viernes, 8 de marzo de 2019

Así se convierte un colegio en gueto. El 88,9% de los centros que reúnen el alumnado menos favorecido son de titularidad pública

“¿Cuántas veces lo hemos hablado? ¿Qué está fallando? No es algo que esté en nuestras manos”, dice una profesora a otra en el colegio público Juan Ramón Jiménez de Madrid. El centro es de los llamados línea uno —solo un aula de 25 estudiantes por cada nivel— y en la primera ronda de matriculaciones no consiguen llenar las plazas. El colegio, en cuyo patio hay una pequeña zona de juegos y una cancha, está en el distrito de Tetuán, donde la renta media anual de los hogares es de 32.624 euros. Sin embargo, en sus aulas no hay una representación equitativa de la realidad económica del barrio. Más del 50% de sus 205 alumnos reciben beca de comedor, lo que quiere decir que los ingresos familiares son de 9.000 euros al año o inferiores.

Muchas veces hacemos más de servicios sociales que de educadores”, comenta uno de los docentes que prefiere no dar su nombre. Han tenido casos de pobreza energética; alumnos que no han podido estudiar en casa por problemas con la calefacción. También con niños, de incluso siete años, que llegan y se van de la escuela con la llave de casa colgada del cuello porque nadie puede ir a recogerlos. Eso sumado a que durante el curso les llegan estudiantes inmigrantes que, en ocasiones, no conocen el idioma y ralentizan el ritmo de las clases, les ha generado un “problema de imagen”, y muchas familias del barrio se decantan por otros centros.

El Juan Ramón Jiménez, en el que el 95% de los alumnos son de origen inmigrante —de ellos el 50% han obtenido la nacionalidad española—, es un ejemplo de segregación escolar, que es la separación de los niños en diferentes centros educativos según su perfil socioeconómico. En concreto, es un colegio gueto, que, según la definición de la ONG Save the Children, se da cuando el nivel de concentración de alumnado con bajos recursos en un mismo centro supera el 50%.

En los últimos años, la Comisión Europea, el Comité de Derechos del Niño o la ONU han urgido a España a revisar y aprobar políticas que frenen la segregación escolar, que afecta al 46,8% de los centros educativos del país —nueve de cada diez son públicos—, según el estudio Magnitud de la segregación escolar por nivel socioeconómico, publicado en 2018 por dos investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid. En ese informe, se refleja una gran disparidad entre regiones: Baleares o Galicia presentan una baja segregación —entre Suecia y Finlandia, los países con la tasa más baja de la Unión Europea—, mientras en Madrid es “altísima” —entre Hungría y Rumanía, los dos países con la mayor tasa de la UE—

Así se convierte un colegio en gueto

En los centros madrileños, la segregación ha aumentado un 35,8% en los últimos 10 años. Es muy complicado identificar una única causa de la segregación, pero los expertos consultados coinciden en que la raíz está en las políticas educativas diseñadas por los Gobiernos autonómicos. En el caso de la Comunidad de Madrid, sindicatos como CC OO y asociaciones de familiares de alumnos como la Fapa Giner de los Ríos denuncian que el Gobierno del PP les expulsó de las comisiones de escolarización en el año 2013. Esos organismos son los encargados de supervisar la distribución de los estudiantes y de decidir a qué centros enviar a los alumnos que se matriculan en convocatoria extraordinaria.

En 2013 la Comunidad de Madrid aprobó el decreto de libertad de elección de centro e introdujo una novedad: las direcciones de área territorial designarían a los integrantes de esas comisiones, que pasaron a llamarse Servicios de Apoyo a la Escolarización (SAE). “Funcionan de forma opaca y ya no podemos fiscalizar sus decisiones”, señala Aida San Millán, secretaria de juventud de CC OO. “Están perpetuando la situación de los centros gueto porque mandan a alumnado con necesidades especiales a los mismos centros. Tienen que equilibrar la balanza”, explica José Luis Pazos, expresidente de la Fapa

Así se convierte un colegio en gueto

En el anteproyecto de la nueva ley de educación que se llevará al Consejo de Ministros para su aprobación en las próximas semanas hay un punto que regula precisamente esa práctica. La medida señala que los miembros de las comisiones de escolarización, en el caso de las familias de los estudiantes y del profesorado, tendrán que ser designados por esos mismos colectivos, y no por la Administración. Fuentes del ministerio informan de que esa nueva regulación busca paliar situaciones como la de Madrid.

El instituto madrileño Jaime Vera, cercano al estadio Santiago Bernabéu, no para de recibir alumnos hasta mayo. El 45% de sus estudiantes son inmigrantes, y solo el 50% de los que llegan a bachillerato se presentan a la Selectividad. Desde octubre hasta enero, la SAE les ha mandado 50 alumnos de origen extranjero. En el centro, nadie sabe si en otros institutos sucede lo mismo, pero reconocen que avanzar en el programa académico no es sencillo: han llegado a tener 27 nacionalidades y los problemas con el idioma dificultan la tarea. La solución no está en sus manos.

"LOS PROFESORES EVITAN ESOS COLEGIOS, Y LOS PROYECTOS EDUCATIVOS NO SON ESTABLES" “No sabemos si los docentes huyen de los centros escolares con altos niveles de segregación o directamente no los escogen, pero muchas veces están sobresaturados por la falta de medios para atender situaciones complicadas”, señala Álvaro Ferrer, coautor del estudio De la segregación socioeconómica a la educación inclusiva, de Save the Children. Según el informe, que analiza los datos del último informe PISA de 2015, ese tipo de centros disponen de menos recursos—un 40% de ellos no ofrecen actividades extraescolares— y el nivel formativo de los profesores es inferior.

El 36,2% de los docentes que dan clase en centros con bajos niveles de segregación tienen estudios de posgrado, mientras que en los de alta, ese porcentaje se reduce al 5,8%. Además, participan cuatro veces menos en programas de formación permanente. La alta movilidad del profesorado en esos centros imposibilita el desarrollo de proyectos educativos estables que puedan atraer a diferentes perfiles de alumnado. “Las familias catalogan el colegio como no deseable y acaba estigmatizado”, apunta Ferrer.

Entre las recomendaciones a las Administraciones, la ONG cree que es vital fortalecer las comisiones de escolarización para que aseguren prácticas inclusivas. El 88,9% de los centros gueto en España son de titularidad pública.

https://elpais.com/sociedad/2019/01/25/actualidad/1548418486_217240.html?rel=mas

miércoles, 6 de marzo de 2019

EDUCACIÓN. Los orientadores de los institutos atienden cuatro veces más alumnos de lo recomendado por la Unesco. Los profesionales critican los recortes de la Administración y aseguran estar "desbordados" por la cantidad de tareas que deben asumir, además de la orientación académica.

Carmini Villaroel, de 18 años, todavía no está seguro de si ha elegido la carrera de su vida. En su decisión de matricularse en el grado en Estadística y Sociología, nada tuvo que ver la orientadora de su instituto. “Me gustan mucho los números, pero no sé si esto es lo mío”, cuenta. Su contacto con ella fue limitado y nunca hablaron de vocaciones o salidas profesionales. Hay otras voces más críticas con la figura del orientador: “Nunca me aclara ninguna duda, me soluciona más Internet”, asegura Quique Martínez, que cursa 3º de la ESO en Valencia. Los alumnos españoles no están satisfechos con el asesoramiento académico que reciben en los institutos y, según una encuesta a más de 500 estudiantes de 18 a 25 años, el 94% de ellos echaron en falta más apoyo de los orientadores y de los profesores sobre las opciones profesionales.

Así se desprende del estudio Preparing the new generation for the future of work,  publicado por la  Cumbre mundial de la innovación educativa (WISE, por sus siglas en inglés) -una iniciativa de la  Qatar Foundation-, para el que se ha encuestado a 2.517 jóvenes de 18 a 25 años de Reino Unido, Francia, Bélgica, Alemania y España. Al 88% de los entrevistados les parece que el servicio de orientación no está a la altura y desearían haber contado con asesoramiento escolar en el momento en el que empezaron a escoger sus  itinerarios educativos. Los españoles son los que se muestran más disconformes, el país con la tasa de desempleo juvenil más elevada; un 34,1% frente al 6,1% de Alemania. La falta de formación de orientadores y docentes sobre las profesiones del futuro es otra carencia detectada por los estudiantes, según el informe.

"No damos abasto, han reducido el personal de los departamentos de orientación. Queremos ser agentes del cambio y trabajar con un modelo basado en la prevención y no ser un apaga fuegos constante", lamenta Ana Cobos, presidenta de la Confederación de Psicopedagogos y Orientadores (COPOE). En 1970, la Ley General de Educación reconoció el derecho de los estudiantes a la orientación en los centros educativos y, desde entonces, se ha recogido en todas las leyes orgánicas posteriores. Son las autonomías las que regulan sus funciones y organización. El problema, según denuncia el colectivo, es que tienen asignadas más tareas de las que pueden asumir: evaluación psicopedagógica, dictámenes de escolarización o planes individualizados para alumnos con dificultades de aprendizaje. A eso se suma el asesoramiento académico y profesional, que es solo una de las patas. Además, en ocasiones compaginan esa actividad con la docencia en materias de su especialidad, como psicología.

En diferentes informes, la Unesco  recomienda un orientador escolar por cada 250 alumnos pero, según datos del Ministerio de Educación  español esa ratio se supera en la mayoría de los centros, llegando incluso a un orientador por cada 1.000 estudiantes. Según COPOE, la media española está en uno por cada 800 alumnos. "La sobrecarga de trabajo no nos permite trabajar en profundidad ni en el ámbito académico ni en otros igual de importantes como la prevención de la violencia machista, del acoso, o la promoción de hábitos de vida saludables", señala Ana Cobos. Intervenciones puntuales que "no van a la raíz del problema", admite.

Ratios como la de España no permiten que el servicio de asesoramiento sea “efectivo”, asegura Vivian Onano, coautora del informe anual Education Monitoring Report de la Unesco. “Es necesario que el orientador invierta tiempo en el alumno, que estudie su caso para tener un impacto en las decisiones que toma”. Los más perjudicados son los estudiantes con perfiles socioeconómicos más bajos, apunta Onano, al no tener redes familiares con formación superior que les sirvan como guía. “Su labor también consiste en motivar a los estudiantes a descubrir su potencialidad, si no saben qué opciones tienen, ¿qué sentido tiene para ellos permanecer en la escuela?”, argumenta.

