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lunes, 22 de enero de 2018

Derecho a la Salud: La vigencia del análisis crítico de Marx ante las desigualdades.

La formidable película de Raoul Peck, El joven Marx, reaviva el interés por el pensamiento de Marx e invita a su (re)lectura.

Desde la crisis de 2008, con los peligros que hizo correr al planeta, el capitalismo ya no es visto como el fin de la Historia. Ese interés por el marxismo se extiende también a terrenos como el de la medicina y de la salud incluso en quienes están lejos de los círculos militantes. La revista The Lancet, antigua y prestigiosa revista de medicina británica, publicó en un reciente número, una contribución de su director de redacción, Richard Horton, bajo el título «Medicine and Marx» (vol. 390, 4 noviembre de 2017).

El autor señala que, pese al descrédito provocado por la caída de la Unión Soviética, el pensamiento de Marx es de una actualidad irrefutable. El aniversario del nacimiento de Marx, que será conmemorado el 5 de mayo de 2018, será un momento propicio para evaluar de nuevo sus aportaciones. Las ideas marxistas vuelven a impregnar el debate político, en particular sobre los problemas de salud, a los cuales el capitalismo y los mercados son incapaces de responder.

Las privatizaciones, el poder de las elites médicas, la creencia eufórica en los progresos técnicos, el capitalismo filantrópico, las tendencias neo-imperialistas de la política sanitaria mundial, las enfermedades inventadas por laboratorios o la exclusión y estigmatización de poblaciones enteras son algunos de los problemas a los cuales el marxismo puede aportar un análisis crítico.

El marxismo constituye también un llamado a luchar por valores como el de la igualdad social, el fin de la explotación y para luchar contra la salud considerada como una mercancía más. La agravación de las desigualdades a escala planetaria confiere su verdadera actualidad al debate sobre los puntos mencionados. Tal como lo demuestra el epidemiólogo inglés Richard Wilkinson, no es para nada necesario ser marxista para apreciar lo que la medicina puede aún aprender de Marx.

Recuerda también que las preocupaciones por la salud pública son contemporáneas al nacimiento del marxismo con el libro de Engels, La situación de la clase obrera en Inglaterra, (1845). Marx hará a menudo referencia a este libro de su amigo.

En el libro I de El Capital, en particular en el capítulo sobre la jornada de trabajo, Marx denuncia con vehemencia las consecuencias de las violencias de la explotación sobre la salud de los obreros. El problema del trabajo infantil es el ejemplo más significativo de esas violencias. Hay en Marx un interés real tanto por los problemas de salud como por la protección de la infancia. El filósofo alemán cita numerosos testimonios de médicos que denuncian en sus informes el estado sanitario de los obreros y la explotación de los niños. Según el doctor inglés Arledge, por ejemplo, los alfareros tienen «una altura atrofiada, son anémicos, están sujetos a dispepsia, problemas hepáticos, renales y a reumatismos”. Habría incluso un asma y una tisis (tuberculosis) propia de los alfareros.

En las fábricas de cerillas químicas trabajan a menudo niños de 5 o 6 años, en una atmósfera saturada de fósforo. Es el infierno de Dante, dice Marx. El médico jefe del hospital de Worcester escribe que “contrariamente a las afirmaciones interesadas de algunos patrones, yo declaro y certifico que la salud de los niños sufre mucho de esas condiciones”. Eso no es obstáculo para que los que Marx llama irónicamente “los amigos del comercio” justifiquen el trabajo infantil invocando a menudo la moral y la educación.

Marx subraya lo siguiente: “El capital usurpa el tiempo exigido por el crecimiento, el desarrollo así como el necesario para mantener el cuerpo con buena salud… Roba el tiempo que debería ser utilizado para respirar el aire libre y gozar de la luz del sol”.

“La antropología capitalista (agrega Marx), decreta que la infancia debería durar hasta los diez años, a lo sumo, once”. Hoy, en el siglo XXI, “la antropología capitalista” decreta la edad a la que podemos jubilarnos.

A Marx le gustaba otorgar al capital la imagen de un vampiro. “El capital es trabajo muerto que, como un vampiro, sólo cobra vida chupando el trabajo vivo”.

La salud es la sangre de la fuerza de trabajo con la que se alimenta el capital. Pero si la salud de los trabajadores es la fuente de la riqueza, el capitalista no necesita cuidarla, ocuparse de ella. Cuenta con “el ejército industrial de reserva” que aportará siempre mano de obra gracias, ayer, a la sobrepoblación obrera, al desempleo, hoy. El derecho a la salud ha sido siempre una conquista de la clase obrera contra el capital.

Es necesario, hoy más que nunca, recordar que los sistemas de Seguridad Social se financian con esa parte de los salarios arrancada al capital para garantizar la salud de los trabajadores a largo plazo y no solamente para una salud útil en lo inmediato para la producción. No debe entonces sorprender a nadie que esa parte diferida del salario que permite “respirar el aire libre y gozar de la luz del sol” sea rebautizada “carga social” y acusada vergonzosamente de aumentar “el costo del trabajo”, de provocar la histeria de “los amigos del comercio”. Para estos últimos, sus beneficios serán siempre mucho más valiosos que la salud de los hombres y mujeres.

La riqueza propia a la fuerza de trabajo no se explica a través de la fisiología ni de algún misterioso principio vital secretamente guardado por la medicina sino a través de las relaciones sociales.

La medicina, por su lado, permitirá tomar mucho más en cuenta al hombre social en lo que determina la salud.

Stéphane Barbas es psiquiatra infantil. Artículo publicado en L’Humanité, 5 de enero de 2018.

http://www.sinpermiso.info/textos/derecho-a-la-salud-la-vigencia-del-analisis-critico-de-marx-ante-las-desigualdades

martes, 21 de noviembre de 2017

_- Día Mundial de los Niños. El mundo sigue siendo un lugar muy injusto y peligroso para millones de niños

EFE


Cada 20 de noviembre se celebra en todo el mundo la aprobación de la Convención sobre los Derechos del Niño que tuvo lugar en 1989. Es el Tratado Internacional más ratificado de la Historia: lo han suscrito todos los países del mundo menos Estados Unidos. Su puesta en marcha marcó un antes y un después en la manera en que los gobiernos y las sociedades tratan -o deberían tratar- a sus ciudadanos más jóvenes.

La Convención, como primera ley internacional sobre los derechos de los niños y niñas, es de carácter obligatorio para los Estados firmantes y ha servido para reforzar el reconocimiento de la dignidad humana fundamental de la infancia así como la necesidad de garantizar su protección y desarrollo.

Desde su aprobación se han producido en todo el mundo avances considerables en el cumplimiento de los derechos de la infancia a la supervivencia, la salud y la educación; así como un reconocimiento cada vez mayor de la necesidad de establecer un entorno protector que defienda a los niños y niñas de la explotación, los malos tratos y la violencia.

En UNICEF centramos nuestros esfuerzos en hacer cumplir la Convención: que todos los niños y niñas del mundo estén donde estén vean cumplidos sus derechos. Y con su respaldo hemos avanzado mucho en las últimas décadas: el número de personas que viven en la extrema pobreza en todo el mundo es casi la mitad que en la década de 1990; las tasas mundiales de mortalidad de menores de cinco años se han reducido en más de la mitad en los últimos 20 años; han mejorado la nutrición y el acceso a agua potable; hoy más niños y niñas que nunca van a la escuela y reciben una educación que les permitirá romper el círculo de la pobreza.

Pero a pesar de esos avances el mundo sigue siendo un lugar muy injusto y peligroso para millones de niños que se enfrentan a una vida de pobreza y de falta de oportunidades: 15.000 niños menores de 5 años siguen muriendo cada día -5,6 millones al año- por causas que se pueden prevenir, como la diarrea, la neumonía o la malaria; 535 millones de niños -1 de cada 4- viven en países afectados por los conflictos, desastres naturales, epidemias y otras emergencias; 385 millones de niños viven en extrema pobreza; 264 millones de niños y adolescentes están fuera de la escuela; 168 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan; de ellos, 85 millones en labores peligrosas.

Y las perspectivas no son nada halagüeñas. A menos que intensifiquemos la velocidad de los progresos, en el año 2030, 167 millones de niños vivirán en la extrema pobreza, 69 millones de niños menores de 5 años morirán por causas evitables y 60 millones de niños en edad de asistir a la escuela seguirán sin escolarizar.

En este Día Mundial de los Niños necesitamos más que nunca compromiso político, recursos y voluntad colectiva. Y necesitamos también escuchar y dar la voz a los niños. Eso es lo que hemos hecho: les hemos preguntado -en una encuesta realizada a más de 11.000 niños de entre 9 y 18 años de 14 países- por lo que les preocupa. Y nos han dicho que la violencia, el terrorismo, el acoso escolar y la educación; que les inquieta el trato que se profesa a las personas refugiadas y migrantes; y que los líderes mundiales deberían abordar y dar soluciones a estos temas y a otros como la pobreza.

La sociedad tiene -tenemos- la obligación de escuchar a los niños. Tenemos la obligación de dejarles un mundo mejor, de respetar y hacer cumplir sus derechos. Se lo debemos. La Agenda de Desarrollo Sostenible 2030 debe servirnos como eje canalizador para lograrlo.

Hoy los niños alzan su voz. El resto del año no podemos olvidar que siguen ahí, porque no hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el desarrollo del niño, de quien dependen la supervivencia, la estabilidad y el progreso de todas las naciones y, de hecho, de la civilización humana. Como dijo Nelson Mandela: “No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en que se trata a sus niños”.

Carmelo Angulo Barturen, presidente de UNICEF Comité Español

Fuente: http://www.efedocanalisis.com/noticia/dia-del-nino/

sábado, 4 de noviembre de 2017

Un riñón de récord. En España se han realizado casi 100.000 trasplantes durante los 25 años de liderazgo mundial en este tipo de operaciones

“La situación es incompatible con la vida”. Cuando María Jesús Fernández, de 55 años, escuchó estas palabras tenía 26 y su día a día dio un giro radical. Dejó un trabajo, a sus amigos, volvió a su pueblo y empezó a acudir a diálisis. Tenía una insuficiencia renal terminal. Este mes, Fernández está de aniversario. Se cumplen 25 años desde que se le realizó un trasplante de riñón. Los mismos que hace que España es líder mundial en este tipo de operaciones, con casi 100.000 intervenciones durante este periodo.

