jueves, 28 de febrero de 2019

“Los niños que se ensucian en el campo lidiarán mejor con la vida”. El escritor Richard Louv alerta de los efectos de la falta de contacto con lo natural en la infancia.

A lo largo del tiempo, Richard Louv (1949) ha oído, de boca de decenas de niños y niñas, sutiles variaciones de la misma idea: "Me gusta jugar dentro de casa porque es donde están todos los enchufes". Pronunciada por un chico de nueve años, a Louv la frase se le quedó grabada. Sintetizaba el problema al que había dedicado sus últimos treinta años: "Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos son las generaciones más desconectadas de la naturaleza de la historia", sostiene. Escritor, periodista y divulgador, el estadounidense es una de las voces que más han aireado las consecuencias del deterioro de la relación de los humanos con la tierra, hoy más tambaleante que nunca.

Autor de nueve libros, entre ellos el recién traducido al castellano Los últimos niños del bosque (Capitán Swing), Louv ha documentado los efectos negativos de esta carencia en la salud física y psíquica de niños y adultos, un fenómeno bautizado por él mismo como déficit por naturaleza. Hace casi una década, el asunto le llevó a recorrer el país para indagar en los hábitos y costumbres de 3.000 familias. Con el material compuso un fresco social que agitó conciencias y puso el debate de la desnaturalización sobre la mesa. Ponente principal en la primera cumbre de educación ambiental de la Casa Blanca, en la actualidad Louv encabeza el movimiento Children &   Nature Network, una organización que compila artículos científicos sobre este vínculo al tiempo que trabaja por restablecerlo en las comunidades estadounidenses.

El teléfono le pilla recién llegado a una cabaña en medio de las montañas californianas, el lugar donde terminará su siguiente libro. ¿Es por el silencio o por estar rodeado de rocas y árboles? "Por las dos", afirma.

Pregunta. ¿En qué consiste el déficit por naturaleza?
Respuesta. Soy precavido con la definición. Es una afección que no tiene diagnóstico médico. Quizá debería tenerlo, pero no lo tiene aún. Lo que describe es algo que ocurre desde hace años y que sentimos de manera difusa, indefinida. Aún no hemos dado con las palabras adecuadas para contárnoslo a nosotros mismos. Pero es básicamente el impacto que tiene en la salud física y mental el alejamiento del mundo natural. No solo en los niños. También en los adultos.

P. ¿Cuáles son los efectos negativos de este alejamiento en la infancia?
R. Están los más obvios: merma de la creatividad, de la capacidad de asombro, de los estímulos físicos, de la facultad de aprender mediante la experiencia directa. Estos se complementan con la ausencia de los efectos positivos que tiene el contacto con el medio, de los que hay un cuerpo creciente de evidencias. Diversas investigaciones lo relacionan con una reducción de los trastornos por déficit de atención, del estrés y de la depresión. Incluso con un mejor desarrollo cognitivo. Además, lógicamente, es un importante antídoto contra la obesidad. Recuerdo que hace unos diez años había unos 20 estudios sobre el tema. Hoy hay más de 500.

P. ¿Jugar en el campo puede curar?
R. Evidentemente no es la panacea para todo. Pero los niños que juegan libremente en el exterior desarrollan más el sentido de cooperación, la imaginación, la introspección, la reflexión. También el compañerismo y la igualdad porque la naturaleza no impone condicionantes. Yo aún mantengo una sensación muy vívida de cuando era pequeño y paseaba entre los bosques solo, con mis padres, con mi perro. Estas experiencias, trascendentales para mí, siguen conmigo. Incluso ahora que esos bosques ya no existen.

P. El hombre del saco es una metáfora que usted usa para hablar del miedo de padres y madres a dejar a que sus hijos jueguen, por así decirlo, a su aire.
R. No puedo hablar sobre España, pero el miedo ha crecido exponencialmente en los Estados Unidos. Si ves la CNN o canales de 24 horas parece que están secuestrando a un niño en cada esquina cuando en realidad el número de raptos ha decrecido en los últimos años. Muchos padres quieren proteger a sus hijos con las mejores intenciones. Pero inintencionadamente alimentamos un riesgo mayor en el futuro. Los niños que se caen, que se embarran o que juegan en el campo estarán mejor capacitados para lidiar con la vida cuando crezcan.

P. ¿Qué pueden hacer los padres para avivar esta relación?
R. [Risas] Tengo un libro entero sobre ello. Hay cosas simples y efectivas. Así como apuntamos en el calendario el partido de fútbol de nuestros hijos, también podemos apuntar eventos naturales: un paseo, una excursión. Y ayuda no suponer que, como padre o madre, uno sabe todo sobre la naturaleza. A veces es mejor no saber mucho y experimentar algo por primera vez con tu hija. Recordemos que hoy hay al menos una o dos generaciones que han tenido muy poca vida natural. El sentido de descubrimiento compartido y de maravilla es increíblemente importante.

P. ¿Y un director de colegio?
R. Asegurarse de que los alumnos dispongan de un espacio verde tranquilo y cercano. Un jardín, un huerto de verduras, un lugar donde observar cómo las mariposas polinizan. Fomentar la vida silvestre en los terrenos de la escuela. Disponer también lugares de este tipo dentro del propio centro. Parte de esto tiene que ver con la arquitectura y el uso del llamado diseño biofílico. Podemos construir aulas y pasillos entremezclados con elementos naturales, un modelo con el que se ha probado que el rendimiento escolar aumenta y disminuyen las enfermedades. Tan solo la presencia de luz natural puede elevar las tasas de éxito escolar.

P. Usted habla de que hemos dado por supuesto el vínculo con la tierra, de que lo hemos entendido como algo sin fecha de caducidad. ¿Qué ha pasado?
R. Con especial intensidad en la infancia, nunca en nuestra historia una especie había estado tan desconectada de lo natural. Algunas de las causas son el mal diseño urbano, la desaparición de especies de animales, plantas y hábitats y el miedo de padres y madres a dejar que sus hijos jueguen solos por ahí. Pero el factor principal es la popularización de la tecnología.

P. ¿Cómo gestionar su uso?
R. La respuesta es que es difícil. Le cuento una historia. Una vez, en Cleveland, en un campamento de verano, el director se me acercó y me enseñó una foto en su teléfono. Era la imagen de un libro que un niño se había dejado olvidado. Al abrirlo vieron que el niño había tallado las páginas exactamente con la forma de un iPhone. El chico había pasado todo el tiempo en el campamento, al aire libre, presuntamente leyendo. Pero en realidad, de una manera figurada, había estado mirando un iPhone

No soy ni mucho menos un ludita. No es el divorcio de la tecnología lo que va a funcionar. De hecho, se me ocurren maneras de conjugarla con la experiencia natural. No hablo de apps que digan qué especie es una u otra. Hablo, por ejemplo, de algo tan simple como hacer fotos con el móvil. Yo hago muchas fotos y tiendo a mirar con más cuidado, a poner más atención en lo que me rodea.

P. Si un niño o niña no tiene un contacto significativo con la naturaleza, ¿desarrollará cuando crezca conciencia ambiental? ¿Se preocupará por cosas como el cambio climático?
R. Es una cuestión interesante. Cuanto más tecnológicas se vuelven nuestras vidas, más naturaleza necesitamos en la ecuación. Es un asunto de tiempo y dinero. Por ejemplo, si una escuela invierte X dólares en ordenadores y sistemas de realidad virtual, tendría que invertir al menos otros X en potenciar experiencias reales en el mundo real, particularmente en el mundo natural. Si hacemos esto los niños estarán bien. Es un tema de equilibrio, no de prohibición.

P. ¿Qué traje se pondría usted para hablarle a un niño sobre lo que le sucede al planeta?
R. David Sobel, que estudia el papel de la naturaleza en la educación, tiene un término que él llama ecofobia. Ocurre cuando les decimos demasiado pronto a los niños que el mundo está llegando a su fin, o cuando reciben demasiado pronto el mensaje sobre el cambio climático, sobre la contaminación, sobre el reciclaje. Esto no puede suceder antes de que experimenten la naturaleza para bien y por ellos mismos. Si pasa, estaremos abonando el terreno para crear adultos disociados de su entorno porque la idea les resulta demasiado dolorosa. Mientras la naturaleza sea una abstracción los niños seguirán divirtiéndose con ella. Hay estudios que muestran que los ciudadanos con una ética ambiental desarrollada tuvieron algún tipo de epifanía natural cuando eran niños.

P. ¿Somos entonces demasiado apocalípticos?
R. En Estados Unidos existe una cosa que se llama trampa distópica. En general, cuando una persona piensa en el futuro evoca inmediatamente un universo parecido al que se nos muestra en Mad Max, Blade Runner, Los juegos del hambre... Inmediatamente. ¿Qué le pasa a una cultura que tiene tanta dificultad para conjurar imágenes bonitas del futuro?

P. ¿Qué opina de la palabra sostenibilidad?
R. Sostener dice en el fondo que las cosas seguirán así, que no empeorarán demasiado. La palabra no es suficiente para hablar del futuro. Tenemos que hablar de escuelas ricas en naturaleza, de barrios ricos en naturaleza, de una civilización rica en naturaleza. Cuando interpelas en estos términos a la sociedad, la gente visualiza con mayor facilidad imágenes concretas de cómo ayudar, de cómo implicarse.

P. En 2050 el 70% de la población vivirá en grandes ciudades...
R. Y desde 2008 más personas viven en las urbes que en el campo. Una de dos: o seguimos perdiendo la conexión con el mundo natural o concebimos un nuevo tipo de ciudad, una que sirva de motor para la biodiversidad. Para bien no solo de nuestros propios hijos, sino también para los hijos de todas las especies del planeta.

https://elpais.com/economia/2018/06/06/actualidad/1528296477_952422.html?rel=lom

miércoles, 27 de febrero de 2019

_- Los tres delitos del chavismo

_- Pedro Sánchez emula al Aznar de las Azores

A lo largo de su historia, el chavismo cometió tres delitos que han llevado a la actual situación.

El primero
ha sido una gestión catastrófica del país, su economía y su política, con la entronización de un nuevo clientelismo, una enorme corrupción y últimamente también represión. Si en Brasil hay que preguntarse qué se hizo mal para que la administración progresista diera paso a Bolsonaro, en Venezuela las preguntas son aún más candentes.

Durante muchas décadas los gobiernos de Venezuela fueron incapaces de diversificar el monocultivo petrolero como fuente de ingresos. Era más fácil importarlo todo. El país vivía en una cruda realidad iberoamericana (realidad que Filipinas representa de forma idéntica en Asia): el 80% de la población no contaba para nada. El resto, una oligarquía y una clase acomodada, se beneficiaba de aquella economía con centro en Miami. Cuando había problemas y la gente de los ranchos de aquel 80%, bajaba al centro a pedir lo suyo, los aplastaban, como cuando el caracazo de 1989 (una masacre que coincidió con Tiananmen y que a diferencia de esta no merece el menor recuerdo mediatico). El chavismo ha seguido con esto. No supo diversificar el monocultivo petrolero e introducir una nueva cultura productiva en Venezuela.

