viernes, 10 de marzo de 2023

La clave para "una buena vida" según la Universidad de Harvard: qué dice el estudio más largo sobre la felicidad jamás realizado

Robert Waldinger: "Seguir a las mismas personas desde que son adolescentes hasta la vejez y la muerte es algo que no ha sido hecho antes".

Lo que vas a leer a continuación es mucho más que una entrevista.

Es la experiencia de décadas de cientos de personas sobre lo que realmente importa en la vida.

Durante 85 años, la Universidad de Harvard (EE.UU.) ha estado realizando el estudio científico más longevo de la historia sobre la felicidad.

El Estudio sobre Desarrollo Adulto comenzó en 1938 con cerca de 700 adolescentes. Algunos de ellos eran estudiantes de Harvard, otros vivían en los barrios más pobres de Boston.

La investigación los acompañó a lo largo de sus vidas, monitoreando periódicamente sus alegrías y dificultades, su estado físico, mental y emocional. Y ahora también incluye a las parejas y descendientes de los participantes originales.

Robert Waldinger, profesor de psiquiatría de la Universidad de Harvard y maestro Zen, es el cuarto director del estudio.

Su charla TED de 2015 fue vista más de 40 millones de veces. Y es coautor de un nuevo libro sobre las principales lecciones del estudio que se titula "The Good Life" ("Una buena vida"), cuya edición en español será lanzada en marzo.

Robert Waldinger le explicó a BBC Mundo por qué la calidad de nuestras relaciones es el mayor predictor de nuestra felicidad y salud a medida que envejecemos. Y recordó que nunca es tarde para "energizar" esas relaciones o construir conexiones nuevas.

¿Cuál es el hallazgo más sorprendente del estudio?
No fue una sorpresa que las personas que tenían relaciones más cálidas fueran más felices. Eso tiene sentido.

La sorpresa fue que las personas que tenían relaciones más cálidas se mantuvieron físicamente más saludables a medida que envejecían.

La pregunta que surge entonces es, ¿cómo pueden las relaciones hacer que sea menos probable desarrollar diabetes tipo 2 o enfermedad de las arterias coronarias?

Otros estudios luego encontraron lo mismo y nos dimos cuenta de que se trataba de un hallazgo sólido.

Hemos pasado los últimos diez años en nuestro laboratorio tratando de entender cómo las relaciones afectan nuestros cuerpos y cambian nuestra fisiología.

"La sorpresa fue que las personas que tenían relaciones más cálidas se mantuvieron físicamente más saludables a medida que envejecían".

¿Cuál es su mejor hipótesis?
El estrés es una parte natural de la vida. Si me pasa algo estresante esta mañana, habrá cambios en mi cuerpo: aumentará la frecuencia cardíaca, subirá mi presión arterial, muchas cosas suceden en el cuerpo para enfrentar un desafío. Es la llamada "reacción de lucha o huida"

Pero luego se espera que nuestro cuerpo vuelva al equilibrio, a la normalidad, una vez que se elimina el estrés.

Una idea que tenemos es que la soledad y el aislamiento son estresantes.

Si me sucede algo que me ha molestado, que es estresante, puedo ir a casa y hablar con mi esposa o llamar a un amigo, y si son buenos oyentes puedo sentir que mi nivel de estrés baja. Pero si no tengo a nadie así, si estoy aislado y solo, lo que creemos es que el cuerpo permanece en un bajo grado de "reacción de lucha o huida".

Esto significa que habrá niveles más altos de hormonas del estrés como el cortisol circulando en mi sangre y niveles más altos de inflamación en mi cuerpo. Y estos factores gradualmente desgastan y descomponen diferentes sistemas corporales. De esta forma el aislamiento social y la soledad podrían afectar mis arterias coronarias y mis articulaciones.

Asegura en el libro que una buena vida es una vida complicada, en la que hay felicidad pero también dolor. ¿Tener buenas relaciones nos ayuda a procesar mejor las emociones difíciles?

Sí, nos ayuda a manejar mejor las emociones porque las relaciones a menudo nos permiten, en primer lugar, hablar sobre lo que sentimos y tener un sentido de pertenencia.

Somos animales sociales. Probablemente evolucionamos de esa manera porque es más seguro estar en un grupo. Y sentir que pertenecemos a un grupo es una forma de aliviar el estrés.

Cuando sientes que eres la única persona que tiene un problema no te sientes bien. En cambio, si puedes hablar con otras personas que tienen ese problema eso te hace sentir menos solo. Es un sentimiento muy poderoso y creemos que es un importante regulador del estrés.

En el libro habla de la importancia de mantener el "fitness social". ¿Qué significa esto?

Acuñamos la frase para hacerla análoga al fitness o buena forma física, porque lo que vimos fue que cuidar nuestras relaciones es como ejercitar un músculo.

Si permanecemos sentados toda nuestra vida nuestros músculos se atrofiarán. Y de la misma forma, al mirar las vidas del estudio vimos que las buenas relaciones pueden marchitarse no porque haya ningún problema, sino por descuido.

Lo que comenzamos a ver es que si cuidas activamente tus relaciones de la misma forma en que cuidas tu cuerpo, o una planta en tu casa, esas relaciones se mantienen fuertes.

Tener buenas relaciones nos ayuda a manejar las emociones difíciles y el estrés.

Menciona en el libro varias sugerencias para cuidar o energizar una relación. Una de ellas es "reconocer a alguien cuando hace algo bueno". ¿A qué se refiere?

Somos muy buenos prestando atención a lo que no nos gusta y lo que está mal. Y con otras personas solemos estar muy en sintonía con lo que nos molesta o nos ofende, cuando alguien hace algo que yo creo está mal.

Pero a menudo damos por sentado las cosas que la gente hace bien. Por ejemplo, mi esposa ama cocinar y prepara la cena la mayoría de las noches. Y yo tengo que recordar que no debo dar eso por sentado.

De la misma forma, yo me encargo de todo lo que tiene que ver con la tecnología, y ella tiene que recordar que se necesita mucho trabajo para hacer que las cosas funcionen.

Así que es una forma de práctica de gratitud, en la que nos preguntamos: ¿cómo sería mi vida si esta persona no hiciera estas cosas o si esta persona no estuviera en mi vida? De eso hablamos cuando decimos "reconocer a alguien siendo bueno", haciendo algo que si no estuviera en tu vida te haría sentir infeliz. Y expresar esa gratitud.

Otra sugerencia para cuidar las relaciones es mantener una "curiosidad radical". ¿De qué se trata?
Cuando hemos estado con alguien desde hace mucho tiempo, sea un cónyuge, un familiar o un amigo, asumimos que conocemos a esa persona.

Hay estudios sobre cuán sintonizados estamos con los sentimientos de otra persona. Las investigaciones muestran que particularmente cuando salimos por primera vez con alguien somos muy buenos sintonizando lo que siente otra persona.

Pero una vez llevamos cinco, diez, veinte años juntos, sabemos mucho menos lo que siente. Podríamos pensar que sería al revés, que cuanto más tiempo llevamos juntos más sabemos qué siente, pero lo que sucede es que comenzamos a asumir que conocemos a la otra persona.

Entonces, de lo que hablamos es de dar un giro a esto y despertar la curiosidad.

"Cuando hemos estado con alguien desde hace mucho tiempo, sea un cónyuge, un familiar o un amigo, asumimos que conocemos a esa persona".

En otra charla mencionó un ejemplo de curiosidad radical con su esposa…

He estado con mi esposa durante 37 años. Y lo que hago es preguntarme: ¿cómo puedo volver a tener curiosidad acerca de quién es ella ahora mismo, hoy? ¿Cómo puedo mantener la curiosidad?

Esto tiene que ver con una instrucción de uno de mis maestros de meditación Zen.

En la meditación Zen te sientas en un cojín y meditas una y otra vez. He meditado miles de veces. Y la instrucción es preguntarte a ti mismo mientras haces algo que has hecho mil veces. ¿Qué hay aquí que nunca antes había percibido?

Puedes hacer esto incluso al cepillarte los dientes. Si te pregunto qué diente te cepillas primero apuesto que tienes que pensarlo porque lo haces en forma automática. Podrías entonces hoy al cepillarte los dientes hacerlo con curiosidad radical.

¿Podría compartir con nosotros algo que percibió de su esposa después de más de 30 años juntos?

Descubrí, por ejemplo, que ha comenzado a usar aretes plateados en lugar de dorados como solía hacer antes, porque su cabello ahora es gris en lugar de castaño. Es algo pequeño, pero es algo que no había percibido.

Me impactó una pregunta que les hacen a los participantes en el estudio: "¿A quién llamarías en el medio de la noche si tienes miedo o te sientes mal?".

Tal vez algunas personas que lean la entrevista sientan que no tienen "una buena vida" porque no tienen muchos amigos…¿El número importa?

Importa, pero es algo muy individual. Algunos de nosotros somos muy tímidos y para esas personas tener mucha gente alrededor es estresante. Otras personas que son más extrovertidas, en cambio, necesitan muchas personas en su vida y les da energía estar con mucha gente.

Una persona tímida podría necesitar una o dos relaciones cercanas. Tener más podría ser estresante y agotador. Pero la persona extrovertida puede querer muchas, muchas relaciones.

Así que cada uno de nosotros necesita determinarlo por sí mismo, ¿cuánta actividad social es buena para mí y para mi vida?

Mucha gente podría pensar, "yo intento cuidar mis amistades, pero soy yo siempre quien hace las llamadas, quien escucha". ¿Aconsejaría a estas personas que sean abiertas con sus amistades sobre lo que sienten?

Sí, creo que sería bueno porque algunas personas no se dan cuenta de esto. Puedes decirle a un amigo o amiga, "siempre soy yo quien te llama. Me gustaría qué de vez en cuando me llamaras o me invitaras a tomar un café".

Pero habrá algunas personas que jamás lo harán. Entonces yo te diría que eso no significa que tengas que cortar la amistad con esas personas. Pero tal vez quieras hallar también otras amistades que sean más mutuas.

"Es una forma de práctica de gratitud, en la que nos preguntamos: ¿cómo sería mi vida si esta persona no estuviera en ella?".

Muchos intercambios hoy en día son virtuales a través de redes sociales. En términos de relaciones, ¿cuál es la mejor manera de usar las redes sociales?

No es una investigación mía, pero hay estudios que hablan de esto y los primeros hallazgos indican que la forma en la que usamos las redes sociales realmente importa.

Si las usamos activamente para conectarnos con otras personas, eso aumenta nuestro bienestar. Y el ejemplo que me gusta usar es el de un amigo mío que durante el confinamiento debido a la pandemia se volvió a conectar en Facebook con sus amigos de la escuela primaria. Ahora toman un café virtual todos los domingos por la mañana en Zoom. Y tienen momentos maravillosos hablando de sus vidas y de su infancia. Es un ejemplo de una conexión activa en redes sociales y todos están más felices por ella.

Por otro lado está el uso pasivo de las redes sociales cuando consumimos los feeds de Instagram de otras personas o sus páginas de Facebook en las que publican todas estas bellas imágenes de sus vidas. Porque no publicamos imágenes de cuando estamos infelices.

Y eso puede hacer que otras personas al ver esas imágenes sientan que "todos los demás están teniendo una buena vida y yo soy el único que tiene dificultades". Ese tipo de consumo pasivo de redes sociales nos hace sentir peor y los adolescentes son particularmente vulnerables a esto. Muy vulnerables.

Entonces, dado que las redes sociales no van a desaparecer, lo que podemos hacer es ser más activos en su uso para conectarnos con otras personas y no solo mirar pasivamente lo que publican otras personas, eso es terrible para nosotros.

"El consumo pasivo de redes sociales nos hace sentir peor y los adolescentes son particularmente vulnerables a esto".

