lunes, 4 de abril de 2022

_- Centrémonos en evitar una guerra nuclear, en lugar de debatir sobre la "guerra justa". Entrevista a Noam Chomsky



_- Los líderes de la OTAN anunciaron el miércoles que la alianza planea reforzar su frente oriental desplegando muchas más tropas en países como Bulgaria, Hungría, Polonia y Eslovaquia -incluyendo miles de tropas estadounidenses- y enviando "equipos para ayudar a Ucrania a defenderse de las amenazas químicas, biológicas, radiológicas y nucleares". Y aunque la propia alianza de la OTAN no está proporcionando directamente armas a Ucrania, muchos de sus países miembros están enviando armas a Ucrania, incluyendo misiles, cohetes, ametralladoras y más.

Con toda probabilidad, el 24 de febrero el presidente ruso Vladimir Putin creía que su ejército invadiría Ucrania en cuestión de pocos días, cuando ordenó una invasión en el país vecino tras un largo y masivo despliegue militar en la frontera de Ucrania. Sin embargo, un mes más tarde, la guerra continúa y varias ciudades ucranianas han sido devastadas por los ataques aéreos rusos. Las conversaciones de paz se han estancado, y no está claro si Putin sigue queriendo derrocar al gobierno o si, por el contrario, pretende ahora una Ucrania "neutral".

En la siguiente entrevista, Noam Chomsky, académico de renombre mundial y líder de la disidencia, comparte sus pensamientos y puntos de vista sobre las opciones disponibles para poner fin a la guerra en Ucrania, y reflexiona sobre la idea de la guerra "justa" y si la guerra en Ucrania podría conducir al colapso del régimen de Putin. C.J. Polychroniou.

C.J. Polychroniou: Ya llevamos un mes de guerra en Ucrania y las conversaciones de paz se han estancado. De hecho, Putin está subiendo el nivel de violencia mientras Occidente aumenta la ayuda militar a Ucrania. En una entrevista anterior, usted comparó la invasión rusa de Ucrania con la invasión nazi de Polonia. ¿La estrategia de Putin está entonces sacada del mismo manual que usó Hitler? ¿Quiere ocupar toda Ucrania? ¿Intenta reconstruir el imperio ruso? ¿Es este el motivo por el que se han estancado las negociaciones de paz?

Noam Chomsky: Hay muy poca información creíble sobre las negociaciones. Algunas de las informaciones que se filtran parecen ligeramente optimistas. Hay buenas razones para suponer que si Estados Unidos aceptara participar seriamente, con un programa constructivo, las posibilidades de poner fin al horror aumentarían.

Cuál sería ese programa constructivo, al menos en líneas generales, no es ningún secreto. El elemento principal es el compromiso de neutralidad de Ucrania: no pertenecer a una alianza militar hostil, no albergar armas dirigidas a Rusia (incluso las llamadas engañosamente "defensivas"), no realizar maniobras militares con fuerzas militares hostiles.

Difícilmente puede considerarse algo inédito en asuntos internacionales, incluso donde no existe nada formal. Todo el mundo entiende que México no puede unirse a una alianza militar dirigida por China, emplazar armas chinas dirigidas a Estados Unidos y realizar maniobras militares con el Ejército Popular de Liberación.

En resumen, un programa constructivo sería todo lo contrario a la Declaración Conjunta sobre la Asociación Estratégica entre Estados Unidos y Ucrania firmada por la Casa Blanca el 1 de septiembre de 2021. Este documento, que tuvo poca repercusión, declaraba enérgicamente que la puerta de Ucrania para entrar en la OTAN (la Organización del Tratado del Atlántico Norte) estaba abierta de par en par. También había "finalizado un Marco Estratégico de Defensa que crea una base para la mejora de la cooperación estratégica en materia de defensa y seguridad entre Estados Unidos y Ucrania", proporcionando a Ucrania armas avanzadas antitanque y de otro tipo, junto con un "sólido programa de entrenamiento y ejercicios acorde con el estatus de Ucrania como Socio de Oportunidades Mejoradas de la OTAN."

La declaración fue otro ejercicio intencionado de meter el dedo en la llaga. Es otra contribución a un proceso que la OTAN (es decir, Washington) ha estado perfeccionando desde que Bill Clinton violó en 1998 la firme promesa de George H.W. Bush de no ampliar la OTAN hacia el Este, una decisión que suscitó fuertes advertencias de diplomáticos de alto nivel como George Kennan, Henry Kissinger, Jack Matlock, (el actual director de la CIA) William Burns, y muchos otros, y que llevó al secretario de Defensa William Perry a estar a punto de dimitir en señal de protesta, al que se unió una larga lista de otros con los ojos abiertos. Eso, por supuesto, además de las acciones agresivas que golpearon directamente las preocupaciones de Rusia (Serbia, Irak, Libia, y crímenes menores), llevadas a cabo de tal manera que se maximizara la humillación.

No requiere demasiado empeño sospechar de que la declaración conjunta fue un factor que indujo a Putin y al estrecho círculo de "hombres duros" que lo rodean a decidir intensificar su movilización anual de fuerzas en la frontera ucraniana, en un esfuerzo por ganar algo de atención hacia sus preocupaciones en seguridad, en este caso sobre la agresión criminal directa - que, de hecho, podemos comparar con la invasión nazi de Polonia (en combinación con Stalin)-.

La neutralización de Ucrania es el elemento principal de un programa constructivo, pero hay más. Debería haber movimientos hacia algún tipo de acuerdo federal para Ucrania que implique un grado de autonomía para la región del Donbass, siguiendo las líneas generales de lo que queda de Minsk II. De nuevo, esto no sería nada nuevo en asuntos internacionales. No hay dos casos idénticos y ningún ejemplo real se acerca a la perfección, pero existen estructuras federales en Suiza y Bélgica, entre otros casos, e incluso en Estados Unidos hasta cierto punto. Unos esfuerzos diplomáticos serios podrían encontrar una solución a este problema, o al menos contener las llamas.

Y las llamas son reales. Se calcula que unas 15.000 personas han muerto en el conflicto de esta región desde 2014.

Eso deja de lado Crimea. En cuanto a Crimea, Occidente tiene dos opciones. Una es reconocer que la anexión rusa es simplemente un hecho por ahora, irreversible sin acciones que destruirían Ucrania y posiblemente mucho más. La otra es ignorar las muy probables consecuencias y hacer gestos heroicos sobre cómo Estados Unidos "nunca reconocerá la supuesta anexión de Crimea por parte de Rusia", como proclama la declaración conjunta, acompañada de muchos pronunciamientos elocuentes de otros que están dispuestos a condenar a Ucrania a una catástrofe total mientras hacen propaganda sobre su valentía.

Nos guste o no, esas son las opciones.

¿Quiere Putin "ocupar toda Ucrania y reconstruir el imperio ruso"? Sus objetivos anunciados (principalmente la neutralización) son bastante diferentes, incluida su declaración de que sería una locura intentar reconstruir la antigua Unión Soviética, pero puede que tuviera algo así en mente. Si es así, es difícil imaginar lo que él y su círculo siguen haciendo. Para Rusia, ocupar Ucrania haría que su experiencia en Afganistán pareciera un picnic en el parque. A estas alturas eso está muy claro.

Putin tiene la capacidad militar -y a juzgar por Chechenia y otras escapadas, la capacidad moral- para dejar a Ucrania en ruinas. Eso significaría que no hay ocupación, no hay imperio ruso y no hay más Putin.

Nuestros ojos se centran, con razón, en los crecientes horrores de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Sin embargo, sería un error olvidar que la declaración conjunta es sólo uno de los placeres que la mente imperial está conjurando en silencio.

Hace unas semanas hablamos de la Ley de Autorización de Defensa Nacional del presidente Biden, tan poco conocida como la declaración conjunta. Este brillante documento -citando de nuevo a Michael Klare- aboga por "una cadena ininterrumpida de estados centinela armados por Estados Unidos -que se extienden desde Japón y Corea del Sur en el norte del Pacífico hasta Australia, Filipinas, Tailandia y Singapur en el sur y la India en el flanco oriental de China"- destinada a rodear a China, incluyendo a Taiwán, "de forma bastante ominosa."

Cabe preguntarse cómo sienta a China el hecho de que, según se informa, el comando Indo-Pacífico de Estados Unidos esté planeando mejorar el cerco, duplicando su gasto en el año fiscal 2022, en parte para desarrollar "una red de misiles de ataque de precisión a lo largo de la llamada primera cadena de islas".

Para la defensa, por supuesto, por lo que el gobierno chino no tiene motivos de preocupación.

Hay pocas dudas de que la agresión de Putin contra Ucrania no cumple con la teoría de la guerra justa, y que la OTAN también es moralmente responsable de la crisis. Pero, ¿qué pasa con el hecho de que Ucrania arme a los civiles para luchar contra los invasores? ¿No está esto moralmente justificado por los mismos motivos que la resistencia contra los nazis?

La teoría de la guerra justa, lamentablemente, tiene tanta relevancia en el mundo real como la "intervención humanitaria", la "responsabilidad de proteger" o la "defensa de la democracia".

A primera vista, parece una obviedad que un pueblo en armas tiene derecho a defenderse de un agresor brutal. Pero, como siempre en este triste mundo, surgen preguntas cuando se piensa un poco en ello. Por ejemplo, la resistencia contra los nazis. Difícilmente podría haber habido una causa más noble.

Uno puede ciertamente entender y simpatizar con los motivos de Herschel Grynszpan cuando asesinó a un diplomático alemán en 1938; o los partisanos entrenados por los británicos que asesinaron al asesino nazi Reinhard Heydrich en mayo de 1942. Y uno puede admirar su coraje y su pasión por la justicia, sin reservas.

Sin embargo, ese no es el final de la historia. El primero proporcionó a los nazis el pretexto para las atrocidades de la Kristallnacht [Noche de los Cristales] e impulsó el programa nazi hacia sus horribles consecuencias. El segundo condujo a las impactantes masacres de Lidice.

Los acontecimientos tienen consecuencias. Los inocentes sufren, quizás terriblemente. Estas cuestiones no pueden evitarse por personas con un mínimo sentido moral. Las preguntas no pueden dejar de surgir cuando consideramos si armar y cómo a aquellos que se resisten valientemente a la agresión asesina.

Eso es lo de menos. En el caso que nos ocupa, también tenemos que preguntarnos qué riesgos estamos dispuestos a asumir respecto a una guerra nuclear, que no sólo supondrá el fin de Ucrania, sino mucho más allá, hasta lo verdaderamente impensable.

No es alentador que más de un tercio de los estadounidenses esté a favor de "emprender una acción militar [en Ucrania] aunque se arriesgue a un conflicto nuclear con Rusia", tal vez inspirados por comentaristas y líderes políticos que deberían pensárselo dos veces antes de hacer sus imitaciones de Winston Churchill.

Tal vez se puedan encontrar formas de proporcionar las armas necesarias a los defensores de Ucrania para repeler a los agresores, evitando al mismo tiempo las graves consecuencias. Pero no debemos engañarnos creyendo que se trata de un asunto sencillo, que se resuelve con pronunciamientos audaces.