“Tenía que estar pendiente de una máquina. Hay veces que no volvía bien de la diálisis y tenía que acostarme y renunciar al resto de actividades que pudiera hacer”, recuerda Fernández, que ahora trabaja como telefonista para el SESCAM, el Servicio de Salud de Castilla-La Mancha. Una rutina condicionada por las visitas al hospital que dista mucho de las idas y venidas, los viajes y las caminatas de ahora. Viendo la energía con la que Fernández habla y se mueve cuesta creer que alguna vez su vida dependiera de una máquina. “Antes tenía energía, pero ahora más. No es solamente un órgano que te han puesto, es algo que se siente dentro”, afirma. Los trasplantes de riñón como el suyo son los que más se realizan en España, seguidos de los hepáticos, cardiacos y pulmonares.

Si hay un momento grabado a fuego en la memoria de los trasplantados es el de la aparición de un posible donante. Para Fernández, la llamada llegó una madrugada después de tres años de espera. “No lograban localizarme y vinieron a buscarme. Mi vecina me dijo: María Jesús, hay un hombre dando voces preguntando por ti. Era mi cuñado. Yo le dije: ¡Abre que es el trasplante!”, recuerda, consciente de que, en aquel momento, las opciones de recibir un órgano eran mucho menores que ahora. En 1992, se realizaron alrededor de 1.500 trasplantes renales frente a los casi 3.000 de 2016. “Pensaba que no me iba a tocar a la primera”, asegura.

https://politica.elpais.com/politica/2017/10/19/actualidad/1508431443_997597.html

EL ÉXITO DEL 'MODELO ESPAÑOL'
Los expertos atribuyen los buenos resultados del sistema de donaciones y trasplantes en España principalmente al denominado como 'modelo español'. Beatriz Domínguez, presidenta de la Organización Nacional de Trasplantes, destaca, además, la solidaridad de las familias y la preparación del personal médico. “Están perfectamente formados para identificar posibles donantes y transformarlos en trasplantes”, señala.

El sistema público de salud, la ley de trasplantes de 1979 y la triple coordinación a nivel nacional, autonómico y hospitalario son las piedras angulares del modelo que Rafael Matesanz puso en marcha en 1989. Desde entonces y hasta 2016, el número de donantes se ha incrementado en un 267%, (de 550 a 2018) y los trasplantes en un 287% (de 1.244 a 4.818).

Sin embargo, a pesar de las cifras récord, Domínguez asegura que aún hay margen para la mejora. “Estamos trabajando en la colaboración con las unidades de urgencias. Pensamos que tiene más recorrido”, explica. De momento, los números registrados en los primeros meses del año apuntan a que 2017 será otro año de récord: entre enero y mayo, los trasplantes aumentaron un 11,5%, según datos de la ONT.

lunes, 4 de septiembre de 2017

¿Quieres una cura casi mágica? Haz ejercicio.

Después de haber escrito hace un año que la dieta y no el ejercicio era lo más importante a la hora de perder peso, me inquietó cómo algunos lectores interpretaron que el ejercicio no tiene valor.

No podría haber algo más lejano de la realidad. De todas las cosas que los médicos podemos recomendar para tener salud, pocas ofrecen tantos beneficios como la actividad física.

En 2015, la Academy of Medical Royal Colleges emitió un informe en el que llamaba al ejercicio una “cura mágica”. Esta no es una conclusión basada simplemente en estudios con cohortes o controles. Hay muchísimos estudios controlados y aleatorios sobre el tema. Un extenso meta-análisis examinó el efecto del ejercicio terapéutico en las respuestas de personas con enfermedades crónicas.

Comencemos por las enfermedades músculo-esqueléticas. Los investigadores encontraron 32 estudios que analizaron el efecto del ejercicio en el dolor y el funcionamiento de pacientes que sólo sufrían de osteoartritis de rodilla. Eso es increíblemente específico, y es impresionante que haya tanta investigación enfocada en un solo tema. El ejercicio mejoró los resultados de esos aspectos. Otros diez estudios mostraron que la terapia con ejercicio incrementa la capacidad aeróbica y la fuerza muscular en pacientes con artritis reumatoide. Otros estudios comprobaron sus beneficios en otros padecimientos músculo-esqueléticos, como la espondilitis anquilosante, e incluso en algunos tipos de dolor de espalda.

En las personas (en su mayoría hombres de mediana edad) que habían tenido un infarto, el ejercicio terapéutico redujo todas las causas de mortalidad en un 27 por ciento y la mortalidad cardiaca en un 31 por ciento. Otros 14 estudios controlados mostraron los beneficios fisiológicos en personas con insuficiencia cardiaca. También se ha demostrado que el ejercicio reduce la presión arterial en pacientes con hipertensión, además de mejorar los niveles de colesterol y triglicéridos.

Las personas con diabetes que hacen ejercicio tienen valores más bajos de HbA1c, el marcador de los niveles de azúcar, tan bajos como para reducir, probablemente, el riesgo de complicaciones debidas a la enfermedad. Veinte estudios controlados y aleatorios han mostrado que los pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica pueden caminar más lejos y funcionar mejor si se ejercitan.

Numerosos estudios han hallado que el ejercicio mejora la función física y la calidad de vida relacionada con la salud de personas con enfermedad de Parkinson. Otros seis estudios mostraron que el ejercicio mejora la fuerza muscular y las actividades relacionadas con la movilidad en personas con esclerosis múltiple. También parece mejorar el ánimo en estos pacientes.

Los resultados generales de 23 estudios controlados y aleatorios mostraron que es muy probable que el ejercicio combata los síntomas de la depresión. Cinco estudios más parecen mostrar que provoca una mejoría en los pacientes con síndrome de fatiga crónica. En los estudios, el ejercicio incluso redujo la fatiga en pacientes que recibían tratamiento contra el cáncer.

¿Qué otra intervención puede presumir de provocar este tipo de resultados?
Hasta los estudios con pacientes ancianos y hospitalizados muestran un efecto benéfico de intervenciones multidisciplinarias que incluyen el ejercicio. Era más probable que los pacientes escogidos aleatoriamente para recibir tales intervenciones en el hospital fueran dados de alta y pasarán menos tiempo en el hospital, con lo cual se generaban menos costos.

Aunque no estamos acostumbrados a pensar en la actividad física de esa manera, es posible defender la idea de que el ejercicio es tan bueno como los medicamentos para muchos padecimientos. Un metanálisis de varios metanálisis (esa es la cantidad de información que tenemos), llevado a cabo en 2013, combinó y analizó los resultados de 16 revisiones de estudios controlados y aleatorios de intervenciones con medicamentos y ejercicio cuyo objeto era reducir la mortalidad. En conjunto, se trataba de 305 estudios con casi 340.000 participantes.

Los diuréticos (pero no todos los medicamentos) tuvieron resultados más altos en la prevención de muerte por insuficiencia cardiaca que el ejercicio. Sin embargo, el ejercicio resultó igual de bueno que los medicamentos para prevenir la muerte por enfermedad de las arterias coronarias. El ejercicio resultó incluso mejor que los medicamentos en la prevención de muerte por infarto entre los pacientes.

Mucha gente se sorprenderá de lo poco que hay que hacer para conseguir estos resultados. Las recomendaciones sobre el ejercicio son 150 minutos semanales de actividad física moderada para los adultos, o más o menos 30 minutos diarios de lunes a viernes.

Una intensidad moderada es probablemente mucho menos de lo que imaginamos. Caminar vigorosamente, a una velocidad de 5 a 6,5 kilómetros por hora es suficiente. También podríamos andar en bicicleta a menos de 16 kilómetros por hora. Cualquier cosa que lleve al corazón a latir entre 110 y 140 veces por minuto es suficiente. Incluso aspirar, cortar el pasto o sacar al perro a caminar pueden ser suficiente.

Hoy en día mis metas son mucho más modestas. Caminar de mi consultorio a la clínica y de vuelta representa 30 minutos de ejercicio. También puedo caminar al supermercado desde mi consultorio para comprar mi almuerzo, a 1,5 kilómetro por hora. Cuando hace frío, paso media hora en la elíptica. Hacer esto cinco veces a la semana me da la actividad que requiero.

Después de que la Academy of Medical Royal Colleges escribió su informe, un editorial de BMJ, una importante revista médica, respondió que el ejercicio no era una “cura mágica”. En cambio, sostienen sus autores, es “la mejor opción en salud pública”.

Si ese es el mejor “argumento en contra”, tener actividad física parece lo más lógico.

https://www.nytimes.com/es/2016/06/23/quieres-una-cura-casi-magica-haz-ejercicio/?smid=fb-espanol&smtyp=cur

domingo, 13 de agosto de 2017

_- Cómo ser un adulto resiliente



_- Gran parte de las investigaciones científicas sobre la resiliencia —nuestra capacidad de recuperarnos de la adversidad— se ha enfocado en cómo desarrollar esta en los niños. Sin embargo, ¿qué hay de los adultos?


Si bien la resiliencia es una habilidad fundamental para un desarrollo saludable en la niñez, la ciencia demuestra que los adultos también pueden tomar acciones para impulsarla; a menudo es cuando más la necesitamos. La adultez puede traer consigo todo tipo de factores que causan estrés, incluyendo un divorcio, la muerte de alguno de los padres, reveses profesionales y preocupación ante la jubilación, pero muchos de nosotros no cultivamos las habilidades para enfrentar tales adversidades, como se requiere para superar estos retos.

La buena noticia es que algunas de las cualidades de una edad más avanzada, como una mejor capacidad para regular las emociones, la perspectiva obtenida a partir de las experiencias de vida y la preocupación por las generaciones futuras, pueden darles a las personas mayores una ventaja sobre las más jóvenes en cuanto al desarrollo de la resiliencia, dijo Adam Grant, profesor de Administración y Psicología de la Facultad Wharton de la Universidad de Pensilvania.

“Hay un conjunto de comportamientos que se pueden aprender de manera natural y que contribuyen a la resiliencia”, dijo Grant, quien escribió junto con Sheryl Sandberg, la directora de operaciones para Facebook, el libro Option B: Facing Adversity, Building Resilience and Finding Joy. “Esas son las conductas hacia las que gravitamos cada vez más conforme vamos creciendo”.

El año pasado, Dennis Charney, un investigador de la resiliencia y decano de la Facultad de Medicina Icahn del Hospital Monte Sinaí, en la ciudad de Nueva York, salía de una tienda de alimentos cuando recibió un balazo de un exempleado insatisfecho. Charney pasó cinco días en terapia intensiva y tuvo una recuperación difícil. “Después de 25 años de estudiar la resiliencia, yo mismo tuve que ser resiliente”, dijo Charney, coautor del libro Resilience: The Science of Mastering Life’s Greatest Challenges. “Es bueno estar preparado de antemano, pero una vez impactado por un trauma no es demasiado tarde para cultivar la capacidad de salir adelante de manera resiliente”.

