para contrarrestarlo, Nicole Sciacca, especialista en movilidad de Los Ángeles, combina las escaladoras con los deslizadores, pequeños discos sobre los que se apoyan las manos o los pies y que se deslizan libremente por el suelo (o se pueden utilizar platos de papel). Entrenar sobre una superficie inestable aumenta la intensidad del ejercicio, ya que obliga a trabajar el tronco —en especial el diafragma, el transverso abdominal y el suelo pélvico— para mantener la posición.

“Es estupendo porque obliga a fortalecer toda la parte delantera del cuerpo que permanece inactiva cuando pasas mucho tiempo frente a un escritorio o en un auto”, explica Sciacca.

Si es la primera vez que trabajas el tren superior del cuerpo y el tronco, Sciacca sugiere mantener una posición de plancha durante 30 segundos. Una vez que te sientas cómodo, coloca los pies en los deslizadores, adopta la misma posición y trabaja para mantenerte estable.

A medida que avances, mueve un pie por debajo del cuerpo hasta que la rodilla te llegue al pecho. Desliza ese pie hacia fuera mientras el otro entra. Continúa alternando los pies hasta completar tres rondas de ocho repeticiones, manteniendo el tronco fuerte y la espalda recta. También puedes intentar un esfuerzo cronometrado de 60 segundos cuando estés listo para hacer más. Las variaciones incluyen llevar las rodillas hacia adentro y luego hacia afuera al mismo tiempo o barrer las piernas hacia afuera en un movimiento de salto.

Mejor
La espuma es una buena forma de aumentar la elasticidad de la fascia. Experimenta entre rodar antes y después de un entrenamiento y las partes del cuerpo que más se benefician.Credit...Nicholas Sansone para The New York Times

Tala Khalaf, fisioterapeuta de la Universidad de Stanford en Palo Alto, California, considera que la fascia —un sistema de tejido conectivo que envuelve nuestros músculos y órganos— es la Cenicienta de la medicina ortopédica. Durante años, este tejido, repleto de nervios sensoriales y que puede parecer una especie de envoltura alrededor de los músculos o dentro de ellos, ha permanecido en la oscuridad, ignorado y minimizado.

Pero investigaciones de la última década han revelado que el tejido fascial es un componente crucial del sistema musculoesquelético. A medida que envejecemos, la fascia pierde flexibilidad y elasticidad, lo que contribuye al dolor de espalda, la rigidez y la limitación de la amplitud de movimiento.

Khalaf, quien también es miembro del cuerpo docente del Programa de Residencia Clínica de Fisioterapia Ortopédica de la Universidad de Stanford, explica que una solución son los rollos de espuma, que masajean los pliegues de la fascia y mejoran la flexibilidad. Lo mejor de todo es que los movimientos básicos son sencillos y rápidos. Las zonas más comunes son las pantorrillas, los muslos y la espalda. Experimenta para ver qué ejercicios proporcionan más alivio.

Un programa de ejercicios para que empieces
Ahora, únelo todo, con el objetivo de ejercitarte al menos cinco días a la semana. Feeley recomienda mezclar y combinar ejercicios que incidan en las cuatro dimensiones de la forma física, pero señala que los componentes pueden reorganizarse, dependiendo de lo que te guste y quieras mejorar.

Día 1:
Sentadillas/escaleras
Rollo de espuma
Caminata nórdica

Día 2:
Escaladoras
Colgarse
Caminata nórdica

Día 3:
Sentadillas/escaleras
Rollo de espuma

Día 4:
Escaladoras
Rollo de espuma
Caminata nórdica

Día 5:
Sentadillas/escaleras
Colgarse

El poder judicial también se pudre por la cabeza.

Hasta que se vuelva a respetar la Constitución, el desorden irá a más, no pudiéndose excluir que lleguemos a un punto de no retorno, que no tenga solución en términos constitucionales.

La putrefacción del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se está extendiendo al conjunto de dicho poder y al Ministerio Fiscal.

¿Qué dice la Constitución del CGPJ?
Que es un órgano de gobierno del poder judicial y, por tanto, es un órgano de naturaleza política. Justamente por eso, el CGPJ no puede formar parte de dicho poder, es decir, no puede ejercer la función jurisdiccional, que ejercen de manera exclusiva y excluyente los jueces y magistrados que integran el poder judicial (principio de exclusividad).

Por ser un órgano de naturaleza política, sus miembros tienen que tener legitimación democrática. Y legitimación democrática visible.