¿Prevé usted una evolución política dramática dentro de Rusia si la guerra dura mucho más tiempo o si los ucranianos resisten incluso después de que hayan terminado las batallas formales? Al fin y al cabo, la economía rusa ya está asediada y podría acabar con un colapso económico sin parangón en la historia reciente.

No sé lo suficiente sobre Rusia ni siquiera para aventurar una conjetura. Una persona que sí sabe lo suficiente como para "especular" -y sólo eso, como nos recuerda- es Anatol Lieven, cuyas ideas han sido una guía muy útil en todo momento. Considera muy poco probable que se produzcan "acontecimientos políticos dramáticos" debido a la naturaleza de la dura cleptocracia que Putin ha construido cuidadosamente. Entre las conjeturas más optimistas, "el escenario más probable", escribe Lieven, "es una especie de semi-golpe, que en su mayor parte nunca se hará público, por el que Putin y sus colaboradores inmediatos dimitirán 'voluntariamente' a cambio de garantías de su inmunidad personal frente a la detención y de la riqueza de su familia. Quién sucedería como presidente en estas circunstancias es una cuestión totalmente abierta".

Y no es necesariamente una cuestión agradable de considerar.

Noam Chomsky profesor laureado de la Universidad de Arizona y catedrático emérito de Lingüística del Massachusetts Institute of Technology, es uno de los activistas sociales más reconocidos internacionalmente por su magisterio y compromiso político. Su libro más reciente es “Climate Crisis and the Global Green New Deal: The Political Economy of Saving the Planet”.

Fuente: Truthout, 23 de marzo de 2022
Traducción:Edgar Manjarín

domingo, 3 de abril de 2022

PROFESORADO. educación, mejorar la educación, Cómo poner nota a los profesores.

El Gobierno rescata la idea de valorar el trabajo de los docentes, una medida que lleva en las leyes educativas un cuarto de siglo sin terminar de aplicarse.

Hay debates malditos en educación. Uno de ellos gira sin duda en torno a la idea de evaluar el trabajo de los profesores, que lleva en las leyes de educación algo más de 25 años sin que nadie termine de ponerla en marcha más o menos en serio para todo el profesorado. A grandes rasgos, los argumentos a favor parecen absolutamente razonables: la carrera de los docentes de colegios e institutos públicos españoles carece casi por completo de incentivos y, en la práctica, más allá del pundonor profesional, da un poco igual hacer mejor o peor el trabajo. Así, establecer esos estímulos laborales (en forma de sueldo, reconocimiento profesional, ayudas para proyectos, permisos especiales...) por medio de un sistema de evaluación que, además, ofrezca información útil sobre los puntos fuertes y débiles del sistema, solo podría mejorar la educación. El informe España 2050, el documento redactado por más centenar de expertos para fijar, a petición del Gobierno, una estrategia de país a largo plazo, critica la ausencia de “un sistema de evaluación del desempeño de la práctica docente que pueda guiar intervenciones para el aprendizaje y la mejora continua del profesorado”.

Sin embargo, las cosas no son tan fáciles, porque es harto peliagudo medir de manera objetiva la calidad del profesorado (para empezar, hay que ponerse de acuerdo en qué es la calidad del profesorado) y porque es muy importante encontrar la manera de que los docentes no rechacen esa evaluación, pues todos los precedentes han demostrado que, si una buena parte de ellos no se sube al carro, el proceso servirá para bastante poco. Una encuesta hecha en 2018 por el Ministerio de Educación a la comunidad educativa (sobre todo a docentes, pero también a padres, alumnos y asociaciones) concluía que dos tercios creían que la evaluación debe ser obligatoria para los profesores y que algo más de la mitad opinaba que sus resultados deben tener solo consecuencias formativas (señalar el camino de mejora y que las administraciones pongan los medios para recorrerlo), pero otro 41% reclamaba que sirvan para repartir reconocimientos o sanciones.

Y lo que planteó el ministerio hace algo más de dos meses, dentro de las 24 propuestas que presentó para empezar a debatir la reforma de la carrera docente, tenía un poco de todo, con un sistema de evaluación voluntario en general y solo obligatorio para acceder a ciertos puestos (para el de director, por ejemplo, que además lleva consigo un complemento salarial y ya está generalizado desde hace lustros). El modelo que proponen debe “partir de un informe de autoevaluación, valorar los aspectos específicos de la función docente en el marco de la autonomía del centro, contar con la participación de diversos órganos de gobierno y coordinación docente del centro y con la del servicio de inspección”.

La finalidad, por un lado, “debe ser primordialmente formativa y acreditativa y debe también permitir el reconocimiento de la complejidad de las tareas desempeñadas”, dice el texto. En otro punto añade que “el mejor desempeño de las competencias profesionales docentes” deberá traducirse “en propuestas y actuaciones formativas por parte de la Administración; en las mayores posibilidades de acceso a los distintos puestos de trabajo propios de la función docente; y en las retribuciones complementarias”.

Ahogados en burocracia
El problema, de nuevo, es que los docentes se siguen mostrando recelosos, a pesar de todo. Para empezar, ante la posibilidad de que se convierta en otra burocracia más dentro de un mar de papeleo, muchas veces sin sentido, que ya los ahoga. “Para que sea una evaluación objetiva, lo que tienen que hacer es quitarnos tanta burocracia. A nosotros y a la inspección, que tienen tanto papeleo que apenas tienen tiempo para pisar un aula y evaluar al docente”, dice Iris Carabal, de 30 años y maestra de educación especial en un colegio público de Vila-Real (Castellón). Y eso que ella está de acuerdo con que “hacen falta más mecanismos de evaluación, porque se ven muchas malas prácticas y también muchas buenas que no se valoran”. Ahora mismo, lo que está generalizado en la escuela pública son unas autoevaluciones que, según Carabal, son una burocracia más que normalmente sirven para muy poco.

Pero, aún peor que los problemas prácticos, algunos investigadores que llevan más de 20 años estudiando estos asuntos sostienen directamente que las evaluaciones individuales con premios individuales no mejoran el sistema. Es la opinión del profesor de Universidad de Barcelona Joan Mateo: “En ninguna parte del mundo ha funcionado bien una evaluación del profesor basada en la meritocracia y orientada a algún tipo de subida salarial, porque esta, al cabo de un tiempo, se asimila como parte de su sueldo y no constituye ningún incentivo para mejorar”. Dejando atrás el viejo modelo del palo y la zanahoria, Mateo defiende una evaluación “del equipo docente orientada a que [las administraciones] se comprometan institucionalmente con el centro, por medio de ayudas económicas para hacer investigación, innovación, transformación…”.

De una forma mucho menos estudiada y mucho más intuitiva, Francisco López Mellado, un profesor de Matemáticas de 27 años de un instituto público de Roquetas de Mar (Almería), apunta a algo parecido. “Yo lo haría dando dinero al centro en el que estés trabajando para hacer proyectos, y sin señalar a nadie, porque, al final, yo creo que con esto lo que quieren es señalar al profesorado: tú lo haces mal, tú lo haces bien… Y eso no”, explica por teléfono.

El ejemplo de Asturias
El precedente más inmediato, el programa de evaluación de la función docente del Gobierno de Asturias, se parece más a un trámite burocrático que hay superar cada año para obtener un extra salarial que a un modelo que impulse el esfuerzo continuo de los docentes, según la federación de enseñanza de CC OO en la región. Consiste en que los directores de los centros públicos valoren cada curso, a través de un formulario, a los profesores que se presten voluntariamente a ello. La plantilla contempla 19 méritos, algunos objetivos (si el profesional acumula unas horas mínimas de formación y si su absentismo laboral está por debajo del 7%, por ejemplo) y otros que dejan gran margen de interpretación, como los siguientes: “Desarrolla y evalúa de forma medible el proceso de enseñanza cumpliendo con el principio de trabajo en equipo y coordinación docente”. “Realiza con diligencia y calidad la evaluación del proceso de aprendizaje del alumnado”.

A Liliana Díaz Gómez, profesora de un instituto de Pola de Siero, no le gusta demasiado la idea de que sea el director el que tenga en su mano dar a discreción, o no, cada año una evaluación positiva que supone un aumento de 147 euros al mes en primaria y 229 en secundaria. Este es el primer tramo de evaluación, al que este año se ha añadido un segundo tramo para aquellos que llevan años sometiéndose con éxito a estos exámenes y que suponen aumentos mensuales de 294 y 459 euros al mes, respectivamente. Aunque en la práctica, las quejas son mínimas, pues la inmensa totalidad de los que se presentan aprueban: el curso pasado fue el 99%. Y se presentaron 9.000 de los algo menos de 12.000 docentes de la región, teniendo en cuenta que solo pueden acceder a la evaluación los que lleven dando clase en la pública un mínimo de cinco años y además quedan fuera los que hayan sufrido bajas largas durante el curso.

“Me parece ineficaz, para empezar, porque no evalúa de ninguna manera la excelencia académica”, opina Díaz, que además protesta porque este sistema menoscaba la negociación colectiva como vía para acordar los sueldos. “Creo que sería mucho más eficaz una supervisión bien hecha para evitar las malas prácticas”, opina. En cuanto a la nueva propuesta del ministerio, tiene dudas, pero cree que, si se hace, debe basarse en muchas fuentes (la opinión de los alumnos, la observación dentro del aula…), y no solo en la opinión del director.

La propuesta inicial del ministerio sugiere, partiendo de la autoevaluación, una multiplicidad de fuentes para la valoración. De hecho, uno de los referentes más claros podrían ser los procesos piloto que Educación puso en marcha en 1996. Bajo el nombre de Valoración de la labor profesional de los docentes, se desarrolló un sistema por el cual los inspectores educativos recogían, por medio de cuestionarios, la opinión del propio profesor evaluado, del director de su centro, del jefe de estudios y del coordinador del departamento, y luego los entrevistaba a todos ellos.

Finalmente, después de observar el trabajo del docente dentro del aula, el inspector emitía su informe de evaluación. Pero esta iniciativa, como otras puestas en marcha en la primera mitad de los noventa en torno a las dos normas aprobadas entonces por ejecutivos socialistas (la Logse de 1990 y la Lopeg de 1995), cayeron en el olvido tras la llegada al Gobierno del PP. En todo caso, dada la escasa concreción de la propuesta del actual ministerio, está por ver si el nuevo intento de poner en marcha una evaluación del profesorado va por ese camino o por otro. Sea cual sea, visto lo visto, no parece que vaya a poder eludir la polémica.

https://elpais.com/educacion/2022-04-24/evaluar-a-los-profesores-premiar-la-excelencia-o-mejorar-el-sistema.html

Comprobación y atribución

En el análisis de la realidad existen dos dimensiones complementarias. Una es la de comprobación. Se trata de hacer un análisis riguroso de lo que pasa. Si este análisis es falso o poco riguroso, fallará el diagnóstico. Como consecuencia, toda la intervención que se haga sobre la realidad será inútil o contraproducente. Lo que pasa es que el análisis resulta muy difícil. Porque la realidad es compleja y multifacética. Es muy complicado llegar a la comprensión rigurosa de lo que sucede. Los instrumentos para aprehender la realidad no son tan precisos que no admitan el error. Por otra parte, unos instrumentos no permiten recoger la misma información que otros.

