viernes, 1 de abril de 2022

_- ¿Cuánto tiempo debe durar el duelo? La psiquiatría ofrece una respuesta.

_- La edición más reciente del DSM5, también llamado la “biblia de la psiquiatría” incluye un diagnóstico nuevo y controvertido: el trastorno de duelo prolongado.

Hace unos días, luego de más de una década de discusiones, la entidad psiquiátrica más importante en Estados Unidos añadió un trastorno nuevo a su manual de diagnósticos: el duelo prolongado.

La decisión marca el fin de un largo debate dentro del campo de la salud mental, y hace que los investigadores y médicos consideren el duelo intenso como objeto de tratamiento médico. Esto sucede en un momento en que muchos estadounidenses se sienten abrumados por la pérdida.

El nuevo diagnóstico, el trastorno de duelo prolongado, se pensó para describir a una porción reducida de la población que está incapacitada, sufriendo y rumiando un año después de una pérdida, y se encuentra incapaz de retomar sus actividades.

Su inclusión en el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales significa que los médicos pueden ahora facturar a las compañías de seguros por tratar a las personas con esta enfermedad.

Es muy probable que surja un flujo de subvenciones dirigidas a la investigación de tratamientos para esta patología—la naltraxona, un medicamento utilizado para tratar la adicción, está actualmente en fase de ensayo clínico para terapia de duelo— y ponga en marcha una carrera para que la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) apruebe fármacos.

Desde los años noventa, varios investigadores han dicho que las formas intensas de duelo deberían clasificarse como una enfermedad mental, pues afirman que dado que la sociedad suele aceptar el sufrimiento de los afligidos como algo natural, no se les dirige a un tratamiento que pudiera ayudarlos.

Esperan que un diagnóstico ayude a los médicos a curar a la parte de la población que, a lo largo de la historia, se ha retraído en el aislamiento luego de una pérdida terrible.

“Eran los viudos y viudas que vistieron de negro el resto de su vida, que se apartaban del contacto social y vivían el resto de su vida en memoria del cónyuge que habían perdido”, explicó Paul S. Appelbaum, presidente del comité directivo que supervisa las revisiones de la quinta edición del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales.

“Eran los padres que nunca lo superaron, y así hablábamos de ellos. En términos coloquiales diríamos que nunca superaron la muerte de su hijo”.

En todo este tiempo, los críticos de la idea han alegado enérgicamente contra la categorización del duelo como un trastorno mental, afirmando que dicha designación corre el riesgo de hacer patológico un aspecto fundamental de la experiencia humana.

Advierten que habrá falsos positivos, es decir, personas en duelo a las que los médicos les dicen que tienen enfermedades mentales cuando en realidad están superando, lenta pero naturalmente, sus pérdidas.

Y temen que el duelo sea visto como un mercado en crecimiento por las empresas farmacéuticas que intentarán convencer al público de que necesita un tratamiento médico para salir del duelo.

“No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, afirma Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que ha publicado mucho sobre el duelo y que dirige Selah Carefarm, un centro de acogida para personas en duelo.

“Cuando alguien que es un experto, entre comillas, nos dice que estamos desordenados y nos sentimos muy vulnerables y abrumados, ya no confiamos en nosotros mismos ni en nuestras emociones”, dijo Cacciatore. “Para mí, eso es una medida increíblemente peligrosa y miope”.

Image “No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, dijo Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que dirige un centro de acogida para personas en duelo. “No estoy en absoluto de acuerdo con que el duelo sea una enfermedad mental”, dijo Joanne Cacciatore, profesora asociada de trabajo social en la Universidad Estatal de Arizona, que dirige un centro de acogida para personas en duelo.Credit...Adriana Zehbrauskas para The New York Times ‘No nos preocupamos por el duelo’

Los orígenes del nuevo diagnóstico pueden remontarse a los noventa, cuando Holly Prigerson, investigadora en salud pública psiquiátrica, estudiaba a un grupo de pacientes de edad avanzada para reunir datos sobre la eficacia de los tratamientos contra la depresión.

Se percató de algo extraño: en muchos casos, los pacientes respondían bien a los medicamentos antidepresivos, pero su duelo, cuando se medía con un inventario estándar de preguntas, no presentaba alteraciones y permanecía alto sin cambio alguno. Cuando le señaló esto a los psiquiatras del equipo, ellos mostraron poco interés.

“El duelo es normal”, recuerda que le dijeron. “Somos psiquiatras, no nos preocupamos por el duelo. Nos preocupamos por la depresión y la ansiedad”. Su respuesta: “Bueno, ¿cómo saben que eso no es un problema?”.

Prigerson se puso a reunir datos. Concluyó que muchos de los síntomas del duelo intenso, como “la nostalgia, la añoranza y el anhelo”, eran distintos de la depresión y predecían malos resultados, como la presión arterial alta y las ideas suicidas.

Su investigación demostró que, para la mayoría de las personas, los síntomas del duelo alcanzan su punto máximo en los seis meses posteriores a la muerte. Un grupo de personas atípicas —calcula que es el cuatro por ciento de los afligidos — se queda “atascado y abatido”, dice, y sigue con problemas de humor, funcionamiento y sueño a largo plazo.

“Ya no vas a tener otra alma gemela y estás malgastando tus días”, expresó.

En 2010, cuando la Asociación Estadounidense de Psiquiatría propuso ampliar la definición de depresión para incluir a las personas en duelo, provocó una reacción violenta, reforzando una crítica más amplia de que los profesionales de la salud mental estaban sobrediagnosticando y sobremedicando a los pacientes.

“Hay que entender que los médicos quieren diagnósticos para poder categorizar a las personas que llegan a su consultorio y poder cobrar” a las aseguradoras, opinó Jerome Wakefield, profesor de trabajo social en la Universidad de Nueva York. “Eso supone una presión enorme” sobre el Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales.

No obstante, los investigadores siguieron trabajando en el duelo, viéndolo cada vez más como algo diferente a la depresión y más relacionado con los trastornos del estrés, parecido al trastorno de estrés postraumático. Entre ellos se encontraba M. Katherine Shear, profesora de psiquiatría de la Universidad de Columbia, que desarrolló un programa de psicoterapia de 16 semanas que se basa en gran medida en las técnicas de exposición utilizadas para las víctimas de trauma.

Para 2016, los datos de los ensayos clínicos demostraron que la terapia de Shear daba buenos resultados en los pacientes que sufrían un duelo intenso, y superaba a los antidepresivos y otras terapias contra la depresión. Esos resultados reforzaron el argumento de incluir el nuevo diagnóstico en el manual, dijo Appelbaum, presidente del comité encargado de las revisiones del manual.

En 2019, Appelbaum convocó a un grupo que incluía a Shear, de Columbia, y a Prigerson, ahora profesora del Weill Cornell Medical College, para consensuar unos criterios que distinguieran el duelo normal del trastorno.

La pregunta más delicada de todas era esta: ¿qué tanto podría considerarse prolongado?

Aunque ambos equipos sentían que podían identificar el trastorno en las personas seis meses después de la pérdida, la Asociación Estadounidense de Psiquiatría “rogó e imploró” para que se definiera el trastorno en términos más conservadores —un año tras el fallecimiento— a fin de evitar una reacción negativa por parte del público, comentó Prigerson.

“Debo decir que fueron muy inteligentes al considerar la política al respecto”, dijo. La preocupación era que el público “se iba a indignar, porque todos sienten un poco de dolor, aunque sea por su abuela a los seis meses de fallecida, todavía la extrañan”, indicó. “Parece como si hicieras del amor una patología”.

Si se toma el año como el término, consideró, el criterio seguramente será aplicable para más o menos el cuatro por ciento de las personas que han perdido a un ser querido.

El diagnóstico nuevo, publicado la semana pasada en la edición actualizada del manual, supone un gran avance para quienes llevan años sosteniendo que las personas con un duelo intenso necesitan un tratamiento adaptado.

“Es como el bar mitzvah de los diagnósticos”, dijo Kenneth S. Kendler, profesor de psiquiatría de la Virginia Commonwealth University que ha desempeñado un papel importante en las tres últimas ediciones del manual de diagnóstico.

“Es una especie de bendición oficial en el mundo”, dijo. “Es como si estuviéramos en el comité planetario de la Sociedad Astronómica Estadounidense decidiendo qué es un planeta o no: este está dentro, y a Plutón lo sacamos”.

Si el diagnóstico pasa a ser de uso común, es probable que popularice el tratamiento de Shear y también dé lugar a una serie de otros nuevos, como tratamientos farmacológicos e intervenciones en línea.

Shear dijo que era difícil predecir qué tratamientos surgirían.

“No tengo ni idea, porque no sé cuándo fue la última vez que hubo un diagnóstico realmente novedoso”, dijo.

Y añadió: “Sinceramente, estoy realmente a favor de cualquier cosa que ayude a la gente”.

Image M. Katherine Shear, profesora de psiquiatría de la Universidad de Columbia y directora fundadora del Centro de Duelo Prolongado, lleva estudiando esta condición desde 1995.Credit...Yana Paskova para The New York Times

Un ciclo de dolor
Amy Cuzzola-Kern, de 54 años, dijo que el tratamiento de Shear la había ayudado a salir de un ciclo terrible.

Tres años antes, su hermano había fallecido inesperadamente de un infarto mientras dormía. Cuzzola-Kern se encontró reviviendo obsesivamente los días y las horas que precedieron a su muerte, preguntándose si debería haber notado que se encontraba mal o haberle insistido para que vaya a la sala de urgencias.

Ella se había retirado de la vida en sociedad y tenía problemas para dormir toda la noche. Aunque había empezado a tomar antidepresivos y había acudido a dos terapeutas, nada parecía funcionar.

“Me encontraba en un estado tal de negación: no puede ser, esto es un sueño”, dijo. “Sentía que vivía en una realidad suspendida”.

Entró al programa de 16 sesiones de Shear, llamado terapia de trastorno de duelo prolongado. En las sesiones con un terapeuta, Cuzzola-Kern narraba su recuerdo del día en que se enteró de que su hermano había muerto, un proceso doloroso pero que la ayudó a eliminar el horror de la memoria. Al final, dijo, había aceptado el hecho de su muerte.

El diagnóstico, afirmó, solo importaba porque era la vía de acceso al tratamiento adecuado.

“¿Me siento avergonzada o apenada? ¿Me siento como una persona enferma? No. Solo necesitaba ayuda profesional”, declaró.

Sin embargo, otras personas entrevistadas dijeron que desconfiaban de cualquier expectativa de que el duelo debería concluir en un periodo específico de tiempo.

“Nunca pondríamos un marco de tiempo en torno a cuándo alguien debería o no debería sentir que ha salido adelante”, dijo Catrina Clemens, que supervisa el departamento de servicios a las víctimas de Madres contra la Conducción en Estado de Ebriedad, que ofrece servicios a los familiares y amigos en duelo. La organización anima a los afligidos a buscar atención de salud mental, pero no interviene en el diagnóstico, dijo un portavoz.

Filipp Brunshteyn, cuya hija de 3 años murió tras un accidente automovilístico en 2016, dijo que las personas en duelo podrían tener una regresión por el mensaje de que su respuesta es disfuncional.

“Cualquier cosa que insertemos en este trayecto que diga, ‘eso no es normal’, podría causar más daño que bien”, dijo. “Ya estás tratando con alguien muy vulnerable, y necesita validación”.

Establecer un año como punto para el diagnóstico es “arbitrario y algo cruel”, dijo Ann Hood, cuyas memorias, Comfort: A Journey Through Grief, relatan la muerte de su hija de 5 años a causa de una infección por estreptococos. Su propia experiencia, dijo, estuvo “llena de picos y valles y sorpresas”.

