jueves, 24 de septiembre de 2015

LOS PORQUÉS DEL TIEMPO » Las turbulencias en los aviones

¿Por qué ocurren estas sacudidas tan molestas y, a veces, peligrosas?

Probablemente una de las sensaciones más desagradables cuando viajamos en avión sean esos repentinos movimientos bruscos del aparato cuando atraviesa una zona de turbulencias, como de montaña rusa. ¿Por qué ocurren estas sacudidas tan molestas y, a veces, peligrosas? El aire se mueve de un lugar a otro de forma horizontal o laminar pero a veces se encuentra con obstáculos que hacen que este desplazamiento sea desordenado y que aparezcan perturbaciones o remolinos ocasionados por los cambios en la dirección, velocidad o temperatura de las corrientes de aire. Estos torbellinos son las turbulencias y provocan pérdidas de sustentación.

Las causas son muchas pero, básicamente, están producidas por diferentes situaciones meteorológicas. Por ejemplo, cuando el sol calienta la superficie terrestre provoca que el aire que está en contacto con ella ascienda, apareciendo corrientes convectivas que pueden afectar al aparato. Son las llamadas turbulencias térmicas y los cúmulos delatan estas corrientes ascendentes y descendentes que hay entre ellos. También el viento puede encontrarse en su trayectoria con obstáculos que hacen que desvíe su trayectoria o se ondule como una ola (montañas, edificios, irregularidades del terreno, etcétera.). Pero seguramente, la principal amenaza para un plácido vuelo son las tormentas, ya que pueden desviar un avión de su trayectoria. Aún así, no tengan miedo. Los aviones comerciales están construidos con materiales que les permiten soportar en más de un 150% la turbulencia más severa a la que la naturaleza los pueda someter.
http://elpais.com/elpais/2014/07/26/actualidad/1406398875_043431.html

El niño (litle boy) más pequeño. Veinte años después de Hiroshima, tropas estadounidenses de élite se entrenaron para impedir una invasión soviética, con armas nucleares atadas a la espalda.

Mientras el capitán Tom Davis espera de pie junto a la puerta posterior del avión militar de carga, el aire nocturno barre la bodega. Davis recorre con los ojos la tierra negra 400 metros más abajo. Agarra con fuerza la lona de su paracaídas de reserva y respira hondo.

Davis y los hombres que forman su equipo-A (equipo Alfa de operaciones) de las Fuerzas Especiales están entre los soldados más preparados del ejército norteamericano. Estamos en 1972, y el capitán ha vuelto hace poco de un periodo de servicio en Vietnam, donde estuvo combatiendo en la frontera con Camboya. Su sargento de comunicaciones sirvió en el Mando y Control Norte, que era responsable de algunas de las operaciones más audaces en el corazón del territorio norvietnamita. Pero ninguno de ellos había estado antes en una misión como esta.

Su plan es saltar en paracaídas en Europa del este, avanzar sin que los descubran por unas montañas cubiertas de bosques y destruir una planta de agua pesada utilizada en la fabricación de armas nucleares.

Durante los cuatro días de preparación para la misión, militares expertos en la región les han informado sobre rutas de infiltración y las patrullas enemigas que pueden esperar. El equipo ha examinado fotografías aéreas y una elaborada simulación del objetivo, un gran edificio vagamente en forma de U. La planta está situada en una zona amplia y abierta, con guardias que la recorren sin cesar, pero, por lo menos, el equipo no necesita introducirse en el edificio. Del arnés del paracaídas que lleva el sargento de información de Davis cuelga en curiosa postura una bomba nuclear de 26 kilos. Con un arma tan poderosa, pueden limitarse a colocarla junto a un muro, activar el temporizador y dejar que la fisión cumpla su papel.

Davis tenía pensado seguir los pasos de los destacados juristas existentes en su familia --su padre era abogado, y su abuelo, juez de un tribunal federal-- hasta que la junta de reclutamiento puso un anuncio durante su primer año de Derecho. Sin esperar a que le llamaran, Davis se presentó voluntario a la escuela para formación de oficiales y en concreto a las Fuerzas Especiales, y terminó el durísimo “curso Q”, el curso de calificación, con el grado de subteniente. De ahí pasó a estudiar la lengua vietnamita y luego partió a la guerra en el sureste asiático, donde sirvió como oficial de asuntos civiles y operaciones psicológicas.

Cuando le nombraron teniente, Davis obtuvo su propio equipo-A. Su sargento sugirió que se ofrecieran voluntarios para entrenarse en lo que el ejército llamaba las Municiones Atómicas Especiales de Demolición (SADM en sus siglas en inglés), unas armas nucleares tácticas concebidas para utilizarse en el campo de batalla, en caso de una guerra con los soviéticos. “Qué demonios, ¿por qué no?”, respondió. El comandante de la compañía propuso sus nombres y el equipo fue aceptado en el entrenamiento.

A medida que el avión se acerca a la zona de salto, empiezan a oírse a toda velocidad las órdenes sobre el viento helado y ensordecedor. “¡Comprobad líneas de interferencia!” Los hombres responden para comprobar los equipos, empezando por atrás. “¡Preparados!” Se encienden las luces verdes y empiezan a dar un golpecito a cada hombre: “¡Adelante!” Los soldados, cada uno cargado con unos 30 kilogramos de material además de los 14 kilogramos de cuerda del paracaídas, más que saltar se tambalean y se dejan caer por la puerta trasera para saltar a tierra a alrededor de 6 metros por segundo.

Sus siluetas van saliendo del avión a intervalos de medio segundo, con los paracaídas deshinchados flotando detrás como colas de cometas hasta que se llenan de aire y se expanden, y el equipo vuela hacia abajo a la velocidad suficiente para evitar que les vean (o les disparen), pero con la lentitud necesaria para no matarse al chocar con el suelo. Después de aterrizar y soltar y esconder los paracaídas, se aproximan a un punto de reunión fijado previamente, oculto entre árboles y sombras, y allí abren el contenedor especial para comprobar si el contenido ha sufrido algún daño o está intacto y no se ha filtrado nada de radiación. Meten la bomba en una mochila, entierran el contenedor y se disponen a atravesar las montañas, avanzando solo de noche para no ser vistos.

Tardan aproximadamente dos días en llegar a su objetivo. En día D, colocan el dispositivo en la planta de agua pesada y salen corriendo.

La “misión” del capitán Davis, por supuesto, era un ejercicio. En realidad, sus hombres y él no se lanzaron sobre Europa del este, sino cerca del Bosque Nacional de White Mountain, en New Hampshire. La planta de agua pesada era en realidad una fábrica de papel abandonada en el pueblo vecino de Lincoln, y la bomba era una imitación para entrenamiento.

La misión no era real, pero el trabajo sí.

Durante 25 años, en la segunda mitad de la guerra fría, Estados Unidos desplegó unos dispositivos nucleares portátiles con capacidad de destrucción, la Munición Atómica Especial de Demolición B-54 (SADM).

Soldados de varias unidades de élite de las Fuerzas Especiales y el cuerpo de Ingenieros del Ejército, además de SEAL de la Armada y marines escogidos, se entrenaron para manipular las bombas, denominadas “bombas de mochila”, en frentes de batalla de Europa del este, Corea e Irán, como parte de los esfuerzos de las fuerzas armadas estadounidenses para asegurar la contención y, en caso necesario, la derrota de las tropas comunistas.

Durante el largo pulso con la Unión Soviética, Occidente tuvo que lidiar con el hecho de que, en personal y en armamento convencional, las fuerzas del Pacto de Varsovia superaban con mucho a sus homólogos de la OTAN. Para Estados Unidos, las armas nucleares fueron el gran factor capaz de igualar la situación. En los años cincuenta, el presidente Dwight Eisenhower fue un poco más allá y presentó la política del New Look, la nueva perspectiva consistente en tratar de disuadir a la Unión Soviética de posibles agresiones sin incurrir en grandes costes, mediante la amenaza de responder a cualquier ataque con una ofensiva nuclear de proporciones apocalípticas: la doctrina denominada de “la represalia masiva”. Ike pensaba que así podría mantener a raya tanto el comunismo en el extranjero como el complejo militar industrial en su propio país.

Sin embargo, esa estrategia tenía un fallo importante. Aunque la represalia masiva era barata, no permitía a Estados Unidos tener ninguna flexibilidad en su respuesta a una agresión del enemigo. Si las fuerzas comunistas lanzaban un ataque limitado y no nuclear, el presidente tendría que escoger entre la derrota frente a una fuerza convencional superior o un enfrentamiento nuclear estratégico totalmente desproporcionado (y tal vez incluso suicida) que mataría a cientos de millones de personas.

Para tener más opciones entre los extremos de caer ante los “rojos” y acabar “muertos”, Estados Unidos adoptó el concepto de guerra nuclear limitada, y empezó a proponer armas atómicas tácticas diseñadas para su utilización en combate. Si las fuerzas del Pacto de Varsovia saltaban alguna vez de Alemania del este y Checoslovaquia hacia Europa occidental, Estados Unidos podría recurrir a armas nucleares con el fin de, por lo menos, retrasar el avance comunista lo bastante como para dar tiempo a llegar a los refuerzos. Estas armas “pequeñas”, muchas de ellas más poderosas que la bomba arrojada sobre Hiroshima, habrían aniquilado cualquier campo de batalla e irradiado gran parte del área circundante. Pero ofrecían una alternativa.

La estrategia de la guerra fría estaba llena de oximorones como el concepto de “guerra nuclear limitada”, pero el dispositivo nuclear de mochila fue quizá el ejemplo más cómico y siniestro de una era obligada a afrontar la perspectiva muy real del Apocalipsis. La SADM fue un caso de realidad que imitaba a la sátira. Al fin y al cabo, igual que Slim Pickens en el simbólico final de Dr. Strangelove, volamos hacia Moscú, los soldados estadounidenses debían atarse a la espalda unas bombas atómicas y lanzarse desde unos aviones para dar paso a la Tercera Guerra Mundial.

Los años cincuenta y sesenta del siglo pasado fueron la edad de oro del diseño de armas nucleares. Los científicos y los técnicos de los laboratorios de armamento nuclear en Los Álamos y Sandia consiguieron miniaturizar los llamados “paquetes físicos” en el núcleo de las bombas atómicas, que dejaron atrás el monstruo de más de 4.500 kilogramos empleado en la primera prueba nuclear de la historia para constituir cabezas más pequeñas que podían encajarse en un misil. Y sus colegas especialistas en cohetes desarrollaron misiles balísticos de tierra y submarinos que, junto con los bombarderos, pronto formaron la “tríada” nuclear en la que se basaba la disuasión estratégica contra los soviéticos.

Desde el punto de vista del Ejército, el problema era que los bombarderos y los misiles estaban en manos de la Fuerza Aérea y la Armada, con lo que las fuerzas de tierra se habían quedado al margen del que probablemente era el avance más significativo en la historia de la guerra, a pesar de que serían sus soldados los principales encargados de detener una invasión soviética de Europa occidental. Por suerte para el Ejército de tierra, muchos estrategas norteamericanos seguían considerando las bombas nucleares como bombas convencionales salvo que más grandes, y el dominio que tenía Estados Unidos de la ciencia de la destrucción atómica desde Hiroshima había hecho que los diseñadores de armas pensaran mucho más en las posibilidades que en la prudencia. El resultado fue una serie de curiosas creaciones que llegaron al arsenal del Ejército, desde artillería atómica hasta misiles de defensa aérea con cabezas nucleares.

