sábado, 18 de noviembre de 2023

NAZISMO. Más allá de Mengele: la clase médica en su conjunto consintió o se implicó en el horror nazi.

Un informe de la revista ‘The Lancet’ destaca cómo la ciencia y medicina más avanzadas de su tiempo degeneraron por una ideología nacionalista

Nazismo Alemania
Médicos y científicos alemanes sentados en el banquillo, acusados de experimentos con los prisioneros de los campos de concentración. De los juicios de Núremberg salieron las primeras normas universales para la experimentación con humanos.BETTMANN (BETTMANN ARCHIVE/GETTY IMAGES)
Anita Andres no había cumplido los dos años cuando ingresó en un centro que atendía a niños con problemas de desarrollo en Mosbach (Alemania). La pequeña no había logrado aún el promedio cognitivo y físico para su edad. Era 1941 y el régimen nazi había aprobado hacía años la esterilización de las personas con alguna discapacidad y, en caso de quedarse embarazada, el aborto forzoso. Pero para los niños con algún trastorno cognitivo o incapacidad física, bastó una orden ministerial en 1939. Anita fue derivada, junto a otros 52 niños, al Hospital Universitario Psiquiátrico de Heidelberg. Estaba dirigido por Carl Schneider, uno de los más reputados psiquiatras de su tiempo. Dirigía un estudio que buscaba establecer las diferencias entre discapacidades del desarrollo congénitas y las adquiridas en los primeros meses y años de vida. Schneider era también el responsable de Aktion T4, el programa estatal de eutanasia. Tras ser estudiada, Anita fue asesinada y, como ella, otros 10.000 niños con alguna discapacidad. La revista médica The Lancet acaba de publicar un informe repleto de historias como la de Anita. Uno de los objetivos del trabajo, publicado 90 años después del ascenso de Hitler al poder, es que los actuales y futuros médicos no olviden el horror en el que degeneró la ciencia y práctica médica.

La medicina del período nazi probablemente sea tristemente famosa hoy sobre todo por los experimentos que realizaron personajes como el médico Josef Mengele con los prisioneros del campo de exterminio de Auschwitz. Mengele, primero destinado al campo de los gitanos, acabo siendo jefe de la enfermería del complejo Auschwitz-Birkenau. Su poder sobre quién moría y quién vivía un poco más era absoluto. A los pies de las rampas de los trenes que traían a los judíos como ganado desde toda Europa, Mengele decidía con un gesto los que iban directamente a las duchas, es decir, las cámaras de gas, y quién iba a trabajos forzados. Sus investigaciones, en especial con los gemelos, fueron infames, sin ningún respeto por la condición humana.

“La falacia más dañina sobre la implicación de la medicina en el nazismo quizá sea la idea de que las atrocidades fueron obra de unos médicos radicalizados

Extracto del informe
Sin embargo, personajes siniestros como Mengele o Schneider impiden ver el verdadero drama. El profesor Herwig Czech, de la Universidad Médica de Viena, codirector de la comisión autora del informe, lamenta en una nota que “a menudo sorprende lo poco que se conoce de los crímenes médicos de los nazis, más allá quizá de una idea vaga de los experimentos de Josef Mengele en Auschwitz”. Lejos de esa imagen estereotipada, la situación fue mucho peor y más allá de unos cuantos médicos. En la introducción del informe se puede leer: 

“La falacia más dañina sobre la implicación de la medicina en el nazismo y el Holocausto quizá sea la idea de que las atrocidades médicas fueron obra de unos médicos individuales, radicalizados”.

Esa idea de las manzanas podridas se contradice con los datos que ha reunido el informe: De entre las profesiones liberales, y dejando a un lado los funcionarios, fueron los médicos los que más se afiliaron en masa al NSDAP, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. Hasta el 65% de los doctores alemanes eran afiliados al final de la guerra, según cita el informe. Probablemente, muchos lo hicieran por simple oportunismo, pero también pesaron, dicen los autores del trabajo, el pensamiento autoritario mayoritario entre los facultativos y su convicción personal de que los judíos contaminaban al pueblo alemán.
 
Los visitantes del Memorial de Auschwitz observan una fotografía con unos de los niños que sufrieron los experimentos del doctor Josef Mengele.Los visitantes del Memorial de Auschwitz observan una fotografía con unos de los niños que sufrieron los experimentos del doctor Josef Mengele. BEATA ZAWRZEL (NURPHOTO/GETTY IMAGES)
Otro de los mitos que intenta desmontar este trabajo es la visión de que no fue la ciencia alemana, sino una especie de pseudociencia la que encontró el favor de los nazis. Esta minimización o justificación podría venir, al menos en parte, del deseo de la comunidad médica de distanciarse y distanciar su investigación de los que cometieron los crímenes. Sin embargo, como recuerda el informe, mucha de la investigación realizada durante el régimen nazi se publicó en revistas científicas (el mecanismo habitual para la validación de sus resultados). Algunos de sus hallazgos fueron leídos y aplicados en todo el mundo durante muchas décadas y han acabado integrados en el conocimiento médico general, muchas veces sin ni siquiera hacer mención a su origen oscuro.

Durante los juicios de Núremberg, en los que se juzgaron a los jefes nazis y sus cómplices, como destacados médicos, salieron a la luz una serie de experimentos de altitud e hipotermia llevados a cabo por el médico del campo de Dachau Sigmund Rascher. Aunque los ensayos casi siempre eran mortales, la aviación estadounidense no tuvo reparos en aprovechar sus resultados. Además, como recoge el informe de The Lancet, varios de los científicos involucrados en esta investigación, como Siegfried Ruff y Hubertus Strughold, fueron reclutados inmediatamente después de la guerra por la Fuerza Aérea del Ejército de Estados Unidos. Strughold tuvo una carrera destacada en el programa espacial estadounidense, siendo considerado el padre de la medicina espacial. El olvido ha llegado hasta el propio nombre de las enfermedades que, como sucede con el síndrome de Asperger o el síndrome de Reiter, llevan el apellido de médicos nazis o que enviaron a sus propios pacientes a la muerte.

Corresponde a todos en la comunidad médica y sanitaria evitar que se desvanezca el recuerdo de los acontecimientos de la era nazi” Shmuel Pinchas Reis, profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén 

A lo largo del informe se insiste en no demonizar especialmente a la ciencia y medicina alemanas de la época. Ha habido otros caso de complicidad con las autoridades para cometer genocidios, pero el caso del alemán es especial. Los autores destacan, por un lado, que es la historia de horror mejor documentada, a pesar de que intentaran eliminar muchas pruebas cuando el destino de la guerra estaba decidido. Más importante es, según dicen los miembros de esta comisión, que, en aquel tiempo, Europa y su ciencia representaban la cumbre del progreso humano y en lo más alto estaba la ciencia alemana. Además, la bioética había nacido allí: en 1900, cuando tras una serie de experimentos con sífilis en mujeres y niños provocó un escándalo, se reguló la experimentación con seres humanos décadas antes de que lo hiciera cualquier otro país. En otros casos, el régimen nazi y sus médicos solo copiaron lo que se hacía en otros lugares: las primeras leyes de esterilización forzosa fueron aprobadas en Suiza y Dinamarca un lustro antes de que Hitler llegara al poder. Y la propia ley alemana aprobada en 1933 estaba inspirada en un borrador de un senador estadounidense. En Estados Unidos se esterilizó a miles de latinas en la primera mitad del siglo XX y se siguió esterilizando a discapacitados hasta los años 70.

De aquel espanto y su juicio en Núremberg nacieron las primeras normas internacionales sobre el tratamiento de los pacientes y, particular, el consentimiento informado para los ensayos con humanos. El profesor de la Universidad Hebrea de Jerusalén y coautor, Shmuel Pinchas Reis, recuerda en una nota: “Nuestro informe expone algunas de las distorsiones más horribles de la práctica y políticas médicas de la historia y corresponde a todos en la comunidad médica y sanitaria evitar que se desvanezca el recuerdo de los acontecimientos de la era nazi. Debemos estudiar esta historia de lo peor de la humanidad, para reconocer y trabajar contra patrones similares en el presente, con el objetivo de promover lo mejor”.

El socialismo surreal en el Chile de Allende. .

Fotograma de la película 'El Realismo Socialista' de Raúl Ruiz
Fotograma de la película 'El realismo socialista' de Raúl Ruiz.CORTESÍA PRODUCTORA POETASTROS (CORTESÍA PRODUCTORA POETASTROS)

La película perdida de Raúl Ruiz, ‘El Realismo socialista’, se estrena medio siglo después. Entre el documental y la ficción macabra, hay un retrato irónico, amargo y visionario de las esperanzas que truncará el golpe de Pinochet.


Raúl Ruiz, el director de cine chileno fallecido en 2011, dejó inacabado el montaje de la película El Realismo socialista cuando huyó de su país en 1973, rumbo a Argentina y luego a Francia, por el sangriento golpe de Estado de Pinochet. Es una visión ácida del clima social que ebullía en el Chile de Salvador Allende, que empieza como un documental y va transitando a una ficción surrealista y macabra. Valeria Sarmiento, su viuda y también cineasta, ha terminado la tarea y el resultado se presenta en el Festival de San Sebastián que empieza el día 22.

El título completo, El Realismo socialista considerado como una de las bellas artes, puede hacer temer al despistado un tostón de propaganda revolucionaria, cuando aquí hay de lo contrario, una sátira de los tostones de propaganda revolucionaria. El discurso de los ortodoxos queda plasmado en su ridiculez, aunque con cierta ternura. Resulta un retrato amargo y visionario de las esperanzas truncadas del pueblo en una presidencia que sería devastada por los milicos.

Queda claro que Ruiz, aunque militó en el Partido Socialista y era cercano a la Unidad Popular, tenía una mirada muy libre, heterodoxa, que rebosa ironía, siempre atenta a lo paradójico. Buena parte del reparto de esta película no son actores. Los trabajadores que toman el control de su fábrica son auténticos; otra trama es la de unos intelectuales burgueses (que te llamaran burgués era lo peor) muy concienciados que quieren hacer la revolución poética. Y asoman tipos siniestros que, se intuye, estarán tras el golpe y la salvaje represión que vendrá.

El director elige poner el foco en dos disidentes: un obrero expulsado de la fábrica, por pillo y porque no es lo bastante revolucionario, y un publicista que reniega del capitalismo. Estos dos seres extraviados, que se irán radicalizando en sentidos opuestos, ilustran la polarización del país. El camino al desastre.

Lo que parece una parodia es real; cuando crees que todo es real te sacude lo surreal. La película no entusiasmará a los dogmáticos. Ruiz nunca lo fue.

viernes, 17 de noviembre de 2023

Podemos, el Partido que vino de América Latina: balances y desafíos de la transformación política en España

Luis Martín-Cabrera

Existe una curiosidad más que lógica en América Latina en general y en Chile en particular sobre el fenómeno Podemos y las consecuencias o la aplicabilidad que sus campañas puedan tener en la región. Con frecuencia, de manera tal vez inconsciente, se desliza un relativamente velado eurocentrismo en la, por otro lado merecida, admiración que provoca el éxito electoral del partido español. Conviene, en este sentido, aclarar que la emergencia de Podemos es inexplicable sin sus orígenes latinoamericanos y recordar que no todo viene de Europa y que Pablo Iglesias y los suyos encontraron su primera inspiración en los movimientos sociales y los gobiernos “post-neoliberales” de la región, es el “laboratorio latinoamericano”, para utilizar la expresión acuñada por Franck Gaudichaud, el que inspira en buena medida la potencia política de Podemos.