A diferencia de España, en Alemania el servicio de orientación es externo a los centros, depende de las agencias públicas de empleo. El Gobierno británico aprobó en 2018 un cambio en su estrategia nacional de orientación y pasó de un modelo externo a uno mixto: cada centro tiene ahora un career leader (orientador), que coordina con los docentes los materiales que debe introducir en sus asignaturas relacionados con las vocaciones y con empresas externas, que informan de los perfiles que demanda el mercado. "En España el modelo está más enfocado a dar solución a los estudiantes con problemas de aprendizaje, suelen ser pedagogos y, por ello, está muy alejado de las salidas laborales", considera Hannes Brandt, responsable de proyectos de la Fundación Bertelsmann, una de las organizaciones implicadas en la promoción de la FP Dual en Alemania.

Marisa Villalba lleva más de 30 años como orientadora. Este curso debe atender ella sola a los 1.400 alumnos del instituto público San Isidro, en el centro de Madrid. "La atención personalizada es imposible. Para asesorar a los alumnos de 4º de ESO solo dispongo de cuatro horas al año, y lo hacemos en sesiones grupales con toda la clase", cuenta. Lo mismo sucede con los de bachillerato, a cuyas sesiones también pueden acudir las familias. Les aconseja aplicaciones para conocer la variedad de carreras y grados de Formación Profesional, pero no puede profundizar con cada uno de ellos.

Para Carles López, presidente de la  Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (CANAE), el verdadero drama es que los orientadores no están ayudando a atajar el alto índice de abandono escolar temprano (del 17,9%, debe llegar al 15% en 2020). "La mayoría de casos de abandono se produce por desafección al sistema educativo y el papel del orientador es clave para que no suceda", dice en relación a las conclusiones del estudio El abandono educativo temprano, publicado en 2013 por el ministerio. "No disponen de recursos, les falta formación y hay que clarificar sus funciones", recalca.

La actual ley educativa (Lomce), aprobada en 2013 por el PP, obliga a los estudiantes a decidir sobre su itinerario formativo a los 14 años, cuando cursan 3º de la ESO deben escoger el grado de dificultad de algunas asignaturas, por ejemplo, matemáticas aplicadas -que les conducirán a FP- o matemáticas académicas -necesarias para acceder a bachillerato-. "Los orientadores deben actuar mucho antes para permitir que más alumnos permanezcan durante más tiempo en el sistema educativo, si les ayudan a reflexionar sobre la mejor opción para ellos", indica López.

Desde el Ministerio de Educación, reconocen que hay que renovar la figura del orientador. "Hay un déficit de orientadores en nuestro sistema y se ven obligados a hacer frente a una gran cantidad de funciones, además su formación es insuficiente", expone Consuelo Vélaz de Medrano, directora general de Evaluación y Cooperación Territorial. La LOE estableció en 2006 un máster habilitante de orientador, "claramente insuficiente para una posición tan compleja que requiere un alto grado de especialización". Pese a la intención de reforma, en ningún caso se plantean una atención individualizada. "No es viable, debe ser un trabajo colaborativo llevado a cabo también por los docentes y las familias", señala.

"Asesorar a los estudiantes es una tarea muy complicada, nadie les garantiza que trabajarán en un sector por estudiar una carrera", dice Paloma Gallo, orientadora del IES Europa de Ribas, en Madrid, que este curso tiene 1.000 alumnos para ella sola.

https://elpais.com/sociedad/2019/02/20/actualidad/1550677178_441380.html?rel=str_articulo#1551828152399

Así se convierte un colegio en gueto

martes, 5 de marzo de 2019

_- Esclavitud moderna, el crimen organizado en su máxima expresión

_- Este artículo forma parte de una serie sobre trata y tráfico de personas, que cuenta con el respaldo de Riana Group.


NACIONES UNIDAS, 26 feb 2019 (IPS) - Más de 40 millones de personas viven en condiciones de esclavitud en el mundo, entre ellas 25 millones realizando trabajos forzosos y 15 millones en matrimonios forzados, 71 por ciento de las cuales son mujeres y niñas, concluyó un exhaustivo estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Y la situación podría haber empeorado desde que se publicó “Estimaciones Mundiales sobre la Esclavitud Moderna”, en 2017, realizado en colaboración con la Fundación Walk Free.

La Red Safe Haven, con sede en Chicago, calificó la trata de personas como “la mayor actividad criminal internacional, superior al narcotráfico y a la venta ilegal de armas”.

En la actualidad, la esclavitud y la discriminación racial son dos lados de la misma moneda en Estados Unidos, donde el racismo se hizo más visible bajo la bandera nacionalista de la “supremacía blanca”, resurgida con el demagógico gobierno de Donald Trump.

A pesar de estar prohibida en todas partes del mundo, la esclavitud adoptó nuevas formas como la trata y el tráfico de personas, el reclutamiento de niños soldados, el matrimonio precoz, la servidumbre doméstica, tanto en el Sur como en el Norte global.

Los trabajadores migrantes, ya sea en plantaciones de naranja en Italia o en la construcción, en Qatar, están en riesgo, puntualizó Karolin Seitz, oficial de programa para responsabilidad corporativa y derechos humanos de Global Policy Forum, con sede en Bonn, en diálogo con IPS.

La experiencia muestra que los compromisos voluntarios de las compañías trasnacionales no son suficientes, puntualizó.

No alcanza porque países como Gran Bretaña, con su Ley contra la Esclavitud, Australia, con su Ley sobre la Esclavitud Moderna, o Francia con su Ley de Vigilancia, llegaron a la conclusión de que solo funcionan las normas vinculantes.

Un estudio de la Organización Mundial de la Salud sobre la salud de los refugiados y migrantes en Europa concluyó que los trabajadores migrantes tienen más probabilidades de trabajar una cantidad excesiva de horas en empleos riesgosos y sin las medidas de seguridad adecuadas y sin quejarse.

Las víctimas de trata o tráfico quedan fuera del radar de las autoridades y no tienen acceso a la justicia, observó Seitz.

Según ella, para eliminar las ventajas competitivas que ofrece la esclavitud moderna, la trata de personas y la contaminación ambiental, los mecanismos de derechos humanos necesarios deben ir más allá de los límites fronterizos, opinó Seitz.

Por su parte, la secretaria general de la Confederación Internacional de Sindicatos (ITUC, en inglés), Sharan Burrow, dijo a IPS que la desigualdad y la esclavitud moderna van de la mano para millones de personas. Pero es posible terminar con esta última.

“La esclavitud moderna está en todas partes, desde el kafala (sistema en que trabajadores migrantes tienen un patrocinador local, responsable de su visa y su estado legal) en Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, pasando por las haciendas de Paraguay y la pesca en Tailandia y Filipinas, hasta la agricultura en Italia”, observó.

“Es una cuestión de voluntad política generar los cambios legales y garantizar la libertad de asociación, que derivará de exponer el escándalo y de las campañas de trabajadores, consumidores y sindicatos. Los gobiernos deben ejercer presión sobre las corporaciones, la gente lo reclama”, añadió.

La directora de la oficina en Medio Oriente y África del norte de Igualdad Ya, Dima Dabbous, dijo a IPS que la OIT estima que hay 1,6 millones de mujeres migrantes en la región viviendo bajo el kafala.

En los países del Golfo, las trabajadoras migrantes se encuentran en una situación vulnerable pues trabajan en el ámbito doméstico, sujetas a un empleador sin poder renunciar ni cambiar de empleo ni irse del país sin el consentimiento de su patrocinador, el que las puede amenazar con deportarlas en caso de que protesten por las condiciones laborales, precisó.

En esas condiciones, abusos como restricción de movimiento, retención del pago y agresión física y sexual son moneda corriente. Y en casos extremos, causaron la muerte de alguna mujer, indicó Dabbous, exdirectora del Instituto de Estudios de Mujeres en el Mundo Árabe.

En Líbano se lograron ciertas mejoras en el tipo de contratos que regulan el trabajo de mujeres migrantes que realizan tareas domésticas, como descanso semanal, el pago en fecha del salario y que las que sufren abusos recurran a las autoridades.

Pero no se logró un gran cambio porque los contratos no están escritos en una lengua que hablen las empleadas migrantes ni las autoridades velan por su cumplimiento.

“Los empleadores les siguieron confiscando los pasaportes, todavía no tienen un día de descanso semanal y tienen muy pocas posibilidades de quejarse ante las autoridades o de denunciar un abuso”, se lamentó Dabbous.

La OIT y otras organizaciones no gubernamentales internacionales deben seguir denunciando el sistema de kafala que hace que las mujeres migrantes queden sujetas a sus empleadores como si fueran esclavas, subrayó.

Además, la comunidad internacional debe ayudar a las organizaciones locales a abolir o reemplazar ese sistema.

Las leyes, si bien tienen falencias y presentan dificultades en su implementación, obligan a las grandes compañías a realizar declaraciones precisando el riesgo de esclavitud en su cadena de suministro, así como las acciones que toman para evitarlo, destacó Seitz, de Global Policy Forum.

Otros países, en cambio, todavía creen en medidas voluntarias. El Plan de Acción Nacional de Alemania para la implementación de los Principios Guía de las Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos carece de responsabilidad, en parte también por la gran presión de las empresas.

A fin de fijar estándares comunes y sólidos a escala mundial, los Estados deben apoyar el proceso actual en el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para crear un tratado vinculante que regule a las empresas transnacionales en cuestiones de derechos humanos, instó.

El documento debería requerir que los Estados establezcan la obligatoriedad de la diligencia debida en materia de derechos humanos, que las compañías se hagan responsables por romperla en casos de violación y que eliminen los impedimentos que tienen las víctimas para acceder a la justicia, precisó Seitz.

El trabajo es más inseguro en el mundo, con el predominio de contratos a corto plazo, y aumentan el trabajo informal y la esclavitud moderna, puntualizó Burrow, de ITUC.

La desigualdad de ingresos hace que la gente acepte empleos en condiciones de explotación, lo que impide a los trabajadores ejercer sus derechos.

“Cuando hay salarios bajos y no hay un empleo decente, cuando no hay sindicatos que representen y defiendan los derechos de los trabajadores, se crean las condiciones que llevan a la esclavitud moderna”, apuntó.

La debida diligencia y la transparencia son clave para poner fin a la esclavitud moderna en la cadena de suministro, subrayó.