El Ejército empezó a fabricar municiones atómicas de demolición (ADM) en 1954. Los primeros productos eran armas engorrosas, que pesaban cientos de kilogramos y necesitaban a varios hombres para transportarlas, con la ayuda de camiones y helicópteros. Su principal objetivo era lo que podríamos llamar paisajismo nuclear: crear cráteres irradiados e intransitables o hacer que laderas de montañas se derrumbaran en algún paso estrecho para obstruir cualquier ruta de invasión e impedir el paso a las fuerzas enemigas. Un ingeniero recuerda colocar un ADM en medio de un bosque: “La idea era hacer volar aquellos árboles a través de un valle para crear un obstáculo físico radiactivo al paso de vehículos y tropas”, cuenta.

El manual de campo de contramovilidad del Ejército enseñaba a los soldados a utilizar los ADM para hacer “cráteres río”, explosiones atómicas junto a vías de agua de pequeño tamaño que “formaran un pantano temporal, un lago, una inundación, y de esa forma constituyeran un auténtico obstáculo hidrológico” para las fuerzas enemigas.

En el peor de los casos, los ingenieros atómicos del Ejército preveían impedir que las fuerzas enemigas utilizaran las infraestructuras, es decir, destruir puentes, túneles y pantanos. Explanadas ferroviarias, centrales eléctricas, aeropuertos... Todos esos elementos eran blancos apropiados para llevar a cabo una destrucción nuclear preventiva.

No obstante, el Ejército quería tener también un papel nuclear más activo. Sus partidarios decían que la doctrina de la represalia masiva dejaba a Estados Unidos sin preparación para toda una amplia gama de conflictos. Varios documentos de la Comisión de la Energía Atómica (CEA) muestran que los diseñadores de las armas nucleares estadounidenses estaban deseosos de apoyar al Ejército en ese intento de tener armas nucleares tácticas. En 1957, según varios relatos, el presidente de Sandia Corporation, James Mcrae, se lamentó de que “el uso indiscriminado de armas nucleares de alto rendimiento generara inevitablemente una reacción adversa de la opinión pública”. Dado que el futuro de la guerra iba a consistir en una “sucesión interminable de pequeños brotes bélicos, más que conflictos a gran escala”, McRae recomendaba que “se diera más importancia a las armas atómicas de pequeño tamaño”, que podían utilizarse en “combates de tierra locales”.

Los consejos de McRae prepararon el terreno para el desarrollo del Davy Crockett, un misil nuclear con rendimiento inferior a un kilotón que cabía en la trasera de un todoterreno. En 1958, cuando el Ejército empezó a buscar una munición atómica de demolición que pudiera llevar un soldado por sí solo, la CEA recurrió a la cabeza ligera Mark 54, de la serie de Davy Crockett. El arma así obtenida sería una versión más pequeña y portátil de las ADM. Sin embargo, el Ejército tendría que compartir el dispositivo con la Armada y los marines.

El último producto de la CEA, la munición atómica especial de demolición B-54, se incorporó al arsenal estadounidense en 1964. Tenía 45 centímetros de alto, con una carcasa de aluminio y fibra de vidrio. Un extremo estaba redondeado, en forma de bala, y el otro tenía un panel de control de 30 centímetros de diámetro. Según un manual militar, el rendimiento explosivo máximo del arma era inferior a 1 kilotón, es decir, el equivalente a mil toneladas de TNT. Para impedir un uso no autorizado de la bomba, el panel de control estaba tapado por una placa con un cierre de combinación. El cierre tenía pintura fosforescente para que los soldados pudieran abrirlo y colocar la bomba de noche.

A medida que las fuerzas soviéticas se adentraran en países como Alemania occidental, el SADM permitiría a las unidades de las Fuerzas Especiales (denominadas equipos de “Luz verde”) deslizarse tras las líneas enemigas con el fin de destruir infraestructuras y material. Pero su misión no se habría limitado solo a los países miembros de la OTAN. Lo que no saben muchos historiadores nucleares es que los equipos de Luz Verde estaban también preparados para utilizar los SADM en territorio del Pacto de Varsovia si era necesario para impedir una invasión. Los equipos estaban entrenados para destruir aeródromos, depósitos, núcleos de la red de defensas antiaéreas y cualquier infraestructura de transporte que pudiera ser útil para dificultar la circulación de vehículos acorazados enemigos y permitir que los aliados emplearan su fuerza aérea. Según un informe interno, el Ejército pensó también en enterrar SADM cerca de búnqueres enemigos “para destruir instalaciones esenciales de mando y comunicaciones”.

Los SEAL de la Armada y las Fuerzas Especiales del Ejército se entrenaban para alcanzar sus objetivos por aire, tierra y mar. Podían lanzarse en paracaídas desde aviones de carga o helicópteros para caer tras las líneas enemigas. Los equipos especializados en misiones submarinas eran capaces de bucear para llevar la bomba hasta su destino en caso necesario. (La CEA construyó un contenedor hermético y a presión que permitía a los buceadores sumergir la bomba hasta una profundidad de 61 metros.) Un equipo de las Fuerzas Especiales llegó a entrenarse para esquiar transportando el arma en los Alpes de Baviera, aunque con ciertas dificultades. “El arma esquiaba montaña abajo; tú, no”, dice Bill Flavin, que dirigió un equipo de SADM de las Fuerzas Especiales. “Si se movía solo un poco, no había nada que hacer. Con aquella cosa no había forma de mantener el control en la pendiente”.

Por consiguiente, las Fuerzas Especiales recurrieron a equipos entrenados en saltos de paracaídas a gran altitud y buceadores. Los jefes de equipo podían escoger cuáles de sus hombres se iban a entrenar en el uso del arma para garantizar que sus unidades superasen las exigentes inspecciones periódicas de seguridad nuclear que hacía el Ejército. “Los que tenían mejor historial, más experiencia, solían ser los que acababan incorporándose al equipo de la SADM, porque tenían que pasar la inspección de seguridad”, dice Flavin. Para recibir la autorización de manipular una SADM, los soldados además tenían que someterse al programa de fiabilidad del Departamento de Defensa, con el fin de asegurarse de que eran dignos de confianza y no tenían problemas mentales.

Algunos hombres a los que se proponía la misión eran de lo más entusiastas; otros, no tanto.

“Por supuesto, todo el mundo se presentaba voluntario. ese no era el problema”, dice el capitán Davis. “Lo hacíamos porque era, no sé, algo increíble, y yo quería aprender a hacerlo”. Pese a ello, cuando Ken Richter, miembro de un equipo Luz Verde, empezó a entrevistar a posibles candidatos, se encontró con que no todos tenían el mismo entusiasmo: “Entrevisté a mucha gente para nuestro equipo. Cuando se enteraban de en qué consistía la misión, decían: ‘No, gracias. Prefiero volverme a Vietnam’”.

Cuando le enseñaron el arma, Richter no daba crédito a lo que se había inventado la CEA. “Creo que mi primera reacción fue no creérmelo”, dice. “Porque todo lo que había visto hasta entonces, la Segunda Guerra Mundial, era un arma gigantesca. ¿Y nos la íbamos a atar a la espalda para transportarla? Creí que me estaban tomando el pelo”.

No era así. Los equipos de SADM de las Fuerzas Especiales como el de Davis asistían a un curso de una semana, entre ocho y 12 horas de clase cada día, en un aula de cemento en Fort Benning, Georgia. Además, recibían otros cursillos periódicos de actualización que impartía el comité de SADM de las Fuerzas Especiales, formado por suboficiales veteranos y expertos en SADM, y se sometían a inspecciones periódicas para evaluar su aptitud en el manejo de armas nucleares. Aun así, dado todo lo que estaba en juego, el entrenamiento no siempre inspiraba una gran confianza.

Para ser un arma nuclear, la bomba era compacta y ligera, pero, como material de infantería, era pesada e incómoda, y su peso muchas veces se inclinaba hacia un lado u otro sobre la espalda. “Cuando [el encargado de los saltos] dijo “Adelante”, prácticamente me empujó fuera del avión con la bomba”, recuerda Danny Powers, sargento de comunicaciones en un equipo de SADM.

El transporte del arma a pie era todavía más difícil. Dan Dawson, ingeniero de ADM, recuerda lo complicado que era correr con una bomba de mochila. Durante un ejercicio de entrenamiento, su unidad simuló una misión en la que tenían que hacer estallar un túnel de ferrocarril, pero descubrió que le costaba mucho trasladar una SADM a través de un terreno abierto. “Para llevar [al que transportaba la SADM] deprisa a través de aquel terreno, dos de nosotros tenían que agarrarle por los brazos y trotar con él para ayudarle. El arma se podía llevar, pero era imposible correr con ella a cuestas”.

Además, la norma de los dos hombres, que todavía hoy establece que ningún soldado sea capaz de montar por sí solo un arma nuclear, exigía que los equipos de Luz Verde se repartieran el código para abrir la placa que cubría el dispositivo. Y eso podía ser un problema si de camino al objetivo moría uno de los dos. “Llegaba uno al sitio con aquella mierda tan enorme en la mochila y sin poder hacer nada con ella”, dice Flavin. “Así que pensamos que no podíamos arriesgaros a que pasara”, y su equipo decidió que, en caso de una misión de verdad, todos sabrían el código.

Por otra parte, tampoco podían abandonar la SADM a mitad de misión si las cosas se ponían feas. Era un arma tan extraordinaria que no podían permitir que cayera en manos del adversario, y las placas que la cubrían, con un simple cierre de combinación, no iban a ofrecer una gran protección si las fuerzas enemigas capturaban a un equipo. “Se podía abrir con una barra de hierro”, dice Flavin. Por consiguiente, los equipos se entrenaban también para destruir el arma. “Siempre teníamos que llevar encima la cantidad necesaria de explosivos para destruirla sin que estallara”, dice Powers. “Quizá podía esparcir residuos nucleares, pero no habría una explosión con nube en forma de seta”.

Si el equipo alcanzaba el objetivo, los hombres debían quitar la cobertura y fijar los temporizadores. Luego metían la mano en el hueco de seguridad --un pequeño compartimento en la esquina superior izquierda del panel de control-- y sacaban una carga explosiva del tamaño de una mano que era la que detonaría la reacción nuclear en cadena de la bomba. Después de colocar la carga en posición activada y encender el interruptor, retrocedían a toda prisa.

Como es natural, en las horas o en los minutos previos a la detonación, cabía la posibilidad de que las tropas enemigas descubrieran y manipularan la bomba, así que se encargaba a algunos equipos que la mantuvieran vigilada hasta justo minutos antes. La distancia “correcta” para garantizar la seguridad del arma y la de los soldados variaba según cada inspector, recuerda Frank Antenori, que fue técnico de mantenimiento de armas nucleares del Ejército en un equipo de las Fuerzas Especiales y más tarde fue condecorado por el valor mostrado como Boina Verde en Irak y Afganistán. Algunos inspectores decían a los equipos que abandonaran la zona inmediatamente después de colocar el arma; otros insistían en que tenían que mantenerla a la vista hasta que estallara.