A menudo se hace referencia al hecho de que la mayoría de los fundadores del partido –Monedero, Bescansa, Errejón, Iglesias y otros—ejercen o ejercían su actividad docente en la Universidad Complutense de Madrid, pero es igualmente importante señalar su conexión con la fundación CEPS (Centro de Estudios Políticos y Sociales), un think tank cuyas actividades se han desarrollado por cerca de dos décadas primordialmente en América Latina. Cuando las élites políticas españolas se dedicaban –Felipe González a la cabeza—a promocionar la Transición a la democracia en España como modelo de exportación para América Latina y el bipartidismo parecía estar sellado a sangre y fuego sobre un pacto de olvido e impunidad en España, el EZLN levantaba su grito indígena de dignidad rebelde contra la doxa neoliberal y el “consenso de Washington”. Es, en primer lugar, el estallido Zapatista de 1994 y más tarde la victoria electoral de Chávez en las elecciones de 1999, lo que fuerza a los hoy miembros del Consejo Ciudadano de Podemos a volver la mirada hacia América Latina, una región que, con la integración de España a la Unión Europea, había quedado mayoritariamente sepultada en la memoria de la mayoría de los españoles. El zapatismo y, sobre todo, la ruptura del consenso de Washington iniciada por la revolución bolivariana en Venezuela que después se extiende a Bolivia, Ecuador y en distinta medida a Argentina y Nicaragua hacen posible lo que en ese momento era imposible e impensable en España: salir o intentar salir de las políticas neoliberales, recuperar el rol regulador y redistributivo del Estado. En este sentido, no hay que perder de vista que Iñigo Errejón, Pablo Iglesias o Juan Carlos Monedero, se desempeñan como asesores de los gobiernos de Chávez, Evo Morales y Rafael Correa y que Luis Alegre Zahonero es autor, junto a Carlos Fernández Liria, de un libro, Comprender Venezuela, pensar la Democracia. El colapso moral de los intelectuales occidentales (2006) que levantaría muchas ampollas en la bienpensante progresía eurocéntrica española por su defensa del proyecto bolivariano.

Por tanto, cuando la flamante nueva alcaldesa de Ahora Madrid , Manuela Carmena, dice que va a gobernar sobre todo escuchando a la ciudadanía hay que ver claramente en sus palabras ecos de la lección zapatista –el “mandar obedeciendo” o el “detrás de nosotros estamos ustedes”-- y cuando observamos la insistencia de Podemos en centrar su campaña en la regeneración política y en la defensa de la democracia es inevitable pensar en la primera campaña electoral de Hugo Chávez y en el Movimiento V República que liquido el bipartidismo hasta entonces imperante de adecos y copeyanos sin declararse abiertamente socialista. A menudo se insiste en los modos en que Iñigo Errejón se inspira en La razón populista de Ernesto Laclau, pero creo que es igual o más importante su participación como asesor en varias campañas electorales chavistas: es la lucha de los pueblos la que inspira la teoría y no al revés.

Entonces, si las conexiones de Podemos con el laboratorio latinoamericano son tan estrechas, ¿por qué no aparecen de manera más decisiva en el discurso de sus líderes? ¿Por qué no han hecho o mejor dicho han dejado de hacer una defensa pública más explícita de lo que aprendieron del otro lado del Atlántico? Creo que esto se debe en parte a la campaña de acoso y derribo a la que son sometidos los miembros de Podemos por parte de los medios hegemónicos (particularmente los asociados a la derecha) y en parte a la difícil situación por la que atraviesa el gobierno Venezolano de Nicolás Maduro en este minuto1. Me da la impresión que la defensa de estos procesos de cambio en Latinoamérica, la pedagogía política que podría exigírsele a Podemos en otras circunstancias se hace muy difícil dada la concentración de medios que existe en España.

Por otro lado, ya estamos viendo cuál es el precio que se puede pagar precisamente por no hacer pedagogía política o por buscar un discurso políticamente centrado que vaya paulatinamente llenando el “significante vacío” de la política con distintas demandas. A menudo este discurso que no se pretende ni de izquierdas ni de derechas, deja desguarnecidos a los propios líderes del partido, sin defensa posible frente a los ataques mediáticos tanto de la derecha como de la socialdemocracia como acaba de suceder con el recientemente elegido concejal de cultura del ayuntamiento de Madrid, Guillermo Zapata. Zapata fue acusado de escribir hace cuatro años unos tuits en el contexto de una polémica sobre los límites del humor en los que se hacía humor negro con el holocausto y con algunas víctimas del terrorismo de ETA. El acoso mediático llego a tal extremo que el concejal se vio obligado a dimitir sin poder defender lo más elemental: Que la intención fue lúdica y por lo tanto los tuits no se pueden tomar prima facie , que la excepcionalidad del holocausto no deja pensar históricamente el holocausto, que los que acusan a Zapata son las mismas y los mismos –por ejemplo Esperanza Aguirre- - que siguen haciendo, sin ninguna intención lúdica, apología del franquismo y mofa de los desaparecidos etc. Con esto, no trato de darle lecciones a nadie, sino de preguntar en voz alta, si no convendría pasar a la ofensiva en vez de estar siempre a la defensiva, si no sería bueno hacer un poco de pedagogía política aunque se pierda popularidad, si no estaría bien en vez de dar por bueno que Venezuela es un horror y siempre lo fue, explicar un poco qué vieron y qué sacaron de estas experiencias políticas los actuales líderes de Podemos.

“Izquierda” y “derecha” son metáforas, tropos espaciales, de hecho, –los que se sentaban a uno y otro lado del rey— a las metáforas podemos renunciar si no sirven, a lo que no podemos renunciar es a nuestra memoria y a nuestra historia , pues sin un pasado anudado al presente no hay futuro posible. Por eso, conviene recordar las raíces latinoamericanas de podemos y su inexpugnable relación con el 15-M, Con la Plataforma Antidesahucios y con las distintas mareas ciudadanas en defensa de la educación y la salud pública . Cabe recordar que las políticas austericidas emprendidas por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero primero y continuadas después por Mariano Rajoy encontraron tanto a los dos grandes sindicatos nacionales UGT (Unión General de Trabajadores) y CC.OO (Comisiones Obreras) como a los partidos de izquierdas, especialmente Izquierda Unida, totalmente desarmados e incapaces de ofrecer respuestas y resistencia a la apisonadora neoliberal del Estado. Es la rebelión pacífica y popular de las y los indignados la que llena la Puerta del Sol de Madrid el 15 de mayo del 2011 y otras plazas a lo largo del mismo año. El movimiento 15-M inventó un lenguaje nuevo y una manera de hacer política más horizontal y participativa y, sobre todo, le dio un impulso decisivo a la unificación de toda una serie de luchas (feministas, ecologistas, estudiantes, asociaciones barriales, anti-capitalistas,etc.) que hasta ese momento habían permanecido aisladas unas de otras.

Mientras tanto, a los pocos meses, el Partido Popular ganaba las elecciones con el triste binomío mayoría absoluta-abstención masiva y bien reprimía las manifestaciones del 15-M bien se burlaba de los participantes de la misma con epítetos como “perroflautas” (designación para-racista que define al estilo hippie de algunos participantes en estas protestas”), porque no percibía a estos movimientos como una amenaza. Después las políticas austericidas continuaron hasta límites intolerables –continuaron los desahucios y sus suicidios, la malnutrición infantil batió records, la sanidad y la educación siguieron privatizándose y el paro nunca bajo del 20%-- y el 15M mantuvo sus banderas apartidistas de lucha y a la vez mutó en mareas blancas en defensa de la sanidad, mareas verdes en defensa de la educación y por supuesto el trabajo heroico de la PAH (la Plataforma Afectados por la Hipoteca) liderada por la hoy alcaldesa de Barcelona, Ada Colau.

A mediados del 2014 parecíamos haber llegado a un impasse: la protesta contra el ajuste fiscal brutal continuaba en la calle y el gobierno seguía haciendo oídos sordos o criminalizando la protesta como sucedió con “Alfon”, un joven de la periferia obrera de Madrid, acusado falsamente por la policía de delitos de terrorismo. Corresponde a Podemos el mérito indiscutible de haberse dado cuenta de que la política transformadora sólo podía salir de este callejón sin salida recurriendo otra vez a la “forma partido” y organizándose para tomar el poder y romper con el bipartidismo salido del régimen del 78, año en que las cortes salidas del franquismo aprueban la constitución vigente. Es la lectura atenta de Gramsci desde la calle la que permite a los líderes de Podemos hegemonizar la protesta social y abrir una grieta considerable en los mecanismos de dominación instalados desde la Transición. Corresponde también a Podemos y a Pablo Iglesias el mérito de haber sacado a la izquierda de su autismo político y haberles puesto frente a su propio miedo al poder y a su vocación de marginalidad. Muchos sectores de izquierda, tanto en movimientos sociales como en partidos revolucionarios , conciben el poder de manera pecaminosa haciéndose eco de los postulados de John Holloway, Cambiar el mundo sin tomar el poder. Preferir tener razón y seguir siendo marginales antes que atreverse a tomar el poder y mancharse las manos con sus aspectos más abyectos.

Ahora bien, Podemos es, a la vez, inexplicable sin los movimientos sociales en general y sin el 15-M en particular, Podemos puede ser, para apropiarnos de la siniestra metáfora de Efráin Ríos Mont, el pez que represente el cambio, pero el movimiento 15-M y las mareas y la plataforma son el agua, unos y otros están en una relación simbiótica, conforman los extremos inconmensurables de la transformación social en España hoy. Hasta qué punto esto es así puede simplemente comprobarse retrotrayéndonos a las elecciones europeas del 2009 en las que Izquierda Anticapitalista -- la formación que le presta el andamiaje partidista a Podemos en el 2014 para presentarse a las Europeas-- obtiene el 0,13% de los votos frente al casi 8% de la nueva formación de Pablo Iglesias. ¿Qué es lo que ha cambiado? ¿El carisma de los líderes? No lo creo, lo nuevo es que Podemos puede subirse a la ola del 15-M y de los nuevos movimientos sociales anti-austeridad, cosa que Izquierda Anticapitalista no podía hacer.

En este sentido, creo que es necesario señalar que la dirección de podemos ha oscilado ambivalentemente entre organizarse como un partido tradicional con su vanguardia y sus bases o reinventar la “forma partido” abriéndola a las distintas formas de participación democrática inventadas por el 15-M y los movimientos sociales. Este residuo vanguardista, unido a las fuertes presiones electorales y los ataques de la “casta”, ha hecho que, por momentos, la nueva política pudiera reducirse a cambios meramente semánticos (“Consejo ciudadano” por “Comité central” y “círculos” por “bases”) que envolvían la misma cadena de transmisión vertical de poder y representación que define a los partidos capitalistas tradicionales. Esto, entre otras cosas, explica las tensiones y fracturas con el grupo de Pablo Echenique en Aragón o con el grupo de Izquierda Anticapitalista de Teresa Rodríguez en Andalucía, así como la salida de Juan Carlos Monedero del liderazgo del partido, probablemente hastiado de una política demasiado tecnocrática y organizada a golpe de encuestas electorales. En este sentido, creo que la gran lección de las pasadas elecciones municipales es que Podemos sólo con su marca no puede, pero con los movimientos sociales sí y viceversa. Los lugares donde Podemos va a poder gobernar son aquellos (Barcelona, Madrid, Cádiz) donde se presentaba con plataformas ciudadanas (Ahora Madrid, Barcelona en Comú) levantadas con alto grado de participación de los movimientos sociales y con estructuras horizontales de poder. La receta del éxito es, por tanto, la confluencia del partido Podemos con el tejido social de los movimientos sociales y no una cosa o la otra solas.