Los científicos que estudian el estrés y la resiliencia dicen que es importante pensar en esta última como si fuera un músculo emocional, el cual puede fortalecerse en cualquier momento. Aunque es útil desarrollar la resiliencia antes de que se presente una crisis pequeña o grande, también hay pasos activos que podemos tomar durante y después de las crisis para acelerar la recuperación emocional.

Estas son algunas de las formas en las que puedes cultivar la resiliencia en la adultez:

• Practica el optimismo.
El optimismo es en parte heredado y en parte aprendido. Así que, si naciste en una familia de pesimistas, de cualquier forma puedes encontrar a tu optimista interior.

Ser optimista no significa ignorar la realidad de una situación difícil. Después de la pérdida de un empleo, por ejemplo, mucha gente se siente derrotada y piensa: “Nunca me recuperaré de esto”. Un optimista reconocerá el reto, pero con más esperanza, y dirá: “Esto será difícil, pero es una oportunidad de replantearme mis objetivos de vida y conseguir un trabajo que realmente me haga feliz”.

Aun cuando suene trivial, tener pensamientos positivos y rodearte de gente positiva en verdad ayuda. Steven Southwick, profesor de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de Yale y coautor del libro de Charney, señala que el optimismo, al igual que el pesimismo, puede ser contagioso. Así que su consejo es: “Júntate con personas optimistas”.

• Reescribe tu historia.
Cuando Charney estaba recuperándose del balazo, sabía que su vida había cambiado para siempre, pero reestructuró la situación, enfocándose en la oportunidad que le presentaba ese duro golpe. “Una vez que eres víctima de un trauma, eso se queda contigo”, dijo. “Pero yo sabía que podía ser un modelo. Tengo a miles de estudiantes que observan mi recuperación. Esto me da la oportunidad de usar lo que he aprendido”.

Ha sido demostrado en un estudio tras otro que podemos beneficiarnos de cambiar el discurso personal que moldea nuestra forma de ver el mundo y a nosotros mismos. En estudios sobre escritura expresiva, obtuvieron mejores calificaciones los estudiantes universitarios a los que se les enseñó a reformular sus conflictos como una oportunidad de crecimiento, y fue menos probable que abandonaran sus estudios. Una investigación realizada en Harvard encontró que las personas que consideraban el estrés como un combustible para un mejor desempeño obtenían mejores resultados en sus exámenes y manejaban mejor el estrés –desde el punto de vista fisiológico– que aquellos a quienes se les había enseñado a ignorarlo.

“Se trata de aprender a reconocer la historia explicativa que tiendes a usar para tu vida”, dijo Southwick. “Observa lo que te dices a ti mismo y cuestiónalo. No es fácil. Requiere práctica”.

• No te lo tomes personal.
Tenemos la tendencia de culparnos por las adversidades de la vida y rumiar acerca de lo que podríamos haber hecho diferente. En su momento, una situación difícil parece no tener fin. Para fortalecer tu resiliencia, recuerda que incluso si cometiste un error, con toda seguridad hubo varios factores que contribuyeron al problema; cambia tu enfoque hacia los próximos pasos a seguir.

“Decirte a ti mismo que una situación no es personal, que no lo abarca todo ni es permanente, puede ser extremadamente útil”, dijo Grant. “Casi no hay fracasos que sean completamente personales”.

• Recuerda tus recuperaciones.
En tiempos difíciles, a menudo recordamos que otras personas —como los refugiados de guerras o un amigo con cáncer— la han pasado peor. Aunque esto pueda ser cierto, obtendrás un mayor impulso resiliente si te recuerdas a ti mismo los retos que tú ya has superado personalmente.

“Es más fácil identificarte con quien eras antes que con alguien de otro país”, dijo Grant. “Recuerda y di: ‘Ya pasé por algo peor en el pasado. Esto no es lo más horrible que he enfrentado o enfrentaré. Sé que puedo lidiar con esto’”.

Sallie Krawcheck, antigua ejecutiva de Wall Street, dijo que después de un despido bastante público, se recordó a sí misma lo afortunada que era de tener una familia sana y un colchón financiero. Aunque nunca ha estudiado la resiliencia, cree que algunos retos que enfrentó a temprana edad —como el que la molestaran en la secundaria (“Fue brutal”, dijo) o pasar por un divorcio doloroso— la ayudaron a recuperarse también en el ámbito profesional. “Simplemente creo en los resurgimientos”, dijo Krawcheck, quien recientemente fundó Ellevest, una plataforma de inversión en línea para mujeres. “Considero estos reveses como parte de un viaje y no un fracaso que pueda terminar con mi carrera. No había nada que pudieran hacerme en Wall Street que fuera tan malo como la secundaria”.

• Apoya a otros.
Los estudios sobre resiliencia muestran que las personas son más resilientes cuando cuentan con redes sólidas de apoyo de amigos y familiares que les puedan ayudar a enfrentar las crisis. Sin embargo, puedes obtener un impulso resiliente aún mayor cuando tú das el apoyo.

En un estudio sobre resiliencia psicológica realizado en 2017 entre veteranos del Ejército de Estados Unidos, quienes tenían niveles más altos de gratitud, altruismo y sentido de propósito también presentaban mayores habilidades de resiliencia.

“Cualquier manera en la que puedas acercarte a otros y ayudarlos es una forma de salir de ti mismo, lo que constituye una forma importante de aumentar tu propia fuerza”, dijo Southwick. “Una parte de la resiliencia es asumir la responsabilidad de tu vida y de crear una vida que consideres significativa y con propósito. No tiene que ser una misión elevada: puede ser tu familia. Mientras aquello en lo que participes tenga sentido para ti, eso puede impulsarte a superar todo tipo de adversidades”.

• Descansa del estrés.
Los tiempos de estrés manejable representan una oportunidad de cultivar tu resiliencia. “Debes cambiar la manera en que piensas el estrés”, dijo Jack Groppel, cofundador del Johnson &  Johnson Performance Institute, que hace poco comenzó a ofrecer un curso de resiliencia. “Debes invitar al estrés a tu vida. Un ser humano necesita estrés; el cuerpo y la mente quieren estrés”.

La clave, dijo Groppel, es reconocer que nunca eliminarás el estrés de tu vida. Por lo tanto, hay que crear oportunidades frecuentes para que el cuerpo se recupere de este, al igual que harías para dejar descansar a tus músculos entre repeticiones de levantamiento de pesas. Tomar una caminata a modo de descanso, dedicarle cinco minutos a meditar o ir a almorzar con alguna amistad son maneras de darles a tu cuerpo y a tu mente un descanso del estrés.

“El estrés es el estímulo para el crecimiento, y la recuperación es cuando el crecimiento ocurre”, dijo Groppel. “Así es como desarrollamos el músculo de la resiliencia”.

• Sal de tu zona de confort.
La resiliencia no solo proviene de las experiencias negativas. Puedes cultivar tu resiliencia poniéndote en situaciones desafiantes. Groppel está planeando escalar el monte Kilimanjaro con su hijo, por ejemplo. Así que toma unas vacaciones intrépidas o corre un triatlón. Comparte tus habilidades poéticas secretas con extraños en un evento de lectura de poesía.

“Hay algo biológico en ello”, dijo Charney. “Tus sistemas para regular la hormona del estrés se harán menos reactivos al estrés para que puedas manejarlo mejor. Vive tu vida de manera que adquieras las habilidades que te permitan manejarlo”.

https://www.nytimes.com/es/2017/07/31/resiliencia-edad-avanzada/?smid=fb-espanol&smtyp=cur

Más aquí.

lunes, 7 de agosto de 2017

_- Modelos de sanidad. Muchos de los mejores sistemas sanitarios del mundo se han basado en modelos públicos.

_- La sanidad constituye un ejemplo de la paradoja del aislacionismo e insolidaridad
que está emergiendo como respuesta a exigencias globales que resultan incómodas para algunos supuestos líderes mundiales. Los sistemas de salud están indisolublemente unidos a tendencias difícilmente reversibles en algunos países como el envejecimiento de la población. También a la emergencia e intensidad de algunos flujos migratorios. Sería terrible que en un momento en que la computación y los avances de investigación pueden erradicar algunos de los males hasta ahora endémicos relacionados con la sanidad en todo el mundo, se abandone ese camino.

En países como EE UU, donde los problemas relacionados con la salud no han hecho más que crecer, la cobertura de cientos de miles de familias provoca sonrojo por su escasez o inexistencia.
Y los planes que ahora se manejan podrían dejar entre 20 y 30 millones de norteamericanos sin asistencia. En Reino Unido, un sistema público tradicionalmente admirado, se están realizando recortes. Y fenómenos como el Brexit pueden implicar una reducción de la competitividad de sus recursos humanos que, en buena medida, ha venido del exterior en las últimas décadas. Culpar a la inmigración del coste de la sanidad resulta inexacto e injusto. Obvia otras realidades como la proliferación de malos hábitos alimenticios, el mal uso (y abuso) de los servicios públicos o los efectos del envejecimiento.

Lo que no debe sorprendernos es que muchos de los mejores sistemas sanitarios del mundo se han basado en modelos públicos
con cierto grado de universalidad y preservar ese tipo de modelos puede ser esencial, con los recursos precisos, para dotarlo de solidaridad externa. Y aquí aparecen de nuevo países como Alemania tomando el testigo de esos liderazgos y recordando (como se hizo en la cumbre de Hamburgo de principios de este mes) la urgencia de abordar algunos temas de investigación, inversión y coordinación para combatir ciertas epidemias y crear sistemas de prevención, entre otras cuestiones. Como en otros ámbitos socioeconómicos, lo que hace Alemania es fomentar el llamado “liderazgo de sistemas” que consiste en crear grupos que puedan contrarrestar el aislacionismo de los que hasta ahora han sido los líderes mundiales. Un nuevo modelo ante la amenaza de falta de respuesta a emergencias sanitarias mundiales. Un debate controvertido.

España debe formar parte de ese grupo solidario y reactivo.
Siempre aparece en todos los rankings como uno de los mejores sistemas del mundo, aunque la satisfacción vaya por barrios. La fórmula para preservar el modelo y ayudar a la coordinación internacional es sencilla: escuchar a los profesionales del ramo. Y se comprueba que a la eficiencia no se llega con recortes sino con un buen uso de los recursos. Ni los gestores son siempre los adecuados (respondiendo a motivaciones políticas más que profesionales) ni los usuarios somos responsables. Ni la inversión en investigación va en la dirección que debería.

Es más fácil culpar a la inmigración u obviar la necesaria coordinación y solidaridad internacional.
Pero ese no es el modelo.

https://economia.elpais.com/economia/2017/07/24/actualidad/1500908327_703746.html

miércoles, 18 de enero de 2017

¿Por qué hay que oponerse a cualquier tipo de copago de servicios sanitarios y de medicamentos?