Incluso desde una distancia “segura”, los equipos de SADM se sentían demasiado cerca de la detonación. “Estábamos fuera de la zona de vaporización”, dice Antenori, “pero dentro de la zona de ‘Mmmm, cuando estalle, dentro de un segundo, voy a sentir el maravilloso aire caliente’”.

Por si resultaba poco absurda la idea de estar agazapados cerca de un arma nuclear que estaba a punto de explotar, los soldados no podían saber exactamente cuándo iba a explotar. La SADM era una bomba que tenía muy pocos componentes electrónicos, probablemente porque la CEA quería que así fuera resistente a las pulsaciones electromagnéticas de cualquier explosión nuclear próxima, que era algo previsible en caso de que estallara una guerra con los soviéticos. En su lugar, el dispositivo dependía de dos temporizadores mecánicos que, por desgracia, eran menos precisos cuando se fijaban con mucha antelación, y podían llegar a estallar incluso con ocho minutos de adelanto y 13 de retraso. Los manuales de campo del Ejército advertían que “no es posible estar seguros de que [los temporizadores] van a saltar en un momento determinado”, por lo que los equipos de las SADM se entrenaban para ser capaces de predecir el momento con cierta aproximación.

Aun así, dice Powers, “siempre pensábamos que, después de seguir todos aquellos meticulosos procedimientos y fijar los temporizadores para varias horas después, en cuanto apretáramos el botón íbamos a desaparecer”.

Si los equipos de Luz Verde tenían la suerte de seguir vivos después de detonar la bomba, todavía tendrían que superar enormes obstáculos para salir bien librados. Detrás de las líneas enemigas y sin ningún apoyo en el momento de comenzar la Tercera Guerra Mundial, tendrían que utilizar su ingenio y su entrenamiento para no acabar muertos o capturados. Contaban con ciertos recursos que se habían dispuesto para ayudarles: las Fuerzas Especiales que huyeran de la detonación de una SADM sabían que deberían buscar armas y suministros escondidos en determinados lugares de Europa del este que estaban señalados en mapas especiales. “Cuando cayó el Muro [de Berlín], recuperamos parte de todo lo que había oculto”, recuerda Flavin. “Me sorprendió ver que las armas y las demás cosas estaban en perfecto estado”.

Además de sus reservas, algunos equipos de SADM tenían acceso a otra arma secreta que les ayudaría a volver a casa: un sargento de las Fuerzas Especiales nacido en Checoslovaquia, llamado Julius Reinitzer. Cuando era adolescente, Reinitzer se había escapado dos veces de un campo de trabajo nazi en Polonia. Después contactó con los servicios militares de inteligencia de Estados Unidos y se movió por la frontera checa para establecer redes de resistencia. Después de que le detuvieran y le encarcelaran por espionaje en la Checoslovaquia comunista, volvió a escaparse. Al llegar al mundo libre, Reinitzer se alistó en el Ejército estadounidense, obtuvo la nacionalidad y se convirtió en Boina Verde. Le llamaban “el Oso”, y llegó a ser un profesor muy solicitado por los equipos de las Fuerzas Especiales que, como el de Flavin y sus hombres, querían un cursillo acelerado en el delicado arte de vivir a escondidas tras el Telón de Acero.

No obstante, los miembros de este mundo eran muy conscientes de que las misiones de Luz Verde serían con toda probabilidad unos viajes sin retorno. Volar a través del espacio aéreo enemigo, llevar a cabo operaciones clandestinas tras las líneas enemigas, aproximarse a las fuerzas hostiles con un arma nuclear y esperar increíblemente cerca de la bomba hasta que estallara: las misiones eran verdaderamente absurdas. Como dice Flavin: “Había muchas dudas sobre la sensatez operativa del programa, y los que íbamos a llevar a la práctica la misión estábamos seguros de que los que las habían pensado se habían fumado algo en mal estado”.

El humor servía para suavizar la siniestra realidad de trabajar con municiones atómicas de demolición. Las unidades de ingenieros de ADM creaban parches y logotipos adornados con nubes en forma de seta. Pronto surgió un lema extraoficial: “Bombardéalos hasta que reluzcan, y entonces dispárales en la oscuridad”. Lo que facilitaba las ganas de hacer chistes era que algunos pensaban que había muy pocas posibilidades de que la cadena de mando autorizara una de aquellas misiones. “En el fondo, sabíamos que nadie iba a dar el control de los dispositivos a un puñado de veteranos correteando por el campo”, dice Davis. “No creíamos que fuera a ser nunca realidad”.

Aparte de la “sensatez operativa” del programa, como dice escuetamente Flavin, algunos equipos de las Fuerzas Especiales se preguntaban si llegarían a recibir los aviones que debían transportarlos, y mucho más las armas propiamente dichas, en medio del caos y la destrucción que supondría el comienzo de la Tercera Guerra Mundial. Las unidades de SADM no solían tener acceso a armas nucleares reales, que se encontraban guardadas en depósitos muy controlados, como las instalaciones del Ejército en Miesau, Alemania occidental. En caso de guerra, transportarían las armas hasta unos aeródromos cercanos en los que estarían esperando los equipos de SADM. Flavin resume así las dificultades: “Había que llevarnos a nosotros a algún sitio. Había que llevar el arma a algún sitio. Había que llevar el avión a algún sitio. ¿Y cándo se iba a hacer todo eso? Supongo que, en teoría, antes de que el otro bando decidiese atacar”.

Otro obstáculo eran las susceptibilidades políticas. Los aliados de la OTAN, en particular Alemania occidental, sentían una lógica aprensión ante la idea de que las fuerzas estadounidenses activaran decenas de pequeñas bombas nucleares en su territorio. Se suponía que los ingenieros no debían utilizar las armas hasta después de que se hubiera evacuado a las poblaciones locales, pero el requisito no acababa de tranquilizar los nervios. Enterrar las bombas podía limitar los efectos radiactivos, pero la República Federal protestó públicamente cuando Estados Unidos pidió permiso para cavar por anticipado los hoyos en los que pensaba colocar las armas nucleares, cerca de sus infraestructuras de transporte.

Al final, las dudas sobre las SADM nunca tuvieron respuesta. En 1984, 20 años después de que se creara el arma, la opinión pública pudo hacerse una idea de cómo era y lo que podía hacer cuando William Arkin y sus colegas esbozaron una descripción a partir de documentos y manuales militares para presentársela al Consejo de Defensa de los Recursos Naturales de Estados Unidos. Sus revelaciones provocaron alguna reacción indignada en el Congreso y conmoción en los medios, pero las SADM tenían ya los días contados.

Al apagarse las tensiones de la guerra fría, Estados Unidos empezó a retirar las SADM. El fin oficial del arma llegó en 1989, cuando los Departamentos de Defensa y Energía declararon que era “obsoleta” y que “ya no existía ninguna necesidad operativa” para ella. Con la desaparición de la Unión Soviética en 1991, George H. W. Bush hizo grandes recortes en la armas nucleares no estratégicas de todos los sectores.

Seis años después se levantó oficialmente el secreto sobre algunos aspectos relacionados con el arma. Pero los detalles operativos de cómo se habrían utilizado las mochilas nucleares --las misiones en territorio del Pacto de Varsovia, las demandas que suponían las armas para los hombres encargados de desplegarlas y los riesgos que entrañaban las misiones-- no se han conocido hasta ahora, a través de entrevistas, documentos desclasificados en virtud de la Ley de Libertad de Información y manuales militares que se han obtenido ahora.

Lo que fue un arma del máximo secreto es hoy una atracción turística. Quienes visitan el Museo Nacional de Ciencia e Historia Nuclear en Albuquerque, Nuevo México, pueden hacerse una foto delante de un contenedor de SADM con su paracaídas. La Munición Atómica Especial de Demolición ha pasado de ser un arma de lo más seria, aunque extravagante, a ser un recuerdo pintoresco de la guerra fría.

Con la distancia que da la historia, es tentador decir que las SADM no fueron más que una aberración nacida de la histeria de la guerra fría. Pero Estados Unidos sigue teniendo armas nucleares tácticas en Europa, aunque en una forma menos osada, las bombas B-61, aerotransportadas. Y más inquietante resulta el hecho de que otros países están adoptándolas cada vez más como instrumentos de defensa nacional. Por ejemplo, al parecer, Pakistán tiene armas nucleares deplegadas en posiciones avanzadas, y sus tropas sobre el terreno tienen concedida de antemano la autoridad para utilizarlas, todo ello con el fin de compensar el hecho de que el ejército indio es mucho mayor. Y, con la situación contraria a la que era, ahora que Rusia está en una situación de inferioridad convencional respecto a la OTAN, Moscú ha dado más importancia al papel de las armas nucleares tácticas en su doctrina estratégica.

Ahora bien, para los veteranos de las SADM del Ejército, su pasado nuclear ha quedado muy atrás. Algunos tenían dudas sobre la misión; otros la aceptaron con entusiasmo. Todos llevaron el peso de las peores pesadillas de la guerra fría, literalmente sobre sus espaldas.

© Foreign Policy
Adam Rawnsley vive en Washington y escribe sobre tecnología y seguridad nacional.
David Brown es autor de Deep State: Inside the Government Secrecy Industry
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/02/12/actualidad/1392228807_342184.html

La ONU: La única opción en Siria es huir "La nación ha colapsado en el campo de batalla más caótico y mortífero del mundo", señalan desde el organismo

Ginebra. (EFE).- La única opción de los sirios es huir de su país, denunció hoy la comisión de investigación de Naciones Unidas sobre el conflicto en Siria.

"Siria ha sido destruida delante de nuestros ojos. La nación ha colapsado en el campo de batalla más caótico y mortífero del mundo. Los lazos que mantenían unida a la nación se han desintegrado", señaló el presidente de la comisión, Paulo Sergio Piñeiro, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.

"Los sirios describen un país irreconocible. La vida como la construyeron y la conocían se ha desmoronado y su única opción es huir", agregó Piñeiro.

La comisión de investigación presentó hoy ante el plenario del Consejo, reunido en su trigésima sesión, su último informe sobre Siria, que relata una vez más las atrocidades, vejaciones y múltiples violaciones a los derechos humanos que se cometen diariamente en ese país.

"El profundo sufrimiento humano, que hemos visto durante años en los hospitales sirios y en los campos de refugiados de los países vecinos, está grabado en las demacradas caras de los refugiados apiñados ahora en las estaciones de trenes y en los descampados tras las alambradas en las fronteras de Schengen", dijo.

Ante esta situación, la comisión -que no tiene mandato sobre las violaciones a las que son sometidos los sirios en Europa- recordó los principios a los que los países de la Unión Europea están sometidos.

"Nuestro mensaje para los europeos es que respeten la ley internacional y el principio de no devolución, ayuden a los países limítrofes a lidiar con los cuatro millones de refugiados que acogen, creen vías legales para la entrada de sirios a Europa", indicó en una rueda de prensa posterior Vitit Muntarbhorn, otro de los miembros de la comisión.

Piñeiro dejó claro que la única solución para la crisis mundial de refugiados es la resolución pacífica del conflicto bélico.

"La crisis de refugiados -que ha existido durante años en Turquía, Líbano, Jordania e Irak- es consecuencia del conflicto sirio. Ambas están totalmente ligadas. Es imposible resolver la una sin la otra", insistió ante el pleno del Consejo.