Hay aquí también otra gran lección que aprender de los procesos de cambio en América Latina. Cuando los movimientos sociales llegan al poder, como es el caso del MAS en Bolivia, y se vuelven hegelianos, es decir, cuando asumen que su presencia en el gobierno transforma mágicamente al Estado en síntesis de todos los antagonismos sociales, tienden a no socializar el poder y generan anticuerpos en los esas mismas colectividades que les llevaron al poder. Esto es, sin duda, lo que sucede en Bolivia alrededor del conflicto del TIPNIS entre movimientos indígenas y Estado. Cuando el Estado no escucha y queda atrapado en la lógica espuria de la representación, las transformaciones sociales se detienen; y a la vez, cuando los movimientos sociales fetichizan su autonomía por encima de los límites de la realpolitik sucede lo mismo. El estado y la economía tienen tiempos y demandas que, en muchas ocasiones, aparecen fuera de sincronía con los tiempos y demandas de los movimientos sociales, el desafío es ser capaces de habitar la temporalidad múltiple y heterogénea en sus distintas territorializaciones en pos de una construcción de justicia e igualdad exterior a las actuales condiciones de la dominación y la explotaión.

En este sentido, creo que, tanto en España como en América Latina, vivimos en un umbral en el que las viejas y nuevas formas de la política deben convivir en una tensión creativa. Hoy en día parece imposible aspirar a transformar la sociedad sin pasar por la “forma partido” y por la toma del Estado por la vía electoral y de la movilización de masas y, a la vez, la “forma partido” y la toma del Estado son completamente inútiles si no se socializa el poder y se aspira a desmontar el Estado potenciando la autonomía los movimientos sociales y de la participación ciudadana en la toma de decisiones. En el caso de Chile, los dos extremos inasibles de estas posturas los representan Gabriel Salazar con su insistencia en abandonar completamente cualquier política partidista (incluso las protestas en la calle) para dedicarse a la construcción de la autonomía política a través asambleas constituyentes, y el Partido Comunista que insiste en reducir la política a la forma-partido y la participación en el poder del Estado, incluso en la actual coyuntura en que el gobierno de Michelle Bachelet parece haberle dado la espalda completamente a los movimientos sociales, sumido como está, en el marasmo de la corrupción y los vínculos estructurales entre dinero y política.

Cada pueblo tiene su propia historia, sus propias idiosincrasias y sus propios caminos que recorrer, pero precisamente porque el capitalismo y la modernidad colonial nos han unido de maneras asimétricas podemos aprender unos de otros con respeto, sabiendo, como afirma Gaudichaud, que “lo que está en juego es el difícil paso de poderes contituyentes a poderes constituidos, y los métodos de articulación entre democracia directa, participativa y representativa, entre espacios de deliberación y de decisión: en definitiva, la cuestión clásica de la “soberanía” del pueblo, ¿Esta construcción-destrucción-creación debe desarrollarse totalmente externa al Estado (para echarlo abajo) o bien como emergencia combinada de formas externas y de un impulso procedente de instituciones gubernamentales?”2 That´s the question, y la respuesta debe ser colectiva, porque la historia es nuestra y la hacen los pueblos.

Notas:

1 Sobre la actual coyuntura del gobierno venezolano recomiendo una interesante entrevista de Salvador López Arnal al militante venezolano Roland Denis,


2 Franck Gaudichaud, Emancipaciones en América Latina, Quito: Instituto de Altos Estudios Nacionales, 2013, p.30 

( http://editorial.iaen.edu.ec/libro1/emancipaciones-en-america-latina/) Luis Martín-Cabrera es español, republicano, profesor de estudios culturales en la Universidad de California, San Diego y Director de programa de Estudios de esa misma universidad en Santiago de Chile.

PSICOLOGÍA. Psicópatas al poder: por qué personas tóxicas llegan con facilidad a puestos de mando.

Dos libros exploran los rasgos psicopáticos comunes de algunos líderes exitosos.


Se ha traducido recientemente al español el ensayo DesConectados, donde Steve Taylor habla de cómo en los centros de poder —político, empresarial o de otro tipo— abundan las personas narcisistas o psicópatas. El libro de este profesor de Psicología de la Leeds Beckett University utiliza el término patocracia para describir a personas trastornadas que están al mando de países o de organizaciones, con poca o ninguna empatía por el sufrimiento que provocan sus decisiones.

Taylor considera su crueldad como resultado de su desconexión de la humanidad, en el polo opuesto de la compasión que nos permite conectarnos con el sufrimiento de los demás. Esta clase de líderes mandan de forma patriarcal y jerárquica, además de responder con belicosidad contra quienes no piensan igual. A todo el mundo se le ocurrirá más de un ejemplo —alguno de dolorosa actualidad— que encaja con este modelo.

En su libro La sabiduría de los psicópatas, publicado hace tres años en España, el doctor en psicología Kevin Dutton sostiene que los rasgos psicopáticos son muy comunes en los líderes exitosos, ya que su propio trastorno les ayuda a medrar.

Veamos, según este investigador de Oxford y Cambridge, ocho características de quienes ejercen su poder desde la patocracia:

Influencia social. El narcisista y la mayoría de psicópatas aman los focos. Se manejan bien frente al público, que los percibe como seres carismáticos.

Intrepidez. Lo que el ciudadano de a pie no se atrevería a decir, el líder trastornado lo expresará con naturalidad, y lo mismo sucede con sus acciones, motivo por el que esta clase de líderes suelen emprender aventuras arriesgadas.

Inmunidad al estrés. Las dificultades, las protestas e incluso la bronca le ponen, le gusta nadar contra corriente. En medio del conflicto se siente en casa. Una ventaja competitiva frente a oponentes más blandos.

Egocentrismo maquiavélico. Quien dirige desde la patocracia busca su lugar en la historia, sin importar el precio que tengan que pagar las víctimas, que serán consideradas efectos colaterales de un bien mayor.

Inconformidad rebelde. Como el protagonista de la biografía Limónov, donde Emmanuel Carrère describe su peligrosa despreocupación con respecto al resultado de sus acciones. El intento de invasión de Rusia por parte de Napoleón o de Hitler serían otros dos ejemplos sobradamente conocidos.

Frialdad. Steve Taylor lo llama desconexión para explicar la falta de sensibilidad hacia el sufrimiento ajeno, algo que también experimenta en su piel quien es víctima de acoso laboral.

Curiosamente, muchas personas tienden a relacionar los perfiles empáticos con la ineficacia. Tal vez por eso, las encuestas en EE UU valoran negativamente la labor de presidentes considerados “discretos” como Jimmy Carter o Gerald Ford, mientras que quienes poseen los atributos que hemos visto previamente son percibidos con autoridad para resolver problemas.

Volviendo a los psicópatas, Taylor señala que muchos de ellos tuvieron una infancia traumática, fuera por desatención de los padres o por ser testigos o víctimas de episodios de violencia. Una vez han desarrollado un comportamiento psicopático, muchos terapeutas consideran que es casi imposible sanarlos, justamente porque no creen que estén equivocados, y mucho menos enfermos. El autor de DesConectados recomienda la meditación como posible remedio para sanar. Sin embargo, la persona debe ser capaz de hacer una pausa, olvidar al enemigo exterior y dirigir la mirada hacia uno mucho más difícil y terrible: el que vive en su interior.

Otra vía a la transformación es el contacto directo con quien ha sufrido sus actos, como ha sucedido en encuentros entre terroristas y familiares de víctimas. En estos casos, la parte agresora ya no puede escudarse en una idea, porque tiene ante sí a un ser humano que podría ser su hermano, su hija o uno mismo, lo que facilita el milagro de la conexión.

Las cartas de Gandhi a Hitler
—¿Se puede conmover el corazón de un representante de la patocracia? La historia parece negarlo. Una prueba de ello fue lo sucedido en 1939, cuando Gandhi decidió escribir a Hitler tras saber de la invasión de Checoslovaquia. Encabezaba la carta con un empático: “Querido amigo”, y le decía: “¿Tendrá a bien escuchar la petición de alguien que ha evitado de forma deliberada el método de la guerra alcanzando un considerable éxito?”.

—No sabemos si la carta llegó a manos de Hitler, que nunca contestó, pero un año más tarde Gandhi lo intentó de nuevo con una segunda carta, en la que suplicaba que “detuviese la guerra” apelando a su sentido de la humanidad.

—Ambas tentativas fueron un fracaso, lo cual confirma que no es fácil intentar hacer reflexionar a esta clase de perfil.

Francesc Miralles es escritor y periodista experto en psicología.


DesConectados, de Steve Taylor.
La sabiduría de los psicópatas, de  Kevin Dutton

jueves, 16 de noviembre de 2023

Cómo logró Finlandia ser independiente e integrarse en Europa al tiempo que mantiene buenas relaciones con Rusia. BBC Mundo

No es fácil en estos tiempos ver al presidente ruso, Vladimir Putin, recibido en un país occidental del modo en que Finlandia prevé hacerlo este jueves para celebrar sus 100 años de independencia.
La agenda incluye un paseo de Putin y el presidente anfitrión, Sauli Niinisto, en un viejo barco de vapor cerca de la frontera bilateral, así como una ceremonia en un castillo medieval con el teatro ruso Bolshói interpretando la ópera lírica Iolanta, de Tchaikovski. Y, por supuesto, un diálogo personal entre ambos presidentes, que mantienen una comunicación "bastante clara y franca" según el propio Niinisto dijo a la agencia rusa estatal de noticias Tass antes de la visita. "Podemos discutir cualquier cosa", aseguró.

La pompa de esta cita difícilmente podrá hacer olvidar la peculiar historia de las relaciones entre ambos países, marcada por guerras, pactos y amenazas.

Pero con una mezcla de habilidad política y determinación militar, Finlandia logró asegurar desde el siglo XX su independencia de Moscú manteniendo buenas relaciones con el gigante vecino y un comercio mutuo que se afianzó en años recientes.


"Los finlandeses fueron expertos en diplomacia", señala Walter Clemens, experto de relaciones internacionales de la Universidad de Boston. Y todo esto lo hizo integrándose al mismo tiempo en Europa. "Finlandia encontró a lo largo de las décadas un equilibrio que le permite mantener su independencia, su democracia y una economía exitosa y, sin embargo, no caer en conflictos con Moscú", dice a BBC Mundo Robert English, un exanalista del Pentágono y profesor de relaciones internacionales en la Universidad del Sur de California (USC, por sus siglas en inglés), experto en Rusia y Europa Oriental. Entonces, ¿es Finlandia un ejemplo para Occidente de cómo realcionarse con Rusia?