Cuando las corporaciones asumen su responsabilidad con la debida diligencia y, por consiguiente, le dan transparencia a su cadena de suministro, es posible crear procedimientos de reclamo que pueden facilitar una solución a violaciones laborales, desde el trabajo forzado a un sueldo por debajo del salario mínimo.

Una ley sobre debida diligencia con nuevo mandato se está por adoptar en Francia, y otros países como Alemania y Holanda se preparan para seguir el mismo camino, apuntó.

Traducción: Verónica Firme

lunes, 4 de marzo de 2019

Distopías de la posmodernidad: es el mercado, amigo

Revista Torpedo


En la década de los setenta, Estados Unidos puso fin al patrón oro-dólar y, en consecuencia, impulsó la liquidez del “privilegio exorbitante” del dólar (como la describió Charles de Gaulle). Con este acontecimiento, la hegemonía estadounidense marcaba el pistoletazo de salida de la crisis de rentabilidad que vivía en aquel momento, abriendo nuevos espacios para que el capital financiero se expandiese a lo largo del globo. Este hecho constataba los límites de reproducción del modelo occidental de posguerra: pleno empleo, salarios indexados a la productividad, estados del bienestar más o menos fuertes, etc. En efecto, en las siguientes décadas, con el inicio del proceso de liberalización financiera, privatizaciones y ajuste salarial permanente, la lógica del mercado se apoderó progresivamente de todas las esferas de la vida, llevando el ritmo de una economía financiarizada a la biopolítica. Además, se consumó el fin de los metarrelatos y de las identidades sólidas, en un proceso transformador en el que el ciudadano pasó de votante a consumidor. Hasta Francis Fukuyama se permitía dar por finalizada la historia.

Así, con el albor de la posmodernidad, en el mayo del 68 se gritaban proclamas que después se interiorizarían dadas la vuelta por la nueva configuración: del Do it yourself propio del punk pasamos al mismo eslogan asumido por la ideología del individualismo neoliberal. Una ideología que se encarnó políticamente, casi a modo de mito originario, en Ronald Reagan y Margaret Thatcher, figuras que no solo institucionalizaron el neoliberalismo, sino que crearon una cultura propiamente neoliberal. El momento político fundacional de esta etapa se presenta de forma formidable en la serie Fargo, al comienzo del quinto capítulo de la segunda temporada. En esta escena, vemos imágenes de Reagan dando un discurso intercaladas con otras de dos grupos de mafiosos, que se unen para liquidar a un tercero más familiar y local.

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domingo, 3 de marzo de 2019

_- La derrota de Estados Unidos en Afganistán


Ctxt


Hace cuarenta años el ejército soviético entró en Afganistán. Aquel diciembre de 1979 hacia ya cinco meses que el Presidente Carter y su consejero de seguridad, el fanático antiruso de origen polaco Zbigniew Brzezinski, habían iniciado, con sus amigos saudíes, una multimillonaria ayuda para fomentar, financiar y armar un integrismo sunita en Afganistán. Los celebres muyaidines, “luchadores por la libertad”. En París, algunos de los que entonces eran entusiastas valedores de aquellos oscuros personajes del siglo XVIII y los elevaban al título de héroes positivos, soy hoy especialistas en su consecuencia: el terrorismo integrista que llega sus ciudades como resultado, entre otras cosas, de aquella cruzada anticomunista. Todo sin mediar la más mínima consideración autocrítica.

Hasta mediados de los años setenta, Afganistán era un país atávico que los hippies cruzaban en su ruta hacia la India. Los fusiles de los invasores británicos del siglo XIX que se cargaban por el cañón, las escopetas de caza y los trabucos, eran las armas habituales en su mundo rural. El conflicto Este/Oeste transformó aquello en un universo de armas automáticas, blindados, helicópteros, minas antipersonal, morteros y misiles antiaéreos portátiles “Stinger”, creando un desastre bíblico con más de dos millones de muertos y la destrucción de una sociedad que se contaba (y se cuenta) entre las mas pobres del mundo.

El dinero de la CIA y de los saudíes y los cuadros del servicio secreto pakistaní, el ISI, introducían el fundamentalismo islámico en las repúblicas de tradición musulmana de la URSS, y también algunos comandos en acciones de sabotaje cerca de la frontera en las entonces repúblicas soviéticas de Tadjikistán y Uzbekistán. En Paquístán la CIA y el ISI organizaron una red de campos de entrenamiento para los afganos, cuyos comandos entraban en el país acompañados por supervisores militares paquistaníes en acciones de sabotaje.

“Las misiones iban de voladuras de oleoductos hasta ataques con cohetes a un aeropuerto o emboscadas”, explica en sus memorias (The Bear Trap) Mohammad Yusaf, jefe del departamento afgano del ISI. “Entre 1981 y 1986 pasaron por aquellos campos 80.000 guerrilleros afganos”, recordaba el militar con orgullo.

Los soviéticos entraron llamados por el gobierno filocomunista afgano, dividido en facciones irreconciliables, tras una sucesión vertiginosa de golpes internos y asesinatos. Creyeron que sería una misión de algunos meses para pacificar el país y poner orden en su régimen, pero se encontraron empantanados.

“Escribí al Presidente Carter diciéndole que ahora teníamos la ocasión de darle a la URSS su Vietnam”, dijo Brezinski en una de sus últimas entrevistas. Los soviéticos permanecieron en aquella trampa una década, hasta que la voluntad de Gorbachov de distender las relaciones con China y Occidente se impuso. Para entonces (1989), la URSS perdió 15.000 soldados muertos, 50.000 heridos, pero la factura para Afganistán fue mucho peor: 1,3 millones de muertos, 2 millones de desplazados en el interior del país, y 4,5 millones de refugiados en los países vecinos.

La guerra soviética logró establecer un gobierno estable en el país -con todos sus horrores, el mejor que ha tenido aquel desgraciado país, tal como valoraban, por amplísima mayoría, los afganos en una encuesta de 2008- y organizar unas fuerzas armadas relativamente eficaces. Cuando los soviéticos concluyeron su retirada en 1989, aquel gobierno y aquel ejército aún se mantuvieron tres años, controlando todas las ciudades y las carreteras que las unían. El gobierno solo cayó cuando la Rusia de Yeltsin cesó todo suministro en 1992. Siguió una década de caos y guerra civil entre facciones en la que sobre un panorama de ruinas y oscurantismo, se acabaron imponiendo los talibán a partir de 1996, sin que la guerra cesara en el norte.

Diez años después de la retirada soviética, llegaron los americanos. Oficialmente para combatir a Bin Laden y su organización, que era uno de los desastres incubados por su propia política contra los soviéticos durante las dos décadas anteriores. Tampoco hubo autocrítica alguna. Brzezinski hasta se enfadó cuando le preguntaron hace un par de años si no reconocía su error: “¿Cómo voy a lamentarlo? ¡Fue una excelente idea, con ella metimos a los soviéticos en la trampa…!”

Los especialistas americanos -y tras ellos los papagayos del complejo mediático occidental- explicaban aquel otoño de 2001, por qué ahora nada iba a ser igual que en 1979 cuando entraron los soviéticos. El ejército de la URSS estaba integrado por reclutas sin experiencia, estaba mal equipado, su intendencia era desastrosa, con pésimas raciones de alimentos y bajos niveles de higiene que causaban enormes bajas por enfermedad, decían. “Nada permite establecer un paralelismo entre la operación antiterrorista de ahora y la invasión soviética de 1979”, escribía en La Vanguardia hasta el malogrado Xavier Batalla, sin duda el comentarista internacional más competente, glosando aquel pronóstico general.

En un cochambroso hotel de la frontera afgana asistí aquel otoño a la llegada de los primeros contingentes de la CIA, tipos que hablaban uzbeco con acento de Oklahoma y que llevaban en sus mochilas papel higiénico, soluciones para potabilizar el agua y todo tipo de tecnologías y que decían trabajar para oscuras organizaciones “humanitarias” o “no gubernamentales”. Su conocimiento del país era pésimo. La Rusia de Putin les ofreció toda su cooperación en materia de inteligencia afgana, lo que no sirvió de gran cosa para la mejora de relaciones que el Kremlin buscaba entonces a cambio de un mínimo reconocimiento de sus intereses en Washington. El 8 de octubre de 2001 comenzaron los bombardeos. A las pocas semanas habían matado más gente que el número de víctimas de las torres gemelas de Nueva York. Dos meses después, con la caída de Kandahar, último bastión talibán, se daba la guerra por concluida.

Dieciocho años después, la guerra continúa. Ahí están empantanados, con toda su tecnología militar, ayudados por los vasallos europeos (España se gastó 3.600 millones en esa campaña), sin una superpotencia que financie a sus adversarios pero con todo lo demás tan parecido. La simple realidad es que en condiciones mucho más favorables, los americanos han multiplicado el desastre de los soviéticos en Afganistán y han perdido la guerra.

El pasado enero un gran convoy militar fue atacado por los talibán en la provincia de Faryab. Más de treinta vehículos militares y de transporte fueron destruidos en aquella provincia fronteriza con Turkmenistán que pasa por tranquila. Con pocos días de diferencia, el ataque al cortejo del gobernador de otra provincia, Lowgar, mató a diez de sus escoltas y una acción contra una base de las brutales tropas especiales entrenadas por la CIA, causó la muerte de unos 200 soldados de aquel cuerpo.

En el conjunto Afganistán/Paquistán esta segunda guerra ha ocasionado 1,2 millones de muertos, según la contabilidad de Nicolas J.S. Davies. El gobierno afgano y sus mentores solo controlan alrededor de la mitad de los 407 distritos del país. El narcotráfico, ese negocio tradicional para sufragar las cajas negras de la CIA, campa a sus anchas. El opio afgano está creando serios problemas de drogadicción en Rusia. La dimensión del fiasco es tal, que se han abierto negociaciones y conversaciones con los talibán. Con 18 años de retraso se habla de “talibán moderados”.

El problema de los anuncios de retirada militar formulados por Donald Trump (y vale igual para Siria) es que al Pentágono no le gusta retirarse de una base que es importante para vigilar a sus reales adversarios, China y Rusia. Los chinos quieren usar un Afganistán pacificado para ampliar las conexiones de sus “rutas de la seda” a lo largo de Asia central y meridional. Los militares americanos buscarán la manera de quedarse de una u otra forma.