La segunda dimensión es la de atribución o explicación. Una vez que disponemos de la descripción rigurosa de la realidad que queremos analizar hay que preguntarse por las causas. ¿A qué atribuimos que la realidad sea como es? ¿Cómo se explican las cosas? ¿Cuáles son las causas verdaderas del fenómeno estudiado?

En las dos dimensiones cabe el error y la trampa. En la primera dimensión puede existir imprecisión en el análisis o engaño en la presentación de los datos. En la segunda dimensión pueden establecerse nexos causales interesados, sea para exculparse, sea para atribuir a otros el fracaso. La manipulación mediática echa sus raíces en las dos dimensiones.

Voy a poner cinco ejemplos. Uno del ámbito político, otro del escolar, el tercero del mundo de la empresa, el cuarto de la sanidad y el quinto del deporte.

El primer ejemplo lo voy a sacar, como acabo de decir, de la política. Supongamos que queremos conocer la situación del paro. La comprobación exige la recogida de información rigurosa. A través de diversos modos de explorar la realidad llegamos a unos datos objetivos. El paro ha subido o ha bajado en un número de personas que se puede cifrar con relativa exactitud. Si se hace bien, la derecha y la izquierda podrían llegar a la misma cifra, aunque sé que hay muchas variables que influyen en el cómputo. En el diagnóstico de la realidad puede haber muchos elementos que condicionan el resultado. Quiero decir con esto que no se llega a los mismos resultados recorriendo caminos diferentes para el análisis. Por ejemplo: ¿son computables como parados los trabajadores a quienes se ha aplicado un ERTE?

La atribución, por otra parte, trata de explicar por qué son esos los datos y no otros. Y aquí viene una peligrosa tentación. Atribuir los resultados a causas que interesan. Estoy harto de oír que con el Presiente Zapatero el paro aumentó de manera exponencial. Y es cierto. Otra cosa es atribuir íntegramente la causa a la gestión del gobierno socialista sin tener en cuenta la crisis económica mundial que hizo aumentar el paro en todos los países de la tierra. Es decir que, aceptando los datos objetivos, puedo utilizarlos contra el adversario político de forma interesada. De la misma manera que el gobierno socialista puede explicar toda la subida achacándola a la crisis sin tener en cuenta las limitaciones o los errores de la gestión. Más recientemente hemos tenido otro fenómeno similar. Sobre el problema del paro podemos convenir que se han creado un número determinado de puestos de trabajo (precarios o no), pero en la fase de atribución podemos explicar la subida del empleo por el efecto de la Ley Laboral del Partido Popular o por la bonanza económica que hizo posible el crecimiento del empleo.

Esta doble dimensión se puede aplicar a cualquier parcela de la realidad política: la subida de los precios, el aumento de la delincuencia, las muertes ocurridas por violencia de género o por efectos de la pandemia…

Voy a extraer el segundo ejemplo, como decía, del ámbito escolar. Y, concretamente, de la evaluación de los aprendizajes. Una cosa es comprobar si realmente los alumnos y alumnas han aprendido aquello que debían aprender y otra explicar por qué lo han o no. No es tan sencillo como parece. Hay investigaciones que muestran que para que haya rigor en la corrección de ejercicios de ciencias harían falta, al menos, doce correctores. Se me dirá que si se trata de un problema matemático, no puede ser tan complejo: o está bien o está mal. Pues no. Y si damos a corregir el ejercicio a varios evaluadores veremos las diferencias. El planteamiento está bien y mal el resultado, puede haber resuelto el problema por un método que desaconsejó el evaluador, puede haber faltas de ortografía, puede no entenderse la letra, puede haberse copiado de forma fraudulenta… Y factores condicionantes diversos: siempre lo hace mal y hoy lo ha hecho bien, el ejercicio anterior era muy bueno, ha perdido por goleada el equipo del evaluador y esa amarga actitud condiciona la corrección… Para que haya rigor en la corrección de un ejercicios de letras hacen falta más de cien correctores. Eso en cuanto a la comprobación.

Y ahora viene la cuestión más ardua: la atribución. ¿Por qué los alumnos y las alumnas no han alcanzado los objetivos del aprendizaje? El riesgo está en explicar el fracaso diciendo que son vagos y torpes, que están desmotivados, que llegan sin base de niveles anteriores, que no tienen técnicas de estudio, que el grupo es muy malo o que la familia no le ayuda lo suficiente…

Tomo el tercer ejemplo del mundo de la empresa. Vamos a suponer que se trata de una empresa que vende artículos de cuero en el mercado internacional. La comprobación nos dice que el fracaso es incuestionable. No se ha vendido casi nada de lo producido y ofertado. Y ahora viene la segunda parte: ¿cuál es la causa del fracaso? Es decir, ¿por qué no se han vendido los artículos de cuero? Las explicaciones pueden ser rigurosas o arbitrarias.

Pondré un cuarto ejemplo tomado del ámbito sanitario. Vamos a suponer que de un quirófano salen más cadáveres que lo que registra la media de los quirófanos de un Hospital, o de una ciudad o de un país. Tenemos un dato que procede de la comprobación. Es importante que sea riguroso, es decir que tenga el soporte de un análisis preciso aunque, si es estadístico, solo será estocástico, es decir, probabilístico. Y ahora viene el segundo componente, el que vengo denominando de atribución: ¿cuál es la causa? Podemos atribuir la causa a la incompetencia de los profesionales, a los malos equipamientos, a la pésima organización o coordinación de los profesionales sanitarios. Pero también se puede pensar que los pacientes no resisten las excelentes intervenciones de los médicos.

Y por fin el deporte. Es incontestable que el equipo ha perdido por una diferencia escandalosa: 0-4. Ahora bien, ¿por qué? ¿Fue la causa un mal planteamiento del entrenador, los jugadores no se esforzaron, el árbitro cometió errores decisivos, el campo estaba impracticable, el público abroncó a los jugadores desde el inicio…?

En los casos que he expuesto y en cualquier otro, tiene que haber rigor en los dos componentes del análisis para que la intervención que busca la mejora sea eficaz. Si en cualquiera de los dos hay inexactitud, trampa o manipulación, la intervención será inútil o perjudicial.

Digo esto porque el análisis de los fenómenos no debe limitarse exclusivamente a la acumulación de conocimiento sino al diseño de estrategias que busquen la mejora. En los dos componentes del análisis se mezclan los criterios científicos con los intereses particulares o partidistas.

Los nexos causales pueden manejarse de forma interesada, como decía. Hay dos variantes básicas que dirigen la manipulación de los datos. Una de ellas es la exculpación. Se trata de hacer hablar a los datos para que nos den la razón. Los datos, sometidos a tortura, acaban confesando lo que quiere quien los maneja. La otra es la agresión. En esta segunda posibilidad se trata de convertir los datos en piedras para lanzarlas al adversario.

En los cinco ejemplos tendríamos estas conclusiones: los socialistas son malos gestores del empleo, los alumnos y las alumnas son los responsables del fracaso de su aprendizaje, las vacas estropean las pieles restregándose contra las alambres de púas, los pacientes no responden a los tratamientos, los jugadores son unos mercenarios… Conclusiones que hacen imposible la mejora de las políticas de empleo, de la calidad de la enseñanza, de la producción de artículos de cuero, de la práctica de la medicina y de la mejora del juego. Y todos tan contentos lavándonos las manos y diciendo que la culpa es de los demás.

El Adarve. Miguel Ángel Santos Guerra.

sábado, 2 de abril de 2022

_- Día Mundial del Autismo | qué es el camuflaje social y por qué hace más difícil diagnosticar el autismo en niñas

_- Según un estudio realizado en Suecia, sólo hay una niña de cada 10 niños diagnosticados con autismo.

El trastorno del espectro autista se caracteriza por una alteración en el desarrollo cerebral que provoca diferencias en la comunicación social, así como conductas repetitivas y estereotipadas.

Para aquellos que viven con la condición, los cambios sensoriales, como una incomodidad extrema con ciertos ruidos o texturas, y un repertorio específico de intereses, también llamado hiperenfoque, suelen ser comunes.

"Las personas con autismo tienen una forma diferente de percibir el mundo. Esto hace que dirijan su atención a otros elementos del entorno que no son necesariamente estímulos sociales. En un ambiente concurrido, por ejemplo, es posible que el ruido de un instrumento o el motor de un coche en la calle les llame más la atención que las voces de las personas", explica la psiquiatra Mirian Revers Biasão, profesora de la Escuela Internacional de Desarrollo (EID) en Brasil.

Es por esta razón que las personas con autismo actúan y aprenden de forma diferente a lo socialmente esperado.

"Yo, por ejemplo, aprendí a comportarme en un determinado ambiente porque observé y alguien, como mi mamá, me enseñó. Lo que pasa con las personas con autismo es que pueden aprender a interpretar las acciones de otras personas y entender lo que se espera de ellos, pero no sucede tan naturalmente", dice.

El 2 de abril se celebra el Día Mundial del Autismo, instaurado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2007.

Es este proceso de tratar de imitar comportamientos considerados socialmente aceptados en grupos como de amigos en la escuela, en el trabajo e incluso en las relaciones familiares, lo que se conoce como "camuflaje social" o "enmascaramiento".

"Como no es tan natural para las personas neuroatípicas, esas actitudes acaban gastando más energía cerebral y la persona puede agotarse, tanto física como emocionalmente", explica la experta.

El daño del camuflaje social en las personas con autismo 
Diversos estudios demuestran que el esfuerzo de camuflaje social que realizan las personas con autismo se relaciona a mayores índices de depresión, ansiedad y agotamiento.

Uno de ellos, publicado en 2017 en la revista científica Autism, plantea la hipótesis de que los hombres sufren más estos efectos, ya que las mujeres, por lo general, tienen menos dificultad para realizar el camuflaje.

"Las crisis por sobrecarga sensorial también puede contribuir a estas condiciones, por eso es tan importante el diagnóstico. Una vez que sabemos que alguien tiene autismo, podemos empezar a trabajar los límites con ese paciente. En lugar de estar cuatro horas en una fiesta, por ejemplo, para esa persona puede ser más cómodo quedarse apenas dos horas", dice Biasão.

El camuflaje social es más común en niñas y mujeres 
Una de las teorías aceptadas por la ciencia es la diferencia entre el cerebro de hombres y mujeres.

Algunos estudios, como un análisis publicado en la revista Neuroscience and Biobehavioral Review, muestran que el cerebro femenino está sutilmente más desarrollado en áreas que corresponden a comportamientos sociales.

El miedo a cometer "errores sociales" es mayor en las niñas.

Esto hace que las acciones más estereotipadas, como las representadas en series con protagonistas con autismo, como "El buen doctor" y "Atípico", no sean tan frecuentes en mujeres con el espectro, especialmente si tienen un grado leve.

"Esto dificulta incluso que las niñas sean diagnosticadas", destaca Joana Portolese, coordinadora del Programa de Trastornos del Espectro Autista del IPq (Instituto de Psiquiatría) del Hospital das Clínicas de São Paulo.