El segundo
El segundo delito es que con el chavismo la renta petrolera se repartió socialmente entre aquel 80%, novedad sin precedentes. Aquel pecado alarmó a la oligarquía americana (del Norte y del Sur), incluidos los sectores venezolanos que funcionaban bien con la economía miamicentrista, y convirtió en maldito al gobierno de Chávez. Era un mal ejemplo continental, por más que fuera mezclado con nuevos y colosales privilegios y escandalosas corruptelas burocráticas. Lo que ocurre ahora, el intento de apartar del gobierno a Maduro, existía ya como proyecto cuando el chavismo gozaba de la mayor popularidad. Es una línea que ya comenzó en 2002, cuando el gobierno de la república bolivariana gozaba de sus mayores apoyos y consensos internos, lo que no impidió que fuera objeto de una intentona golpista apoyada por Estados Unidos y la España del Aznarato. Las sanciones contra el chavismo comenzaron en 2004.

Esa intervención exterior, junto con el sabotaje interno y la baja (a la mitad) de los precios del petróleo, es decir la acción de Estados Unidos, y de la oposición, la “clase perjudicada/asustada” venezolana, contribuyeron al deterioro económico y acentuaron aún más, los desastres del gobierno. La situación fue empujando al chavismo hacia un estrechamiento de relaciones económicas con China y Cuba (hay otros, pero estos son los que cuentan) que compensara las pérdidas de su ineficacia.

El tercero
Llegamos así al tercer y capital pecado que explica la actual situación: no solo se cometió el delito de repartir renta petrolera entre los pobres, aunque fuera para dar lugar a un nuevo embrollo corrupto-clientelar, sino que las primeras reservas mundiales de crudo se pusieron en sintonía con la única potencia emergente a la que Estados Unidos toma en serio. Y encima ahí estaba Cuba, recibiendo un balón de oxígeno que ayuda a mantener su gallarda -y tan cara pagada- historia de dignidad continental. Cuba podría ser el segundo gran motivo imperial de la actual situación.

Para comprender la situación y el terrible escenario que se prepara, hay que distinguir lo que importa de lo que no. La “democracia” o el “debate constitucional” sobre quien es más legítimo Maduro o el títere gringo, no importan en absoluto. Tampoco importan los crímenes y abusos imputados a Maduro. Importa el petróleo. Venezuela tiene las mayores reservas de crudo. Así que, en términos internacionales, el objetivo de la actual intentona es cortar estos procesos: malos ejemplos sociales, por más que fallidos, e indisciplina geopolítica que dañan claramente al dictado imperial.

No a la guerra
El cambio de régimen en Venezuela debe ser, “el primer paso para establecer un nuevo orden en América Latina”, titulaba el 30 de enero un artículo del Wall Street Journal. Los siguientes pasos serán derrocar a los gobiernos de Cuba y Nicaragua, explicaba. Se trata de expulsar las influencias chinas, rusas e iraníes de la región, romper el vínculo establecido entre Venezuela y Cuba, y hacer caer sus dos gobiernos, explicaba ya en noviembre el consejero de seguridad, John Bolton.

Por esos dos motivos, el delito social y el geopolítico, están preparando una gran violencia, cuyos mayores perjudicados serán las clases populares. Fundamentalmente se trata de lo mismo que vimos en Libia e Irak. El primer delito, el sufrimiento del pueblo, les importa una higa. Sería bueno que la oposición venezolana comprendiera esto antes de que sea demasiado tarde. Los precedentes avisan de que no se detendrán ante una guerra y que pondrán en marcha las mayores mentiras, por ejemplo citando “democracias y derechos humanos”. Tras el flagrante fracaso de Estados Unidos en el intento de cambio de régimen en Siria y los fiascos de Libia, los halcones de Washington parecen querer concentrarse de nuevo en América Latina. El Brasil de Bolsonaro ha sido su primer éxito.

Por todo eso, hay que ir desempolvando aquel “no a la guerra”, porque ya es más actual que nunca en Venezuela. No se trata de “defender a Maduro” como dirán los necios que miran el dedo que apunta a la Luna, sino de buscar una salida negociada que evite el baño de sangre que el Imperio del Caos quiere propiciar de nuevo.

P.S: La indignidad del PSOE
El gobierno español está siendo comparsa de esta fechoría: cómplice y vasallo del belicismo americano de siempre. Pedro Sánchez está emulando, con Donald Trump, al Aznar de las Azores que posó junto a Bush. Es así de claro. Lástima por el ministro Josep Borrell, raro personaje de talla que quedaba en el PSOE, ahora implicado en la peor indignidad. Hay dos cuestiones mayores, de principio, sin las cuales no puede construirse nada que valga la pena en el Siglo XXI. Dos cuestiones que definen y diferencian a la izquierda de la derecha: la oposición al belicismo imperial y al neoliberalismo. ¿Está Sánchez en alguna de las dos? Pésima noticia para el futuro de España y los mapas y alianzas que podrían impedir el regreso al gobierno de una derecha revitalizada por la quimera del estat catalá.

(Publicado en Ctxt, Rafael Poch)

Triste, sola (y en recesión)

La desaceleración en Alemania confirma el fiasco de su nacionalismo exportador

La Conferencia de Seguridad de Munich es un cónclave atlantista que reúne anualmente en la capital bávara a los responsables políticos del militarismo europeo y norteamericano, ministros de defensa y exteriores, con los actores empresariales del complejo militar industrial de ambas orillas del Atlántico y sus propagandistas, periodistas y expertos de think tanks a sueldo de los anteriores. A esta especie de aquelarre imperial se suele invitar a algunos personajes del resto del mundo, en una proporción de uno sobre treinta, para dar color al evento. En su última edición esta obscena asamblea guerrera ha retratado el creciente aislamiento de Alemania en el actual desorden mundial.

Ha quedado en evidencia la simple realidad de que el país “jefe” de la Unión Europea está tan rodeado de problemas como sus vecinos; la Francia de Emmanuel Macron, un político acabado que sigue gesticulando, y la Inglaterra del embrollo del Brexit, donde ya se propone la humillante repetición del referéndum para lograr el resultado correcto, como ocurriera antes en Dinamarca e Irlanda.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llegó a Munich procedente de Varsovia. Allí había organizado pocos días antes una “conferencia de guerra contra Irán” -en palabras de Netanyahu- a la que asistieron Israel, los aliados árabes y Polonia, pero no los principales países europeos. Pence amenazó en Varsovia con romper la OTAN y “crear aún más distancia entre Europa y EE.UU”, si los europeos, que han puesto en marcha un precario mecanismo para amortiguar sanciones extraterritoriales americanas contra las empresas que se atrevan a mantener relaciones con Irán, no colaboran en la demolición del acuerdo nuclear con Teherán. También arremetió contra el gaseoducto en construcción, Nord Stream 2, con el que Rusia incrementará su suministro de gas a Alemania, y de allí a Europa, bajo las aguas del Mar Báltico.

“No podemos garantizar la defensa de Occidente si nuestros aliados dependen del Este”, dijo Pence, al tiempo que el embajador americano en Berlín, Richard Grenell, enviaba cartas a las empresas alemanas subrayando que, “las compañías relacionadas con exportaciones energéticas rusas están participando en algo que conlleva un riesgo considerable de sanciones de EE.UU.”.

La simpática nota del embajador, un tipo que apoya abiertamente al partido racista y ultraderechista alemán Alternative für Deutschland, llegó a Munich junto con un informe del diario Handelsblatt que citaba fuentes de la administración Trump, advirtiendo que Washington se dispone a declarar las importaciones de coches alemanes a Estados Unidos como “riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos”.

En medio de este espectáculo, los políticos alemanes hacen como si no pasara nada. Sí, en su discurso en Munich, Merkel, la canciller que no protestó ante la evidencia de que la NSA espiaba sus comunicaciones, criticó lo de los coches alemanes como riesgo de seguridad y fue muy aplaudida por ello, pero el tono lo dieron sus ministros de defensa y exteriores al “reafirmar un claro compromiso con la OTAN y el partenariado con los Estados Unidos”, como si no pasara nada. Pero claro que pasa.

La presión de Trump empuja a los europeos a autonomizarse, a abordar planes crear un ejército europeo, una política energética que precisa necesariamente unas relaciones normales con Rusia, lo que supone tener un poco en cuenta los intereses de seguridad de Moscú, etc., etc., pero las cosas son complicadas. Quizá hay esperanzas de que Trump sea un fenómeno pasajero y que su sucesor regrese a las relaciones anteriores, cosa poco probable, pero hay también claras señales de esquizofrenia en el establishment alemán, que tiene el corazón partido entre los atlantistas irredentos y los que quieren hacer negocios con Rusia, China e Irán. En los dilemas que se presentan, la propia desintegración que el liderazgo alemán en la UE ha propiciado se vuelve contra Berlín.

¿Una política energética común? Si, pero Francia ya no puede conformarse con lo que se vislumbra con el Nord Stream 2. No tiene que ver con la cacareada independencia del suministro. La UE recibe gas de; Noruega, Argelia, Qatar, Nigeria, Azerbaidján, Perú y Trinidad y Tobago, además de Rusia. El suministro de todos esos países supera con creces el ruso. Lo que ocurre es que a Francia no le hace gracia que Alemania se posiciones como “hub” gasístico continental, a menos que se consienta en darle a ella el papel de distribuidor continental de energía nuclear. El 22 de enero, el ministro de energía alemán, Peter Altmaier, glosaba “el abandono en paralelo” del carbón y la energía nuclear. Días después, París respondió retirando su apoyo al Nord Stream 2 y forzando una negociación in extremis para impedir que la Comisión Europea bloqueara el gaseoducto.

¿Un ejército europeo? Sí, los alemanes piensan en ello, hasta proponen “europeizar” (un verbo sinónimo de “germanizar”) la disuasión nuclear francesa. Pero en París el jefe del Estado Mayor, François Lecointre, ha dejado claro que ese recurso francés no es socializable. “La autonomía de las fuerzas nucleares francesas está garantizada por los menos hasta el 2050”, ha dicho. Los alemanes tienen en su suelo decenas de bombas nucleares de Estados Unidos, en las bases de Büchel y Ramstein. La cifra exacta no la conocen ni siquiera los políticos alemanes que tampoco se atreven a decirles a los americanos que se las lleven de vuelta a su país como desea la mayoría de los alemanes. Y en temas de defensa, los franceses están mucho más cerca de los británicos en cuestión de cooperación militar-industrial, que de los alemanes, por razones históricas obvias.