La primera vez que Hood entró en la habitación de su hija Grace después de su muerte, vio un par de mallas de ballet tiradas en el suelo donde la niña las había dejado caer. Gritó. “No el tipo de grito que proviene del miedo”, escribió más tarde, “sino el que proviene de la pena más profunda imaginable”.

Cerró la puerta de golpe, dejó la habitación sin tocar y acabó apagando la calefacción de esa parte de la casa. Al cumplirse un año, un amigo bienintencionado le dijo que era hora de limpiar la habitación —“nada peor que un santuario”, le dijo—, pero ella lo ignoró.

Una mañana, tres años después de la muerte de Grace, Hood se despertó y volvió a la habitación. Ordenó la ropa y los juguetes de su hija en cubos de plástico, vació la cómoda y el armario y alineó sus zapatitos en lo alto de la escalera.

Al día de hoy, no está segura de cómo llegó de un punto a otro. “De repente, miras hacia arriba y han pasado unos cuantos años, y estás de nuevo en el mundo”.

Ellen Barry cubre salud mental. Ha sido jefa del buró del Times en Boston, corresponsal internacional jefa en Londres y jefa de los burós en Moscú y Nueva Delhi. Fue parte de un equipo que ganó el premio Pulitzer al Reportaje Internacional en 2011. @EllenBarryNYT

NYT

jueves, 31 de marzo de 2022

_- Documental BBC Mundo: Cómo descubrí que mis antepasados vascos y catalanes participaron en el comercio de esclavos

_- En el siglo XIX, la ciudad de Barcelona fue un importante puerto en el comercio transatlántico entre España y sus colonias.

En 2018, en la capital catalana se desató una intensa polémica después de que el ayuntamiento de la ciudad decidiera retirar una estatua de Antonio López, un conocido comerciante y mecenas al que se vinculaba con el tráfico de esclavos.

Esta controversia hizo que el periodista de BBC Mundo Jaime González se planteara si era posible que alguno de sus antepasados, que como López formaron parte de las élites económicas de la Barcelona del siglo XIX, hubieran participado en el negocio de la trata de personas.

González viajó a Chile y a Barcelona para rastrear la trayectoria de dos de sus ancestros -Pedro Nicolás de Chopitea y Mariano Serra-, y para conocer a los descendientes de las personas que fueron esclavizadas, que hoy día siguen reivindicando que se reconozcan su historia y sus derechos.

https://www.bbc.com/mundo/noticias-48455005

miércoles, 30 de marzo de 2022

_- PREMIO ABEL Dennis Sullivan, capaz de ver mundos abstractos en su mente, gana el ‘Nobel’ de matemáticas.


_- El investigador se lleva el Premio Abel, dotado con 775.000 euros, tras revolucionar la topología, la rama matemática que estudia las características constantes de los objetos que se deforman.

Un día de 1966 hubo un naufragio intelectual en el mar del Norte. El matemático estadounidense Dennis Sullivan iba en la cubierta de un barco hacia Escandinavia y aprovechaba el tiempo para intentar resolver, con papel y bolígrafo, un problema endiablado en un inimaginable espacio de ocho dimensiones. Tenía 25 años y un cerebro excepcional en ebullición, pero se topó con un resultado inesperado. En un arrebato, tiró su cuaderno por la borda, pero enseguida siguió pensando y perseveró. Este miércoles, Sullivan, nacido en Port Huron hace 81 años, ha ganado el Premio Abel, dotado con 775.000 euros y considerado el Nobel de las matemáticas.

Aquel joven investigador se concentró en la la topología, la rama de las matemáticas que estudia las características constantes de los objetos que se deforman. En un ejemplo clásico, un globo con forma de rosquilla se puede aplastar para obtener multitud de configuraciones, pero jamás podrá ser esférico. Su propiedad invariante es tener un agujero. Por eso los matemáticos suelen bromear con que, para un topólogo, una taza y una rosquilla son lo mismo. Sullivan, de la Universidad Estatal de Nueva York en Stony Brook, es uno de los mejores topólogos del último siglo. Ha brillado en la clasificación de complejísimas estructuras, en espacios con multitud de dimensiones.

El matemático español Daniel Peralta conoció a Sullivan en Stony Brook en 2014 y desde entonces se mantiene en contacto con él. “Es de los pocos matemáticos que, dentro de su mente, es capaz de ver mundos que, para la mayoría, son solo series de símbolos. Tiene una imagen mental de objetos mucho más abstractos que los objetos geométricos más cotidianos”, explica Peralta, del Instituto de Ciencias Matemáticas, en Madrid.

Dennis Sullivan es de los pocos matemáticos que, dentro de su mente, es capaz de ver mundos que, para la mayoría, son solo series de símbolos Daniel Peralta, matemático

La Academia Noruega de Ciencias y Letras, que concede el Premio Abel, ha destacado en un comunicado que Sullivan ha saltado una y otra vez entre las diferentes ramas de las matemáticas, como el álgebra y la geometría, construyendo puentes inéditos entre ellas. Como si un mismo músico fuese un virtuoso tocando la guitarra eléctrica, el clavicordio, el oboe, el cajón flamenco, el arpa y la corneta militar. Ese mestizaje ha hecho que sus sinfonías matemáticas sean inconfundibles, como subraya Peralta. “Su forma de entender los problemas es muy peculiar, muy original, no sigue los caminos habituales”, alaba el investigador español.

Sullivan renovó la topología siendo un veinteañero y condensó sus ideas en un documento en junio de 1970, cuando investigaba en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT). Jamás publicó aquellos papeles, pero sus colegas comenzaron a fotocopiarlos y circularon por todo el mundo, en copias que cada vez se leían peor, pero mantenían un aura propia de un texto sagrado.

Las conocidas como Notas del MIT se publicaron por fin en 2005. El matemático británico Andrew Ranicki comentó entonces que aquellas fotocopias, ajenas a la cultura oficial, se tradujeron al ruso y se publicaron en la Unión Soviética en 1975, como una especie de samizdat, las ediciones clandestinas de obras prohibidas por la dictadura comunista. “La traducción no incluía los chistes y otros materiales intrascendentes que animaban la edición en inglés”, lamentó Ranicki en el prefacio de la publicación de 2005.

Sullivan también es autor de la teoría de los ciclos foliados, según destaca Daniel Peralta, que recuerda sus resultados relacionados con las líneas geodésicas: el camino más corto entre dos puntos en una superficie curva. “La pregunta es cuándo un movimiento mecánico optimiza las distancias, cuándo está siguiendo los caminos más cortos con respecto a cierta métrica, que puede no ser la métrica habitual del espacio. Sullivan, con su teoría, es capaz de caracterizar estos campos geodésicos”, explica Peralta.

La academia noruega aplaude que el matemático estadounidense haya “cambiado repetidas veces el panorama de la topología”, introduciendo nuevos conceptos. Sullivan se pasea por mundos abstractos, pero la institución recalca que las herramientas para medir las propiedades de los objetos deformables “han sido de incalculable valor en todas las ramas matemáticas y en otros campos, con destacadas aplicaciones en física, economía y ciencia de datos”.

Sullivan, cuenta Peralta, es un matemático de pizarra, que disfruta discutiendo ideas con sus colegas con la tiza en la mano. En los últimos años, además, se ha enfrentado a grandes desafíos matemáticos para intentar salvar vidas humanas. En 2014, tras ganar los más de 700.000 euros del Premio Balzan los más de 700.000 euros del Premio Balzan, anunció que pondría a un equipo de jóvenes investigadores a perfeccionar complejos algoritmos teóricos, con el fin de intentar predecir fenómenos como el comportamiento de los huracanes y la dispersión de contaminantes por el viento. “Es fascinante y estimulante que estos problemas sean, todavía, matemáticamente intratables”, proclamó Sullivan, que sigue en forma, más de medio siglo después de haber tirado sus primeras ideas por la borda.

https://elpais.com/ciencia/2022-03-23/dennis-sullivan-capaz-de-ver-mundos-abstractos-en-su-mente-gana-el-nobel-de-matematicas.html#?rel=lom

martes, 29 de marzo de 2022

Imanol Uribe vuelve a la madrugada del asesinato de Ignacio Ellacuría y sus compañeros jesuitas en ‘Llegaron de noche’.

                                         

El cineasta narra a través de los ojos de Lucía, la limpiadora superviviente, la matanza perpetrada en 1989 por los militares salvadoreños.

“Si me matan de día sabrán que ha sido la guerrilla, pero si llegan de noche serán los militares los que me maten”. El jesuita Ignacio Ellacuría (Portugalete, 1930-San Salvador, 1989) sabía lo que le podía pasar durante la guerra civil salvadoreña. Y pasó: el 16 de noviembre de 1989, las tropas del Gobierno salvadoreño, una brutal dictadura militar, entraron en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y asesinaron a cinco jesuitas españoles, entre ellos Ellacuría, a otro religioso salvadoreño, a la cocinera y a su hija de 16 años. Por diversos lazos emocionales, Imanol Uribe (San Salvador, 72 años) se sentía ligado a esa historia. “Conocí de una manera muy circunstancial a Ellacuría”, recuerda. Hacia 1974, el cineasta era amigo de una sobrina del jesuita, ya entonces conocido por su planteamiento religioso-filosófico novedoso, más cercano a los que sufren, como parte de la Teología de la Liberación, y cuando Ellacuría dio una conferencia en Salamanca fue a escucharle. “Incluso me lo presentó. Me llamó mucho la atención el magnetismo que poseía”, explica el director de La muerte de Mikel, Días contados o Bwana. “Tenía un aura”.

Aquella noche de noviembre, los militares dispararon y ejecutaron a quienes encontraron en la zona de la residencia de la UCA, sin darse cuenta de que en un alojamiento en teoría vacío se habían refugiado, huyendo de la guerra civil que ya había asolado su pueblo, una limpiadora, su marido y su bebé. Esa mujer, Lucía Barrera de Cerna, se convirtió en la testigo que señaló a los asesinos. “A mí la matanza me pilló justo en Sudamérica, y me impresionó mucho”, asegura Uribe. “Es más, había estado en el aeropuerto de San Salvador, porque estaba localizando para una serie de TVE que nunca se hizo, y ni pudimos bajar del avión”. Por si fuera poco, el cineasta nació y vivió sus primeros siete años en la capital salvadoreña. “Fue durante una época más tranquila y desde luego completamente alejados de la miseria de las calles, porque residíamos en una colonia para extranjeros”. Y estudió en los jesuitas. Uribe parecía predestinado a dirigir Llegaron de noche, que tras concursar en el Festival de Málaga se estrena comercialmente este viernes.

Aunque el desencadenante final fue la novela Noviembre, de Jorge Galán: “Trata más historias del país centroamericano, como el asesinato de monseñor Romero. Pero ahí ya aparecía Lucía, un vehículo fantástico para contar esa historia”. Lo duro de la historia de Barrera de Cerna es que huyendo de la guerra se la encontró de frente donde pensaba que estaría a salvo. “Es ese tipo de personajes trágicos que están en el peor sitio en el peor momento, muy tradicionales en el cine. Un solo hecho les cambia completamente la vida. El añadido actual es que en esta época en que la verdad no vale nada, en que estamos rodeados de fake news, la historia de una mujer humilde que por encima de todo, jugándose su vida y la de su familia, se va a sacrificar por que se sepa lo ocurrido es un gran argumento. Me parece fundamental”.

Intereses cruzados
¿Por qué fueron asesinados los jesuitas? Uribe ni duda: “Había muchos intereses cruzados para que se mantuviera el conflicto, y Ellacuría mediaba por alcanzar la paz. El Gobierno estadounidense financiaba la dictadura salvadoreña, y muchos querían que ese grifo económico siguiera abierto”. No rodaron en El Salvador por la violencia que aún bulle en el país. “Y porque muchos de los culpables de aquella matanza siguen en la calle”.

