Alver Metalli
Tierras de América
En el Centro Monseñor Romero, plantado en el corazón de la Universidad Católica, Jon Sobrino se mueve como si danzara. Lo fundó después de la masacre de sus hermanos jesuitas –"no terminé como ellos sólo porque estaba en Tailandia”, recuerda- y a él se dedica como si fuera la última misión de su vida, que ya llega a los 77 años. Un promedio de unos veinte años más de lo que vivieron Ignacio Ellacuria y sus compañeros, derribados por balas asesinas el 16 de noviembre de 1989.
Jon Sobrino conoce muy bien las resistencias, las acusaciones de izquierdista y filoguerrillero que llovían contra Romero en El Salvador y que recibían oídos condescendientes en Roma. Por eso no puede dejar de alegrarse por la beatificación. Pero no es así. O por lo menos tiene que puntualizar muchas cosas al respecto.
Le preguntamos si hace unos años hubiera imaginado que llegaría un día como hoy, como el sábado 23 de mayo, para ser exactos. En la sala principal del mausoleo de los "mártires de la UCA”, agita el cuerpo delgado y suelta un provocatorio "Nunca me interesó”. Vuelve a repetirlo, para que quede bien claro. "En serio… lo digo en serio: nunca me interesó la beatificación de Romero”.
Esperamos la aclaración. Debe haber una, lo que acaba de decir no pueden ser sus últimas palabras. "Cuando lo mataron, la gente de aquí –no los italianos y mucho menos el Vaticano- los salvadoreños, nuestros pobres, dijeron inmediatamente: "¡Es santo!”. Pedro Casaldáliga cuatro días después escribió un gran poema: «¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!»”. Recuerda que también Ignacio Ellacuría, abatido a pocos metros del lugar donde nos encontramos, "tres días después del asesinato de Romero celebró misa en un aula de la UCA y en la homilía dijo: "«Con monseñor Romero Dios ha pasado por El Salvador»”.
Respira hondo como si le faltara el aire. "Eso sí. Nunca hubiera imaginado que alguien pudiera decir algo así. Que lo beatifiquen está bien; tardaron 35 años, pero no es lo más importante”. Se asegura de que el interlocutor haya recibido el golpe. "¿Entiendes lo que te estoy diciendo?”, exclama dibujando una sonrisa indulgente en sus labios finos.
Por toda respuesta recibe otro pedido de explicación. "Se entiende que no lo convence algo de lo que está ocurriendo…”. Cerca de nosotros están descargando los paquetes con el último número de Carta a las Iglesias, la revista que él dirige. "Está bien que lo beatifiquen, no digo que no, pero me hubiera gustado que fuera de otra manera… y todavía no sé lo que va a decir el cardenal Angelo Amato pasado mañana; no sé, no sé si sus palabras me van a convencer o no”.
Pero Sobrino no podrá escuchar la homilía del Prefecto que viene de Roma, o no quiere escucharla. "Sabemos que se va, que ha programado un viaje y que el sábado no estará en la plaza junto con todos. ¿Lo hizo a propósito?”.
Demora en responder, como si se estuviera preguntando cómo se supo. Después llega la aclaración: "Voy a Brasil, porque en Río de Janeiro se celebran los 50 años de la revista Concilium. He trabajado en esa revista los últimos 16 años. Debo dar un discurso y me retiro de la revista. La beatificación coincide con este encuentro. No es que me vaya, veré por televisión la ceremonia de beatificación y un poco antes del mediodía iré al aeropuerto”.
Dieciséis años en Concilium y Sobrino que se retira el día de la beatificación de Romero. Esto también es una noticia.
En la pared que tenemos delante, los "Padres de la Iglesia latinoamericana” escuchan muy serios. La galería comienza con monseñor Gerardi, asesinado en Guatemala en 1998, y prosigue con el colombiano Gerardo Valente Cano, el argentino Enrique Angelelli asesinado en 1976, Hélder Pessoa Câmara, brasileño en olor de santidad, el mexicano Sergio Méndel Arceo con otro compatriota al lado, Samuel Ruiz, y el ecuatoriano Leónidas Proano, seguidos por monseñor Roberto Joaquín Ramos (El Salvador 1938-1993) y el padre Manuel Larrain, chileno y fundador del CELAM, para terminar con el sucesor de Romero, el salesiano Arturo Rivera y Damas, figura clave en la historia de Romero e injustamente ignorado en las celebraciones de estos días.
El sábado al mediodía, según el programa que difundió el Cominé para la beatificación, se debería leer el decreto que incluirá formalmente al siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero y Galdámez entre los beatos de la Iglesia Católica. Probablemente Jon Sobrino no tendrá tiempo de escucharlo. Pero no le preocupa. Explica en cierta forma sus razones presentando el material de Carta a las Iglesias año XXXIII, número 661, que lleva en la tapa un mural que representa a Romero llevando de la mano a la hija de un campesino que acaba de cortar con una hoz un racimo de bananas.
"Dos artículos son críticos. El padre Manuel Acosta critica la actuación de la comisión oficial de preparación de la beatificación. Luis Van de Velde es más crítico con la jerarquía. Se pregunta si monseñor Romero se reconocería el día de su beatificación. Hace tiempo que pusimos en guardia para que no beatifiquen a un monseñor Romero aguado. Existe ese riesgo; esperemos que beatifiquen a un Romero vivo, más cortante que una espada de doble filo, justo y compasivo”.
La ropa que vestían los jesuitas amigos y colegas suyos el último día de su vida se exhibe colgada en una vitrina de la sala contigua, como si estuviera en un armario. La sotana marrón de Ellacuría, un albornoz, un par de calzoncillos un poco amarillentos, todos perforados por los proyectiles que los militares no se molestaron en ahorrar. Resuta natural pensar en ellos y en el proceso de su beatificación que empezó hace poco.
"Eso tampoco me preocupa”, exclama Sobrino. "Estaba en Tailandia ese día y por eso no me mataron. He visto correr la sangre de mucha gente en El Salvador, no me interesan las beatificaciones, espero que mis palabras ayuden a conocer más y mejor a Ellalcuría, tratamos de seguir su camino. Éso es lo que me interesa”.
¿Ni siquiera una señal de reconocimiento para el Papa argentino que impulsó la causa de Romero? "No, no me interesa aplaudir, y si aplaudo no es por el hecho de que el Papa sea argentino o jesuita, sino por lo que dice, por la manera como se comportó en Lampedusa, por ejemplo. Lo que me interesa es que haya alguien que diga que el fondo del Mediterráneo está lleno de cadáveres. Yo no aplaudo la resurrección de Jesús. Aplaudir no es lo mío”.
La atención se dirige ahora a pasado mañana. "He visto horrores que nunca se denunciaron, como los denunciaba monseñor Romero. Veremos si el sábado resuenan sus palabras”. Para estar seguro de que no lo malinterpreten, Jon Sobrino las recita de memoria: "En nombre de Dios y en nombre de este pueblo sufriente, les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios que termine la represión”. Ésto se lo escuché a él y me quedó grabado en la cabeza”.
El resto de su pensamiento sobre Romero, un Romero "no edulcorado”, el Romero "real”, se encuentra en el artículo que escribió para la Revista latinoamericana de Teología de la Universidad Católica, en cuyo comité de dirección figuran entre otros Leonardo Boff, Enrique Dussel y el chileno Comblin.
"Muestro lo que monseñor Romero sintió y dijo en el último retiro espiritual que predicó un mes antes de ser asesinado; después ofrezco tres puntos de reflexión que considero importantes. Recuerdo que un campesino dijo:
"Monseñor Romero nos defendió a los pobres; no solo nos ayudó, no solo hizo la opción por los pobres, que eso ya es un eslógan. Salió a defendernos a los pobres. Y si uno viene a defender es porque alguien necesita que lo defiendan, y necesita defensa el que es atacado. Por eso –dijo con segura certeza este campesino- lo mataron. Madre Teresa que era buena y no molestaba a nadie recibió el Premio Nobel, monseñor Romero que dio fastidio no recibió ningún Premio Nobel”.
Fuente: Tierras de America
Evangelio de justicia
“Voz de los sin voz”, monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en plena misa
La Razón (Edición Impresa) / José Rafael Vilar 26 de mayo de 2015
“En medio de un Padre Nuestro entró el Matador / y sin confesar su culpa le disparó / (…) y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez estaba el Cristo / de palo pegado a la pared (...)” (fragmento de la canción El padre Antonio y el monaguillo Andrés del cantante y compositor panameño Rubén Blades, compuesta en homenaje al arzobispo Óscar Arnulfo Romero).
Para muchos, San Romero de América, el asesinado arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, defensor de los derechos humanos y los pobres (“la misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así ésta encuentra su salvación”), declarado por el papa Francisco como “mártir de la Iglesia, asesinado por odio a la fe”, fue beatificado el sábado frente a 300.000 personas de 57 países en la ciudad donde ejerció su apostolado y donde fue asesinado (San Salvador), convirtiéndose en el primer beato salvadoreño y el primer arzobispo mártir de América. “Obispo celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor”, lo describió el papa Francisco en su carta a los fieles congregados para la ceremonia.
“Voz de los sin voz”, monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, preludio de la Semana Santa y de la cruenta guerra civil salvadoreña, cuando iba a consagrar la hostia en la misa que oficiaba en la capilla del hospital Divina Providencia de San Salvador por militares presuntamente a las órdenes del mayor Roberto d'Aubuisson Arrieta y del expresidente coronel Arturo Armando Molina. El asesino recibió 114 dólares por su crimen.
Hombre de paz, monseñor Romero fue uno más de los casi 80.000 muertos (la mayoría no beligerantes) de la guerra civil que azotó El Salvador entre 1979 y 1992, y que concluyó con los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional bajo tutela de Naciones Unidas. Defensor de los derechos de los desprotegidos y de mayor justicia social, fue seguidor de una Iglesia que respondiera a los “signos de los tiempos”, indignada ética y teológicamente con las situaciones de injusticia y marginación, como propuso la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín 1968) promovida dentro de los postulados del Concilio Vaticano II por el papa Pablo VI (de quien Romero fuera alumno cuando éste aún era monseñor Giovanni Batista Montini).
“Fiesta de paz, fraternidad y perdón...”, mencionó el cardenal Angelo Amato, enviado del Papa, porque “su opción por los pobres no era ideológica, sino evangélica. Su caridad se extendía a los perseguidores”. El mejor ejemplo de que “Romero no es símbolo de división, sino de fraternidad y de concordia” fue que Marisa d'Aubuisson, hermana del autor intelectual del crimen, creó la fundación que promovió su beatificación, y que entre los invitados a la ceremonia estaba Roberto d'Aubuisson, hijo de éste. Pocos días antes de su asesinato Romero dijo: “Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás... Si me matan, resucitaré en el Pueblo.”
José Rafael Vilar
miércoles, 27 de mayo de 2015
Jon Sobrino: "Hace tiempo nos pusimos en guardia para que no beatifiquen a un monseñor Romero 'aguado'"
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martes, 26 de mayo de 2015
Taifa: Reflexionando sobre las alternativas
Dani Bravo
Seminario de economía crítica Taifa Septiembre 2013 126 págs, 7€
Un gran punto de partida para reflexionar sobre alternativas
La crisis económica ha agrietado aún más la legitimidad del capitalismo. Con el cuestionamiento general del sistema, reaparece la necesidad de encontrar alternativas. Este número de los Informes de Economía Crítica del seminario Taifa muestra que existen, no son pocas y están en constante movimiento.
El capitalismo no funciona. Ese es el trasfondo implícito de la crisis y del que parte este informe. Comienza planteando esta necesidad de una alternativa, junto a los criterios mínimos que ha de tener para ser considerada como tal. Esto es: sin explotación, con una distribución equitativa, sostenible, democrática, etc. Por utópica que suene esta descripción, a través del análisis de la historia y de alternativas teorizadas hace siglos, llevadas a la práctica o que se están intentando construir ahora mismo, se demuestra de forma clara que no hay nada más utópico que pensar que el capitalismo puede no ser injusto, cruel e insostenible.
A partir de aquí, las autoras facilitan la comprensión y el debate sobre la complejidad del “cómo” se construye esa alternativa, cuál es el papel de elementos como el estado, la violencia, la confluencia de distintos sectores, etc. De entre todas las propuestas y teorías que aparecen a lo largo de la historia, se centran acertadamente en aquellas que hacen más hincapié en analizar el sistema actual y cómo transformarlo que en las que intentan describir esa hipotética sociedad futura.
Sin embargo, eso no quita que no deban ir planteándose cuestiones relativas al objetivo, ya que en muchos casos, conforme se va avanzando en la lucha por tener el poder para cambiar el sistema, es necesario ir creando esas nuevas estructuras. Por ejemplo, y esto se ilustra también con las distintas experiencias empíricas, ¿cuál debe ser la forma primordial de administración: local, estatal, comunal? No hay un posicionamiento claro en este informe, pero se perfilan muy bien las alternativas y las características ideales de esa revolución.
En este sentido, es muy interesante el perfil que hacen de teorías sobre alternativas anticapitalistas actuales, especialmente de John Holloway, que propone que el proceso de cambio es el que determina qué alternativa se construye. Es muy interesante, a la vez que se lee, ir viendo extrapolaciones a procesos actuales como las distintas luchas contra la crisis (mareas, movimiento 15M, huelgas…), mayormente defensivas pero cuyos procesos pueden ser la base de la construcción de un poder alternativo que pueda iniciar una transformación. Y por supuesto, es interesante ver dónde queda un proyecto como Podemos entre todas estas propuestas.
Otra gran aportación es el análisis sobre las experiencias empíricas de distintas alternativas, desde la URSS y su órbita, hasta el nuevo “socialismo del siglo XXI” que se gesta y madura en Latinoamérica, junto con otras experiencias interrumpidas como la revolución española o la chilena. Se analiza la forma de la propiedad (pública, estatal, comunal), la organización de la producción (planificación, consejismo), la distribución y la organización política y de toma de decisiones. Lo que sí se echa en falta es un análisis de por qué fracasaron muchos de estos proyectos, aunque sí pueden sacarse conclusiones como que el hecho de que la propiedad sea estatal y no privada no tiene que implicar una mejora sustancial para la clase trabajadora, o el peligro de la burocratización, etc. Se clarifica un poco implícitamente cuál es la diferencia entre utilizar al estado para conseguir avanzar en la construcción de la alternativa o sustituirlo por una nueva forma de organización. Esto queda patente en todos los procesos descritos, especialmente en la revolución española. Aunque no se profundiza demasiado, siendo más descriptivo que analítico.
En la tercera parte, “Pensando el aquí y ahora”, existe un mayor posicionamiento sobre el modelo de cambio, partiendo del municipalismo y formas locales de producción y organización; de nuevo muy clarificador sobre el realismo de las alternativas anticapitalistas para hoy. Pero se echa en falta una profundización en cuestiones complejas como la forma en que esta alternativa puede vencer a gigantes como los grandes poderes económicos y políticos estatales e internacionales.
Como conclusión, esta es una lectura imprescindible. A pesar de que a veces se echa en falta más análisis y posicionamiento, es perfecto para pasar a profundizar sobre las experiencias reales que tratan. Un gran punto de partida para un debate sobre cómo cambiar el mundo.
Dani Bravo (@daniatg) es militante de En lucha / En lluita
Seminario de economía crítica Taifa Septiembre 2013 126 págs, 7€
Un gran punto de partida para reflexionar sobre alternativas
La crisis económica ha agrietado aún más la legitimidad del capitalismo. Con el cuestionamiento general del sistema, reaparece la necesidad de encontrar alternativas. Este número de los Informes de Economía Crítica del seminario Taifa muestra que existen, no son pocas y están en constante movimiento.
El capitalismo no funciona. Ese es el trasfondo implícito de la crisis y del que parte este informe. Comienza planteando esta necesidad de una alternativa, junto a los criterios mínimos que ha de tener para ser considerada como tal. Esto es: sin explotación, con una distribución equitativa, sostenible, democrática, etc. Por utópica que suene esta descripción, a través del análisis de la historia y de alternativas teorizadas hace siglos, llevadas a la práctica o que se están intentando construir ahora mismo, se demuestra de forma clara que no hay nada más utópico que pensar que el capitalismo puede no ser injusto, cruel e insostenible.
A partir de aquí, las autoras facilitan la comprensión y el debate sobre la complejidad del “cómo” se construye esa alternativa, cuál es el papel de elementos como el estado, la violencia, la confluencia de distintos sectores, etc. De entre todas las propuestas y teorías que aparecen a lo largo de la historia, se centran acertadamente en aquellas que hacen más hincapié en analizar el sistema actual y cómo transformarlo que en las que intentan describir esa hipotética sociedad futura.
Sin embargo, eso no quita que no deban ir planteándose cuestiones relativas al objetivo, ya que en muchos casos, conforme se va avanzando en la lucha por tener el poder para cambiar el sistema, es necesario ir creando esas nuevas estructuras. Por ejemplo, y esto se ilustra también con las distintas experiencias empíricas, ¿cuál debe ser la forma primordial de administración: local, estatal, comunal? No hay un posicionamiento claro en este informe, pero se perfilan muy bien las alternativas y las características ideales de esa revolución.
En este sentido, es muy interesante el perfil que hacen de teorías sobre alternativas anticapitalistas actuales, especialmente de John Holloway, que propone que el proceso de cambio es el que determina qué alternativa se construye. Es muy interesante, a la vez que se lee, ir viendo extrapolaciones a procesos actuales como las distintas luchas contra la crisis (mareas, movimiento 15M, huelgas…), mayormente defensivas pero cuyos procesos pueden ser la base de la construcción de un poder alternativo que pueda iniciar una transformación. Y por supuesto, es interesante ver dónde queda un proyecto como Podemos entre todas estas propuestas.
Otra gran aportación es el análisis sobre las experiencias empíricas de distintas alternativas, desde la URSS y su órbita, hasta el nuevo “socialismo del siglo XXI” que se gesta y madura en Latinoamérica, junto con otras experiencias interrumpidas como la revolución española o la chilena. Se analiza la forma de la propiedad (pública, estatal, comunal), la organización de la producción (planificación, consejismo), la distribución y la organización política y de toma de decisiones. Lo que sí se echa en falta es un análisis de por qué fracasaron muchos de estos proyectos, aunque sí pueden sacarse conclusiones como que el hecho de que la propiedad sea estatal y no privada no tiene que implicar una mejora sustancial para la clase trabajadora, o el peligro de la burocratización, etc. Se clarifica un poco implícitamente cuál es la diferencia entre utilizar al estado para conseguir avanzar en la construcción de la alternativa o sustituirlo por una nueva forma de organización. Esto queda patente en todos los procesos descritos, especialmente en la revolución española. Aunque no se profundiza demasiado, siendo más descriptivo que analítico.