Sin acuerdo en las dos cuestiones esenciales, energía y defensa, la autonomización europea sería complicada, incluso si la Unión Europea no estuviera en proceso de desintegración como resultado, fundamentalmente, del nacionalismo exportador alemán que llamamos “liderazgo alemán”. Y, eh aquí que hasta eso está pinchando.

La mezcla de la ruina y desapego de los socios europeos, en el Sur (Italia), en el Este (Polonia y compañía), de la incertidumbre del Brexit, del agotamiento del vendedor de alfombras del Elíseo, de las sanciones y amenazas comerciales de Estados Unidos, del enfriamiento chino, la estúpida guerra fría con Rusia y sus sanciones, y demás, ha acabado afectando a la propia estrategia alemana. Solo las barreras de Trump pueden reducir a la mitad la exportación de coches alemanes a Estados Unidos. El automóvil es el sector clave de la exportación alemana, que responde de la mitad del PIB. Alemania es una especie de “China europea” en su dependencia de la demanda del consumidor extranjero, con la diferencia de que China tiene un potencial enorme en su mercado interior que lleva años potenciando. La miseria de los sueldos en Alemania, el avance de la precariedad y de todo lo que se ha elogiado del modelo alemán en Europa, se está volviendo contra ella. Llegamos así a la actual recesión. La agencia federal de estadísticas dice que aún no, que se ha rozado la recesión, pero, pese a sus trucos de contabilidad, el hecho es que llevamos dos trimestres de desaceleración en Alemania y probablemente habrá un tercero… La supuesta granja modelo que daba lecciones a diestro y siniestro esta siendo víctima de su propia estrategia avasalladora, prepotente y egoísta.

Rafael Poch

(Publicado en Ctxt)

martes, 26 de febrero de 2019

_- Recuperar la conciencia social. Los ciudadanos necesitamos que la política se reoriente hacia la igualdad y la solidaridad

_- La política se define como la obligación con la sociedad desde la óptica de la ética, que se basa en el individuo. Se asienta además en la moral que surge del compromiso con los demás. Siempre desde ambos puntos de vista el objetivo es el bienestar social. Frente a esta forma de buen hacer político existen organizaciones que anteponen sus intereses a los de todos. Por esa intención egoísta no representan los valores de la democracia.

Nos encontramos ante una situación política compleja en la que un partido político —el PSOE— ha salido a la palestra con valentía a deponer del Gobierno a un partido sentenciado por su relación con la corrupción, con el apoyo algo renuente de otras formaciones. De inicio, los socialistas se han comprometido éticamente con los ciudadanos y en apariencia los partidos que apoyaron su postura han adoptado asimismo tal compromiso moral.

El pasado viernes, en el Congreso de los Diputados, el PSOE se quedaba solo con los votos del PNV para aprobar las urgentes medidas sobre déficit y techo de gasto que debían hacer efectiva la acción económica no solo del Gobierno de la nación sino de las comunidades autónomas. Y supondría además un ajuste menos lesivo frente a los postulados económicos que exige la Unión Europea. La abstención de Podemos, ERC y PDeCAT, junto a los votos contrarios de Ciudadanos y Partido Popular, han hecho inviable que estas medidas salieran adelante. La decisión de abstenerse es legítima en la búsqueda de objetivos propios de estos partidos, pero ¿es moralmente admisible? ¿Dónde queda el compromiso con los demás, con la sociedad, una responsabilidad que debería estar grabada a fuego en la genética de cada individuo dedicado al servicio público?

Mientras en el Congreso se producen tan cuestionables discusiones, en el sur español se viven situaciones límite ante las que, de nuevo, el Gobierno está solo y que no parecen interesar demasiado al resto de partidos nacionales, no sea sino para reprochar. El sur del sur es en estos momentos un espacio de nuestra geografía al que deberíamos estar apoyando para buscar soluciones ante dos temas álgidos: la masiva recepción de migrantes y las actividades de las organizaciones criminales de la droga que campan desde hace demasiado tiempo por el Campo de Gibraltar.

¿Por qué no una zona franca en La Línea que permita a Gibraltar aumentar el espacio para la demanda actual de las empresas?

En mi opinión, Marruecos y España deben abordar una dinámica que de verdad se base en los derechos humanos, no utilizando el oportunismo sino viajando al fondo de la cuestión política europea. Es un tema a tratar en una conferencia de seguridad y derechos humanos. Cuidar de los más vulnerables es el objetivo prioritario, como ha expresado con acierto en el Parlamento la ministra de Justicia. En un ambiente de reflexión es preciso hablar de seguridad, de terrorismo, de inmigración, de derechos fronterizos, de droga, de trata, de pesca, de justicia... Es decir, no solo de política común europea.

Ante la droga se debe actuar de forma integral. Hay que reconducir a Marruecos, siempre con la UE, para transformar su producción de hachís y dar salida a quienes se dedican al cultivo como condición para otras concesiones. El Campo de Gibraltar necesita una actividad alternativa con nuevas infraestructuras, fomentando el turismo, creando una estructura acogedora y cómoda. Y sobre todo facilitando soluciones a una juventud que, sin más salidas, hace de la droga su modo de vida.

O buscar otras fórmulas: ¿por qué no una zona franca en La Línea que permita a Gibraltar aumentar el espacio para la demanda actual de las empresas? Sería una situación beneficiosa para todos.

La izquierda no puede estar faenando a la contra por intereses personalistas y los independentistas tienen que dejar de mirarse al ombligo y cejar en su ceguera que no les permite ver el bosque de lo que precisan las personas a causa de un par de árboles en estos momentos sin sentido. El signo del Gobierno ha variado, pero ellos prosiguen varados en el capítulo anterior lo que les dota de sinrazón e impacienta al resto.

Hay que recuperar esos valores atascados en un encabezonamiento que a nada conduce. Los ciudadanos necesitamos que la política se reoriente hacia la moral. Si queremos alcanzar igualdad y dar sentido al concepto de solidaridad, todos los partidos deben recuperar el sentido de la obligación para con los otros. La herramienta que combate el egoísmo en la política se llama conciencia social. Y es un arma, esta sí, cargada de futuro.

Baltasar Garzón, jurista, es promotor de Actúa.

https://elpais.com/elpais/2018/07/30/opinion/1532961220_567808.

lunes, 25 de febrero de 2019

Paparruchas de uno u otro signo. ¿Qué haríamos sin los profesionales que nos defienden de las influencias malignas?

Rafael Poch


A sus 33 años, Claas Relotius era un periodista estrella que acumulaba una decena de premios en Alemania,
la mayoría de ellos por artículos publicados por el semanario Der Spiegel. Entre ellos aquella sobrecogedora historia de los dos hermanitos sirios secuestrados y torturados por el Estado Islámico que luego fueron formados para ser bombas humanas.

“En sus artículos las grandes líneas de la historia contemporánea se hacen claras, de repente todo aparece como algo absoluta y humanamente comprensible”, dijo del periodista el redactor jefe de Der Spiegel, Ullrich Fichter.
Lástima que todo fuera inventado: los artículos de Relotius eran ficción,
siempre en buena sintonía con las versiones dominantes en el mercado informativo, pero paparruchas al fin y al cabo: 55 artículos “completa o parcialmente” inventados entre los publicados por Der Spiegel.

En realidad, el “prestigioso semanario” (agencia EFE dixit), siempre ha publicado paparruchas. A principios de los ochenta efectué un vaciado de las noticias que Der Spiegel había publicado en las tres décadas anteriores sobre la Unión Soviética y una gran parte del material resultante reunía una dosis considerable de burda fantasía. Desde siempre esa publicación ha sido uno de los altavoces preferentes de la propaganda de la guerra fría en Alemania, vía filtraciones de las agencias occidentales de inteligencia. Naturalmente, lo mismo ocurría en el mucho mas soporífero informe de la prensa soviética. La diferencia era que en la URSS muy pocos daban crédito a lo que se publicaba (la ventaja de una mayor miseria impresa era que enseñaba a leer periódicos) mientras que en Alemania lo que decía el “prestigioso semanario” era objeto de devoción.

Grandes profesionales
Lo mismo ocurría con las crónicas de los corresponsales anglosajones en Moscú en los años noventa. Tras su paso por Moscú, uno de ellos llegó a dirigir el New York Times, su colega del Washington Post, también galardonado con el Pulitzer, sería después director del New Yorker… periodistas de peso. Por aquella época vivían en Moscú unos cuantos norteamericanos asilvestrados que capitaneados por un tal Mark Ames, fundaron un semanario en inglés que se llamaba The eXile. Cada semana se dedicaban a leer con lupa las crónicas de los dioses del New York Times, Washington Post, Independent. Financial Times y demás, en las que detectaban enormes cantidades de descarados plagios y fusiladas de la prensa rusa que se hacían pasar por riguroso informe propio. The eXile lo hacía con un desparpajo y un rigor admirables. La desacralización de aquellos medios y aquellos “grandes profesionales” fue rotunda.

Lo que ahora se llama “fake news” el diccionario de la Real Academia lo define como “paparrucha (“Noticia falsa y desatinada de un suceso, esparcida entre el vulgo”). Los periodistas, por lo menos una buena parte de ellos, son, desde siempre, esparcidores de paparruchas. Los hay de diversas categorías, pero los más cualificados son los militantes de causas poderosamente establecidas y apadrinadas. Véase por ejemplo, el caso de la angelical red documentalmente destapada en noviembre y diciembre por “Anonymous” llamada “Integrity initiative”, un escándalo que ha sido tan profusamente divulgado por la propaganda rusa como silenciado por los medios occidentales.

Contra la influencia perniciosa
“Defending Democracy Against Disinformation”, se define esta virtuosa Ong. Dirigida por dos tipos vinculados a los servicios secretos británicos, Daniel Lafayeedney y Christopher Donnelly, creada desde el gobierno de su majestad y con antenas en las embajadas del Reino Unido en muchos países, la “Integrity Initiative” (II) es financiada por el gobierno británico, la OTAN, el Departamento de Estado, el ministerio de defensa de Lituania y Facebook, según los documentos filtrados que nadie ha desmentido. Dedicada a “contrarrestar la desinformación y maligna influencia de Rusia en Europa”, la II se dedica a realizar operaciones de propaganda en países europeos. En muchos de ellos la organización dispone de “equipos” de periodistas y académicos, militantes de la defensa de occidente. Cada equipo tiene un líder y también, lo que parece un contacto en la respectiva embajada británica del país en cuestión. En Alemania, por ejemplo, los documentos dan cuenta de catorce miembros del “equipo” local, periodistas de medios como Tagespiegel, Die Zeit, Die Welt o el Berliner Zeitung. En el Reino Unido la II animó una campaña, otra más, contra Jeremy Corbin, presentándole algo así como el “tonto útil” de los rusos en la isla. ¿Y en España?