Una palabra que no aparece mucho en el libro es arrepentimiento. Algunos luchan con esto cuando llegan a cierta etapa de sus vidas y piensan, por ejemplo, que podrían haber entendido mejor a alguien.

¿Hay algo en el estudio que podamos aprender sobre cómo lidiar con el remordimiento?
Cuando los participantes llegaron a su década de los ochenta les hicimos esta pregunta: cuando miras hacia atrás en tu vida, ¿qué es lo que más lamentas? Y hubo dos grandes arrepentimientos.

Uno era: "Desearía no haber pasado tanto tiempo en el trabajo, y haber pasado más tiempo con las personas que me importan". Así que hay una razón para ese cliché tan conocido que dice "nadie en su lecho de muerte desea haber pasado más tiempo en la oficina".

El otro arrepentimiento que particularmente expresaron las mujeres fue: "Ojalá no hubiera pasado tanto tiempo preocupándome por lo que piensan otras personas".

Entonces, si la gente se pregunta ¿qué remordimientos me gustaría evitar?, la respuesta podría ser que debes pasar suficiente tiempo con las personas que te importan y no pasar tanto tiempo preocupándote por lo que piensan los demás.

Habló de cómo evitar remordimientos. ¿Pero qué hacer cuando ya están presentes?

Al lidiar con el arrepentimiento, estar enojados con nosotros mismos, darnos duro a nosotros mismos, no ayuda. El único uso del arrepentimiento es si nos informa sobre lo que nos gustaría hacer de manera diferente en el futuro.

Usa el arrepentimiento para aprovechar la vida que tienes por delante.

En el libro hay un capítulo titulado "Nunca es demasiado tarde". ¿Cuál es el mensaje principal que quiere dar con esa frase?
Algunas personas me han dicho "es demasiado tarde para mí. No soy bueno o buena en las relaciones. Esto nunca va a pasar en mi vida". Algunas de las personas que dicen esto tienen 20 años y aseguran que es demasiado tarde para ellas, y otras personas que dicen eso son mayores.

Pero lo que vemos en las historias del libro, que son de vidas reales, es que las personas encuentran conexiones que no esperaban en diferentes momentos de sus vidas, ya sean conexiones amorosas o amistades. Entonces, a quienes creen que estas cosas nunca les van a pasar, les diríamos "no tienes forma de saberlo".

El mensaje es que vale la pena seguir trabajando en ello porque en cualquier momento de la vida puedes crear nuevas y buenas conexiones.

Usted es maestro Zen. ¿Ha tenido la meditación un papel importante en su vida?
Ha tenido un gran papel. En la meditación zen se trata de aprender sobre qué es estar vivo.

Te familiarizas mucho más con la experiencia de mirar una flor durante cinco minutos, o comer una comida con atención, saboreando cada bocado. Es realmente una inmersión profunda en la experiencia de estar vivo.

Y eso encaja muy bien con el estudio sobre todas estas vidas. Porque es una forma diferente de estudiar la experiencia de ser humano.

De igual forma, en mi trabajo como psiquiatra tengo el privilegio de escuchar a personas hablar en detalle sobre sus vidas. Y todo esto para mí es un trabajo fascinante. Son todas formas diferentes de aprender sobre la experiencia humana.

"Cuidar nuestras relaciones es como ejercitar un músculo".

En el libro afirma que la atención es la forma más básica del amor y hay una hermosa frase: "Una buena vida no es el destino sino el camino y con quién caminas... Y al hacerlo, segundo a segundo, puedes decidir a qué y a quién le das tu atención".

¿Puede hablarnos de ese poder que tenemos de elegir en cada momento en qué ponemos nuestra atención?

Esa es una cita de uno de mis maestros Zen. Su nombre es John Tarrant y sí, una de las cosas que sabemos es que nuestra atención es algo por lo que la gente pelea.

Estas pantallas que tanto amamos están diseñadas para cautivarnos, porque las personas ganan dinero captando nuestra atención y manteniéndola.

Ahora más que nunca el camino de menor resistencia es quedarnos frente a nuestras pantallas todo el tiempo. Entonces la pregunta es: ¿podemos ser intencionales y desviar nuestra atención de esas pantallas hacia las personas que nos importan?

"Piensa ¿quién te importa?, ¿y podrías darle toda tu atención en este momento? Esa es la pregunta que debemos hacernos".

Hay una escritora llamada Linda Stone que escribe sobre algo que ella llama "atención parcial continua", que es lo que nos estamos dando cada vez más unos a otros y esto es un problema. O sea, estoy hablándote pero en realidad estoy viendo mi pantalla.

Queremos llamar la atención sobre eso. Piensa ¿quién te importa?, ¿y podrías darle toda tu atención en este momento? Esa es la pregunta que debemos hacernos.

Con el privilegio que ha tenido de estudiar todas estas vidas, ¿diría usted que si alguien ha tenido una niñez con muchos problemas o enfrentado otros tiempos muy difíciles, existe resiliencia en las personas, la habilidad de hallar en nosotros mismos los recursos para salir adelante y prosperar?

Creo que hay un instinto para prosperar, para sobrevivir. Todos estamos tratando de ser felices. Una de las razones por las que mi charla TED se volvió viral, como alguien me dijo, no es que yo sea guapo. Es que todo el mundo quiere ser feliz. Y entonces existe este impulso para tratar de encontrar formas de prosperar.

Creo que hay una energía en todos nosotros que busca eso y esto es algo bueno. Probablemente por ello, aunque puedo ponerme muy pesimista acerca de hacia dónde va el mundo, pienso que la gente ha sido así siempre. Y luego ha encontrado el camino hacia nuevas posibilidades, es algo que es parte de nosotros.

En su caso personal, ¿cuáles son los componentes básicos de una buena vida?
Es estar involucrado en actividades que me importan y que encuentro significativas. Mis investigaciones, mi trabajo como psiquiatra, mi Zen, estas cosas me importan mucho. Y por ejemplo me importa estar hablando contigo ahora. La razón por la que lo estoy haciendo es que me importan mucho estas ideas y que lleguen a la gente. Eso es significativo para mí.

Para mí entonces una buena vida es tener actividades que tienen significado para mí y hacerlas con personas que me importan y a quienes yo les importo.

Termina el libro con un llamado a la acción. ¿Qué invitaría a la gente a hacer cuando acabe de leer esta entrevista?

Les diría: piensa en alguien a quien extrañas, alguien con quien no te sientes conectado tanto como te gustaría, o alguien que quieres asegurarte que sepa que estás pensando en él o ella. Y envíale un mensaje de texto, o un correo electrónico, o llámales y solo diles hola, estaba pensando en ti y quería contactarte.

Solo haz eso y verás qué te llega de regreso. Si lo haces, te sorprenderá cuántas personas estarán encantadas de que te hayas comunicado con ellas. Así que da ahora ese pequeño paso, hacerlo te tomará quince segundos.

Portada del libro "Una buena vida"
https://www.bbc.com/mundo/noticias-64571655

Cómo dominar el aburrimiento.

Encontrar la raíz de nuestra falta de inspiración puede ayudarnos a decidir mejor cómo pasamos el tiempo, dicen los expertos.

Al menos una vez cada fin de semana, alguno de mis hijos —los cuales tienen 8 y 11 años— viene hacia mí arrastrando los pies y gimiendo: “Estoy aburriiiiidooooo. No hay nada qué hacer”. Cuando les recuerdo todo lo que podrían hacer (leer un libro, desarrollar algún proyecto artístico, tocar el piano), me fulminan con la mirada como si acabara de pedirles que hicieran 150 lagartijas y luego se van caminando con los hombros caídos.

Desde luego, esto no solo le ocurre a los niños. Durante los confinamientos por la pandemia que parecían no terminar nunca, muchos adultos estadounidenses dijeron sentirse aburridos. Es posible que el aburrimiento también esté contribuyendo a la falta de compromiso que muchos estadounidenses sienten en el trabajo hoy en día. Algunas investigaciones sugieren que, en fechas recientes, los adolescentes también se han sentido más aburridos que antes.

El aburrimiento no es nada bueno, pero puede ser una fuente de información útil. “Surge cuando hacemos cosas que no nos parecen ni interesantes ni satisfactorias y nos lleva a querer hacer otra cosa”, señaló Andreas Elpidorou, un filósofo de la Universidad de Louisville que estudia las emociones y la concientización.

Las investigaciones revelan que el aburrimiento puede surgir por muchas razones y que saber cuál es su origen puede ayudarnos a tomar mejores decisiones sobre la manera en que invertimos nuestro tiempo o, al menos, para replantear nuestras actividades de tal modo que sean más gratificantes. Aquí enumeramos algunas recomendaciones para que la ciencia del aburrimiento funcione para ti.

Entiende la causa
Erin Westgate, una investigadora de la Universidad de Florida, ha pasado años investigando diversos detonantes del aburrimiento y descubrió que este aparece en unas cuantas situaciones.

En primer lugar, podemos sentirnos aburridos cuando estamos en una situación en la que no somos capaces de prestar atención porque la actividad que estamos realizando es demasiado fácil o demasiado difícil. “Para que podamos poner nuestra atención en algo y mantenerla, es necesario que exista un equilibrio entre las exigencias cognitivas y los recursos cognitivos”, explicó Westgate. En otras palabras, las exigencias de la actividad tienen que coincidir con lo que nuestro cerebro pueda aportar.

Es común que cuando lo que estamos haciendo nos parece demasiado fácil, no logremos concentrarnos y esta falta de atención origine aburrimiento. Es posible que esto suceda cuando tu hijo hace que juegues con él una vez más algún juego de mesa, o “cuando estás en una reunión donde tu jefe habla del mismo tema por enésima vez y tú simplemente te desconectas”, señaló Karen Gasper, una psicóloga de la Universidad Estatal de Pensilvania que estudia la manera en que los sentimientos influyen en la vida de las personas.

También podemos sentir aburrimiento cuando lo que estamos haciendo nos parece difícil y abrumador; por ejemplo, cuando tenemos que redactar un memorando del trabajo y no sabemos por dónde empezar. De igual manera, es posible que nos aburramos “cuando estamos viendo una película que tiene una trama muy complicada y simplemente nos perdemos”, comentó Gasper.

Asimismo, tal vez nos sintamos aburridos cuando no creemos que alguna actividad tenga mucho sentido. Es común que cuando las actividades no coinciden con nuestros objetivos o valores nos hagan sentir aburridos y frustrados.

Y luego, por supuesto, están las situaciones en las que no estás haciendo nada y te sientes apático y aburrido, algo que a veces les pasa a mis hijos (¡y a mí!) cuando tenemos tiempo libre. Westgate dijo que sospecha que esto sucede porque en esos momentos no tenemos una meta en la cabeza y eso nos hace sentir perdidos e incómodos.

Si sientes desinterés, Westgate recomendó repasar las causas que explicarían qué es lo que incita tu aburrimiento. ¿Lo que estás haciendo es muy difícil o muy fácil? ¿Te parece que es un sinsentido? ¿No sabes qué hacer contigo mismo? En su experiencia, dijo, la gente es capaz de determinar con facilidad cuál de estos factores es la causa del problema.

Modifica una tarea fácil o difícil
A continuación, haz algo para resolver el problema. Esto dependerá de la situación y de la flexibilidad a tu disposición. La mejor solución cuando estás aburrido es dejar de hacer lo que estás haciendo y hacer otra cosa. Pero la escuela, el trabajo y el cuidado de los demás a menudo requieren que hagamos tareas aburridas repetidamente. Para empeorar la situación, cuando sentimos que no podemos controlar nuestras acciones la falta de autonomía puede empeorar el aburrimiento, dijo Westgate. Un estudio clásico encontró que la gente que escuchaba clases aburridas de manera obligatoria sentía que el tiempo avanzaba más lentamente que quienes habían elegido escucharlas.