Estados Unidos ha perdido la guerra de Afganistán de una manera no muy diferente a sus predecesores. Evidentemente, esa derrota no ha sido una victoria para los afganos. La guerra de los cuarenta años que trajeron, fomentaron y amplificaron los extranjeros, ha sido para ellos una calamidad bíblica.
(Publicado en Ctxt)

Fuente:
https://rafaelpoch.com/2019/02/20/la-derrota-de-estados-unidos-en-afganistan/

sábado, 2 de marzo de 2019

Causas y azares

Causas y Azares, Silvio Rodríguez

Letra de la canción

Cuando Pedro salió a su ventana
no sabía, mi amor, no sabía
que la luz de esa clara mañana
era luz de su último día.
Y las causas lo fueron cercando 
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando Juan regresaba a su lecho
no sabía, oh alma querida 
que en la noche lluviosa y sin techo
lo esperaba el amor de su vida.
Y las causas lo fueron cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se le iba enredando
poderoso, invencible.

Cuando acabe este verso que canto
yo no sé, yo no sé, madre mía
si me espera la paz o el espanto;
si el ahora o si el todavía.
Pues las causas me andan cercando
cotidianas, invisibles.
Y el azar se me viene enredando
poderoso, invencible.

fuente: musica.com

viernes, 1 de marzo de 2019

_- Para los miembros de la Fundación Antonio Machado. Contra la barbarie, contra los insultos indocumentados.

_- Para los miembros de la Fundación Antonio Machado. Contra la barbarie, contra los insultos indocumentados.


Nota de edición: intervenciones del autor (reunidas en un solo texto) en el acto de homenaje a Antonio Machado celebrado el pasado sábado 23 de febrero en el Pati Llimona de Barcelona organizado por el colectivo Juan de Mairena.


[…] resplandece ante todo su integridad, o digámoslo sin latinismo culto, su entereza. Entereza que unifica al hombre y al poeta con su proceder, su saber y su escribir. Jorge Guillén [1]

I. Presentación
Bon dia, tot un honor. Gràcies per la seva presència. Som molts!

Estos días azules /y este sol de la infancia. Nadie es más que nadie. Abro con los últimos versos de Machado y con un aforismo castellano muy de su agrado sobre el que escribió un emocionante discurso dictado en Valencia en la sesión de clausura del Congreso Internacional de Escritores. Cerraré también con el poeta ligero de equipaje.

Debo hablarles en esta presentación brevemente, muy brevemente de cinco cosas.
1. De agradecimientos.
2. Estructura del acto.
3. ¿Por qué hoy?
4. ¿Quiénes somos el colectivo Juan de Mairena?
5. ¿Por qué un homenaje a Machado y al exilio?

1. Agradecimientos.

A todos ustedes por su presencia (gracias, muchas gracias de nuevo) y a las asociaciones y colectivos que nos han dado apoyo. Cito sus nombres, espero que no habite mi olvido en ninguna de ellas: GEXEL, ASEC/ASIC, FI-ENN, IMPULSO CIUDADANO, RECORTES CERO, FUNDACIÓN ANTONIO MACHADO DE COLLIOURE.

2. Estructura del acto.
Lo iremos viendo a medida que pase la mañana. La idea es finalizar a las 13:30 aproximadamente. Sin interrupciones...No abusaremos. Durante este tiempo: poemas, exilio, relatos, sugerencias, voces, canciones, imágenes… y alguna sorpresa.

3. ¿Por qué hoy?
Porque, como recuerdan, Machado falleció el 22 de febrero de 1939 y hoy, precisamente hoy, 23 de febrero de 2019 (¡23-F!), es una buena fecha para recordar la admirable herencia republicana española. Machado, el autor de Proverbios y cantares es un magnífico representante de todo aquello, de toda aquella España en la que recordando y modificando el título de un libro de otro gran poeta republicano exiliado, Luis Cernuda, nunca habitará nuestro olvido.

4. ¿Quiénes somos el colectivo Juan de Mairena?
Tomamos el nombre de un complementario machadiano (no es fácil estar a la altura) y tenemos interés en su obra y en lo que significa.

Somos un colectivo político-cultural que, por senda machadiana y lorquiana, quiere transitar por caminos de fraternidad, de unión, de acercamiento, de conocimiento y reconocimiento, de proximidad.

Nada de líos y liantes interesados. Nada de desconexiones sin sentido. Nada de alejarnos. Nada de luchas (desalmadas) por el poder. Nada de nuevos muros-estado de separación. Nada de sacar pecho y marcar identidades excluyentes. Nada de convertir cualquier disidencia o diferencia en un memorial incontable (y ficticio) de agravios. Nada de remontarnos a páginas, confeccionadas interesadamente, de la Historia de tres, cuatro, cinco o seis siglos atrás. Nada de desuniones abonadas para separarnos. Nada de cultivar el odio que tanto daño nos hace. Nada de dejar de ser lo que somos. Nada de más acá y más allá del Ebro. Nada de reconstruirnos unidimensionalmente. Nada de todo por la Patria, sea cual sea la Patria. Nada de enfrentamientos. Nada de hablar de Cataluña o del conjunto de España en términos despreciativos.

“España en el corazón” dijo el poeta; Cataluña también en él.

5. ¿Por qué un homenaje a Machado y al exilio?
¿Por qué vivimos, respiramos, pensamos, amamos? Porque necesitamos hacerlo. Pues casi lo mismo. Porque Machado y el exilio republicano está en nosotros. Son nosotros, somos nosotros. Están en nosotros.

Si intentamos recomponernos, ¿qué encontramos? Ciertamente, lecturas que nos han marcado, ese sol de la infancia, buen cine, buena música, teatro que deja huella,personas amigas, poetas, familiares que están y otros que nos han dejado, días azules, situaciones queridas, también errores y aciertos. Y seguro que están también versos, proverbios o canciones machadianas:
«Todo pasa y todo queda,/
pero lo nuestro es pasar,/
pasar haciendo caminos,/
caminos sobre el mar./
Nunca perseguí la gloria/…»
O:
«Nuestras horas son minutos /
cuando esperamos saber, /
y siglos cuando sabemos /
lo que se puede aprender».

Pues por eso entonces, porque somos en parte lo que somos gracias al poeta del pobre aliño indumentario. Jaime Gil de Biedma lo expresó así en 1959:
A ti, compañero y padre,
reconocida presencia.
Por lo que de ti aprendimos,
por lo que olvidado queda.
Por lo que tras la palabra
breve, todavía enseñas.
Por tu tranquila alegría.
Y por su digna entereza.
Por ti. Gracias. Porque en ti
Conocimos nuestra fuerza.

Hablaremos también del exilio. Del exilio, este sí exilio verdadero y doloroso, muy doloroso; del exilio republicano, este también verdaderamente republicano.

De esto último estamos aún más hechos si cabe. ¿Quiénes de nosotros no tiene algún familiar, algún abuelo, algún conocido, algún referente que recordar? Déjenme que piense en la ayuda de la Unión Soviética, en el presidente Lázaro Cárdenas, en Pablo Neruda, en Salvador Allende, en Valparaíso y el Winipeg; en don Manuel Azaña, en don Juan Negrín, en José Díaz, en Companys. Y, sobre todo, en los centenares de miles de republicanos anónimos, muchos de los cuales sufrieron la impiedad del nazismo y murieron en campos de exterminio años después. Su lucha fue decisiva en la victoria contra el nazismo.

Finalizo, doy paso a otras intervenciones, con un texto de Antonio Machado de 1937 para el 1º de Mayo, en un encuentro de las Juventudes Socialistas Unificadas:

Desde un punto de vista teórico, yo no soy marxista, no lo he sido nunca, es muy posible que no lo sea jamás. Mi pensamiento no ha seguido la ruta que desciende de Hegel a Carlos Marx. Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la ideal central del marxismo, me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia. Veo, sin embargo, con entera claridad, que el socialismo, en cuanto supone una manera de convivencia humana basada en el trabajo, en la igualdad de los medios concedidos a todos para realizarlo, y en la abolición de los privilegios de clase, es una etapa inexcusable en el camino de la justicia; veo claramente que es ésa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir.

“Esa la gran experiencia humana de nuestros días, a la que todos de algún modo debemos contribuir”. También nosotros.

Les dejo en buena compañía. Con otros compañeros y con más Machado.
II. Barcelona debe ser una ciudad machadiana
La Red de Ciudades Machadianas es una asociación de municipios creada el 22 de febrero de 2009, hace 10 años y un día exactamente. Forman parte de ella hasta el momento Sevilla, Soria, Baeza, Segovia, Collioure y Rocafort (un pueblo valenciano). Han sido invitadas a unirse Madrid y París. También Barcelona. La primera, Madrid, en tiempos de Ana Botella, rechazó el ofrecimiento. Ignoro si el consistorio de estos últimos cuatro años ha hablado del tema. Una leyenda urbana (que tal vez no sea una leyenda) cuenta que Xavier Trías, el ex alcalde convergente de Barcelona, comentó en su día que Machado no iba con su forma de entender la cultura barcelonesa-catalana.

Todas las ciudades que les he citado tienen en común el haber sido lugares de residencia del poeta del torpe aliño indumentario. La Red, una asociación sin ánimo de lucro, surgió con el objetivo principal de difundir la obra y la vida de Machado, así como establecer el intercambio de experiencias entre los municipios asociados y desarrollar una política de promoción y generación de encuentros sobre la figura del autor del Juan de Mairena. Actividades, encuentros, que aspiran a preservar los valores republicanos-democráticos y populares (populares dicho en serio esta vez) que Machado tan bien, y con tantos riesgos y desprecios (también reconocimientos), representaba y representa.

La asociación desarrolla sus actividades tanto en España como en Francia, y desea extender su radio de acción por todos los países del mundo. Más que razonable. Si existe un poeta universal, un poeta de todos los ciudadanos-trabajadores del mundo, ese autor tiene un nombre que está en nuestros labios, en nuestros corazones, en nuestras canciones, dichos y poemas.

No he hablado apenas hasta ahora de Machado y Barcelona y debería haber hablado ya de nuestra ciudad, que también fue suya. Lo hago con brevedad.