Según un estudio realizado en Suecia, la estimación asciende a 10 niños diagnosticados por cada niña.

Otro tema, explica Portolese, es que el miedo a cometer "errores sociales" es mayor y el hiperfoco de las chicas tiende a centrarse en intereses que no son tan diferentes a los que presentan sus compañeros de la misma edad.

Además, la propia sociedad ya determina muchas reglas para las niñas, y esta exigencia hace que empiecen a camuflarse antes.

Si el diagnóstico no llega en la infancia, es posible que las mujeres "disfracen" mejor los signos del autismo, retrasando el diagnóstico durante años.

"Una vez escuché a Temple Grandin, una psicóloga con autismo, decir que la idea de tener autismo es que gradualmente te vuelves cada vez menos una persona con la condición, porque sigues aprendiendo cómo comportarte. Ella dice que es como actuar en una obra de teatro".

https://www.bbc.com/mundo/noticias-60964592

_- REDES SOCIALES. Del aula a TikTok: así trabajan los profesores que triunfan en las redes sociales.

_- Algunos creadores de contenido se convierten en docentes de referencia para muchos alumnos


De izquierda a derecha, los creadores de contenido Robbie V., de @letsspeakenglish, Susi Profe y Alberto Bustos, de @blogdelengua.

Cada vez son más los estudiantes que recurren a las redes sociales para tratar de resolver sus dudas. “Tengo examen mañana, otra vez me va a Susi Profe, salvar“. “En los vídeos todo parece muy fácil”. “Nadie me ayuda con mates como ella”. Los adolescentes desesperados antes de un examen se refieren así en Twitter a Susi Profe, creadora de contenido de Física, Matemáticas y Lengua que se acerca al millón de suscriptores en YouTube al millón de suscriptores en YouTube. Como esta maestra de Educación Primaria, otros docentes han visto disparada su popularidad en los últimos tiempos, como Robbie V. (Robert James Vincent) y Alberto Bustos, profesores de Inglés y de Lengua Castellana, respectivamente. Dedican cada vez más tiempo a las redes, donde han construido comunidades en torno a sus asignaturas.

Susi Profe, de 30 años, se llama, en realidad, María Jesús Villanueva: “Cuando lo dije por primera vez, los niños hicieron tiktoks diciendo que los había estado engañando”, comenta entre risas durante una videollamada con EL PAÍS. Algunos de los vídeos de esta maestra de un colegio de Madrid superan los tres millones de visualizaciones, como el que trata la suma y la resta de polinomios.

Confecciona sus contenidos con la voluntad de echar un cable a alumnos de cursos superiores: “La vocación por enseñar la he tenido siempre. Cuando era alumna siempre ayudaba a mis compañeros”, recuerda. Cinco años después de haber empezado, su comunidad consta de 390.000 seguidores en TikTok, 26.000 en Instagram y casi el millón en YouTube.

Aunque ya era una creadora de éxito antes de la pandemia, explica que, a partir de aquel momento, “el profesorado cambió el chip y ya usa los vídeos de YouTube en sus clases diarias e incluso los manda para ver en casa”. “Y también ha cambiado el chip en el alumno, que ha visto que puede recurrir a internet cuando tiene dudas”, añade.

Según cuenta, TikTok le ha servido para mostrar una faceta más personal: “En los vídeos de YouTube vas a lo que vas, pero en TikTok hay una mayor vinculación con los chavales y, además, en su lenguaje. La comunidad que se está generando en torno a Susi Profe es muy agradecida, sin apenas haters [odiadores]”.

En TikTok hay una mayor vinculación con los chavales y, además, en su lenguaje
María Jesús Villanueva, 'Susi Profe'

Hugo Lorán, alumno de 2º de la ESO, la sigue desde hace tiempo: “La descubrí cuando no sabía hacer los ejercicios del colegio. Me llamó la atención que explicara de una forma tan calmada y haciendo que pareciera fácil”. Según la creadora, la mayoría de los jóvenes acude a su canal la víspera del examen. “Intento que en 10 minutos les quede explicado algo desde cero con los ejemplos que pueden ser la excepción”, comenta.

Camino López, experta en innovación educativa, explica: “En TikTok demandan que tengas un superpoder de síntesis. Para algunos profesores no es fácil, pero sienten la responsabilidad de ir a donde están sus estudiantes. Si creas tu material en una plataforma que no van a consultar, cae en saco roto”.

Encontrar la narrativa adecuada en TikTok le cambió la vida a Robert James Vincent (Gales, 37 años), conocido como Robbie V. Este profesor de inglés cuenta con casi tres millones de seguidores en el perfil que lleva el nombre de su academia, Let’s Speak English, situada en Santander.

Su caso es el de un éxito propio de TikTok, que llevó a la popularización de sus otras cuentas, como explica también por videollamada: “En cinco años habíamos llegado a unos 2.000 seguidores en Instagram”. En un segundo intento por potenciar su perfil en TikTok, a principios de 2020, subió cuatro vídeos. Uno de ellos se viralizó y en dos días obtuvo 50.000 seguidores. Cuando empezó la pandemia, ya contaba con 100.000. El galés ha pasado de tener alumnos locales a llegar a miles de estudiantes del mundo que compran sus productos digitales.

Robbie V., fundador y profesor de Let's Speak English, mientras graba un vídeo para TikTok, en una imagen cedida por él mismo. Lo que le llamó la atención de TikTok a Robbie V. fue que podía aprender de la creatividad de los jóvenes: “Me gustaba eso de tener que ser tan directo y cogí un poco el estilo. Como soy un tipo bastante salao, quería mantener esa línea”.

Estos vídeos podrían denominarse “píldoras educativas” y, según explica Camino López, “son para algo muy básico, como detonante de aprendizaje”. La experta cree que los profesores que inician una actividad en las redes sociales “son capaces de condensar el tema de una forma que resuelve la vida’, y añade: ‘‘Muchos estudiantes van a por ese discurso cuando se sienten atascados y quieren verlo explicado de otra forma”. Además, considera que ‘’una comunidad educativa virtual siempre se traduce en un aprendizaje significativo”.

Nora Cuéllar, alumna de 2º de la ESO, no cree que sea posible explicar una lección difícil en TikTok por su brevedad, pero reconoce que ‘‘son mejores los vídeos cortos, porque dejan más tiempo para practicar’'. Su compañero Hugo asegura: “Gracias a los vídeos he evitado algún suspenso”.

Elías, estudiante de 4º, también recurre a ellos para “saciar la curiosidad por alguna asignatura, más que por el estudio en sí”. Según una encuesta de Marketing Science, el 94% de los usuarios de TikTok afirma haber aprendido algo gracias a la plataforma, y el 85,5% dice prestar más atención a los vídeos con los que puede aprender algo nuevo.

Estos profesores son capaces de condensar el tema de una forma que te resuelve la vida
Camino López, experta en Tecnologías de la Información y la Comunicación

Julio Ruiz Palmero, profesor de la Universidad de Málaga especializado en Tecnología Educativa, considera que estos vídeos a los que están acostumbrados los alumnos “tienen que ir acompañados de otras propuestas pedagógicas“. Eso sí, “no podemos dar la espalda a estos canales”, reconoce, aunque “implementarlo en el día a día de las clases no es fácil”.

Alberto Bustos, madrileño de 52 años, es profesor de la Universidad de Extremadura y el creador del Blog de Lengua, que desde 2016 es un canal de YouTube que roza los 250.000 suscriptores. Su perfil de Instagram supera los 4.000 seguidores y su cuenta de TikTok, los 47.000.

“Convencer a 200.000 personas de que les voy a soltar la chapa de Lengua todas las semanas y que se apunten creo que tiene su mérito, sobre todo sin ser de videojuegos, móviles o cocina”, cuenta por videollamada.

En septiembre pasó a una jornada parcial para profesionalizarse como creador. “Ya veremos si es viable económicamente”, comenta. Para ello, ha puesto en marcha unos cursos en línea de pago impartidos por Zoom, con los que tiene una relación más cercana con su comunidad.

A pesar de contar con tantos seguidores en TikTok, dejó la aplicación en 2019, antes de que se convirtiera en el éxito que es hoy. Sin embargo, todavía hay usuarios que preguntan dónde está y por qué no publica nada. ¿La respuesta? “No daba más de mí. Tuve que priorizar y me quedé en YouTube”, comenta.

“Lo que me llamaba la atención de TikTok era que tenía una biblioteca musical amplísima que podía utilizar para explicar Lengua con lo que oye la gente: pop, reguetón… Era la forma de enseñar deleitando, que es de lo que se trata”, explica Bustos.

Tanto Susi Profe como Alberto Bustos y Robbie V. se han pasado a los directos, aunque solo el último ha probado Twitch. Los tres insisten en que esas retransmisiones les permiten conocer mejor a sus seguidores y saber qué dificultades e intereses tienen.

Aunque los directos viven su época dorada, uno de los alumnos de 2º, Hugo, argumenta que prefiere los vídeos cortos: “Con los largos pierdo fácilmente la atención”. El experto Ruiz Palmero lo explica: “Hemos pasado de ser capaces de leer un libro durante varias horas a una situación en la que todo va a golpe de clic, lo que se ve reflejado en los estudiantes, que siempre están en plan multitarea”.

Este especialista insiste en que los docentes no deben dejarse llevar por la última aplicación que haya salido sin tener un objetivo claro. Susi Profe va más allá y declara que, aunque sean herramientas útiles, “nunca van a sustituir a la enseñanza presencial”, e insiste: “Si quieren complementar, genial, pero no pueden pasar de las explicaciones de su profesor porque luego ya esté Susi Profe. Sí que estoy, pero además de él. Su profesor es el de carne y hueso, lo demás son complementos”.

https://elpais.com/tecnologia/2022-03-27/del-aula-a-tiktok-asi-trabajan-los-profesores-que-triunfan-en-las-redes-sociales.html

viernes, 1 de abril de 2022

_- ¿Cuánto tiempo debe durar el duelo? La psiquiatría ofrece una respuesta.

_- La edición más reciente del DSM5, también llamado la “biblia de la psiquiatría” incluye un diagnóstico nuevo y controvertido: el trastorno de duelo prolongado.

Hace unos días, luego de más de una década de discusiones, la entidad psiquiátrica más importante en Estados Unidos añadió un trastorno nuevo a su manual de diagnósticos: el duelo prolongado.

La decisión marca el fin de un largo debate dentro del campo de la salud mental, y hace que los investigadores y médicos consideren el duelo intenso como objeto de tratamiento médico. Esto sucede en un momento en que muchos estadounidenses se sienten abrumados por la pérdida.

El nuevo diagnóstico, el trastorno de duelo prolongado, se pensó para describir a una porción reducida de la población que está incapacitada, sufriendo y rumiando un año después de una pérdida, y se encuentra incapaz de retomar sus actividades.

Su inclusión en el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales significa que los médicos pueden ahora facturar a las compañías de seguros por tratar a las personas con esta enfermedad.

Es muy probable que surja un flujo de subvenciones dirigidas a la investigación de tratamientos para esta patología—la naltraxona, un medicamento utilizado para tratar la adicción, está actualmente en fase de ensayo clínico para terapia de duelo— y ponga en marcha una carrera para que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) apruebe fármacos.