A Uribe le ha costado sacar adelante este proyecto siete años. “Han pasado muchas cosas: cambio de productora, pandemia, búsqueda de fecha de estreno... Además, el cine que yo hago, absolutamente libre, alejado de plataformas, es cada vez más complicado de producir. Son películas que están empezando a desaparecer”, analiza el cineasta. “O te mueves en presupuestos muy pequeños o muy grandes. El resto...”. Y confiesa: “Mi problema es que yo solo puedo hacer lo que me gusta, que tenga sentido. No juzgo a los demás; sin embargo, yo no me veo haciendo series. Y espero morirme rodando”.

Para Llegaron de noche el director volvió a su ciudad natal, habló con más gente relacionada con la historia, como el provincial de los jesuitas José María Tojeira (Carmelo Gómez, en la película), que luchó por revelar lo que había pasado. “Y fuimos a California, a conocer a Lucía, que vive a 240 kilómetros de San Francisco”. Primero fue él. Y tras la pandemia Juana Acosta, su alter ego en el filme, visitó a Barrera. “Tuve muy claro desde que escribimos el primer guion que sería Juana. Pura intuición. Aunque fuera una colombiana de clase alta que encaraba el personaje de una humilde sirvienta salvadoreña”, explica.

Lucía Barrera de Cerna acabó, protegida por los jesuitas, en EE UU. Allí se convirtió en enfermera, “doblando turnos, trabajando sin descanso para mantener a la familia”, cuenta Uribe. El bebé que protegió en 1989 creció; su hija también se convirtió en enfermera en la zona de Oakland. “Un buen final”.

https://elpais.com/cultura/2022-03-24/imanol-uribe-vuelve-a-la-madrugada-del-asesinato-de-ignacio-ellacuria-y-sus-companeros-jesuitas-en-llegaron-de-noche.html

lunes, 28 de marzo de 2022

La materia de la que está hecha la vida.

El PP se encuentra en 2022 en peor situación que en 2018. Casado no solamente ha deslavazado la organización interna del partido, sino que además ha permitido con su discurso que VOX haya aumentado su presencia.

No acabo de entender por qué Alberto Núñez Feijóo renunció a la oportunidad de convertirse en presidente del PP en 2018, cuando Mariano Rajoy tuvo que abandonar la Presidencia del Gobierno como consecuencia de la aprobación de la moción de censura encabezada por Pedro Sánchez. Si hubiera decidido presentar su candidatura en el Congreso extraordinario que se convocó entonces para sustituir a Mariano Rajoy, se habría producido casi con total seguridad la confluencia en torno a su candidatura que se acaba de producir tras el “golpe” de Isabel Díaz Ayuso contra Pablo Casado.

Cuatro años es mucho tiempo. Especialmente en política. Y más todavía cuando opera en el interior de una organización política extraordinariamente degradada como era el PP tras los casi quince años de la presidencia de Mariano Rajoy, siete de los cuales en calidad, además, de presidente del Gobierno. No se puede perder de vista que el PP dejó de ser Gobierno de la nación tras la certificación judicial de la corrupción por la Audiencia Nacional. Los casos de corrupción se habían ido acumulando y eran sobradamente conocidos, pero hacía falta que fuera acreditada por el poder judicial para que resultara insoportable. Es lo que ocurrió en 2018.

Con Mariano Rajoy se cierra la época que se inició con la llegada de José María Aznar en 1989 con la refundación de AP como PP. Desde 1989 a 2018 hay una generación de dirigentes que se mantiene al frente del partido tanto cuando están en el gobierno, entre 1986 y 2004 y entre 2011 y 2018, como cuando están en la oposición entre 2004 y 2011. Hay una continuidad en el discurso político y en las personas portadoras del mismo, así como también en la práctica continuada de la corrupción en todos los escalones de nuestra fórmula de gobierno.

Quien sustituyera a Mariano Rajoy tenía que hacer un ajuste de cuentas con la trayectoria del PP durante veinte años. No se trataba, por tanto, de una sustitución normal, sino de una sustitución excepcional, ya que tenía que ocuparse, ante todo, de taponar el proceso de deterioro que se había venido acelerando en el interior del partido como paso previo para intentar recuperar la imagen de un partido de gobierno de España.

En esta circunstancia el tiempo es un factor fundamental. No se podían dar pasos en falso, que no solamente no consiguieran revertir el proceso de deterioro, sino que incluso lo aceleraran. Y sin embargo, eso es justamente lo que hizo Alberto Núñez Feijóo al permitir que Pablo Casado se convirtiera en presidente del PP.

El PP se encuentra en 2022 en peor situación que en 2018. Casado no solamente ha deslavazado la organización interna del partido, sino que además ha permitido con su discurso que VOX haya conseguido aumentar su presencia en el escenario político.

Pablo Casado heredó de Mariano Rajoy un partido muy deteriorado. Núñez Feijóo va a heredar de Pablo Casado un partido todavía más deteriorado. Con una competidora interna, como Isabel Díaz Ayuso y con un competidor externo crecido como Santiago Abascal, que le van a privar de autonomía para definir la línea estratégica del PP hacia dentro y hacia fuera.

Y Feijóo no puede hacer responsable a nadie más que a sí mismo de iniciar su ejecutoria como presidente en las circunstancias en que va a hacerlo. Si hubiera optado por serlo en 2018, no tendría a Isabel Díaz Ayuso en la presidencia de la Comunidad de Madrid y habría podido defender su espacio político frente a la penetración de VOX.

Benjamin Franklin nos advirtió frente al riesgo que supone perder el tiempo, porque el tiempo es la materia de la que está hecha la vida. Me imagino que Alberto Núñez Feijóo se tiene que estar arrepintiendo de no haber atendido a la advertencia de B. Franklin. El Gobierno de coalición con VOX en Castilla y León se lo acaba de recordar antes incluso de ser proclamado formalmente presidente. Es la primera estación del vía crucis que le espera.

https://www.eldiario.es/contracorriente/materia-hecha-vida_132_8846646.html

domingo, 27 de marzo de 2022

Diez errores que impedirían frenar la inflación actual

Primero:
Dejar la lucha contra la inflación a los bancos centrales argumentando que es un fenómeno monetario que se produce cuando aumenta excesivamente la cantidad de dinero circulante, de modo que se podrá frenar controlando esta última.

Se sabe que hay factores no monetarios que la desencadenan.

Segundo:
Creer que la inflación se frena siempre subiendo tipos de interés porque así disminuye la demanda de medios de pago y se reduce, como consecuencia de ello, la de bienes y servicios e inversión que genera el exceso de demanda que eleva los precios.

Se sabe que las subidas de tipos no repercuten siempre, o con la debida intensidad, en la demanda de dinero, rompiéndose así esa secuencia ideal.

Tercero:
Dar el mismo tratamiento monetario a procesos inflacionarios de diferente tipo. Unos, producidos por exceso de demanda cuando la economía se encuentra en su máximo nivel de producción potencial, es decir, cuando se está dispuesto a gastar en bienes de los que no se dispone. Otros, de oferta, producidos cuando, por cualquier razón, hay capacidad productiva suficiente pero los bienes no llegan a los mercados o llegan encarecidos por circunstancias extraordinarias. Y otros más, mezcla de ambos e incluso de algún otro factor adicional.

Esto último es justamente lo que está ocurriendo en la actualidad, pues se sabe que los precios están subiendo no sólo por exceso de demanda derivada de las inyecciones de liquidez durante la pandemia, sino también por alzas de costes en sectores muy específicos, por bloqueos materiales de la oferta, por razones estructurales como la falta de competencia y la concentración del poder, y por la invasión de Ucrania

Cuarto:
Aplicar medidas que afectan a la demanda de todos los bienes y servicios cuando la subida de precios proviene o se da como efecto de lo que ocurre en algún sector, mercado o producto determinado.

Quinto:
Hacer más daño con el tratamiento que el producido por la enfermedad.

Es lo que ocurre cuando se ataca el síntoma (la fiebre o la subida de precios) sin acabar con sus causas: deprimir la demanda global de todos los bienes y servicios (subiendo los tipos de interés) cuando es solo algún problema específico el que está provocando las subidas de precios equivale a matar al enfermo para que le baje la fiebre.

Sexto:
Considerar que los únicos costes de las empresas que hay que frenar para que no suban los precios son los salariales.

Se sabe que hay otros (energía, financieros, fiscales, regulatorios…) tanto o más determinantes de la subida de precios.

Séptimo:
No actuar sobre las condiciones estructurales de la economía.

Se sabe que la falta de competencia y la regulación de los mercados en provecho de los oligopolios (en el sector financiero, de distribución comercial o eléctrico) están permitiendo que muchas empresas aumenten los márgenes y suban los precios innecesariamente.

Octavo:
Creer que una inflación como la actual, de las características señaladas, se puede frenar con la sola intervención de una autoridad monetaria independiente.

La cooperación de los bancos centrales con los gobiernos es imprescindible para coordinar la política monetaria con la fiscal, de oferta, de competencia y de rentas y evitar que se bloqueen unas a otras.

Noveno:
Creer que la inflación ha estado contenida en los últimos años gracias a la política monetaria de los bancos centrales y pensar que ahora volverán a ser quienes únicamente puedan controlarla.

Los precios se han mantenido bajos en los últimos años (como media y no todos) por efecto de la globalización, por la pérdida de peso de los salarios en el conjunto de las rentas y por la atonía general y debilidad de la economía real provocada por la políticas neoliberales de privilegio del beneficio y las finanzas.

Décimo:
Olvidarse de todo lo anterior y creer que los bancos centrales pueden aplicar cirugía mayor subiendo los tipos de interés lo suficiente como para atajar las subidas de precios, tal y como pasó a finales de los años setenta del siglo pasado.

La deuda de ahora no tiene comparación con la de entonces y una subida de tipos de interés, no ya de la misma magnitud sino mínimamente considerable, provocaría una crisis de deuda privada y pública global y de dimensiones colosales.

https://www.eldiario.es/contracorriente/materia-hecha-vida_132_8846646.html

sábado, 26 de marzo de 2022

Conducir por la vida con el freno de mano puesto.

Atrapados por la guerra, la pandemia, la erupción de un volcán, la inflación galopante, la subida del precio de la luz y de los carburantes, el desabastecimiento de los mercados… y otros males mayores, corremos el riesgo de olvidar problemas psicológicos que pasan inadvertidos. Uno de ellos es el de la autoestima de nuestros niños, niñas y jóvenes.

Hace unos días recibí un largo mensaje de Cristina Gutiérrez-Lestón, directora de la experiencia educativa La Granja, que comenzó hace años en Barcelona y ahora ha llegado también a Madrid. La Granja es una experiencia de alto nivel educativo que trabaja las emociones de niños y jóvenes en un espacio de ocio situado en plena naturaleza. Miles de niños y de jóvenes han pasado por esta vivencia que tiene el cielo por techo y echa sus raíces en el terreno de las emociones.

En el mensaje plantea Cristina una cuestión de enorme importancia: muchos niños y jóvenes de hoy muestran una inquietante baja autoestima. Es un fenómeno preocupante por todo lo que significa y por las consecuencias que ese hecho tiene para la infancia y la juventud. Dice Maxwel Maltz que la baja autoestima es como conducir por la vida con el freno de mano puesto.

Cristina comparte en su comunicado algunos casos con los que se encuentra en su trabajo: “Yo no soy importante, ni soy amiga mía. No me merezco tratarme bien porque no lo valgo”, dice Anna, una niña de 10 años. Anna, además, añadió: “a veces me hago una bolita en la cama y lloro en silencio, y no quiero que nadie me escuche”.