El viaje de los Machado a nuestra ciudad fue organizado por el gobierno de la II República. Llegaron a Barcelona, procedentes de Rocafort, en abril de 1938, el poeta, Ana Ruiz su madre, José Machado y Matea Monedero, la esposa de José. Su estancia en nuestra ciudad se prolongaría durante nueve meses, hasta el 22 de enero de 1939. Tuvieron que exiliarse, como tantos otros y en muy duras condiciones. Nada que ver con otros “supuestos exilios”.

Se hospedaron inicialmente los Machado en Barcelona, en el Hotel Majestic (en esas fechas vivía también allí, si no ando errado, León Felipe). Una placa que está en el hall lo recuerda. No fue iniciativa del hotel sino de la “Sociedad cultural andaluza”.

No estuvieron bien los Machado en el Majestic. El ajetreo de la ciudad les incomodaba. Pudieron alojarse finalmente en la Torre Castanyer. Los actuales dueños, la familia Güell, se han negado a recordar la estancia machadiana en su casa. Dicho y hecho queda, con la claridad y desprecio de los poderosos.

No era la primera vez que Machado visitaba nuestra ciudad. Estuvo antes con motivo del estreno de la obra de teatro Las adelfas , escrita junto con su hermano Manuel, en la Sala Eldorado. Fue el 13 de abril de 1928, casi intuyendo el 14 de abril.

En Barcelona, durante 1938-39, incluso antes de su llegada, escribió Machado en La Vanguardia [LV] , que entonces era, así se anunciaba, un “Diario al servicio de la democracia”. Unos 26 artículos en total. El primero fue publicado el 16 de julio de 1937; el último, el 6 de enero de 1939, en una sección titulada “Desde el mirador de la guerra”, un artículo, este último, en el que Machado reflexiona sobre la “turbia política del primer ministro conservador inglés Chamberlain que aprovecha el equívoco y lo cultiva”. En el primero de los artículos, “El poeta y el pueblo”, Machado señalaba un poderoso argumento contra la noción de cultura de élites:

Para nosotros, la cultura no proviene de energía que se degrada al propagarse ni es caudal que se aminore al repartirse; su defensa, obra será de actividad generosa que lleva implícita las dos más hondas paradojas de la ética: solo se pierde lo que se guarda, sólo se gana lo que se da.

No sólo fue en LV (al cabo de poco, como se recuerda, un diario entusiasta del fascismo). Machado siguió colaborando, desde Barcelona, con Hora de España, con el Servicio Español de Información y con Nuestro Ejército. Escribió también el prólogo del libro del presidente Azaña Los españoles en guerra y un segundo prólogo para La corte de los milagros de Valle-Inclán.

Además, en 1938, la editorial Nuestro Pueblo publicó La Tierra de Alvargonzález y canciones del Alto Duero , que fue distribuida entre los combatientes antifascistas, ilustrada con dibujos y un retrato del poeta, hechos por José Machado.

Machado conocía la literatura catalana escrita en catalán. Desde Ramon Llull y Verdaguer hasta contemporáneos como Carles Riba o Joan Maragall.

Poetas catalanes han reivindicado su obra.

Cuando, en 1907, publica Soledades, galerías y otros poemas, una de las reseñas más celebradas sobre su libro la escribió Josep Carner. Años después, finales de los 50, poetas catalanes (y del resto de España) viajaron a Collioure en su honor. Todos recordamos la fotografía que allí se hicieron, entre otros, Jaime Gil de Biedma, José Agustín Goytisolo, Carlos Barral, Josep Maria Castellet.

Miquel Martí i Pol escribió un poema en su honor: “Compliment a Antonio Machado”.

No t'he dut flors, Antonio, t'he portat
un silenci amorós, per no interrompre
el teu íntim diàleg amb la mort
que fa tants anys que dura. Compartir-te
ha estat deturar el temps, per retrobar-me
més ingenu que mai i amb un sanglot
a flor de pell, com una criatura.
No t'he dut res, Antonio, però estimo
més que abans aquest mar que m'ha vist créixer
i prop del qual confio de morir
d'ençà que he vist que tu m'hi acompanyaves.

[No te he traído flores, Antonio, te he traído
un silencio amoroso, para no interrumpir
tu íntimo diálogo con la muerte
que hace tantos años que dura. Compartirte
ha sido detener el tiempo, para reencontrarme
más ingenuo que nunca y con un sollozo
a flor de piel, como una criatura.
No te he llevado nada, Antonio, pero amo
más que antes este mar que me ha visto crecer
y cerca del cual confío morir
desde que he visto que tú me acompañabas]

Vuelvo a las ciudades machadianas. La propuesta-pregunta que ahora les hago es sencilla: ¿nos parece bien la situación?, ¿vamos a permitir, vamos a seguir permitiendo, que Barcelona siga sin estar vinculada a la red de ciudades machadianas? ¿No vamos a hacer nada al respecto?

Formar parte de la red es fácil: basta que el municipio lo acuerde en un pleno (por mayoría si no ando errado).

Los gastos son insignificantes para una ciudad como Barcelona: 2.000 euros anuales (una milésima de euro por barcelonés).

¿Nos ponemos a ello? ¿Intentamos conseguir que Barcelona esté donde le corresponde, en esta red hermana machadiana? Por mi parte, y por parte del colectivo, en esos estamos.

Nota:
(1) Tomado de Félix Ovejero, “Manuel Sacristán: un marxista socrático”. Iñaki Vázquez Álvarez y SLA (editores), El legado de un maestro, Barcelona, FIM-El Viejo Topo, 2005.

jueves, 28 de febrero de 2019

“Los niños que se ensucian en el campo lidiarán mejor con la vida”. El escritor Richard Louv alerta de los efectos de la falta de contacto con lo natural en la infancia.

A lo largo del tiempo, Richard Louv (1949) ha oído, de boca de decenas de niños y niñas, sutiles variaciones de la misma idea: "Me gusta jugar dentro de casa porque es donde están todos los enchufes". Pronunciada por un chico de nueve años, a Louv la frase se le quedó grabada. Sintetizaba el problema al que había dedicado sus últimos treinta años: "Nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos son las generaciones más desconectadas de la naturaleza de la historia", sostiene. Escritor, periodista y divulgador, el estadounidense es una de las voces que más han aireado las consecuencias del deterioro de la relación de los humanos con la tierra, hoy más tambaleante que nunca.

Autor de nueve libros, entre ellos el recién traducido al castellano Los últimos niños del bosque (Capitán Swing), Louv ha documentado los efectos negativos de esta carencia en la salud física y psíquica de niños y adultos, un fenómeno bautizado por él mismo como déficit por naturaleza. Hace casi una década, el asunto le llevó a recorrer el país para indagar en los hábitos y costumbres de 3.000 familias. Con el material compuso un fresco social que agitó conciencias y puso el debate de la desnaturalización sobre la mesa. Ponente principal en la primera cumbre de educación ambiental de la Casa Blanca, en la actualidad Louv encabeza el movimiento Children &   Nature Network, una organización que compila artículos científicos sobre este vínculo al tiempo que trabaja por restablecerlo en las comunidades estadounidenses.

El teléfono le pilla recién llegado a una cabaña en medio de las montañas californianas, el lugar donde terminará su siguiente libro. ¿Es por el silencio o por estar rodeado de rocas y árboles? "Por las dos", afirma.

Pregunta. ¿En qué consiste el déficit por naturaleza?
Respuesta. Soy precavido con la definición. Es una afección que no tiene diagnóstico médico. Quizá debería tenerlo, pero no lo tiene aún. Lo que describe es algo que ocurre desde hace años y que sentimos de manera difusa, indefinida. Aún no hemos dado con las palabras adecuadas para contárnoslo a nosotros mismos. Pero es básicamente el impacto que tiene en la salud física y mental el alejamiento del mundo natural. No solo en los niños. También en los adultos.

P. ¿Cuáles son los efectos negativos de este alejamiento en la infancia?
R. Están los más obvios: merma de la creatividad, de la capacidad de asombro, de los estímulos físicos, de la facultad de aprender mediante la experiencia directa. Estos se complementan con la ausencia de los efectos positivos que tiene el contacto con el medio, de los que hay un cuerpo creciente de evidencias. Diversas investigaciones lo relacionan con una reducción de los trastornos por déficit de atención, del estrés y de la depresión. Incluso con un mejor desarrollo cognitivo. Además, lógicamente, es un importante antídoto contra la obesidad. Recuerdo que hace unos diez años había unos 20 estudios sobre el tema. Hoy hay más de 500.

P. ¿Jugar en el campo puede curar?
R. Evidentemente no es la panacea para todo. Pero los niños que juegan libremente en el exterior desarrollan más el sentido de cooperación, la imaginación, la introspección, la reflexión. También el compañerismo y la igualdad porque la naturaleza no impone condicionantes. Yo aún mantengo una sensación muy vívida de cuando era pequeño y paseaba entre los bosques solo, con mis padres, con mi perro. Estas experiencias, trascendentales para mí, siguen conmigo. Incluso ahora que esos bosques ya no existen.

P. El hombre del saco es una metáfora que usted usa para hablar del miedo de padres y madres a dejar a que sus hijos jueguen, por así decirlo, a su aire.
R. No puedo hablar sobre España, pero el miedo ha crecido exponencialmente en los Estados Unidos. Si ves la CNN o canales de 24 horas parece que están secuestrando a un niño en cada esquina cuando en realidad el número de raptos ha decrecido en los últimos años. Muchos padres quieren proteger a sus hijos con las mejores intenciones. Pero inintencionadamente alimentamos un riesgo mayor en el futuro. Los niños que se caen, que se embarran o que juegan en el campo estarán mejor capacitados para lidiar con la vida cuando crezcan.

P. ¿Qué pueden hacer los padres para avivar esta relación?
R. [Risas] Tengo un libro entero sobre ello. Hay cosas simples y efectivas. Así como apuntamos en el calendario el partido de fútbol de nuestros hijos, también podemos apuntar eventos naturales: un paseo, una excursión. Y ayuda no suponer que, como padre o madre, uno sabe todo sobre la naturaleza. A veces es mejor no saber mucho y experimentar algo por primera vez con tu hija. Recordemos que hoy hay al menos una o dos generaciones que han tenido muy poca vida natural. El sentido de descubrimiento compartido y de maravilla es increíblemente importante.