"La única solución para la crisis de los refugiados es lograr la paz en Siria. Todos los sirios con los que hemos hablado dicen lo mismo: que solo esperan que el conflicto se solucione para poder volver a su casa", agregó Carla del Ponte, también miembro de la comisión.

Piñeiro volvió a arremeter contra los países -sin citarlos- que transfieren dinero y armas a las partes beligerantes.

"Los países que entregan armas tiene obligaciones morales y legales. La responsabilidad por los crímenes cometidos con dichas armas recae no sólo en los que la portaban sino en las que se las dieron, sean éstos actores estatales o no estatales", dijo.

"Los estados no pueden continuar afirmando que apoyan una solución negociada mientras arman a los beligerantes, no cumplen con los servicios humanitarios, y se sorprenden de que la crisis de refugiados se extienda. Los intereses nacionales o regionales necesitan quedar de lado. Las víctimas sirias lo merecen", enfatizó Piñeiro.

El experto alabó además el anuncio de que Estados Unidos y Rusia intentarán negociar una manera de atenuar el conflicto.

Consultada la comisión sobre la posibilidad de alcanzar un acuerdo con el presidente sirio, Bachar al Asad, cuyo régimen ha supuestamente cometido crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad, Del Ponte recordó el caso de la antigua Yugoslavia y del presidente serbio, Slobodan Milosevic, con el que se alcanzó un acuerdo y que después fue juzgado por la justicia internacional.

Leer más: http://www.lavanguardia.com/internacional/20150921/54435393415/onu-siria-huir.html#ixzz3mbcms0mA
Síguenos en: https://twitter.com/@LaVanguardia |
http://facebook.com/LaVanguardia

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Mejor unidos, como siempre. En memoria de Cipriano García y Ángel Rozas

I- Si algo ha demostrado la historia es que las derrotas de los trabajadores siempre han venido por la división o cuando se han dejado arrastrar por proyectos insolidarios. Los que firmamos este artículo somos personas que, en momentos difíciles, hemos dirigido las luchas de los trabajadores por la democracia y el bienestar social. Ahora vemos, con gran preocupación, que se nos quiere separar. Se pretende poner por encima de nuestros valores y compromisos solidarios unos proyectos identitarios, con el objetivo de dividir un Estado democrático que los trabajadores, más que nadie, fueron capaces de conquistar. Este problema se ha agravado por la crisis económica, por una sentencia del Tribunal Constitucional que modificó el nuevo Estatuto de Cataluña y por la política de los nacionalistas de encubrir sus medidas antisociales y la corrupción bajo la bandera de la separación.

Pero no olvidemos que las libertades y los derechos sociales conquistados —hoy en peligro— son el producto de las luchas de todos los españoles. Porque en todos los lugares hay hombres y mujeres que se levantan contra las injusticias, sabiendo que formamos parte de un proyecto común de avance social y que si nos va mal a unos les irá mal a todos.

II- Luchamos juntos contra la dictadura, fuimos represaliados, muchos perdieron la vida y otros conocimos la cárcel. Nuestros represores pertenecían a todos los territorios de España. Así se forjó el movimiento obrero de nuestro país, que fue decisivo en la conquista de las libertades. En las movilizaciones por la libertad sindical, la amnistía y los estatutos de autonomía, los trabajadores estuvieron a la cabeza, mientras los que hoy se presentan como adalides de confusas liberaciones nacionales, o no se enfrentaron a la dictadura con igual decisión o ni siquiera lo intentaron.

III- Se defendieron todas las causas justas sin pensar a qué territorios afectaban. Y si hoy existen notables diferencias de desarrollo entre distintas autonomías, no se debe a que unos seamos más listos o laboriosos que otros sino a que la desigualdad es una constante en el desarrollo del capitalismo y a que los diversos sectores de ese capital siempre han pactado repartirse las zonas de influencia. Eso explica, históricamente, las grandes corrientes migratorias en el interior de España, de las zonas más pobres a las más ricas. Pero también es indiscutible la contribución de esos emigrantes al desarrollo económico y a la conquista de las libertades en Cataluña. Nos interesa recordar que ya en junio de 1967, la Primera Asamblea Nacional de CC OO reconocía las reivindicaciones nacionales del País Vasco, Cataluña o Galicia "sin anteponerse a las de tipo social o sindical ni a la unidad de acción de todos los trabajadores españoles".

IV- Hoy la crisis económica se aborda provocando millones de desempleos, reduciendo salarios y pensiones, desahuciando a los más pobres, reduciendo las inversiones en educación y sanidad, facilitando el despido. Todo ello en el contexto de la corrupción más vergonzosa jamás conocida en el periodo democrático. Medidas antisociales y corrupción que afectan sobre todo a PP y a CiU, por mucho que este último se envuelva en la "independencia" con el fin de ocultar sus vergüenzas y sus políticas antisociales.

V- Siempre se han defendido, desde el mundo del trabajo, los derechos democráticos que han sido la expresión de su fuerza unitaria. Todo quebranto de dicha unidad conduciría a la debilidad del movimiento de los trabajadores, y de la izquierda. Es más, en la época de la globalización, en una UE que decide cada vez más sobre nuestros asuntos, las opciones de ruptura y división nos debilitarían hasta hacernos irrelevantes. No deberíamos olvidar nunca que la solidaridad es la esencia del sindicalismo y no hay acto más insolidario que desgajar una parte del conjunto cuando, como en este caso, es una de las más ricas. El que haya afiliados a favor de la independencia no debe ser obstáculo para que las organizaciones sindicales tengan una posición clara ante lo que supone un atentado contra los intereses de los trabajadores. Desde luego, no estamos por el inmovilismo actual. Apostamos por una reforma de la Constitución que amplíe los derechos sociales, que mejore nuestra convivencia democrática y el encaje de todos en una España mejor. Por eso los que luchamos juntos queremos seguir unidos dentro de una España y una Europa federales, garantía de que podremos avanzar en las conquistas sociales y democráticas.

 /  /  23 SEP 2015
Este artículo lo firman también Paco Acosta, Pedro Santiesteban y Miguel Ángel Zamora. Los autores son cofundadores de CC OO y fueron represaliados por la dictadura.

LOS PORQUÉS DEL TIEMPO » La niebla de San Francisco. El origen está en las aguas frías que condicionan el clima de la bahía

Una de las imágenes más famosas del planeta es la del puente Golden Gate, símbolo de la ciudad californiana de San Francisco, emergiendo desde la cerradísima niebla. De clima mediterráneo, esta ciudad americana se caracteriza por sus inviernos frescos y húmedos (con lluvias relativamente abundantes) y unos veranos secos y no muy calurosos. De hecho, la temperatura media durante todo el año no excede los 19-20 grados, ya que su clima fresco está fuertemente condicionado por la omnipresente corriente fría de California (corriente marina que se extiende a lo largo de la costa occidental de América del Norte, desde Alaska hacia el sur, paralela al litoral americano). Mark Twain dijo una vez que, "no he pasado nunca más frío que un verano en San Francisco."

Precisamente el origen de la formación de esta espesa niebla estival lo encontramos en estas aguas frías que condicionan el clima de San Francisco. Esta se forma cuando el aire cálido y húmedo del océano Pacífico se abalanza sobre la corriente fría de California que, como hemos dicho, fluye paralela a la costa. Este aire caliente y húmedo se enfría desde abajo, su humedad relativa aumenta y el vapor de agua se condensa a medida que avanza a través de la bahía o de la tierra formando la niebla. Este tipo de nieblas se llama de advección.

Por cierto, el color del puente es un rojo con acabado en plomo, conocido como naranja internacional, y fue elegido porque no solo armoniza muy bien con el entorno natural, sino que además hace mucho más visible el puente en días de niebla.
http://elpais.com/elpais/2014/07/24/actualidad/1406227094_054418.html

martes, 22 de septiembre de 2015

LOS PORQUÉS DEL TIEMPO » William Rankin. El piloto que engulló la tormenta


En agosto de 1959, haciendo un vuelo rutinario observó delante de él la presencia de una potente tormenta cuya cima llegaba hasta los 15.000 metros

A veces ocurren historias increíbles, dignas del mejor cine de ciencia ficción, pero tan reales que merece la pena dedicarles una mención. Es el caso del piloto de la marina de los EE UU, el teniente coronel William Rankin. En agosto de 1959, haciendo un vuelo rutinario con su F-8 Crusader entre Massachusetts y Carolina del Norte observó delante de él la presencia de una potente tormenta cuya cima llegaba hasta los 15.000 metros.

Como atravesarla era misión imposible por las enormes turbulencias que se generan dentro de estos gigantescos cumulonimbos y el granizo de gran tamaño que albergan, se situó por encima de ella a unos 16.000 metros de altura. En ese preciso instante, escuchó un estrepitoso ruido que provenía del único motor del avión y en apenas unos segundos empezó a perder potencia y a descender con mucha rapidez. El dispositivo auxiliar para suministrar electricidad al motor tampoco funcionó y la luz roja de aviso de incendios comenzó a parpadear. No podía dar crédito a lo que le estaba sucediendo. Después de varios intentos frustrados para reiniciar el motor, el avión quedó sin control.

Fue entonces cuando William decidió que la única solución era eyectarse y salir de allí lo antes posible. Pero fuera le esperaba una muerte casi segura puesto que caería directamente en las entrañas de aquella imponente tormenta que lo iba a engullir. Sin traje presurizado y a unos 50 grados bajo cero su cuerpo empezó a notar, casi al instante, los efectos del infierno donde había quedado atrapado…

Tras salir eyectado de su avión F-8 Crusader a unos 16.000 metros de altura, el teniente coronel Willian Rankin se enfrentaba a una muerte casi segura tras caer dentro de una potente tormenta. Los 50 grados bajo cero le produjeron gravísimas congelaciones en pocos segundos en su cara y su mano izquierda, puesto que el guante se rasgó al salir de la cabina. La rápida descomprensión hizo que su estómago se hinchara como una pelota y su nariz, boca y ojos empezaran a sangrar. Lo único que le mantenía vivo era la botella de oxígeno que llevaba unida a su casco. Pudo abrir su paracaídas, pero con las violentas corrientes ascendentes y descendentes que se producen en el interior de estas tormentas, realizó varios viajes de subida y bajada a una velocidad endiablada de más de 160 km/h. El sonido era ensordecedor. Después de 40 minutos soportando terribles golpes de granizo de gran tamaño, la lluvia cesó y milagrosamente pudo aterrizar con su paracaídas sobre un pinar a más de 100 km del punto de eyección. Solo se conoce otro caso de supervivencia similar. En 2007 Ewa Wisnierska y su parapente fueron succionados por una potente tormenta en Australia a 9000 metros de altura y con temperaturas de -40 grados.

La cárcel, un tragapersonas improductivo. Una amplia investigación en Estados Unidos demuestra que la prisión no ayuda a reducir el delito

Realizado por la prestigiosa New York University, el informe Brennan fue presentado en Buenos Aires. Sostiene que la cárcel mantiene a 2,3 millones de personas tras las rejas (en EE.UU. el país con la tasa mundial más alta de personas encarceladas), a un costo de 80 mil millones de dólares anuales, y no ayuda a reducir el delito.


