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miércoles, 30 de marzo de 2016

Otro aspecto desatendido de la historia del siglo XX. Occidente nunca tomó en consideración la propuesta de la URSS de formar un frente defensivo frente al nazismo.

En el texto que publiqué en estas páginas el pasado 11 de febrero sobre los dilemas a los que se ha enfrentado la izquierda democrática en sus relaciones con los partidos comunistas, prometí abordar en mi siguiente artículo una iniciativa comunista con la que estuve profundamente de acuerdo: a saber, la intención que desde finales de 1934 hasta el Pacto de Múnich de septiembre de 1938 mostró la URSS de convencer a las principales potencias occidentales de la necesidad de aceptar una alianza meramente defensiva, que plantara cara a las amenazas militares constantemente expresadas por la Alemania nazi y la Italia fascista (las dos potencias que estaban garantizando la victoria final de Franco en la Guerra Civil española).

P. Llega usted a decir que Blum perdió su alma por no ayudar a la República Española.
R. Sí, porque finalmente fue una enorme injusticia no ayudar a un Gobierno amigo, socialista, que tenía todo el derecho a comprar armas para defenderse de los militares. Perdió su alma y al mismo tiempo se equivocó, porque, si se hubiera aliado con los ingleses para oponerse a Hitler, quizá habría evitado la Segunda Guerra Mundial. Fue el mismo error que se cometió con la ocupación de Renania en marzo de 1936.

P. En descargo de Blum cuenta usted que era judío y que la presión de la prensa de la derecha era enorme. Dice incluso que ningún político del siglo XX ha sido tan calumniado como él.
R. No creo que ser judío fuera un factor importante en este caso. Fue más bien la presión de la prensa de la derecha, como Acción Francesa, un periódico que fue muy agresivo contra él. Hay que tener en cuenta que la derecha y la extrema derecha francesas flirteaban con Hitler y Mussolini y preferían que Franco ganara la guerra.

P. A finales de la Guerra Civil, tanto Churchill como el presidente americano Roosevelt reconocieron haberse equivocado. ¿Nunca hizo Blum lo mismo?
R. Nunca admitió su error. Siempre dijo que gracias a la no intervención se había evitado la guerra, lo que no fue cierto.
“Si Blum se hubiera aliado con los ingleses para oponerse a Hitler, quizá habría evitado la Segunda Guerra Mundial”

P. Usted fue el jefe de France Presse en España durante cinco años, de 2005 a 2010. Supongo que durante ese tiempo también comprendió que la Guerra Civil y la división social seguían muy presentes en la sociedad española.
R. Exacto. En aquellos años se debatía la Ley de Memoria Histórica de José Luis Rodríguez Zapatero, que quedó descafeinada, y se produjo la caída de Garzón, que a mí me pareció un disparate. Un juez que había sido tan importante en la persecución de Pinochet, expulsado de la magistratura por querer investigar los crímenes del franquismo. ¿Cómo era posible?

P. ¿Cree que España sigue sin tener superada esa etapa de su historia?
R. Adoro España y no quiero criticar a ese país, pero tuve esa impresión hace 10 años y ahora recuerdo aquello cuando veo que la alcaldesa de Madrid quiere aplicar la Ley de Memoria Histórica y, por tanto, desechar los símbolos franquistas. La pregunta es por qué los anteriores alcaldes, Alberto Ruiz-Gallardón y Ana Botella, no hicieron nada entre 2007 y 2015.
Para la gran mayoría de los libros dedicados a la historia del siglo XX, el periodo que va desde 1917 a 1991 se caracteriza por la incesante rivalidad entre el comunismo soviético y la democracia capitalista occidental, una rivalidad que la necesidad de defenderse frente a la agresión militar nazi-fascista-japonesa que tenían ambas partes interrumpió desde mediados de 1941 a mediados de 1945. Poco dicen o lo hacen en tono desdeñoso, de la iniciativa soviética que, en nombre de la “seguridad colectiva”, pretendió constituir una alianza militar defensiva entre el este y el oeste, entre la Rusia soviética y las potencias democráticas capitalistas, es decir, Gran Bretaña y Francia.

La ausencia de la revolución mundial con la que tanto habían soñado y la aparición de regímenes autoritarios profundamente nacionalistas en gran parte de Europa entre 1923 (Mussolini) y 1933 (Hitler) había llevado a los soviéticos a reconsiderar su actitud hacia el mundo capitalista. En lugar de tacharlo simplemente de enemigo al que había que destruir, distinguieron, por una parte, entre regímenes autoritarios y racistas, y, por otra, aquellos que tenían parlamentos dignos de tal nombre y elecciones libres, con clases medias dispuestas a reconocer los derechos de los sindicatos y los partidos marxistas. Iosif Stalin, que en 1930 ya se había afianzado como líder supremo del régimen soviético, anunció la fórmula del “socialismo en un solo país” (la URSS) y el deseo de cooperar diplomática y militarmente con las democracias europeas.

En 1933 la rápida consolidación de la dictadura nazi en Alemania y el hecho de que Hitler no dejara de amenazar con destruir a la URSS, indujeron todavía más a Stalin a buscar un entendimiento con las potencias democráticas. Desde finales de 1934 su ministro de Asuntos Exteriores, Maxim Litvinov, casado con una inglesa y él mismo admirador tanto de esta cultura como de la francesa, intentó en repetidas ocasiones, en la Sociedad de Naciones con sede en Ginebra y en conversaciones privadas con diplomáticos ingleses y franceses, convencer a los occidentales de la necesidad de establecer una alianza militar defensiva que protegiera, tanto a la Unión Soviética como a las potencias capitalistas democráticas de la amenaza de una guerra de conquista nazi.

¿Por qué Occidente nunca se tomó en serio la oferta de Stalin y Litvinov? En primer lugar, hay que comprender que las actitudes británicas determinaron la respuesta a las exigencias de Hitler. Francia seguía padeciendo un miedo mortal a una Alemania que la había derrotado durante la guerra franco-prusiana de 1870-1871 y que había estado a punto de llegar a París durante la de 1914-1918. Por su parte, Estados Unidos, durante el periodo de entreguerras, aceptó totalmente el liderazgo diplomático británico. El Tratado de Versalles había obligado a Alemania a encajar grandes pérdidas territoriales y a abonar ingentes reparaciones, cuyo objetivo era que el país sufragara totalmente la reconstrucción material de Francia y Bélgica. Llegado el año 1933, gran parte de los británicos, entre ellos miembros de los partidos Liberal y Laborista, estaban convencidos de que había sido un grave error atribuir toda la responsabilidad política y moral de la guerra a la Alemania imperial.

A esto había que añadir que las clases dirigentes británicas compartían, de forma más “respetable”, los prejuicios raciales nazis. No les parecían bien los campos de concentración ni que se rompieran los escaparates de las tiendas judías, pero estaba claro que pensaban que el mundo estaría mucho mejor si los elementos “arios” y “nórdicos” de los países de habla inglesa, y también de Alemania y Escandinavia, ejercían el liderazgo político del “mundo civilizado”. En consecuencia, estaban psicológicamente preparados para aceptar las exigencias de Hitler, no sólo en cuanto a la reocupación de Renania (1936) y la anexión de Austria (1938), sino respecto a la reconstrucción del poderío militar germano.

Si a los Gobiernos británicos del periodo 1936-1938 les hubiera preocupado realmente la defensa de la democracia política en el continente europeo, la Guerra Civil española les habría proporcionado una oportunidad clara de poner coto a las ambiciones militares de Hitler. Sin embargo, desde el mismo inicio de esa contienda los Gobiernos, primeros de Baldwin y después de Chamberlain, otorgaron ayuda económica y diplomática encubierta a los generales sublevados, advirtiendo a los sucesivos Ejecutivos republicanos franceses de que no concedieran ayuda ni militar ni económica a una República que los conservadores británicos consideraban dominada por comunistas y anarquistas. Por su parte, los soviéticos ayudaron esporádicamente a la República española entre septiembre de 1936 y marzo de 1939, y el carácter esporádico de su contribución se debió en gran medida a la inquietud que sentían ante las incursiones militares de Japón en la frontera siberiana y a la frialdad con la que los británicos acogían la idea de la seguridad colectiva en Europa.

Después de la invasión y anexión de Austria, que no suscitó resistencia diplomática o militar alguna, Hitler acusó estridentemente a la república democrática de Checoslovaquia de maltratar a su minoría alemana, exigiendo que las partes de territorio checo en las que por lo menos el 50% de la población fuera de “raza” alemana pasaran inmediatamente a soberanía del Reich. Esta exigencia no era tan aceptable para el Gobierno británico como las anteriores. Hitler contuvo a la minoría nazi de Checoslovaquia en los infrecuentes momentos en los que parecía que los británicos podían oponerse a la anexión. Pero a comienzos de septiembre el primer ministro británico organizó la “Conferencia de Múnich” (con asistencia del Reino Unido, Francia, Alemania e Italia), que en realidad puso el destino de Checoslovaquia en manos de Hitler, sin consultar ni al propio Gobierno checoslovaco ni a la Unión Soviética, que había firmado con los checos un tratado defensivo parecido al que Rusia esperaba negociar con franceses y británicos.

Por su combinación de estupidez política y cobardía moral, esta política se conoce con el nombre de “apaciguamiento”. Fue la misma que, al ofender a la Unión Soviética, hizo que Stalin buscara su propio acuerdo con Alemania, concediendo así a Hitler la oportunidad de iniciar la Segunda Guerra Mundial sin tener que luchar en dos frentes, algo que había ocasionado la derrota de Alemania en la Primera Guerra Mundial. Y la única fuerza militar que consiguió finalmente salvar a la Europa democrática fue la alianza defensiva que, formada por Gran Bretaña, Estados Unidos y la Unión Soviética entre junio de 1941 y mediados de 1945, los soviéticos habían perseguido entre finales de 1934 y septiembre de 1938.

Lo que en este artículo califico de aspecto desatendido de la historia del siglo XX son esos cinco años de iniciativas soviéticas. Cuando Hitler se traicionó a sí mismo al ocupar Praga, capital del Estado checoslovaco, el 15 de abril de 1939, después de haber firmado el Pacto de Múnich, el Foreign Office británico comenzó a buscar aliados en el este, en previsión de que el Führer decidiera pronto lanzarse a una generalizada guerra de conquista. Después de infructuosas conversaciones con los Estados del sureste de Europa y con Turquía, los británicos decidieron finalmente acercarse a los soviéticos. Pero, para entonces, a finales de mayo y en junio, la Alemania nazi y la Rusia soviética ya estaban negociando el tratado de alianza que anunciaron el 22 de agosto de 1939.