P. ¿Y un director de colegio?
R. Asegurarse de que los alumnos dispongan de un espacio verde tranquilo y cercano. Un jardín, un huerto de verduras, un lugar donde observar cómo las mariposas polinizan. Fomentar la vida silvestre en los terrenos de la escuela. Disponer también lugares de este tipo dentro del propio centro. Parte de esto tiene que ver con la arquitectura y el uso del llamado diseño biofílico. Podemos construir aulas y pasillos entremezclados con elementos naturales, un modelo con el que se ha probado que el rendimiento escolar aumenta y disminuyen las enfermedades. Tan solo la presencia de luz natural puede elevar las tasas de éxito escolar.

P. Usted habla de que hemos dado por supuesto el vínculo con la tierra, de que lo hemos entendido como algo sin fecha de caducidad. ¿Qué ha pasado?
R. Con especial intensidad en la infancia, nunca en nuestra historia una especie había estado tan desconectada de lo natural. Algunas de las causas son el mal diseño urbano, la desaparición de especies de animales, plantas y hábitats y el miedo de padres y madres a dejar que sus hijos jueguen solos por ahí. Pero el factor principal es la popularización de la tecnología.

P. ¿Cómo gestionar su uso?
R. La respuesta es que es difícil. Le cuento una historia. Una vez, en Cleveland, en un campamento de verano, el director se me acercó y me enseñó una foto en su teléfono. Era la imagen de un libro que un niño se había dejado olvidado. Al abrirlo vieron que el niño había tallado las páginas exactamente con la forma de un iPhone. El chico había pasado todo el tiempo en el campamento, al aire libre, presuntamente leyendo. Pero en realidad, de una manera figurada, había estado mirando un iPhone

No soy ni mucho menos un ludita. No es el divorcio de la tecnología lo que va a funcionar. De hecho, se me ocurren maneras de conjugarla con la experiencia natural. No hablo de apps que digan qué especie es una u otra. Hablo, por ejemplo, de algo tan simple como hacer fotos con el móvil. Yo hago muchas fotos y tiendo a mirar con más cuidado, a poner más atención en lo que me rodea.

P. Si un niño o niña no tiene un contacto significativo con la naturaleza, ¿desarrollará cuando crezca conciencia ambiental? ¿Se preocupará por cosas como el cambio climático?
R. Es una cuestión interesante. Cuanto más tecnológicas se vuelven nuestras vidas, más naturaleza necesitamos en la ecuación. Es un asunto de tiempo y dinero. Por ejemplo, si una escuela invierte X dólares en ordenadores y sistemas de realidad virtual, tendría que invertir al menos otros X en potenciar experiencias reales en el mundo real, particularmente en el mundo natural. Si hacemos esto los niños estarán bien. Es un tema de equilibrio, no de prohibición.

P. ¿Qué traje se pondría usted para hablarle a un niño sobre lo que le sucede al planeta?
R. David Sobel, que estudia el papel de la naturaleza en la educación, tiene un término que él llama ecofobia. Ocurre cuando les decimos demasiado pronto a los niños que el mundo está llegando a su fin, o cuando reciben demasiado pronto el mensaje sobre el cambio climático, sobre la contaminación, sobre el reciclaje. Esto no puede suceder antes de que experimenten la naturaleza para bien y por ellos mismos. Si pasa, estaremos abonando el terreno para crear adultos disociados de su entorno porque la idea les resulta demasiado dolorosa. Mientras la naturaleza sea una abstracción los niños seguirán divirtiéndose con ella. Hay estudios que muestran que los ciudadanos con una ética ambiental desarrollada tuvieron algún tipo de epifanía natural cuando eran niños.

P. ¿Somos entonces demasiado apocalípticos?
R. En Estados Unidos existe una cosa que se llama trampa distópica. En general, cuando una persona piensa en el futuro evoca inmediatamente un universo parecido al que se nos muestra en Mad Max, Blade Runner, Los juegos del hambre... Inmediatamente. ¿Qué le pasa a una cultura que tiene tanta dificultad para conjurar imágenes bonitas del futuro?

P. ¿Qué opina de la palabra sostenibilidad?
R. Sostener dice en el fondo que las cosas seguirán así, que no empeorarán demasiado. La palabra no es suficiente para hablar del futuro. Tenemos que hablar de escuelas ricas en naturaleza, de barrios ricos en naturaleza, de una civilización rica en naturaleza. Cuando interpelas en estos términos a la sociedad, la gente visualiza con mayor facilidad imágenes concretas de cómo ayudar, de cómo implicarse.

P. En 2050 el 70% de la población vivirá en grandes ciudades...
R. Y desde 2008 más personas viven en las urbes que en el campo. Una de dos: o seguimos perdiendo la conexión con el mundo natural o concebimos un nuevo tipo de ciudad, una que sirva de motor para la biodiversidad. Para bien no solo de nuestros propios hijos, sino también para los hijos de todas las especies del planeta.

https://elpais.com/economia/2018/06/06/actualidad/1528296477_952422.html?rel=lom

miércoles, 27 de febrero de 2019

_- Los tres delitos del chavismo

_- Pedro Sánchez emula al Aznar de las Azores

A lo largo de su historia, el chavismo cometió tres delitos que han llevado a la actual situación.

El primero
ha sido una gestión catastrófica del país, su economía y su política, con la entronización de un nuevo clientelismo, una enorme corrupción y últimamente también represión. Si en Brasil hay que preguntarse qué se hizo mal para que la administración progresista diera paso a Bolsonaro, en Venezuela las preguntas son aún más candentes.

Durante muchas décadas los gobiernos de Venezuela fueron incapaces de diversificar el monocultivo petrolero como fuente de ingresos. Era más fácil importarlo todo. El país vivía en una cruda realidad iberoamericana (realidad que Filipinas representa de forma idéntica en Asia): el 80% de la población no contaba para nada. El resto, una oligarquía y una clase acomodada, se beneficiaba de aquella economía con centro en Miami. Cuando había problemas y la gente de los ranchos de aquel 80%, bajaba al centro a pedir lo suyo, los aplastaban, como cuando el caracazo de 1989 (una masacre que coincidió con Tiananmen y que a diferencia de esta no merece el menor recuerdo mediatico). El chavismo ha seguido con esto. No supo diversificar el monocultivo petrolero e introducir una nueva cultura productiva en Venezuela.

El segundo
El segundo delito es que con el chavismo la renta petrolera se repartió socialmente entre aquel 80%, novedad sin precedentes. Aquel pecado alarmó a la oligarquía americana (del Norte y del Sur), incluidos los sectores venezolanos que funcionaban bien con la economía miamicentrista, y convirtió en maldito al gobierno de Chávez. Era un mal ejemplo continental, por más que fuera mezclado con nuevos y colosales privilegios y escandalosas corruptelas burocráticas. Lo que ocurre ahora, el intento de apartar del gobierno a Maduro, existía ya como proyecto cuando el chavismo gozaba de la mayor popularidad. Es una línea que ya comenzó en 2002, cuando el gobierno de la república bolivariana gozaba de sus mayores apoyos y consensos internos, lo que no impidió que fuera objeto de una intentona golpista apoyada por Estados Unidos y la España del Aznarato. Las sanciones contra el chavismo comenzaron en 2004.

Esa intervención exterior, junto con el sabotaje interno y la baja (a la mitad) de los precios del petróleo, es decir la acción de Estados Unidos, y de la oposición, la “clase perjudicada/asustada” venezolana, contribuyeron al deterioro económico y acentuaron aún más, los desastres del gobierno. La situación fue empujando al chavismo hacia un estrechamiento de relaciones económicas con China y Cuba (hay otros, pero estos son los que cuentan) que compensara las pérdidas de su ineficacia.

El tercero
Llegamos así al tercer y capital pecado que explica la actual situación: no solo se cometió el delito de repartir renta petrolera entre los pobres, aunque fuera para dar lugar a un nuevo embrollo corrupto-clientelar, sino que las primeras reservas mundiales de crudo se pusieron en sintonía con la única potencia emergente a la que Estados Unidos toma en serio. Y encima ahí estaba Cuba, recibiendo un balón de oxígeno que ayuda a mantener su gallarda -y tan cara pagada- historia de dignidad continental. Cuba podría ser el segundo gran motivo imperial de la actual situación.

Para comprender la situación y el terrible escenario que se prepara, hay que distinguir lo que importa de lo que no. La “democracia” o el “debate constitucional” sobre quien es más legítimo Maduro o el títere gringo, no importan en absoluto. Tampoco importan los crímenes y abusos imputados a Maduro. Importa el petróleo. Venezuela tiene las mayores reservas de crudo. Así que, en términos internacionales, el objetivo de la actual intentona es cortar estos procesos: malos ejemplos sociales, por más que fallidos, e indisciplina geopolítica que dañan claramente al dictado imperial.

No a la guerra
El cambio de régimen en Venezuela debe ser, “el primer paso para establecer un nuevo orden en América Latina”, titulaba el 30 de enero un artículo del Wall Street Journal. Los siguientes pasos serán derrocar a los gobiernos de Cuba y Nicaragua, explicaba. Se trata de expulsar las influencias chinas, rusas e iraníes de la región, romper el vínculo establecido entre Venezuela y Cuba, y hacer caer sus dos gobiernos, explicaba ya en noviembre el consejero de seguridad, John Bolton.

Por esos dos motivos, el delito social y el geopolítico, están preparando una gran violencia, cuyos mayores perjudicados serán las clases populares. Fundamentalmente se trata de lo mismo que vimos en Libia e Irak. El primer delito, el sufrimiento del pueblo, les importa una higa. Sería bueno que la oposición venezolana comprendiera esto antes de que sea demasiado tarde. Los precedentes avisan de que no se detendrán ante una guerra y que pondrán en marcha las mayores mentiras, por ejemplo citando “democracias y derechos humanos”. Tras el flagrante fracaso de Estados Unidos en el intento de cambio de régimen en Siria y los fiascos de Libia, los halcones de Washington parecen querer concentrarse de nuevo en América Latina. El Brasil de Bolsonaro ha sido su primer éxito.

Por todo eso, hay que ir desempolvando aquel “no a la guerra”, porque ya es más actual que nunca en Venezuela. No se trata de “defender a Maduro” como dirán los necios que miran el dedo que apunta a la Luna, sino de buscar una salida negociada que evite el baño de sangre que el Imperio del Caos quiere propiciar de nuevo.