La nueva Ministra de Sanidad ha anunciado su decisión de ampliar el copago de los medicamentos para los pensionistas que cobren más de 18.000 euros anuales. Utiliza para justificarla argumentos que, no por haber sido esgrimidos por Consejeros y Ministros anteriores, resultan menos vergonzosos. Se pervierte el sentimiento popular de justicia, “que pague más, quien más tiene”, que tiene su aplicación fundamental en la aplicación de los impuestos directos sobre la riqueza para intentar legitimar – con el mismo argumento - una nueva restricción económica en el acceso a los medicamentos, que, sin duda alguna, abrirá el camino a otras más.

Es una gigantesca trampa que intenta culpabilizar y enfrentar entre si a quienes menos tienen, ocultando el saqueo generalizado de las arcas públicas que se ha producido vía reducción de impuestos a las rentas más altas (el escarnio de las SICAV sigue vigente), amnistías fiscales, el rescate de la banca privada, la evasión de capitales y tantos etcéteras, por no hablar de la miseria de las pensiones o de los incrementos brutales de la explotación que supone la generalización de la precariedad.

Además, el establecimiento de barreras económicas para el acceso a un elemento central del sistema sanitario – al que se accede mediante prescripción facultativa y precisamente cuando se está enfermo, es un crimen cotidiano.

Tras el primer año de entrada en vigor del Real Decreto Ley 28/2012, del gobierno del PP, que cínicamente llevaba por título “de consolidación y garantía del sistema de la Seguridad Social”, un estudio realizado en Madrid arrojaba el estremecedor dato (obtenido mediante encuesta y por lo tanto muy inferior al real) de que cerca del 20% de los pensionistas no acudían a retirar de la farmacia los medicamentos prescritos. Resultados semejantes se han obtenido en estudios relativos a la introducción del copago en otros países, con la particularidad de que ese 20% de la población es el que concentra todos los riesgos desde el punto de vista de la salud; es el mismo a quien se desahucia por no pagar el alquiler, el que devuelve los alimentos en la caja del supermercado o a los que hipócritamente se califica de “pobres energéticos”.

El argumento de que la cantidad exigida – un máximo de 8 euros mensuales - es simbólica (¿para quién?) es un insulto para la mayoría de pensionistas (y activos), que con ingresos inferiores a los 600 euros, tiene que decidir entre comer, pagar la luz o retirar los medicamentos.

Pero hay que recordar, para la juventud, o para los desmemoriados, que los discursos destinados a justificar los copagos son añejos.

Quien abrió el debate acerca de la conveniencia de hacer pagar a las personas enfermas por los fármacos que les prescribe su médico fue el Informe Abril Martorell (1991), elaborado a instancias de un ejecutivo del PSOE que gobernaba con mayoría absoluta.

El primer “medicamentazo” fue obra también del PSOE en 1993. La Ministra Ángeles Amador, hoy flamante “consejera” de Red Eléctrica Española, fue quien llevó a cabo por primera vez la exclusión de determinados fármacos de la financiación por la sanidad pública. El segundo de ellos vendría de la mano del PP en 1998. Muchos de los medicamentos eran, y son, de uso frecuente en enfermedades crónicas. Se esgrimieron argumentos confusos y contradictorios. Si no eran eficaces, habría que haberles eliminado del Registro. Si se pretendía favorecer el buen uso de los medicamentos, es injustificable que los excluidos por su dudosa utilidad pasaran a ser objeto de publicidad en medios masivos, con lo que cualquier atisbo de racionalidad desaparecía por completo. Así, se da el caso de que un medicamento como el Frenadol, prohibido en varios países de la UE, es objeto aquí de propaganda masiva.

Los objetivos de ahorro son también falaces. Tras un breve periodo de reducción tras la adopción de las medidas, el gasto farmacéutico vuelve a dispararse. En el caso de la financiación selectiva de medicamentos, se eliminaron los medicamentos más baratos y menos rentables, que fueron sustituidos por otros más convenientes para la cuenta de resultados.

Los objetivos de ahorro son una falacia e incompatibles con el poder aplastante de la industria farmacéutica, a cuyo servicio han estado todos y cada uno de los ministerios y consejerías del Estado español.

Lo que importa saber es que son capaces de inventarse cualquier cosa para conseguir los objetivos de los intereses empresariales a los que sirven. A modo de ejemplo valga este hecho que viví en mi época de diputada, precisamente cuando el PSOE intentaba rodear de legitimidad social su primer “medicamentazo”. El argumento usado entonces para neutralizar la resistencia social fue la acusación de fraude masivo en las recetas de pensionistas que los jubilados usaban para obtener medicamentos gratis para toda la familia. Los medios de comunicación masivos se hicieron eco y expandieron el “relato”, sin más fundamentos. CC.OO y UGT lo apoyaron activamente llevando a cabo una “campaña de educación sanitaria” entre sus afiliados, con folletos y charlas destinados a colaborar en la eliminación de dicho fraude. Ante la persistencia de mis preguntas dirigidas a altos cargos del Ministerio en sede parlamentaria acerca de cuales eran los datos que avalaban tales acusaciones de fraude, la respuesta que obtuve fue que tras un estudio realizado sobre decenas de miles de recetas en Madrid habían aparecido 25 dudosas.

El copago de medicamentos, que como tantas veces se ha repetido es repago, sirve a un doble objetivo esencial para la gestión empresarial y la privatización de la sanidad pública:

Si el 80% del gasto es consumido por el 20% de la población de más edad, enfermos crónicos y personas con escasos recursos, eliminarles del acceso a la sanidad, como muy bien saben las mutuas patronales y las aseguradoras privadas, garantiza el negocio.

Hacer pagar por los medicamentos prescritos va eliminando uno de los valores esenciales de la sanidad pública frente a la privada: la gratuidad en el momento de uso.

A estas alturas debería estar perfectamente claro que lo que queda de los servicios públicos está en el punto de mira. Y que todo ataque que preparan va precedido de un “relato”, de un montaje mejor dicho, que carece de cualquier fundamento que no sea favorecer los intereses que representan. Es una guerra de clases que tiene ganadores y perdedores, y el arma más letal es dar crédito a su propaganda, de forma que nuestra fuerza sea preventivamente destruida.

Ángeles Maestro es médica, técnica superior de Salud Pública. Fue diputada del Congreso y portavoz de Sanidad por IU. Es miembro de Red Roja

domingo, 11 de diciembre de 2016

UNA HERMOSA LÁGRIMA

Un mendigo callejero, una limosna enrabietada y la sorpresa: un regalo en forma de cristal que refleja la dignidad y la belleza de la vida.


EL OTRO DÍA me sucedió algo extraordinario. Estaba en Barcelona para asistir a un congreso literario y salí del hotel a primera hora de la tarde camino de una mesa redonda. Me alojaba cerca de las Ramblas, en plena zona turística, y la calle era un hervidero de peatones.

Y, como siempre sucede en el centro de las grandes ciudades, también había un montón de mendigos. Uno de ellos era más llamativo; pertenecía al registro de indigentes discapacitados y contrahechos, a ese terrible, patético rubro de personas desbaratadas que son esclavas de mafias sin escrúpulos, que los obligan a exhibir sus deformidades para causar conmoción y piedad en el viandante. Ya se sabe que la explotación del monstruo, del débil, del distinto es un antiquísimo negocio. Todo un clásico de la maldad humana.

Este mendigo en concreto se encontraba arrimado a la pared y sentado en el suelo sobre una manta. Las piernas, tapadas con el cobertor, no se le veían. Por la carencia de volumen, debían de ser delgadísimas, o quizá ni siquiera tuviera extremidades inferiores, no me fijé lo suficiente para saberlo; nunca miramos mucho a personas así. Lo que resultaba indudable era que no podía caminar por sí solo. Sus explotadores debían de haberlo colocado ahí en algún momento, como quien coloca una máquina tragaperras en un bar.

Estaba desnudo de cintura para arriba. Mostraba un torso raquítico y deforme, un pecho picudo de paloma, unos bracitos casi inútiles, puro hueso y pellejo. Coronándolo todo, una cabeza demasiado grande con una desordenada cabellera castaña. Esa tarde no hacía frío, pero desde luego tampoco hacía calor como para estar así, desnudo y quieto. Pasé por delante sin detenerme, diciéndome, como siempre que veo algo así, que no se debe dar dinero a estos indigentes para no fomentar la explotación, y también preguntándome cómo es posible que permitamos que suceda semejante abuso ante nuestros ojos; cómo no interviene la autoridad, cómo no lo rescatan de la mafia. Pero a los dos minutos se me fue el asunto de la cabeza.

Cuando regresé al hotel seis horas más tarde ya era de noche. Y el mendigo seguía allí, desnudo y solo. Pensé: si no saca suficiente dinero lo mismo lo tienen aquí hasta la madrugada. Resoplé, enrabietada contra mí misma, contra el mundo, contra los explotadores, sabiendo que iba a intentar paliar mi desasosiego con una maldita limosna. Me acerqué rápidamente, eché dos tristes euros en el bote que tenía delante de él y salí escopetada. Pero entonces el hombre me chistó, deteniendo mi huida. Me volví y advertí que el mendigo estaba cogiendo un objeto pequeño que había sobre la manta. Estiró su bracito maltrecho y me lo tendió; desconcertada, puse la mano y él depositó en mi palma un bellísimo cristal pulido del tamaño de una alubia, con un color azul profundo y una limpia y oscura transparencia. Alcé la cara, atónita, y por primera vez vi de verdad al hombre. Sus ojos eran de un tono verde uva imposible, maravilloso. Una mirada sobrecogedora que no parecía pertenecer a este mundo. Me dijo algo en una lengua desconocida. Yo le susurré gracias con la garganta apretada, las gracias más sinceras que he dicho en mi vida, y me fui con el cristal dentro del puño.

Horas más tarde, aún trastornada por el suceso, escribí a un amigo contándole la historia, y él me contestó: “Es un hierofante; no sientas pena de él”. Me pareció precioso: sí, un hierofante, que en la Grecia antigua era el sumo sacerdote de los cultos mistéricos. De hecho, la palabra hierofante significa “el que hace aparecer lo sagrado”, y eso era exactamente lo que había logrado nuestro mendigo: que por un instante se parara el rotar del planeta, que estallaran el misterio y la belleza de la vida, todo aquello que es mucho más grande que nosotros. Me sentí bendecida, porque eso es lo sagrado para mí, que no soy creyente. Ese hombre contrahecho, que ha debido y debe de tener la existencia más dura que pensarse pueda, fue capaz de elevarse por encima de todas sus limitaciones y, revestido de una suprema dignidad, me dio un regalo que nadie hubiera podido pagar ni con todo el dinero del mundo. Y aquí estoy, agradecida, con su hermosa lágrima de cristal en la mano.

http://elpaissemanal.elpais.com/columna/una-hermosa-lagrima/

miércoles, 12 de octubre de 2016

Qué decirle a una persona que está pasando por un duelo. Cuando se atraviesa un período de duelo no hay ninguna frase ni palabra que nos reconforte. Lejos de ello, algunas incluso pueden hacernos reaccionar de manera negativa

Cuando una persona está pasando por un duelo debemos ser muy cuidadosos con las palabras y con las formas en la que nos vamos a dirigir a ella.