Desde los años noventa, varios investigadores han dicho que las formas intensas de duelo deberían clasificarse como una enfermedad mental, pues afirman que dado que la sociedad suele aceptar el sufrimiento de los afligidos como algo natural, no se les dirige a un tratamiento que pudiera ayudarlos.

Esperan que un diagnóstico ayude a los médicos a curar a la parte de la población que, a lo largo de la historia, se ha retraído en el aislamiento luego de una pérdida terrible.

“Eran los viudos y viudas que vistieron de negro el resto de su vida, que se apartaban del contacto social y vivían el resto de su vida en memoria del cónyuge que habían perdido”, explicó Paul S. Appelbaum, presidente del comité directivo que supervisa las revisiones de la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales.

“Eran los padres que nunca lo superaron, y así hablábamos de ellos. En términos coloquiales diríamos que nunca superaron la muerte de su hijo”.

En todo este tiempo, los críticos de la idea han alegado enérgicamente contra la categorización del duelo como un trastorno mental, afirmando que dicha designación corre el riesgo de hacer patológico un aspecto fundamental de la experiencia humana.

Advierten que habrá falsos positivos, es decir, personas en duelo a las que los médicos les dicen que tienen enfermedades mentales cuando en realidad están superando, lenta pero naturalmente, sus pérdidas.

Y temen que el duelo sea visto como un mercado en crecimiento por las empresas farmacéuticas que intentarán convencer al público de que necesita un tratamiento médico para salir del duelo.

“No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, afirma Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que ha publicado mucho sobre el duelo y que dirige Selah Carefarm, un centro de acogida para personas en duelo.

“Cuando alguien que es un experto, entre comillas, nos dice que estamos desordenados y nos sentimos muy vulnerables y abrumados, ya no confiamos en nosotros mismos ni en nuestras emociones”, dijo Cacciatore. “Para mí, eso es una medida increíblemente peligrosa y miope”.

Image “No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, dijo Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que dirige un centro de acogida para personas en duelo. “No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, dijo Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que dirige un centro de acogida para personas en duelo.Credit...Adriana Zehbrauskas para The New York Times ‘No nos preocupamos por el duelo’

Los orígenes del nuevo diagnóstico pueden remontarse a los noventa, cuando Holly Prigerson, investigadora en salud pública psiquiátrica, estudiaba a un grupo de pacientes de edad avanzada para reunir datos sobre la eficacia de los tratamientos contra la depresión.

Se percató de algo extraño: en muchos casos, los pacientes respondían bien a los medicamentos antidepresivos, pero su duelo, cuando se medía con un inventario estándar de preguntas, no presentaba alteraciones y permanecía alto sin cambio alguno. Cuando le señaló esto a los psiquiatras del equipo, ellos mostraron poco interés.

“El duelo es normal”, recuerda que le dijeron. “Somos psiquiatras, no nos preocupamos por el duelo. Nos preocupamos por la depresión y la ansiedad”. Su respuesta: “Bueno, ¿cómo saben que eso no es un problema?”.

Prigerson se puso a reunir datos. Concluyó que muchos de los síntomas del duelo intenso, como “la nostalgia, la añoranza y el anhelo”, eran distintos de la depresión y predecían malos resultados, como la presión arterial alta y las ideas suicidas.

Su investigación demostró que, para la mayoría de las personas, los síntomas del duelo alcanzan su punto máximo en los seis meses posteriores a la muerte. Un grupo de personas atípicas —calcula que es el cuatro por ciento de los afligidos — se queda “atascado y abatido”, dice, y sigue con problemas de humor, funcionamiento y sueño a largo plazo.

“Ya no vas a tener otra alma gemela y estás malgastando tus días”, expresó.

En 2010, cuando la Asociación Estadounidense de Psiquiatría propuso ampliar la definición de depresión para incluir a las personas en duelo, provocó una reacción violenta, reforzando una crítica más amplia de que los profesionales de la salud mental estaban sobrediagnosticando y sobremedicando a los pacientes.

“Hay que entender que los médicos quieren diagnósticos para poder categorizar a las personas que llegan a su consultorio y poder cobrar” a las aseguradoras, opinó Jerome Wakefield, profesor de trabajo social en la Universidad de Nueva York. “Eso supone una presión enorme” sobre el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales.

No obstante, los investigadores siguieron trabajando en el duelo, viéndolo cada vez más como algo diferente a la depresión y más relacionado con los trastornos del estrés, parecido al trastorno de estrés postraumático. Entre ellos se encontraba M. Katherine Shear, profesora de psiquiatría de la Universidad de Columbia, que desarrolló un programa de psicoterapia de 16 semanas que se basa en gran medida en las técnicas de exposición utilizadas para las víctimas de trauma.

Para 2016, los datos de los ensayos clínicos demostraron que la terapia de Shear daba buenos resultados en los pacientes que sufrían un duelo intenso, y superaba a los antidepresivos y otras terapias contra la depresión. Esos resultados reforzaron el argumento de incluir el nuevo diagnóstico en el manual, dijo Appelbaum, presidente del comité encargado de las revisiones del manual.

En 2019, Appelbaum convocó a un grupo que incluía a Shear, de Columbia, y a Prigerson, ahora profesora del Weill Cornell Medical College, para consensuar unos criterios que distinguieran el duelo normal del trastorno.

La pregunta más delicada de todas era esta: ¿qué tanto podría considerarse prolongado?

Aunque ambos equipos sentían que podían identificar el trastorno en las personas seis meses después de la pérdida, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría “rogó e imploró” para que se definiera el trastorno en términos más conservadores —un año tras el fallecimiento— a fin de evitar una reacción negativa por parte del público, comentó Prigerson.

“Debo decir que fueron muy inteligentes al considerar la política al respecto”, dijo. La preocupación era que el público “se iba a indignar, porque todos sienten un poco de dolor, aunque sea por su abuela a los seis meses de fallecida, todavía la extrañan”, indicó. “Parece como si hicieras del amor una patología”.

Si se toma el año como el término, consideró, el criterio seguramente será aplicable para más o menos el cuatro por ciento de las personas que han perdido a un ser querido.

El diagnóstico nuevo, publicado la semana pasada en la edición actualizada del manual, supone un gran avance para quienes llevan años sosteniendo que las personas con un duelo intenso necesitan un tratamiento adaptado.

“Es como el bar mitzvah de los diagnósticos”, dijo Kenneth S. Kendler, profesor de psiquiatría de la Virginia Commonwealth University que ha desempeñado un papel importante en las tres últimas ediciones del manual de diagnóstico.

“Es una especie de bendición oficial en el mundo”, dijo. “Es como si estuviéramos en el comité planetario de la Sociedad Astronómica Estadounidense decidiendo qué es un planeta o no: este está dentro, y a Plutón lo sacamos”.

Si el diagnóstico pasa a ser de uso común, es probable que popularice el tratamiento de Shear y también dé lugar a una serie de otros nuevos, como tratamientos farmacológicos e intervenciones en línea.

Shear dijo que era difícil predecir qué tratamientos surgirían.

“No tengo ni idea, porque no sé cuándo fue la última vez que hubo un diagnóstico realmente novedoso”, dijo.

Y añadió: “Sinceramente, estoy realmente a favor de cualquier cosa que ayude a la gente”.

Image M. Katherine Shear, profesora de psiquiatría de la Universidad de Columbia y directora fundadora del Centro de Duelo Prolongado, lleva estudiando esta condición desde 1995.Credit...Yana Paskova para The New York Times

Un ciclo de dolor
Amy Cuzzola-Kern, de 54 años, dijo que el tratamiento de Shear la había ayudado a salir de un ciclo terrible.

Tres años antes, su hermano había fallecido inesperadamente de un infarto mientras dormía. Cuzzola-Kern se encontró reviviendo obsesivamente los días y las horas que precedieron a su muerte, preguntándose si debería haber notado que se encontraba mal o haberle insistido para que vaya a la sala de urgencias.

Ella se había retirado de la vida en sociedad y tenía problemas para dormir toda la noche. Aunque había empezado a tomar antidepresivos y había acudido a dos terapeutas, nada parecía funcionar.

“Me encontraba en un estado tal de negación: no puede ser, esto es un sueño”, dijo. “Sentía que vivía en una realidad suspendida”.

Entró al programa de 16 sesiones de Shear, llamado terapia de trastorno de duelo prolongado. En las sesiones con un terapeuta, Cuzzola-Kern narraba su recuerdo del día en que se enteró de que su hermano había muerto, un proceso doloroso pero que la ayudó a eliminar el horror de la memoria. Al final, dijo, había aceptado el hecho de su muerte.

El diagnóstico, afirmó, solo importaba porque era la vía de acceso al tratamiento adecuado.

“¿Me siento avergonzada o apenada? ¿Me siento como una persona enferma? No. Solo necesitaba ayuda profesional”, declaró.

Sin embargo, otras personas entrevistadas dijeron que desconfiaban de cualquier expectativa de que el duelo debería concluir en un periodo específico de tiempo.

“Nunca pondríamos un marco de tiempo en torno a cuándo alguien debería o no debería sentir que ha salido adelante”, dijo Catrina Clemens, que supervisa el departamento de servicios a las víctimas de Madres contra la Conducción en Estado de Ebriedad, que ofrece servicios a los familiares y amigos en duelo. La organización anima a los afligidos a buscar atención de salud mental, pero no interviene en el diagnóstico, dijo un portavoz.

Filipp Brunshteyn, cuya hija de 3 años murió tras un accidente automovilístico en 2016, dijo que las personas en duelo podrían tener una regresión por el mensaje de que su respuesta es disfuncional.

“Cualquier cosa que insertemos en este trayecto que diga, ‘eso no es normal’, podría causar más daño que bien”, dijo. “Ya estás tratando con alguien muy vulnerable, y necesita validación”.

Establecer un año como punto para el diagnóstico es “arbitrario y algo cruel”, dijo Ann Hood, cuyas memorias, Comfort: A Journey Through Grief, relatan la muerte de su hija de 5 años a causa de una infección por estreptococos. Su propia experiencia, dijo, estuvo “llena de picos y valles y sorpresas”.

La primera vez que Hood entró en la habitación de su hija Grace después de su muerte, vio un par de mallas de ballet tiradas en el suelo donde la niña las había dejado caer. Gritó. “No el tipo de grito que proviene del miedo”, escribió más tarde, “sino el que proviene de la pena más profunda imaginable”.

Cerró la puerta de golpe, dejó la habitación sin tocar y acabó apagando la calefacción de esa parte de la casa. Al cumplirse un año, un amigo bienintencionado le dijo que era hora de limpiar la habitación —“nada peor que un santuario”, le dijo—, pero ella lo ignoró.

Una mañana, tres años después de la muerte de Grace, Hood se despertó y volvió a la habitación. Ordenó la ropa y los juguetes de su hija en cubos de plástico, vació la cómoda y el armario y alineó sus zapatitos en lo alto de la escalera.

Al día de hoy, no está segura de cómo llegó de un punto a otro. “De repente, miras hacia arriba y han pasado unos cuantos años, y estás de nuevo en el mundo”.