P.S: La indignidad del PSOE
El gobierno español está siendo comparsa de esta fechoría: cómplice y vasallo del belicismo americano de siempre. Pedro Sánchez está emulando, con Donald Trump, al Aznar de las Azores que posó junto a Bush. Es así de claro. Lástima por el ministro Josep Borrell, raro personaje de talla que quedaba en el PSOE, ahora implicado en la peor indignidad. Hay dos cuestiones mayores, de principio, sin las cuales no puede construirse nada que valga la pena en el Siglo XXI. Dos cuestiones que definen y diferencian a la izquierda de la derecha: la oposición al belicismo imperial y al neoliberalismo. ¿Está Sánchez en alguna de las dos? Pésima noticia para el futuro de España y los mapas y alianzas que podrían impedir el regreso al gobierno de una derecha revitalizada por la quimera del estat catalá.

(Publicado en Ctxt, Rafael Poch)

Triste, sola (y en recesión)

La desaceleración en Alemania confirma el fiasco de su nacionalismo exportador

La Conferencia de Seguridad de Munich es un cónclave atlantista que reúne anualmente en la capital bávara a los responsables políticos del militarismo europeo y norteamericano, ministros de defensa y exteriores, con los actores empresariales del complejo militar industrial de ambas orillas del Atlántico y sus propagandistas, periodistas y expertos de think tanks a sueldo de los anteriores. A esta especie de aquelarre imperial se suele invitar a algunos personajes del resto del mundo, en una proporción de uno sobre treinta, para dar color al evento. En su última edición esta obscena asamblea guerrera ha retratado el creciente aislamiento de Alemania en el actual desorden mundial.

Ha quedado en evidencia la simple realidad de que el país “jefe” de la Unión Europea está tan rodeado de problemas como sus vecinos; la Francia de Emmanuel Macron, un político acabado que sigue gesticulando, y la Inglaterra del embrollo del Brexit, donde ya se propone la humillante repetición del referéndum para lograr el resultado correcto, como ocurriera antes en Dinamarca e Irlanda.

El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, llegó a Munich procedente de Varsovia. Allí había organizado pocos días antes una “conferencia de guerra contra Irán” -en palabras de Netanyahu- a la que asistieron Israel, los aliados árabes y Polonia, pero no los principales países europeos. Pence amenazó en Varsovia con romper la OTAN y “crear aún más distancia entre Europa y EE.UU”, si los europeos, que han puesto en marcha un precario mecanismo para amortiguar sanciones extraterritoriales americanas contra las empresas que se atrevan a mantener relaciones con Irán, no colaboran en la demolición del acuerdo nuclear con Teherán. También arremetió contra el gaseoducto en construcción, Nord Stream 2, con el que Rusia incrementará su suministro de gas a Alemania, y de allí a Europa, bajo las aguas del Mar Báltico.

“No podemos garantizar la defensa de Occidente si nuestros aliados dependen del Este”, dijo Pence, al tiempo que el embajador americano en Berlín, Richard Grenell, enviaba cartas a las empresas alemanas subrayando que, “las compañías relacionadas con exportaciones energéticas rusas están participando en algo que conlleva un riesgo considerable de sanciones de EE.UU.”.

La simpática nota del embajador, un tipo que apoya abiertamente al partido racista y ultraderechista alemán Alternative für Deutschland, llegó a Munich junto con un informe del diario Handelsblatt que citaba fuentes de la administración Trump, advirtiendo que Washington se dispone a declarar las importaciones de coches alemanes a Estados Unidos como “riesgo a la seguridad nacional de Estados Unidos”.

En medio de este espectáculo, los políticos alemanes hacen como si no pasara nada. Sí, en su discurso en Munich, Merkel, la canciller que no protestó ante la evidencia de que la NSA espiaba sus comunicaciones, criticó lo de los coches alemanes como riesgo de seguridad y fue muy aplaudida por ello, pero el tono lo dieron sus ministros de defensa y exteriores al “reafirmar un claro compromiso con la OTAN y el partenariado con los Estados Unidos”, como si no pasara nada. Pero claro que pasa.

La presión de Trump empuja a los europeos a autonomizarse, a abordar planes crear un ejército europeo, una política energética que precisa necesariamente unas relaciones normales con Rusia, lo que supone tener un poco en cuenta los intereses de seguridad de Moscú, etc., etc., pero las cosas son complicadas. Quizá hay esperanzas de que Trump sea un fenómeno pasajero y que su sucesor regrese a las relaciones anteriores, cosa poco probable, pero hay también claras señales de esquizofrenia en el establishment alemán, que tiene el corazón partido entre los atlantistas irredentos y los que quieren hacer negocios con Rusia, China e Irán. En los dilemas que se presentan, la propia desintegración que el liderazgo alemán en la UE ha propiciado se vuelve contra Berlín.

¿Una política energética común? Si, pero Francia ya no puede conformarse con lo que se vislumbra con el Nord Stream 2. No tiene que ver con la cacareada independencia del suministro. La UE recibe gas de; Noruega, Argelia, Qatar, Nigeria, Azerbaidján, Perú y Trinidad y Tobago, además de Rusia. El suministro de todos esos países supera con creces el ruso. Lo que ocurre es que a Francia no le hace gracia que Alemania se posiciones como “hub” gasístico continental, a menos que se consienta en darle a ella el papel de distribuidor continental de energía nuclear. El 22 de enero, el ministro de energía alemán, Peter Altmaier, glosaba “el abandono en paralelo” del carbón y la energía nuclear. Días después, París respondió retirando su apoyo al Nord Stream 2 y forzando una negociación in extremis para impedir que la Comisión Europea bloqueara el gaseoducto.

¿Un ejército europeo? Sí, los alemanes piensan en ello, hasta proponen “europeizar” (un verbo sinónimo de “germanizar”) la disuasión nuclear francesa. Pero en París el jefe del Estado Mayor, François Lecointre, ha dejado claro que ese recurso francés no es socializable. “La autonomía de las fuerzas nucleares francesas está garantizada por los menos hasta el 2050”, ha dicho. Los alemanes tienen en su suelo decenas de bombas nucleares de Estados Unidos, en las bases de Büchel y Ramstein. La cifra exacta no la conocen ni siquiera los políticos alemanes que tampoco se atreven a decirles a los americanos que se las lleven de vuelta a su país como desea la mayoría de los alemanes. Y en temas de defensa, los franceses están mucho más cerca de los británicos en cuestión de cooperación militar-industrial, que de los alemanes, por razones históricas obvias.

Sin acuerdo en las dos cuestiones esenciales, energía y defensa, la autonomización europea sería complicada, incluso si la Unión Europea no estuviera en proceso de desintegración como resultado, fundamentalmente, del nacionalismo exportador alemán que llamamos “liderazgo alemán”. Y, eh aquí que hasta eso está pinchando.

La mezcla de la ruina y desapego de los socios europeos, en el Sur (Italia), en el Este (Polonia y compañía), de la incertidumbre del Brexit, del agotamiento del vendedor de alfombras del Elíseo, de las sanciones y amenazas comerciales de Estados Unidos, del enfriamiento chino, la estúpida guerra fría con Rusia y sus sanciones, y demás, ha acabado afectando a la propia estrategia alemana. Solo las barreras de Trump pueden reducir a la mitad la exportación de coches alemanes a Estados Unidos. El automóvil es el sector clave de la exportación alemana, que responde de la mitad del PIB. Alemania es una especie de “China europea” en su dependencia de la demanda del consumidor extranjero, con la diferencia de que China tiene un potencial enorme en su mercado interior que lleva años potenciando. La miseria de los sueldos en Alemania, el avance de la precariedad y de todo lo que se ha elogiado del modelo alemán en Europa, se está volviendo contra ella. Llegamos así a la actual recesión. La agencia federal de estadísticas dice que aún no, que se ha rozado la recesión, pero, pese a sus trucos de contabilidad, el hecho es que llevamos dos trimestres de desaceleración en Alemania y probablemente habrá un tercero… La supuesta granja modelo que daba lecciones a diestro y siniestro esta siendo víctima de su propia estrategia avasalladora, prepotente y egoísta.

Rafael Poch

(Publicado en Ctxt)

martes, 26 de febrero de 2019

_- Recuperar la conciencia social. Los ciudadanos necesitamos que la política se reoriente hacia la igualdad y la solidaridad

_- La política se define como la obligación con la sociedad desde la óptica de la ética, que se basa en el individuo. Se asienta además en la moral que surge del compromiso con los demás. Siempre desde ambos puntos de vista el objetivo es el bienestar social. Frente a esta forma de buen hacer político existen organizaciones que anteponen sus intereses a los de todos. Por esa intención egoísta no representan los valores de la democracia.

Nos encontramos ante una situación política compleja en la que un partido político —el PSOE— ha salido a la palestra con valentía a deponer del Gobierno a un partido sentenciado por su relación con la corrupción, con el apoyo algo renuente de otras formaciones. De inicio, los socialistas se han comprometido éticamente con los ciudadanos y en apariencia los partidos que apoyaron su postura han adoptado asimismo tal compromiso moral.

El pasado viernes, en el Congreso de los Diputados, el PSOE se quedaba solo con los votos del PNV para aprobar las urgentes medidas sobre déficit y techo de gasto que debían hacer efectiva la acción económica no solo del Gobierno de la nación sino de las comunidades autónomas. Y supondría además un ajuste menos lesivo frente a los postulados económicos que exige la Unión Europea. La abstención de Podemos, ERC y PDeCAT, junto a los votos contrarios de Ciudadanos y Partido Popular, han hecho inviable que estas medidas salieran adelante. La decisión de abstenerse es legítima en la búsqueda de objetivos propios de estos partidos, pero ¿es moralmente admisible? ¿Dónde queda el compromiso con los demás, con la sociedad, una responsabilidad que debería estar grabada a fuego en la genética de cada individuo dedicado al servicio público?

Mientras en el Congreso se producen tan cuestionables discusiones, en el sur español se viven situaciones límite ante las que, de nuevo, el Gobierno está solo y que no parecen interesar demasiado al resto de partidos nacionales, no sea sino para reprochar. El sur del sur es en estos momentos un espacio de nuestra geografía al que deberíamos estar apoyando para buscar soluciones ante dos temas álgidos: la masiva recepción de migrantes y las actividades de las organizaciones criminales de la droga que campan desde hace demasiado tiempo por el Campo de Gibraltar.

¿Por qué no una zona franca en La Línea que permita a Gibraltar aumentar el espacio para la demanda actual de las empresas?