Si la tarea que estás realizando parece demasiado sencilla, siempre que tengas la opción, intenta algo nuevo o estimulante, recomendó Gasper. Quizás estás comenzando a aburrirte con tus caminatas diarias y debas considerar hacer senderismo o escalar montañas. Si no tienes otra opción más que seguir realizando esa misma actividad, piensa en diversas maneras de añadirle complejidad. Elpidorou mencionó que una vez entrevistó a un empleado de UPS cuyo trabajo era estar descargando y escaneando cajas todo el día, pero comentó que nunca se aburría porque él y sus compañeros tenían algunos juegos que hacían que el trabajo fuera más complejo. Westgate añadió que también es útil poner música, puesto que escucharla “absorbe los recursos de atención adicionales con los que cuentas, de tal modo que, paradójicamente, puedes concentrarte mejor en esa actividad tan poco estimulante que estás realizando”.

Westgate recomendó que si estás aburrido porque lo que estás haciendo es demasiado difícil, es bueno dividir la tarea en partes más pequeñas con el fin de que la tarea se sienta más manejable. Plantéate el objetivo de redactar solo una sección de ese memorando del trabajo antes de irte a comer.

Observa el panorama completo
Cuando una tarea no te resulta interesante porque no crees que valga la pena, tal vez sea útil considerar cuál es su beneficio, es decir, de qué modo podría ayudarte a lograr objetivos más importantes, explicó Westgate. Por ejemplo, si a tu hija no le gustan las matemáticas, invítala a que piense de qué modo las matemáticas podrían ser provechosas para lo que le interesa en el futuro: ¿podrían mejorar su desempeño en el puesto de trabajo con el que sueña? Las investigaciones han revelado que este tipo de planteamiento ayuda a que los estudiantes se mantengan comprometidos y a que les vaya mejor en la escuela.

También resulta útil pensar cómo una tarea muy ingrata les puede servir a otras personas o cómo puede ayudar a construir una comunidad. Según Westgate, tienes la opción de pensar que ir al supermercado es una pérdida de tiempo innecesaria o, bien, que es una tarea que realizas para que tu familia esté saludable y bien alimentada. “Piensa en ella como algo que tiene importancia”, recomendó.

Dicho todo esto, si ves que constantemente te aburre lo que estás haciendo, es bueno reflexionar si hay alguna forma de eludir esas tareas, tal vez delegándolas o cambiando de profesión, aseveró Westgate. El aburrimiento frecuente también puede ser un signo de depresión, añadió; así que si te das cuenta de que casi no disfrutas tus actividades (sobre todo si antes te gustaban), mejor habla con tu médico.

Deja de navegar incesantemente por tu teléfono
No pude evitar preguntarme qué papel tienen los teléfonos inteligentes y las redes sociales en el aburrimiento. ¿Navegamos tanto por Instagram porque estamos aburridos? ¿La gratificación instantánea que obtenemos podría hacernos sentir más aburridos cuando intentamos realizar actividades cotidianas? Nadie lo sabe a ciencia cierta, pero algunas investigaciones revelan que, pese a que recurrimos al teléfono para paliar el aburrimiento, la tecnología también puede hacer que nos sintamos más aburridos. Westgate afirmó que le preocupa que la tecnología también pueda hacer que no respondamos de una manera constructiva ante el aburrimiento.

“Si, en vez de enfrentarla, constantemente estás mitigando esa sensación de aburrimiento con cosas como el teléfono, creo que eso impide que veamos un mensaje muy útil”, aseveró. Además, si cada vez que estás aburrido buscas el teléfono, eso estaría evitando que encuentres algo más satisfactorio.

Elpidorou explicó que podría ser de utilidad tener una lista mental de las actividades que casi siempre te parecen satisfactorias a las que puedes acudir cuando no se te ocurre qué quieres hacer, como leer, tocar algún instrumento, dibujar, tejer o cualquier otro pasatiempo. (También está bien si puedes hacer algo en el teléfono que sea relevante para ti, como comunicarte con algún amigo o hacer un crucigrama).

“Elige algo que suele gustarte —algo que puedas hacer y que generalmente deseas hacer— y comprométete a realizarlo unos minutos. Con suerte, te atrapará y el aburrimiento pasará”, dijo Gasper.

Últimamente he intentado algunos de estos enfoques y han sido útiles. Cuando vi la pantalla en blanco de la computadora a la hora de escribir estas líneas, sentí un poco de aburrimiento e hice un gesto para tomar mi teléfono y luego identifiqué la ironía de sentir aburrimiento al escribir sobre el tema y me reí. Luego dejé el teléfono a un lado y me enfoqué en escribir solo un párrafo a la vez. 

jueves, 9 de marzo de 2023

Los adolescentes lo están pasando mal. ¿Qué pueden hacer los padres?

La psicóloga Lisa Damour ofrece consejos para comunicarse, identificar emociones saludables y saber cuándo hay que intervenir.


Durante más de 25 años, la psicóloga Lisa Damour ha ayudado a adolescentes y a sus familias a navegar por esta etapa del crecimiento en su práctica clínica, en sus investigaciones y en éxitos de ventas literarias como Untangled: Guiding Teenage Girls Through the Seven Transitions Into Adulthood.

Este periodo, señaló, no tiene igual.

Según un informe publicado en febrero por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, el 42 por ciento de los estudiantes de secundaria del país experimentaron sentimientos persistentes de tristeza o desesperanza en 2021, mientras que el 22 por ciento consideró seriamente la posibilidad de intentar suicidarse. Las adolescentes, así como los menores que se identifican como lesbianas, homosexuales o bisexuales, son quienes más dificultades tienen, pero los chicos y adolescentes de todos los grupos raciales y étnicos también informaron un empeoramiento de los síntomas.

“Estoy sumamente preocupada por el sufrimiento que presentaron los adolescentes durante la pandemia y por la crisis actual de su salud mental”, afirmó Damour.

En su nuevo libro, The Emotional Lives of Teenagers, Damour pretende desmitificar la adolescencia y reajustar la definición misma de salud mental: “Con demasiada frecuencia, ‘salud mental’ se equipara a sentirse bien, feliz, tranquilo o relajado”, afirmó. No obstante, “se trata de tener sentimientos que se ajusten al momento (aunque esos sentimientos sean indeseados o dolorosos) y gestionarlos de manera eficaz”. En su opinión, esta caracterización es “mucho más precisa” y, espera, tranquilizadora.

A continuación, presentamos la opinión de Damour en lo que respecta a la comunicación con adolescentes, a la distinción entre emociones saludables y la enfermedad mental y cuándo intervenir para ofrecer ayuda.

Esta entrevista está editada y condensada por claridad.

Es normal que los adolescentes tengan sentimientos intensos y tempestuosos, pero, dado que estamos en medio de una crisis de salud mental en los adolescentes, ¿cómo pueden distinguir los padres entre una preocupación sana propia de su edad y síntomas de ansiedad o depresión?

Consejos para que los padres ayuden a sus adolescentes con dificultades

Tarjeta 6 de 6

¿Está preocupado por su adolescente? Si le preocupa que su adolescente pueda estar experimentando depresión o pensamientos suicidas, hay algunas cosas que puede hacer para ayudar. La Dra. Christine Moutier, directora médica de la Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio, sugiere estos pasos:

Busque cambios. Observe los cambios en los hábitos de sueño y alimentación de su hijo adolescente, así como cualquier problema que pueda tener en la escuela, como calificaciones bajas. Esté atento a los arrebatos de ira, los cambios de humor y la pérdida de interés en las actividades que solían disfrutar. Estén atentos a sus publicaciones en las redes sociales también.

Mantenga abiertas las líneas de comunicación. Si nota algo inusual, inicie una conversación. Pero es posible que su hijo no quiera hablar. En ese caso, ofrézcale ayuda para encontrar a una persona de confianza con quien compartir sus luchas.

Busque apoyo profesional. Un niño que expresa pensamientos suicidas puede beneficiarse de una evaluación y tratamiento de salud mental. Puede comenzar hablando con el pediatra de su hijo o con un profesional de la salud mental.

En caso de emergencia: Si tiene una preocupación inmediata por la seguridad de su hijo, no lo deje solo. Llame a una línea de prevención del suicidio. Guarde bajo llave cualquier objeto potencialmente letal. Los niños que están tratando activamente de hacerse daño a sí mismos deben ser llevados a la sala de emergencias más cercana.

Recursos Si está preocupado por alguien en su vida y no sabe cómo ayudar, estos recursos pueden ofrecerle orientación:
1. La Línea Nacional de Prevención del Suicidio: envíe un mensaje de texto o llame al 988
2. La Línea de Texto de Crisis: envíe un mensaje de texto con TALK al 741741
3. La Fundación Estadounidense para la Prevención del Suicidio


Los adolescentes experimentan sus emociones con más intensidad que los niños y que los adultos. Por lo tanto, habrá muchas ocasiones en las que experimenten angustia, quizá varias veces al día.

Es probable que la mayor parte de esa angustia corresponda con sus circunstancias. Si un adolescente reprueba un examen, es lógico que se enoje. Si alguien le rompe el corazón, es lógico que esté triste. Lo que nos interesa saber es cómo gestiona sus sentimientos el adolescente; ver que use estrategias que le ofrezcan alivio y no lo dañen, como hablar con personas que se preocupen por él, encontrar distracciones temporales o resolver el problema.

Lo que no queremos ver (y donde nos ponemos alerta ante la posibilidad de un problema de salud mental) es una de dos cosas: una, que los adolescentes utilicen estrategias para encontrar consuelo que en realidad son costosas: por ejemplo, un adolescente que está muy angustiado y luego fuma mucha marihuana, o un adolescente que está pasando por un momento difícil con una amiga y luego se desquita con ella en las redes sociales.

Otra cosa que no queremos que ocurra es que los sentimientos “gobiernen sus acciones”, es decir, que se interpongan en la capacidad de un joven para hacer las cosas que debe hacer, como ir a la escuela o pasar tiempo con sus compañeros.

Si un adolescente llega a casa del colegio y parece triste o enojado, ¿cuál es la mejor manera en la que un adulto puede actuar?

Por lo general, lo único que necesitan de nosotros son dos cosas: una es curiosidad, interesarse en lo que están compartiendo y hacer preguntas. La otra es empatía, hacerles saber que nos entristece que se sientan así.

Tenemos pruebas científicas excelentes de que el mero hecho de expresar con palabras un sentimiento no deseado reduce la intensidad de esa emoción. Así que cuando son las 9 de la noche y tu hijo adolescente está frente a ti diciéndote de repente que se siente muy ansioso, infeliz o frustrado, lo más importante que tienes que recordar es que ya está en camino de sentirse mejor porque ha expresado esas emociones con palabras.

El ejercicio que uso en mi casa es que imagino que mi adolescente es una reportera y yo soy una editora. Ella me está leyendo su artículo más reciente. Mi labor es escucharla con tanta atención de tal forma que al final del borrador soy capaz de darle un titular, entendiendo que el titular es un resumen destilado y preciso de lo que ella dijo que no añade ideas nuevas. Eso les muestra que escuchas y también valida sus sentimientos.

¿Qué pasa si tu hijo adolescente te dice algo cruel?

Es muy normal que los hijos se enojen. Es de esperarse. A lo que sí le ponemos límites es a la expresión de ese enojo.

Cuando los adolescentes utilizan un lenguaje hiriente, quizá sea útil responder de una manera que desvincule el sentimiento de la forma en que se expresó. Podemos decir algo como: “Tal vez estés muy enojado conmigo y quizá tengas razón, pero no debemos hablarnos de esa forma, así que tómate un momento y regresa cuando estés más tranquilo”. Aunque el adolescente ponga los ojos en blanco, captará el mensaje y, con suerte, volverá a intentarlo cuando se haya calmado

Supongamos que un adolescente se enoja mucho y no quiere hablar al respecto, y a los 20 minutos parece estar perfectamente. ¿Es momento para entablar una conversación?