En la tercera parte, “Pensando el aquí y ahora”, existe un mayor posicionamiento sobre el modelo de cambio, partiendo del municipalismo y formas locales de producción y organización; de nuevo muy clarificador sobre el realismo de las alternativas anticapitalistas para hoy. Pero se echa en falta una profundización en cuestiones complejas como la forma en que esta alternativa puede vencer a gigantes como los grandes poderes económicos y políticos estatales e internacionales.
Como conclusión, esta es una lectura imprescindible. A pesar de que a veces se echa en falta más análisis y posicionamiento, es perfecto para pasar a profundizar sobre las experiencias reales que tratan. Un gran punto de partida para un debate sobre cómo cambiar el mundo.
Dani Bravo (@daniatg) es militante de En lucha / En lluita
Ni pena ni miedo. Arena, aliento y piedra
Chile. Esta tierra dura está preñada de minerales (de aquí viene el famoso cobre chileno), lo cual pinta el paisaje con una infinidad de tonalidades ocres y verdosas, rosadas y malvas
El desierto de Atacama, en el norte de Chile, es el más árido del planeta: hay zonas en las que no se ha registrado ninguna precipitación en 400 años. Además esta tierra dura está preñada de minerales (de aquí viene el famoso cobre chileno), lo cual pinta el paisaje con una infinidad de tonalidades ocres y verdosas, rosadas y malvas. Es un territorio inhumano y hermoso, poderoso, tan sereno como un paraíso para gigantes.
Lo de los gigantes no se me ha ocurrido porque sí, no es una simple desmesura poética, sino que me lo ha sugerido una pieza de arte singular que está escondida en el corazón de este desierto frío. A 57 kilómetros al sur de la ciudad de Antofagasta, tras adentrarse en Atacama por una pista sin asfaltar, se llega a un geoglifo tan enorme que, como sucede con las misteriosas líneas de Nazca en Perú, alguien tiene que señalártelo para que lo veas, porque si no caminarías inadvertidamente sobre él. Se trata de un verso escrito o más bien excavado en la endurecida costra del desierto. Es una frase muy breve, pero mide más de tres kilómetros de largo y cuatrocientos metros de ancho. Tienes que subir a una pequeña colina adyacente en la que han construido un mirador para poder contemplar el texto entero. Ni pena ni miedo. Eso es lo que dice esta caligrafía en letras minúsculas que alguien ha arañado sobre la tierra.
El autor es el poeta y artista chileno Raúl Zurita (1950). Durante la época de Pinochet, Zurita, que por entonces militaba en el partido comunista, fue detenido, encerrado y torturado. En aquellos tiempos de plomo, Raúl se refugiaba mentalmente de su agonía imaginando que escribía poemas “en el cielo, en las laderas de los cañones, en el desierto”. En 1993, tres años después de que acabara la dictadura, consiguió reunir fondos para excavar su verso en Atacama. Ni pena ni miedo. Las palabras adquieren aún más sentido al conocer su historia.
A medida que envejeces, te vas acercando a los confines del mundo
Luego pasó el tiempo y el geoglifo se olvidó. El desierto se fue comiendo las palabras de Zurita hasta que, hará unos cinco años, unos estupendos locos antofagastinos que, bajo el nombre de Corporación Cultural PAR, han montado, entre otras cosas, la joven y dinámica Feria del Libro de Antofagasta, decidieron recuperar la obra del poeta. Alisaron y adecentaron la pista hasta el geoglifo; construyeron el modesto mirador en la colina desde el que se pueden atisbar con cierta claridad los enormes signos y, por supuesto, limpiaron las letras. Allí estaban. Escondidas, pero aguantando, como no podía ser de otra manera, porque son un emblema perfecto de la resistencia. De la supervivencia. Cuando Zurita construyó su frase, no se podía ver con total claridad salvo desde el aire. Hoy existen programas como Google Earth y Google Maps que permiten contemplar ese monumento de arena, aliento y piedra. Estas son las coordenadas para encontrarlo: 24°02’49.0”S 70°26’43.0”W.
Durante muchos años he pensado que mi frase de guerra preferida, y me refiero a la guerra de la vida, era carpe diem. Sí, desde luego, disfrutar del momento es cosa de sabios. Saber vivir en el presente es algo parecido a un estado de gracia (lo dijo Marie Curie) y desde luego un logro muy difícil. Pero hace unos días, en Atacama, viendo esa frase gigantesca escrita en paradójicas minúsculas sobre el polvo, sentí una especie de pequeña revelación, un deslumbramiento. Sentí que me hablaba a mí.
Cuentan las biografías de Zurita que padece párkinson desde principios de los noventa. Un dato frío que esconde una realidad extremadamente dura. Yo no sé si cuando excavó su geoglifo, en 1993, ya conocía su estado, ya se sabía rehén de su cuerpo. Qué espíritu indomable el de Zurita si fue así; si gritó y horadó su “ni pena ni miedo" contra la inclemencia de la enfermedad, contra el negro destino. Pero el párkinson, en cualquier caso, sólo adelantó cruelmente en él esa decadencia que todos los humanos hemos de afrontar. A medida que cumples años, a medida que envejeces, te vas acercando a los confines del mundo. El pasado tira de ti como si llevaras a la espalda una mochila de piedras y empieza a asustarte mirar hacia delante. El viento arrecia, las nubes se arremolinan y el sol no deja de bajar por el arco del cielo. Dentro de poco comenzará la edad de la heroicidad. Sí; de más joven creía que la vida era una selva y que mi lema preferido era carpe diem. En mi madurez empiezo a pensar que la vida es más bien un desierto, desnudo y desolado pero sereno y bello. Y para ser feliz, para ser sabio en esta frontera final del Atacama inmenso, sólo es necesario ser capaz de vivir a la altura de esa frase perfecta. Ni pena ni miedo.
ROSA MONTERO 24 MAY 2015 - El País.
@BrunaHusky
www.facebook.com/escritorarosamontero
www.rosamontero.es
El desierto de Atacama, en el norte de Chile, es el más árido del planeta: hay zonas en las que no se ha registrado ninguna precipitación en 400 años. Además esta tierra dura está preñada de minerales (de aquí viene el famoso cobre chileno), lo cual pinta el paisaje con una infinidad de tonalidades ocres y verdosas, rosadas y malvas. Es un territorio inhumano y hermoso, poderoso, tan sereno como un paraíso para gigantes.
Lo de los gigantes no se me ha ocurrido porque sí, no es una simple desmesura poética, sino que me lo ha sugerido una pieza de arte singular que está escondida en el corazón de este desierto frío. A 57 kilómetros al sur de la ciudad de Antofagasta, tras adentrarse en Atacama por una pista sin asfaltar, se llega a un geoglifo tan enorme que, como sucede con las misteriosas líneas de Nazca en Perú, alguien tiene que señalártelo para que lo veas, porque si no caminarías inadvertidamente sobre él. Se trata de un verso escrito o más bien excavado en la endurecida costra del desierto. Es una frase muy breve, pero mide más de tres kilómetros de largo y cuatrocientos metros de ancho. Tienes que subir a una pequeña colina adyacente en la que han construido un mirador para poder contemplar el texto entero. Ni pena ni miedo. Eso es lo que dice esta caligrafía en letras minúsculas que alguien ha arañado sobre la tierra.
El autor es el poeta y artista chileno Raúl Zurita (1950). Durante la época de Pinochet, Zurita, que por entonces militaba en el partido comunista, fue detenido, encerrado y torturado. En aquellos tiempos de plomo, Raúl se refugiaba mentalmente de su agonía imaginando que escribía poemas “en el cielo, en las laderas de los cañones, en el desierto”. En 1993, tres años después de que acabara la dictadura, consiguió reunir fondos para excavar su verso en Atacama. Ni pena ni miedo. Las palabras adquieren aún más sentido al conocer su historia.
A medida que envejeces, te vas acercando a los confines del mundo
Luego pasó el tiempo y el geoglifo se olvidó. El desierto se fue comiendo las palabras de Zurita hasta que, hará unos cinco años, unos estupendos locos antofagastinos que, bajo el nombre de Corporación Cultural PAR, han montado, entre otras cosas, la joven y dinámica Feria del Libro de Antofagasta, decidieron recuperar la obra del poeta. Alisaron y adecentaron la pista hasta el geoglifo; construyeron el modesto mirador en la colina desde el que se pueden atisbar con cierta claridad los enormes signos y, por supuesto, limpiaron las letras. Allí estaban. Escondidas, pero aguantando, como no podía ser de otra manera, porque son un emblema perfecto de la resistencia. De la supervivencia. Cuando Zurita construyó su frase, no se podía ver con total claridad salvo desde el aire. Hoy existen programas como Google Earth y Google Maps que permiten contemplar ese monumento de arena, aliento y piedra. Estas son las coordenadas para encontrarlo: 24°02’49.0”S 70°26’43.0”W.
Durante muchos años he pensado que mi frase de guerra preferida, y me refiero a la guerra de la vida, era carpe diem. Sí, desde luego, disfrutar del momento es cosa de sabios. Saber vivir en el presente es algo parecido a un estado de gracia (lo dijo Marie Curie) y desde luego un logro muy difícil. Pero hace unos días, en Atacama, viendo esa frase gigantesca escrita en paradójicas minúsculas sobre el polvo, sentí una especie de pequeña revelación, un deslumbramiento. Sentí que me hablaba a mí.
Cuentan las biografías de Zurita que padece párkinson desde principios de los noventa. Un dato frío que esconde una realidad extremadamente dura. Yo no sé si cuando excavó su geoglifo, en 1993, ya conocía su estado, ya se sabía rehén de su cuerpo. Qué espíritu indomable el de Zurita si fue así; si gritó y horadó su “ni pena ni miedo" contra la inclemencia de la enfermedad, contra el negro destino. Pero el párkinson, en cualquier caso, sólo adelantó cruelmente en él esa decadencia que todos los humanos hemos de afrontar. A medida que cumples años, a medida que envejeces, te vas acercando a los confines del mundo. El pasado tira de ti como si llevaras a la espalda una mochila de piedras y empieza a asustarte mirar hacia delante. El viento arrecia, las nubes se arremolinan y el sol no deja de bajar por el arco del cielo. Dentro de poco comenzará la edad de la heroicidad. Sí; de más joven creía que la vida era una selva y que mi lema preferido era carpe diem. En mi madurez empiezo a pensar que la vida es más bien un desierto, desnudo y desolado pero sereno y bello. Y para ser feliz, para ser sabio en esta frontera final del Atacama inmenso, sólo es necesario ser capaz de vivir a la altura de esa frase perfecta. Ni pena ni miedo.
ROSA MONTERO 24 MAY 2015 - El País.
@BrunaHusky
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lunes, 25 de mayo de 2015
La inmoralidad e ilegalidad de la deuda pública griega
Vicenç Navarro
El pasado 4 de abril el Estado griego nombró un Comité parlamentario, The Debt Truth Commitee (Comité de la Verdad sobre la Deuda), para analizar los orígenes de la deuda pública y por qué ha ido aumentando considerablemente durante los años de la Gran Recesión. Este Comité está compuesto por expertos nacionales e internacionales para asesorar en temas de financiación de la deuda pública. Otra dimensión importante de tal Comité es también analizar la legalidad de tal deuda, es decir, ver si los mecanismos que se utilizaron para su establecimiento eran legales o ilegales, tal como se concluyó que fueron en el análisis de las deudas públicas en casos anteriores, como en Cuba en 1898, en Irak en 2003 y en Ecuador en 2007. En estos casos la deuda pública se anuló precisamente por haberse demostrado que en ninguno de ellos se había respetado la legalidad internacional (ver Ozlem Onaran, “Should Greece Pay Back its Debt?”, Social Europe Journal, 23 de abril de 2015). El Comité establecido en el pasado abril debe, pues, ver si el Estado griego respetó la legalidad internacional cuando se endeudó y cuando, más tarde, pagó los intereses de la deuda así como la deuda en sí. Y en la misma línea, el Comité debe también analizar si los que compraron deuda pública griega (fueran los bancos públicos o privados, o los Estados) respetaron las leyes internacionales que rigen tal tipo de compras y ventas.
Pues bien, parece que, como señala Ozlem Onaran en el citado artículo, hay abundante evidencia de que tales leyes internacionales tampoco fueron respetadas en el establecimiento y crecimiento de la deuda pública griega, unas leyes reconocidas por las Naciones Unidas y por la propia Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Así, las leyes que rigen el establecimiento de la Seguridad Social Europea han sido violadas sistemática y continuamente en el inicio y engrandecimiento de tal deuda pública. Y todas estas leyes tienen en común un principio básico y es que el Estado no puede intervenir para infringir los derechos humanos de su población. La evidencia acumulada es que durante los años de la Gran Recesión, gran número de Estados –incluido el griego- han tenido un efecto muy negativo sobre estos derechos humanos (como el de la salud y bienestar de sus ciudadanos) con la aplicación de sus políticas.
La violación de los derechos humanos en Grecia y otros países de la Eurozona
Hoy, en la Eurozona, como resultado de las políticas de austeridad, justificadas para reducir la deuda pública, hemos visto:
1. El desmantelamiento de los convenios de negociación colectiva, causando en Grecia un descenso de un 25% del salario real por hora durante el periodo de aplicación de tales políticas.
2. El descenso del salario mínimo griego a niveles de los años setenta.
3. Una reducción de las pensiones públicas griegas, alcanzando las más reducidas unos niveles por debajo del umbral de la pobreza.
4. La extensión de la pobreza al 35,7% de la población, y al 44% de los niños entre 11 a 15 años.
5. Un aumento sin precedentes de las tasas de suicidio.
6. Una disminución del nivel de riqueza del país, con un descenso de un 25% de su PIB durante los años de su recesión, una situación sin precedentes en Europa en tiempos de paz.
Todos estos indicadores –y muchos otros- muestran la violación de las condiciones acordadas en tales leyes, que determinan que los préstamos a un Estado no pueden desestabilizar las sociedades ni afectar negativamente sus derechos humanos. En realidad, estudios han mostrado que si no se hubieran aplicado las políticas de austeridad para pagar la deuda, la economía griega no hubiera perdido el 25% de su PIB como ha ocurrido. Las enormes crisis humanas creadas por estas políticas de austeridad están violando los derechos humanos de la población afectada por ellas.
Soy consciente de que algunos lectores expresarán dudas de la eficacia de tales argumentos legales pues, en general, los derechos de propiedad siempre se respetan más que los derechos humanos. Pero un principio que, al menos en teoría, se aplica para que un Estado permanezca en la Unión Europea, es precisamente el respeto a la democracia y a los derechos humanos, derechos que hoy están siendo abusivamente infringidos en Europa. La pérdida de legitimidad de las instituciones de gobernanza de la Unión Europea se basa, precisamente, en la amplia percepción de que estos principios –que no son solo morales, sino también legales- se están violando sistemáticamente.
Vicenç Navarro
Público
Fuente original: http://www.caffereggio.net/2015/05/14/la-inmoralidad-e-ilegalidad-de-la-deuda-publica-griega-de-vicenc-navarro-en-publico/
El pasado 4 de abril el Estado griego nombró un Comité parlamentario, The Debt Truth Commitee (Comité de la Verdad sobre la Deuda), para analizar los orígenes de la deuda pública y por qué ha ido aumentando considerablemente durante los años de la Gran Recesión. Este Comité está compuesto por expertos nacionales e internacionales para asesorar en temas de financiación de la deuda pública. Otra dimensión importante de tal Comité es también analizar la legalidad de tal deuda, es decir, ver si los mecanismos que se utilizaron para su establecimiento eran legales o ilegales, tal como se concluyó que fueron en el análisis de las deudas públicas en casos anteriores, como en Cuba en 1898, en Irak en 2003 y en Ecuador en 2007. En estos casos la deuda pública se anuló precisamente por haberse demostrado que en ninguno de ellos se había respetado la legalidad internacional (ver Ozlem Onaran, “Should Greece Pay Back its Debt?”, Social Europe Journal, 23 de abril de 2015). El Comité establecido en el pasado abril debe, pues, ver si el Estado griego respetó la legalidad internacional cuando se endeudó y cuando, más tarde, pagó los intereses de la deuda así como la deuda en sí. Y en la misma línea, el Comité debe también analizar si los que compraron deuda pública griega (fueran los bancos públicos o privados, o los Estados) respetaron las leyes internacionales que rigen tal tipo de compras y ventas.
Pues bien, parece que, como señala Ozlem Onaran en el citado artículo, hay abundante evidencia de que tales leyes internacionales tampoco fueron respetadas en el establecimiento y crecimiento de la deuda pública griega, unas leyes reconocidas por las Naciones Unidas y por la propia Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Así, las leyes que rigen el establecimiento de la Seguridad Social Europea han sido violadas sistemática y continuamente en el inicio y engrandecimiento de tal deuda pública. Y todas estas leyes tienen en común un principio básico y es que el Estado no puede intervenir para infringir los derechos humanos de su población. La evidencia acumulada es que durante los años de la Gran Recesión, gran número de Estados –incluido el griego- han tenido un efecto muy negativo sobre estos derechos humanos (como el de la salud y bienestar de sus ciudadanos) con la aplicación de sus políticas.
La violación de los derechos humanos en Grecia y otros países de la Eurozona
Hoy, en la Eurozona, como resultado de las políticas de austeridad, justificadas para reducir la deuda pública, hemos visto:
1. El desmantelamiento de los convenios de negociación colectiva, causando en Grecia un descenso de un 25% del salario real por hora durante el periodo de aplicación de tales políticas.
2. El descenso del salario mínimo griego a niveles de los años setenta.
3. Una reducción de las pensiones públicas griegas, alcanzando las más reducidas unos niveles por debajo del umbral de la pobreza.
4. La extensión de la pobreza al 35,7% de la población, y al 44% de los niños entre 11 a 15 años.
5. Un aumento sin precedentes de las tasas de suicidio.
6. Una disminución del nivel de riqueza del país, con un descenso de un 25% de su PIB durante los años de su recesión, una situación sin precedentes en Europa en tiempos de paz.
Todos estos indicadores –y muchos otros- muestran la violación de las condiciones acordadas en tales leyes, que determinan que los préstamos a un Estado no pueden desestabilizar las sociedades ni afectar negativamente sus derechos humanos. En realidad, estudios han mostrado que si no se hubieran aplicado las políticas de austeridad para pagar la deuda, la economía griega no hubiera perdido el 25% de su PIB como ha ocurrido. Las enormes crisis humanas creadas por estas políticas de austeridad están violando los derechos humanos de la población afectada por ellas.
Soy consciente de que algunos lectores expresarán dudas de la eficacia de tales argumentos legales pues, en general, los derechos de propiedad siempre se respetan más que los derechos humanos. Pero un principio que, al menos en teoría, se aplica para que un Estado permanezca en la Unión Europea, es precisamente el respeto a la democracia y a los derechos humanos, derechos que hoy están siendo abusivamente infringidos en Europa. La pérdida de legitimidad de las instituciones de gobernanza de la Unión Europea se basa, precisamente, en la amplia percepción de que estos principios –que no son solo morales, sino también legales- se están violando sistemáticamente.