Gabriel Jackson es historiador norteamericano.

http://elpais.com/elpais/2012/02/28/opinion/1330446090_375619.html
“Roosevelt se lamentó de no dejar que la República comprase armas”
Aurora Bosch obtiene el premio de los historiadores de EE UU por ‘Miedo a la democracia’
El libro ahonda en el papel de Washington en la Guerra Civil española

http://cultura.elpais.com/cultura/2013/05/04/actualidad/1367698785_961126.html

viernes, 29 de enero de 2016

Fallece la activista por la paz y manifestante contraria a las armas nucleares Concepción Picciotto 1935- 2016.

Falleció la activista por la paz y manifestante contra las armas nucleares Concepción Picciotto. La activista es reconocida por haber acampado de forma ininterrumpida frente a la Casa Blanca desde 1981 en protesta contra las armas nucleares y la guerra. Su vigilia por la paz es ampliamente considerada como la manifestación de protesta más larga que haya tenido lugar en la historia de Estados Unidos. Las siguientes son palabras pronunciadas por Picciotto en 2014.

Concepción Picciotto expresó: “Estoy frente a la Casa Blanca desarrollando esta vigilia por la paz desde 1981, lo que hace 31 o 32 años seguidos. Éramos dos personas, desde 1981, estábamos bien en frente de la entrada, está en mi sitio web, pero hace cuatro años que mi colega Thomas falleció. Era muy comprometido, fuimos golpeados por infantes de marina, rociados con gases por agentes de policía y arrestados en varias oportunidades, además de los eventos climáticos, la nieve, la lluvia”.

Eran palabras de la activista Concepción Picciotto. Falleció el lunes en un albergue para mujeres sin hogar en Washington, D.C. Se cree que tenía 80 años.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/2016/1/26/titulares/peace_activist_and_anti_nuclear_protester_concepcion_picciotto_dies

viernes, 8 de enero de 2016

Razones de Estado para NO ir a la guerra

En el ámbito político institucional, cuándo se habla de cuestiones relacionadas con la defensa o la seguridad se invoca a un valor supuestamente superior: la razón de Estado. Un término con una fuerte carga peyorativa destinada a acallar a la ciudadanía que, ignorante de tan insigne valor, debe guardar acatamiento ante su invocación, pues en general no alcanza a comprender tan alto mandamiento. Para las élites políticas, invocar a razones de Estado es tanto como acudir a un valor supremo, que no debe ponerse en duda, y menos por la ciudadanía. Esto es lo que ocurre cuando se habla de las fuerzas armadas o de los planes y estrategias de seguridad y defensa. Entonces, vemos como los políticos encargados de estos temas de los grandes partidos que han gobernado España invocan con frecuencia ese supuesto valor de la “razón de Estado” para que el resto callemos ante tan alto significado. Pero desgraciadamente esto también se extiende a los que se autodenominan “nuevos”, es decir Podemos o Ciudadanos, pues a pesar de las distancias ideológicas entre ellos, ambos invocan “razones de Estado” cuando se refieren a la defensa.

Precisamente y con más razón, cuando se invocan razones de Estado, es cuando la ciudadanía debe expresar su opinión, pues quiere decir que están en juego valores que no se quieren debatir en el espacio público. Esto ocurre cuando se habla de las fuerzas armadas, la seguridad, la defensa o las relaciones exteriores. Cuestiones que no se escapan al sentido común y al raciocinio de la sociedad en general, y aún más, la de los movimientos sociales que se preocupan por hacer frente a los conflictos para transformar la sociedad. Sobre todo, porque son cuestiones que afectan al bien común y no sólo a los líderes y pensadores “orgánicos” de las organizaciones políticas.

Esto viene a cuento, por ejemplo, ante el enorme gasto militar en España, 17.465 millones anuales; la contratación de programas especiales de armas que alcanzan miles de millones; fuerzas armadas sobredimensionadas cuando no se vislumbran invasiones militares; programas de seguridad interna que amenazan los derechos y libertades de la población. Entonces no hay razones “de Estado” que valgan para impedir la crítica, la protesta y que la ciudadanía diga ¡Basta! ante las mentiras que esconden sus razones de Estado que pretenden doblegar la voluntad ciudadana. Somos ciudadanos, no súbditos. Hay que oponerse a las políticas de seguridad y defensa que han contribuido al despilfarro de nuestros recursos para beneficiar a los intereses de unos pocos, que generan un endeudamiento desmesurado de nuestro Estado, que hipoteca el desarrollo y el bienestar de la población. O es qué quizás la vivienda, la sanidad, la educación, el paro y tantas otras cuestiones de primera y alta seguridad para las personas no son igualmente “razones de Estado” a las que dedicar igual o mayor atención.

Ahora, tras los atentados de París del 13/11, se está pergeñando una nueva guerra contra el terrorismo, como ya se hizo tras el 11-S de 2001, ahora liderada por Francia en una coalición internacional a la que quizás se añada España. El Partido Popular ha aplazado su decisión para que el nuevo Gobierno surgido del 20D la tome. Albert Rivera de Ciudadanos ya ha dicho que se debe participar en esa guerra, y como es más que probable que Ciudadanos participe en el nuevo Gobierno, también es probable que España vaya a la Guerra. Si ello se produce, hemos de invocar de nuevo el “NO a la Guerra”, que esa no es la manera de solucionar el conflicto de Siria, ni el de combatir el complejo problema que representa el yihadismo. Que se deben arbitrar medidas políticas en mesas de negociación, acuerdos que pasen por un alto el fuego inmediato, que permitan ayudar a la población siria y aislar a Daesh. En definitiva, abrir un proceso de reflexión sobre todos los conflictos que se confrontan en Oriente Próximo, tanto los occidentales como los internos, y buscar su resolución a través de parámetros no militares, sino en sentido contrario, que pasan por el desarme, la ayuda al desarrollo, la interculturalidad y el respeto a los derechos de la ciudadanía. Solo así se avanzará hacia la paz.

 Fuente: http://www.centredelas.org/es/conflictos-y-guerras/2614-razones-de-estado-para-no-ir-a-la-guerra-pere-ortega

martes, 1 de diciembre de 2015

¿Bombardear o no bombardear? El debate en Reino Unido acerca de los ataques en Siria está al rojo vivo, se espera que el Parlamento vote



El debate sobre qué hacer con el ISIS agita a medio mundo pero está al rojo vivo en Reino Unido, donde se espera un voto parlamentario la semana que viene para decidir si los británicos se incorporan a la campaña de bombardeos que están llevando a cabo los franceses, rusos y estadounidenses contra las bases terroristas del Estado Islámico en Siria.

Hay una gran diversidad de opiniones pero los que dicen no a la guerra y sí a la guerra tienen dos cosas en común: poca ciencia en su análisis, con lo cual proponen pocas soluciones prácticas; en el fondo, su motivación, cada cual según sus valores o principios, es poder acostarse de noche con la conciencia tranquila.

Lo que sigue es un repaso a los argumentos que se oyen a favor y en contra de bombardear, y algunas posibles opciones intermedias en las que las dos partes quizá podrían ponerse de acuerdo

Argumentos a favor de bombardear:

1. Solidaridad con Francia, cuyo presidente declaró la guerra al ISIS tras las recientes masacres en París. El ministro de defensa francés, el socialista Jean-Yves Le Drian, hizo un apasionado llamamiento a los británicos a unirse a la campaña aérea en un artículo en The Guardian el jueves. “El enemigo de Francia”, recordó, “es también el enemigo de Reino Unido”.

2. El antiguo y casi irresistible impulso humano de responder a la violencia con más violencia. No podemos poner la otra mejilla y quedarnos de brazos cruzados cuando nos atacan. Si nos dolió a nosotros, que les duela a ellos más. Tenemos que mostrar firmeza viril.

3. Debilitar militarmente al ISIS acelerará su deseado fin.

4. Decir que se provocarán más atentados terroristas en Europa es absurdo y cobarde porque ya estamos en el punto de mira del ISIS, que atacará igual.

Argumentos en contra:

5. Razones humanitarias: inevitablemente morirán niños y adultos (ya han muerto demasiados bajo las bombas de la extraña alianza de facto Rusia / OTAN), gente cuya única conexión con el ISIS es que les tocó vivir donde les tocó vivir. Destruir los pozos de petróleo con los que el ISIS financia su guerra (vendiéndolo en las partes de Siria controladas por su enemigo, Bachar el Asad) significaría también más pobreza para los habitantes de sus zonas y más frío en invierno.

6. Razones estratégicas: el ISIS se fortalecerá con más reclutas y mayor apoyo ideológico/religioso; más refugiados huirán a Europa; el beneficiado podría ser El Asad, tan tirano con la población civil como el ISIS.

7. Incluso el primer ministro británico probombardeos, David Cameron, reconoce que no habrá una victoria final sin tropas de infantería sobre el terreno que hoy controla el ISIS. Ni Reino Unido, ni Francia, ni Estados Unidos ni Rusia, ni nadie ajeno a la región demuestra la más mínima intención de lanzarse a otra aventura de la magnitud que tuvo la operación Tormenta del Desierto en Irak en 2003. Y aunque esta actitud cambiase, ¿se quedarían las tropas de Occidente durante años y años en Oriente Próximo? Difícil.

8. La ley de las consecuencias no intencionales: con tantos aviones de guerra de tantos países sobrevolando Siria existe la posibilidad de que se repita el incidente del avión ruso derribado esta semana por un misil turco, incluso con mayores posibilidades de una escalada de máximo peligro en caso de un accidente involucrando a un avión ruso y uno estadounidense.

9. Recurrir al bombardeo es un gesto político, o emocional, más que una intervención militar fríamente calculada.

10. No se puede “vencer” en una guerra contra al terrorismo igual que no se puede ganar la guerra contra el crimen, o la pobreza, o —hasta hoy— el cáncer o la malaria. Habrá más víctimas inocentes.

Opciones intermedias:

11. Intentar reducir el riesgo de atentados terroristas en Europa con medidas de contención internas, lo cual exigiría coartar en ciertos casos la libertad del individuo frente al Estado. Por ejemplo, ampliando la capacidad de vigilancia de los servicios de seguridad, siempre y cuando operen bajo la ley; reforzando las fronteras.

12. Intervenciones quirúrgicas por parte de las fuerzas especiales, acciones de máximo riesgo para los atacantes pero que minimizan la posibilidad de que haya víctimas civiles, como el asalto de tropas de Estados Unidos en un octubre a una cárcel del ISIS que logró la liberación de 70 presos a punto de ser ejecutados.

13. Alianzas con el diablo —con Putin o con El Asad— para intentar acordar aunque sea una tregua parcial en la guerra civil siria y sentar las bases para un eventual acuerdo negociado, posibilidad remota hoy en día.

Conclusiones tentativas:

14. Para intentar limitar el poderío terrorista del ISIS en Europa habrá que adulterar la pureza de ciertos valores democráticos. Curiosamente, un artículo el viernes en The Guardian, el diario británico más pacifista, fue acompañado por un anuncio de publicidad de MI5, el servicio de inteligencia interno de Reino Unido, solicitando candidatos a espías.