Si un chico está de mal humor y encontró la manera de estar de buenas, yo lo dejaría.

El tiempo funciona distinto para ellos. Es muy común que un adolescente que estuvo muy atribulado por alguna razón a las 4 p. m., para las 6 p. m. se sienta contento.

En tu libro hablas del valor de dejar que los chicos se expresen con sus padres a su manera, ¿qué significa eso?

Muchos padres se dan cuenta de que hacen preguntas importantes durante la cena y se quedan sin respuestas; con suerte, obtienen un monosílabo. Más tarde, por la noche, su hijo adolescente está muy conversador.

Los adolescentes se organizan en torno al impulso a la autonomía. Prefieren no estar sujetos a la agenda de un adulto. Cuando les hacemos preguntas en momentos que nos convienen, les estamos pidiendo que cooperen con nuestra agenda. Tenemos que estar abiertos a la posibilidad de que un adolescente se muestre más comunicativo cuando es él o ella quien inicia la conversación.

Eso puede significar que quieran hablar con nosotros en momentos que no esperamos o que incluso nos parecen inconvenientes y quieren hablar de cosas que quizá no sean el centro de nuestra atención, pero, si queremos cultivar y proteger nuestros vínculos con los adolescentes, un elemento importante es estar dispuestos a aceptar sus condiciones de interacción.

¿Los padres deberían intentar proteger a los adolescentes de situaciones o sentimientos difíciles?

No queremos que nuestros hijos sufran emocionalmente, pero tenemos que reconocer que no solo es inevitable, a menudo tiene algo de valor. La incomodidad psicológica brinda retroalimentación importante sobre el modo en que andan las cosas. Si un adolescente hace trampa en un examen y es descubierto, tiene que lidiar con la incomodidad real de resolver en problema en casa y en la escuela, y lo más probable es que esa experiencia ayude a evitar que vuelva a tomar una decisión similar.

Lo que queremos es preguntarnos lo siguiente: ¿Lo que enfrentan es incómodo o inmanejable? No siempre lo sabremos. Pero en general, si están lidiando con algo incómodo, lo ideal es tratarlo como una oportunidad para desarrollar habilidades saludables y procesar emociones dolorosas o incómodas.

Si hay motivos para pensar que están enfrentando o podrían enfrentar una situación inmanejable o abrumadora, probablemente sea buena idea intervenir. Podemos decir: “Estás enfrentando algo que es mayor a lo que se espera que manejes por ti mismo. Mereces recibir un poco de apoyo adicional. Veamos cómo sería dicha ayuda”.

https://www.nytimes.com/es/2023/03/06/espanol/adolescente-salud-mental-ayuda.html

Henri Poincaré, el profeta del caos que probó que hay problemas imposibles de resolver

Es la pesadilla de todo matemático.

Henri Poincaré
Henri Poincaré había verificado cada paso de su argumento. Su prueba acaba de recibir un premio matemático de la Academia de Ciencias en Suecia.

Pero uno de los jueces planteó una pregunta sobre uno de los pasos y Poincaré se dio cuenta de que había cometido un grave error.

Ese alarmante error, sin embargo, llevó a Poincaré a realizar un descubrimiento matemático extraordinario.

La historia de Nicolas Bourbaki, el matemático que nunca existió Destellos
Henri Poincaré es uno de los gigantes de las matemáticas y uno de los genios de la historia. Además de matemático, fue astrónomo y físico teórico.

Como la mayoría de los contemporáneos de finales del siglo XIX, comenzó su vida creyendo en un Universo de relojería: un Universo gobernado por leyes matemáticas y totalmente predecible.

Henri Poincaré FUENTE DE LA IMAGEN,SCIENCE PHOTO LIBRARY

El francés Henri Poincaré (1854-1912), es considerado uno de los mejores matemáticos de todos los tiempos. Trabajó en mecánica celeste, topología, relatividad y es considerado el fundador de la teoría del caos. También planteó la Conjetura de Poincaré, en 1904, un problema de topología que no fue resuelto hasta 2003 por Grigori Perelman.

En este sentido, su enfoque de las matemáticas no era diferente al de Sir Isaac Newton 200 años antes.

Poincaré era un gran creyente en la "intuición matemática".

"Un científico digno de su nombre, sobre todo un matemático, experimenta en su trabajo la misma impresión que un artista; su placer es igual de grande y de la misma naturaleza", dijo.

Con su portentosa memoria, solía resolver los problemas completamente en su cabeza y, una vez resueltos, escribía rápidamente los resultados.

Sobre cómo llegó a la respuesta al reto que le había valido el premio de la Academia de las Ciencias contó:

"Todos los días me sentaba en mi mesa de trabajo, me quedaba una o dos horas, probaba una gran cantidad de combinaciones y sin obtener resultados".

"Una noche, contrariamente a mi costumbre, me tomé un café y no pude dormir".

"Las ideas se levantaron en las multitudes; las sentí colisionar hasta que se entrelazaron en pares, por así decirlo, formando una combinación estable. A la mañana siguiente solo tuve que escribir los resultados, lo que me llevó unas horas.

"El pensamiento es solo un destello entre dos largas noches, pero este destello lo es todo".

Antes de que todo se tornara caótico...
En 1885, el Rey Oscar II de Suecia y Noruega decidió celebrar su 60 cumpleaños ofreciendo un premio matemático.

Tres matemáticos eminentes fueron convocados para elegir un desafío matemático apropiado y juzgar las respuestas.

Rey Oscar II de Suecia y Noruega FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

¿Qué le regalas a un rey que lo tiene todo? La solución a un problema matemático.

La pregunta que plantearon fue: ¿podemos establecer matemáticamente si el Sistema Solar continuará girando como un reloj, o es posible que en algún momento futuro, la Tierra se salga de órbita y desaparezca de nuestro sistema planetario?

Cuando Poincaré comenzó a explorar y encontró que estaba entrando en un territorio matemático increíblemente difícil.

Para simplificar un poco las cosas, comenzó estudiando un sistema con solo dos planetas. Isaac Newton ya había demostrado que sus órbitas serían estables. A partir de ahí, pasó a analizar qué sucede cuando se agrega otro planeta a la ecuación.

El problema es que, tan pronto como tienes tres cuerpos en un sistema, la Tierra, la Luna y el Sol, por ejemplo, la cuestión de si sus órbitas son estables se vuelve muy complicada, tanto que ya había dejado perplejo al poderoso Newton.

"Considerar simultáneamente todas estas causas de movimiento y definir estos movimientos mediante leyes exactas que admitan el cálculo fácil excede, si no me equivoco, el poder de cualquier mente humana", escribió el físico y matemático británico.

Sistema Solar FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

¿Cuán estable es el Sistema Solar?
Sin inmutarse, Poincaré se puso a trabajar. Y aunque no pudo descifrar el problema por completo, el documento que presentó sobre el llamado "problema de 3 cuerpos" fue más que suficientemente brillante para ganar el premio del rey Oscar.

"A partir de ese momento, el nombre de Henri Poincaré se hizo conocido por el público, que luego se acostumbró a considerar a nuestro colega ya no como un matemático de particular promesa sino como un gran erudito del que Francia tiene derecho a estar orgullosa", señaló matemático Gaston Darboux, entonces secretario permanente de la Academia Francesa de Ciencias.

Al borde del caos
Fue cuando se estaba por publicar la solución de Poincaré en una edición especial de la revista de la Real Academia Sueca de Ciencias, Acta Mathematica, que salió a la luz el error en su trabajo.

Poincaré telegrafió al presidente de los jueces Gösta Mittag-Leffler para contarle la mala noticia, con la esperanza de limitar el daño.

"Las consecuencias de este error son más serias de lo que pensé en un principio. No voy a ocultarte la angustia que este descubrimiento me ha causado (...) No sé si todavía pensarás que los resultados que quedan merecen la gran recompensa que les has otorgado. Te escribiré extensamente cuando pueda ver las cosas más claramente", decía el telegrama.

Además, trató de evitar que la revista se imprimiera: publicar un documento erróneo en honor del rey sería un desastre.

Tierra, Luna y Sol FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

El modelo simplificado lo llevó a cometer el error.

Mittag-Leffler estaba "extremadamente perplejo" al escuchar las noticias.

"No es que dude que tus escritos serán, en cualquier caso, considerados como la obra de un genio por la mayoría de los geómetras y que serán el punto de partida para todos los esfuerzos futuros en la mecánica celeste. Por lo tanto, no pienses que lamento haberle otorgado el premio", le contestó el matemático sueco.

"Pero lo terrible es que tu carta llegó demasiado tarde y su trabajo ya se ha distribuido", agregó.

La reputación de Mittag-Leffler estaba en juego por no haber recogido el error antes de que hubieran otorgado públicamente el premio a Poincaré.

"Por favor, no digas una palabra de esta historia lamentable a nadie. Te daré todos los detalles mañana", le pidió a su colega francés y pasí las siguientes semanas tratando de recuperar las copias impresas sin levantar sospechas sobre el embarazoso error.

Mittag-Leffler le sugirió a Poincare que pagara por la impresión de la versión original. Poincaré, que estaba mortificado, lo hizo, a pesar de que la cuenta llegó a más de 3.500 coronas, 1.000 más que el premio que había ganado originalmente.

El grave error de suponer
Como cualquier matemático diligente (o quizás obsesivo), Poincaré trató de corregir su error, de entender dónde y por qué se había equivocado.

Se dio cuenta que sencillamente no estaba bien aproximar de la forma que él había sugerido: su suposición de que un pequeño cambio en las condiciones iniciales resultaría en un pequeño cambio en el resultado era incorrecta.

Patos en línea con uno yendo para otro lado FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES

Por pequeña que sea una desviación en el sistema, el cambio puede ser inmenso.

"Poincaré fue capaz de demostrar que es posible tener un sistema que se puede definir de manera muy sencilla y, sin embargo, puede producir movimientos realmente muy complicados, que se pueden entender pero no predecir. Y esa es una desviación radical del estándar que se tenía hasta entonces", explica el matemático y astrónomo Carl Murray.

En 1890, Poincaré escribió un segundo documento extenso en el que explicaba su creencia de que pequeños cambios podrían hacer que un sistema aparentemente estable se descompense repentinamente.

Esas mariposas
Lo que Poincaré demostró, tras sobreponerse de la angustia, es que existen ciertos problemas en el mundo para los cuales las matemáticas no pueden predecir la solución.

Efectivamente: esa poderosa disciplina que muchos consideran como la reina de las ciencias tiene límites.

Es el llamado "efecto mariposa": la noción de que una mariposa agitando sus alas hace pequeños cambios en la atmósfera que posiblemente podrían causar un tornado en Tokio.

Mariposas en Perú
FUENTE DE LA IMAGEN,SCIENCE PHOTO LIBRARY

Probablemente hayas oído hablar de que el batir de alas de una delicada mariposa puede tener consecuencias colosales en algún lugar del mundo.

Fue el nacimiento de la teoría del caos, uno de los conceptos más importantes del siglo pasado y una nueva rama matemática que está en el corazón de muchos sistemas naturales, desde cómo la población de una determinada especie varía con el tiempo hasta el ritmo de tu corazón, desde el Sistema Solar hasta nuestro clima.

Una teoría que cambió nada menos que nuestra comprensión del Universo.

El caos es la partitura en la que está escrita la realidad*
El caos hace que predecir el futuro sea tremendamente difícil.

Eso no quiere decir que el caos sea la matemática de la aleatoriedad o la probabilidad. Un sistema caótico sigue estando controlado por estrictas ecuaciones matemáticas pero, y esa fue la gran sorpresa, un cambio muy pequeño en las condiciones iniciales puede conducir a resultados muy diferentes.