“Desde la década del 80, el encarcelamiento redujo su efecto en el control del delito. A partir del 2000, el impacto que tuvo el crecimiento de la encarcelación, en otras palabras, agregar gente a la cárcel, sobre la tasa de criminalidad fue esencialmente cero”. La conclusión surge de un riguroso estudio realizado por un equipo de investigadores de la prestigiosa Escuela de Leyes de la New York University sobre las cincuenta principales ciudades de Estados Unidos, en los 50 estados que componen el conglomerado del Norte. El informe cuenta con consenso entre demócratas y republicanos. “De hecho –remata el informe–, mientras que grandes estados como California, Michigan, Nueva Jersey, Nueva York y Texas reducen sus poblaciones carcelarias la tasa delictiva continúa en descenso”. El informe fue presentado en Buenos Aires ante la presencia, entre otros, de lobbistas y prácticos del manodurismo local.

El informe, titulado “What caused the crime decline?” (¿Qué causa la baja de la criminalidad?), y producido por el Brennan Center for Justice, de la afamada Escuela de Leyes de la NYU, investiga una serie de variables popularmente mencionadas como solución a las tasas de criminalidad: la incidencia del uso de drogas en los delitos, el despliegue masivo de uniformados, la baja en la edad de punibilidad de los adolescentes, la construcción de cárceles y el encierro de personas, entre otras. El resultado que comprueban los investigadores es que ninguna de esas variables tuvo efectos visibles sobre la baja de la tasa de criminalidad, y en algunos casos demostraron que el efecto era cero. Y lo que también los inquieta es que Estados Unidos invierte anualmente 80 mil millones de dólares en mantener el sistema carcelario.

Lo sorprendente del estudio no reside tanto en el descubrimiento de que la relación más cárcel-menos delito no es vinculante, sino en que se llegue a esa conclusión en el país que tiene la más alta tasa de encarcelamiento del mundo –alrededor de 500 presos por cada cien mil habitantes–, con 2,3 millones de personas alojadas tras las rejas, lo que representa la cuarta parte del total de presos de todo el mundo. “Desde los años ‘70 –señala el informe Brennan–, el encarcelamiento en EE.UU. creció constante y dramáticamente. Las políticas de justicia criminal decretaron durante el pico de la Guerra contra las Drogas en los ‘80 y ‘90 la expansión de la encarcelación como respuesta al crecimiento del crimen y el miedo que desataba. Esto incluye mínimos más altos en las penas, el cumplimiento de la pena, las leyes del ‘tres detenciones y fuera’ (la tercera detención por el motivo que fuera provoca una condena definitiva, también llamada tolerancia cero), aporte de fondos federales para la construcción de cárceles”, entre otros.

El estudio del Brennan Center analiza la tasa de criminalidad desde 1990 hasta 2013, y la compara con el delito violento (DV) (homicidio, violación, robo, asalto agravado), el delito a la propiedad (DP) (robo en vivienda, hurto, robo de vehículos), y el encarcelamiento. Y determina que en ese período el DV se redujo en un 50 por ciento, el DP, en 46, y el encarcelamiento creció el 61 por ciento. Al analizar la década ‘90-’99, los autores –Lauren-Brooke Eisen, Julia Bowling y Oliver Roeder– determinaron que el DV se había reducido 28 por ciento; el DP, 46; y la carcelación creció esos años el 61 por ciento. “Lo más sorprendente –citan los autores– es que la tendencia no muestra una relación coherente. Especialmente a partir del 2000, el crimen continúa cayendo (en la misma proporción) mientras que el encarcelamiento creció muy lentamente (uno por ciento)”.

Bajó el delito pero no motivado por el encarcelamiento, que no tuvo modificación. Para los autores éste fue un indicio de que la relación directa, más prisión-menos delito, es al menos poco efectiva para explicar el descenso de la criminalidad.

Los investigadores afinaron la búsqueda analizando los efectos de otras 12 variables con posible impacto en la reducción de la tasa delictiva, entre 2000 y 2013:

En el área de políticas de justicia criminal:
- Incremento de la encarcelación: no tuvo efecto en el descenso del DV.
- Tampoco la pena de muerte.
- El aumento masivo del número de policías no tuvo incidencia.
- Tampoco tuvo incidencia la promulgación de leyes sobre portación de armas.

Entre los factores económicos:
- No encontraron evidencias de que el desempleo tuviera efectos.
- El crecimiento de los ingresos tuvo una repercusión de entre 5 y 10 por ciento.

Y entre los factores sociales y ambientales:
- La baja en el consumo de alcohol tuvo un efecto en la caída del crimen entre 5 y 10 por ciento.
- El envejecimiento de la población no tuvo evidencias de efecto.
- Y la baja en el consumo de crack tampoco tuvo efectos.

Entre las evidencias que los investigadores encontraron como más efectivas (entre un 5 y un 15 por ciento) en la caída del delito aparece el modo en que es utilizada eficientemente la policía.

Policías y cadalso
Otra de las bases del relato de la inseguridad que se puso en discusión en Estados Unidos fue la contratación y despliegue masivo de fuerzas policiales como medida para combatir la delincuencia. El estudio realizado por Brooke Eisen, Bowling y Roeder, avanza sobre el punto y propone que la contratación masiva es ineficaz. “Este informe encuentra que el aumento en la cantidad de oficiales de policía tuvo un modesto efecto descendente en el delito en los 90, de entre 0 y 10 por ciento”, dice, y agrega que el efecto empezó a ser “insignificante en los 2000”.

Por otro lado determinaron que la relación entre la aplicación de la pena de muerte y la reducción del delito es tan débil que es comparable a cero.

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/deportes/8-282066-2015-09-20.html

lunes, 21 de septiembre de 2015

La pobreza afectaría el desarrollo cerebral de los niños.

HealthDay

La pobreza parece afectar al desarrollo del cerebro de los niños, dificultando el crecimiento de la sustancia gris y poniendo trabas a su rendimiento académico, según un reciente estudio. Estudios anteriores habían mostrado que los niños que viven en la pobreza tienden a rendir menos en la escuela, tienen puntuaciones marcadamente más bajas en las pruebas y no alcanzan un nivel educativo tan alto como sus pares más ricos.

Los investigadores analizaron imágenes de resonancia magnética de 389 niños estadounidenses con un desarrollo cerebral normal, de 4 a 22 años, y evaluaron la cantidad de sustancia gris en el cerebro, además del lóbulo frontal, el lóbulo temporal y el hipocampo Los niños que vivían por debajo de un 150% del nivel federal de pobreza tenían un 3-4% menos de sustancia gris en partes importantes del cerebro, en comparación con un desarrollo cerebral normal (p < 0,05). Quienes vivían por debajo del nivel federal de pobreza tenían un 8-10% menos de sustancia gris en esas mismas regiones del cerebro (p < 0,05). Esos mismos niños alcanzaron una media de 4-7 puntos menos en las pruebas estandarizadas (p < 0,05). Los investigadores calcularon que hasta un 20% de la diferencia en las puntuaciones de dichas pruebas podría explicarse por la menor maduración de los lóbulos frontal y temporal.

Según los autores, varios problemas relacionados con la pobreza contribuyen al retraso en el desarrollo cerebral de los niños, como la falta de estimulación por los padres y por el ambiente, niveles altos de estrés, dormir mal, el hacinamiento o una deficiente nutrición.

[JAMA Pediatr 2015] Hair NL, Hanson JL, Wolfe BL, Pollak SD

Manzanas. Seréis expulsados del paraíso de la ciencia y vuestro cerebro seguirá siendo corroído y manipulado por la superstición


La inteligencia humana se ha movido simbólicamente en torno a tres manzanas.

Primero fue la manzana del paraíso que la serpiente ofreció a Eva. Si coméis el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal seréis como dioses. El texto original en hebreo se fue adulterando al pasar por diversas traducciones del griego al latín. Se supone que la serpiente ofreció a Eva una propuesta hacia el conocimiento, pero el cristianismo adoptó una acepción equivocada de manzana, malum en latín, y transformó en pecado lo que en la lengua original se exponía de manera positiva y liberadora. La religión católica ha seguido interpretando la pérdida del paraíso como castigo ejemplar frente a la teoría de la evolución.

La segunda manzana fue la que, según la tradición, le cayó a Newton en la cabeza y le impulsó a desarrollar la ley de la gravedad, llave de la física moderna, que ha permitido que una sonda espacial haya llegado a Plutón después de recorrer 5.000 millones de kilómetros.

La tercera manzana preside hoy la empresa más exitosa de nuestro siglo. Apple muestra con orgullo su logo universalmente conocido, una manzana con un pequeño mordisco cuyo significado alude de nuevo a la liberación que proporciona el conocimiento.

La nueva Ley de Educación perpetrada por el infausto ministro Wert equipara las manzanas de la física y de la informática con la manzana del paraíso, que solo es fruto de un cuento mágico, paradigma de la culpa de la inteligencia, origen de todos los males.

La enseñanza de la religión como asignatura favorecida y evaluable pone a Eva al mismo nivel de Newton y de Alan Turing, padre de los nuevos ordenadores. Pero hoy la serpiente diría a los alumnos: si mordéis esta manzana de Wert no seréis como dioses. Seréis expulsados del paraíso de la ciencia y vuestro cerebro seguirá siendo corroído y manipulado por la superstición.

El País. 20 SEP 2015 - http://elpais.com/elpais/2015/09/18/opinion/1442588941_914907.html

Las ideas no son manzanas.
“If you have an apple and I have an apple and we exchange these apples then you and I will still each have one apple. But if you have an idea and I have an idea and we exchange these ideas, then each of us will have two ideas.”

Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana y las intercambiamos, entonces ambos aún tendremos una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea y las intercambiamos, entonces ambos tendremos dos ideas.

Este simple ejemplo de George Bernard Shaw debería ser suficiente para mostrar la diferencia fundamental entre el conocimiento y los bienes materiales. Sin embargo, parece ser la tendencia actual el cubrir al conocimiento con un manto de escasez artificial, impidiendo su difusión para de esta forma asemejarlo a las cosas materiales y tratarlo como a estas últimas...
Seguir leyendo aquí.

La política sucia detrás del conflicto sirio

En los últimos meses la situación en el Mediterráneo ha servido como un dramático recordatorio de lo que los líderes de Europa han intentado dificultosamente olvidar. La crisis de Siria ha llegado a Europa. Aunque se ha hablado mucho de números y porcentajes de refugiados que cada país puede o no aceptar, no nos olvidemos de que detrás de esos números y las escenas de engañosa emoción de los políticos, se esconde el lado feo de la política mundial.

Los planes para derrocar a los regímenes "molestos" del Medio Oriente comenzaron en el momento en que los halcones de la guerra de Washington y sus aliados europeos prepararon la primera guerra de Irak.

En un discurso de 2007, el general estadounidense Wesley Clark relató una conversación que tuvo en 1991 con el entonces subsecretario de Defensa Paul Wolfowitz. Durante esa charla, el secretario general dijo que el Pentágono ya había elaborado planes para lograr el cambio de regímenes en Irak, Siria e Irán. "...Tenemos unos 5 o 10 años para limpiar los antiguos regímenes soviéticos -Siria, Irán, Iraq- antes de que la próxima gran superpotencia esté en condiciones de desafiarnos".