Lidiando con "el oso ruso"
Finlandia logró su independencia del Imperio ruso en 1917, pero luego, durante la Segunda Guerra Mundial, mantuvo dos conflictos bélicos con la Unión Soviética, entre 1939 y 1944.

El país consiguió asegurar su soberanía sin volverse un estado satélite soviético y en la Guerra Fría delineó una política de neutralidad, delicada por el vecindario donde se encuentra y por tener una frontera de 1.300 kilómetros con Rusia.

Aunque se integró enEuropa, Finlandia se abstuvo de pasar a integrar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), algo que resultó clave para cultivar buenas relaciones con Moscú.

Algunos vieron esto como una actitud de genuflexión ante el poderoso vecino, pero Helsinki lo planteó como un acto de independencia: del mismo modo, evitó sumarse al Pacto de Varsovia del bloque del Este bajo URSS.

Tras el fin de la Guerra Fría, Finlandia pasó a ser miembro de la Unión Europea (UE) pero desarrolló en paralelo el comercio bilateral con Rusia, comprándole gas natural, petróleo y carbón, vitales para su economía.

El país de 5,5 millones de habitantes se mantuvo fuera de la OTAN, a diferencia de otras naciones bálticas como Estonia o Lituania, pero al mismo tiempo invirtió en sus Fuerzas Armadas y participó de ejercicios militares con la alianza atlántica.

"Los finlandeses fueron expertos en diplomacia y aprendieron a no generar antagonismo con el oso ruso. Hay algún ejemplo en su disposición y capacidad para defenderse, pero también en su habilidad para aliviar las preocupaciones de Rusia de que Finlandia pueda ser parte de la OTAN", dice Walter Clemens, profesor emérito de relaciones internacionales en la Universidad de Boston (Estados Unidos) y experto en la región báltica.

"Tal vez podría servir como ejemplo de lo que podría ser la relación entre Rusia y otros países europeos", añade Clemens en diálogo con BBC Mundo.

"Boca cerrada"
Claro que la anexión de Crimea y la invasión de Ucrania por parte de la Rusia de Putin aumentaron las inquietudes en Finlandia sobre las intenciones de su vecino.

El debate sobre el ingreso a la OTAN se avivó en ese país que cuenta con un Estado benefactor y una calidad de vida y un sistema educativo que suelen ser elogiados internacionalmente.

El propio Putin advirtió el año pasado a Finlandia que si decide sumarse a esa alianza militar Rusia podría responder enviando tropas más cerca de su frontera.

Sin embargo, Helsinki logró manejar la tensión y una prueba de ello es su bienvenida a Putin este jueves para una fecha tan especial. Esta actitud finlandesa con Moscú sigue generando dudas entre quienes le reclaman al país una postura más firme y comprometida con sus vecinos.

Pero ante la crisis de Ucrania en 2014, el exsecretario de Estado de EE.UU. Henry Kissinger sugirió a los líderes de ese país seguir una postura comparable a la de Finlandia.

"Esa nación no deja dudas sobre su extrema independencia y coopera con Occidente en la mayoría de los campos, pero evita cuidadosamente la hostilidad institucional hacia Rusia", escribió Kissinger en el diario The Washington Post.

No obstante, es discutible hasta qué punto otros países pueden seguir este camino en momentos en que el modo de plantarse frente a la Rusia de Putin domina el debate hasta en EE.UU.

"A veces Finlandia mantiene su boca cerrada y evita criticar a Rusia (o) no habla de los derechos humanos o las cuestiones democráticas cuando tal vez debería", dice English, el experto de la USC.

"Finlandia se da el lujo de disfrutar de las protecciones occidentales económicas y de seguridad sin tener que unirse formalmente a todas las instituciones. Alemania o Inglaterra no pueden hacer eso", agrega.

"Sin embargo", concluye, "Finlandia tiene algo que enseñar: un poco de moderación y deferencia a las peculiaridades de los personajes rusos pueden ayudar mucho".

_- ELON MUSK. “Aún hay mierda que no funciona por eso”: cuando Elon Musk desenchufó los servidores de Twitter con una navaja.

_- El célebre periodista Walter Isaacson ha tenido acceso al magnate durante cientos de horas y personas de su entorno, para relatar en una biografía sus logros, pero también sus problemas mentales y familiares, sobre todo con una de sus 10 hijos: trans por culpa del “virus woke”.

Elon Musk, director general de Tesla y SpaceX, además de propietario de la red social X (antes Twitter), hace un gesto de triunfador en una conferencia en París el pasado junio.
Elon Musk, director general de Tesla y SpaceX, además de propietario de la red social X (antes Twitter), hace un gesto de triunfador en una conferencia en París el pasado junio.CHESNOT (GETTY IMAGES)
Elon Musk tiene una biografía definitiva con 52 años. Walter Isaacson, célebre biógrafo de genios como Steve Jobs, Albert Einstein o Leonardo da Vinci, ha publicado este martes su nuevo libro, titulado Elon Musk (disponible el 14 en España, editado por Debate). El magnate es hoy la persona más rica del mundo, dirige simultáneamente seis empresas que llenan titulares y tiene 10 hijos de tres mujeres. Además, tiene una influencia social enorme: su cuenta de X, antes Twitter, es la más seguida de la red social, de la que es propietario, y su peso es innegable en acontecimientos dispares como la guerra de Ucrania, la exploración espacial o la batalla por la libertad de expresión.

Musk dice que todavía no ha leído el libro. El estilo de Isaacson es poco combativo: deja que Musk se explique aunque muestra docenas de dramas y peleas de su personaje. Cuando Musk preguntó a Isaacson si quería escribirlo, el periodista le pidió a cambio horas de acceso directo a reuniones y momentos privados, y mantuvieron “docenas de entrevistas y charlas de madrugada”. Además, conversaciones con más de 100 personas que le rodean, entre ellas familiares, exmujeres y ejecutivos de sus empresas. El libro revela incontables nuevos detalles y pliegues de un personaje ya bien conocido y cuyo legado está aun por definir. En 2015 salió su primera biografía, pero más de la mitad de las 700 páginas del libro de Isaacson son sobre los últimos ocho años.

Estos son algunos de los fragmentos más reveladores de la nueva biografía de este “hombre-niño”, como lo define Isaacson.

Walter Isaacson, biógrafo: “Elon Musk tiene múltiples personalidades. A veces es divertido. A veces entra en ‘modo demonio”

1. Formación a puñetazos
Elon Musk nació y creció en Sudáfrica, de padres de origen británico y canadiense. Isaacson cuenta una infancia y adolescencia donde cada anécdota es una variante de violencia distinta. Siendo pequeño, un pastor alemán le mordió la espalda y Musk pidió que no mataran al perro, pero luego se enteró de que le pegaron un tiro. En otra ocasión, fue a un concierto con su hermano, Kimbal, vieron a un muerto con un cuchillo en el cerebro y pisaron su charco de sangre, que se les pegó en las zapatillas. Se narran campamentos de verano donde las peleas eran promovidas; una paliza en el colegio de la que aún se resiente décadas después o viajes al Reino Unido o Hong Kong, donde a los hermanos Musk preadolescentes les dejaban deambular solos por las calles.

“Tenía problemas para captar normas sociales”, escribe Isaacson. “La empatía no era algo natural y no tenía ni el deseo ni el instinto de ser conciliador. Como resultado, los matones se burlaban de él con regularidad, se le acercaban y le daban puñetazos. ‘Si nunca te han dado un puñetazo en la nariz, no tienes idea de cómo te afectará el resto de tu vida’, afirma [Musk]”.

Todas esas cicatrices reales son “menores”, añade Isaacson, comparadas con las que le infligió su padre, Errol. Al salir del hospital por la paliza que le dio un compañero, su padre aún le abroncó durante una hora. Kimbal, hermano de Elon, dice que es “el peor recuerdo” de su vida.

Isaacson logra hablar varias veces con Errol, que trata de justificarse con poco éxito: aplicó, admite, una “dictadura callejera extremadamente severa con sus hijos”. Los padres de Musk se divorciaron cuando él tenía 8 años, pero Elon pasó la adolescencia con su padre. Uno de los rumores más persistentes de esa etapa es que Errol tuvo participaciones en una mina de esmeraldas ilegal. Errol admite a Isaacson que traficó clandestinamente una temporada con piedras preciosas, pero nunca tuvo parte de una mina.

2. Aversión a la satisfacción
Musk ha tenido éxito. No solo tiene más dinero que nadie, sino que ha logrado revolucionar sectores como el coche eléctrico o la exploración espacial. Sin embargo, al contrario que otros en una situación similar como Bill Gates, Larry Page o Jeff Bezos, que han dado un paso al lado, Musk se lía en nuevos retos.

“El trastorno de estrés postraumático de su infancia también le inculcó una aversión a la satisfacción”, escribe Isaacson. ”’No creo que sepa cómo saborear el éxito y oler las flores’, dice Claire Boucher, artista conocida como Grimes, madre de tres de sus [10] hijos. ‘Creo que en la infancia le condicionaron a que la vida es dolor’. Musk está de acuerdo. ‘La adversidad me marcó’, dice. ‘Mi umbral del dolor se volvió muy alto”.

Musk no tuvo una infancia económicamente difícil, pero tampoco fue plácida. “Desarrolló una mentalidad de asedio que incluía la atracción, a veces el anhelo, por el drama, tanto en el trabajo como en las relaciones románticas”, escribe Isaacson. “Cuando se enfrentaba a retos tortuosos, la tensión a menudo lo mantenía despierto por la noche y le hacía vomitar. Pero también le dio energía. ‘Es un imán para el drama’, dice [su hermano] Kimbal”.

En 2022, Musk vivía uno de los mejores momentos de su vida. Tesla y SpaceX crecían sin parar. Sus beneficios y fortuna, también. Pero no supo conformarse: “Necesito cambiar mi forma de pensar y dejar de estar en el modo crisis en el que he estado durante 14 años, o posiblemente la mayor parte de mi vida”, reconoce Musk a Isaacson.

“Mi salud mental va por rachas”, admite Musk a Isaacson en septiembre de 2022. “Es malo cuando existe una presión extrema. Pero si muchas cosas empiezan a marchar bien, tampoco es demasiado bueno para mi salud mental”. Apenas un mes después de esas palabras, Musk ejecutó su oferta para la compra de Twitter. Era un nuevo y enorme follón.

Según los cálculos de Isaacson, Musk dirige ahora seis compañías: “Tesla, SpaceX con su unidad [de satélites] Starlink, Twitter [ahora X], la Boring Company, Neuralink y xAI [la nueva competencia de OpenAI y DeepMind]”.

3. Twitter, el ‘virus woke’ y la hija trans
Musk fue en abril de 2022 unos días a descansar a Hawái, en una isla propiedad de Larry Ellison, fundador de Oracle. Musk iba con una novia con quien se ve a menudo, la actriz australiana Natasha Bassett. En lugar de desconectar estuvo cuatro días elucubrando si debía comprar Twitter.

De Hawái voló a Vancouver (Canadá), donde su entonces mujer Grimes le quería llevar a conocer a sus abuelos. Pero Musk estaba en “modo estrés” y le dejó en el hotel. Desde allí, mandó la oferta que acabó llevando a la compra de Twitter en octubre.