(Los jueces y magistrados en cuanto portadores de un poder del Estado también tienen que tener legitimación democrática, pero dicha legitimación les viene de “su sumisión únicamente al imperio de la ley” (art. 117.1 CE). Los jueces y magistrados no reciben su legitimidad democrática de manera directa de las Cortes Generales, sino de la manifestación de voluntad de las Cortes Generales objetivada en la ley. La legitimación democrática de los jueces y magistrados es “objetiva y pretérita” y no resulta, en consecuencia, visible. El Congreso y el Senado no eligen a los jueces, sino que hacen la ley a la que los jueces están sometidos. De ahí que la primera obligación de los jueces y magistrados en el ejercicio de la función jurisdiccional sea la de “hacer visible” su legitimidad mediante “la motivación” de su decisión, es decir, la identificación de la ley y la interpretación de la misma con base en la cual han tomado la decisión que han tomado. “Las sentencias serán siempre motivadas” (art. 122.3 CE) Por “sentencias” hay que entender cualquier decisión de naturaleza jurisdiccional. La “motivación” es la forma en la que se hace visible lo invisible en el ejercicio de la función jurisdiccional).

La legitimación democrática de los miembros del CGPJ, por el contrario, sí tiene que ser una legitimación visible. Porque ellos no ejercen la función jurisdiccional, sino una función política, de “gobierno”.

Legitimación democrática visible solo la transmitimos los ciudadanos y ciudadanas mediante el ejercicio del derecho de sufragio y, con base en el resultado del ejercicio de ese derecho, las Cortes Generales, que es el único órgano constitucional que elegimos directamente los ciudadanos.

Como consecuencia de ello, es obvio que los miembros del CGPJ únicamente pueden ser elegidos por el Congreso de los Diputados y el Senado. Únicamente el órgano constitucional Cortes Generales puede trasmitir legitimidad democrática. No hay ningún otro que pueda hacerlo, porque nadie más la tiene.

De esta transmisión de la legitimidad democrática de manera exclusiva por las Cortes Generales deriva la exigencia de la renovación periódica de los miembros del CGPJ, vinculada a la renovación las propias Cortes. Aunque no se hace coincidir exactamente en el tiempo, solo se admite la desviación de un año. Las Cortes Generales cada cuatro años. El CGPJ cada cinco.

De dicha transmisión de naturaleza política deriva también la exclusión de la prórroga del mandato. De la misma manera que es improrrogable el mandato de diputados y senadores, tampoco puede serlo el de los miembros del CGPJ. Porque se pierde la conexión en la transmisión de la legitimidad. Transcurrido el plazo del mandato, tanto los diputados y senadores como los miembros del CGPJ carecen de legitimidad para poder continuar ejerciendo la función que tienen constitucionalmente encomendada. Los diputados y senadores pierden la conexión con el “cuerpo electoral”. Los miembros del CGPJ con los depositarios de dicha legitimidad recibida del cuerpo electoral.

Desde 2018 se está incumpliendo la Constitución de manera manifiesta. El CGPJ carece de legitimación democrática y no está, en consecuencia, en condiciones de ejercer la función de “gobierno” del poder judicial. La prórroga de un órgano de naturaleza política es “constitutivamente anticonstitucional” por la desconexión que supone con el principio de legitimidad democrática.

De esa situación “constitutivamente anticonstitucional” deriva la putrefacción del órgano, que salta a la vista. Y de la prolongación de dicha putrefacción deriva el desorden que empieza a hacerse visible en el conjunto del poder judicial y que se extiende al Ministerio Fiscal, a los Letrados de la Administración de Justicia y a los funcionarios, cuyo trabajo es imprescindible para el ejercicio del derecho fundamental a la tutela judicial efectiva.

Pruebas de todo ello las estamos teniendo todos los días a través de la información que transmiten los diferentes medios de comunicación. Hasta que se vuelva a respetar la Constitución, el desorden irá a más, no pudiéndose excluir que lleguemos a un punto de no retorno, que no tenga solución en términos constitucionales.

La putrefacción del poder judicial también empieza por la cabeza.

lunes, 8 de mayo de 2023

6 recomendaciones de un neurocientífico de 81 años para mantener tu memoria tan afilada como la suya



Richard Restak
Richard Restak ejercita su memoria a diario.

Desde dónde dejamos las llaves del auto hasta cómo se llamaba la hija de esa prima lejana, o cuál era nombre del actor de esa película que tanto nos había gustado, el acto de recordar parece volverse cada vez más difícil con el paso de los años.

Sin embargo, este proceso de desgaste no es inevitable, asegura Richard Restak, neurólogo y profesor de la Escuela de Medicina y Salud del Hospital de la Universidad George Washington, en Estados Unidos, y autor de una veintena de libros sobre la mente.

Si ejercitamos nuestra memoria a diario —de una forma similar a como se ejercita el cuerpo— es posible mantenerla activa y en forma, dice el reconocido científico de 81 años, cabello blanco y memoria impecable.

En conversación con BBC Mundo, Restak compartió algunos consejos clave para entrenar y fortalecer nuestra memoria.

1. Lee libros de ficción
Los libros de no ficción son una gran fuente de conocimiento e información, pero a la hora de activar la memoria, las novelas son mucho más útiles.