El general Clark llegó a revelar que seis semanas después del ataque a las torres gemelas en 2001, un funcionario del Departamento de Defensa le dijo que el Pentágono había emitido un documento clasificado que describe la estrategia de los EE.UU. para derrocar a los regímenes de los siete países en los próximos cinco años. El comienzo se hizo con Irak, seguido por Siria y el Líbano, a continuación, Libia, Somalia, Sudán y, por último, Irán.

Esas afirmaciones fueron confirmadas por el exministro de Asuntos Exteriores francés, Roland Dumas, cuando dijo en el canal de televisión FrenchTV que Gran Bretaña estaba entrenando y apoyando a rebeldes sirios, al menos dos años antes de la revuelta con el objetivo de derrocar a Assad del poder.

El dinero que alimenta la guerra
Entre 2006 y 2010, los EE.UU. gastaron 12 millones de dólares para apoyar e instigar manifestaciones y propaganda contra el Gobierno sirio. WikiLeaks lanzó más de 7.000 cables diplomáticos secretos que documentan la financiación. Los cables revelaron que hasta 6,3 millones de dólares se canalizaron al Movimiento por la Justicia y el Desarrollo, una organización siria disidente con sede en Londres. El Movimiento operaba el canal satelital Barada, que difundió la propaganda antigubernamental en Siria y jugó un papel importante en las protestas contra Assad de los años 2010-2011.

Los 6 millones restantes los gastó EE.UU. para de apoyar a los rebeldes y los activistas y educar a los periodistas en las formas de manipulación de las noticias sobre la crisis siria de una manera que beneficiase a los rebeldes. En abril de 2011, el portavoz del Departamento de Estado, Mark Toner, admitió que los documentos de WikiLeaks eran auténticos y afirmó que EE.UU. apoyó varios "movimientos civiles en Siria" con "el objetivo de fortalecer la libertad de expresión".

En 2012 el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, junto con el Reino Unido, impulsó un relajamiento en el embargo de armas de la UE a Siria para permitir que "las armas defensivas lleguen a los combatientes de la oposición". Francia fue la primera potencia europea que reconoció a la Coalición Nacional de Oposición Siria y a las Fuerzas Revolucionarias, una coalición de varios grupos rebeldes formada en Doha que, según el presidente francés, François Hollande, era la "única representante del pueblo sirio". La coalición también fue reconocida por la vecina Turquía y la Liga Árabe como "representante legítimo de las aspiraciones del pueblo sirio".

En diciembre de 2012, en una reunión celebrada en Marrakech, Estados Unidos apoyó a la Coalición Nacional como Gobierno de transición de Siria. Por ese tiempo más de 100 países, incluida la Unión Europea, habían reconocido a la oposición siria, a pesar de los temores de que podría estar vinculada a grupos relacionados con Al Qaeda. De acuerdo con el ministro de Relaciones Exteriores francés, Laurent Fabius, se dieron a conocer en la reunión "importantes" contribuciones financieras: Arabia Saudí ofreció 100 millones de dólares, los EE.UU. se comprometieron a dar 14 millones más en ayuda médica y Alemania ofreció 29 millones.

Dos años más tarde, en 2014, el presidente francés Hollande dijo cínicamente a los medios franceses que Francia estaba armando y entrenando a los rebeldes sirios, por un período indeterminado de tiempo, porque "son los únicos participantes del proceso democrático". En una entrevista al diario francés Le Monde, admitió que Francia no puede "hacerlo sola" y que había "un buen entendimiento con Europa y los estadounidenses".

Por cierto, había tal entendimiento.

La conexión libia
Ya en septiembre de 2012 el consulado estadounidense en Bengasi y una base de la CIA que se encuentra a una milla del consulado, fueron atacados por las milicias locales. Los ataques causaron la muerte de cuatro personas, entre ellas el embajador estadounidense en Libia, Christopher Stevens.

El presidente Obama y Hillary Clinton fueron fuertemente criticados por la falta de seguridad en el consulado y por el retraso de la respuesta.

Pero la narrativa oficial no abordó algunas cuestiones claves: ¿por qué la base de la CIA fue atacada y cuál fue el papel exacto del consulado en una zona parcialmente controlada por la milicia local?

Oficialmente, el papel del consulado era establecer un centro cultural y una biblioteca en Bengasi. Pero los informes de prensa indican que el consulado cumplía una función mucho más oscura.

Poco después de que comenzase la guerra para derrocar a Muammar Gadafi en Libia, en febrero de 2011, la CIA estableció una base para sus operaciones de espionaje en Bengasi. La base de la CIA era conocida como el Anexo y, según el Wall Street Journal, el único objetivo del consulado era "dar cobertura diplomática al Anexo".

El Sunday Times de Londres informó de que los Estados Unidos habían estado comprando en secreto las armas almacenadas de Gadafi, incluyendo misiles antiaéreos SA-7, misiles antitanques, granadas propulsadas por cohetes y proyectiles de mortero. Algunas de estas armas se canalizaron hacia los rebeldes a través de una conexión con los países de Oriente Medio que ya estaban apoyando a diversos grupos de la oposición en Siria.

El periodista de investigación Seymour Hersh, ganador del Premio Pulitzer, ha revelado también que el presidente Obama y el primer ministro turco, Erdogan, habían llegado a un acuerdo secreto a principios de 2012. El acuerdo fue que la CIA y el MI6 británico se comprometerían a trasladar las armas pesadas de Gadafi fuera de Libia y las utilizarían para abastecer al Ejército Libre de Siria; Turquía, Arabia Saudí y Catar proporcionarían los fondos para esta operación que estaba bajo los auspicios de una entidad australiana.

Es muy probable que la mayoría de esas armas terminaran en manos del frente de Al-Nusra, un grupo extremista vinculado a Al Qaeda en Siria. Cuando los EE.UU. y sus aliados europeos y de Oriente Medio estaban canalizando armas pesadas a los rebeldes en Siria, hasta un 9% de los combatientes totales del Ejército Libre de Siria pertenecía al Frente Al-Nusra. En 2012, el Washington Post informó de que el grupo yihadista estaba creciendo rápidamente, "en parte porque ha sido el brazo más agresivo y exitoso de la fuerza rebelde".

De hecho, en 2013, prácticamente todas las áreas controladas por los rebeldes en Siria, serían dirigidas por los yihadistas.

La masacre de Ghouta
En agosto de 2013, un humo amarillo se levantó sobre el suburbio de Ghouta, cerca de Damasco, controlado por los rebeldes. Unas horas más tarde yacían en las calles los cuerpos sin vida de 1.000 personas, entre ellas 300 niños. Fue uno de los peores ataques con gas sarín de la historia de la guerra civil siria.

El presidente Obama acusó al régimen sirio de, supuestamente, cruzar la "línea roja" que él había establecido en 2012 sobre el uso de armas químicas y anunció la intervención militar en Siria.

Sin embargo, dos días antes del ataque previsto, Obama dijo que buscaría la aprobación del Congreso para la intervención.

Entonces, ¿qué ha hecho al presidente de Estados Unidos cambiar de opinión?

Seymour Hersh presenta una narración alternativa de los acontecimientos: La inteligencia de Estados Unidos temía que Turquía estuviera suministrando gas sarín a los rebeldes meses antes del ataque. Esta información nunca se hizo pública.

Hersh escribe que "la Agencia de Inteligencia de Defensa de Estados Unidos emitió un documento altamente clasificado de cinco páginas sobre los "temas de conversación" de la reunión informativa el 19 de junio, cuando se declaró que el grupo rebelde sirio Al-Nusra, mantenía una célula de producción de gas sarín". Según el documento "Turquía y los facilitadores químicos con sede en Arabia estaban tratando de obtener precursores de sarín a granel, decenas de kilogramos, probablemente para el esfuerzo de producción a gran escala prevista en Siria".

Según la denuncia de Hersh, en 2012 los servicios de inteligencia estadounidenses creían que los rebeldes perderían la guerra. Esto llevó a la agencia de inteligencia nacional de Turquía y a la Gendarmería, el brazo de aplicación de la ley paramilitar del país, a trabajar con el Frente Al-Nusra en Siria con el fin de ayudarle a construir su desarrollo químico. Supuestamente Erdogan esperaba que el uso de armas químicas contra los civiles sirios provocara una respuesta militar de Estados Unidos contra Asad.

El informe de Hersh desató la polémica y el New Yorker y The Washington Post se negaron a publicarlo.

Transcurrirán años hasta que los juegos políticos y militares que rodean el conflicto sirio salgan a la luz.

Mientras tanto, cuatro millones de sirios se ven obligados a escapar del conflicto y más de 250.000 personas han tratado de llegar a Europa en agosto de 2015. Los países occidentales están dispuestos a concederles asilo, pero no están dispuestos a detener las acciones que alimentan la guerra.

Parece que los cuerpos de los niños sirios ahogados sorprendieron a muchas conciencias, pero no cambiaron ninguna política.

Fragkiska Megaloudi es una periodista griega especializada en la presentación de informes de derechos humanos. Su último libro sobre Corea del Norte se publicará este otoño.

Fuente: http://www.counterpunch.org/2015/09/17/the-dirty-politics-behind-the-syrian-conflict/

Counter Punch

Por qué decía Krugman en 2011 que la deflación en España no iba a ser la solución


Hace escasos días explicábamos que con la reciente actualización de los datos de la Contabilidad Nacional de España se confirmaba que el crecimiento de su economía en el año 2014 había sido del 1,4% en términos reales.

Sin embargo, su crecimiento del PIB nominal a precios corrientes fue tan solo del 1%, queriendo decir esto que un 0,4% del crecimiento real de la economía española -desde el 1% hasta el 1,4%- se había producido como consecuencia de un descenso general de los precios.

Que un escenario de este tipo no tiene por qué ser necesariamente positivo para España lo decía ya el economista Paul Krugman en su blog del New York Times a principios del año 2011 con un artículo en el que planteaba una hipotética Zona euro de dos únicos estados miembros -Alemania y España- para mayor simplificación.

Y planteaba lo siguiente: “Supongamos que la Eurozona pretende retrotraer el nivel de precios y salarios relativos entre ambos países cinco años en el tiempo teniendo en cuenta que el tamaño de la economía de Alemania es tres veces el de España y que el nivel de precios y salarios en esta última economía es un 20% superior al de la primera”

Con esta hipótesis de partida, el siempre lúcido economista Paul Krugman exponía dos desarrollos posibles; A: Alemania tiene una inflación del 2% y España una deflación del 2%, con la que la inflación de la Zona euro quedará en el 1%, B) Alemania tiene una inflación del 4% y España del 0%, de manera que en la Eurozona será del 3%, y apuntaba que la opción “A” sería la menos favorable para España al conllevar unas tasas de desempleo y de deuda pública mucho más elevadas que las que traería asociadas el escenario “B”.

Ahora, casi cinco años más tarde, sabemos que la inflación media en la Zona euro no se sitúa ni en el 2% -su objetivo oficial- ni en el 3%, sino en el entorno del 1%, es decir, en el planteado en la opción “A”, y que en España el desempleo sigue siendo anormalmente elevado pese a la supuesta recuperación macroeconómica, al igual que lo es su descomunal volumen de deuda pública, cuya factura anual por intereses de deuda supone miles de millones de euros a sus ciudadanos.