Y en caso de que todavía te estés preguntando lo mismo que el rey Oscar hace 134 años -¿Es estable nuestro Sistema Solar?-, recientes modelos de computador señalan que a pesar de miles de años de estabilidad, es "posible" que una pequeña perturbación causada por un asteroide rebelde sea suficiente para despedazar nuestro sistema planetario.

Pero los modelos de computadora no son matemáticas. Y, hasta el día de hoy, una solución puramente matemática a este problema sigue eludiéndonos.

* "Trópico de Cáncer" (1934), Henry Miller

Marcus du Sautoy, matemático
Serie de la BBC "Breve historia de Matemáticas"

miércoles, 8 de marzo de 2023

La Noche de los Cristales Rotos: las imágenes inéditas del horror causado por los nazis


Oficiales nazis llevándose libros, presumiblemente para ser quemados. 



Hace 84 años, un estallido de violencia masiva contra los judíos en Alemania y Austria marcó una gran escalada en la persecución de los nazis.

Se conoce como Kristallnacht, la Noche de los Cristales Rotos. Ocurrió del 9 al 10 de noviembre de 1938.

Miles de negocios, hogares y sinagogas judíos fueron atacados y casi 100 judíos fueron asesinados durante esa noche. Además, otros 30.000 judíos fueron enviados a campos de concentración.

Ahora, han surgido nuevas fotos.

La gente observa cómo un oficial nazi ataca un negocio judío.

Un negocio judío saqueado

FUENTE DE LA IMAGEN, ARCHIVO YAD VASHEM

Así quedó uno de los negocios judíos saqueados esa noche.

Las imágenes fueron tomadas por dos fotógrafos nazis en la ciudad alemana de Núremberg. También hay escenas captadas en la cercana localidad de Fürth.

Esos fotógrafos fueron una parte integral del evento, según Jonathan Matthews, jefe del archivo fotográfico de Yad Vashem, el centro conmemorativo israelí que publicó las imágenes.

Bancos volcados en una sinagoga

FUENTE DE LA IMAGEN, ARCHIVO YAD VASHEM

Bancos volcados en una sinagoga.

Oficiales nazis vertiendo gasolina en los bancos de una sinagoga

La sinagoga en llamas durante la Noche de los Cristales Rotos.

El álbum fue entregado a Yad Vashem por la familia de un soldado estadounidense judío que sirvió en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial.

Según el centro de la memoria, nunca habló sobre sus experiencias durante la guerra.

Cuando su nieta Elisheva Avital abrió el álbum, sintió como si "le quemaran las manos".
Oficiales nazis observan una tienda judía que ha sido atacada.

Oficiales nazis tiran libros de una estantería.
La matanza del 9 y 10 de noviembre de 1938 a menudo se consideran el punto de partida del Holocausto, en el que la Alemania nazi mató a seis millones de judíos.
Matthews dijo que las imágenes muestran que la violencia fue organizada por el Estado y no fue un "evento espontáneo de un público enfurecido", como sugería la narrativa oficial en ese momento. 

Arday. “No sabía leer ni escribir hasta los 18 años y ahora soy profesor de la Universidad de Cambridge”






Jason Arday
En sus primeros años fue diagnosticado de autismo y retraso general del desarrollo. Jason Arday fue incapaz de hablar hasta los 11 años y no supo leer ni escribir hasta los 18 años.

Ahora, a sus 37 años, está a punto de convertirse en la persona negra más joven en ser nombrada catedrática de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.

Aunque no podía hablar, el joven Jason cuestionaba fervientemente el mundo que le rodeaba.
"¿Por qué hay gente sin hogar?", recuerda que se preguntaba. "¿Por qué hay guerras?".

Nacido y criado en Clapham, un barrio en el suroeste de Londres, Arday, actualmente sociólogo, afirma que entre los momentos que le hicieron ser lo que es hoy en día se incluyen ver por televisión la salida de Nelson Mandela de la cárcel y el simbólico triunfo de Sudáfrica en la Copa del Mundo de Rugby de 1995.

Nelson Mandela era el presidente sudafricano cuando François Pienaar capitaneó a la selección nacional hasta la victoria en la Copa del Mundo de Rugby de 1995.

Recuerda sentirse profundamente conmovido por el sufrimiento de los demás y sentir un fuerte impulso por actuar.

"Recuerdo que pensaba que si no llegaba a ser futbolista o jugador profesional de billar, entonces querría salvar el mundo", comenta.

Su madre desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de su confianza en sí mismo y sus habilidades.

Le introdujo en un amplio abanico musical con la esperanza de que le ayudara a conceptualizar el lenguaje.

Pero también despertó en él un interés permanente por la cultura popular que ha caracterizado algunas de sus investigaciones.

Comienza a leer y escribir
Con el apoyo de su mentor, tutor universitario y amigo Sandro Sandri, Arday empezó a leer y escribir al final de su adolescencia.

Después estudió Educación Física y Ciencias de la Educación en la Universidad de Surrey, al sur de Londres, antes de formarse como profesor de educación física.

Crecer en una zona relativamente desfavorecida y luego trabajar como profesor de escuela, dice, le permitió conocer de primera mano las desigualdades sistémicas a las que se enfrentaban en la educación los jóvenes pertenecientes a minorías étnicas.

Arday dice que mientras estudiaba su doctorado por la noche disfrutaba "sin lógica alguna" de las críticas a su trabajo.

A los 22 años, Arday se interesó por la idea de realizar estudios de postgrado y habló de ello con su mentor.

"Sandro me dijo: 'Creo que puedes hacerlo, creo que podemos enfrentarnos al mundo y ganar'", recuerda.

"Echando la vista atrás, fue entonces cuando creí de verdad en mí mismo. Muchos académicos dicen que acabaron ahí de casualidad, pero yo desde ese momento estaba decidido y centrado. Sabía que esta sería mi meta", indica.

Dificultades para ser académico
Estudiar para ser académico, sin embargo, fue muy difícil, sobre todo, porque apenas tenía formación práctica ni orientación sobre cómo hacerlo.

Durante el día, Arday trabajaba como profesor de Educación Física en enseñanza superior.

Por la tarde y por la noche se dedicaba a redactar trabajos académicos y a estudiar Sociología.

"Cuando empecé a escribir artículos académicos, no tenía ni idea de lo que hacía", reconoce.

"No tenía un mentor y nadie me enseñó nunca a escribir".

"Todo lo que presentaba era brutalmente rechazado".

"El proceso de revisión por pares (peer review) era tan cruel que casi resultaba gracioso, pero lo gestioné como una experiencia de aprendizaje y, sin lógica alguna, empecé a disfrutarlo", afirma.

Arday se doctoró en estudios educativos en 2016 por la Universidad John Moores de Liverpool.

Arday obtuvo dos máster y un doctorado en Estudios Educativos.

A la pregunta de cuándo se dio cuenta de que era sociólogo, responde que probablemente en 2015.

"Reflexionando, eso es lo que quería hacer".

Ocho años después, está a punto de convertirse en catedrático de Sociología de la Educación en Cambridge.

Actualmente hay cinco docentesnegros que son catedráticos en la universidad.

Las cifras oficiales de la Agencia de Estadísticas de Educación Superior muestran cómo, en 2021, sólo 155 de los más de 23.000 profesores universitarios del Reino Unido eran de origen afro.

Arday comenzará su nuevo trabajo en la Facultad de Educación de la Universidad el 6 de marzo.
Arday, que asumirá sus nuevas funciones el 6 de marzo, está especialmente interesado en mejorar la representación de las minorías étnicas en la enseñanza superior.

"Mi trabajo se centra principalmente en cómo podemos abrir las puertas a más personas de entornos desfavorecidos y democratizar verdaderamente la educación superior", afirma.

Carrera en la enseñanza universitaria
En 2018, Arday publicó su primer artículo y obtuvo una plaza de profesor titular en la Universidad de Roehampton antes de pasar a la Universidad de Durham, donde fue profesor asociado de Sociología.

En 2021, se convirtió en catedrático de Sociología de la Educación en la Facultad de Educación de la Universidad de Glasgow, lo que lo convirtió, en ese momento, en uno de los catedráticos más jóvenes del Reino Unido.

"Espero que estar en un lugar como Cambridge me proporcione la influencia necesaria para liderar esa agenda a nivel nacional y mundial", indica.

"Hablar de ello es una cosa, hacerlo es lo que importa".

En su trabajo actual sobre neurodivergencia y estudiantes negros colabora con la doctora Chantelle Lewis, de la Universidad de Oxford.

"Cambridge ya está realizando cambios significativos y ha conseguido algunos logros notables en su intento de diversificar el panorama", afirma Arday. "Pero aún queda mucho por hacer, aquí y en todo el sector".

"La universidad cuenta con personas y recursos increíbles. El reto es cómo utilizar ese capital para mejorar las cosas para todos y no sólo para unos pocos".

"Hacerlo bien es un arte. Requiere verdadera diplomacia y que todos se sientan inspirados para trabajar juntos", explica.

"Si queremos que la educación sea más integradora, las mejores herramientas que tenemos son la solidaridad, la comprensión y el amor". 

martes, 7 de marzo de 2023

La moción de censura no es una broma.

El Ramón Tamames de 2023 no puede ser, en ningún caso, el Felipe González de 1980. Su candidatura es un esperpento que viene a poner de manifiesto el deterioro institucional que estamos alcanzando.

La moción de censura en la Constitución cumple una doble función. Destituir al presidente del Gobierno que se ha inhabilitado con su conducta para poder continuar ejerciendo como tal o proporcionar a los ciudadanos en un momento de crisis la oferta de un candidato con un programa de gobierno con credibilidad para reducir la incertidumbre.

Para lo primero es imprescindible que el candidato propuesto al menos por 50 diputados cuente con la mayoría absoluta en el Congreso que la Constitución exige para que la moción prospere. Es lo que ocurrió en julio de 2018, cuando 50 diputados socialistas presentaron una moción de censura contra Mariano Rajoy encabezada por Pedro Sánchez. Tras la sentencia dictada por la Audiencia Nacional, en la que quedó acreditada la corrupción del PP presidido por Rajoy, resultaba insoportable que pudiera continuar ejerciendo como presidente del Gobierno.

Rajoy tenía la opción de presentar la dimisión y de que se abriera un nuevo proceso de investidura con otro candidato del propio PP, pero, al negarse a hacerlo, a pesar de que Pedro Sánchez se lo ofreció hasta el momento inmediatamente anterior a la votación, no quedó otra vía que votar la moción para desalojarlo. Así lo entendió una muy amplia mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, que votó simultáneamente la censura de Mariano Rajoy y la investidura de Pedro Sánchez.

Para la segunda no es indispensable contar con la mayoría absoluta del Congreso. Ocurre más bien lo contrario. Los diputados que presentan la moción y el candidato que la encabeza saben que no cuentan con esa mayoría y que la moción no va a prosperar. Y sin embargo, la presentan porque entienden que, dada la gravedad de la crisis y la incertidumbre de la ciudadanía, es importante que se ponga de manifiesto que hay un candidato con un programa con suficiente credibilidad para hacer frente a la misma en el futuro.

Este fue el sentido de la moción de censura presentada por el grupo parlamentario socialista en mayo de 1980 contra Adolfo Suárez con Felipe González como candidato a la presidencia. La moción no prosperó, pero quedó claro que había una alternativa de gobierno con credibilidad, como quedaría acreditado poco más de dos años después.

Estas son las dos únicas mociones de censura plenamente constitucionales que se han presentado desde la entrada en vigor dela Constitución. Las dos han cumplido cabalmente la función que la Constitución atribuye a la institución.

Las otras dos, la de AP en los años ochenta con Antonio Hernández Mancha como candidato alternativo a Felipe González y la de Vox en esta misma legislatura con Santiago Abascal como candidato alternativo a Pedro Sánchez, han sido mociones de censura solo formalmente. No es que no tuviera ninguna de ellas posibilidad de prosperar, sino que ni siquiera podían ser justificadas ante la ciudadanía de una manera objetiva y razonable. Ambas fueron mociones de censura disparatadas, que acabaron en el primer caso con la carrera política de Hernández Mancha y en el segundo, con un “revolcón” para Santiago Abascal, en el que jugó un papel muy destacado Pablo Casado.