En una carta de pésame a la familia Besso, Albert Einstein incluyó su ahora famosa cita "Ahora que se ha apartado de este extraño mundo un poco por delante de mí. Aquello no significa nada. La gente como nosotros, quiénes creen en la física, saben que la distinción entre el pasado, el presente y el futuro es sólo una ilusión obstinadamente persistente."

Es un momento sensible, las emociones están a flor de piel y tener tacto, en estos momentos, será algo imprescindible.
Por este motivo, hoy descubriremos algunas de las cosas que debemos decirle a una persona que está pasando por un duelo y, también, aquellas que debemos callar.
Porque, en ocasiones, en nuestro afán de ayudar, hacemos todo lo contrario.
Si necesitas llorar, hazlo

¿Qué te decían cuando eras pequeño y llorabas? “No llores”. ¿Qué te decían cuando estabas triste? “No estés triste”.
Intentar inhibir las emociones no es positivo para nadie y, menos aún, si se lo estás diciendo a una persona que está pasando por un duelo.
Debes permitirle a la persona expresar sus sentimientos si así lo desea. Jamás debes darle a entender que eso es algo que no debe hacer, que tiene que contener.
En estos momentos, lo mejor que puede hacer es desahogarse llorando, gritando o expresando sus emociones y sentimientos de cualquier otra manera.

Si me necesitas, aquí estoy
Relacionado con la situación anterior, muchas personas suelen practicar la huida. No les gusta esta situación y, entonces, se apartan.
Esto tampoco es positivo porque la persona que está pasando por el duelo necesita contacto. Un abrazo o simplemente alguien que se quede a su lado.
No es necesario hablar, aunque sabemos que para muchos guardar silencio es incómodo. Sin embargo, estar ahí, al lado de esa persona, para ella será algo necesario y fundamental.
De esta manera, si la persona quiere hablar o de repente llorar, sabrá que tiene alguien a su lado que le quiere y apoya.
Por eso nunca escapes, aunque te sientas violento, incómodo. Hay personas que creen que, como tiene que superar su proceso de duelo, debe estar solo. Esto no es así.
Créenos, en estos momentos te necesita más que nunca.

Sé que cuando estés preparado, seguirás con tu vida
¿Por qué nos gusta tanto mandar? Entre el “no llores” y el “ahora tienes que mirar para delante” no cesamos en nuestro intento de dar órdenes y “redirigir” la vida de la otra persona.
En estos momentos tan dolorosos lo que menos le preocupa es el futuro, mirar hacia adelante y todas esas cosas que ahora le parecen una nimiedad.
No necesita saber lo que va a pasar o lo que va a tener que hacer, ¡porque ya lo sabe! Pero, ahora, tan solo se encuentra centrada en su dolor.

Debemos permitirle que gestione la situación por sí misma.
No es una persona inútil, simplemente está pasando por un proceso de duelo que tiene que superar.
Cuando lo haga, ya actuará como crea conveniente.

No sé cómo te sientes en realidad
Acostumbramos a decir a todas las personas que están pasando por un mal momento la frase “sé como te sientes”.
No nos damos cuenta de que la variante ideal sería “entiendo que te tienes que sentir muy mal”, porque ese “sé como te sientes” puede provocar una reacción agresiva.
La persona que está pasando por el duelo se encuentra muy sensible y, quizás, tú nunca has pasado por una situación así.
Decir esta frase puede favorecer la respuesta de “¿cómo puedes saber cómo me siento? A ti nunca te ha ocurrido lo mismo que a mí”.
Siempre que podamos, tenemos que evitar decir esto y darle a entender que podemos empatizar con ella hasta cierto límite. Que no podemos conocer exactamente su grado de dolor, pero que lo entendemos.
El duelo tiene su propio momento, por lo que debemos respetarlo en todos sus sentidos, incluido el tiempo en el que tarde en superarse.
Intentar fingir que ya lo hemos superado o presionar a alguien para que recorte su tiempo de duelo es negativo.
Puede que sean semanas, meses, incluso años. Cada persona es un mundo.
¿Cuántas veces has dicho lo que no deberías en un proceso de duelo? ¿Cuántas veces has pronunciado un “sé lo que sientes”?

Ahora ya sabes cómo puedes ayudar de la mejor manera a esa persona que tanto lo necesita.

6 Consejos para superar el duelo
Para superar esta etapa es muy importante que aceptemos lo ocurrido. No olvides que tu ser querido desearía que fueras feliz. Procura distraerte y compartir tu tiempo con familiares y amigos
Afrontar la pérdida de un ser querido y sobrellevar el duelo, es quizá una de las pruebas más difíciles que nos puede poner la vida en cualquier momento. Tener que aceptar que alguien que amamos ya no estará presente físicamente en nuestros días, nos da un fuerte golpe y una confusión, que casi siempre nos hace caer en prolongados periodos de depresión y tristeza.
Todos tenemos formas diferentes de reaccionar ante la muerte de un ser querido y el contar con un apoyo puede ser clave para superar el dolor que esto nos produce. Según las investigaciones, el paso del tiempo, el contar con un apoyo en el entorno social y el mantener los hábitos de vida saludables, hace que las personas superen el duelo con más facilidad. Sin embargo, dependiendo del impacto que cause la muerte en la persona afectada, el tiempo de recuperación puede tardar meses o hasta un año.

Es muy importante tener en cuenta que el duelo implica síntomas emocionales y también físicos. Las personas que pasan por esta etapa por lo general sufren constantemente de cansancio extremo, pérdida del apetito o pérdida del deseo sexual. Cuando el duelo es tan complicado e incluye estos síntomas sumados a la depresión, se recomienda buscar ayuda de un psicólogo profesional que pueda ayudar a determinar cuál es la mejor forma para superar el duelo.
Si estás pasando por un momento tan difícil como la pérdida de un ser querido, te invitamos a tener en cuenta las siguientes recomendaciones que te ayudarán a aceptar la ausencia de esa persona y a continuar con el ritmo de tu vida.

Tiempo
El tiempo es clave en la superación del duelo. Algunas personas pueden tomarse más tiempo que otras, pero todos necesitamos darnos ese tiempo para hacernos a la idea de que esa persona ya no está y que debemos continuar nuestra vida.

Aceptar el duelo
El dolor ante una pérdida es algo inevitable y con él se mezclan una serie de emociones que nos pueden hacer sentir bastante mal y enfermos. Este proceso es algo muy normal que sólo se podrá superar poco a poco, siempre y cuando la persona no se hiera echándose culpas o reprimiendo sus sentimientos.

Expresar los sentimientos
Siempre habrá una persona dispuesta a escucharnos y a compartir el dolor que sentimos por la ausencia de nuestro ser querido. Hablar de lo sucedido y de todas las emociones que esto deriva, es una forma de aceptar que nuestro ser querido ya no está y que sólo nos queda su recuerdo. Cuando no expresamos todas esas emociones de tristeza y frustración, podemos caer en un estado de aislamiento que nos afectará más en el duelo y hará sentir muy mal a quienes nos rodean.

La vida continúa
Aunque perder a alguien es muy difícil y nos quita las ganas de seguir el ritmo norma de nuestra vida, la realidad es que la vida continúa y hay otras personas que también nos necesitan. Piensa en que tu ser querido siempre quiso lo mejor para ti y se alegrará de que puedas ser feliz a pesar de su ausencia. Procura hacer actividades que te distraigan y que te gusten, comparte con tus amigos y familiares, y dedica todos tus logros a esa persona que ya no está. Todas estas cosas te ayudarán a salir de la depresión y darás un paso muy importante a la superación.

Cuidar tu salud y la de los tuyos
El profundo dolor que nos genera la pérdida de un ser querido nos puede hacer olvidar de cosas importantes como la buena alimentación, el ejercicio y todos esos buenos hábitos que mejoran nuestra calidad de vida. Es muy importante dar un paso a recuperar este estilo de vida, pues esto nos ayuda a salir del estado de depresión y evita que nos enfermemos.

Apoyar a nuestros familiares
 Aunque nosotros estamos sintiendo mucho dolor, debemos recordar que no somos los únicos que sufrimos la perdida de esa persona y que quizá nuestra familia necesita de mucho apoyo. Cuando apoyamos a nuestros familiares o personas cercanas, tenemos más posibilidad de sentirnos mejor y ayudar a que los demás también se sientan así. La familia puede aprovechar para recordar momentos felices al lado de esa persona y todas esas anécdotas que quedarán en el corazón para siempre.

http://mejorconsalud.com/6-consejos-para-superar-el-duelo/

lunes, 3 de octubre de 2016

El gran negocio detrás del aceite de palma. Una investigación del colectivo Carro de Combate destapa las repercusiones de este producto omnipresente en nuestra cesta de la compra.



Consumes aceite de palma cada día, pero es probable que nunca lo hayas visto físicamente. Ni sepas que detrás de este producto hay una historia de deforestación, desplazamiento de poblaciones, explotación laboral, inversiones de fondos públicos y grandes beneficios para unos pocos. El proyecto de investigación del colectivo de periodistas Carro de Combate destapa todo lo que hay detrás de este líquido rojo.

“Nos parecía muy interesante hablar del aceite de palma porque es un producto del que la población general apenas tiene información. Parece que no lo consumimos”, explica Aurora Moreno, una de las autoras de la investigación. Ha sido a raíz de un cambio en la regulación europea de etiquetado cuando este producto se ha hecho más visible. “Hasta hace poquito se podía poner en la lista de ingredientes simplemente aceite vegetal. Ahora tienen que poner qué tipo de aceite utilizan. Por eso pensamos que era un momento muy oportuno, porque muchos consumidores se iban a dar cuenta de que el aceite de palma está en todas partes”, explican desde Carro de Combate.

Lo primero que sorprende es descubrir que la mitad de los productos procesados que consumimos contiene aceite de palma. Lo encontramos en las galletas, chocolates, bollería, dulces, margarina y sopas envasadas, por ejemplo. Pero también está presente en productos de higiene como champú, gel o pasta de dientes, y a partir de él se puede producir biodiésel. Esto nos puede dar una idea de la importancia que esa materia prima ha alcanzado en la economía mundial. “Está muy alejado de nosotros, porque no se produce en las zonas donde vivimos y, sin embargo, lo consumimos masivamente”, destacan las investigadoras.