Vicenç Navarro
Público
Fuente original: http://www.caffereggio.net/2015/05/14/la-inmoralidad-e-ilegalidad-de-la-deuda-publica-griega-de-vicenc-navarro-en-publico/
Fraude inquietante. La regulación bancaria debe cambiar para prevenir las manipulaciones del tipo de cambio que pactican los bancos
El Departamento de Justicia estadounidense y la Reserva Federal han impuesto a seis grandes bancos mundiales (JP Morgan Chase, Citigroup, Barclays, Royal Bank of Scotland, Bank of America y UBS) una sanción conjunta pactada de 5.200 millones de euros por manipular durante cinco años el tipo de cambio de las divisas. Dado que las ganancias ilícitas superan los 9.000 millones, existe una desproporción entre multa y fraude. Hay dos explicaciones posibles para esta brecha: o bien las autoridades han calculado que demostrar el delito era costoso y el acuerdo era más rentable, o bien confían en que los particulares demanden ahora a los bancos para reclamar.
El fraude descubierto —cuya investigación se ha extendido durante dos años— siembra la inquietud entre los inversores. La manipulación de tipos de cambio parece ser una práctica asidua y transmite a los ciudadanos la impresión de que los reguladores públicos no tienen medios (legales, humanos, políticos) suficientes para prevenir las distorsiones del sistema. La vigilancia corporativa, que es responsabilidad de los accionistas y de las comisiones de gobierno, tampoco ha sido eficaz.
El mensaje para los mercados es que es difícil prevenir los fraudes con el sistema actual de regulación. Hay que preguntarse qué cambios y qué medios hay que introducir para que los accionistas y los ciudadanos no acaben pagando las multas y las estafas.
El País.
El fraude descubierto —cuya investigación se ha extendido durante dos años— siembra la inquietud entre los inversores. La manipulación de tipos de cambio parece ser una práctica asidua y transmite a los ciudadanos la impresión de que los reguladores públicos no tienen medios (legales, humanos, políticos) suficientes para prevenir las distorsiones del sistema. La vigilancia corporativa, que es responsabilidad de los accionistas y de las comisiones de gobierno, tampoco ha sido eficaz.
El mensaje para los mercados es que es difícil prevenir los fraudes con el sistema actual de regulación. Hay que preguntarse qué cambios y qué medios hay que introducir para que los accionistas y los ciudadanos no acaben pagando las multas y las estafas.
El País.
domingo, 24 de mayo de 2015
Admirables. La cultura anglosajona resalta las reglas básicas de toda actividad para no olvidarlas. Y eso vale también a la hora de gobernar
La cultura anglosajona tiene una tendencia muy sensata a recordar de vez en cuando los puntos más elementales de cualquier actividad, oficio o profesión. Un observador ajeno a esa cultura se puede quedar algo perplejo cuando en una reunión de expertos el ponente plantea inicialmente, con toda naturalidad, el abecé del tema a tratar, lo que se supone que se debió aprender en el primer día del primer mes del primer año de formación. Pero, si el observador no es demasiado arrogante, enseguida comprende la utilidad de repetir aquellas notas que permiten recordar de qué se trata todo el asunto, su sentido o razón de ser, es decir, aquello que se suele olvidar en cuanto se profundiza en complejidades.
Así que recurramos a la Guía del Buen Gobierno Local elaborada por la Asociación Municipal del Estado de Victoria, el más pequeño, pero el más densamente poblado de Australia. El abecé municipal australiano (muy útil, al margen de las competencias concretas de cada Ayuntamiento del mundo) empieza así: el Gobierno local tiene la obligación de informar, explicar y responder por las consecuencias de las decisiones que toma en nombre de la comunidad que representa. Las personas deben ser capaces de seguir y entender el proceso de toma de decisiones. Esto significa que tienen que ser capaces de ver con claridad cómo y por qué se tomó esa decisión —qué información, qué asesoramiento y qué consultas se efectuaron— y qué requisitos legislativos hubo que cumplimentar.
Parece que se empieza siempre por ahí: transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad del equipo municipal, con su alcalde a la cabeza, respecto a las decisiones que se adoptan y sobre sus consecuencias.
La segunda letra del abecé indica que el Gobierno local está obligado a atender las necesidades de la comunidad entera, guardando el equilibrio entre los distintos intereses en juego. Los distintos sectores de la comunidad deben sentir que han sido escuchados y que sus intereses fueron tomados en consideración, sean finalmente respetados totalmente, solo en parte o rechazados. Todos los grupos, y en particular los más vulnerables, deben tener la oportunidad de exponer sus razones. Es decir, el Gobierno local debe ser equitativo e inclusivo, de manera que ningún sector se sienta menospreciado o no escuchado.
Tercera letra: el Gobierno local debe hacer un seguimiento de las consecuencias de las decisiones que adopta a fin de poder evaluar si se alcanzan los objetivos planteados o en qué grado se cumplimentan.
Existe un cuarto elemento básico: el Gobierno municipal debe ser participativo. Cualquier persona afectada por o interesada en una decisión debe tener la oportunidad de participar en el proceso de toma de esa decisión. Se puede lograr de distintas maneras: asegurándose de que se les hace llegar la información necesaria, facilitando instrumentos para que se les pregunte su opinión o para que tengan la oportunidad de realizar sus recomendaciones o, incluso, incorporándoles a la toma de decisiones efectiva.
Finalmente, dice la guía australiana, conviene recordar que el alcalde, o alcaldesa, tiene una influencia considerable en el establecimiento de las normas de buena conducta y ética de los miembros del consejo. Como líder del gobierno municipal tienen un papel primordial en la vigilancia de su conducta.
¿A que resulta fácil ir hoy a votar y cumplir con el primer deber ciudadano?
El País. SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ 24 MAY 2015 -
Así que recurramos a la Guía del Buen Gobierno Local elaborada por la Asociación Municipal del Estado de Victoria, el más pequeño, pero el más densamente poblado de Australia. El abecé municipal australiano (muy útil, al margen de las competencias concretas de cada Ayuntamiento del mundo) empieza así: el Gobierno local tiene la obligación de informar, explicar y responder por las consecuencias de las decisiones que toma en nombre de la comunidad que representa. Las personas deben ser capaces de seguir y entender el proceso de toma de decisiones. Esto significa que tienen que ser capaces de ver con claridad cómo y por qué se tomó esa decisión —qué información, qué asesoramiento y qué consultas se efectuaron— y qué requisitos legislativos hubo que cumplimentar.
Parece que se empieza siempre por ahí: transparencia, rendición de cuentas y responsabilidad del equipo municipal, con su alcalde a la cabeza, respecto a las decisiones que se adoptan y sobre sus consecuencias.
La segunda letra del abecé indica que el Gobierno local está obligado a atender las necesidades de la comunidad entera, guardando el equilibrio entre los distintos intereses en juego. Los distintos sectores de la comunidad deben sentir que han sido escuchados y que sus intereses fueron tomados en consideración, sean finalmente respetados totalmente, solo en parte o rechazados. Todos los grupos, y en particular los más vulnerables, deben tener la oportunidad de exponer sus razones. Es decir, el Gobierno local debe ser equitativo e inclusivo, de manera que ningún sector se sienta menospreciado o no escuchado.
Tercera letra: el Gobierno local debe hacer un seguimiento de las consecuencias de las decisiones que adopta a fin de poder evaluar si se alcanzan los objetivos planteados o en qué grado se cumplimentan.
Existe un cuarto elemento básico: el Gobierno municipal debe ser participativo. Cualquier persona afectada por o interesada en una decisión debe tener la oportunidad de participar en el proceso de toma de esa decisión. Se puede lograr de distintas maneras: asegurándose de que se les hace llegar la información necesaria, facilitando instrumentos para que se les pregunte su opinión o para que tengan la oportunidad de realizar sus recomendaciones o, incluso, incorporándoles a la toma de decisiones efectiva.
Finalmente, dice la guía australiana, conviene recordar que el alcalde, o alcaldesa, tiene una influencia considerable en el establecimiento de las normas de buena conducta y ética de los miembros del consejo. Como líder del gobierno municipal tienen un papel primordial en la vigilancia de su conducta.
¿A que resulta fácil ir hoy a votar y cumplir con el primer deber ciudadano?
El País. SOLEDAD GALLEGO-DÍAZ 24 MAY 2015 -
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Soledad Gallego-Díaz
Rechazar un soborno genera más estrés que aceptarlo. La amenaza del castigo basta para que la mayoría decline la oferta, según un estudio sobre la psicología de la corrupción
El nivel de sudoración y la excitación fisiológica es mayor cuando se rechaza un soborno que al aceptarlo. Es la conclusión de un estudio sobre la psicología de la corrupción desarrollado por la Universitat Jaume I del que se extrae que, en realidad, este estrés generado al actuar correctamente no tiene nada que ver con la ética, sino con un pensamiento más materialista. "Lo que desencadena la actividad emocional es la sensación de que se actúa contra el propio interés monetario", asegura Tarek Jaber-López, investigador del grupo de Economía Experimental y Computacional, que ha desarrollado el experimento. Además, el rechazo al soborno pasa a ser mayoritario si se plantea la posibilidad de ser castigado, apunta el estudio.
"El ser humano es corrupto por naturaleza", asegura Aurora García-Gallego, coautora del trabajo y miembro del grupo de investigación. Por tanto, la investigadora apuesta por la creación de una agencia de control efectiva para conseguir minimizar este problema. "Los mecanismos que hay ahora no son contundentes", añade.
En el estudio se dividió a los sujetos en tres grupos: funcionarios y dos empresas que participaban en una hipotética subasta para conseguir la licencia de unas obras públicas. Las entidades hacían sus pujas basándose en los parámetros de calidad y transferencia (el pago que estaban dispuestos a darle al subastador). Si la transferencia era muy alta, la calidad del proyecto público se vería perjudicada porque ese dinero no estaba destinado a la obra, sino a sobornar al funcionario. El grupo medía entonces, a través de un polígrafo, el comportamiento y las reacciones emocionales de las personas frente a una situación que podía conllevar decisiones corruptas, es decir, aceptar el proyecto que diera una cifra muy elevada, sin importar el resultado de la obra pública.
"Los resultados muestran que las personas parecen revelar valores intrínsecos que les frenan en contra de las tentaciones corruptas. Tanto empresas como funcionarios públicos se desvían de la estrategia que maximiza su beneficio monetario y optan por una estrategia más pro social", destaca García-Gallego. Sin embargo, en una segunda fase del estudio, los investigadores introdujeron la posibilidad de castigar al corrupto y el rechazo del soborno pasó a ser una decisión mayoritaria. "Esto da esperanza a la sociedad para frenar la corrupción ya que la amenaza de un castigo muestra ser lo suficientemente efectiva como para permitir que los costes de llevar a los corruptos a la cárcel no superen los costes de la ganancia", señala García-Gallego.
¿Responde entonces el corrupto a un perfil concreto? Para Alberto Soler, médico y escritor coautor del libro Golpe a la corrupción, suelen ser personas con necesidades muy concretas. "Narcisistas, con poca autoexigencia, con un código ético reprobable, pero totalmente conscientes de lo que está bien y lo que está mal", añade Soler.
Es habitual ver en la prensa todo tipo de excentricidades, como esconder el dinero en bolsas de basura o a comprar una escobilla de más de 300 euros. Este tipo de comportamientos son propios de personas que no son capaces de alcanzar el éxito profesional gracias a su "potencial humano", explica Soler, y lo consiguen gracias a la corrupción. "Se les escapa el estrato social del que proceden. Que no es que sea humilde, sino de baja moral y ética", asegura el médico.
"En general, en la sociedad cuesta entender que los bienes públicos son de todos y esto es la base de la corrupción Por otro lado, la población ya está acostumbrada y la acepta. Esto hace que se cree una apariencia de impunidad. Pero la corrupción es cosa de todos", concluye el escritor.
"El ser humano es corrupto por naturaleza", asegura Aurora García-Gallego, coautora del trabajo y miembro del grupo de investigación. Por tanto, la investigadora apuesta por la creación de una agencia de control efectiva para conseguir minimizar este problema. "Los mecanismos que hay ahora no son contundentes", añade.
En el estudio se dividió a los sujetos en tres grupos: funcionarios y dos empresas que participaban en una hipotética subasta para conseguir la licencia de unas obras públicas. Las entidades hacían sus pujas basándose en los parámetros de calidad y transferencia (el pago que estaban dispuestos a darle al subastador). Si la transferencia era muy alta, la calidad del proyecto público se vería perjudicada porque ese dinero no estaba destinado a la obra, sino a sobornar al funcionario. El grupo medía entonces, a través de un polígrafo, el comportamiento y las reacciones emocionales de las personas frente a una situación que podía conllevar decisiones corruptas, es decir, aceptar el proyecto que diera una cifra muy elevada, sin importar el resultado de la obra pública.
"Los resultados muestran que las personas parecen revelar valores intrínsecos que les frenan en contra de las tentaciones corruptas. Tanto empresas como funcionarios públicos se desvían de la estrategia que maximiza su beneficio monetario y optan por una estrategia más pro social", destaca García-Gallego. Sin embargo, en una segunda fase del estudio, los investigadores introdujeron la posibilidad de castigar al corrupto y el rechazo del soborno pasó a ser una decisión mayoritaria. "Esto da esperanza a la sociedad para frenar la corrupción ya que la amenaza de un castigo muestra ser lo suficientemente efectiva como para permitir que los costes de llevar a los corruptos a la cárcel no superen los costes de la ganancia", señala García-Gallego.
¿Responde entonces el corrupto a un perfil concreto? Para Alberto Soler, médico y escritor coautor del libro Golpe a la corrupción, suelen ser personas con necesidades muy concretas. "Narcisistas, con poca autoexigencia, con un código ético reprobable, pero totalmente conscientes de lo que está bien y lo que está mal", añade Soler.
Es habitual ver en la prensa todo tipo de excentricidades, como esconder el dinero en bolsas de basura o a comprar una escobilla de más de 300 euros. Este tipo de comportamientos son propios de personas que no son capaces de alcanzar el éxito profesional gracias a su "potencial humano", explica Soler, y lo consiguen gracias a la corrupción. "Se les escapa el estrato social del que proceden. Que no es que sea humilde, sino de baja moral y ética", asegura el médico.
"En general, en la sociedad cuesta entender que los bienes públicos son de todos y esto es la base de la corrupción Por otro lado, la población ya está acostumbrada y la acepta. Esto hace que se cree una apariencia de impunidad. Pero la corrupción es cosa de todos", concluye el escritor.
MÁS INFORMACIÓN
http://politica.elpais.com/politica/2015/05/15/actualidad/1431701095_180492.htmlAusteridades
España es ejemplo de devaluación salarial general, fruto de la reforma laboral, aunque con un deterioro muy superior para los que se encuentran en la situación más desfavorable: entre 2007 y 2011 los ingresos de la decila más baja de la población disminuyeron un 12,9%, cuando los de la decila más alta cayeron solo un 1,4%. Nada permite pensar que haya cambiado el panorama. La deuda pública, motivada por la política económica del Gobierno, sigue ascendiendo y ha llegado a récord tanto en términos absolutos (1,04 billones de euros) como relativos (99% del PIB). Esta deuda pública ha crecido más en los cuatro años de Rajoy que en los siete largos de Zapatero.
Son dos maneras distintas, estrecha y ancha, de aplicar la austeridad. Son dos austeridades. Dependen del lugar desde donde se mire. Ocurre algo semejante con otro tipo de cosas. El último Consejo de Ministros, 10 días antes de las elecciones, preanuncia lo que sucederá hasta las generales: paladas de dinero público de ayudas (familias, automóviles, comunidades autónomas…), un nuevo sistema de financiación al cine… Algo inédito en toda la legislatura. Que se aprovechen sus beneficiarios. Se hacían públicas apenas 24 horas después de que la Comisión Europea advirtiese al Gobierno de que su déficit sigue siendo el segundo más alto de la eurozona, que la deuda pública está por encima de la media, que no ha terminado la reestructuración bancaria y que los salarios deben seguir subiendo por debajo de la productividad (es decir, bajando).
El lema “crece ahora, y después preocúpate por los pobres” es una falacia
Mientras por el periscopio se divisan elecciones se inyecta gasto. En cuanto aquellas hayan finalizado llegarán otros ajustes y nuevas vueltas de tuerca a traición en el mercado de trabajo y en pensiones. Distribuidos del modo desigual ya visto. La OCDE ha advertido (y no es sospechosa de igualitarismo) que la desigualdad tiene un efecto negativo y estadísticamente significativo en el crecimiento, creando ineficiencias en la distribución de los factores y en la productividad.
Estos estudios, así como los de Piketty, Sáez, Zucman, Stiglitz y otros, cuestionan el uso ideológico que se ha hecho de la curva de Kuznets. La curva de Simon Kuznets, premio Nobel, tiene forma de campana (una “U” invertida) y muestra que el desarrollo acelerado produce, en una primera fase, desigualdades crecientes hasta llegar a un punto más allá del cual empieza a generar igualdad. Fue utilizada con el fin de neutralizar las críticas contra los efectos desigualitarios de las políticas económicas, bajo el lema de “grow now, worry about poor later” (“crece ahora, y después preocúpate por los pobres”). Estos estudios han demostrado que ese “después” nunca llega o tarda demasiado.
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/17/actualidad/1431882784_904381.html
Son dos maneras distintas, estrecha y ancha, de aplicar la austeridad. Son dos austeridades. Dependen del lugar desde donde se mire. Ocurre algo semejante con otro tipo de cosas. El último Consejo de Ministros, 10 días antes de las elecciones, preanuncia lo que sucederá hasta las generales: paladas de dinero público de ayudas (familias, automóviles, comunidades autónomas…), un nuevo sistema de financiación al cine… Algo inédito en toda la legislatura. Que se aprovechen sus beneficiarios. Se hacían públicas apenas 24 horas después de que la Comisión Europea advirtiese al Gobierno de que su déficit sigue siendo el segundo más alto de la eurozona, que la deuda pública está por encima de la media, que no ha terminado la reestructuración bancaria y que los salarios deben seguir subiendo por debajo de la productividad (es decir, bajando).
El lema “crece ahora, y después preocúpate por los pobres” es una falacia
Mientras por el periscopio se divisan elecciones se inyecta gasto. En cuanto aquellas hayan finalizado llegarán otros ajustes y nuevas vueltas de tuerca a traición en el mercado de trabajo y en pensiones. Distribuidos del modo desigual ya visto. La OCDE ha advertido (y no es sospechosa de igualitarismo) que la desigualdad tiene un efecto negativo y estadísticamente significativo en el crecimiento, creando ineficiencias en la distribución de los factores y en la productividad.