En estos días se está poniendo en marcha una nueva moción de censura por parte de Vox contra Pedro Sánchez, que ya no cabe calificar simplemente de disparatada, sino de algo más. En primer lugar, por el tiempo transcurrido desde el momento en que el presidente de Vox anunció la presentación hasta el momento en que ha sido registrada en el Congreso. Es imposible de entender que, si la situación en España es tan terrible e insostenible como Santiago Abascal predica, se tarde tanto tiempo en intentar ponerle fin.

Pero también por el lastimoso peregrinaje para encontrar a alguien que estuviera dispuesto a encabezarla. Que al final únicamente una persona como Ramón Tamames, de quien yo, como muchos otros ciudadanos, hemos aprendido mucho pero cuya trayectoria política ha sido tan voluble, haya aceptado el ofrecimiento, habla por sí mismo.

Con esta moción de censura no se pueden cumplir ninguno de los dos objetivos que los constituyentes, entre los que se encontraba Tamames, atribuyeron a la institución. Ni se puede destituir a Pedro Sánchez como presidente, ni se puede presentar ante los ciudadanos una oferta de futuro que los tranquilice. El Ramón Tamames de 2023 no puede ser, en ningún caso, el Felipe González de 1980. Su candidatura es un esperpento, que viene a poner de manifiesto el deterioro institucional que estamos alcanzando.

La moción de censura no es una broma. Es una de las operaciones políticas más relevantes de todas las que la Constitución contempla. No deja de ser paradójico que sea el PSOE, cuyo Gobierno es calificado de ilegítimo, el único partido que ha presentado dos mociones de censura dignas de tal nombre, mientras que los partidos que se autocalifican de constitucionalistas hayan sido incapaces de hacerlo.

https://www.eldiario.es/contracorriente/mocion-censura-no-broma_132_9999141.html Javier Pérez Royo,

Mi corazón de traidor

El título del artículo coincide con el de un famoso libro de Rian Malan (Johannesburgo, 1954) en el que explica por qué, siendo blanco, se encuentra comprometido en la lucha contra la discriminación que sufren los negros. ¿No han de sentirse agraviados por tener un enemigo en sus filas? Y explica por qué no.

Yo me cuestiono la presencia de los hombres en la causa de las mujeres: ¿no se plantean ellas por qué pretenden liberarlas quienes durante tantos siglos las han oprimido? Me pregunto por el papel que tenemos que desempeñar los hombres en la guerra de los sexos. Una guerra que, según Spengler, “existe desde que hay sexos, una guerra silenciosa, amarga, sin cuartel ni merced”. ¿Qué hacemos los hombres defendiendo la causa de las mujeres?

El próximo día 8 de marzo se celebra El Día Internacional de la Mujer Trabajadora (qué redundancia la de este binomio de palabras) y, con esta ocasión, quiero reflexionar en voz alta sobre el papel que nos corresponde a los hombres en la lucha por la liberación de la mujer.

En primer lugar quiero decir que la bandera de la liberación ha de ser de las mujeres. Porque esta es su gran causa. Porque ellas son las protagonistas de su lucha. Y ellas son las que han hecho avanzar su historia de liberación. La batalla más poderosa que ha existido nunca.

La liberación es la tarea de quien se libera, no de quien pretende liberar. No hay peor opresión que aquella en la que el oprimido mete en su cabeza los esquemas del opresor. Y si la mujer no evoluciona, de poco sirve la acción externa. La libertad concedida produce transformaciones superficiales. La libertad conquistada llega a las zonas más profundas del ser.

¿Por qué los hombres hemos de participar en esa lucha? En primer lugar porque nosotros tenemos mucho que pensar y que cambiar. Tenemos que cambiar nuestras concepciones, actitudes y comportamientos para superar las graves secuelas de una terrible historia. Una amiga argentina me ha enviado una viñeta en la que se ve a una mujer tendida en el diván. El psicoanalista le dice: Según lo que usted me cuenta veo que su problema está en el inconsciente y vamos a tener que analizarlo. Y ella responde: pues mire usted, doctor, no creo que mi marido quiera venir.

En segundo lugar, porque la cuestión nos afecta cada día en las relaciones personales, laborales, políticas… Buena parte de nuestra vida tiene que ver con la comunicación entre sexos. Una relación sana, respetuosa, humilde y equilibrada contribuye a la justicia social y a la felicidad personal.

En tercer lugar porque la coeducación es una tarea de todas las personas. Todavía queda mucha discriminación en las arterias del cuerpo social. En el lenguaje, en las expectativas de los padres y las madres sobre sus hijos e hijas, en las actitudes, en las relaciones, en los juegos, en los estudios, en la elección de carrera, en la búsqueda de empleo, en la sexualidad, en la remuneración de los trabajos, en el acceso al poder, en la moral, en los chistes, en la publicidad… Es tarea de todos y de todas educar para la convivencia armoniosa, para la igualdad de oportunidades, para la tolerancia y para la equidad.

Los hombres tenemos la obligación de ser feministas. No todas las mujeres lo son y tendrían que serlo. Tenemos que avanzar hacia una nueva masculinidad para que no sea inteligente concluir: Pienso, luego estoy soltera. O como decía el humorista Borges en una de sus inolvidables viñetas: “Hija, no te cases nunca con un marido”.

En el precioso libro de Chis Oliveira y Amada Traba; “Amart.e. Pensar el amor en el siglo XXI”, se puede leer: “Un extraterrestre no comprendería cómo se pudo construir y mantener tanta desigualdad entre mujeres y hombres. Se preguntaría cómo se llegó hasta aquí y cómo somos capaces de aceptarla con tanta normalidad: le causaría sorpresa y estupefacción pero a nosotros no nos la causa porque al estar inmersos en esa desigualdad nos falta perspectiva y la vemos y la vivimos como natural e inevitable”.

Las trampas son muchas. La discriminación es cada día mas sutil son muchas. La discriminación la convivencia armoniosa, para la igual de oportunidades, para la tolerancia, para lía más sutil. Por eso hacen falta mecanismos más sutiles par detectarlas. Observar atentamente la realidad, reflexionar con rigor, interpretar críticamente cada gesto, cada palabra, cada acción: he aquí una tarea apremiante. Apremiante porque las consecuencias son inmediatas y, algunas, devastadoras. ¿Quién devuelve a las mujeres que renunciaron a viajes, estudios o amores la posibilidad de tenerlos? Reconocer después de siglos los errores es un ejercicio de cinismo si no se evitan los que se están cometiendo.

Se dice que todos somos iguales ante la ley pero hoy todavía sigue siendo cierto que cualquier actividad que desarrolle una mujer tiene que realizarla mucho mejor que el hombre para que tenga la misma relevancia y el mismo reconocimiento social y hasta la misma remuneración.

Hay quien cree que, cuando los dos trabajan, da igual que la mujer gane más o tenga mejor posición. Pero la cultura sigue imponiendo patrones de comportamiento y actitudes marcadamente machistas. Todavía falta mucho para que las situaciones, las actitudes y concepciones que se reconocen como lógicas se implanten en la realidad de la cultura. Detrás de cada mujer empresaria hay todavía un hombre…. mosqueado.

Hay quien piensa que la igualdad de oportunidades existe porque alguna mujer llega a un puesto de máxima responsabilidad. No es cierto. Estas excepciones no demuestran que si una mujer puede, todas pueden; lo que ponen de relieve es precisamente lo contrario, que al constituir una excepción sigue siendo cierto que están en inferioridad de condiciones. Si parten millones de personas hacia unas pocas posiciones de privilegio, ¿no es cierto que tienen más posibilidad de alcanzarlas quienes parten y disfrutan de condiciones ventajosas?

Dice Alejandro Dumas que las cadenas del matrimonio son tan pesadas que hacen falta dos personas para llevarlas y, a veces, tres. Pero, ¿por qué se considera al adúltero un hombre espabilado y a la adúltera una mujer libertina? Cuentan que un rey tuvo noticia de que había en el reino un individuo que tenía un extraordinario parecido con él. Curioso e inquieto, hizo llamar a palacio a quien decían que era su vivo retrato. Al comprobar el asombroso parecido le invitó a comer. Le faltó tiempo, después de hacer los cálculos necesarios, para plantear la cuestión que le desazonaba:

¿Sabe usted si por esos años, su madre sirvió en palacio?, preguntó el rey. No, majestad, el que sirvió en palacio por aquellos años fue mi padre. El baldón estaba precisamente ahí, en el deshonor de la reina, no en la hombría del monarca. Este tipo de historias demuestra que no hay una moral equivalente sino una doble moral, que no existe igualdad de derechos. Porque no existe igualdad de opinión ni de acción. Afortunadamente las cosas están cambiando. Lentamente, difícilmente. Y a veces se sufren dolorosos retrocesos. ¿Por qué nuestros jóvenes (ellos y ellas) cantan y bailan al son de las letras de las canciones machistas de los raperos puertorriqueños? ¿Por qué muchas chicas no piensan que el control de sus móviles por sus parejas es un insoportable gesto de poder? ¿Por qué piensan que los celos son una muestra de amor?

¿Quién les devolverá la vida a quienes la han perdido por amor, por devoción, por sacrificio, por vasallaje? Pensad en la advertencia irónica: las mujeres buenas irán al cielo, las malas a todas las partes.

Muchos se muestran deferentes en lo superficial pero mantienen la discriminación en lo esencial. ¿Por qué se le ha cedido a la mujer el puesto en el autobús o se le ha brindado la preferencia en el paso cuando se le negaba un puesto en la sociedad y se le cerraba el camino hacia el trabajo o el poder? La mujer del general es el general del general, decía Schakespeare. Pero en todos los derechos sociales seguía ocupando el puesto de soldado raso.

El hombre ha de revisar primero sus actitudes y sus pautas de acción sexistas. Debe respetar a quien tiene al lado, sabiendo que ella lleva a sus espaldas siglos de discriminación. Ha de compartir generosamente con ella derechos y deberes, dolores y alegrías. Ha de permanecer sobrecogido y admirado ante la insondable psicología de la compañera de su vida. Lo decía con hermosas e inquietantes palabras Eduardo Galeano: “He dormido al lado de una mujer, he dormido al borde un abismo”. Sirvan estas palabras de homenaje en el Día Internacional de la Mujer que celebraremos el próximo día ocho.

Miguel Ángel Santos Guerra

No más mentiras: mi abuelo era nazi

En Lituania, lo consideraban un héroe, pero no podremos pasar página hasta que admitamos lo que de verdad hizo.

Mientras crecía en Chicago durante la Guerra Fría, mis padres me enseñaron a venerar mi herencia lituana. Cantábamos canciones lituanas y recitábamos poemas lituanos; los sábados, después de la escuela lituana, comía tortitas de papa al estilo lituano.

Mi abuelo, Jonas Noreika, era una parte muy importante de la historia de mi familia: fue el responsable de una revuelta contra la Unión Soviética en 1945-1946 y lo ejecutaron. Había una foto suya en uniforme militar colgada en nuestra sala. Hoy en día, no es un héroe solo en mi familia: tiene calles, placas y una escuela con su nombre. Se le concedió la Cruz de Vytis, el mayor honor póstumo de Lituania.

En su lecho de muerte, en el año 2000, mi madre me pidió que me encargara de escribir un libro sobre su padre. Acepté con entusiasmo. Pero mientras rebuscaba entre el material, encontré un documento de 1941 con su firma y todo cambió. La historia de mi abuelo era mucho más oscura de lo que yo sabía. 