15. No hay final feliz a la vista para el dilema que presenta el ISIS. Es difícil imaginar un acuerdo si no va acompañado de una severa presión militar sobre el ISIS. Cualquiera que ofrezca una solución hoy que pretenda ser viable miente o se engaña a sí mismo. El fanatismo salvaje del ISIS y la complejidad de la guerra que se libra en Siria han servido hasta la fecha como un baño de humildad para Rusia y las potencias de Occidente, por más que lo quieran negar. Lo que predomina en el debate es mucho ruido y mucha especulación sobre lo que Donald Rumsfeld, el antiguo secretario de defensa de Estados Unidos, llamaba “hechos desconocidos conocidos”.
Fuente:
http://internacional.elpais.com/internacional/2015/11/27/actualidad/1448650444_359735.html

sábado, 28 de noviembre de 2015

Manifiesto | "No en nuestro nombre" "Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad", dice un manifiesto contra la guerra que pide no intervenir en Siria tras los atentados del pasado 13 de noviembre en el centro de París

Llamamiento 'No en nuestro nombre'

Los brutales atentados perpetrados en París el pasado 13 de noviembre buscaban instaurar un clima y un régimen de terror entre la población, levantando muros de sospecha y odio entre vecinos, quebrando la vida en comunidad e instaurando la política del miedo en nuestro día a día. Si la respuesta a la barbarie pasa por suspender derechos, recortar libertades y encerrarnos en casa, la victoria del terrorismo será total. Si al dolor por las víctimas inocentes se responde provocando más dolor a otras también inocentes, la espiral será imparable. Si buscamos culpables entre nuestros vecinos y vecinas por el simple hecho de vestir o pensar diferente, si criminalizamos a quienes huyen precisamente de ese mismo horror, estaremos contribuyendo a apuntalar los mismos muros que el fanatismo quiere crear. No podemos permitirlo.

El fanatismo terrorista del Daesh (ISIS) es funcional y retroalimenta al fanatismo racista europeo, mientras nuestros Gobiernos practican recortes de derechos sociales y libertades fundamentales, xenofobia institucional y bombardeos indiscriminados, que se han demostrado ineficaces. Nos negamos a participar en el falso mercadeo entre derechos y seguridad. Aquí, en París, en Iraq o en Siria, son los pueblos los que ponen las muertes mientras unos y otros trafican con influencias, armas e intereses geoestratégicos. El odio fanático de unos no puede esgrimirse como justificación para nuevos odios. Nos negamos a ser rehenes del odio, el terror y la intolerancia, eso sería claudicar ante el terrorismo.

Las y los abajo firmantes creemos que la democracia, los Derechos Humanos y la aspiración a una paz con justicia no son un camino ni una moneda de cambio para nada, sino que constituyen en sí mismos el camino y el horizonte, además de la mejor respuesta contra quienes quieren acabar con ellos. Por eso nos oponemos drásticamente a cualquier respuesta al odio que implique más odio, más intolerancia, más muertes de inocentes y menos derechos y libertades.

Desde el convencimiento de que en estos momentos la ciudadanía no solo no puede esconderse, sino que debe ser protagonista y liderar la respuesta contra el terror, nos convocamos el sábado 28 de noviembre a las 12:00 en la Puerta del Sol de Madrid para mostrar nuestra repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, nuestra repulsa a los bombardeos contra la población civil siria, nuestra repulsa a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y nuestra repulsa a la política exterior belicista iniciada por el Trío de las Azores (Bush-Blair-Aznar). Invitamos al resto de municipios a sumarse a esta iniciativa impulsando convocatorias ciudadanas similares.

Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras.

Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la paz.

NO en nuestro nombre.

Firmantes

Ada Colau - Alcaldesa Barcelona

Chechu Monzón “Wyoming” - presentador de TV
 Pilar Bardem – Actriz
 Alberto San Juan – Actor
 Yayo Herrero – Activista Ecologista
 Juan Diego Botto - Actor
 Pepe Viyuela – Actor
 Sukeina Aali-Taleb - Periodista y escritora saharaui
 Xulio Ferreiro - Alcalde de A Coruña
 Belen Gopegui – Escritora 
Pilar Manjón – Presidenta Asociación 11-M Afectados del Terrorismo
 Antonio Segura – Abogado Asociación 11-M Afectados del Terrorismo 
Carlos Bardem – Actor
 Aitana Sánchez Gijón - Actriz
 Jose María Gonzalez “Kichi” - Alcalde de Cádiz
 Emma Suárez - Actriz
 Enrique Villalobos – Presidente FRAVM (Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid)
 Pedro Santiesteve - Alcalde de Zaragoza
 Andrés Lima - Director de teatro
 Antonio de la Torre - Actor y periodista
 Amparo Climent – Actriz
 Pedro del Cura - Alcalde de Rivas
 Marta Sanz – Escritora
 Gerardo Pisarello - Jurista y activista de los derechos humanos
 Isaac Rosa – Escritor
 Saliha ahouari al-lal - Trabajadora social
 Montxo Armendáriz - Cineasta
 Daniel Bernabé – Escritor
 Eduardo Jover – Actor
 Rosana Torres Reinés – Periodista
 Bahia Mahmud Awah - Escritor saharaui
 Liman Boicha - Escritor saharaui
 Ali Salem Iselmu - Activista saharaui
 Mohamed Salem Abdelfatah - Activista saharaui
 Berta Ojea López – Actriz
 Mohamed Said Alilech - Presidente de la asociación jóvenes musulmanes de España
 Esther García - Productora ejecutiva de El deseo
 María Luz Olier Arenas – Actriz
 Mohamed Merabet - Activista
 Pablo Telatko – Trabajador ONCE
 Puy Oria – Productora
 Javier Ceballo – Médico
 Miguel Ángel Alcántara – Productor teatro
 Carlos Olalla – Actor
 Aquilina Blanco Huertas – Enfermera 
Jorge Montes Salguero – Historiador del Derecho UNED
 Marta Simón Alonso – Periodista
 Alejandro Pannocchia Alonso – Operador, Teatro Real
 Mª Pilar Cuesta – Actriz
 José Manuel Seda – Actor
 José María Alfaya – cantautor
 Daniel Martorell – Actor, Cantante, Músico
 José Sarrión – Profesor
 Javi Couso – Activista Anti Guerra
Justa Montero - Activista feminista
Pablo Moreno – Grimey Rafael Anguis – Grimey Orlis Pineda – Cantautor Eduardo Velasco Querino – Actor Raquel Varela Conde – Actriz Luciano Federico – Actor Alfonso Noval Sánchez – Actor Shangay Lily –Artivista, feminista, escritor Marisa Tejada – Directora La Fábrica Ángeles Ramírez - Profesora de la UAM Roberto Montoya - Escritor y periodista Cristina Maristany - Escritora Manolo Garí – Activista ecologista-pacifista María Eugenia Rodríguez Palop - Profesora de Filosofía del Derecho de la Universidad Carlos III Javier Laso - Corresponsal RTVE Pedro Ibarra - Catedrático jubilado de Ciencia Política UPV-EHU Natividad Corral - Psicoanalista Juan Domingo Sánchez Estop - Escritor y filósofo Lago Martínez - Editor de Luzes COLECTIVOS Asociacion marroquí de derechos humanos(AMDH) Asociacion de Refugiados palestinos en España Centro Amani Vía Democrática (marruecos) Frente Democrático para la liberacion de palestina Colectivo Paraguay Resiste

"No se vence al terror con más terror, no se apaga el fuego con más fuego", ha enfatizado, ahora como entonces, Teresa Rodríguez.

No en nuestro nombre muestra su “repulsa a los ataques terroristas de París y Líbano, a los bombardeos contra la población civil siria, a recortes democráticos como ineficaces garantías de seguridad y a la política exterior belicista iniciada por el Trío de las Azores (Bush-Blair-Aznar)”. “Contra el terrorismo, contra la islamofobia y contra sus guerras. Ni los recortes de libertades ni los bombardeos nos traerán la seguridad y la paz. No en nuestro nombre”, reza el texto del llamamiento, promovido también por Pilar Manjón, presidenta de la principal asociación de vícitmas del 11-M, el escritor Isaac Rosa y por actores como Pilar y Carlos Bardem, Aitana Sánchez-Gijón, Emma Suárez, Juan Diego Botto o Chechu Monzón, Wyoming.
http://politica.elpais.com/politica/2015/11/28/actualidad/1448713173_691172.html


se habla de la suerte"

miércoles, 1 de julio de 2015

CONVERSACIÓN GLOBAL. La historia en lugar de la vida. La estatua del fundador de la policía secreta se impone a reformas de la sanidad y la educación.

El férreo Félix, la estatua de Félix Dzherzhinski, el fundador de la policía secreta soviética (la Cheka), podría volver a la plaza de la Lubianka de Moscú, de donde fue derribado el 22 de agosto de 1991 por los manifestantes que protestaban contra el intento de golpe de Estado de un grupo de altos funcionarios de la URSS.

El monumento a Dzherzhinski se alza hoy en el Muzeon, un singular parque, donde le acompañan las estatuas desechadas de los estadistas de la URSS, entre ellos variaciones de Lenin y de Breznev y un expresivo Stalin.

... ... ... ... ...

..la representación municipal del Partido Comunista en Moscú logró permiso para celebrar un referéndum municipal, si recoge más de 145.000 firmas apoyando su celebración. No hay problema para que los moscovitas, que tienen menos hospitales y están peor atendidos que en el pasado, puedan expresarse a favor o en contra de un “personaje histórico”. Pero los otros dos referendos que pedían los comunistas, uno sobre la reforma de la sanidad y otro sobre el sistema educativo, no fueron autorizados.
Leer todo aquí. Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/06/28/opinion/1435510835_605109.html

PD.:
Se impone un comentario. Lo que está ocurriendo en la Rusia actual es la imposición, contra la opinión y los deseos del pueblo, de extender el neoliberalismo que impera por todas partes. privatizar, privatizar y privatizar, aunque ese no sea el objetivo del pueblo (soberano?).

Así que, si había dudas han desaparecido, Putin es un agente más del neoliberalismo imperante. Y como en otras ocasiones ha ocurrido, si se desvía de ese neoliberalismo le sacaran las corruptelas para quitarlo de en medio. Mientras, continúan despojando a su país, del petróleo y materias primas a bajo precio para occidente,...

Si ese proceso continua, Putin seguirá gobernando en contra de su pueblo, reduciendo la calidad y cantidad de servicios para el ruso corriente. Mientras los "nuevos dueños" de las materias primas se pasean de compras por occidente. Y a eso llamamos democracia.

martes, 23 de junio de 2015

Conferencia Internacional de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear. El fracaso de la conferencia resalta el peligro de conflicto nuclear

Thalif Deen IPS
Tras casi cuatro semanas de negociaciones, la Conferencia Internacional de Examen del Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP) tuvo una conclusión previsible, un texto que refleja abrumadoramente las opiniones e intereses de los Estados con armas nucleares y de algunos de sus aliados. “El proceso de elaboración del borrador del documento final de la conferencia de examen fue antidemocrático y poco transparente”, afirmó Ray Acheson, directora de Reaching Critical Will, el programa de desarme de la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad.