Pero ¿por qué aceite de palma y no otro?
Hace 30 años apenas se producía un millón y medio de toneladas, y hoy en día es el aceite más consumido del mundo, con un tercio de la producción mundial. El cultivo de palma no sólo es sencillo, sino que tiene unos rendimientos por hectárea mucho mayores que otras plantas productoras de aceite, explican. Además, en los países en desarrollo era más fácil y barato continuar ampliando sus cultivos en bosques vírgenes que mejorar la productividad de los que ya había. Por eso la expansión de la palma aceitera se ha dado a costa de bosques de alto valor ecológico, pues ambos necesitan las mismas condiciones climáticas para existir. “La devastación ha sido inmensa en países como Indonesia y Malasia, que controlan, a día de hoy, el 86% de la producción mundial”, apuntan.

La investigación de Carro de Combate ha llevado a Nazaret Castro, Laura Villadiego y Aurora Moreno a rastrear las plantaciones de palma no sólo en Asia, sino también en América Latina y África, para descubrir los impactos de este monocultivo. Ahora presentan sus primeras conclusiones.

Incendios y esclavos
En el sudeste asiático, el cultivo de palma se relaciona con la deforestación, los incendios masivos, las inundaciones y los problemas de abastecimiento de agua. “Indonesia sobrepasó en 2012 a Brasil en la rapidez con la que pierde sus bosques y tiene ahora la tasa de deforestación más elevada del mundo”, indican. 1,7 millones de hectáreas fueron arrasadas en 2015 por unos fuegos que se repiten cada año. “Quemar el suelo es la forma más rápida de limpiarlo. Por eso la utilizan”, explica Laura Villadiego. Y por este motivo Indonesia es, además, el tercer emisor mundial de gases de efecto invernadero, por detrás de Estados Unidos y Brasil.

En cuanto a Malasia, el gran drama tiene el rostro de trabajadores migrantes: “La mayor parte son de Indonesia. Trabajan en situaciones muy cercanas a la esclavitud. Generalmente, estas grandes plantaciones tienen en medio un pueblecito en el que viven. Y en muchos casos no pueden salir de ahí, están literalmente retenidos, y para asegurarse que así sea les confiscan los pasaportes”, explica Villadiego. En el caso de Malasia, estos trabajadores migrantes no tienen derecho a casarse o registrarse legalmente. Generalmente tras 10, 15, 20 años acaban teniendo relaciones con mujeres locales. “Ha nacido una generación completa de niños apátridas que no pueden ser reconocidos legalmente, porque la legislación no lo permite. Algunas estimaciones hablan de incluso 50.000 niños sin nacionalidad por esta cuestión”, denuncia.

En Ámérica Latina, Colombia es el mayor productor, por delante de Ecuador. En estos países, las plantaciones de palma han sido potenciadas desde el Estado, siendo el único cultivo subvencionado. Al no tratarse de una producción tan competitiva en los mercados internacionales como la asiática, lo que intentó la industria palmera fue crear mercados nacionales de agrocombustibles, con un importante apoyo gubernamental. “Se ha publicitado la palma como alternativa a los cultivos ilícitos –coca y marihuana– cuando en realidad no es así. Donde se está plantando palma antes se plantaban cultivos para la alimentación local, como yuca, maíz y árboles frutales”, explica Castro.

Además, este cultivo ha entrado de la mano, en muchos casos, de grupos paramilitares. “En Colombia, el auge de la palma de aceite ha llegado de la mano de la brutal violencia de los paramilitares, que, con total impunidad, sembraron el terror en varias regiones del país a finales de los años 90 y obligaron a desplazarse a pueblos enteros en territorios como el Chocó o Montes de María”, relata Castro. “Donde antes había tierras fértiles para el cultivo de alimentos que convivían en armonía con la vegetación local, ahora hay sólo palma. En esos territorios la palma es, más que un lucrativo negocio –que también–, un modelo para el control del territorio”, explican en su informe.

Pérdida de autonomía
En Ecuador, por su parte, la palma se está promoviendo como alternativa de desarrollo para la selva amazónica. Pero, como denuncia Castro, “cuando la palma entra, no sólo destruye la biodiversidad de ese territorio, también la capacidad de esas comunidades para poder desarrollar sus formas de vida”. La palma necesita muchos nutrientes y tras ella el suelo queda destruido, “difícilmente se puede plantar después ninguna otra cosa”, destaca la investigadora. Con ella coincide Nathalia Bonilla, activista de la organización Acción Ecológica en Ecuador: “Pasados los 25 o 30 años que permanece productiva la planta, los campesinos han perdido la riqueza de su suelo y han visto cómo se contaminaban sus fuentes hídricas al tiempo que han perdido autonomía, porque lo que antes podían vender por sí mismos a los consumidores, ahora sólo tiene un comprador posible: la empresa palmera a la que pertenece la planta procesadora”.

En zonas con un grave problema de desempleo es sencillo convencer a la población: “Esas inversiones llegan con el discurso de fomentar el desarrollo local y crear puestos de trabajo, así que la gente lo empieza a ver como una forma de desarrollarse. Tienen quejas, pero se las callan; no hay un discurso de resistencia”, reconoce Castro. Pero algo no encaja, como explica el profesor de la Universidad Andina Carlos Larrea: “El banano emplea diez veces más trabajadores por hectárea que la palma aceitera. Si lo que se espera es que la palma sea la solución al agudo problema del desempleo en [la región ecuatoriana de] Esmeraldas, la apuesta parece equivocada”.

En el caso de África, aunque se trata del territorio originario de la palma, las grandes plantaciones industriales comenzaron en los últimos diez años. La producción se concentra en la zona occidental, en países como Camerún. La industria ha descubierto un territorio con gran potencial de crecimiento, dado que allí encuentran mano de obra barata, población que conoce cómo trabajarla y gobiernos muy dispuestos.

En contrapartida, “está habiendo una respuesta bastante organizada, en Camerún al menos, de defensores del medio ambiente y de pueblos autóctonos y protegidos, como los pigmeos”. Contra una de las principales empresas francesas del sector, por ejemplo, sus trabajadores se han organizado en seis países y han mantenido reuniones en París con los dirigentes, explica Aurora Moreno.

Entre realidades tan lejanas y nuestra realidad diaria existe una conexión, y es nuestra cocina. Los mayores compradores de aceite de palma del mundo son viejos conocidos en nuestra cesta de la compra: las multinacionales Nestlé y Unilever. “Lo que no nos hace bien no es el aceite de palma en sí, sino esa falta de diversidad y esa manipulación de los alimentos. Nos alimentamos con unos pocos ingredientes, porque son los más rentables y más manejables para la industria”, insisten desde Carro de Combate. ¿Como huir de ellos? La clave, para estas investigadoras, está en cocinar más y comprar menos alimentos procesados. “No digo que comprando alimentos frescos estén ausentes de problemas, pero seguramente van a tener menos”, afirman. En definitiva, cocinar no deja de ser un acto político más.

Cooperación cómplice del negocio
El crecimiento meteórico de la industria palmera ha sido impulsado por las agencias de Cooperación al Desarrollo de diversos países europeos, el Banco Mundial y muchos fondos de inversión, como el Fondo Africano para la Agricultura. Estas instituciones han respaldado supuestos proyectos de desarrollo relacionados con la palma. Así ha sucedido en la isla de Sumatra (Indonesia) o en la R. D. del Congo, donde una empresa financiada por organismos de coopera­ción europeos, entre ellos la AECID española, ha sido acusada de acapara­miento de tierras y explotación de sus trabajadores.

Fuente:
http://www.diagonalperiodico.net/cuerpo/31516-gran-negocio-detras-del-aceite-palma.html

jueves, 1 de septiembre de 2016

Cómo la dieta mediterránea puede ser más efectiva que las estatinas para los enfermos del corazón y también dieta para el cerebro.

Plato de ensalada con tomate, lechuga, queso y aceitunas

Sabíamos que comer sano es saludable, ¿pero tanto como para que los médicos, antes de recetar remedios, deban considerar cambios en la dieta como tratamiento para enfermos de corazón?

¿Tanto como para que los servicios de salud subsidien frutas y verduras?
Sí. O al menos es la conclusión de un reciente estudio sobre la dieta mediterránea según el cual puede ser más efectiva en algunos casos que los medicamentos para reducir el riesgo de muerte temprana en enfermos del corazón.

Se trata del primer trabajo extenso que estudia el impacto de la dieta mediterránea en la supervivencia de pacientes con problemas cardíacos.
La dieta mediterránea redujo el riesgo de muerte temprana en 37%, según el estudio.
Investigaciones anteriores, determinaron que tomar sólo estatinas, medicamentos recetados a millones de personas en el mundo para reducir el colesterol, disminuye el mismo riesgo en 18%.

El estudio evaluó durante siete años a 1.200 pacientes del corazón en Italia que llevaron registros de sus hábitos de alimentación. Durante los siete años hubo 208 muertes.

La nueva investigación fue presentada en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología, considerado el mayor del mundo sobre enfermedades cardiovasculares. El encuentro tiene lugar esta semana en Roma.

La dieta mediterránea es el término usado para describir el tipo de alimentación común en esa región,
que incluye más pescado que carnes rojas, y es rica en frutas y verduras además de nueces, cereales integrales y aceite de oliva.

"Cambios en la dieta antes que medicamentos"
"La dieta mediterránea es considerada ampliamente como uno de los hábitos nutricionales más sanos del mundo", dijo uno de los autores del estudio, el profesor Giovanni de Gaetano, jefe del Departamento de Epidemiología y Prevención en el Instituto Neurológico Mediterráneo, IRCCS Neuromed, en Italia.

"Muchos estudios ya habían demostrado que la dieta mediterránea está asociada a menor riesgo de diferentes enfermedades crónicas y muerte".
Los servicios de salud deberían subsidiar las frutas y verduras. Giovanni de Gaetano, Instituto Neurológico Mediterráneo

"Pero hasta ahora la investigación se había centrado en la población en general, que está compuesta principalmente de gente sana.
Nosotros nos preguntamos, ¿qué pasa con aquellos que tienen problemas cardiovasculares? ¿Es la dieta mediterránea óptima para ellos también?", dijo De Caetano.

Los médicos deberían considerar recetar "cambios en la dieta antes que medicamentos", dijo De Gaetano. "Y los servicios de salud deberían subsidiar las frutas y verduras", agregó.