Ellen Barry cubre salud mental. Ha sido jefa del buró del Times en Boston, corresponsal internacional jefa en Londres y jefa de los burós en Moscú y Nueva Delhi. Fue parte de un equipo que ganó el premio Pulitzer al Reportaje Internacional en 2011. @EllenBarryNYT

NYT

jueves, 31 de marzo de 2022

_- Documental BBC Mundo: Cómo descubrí que mis antepasados vascos y catalanes participaron en el comercio de esclavos

_- En el siglo XIX, la ciudad de Barcelona fue un importante puerto en el comercio transatlántico entre España y sus colonias.

En 2018, en la capital catalana se desató una intensa polémica después de que el ayuntamiento de la ciudad decidiera retirar una estatua de Antonio López, un conocido comerciante y mecenas al que se vinculaba con el tráfico de esclavos.

Esta controversia hizo que el periodista de BBC Mundo Jaime González se planteara si era posible que alguno de sus antepasados, que como López formaron parte de las élites económicas de la Barcelona del siglo XIX, hubieran participado en el negocio de la trata de personas.

González viajó a Chile y a Barcelona para rastrear la trayectoria de dos de sus ancestros -Pedro Nicolás de Chopitea y Mariano Serra-, y para conocer a los descendientes de las personas que fueron esclavizadas, que hoy día siguen reivindicando que se reconozcan su historia y sus derechos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-48455005

miércoles, 30 de marzo de 2022

_- PREMIO ABEL Dennis Sullivan, capaz de ver mundos abstractos en su mente, gana el ‘Nobel’ de matemáticas.


_- El investigador se lleva el Premio Abel, dotado con 775.000 euros, tras revolucionar la topología, la rama matemática que estudia las características constantes de los objetos que se deforman.

Un día de 1966 hubo un naufragio intelectual en el mar del Norte. El matemático estadounidense Dennis Sullivan iba en la cubierta de un barco hacia Escandinavia y aprovechaba el tiempo para intentar resolver, con papel y bolígrafo, un problema endiablado en un inimaginable espacio de ocho dimensiones. Tenía 25 años y un cerebro excepcional en ebullición, pero se topó con un resultado inesperado. En un arrebato, tiró su cuaderno por la borda, pero enseguida siguió pensando y perseveró. Este miércoles, Sullivan, nacido en Port Huron hace 81 años, ha ganado el Premio Abel, dotado con 775.000 euros y considerado el Nobel de las matemáticas.

Aquel joven investigador se concentró en la la topología, la rama de las matemáticas que estudia las características constantes de los objetos que se deforman. En un ejemplo clásico, un globo con forma de rosquilla se puede aplastar para obtener multitud de configuraciones, pero jamás podrá ser esférico. Su propiedad invariante es tener un agujero. Por eso los matemáticos suelen bromear con que, para un topólogo, una taza y una rosquilla son lo mismo. Sullivan, de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, es uno de los mejores topólogos del último siglo. Ha brillado en la clasificación de complejísimas estructuras, en espacios con multitud de dimensiones.

El matemático español Daniel Peralta conoció a Sullivan en Stony Brook en 2014 y desde entonces se mantiene en contacto con él. “Es de los pocos matemáticos que, dentro de su mente, es capaz de ver mundos que, para la mayoría, son solo series de símbolos. Tiene una imagen mental de objetos mucho más abstractos que los objetos geométricos más cotidianos”, explica Peralta, del Instituto de Ciencias Matemáticas, en Madrid.

Dennis Sullivan es de los pocos matemáticos que, dentro de su mente, es capaz de ver mundos que, para la mayoría, son solo series de símbolos Daniel Peralta, matemático

La Academia Noruega de Ciencias y Letras, que concede el Premio Abel, ha destacado en un comunicado que Sullivan ha saltado una y otra vez entre las diferentes ramas de las matemáticas, como el álgebra y la geometría, construyendo puentes inéditos entre ellas. Como si un mismo músico fuese un virtuoso tocando la guitarra eléctrica, el clavicordio, el oboe, el cajón flamenco, el arpa y la corneta militar. Ese mestizaje ha hecho que sus sinfonías matemáticas sean inconfundibles, como subraya Peralta. “Su forma de entender los problemas es muy peculiar, muy original, no sigue los caminos habituales”, alaba el investigador español.

Sullivan renovó la topología siendo un veinteañero y condensó sus ideas en un documento en junio de 1970, cuando investigaba en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Jamás publicó aquellos papeles, pero sus colegas comenzaron a fotocopiarlos y circularon por todo el mundo, en copias que cada vez se leían peor, pero mantenían un aura propia de un texto sagrado.

Las conocidas como Notas del MIT se publicaron por fin en 2005. El matemático británico Andrew Ranicki comentó entonces que aquellas fotocopias, ajenas a la cultura oficial, se tradujeron al ruso y se publicaron en la Unión Soviética en 1975, como una especie de samizdat, las ediciones clandestinas de obras prohibidas por la dictadura comunista. “La traducción no incluía los chistes y otros materiales intrascendentes que animaban la edición en inglés”, lamentó Ranicki en el prefacio de la publicación de 2005.

Sullivan también es autor de la teoría de los ciclos foliados, según destaca Daniel Peralta, que recuerda sus resultados relacionados con las líneas geodésicas: el camino más corto entre dos puntos en una superficie curva. “La pregunta es cuándo un movimiento mecánico optimiza las distancias, cuándo está siguiendo los caminos más cortos con respecto a cierta métrica, que puede no ser la métrica habitual del espacio. Sullivan, con su teoría, es capaz de caracterizar estos campos geodésicos”, explica Peralta.

La academia noruega aplaude que el matemático estadounidense haya “cambiado repetidas veces el panorama de la topología”, introduciendo nuevos conceptos. Sullivan se pasea por mundos abstractos, pero la institución recalca que las herramientas para medir las propiedades de los objetos deformables “han sido de incalculable valor en todas las ramas matemáticas y en otros campos, con destacadas aplicaciones en física, economía y ciencia de datos”.

Sullivan, cuenta Peralta, es un matemático de pizarra, que disfruta discutiendo ideas con sus colegas con la tiza en la mano. En los últimos años, además, se ha enfrentado a grandes desafíos matemáticos para intentar salvar vidas humanas. En 2014, tras ganar los más de 700.000 euros del Premio Balzan los más de 700.000 euros del Premio Balzan, anunció que pondría a un equipo de jóvenes investigadores a perfeccionar complejos algoritmos teóricos, con el fin de intentar predecir fenómenos como el comportamiento de los huracanes y la dispersión de contaminantes por el viento. “Es fascinante y estimulante que estos problemas sean, todavía, matemáticamente intratables”, proclamó Sullivan, que sigue en forma, más de medio siglo después de haber tirado sus primeras ideas por la borda.

https://elpais.com/ciencia/2022-03-23/dennis-sullivan-capaz-de-ver-mundos-abstractos-en-su-mente-gana-el-nobel-de-matematicas.html#?rel=lom

martes, 29 de marzo de 2022

Imanol Uribe vuelve a la madrugada del asesinato de Ignacio Ellacuría y sus compañeros jesuitas en ‘Llegaron de noche’.

                                         

El cineasta narra a través de los ojos de Lucía, la limpiadora superviviente, la matanza perpetrada en 1989 por los militares salvadoreños.

Si me matan de día sabrán que ha sido la guerrilla, pero si llegan de noche serán los militares los que me maten”. El jesuita Ignacio Ellacuría (Portugalete, 1930-San Salvador, 1989) sabía lo que le podía pasar durante la guerra civil salvadoreña. Y pasó: el 16 de noviembre de 1989, las tropas del Gobierno salvadoreño, una brutal dictadura militar, entraron en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y asesinaron a cinco jesuitas españoles, entre ellos Ellacuría, a otro religioso salvadoreño, a la cocinera y a su hija de 16 años. Por diversos lazos emocionales, Imanol Uribe (San Salvador, 72 años) se sentía ligado a esa historia. “Conocí de una manera muy circunstancial a Ellacuría”, recuerda. Hacia 1974, el cineasta era amigo de una sobrina del jesuita, ya entonces conocido por su planteamiento religioso-filosófico novedoso, más cercano a los que sufren, como parte de la Teología de la Liberación, y cuando Ellacuría dio una conferencia en Salamanca fue a escucharle. “Incluso me lo presentó. Me llamó mucho la atención el magnetismo que poseía”, explica el director de La muerte de Mikel, Días contados o Bwana. “Tenía un aura”.

Aquella noche de noviembre, los militares dispararon y ejecutaron a quienes encontraron en la zona de la residencia de la UCA, sin darse cuenta de que en un alojamiento en teoría vacío se habían refugiado, huyendo de la guerra civil que ya había asolado su pueblo, una limpiadora, su marido y su bebé. Esa mujer, Lucía Barrera de Cerna, se convirtió en la testigo que señaló a los asesinos. “A mí la matanza me pilló justo en Sudamérica, y me impresionó mucho”, asegura Uribe. “Es más, había estado en el aeropuerto de San Salvador, porque estaba localizando para una serie de TVE que nunca se hizo, y ni pudimos bajar del avión”. Por si fuera poco, el cineasta nació y vivió sus primeros siete años en la capital salvadoreña. “Fue durante una época más tranquila y desde luego completamente alejados de la miseria de las calles, porque residíamos en una colonia para extranjeros”. Y estudió en los jesuitas. Uribe parecía predestinado a dirigir Llegaron de noche, que tras concursar en el Festival de Málaga se estrena comercialmente este viernes.

Aunque el desencadenante final fue la novela Noviembre, de Jorge Galán: “Trata más historias del país centroamericano, como el asesinato de monseñor Romero. Pero ahí ya aparecía Lucía, un vehículo fantástico para contar esa historia”. Lo duro de la historia de Lucías Barrera de Cerna es que huyendo de la guerra se la encontró de frente donde pensaba que estaría a salvo. “Es ese tipo de personajes trágicos que están en el peor sitio en el peor momento, muy tradicionales en el cine. Un solo hecho les cambia completamente la vida. El añadido actual es que en esta época en que la verdad no vale nada, en que estamos rodeados de fake news, la historia de una mujer humilde que por encima de todo, jugándose su vida y la de su familia, se va a sacrificar por que se sepa lo ocurrido es un gran argumento. Me parece fundamental”.

Intereses cruzados
¿Por qué fueron asesinados los jesuitas? Uribe ni duda: “Había muchos intereses cruzados para que se mantuviera el conflicto, y Ellacuría mediaba por alcanzar la paz. El Gobierno estadounidense financiaba la dictadura salvadoreña, y muchos querían que ese grifo económico siguiera abierto”. No rodaron en El Salvador por la violencia que aún bulle en el país. “Y porque muchos de los culpables de aquella matanza siguen en la calle”.

A Uribe le ha costado sacar adelante este proyecto siete años. “Han pasado muchas cosas: cambio de productora, pandemia, búsqueda de fecha de estreno... Además, el cine que yo hago, absolutamente libre, alejado de plataformas, es cada vez más complicado de producir. Son películas que están empezando a desaparecer”, analiza el cineasta. “O te mueves en presupuestos muy pequeños o muy grandes. El resto...”. Y confiesa: “Mi problema es que yo solo puedo hacer lo que me gusta, que tenga sentido. No juzgo a los demás; sin embargo, yo no me veo haciendo series. Y espero morirme rodando”.