El cruce entre vida familiar o privada y grandes decisiones se repite otras veces. Musk tiene 10 hijos de tres mujeres: los gemelos Griffin y Xavier, los trillizos Kai, Saxon, Damian, con su primera mujer, Justine. Luego X, Y y Techno Mechanicus (que revela el libro por primera vez) con Grimes y los gemelos Strider Sekhar Sirius y Azure Astra Alice, que tuvo in vitro en 2021 con una ejecutiva de una de sus empresas, Shivon Zilis, que además es amiga de Grimes. Aunque parezca todo incomprensible, la lectura del libro hace pasar todo este jaleo de nombres y parejas como pequeños saltos en una increíblemente ajetreada vida, sin vacaciones seguidas desde 2001, cuando además cogió una malaria que casi le mata.

Su hijo Kai anunció a los 8 años que era vegetariano: “Para reducir mi huella de carbono”. El hijo que más se ha alejado de Musk es Xavier, cuyo nombre original venía de su personaje favorito de los X-Men. “Xavier tenía una voluntad fuerte y desarrolló un profundo aborrecimiento por el capitalismo y la riqueza”, escribe Isaacson. “Mantenían largas y amargas conversaciones, en persona y por mensajes de texto, en las que Xavier le expresaba repetidamente: ‘Te odio a ti y odio todo lo que representas’. Fue uno de los factores que hizo que Musk decidiera vender sus casas y vivir con menos lujo, pero, en su relación, tuvo poco efecto”.

Pero Xavierprovocó otras reacciones en su padre. A sus 16 años decidió transicionar a mujer y cambiarse el nombre, Jenna, y el apellido. Musk se enteró por un miembro de su seguridad. Este distanciamiento, escribe Isaacson, le ha provocado más dolor que “ninguna otra cosa en su vida desde que muriera su primer hijo, Nevada”, cuando era un bebé, de muerte súbita. Musk achacó al “virus woke” los cambios de Jenna. “Culpó en parte a la ideología que Jenna absorbía en Crossroads, la escuela privada progresista a la que iba en Los Ángeles. En su opinión, Twitter se había infectado con una mentalidad similar que suprimía las voces de derecha y antisistema”, dice Isaacson. La compra de Twitter era un modo de frenar la “infección woke”.

4. El “modo demonio”
“Musk está loco a veces”, dice Isaacson. Musk puede ser alguien encantador y gracioso. También odioso y terrible. Son conocidos sus capítulos de gritos e insultos contra empleados. El libro está repleto de ejemplos donde Musk trata a la gente que le rodea como objetos. “El feedback que doy a la gente es hardcore [una de sus palabras favoritas] y en su mayoría preciso, e intento no hacerlo de una manera ad hominem. Todos cometemos errores. A la física no le importan los sentimientos. Le importa si has construido el cohete correctamente”.

Grimes es quien da más detalles sobre las distintas caras de Musk: “Tiene numerosas mentes y muchas personalidades bastante distintas. Y se mueve entre ellas con mucha rapidez. De un momento a otro, sientes que el aire de la sala cambia y, de pronto, toda la situación se ha desplazado hacia otro de sus estados”, dice. “Mi versión favorita de E [Elon] es la que se apunta al Burning Man y es capaz de dormir en un sofá y comer sopa de sobre tan tranquilo”. El modo contrario es el “demonio”: “Es cuando se pone todo oscuro y se mete en el centro de su tormenta mental”. Su asperger y la terrible influencia de su padre son dos de los motivos apuntados para estos cambios.

5. La nueva peor época de su vida
En 2008, SpaceX se jugó su futuro en un cuarto lanzamiento de un cohete tras tres fracasos. En Tesla no había dinero para pagar los sueldos por la crisis global y problemas de costes internos. Ese año había sido descrito como el peor año de la vida de Musk.

Musk dice a Isaacson que 2018 fue aún peor. “Fue la época de mayor concentración de dolor que he tenido nunca. 18 meses de locura incesante [empezó en verano 2017]. Un sufrimiento aturdidor”.

En esos meses se juntan los problemas para producir suficientes coches en sus plantas, sus tuits falsos sobre un buceador pedófilo en un rescate de Tailandia, las dudas de los inversores sobre su fiabilidad como jefe de sus empresas y su foto fumando marihuana en el podcast de Joe Rogan. Tomaba decisiones sobre la marcha, cuenta Isaacson. “Al menos un 20% de ellas van a ser erróneas y después vamos a tener que alterarlas. Pero si no tomo decisiones, morimos”, reconoce el magnate.

6. No quería meterse en guerras
Cuando estalló la guerra de Ucrania, Rusia cortó las telecomunicaciones de Ucrania. Musk se ofreció a ayudar con Starlink, su empresa de satélites. Mandó miles de receptores a Ucrania. Su intención era la ayuda humanitaria. El libro de Isaacson revela por primera vez cómo Musk se negó a ampliar la cobertura de sus satélites para que Ucrania hiciera un ataque con drones contra la flota rusa en Crimea.

Este fragmento apareció antes de la publicación del libro y le llovieron las acusaciones a Musk de colaborar con Putin. Esta es su respuesta en el libro: “¿Cómo he acabado yo en esta guerra? Starlink no estaba destinado a implicarse en guerras. Era para que la gente pudiera ver Netflix y relajarse y conectarse online para hacer los deberes y cosas buenas y pacíficas, no ataques con drones”. Starlink acabó por crear una unidad militar que pudiera firmar contratos con el Pentágono.

7 ¿Y si cortamos este cable?
Otra expresión repetida de Musk es “zafarrancho”. Consiste en crear la sensación de urgencia extraordinaria poniendo plazos y objetivos imposibles. Hay varios pasajes en el libro donde se irrita al ver que casi nadie trabaja por la noche en algunas de sus plantas.

Isaacson describe una así: “Yo ya había visto a Musk sumirse en ese humor demoniaco antes, así que pude intuir lo que presagiaba. Como sucede con frecuencia —al menos dos o tres veces al año— estaba creciendo en su interior la compulsión de dar orden de zafarrancho, una erupción de actividad sostenida las 24 horas del día. El objetivo era darles un meneo a las cosas y ‘purgar la mierda del interior del sistema’, como dice él”.

En una variante de estos momentos en Twitter, Musk quiso trasladar servidores entre dos centros de datos para ahorrarse millones de dólares. Sus ingenieros le avisaron de que no era fácil ni rápido. Además era Navidad. Musk llamó a su gente de confianza y empezó a hacer aquello de los jefes obcecados: esto es más fácil de lo que parece. Muchas veces le ha salido razonablemente bien. Su modo de jugar con el riesgo sin red de protección es otro de los temas de su vida.

“Musk se volvió hacia su guardia de seguridad y le pidió que le prestase su navaja de bolsillo. Con ella, fue capaz de levantar una de las rejillas de ventilación del suelo, lo que le permitió forzar la apertura de los paneles. Él mismo se deslizó por debajo del suelo del servidor, utilizó la navaja para abrir un cuadro eléctrico haciendo palanca, desenchufó el servidor y esperó a ver lo que ocurría. No explotó nada. El servidor estaba listo para su traslado. A esas alturas, Musk estaba totalmente emocionado. Aquello era, exclamó con una sonora carcajada, como un remake de Misión imposible”.

En esta “operación”, están los problemas de estabilidad de Twitter meses después, como la desastrosa presentación de la candidatura del gobernador Ron DeSantis. Musk admitió a Isaacson que se había equivocado: “Aún hay mierda que no funciona por eso”, le dijo. Pero, añade Isaacson, “la aventura demostró a los empleados de Twitter que Musk iba en serio cuando hablaba de la necesidad de un sentido maniaco de la urgencia”.

8. La última gran preocupación
Musk ha levantado muchas más cosas: Neuralink o los robots humanoides Optimus. Pero su legado está por decidir. Cuando a Isaacson se le quejan por los tuits maleducados, carcas o ridículos de Musk, él dice variantes de esta frase: “Puede que no gusten ciertos aspectos de lo que tuitea, pero este año [2023] ha enviado hasta ahora más masa en órbita que todos los países y empresas juntos. Ha creado una empresa de coches que vale tanto como las siguientes nueve empresas automovilísticas juntas”. También, admite Isaacson, miente al prometer túneles futuristas o sistemas autónomos de conducción que nunca parecen llegar.

Parece increíble, además, que esa misma persona sea descrita luego de este modo: “Sus chistes solían estar llenos de referencias petulantes al 69 y diversos actos sexuales, fluidos corporales, hacer caca, tirarse pedos, fumar porros y otros temas que harían partirse de risa a un colegio mayor de universitarios fumados”.

Estos logros y ambigüedad pueden quedar pequeños ante lo que haga con la inteligencia artificial (IA). Al ritmo de Musk, en los próximos 20 años puede haber cambiado el foco de sus negocios e ideas. “No puedo quedarme sentado sin hacer nada”, dijo a Isaacson en una de sus últimas conversaciones en Austin (Texas) con uno de sus gemelos en el regazo. “La IA está a la vuelta de la esquina, me estoy preguntando si merece la pena dedicar tanto tiempo a pensar en Twitter. Probablemente podría convertirlo en la mayor institución financiera en el mundo. Pero tengo un número limitado de ciclos cerebrales y de horas al día”.

Isaacson le preguntó entonces por sus prioridades: llegar a Marte, le dijo, y “centrarme en que la IA sea segura”. Musk cree que la humanidad está en sus manos de genio. La épica del superhéroe le encanta. De momento ya tiene su libro.

La ley del embudo

Decía Fernando de Rojas, autor de “La Celestina”, hace cinco siglos: “Inicua es la ley que igual a todos no es”. Un dicho que hoy sigue en plena vigencia. Me voy a referir a una ley inicua que, como es de suponer, no está promulgada en el BOE sino que impera en la sociedad y que algunos utilizan en sus juicios, declaraciones y comportamientos con demasiada facilidad. Hablo de la ley del embudo, que subvierte el principio de igualdad con el que tanto se está machacando a la ciudadanía en el momento crucial en que nos encontramos.

Estoy escuchando estos días unas críticas feroces de la derecha al presidente del gobierno. No me sorprenden porque estoy habituado a estas actitudes agresivas cuando gobierna o quiere gobernar o seguir gobernando la izquierda. Me molestan profundamente porque observo con indignación con qué facilidad se utiliza la ley del embudo: “Para mí la parte ancha, para ti la parte estrecha”. Es decir que, ante hechos, actitudes o palabras similares, “para mí la complacencia y para ti el reproche”, ”para mí la bondad, para ti la maldad”, “para mí el amor a la patria, para ti la destrucción de la patria”, “para mi la generosidad responsable, para ti la ambición desmedida”.

Voy a plantear tres situaciones de estos días en las que se ha utilizado, sin el menor remilgo, la ley del embudo.

Sabido es por todos que Pedro Sánchez, presidente en funciones, ha recibido del Rey el encargo de presentarse a la investidura, una vez fallida la del señor Núñez Feijóo, que quizá ahora se esté enterando de que no ganó las elecciones. Algunos radicales, sin el menor respeto a la democracia, esperaban o, mejor dicho, exigían al Rey que no le hiciese a Sánchez el encargo de la investidura ya que el hacerlo conllevaba una negociación “humillante” con los independentistas y con todos los aborrecibles enemigos de España.