El mismo no incluyó ningún progreso significativo referido al desarme nuclear, e incluso revierte algunos compromisos anteriores, añadió en diálogo con IPS.

Pero, según varios diplomáticos, Israel, el único país de Medio Oriente con armas nucleares, fue el único que ganó con este resultado, ya que nunca respaldó plenamente la propuesta de realizar una conferencia internacional para un Medio Oriente sin armas de destrucción masiva.

Canadá, cuyo actual gobierno fue calificado de ser “más proisraelí que el propio Israel”, Estados Unidos y Gran Bretaña dijeron el viernes 22 que no podían aceptar el proyecto de acuerdo, contenido en el documento final, que convocaría a la conferencia propuesta sobre Medio Orienta para el 1 de marzo de 2016.

“Quizá sea paradójico, entonces, que estos tres Estados impidieron la adopción de este documento final en nombre de Israel, un país con armas nucleares que ni siquiera es parte del TNP”, destacó Acheson.

Joseph Gerson, coordinador de desarme de American Friends Service Committee, una organización estadounidense de derechos humanos, dijo a IPS que Washington es el principal responsable del fracaso de la conferencia de examen de este año, así como lo fue en la de 2005.

“Es decir, Estados Unidos e Israel, aunque Israel es uno de los pocos países que aún no firmó el TNP”, precisó.

Canadá, Estados Unidos y Gran Bretaña, en lugar de culpar a Israel, culpan a la víctima según Gerson, al sostener que Egipto hizo fracasar la conferencia cuando solicitó que la declaración final reiterara el llamado a la creación de una Zona Libre de Armas Nucleares en Medio Oriente.

La agencia de noticias Reuters informó el jueves 21, el día previo a la conclusión de la Conferencia de Examen del TNP, que Estados Unidos envió a “un funcionario estadounidense de alto nivel” a Israel “para discutir la posibilidad de una transacción” en el borrador del documento final.

“Israel aparentemente se negó, y los compromisos ostensibles” del presidente estadounidense “Barack Obama con un mundo sin armas nucleares se derrumbaron ante la intransigencia israelí”, según Gerson.

John Burroughs, director ejecutivo del Comité de Abogados sobre Política Nuclear, dijo a IPS que el problema con los compromisos sobre desarme realizados por las conferencias de examen del TNP en los últimos 20 años no es tanto que no hayan sido lo suficientemente sólidos, sino que no fueron aplicados por los Estados poseedores de armas nucleares.

En las últimas décadas, a las cinco principales potencias nucleares, China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, se les sumaron cuatro países más, Corea del Norte, India, Israel y Pakistán.

En su preparación para la Conferencia de Examen de 2015, muchos Estados que no poseen armas nucleares pretendían concentrarse en la adopción de mecanismos y procesos para garantizar la aplicación del TNP, señaló Burroughs.

En este sentido, el proyecto de documento final, que no fue adoptado, recomendaba que la Asamblea General estableciera un grupo de trabajo abierto para “identificar y elaborar” medidas de desarme eficaces, incluidos los acuerdos legales para alcanzar un mundo sin armas nucleares.

Independientemente del resultado de la Conferencia de Examen de 2015, esta iniciativa puede y debe ser propuesta en la próxima sesión de la Asamblea General de la ONU sobre el desarme y la seguridad internacional que se celebrará este año, exhortó Burroughs.

Acheson dijo que 107 Estados, la mayoría de los países del mundo y de los Estados parte del TNP, respaldaron una Promesa Humanitaria, comprometiéndose a llenar el vacío legal para la prohibición y la eliminación de las armas nucleares.

El resultado de la Conferencia de Examen del TNP es esa Promesa Humanitaria, explicó.

En el futuro, los Estados que respaldaron la promesa deben utilizarla como base para un nuevo proceso de desarrollo de un instrumento jurídicamente vinculante que prohíba las armas nucleares.

“Este proceso debe comenzar sin demora, incluso sin la participación de los Estados con armamento nuclear. El 70 aniversario de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki”, que se cumplirá en agosto de este año, “ya fue identificado como el hito apropiado para el inicio de este proceso”, añadió.

Acheson también dijo que un tratado que prohíba las armas nucleares sigue siendo la opción de acción más viable para los Estados comprometidos con el desarme.

“Esta Conferencia de Examen demostró, más allá de toda duda, que seguir confiando en el liderazgo de los Estados con armas nucleares o sus aliados… es inútil”, afirmó.

Este contexto requiere una acción decidida a estigmatizar, prohibir y eliminar las armas nucleares, dijo.

“Quienes rechazan las armas nucleares deben tener la valentía de seguir adelante con sus convicciones sin los Estados poseedores de armas nucleares, para recuperar terreno del puñado de violentos que pretenden gobernar el mundo, y construir una nueva realidad de seguridad humana y justicia mundial”, instó Acheson.

Gerson analizó que lo peor es que el fracaso de la Conferencia de Examen socava aún más la credibilidad del TNP, al aumentar el peligro de la proliferación de las armas nucleares y no hacer nada para contener las carreras armamentistas, mientras que las potencias nucleares “modernizan” sus arsenales.

El fracaso de la conferencia acrecienta el peligro de una catástrofe nuclear, advirtió.
Fuente: http://www.ipsnoticias.net/2015/05/fracaso-de-conferencia-resalta-peligro-de-conflicto-nuclear/
Editado por Kitty Stapp / Traducido por Álvaro Queiruga

domingo, 31 de mayo de 2015

Un acto de protesta, no de sabotaje, en el lugar de nacimiento de la bomba atómica.

Amy Goodman, con la colaboración de Denis Moynihan
Democracy Now!

En lo profundo de las colinas del este de Tennessee se levanta un gran complejo militar llamado “Y-12”. Es el lugar donde se produce y se almacena todo el uranio altamente enriquecido que se usa para producir el arsenal de ojivas nucleares de Estados Unidos. El complejo está situado en Oak Ridge, la “ciudad secreta” que fue creada prácticamente de un día para el otro durante la Segunda Guerra Mundial y donde se produjo el uranio para la bomba atómica que fue lanzada sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945. Hoy en día, el complejo, apodado “El Fuerte Knox del uranio” (NO LEER ), alberga cantidades de este elemento radiactivo suficientes para hacer 10.000 bombas atómicas.

Fue allí que, poco antes del amanecer del 28 de julio de 2012, tres activistas por la paz del movimiento Plowshares, entre ellos una monja de 82 años de edad, burlaron los numerosos sistemas de seguridad de las instalaciones y llegaron al corazón del complejo, el Centro de Almacenamiento de Materiales de Uranio Altamente Enriquecido o HEUMF (por su sigla en inglés). Pintaron mensajes de paz en las paredes, vertieron sangre, martillaron el concreto y fueron detenidos. A principios de este mes, un tribunal federal de apelaciones revocó sus condenas por sabotaje y los dejó en libertad tras dos años de cárcel. Esta es la primera vez que se revierte una condena por sabotaje a activistas de este grupo, un momento histórico para el movimiento por el desarme nuclear.

Plowshares es un movimiento que deriva su nombre del versículo 2:4 del libro de Isaías en la Biblia, que instruye: “Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces. No alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra". Inspirados por la fe y comprometidos con la acción militante, los activistas de Plowshares han llevado a cabo acciones directas no violentas durante los últimos 35 años. Acceden a instalaciones militares de máxima seguridad y dañan con martillos armas de guerra, sea que se trate de aviones de combate o depósitos de misiles, o, como en este caso más reciente, el complejo que enriquece y almacena uranio para la producción de bombas.

Entre los primeros activistas de Plowshares estaban los hermanos Berrigan, el padre Daniel y el fallecido Philip, que habían concitado la atención nacional por la quema de listas de reclutamiento en protesta contra la guerra de Vietnam. En 1980, los Berrigan ingresaron junto con otros activistas a la fábrica de misiles nucleares de General Electric en la ciudad de King of Prussia, en Pensilvania, y dañaron con martillos los armazones de las ojivas, dejándolos inutilizables. Por esta y muchas otras acciones posteriores fueron varias veces a la cárcel. Decenas de protestas similares por el desarme se han producido en todo el mundo desde entonces.

Los activistas que lograron entrar en el complejo ultra seguro Y-12 conforman un trío muy especial: la hermana Megan Rice, una monja católica; Michael Walli, un veterano de la guerra de Vietnam que se volvió activista católico por la paz; y Greg Boertje-Obed, un ex oficial del ejército de Estados Unidos, ahora pintor de casas y activista por la paz. Después de cortar cuatro líneas de cercas y atravesar terrenos patrullados para llegar al HEUMF , pintaron consignas que decían “El fruto de la justicia es la paz” y “A Isaías le agradan los Plowshares”. Como en acciones anteriores, el grupo acuñó un nombre para sí mismo: “Transform Now Plowshares” (“Transformar ahora las espadas en arados”, en español). Le pregunté a la hermana Megan qué significaba. “¿Por qué hemos gastado en este lugar diez billones de dólares en 70 años, cuando ese dinero podría haber sido utilizado para transformar no solamente Estados Unidos, sino el mundo, en una alternativa para una vida mejor? En su lugar, hacemos algo que nunca podrá usarse, nunca debería usarse, que probablemente nunca se use a menos que queramos destruir el planeta”.

La falla de seguridad generó conmoción en los organismos de seguridad nacional, en especial en el Departamento de Energía, que está a cargo del Y-12 en el este de Tennessee. Si bien los tres activistas de Transform Now Plowshares enfrentaban cargos federales de sabotaje y hasta 30 años de prisión, durante el juicio permanecieron en libertad bajo fianza y libres de asistir a las audiencias del Congreso impulsadas por su acto de desobediencia civil, que The New York Times calificó de “la mayor violación de la seguridad en la historia del complejo atómico del país”. Sorprendentemente, Joe Barton, congresista republicano de Texas, elogió a la hermana Megan Rice:

“Queremos agradecerle por señalar algunos de los problemas en nuestra seguridad. Aunque yo no estoy totalmente de acuerdo con la plataforma que defiende, le agradezco por señalar las carencias de nuestro sistema de seguridad y por estar presente hoy. Señor presidente, esta jovencita llevaba consigo una Santa Biblia. Si hubiera sido una terrorista, solo Dios sabe lo que podría haber sucedido”.

Ed Markey, congresista demócrata de Massachusetts y actualmente senador, también se dirigió a la hermana Megan: “Gracias, hermana Megan Rice, por estar presente. Gracias por sus acciones. Gracias por su férrea voluntad de hacer centrar la atención en esta acumulación de armas nucleares que aún existe en nuestro mundo y lo mucho que necesitamos hacer algo para reducirla. No necesitamos más armas nucleares. Necesitamos menos”.