“Me odio a mí mismo: no me gusto físicamente, ni mi comportamiento ni como soy. Tengo un corazón blando, pero lo protejo con una capa de piedra dura y negra”, confiesa Javi, un niño de 10 años.

“Yo, cuando me enfado conmigo, voy al espejo y me insulto. Y me critico mirándome directamente a los ojos. En la escuela estoy más alegre, pero por dentro sufro siempre”, dice Sara, 9 años

Dice Cristina: “Es lo que ahora nos encontramos prácticamente cada día los profesionales de La Granja: bajísima autoestima. Nuestro proyecto de ocio educativo se transformó hace 18 años, en un espacio donde, además, se entrenaban las competencias emocionales de niños, jóvenes y docentes (con una metodología avalada por el Grupo de Investigación en Orientación Psicopedagógica de la Universidad de Barcelona). Ya entonces, las carencias emocionales que veíamos en los niños/as, debidos en buena parte a la sobreprotección, hicieron que nos replanteáramos nuestro proyecto educativo, por donde cada año pasan más de 20.000 alumnos de escuelas públicas y privadas”.

Nos alegra, añade Cristina, el nuevo Real Decreto del Ministerio de Educación para fomentar la autoestima en infantil el próximo curso, pero no es suficiente. En los 38 años que llevo trabajando con niños/as, nunca he visto lo que me encuentro cada día y con una intensidad que empieza a rayar la patología mental de manera global; una ansiedad que los ahoga, un estrés que los hace andar sin sentido, también un desánimo y una apatía que no les permite sonreír (una chica de 13 años me dijo ayer “yo no sé sonreír”). También vemos mucha rabia sin regulación que los hace pegarse e insultarse como una nueva forma de relacionarse, y por supuesto un miedo atroz, de aquel que paraliza.

Además, la tristeza lleva a muchos a la autolesión y el aislamiento, junto con notable y profunda baja autoestima y desconexión con uno mismo. Soy positiva y paciente, pero ahora es necesario y urgente que los medios nos ayudéis a los educadores en esta especie de lucha que tenemos para la salud emocional, haciendo programas o secciones serias y con periodicidad, y en espacios con una alta audiencia para que las herramientas para afrontar estos problemas en casa o en el aula, o en el trabajo, puedan llegar a toda la sociedad”.

Los seres humanos disfrutamos de una asombrosa aptitud para observarnos, analizarnos y valorarnos interiormente. La introspección es una maravillosa cualidad de la especie humana. El concepto de uno mismo se forja desde la infancia.

Cuando hablamos de alta autoestima es necesario diferenciar la autoestima saludable o constructiva basada en cualidades que fomentan el sano bienestar del individuo y de los demás, de la autoestima narcisista o destructiva que se alimenta del sentimiento de superioridad o de poder sobre el prójimo.

Los dos extremos son nocivos. La autoestima destructiva nos lleva a la depresión y, en última instancia, al suicidio. El otro extremo nos lleva a la petulancia y al narcisismo. El alcalde Nueva York, Edward I. Koch, en una entrevista realizada en la televisión, dijo al periodista: “¡Pero basta ya de mí! Hablemos de ti… ¿Qué piensas de mí?”. Es un grave error considerarse el ombligo del mundo.

Luis Rojas Marcos publicó hace algunos años un libro titulado “La autoestima. Nuestra fuerza secreta”. Define la autoestima como “el sentimiento, placentero de afecto o desagradable de repulsa, que acompaña a la valoración global que hacemos de nosotros mismos”.

William James es el primer investigador que analizó metódicamente el fenómeno de la autoestima. Sus ideas, plasmadas en 1980 en un texto pionero (Principios de psicología), han servido durante un siglo de modelo a todos los estudiosos de esta capacidad única de los seres humanos.

James sostenía que a la hora de valorarnos solemos manejar tres componentes. El primero y más importante es el “yo espiritual”. Este componente se refiere a nuestras facultades mentales, las creencias, y las inclinaciones más íntimas, nuestro estilo de pensar, de sentir y de actuar. En definitiva, los rasgos de nuestra personalidad. En segundo lugar, el “yo social”, las cualidades o defectos que reconocen en nosotros los demás, y la buena o mala reputación que tenemos en nuestro entorno social. El “yo material” es el tercer componente e incluye nuestra imagen corporal, las riquezas, el patrimonio económico y las propiedades que son importantes para nosotros.

Vivimos una época en la que los medios nos presentan a los triunfadores, a los que tienen éxito, a los que han llegado a la cumbre del deporte, de la canción, del dinero, de la belleza, de la política… ¿Qué es, al lado de estos semidioses, un joven que no tiene dinero, ni trabajo, ni fama, ni poder, ni presente, ni futuro?

Hay que pensar en la manera de fortalecer la autoestima. ¿Qué podemos hacer los adultos, padres y madres, y también el profesorado? Existe una amplísima bibliografía sobre el tema. Tengo delante una docena de libros: “Cómo educar la autoestima”, de José Antonio Alcántara; “Educar en la autoestima”, de María José Quiles; “La autoestima”, de Christophe André…

Es importante lo que nosotros pensamos de nuestros hijos o alumnos. Nosotros somos el espejo en el que se miran. Cargar de reproches, de descalificaciones, de desprecios, es el mejor modo de destruir un buen autoconcepto.

Es preciso evitar las profecías de autocumplimiento: Tú no vales, tú no sirves, tú nunca podrás, tú nunca llegarás, tú nunca aprenderás, tú nunca serásLa profecía de un suceso se suele convertir en el suceso de la profecía.

Es necesario cultivar la asertividad. Ayudarle a tomar conscientemente las decisiones por sí mismo, que se responsabilice de las consecuencias, que tenga libertad para equivocarse.

Conviene ayudar a que se acepte a sí mismo: su imagen, su origen, sus capacidades, su forma de ser y de relacionarse, su propia historia, con sus éxitos y sus fracasos.

No hay que hacer comparaciones destructivas. Siempre habrá otro más listo, más guapo, más fuerte, más competente, más simpático, más sociable, más atractivo… Cuando el punto de comparación es un hermano, la situación se agrava.

Hay que saber gestionar los errores, de modo que sean fuente de aprendizaje y no de desaliento. Es importante que no se humille a quien cometa una equivocación.

Es bueno fijar unos objetivos alcanzables para poder lanzarse, desde el logro, a nuevas metas. Por eso es importante que se ajusten los fines a los medios de que se dispone.

Sobre todo, hay que manifestar afecto y cariño de una forma auténtica, persistente y clara. De esa forma puede entender, que es digno de amor porque es como es.

Una cuestión decisiva la de la autoestima. “De todos los juicios que hacemos a lo largo de la vida, ninguno es tan relevante como el que hacemos sobre nosotros mismos. Porque este juicio es el motor de nuestra existencia”, dice Nathaniel Branden en su libro “Honrando el yo”. ¡A la tarea!

https://mas.laopiniondemalaga.es/blog/eladarve/2022/03/19/con-el-freno-de-mano-puesto/

viernes, 25 de marzo de 2022

¿De qué sirve condenar a los demás por crímenes que uno está dispuesto a cometer?

Hace unos días, un periodista le preguntó al presidente Biden cuando salía de un acto público si creía que Putin es un criminal de guerra. Inicialmente, el presidente dijo secamente que no y siguió andando. Enseguida, sin embargo, se dio la vuelta y rectificó: «creo que es un criminal de guerra».

Yo creo que lleva razón.

El Tribunal de Nuremberg de 1945 sentenció que «iniciar una guerra de agresión no es sólo un crimen internacional; es el crimen internacional supremo que se diferencia únicamente de otros crímenes de guerra en que contiene dentro de sí mismo el mal acumulado del conjunto».

No hace falta ser un jurista sofisticado para deducir que lo que está haciendo la Rusia de Putin en Ucrania encaja perfectamente en la definición de crimen de guerra y, por tanto, que el líder ruso merecería ser juzgado por ello. Pero, ¿bastaría con eso?

¿Qué valor tiene achacar la comisión de un crimen a otro cuando no se está dispuesto a reconocer las acciones igualmente criminales que ha cometido quien acusa?

¿No fueron crímenes de guerra en Vietnam? ¿No fue un crimen de guerra la invasión de Irak? ¿O los bombardeos en la antigua Yugoslavia? ¿O el inicio de la guerra de Yemen, Libia, Siria..? ¿O los cometidos por las tropas de Estados Unidos al salir de Afganistán, como ha denunciado Amnistía Internacional, o los de Israel en Palestina? ¿No es un crimen de guerra la llamada «justicia repentina» que llevan a cabo y de la que se jactan las autoridades estadounidenses? ¿No fueron crímenes los golpes de Estado en docenas de países inspirados y apoyados por los líderes de Estados Unidos tras lo que se asesinaron a miles de personas? ¿O el uso de drones para matar a niños inocentes e indefensos?

Putin debe responder de lo que está haciendo. Por supuesto que sí. Pero ¿con qué fuerza moral le pueden pedir cuentas quienes están dispuestos a seguir cometiendo, encubriendo o dejando de condenar otros hechos tan horrendos como los que Rusia está llevando a cabo ahora en Ucrania?

¿Cómo puede pedir justicia Estados Unidos si la doctrina que prevalece en aquel país es que nadie puede perseguir los crímenes que cometan sus dirigentes? ¿Cómo va a recurrir Estados Unidos a la Corte Penal Internacional para que juzgue a Putin cuando la Orden Ejecutiva del presidente Trump la amenaza si se atreve a “investigar, arrestar, detener o procesar a personal de Estados Unidos sin su consentimiento”? Y, por supuesto, cuando ni siquiera la reconoce como tal, lo mismo que ocurre, significativamente, con Rusia, China o Israel, entre algún otro país menor.

¿Dónde nos lleva combatir la infamia con infamia, el terror con el terror, el desprecio a las normas con su desobediencia, la violencia con más violencia, el horror con el horror?

¡Cómo se van a poder arreglar los problemas del mundo mientras que sus grandes potencias pidan justicia para otros sin sentirse obligadas a no cometer ellas mismas los crímenes que condenan en los demás!

https://juantorreslopez.com/de-que-sirve-condenar-a-los-demas-por-crimenes-que-uno-esta-dispuesto-a-cometer/

jueves, 24 de marzo de 2022

Mienten: la invasión de Ucrania es criminal pero no la causa de la inflación

No tengo la menor duda de que la invasión rusa de Ucrania es un acto criminal y creo que hay que ayudar de cualquier forma a frenarla y proporcionar todo tipo de ayuda al pueblo ucranio.

Sin embargo, me parece que nada de eso debe hacerse mintiendo pues la defensa de la libertad debe basarse en una superioridad moral que es incompatible con el engaño.

Las declaraciones del presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, diciendo que «la inflación y los precios de la energía son única responsabilidad de Putin y su guerra ilegal en Ucrania», o las llamadas a reducir el consumo de luz para que bajen los precios que están haciendo algunos dirigentes europeos o líderes patronales son un engaño a la ciudadanía, además de un insulto a la inteligencia.

La subida de precios que estamos sufriendo es anterior a la invasión rusa de Putin y hay datos bastante claros que indican qué factores no la están provocando y cuáles sí.

No es verdad que la subida de precios se haya producido como consecuencia de un crecimiento excesivo de la demanda general de bienes y servicios. Los datos muestran que el Producto Interior Bruto sigue siendo menor que el que había antes de la pandemia. No hay un exceso de demanda respecto a la oferta.

Tampoco es cierto que la subida de precios tan brusca de los últimos meses se esté produciendo como consecuencia de una excesiva presión de los salarios, como suele decirse siempre que la inflación comienza a dispararse. Es cierto que se han dado tensiones en algunos sectores de actividad, como consecuencia de la llamada «gran renuncia» de muchos trabajadores al empleo mal remunerado. Sin embargo, las subidas salariales se están dando, en Estados Unidos y en la zona euro, por debajo de las ganancias de productividad y de la subida de los precios, es decir, siguen yendo muy por detrás de estos últimos.