Superlópez al rescate
Los documentos de Anonymous relatan la operación realizada el pasado 7 de junio por los superlópez locales para impedir el nombramiento del Coronel Pedro Baños al frente de la Dirección de Seguridad Nacional. La Wikipedia explica así el asunto:

“El 7 de junio de 2018 se anunció que asumiría la Dirección de Seguridad Nacional de España con la responsabilidad del secreto de las comunicaciones del Gobierno, la coordinación de los consejos de Seguridad Nacional, Seguridad Marítima y Ciberseguridad, además de las gestiones de crisis migratorias y energéticas. 5​6​ Días después trascendió que finalmente el Presidente de Gobierno Pedro Sánchez optaba por el General Miguel Ángel Ballesteros para el puesto”.

Un documento de la “Integrity Initiative”, explica así la secuencia: A mediodía del 7 de junio, el “equipo español”, liderado por un tal “Nico de Pedro”, que resulta ser “investigador principal del CIDOB”, el principal centro de relaciones internacionales de Barcelona, y “responsable del programa sobre Rusia”, así como por otros dos miembros, Borja Lasheras y Quique Badía-Masoni, “se entera de que el conocido pro Kremlin Pedro Baños está apunto de ser nombrado director del departamento de seguridad nacional que trabaja estrechamente con la oficina del presidente del gobierno y que es muy influyente en la organización de la política”. “A las 14:00 el líder del equipo español alerta a otros miembros del equipo y prepara un dossier para informar a los principales medios españoles. El equipo inicia una campaña en Twitter para intentar impedir el nombramiento”.

“15:45 : el líder del equipo español alerta al equipo británico de II que activa la red de II para generar apoyo internacional para la campaña de Twitter. El equipo británico crea un grupo de WhatsApp para coordinar la respuesta de Twitter, hacerse contactos en Twitter para concienciar y hacer que la gente retwitee el material. Publica el material de Nico de Pedro en la web española stopFake´s que fue retuiteada también por influencers clave. El equipo envía material a El País y El Mundo para publicar y alerta a contactos en las embajadas del Reino Unido y Francia.

“Resultado: para las 19.45 el equipo español informa de que la campaña ha creado un ruido significativo en Twitter. Contactos en el Partido Socialista confirman que el Presidente del gobierno ha recibido el mensaje. Algunos diplomáticos también expresan preocupación. Finalmente, tanto el Partido Popular como Ciudadanos piden al Presidente del gobierno que pare el nombramiento”.

Los nombres de algunos de estos superlópez a sueldo de la OTAN ya habían sido divulgados con motivo de otro encargo militante, este a cargo de la Ong del magnate George Soros: confeccionar una lista de periodistas “prorusos” durante la crisis de Ucrania. Pero estas cutres actividades remuneradas, de las que solo trasciende una pequeña parte, no son lo más corriente. Lo mayoritario es divulgar paparruchas por conformismo, por efecto de lo que llamo “el efecto rebaño” (el concepto gringo correspondiente es “mainstream”): dejarse llevar por la corriente en la que están las empresas mediáticas, editoriales y sabidurías convencionales de importación y a la que mucho informador conformista y sin criterio se suma, normalmente sin cobrar e incluso creyendo que defiende derechos humanos.

En este muestrario, el caso del periodista Relotius resulta hasta simpático. Él no participaba en campañas, por dinero, ni por convicción, ni por una mezcla de ambas cosas, o por ñoñez y tontuna vaciedad.
Relotius embellecía con habilidad una realidad imaginaria y le sacaba partido. 
No era un mercenario, ni un agitador, sino un creador de la paparrucha.
En el mundo del periodismo real, sus premios hay que considerarlos genuinos y bien merecidos.

(Publicado en Ctxt)

domingo, 24 de febrero de 2019

El Escaramujo. Canción que sirve para una clase de filosofía o de ciencias.

¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza
con otra, como un dibujo?
Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y del mar?
Yo vivo de preguntar:
saber no puede ser lujo.
Yo vivo de preguntar:
saber no puede ser lujo.

El agua hirviente en puchero
suelta un ánima que sube
a disolverse en la nube
que luego será aguacero.
Niño soy tan preguntero,
tan comilón del acervo,
que marchito si le pierdo
una contesta a mi pecho.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.
Si saber no es un derecho,
seguro será un izquierdo.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.

Soy aria, endecha, tonada,
soy Mahoma, soy Lao-Tsé,
soy Jesucristo y Yahvéh,
soy la serpiente emplumada,
soy la pupila asombrada
que descubre como apunta,
soy todo lo que se junta
para vivir y soñar:
soy el destino del mar:
soy un niño que pregunta.
soy el destino del mar:
soy un niño que pregunta.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.

¿Por qué la tierra es mi casa?
¿Por qué la noche es oscura?
¿Por qué la luna es blancura
que engorda como adelgaza?
¿Por qué una estrella se enlaza
con otra, como un dibujo?
Y ¿por qué el escaramujo
es de la rosa y el mar?
Yo vivo para preguntar:
saber no puede ser lujo.
Yo vivo para preguntar:
saber no puede ser lujo.

Yo vine para preguntar
flor y reflujo.
Soy de la rosa y de la mar,
como el escaramujo.
...


La realidad que esconde la coalición de Trump por el cambio de régimen en Venezuela.

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

El intento de Estados Unidos de derrocar a Maduro no tiene nada que ver con la democracia o los derechos humanos.

Al inicio de la década de los setenta, un puñado de sandinistas luchaba en las montañas de Nicaragua para derribar la brutal dictadura de 40 años de la familia Somoza, apoyada por Estados Unidos. Cuando en 1971 una gran erupción volcánica golpeó Nicaragua, los guerrilleros dijeron a los campesinos que Dios estaba castigándoles por no deshacerse de Somoza, tal y como narró posteriormente el sandinista Omar Cabezas.

Cuando los sandinistas triunfaron en 1979, Estados Unidos libró una sangrienta guerra para recuperar el país con una fuerza paramilitar terrorista llamada los Contras, que se dedicó a asesinar civiles. El presidente George H.W. Bush dejó claro durante la reelección de los sandinistas en 1990 que, aunque él no era Dios, continuaría castigando a los nicaragüenses con un embargo de armas y con la guerra si no se libraban de los sandinistas. Cansados de la guerra, la hiperinflación y el colapso económico, los nicaragüenses votaron a la oposición: los sandinistas perdieron.

En la actualidad, la Administración Trump está repitiendo la estrategia de castigo colectivo en Venezuela mediante un paralizante embargo financiero efectivo desde agosto de 2017 y, desde enero de este año, un embargo comercial. El embargo financiero ha impedido al gobierno utilizar medidas para acabar con la hiperinflación o lograr una recuperación económica, al paralizar la comercialización de miles de millones de dólares de producción petrolera. El embargo comercial se propone recortar alrededor del 60% de los ya magros ingresos de divisas, necesarios para comprar medicinas, alimentos, suministros médicos y otros bienes esenciales para la supervivencia de muchos venezolanos.

Con el propósito de fomentar un golpe militar, una rebelión popular o una guerra civil, la Administración Trump ha declarado que el castigo continuará hasta que caiga el gobierno actual. “Maduro debe irse”, volvió a afirmar el vicepresidente de EE.UU. Mike Pence a comienzos de marzo.

Todo esto es ilegal de acuerdo con numerosos tratados firmados por Estados Unidos, incluyendo la Carta de Naciones Unidas, la Carta de la Organización de Estados Americanos (OEA) y otras leyes y convenciones internacionales. Para legitimar esta brutalidad –que probablemente ya ha causado miles de muertes al reducir el acceso de los venezolanos a bienes y servicios vitales–, la Administración Trump ha presentado las sanciones como fruto de un consenso de la “comunidad internacional”, lo mismo que hizo Bush cuando reunió a su “coalición de la voluntad” de 48 países para apoyar su desastrosa invasión de Irak en 2003.

Según esta narrativa, los gobiernos que han secundado a Estados Unidos (en su mayoría americanos y europeos) en el reconocimiento de un gobierno paralelo en Venezuela son “democráticos”; aquellos que no lo han hecho, o se han declarados contrarios al intento de derribar al actual gobierno, son “autoritarios”, con el ejemplo de Rusia, China y Turquía habitualmente mencionado en los informativos.

Echemos un vistazo a algunos de los gobiernos que han secundado a la Administración Trump en esta operación ilegal de cambio de régimen y que se han unido al embargo comercial al reconocer a Juan Guaidó como “presidente interino”. El aliado más importante y sólido de Trump en América Latina es el presidente ultraderechista de Brasil, Jair Bolsonaro, famoso por haber dicho a una congresista brasileña que no la violaba porque “no se lo merecía”, por diversas observaciones racistas y contra los homosexuales y por glorificar la violencia política. Irónicamente, dado que la principal justificación de Trump para impulsar el cambio de régimen en Venezuela es que la elección de Maduro fue ilegitima, el propio Bolsonaro accedió al poder en una elección de cuestionable legitimidad. Su principal oponente, el expresidente Lula da Silva –entonces el político más popular del país– fue encarcelado tras un juicio en el que no se presentó prueba material alguna del delito cometido. El veredicto se basó en el testimonio forzado de un testigo convicto de corrupción, cuyo recurso de clemencia fue suspendido hasta que cambió su testimonio para hacerlo coincidir con el del juez que llevaba la acusación. Dicho juez, Sérgio Moro, demostró en numerosas ocasiones una gran animadversión contra Lula –incluyendo la publicación de conversaciones grabadas ilegalmente entre Lula y la entonces presidente del país, Dilma Rousseff, su abogado, y su esposa e hijos. Después de que estas y otras irregularidades e ilegalidades aseguraron la condena de Lula, este fue inconstitucionalmente encarcelado antes de la elección. Tras la elección que el juez Sérgio Moro ayudó a ganar a Bolsonaro, dicho juez fue nombrado ministro de justicia.

Otros gobiernos latinoamericanos de la Coalición de la Voluntad de Trump deben favores a Washington por haberles ayudado a alcanzar el poder. El gobierno de Honduras del presidente Juan Orlando Hernández es probablemente el ejemplo más extremo. Su partido llegó al poder en 2009 con el derrocamiento del presidente democráticamente elegido, Mel Zelaya, gracias a un golpe militar. La Administración Obama, junto con los republicanos, contribuyó a legitimar el golpe y las “elecciones” que le sucedieron. Hillary Clinton, entonces secretaria de Estado, escribió posteriormente en sus memorias cómo maniobró para evitar que el presidente democráticamente electo recuperara su cargo. En 2017, Hernández retuvo el poder robando descaradamente las elecciones: se limitó a alterar el número total de votos. Periodistas y observadores de todo el espectro político llegaron a esta inexorable conclusión. Incluso uno de los líderes más fanáticos de la coalición de la voluntad de Trump, el actual secretario general de la OEA, Luis Almagro, rechazó los resultados y pidió la convocatoria de nuevas elecciones. Evidentemente, nada pasó, porque el equipo de Trump aceptó los resultados.