El próximo paso será investigar por qué exactamente la dieta mediterránea reduce el riesgo de muerte temprana en personas con problemas cardiovasculares.

"Éste es un estudio observacional (de carácter estadístico y demográfico). Así que no podemos decir que el efecto es causal. Creemos que probablemente la reducción del riesgo se debe a que la dieta impacta factores como la inflamación, pero se necesita hacer más investigaciones", dijo De Gaetano.

Tomates, naranhas, maíz y kiwi

Dolores musculares
Algunos expertos advierten que muchos pacientes pueden obtener el mayor beneficio si optan por ambas posibilidades, cambios en la dieta y medicamentos.

Si bien algunos pacientes pueden seguir requiriendo estatinas, una dieta mediterránea puede hacer que las dosis sean menores, reduciendo efectos secundarios como los dolores musculares.

Se estima que sólo en Estados Unidos, cerca de 30 millones de personas toman estatinas.

Jeremy Pearson, director asociado de la Fundación Británica del Corazón, British Heart Foundation, dijo que es muy bueno saber "que aún si uno tiene antecedentes de enfermedades cardiovasculares, seguir una dieta mediterránea reduce el riesgo de muerte".

"Mantener un estilo de vida saludable, aún si alguien ha tenido un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular, continúa teniendo beneficios", agregó Pearson.

Botella de aceite de oliva y un plato con aceitunas

Cautela
Jules Payne, director de la organización no gubernamental Heart UK, dijo que los resultados del estudio deben analizarse con cautela.
"La dieta mediterránea es una gran dieta, pero yo ciertamente no recomendaría a todos los enfermos que se deshagan de sus medicamentos", señaló Payne.

"Si alguien tiene colesterol alto, con antecedentes familiares o ha tenido un ataque al corazón o un accidente cerebrovascular, las estatinas siguen siendo necesarias además de otros medicamentos", agrega.
"Así que mi consejo sería, por favor, no dejen de tomar sus medicamentos sin consultar a su médico, ya que en ciertos casos las estatinas son necesarias".



sábado, 18 de junio de 2016

La crisis económica está vinculada a 260.000 muertos más por cáncer. Investigadores de Harvard calculan la factura mortal de la recesión en los países de la OCDE.

El colapso de la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos y la caída del banco de inversión Lehman Brothers en 2008 aparecen en paralelo a la muerte por cáncer de decenas de miles de personas a miles de kilómetros de allí, en la Unión Europea. La crisis económica global, desencadenada por la crisis financiera estadounidense, está asociada a al menos 260.000 fallecimientos por cáncer que no habrían ocurrido sin la recesión, 160.000 de ellos en la UE, según una estimación publicada hoy en la revista médica The Lancet. Esta presunta factura mortal de la crisis se reduce al periodo 2008-2010 y a los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), por lo que no incluye a gigantes como China e India.

El nuevo estudio, realizado por científicos de universidades como Harvard, Oxford y el Colegio Imperial de Londres, sugiere que “el desempleo y el gasto público en salud están significativamente asociados con la mortalidad por cáncer”. El análisis emplea datos de 70 países con unos 2.000 millones de habitantes, de entre 1990 y 2010, tomados de la Organización Mundial de la Salud y el Banco Mundial.

Los resultados muestran que un 1% de aumento en el desempleo de un país está asociado a 0,37 muertes adicionales por todos los tipos de cáncer analizados por cada 100.000 personas. El trabajo también relaciona un recorte del 1% en gasto público en sanidad como porcentaje del PIB con 0,0053 muertes adicionales por cada 100.000 habitantes.

“Una limitación de nuestro estudio es que no podemos probar que haya causa y efecto, más bien demostramos una asociación entre la crisis económica y la mortalidad por cáncer”, reconoce a Materia el médico Mahiben Maruthappu, investigador del Colegio Imperial de Londres y uno de los principales autores del estudio. Maruthappu, de 27 años, es además asesor del responsable del Servicio Nacional de Salud inglés, por lo que influye en el destino de 100.000 millones de libras destinadas al gasto sanitario.

Los autores defienden que existe un vínculo causal porque, en países sin cobertura sanitaria universal, el acceso a la sanidad puede depender de tener un empleo. “Sin trabajo, los pacientes pueden ser diagnosticados tarde y recibir un peor tratamiento o recibirlo con retraso”, subraya en un comunicado Rifat Atun, experto en salud pública de la Universidad de Harvard. “España no sufrió muertes adicionales durante la crisis económica y creemos que esto se debe, principalmente, a la alta accesibilidad de su sistema de salud”, aplaude Maruthappu.

En EE UU, donde todavía hay más de 35 millones de personas sin cobertura sanitaria, los científicos calculan que se produjeron 18.000 muertes adicionales por cáncer entre 2008 y 2010. En México, casi 4.000 fallecimientos más. Para el equipo de Maruthappu, sus resultados son “un argumento sólido a favor de la cobertura sanitaria universal”. Los países peor parados son aquellos con economías frágiles y sin cobertura global, como Malta, Kuwait y Polonia. Solo 75 de 194 países analizados tienen una legislación que promete una cobertura sanitaria universal.

El epidemiólogo Miquel Porta, catedrático de salud pública de la Universidad Autónoma de Barcelona, aplaude el nuevo trabajo, aunque cree que “es probable que incluso subestime el impacto” de la crisis. El estudio, subraya Porta, se centra más en la atención médica (diagnóstico y tratamiento del cáncer) que en la prevención primaria, la que actúa sobre las causas.

“Muchos estudios, y la simple vivencia cotidiana, indican que con la recesión se han resentido gravemente las políticas públicas y privadas de control de los factores ambientales, laborales, alimentarios y sociales que más cáncer causan”, explica el epidemiólogo. “Además de las condiciones de vida, pueden haber empeorado algunos hábitos individuales que también desempeñan un papel en la aparición de muchos cánceres, como el tabaquismo (por ejemplo, por la precariedad laboral y las angustias económicas), la alimentación y la actividad física, ya que es más difícil pagar un gimnasio”, añade Porta.

“Tanto en España como en Italia hemos descrito que aumenta el número de exfumadores que vuelven a fumar. Y lo atribuimos a la crisis”, coincide Esteve Fernández, investigador del Instituto Catalán de Oncología y presidente de la Sociedad Española de Epidemiología.

http://elpais.com/elpais/2016/05/24/ciencia/1464113124_099317.html?rel=lom

jueves, 19 de mayo de 2016

Si tienes más de 40 años tal vez deberías trabajar solo tres días a la semana. Un estudio de la universidad australiana de Melbourne sobre la productividad laboral demostró que el cerebro funciona mejor si trabaja, pero poco. Lo ideal para los autores sería tener una jornada de trabajo reducida a tres días por semana.

Si tienes más de 40 años tal vez deberías trabajar solo tres días a la semana.

Un estudio de la Universidad de Melbourne en Australia señaló que las personas de más de 40 años deberían trabajar sólo tres días a la semana. Para llegar a esta conclusión analizaron los hábitos de trabajo y las pruebas cognitivas de 6.500 personas en ese país.

Los expertos encontraron que tanto un exceso de trabajo como la ausencia total del mismo es supone un riesgo importante para la mente. Para ellos lo ideal sería encontrar un equilibrio entre el tiempo de trabajo y el de descanso, es decir trabajar a tiempo parcial sería la mejor manera de mantener estimulado el cerebro sin llegar a niveles altos de estrés o cansancio.

Para el trabajo pidieron a los participantes que leyeran palabras en voz alta, recitaran números hacia atrás y vincularan letras con números siguiendo un patrón particular.

Resultados
Como resultado encontraron que las personas que trabajaban cerca de 25 horas semanales obtenían los mejores resultados.

En contrapartida observaron quienes no trabajaban nunca obtuvieron resultados un 18% más bajos en la prueba de lectura, un 20% más bajos en la de los números y un 15% inferior en las de relacionar letras con números.

Mientras que aquellos que trabajaban 40 horas a la semana se vincularon con un déficit congnitivo inferior al de aquellos que no trabajaban. Y para quienes trabajaban 55 horas a la semana los resultados eran aún peores.

Así los autores de la investigación concluyeron que el trabajo puede estimular la actividad cerebral pero que las largas jornadas de trabajo fatigan la mente y dañan las funciones cognitivas.

Colin McKenzie, uno de los investigadores del estudio declaró: “Señalamos que las diferencias en las horas de trabajo son importantes para mantener el funcionamiento cognitivo en adultos de mediana edad y ancianos”.

Otros estudios ya han demostrado que jornadas laborales más cortas favorecen la productividad de los trabajadores mientras que también cuidan su salud ya que están más predispuestos, reducen los niveles de estrés y pueden descansar mejor y dedicar tiempo a su vida personal.

http://www.lr21.com.uy/salud/1287160-trabajar-tres-dias-semanas-adultos-cerebro?

sábado, 26 de septiembre de 2015

El cerebro del doctor House. La médica Lisa Sanders proporcionó a la serie televisiva los complicados diagnósticos de los pacientes

Este año, 80.000 enfermos van a morir en hospitales norteamericanos por mal diagnóstico. Lisa Sanders no ha fallado ni uno, o quizás sí, pero no tardará en rectificar más de 45 minutos, lo que dura un capítulo de House. La doctora Sanders está detrás de los complicados casos de la teleserie.

“Profesionalmente, no puedo defender el comportamiento del doctor House”, comenta divertida Sanders, que asistió la pasada semana en Lisboa a la iMed Conference. “El personaje es impresentable desde cualquier punto de vista, aunque tiene una virtud, de repente hace clic y dice: ‘¡Alto! No vamos bien. Estamos equivocados”.

La doctora fue premiada con un Emmy televisivo, pero no por su contribución a la exitosa serie, sino por su trabajo en CBS News. Antes que médica, fue periodista. A los 41 años ingresó en la Facultad de Medicina de Yale y allí, cuando se enfrentó al primer caso práctico, descubrió lo que quería ser en la vida: especialista en diagnosis.

“Tres son las reglas de oro para un buen diagnóstico”, explica después de su intervención ante casi un millar de futuros médicos. “Primero, el clic, el algo no encaja en todo esto, lo bueno de House; segundo, el conocimiento, y tercero, la experiencia, la conexión de ese conocimiento con el paciente”.

En 2002 comenzó a escribir en The New York Times una columna sobre su especialidad y mantiene el blog The Well en el mismo periódico. Los casos planteados llamaron la atención del productor Paul Attanasio, que le propuso trabajar en la asesoría técnica de una serie sobre un médico antipático, cojo, borrachín, drogata y que, además, odiaba a sus pacientes. “Ya con el programa piloto vi que sería un éxito”.