La inflación reciente tampoco es consecuencia de la gran expansión monetaria de los bancos centrales durante la pandemia, pues solo una parte muy reducida de ella ha llegado efectivamente a los bolsillos de las empresas o consumidores para que pudieran gastarla.

No puede ser cierto que la invasión rusa de Ucrania haya sido la causante de la inflación que estamos sufriendo porque esta ya había alcanzado los niveles más elevados de casi los últimos 35 años meses antes de que se produjera. Su preparación sin duda la empujó y ahora la acelera pero no es su causa.

Por el contrario, sabemos a ciencia cierta qué es lo que está produciendo la inflación.

En primer lugar, el bloqueo en cadenas de suministro de insumos y componentes fundamentales para la producción de bienes y servicios finales, como consecuencia de los confinamientos y desajustes que ha generado la pandemia de la Covid-19. Es lo que ha ocurrido en los casos de muchas materias primas, metales o semiconductores.

En particular, se han disparado los costes del transporte (sobre todo marítimo y por extensión el resto), por razones diversas como la escasez de personal, la recuperación masiva del tráfico tras el confinamiento o la reconversión del sistema logístico global que se había iniciado ya antes de la pandemia.

Los precios se están disparando también porque en los mercados no predomina la competencia sino que están dominados por empresas con poder suficiente para manipularlos y así aumentar continuamente sus márgenes, es decir, la diferencia entre los beneficios y las ventas. Eso es lo que venía ocurriendo desde 1991 (datos aquí) y lo que ha ocurrido en concreto durante la pandemia, como demuestran los datos de diversos informes, entre ellos del Banco Central Europeo (aquí)

Un estudio de la revista Fortune ha mostrado que los márgenes de beneficio de aproximadamente la mitad de los 28 fabricantes de alimentos y bienes de consumo que figuran en su lista de las mayores 500 empresas de Estados Unidos han aumentado en comparación con los niveles previos a la pandemia, y lo mismo ocurre en prácticamente todos los sectores de actividad (aquí y aquí).

Dejo para el final otra causa decisiva del aumento de la inflación en Europa, esta bien conocida: la subida de los precios de la energía y la electricidad.

La razón de por qué se estén disparando en Europa desde hace tiempo y de que suban todavía más cuando se agrava el conflicto con Rusia no tiene que ver con las acciones criminales de Putin en Ucrania. Tiene su origen en la complicidad de las autoridades europeas con las grandes empresas eléctricas.

Para favorecer sus beneficios extraordinarios se ha permitido que aumentase sin descanso la dependencia del suministro procedente de Rusia, se ha frenado el desarrollo de un modelo alternativo de energías renovables y se han sobrecargado innecesariamente los costes de la actividad económica.

No es verdad, como se quiere hacer creer, que sea la invasión criminal de Putin lo que está produciendo la subida, ahora desorbitada eso sí, del precio de la energía en Europa y, por tanto, una espiral de precios que se traducirá en una crisis económica de extraordinarias consecuencias en pocos meses. Son los privilegios de las grandes empresas eléctricas y el consentimiento de la autoridades europeas lo que está dando lugar a lo que se nos viene encima. Y también, digámoslo claramente, lo que ha puesto en manos de Putin su arma económica y política de mayor potencia.

No sé en qué proporción, pero han sido la torpeza y la complicidad de los burócratas europeos las que ahora están llevando a Europa a un callejón sin salida. O, mejor dicho, que solo tiene como salida una nueva y gran recesión económica y una dependencia de Estados Unidos nunca antes vista en tiempos de paz. Es más: es bastante razonable pensar que Putin nunca hubiera podido hacer lo que está haciendo sin tener su bota energética sobre el cuello de Europa.

Lo que han hecho durante décadas las autoridades europeas no tiene nombre y debería ser objeto de una investigación abierta para depurar responsabilidades. Responsabilidades que tienen en primer término los nombres y apellidos de las docenas de expresidentes, ministros y autoridades de todo tipo que pasaron de los gobiernos a los consejos de administración de las empresas que han impuesto un modelo que puede destruir Europa.

Hay que decirlo una vez más claramente. No es verdad que sea la invasión de Ucrania la que está haciendo que miles de empresas y hogares frenen su actividad por las insoportables facturas de la energía. No es verdad, como dicen los dirigentes empresariales, que el problema sea que se consume mucha electricidad y que, por tanto, la solución consista en moderar su consumo, como también están reclamando algunos líderes europeos. Se está produciendo la nueva y ya astronómica escalada en el precio de la luz por el sistema de precios que proporciona beneficios extraordinarios a unas pocas empresas a las que se ha dado todo tipo de privilegios.

Ahora es muy difícil, por no decir imposible, que Europa pueda frenar al monstruo ruso que ha creado por su dependencia energética y connivencia financiera. Mientras le siga suministrando miles de millones de dólares comprando su petróleo y gas, o permitiendo que los bancos y fondos de inversión occidentales sigan haciendo caja con los negocios financieros y el blanqueo de las fortunas de los oligarcas rusos, las demás medidas solo alargarán el sufrimientos de Ucrania, agigantando el riesgo de un conflicto mucho más extendido y de aún peores consecuencias.

Estados Unidos está siendo mucho más consecuente y desde luego mucho más inteligente cuando ha prohibido la importación, aunque eso lógicamente lo hace porque le afecta en un porcentaje muy pequeño y porque, a la larga, va a beneficiar a su industria extractora, a costa de consecuencias económicas impredecibles y quizá peores para Europa que para la propia Rusia.

En lugar de mentir culpando a Putin por las consecuencias de lo que la Unión Europea hizo mal, la Comisión Europea debería tomar medidas urgentes de mucho más calado de las que están adoptando en materia energética, comenzando por desmontar el sistema de fijación de precios para impedir que la inflación se desboque al transmitirse innecesariamente la subida del precio del gas ruso a toda la economía. Deberían poner un tope inmediato a los beneficios de las eléctricas y someter su actividad a un estricto objetivo de interés público. No se vence la inflación que nos va a hacer mucho daño a medio plazo combatiendo una sola de sus diversas causas, ni al crimen engañando a la gente

https://juantorreslopez.com/mienten-la-invasion-de-ucrania-es-criminal-pero-no-la-causa-de-la-inflacion/

miércoles, 23 de marzo de 2022

_- Centre Delàs d’Estudis per la Pau. Comunicado ante la escalada militar en la guerra de Ucrania. Propuestas pacíficas para parar la guerra en Ucrania

_- El recurso de utilizar la violencia armada por parte de Putin es absolutamente condenable. Rusia debe poner fin de inmediato a la ofensiva militar que ha emprendido en Ucrania, que solo beneficiará a los intereses geopolíticos del Kremlin.

La pacificación del conflicto solo será posible con la contribución de todas las partes implicadas en el conflicto de Ucrania, ya que, como estamos viendo, la respuesta política europea no ha estado a la altura de las circunstancias, así como ha estado subordinada a la de la OTAN, liderada por Estados Unidos, quien no tiene la misma dependencia mutua, ni los mismos intereses políticos, económicos, sociales y culturales que Europa, a quien un conflicto armado en Ucrania no impacta de la misma manera. A Estados Unidos, incluso puede llegar a beneficiar económica y políticamente.

Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, en este conflicto ha tenido un rol mucho más relevante que el de Josep Borrell, alto representante de política exterior de la UE. Por otro lado, el Gobierno de España, debería haber llevado a cabo un papel más activo en la solución del conflicto utilizando todos los recursos diplomáticos posibles y no subordinarse a los intereses de la geopolítica de Estados Unidos a través de la OTAN.

El mantra del tan manido argumento del balance calculado entre la diplomacia y la disuasión no ha sido el adecuado. Desconocemos qué se ha hablado exactamente y qué relevancia ha tenido la diplomacia en el conjunto de las conversaciones. Pero sí conocemos el ámbito de lo público, de los medios de comunicación hegemónicos, y que en estos ha prevalecido la retórica de la amenaza, con sanciones, priorizando ese horizonte y relegando a un lugar menor las muchas maneras de canalizar este conflicto con formas más pacíficas y menos belicistas. Esto es posible a través de la negociación, sacrificando intereses particulares, que no deberían haber sido otros que el evitar a toda costa la guerra.

La guerra tendrá consecuencias dramáticas para la población ucraniana, pero también para toda la población europea, incluida la de Rusia. Serán esas personas quienes, verdaderamente, asumirán las consecuencias de instrumentalizar el músculo militar y la guerra en beneficio de juegos geopolíticos ajenos.

Propuestas para un alto el fuego y una desescalada militar en Ucrania:

-Reconducir el conflicto a la vía diplomática, también en su visibilidad pública. Europa debe recuperar el diálogo político, activando los mecanismos políticos de la UE y los Estados miembro, incorporando a las principales potencias europeas a la consecución de un renovado acuerdo de paz para Ucrania y la construcción de un acuerdo de Seguridad Común para Europa.

-Avanzar hacia la creación de una zona libre de armas nucleares, de manera inmediata en la región en conflicto, pero con ánimo de conseguir una Europa desnuclearizada que no pueda ser percibida por nadie como una amenaza, y exigir la misma respuesta en el resto de países y regiones nuclearizadas. En la misma línea, todas las partes deben descartar categóricamente la entrada de armas nucleares en el conflicto, tanto físicamente en Ucrania como estratégicamente en las maneras de abordarlo.

-Abandonar la vía OTAN, que persigue una mayor expansión de sus capacidades militares hacia el Este de Europa, la preponderancia de la estrategia de la disuasión militar ante el conflicto en Ucrania, incluyendo un proceso de desmantelamiento del escudo antimisiles y de todos los sistemas de armamento que puedan derivar en una escalada militar o carrera armamentista.

-Descartar cualquier tipo de sanción que pueda causar, directa o indirectamente, un daño indiscriminado a las poblaciones de los países afectados por la crisis. Cualquier sanción impuesta debería contar expresamente con los criterios para su levantamiento, y esos criterios deben incluir la viabilidad y la temporalidad, y anteponer la precaución en cuanto al daño a las personas sobre el beneficio geopolítico.

-Fortalecer la relación de interdependencia entre Europa y Rusia, ya que existe una relación de dependencia económica, especialmente energética, a la que hay que sumar vínculos sociales, políticos y culturales, que pueden reducir la probabilidad de una mayor escalada bélica.

martes, 22 de marzo de 2022

_- G, el diminuto número sin el que la vida no existiría

_- G Es un número que Newton descubrió, Cavendish valoró y Einstein entendió.

6,67 x 10-¹¹ o 0,000000000067 es un número diminuto pero sin él, la vida, el Universo y todo simplemente no existiría.

Eso es porque ese número dicta la fuerza de gravedad, esa atracción constante que toda materia ejerce sobre el resto de materia, que es sorprendentemente ubicua pero también increíblemente débil.

Su potencia se cuantifica con la llamada constante gravitacional, un número conocido sencillamente como G.

Y si quieres experimentar su debilidad sólo tienes que levantar los brazos horizontalmente.

Su debilidad se evidencia con acciones tan comunes como ésta.

Toda la fuerza de la masa de la Tierra hala tus brazos hacia abajo. No obstante, no te cuesta mucho esfuerzo vencerla.

Piensa que un pequeño imán puede pegarse a la puerta de tu nevera y hasta sostener otras cosas mientras que resiste la fuerza de la gravedad con sólo la del magnetismo.

Fue debido a su extremada pequeñez que, tras descubrir la Ley de Gravitación Universal, Isaac Newton incluyó G en su ecuación pero no lo pudo calcular.