Colombia aporta probablemente el líder más belicoso de la coalición, tras Bolsonaro. El presidente Iván Duque es discípulo del anterior presidente, Álvaro Uribe, que ahora ejerce el poder en la sombra. Comunicaciones diplomáticas de Estados Unidos publicadas el año pasado dan muestra de la preocupación general de las autoridades estadounidenses por los vínculos de Uribe con el narcotráfico. En la década de los noventa, la Agencia de Inteligencia de la Defensa estadounidense descubrió que Uribe “había llevado la colaboración con el cartel de Medellín a los más altos niveles de gobierno”. También se relaciona a Uribe con los escuadrones de la muerte de su país. El año pasado, dimitió como senador en mitad de una investigación criminal en curso. Uribe lleva tiempo apoyando el cambio de régimen en Venezuela propiciado por Estados Unidos. En 2009, numerosos gobiernos sudamericanos se opusieron y bloquearon sus planes para ampliar la presencia militar estadounidense en Colombia.

El presidente de Argentina Mauricio Macri, otro influyente miembro de la coalición perteneciente a la derecha dura, también debe favores a Washington. En junio, esta relación le ayudó a conseguir el mayor préstamo del FMI de la historia, 50.000 millones de dólares, que posteriormente aumentarían a 56.300 millones cuando la economía se comportó de un modo mucho peor de lo que el FMI había previsto al firmar el acuerdo. Estados Unidos había bloqueado los créditos de las instituciones multilaterales de préstamo, como el Banco Interamericano de Desarrollo, al gobierno de su predecesora y rival. Este hecho fue relevante porque Argentina estaba inmersa en problemas financieros hacia el final del mandato de la presidenta Cristina Fernández. De todas formas, su gobierno sufrió un golpe aún más fuerte por parte de un juez neoyorkino al que aparentemente movían cuestiones políticas, que retuvo más del 90% de los créditos a Argentina al dictaminar que no podían desembolsarse mientras el país no pagara las deudas que había contraído con ciertos fondos buitre de EE.UU. Todos estos problemas con Estados Unidos se resolvieron en cuanto Macri asumió el poder en 2015.

Los medios de comunicación a veces señalan al presidente Lenín Moreno de Ecuador para mostrar que hay cierta presencia del “centro-izquierda” en esta empresa ilegal y en cierto modo barbárica. Es verdad que Moreno fue elegido en 2017 con el apoyo del partido de izquierda Alianza País, del anterior presidente Rafael Correa. Pero en seguida dio un giro radical a su mandato y se alió con los oligarcas derechistas y utilizó medios extraconstitucionales para consolidar el poder. Actualmente intenta meter en la cárcel a su antecesor basándose en lo que parecen ser falsas acusaciones. Washington ha recompensado a Moreno con préstamos de instituciones multilaterales por valor de 10.000 millones de dólares, incluyendo 4.200 millones del FMI concedidos la semana pasada. Si 10.000 millones de dólares no parece gran cosa, pensemos que dicho préstamo expresado como porcentaje de la economía de Ecuador sería como si EE.UU. recibiese 1,9 billones. No sorprende pues que Moreno se haya unido a la coalición de Trump.

El presidente de Paraguay tiene también razones para agradecer al padrino estadounidense. Su partido, el Partido Colorado, gobernó el país durante 61 años consecutivos, la mayoría de ellos bajo la dictadura de Alfredo Stroessner. En 2008, un obispo de izquierdas, Fernando Lugo, ganó las elecciones contra todo pronóstico. Pero fue derribado mediante un golpe parlamentario en 2012, al que se opusieron casi todos los gobiernos sudamericanos. Una vez más, Washington maniobró con la OEA para legitimar el golpe. Así que, ahí tenemos a otro presidente sudamericano encantado de unirse a las maniobras gringas para poner un dirigente de derechas en Venezuela. Otro sujeto que se ha apuntado a esta coalición es el presidente chileno, Sebastián Piñera, un simpatizante de Pinochet que el año pasado nombró ministros a dos antiguos aliados del dictador respaldado por EE.UU.

Así es como Estados Unidos logra sus apoyos, al menos en la actualidad. Hace unos años, cuando la mayor parte de la región estaba gobernada por gobiernos de izquierda o centro-izquierda, Trump no habría conseguido ni un solo apoyo para esta operación ilegal de cambio de régimen. El secretario de Estado de Obama, John Kerry, llegó a esa conclusión cuando en 2013 los opositores violentos se echaron a la calle en Venezuela para intentar derribar el primer mandato de Maduro. No hubo ninguna duda sobre el resultado de las elecciones y prácticamente todos los gobiernos del mundo las reconocieron. Kerry se encontró completamente aislado y Washington se rindió y tuvo que aceptar la elección de Maduro.

Luego tenemos a Europa, que por una serie de razones históricas casi nunca ha sido capaz de desarrollar una política exterior independiente de Estados Unidos. Esto es especialmente cierto para América Latina, donde se suele respetar la Doctrina Monroe, a la que se acogió descaradamente el Consejero de Seguridad Nacional John Bolton hace unos días. Dicho lo cual, hizo falta retorcer ligeramente el brazo del primer ministro español, Pedro Sánchez, que sorprendentemente se había opuesto hacía unos días a las sanciones de Trump contra Venezuela, incluso antes del embargo comercial y del reconocimiento de Guaidó en enero. Su ministro de exteriores, Josep Borrell, declaró a la prensa que el gobierno había recibido “presiones” de Washington. El gobierno socialista del PSOE de Sánchez también fue sometido a una gran presión por los grandes medios de comunicación españoles, que llevaban cierto tiempo en “modo cambio de régimen” ante las próximas elecciones generales que se celebrarán a finales de abril. España tiene una importancia clave a la hora de asegurar el apoyo europeo a esta empresa, ya que otros países, incluyendo a Alemania, suelen tomar en cuenta la opinión española en los temas relativos a su política latinoamericana.

Aunque el equipo de Trump gozara de una mayoría global –de la que carece, pues solo 50 países de 195 apoyan el cambio de régimen en Venezuela–, sus letales sanciones económicas, su robo de activos financieros, sus amenazas militares y otras acciones para derribar el gobierno no serían más legales o legítimas que la invasión de Irak de George W. Bush, o las múltiples iniciativas de cambio de régimen que se han producido en el hemisferio americano. Ello no sorprende a nadie, dado quién está al timón: el perenne defensor de los cambios de régimen, John Bolton, por ejemplo, o el enviado especial Elliott Abrams, que apoyó lo que posteriormente la ONU consideró un genocidio en Guatemala, así como las atrocidades promovidas por EE.UU. en El Salvador y Nicaragua en la década de los ochenta. La elección de quienes protagonizan el apoyo a esta iniciativa de cambio de régimen, ya sea en Washington o entre sus más próximos aliados, debería subrayar lo que es evidente: el intento de Estados Unidos de derrocar a Maduro no tiene nada que ver con la democracia o los derechos humanos.

Mack Weisbrot es codirector del Center for Economic and Policy Research, en Washington D.C. y presidente de Just Foreign Policy.

Fuente: https://newrepublic.com/article/153283/reality-behind-trumps-coalition-regime-change-venezuela

El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se mencione a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

sábado, 23 de febrero de 2019

El efecto de la rana hervida y la tetera silbante

La hegemonía de los partidos centristas en Alemania se ha terminado y la cuestión no es cómo se ha llegado a este punto sino qué va a suponer esto tanto para ese país como para el resto de Europa

Cuando, en Fiesta, de Ernest Hemingway, preguntan a Mike Campbell cómo entra una persona en bancarrota, él da una respuesta muy clara: “De dos formas. Gradualmente y, luego, de repente”. No es muy distinto lo que pasa en política.

La semana pasada, cuando, tras la indignación provocada por el hecho de que no hubiera sabido impedir el coqueteo descarado de su partido con los ultraderechistas de Alternativa por Alemania (AfD), Annegret Kramp-Karrenbauer (también conocida como AKK), la sucesora designada por Angela Merkel para dirigir la CDU, anunció que dimitía de la dirección del partido y que no sería candidata a canciller, quedó en evidencia que la crisis del sistema político alemán había dejado de ser “gradual” para volverse “repentina”. La dimisión de AKK representó un momento lleno de similitudes con la trayectoria del sucesor —y más tarde predecesor— de Vladímir Putin, Dmitri Medvédev, que nunca llegó a ser líder porque nunca se lo permitieron.

La crisis actual de la CDU (el partido de Adenauer y Helmut Köhl) constituye el fin del modelo político alemán desde la II Guerra Mundial. En la Alemania posterior a la guerra, los dos grandes partidos de centro —la Unión Demócrata Cristiana (CDU), de centroderecha, y el Partido Socialdemócrata (SPD), de centroizquierda— tenían una hegemonía total y, aunque discrepaban en ciertas cuestiones sociales y económicas, Alemania era el símbolo del centrismo y el consenso. Cooperar con la extrema derecha y la extrema izquierda era tabú, y las élites políticas nunca perdían la oportunidad de hablar de su catastrófica experiencia histórica de la primera mitad del siglo XX para explicar por qué no estaban dispuestas a tolerar ningún coqueteo con los extremos. La democracia alemana era una democracia liberal modélica, pero también muy rígida.

Sin embargo, ahora que el modelo de centrismo de consenso se ha derrumbado, es importante comprender por qué lo ha hecho y qué significa ese derrumbe para Alemania y para Europa.

Existen dos explicaciones opuestas de por qué el modelo político de Alemania ha entrado en crisis, cuando su economía sigue marchando bien y los alemanes, en su mayoría, viven mejor que nunca.

Si bien todos los observadores están de acuerdo en que lo que sucede en Alemania es reflejo de la crisis actual del liberalismo y la democracia en Europa y en el mundo, algunos creen que Alemania ha sido víctima del efecto de la rana hervida, y otros, del síndrome de la tetera silbante.

Es bien sabido que, si se introduce una rana en agua hirviendo de forma repentina, la rana salta, pero, si se introduce en agua fría y luego se va calentando poco a poco hasta hervir, no se da cuenta del peligro y hierve hasta morir. Eso es, según muchos, lo que ha ocurrido en Alemania. La disposición alemana a tolerar el ascenso del autoritarismo en la UE y sus concesiones a dirigentes políticos como Viktor Orbán son lo que ha hecho que no haya podido defenderse y que los socialdemócratas y los democristianos hayan acabado hirviendo en el centro político.