Si Anatomía de Grey se centra en los ligues del personal y The Knick recrea la sanidad de principios del siglo XX, la serie House (2004-20012) entra en el corazón de la profesión, la dificultad de acertar con el diagnóstico. Pese a lo que pudiera creerse, las dramáticas situaciones no eran producto de enfermedades raras, sino de casos complicados, a veces por los mismos profesionales. “En la actualidad hay un 15% de fallos en el primer diagnóstico que damos al enfermo”, recuerda el cerebro de House, hoy profesora de Medicina en la Facultad de Yale y autora de libros como Diagnóstico (Debolsillo, 2010). La doctora tiene sentimientos encontrados sobre la teleserie. “A los profesionales les gusta, pero no sé si la recomendaría a los estudiantes de Medicina”.

Los síntomas, efectos secundarios y complicaciones de la serie son fruto del trabajo de Sanders, que expuso a sus alumnos y a los asistentes al congreso médico un caso real con 30 cuestiones y 150 posibilidades. Tiempo, cinco minutos.

La norteamericana no cree que el futuro de la medicina pase por robots conversando con los enfermos. “El robot es bueno en el análisis de lo que está mal, pero nunca va a detectar si el enfermo miente, si exagera o si tiene un problema en la familia. Eso solo lo puede descubrir un humano hablando con otro humano”.

Pero parece que lo difícil y caro es conseguir hablar con un médico, y lo barato que te hagan un análisis. “Es cierto que hay un abuso de ordenar, por principio, todo tipo de pruebas. Se ve en House también. Es ridículo; pero no estoy de acuerdo con lo de la accesibilidad del médico. No hay profesional más generoso con su tiempo que el médico, lo que pasa es que su tiempo es precioso porque lo va a dedicar a los siguientes enfermos”.

En ausencia de la genialidad de House, los estudiantes no aciertan con el caso planteado. De 30 cuestiones, las ganadoras aciertan 19. “Se trataba de porfiria, una enfermedad con un amplio espectro de síntomas comunes”, señala Sanders. “El paciente pasó 12 veces por urgencias antes de que se acertara con el diagnóstico”.

http://cultura.elpais.com/cultura/2015/09/24/television/1443092238_786679.html

MÁS INFORMACIÓN

viernes, 14 de agosto de 2015

Bocadillo playero

Qué ingredientes necesito

Misión:

Pasar el día en la playa o piscina sin rascarse el bolsillo en chiringuitos o bares.
Se puede.
Carolina Muro, doctora de la Unidad de Nutrición de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), recomienda alimentos hidratantes y fáciles de transportar.

¿Bebida?
"Gazpacho".

¿Postre?
"Sandía o melón".

Pero, ¿y el plato principal?
Estos son los ingredientes para un delicioso bocadillo playero: pepino, lombarda, zanahoria, cebollino, germinados, queso feta, yogur, miel, mostaza, sal, vinagre de manzana, aceite y limón.

Qué salsa puedo emplear
Elabore la salsa de yogur mezclando un yogur griego, con una cucharilla de mostaza antigua y una de miel, una pizca de sal y un chorrito de limón exprimido. Esta mezcla aguanta mejor el calor que una mayonesa y proporciona frescor al sándwich. ¿El mejor pan para un día de sol y arena? "Cualquiera cuya miga no se deshaga, como la chapata o el mollete, pues resultará más cómodo de comer", responde la experta de FIAB. Las verduras aportarán vitaminas y minerales.

Cómo coloco las verduras
Pele y limpie las zanahorias, el pepino y la lombarda: puede picar fino o rayarlo. Coloque en un bol sin mezclar y aliñe con aceite y vinagre de manzana con una pizca de sal. Trocee el cebollino y reserve. Unte la base del pan con la salsa de yogur. Coloque primero la col, luego la zanahoria y, por último, el pepino. Encima, el queso feta, los germinados de alfalfa y el cebollino. Rocíe con salsa y tape.

Cuál es el modo de envolverlo
Desde el la web especializada en cocina The Kitchn, recomiendan envolver el bocadillo en papel de estraza, "para evitar que sus piezas se separen". Otra opción más ecológica, según los especialistas, es un trozo de tela atado con cuerdas, "que luego podrá usar como servilleta". Y desde Ecoembes (?) aconsejan portar una bolsa de basura con nosotros para arrojar los desperdicios. Buen provecho.

Fuente:
http://elpais.com/elpais/2015/08/04/album/1438701758_110606.html#1438701758_110606_1438702314

domingo, 9 de agosto de 2015

Adelgazar caminando: ¿a partir de cuántos pasos se pierden kilos? Según los expertos, el número de zancadas, los kilómetros recorridos y la velocidad son factores clave del 'power walking'. También en la playa

Parece que se nos está bajando la fiebre del running. No es que estemos viviendo el declive de una moda pasajera, ni mucho menos, pero sí es cierto que está perdiendo fuelle en favor del power walking. Y es que, aunque correr es una de las actividades físicas más completas, "su práctica tiene un inconveniente con un claro poder disuasorio: el impacto reiterado que sufre el cuerpo", explica Helena Olsson, entrenadora personal de Prorunners. Este obstáculo es una de las principales razones por las que poco a poco caminar le está restando adeptos al running. Ya que, "el impacto es mucho menor, debido a que el centro de masas no asciende tanto como al correr y a que la velocidad es inferior", apunta Olsson.

Así que, si a esta ventaja le sumamos la posibilidad de adelgazar sin el esfuerzo que supone correr, muchos habrán encontrado, por fin, el ejercicio que buscaban para estar en forma y, al mismo tiempo, perder esos dos kilos de los que querían deshacerse desde hace tiempo.

 Camine como si tuviera prisa
 Aunque caminar pueda ser la respuesta a las plegarias de muchos, es una respuesta con matices. Y en este caso, dos de ellos son fundamentales: el número de pasos y la cadencia con que se dan. Así, el National Center for Biotechnology Information fija en 10.000 pasos el mínimo exigible para que esta actividad física se traduzca en beneficios significativos para la salud. Lo que se traduce, dependiendo de la zancada de cada uno (la media está en 75 cm), en aproximadamente 8 Km. Pero, además de recorrer esa distancia o caminar 10.000 pasos, si queremos adelgazar, deberíamos hacerlo a un ritmo moderado, que según el Colegio Americano de Medicina del Deporte (ACSM), para un adulto sería entre los 4,8 Km/h y los 6,4 Km/h.

De este modo, ya se puede empezar a hablar de estar quemando calorías. Pero, ¿cuántas? Según Olsson, la respuesta no es sencilla, ya que "cualquier actividad física tiene un gasto calórico que varía en función de varios factores: la intensidad, el sexo y la condición física del que la practica, el peso o la masa magra, entre otros". Sin embargo, a modo orientativo podemos tener en cuenta los datos que revela un estudio elaborado por el ACSM, en el que se dice que un hombre que recorre 1.600 metros quema entre 124 y 88 calorías, mientras que una mujer, entre 105 y 74.

¿Bajar peso o eliminar masa grasa?
Aunque lo parezca, no es lo mismo. La entrenadora nos recuerda que "es posible perder dos kilos en una misma sesión de entrenamiento. Sin embargo, serán en su mayor parte líquido, el cual repondremos rápidamente con una correcta hidratación. Por eso, lo mejor sería hablar de pérdida de un porcentaje de masa grasa corporal y no de peso".

Puestos los puntos sobre las íes, para perder esos kilos, Olsson aconseja hacerlo "de forma progresiva y controlada, sin olvidar una dieta equilibrada y una buena hidratación". Para ello, es imprescindible caminar con regularidad (tres o cuatro veces por semana) y combinar esta actividad con ejercicios de fuerza general donde los gestos sean amplios y controlados. Y es que, "si queremos consumir más calorías en un mismo margen de tiempo, tendremos que realizar cambios de ritmo en nuestra marcha o incorporar algunos ejercicios donde se implique la mayor musculatura posible", apunta.

Por la arena, máximo 10 minutos
Una buena forma de hacer que intervengan más músculos es caminando sobre la arena de la playa, lo cual "es una actividad que tonifica mucho más que andar sobre el asfalto o la tierra, ya que es más exigente a nivel muscular", asegura Soraya Casla, doctora en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Sin embargo, si ha pensado en aprovechar estos días de vacaciones en la costa para "dar el primer paso" en esto del power walking, tenga en cuenta que "si no está acostumbrado, es mejor comenzar con 5 o 10 minutos y combinar la arena con el asfalto para que los músculos no se sobrecarguen y evitar lesiones", advierte la experta.

En cuanto a si es mejor caminar descalzo o con zapatillas, Casla asegura que "hacerlo descalzo es muy bueno para fortalecer la planta del pie. Sin embargo, al estar acostumbrados a llevar el pie completamente protegido, puede resultar muy agresivo para la musculatura". Razón por la cual, "lo ideal es no caminar más de 10 minutos sobre la arena seca, 20 minutos en el caso de la arena mojada y no más de 30 sobre el césped", concluye.

Sume pasos mientras hace la compra
Según la American Heart Association caminar al menos 10.000 pasos diarios comporta numerosos beneficios para nuestra salud cardiovascular. Motivo suficiente para empezar a contar. Pero, ¿cómo llevar la cuenta? Si pudiera contabilizar sus pasos desde que pone un pie en el suelo, se dirige a la oficina, camina por el supermercado, callejea y vuelve a casa, se percataría de cómo hay multitud de desplazamientos con los que uno no cuenta y que pasan a engrosar nuestro cómputo particular de pasos diarios. Una tediosa tarea que millones de personas han delegado en los podómetros: artilugios electrónicos o aplicaciones para móviles que ofrecen mucho más que datos, ya que la mayoría de ellos son capaces de monitorizar totalmente nuestra actividad física, recopilando información, pero también analizándola y proponiendo objetivos y planes de acción. Actualmente podemos encontrar en el mercado muchos en forma de pulsera, como la popular Jawbone que permite monitorizar el ejercicio físico que se realiza, fijar metas o registrar lo que se come o las horas que se duerme. Por su parte, Fitbit informa durante el día sobre la distancia recorrida, los pasos dados y las calorías quemadas y, por la noche, controla la calidad del sueño.

Si prefiere que sea su teléfono móvil el que lleve la cuenta, una de las aplicaciones más descargadas es Endomondo, utilizada por más de 25 millones de personas en todo el mundo. Y es que esta app no solo recopila y almacena información sobre su actividad, también analiza su rendimiento, propone desafíos y publica los progresos en las redes sociales. Por su parte, Runtastic Pedometer es otra de las app mejor valoradas. Ambas están disponibles para Android y iPhone.
http://elpais.com/elpais/2015/07/30/buenavida/1438263043_959659.html