Pero un siglo más tarde, un inglés llamado Henry Cavendish se planteó el reto de determinar el valor de G y, por ende, la fuerza de la gravedad.

Cavendish era un hombre adinerado del Londres del siglo XVIII, un poco excéntrico y quizás triste, pues no tenía muchos amigos.

No hablaba casi con nadie, ni siquiera con las doncellas que trabajaban en su casa, pues su timidez le impedía hablar con mujeres. Les tenía que dejar mensajes en la mesa del hall para comunicarles cosas como qué le apetecía almorzar.

Así que dedicó toda su vida a la ciencia, sin que ningún otro interés lo distrajera.

Henry Cavendish además mostró que los gases se podrían pesar, que el aire es una mezcla y que el agua no es un elemento. En física, mostró que la densidad de la Tierra era 5,5 veces mayor que la del agua. Gran parte de su física fue inédita hasta que James Clerk Maxwell lo publicó en la década de 1870, y por lo tanto no fue tan influyente como podría haber sido.

Para encontrar el valor exacto de G, construyó un aparato.

"El aparato es muy simple. Consiste de un brazo de madera de 6 pies de longitud hecho de manera que sea fuerte pero liviano. El brazo está suspendido en posición horizontal con un delgado cable de seda de 40 pulgadas, y de cada extremo cuelga una esfera de plomo de unas dos pulgadas de diámetro.

"Todo está encerrado en una caja de madera, para defenderlo del viento".

Cerca de las dos bolas que Cavendish menciona, puso otras dos esferas estacionarias, para que hubiera una atracción que retorciera el aparato y la fibra de seda. Añadió un espejo de manera que el movimiento se reflejara en la pared, para verlo mejor.

Esa desviación era proporcional a la fuerza de la atracción gravitacional entre las bolas grandes estacionarias y las pequeñas.

El problema es que estas últimas se podían mover con cualquier vibración, algo que Cavendish tuvo en cuenta.
                                                     


Modelo del aparato de Cavendish. "Resuelto a prevenir errores, decidí poner el aparato en una habitación que permaneciera constantemente cerrada y observarlo desde afuera con un telescopio".

Con todo ese cuidado, encontró la respuesta... ese diminuto número con el que empezamos:

G = 6,67 x 10-¹¹ Nm²/kg²
Al verlo escrito así, a quienes no somos expertos, ya no nos parece tan sencillo, así que le preguntamos al astrofísico y escritor de ciencia Marcus Chown cómo se define G.

"Su definición exacta es la fuerza gravitacional entre dos masas de 2 kilogramos que están a un metro de distancia".

"Como es una fuerza tan fantásticamente pequeña sólo tiene un efecto apreciable a escala planetaria: cuando la masa es grande".

Con sólo la fuerza de G, a un corredor de 100 metros le tomaría un año llegar a la meta.

La fuerza más débil y más importante
Medir una fuerza tan diminuta fue una hazaña tan impresionante que muchos historiadores, admirados por el ingenio y meticulosidad de Cavendish, le adjudicaron la etiqueta de "primer experimento físico moderno".

El tímido científico había revelado el valor de la menos potente pero más importante fuerza en el Universo.

Con el correr de los años, otros científicos fueron aportando aún más precisión, algo que beneficia particularmente a los viajeros del espacio.

Si quieres enviar una nave a otro planeta del Sistema Solar, por ejemplo, más te vale calcular bien G pues el efecto honda gravitacional o asistencia gravitatoria puede desviarla tanto que nunca llegará a su destino.

Un misterioso bamboleo
Por años, los científicos pensaron que el enigma de la gravedad estaba resuelto: Newton encontró la ecuación y Cavendish el valor de la G que aparecía en ella.

La fórmula parecía predecir todos los fenómenos terrestres y celestiales.

Pero en la década de 1850s los astrónomos notaron un misterioso bamboleo en la órbita del planeta Mercurio.

Algo extraño pasaba con Mercurio.

Hubo varios intentos de explicarlo, sin cuestionar la ecuación de Newton.

Una de las teorías fue que había otro planeta, llamado Vulcano, en la misma órbita.

Pero en 1915, en la Academia Prusiana de las Ciencias finalmente se publicó la solución a ese particular rompecabezas... y varios otros: no sólo la teoría de Newton estaba errada sino que había que cambiar fundamentalmente la idea que se tenía de la realidad.

El responsable de este desbarajuste de la visión que se tenía del Universo fue Albert Einstein quien, basado en su Teoría de la Relatividad General, había comprendido que si el espacio-tiempo es curvo, cuando las cosas caen en un campo gravitacional, siguen las curvas naturales del espacio.

No obstante, no todo era nuevo en la flamante fórmula de la gravedad pues seguía dependiendo del diminuto G.

Einstein estaba en lo cierto: el "monstruo gravitatorio" que permitió comprobar la teoría de la relatividad en condiciones extremas

Einstein se quedó con la G.

La teoría de Einstein con la medición de Cavendish parecen poder describir con precisión cómo cada trozo del Universo atrae a todos los otros trozos del Universo, desde las fuerzas que hacen que una estrella colapse, hasta las que mantienen galaxias enteras juntas.

Y todo esto, ¿afecta tu vida?
Muchísimo más que 0,000000000067.

Si su valor fuera diferente, nada sería igual. De hecho, muy probablemente no existiríamos.

Si la constante gravitacional hubiera sido 2% más alta, la fuerza de gravedad sería más potente, lo que significaría que la materia en el centro del Sol estaría comprimida, y cuando las cosas se comprimen la temperatura aumenta.

El Sol habría quemado todo su combustible en mucho menos de 2.000 millones de años. Y, dado que los organismos multicelulares tomaron 3.000 millones de años en aparecer, eso significa que no habría habido vida.

No sólo estamos hechos de polvo de estrellas; sin ellas, no existiríamos.

Un Universo sin estrellas para iluminar y calentar los planetas ni para producir con sus reacciones termonucleares mucho carbono, hidrógeno y oxígeno, sería un espacio negro con astros muertos.

Así que si G hubiera sido más fuerte, las estrellas se habrían quemado demasiado pronto, y la vida no habría tenido la oportunidad de evolucionar.

Si hubiera sido más débil, la situación habría sido igualmente lúgubre pues las estrellas ni siquiera se habrían podido formar: no habría soles.

Por suerte, G no es demasiado fuerte o demasiado débil: está perfectamente sintonizado para la vida.

* Este artículo esta basado en parte de la serie de la BBC "Simon Singh's Numbers".

lunes, 21 de marzo de 2022

3 grandes matemáticos árabes que quizás no conoces (y sus grandes aportes a la ciencia)

Ni la matemática ni la física moderna existirían sin el álgebra. No habría computadoras sin algoritmos, ni química sin alcalinos", dijo el físico teórico Jim Al-Khalili.

El profesor de la Universidad de Surrey realizó el documental de la BBC "Ciencia e Islam".

"El lenguaje de la ciencia moderna todavía tiene muchas referencias a sus raíces árabes", señaló en el programa.

"Desde el siglo XII hasta el XVII, académicos europeos hacían referencia con regularidad a textos islámicos del pasado".

Y saca una copia de Liber Abbaci de Leonardo de Pisa, mejor conocido como Fibonacci, quien se convertiría en el primer gran matemático medieval de Europa.

"Lo que es fascinante es que en la página 406 hay una referencia a un texto antiguo llamado Modum algebre et almuchabale y en el margen está escrito el nombre Maumeht, la versión latinizada del nombre árabe Mohammed", indica Al-Khalili.

Se trataba de Abu Abdallah Muḥammad ibn Mūsā al-Jwārizmī, conocido en español como Al-Juarismi, quien vivió aproximadamente entre los años 780 y 850.

Al-Juarismi describió la idea revolucionaria de que se puede representar cualquier número que desee con solo 10 sencillos símbolos.

El gran matemático, que emigró de Persia oriental a Bagdad, le dio a Occidente los números y el sistema decimal. A menudo se le conoce como el padre del álgebra.

"Muchas de las ideas que anteriormente se pensaba que habían sido conceptos nuevos y brillantes gracias a los matemáticos europeos de los siglos XVI, XVII y XVIII, ahora se sabe que fueron desarrolladas por matemáticos árabes/islámicos unos cuatro siglos antes", escribieron John Joshep O'Connor y Edmund Frederick Robertson, de la Universidad St. Andrews, en Reino Unido.

"En muchos aspectos, las matemáticas que se estudian hoy tienen un estilo mucho más cercano al de la contribución árabe/islámica que a la de los griegos".

Ha habido grandes matemáticos del mundo árabe e islámico a lo largo de la historia. Estos son tres de ellos.

Al-Batani
Para Juan Martos Quesada, profesor jubilado y exdirector del departamento de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad Complutense de Madrid, una de las principales contribuciones de los matemáticos árabes "fue rescatar la ciencia griega y la latina con sus traducciones".

Jim Al-Khalili realizó el documental de la BBC "Ciencia e Islam".

Pero también recuperaron lo mejor de la ciencia desarrollada por los indios.

"La gran importancia de Al-Batani es que logró unir la astronomía y las matemáticas y hacer un mismo campo de estudio", le indicó Martos Quesada a BBC Mundo.

"Aplicó muchas fórmulas matemáticas a la astronomía. Por ejemplo, determinó con una gran precisión el año solar en 365 días, lo cual fue un gran logro, pues estamos hablando de finales del siglo IX y principios del X".

"Con respecto a los equinoccios, los estudió y halló que había errores en las cuentas que había hecho Ptolomeo y eso sirvió para perfeccionar toda la herencia griega de Ptolomeo que recibieron los matemáticos árabes".

Además introdujo una serie de relaciones trigonométricas.

Al-Khalili visitó la Universidad de Padua, en Italia, y vio uno de los libros más importantes de la historia de la ciencia: De revolutionibus orbium coelestium, publicado en 1543 por Nicolás Copérnico.

"La importancia de este libro es enorme. En él, Copérnico argumenta por primera vez, desde la antigüedad griega, que todos los planetas, incluyendo la Tierra, giran alrededor del sol".

"Muchos historiadores lo califican como el iniciador de la revolución científica europea".

Monumento a Nicolás Copérnico en Polonia.

Copérnico cita a Machometi Aracenfis, que es el gran Al-Battānī.

"Es una gran revelación para mí que explícitamente mencione a un musulmán del siglo IX, que le proveyó de una gran cantidad de información sobre sus observaciones".

Al-Batani, nació en 858 cerca de Urfa, Siria, y murió en 929, en Irak.

"Copérnico usó extensamente las observaciones de Al-Batani sobre la posición de los planetas, el sol, la luna, las estrellas".

Jaime Coullaut Cordero, profesor de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Salamanca, habló con BBC Mundo sobre Ibn Al-Shatir, un astrónomo y matemático que nació en Damasco alrededor del año 1304.

"Fue poco conocido en Occidente porque sus obras no se tradujeron al latín".

Sin embargo, cuenta que en los años 80, "unos investigadores descubrieron los modelos planetarios de Ibn Al-Shatir y se dieron cuenta de que eran iguales que los modelos propuestos por Copérnico, unos cuantos siglos después".

Alhacén
Shaikh Mohammad Razaullah Ansari, profesor emérito de Física de la Universidad Musulmana de Aligarh, en India, escribió un artículo para la página de la UNESCO sobre un erudito árabe de los siglos X y XI que se dedicó, no sólo a las matemáticas, sino también a la física, mecánica, astronomía, filosofía y medicina.

Se trata del gran Abū Ali al-Ḥasan Ibn al-Haytham al-Baṣrī, conocido en Occidente como Alhazen y, en español, como Alhacén.

Nació en el año 965 en Irak y murió en 1040 en Egipto.

Formó parte de los famosos científicos de El Cairo y fue llamado el "Segundo Ptolomeo" por los eruditos árabes.