La hermana Megan Rice ahora tiene 85 años de edad. Ella y sus compañeros acusados esperan la decisión de un tribunal de primera instancia para saber si deben o no seguir tras las rejas por los cargos menores de destrucción de bienes del Estado, por el corte de cercas, pintar consignas y verter sangre en el Y-12. Pero, ciertamente, la libertad de la cárcel no es lo que más le preocupa. “Realmente no diría que nos sentimos libres, porque mientras exista una sola arma nuclear, nadie será libre”.
© 2015 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Inés Coira. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro "Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos", editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.
Fuente: http://www.democracynow.org/es/blog/2015/5/22/un_acto_de_protesta_no_de

miércoles, 27 de mayo de 2015

Jon Sobrino: "Hace tiempo nos pusimos en guardia para que no beatifiquen a un monseñor Romero 'aguado'"

Alver Metalli
Tierras de América

En el Centro Monseñor Romero, plantado en el corazón de la Universidad Católica, Jon Sobrino se mueve como si danzara. Lo fundó después de la masacre de sus hermanos jesuitas –"no terminé como ellos sólo porque estaba en Tailandia”, recuerda- y a él se dedica como si fuera la última misión de su vida, que ya llega a los 77 años. Un promedio de unos veinte años más de lo que vivieron Ignacio Ellacuria y sus compañeros, derribados por balas asesinas el 16 de noviembre de 1989.

Jon Sobrino conoce muy bien las resistencias, las acusaciones de izquierdista y filoguerrillero que llovían contra Romero en El Salvador y que recibían oídos condescendientes en Roma. Por eso no puede dejar de alegrarse por la beatificación. Pero no es así. O por lo menos tiene que puntualizar muchas cosas al respecto. Le preguntamos si hace unos años hubiera imaginado que llegaría un día como hoy, como el sábado 23 de mayo, para ser exactos. En la sala principal del mausoleo de los "mártires de la UCA”, agita el cuerpo delgado y suelta un provocatorio "Nunca me interesó”. Vuelve a repetirlo, para que quede bien claro. "En serio… lo digo en serio: nunca me interesó la beatificación de Romero”.

Esperamos la aclaración. Debe haber una, lo que acaba de decir no pueden ser sus últimas palabras. "Cuando lo mataron, la gente de aquí –no los italianos y mucho menos el Vaticano- los salvadoreños, nuestros pobres, dijeron inmediatamente: "¡Es santo!”. Pedro Casaldáliga cuatro días después escribió un gran poema: «¡San Romero de América, pastor y mártir nuestro!»”. Recuerda que también Ignacio Ellacuría, abatido a pocos metros del lugar donde nos encontramos, "tres días después del asesinato de Romero celebró misa en un aula de la UCA y en la homilía dijo: "«Con monseñor Romero Dios ha pasado por El Salvador»”.

Respira hondo como si le faltara el aire. "Eso sí. Nunca hubiera imaginado que alguien pudiera decir algo así. Que lo beatifiquen está bien; tardaron 35 años, pero no es lo más importante”. Se asegura de que el interlocutor haya recibido el golpe. "¿Entiendes lo que te estoy diciendo?”, exclama dibujando una sonrisa indulgente en sus labios finos.

Por toda respuesta recibe otro pedido de explicación. "Se entiende que no lo convence algo de lo que está ocurriendo…”. Cerca de nosotros están descargando los paquetes con el último número de Carta a las Iglesias, la revista que él dirige. "Está bien que lo beatifiquen, no digo que no, pero me hubiera gustado que fuera de otra manera… y todavía no sé lo que va a decir el cardenal Angelo Amato pasado mañana; no sé, no sé si sus palabras me van a convencer o no”.

Pero Sobrino no podrá escuchar la homilía del Prefecto que viene de Roma, o no quiere escucharla. "Sabemos que se va, que ha programado un viaje y que el sábado no estará en la plaza junto con todos. ¿Lo hizo a propósito?”.

Demora en responder, como si se estuviera preguntando cómo se supo. Después llega la aclaración: "Voy a Brasil, porque en Río de Janeiro se celebran los 50 años de la revista Concilium. He trabajado en esa revista los últimos 16 años. Debo dar un discurso y me retiro de la revista. La beatificación coincide con este encuentro. No es que me vaya, veré por televisión la ceremonia de beatificación y un poco antes del mediodía iré al aeropuerto”.

Dieciséis años en Concilium y Sobrino que se retira el día de la beatificación de Romero. Esto también es una noticia.

En la pared que tenemos delante, los "Padres de la Iglesia latinoamericana” escuchan muy serios. La galería comienza con monseñor Gerardi, asesinado en Guatemala en 1998, y prosigue con el colombiano Gerardo Valente Cano, el argentino Enrique Angelelli asesinado en 1976, Hélder Pessoa Câmara, brasileño en olor de santidad, el mexicano Sergio Méndel Arceo con otro compatriota al lado, Samuel Ruiz, y el ecuatoriano Leónidas Proano, seguidos por monseñor Roberto Joaquín Ramos (El Salvador 1938-1993) y el padre Manuel Larrain, chileno y fundador del CELAM, para terminar con el sucesor de Romero, el salesiano Arturo Rivera y Damas, figura clave en la historia de Romero e injustamente ignorado en las celebraciones de estos días.

El sábado al mediodía, según el programa que difundió el Cominé para la beatificación, se debería leer el decreto que incluirá formalmente al siervo de Dios Óscar Arnulfo Romero y Galdámez entre los beatos de la Iglesia Católica. Probablemente Jon Sobrino no tendrá tiempo de escucharlo. Pero no le preocupa. Explica en cierta forma sus razones presentando el material de Carta a las Iglesias año XXXIII, número 661, que lleva en la tapa un mural que representa a Romero llevando de la mano a la hija de un campesino que acaba de cortar con una hoz un racimo de bananas.

"Dos artículos son críticos. El padre Manuel Acosta critica la actuación de la comisión oficial de preparación de la beatificación. Luis Van de Velde es más crítico con la jerarquía. Se pregunta si monseñor Romero se reconocería el día de su beatificación. Hace tiempo que pusimos en guardia para que no beatifiquen a un monseñor Romero aguado. Existe ese riesgo; esperemos que beatifiquen a un Romero vivo, más cortante que una espada de doble filo, justo y compasivo”.

La ropa que vestían los jesuitas amigos y colegas suyos el último día de su vida se exhibe colgada en una vitrina de la sala contigua, como si estuviera en un armario. La sotana marrón de Ellacuría, un albornoz, un par de calzoncillos un poco amarillentos, todos perforados por los proyectiles que los militares no se molestaron en ahorrar. Resuta natural pensar en ellos y en el proceso de su beatificación que empezó hace poco.

"Eso tampoco me preocupa”, exclama Sobrino. "Estaba en Tailandia ese día y por eso no me mataron. He visto correr la sangre de mucha gente en El Salvador, no me interesan las beatificaciones, espero que mis palabras ayuden a conocer más y mejor a Ellalcuría, tratamos de seguir su camino. Éso es lo que me interesa”.

¿Ni siquiera una señal de reconocimiento para el Papa argentino que impulsó la causa de Romero? "No, no me interesa aplaudir, y si aplaudo no es por el hecho de que el Papa sea argentino o jesuita, sino por lo que dice, por la manera como se comportó en Lampedusa, por ejemplo. Lo que me interesa es que haya alguien que diga que el fondo del Mediterráneo está lleno de cadáveres. Yo no aplaudo la resurrección de Jesús. Aplaudir no es lo mío”.

La atención se dirige ahora a pasado mañana. "He visto horrores que nunca se denunciaron, como los denunciaba monseñor Romero. Veremos si el sábado resuenan sus palabras”. Para estar seguro de que no lo malinterpreten, Jon Sobrino las recita de memoria: "En nombre de Dios y en nombre de este pueblo sufriente, les pido, les ruego, les ordeno en nombre de Dios que termine la represión”. Ésto se lo escuché a él y me quedó grabado en la cabeza”.

El resto de su pensamiento sobre Romero, un Romero "no edulcorado”, el Romero "real”, se encuentra en el artículo que escribió para la Revista latinoamericana de Teología de la Universidad Católica, en cuyo comité de dirección figuran entre otros Leonardo Boff, Enrique Dussel y el chileno Comblin.

"Muestro lo que monseñor Romero sintió y dijo en el último retiro espiritual que predicó un mes antes de ser asesinado; después ofrezco tres puntos de reflexión que considero importantes. Recuerdo que un campesino dijo:

"Monseñor Romero nos defendió a los pobres; no solo nos ayudó, no solo hizo la opción por los pobres, que eso ya es un eslógan. Salió a defendernos a los pobres. Y si uno viene a defender es porque alguien necesita que lo defiendan, y necesita defensa el que es atacado. Por eso –dijo con segura certeza este campesino- lo mataron. Madre Teresa que era buena y no molestaba a nadie recibió el Premio Nobel, monseñor Romero que dio fastidio no recibió ningún Premio Nobel”.
Fuente: Tierras de America

Evangelio de justicia

“Voz de los sin voz”, monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980 en plena misa

La Razón (Edición Impresa) / José Rafael Vilar 26 de mayo de 2015

“En medio de un Padre Nuestro entró el Matador / y sin confesar su culpa le disparó / (…) y entre el grito y la sorpresa, agonizando otra vez estaba el Cristo / de palo pegado a la pared (...)” (fragmento de la canción El padre Antonio y el monaguillo Andrés del cantante y compositor panameño Rubén Blades, compuesta en homenaje al arzobispo Óscar Arnulfo Romero).

Para muchos, San Romero de América, el asesinado arzobispo de San Salvador Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, defensor de los derechos humanos y los pobres (“la misión de la Iglesia es identificarse con los pobres, así ésta encuentra su salvación”), declarado por el papa Francisco como “mártir de la Iglesia, asesinado por odio a la fe”, fue beatificado el sábado frente a 300.000 personas de 57 países en la ciudad donde ejerció su apostolado y donde fue asesinado (San Salvador), convirtiéndose en el primer beato salvadoreño y el primer arzobispo mártir de América. “Obispo celoso que, amando a Dios y sirviendo a los hermanos se convirtió en imagen de Cristo Buen Pastor”, lo describió el papa Francisco en su carta a los fieles congregados para la ceremonia.

“Voz de los sin voz”, monseñor Romero fue asesinado el 24 de marzo de 1980, preludio de la Semana Santa y de la cruenta guerra civil salvadoreña, cuando iba a consagrar la hostia en la misa que oficiaba en la capilla del hospital Divina Providencia de San Salvador por militares presuntamente a las órdenes del mayor Roberto d'Aubuisson Arrieta y del expresidente coronel Arturo Armando Molina. El asesino recibió 114 dólares por su crimen.