El tiempo nos ha traído por lo tanto esta conclusión: España no tiene permiso en Europa para registrar una inflación superior a la de Alemania. Quizás sí lo tuviera en el pasado -cuando sus precios duplicaban los alemanes-, pero lo que ahora de verdad importa es que la inflación de la Zona euro, que en gran medida viene marcada por el valor de Alemania, se encuentra en un entorno particularmente bajo, lo cual impide a la economía española crecer sin la necesidad de tener que deflacionar.

Y que nadie se equivoque; crecer con deflación no es empezar de cero si el volumen de deuda pública sigue esperando todavía ahí, cuantificado conforme al nivel de precios anterior. Así, un crecimiento de la economía en volumen, también puede significar un decrecimiento económico en la vertiente nominal, lo que difícilmente puede solucionar cualquier problema verdaderamente grave de carácter fiscal y laboral. “Esto se va a poner feo”, terminaba concluyendo Paul Krugman en su artículo de enero de 2011.
Fuente:
http://www.elcaptor.com/2015/09/por-que-krugman-deflacion-espana-solucion.html

Galerna, el vendaval más traicionero. Este fenómeno consiste en un fortísimo temporal de viento que aparece sin avisar


Probablemente sea la palabra que más pánico y respeto haya infundido entre los marineros y las gentes del litoral Cantábrico. Aún hoy se la teme, es la galerna, uno de los fenómenos meteorológicos más espectaculares que tenemos en nuestro país y que consiste en un fortísimo temporal de viento que aparece sin avisar, muy traicionero y que siempre va precedido de un ambiente plácido, tranquilo e incluso caluroso que para nada hace pensar en la llegada de este súbito vendaval. En la actualidad aún se desconocen algunos aspectos que favorecen su formación, de ahí la dificultad para predecirlas. En definitiva, el proceso se origina por la interacción de dos masas de aire de diferentes características. La primera llega desde el mar y es húmeda y fría y la segunda, es la que se encuentra sobre la meseta, mucho más cálida y seca.

Este choque produce, en apenas unos minutos, un brusco cambio en la dirección del viento de suroeste a oeste-noroeste y fuertes rachas iniciales de unos 70km/h que podrán superar los 100km/h a medida que se van desplazando desde Asturias hasta el litoral del País Vasco paralelas a la cordillera cantábrica. La temperatura cae bruscamente unos 12ºC en menos de 20 minutos y el temporal marítimo que se origina puede generar olas de más de 7-8m de altura. También suelen formarse potentes tormentas que descargan con fuerza. No durará mucho el paso de una galerna ya que, después de unos 45-90 minutos infernales, todo vuelve a la normalidad. Una de las más trágicas y mortíferas que se recuerda fue la del ‘Sábado de Gloria’ (20-04-1878) donde murieron ahogados 322 marineros.

http://elpais.com/elpais/2015/08/28/actualidad/1440796913_231138.html

domingo, 20 de septiembre de 2015

Jeremy Corbyn. Un nuevo liderazgo La elección de Corbyn es síntoma de las urgencias de una izquierda en transformación en busca de referentes capaces de enfrentarse a la erosión de los agentes clásicos, las demandas cambiantes de una sociedad posindustrial y las nuevas formas de desigualdad

La elección de Jeremy Corbyn como líder del Partido Laborista británico ha sido una sorpresa a medias. Ya desde finales de julio la mayoría de las encuestas le daban como ganador de las primarias, pero no se debería quitar mérito a su amplia victoria con el 59% de los votos. Ha atraído a su causa tanto a nuevos votantes como a militantes desencantados, y su triunfo ha superado la tenaz oposición tanto de los principales líderes laboristas como de importantes medios de comunicación. Su triunfo además ha tenido rápido eco internacional, y sus propuestas de retornar a la socialdemocracia clásica le han valido el ser casi considerado como la nueva esperanza blanca de la izquierda europea. En España incluso hemos llegado a ver la competición entre los líderes del PSOE y de Podemos por apadrinar su triunfo.

Con todo, hay dos elementos del contexto británico que resultan clave para entender la elección del veterano laborista. Por un lado, la frustración interna causada por la aplastante victoria de los conservadores en las elecciones del pasado mayo. Una proeza conservadora no prevista por las encuestas y en parte atribuida al débil liderazgo de Ed Miliband. Por el otro, el cambio del sistema de elección interna del Partido Laborista. Anteriormente el electorado se dividía entre tres grupos que determinaban el resultado final: el grupo parlamentario, los militantes y organizaciones próximas al partido (básicamente los sindicatos). En esta elección, sin embargo, se ha aplicado el sistema de “un afiliado, un voto”, en la que el voto de cada inscrito pesa lo mismo. Ello ha ayudado a que las bases clásicas laboristas, más a la izquierda que los líderes del partido, resultaran decisivas en la victoria de Corbyn.

Su éxito ha sido claro en las primarias, pero el potencial de este candidato para ganar las elecciones es más incierto. Jeremy Corbyn tiene un apoyo limitado de su grupo parlamentario, lo que le hace vulnerable frente a conspiraciones internas. Además, el sistema electoral británico, basado en distritos unipersonales mayoritarios, penaliza a candidatos que se alejan del centro político. Y ello juega en su contra para superar tres retos mayúsculos: limitar su dependencia de un electorado cada vez más envejecido; recuperar posiciones en muchos distritos, especialmente en Escocia (donde fue barrido en favor de los nacionalistas escoceses), y ser capaz de ofrecer más credibilidad en el ámbito económico que su antecesor. Lo llamativo es que, a pesar de estas incertidumbres, algunos partidos de la izquierda lo hayan entronizado como nuevo líder referente, algo por lo que ya pasaron personalidades como Obama, Hollande, Renzi o Tsipras. ¿Por qué esta necesidad de buscar modelos carismáticos a imitar?

Esto tiene que ver a mi juicio con algunas transformaciones que afectan de manera importante a los partidos de izquierda. La primera transformación es la erosión de los agentes clásicos de representación que habían sido los partidos de masas socialdemócratas y comunistas. En el pasado, los partidos eran agencias no solo de movilización electoral, también de socialización. Partidos, sindicatos, casas del pueblo o la prensa de partido eran un todo que dotaba de identidad. Sin embargo, desde los años setenta, la militancia en los partidos y la participación electoral no han hecho más que caer mientras la desconfianza de los ciudadanos hacia los partidos aumentaba. Las bases de los partidos de izquierda se han envejecido y, aunque no les afecta solo a ellos, hay una crisis importante en los agentes que representan y aplican estas ideas.

El segundo cambio tiene que ver con la emergencia de nuevos retos ante transformaciones sociales. En el pasado, la izquierda estaba en un entorno industrial que permitía aplicar con claridad su agenda de intervención en la economía y redistribución. Sin embargo, la globalización y los cambios tecnológicos han traído consigo una sociedad posindustrial en la que los trabajadores tienen trayectorias laborales más inestables y heterogéneas, y los sindicatos no se han adaptado lo suficiente a esta nueva realidad. Esto ha generado en paralelo dos dinámicas. De un lado, durísimas reconversiones industriales que han erosionado la base social tradicional de los partidos de izquierda, y del otro lado, la emergencia de formas de desigualdad y precariedad que el Estado de bienestar tradicional no alcanza a cubrir.

Finalmente, las transformaciones ligadas a los procesos de integración supranacional han hecho que las recetas clásicas de la izquierda no sean aplicables de modo idéntico a como lo eran en los años sesenta. Las políticas de izquierda, tanto las redistributivas como las de expansión del gasto público, tenían como marco de referencia el Estado nación. Sin embargo, a medida que la economía se ha vuelto más interdependiente, estas medidas no siempre han sido exitosas. Un buen ejemplo es la marcha atrás que tuvo que dar François Mitterrand en los ochenta en su programa de nacionalizaciones y expansión keynesiana clásico. Además, la imperfecta unión monetaria y fiscal de la eurozona ha creado una camisa de fuerza adicional que muchas veces obliga a los Gobiernos a recular en sus propuestas. Recientemente lo hemos vuelto a ver en el caso de Grecia y el Gobierno de Syriza.

Estas tres transformaciones simultáneas que afectan a los agentes (partidos y sindicatos), a los retos (nuevas formas de desigualdad) y a las recetas (necesidad de innovar en las políticas) explican por qué la izquierda vacila y se tambalea en muchos países. En algunos sitios lo ha hecho en favor de los llamados “partidos movimiento”. Nuevas formas de representación a medio camino entre la movilización callejera y el partido clásico. En otros lo ha hecho en manos de populismos nacionalistas, que capitalizan la competencia por los recursos sociales de los más desfavorecidos atizando el miedo y la xenofobia. Dos soluciones diferentes que solo comparten su oposición al establishment político y que en muchos casos son nutridas de exvotantes de partidos socialdemócratas (jóvenes, desempleados, periferia de las grandes ciudades), los conocidos como perdedores de la globalización.

Se entiende así que la izquierda ande ávida de referentes sobre los que edificar su acción de gobierno y su discurso. Ávida de alguien que responda a la pregunta: “¿Qué hacer?”. En la elección de cada nuevo líder de izquierdas se quiere ver una marea de cambio y cala el discurso de que recuperando unas supuestas esencias perdidas es posible dar marcha atrás y reconectar con el electorado. El discurso de Jeremy Corbyn entronca bien con esa idea. Y sin duda acierta cuando apunta que los recortes sociales con la presente crisis económica han tenido un impacto muy nocivo en nuestras sociedades. Sin embargo, se corre el riesgo de que lo urgente no permita ver lo importante. Muchos actores de la izquierda juegan a la defensiva de un statu quo insuficiente para proteger y reducir la desigualdad entre amplias capas de la sociedad. De mucha gente que ha quedado en los márgenes. Por eso solo una izquierda que priorice la igualdad como fin sin reparar en el medio para lograrlo, que se rebele contra la dicotomía entre eficiencia y equidad, será capaz de retomar el pulso.
Pablo Simón es profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Carlos III de Madrid y editor del Colectivo Politikon.

http://internacional.elpais.com/internacional/2015/09/18/actualidad/1442577529_294255.html

Mitos y estereotipos: Los extremeños están todo el día en el bar y cobran por no trabajar.

Extremadura es:
1ª Autonomía española en producción de tomate, de arroz, de cereza, de fruta de hueso, de corcho, de higo, soja, frambuesa y carbón vegetal.

2ª productora nacional de olivo y sus derivados. Y de maíz.

La cuarta de avena, la sexta de trigo, la séptima de cebada, líderes en uva.

En ganadería es la Primera comunidad de España en cría de porcino extensivo y en producción de carne de cerdo ibérico, primera criadora de ovino y de reses bravas, tercera de bovino y de caprino y líderes en equino.

Pero el mayor mérito es conseguir todo eso sin salir del bar, es decir sin trabajar y recibiendo el PER.
El día que salgamos de los bares no sé que va a ocurrir,...

(Duran Lleida es uno de los políticos que ha afirmado esto: "Duran atacó ayer a los agricultores que se benefician del Plan de Empleo Rural (PER) al acusarles de gastar el día en el bar." “No hay derecho. Nuestro payés no puede recoger la fruta porque no hay dinero, mientras que en otros sitios de España, con lo que hacemos nosotros, reciben el PER para pasar toda la jornada en el bar de su pueblo”.