Es considerado el padre del método científico moderno.

El primer científico de verdad
Desarrolló la metodología de "la experimentación como otra forma de probar la hipótesis o premisa básica", indica Razaullah Ansari.

Martos Quesada destaca sus contribuciones a los principios de la óptica.

De hecho, según Razaullah Ansari, su obra más famosa fue sobre la óptica: "Kitab fi al-Manaẓir, en latín Opticae Thesaurus, que fue traducida de forma anónima en los siglos XII y XIII".

Tabla de 1882 que ilustra el desarrollo de los números.

Son siete volúmenes en los que estudió de forma experimental y matemática las propiedades de la luz.

Pero también fue un gran matemático, como explica Ricardo Moreno, autor y profesor asociado en la Facultad de Matemáticas de la Universidad Complutense en la página del Centro Virtual de Divulgación de las Matemáticas.

"Fue uno de los primeros matemáticos árabes que abordó con éxito ecuaciones de grado superior al segundo, al resolver geométricamente una de tercero que, más de mil doscientos años antes, había planteado Arquímedes en su obra 'Sobre la esfera y el cilindro'".

En el campo de la teoría de los números, Alhacén hizo una contribución importante con su trabajo sobre los números perfectos.

También hizo aportes en la geometría elemental e investigó casos específicos de los teoremas de Euclides.

Abu Kamil
Ricardo Moreno señala que la muerte de Al-Juarismi "coincidó aproximadamente con el nacimiento en Egipto de Abu Kamil ibn Aslam ibn Mohammed, llamado el calculista egipcio".

"Vivió ochenta años y nos dejó numerosas obras matemáticas. Entre ellas un tratado de álgebra, cuyo original árabe se ha perdido, pero del que nos han llegado dos traducciones, una latina y otra hebrea".

"Las ecuaciones de segundo grado las resuelve geométricamente, como su predecesor de Bagdad, pero se apoya más directamente en los Elementos".

Según una breve biografía de O'Connor y Robertson, es muy poco lo que se sabe de la vida de Abu Kamil.

Pero lo suficiente para entender su rol en el desarrollo del álgebra.

"Kamil fue uno de los sucesores inmediatos de Al-Juarismi", indican los autores.

De hecho, el mismo Kamil destaca el papel de Al-Juarismi como el "inventor del álgebra".

"Sin embargo, hay otra razón para la importancia de Abu Kamil, y es que su trabajo fue la base de los libros de Fibonacci", señalan O'Connor y Robertson.

"Kamil no sólo es importante en el desarrollo del álgebra árabe, sino que, a través de Fibonacci, también tiene una importancia fundamental en la introducción del álgebra en Europa".

https://www.bbc.com/mundo/noticias-60715978

domingo, 20 de marzo de 2022

Lo que Vox dice en las instituciones y nunca se había oído.

El partido de Abascal llega a un Gobierno tras haber ensayado en el Congreso un combate contra todo y contra todos, PP incluido

Vox entrará en un Gobierno y, además de un programa, instalará allí un discurso. Su plataforma institucional hasta ahora ha sido el Congreso, donde ha convertido en cotidianos mensajes que nunca se habían oído sobre inmigración, violencia contra las mujeres, cambio climático, Europa o la ONU. Vox no solo combate a la izquierda, también a un conjunto mayor que llama “consenso progre”. Una de las voces más afiladas de la formación, Rocío de Meer, enumeraba así en noviembre los integrantes de ese conglomerado: “Desde el PP hasta Podemos, desde los antifas hasta los directivos de las grandes multinacionales, desde las big tech a Open Arms, desde las redacciones de los medios de comunicación a sueldo del Gobierno y de la oposición a los sindicatos chupópteros y a la patronal”. Estas son algunas de las palabras que Vox ha dejado en el Congreso.

Las instituciones internacionales. Santiago Abascal (21-10-2020): “Los españoles no van a estar solos porque en toda Europa hay un despertar que gana terreno en defensa de su soberanía y su identidad occidental, que reclama el Estado-nación como unidad irremplazable y espacio supremo de la democracia y que rechaza un mega-Estado federal que se parece demasiado a la República Popular China, a la Unión Soviética o incluso a la Europa soñada por Hitler”.

Magdalena Nevado (26-11-2020), sobre la agenda de desarrollo sostenible de la ONU: “Esta planificada destrucción de nuestra soberanía, de nuestra economía y del orden social, moral y político que es la Agenda 2030 (…). Quieren quitar a los españoles la capacidad de decidir el destino de su nación, entregando el poder a las agencias de la ONU, a las grandes multinacionales y a sus ONG”.

De Meer (3-2-2021): “Ustedes son los lacayos de unas élites inmorales que lo que quieren es la destrucción de las naciones. Es más necesario que nunca escoger entre globalismo o patria”.

El cambio climático. Francisco José Contreras (8-3-2021): “Somos el único grupo político que no comparte el dogma de la emergencia climática (...). No es una amenaza para la supervivencia de la humanidad, es uno de los problemas que tiene planteados la humanidad, y no es de lejos el más importante (…). Si la temperatura sube 2,6 grados a lo largo del siglo XXI, no tiene por qué ser desastroso”.

La inmigración. Contreras (15-2-2022), en réplica a Isabel Díaz Ayuso, quien había dicho que los integrantes de una banda latina “son tan españoles como Abascal”: “Supongo que querría decir que tienen el DNI español. Para nosotros, ser español es mucho más que tener un papel (…). La nación no es papel timbrado, es una comunidad moral, es una empresa histórica y por tanto, no puede estar abierta a cualquiera”.

De Meer, el mismo día: “Nuestros recursos públicos tienen que ir primero a los españoles que los necesitan, no a esta gran masa de acogida de inmigrantes (…). No somos racistas ni xenófobos, queremos preservar la España que recibimos de nuestros padres”.

Igualdad y derechos sociales. Carla Toscano (23-2-2021), sobre las leyes contra la violencia de género: “(…) un PP cobarde y servil que ha comprado todos sus delirios ideológicos y son cómplices de la ignominia de la violencia de género. (…) Su ley criminaliza al hombre por el hecho de serlo, difunde el mensaje de que es un ser violento por naturaleza (…). Perseguiremos sin tregua las denuncias falsas para que se acabe esta sangría de hombres inocentes”.

María Ruiz Solás (14-9-2021), sobre el movimiento LGTBI: “No les importan las personas LGTBI, lo que les interesa es un lobby que les proporciona votos a cambio de prebendas, que ni siquiera representa a todas las personas LGTBI (...). Cada día son más los homosexuales que saben que no necesitan otra bandera que no sea la que nos protege y nos acoge amorosamente a todos los españoles sin distinción, la bandera de España”.

Lourdes Méndez Monasterio (23-6-2021): “El ámbito de la filiación natural es la relación heterosexual (...). Lo que se debe fomentar desde el Estado es la familia formada por un hombre y una mujer. Otras uniones merecen respeto, pero no cumplen una función social”.

La misma diputada, sobre la eutanasia (10-12-20): “Su objetivo final es eliminar aquellas vidas que ustedes deciden que carecen de valor y que no son dignas de ser vividas, las que no se consideran útiles (…). El Estado les lanza el mensaje de que no deben vivir, de que no es bueno que existan y todo el sistema les presionará para que pidan morir”.

Y sobre las mujeres que deciden abortar (3-2-22): “En su mayoría van engañadas, presionadas, en un estado emocional que les impide discernir”.

La educación. Joaquín Robles (19-11-2020), sobre la nueva ley educativa: “No incluyen una verdadera educación sexual, centrada en la explicación científica por profesionales acreditados de cómo prevenir enfermedades de transmisión o cómo tener una conducta responsable, sino una exaltación confusa de la libertad sexual (…). Jalean en las escuelas una sexualidad irresponsable y pretenden arrebatar la inocencia de nuestros hijos”.

Antonio Salvà (9-3-2021): “La erradicación del castellano en la enseñanza no es debida exclusivamente a la acción de partidos políticos nacionalistas (...). En Galicia, con el PP de la mano del señor Feijóo, se aplica una política lingüística casi idéntica a la de Cataluña, dejándola trillada para una política independentista”.

La cultura. Ángel López Maraver (20-5-2020), sobre el decreto de ayudas urgentes al sector: “Solo cuida a sus subvencionados que hacen propaganda ideológica en las televisiones, en las redes sociales y en el cine con bodrios infumables (…). Si este Gobierno quiere un ejemplo claro de lo que es cultura, ahí tienen, entre otros, el arte de la tauromaquia”.

La democracia. Robles (14-12-2020): “El concepto de grupos separatistas debería cambiarse por el de grupos sediciosos, al modo que a un cáncer que amenaza la existencia de un cuerpo orgánico no lo llamamos órgano, sino tumor, un tumor que debe ser extirpado para preservar la salud y la integridad”.

Macarena Olona (15-9-21): “Se ha trasladado a la ciudadanía un sentimiento cada vez más generalizado: estamos gobernados por delincuentes”.

Iván Espinosa de los Monteros (21-10-21): “Llegaron al poder de una manera muy poco democrática y asaltaron el poder con una mentira (…). No les da vergüenza hoy estar aquí conformando el Gobierno menos democrático de la historia”.

https://elpais.com/espana/2022-03-13/lo-que-vox-dice-en-las-instituciones-y-nunca-se-habia-oido.html#?rel=lom

sábado, 19 de marzo de 2022

Si alguien te escucha estás salvado

He tenido la fortuna de participar hace unos días en el Congreso organizado por la Academia La Pizarra en el Palacio de Congresos de la ciudad de Valencia. El equipo responsable, que derrocha entusiasmo y compromiso por la educación, convocó a mil quinientas personas capaces de llevarte en volandas hasta territorio de la ilusión.

Después de dos años sin encuentros presenciales había en el ambiente una corriente de empatía que intensificaba los abrazos y ampliaba las sonrisas en la mirada de los asistentes. Las mascarillas nos recordaban de dónde veníamos, dónde estábamos y hacia dónde debíamos caminar para poner fin a la terrible pandemia. Comprobamos que la presencia física alimenta de otra forma los corazones.

En el acto de inauguración hubo una actividad emocionante. Nos pidieron al entrar que cubriésemos los ojos con un antifaz para experimentar así lo que se siente cuando nos falta uno de los sentidos que más información nos aporta en la vida y en la escuela. Escuchamos una voz femenina que daba instrucciones sobre pasos de ballet clásico. Cuando retiramos el antifaz descubrimos en el escenario un numeroso grupo de bailarinas entre las que había muchas niñas con discapacidad motora o cognitiva que bailaban desde sus sillas de ruedas o ayudadas por sus monitoras. Pertenecían todas a la Asociación Ballet Vale+ que, con la ayuda de la Escuela de Danza de Esther Mortes, pone la danza al servicio del derribo de barreras excluyentes.

Hubo también otra interesante y significativa iniciativa, entre muchas otras. Sobre el escenario aparecía un alto muro que deberíamos ir derribando. El muro simbólico estaba construido con cajas que tenían nombres diversos: burocracia, prisa, automatismo, temario, pantallas, redes sociales. Un muro que se fue cayendo a medida que avanzaba la jornada.

Intervinieron con sensibilidad y acierto miembros de la Academia la Pizarra enriqueciendo las conferencias que nos habían encargado a Francesco Tonucci, Mar Romera, José Antonio Fernández Bravo, Heike Freire y yo mismo.

El lema del Congreso decía lo siguiente: “Para mirarte mejor. Escuchar para enseñar”. Y a esto último quiero dedicar el artículo de esta semana, al difícil arte de saber escuchar. Especialmente a los niños y a las niñas, especialmente a los jóvenes y a las jóvenes. Porque, como no son adultos que puedan exigir (a veces ni pedir) atención, solemos despachar la escucha de sus problemas, dudas, dificultades y alegrías sin dedicar mucho tiempo y mucho esfuerzo.