Hombre de paz, monseñor Romero fue uno más de los casi 80.000 muertos (la mayoría no beligerantes) de la guerra civil que azotó El Salvador entre 1979 y 1992, y que concluyó con los Acuerdos de Paz de Chapultepec entre el Gobierno y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional bajo tutela de Naciones Unidas. Defensor de los derechos de los desprotegidos y de mayor justicia social, fue seguidor de una Iglesia que respondiera a los “signos de los tiempos”, indignada ética y teológicamente con las situaciones de injusticia y marginación, como propuso la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Medellín 1968) promovida dentro de los postulados del Concilio Vaticano II por el papa Pablo VI (de quien Romero fuera alumno cuando éste aún era monseñor Giovanni Batista Montini).

“Fiesta de paz, fraternidad y perdón...”, mencionó el cardenal Angelo Amato, enviado del Papa, porque “su opción por los pobres no era ideológica, sino evangélica. Su caridad se extendía a los perseguidores”. El mejor ejemplo de que “Romero no es símbolo de división, sino de fraternidad y de concordia” fue que Marisa d'Aubuisson, hermana del autor intelectual del crimen, creó la fundación que promovió su beatificación, y que entre los invitados a la ceremonia estaba Roberto d'Aubuisson, hijo de éste. Pocos días antes de su asesinato Romero dijo: “Un obispo morirá, pero la Iglesia de Dios, que es el pueblo, no perecerá jamás... Si me matan, resucitaré en el Pueblo.”
José Rafael Vilar

sábado, 9 de mayo de 2015

Hace 70 años la Unión Soviética derrotó al nazismo. Una hazaña histórica que cambió el mundo.

“Hermanos, hoy podemos decir: el alba viene,
ya podemos golpear la mesa con el puño
que sostuvo hasta ayer nuestra frente con lágrimas. (…)
Éste es el canto del día que nace y de la noche que termina”.
Pablo Neruda,
Canto a Stalingrado


Este 9 de mayo de 2015 se cumplen 70 años de la derrota final del ejército nazi, la temible Werhmacht. El hundimiento del III Reich se debió fundamentalmente a la resistencia, primero, y a la contraofensiva después del Ejército Rojo. Desde que en el 22 de junio de 1941 comenzó la invasión alemana hasta la decisiva victoria soviética en Stalingrado (febrero de 1943), la URSS luchó sola; ninguna coalición internacional le ayudó a defenderse. Por eso, sus ciudades fueron arrasadas, sus campos quemados, sus industrias destruidas y su población diezmada por las bombas. El balance de la Batalla de Stalingrado, la más sangrienta batalla terrestre de la historia y decisiva en el curso de la guerra, fue terrible: un millón cien mil muertos soviéticos. Después, vendría la Batalla de Kursk (verano del 43), el mayor combate de tanques jamás conocido. Y finalmente, la Batalla de Berlín donde los soldados soviéticos tuvieron que luchar contra las tropas de élite alemanas casa por casa y manzana por manzana, en el Metro inundado y hasta en el interior del Reichstag a oscuras hasta hacer ondear la bandera roja sobre este emblemático edificio, sede del parlamento. Treinta mil soviéticos perdieron allí la vida.

Tras 1418 días de guerra, el balance final de víctimas civiles y militares, hombres, mujeres y niños, que sufrió la Unión Soviética a consecuencia de la agresión nazi alcanzó la espantosa cifra de 27 millones de muertos. Con este inmenso tributo de vidas humanas y con el heroísmo de sus soldados se logró expulsar de la patria de Lenin a la Werhmacht y se rompió la columna vertebral del Ejército del Este, principio del fin del imperio hitleriano. Al mismo tiempo, se hizo posible la liberación de Europa con el golpe demoledor del Ejército Rojo que llevó su furia luchadora desde las estepas rusas al corazón mismo de la guarida del Führer en Berlín.

Por qué les molesta a algunos celebrar esta victoria histórica
La tragedia provocada en suelo europeo por el odio anticomunista y antisemita, así como por el expansionismo del III Reich (muchos países del continente, como Polonia, Grecia, Yugoslavia, Francia y Países Bajos, fueron invadidos), no puede olvidarse si no queremos que se repita. Una primera medida tomada por los ideólogos del revisionismo ha consistido en atenuar el infame rastro de destrucción del nazismo al tiempo que socavaban con toda clase de mentiras el apoyo popular al socialismo (eso mismo han hecho en España los falsificadores del pasado al negar la dictadura franquista y, en el colmo de la desvergüenza, culpar a la República de la Guerra Civil). Otras medidas similares han sido el silenciar los crímenes nazis en los grandes medios y la rehabilitación de antiguos militantes y dirigentes hitlerianos en el ejército y en la administración pública (algo que durante años vimos en la antigua RFA en contraste con la desaparecida RDA).

En contra de esa ocultación se manifestó en su día el mejor poeta alemán del siglo XX, Bertolt Brecht:

“¡Oh Alemania, pálida madre!
Entre los pueblos te sientas
cubierta de lodo.
Entre los pueblos marcados por la infamia
tú sobresales”.

Lo que se pretende encubrir con tales maniobras de distracción de la opinión pública europea y mundial no es otra cosa que la lógica interna del fascismo. Cuando el capitalismo se vio en peligro en su forma liberal, entonces parió de sus entrañas el monstruo del fascismo, primero en Italia con Mussolini (1922) y más tarde con Hitler (1933). Porque, en esencia, el fascismo no es otra cosa que Capitalismo+Militarismo. Eric Hobsbawm calificó oportunamente a los fascistas de (mercenarios) «revolucionarios de la contrarrevolución». Una contrarrevolución que era perjudicial para el pueblo y especialmente para los trabajadores, pero que ‒ como señalaba este historiador británico‒ fue muy rentable para el capitalismo por estas tres razones:
-Porque “eliminó o venció a la revolución social de izquierda”,
-Porque suprimió los sindicatos obreros que (eran los únicos que) limitaban el poder de la patronal,
-Y porque mediante la destrucción del movimiento obrero “contribuyó a garantizar a los capitalistas una respuesta muy favorable (para sus intereses y ganancias) a la Gran Depresión” (Historia del Siglo XX).

Los mismos que ignoran hoy la gran victoria soviética sobre el nazismo, antes ocultaron la revolución china, tergiversaron la derrota de los EEUU en Vietnam, agredieron y bloquearon a Cuba, asesinaron a Allende, y hoy calumnian a diario a los presidentes de Venezuela, Bolivia y Ecuador porque se han atrevido a defender la riqueza de sus pueblos del saqueo de las multinacionales.

La ayuda del franquismo a la agresión nazi
No puedo dejar de añadir una apostilla para hispanos. Es una obviedad, pero conviene repetirla: Franco y los generales golpistas no hubieran ganado la Guerra de España sin la decisiva ayuda militar de Hitler y Mussolini. La península Ibérica sirvió de campo de entrenamiento del ejército nazi, en especial de la aviación cuyos ataques a la población civil comenzaron a experimentarse aquí. Recordemos, por ejemplo, la destrucción de Guernica por la Legión Cóndor comandada por Wolfram von Richthofen, quien llegaría a ser Mariscal de Campo de la Luftwaffe durante la II Guerra Mundial.

En agradecimiento por la ayuda recibida y como testimonio de su compartido anticomunismo, el general Franco envió a Hitler la División Azul*, formada por 50.000 soldados. Algunos detalles de este cuerpo expedicionario fascista son muy reveladores. Se formó a toda prisa el 26 de junio de 1941, sólo unos días (4 días) después de la invasión nazi de la URSS, sus soldados juraron solemnemente “absoluta obediencia al jefe de las Fuerzas Armadas alemanas, Adolf Hitler, en la lucha contra el comunismo”, formaron la 250ª División de Infantería de la Wehrmacht cuyo uniforme y armamento usaron, y recibían doble sueldo (el correspondiente alemán y el de legionario español). Ramón Serrano Súñer, cuñado de Franco y entonces ministro del Interior y de Asuntos Exteriores (a quien en esta fotografía de procedencia alemana vemos junto a Franco y acompañando a los criminales de guerra nazi y dirigentes de las SS Karl Wolff, izq., y Heinrich Himler, centro) dictó sentencia el 24 de junio de 1941 desde el balcón de la sede de Falange en el número 44 de la madrileña calle de Alcalá:
“¡Rusia es culpable! El exterminio de Rusia es exigencia de la Historia y del porvenir de Europa”.

Tras las históricas victorias del Ejército Rojo en Stalingrado y Kursk en 1943, la División Azul volvió a casa derrotada dejando tras sí cerca de 5000 muertos en su ciega obediencia al Führer. Para vergüenza colectiva, todavía muchos pueblos y ciudades de España conservan su nombre en calles y plazas. Mientras, centenares de hombres y mujeres republicanos yacen sepultados en las cunetas por mantenerse leales a la II República y no haber apoyado al fascismo. Dicen los apologistas de la Transición que mejor así para no remover las heridas.

Dejemos hoy a un lado a los antiguos y nuevos encubridores del fascismo y honremos como se merecen a los viejos héroes anónimos que dejaron su vida defendiendo la libertad de la Unión Soviética y de Europa. ¡Feliz aniversario, amigos, compañeros y hermanos amantes de la paz y la libertad en el ancho mundo!
Andrés Martínez Lorca.

*Camarada invierno: Experiencia y memoria de la División Azul (1941-1945). Libro de Xosé Manoel Núñez Seixas Más, Tabúes de la Segunda Guerra mundial.

domingo, 3 de mayo de 2015

40 años de la caída de Saigón. Con la toma de la capital de Vietnam del Sur, se cerró un conflicto de tres décadas.

Michael Herr, el reportero estadounidense que revolucionó el periodismo de guerra con sus despachos desde Vietnam, escribió: "Hace mucho que allí no había un país, solo una guerra". La caída de Saigón, el 30 de abril de 1975, representó el final de un prolongado conflicto –tres décadas– que costó millones de muertos y causó gigantescos daños en un país sobre el que cayeron cuatro millones de toneladas de bombas y 75 millones de litros de un herbicida, el agente naranja, que causó todo tipo de enfermedades y deformaciones (las secuelas siguen afectando a miles de niños). La guerra empezó al final de la colonización francesa en 1946, con la división entre Vietnam del Sur y del Vietnam del Norte, y acabó hace 40 años, cuando el Vietcong -la guerrilla comunista del Vietnam del Norte- tomó Saigón.

Pese a los acuerdos de París de 1973, el conflicto continuó hasta la primavera de 1975, cuando las tropas del Vietcong tomaron Vietnam del Sur. La caída de Saigón, que se convirtió en Ho Chi Minh City, será recordaba siempre por la caótica evacuación de las embajadas con helicópteros. La ciudad está ya muy tocada por la guerra. Así la describe Herr en Despachos de guerra durante la ofensiva del Tet, en 1968: “Una ciudad desolada cuyas largas avenidas contenían únicamente deshechos, papeles arrastrados por el viento, montoncitos diferenciados de excremento humano y flores muertas y los armazones de los fuegos artificiales ya quemados del Nuevo Año Lunar”.