Estos estudios, así como los de Piketty, Sáez, Zucman, Stiglitz y otros, cuestionan el uso ideológico que se ha hecho de la curva de Kuznets. La curva de Simon Kuznets, premio Nobel, tiene forma de campana (una “U” invertida) y muestra que el desarrollo acelerado produce, en una primera fase, desigualdades crecientes hasta llegar a un punto más allá del cual empieza a generar igualdad. Fue utilizada con el fin de neutralizar las críticas contra los efectos desigualitarios de las políticas económicas, bajo el lema de “grow now, worry about poor later” (“crece ahora, y después preocúpate por los pobres”). Estos estudios han demostrado que ese “después” nunca llega o tarda demasiado.
http://economia.elpais.com/economia/2015/05/17/actualidad/1431882784_904381.html
sábado, 23 de mayo de 2015
El presidente del Gobierno afirma que el PP “no se presenta a las elecciones con las manos vacías”. Rajoy omite el paro, los recortes y la corrupción en el mitin de la plaza de toros de Valencia. (Habría que habría que recordarle; ¡¡no!! se presentan con las manos y, sobre todo, con los bolsillos llenos de sobres con "sobre sueldos". Mientras han convertido a más españoles en pobres, miseros y sin hogar que nunca en los 30 últimos años)
El debate político quedó planteado en los siguientes términos: ¿Sería capaz el PP de llenar las 12.000 localidades de la plaza de toros de Valencia, tal como hizo recientemente el líder del PSOE, Pedro Sánchez? ¿Podría el partido conservador revalidar la “exhibición de músculo” en un feudo afín desde hace 25 años? La plaza prácticamente se llenó (el Partido Popular habilitó 2.000 localidades añadidas), aunque con claros en los sectores y muchos huecos en la gradería más alta. Zanjada la cuestión, los discursos depararon pocas sorpresas: alegría desatada por la “recuperación” económica; pavor ante posibles tripartitos o cuatripartitos “progresistas”; anticatalanismo y apelaciones al regionalismo (“todos juntos somos España”, proclamó Rita Barberá); caluroso apoyo del presidente del Gobierno a los líderes locales; y, sobre todo, ninguna alusión al desempleo, la corrupción, el despilfarro y los recortes.
El ambiente no era de plena euforia (hace cuatro años, la multitud rugía dos horas antes del mitin en una plaza abarrotada: “¡Za-pa-tero di-mi-sión!”). La larga espera de ayer (la plaza abrió sus puertas mucho antes de las 19,30 horas) fue agitada por un animador, que citaba los municipios de donde aterrizaron simpatizantes y afiliados: Manises, Alzira, Sueca, Nules, Calp, Benicarló, Vinarós, Xirivella, Altura, Algemesí, Elche, Aspe… La postal evocaba tiempos antañones. Para no decaer en el aburrimiento (el listado resultaba interminable), la organización preparó música discotequera y temas pegadizos: “Torero”, “la bomba”, “Me sube la bilirrubina” y el pasodoble español…
Senyeras con la franja azul, banderas de España y otras con la gaviota escenificaban la unidad, concretada en un grito de guerra: “¿Quién va a ganar? ¡El Partido Popular!” Era la consigna, repetida por un público mayoritariamente de edad avanzada, y que había decorado la grada con pancartas entusiásticas (“Trabajar, Hacer, Crecer”; “Alberto President”; “Tots per una gran Comunitat”…). Un enorme dispositivo policial en la entrada de la plaza, calles aledañas y bocanas del metro garantizaba esta unanimidad: hubo identificaciones y a personas con distintivos de la PAH se les impidió acceder al mitin.
“No nos presentamos con las manos vacías”, afirmó Mariano Rajoy, quien cerró con su intervención el acto (después de los parlamentos de Rita Barberá y Alberto Fabra). Con esta frase ambigua, quiso introducir la retahíla de logros económicos y “recuperación” de la crisis que han preñado su discurso de campaña. “Somos el país que más crece de Europa y el que más empleo genera. ¿Quién nos lo iba a decir en 2012?, cuando España era el enfermo de la Unión Europea y se destruían 1.400 empleos al día; ¿Quién habla hoy de salida del euro, “rescate financiero”, quiebra del sistema de pensiones o una prima de riesgo desbocada?”, se preguntó el presidente del ejecutivo. Además, “el PP se ha convertido en el refugio del sentido común y de la cordura”.
Las palabras de Rajoy fueron precedidas de un vídeo espectacular sobre la “marca” España: un país exportador por excelencia, con empresas líderes en el mundo, el mayor número de playas “azules” del hemisferio norte, con el tercer patrimonio de la humanidad, el segundo país en reservas de la biosfera y líderes en innovación con proyectos en los cinco continentes (el AVE La Meca-Medina, el Canal de Panamá, el Metro de Riad…). Tal es el panorama que, informa el vídeo, “el 82% de quienes visitan nuestro país, repiten”.
Sin embargo, la EPA del primer trimestre de 2015 cifra en 5.444.600 personas el número de parados; el número de hogares con todos sus miembros en desempleo aumentó en 27.300 personas sobre el trimestre anterior, y asciende ya a 1.793.600 familias. Además, los salarios de un tercio de los españoles se sitúan por debajo del salario mínimo interprofesional. Según Intermón-Oxfam, España es el segundo país más desigual de Europa, tras Letonia (el 1% más rico de la población española, según la misma fuente, concentra mayor riqueza que el 70% más pobre). La pobreza energética, según la Asociación de Ciencias Ambientales, afecta a 7 millones de personas (el 17% de los hogares españoles).
El mismo día que la Fiscalía Provincial de Valencia abriera las diligencias de investigación penal por el denominado “RitaLeaks” (466 facturas desveladas por Compromís, relacionadas con gastos de representación de Alcaldía que suponen 278.000 euros en comidas, hoteles y viajes en la presente legislatura), el presidente del Gobierno se refería durante el mitin a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en estos términos: “Voy a decir lo que creo y lo que siento: Rita es la mejor alcaldesa que merece Valencia, la mujer que ha liderado la transformación de la ciudad desde 1991; desde que Rita es alcaldesa, Valencia ha dado un salto adelante como ninguna ciudad europea”.
Pero el Ayuntamiento capitaneado por Barberá adeuda al estado –en concreto al ICO- 400 millones de euros por la Copa América (la alcaldesa ha asociado su gestión también a otros “grandes eventos”, como la Fórmula 1, que ha costado unos 300 millones de euros a los valencianos). El consistorio es, además, el tercero en endeudamiento del país (en torno a 870 millones de euros de deuda), tras Madrid y Barcelona. No aludió Rajoy a la querencia de la alcaldesa por los bolsos caros: su nombre apareció, dentro de la “trama” Gürtel, relacionado con el regalo de bolsos de la marca Louis Vuitton; un testigo del caso Emarsa afirmó haberle llevado a Rita Barberá (como regalo) dos bolsos de Loewe.
De tono populista y talante autoritario, la dirigente del PP se ha caracterizado por un escaso respeto por el patrimonio: ha insistido hasta el último día de la legislatura en ampliar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar, lo que implica la demolición de 1.651 viviendas en un barrio –el Cabanyal- declarado Bien de Interés Cultural (BIC). De momento paralizado, el Plan General promovido por el PP planteaba la reclasificación de 415 hectáreas de huerta, lo que permitiría construir unas 17.000 viviendas y diferentes infraestructuras.
Sobre Alberto Fabra, quien aterrizó a la presidencia de Generalitat en julio de 2011 (tras la dimisión de Francisco Camps), el presidente del Gobierno no se ha mostrado neutral: “Alberto Fabra llegó en los peores momentos de la crisis, cuando muchos se hubieran echado atrás; y entonces es donde puede verse a un buen gobernante; lo cierto es que Alberto no se arrugó y, como siempre ocurre en la vida, el esfuerzo y la dedicación rinde frutos”. Más aún, “las exportaciones valencianas van como un tiro, el turismo bate todos los registros, repunta el consumo… y la Comunidad Valenciana está a la cabeza”. Según Rajoy, en los dos últimos años de legislatura “hemos creado un millón de puestos de trabajo”. Y ha agregado en tono mitinero: “este partido –el PP-no se ha hecho en media hora, no somos una pandilla ni el producto de una tertulia o un plató de televisión”…
Los partidos de la oposición a Fabra en las Cortes Valencianas y las organizaciones sociales no comparten las impresiones de Rajoy. Los familiares de las víctimas del accidente de Metro del 3 de julio de 2006, que se saldó con 43 muertos y 47 heridos, han criticado el menosprecio del Consell. En noviembre de 2013, Alberto Fabra resolvió cerrar Radiotelevisió Valenciana, que acumulaba una deuda de más de 1.200 millones de euros (Canal 9 subvencionó y patrocinó a clubes de fútbol con cerca de 400 millones de euros). A finales de 2014, el País Valenciano encabezaba la ratio de deuda pública por comunidades autónomas (37,90% respecto al PIB). EUPV-IU ha denunciado que entre 2009 y 2013 el País Valenciano ha liderado los recortes en inversión educativa (28,2%) en el conjunto del estado. STEPV hizo público, a partir de cifras oficiales, que al menos 14.000 menores valencianos comenzaron el curso 2014-2015 en “barracones”.
EUPV-IU también ha criticado que, ya en 2009, el País Valenciano era una de las autonomías con menor gasto sanitario por habitante (en el periodo 2009-2013 se redujo además un 20,4%). Comisiones Obreras cifra la reducción de la plantilla sanitaria, entre 2012 y junio de 2014, en 1.035 profesionales. Con Alberto Fabra, asegura EUPV-IU, no sólo ha aumentado el número de personas desempleadas, sino que la tasa de riesgo de pobreza afecta al 31,7% de la población. Añade la formación de izquierdas que el número de desahucios en el País Valenciano, en la presente legislatura, supera los 40.000. Y ninguna mención en el mitin a la ristra de casos de supuesta corrupción: Gürtel, Blasco, Cotino, Emarsa, Imelsa, Calatrava, Sonia Castedo y Enrique Oriz, Carlos Fabra, Terra Mítica, Valmor…
Enric Llopis
Fuente: aquí.
El ambiente no era de plena euforia (hace cuatro años, la multitud rugía dos horas antes del mitin en una plaza abarrotada: “¡Za-pa-tero di-mi-sión!”). La larga espera de ayer (la plaza abrió sus puertas mucho antes de las 19,30 horas) fue agitada por un animador, que citaba los municipios de donde aterrizaron simpatizantes y afiliados: Manises, Alzira, Sueca, Nules, Calp, Benicarló, Vinarós, Xirivella, Altura, Algemesí, Elche, Aspe… La postal evocaba tiempos antañones. Para no decaer en el aburrimiento (el listado resultaba interminable), la organización preparó música discotequera y temas pegadizos: “Torero”, “la bomba”, “Me sube la bilirrubina” y el pasodoble español…
Senyeras con la franja azul, banderas de España y otras con la gaviota escenificaban la unidad, concretada en un grito de guerra: “¿Quién va a ganar? ¡El Partido Popular!” Era la consigna, repetida por un público mayoritariamente de edad avanzada, y que había decorado la grada con pancartas entusiásticas (“Trabajar, Hacer, Crecer”; “Alberto President”; “Tots per una gran Comunitat”…). Un enorme dispositivo policial en la entrada de la plaza, calles aledañas y bocanas del metro garantizaba esta unanimidad: hubo identificaciones y a personas con distintivos de la PAH se les impidió acceder al mitin.
“No nos presentamos con las manos vacías”, afirmó Mariano Rajoy, quien cerró con su intervención el acto (después de los parlamentos de Rita Barberá y Alberto Fabra). Con esta frase ambigua, quiso introducir la retahíla de logros económicos y “recuperación” de la crisis que han preñado su discurso de campaña. “Somos el país que más crece de Europa y el que más empleo genera. ¿Quién nos lo iba a decir en 2012?, cuando España era el enfermo de la Unión Europea y se destruían 1.400 empleos al día; ¿Quién habla hoy de salida del euro, “rescate financiero”, quiebra del sistema de pensiones o una prima de riesgo desbocada?”, se preguntó el presidente del ejecutivo. Además, “el PP se ha convertido en el refugio del sentido común y de la cordura”.
Las palabras de Rajoy fueron precedidas de un vídeo espectacular sobre la “marca” España: un país exportador por excelencia, con empresas líderes en el mundo, el mayor número de playas “azules” del hemisferio norte, con el tercer patrimonio de la humanidad, el segundo país en reservas de la biosfera y líderes en innovación con proyectos en los cinco continentes (el AVE La Meca-Medina, el Canal de Panamá, el Metro de Riad…). Tal es el panorama que, informa el vídeo, “el 82% de quienes visitan nuestro país, repiten”.
Sin embargo, la EPA del primer trimestre de 2015 cifra en 5.444.600 personas el número de parados; el número de hogares con todos sus miembros en desempleo aumentó en 27.300 personas sobre el trimestre anterior, y asciende ya a 1.793.600 familias. Además, los salarios de un tercio de los españoles se sitúan por debajo del salario mínimo interprofesional. Según Intermón-Oxfam, España es el segundo país más desigual de Europa, tras Letonia (el 1% más rico de la población española, según la misma fuente, concentra mayor riqueza que el 70% más pobre). La pobreza energética, según la Asociación de Ciencias Ambientales, afecta a 7 millones de personas (el 17% de los hogares españoles).
El mismo día que la Fiscalía Provincial de Valencia abriera las diligencias de investigación penal por el denominado “RitaLeaks” (466 facturas desveladas por Compromís, relacionadas con gastos de representación de Alcaldía que suponen 278.000 euros en comidas, hoteles y viajes en la presente legislatura), el presidente del Gobierno se refería durante el mitin a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, en estos términos: “Voy a decir lo que creo y lo que siento: Rita es la mejor alcaldesa que merece Valencia, la mujer que ha liderado la transformación de la ciudad desde 1991; desde que Rita es alcaldesa, Valencia ha dado un salto adelante como ninguna ciudad europea”.
Pero el Ayuntamiento capitaneado por Barberá adeuda al estado –en concreto al ICO- 400 millones de euros por la Copa América (la alcaldesa ha asociado su gestión también a otros “grandes eventos”, como la Fórmula 1, que ha costado unos 300 millones de euros a los valencianos). El consistorio es, además, el tercero en endeudamiento del país (en torno a 870 millones de euros de deuda), tras Madrid y Barcelona. No aludió Rajoy a la querencia de la alcaldesa por los bolsos caros: su nombre apareció, dentro de la “trama” Gürtel, relacionado con el regalo de bolsos de la marca Louis Vuitton; un testigo del caso Emarsa afirmó haberle llevado a Rita Barberá (como regalo) dos bolsos de Loewe.
De tono populista y talante autoritario, la dirigente del PP se ha caracterizado por un escaso respeto por el patrimonio: ha insistido hasta el último día de la legislatura en ampliar la avenida de Blasco Ibáñez hasta el mar, lo que implica la demolición de 1.651 viviendas en un barrio –el Cabanyal- declarado Bien de Interés Cultural (BIC). De momento paralizado, el Plan General promovido por el PP planteaba la reclasificación de 415 hectáreas de huerta, lo que permitiría construir unas 17.000 viviendas y diferentes infraestructuras.
Sobre Alberto Fabra, quien aterrizó a la presidencia de Generalitat en julio de 2011 (tras la dimisión de Francisco Camps), el presidente del Gobierno no se ha mostrado neutral: “Alberto Fabra llegó en los peores momentos de la crisis, cuando muchos se hubieran echado atrás; y entonces es donde puede verse a un buen gobernante; lo cierto es que Alberto no se arrugó y, como siempre ocurre en la vida, el esfuerzo y la dedicación rinde frutos”. Más aún, “las exportaciones valencianas van como un tiro, el turismo bate todos los registros, repunta el consumo… y la Comunidad Valenciana está a la cabeza”. Según Rajoy, en los dos últimos años de legislatura “hemos creado un millón de puestos de trabajo”. Y ha agregado en tono mitinero: “este partido –el PP-no se ha hecho en media hora, no somos una pandilla ni el producto de una tertulia o un plató de televisión”…
Los partidos de la oposición a Fabra en las Cortes Valencianas y las organizaciones sociales no comparten las impresiones de Rajoy. Los familiares de las víctimas del accidente de Metro del 3 de julio de 2006, que se saldó con 43 muertos y 47 heridos, han criticado el menosprecio del Consell. En noviembre de 2013, Alberto Fabra resolvió cerrar Radiotelevisió Valenciana, que acumulaba una deuda de más de 1.200 millones de euros (Canal 9 subvencionó y patrocinó a clubes de fútbol con cerca de 400 millones de euros). A finales de 2014, el País Valenciano encabezaba la ratio de deuda pública por comunidades autónomas (37,90% respecto al PIB). EUPV-IU ha denunciado que entre 2009 y 2013 el País Valenciano ha liderado los recortes en inversión educativa (28,2%) en el conjunto del estado. STEPV hizo público, a partir de cifras oficiales, que al menos 14.000 menores valencianos comenzaron el curso 2014-2015 en “barracones”.
EUPV-IU también ha criticado que, ya en 2009, el País Valenciano era una de las autonomías con menor gasto sanitario por habitante (en el periodo 2009-2013 se redujo además un 20,4%). Comisiones Obreras cifra la reducción de la plantilla sanitaria, entre 2012 y junio de 2014, en 1.035 profesionales. Con Alberto Fabra, asegura EUPV-IU, no sólo ha aumentado el número de personas desempleadas, sino que la tasa de riesgo de pobreza afecta al 31,7% de la población. Añade la formación de izquierdas que el número de desahucios en el País Valenciano, en la presente legislatura, supera los 40.000. Y ninguna mención en el mitin a la ristra de casos de supuesta corrupción: Gürtel, Blasco, Cotino, Emarsa, Imelsa, Calatrava, Sonia Castedo y Enrique Oriz, Carlos Fabra, Terra Mítica, Valmor…
Enric Llopis
Fuente: aquí.
Miedo a la lectura
Belén Gopegui. Diagonal
Está fuera de Madrid cuando recibe un mail de alguien que, con toda lógica, le pregunta si, dado que pertenece al mundo del libro, podría escribir sobre lo que implica que hayan detenido a unas personas siendo uno de los motivos o de los indicios o, en fin, un dato relevante para el juez la posesión de un libro. En el mail, el libro se nombra algo como c*n-r* l* d*mxcr*ci*, y de él se dice: tiene sólo 83 páginas valientes, en las que se traza una genealogía breve de la historia de la democracia, se expresan unas ideas políticas y se expone una apuesta clara y generosa por las personas.