"Los libros de no ficción, como el último mío, no demandan mucho en términos de memoria: uno puede leer la tabla de contenidos y centrarse en aquello que a uno le interesa, por ejemplo", dice Restak.

"La ficción, en cambio, es mucho más exigente desde el punto de vista de la memoria, sobretodo si uno está leyendo una novela compleja. Allí, los personajes aparecen y desaparecen. Puedes encontrarte con alguien en el capítulo dos que luego no aparece sino hasta el capítulo diez".

Retener el hilo de la historia, los vínculos entre los personajes y los detalles de la trama, requieren un esfuerzo de memoria mayor en comparación con los textos de no ficción.

2. Convierte las palabras en imágenes
Este es un principio básico. Si, por ejemplo, alguien se apellida Greenstone —que traducido al español sería Piedraverde— visualiza en tu cabeza una piedra de color verde intenso, sugiere Restak.

Esta simple estrategia te ayudará a que tu mente lo recuerde sin problemas.

Restak convierte los libros de la biblioteca en rodajas de pan en su mente para no olvidarse de comprar pan.

"Si no lo haces, y te quedas solo con las palabras, puede que luego no te acuerdes si es Piedrazul, o Piedranegra, por ejemplo".

Otro truco que el experto utiliza es crear un mapa mental de lugares con los que esta muy familiarizado, como su barrio, para vincularlos con cosas que quiere recordar.

Si el objetivo en algún momento dado es acordarse de comprar leche y pan, Restak superpone esas palabras con dos sitios de su mapa para componer imágenes dramáticas, difíciles de olvidar.

"Me imagino mi casa volcada de lado, con leche que brota de la chimenea (como si fuera un cartón de leche) y se desparrama por la calle. Y cuando paso por la biblioteca y miro por la ventana, me imagino que los estantes están llenos de rodajas de pan en vez de libros", dice.

3. Haz juegos de mente con tus amigos (y también cuando estás solo)
Uno de los juegos favoritos de Restak para jugar en una reunión familiar o una fiesta, y que resulta un excelente ejercicio para la memoria, es el llamado "20 preguntas".

El juego consiste en un jugador (o un grupo) que debe pensar en una persona, una cosa o un lugar, y otro jugador (o grupo) que debe adivinar de qué se trata haciendo hasta 20 preguntas que solo pueden responderse con un sí o un no.

La dificultad del juego radica en que ambos deben recordar tanto las preguntas como las respuestas para no dar pistas falsas, no repetir preguntas y llegar por eliminación a la respuesta correcta.

Si eres amante de un deporte, trata de recordar, por ejemplo, todos los jugadores de tu equipo favorito. Una vez que los tengas en un tu mente, juega a ordenarlos alfabéticamente y trata de enumerar la lista de jugadores en ese orden.

4. Usa la tecnología (pero de forma inteligente)
Llevar en el teléfono una lista de los productos que queremos comprar en el supermercado o una foto de algo que nunca hemos comprado y queremos probar no es necesariamente una mala idea.

Si bien el uso de celulares y otros dispositos similares hace que se debilite nuestra memoria, podemos usar la tecnología a nuestro favor.

Cuando vamos al supermercado, por ejemplo, Restak recomienda tratar de recordar primero lo que vamos a comprar y usar la lista solo después, para evitar olvidarnos de nada.

Lo mismo con los productos nuevos, tratar de recordar cómo eran y una vez que los consigues corrobora con la foto que sean los correctos.

La idea es "no sustituir la memoria por el dispositivo sino usar primero el cerebro, y luego chequear su desempeño".

5. Duerme la siesta
En algunos lugares, la siesta no tiene muy buena fama, pero diversos estudios han demostrado que hacer una siesta corta es fundamental para ayudar a la memoria.

Restak, que suele tomar una siesta todos los días, dice que ayuda a absorber información, solidificarla y codificar la memoria para luego poder acceder a ella.

"De hecho, cuando tomamos dos grupos de estudiantes y les permitimos a uno de ellos hacer una siesta después de haber aprendido algo, mientras que al otro no, notamos que el que durmió siesta aprendió mucho mejor", explica Restak.

La recomendación es dormir entre 20 y 40 minutos. "Si te pasas de la hora interferirás con el sueño nocturno. Así que ponte la alarma, o pídele a alguien que te despierte".

6. Aliméntate mejor
Más que alimentos específicos, Restak dice que la clave es evitar ciertos alimentos como los ultraprocesados, en referencia a aquellos con excesos de grasas, sales, preservativos, etc.

"Estos alimentos no son buenos para la memoria porque disminuyen a largo plazo la circulación sanguínea en zonas vinculadas a la memoria, provocan hipertensión, diabetes".

"Estas son todas causas que pueden conducir a la demencia", explica Restak.