Los defensores de la idea de la tetera silbante tienen una explicación distinta. Al filósofo liberal británico Isaiah Berlin le gustaba contar la historia de un hombre al que habían visto golpeando con ferocidad una tetera silbante. “¿Qué haces?”, le preguntaron. “No puedo soportar las locomotoras de vapor”, respondió. “Pero esto es una tetera, no una locomotora”. “Sí, ya lo sé, pero hay que matarlas cuando todavía son jóvenes”. Según esta teoría, los cristianodemócratas alemanes no han sido víctimas de una falta de reacción, sino de una reacción excesiva.

La cuestión de si la crisis de la democracia alemana es consecuencia de que “no se llamó araña a la araña” o de que los partidos tradicionales se precipitaron al calificar de extrema cualquier cosa que se aparta mínimamente de su rígida visión de una posición política responsable está en el aire, pero lo que resulta evidente es que el sistema no va a volver a ser lo que era y que la hegemonía de los partidos centristas se ha terminado.

¿Qué va a suponer esto para Alemania y Europa?

Supondrá una incertidumbre paralizadora. Después de las elecciones europeas del año pasado, casi todos los comentaristas, dentro y fuera de Alemania, tienen la sensación de que saben cómo será el futuro y que, con las próximas elecciones legislativas, gobernará el país una coalición de conservadores y Verdes. Existe el riesgo de que, si la CDU no gestiona su crisis con decisión, los Verdes acaben siendo el mayor partido político de Alemania (lo cual no tiene nada de malo) y que, por consiguiente, la CDU no quiera entrar en coalición con ellos porque para los democristianos equivaldría al suicidio político, similar al que cometieron los socialdemócratas hace tres años cuando se coaligaron con Merkel.

La esperanza de que el giro de la CDU hacia la derecha pueda invertir el declive electoral del partido (como hizo Sebastian Kurz en Austria) también es arriesgada, y no solo por la imagen que ofrezca a otros países la apertura de Alemania a la extrema derecha, sino también porque —a diferencia de Austria— AfD es, más que el partido de la derecha, el partido del Este, de forma que a la CDU le será difícil arrancarle votos allí por más que endurezcan su retórica sobre cuestiones como la inmigración. La crisis entre el este y el oeste del país influirá en la postura de Alemania sobre la crisis entre el este y el oeste de la UE, lo que, en la práctica, significa que Alemania puede perder su posición central entre las dos partes del continente.

Aunque parezca extraño, la crisis de la democracia liberal alemana en 2019-2020 se parece a la crisis de la economía neoliberal estadounidense en 2008-2010. Ahora bien, si la economía estadounidense fue víctima de la desregulación, la democracia alemana está siendo víctima de un exceso de regulación. Igual que los economistas norteamericanos, en las décadas previas a la crisis, se habían convencido de que el capitalismo estaba por encima de los ciclos de auge y caída, los politólogos alemanes se han convencido de que el centrismo consensuado es la mejor forma de defender la democracia. Pero la democracia nunca ha sido sinónimo de pedagogía.

En la política democrática, la gente toma decisiones erróneas (a veces, incluso trágicas), y solo al corregir esos errores aprende a valorar la democracia. Como ha dicho recientemente la historiadora estadounidense Jill Lepore, “la paradoja de la democracia es que la mejor forma de defenderla es discutir sobre ella”.

Ivan Krastev es columnista de opinión, presidente del Center for Liberal Strategies, investigador permanente en el Instituto de Ciencias Humanas Sciences de Viena y autor, entre otros libros, de After Europe.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

https://elpais.com/elpais/2020/02/21/opinion/1582306122_229531.html

La situación es mucho más peligrosa que en la guerra fría

Sobre el anuncio de EE.UU. de retirada del acuerdo INF

Hace unos diez años asistí a un distendido cónclave de la mafia local en un bar de la populosa ciudad china de Chongqing. Una tertulia de seis o siete personajes de todo el país que manejaban en torno a una taza de te los negocios de aquella prodigiosa urbe, entonces aún en construcción. Me llevó un americano, quizá agente de la CIA, que mostraba gran familiaridad con todos ellos. Hablaban entre ellos con total desenvoltura de la próxima guerra. Enfrentaría, decían, a Estados Unidos y China. Me impresionó el consenso: el asunto de la guerra era inevitable y China saldría vencedora. De esa conclusión participaba hasta un dinámico capo de Taiwan.

Hablar de la posibilidad de una guerra, sino de su inevitabilidad, se ha convertido en tópico. Pero no en conversaciones de café, por desgracia, sino entre quienes toman las decisiones al respecto. Lo primero es grave cotejado con lo segundo: a diferencia de los años ochenta, la sociedad civil europea es hoy completamente ajena a ese peligro, pese a que las medidas y los discursos de los poderosos son inequívocos y deberían suscitar la máxima alerta social. Eso es lo que marca, precisamente, el Doomsday clock, el reloj del juicio final nuclear que mantiene desde 1947 el Bulletin of the Atomic Scientists y que este año marca las doce menos dos minutos, un nivel de alarma que no marcaba desde 1953 en lo más crudo de la guerra fría.Leer más

viernes, 22 de febrero de 2019

_- La lucha por el derecho a la vivienda digna. Un vecino de Carabanchel se enfrenta al fondo buitre BlackStone

_- #JoséPedroVsBlackStone
Rebelión

Jose Pedro es vecino de Carabanchel y se enfrenta este miércoles 13 de febrero a un juicio con el fondo buitre BlackStone que quiere desahuciarlos a él y a su familia.

El fondo buitre BlackStone nos ha declarado la guerra. Pretender dejar sin casa a José Pedro, nuestro compañero de la Asamblea Popular de Carabanchel, a su pareja, a Lucía (su hija) y a Manuel (su hijo).

Todo comenzó con un SMS. Ese fue el modo por el que José Pedro y su familia tuvieron la información de que se les había adjudicado una vivienda social de la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid (EMVS) a comienzos del año 2012, tras tres años de espera.

Pasado el año, nació el rumor en el barrio de que las viviendas habían sido vendidas a fondos buitres. Algunas de ellas, incluso habían sido visitadas antes de su venta. Cabe destacar que durante el gobierno del PP y bajo la gestión de la EMVS, más de un 40 por ciento de las mismas se encontraban vacías al no haber sido adjudicadas.

Con esta situación y en medio de una nueva burbuja inmobiliaria, en esta ocasión protagonizada especialmente en los precios de alquiler, José Pedro y su familia reciben un burofax del fondo buitre Fidere, filial de BlackStone.

La notificación que recibe José Pedro y su familia por parte del fondo buitre, es en resumidas cuentas para echarles de su casa, en un momento en el que los ingresos familiares no alcanzan los mil euros al mes.

En ningún momento se les ofrece la posibilidad de prorrogar el actual contrato de alquiler, si no firmar uno nuevo con una subida del precio de hasta 900 euros el primer año, y en aumento con cada transcurso de año. José Pedro intentó en varias ocasiones comunicarse con el fondo buitre para tratar de prorrogar el contrato ya que no pueden afrontar las condiciones impuestas, pero la respuesta siempre fue negativa lo que les conllevo a una demanda por desahucio.

Las distintas acciones llevadas a cabo por José Pedro tan sólo logran retrasar la fecha del desahucio, al no haber renovado en ningún caso el segundo contrato a las actuales vecinas y vecinos adjudicatarios de las viviendas expoliadas. Pero al no firmar lo que el fondo buitre les imponía, José Pedro recibe una demanda por parte del fondo buitre.

El juicio se celebrará el próximo miércoles, 13 de febrero a las 9:45h horas en el Juzgado de Primera Instancia Nº 84.

La lucha por el derecho a la vivienda digna
José Pedro es compañero de la Asamblea de Carabanchel, ha participado en decenas de stop desahucios para evitar que vecinas y vecinos se queden en la calle. Ahora nos toca apoyarle a él y a su familia. Se enfrenta a un gigante, el fondo buitre BlackStone, pero no está solo y vamos a ir a por todas.
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Lee íntegra la condena a Ana Botella y siete ex altos cargos por malvender pisos públicos.

jueves, 21 de febrero de 2019

Un análisis de sangre detecta el mejor tratamiento para el cáncer de prostata

En tumores metastáticos y resistentes a los fármacos, la presencia o ausencia de una proteína predeciría la eficacia de las diferentes estrategias terapéuticas.

Una proteína, detectable mediante un simple análisis de sangre, podría ayudar a predecir la respuesta terapéutica en pacientes con cáncer de próstata metástatico. En concreto, la presencia de la molécula potenciaría la eficacia de la quimioterapia, mientras que su ausencia favorecería el tratamiento con inhibidores hormonales.

La revista JAMA Oncology publica las conclusiones del trabajo realizado por Glenn Heller y su equipo, del Centro para el Cáncer Memorial Sloan Kettering en Nueva York, en colaboración con investigadores del Colegio Universitario en Londres y la compañía de diagnóstico molecular Epic Sciences con sede en San Diego.

En el estudio, ejecutado entre el 31 de diciembre de 2013 y el 1 de septiembre de 2016, participaron 142 hombres, de entre 60 y 80 años de edad, tratados previamente con supresores de andrógenos. Estas hormonas masculinas contribuyen al desarrollo y crecimiento de los tumores de próstata. Por consiguiente, su inhibición constituye la primera línea de tratamiento para este tipo de neoplasia. En ocasiones, sin embargo, las células cancerosas desarrollan resistencia a dichos fármacos represores y proliferan de nuevo. Ello plantea la necesidad de diseñar nuevas pautas de medicación, si bien, hasta la fecha, no existe criterio alguno a fin de seleccionar la mejor opción.

Esta necesidad médica condujo al desarrollo de un nuevo ensayo que permitiera analizar y predecir la respuesta al tratamiento de las células tumorales circulantes, responsables de la expansión del cáncer.

Según los resultados, la administración de quimioterapia dobló la esperanza de vida de aquellos pacientes cuyas células expresaban, en su núcleo, la proteína variante 7 de corte y empalme del receptor de andrógenos, AR-V7 por sus siglas en inglés. En cambio, una segunda dosis de fármacos antihormonales prolongó 7 meses la supervivencia de los enfermos AR-V7 negativos.

En un futuro, Heller y sus colaboradores evaluarán la posibilidad de realizar la prueba en etapas más tempranas del cáncer, con el objeto de diseñar estrategias terapéuticas personalizadas. Asimismo, estudiarán su aplicabilidad en otros tumores, como los de mama o pulmón.