Las detenidas participaban en CSOA, centros sociales ocupados autogestionados. Así se formó ella políticamente, en una escuela ocupada y autogestionada desde donde se enseñó a leer a cientos de personas analfabetas en el Madrid de los años ochenta. Hoy interpreta la realidad más en clave de marxismo que de anarquismo y, sin embargo, sigue sabiendo que algunas observaciones de esta corriente política son imprescindibles para separar el poder, el “poder hacer”, de la dominación. Quiere leer el libro, pero duda si descargárselo, pues está en casa de unos amigos y quedará huella y, un día, unos policías pueden entrar y registrar la casa de sus amigos, inquietar a los hijos o detener al padre y a la madre. Hay campañas, piensa entonces, a favor del miedo a la lectura. Al final lo descarga, pues puede probar su estancia en esa ciudad ese día; además, en la casa le dicen que no tema. Lo lee, coincide con la persona del mail. Aunque cualquiera puede encontrar el título del libro en las noticias sobre las detenciones, se pregunta si citar su título completo sin condenarlo puede comprometer al medio que ahora lees y ya la pregunta daña.
La realidad suele ser poco clara, pero algunas cosas deberían estar bastante claras. El mundo se indigna cuando la mano de un policía toca el cogote de un exministro acusado de haber desviado dinero en cifras que habrían servido, pongamos, para construir varios centros de salud y hacerlos funcionar. En cambio, las otras nucas, y la incertidumbre de las familias, y la desproporción, se callan. Discrepar no es apropiarse de dinero, esfuerzo ajeno, vida; es crepitar distinto, cuestionar la hoguera de lo establecido. Ese libro discrepa sin buscar la destrucción de una raza ni el abuso de los cuerpos ajenos ni la opresión por desigualdad, y prohibirlo es acallar ruidos como buscando que todo suene igual, siga igual.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/26702-miedo-la-lectura.html
Está fuera de Madrid cuando recibe un mail de alguien que, con toda lógica, le pregunta si, dado que pertenece al mundo del libro, podría escribir sobre lo que implica que hayan detenido a unas personas siendo uno de los motivos o de los indicios o, en fin, un dato relevante para el juez la posesión de un libro. En el mail, el libro se nombra algo como c*n-r* l* d*mxcr*ci*, y de él se dice: tiene sólo 83 páginas valientes, en las que se traza una genealogía breve de la historia de la democracia, se expresan unas ideas políticas y se expone una apuesta clara y generosa por las personas.
Las detenidas participaban en CSOA, centros sociales ocupados autogestionados. Así se formó ella políticamente, en una escuela ocupada y autogestionada desde donde se enseñó a leer a cientos de personas analfabetas en el Madrid de los años ochenta. Hoy interpreta la realidad más en clave de marxismo que de anarquismo y, sin embargo, sigue sabiendo que algunas observaciones de esta corriente política son imprescindibles para separar el poder, el “poder hacer”, de la dominación. Quiere leer el libro, pero duda si descargárselo, pues está en casa de unos amigos y quedará huella y, un día, unos policías pueden entrar y registrar la casa de sus amigos, inquietar a los hijos o detener al padre y a la madre. Hay campañas, piensa entonces, a favor del miedo a la lectura. Al final lo descarga, pues puede probar su estancia en esa ciudad ese día; además, en la casa le dicen que no tema. Lo lee, coincide con la persona del mail. Aunque cualquiera puede encontrar el título del libro en las noticias sobre las detenciones, se pregunta si citar su título completo sin condenarlo puede comprometer al medio que ahora lees y ya la pregunta daña.
La realidad suele ser poco clara, pero algunas cosas deberían estar bastante claras. El mundo se indigna cuando la mano de un policía toca el cogote de un exministro acusado de haber desviado dinero en cifras que habrían servido, pongamos, para construir varios centros de salud y hacerlos funcionar. En cambio, las otras nucas, y la incertidumbre de las familias, y la desproporción, se callan. Discrepar no es apropiarse de dinero, esfuerzo ajeno, vida; es crepitar distinto, cuestionar la hoguera de lo establecido. Ese libro discrepa sin buscar la destrucción de una raza ni el abuso de los cuerpos ajenos ni la opresión por desigualdad, y prohibirlo es acallar ruidos como buscando que todo suene igual, siga igual.
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/26702-miedo-la-lectura.html
Josefina Molina: ser mujer y hacer películas...
Es una creadora multidisciplinar. A sus 78 años, ha trabajado como directora y guionista en cine y televisión, pero también se la conoce por su faceta de novelista. “Hay gente que me toma por muy seria”, asegura
A sus 78 años Josefina Molina (Córdoba, 1936) lo sigue teniendo muy claro: “Hacer una película ha sido infinitamente más complicado para una mujer que para un hombre, y hoy lo sigue siendo aunque parezca que no. Hablando en el plano de igualdad de oportunidades, no tenemos esa igualdad, no la tenemos…” Y para demostrarlo se remonta a la Escuela de Cine donde estudió (fue la primera mujer en obtener el título de directora), y a su larga experiencia en TVE donde se inició profesionalmente al mismo tiempo que otras realizadoras: Pilar Miró, Mercedes Villaret… A ella le encargaron una adaptación de La metamorfosis, de Kafka “que era un rollo que no quería hacer nadie, pero yo me lo tomé tan en serio que acabaron diciendo: ‘Ha trabajado mucho la pobre, habrá que hacer algo con ella’. Vosotros no sabéis lo insoportable que es ese paternalismo.” Pero “cabezona como soy”, acabó realizando decenas de buenos programas y tres series que han quedado en la memoria: El camino (1978), Teresa de Jesús (1984) y Entre naranjos (1998), por las que recibió distinciones y parabienes. Recientemente está siendo muy premiada, por ejemplo con el título de Hija predilecta de Andalucía, medallas del Trabajo, de Bellas Artes (”se están pasando”, dice), y el Goya de Honor de la Academia de Cine que ella adjudica a la asociación de mujeres cineastas, CIMA, de la que es presidenta de honor: “Si no hubiera sido porque ellas estuvieron batallando para que se lo dieran a una mujer…”
En 1973 dirigió su primer largometraje, Vera, un cuento cruel, al que siguieron Función de noche, Esquilache, Lo más natural y La Lola se va a los puertos. “Querría haber hecho más pero no ha sido posible. De repente aparecieron unos nuevos productores que hablaban de cosas que yo ya no entendía, que las decían medio en inglés medio en español para referirse a obviedades y con un tono de ejecutivos de multinacional sin serlo. En definitiva, que a mi juicio decían muchas tonterías, y entonces sentí que estaba sobrando, ‘Mira guapa, hasta aquí has llegado, quédate en casita, ya tienes tu jubilación, no te metas en más líos, deja el sitio, anda…”
“Al final de la década de los 80 gracias al decreto de Pilar Miró se incorporaron 30 directoras nuevas. Hasta entonces habíamos sido unas 10 en toda la historia, era un erial, Y ha habido luego un goteo de mujeres muy valiosas que han hablado de lo que de verdad le importa a la sociedad en lugar de mirarse el ombligo, de temas que interesan. Para ver la vida en relieve hacen falta dos ojos, dos miradas”.
Función de noche fue una película atípica. Nació de la adaptación teatral de Cinco horas con Mario, la novela de Delibes que interpretó Lola Herrera y dirigió Josefina Molina. Este “grito de una mujer a la que nunca se había escuchado”, según la directora, hizo que la actriz realizara un íntimo balance de su vida durante los 10 años en que estuvo interpretando la obra e iniciara “una búsqueda de su propia identidad”. Enfrentada a su marido, Daniel Dicenta, las cámaras ocultas rodaron el encuentro y el resultado fue extraordinario. “Nada me apetecía más que profundizar en la situación de una mujer de mi generación. Te educan para ser una persona que no opina por sí misma y que está atenta a lo que el hombre diga y a cambio tienes que exigirle que él sea fuerte, que no llore nunca, que resuelva todos los problemas. En el momento en que se enfrentan los dos, ni la una es lo que le han dicho que debe ser ni el otro es tan fuerte, todo se viene abajo porque no es posible que un hombre pueda con todo lo que se le exige, ser un héroe… Siempre he tenido una fobia total al matrimonio, para mí siempre ha sido un camino mortal. Con 23 años tuve mi primer novio y dos meses antes de la boda pensé que cómo me iba a meter en esa aventura sin saber realmente quién era yo. Incauta de mí, se lo dije al novio: ¿por qué no aplazamos esto y me esperas? Y qué decepción su respuesta, qué decepción. Ahí acabó todo.”
“Te educan para ser una persona que no opina por sí misma y que está atenta a lo que el hombre diga, y a cambio tienes que exigirle que él sea fuerte”
Cuando decidió no hacer más películas, Josefina Molina se puso a escribir “porque si no, me iba a aburrir mucho”. Su primera novela fue Cuestión de azar, “la historia de mi generación en Andalucía, cómo se educaba a las niñas y cómo me educaron a mí” a la que siguió En el umbral de la hoguera sobre Teresa de Jesús: “Me pidieron un libro sobre la serie de la tele pero como se me había quedado en el tintero un episodio preferí escribir sobre él: su viaje a Andalucía –cuando la Orden le pide que se quede calladita mientras la Inquisición la está investigando y los descalzos y los calzados están en guerra–… Soy una aprendiza en lo de escribir, pero es apasionante porque haces lo que te da la gana, no tienes encima a un productor ni tienes que decirle nada al equipo. Escribiendo haces contigo misma los pactos que quieras, te engañas como quieres, eres tú la única responsable, eso me fascinó”. Y tras un libro de encargo, Los papeles de Bécquer, y una autobiografía, Sentada en un rincón, lleva seis años “escribiendo un libro que no terminaré” y del que de momento no quiere que se hable. Una pena porque promete.
“Yo creo que he tenido muchísima suerte en la vida. Es impagable haber podido mantenerme haciendo lo que me gustaba hacer. ¡Lo bien que me lo he pasado dirigiendo, escribiendo guiones, montando las películas! Eso no tiene precio, y he logrado vivir de ello, no de maravilla pero he sobrevivido y tengo mi jubilación y todo. Es para nota.”
Y se ríe con ganas, como hace con frecuencia: “Hay gente que me toma por muy seria, que cree que no tengo sentido del humor pero yo me he reído mucho. Claro que hay cosas que no se pueden tomar con humor, estoy hasta el moño de ver la cantidad de ladrones que hay en este país, que al más pintado lo ponen en un sitio en que puede robar, y roba indefectiblemente. Es una barbaridad y te enfadas y vociferas, pero luego coges un buen libro, te sientas en tu butaca mirando el panorama, te pones un buen disco y se difumina el cabreo. Reírse es algo fundamental. Pero lo que está pasando actualmente con las instituciones no da risa, tanto penar durante 40 años, para ahora esto”… Y concluye suspirando: “Este país no suele hacer lo que le conviene…”
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/17/actualidad/1431880802_744741.html
A sus 78 años Josefina Molina (Córdoba, 1936) lo sigue teniendo muy claro: “Hacer una película ha sido infinitamente más complicado para una mujer que para un hombre, y hoy lo sigue siendo aunque parezca que no. Hablando en el plano de igualdad de oportunidades, no tenemos esa igualdad, no la tenemos…” Y para demostrarlo se remonta a la Escuela de Cine donde estudió (fue la primera mujer en obtener el título de directora), y a su larga experiencia en TVE donde se inició profesionalmente al mismo tiempo que otras realizadoras: Pilar Miró, Mercedes Villaret… A ella le encargaron una adaptación de La metamorfosis, de Kafka “que era un rollo que no quería hacer nadie, pero yo me lo tomé tan en serio que acabaron diciendo: ‘Ha trabajado mucho la pobre, habrá que hacer algo con ella’. Vosotros no sabéis lo insoportable que es ese paternalismo.” Pero “cabezona como soy”, acabó realizando decenas de buenos programas y tres series que han quedado en la memoria: El camino (1978), Teresa de Jesús (1984) y Entre naranjos (1998), por las que recibió distinciones y parabienes. Recientemente está siendo muy premiada, por ejemplo con el título de Hija predilecta de Andalucía, medallas del Trabajo, de Bellas Artes (”se están pasando”, dice), y el Goya de Honor de la Academia de Cine que ella adjudica a la asociación de mujeres cineastas, CIMA, de la que es presidenta de honor: “Si no hubiera sido porque ellas estuvieron batallando para que se lo dieran a una mujer…”
En 1973 dirigió su primer largometraje, Vera, un cuento cruel, al que siguieron Función de noche, Esquilache, Lo más natural y La Lola se va a los puertos. “Querría haber hecho más pero no ha sido posible. De repente aparecieron unos nuevos productores que hablaban de cosas que yo ya no entendía, que las decían medio en inglés medio en español para referirse a obviedades y con un tono de ejecutivos de multinacional sin serlo. En definitiva, que a mi juicio decían muchas tonterías, y entonces sentí que estaba sobrando, ‘Mira guapa, hasta aquí has llegado, quédate en casita, ya tienes tu jubilación, no te metas en más líos, deja el sitio, anda…”
“Al final de la década de los 80 gracias al decreto de Pilar Miró se incorporaron 30 directoras nuevas. Hasta entonces habíamos sido unas 10 en toda la historia, era un erial, Y ha habido luego un goteo de mujeres muy valiosas que han hablado de lo que de verdad le importa a la sociedad en lugar de mirarse el ombligo, de temas que interesan. Para ver la vida en relieve hacen falta dos ojos, dos miradas”.
Función de noche fue una película atípica. Nació de la adaptación teatral de Cinco horas con Mario, la novela de Delibes que interpretó Lola Herrera y dirigió Josefina Molina. Este “grito de una mujer a la que nunca se había escuchado”, según la directora, hizo que la actriz realizara un íntimo balance de su vida durante los 10 años en que estuvo interpretando la obra e iniciara “una búsqueda de su propia identidad”. Enfrentada a su marido, Daniel Dicenta, las cámaras ocultas rodaron el encuentro y el resultado fue extraordinario. “Nada me apetecía más que profundizar en la situación de una mujer de mi generación. Te educan para ser una persona que no opina por sí misma y que está atenta a lo que el hombre diga y a cambio tienes que exigirle que él sea fuerte, que no llore nunca, que resuelva todos los problemas. En el momento en que se enfrentan los dos, ni la una es lo que le han dicho que debe ser ni el otro es tan fuerte, todo se viene abajo porque no es posible que un hombre pueda con todo lo que se le exige, ser un héroe… Siempre he tenido una fobia total al matrimonio, para mí siempre ha sido un camino mortal. Con 23 años tuve mi primer novio y dos meses antes de la boda pensé que cómo me iba a meter en esa aventura sin saber realmente quién era yo. Incauta de mí, se lo dije al novio: ¿por qué no aplazamos esto y me esperas? Y qué decepción su respuesta, qué decepción. Ahí acabó todo.”
“Te educan para ser una persona que no opina por sí misma y que está atenta a lo que el hombre diga, y a cambio tienes que exigirle que él sea fuerte”
Cuando decidió no hacer más películas, Josefina Molina se puso a escribir “porque si no, me iba a aburrir mucho”. Su primera novela fue Cuestión de azar, “la historia de mi generación en Andalucía, cómo se educaba a las niñas y cómo me educaron a mí” a la que siguió En el umbral de la hoguera sobre Teresa de Jesús: “Me pidieron un libro sobre la serie de la tele pero como se me había quedado en el tintero un episodio preferí escribir sobre él: su viaje a Andalucía –cuando la Orden le pide que se quede calladita mientras la Inquisición la está investigando y los descalzos y los calzados están en guerra–… Soy una aprendiza en lo de escribir, pero es apasionante porque haces lo que te da la gana, no tienes encima a un productor ni tienes que decirle nada al equipo. Escribiendo haces contigo misma los pactos que quieras, te engañas como quieres, eres tú la única responsable, eso me fascinó”. Y tras un libro de encargo, Los papeles de Bécquer, y una autobiografía, Sentada en un rincón, lleva seis años “escribiendo un libro que no terminaré” y del que de momento no quiere que se hable. Una pena porque promete.
“Yo creo que he tenido muchísima suerte en la vida. Es impagable haber podido mantenerme haciendo lo que me gustaba hacer. ¡Lo bien que me lo he pasado dirigiendo, escribiendo guiones, montando las películas! Eso no tiene precio, y he logrado vivir de ello, no de maravilla pero he sobrevivido y tengo mi jubilación y todo. Es para nota.”
Y se ríe con ganas, como hace con frecuencia: “Hay gente que me toma por muy seria, que cree que no tengo sentido del humor pero yo me he reído mucho. Claro que hay cosas que no se pueden tomar con humor, estoy hasta el moño de ver la cantidad de ladrones que hay en este país, que al más pintado lo ponen en un sitio en que puede robar, y roba indefectiblemente. Es una barbaridad y te enfadas y vociferas, pero luego coges un buen libro, te sientas en tu butaca mirando el panorama, te pones un buen disco y se difumina el cabreo. Reírse es algo fundamental. Pero lo que está pasando actualmente con las instituciones no da risa, tanto penar durante 40 años, para ahora esto”… Y concluye suspirando: “Este país no suele hacer lo que le conviene…”
http://cultura.elpais.com/cultura/2015/05/17/actualidad/1431880802_744741.html
Contra el abstencionismo: la disputa electoral en España
Si bien el sentido de la abstención cambia según los contextos históricos, en la situación española actual el llamado a no votar constituye una estrategia política cuando menos dudosa. Es cierto que hay momentos en que la importancia del acto electoral puede minimizarse: 1) en una coyuntura en la que una fuerza política tiene asegurada la mayoría absoluta en las instituciones estatales; 2) en un sistema político en el que algunos partidos están proscriptos; 3) en un sistema político dominado por el bipartidismo que plantea continuidades políticas con independencia a quien gobierne, 4) en un contexto donde la derecha no tiene posibilidades de gobernar con mayoría absoluta o incluso 5) en un contexto en el que ninguna de las fuerzas políticas encarna una alternativa de cambio real. Podrían reconstruirse otras situaciones en las que el sentido del voto ya está predefinido y que, razonablemente, no tiene fuerza disruptiva.
Sin embargo, ninguna de esas coyunturas políticas se plantea en el presente. Por el contrario, en la medida en que el electorado de izquierdas se movilice, la posibilidad de fragmentación parlamentaria es más real que nunca. A diferencia de otros períodos electorales, se plantea un ensanchamiento inédito de opciones políticas de izquierdas, que erosiona una composición parlamentaria atravesada por el bipartidismo. Que dicha composición haya permitido el despliegue de políticas de estado regresivas (como ha ocurrido con el cambio constitucional express para la reducción del déficit o la reforma del código penal) es un indicio del trasfondo común que comparten PP y PSOE en asuntos fundamentales, incluso si eso no niega algunas diferencias políticas reales.