La aceptación del presidente en funciones se debe, según el PP a su enorme ambición personal. Quiere seguir en la Moncloa “a cualquier precio”, cueste lo que cueste, pase lo que pase, tenga que ceder lo que tenga que ceder. Su único objetivo es seguir en el sillón presidencial y para conseguirlo:

– Venderá a España

– Se pondrá de rodillas delante de un prófugo (es imprescindible añadir que se fugó en un maletero)

– Romperá España

– Dará todo lo que le pidan

– Pactará con filoterroristas

– Concederá la autonomía

– Quebrantará la Constitución

– Cederá ante la exigencia de un referéndum de autodeterminación…

En definitiva, hará lo que sea necesario para satisfacer su ambición, su egoísmo, su interés personal, su afán de poder. Hará todo lo posible por mantenerse en el poder porque solo le importa su propio beneficio.

Lo cierto es que el señor Feijóo ha hecho no lo posible, como está haciendo Sánchez, sino lo imposible: ir a una investidura que no podía salir adelante,salvo milagro. Ha hecho llamadas persistentes a los “socialistas buenos” que, de convertirse en tránsfugas, tendrían el honor de ser considerados personas con sentido de estado, se ha puesto de rodillas reiteradamente ante el PNV, ha dialogado con Puigdemont, le ha pedido a quien ha insultado hasta limites insospechados que haga lo posible para que haya un gobierno en solitario del PP solamente por dos años, ha contado con los votos de Vox aunque haya ninguneado al partido de ultraderecha para lavar la cara por los pactos realizados en Extremadura, en Valencia, en Baleares, ha concedido lo que solicitaban Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro…

Lo que resulta curioso es que la aceptación de Sánchez del encargo del Rey se hace, según repite la derecha, por pura ambición personal. Sin embargo el candidato Feijóo, ante una situación similar, no tenía ambición personal alguna sino la generosidad de servir a España y la responsabilidad de cumplir con el encargo de los electores. Lo que para uno es ambición para el otro es altruismo, lo que para uno es falta de escrúpulos para el otro es responsabilidad y fidelidad al electorado.

Pues no. O los dos tienen ambición personal o los dos tienen generosidad. O los dos no tienen escrúpulos o los dos tienen responsabilidad. De lo contario, se estará practicando la ley del embudo. Para mí la parte ancha de los elogios y para el adversario la crítica que descalifica y el insulto que hiere. Por los mismos hechos.

El señor Feijóo, que ahora comprenderá por qué en Ferraz se recibieron con gran alegría los resultados electorales del día 23 de julio, miente cuando dice que ha podido ser presidente del gobierno pero que no ha querido porque tiene los principios que le faltan al presidente en funciones. No es verdad. Porque de haber aceptado las exigencias de Junts hubiera perdido el apoyo de Vox. Es muy sencillo, los resultados electorales dijeron no a la coalición del PP y Vox, cuya alianza se había visto ya en algunos gobiernos autonómicos.

Y Vox renuncia a formar parte del gobierno no tanto por amor a España cuanto por odio a la izquierda. En las elecciones municipales y autonómicas exigió entrar en el gobierno porque no podía quebrantar el mandato de sus votantes. Ah, pero ahora, con tal de que no gobierne la izquierda, pueden despreciar el mandato de sus electores y electoras. Pregonan su actitud como un gesto de generosidad cuando, en realidad, es una traición a quienes, como ellos mismos dijeron, les habían votado para entrar en el gobierno.

La investidura de Feijóo era un fracaso anunciado. Es comprensible la decepción del PP. Lo veían tan claro, lo tenían tan merecido, habían arrasado de manera tan contundente en las elecciones municipales y autonómicas que no podían creerse los resultados de las generales. Y por eso repitieron miles de veces que habían ganado las elecciones, a pesar de que sabían que el ganador era aquel candidato que pudiera reunir los apoyos necesarios para la investidura.

Hay otra forma de aplicar la ley del embudo. Como acabo de decir, el PP nos aburrió a todos recordando en cada intervención que habían ganado las elecciones y que, por consiguiente, era el partido que tenía que gobernar. Así había sido siempre en la democracia española con la investidura presidencial. Siempre había gobernado el partido ganador, decían. Y es cierto. Pero ahora, la aritmética parlamentaria es otra. Se cansó el señor Feijóo de argumentar que tenía que gobernar porque su partido había ganado. Es la parte ancha del embudo.

Sin embargo, el señor Feijóo impidió que esto sucediese en Extremadura, donde ganó el PSOE y donde acabó gobernando una colación del PP con Vox. Lo mismo sucedió en Valencia, en Baleares y en muchos ayuntamientos. En estos casos ya no era válido el principio defendido hasta la saciedad en las elecciones del 23J.

Es que prácticamente se trataba de hechos simultáneos. Es decir, que no había dado tiempo a un cambio de opinión. No. De lo que se trataba era de aplicar la ley del embudo. Una ley injusta, que viene a decir que lo que yo puedo hacer no lo puedes hacer tú, que lo que es bueno para mí no es bueno para ti.

Voy a plantear una tercera cuestión en la que la derecha aplica esta ley de una forma descarada. Para el PP, respetar la Constitución es una exigencia de la democracia. Como considera que la ley de amnistía no cabe en la Constitución (hay muchos juristas que defienden otra postura) se echan las manos a la cabeza, sacan toda su artillería, acuden en masa a Barcelona a apoyar la manifestación convocada por Sociedad Civil y se presentan como los defensores por antonomasia de la Carta Magna. ¡Oh, la Constitución! No hay nada más respetable, más defendible, más intocable. Ya han anunciado que, de aprobarse la ley de amnistía, llevarán el caso al Tribunal Constitucional. Es la parte estrecha del embudo.

Ahora bien, se puede permanecer cinco años fuera del marco de la Constitución, desobedeciendo su expreso mandato sin que se les caiga la cara de vergüenza. Ahí sigue, sin renovarse, después de cinco años, el Consejo General del Poder Judicial. Un mandato tajante de la Constitución. Las excusas han sido de lo más variopinto, de lo más pintoresco, de lo más interesado: no pueden participar en la negociación ministros de Podemos (¿por qué?), tiene que cambiarse el sistema de nombramiento antes de la renovación (¿por qué?), los jueces tienen que elegir a los jueces (¿por qué?)… Ha estado cerrado el acuerdo y el PP lo ha roto porque el gobierno estaba eliminando el delito de sedición… Es la parte ancha del embudo (¿y qué?).

La ley del embudo no es de uso exclusivo de los partidos de derecha, claro está. Pueden utilizarla todos los partidos y todas las personas. La sociedad sería más democrática, más justa y más habitable si eliminásemos de nuestros análisis, actitudes y comportamientos, tanto personales como grupales, ley del embudo.

miércoles, 15 de noviembre de 2023

Convertirse en un atleta para superar los 100 años .

Athletics
AthleticsJOSÉ A. RODA
El ejercicio físico es uno de los principales aliados para retrasar el envejecimiento. ¿La clave? Según el doctor Peter Attia, elegir prácticas que podamos mantener toda la vida.

Decía el presidente Kennedy que el mejor momento para reparar un tejado es cuando hay sol. Del mismo modo, podríamos decir que el mejor momento para preocuparnos por nuestra esperanza y calidad de vida es cuando todavía tenemos salud. Como el elixir de la eterna juventud no existe ni todavía la ciencia ha conseguido revertir el envejecimiento de nuestras células, necesitamos encontrar una alternativa más realista y al alcance de todos. Esta consiste en convertirnos en un atleta de la vida, así lo sugiere el doctor en Medicina Peter Attia, autor del libro Outlive: The Science and Art of Longevity (supervivencia: la ciencia y el arte de la longevidad), Harmony Books, cuya publicación está siendo un best seller en Estados Unidos. Para ello, necesitamos un cambio de mentalidad, es decir, comprender y abordar el antienvejecimiento desde una estrategia proactiva, sin esperar a contraer una enfermedad o a asustarnos por la pérdida de un ser querido.

Prepararnos para convertirnos en un atleta de la vida pasa por comprender y por actuar en nuestra longevidad. Cualquiera de nosotros podría enfrentarse a los “cuatro jinetes”, que son las principales causas de muerte y de los deterioros de nuestros cuerpos: la insuficiencia cardiaca, el cáncer, las enfermedades neurodegenerativas y las disfunciones metabólicas o diabetes tipo 2. En la medida que sepamos de qué se alimentan dichas enfermedades y pasemos a la acción, estaremos mejor preparados para minimizar su impacto.

La estrategia proactiva necesita aterrizarse en tácticas concretas. Las más adecuadas las podemos intuir, como el ejercicio físico, una dieta equilibrada, una buena rutina de descanso, cuidar nuestra salud emocional y revisar las moléculas exógenas, como medicamentos, hormonas o suplementos. Pues bien, de todas ellas, curiosamente, si hubiera que destacar una, la táctica que más nos ayuda a reducir el envejecimiento es el ejercicio físico. No solo fortalece el corazón y los músculos, sino que mejora la circulación de la sangre y nuestra longevidad. De hecho, el doctor Attia aporta datos muy motivadores hasta para los más escépticos: pasar de cero minutos de ejercicio físico a hora y media a la semana puede reducir el riesgo de morir por cualquiera de los “cuatro jinetes” en un 14%. Además, un ejercicio regular sostenido nos aporta de media una década de vida más en comparación con una vida sedentaria.

Los estudios de la doctora Wendy Suzuki, profesora de Neurociencia de la Universidad de Nueva York, corroboran el refuerzo cognitivo que se produce en el cerebro con la actividad. Un ejercicio prolongado en el tiempo refuerza nuestro hipocampo y la corteza prefrontal, que son los grandes aliados a la hora de reducir las enfermedades neurológicas.

Pero aumentar nuestra longevidad a través del ejercicio físico no requiere practicar un deporte intenso. Es más, este enfoque proactivo no pivota sobre la disminución de calorías ni la búsqueda de estar más atractivos. Significa, en cambio, trabajar en las tres dimensiones fundamentales que nos defienden de los “cuatro jinetes”, independientemente de los años que tengamos: la resistencia y eficiencia aeróbica, la fuerza y la estabilidad. Por ejemplo, en el caso de la resistencia y eficiencia aeróbica, Attia sugiere entrenar cardio en la zona 2, es decir, en aquella que podemos mantener una conversación con alguien mientras entrenamos, pero lo suficientemente rápida para que la conversación sea un tanto tensa e incómoda. Es decir, una actividad aeróbica clasificada en un nivel fácil y moderado.

Igualmente, a la hora de definir nuestras actividades vale la pena centrarse en aquellas que realmente nos gustaría seguir manteniendo cuando superemos el siglo de edad. Como si tuviéramos que hacer un decatlón con aquello que realmente nos interesa. José Luis Llorente, exdeportista de élite y coautor del libro Vitamina X (Alienta, 2019), sugiere diversas actividades adaptadas a los gustos personales, desde yoga o esquí de fondo (deporte que practican personas de avanzada edad en los países nórdicos) al baile. De hecho, un experimento conducido por científicos alemanes mostró que seis meses de práctica de un programa de baile impactó, más que el simple ejercicio, en el volumen cerebral en áreas relacionadas con procesos cognitivos superiores.

Por último, cabe recordar que, aunque el deporte sea la piedra angular de nuestra longevidad, no podemos ignorar las otras prácticas fundamentales: 

-una alimentación rica en nutrientes, 
-un descanso reparador y 
-saber cuidar nuestras emociones 
son ingredientes básicos para vivir más años y en mejores condiciones.