Para Llegaron de noche el director volvió a su ciudad natal, habló con más gente relacionada con la historia, como el provincial de los jesuitas José María Tojeira (Carmelo Gómez, en la película), que luchó por revelar lo que había pasado. “Y fuimos a California, a conocer a Lucía, que vive a 240 kilómetros de San Francisco”. Primero fue él. Y tras la pandemia Juana Acosta, su alter ego en el filme, visitó a Barrera. “Tuve muy claro desde que escribimos el primer guion que sería Juana. Pura intuición. Aunque fuera una colombiana de clase alta que encaraba el personaje de una humilde sirvienta salvadoreña”, explica.

Lucía Barrera de Cerna acabó, protegida por los jesuitas, en EE UU. Allí se convirtió en enfermera, “doblando turnos, trabajando sin descanso para mantener a la familia”, cuenta Uribe. El bebé que protegió en 1989 creció; su hija también se convirtió en enfermera en la zona de Oakland. “Un buen final”.

https://elpais.com/cultura/2022-03-24/imanol-uribe-vuelve-a-la-madrugada-del-asesinato-de-ignacio-ellacuria-y-sus-companeros-jesuitas-en-llegaron-de-noche.html

La película, narra la historia real de Lucía, la única testigo conocida en la matanza de los jesuitas en El Salvador. La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en plena guerra civil salvadoreña, seis sacerdotes jesuitas, profesores universitarios, y dos empleadas fueron asesinados en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) en San Salvador. Inmediatamente el gobierno culpabiliza a la guerrilla del FMLN, pero una testigo presencial echa por tierra la versión oficial: se llama Lucía Barrera y trabaja como empleada de la limpieza en la UCA. Lucía ha visto quiénes son los verdaderos asesinos: el ejército. Aquella mirada será clave para esclarecer la verdad y hacer justicia, pero además cambiará para siempre su vida y la de su familia. (FILMAFFINITY).

PD.: La pusieron en la 2 de rtve el 1 de diciembre de 2024, y en mi opinión es magnífica,realista y un documento imprescindible. La dirección y el trabajo de todos los actores extraordinarios... La recomiendo totalmente.

lunes, 28 de marzo de 2022

La materia de la que está hecha la vida.

El PP se encuentra en 2022 en peor situación que en 2018. Casado no solamente ha deslavazado la organización interna del partido, sino que además ha permitido con su discurso que VOX haya aumentado su presencia.

No acabo de entender por qué Alberto Núñez Feijóo renunció a la oportunidad de convertirse en presidente del PP en 2018, cuando Mariano Rajoy tuvo que abandonar la Presidencia del Gobierno como consecuencia de la aprobación de la moción de censura encabezada por Pedro Sánchez. Si hubiera decidido presentar su candidatura en el Congreso extraordinario que se convocó entonces para sustituir a Mariano Rajoy, se habría producido casi con total seguridad la confluencia en torno a su candidatura que se acaba de producir tras el “golpe” de Isabel Díaz Ayuso contra Pablo Casado.

Cuatro años es mucho tiempo. Especialmente en política. Y más todavía cuando opera en el interior de una organización política extraordinariamente degradada como era el PP tras los casi quince años de la presidencia de Mariano Rajoy, siete de los cuales en calidad, además, de presidente del Gobierno. No se puede perder de vista que el PP dejó de ser Gobierno de la nación tras la certificación judicial de la corrupción por la Audiencia Nacional. Los casos de corrupción se habían ido acumulando y eran sobradamente conocidos, pero hacía falta que fuera acreditada por el poder judicial para que resultara insoportable. Es lo que ocurrió en 2018.

Con Mariano Rajoy se cierra la época que se inició con la llegada de José María Aznar en 1989 con la refundación de AP como PP. Desde 1989 a 2018 hay una generación de dirigentes que se mantiene al frente del partido tanto cuando están en el gobierno, entre 1986 y 2004 y entre 2011 y 2018, como cuando están en la oposición entre 2004 y 2011. Hay una continuidad en el discurso político y en las personas portadoras del mismo, así como también en la práctica continuada de la corrupción en todos los escalones de nuestra fórmula de gobierno.

Quien sustituyera a Mariano Rajoy tenía que hacer un ajuste de cuentas con la trayectoria del PP durante veinte años. No se trataba, por tanto, de una sustitución normal, sino de una sustitución excepcional, ya que tenía que ocuparse, ante todo, de taponar el proceso de deterioro que se había venido acelerando en el interior del partido como paso previo para intentar recuperar la imagen de un partido de gobierno de España.

En esta circunstancia el tiempo es un factor fundamental. No se podían dar pasos en falso, que no solamente no consiguieran revertir el proceso de deterioro, sino que incluso lo aceleraran. Y sin embargo, eso es justamente lo que hizo Alberto Núñez Feijóo al permitir que Pablo Casado se convirtiera en presidente del PP.

El PP se encuentra en 2022 en peor situación que en 2018. Casado no solamente ha deslavazado la organización interna del partido, sino que además ha permitido con su discurso que VOX haya conseguido aumentar su presencia en el escenario político.

Pablo Casado heredó de Mariano Rajoy un partido muy deteriorado. Núñez Feijóo va a heredar de Pablo Casado un partido todavía más deteriorado. Con una competidora interna, como Isabel Díaz Ayuso y con un competidor externo crecido como Santiago Abascal, que le van a privar de autonomía para definir la línea estratégica del PP hacia dentro y hacia fuera.

Y Feijóo no puede hacer responsable a nadie más que a sí mismo de iniciar su ejecutoria como presidente en las circunstancias en que va a hacerlo. Si hubiera optado por serlo en 2018, no tendría a Isabel Díaz Ayuso en la presidencia de la Comunidad de Madrid y habría podido defender su espacio político frente a la penetración de VOX.

Benjamin Franklin nos advirtió frente al riesgo que supone perder el tiempo, porque el tiempo es la materia de la que está hecha la vida. Me imagino que Alberto Núñez Feijóo se tiene que estar arrepintiendo de no haber atendido a la advertencia de B. Franklin. El Gobierno de coalición con VOX en Castilla y León se lo acaba de recordar antes incluso de ser proclamado formalmente presidente. Es la primera estación del vía crucis que le espera.

https://www.eldiario.es/contracorriente/materia-hecha-vida_132_8846646.html

domingo, 27 de marzo de 2022

Diez errores que impedirían frenar la inflación actual

Primero:
Dejar la lucha contra la inflación a los bancos centrales argumentando que es un fenómeno monetario que se produce cuando aumenta excesivamente la cantidad de dinero circulante, de modo que se podrá frenar controlando esta última.

Se sabe que hay factores no monetarios que la desencadenan.

Segundo:
Creer que la inflación se frena siempre subiendo tipos de interés porque así disminuye la demanda de medios de pago y se reduce, como consecuencia de ello, la de bienes y servicios e inversión que genera el exceso de demanda que eleva los precios.

Se sabe que las subidas de tipos no repercuten siempre, o con la debida intensidad, en la demanda de dinero, rompiéndose así esa secuencia ideal.

Tercero:
Dar el mismo tratamiento monetario a procesos inflacionarios de diferente tipo. Unos, producidos por exceso de demanda cuando la economía se encuentra en su máximo nivel de producción potencial, es decir, cuando se está dispuesto a gastar en bienes de los que no se dispone. Otros, de oferta, producidos cuando, por cualquier razón, hay capacidad productiva suficiente pero los bienes no llegan a los mercados o llegan encarecidos por circunstancias extraordinarias. Y otros más, mezcla de ambos e incluso de algún otro factor adicional.

Esto último es justamente lo que está ocurriendo en la actualidad, pues se sabe que los precios están subiendo no sólo por exceso de demanda derivada de las inyecciones de liquidez durante la pandemia, sino también por alzas de costes en sectores muy específicos, por bloqueos materiales de la oferta, por razones estructurales como la falta de competencia y la concentración del poder, y por la invasión de Ucrania

Cuarto:
Aplicar medidas que afectan a la demanda de todos los bienes y servicios cuando la subida de precios proviene o se da como efecto de lo que ocurre en algún sector, mercado o producto determinado.

Quinto:
Hacer más daño con el tratamiento que el producido por la enfermedad.

Es lo que ocurre cuando se ataca el síntoma (la fiebre o la subida de precios) sin acabar con sus causas: deprimir la demanda global de todos los bienes y servicios (subiendo los tipos de interés) cuando es solo algún problema específico el que está provocando las subidas de precios equivale a matar al enfermo para que le baje la fiebre.

Sexto:
Considerar que los únicos costes de las empresas que hay que frenar para que no suban los precios son los salariales.

Se sabe que hay otros (energía, financieros, fiscales, regulatorios…) tanto o más determinantes de la subida de precios.

Séptimo:
No actuar sobre las condiciones estructurales de la economía.

Se sabe que la falta de competencia y la regulación de los mercados en provecho de los oligopolios (en el sector financiero, de distribución comercial o eléctrico) están permitiendo que muchas empresas aumenten los márgenes y suban los precios innecesariamente.

Octavo:
Creer que una inflación como la actual, de las características señaladas, se puede frenar con la sola intervención de una autoridad monetaria independiente.

La cooperación de los bancos centrales con los gobiernos es imprescindible para coordinar la política monetaria con la fiscal, de oferta, de competencia y de rentas y evitar que se bloqueen unas a otras.

Noveno:
Creer que la inflación ha estado contenida en los últimos años gracias a la política monetaria de los bancos centrales y pensar que ahora volverán a ser quienes únicamente puedan controlarla.

Los precios se han mantenido bajos en los últimos años (como media y no todos) por efecto de la globalización, por la pérdida de peso de los salarios en el conjunto de las rentas y por la atonía general y debilidad de la economía real provocada por la políticas neoliberales de privilegio del beneficio y las finanzas.

Décimo:
Olvidarse de todo lo anterior y creer que los bancos centrales pueden aplicar cirugía mayor subiendo los tipos de interés lo suficiente como para atajar las subidas de precios, tal y como pasó a finales de los años setenta del siglo pasado.

La deuda de ahora no tiene comparación con la de entonces y una subida de tipos de interés, no ya de la misma magnitud sino mínimamente considerable, provocaría una crisis de deuda privada y pública global y de dimensiones colosales.

https://www.eldiario.es/contracorriente/materia-hecha-vida_132_8846646.html

sábado, 26 de marzo de 2022

Conducir por la vida con el freno de mano puesto.

Atrapados por la guerra, la pandemia, la erupción de un volcán, la inflación galopante, la subida del precio de la luz y de los carburantes, el desabastecimiento de los mercados… y otros males mayores, corremos el riesgo de olvidar problemas psicológicos que pasan inadvertidos. Uno de ellos es el de la autoestima de nuestros niños, niñas y jóvenes.