Ante esta situación, el llamado a la abstención se desentiende de las correlaciones de fuerza entre diferentes partidos políticos en las instituciones estatales y con ello, permite una infra-representación de fuerzas parlamentarias como IU o Podemos (aun cuando tales fuerzas no necesariamente se ajusten de forma satisfactoria a nuestras expectativas). Para invertir el ángulo: permite la consolidación de una probable alianza entre partidos como Ciudadanos y Partido Popular.
No es sólo que estemos frente a un gobierno nefasto que nos atrapa como moscas en una telaraña política que enlaza corrupción y saqueo, salvataje privado y hundimiento colectivo. No es sólo que la mayoría automática del partido de gobierno haya dado vía libre a un recetario neoconservador que ha arrasado conquistas históricas tan valiosas como irrenunciables, facilitada por un blindaje jurídico crecientemente dictatorial. Lo específico de la coyuntura política actual es que hay una oportunidad histórica de desestructurar un sistema político basado en la lógica de los grandes partidos y reconfigurar las relaciones de poder de una estructura parlamentaria anquilosada.
El recuento de los estragos perpetrados por el partido popular de forma deliberada y coherente en los últimos años es extenso: la política de recortes en sanidad, educación, servicios públicos y prestaciones sociales; la política de rescate a la banca privada sin contraprestaciones ligadas a la recuperación del crédito para familias y PYMES; la política de sobre-endeudamiento del estado, a pesar de la tendencia a privatizar empresas públicas (con el pretexto de reducir gastos y obtener liquidez); la política tributaria de amnistía a los evasores y de manifiesta regresividad de su estructura (gravando más las rentas de trabajo que las rentas de capital); la política de precarización del empleo y consolidación de mercados laborales asediados por la temporalidad, la pauperización de las condiciones de trabajo, la caída salarial, la pérdida de derechos laborales, la institucionalización de la “flexo-explotación” y el mantenimiento de una elevada tasa de desempleo; la política de tolerancia ante la economía sumergida, el fraude y los paraísos fiscales; la política armamentística expansiva, que sigue comerciando armas con gobiernos que incumplen los derechos humanos más básicos; la política energética orientada a la protección de los intereses de las grandes corporaciones privadas del sector, en perjuicio del uso de energías renovables y de una reducción tarifaria generalizada; la política jurídica orientada a la conversión de la protesta social en delito y a la consolidación de un sistema judicial clasista y plagado de prerrogativas; la política de represión de la protesta social y la persecución policial de las ensanchadas categorías de “sospechosos” (comenzando por inmigrantes en situación irregular y personas “sin techo”); la política de desahucios que además de vulnerar el derecho a la vivienda sigue perpetuando una relación abusiva entre la banca y la ciudadanía hipotecada; la política cultural orientada a reestablecer una cultura autoritaria, tradicionalista, homofóbica y sexista; la política de medios marcada por la censura y el control ideológico, degradando un servicio público a mero instrumento propagandístico; la política de control de fronteras marcada por la denegación de derechos humanos fundamentales a los damnificados y por las expulsiones en caliente reconvertidas legalmente en “rechazo en frontera”; la política migratoria que no sólo ha restringido el acceso y permanencia legal de personas extranjeras sino que ha forzado la emigración de cientos de miles de personas (especialmente jóvenes profesionales) por falta de oportunidades laborales; la política de asilo que, además de perpetuar las graves restricciones a la concesión real de asilo, vulnera el acceso efectivo al derecho a solicitarlo; la política de desfinanciación de la investigación pública y el asedio al sistema público de enseñanza en vistas a su reconversión en un sistema de reparto jerárquico de cualificaciones profesionales (según pertenencias de clase), por mencionar algunas.
La enumeración de estas políticas (claramente identificadas con un horizonte político neoconservador) podría ampliarse bajo la forma de análisis sectoriales. Dista de ser exhaustiva, pero permite dimensionar el alcance de unas decisiones gubernamentales que nos afectan de forma cotidiana. Como «instantáneas del cinismo» oficial no cesan de proliferar: la mentada “recuperación económica”, tras índices macroeconómicos positivos, apenas disimula el pésimo cuadro de una España asediada por la pobreza, la desigualdad, la corrupción, el desempleo, la precariedad laboral y, en general, la restricción tendencial de oportunidades económicas, culturales y políticas.
Para resumir: la vida social ha sido reconfigurada de forma notoria a partir del omnicomprehensivo discurso de la crisis. Mantenerse al margen es ilusorio: en tanto transformación de nuestras condiciones de existencia, semejantes decisiones nos afectan de forma directa e indirecta, ante todo, como restricciones materiales en el acceso a derechos sociales, económicos, políticos y culturales que sostienen la posibilidad del bienestar colectivo. Dicho de otro modo: no sólo es imposible estar fuera de la telaraña política, sino que esa telaraña nos enreda de forma creciente, mediante la asfixia cada vez más severa de nuestras vidas.
Que estemos intentando crear un “afuera” (una exterioridad política) y persistamos en la construcción de proyectos sociales autónomos, no niega esta premisa: nadie está fuera en una sociedad del control. La desconfianza al estado actual (e incluso a cualquier forma de estado, a la «estatalidad» como estructura de gubernamentabilidad e institución política central en la modernidad) no es impedimento para que ese estado irrumpa, bajo la forma de políticas gubernamentales concretas, en la vida social en su conjunto. Vincularse de formas diferenciadas con esas políticas, incluyendo la resistencia activa a sus efectos más perniciosos o el intento de limitar su campo de intervención, no niega en lo más mínimo su presencia material en nuestra cotidianeidad. Siempre ya somos objetos de las decisiones y prácticas gubernamentales: pedir que el estado “nos deje en paz” es, precisamente, la imposibilidad de la política actual. Descreamos o no, seamos libertarios, comunistas, feministas, altermundistas, insurreccionalistas, pacifistas o lo que fuere, los efectos de esas políticas son visibles y algunos inclusive irrumpen de forma brutal, bajo la forma nada metafórica de un policía antidisturbios, una citación judicial o un embargo.
Aunque el sistema político vigente suscite dudas legítimas e incluso una distancia irreductible, la abstención no parece ser una buena estrategia para sacarnos de la telaraña. Como moscas atrapadas, no es posible cortar lo que nos asfixia si no logramos subvertir las decisiones políticas que siguen enredándonos. Si un parlamento con mayoría absoluta de la derecha amenaza con profundizar en las políticas precedentes, un parlamento fragmentado permite limitar el alcance de semejantes políticas e incluso revertirlas en cierta medida. Dicho de otra forma: podría producir un movimiento forzado hacia la negociación política que, objetivamente, limita el poder de decisión de estas fuerzas neoconservadoras.
En suma, la exclusión del sistema político de partidos y de las instituciones estatales como campos estratégicos de lucha constituye una renuncia política que favorece la reproducción sistémica. Contra la idea de que votar es “hacerle el juego” al sistema, cabe afirmar que el “juego del sistema” es que cada vez la ciudadanía se implique menos en las prácticas políticas, incluyendo el acto de votar. ¿No es el abstencionismo, en estas condiciones, funcional a ese juego sistémico que consiste en blindarse contra aquellos jugadores que quieren cambiar las reglas de juego (incluyendo la de una ley electoral claramente injusta)? El abstencionismo da vía libre a las políticas gubernamentales en curso. Sostener que es indiferente quien gobierne es, sin más, un acto de ceguera. Facilita que sigan jugando con nosotros.
Si las luchas institucionales constituyen un momento específico de luchas político-sociales más vastas, no participar en ellas facilita –a menudo, de forma involuntaria- que una derecha retrógrada siga extendiendo su telaraña. Queda por averiguar si seremos capaces de desenredarnos.
Arturo Borra
Sin embargo, ninguna de esas coyunturas políticas se plantea en el presente. Por el contrario, en la medida en que el electorado de izquierdas se movilice, la posibilidad de fragmentación parlamentaria es más real que nunca. A diferencia de otros períodos electorales, se plantea un ensanchamiento inédito de opciones políticas de izquierdas, que erosiona una composición parlamentaria atravesada por el bipartidismo. Que dicha composición haya permitido el despliegue de políticas de estado regresivas (como ha ocurrido con el cambio constitucional express para la reducción del déficit o la reforma del código penal) es un indicio del trasfondo común que comparten PP y PSOE en asuntos fundamentales, incluso si eso no niega algunas diferencias políticas reales.
Ante esta situación, el llamado a la abstención se desentiende de las correlaciones de fuerza entre diferentes partidos políticos en las instituciones estatales y con ello, permite una infra-representación de fuerzas parlamentarias como IU o Podemos (aun cuando tales fuerzas no necesariamente se ajusten de forma satisfactoria a nuestras expectativas). Para invertir el ángulo: permite la consolidación de una probable alianza entre partidos como Ciudadanos y Partido Popular.
No es sólo que estemos frente a un gobierno nefasto que nos atrapa como moscas en una telaraña política que enlaza corrupción y saqueo, salvataje privado y hundimiento colectivo. No es sólo que la mayoría automática del partido de gobierno haya dado vía libre a un recetario neoconservador que ha arrasado conquistas históricas tan valiosas como irrenunciables, facilitada por un blindaje jurídico crecientemente dictatorial. Lo específico de la coyuntura política actual es que hay una oportunidad histórica de desestructurar un sistema político basado en la lógica de los grandes partidos y reconfigurar las relaciones de poder de una estructura parlamentaria anquilosada.
El recuento de los estragos perpetrados por el partido popular de forma deliberada y coherente en los últimos años es extenso: la política de recortes en sanidad, educación, servicios públicos y prestaciones sociales; la política de rescate a la banca privada sin contraprestaciones ligadas a la recuperación del crédito para familias y PYMES; la política de sobre-endeudamiento del estado, a pesar de la tendencia a privatizar empresas públicas (con el pretexto de reducir gastos y obtener liquidez); la política tributaria de amnistía a los evasores y de manifiesta regresividad de su estructura (gravando más las rentas de trabajo que las rentas de capital); la política de precarización del empleo y consolidación de mercados laborales asediados por la temporalidad, la pauperización de las condiciones de trabajo, la caída salarial, la pérdida de derechos laborales, la institucionalización de la “flexo-explotación” y el mantenimiento de una elevada tasa de desempleo; la política de tolerancia ante la economía sumergida, el fraude y los paraísos fiscales; la política armamentística expansiva, que sigue comerciando armas con gobiernos que incumplen los derechos humanos más básicos; la política energética orientada a la protección de los intereses de las grandes corporaciones privadas del sector, en perjuicio del uso de energías renovables y de una reducción tarifaria generalizada; la política jurídica orientada a la conversión de la protesta social en delito y a la consolidación de un sistema judicial clasista y plagado de prerrogativas; la política de represión de la protesta social y la persecución policial de las ensanchadas categorías de “sospechosos” (comenzando por inmigrantes en situación irregular y personas “sin techo”); la política de desahucios que además de vulnerar el derecho a la vivienda sigue perpetuando una relación abusiva entre la banca y la ciudadanía hipotecada; la política cultural orientada a reestablecer una cultura autoritaria, tradicionalista, homofóbica y sexista; la política de medios marcada por la censura y el control ideológico, degradando un servicio público a mero instrumento propagandístico; la política de control de fronteras marcada por la denegación de derechos humanos fundamentales a los damnificados y por las expulsiones en caliente reconvertidas legalmente en “rechazo en frontera”; la política migratoria que no sólo ha restringido el acceso y permanencia legal de personas extranjeras sino que ha forzado la emigración de cientos de miles de personas (especialmente jóvenes profesionales) por falta de oportunidades laborales; la política de asilo que, además de perpetuar las graves restricciones a la concesión real de asilo, vulnera el acceso efectivo al derecho a solicitarlo; la política de desfinanciación de la investigación pública y el asedio al sistema público de enseñanza en vistas a su reconversión en un sistema de reparto jerárquico de cualificaciones profesionales (según pertenencias de clase), por mencionar algunas.
La enumeración de estas políticas (claramente identificadas con un horizonte político neoconservador) podría ampliarse bajo la forma de análisis sectoriales. Dista de ser exhaustiva, pero permite dimensionar el alcance de unas decisiones gubernamentales que nos afectan de forma cotidiana. Como «instantáneas del cinismo» oficial no cesan de proliferar: la mentada “recuperación económica”, tras índices macroeconómicos positivos, apenas disimula el pésimo cuadro de una España asediada por la pobreza, la desigualdad, la corrupción, el desempleo, la precariedad laboral y, en general, la restricción tendencial de oportunidades económicas, culturales y políticas.
Para resumir: la vida social ha sido reconfigurada de forma notoria a partir del omnicomprehensivo discurso de la crisis. Mantenerse al margen es ilusorio: en tanto transformación de nuestras condiciones de existencia, semejantes decisiones nos afectan de forma directa e indirecta, ante todo, como restricciones materiales en el acceso a derechos sociales, económicos, políticos y culturales que sostienen la posibilidad del bienestar colectivo. Dicho de otro modo: no sólo es imposible estar fuera de la telaraña política, sino que esa telaraña nos enreda de forma creciente, mediante la asfixia cada vez más severa de nuestras vidas.
Que estemos intentando crear un “afuera” (una exterioridad política) y persistamos en la construcción de proyectos sociales autónomos, no niega esta premisa: nadie está fuera en una sociedad del control. La desconfianza al estado actual (e incluso a cualquier forma de estado, a la «estatalidad» como estructura de gubernamentabilidad e institución política central en la modernidad) no es impedimento para que ese estado irrumpa, bajo la forma de políticas gubernamentales concretas, en la vida social en su conjunto. Vincularse de formas diferenciadas con esas políticas, incluyendo la resistencia activa a sus efectos más perniciosos o el intento de limitar su campo de intervención, no niega en lo más mínimo su presencia material en nuestra cotidianeidad. Siempre ya somos objetos de las decisiones y prácticas gubernamentales: pedir que el estado “nos deje en paz” es, precisamente, la imposibilidad de la política actual. Descreamos o no, seamos libertarios, comunistas, feministas, altermundistas, insurreccionalistas, pacifistas o lo que fuere, los efectos de esas políticas son visibles y algunos inclusive irrumpen de forma brutal, bajo la forma nada metafórica de un policía antidisturbios, una citación judicial o un embargo.
Aunque el sistema político vigente suscite dudas legítimas e incluso una distancia irreductible, la abstención no parece ser una buena estrategia para sacarnos de la telaraña. Como moscas atrapadas, no es posible cortar lo que nos asfixia si no logramos subvertir las decisiones políticas que siguen enredándonos. Si un parlamento con mayoría absoluta de la derecha amenaza con profundizar en las políticas precedentes, un parlamento fragmentado permite limitar el alcance de semejantes políticas e incluso revertirlas en cierta medida. Dicho de otra forma: podría producir un movimiento forzado hacia la negociación política que, objetivamente, limita el poder de decisión de estas fuerzas neoconservadoras.
En suma, la exclusión del sistema político de partidos y de las instituciones estatales como campos estratégicos de lucha constituye una renuncia política que favorece la reproducción sistémica. Contra la idea de que votar es “hacerle el juego” al sistema, cabe afirmar que el “juego del sistema” es que cada vez la ciudadanía se implique menos en las prácticas políticas, incluyendo el acto de votar. ¿No es el abstencionismo, en estas condiciones, funcional a ese juego sistémico que consiste en blindarse contra aquellos jugadores que quieren cambiar las reglas de juego (incluyendo la de una ley electoral claramente injusta)? El abstencionismo da vía libre a las políticas gubernamentales en curso. Sostener que es indiferente quien gobierne es, sin más, un acto de ceguera. Facilita que sigan jugando con nosotros.
Si las luchas institucionales constituyen un momento específico de luchas político-sociales más vastas, no participar en ellas facilita –a menudo, de forma involuntaria- que una derecha retrógrada siga extendiendo su telaraña. Queda por averiguar si seremos capaces de desenredarnos.
Arturo Borra
viernes, 22 de mayo de 2015
Niños agobiados por exceso de deberes. Una madre logra más de 100.000 apoyos para su propuesta de racionalizar las tareas escolares en casa
Ni demasiado, ni demasiado poco. Con los deberes escolares pasa como con tantas otras cosas, que con frecuencia el péndulo oscila entre un extremo y el otro, y no hay forma de alcanzar el equilibrio. Que una madre preocupada por la educación pero también por la felicidad de sus tres hijos haya obtenido más de 100.000 apoyos a su propuesta de “racionalización de los deberes en el sistema educativo español” en Change.org quiere decir que algo no acaba de funcionar bien.
El problema de los deberes no es que los niños tengan que hacer tareas en casa; es que no hay una regla, una pauta que tenga en cuenta los objetivos académicos, por supuesto, pero también el bienestar de los niños. La cantidad de deberes depende de cada profesor y eso hace que algunos se queden cortos y otros se pasen. Las diferencias no dependen solo del nivel de exigencia del docente, sino de sus habilidades: unos consiguen impartir el programa con buenos resultados y sin más esfuerzo que el que se hace en clase, y otros no logran cumplir el objetivo sin que los chicos se lleven a casa gran cantidad de tareas. Pero es muy probable que los primeros no estén tan bien valorados por los padres como los segundos, porque en la cuestión de los deberes también influyen factores culturales. El que tengan muchos deberes tranquiliza a los padres estresados por el miedo a que sus hijos no sean suficientemente competitivos para triunfar en la vida.
¿Tan importantes son los deberes para el éxito educativo? Un estudio (Falch y Rønning, 2012) demuestra que puede haber hasta tres puntos de diferencia en la nota entre los niños que hacen deberes y los que no. Pero cuidado. Eso depende del sistema educativo. El estudio se hizo en 2007 en 16 países de la OCDE utilizando como base los exámenes TIMSS sobre matemáticas y ciencia (España no participa en esta prueba). Curiosamente, en algunos países los deberes mejoraban la nota, pero en otros, como Suecia, la bajaban. La clave está en cómo se plantean. Si se conciben como un sustituto de las tareas de clase, si consisten en que los niños aprendan solos en casa, no solo no ayudan, sino que el resultado es peor. Si, por el contrario, son un complemento para reforzar lo ya aprendido, entonces mejora.
Los deberes son necesarios y convenientes, pero bien orientados y en su justa medida. Permiten reforzar lo aprendido y ayudan al niño a entrenarse en el esfuerzo, la organización y la planificación del tiempo. A condición de que sean tareas atractivas y tengan la ayuda necesaria, porque a veces, no saber gestionar bien los deberes es una fuente de frustración y angustia. En todo caso no hay que olvidar que los niños son niños y necesitan jugar y explayarse. En el aprendizaje de la vida, tan importante es saber matemáticas como aprender a jugar y a relacionarse con otros niños en la plaza. Claro que ahora tampoco hay demasiadas plazas en las que jugar y muchas veces resulta más fácil o más cómodo llenar el tiempo con deberes que buscar alternativas estimulantes y socializadoras.