Otro periodista que cubrió el conflicto, el gran reportero Manu Leguineche, escribió: “Al cruzar por las calles de Saigón se me agolpaban en la cabeza los recuerdos de una década que ahora tocaba a su fin en medio de un vergonzoso repliegue de las fuerzas sudistas. Saigón había sido para mí la Disneylandia de los 20 años”. El gran reportero español, fallecido en 2014, describe una ciudad surrealista, con un viejo cartel en francés en su hotel en el que se ruega silencio a la hora de la siesta y un restaurante vasco Aterbea, con camareros vestidos de pelotaris. Hoy, la ciudad rebosa energía, negocios, afán de crecimiento económico.

La guerra de Indochina entre Francia y la entonces guerrilla nacionalista del Vietminh terminó en 1954, con el desastre francés en la batalla de Dien Bien Phu. Casi de manera inmediata comenzó primero un conflicto civil, que luego se convirtió, con la paulatina entrada de los estadounidenses, en la guerra de Vietnam. “Era imposible encontrar dos personas que estuvieran de acuerdo en cuándo empezó”, escribe Michael Herr. Cuando, en julio de 1964, se produjo el incidente del golfo de Tonkim —un supuesto ataque del Vietcong contra la patrulla estadounidense Maddox—, la presencia de EE UU ya era muy fuerte.

Oficialmente, como relata Leguineche en su libro La guerra de todos nosotros, la primera baja mortal norteamericana se produjo el 22 de diciembre de 1961, a 40 kilómetros de la capital. Se llamaba James Thomas Davis y tenía 28 años. Cuando cayó Saigón, EE UU había perdido 58.000 soldados –la mayoría de reemplazo, pues entonces existía el servicio militar– y 303.704 heridos. Millones de civiles habían muerto.

El conflicto de Vietnam fue la primera guerra televisada, durante la que el conflicto entró en el cuarto de estar de los estadounidenses. También está asociada a una serie de imágenes que forman parte de la historia del siglo XX: la instantánea de Eddie Adams, de AP, en la que el jefe de la policía de Saigón, el general Loan, dispara en la cabeza a un guerrillero del Vietcong durante la ofensiva del Tet y la fotografía de Nick Ut de Kim Phuc, la niña que corría desnuda, con sus ropas devoradas por las llamas del Napalm, en la carretera número 1, cerca de Trang Bang, el 8 de junio de 1972.

Las fotografías de los soldados destrozados física y moralmente por el combate durante la batalla de Hué de Philip Jones Philips y Don McCullin provocaron también una profunda huella en la sociedad estadounidense. En sus memorias, McCullin escribe aquella batalla de la ofensiva del Tet: “En los días peores, creo que nadie esperaba salir vivo de ahí”. Michael Herr habla de soldados que llevaban escrito en el casco: "¿Por qué yo?". Los marines se habían inventado una canción titulada: “Tenemos que salir vivos de aquí aunque sea lo último que hagamos en la vida”.

La investigación de Seymour M. Hersh sobre la matanza de My Lai, el asesinato de decenas de civiles en una aldea vietnamita por soldados de EE UU en marzo de 1968, también supuso un mazazo para la estrategia bélica de Washington. Tuvieron que pasar otros siete años desde aquella ofensiva que cambió el curso de la guerra —aunque la perdió el Vietcong, demostró su enorme poder de combate— para que el último helicóptero despegase desde el techo de la embajada de EE UU en Saigón, hace ahora 40 años, y acabase la guerra interminable.

Más sobre la caída de Saigón: Artículo de Jean Bricmont, profesor de Física en la U. de Lovaina y autor de El Imperialismo Humanitario: El uso de los derechos humanos para vender la guerra.
 https://docs.google.com/document/d/1U4qvHwAw9niVir_A44YMrelYK9PKl04ZE-K4hqf7DHM/edit?usp=sharing

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sábado, 14 de marzo de 2015

Tú salvas vidas. Hay 51 millones de refugiados. La solidaridad europea puede ser decisiva

En estos momentos en el mundo hay más de 51 millones de personas refugiadas y desplazadas. Es una cifra histórica que supera la de la II Guerra Mundial, la mayor desde que se registran estos datos. La principal causa de este incremento es la intensificación de los conflictos, especialmente en Siria, Sudán del Sur y la República Centroafricana.

Sudán del Sur se ha visto afectado por continuas crisis que han provocado enormes necesidades humanas. El país más joven del mundo está inmerso en un conflicto armado desde diciembre de 2013 que ha dejado miles de muertos y ha obligado a más de dos millones de personas a abandonar sus medios de vida, provocándoles una situación de extrema vulnerabilidad. Más de la mitad de las personas que han huido son niños. Esta cifra incluye 1,5 millones de personas desplazadas dentro del propio país y los más de 500.000 refugiados en países vecinos, principalmente Sudán, Uganda, Etiopía y Kenia.

En situación igualmente frágil se encuentra la República Centroafricana, un país inestable en el que los conflictos, las intervenciones y golpes de Estado se han venido repitiendo periódicamente en las últimas décadas. Desde marzo 2013, el aumento de la violencia, los asesinatos y otras graves violaciones de derechos humanos y la destrucción de propiedades han provocado la pérdida de medios de vida y un desplazamiento masivo de la población que asciende a más de 860.000 personas. Los agricultores no han podido cultivar sus campos por culpa de la violencia y ahora las cosechas son insuficientes. Los precios de los alimentos han aumentado y muchas familias solo logran comer una vez al día. Hoy, 2,7 millones de personas en el país, de una población total de 4,6 millones, necesitan asistencia humanitaria.

Por su parte, Siria está a punto de cumplir el cuarto aniversario de un conflicto que acarrea una devastadora crisis humana internacional. Más de 12,2 millones de personas se han visto afectadas y necesitan ayuda; y los 3,8 millones de refugiados que han huido de Siria están llevando los recursos de los países vecinos más allá de sus capacidades.

Detrás de estas cifras y estadísticas hay seres humanos, personas que han tenido que huir dejando atrás sus pertenencias, un hogar, amigos y a menudo familia. Es muy difícil expresar con palabras la desolación y la vulnerabilidad a las que se enfrentan.

Una mujer se esconde en el agua para salvar su vida atravesando el Nilo con tres hijos a cuestas y otros tres flotando, sorteando disparos, sin nada que comer durante más de cinco días; esta es la historia de Martha en Sudán del Sur. Como ella, millones de otras mujeres, hombres, ancianos y niños se vieron obligados a abandonar sus hogares. Ahora necesitan un techo; mantas y ropa; alimentos y agua; seguridad y protección; educación; un trabajo, y dinero para sobrevivir.

Hablamos de millones de personas que reunidas en un mismo estado podrían constituir el 26º país más poblado del mundo, al que cada 4 segundos se sumaría un nuevo habitante desplazado de su hogar. Un país en el que todos compartirían una misma historia que empieza siempre con una huida desesperada para encontrar un lugar seguro. Estas historias de profundo sufrimiento a menudo pasan inadvertidas.

No podemos permitir la indiferencia ante estas crisis permanentes que afectan a un número de personas similar al tamaño de la población de España, más de cuatro veces la población de Grecia o Bélgica, más de diez veces la población de Irlanda, o casi cien veces la de Luxemburgo.

Es por ello por lo que la Unión Europea y Oxfam unen sus fuerzas para poner el foco en la vida de aquellos que tuvieron que huir de sus hogares. EU savelives-Tú salvas vidas es nuestro proyecto común, que estará centrado en las tres crisis humanas más graves que vive el mundo hoy: Siria, Sudán del Sur y la República Centroafricana. Queremos contar las historias de aquellos que han sido desplazados. No podemos permitir que su sufrimiento sea olvidado.

A los ciudadanos europeos les preocupa y son la principal fuente de la ayuda que Europa destina a los refugiados. En 2013 la Comisión Europea invirtió alrededor de 546 millones de euros en apoyo a las personas refugiadas y desplazadas en 33 países. Este esfuerzo se ha visto complementado por organizaciones como Oxfam, que suman a los fondos públicos dinero de donantes individuales y empresas, con aportaciones que grandes o pequeñas constituyen una ayuda adicional determinante.

Gracias a estos fondos, las personas que huyen de los países reciben asistencia básica como servicios sanitarios, comida, refugio, kits de higiene, agua y saneamiento y protección. La ayuda humanitaria dada a los refugiados, al margen de cualquier agenda política y con independencia de la nacionalidad, religión, género, origen étnico o afiliación política de las víctimas, salva millones de vidas cada día.

Desgraciadamente, el número de refugiados y desplazados continuará aumentando cada día a menos que la violencia termine.

Conseguir una solución política sostenible a los conflictos es crucial.

Pero incluso si estos acabaran mañana, las enormes necesidades humanas continuarían y requerirían apoyo durante años para recuperarse.

Formas innovadoras de distribuir asistencia, tales como los programas de transferencia de efectivo, pueden ayudar a generar actividad en los mercados locales y reiniciar medios de vida. También adquiere importancia mirar las necesidades a largo plazo fortaleciendo la capacidad de las comunidades de acogida para proporcionar servicios básicos como la salud y la educación que ayudan a los refugiados y los desplazados internos a construir de nuevo su futuro

La solidaridad europea puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Estas víctimas son la prueba del gran impacto que la ayuda humanitaria puede tener en las vidas de personas inocentes, que acaban de tener la desgracia de ser atrapadas en un conflicto por causas ajenas a su propia voluntad.

Tenemos una responsabilidad para hacer más. Aliviar el impacto de las crisis humanas es una lucha de todos los días que requiere de la acción colectiva. Y esto es lo que estamos decididos a hacer.
Christos Stylianides es comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis. Francesc Cortada es director global de Programas de Oxfam Internacional.
Fuente: http://elpais.com/elpais/2015/02/23/opinion/1424703574_582715.html

martes, 3 de marzo de 2015

Actos de bondad insensata

La bondad insensata es el título de un libro de Gabriele Nissim que habla de un juez que dedicó su vida a buscar personas anónimas que salvaron judíos del Holocausto. Pero también es lo que movió a 1.300 jóvenes musulmanes a hacer una cadena humana alrededor de una sinagoga en Oslo en señal de solidaridad con la comunidad judía tras el atentado en Copenhague, en el que un joven nacido en Dinamarca de origen palestino mató a dos personas.

Actos así, que deberían ser portada, pasan inadvertidos en muchos medios. Actos conciliadores que muestran al mundo que hay muchos más defensores de la paz que de la guerra, que es posible y deseable la convivencia intercultural. Actos de bondad insensata y anónima que necesitamos conocer, porque “esas personas, que se ignoran” (Borges), están salvando el mundo.—  Madrid 24 FEB 2015

domingo, 1 de marzo de 2015

Kíev, un año después

Hoy se cumple un año de la masacre de Kiev, con decenas de muertos, tanto protestantes como policías, que fue decisiva para derrocar a un gobierno ucraniano reticente al pleno alineamiento con la Otan y la Unión Europea y sustituirlo por otro plenamente conforme con ello. La masacre no ha sido investigada oficialmente. Las nuevas autoridades de Kíev fueron juez y parte de una mascarada al respecto. Las potencias occidentales que apadrinaron al movimiento, no han mostrado interés alguno en una investigación independiente.