Marta Pulido Salgado

miércoles, 20 de febrero de 2019

El IV Reich

Ramón Pedregal Casanova
Rebelión

Con la ocupación de toda Palestina y la declaración del “Estado Judío” por el parlamento israelí, no queda ninguna duda. Lo que los sionazis venían haciendo desde 1948 lo han puesto por escrito: son racistas, practican el apartheid, la segregación racial, la ocupación del territorio del pueblo en condiciones de debilidad, la expulsión del pueblo palestino, realizan castigos colectivos a la población, la hacen prisionera, a la gente que se resiste a marchar de sus pueblos y ciudades la encierran entre muros y controles fronterizos, les roban las cosechas, les quitan el agua, la luz, los medicamentos, les derriban las casas, los hospitales, los colegios... y todos estos actos son contra el Derecho Internacional, y al ente sionazi, a sus dirigentes, sus banqueros, sus lobys, sus medios de difusión, sus colonos y su ejército, les importa una higa el Derecho Internacional aunque le haya advertido la ONU, los Tribunales Internacionales, lo digan las Convenciones de Ginebra y demás organismos del mundo.

Los gobiernos occidentales y más allá, mantienen con semejante banda relaciones políticas, comerciales, financieras, militares, aunque a ninguno de los gobernantes capitalistas se le escapa que el “Estado judío”, como se declara, es el prolongador del nazismo alemán.

Si la invasión sionista de Palestina, que toma carácter de entidad política en 1948, fue la vuelta de la neocolonización, ahora es el tiempo en el que la empresa ha realizado una parte de su proyecto de conquista desde los límites de Egipto hasta el Eufrates. El mismo proyecto al que le han llamado Plan Yinon. Pero ¿podrán completarlo?.

Las circunstancias políticas geoestratégicas actuales, aun procurando en éstos momentos su afianzamiento en Palestina, parecen obligar al sionazismo y sus aliados a que se redirija su fuerza y con Trump se proponga éste y su élite el comercio por encima del Derecho y las responsabilidades por tanto crimen, y sus ejércitos de prensa trabajen en las noticias falsas y en la difusión del insulto a las víctimas, nunca trabajan para poner sobre la mesa las causas, los causantes y los responsables de las consecuencias, es decir: trabajan todos juntos, en diferentes escalas, por la división del Medio Oriente, a un lado la normalización de los países que encubren a Israel, y a EEUU-UE, y al otro la vejación sistemática de los países independientes. La división debilita la resistencia, la que intentan causar con la guerra continua, por religiones, razas, territorios históricos, y la división que buscan con los negocios entre élites, el reparto político de la zona y la entrega para que asimilen a pueblos como el palestino, atados de pies y manos, en busca de eliminar las resistencias, una y otra vía permiten al sionazismo profundizar en lo conseguido. ¿A qué es debido su intento de cambio práctico de guerra, y no del todo, por negocios espurios que buscan enterrar sus responsabilidades?: Israel-EEUU-UE han fracasado en la guerra a los países que podían impedir la expansión del sionazismo, su último fracaso se encuentra en su derrota en Siria, y junto a su derrota viene creciendo su crisis económica y política, la conducción del mundo la quieren hacer con el fomento de grupos de terror, bloqueos económicos y políticos a los pueblos que no obedecen, y su desarrollo económico decae sin visos de remontar, además tienen frente a ellos a las nuevas potencias, que se auto organizan y cooperan, para que la crisis se reconozca mejor a eso se añaden las presiones y diferencias entre EEUU y la UE.

En medio de la crisis desatada y la guerra que late bajo los pies de todos ellos, es preciso aclarar que lo que se denomina Israel se ha construido en base a una identidad religiosa fundamentalista, y los sionazis han escrito numerosas leyes contra la población autóctona. El fin era atraer con el victimismo a población de diferentes nacionalidades que son de origen judío, religión mediante, cuando el judaísmo no tiene que ver con el sionazismo o ultraderecha, dando a esos mercenarios el derecho, y todas las facilidades económicas, para asentarse. Esa población judía iba a servir para realizar los asentamientos que conformasen lo que han declarado en éstos días como “Estado judío”, sólo para los judíos que comulgan con ellos por raza, religión,y política de ocupación colonial. Para esa tarea el mundo financiero sionista de origen askenazi, representado por Rotchild , costeó, con ayuda del gobierno inglés, alemán y más cerca en el tiempo del régimen estadounidense, la operación neocolonizadora. Palestina dispone de una posición geoestratégica de primer orden cara al Mediterráneo, rutas comerciales e influencia en la zona petrolífera, riqueza que ha alimentado en gran medida al capitalismo occidental hasta convertirse éste en la mano oscura que mueve el mundo.

El asunto, como decíamos, ha encontrado una resistencia inusitada, resistencia que cuestiona los planes alentados por el sionazismo, y detrás los de sus aliados.

La salida que prueban ahora viene de la mano del régimen de Trump, salida que intenta vender su yerno Kushner con el nombre de “Acuerdo del siglo”. El actual proyecto se interesa por cambios políticos en las filas palestinas, cambios que suponen renunciar a los principios que hacen a Palestina reconocible: su capital Jerusalén, su territorio, su misma población, la verdadera dueña, y los sionazis mediante Trump y su embajador de negocios les exige renunciar a la defensa de sus entre 5 y 7 millones de refugiados... y a los mártires, en cientos de miles que han dejado su vida por Palestina entre 1948 y 1967 y 1967 hasta hoy mismo, y a los cientos de miles de prisioneros y prisioneras, en todos los casos mujeres, hombres, ancianos, niñas y niños, que aún hoy siguen en jaulas y mazmorras; y hablando de hoy mismo, ha sido puesta en libertad la adolescente Aed Tamimi, prisionera por haber dado una bofetada a un soldado sionazi que había asaltado con otros su casa y disparado a un niño dejándolo en estado gravísimo. Ese es el escalón más bajo de la cotidianidad en Palestina, y por ahí también se mide la calidad moral de ese “Estado”, sus “jueces”, sus “militares”... que son los mismos que dieron las órdenes para asesinar en la Gran Marcha por el Retorno a quienes se manifestaban ante la frontera que han establecido con Gaza, ¿recuerdan a la enfermera Razan Najjar, asesinada cuando iba con las manos en alto a atender a un herido?. El crimen dio la vuelta al mundo, ¿pero que ha supuesto en los gobiernos occidentales?, lo mismo que los más de 150 asesinados en la Gran Marcha del Retorno y los más de 15.000 heridos, tan Hablamos de lo cotidiano y de la la Ley Internacional, que todos ellos participan de los crímenes, los consienten, los ocultan, los hacen pasar como actos de autodefensa, y hablamos de lo que debería regir las relaciones internacionales, pero al pueblo palestino de Gaza y del conjunto de Palestina sólo lo matan por reclamar su derecho, por procurar la paz. También hoy los sionazis han asaltado en aguas internacionales, lo que significa un acto ilegal, otra vez, una acción de guerra ilegal, la Flotilla por la Libertad de Gaza, y los criminales de guerra se han llevado presos a los tripulantes y se han quedado con los barcos y el cargamento de medicinas y vendas que llevaban a los hospitales de la Franja. ¿Dónde están los defensores de la democracia y los Derechos Humanos?: muy éticos se ve que no son.

Después de los casos concretos, ¿qué dicen los gobiernos colaboradores del nuevo nazismo? Se ha pasado el tiempo del disimulo. Si aquél primer nazismo fue consentido por los gobiernos de entonces de las mismas naciones cuyos gobiernos hoy apoyan a éste nuevo nazismo -hay que aclarar que entonces eran los de la burguesía dispuesta a acabar con la Revolución Soviética- con la esperanza de retomar las riquezas de Oriente Medio, liquidar a los países que manifiestan independencia política, o desarticularlos para que no puedan rehacerse, y deshecho todo abrirse camino en su nuevo intento de rodear y bloquear e impedir el crecimiento y la competencia de Rusia y China, que ya se les representa como el mayor obstáculo para su dominio mundial, lo que en caso de que no prosperase su plan disminuiría el poder dictatorial del imperio.

Llegados a éste punto volvamos al principio, la crisis del sistema sionazi, del sistema imperial económico y político y las relaciones entre sus componentes hacen peligrar o frena sus proyectos, mientras tanto subyace en sus políticas de colaboración con los primeros, no una duda, sino una certeza: la aprobación del “Israel judío” es la aceptación del Israel sionazi, guerrerista, neocolonial, racista, practicante del apartheid, que pretende hacer desaparecer a Palestina, …, para darles sangre nueva a ellos, eso es por lo que reconocen al gobierno del IV Reich. Entramos en ese episodio de la Historia. ¿qué se puede esperar?: que los gobiernos independientes del imperialismo y los pueblos, se movilicen.

Ramón Pedregal Casanova es autor de los libros: “Gaza 51 días”, “Palestina. Crónicas de vida y Resistencia”, “Dietario de Crisis”, “Belver Yin en la perspectiva de género y Jesús Ferrero”, y “Siete Novelas de la Memoria Histórica. Posfacios”. Presidente de la Asociación Europea de Cooperación Internacional y Estudios Sociales AMANE. Miembro de la Comisión Europea de Apoyo a los Prisioneros Palestinos.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor

martes, 19 de febrero de 2019

PALABRAS PARA TEJERSE.

Maruja Torres PALABRAS PARA TEJERSE.

Nos recordaba Santos Juliá en este periódico, hace un par de domingos, a Larra: por desgracia, hoy tan oportuno como en su época, cuando en su opúsculo magistral Dios nos asista, don Mariano (el bueno) José se refería a las fuerzas políticas alternativamente imperantes en la España de entonces: “Tejedores: tejer y destejer. Nadie vende su tela y nadie hace tela nueva” Andaba yo estos días con la indignación crecida y la confianza bajo mínimos, y leer a Juliá, que citaba también a Juan Valera, colocó delante de mi un espejo nada deformante de la realidad, tan exacto que ponía los pelos de punta. Venían estas jornadas mía de desánimo –compartidas por mis amigos de las redes sociales- de la caverna jurídica que ha alumbrado la condena a Garzón- digan lo que digan los equidistantes arrepentidos de de su radicalismo de antaño-; del reciente parto gubernamental de esa criatura innoble llamada reforma laboral, difícilmente no interpretable como un castigo a una clase social entera, la de los trabajadores; venían del renovado sadismo de las agencias de calificación, de la codicia de los mercados, del dolor que provoca la insoportable tragedia griega. Venían de las vejaciones aplicadas al cuerpo médico de la sanidad pública, de la mofa que suponen esos pacientes de pago operados en instalaciones pagadas por todos, de las escabechinas perpetradas en colegios públicos, del morro de las escuelas concertadas que se han pedido bacalao y pescado para Cuaresma. Venían de todo lo que ustedes saben y de más.

VENÍAN DE ESTE PASMO NUESTRO PARA REACCIONAR. Cuando miro a Grecia y la veo en la calle, puedo afirmar que no es eso lo que quiero para mi país. No quiero que la ira desemboque en vandalismo, pero puedo comprenderla porque el vandalismo y la violencia de guante blanco que Gobiernos y banqueros ejercen sobre los ciudadanos resultan tan insultantes, tan devastadores, tan desproporcionados y sin respuesta por parte de ninguna entidad civilizada que lo único que le quede a la gente es salir a la calle y protestar. Y la protesta, cuando sale de tan adentro, nunca puede medirse.