Conté en mi conferencia que a la persona que mejor he visto escuchar en mi vida fue a Carl Rogers. Después de leer textos suyos sobre la importancia y la necesidad de la escucha, quise comprobar si lo que escribía eran puras y hermosas teorías o si se correspondía el discurso con la práctica. Y se correspondía.

En su libro “Psicoterapia centrada en el cliente” dice Carl Rogers: “Si un ser humano te escucha, estás salvado como persona”. Pues bien, en un workshop de diez días celebrado en Madrid, tuve la oportunidad de observar que, cuando el psicólogo norteamericano escuchaba, no había nada más importante para él en el mundo que su interlocutor. Le vi casi levitando en la silla durante horas. En la clausura de aquel evento dije que, con sorpresa y admiración, había comprobado que Carl Rogers no tenia ni próstata ni vejiga, porque, aunque tenía ya 76 años, le había visto permanecer horas sin levantarse para ir al baño.

Hubo un hecho en el que vi que escuchaba más allá de la palabra y de los gestos. Un asistente de raza negra hizo una intervención después de una tremenda agresión recibida de una colega. No hizo referencia a las palabras de la compañera. Hizo una exposición que pareció serena y sincera. Carl Rogers le miró fijamente durante unos segundos (nunca olvidaré ese momento) y dijo:

Adivino detrás de tus palabras, un profundo desgarramiento interior. Ese hombre se echó a llorar y abandonó la sala. Me pregunté: ¿Cómo le escuchaba Carl Rogers? Fue más allá de las palabras, más allá de expresión que las había acompañado. Lo caló porque le había escuchado profundamente.

Parece que escuchar es fácil. Basta no tener tapones en los oídos. Creo, por el contrario, que se trata de una tarea tan compleja que no podremos hacerla perfectamente nunca por mucho que nos ejercitemos.

Voy a plantear tres tipos de exigencias que resultan necesarias para la escucha que suele denominarse activa.

Exigencias verbales. Uno de los factores que bloquean la expresión de quien habla es que el adulto empiece a dar consejos inmediatamente, sin poder evitarlo. Por eso los adolescentes hablan tan poco con sus padres. Es muy difícil que si una adolescente le dice a sus padres que se ha enamorado de su profesor de matemática, la madre pregunte cosas sobre él. Es probable que se enfade y que le amenace con cambiarle de colegio. Sin embargo sí seguirá hablando con su amiga. También bloquea la expresión el que el adulto se ponga a discutir, a reprochar, a ridiculizar, a culpabilizar a quien habla por lo que dice o por cómo lo dice.

Exigencias paraverbales. Hay que mirar atentamente a quien habla. No se puede escuchar bien sin mirar. Hay que hacerse eco de lo que dice quien habla (afirmar con la cabeza, sonreír, decir ajá…). Todo eso significa: te estoy escuchando, estoy aquí. Quien escucha tiene que permanecer tranquilo, no dar muestras de tener prisa, o cansancio o aburrimiento.

Exigencias actitudinales. Creo que estas son las más importantes. Hay que prestar atención interiormente (dejando al margen los ruidos ajenos a la manifestación de quien habla), no hacer juicios de valor, no tener miedo a los silencios, tratar de llegar más allá de la expresión verbal y paraverbal.

Faltamos muchas veces al respeto a niños y a jóvenes. No les dedicamos tiempo, porque tenemos mucha prisa. Nos quieren decir algo y, cuando empiezan a hablar, suena nuestro móvil y mientras hablamos, le decimos con un gesto que siga diciendo qué es lo que quiere. Nunca lo haríamos con un adulto.

Muchas veces, cuando escuchamos, estamos más pendientes de lo que vamos replicar que de lo que nos están diciendo. Recuerdo que en un debate de clase, les dije a mis alumnos que, para intervenir, tenían que cumplir dos requisitos: pedir la palabra y repetir fielmente lo que había dicho el anterior interviniente. Al comienzo era frecuente que quien levantaba la mano para pedir la palabra, al requerir la segunda exigencia. dijese:

Perdón, no he escuchado a mi compañero…
Otras veces, cuando trataba de repetir lo que había dicho el compañero anterior, el interesado comentaba:

– No. No fue eso lo que dije…
En esos casos no podía intervenir. Trataba de conseguir que escuchasen con atención.

Contaba José Antonio Fernández Bravo en su conferencia que, a veces, preguntamos a los niños algo pero no tenemos en cuenta su respuesta. Es como si no les hubiésemos escuchado. Puso un ejemplo de la vida cotidiana.

– Niño, ¿quieres ir un rato al parque?, pregunta el adulto.

– No, ahora no me apetece, dice el niño.

– Pues venga, ponte el abrigo que hace falta respirar aire puro y, además, tengo que comprar pan.

¿Para qué le han preguntado?

Estoy seguro de que, aunque haya una tasa tan enorme de desempleo, si alguien se anuncia con la palabra ESCUCHO, si lo sabe hacer, encuentra pronto trabajo. No digo en el anuncio aconsejo, ni consuelo, ni diagnostico, ni curo, ni divierto. Digo ESCUCHO. Pienso que la mitad de la humanidad anda buscando a la otra media para que, en silencio, con paciencia, con afecto, con atención, con profundidad escuche sin interrumpir todo lo que quiere expresar.

Cuántos malos ejemplos ven nuestros niños y jóvenes de mala escucha en los programas de televisión: faltas de respeto, atropellos verbales, interrupciones, insultos, agresiones, mentiras… Y también en nuestras costumbres familiares y escolares.

Leí hace algún tiempo el libro ”Escucha activa”, de Elena Ariste Mur. Muchas páginas para aprender lo que parece que no tiene dificultad alguna pero que en realidad es tan importante como complejo. Decía Zenón de Elea: “Recordad que la naturaleza nos ha dado dos oídos y una sola boca para enseñarnos que más vale oír que hablar”. Ojalá que sepamos escuchar a los niños y a las niñas. Les hablamos mucho y les escuchamos poco. El Congreso organizado por La Pizarra ha sido una invitación emocionada a poner al niño y a la niña en el centro de la educación, de la escuela y de la vida. La palabra es suya. Escuchemos con atención.

El Adarve.

viernes, 18 de marzo de 2022

2022: La «normalidad»

En contra de lo que nos decían quienes dicen que lo saben todo, 2021 no fue el año de la recuperación. Y me temo que 2022 no abrirá -como también aventuraban- una nueva etapa de normalidad sin sobresaltos. Tenemos demasiados frentes por delante que aventuran intranquilidad.

La pandemia no termina de apagarse y el haber dado prioridad a los intereses comerciales y al egoísmo de los países más ricos puede provocar que sigan apareciendo nuevas variantes del coronavirus que impidan una recuperación completa de la actividad económica.

La inflación tardará meses en desaparecer, si es que no vuelve a hacerse crónica. Y la respuesta que avanzan los bancos centrales, subir los tipos de interés, solo va a provocar otro frenazo, con menos inversión y empleo, además de un incremento que puede llegar a ser muy problemático de la deuda pública y privada.

Los mercados no terminan de ajustarse y los bloqueos se dan por todas su esquinas, los suministros no llegan, los transportes se bloquean y miles de empresas no encuentran al personal que necesitan.

La economía internacional está viviendo una singular combinación de problemas de oferta y demanda en un clima en donde los mercados financieros, en lugar de dedicarse a financiar respuestas en el ámbito productivo, se dedican a inflar burbujas que tendrán que explotar sin remedio en algún momento.

Son problemas de nuevo tipo que no es posible resolver con respuestas del viejo libro de estilo que son las única que parece que tengan en cartera los bancos centrales. Mientras que los gobiernos hacen lo que pueden cargándose, eso sí, de una deuda creciente que en algún momento habrá que amortizar sin que nadie sepa decir cómo ni cuando.

A todo ello hay que añadir la tensión militar que se están generando, ahora con más intensidad en el este de Europa, en diversos lugares del mundo. Sus consecuencias pueden ser catastróficas al menor descuido pero, en cualquier caso, van a provocar problemas económicas importantes; por ejemplo, en forma de subida de los costes de la energía, más problemas de suministro, sanciones financieras con efecto dominó o crisis migratorias.

Europa no parece capaz de forjar un proyecto alternativo al de continua tensión que diseñan las potencias imperiales. Se contenta con hacer de monosabio de Estados Unidos, haciendo creer que desempeña un papel que en realidad no es otro que el de comparsa de los estadounidenses y pagano de sus privilegios: los americanos ya se han convertido en los primeros exportadores mundiales de gas y nos venden el gas a Europa un 40% más caro que el que recibimos de Rusia.

En todas esas condiciones será muy complicado que se pueda lograr una recuperación efectiva de las economías. Lo normal, si no cambian, es que se vayan deteriorando de nuevo sus bases estructurales, ya en crisis desde antes de la pandemia, aunque se registren tasas de crecimiento que puedan dar la falsa impresión de que comienzan a levantar vuelo.

España sufrirá esas tensiones, sobre todo, porque nuestro gobierno no dispone de apoyo parlamentario suficiente y leal y porque sus disensiones internas no están permitiendo que se genere la amplia complicidad social que sería necesaria para sacar adelante los proyectos reformistas que se propuso poner en marcha. Lo que está pasando con la reforma laboral es buena parte de ello.

Si el gobierno de Pedro Sánchez no es capaz de acelerar la agenda de reformar, invirtiendo con más celeridad y eficacia los fondos de recuperación, dándole más protagonismo a la sociedad civil y mostrando que avanza a pesar de todas las dificultades, podríamos estar entrando ya en el final adelantado de la legislatura.

La pandemia ha puesto en jaque al neoliberalismo porque ha demostrado que los principios que había venido vendiendo como todopoderosos frente a cualquier situación son, en realidad, un fiasco y que solo sirven para aumentar la riqueza de los más ricos. Y el efecto de esta crisis de legitimación es el mismo que han tenido otras anteriores del capitalismo: la promoción del populismo fascista. Es es la razón del crecimiento de una extrema derecha que no surge de la nada sino que nace financiada por las grandes empresas y bancos y bien acogida por los medios de comunicación. Es otro peligro en el horizonte.

Andalucía, como no puede ser de otro modo, está metida de lleno en este escenario. La derecha está empeñada de momento en aplicar la misma agenda que llevó a cabo en otras comunidades, la del desmantelamiento del ya de por sí delicado sistema de bienestar social y servicios públicos de nuestra comunidad, para privatizarlos en la mayor medida de lo posible; y, al mismo tiempo, eliminar todo tipo de trabas para que las grandes corporaciones financieras y fondos de inversión se queden con los trozos más apetitosos de nuestro aparato productivo. Se está produciendo el descuartizamiento progresivo de lo que iba quedando de nuestra economía, curiosamente, ante el silencio de una clase empresarial que solo piensa ingenuamente que puede tocarle alguna pedrea de las operaciones de compra que se vienen haciendo.

Enfrente, desgraciadamente, las fuerzas políticas de izquierda no dan la talla y solo podemos confiar en que la sociedad civil se dé cuenta de lo que le vendrá encima cuando hayan terminado con la sanidad y la educación públicas, cuando nuestras explotaciones agrarias, los hoteles y principales empresas queden en manos de fondos de inversión que solo buscan la rentabilidad más elevada posible a corto plazo y con independencia de producto que se obtenga o del servicio que se ofrezca.

Esperemos que 2022 sea el año en que las gentes corrientes de Andalucía se den cuenta de todo esto, despierten, levanten la voz y confluyan con la dignidad y la valentía que siempre ha tenido la buena gente de nuestro pueblo.

https://juantorreslopez.com/2022-la-normalidad/