Pilar Jericó es autora del blog Laboratorio de felicidad.

Actividades para nuestro decatlón centenario
El doctor Attia sugiere que entrenemos nuestro cuerpo centrándonos en las actividades que nos gustaría hacer cuando superemos los 100 años.

Algunos ejemplos:
— Caminar 2,5 kilómetros por un sendero montañoso. 
— Levantarnos del suelo por nuestros propios medios, apoyándonos como máximo en un brazo. 
— Recoger a un niño del suelo. 
— Colocar una maleta de nueve kilos en el compartimento superior de un avión. 
— Tener sexo. 
— Subir cuatro tramos de escaleras en tres minutos. 
— Abrir un frasco. 

Entre peluquería y peluquería

Las declaraciones del señor Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno con Felipe González, me han producido una enorme tristeza y una gran decepción. Porque rezuman discriminación, prepotencia y machismo.

Para quien no esté al tanto de la situación, explicaré brevemente lo sucedido. En el marco de la presentación de un libro de Alfonso Guerra, “La rosa y las espinas”, el presidente Felipe González y el mismo señor Guerra criticaron duramente al presidente Sánchez por su postura ante la ley de amnistía. Se mostraron radicalmente contrarios a la negociación con Junts y dijeron que ni la amnistía ni el referéndum de independencia cabían en la Constitución española. Entre risas y aplausos de los asistentes pusieron a Sánchez al pie de los caballos.

La actual vicepresidenta del gobierno, Yolanda Díaz dijo que las opiniones expresadas sobre la amnistía en dicho acto por el presidente González carecían de rigor. Preguntado Alfonso Guerra por la periodista Susana Grisso sobre esa opinión de la vicepresidenta en funciones dijo con evidente sorna y una buena dosis de machismo:

Lo habrá pensado entre peluquería y peluquería.
Recriminado por la periodista , el señor Guerra se reafirma en la descalificación de la vicepresidenta, como persona con escasa teoría. El desprecio que entrañan esas descalificaciones de una mujer descubren la prepotencia de quien se siente superior. No es imaginable esa frase aplicada a un político varón. Esas palabras no las pronuncia el más iletrado de los clientes en un bar de un polígono industrial.

En primer lugar, esa forma de pensar y de decir contradice los principios del socialismo, que es alérgico a cualquier tipo de discriminación, de maltrato. Lo digo para quien se cree propietario de las esencias socialistas.

En segundo lugar, Alfonso Guerra tiene que saber la importancia del aprendizaje vicario, el valor del ejemplo que tienen que dar las personas que han estado en los más altos puestos del estado. No hay forma más bella y más eficaz de autoridad que el ejemplo.

Todo lo que hacemos los profesores y las profesoras en las escuelas con un trabajo persistente, humilde y cargado de ética, lo destruye el autor del libro con una chulería inadmisible. Porque lo que viene a decir con esa frase es que el lugar de la mujer es la peluquería. Y que pensar no es una tarea a la que dedique el poco tiempo que le sobra fuera de ella.

¿Se imagina las risitas y los aplausos que habrán arrancado sus palabras en el partido que niega, contra toda lógica, la violencia de género? Se podrá sentir orgulloso de que le citen como una autoridad quienes militan en la ultraderecha.

Es probable que, a raíz de su chascarrillo (género en el que es un experto) haya quien piense que una mujer no puede desempeñar un puesto de la responsabilidad que ostenta la señora Díaz. Sus excesivas e inevitables visitas a la peluquería le impedirán destinar el tiempo necesario a las ocupaciones del cargo. Sin embargo, la señora Díaz ha sido la política más valorada en muchísimos sondeos.

Otra vez damos una imagen al mundo que nos avergüenza. Hace unas semanas fue el presidente de la FEF que besa sin su consentimiento a una jugadora. Y dice que no es abuso de poder. ¿Habría besado de la misma forma a la reina? Hoy se descuelga el exvicepresidente del gobierno con una frase que no quisiera que le hubiera oído ningún niño y ningún joven del país.

La señora vicepresidenta puede pensar en la peluquería y fuera de la peluquería. Otros que presentan libros y se consideran el no va mas dicen unas frases que avergüenzan al ciudadano menos sensible del país. Da la impresión que se ha quedado en un pasado que ya no existe. Acaso le venga bien al señor Guerra pasar algunas horas más en la peluquería para ver lo que piensa la gente…

Porque lo que tiene que hacer el señor Guerra es utilizar argumentos, no hacer descalificaciones ofensivas. ¿Qué tipo de argumentación es la que utiliza para criticar las posiciones de la vicepresidenta sobre la ley autonomía? Da la impresión de que es un milagro que haya tenido tiempo para pensar algo. Ya dijo una persona afín a las tesis del señor Guerra como es el señor Feijóo que Yolanda Díaz era experta en maquillaje. ¿Qué nos está pasando?

Ya vi la participación del equipo de críticos en la campaña electoral. ¡Cómo apoyaron a su candidato! Felipe González, Alfonso Guerra, Nicolás Redondo, Joaquín Leguina, José Luis Corcuera… Se partieron el pecho por su partido, como hizo el presidente Zapatero. Acaso, con su apoyo incondicional y generoso, no hubiera sido necesario pactar con quienes consideran indeseables.

Hay juristas que defienden la legalidad de la amnistía. Y utilizan para ello argumentos. No hacen referencia a la indumentaria, a las costumbres o a la imagen del contrincante para justificar sus tesis. Para rebatir hay que argumentar, no ofender.

Por no hablar de la deslealtad de utilizar la presentación de un libro para descalificar las pretensiones legítimas del secretario general de su partido.

A la presentación del libro acudieron los discrepantes, los que se consideran en la posesión de la verdad. Al señor Corcuera le pregunta un reportero de la Sexta si podía decir alguna cosa positiva del presidente del gobierno. Y, con todo el descaro y la falta de elegancia imaginables, dice que es imposible decir ni una cosa buena. Qué barbaridad. ¿Ni una? ¿Quiere que le recuerde media docena? Se ha subido las pensiones según el IPC, ha subido el salario mínimo interprofesional, ha creado el salario mínimo vital, ha aprobado una reforma laboral que ha generado empleo de calidad, ha puesto en marcha los ERTES, ha promulgado las leyes de memoria histórica y de eutanasia, ha sacado al país de una pandemia…

Aprovecho la ocasión para criticar la desleal postura hacia su partido, hacia su secretario general. ¿Sabe quién se frota las manos con sus declaraciones? La derecha y la ultraderecha están encantadas con sus palabras. Están felices por sus actitudes. Debería hacerles recapacitar lo elogiados que son por sus adversarios políticos. Claro, cuando piensan exactamente lo que ellos piensan. Por eso les consideran buenos socialistas.

Quizás prefieran un gobierno con Feijóo en la presidencia y con Abascal en la vicepresidencia. Quizá prefieran un gobierno presidido por el partido más votado.. Pero se callaron como muertos cuando la derecha les arrebató el gobierno de Extremadura, de Valencia, de Baleares… siendo la lista más votada la del partido socialista.

El señor Guerra no es el depositario de las esencias del socialismo. No es el jurista más eminente que justifique la imposibilidad del encaje de la amnistía en la Constitución.

El señor Sánchez no está de rodillas por gusto ante nadie. Y si lo está, es por orden de los electores. Sánchez no ha escogido a la persona con la que quiere negociar, son los resultados de las elecciones los que han dicho con quién tienen que negociar. Por cierto, está negociando con partidos constitucionales.

La Constitución es sagrada. Pero no han levantado la voz Levanten la voz contra el desprecio de la Constitución que supone por parte del PP no pactar el Consejo General del Poder Judicial durante cinco años.

Estoy harto de escuchar, desde hace más de un lustro que España se rompe. No les valen las evidencias, El independentismo tiene hoy mucha menos fuerza que la que tuvo con gobiernos de la derecha. Y el PSC ha ganado las elecciones en Cataluña.

Ya está bien de tantos desprecios a quien tiene el apoyo de la militancia. No pretende pactar por pura ambición sino para tener un gobierno progresista otros cuatro años. Eso es lo importante para el país. ¿Que Sánchez ha cambiado de opinión? Es evidente que sí. Las circunstancias son otras. González dijo no la OTAN y luego hizo un referéndum para pedir el sí a la OTAN.

Nos van a hacer desear tener otros líderes, como los que vemos apoyando al presidente de su partido cuando quiere acceder al gobierno del país. Porque da la impresión de que Sánchez quiere seguir en la Moncloa por capricho y ambición, pero el líder de la oposición (que busca a gritos tránsfugas en el socialismo) se empeña en hacer una investidura imposible por responsabilidad y amor al país. Sánchez y Yolanda tienen el deber democrático, nacido de las urnas, de formar un gobierno progresista. Nos puede ahogar la ola neofascista que invade el mundo.

El Adarve.

martes, 14 de noviembre de 2023

Alegato contra la guerra

Antes de comenzar la conferencia de apertura de la Quinta Edición del Congreso Recrea Academy en la ciudad de Guadalajara (México), pedí a los asistentes un minuto de silencio por las víctimas de la guerra entre Palestina e Israel. Los educadores y educadoras no podemos mirar para otro lado. No podemos cruzarnos de brazos como si nada pasara. No podemos encogernos de hombros como si nada tuviera que ver con nosotros.

Fue impresionante ver a una multitud de siete mil personas meterse en esa caja invisible de silencio hecha con materiales de rechazo, de dolor, de indignación y de condena. Después de escuchar mi breve alocución se pusieron de pie para recordar, sobre todo, a los niños y a las niñas. No solo a los que mueren en los bombardeos sino a los que seguirán viviendo con el horror en la mente y en el corazón. Quedarán marcados por el terror para siempre. “No hay bandera lo suficientemente larga para cubrir la vergüenza de matar a gente inocente”, dijo Howard Zinn.

El ataque terrorista por sorpresa de Hamas a Israel (milagrosamente no detectado por los sofisticados sistemas de vigilancia israelíes) suscitó una reacción de inusitada violencia. “Pagará un precio que nunca ha conocido”, dijo (e hizo) el primer Ministro Benjamin Netanyahu. Miles de personas han muerto en Israel y miles de personas han muerto en la franja de Gaza. Suma y sigue.

Otra guerra. Qué horror. Después de casi dos años de contienda en Ucrania estalla este horrible conflicto. No aprendemos. Después de tantos años de historia seguimos instalados en esta terrible irracionalidad: dirimir los conflictos en el campo de batalla. El que más muertos cause en el bando contrario es quien gana, quien tiene razón. Qué horror. Qué error. Decía Henry Miller que “cada guerra es una destrucción del espíritu humano”.

Cuesta creer que las imágenes que entran en las casas a través de los televisores son el fruto de decisiones que proceden de seres humanos racionales. ¿Cómo es posible que se denomine a nuestra especie como homo sapiens? Otros desastres (volcanes en erupción, tornados, danas, pestes, terremotos, tsunamis…) son fenómenos inevitables que causan destrucción y muerte. La guerra es el fruto de decisiones desquiciadas. Y, además, están impregnadas de sentimientos de odio que se acrecientan y multiplican con la destrucción y la derrota. Y con la sádica administración de la victoria.