Recomendar en Facebook34Twittear23Enviar a LinkedIn1Enviar a Google +4 Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/05/17/opinion/1431887233_269430.html
El problema de los deberes no es que los niños tengan que hacer tareas en casa; es que no hay una regla, una pauta que tenga en cuenta los objetivos académicos, por supuesto, pero también el bienestar de los niños. La cantidad de deberes depende de cada profesor y eso hace que algunos se queden cortos y otros se pasen. Las diferencias no dependen solo del nivel de exigencia del docente, sino de sus habilidades: unos consiguen impartir el programa con buenos resultados y sin más esfuerzo que el que se hace en clase, y otros no logran cumplir el objetivo sin que los chicos se lleven a casa gran cantidad de tareas. Pero es muy probable que los primeros no estén tan bien valorados por los padres como los segundos, porque en la cuestión de los deberes también influyen factores culturales. El que tengan muchos deberes tranquiliza a los padres estresados por el miedo a que sus hijos no sean suficientemente competitivos para triunfar en la vida.
¿Tan importantes son los deberes para el éxito educativo? Un estudio (Falch y Rønning, 2012) demuestra que puede haber hasta tres puntos de diferencia en la nota entre los niños que hacen deberes y los que no. Pero cuidado. Eso depende del sistema educativo. El estudio se hizo en 2007 en 16 países de la OCDE utilizando como base los exámenes TIMSS sobre matemáticas y ciencia (España no participa en esta prueba). Curiosamente, en algunos países los deberes mejoraban la nota, pero en otros, como Suecia, la bajaban. La clave está en cómo se plantean. Si se conciben como un sustituto de las tareas de clase, si consisten en que los niños aprendan solos en casa, no solo no ayudan, sino que el resultado es peor. Si, por el contrario, son un complemento para reforzar lo ya aprendido, entonces mejora.
Los deberes son necesarios y convenientes, pero bien orientados y en su justa medida. Permiten reforzar lo aprendido y ayudan al niño a entrenarse en el esfuerzo, la organización y la planificación del tiempo. A condición de que sean tareas atractivas y tengan la ayuda necesaria, porque a veces, no saber gestionar bien los deberes es una fuente de frustración y angustia. En todo caso no hay que olvidar que los niños son niños y necesitan jugar y explayarse. En el aprendizaje de la vida, tan importante es saber matemáticas como aprender a jugar y a relacionarse con otros niños en la plaza. Claro que ahora tampoco hay demasiadas plazas en las que jugar y muchas veces resulta más fácil o más cómodo llenar el tiempo con deberes que buscar alternativas estimulantes y socializadoras.
Recomendar en Facebook34Twittear23Enviar a LinkedIn1Enviar a Google +4 Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/05/17/opinion/1431887233_269430.html
Deberes, ¿rutina necesaria o condena?
¿Qué tipo de deberes son los adecuados para el aprendizaje?
Todos los días, al acabar su jornada, Diego se lleva a casa entre dos horas y media y tres horas de trabajo extra. Apenas tiene tiempo libre, y acusa los efectos del estrés. Diego no es un ejecutivo incapaz de desconectar o un asesor fiscal en época de impuestos. Es un niño de 10 años que cursa 5º de Primaria e intenta hacer todos los deberes que le mandan sus profesoras. Sus hermanas, Lara, de 12 años, y Nadia, de 8, tienen mucha menos tarea aunque van al mismo colegio público de Tres Cantos (Madrid). Mientras Diego está encerrado en su habitación, ellas salen a jugar o ven la televisión. Muchos días, cuando acaba, solo le da tiempo a cenar, ducharse e irse a la cama.
Es un niño que saca notables y sobresalientes, que según sus propias maestras es rápido en los exámenes y tiene buena comprensión lectora. Cuando su madre, Eva Bailén, fue a hablar con ellas, le propusieron que le limitara el tiempo para completar las tareas a una hora u hora y media. “Y si no termina, que asuma las consecuencias”, recuerda que le dijeron. “Les contesté que no, porque él quiere hacer los deberes”, cuenta esta ingeniera de Telecomunicaciones y autora de un blog en plan familiar "http://todoeldiaconectados.com/" en el ámbito de las nuevas tecnologías. Y añade: “Es muy duro contarle a los profesores que el niño ha necesitado que le enseñen técnicas de relajación y a gestionar la presión por el exceso de deberes y que ni se compadezcan”.
Tras hablar con el director y no conseguir tampoco ninguna solución, Bailén inició una petición de firmas en Change.org “por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español”, que ha superado los 100.000 apoyos. Actualmente, las tareas en casa no están reguladas a nivel estatal, y normalmente, deciden los profesores o los centros. “Yo no era contraria a los deberes, pensaba que era bueno que los niños hicieran algo en casa y no estuvieran toda la tarde holgazaneando", explica. "Hasta que ves que tu hijo día tras día acaba llorando, que no ha podido jugar, que no es feliz”.
La petición vuelve a poner sobre la mesa un debate recurrente desde hace años en países como Estados Unidos, Canadá y Francia, donde se llegó incluso a convocar una huelga de deberes por parte de los padres en 2012.
El caso de Diego refleja, llevado al extremo, los males del sistema actual en España, en los que coinciden los expertos consultados: deberes excesivos, falta de coordinación entre profesores, y tareas repetitivas, mecánicas e iguales para todos, sin tener en cuenta las necesidades de cada niño. También algunas de las consecuencias: tensión entre padres e hijos; familias cuyo tiempo libre está condicionado a lo que han decidido los profesores; niños que acaban por aborrecer el estudio y el colegio por aburrimiento; y aumento de las desigualdades por el nivel cultural y económico, que permite dar más o menos apoyo ante las dudas del alumno.
“No es perjudicial algún tipo de actividad, pero se ha de establecer un tiempo razonable”, opina Luis Miguel Lázaro, catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. Un máximo de 40 minutos diarios al final de primaria, y cerca de una hora en secundaria le parece suficiente. Para ello, “es básico que los profesores se coordinen, no puede ser que cada uno mande deberes como si la suya fuera la única asignatura”.
Lázaro advierte del riesgo, sobre todo en primaria, de que las tareas quiten tiempo al juego y a la relación con otros niños, “tan importantes como el desarrollo académico”. Pero "cuando el maestro intenta poner menos, muchas veces son los propios padres los que los exigen, porque piensan que si no los niños no van a aprender", asegura Alfonso González, profesor de Biología en un colegio concertado de Murcia. “Muchos padres quieren que los niños estén ocupados, o creen que cantidad es igual a calidad”, critica.
Y es que los deberes están tan arraigados en la cultura escolar que muchos los consideran una rutina indispensable o una suerte de condena ineludible. “Tienen que hacer deberes para coger hábito de estudio”; “así se preparan para la ESO”; “son niños, es lo que les toca hacer”, eran frases repetidas entre los que se negaban a firmar una iniciativa similar a la de Bailén promovida por varios padres del colegio público madrileño Mariano José de Larra. “Desde que los niños van al colegio, deberían existir los deberes”, defiende Luis Carbonel, presidente de la Concapa, la confederación católica de padres, que representa a tres millones de familias, la mayoría de centros concertados. Eso sí, “proporcionales a la edad —un par de horas diarias en secundaria y bachillerato, y mucho menos en primaria”. “Una cosa es recibir explicaciones, y otra, fijarlas en casa con ejercicios, estudio o memorización”, afirma.
Pero la movilización de Bailén, la del colegio Larra y otras que van surgiendo muestran que cada vez más padres, expertos, profesores e incluso colegios se replantean el sistema actual. “España es uno de los países donde más deberes se mandan y donde hay más horas lectivas”, afirma Enric Roca, profesor de Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona y director de la iniciativa Edu21, pese a lo cual, no logra más que puestos mediocres en el informe PISA, que evalúa los conocimientos en Matemáticas, Lengua y Ciencias de los alumnos de 15 años de los países de la OCDE. Mientras, Finlandia sobresale aunque sea el país cuyos alumnos dedican menos horas a los deberes.
González es uno de los abiertamente críticos. Ha cobrado cierta celebridad en las últimas semanas tras la difusión de una carta, que redactó como una reflexión para los demás profesores de su centro, en la que confesaba que había hecho “docenas de ejercicios de Matemáticas” a su hija, “dictado montones de ejercicios de 'Cono [Conocimiento del Medio]' y traducido incontables páginas escritas en inglés”. “Gracias a eso, mi hija ha tocado la guitarra, hecho piragüismo, ha bajado a la calle a jugar, ha sido feliz...”, afirma. “Ahora está en secundaria y sigue sacando sobresalientes", asegura. "Solo que trabaja de forma autónoma y ya no tenemos que ayudarla”.
“Por ejemplo, si traía 10 divisiones, ella resolvía una para que yo me asegurara de que las sabía hacer, y yo terminaba las demás”, cuenta, mientras admite sin reparos que les hace los deberes a sus dos hijos pequeños, aún en primaria. “Algo no estamos haciendo bien”, es la reflexión que quiere transmitir a sus compañeros de profesión. “Mi esposa y yo somos los dos profesores y hemos tenido que dedicar muchísimo tiempo a ayudar a nuestra hija con los deberes porque queríamos que tuviera tiempo para otras cosas; si no, habría sido imposible”, dice.
La experiencia de este profesor va en la línea que reflejan diversos estudios realizados en Estados Unidos, que apuntan a que no hay correlación entre horas dedicadas a los deberes y resultados académicos en primaria. Laura Bermúdez, tutora de primer curso en un colegio de Murcia lo corrobora: en su clase, se llevan tarea solo los que quieren, y no aprecia diferencias en las notas por ello. Pese a estos datos, los defensores de los deberes en primaria arguyen la necesidad de “crear hábito de estudio”.
“La responsabilidad se puede enseñar de muchas formas”, disiente Roca. “Recogiendo en casa, ayudando...”. En niveles superiores sí se detecta, como en el último informe PISA, una correlación positiva entre más tiempo de deberes y resultados, pero con un límite de cuatro horas semanales, a partir de las cuales el tiempo adicional no causa apenas impacto. “No tiene sentido que niños de primaria estén haciendo más deberes que lo que recomienda la OCDE a los 15 años”, opina Eva Bailén.
“Yo no recuerdo tener deberes de pequeña. Después me he enterado de que en esa época, en 1984, el ministro de Educación José María Maravall los prohibió en una circular. Sí los recuerdo a partir de sexto”, relata. “Si no hice deberes y aún así sacaba sobresalientes y he estudiado una ingeniería en Telecomunicaciones, ¿qué sentido tiene agobiar a los niños?”, se pregunta.
Los deberes escolares no solo plantean el debate pedagógico sobre su utilidad para reforzar el aprendizaje y el sentido de la responsabilidad. Expertos, y sobre todo padres, lo ven como una intromisión del maestro en la vida familiar. Abel de Céspedes, un padre con dos niños de 4 y 10 años, utilizó este argumento en un recurso ante la inspección educativa de Alicante tras un suspenso de su hijo mayor por no hacer la tarea: “Los deberes están invadiendo mi derecho a la vida familiar, porque alargan la jornada fuera del horario escolar”, explica.
De Céspedes, funcionario de Hacienda separado y con custodia compartida, pactó con el colegio el curso pasado que su hijo mayor hiciera los deberes que pudiera, voluntariamente y sin que contaran para la nota. Antes del acuerdo, tuvo que pasar por la situación de que un profesor llegara a ponerle un horario con la tarea que tenía que completar en casa de cada progenitor.
“No soy antideberes”, dice. “Pero quiero organizar mi casa”. Si hiciera todo lo que mandan en el centro, explica, la mayor parte de las dos horas y media o tres que pasa cada día con sus hijos estarían dedicadas casi en exclusiva a terminar los ejercicios. Este año, el colegio cambió de criterio, y De Céspedes vio cómo su hijo mayor suspendía Lengua pese a tener casi un 7 en el examen, en parte por los negativos acumulados por no hacer los deberes. Tras recurrir a la inspección educativa, y antes de que ésta tomara una decisión, el propio centro le ofreció un acuerdo por el que el niño aprobó la asignatura y no le bajaron la nota.
“Como mera recomendación o directriz, me parece bien que el profesor mande tarea”, afirma. “Pero no con carácter obligatorio. Cuando tienen exámenes, ya me encargo yo de que estudien. Pero fuera de la escuela, tengo derecho a educar a mis hijos en libertad”, concluye.
El riesgo de la desigualdad
Algunos expertos cuestionan la interpretación de los estudios que reflejan una correlación entre horas de deberes y resultados en Secundaria. “Los estudiantes con apoyo en casa tienen mejores resultados, pero no por hacer más deberes, sino porque tienen un ambiente culturalmente enriquecedor”, dice el profesor de Educación Enric Roca.
Un reciente artículo de PISA ponía de relieve este aspecto, uno de los más criticados entre los detractores de los deberes: que tienden a reproducir las desigualdades entre los estudiantes con más y menos recursos. “Es un llamamiento a que los Gobiernos y las escuelas pongan su atención en los alumnos desfavorecidos, que a veces no tienen ni siquiera un sitio en casa para hacer las tareas”, afirma Daniel Salinas, analista del informe PISA.
Este es uno de los argumentos de la Confederación Española de Asociaciones de Padres (CEAPA) para pedir la supresión total de los deberes obligatorios. “Crean unas desigualdades tremendas, porque muchas veces los niños no pueden hacerlos solos, y la ayuda de los padres depende de su nivel cultural, socioeconómico, de sus horarios o de su capacidad de trasmitir conceptos”, opina Jesús Salido, presidente de la organización, que representa a casi 12.000 asociaciones de padres de colegios públicos. “Defendemos que no se pongan deberes evaluables, que puedan bajar nota”, explica. Luis Carbonel, de Concapa, coincide con Salido en que “es muy importante que puedan hacer los deberes solos". "Si necesitan ayuda, algo no va bien", añade. "O el niño no ha entendido, o el profesor no lo ha explicado bien”.
MÁS INFORMACIÓN
http://politica.elpais.com/politica/2015/05/13/actualidad/1431523305_412764.html
Todos los días, al acabar su jornada, Diego se lleva a casa entre dos horas y media y tres horas de trabajo extra. Apenas tiene tiempo libre, y acusa los efectos del estrés. Diego no es un ejecutivo incapaz de desconectar o un asesor fiscal en época de impuestos. Es un niño de 10 años que cursa 5º de Primaria e intenta hacer todos los deberes que le mandan sus profesoras. Sus hermanas, Lara, de 12 años, y Nadia, de 8, tienen mucha menos tarea aunque van al mismo colegio público de Tres Cantos (Madrid). Mientras Diego está encerrado en su habitación, ellas salen a jugar o ven la televisión. Muchos días, cuando acaba, solo le da tiempo a cenar, ducharse e irse a la cama.
Es un niño que saca notables y sobresalientes, que según sus propias maestras es rápido en los exámenes y tiene buena comprensión lectora. Cuando su madre, Eva Bailén, fue a hablar con ellas, le propusieron que le limitara el tiempo para completar las tareas a una hora u hora y media. “Y si no termina, que asuma las consecuencias”, recuerda que le dijeron. “Les contesté que no, porque él quiere hacer los deberes”, cuenta esta ingeniera de Telecomunicaciones y autora de un blog en plan familiar "http://todoeldiaconectados.com/" en el ámbito de las nuevas tecnologías. Y añade: “Es muy duro contarle a los profesores que el niño ha necesitado que le enseñen técnicas de relajación y a gestionar la presión por el exceso de deberes y que ni se compadezcan”.
Tras hablar con el director y no conseguir tampoco ninguna solución, Bailén inició una petición de firmas en Change.org “por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español”, que ha superado los 100.000 apoyos. Actualmente, las tareas en casa no están reguladas a nivel estatal, y normalmente, deciden los profesores o los centros. “Yo no era contraria a los deberes, pensaba que era bueno que los niños hicieran algo en casa y no estuvieran toda la tarde holgazaneando", explica. "Hasta que ves que tu hijo día tras día acaba llorando, que no ha podido jugar, que no es feliz”.
La petición vuelve a poner sobre la mesa un debate recurrente desde hace años en países como Estados Unidos, Canadá y Francia, donde se llegó incluso a convocar una huelga de deberes por parte de los padres en 2012.
El caso de Diego refleja, llevado al extremo, los males del sistema actual en España, en los que coinciden los expertos consultados: deberes excesivos, falta de coordinación entre profesores, y tareas repetitivas, mecánicas e iguales para todos, sin tener en cuenta las necesidades de cada niño. También algunas de las consecuencias: tensión entre padres e hijos; familias cuyo tiempo libre está condicionado a lo que han decidido los profesores; niños que acaban por aborrecer el estudio y el colegio por aburrimiento; y aumento de las desigualdades por el nivel cultural y económico, que permite dar más o menos apoyo ante las dudas del alumno.
“No es perjudicial algún tipo de actividad, pero se ha de establecer un tiempo razonable”, opina Luis Miguel Lázaro, catedrático de Teoría e Historia de la Educación en la Universidad de Valencia. Un máximo de 40 minutos diarios al final de primaria, y cerca de una hora en secundaria le parece suficiente. Para ello, “es básico que los profesores se coordinen, no puede ser que cada uno mande deberes como si la suya fuera la única asignatura”.
Lázaro advierte del riesgo, sobre todo en primaria, de que las tareas quiten tiempo al juego y a la relación con otros niños, “tan importantes como el desarrollo académico”. Pero "cuando el maestro intenta poner menos, muchas veces son los propios padres los que los exigen, porque piensan que si no los niños no van a aprender", asegura Alfonso González, profesor de Biología en un colegio concertado de Murcia. “Muchos padres quieren que los niños estén ocupados, o creen que cantidad es igual a calidad”, critica.
Y es que los deberes están tan arraigados en la cultura escolar que muchos los consideran una rutina indispensable o una suerte de condena ineludible. “Tienen que hacer deberes para coger hábito de estudio”; “así se preparan para la ESO”; “son niños, es lo que les toca hacer”, eran frases repetidas entre los que se negaban a firmar una iniciativa similar a la de Bailén promovida por varios padres del colegio público madrileño Mariano José de Larra. “Desde que los niños van al colegio, deberían existir los deberes”, defiende Luis Carbonel, presidente de la Concapa, la confederación católica de padres, que representa a tres millones de familias, la mayoría de centros concertados. Eso sí, “proporcionales a la edad —un par de horas diarias en secundaria y bachillerato, y mucho menos en primaria”. “Una cosa es recibir explicaciones, y otra, fijarlas en casa con ejercicios, estudio o memorización”, afirma.
Pero la movilización de Bailén, la del colegio Larra y otras que van surgiendo muestran que cada vez más padres, expertos, profesores e incluso colegios se replantean el sistema actual. “España es uno de los países donde más deberes se mandan y donde hay más horas lectivas”, afirma Enric Roca, profesor de Educación en la Universidad Autónoma de Barcelona y director de la iniciativa Edu21, pese a lo cual, no logra más que puestos mediocres en el informe PISA, que evalúa los conocimientos en Matemáticas, Lengua y Ciencias de los alumnos de 15 años de los países de la OCDE. Mientras, Finlandia sobresale aunque sea el país cuyos alumnos dedican menos horas a los deberes.