Hace unos días recibí un largo mensaje de Cristina Gutiérrez-Lestón, directora de la experiencia educativa La Granja, que comenzó hace años en Barcelona y ahora ha llegado también a Madrid. La Granja es una experiencia de alto nivel educativo que trabaja las emociones de niños y jóvenes en un espacio de ocio situado en plena naturaleza. Miles de niños y de jóvenes han pasado por esta vivencia que tiene el cielo por techo y echa sus raíces en el terreno de las emociones.

En el mensaje plantea Cristina una cuestión de enorme importancia: muchos niños y jóvenes de hoy muestran una inquietante baja autoestima. Es un fenómeno preocupante por todo lo que significa y por las consecuencias que ese hecho tiene para la infancia y la juventud. Dice Maxwel Maltz que la baja autoestima es como conducir por la vida con el freno de mano puesto.

Cristina comparte en su comunicado algunos casos con los que se encuentra en su trabajo: “Yo no soy importante, ni soy amiga mía. No me merezco tratarme bien porque no lo valgo”, dice Anna, una niña de 10 años. Anna, además, añadió: “a veces me hago una bolita en la cama y lloro en silencio, y no quiero que nadie me escuche”.

“Me odio a mí mismo: no me gusto físicamente, ni mi comportamiento ni como soy. Tengo un corazón blando, pero lo protejo con una capa de piedra dura y negra”, confiesa Javi, un niño de 10 años.

“Yo, cuando me enfado conmigo, voy al espejo y me insulto. Y me critico mirándome directamente a los ojos. En la escuela estoy más alegre, pero por dentro sufro siempre”, dice Sara, 9 años

Dice Cristina: “Es lo que ahora nos encontramos prácticamente cada día los profesionales de La Granja: bajísima autoestima. Nuestro proyecto de ocio educativo se transformó hace 18 años, en un espacio donde, además, se entrenaban las competencias emocionales de niños, jóvenes y docentes (con una metodología avalada por el Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona). Ya entonces, las carencias emocionales que veíamos en los niños/as, debidos en buena parte a la sobreprotección, hicieron que nos replanteáramos nuestro proyecto educativo, por donde cada año pasan más de 20.000 alumnos de escuelas públicas y privadas”.

Nos alegra, añade Cristina, el nuevo Real Decreto del Ministerio de Educación para fomentar la autoestima en infantil el próximo curso, pero no es suficiente. En los 38 años que llevo trabajando con niños/as, nunca he visto lo que me encuentro cada día y con una intensidad que empieza a rayar la patología mental de manera global; una ansiedad que los ahoga, un estrés que los hace andar sin sentido, también un desánimo y una apatía que no les permite sonreír (una chica de 13 años me dijo ayer “yo no sé sonreír”). También vemos mucha rabia sin regulación que los hace pegarse e insultarse como una nueva forma de relacionarse, y por supuesto un miedo atroz, de aquel que paraliza.

Además, la tristeza lleva a muchos a la autolesión y el aislamiento, junto con notable y profunda baja autoestima y desconexión con uno mismo. Soy positiva y paciente, pero ahora es necesario y urgente que los medios nos ayudéis a los educadores en esta especie de lucha que tenemos para la salud emocional, haciendo programas o secciones serias y con periodicidad, y en espacios con una alta audiencia para que las herramientas para afrontar estos problemas en casa o en el aula, o en el trabajo, puedan llegar a toda la sociedad”.

Los seres humanos disfrutamos de una asombrosa aptitud para observarnos, analizarnos y valorarnos interiormente. La introspección es una maravillosa cualidad de la especie humana. El concepto de uno mismo se forja desde la infancia.

Cuando hablamos de alta autoestima es necesario diferenciar la autoestima saludable o constructiva basada en cualidades que fomentan el sano bienestar del individuo y de los demás, de la autoestima narcisista o destructiva que se alimenta del sentimiento de superioridad o de poder sobre el prójimo.

Los dos extremos son nocivos. La autoestima destructiva nos lleva a la depresión y, en última instancia, al suicidio. El otro extremo nos lleva a la petulancia y al narcisismo. El alcalde Nueva York, Edward I. Koch, en una entrevista realizada en la televisión, dijo al periodista: “¡Pero basta ya de mí! Hablemos de ti… ¿Qué piensas de mí?”. Es un grave error considerarse el ombligo del mundo.

Luis Rojas Marcos publicó hace algunos años un libro titulado “La autoestima. Nuestra fuerza secreta”. Define la autoestima como “el sentimiento, placentero de afecto o desagradable de repulsa, que acompaña a la valoración global que hacemos de nosotros mismos”.

William James es el primer investigador que analizó metódicamente el fenómeno de la autoestima. Sus ideas, plasmadas en 1980 en un texto pionero (Principios de psicología), han servido durante un siglo de modelo a todos los estudiosos de esta capacidad única de los seres humanos.

James sostenía que a la hora de valorarnos solemos manejar tres componentes. El primero y más importante es el “yo espiritual”. Este componente se refiere a nuestras facultades mentales, las creencias, y las inclinaciones más íntimas, nuestro estilo de pensar, de sentir y de actuar. En definitiva, los rasgos de nuestra personalidad. En segundo lugar, el “yo social”, las cualidades o defectos que reconocen en nosotros los demás, y la buena o mala reputación que tenemos en nuestro entorno social. El “yo material” es el tercer componente e incluye nuestra imagen corporal, las riquezas, el patrimonio económico y las propiedades que son importantes para nosotros.

Vivimos una época en la que los medios nos presentan a los triunfadores, a los que tienen éxito, a los que han llegado a la cumbre del deporte, de la canción, del dinero, de la belleza, de la política… ¿Qué es, al lado de estos semidioses, un joven que no tiene dinero, ni trabajo, ni fama, ni poder, ni presente, ni futuro?

Hay que pensar en la manera de fortalecer la autoestima. ¿Qué podemos hacer los adultos, padres y madres, y también el profesorado? Existe una amplísima bibliografía sobre el tema. Tengo delante una docena de libros: “Cómo educar la autoestima”, de José Antonio Alcántara; “Educar en la autoestima”, de María José Quiles; “La autoestima”, de Christophe André…

Es importante lo que nosotros pensamos de nuestros hijos o alumnos. Nosotros somos el espejo en el que se miran. Cargar de reproches, de descalificaciones, de desprecios, es el mejor modo de destruir un buen autoconcepto.

Es preciso evitar las profecías de autocumplimiento: Tú no vales, tú no sirves, tú nunca podrás, tú nunca llegarás, tú nunca aprenderás, tú nunca serásLa profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía.

Es necesario cultivar la asertividad. Ayudarle a tomar conscientemente las decisiones por sí mismo, que se responsabilice de las consecuencias, que tenga libertad para equivocarse.

Conviene ayudar a que se acepte a sí mismo: su imagen, su origen, sus capacidades, su forma de ser y de relacionarse, su propia historia, con sus éxitos y sus fracasos.

No hay que hacer comparaciones destructivas. Siempre habrá otro más listo, más guapo, más fuerte, más competente, más simpático, más sociable, más atractivo… Cuando el punto de comparación es un hermano, la situación se agrava.

Hay que saber gestionar los errores, de modo que sean fuente de aprendizaje y no de desaliento. Es importante que no se humille a quien cometa una equivocación.

Es bueno fijar unos objetivos alcanzables para poder lanzarse, desde el logro, a nuevas metas. Por eso es importante que se ajusten los fines a los medios de que se dispone.

Sobre todo, hay que manifestar afecto y cariño de una forma auténtica, persistente y clara. De esa forma puede entender, que es digno de amor porque es como es.

Una cuestión decisiva la de la autoestima. “De todos los juicios que hacemos a lo largo de la vida, ninguno es tan relevante como el que hacemos sobre nosotros mismos. Porque este juicio es el motor de nuestra existencia”, dice Nathaniel Branden en su libro “Honrando el yo”. ¡A la tarea!

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2022/03/19/con-el-freno-de-mano-puesto/

viernes, 25 de marzo de 2022

¿De qué sirve condenar a los demás por crímenes que uno está dispuesto a cometer?

Hace unos días, un periodista le preguntó al presidente Biden cuando salía de un acto público si creía que Putin es un criminal de guerra. Inicialmente, el presidente dijo secamente que no y siguió andando. Enseguida, sin embargo, se dio la vuelta y rectificó: «creo que es un criminal de guerra».

Yo creo que lleva razón.

El Tribunal de Nuremberg de 1945 sentenció que «iniciar una guerra de agresión no es sólo un crimen internacional; es el crimen internacional supremo que se diferencia únicamente de otros crímenes de guerra en que contiene dentro de sí mismo el mal acumulado del conjunto».

No hace falta ser un jurista sofisticado para deducir que lo que está haciendo la Rusia de Putin en Ucrania encaja perfectamente en la definición de crimen de guerra y, por tanto, que el líder ruso merecería ser juzgado por ello. Pero, ¿bastaría con eso?

¿Qué valor tiene achacar la comisión de un crimen a otro cuando no se está dispuesto a reconocer las acciones igualmente criminales que ha cometido quien acusa?

¿No fueron crímenes de guerra en Vietnam? ¿No fue un crimen de guerra la invasión de Irak? ¿O los bombardeos en la antigua Yugoslavia? ¿O el inicio de la guerra de Yemen, Libia, Siria..? ¿O los cometidos por las tropas de Estados Unidos al salir de Afganistán, como ha denunciado Amnistía Internacional, o los de Israel en Palestina? ¿No es un crimen de guerra la llamada «justicia repentina» que llevan a cabo y de la que se jactan las autoridades estadounidenses? ¿No fueron crímenes los golpes de Estado en docenas de países inspirados y apoyados por los líderes de Estados Unidos tras lo que se asesinaron a miles de personas? ¿O el uso de drones para matar a niños inocentes e indefensos?

Putin debe responder de lo que está haciendo. Por supuesto que sí. Pero ¿con qué fuerza moral le pueden pedir cuentas quienes están dispuestos a seguir cometiendo, encubriendo o dejando de condenar otros hechos tan horrendos como los que Rusia está llevando a cabo ahora en Ucrania?

¿Cómo puede pedir justicia Estados Unidos si la doctrina que prevalece en aquel país es que nadie puede perseguir los crímenes que cometan sus dirigentes? ¿Cómo va a recurrir Estados Unidos a la Corte Penal Internacional para que juzgue a Putin cuando la Orden Ejecutiva del presidente Trump la amenaza si se atreve a “investigar, arrestar, detener o procesar a personal de Estados Unidos sin su consentimiento”? Y, por supuesto, cuando ni siquiera la reconoce como tal, lo mismo que ocurre, significativamente, con Rusia, China o Israel, entre algún otro país menor.

¿Dónde nos lleva combatir la infamia con infamia, el terror con el terror, el desprecio a las normas con su desobediencia, la violencia con más violencia, el horror con el horror?

¡Cómo se van a poder arreglar los problemas del mundo mientras que sus grandes potencias pidan justicia para otros sin sentirse obligadas a no cometer ellas mismas los crímenes que condenan en los demás!

https://juantorreslopez.com/de-que-sirve-condenar-a-los-demas-por-crimenes-que-uno-esta-dispuesto-a-cometer/