Duran ya dijo esta frase la semana pasada, sin citar expresamente la ayuda, que solo se recibe en Andalucía y Extremadura. Ante la reacción que suscitaron sus palabras, el democristiano las repitió ayer, y la militancia que lo escuchaba lo apoyó: fue la frase más aplaudida, una ovación cerrada que duró más de un minuto. Todos los altos cargos de CiU, incluido el presidente de la Generalitat, Artur Mas, escucharon sus palabras.
Fuente: http://politica.elpais.com/politica/2011/10/08/actualidad/1318090413_762077.html)

Fantasías y ficciones en el debate republicano. Tenemos candidatos presidenciales que hacen que Bush parezca Lincoln

He estado repasando lo que se dijo el miércoles en el debate republicano y estoy aterrado. Ustedes también deberían estarlo. Después de todo, dados los caprichos de las elecciones, es bastante probable que una de esas personas acabe en la Casa Blanca.

¿Por qué da tanto miedo? Podría argumentar que todos los candidatos del Partido Republicano demandan políticas que serían tremendamente destructivas dentro del país, fuera de él, o en ambos. Pero aun cuando les guste el carácter general de las políticas republicanas actuales, debería preocuparles el hecho de que los hombres y la mujer en el escenario estén viviendo, sin lugar a dudas, en un mundo de fantasías y ficciones. Y algunos parecen dispuestos a hacer realidad sus ambiciones recurriendo a mentiras descaradas.

Empecemos por el menor de los problemas, la economía fantástica de los candidatos oficiales del partido.

Probablemente estén cansados de oír esto, pero el discurso económico del Partido Republicano moderno está completamente dominado por una doctrina económica —la importancia soberana de unos impuestos bajos para los ricos— que ha fracasado completa y absolutamente en la práctica durante la generación anterior a la nuestra.

Piensen en ello. La subida de impuestos de Bill Clinton fue seguida de una enorme expansión económica, y las rebajas de impuestos de George W. Bush, de una recuperación débil que terminó en un desastre financiero. El aumento de los impuestos de 2013 y la llegada de Obamacare en 2014 han estado vinculados al mayor crecimiento del empleo que ha habido desde la década de 1990. La California de Jerry Brown, que recauda impuestos y respeta el medio ambiente, crece con rapidez; la Kansas de Sam Brownback, que recorta drásticamente los impuestos y el gasto, no.

Pero el control que ejerce este dogma fallido sobre los políticos republicanos es más fuerte que nunca, y están prohibidos los escépticos. El miércoles, Jeb Bush afirmaba, una vez más, que esta economía vudú duplicaría la tasa de crecimiento de Estados Unidos, mientras que Marco Rubio insistía en que un impuesto sobre las emisiones de carbono “destruiría la economía”.

El único candidato que habló con sensatez sobre la economía fue, sí, Donald Trump, que declaró que “hace ya muchos años que tenemos impuestos progresivos, así que de socialista no tiene nada”.

Si el debate económico era preocupante, el relacionado con la política exterior era casi de locos. Casi todos los candidatos parecen creer que la fuerza del Ejército estadounidense puede impresionar e intimidar a otros países para que hagan lo que queremos sin necesidad de negociaciones, y que ni siquiera deberíamos conversar con los dirigentes extranjeros que no nos gusten. ¡Nada de cenas con Xi Jinping! Y, por supuesto, nada de pactar con Irán, con lo bien que ha ido usar la fuerza en Irak.

De hecho, el único candidato que parecía remotamente sensato en lo relativo a la seguridad era Rand Paul, lo que resulta casi tan inquietante como el espectáculo de Trump convertido en la única voz de la razón económica.

Sin embargo, la verdadera revelación del miércoles fue el modo en que algunos candidatos fueron más allá de la exposición de malos análisis y la difusión de historias falaces como justificación de afirmaciones claramente erróneas. De hecho, probablemente lo hicieron de forma consciente, lo que convierte dichas afirmaciones en lo que técnicamente se conoce como “mentiras”.

Por ejemplo, Chris Christie aseguró, como ya hizo en el primer debate republicano, que fue nombrado fiscal de Estados Unidos el día antes del 11-S. Sigue sin ser verdad: su selección para ese cargo ni siquiera se anunció hasta diciembre.

La mendacidad de Christie, no obstante, palidece en comparación con la de Carly Fiorina, aclamada por todos como “ganadora” del debate.

Una de las mentirijillas de Fiorina consistió en repetir afirmaciones probadamente falsas acerca de su trayectoria empresarial. No, no fue la responsable de un gran aumento de los ingresos. Hizo crecer Hewlett-Packard comprando otras empresas, principalmente Compaq, una adquisición que fue un desastre financiero. Ah, y si su vida es la historia de una “secretaria que llegó a ser consejera delegada”, la mía es la de un cartero que llegó a ser columnista y economista. Lo siento, pero haber tenido trabajos de poca monta en la época de estudiante no convierte nuestra vida en una historia de Horatio Alger.

Sin embargo, el momento verdaderamente asombroso tuvo lugar cuando afirmó que en los vídeos que se utilizaban para atacar a Planned Parenthood aparecía “un feto completamente formado sobre una mesa, pataleando y con el corazón latiendo mientras alguien decía que había que mantenerlo vivo para extraerle el cerebro”. No es así. Los activistas contrarios al aborto han proclamado que esas cosas suceden, pero no han aportado ninguna prueba, solo afirmaciones mezcladas con grabaciones de archivo de fetos.

De modo que ¿está Fiorina tan metida en la burbuja que no puede discernir la diferencia entre los hechos y la propaganda política? ¿O está propagando una mentira a propósito? Y lo fundamental, ¿importa eso?

Empecé a escribir para el Times durante la campaña de las elecciones de 2000, y lo que recuerdo sobre todo de aquella campaña es el modo en que las convenciones de la información “imparcial” permitieron al entonces candidato George W. Bush hacer afirmaciones claramente falsas —sobre sus rebajas de impuestos, sobre la Seguridad Social— sin pagar por ello. Como escribí en aquella época, si Bush hubiese dicho que la Tierra era plana, habríamos leído titulares de este estilo: “La forma del planeta: ambas partes tienen razón”.

Ahora tenemos unos candidatos presidenciales que hacen que Bush parezca Lincoln. ¿Pero quién va a contárselo a la gente?
Paul Krugman es premio Nobel de Economía de 2008.
http://economia.elpais.com/economia/2015/09/18/actualidad/1442596576_521392.html

Adúlteros pero leales. Qué difícil es amar a alguien a través del tiempo, construir una convivencia duradera, que no termine siendo de algún modo tóxica

Supongo que los piratas de Impact Team que desvelaron los nombres de 34 millones de  clientes de Ashley Madison, la web para adulteriosseguirán sintiéndose orgullosos de lo que han hecho, porque la imbecilidad suele ser pertinaz. Estos talibanes de la virtud conyugal dicen que cometieron el estropicio por razones éticas y para que cerrara Ashley Madison. Yo no sé si cerrará la empresa, pero lo que sí que han logrado es destrozar estúpidamente la vida de millones de personas; ya se sabe que los datos han sido recogidos por bandas criminales, que ahora están amenazando y chantajeando a la gente.

Por dinero, desde luego, pero quizá también por influencias y favores. Porque hay adúlteros en todos los sectores sociales, desde organizaciones de alta seguridad como el Pentágono a partidos políticos.   En España, por ejemplo, se sabe que hay tres mujeres y dos hombres que se hicieron clientes con el dominio del Congreso de los Diputados (hace falta ser tontos, dicho sea de paso). Mientras escribo este artículo, que se toma su tiempo en la impresión, no se conocen sus nombres, y espero que siga siendo así. En España hay 800.000 usuarios de Ashley Madison: al parecer somos uno de los países más infieles. Sólo en Madrid hay 135.000; en Barcelona, 68.000. Imagino el miedo que deben de estar pasando ahora casi todas esas personas. No me parece justo.

La vida es infinitamente complicada y una de las cosas más complicadas de la vida son las relaciones sentimentales y sobre todo ese conflicto permanente que es la pareja. Qué difícil es amar a alguien a través del tiempo, construir una convivencia duradera que no termine siendo de algún modo tóxica. Amar sin caer en la rutina, sin achacar al otro nuestras propias frustraciones, sin devorar, sin tiranizar, sin empobrecerse, sin aburrirse. Es algo tan tremendamente difícil, en fin, que con los años vas comprendiendo que cada cual intenta salir adelante como puede. No hay reglas para el éxito, lo que le sirve a uno puede no servirle a otro, así que no seré yo quien dictamine lo que se debe hacer; si alguien cree que para ser feliz necesita un compromiso absoluto de fidelidad sexual, pues perfecto.

Sin embargo, personalmente pienso que al sexo se le da una importancia desmesurada. Y a menudo me apena ver cómo una simple aventura que en realidad no ha sido nada, la típica cana al aire, arruina parejas con mucha lucha y mucho amor a las espaldas. La verdad, no creo que el ser humano haya nacido para la monogamia y la monoandria. Al menos, no para toda la vida. Hay estudios evolucionistas que sostienen que la ventana de fidelidad de nuestra especie abarca unos cuatro o cinco años, que es el tiempo necesario para parir un hijo y que sea más o menos autónomo.

Tengan razón o no, lo cierto es que la inmensa mayoría de los humanos sienten deseos adúlteros al menos una vez en su vida. Muchos los realizan; según un estudio de Nordic Mist (2006), en España hay un 37% de hombres y un 35% de mujeres que han sido infieles a sus parejas alguna vez. Otros muchos no se atreven a llevar esos deseos a la práctica, algunos por respeto a su pareja y la mayoría yo creo que por miedo a que les pillen (si les aseguraran al 100% que nadie lo sabría jamás, ¿cuantos se abstendrían?), pero, la verdad, yo no encuentro mucha diferencia entre que tu pareja tenga un amante casual y que no lo tenga pero haga el amor contigo soñando con otra persona.O, mejor dicho, prefiero lo primero. De hecho, estoy convencida de que a menudo esas relaciones extraconyugales pasajeras mejoran la relación principal. La renuevan, la ponen de relieve, le dan más vida y más valor. Tengo la sospecha de que quien se reprime una y otra vez sus deseos adúlteros termina cargando esa frustración y ese aburrimiento sobre su cónyuge.

A mí, en fin, me importa mucho más la lealtad que la fidelidad sexual. Me parece mayor traición criticar amargamente a tu pareja a sus espaldas con tus amigos; o no tener sus opiniones nunca en cuenta; o dejarle en ridículo públicamente; o no apoyarle en un momento de verdadera necesidad. Que quede claro que no estoy abogando por tener relaciones paralelas que duren años y años. O sí, ya digo que allá cada cual, pero vamos, a mí ese tipo de pareja creo que no me serviría. Y también creo que, si tienes todo el rato mil amantes, la relación principal no debe de funcionar nada bien. Pero si cuidas esa relación principal por encima de todo; si eres discreto; si no pones en evidencia a tu pareja, ¿qué más da si alguna vez te acuestas con alguien? Amigos y amigas que acabáis de descubrir una infidelidad, por favor, pensadlo un poco. No tiréis por la borda todo lo que tenéis, todo lo que habéis pasado juntos, todo el cariño.
 11 SEP 2015 -
@BrunaHusky
www.facebook.com/escritorarosamontero
 www.rosamontero.es