González es uno de los abiertamente críticos. Ha cobrado cierta celebridad en las últimas semanas tras la difusión de una carta, que redactó como una reflexión para los demás profesores de su centro, en la que confesaba que había hecho “docenas de ejercicios de Matemáticas” a su hija, “dictado montones de ejercicios de 'Cono [Conocimiento del Medio]' y traducido incontables páginas escritas en inglés”. “Gracias a eso, mi hija ha tocado la guitarra, hecho piragüismo, ha bajado a la calle a jugar, ha sido feliz...”, afirma. “Ahora está en secundaria y sigue sacando sobresalientes", asegura. "Solo que trabaja de forma autónoma y ya no tenemos que ayudarla”.
“Por ejemplo, si traía 10 divisiones, ella resolvía una para que yo me asegurara de que las sabía hacer, y yo terminaba las demás”, cuenta, mientras admite sin reparos que les hace los deberes a sus dos hijos pequeños, aún en primaria. “Algo no estamos haciendo bien”, es la reflexión que quiere transmitir a sus compañeros de profesión. “Mi esposa y yo somos los dos profesores y hemos tenido que dedicar muchísimo tiempo a ayudar a nuestra hija con los deberes porque queríamos que tuviera tiempo para otras cosas; si no, habría sido imposible”, dice.
La experiencia de este profesor va en la línea que reflejan diversos estudios realizados en Estados Unidos, que apuntan a que no hay correlación entre horas dedicadas a los deberes y resultados académicos en primaria. Laura Bermúdez, tutora de primer curso en un colegio de Murcia lo corrobora: en su clase, se llevan tarea solo los que quieren, y no aprecia diferencias en las notas por ello. Pese a estos datos, los defensores de los deberes en primaria arguyen la necesidad de “crear hábito de estudio”.
“La responsabilidad se puede enseñar de muchas formas”, disiente Roca. “Recogiendo en casa, ayudando...”. En niveles superiores sí se detecta, como en el último informe PISA, una correlación positiva entre más tiempo de deberes y resultados, pero con un límite de cuatro horas semanales, a partir de las cuales el tiempo adicional no causa apenas impacto. “No tiene sentido que niños de primaria estén haciendo más deberes que lo que recomienda la OCDE a los 15 años”, opina Eva Bailén.
“Yo no recuerdo tener deberes de pequeña. Después me he enterado de que en esa época, en 1984, el ministro de Educación José María Maravall los prohibió en una circular. Sí los recuerdo a partir de sexto”, relata. “Si no hice deberes y aún así sacaba sobresalientes y he estudiado una ingeniería en Telecomunicaciones, ¿qué sentido tiene agobiar a los niños?”, se pregunta.
Los deberes escolares no solo plantean el debate pedagógico sobre su utilidad para reforzar el aprendizaje y el sentido de la responsabilidad. Expertos, y sobre todo padres, lo ven como una intromisión del maestro en la vida familiar. Abel de Céspedes, un padre con dos niños de 4 y 10 años, utilizó este argumento en un recurso ante la inspección educativa de Alicante tras un suspenso de su hijo mayor por no hacer la tarea: “Los deberes están invadiendo mi derecho a la vida familiar, porque alargan la jornada fuera del horario escolar”, explica.
De Céspedes, funcionario de Hacienda separado y con custodia compartida, pactó con el colegio el curso pasado que su hijo mayor hiciera los deberes que pudiera, voluntariamente y sin que contaran para la nota. Antes del acuerdo, tuvo que pasar por la situación de que un profesor llegara a ponerle un horario con la tarea que tenía que completar en casa de cada progenitor.
“No soy antideberes”, dice. “Pero quiero organizar mi casa”. Si hiciera todo lo que mandan en el centro, explica, la mayor parte de las dos horas y media o tres que pasa cada día con sus hijos estarían dedicadas casi en exclusiva a terminar los ejercicios. Este año, el colegio cambió de criterio, y De Céspedes vio cómo su hijo mayor suspendía Lengua pese a tener casi un 7 en el examen, en parte por los negativos acumulados por no hacer los deberes. Tras recurrir a la inspección educativa, y antes de que ésta tomara una decisión, el propio centro le ofreció un acuerdo por el que el niño aprobó la asignatura y no le bajaron la nota.
“Como mera recomendación o directriz, me parece bien que el profesor mande tarea”, afirma. “Pero no con carácter obligatorio. Cuando tienen exámenes, ya me encargo yo de que estudien. Pero fuera de la escuela, tengo derecho a educar a mis hijos en libertad”, concluye.
El riesgo de la desigualdad
Algunos expertos cuestionan la interpretación de los estudios que reflejan una correlación entre horas de deberes y resultados en Secundaria. “Los estudiantes con apoyo en casa tienen mejores resultados, pero no por hacer más deberes, sino porque tienen un ambiente culturalmente enriquecedor”, dice el profesor de Educación Enric Roca.
Un reciente artículo de PISA ponía de relieve este aspecto, uno de los más criticados entre los detractores de los deberes: que tienden a reproducir las desigualdades entre los estudiantes con más y menos recursos. “Es un llamamiento a que los Gobiernos y las escuelas pongan su atención en los alumnos desfavorecidos, que a veces no tienen ni siquiera un sitio en casa para hacer las tareas”, afirma Daniel Salinas, analista del informe PISA.
Este es uno de los argumentos de la Confederación Española de Asociaciones de Padres (CEAPA) para pedir la supresión total de los deberes obligatorios. “Crean unas desigualdades tremendas, porque muchas veces los niños no pueden hacerlos solos, y la ayuda de los padres depende de su nivel cultural, socioeconómico, de sus horarios o de su capacidad de trasmitir conceptos”, opina Jesús Salido, presidente de la organización, que representa a casi 12.000 asociaciones de padres de colegios públicos. “Defendemos que no se pongan deberes evaluables, que puedan bajar nota”, explica. Luis Carbonel, de Concapa, coincide con Salido en que “es muy importante que puedan hacer los deberes solos". "Si necesitan ayuda, algo no va bien", añade. "O el niño no ha entendido, o el profesor no lo ha explicado bien”.
MÁS INFORMACIÓN
- ¿Qué tipo de deberes son los adecuados para el aprendizaje?
- El riesgo de la desigualdad
- ¿Son los deberes una intromisión en el derecho a la vida familiar?
- GRÁFICO Tiempo dedicado a los deberes en la OCDE
- Rebelión contra los deberes para casa
- Ayudarle a hacer los deberes no es ayudarle
http://politica.elpais.com/politica/2015/05/13/actualidad/1431523305_412764.html
Contra los deberes. Los niños pasan en la escuela un número de horas suficiente para alcanzar los objetivos exigidos
De un tiempo a esta parte, tengo la impresión —compartida por muchos otros— de que los deberes ocupan demasiado tiempo en la vida de los niños y de los propios padres. Tengo además la certeza de que, tal y como son, no ayudan a mejorar su rendimiento escolar1. Pero cuando mi hijo José, de 7 años, trajo esta nota de deberes el día que les daban las vacaciones de Semana Santa, me pareció tan disparatado, tan absurdo, que decidí, contrariamente a lo que había hecho hasta entonces, no dejarlo pasar, quejarme ante la profesora que lo había perpetrado y elaborar un texto (este) contra la inercia de los deberes sin sentido para remitírselo a la dirección del centro.
Esta fue la "tarea para Semana Santa" entregada a mi hijo:
• Lengua: estudiar el tema 11, a la vuelta haremos el control. Hacer un diario de las vacaciones en el cuaderno, similar al que hicimos durante las navidades. Ficha de lectura de La cometa.
• Matemáticas: estudiar las tablas. Cuadernillo Dylar, páginas 3, 4, 5 y 6.
• C. medio: páginas 106, 107, 108 y 109. Hacer el dibujo de la actividad 5 en un folio. Estudiar el tema, a la vuelta haremos también el control.
1. Los niños pasan en la escuela un número de horas suficiente para alcanzar los objetivos exigidos con el trabajo que desarrollan dentro de la misma. Frente a la afirmación “solo les pongo tarea para que la hagan en media hora”, conviene recordar que no todos los niños emplean el mismo tiempo en hacer las mismas cosas, no tienen el mismo nivel curricular, ni de concentración o motivación. Habitualmente, coinciden deberes de distintas asignaturas, sin que previamente haya habido acuerdo entre los distintos profesores para que no sea así, con lo que el tiempo dedicado excede en mucho ese propósito.
2. No siempre todo lo que se les manda saben hacerlo por sí mismos, convirtiéndose la casa en la escuela y los padres en profesores ¿Cuántas veces se les enseña en casa lo que deberían haber aprendido en la escuela? Por otra parte, el docente no está presente cuando el alumno se enfrenta a la tarea, con lo que desconoce los errores que pueda cometer en su realización y no puede corregirlos de manera inmediata, que es el requisito fundamental para que una intervención de esa naturaleza resulte eficaz. Hay niños que ya saben hacer lo que se les manda, por lo que resulta innecesario aumentar la tarea; para otros que no lo saben, resulta inútil, por más y más que se les mande. En este contexto, la realización de los deberes para casa contribuye a aumentar las diferencias entre los alumnos, con lo que este tipo de trabajo es manifiestamente injusto.
3. Como consecuencia del punto anterior, muchos padres sin formación, sin conocimientos académicos, sin tiempo o ganas, se ven obligados a recurrir a “clases particulares”, siempre que se lo puedan permitir, ya que suele coincidir un bajo nivel académico con un bajo nivel económico. También como consecuencia del punto 2, no pocas veces acaba provocando discusiones, tensiones o conflictos familiares. Por otra parte, casi todos los niños realizan actividades extraescolares de naturaleza muy variada, todas sin duda formativas, pero esto “no cuenta”, o no se tiene en cuenta.
4. Con frecuencia, los trabajos para casa son repetitivos, reproductivos, monótonos y muy aburridos, como por ejemplo: innumerables cuentas, copia de larguísimos enunciados o cuadros, enunciado de verbos, etcétera, sin posibilidad de que el niño y su familia organicen su propio tiempo, ni haya espacio para la creatividad. Otras veces las instrucciones son claramente insuficientes, sobre todo cuando se mandan trabajos, donde normalmente solo se les proporciona el tema: El petróleo, El hambre en el mundo, etcétera.
5. Cuantos más deberes para casa, más tiempo se emplea en corregir. Tal vez por eso, paradójicamente, no haya suficiente tiempo dentro del aula para hacer lo planificado —o lo necesario— y se manden para casa deberes. Así un día y otro y otro. Algunos profesores dan tiempo a los alumnos para que los vayan haciendo en clase, considerando exitoso el lograr terminarlos en el tiempo escolar, lo que no hace sino confirmar la bondad de realizar todo el trabajo dentro del aula.
(1) Alfie Kohn, La verdad acerca de los deberes.
Germán Trugeda Escudero es profesor del instituto Miguel Herrero Pereda en Torrelavega (Cantabria).
Esta fue la "tarea para Semana Santa" entregada a mi hijo:
• Lengua: estudiar el tema 11, a la vuelta haremos el control. Hacer un diario de las vacaciones en el cuaderno, similar al que hicimos durante las navidades. Ficha de lectura de La cometa.
• Matemáticas: estudiar las tablas. Cuadernillo Dylar, páginas 3, 4, 5 y 6.
• C. medio: páginas 106, 107, 108 y 109. Hacer el dibujo de la actividad 5 en un folio. Estudiar el tema, a la vuelta haremos también el control.
1. Los niños pasan en la escuela un número de horas suficiente para alcanzar los objetivos exigidos con el trabajo que desarrollan dentro de la misma. Frente a la afirmación “solo les pongo tarea para que la hagan en media hora”, conviene recordar que no todos los niños emplean el mismo tiempo en hacer las mismas cosas, no tienen el mismo nivel curricular, ni de concentración o motivación. Habitualmente, coinciden deberes de distintas asignaturas, sin que previamente haya habido acuerdo entre los distintos profesores para que no sea así, con lo que el tiempo dedicado excede en mucho ese propósito.
2. No siempre todo lo que se les manda saben hacerlo por sí mismos, convirtiéndose la casa en la escuela y los padres en profesores ¿Cuántas veces se les enseña en casa lo que deberían haber aprendido en la escuela? Por otra parte, el docente no está presente cuando el alumno se enfrenta a la tarea, con lo que desconoce los errores que pueda cometer en su realización y no puede corregirlos de manera inmediata, que es el requisito fundamental para que una intervención de esa naturaleza resulte eficaz. Hay niños que ya saben hacer lo que se les manda, por lo que resulta innecesario aumentar la tarea; para otros que no lo saben, resulta inútil, por más y más que se les mande. En este contexto, la realización de los deberes para casa contribuye a aumentar las diferencias entre los alumnos, con lo que este tipo de trabajo es manifiestamente injusto.
3. Como consecuencia del punto anterior, muchos padres sin formación, sin conocimientos académicos, sin tiempo o ganas, se ven obligados a recurrir a “clases particulares”, siempre que se lo puedan permitir, ya que suele coincidir un bajo nivel académico con un bajo nivel económico. También como consecuencia del punto 2, no pocas veces acaba provocando discusiones, tensiones o conflictos familiares. Por otra parte, casi todos los niños realizan actividades extraescolares de naturaleza muy variada, todas sin duda formativas, pero esto “no cuenta”, o no se tiene en cuenta.
4. Con frecuencia, los trabajos para casa son repetitivos, reproductivos, monótonos y muy aburridos, como por ejemplo: innumerables cuentas, copia de larguísimos enunciados o cuadros, enunciado de verbos, etcétera, sin posibilidad de que el niño y su familia organicen su propio tiempo, ni haya espacio para la creatividad. Otras veces las instrucciones son claramente insuficientes, sobre todo cuando se mandan trabajos, donde normalmente solo se les proporciona el tema: El petróleo, El hambre en el mundo, etcétera.
5. Cuantos más deberes para casa, más tiempo se emplea en corregir. Tal vez por eso, paradójicamente, no haya suficiente tiempo dentro del aula para hacer lo planificado —o lo necesario— y se manden para casa deberes. Así un día y otro y otro. Algunos profesores dan tiempo a los alumnos para que los vayan haciendo en clase, considerando exitoso el lograr terminarlos en el tiempo escolar, lo que no hace sino confirmar la bondad de realizar todo el trabajo dentro del aula.
(1) Alfie Kohn, La verdad acerca de los deberes.
Germán Trugeda Escudero es profesor del instituto Miguel Herrero Pereda en Torrelavega (Cantabria).
jueves, 21 de mayo de 2015
CROWDFUNDING Un ordenador de nueve dólares, enano y que funciona como el tuyo
La empresa Next Thing Co. se había propuesto recaudar 50.000 dólares para sacar adelante su ordenador C.H.I.P. (o Chip) en la plataforma de crwodfunding Kickstarter, y ya va casi por 1,5 millones. Y quedan 16 días para que acabe el plazo. Quizá sea porque su reclamo es que va a ser tan útil como cualquier otro PC pero va a costar 9 dólares solamente (unos 7’8 euros). Eso lo convertiría en el más barato del mundo, con un precio por debajo del Raspberry Pi, que logró bajar hasta los 16 euros.
Uno lee y relee las características que promete incorporar Chip y no encuentra nada que no tenga su PC de toda la vida; y encima mide como una caja de cerillas. Porque será capaz de hacer lo mismo: llevará instalado un procesador de textos de software libre –ya todos funcionan bien–, un navegador, un gestor de correo, un editor de fotos, otro de música… de todo, y todo de código abierto (más los que quieras bajarte).
POTENCIA Y CONECTIVIDAD SUFICIENTES
Lo único más chocante es que cuenta con un sistema operativo propio pero que se maneja con toda facilidad –ya sabemos que al final todos se parecen–. En cuanto a su potencia, es como si tuvieras un ordenador de baja gama pero suficiente (sobre todo si te estás ahorrando dinero, espacio y peso). Lleva un procesador de 1 GHz, tiene una ram de 512 MB y es capaz de almacenar 5 GB, cosa que en la era de la nube es más que suficiente.
¿QUÉ MÓVILES TIENEN YA ULTRAPÍXELES?
Y su conectividad tampoco es que tenga mucho que envidiar a tu sobremesa o a tu portátil: cuenta con conexión bluetooth y wifi. Y, por supuesto, tiene una conexión para el monitor, otra para el teclado (con ratón inalámbrico) y una toma de corriente.
Y VIDEOJUEGOS RETRO
Para los más peculiares del lugar, Next Thing anuncia que se pueden conectar mandos de videojuego por bluetooth… por si quieres jugar a los viejos juegos del sistema DOS que es capaz de ejecutar, según ellos mismos anuncian.
¿Cuándo estará a la venta? Se espera que antes del final del verano.
Fuente: http://tlife.guru/ocio/gaming/un-ordenador-de-9-dolares-enano-y-que-funciona-como-el-tuyo/
Uno lee y relee las características que promete incorporar Chip y no encuentra nada que no tenga su PC de toda la vida; y encima mide como una caja de cerillas. Porque será capaz de hacer lo mismo: llevará instalado un procesador de textos de software libre –ya todos funcionan bien–, un navegador, un gestor de correo, un editor de fotos, otro de música… de todo, y todo de código abierto (más los que quieras bajarte).
POTENCIA Y CONECTIVIDAD SUFICIENTES
Lo único más chocante es que cuenta con un sistema operativo propio pero que se maneja con toda facilidad –ya sabemos que al final todos se parecen–. En cuanto a su potencia, es como si tuvieras un ordenador de baja gama pero suficiente (sobre todo si te estás ahorrando dinero, espacio y peso). Lleva un procesador de 1 GHz, tiene una ram de 512 MB y es capaz de almacenar 5 GB, cosa que en la era de la nube es más que suficiente.
¿QUÉ MÓVILES TIENEN YA ULTRAPÍXELES?
Y su conectividad tampoco es que tenga mucho que envidiar a tu sobremesa o a tu portátil: cuenta con conexión bluetooth y wifi. Y, por supuesto, tiene una conexión para el monitor, otra para el teclado (con ratón inalámbrico) y una toma de corriente.
Y VIDEOJUEGOS RETRO
Para los más peculiares del lugar, Next Thing anuncia que se pueden conectar mandos de videojuego por bluetooth… por si quieres jugar a los viejos juegos del sistema DOS que es capaz de ejecutar, según ellos mismos anuncian.
¿Cuándo estará a la venta? Se espera que antes del final del verano.
Fuente: http://tlife.guru/ocio/gaming/un-ordenador-de-9-dolares-enano-y-que-funciona-como-el-tuyo/
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