Me enteré de que el hombre que yo consideraba un salvador que había hecho todo lo posible por rescatar a los judíos durante la Segunda Guerra Mundial en realidad había ordenado que se reuniera a todos los judíos de su región en Lituania y se les enviara a un gueto donde fueron golpeados, privados de alimentos, torturados, violados y luego asesinados. Más del 95 por ciento de los judíos de Lituania murieron durante la Segunda Guerra Mundial, muchos de ellos asesinados con la entusiasta colaboración de sus vecinos.

De repente, ya no tenía ni idea de quién era mi abuelo, qué era Lituania y cómo encajaba mi propia historia en todo eso. ¿Cómo podía conciliar dos realidades? ¿Era Jonas Noreika un monstruo que masacró a miles de judíos o un héroe que luchó para salvar a su país de los comunistas?

Esas preguntas iniciaron un viaje que me llevó a comprender el poder de la política de la memoria y la importancia de hacer un recuento correcto, incluso a un gran costo personal. Llegué a la conclusión de que mi abuelo había sido un hombre de paradojas, así como Lituania —un país primero atrapado entre las ocupaciones nazi y comunista durante la Segunda Guerra Mundial y luego atrapado tras la Cortina de Hierro durante los 50 años siguientes— está lleno de contradicciones.

En este sentido, quizá Lituania sea como muchos otros países que pasaron 50 años bajo la ocupación soviética. Durante ese tiempo, se congeló la verdad: a los lituanos solo se les permitía hablar de cuántos ciudadanos soviéticos fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Las referencias a las víctimas judías fueron borradas por los ocupantes. Me gustaría pensar que, si Lituania hubiera sido una nación libre e independiente después de la Segunda Guerra Mundial, podría haber reconocido su propio papel en el Holocausto.

Corregir la memoria histórica resultó ser peligroso. Cuando cuestioné públicamente la historia oficial de la vida de mi abuelo, fui vilipendiada por la comunidad lituana de Chicago y de Lituania. Me llamaron agente del presidente de Rusia, Vladimir Putin. Los dirigentes lituanos siguen creyendo que la identidad de su país depende de aferrarse a sus héroes, aun a costa de la verdad. 

Los giros de la corta vida de Jonas Noreika hicieron más fácil ocultar lo malo al acentuar lo bueno. Sin embargo, hubo muchas cosas negativas.

En 1933, cuando era un joven soldado del ejército lituano, escribió: Raise Your Head Lithuanian (Levanta la cabeza, lituano), el equivalente lituano de Mi lucha, que incitaba al odio hacia los judíos como solución a los problemas de Lituania. En junio de 1941, dirigió un levantamiento contra los soviéticos, aunque colaboraba con los nazis. En julio, ordenó el asesinato de los 2000 judíos de Plunge, la ciudad desde la que dirigió el levantamiento. En agosto, los alemanes le dieron la bienvenida como nuevo jefe de distrito de la región de Siauliai y ese mismo mes firmó órdenes para enviar a miles de judíos a su muerte. Bajo su mando fueron asesinados casi 8000 judíos.

En la versión de la historia que ahora celebran los lituanos, mi abuelo y otros como él fueron obligados por los alemanes a firmar esos documentos. No obstante, cuando indagué más, me enteré de que convertirse en jefe de distrito le proporcionaba la mejor casa de la región, aproximadamente 1000 reichsmarks al mes y un trabajo para mi abuela. Eso me sonaba más a tentación que a coacción.

Sí se enfrentó a los nazis, no para salvar judíos, sino para tratar de impedir los reclutamientos para las SS. En marzo de 1943, fue enviado a un campo de concentración nazi. Fue liberado en enero de 1945 y reclutado por el Ejército Rojo. Ese mismo año comenzó a organizar la revuelta contra los soviéticos, que habían pasado de ser los liberadores de Lituania a sus ocupantes. Los soviéticos lo capturaron en marzo siguiente. Fue ejecutado en febrero de 1947 a la edad de 36 años.

Transformar a un colaborador nazi en un héroe nacional requiere cuatro pasos de manipulación. El primer paso es echar toda la culpa a los nazis aunque mi abuelo, como muchos lituanos, participó voluntariamente en la matanza de judíos. El segundo paso es crear una narrativa de víctima que cuestione cómo un asesino de judíos podría haber sido enviado a un campo de concentración nazi. El tercer paso consiste en desacreditar las narraciones contrapuestas tachándolas de propaganda comunista relatada por enemigos del Estado. El último paso es negarse a aceptar que dos verdades aparentemente contradictorias pueden coexistir: Noreika luchó valientemente contra los comunistas y participó vergonzosamente en el asesinato de judíos.

Tras investigar su vida durante los últimos 20 años, me he atrevido a llamar nazi a mi abuelo a pesar de que nunca se afilió oficialmente al partido. Trabajó con los nazis, actuó como ellos, recibió pagos de ellos, odiaba a los judíos al igual que ellos y, también como ellos, facilitó la tortura y el asesinato.

¿Acaso los funcionarios lituanos ocultaron a propósito la verdad porque haría quedar mal al país? ¿O estaban en una auténtica negación en una democracia demasiado frágil para enfrentarse a su propia historia? Por desgracia, no se trata solo de mi abuelo. Él es un microcosmos de toda la historia nacional, y esa historia nacional se replica en toda Europa del Este.

El paso del tiempo ha creado el espacio para hablar de la verdad, pero también ha aumentado la urgencia de hacerlo antes de que los recuerdos restantes se desvanezcan y fallezca otra generación. El análisis de un pasado oscuro siempre es traumático. Pero nunca alcanzaremos la claridad y la curación si basamos nuestra historia en mentiras. Aunque las generaciones posteriores no conozcan los detalles, seguirán experimentando el dolor emocional transmitido de padres a hijos y a nietos.

He hecho las paces con mi abuelo. Me he comprometido a revelar sus crímenes dando testimonio de la verdad y me he comprometido a intentar corregir la memoria lituana del Holocausto, en parte pidiendo que se le retiren los honores que se le concedieron. Esto puede conducir a la reconciliación entre lituanos y judíos, a medida que recordemos lo que ocurrió y aprendamos de ello para asegurarnos de que no vuelva a ocurrir. Tal vez el reconocimiento de esta verdad permita a los lituanos tener una identidad nacional más sana y un orgullo por nuestra poesía, nuestra lengua, nuestra comida, pero no por nuestro oscuro pasado.

Silvia Foti es profesora de bachillerato, periodista y autora del libro de próxima publicación The Nazi’s Granddaughter: How I Learned My Grandfather Was a War Criminal.

lunes, 6 de marzo de 2023

Formación matemática del profesorado de Educación Primaria: el Gobierno debe rectificar.

El proyecto de reforma de los títulos de Magisterio prevé recortar el tiempo dedicado a la materia

La semana pasada el Ministerio de Universidades publicó su proyecto sobre la formación inicial en el grado de maestra o maestro en Educación Primaria. En él la formación obligatoria en matemáticas y su didáctica queda reducida a seis créditos (una asignatura de 60 horas), un sorprendente 2,5% del total del grado. Hay que saber que las universidades públicas dedican en la actualidad algo más de 18 créditos, en media, a esa formación. Es decir, se reduce más de dos terceras partes la formación actual. En ella se combinan el conocimiento ampliado de la matemática de primaria con la didáctica sobre el currículo de los cursos de primero a sexto; en otras palabras: se aprende a enseñar matemáticas.

Si con los actuales 18 créditos la formación puede resultar insuficiente —baste ver la abundante producción científica sobre el conocimiento del profesorado en formación—, imagínense el resultado con la tercera parte. Solo con repasar el currículo de matemáticas de primaria nos damos cuenta de su extensión y su profundidad. El profesorado de primaria debe aprender a enseñar todo ese currículo ¿en 60 horas?

Se nos dirá que la propuesta propone una especialización optativa (mención es el nombre en la jerga universitaria) en la que se incluye otra asignatura de seis créditos de didáctica de la matemática. Pero cualquier persona graduada puede ejercer la profesión, impartiendo las matemáticas desde primero a sexto, sin garantías de haber cursado esta segunda asignatura que, en todo caso, seguiría siendo una formación insuficiente. El proyecto contempla, además, especialidades en educación física o musical, o lengua extranjera. Nada que objetar, se formarán buenísimos especialistas. Pero surge la pregunta, sin respuesta académica sólida, de por qué los mismos motivos que aconsejan especializarse en educación musical, con hasta 54 créditos, no se aplican para aprender a enseñar matemáticas, donde al ministerio le basta con seis.

El proyecto no solo menoscaba las matemáticas, lo mismo ocurre con la lengua, las ciencias sociales o las experimentales. Los y las docentes de primaria están la mayor parte de su tiempo enseñando estas asignaturas que, como las matemáticas, son asombrosamente infravaloradas en el proyecto.

El Ministerio de Universidades ha reconocido que, de no lograr consenso en las facultades de Educación, esta propuesta se frenará. Es buena noticia, no se puede implantar un plan de formación que, en lugar de integrar, divide, y parece bastante claro que no se ha logrado ese consenso. Por otro lado, no sabemos aún la opinión del Ministerio de Educación y Formación Profesional. Sin embargo, este elaboró en 2022 un currículo de matemáticas de la Lomloe mucho más profundo que el anterior, con nuevos contenidos como el sentido algebraico o el pensamiento computacional y con un cambio metodológico hacia la resolución de problemas como eje vertebrador del aprendizaje. Además, se optó por un currículo más abierto, que deja mucha más autonomía al profesorado para diseñar la programación, al tiempo que le exige mucho más conocimiento didáctico para poder hacerlo. Plantear que una maestra o maestro con solo 60 horas de formación sea capaz de abordar este currículo es, sencillamente, una incoherencia. Metafóricamente, es ponerse a pilotar un fórmula 1 con solo una clase de autoescuela.

Lamentablemente, el proyecto que regula los estudios de Magisterio de Educación Primaria no es coherente con el planteamiento del Ministerio de Educación y Formación Profesional. ¿Dónde está la apuesta por el STEAM (acrónimo en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Arte y Matemáticas)? Esta es una de las ocho competencias-clave en la nueva primaria y ni siquiera se menciona en el proyecto, ¿se va a adquirir sin maestros formados en matemáticas y ciencias?

Las consecuencias de este proyecto, más allá de su génesis, van mucho más allá de las habituales tensiones del mundo universitario: tiene implicaciones directas en nuestra sociedad. España ha venido rindiendo por debajo de lo esperable en las evaluaciones sobre matemáticas. Con un profesorado insuficientemente formado no solo no mejoraremos, sino que, casi con toda seguridad, el alumnado finalizará la primaria sin lograr una competencia matemática mínima. Confiamos en que el Gobierno escuche a todos los agentes involucrados en este debate y que rectifique esta postura inicial. Nos jugamos mucho en ello, ser competente en matemáticas es imprescindible para contar con una ciudadanía crítica, responsable y capaz de entender e interpretar el mundo en el que vive.

Luis J. Rodríguez Muñiz es vicepresidente segundo de la Real Sociedad Matemática Española (RSME) y catedrático de Didáctica de la Matemática en la Universidad de Oviedo. 

‘Sobre la historia natural de la destrucción’: el incómodo recuerdo de los bombardeos aliados sobre Alemania.

El director ucranio Loznitsa lleva al cine el ensayo de W. G. Sebald sobre los ataques aéreos masivos contra la población civil alemana durante la Segunda Guerra Mundial



Seiscientos mil civiles alemanes murieron víctimas de la batalla aérea de los aliados sobre el país durante la Segunda Guerra Mundial. Tres millones y medio de viviendas de ciudades como Dresde, Colonia y Hamburgo quedaron destruidas. Y Winston Churchill llegó a decir en un discurso: “La población civil alemana tiene una manera fácil de escapar de esta severidad: lo que deben hacer es dejar las ciudades donde llevan a cabo los trabajos de munición; abandonar su trabajo, salir al campo y mirar el fuego en sus casas desde la distancia”.