Cuesta pensar que los miles y miles de millones que cuestan las armas de guerra podrían haberse destinado a salvar vidas, curar enfermedades, crear escuelas, hacer hospitales, acabar con el hambre, investigar la curación de enfermedades…

Todavía, después de tantos siglos de guerras, no hemos entendido que el ojo por ojo y diente por diente nos lleva a la destrucción total. “En la guerra no hay soldados ilesos”, dijo José Narosky. ¿Qué más necesitamos para darnos cuenta de que no hay nadie que gane una guerra? “La primera víctima de la guerra es la verdad”, decía Hiram Warren Johnson.

Si los grandes triunfadores del sistema educativo, que son quienes gobiernan los pueblos, no están especialmente empeñados en que desparezca del mundo la miseria, la ignorancia, la injustica, el hambre, la dominación, el trabajo y el matrimonio infantil… ¿por qué hablamos de éxito del sistema educativo?

Si quienes gobiernan el mundo desprecian la palabra, la negociación y la diplomacia y pretenden solucionar los conflictos con bombas, misiles, tanques, aviones y fusiles…¿por qué pensamos que funcionaron los sistemas de enseñanza?

Si esas personas que gobiernan y deciden meter el mundo es tantos horrores, han sido elegidas por los votantes, ¿qué aprendieron esos electores y electoras en la escuela y qué les enseñamos? No parece lógico que se vote a corruptos si se ha aprendido a pensar y parece imposible que se vote a personas crueles que nos lleven a la guerra si se ha aprendido a convivir.

Por eso, este alegato contra la guerra se convierte en una interpelación a la escuela. Porque tanto los electores como los gobernantes han tenido muchos años de escolaridad. ¿Qué hicieron en las aulas? ¿Qué aprendieron? ¿Qué les enseñamos? ¿Qué ha pasado con los programas de educación para la paz, si alguna vez los hubo?

Quizás le esté atribuyendo a la escuela un poder que no tiene. Porque hay muchos otros agentes educativos en la sociedad: las familias, los medios de comunicación, las organizaciones gubernamentales… Sin embargo, quiero pensar que el epicentro de la educación se encuentra en la escuela.

¿Qué aprendieron estos líderes en la escuela? ¿Oyeron hablar alguna vez de educación para la paz? ¿Pensaron alguna vez en la importancia de la palabra, del diálogo, de la negociación para solucionar los conflictos? ¿Aprendieron que todos los seres humanos, sea cual sea su raza, su sexo, su edad, su credo… son depositarios de una dignidad indiscutible y de unos derechos inalienables?

Son pocos quienes deciden declarar una guerra. No conozco un plebiscito en el que pueblo haya votado sí a la guerra. “Ningún hombre es tan tonto como para desear la guerra y no la paz; pues en la paz los hijos llevan a sus padres a la tumba, en la guerra son los padres quienes llevan a los hijos a la tumba” (Heródoto de Halicarnaso). Estoy seguro de que no ganaría nunca el referéndum del sí a la guerra. Los pocos que deciden declarar la guerra van a permanecer en retaguardia y, casi con seguridad, se van a librar de la muerte. Ellos envían a su pueblo a las trincheras, ellos mandan a su pueblo a la muerte para que defienda la patria. “La guerra es una masacre entre gentes que no se conocen, para provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran”.

Mi amigo José Antonio Binaburo, dedicó muchas horas y muchas ilusiones al desarrollo de un estupendo programa que operaba en las escuelas andaluzas bajo el lema “La escuela espacio de paz”.

No es fácil trabajar cada día en la escuela en estas ideas y sentimientos bajo el ruido aterrador de los bombardeos. El ruido que producen las bombas llega a los oídos de nuestros alumnos y alumnas con tanta fuerza que les impide oír nuestras palabras sobre la paz.

En nuestro país tenemos un expresidente del gobierno que todavía no ha pedido perdón al mundo ni a las víctimas por habernos metido en la guerra de Irak utilizando una solemne mentira que repitió, no cabe duda que a sabiendas, hasta la saciedad: existen armas de destrucción masiva en Irak. Y no las había. Cuántas veces gritamos en las calles, en las plazas, en las escuelas, en las televisiones NO A LA GUERRA? ¿De qué sirvió aquel clamor más que para desgañitarnos y desesperarnos?

He contado alguna vez que, en plena guerra del Golfo, un Instituto de Sevilla me pidió una conferencia sobre educación para la paz. Salí de mi casa en coche y, en el desplazamiento por carretera, me sobrevolaron los aviones que, desde la base americana de Rota, iban a la guerra. Estuve a punto de dar la vuelta y regresar. Porque pensé: ¿qué les voy a decir con sentido a estos chicos sin que se me caiga la cara de vergüenza?, ¿cómo voy a explicar que la guerra es una forma irracional e injusta de resolver los conflictos cuando la empleaban los poderosos de la tierra?, ¿por qué los gritos del pueblo no habían detenido el horror?, ¿por qué se utilizaban las armas pudiendo utilizar las palabras?

Creo que una guerra como la que ha estallado, destruye miles y miles de horas de trabajo, de educación y de solidaridad practicadas en la escuela durante décadas. Habrá que seguir trabajando por esta causa hasta erradicar de nuestro mundo esta horrible realidad. La reflexión cotidiana, la práctica de la solidaridad.

Habrá que practicar “La Pedagogía del mutuo aprecio”, como reza el título del hermoso libro del profesor mexicano Antonio Paoli. Dice el autor, con quien he tenido la oportunidad de dialogar estos días, que “nuestro propósito central es promover el mutuo aprecio. Este es el objetivo principal de toda pedagogía. El afán de nuestro quehacer es que cada uno se convierta en el horizonte del enaltecimiento de otro”.

¿Cómo funciona la escuela en un país en guerra? Alternando las horas de refugio con las horas de aprendizaje, viendo cómo las bombas aniquilan las palabras, comprobando cada día que faltan algunos niños y algunas niñas que ya nunca podrán volver. ¿Qué sentido tiene en ellas la educación para la paz?

La guerra destruye todas las utopías. Es necesario volver a reconstruirlas, volver a creer que es posible una convivencia armoniosa e inteligente. “La humanidad debe poner un final a la guerra antes de que la guerra ponga un final a la humanidad”. Y será la educación para la paz quien ponga el punto final a la guerra.

Marcus Rediker, historiador: “Todos vivimos con los fantasmas de la esclavitud”. El estadounidense sostiene que los marineros y piratas del siglo XVIII son precursores de los movimientos anticapitalistas modernos.

Markus Rediker, profesor, historiador y ensayista estadounidense, en un hotel en Madrid.
Markus Rediker, profesor, historiador y ensayista estadounidense, en un hotel en Madrid.JAIME VILLANUEVA

El estadounidense sostiene que los marineros y piratas del siglo XVIII son precursores de los movimiento anticapitalistas modernos

El historiador Marcus Rediker (Kentucky, 71 años) pronuncia con sosiego palabras cargadas de rebelión. No le hace falta alzar la voz. Avala su contenido con un estudio profundo de los testimonios y acciones de “las personas de abajo” que claman justicia histórica. Otorga el protagonismo de su investigación a los esclavos africanos llevados por millones a mejorar la vida de otros en otras latitudes durante siglos y defiende que los marineros y piratas del XVIII son precursores de los movimientos anticapitalistas modernos. Como muestra de su activismo por reescribir una Historia dominada por los vencedores comparte que en todas las cárceles de Texas está prohibido su libro La hidra de la revolución (2022), que ha presentado este mes en España junto a Villanos de todas las naciones (2023), los dos de Traficantes de Sueños

Pregunta. ¿Qué lecciones dejaron los piratas?
Respuesta. Los piratas eran marineros, trabajadores comunes con bajos salarios, mala alimentación y castigos violentos infligidos por los todopoderosos capitanes de barcos. Ellos se organizaron de manera diferente. Elegían a su capitán, establecían límites a su poder, dividían los recursos en partes iguales y le daban a la tripulación el poder de establecer los castigos... El barco pirata era una utopía democrática e igualitaria para el marinero común. Desafiaron los modelos existentes sobre cómo gestionar un barco.

P. ¿Y quiénes serían los piratas del siglo XXI?
R. Probablemente la comparación más cercana serían los hackers. Ocupan una posición estratégica. Así como los piratas provocaron una crisis comercial mundial, los piratas informáticos tienen un poder similar en el sistema de comunicaciones, algunos con intenciones subversivas.

P. ¿Siente que ahora tiene el poder para renegociar la Historia con su trabajo?
R. Siento que hago un aporte a la sociedad. Pero la historia es colectiva, no individual, y muy amplia. Se necesita una revisión con nuevas miradas, de la esclavitud o de las mujeres. Esto puede conducir a resultados que para algunos no son lo suficientemente patrióticos o desafían el nacionalismo de una historia pasada de moda.

P. ¿Detecta cambios en los discursos históricos?
R. Sí. Crecí durante la Guerra Fría con una historia dominada por una élite de hombres blancos. Ahora hay más personas incluidas y representadas, pero todavía tenemos trabajo por hacer; que el público en general comprenda la importancia de la esclavitud, por ejemplo. Y esto es controvertido.

P. ¿Se pueden sentir todavía en África los efectos de millones de personas desarraigadas de sus tierras durante siglos?
R. Definitivamente. Todos vivimos con los fantasmas de la esclavitud. No es casualidad que en África Occidental se encuentren muchos de los países más pobres del mundo. Durante siglos, los europeos y sus aliados africanos capturaron y se llevaron a millones de los más jóvenes y fuertes de su población. Los europeos también han explotado allí sus recursos naturales. No hay duda de que se han causado graves daños.

P. ¿Qué recomienda ahora?
R. En mis estudios veo una conexión directa entre la violencia deliberadamente calculada utilizada en el sistema esclavista y el racismo y la violencia que existen hoy. Debemos comenzar con un reconocimiento honesto de lo que sucedió en el pasado. Hay disculpas, pero necesitamos ir más allá. Necesitamos reparar los daños causados por la trata de esclavos y la esclavitud, eliminar los prejuicios, la pobreza, la desigualdad y las muertes prematuras. Las reparaciones no son solo una cuestión de dinero, sino de educación, de justicia social y de creación de una vida mejor para todos. Si no afrontamos el daño causado por nuestra historia violenta, persistirá una injusticia masiva.

P. ¿Dónde encuentra las evidencias de las personas a las que llama “sin rostro” o “sin voz”?
R. He encontrado que los registros judiciales son muy útiles, entre otras cosas porque los pobres casi siempre están en el lado equivocado del mundo. En esos documentos legales se pueden encontrar sus testimonios con su versión de los hechos, sus creencias, sus culturas... Hay muchos secretos dentro de esas fuentes.

P. En Barco de esclavos (Capitán Swing, 2021) se lee que un capitán mató a latigazos a una chica de 15 años que se negaba a bailar desnuda, entre otras atrocidades. ¿Cómo afrontó el dolor de realizar esta investigación?
R. Es doloroso, pero hay que estar dispuesto a decir la pura verdad. Cuando uno escribe sobre un tema como la trata de esclavos, también debe intentar hacer justicia a las víctimas de tanta violencia y terror. Lo que pasé al escribir el libro no es nada comparado con lo que ellos sufrieron.

https://elpais.com/cultura/2023-09-23/marcus-rediker-historiador-todos-vivimos-con-los-fantasmas-de-la-esclavitud.html