En mi opinión, Marruecos y España deben abordar una dinámica que de verdad se base en los derechos humanos, no utilizando el oportunismo sino viajando al fondo de la cuestión política europea. Es un tema a tratar en una conferencia de seguridad y derechos humanos. Cuidar de los más vulnerables es el objetivo prioritario, como ha expresado con acierto en el Parlamento la ministra de Justicia. En un ambiente de reflexión es preciso hablar de seguridad, de terrorismo, de inmigración, de derechos fronterizos, de droga, de trata, de pesca, de justicia... Es decir, no solo de política común europea.

Ante la droga se debe actuar de forma integral. Hay que reconducir a Marruecos, siempre con la UE, para transformar su producción de hachís y dar salida a quienes se dedican al cultivo como condición para otras concesiones. El Campo de Gibraltar necesita una actividad alternativa con nuevas infraestructuras, fomentando el turismo, creando una estructura acogedora y cómoda. Y sobre todo facilitando soluciones a una juventud que, sin más salidas, hace de la droga su modo de vida.

O buscar otras fórmulas: ¿por qué no una zona franca en La Línea que permita a Gibraltar aumentar el espacio para la demanda actual de las empresas? Sería una situación beneficiosa para todos.

La izquierda no puede estar faenando a la contra por intereses personalistas y los independentistas tienen que dejar de mirarse al ombligo y cejar en su ceguera que no les permite ver el bosque de lo que precisan las personas a causa de un par de árboles en estos momentos sin sentido. El signo del Gobierno ha variado, pero ellos prosiguen varados en el capítulo anterior lo que les dota de sinrazón e impacienta al resto.

Hay que recuperar esos valores atascados en un encabezonamiento que a nada conduce. Los ciudadanos necesitamos que la política se reoriente hacia la moral. Si queremos alcanzar igualdad y dar sentido al concepto de solidaridad, todos los partidos deben recuperar el sentido de la obligación para con los otros. La herramienta que combate el egoísmo en la política se llama conciencia social. Y es un arma, esta sí, cargada de futuro.

Baltasar Garzón, jurista, es promotor de Actúa.

https://elpais.com/elpais/2018/07/30/opinion/1532961220_567808.

lunes, 25 de febrero de 2019

Paparruchas de uno u otro signo. ¿Qué haríamos sin los profesionales que nos defienden de las influencias malignas?

Rafael Poch


A sus 33 años, Claas Relotius era un periodista estrella que acumulaba una decena de premios en Alemania,
la mayoría de ellos por artículos publicados por el semanario Der Spiegel. Entre ellos aquella sobrecogedora historia de los dos hermanitos sirios secuestrados y torturados por el Estado Islámico que luego fueron formados para ser bombas humanas.

“En sus artículos las grandes líneas de la historia contemporánea se hacen claras, de repente todo aparece como algo absoluta y humanamente comprensible”, dijo del periodista el redactor jefe de Der Spiegel, Ullrich Fichter.
Lástima que todo fuera inventado: los artículos de Relotius eran ficción,
siempre en buena sintonía con las versiones dominantes en el mercado informativo, pero paparruchas al fin y al cabo: 55 artículos “completa o parcialmente” inventados entre los publicados por Der Spiegel.

En realidad, el “prestigioso semanario” (agencia EFE dixit), siempre ha publicado paparruchas. A principios de los ochenta efectué un vaciado de las noticias que Der Spiegel había publicado en las tres décadas anteriores sobre la Unión Soviética y una gran parte del material resultante reunía una dosis considerable de burda fantasía. Desde siempre esa publicación ha sido uno de los altavoces preferentes de la propaganda de la guerra fría en Alemania, vía filtraciones de las agencias occidentales de inteligencia. Naturalmente, lo mismo ocurría en el mucho mas soporífero informe de la prensa soviética. La diferencia era que en la URSS muy pocos daban crédito a lo que se publicaba (la ventaja de una mayor miseria impresa era que enseñaba a leer periódicos) mientras que en Alemania lo que decía el “prestigioso semanario” era objeto de devoción.

Grandes profesionales
Lo mismo ocurría con las crónicas de los corresponsales anglosajones en Moscú en los años noventa. Tras su paso por Moscú, uno de ellos llegó a dirigir el New York Times, su colega del Washington Post, también galardonado con el Pulitzer, sería después director del New Yorker… periodistas de peso. Por aquella época vivían en Moscú unos cuantos norteamericanos asilvestrados que capitaneados por un tal Mark Ames, fundaron un semanario en inglés que se llamaba The eXile. Cada semana se dedicaban a leer con lupa las crónicas de los dioses del New York Times, Washington Post, Independent. Financial Times y demás, en las que detectaban enormes cantidades de descarados plagios y fusiladas de la prensa rusa que se hacían pasar por riguroso informe propio. The eXile lo hacía con un desparpajo y un rigor admirables. La desacralización de aquellos medios y aquellos “grandes profesionales” fue rotunda.

Lo que ahora se llama “fake news” el diccionario de la Real Academia lo define como “paparrucha (“Noticia falsa y desatinada de un suceso, esparcida entre el vulgo”). Los periodistas, por lo menos una buena parte de ellos, son, desde siempre, esparcidores de paparruchas. Los hay de diversas categorías, pero los más cualificados son los militantes de causas poderosamente establecidas y apadrinadas. Véase por ejemplo, el caso de la angelical red documentalmente destapada en noviembre y diciembre por “Anonymous” llamada “Integrity initiative”, un escándalo que ha sido tan profusamente divulgado por la propaganda rusa como silenciado por los medios occidentales.

Contra la influencia perniciosa
“Defending Democracy Against Disinformation”, se define esta virtuosa Ong. Dirigida por dos tipos vinculados a los servicios secretos británicos, Daniel Lafayeedney y Christopher Donnelly, creada desde el gobierno de su majestad y con antenas en las embajadas del Reino Unido en muchos países, la “Integrity Initiative” (II) es financiada por el gobierno británico, la OTAN, el Departamento de Estado, el ministerio de defensa de Lituania y Facebook, según los documentos filtrados que nadie ha desmentido. Dedicada a “contrarrestar la desinformación y maligna influencia de Rusia en Europa”, la II se dedica a realizar operaciones de propaganda en países europeos. En muchos de ellos la organización dispone de “equipos” de periodistas y académicos, militantes de la defensa de occidente. Cada equipo tiene un líder y también, lo que parece un contacto en la respectiva embajada británica del país en cuestión. En Alemania, por ejemplo, los documentos dan cuenta de catorce miembros del “equipo” local, periodistas de medios como Tagespiegel, Die Zeit, Die Welt o el Berliner Zeitung. En el Reino Unido la II animó una campaña, otra más, contra Jeremy Corbin, presentándole algo así como el “tonto útil” de los rusos en la isla. ¿Y en España?

Superlópez al rescate
Los documentos de Anonymous relatan la operación realizada el pasado 7 de junio por los superlópez locales para impedir el nombramiento del Coronel Pedro Baños al frente de la Dirección de Seguridad Nacional. La Wikipedia explica así el asunto:

“El 7 de junio de 2018 se anunció que asumiría la Dirección de Seguridad Nacional de España con la responsabilidad del secreto de las comunicaciones del Gobierno, la coordinación de los consejos de Seguridad Nacional, Seguridad Marítima y Ciberseguridad, además de las gestiones de crisis migratorias y energéticas. 5​6​ Días después trascendió que finalmente el Presidente de Gobierno Pedro Sánchez optaba por el General Miguel Ángel Ballesteros para el puesto”.

Un documento de la “Integrity Initiative”, explica así la secuencia: A mediodía del 7 de junio, el “equipo español”, liderado por un tal “Nico de Pedro”, que resulta ser “investigador principal del CIDOB”, el principal centro de relaciones internacionales de Barcelona, y “responsable del programa sobre Rusia”, así como por otros dos miembros, Borja Lasheras y Quique Badía-Masoni, “se entera de que el conocido pro Kremlin Pedro Baños está apunto de ser nombrado director del departamento de seguridad nacional que trabaja estrechamente con la oficina del presidente del gobierno y que es muy influyente en la organización de la política”. “A las 14:00 el líder del equipo español alerta a otros miembros del equipo y prepara un dossier para informar a los principales medios españoles. El equipo inicia una campaña en Twitter para intentar impedir el nombramiento”.

“15:45 : el líder del equipo español alerta al equipo británico de II que activa la red de II para generar apoyo internacional para la campaña de Twitter. El equipo británico crea un grupo de WhatsApp para coordinar la respuesta de Twitter, hacerse contactos en Twitter para concienciar y hacer que la gente retwitee el material. Publica el material de Nico de Pedro en la web española stopFake´s que fue retuiteada también por influencers clave. El equipo envía material a El País y El Mundo para publicar y alerta a contactos en las embajadas del Reino Unido y Francia.

“Resultado: para las 19.45 el equipo español informa de que la campaña ha creado un ruido significativo en Twitter. Contactos en el Partido Socialista confirman que el Presidente del gobierno ha recibido el mensaje. Algunos diplomáticos también expresan preocupación. Finalmente, tanto el Partido Popular como Ciudadanos piden al Presidente del gobierno que pare el nombramiento”.

Los nombres de algunos de estos superlópez a sueldo de la OTAN ya habían sido divulgados con motivo de otro encargo militante, este a cargo de la Ong del magnate George Soros: confeccionar una lista de periodistas “prorusos” durante la crisis de Ucrania. Pero estas cutres actividades remuneradas, de las que solo trasciende una pequeña parte, no son lo más corriente. Lo mayoritario es divulgar paparruchas por conformismo, por efecto de lo que llamo “el efecto rebaño” (el concepto gringo correspondiente es “mainstream”): dejarse llevar por la corriente en la que están las empresas mediáticas, editoriales y sabidurías convencionales de importación y a la que mucho informador conformista y sin criterio se suma, normalmente sin cobrar e incluso creyendo que defiende derechos humanos.

En este muestrario, el caso del periodista Relotius resulta hasta simpático. Él no participaba en campañas, por dinero, ni por convicción, ni por una mezcla de ambas cosas, o por ñoñez y tontuna vaciedad.
Relotius embellecía con habilidad una realidad imaginaria y le sacaba partido. 
No era un mercenario, ni un agitador, sino un creador de la paparrucha.
En el mundo del periodismo real, sus premios hay que considerarlos genuinos y bien merecidos.

(Publicado en Ctxt)