Sin embargo, como escribió W. G. Sebald en Sobre la historia natural de la destrucción, poco se reflexionó en Alemania en las décadas siguientes acerca de este drama, de los bombardeos conscientes y planificados contra la población civil, a causa de la posición sumamente precaria de quienes vivían en una sociedad desacreditada moralmente por completo. Un pueblo que había asesinado y maltratado hasta la muerte a seis millones de seres humanos no podía pedir cuentas a las potencias vencedoras de la lógica político-militar que dictó la destrucción de las ciudades alemanas.

El incómodo ensayo de investigación de Sebald (Wertach, Alemania, 1944-Norfolk, Reino Unido, 2001) sobre aquel ominoso silencio, publicado en 1999, encuentra ahora una singular traslación cinematográfica con un documental homónimo del ucranio Sergei Loznitsa (de estreno exclusivo en Filmin), compuesto a base de imágenes filmadas en su día de los bombardeos sobre Alemania durante la guerra, algunas de ellas inéditas, al tiempo que se medita sobre la destrucción masiva y el concepto de víctima. Ahora bien, no con la elocuencia de Sebald sino únicamente desde el silencio de las estampas reales, apenas punteadas por el sonido de las bombas y un par de discursos de Churchill y del mariscal británico Montgomery.

Loznitsa no juzga, solo muestra para que la memoria de aquellas devastadoras operaciones sea tan expresiva como las palabras de Sebald. Aunque, desde luego, la organización de ese material de archivo no deje lugar a demasiadas dudas: se está denunciando una masacre que, traída a nuestro mundo contemporáneo, encuentra particular reflejo en los bombardeos rusos de las ciudades ucranias, en los objetivos civiles como motor de destrucción en tantas contiendas actuales o recientes.

El siempre interesantísimo Loznitsa ha ido bifurcando su carrera en dos esencias. Las películas de ficción alrededor de tanto la sociedad de su tiempo como la del pasado, de los conflictos armados en su tierra desde la contienda mundial hasta el presente: En la niebla, La sumisa, Donbass. Y los documentales retrospectivos y analíticos, particularmente de metraje encontrado, en torno a las miserias físicas y morales, a los escombros de la Segunda Guerra Mundial y de la propia Ucrania de hoy: Austerlitz, Victory Day, State Funeral, Babi Yar. Context, Maidan. Sobre la historia natural de la destrucción, que pertenece obviamente a la segunda vertiente, se inicia con imágenes del supuesto paraíso que era la Alemania nazi. Estampas de la población civil en paz, cafés y terrazas atestadas de gente en una aparente libertad. Todo en un orden tan impoluto, incluso la fiesta, que estremece ir viendo en aquel idílico universo la simbología nazi adornando las calles, los retratos de Adolf Hitler en cualquier rincón de los interiores, el sello de la barbarie en forma de esvástica en el lomo y la cola del Hindenburgh, que sobrevuela el cielo de Berlín como icono propagandístico de un régimen todopoderoso.

Sin embargo, de ahí, a través de una cadencia elegante y casi mortuoria, sin voz en off ni declaraciones ni diálogos ni intertítulos explicativos, salvo las palabras citadas de Churchill y Montgomery, el director ucranio rompe aquella diabólica limpieza, aquella obligada (o no) sintonía social, con los estruendos de la guerra, sonorizados en posproducción para reconstruir la resonancia original. Unas imágenes aéreas que, en una de esas tenebrosas paradojas del cine y de la vida, resultan hipnóticas: el trágico espectáculo visual de los bombardeos nocturnos. Y, por supuesto, los efectos de aquel fuego, los físicos y, de soslayo, también los morales. El humo y el olor de la muerte. Todo ello punteado por una formidable banda sonora de Christiaan Verbeek, que además confluye con otra de las secuencias de la película que dice mucho más de lo que muestra. Un concierto de la Filarmónica de Berlín, interpretando fragmentos de Los maestros cantores de Núremberg, de Richard Wagner, y dirigida por Wilhelm Furtwängler, paradigmático personaje sobre el que el húngaro István Szabó compuso una fascinante película de inquietante cavilación moral acerca del papel de los artistas durante el nazismo: Taking Sides (Requiem por un imperio).

La ilegitimidad de los bombardeos masivos, aunque fueran en pos de una causa justa y de la defensa de unos valores democráticos y de libertad, está en la base de la película. Así como la conciencia moral resultante y las continuas desavenencias con la memoria. Dice Sebald en su ensayo que la creación en Alemania de “una nueva realidad sin historia orientó a la población exclusivamente hacia el futuro y la obligó a callar acerca de lo que había sucedido”. ¿Por dónde habría habido que comenzar entonces una historia natural de la destrucción? Quizá lo que Loznitsa nos viene a decir, siguiendo a Sebald, es que, aunque los bombardeos realmente pioneros de las ciudades y de la población civil se debieron a los alemanes (Gernika, Varsovia, Róterdam), aquella aniquilación de las ciudades germanas por parte de los aliados también representa una sombra reveladora de lo que fue aquella guerra y de lo que suponen todas las contiendas. Una cruel tormenta que nos invita posteriormente a mirar hacia delante, pero que, expuestos a la desintegración del recuerdo, nos está obligando a nuevas y terribles planificaciones de la destrucción.

Sobre la historia natural de la destrucción
Dirección: Sergei Loznitsa.
Género: documental. Alemania-Lituania-Países Bajos, 2022.
Duración: 112 minutos.
Estreno: 9 de diciembre.



domingo, 5 de marzo de 2023

El año en el que la palabra Paz desapareció del diccionario

«La guerra es la paz; la libertad es la esclavitud; la ignorancia es la fuerza»» (1984, George Orwell)

Lo que me parece más destacable de este último año de invasión de Ucrania y de guerra es que los responsables políticos de las grandes potencias hayan hecho suya una de las tres consignas que se encontraban escritas en la fachada del Ministerio de la Verdad de la novela 1984 de George Orwell: «La guerra es la paz».

No lo digo yo, ni lo digo retóricamente. En un reportaje publicado en Financial Times el pasado día 3 se decía que una gran parte del público alemán ha comenzado a comprender que «el pacifismo no siempre equivale a la paz«.

Lo mismo ha ocurrido cuando alguien tan increíblemente transustanciado en esta coyuntura como el Alto Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad y vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, decía a la opinión pública que la censura de medios de comunicación que no defienden su posición es la forma de garantizar la libertad de expresión, dando así por cierto que los que defienden la suya ni mienten, ni manipulan.

Como escribió Eduardo Galeano en Patas arriba, «el arte de engañar al prójimo, que los estafadores practican cazando incautos por las calles, llega a lo sublime cuando algunos políticos de éxito ejercitan su talento».

Incluso dejando a un lado que la invasión tuvo antecedentes que no es honesto olvidar (las provocaciones de Ucrania, la estrategia engañosa, agresiva y amenazadora de la OTAN, los actos terroristas previos…) y asumiendo al mismo tiempo que constituye un acto criminal injustificable, porque lo es cualquier violación de la integridad de un Estado soberano, lo cierto y lamentable es que las grandes potencias no han ofrecido otra alternativa como solución que la escalada militar. Y, además, que esta escalada no ha producido más efecto que el que cabía esperar: prolongación y endurecimiento de la guerra, sufrimiento en aumento y, eso sí, incremento del negocio armamentístico.

El ex primer ministro israelí Naftali Bennett lo reconoció hace unos días al desvelar que Estados Unidos y sus aliados occidentales “bloquearon” sus esfuerzos de mediación entre Rusia y Ucrania para poner fin a la guerra en marzo de 2022.

Los dirigentes de las potencias occidentales no han manifestado en ninguna ocasión que la negociación y el diálogo, la apuesta por la paz, sean el camino. Han asumido, por el contrario, la estrategia de Publio Flavio Vegecio: si quieres la paz, prepara la guerra. Una alternativa reaccionaria, mutuamente destructiva y falsa porque, como ha dicho con toda la razón Federico Mayor Zaragoza, lo que hay que preparar si se quiere la paz no es la guerra, sino la palabra.

La apuesta por la escalada militar por parte de Estados Unidos e Inglaterra es incluso comprensible. Dada su historia de doble moral, no engañan a nadie.

El Reino Unido ha planeado o ejecutado más de 40 intentos de destituir gobiernos extranjeros en 27 países desde el final de la Segunda Guerra Mundial, llevando a cabo intervenciones militares encubiertas o abiertas y asesinatos. Y Estados Unidos ha realizado 392 intervenciones militares desde su fundación en 1776, la mitad de ellas entre 1950 y 2019 y la cuarta parte una vez acabada la Guerra Fría.

Pero ¿cómo ha podido la Unión Europea dejarse llevar a una estrategia que hipoteca, quien sabe si para siempre, el anhelo de paz y seguridad que le dio origen y que descarga sobre ella sus mayores costes y perjuicios? ¿Cómo puede olvidar el pueblo alemán su compromiso del «Nunca más» y aceptar que su economía se militarice? ¿Cómo pueden aceptar los dirigentes europeos como buenos socios y aliados a quienes sabotean con un acto terrorista la infraestructura de su principal potencia? ¿Dónde está su dignidad cuando se ponen sin más al servicio de quienes no tuvieron pudor alguno a la hora de manifestar sus intenciones: «Que se joda la Unión Europea«, le dijo la secretaria de Estado adjunta de Estados Unidos para Asuntos Europeos, Victoria Nuland, al embajador de ese país en Ucrania, en febrero de 2014.

Estados Unidos ha jugado con inteligencia sus cartas desde hace años haciendo prácticamente inevitable que Rusia interviniese contra Ucrania porque su resultado sería lo que buscaba y necesita para fortalecerse en su enfrentamiento con China, el debilitamiento económico de Europa. La propia Angela Merkel lo ha reconocido al señalar que los acuerdos de Minsk sólo se proponían darle tiempo a Ucrania para que se armase frente a lo que se iba a producir. Lo mismo que hizo el francés Françcois Hollande al afirmar que el mérito de esos acuerdos fue «haber dado esta oportunidad (fortalecer su posición militar) al ejército ucraniano».

Lo que han logrado los dirigentes europeos al renunciar a la paz y el diálogo como estrategia y optar por la militarización de su política -además de contribuir a acrecentar el dolor de Ucrania y del pueblo ruso- es condenar a Europa a la dependencia económica, militar, tecnológica y energética de Estados Unidos. Quién sabe lo que podido influir más, si el chantaje personal, la incompetencia, o la presión y el poder de quienes sólo piensan en vender armas y en hacer negocio después reconstruyendo lo que previamente han destruido.

Paralelamente a todo ello se silencia y ridiculiza a quienes pensamos que es ilusorio creer que hoy día se puede vencer militarmente a una potencia nuclear sin provocar un holocausto y que no es verdad que la escalada militar sea la única posibilidad de revertir la situación. O que una cosa es reconocer que Rusia cometió un acto criminal invadiendo Ucrania y otra que esté obligada a soportar, al lado mismo de sus fronteras, una amenaza de agresión que ninguna otra nación con dignidad estaría dispuesta a consentir.

Ha pasado un año de lo peor, pero no del problema. Es imprescindible reclamar el alto el fuego y la puesta en marcha de acciones diplomáticas que permitan llegar a acuerdos que pongan fin al conflicto. No podemos rendirnos ante quienes se empeñan en acabar para siempre con la palabra y la práctica de la paz. Como dijo Erasmo de Rotterdam, la paz más desventajosa (más imperfecta, diría ahora mi recordado amigo Francisco Muñoz), es mejor que la guerra más justa.

Juan Torres López, https://juantorreslopez.com/el-ano-en-el-que-la-palabra-paz-desaparecio-del-diccionario/