Centuria celestial
Las víctimas han sido declaradas “Centuria celestial” y utilizadas para glorificar el cambio de régimen como producto de una gesta popular. Un año después, el canal Arte ofrece una larga recopilación de imágenes que ilustra hasta qué punto el movimiento fue violento.
http://www.arte.tv/guide/de/057960-000/kiew-brennt/?vid=057960-000_PLUS7-D
El documento concluye con imágenes de protestantes muertos, sin ofrecer imágenes de policías muertos. He aquí los nombres de algunos de los policías muertos, concretamente de once de ellos, que yo mismo recopilé en un acto celebrado en Odesa: Sergei Spichak, Vasili Bulitko, Andrei Fedyukin, Sergei Tsengun, Dmitri Vlasenko, Vladimir Evtushok, Vitali Goncharov, Aleksei Ivanienko, Maksim Tretiak, Piotr Savitski, Iván Tepliuk. Todos ellos muertos por herida de bala. La lista es incompleta. Los medios de comunicación ucranianos nunca han mencionado esos nombres, y los del resto de policías y adversarios del Maidán muertos aquellos días en Kíev, que podrían rondar la veintena, en las listas de las 98 víctimas de aquellas jornadas.

Enfrascado en una guerra civil que precisa mitologías patrióticas, el nuevo régimen instauró la “Orden de la Centuria Celestial” que reconoce el “coraje cívico y el patriotismo”. Algunas calles han sido bautizadas con ese nombre y el nuevo presidente y séptima fortuna de Ucrania, Petro Poroshenko, ha declarado el 20 de febrero como, “Día de los cien héroes celestes” para conmemorar la “Revolución de la Dignidad”.

Como expliqué el pasado noviembre (http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2014/11/20/el-conflicto-que-occidente-ha-provocado-en-ucrania-54209/) el único estudio académico sobre aquella masacre, obra del profesor Ivan Katchanovski, de la School of Political Studies de la Universidad de Otawa concluye lo siguiente:

“Las evidencias indican que una alianza de elementos de la oposición y la extrema derecha estuvo implicada en la masacre de manifestantes y de policías, mientras que la implicación de las unidades especiales de la policía en la muerte de algunos manifestantes no puede excluirse. El nuevo gobierno que llegó al poder en gran parte como resultado de la masacre, falsificó la investigación, mientras que los medios de comunicación ucranianos contribuyeron a tergiversar la matanza de manifestantes y policías. Las evidencias indican que la extrema derecha desempeñó un papel clave en el violento derrocamiento del gobierno de Ucrania”.

Un año después, la BBC, uno de los canales importantes para la propaganda de las guerras y cambios de régimen inspirados por potencias occidentales, estima ahora que por lo menos algunos de los que tiraban el 20 de febrero eran antigubernamentales: http://www.bbc.com/news/magazine-31359021. Muy poco y demasiado tarde para reivindicar una mínima decencia informativa.

Un riesgo conocido
Obviamente, si todo eso hubiera ocurrido con los vectores y escenarios invertidos -un gobierno favorable a los intereses occidentales, en México o Canadá, derrocado bajo patronazgo chino y ruso, con políticos rusos, chinos y venezolanos de primera fila repartiendo pastelitos entre los manifestantes y expresando su solidaridad con ellos– no se habría celebrado como progreso democrático, sino como escandaloso y sangriento golpe de estado, intolerable ingerencia extranjera, terrorismo y demás. La guerra que ha resultado de todo ello, como culminación de veinte años de política exterior y de seguridad europea sin Rusia y contra Rusia, se presenta como resultado de un “expansionismo ruso”.

La fragilidad de Ucrania era asunto evidente para cualquier observador ya hace tiempo. En una crónica publicada por este diario el 22 de diciembre de 1991 en la que se mencionaba que la nueva Ucrania independiente contenía once millones de rusos, se decía lo siguiente: “esa realidad demográfica existe y está geográficamente concentrada en el sureste de Ucrania, como una gran Eslavonia latente. Ni la previsible agudización de la crisis económica ni los malos entendidos militares o comerciales, ni la debilidad de la cultura democrática entre los dirigentes de ambos estados, impiden descartar riesgos”. Quien iba a decir entonces que el principal riesgo se derivaría del expansionismo político militar de Euroatlántida en la región, con una OTAN no disuelta sino ampliada con bases y soldados en Rumania, Bulgaria, Turquía, Países bálticos y Polonia, así como relaciones militares y bases en gran parte de las repúblicas ex soviéticas, por citar únicamente el cinturón de hierro alrededor de Rusia.

La fragilidad de Minsk
El segundo acuerdo de Minsk recién alcanzado este mes ha sido resultado directo de los éxitos militares de los rebeldes prorusos. Ese acuerdo tiene como principal problema que ha dejado fuera a muchas fuerzas hostiles a todo diálogo realista. Los Estados Unidos no están. Temen que si Francia y Alemania llegan a un modus vivendi con Rusia, su liderazgo de la política exterior y de seguridad europea se vaya al garete. Prefieren más guerra. Crearle un Afganistán a Europa es preferible a perder el control de su política exterior y de seguridad. Es el cálculo del Imperio del caos, el mismo que ha incendiado Oriente Medio. Por este lado hay que prepararse para lo peor.

En el interior de Europa, Polonia, Estonia, Lituania y Letonia, son claramente hostiles al acuerdo que consideran concesión. Donald Tusk, el polaco germanófilo que preside el Consejo Europeo, expresa abiertamente su escepticismo. El gobierno de Kíev está dividido entre grupos armados de ultraderecha que han proclamado su hostilidad al acuerdo, el primer ministro Yatseniuk que se alinea por completo con las posiciones de Washington y el Presidente Poroshenko que surfea entre diversos patrones con especial atención a Alemania.

Si el asunto es así de frágil, aún más preocupante es la ambigüedad de la única esperanza existente: el sentido común de Alemania y Francia. ¿Qué puede esperarse de gente como Merkel y Hollande, que ya han demostrado su talla en la catastrófica gestión de la eurocrisis? Merkel ha explicado en Munich que la razón de ser del acuerdo de Minsk y de su oposición a no armar a Ucrania es que, “militarmente no se puede vencer a Rusia”. “Esa es la amarga realidad”, dijo respondiendo a un senador americano. Cuando a su inconsistente ministra de defensa, Ursula von der Layen, le preguntaron en Munich por qué se apoya militarmente a los kurdos contra el Estado Islámico y no a los ucranianos contra Rusia, la ministra respondió en la misma clave: los kurdos tienen posibilidades de vencer militarmente a sus adversarios, mientras que los ucranianos, no, dijo.

Regreso a 1983
El clima de la conferencia fue más belicista y agresivo que nunca. Rusia fue el único tema y el debate fundamental fue armar o no armar a Ucrania. Sin rastro del más mínimo examen de responsabilidades. La intervención del antes respetado ministro de exteriores ruso, Sergei Lavrov, fue contestada con risas y preguntas agresivas sin precedentes en la sala del hotel de lujo en el que se celebra la conferencia cada año. En una extraordinaria muestra de cambio de acentos, el discurso de Merkel expresó el agradecimiento alemán al “valor de los pueblos de Europa central y Oriental” en su lucha contra el comunismo. Eso fue, dijo, lo que hizo posible la reunificación de Alemania. “Hasta ahora se solía citar la contribución de los dirigentes de la reformada URSS a aquello, pero los acentos cambian”, dice filosóficamente un experto ruso, que presenció el espectáculo de Munich. Hay que retroceder hasta el otoño de 1983, en plena época de Andrópov, después del derribo del Boeing surcoreano por los soviéticos, para encontrar un clima tan hostil a Moscú como el que hoy domina en Europa, dice Andrei Kortunov, un respetado polítólogo occidentalista ruso.

“Antes a nivel de expertos se diferenciaba entre la propaganda y el análisis, ahora se practica una mezcla de géneros preocupante”, dice este observador según el cual el principal problema es, “la dificultad de Estados Unidos por reconocer las limitaciones de las propias posibilidades”. En una época de emergencia de nuevos polos de poder mundiales, “en Washington se mantiene la mentalidad del podemos con todo”, dice.

Medicina griega para Ucrania
La situación económica de Ucrania es catastrófica. “Yuzhmash” la gran industria de Dnepropetrovsk está paralizada. Hace 8 meses que sus obreros no reciben salario y diez mil de ellos han sido enviados de vacaciones. La industria del automóvil está paralizada: en enero se han producido 352 unidades. Por presiones del Fondo Monetario Internacional, que aplica en Ucrania la misma política que ha arruinado a Grecia, los precios del gas se van a multiplicar por cinco en el primer trimestre de este año, igual que los gastos de vivienda, agua, electricidad, etc. Millones de ucranianos al borde de la pobreza van a verse afectados. Todo esto va a pudrir la situación social y complicará el clima de violencia, desorden y guerra civil en un país lleno de batallones y milicias descontentas en el que la población elude masivamente el reclutamiento militar.

Retroceder es perder
El problema fundamental es que nadie puede permitirse pasos atrás significativos sin arriesgarse a grandes derrotas. Si Estados Unidos cede y permite que los divididos europeos alcancen el modus vivendi con Moscú, pendiente desde el fin de la guerra fría, su influencia en Europa menguará mucho. ¿Qué habrá que hacer con la OTAN, organización encargada de la desestabilización continental cuyo sentido es, precisamente, mantener esa influencia militarizando la política exterior? ¿Qué pasará con el principio de autoridad, (http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/2015/02/05/el-principio-de-autoridad-45435/), con el mal ejemplo que el desafío ruso lanza a todas las potencias emergentes de que sí se puede detener militarmente la intrusión imperial occidental? Es muy difícil esperar pasos atrás por este lado. Respecto a Moscú, retroceder significa entrar de pleno en el escenario 1905: completo desprestigio nacional del régimen de Putin y apertura hacia escenarios caóticos de mayor nacionalismo ruso y grandes convulsiones sociales. Si para Occidente es una cuestión de imagen, del prestigio de la disciplina imperial, para Rusia es un ser o no ser.

Un año después de aquel desfile de ministros europeos necios repartiendo solidaridades y pastelitos en la plaza de Kiev, nos encontramos con una guerra a la que no se le ve marcha atrás. Y la Alemania que nos ha conducido al fracaso del euro es quien nos debe sacar de este pantano. ¡Que Dios nos coja confesados!
Rafael Poch. La Vanguardia
Fuente original: http://blogs.lavanguardia.com/paris-poch/