No así los pasos que se han ido dando para saturnizar las relaciones entre los poderosos y su mano de obra. No basta con que les salga barata; necesitan tenerla arrodillada. Lo repito siempre, que la lucha de clases sigue en pie, pero desde hace años –desde que cayó el Muro- en su versión repulsiva; la clase de más arriba contra todas las demás.

Pues habría seguido yo así, con el pecho de plomo, de no haber sido porque en una de las noches del fin de semana previo al artículo de Santos Juliá, durante un feliz insomnio, me encontré en Radio Barcelona con la última entrevista que Rosa Badía realizó, en su programa Tot és comedia, a la catedrática de Ética y Filosofía Política Adela Cortina. Les recomiendo que busquen el post, en www.cadenaser.com, escribiendo el nombre de la entrevistada. Vale la pena por el contenido, por supuesto, y vale la pena por el tono.

APARTE DE LA PLACIDEZ profesional que siempre me produce comprobar el buen pulso periodístico de Rosa y su deliberado alejamiento de los alaridos propios de esa época, encontrar la voz de esa catedrática –más o menos de mi generación: qué gran madurez, la suya – supuso una especie de relativización importante, de esas que tan poco le gustan al Papa. Es decir, pese a referirse a temas tan amplios como la perdida de valores generalizada, la desconfianza de los ciudadanos en su clase política y económica, y el individualismo feroz en que vivimos, pese a ello, digo, el foco de Cortina se centra en mejorar la sociedad. Y sus reflexiones, aunque realistas, conducen al pensamiento de que, por mucho que nos cueste y por difícil que resulte, podemos hacerlo. Podemos aspirar a cambiarnos y a cambiar la sociedad.

Después de todo, si hay empresas que le encargan –a ella y al instituto que preside- una “auditoría moral”, ¿por qué no puedo creer que podemos contribuir a la creación de un mundo más ético?

Civilización contra barbarie. No es nuevo. Palabra para tejerse y resistir para que no nos destejan.

www.marujatorres.com

lunes, 18 de febrero de 2019

IBM 'dealt directly with Holocaust organisers'
Author says US firm had control of Polish subsidiary
Oliver Burkeman in New York

@oliverburkeman

Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT First published on Fri 29 Mar 2002 12.42 GMT Shares 929 Newly discovered documents from Hitler's Germany prove that the computer company IBM directly supplied the Nazis with technology which was used to help transport millions of people to their deaths in the concentration camps at Auschwitz and Treblinka, a controversial Holocaust expert claims in a new edition of book published later this week.

Edwin Black, whose book IBM and the Holocaust was published in hardback last year, says new evidence set out in the paperback version shows that executives at the firm's New York headquarters directly controlled a Polish subsidiary which leased punch-card machines used to "calculate exactly how many Jews should be emptied out of the ghettos each day" and to transport them efficiently on railways leading to the camps.

When the Nazis invaded Poland, Black wrote in the Jerusalem Post, "IBM New York established a special new subsidiary called Watson Business Machines," after its then- president, Thomas Watson. "IBM's new Polish company's sole purpose was to service the Nazi occupation during the rape of Poland." Watson Busi ness Machines even operated a punch-card printing shop over the street from the Warsaw Ghetto, the paperback claims.

Advertisement In the earlier edition of Black's book, the connection between the US headquarters of IBM and its European operations was more sketchy, tracing the supply of machines to a German subsidiary that had been seized by the Hitler government.

The paperback provides the first evidence that the company's dealings with the Nazis were controlled from its New York headquarters throughout the second world war.

Mr Black quotes Leon Krzemieniecki, the last surviving per son involved in the Polish administration of the rail transportation to Auschwitz and Treblinka, as saying that he "knew they were not German machines... The labels were in English...

"The person maintaining and repairing the machines spread the diagrams out sometimes. The language of the diagrams of those machines was only in English."

During the war, Mr Black says, a senior IBM representative from New York travelled to Berlin to meet a Czech IBM executive and arrange for the lease payments on the Hollerith card machines to be transmitted via Switzerland to New York.

To the book says the Czech was in a position to send income from the machines leased in Poland through Geneva to IBM in New York.

Robert Wolfe, a researcher on Mr Black's team who was formerly in charge of Nazi documents in the US national archives, said the new details would silence detractors.

"The word has gotten out, and a lot of people still alive are supplying information that they didn't have the context to understand before," he told Reuters. "For those who have complained the proof is not there, this leaves little room for deniability."

The first edition of IBM and the Holocaust prompted a group of death-camp survivors to launch a legal action against IBM, but it was dropped in case it might delay other compensation payments to the victims of the Nazi regime.

Much of compensation process has now been completed, raising the possibility that the paperback may revive the legal proceedings.

"This negates all the excuses," Malcolm Hoenlein, a vice-president of the conference of presidents of major Jewish organisations, said.

"IBM has to look at what its role should be in light of these revelations."

The company, now based in Armonk in upper New York state, has not denied the role of its subsidiaries in aiding the Nazis' management of the Holocaust, preferring to suggest that it should not be held responsible for the actions of companies of which the Third Reich had seized control.

It is not entirely clear that IBM's New York executives knew the ultimate use to which their machines were being put.

But Mr Black cites numerous examples of stories in US newspapers at the time which he says should have left IBM in no doubt about the nature of the Nazis' murderous activities in Poland.

The new book's claim that "IBM recovered all its Polish profits and machines" after the German surrender is likely to be among the most incendiary of its allegations.

"We have seen no proof of that," IBM told the Guardian yesterday. "Facts which had been known for many years were used as the basis of allegations in the first book, and they seem to be used in similar fashion in the paperback. We're not convinced that there are any new findings here."

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IBM 'trató directamente con los organizadores del Holocausto'
Autor dice que firma estadounidense tenía control de filial polaca
Oliver Burkeman en Nueva York

@oliverburkeman

Viernes, 29 de marzo de 2002 12.42 GMT Publicado por primera vez el viernes, 29 de marzo de 2002 12.42
 Acciones de GMT 929
Documentos recientemente descubiertos en la Alemania de Hitler demuestran que la compañía informática IBM suministró directamente a los nazis la tecnología que se utilizó para ayudar a transportar a millones de personas a su muerte en la concentración. campamentos en Auschwitz y Treblinka, un controversial experto en Holocausto afirma en una nueva edición de un libro publicado más adelante esta semana.

Edwin Black, cuyo libro IBM y el Holocausto se publicó en tapa dura el año pasado, dice que las nuevas pruebas presentadas en la versión de bolsillo muestran que los ejecutivos de la sede de la empresa en Nueva York controlaban directamente una filial polaca que arrendaba máquinas de tarjetas perforadas utilizadas para "calcular exactamente cuántos judíos deben ser vaciados de los guetos cada día "y para transportarlos eficientemente en los ferrocarriles que llevan a los campamentos.

Cuando los nazis invadieron Polonia, Black escribió en el Jerusalem Post: "IBM New York estableció una nueva subsidiaria especial llamada Watson Business Machines", después de su entonces presidente, Thomas Watson. "El único propósito de la nueva empresa polaca de IBM era servir a la ocupación nazi durante la violación de Polonia". Las máquinas de negocios de Watson incluso operaban un taller de impresión de tarjetas perforadas en la calle desde el Ghetto de Varsovia, afirma el libro de bolsillo.

En la edición anterior del libro de Black, la conexión entre la sede de IBM en los EE. UU. Y sus operaciones en Europa era más incompleta, ya que el suministro de máquinas se debía a una subsidiaria alemana que había sido tomada por el gobierno de Hitler.

El libro de bolsillo proporciona la primera evidencia de que las relaciones de la compañía con los nazis fueron controladas desde su sede en Nueva York durante la Segunda Guerra Mundial.

El Sr. Black cita a Leon Krzemieniecki, el último superviviente involucrado en la administración polaca del transporte ferroviario a Auschwitz y Treblinka, diciendo que "sabía que no eran máquinas alemanas ...  Las etiquetas estaban en inglés ...

"La persona que mantiene y repara las máquinas difunde los diagramas a veces. El lenguaje de los diagramas de esas máquinas era solo en inglés".

Durante la guerra, dice Black, un alto representante de IBM de Nueva York viajó a Berlín para reunirse con un ejecutivo checo de IBM y organizar que los pagos de arrendamiento en las máquinas de tarjetas Hollerith se transmitieran a través de Suiza a Nueva York.

Según el libro, el checo estaba en condiciones de enviar ingresos de las máquinas arrendadas en Polonia a través de Ginebra a IBM en Nueva York.

Robert Wolfe, un investigador del equipo del Sr. Black que anteriormente estaba a cargo de los documentos nazis en los archivos nacionales de Estados Unidos, dijo que los nuevos detalles silenciarían a los detractores.

"Se corrió la voz y muchas personas que aún viven están proporcionando información que antes no tenían el contexto para entender", dijo a Reuters. "Para aquellos que se han quejado de que la prueba no está allí, esto deja poco espacio para la negación".

La primera edición de IBM y el Holocausto impulsó a un grupo de sobrevivientes del campo de la muerte a iniciar una acción legal contra IBM, pero se retiró en caso de que pudiera retrasar otros pagos de compensación a las víctimas del régimen nazi.

Gran parte del proceso de compensación ya se ha completado, lo que plantea la posibilidad de que el libro en rústica pueda reactivar los procedimientos legales.

"Esto niega todas las excusas", dijo Malcolm Hoenlein, vicepresidente de la conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías.

"IBM tiene que ver cuál debe ser su papel a la luz de estas revelaciones".

La compañía, ahora radicada en Armonk en el estado de Nueva York, no ha negado el papel de sus subsidiarias en ayudar a los nazis en la gestión del Holocausto, prefiriendo sugerir que no debería ser responsable de las acciones de las compañías de las cuales el Tercero Reich había tomado el control.

No está del todo claro que los ejecutivos de IBM en Nueva York supieran el uso final que se les daba a sus máquinas.

Pero el Sr. Black cita numerosos ejemplos de historias en periódicos de los Estados Unidos en el momento que, según él, deberían haber dejado a IBM sin ninguna duda sobre la naturaleza de las actividades asesinas de los nazis en Polonia.

La afirmación del nuevo libro de que "IBM recuperó todas sus ganancias y máquinas polacas" después de la rendición alemana probablemente se encuentre entre las más incendiarias de sus acusaciones.

"No hemos visto ninguna prueba de eso", dijo IBM a The Guardian ayer. "Los hechos que se conocían desde hace muchos años se utilizaron como base de las acusaciones en el primer libro, y parecen usarse de manera similar en el libro de bolsillo. No estamos convencidos de que haya nuevos hallazgos aquí".

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